MIGUEL CABELLO VALBOA. MISCELÁNEA ANTÁRTICA: UNA HISTORIA DEL PERU ANTIGUO

MIGUEL CABELLO VALBOA. MISCELÁNEA ANTÁRTICA: UNA HISTORIA DEL PERU ANTIGUO
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS
INSTITUTO DE ETNOLOGIA LIMA-1951

MISCELANEA ANTARTICA
UNA HISTORIA DEL PERU ANTIGUO
CON PROLOGO, NOTAS E INDICES A CARGO DEL INSTITUTO DE ETNOLOGIA
(SEMINARIO DE HISTORIA DEL PERÚ-INCAS)
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE LETRAS
INSTITUTO DE ETNOLOGIA LIMA-1951

En 12 de mayo de 1551 fué fundada la Universidad Mayor de San Marcos en Lima (Perú); dentro de breve tiempo cumple, pues, su Cuarto Centenario. El Instituto de Etnología de la Facultad de Letras —una de las más jóvenes ramas del viejo tronco— presenta esta edición de la “Misce¬lánea Antártica” de Miguel Cabello Valboa como un ho¬menaje a la magna fecha.
Fué Cabello Valboa no solo un historiador de la Cultura Antigua del Perú y un erudito en las arduas materias acerca del origen del Hombre Americano sino también un poeta, cuya fama traspuso los límites de este Continente Austral que plasma su espíritu hasta convertirlo en un adoptivo hijo de las Indias.
Con este libro, el Instituto de Etnología inicia la Serie de Historiadores de la Cultura Peruana.

El Autor a su Misceilanea Antartica
SONETO
El alto cielo te prospere y guíe única hija de mi pecho amada q’ en verte como vas bien empleada la ymbidia llora, la razón se rrie.
Áy caro padre, solo temo crie el rudo vulgo q’ el juzgar le agrada un no se que, de presunción sobrada y contra mi (qual rustico) porfié
No temas hija, considera y piensa q’ escudos sacros, y prestantes Torres lleuas delante, para tu defensa
Y si a tanta clemencia tu te acorres de aquese pertinaz y de su ofensa a tu buen pundonor y al mió, socorres.
Aparece en el Códice de la Universidad de “Texas y fué omitido en el de Ja Biblioteca Pública de Nueva York.
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Códice de la Universidad de Texas. Parte final de la dedicatoria al Virrey del Perú Pon Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar, con la firma del autor Miguel Cabello Valboa, de que carece el anterior M. S.
INTRODUCCIÓN
La MISCELÁNEA ANTÁRTICA, escrita en 1586 por Miguel Cabello Valboa, es una de las obras de mayor atracción para el historiador del Perú, porque contiene no escueta serie de relatos sino un intento de interpretación y un caudal de ideas tan valioso que reflejan el pensamiento de toda una época. La compleja personalidad del autor halla su mejor expresión en la MISCELÁNEA; él es también un hombre miscelánico y, por lo tanto, contradictorio. En los veinticinco años que vive en el Perú y en los cuarenta de su residencia en Amé¬rica (Nueva Granada), Cabello Valboa toma posesión de la tierra y es también poseído por ella. Es un indiano intelectual.
En estas páginas preliminares, reducirnos nuestra inter-vención a la sola historia de los manuscritos de la MISCELÁ¬NEA de que nos hemos servido para la presente edición y a un proyecto de biografía del autor para la que se ha aprove¬chado de todos los datos divulgados y de otros muchos menos conocidos. En los apéndices, ofrecemos algunos cuadros com-parativos para clarificar la relación de Cabello Valboa con otros cronistas; una bibliografía, con detalle de las varias edi-ciones de la MISCELÁNEA y de las diferencias entre los códi¬ces, y finalmente una relación de los escritos publicados acerca de Cabello Valboa y su obra.
Los índices de materias, de lugares, de antroponimios y de voces indígenas facilitarán el manejo del libro,
JJna crítica de MISCELÁNEA ANTARTICA habría abultado excesivamente este volumen. Nos limitamos a entregar el texto completo para su adecuada utilización no solo por estudiosos y especialistas sino por todo género de lectores, dada la amenidad con que el atitor nos introduce y guía por aquel mundo de seducción que es el Peni antiguo.
LA “MISCELÁNEA ANTARTICA” Y SUS CÓDICES
Hace poco más de veinte años que el gran peruanista Felipe Ainsworth Means, en carta dirigida al que esto es-cribe le insinuaba la conveniencia de proceder a la publica-ción íntegra de la obra de Miguel Cabello Valboa, (cuyo manuscrito existía en la Biblioteca Pública de Nueva York), de la cual solo eran conocidos únicamente algunos capítulos extractados por Henry Ternaux Compans, editados en francés y después retraducidos al español para su inclusión en la conocida Colección Urteaga-Romero. Cuando visité los Estados Unidos en 1936, Means me volvió a hablar del asunto y, hallándonos ambos en Nueva York, fuimos a la citada Biblioteca a examinar el manuscrito y a tratar con el Director para obtener de él la respectiva autorización. Como siempre, hallamos la más atenta acogida y se nos ofre¬ció todas las facilidades del caso. Desgraciadamente, no fué posible financiar la impresión, y hubo que esperar hasta estos últimos años en que la muy favorable circunstancia de ha¬llarse en la Biblioteca Nacional de Lima una copia fotostá- tica del mencionado códice facilitaba muchísimo nuestro propósito. Lo primero que se hizo fué copiar a máquina, en algunos centenares de páginas, el fotografiado manuscrito a fin de hacerlo accesible al estudio de nuestros estudiantes del seminario de Historia del Perú (Incas) que funciona en el Instituto de Etnología de la Facultad de Letras de nuestra Universidad. Realizado el examen de la “Miscelánea”, pro-yectamos su publicación que ahora se consigue gracias al apoyo económico del Consejo Universitario.
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Los índices de materias, de lugares, de antroponimios y de voces indígenas facilitarán el manejo del libro.
Una crítica de MISCELÁNEA ANTÁRTICA habría abultado excesivamente este volumen. Nos limitamos a entregar el texto completo para su adecuada utilización no solo por estudiosos y especialistas sino por todo género de lectores, dada la amenidad con que el autor nos introduce y guía por aquel mundo de seducción que es el Peni antiguo.
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LA “MISCELÁNEA ANTARTICA” Y SUS CÓDICES
Hace poco más de veinte años que el gran peruanista Felipe Ainsworth Means, en carta dirigida al que esto es¬cribe le insinuaba la conveniencia de proceder a la publica¬ción íntegra de la obra de Miguel Cabello Valboa, (cuyo manuscrito existía en la Biblioteca Pública de Nueva York), de la cual solo eran conocidos únicamente algunos capítulos extractados por Henry Ternaux Compans, editados en francés y después retraducidos al español para su inclusión en la conocida Colección Urteaga-Romero. Cuando visité los Estados Unidos en 1936, Means me volvió a hablar del asunto y, hallándonos ambos en Nueva York, fuimos a la citada Biblioteca a examinar el manuscrito y a tratar con el Director para obtener de él la respectiva autorización. Como siempre, hallamos la más atenta acogida y se nos ofre¬ció todas las facilidades del caso. Desgraciadamente, no fué posible financiar la impresión, y hubo que esperar hasta estos últimos años en que la muy favorable circunstancia de ha-llarse en la Biblioteca Nacional de Lima una copia fotostá- tica del mencionado códice facilitaba muchísimo nuestro propósito. Lo primero que se hizo fué copiar a máquina, en algunos centenares de páginas, el fotografiado manuscrito a fin de hacerlo accesible al estudio de nuestros estudiantes del seminario de Historia del Perú (Incas) que funciona en el Instituto de Etnología de la Facultad de Letras de nuestra Universidad. Realizado el examen de la “Miscelánea”, pro-yectamos su publicación que ahora se consigue gracias al apoyo económico del Consejo Universitario. 
Hallándose en ejecución nuestro empeño, fuimos infor-mados de que el ilustre americanista don Jacinto Jijón y Caamaño, recientemente fallecido, acababa de editar la “Miscelánea”, y en efecto había ocurrido así como pudimos comprobarlo al recibir algunos ejemplares que su editor tuvo la gentileza de enviarnos. Mas, no renunciamos a nuestro propósito, en primer lugar porque la edición era privada, es decir de circulación restringida, y segundo porque nuestro plan era más ambicioso: debíamos publicar la “Miscelánea” con estudios sobre el propio autor, sus obras, las ediciones y acompañada de los índices respectivos.
Una nueva y mayor sorpresa había de producirse. Estando ya en impresión la “Miscelánea”, descubrimos la existencia de otro códice que, por todos los indicios, podía ser identi¬ficado como el original, firmado por Cabello Valboa. Era urgente y esencial conocer ese manuscrito, porque si su texto resultaba distinto del que estábamos editando —sos¬pechoso de no ser auténtico por la sugerencia de Baudin de estar falsificado—habríamos asumido una grave responsa¬bilidad.
Siguiendo la historia de la “Miscelánea”, diremos aquí cómo se produjo el descubrimiento del nuevo códice. El Ins¬tituto de Etnología ha estado revisando la bibliografía ame¬ricanista para formar un fichero lo más nutrido posible. Autores como José Toribio Medina, entre los modernos, o como Antonio de León Pinelo, entre los antiguos, han sido analizados. No se podía prescindir del erudito mexicano don Joaquín García Icazbalceta; fueron, pues, revisados los diez tomos de sus Obras Completas, y es en el noveno, página 343, donde se halló la biografía de Cabello Valboa, y al final este párrafo:
“El M. S. original de la “Miscelánea”, firmado por el “autor, y que según noticias es el mismo que estaba en “la librería del Conde-Duque de Olivares, existe hoy per-fectamente conservado en poder del autor de este ar- “tículo: forma un volumen en 89 de 367 fojas, escritas “con esmero de una letra muy pequeña y clara”.
Con esta sensacional noticia, el Instituto determinó de inmediato la respectiva investigación en México sobre la suerte que había corrido la biblioteca de García Icazbalceta. Había que poner a prueba la eficacia de la cooperación entre historiadores: nos dirigimos a la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Historia y Geografía que preside Silvio Zavala, generoso amigo e historiador continental.
Con especial interés fué atendida nuestra solicitud y la diligencia del activísimo secretario doctor Javier Malagón logró, en pocas semanas, ponernos sobre la segura pista. “En la parte del Archivo y Biblioteca de Icazbalceta que se encuentra en México— nos escribía Malagón— no existe el manuscrito original de la “Miscelánea”; pero me informó la persona encargada de la investigación que casi la totalidad del antes mencionado archivo, se encuentra en la Universidad de Austin, Texas, y que dirigiéndose al señor Carlos Casta¬ñeda, Departamento de Historia, Universidad de Austin, podrá indagar seguramente si el manuscrito está en poder de esa universidad”.
Así lo hicimos, sin pérdida de tiempo; y el señor Casta-ñeda fué tan amable con nosotros que no tardó su respues¬ta . . . positiva. Nos decía: “En efecto, cuando esta Univer¬sidad adquirió la colección de manuscritos del insigne bibliófilo mexicano Don Joaquín García Icazbalceta vino entre ellos el tomo o volumen en 89 del Padre Cabello Balboa a que se refiere”.
Teníamos, pues, al alcance de la mano el codiciado ma-nuscrito. La gentileza del señor Castañeda fué extraordinaria: en breve tiempo, nos envió la copia fotostática del códice, lo cual nos permitió realizar una cuidadosa confrontación con el manuscrito de Nueva York que estábamos editando. Pudimos gozar de la satisfacción de comprobar que no había diferencias sustanciales, fuera de las que dejamos anotadas
Hallándose en ejecución nuestro empeño, fuimos infor-mados de que el ilustre americanista don Jacinto Jijón y Caamaño, recientemente fallecido, acababa de editar la “Miscelánea”, y en efecto había ocurrido así como pudimos comprobarlo al recibir algunos ejemplares que su editor tuvo la gentileza de enviarnos. Mas, no renunciamos a nuestro propósito, en primer lugar porque la edición era privada, es decir de circulación restringida, y segundo porque nuestro plan era más ambicioso: debíamos publicar la “Miscelánea” con estudios sobre el propio autor, sus obras, las ediciones y acompañada de los índices respectivos.
Una nueva y mayor sorpresa había de producirse. Estando ya en impresión la “Miscelánea”, descubrimos la existencia de otro códice que, por todos los indicios, podía ser identi¬ficado como el original, firmado por Cabello Valboa. Era urgente y esencial conocer ese manuscrito, porque si su texto resultaba distinto del que estábamos editando —sos¬pechoso de no ser auténtico por la sugerencia de Baudin de estar falsificado—habríamos asumido una grave responsa¬bilidad.
Siguiendo la historia de la “Miscelánea”, diremos aquí cómo se produjo el descubrimiento del nuevo códice. El Ins¬tituto de Etnología ha estado revisando la bibliografía ame¬ricanista para formar un fichero lo más nutrido posible. Autores como José Toribio Medina, entre los modernos, o como Antonio de León Pinelo, entre los antiguos, han sido analizados. No se podía prescindir del erudito mexicano don Joaquín García Icazbalceta; fueron, pues, revisados los diez tomos de sus Obras Completas, y es en el noveno, página 343, donde se halló la biografía de Cabello Valboa, y al final este párrafo:
“El M. S. original de la “Miscelánea”, firmado por el “autor, y que según noticias es el mismo que estaba en “la librería del Conde-Duque de Olivares, existe hoy per-fectamente conservado en poder del autor de este ar- “tículo: forma un volumen en 89 de 367 fojas, escritas “con esmero de una letra muy pequeña y clara”.
Con esta sensacional noticia, el Instituto determinó de inmediato la respectiva investigación en México sobre la suerte que había corrido la biblioteca de García Icazbalceta. Había que poner a prueba la eficacia de la cooperación entre historiadores: nos dirigimos a la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Historia y Geografía que preside Silvio Zavala, generoso amigo e historiador continental.
Con especial interés fué atendida nuestra solicitud y la diligencia del activísimo secretario doctor Javier Malagón logró, en pocas semanas, ponernos sobre la segura pista. “En la parte del Archivo y Biblioteca de Icazbalceta que se encuentra en México— nos escribía Malagón— no existe el manuscrito original de la “Miscelánea”; pero me informó la persona encargada de la investigación que casi la totalidad del antes mencionado archivo, se encuentra en la Universidad de Austin, Texas, y que dirigiéndose al señor Carlos Casta¬ñeda, Departamento de Historia, Universidad de Austin, podrá indagar seguramente si el manuscrito está en poder de esa universidad”.
Así lo hicimos, sin pérdida de tiempo; y el señor Casta-ñeda fué tan amable con nosotros que no tardó su respues¬ta . . . positiva. Nos decía: “En efecto, cuando esta Univer¬sidad adquirió la colección de manuscritos del insigne bibliófilo mexicano Don Joaquín García Icazbalceta vino entre ellos el tomo o volumen en 89 del Padre Cabello Balboa a que se refiere”.
Teníamos, pues, al alcance de la mano el codiciado ma-nuscrito. La gentileza del señor Castañeda fué extraordinaria: en breve tiempo, nos envió la copia fotostática del códice, lo cual nos permitió realizar una cuidadosa confrontación con el manuscrito de Nueva York que estábamos editando. Pudimos gozar de la satisfacción de comprobar que no había diferencias sustanciales, fuera de las que dejamos anotadas
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en el apéndice, destruyendo así el temor de que estuviésemos haciendo uso de una copia falsificada.
Considerando de interés los datos que se han reunido sobre la trayectoria seguida por los dos códices de la “Miscelánea”, los damos a conocer a continuación.
El códice existente eh la Biblioteca Pública de Nueva York, que es el más conocido, perteneció a Henry Ternaux Compans hasta hace cien años. Nada se sabe de cómo llegó a sus manos, en París. Alrededor de 1850, pasó a ser propiedad de Obadiah Rich, quien formó la famosa Rich Collection, comprada por James Lenox, de Nueva York. En 1896, al consolidarse la refundición de las bibliotecas Astor y Lenox con el archivo de la Tilden Foundation, todas las existencias documentales y bibliográficas pasaron a constituir The New York Public Library o sea la Biblioteca Pública de Nueva York, propietaria desde entonces del valioso códice.
La historia del códice original es mucho más larga.
Antonio de León Pinelo, en su Epitome, sostiene que en 1629 el manuscrito de la Miscelánea se hallaba en la biblio-teca del Conde-Duque de Olivares. Cuatro años antes, el poderoso aristócrata había obtenido de Felipe IV una Real Cédula, fecha 30 de octubre de 1625, por la que se orde¬naba que le fueran entregados lo libros y papeles de di¬ferentes materias para que los conservase en su poder. Por otra Real Cédula de 9 de enero de 1632, el monarca refor¬zaba su mandato anterior, permitiendo al Conde-Duque que todo ese rico material quedase vinculado a su mayoraz¬go. De esta manera, la biblioteca del de Olivares hizo cuantioso acopio de documentos y piezas bibliográficas de gran valor.
Mas, a su muerte, la viuda se encargó de dispersar el tesoro acumulado. Vendió, obsequió e hizo desaparecer aquel valiosísimo repositorio histórico, aprovechándose de tan desaprensivas disposiciones no sólo los conventos y los biblió¬filos o anticuarios españoles, sino principalmente los extran¬jeros, entre los cuales se menciona a Cornelius Pederson
Lerche, influyente embajador de Dinamarca, quien residió en Madrid desde 1642 hasta 1662. Esto explicaría el éxodo de obras inéditas relativas al Perú como la crónica de Gua¬rnan Poma de Ayala descubierta en Copenhague o la de Sarmiento de Gamboa hallada en Gotinga. Mas, la Misce-lánea no salió de la Península. Estuvo un tiempo en poder del abogado Andrés de Brizuela, enseguida en el monasterio de Monserrat de Madrid (1807), y casi un siglo después reaparece en la capital hispánica el año jubilar de 1892, cuando se celebraba el cuarto centenario del descubrimiento de América, y entonces alguien la compra para el erudito mexicano Don Joaquín García Icazbalceta, quien, al re-cibirla, anota en el códice: “Recibido de Madrid-Original- Méjico enero 1* 1893”.
A la muerte del bibliófilo azteca, integrando la masa hereditaria, pasa a sus descendientes su archivo y biblioteca. Es en 1938 que la Universidad de Austin, Estado de Texas, adquiere gran parte de los documentos históricos y entre ellos el manuscrito original de la Miscelánea compuesta por M. C. V. Fué el vendedor don Luis García Pimentel, nieto del señor García Icazbalceta, quien falleció hace poco.
Hasta aquí la historia de los dos códices de “Miscelánea Antártica” que tenemos a la vista en sendas copias fotostá- ticas. Gracias a ello, le es posible al Instituto de Etnología ofrecer la presente edición de la obra. En la introducción, apéndices e índices se ha procurado completar el texto del códice neoyorquino con lo que no fué copiado del manuscrito original y, sin variar en lo menor aquel texto, se aclara y rectifica principalmente la ortografía de palabras indígenas de acuerdo con la empleada por el autor según el códice matriz.
en el apéndice, destruyendo así el temor de que estuviésemos haciendo uso de una copia falsificada.
Considerando de interés los datos que se han reunido sobre la trayectoria seguida por los dos códices de la “Miscelánea”, los damos a conocer a continuación.
El códice existente eh la Biblioteca Pública de Nueva York, que es el más conocido, perteneció a Henry Ternaux Compans hasta hace cien años. Nada se sabe de cómo llegó a sus manos, en París. Alrededor de 1850, pasó a ser propiedad de Obadiah Rich, quien formó la famosa Rich Collection, comprada por James Lenox, de Nueva York. En 1896, al consolidarse la refundición de las bibliotecas Astor y Lenox con el archivo de la Tilden Foundation, todas las existencias documentales y bibliográficas pasaron a constituir The New York Public Library o sea la Biblioteca Pública de Nueva York, propietaria desde entonces del valioso códice.
La historia del códice original es mucho más larga.
Antonio de León Pinelo, en su Epitome, sostiene que en 1629 el manuscrito de la Miscelánea se hallaba en la biblio-teca del Conde-Duque de Olivares. Cuatro años antes, el poderoso aristócrata había obtenido de Felipe IV una Real Cédula, fecha 30 de octubre de 1625, por la que se orde¬naba que le fueran entregados lo libros y papeles de di¬ferentes materias para que los conservase en su poder. Por otra Real Cédula de 9 de enero de 1632, el monarca refor¬zaba su mandato anterior, permitiendo al Conde-Duque que todo ese rico material quedase vinculado a su mayoraz¬go. De esta manera, la biblioteca del de Olivares hizo cuantioso acopio de documentos y piezas bibliográficas de gran valor.
Mas, a su muerte, la viuda se encargó de dispersar el tesoro acumulado. Vendió, obsequió e hizo desaparecer aquel valiosísimo repositorio histórico, aprovechándose de tan desaprensivas disposiciones no sólo los conventos y los biblió¬filos o anticuarios españoles, sino principalmente los extran¬jeros, entre los cuales se menciona a Cornelius Pederson
Lerche, influyente embajador de Dinamarca, quien residió en Madrid desde 1642 hasta 1662. Esto explicaría el éxodo de obras inéditas relativas al Perú como la crónica de Gua¬rnan Poma de Ayala descubierta en Copenhague o la de Sarmiento de Gamboa hallada en Gotinga. Mas, la Misce¬lánea no salió de la Península. Estuvo un tiempo en poder del abogado Andrés de Brizuela, enseguida en el monasterio de Monserrat de Madrid (1807), y casi un siglo después reaparece en la capital hispánica el año jubilar de 1892, cuando se celebraba el cuarto centenario del descubrimiento de América, y entonces alguien la compra para el erudito mexicano Don Joaquín García Icazbalceta, quien, al re¬cibirla, anota en el códice: “Recibido de Madrid-Original- Méjico enero 1» 1893”.
A la muerte del bibliófilo azteca, integrando la masa hereditaria, pasa a sus descendientes su archivo y biblioteca. Es en 1938 que la Universidad de Austin, Estado de Texas, adquiere gran parte de los documentos históricos y entre ellos el manuscrito original de la Miscelánea compuesta por M. C. V. Fué el vendedor don Luis García Pimentel, nieto del señor García Icazbalceta, quien falleció hace poco.
Hasta aquí la historia de los dos códices de “Miscelánea Antártica” que tenemos a la vista en sendas copias fotostá- ticas. Gracias a ello, le es posible al Instituto de Etnología ofrecer la presente edición de la obra. En la introducción, apéndices e índices se ha procurado completar el texto del códice neoyorquino con lo que no fué copiado del manuscrito original y, sin variar en lo menor aquel texto, se aclara y rectifica principalmente la ortografía de palabras indígenas de acuerdo con la empleada por el autor según el códice matriz.

DATOS CRONOLÓGICOS
1530-1535.
Es en este período que debe fijarse la fecha del naci¬miento, ocurrido en el pueblo de Archidona, provincia de Málaga.
1535-1558.
Las únicas referencias son las que él mismo hace sobre haber pasado su niñez en Antequera y encontrarse en Va- lladolid en 1555.
1558-1564.
Se halla en Gravelingas (Flandes), posiblemente sirvien¬do en el ejército (“Yo tuve por huésped —dice— el año de 1558 en la villa de Gravelingas en Flandes un venerable viejo llamado Guillermo Grenuvela”).
En la campaña de Flandes peleó bajo las órdenes del capitán Don Rodrigo de Bazán.
Estuvo en las guerras de Francia.
1564.
Se encuentra en la ciudad de Málaga donde tuvo estre-cha amistad con Enrique le Amat, caballero catalán.
1565.
Estuvo en Jerez de la Frontera.
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DATOS CRONOLÓGICOS
1530-1535.
Es en este período que debe fijarse la fecha del naci¬miento, ocurrido en el pueblo de Archidona, provincia de Málaga.
1535-1558.
Las únicas referencias son las que él mismo hace sobre haber pasado su niñez en Antequera y encontrarse en Va- lladolid en 1555.
1558-1564.
Se halla en Gravelingas (Flandes), posiblemente sirvien¬do en el ejército (“Yo tuve por huésped —dice— el año de 1558 en la villa de Gravelingas en Flandes un venerable viejo llamado Guillermo Grenuvela”).
En la campaña de Flandes peleó bajo las órdenes del capitán Don Rodrigo de Bazán. Estuvo en las guerras de Francia.
1564.
Se encuentra en la ciudad de Málaga donde tuvo estre¬cha amistad con Enrique le Amat, caballero catalán.
1565.
Estuvo en Jerez de la Frontera.
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1566.
Llega a América (“Siguiendo el hilo de mi natural in-clinación deseoso de ver lo que el Nuevo Mundo en si con-tenía (ya que el viejo tenía visto en gran parte) pasé a estas Indias el año de sesenta y seis”).
Es un error de S. Elias Ortiz suponer que fué en 15 56.
1566-1576.
Durante este decenio residió en Nueva Granada. Pri¬mero en Santa Fe de Bogotá donde conoce y trata al con¬quistador Gonzalo Jiménez de Quesada y a Fray Juan de Orozco.
En 1571 se ordena de sacerdote en Quito, bajo el patro-cinio del Obispo de la Peña. El mismo año sale de Popayán con el general Bartolomé Marín a descubrir las provincias que están hacia el Mar del Sur.
A fines de 1571 es capellán de la expedición al Chocó capitaneada por Diego de Bazán.
En 1572 desempeña el curato de Funes. Por Julio de este mismo año se halla en Pasto, suscribien¬do un memorial del clero.
Entre Pasto y Funes trascurrieron sus días hasta 1574 en que figura en una expedición de los Quijos. Residió algún tiempo en Avila, predicando la Santa Cruzada.
1576.
En el mes de Julio se traslada a Quito, donde comienza a escribir su Miscelánea, (“finalmente con presupuesto de darle al patriarca Ophir por hijos a nuestros indios, comen¬cé a escribir los primeros borradores de esta obra, en la ciudad de Quito el año de setenta y seis, los cuales (y lo que contenían) comuniqué con el reverendísimo Obispo Fray Pedro de la Peña”).
2 577.
En 8 de julio sale en la expedición para reducir a los negros rebeldes de la provincia de las Esmeraldas. Explora la bahía de Tacamez.
En noviembre se halla de regreso en Guayaquil, desde donde escribe al Virrey Francisco de Toledo.
1578.
Del 24 de enero al 10 de febrero permanece en Quito, y en esta última fecha emprende un nuevo viaje, esta vez a la provincia de los Yumbos con el carácter de Vicario General. El 18 de marzo llega al pueblo de Niguas y más tarde vuelve a Quito, después de haber fijado el más corto camino al mar.
En 13 de agosto lleva hasta Niguas al Obispo de la Peña para mostrarle la nueva ruta y están de regreso el 7 de se-tiembre. El 16 de diciembre, hallándose en Quito para salir nuevamente a los Yumbos en compañía del capitán Marin y quince soldados, se recibe la noticia de la destrucción de Avila, en la gobernación de los Quijos. La Real Audiencia lo llama y le encomienda la comisión de visitar la comarca asolada. Fué con Rodrigo Núñez y el capitán Marin.
1579.
El 22 de enero regresa a Quito.
Insiste en su expedición a los Yumbos, logra que se le anticipe el capitán Marin; pero a los días siguientes se recibe la noticia de la presencia en Paita del temido pirata Francis Drakc. El capitán Marin recibió contraorden y partió des¬pués a Guayaquil. Cansado M. C. V., pidió un curato que ejerció desde febrero de este año hasta agosto de 1580.
(. . . “beneficio en que pude entretener la sobra de mi vida y diómelo tal que apenas en año y medio me pude re¬parar de vestido digno de corte porque sólo esto esperaba para presentarme al visorrey de estos reinos y ansi lo hice”).
1580.
Continuaba escribiendo la Miscelánea.
Posiblemente en los últimos meses de este año sale con
Llega a América (“Siguiendo el hilo de mi natural in-clinación deseoso de ver lo que el Nuevo Mundo en si con-tenía (ya que el viejo tenía visto en gran parte) pasé a estas Indias el año de sesenta y seis”).
Es un error de S. Elias Ortiz suponer que fué en 15 56.
1566-1576.
Durante este decenio residió en Nueva Granada. Pri¬mero en Santa Fe de Bogotá donde conoce y trata al con¬quistador Gonzalo Jiménez de Quesada y a Fray Juan de Orozco.
En 1571 se ordena de sacerdote en Quito, bajo el patro-cinio del Obispo de la Peña. El mismo año sale de Popayán con el general Bartolomé Marín a descubrir las provincias que están hacia el Mar del Sur.
A fines de 1571 es capellán de la expedición al Chocó capitaneada por Diego de Bazán.
En 1572 desempeña el curato de Funes. Por Julio de este mismo año se halla en Pasto, suscribien¬do un memorial del clero.
Entre Pasto y Funes trascurrieron sus días hasta 1574 en que figura en una expedición de los Quijos. Residió algún tiempo en Avila, predicando la Santa Cruzada.
1576.
En el mes de Julio se traslada a Quito, donde comienza a escribir su Miscelánea, (“finalmente con presupuesto de darle al patriarca Ophir por hijos a nuestros indios, comen¬cé a escribir los primeros borradores de esta obra, en la ciudad de Quito el año de setenta y seis, los cuales (y lo que contenían) comuniqué con el reverendísimo Obispo Fray Pedro de la Peña”).
2 577.
En 8 de julio sale en la expedición para reducir a los negros rebeldes de la provincia de las Esmeraldas. Explora la bahía de Tacamez.
En noviembre se halla de regreso en Guayaquil, desde donde escribe al Virrey Francisco de Toledo.
1578.
Del 24 de enero al 10 de febrero permanece en Quito, y en esta última fecha emprende un nuevo viaje, esta vez a la provincia de los Yumbos con el carácter de Vicario General. El 18 de marzo llega al pueblo de Niguas y más tarde vuelve a Quito, después de haber fijado el más corto camino al mar.
En 13 de agosto lleva hasta Niguas al Obispo de la Peña para mostrarle la nueva ruta y están de regreso el 7 de se-tiembre. El 16 de diciembre, hallándose en Quito para salir nuevamente a los Yumbos en compañía del capitán Marin y quince soldados, se recibe la noticia de la destrucción de Avila, en la gobernación de los Quijos. La Real Audiencia lo llama y le encomienda la comisión de visitar la comarca asolada. Fué con Rodrigo Núñez y el capitán Marin.
1579.
El 22 de enero regresa a Quito.
Insiste en su expedición a los Yumbos, logra que se le anticipe el capitán Marin; pero a los días siguientes se recibe la noticia de la presencia en Paita del temido pirata Francis Drake. El capitán Marin recibió contraorden y partió des¬pués a Guayaquil. Cansado M. C. V., pidió un curato que ejerció desde febrero de este año hasta agosto de 1J80.
(. . . “beneficio en que pude entretener la sobra de mi vida y diómelo tal que apenas en año y medio me pude re¬parar de vestido digno de corte porque sólo esto esperaba para presentarme al visorrey de estos reinos y ansi lo hice”).
Continuaba escribiendo la Miscelánea.
Posiblemente en los últimos meses de este año sale con dirección a Lima. A su paso ha debido visitar Lambayeaue, donde tenia su encomienda de Tucume Juan Roldán Dávila.
1581.
Su permanencia en Lambayeque le permitió recoger la leyenda de Naymlap. (“dicen los naturales de Lambaye¬que”, así comienza a narrarla).
Ha estado en Lima a principios de este año y logró ob-tener el curato de San Juan Bautista de lea, a donde se dirige sin tardanza.
1582.
Viene a Lima. (“En la ciudad de los Reyes el año de 82 conferí así mismo esta materia con el muy ilustre caballero don Diego de Zuñiga, alcalde de corte en aquella real ciudad”. . . ).
Este mismo año se reúne en Lima el III Concilio presi¬dido por el arzobispo Toribio de Mogrovejo.
1583.
Catorce meses duraba el tempestuoso concilio. En 7 de marzo fallecía el Obispo de la Peña y pocos días después el virrey don Martín Enriquez.
Es casi seguro que M. C. V. estuvo en Lima algunos meses, tantos como para trabar estrecha amistad con Cristó¬bal de Molina, a tal punto que éste le franqueó el manus¬crito de su historia incaica, hoy desaparecido. M. C. V. de¬clara que sigue al “venerable padre Cristóbal de Molina” al ocuparse del origen de los incas.
En noviembre se encuentra en su curato de lea.
Este año, Juan Roldán Dávila se presenta en Trujillo al corregidor para pedir dos o tres traslados del libro “La ver-dadera descripción de las Esmeraldas” por M. C. V-, cuyo manuscrito tiene en su poder. El autor escribió esta obra probablemente en el período 1579-1581 y el original lo dejaría en poder de su amigo Roldán, a su paso por Lam- bayeque.
1584-1585.
Ha debido continuar en su parroquia de San Juan Bau¬tista de lea. Seguía escribiendo su Miscelánea y realizaba frecuentes viajes. Dice expresamente que para conseguir bibliografía, “por alcanzarla se han caminado en idas y venidas más de cien leguas”.
1586.
Estuvo en Trujillo, como se deduce del siguiente párra¬fo: ” y fué tan empecible a los naturales de la tierra y a los españoles que entre ellos residían que con haber diez años que sucedió (unas lluvias torrenciales), cuando esto se escribe (en la misma parte ofendida de estas aguas) aun no se han podido recuperar los daños de las inundaciones que unos y otros recibieron”. Se está refiriendo a Trujillo y al diluvio de 1576.
El 9 de julio de 1586 terminó de escribir la Miscelá¬nea, como lo anota de su puño y letra en el MS. original y como aparece en la copia existente en la Biblioteca Pública de Nueva York.
1587-1588.
Continua en el curato de lea.
En 1588 pasa por esa ciudad el Licenciado Juan López de Cepeda, a quien dedica su “Verdadera Relación” . .
Recién entonces debió conocerlo, pues cuando el mismo llegaba a Bogotá en 1571 M. C. V. hallábase en el Chocó.
1589-1593.
No hay datos.
1593.
A fines de este año debe hallarse en el Alto Perú, entre Chuquiabo y Chuquisaca.
dirección a Lima. A su paso lia debido visitar Lambayeaue, donde tenía su encomienda de Túcume Juan Roldán Dávila.
1581.
Su permanencia en Lambayeque le permitió recoger la leyenda de Naymlap. (“dicen los naturales de Lambaye¬que”, así comienza a narrarla).
Ha estado en Lima a principios de este año y logró ob-tener el curato de San Juan Bautista de lea, a donde se dirige sin tardanza.
1582.
Viene a Lima. (“En la ciudad de los Reyes el año de 82 conferí así mismo esta materia con el muy ilustre caballero don Diego de Zuñiga, alcalde de corte en aquella real ciudad”. . . ).
Este mismo año se reúne en Lima el III Concilio presi¬dido por el arzobispo Toribio de Mogrovejo.
1583.
Catorce meses duraba el tempestuoso concilio. En 7 de marzo fallecía el Obispo de la Peña y pocos días después el virrey don Martín Enriquez.
Es casi seguro que M. C. V. estuvo en Lima algunos meses, tantos como para trabar estrecha amistad con Cristó¬bal de Molina, a tal punto que éste le franqueó el manus¬crito de su historia incaica, hoy desaparecido. M. C. V. de¬clara que sigue al “venerable padre Cristóbal de Molina” al ocuparse del origen de los incas.
En noviembre se encuentra en su curato de lea.
Este año, Juan Roldán Dávila se presenta en Trujillo al corregidor para pedir dos o tres traslados del libro “La ver-dadera descripción de las Esmeraldas” por M. C. V., cuyo manuscrito tiene en su poder. El autor escribió esta obra probablemente en el período 1579-1581 y el original lo dejaría en poder de su amigo Roldán, a su paso por Lam- bayeque.
1584-1585.
Ha debido continuar en su parroquia de San Juan Bau¬tista de lea. Seguía escribiendo su Miscelánea y realizaba frecuentes viajes. Dice expresamente que para conseguir bibliografía, “por alcanzarla se han caminado en idas y venidas más de cien leguas”.
1586.
Estuvo en Trujillo, como se deduce del siguiente párra¬fo: ” y fué tan empecible a los naturales de la tierra y a los españoles que entre ellos residían que con haber diez años que sucedió (unas lluvias torrenciales), cuando esto se escribe (en la misma parte ofendida de estas aguas) aun no se han podido recuperar los daños de las inundaciones que unos y otros recibieron”. Se está refiriendo a Trujillo y al diluvio de 1576.
El 9 de julio de 1586 terminó de escribir la Miscelá¬nea, como lo anota de su puño y letra en el MS. original y como aparece en la copia existente en la Biblioteca Pública de Nueva York.
1587-1588.
Continua en el curato de lea.
En 1588 pasa por esa ciudad el Licenciado Juan López de Cepeda, a quien dedica su “Verdadera Relación” . .
Recién entonces debió conocerlo, pues cuando el mismo llegaba a Bogotá en 1571 M. C. V. hallábase en el Chocó.
1589-1593.
No hay datos.
1593.
A fines de este año debe hallarse en el Alto Perú, entre Chuquiabo y Chuquisaca.
De mayo a setiembre se halla en la expedición a los chun- chos, visitando Camata, Mayacata, Supimasi, Suamasi, Pa- saramo, Huguama, Tacana, Masinari, Ixiama y San Adrián de Chipoco.
1595.
Sale en el mes de mayo de su expedición a los Chunchos.
1596.
Escribe su “Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los Chunchos y otras provincias”.
Resulta así por referencia del propio autor. Es, pues, erróneo fijar en 1602 o 1603, como lo hacen Jiménez de la Espada y Jijón y Caamaño, la fecha de dicha relación.
1597-1603.
No hay datos.
1604.
Aparece en este año ejerciendo su ministerio en la parro-quia de Camata (Larecaja), según la Crónica Agustiniana de Fray Bernardo de Torres.
1605-1608.
No hay datos.
1608.
Se supone que este año fué el de su fallecimiento, aun cuando no existe documento disponible que lo acredite.
Estancias.
En Archidona, donde nació (véase la carátula del MS. de Texas).
En Antequera (España) (?) “siendo muchacho”. En Valladolid (1555).
En la Villa de Gravelingas (Flandes), 1558. En Francia durante las guerras, 1558-15 59.
xx n
En Málaga (España), 1564.
En Jerez de la Frontera, 1565.
En América (Bogotá), 1566.
En Santa Fe de Bogotá y otros lugares de Nueva Gra¬nada y Quito, 1566-1576.
En Quito y otros lugares de este Obispado, 1576-1580.
En el Perú desde fines de 1580 hasta 1608. Esta larga residencia se descompondría así: en Trujillo, 1581 y 1586; en Lambayeque 1581; en Lima, 1581, 1582, 1583, 1585, 1586. En lea desde 1581 hasta 1589 con frecuentes salidas. En los Chunchos de Carabaya y Larecaja, 1594-1585. En Camata, 1595-1608 (?)
No existen pruebas de su residencia en Lima en el perío¬do 1595-1606. Mas bien, se ha anotado, hay el dato de que en 1604 se hallaba en Larecaja, parroquia de Camata.
El nombre del Cronista.
Los autores antiguos y modernos que lo han citado, es-cribieron su nombre y apellido en alguna de estas tres for¬mas: Miguel Cabello Balboa, Miguel Cavello Balboa o Mi¬guel Cabello de Balboa.
Sin embargo, ninguna de ellas es la auténtica porque el cronista se firmaba Miguel Cabello Valboa, como aparece en su autógrafo del manuscrito original de la “Miscelánea Antártica” que hoy forma parte integrante de los fondos documentales de la Universidad de Austin, Texas.
Su calidad eclesiástica.
C. V. no fué nunca “padre” o “frayle”, es decir, miem¬bro de una congregación religiosa, sino cura, esto es, miem¬bro del clero secular, clérigo presbítero, como él mismo escribe en la carátula de la Miscelánea.
Con ese carácter desempeñó funciones parroquiales en pueblos de Nueva Granada, Quito y el Perú, como aparece de los precedentes datos cronológicos para su biografía.
De mayo a setiembre se halla en la expedición a los chun¬chos, visitando Camata, Mayacata, Supimasi, Suamasi, Pa- saramo, Huguama, Tacana, Masinari, Ixiama y San Adrián de Chipoco.
1595.
Sale en el mes de mayo de su expedición a los Chunchos.
1596.
Escribe su “Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los Chunchos y otras provincias”.
Resulta así por referencia del propio autor. Es, pues, erróneo fijar en 1602 o 1603, como lo hacen Jiménez de la Espada y Jijón y Caamaño, la fecha de dicha relación.
1597-1603.
No hay datos.
1604.
Aparece en este año ejerciendo su ministerio en la parro-quia de Camata (Larecaja), según la Crónica Agustiniana de Fray Bernardo de Torres.
1605-1608.
No hay datos.
1608.
Se supone que este año fué el de su fallecimiento, aun cuando no existe documento disponible que lo acredite.
Estancias.
En Archidona, donde nació (véase la carátula del MS. de Texas).
En Antequera (España) (?) “siendo muchacho”. En Valladolid (1555).
En la Villa de Gravelingas (Flandes), 1558. En Francia durante las guerras, 1558-1559.
xx n
En Málaga (España), 1564.
En Jerez de la Frontera, 1565.
En América (Bogotá), 1566.
En Santa Fe de Bogotá y otros lugares de Nueva Gra¬nada y Quito, 1566-1576.
En Quito y otros lugares de este Obispado, 1576-1580.
En el Perú desde fines de 1580 hasta 1608. Esta larga residencia se descompondría así: en Trujillo, 1581 y 1586; en Lambayeque 1581; en Lima, 1581, 1582, 1583, 1585, 1586. En lea desde 1581 hasta 1589 con frecuentes salidas. En los Chunchos de Carabaya y Larecaja, 1594-1585. En Camata, 1595-1608 (?)
No existen pruebas de su residencia en Lima en el perío¬do 1595-1606. Mas bien, se ha anotado, hay el dato de que en 1604 se hallaba en Larecaja, parroquia de Camata.
El nombre del Cronista.
Los autores antiguos y modernos que lo han citado, es-cribieron su nombre y apellido en alguna de estas tres for¬mas: Miguel Cabello Balboa, Miguel Cavello Balboa o Mi¬guel Cabello de Balboa.
Sin embargo, ninguna de ellas es la auténtica porque el cronista se firmaba Miguel Cabello Valboa, como aparece en su autógrafo del manuscrito original de la “Miscelánea Antártica” que hoy forma parte integrante de los fondos documentales de la Universidad de Austin, Texas.
Su calidad eclesiástica.
C. V. no fué nunca “padre” o “frayle”, es decir, miem¬bro de una congregación religiosa, sino cura, esto es, miem¬bro del clero secular, clérigo presbítero, como él mismo escribe en la carátula de la Miscelánea.
Con ese carácter desempeñó funciones parroquiales en pueblos de Nueva Granada, Quito y el Perú, como aparece de los precedentes datos cronológicos para su biografía.
Amigos e informantes.
A lo largo de la Miscelánea, C. V. cita muchos nombres correspondientes a personas con quienes tuvo trato, unos como simples conocidos o amigos suyos, otros que fueron sus consejeros y otros,, en fin, que tienen el carácter de verdaderos informantes.
Vino de España tocado ya de la “pasión grandísima” de averiguar el origen de los indios americanos. En Santa Fe de Bogotá entró en relación con el Adelantado don Gon¬zalo Jiménez de Quesada que no sólo era un gran capitán sino “hombre docto y leído”, con quien tratara de tan complicada materia. Por recomendación de Jiménez, trabó amistad con un religioso franciscano, Fray Juan de Orozco, “el que tenía escritos algunos borradores y cartapacios de lo que de esta materia sentía”.
Más tarde, en Quito, C. V. atrajo a sus inquietas inves-tigaciones al propio Obispo Fray Pedro de la Peña, discu-tiendo con él el camino que debió recorrer el padre Ophir hasta llegar a estas tierras “piruleras”. Para convencerle, C. V., dibujó un mapa que no ha llegado a nuestro tiempo.
El Obispo de la Peña lo animó mucho a buscar razones más fuertes. Fué más difícil aún de persuadir otro Adelan-tado, Juan de Salinas y Loyola (“que aunque no era letrado, gozaba de muy claro y agudo entendimiento”). Pero, pudo más su demostración geográfica, mapa en mano, y el Ade-lantado quedó tan satisfecho cuanto lo estaba C. V.
Ya estando en Lima (1582), trató del mismo asunto con el muy ilustre Caballero Dr. Don Diego López de Zú- ñiga, Alcalde de Corte, quien le señaló como indispensable fuente para proseguir sus estudios la autoridad del famoso doctor Benedicto Arias Montano. Al leerlo, C. V. entre ale¬gre y decepcionado, comprobó que su hipótesis ofirita había sido ya enunciada por el autor del Aparato de la Sa¬cra Biblia Real.
Sobrepuso la satisfacción de haber hallado tan poderoso apoyo de su tesis al desencanto de no ser ya lo original que él pensaba; y se dispuso a poner en orden sus cartapacios “en forma de libro”.
C. V. no sólo era atraído por los libros de viajes sino por los hombres con “inclinación a explorar y ver reinos re¬motos y extraños”. Nos cuenta de su estrecha amistad con dos personajes de esta especie: el viejo Guillermo Granuvela que en una villa de Flandes (Gravelinga) le relata sus aventuras por las tierras nórdicas, navegando por las costas de Botnia y Laponia, y el caballero catalán Enrique Amat, el cual, en la ciudad de Málaga, le refería sus andanzas por Rusia y otros países, como compañero del Duque Astoulf. Iguales relaciones tuvo con hidalgos portugueses que “han estado y residido en la gran India”. Y con el Padre Pedro de Abreu, su conocido en Jerez de la Frontera.
C. V., en plena elaboración de su Miscelánea, entabla amistad con alguien que para él será seguro guía: el “egre¬gio doctor Juan de Valboa, dignísimo Canónigo de la Cate¬dral de los Reyes y benemérito Cicerón de la lengua Que¬chua, general de los Ingas, y padre y catedrático de ella”. Fué, en efecto, el canónigo Valboa, un sabio en la plena extensión del vocablo. Figura como el primer graduado de la Universidad Mayor de San Marcos y como fundador de la cátedra de idioma quechua.
El doctor de Valboa participó del III Concilio Límense, y era su casa el centro de reunión de los más famosos lin¬güistas, empeñados entonces en preparar el catecismo de la Doctrina Cristiana en las lenguas quechua, aymara, mochica, puquina y guaraní.
Debió ser para C. V. su permanente consultor y con¬sejero. No es poco el elogio que le hace cada vez que se ofrece.
Puede también calificársele como uno de sus principales informantes, pues C. V. dice que seguirá” las colecciones y anotaciones” que, sobre ritos y creencias antiguas, hiciera.
Otro informante fué don Mateo Yupanqui Inca, resi-
Amigos e informantes.
A lo largo de la Miscelánea, C. V. cita muchos nombres correspondientes a personas con quienes tuvo trato, unos como simples conocidos o amigos suyos, otros que fueron sus consejeros y otros,, en fin, que tienen el carácter de verdaderos informantes.
Vino de España tocado ya de la “pasión grandísima” de averiguar el origen de los indios americanos. En Santa Fe de Bogotá entró en relación con el Adelantado don Gon¬zalo Jiménez de Quesada que no sólo era un gran capitán sino “hombre docto y leído”, con quien tratara de tan complicada materia. Por recomendación de Jiménez, trabó amistad con un religioso franciscano, Fray Juan de Orozco, “el que tenía escritos algunos borradores y cartapacios de lo que de esta materia sentía”.
Más tarde, en Quito, C. V. atrajo a sus inquietas inves-tigaciones al propio Obispo Fray Pedro de la Peña, discu-tiendo con él el camino que debió recorrer el padre Ophir hasta llegar a estas tierras “piruleras”. Para convencerle, C. V., dibujó un mapa que no ha llegado a nuestro tiempo.
El Obispo de la Peña lo animó mucho a buscar razones más fuertes. Fué más difícil aún de persuadir otro Adelan-tado, Juan de Salinas y Loyola (“que aunque no era letrado, gozaba de muy claro y agudo entendimiento”). Pero, pudo más su demostración geográfica, mapa en mano, y el Ade-lantado quedó tan satisfecho cuanto lo estaba C. V.
Ya estando en Lima (1582), trató del mismo asunto con el muy ilustre Caballero Dr. Don Diego López de Zú- ñiga, Alcalde de Corte, quien le señaló como indispensable fuente para proseguir sus estudios la autoridad del famoso doctor Benedicto Arias Montano. Al leerlo, C. V. entre ale¬gre y decepcionado, comprobó que su hipótesis ofirita había sido ya enunciada por el autor del Aparato de la Sa¬cra Biblia Real.
Sobrepuso la satisfacción de haber hallado tan poderoso apoyo de su tesis al desencanto de no ser ya lo original que él pensaba; y se dispuso a poner en orden sus cartapacios “en forma de libro”.
C. V. no sólo era atraído por los libros de viajes sino por los hombres con “inclinación a explorar y ver reinos re¬motos y extraños”. Nos cuenta de su estrecha amistad con dos personajes de esta especie: el viejo Guillermo Granuvela que en una villa de Flandes (Gravelinga) le relata sus aventuras por las tierras nórdicas, navegando por las costas de Botnia y Laponia, y el caballero catalán Enrique Amat, el cual, en la ciudad de Málaga, le refería sus andanzas por Rusia y otros países, como compañero del Duque Astoulf. Iguales relaciones tuvo con hidalgos portugueses que “han estado y residido en la gran India”. Y con el Padre Pedro de Abreu, su conocido en Jerez de la Frontera.
C. V., en plena elaboración de su Miscelánea, entabla amistad con alguien que para él será seguro guía: el “egre¬gio doctor Juan de Valboa, dignísimo Canónigo de la Cate¬dral de los Reyes y benemérito Cicerón de la lengua Que¬chua, general de los Ingas, y padre y catedrático de ella”. Fué, en efecto, el canónigo Valboa, un sabio en la plena extensión del vocablo. Figura como el primer graduado de la Universidad Mayor de San Marcos y como fundador de la cátedra de idioma quechua.
El doctor de Valboa participó del III Concilio Límense, y era su casa el centro de reunión de los más famosos lin¬güistas, empeñados entonces en preparar el catecismo de la Doctrina Cristiana en las lenguas quechua, aymara, mochica, puquina y guaraní.
Debió ser para C. V. su permanente consultor y con¬sejero. No es poco el elogio que le hace cada vez que se ofrece.
Puede también calificársele como uno de sus principales informantes, pues C. V. dice que seguirá” las colecciones y anotaciones” que, sobre ritos y creencias antiguas, hiciera.
Otro informante fué don Mateo Yupanqui Inca, resi¬dente en Quito. De esta valiosa procedencia deben ser los muchos datos que ofrece C. V. sobre la historia del Imperio bajo los últimos Incas, a partir de Tupac Inca Yupanqui y en especial sobre la guerra entre Huascar y Atahuallpa. C. V. trató en intimidad con don Mateo, y, como lo declara, hubo de él la relación que va a servirle para la novela corta de los amores de Quilaco y Curicoillor.
Otros contactos directos debió tener con informantes in-dios, como los Sullca Changalla del valle de lea y los na-turales de Lambayeque, donde recoge la leyenda de Naim- lap. Es casi seguro que C. V. permaneció un tiempo en Túcume, la encomienda de los Roldan, dada su estrecha amistad con Don Juan Roldan de Ávila, hijo de Juan Rol¬dan el Viejo, uno de los de la Isla del Gallo, alcalde de Trujillo, a quien Pizarro le adjudica la encomienda por disposición que firma en Yucay el 5 de octubre de 1539, confirmatorio de la de 3 de febrero de 1536. Juan Roldan Dávila custodia en su poder el manuscrito de la “Verdadera Descripción de las Esmeraldas”, relación que escribe C. V. probablemente en 15 81 y deja en manos de Roldan a su paso a Lima.
C. V. cita al licenciado Juan Polo de Ondegardo, a quien llama “doctísimo y estudioso”, pero no alcanza a conocerle, porque Polo fallece el 4 de noviembre de 1575 y C. V. no llega a Lima sino en el segundo semestre de 1581.
Uno de sus mayores amigos y favorecedores debió ser el Obispo de Quito Fray Pedro de la Peña, de la orden de Santo Domingo, quien ejerció el cargo desde el 27 de abril de 1566 hasta el 7 de marzo de 1583, fecha de su muerte ocurrida en Lima. El historiador ecuatoriano doctor Fede¬rico González Suárez afirma que el Obispo de la Peña or¬denó sacerdote a C. V. en 1571; lo que está de acuerdo con lo aseverado por el propio C. V. en su Representación al Rey, fechada en Quito el 1′ de febrero de 1578.
Es muy estrecha la relación que cultivan el prelado y el cronista. En 1578 van juntos por los difíciles caminos de Las Esmeraldas, hasta Niguas. Cuando el Obispo de la Peña viene a Lima en 1582, C. V. se encuentra con él se¬guramente y es más que probable que lo haya acompañado durante el funcionamiento del tercer Concilio, hasta su de¬ceso en marzo de 1583.
Es muy posible que durante su estada en Túcume, don¬de recogiera tantos valiosos datos sobre la dinastía Chimu, fuera su informante don Martín Farro Chumbi, hijo de don Pedro Cusco Chumbi y descendiente de los señores Capac Chimor, como hijo que fué de la princesa Chestan-Xecfuin, otra protagonista de las novelaciones de C. V.
Amistades en Quito, Lambayeque e lea le valieron para acercarse a la fuente de la tradición india. Gracias a ello son ricos sus aporte al conocimiento de la historia precolombina de la costa norte así como a la historia anecdótica de los postreros gobiernos del Imperio que tienen Quito y sus co-marcas como principal escenario. Pero faltaba saber dónde y quién o quienes le informaron de tantas noticias que consigna sobre la cultura incaica y sobre la historia de Ta- wantinsuyu en toda su extensión, con tan particulares de-talles que sólo poseían los cronistas cusqueños, los kipu- kamayoj.
Mas, el propio C. V. nos proporciona en parte la pista, cuando revela lo siguiente: para tratar del origen de los reyes incas él sigue a Polo de Ondegardo, a Juan de Valboa y al cura Christóbal de Molina, a quien adjetiva “venerable”. Puede ser discriminado el material que del primero utiliza, mas no es posible otro tanto en lo que respecta a Valboa de quien nada conocemos publicado y a Molina, porque su historia de los Incas desapareció, no quedando de ella sino el título.
Hay quienes sospechan que C. V. se aprovechó del ma-nuscrito de Molina; pero, dónde y cuándo. Porque C. V. no estuvo —al parecer— en el Cusco. A Molina no lo co¬noció sino en Lima, como se induce en el siguiente parágrafo, es decir, entre 1582 y 1583. Dos años después Molina fallece, dente en Quito. De esta valiosa procedencia deben ser los muchos datos que ofrece C. V. sobre la historia del Imperio bajo los últimos Incas, a partir de Tupac Inca Yupanqui y en especial sobre la guerra entre Huascar y Atahuallpa. C. V. trató en intimidad con don Mateo, y, como lo declara, hubo de él la relación que va a servirle para la novela corta de los amores de Quilaco y Curicoillor.
Otros contactos directos debió tener con informantes in-dios, como los Sullca Changalla del valle de lea y los na-turales de Lambayeque, donde recoge la leyenda de Naim- lap. Es casi seguro que C. V. permaneció un tiempo en Túcume, la encomienda de los Roldan, dada su estrecha amistad con Don Juan Roldan de Ávila, hijo de Juan Rol¬dan el Viejo, uno de los de la Isla del Gallo, alcalde de Trujillo, a quien Pizarro le adjudica la encomienda por disposición que firma en Yucay el 5 de octubre de 1539, confirmatorio de la de 3 de febrero de 1536. Juan Roldan Dávila custodia en su poder el manuscrito de la “Verdadera Descripción de las Esmeraldas”, relación que escribe C. V. probablemente en 15 81 y deja en manos de Roldan a su paso a Lima.
C. V. cita al licenciado Juan Polo de Ondegardo, a quien llama “doctísimo y estudioso”, pero no alcanza a conocerle, porque Polo fallece el 4 de noviembre de 1575 y C. V. no llega a Lima sino en el segundo semestre de 1581.
Uno de sus mayores amigos y favorecedores debió ser el Obispo de Quito Fray Pedro de la Peña, de la orden de Santo Domingo, quien ejerció el cargo desde el 27 de abril de 1566 hasta el 7 de marzo de 1583, fecha de su muerte ocurrida en Lima. El historiador ecuatoriano doctor Fede¬rico González Suárez afirma que el Obispo de la Peña or¬denó sacerdote a C. V. en 1571; lo que está de acuerdo con lo aseverado por el propio C. V. en su Representación al Rey, fechada en Quito el 1′ de febrero de 1578.
Es muy estrecha la relación que cultivan el prelado y el cronista. En 1578 van juntos por los difíciles caminos de Las Esmeraldas, hasta Niguas. Cuando el Obispo de la Peña viene a Lima en 1582, C. V. se encuentra con él se¬guramente y es más que probable que lo haya acompañado durante el funcionamiento del tercer Concilio, hasta su de¬ceso en marzo de 1583.
Es muy posible que durante su estada en Túcume, don¬de recogiera tantos valiosos datos sobre la dinastía Chimu, fuera su informante don Martín Farro Chumbi, hijo de don Pedro Cusco Chumbi y descendiente de los señores Capac Chimor, como hijo que fué de la princesa Chestan-Xecfuin, otra protagonista de las novelaciones de C. V.
Amistades en Quito, Lambayeque e lea le valieron para acercarse a la fuente de la tradición india. Gracias a ello son ricos sus aporte al conocimiento de la historia precolombina de la costa norte así como a la historia anecdótica de los postreros gobiernos del Imperio que tienen Quito y sus co-marcas como principal escenario. Pero faltaba saber dónde y quién o quienes le informaron de tantas noticias que consigna sobre la cultura incaica y sobre la historia de Ta- wantinsuyu en toda su extensión, con tan particulares de-talles que sólo poseían los cronistas cusqueños, los kipu- kamayoj.
Mas, el propio C. V. nos proporciona en parte la pista, cuando revela lo siguiente: para tratar del origen de los reyes incas él sigue a Polo de Ondegardo, a Juan de Valboa y al cura Christóbal de Molina, a quien adjetiva “venerable”. Puede ser discriminado el material que del primero utiliza, mas no es posible otro tanto en lo que respecta a Valboa de quien nada conocemos publicado y a Molina, porque su historia de los Incas desapareció, no quedando de ella sino el título.
Hay quienes sospechan que C. V. se aprovechó del ma-nuscrito de Molina; pero, dónde y cuándo. Porque C. V. no estuvo —al parecer— en el Cusco. A Molina no lo co¬noció sino en Lima, como se induce en el siguiente parágrafo, es decir, entre 1582 y 1583. Dos años después Molina fallece, es decir, uno antes de que C. V. concluyera de escribir su Miscelánea.
Otros amigos suyos, compañeros de viaje y personajes influyentes son: Andrés Contero, vecino de Guayaquil y gobernador de las Esmeraldas; Andrés Franco de Ezio, ma-rino, “dueño y maestro del barco de Guayaquil a Tacamez”; Nicolás Degio, “marinero muy antiguo en este mar del Sur”; Francisco de Grado, vecino del Cusco, a quién entrega una carta para el virrey Toledo; Juan de Reyna, Juan de Cáceres Patiño, clérigo diácono, natural de Jerez de la Frontera, Juan de Santa Cruz, natural de Aguilar del Campo, Diego de Mendoza “mancebo de la tierra”; Pedro de Arévalo, acompañantes todos en sus andanzas por los Yumbos y Es-meraldas; el capitán Rodrigo de Bonilla, de la expedición a los Quijos, y su paisano el capitán Bartolomé Marin, que no le abandona en sus empresas sino por fuerza mayor; Gaspar Suárez de Figueroa, secretario de la Real Audiencia de Qui¬to; don Juan López de Cepeda del Consejo de su Majestad y Presidente de la Provincia de las Charcas, a quien dedica su “Verdadera descripción y relación de las Esmeraldas”, pero al cual solo va a conocer personalmente a su paso por lea, en 1588; don Juan de Luna, correjidor del partido de Camata; Fray Miguel de Jesucristo, con quien comparte la conversión de los Chunchos, así como Fray Miguel de Andía. En lea son sus amigos Agustín Cabrera, Enrique de Figue¬roa y un tal Escobar. Conoce a Martín Enriquez quien acababa de reemplazar a Toledo, cuando C. V. llega a Lima, y a Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar Don Paado, ambos virreyes del Perú. A este último dedicará su Milcelánea Añtártica.
Es muy posible que en la oportunidad que le brinda el III Concilio Límense conociera a los teólogos Fray Bartolo¬mé Ledesma, Fray Joan del Campo, el maestro Agustino Fray Luis López y el canónigo Dr. Antonio de Molina; a los letrados juristas Drs. Pedro Gutiérrez Flores, Francisco de Vega y Vásquez Fajardo y a los oficiales del Concilio Dr.
Antonio de Balcazar, Licenciado Bartolomé Menacho, Dr. Joan de la Roca y Beneficiado Cristóbal Sánchez de Renedo.
Nada sabemos sobre si tuvo alguna relación con el Padre Martín de Morua, quien se hallaba en el Perú desde 1577, ni con el Padre Luis J. de Oré, el autor del Símbolo Católico Indiano.
Los Parientes.
En su Representación al Rey de l9 de febrero de 1578, C. V. da a conocer que fué su abuelo Gonzalo Fernández Valboa, capitán de S. M. en Motril y Salobreña y que el célebre descubridor del Océano Pacífico Vasco Núñez de Valboa fué tío abuelo suyo. Menciona también a Pedro Ca¬bello, Montero de S. M. como a su bisabuelo.
Nada sabemos de si existió alguna relación entre C. V. y un Miguel de Cabello que figura como testigo en el puerto del Callao a 2 de junio de 1586.
Pero lo curioso es que C. V. aparece como “ascendiente” del sabio José Sebastián Barranca, por declaración reiterada de este mismo. En efecto, en su Autobiografía dice: “El Dr. José Sebastián Barranca. Por su padre era relacionado con el historiador español Cabello Balboa, pues su abuelo pater¬no era sobrino de ese historiador”. Años antes, en la “Gaceta Científica” (tomo I, N9 6, pág. 187) había escrito: “Quiche (idioma centro-americano) La-b-Agorero guerrero, Lim- lap, el gran guerrero o agorero; de nim, grande y lab. Este nombre concuerda con ligeras variaciones con Nayn lab de maestro ascendiente Cabello Balboa”.
El Concilio de Lima.
Fué la tercera reunión la más larga e interesante, pues comienza el 15 de agosto de 1582 y sólo termina en 18 de octubre de 1583.
La figura central fué el violento, nada evangélico, Obis¬po del Cusco, Fray Sebastián de Lartaún, blanco de una es decir, uno antes de que C. V. concluyera de escribir su Miscelánea.
Otros amigos suyos, compañeros de viaje y personajes influyentes son: Andrés Contero, vecino de Guayaquil y gobernador de las Esmeraldas; Andrés Franco de Ezio, ma-rino, “dueño y maestro del barco de Guayaquil a Tacamez”; Nicolás Degio, “marinero muy antiguo en este mar del Sur”; Francisco de Grado, vecino del Cusco, a quién entrega una carta para el virrey Toledo; Juan de Reyna, Juan de Cáceres Patiño, clérigo diácono, natural de Jerez de la Frontera, Juan de Santa Cruz, natural de Aguilar del Campo, Diego de Mendoza “mancebo de la tierra”; Pedro de Arévalo, acompañantes todos en sus andanzas por los Yumbos y Es-meraldas; el capitán Rodrigo de Bonilla, de la expedición a los Quijos, y su paisano el capitán Bartolomé Marin, que no le abandona en sus empresas sino por fuerza mayor; Gaspar Suárez de Figueroa, secretario de la Real Audiencia de Qui¬to; don Juan López de Cepeda del Consejo de su Majestad y Presidente de la Provincia de las Charcas, a quien dedica su “Verdadera descripción y relación de las Esmeraldas”, pero al cual solo va a conocer personalmente a su paso por lea, en 1588; don Juan de Luna, correjidor del partido de Camata; Fray Miguel de Jesucristo, con quien comparte la conversión de los Chunchos, así como Fray Miguel de Andía. En lea son sus amigos Agustín Cabrera, Enrique de Figue¬roa y un tal Escobar. Conoce a Martín Enriquez quien acababa de reemplazar a Toledo, cuando C. V. llega a Lima, y a Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar Don Paado, ambos virreyes del Perú. A este último dedicará su Milcelánea Antártica.
Es muy posible que en la oportunidad que le brinda el III Concilio Límense conociera a los teólogos Fray Bartolo¬mé Ledesma, Fray Joan del Campo, el maestro Agustino Fray Luis López y el canónigo Dr. Antonio de Molina; a los letrados juristas Drs. Pedro Gutiérrez Flores, Francisco de Vega y Vásquez Fajardo y a los oficiales del Concilio Dr.
Antonio de Balcazar, Licenciado Bartolomé Menacho, Dr. Joan de la Roca y Beneficiado Cristóbal Sánchez de Renedo.
Nada sabemos sobre si tuvo alguna relación con el Padre Martín de Morua, quien se hallaba en el Perú desde 1577, ni con el Padre Luis J. de Oré, el autor del Símbolo Católico Indiano.
Los Parientes.
En su Representación al Rey de l9 de febrero de 1578, C. V. da a conocer que fué su abuelo Gonzalo Fernández Valboa, capitán de S. M. en Motril y Salobreña y que el célebre descubridor del Océano Pacífico Vasco Núñez de Valboa fué tío abuelo suyo. Menciona también a Pedro Ca¬bello, Montero de S. M. como a su bisabuelo.
Nada sabemos de si existió alguna relación entre C. V. y un Miguel de Cabello que figura como testigo en el puerto del Callao a 2 de junio de 1586.
Pero lo curioso es que C. V. aparece como “ascendiente” del sabio José Sebastián Barranca, por declaración reiterada de este mismo. En efecto, en su Autobiografía dice: “El Dr. José Sebastián Barranca. Por su padre era relacionado con el historiador español Cabello Balboa, pues su abuelo pater¬no era sobrino de ese historiador”. Años antes, en la “Gaceta Científica” (tomo I, N9 6, pág. 187) había escrito: “Quiche (idioma centro-americano) La-b-Agorero guerrero, Lim- lap, el gran guerrero o agorero; de nim, grande y lab. Este nombre concuerda con ligeras variaciones con Nayn lab de nuestro ascendiente Cabello Balboa”.
El Concilio de Lima.
Fué la tercera reunión la más larga e interesante, pues comienza el 15 de agosto de 1582 y sólo termina en 18 de octubre de 1583.
La figura central fué el violento, nada evangélico, Obis¬po del Cusco, Fray Sebastián de Lartaún, blanco de una montaña de acusaciones que él supo detener por todos los medios, poniendo en cuitas al Arzobispo Toribio de Mogro- vejo. Aparte de este escandaloso asunto que ocupa casi todo el tiempo del Concilio, fué tratado el importantísimo tema de la preparación y publicación de catecismos de la doctrina cristiana en lenguas indígenas, para lo cual, junto a los teó¬logos y juristas, se sentaron los más famosos lingüistas e his¬toriadores del Virreynato. Allí estuvieron los célebres jesuí¬tas Fray José de Acosta y Fray Blas Valera, esclarecidos cronistas, el doctor Juan de Valboa, catedrático de quechua en San Marcos, el cura don Francisco Carrasco, el doctor Francisco Churrón de Aguilar, el doctor Esteban Villabón, el padre Cristóbal de Molina, todos ellos grandes quechuistas; además, Fray Alonso de Barzana y Fray Bartolomé de San¬tiago, muy conocedores de los idiomas peruanos y el primero, además, del guaraní.
Todos los mencionados lingüistas reuníanse en casa del canónigo Juan de Valboa, según declaración del doctor Ca-rrasco, quien es llevado a Lima por el Obispo Lartáun. Este mismo prelado debió traer consigo al cura Molina, quien figura frecuentemente como uno de los favoritos del rebelde obispo, a quien Santo Toribio, en documento oficial, califica de’ ‘muy necio y áspero de condición”.
Estamos seguros de que C. V. se hallaba en Lima en 1582; hay también evidencia de que se encontraba en lea en 13 de noviembre de 1583. Es muy probable que acompañara a su protecto^el Obispo de la Peña hasta su muerte (marzo de 1583). Cristóbal de Molina se encontró por el mismo tiempo en esta Ciudad de los Reyes acompañando también a su obis¬po protector fray Lartáun y, así mismo, hasta su muerte, pues el atrabiliario pastor entregó el alma a Dios el 19 de oc¬tubre de 1583, nueve días antes de clausurarse el Concilio. Molina y C. V. debieron entonces conocerse y entablar una fecunda amistad. Un año pudo durar esta relación, tiempo más que suficiente para que C. V. aprovechara de la ciencia de Molina, de sus vastísimos conocimientos de Ja cultura precolombina y de la historia de los Incas, vistas desde su núcleo, el Cusco.
¿Alcanzaría a consultar el manuscrito en que Molina tenía registrada la vida de los Emperadores y el origen de su dinastía? ¿Molina traería consigo ese y otros manuscritos? Son preguntas sin respuesta posible, a no ser que algún día apareciese el códice perdido. No es imposible el hecho, si re-cordamos los recientes hallazgos, inclusive el del manuscrito original de la Miscelánea.
C. V. durante el Concilio tuvo la gran oportunidad de conocer a la plana mayor de investigadores y estudiosos de la historia del pueblo indio.
En casa de su amigo y quizás pariente Juan de Valboa debió de platicar con tantas eminencias, como nunca pudiera hacerlo antes ni después.
Es muy explicable que no aparezca el nombre de C. V. en los documentos relacionados con el Concilio, el cual es¬taba integrado solamente por el arzobispo de Lima, los obis¬pos de Quito, el Imperial, el Cusco, Santiago de Chile, el Tucumán, La Plata, y por procuradores de las Iglesias de los Reyes (uno de ellos Juan de Valboa), del Cusco, Quito, Nicaragua y Charcas y finalmente por los prelados de las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, la Compañía de Jesús, San Agustín y La Merced. Tampoco podía figurar en la nómina de lingüistas codo a codo con los lenguaraces más famosos del Reyno. C. V. sabía su poco de quechua, y nada más.
La Academia Antártica.
Era esta academia un cenáculo de literatos presididos por el Licenciado Falcón. Parece que su fundación se debe a otro Licenciado con quien viniera Falcón, el homónimo del cé¬lebre arzobispo autor del “Gobierno Eclesiástico, pacífico y unión de los dos cuchillos”, Fray Gaspar de Villarroel y Ordóñez, el Licenciado don Gaspar de Villarroel y Coruña.
montaña de acusaciones que él supo detener por todos los medios, poniendo en cuitas al Arzobispo Toribio de Mogro- vejo. Aparte de este escandaloso asunto que ocupa casi todo el tiempo del Concilio, fué tratado el importantísimo tema de la preparación y publicación de catecismos de la doctrina cristiana en lenguas indígenas, para lo cual, junto a los teó-logos y juristas, se sentaron los más famosos lingüistas e his-toriadores del Virreynato. Allí estuvieron los célebres jesuí¬tas Fray José de Acosta y Fray Blas Valera, esclarecidos cronistas, el doctor Juan de Valboa, catedrático de quechua en San Marcos, el cura don Francisco Carrasco, el doctor Francisco Churrón de Aguilar, el doctor Esteban Villabón, el padre Cristóbal de Molina, todos ellos grandes quechuistas; además, Fray Alonso de Barzana y Fray Bartolomé de San¬tiago, muy conocedores de los idiomas peruanos y el primero, además, del guaraní.
Todos los mencionados lingüistas reuníanse en casa del canónigo Juan de Valboa, según declaración del doctor Ca-rrasco, quien es llevado a Lima por el Obispo Lartáun. Este mismo prelado debió traer consigo al cura Molina, quien figura frecuentemente como uno de los favoritos del rebelde obispo, a quien Santo Toribio, en documento oficial, califica de “muy necio y áspero de condición”.
Estamos seguros de que C. V. se hallaba en Lima en 1582; hay también evidencia de que se encontraba en lea en 13 de noviembre de 1583. Es muy probable que acompañara a su protecto^ el Obispo de la Peña hasta su muerte (marzo de 1583). Cristóbal de Molina se encontró por el mismo tiempo en esta Ciudad de los Reyes acompañando también a su obis¬po protector fray Lartáun y, así mismo, hasta su muerte, pues el atrabiliario pastor entregó el alma a Dios el 19 de oc¬tubre de 1583, nueve días antes de clausurarse el Concilio. Molina y C. V. debieron entonces conocerse y entablar una fecunda amistad. Un año pudo durar esta relación, tiempo más que suficiente para que C. V. aprovechara de la ciencia de Molina, de sus vastísimos conocimientos de Ja cultura precolombina y de la historia de los Incas, vistas desde su núcleo, el Cusco.
¿Alcanzaría a consultar el manuscrito en que Molina tenia registrada la vida de los Emperadores y el origen de su dinastía? ¿Molina traería consigo ese y otros manuscritos? Son preguntas sin respuesta posible, a no ser que algún día apareciese el códice perdido. No es imposible el hecho, si re-cordamos los recientes hallazgos, inclusive el del manuscrito original de la Miscelánea.
C. V. durante el Concilio tuvo la gran oportunidad de conocer a la plana mayor de investigadores y estudiosos de la historia del pueblo indio.
En casa de su amigo y quizás pariente Juan de Valboa debió de platicar con tantas eminencias, como nunca pudiera hacerlo antes ni después.
Es muy explicable que no aparezca el nombre de C. V. en los documentos relacionados con el Concilio, el cual es¬taba integrado solamente por el arzobispo de Lima, los obis¬pos de Quito, el Imperial, el Cusco, Santiago de Chile, el Tucumán, La Plata, y por procuradores de las Iglesias de los Reyes (uno de ellos Juan de Valboa), del Cusco, Quito, Nicaragua y Charcas y finalmente por los prelados de las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, la Compañía de Jesús, San Agustín y La Merced. Tampoco podía figurar en la nómina de lingüistas codo a codo con los lenguaraces más famosos del Reyno. C. V. sabía su poco de quechua, y nada más.
La Academia Antártica.
Era esta academia un cenáculo de literatos presididos por el Licenciado Falcón. Parece que su fundación se debe a otro Licenciado con quien viniera Falcón, el homónimo del cé¬lebre arzobispo autor del “Gobierno Eclesiástico, pacífico y unión de los dos cuchillos”, Fray Gaspar de Villarroel y Ordóñez, el Licenciado don Gaspar de Villarroel y Coruña.
Venía del Nuevo Reino de Granada, donde, en Tunja, per-teneciera a similar academia. Eran no pocos los académicos y de sus nombre ha quedado la fama en el poema intitulado “Discurso en loor de la poesía”, dedicado a Diego Mexia por la llamada “Primera poetisa anónima”.
Componentes de la academia son, según el Discurso, los siguientes literatos: el doctor Figueroa, “laureado por su grandiosa y elevada rima”; Duarte Fernández, a quien ca¬lifica “grande”; Montes de Oca, de quien dice: “tu nombre se derrama por ambos polos”; Sedeño, “regalo del Parnaso”; el licenciado Pedro de Oña, autor de “Arauco domado”, y espíritu gentil”; Miguel Cabello, nuestro cronista, a quien dedica estos versos:
La Volcánea, horrífica, terrible, y el militar elogio, y la famosa miscelánea, que al Inca es apacible; la entrada de los Mojos milagrosa, la comedia del Cusco y Vasquirana, tanto verso elegante y tanta prosa, nombre te dan y gloria soberana Miguel Cabello, y está redundando por Hesperia, Archidona queda ufana.
M^Jciona enseguida a Juan de Salcedo Villandrando, ante quien hace rendir a Apolo Délfico; a Fray Diego de Hojeda y a Gálvez, cuyas plumas están dedicadas a Cristo, . “el uno está a Trujillo enriqueciendo y a Lima el otro, y ambos a Sevilla”; a Juan de Portilla, de “fecunda vena”; a Gaspar Villarroel, quien “con verso altivo ilustra su renom¬bre”; a Avalos, don Diego, “honor de la poesía castellana”; a Antonio Falcón, el fundador, “Atlante de la antártica Academia”; a Luis Pérez Ángel, de quien celebra sus ro¬mances y sonetos; a Diego de Aguilar, cuyo metro es “honor del siglo nuestro”; a Cristóbal de Arriaga, al cual “Pimpla da el lugar primero”; a Pedro Carvajal, “a quien Apolo dió su estandarte”.
La “poetisa anónima” no sólo nos revela la pléyade de amigos literarios de C. V. sino que hace alusión a las obras por él escritas. Podemos reconocer entre ellas, la Miscelánea Antártica y la relación de la entrada a los Mojos que C. V. intituló “Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los Chunchos y otras provincias”. En cuanto al “militar elogio” pudiera referirse a la “Verdadera descripción y re¬lación larga de la provincia y tierra de las Esmeraldas”, etc. Nada se sabe de sus otras producciones: “La Volcánea”, la “Comedia del Cusco” y la “Vasquirana”.
Debieron ser muy amistosas las relaciones de C. V. con algunos de los académicos. Así, queda patente el intercambio de elogios con el autor de “El Marañón” don Diego de Agui- lar y de Córdova, quien en el capítulo segundo dice que Mi¬guel Cabello Valboa había escrito “docta y curiosamente” sobre el origen y descendencia de los incas y le llama “gran especulador de antigüedades antarticas en la Tercera parte de su Miscelánea”. C. V., en cambio, dedica un soneto a su amigo Aguilar, cuyos últimos versos son estos:
Igual te juzgo, cordobés ilustre, después que renació de tu memoria “El Marañón”, de sangre y muerte lleno; que de su oscuridad sacaste lustre, y de su vituperio tanta gloria, que en bálsamo conviertes su veneno”.
Don Diego de Avalos, otro de los académicos, escribió una “Miscelánea Austral”, ¿pudo influir en él su amistad con C. V.? No conocemos la obra de Avalos sino por los fragmentos que han sido publicados, en ninguno de los cuales aparece la menor referencia al Perú, a pesar de que entre los cuarenta y cuatro coloquios de que se compone hubo algunos de tema peruano.
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Venía del Nuevo Reino de Granada, donde, en Tunja, per-teneciera a similar academia. Eran no pocos los académicos y de sus nombre ha quedado la fama en el poema intitulado “Discurso en loor de la poesía”, dedicado a Diego Mexia por la llamada “Primera poetisa anónima”.
Componentes de la academia son, según el Discurso, los siguientes literatos: el doctor Figueroa, “laureado por su grandiosa y elevada rima”; Duarte Fernández, a quien ca¬lifica “grande”; Montes de Oca, de quien dice: “tu nombre se derrama por ambos polos”; Sedeño, “regalo del Parnaso”; el licenciado Pedro de Oña, autor de “Arauco domado”, y espíritu gentil”; Miguel Cabello, nuestro cronista, a quien dedica estos versos:
La Volcánea, horrífica, terrible, y el militar elogio, y la famosa miscelánea, que al Inca es apacible; la entrada de los Mojos milagrosa, la comedia del Cusco y Vasquirana, tanto verso elegante y tanta prosa, nombre te dan y gloria soberana Miguel Cabello, y está redundando por Hesperia, Archidona queda ufana.
M^Jciona enseguida a Juan de Salcedo Villandrando, ante quien hace rendir a Apolo Délfico; a Fray Diego de Hojeda y a Gálvez, cuyas plumas están dedicadas a Cristo, . “el uno está a Trujillo enriqueciendo y a Lima el otro, y ambos a Sevilla”; a Juan de Portilla, de “fecunda vena”; a Gaspar Villarroel, quien “con verso altivo ilustra su renom¬bre”; a Avalos, don Diego, “honor de la poesía castellana”; a Antonio Falcón, el fundador, “Atlante de la antártica Academia”; a Luis Pérez Ángel, de quien celebra sus ro¬mances y sonetos; a Diego de Aguilar, cuyo metro es “honor del siglo nuestro”; a Cristóbal de Arriaga, al cual “Pimpla
da el lugar primero”; a Pedro Carvajal, “a quien Apolo dió su estandarte”.
La “poetisa anónima” no sólo nos revela la pléyade de amigos literarios de C. Y. sino que hace alusión a las obras por él escritas. Podemos reconocer entre ellas, la Miscelánea Antártica y la relación de la entrada a los Mojos que C. V. intituló “Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los Chunchos y otras provincias”. En cuanto al “militar elogio” pudiera referirse a la “Verdadera descripción y re¬lación larga de la provincia y tierra de las Esmeraldas”, etc. Nada se sabe de sus otras producciones: “La Volcánea”, la “Comedia del Cusco” y la “Vasquirana”.
Debieron ser muy amistosas las relaciones de C. V. con algunos de los académicos. Así, queda patente el intercambio de elogios con el autor de “El Marañón” don Diego de Agui- lar y de Córdova, quien en el capítulo segundo dice que Mi¬guel Cabello Valboa había escrito “docta y curiosamente” sobre el origen y descendencia de los incas y le llama “gran especulador de antigüedades antarticas en la Tercera parte de su Miscelánea”. C. V., en cambio, dedica un soneto a su amigo Aguilar, cuyos últimos versos son estos:
Igual te juzgo, cordobés ilustre, después que renació de tu memoria “El Marañón”, de sangre y muerte lleno; que de su oscuridad sacaste lustre, y de su vituperio tanta gloria, que en bálsamo conviertes su veneno”.
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Don Diego de Avalos, otro de los académicos, escribió una “Miscelánea Austral”, ¿pudo influir en él su amistad con C. V.? No conocemos la obra de Avalos sino por los fragmentos que han sido publicados, en ninguno de los cuales aparece la menor referencia al Perú, a pesar de que entre los cuarenta y cuatro coloquios de que se compone hubo algunos de tema peruano. 
En reciente libro, se identifica a los académicos compa¬ñeros de C. V.
Diego Mexia, a quien se dedica el Discurso, era autor del “Parnaso Antartico” editado en Sevilla (1608). Duarte Fernández, abogado “muy entendido en letras humanas y curioso en letras divinas”; Figueroa, don Francisco, fraile dominico, poeta huancavelicano; Pedro Montes de Oca, se-villano, poeta y corregidor, a quien cita Cervantes; Salcedo, capitán español, regidor de la Paz, poeta; el padre Hojeda, autor de La Cristiada; Juan de Gálvez, fraile dominico sevillano; Villarroel, poeta guatemalteco, padre del Obispo abogado; Falcón, don Antonio, poeta citado por Cervantes, español; Carvajal, paje del virrey Conde del Villar Don Pardo, después corregidor, siempre poeta. Dos Cristóbales agréganse a la lista: uno, Arriaga, citado en el Discurso, el otro Pérez (Criselio), omitido, ambos poetas.
El grupo toledano.
Cuando C. V. llega al Perú ya no encuentra al Virrey don Francisco de Toledo, a quien escribiera desde Guayaquil en 1577.
Tampoco está el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, quien sale del Callao rumbo a España el 11 de octubre de 1579.
En habia muerto el licenciado Polo de Ondegardo.
El Padre José de Acosta participó, en forma importante, de los trabajos del tercer Concilio Límense, y es seguro que, en esta oportunidad, ha debido conocer a C. V. y continuar sus relaciones más tarde, pues el ilustre jesuíta sale para Es¬paña recién en 1587. No consta que tuviera ninguna vincu¬lación con el Licenciado Juan de Matienzo ni mucho menos con el secretario Ruiz de Navamuel o con el Dr. Loarte.
La evidencia de cierto “toledismo” en C. V. debe proce¬der, pues, del cura Cristóbal de Molina, el del Cusco.
Ahora, en cuanto a las coincidencias entre C. V. y Sar¬miento de Gamboa, son pocas y mayores las discrepancias.
Entre las primeras está el relato del viaje de Tupak Inka Yupanki a los atoles de Polinesia que como tales debe tenerse las islas que figuran como Nina Chumpi (“Cinturón de fuego”) y Jawa Chumpi (“Cinturón de afuera”). Sin em¬bargo, no es improbable que la tradición fuera recogida por Sarmiento en el Cusco y por C. V. en Lambayeque o Trujillo, donde estuvo varias veces, en plan de investigador.
Es posible, de todos modos, que C. V. hubiese consultado en Lima, si aquí pudo encontrarse, el manuscrito de Sar¬miento.
Pero el vínculo entre uno y otro puede ser Cristóbal de Molina. La solución sólo podrá ser hallada si algún día aparece la historia incaica del autor de “Fábulas y Ritos”.
Figura cerca al grupo toledano, pero más bien como un esforzado contradictor, el Licenciado Francisco Falcón, a quien debió conocer C. V., durante el Concilio, pues Falcón hizo ante él una vigorosa denuncia de los abusos que se cometían contra el pueblo indio.
En el juego de influencias no debe olvidarse la del anti- cusqueñísmo de Quito, donde reside C. V. por más de cinco años. Las crueldades de los últimos monarcas son presentadas con un tono muy subido.
Pese a todo, no creemos que es fundado incorporar a C. V. en el núcleo de los denominados historiadores de ten¬dencia toledista.
Como historiador de la guerra entre Huascar y Ata- huallpa, su narración es caudalosa en detalles, pero con cierta evidente simpatía quiteña.
Sus lecturas.
C. V. viene a América con la obsesión de descubrir el origen del hombre americano; está contagiado de la fiebre que ataca a los doctores y a los eclesiásticos de aquel tiem¬po: encontrar una solución al conflicto planteado entre las enseñanzas de la Sagrada Escritura y la nueva realidad de
En reciente libro, se identifica a los académicos compa-ñeros de C. V.
Diego Mexia, a quien se dedica el Discurso, era autor del “Parnaso Antártico” editado en Sevilla (1608). Duarte Fernández, abogado “muy entendido en letras humanas y curioso en letras divinas”; Figueroa, don Francisco, fraile dominico, poeta huancavelicano; Pedro Montes de Oca, se-villano, poeta y corregidor, a quien cita Cervantes; Salcedo, capitán español, regidor de la Paz, poeta; el padre Hojeda, autor de La Cristiada; Juan de Gálvez, fraile dominico sevillano; Villarroel, poeta guatemalteco, padre del Obispo abogado; Falcón, don Antonio, poeta citado por Cervantes, español; Carvajal, paje del virrey Conde del Villar Don Pardo, después corregidor, siempre poeta. Dos Cristóbales agréganse a la lista: uno, Arriaga, citado en el Discurso, el otro Pérez (Criselio), omitido, ambos poetas.
El grupo toledano.
Cuando C. V. llega al Perú ya no encuentra al Virrey don Francisco de Toledo, a quien escribiera desde Guayaquil en 1577.
Tampoco está el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, quien sale del Callao rumbo a España el 11 de octubre de 1579.
En había muerto el licenciado Polo de Ondegardo.
El Padre José de Acosta participó, en forma importante, de los trabajos del tercer Concilio Limense, y es seguro que, en esta oportunidad, ha debido conocer a C. V. y continuar sus relaciones más tarde, pues el ilustre jesuíta sale para Es¬paña recién en 1587. No consta que tuviera ninguna vincu¬lación con el Licenciado Juan de Matienzo ni mucho menos con el secretario Ruiz de Navamuel o con el Dr. Loarte.
La evidencia de cierto “toledismo” en C. V. debe proce¬der, pues, del cura Cristóbal de Molina, el del Cusco.
Ahora, en cuanto a las coincidencias entre C. V. y Sar-miento de Gamboa, son pocas y mayores las discrepancias.
Entre las primeras está el relato del viaje de Tupak Inka Yupanki a los atoles de Polinesia que como tales debe tenerse las islas que figuran como Nina Chumpi (“Cinturón de fuego”) y Jawa Chumpi (“Cinturón de afuera”). Sin em¬bargo, no es improbable que la tradición fuera recogida por Sarmiento en el Cusco y por C. V. en Lambayeque o Trujillo, donde estuvo varias veces, en plan de investigador.
Es posible, de todos modos, que C. V. hubiese consultado en Lima, si aquí pudo encontrarse, el manuscrito de Sar¬miento.
Pero el vínculo entre uno y otro puede ser Cristóbal de Molina. La solución sólo podrá ser hallada si algún día aparece la historia incaica del autor de “Fábulas y Ritos”.
Figura cerca al grupo toledano, pero más bien como un esforzado contradictor, el Licenciado Francisco Falcón, a quien debió conocer C. V., durante el Concilio, pues Falcón hizo ante él una vigorosa denuncia de los abusos que se cometían contra el pueblo indio.
En el juego de influencias no debe olvidarse la del anti- cusqueñísmo de Quito, donde reside C. Y. por más de cinco años. Las crueldades de los últimos monarcas son presentadas con un tono muy subido.
Pese a todo, no creemos que es fundado incorporar a C. V. en el núcleo de los denominados historiadores de ten¬dencia toledista.
Como historiador de la guerra entre Huascar y Ata- huallpa, su narración es caudalosa en detalles, pero con cierta evidente simpatía quiteña.
Sus lecturas.
C. V. viene a América con la obsesión de descubrir el origen del hombre americano; está contagiado de la fiebre que ataca a los doctores y a los eclesiásticos de aquel tiem¬po: encontrar una solución al conflicto planteado entre las enseñanzas de la Sagrada Escritura y la nueva realidad de este continente poblado por quienes no parecían descender en línea recta de Adán y Eva. Cuando menos quince años quema C. V. en la búsqueda de la anhelada solución. Ha te¬nido que leer una copiosa biblioteca de autores griegos, la¬tinos y cristianos; han desfilado durante sus vigilias Hero- doto, Pitágoras, Deaiócrito, Empédocles, Pindaro, Platón, Aristóteles, Diodoro, Cicerón, Séneca, Lucano, Marco Va- rrón, Plutarco, Lucrecio. Lactancio Firmiano, Ptolomeo, Valerio, Tito Livio, Claudiano, Propercio, Plinio, Strabón, Julio César, Pomponio Mela, Josefo, San Agustín, el vene¬rable Beda, San Antonio de Florencia, Rodrigo Osorio, obispo de Coimbra, Florián de Ocampo, el padre Gaspar Vilela, Luis de Camoens, Antonio de Nebrija, Don Lope de Barrientes, obispo de Cuenca, San Isidro, el Rey Alfonso el Sabio, San Antonio y cien autores más, sin olvidar al Tos¬tado, al doctor Benedicto Arias Montano, a Alexio Vanegas, Juan del Caño y Hernán Pérez de Castañeda.
C. V. acumuló una gran erudición libresca y sobre tal base edificó su “Miscelánea Antartica”. En cambio, cuando se consulta la tercera parte de su famoso libro, son pocas las citas de autores que le ayudaron a conocer la historia de este continente y en particular del Perú. Sabemos por ellas que leyó a Cieza de León, a Polo de Ondegardo, a Gonzalo Fernández de Oviedo, a Francisco López de Go¬mara, a Pecfeo Mártir de Angleria y que consultó los ma-nuscritos de Juan de Valboa y de Cristóbal de Molina. Con tan limitado bagaje bibliográfico, C. V. tuvo que apelar a la información verbal del propio pueblo indio.
Nada sabemos de sus lecturas literarias que enriquecie¬ran este lado de su personalidad, su numen poético. Es po¬sible que influyera su conocimiento de las fuentes clásicas y su posible iniciación en los secretos de la corriente italia- nista de la época. Habría que aplicar la estilística a las pocas muestras de su producción en verso.
La personalidad de C. V.
Las coordenadas cronológicas de esta vida, sus viajes y estancias, sus amigos e informantes, los libros que leyó, la forma y el contenido de su obra histórica, las pocas muestras de su producción poética, el juicio que mereció de sus con¬temporáneos y de los pósteros, su primera fase militar, su definitivo status eclesiástico, unas veces párroco estable, otras trashumante misionero-, humilde cura de aldea y, a la vez, académico de la Antártica academia, ya platicando con el gran capitán Gonzalo Jiménez de Quesada, ya departien¬do con el indio quiteño Mateo Yupanqui, colombroño de su paisano el capitán Marin, sin temor a los negros alzados, a los chunchos caníbales, C. V. nos presenta una compleja y proteica personalidad.
Llega a la América en la flor de su existencia, cumplidos los treinta años, superada la primera juventud que gastó en andanzas por España y en aventuras guerreras por Francia y por Flandes. Le atraen las tierras incógnitas, la geografía boreal, el ancho mar, esta América. “Pasajero a Indias”, hace alto en Tierra Firme, se avecinda en Bogotá, tiene suerte en relacionarse con primeras figuras y con sabios conven¬tuales que van a franquearle no solo su propio saber sino el tesoro de sus bibliotecas. Este mozo no va a seguir por las encrucijadas del conquistador, su ímpetu se canaliza ahora por el tranquilo sendero del estudio.
Si no era aún clérigo, a los pocos años !o será, porque no le queda otra alternativa al hombre que estudia; así podría asegurar la congrua y tendría acceso a las fuentes de la sabiduría que sellaba la Iglesia. Mas, no es hombre de encerrarse en una celda, por eso prefiere al hábito la sotana. Pronto abandonará las tranquilas calles de Santa Fe y aquel remanso de San Francisco donde le acogía fraternalmente el padre Orozco, para lanzarse al misterio de las selvas del Chocó con la expedición Bazán y después de un descanso en Funes y en Pasto, otra vez a explorar los bosques, ahora este continente poblado por quienes no parecían descender en línea recta de Adán y Eva. Cuando menos quince años quema C. V. en la búsqueda de la anhelada solución. Ha te-nido que leer una copiosa biblioteca de autores griegos, la¬tinos y cristianos; han desfilado durante sus vigilias Hero- doto, Pitágoras, Deaiócrito, Empédocles, Pindaro, Platón, Aristóteles, Diodoro, Cicerón, Séneca, Lucano, Marco Va- rrón, Plutarco, Lucrecio. Lactancio Firmiano, Ptolomeo, Valerio, Tito Livio, Claudiano, Propercio, Plinio, Strabón, Julio César, Pomponio Mela, Josefo, San Agustín, el vene¬rable Beda, San Antonio de Florencia, Rodrigo Osorio, obispo de Coimbra, Florián de Ocampo, el padre Gaspar Vilela, Luis de Camoens, Antonio de Nebrija, Don Lope de Barrientes, obispo de Cuenca, San Isidro, el Rey Alfonso el Sabio, San Antonio y cien autores más, sin olvidar al Tos¬tado, al doctor Benedicto Arias Montano, a Alexio Vanegas, Juan del Caño y Hernán Pérez de Castañeda.
C. V. acumuló una gran erudición libresca y sobre tal base edificó su “Miscelánea Antártica”. En cambio, cuando se consulta la tercera parte de su famoso libro, son pocas las citas de autores que le ayudaron a conocer la historia de este continente y en particular del Perú. Sabemos por ellas que leyó a Cieza de León, a Polo de Ondegardo, a Gonzalo Fernández de Oviedo, a Francisco López de Go¬mara, a Pecw o Mártir de Angleria y que consultó los ma-nuscritos de Juan de Valboa y de Cristóbal de Molina. Con tan limitado bagaje bibliográfico, C. V. tuvo que apelar a la información verbal del propio pueblo indio.
Nada sabemos de sus lecturas literarias que enriquecie¬ran este lado de su personalidad, su numen poético. Es po¬sible que influyera su conocimiento de las fuentes clásicas y su posible iniciación en los secretos de la corriente italia- nista de la época. Habría que aplicar la estilística a las pocas muestras de su producción en verso.
Jji personalidad de C. V.
Las coordenadas cronológicas de esta vida, sus viajes y estancias, sus amigos e informantes, los libros que leyó, la forma y el contenido de su obra histórica, las pocas muestras de su producción poética, el juicio que mereció de sus con¬temporáneos y de los pósteros, su primera fase militar, su definitivo status eclesiástico, unas veces párroco estable, otras trashumante misionero, humilde cura de aldea y, a la vez, académico de la Antártica academia, ya platicando con el gran capitán Gonzalo Jiménez de Quesada, ya departien¬do con el indio quiteño Mateo Yupanqui, colombroño de su paisano el capitán Marin, sin temor a los negros alzados, a los chunchos caníbales, C. V. nos presenta una compleja y proteica personalidad.
Llega a la América en la flor de su existencia, cumplidos los treinta años, superada la primera juventud que gastó en andanzas por España y en aventuras guerreras por Francia y por Flandes. Le atraen las tierras incógnitas, la geografía boreal, el ancho mar, esta América. “Pasajero a Indias”, hace alto en Tierra Firme, se avecinda en Bogotá, tiene suerte en relacionarse con primeras figuras y con sabios conven¬tuales que van a franquearle no solo su propio saber sino el tesoro de sus bibliotecas. Este mozo no va a seguir por las encrucijadas del conquistador, su ímpetu se canaliza ahora por el tranquilo sendero del estudio.
Si no era aún clérigo, a los pocos años lo- será, porque no le queda otra alternativa al hombre que estudia; así podría asegurar la congrua y tendría acceso a las fuentes de la sabiduría que sellaba la Iglesia. Mas, no es hombre de encerrarse en una celda, por eso prefiere al hábito la sotana. Pronto abandonará las tranquilas calles de Santa Fe y aquel remanso de San Francisco donde le acogía fraternalmente el padre Orozco, para lanzarse al misterio de las selvas del Chocó con la expedición Bazán y después de un descanso en Funes y en Pasto, otra vez a explorar los bosques, ahora hacia los Quijos. Alterna la paz de la parroquia con las pri¬vaciones e inquietudes de la exploración hileática.
Mas, no sólo es sed de aventuras, amor de fantasías y truculencias, sino auténtica vocación misional. C. V. se conduele de la condición humana y ha de perseguir siempre un lenitivo a los que sufren. Es evangélico.
Cuando llega a Quito, se decide, por fin, a poner en or¬den sus cartapacios, tiene ya planeada su Miscelánea, y co¬mienza a escribirla: diez años va a durar la tarea, a cada rato interrumpida; porque, ya al año de estada, se le ofrece una expedición, esta vez a la costa de las Esmeraldas, tierra montañosa, tropical, cubil de negros rebeldes. No trepida, se decide de inmediato, y marcha allá, con espíritu ligero. Pasará meses y al volver a Quito, solo ha de ser para salir de nuevo en otra empresa a la provincia de los Yumbos y enseguida, de nuevo a los Quijos,. En esta fase de la biografía de C. V., se acentúa su trashumancia. Le atrae la selva; hizo impacto su embrujo. Se puede admirar el vigor físico de C. V.
Ha descuidado su libro y también su congrua; apenas si tiene raido traje. Pensará en hacer alto en una parroquia tranquila, donde reunir unos pesos para vestir con decencia y poderse presentar a la corte Virreinal de Lima.
Tras un año de cura de almas en algún poblezuelo de la diócesis de (^iito. C. V. sale rumbo al Perú, cuya historia ha debido comenzar a escribir en la patria de los fabulosos Scyris, entre quilacos, escuchando a sus amigos indios el re¬lato de las guerras de los postreros Incas y aprendiendo las primeras voces de la lengua quechua, vería allí desenmade¬jar y descifrar los quipus, en que, nos asegura, se basan sus noticias. i
Ha de tomar contacto en Lambayeque con los descen¬dientes del legendario Naymlap; así será el único cronista que ofrezca tales datos. Se aficiona cada día más de la his¬toria de los antiguos peruanos, y resultados ha de tener en la tercera parte de su Miscelánea que está escribiendo afa- liosamente, sin poderla concluir sino en 1586, gracias sean dadas a sus buenos amigos Juan de Valboa y Cristóbal de Molina.
Reposa C. V. en su parroquia de San Juan Bautista de lea. Pero, ese reposo es interrumpido ya no por salidas a la selva sino por viajes a Lima y Trujillo, en busca de libros, de tradición oral, de informaciones que vayan completando su obra.
Mas, no solo son los menesteres de cronista, de filósofo, de erudito los que entretienen sus horas. Las Musas le hacen ruedo. Es él un poeta, ya en lo profano, ya en lo sagrado. Dedicará sonetos, traducirá salmos, hasta escribirá come¬dias. La nota romanesca invadirá aún las páginas de su “obra seria”, para contarnos el idilio de Quilaco y Coricoi- llur. Un poeta quiere ser C. V., no solo para los suyos, sino aún para España, allí ha de llegar su fama, y lo citará Cer¬vantes. En Lima, todas las veces que llega a la coronada villa, encontrará su hogar intelectual en la Academia An¬tártica ; allí junto con otros ingenios cultivará la gaya ciencia.
La oportunidad del Concilio Limense le brindará algo indispensable para él: su directa vinculación, el humano contacto con los sabios peruanistas de ese tiempo. Cuenta para establecerla con el apoyo de su viejo amigo el Obispo de la Peña y con el alto predicamento del gran quechuista Juan de Valboa. Tratará al venerable cura de la parroquia del Hospital del Espíritu Santo de la imperial ciudad del Cusco, conocedor profundo de la cultura aborigen, suma autoridad en la materia, don Cristóbal de Molina. Decisiva, poderosamente, influirá él en C. V.; no sabemos hasta qué punto éste habrá de aprovecharse de su perdido manuscrito de la historia incaica.
Honradamente confesará C. V. —a diferencia de tan¬tos otros cronistas— que sigue a Molina al ocuparse del ori¬gen de los Incas. Pero, no será un vulgar copista. Hay evi¬dentes diferencias, en lo que se puede comparar, entre las noticias de uno y otro. Por ejemplo, en el calendario incaico.
hacia los Quijos. Alterna la paz de la parroquia con las pri¬vaciones e inquietudes de la exploración hileática.
Mas, no sólo es sed de aventuras, amor de fantasías y truculencias, sino auténtica vocación misional. C. V. se conduele de la condición humana y ha de perseguir siempre un lenitivo a los que sufren. Es evangélico.
Cuando llega a Quito, se decide, por fin, a poner en or¬den sus cartapacios, tiene ya planeada su Miscelánea, y co¬mienza a escribirla: diez años va a durar la tarea, a cada rato interrumpida; porque, ya al año de estada, se le ofrece una expedición, esta vez a la costa de las Esmeraldas, tierra montañosa, tropical, cubil de negros rebeldes. No trepida, se decide de inmediato, y marcha allá, con espíritu ligero. Pasará meses y al volver a Quito, solo ha de ser para salir de nuevo en otra empresa a la provincia de los Yumbos y enseguida, de nuevo a los Quijos, En esta fase de la biografía de C. V., se acentúa su trashumancia. Le atrae la selva; hizo impacto su embrujo. Se puede admirar el vigor físico de C. V.
Ha descuidado su libro y también su congrua; apenas si tiene raido traje. Pensará en hacer alto en una parroquia tranquila, donde reunir unos pesos para vestir con decencia y poderse presentar a la corte Virreinal de Lima.
Tras un año de cura de almas en algún poblezuelo de la diócesis de (^iito, C. V. sale rumbo al Perú, cuya historia ha debido comenzar a escribir en la patria de los fabulosos Scyris, entre quilacos, escuchando a sus amigos indios el re¬lato de las guerras de los postreros Incas y aprendiendo las primeras voces de la lengua quechua, vería allí desenmade¬jar y descifrar los quipus, en que, nos asegura, se basan sus noticias. i
Ha de tomar contacto en Lambayeque con los descen¬dientes del legendario Naymlap; así será el único cronista que ofrezca tales datos. Se aficiona cada día más de la his¬toria de los antiguos peruanos, y resultados ha de tener en la tercera parte de su Miscelánea que está escribiendo afa- liosamente, sin poderla concluir sino en 1586, gracias sean dadas a sus buenos amigos Juan de Valboa y Cristóbal de Molina.
Reposa C. V. en su parroquia de San Juan Bautista de lea. Pero, ese reposo es interrumpido ya no por salidas a la selva sino por viajes a Lima y Trujillo, en busca de libros, de tradición oral, de informaciones que vayan completando su obra.
Mas, no solo son los menesteres de cronista, de filósofo, de erudito los que entretienen sus horas. Las Musas le hacen ruedo. Es él un poeta, ya en lo profano, ya en lo sagrado. Dedicará sonetos, traducirá salmos, hasta escribirá come¬dias. La nota romanesca invadirá aún las páginas de su “obra seria”, para contarnos el idilio de Quilaco y Coricoi- llur. Un poeta quiere ser C. V., no solo para los suyos, sino aún para España, allí ha de llegar su fama, y lo citará Cer¬vantes. En Lima, todas las veces que llega a la coronada villa, encontrará su hogar intelectual en la Academia An¬tártica ; allí junto con otros ingenios cultivará la gaya ciencia.
La oportunidad del Concilio Limense le brindará algo indispensable para él: su directa vinculación, el humano contacto con los sabios peruanistas de ese tiempo. Cuenta para establecerla con el apoyo de su viejo amigo el Obispo de la Peña y con el alto predicamento del gran quechuista Juan de Valboa. Tratará al venerable cura de la parroquia del Hospital del Espíritu Santo de la imperial ciudad del Cusco, conocedor profundo de la cultura aborigen, suma autoridad en la materia, don Cristóbal de Molina. Decisiva, poderosamente, influirá él en C. V.; no sabemos hasta qué punto éste habrá de aprovecharse de su perdido manuscrito de la historia incaica.
Honradamente confesará C. V. —a diferencia de tan¬tos otros cronistas— que sigue a Molina al ocuparse del ori¬gen de los Incas. Pero, no será un vulgar copista. Hay evi¬dentes diferencias, en lo que se puede comparar, entre las noticias de uno y otro. Por ejemplo, en el calendario incaico.
Seis a diez años debió permanecer en su refugio de lea, rodeado de arenales, perdido en aquel mundo silencioso del desierto costeño. Larga estada sólo interrumpida por even¬tuales viajes hacia el norte, a Lima y Trujillo. No conoce aún la sierra del Perú. Es ahora probablemente que va a com¬pararla con los amenos valles quiteños. No sabemos cómo llegó a La Paz, la antigua Chuquiabo, si fué siguiendo por la costa hasta Arica, o si tomó el camino transversal de Nasca para pasar por el Cusco. Es presumible que haya sido la primera ruta; porque ninguna referencia queda de haber visitado C. V. la capital de los Incas, que habría influido poderosamente en su espíritu.
Hombre maduro, frisando en los sesenta, vuelve otra vez a la aventura salvaje, al peligroso recorrido por los bosques. Penetra en la región de los Chunchos, y sigue dentro de la maraña por largos meses, sufriendo las mayores peripecias de su vida, que describe y narra en su “Orden y traza”.
Maltrecho, enfermo, tiene que abandonar la seductora hylea. Saldrá a reposar, a convalescer, en algún pequeño rincón de los riscos andinos, en el perdido curato de Camata, allá por Larecaja. Cuántos años, quizá diez, doce.
Calla la historia, desaparecen los documentos y la vida de C. V. va apagándose. ¿Es en este retiro que escribe sus obras desconocías? Allí, en el oscuro villorio, ¿seguiría produciendo la diestra pluma del académico, del poeta, del historiador?
Nada sabemos, ni siquiera cuándo ni dónde se extinguió la vigorosa personalidad de Miguel Cabello Valboa, soldado del Rey y de Cristo; pero sobre todas las cosas, amigo de Mateo Yupangui Inca y de Martín Farro Chumbi, del negro Illescas y de los Sullca Changalla, historiador de los reyes del Cusco, novelista de los amores de Quilaco Yupanqui y Coricoillur, explorador de nuestras selvas, curioso viajero y ofirita empedernido. . .
Luis E. VALCARCEL

A D. FERNANDO DE TORRES, Y Portugal Conde del Villar, Visorrey, Governador y Capitan general en estos Reinos, y Provincias del Piru, Miguel Cavello Balboa su perpe¬tuo Capellan.
En tanto que las fuerzas jubeniles acompañaron mi vo¬luntad, y deseo, siempre lo uno y lo otro ocupe en el servicio de su magd’ (‘ ) ansi en las guerras de Francia, como despues de Sacerdote en estos Reynos del Piru: en descubrimientos, conquistas, pacificaciones, y jornadas y en la combersion, y doctrina destos naturales. Especial en el descubrimiento por mi hecho, en la famosa Provincia de la Esmeraldas (de quien á su Mag’1.) en años passados escrevi copiossa relación. Mas ya que gastado el vigor corporal an quedado en mi solas las partes intelectuales, desnudas, y desamparadas de su primer verdor: quise también con ellas servir a mi Rey, y a mi Nación, y Siglo: con la fabrica, y compostura de este libro: por no dexar tiempo en el de mi vida desocupado, ni ociosso. E ya que pude ver concluida esta obra (aunque no en la perfección devida) quise cubrir con arte, lo que natural¬mente la faltaua dirigiéndola á V. Sa. (2) como á Principe del Govierno de este nuestro Piru, y a quien esta muy bien entender de raiz, la que tienen por origen los naturales de estas Yndias. Suplico á V. Sa. lo admita y reciba debajo el amparo de su prestantissimo nombre, como á menesteroso de no menor protección. Nuestro Señor por largos años prospere, y guarde á V. Sa. para regalo, y honor de la Nación Española. — Miguel Cabello Valboa.
i1) Majestad.
(2) Vuestra Señoría.
Seis a diez años debió permanecer en su refugio de lea, rodeado de arenales, perdido en aquel mundo silencioso del desierto costeño. Larga estada sólo interrumpida por even¬tuales viajes hacia el norte, a Lima y Trujillo. No conoce aún la sierra del Perú. Es ahora probablemente que va a com¬pararla con los amenos valles quiteños. No sabemos cómo llegó a La Paz, la antigua Chuquiabo, si fué siguiendo por la costa hasta Arica, o si tomó el camino transversal de Nasca para pasar por el Cusco. Es presumible que haya sido la primera ruta; porque ninguna referencia queda de haber visitado C. V. la capital de los Incas, que habría influido poderosamente en su espíritu.
Hombre maduro, frisando en los sesenta, vuelve otra vez a la aventura salvaje, al peligroso recorrido por los bosques. Penetra en la región de los Chunchos, y sigue dentro de la maraña por largos meses, sufriendo las mayores peripecias de su vida, que describe y narra en su “Orden y traza”.
Maltrecho, enfermo, tiene que abandonar la seductora hylea. Saldrá a reposar, a convalescer, en algún pequeño rincón de los riscos andinos, en el perdido curato de Camata, allá por Larecaja. Cuántos años, quizá diez, doce.
Calla la historia, desaparecen los documentos y la vida de C. V. va apagándose. ¿Es en este retiro que escribe sus obras desconocías? Allí, en el oscuro villorio, ¿seguiría produciendo la diestra pluma del académico, del poeta, del historiador?
Nada sabemos, ni siquiera cuándo ni dónde se extinguió la vigorosa personalidad de Miguel Cabello Valboa, soldado – del Rey y de Cristo; pero sobre todas las cosas, amigo de Mateo Yupangui Inca y de Martín Farro Chumbi, del negro Illescas y de los Sullca Changalla, historiador de los reyes del Cusco, novelista de los amores de Quilaco Yupanqui y Coricoillur, explorador de nuestras selvas, curioso viajero y ofirita empedernido. . .
Luis E. VALCARCEL
A D. FERNANDO DE TORRES, Y Portugal Conde del Villar, Visorrey, Governador y Capitan general en estos Reinos, y Provincias del Piru, Miguel Cavello Balboa su perpe¬tuo Capellán.
En tanto que las fuerzas jubeniles acompañaron mi vo¬luntad, y deseo, siempre lo uno y lo otro ocupe en el servicio de su magd’ (‘ ) ansi en las guerras de Francia, como despues de Sacerdote en estos Reynos del Piru: en descubrimientos, conquistas, pacificaciones, y jornadas y en la combersion, y doctrina destos naturales. Especial en el descubrimiento por mi hecho, en la famosa Provincia de la Esmeraldas (de quien á su Mag’1.) en años passados escrevi copiossa relación. Mas ya que gastado el vigor corporal an quedado en mi solas las partes intelectuales, desnudas, y desamparadas de su primer verdor: quise también con ellas servir a mi Rey, y a mi Nación, y Siglo: con la fabrica, y compostura de este libro: por no dexar tiempo en el de mi vida desocupado, ni ociosso. E ya que pude ver concluida esta obra (aunque no en la perfección devida) quise cubrir con arte, lo que natural¬mente la faltaua dirigiéndola á V. Sa. (2) como á Principe del Govierno de este nuestro Piru, y a quien esta muy bien entender de raiz, la que tienen por origen los naturales de estas Yndias. Suplico á V. Sa. lo admita y reciba debajo el amparo de su prestantissimo nombre, como á menesteroso de no menor protección. Nuestro Señor por largos años prospere, y guarde á V. Sa. para regalo, y honor de la Nación Española. — Miguel Cabello Valboa.
(!) Majestad.
(a) Vuestra Señoría.

MIGUEL CABELLO VALVOA CLÉRIGO PRESBI- tero, á el pió, y curioso lector
S. D
No ay cosa mas adaptada á el gusto de los Lectores (di¬ce Cicerón escriviendo á su amigo Luceyo) que la historia que en si contiene variedades en los tiempos, y mutaciones de fortuna en los subcesos; porque las tales cosas (aunque no deseemos experimentarlas) es grato, y jocundo á nues¬tros entendimientos el leerlas: que la recordación segura, de el passado trabajo, trae consigo dulcedumbre, y delectación. Aqui te presento (Lector charisimo) lo que el deseo de mu-chos a pedido, y mi bajo talento te puede dar. Ves aqui sa-cado á luz (de principal intento) el origen, y principio que tubieron en el Mundo nuestros Indios Occidentales, y no te escandalice ni altere el entender que aia puesto mano en una materia tan obscura, confusa, y dificultosa: un hombre de tan poco nombre como yo: pues ya sea visto acabar un flaco, y de pocas fuerzas lo que temiera intentar un robusto, y muy alentado. En el discurso de esta lectura, hallaras (a manos llenas) lo que Tulio pide en las lecciones, para recrear los entendimientos: pues auiendo de deducir, desde el principio del Mundo el origen de estas indianas na¬ciones, forzosamente auemos de pasar por muchas variacio¬nes de tiempos, y alteraciones de fortuna, subcedidas, (ansi entre aquellos de quien los abstraemos, como entre los que les damos por padres originarios) y atendiendo á esto (que necesariamente auia de subceder) no sin maduro acuerdo,
le fue puesto á nuestra historia el nombre de Miscelánea, por la forzosa mixtura, de historias que consigo antecoge, el hilo de su proceder: que demás de ser lance forzoso el hacerlo (como bien veras) hermoseara mucho su discurso la mixtura de tantos colores. Fuele puesto por renombre Anthartica respecto de la parte de el Mundo donde se escrive: que es en la sugeta á el Pollo Anthartico. No porque estimes en mas mi obra y trabajo, quiero aqui mostrarte, el mucho que me a costado el escreuirla. Siguiendo el hilo de mi na¬tural inclinación deseoso deuer (x) lo que el nuebo mundo en si contenia (ya que el viejo tenia vista gran parte) pase á estas Indias el año de sesenta y seis, y puesto en ellas acu¬dió a mi deseo, una pasión grandísima: que fue cubdicia de henchir la poca capacidad de mi entendimiento de lo que se pudiesse rastrear, por razones, sospechas, verisímiles, y con- geturas de el origen de estos Indios, y comunicando este deseo con barones de buenos juicios, y claros entendimien¬tos, me manifestaron las sospechas que acerca de esta ma¬teria tenian, y en el nuebo Reyno de Granada (en la Cib- dad de Santa fee) tratando, y confiriendo esta materia con el adelantado Don Gonzalo Ximenez de Quesada (hombre docto, y leido) me encamino a un religioso, de la horden de los frayles menores que en el Combento de aquella Cibdad residía, llamado Fray luán de Horozco el qual tenia escri¬tos algunos borradores, y cartapacios de lo que de esta ma¬teria sentia, y en resolución entendia auerse apartado los pa¬dres originarios de estos Indios, de los demás nietos, y viz- nietos de Noé, en el tiempo, y coiuntura que en Babilonia les sobre vino á los presuntuosos hombres, el castigo, y con¬fusión de las lenguas: lo qual, sin dubda me quadro, mas que otra cosa alguna, que tocante á aquesta materia huvies- se oido jamás, solo me desagrado, querer aquel benerable pa¬dre sentir, que estos fuessen descendientes de los hijos de Iauan, Cetin, y Dódanim: de quien sabemos deriuarse los Isleños de Rodas, Chipre y otras Islas que fueron poseídas
Año de 1166.
D. Gonzalo Ximenez de Quesada Adelantado de S’. fe.
F. Juan de
Orozco,
franciscano.
(!) de ver. 
de los Gentiles, como se dirá en su lugar, y inquiriendo con mas aguda especulación, a qual de aquellos pobladores de el vacio mundo se pudiese atribuir el patronazgo de tan lar¬gos linages: la sospecha fuerte, lleuo tras si a mi entendi¬miento y lo puso en el Patriarca Ophir: hijo de Iectan, quarto nieto de Sem, hijo primero de Noe; y por quadrar- me mucho esta sospecha, me detuue en ella: especil (*) quando ley (2) de Iosepho, llamar Ophir á el cabo o punta que Ptolomeo llama Aureachersoneso (a quien nuestros cos- mographos modernos llaman, Cabo, ó punta de Malaca) aiu- do mucho á esta satisfacción leer en el tercero de los Re¬yes, en el capitulo décimo, y en el segundo de el Paralipo- nemon, capitulo noueno: do (3) dice que Salomon embiaba sus flotas con los marineros de Hiran Rey de Tiro, por oro, á Ophir. También ver en las Hebraycas questiones de el glorioso Hieronimo, que quando llega á tratar de los hijos de Iectan, concluie diciendo, auerse perdido de ellos la no¬ticia, ó permutaciones de lenguas, y Reynos, ó por guerras y otras accidencias que consigo trae el largo tiempo. Tam¬bién corroboro mi sospecha, ver, que Santo Thomas (en el libro que se le atribuye sobre el Genesis) en el décimo capi¬tulo, quando llega a tratar de los trece hijos de Iectan corta el hilo de su discurso, y los passa en silencio, sin tratar de ellos cossa alguna, y el Nicolao de Lira en la glosa ordinaria en este passo de la escriptura hace lo mismo: traiendo y ci¬tando las formales palabras referidas de Sant Hieronimo. Finalmente con presupuesto de darle á el Patriarca Ophir, por hijos á nuestros Indianos, comence á escreuir los prime¬ros borradores de esta obra, en la Cibdad de el Quieto (4) el año de setenta, y seis, los quales, (y lo que contenían) co¬munique con el Reverendissimo Obispo Don fray Pedro de la Peña, y le di á entender muy de proposito mi intento, y
(!) especial.
(2) leí.
(3) donde.
(4) Quito.

le fue puesto á nuestra historia el nombre de Miscelánea, por la forzosa mixtura, de historias que consigo antecoge, el hilo de su proceder: que demás de ser lance forzoso el hacerlo (como bien veras) hermoseara mucho su discurso la mixtura de tantos colores. Fuele puesto por renombre Anthartica respecto de la parte de el Mundo donde se escrive: que es en la sugeta á el Pollo Anthartico. No porque estimes en mas mi obra y trabajo, quiero aqui mostrarte, el mucho que me a costado el escreuirla. Siguiendo el hilo de mi na¬tural inclinación deseoso deuer (*) lo que el nuebo mundo en si contenia (ya que el viejo tenia vista gran parte) pase á estas Indias el año de sesenta y seis, y puesto en ellas acu¬dió a mi deseo, una pasión grandísima: que fue cubdicia de henchir la poca capacidad de mi entendimiento de lo que se pudiesse rastrear, por razones, sospechas, verisímiles, y con- geturas de el origen de estos Indios, y comunicando este deseo con barones de buenos juicios, y claros entendimien-tos, me manifestaron las sospechas que acerca de esta ma¬teria tenían, y en el nuebo Reyno de Granada (en la Cib- dad de Santa fee) tratando, y confiriendo esta materia con el adelantado Don Gonzalo Ximenez de Quesada (hombre docto, y leído) me encamino a un religioso, de la horden de los frayles menores que en el Combento de aquella Cibdad residía, llamado Fray luán de Horozco el qual tenia escri¬tos algunos borradores, y cartapacios de lo que de esta ma¬teria sentia, y en resolución entendia auerse apartado los pa¬dres originarios de estos Indios, de los demás nietos, y viz- nietos de Noé, en el tiempo, y coiuntura que en Babilonia les sobre vino á los presuntuosos hombres, el castigo, y con¬fusión de las lenguas: lo qual, sin dubda me quadro, mas que otra cosa alguna, que tocante á aquesta materia huvies- se oído jamás, solo me desagrado, querer aquel benerable pa¬dre sentir, que estos fuessen descendientes de los hijos de Iauan, Cetin, y Dódanim: de quien sabemos deriuarse los Isleños de Rodas, Chipre y otras Islas que fueron poseídas
Año de 1166.
D. Gonzalo Ximenez de Quesada Adelantado de S*. fe.
F. Juan de
Orozco,
franciscano.
(!) de ver. 
de los Gentiles, como se dirá en su lugar, y inquiriendo con mas aguda especulación, a qual de aquellos pobladores de el vacio mundo se pudiese atribuir el patronazgo de tan lar¬gos linages: la sospecha fuerte, lleuo tras si a mi entendi¬miento y lo puso en el Patriarca Ophir: hijo de Iectan, quarto nieto de Sem, hijo primero de Noe; y por quadrar- me mucho esta sospecha, me detuue en ella: especil (x) quando ley (2) de Iosepho, llamar Ophir á el cabo o punta que Ptolomeo llama Aureachersoneso (a quien nuestros cos- mographos modernos llaman, Cabo, ó punta de Malaca) aiu- do mucho á esta satisfacción leer en el tercero de los Re¬yes, en el capitulo décimo, y en el segundo de el Paralipo- nemon, capitulo noueno: do (3) dice que Salomon embiaba sus flotas con los marineros de Hiran Rey de Tiro, por oro, á Ophir. También ver en las Hebraycas questiones de el glorioso Hieronimo, que quando llega á tratar de los hijos de Iectan, concluie diciendo, auerse perdido de ellos la no¬ticia, ó permutaciones de lenguas, y Reynos, ó por guerras y otras accidencias que consigo trae el largo tiempo. Tam¬bién corroboro mi sospecha, ver, que Santo Thomas (en el libro que se le atribuye sobre el Genesis) en el décimo capi¬tulo, quando llega a tratar de los trece hijos de Iectan corta el hilo de su discurso, y los passa en silencio, sin tratar de ellos cossa alguna, y el Nicolao de Lira en la glosa ordinaria en este passo de la escriptura hace lo mismo: traiendo y ci¬tando las formales palabras referidas de Sant Hieronimo. Finalmente con presupuesto de darle á el Patriarca Ophir, por hijos á nuestros Indianos, comence á escreuir los prime¬ros borradores de esta obra, en la Cibdad de el Quieto (4) el año de setenta, y seis, los quales, (y lo que contenían) co¬munique con el Reverendissimo Obispo Don fray Pedro de la Peña, y le di á entender muy de proposito mi intento, y
(!) especial.
(2) leí.
(3) donde.
(4) Quito.

parecer acerca de lo dicho, y aunque no le desagrado al dar¬les como les daua á el Patriarca Ophir por padre no pudo empero persuadirse a que su camino para esta parte de Mun¬do ouiese sido por la gran India Oriental, por donde yo sien¬to auer venido y para satisfacerle de esto a que no se persua¬día, tuve necesidad de un Mapa, y demonstracion de el Mundo em plano: y por el fui (lo menos mal que pude) ex¬presando mi concepto: y hauiendolo mirado el Rmo. (*) con¬siderado y entendido bien, y colegido atentamente la gran cantidad de Islas que ai interpuestas entre la dha. (2) India y nuestras Indias y el largo discurso de Siglos que an pasado desde su apartamiento asta nuestros tiempos: se inclinó mui de veras á lo mismo que yo estaua persuadido: y me animó mucho á pasar adelante encargándome que buscase razones fuertes (ya que textos faltauan) para corroborar aquella mi opinion tan conforme a buena razón, la qual (dijo) se¬ria suia asta que otra ubiese mas satisfatoria a su entendi¬miento. Lo mismo me subcedio con el Adelantado Juan de Salinas Loyola (que aunque no era letrado gozaua de mui claro y agudo entendimiento) y estubo remotissimo gran¬demente, de creer ni persuadirse a que ubiesen entrado los descindientes de Noe, en esta parte de Mundo, por aquella parte que yo los traia por quanto de Gonzalo Fernandez de Oviedo y de Alexio Vanegas y de otros escriptores auia en¬tendido y colegido muy al contrario de lo que yo afirmaua, mas usando de la misma diligencia que con el Rmo., y me¬diante la platica y demostración de el Mapa, sugetó su en¬tendimiento mui de veras á lo que yo le persuadia, y quedó tan satisfecho quanto yo lo estaua. En la Cibdad de los Reies el año de 82 conferí ansí mesmo esta materia con el mui Ille. (3) Cauallero Dr. Don Diego López de Zuñiga Alcalde de Corte en aquella Real Cibdad y no desagradandole mi opinion en aqueste caso me dio por aviso, que sin ver pri-
(1) Reverendísimo.
(2) Dicha.
(3) Ilustre. 
r

mero lo que el Dr. Benedicto Arias Montano trataua (acer¬ca desta materia) en el primer volumen de el aparato de la Sacra Biblia Real, no procediese con mis escriptos ade¬lante, y admitiendo y poniendo por obra este tan sano con¬sejo, procuré con instancia ver este paso en el lugar dho: y hauiendolo hallado y leido, y releído entendí clara y avierta- mente, dar el clarissimo Dr. Montano a estos Indios el mismo origen que yo les auia imaginado: y que hacia padre de estos linages a el Patriarcha Ophir, Iocundo quedó mi Corazon y quieto mi entendimiento, quando hallé mi concepto cali¬ficado con el enquentro de un tan doctissimo varón, y de allí me dispuse a poner en orden los Cartapacios, que asta allí estauan sin ella y ordenarlos en forma de libro. Pues que te podre decir (lector piadoso) de la carestía con que acau- dalaua una auturidad de las muchas q’ an sido menester, certificóte que á ávido alguna, que por alcanzarla sean ca¬minado en idas y venidas mas de cien leguas y otras que sean adquirido con la importunación de muchas cartas col¬madas de plegarias y rruegos. Porque como algunos de los Sacerdotes de estos Reinos (que nos ocupamos en doctrinar barbaros) no tenemos caudal ni aparejo para tener librerías, y los que las tienen están en las Cibdades lejos de donde avi- tamos, ame sido grandemente dificultoso recopilar lo poco y mal limado que en este libro hallarás. Y no trataré de las reprehensiones y improperios que por cartas y palabras hé recibido: por ocupar la imaginativa y tiempo en escrebir Historias: porque demás de cansarte sera de ningún fruto. Finalmente rompiendo por medio de todos estos travajos y inconvenientes (lector amantissimo) saqué a luz (con el ayuda de Dios) la obra que aquí te presento. Hallarla as divisa en tres partes. La primera de las quales consta de Tre¬ce capítulos: y trata de la creación, y compostura de esta fabrica de el Mundo, y de la inundación de las aguas q’ la cubrieron, y de la repartición de todo el uniuerso hecha en-tre los hijos, nietos, y visnietos de el Patriarca Noe y sus des-cendientes: escripia con la maior certeza que de varios au-
parecer acerca de lo dicho, y aunque no le desagrado al dar-les como les daua á el Patriarca Ophir por padre no pudo empero persuadirse a que su camino para esta parte de Mun-do ouiese sido por la gran India Oriental, por donde yo sien-to auer venido y para satisfacerle de esto a que no se persua¬día, tuve necesidad, de un Mapa, y demonstracion de el Mundo em plano: y por el fui (lo menos mal que pude) ex-presando mi concepto: y hauiendolo mirado el Rm0. (*) con-siderado y entendido bien, y colegido atentamente la gran cantidad de Islas que ai interpuestas entre la dha. (2) India y nuestras Indias y el largo discurso de Siglos que an pasado desde su apartamiento asta nuestros tiempos: se inclinó mui de veras á lo mismo que yo estaua persuadido: y me animó mucho á pasar adelante encargándome que buscase razones fuertes (ya que textos faltauan) para corroborar aquella mi opinion tan conforme a buena razón, la qual (dijo) se¬ria suia asta que otra ubiese mas satisfatoria a su entendi¬miento. Lo mismo me subcedio con el Adelantado Juan de Salinas Loyola (que aunque no era letrado gozaua de mui claro y agudo entendimiento) y estubo remotissimo gran¬demente, de creer ni persuadirse a que ubiesen entrado los descindientes de Noe, en esta parte de Mundo, por aquella parte que yo los traia por quanto de Gonzalo Fernandez de Oviedo y de Alexio Vanegas y de otros escriptores auia en-tendido y colegido muy al contrario de lo que yo afirmaua, mas usando de la misma diligencia que con el Rmo., y me-diante la platica y demostración de el Mapa, sugetó su en-tendimiento mui de veras á lo que yo le persuadía, y quedó tan satisfecho quanto yo lo estaua. En la Cibdad de los Reies el año de 82 conferí ansi mesmo esta materia con el mui Ille. (3) Cauallero Dr. Don Diego López de Zuñiga Alcalde de Corte en aquella Real Cibdad y no desagradandole mi opinion en aqueste caso me dio por aviso, que sin ver pri-
(1) Reverendísimo.
(2) Dicha.
(3) Ilustre. 
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mero lo que el Dr. Benedicto Arias Montano trataua (acer¬ca desta materia) en el primer volumen de el aparato de la Sacra Biblia Real, no procediese con mis escriptos ade¬lante, y admitiendo y poniendo por obra este tan sano con¬sejo, procuré con instancia ver este paso en el lugar dho: y hauiendolo hallado y leido, y releído entendí clara y avierta- mente, dar el clarissimo Dr. Montano a estos Indios el mismo origen que yo les auia imaginado: y que hacia padre de estos linages a el Patriarcha Ophir, Iocundo quedó mi Corazon y quieto mi entendimiento, quando hallé mi concepto cali-ficado con el enquentro de un tan doctissimo varón, y de allí me dispuse a poner en orden los Cartapacios, que asta allí estauan sin ella y ordenarlos en forma de libro. Pues que te podre decir (lector piadoso) de la carestía con que acau- dalaua una auturidad de las muchas q’ an sido menester, certificóte que á ávido alguna, que por alcanzarla sean ca-minado en idas y venidas mas de cien leguas y otras que sean adquirido con la importunación de muchas cartas col¬madas de plegarias y rruegos. Porque como algunos de los Sacerdotes de estos Reinos (que nos ocupamos en doctrinar barbaros) no tenemos caudal ni aparejo para tener librerías, y los que las tienen están en las Cibdades lejos de donde avi- tamos, ame sido grandemente dificultoso recopilar lo poco y mal limado que en este libro hallarás. Y no trataré de las reprehensiones y improperios que por cartas y palabras hé recibido: por ocupar la imaginativa y tiempo en escrebir Historias: porque demás de cansarte sera de ningún fruto. Finalmente rompiendo por medio de todos estos travajos y inconvenientes (lector amantissimo) saqué a luz (con el ayuda de Dios) la obra que aquí te presento. Hallarla as divisa en tres partes. La primera de las quales consta de Tre¬ce capítulos: y trata de la creación, y compostura de esta fabrica de el Mundo, y de la inundación de las aguas q’ la cubrieron, y de la repartición de todo el uniuerso hecha en¬tre los hijos, nietos, y visnietos de el Patriarca Noe y sus des¬cendientes: escripia con la maíor certeza que de varios au¬
tores é podido colegir. La segunda parte contiene veinte ca¬pítulos y en ellos hallaras las causas de el olvido que los antiguos pusieron en las Historias: que (como veras) fue la carencia de letras, tratase también de la verdadera inven¬ción de ellas: y de las ocasiones de auerse apartado tanto los descendientes de el Patriarcha Iectan de la tierra y regiones poseídas por sus hermanos y deudos, y de las grandezas de la India Oriental: con las mas notables tiranías q’ en ella an acaecido despues q’ Nembroth las trujo a el Mundo; y no van tan secas ni desnudas estas Historias de flores y co¬lores gratissimas que degen de dar dulcedumbre y delecta¬ción a el entendimiento del que fuere hombre ni tan poco nos olvidamos de las cosas dignas de memoria que en nuestra España iban subcediendo en los años y tiempos que vamos computando. En la tercera parte (que contiene treinta y tres Capitulos) se te hace plato de la entrada primera (des¬pues de el uniuersal dilubio) q’ los originarios padres de estos Indios hicieron en este pedazo de Mundo (vacio asta aque¬llos tiempos) y de q’ manera, con que orden, en q’creencias se sustentaron en el: asta que comenzaron los Reies Ingas á eregir Imperio en este gran Reino de Piru: cuias Historias te presento delante mas verdaderas y copiosas que jamas han salido a luz. Hallaras numerados los años en que estos Reies Ingas comenzaron con tanta certeza quanta humana dili¬gencia a bastado averiguar según los Quipos y quentas In¬dianas, que de aquellos tiempos an permanecido asta los nuestros: y también los años q’ viuio cada uno, y las cosas mas notables que hizo en el discurso de su vida: y esta gus¬tosa tela de proceder hallarla as matizada y retocada con los mas notables subcesos q’ en el Mundo iban aconteciendo en sus mismos tiempos en las tres partes principales que cons- tituien nuestro Mundo. Y si en mi libro hallares escripta alguna Historia Indiana (ó acaecimiento) de que tu no tie¬nes ni as tenido noticia: ó echares menos alguna (ó algunas) que tu bien saues por escriptos ó relaciones doy desde luego por mi descargo que no todos lo podemos todo, ni lo save-
mos todo, y no te admire si hallares en esta Historia nom-brados pueblos que tu no sepas estar en las Provincias y co-marcas de este Piru donde los ponemos, porq’ el tiempo true-ca los tiempos, y con ellos las cosas, y creeme que he echo todo mi posible por dejar a mis escriptos verdaderos y a ti satisfecho: como es justo se crea de quien desea acertar con el fin y acabamiento de estos Señores Ingas fenece y se acaua nuestra Miscelánea. Recibela con rostro alegre de las manos y buena intención de el que en mas altas cosas desea ser pro- bechoso y servicial a su nación y patria: y con amor de be-nigno proximo suple y sobre lleua algunos defectos de los muchos que en ella hallarás, pues mientras mas perdonares mas aventajas tu clemencia y a mi me dejas mas obligado: Vale.
(NOTA: Eíte escritor acabo su obra año a 1586, como dice el fin de ella.)
tores é podido colegir. La segunda parte contiene veinte ca-pítulos y en ellos hallaras las causas de el olvido que los antiguos pusieron en las Historias: que (como veras) fue la carencia de letras, tratase también de la verdadera inven¬ción de ellas: y de las ocasiones de auerse apartado tanto los descendientes de el Patriarcha Iectan de la tierra y regiones poseidas por sus hermanos y deudos, y de las grandezas de la India Oriental: con las mas notables tiranías q’ en ella an acaecido despues q’ Nembroth las trujo a el Mundo; y no van tan secas ni desnudas estas Historias de flores y co¬lores gratissimas que degen de dar dulcedumbre y delecta¬ción a el entendimiento del que fuere hombre ni tan poco nos olvidamos de las cosas dignas de memoria que en nuestra España iban subcediendo en los años y tiempos que vamos computando. En la tercera parte (que contiene treinta y tres Capítulos) se te hace plato de la entrada primera (des¬pues de el uniuersal dilubio) q’ los originarios padres de estos Indios hicieron en este pedazo de Mundo (vacio asta aque¬llos tiempos) y de q’ manera, con que orden, en q’creencias se sustentaron en el: asta que comenzaron los Reies Ingas á eregir Imperio en este gran Reino de Piru: cuias Historias te presento delante mas verdaderas y copiosas que jamas han salido a luz. Hallaras numerados los años en que estos Reies Ingas comenzaron con tanta certeza quanta humana dili-gencia a bastado averiguar según los Quipos y quentas In-dianas, que de aquellos tiempos an permanecido asta los nuestros: y también los años q’ viuio cada uno, y las cosas mas notables que hizo en el discurso de su vida: y esta gus-tosa tela de proceder hallarla as matizada y retocada con los mas notables subcesos q’ en el Mundo iban aconteciendo en sus mismos tiempos en las tres partes principales que cons- tituien nuestro Mundo. Y si en mi libro hallares escripta alguna Historia Indiana (ó acaecimiento) de que tu no tie¬nes ni as tenido noticia: ó echares menos alguna (ó algunas) que tu bien saues por escriptos ó relaciones doy desde luego por mi descargo que no todos lo podemos todo, ni lo save- mos todo, y no te admire sí hallares en esta Historia nom¬brados pueblos que tu no sepas estar en las Provincias y co¬marcas de este Piru donde los ponemos, porq’ el tiempo true¬ca los tiempos, y con ellos las cosas, y creeme que he echo todo mi posible por dejar a mis escriptos verdaderos y a ti satisfecho: como es justo se crea de quien desea acertar con el fin y acabamiento de estos Señores Ingas fenece y se acaua nuestra Miscelánea. Recíbela con rostro alegre de las manos y buena intención de el que en mas altas cosas desea ser pro- bechoso y servicial a su nación y patria: y con amor de be¬nigno proximo suple y sobre lleua algunos defectos de los muchos que en ella hallarás, pues mientras mas perdonares mas aventajas tu clemencia y a mi me dejas mas obligado: Vale.
(NOTA: Este escritor acabo su obra año a I í86, como dice e! fin de ella.)
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PRIMERA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE TRATA DE LA CREACION Y REPARTICION DEL UNIUER- SO ENTRE LOS HIJOS, NIETOS, Y VISNIETOS DEL PATRIAR¬CA NOE, CON OTRAS CURIOSIDADES TOCANTES ACADA PROVINCIA DIGNAS DE SER SAVIDAS
Cap. 1 de las varias opiniones de la creación del Mundo y de la Católica y verdadera, y de la coligación de los elementos con las cosas elementadas.
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O altura de las riquezas: saviduria y sciencia de Dios quan incomprehensibles son tus juicios, y quan investiga- bles tus caminos: De precor te Domine ut mihi detur sensus inteligendi non enim volo de superioribus tuis disputare sed dehis quae transeunt per nos quotidie: La omnipotencia j ciencia de Dios (cuio auxilio y protección invoco) como sin principio sea la maior de las cosas invisibles: quiso criar con principio el Cielo y la tierra, y lo en ella contenido, para que fuese la maior de las cosas visibles (como lo dice el glo¬rioso Agustino) y para que el hombre por cuio amor le crio, fuese con su entendimiento rastreando por lo visible, la hermosura de sus invisibles lindezas y enamorado de ellas alabaré su santo nombre. Comenzo Dios esta maravillosa obra en el principio del Siglo, y tan en el principio, que ni por años, meses, dias, ni oras no se puede significar; y ansi la Corona de los Chronistas y Principe de los Theologos Moi- sen, en su divina Historia señala esta creación sin nombrarle mas tiempo que decir. En el principio crio Dios el Cielo y la Tierra, asta que con la mañana de tan nueuo amanecer, y con la tarde a ella subsequente fue hecho el dia primero

PRIMERA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE TRATA DE LA CREACION Y REPARTICION DEL UNIUER- SO ENTRE LOS HIJOS, NIETOS, Y VISNIETOS DEL PATRIAR¬CA NOE, CON OTRAS CURIOSIDADES TOCANTES ACADA PROVINCIA DIGNAS DE SER SAVIDAS
Cap. 1 de las varias opiniones de la creación del Mundo y de la Católica y verdadera, y de la coligación de los elementos con las cosas elementadas.
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O altura de las riquezas: saviduria y sciencia de Dio» quan incomprehensibles son tus juicios, y quan investiga- bles tus caminos: De precor te Domine ut mihi detur sensus inteligendi non enim volo de superioribus tuis disputare sed dehis quae transeunt per nos quotidie: La omnipotencia j ciencia de Dios (cuio auxilio y protección invoco) como sin principio sea la maior de las cosas invisibles: quiso criar con principio el Cielo y la tierra, y lo en ella contenido, para que fuese la maior de las cosas visibles (como lo dice el glo¬rioso Agustino) y para que el hombre por cuio amor le crio, fuese con su entendimiento rastreando por lo visible, la hermosura de sus invisibles lindezas y enamorado de ellas alabaré su santo nombre. Comenzo Dios esta maravillosa obra en el principio del Siglo, y tan en el principio, que ni por años, meses, dias, ni oras no se puede significar; y ansí la Corona de los Chronistas y Principe de los Theologos Moi- sen, en su divina Historia señala esta creación sin nombrarle mas tiempo que decir. En el principio crio Dios el Cielo y la Tierra, asta que con la mañana de tan nueuo amanecer, y con la tarde a ella subsequente fue hecho el dia primero
del siglo que fue Domingo. En este día crio Dios (graciosa-mente) las segundas causas de las cosas; de aquí comenzó el todo poderoso a dar medida a el tiempo, y nombre á las medidas. En el segundo, tercio, y quarto, y quinto dia crio Dios todas las cosas que adornan y hermosean esta admira¬ble Machina de el Mundo, para que estuviese proveído y compuesto de todas las alhajas útiles y necesarias para el servicio del hombre que en el sexto dia crio a su imagen y semejanza, en quien (epilogando todo lo criado) hizo un Mapa mundi tan cabal y distinto, que con mediano conoci-miento coügiran de el la parte que tiene de el Cielo, y la que le cupo de tierra: y informo lo de tan sublimada forma, y formolo de tan quebradiza materia, q’ con lo uno (que es el alma) tuviese parentesco con los Angeles: y con la otra (que es el Cuerpo) con los brutos, y quiso que en el se hallasen partes de estas dos grandezas: de que digimos ser Dios la maior de las invisibles: y el Mundo de las visibles. En el dia tercero desta gratissima creación, juntó el alto Dios una congregación de las aguas que quedaron devajo de el Cielo, y mando que apareciese la tierra, con la sequedad que por natural calidad en ella se conoce y ansi fue hecho, y vio Dios que todas las cosas criadas eran mui buenas y vendijo- las con bendición decrecimiento y conserbacion. De esta verdad escripia por el Santo Moisen, se verifica ser falso lo que acerca de la creación del Mundo tubieron muchos Phi- losophos: cuias sectas y opiniones Diodoro distingue en dos; la una fue auer sido el Mundo abeterno y que no tubo prin¬cipio (Sentencia por cierto de gente sin juicio y ciega). La otra (que no menos es ridicula) fue: que el Mundo y lo en el contenido, fue criado y hecho acaso de los impalpables átomos de el Sol, esta ultima vanidad siguió Pitagoras y sus sectarios: también la siguió Lucrecio: a quien Laetancio Firmiano maravillosamente confuta. Anaximandio salió con otro no menor desatino afirmando que del agua y tierra (sobreviniendo el calor de el Sol) fue formado el hombre. Empedocles destinaua casi por estos mismos pasos. Demo-
crito herró en esta manera de vanidad. Los Estoycos dieron menos lexos del blanco, y digeron hacerse las cosas por di¬vina providencia: estos tubieron auer sido hechos los hom¬bres y los animales, por dispusicion y voluntad de Dios: desta opinion fueron los Platónicos, y a estos siguió Cice¬rón. Aristhoteles (con todas sus letras) cayo en el primer he- rror afirmando ser el Mundo abeterno, y que ansi también auia de durar y este tubieron también sus sequaces los Pe- ripaseticos. Otras vanidades ay, que no hace a mi intento el referirlas, y prosiguiendo lo comenzado, digo q’esta tie¬rra que por mandamiento de Dios fué aparecida en las aguas inferiores (como dho queda) dicen los Philosophos natu¬rales (que dello an disputado) que es diez veces menos que el agua (aunque Pedro Apiano se esfuerza a prouar lo con¬trario) porque en esta cantidad concluyen que se va exce¬diendo un elemento a otro, y deue causar admiración el ver que siendo como es el agua liquida, corriente, y cundible, y la tierra summamente espesa, graue, y pesada (y como dice David) estar fundada sobre la misma agua (y ser esta diez maior q’ la tierra) como no se hunde y submerge en ella, mas devemos satisfacernos los Catolicos con q’ en la re¬partición que Dios hizo de las cosas que crio (como dice el R. Propheta) el Cielo de el Cielo (que es lo mas supremo) reservóse para Dios; y la tierra dio en heredad y posesion a los hijos de los hombres por quien y para quien hizo todas las otras cosas, y porque las aguas no estorbasen la viuienda y lauor á los propios dueños de la heredad; puso Dios ley a las aguas que no pasasen cierto termino que les señaló (como dice la Saviduria) y esta ley reprimió y enfreno el termino natural de las mismas aguas, que era no tener lí¬mite ni termino q’ le impidiese el cubrirla y fluctuaría so¬bre la tierra, y ansi la ley y precepto de Dios les señaló ter¬mino de donde no auian de pasar a cubrir la tierra, de ma¬nera que á las costas y Marinas que vemos no devemos llamar termino natural de las aguas, sieno termino y precepto y mandamiento preciso de Dios, y este se les notifico, quando
del siglo que fue Domingo. En este dia crio Dios (graciosa-mente) las segundas causas de las cosas; de aquí comenzó el todo poderoso a dar medida a el tiempo, y nombre á las medidas. En el segundo, tercio, y quarto, y quinto dia crio Dios todas las cosas que adornan y hermosean esta admira¬ble Machina de el Mundo, para que estuviese proveído y compuesto de todas las alhajas útiles y necesarias para el servicio del hombre que en el sexto dia crio a su imagen y semejanza, en quien (epilogando todo lo criado) hizo un Mapa mundi tan cabal y distinto, que con mediano conoci-miento coligiran de el la parte que tiene de el Cielo, y la que le cupo de tierra: y informolo de tan sublimada forma, y formolo de tan quebradiza materia, q’ con lo uno (que es el alma) tuviese parentesco con los Angeles: y con la otra (que es el Cuerpo) con los brutos, y quiso que en el se hallasen partes de estas dos grandezas: de que digimos ser Dios la maior de las invisibles: y el Mundo de las visibles. En el dia tercero desta gratissima creación, juntó el alto Dios una congregación de las aguas que quedaron devajo de el Cielo, y mando que apareciese la tierra, con la sequedad que por natural calidad en ella se conoce y ansi fue hecho, y vio Dios que todas las cosas criadas eran mui buenas y vendijo- las con bendición decrecimiento y conserbacion. De esta verdad escripta por el Santo Moisen, se verifica ser falso lo que acerca de la creación del Mundo tubieron muchos Phi- losophos: cuias sectas y opiniones Diodoro distingue en dos; la una fue auer sido el Mundo abeterno y que no tubo prin¬cipio (Sentencia por cierto de gente sin juicio y ciega). La otra (que no menos es ridicula) fue: que el Mundo y lo en el contenido, fue criado y hecho acaso de los impalpables átomos de el Sol, esta ultima vanidad siguió Pitagoras y sus sectarios: también la siguió Lucrecio: a quien Laetancio Firmiano maravillosamente confuta. Anaximandio salió con otro no menor desatino afirmando que del agua y tierra (sobreviniendo el calor de el Sol) fue formado el hombre. Empedocles destinaua casi por estos mismos pasos. Dcmo-
crito herró en esta manera de vanidad. Los Estoycos dieron menos lexos del blanco, y digeron hacerse las cosas por di¬vina providencia: estos tubieron auer sido hechos los hom¬bres y los animales, por dispusicion y voluntad de Dios: desta opinion fueron los Platónicos, y a estos siguió Cice¬rón. Aristhoteles (con todas sus letras) cayo en el primer he- rror afirmando ser el Mundo abeterno, y que ansi también auia de durar y este tubieron también sus sequaces los Pe- ripaseticos. Otras vanidades ay, que no hace a mi intento el referirlas, y prosiguiendo lo comenzado, digo q’esta tie¬rra que por mandamiento de Dios fué aparecida en las aguas inferiores (como dho queda) dicen los Philosophos natu¬rales (que dello an disputado) que es diez veces menos que el agua (aunque Pedro Apiano se esfuerza a prouar lo con¬trario) porque en esta cantidad concluyen que se va exce¬diendo un elemento a otro, y deue causar admiración el ver que siendo como es el agua liquida, corriente, y cundible, y la tierra summamente espesa, graue, y pesada (y como dice David) estar fundada sobre la misma agua (y ser esta diez maior q’ la tierra) como no se hunde y submerge en ella, mas devemos satisfacernos los Catolicos con q’ en la re¬partición que Dios hizo de las cosas que crio (como dice el R. Propheta) el Cielo de el Cielo (que es lo mas supremo) reservóse para Dios; y la tierra dio en heredad y posesion a los hijos de los hombres por quien y para quien hizo todas las otras cosas, y porque las aguas no estorbasen la viuienda y lauor á los propios dueños de la heredad; puso Dios ley a las aguas que no pasasen cierto termino que les señaló (como dice la Saviduria) y esta ley reprimió y enfreno el termino natural de las mismas aguas, que era no tener lí¬mite ni termino q’ le impidiese el cubrirla y fluctuaría so¬bre la tierra, y ansi la ley y precepto de Dios les señaló ter¬mino de donde no auian de pasar a cubrir la tierra, de ma¬nera que á las costas y Marinas que vemos no devemos llamar termino natural de las aguas, sieno termino y precepto y mandamiento preciso de Dios, y este se les notifico, quando
dijo: Sean congregadas las aguas en un lugar, y los tales preceptos y mandamientos no tienen contradicion en los Agentes naturales. Para lindeza y hermosura de lo criado, y conseruacion y aumento de ello; y para manifestación de la potencia del Criador (y por esta causa) para materia de alabar y glorificar su nombre, dejó Dios emparentadas y unidas con maravillosa armonía y afinidad todas las cosas que crio una con otras (y lo que mas es) todas consigo mismo como dice el Apostol, y ansi savemos q’ los Cielos tienen parentesco con este Mundo: pues claros vemos los efectos que los cuerpos superiores obran con sus influencias en los inferiores, y también por parte de las aguas que de el fueron puestas sobre el firmamento, y de que alia las aya nos dan claro y verdadero testimonio David con sus Psalmos; y los tres niños del Horno en su Cántico; y Esdras en sus Colo¬quios con el Angel, y esta trabazón, afinidad, y parentesco q’ las cosas criadas unas con otras tienen: ansi resplancede y hermosea la parte de la una en el todo de la Otra como el Diamante o Rubí engastado en bien labrada lamina de Oro purissimo. Los quatro elementos están (como dice Oviedo) ligados y atados por orden del fabricador con una paz de concordia; y los elementos están ansimismo en las cosas ele¬mentadas. Estas Regiones inferiores visitan á las Superiores como adeudas, prestándoles vapores, nieblas, y exalaciones, y ellas (en agradecimiento y contra cambio de esto) embian á las tierras las Pluvias a sus tiempos, pues que hermosura es ver la mar abrazada con su coetanea la tierra, y conside¬rar el cuidadoso descuido con que parece estender por ella sus brazos, y aquel hordinario retozo y juego que en las Ori¬llas de el uno y en los estremos del otro se causa con los aco- metimi*08′ (*) jocosos que el mar hace á la tierra. También se manifiesta este deudo y parentesco contraido entre ellos: en las Albuferas Piélagos y Lagunas: que la tierra vemos con-tener en si. Y en pago de esta variedad y hermosura q’ la tierra de el Mar recibe: y para reconocimi10 de hermandad
í1) Acometimientos.
y parentesco: la misma tierra (con licencia de el Mar y por particular interese de su hermosura) se mete por sus aguas: haciendo Cabos, Puntas, Peninsulas, y Iothmos y en recom-pensa de los lagos de el Mar, que en la tierra vemos: se nos aparecen Islas de tierra en las entrañas de el Mar: y en tanta cantidad y numero (que aunque Apiano diligentissimo Geógrafo se puso a darnos las copiladas) son infinitas las que se le quedaron por escriuir como cada día nos los ba enseñando el tiempo y diré adelante.
Cap. 2 de la primera forma de el Mundo en su creación y de la que aora tiene, y de las mudanzas que á padecido su forma.
Toda esta fabrica y contextura que el Criador fabricó en el principio se llama Mundo: su forma y figura es una redondez perfectissima a quien los antiguos (guiados por sola la lumbre de sus entendimientos) llamaron Templo de Dios. Pues esta admirable obra (a quien llamamos Mundo) algunos de los Platónicos y otros antiguos: la dividieron en dos partes, llamando á la una Agente, y a la otra Paciente. Entendían por Agente aquella que por ser inmutable, ne- cesitaua á la otra a variación y mudamiento, y esta parte era la Región Celeste. Entendían (ansi mesmo) por parte Paciente la contenida desde el primer Cielo de la Luna asta el centro de la tierra, y llamabanla ansi por ser sugeta á las alteraciones, generaciones, y corrupciones: especialmente se nota y colige esta pasibilidad en las criaturas terestes cuias calidades y compleziones están en tanto grado sugetas á los Agentes Superiores, y por venir abstrayendo el intento mió de las demás cosas que se llaman Mundo: digo que en nro. común hablar (y en lo que de aquí adelante trataremos) solo se entiende y entenderemos Mundo, esta Rotundidad que consta de agua y tierra: la qual dio Dios en posesion a los hijos de Adán cuia forma es un perfectissimo globo dijo: Sean congregadas las aguas en un lugar, y los tales preceptos y mandamientos no tienen contradicion en los Agentes naturales. Para lindeza y hermosura de lo criado, y conseruacion y aumento de ello; y para manifestación de la potencia del Criador (y por esta causa) para materia de alabar y glorificar su nombre, dejó Dios emparentadas y unidas con maravillosa armonía y afinidad todas las cosas que crio una con otras (y lo que mas es) todas consigo mismo como dice el Apostol, y ansi savemos q’ los Cielos tienen parentesco con este Mundo: pues claros vemos los efectos que los cuerpos superiores obran con sus influencias en los inferiores, y también por parte de las aguas que de el fueron puestas sobre el firmamento, y de que alia las aya nos dan claro y verdadero testimonio David con sus Psalmos; y los tres niños del Horno en su Cántico; y Esdras en sus Colo¬quios con el Angel, y esta trabazón, afinidad, y parentesco q’ las cosas criadas unas con otras tienen: ansi resplancede y hermosea la parte de la una en el todo de la Otra como el Diamante o Rubi engastado en bien labrada lamina de Oro purissimo. Los quatro elementos están (como dice Oviedo) ligados y atados por orden del fabricador con una paz de concordia; y los elementos están ansimismo en las cosas ele¬mentadas. Estas Regiones inferiores visitan á las Superiores como adeudas, prestándoles vapores, nieblas, y exalaciones, y ellas (en agradecimiento y contra cambio de esto) embian á las tierras las Pluvias a sus tiempos, pues que hermosura es ver la mar abrazada con su coetanea la tierra, y conside¬rar el cuidadoso descuido con que parece estender por ella sus brazos, y aquel hordinario retozo y juego que en las Ori¬llas de el uno y en los estremos del otro se causa con los aco- metimi””‘ (l) jocosos que el mar hace á la tierra. También se manifiesta este deudo y parentesco contraído entre ellos: en las Albuferas Piélagos y Lagunas: que la tierra vemos con¬tener en si. Y en pago de esta variedad y hermosura q’ la tierra de el Mar recibe: y para reconocimi'”‘ de hermandad
0) Acometimientos.
y parentesco: la misma tierra (con licencia de el Mar y por particular interese de su hermosura) se mete por sus aguas: haciendo Cabos, Puntas, Peninsulas, y Iothmos y en recom-pensa de los lagos de el Mar, que en la tierra vemos: se nos aparecen Islas de tierra en las entrañas de el Mar: y en tanta cantidad y numero (que aunque Apiano diligentissimo Geografo se puso a darnos las copiladas) son infinitas las que se le quedaron por escriuir como cada día nos los ba enseñando el tiempo y diré adelante.
Cap. 2 de la primera forma de el Mundo en su creación y de la que aora tiene, y de las mudanzas que á pad-ecido su forma.
Toda esta fabrica y contextura que el Criador fabricó en el principio se llama Mundo: su forma y figura es una redondez perfectissima a quien los antiguos (guiados por sola la lumbre de sus entendimientos) llamaron Templo de Dios. Pues esta admirable obra (a quien llamamos Mundo) algunos de los Platónicos y otros antiguos: la dividieron en dos partes, llamando á la una Agente, y a la otra Paciente. Entendían por Agente aquella que por ser inmutable, ne- cesitaua á la otra a variación y mudamiento, y esta parte era la Región Celeste. Entendían (ansi mesmo) por parte Paciente la contenida desde el primer Cielo de la Luna asta el centro de la tierra, y llamabanla ansi por ser sugeta á las alteraciones, generaciones, y corrupciones: especialmente se nota y colige esta pasibilidad en las criaturas terestes cuias calidades v compleziones están en tanto grado sugetas á los Agentes Superiores, y por venir abstrayendo el intento mío de las demás cosas que se llaman Mundo: digo que en nro. común hablar (y en lo que de aqui adelante trataremos) solo se entiende y entenderemos Mundo, esta Rotundidad que consta de agua y tierra: la qual dio Dios en posesion a los hijos de Adán cuia forma es un perfectissimo globo
Spherico, que no hay compás que con sus puntos señale re-dondo mas perfecto, ni torno q’ con mas perfectas circuns-tancias saque una bola. Esta repartieron y numeraron los Cosmografos antiguos: por Climas, Meridianos, Circuios y Paralelos: poniendo y imaginando en medio una linea a quien llamaron Equinoci^l, que quiere decir igualadora, esta corre de Levante á Poniente: y en esta comenzo el Sol a hacer su Carrera el día mismo que Dios lo crio (y en el signo de Aries) y por igual mensura de tiempo se va inclinando igual-mente á los dos polos de el Mundo, no pasando de otras lí¬neas colaterales a quien llamaron Tropicos, que quiere decir términos corriendo, veinte y tres grados y medio hacia el Polo Ártico, y otros tantos hacia el Antartico. Dieronle de circulo y redondez los Consmografos (a este globo de el Mundo) especialmente Ptolomeo; que mas metió la mano en esta materia, trecientos y sesenta grados, y otros tantos de la parte q’ corre de Norte a Norte: pues forzosamente sera ansi pues es (como dice) un globo perfectissimamente redondo y bien considerándolo Ptolomeo (que en cosa re¬donda no ay principio ni cabo) acordó imaginar un Meri¬diano fijo q’corriese de Norte á Norte para de allí ir men¬surando la longuitud de el Mundo, y por ser parte mas co¬nocida la de el Occidente parecióle fijar este Meridiano por las Islas Fortunadas (que son las q’ nosotros llamamos Ca¬narias) y con esta imaginación: por aquella parte cruzó las lineas, dejando la parte superior divisa en quatro partes, y lo mismo á la tierra inferior, que á las partes superiores co¬rresponden. No ay duda sino que quando Dios crio este globo, de Mundo (que consta de tierra y agua) por ornato y lo¬zanía de él lo quiso hacer acompañado de Sierras, Valles, Lomas, y Cordilleras, porq’ en la variación consiste la delec¬tación y gentileza, y ansi por gentileza de el mismo Mundo (y para delectación de aquellos para quien fue hecho) es de creer que lo hizo Dios (no todo llano como algunos an imaginado) ni tan áspero, y lleno de Sierras como aora lo vemos, y de que no fuese todo llano consta por el Cap. 7 ¿e el Génesis donde hablando el Santo Moisen de la inunda¬ción de las generales aguas dice estas palabras: Las aguas del dílubio cubrieron todos los Montes altissimos devajo el uni- uerso Cielo, y esta agua fue mas alta (que los Montes que cubrió) quince codos, de donde se puede entender que auia Montes altos y eleuados: y David dice (hablando de el sitio que Dios en el principio dio á la tierra) suben y eleuanse los Montes y abajanse los Campos, y tu Señor pusiste las fuentes en los Valles, y por medio de los montes correrán las aguas. Lo uno y lo otro nos da a entender (que como dho. queda) no fue este Mundo criado sin Sierras, Montes, y altas Cordilleras: ni tampoco con tantas como aora se veé, pues savemos que ansi aquel uniuersal dilubio, como otros particulares que an sucedido en diferentes Regiones y tiem¬pos an alterado la primera dispusicion y forma que en el Mundo estaua, y si a Historias antiquissimas devemos dar crédito, no faltan algunas (traídas por nuestros escriptos) de Pomponíomela, que nos dicen que el territorio de nues¬tra Madre España era continuado con la Africa, y que uno de los Hercules abrió aquella parte puesta entre el Calpe y Abila (que es entre Gibraltar y Tánger) y dió en¬trada por alli a el Mar Mediterráneo. Y otra ocasion casi semejante dan á la entrada que el mismo Mar hace por el antiguo Bosphoro Tracio (aora llamada Canal de Constan- tinopla) por donde se hace entrada para el Mar maior (lla¬mado Ponto Eugino) y no falta quien diga, que las Islas que oy día llamamos de Cabo verde en el Mar Athlantico ayan sido tierra continuada con la de Aphrica que tiene enfrente; y que inundaciones soberbias, las apartaron de el Cabo que Ptolomeo llamó Praso Promontorio, y nosotros Cabo verde. También dice Aristhoteles (entre las cosas de admiración) que entre la Región Athica (que es una parte Marítima de la Grecia) y la Isla Eubea (donde se hacia una Canal) cre¬cía y menguaua aquel Mar siete veces al dia, corriendo ora a una parte, ora a otra. Lo qual en nuestros tiempos (y mu¬chos atras) no se vee porque los acaecimientos alteran las
Spherico, que no hay compás que con sus puntos señale re-dondo mas perfecto, ni torno q’ con mas perfectas circuns-tancias saque una bola. Esta repartieron y numeraron los Cosmografos antiguos: por Climas, Meridianos, Circuios y Paralelos: poniendo y imaginando en medio una linea a quien llamaron Equinocial, que quiere decir igualadora, esta corre de Levante á Poniente: y en esta comenzo el Sol a hacer su Carrera el día mismo que Dios lo crio (y en el signo de Aries) y por igual mensura de tiempo se va inclinando igual-mente á los dos polos de el Mundo, no pasando de otras lí¬neas colaterales a quien llamaron Tropicos, que quiere decir términos corriendo, veinte y tres grados y medio hacia el Polo Artico, y otros tantos hacia el Antartico. Dieronle de circulo y redondez los Consmografos (a este globo de el Mundo) especialmente Ptolomeo; que mas metió la mano en esta materia, trecientos y sesenta grados, y otros tantos de la parte q’ corre de Norte a Norte: pues forzosamente sera ansi pues es (como dice) un globo perfectissimamcnte redondo y bien considerándolo Ptolomeo (que en cosa re¬donda no ay principio ni cabo) acordó imaginar un Meri¬diano fijo q’corriese de Norte á Norte para de allí ir men¬surando la longuitud de el Mundo, y por ser parte mas co¬nocida la de el Occidente parecióle fijar este Meridiano por las Islas Fortunadas (que son las q’ nosotros llamamos Ca¬narias) y con esta imaginación: por aquella parte cruzó las lineas, dejando la parte superior divisa en quatro partes, y lo mismo á la tierra inferior, que á las partes superiores co¬rresponden. No ay duda sino que quando Dios crio este globo, de Mundo (que consta de tierra y agua) por ornato y lo¬zanía de él lo quiso hacer acompañado de Sierras, Valles, Lomas, y Cordilleras, porq’ en la variación consiste la delec¬tación y gentileza, y ansi por gentileza de el mismo Mundo (y para delectación de aquellos para quien fue hecho) es de creer que lo hizo Dios (no todo llano como algunos an imaginado) ni tan áspero, y lleno de Sierras como aora lo vemos, y de que no fuese todo llano consta por el Cap. 7
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de el Genesis donde hablando el Santo Moisen de la inunda¬ción de las generales aguas dice estas palabras: Las aguas del dilubio cubrieron todos los Montes altissimos devajo el uni- uerso Cielo, y esta agua fue mas alta (que los Montes que cubrió) quince codos, de donde se puede entender que auia Montes altos y eleuados: y David dice (hablando de el sitio que Dios en el principio dio á la tierra) suben y eleuanse los Montes y abajanse los Campos, y tu Señor pusiste las fuentes en los Valles, y por medio de los montes correrán las aguas. Lo uno y lo otro nos da a entender (que como dho. queda) no fue este Mundo criado sin Sierras, Montes, y altas Cordilleras: ni tampoco con tantas como aora se veé, pues savemos que ansi aquel uniuersal dilubio, como otros particulares que an sucedido en diferentes Regiones y tiem¬pos an alterado la primera dispusicion y forma que en el Mundo estaua, y si a Historias antiquissimas devemos dar crédito, no faltan algunas (traidas por nuestros escriptos) de Pomponiomela, que nos dicen que el territorio de nues¬tra Madre España era continuado con la Africa, y que uno de los Hercules abrió aquella parte puesta entre el Calpe y Abila (que es entre Gibraltar y Tánger) y dió en¬trada por allí a el Mar Mediterráneo. Y otra ocasion casi semejante dan á la entrada que el mismo Mar hace por el antiguo Bosphoro Tracio (aora llamada Canal de Constan- tinopla) por donde se hace entrada para el Mar maior (lla¬mado Ponto Eugino) y no falta quien diga, que las Islas que oy dia llamamos de Cabo verde en el Mar Athlantico ayan sido tierra continuada con la de Aphrica que tiene enfrente; y que inundaciones soberbias, las apartaron de el Cabo que Ptolomeo llamó Praso Promontorio, y nosotros Cabo verde. También dice Aristhoteles (entre las cosas de admiración) que entre la Región Athica (que es una parte Marítima de la Grecia) y la Isla Eubea (donde se hacia una Canal) cre- cia y menguaua aquel Mar siete veces al dia, corriendo ora a una parte, ora a otra. Lo qual en nuestros tiempos (y mu¬chos atras) no se vee porque los acaecimientos alteran las
cosas, y en el primer libro de la India dice Hernán Perez de Castañeda, que es mui notorio entre los naturales de el Reino Malabar: que aquellas faldas de las Sierras de Gath: donde aora esta la Ciudad de Calicut y todo su Reino, fue mar en otros tiempos, y que cierta inundación y exuperacion de el Mar, cubrió y sorbió una pequeña Cordillera que salia en punta, y la hizo Islas, que son las que llamamos de Maldiuar: desencasadas de la tierra firme por el Cabo de Comorin, y como cubrió esta tierra descubrió aquella donde esta Calicut y su territorio a quien hacen la maior parte de el Reino Malabar, y porque no comprovemos esto con solas escrip- turas de agenas antiguallas, porne aqui lo q’ en nuestras tierras sea visto, en Holanda y Gelanda Islas (no mui distan¬tes de el Condado de Brabante ó Flandes) y en la misma tierra firme el año de 1531 por el mes de Nobiembre co¬menzó tan espantable rebolucion en el Cielo y en el Mar que se temió la total rruina de aquellos Reinos: y creció tanto el Mar y tendióse tanto sobre la tierra: que se que¬daron sorbidas tres villas con sus territorios llamadas Bucha, Harles, Exclusa: y ansi se miran oy sus edificios debajo el agua, y donde solia ser tierra labrada y cultibada de hombres: es aora avitacion de Peges, y camino de Ñaues, no quiero tratar de la mucha cercanía, que dice Florian que tubo nuestra Isla de Cádiz con la tierra firme del Andalucía: porq’ lo dho. basta para prouar auer la tierra y el Mar al¬terado aquella primitiua forma que Dios le dio en el prin¬cipio y aun la q’ le quedó despues de el uniuersal dilubio, y esta materia trata mas largamente Plinio, en el segundo libro ‘ de su Historia natural.
Cap- 3 de la variación de las quentas en el numerar los tiempos antiguos, y de la muerte de Cain, y otras curiosidades antiquissimas.
Porque en lo que se a de escriuir de aquí adelante sera necesario computar los años para darles a las cosas antiguas sus tiempos, no me parece fuera de proposito adbertir al curioso lector la quenta que pienso guardar como quiera q’ los antiguos disconformen tanto en la computación de los años, porque en realidad de verdad no puedo entender que fuese la causa de tanto discrimen en cosas de tanta calidad. Sancto Antonino de Florencia nota bien esta discordancia en el Cap. 1 y Cap. 2. y en el § 4 del primer T. de su pri¬mera parte Historial, y dice que según la quenta de los Hebreos a quien sigue San Hieronimo en su traslación y Vincencio en sus Clironicas desde el principio de el Mundo asta Noe pasaron 1656 años, y desde el dilubio (de do co- menzo la segunda edad) asta Abrahan en quien comenzo la tercera (según los mismos Hebreos) pasaron 292 años, que son todos 1948 y según la quenta de los Interpretes (a los quales sigue el venerable Veda, y Sant Ysidro y otros) desde que Dios crio el Mundo asta que lo destruyo por agua pasaron 2242 años, y de allí asta Abrahan 942 de suerte que son 3,184 años, y parece claro lleuarse la una quenta á la otra 1236 años. Esto es de Sant. Antonino. El Rei Dn. Alon¬so el Sabio en sus computaciones se alargo mucho á entram¬bas estas quentas, y de esto no hay que maravillar: pues claro vemos quanta diferencia hallamos en las quentas de cosas de menos tiempo aca subcedidas, muchos autores an puesto la culpa de estos defectos al descuido de los traduc¬tores y ansi es de crer en esta computación (para cotejar y señalar tiempos) se guardará la Hebrea porq’ es la mas re¬cibida entre los escritores, y también se pornan los años antes de el nacimiento de Christo nuestro Redentor para maior inteligencia de numerar los años de lo subcedido asta
cosas, y en el primer libro de la India dice Hernán Perez de Castañeda, que es mui notorio entre los naturales de el Reino Malabar: que aquellas faldas de las Sierras de Gath: donde aora esta la Ciudad de Calicut y todo su Reino, fue mar en otros tiempos, y que cierta inundación y exuperacion de el Mar, cubrió y sorbió una pequeña Cordillera que salia en punta, y la hizo Islas, que son las que llamamos de Maldiuar: desencasadas de la tierra firme por el Cabo de Comorin, y como cubrió esta tierra descubrió aquella donde esta Calicut y su territorio a quien hacen la maior parte de el Reino Malabar, y porque no comprovemos esto con solas escrip- turas de agenas antiguallas, porne aqui lo q’ en nuestras tierras sea visto, en Holanda y Gelanda Islas (no mui distan¬tes de el Condado de Brabante ó Flandes) y en la misma tierra firme el año de 1531 por el mes de Nobiembre co¬menzó tan espantable rebolucion en el Cielo y en el Mar que se temió la total rruina de aquellos Reinos: y creció tanto el Mar y tendióse tanto sobre la tierra: que se que¬daron sorbidas tres villas con sus territorios llamadas Bucha, Harles, Exclusa: y ansi se miran oy sus edificios debajo el agua, y donde solia ser tierra labrada y cultibada de hombres: es aora avitacion de Peges, y camino de Ñaues, no quiero tratar de la mucha cercania, que dice Florian que tubo nuestra Isla de Cádiz con la tierra firme del Andalucía: porq’ lo dho. basta para prouar auer la tierra y el Mar al¬terado aquella primitiua forma que Dios le dio en el prin¬cipio y aun la q’ le quedó despues de el uniuersal dilubio, y esta materia trata mas largamente Plinio, en el segundo libro ” de su Historia natural.
Cap- 3 de la variación de las quentas en el numerar los tiempos antiguos, y de la muerte de Cain, y otras curiosidades antiquissimas.
Porque en lo que se a de escriuir de aquí adelante sera necesario computar los años para darles a las cosas antiguas sus tiempos, no me parece fuera de proposito adbertir al curioso lector la quenta que pienso guardar como quiera q’ los antiguos disconformen tanto en la computación de los años, porque en realidad de verdad no puedo entender que fuese la causa de tanto discrimen en cosas de tanta calidad. Sancto Antonino de Florencia nota bien esta discordancia en el Cap. 1 y Cap. 2. y en el § 4 del primer T. de su pri¬mera parte Historial, y dice que según la quenta de los Hebreos a quien sigue San Hieronimo en su traslación y Vincencio en sus Chronicas desde el principio de el Mundo asta Noe pasaron 1656 años, y desde el dilubio (de do co- menzo la segunda edad) asta Abrahan en quien comenzo la tercera (según los mismos Hebreos) pasaron 292 años, que son todos 1948 y según la quenta de los Interpretes (a los quales sigue el venerable Veda, y Sant Ysidro y otros) desde que Dios crio el Mundo asta que lo destruyo por agua pasaron 2242 años, y de alli asta Abrahan 942 de suerte que son 3,184 años, y parece claro lleuarse la una quenta á la otra 1236 años. Esto es de Sant. Antonino. El Rei Dn. Alon¬so el Sabio en sus computaciones se alargo mucho á entram¬bas estas quentas, y de esto no hay que maravillar: pues claro vemos quanta diferencia hallamos en las quentas de cosas de menos tiempo aca subcedidas, muchos autores an puesto la culpa de estos defectos al descuido de los traduc¬tores y ansi es de crer en esta computación (para cotejar y señalar tiempos) se guardará la Hebrea porq’ es la mas re¬cibida entre los escritores, y también se pornan los años antes de el nacimiento de Christo nuestro Redentor para maior inteligencia de numerar los años de lo subcedido asta nuestros tiempos siguiendo á los mas recibidos y comunes que siguen a los Hebreos, y si acaso no conformare con la que el pió lector de otras partes oviere colegido, confírmele la culpa a quien mui aprovados varones la tienen dada, y no condene en esto mi negligencia pues abra otras cosas de que le hacer cargo con mas Justicia. La primera edad de el Mundo fue desde nuestro padre Adán asta Noe: la qual duró (como queda visto según los Hebreos) 1,656 años, en esta edad ubo diez generaciones como consta de el sa¬grado texto.
Por la desobediencia que a todos es notoria, que Adán tubo al mandamiento de Dios: fue echado del Paraiso, con perpetua macula de su posteridad, y como expulsos y des-terrados, y desheredados de tanto bien vinieron nuestros padres Adán y Eua de la parte oriental á la Provincia de Siria donde poco antes fueron criados, y hicieron la pri¬mera poblacion de el Mundo en el campo de Ebron esto fue (según la quenta hebrea) 3,961 años antes de nuestro Redemptor Jesuchristo (para reparación de esta caida que acabo de contar) tomase nuestra carne mortal de las Vir¬ginales entrañas de la Beatissima María Señora nuestra. Ra¬zón sera que (para consuelo de los que de nueuo han reciui- do y reciuen las sagradas ley Euangelica) hagamos mención en nuestros escriptos de sus piadosas opiniones quando en nada contradicen a el Texto sagrado y verdadero, tienen por común y reciuida opinion los naturales de la Isla Cei- lan (que es en la India Oriental) poco distante de el Cabo de Comorin donde remata el Reino de Malabar puesta en. 8 grados a nuestro Norte, que despues de haber nuestro Padre Adán cometido aquel pecado de inobediencia contra Dios (por el qual fue despuesto de aquel lugar de deleites) vino con toda su familia a viuir a un monte altissimo que en la misma Isla Ceilan esta, y que allí residió muchos años de los de su vida, y a esta causa tienen por Santo aquel Monte, y le llaman Monte de Adán, y aun en una laja de Peña viua que esta en lo alto de el muestran oi dia unas señales (casi como pisadas de hombres) y dicen ser echas alli por sus mismos pies de nuestro padre, para testimonio de que residió alli como desterrado y depuesto: La parte donde avito despues de su deposición conforman todos ser como dho. es en la Provincia de Siria y Campos de Ebron donde viuio con el sudor de su rostro abriendo y cultiuando los campos asta alli no tocados, ay diferentes opiniones sobre la cantidad de los hijos que nuestro Padre Adán tubo, y aunq’ el sagrado texto no hace mención mas de solos tres; ay autores que dicen auer tenido treinta, y aun otros que tubo ciento, mas como no hacian a el Santo intento del Eximio Chronista Moysen, paso con solo nombrar los tres, A los quince años de su creación de nuestro padre Adán en¬gendró en su muger Eua, á Cain primogénito de el Mundo, y vaso de maldad (que no poco argumento es de la malicia hu¬mana, auer tenido tanta el primer hombre que nació en el Mundo) nació juntamente con Cain (y de un parto) su her¬mana Calbaria: y pasados otros quince años que se cumplie¬ron treinta de la edad de nuestro padre Adán engendró á Abel el justo, que nació juntamente con otra hermana llama Delbora, este fue el primero q’murio en el Mundo y el primero Mártir: pues sin razón ni justicia lo mato su hermano Cain solo por inbidia de auer sido mas acepto a Dios el sacrificio de Abel que no el suio como mas largo parece en el genesis donde se contienen los coloquios que entre Dios y el matador Cain pasaron, y como lo maldijo el Sr. sobre la tierra, y desde aquel punto aun la misma muerte huya de el: y aunque el la buscaua como deseoso de acauar la vida de tantos temores no la podia hallar; porque le puso el Señor cierta señal para q’ nadie lo matase, asta el tiempo que se dirá. Esto tiene por temporal castigo el que a Dios ofende asta que venga el eterno (ó el tiempo de su peni¬tencia) que de su misma sombra se espanta, y con su mis¬ma Anima anda su vida en discordia: como lo dijo Job. Amarga y disgustosa está mi anima con la misma vida en que viuio, y esto decia el Santo Job en persona de el en- nuestros tiempos siguiendo á los mas recibidos y comunes que siguen a los Hebreos, y si acaso no conformare con la que el pió lector de otras partes oviere colegido, confírmele la culpa a quien mui aprovados varones la tienen dada, y no condene en esto mi negligencia pues abra otras cosas de que le hacer cargo con mas Justicia. La primera edad de el Mundo fue desde nuestro padre Adán asta Noe: la qual duró (como queda visto según los Hebreos) 1,656 años, en esta edad ubo diez generaciones como consta de el sa¬grado texto.
Por la desobediencia que a todos es notoria, que Adán tubo al mandamiento de Dios: fue echado del Paraiso, con perpetua macula de su posteridad, y como expulsos y des¬terrados, y desheredados de tanto bien vinieron nuestros padres Adán y Eua de la parte oriental á la Provincia de Siria donde poco antes fueron criados, y hicieron la pri¬mera poblacion de el Mundo en el campo de Ebron esto fue (según la quenta hebrea) 3,961 años antes de nuestro Redemptor Jesuchristo (para reparación de esta caida que acabo de contar) tomase nuestra carne mortal de las Vir¬ginales entrañas de la Beatissima Maria Señora nuestra. Ra¬zón sera que (para consuelo de los que de nueuo han reciui- do y reciuen las sagradas ley Euangelica) hagamos mención en nuestros escriptos de sus piadosas opiniones quando en nada contradicen a el Texto sagrado y verdadero, tienen por común y reciuida opinion los naturales de la Isla Cei- lan (que es en la India Oriental) poco distante de el Cabo de Comorin donde remata el Reino de Malabar puesta en. 8 grados a nuestro Norte, que despues de haber nuestro Padre Adán cometido aquel pecado de inobediencia contra Dios (por el qual fue despuesto de aquel lugar de deleites) vino con toda su familia a viuir a un monte altissimo que en la misma Isla Ceilan esta, y que alli residió muchos años de los de su vida, y a esta causa tienen por Santo aquel Monte, y le llaman Monte de Adán, y aun en una laja de Peñ3 viua que esta en lo alto de el muestran oi dia unas señales (casi como pisadas de hombres) y dicen ser echas alli por sus mismos pies de nuestro padre, para testimonio de que residió alli como desterrado y depuesto: La parte donde avito despues de su deposición conforman todos ser como dho. es en la Provincia de Siria y Campos de Ebron donde viuio con el sudor de su rostro abriendo y cultiuando los campos asta alli no tocados, ay diferentes opiniones sobre la cantidad de los hijos que nuestro Padre Adán tubo, y aunq’ el sagrado texto no hace mención mas de solos tres; ay autores que dicen auer tenido treinta, y aun otros que tubo ciento, mas como no hacían a el Santo intento del Eximio Chronista Moysen, paso con solo nombrar los tres, A los quince años de su creación de nuestro padre Adán en¬gendró en su muger Eua, á Cain primogénito de el Mundo, y vaso de maldad (que no poco argumento es de la malicia hu¬mana, auer tenido tanta el primer hombre que nació en el Mundo) nació juntamente con Cain (y de un parto) su her¬mana Calbaria: y pasados otros quince años que se cumplie¬ron treinta de la edad de nuestro padre Adán engendró á Abel el justo, que nació juntamente con otra hermana llama Delbora, este fue el primero q’murio en el Mundo y el primero Mártir: pues sin razón ni justicia lo mato su hermano Cain solo por inbidia de auer sido mas acepto a Dios el sacrificio de Abel que no el suio como mas largo parece en el genesis donde se contienen los coloquios que entre Dios y el matador Cain pasaron, y como lo maldijo el S\ sobre la tierra, y desde aquel punto aun la misma muerte huya de el: y aunque el la buscaua como deseoso de acauar la vida de tantos temores no la podia hallar; porque le puso el Señor cierta señal para q’ nadie lo matase, asta el tiempo que se dirá. Esto tiene por temporal castigo el que a Dios ofende asta que venga el eterno (ó el tiempo de su peni¬tencia) que de su misma sombra se espanta, y con su mis¬ma Anima anda su vida en discordia: como lo dijo Job. Amarga y disgustosa está mi anima con la misma vida en que viuio, y esto decia el Santo Job en persona de el en- cenegado en pecados. Después de auer el Fratricida y per¬verso Cain muerto (tan injustamente) a su justo hermano, como andubiese consigo mesmo en desgracia (por estarlo en la de Dios) le vino á la memoria las excelencias que de boca de su padre auia oido de la tierra Oriental: y ansi (según escriue Josepho) paso a la India con toda su familia (que en esta coyuntura no deuia ser pequeña) y fue el prime¬ro que en ella avitó despues que de Dios fue criada. El sagrado texto dice, que yendo fugitivo de la faz y presencia de Dios (esto es de su gracia) se fue á la tierra de Oriente, y no es inconviniente ni contra esto lo que dice Josepho, porque la India es el Oriente de la tierra de Siria (donde nuestros padres avitaban) y en la India edificó una Ciudad llamada Enochia, y dándose el mal Cain a rrobos y latro¬cinios, se hizo rico y poderoso en bienes temporales, y con su mal exemplo se dieron sus desendientes á mal viuir, y como Dios es misericordioso danos espacio y lugar para que nos enmendemos, porque no quiere ni desea nuestra muerte, sino q’ viuamos y nos convirtamos a el, tal se avino con el obstinado Cain, que aguardandole el Señor asta viejo, el se envegecio en la maldad y como a duro y pertinaz le dio Dios el castigo (de el justam.te merecido) y fue ansi, que andando un quinto nieto suio (llamado Lamech) a caza, y siendo ciego fuele dho. por un muchacho q’ lo adestraua, que tirase su flecha acia donde el lencaminaua el arco, por¬que andaua alli una bestia fiera, y haciéndolo asi mató al mal quinto abuelo suio Cain, y como Lamech sintiese el daño q* tenia hecho, mató también a el muchacho (*) q’lo auia en- * gañado. Este fue el fin y remate de los dias mal viuidos de Cain primero hijo de Adán y primer padre de los hijos Ira: porque (como queda visto) Abel fue el segundo cuia muerte sintió nuestro padre mucho, y siendo ya de edad de 130 años engendró el tercero hijo llamado Seth, de quien vido felice propagación, y siendo ocupado nuestro padre Adán en regir y gouernar sus familias y enseñarles con mucho
(*) muchacho. 1
cuidado el temor de Dios y el amor del proximo; en vida de Lamech hijo de Mateusalen y padre de Noe, y noueno nieto suio, el año 930 de su edad, y 3031 antes que el hijo de Dios tomase su humanidad (para sanar la muerte que por el entro en el Mundo) falleció en la Ciudad de Arbee en la tierra de Siria y Campos de Ebron, y su cuerpo fue se¬pultado en un sepulcro de Marmor, aunque según otros (piadosamente piensan) fue sepultado en el Monte Calva¬rio donde Xpto. (*) su Redemptor y nuestro padeció. Di¬cho queda como esta primera edad de el Mundo (que co¬menzó en nuestro padre Adán duro 1656 años asta el tiem¬po de Noe, padre segundo de el linage humano) en cuia duración de tiempo hubo en el Mundo muchas poblaciones, porq’ en el cuarto capitulo de el Genesis se hace mención de la Ciudad de Enochia que Cain fundó en la India Orien¬te y esta (como queda visto) fue la primera de el Mundo, y de esta (dice Josepho en sus antigüedades) auer sido cer¬cada de murallas y torres, y el mismo y otros autores hacen memoria de otras muchas Ciudades de aquellos siglos; y se¬gún Philon (historiador mas antiguo que el Josepho) el mismo Cain fundó otras seis Ciudades llamadas Tehe, Leed, Mauli, Iescacelet, Iebhat. También se fundo en este siglo en los campos de Ebron la Ciudad de Arbee, donde queda dho. ser (de opinión de algunos) enterrado nuestro padre Adán. En este siglo mismo fue poblada la ciudad y puerto de Japha donde van las Naos de el Mar Mediterráneo que lleuan pe¬regrinos a Hierusalen, antiguamente llamada Japetho, que dista doce leguas Castellanas de la Sancta Ciudad de Hieru¬salen; fue también poblada la Ciudad de Ascalon patria ori¬ginaria de los Herodes (según Josepho en el de Belo Juday- co) y el Beroso, autor antiquissimo de nación Caldeo ha¬blando de las cosas de aquel siglo en un libro suio (llamado De Floracio) dice que cerca del Monte Libano, que es una pequeña Cordillera puesta entre la tierra de Palestina y la Suria, fue fundada en aquel tiempo una Ciudad llamada
(]) Jesucristo.
cenegado en pecados. Después de auer el Fratricida y per¬verso Cain muerto (tan injustamente) a su justo hermano, como andubiese consigo mesmo en desgracia (por estarlo en la de Dios) le vino á la memoria las excelencias que de boca de su padre auia oido de la tierra Oriental: y ansi (según escriue Josepho) paso a la India con toda su familia (que en esta coyuntura no deuia ser pequeña) y fue el prime¬ro que en ella avitó despues que de Dios fue criada. El sagrado texto dice, que yendo fugitivo de la faz y presencia de Dios (esto es de su gracia) se fue á la tierra de Oriente, y no es inconviniente ni contra esto lo que dice Josepho, porque la India es el Oriente de la tierra de Siria (donde nuestros padres avitaban) y en la India edificó una Ciudad llamada Enochia, y dándose el mal Cain a rrobos y latro¬cinios, se hizo rico y poderoso en bienes temporales, y con su mal exemplose dieron sus desendientes á mal viuir, y como Dios es misericordioso danos espacio y lugar para que nos enmendemos, porque no quiere ni desea nuestra muerte, sino q’ viuamos y nos convirtamos a el, tal se avino con el obstinado Cain, que aguardandole el Señor asta viejo, el se envegecio en la maldad y como a duro y pertinaz le dio Dios el castigo (de el justam.” merecido) y fue ansi, que andando un quinto nieto suio (llamado Lamech) a caza, y siendo ciego fuele dho. por un muchacho q’ lo adestraua, que tirase su flecha acia donde el lencaminaua el arco, por¬que andaua alli una bestia fiera, y haciéndolo asi mató al mal quinto abuelo suio Cain, y como Lamech sintiese el daño q’ tenia hecho, mató también a el muchacho (*) q’lo auia en¬gañado. Este fue el fin y remate de los dias mal viuidos de Cain primero hijo de Adán y primer padre de los hijos Ira: porque (como queda visto) Abel fue el segundo cuia muerte sintió nuestro padre mucho, y siendo ya de edad de 130 años engendró el tercero hijo llamado Seth, de quien vido felice propagación, y siendo ocupado nuestro padre Adán en regir y gouernar sus familias y enseñarles con mucho
(*) muchacho. 1 ,
cuidado el temor de Dios y el amor del proximo; en vida de Lamech hijo de Mateusalen y padre de Noe, y noueno nieto suio, el año 930 de su edad, y 3031 antes que el hijo de Dios tomase su humanidad (para sanar la muerte que por el entro en el Mundo) falleció en la Ciudad de Arbee en la tierra de Siria y Campos de Ebron, y su cuerpo fue se¬pultado en un sepulcro de Marmor, aunque según otros (piadosamente piensan) fue sepultado en el Monte Calva¬rio donde Xpto. (*) su Redemptor y nuestro padeció. Di¬cho queda como esta primera edad de el Mundo (que co- menzo en nuestro padre Adán duro 1656 años asta el tiem¬po de Noe, padre segundo de el linage humano) en cuia duración de tiempo hubo en el Mundo muchas poblaciones, porq’ en el cuarto capitulo de el Genesis se hace mención de la Ciudad de Enochia que Cain fundó en la India Orien¬te y esta (como queda visto) fue la primera de el Mundo, y de esta (dice Josepho en sus antigüedades) auer sido cer¬cada de murallas y torres, y el mismo y otros autores hacen memoria de otras muchas Ciudades de aquellos siglos; y se¬gún Philon (historiador mas antiguo que el Josepho) el mismo Cain fundó otras seis Ciudades llamadas Tehe, Leed, Mauli, Iescacelet, Iebhat. También se fundo en este siglo en los campos de Ebron la Ciudad de Arbee, donde queda dho. ser (de opinión de algunos) enterrado nuestro padre Adán. En este siglo mismo fue poblada la ciudad y puerto de Japha donde van las Naos de el Mar Mediterráneo que lleuan pe¬regrinos a Hierusalen, antiguamente llamada Japetho, que dista doce leguas Castellanas de la Sancta Ciudad de Hieru¬salen; fue también poblada la Ciudad de Ascalon patria ori¬ginaria de los Herodes (según Josepho en el de Belo Juday- co) y el Beroso, autor antiquissimo de nación Caldeo ha¬blando de las cosas de aquel siglo en un libro suio (llamado De Floracio) dice que cerca del Monte Libano, que es una pequeña Cordillera puesta entre la tierra de Palestina y la Suria, fue fundada en aquel tiempo una Ciudad llamada
(‘) Jesucristo.
En os (de el nombre de su fundador) donde avitauan Gi¬gantes que señoreaban desde Oriente á Occidente, y parece conforme á razón, q’en duración de tantos años ansi como en esta parte de el Mundo auia gentes y poblaciones q’ en otras muchas también las deuia auer y por falta de escrip- tores que dello diesen noticias se quedo cubierta de olvido la memoria de ellas, y pues que el diluvio fue para castigo de los pecadores de el Mundo, y fue dilubio general siguie¬se q’ generalmente pecauan en el Mundo, y que en todo el auia hombres pecadores, porque si solo en Siria Bavilonia, y la India Oriental ubiera hombres: allí solo ubiera abomina¬bles pecados, y como al pecado corresponde el castigo, mas como en todas las partes del uniuerso deuia ya de auer hom¬bres por el largo discurso de tiempo, y por los mui fecundos partos de las mugeres (que como consta de Autores graues) de cada uno paria una muger en aquel siglo un hijo y una hija, y eran los hombres inclinados naturalmente a aquello para que Dios los auia criado, que era para enchir el Mundo y multiplicar y crecer en el porque esta fue bendición de precepto. Es conforme a buena razón, que ansi la Asia como Africa y la Europa deuia de estar auatida, puesto que con la antigüedad se nos encubre la noticia de ello, y con la falta de escriptores como arriua dige. El antiguo Beroso (en el lugar citado) tratando de las abominaciones y vicios de aquellas corruptas gentes dice, que aquellos Gigantes q’ aui- tauan en aquella Ciudad llama (*) Enos, confiauan tanto en sus fuerzas y cuerpos: que bejauan y molestauan a todas las gentes, dándose a rrobos y fuerzas, y a los vicios y abo¬minaciones donde los lleuaua su sensualidad, y dice que á las mujeres preñadas las hacían abortar violentamente para co¬mer con mas gusto los cuerpos tiernos de las criaturas, y que tenian carnales y sucios ayuntamientos con sus proias (2) madres, hermanas y hijas (y lo que mas abominable es) con los hombres, y los brutos; y que no auia genero de abomi-
(!) llamada.
(2) propias.
nación que no cometiesen, menos preciando su religión y sus Dioses. Dice mas Beroso que no faltauan otros varones buenos y Santos en medio de tantas corrupciones q’ les pre¬dicasen y enseñasen á aquellas gentes la carrera de la virtud; diciendoles y profetizándoles las cosas futuras, y aun escri- uian en piedras la destruicion de el Mundo con que les ame- nazauan; pero que los malos hacian burla y escarnio de ellos y de sus dichos y doctrina. Dice el mismo autor que entre los hombres de aquel tiempo auia uno que tenia a los Dioses en mucha veneración, el qual viuia en Siria, siendo el mas perfecto de los buenos y el mas consumado entre los sa¬bios, y el mas prudente de todos los hombres. Este (dice Beroso) que se llamaua Noa (*),y su muger la gran Thitea y que tenia tres hijos que se llamauan Samo, Iapheto, Chen: cuias mugeres se llamauan Pandora, Noela, Noegia: que es lo mismo que nos dice el texto sagrado, y aunque en algo parece diferenciar las sonancias de los hombres caúsalo las diferencias de las lenguas y pronunciaciones de ellas.
Cap. 4 de la salida del Patriar cha Noe de el Arca, y de la repartición de el uniuerso conforme a lo moderno.
De quinientos años era Noe, quando engendró los tres hijos arriua nombrados (a quien el Texto sagrado llama Sem, Cham y Japheth) y fue 2045 años antes del nacimiento de nuestro Redemptor y aunque antes del dilubio uniuersal de- uia auer tenido otros: no se escaparon de la inundación de las aguas mas que estos tres en quien se repartió el Mundo; y aunque algunos quieren sentir que despues de auer salido de el Arca, tubo mas hijos y hijas. El Beroso siente lo con¬trario, y si advertimos al Sagrado Texto, dice que despues de el uniuersal dilubio viuio Noe 3 50 años, y no dice (en¬gendro hijos y hijas) como lo suele decir en las vidas de los padres sus genitores, de donde toma razón la que dá Beroso para no los auer tenido, el qual dice que Noe aborrecía gran-
í1) Noé.
Enos (de el nombre de su fundador) donde avitauan Gi¬gantes que señoreaban desde Oriente á Occidente, y parece conforme á razón, q’en duración de tantos años ansi como en esta parte de el Mundo auia gentes y poblaciones q’ en otras muchas también las deuia auer y por falta de escrip- tores que dello diesen noticias se quedo cubierta de olvido la memoria de ellas, y pues que el diluvio fue para castigo de los pecadores de el Mundo, y fue dilubio general siguie¬se q’ generalmente pecauan en el Mundo, y que en todo el auia hombres pecadores, porque si solo en Siria Bavilonia, y la India Oriental ubiera hombres: allí solo ubiera abomina¬bles pecados, y como al pecado corresponde el castigo, mas como en todas las partes del uniuerso deuia ya de auer hom¬bres por el largo discurso de tiempo, y por los mui fecundos partos de las mugeres (que como consta de Autores graues) de cada uno paría una muger en aquel siglo un hijo y una hija, y eran los hombres inclinados naturalmente a aquello para que Dios los auia criado, que era para enchir el Mundo y multiplicar y crecer en el porque esta fue bendición de precepto. Es conforme a buena razón, que ansi la Asia como Africa y la Europa deuia de estar auatida, puesto que con la antigüedad se nos encubre la noticia de ello, y con la falta de escriptores como arriua díge. El antiguo Beroso (en el lugar citado) tratando de las abominaciones y vicios de aquellas corruptas gentes dice, que aquellos Gigantes q’ auí- tauan en aquella Ciudad llama (‘) Enos, confiauan tanto en sus fuerzas y cuerpos: que bejauan y molestauan a todas las gentes, dándose a rrobos y fuerzas, y a los vicios y abo¬minaciones donde los lleuaua su sensualidad, y dice que á las mujeres preñadas las hacian abortar violentamente para co¬mer con mas gusto los cuerpos tiernos de las criaturas, y que tenian carnales y sucios ayuntamientos con sus proias (2) madres, hermanas y hijas (y lo que mas abominable es) con los hombres, y los brutos; y que no auia genero de abomi-
(!) llamada.
<2) propias.
nación que no cometiesen, menos preciando su religión y sus Dioses. Dice mas Beroso que no faltauan otros varones buenos y Santos en medio de tantas corrupciones q’ les pre¬dicasen y enseñasen á aquellas gentes la carrera de la virtud; diciendoles y profetizándoles las cosas futuras, y aun escri- uian en piedras la destruicion de el Mundo con que les ame- nazauan; pero que los malos hadan burla y escarnio de ellos y de sus dichos y doctrina. Dice el mismo autor que entre los hombres de aquel tiempo auia uno que tenia a los Dioses en mucha veneración, el qual viuia en Siria, siendo el mas perfecto de los buenos y el mas consumado entre los sa¬bios, y el mas prudente de todos los hombres. Este (dice Beroso) que se llamaua Noa (*), y su muger la gran Thitea y que tenia tres hijos que se llamauan Samo, Iapheto, Chen: cuias mugeres se llamauan Pandora, Noela, Noegia: que es lo mismo que nos dice el texto sagrado, y aunque en algo parece diferenciar las sonancias de los hombres caúsalo las diferencias de las lenguas y pronunciaciones de ellas.
Cap. 4 de la salida del Patriar cha Noe de el Arca, y de la repartición de el uniuerso conforme a lo moderno.
De quinientos años era Noe, quando engendró los tres hijos arriua nombrados (a quien el Texto sagrado llama Sem, Cham y Japheth) y fue 2045 años antes del nacimiento de nuestro Redemptor y aunque antes del dilubio uniuersal de- uia auer tenido otros: no se escaparon de la inundación de las aguas mas que estos tres en quien se repartió el Mundo; y aunque algunos quieren sentir que despues de auer salido de el Arca, tubo mas hijos y hijas. El Beroso siente lo con¬trario, y si advertimos al Sagrado Texto, dice que despues de el uniuersal dilubio viuio Noe 3 50 años, y no dice (en¬gendro hijos y hijas) como lo suele decir en las vidas de los padres sus genitores, de donde toma razón I3 que dá Beroso para no los auer tenido, el qual dice que Noe aborrecia gran-
(>) No*.
demente las abominables costumbres de el uno de sus tres hi-jos llamado Cham, y por ser incorregible, y vicioso en al¬guna manera no le tenia el amor que el mozo quisiera (que tal es la condición y opinión de los viciosos, que llaman des¬amor y aborrecimiento a el reprenderles sus vicios y malas obras) y dice que acaeciendo lo que el sagrado Texto dice, que beviendo de el vino que el mismo auia plantado, se em-briago y se desnudó en su tabernáculo el qual como lo biese el descomedido Cham, miró con menosprecio las partes pu-dibundas de el padre; y añade: que como se acordase de el despegamiento y poco amor que su padre le mostraua, con echizos, de que era gran maestro ligó y enhechizo las partes generatiuas de el adormido viejo: de tal manera que desde entonces no pudo llegar á hembra en los años dichos q’des- pues viuio (que no pocos hombres quitó a el Mundo el des-obediente Cham si lo tal pasó) esto trae Venero en su In- quiridion. Como quiera que sea siendo Noe de edad de 600 años entro en el Arca con su familia que se gastaron en su fabrica 120 años, porque entonces embio Dios aquel gene¬ral diluvio para castigo de pecados, esto fue 2304 años se¬gún quenta hebrea antes que Xpto. tomase nuestra carne. Para la multiplicación de estas aguas dice el Venerable Beda, que se guardaron aquellas que el Genesis dice auerse diuidido, y David y los Niños de el horno dicen, estar sobre los Cielos; Beroso dice q’ las de los Mares Occeanos y Mediterráneo y las demás Mares salieron de sus limites, y que las fuentes ma-naron con un furor impetuossisimo. Finalmente como se escriue en el Genesis, toda carne fue consumida, que tenia, movimiento sobre la tierra y toda sustancia terrena desde el hombre asta el ganado lo reptil y volátil, y solo quedó Noe y su familia en el Arca, y que estas aguas cubrieron la tierra ciento y cinquenta dias, los quales (según algunos sobre el Genesis) sean de contar sobre los quarenta dias que sin cesar un punto llouio, y llegan a ser todos 190 dias que fue¬ron los que corrieron desde que comenzaron a caer las aguas asta el tiempo de su diminución. No ubo lugar en el uniuer- so donde estas aguas no consumiesen toda cosa criada, ni cerro (por alto y eleuado que fuese) donde no llegasen sus crecimientos (sino fue el Paraiso terrenal) y como de cosa tan general quanto notable no hay nación en el Mundo por barbara que sea que de ella no tenga noticia. Al cabo de estos dias mandó Dios a Noe salir de el Arca con su familia y hijos, y lo demás que en ella se guardó auiendo pasado un año entero que auia fluctuado sobre el agua como lo dice el Nicolao de Lira en su Postilla. Salido de el Arca nuestro segundo padre hizo a Dios gratissimo sacrificio, y de su parte le fue prometido que no habría de alli adelante otro tan empecible dilubio, y en ratificación de este pacto y pro-metimiento puso el Señor su Arco en las nubes en señal de confederación entre el y los hombres. Reducidas las aguas a su primer lugar lo dio también la tierra para ser avitada y a hacerlo por mandado de Dios salieron estos quatro cau¬dillos de el uniuerso y comenzaron a cultiuarlo. Noe em- bio ciertos ganados a un Monte de Silicia llamado Corico, y allí (según escriue Bergomo) gustó de unas hubas silbes- tres; y conocio la suavidad de aquel fructo de donde tomó motiuo a sembrar y cultiuar las viñas, de donde hizo el licor que fue causa de subcederle lo que queda tocado en el pre¬cedente capitulo quando se trató de la mala inclinación de Cam hijo segundo de Noe, y auiendo parado el Arca (de los ya nombrados Patriarcas) en las altas Sierras de Arme¬nia (en la parte que oy llaman Periardes) salieron y pro¬crearon muchas generaciones. De solos Sem, Cham, y Ia- pheth, procedieron setenta y dos mui conocidas, de las qua- les de Iapheth y sus hijos salieron quince, y aunque es ansi que ubo otros muchos linages no hicieron ni acaudillaron gentes de porsi; sino arrimáronse y encorporaronse con otros linages y tribus, y la maior parte de los decendientes de Ia¬pheth y sus hijos; ocuparon y poblaron muchas y mui po¬pulosas Provincias de nuestra Europa. De Cham segundo hijo de Noe, decindíeron treinta y dos generaciones de las quales fue la de Chus su primogénito, y este Chus tubo un
demente las abominables costumbres de el uno de sus tres hi-jos llamado Cham, y por ser incorregible, y vicioso en al¬guna manera no le tenia el amor que el mozo quisiera (que tal es la condición y opinión de los viciosos, que llaman des¬amor y aborrecimiento a el reprenderles sus vicios y malas obras) y dice que ¿acaeciendo lo que el sagrado Texto dice, que beviendo de el vino que el mismo auia plantado, se em¬briago y se desnudó en su tabernáculo el qual como lo biese el descomedido Cham, miró con menosprecio las partes pu-dibundas de el padre; y añade: que como se acordase de el despegamiento y poco amor que su padre le mostraua, con echizos, de que era gran maestro ligó y enhechizo las partes generatiuas de el adormido viejo: de tal manera que desde entonces no pudo llegar á hembra en los años dichos q’des- pues viuio (que no pocos hombres quitó a el Mundo el des-obediente Cham si lo tal pasó) esto trae Venero en su In- quiridion. Como quiera que sea siendo Noe de edad de 600 años entro en el Arca con su familia que se gastaron en su fabrica 120 años, porque entonces embio Dios aquel gene¬ral diluvio para castigo de pecados, esto fue 2304 años se¬gún quenta hebrea antes que Xpto. tomase nuestra carne. Para la multiplicación de estas aguas dice el Venerable Beda, que se guardaron aquellas que el Genesis dice auerse diuidido, y David y los Niños de el horno dicen, estar sobre los Cielos; Beroso dice q’ las de los Mares Occeanos y Mediterráneo y las demás Mares salieron de sus limites, y que las fuentes ma¬naron con un furor impetuossisimo. Finalmente como se escriue en el Genesis, toda carne fue consumida, que tenia, movimiento sobre la tierra y toda sustancia terrena desde el hombre asta el ganado lo reptil y volátil, y solo quedó Noe y su familia en el Arca, y que estas aguas cubrieron la tierra ciento y cinquenta dias, los quales (según algunos sobre el Genesis) sean de contar sobre los quarenta dias que sin cesar un punto llouio, y llegan a ser todos 190 dias que fue¬ron los que corrieron desde que comenzaron a caer las aguas asta el tiempo de su diminución. No ubo lugar en el uniuer- so donde estas aguas no consumiesen toda cosa criada, ni cerro (por alto y eleuado que fuese) donde no llegasen sus crecimientos (sino fue el Paraiso terrenal) y como de cosa tan general quanto notable no hay nación en el Mundo por barbara que sea que de ella no tenga noticia. Al cabo de estos dias mandó Dios a Noe salir de el Arca con su familia y hijos, y lo demás que en ella se guardó auiendo pasado un año entero que auia fluctuado sobre el agua como lo dice el Nicolao de Lira en su Postilla. Salido de el Arca nuestro segundo padre hizo a Dios gratissimo sacrificio, y de su parte le fue prometido que no habria de allí adelante otro tan empecible dilubio, y en ratificación de este pacto y pro¬metimiento puso el Señor su Arco en las nubes en señal de confederación entre el y los hombres. Reducidas las aguas a su primer lugar lo dio también la tierra para ser avitada y a hacerlo por mandado de Dios salieron estos quatro cau-dillos de el uniuerso y comenzaron a cultiuarlo. Noe em- bio ciertos ganados a un Monte de Silicia llamado Corico, y allí (según escriue Bergomo) gustó de unas hubas silbes- tres; y conocio la suavidad de aquel fructo de donde tomó motiuo a sembrar y cultiuar las viñas, de donde hizo el licor que fue causa de subcederle lo que queda tocado en el pre¬cedente capitulo quando se trató de la mala inclinación de Cam hijo segundo de Noe, y auiendo parado el Arca (de los ya nombrados Patriarcas) en las altas Sierras de Arme¬nia (en la parte que oy llaman Periardes) salieron y pro¬crearon muchas generaciones. De solos Sem, Cham, y Ia- pheth, procedieron setenta y dos mui conocidas, de las qua- les de Iapheth y sus hijos salieron quince, y aunque es ansi que ubo otros muchos linages no hicieron ni acaudillaron gentes de porsi; sino arrimáronse y encorporaronse con otros linages y tribus, y la maior parte de los decendientes de Ia¬pheth y sus hijos; ocuparon y poblaron muchas y mui po¬pulosas Provincias de nuestra Europa. De Cham segundo hijo de Noe, decindieron treinta y dos generaciones de las quales fue la de Chus su primogénito, y este Chus tubo un hijo que se llamó Nemproth hombre de gran fuerza y Gi¬gante en el Cuerpo, el qual (como de las escripturas divi¬nas y humanas consta) fue el primero que dio principio en el Mundo á la infame y detestable Idolatría, siendo también el primer tirano que mal su grado forzó a los hombres que perdiesen aquella primitiva livertad en que Dios los auia constitudo (como trataré adelante aunque breuemente porq’ mi intento se encamina a otro remate y paradero). Para maior entendimiento y menos confusion de lo que sea de escriuir de los pobladores de las partes y Provincias de el Mundo: me parece será acertado lo dividamos y descriva- mos según y como lo hacen los mas Vigilantes Geographos, para que a cada poblador del vacio Mundo le apliquemos la Provincia que en el poblo, nombrándola por el nombre á nosotros mas manifiesto. Esta fabrica maravillosa de el Mun¬do, que consta de aguas y tierra (de quien ya queda escrip- to) la dividieron los antiguos en tres partes principales, y a estas llamaron Asia, Aphrica, Europa; nombre primero á Asia como a parte maior, y que en mucha cantidad se aven¬taja y excede á las dos restantes; confina con la Aphrica por aquel largo brazo de Mar llamado Rojo, cuio remate y termino fenece en la parte que el sagrado Texto llama Asion- gaber, y desde aquel remate ó punta de el Mar, asta nuestro Mediterráneo, podra auer cantidad de 60 leguas poco mas ó menos; de suerte que si aquello se abriera (como algunos antiguos intentaron especialmente Cleopatra: de quien es- criuen auer querido juntar por una gran fosa, ó Caua, el Mar bermejo con el Nilo, para meter por ahi en barcas las drogas y riquezas que de la India Oriental se traen, y comu¬nicarlas por el Mediterráneo) quedara Aphrica hecha Ysla, mas déjalo deser por aquella distancia de tierra que dige, por ahi pues se diuide la Asia de la Aphrica, quedándose esta con todo el Egipto que es lo más Oriental de Aphrica y la Asia con la Siria, oi llamada Suria, donde se incluie Pa¬lestina, y las tres Arabias que son los términos suios mas Oc¬cidentales, y en el mismo derecho que se acaba y remata el
Mar bermejo buelto el rostro hacia el Norte y teniendo el naciente Sol sobre el lado derecho: se hace aquel estrecho de Helex a quien aora llaman Canal de Constantinopla (ó Bosphoro Tracio) por el qual se entra al Ponto Eugino lla¬mado aora Mar maior: dejando los mas Orientales remates de nuestra Europa sobre la mano hizquerda, y la Asia á la derecha. Siguiendo el mismo rrumbo (y caminando el ros¬tro a el Norte) se llega a el Bosforo cimerio, y aquel famo¬so Piélago de agua dulce paradero del Rio Tanais q’ nace de los Montes Ripheos cercanos al Septentrión, el qual Piélago se llama Laguna Meotis y aora Mar de la Tana, y dividiendo las dos Scitias, Europea y Asiatica se llega esta linea a el Mar Scitico y devajo el Norte de quien se tubo mui confusa no¬ticia asta que Olao Magno publicó sus secretos con particu¬laridades tantas, que para referirlas seria necesario libros porsi. Yo evisto el Mapa de Guillelmo Postelo Dean de Pa¬rís, que salió a luz el año de 1580. donde haciendo demos¬tración plana de las tierras y Mares de el Septentrión, ma¬nifiesta mucha grandeza de Mundo a nosotros oculto, y aun no esta bien determinado qual parte de las muchas que pone se deua atribuir á la Europa, y qual á la Asia. Esto me parece bastará para entender los á ledaños y términos de estas dos partes menores de el Mundo con la maior (por la parte Oriental) lo demás se dirá mas en particular en el Capitulo siguiente. Aphrica se divide de Europa mediante el Mar Mediterráneo, que hace entrada por el Estrecho de Gi- braltar: y lleuando el rostro a el nacimiento de el Sol, tene¬mos a el lado derecho la Africa, y el hizquierdo la Europa asta llegar á la Canal de Constantinopla (que ya nombra¬mos) porque pasada aquella entrada de la dha. Canal co¬mienza la Asia menor desde aquel Cabo llamada oi dia Tro- yano iba corriendo la Costa todavia al leuante siendo el Mar Mediterráneo y la tierra, la Notolia y Cilicia y otras que adelante se nombraran y ansi va haciendo arco la costa y Marina de la Suria y Phenicia asta venirse a juntar con el termino y remate de la Aphrica q’ como antes digimos esta en la Suria.
hijo que se llamó Nemproth hombre de gran fuerza y Gi¬gante en el Cuerpo, el qual (como de las escripturas divi¬nas y humanas consta) fue el primero que dio principio en el Mundo á la infame y detestable Idolatria, siendo también el primer tirano que mal su grado forzó a los hombres que perdiesen aquella primitiva livertad en que Dios los auia constitudo (como trataré adelante aunque breuemente porq’ mi intento se encamina a otro remate y paradero). Para maior entendimiento y menos confusion de lo que sea de escriuir de los pobladores de las partes y Provincias de el Mundo: me parece será acertado lo dividamos y descriva¬mos según y como lo hacen los mas Vigilantes Geographos, para que a cada poblador del vacio Mundo le apliquemos la Provincia que en el poblo, nombrándola por el nombre á nosotros mas manifiesto. Esta fabrica maravillosa de el Mun¬do, que consta de aguas y tierra (de quien ya queda escrip- to) la dividieron los antiguos en tres partes principales, y a estas llamaron Asia, Aphrica, Europa; nombre primero á Asia como a parte maior, y que en mucha cantidad se aven¬taja y excede á las dos restantes; confina con la Aphrica por aquel largo brazo de Mar llamado Rojo, cuio remate y termino fenece en la parte que el sagrado Texto llama Asion- gaber, y desde aquel remate ó punta de el Mar, asta nuestro Mediterráneo, podra auer cantidad de 60 leguas poco mas ó menos; de suerte que si aquello se abriera (como algunos antiguos intentaron especialmente Cleopatra: de quien es- criuen auer querido juntar por una gran fosa, ó Caua, el Mar bermejo con el Nilo, para meter por ahi en barcas las drogas y riquezas que de la India Oriental se traen, y comu-nicarlas por el Mediterráneo) quedara Aphrica hecha Ysla, mas déjalo deser por aquella distancia de tierra que dige, por ahi pues se diuide la Asia de la Aphrica, quedándose esta con todo el Egipto que es lo más Oriental de Aphrica y la Asia con la Siria, oi llamada Suria, donde se incluie Pa¬lestina, y las tres Arabias que son los términos suios mas Oc¬cidentales, y en el mismo derecho que se acaba y remata el
Mar bermejo buelto el rostro hacia el Norte y teniendo el naciente Sol sobre el lado derecho: se hace aquel estrecho de Helex a quien aora llaman Canal de Constantinopla (ó Bosphoro Tracio) por el qual se entra al Ponto Eugino lla¬mado aora Mar maior: dejando los mas Orientales remates de nuestra Europa sobre la mano hizquerda, y la Asia á la derecha. Siguiendo el mismo rrumbo (y caminando el ros¬tro a el Norte) se llega a el Bosforo cimerio, y aquel famo¬so Piélago de agua dulce paradero del Rio Tanais q’ nace de los Montes Ripheos cercanos al Septentrión, el qual Piélago se llama Laguna Meotis y aora Mar de la Tana, y dividiendo las dos Scitias, Europea y Asiatica se llega esta linea a el Mar Scitico y devajo el Norte de quien se tubo mui confusa no¬ticia asta que Olao Magno publicó sus secretos con particu¬laridades tantas, que para referirlas seria necesario libros porsi. Yo evisto el Mapa de Guillelmo Postelo Dean de Pa- ris, que salió a luz el año de 1580. donde haciendo demos¬tración plana de las tierras y Mares de el Septentrión, ma¬nifiesta mucha grandeza de Mundo a nosotros oculto, y aun no esta bien determinado qual parte de las muchas que pone se deua atribuir á la Europa, y qual á la Asia. Esto me parece bastará para entender los á ledaños y términos de estas dos partes menores de el Mundo con la maior (por la parte Oriental) lo demás se dirá mas en particular en el Capitulo siguiente. Aphrica se divide de Europa mediante el Mar Mediterráneo, que hace entrada por el Estrecho de Gi- braltar: y lleuando el rostro a el nacimiento de el Sol, tene¬mos a el lado derecho la Africa, y el hizquierdo la Europa asta llegar á la Canal de Constantinopla (que ya nombra¬mos) porque pasada aquella entrada de la dha. Canal co¬mienza la Asia menor desde aquel Cabo llamada oi dia Tro- yano iba corriendo la Costa todavía al leuante siendo el Mar Mediterráneo y la tierra, la Notolia y Cilicia y otras que adelante se nombraran y ansi va haciendo arco la costa y Marina de la Suria y Phenicia asta venirse a juntar con el termino y remate de la Aphrica q’ como antes digimos esta en la Suria.
Cap. 5 donde se acaua de repartir el uniuerso y señalan las Provincias de cada parte de él y de la confusion de las lenguas en la fabrica de la Torre, con otras curiosidades.
Assia (ansi llamada según los poetas) de Asia Ninfa hija de Tetis y de Occeano, muger de lapeto de la qual ellos di¬cen auer nacido Prometeo, ó según los historiadores, llamado ansi de Asió hijo de Maneo Rei de Lidia, se aparta de las otras dos partes de el Mundo por aquellos lugares que dejo escriptos; ponele Ptolomeo quarenta y ocho principales pro-vincias, es dividida en Asia maior y menor, en la menor con¬tiene quatro grandissimas Provincias Phrigia aora llamada Notolia, Lidia, Misia, Caria. La maior contiene, Ponto, Bi- thinia, Licia, Panfilia, Leus, cosiria aora llamada Capado- cia, dos Armenias maior y menor, Cilicia, cuia caueza es Tarso (tierra del Apcstol) Galacia, Coicos, Iberia, Albania, Siria, Phenicia, Palestina, Judea, Arauia petrea, Arauia de¬sierta, Arauia felix, Mesopotania, Bavilonia (oi llamada Pro¬vincia de Valdac) Asiria, Media, Persia, Parthia, Carma- nias, Hircania.. Margiania, Batriania, Sogdiania, Saccha, Sci- tia, Asiatica, Sérica, Arria, China, Paropaniso. Drangiana. Arachossia, Gedrosia (en nuestros tiempos llamada Cambara, donde esta el principio de la India Oriental) India menor y maior de la otra parte de el Ganges. Estas Provincias son las que le aplican y atribuyen los que de Asia escriuen, y aunq’ de la maior parte de ellas se nombran y llaman en . nuestros tiempos por nombx-es diferentes de los que aqui les ponemos: son cosas que se an de poner a quenta de los tiem¬pos, y el no sauerlos en los presentes, caúsalo el poco con- mercio q’ con estas tierras y naciones tenemos. Aphrica se¬gún los escriptores Arabes es ansi llamada de Illfiric, un Ca- pitan valeroso q’ pasando con pujante exercito á aquella parte de Mundo, quiso volber a su tierra (Arauia felice de donde auia salido) halló tomados los caminos por los ene- xxiigos con quien tenia guerra: de estotra parte de el Mar Bermejo y se ubo forzosamente de detener en ella, y poblar¬la, ó dicese de Pharaca verbo Araue, que quiere decir divi¬dir (por estar como esta divisa de las demás partes de el Mundo como esta visto) de la parte de el Poniente tiene el Mar Atlántico, que es aquel donde están la Canarias y Islas de Cabo verde; de la parte de el Norte tiene el Mar Medi-terráneo (que como queda dho. la divide de la Europa) de la parte Oriental tiene aquel pedazo de tierra interpuesto de el Mar Mediterráneo asta el Mar bermejo (que serán sesenta leguas de distancia) y el mismo Mar bermejo asta salir a el gran Mar Occeano etiopico según la descripción de Ptolo-meo, contiene doce Provincias que son estas, Mauritania, Tingitania (en que se contiene el Reino de Fez y Marrue¬cos y otros muchos) Mauritania Cesariense (donde cae el reino de Tremecen y Oran) Numidia (donde es Argel y Buxia) Africa Reino y Ciudad, llamada por sus funda¬dores Mehedia, donde se contiene el Reino de Túnez y la Isla de los Gelbes, y el Tripol de berueria, Cirenayca, Libia donde es la Mar Marica, y otras baruaras naciones, Egipto grandissimo Reino y mui celebrado en divinas y humanas historias, dos Etiopias, una llamada Sub Egipto (donde es el Reino de Nubia y la Isla Meroe, y Cieñe, que cae en el gran Señorío de el Emperador de los Abixinos llamado co¬mún y impriamente (*) Preste Joan) Libia interior donde caen los Garamantes, donde se hallan muchos generos de serpientes y animales nociuos, la grande Etiopia que con¬tiene la Guinea, Manicongo, Mano motape, Iolofe, Quiloa, y otros Reinos infinitos de quien por su baruaridad apenas se tiene noticia, La región, Troglodita donde los naturales son velocisimos corredores. Esto se puede decir en suma de la grandeza de Aphrica lo demás se queda para sus descrip¬tores. La otra parte de el Mundo es nuestra Europa, llamada ansi de Europa hija de Rei Agenor, que hurtándola Júpiter
■■]) impropriamente.
Cap. 5 donde se acaua de repartir el uniuerso y señalan las
Provincias de cada parte de él y de la confusion
de las lenguas en la fabrica de la Torre, con otras
curiosidades.
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Assia (ansi llamada según los poetas) de Asia Ninfa hija de Tetis y de Occeano, muger de Iapeto de la qual ellos di¬cen auer nacido Prometeo, ó según los historiadores, llamado ansi de Asió hijo de Maneo Rei de Lidia, se aparta de las otras dos partes de el Mundo por aquellos lugares que dejo escriptos; ponele Ptolomeo quarenta y ocho principales Pro¬vincias, es dividida en Asia maior y menor, en la menor con¬tiene quatro grandísimas Provincias Phrigia aora llamada Notolia, Lidia, Misia, Caria. La maior contiene, Ponto, Bi- thinia, Licia, Panfilia, Leus, cosiria aora llamada Capado- cia, dos Armenias maior y menor, Cilicia, cuia caueza es Tarso (tierra del Apcstol) Galacia, Coicos, Iberia, Albania, Siria, Phenicia, Palestina, Judea, Arauia petrea, Arauia de¬sierta, Arauia felix, Mesopotania, Bavilonia (oi llamada Pro¬vincia de Valdac) Asiría, Media, Persia, Parthia, Carma- nias, Hircania Margiania, Batriania, Sogdiania, Saccha, Sci- tia, Asiatica, Sérica, Arria, China, Paropañiso. Drangiana. Arachossia, Gedrosia (en nuestros tiempos llamada Cambaya, donde esta el principio de la India Oriental) India menor y maior de la otra parte de el Ganges. Estas Provincias son las que le aplican y atribuyen los que de Asia escriuen, y aunq’ de la maior parte de ellas se nombran y llaman en nuestros tiempos por nombres diferentes de los que aqui les ponemos: son cosas que se an de poner a quenta de los tiem¬pos, y el no sauerlos en los presentes, caúsalo el poco con- mercio q’ con estas tierras y naciones tenemos. Aphrica se¬gún los escriptores Arabes es ansi llamada de Illfiric, un Ca- pitan valeroso q’ pasando con pujante exercito á aquella parte de Mundo, quiso volber a su tierra (Arauia felice de donde auia salido) halló tomados los caminos por los ene¬migos con quien tenia guerra: de estotra parte de el Mar Bermejo y se ubo forzosamente de detener en ella, y poblar¬la, ó dicese de Pharaca verbo Araue, que quiere decir divi¬dir (por estar como esta divisa de las demás partes de el Mundo como esta visto) de la parte de el Poniente tiene el Mar Atlántico, que es aquel donde están la Canarias y Islas de Cabo verde; de la parte de el Norte tiene el Mar Medi¬terráneo (que como queda dho. la divide de la Europa) de la parte Oriental tiene aquel pedazo de tierra interpuesto de el Mar Mediterráneo asta el Mar bermejo (que serán sesenta leguas de distancia) y el mismo Mar bermejo asta salir a el gran Mar Occeano etiopico según la descripción de Ptolo- mco, contiene doce Provincias que son estas, Mauritania, Tingitania (en que se contiene el Reino de Fez y Marrue¬cos y otros muchos) Mauritania Cesariense (donde cae el reino de Tremecen y Oran) Numidia (donde es Argel y Buxia) Africa Reino y Ciudad, llamada por sus funda-dores Mehedia, donde se contiene el Reino de Túnez y la Isla de los Gelbes, y el Tripol de berueria, Cirenayca, Libia donde es la Mar Marica, y otras baruaras naciones, Egipto grandissimo Reino y mui celebrado en divinas y humanas historias, dos Etiopias, una llamada Sub Egipto (donde es el Reino de Nubia y la Isla Meroe, y Cieñe, que cae en el gran Señorio de el Emperador de los Abixinos llamado co¬mún y impriamente (!) Preste Joan) Libia interior donde caen los Garamantes, donde se hallan muchos géneros de serpientes y animales nociuos, la grande Etiopia que con¬tiene la Guinea, Manicongo, Mano motape, Iolofe, Quiloa, y otros Reinos infinitos de quien por su baruaridad apenas se tiene noticia, La región, Troglodita donde los naturales son velocísimos corredores. Esto se puede decir en suma de la grandeza de Aphrica lo demás se queda para sus descrip¬tores. La otra parte de el Mundo es nuestra Europa, llamada ansi de Europa hija de Rei Agenor, que hurtándola Júpiter
(‘) ¡mpropriamentc.
de la casa de su padre en el Reino de Phenicia la paso a Can- dia, y con ella a esta parte de el Mundo y de ella como tal nombre. Ya queda dicho como parte términos con Asia (por la parte Oriental) por la Canal de Constantinopla (llama¬da antiguamente Mar de Helez por donde pasaua Leandro a gozar los regalos de Ero) y por el Mar maior, y por rio Tanais nutridos de la laguna Meotica, ó Temerida; por la parte de el Norte tiene el elado Mar Scitico y Mar de Ale¬mania, y Británico; á la parte de Occidente tiene el gran Mar Occeano; á la parte de el Medio dia tiene el Mar Me¬diterráneo por donde parte términos por Aphrica. Esta Pro¬vincia de Europa según Ptolomeo contiene en si treinta y quatro grandes Provincias, esta en ella nuestra España que por los antiguos fue diuisa en tres Regiones que fueron, Nethica ansi llamada del Río Betis, oí Guadalquibir, á la qual Provincia llamamos Andalucía, y Reino de Granada; la otra llamada Lusitania tomando tal nombre de Luso (com-pañero ó hijo de Bacto, según el Maestro Antonio) y oí llamada Portugal; la otra es España Tarraconense, donde se incluie Nauarra, Galicia, Vizcaya; la otra parte es Reino de Castilla, León, Aragón, Cataluña, llamada antes parte Ta¬rraconense; están en la Europa las Galias a quien llamamos en nuestro siglo Reino de Francia, a quien los antiguos di¬vidieron en quatro partes según se verá en el libro primero de las Anales de Aquitania (historia Francesa y autentica) llamaron destas Galia Aquitanica, Galia Lugdonense, Galia Bélgica, Galia Narbonense. Esta también en Europa la gran Alemania divisa en baja y alta donde están y se incluien • grandes y opulentas Provincias, la Suebia. Franconia, Thu- ringia, Morauia, Austria y Ungria llamadas Pononias, las dos Polonias maior y menor, Tracia, Podolia, Lotharingia, Pomerania, Recia, Vindelicia, oí Bauiera, Illiris, Liburnia, Dalmacia con la Esclauonia, la Grecia que contiene mu¬chas Regiones, Epiro, Acaya, Macedonia, Morea. Tiene Europa á la Italia madre de muchas Señorías y Provincias, Campania, Calabria, Lacio oi Toscana, Apulia, Tucia,
Umbría, Lombardia y otras que no ay para que nombrar¬las. Esta en esta Europa gran parte de la tierra Septentrio¬nal, que son Sarmacia, Prusia, Liuonia, las dos Rusias, Alba, y Negra, Moscouia, Lituania, Ubalaquia, Trasilbania, Thau- rica llamada la menor, Tartaria, Dacia, y otras mu¬chas Provincias a nosotros incógnitas, que hace poco al caso de referir aqui sus nombres. Estas tres partes de el Mundo demás de las Provincias nombradas y otras que se dejan, tiene asi adherentes grandissimas cantidad de Islas, especialmente la Asia por aquella parte que se llama India Oriental de quien adelante se tratará, y esto basta para la noticia de estas partes en q’ el Mundo está por los antiguos diviso especial por Ptolomeo, que desta ciencia le dan el pri¬mado y quien mas en particular quisiere ver esta división maravillosamente explanada lea á Abrahamo Ortelio en tea¬tro orbis térra, y satisfara cumplidamente a su deseo. Al¬gunos años auian pasado despues de el uniuersal dilubio quan- do el Gigante Nembrot (que atras queda visto ser viznieto de Noe, y nieto de Cam, y hijo de Chus) con ambicioso or¬gullo comenzó á acaudillar gentes y grangear para si el nom¬bre de el primer tirano de el Mundo, y ansi estableció en ella primera Monarchia q’ fue la de los Ásirios, de quien fue el ultimo Sardanapalo auiendola tenido treinta y seis Reies, que el referir aqui sus nombres no hacen a nuestro intento por aora. Este Primado de la tirania Nembrot mobio sus gentes hacia la parte Oriental criando por cómplice y com¬pañeros en sus desafueros otros dos desalmados varones que a imitación suia auia cada qual tiranizado sus tribus y de- cendencia, llamados Ietan caudillo de los hijos y decendien- tes de Sem y Suphne que gouernaua los de Iaphet. Y lle¬gados a los Campos de Senaar (que despues se llamó Caldea) auitaron ahi: este Campo consta de unas latissimas llanadas puestas entre el Monte Tauro (ramo de los Caspios) y el Mar Pérsico, a quien los mas modernos llamaron Campos de Edén, donde fue fundada aquella Ciudad de Edesa (que según Sant Hieronimo en las questiones Hebraicas) fue la de la casa de su padre en el Reino de Phenicia la paso a Can¬día, y con elia a esta parte de el Mundo y de ella como tal nombre. Ya queda dicho como parte términos con Asia (por la parte Oriental) por la Canal de Constantinopla (llama¬da antiguamente Mar de Helez por donde pasaua Leandro a gozar los regalos de Ero) y por el Mar maior, y por rio Tanais nutridos de la laguna Meotica, ó Temerida; por la parte de el Norte tiene el elado Mar Scitico y Mar de Ale¬mania, y Británico; á la parte de Occidente tiene el gran Mar Occeano; á la parte de el Medio dia tiene el Mar Me¬diterráneo por donde parte términos por Aphrica. Esta Pro¬vincia de Europa según Ptolomeo contiene en si treinta y quatro grandes Provincias, esta en ella nuestra España que por los antiguos fue diuisa en tres Regiones que fueron, Nethica ansi llamada del Rio Betis, oi Guadalquibir, á la qual Provincia llamamos Andalucia, y Reino de Granada; la otra llamada Lusitania tomando tal nombre de Luso (com-pañero ó hijo de Bacto, según el Maestro Antonio) y oi llamada Portugal; la otra es España Tarraconense, donde se incluie Nauarra, Galicia, Vizcaya; la otra parte es Reino de Castilla, León, Aragón, Cataluña, llamada antes parte Ta-rraconense; están en la Europa las Galias a quien llamamos en nuestro siglo Reino de Francia, a quien los antiguos di-vidieron en quatro partes según se verá en el libro primero de las Anales de Aquitania (historia Francesa y autentica) llamaron dcstas Galia Aquitanica, Galia Lugdonense, Galia Bélgica, Galia Narbonense. Esta también en Europa la gran Alemania divisa en baja y alta donde están y se incluien * grandes y opulentas Provincias, la Suebia. Franconia, Thu- ringia, Morauia, Austria y Ungria llamadas Pononias, las dos Polonias maior y menor, Tracia, Podolia, Lotharingia, Pomerania, Recia, Vindelicia, oi Bauiera, Illiris, Liburnia, Dalmacia con la Esclauonia, la Grecia que contiene mu¬chas Regiones, Epiro, Acaya, Macedonia, Morea. Tiene Europa á la Italia madre de muchas Señorias y Provincias, Campania, Calabria, Lacio oi Toscana, Apulia, Tucia,
Umbría, Lombardia y otras que no ay para que nombrar¬las. Esta en esta Europa gran parte de la tierra Septentrio¬nal. que son Sarmacia, Prusia, Liuonia, las dos Rusias, Alba, V Negra, Moscouia, Lituania, Ubalaquia, Trasilbania, Thau- rica llamada la menor, Tartaria, Dacia, y otras mu¬chas Provincias a nosotros incógnitas, que hace poco al caso de referir aqui sus nombres. Estas tres partes de el Mundo demás de las Provincias nombradas y otras que se dejan, tiene asi adherentes grandissimas cantidad de Islas, especialmente la Asia por aquella parte que se llama India Oriental de quien adelante se tratará, y esto basta para la noticia de estas partes en q’ el Mundo está por los antiguos diviso especial por Ptolomeo, que desta ciencia le dan el pri¬mado y quien mas en particular quisiere ver esta división maravillosamente explanada lea á Abrahamo Ortelio en tea¬tro orbis térra, y satisfara cumplidamente a su deseo. Al¬gunos años auian pasado despues de el uniuersal dilubio quan- do el Gigante Nembrot (que atras queda visto ser viznicto de Noe, y nieto de Cam, y hijo de Chus) con ambicioso or¬gullo comenzó á acaudillar gentes y grangear para si el nom¬bre de el primer tirano de el Mundo, y ansi estableció en ella primera Monarchia q’ fue la de los Asirios, de quien fue el ultimo Sardanapalo auiendola tenido treinta y seis Reies, que el referir aqui sus nombres no hacen a nuestro intento por aora. Este Primado de la tiranía Nembrot mobio sus gentes hacia la parte Oriental criando por cómplice y com¬pañeros en sus desafueros otros dos desalmados varones que a imitación suia auia cada qual tiranizado sus tribus y de- cendencia, llamados Ietan caudillo de los hijos y decendien- tes de Sem y Suphne que gouernaua los de Iaphet. Y lle¬gados a los Campos de Senaar (que despues se llamó Caldea) auitaron ahi: este Campo consta de unas latissimas llanadas puestas entre el Monte Tauro (ramo de los Caspios) y el Mar Pérsico, a quien los mas modernos llamaron Campos de Edén, donde fue fundada aquella Ciudad de Edesa (que ^gun Sant Hieronimo en las questiones Hebraicas) fue la antigua Rages, de quien quenta Eusebio en su Historia Ecle¬siástica, ser Reí Abagaro Thoparcus, que escriuio aquella comedia carta a Xpto. nuestro Redemptor, y de donde fue natural la primera Sibilla, llamada Pérsica, que con voz de- viuo oráculo predijo de mucho tiempo atras el sumptuoso banquete que nuestro Redemptor hizo á aquellas compa¬ñas con los cinco panes y dos peces. Por estas mismas llana¬das corre el caudaloso Rio Eufratres, que el y el arrevatado Tigris (según Estrabon) nacen de el Monte Tauro, y se vienen a juntar no mui lejos de la antigua Babilonia, oi lla¬mada Balda^ por los Turcos; y la tierra que estos dos cau¬dalosos RÍOS toman en medio es la Mesopotamia tanto cele¬brada en las divinas letras. En estas campañas dhas. reparó con su exercito aquel diabolico Triumvirato presidiendo en el el maldito Nembrot, y en este lugar introdujo entre sus gentes la falta idolatría siendo el el primero inventor de tan nefanda maldad; aqui fundó la Ciudad de Babilonia, auien- do antes de ella fundado en diferentes partes otras tres lla¬madas Arath, Arcad, Calmna, mas de todas y de la tierra que ay desde Gaza asta Egipto tubo Bauilonia el Primado, y fue tal en el tiempo de su prosperidad, que fue contada como una de las siete marauillas de el Mundo. Aqui le pa¬reció a Nembrot fabricar una Torre con que intentaua re¬sistir la voluntad del soberano Dios; si otra vez quisiese cas¬tigar sus culpas con agua. A este Nembrot llamaron mu¬chos escriptores antiguos Saturno, y la causa creo deuio ser que (como dice Genophon) á los Principes que fundaron Reinos, gouernaron Provincias, mandaron gentes, y seño- reron naciones llamauan Saturnos, y porque este Nembrot fue (como queda visto) el primero que tiránicamente se hi>- zo pujante, el Beroso y otros lo llaman Saturno. Ciento y treinta y un años (poco mas o menos) hauian pasado des-pues de aquel uniuersal dilubio, quando esta Torre se co- menzo a fabricar en cuia ocupacion y obra se hallaron jun¬tas casi todas las gentes que en aquella sazón auia en el Mun¬do: excepto los hijos decindientes de Heber, viznietos de
Noe, hijo de Sem, y asi es de creer que la lengua hebrea es la mas antigua de el Mundo, y la que hablo nuestro padre Adán; porque como no participaron en la culpa, tampoco en la pena: y tal opinion tienen Sant Agustín y Sant An¬tonino y Neucler, y Sant Ysidro en sus Ethimologias, y otros modernos; y es conforme á razón que con la lengua juntamte’ conservarían el uso de las letras, pues es claro q’ las auia an¬tes de el Dilubio; y Abrahan las pornia en mas acomodado estilo y en mas factibles caracteres, y por esto (con mucha verdad y razón) se le atribuie a el la delicada y útil inven¬ción de ellas como mas largo lo notare adelante. En estos tiempos donde aora llegamos con la Historia que es la con¬fusión de las lenguas (según Eusebio de los tiempos, y Jus¬tino, y Maneton antiguo y diligentissimo escriptor de los Reies de Egipto) Tubal a quien los mas atribuien la pobla¬ción de nuestra España, no se auia apartado para ella: antes afirman auer sido el segundo año de el Reinado de Nembrot en Babilonia, y lo mismo seria los demás. Ofendidos los ojos de el Señor de la inuqua y pessima ocupacion de aquella gente ingrata, quiso cortar el camino a su vano intento; y ansi los confundio con sus mismas lenguas, y como asta allí auia sido toda la lengua una de suvito se hallaron trocado su lenguaje en muchos y mui diferentes idiomas: y como los unos a los otros no se entendian alzaron de obra, y cada qual siguió al que entre ellos era mas principal coadunán¬dose en una compañía y familia, aquellos que mejor se po- dian entender entre si, y quedóse el tirano Nembrot con la tierra de Senaar, y con la gente mas granada. Alli fue fun¬dada la famosa Babilonia madre de confusion, monstruo pa- ridor de monstruosas abominaciones. Este fue el principio y origen de la Monarchia de los Asirios que según diligentes Autores fue Ciento y treinta años despues de el dilubio. Fue su primero Reí, como queda visto, Nembrot el qual vi- uio en el Reinado cinquenta años tan llenos de vicios y abo¬minaciones como nos dan testimonio todos los autores que de su infame vida tratan. Eusebio Cesariense (en sus Chro-
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antigua Rages, de quien quenta Eusebio en su Historia Ecle-siástica, ser Rei Abagaro Thoparcus, que escriuio aquella comedia carta a Xpto. nuestro Redemptor, y de donde fue natural la primera Sibilla, llamada Pérsica, que con voz de- viuo oráculo predijo de mucho tiempo atras el sumptuoso banquete que nuestro Redemptor hizo á aquellas compa¬ñas con los cinco panes y dos peces. Por estas mismas llana¬das corre el caudaloso Rio Eufratres, que el y el arrevatado Tigris (según Estrabon) nacen de el Monte Tauro, y se vienen a juntar no mui lejos de la antigua Babilonia, oi lla¬mada Baldac, por los Turcos; y la tierra que estos dos cau¬dalosos RÍOS toman en medio es la Mesopotamia tanto cele¬brada en las divinas letras. En estas campañas dhas. reparó con su exercito aquel diabolico Triumvirato presidiendo en el el maldito Nembrot, y en este lugar introdujo entre sus gentes la falta idolatría siendo el el primero inventor de tan nefanda maldad; aqui fundó la Ciudad de Babilonia, auien- do antes de ella fundado en diferentes partes otras tres lla¬madas Arath, Arcad, Calmna, mas de todas y de la tierra que ay desde Gaza asta Egipto tubo Bauilonia el Primado, y fue tal en el tiempo de su prosperidad, que fue contada como una de las siete marauillas de el Mundo. Aqui le pa¬reció a Nembrot fabricar una Torre con que intentaua re¬sistir la voluntad del soberano Dios; si otra vez quisiese cas¬tigar sus culpas con agua. A este Nembrot llamaron mu¬chos escriptores antiguos Saturno, y la causa creo deuio ser que (como dice Genophon) á los Principes que fundaron Reinos, gouernaron Provincias, mandaron gentes, y seño- reron naciones llamauan Saturnos, y porque este Nembrot fue (como queda visto) el primero que tiránicamente se hi^ zo pujante, el Beroso y otros lo llaman Saturno. Ciento y treinta y un años (poco mas o menos) hauian pasado des¬pues de aquel uniuersal dilubio, quando esta Torre se co- menzo a fabricar en cuia ocupacion y obra se hallaron jun¬tas casi todas las gentes que en aquella sazón auia en el Mun¬do: excepto los hijos decindientes de Heber, viznietos de
Noe, hijo de Sem, y asi es de creer que la lengua hebrea es la mas antigua de el Mundo, y la que hablo nuestro padre Adán; porque como no participaron en la culpa, tampoco en la pena: y tal opinion tienen Sant Agustin y Sant An¬tonino y Neucler, y Sant Ysidro en sus Ethimologias, y otros modernos; y es conforme á razón que con la lengua juntamte” conservarían el uso de las letras, pues es claro q’ las auia an¬tes de el Dilubio; y Abrahan las pornia en mas acomodado estilo y en mas factibles caracteres, y por esto (con mucha verdad y razón) se le atribuie a el la delicada y útil inven¬ción de ellas como mas largo lo notare adelante. En estos tiempos donde aora llegamos con la Historia que es la con¬fusión de las lenguas (según Eusebio de los tiempos, y Jus¬tino, y Maneton antiguo y diligentissimo escriptor de los Reies de Egipto) Tubal a quien los mas atribuien la pobla¬ción de nuestra España, no se auia apartado para ella: antes afirman auer sido el segundo año de el Reinado de Nembrot en Babilonia, y lo mismo seria los demás. Ofendidos los ojos de el Señor de la inuqua y pessima ocupacion de aquella gente ingrata, quiso cortar el camino a su vano intento; y ansi los confundio con sus mismas lenguas, y como asta alli auia sido toda la lengua una de suvito se hallaron trocado su lenguaje en muchos y mui diferentes idiomas: y como los unos a los otros no se entendían alzaron de obra, y cada qual siguió al que entre ellos era mas principal coadunán¬dose en una compañía y familia, aquellos que mejor se po- dian entender entre si, y quedóse el tirano Nembrot con la tierra de Senaar, y con la gente mas granada. Alli fue fun¬dada la famosa Babilonia madre de confusion, monstruo pa- ridor de monstruosas abominaciones. Este fue el principio y origen de la Monarchia de los Asirios que según diligentes Autores fue Ciento y treinta años despues de el dilubio. Fue su primero Rei, como queda visto, Nembrot el qual vi- uio en el Reinado cinquenta años tan llenos de vicios y abo¬minaciones como nos dan testimonio todos los autores que de su infame vida tratan. Eusebio Cesariense (en sus Chro- nicas) llama primero Rei de esta Monarchia a un hijo de Nembrot llamado Belo, y creo deve ser porq’ mas se puede Nembrot llamar primero Rei de el uniuerso, que no de los Asirios, como algunos quieren decir, que Julio Cesar no fue el primero Emperador de Roma, sino su subcesor y sobrino Octaviano Augusto: Este Belo (ora llamado primero ó se¬gundo Rei de Babilonia) fue mas virtuoso ó no tan vicioso como su padre, tubo un hijo llamado Niño valeroso en las armas, el qual en los primeros años de su edad vido la muer¬te de su padre Belo, y tubo manera como fuese adorado de todas las gentes, y ansi hizo una estatua mui al natural, y puesta en lugar publico compelio a todos que la adorasen: lo qual fue fácil de hacer porq’ siendo negociación en que tanto interese se le seguía al Demonio: haría de su parte todo lo a el pusible por apartar á los hombres de el camino de su salvación; y también porque su mal abuelo Nembrot, tenia ya inficionadas todas las gentes de aquella parte del Mundo con la supersticiosa y falsa idolatria, porque aun¬que es verdad que la primera estatua que fue eregida, fue la de el muerto Belo, antes de su erection auia compelido el mal Nembrot á los hombres a que adorasen el fuego por Dios: y ansi mismo a otras criaturas terrestres. Invención fue la una y la otra que jamas en el Mundo sea perdido, porque de esta escuela de Satanás salieron tantos y tan amaestrados discípulos, que con este vicio y otros que por sus torpezas no quiero poner en escripto, inficionaron la maior parte del humano linage: y ansi estará asta que el Señor con su prometida misericordia lo remedie y atage – alumbrando los confusos entendimientos de tantas gentes ciegas.
Cap. 6 donde se señala a cada hi\o y nieto de Noe la Pro¬vincia que le cupo en el Mundo con graduación y descripción de cada Provincia, y las cosas mas notables en ellas subcedidas.
Concebido lleua mi entendimiento, repartir el Mundo entre los hijos, nietos, y biznietos de estos tres maiorazgos de el, que son Sem, Cham, y Iaphet, porque de la coyuntu¬ra donde ahora llegan mis escriptos se comenzaron á apar¬tar por varios y diversos caminos, y ábreseme un piélago tan anchuroso, y una anchura tan sin vado, que no se por donde lo tome para salir de ella. Y sera acertado señalar primero el lugar á aquellos beatissimos Padres de quien el sagrado Texto habla de intento principal, según el Gene- sis, de Cien años era Sem quando, engendró á Arphaxat segundo año despues de el dilubio. Este Arphaxat siendo de treinta y cinco años engendró á Sale, y demás de este tubo otros hijos e hijas que no se nombran por no hacer a el proposito de el diuino espíritu de Moisen. Siendo Sale de treinta años engendró a Heber de quien los Hebreos to¬maron tal nombre, y demás de este engendró hijos y hijas en la tierra de Caldea. Este Heber fue quinto abuelo de el Patriarcha Abraham, a quien Dios mando salir de Caldea morada antigua de sus maiores, y a el fue echa la promision de dar a sus decindientes por abitacion y heredad propia la tierra que era poseída de los derriuados y honce hijos de Canaam a quien aquella tierra de promision fue dada des-pues de el diluvio: no en propiedad sino entenencia. De Abrahan nació Ismael hijo de la Sierua Agar de quien pro-cedieron muchas y mui barbaras naciones, que ocuparon mucha parte de las Arabias por discurso de años a quien llamaron Ismaelitas y Agarenos de quien haremos mención adelante. Nació de Santo y conjugal ayuntamiento de el Pa-triarcha Abrahan y de la Santa y Religiosa Sarra, Ysaac, lo qual deuio ser según los Hebreos 1912 años antes de Xpto.
nicas) llama primero Rei de esta Monarchia a un hijo de Nembrot llamado Belo, y creo deve ser porq’ mas se puede Nembrot llamar primero Rei de el uniuerso, que no de los Asirios, como algunos quieren decir, que Julio Cesar no fue el primero Emperador de Roma, sino su subcesor y sobrino Octaviano Augusto! Este Belo (ora llamado primero ó se¬gundo Rei de Babilonia) fue mas virtuoso ó no tan vicioso como su padre, tubo un hijo llamado Niño valeroso en las armas, el qual en los primeros años de su edad vido la muer¬te de su padre Belo, y tubo manera como fuese adorado de todas las gentes, y ansi hizo una estatua mui al natural, y puesta en lugar publico compelio a todos que la adorasen: lo qual fue fácil de hacer porq’ siendo negociación en que tanto interese se le seguia al Demonio: haría de su parte todo lo a el pusible por apartar á los hombres de el camino de su salvación; y también porque su mal abuelo Nembrot, tenia ya inficionadas todas las gentes de aquella parte del Mundo con la supersticiosa y falsa idolatría, porque aun¬que es verdad que la primera estatua que fue eregida, fue la de el muerto Belo, antes de su erection auia compelido el mal Nembrot á los hombres a que adorasen el fuego por Dios: y ansi mismo a otras criaturas terrestres. Invención fue la una y la otra que jamas en el Mundo sea perdido, porque de esta escuela de Satanás salieron tantos y tan amaestrados discípulos, que con este vicio y otros que por sus torpezas no quiero poner en escripto, inficionaron la maior parte del humano linage: y ansi estará asta que el Señor con su prometida misericordia lo remedie y atage * alumbrando los confusos entendimientos de tantas gentes ciegas.
Cap- 6 donde se señala a cada hijo y nieto de Noe la Pro¬vincia que le cupo en el Mundo con graduación y descripción de cada Provincia, y las cosas mas notables en ellas subcedidas.
Concebido lleua mi entendimiento, repartir el Mundo entre los hijos, nietos, y biznietos de estos tres maiorazgos de el, que son Sem, Cham, y Iaphet, porque de la coyuntu¬ra donde ahora llegan mis escriptos se comenzaron á apar¬tar por varios y diversos caminos, y ábreseme un piélago tan anchuroso, y una anchura tan sin vado, que no se por donde lo tome para salir de ella. Y sera acertado señalar primero el lugar á aquellos beatissimos Padres de quien el sagrado Texto habla de intento principal, según el Gene- sis, de Cien años era Sem quando, engendró á Arphaxat segundo año despues de el dilubio. Este Arphaxat siendo de treinta y cinco años engendró á Sale, y demás de este tubo otros hijos e hijas que no se nombran por no hacer a el proposito de el diuino espiritu de Moisen. Siendo Sale de treinta años engendró a Heber de quien los Hebreos to¬maron tal nombre, y demás de este engendró hijos y hijas en la tierra de Caldea. Este Heber fue quinto abuelo de el Patriarcha Abraham, a quien Dios mando salir de Caldea morada antigua de sus maiores, y a el fue echa la promision de dar a sus decindientes por abitacion y heredad propia la tierra que era poseida de los derriuados y honce hijos de Canaam a quien aquella tierra de promision fue dada des-pues de el diluvio: no en propiedad sino entenencia. De Abrahan nació Ismael hijo de la Sierua Agar de quien pro-cedieron muchas y mui barbaras naciones, que ocuparon mucha parte de las Arabias por discurso de años a quien llamaron Ismaelitas y Agarenos de quien haremos mención adelante. Nació de Santo y conjugal ayuntamiento de el Pa-triarcha Abrahan y de la Santa y Religiosa Sarra, Ysaac, lo qual deuio ser según los Hebreos 1912 años antes de Xpto.
De este Sancto Patriarcha Ysaac y de su muger Rebeca, nacieron aquellos dos obpuestos hermanos Jacob y Esau; este ausentándose de la Casa de su padre abitó las Montañas de Idumea y fue padre de muchas gentes. El Saricto Jacob engendró en diferentes tiempos y mugeres, los doce hijos cabezas de aquellos celebratissimos tribus de Isrrael: que por estar tan llenos de sus cosas los Santos libros no trataré de ellas: y bolbere la pluma y el intento a los demás viznietos de Noe, tomando el hilo desde la Ciudad de Babilonia donde lo dejamos. Quien con atención leyere el Capitulo décimo de el Genesis (que es donde el Sancto Moisés hace un brebe epilogo y copia de los hijos, nietos y viznietos de Noe) hallará algunos de aquellos primeros herederos de el disier- to, Mundo, de un mismo nombre y conforme apellido, ansi como dos de este nombre Heuila, y tres de este nombre Saba; a lo qual deue advertir q’ ansi como son hijos de di¬ferentes padres, ansi también fueron diferentes en la pose¬sión y suerte. Y ase de notar que según Sant Hironimo en las Hebraicas questiones y Josepho en sus antigüedades; y Santo Tomás que lo sigue sobre el Capitulo décimo de el Genesis: a los hijos de Iaphet tercero hijo de Noe, cupo en suerte la parte Septentrional de el Mundo, desde los Montes Tauro y Amano (que son en la Cilicia y en la Siria) asta el Rio Tanais, y de la Europa obtubieron toda la Costa y tierras marítimas, que ay de los dhos Montes asta Cádiz: y la demás costa que ay alli asta el Mar Británico (que oi llamamos Mar de Inglaterra). Gomer primero hijo de Iapheth, es de quien deciende los Galatas, cuia tierra se llamó Galatia a quien el Apostol Sant Pablo escriuio una saludable carta, que contiene seis Capitulos: está esta parte de tierra en la Asia menor en quarenta y seis grados de altura á la parte de el Norte, confina por la parte de el Medio dia con Capadocia, y por la de el Norte con el Imperio de Trapizonda, q’ la una y la otra es oy poseida de el infame Turco juntamente con la Bithinia y Ponto sus circunve¬cinas. De estos dice Sancto Thomás en un libro que se le atribuye a el sobre el Genesis: que decienden los Galios a quien aora llamamos Franceses. El segundo hijo de Iaphet fue Magog, padre de los Scitas: destos se divisan muchas naciones, de ellos dice Diodoro, y Justino, que el linage de las Amazonas comenzó: y es ansi que de los que fueron cundiendo tanto que pasaron de la otra parte de la Cor¬dillera de el Monte (que Ptolomeo llama Imao) procedieron los Tartaros cuio numero de naciones no consiente suma: porque ellos ocupan la maior cantidad de la Asia, confinan con los Seres o Chinas. De estos Scitas vino a el mundo aquella espiritual y temporal pestilencia de la Casa y fami¬lia Otomana de donde proceden los Turcos: desta nación prophetizo el glorioso Euangelista y Apostol Sant Juan en su Apocalipsi, que engañados de el desatado Satanas, se auian de congregar en modo de guerra, contra la Sancta Congregación de los justos, y contra la electa Ciudad: y no en menor multitud q’ la de las arenas del mar. Lo qual vieron cumplido nuestros miserables siglos, quando el año de 800 poco mas o menos (despues de el nacimiento de nuestro Salvador) va jaron de esta tierra de los Scitas tantos decen- dientes de este Magog; que con crueldades increibles ocu¬paron la Asia menor, y entreteniendose esta deprauada gen¬te, y sustentándose con su pujanza y multitud, aunque ven¬cidos una vez, y desvaratadas de el Santo Capitan Gudofre de Bullón, quando le quisieron estorbar el camino que Ileba- ua a la Sancta Ciudad de Jherusalem. El año de 1300 poco mas o menos un hombre vajo decindiente de este anatemati¬zado linage llamado Othomano, llamado ansi porq’ aunque era Scita de nación: en el tiempo que en Asia se detubieron fue nacido y criado en un pueblo llamado Otomancio en la Galacia, comenzo a subir en la pujanza este Imperio Tur-quesco, y nuestros pecados an sido materia de ser entroniza-dos en lo que aora los vemos. Este tierra de los Scitas se divide en dos partes, el memorado Monte Imao, las hace una Europea (por caer en la parte de Europa) y la otra Asiatica, por ser conjunta con la Asia, es tierra aspera y montuosa,
De este Sancto Patriarcha Ysaac y de su muger Rebeca, nacieron aquellos dos obpuestos hermanos Jacob y Esau; este ausentándose de la Casa de su padre abitó las Montañas de Idumea y fue padre de muchas gentes. El Sancto Jacob engendró en diferentes tiempos y mugeres, los doce hijos cabezas de aquellos celebratissimos tribus de Isrrael: que por estar tan llenos de sus cosas los Santos libros no trataré de ellas: y bolbere la pluma y el intento a los demás viznietos de Noe, tomando el hilo desde la Ciudad de Babilonia donde lo dejamos. Quien con atención leyere el Capitulo décimo de el Genesis (que es donde el Sancto Moisés hace un brebe epilogo y copia de los hijos, nietos y viznietos de Noe) hallará algunos de aquellos primeros herederos de el disier- to, Mundo, de un mismo nombre y conforme apellido, ansi como dos de este nombre Heuila, y tres de este nombre Saba; a lo qual deue advertir q’ ansi como son hijos de di¬ferentes padres, ansi también fueron diferentes en la pose¬sión y suerte. Y ase de notar que según Sant Hironimo en las Hebraicas questiones v Josepho en sus antigüedades; y Santo Tomás que lo sigue sobre el Capitulo décimo de el Genesis: a los hijos de Iaphet tercero hijo de Noe, cupo en suerte la parte Septentrional de el Mundo, desde los Montes Tauro y Amano (que son en la Cilicia y en la Siria) asta el Rio Tanais, y de la Europa obtubieron toda la Costa y tierras marítimas, que ay de los dhos Montes asta Cádiz: y la demás costa que ay alli asta el Mar Británico (que oi llamamos Mar de Inglaterra). Gomer primero hijo de Iapheth, es de quien deciende los Galatas, cuia tierra se llamó Galatia a quien el Apostol Sant Pablo escriuio una saludable carta, que contiene seis Capítulos: está esta parte de tierra en la Asia menor en quarenta y seis grados de altura á la parte de el Norte, confina por la parte de el Medio dia con Capadocia, y por la de el Norte con el Imperio de Trapizonda, q’ la una y la otra es oy poseída de el infame Turco juntamente con la Bithinia y Ponto sus circunve¬cinas. De estos dice Sancto Thomás en un libro que se le atribuye a el sobre el Genesis: que decienden los Galios a quien aora llamamos Franceses. El segundo hijo de Iaphet fue Magog, padre de los Scitas: destos se divisan muchas naciones, de ellos dice Diodoro, y Justino, que el linage de las Amazonas comenzó: y es ansi que de los que fueron cundiendo tanto que pasaron de la otra parte de la Cor¬dillera de el Monte (que Ptolomeo llama Imao) procedieron los Tartaros cuio numero de naciones no consiente suma: porque ellos ocupan la maior cantidad de la Asia, confinan con los Seres o Chinas. De estos Scitas vino a el mundo aquella espiritual y temporal pestilencia de la Casa y fami¬lia Otomana de donde proceden los Turcos: desta nación prophetizo el glorioso Euangelista y Apostol Sant Juan en su Apocalipsi, que engañados de el desatado Satanas, se auian de congregar en modo de guerra, contra la Sancta Congregación de los justos, y contra la electa Ciudad: y no en menor multitud q’ la de las arenas del mar. Lo qual vieron cumplido nuestros miserables siglos, quando el año de 800 poco mas o menos (despues de el nacimiento de nuestro Salvador) vajaron de esta tierra de los Scitas tantos decen- dientes de este Magog; que con crueldades increibles ocu¬paron la Asia menor, y entreteniendose esta deprauada gen¬te, y sustentándose con su pujanza y multitud, aunque ven¬cidos una vez, y desvaratadas de el Santo Capitan Gudofre de Bullón, quando le quisieron estorbar el camino que lleba- ua a la Sancta Ciudad de Jherusalem. El año de 1300 poco mas o menos un hombre vajo decindiente de este anatemati¬zado linage llamado Othomano, llamado ansi porq’ aunque era Scita de nación: en el tiempo que en Asia se detubieron fue nacido y criado en un pueblo llamado Otomancio en la Galacia, comenzo a subir en la pujanza este Imperio Tur-quesco, y nuestros pecados an sido materia de ser entroniza-dos en lo que aora los vemos. Este tierra de los Scitas se divide en dos partes, el memorado Monte Imao, las hace una Europea (por caer en la parte de Europa) y la otra Asiatica, por ser conjunta con la Asia, es tierra aspera y montuosa.
tiene á la parte Septentrional los elados Montes Ripheos, la abitacion marítima de estas tierras es mas amigable y cle¬mente; mantienense estos Scitas de la multitud de ganados que crian: y con leche y sangre de ellos sustentan sus vidas: es tierra fértil de pastos, falta de vino y pan: esta en n.ros tiempos dividida en muchas sectas y Señores Tartaros q’ la poseen aun que lo mas granado de ella está por el Turco. De estos Scitas decienden los Sarmatas y Getas (de quien los Godos decienden) los Moscovitas, Valacos, Suevos, y Dacianos de quien fue Rei el desalmado Christienio hijo de una tia de n.ro invicto Emperador Carlos Y. este fue destrui¬dor de Templos, y verdugo de Religiosos, reciviendo muchas eregias en sus tierras y Reinos, los quales cansados de ver sus abominaciones se alzaron contra el, y le quitaron el Reino casi en nuestros dias. De estos Scitas finalmente salen y se derivan muchas y mui varias naciones. El tercero hijo de Iaphet fue Maday: de quien traen origen los Medos: por estos se llamó la tierra que poblaron Media, la qual esta según Strabon al Septentrión del Mar Hircano ó Mar Caspio (que todo es uno) tiene al Poniente la Armenia y la Siria; al Medio dia tiene la Persia; á Leuante tiene la Hircania. Es dividida esta Provincia de Media en dos partes una maior (cuia cabeza fue llamada Ebathana) y otra menor que tam¬bién se llama Atrapasia, de Atrapa toun Capitán que la de¬fendió del furor de la gente Macedonia, quando Alejandro Magno conquistaua el Mundo. Esta Provincia es en parte Montuosa aunque de buenas tierras; contiene seis comarcas las tres se aventajan en mucho á las demás, dicese della tener unos campos tan fertiles y anchurosos, que en ellos se apa¬cientan 507 cauallos de los Señores y principales de aquellas tierras, y por esto se llama aquel Campo Hipoton, que quie¬re decir pasto de cauallos abunda de todos frutos necesarios para la vida humana, ecepto de aceites. Solino dice, llamarse deste nombre por respecto de Medo hijo de Egeo y Medea, mas la verdad es ya la dha. La gente de esta tierra es velicosa, usan de Arcos y flechas, tienense por dicendientes de los
Armenios, y a la verdad no les falta razón. El quarto hijo de Iaphet se llamó lavan de quien procedieron ciertos li¬nages de Griegos a quien llamaron Iones por quien se llamó el Mar Ionio: de estos escriu^ Erodoto que tubieron 10 ciudades tanto nombradas como opulentas que fueron Mi- leto, Mió, Priene, Epheso, Colophon, Levedo, Teos, Clazo- mena, Phosea, Eritria: poblaron también la Isla de Xio, y la de Zamo, estos fueron y son sus decendientes, permane¬cientes moradores de la primera Provincia donde pararon, que por la bondad de su tierra y begninidad de su Cielo, no quisieron mudarse de su primer sitio, que fue en la Asia menor entre las Provincias de Caria y Eolide, aunque algunos ramos de ellos pasaron á la Grecia, como dige. La Tierra de los decendientes de estas gentes es la parte mejor que aora poseé el Turco. Verdad es que ansi en estas naciones como en las tierras por ellas poseidas (tanto de las ya dhas, como de las que adelante se dirán) el tiempo, las guerras, y las ambiciones de los mismos hombres, an alterado y trocado las cosas, de tal manera q’ apenas se halla rastro en el tiempo presente, de lo que fue en el pasado. El quinto hijo de el Pa- triarcha Iaphet, fue Tubal a quien muchos y mui graues Autores atribuien la poblacion originaria de nuestra España y a esta opinion estube persuadido (como cosa ya en general receuida de todos) asta que lei la que acerca de esto tiene el egregio varón y profundissimo Theologo el Dr. Benito Arias Montano (honrra y Corona de su Madre Seuilla) el qual dice en el primero volumen de el aparato de la Sacra Biblia (en el libro intitulado Phaleg, degentium seribus cap. 9) que los Españoles proceden de un Sepharath, como mui largos lo trata y disputa Esteuan de Gariuay y Zama- lloa en el sesto libro de su compendio historial, y el citado Doctor Arias Montano, quiere decir auer poblado Tubal la Isla Ibernia, que esta conjunta con la Inglaterra y Irlanda una misma cosa. Lo que en esto podre yo decir, es que los mismos Insulanos de Ibernia se precian venir del linage de los Españoles, aunque esta manera de proceder lo quentan tiene á la parte Septentrional los ciados Montes Ripheos, la abitacion marítima de estas tierras es mas amigable y cle¬mente; mantienense estos Scitas de la multitud de ganados que crian: y con leche y sangre de ellos sustentan sus vidas: es tierra fértil de pastos, falta de vino y pan: esta en n.”” tiempos dividida en muchas sectas y Señores Tartaros q’ la poseen aun que lo mas granado de ella está por el Turco. De estos Scitas decienden los Sarmatas y Getas (de quien los Godos decienden) los Moscovitas, Valacos, Suevos, y Dacianos de quien fue Rei el desalmado Christienio hijo de una tia de n.ru invicto Emperador Carlos V. este fue destrui¬dor de Templos, y verdugo de Religiosos, reciviendo muchas eregias en sus tierras y Reinos, los quales cansados de ver sus abominaciones se alzaron contra el, y le quitaron el Reino casi en nuestros dias. De estos Scitas finalmente salen y se derivan muchas y mui varias naciones. El tercero hijo de Iaphet fue Maday: de quien traen origen los Mcdos: por estos se llamó la tierra que poblaron Media, la qual esta según Strabon al Septentrión del Mar Hircano ó Mar Caspio (que todo es uno) tiene al Poniente la Armenia y la Siria; al Medio dia tiene la Persia; á Leuante tiene la Hircania. Es dividida esta Provincia de Media en dos partes una maior (cuia cabeza fue llamada Ebathana) y otra menor que tam¬bién se llama Atrapasia, de Atrapatoun Capitan que la de¬fendió del furor de la gente Macedonia, quando Alejandro Magno conquistaua el Mundo. Esta Provincia es en parte Montuosa aunque de buenas tierras; contiene seis comarcas las tres se aventajan en mucho á las demás, dicese della tener unos campos tan fertiles y anchurosos, que en ellos se apa¬cientan 507 cauallos de los Señores y principales de aquellas tierras, y por esto se llama aquel Campo Hipoton, que quie¬re decir pasto de cauallos abunda de todos frutos necesarios para la vida humana, ecepto de aceites. Solino dice, llamarse deste nombre por respecto de Medo hijo de Egeo y Medea, mas la verdad es ya la dha. La gente de esta tierra es velicosa, usan de Arcos y flechas, tienense por dicendientes de los
Armenios, y a la verdad no les falta razón. El quarto hijo de Iaphet se llamó lavan de quien procedieron ciertos li¬nages de Griegos a quien llamaron Iones por quien se llamó el Mar Ionio: de estos escriu^ Erodoto que tubieron 10 ciudades tanto nombradas como opulentas que fueron Mi- leto, Mió, Priene, Epheso, Colophon, Levedo, Teos, Clazo- mena, Phosea, Eritria: poblaron también la Isla de Xio, y la de Zamo, estos fueron y son sus decendientes, permane¬cientes moradores de la primera Provincia donde pararon, que por la bondad de su tierra y begninidad de su Ciclo, no quisieron mudarse de su primer sitio, que fue en la Asia menor entre las Provincias de Caria y Eolide, aunque algunos ramos de ellos pasaron á la Grecia, como dige. La Tierra de los decendientes de estas gentes es la parte mejor que aora posee el Turco. Verdad es que ansi en estas naciones como en las tierras por ellas poseídas (tanto de las ya dhas, como de las que adelante se dirán) el tiempo, las guerras, y las ambiciones de los mismos hombres, an alterado y trocado las cosas, de tal manera q’ apenas se halla rastro en el tiempo presente, de lo que fue en el pasado. El quinto hijo de el Pa- triarcha Iaphet, fue Tubal a quien muchos y mui graues Autores atribuien la poblacion originaria de nuestra España y a esta opinion estube persuadido (como cosa ya en general receuida de todos) asta que lei la que acerca de esto tiene el egregio varón y profundísimo Theologo el Dr. Benito Arias Montano (honrra y Corona de su Madre Seuilla) el qual dice en el primero volumen de el aparato de la Sacra Biblia (en el libro intitulado Phaleg, degentium seribus cap. 9) que los Españoles proceden de un Sepharath, como mui largos lo trata y disputa Esteuan de Gariuay y Zama- lloa en el sesto libro de su compendio historial, y el citado Doctor Arias Montano, quiere decir auer poblado Tubal la Isla Ibernia, que esta conjunta con la Inglaterra y Irlanda una misma cosa. Lo que en esto podre yo decir, es que los mismos Insulanos de Ibernia se precian venir del linage de los Españoles, aunque esta manera de proceder lo quentan sus historiadores, y muchos de los nuestros de esta manera: que en el tiempo que los Moros señorearon á España, salió de la costa de Galicia ó Vizcaya un Nauio cargado de gente fugitiua de las victoriosas armas de los Mohametanos y naue- gando al Septentrión tubieron noticia de aquella Isla y fue- ronse a ella, y hicieron alli su manida, y enparentando con los naturales de las Islas cincunvecinas (que ya estauan ocupadas de otras naciones muchos años auia) tomaron sus costum¬bres y lenguas. Florian quenta esto de otra manera: y dice que el Rei Brigo quarto Rei de España pobló aquella Isla. La verdad de esto Dios la sabe. Tubal con sus familias salió de Suria ó Siria (y si pobló en España como esta ya receuido comunmente) no tendré que detenerme en el como ni en el quando (pues tan de proposito lo escriue el Gariuay en su compendio historial) y si pobló en Ibernia como el Dr. Arias Montano quiere, digo que nuestra Isla de Ibernia tiene a su Oriente la Isla de Escocia, tiene de largo setenta y cinco leguas, y de ancho quarenta y cinco, á la parte de Inglaterra q’ la tiene al medio dia; tiene muchos vagios, está desde cinquenta y uno asta 5 5 grados, goza de grandes pesquerías, y conservase mucho el pescado que en ella se to¬ma. La tierra es algo montuosa, ay en ella mucho ganado, que sean en las seibas el porsi montaraz. La maior parte de sus avitadores viben en los Campos donde tienen sus cacerías, cogen pan, carecen de vino y de aceite, son grandes co¬medores de carne, y quando hayan coyuntura para beuer vino aprotiechanse de ella. El dia de oy están corrompidos con las eregias de Vuitcleff (Dogmatista Ingles) cuia pon- • zoña á inficionado toda aquella tierra; ay entre ellos algu¬nos hombres graues Catolicos que en sus casas de Campo tien Sacerdotes; ay en esta Isla buenos Alanos ó lebreles, como en Islandia; ay tan buenas acaneas como en Inglaterra, y esto basta para relación de esta Isla. Tiene Santo Tomás (en el libro dho. sobre el Genesis) que de este Tubal tam¬bién procede cierta nación de Italianos. El sexto hijo de laphet, fue Mosoc, este pobló en la tierra llamada Capa- ¿ocia, y la caueza de aquella Provincia fue la Ciudad de Mosata, intitulada ansi de el nombre de su fundador Mo- soc. Esta tierra de Capadocia esta en quarenta y siete grados poco mas o menos á la parte de el Norte; tiene a el Oriente á la maior Armenia esta puesta entre el Ponto Eugino, y los Montes Mosticos, que es ramo de la gran Codillera que corre con diferentes nombres desde la Scitia Europea, asta el remate mas Oriental de la India. Es buena tierra fértil; a y en ella todo genero de Arboles; ay aceite en abundan¬cia y vino, y por ser toda tierra aprouechada es falta de leña. Esta aora sugeta al Turco, y puesta entre las Provin¬cias de el Imperio de Trapisonda; tiene Gouernador por si, la gente es belicosa, y bien agestada; el temple es frió por la vecindad que tienen con la grande y nevada Cordillera ya dicha. Las mugeres son en estremo hermosas y se precian de ello. Thiras séptimo y ultimo hijo de Iaphet aportó a tierra que despues llamaron Tracia (derivando este nombre de su primer poblador Thiras) aunque algunos escriptores Griegos dicen llamarse ansi de Tracio hijo de el Dios Marte, y ya seria posible (como atras queda anotado) que las va¬nas gentes de aquellos primeros siglos honrrasen y venerasen a este nieto de Noe, devajo de este nombre hijo de Marte, pues consta claro auer ávido muchos a quien llamaron Jú¬piter, y muchos Saturnos, y muchos Apolos, y por el con-siguiente muchos de este nombre Marte, como lo nota mui bien el Tostado sobre el, Eusebio de los tiempos. Esta Región de Tracia es la ultima tierra en la Europa, en altura de quarenta y cinco grados poco mas ó menos al Polo Artico ó Norte; tiene a el Oriente el Mar que divide a la Asia de nuestra Europa, llamase en nuestros tiempos la Romanía, tiene por vecina y conjunta la Macedonia, de donde fue Rey Philipo padre de Alejandro Magno. Demórale a el Po¬niente la aspera tierra de Albania, de quien fue Señor el valerossisimo Capitan George Castrioto, a quien los Turcos llamauan Escanderberg; que quiere decir segundo Alejan¬dro, mas digna su memoria de que no se acabe en el Mundo, sus historiadores, y muchos de los nuestros de esta manera: que en el tiempo que los Moros señorearon á España, salió de la costa de Galicia ó Vizcaya un Nauio cargado de gente fugitiua de las victoriosas armas de los Mohametanos y naue- gando al Septentrión tubieron noticia de aquella Isla y fue- ronse a ella, y hicieron alli su manida, y enparentando con los naturales de las Islas cincunvecinas (que ya estauan ocupadas de otras naciones muchos años auia) tomaron sus costum¬bres y lenguas. Florian quenta esto de otra manera: y dice que el Rei Brigo quarto Rei de España pobló aquella Isla. La verdad de esto Dios la sabe. Tubal con sus familias salió de Suria ó Siria (y si pobló en España como esta ya receuido comunmente) no tendré que detenerme en el como ni en el quando (pues tan de proposito lo escriue el Gariuay en su compendio historial) y si pobló en Ibernia como el Dr. Arias Montano quiere, digo que nuestra Isla de Ibernia tiene a su Oriente la Isla de Escocia, tiene de largo setenta y cinco leguas, y de ancho quarenta y cinco, á la parte de Inglaterra q’ la tiene al medio dia; tiene muchos vagios, está desde cinquenta y uno asta 5 5 grados, goza de grandes pesquerias, y conservase mucho el pescado que en ella se to¬ma. La tierra es algo montuosa, ay en ella mucho ganado, que sean en las seibas el porsi montaraz. La maior parte de sus avitadores viben en los Campos donde tienen sus cacerías, cogen pan, carecen de vino y de aceite, son grandes co¬medores de carne, y quando hayan coyuntura para beuer vino aprouechanse de ella. El dia de oy están corrompidos con las eregias de Vuitcleff (Dogmatista Ingles) cuia pon¬zoña á inficionado toda aquella tierra; ay entre ellos algu¬nos hombres graues Catolicos que en sus casas de Campo tien Sacerdotes; ay en esta Isla buenos Alanos ó lebreles, como en Islandia; ay tan buenas acaneas como en Inglaterra, y esto basta para relación de esta Isla. Tiene Santo Tomás (en el libro dho. sobre el Genesis) que de este Tubal tam¬bién procede cierta nación de Italianos. El sexto hijo de laphet, fue Mosoc, este pobló en la tierra llamada Capa- docia, y la caueza de aquella Provincia fue la Ciudad de Mosata, intitulada ansi de el nombre de su fundador Mo- soc. Esta tierra de Capadocia esta en quarenta y siete grados poco mas o menos á la parte de el Norte; tiene a el Oriente á la maior Armenia esta puesta entre el Ponto Eugino, y los Montes Mosticos, que es ramo de la gran Codillera que corre con diferentes nombres desde la Scitia Europea, asta el remate mas Oriental de la India. Es buena tierra fértil; ay en ella todo genero de Arboles; ay aceite en abundan¬cia y vino, y por ser toda tierra aprouechada es falta de leña. Esta aora sugeta al Turco, y puesta entre las Provin¬cias de el Imperio de Trapisonda; tiene Gouernador por si, la gente es belicosa, y bien agestada; el temple es frió por la vecindad que tienen con la grande y nevada Cordillera ya dicha. Las mugeres son en estremo hermosas y se precian de ello. Thiras séptimo y ultimo hijo de Iaphet aportó a tierra que despues llamaron Tracia (derivando este nombre de su primer poblador Thiras) aunque algunos escriptores Griegos dicen llamarse ansi de Tracio hijo de el Dios Marte, y ya seria posible (como atras queda anotado) que las va¬nas gentes de aquellos primeros siglos honrrasen y venerasen a este nieto de Noe, devajo de este nombre hijo de Marte, pues consta claro auer ávido muchos a quien llamaron Jú¬piter, y muchos Saturnos, y muchos Apolos, y por el con-siguiente muchos de este nombre Marte, como lo nota mui bien el Tostado sobre el, Eusebio de los tiempos. Esta Región de Tracia es la ultima tierra en la Europa, en altura de quarenta y cinco grados poco mas ó menos al Polo Artico ó Norte; tiene a el Oriente el Mar que divide a la Asia de nuestra Europa, llamase en nuestros tiempos la Romania, tiene por vecina y conjunta la Macedonia, de donde fue Rey Philipo padre de Alejandro Magno. Demórale a el Po¬niente la aspera tierra de Albania, de quien fue Señor el valerossisimo Capitan George Castrioto, a quien los Turcos llamauan Escanderberg; que quiere decir segundo Alejan¬dro, mas digna su memoria de que no se acabe en el Mundo, que no el de acauar tan presto y tan desfauorecido como acabó el año de 1467. Tiene al Medio dia esta Tracia el Mar Egeo, que si a Plutarco devemos crédito, nos dice lla¬marse de este nombre, por Egeo padre de Teseo, la nomina- tissima y infelice Ciudad de Constantinopla, antes llamada Vizancio, cae en tierra de Tracia en ella están aquellas latissimas llanadas de los Campos Pharsalicos derramadores de las lagrimas y sangre Romana como lo manifiesta bien Lucano. Por medio de estos llanos corren algunos Ríos, y al principal llaman los Turcos el dia de oy Mariza. De este tierra dice Pomponio Mela, que ni Cielo ni tierra de ella es tractable, por ser fría y del mal Cielo, y esteril: y ansi cria los hombres fieros y inhumanos; ay famosos cauallos, y los de esta tierra fueron los primeros que los sugetaron á freno: y si a fabulas antedemos, de la Costa de esta Pro¬vincia, salió la primera Nao despues de el Arca de Noe. Mucho auia que decir, pero lo dho basta dejando lo demás para lo descriptores de aquel Reino.
Cap. 7 donde se prosigue la repartición de el Mundo y las cosas antiguas y modernas en la Provincias subce- didas.
De los siete hijos de Iaphet (y a lo que se cree de Neogia su muger) auemos escripto, dándoles a cada uno la posesion que de el Mundo le cupo en suerte: resta aora que tratemos de sus nietos de este y viznietos de el padre Noe. El maioraz- – go de Iaphet (como queda visto) fue Gomer de el qual (y de su quarto hermano Jauan) buelbe el sagrado texto á hacer mención, dándole progenie y descendientes, pasando en silencio los otros cinco, como cosas que no hacían a el sagrado proposito de este Gomer (aunque sea ansi, que ter- nia muchos hijos) de solos tres se hace mención, cuios nom¬bres son Ascenez, Riphat, y Thogorma. Ascenez (según los autores arriua alegados) ayudó con su posteridad: a henchir y poblar el bacio Mundo por la misma parte q’ co¬menzó su padre: y ansi fue que estendiendose hacia el Sep¬tentrión de la Galacia (donde el padre de Ascenez se quedó con los demás hijos y familia) llegó a dar principio al an- chissimo Reino de Sarmacia: con cuia descendencia (si es verdad lo que de las Amazonas nos quentan los antiguos escriptores) se mezclaron estas: haciendo convenencia, que a ciertos tiempos del año (que deuia ser por la primavera de aquella tierra) fuesen varones Sarmatas a coabitar con ellas, y si de la preñez en que quedavan pariesen varones eran embiados a sus padres, y si hembras, criauanse con sus ma¬dres en aquella disciplina militar que de estas Amazonas lee¬mos. Son tantos y tan graues Autores los que escriuen de este linage de mugeres que pareceria descomedimiento no creelo, y temeridad contradecirlo. De Diodoro Ciculo lee¬mos auer en dos partes de el Mundo, auido Amazonas, las una en la Scitia (que son estas de quien acauamos de hablar) y las otras en la parte de Aphrica llamada Libia: mas de solas las Sciticas hacen mención los mas graues Autores. Justino y Diodoro escriuen mui de proposito su origen, y lo mismo hiciera yo si no fuera otro el mió. Plutarco en la vida de Tgeseo, quenta marauillas de sus hechos, y otros autores difusamente, ansi como Claudiano, Pomponio Mela, Proper- cio, Estrabon, y Seruio sobre la Eneyda, y Valerio flaco en su Argonautica, y otros. Estas mugeres ayudaron a estender la generación de los Sarmatas, cuia tierra confina con los elados Montes Hiperbóreos á la parte de el Norte: en estos Montes nace el Rio Tanais, que según queda visto divide la Europa de la Asia, están en sesenta grados de altura al Nor¬te, de estos descienden grandes naciones de Tartaros: a sido gente indómita, y oi dia lo son, tienen entre ellos muchas eregias, aunque se precian de Christianos, y ai gran multitud de barvaros de esta nación, que ni conocen a Dios ni entien¬den que ay mas de nacer y morir: hacen guerra cruel á los Turcos y a sus aliados por aquella parte que antiguamente se llamó Bosphoro Cimerio: y despues Taurica chernoneso;
que no el de acauar tan presto y tan desfauorecido como acabó el año de 1467. Tiene al Medio dia esta Tracia el Mar Egeo, que si a Plutarco dcvemos crédito, nos dice lla¬marse de este nombre, por Egeo padre de Teseo, la nomina- tissima y infelice Ciudad de Constantinopla, antes llamada Vizancio, cae en tierra de Tracia en ella están aquellas latissimas llanadas de los Campos Pharsalicos derramadores de las lagrimas y sangre Romana como lo manifiesta bien Lucano. Por medio de estos llanos corren algunos Rios, y al principal llaman los Turcos el dia de oy Mariza. De este tierra dice Pomponio Mela, que ni Cielo ni tierra de ella es tractable, por ser fria y del mal Cielo, y esteril: y ansi cria los hombres fieros y inhumanos; ay famosos cauallos, y los de esta tierra fueron los primeros que los sugetaron á freno: y si a fabulas antedemos, de la Costa de esta Pro¬vincia, salió la primera Nao despues de el Arca de Noe. Mucho auia que decir, pero lo dho basta dejando lo demás para lo descriptores de aquel Reino.
Cap. 7 donde se prosigue la repartición de el Mundo y las cosas antiguas y modernas en la Provincias subce- didas.
De los siete hijos de Iaphet (y a lo que se cree de Neogia su muger) auemos escripto, dándoles a cada uno la posesion que de el Mundo le cupo en suerte: resta aora que tratemos de sus nietos de este y viznietos de el padre Noe. El maioraz- * go de Iaphet (como queda visto) fue Gomer de el qual (y de su quarto hermano Jauan) buelbe el sagrado texto á hacer mención, dándole progenie y descendientes, pasando en silencio los otros cinco, como cosas que no hacían a el sagrado proposito de este Gomer (aunque sea ansi, que ter- nia muchos hijos) de solos tres se hace mención, cuios nom¬bres son Ascenez, Riphat, y Thogorma. Ascenez (según los autores arriua alegados) ayudó con su posteridad: a henchir y poblar el bacio Mundo por la misma parte q’ co¬menzó su padre: y ansi fue que estendiendose hacia el Sep-tentrión de la Galacia (donde el padre de Ascenez se quedó con los demás hijos y familia) llegó a dar principio al an- chissimo Reino de Sarmacia: con cuia descendencia (si es verdad lo que de las Amazonas nos quentan los antiguos escriptores) se mezclaron estas: haciendo convenencia, que a ciertos tiempos del año (que deuia ser por la primavera de aquella tierra) fuesen varones Sarmatas a coabitar con ellas, y si de la preñez en que quedavan pariesen varones eran embiados a sus padres, y si hembras, criauanse con sus ma¬dres en aquella disciplina militar que de estas Amazonas lee¬mos. Son tantos y tan graues Autores los que escriuen de este linage de mugeres que pareceria descomedimiento no creelo, y temeridad contradecirlo. De Diodoro Ciculo lee¬mos auer en dos partes de el Mundo, auido Amazonas, las una en la Scitia (que son estas de quien acauamos de hablar) y las otras en la parte de Aphrica llamada Libia: mas de solas las Sciticas hacen mención los mas graues Autores. Justino y Diodoro escriuen mui de proposito su origen, y lo mismo hiciera yo si no fuera otro el mió. Plutarco en la vida de Tgeseo, quenta marauillas de sus hechos, y otros autores difusamente, ansi como Claudiano, Pomponio Mela, Proper- cio, Estrabon, y Seruio sobre la Eneyda, y Valerio flaco en su Argonautica, y otros. Estas mugeres ayudaron a estender la generación de los Sarmatas, cuia tierra confina con los elados Montes Hiperbóreos á la parte de el Norte: en estos Montes nace el Rio Tanais, que según queda visto divide la Europa de la Asia, están en sesenta grados de altura al Nor¬te, de estos descienden grandes naciones de Tartaros: a sido gente indómita, y oi dia lo son, tienen entre ellos muchas eregias, aunque se precian de Christianos, y ai gran multitud de barvaros de esta nación, que ni conocen a Dios ni entien¬den que ay mas de nacer y morir: hacen guerra cruel á los Turcos y a sus aliados por aquella parte que antiguamente se llamó Bosphoro Cimerio: y despues Taurica chernoneso;
cae esto en parte del Imperio de Trapizonda, que les demora al medio dia, aqui son aquellos Circasos sufridores de trava- jos, de cuia nación fue Caytbey Soldán de el Cairo que de esclauo vino a ser Rey y murió en tal pompa año de 1499; y por este Bosphoro (que es lo mismo que decir estrecho) desagua en el Ponto, Eugino la Laguna Meotica en que entra el Rio Tañáis, y lo uno y lo otro son los términos y remates de Europa y Asia. Esto se puede decir de la descendencia de Ascenez. El segundo hijo de Gomer se llamó Riphat, este poblo y obtuvo la tierra mas cercana á la de el dho. su padre porque es de creer, que con la multiplicación de las gentes se estrecharían los lugares, y cada uno buscaria descansado y desocupado asiento para si y para su familia. Poblo pues Riphat la Provincia llamada Paphlagonia, que es parte de la Asia menor, en las vertientes de la parte de el Norte sobre el Ponto Eugino ó Mar maior (que todo es uno) y conjunta á la Galacia poblada por su padre (como esta dho.) y aun Ptolomeo, la hace parte della: y si a Stephano atendemos el dice ser poblada por Paphlagon hijo de Phinco: mas lo dho. es mas verdadero porque estos historiadores no atienden a el primer origen de gente que vino á las tierras: sino al prin¬cipio que de las tales gentes tubieron clara noticia, y se deue creer que pasarían artos años: y ansi aunque otros au¬tores quieren dar á estas naciones que voy escriviendo los padres originarios diferentes de los que yo les doy (siguien¬do a los graues autores nombrados) reciben engaño porque no toman el tiempo de tan atras como lo debian tomar. Tito- libio dice que de esta nación llamada Paphlagones, se deribo otra llamados los Henetos, los quales por fuerza de guerras Ciuiles (que entre ellos mismos se levantaron) fueron ex¬cluidos de sus tierras: y siguiendo a su Rei Pilemene fueron a el memorable Asirio de Troya: y en esta guerra fue muer¬to su Rei, y los que de ellos quedaron siguieron como a su Capitan y caudillo a Antenor varón Ilustre Troyano, y con el se pasaron en una parte de la Ytalia, y mudando la letra H en letra V se llamaron Veneti cuios pueblos dieron ori¬gen en año de Christo 454 á la Ciudad de Venecia en el Mar Adriático en el mismo que Athilla destruyó a Aquileya, siendo Sumo Pontífice en Roma León primero, y Empera¬dor Constantino Politano Marciano. Esta Paflagonia dice Solino, que comienza de el Monte Citoro, y va prolongán-dose por espacio de sesenta y tres millas (que sera poco mas de veinte leguas de comarca) en esta tierra fundó Metri- dates Rei de Ponto una Ciudad mui populosa a quien llamó Eupatoria: y algunos años despues, quando este Mitridates fue vencido, y captibo de Pompeyo le mudaron el nombre, y se llamó Pompeyo Polis, aqui están aquellas ensangrenta¬das llanuras donde el villano Thartaro Taborlan venció y prendió a el Turco Bayaceto, muriendo de ambas partes mas gentes que jamas en el Mundo murió en batalla, lo qual sub- cedio al pie del Monte Estelia, de donde comienzan á nacer aquellas anchurosas campiñas y fue esto el año 1397 de esta tierra de que tratamos: podemos decir lo mismo que de Ga- lacia: pues es casi toda una con la Bithinia. La una y la otra están en obediencia de el Turco como las demás de Asia me¬nor, y a el sirven y obedecen. El tercero y ultimo hijo de Gomer se llamó Thogorma, este apartandose de la compa¬ñía y multitud q’ con su padre y hermanos venia (por las causas q’ los demás) se vino buscando con sus familias la parte mas Occidental de la Asia, y ansi vinieron asta hallar el Mar que la divide de la Europa, y sin querer pasarlo halló unas anchas y desocupadas llanuras: puestas a la falda de una frondosa cordillera con unas playas que miran a el Po¬niente, y ellas van corriendo de Norte á Norte. Esta Provin¬cia es la que según Estrabon tomó nombre de Frigia de cier¬tos pueblos de Tracia ansí llamados. A esta Región llegó nuestro Thogorma y la abito con sus compañas.
Esta es Fhrigia donde fue fundada la nombrada Ciudad de Troya de quien tantas historias Griegas y Latinas están llenas: dividenla los Consmographos en dos Frigias una me¬nor, y otra maior; confinan con Caria, Lidia, Misia, y Bi¬thinia. De esta Provincia fue natural la Ciuilla a quien 11a- cae esto en parte del Imperio de Trapizonda, que les demora al medio dia, aqui son aquellos Circasos sufridores de trava- jos, de cuia nación fue Caytbey Soldán de el Cairo que de esclauo vino a ser Rey y murió en tal pompa año de 1499; y por este Bosphoro (que es lo mismo que decir estrecho) desagua en el Ponto Eugino la Laguna Meotica en que entra el Rio Tanais, y lo uno y lo otro son los términos y remates de Europa y Asia. Esto se puede decir de la descendencia de Ascenez. El segundo hijo de Gomer se llamó Riphat, este poblo y obtuvo la tierra mas cercana á la de el dho. su padre porque es de creer, que con la multiplicación de las gentes se estrecharían los lugares, y cada uno buscaría descansado y desocupado asiento para si y para su familia. Poblo pues Riphat la Provincia llamada Paphlagonia, que es parte de la Asia menor, en las vertientes de la parte de el Norte sobre el Ponto Eugino ó Mar maior (que todo es uno) y conjunta á la Galacia poblada por su padre (como esta dho.) y aun Ptolomeo, la hace parte della: y si a Stephano atendemos el dice ser poblada por Paphlagon hijo de Phinco: mas lo dho. es mas verdadero porque estos historiadores no atienden a el primer origen de gente que vino á las tierras: sino al prin¬cipio que de las tales gentes tubieron clara noticia, y se deue creer que pasarían artos años: y ansi aunque otros au¬tores quieren dar á estas naciones que voy escriviendo los padres originarios diferentes de los que yo les doy (siguien¬do a los graues autores nombrados) reciben engaño porque no toman el tiempo de tan atras como lo debian tomar. Tito- libio dice que de esta nación llamada Paphlagones, se deribo otra llamados los Henetos, los quales por fuerza de guerras Ciuiles (que entre ellos mismos se levantaron) fueron ex¬cluidos de sus tierras: y siguiendo a su Rei Pilemene fueron a el memorable Asirio de Troya: y en esta guerra fue muer¬to su Rei, y los que de ellos quedaron siguieron como a su Capitan y caudillo a Antenor varón Ilustre Troyano, y con el se pasaron en una parte de la Ytalia, y mudando la letra H en letra V se llamaron Veneti cuios pueblos dieron ori¬gen en año de Christo 454 á la Ciudad de Venecia en el Mar Adriático en el mismo que Athilla destruyó a Aquileya, siendo Sumo Pontífice en Roma León primero, y Empera¬dor Constantino Politano Marciano. Esta Paflagonia dice Solino, que comienza de el Monte Citoro, y va prolongán¬dose por espacio de sesenta y tres millas (que sera poco mas de veinte leguas de comarca) en esta tierra fundó Metri- dates Rei de Ponto una Ciudad mui populosa a quien llamó Eupatoria: y algunos años despues, quando este Mitridates fue vencido, y captibo de Pompeyo le mudaron el nombre, y se llamó Pompeyo Polis, aqui están aquellas ensangrenta¬das llanuras donde el villano Thartaro Taborlan venció y prendió a el Turco Bayaceto, muriendo de ambas partes mas gentes que jamas en el Mundo murió en batalla, lo qual sub- cedio al pie del Monte Estelia, de donde comienzan á nacer aquellas anchurosas campiñas y fue esto el año 1397 de esta tierra de que tratamos: podemos decir lo mismo que de Ga- lacia: pues es casi toda una con la Bithinia. La una y la otra están en obediencia de el Turco como las demás de Asia me-nor, y a el sirven y obedecen. El tercero y ultimo hijo de Gomer se llamó Thogorma, este apartandose de la compa- ñia y multitud q’ con su padre y hermanos venia (por las causas q’ los demás) se vino buscando con sus familias la parte mas Occidental de la Asia, y ansi vinieron asta hallar el Mar que la divide de la Europa, y sin querer pasarlo halló unas anchas y desocupadas llanuras: puestas a la falda de una frondosa cordillera con unas playas que miran a el Po¬niente, y ellas van corriendo de Norte á Norte. Esta Provin¬cia es la que según Estrabon tomó nombre de Frigia de cier¬tos pueblos de Tracia ansí llamados. A esta Región llegó nuestro Thogorma y la abito con sus compañas.
Esta es Fhrigia donde fue fundada la nombrada Ciudad de Troya de quien tantas historias Griegas y Latinas están llenas: dividenla los Consmographos en dos Frigias una me¬nor, y otra maior; confinan con Caria, Lidia, Misia, y Bi¬thinia. De esta Provincia fue natural la Ciuilla a quien 11a- marón Phrigia en nuestros tiempos es llamada la Noto- lia, ocupola el Turco y es gouernacion y aun de las buenas de su Imperio, esta en casi quarenta grados de altura al Norte, en esta Provincia ó en su circunferencia están los famosos y celebrados Montes Tmolo, y Ida, desde aqui corre la costa hacia el medio dia, y descabeza en frente de la Isla de Rodas; es tierra fértil y nutridora de mejores cauallos q’ hombres; los dhos. son los tres hijos de Gomer; y el sagra¬do Texto señala luego la generación de Iauan, que como que¬da visto fue quarto hijo de Iaphet de este se señalan y nom¬bran solos quatro (aunque bien se dejo entender que ternia muchos mas: y no se nombran por la causa que sea refe¬rido) son los hijos de Iauan, Elissa, Tharsis, Gethin, Dodain, de quien añade el sagrado Texto, que de estos fueron divi¬sas las Islas de los Gentiles en sus Regiones cada qual según sus lenguas, y sus familias en sus naciones. Lo q’ ay que decir según Sant Hieronimo, Sancto Thomás, y Sant Ysidro en el lugar y lugares citados, y según Josepho y otros autores es, que á Elissa se le atribuye (de consentimiento de dhos. autores) la propagación de una nación de Griegos llamados Eolides: por quien una de las lenguas Griegas, tenidas en estimación fue llamada Eolis, de estos fue poblada la mui ce¬lebrada Península antiquissimamente llamada Apia, y tam¬bién Pelagia, y despues Peloponeso (según los Gentiles) por un hijo de Thantalo llamado Pelopes, es llamada en nues¬tros tiempos la Morea, tiene un breue estrecho de tierra con que se junta con la Grecia; tiene á la mano hizquierda (mirando al Norte) el Mar Egeo, y a la derecha el Jonio, . y en aquel estrecho fue la famosa Ciudad de Corintho. Ubo en esta Península antiguamente muchas y mui populosas Ciudades, ansi como Argos, Micenas, Lacedemonia, y otras muy decantadas de los escriptores Griegos y Latinos, está en casi quarenta y cinco grados de altura al Norte: y es tie¬rra fértil y abundosa, y una de las buenas tenencias que dá el Turco a sus Capitanes. Son muchas y mui notables las cosas que en esta Peninsula an subcedido (asi en el tiempo de la Gentilidad como en el breue que tubieron la fee de Christo) y despues en el infelice tiempo de la Secta Maho¬metana. El segundo hijo de Jauan fue llamado Tharsis, este (según los Doctores citados) aportando á aquellas Plani¬cies, que de la Asia menor miran el Sol quando esta en lo alto de su curso (a quien llamaron Silicia) poblo una ciu¬dad para cabeza y Metropolitana de lo que su familia ocupo: la qual de su propio nombre llamó Tgarsis (aunque Luca- no quiere sentir que a esta Ciudad a quien el llama Tharso, la fundó Perseo hijo de Danao) otros autores (no menos graues) aplican la phabrica de esta Ciud. al Infante y afe¬minado Sardanapalo, y quieren decir auer estado en ella su sepulcro, y que esta y la Ciudad de Anchialon las fabricó y fundó en un mismo dia, fue madre la Ciudad de Tharsis de muchos y mui Ilustres varones aunque mui mas ilustrada ella, y todo su territorio de Silicia por ser venturosa patria del glorioso Apostol Sant Pablo, y porque estos renglones se escriuen en el mismo dia del laureado Mártir Sant Bonifa¬cio, me parece no sera razón quitarle el rosicler hermossisimo que esta Ciudad de Tharso tiene por esmalte de la sangre des te glorioso Mártir, que en ella reciuio en tiempo de los impios Emperadores, Diocleziano y Maximiano, aqui le mos¬tró Dios su lumbre para que auiendo herrado el camino por lasciuos regalos de su ama y enamorada Aglaes, pudiese bol- ber con heroico aliento al camino de la Justicia. Mucho auia que decir de las cosas subcedidas en Silicia y Tharso, mas dejarlas emos por distinguir este nombre con otro que en el Sagrado texto se halla. Leese en el segundo del Paralipo me- non y en otros lugares, que los Reies de Isrrael embiauan a Tharsis y Ofir por oro drogas, gemmas v cosas de estima¬ción, en especial en el lugar citado parece que el Rey Jo- saphat hizo una flota en un Puerto de el Mar Bermejo lla¬mado Asion gauer (al qual Puerto no se con que funda-mento algunos Geographos especial Enciso llaman Ayllan) en este Puerto previno Josaphat la flota para ir por oro a Tarsis, y por auer tomado amistad y hecho compañía con marón Phrigia en nuestros tiempos es llamada la Noto- lia, ocupola el Turco y es gouernacion y aun de las buenas de su Imperio, esta en casi quarenta grados de altura al Norte, en esta Provincia ó en su circunferencia están los famosos y celebrados Montes Tmolo, y Ida, desde aqui corre la costa hacia el medio dia, y descabeza en frente de la Isla de Rodas; es tierra fértil y nutridora de mejores cauallos q’ hombres; los dhos. son los tres hijos de Gomer; y el sagra¬do Texto señala luego la generación de Iauan, que como que¬da visto fue quarto hijo de Iaphet de este se señalan y nom¬bran solos quatro (aunque bien se dejo entender que ternia muchos mas: y no se nombran por la causa que sea refe¬rido) son los hijos de Iauan, Elissa, Tharsis, Cethin, Dodain, de quien añade el sagrado Texto, que de estos fueron divi¬sas las Islas de los Gentiles en sus Regiones cada qual según sus lenguas, y sus familias en sus naciones. Lo q’ ay que decir según Sant Hieronimo, Sancto Thomás, y Sant Ysidro en el lugar y lugares citados, y según Josepho y otros autores es, que á Elissa se le atribuye (de consentimiento de dhos. autores) la propagación de una nación de Griegos llamados Eolides: por quien una de las lenguas Griegas, tenidas en estimación fue llamada Eolis, de estos fue poblada la mui ce¬lebrada Península antiquissimamente llamada Apia, y tam¬bién Pelagia, y despues Peloponeso (según los Gentiles) por un hijo de Thantalo llamado Pelopes, es llamada en nues¬tros tiempos la Morea, tiene un breue estrecho de tierra con que se junta con la Grecia; tiene á la mano hizquierda (mirando al Norte) el Mar Egeo, y a la derecha el Jonio, y en aquel estrecho fue la famosa Ciudad de Corintho. Ubo en esta Península antiguamente muchas y mui populosas Ciudades, ansi como Argos, Micenas, Lacedemonia, y otras muy decantadas de los escriptores Griegos y Latinos, está en casi quarenta y cinco grados de altura al Norte: y es tie¬rra fértil y abundosa, y una de las buenas tenencias que dá el Turco a sus Capitanes. Son muchas y mui notables las cosas que en esta Peninsula an subcedido (asi en el tiempo de la Gentilidad como en el breue que tubieron la fee de Christo) y despues en el infelice tiempo de la Secta Maho¬metana. El segundo hijo de Jauan fue llamado Tharsis, este (según los Doctores citados) aportando á aquellas Plani¬cies, que de la Asia menor miran el Sol quando esta en lo alto de su curso (a quien llamaron Silicia) poblo una ciu¬dad para cabeza y Metropolitana de lo que su familia ocupo: la qual de su propio nombre llamó Tgarsis (aunque Luca- no quiere sentir que a esta Ciudad a quien el llama Tharso, la fundó Perseo hijo de Danao) otros autores (no menos graues) aplican la phabrica de esta Ciu”1. al Infante y afe¬minado Sardanapalo, y quieren decir auer estado en ella su sepulcro, y que esta y la Ciudad de Anchialon las fabricó y fundó en un mismo dia, fue madre la Ciudad de Tharsis de muchos y mui Ilustres varones aunque mui mas ilustrada ella, y todo su territorio de Silicia por ser venturosa patria del glorioso Apostol Sant Pablo, y porque estos renglones se escriuen en el mismo dia del laureado Mártir Sant Bonifa¬cio, me parece no sera razón quitarle el rosicler hermossisimo que esta Ciudad de Tharso tiene por esmalte de la sangre des te glorioso Mártir, que en ella reciuio en tiempo de los impios Emperadores, Diocleziano y Maximiano, aqui le mos- tro Dios su lumbre para que auiendo herrado el camino por lasciuos regalos de su ama y enamorada Aglaes, pudiese bol- ber con heroico aliento al camino de la Justicia. Mucho auia que decir de las cosas subcedidas en Silicia y Tharso, mas dejarlas emos por distinguir este nombre con otro que en el Sagrado texto se halla. Leese en el segundo del Paralipo me- non y en otros lugares, que los Reies de Isrrael embiauan a Tharsis y Ofir por oro drogas, gemmas v cosas de estima¬ción, en especial en el lugar citado parece que el Rey Jo- saphat hizo una flota en un Puerto de el Mar Bermejo lla¬mado Asion gauer (al qual Puerto no se con que funda¬mento algunos Geographos especial Enciso llaman Ayllan) en este Puerto previno Josaphat la flota para ir por oro a Tarsis, y por auer tomado amistad y hecho compañía con
Ochosias Rei malo le destruyo Dios la flota que iba a Tar- sis cuia perdición el Propheta Davit predijo, y según esto consta claro ser diferentes estas tierras ó Islas donde iba esta flota (aunque llamada Tharsis) á la otra de quien vamos descriviendo; pero yo (con licencia de quien la pueda dar) diria que este Thatsis a donde iba encaminada la flota é in-tención del Rey Josaphat tomó tal nombre de las piedras preciosas de que aquellas partes Orientales abundan a quien por otro nombre llaman Chrisolito ó Jacinto que en Hebreo llaman Tharsis. Scilicia donde aportó nuestro Tharsis de quien vamos tractando, esta en quarenta grados al Norte poco mas o menos, es tierra fértil y en n.ros tiempos tan po¬blada de Piratas corsarios, como quando Pompeyo la sugetó y castigó.
Cap. 8. — donde se prosigue y concluid la repartición de el Mundo por el estilo comenzado.
Segundo hijo de Jauan fue Cethim, el qual apartandose del Padre y de los demás hermanos (y de la tierra firme) dio origen y principio á la Isla de Cipro, que es la misma que bulgarmente llamamos Chipre: no mui distante de la tierra firme de Scilicia y Siria. De esta Isla escriue Plinio ser enoblecida de muchas especies de piedras preciosas y me¬tales. Fue antiguamente no menos estimada que celebrada, por la hermosura y gentileza de las mugeres desta Isla na¬turales, a cuia causa fue eifidicado en ella: un sumptuosis-* simo Templo consagrado á la Diosa Venus, y con esta aten¬ción le pusieron a esta vana y lasciua Diosa Cipriana; te¬níase en aquel corrupto tiempo por costumbre y ley, que las mozas de qualquier estado y condicion que fuesen ganasen con sus cuerpos los dotes que en sus casamientos auian de lleuar, y ansi para el tal efecto biuian muchas destas en la Costa de el Mar para darse en venal amor á los estrange- ros que a sus playas llegasen: y viniendo de Fenicia (tierra no mui lejana desta Isla) la Reina Elisa Dido huiendo la furia y cudicia de su mal hermano Pigmaleon cerca de los años 818 antes del nacimiento de Xpto; como hallase las playas ocupadas de muchas hermosas y desonestas mozas, tomó consigo setenta dellas con que ayudó a poblar y enno-blecer la Ciudad de Carthago, que pocos meses después fa¬bricó en Aphrica. En esta Isla entró Cleopatra en el tiempo mas florido de sus amores con Marco Antonio y represen¬tando la misma Venus Cipriana fue lleuada el Rio arriua en una galera cuia popa era de oro y el velamiento y xar- cerias de finissimas sedas: y esta Egiptioca Reina la mi- rauan un espetaculo arto más hermoso que honesto. Lla¬máronse antiguamente los naturales desta Isla Ceys, y des¬des Cipros, y en nuestros tiempos Cipriotas; es Isla deco¬rada de muchas y mui necesarias cosas para la vida humana ansi como pan, vino, aceite, carnes, cazas, monterías, algo- don en tanta cantidad que se lleuan Naos cargadas dello; aquí fue la antigua y celebrada cuidad de Salamina, en es¬tos tiempos la mas principal es la de Nicosia en la qual ay casas de Caualleros estrangeros asi Franceses como Alema¬nes, e Ingleses, y de otras naciones. De nuestra España ay dos, la una de los Señores Requesens de Cataluña, y la otra de la casa de Abila de nuestra Castilla. Pareceme cosa digna de poner en este lugar lo que ay en uno de aquella Isla, y es que un Monesterio de frailes Franciscos (obseruantes que guardan la obserbacion Romana) guarda y conserua un li¬bro escripto de mano hecho por un monge de Sant Benito (cuio fue primero aquel Monesterio) el qual libro esta pues¬to y colocado en las vigas tirantes de su Iglesia, y asido a ellas con fuertes cadenas; este libro contenia en si una pro- phecia donde aquel Santo monge (aflado de divino spiritu) predijo y prophetizo la mudanza de su Monasterio á poder de otra Religión é institutos, y que auia de ser aquella Isla coronada por enemiga mano con muchas Coronas de Santo Martirio, lo qual pudieron ver los lacrimosos ojos de sus naturales ser cumplido el año de 1571 quando los excomul-
Ocliosias Rei malo le destruyo Dios la flota que iba a Tar- sis cuia perdición el Propheta Davit predijo, y según esto consta claro ser diferentes estas tierras ó Islas donde iba esta flota (aunque llamada Tharsis) á la otra de quien vamos descriviendo; pero yo (con licencia de quien la pueda dar) diria que este Thafsis a donde iba encaminada la flota é in¬tención del Rey Josapliat tomó tal nombre de las piedras preciosas de que aquellas partes Orientales abundan a quien por otro nombre llaman Chrisolito ó Jacinto que en Hebreo llaman Tharsis. Scilicia donde aportó nuestro Tharsis de quien vamos tractando, esta en quarenta grados al Norte poco mas o menos, es tierra fértil y en n.ro” tiempos tan po¬blada de Piratas corsarios, como quando Pompeyo la sugetó y castigó.
Cap. 8. — donde se prosigue y concluie la repartición de el Mundo por el estilo comenzado.
Segundo hijo de Jauan fue Cethim, el qual apartandose del Padre y de los demás hermanos (y de la tierra firme) dio origen y principio á la Isla de Cipro, que es la misma que bulgarmente llamamos Chipre: no mui distante de la tierra firme de Scilicia y Siria. De esta Isla escriue Plinio ser enoblecida de muchas especies de piedras preciosas y me¬tales. Fue antiguamente no menos estimada que celebrada, por la hermosura y gentileza de las mugeres desta Isla na¬turales, a cuia causa fue eifidicado en ella: un sumptuosis-” simo Templo consagrado á la Diosa Venus, y con esta aten¬ción le pusieron a esta vana y lasciua Diosa Cipriana; te¬níase en aquel corrupto tiempo por costumbre y ley, que las mozas de qualquier estado y condicion que fuesen ganasen con sus cuerpos los dotes que en sus casamientos auian de lleuar, y ansi para el tal efecto biuian muchas destas en la Costa de el Mar para darse en venal amor á los estrange- ros que a sus playas llegasen: y viniendo de Fenicia (tierra
no mui lejana desta Isla) la Reina Elisa Dido huiendo la furia y cudicia de su mal hermano Pigmaleon cerca de los años 818 antes del nacimiento de Xpto; como hallase las playas ocupadas de muchas hermosas y desonestas mozas, tomó consigo setenta dellas con que ayudó a poblar y enno¬blecer la Ciudad de Carthago, que pocos meses después fa¬bricó en Aphrica. En esta Isla entró Cleopatra en el tiempo mas florido de sus amores con Marco Antonio y represen¬tando la misma Venus Cipriana fue lleuada el Rio arriua en una galera cuia popa era de oro y el velamiento y xar- cerias de finissimas sedas: y esta Egiptioca Reina la mi- rauan un espetaculo arto más hermoso que honesto. Lla¬máronse antiguamente los naturales desta Isla Ceys, y des¬des Cipros, y en nuestros tiempos Cipriotas; es Isla deco¬rada de muchas y mui necesarias cosas para la vida humana ansi como pan, vino, aceite, carnes, cazas, monterias, algo- don en tanta cantidad que se lleuan Naos cargadas dello; aqui fue la antigua y celebrada cuidad de Salamina, en es¬tos tiempos la mas principal es la de Nicosia en la qual ay casas de Caualleros estrangeros asi Franceses como Alema¬nes, e Ingleses, y de otras naciones. De nuestra España ay dos, la una de los Señores Requesens de Cataluña, y la otra de la casa de Abila de nuestra Castilla. Pareceme cosa digna de poner en este lugar lo que ay en uno de aquella Isla, y es que un Monesterio de frailes Franciscos (obseruantes que guardan la obserbacion Romana) guarda y conserua un li¬bro escripto de mano hecho por un monge de Sant Benito (cuio fue primero aquel Monesterio) el qual libro esta pues¬to y colocado en las vigas tirantes de su Iglesia, y asido a ellas con fuertes cadenas; este libro contenia en si una pro- phecia donde aquel Santo monge (aflado de divino spiritu) predijo y prophetizo la mudanza de su Monasterio á poder de otra Religión é institutos, y que auia de ser aquella Isla coronada por enemiga mano con muchas Coronas de Santo Martirio, lo qual pudieron ver los lacrimosos ojos de sus naturales ser cumplido el año de 1571 quando los excomul¬gados Turcos metieron, sus sacrilegas manos en lo mas viuo de sus entrañas donde muchos Caualleros Christianos fueron Mártires por Xpto. y muchas doncellas recivieron Palma y Corona de entrambas excelencias de Virgines y Mártires. Quien mas quisiere ver de las cosas notables de esta Isla lea los Commentarios de Jhoan Maria Beneciano, y quedará sa- tisfho., por que yo me buelbo a mi primer intento.
Dodaim (ultimo hijo de Jauan) aporto con sus campa¬ñas á la Isla de Rhodas, puesta no mui distante de la tierra firme de Asia menor en el Mar (antiguamente llamado Car- pathio) llamóse por diferentes nombres, que fueron Ophi- usa, Asperia, Aetrea, y otros nombres, y al cabo permane¬ció con el de Rhodas (dicen las fabulas llamarse ansi de Rho- dia una doncella amada de Apolo) es la tercera Isla entre las Asiaticas, porque Lesbos es la primera, y Cipro la se¬gunda; es abundantissima de todas las cosas necesarias p.” la vida humana; tiene de circuito 1309 pasos, esta en altura de quarenta grados y medio poco mas o menos, fueron te¬nidos sus antiguos moradores por los mas expertos de el Mundo en el arte nautica, della escriue Solino no subcederle jamas ni auer dia en ella de todo el año en que se dege de ver el Sol (tanto es libre de nieblas y bapores) Pindaro an- tiquissimo poeta engrandeciendo su fertilidad y excelencia cantaua en sus versos que llouian plubias de oro en Rodas. En esta Isla se mostró al Mundo aquel estupendo espectá¬culo contado entre las siete marauillas del, que fue el in¬menso Coloso, que Cares famossisimo estatuario fabricó; fue esta una estatua hecha de metal ofrecida al Sol, aunque otros dicen que a Júpiter, su altura excedia a una gran Torre tardóse en su fabrica doce años, costó de hechura trecientos talentos. Desta escriue Plinio y Paulo Orosio ser tanta la grauedad y peso, que solos 56 años se pudo susten¬tar en pie porque un lebe temblor de tierra la derribó, y por grandeza iban auer sus miembros esparcidos, ya por el campo un hombre con todo su braza no podría abarcar uno de sus dedos, y el minimo dellos eran bastante cama y recep¬taculo para un caminante asi tubo esta estatua esparcidos sus miembros asta que en vida del Papa Martino primero cerca de los años del Señor de 650 un soldán de Egipto vino sobre Rodas y la tomó (y según Platina y Sauelico) de los pedazos que de aquel desmesurado cuerpo auia que¬dado se cargaron 900 camellos de metal. Por este mostruo a quien llamaron coloso se llamaron Colo senses. Los naturales de aquella Isla debajo del qual nombre el Apostol Sant Pablo les escriuio una divina carta dividida en quatro ca¬pítulos. No es de callar ni de pasar en silencio el lamenta¬ble subceso desta mal fortunada Isla la qual hauiendo sido ganada por los Caualleros de la Orden de Sant Juan de poder de los despiadados Turcos el año de 1307 la defen¬dieron y obtubieron a pesar de la potencia Othomana por mas tiempo de 200 años asta que por la grauedad de los pe¬cados nuestros mereciendolo ello y permitiéndolo Dios, el año de 1523 dia de la Natividad de Nro Redemptor Xpto, entró y asaltó, sobre seguro la Ciudad principal y fuerza desta Isla, el fementido y sacrilego Solimán Señor de los Turcos, el qual en persona auia venido de Constantinopla a concluir Jornada de tanta importancia, donde celebró tan¬tas crueldades sacrilegios y stupros quanto a todo el Mun¬do consta por verdaderos testimonios.
Cap. 9 donde se trata de las causas naturales y razón por¬que son Negros los de Etbiopia: y quien, y quando se metieron en España los primeros Negros por es- clauos.
Los dichos y nombrados Patriarchas, son los propagados de la familia y estirpe del padre Iaphet ultimo nombrado en los tres hijos de Noe. Resta digamos de los hijos y gene¬raciones pendientes y deriuadas del desobediente Cham, el qual tubo quatro hijos, ó a lo menos de solos estos hace men¬ción la divina escriptura, sus nombres son Chus, Mesraim, gados Turcos metieron sus sacrilegas manos en lo mas viuo de sus entrañas donde muchos Caualleros Christianos fueron Mártires por Xpto. y muchas doncellas recivieron Palma y Corona de entrambas excelencias de Virgines y Mártires. Quien mas quisiere ver de las cosas notables de esta Isla lea los Commentarios de Jhoan María Beneciano, y quedará sa- tisfho., por que yo me buelbo a mi primer intento.
Dodaim (ultimo hijo de Jauan) aporto con sus campa¬ñas á la Isla de Rhodas, puesta no mui distante de la tierra firme de Asia menor en el Mar (antiguamente llamado Car- pathio) llamóse por diferentes nombres, que fueron Ophi- usa, Asperia, Aetrea, y otros nombres, y al cabo permane¬ció con el de Rhodas (dicen las fabulas llamarse ansi de Rho- dia una doncella amada de Apolo) es la tercera Isla entre las Asiaticas, porque Lesbos es la primera, y Cipro la se¬gunda; es abundantissima de todas las cosas necesarias p.* la vida humana; tiene de circuito 1309 pasos, esta en altura de quarenta grados y medio poco mas o menos, fueron te¬nidos sus antiguos moradores por los mas expertos de el Mundo en el arte nautica, della escriue Solino no subcederle jamas ni auer dia en ella de todo el año en que se dege de ver el Sol (tanto es libre de nieblas y bapores) Pindaro an- tiquissimo poeta engrandeciendo su fertilidad y excelencia cantaua en sus versos que llouian plubias de oro en Rodas. En esta Isla se mostró al Mundo aquel estupendo espectá¬culo contado entre las siete marauillas del, que fue el in¬menso Coloso, que Cares famossisimo estatuario fabricó; fue esta una estatua hecha de metal ofrecida al Sol, aunque otros dicen que a Júpiter, su altura excedia a una gran Torre tardóse en su fabrica doce años, costó de hechura trecientos talentos. Desta escriue Plinio y Paulo Orosio ser tanta la grauedad y peso, que solos 56 años se pudo susten¬tar en pie porque un lebe temblor de tierra la derribó, y por grandeza iban auer sus miembros esparcidos, ya por el campo un hombre con todo su braza no podría abarcar uno de sus dedos, y el minimo dellos eran bastante cama y recep¬taculo para un caminante asi tubo esta estatua esparcidos sus miembros asta que en vida del Papa Martino primero cerca de los años del Señor de 650 un soldán de Egipto vino sobre Rodas y la tomó (y según Platina y Sauelico) de los pedazos que de aquel desmesurado cuerpo auia que¬dado se cargaron 900 camellos de metal. Por este mostruo a quien llamaron coloso se llamaron Colo senses. Los naturales de aquella Isla debajo del qual nombre el Apostol Sant Pablo les escriuio una divina carta dividida en quatro ca-pítulos. No es de callar ni de pasar en silencio el lamenta¬ble subceso desta mal fortunada Isla la qual hauiendo sido ganada por los Caualleros de la Orden de Sant Juan de poder de los despiadados Turcos el año de 1307 la defen¬dieron y obtubieron a pesar de la potencia Othomana por mas tiempo de 200 años asta que por la grauedad de los pe¬cados nuestros mereciendolo ello y permitiéndolo Dios, el año de 1 523 dia de la Natividad de Nro Redemptor Xpto, entró y asaltó, sobre seguro la Ciudad principal y fuerza desta Isla, el fementido y sacrilego Solimán Señor de los Turcos, el qual en persona auia venido de Constantinopla a concluir Jornada de tanta importancia, donde celebró tan¬tas crueldades sacrilegios y stupros quanto a todo el Mun¬do consta por verdaderos testimonios.
Cap. 9 donde se trata de las causas naturales y razón por¬que son Negros los de Ethiopia: y quien, y quando se metieron en España los primeros Negros por es- clauos.
Los dichos y nombrados Patriarchas, son los propagados de la familia y estirpe del padre Iaphet ultimo nombrado en los tres hijos de Noe. Resta digamos de los hijos y gene¬raciones pendientes y deriuadas del desobediente Cham, el qual tubo quatro hijos, ó a lo menos de solos estos hace men¬ción la divina escriptura, sus nombres son Chus, Mesraim,
Phut, Cganam: este Chus siguiendo el camino de el Sol, quando declina al Occidente, acompañado de mucha fami¬lia pasó los secos arenales de las Arabias, y tierra de Madian y transfretando el Mar Erithreo (que es el Seno Arábico ó Mar bermejo) o bajandolo por las faldas de las Sierras Naua- teas, pasaron á la Ethiopia región criadora de gentes ne¬gras; y por que sera necesario para lo de adelante, advierto que quando el Patriarcha Chus y sus familias entraron de- vajo deste Cielo y a poblar tal tierra es conforme a buena razón, y fuera de ella seria decir ni creer que sus gentes y descendencia fuesen menos blancas, ni menos hermosas, que lo eran las demás de sus hermanos primos y sobrinos, sino que la influencia de el Cielo, y la fuerza de la Estrellas, y la sequedad de los vientos con largo discurso de tiempo, tro¬có la blancura de sus rostros en aquella color mas ó menos negra, con que agora vemos a los de Ethiopia, y añadese a lo dho., que aquellas gentes en su principio ni muchos años des¬pues (y en estos tiempos presentes aun mui pocas) no pro¬curaron de guardarse ni se guardan de los recios y encendi¬dos soles q’ en aquellas partes hace, y ansi dice Plinio en el Cap. 3 6 del lib. 6 que de la vecindad que aquella región tie¬ne con los raios de el Sol resulta ser sus abitadores tostados, que con esta sea tanta dispone la materia, y abre los poros para que el viento con sus encendidos soplos tueste sus san¬gres, que según regla de médicos en la repartición que ellos hacen de nuestros humores es quatro entre otros tantos ele¬mentos, la colera atribuien al fuego, la phlegma a el agua, la melancolía a la tierra, y la sangre a el ayre; y que este tenga dominio sobre la sangre nuestra, muestrase claro en que quando mudamos los temples y aires pasándonos de una tierra a otra, la sangre es la primera que siente el estremo, y ella misma es la que da ó quita el color a nuestras pieles, y ansi vemos que un cuerpo totalmente desangrado no tiene color, y otro que peque en abundancia de sangre lo vemos encendido y rojo demasiadamente, y el cuerpo que peca de umor tiricio como sea colera entremezclada con la misma sangre, y reuelada contra ella, hacele participante de su co¬lor que es amarilla, y ansi la color de el tal tiriciado es con¬forme á la intercutal que es aquello que su piel tiene devajo de si y mas adherente a ella; digo pues que como los vientos meridionales calidos y tostadores Rallen abiertos el paso de los poros de la gente Ethiopica entranse por ellos y tuestan la sangre, y ha celes mostrarse de la color que lo vemos y es conforme á razón, y no ai duda sino que si un linage de ne¬gros Ethiopicos fuese trasladado en Flandes, ó en España, ó en otras partes de Cielos y Estrellas mas clementes y de me¬nos asistencia de Sol y de no tan abrasadores vientos aun¬que no se mezclasen con otro linage de gentes blancas lo vendrían a ser sus descendientes por largo discurso de años, ansi como también los hijos de Chus de blancos fueron tor¬nados negros, no en breue ni repentino tiempo sino en dis¬crimen y prolongacion de algunos siglos. Para prueva de lo dho. y para que se entienda mas claro ser esta color de Ethio- pia, eficaces efectos de las causas dichas, advierta el curioso, que tanto quanto mas las gentes interpuestas entre el Polo ártico y la Equinoccial, se acercaren a esta linea (o tórrida zona) tantos son mas morenos y tostados en sus colores. La gente Rusiana, Sueua, y Moscobita, y toda la demás su cir- cunvencina es naturalmente blanca, rubia, y de hermosas colores, y lo mismo vemos en los Ingleses, Alemanes, y Fla¬mencos y dige naturalmente porque accidentalmente tam¬bién ay hombres quemados, morenos, crespos, hirsutos, y mal agestados; mas esto proviene de andar y abitar por las Montañas curtidos y percudidos de los puros y nociuos vien¬tos cierzos, como gente que ni se guarda dellos ni cura de pulicia urbana en el tratami.to de sus personas, vemos ansi mesmo q’ los Franceses no son tan blancos como los Flamen¬cos é Ingleses, ni tan morenos como los Españoles y Italia¬nos; los Aphricanos son mas morenos que los Españoles, y no tanto como los de Guinea tierra conjunta con la suya, y es de admirar que ay un Rio en los estreñios de Aphrica lla-mado Cenega, que parte los términos de Aphrica y Guinea
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Phut, Cganam: este Chus siguiendo el camino de el Sol, quando declina al Occidente, acompañado de mucha fami¬lia pasó los secos arenales de las Arabias, y tierra de Madian y transfretando el Mar Erithreo (que es el Seno Arábico ó Mar bermejo) o bajandolo por las faldas de las Sierras Naua- teas, pasaron á la Ethiopia región criadora de gentes ne¬gras; y por que sera necesario para lo de adelante, advierto que quando el Patriarcha Chus y sus familias entraron de- vajo deste Cielo y a poblar tal tierra es conforme a buena razón, y fuera de ella seria decir ni creer que sus gentes y descendencia fuesen menos blancas, ni menos hermosas, que lo eran las demás de sus hermanos primos y sobrinos, sino que la influencia de el Cielo, y la fuerza de la Estrellas, y la sequedad de los vientos con largo discurso de tiempo, tro¬có la blancura de sus rostros en aquella color mas ó menos negra, con que agora vemos a los de Ethiopia, y añadese a lo dho., que aquellas gentes en su principio ni muchos años des¬pues (y en estos tiempos presentes aun mui pocas) no pro¬curaron de guardarse ni se guardan de los recios y encendi¬dos soles q’ en aquellas partes hace, y ansi dice Plinio en el Cap. 36 del lib. 6 que de la vecindad que aquella región tie¬ne con los raios de el Sol resulta ser sus abitadores tostados, que con esta sea tanta dispone la materia, y abre los poros para que el viento con sus encendidos soplos tueste sus san¬gres, que según regla de médicos en la repartición que ellos hacen de nuestros humores es quatro entre otros tantos ele¬mentos, la colera atribuien al fuego, la phlegma a el agua, la melancolía a la tierra, y la sangre a el ayre; y que este ” tenga dominio sobre la sangre nuestra, muestrase claro en que quando mudamos los temples y aires pasándonos de una tierra a otra, la sangre es la primera que siente el estremo, y ella misma es la que da ó quita el color a nuestras pieles, y ansi vemos que un cuerpo totalmente desangrado no tiene color, y otro que peque en abundancia de sangre lo vemos encendido y rojo demasiadamente, y el cuerpo que peca de umor tiricio como sea colera entremezclada con la misma
sangre, y reuelada contra ella, hacele participante de su co¬lor que es amarilla, y ansi la color de el tal tiriciado es con¬forme á la intercutal que es aquello que su piel tiene devajo de si y mas adherente a ella; digo pues que como los vientos meridionales calidos y tostadores hallen abiertos el paso de los poros de la gente Ethiopica entranse por ellos y tuestan la sangre, y haceles mostrarse de la color que lo vemos y es conforme á razón, y no ai duda sino que si un linage de ne¬gros Ethiopicos fuese trasladado en Flandes, ó en España, ó en otras partes de Cielos y Estrellas mas clementes y de me¬nos asistencia de Sol y de no tan abrasadores vientos aun¬que no se mezclasen con otro linage de gentes blancas lo vendrian a ser sus descendientes por largo discurso de años, ansi como también los hijos de Chus de blancos fueron tor¬nados negros, no en breue ni repentino tiempo sino en dis¬crimen y prolongación de algunos siglos. Para prueva de lo dho. y para que se entienda mas claro ser esta color de Ethio- pia, eficaces efectos de las causas dichas, advierta el curioso, que tanto quanto mas las gentes interpuestas entre el Polo ártico y la Equinoccial, se acercaren a esta linea (o tórrida zona) tantos son mas morenos y tostados en sus colores. La gente Rusiana, Sueua, y Moscobita, y toda la demás su cir- cunvencina es naturalmente blanca, rubia, y de hermosas colores, y lo mismo vemos en los Ingleses, Alemanes, y Fla¬mencos y dige naturalmente porque accidentalmente tam¬bién ay hombres quemados, morenos, crespos, hirsutos, y mal agestados; mas esto proviene de andar y abitar por las Montañas curtidos y percudidos de los puros y nociuos vien¬tos cierzos, como gente que ni se guarda dellos ni cura de pulicia urbana en el tratami.'” de sus personas, vemos ansi mesmo q’ los Franceses no son tan blancos como los Flamen¬cos é Ingleses, ni tan morenos como los Españoles y Italia-nos; los Aphricanos son mas morenos que los Españoles, y no tanto como los de Guinea tierra conjunta con la suya, y es de admirar que ay un Rio en los estremos de Aphrica lla¬mado Cenega, que parte los términos de Aphrica y Guinea que según opinion de Cosmographos es brazo del Rio Niger que nace en las mismas alturas y paramos paludosos, que nace el Nilo y este se ua hacia el Norte a desaguar en el Mar mediterráneo, y no en el Bermejo como dice Torque- mada en sus diálogos, y este otro Rio Niger se ua corriendo al mediodía a meter en el Mar Ethiopicoso Athlantico, y de la parte y orilla que este Rio Cenega tiene hacia la Aphrica son las gentes blancas, corpulentas y bien agestadas, y de la contraria (puesta en los confines de Guinea) son negros de pequeños cuerpos y mal agestados; las secretas causas de tan súbitas mudanzas el que las hizo las saue. Bolbiendo al primer hilo este Ethiopia dicen los escriptores gentiles, que se llamó asi por Ethiope hijo de Bulcano que tubo mando en ella; lo mas fértil desta tierra es la parte meridional a el Occidente, es montuosa, a el Oriente tiene grandes desiertos, al Norte ó Septentrión tiene á Egipto por donde atrabiesa el Nilo que en ella nace como queda dicho cuyas fuentes y manaderos las tuvo el Mundo encubiertas a todos los anti¬guos, y con tanto secreto, que cenando Julio Cesar en la Ciu¬dad de Alexandria con unos doctissimos Sacerdotes Egip- tios entre otras cosas les pregunto por la noticia que tenian de los nacimientos del Nilo á lo qual ni tubieron respuesta que darle ni menos ni la auia en aquel Siglo satisfatoria á esta pregunta, la mas abierta noticia que deste secreto sea tenido es que el año de mil y quinentos, y treinta y tres el Preste Juan llamado David por nombre siendo aflijido de ciertas naciones mahometanas que se revelaron en sus con¬fines embio a pedir socorro ál General de la Yndia puesto en ella por el Rey Don Manuel de Portugal, y el por el amis¬tad que con el tenia asentada, y por cumplir sus capitula¬ciones le despacho del puerto de Toro, ó Tor (que ansi le llaman los Arabes) á Don Christoval Dagama Cauallero Portugués con seiscientos de su nación, y fueron recebidos alegremente de la Reyna Elena madre de el Preste, que por estar ausente hicieron los Portugueses solos la guerra donde mostraron valor de mas que hombres, y finalmente se vinie¬ron á juntar con el Preste Juan, y juntos celebraron con ale- grissima solemnidad la Natividad de Christo teniendo plan-tada sus tiendas, y Pabellones en torno de las lagunas de do- nace el Nilo, y seua hacia el Norte como digimos: y de alli también se aparta el Niger y se ua ál Sur ó medio dia. Quien quisiere saber mas de las particularidades de este Rio, lea la primera parte de la historia de Aphrica hecha por Luis de el Marmol donde escrive capitulo por si deste Rio Nilo en el primer libro. Tiene Ethiopia infinito numero de naciones diferentes en inclinaciones, factiones, lenguas, y costumbres, y por el consiguiente muchos animales fieros, y domésticos. Strabon en su primero libro divide en dos partes la Ethiopia, la una oriental que fue primero conocida de los de Arabia, la otra Occidental cuia noticia se tuvo mas tarde. Se decir que los primeros Negros que en n.ra España se vieron y sir¬vieron como captiuos fueron licuados el año de 1443 por un Donis Ernandez Escudero del Rey Don Juan de Portu¬gal. El dicho Autor Luis del Marmol hace tercero volumen de sus obras donde descrive largamente la Ethiopia para alli remito a aquel que su curiosidad le hiciere desear mas larga relación desta parte de Mundo, y ansi concluiré con decir que su sitio es en la Aphrica, y su mar es el Occeano meri¬dional ay partes desta región que caen debajo de la linea co-mo son las que contiene en si el cabo de buena esperanza, el qual es el mayor que ay en el Mundo, que con su remate y punta pasa mas adelante muchos grados de el Tropico de Capricornio, en lengua Hebrea se llama la Ethiopia, Chus ansi como se llamo su primer poblador.
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que según opinion de Cosmographos es brazo del Rio Niger que nace en las mismas alturas y paramos paludosos, que nace el Nilo y este se ua hacia el Norte a desaguar en el Mar mediterráneo, y no en el Bermejo como dice Torque- mada en sus diálogos, y este otro Rio Niger se ua corriendo al mediodía a meter en el Mar Ethiopicoso Athlantico, y de la parte y orilla que este Rio Cenega tiene hacia la Aphrica son las gentes blancas, corpulentas y bien agestadas, y de la contraria (puesta en los confines de Guinea) son negros de pequeños cuerpos y mal agestados; las secretas causas de tan súbitas mudanzas el que las hizo las saue. Bolbiendo al primer hilo este Ethiopia dicen los escriptores gentiles, que se llamó asi por Ethiope hijo de Bulcano que tubo mando en ella; lo mas fértil desta tierra es la parte meridional a el Occidente, es montuosa, a el Oriente tiene grandes desiertos, al Norte ó Septentrión tiene á Egipto por donde atrabiesa el Nilo que en ella nace como queda dicho cuyas fuentes y manaderos las tuvo el Mundo encubiertas a todos los anti¬guos, y con tanto secreto, que cenando Julio Cesar en la Ciu¬dad de Alexandria con unos doctissimos Sacerdotes Egip- tios entre otras cosas les pregunto por la noticia que tenian de los nacimientos del Nilo á lo qual ni tubieron respuesta que darle ni menos ni la auia en aquel Siglo satisfatoria á esta pregunta, la mas abierta noticia que deste secreto sea tenido es que el año de mil y quinentos, y treinta y tres el Preste Juan llamado David por nombre siendo aflijido de ciertas naciones mahometanas que se revelaron en sus con¬fines embio a pedir socorro ál General de la Yndia puesto en ella por el Rey Don Manuel de Portugal, y el por el amis¬tad que con el tenia asentada, y por cumplir sus capitula¬ciones le despacho del puerto de Toro, ó Tor (que ansi le llaman los Arabes) á Don Christoval Dagama Cauallero Portugués con seiscientos de su nación, y fueron recebidos alegremente de la Reyna Elena madre de el Preste, que por estar ausente hicieron los Portugueses solos la guerra donde mostraron valor de mas que hombres, y finalmente se vinie¬ron á juntar con el Preste Juan, y juntos celebraron con ale- grissima solemnidad la Natividad de Christo teniendo plan-tada sus tiendas, y Pabellones en torno de las lagunas de do- nace el Nilo, y seua hacia el Norte como digimos: y de alli también se aparta el Niger y se ua ál Sur ó medio dia. Quien quisiere saber mas de las particularidades de este Rio, lea la primera parte de la historia de Aphrica hecha por Luis de el Marmol donde escrive capitulo por si deste Rio Nilo en el primer libro. Tiene Ethiopia infinito numero de naciones diferentes en inclinaciones, factiones, lenguas, y costumbres, y por el consiguiente muchos animales fieros, y domésticos. Strabon en su primero libro divide en dos partes la Ethiopia, la una oriental que fue primero conocida de los de Arabia, la otra Occidental cuia noticia se tuvo mas tarde. Se decir que los primeros Negros que en n.r;i España se vieron y sir¬vieron como captiuos fueron licuados el año de 1443 por un Donis Ernandez Escudero del Rey Don Juan de Portu¬gal. El dicho Autor Luis del Marmol hace tercero volumen de sus obras donde descrive largamente la Ethiopia para alli remito a aquel que su curiosidad le hiciere desear mas larga relación desta parte de Mundo, y ansi concluiré con decir que su sitio es en la Aphrica, y su mar es el Occeano meri¬dional ay partes desta región que caen debajo de la linea co¬mo son las que contiene en si el cabo de buena esperanza, el qual es el mayor que ay en el Mundo, que con su remate y punta pasa mas adelante muchos grados de el Tropico de Capricornio, en lengua Hebrea se llama la Ethiopia, Chus ansi como se llamo su primer poblador.
Cap. 10 de los primeros pobladores de las Provincias de Africa y descripción breue della con algunas co¬sas notables.
El segundo hijo de Cham fue Mesrraim, que a imitación de su hermano Chus (o por ventura juntamente con el) partió de Asiria con no menos numerosa familia, que sus Coetáneos, y hermanos, y a lo que es de creer auiendo las dos copias, ó las familias salido de los limites de las regiones Naliateas apeteciendo Chus, la parte meridional como que¬da dicho, se acostó nuestro Mesrraim, á la parte Septentrio¬nal, la qual fue siguiendo asta topar con las aguas del mar Mediterráneo, y aunque la tierra en que se hallo era esteril, seca y arenosa pendiente de la esperanza de que adelante la hallaría, mas tractable se dispuso a hacer lo que los demás que fue poblar y repartir sus gentes por aquellas partes mas faborecidas de las humidades mediante las quales la tierra (ya preñada del grano) diesse fruto bastante para sepoder sustentar, llamóse de su nombre esta tierra Mesrraim, y ansi le llama el antiguo, y recebido Texto Hebreo: llamóse despues Aria, por las muchas serenidades que en su Cielo de ordinario se veen la qual es tanta, que della dice Platón (y la esperiencia nos lo enseña) que jamás lluebe ni su Cielo se muestra manchado de Nuues negras. Llamóse despues Egip¬to por un hijo de Belo, y hermano de Danao como place á los Poetas, y por este nombre es celebrada de todos los Au¬tores antiguos, y conocida de los modernos, es parte de Aphri¬ca, tiene á el Oriente el mar Bermejo, ya que la distancia que diximos auer de su remate hasta el Mediterráneo (lo qual es parte de la Siria) tiene al medio dia la tostada Ethiopia tiene ál Norte el mar Mediterráneo á el Poniente la arenosa tierra Sirenayca, por esta Prouincia pues entro Mesrraim con sus copiosas compañas, y fueron á hallar las anchas, y regadas Vegas del Rio Nilo donde poblaron lo mas yllustre y provechoso de aquella Región en los passados siglos fue mas poblada aquella tierra que agora se vee, pues escriven de ella que en tiempo del Rey Amasis tuvo veinte mili Ciudades su facción y postura de esta parte de Mundo es en figura triangular, y a esta causa los Griegos la llamaron Triqueta, por ser semejante á la letra Delta A que es semejante á este nombre ora por el parentesco que estas gentes tubieron cerca¬no con el tribu, y linage de Nembroch, ora por su natural ynclinacion ninguna gente del Mundo ha auido tan supers¬ticiosa y abusionera en tanto grado que no solo á el Sol, Luna, y Estrellas, adoraron por Dioses, mas á los perros, bueies, y otros animales, y lo que mas es de abominar, a los ojos, puerros, y cebollas, y aun a otras cosas arto mas torpes, e inmundas, por no llover en esta Tierra como queda dicho se aprovechan de muchas y muy grandes acequias sacadas á fuerza de brazos del caudaloso Nilo, y como nuestro Señor es padre de Misericordias, y nada de lo que el hizo aborrecio, como dio á los Cielos esta esterilidad y falta de roclos (por¬que sus criaturas no pereciessen) proveio con arcano juicio que acudiessen ál Nilo, tan exuperantes crecientes de las niebes de las altas Sierras de Ethiopia, que llegando á lo lla¬no saliesse de madre, y hinchese las entrañas de la Tierra de aqviella humedad bastante para producir fructos, y ansi la hacer fértil, y abundosa, porq’ como la tierra todo el año esta deseosa de aguas, y no ai ninguna que le esquilme, y apo¬que su substancia, y vigor retienesela en si, y quando por su tiempo es regalada por la creciente dicha arroja con gran- dissimo aliento la fertilidad que tiene recogida en sus entra¬ñas, y muéstrala magníficamente sobre su faz. Las causas de estas exuperaciones, y crecientes del Rio Nilo muchos las an disputado á ellos remito al curioso lector aunque no de¬jare de responder á una obgecion que algunos disputantes suelen poner diciendo que no es pusible ni se compadece que en la alta Ethiopia estando como esta debajo de la Equi- noctial pueda aber ni aire ni caer sobre sus cumbres a lo qual respondiendo digo que si a lugar, y la esperiencia no lo muestra que cae y puede caer mucha y muy ordinaria niebe 
Cap. 10 de los primeros pobladores de las Provincias de Africa y descripción breue della con algunas co¬sas notables.
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El segundo hijo de Cham fue Mesrraim, que a imitación de su hermano Chus (o por ventura juntamente con el) partió de Asiria con no menos numerosa familia, que sus Coetáneos, y hermanos, y a lo que es de creer auiendo las dos copias, ó las familias salido de los limites de las regiones Naliateas apeteciendo Chus, la parte meridional como que¬da dicho, se acostó nuestro Mesrraim, á la parte Septentrio¬nal, la qual fue siguiendo asta topar con las aguas del mar Mediterráneo, y aunque la tierra en que se hallo era esteril, seca y arenosa pendiente de la esperanza de que adelante la hallaría, mas tractable se dispuso a hacer lo que los demás que fue poblar y repartir sus gentes por aquellas partes mas faborecidas de las humidades mediante las quales la tierra (ya preñada del grano) diesse fruto bastante para sepoder sustentar, llamóse de su nombre esta tierra Mesrraim, y ansi le llama el antiguo, y recebido Texto Hebreo: llamóse despues Aria, por las muchas serenidades que en su Cielo de ordinario se veen la qual es tanta, que della dice Platón (y la esperiencia nos lo enseña) que jamás lluebe ni su Cielo se muestra manchado de Nuues negras. Llamóse despues Egip¬to por un hijo de Belo, y hermano de Danao como place á los Poetas, y por este nombre es celebrada de todos los Au¬tores antiguos, y conocida de los modernos, es parte de Aphri¬ca, tiene á el Oriente el mar Bermejo, ya que la distancia que diximos auer de su remate hasta el Mediterráneo (lo qual es parte de la Siria) tiene al medio dia la tostada Ethiopia tiene ál Norte el mar Mediterráneo á el Poniente la arenosa tierra Sirenayca, por esta Prouincia pues entro Mesrraim con sus copiosas compañas, y fueron á hallar las anchas, y regadas Vegas del Rio Nilo donde poblaron lo mas yllustre y provechoso de aquella Región en los passados siglos fue mas
poblada aquella tierra que agora se vee, pues escriven de ella que en tiempo del Rey Amasis tuvo veinte mili Ciudades su facción y postura de esta parte de Mundo es en figura triangular, y a esta causa los Griegos la llamaron Triqueta, por ser semejante á la letra Delta A que es semejante á este nombre ora por el parentesco que estas gentes tubieron cerca¬no con el tribu, y linage de Nembroch, ora por su natural ynclinacion ninguna gente del Mundo ha auido tan supers¬ticiosa y abusionera en tanto grado que no solo á el Sol, Luna, y Estrellas, adoraron por Dioses, mas á los perros, bueies, y otros animales, y lo que mas es de abominar, a los ojos, puerros, y cebollas, y aun a otras cosas arto mas torpes, e inmundas, por no llover en esta Tierra como queda dicho se aprovechan de muchas y muy grandes acequias sacadas á fuerza de brazos del caudaloso Nilo, y como nuestro Señor es padre de Misericordias, y nada de lo que el hizo aborrecio, como dio á los Cielos esta esterilidad y falta de rocíos (por¬que sus criaturas no pereciessen) proveio con arcano juicio que acudiessen ál Nilo, tan exuperantes crecientes de las niebes de las altas Sierras de Ethiopia, que llegando á lo lla¬no saliesse de madre, y hinchese las entrañas de la Tierra de aquella humedad bastante para producir fructos, y ansi la hacer fértil, y abundosa, porq’ como la tierra todo el año esta deseosa de aguas, y no ai ninguna que le esquilme, y apo¬que su substancia, y vigor retienesela en si, y quando por su tiempo es regalada por la creciente dicha arroja con gran- dissimo aliento la fertilidad que tiene recogida en sus entra¬ñas, y muéstrala magnificamente sobre su faz. Las causas de estas exuperaciones, y crecientes del Rio Nilo muchos las an disputado á ellos remito al curioso lector aunque no de¬jare de responder á una obgecion que algunos disputantes suelen poner diciendo que no es pusible ni se compadece que en la alta Ethiopia estando como esta debajo de la Equi- noctial pueda aber ni aire ni caer sobre sus cumbres a lo qual respondiendo digo que si a lugar, y la esperiencia no lo muestra que cae y puede caer mucha y muy ordinaria niebe
en las tierras donde apenas se hallo grado de altura (tanto están metidas debajo de la linea Equinoctial) y desto trata-remos adelante, es Egipto tierra la mas parte de ella desapro-vechada á causa de no participar de las crecientes desde cau-daloso Rio, ay aora muchas Ciudades populosas, acique de las muy antiguos se tiene poca noticia aqui fue la Ciudad de Taphnes silla antigua de los Pharaones, en la qual (y en Memphis) fueron grauemente vexados ios hijos de Ysrael quando Pharaon Chencres (ultimo de los deste dictado) se temia de la pujanza, y multiplicación deste pueblo electo, aqui subcedieron aquellos portentosos milagros, de que Exo-do hace mención, aqui nació 1571 años antes que Christo nro. bien, aquel valeroso Capitan, y profundísimo Teologo Moysen, en la Ciudad de Memphis, se vieron aquellas tan so- bervias quanto nominatissimas Pirámides, contadas por los Authores, por una de las 7 marauillas del Mundo cuya lati¬tud, y sumidad era yncreyble en cuya obra anduvieron occu- pados muchos millares de hombres, y respondiéndose asi mis¬mos muchos que se han puesto a imaginar la causa de la tal obra tan costosa, y de tan poco aprouechamiento se respon¬den que hallándose los últimos Pharaones de Egipto (o di¬nastías que asi fueron llamados de Chencres para adelante) en sumo grado ricos, y abundantes de moneda de la que se auia recogido de la plebe del trigo que se vendió que fue guardado por consejo de Joseph y queriendo volverlo á re¬partir entre aquellos mismos de quien tanta moneda auia salido tomaron por ocasion hacerles trabajar en aquella su- perba obra donde demás de sustentarles a costas, y expensas reales se les pagaua a cada uno su dinero diurno, y ansi fue¬ron descargando de si lo que les parecia ser encargo á su Re¬pública. Quien quisiere ver mas adlongum esta materia, y lo que fueron estas Pirámides lea á Pomponiomela en el pri¬mero libro, y a Herodoto, en el segundo, y Astrobon en el ultimo, y otros Authores, que dello tratan de proposito. Es tan bien en este Reyno de Egipto, opulenta y grande la Ciudad de Diamata, y la celebratissima Alexandria, por el
magno Alexandro su fundador llamada de tal nombre, cuio cuerpo fue trasladado á ella desde Babilonia donde murió por su gran Priuado Ptolomeo a quien dexo por Rey de Egip¬to, pasa por junto á esta Ciudad el mas caudaloso brazo de los siete con que el Nilo entra en el mar, fueron ricos, y pujantes los Reyes desta tierra, y ansi los Mahometanos aficionados á su fertilidad, y abundancia; pusieron mucha diligencia en auerla para si, y fue la primera que occuparon despues de la falsa promulgación de su empencible secta a quien ellos llaman la Hijara. Entro en Egipto la secta de Mahoma el año de Christo de 650. entro por Capitan, y Predicador desta nosciua peste Occubauen Ñafie del li¬naje de Mahoma fue embiado por Odman 3 halifa 49 año poco mas despues de la institución de la Seta. En los tiem¬pos mas modernos sean llamado Soldanes de Egipto, los que han mandado en aquel Reyno. Y quien quisiere ver su so- beruia Pompa y magnifico aparato, lea el Ytinerario (ó comentos de Pedro Mártir de Angier, Embajador que fue de los Reyes Catholicos en aquella Corte, finalmente la poblazon, y originaria decenaencia deste triangulado Rey- no, se le atribuie, y da á Mesrraim. De creer es (y muy con¬forme á razón) que pues la Libia es tan conjunta á el Egipto como lo vemos que Phut hermano de Mesrraim, y de Chuz y hijo de Cham (como queda visto tendría por forgoso viage acompañar á sus hermanos dos, á el uno asta la salida de los limites, y términos de la Siria, y á el otro asta Egipto, donde hizo su asiento, y poblacion y que de alli por buscar tierra, y parte de mundo donde el solo sin competencia de igual pudiesse governar sus gentes pasaría el Nilo y se entraría en los secos, y Abrasadores Arenales de la Libia donde afirman todos los Authores que hizo su asiento, y morada, dando principio de moradores á aquella Región ansi como sus padres y hermanos la auian dado á otros, es tan esteril y desapiadada, y nutridora de muertes esta Re¬gión que no se que se pueda decir della dicen los Escripto- res antiguos llamarse Libia, por una valerosa muger asi
en las tierras donde apenas se hallo grado de altura (tanto están metidas debajo de la linea Equinoctial) y desto trata-remos adelante, es Egipto tierra la mas parte de ella desapro-vechada á causa de no participar de las crecientes desde cau-daloso Rio, ay aora muchas Ciudades populosas, acique de las muy antiguos se tiene poca noticia aqui fue la Ciudad de Taphnes silla antigua de los Pharaones, en la qual (y en Memphis) fueron grauemente vexados los hijos de Ysrael quando Pharaon Chencres (ultimo de los deste dictado) se temia de la pujanza, y multiplicación deste pueblo electo, aqui subcedieron aquellos portentosos milagros, de que Exo-do hace mención, aqui nació H71 años antes que Christo nro. bien, aquel valeroso Capitan, y profundísimo Teologo Moysen, en la Ciudad de Memphis, se vieron aquellas tan so- bervias quanto nominatissimas Pirámides, contadas por los Authores, por una de las 7 marauillas del Mundo cuya lati¬tud, y sumidad era yncreyble en cuya obra anduvieron occu- pados muchos millares de hombres, y respondiéndose asi mis¬mos muchos que se han puesto a imaginar la causa de la tal obra tan costosa, y de tan poco aprouechamiento se respon¬den que hallándose los últimos Pharaones de Egipto (o di¬nastías que así fueron llamados de Chencres para adelante) en sumo grado ricos, y abundantes de moneda de la que se auia recogido de la plebe del trigo que se vendió que fue guardado por consejo de Joseph y queriendo volverlo á re¬partir entre aquellos mismos de quien tanta moneda auia salido tomaron por ocasion hacerles trabajar en aquella su- perba obra donde demás de sustentarles a costas, y expensas reales se les pagaua a cada uno su dinero diurno, y ansi fue¬ron descargando de si lo que les parecia ser encargo á su Re- publica. Quien quisiere ver mas adlongum esta materia, y lo que fueron estas Pirámides lea á Pomponiomela en el pri¬mero libro, y a Herodoto, en el segundo, y Astrobon en el ultimo, y otros Authores, que dello tratan de proposito. Es tan bien en este Reyno de Egipto, opulenta y grande la Ciudad de Diamata, y la celebratissima Alexandria, por el
magno Alexandro su fundador llamada de tal nombre, cuio cuerpo fue trasladado á ella desde Babilonia donde murió por su gran Priuado Ptolomeo a quien dexo por Rey de Egip¬to, pasa por junto á esta Ciudad el mas caudaloso brazo de los siete con que el Nilo entra en el mar, fueron ricos, y pujantes los Reyes desta tierra, y ansi los Mahometanos aficionados á su fertilidad, y abundancia; pusieron mucha diligencia en auerla para si, y fue la primera que occuparon despues de la falsa promulgación de su empencible secta a quien ellos llaman la Hijara. Entro en Egipto la secta de Mahoma el año de Christo de 650. entro por Capitan, y Predicador desta nosciua peste Occubauen Ñafie del li¬naje de Mahoma fue embiado por Odman 3 halifa 4P año poco mas despues de la institución de la Seta. En los tiem¬pos mas modernos sean llamado Soldanes de Egipto, los que han mandado en aquel Reyno. Y quien quisiere ver su so- beruia Pompa y magnifico aparato, lea el Ytinerario (ó comentos de Pedro Mártir de Angier, Embajador que fue de los Reyes Catholicos en aquella Corte, finalmente la poblazon, y originaria decendencia deste triangulado Rey- no, se le atribuie, y da á Mesrraim. De creer es (y muy con¬forme á razón) que pues la Libia es tan conjunta á el Egipto como lo vemos que Phut hermano de Mesrraim, y de Chuz y hijo de Cham (como queda visto tendría por forzoso viage acompañar á sus hermanos dos, á el uno asta la salida de los limites, y términos de la Siria, y á el otro asta Egipto, donde hizo su asiento, y poblacion y que de alli por buscar tierra, y parte de mundo donde el solo sin competencia de igual pudiesse governar sus gentes pasaría el Nilo y se entraría en los secos, y Abrasadores Arenales de la Libia donde afirman todos los Authores que hizo su asiento, y morada, dando principio de moradores á aquella Región ansí como sus padres y hermanos la auian dado á otros, es tan estéril y desapiadada, y nutridora de muertes esta Re¬gión que no se que se pueda decir della dicen los Escripto- res antiguos llamarse Libia, por una valerosa muger asi
llamada; es parte de la Aphrica tiene ál medio dia la Ethiopia, ál Norte el Mar Mediterráneo, y por aquella par¬te infamado por sus muchos bagios a quien llaman Sirtes, y por aliarla tan esteril sus primeros moradores se dieron á buscar el sustento por- los montes donde alguna humedad de tierra produce montañas, porque es ansi que casi toda sea arenosa, á la mayor parte en algunas comarcas donde la tierra se hace mas baxa, y convexa reciue algún tanto de humedad contraída de las Sierras circunvecinas y esto es en maior cantidad quando las tales tierras están mas cer¬ca de las faldas del Monte Áthlante, que ansi llaman los Descriptores de Aphrica á la gran Cordillera que la ua pro¬longando en tales lugares como los que decimos, y en se¬mejante dispocición puestos nacen algunas escasas Aguas, y quando no á lo menos ha cense pozos con facilidad de que beben, y la tierra tiene jugo para producir fructos. Atra- biesan la Libia con muy tortuosas canales algunos rios que de las Cordilleras bajan, y los mas dellos no llegan á la mar porque la sequedad de las arenas los beben, y resuelven. Ay muchas lagunas, y piélagos ceuados de tales corriente, la parte mas oriental de esta Provincia es menos tractable, y mas esteril por participar de la dañosa serenidad de Egipto. La del Poniente por do parte términos con la Numidia es mas fértil, y por esta razón, mas poblada. Los auitadores de esta tierra an sido y son gente barbarissima ynclinados na-turalmente a impiedades, robos, muertes, e insultos, en tan¬to grado que acontece muchas veces vender los padres á los hijos; por solo Ínteres de comidas, son infinitas las na¬ciones inclusas en este pedazo de Mundo, cuyos nombres dejo de poner reseruandolo para quien de proposito mas principal escriuiere de Libia, dice Santo Thomas en el lu¬gar antes citado que ay un Rio en esta tierra que le llaman los naturales Phut reteniendo en si el nombre de su primer poblador. Ay en esta Provincia de Libia muchos pueblos, especial hacia la parte Occidental, y en la costa del mar aunque también ay muchos en los montes, y sierras, que >
son ramos de la dicha Cordillera Athlantica, en la costa desta tierra caen el Reyno de Tripol de Berueria, a quien con su territorio pone Ptolomeo en las tablas de Libia, esta la antigua Ciudad de Capez, que fue la primera que los Romanos fundaron en Aphrica, á esta Capez llama Ptomeo Tritón. Esta Mahaz cuya fundación es moderna hecha por uno de los Reyes de Túnez. Están los Querquenes, y los Alfaques Yslas donde al presente están Pobladas de algunos Barbaros. Alli fue donde rehaciendose el Conde Pedro Naua- rro de una fortuna de mar que le auia subcedido por el mes de Octubre del año de 1510 hizo abrir y limpiar cier¬tos pozos con intención de fortificarla en seruicio de su Rey, y un Español (agrauiado del Coronel Dionelo, y por vengarse del) se fue á los Moros, y tuuo tal trato con ellos que la noche siguiente mataron con grandissima crueldad á todos los Christianos, que en guarda y obra de los pozos andauan, lo qual fue causa que el Conde no saliese con su intento, ni aquella Armada hiciesse efecto aquel año no muy lejos de esta Ysla, y pegada con la tierra firme esta la antigua Lotofagia ansi llamada por Ptolomeo, en la se¬gunda tabla de Libia, llamóse despues esta Ysla Menice, y nosotros la llamamos los Gelues: tanto notoria á nuestra nación quanto costosa á la sangre Yllustre de la casa de Alúa, y á otras excelentes de España. Esta asi mesmo en esta prouincia la ciudad de Zahora, poblada de gente vil, Barbara y pobre. Ay también una Ciudad antigua llamada Eoa y por otro nombre Ullo, la qual fue depuesta, y priuada de su antigua nobleza por los primeros Mahometanos que entraron en Aphrica cuyo Capitan era Uccubaben Ñafie, de las ruinas de la qual se poblo, y en noblecio la Ciudad de Tripol, de Berbería, llamasse esta Ciudad en nuestros tiempos Lepide. Esta ansi mesmo la Ciu.a antigua de Tre- bilis fundada en su principio por ciertos Phenices, que alli aportaron, llamase en nuestros tiempos Tripol de Berbe¬ría á diferencia de otra de Suria, esta Ciudad fue ganada Por el Conde Pedro Nauarro aunque duro poco tiempo en
llamada; es parte de la Aphrica tiene ál medio dia la Ethiopia, ál Norte el Mar Mediterráneo, y por aquella par¬te infamado por sus muchos bagios a quien llaman Sirtes, y por aliarla tan esteril sus primeros moradores se dieron á buscar el sustento por- los montes donde alguna humedad de tierra produce montañas, porque es ansi que casi toda sea arenosa, á la mayor parte en algunas comarcas donde la tierra se hace mas baxa, y convexa reciue algún tanto de humedad contraida de las Sierras circunvecinas y esto es en maior cantidad quando las tales tierras están mas cer¬ca de las faldas del Monte Athlante, que ansi llaman los Descriptores de Aphrica á la gran Cordillera que la ua pro¬longando en tales lugares como los que decimos, y en se¬mejante dispocición puestos nacen algunas escasas Aguas, y quando no á lo menos hacense pozos con facilidad de que beben, y la tierra tiene jugo para producir fructos. Atra- biesan la Libia con muy tortuosas canales algunos rios que de las Cordilleras bajan, y los mas dellos no llegan á la mar porque la sequedad de las arenas los beben, y resuelven. Ay muchas lagunas, y piélagos ceuados de tales corriente, la parte mas oriental de esta Provincia es menos tractable, y mas esteril por participar de la dañosa serenidad de Egipto. La del Poniente por do parte términos con la Numidia es mas fértil, y por esta razón, mas poblada. Los auitadores de esta tierra an sido y son gente barbarissima ynclinados na-turalmente a impiedades, robos, muertes, c insultos, en tan¬to grado que acontece muchas veces vender los padres á los hijos; por solo Ínteres de comidas, son infinitas las na¬ciones inclusas en este pedazo de Mundo, cuyos nombres dejo de poner reseruandolo para quien de proposito mas principal escriuiere de Libia, dice Santo Thomas en el lu¬gar antes citado que ay un Rio en esta tierra que le llaman los naturales Phut reteniendo en si el nombre de su primer poblador. Ay en esta Provincia de Libia muchos pueblos, especial hacia la parte Occidental, y en la costa del mar aunque también ay muchos en los montes, y sierras, que
son ramos de la dicha Cordillera Athlantica, en la costa desta tierra caen el Reyno de Tripol de Berueria, a quien con su territorio pone Ptolomeo en las tablas de Libia, esta la antigua Ciudad de Capez, que fue la primera que los Romanos fundaron en Aphrica, á esta Capez llama Ptomeo Tritón. Esta Mahaz cuya fundación es moderna hecha por uno de los Reyes de Túnez. Están los Querquenes, y los Alfaques Yslas donde al presente están Pobladas de algunos Barbaros. Alli fue donde rehaciendose el Conde Pedro Naua- rro de una fortuna de mar que le auia subcedido por el mes de Octubre del año de 1510 hizo abrir y limpiar cier¬tos pozos con intención de fortificarla en seruicio de su Rey, y un Español (agrauiado del Coronel Dionelo, y por vengarse del) se fue á los Moros, y tuuo tal trato con ellos que la noche siguiente mataron con grandissima crueldad á todos los Christianos, que en guarda y obra de los pozos andauan, lo qual fue causa que el Conde no saliese con su intento, ni aquella Armada hiciesse efecto aquel año no muy lejos de esta Ysla, y pegada con la tierra firme esta la antigua Lotofagia ansi llamada por Ptolomeo, en la se¬gunda tabla de Libia, llamóse despues esta Ysla Menice, y nosotros la llamamos los Gelues: tanto notoria á nuestra nación quanto costosa á la sangre Yllustre de la casa de Alúa, y á otras excelentes de España. Esta asi mesmo en esta prouincia la ciudad de Zahora, poblada de gente vil, Barbara y pobre. Ay también una Ciudad antigua llamada Eoa y por otro nombre Ullo, la qual fue depuesta, y priuada de su antigua nobleza por los primeros Mahometanos que entraron en Aphrica cuyo Capitan era Uccubaben Ñafie, de las ruinas de la qual se poblo, y en noblecio la Ciudad de Tripol, de Berberia, llamasse esta Ciudad en nuestros tiempos Lepide. Esta ansi mesmo la Ciu.” antigua de Tre- bilis fundada en su principio por ciertos Phenices, que alli aportaron, llamase en nuestros tiempos Tripol de Berbe¬ría á diferencia de otra de Suria, esta Ciudad fue ganada Por el Conde Pedro Nauarro aunque duro poco tiempo en
poder de Christianos, porque el año de el Señor, de mil, y quinientos, y cincuenta y uno el Turco Solimán embio fuerte, y abastecida armada, con que la ganaron á 14 de Agosto Vispera de nuestra Señora, de manera que no la go-zamos mas de 41 años y 20 dias. Esta también en esta Pro-vincia una gran Villa llamada Cazarhamet fundada sobre la costa de la mar a quien nosotros llamamos la Cisterna. Esta también la antigua Trieti memorada por Ptolomeo, llamada agora Sudayca. Esta la que Ptolomeo llama Bara- * cia, y agora Casar hacen. Esta también la Villa de Bath harto mas estendida en sus barrios, que noble en sus mo¬radores. Esta Sarman, y Zabit, Liancer, Hamron, Tajora, que un tiempo mereció tener Rey por si. Esta ansi mesmo la Provincia de Mecellata a quien los antiguos llamaron siete mayor esta es la mas fértil tierra de la Libia. Esta la Provincia de Mesrata donde la gente es arto mas bellicosa que rica, aqui fue la que los Escriptores llaman Cirenayca, y otros Pentapolis, por cinco breues ciudades, que en si en tiempo antiguo con tenia; porque en el presente no están en la nobleza que solia, cae en esta parte el Promontorio, ó cabo que Ptolomeo llamó Baco, y nosotros cauo de Te¬jones. Vense aqui reliquias de la antigua Berenice llamada también Hesperide esta Prouincia conserua en si alguna no¬bleza, por participar de las riquezas que de la tierra aden¬tro se traen como es Almizque Algalia, algunas Turquesas, y oro finissimo. Esta asi mesmo Taurca tierra cercana á la Numidia mas abundante de mantenimientos que las que caen ál Leuante desta Provincia desde la qual asta los con¬fines de Egipto están los desiertos de Barca, que tienen mas le quatrocientas leguas con la esterilidad, y miseria que al principio digimos.
Cap 11. del antiguo conocimiento que en la Ethiopia se tuuo del verdadero Dios, y como la Reyna Saba lo lleno á aquella tierra, y del Preste Juan, y sus cosas, y quando se conformo con la Yglesia Ro¬mana.
El quarto y ultimo hijo de Cham que el Sagrado Texto señala fue Chanaam sobre quien el Abuelo Noe echo la pe¬na de la bien merecida pena de su padre Cham, por auer descubierto (como dicho queda) las partes ocultas del pa¬dre con enojo justo, del hecho maldijo ál nieto mostrando con el la yra (aunque ynocente) y no con el padre perpre- tador de tan gran descametimiento, la causa desto fue no querer el Sancto, y bien comedido viejo Noe sobreponer su maldición en aquel mismo que Dios ál salir del Arca auia bendecido de este Chanaam aunque maculado de la timenda maldición paterna, procedieron muchas, y muy copiosas ge¬neraciones, las quales (como dicho queda) se quedaron en aquella tierra de la Siria, Palestina, y Judea, y deste eredaron nombres los Chananeos, y demás linages expresados en el Texto Sagrado a quien despues de largos años, los hijos de Ysrael desposeieron de la maior parte de sus posesiones como lo cuenta Josué hijo de Num, en su libro que por ser (como es materia tan tratada en la diuina Escriptura) el proceder de la generación, destos no dice mas de que se puede colegir, y es verisimile, que espantado y atemorizado de la esterili¬dad que la tierra (que su padre y ermanos, yban occupan- do) prometía no osaría entrar en ella por állarse como se allaua con familia mucho mas abentajada en numero, que los demás sus hermanos, y arrimándose á la costa un hijo suyo primogénito poblo la fértil, y celebrada Provincia de Sidon llamada asi del nombre del que la ocupo, finalmente el Sagrado Texto le señalan términos, y son desde Sidon ásta Gaza, y asta entrar en el valle Yllustre (aunque des-pues muy deslustroso donde fue Sodoma, y sus Ciudades).
poder de Christianos, porque el año de el Señor, de mil, y quinientos, y cincuenta y uno el Turco Solimán embio fuerte, y abastecida armada, con que la ganaron á 14 de Agosto Víspera de nuestra Señora, de manera que no la go¬zamos mas de 41 años y 20 dias. Esta también en esta Pro¬vincia una gran Villa llamada Cazarhamet fundada sobre la costa de la mar a quien nosotros llamamos la Cisterna. Esta también la antigua Trieti memorada por Ptolomeo, llamada agora Sudayca. Esta la que Ptolomeo llama Bara- ‘ cia, y agora Casar hacen. Esta también la Villa de Bath harto mas estendida en sus barrios, que noble en sus mo¬radores. Esta Sarman, y Zabit, Liancer, Hamron, Tajora, que un tiempo mereció tener Rey por si. Esta ansi mesmo la Provincia de Mecellata a quien los antiguos llamaron siete mayor esta es la mas fértil tierra de la Libia. Esta la Provincia de Mesrata donde la gente es arto mas bellicosa que rica, aqui fue la que los Escriptores llaman Cirenayca, y otros Pentapolis, por cinco breues ciudades, que en si en tiempo antiguo contenía; porque en el presente no están en la nobleza que solia, cae en esta parte el Promontorio, ó cabo que Ptolomeo llamó Baco, y nosotros cauo de Te¬jones. Vense aqui reliquias de la antigua Berenice llamada también Hesperide esta Prouincia conserua en si alguna no¬bleza, por participar de las riquezas que de la tierra aden¬tro se traen como es Almizque Algalia, algunas Turquesas, y oro finissimo. Esta asi mesmo Taurca tierra cercana á la Numidia mas abundante de mantenimientos que las que caen ál Leuante desta Provincia desde la qual asta los con¬fines de Egipto están los desiertos de Barca, que tienen mas le quatrocientas leguas con la esterilidad, y miseria que al principio digimos.
Cap 11• del antiguo conocimiento que en la Ethiopia se tuno del verdadero Dios, y como la Reyna Saba lo lleno á aquella tierra, y del Preste Juan, y sus cosas, y quando se conformo con la Yglesia Ro¬mana.
El quarto y ultimo hijo de Cham que el Sagrado Texto señala fue Chanaam sobre quien el Abuelo Noe echo la pe¬na de la bien merecida pena de su padre Cham, por auer descubierto (como dicho queda) las partes ocultas del pa¬dre con enojo justo, del hecho maldijo ál nieto mostrando con el la yra (aunque ynocente) y no con el padre perpre- tador de tan gran descametimiento, la causa desto fue no querer el Sancto, y bien comedido viejo Noe sobreponer su maldición en aquel mismo que Dios ál salir del Arca auia bendecido de este Chanaam aunque maculado de la timenda maldición paterna, procedieron muchas, y muy copiosas ge-neraciones, las quales (como dicho queda) se quedaron en aquella tierra de la Siria, Palestina, y Judea, y deste eredaron nombres los Chananeos, y demás linages expresados en el Texto Sagrado a quien despues de largos años, los hijos de Ysrael desposeieron de la maior parte de sus posesiones como lo cuenta Josué hijo de Num, en su libro que por ser (como es materia tan tratada en la diuina Escriptura) el proceder de la generación, destos no dice mas de que se puede colegir, y es verisimile, que espantado y atemorizado de la esterili¬dad que la tierra (que su padre y ermanos, yban occupan- do) prometia no osaria entrar en ella por aliarse como se allaua con familia mucho mas abentajada en numero, que los demás sus hermanos, y arrimándose á la costa un hijo suyo primogénito poblo la fértil, y celebrada Provincia de Sidon llamada asi del nombre del que la ocupo, finalmente el Sagrado Texto le señalan términos, y son desde Sidon ásta Gaza, y asta entrar en el valle Yllustre (aunque des¬pues muy deslustroso donde fue Sodoma, y sus Ciudades).
Chus que como queda dicho fue origen de los de Ethio¬pia tuuo cinco hijos, los nombres de los quales fueron Saba, Hebila, Sabatha, Regma, y Sabathaca los quales nombre ó a lo menos los tres de ellos son tan conformes, que me hacen creer auer dado nombre á tres famosas Provincias, que aunque distantes , en sitios, y asientos vanse ymitando y consonando sus nombres, Stephano dice que Saba fue una Ciudad de corada con Silla R. (*) en la Ethiopia de donde afirman muchos, y muy graues Authores auer ido aquella prudeiste Reyna ha oir de la boca de Salomon sus senten¬ciosas palabras como parece en el tercero de los Reyes, Ca¬pitulo décimo, dice Josepho en sus antigüedades que el Rey Cambises tuvo una hermana llamada Meroen, la qual si¬guiendo el hilo de su suerte vino á ser Reyna de aquella parte de Ethiopia y de su nombre (como asta alli se lla¬maba Saba) la llamo Meroe, á este el Nilo la cerca, y la hace quedar en forma de Ysla, y de tal apostura que se tie¬ne, por inexpugnable. Y de aqui mismo fue Reyna aquella Candaces, Ama del Eunucho, a quien baptizo San Phelippo camino de Gaza como se quenta enlos actos de los Apostó¬les, y por droctina, y enseñamiento de la primera Reyna Saba vinieron las gentes barbaras de aquel Reyno al cono¬cimiento y confesion de un solo y verdadero Dios como ella lo auia aprendido de Salomon (y aunque quieren decir al¬gunos que uvo un hijo della, y que se llamo Meylech, que no poca parte se le atribuye de tan loable obra) y con la predicación y enseñamiento del Eunucho, vino la Reyna Tandace, á ser alumbrada, e ynstructa en la ley Ebange- lica, y por orden, y mandado della, y predicaciones del Eu¬nucho, fueron las gentes de aquellas Provincias enseñadas (aunque no muy enteramente) en las cosas de nuestra Sanc¬ta fee Catholica. Llamase en n.ros tiempos esta Ysla Noba, y de aqui tomo raiz, y principio de Christiandad de los Abi- ginos, y despues fueron mas informados con la predicación de San Thome Apostol, es Emperador, y Pontifice destas nacio-
(!) Real.
nes el Preste Juan, cuyo numero de gentes, y vassallos es qua- si infinito. Tuvieron estos Abixinos algunos errores en su erencia, y cerimonias; asta que en nuestros tiempos (que fue el año de 1438) fueron Embajadores deste Pujante Principe y Prelado á el Concilio general celebrado en Flo¬rencia: donde se les dio en pago de su profundissima humil¬dad: Norma, y instrucion de lo que auian de creer, guardar y confesar. Y son ya informados enteramente en las cosas de nra Sancta fee, tienen y an tenido estos Christianos Abi¬xinos Yglesia propia y conocida en la Sancta Ciudad de Jherusalem, adonde son llamados Abassinos, los quales tie¬nen por particulares priuilegios, y antiguas concesiones, facultad para elegir el supremo Patriarcha que entre ellos es llamado Marco. Comenzamos a tener noticia destos re- motissimos Christianos, por intervención de Alonso de Pai- ua, y Pedro de Covillan, que fueron embiados para este efec¬to, y otros no menores: por el Rey Don Juan segundo de Portugal el año de 1486. ya en estos dias: tienen Misal, Breuario, y manual, á nuestro modo, y por el Calendario Romano se goviernan: poniendo, y añidiendo en el algunos Sanctos. Esta Ciudad Saba (de quien auemos tratado) dio nombre á toda aquella Ysla (como queda visto) la qual des¬pues se llamo Meroe, y en estos tiempos Noua (y aun de algunos Authores Maqueda) se le atribuye, y aplica, á Saba hijo primero de Chus. Y es conforme a buena razón, que huviesse aiudado á poblar y ensanchar la Ethiopia que el pa¬dre auia comenzado. Tuvo este Saba otro ermano llamado Sabatha de quien proceden aquellos Sábeos de la felice Ara¬bia, famosos por su probatissimo Yncienso, Mirra, y Cina¬momo los quales están cercados de tres Mares, tienen á el Oriente, el Seno Pérsico, á el Occidente el Mar Bermejo á el Medio dia el gran Mar Arábico ó Ethiopico, es tierra y Región tan fértil, y abundante en todo lo necesario que hace á los hombres ociosos, vagos y Efeminados. Joseph en el primero de sus antigüedades quiere sentir, que esta tierra fue llamada Saba de Chusi, un hijo de Cam del qual no costa
Chus que como queda dicho fue origen de los de Ethio¬pia tuuo cinco hijos, los nombres de los quales fueron Saba, Hebila, Sabatha, Regma, y Sabathaca los quales nombre ó a lo menos los tres de ellos son tan conformes, que me hacen creer auer dado nombre á tres famosas Provincias, que aunque distantes en sitios, y asientos vanse ymitando y consonando sus nombres, Stcphano dice que Saba fue una Ciudad de corada con Silla R. (‘) en la Ethiopia de donde afirman muchos, y muy graues Authores auer ido aquella prudente Reyna ha oir de la boca de Salomon sus senten¬ciosas palabras como parece en el tercero de los Reyes, Ca¬pitulo décimo, dice Josepho en sus antigüedades que el Rey Cambises tuvo una hermana llamada Meroen, la qual si¬guiendo el hilo de su suerte vino á ser Reyna de aquella parte de Ethiopia y de su nombre (como asta alli se lla¬maba Saba) la llamo Meroe, á este el Nilo la cerca, y la hace quedar en forma de Ysla, y de tal apostura que se tie¬ne, por inexpugnable. Y de aqui mismo fue Reyna aquella Candaces, Ama del Eunucho, a quien baptizo San Phelippo camino de Gaza como se quenta enlos actos de los Apostó¬les, y por droctina, y enseñamiento de la primera Reyna Saba vinieron las gentes barbaras de aquel Reyno al cono¬cimiento y confesion de un solo y verdadero Dios como ella lo auia aprendido de Salomon (y aunque quieren decir al¬gunos que uvo un hijo della, y que se llamo Meylech, que no poca parte se le atribuye de tan loable obra) y con la predicación y enseñamiento del Eunucho, vino la Reyna Tandace, á ser alumbrada, e ynstructa en la ley Ebange- lica, y por orden, y mandado della, y predicaciones del Eu¬nucho, fueron las gentes de aquellas Provincias enseñadas (aunque no muy enteramente) en las cosas de nuestra Sanc¬ta fee Catholica. Llamase en n.™” tiempos esta Ysla Noba, y de aqui tomo raiz, y principio de Christiandad de los Abi- ginos, y despues fueron mas informados con la predicación de San Thome Apostol, es Emperador, y Pontifice destas nacio-
(1) Real.
ncs el Preste Juan, cuyo numero de gentes, y vassallos es qua- si infinito. Tuvieron estos Abixinos algunos errores en su erencia, y cerimonias; asta que en nuestros tiempos (que fue el año de 1438) fu,eron Embajadores deste Pujante Principe y Prelado á el Concilio general celebrado en Flo¬rencia: donde se les dio en pago de su profundissima humil¬dad: Norma, y instrucion de lo que auian de creer, guardar y confesar. Y son ya informados enteramente en las cosas de nra Sancta fee, tienen y an tenido estos Christianos Abi¬xinos Yglesia propia y conocida en la Sancta Ciudad de Jherusalem, adonde son llamados Abassinos, los quales tie¬nen por particulares priuilegios, y antiguas concesiones, facultad para elegir el supremo Patriarcha que entre ellos es llamado Marco. Comenzamos a tener noticia destos re- motissimos Christianos, por intervención de Alonso de Pai- ua, y Pedro de Covillan, que fueron embiados para este efec¬to, y otros no menores: por el Rey Don Juan segundo de Portugal el año de 1486. ya en estos dias: tienen Misal, Brcuario, y manual, á nuestro modo, y por el Calendario Romano se goviernan: poniendo, y añidiendo en el algunos Sanctos. Esta Ciudad Saba (de quien auemos tratado) dio nombre á toda aquella Ysla (como queda visto) la qual des¬pues se llamo Meroe, y en estos tiempos Noua (y aun de algunos Authores Maqueda) se le atribuye, y aplica, á Saba hijo primero de Chus. Y es conforme a buena razón, que huviesse aiudado á poblar y ensanchar la Ethiopia que el pa¬dre auia comenzado. Tuvo este Saba otro ermano llamado Sabatha de quien proceden aquellos Sábeos de la felice Ara¬bia, famosos por su probatissimo Yncienso, Mirra, y Cina¬momo los quales están cercados de tres Mares, tienen á el Oriente, el Seno Pérsico, á el Occidente el Mar Bermejo á el Medio dia el gran Mar Arábico ó Ethiopico, es tierra y Región tan fértil, y abundante en todo lo necesario que hace á los hombres ociosos, vagos y Efeminados. Joseph en el primero de sus antigüedades quiere sentir, que esta tierra fue llamada Saba de Chusi, un hijo de Cam del qual no costa en el sagrado Testo, ni tal nombre se allá entre los hijos de Cham, y ansi es mas verisimile, y de creer auer tomado estos tal nombre de Sabatha Nieto del mismo Cham: y es muy poca la diferencia desta opinion a la de Joseph. Esta tierra llamada Arabia (puesta en el sitio dicho) es una de las tres que numera Plineo en el segundo libro, la segunda de las quales llama Petrea, y a la tercera Desierta, mas de las tres la Felis (que es esta de quien vamos tratando) lleua la escelencia^ por ser copiosísima de drogas, y Aromáticas Reciñas, y yervas. Strabon dice della que por su fertilidad se siembra dos veces al año como se hace, en la Yndia Orien¬tal: ciñe y cierra á esta Arabia una Cordillera (no muy grande) que corre del mar Pérsico al Mar Bermejo donde fueron los Nabatheos, esta cae en partes de la Arabia Pe¬trea, al remate de la qual está el Monte Sinai, donde Moisen recibió la ley de la mano de Dios. También ay Authores que dicen auer tenido Cham otro hijo (de quien el Testo Sa¬grado no ace mención) llamado Curetis, el qual tubo 39 hijos el uno llamado Arabo, y el otro Sabothurifero, y el tercero Petreio, a quien se aplica la poblacion, y origen de las tres Arabias, mas este no es inconviniente para entender que nuestro Sabatha no encajase entre ellos sus Sábeos como queda dicho, esta tierra de Arabia felix, menos digna de tal sobre nombre despues que en ella nació, (o en sus confines) el Demonio encarnado Mahoma. Otro ermano de los dos nombrados se llamo Sabathaca, que (como digimos) á los demás va imitando, este quedo en parte mas Oriental, que los demás sus hermanos, y fue padre de otras naciones, a quien también llamaron Sábeos que abitaron en unas mon¬tañas en las cabezadas de la Persia, gente dada á robos, la¬trocinios, y crueldades, cuya memoria apartaron de la de los hombres, su abitada suerte y mal vivir. Descendientes destos fueron aquellos que aleuosamente, y sin el merecerlo le destruieron las haciendas, siervos, y ganados del pacien- tisimo Job. cuya Provincia llamada Hus, tenia la mala ve-cindad destos rústicos Sábeos. El segundo hijo de Chus, se llamo Heuila cuyo nombre es muy consimile, y semejante al de otro hijo de Getam hijo de Hebet, y Nieto de Sem, y muy poco diferente de otro Hebilath de cuya tierra hace memoria Moysen en el segundo capitulo de el Genesis se¬ñalando la corriente, y curso del Reyno O Pheson, y sera necesario quitar esta dubda, y hacer declaración destas di¬ferencias. Quanto á lo primero este Heuila de quien vamos tratando dice San Geronimo en las questiones Hebraycas, y Nicolao de Lira en su Glosa ordinaria, en este lugar, y Sancto Thomas que los sigue auer poblado, y dado por asiento á su estirpe, y descendincia en las partes interiores, y mas intraterraneas de la Aphrica cuyos Pueblos se llama¬ron Getulos, y la tierra Getulia de quien por la poca noticia que de ellos se á tenido ay poco que tractar de sus cosas, y cumplir sea con decir que an sido Pueblos derramados, y de poca urbanidad, y pulicia que occupando parte de la Mauritania se an estendido perdiendo aquel primer nombre, y cobrado otros modernos, parte destos se llaman Berberes, y parte Almohadas, ó Nómadas, y este ultimo nombre co¬braron quando se embolvieron en los de Numidia llamóse también alguna parte de ellos Morauitinos, y quien se qui¬siere mas satisfacer desta coligación y mezcla de naciones, lea el primer volumen de Luis del Marmol en su Aphrica. De estotros dos llamados Heuila, y Heuilath trataremos largo quando llegaremos á los hijos, y descendientes de Sem. De Regma y de sus dos hijos no tengo que decir mas de que entre mezcladas con los de su linage occuparon nuebas tierras de quien no se tienen tanta noticia como de los demás sea tenido óra por cauerles en suerte parte de Mundo menos noble que á los demás, óra por la bageza de sus en¬tendimientos, e inclinaciones, que no se darían á cosas gran¬des como los demás se dieron. Vengamos á tratar de la descendencia, y posteridad de Sem (y dejando á Heber hijo de Arphaxat, y a Hus en la tierra de Caldea, y a Aram en sus desiertos) tractemos de Yectan hijo de Heber, y
i1) Rio.
en el sagrado Testo, ni tal nombre se allá entre los hijos de Cham, y ansi es mas verisimile, y de creer auer tomado estos tal nombre de Sabatha Nieto del mismo Cham: y es muy poca la diferencia desta opinion a la de Joseph. Esta tierra llamada Arabia (puesta en el sitio dicho) es una de las tres que numera Plineo en el segundo libro, la segunda de las quales llama Petrea, y a la tercera Desierta, mas de las tres la Felis (que es esta de quien vamos tratando) lleua la escelencia,*por ser copiosisima de drogas, y Aromáticas Reciñas, y yervas. Strabon dice della que por su fertilidad se siembra dos veces al año como se hace, en la Yndia Orien¬tal: ciñe y cierra á esta Arabia una Cordillera (no muy grande) que corre del mar Pérsico al Mar Bermejo donde fueron los Nabatheos, esta cae en partes de la Arabia Pe¬trea, al remate de la qual está el Monte Sinai, donde Moisen recibió la ley de la mano de Dios. También ay Authores que dicen auer tenido Cham otro hijo (de quien el Testo Sa¬grado no ace mención) llamado Curetis, el qual tubo 39 hijos el uno llamado Arabo, y el otro Sabothurifero, y el tercero Petreio, a quien se aplica la poblacion, y origen de las tres Arabias, mas este no es inconviniente para entender que nuestro Sabatha no encajase entre ellos sus Sábeos como queda dicho, esta tierra de Arabia felix, menos digna de tal sobre nombre despues que en ella nació, (o en sus confines) el Demonio encarnado Mahoma. Otro ermano de los dos nombrados se llamo Sabathaca, que (como digimos) á los demás va imitando, este quedo en parte mas Oriental, que los demás sus hermanos, y fue padre de otras naciones, a quien también llamaron Sábeos que abitaron en unas mon¬tañas en las cabezadas de la Persia, gente dada á robos, la¬trocinios, y crueldades, cuya memoria apartaron de la de los hombres, su abitada suerte y mal vivir. Descendientes destos fueron aquellos que aleuosamente, y sin el merecerlo le destruieron las haciendas, siervos, y ganados del pacien- tisimo Job. cuya Provincia llamada Hus, tenia la mala ve¬cindad destos rústicos Sábeos. El segundo hijo de Chus, se llamo Heuila cuyo nombre es muy consimile, y semejante al de otro hijo de Getam hijo de Hebet, y Nieto de Sem, y muy poco diferente de otro Hebilath de cuya tierra hace memoria Moysen en el segundo capitulo de el Genesis se¬ñalando la corriente, y curso del Reyno (*) Pheson, y sera necesario quitar esta dubda, y hacer declaración destas di-ferencias. Quanto á lo primero este Heuila de quien vamos tratando dice San Geronimo en las questiones Hebraycas, y Nicolao de Lira en su Glosa ordinaria, en este lugar, y Sancto Thomas que los sigue auer poblado, y dado por asiento á su estirpe, y descendincia en las partes interiores, y mas intraterraneas de la Aphrica cuyos Pueblos se llama¬ron Getulos, y la tierra Getulia de quien por la poca noticia que de ellos se á tenido ay poco que tractar de sus cosas, y cumplir sea con decir que an sido Pueblos derramados, y de poca urbanidad, y pulicia que occupando parte de la Mauritania se an estendido perdiendo aquel primer nombre, y cobrado otros modernos, parte destos se llaman Berberes, y parte Almohadas, ó Nómadas, y este ultimo nombre co¬braron quando se embolvieron en los de Numidia llamóse también alguna parte de ellos Morauitinos, y quien se qui¬siere mas satisfacer desta coligación y mezcla de naciones, lea el primer volumen de Luis del Marmol en su Aphrica. De estotros dos llamados Heuila, y Heuilath trataremos largo quando llegaremos á los hijos, y descendientes de Sem. De Regma y de sus dos hijos no tengo que decir mas de que entre mezcladas con los de su linage occuparon nuebas tierras de quien no se tienen tanta noticia como de los demás sea tenido óra por cauerles en suerte parte de Mundo menos noble que á los demás, óra por la bageza de sus en¬tendimientos, e inclinaciones, que no se darian á cosas gran¬des como los demás se dieron. Vengamos á tratar de la descendencia, y posteridad de Sem (y dejando á Heber hijo de Arphaxat, y a Hus en la tierra de Caldea, y a Aram en sus desiertos) tractemos de Yectan hijo de Heber, y
(*) Rio.
Nieto de Sem. Porque este Yectan toma principio mi his¬toria, como tronco, y fundamento de toda la gente Orien¬tal, tuvo este venerable viejo 13 hijos, los nombres de los cuales solos dos hacen en mi intento, que son Ophir y Heui- la destos dixo el Divino Geronimo en sus questiones ebray- cas sobre el décimo del Genesis que ni tenia noticia dellos ni quien dellos la tuviesse dando por ocasion de tanto ol¬vido la mucha distancia de tierras, cielos y mares que auian interpuesto entre3″ellos, y la tierra de Asiria, y ansi no les señala suerte conocida en el Mundo, ni menos á otros her¬manos de los dichos, especial á Yobab ultimo, y menor de todos ellos, y lo mismo que San Geronimo hace el Nicolao de Lira en el mismo lugar, y Santo Thomas en el libro di¬cho, y sobre este mismo Capitulo pasa en silencio á Yectan, y a sus 13 hijos, y si acaso, nombra á algunos es poca ó nin¬guna la memoria que de ellos hace. Mas el doctissimo Be¬nedicto Arias Montano Egregio Doctor, y desentrañador de las lenguas Siria, Caldea, y Ebrea, y en todas ellas pro- fundissimamente versado en el primer volumen del aparato de la Sacra Biblia Real, con que ha enriquecido n.ro Siglo, en un libro de los que alli pone intitulado Phaleg, (de gentium sedibus) señala lugar á los hijos de Yectan, y dice que Seba, y su hermano Abimael poblaron aquella parte que partiendo de las Carmanias, y lleuando el rostro á el Orien¬te se ua encumbrando sobre la mano hizquierda en las altas Cordilleras del Caucaso (monte en otros lugares engran¬decido) a cuyas vertientes Septentrionales habitan los Tár¬taros, parte de los quales son descendientes destos dos nom¬brados hijos de Yectan, y de las faldas Meridionales desta Cordillera, y vertientes sobre la gran Yndia Oriental, y del remate de la posesion destos dos comienza la lactissima tie¬rra que le cupo en suerte ha Heuila doceno hijo deste ya nombrado Padre, y desde alli tendiendose asta el Mar Yn- dico incluiendo en si las muy espaciosas Riberas del Rio Gages este es el mismo que el Sagrado Texto llama Phison aunque algunos Escriptores an querido atribuir este nombre al Rio Nilo, mas es cosa clara, y aberiguada recebir engaño porque deste Phison dice el Sagrado Texto que circunda y rodea toda la tierra de Heuilath, que es la parte del Mun¬do, que agora acabamos de decir, y el que el Testo Sagrado llama Gehon sin duda alguna es el Nilo porque el mismo Testo nos da del claras y conocidas señas, diciendo que cerca y rodea la tierra de Ethiopia como consta claro ha¬cerlo el Nilo, como queda dicho atras esta parte del Mun¬do le cuyo en suerte á Heuilath de quien tomaron origen gran suma de Barbaros a quien el vicio, y fertilidad de la tierra traia vagabundos, y ociosos, que en nada se occupauan mas que en ofenderse los unos á los otros. Fueron dilatando, y estendiendo tanto hacia el Oriente, que poblaron, y hin-cheron lo mas digno y noble de la Yndia mayor, y menos los hanchurosos Reynos de Biznaga, Naisinga, Gat, Sableth, Picordia, Mengala, y otros muchos en la Yndia menor in¬clusos. A este y a sus descendientes deuen el origen, y lo mismo la Yndia mayor ultra el Ganges con la gran Pro¬vincia de Toloman, Camotai, Mein, Santingui, y la larga y estendida costa, de Sian á los antiguos Escriptores ignota. Esta Yndia Oriental es parte de la Asia Mayor, y tan gran¬de, y hanchurosa que a sido estimada por algunos por la tercia parte de la redondez de la tierra. Pomponiomela es¬criue tener tan larga costa que un Nauio á todas velas ape¬nas la podría prolongar en 60 dias. Dicese della auer tenido cinco mil Ciudades sin otros pueblos menores. Toma el nombre de Yndia de un Rio llamado Yndo, a quien otros también llamaron Ydaspes desagua en el Mar por el remate mas Occidental de la menor Yndia partiendo términos en¬tre ella, y el Reyno de Cambaya donde son los Guzarates gente conocida en el Mundo por su mercaduría desagua por quatro vocas frontero de la Ysla a quien los Portugue- sses llaman Mangalor. Este Rio Ydo, (o Ydopas) cría co¬codrilos como el Nilo. A la parte septentrional tiene los montes Tauros que es lo mismo que atras llamamos Cau- caso. Al medio dia tiene el gran Mar Yndico a quien la
Nieto de Sem. Porque este Yectan toma principio mi his¬toria, como tronco, y fundamento de toda la gente Orien¬tal, tuvo este venerable viejo 13 hijos, los nombres de los cuales solos dos hacen en mi intento, que son Ophir y Heui- la destos dixo el Divino Geronimo en sus questiones ebray- cas sobre el décimo del Genesis que ni tenia noticia dellos ni quien dellos la tuviesse dando por ocasion de tanto ol¬vido la mucha distancia de tierras, cielos y mares que auian interpuesto entre*ellos, y la tierra de Asiria, y ansi no les señala suerte conocida en el Mundo, ni menos á otros her¬manos de los dichos, especial á Yobab ultimo, y menor de todos ellos, y lo mismo que San Geronimo hace el Nicolao de Lira en el mismo lugar, y Santo Thomas en el libro di¬cho, y sobre este mismo Capitulo pasa en silencio á Yectan, y a sus 13 hijos, y si acaso, nombra á algunos es poca ó nin¬guna la memoria que de ellos hace. Mas el doctissimo Be¬nedicto Arias Montano Egregio Doctor, y desentrañador de las lenguas Siria, Caldea, y Ebrea, y en todas ellas pro- fundissimamente versado en el primer volumen del aparato de la Sacra Biblia Real, con que ha enriquecido n.ro Siglo, en un libro de los que alli pone intitulado Phaleg, (de gentium sedibus) señala lugar á los hijos de Yectan, y dice que Seba, y su hermano Abimael poblaron aquella parte que partiendo de las Carmanias, y lleuando el rostro á el Orien¬te se ua encumbrando sobre la mano hizquierda en las altas Cordilleras del Caucaso (monte en otros lugares engran¬decido) a cuyas vertientes Septentrionales habitan los Tár¬taros, parte de los quales son descendientes destos dos nom¬brados hijos de Yectan, y de las faldas Meridionales desta Cordillera, y vertientes sobre la gran Yndia Oriental, y del remate de la posesion destos dos comienza la lactissima tie¬rra que le cupo en suerte ha Heuila doceno hijo deste ya nombrado Padre, y desde alli tendiendose asta el Mar Yn- dico incluiendo en si las muy espaciosas Riberas del Rio Gages este es el mismo que el Sagrado Texto llama Phison aunque algunos Escriptores an querido atribuir este nombre al Rio Nilo, mas es cosa clara, y aberiguada recebir engaño porque deste Phison dice el Sagrado Texto que circunda y rodea toda la tierra de Heuilath, que es la parte del Mun¬do, que agora acabamos de decir, y el que el Testo Sagrado llama Gehon sin duda alguna es el Nilo porque el mismo Testo nos da del claras y conocidas señas, diciendo que cerca y rodea la tierra de Ethiopia como consta claro ha¬cerlo el Nilo, como queda dicho atras esta parte del Mun¬do le cuyo en suerte á Heuilath de quien tomaron origen gran suma de Barbaros a quien el vicio, y fertilidad de la tierra traia vagabundos, y ociosos, que en nada se occupauan mas que en ofenderse los unos á los otros. Fueron dilatando, y estendiendo tanto hacia el Oriente, que poblaron, y hin-cheron lo mas digno y noble de la Yndia mayor, y menos los hanchurosos Reynos de Biznaga, Naisinga, Gat, Sableth, Picordia, Mengala, y otros muchos en la Yndia menor in¬clusos. A este y a sus descendientes deuen el origen, y lo mismo la Yndia mayor ultra el Ganges con la gran Pro¬vincia de Toloman, Camotai, Mein, Santingui, y la larga y estendida costa, de Sian á los antiguos Escriptores ignota. Esta Yndia Oriental es parte de la Asia Mayor, y tan gran¬de, y hanchurosa que a sido estimada por algunos por la tercia parte de la redondez de la tierra. Pomponiomela es¬criue tener tan larga costa que un Nauio á todas velas ape¬nas la podria prolongar en 60 dias. Dicese della auer tenido cinco mil Ciudades sin otros pueblos menores. Toma el nombre de Yndia de un Rio llamado Yndo, a quien otros también llamaron Ydaspes desagua en el Mar por el remate mas Occidental de la menor Yndia partiendo términos en¬tre ella, y el Reyno de Cambaya donde son los Guzarates gente conocida en el Mundo por su mercaduría desagua por quatro vocas frontero de la Ysla a quien los Portugue- sses llaman Mangalor. Este Rio Ydo, (o Ydopas) cria co¬codrilos como el Nilo. A la parte septentrional tiene los montes Tauros que es lo mismo que atras llamamos Cau- caso. Al medio dia tiene el gran Mar Yndico a quien la misma Yndia da nombre, á la parte de Oriente (donde con grandissima longitud se estiende) tiene los Chinas, si ya no queremos nombrar por otros nombres á la multitud de barvaras, y crueles naciones puestas entre las Chinas, y Yndos mas orientales. Es la Yndia criadora de muchas, y muy prestantissimas Drogas, fructos, Aromáticos y salutí¬feros, abundante de Oro, Margaritas, y piedras Preciosas en tanto grado que tie su oro, Piedras y Resinas, hace men¬ción la diuina Escriptura, señalando el Territorio por donde corre el Rio Phison que como (queda dicho es el Ganges) diciendo el Phison cerca y rodea toda la tierra de Heuilath, donde nace el Oro, y el Oro de aquella tierra es muy bue¬no, y alli también se alia el Bdelium, y la Piedra Onichinus. Este Bdelium (según Galeno) se halla en dos generos uno Scitico, y otro arabico, el Scithico es negro mas que el Arabico, y mas Resinoso, y el Arabico es mas transpa¬rente, y seco, es cierta Goma, ó sudor de un Arbor de la grandeza de una Oliua, es Arbor negro, tiene ojas co¬mo las del Robre, y el fructo como Cabra higos, y esta Re¬sina suya asido muy estimada por ser preserbatiua de corrupción, para los cuerpos muertos como lo escrive Maestro Matheoli en el primero libro de su Anothomia en el Capitulo Asphaltes, la piedra Onichino deuio ser suma¬mente estimada de los Antiguos, pues della se hace en aquel lugar mención; la secreta y natural virtud della no la sabré decir, su color era semejante á la uña del hombre, y por esta causa se le dio tal nombre por los Griegos porque los llaman Onicen, á la uña y de alli le deriuaron el nombre por la mucha semejanza que con ella tiene. Esta Piedra Onichino quiere el Maestre Antonio que sea la Cornerina. Fue la Yndia Oriental en los primeros Siglos poco fre- quentada de gentes estrangeras, y por estas causa carecie¬ron de toda pulicia, y letras que solo usaban unos charap- teres, y señales Geroglificos señalando por pinturas las co¬sas como lo tuvieron de costumbre largo tiempo los Egipcios, y el estar tan apartados de la combersacion y trato de los demás sus hermanos les hizo de todo punto perder la memoria de sus Progenitores, y ansi mientras mas se hiuan dilatando mas se yvan Barbarizando, hasta venir á lo estremo de inumanidad que fue comerse los unos á los otros, y sacrificar los padres á los hijos, como lo tuvieron de costumbre, los Paos, Abas, Bramas, y Gueos descen¬dientes de los mismos hijos de Heuilath cuyas inumanas crueldades engrandecen los que de la Yndia Oriental an escrito. Armas estrangeras jamas en la Yndia se conocieron en muchos, y muy grandes años asta que los de la impúdica Siramis entraron en ella como se dirá en el Cap. 8 de la segunda parte.
Cap. 12- de como los hijos de lectan an sido olvidados de todos los que han escripto, y de como Opphir es padre de los Yndianos-
No menos priesa se dieron a cundir, y henchir el Mun¬do, las gentes acaudilladas, y regidas por los otros dos her¬manos, que occupando los lugares abitables del Caucaso, y pasándolos de la otra vanda fueron hinchando por aquella parte todo lo Meridional de la Gran Tartaria, por que lo Septentrional, ya se iba occupando por los descendientes de Magog, y su prosapia, y los unos, y los otros y los demás descendientes de sus hermanos, de quien el Texto Sagrado no hace mención, fueron cundiendo aquel grande, y es¬pacioso pedazo de Mundo, que comenzando desta dicha Cordillera ba á encontrarse, con el gran Mar de la China donde por larguisimos Siglos se detuuieron hinchendo aquellas Regiones, que son tantas, y tan estendidas, y largas como lo podra colegir el que con atención mirare las des- criptiones, y Mapas, que la magnitud del Mundo tratan, como lo podra colegir el que con atención mirare las des¬cendiente de Heuilath antes tomando cada uno las mugeres que bien le parecía daua gentes al Mundo, y occupaua sus misma Yndia da nombre, á la parte de Oriente (donde con grandissima longitud se estiende) tiene los Chinas, si ya no queremos nombrar por otros nombres á la multitud de barvaras, y crueles naciones puestas entre las Chinas, y Yndos mas orientales. Es la Yndia criadora de muchas, y muy prestantissimas Drogas, fructos, Aromáticos v salutí¬feros, abundante de Oro, Margaritas, y piedras Preciosas en tanto grado quetie su oro, Piedras y Resinas, hace men¬ción la diuina Escriptura, señalando el Territorio por donde corre el Rio Phison que como (queda dicho es el Ganges) diciendo el Phison cerca y rodea toda la tierra de Heuilath, donde nace el Oro, y el Oro de aquella tierra es muy bue¬no, y alli también se alia el Bdelium, y la Piedra Onichinus. Este Bdelium (según Galeno) se halla en dos generos uno Scitico, y otro arabico. el Scithico es negro mas que el Arabico, y mas Resinoso, y el Arabico es mas transpa¬rente, y seco, es cierta Goma, ó sudor de un Arbor de la grandeza de una Oliua, es Arbor negro, tiene ojas co¬mo las del Robre, y el fructo como Cabra higos, y esta Re¬sina suya asido muy estimada por ser preserbatiua de corrupción, para los cuerpos muertos como lo escrive Maestro Matheoli en el primero libro de su Anothomia en el Capitulo Asphaltes, la piedra Onichino deuio ser suma¬mente estimada de los Antiguos, pues della se hace en aquel lugar mención; la secreta y natural virtud della no la sabré decir, su color era semejante á la uña del hombre, y por esta causa se le dio tal nombre por los Griegos porque los llaman Onicen, á la uña y de alli le deriuaron el nombre por la mucha semejanza que con ella tiene. Esta Piedra Onichino quiere el Maestre Antonio que sea la Cornerina. Fue la Yndia Oriental en los primeros Siglos poco fre- quentada de gentes estrangeras, y por estas causa carecie¬ron de toda pulida, y letras que solo usaban tinos charap- teres, y señales Geroglificos señalando por pinturas las co¬sas como lo tuvieron de costumbre largo tiempo los Egipcios, y el estar tan apartados de la combersacion y trato de los demás sus hermanos les hizo de todo punto perder la memoria de sus Progenitores, y ansi mientras mas se hiuan dilatando mas se yvan Barbarizando, hasta venir á lo estremo de inumanidad que fue comerse los unos á los otros, y sacrificar los padres á los hijos, como lo tuvieron de costumbre, los Paos, Abas, Bramas, y Gueos descen¬dientes de los mismos hijos de Heuilath cuyas inumanas crueldades engrandecen los que de la Yndia Oriental an escrito. Armas estrangeras jamas en la Yndia se conocieron en muchos, y muy grandes años asta que los de la impúdica Siramis entraron en ella como se dirá en el Cap. 8 de la segunda parte.
Cap. 12- Je como los hijos Je lectan an siJo olviJaJos Je todos los que han escripto, y Je como Opphir es paJrc Je los YnJianos.-
No menos priesa se dieron a cundir, y henchir el Mun¬do, las gentes acaudilladas, y regidas por los otros dos her¬manos, que occupando los lugares abitables del Caucaso, y pasándolos de la otra vanda fueron hinchando por aquella parte todo lo Meridional de la Gran Tartaria, por que lo Septentrional, ya se iba occupando por los descendientes de Magog, y su prosapia, y los unos, y los otros y los demás descendientes de sus hermanos, de quien el Texto Sagrado no hace mención, fueron cundiendo aquel grande, y es¬pacioso pedazo de Mundo, que comenzando desta dicha Cordillera ba á encontrarse, con el gran Mar de la China donde por larguísimos Siglos se detuuieron hinchendo aquellas Regiones, que son tantas, y tan estendidas, y largas como lo podra colegir el que con atención mirare las des- criptiones, y Mapas, que la magnitud del Mundo tratan, como lo podra colegir el que con atención mirare las des¬cendiente de Heuilath antes tomando cada uno las mugeres que bien le parecía daua gentes al Mundo, y occupaua sus
Senos para hacer mas famosas las victorias de los Capitanes, y Caudillos que a su tierra auian de señorear, su hermano Ophir aunque del no auemos hecho mención en lo passado será en lo porvenir, el que hinchira el deseo de todos los curiosos de nra. nación. Este (ora que con la falia (*) de su hermano Heuilath trugese coaduñada y junta la suya, óra que poco despues viniese siguiendo sus passos) es ansi que escogio por suerte las tierras marítimas de la Yndia Orien¬tal, y la Yslas á ella adherentes, y cercanas, y haciendo paz entre ellos, y las aguas, por intervención y tercería de al¬gunos liuianos palos, y mal labradas tablas, cañas, ó Juncos marinos, se dieron á la pesquería, y al tratarse y combersarse los de las unas Yslas con los de las otras, y poco a poco fueron perdiendo el miedo ál Mar, y conociendo sus tiem¬pos, y movimientos. Son tantas en numero las Yslas con¬juntas con la tierra firme de la Yndia, tanta su fertilidad, y riquezas, que fueron tenidas por mejor suerte, y eredad que la que cupo á los demás hermanos, en la tierra firme poblaron la famosa Trapobana en cuyo circuito, (sigun Apiano) ay mili y ochocientas Yslas, y en aquel Siglo en cumplimiento de aquella bendición preceptiua que Dios á Noe, y á sus hijos dio (diciendo cresced y multiplicad, y henchid la tierra) comenzose a poner en uso como manda-miento del mismo Dios, y con este uso enseñaban los padres á los hijos como auían de buscar nuevas tierras, que tem¬ples y disposiciones auian de tener, a que tiempos auian de sembrar, quales granos, y raices eran nutritiuas, y con- mestibles, quales arboles eran frutales, que beneficio se les auia de hacer para bolvellos de silvestres domésticos: como auian de conseruarse en paz entre si, y con sus becinos, como auian de discidir, y Juzgar las causas que entre ellos se moviessen, y finalmente los padres no procuraban dejar otras haciendas a sus hijos, sino inclinación, modo, y manera para henchir la tierra y conseruarse en ella, y asi como en
(*) familia.
los siglos, despues (quando állo mas lugar la malicia) po¬nían los hombres su felicidad en adquirir Riquezas, buscar regalos, darse á los vicios, envegecerse en ellos en este de que agora tratamos toda su felicidad, era crecer y multi¬plicar, y henchir la tierra. Y estaua entre ellos recibido ya por negocio infame, y digno de vituperio, el no dejar en el Mundo cada padre de compañas poblada alguna Provin¬cia, por su orden y buena diligencia: y al que lo tal no hacia en su vida era en su muerte poco honrado, de sus subditos, y familia; y se tenia esta por infame é infelice; por no auer cumplido con esta obligación deuida á su propio pundor- nor, y lamentauanse por auer sido hijos de padre que murió sin nombre. De uso como dicho queda salto esta inclinación en combertirse en naturaleza en tanto grado, que todo su cuydado, y estudio, era y se aplicaba en henchir lo vacio del Mundo y a porfia se adelantauan los unos á los otros a descubrir y explorar sus valles, y rincones, por occultos, y escondidos que estubiesen, y ásperos, y montosos los ca¬minos por donde á ellos se auia de ir. El cebo, y golosina desta Gloria (tenida en aquel tiempo por la maior que se podia alcanzar) les hacia menospreciar los peligros, y se oluidauan de la Muerte, con que la Mar, las Olas, y los bientos les amenazaban á los marítimos, y los intraterraneos acian lo mismo, á las amenazas de los Leones, Tigres, Ser-pientes, y demás fieras, de que las no abitadas tierras es- tauan llenas. No les impidia entonces estas onestas occupa- ciones, el comercio, y trato con gentes estrañas, porque en este ni en muchos tiempos adelante no las tuvieron, menos la sed de adquirir Oro, Joyas, Plata, ni otras alhajas: por¬que de madera hacían ellos los vasos necesarios para su uso, y la necesidad misma les daua el remedio, para suplirla. Menos se embarazaban en entretenimientos de amores, por¬que traían tan sebado su carnal apetito, que aun de su nombre no se acordauan, ni ponian su abassallada afición en muger ninguna porque el desearla y tenerla era aun tiempo. La adquisición de regalados y curiosos vestidos no
Senos para hacer mas famosas las victorias de los Capitanes, y Caudillos que a su tierra auian de señorear, su hermano Ophir aunque del no auemos hecho mención en lo passado será en lo porvenir, el que hinchira el deseo de todos los curiosos de nra. nación. Este (ora que con la falia (‘) de su hermano Heuilath trugese coaduñada y junta la suya, óra que poco despues viniese siguiendo sus passos) es ansi que escogio por suerte las tierras marítimas de la Yndia Orien¬tal, y la Yslas á ella adherentes, y cercanas, y haciendo paz entre ellos, y las aguas, por intervención y tercería de al¬gunos liuianos palos, y mal labradas tablas, cañas, ó Juncos marinos, se dieron á la pesquería, y al tratarse y combersarse los de las unas Yslas con los de las otras, y poco a poco fueron perdiendo el miedo ál Mar, y conociendo sus tiem¬pos, y movimientos. Son tantas en numero las Yslas con¬juntas con la tierra firme de la Yndia, tanta su fertilidad, y riquezas, que fueron tenidas por mejor suerte, y eredad que la que cupo á los demás hermanos, en la tierra firme poblaron la famosa Trapobana en cuyo circuito, (sigun Apiano) ay mili y ochocientas Yslas, y en aquel Siglo en cumplimiento de aquella bendición preceptiua que Dios á Noe, y á sus hijos dió (diciendo cresced y multiplicad, y henchid la tierra) comenzose a poner en uso como manda-miento del mismo Dios, y con este uso enseñaban los padres á los hijos como auian de buscar nuevas tierras, que tem¬ples y disposiciones auian de tener, a que tiempos auian de sembrar, quales granos, y raices eran nutritiuas, y con- mestibles, quales arboles eran frutales, que beneficio se les auia de hacer para bol vellos de silvestres domésticos: como auian de conseruarse en paz entre si, y con sus becinos, como auian de discidir, y Juzgar las causas que entre ellos se moviessen, y finalmente los padres no procuraban dejar otras haciendas a sus hijos, sino inclinación, modo, y manera para henchir la tierra y conseruarse en ella, y asi como en
(1) familia.
los siglos, despues (quando állo mas lugar la malicia) po¬nían los hombres su felicidad en adquirir Riquezas, buscar regalos, darse á los vicios, envegecerse en ellos en este de que agora tratamos toda su felicidad, era crecer y multi¬plicar, y henchir la tierra. Y estaua entre ellos recibido ya por negocio infame, y digno de vituperio, el no dejar en el Mundo cada padre de compañas poblada alguna Provin¬cia, por su orden y buena diligencia: y al que lo tal no hacia en su vida era en su muerte poco honrado, de sus subditos, y familia; y se tenia esta por infame é infelice; por no auer cumplido con esta obligación deuida á su propio pundor- nor, y lamentauanse por auer sido hijos de padre que murió sin nombre. De uso como dicho queda salto esta inclinación en combertirse en naturaleza en tanto grado, que todo su cuydado, y estudio, era y se aplicaba en henchir lo vacio del Mundo y a porfia se adelantauan los unos á los otros a descubrir y explorar sus valles, y rincones, por occultos, y escondidos que estubiesen, y ásperos, y montosos los ca¬minos por donde á ellos se auia de ir. El cebo, y golosina desta Gloria (tenida en aquel tiempo por la maior que se podia alcanzar) les hacia menospreciar los peligros, y se oluidauan de la Muerte, con que la Mar, las Olas, y los bicntos les amenazaban á los marítimos, y los intraterraneos acian lo mismo, á las amenazas de los Leones, Tigres, Ser¬pientes, y demás fieras, de que las no abitadas tierras es¬tallan llenas. No les impidia entonces estas onestas occupa- ciones, el comercio, y trato con gentes estrañas, porque en este ni en muchos tiempos adelante no las tuvieron, menos la sed de adquirir Oro, Joyas, Plata, ni otras alhajas: por¬que de madera hacian ellos los vasos necesarios para su uso, y la necesidad misma les daua el remedio, para suplirla. Menos se embarazaban en entretenimientos de amores, por¬que traían tan sebado su carnal apetito, que aun de su nombre no se acordauan, ni ponian su abassallada afición en muger ninguna porque el desearla y tenerla era aun tiempo. La adquisición de regalados y curiosos vestidos no les occupaua el tiempo de explorar el Mundo, y poblarlo; porque se contentaron estos de ropas humildes, y tanto pusieron el olvido el acuerdo destas cosas, que por no acor¬darse dellas muchos dejauan andar desnudos resistiendo con sus carnes, el rigor de los Soles y vientos, y quando estos eran en exceso contentauanse con las poco blandas pieles de los animales, que por pies alcanzaban, ó de las ojas de los Arboles, que con su rustico artificio tegian, y esto les bas- taua para resistir estos dos contrarios. Otros movidos con maior diligencia aliaron el uso del Algodon de que aquella tierra naturalmente abunda. Menos les quitaua el sueño ni hacia mudar el paso el cuidado de como ó de donde auia de henchir sus graneros, para que en la duración del año sus- tentassen sus casas, y familias. Porque desta pena les qui-taua la fértil tierra que gratamente contribuía con lo necesario á la vida, con no mas trauajo que hir a coger los fructos yervas, y rayces que de si daua. Ni menos les cau- saua pena el sustentar homrras, porque en aquel Siglo ni aun por el nombre se conocía, y si alguna auia era la ya dicha, poblar tierras, y perseverar en ellas perpetuando su prole y descendencia. Y fuera desta honra no auia otra alguna la vergüenza no les impedia lo que su apetito les demandaua; de manera que todos los cuidados que á los demás ombres desvelan, no podían llegar (ni llegaron en largos Siglos) á estos ni á sus descendientes: menos sobre¬salto sus pensamientos el temor del Ynfierno, ni el deseo del Cielo porque a tanto llego sus barbaridad (assi de los Terrestres, como marítimos) que tubieron creido no auer mas que nacer, y morir aunque los mas destas naciones (de que vamos contando) para ser ayudados en sus tempora¬lidades ussaban muchas supersticiones Ydolatrias aprendi¬das de los Maestros que en los passados Siglos las sacaron de la maldita esquela del Babilónico Nembroth, que como cosa tan anexa, á la malicia humana, y tan a gusto del De¬monio los hombres con la una, y el Demonio por su Ínteres con la otra jamas dejaron caer la Ydolatria antes se fue multiplicando, y tanto mas quanto mas se olvidauan del temor y amor de Dios, no faltaua entre ellos ambiciosos Ministros del Demonion que queriendo con afectación cui¬dadosa agradarlo en esto: Ynventuan nuebos abusos, y no usados saficios, (*) algunos dellos tan impíos y crueles, que tiemblan las carnes, y otros tan abominables, y feos, que retiembla el Alma en pensarlos. Mas ninguna cosa destas no tuvo tanto lugar en la pleue de aquellos Siglos que fuesse parte para hacerles perder el curso de su comenzada obra: que era enchir Yslas; multiplicar gentes, poblar Reynos, descubrir Valles, talar Montañas, y dejar memoria de nuebo á su posteridad: para que á imitación, suya y honra (si asi se puede decir) de su tribu, y linage: fuesen aumentando de dia en dia las tierras, y poblaciones: no esperando ni que¬riendo otro interese en pago desta solicitud, y trabajo; mas que auer cumplido con lo mandado, y encargado de Abuelos, y padres. Porque ni tributos ni rentas ni vassallages no los auian ni lleuarian mas que alguna corporal ocupa¬ción de sus Subditos en reconocimiento, y confision de que lo eran. En esta manera de vida, se sustentaron los unos, y los otros en este pedazo de Mundo que oy se llama la Yndia Oriental porque verdaderamente ellos fueron los postreros que dieron entrada en sus corazones á la malicia, y cubdicia, ambiciones, odios, y rencores, antes fueron á ellos estas Ministras del Demonio, y corrumpcion del hu¬manal linage, quando ya todo el Mundo estaua lleno dellas, y de las obras de las demás gentes, llegaron á esta parte del Mundo hasta alli conseruada en un estado simple, llano, y quieto sin mas cuidado ni occupaciones que las ya referidas.
(‘) sacrificios.
les occupaua el tiempo de explorar el Mundo, y poblarlo; p>orque se contentaron estos de ropas humildes, y tanto pusieron el olvido el acuerdo destas cosas, que por no acor-darse dellas muchos dejauan andar desnudos resistiendo con sus carnes, el rigor de los Soles y vientos, y quando estos eran en exceso contentauanse con las poco blandas pieles de los animales, que por pies alcanzaban, ó de las ojas de los Arboles, que con su rustico artificio tegian, y esto les bas- taua para resistir estos dos contrarios. Otros movidos con maior diligencia aliaron el uso del Algodon de que aquella tierra naturalmente abunda. Menos les quitaua el sueño ni hacia mudar el paso el cuidado de como ó de donde auia de henchir sus graneros, para que en la duración del año sus- tentassen sus casas, y familias. Porque desta pena les qui¬taua la fértil tierra que gratamente contribuia con lo necesario á la vida, con no mas trauajo que hir a coger los fructos yervas, y rayces que de si daua. Ni menos les cau- saua pena el sustentar homrras, porque en aquel Siglo ni aun por el nombre se conocía, y si alguna auia era la ya dicha, poblar tierras, y perseverar en ellas perpetuando su prole y descendencia. Y fuera desta honra no auia otra alguna la vergüenza no les impedia lo que su apetito les demandaua; de manera que todos los cuidados que á los demás ombres desvelan, no podian llegar (ni llegaron en largos Siglos) á estos ni á sus descendientes: menos sobre¬salto sus pensamientos el temor del Ynfierno, ni el deseo del Cielo porque a tanto llego sus barbaridad (assi de los Terrestres, como maritimos) que tubieron creido no auer mas que nacer, y morir aunque los mas destas naciones (de que vamos contando) para ser ayudados en sus tempora¬lidades ussaban muchas supersticiones Ydolatrias aprendi¬das de los Maestros que en los passados Siglos las sacaron de la maldita esquela del Babilónico Nembroth, que como cosa tan anexa, á la malicia humana, y tan a gusto del De¬monio los hombres con la una, y el Demonio por su Ínteres con la otra jamas dejaron caer la Ydolatria antes se fue multiplicando, y tanto mas quanto mas se olvidauan del temor y amor de Dios, no faltaua entre ellos ambiciosos Ministros del Demonion que queriendo con afectación cui¬dadosa agradarlo en esto: Ynventuan nuebos abusos, y no usados saficios, (‘) algunos dellos tan impios y crueles, que tiemblan las carnes, y otros tan abominables, y feos, que retiembla el Alma en pensarlos. Mas ninguna cosa destas no tuvo tanto lugar en la pleue de aquellos Siglos que fuesse parte para hacerles perder el curso de su comenzada obra: que era enchir Yslas; multiplicar gentes, poblar Reynos, descubrir Valles, talar Montañas, y dejar memoria de nuebo á su posteridad: para que á imitación, suya y honra (si asi se puede decir) de su tribu, y linage: fuesen aumentando de dia en dia las tierras, y poblaciones: no esperando ni que¬riendo otro interese en pago desta solicitud, y trabajo; mas que auer cumplido con lo mandado, y encargado de Abuelos, y padres. Porque ni tributos ni rentas ni vassallages no los auian ni lleuarian mas que alguna corporal ocupa¬ción de sus Subditos en reconocimiento, y confision de que lo eran. En esta manera de vida, se sustentaron los unos, y los otros en este pedazo de Mundo que oy se llama la Yndia Oriental porque verdaderamente ellos fueron los postreros que dieron entrada en sus corazones á la malicia, y cubdicia, ambiciones, odios, y rencores, antes fueron á ellos estas Ministras del Demonio, y corrumpcion del hu¬manal linage, quando ya todo el Mundo estaua lleno dellas, y de las obras de las demás gentes, llegaron á esta parte del Mundo hasta alli conseruada en un estado simple, llano, y quieto sin mas cuidado ni occupaciones que las ya referidas.
(1) sacrificios.
Cap. 13. de como se iban aumentando las gentes de la Yndia, y con ellas la Ydolatria, y se remata la primera parte desta obra, y apercibe el Autor para la segunda.
Lo mismo que hacían l<5s descendientes de Ophir, y los demás sus hermanos que les cupo en suerte la parte Orien¬tal (desde Messa Cordillera, que naciendo de la grandissi- ma, que los Montes Caucasos hacen va adescabezar su re¬mate sobre el seno Arabico según Estephano, hasta Sephar Monte Oriental que despues se dirá, que monte este sea) acian también los demás descendientes de nro padre Noe, en aquellas parte de Mundo, que les cupo en suerte. Verdad sea que en ellos reinaba mas ó menos malicia, conforme á las influencias de las Estrellas que sobre sus complexiones predominaua: Mas igualmente siguieron la Ydolatria, to¬dos aquellos que allandose en la fabrica de aquella superva Torre. Auian recibido de Nembroth, y sus hijos aquella infernal contagion solos los hijos de Heber descendientes de Sem guardaron, y retuuieron en sí el temor, y conoci¬miento de Dios, perdón y previlegio particular de su divina misericordia: porque los demás en la tierra, ó quarta gene-ración lo olvidaron aquellos pocos que en aquella Aposta- sia no prevaricaron. En estos Siglos comenzaron algunos hombres insolentes, y amigos de estimación, á aprobecharse de la sencillez, y simpleza de las gentes plebeyas, hacién¬doles entender un millón de vanidades, fingiéndose ser Dio¬ses los hombres ayudándoles en esta obra aquellos que una vez auian ya dado crédito á sus falsas, y fingidas fabulas y vanidades. Estos fueron los tiempos en que á las Ciegas, y poco entendidas gentes hizo creer la malicia humana, y las engañosas persuaciones de hombres desalmados, que en el fuego auia Deidad, y merecía ser adorado (y como un ierro, y caída abre el camino para otra caida, y aquella, á otra, y otra á muchas) no tuvieron estos aliento para leuantarse de las primeras, y ansi fueron de bajeza á bajeza hasta parar en el Abismo. Y no esta manera de Deificar, adorar, y sa¬crificar, se comenzo, y acabo en una parte sola del Mundo. Antes como gente liuiana, fácil, y amiga de nouedades, y no nada cauta para rastrear verdades, ni cudiciosa de yn- quirirlas. Lo que comenzo en Siria y Babilonia. Salto en Egipto, daño á Grecia, inficiono á Assia, con toda sus Pro- uinicias (y no perdono á nra España) y a lo demás del Mundo sin exeptar parte de el, que poco, ó mucho no estubiese infestado desta contagion ó lepra. Y lo que alli se comenzo fue una parte pequeña de leuadura: que acedó, y corrom- pio la masa de Adam; y fue centella que emprendió poco á poco, y abraso el Uniberso. Y aun en la descendencia de Heber (por mas que queramos guarecerla de esta enferme¬dad) hallaremos infinito numero de Ydolatras. Finalmente esta llama ardió, y abraso muchas almas, y las abrasara, asta que Dios ponga su mano en apagarla, y con fuego de su gracia alumbre tanta gente como ay ciega deste mal¬dito accidente: pasó tanto adelante este mal que no se con¬tentando las gentes con adorar á el Sol, á la Luna, á las Estrellas, y a hombres famosos, y Eroicos. Ynventauan sus imaginaciones nuebos Dioses nuebos Ydolos, nuebos Al¬tares, y nuebas invenciones para agradar y seruir ál Demo¬nio, Autor y sustentador de tal obra; el ponia en ella tan deueras las manos, que por meter en su red mas gentes, se metia en estatuas de palo, metales, y piedras, y de alli daua sus respuestas, acertando en unas acaso, y mintiendo en todas naturalmente ( como el que es padre de toda mentira) las quales cosas viendo aquellas gentes, (dejadas ya de la mano de Dios; por merecerlo sus peccados) se enredauan, y abismauan mas en aquel piélago de su perdición: y como sea verdad lo que afirma Tulio en su libro de natura Deo- rum: que no ay nombre racional, que ignora auer Dios, creia cada uno ser lo aquel ó aquello que el se imaginaua. Y erales gran argumento, á aquellas ignorantes gentes para creer que auia una suma y uniuersal potencia el ver acudir
Cap. 13. de como se iban aumentando las gentes de la Yndia, y con ellas la Ydolatria, y se remata la primera parte desta obra, y apercibe el Autor para la segunda.
Lo mismo que hacían las descendientes de Ophir, y los demás sus hermanos que les cupo en suerte la parte Orien¬tal (desde Messa Cordillera, que naciendo de la grandissi- ma, que los Montes Caucasos hacen va adescabezar su re¬mate sobre el seno Arabico según Estephano, hasta Sephar Monte Oriental que despues se dirá, que monte este sea) acian también los demás descendientes de nro padre Noe, en aquellas parte de Mundo, que les cupo en suerte. Verdad sea que en ellos reinaba mas ó menos malicia, conforme á las influencias de las Estrellas que sobre sus complexiones predominaua: Mas igualmente siguieron la Ydolatria, to¬dos aquellos que allandose en la fabrica de aquella superva Torre. Auian recibido de Nembroth, y sus hijos aquella infernal contagion solos los hijos de Heber descendientes de Sem guardaron, y retuuieron en si el temor, y conoci¬miento de Dios, perdón y previlegio particular de su divina misericordia: porque los demás en la tierra, ó quarta gene-ración lo olvidaron aquellos pocos que en aquella Aposta- sia no prevaricaron. En estos Siglos comenzaron algunos hombres insolentes, y amigos de estimación, á aprobecharse de la sencillez, y simpleza de las gentes plebeyas, hacién¬doles entender un millón de vanidades, fingiéndose ser Dio¬ses los hombres ayudándoles en esta obra aquellos que una vez auian ya dado crédito á sus falsas, y fingidas fabulas y vanidades. Estos fueron los tiempos en que á las Ciegas, y poco entendidas gentes hizo creer la malicia humana, y las engañosas persuaciones de hombres desalmados, que en el fuego auia Deidad, y merecía ser adorado (y como un ierro, y caida abre el camino para otra caida, y aquella, á otra, y otra á muchas) no tuvieron estos aliento para leuantarse
MISCELÁNEA ANTARTICA
de las primeras, y ansi fueron de bajeza á bajeza hasta parar en el Abismo. Y no esta manera de Deificar, adorar, y sa¬crificar, se comenzo, y acabo en una parte sola del Mundo. Antes como gente liuiana, fácil, y amiga de nouedades, y no nada cauta para rastrear verdades, ni cudiciosa de yn- quirirlas. Lo que comenzo en Siria y Babilonia. Salto en Egipto, daño á Grecia, inficiono á Assia, con toda sus Pro- uinicias (y no perdono á nra España) y a lo demás del Mundo sin exeptar parte de el, que poco, ó mucho no estubiese infestado desta contagion ó lepra. Y lo que alli se comenzo fue una parte pequeña de leuadura: que acedó, y corrom- pio la masa de Adam; y fue centella que emprendió poco á poco, y abraso el Unibcrso. Y aun en la descendencia de Heber (por mas que queramos guarecerla de esta enferme¬dad) hallaremos infinito numero de Ydolatras. Finalmente esta llama ardió, y abraso muchas almas, y las abrasara, asta que Dios ponga su mano en apagarla, y con fuego de su gracia alumbre tanta gente como ay ciega deste mal¬dito accidente: pasó tanto adelante este mal que no se con¬tentando las gentes con adorar á el Sol, á la Luna, á las Estrellas, y a hombres famosos, y Eroicos. Ynventauan sus imaginaciones nuebos Dioses nuebos Ydolos, nuebos Al¬tares, y nuebas invenciones para agradar y seruir ál Demo¬nio, Autor y sustentador de tal obra; el ponia en ella tan deueras las manos, que por meter en su red mas gentes, se metia en estatuas de palo, metales, y piedras, y de alli daua sus respuestas, acertando en unas acaso, y mintiendo en todas naturalmente ( como el que es padre de toda mentira) las quales cosas viendo aquellas gentes, (dejadas ya de la mano de Dios; por merecerlo sus peccados) se enredauan, y abismauan mas en aquel piélago de su perdición: y como sea verdad lo que afirma Tulio en su libro de natura Deo- rum; que no ay nombre racional, que ignora auer Dios, creia cada uno ser lo aquel ó aquello que el se imaginaua. ^ erales gran argumento, á aquellas ignorantes gentes para creer que auia una suma y uniuersal potencia el ver acudir el verano, y el Ymbierno á sus tiempos, y cada qual con diferentes operaciones, un salir el Sol y ponerse luego, un crecer y menguar la Luna, un neuar, llouer, tronar y gra¬nizar, un acudir la muerte, y lleuar de el Mundo á los que conocían en el mas entrozinados.
Y conocían aunque gentes rudas ser estos efectos de mas pujante potencia (obradora de tan marauillosos efec¬tos) estaua y residia en el mejor lugar de el Cielo donde eran sus palacios como lo trae Aristotiles. Mas como no se puede alcanzar este verdadero conocimiento de Dios, si no es con su luz y auida particular, y esta la auian desmerecido los hombres, por la begez de sus pecados, y abominaciones. Andauan claudicando, atiento cayendo de un mal en otro peor, y finalmente lo que comenzaron por uso lleuaban ya combertido en Naturaleza. Y porque me parece bastara lo escripto para esta primera parte oriniaria, cesare en el fin, y remate de la segunda Edad. Y en lo que se siguiere da¬remos origen á nuestros Yndios, y iremos siguiendo el via- ge que ellos siguieron, notando las cosas mas notables que en el Universo yvan sucediendo, y para esta parte cita, y combido al curioso Lector. Que confiado en el divino fauor ( sin el qual nada es hecho) cumpliré sus deseos, y mi pa¬labra, y todo a honra y Gloria de Christo nro Dios, y su Gloriosa madre. – Fin de la primera parte.
SEGUNDA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE DESCRIBE EL ORIGEN DESTOS YNDIOS, DE N*AS YNDIAS OCCIDENTALES DEDUCIDO DESDE ADAN, CON OTRAS CU-RIOSIDADES PEREGRINAS DIGNAS DE SER SABIDAS DE LOS
CURIOSOS:
Cap. I9.- de las Misericordias grandes, que Dios usa con toda cosa criada, y mucho mas con el hombre. Y del beneficio que el Patriarca Abrahan hizo al Mundo con la comunicación de las Letras:
Marauillosas (y engrandecidas en superlatiba grande¬za) son las obras de Dios: como lo manifiestan, y pregonan el Cielo, y la tierra y lo en ellos contenido: mas con muy claras, y conocidas ventajas sobrepujan y esceden á todas ellas los efectos de su misericordia: porque en lo que cer¬can, y abarcan los Cielos, y en lo que en si, y en sobre si contienen: no ay cosa grande ni pequeña, que de estos efectos no participe lo que conviene, y es bastante para su conseruacion, y existencia. La Tierra que pisamos, los Cielos que miramos, todo es un espejo donde á nuestra vista se ofrecen las marauillosas misericordias del Señor. Crio Dios la tierra con humedad, y Jugo para que se coligasse, y es¬pesase una con otra, con una densidad apacible: bastante para su conseruacion, y de infinitas cosas de que ella se madre. En busca (y rastreando participación desta miseri-cordia) van las simientes arrojadas, con sus deuiles rayces, buscando aquel humor que en sus senos la tierra conthiene, para de el adquirir vida y conseruacion. Las plantas mayores (como necesitadas de mas fuerte y abundante nutrimiento el verano, y el Ymbierno á sus tiempos, y cada qual con diferentes operaciones, un salir el Sol y ponerse luego, un crecer y menguar la Luna, un neuar, llouer, tronar y gra¬nizar, un acudir la muerte, y lleuar de el Mundo á los que conocían en el mas entrozinados.
Y conocían aunque gentes rudas ser estos efectos de mas pujante potencia (obraáora de tan marauillosos efec¬tos) estaua y residía en el mejor lugar de el Cielo donde eran sus palacios como lo trae Aristotiles. Mas como no se puede alcanzar este verdadero conocimiento de Dios, si no es con su luz y auida particular, y esta la auian desmerecido los hombres, por la begez de sus pecados, y abominaciones. Andauan claudicando, atiento cayendo de un mal en otro peor, y finalmente lo que comenzaron por uso licuaban ya combertido en Naturaleza. Y porque me parece bastara lo escripto para esta primera parte oríniaria, cesare en el fin, y remate de la segunda Edad. Y en lo que se siguiere da¬remos origen á nuestros Yndios, y iremos siguiendo el via- ge que ellos siguieron, notando las cosas mas notables que en el Universo yvan sucediendo, y para esta parte cita, y combido al curioso Lector. Que confiado en el divino fauor ( sin el qual nada es hecho) cumpliré sus deseos, y mi pa¬labra, y todo a honra y Gloria de Christo nro Dios, y su Gloriosa madre. – Fin de la primera parte.
SEGUNDA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE DESCRIBE EL ORIGEN DESTOS YNDIOS, DE NRAS YNDIAS OCCIDENTALES DEDUCIDO DESDE ADAN, CON OTRAS CU¬RIOSIDADES PEREGRINAS DIGNAS DE SER SABIDAS DE LOS
CURIOSOS:
Cap. I9.- de las Misericordias grandes, que Dios usa con toda cosa criada, y mucho mas con el hombre. Y del beneficio que el Patriarca Abrahan hizo al Mundo con la comunicación de las Letras:
Marauillosas (y engrandecidas en superlatiba grande¬za) son las obras de Dios: como lo manifiestan, y pregonan el Cielo, y la tierra y lo en ellos contenido: mas con muy claras, y conocidas ventajas sobrepujan y escedcn á todas ellas los efectos de su misericordia: porque en lo que cer¬can, y abarcan los Cielos, y en lo que en si, y en sobre si contienen: no ay cosa grande ni pequeña, que de estos efectos no participe lo que conviene, y es bastante para su conseruacion, y existencia. La Tierra que pisamos, los Cielos que miramos, todo es un espejo donde á nuestra vista se ofrecen las marauillosas misericordias del Señor. Crio Dios la tierra con humedad, y Jugo para que se coligasse, y es¬pesase una con otra, con una densidad apacible: bastante para su conseruacion, y de infinitas cosas de que ella se madre. En busca (y rastreando participación desta miseri-cordia) van las simientes arrojadas, con sus deuiles rayces, buscando aquel humor que en sus senos la tierra conthiene, para de el adquirir vida y conseruacion. Las plantas mayores (como necesitadas de mas fuerte y abundante nutrimiento para poder vivir) no se contentan con lo que la simiente (artificialmente) encomendada á la tierra: ni tan poco con la superficie, con que se sustentan las yerbas natural¬mente nacidas, sino penetran do estos términos se mete y mezcla en sus entrañas, asta topar con lo que pretende y ha menester. Y sino superfluo, ^y sin probecho deja perder aquella parte de misericordia, que a la tierra arrebata de sus entranas y senos: antes vemos que con la presteza, y bre- bedad que con dios dejo capitulada, el dia de su creación: aquel humor, que de la tierra arrebata, por sus venas, y en¬trañas lo lleua, y lo combierte en ensanchar sus sombras, y en dilatar sus ramos, y refrescar sus hojas, y en matizar sus flores, y en formar y madurar sus fructos. Encaminan¬do todas estas infalibles occupaciones, y el fin de ellas, para servicio, y aprobechamiento del hombre debajo cuya mano las hizo Dios subgetas. Que se podra decir de la parte que á los brutos cupo, y cabe de estas generales misericordias que de Dios manan como de biba y peremna fuente. Pues con el cuidado, y solicitud que á nosotros nos desvella, hallan la mesa puesta donde quiera que bueluan el rostro. Porque ansi como los ojos de todas las cosas están puestos en el Se¬ñor (de aquella manera y forma que su especie permite) ansi el misericordioso abre su mano y prouee a todos de el granero de sus misericordias. Las aues en el ayre no hilan, siembran, ni cogen, y el padre celestial las apacieta, á los peces provee de lo necesario sin salir de su casa. Ay por ven¬tura abysmo mas abismado, que el que se le representa á el entendimiento quando atentamente se pone a considerar la abentajada parte que á el hombre racional cupo, y al¬canzó de este Tessoro de las misericordias de Dios: ay Jui¬cio donde pueda caber? ay memoria que lo pueda retener? ay lengua que lo pueda decir? ay pluma que lo pueda es- criuir?. Las misericordias de el Señor contare, (dijo Dauid) y con auer alargado aquel cántico notablemente mas, que los demás que el compuso, desconfiado de poder acabar lo que comenzo, y entendiendo no bastar su entendimiento a poder cumplir su promesa: abreuia su discurso y concluye su intento alabando, y bendiciendo a el Señor, y convocando toda la tierra, a que lo mismo baga, y que en hacerlo no se canse. Mas ay dolor, que de esta consideración nace y procede un dolor que tanto mas se añide y abentaja, quan- to mas el corazon esta enterado y informado desta ciencia. Y con mas bibo conocimiento siente y pondera la obstina¬da ingratitud con que el hombre coresponde á beneficios tan dignos de ser llamados dones de la mano de Dios, todas las cosas criadas (por brutas, y desalmadas que sean) guar¬dan (yrefagablemente) lo que el Señor les mando (o mejor diciendo) naturaleza en su nombre ordeno Dios que los Cielos tuuiesen un diurno movimiento de Oriente á Po¬niente no exceden ni en el jamas an excedido. Mandó que el Sol presidiese de dia, y la Luna de noche, sin hacer falta lo cumplen sus cursos. Ordeno que el Agua corriesse para abajo, y el fuego y humo subiese arriba: tal sea visto siem¬pre y jamas serera (*) menos. Ordeno Dios que los Arboles diesen flor y fruto á sus tiempos: jamas hacen falta en este cumplimiento. Mandó y ordenó que los animales brutos amasen sus hijos, para con suabidad mas dulce conseruar sus especies, ansi lo cumplen, y con tan infalible cumpli¬miento, que no ay madre (que por guardar á sus hijos no ponga en riesgo una y muchas veces su vida), finalmente todas las cosas criadas acuden naturalmente á el cumpli¬miento de aquello a que naturaleza les obliga. Y solo el hombre ( que de justissima razón deuia ser en esto el mas cierto y primero) es el mas remisso, y desacordado: porque auiendole Dios doctado de tantas, y tan principales partes, para que con ellas siruiesse, y agradase á tan franzo, y li¬beral dador y auiendole dado, el libre albeldrio, para que obrando mereciesse, y mereciendo gozasse; el como vaso de maldad, cisterna de aguas hediondas profundo piélago de descomedida ingratitud, aplicando asi solo la gloria de tanta gloria, y volviendo los ojos a quien le esta combidando con
0) se vera.
para poder vivir) no se contentan con lo que la simiente (artificialmente) encomendada á la tierra: ni tan poco con la superficie, con que se sustentan las yerbas natural¬mente nacidas, sino penetran do estos términos se mete y mezcla en sus entrañas, asta topar con lo que pretende y ha menester. Y sino superfluo, \ sin probecho deja perder aquella parte de misericordia, que a la tierra arrebata de sus entranas y senos: antes vemos que con la presteza, y bre- bedad que con dios dejo capitulada, el dia de su creación: aquel humor, que de la tierra arrebata, por sus venas, y en¬trañas lo lleua, y lo combierte en ensanchar sus sombras, y en dilatar sus ramos, y refrescar sus hojas, y en matizar sus flores, y en formar y madurar sus fructos. Encaminan¬do todas estas infalibles occupaciones, y el fin de ellas, para servicio, y aprobechamiento del hombre debajo cuya mano las hizo Dios subgetas. Que se podra decir de la parte que á los brutos cupo, y cabe de estas generales misericordias que de Dios manan como de biba y peremna fuente. Pues con el cuidado, y solicitud que á nosotros nos desvella, hallan la mesa puesta donde quiera que bueluan el rostro. Porque ansi como los ojos de todas las cosas están puestos en el Se¬ñor (de aquella manera y forma que su especie permite) ansi el misericordioso abre su mano y prouee a todos de el granero de sus misericordias. Las aues en el ayre no hilan, siembran, ni cogen, y el padre celestial las apacieta, á los peces provee de lo necesario sin salir de su casa. Ay por ven¬tura abysmo mas abismado, que el que se le representa á el entendimiento quando atentamente se pone a considerar la abentajada parte que á el hombre racional cupo, y al-canzó de este Tessoro de las misericordias de Dios: ay Jui¬cio donde pueda caber? ay memoria que lo pueda retener? ay lengua que lo pueda decir? ay pluma que lo pueda es- criuir?. Las misericordias de el Señor contare, (dijo Dauid) y con auer alargado aquel cántico notablemente mas, que los demás que el compuso, desconfiado de poder acabar lo que comenzo, y entendiendo no bastar su entendimiento a poder cumplir su promesa: abreuia su discurso y concluye su intento alabando, y bendiciendo a el Señor, y convocando toda la tierra, a que lo mismo haga, y que en hacerlo no se canse. Mas ay dolor, que de esta consideración nace y procede un dolor que tanto mas se añide y abentaja, quan- to mas el corazon esta enterado y informado desta ciencia. Y con mas bibo conocimiento siente y pondera la obstina¬da ingratitud con que el hombre coresponde á beneficios tan dignos de ser llamados dones de la mano de Dios, todas las cosas criadas (por brutas, y desalmadas que sean) guar¬dan (yrefagablemente) lo que el Señor les mando (o mejor diciendo) naturaleza en su nombre ordeno Dios que los Cielos tuuiesen un diurno movimiento de Oriente á Po-niente no exceden ni en el jamas an excedido. Mandó que el Sol presidiese de dia, y la Luna de noche, sin hacer falta lo cumplen sus cursos. Ordeno que el Agua corriesse para abajo, y el fuego y humo subiese arriba: tal sea visto siem¬pre y jamas serera (‘) menos. Ordeno Dios que los Arboles diesen flor y fruto á sus tiempos: jamas hacen falta en este cumplimiento. Mandó y ordenó que los animales brutos amasen sus hijos, para con suabidad mas dulce conseruar sus especies, ansi lo cumplen, y con tan infalible cumpli-miento, que no ay madre (que por guardar á sus hijos no ponga en riesgo una y muchas veces su vida), finalmente todas las cosas criadas acuden naturalmente á el cumpli¬miento de aquello a que naturaleza les obliga. Y solo el hombre ( que de justissima razón deuia ser en esto el mas cierto y primero) es el mas remisso, y desacordado: porque auiendole Dios doctado de tantas, y tan principales partes, para que con ellas siruiesse, y agradase á tan franzo, y li¬beral dador y auiendole dado, el libre albeldrio, para que obrando mereciesse, y mereciendo gozasse; el como vaso de maldad, cisterna de aguas hediondas profundo piélago de descomedida ingratitud, aplicando asi solo la gloria de tanta gloria, y volviendo los ojos a quien le esta combidando con
(‘) « vera.
la eterna, a pesar (y con amargura de la amarga de su Alma) se deja ya a rienda suelta tras el gustillo, y golosina de su antojadiza sensualidad: tapando los ojos á su enten¬dimiento, y enbriagando (con el Loto de Circe) á su oluidadiza memoria. Pues que fruto saca el desterrad hijo de Adam de esta miserable sementera? que gragea de este empleo? no por cierto otra cosa |ino lo que dice Esaias que las maldades de los honbres y sus iniquidades an apartado á Dios de ellos sus pecados, y abominaciones le han hecho esconder, y cubrir su cara, para no los ver ni oyr: y pues de esta manera sea nro Dios con los desvergonzados hombres, y cubre y encubre de ellos su rostro; no es marauilla que aquella centella de Luz que sobre nuestras Animas esta es¬tampada, y sellada de el resplandor de la presencia de Dios este en nosotros marchito, y muerto mientras el Señor nos cubre aquel mismo rostro de donde la tal luz nos viene. Tales como aqui decimos estauan los hijos de Adam en aquellos escuros, y caliginosos tiempos; que acabamos de contar en el fin, y remate del ultimo Capitulo de nra Mis¬celánea en el qual Siglo tenían los hombres tan escurecidas sus Animas con aquella voluntarias tinieblas, que aunque esta luz lucia en ellas de la parte de Dios: ellas no la com- prehendieron por tenerles el Señor buelto el rostro á su mala manera de acudir, a lo deuido á la obligación que a el dador de tantos vienes tenían. Y como ignorantes de tanta riqueza (por la muchedumbre de sus maldades) no cono¬cían el rastro de Dios que en si tenían, y andauanlo á buscar fuera de si. Mas como el todo poderoso (padre de miseri¬cordias y Dios de toda consolacion) jamas aborrecio á sus criaturas: ni quiso de todo punto dejarles cerrar el camino para acertar á el Cielo. Siempre sustento en el Mundo Lu¬cernas, y Lamparas que alumbrasen en lugar tan caliginioso como estauan estos tiempos. Siempre en aquella populosa Ciudad de Dios auia y se aliaban Ciudadanos Santissimos, para Maestros, y guias de aquellos que los quisiesen seguir: Y aun si de aquella famosa casa de el Patriarca Heber (y con las generosas insinias de su linage) nació del Ciuda¬dano Tare el Santissimo Patriarca Abrahan resplandeciente Sol, aparecido entre las cesuras y espacios de las ahumadas nubes rutilante Lucero en noche tenebrosa, y obscura, ver¬dadero Maestro de los profundos Theologos, y cabeza, y padre de los que vien creen. Y bien convino que varón tan clarísimo como Abraham, naciese de tal padre como Tare, el qual huiendo las abominaciones que Nembroth auia sem-brado en Caldea, (y por no adorar el fuego) tomo por partido andar desterrado de su natural tierra, antes que ofender á el Señor del Cielo. No se que se pueda escriuir de los acontecimientos destos Siglos, porque aunque es de creer (y es ansí) que en aquellos tiempos acontecieron en el Mundo cosas dignas de memoria, carecemos de las mas dellas por carecer aquel Siglo de el prestantísimo uso de las letras, hasta que n9 Santissimo Abraham las comunico á el Mundo (como se dirá en el Capitulo siguiente). Nació este San¬tissimo Patriarca cerca de los años que los Hebreos cuentan dos mil y doce antes del advenimiento de Christo á el Mundo, quando en nuestra España rey ñaua Ybero hijo, (y digno subcesor) de Tubal aunque según un Beroso (a quien Yhoan de Viterbo famoso Coronista sigue) deuió nacer el Santo Abrahan, ocho, o seys años antes que Ybero co¬menzase a reynar. Este Ybero fue muy amador, y amado de sus pocos Vassallos, que en aquel tiempo tenia en nra Es¬paña, y toda ella visito ratificando las justas, y santas leyes, que su buen padre Tubal á estas gentes auia dado, escriptas en verso: para que con mas facilidad (aquellas rudas gentes) las pudiesen apreender según y como el las auia aprendido de la virtuosa escuela de su buen Abuelo Noe. Llego visi¬tando Ybero (y poblando) la región que despues se llamo Tarraconense y poco apartada de donde aora se nos muestra la Ciudad de Tortosa: fundo una Ciudad junto a un deley- toso Río, á la qual de su propio nombre llamo Ybera. Y a el Rio que junto á ella pasaua por la misma occasion lla¬maron Ebro, el qual retiene el nombre asta nuestros tiem- la eterna, a pesar (y con amargura de la amarga de su Alma) se deja ya a rienda suelta tras el gustillo, y golosina de su antojadiza sensualidad: tapando los ojos á su enten¬dimiento, y enbriagando (con el Loto de Circe) á su oluidadiza memoria. Pues que fruto saca el desterrad hijo de Adam de esta miserable sementera? que gragea de este empleo? no por cierto otra cosa ^ino lo que dice Esaias que las maldades de los honbres y sus iniquidades an apartado á Dios de ellos sus pecados, y abominaciones le han hecho esconder, y cubrir su cara, para no los ver ni oyr: y pues de esta manera sea nro Dios con los desvergonzados hombres, y cubre y encubre de ellos su rostro; no es marauilla que aquella centella de Luz que sobre nuestras Animas esta es¬tampada, y sellada de el resplandor de la presencia de Dios este en nosotros marchito, y muerto mientras el Señor nos cubre aquel mismo rostro de donde la tal luz nos viene. Tales como aqui decimos estauan los hijos de Adam en aquellos escuros, y caliginosos tiempos; que acabamos de contar en el fin, y remate del ultimo Capitulo de nr” Mis¬celánea en el qual Siglo tenían los hombres tan escurecidas sus Animas con aquella voluntarias tinieblas, que aunque esta luz lucia en ellas de la parte de Dios: ellas no la com- prehendieron por tenerles el Señor buelto el rostro á su mala manera de acudir, a lo deuido á la obligación que a el dador de tantos vienes tenian. Y como ignorantes de tanta riqueza (por la muchedumbre de sus maldades) no cono¬cían el rastro de Dios que en si tenian, y andauanlo á buscar fuera de si. Mas como el todo poderoso (padre de miseri¬cordias y Dios de toda consolacion) jamas aborrecio á sus criaturas: ni quiso de todo punto dejarles cerrar el camino para acertar á el Cielo. Siempre sustento en el Mundo Lu¬cernas, y Lamparas que alumbrasen en lugar tan caliginioso como estauan estos tiempos. Siempre en aquella populosa Ciudad de Dios auia y se aliaban Ciudadanos Santissimos, para Maestros, y guias de aquellos que los quisiesen seguir: Y aun si de aquella famosa casa de el Patriarca Heber (y con las generosas insinias de su linage) nació del Ciuda¬dano Tare el Santissimo Patriarca Abrahan resplandeciente Sol, aparecido entre las cesuras y espacios de las ahumadas nubes rutilante Lucero en noche tenebrosa, y obscura, ver¬dadero Maestro de los profundos Theologos, y cabeza, y padre de los que vien creen. Y bien convino que varón tan clarisimo como Abraham, naciese de tal padre como Tare, el qual huiendo las abominaciones que Nembroth auia sem-brado en Caldea, (y por no adorar el fuego) tomo por partido andar desterrado de su natural tierra, antes que ofender á el Señor del Cielo. No se que se pueda escriuir de los acontecimientos destos Siglos, porque aunque es de creer (y es ansí) que en aquellos tiempos acontecieron en el Mundo cosas dignas de memoria, carecemos de las mas dellas por carecer aquel Siglo de el prestantísimo uso de las letras, hasta que n’ Santissimo Abraham las comunico á el Mundo (como se dirá en el Capitulo siguiente). Nació este San¬tissimo Patriarca cerca de los años que los Hebreos cuentan dos mil y doce antes del advenimiento de Christo á el Mundo, quando en nuestra España reynaua Ybero hijo, (y digno subcesor) de Tubal aunque según un Beroso (a quien Yhoan de Viterbo famoso Coronista sigue) deuió nacer el Santo Abrahan, ocho, o seys años antes que Ybero co¬menzase a reynar. Este Ybero fue muy amador, y amado de sus pocos Vassallos, que en aquel tiempo tenia en nra Es¬paña, y toda ella visito ratificando las justas, y santas leyes, que su buen padre Tubal á estas gentes auia dado, escripias en verso: para que con mas facilidad (aquellas rudas gentes) las pudiesen apreender según y como el las auia aprendido de la virtuosa escuela de su buen Abuelo Noe. Llego visi¬tando Ybero (y poblando) la región que despues se llamo Tarraconense y poco apartada de donde aora se nos muestra la Ciudad de Tortosa: fundo una Ciudad junto a un deley- toso Río, á la qual de su propio nombre llamo Ybera. Y a el Rio que junto á ella pasaua por la misma occasion lla¬maron Ebro, el qual retiene el nombre asta nuestros tiem¬pos. La Ciudad (siguen Plinio) se conserbo muy opuíente y magnifica asta que al fin de largos años fue destruida y asolada con las guerras Romanas. Ya en este tiempo en la parte de Ytalia no auia menos poblaciones que en nn España: por que casi aun tiempo fueron ambas pobladas de los de el Patriarca Noe. Gomer llamado por sobre nom¬bre Gallo (a diferencia de un pariente suyo hijo segundo de Yaphet) entro en esta parte de el Mundo auiendose apartado de las Compañas inumerables que á Magog auian seguido como a principal Caudillo quando subió á la parte septentrional; que disgustados mucho de intensos fríos de la Scitia: bajaron tanto que toparon aquel lugar desocupado, y metieronse en el, poco mas de dos mili años antes que nuestro Redemptor naciese. Los pueblos que este tenia en este tiempo de Abraham fabricados se llamauan Veis y siempre auian ydo multiplicando (aunque barbaros como los de- mas) asta que siendo visitados por el Patriarca Noe fueron puestos en alguna pulicia y orden. A este Santo varón lla¬maron Yano y por estos fue llamado Ogiges, y debajo de tal nombre de Jano lo venerauan, y como era varón pru¬dente, y previsto en sus cosas y regulaba lo futuro con lo ya pasado, fingiéronlo con dos caras para mostrar que con la una miraba, y consideraua los tiempos passados, y con la otra lo porvenir. Fabio pictor en el libro de las antigüe¬dades Romanas, dice que este que llamaron Jano enseño á aquellas gentes ha acer muchos instrumentos necesarios de vida humana, y para que mejor guardasen sus cosas aque¬llos barbaros les dio el uso de las cerraduras, y puertas, y por esta causa fueron llamadas en aquella lengua las puertas Januas, este buen padre dicen que abito en la región llamada Etruria (que es en donde aora esta la nominatisima Ciudad de Florencia) y de allí aprouechaua con su prudencia á todos los Pueblos, y Prouincias que de el se querían apro¬vechar. Y dice Beroso que en la misma Ytalia (auiendo ya cumplido novecientos y cinquenta años de su edad) murió en Santa senectud el Patriarca Noe: y pudo ver en el Mun- 
MISCELÁNEA
do veinte y quatro mil hombres varones de los procedidos de su Muslo, sin contar mugeres ni muchachos, y debajo deste nombre de Jano, le fueron hechos Templos, y seña¬lados sacrificios (no solo en la Ytalia por los Aborígenes que en ella vivian) sino aun también en nuestra España y como con su fin y muerte se acabo la una edad de el Mundo y la primera forma de proceder los hombres en sus cosas, y comenzo nueba edad, y nuebos tiempos, atribuieronle tam¬bién dominio sobre el tiempo, y sus mudanzas.
Cap. 2.- de la útilísima invención de las letras: donde se prueba y concluie quien fue su primero inventor con otras curiosidades.
ANTARTICA

No podemos (ni deuemos) negar á la invención de las letras el primado, y excelencia sobre todas las invenciones, y artes que los hombres han rastreado con sus entendimien¬tos, y hallado para su hutilidad y uso; y porque cosa tan nueba esta (de si y consigo mesma muy alabada) no ay para que gastar tiempo en hacerlo de nuebo: sino confesar clara¬mente que según su excelencia, y el glorioso abito con que las letras visten á nuestras animas, fueron sin duda dadas a el Mundo por reuelacion divina y ansi lo quiere sentir Plinio; pues auiendo dicho su parecer, y opinion á cerca de su origen, y invención concluye decir que fueron eter¬nas, y que comenzaron con los hombres: no ay que dete¬nernos en traer aqui los desvarios gentílicos derramados por el Mundo pretendiendo cada Autor aplicar la Gloria desta invención á su nación propia, ó aquella donde su obligación, ó afición les guiaba sino vengamos á lo cierto, y verdadero con pluma desnuda deficiones Poéticas, y quentos, y pa¬trañas gentílicas; no es conforme á buena razón, que auien¬do sido nro primero padre Adam doctado, de tantas gracias infundid as de la larga, y abundantissima mano de Dios: y no ignorando (como no ignoraua) cosa alguna ni ciencia
pos. La Ciudad (siguen Plinio) se conscrbo muy opulente y magnifica asta que al fin de largos años fue destruida y asolada con las guerras Romanas. Ya en este tiempo en la parte de Ytalia no auia menos poblaciones que en nrt España: por que casi aun tiempo fueron ambas pobladas de los de el Patriarca Noe. Gomer llamado por sobre nom¬bre Gallo (a diferencia de un pariente suyo hijo segundo de Yaphet) entro en esta parte de el Mundo auiendose apartado de las Compañas ¡numerables que á Magog auian seguido como a principal Caudillo quando subió á la parte septentrional; que disgustados mucho de intensos fríos de la Scitia: bajaron tanto que toparon aquel lugar desocupado, y metieronse en el, poco mas de dos mili años antes que nuestro Redemptor naciese. Los pueblos que este tenia en este tiempo de Abraham fabricados se llamauan Veis y siempre auian ydo multiplicando (aunque barbaros como los de- mas) asta que siendo visitados por el Patriarca Noe fueron puestos en alguna pulicia y orden. A este Santo varón lla¬maron Yano y por estos fue llamado Ogiges, y debajo de tal nombre de Jano lo venerauan, y como era varón pru-dente, y previsto en sus cosas y regulaba lo futuro con lo ya pasado, fingiéronlo con dos caras para mostrar que con la una miraba, y consideraua los tiempos passados, y con la otra lo porvenir. Fabio pictor en el libro de las antigüe¬dades Romanas, dice que este que llamaron Jano enseño á aquellas gentes ha acer muchos instrumentos necesarios de vida humana, y para que mejor guardasen sus cosas aque¬llos barbaros les dió el uso de las cerraduras, y puertas, y por esta causa fueron llamadas en aquella lengua las puertas Januas, este buen padre dicen que abito en la región llamada Etruria (que es en donde aora esta la nominatisima Ciudad de Florencia) y de allí aprouechaua con su prudencia á todos los Pueblos, y Prouincias que de el se querían apro¬vechar. Y dice Beroso que en la misma Ytalia (auiendo ya cumplido novecientos y cinquenta años de su edad) murió en Santa senectud el Patriarca Noe: y pudo ver en el Mun¬
do veinte y quatro mil hombres varones de los procedidos de su Muslo, sin contar mugeres ni muchachos, y debajo deste nombre de Jano, le fueron hechos Templos, y seña¬lados sacrificios (no solo en la Ytalia por los Aborígenes que en ella vivían) sino aun también en nuestra España y como con su fin y muerte se acabo la una edad de el Mundo y la primera forma de proceder los hombres en sus cosas, y comenzo nueba edad, y nuebos tiempos, atribuieronle tam¬bién dominio sobre el tiempo, y sus mudanzas.
Cap. 2.- de la útilísima invención de las letras: donde se prueba y concluie quien fue su primero inventor con otras curiosidades.
No podemos (ni deuemos) negar á la invención de las letras el primado, y excelencia sobre todas las invenciones, y artes que los hombres han rastreado con sus entendimien¬tos, y hallado para su hutilidad y uso; y porque cosa tan nueba esta (de si y consigo mesma muy alabada) no ay para que gastar tiempo en hacerlo de nuebo: sino confesar clara¬mente que según su excelencia, y el glorioso abito con que las letras visten á nuestras animas, fueron sin duda dadas a el Mundo por reuelacion divina y ansi lo quiere sentir Plinio; pues auiendo dicho su parecer, y opinion á cerca de su origen, y invención concluye decir que fueron eter¬nas, y que comenzaron con los hombres: no ay que dete¬nernos en traer aqui los desvarios gentílicos derramados por el Mundo pretendiendo cada Autor aplicar la Gloria desta invención á su nación propia, ó aquella donde su obligación, ó afición les guiaba sino vengamos á lo cierto, y verdadero con pluma desnuda deficiones Poéticas, y quentos, y pa¬trañas gentílicas; no es conforme á buena razón, que auien¬do sido nro primero padre Adam doctado, de tantas gracias infundidas de la larga, y abundantissima mano de Dios: y no ignorando (como no ignoraua) cosa alguna ni ciencia necesaria entre los hombres, de quien auia de ser universal padre careciese de el uso, y noticia de las letras: pues tanto y mas que las demás cosas tenia el Mundo (y los hombres de el) precisa necesidad: y ansi concluyamos con aquerdo de todos, y graues varones, con que Adam nuestro padre tubo letras, y Letrado fue y letras dejo á sus hijos. Josepho en el libro de las antigüedades Judaysas dice que los Nietos de Adam hijos de Set hicieron dos Columnas una de barro cocida, y otra de marmor en las quales dejaron escripias con delicada escultura todas las Artes y aun el mismo Jo¬sepho libra (a cuenta de su verdad) auer visto con sus pro¬pios ojos una destas en la Provincia de Siria. El glorioso Sant Agustín ansi mismo siente auer sido las letras y cono¬cimiento de ellas, alcanzado por Adam. Don Lope de Barrientos doctissimo, y benemérito Obispo de Cuenca en un libro que compuso de las diferencias, y especies de la adevinacion refiere que el Angel que guardaua el Paraíso terrenal, enseño aun hijo de Adán, la inbocacion de los Es¬píritus de que usaban los mágicos, y que de alli tuvo origen un libro llamado Rasiel nombre de el Angel, y se hicieron traslados: y según esto auia letras en aquel tiempo. El Apostol Judas en su canónica alega el libro de Enoch, el qual suemos auer sido mucha antes del diluvio. Noe no ay duda sino que supo letras, y de ellas aprehendieron sus hijos, y Nietos. Y creamos Autores graues, y creeremos con ellos auer llebado el Patriarca Tubal á nuestra España letras, y ciencias, escritas con caracteres: y si fue ó pudo ser incom- beniente la confusion de Babilonia: para que las letras, y el uso, y conocimiento de ellas se perdiesse asi como se perdió la lengua. Escaparlas emos con el mismo lenguage antiquísimo, que (como queda notado en el Capitulo í9 de la primera parte) permaneció, y se conserbo en los descendientes de Heber viznieto de Noe, y hijo de Sem. Y por tradición de padres á hijos las fueron eredando de pa¬dres y las aprendiendio: quedando las demás naciones y gentes de el Mundo priuadas, y depuestas de este glorioso beneficio, hasta que nro Patriarca Abraham (con la viveza de su claro Juicio, y con su claridad tan encendida) las puso, y adapto con la orden, y concierto que los demás vivientes las fueron tomando, y aprehendiendo, de los que de el las aprehendieron, y las demás naciones circumbecinas, á Siria y á Caldea, la recibieron, y de tiempo en tiempo cundieron á muchas Regiones, si gloria alguna los Choronistas anti¬guas quieren dar á su Mercurio ó su Cadmo, ó a otros que quieren (a fuerza de brazos) hacen inventores de las letras: conténtese con hacer los porta Cartas, y Correos particulares cada qual de su Probincia, á Mercurio de Egipto, á los pie- lagos de Ytalia, á Cadmo de Grecia, y degen la Gloria de tan buena inbencion á nro padre Adam, pues de esta (y de otras no menod cosas) lo hizo Dios milagrosamente inventor. Concedamoles también (á los que fauorecen á los susodi¬chos) y conteniese con que los llaman inventores de nuebas formas, y caracteres tales quales á ellos les pareció convi- nientes para expresar sus conceptos. Eusebio de preparación Euangelica, y muchos Autores menos antiguos, y entre ellos Philon Judio; pensaron auer sido Moysen el inventor de esta graciosa arte: mas bien consta de lo dicho lo contrario, porque quando Moysen aprehendió las ciencias en Egipto, ya auian cesado las letras Jeroglificas, y de figuras, que se¬gún Diadoro Siculo auian aprendido las ciencias, porque el Ynventar hechuras y maneras de letras, cosa fácil le es a cada uno con tal que aquella figura que yo veo con mis ojos la admita en mi entendimiento por A. ó por B. ó como mas a mi me plugiere. Sant Geronimo dice en el prologo galeato, que Esdras (doctor de la ley y famoso Escriuano) invento nuebos caracteres, y letras para escruir, y recopilar la ley: y de estas letras usaron asta el tiempo del mismo doctor Santo los Judíos. Y a sido tan notable la falta que en el Mundo ha hecho este gratissimo don de Dios, que mu¬chas, (y muy muchas naciones) an sido priuadas de la pu-lida espiritual y temporal; por la priuacion que han tenido de letras, porque mediante ellas, y su uso se guardan y con-necesaria entre los hombres, de quien auia de ser universal padre careciese de el uso, y noticia de las letras: pues tanto y mas que las demás cosas tenia el Mundo (y los hombres de el) precisa necesidad: y ansi concluyamos con aquerdo de todos, y graues varones, con que Adam nuestro padre tubo letras, y Letrado fue y letras dejo á sus hijos. Josepho en el libro de las antigüedades Judaysas dice que los Nietos de Adam hijos de Set hicieron dos Columnas una de barro cocida, y otra de marmor en las quales dejaron escriptas con delicada escultura todas las Artes y aun el mismo Jo¬sepho libra (a cuenta de su verdad) auer visto con sus pro¬pios ojos una destas en la Provincia de Siria. El glorioso Sant Agustín ansi mismo siente auer sido las letras y cono¬cimiento de ellas, alcanzado por Adam. Don Lope de Barrientos doctissimo, y benemérito Obispo de Cuenca en un libro que compuso de las diferencias, y especies de la adevinacion refiere que el Angel que guardaua el Paraiso terrenal, enseño aun hijo de Adán, la inbocacion de los Es¬píritus de que usaban los mágicos, y que de alli tuvo origen un libro llamado Rasiel nombre de el Angel, y se hicieron traslados: y según esto auia letras en aquel tiempo. El Apostol Judas en su canónica alega el libro de Enoch, el qual suemos auer sido mucha antes del diluvio. Noe no ay duda sino que supo letras, y de ellas aprehendieron sus hijos, y Nietos. Y creamos Autores graues, y creeremos con ellos auer llebado el Patriarca Tubal á nuestra España letras, y ciencias, escritas con caracteres: y si fue ó pudo ser incom- beniente la confusion de Babilonia: para que las letras, y el uso, y conocimiento de ellas se perdiesse asi como se perdió la lengua. Escaparlas emos con el mismo lenguage antiquísimo, que (como queda notado en el Capitulo 5″ de la primera parte) permaneció, y se conserbo en los descendientes de Heber víznieto de Noe, y hijo de Sem. Y por tradición de padres á hijos las fueron eredando de pa¬dres y las aprendiendio: quedando las demás naciones y gentes de el Mundo priuadas, y depuestas de este glorioso beneficio, hasta que nr” Patriarca Abraham (con la viveza de su claro Juicio, y con su claridad tan encendida) las puso, y adapto con la orden, y concierto que los demás vivientes las fueron tomando, y aprehendiendo, de los que de el las aprehendieron, y las demás naciones circumbecinas, á Siria y á Caldea, la recibieron, y de tiempo en tiempo cundieron á muchas Regiones, si gloria alguna los Choronistas anti¬guas quieren dar á su Mercurio ó su Cadmo, ó a otros que quieren (a fuerza de brazos) hacen inventores de las letras: conténtese con hacer los porta Cartas, y Correos particulares cada qual de su Probincia, á Mercurio de Egipto, á los pie- lagos de Ytalia, á Cadmo de Grecia, y degen la Gloria de tan buena inbencion á nro padre Adam, pues de esta (y de otras no menoá cosas) lo hizo Dios milagrosamente inventor. Concedamoles también (á los que fauorecen á los susodi¬chos) y conténtese con que los llaman inventores de nuebas formas, y caracteres tales quales á ellos les pareció convi- nientes para expresar sus conceptos. Eusebio de preparación Euangelica, y muchos Autores menos antiguos, y entre ellos Philon Judio; pensaron auer sido Moysen el inventor de esta graciosa arte: mas bien consta de lo dicho lo contrario, porque quando Moysen aprehendió las ciencias en Egipto, ya auian cesado las letras Jeroglificas, y de figuras, que se¬gún Diadoro Siculo auian aprendido las ciencias, porque el Ynventar hechuras y maneras de letras, cosa fácil le es a cada uno con tal que aquella figura que yo veo con mis ojos la admita en mi entendimiento por A. ó por B. ó como mas a mi me plugiere. Sant Geronimo dice en el prologo galeato, que Esdras (doctor de la ley y famoso Escriuano) invento nuebos caracteres, y letras para escruir, y recopilar la ley: y de estas letras usaron asta el tiempo del mismo doctor Santo los Judíos. Y a sido tan notable la falta que en el Mundo ha hecho este gratissimo don de Dios, que mu¬chas, (y muy muchas naciones) an sido priuadas de la pu¬lida espiritual y temporal; por la priuacion que han tenido de letras, porque mediante ellas, y su uso se guardan y con- seruan (como en incoruptible deposito) las leyes diuinas, y humanas mediante ellas se traen de un Reyno las noticias de las buenas costumbres de que el otro carece, y los que no saben aprenden, y los que aprenden retienen y conseruan lo aprendido, y de alli lo comunican á otros con mas faci¬lidad, y de aquellos se transfiere á otras gentes, y ansi como la vela encendida es bastante para encender, y comunicar su lumbre á otras muchas (sin que su claridad ni resplandor se amengüe) ansi las letras a muchas illustran, á muchos enseñan con muchos se comunican, sin que disminución ni falta alguna les comprehenda, por ellas los muy alejados se hacen presentes, y los que por los cuerpos ni comunica-ción sean visto ni comunicado, mediante el pequeño nu¬mero destas letras se aman en sus animas, y se coligan en sus voluntades, y corazones y la esperiencia (testigo bas¬tante) nos muestra muy claro que las naciones que han carecido del uso de las letras an sido las postreras que an venido al conocimiento del verdadero Dios, y profesion de su ley santissima. Los que en aquella proterua Torre y confusa fabrica suya fueron priuados por pugnicion, y castigo de la lengua materna, y originaria, lo fueron ansi mismo de este vien el uso de las letras, y jamas de todo punto lo recuperaron muchas naciones de el Mundo, y otras ni aun noticia an tenido de ellas, y otras con las re¬laciones que á sus noticias llegauan, de que en las provin¬cias, y Reynos demás pulicia y urbanidad que las suyas, usaban para entenderse y comunicarse entre si y para re¬tener la memoria de las cosas dignas de ella de ciertas señales, caracteres, puntos, y Apices hechos, y dibujados sobre ma¬terias, y colores distintas de las del mismo dibuxo (aiuda- dos de buen natural, y por la precisa necesidad que de las tales memorias tenian) inuentauan ellos otras nuebas for¬mas, y dauanles el valor y nombre a su albedrio, incluyen¬do en una pintura, una silaba ó una dicion ó aquello que mas bien les parecía como vemos en las letras hebreas que una letra es una palabra ansi como Aleph, q’ quiere decir
Ciudad y Beth, que significa casa, y no por eso esta y las demás dejan de hacer su oficio de letras. Los Egiptios tu¬bieron otro estilo en el escríbuir asta el tiempo de Moysen, que fueron letras Jeroglificas, o rreales, y de tal manera procedian que de lo dibujado en la carta se colegia lo que se pretendía dar a entender otras naciones usaron de otra manera de retener, y conserbar sus memorias como lo mos¬traremos adelante porque lo dicho basta para la prosecu¬ción de mi intento. Y para que entendamos la eficacissima causa de auer estado oculta y encubierta á los hombres, la noticia de tanta parte de el Mundo como el tiempo y los varones de nP0 Siglo an descubierto que sepan que a sido la falta de letras, y fragilidad de las memorias de los hombres. Las quales quitadas de la retención de las cosas pasadas, y puestas en solo lo que les iba subcediendo pareció de todo punto la memoria de ellos á nosotros, y de nosotros á ellos, va dejamos dicho como Abran (Caldeo de nación Santissimo Teologo en profesion, y en religión padre de los creientes) fue el primero que en el Mundo comenzo hacer usuables, y comunicables las letras de ellas tomaron unos y otros para aprobechar á sus naciones, ganar eterno nombre enoblecer sus ánimos, y aprobecharse de sus muchas utilidades. La gente Oriental fue la ultima y postrera de el Mundo, y la que mas tarde recibió de el Cielo este gratissimo rocío’ de las letras, y la razón de ello diremos. Y porque este Capi¬tulo que se sigue es la piedra cimental, y la vasa fortissima de nra fabrica y edificio pido atención, y promptitud al pió y clemente lector.
seruan (como en incoruptible deposito) las leyes diuinas, y humanas mediante ellas se traen de un Reyno las noticias de las buenas costumbres de que el otro carece, y los que no saben aprenden, y los que aprenden retienen y conseruan lo aprendido, y de alli lo comunican á otros con mas faci¬lidad, y de aquellos se transfiere á otras gentes, y ansi como la vela encendida es bastante para encender, y comunicar su lumbre á otras muchas (sin que su claridad ni resplandor se amengüe) ansi las letras a muchas ¡Ilustran, á muchos enseñan con muchos se comunican, sin que disminución ni falta alguna les comprehenda, por ellas los muy alejados se hacen presentes, y los que por los cuerpos ni comunica¬ción sean visto ni comunicado, mediante el pequeño nu¬mero destas letras se aman en sus animas, y se coligan en sus voluntades, y corazones y la esperiencia (testigo bas¬tante) nos muestra muy claro que las naciones que han carecido del uso de las letras an sido las postreras que an venido al conocimiento del verdadero Dios, y profesion de su ley santissima. Los que en aquella proterua Torre y confusa fabrica suya fueron priuados por pugnicion, y castigo de la lengua materna, y originaria, lo fueron ansi mismo de este vien el uso de las letras, y jamas de todo punto lo recuperaron muchas naciones de el Mundo, y otras ni aun noticia an tenido de ellas, y otras con las re-laciones que á sus noticias llegauan, de que en las provin¬cias, y Reynos demás pulida y urbanidad que las suyas, usaban para entenderse y comunicarse entre si y para re¬tener la memoria de las cosas dignas de ella de ciertas señales, caracteres, puntos, y Apices hechos, y dibujados sobre ma-terias, y colores distintas de las del mismo dibuxo (aiuda- dos de buen natural, y por la precisa necesidad que de las tales memorias tenian) inuentauan ellos otras nuebas for¬mas, y dauanles el valor y nombre a su albedrio, incluyen¬do en una pintura, una silaba ó una dicion ó aquello que mas bien les parecía como vemos en las letras hebreas que una letra es una palabra ansi como Aleph, q’ quiere decir
Ciudad y Beth, que significa casa, y no por eso esta y las demás dejan de hacer su oficio de letras. Los Egiptios tu¬bieron otro estilo en el escribuir asta el tiempo de Moysen, que fueron letras Jeroglificas, o rreales, y de tal manera procedían que de lo dibujado en la carta se colegia lo que se pretendía dar a entender otras naciones usaron de otra manera de retener, y conserbar sus memorias como lo mos¬traremos adelante porque lo dicho basta para la prosecu¬ción de mi intento. Y para que entendamos la eficacissima causa de auer estado oculta y encubierta á los hombres, la noticia de tanta parte de el Mundo como el tiempo y los varones de nro Siglo an descubierto que sepan que a sido la falta de letras, y fragilidad de las memorias de los hombres. Las quales quitadas de la retención de las cosas pasadas, y puestas en solo lo que les iba subcediendo pareció de todo punto la memoria de ellos á nosotros, y de nosotros á ellos, va dejamos dicho como Abran (Caldeo de nación Santissimo Tcologo en profesión, y en religión padre de los creientes) fue el primero que en el Mundo comenzo hacer usuables, y comunicables las letras de ellas tomaron unos y otros para aprobechar á sus naciones, ganar eterno nombre enoblecer sus ánimos, y aprobecharse de sus muchas utilidades. La gente Oriental fue la ultima y postrera de el Mundo, y la que mas tarde recibió de el Cielo este gratissimo rocío de las letras, y la razón de ello diremos. Y porque este Capi¬tulo que se sigue es la piedra cimental, y la vasa fortissima de n™ fabrica y edificio pido atención, y promptitud al pió y clemente lector.
Cap. 3 9 donde se declara con autoridades de la sagrada Escriptura auer sido esta nras Yndias manifiestas a los Yrraelitas: y auer passado á ellos las flores de Salomon, y se comienza a descriuir como proce¬den del Patriarca Ophir con otras curiosidades.
Error notable sería (y contra nuestra fee, y lo por ella recebido) querer decir, sentir, ó afirmar que aia auido, (ni aya en el Mundo) gentes racionales que no sean hijos de Adam, y á el solo (y no a otro) deuan el nombre paterno, y originario, y agrauio se le haria (si decir se puede) y poco respecto se tendria á la recibida autoridad de los graues varones que en nra parte auemos seguido (acerca de la re¬partición de el uniberso) si a otros (y no a los que ellos nombran) deuen el principado en aquel particular de ser padres de aquellas naciones. Y aunque en las historias gentí¬licas (especial las escriptas por Poetas) se les den otros nombres de quien quieran deducir la propagación de tantas gentes: reciben engaño por que si en las tales cosas deuemos dar el primer lugar á las Escripturas mas antiguas: ninguna ay (ni tanto) como la Sagrada. Ni ningunos Escriptores se pueden poner en competencia con la verdad, autoridad, santidad de los que yo he seguido en la prosecución de esta obra; los quales (asi en divino como en humano) an dado a el Mundo claro testimonio de no auer auido en el quien en la especulación de las historias, y verdad en ellas les daba ser preferido. Y si atentamente miramos á los escriptos de los unos y los otros: no aliaremos auerles dado lugar propio en esta ingeniosa machina del Mundo que Dios crio (para la propagación de Adán) á los descindientes de 13. hijos que tuvo Iectan puesto que el Testo Sagrado se lo señala diciendo su abitacion de los hijos de Iectan fue he¬cha desde Messá, caminando asta Sephar monte ó Cordi¬llera oriental. Y como atras queda referido Ophir (octavo hijo del Patriarca noriibrado) dio principio á las gentes marítimas de toda la Yndia oriental, y su hermano Heuilath de la marina y costa hasta el pie de los elebados montes Caucasos, y los demás sus hermanos, en los mismos Montes, y á la parte Septentrional dellos; dando origen a infinitas naciones, y gentes á ynumerables Reynos. Messá (como queda visto según Estefano) es una Cordillera orramo de los dichos Montes Caucasos (a quien los naturales llaman Dalanguer) que buscando el Mar, ba a descabezar en el en aquella parte que llaman seno Arabyco. Y corriendo ál mismo Oriente señala y termina el Sagrado Texto la pose¬sión y eredad de nro Ophir Sephar (aunque el tiempo por falta de letras lo aya tenido oculto a tantos, y tan graues varones) con sus largos discursos auenido a darnos lo cono¬cido; porque el Doctor Arias Montano (auentajado espe¬culador de antigüedades Hebreas) nos dice y muestra muy claro, y con indubitable ebidencia ser la famosa Cordillera (que naciendo debajo el Polo Antartico, y comenzando á correr desde cinquenta y dos grados, y medio de altura ba buscando el otro Polo con altisimas, y elebadas cumbres) atrauesando los famosos Reynos de Piru. Esta Cordillera es la que llaman los abitadores destos Reynos los Andes de cuya magnitud, y estrañeza se ara adelante mension en particular. De manera que queda visto ser Ophir padre y origen de las naciones, y gentes que abitan en esta parte de Mundo, que bien considerada es lo que antiguamente lla-maron Antipodas los que no alcanzaron a saber tanto como el tiempo, y el trabajo á mostrado á los que oy biuen. Pues recibida esta verdad por tal (como lo es) resta que pro- vemos con alegaciones de el mismo doctor Montano; ser ansi que las gentes de la Yndia sean descendientes de Ophir. Y luego iremos prouando como los naturales de nuestras Yndias Occidentales tengan ansi mesmo á el mismo Ophir por padre, y origen, no que inmediatamente el valeroso Patriarca aya passado a tan remota, y apartada parte de el Mundo mas que á lo menos aya cundido asta alia su pro¬pagación, y prosapia: haciendo verdadero (lo que no pue-
Cap. 39 donde se declara con autoridades de la sagrada Escriptura auer sido esta n™ Yndias manifiestas a los Yrraelitas: y auer passado i ellos las flores de Salomon, y se comienza a descriuir como proce¬den del Patriarca Ophir con otras curiosidades.
Error notable sería (y contra nuestra fee, y lo por ella recebido) querer decir, sentir, ó afirmar que aia auido, (ni aya en el Mundo) gentes racionales que no sean hijos de Adam, y á el solo (y no a otro) deuan el nombre paterno, y originario, y agrauio se le liaría (si decir se puede) y poco respecto se tendría á la recibida autoridad de los graues varones que en nr” parte auemos seguido (acerca de la re¬partición de el uniberso) si a otros (y no a los que ellos nombran) deuen el principado en aquel particular de ser padres de aquellas naciones. Y aunque en las historias gentí¬licas (especial las escripias por Poetas) se les den otros nombres de quien quieran deducir la propagación de tantas gentes: reciben engaño por que si en las tales cosas deuemos dar el primer lugar á las Escripturas mas antiguas: ninguna ay (ni tanto) como la Sagrada. Ni ningunos Escriptores se pueden poner en competencia con la verdad, autoridad, santidad de los que yo he seguido en la prosecución de esta obra; los quales (asi en divino como en humano) an dado a el Mundo claro testimonio de no auer auido en el quien en la especulación de las historias, y verdad en ellas les daba ser preferido. Y si atentamente miramos á los escriptos de los unos y los otros: no aliaremos auerles dado lugar propio en esta ingeniosa machina del Mundo que Dios crio (para la propagación de Adán) á los descindientes de 13. hijos que tuvo Iectan puesto que el Testo Sagrado se lo señala diciendo su abitacion de los hijos de Iectan fue he¬cha desde Messá, caminando asta Sephar monte ó Cordi¬llera oriental. Y como atras queda referido Ophir (octavo hijo del Patriarca nombrado) dio principio á las gentes marítimas de toda la Yndia oriental, y su hermano Heuilath de la marina y costa hasta el pie de los elebados montes Caucasos, y los demás sus hermanos, en los mismos Montes, y á la parte Septentrional dellos; dando origen a infinitas naciones, y gentes á ynumerables Reynos. Messá (como queda visto según Estefano) es una Cordillera orramo de los dichos Montes Caucasos (a quien los naturales llaman Dalangucr) que buscando el Mar, ba a descabezar en el en aquella parte que llaman seno Arabyco. Y corriendo ál mismo Oriente señala y termina el Sagrado Texto la pose¬sión y eredad de nru Ophir Sephar (aunque el tiempo por falta de letras lo aya tenido oculto a tantos, y tan graues varones) con sus largos discursos auenido a darnos lo cono¬cido; porque el Doctor Arias Montano (auentajado espe¬culador de antigüedades Hebreas) nos dice y muestra muy claro, y con indubitable ebidencia ser la famosa Cordillera (que naciendo debajo el Polo Antartico, y comenzando á correr desde cinquenta y dos grados, y medio de altura ba buscando el otro Polo con altísimas, y elebadas cumbres) atrauesando los famosos Reynos de Piru. Esta Cordillera es la que llaman los abitadores destos Reynos los Andes de cuya magnitud, y estrañeza se ara adelante mension en particular. De manera que queda visto ser Ophir padre y origen de las naciones, y gentes que abitan en esta parte de Mundo, que bien considerada es lo que antiguamente lla-maron Antipodas los que no alcanzaron a saber tanto como el tiempo, y el trabajo á mostrado á los que oy biuen. Pues recibida esta verdad por tal (como lo es) resta que pro- vemos con alegaciones de el mismo doctor Montano; ser ansi que las gentes de la Yndia sean descendientes de Ophir. Y luego iremos prouando como los naturales de nuestras Yndias Occidentales tengan ansi mesmo á el mismo Ophir por padre, y origen, no que inmediatamente el valeroso Patriarca aya passado a tan remota, y apartada parte de el Mundo mas que á lo menos aya cundido asta alia su pro¬pagación, y prosapia: haciendo verdadero (lo que no pue¬de dejar de serlo) q’ su descendencia tubo por abitacion lo que ay de las Cordilleras que diuiden á Persia de la Ync|ja asta las altas Sierras de los Andes, que es en el Oriente considerándose desde la Yndia grande de Portugal como se colige claramente de las demostraciones, y estampas, quel alegado doctor Montano pone en su primero volumen de el aparato de la sacra Biblia Real; en el libro a quien intitula Phaleg de gentium sedibus. En el qual dice estas palabras sacadas de Latin en Romance con la congruidad pusible.
No deuemos pasar en silencio aquella anchissima, y estendida parte de la redondez de la tierra; la qual sin dub- da abunda marauillosamente de Oro, Plata, y piedras pre¬ciosas, y de las demás cosas que en supremo grado, son es¬timadas de los hombres y de todas aquellas que para susten¬tación de la vida son necesarias: la qual se cree auer sido. Poco tiempo ha (y primero) aliada de los Nauegantes Es¬pañoles, a quien llamaron nuebo Mundo. Mas bien puede claramente ser tenida, y conocida, por aquella de que el Sagrado Texto hace relación en la descripción que de el Mundo hace. Y por el consiguiente del mismo Testo Sagrado podemos colegir auer sido la tierra de las Yndias Occiden¬tales, manifiesta á los Ysraelitas. Porque claro consta auerla los Hebreos frequentado con sus nauegaciones muchas ve¬ces. Y ni Solino, Strabon, Pompoliomela, Stephano, Platón, Aristóteles que (como por enigmas disputaban de aque¬llas cosas, que a ellos no les eran claras ni manifiestas) de esta tierra ni entendieron ni disputaron, ni aunque ellos Poetas que parecía, no ignorar cosa alguna, ni secreto se escapaua que de sus fabulas no fuesse tocado, no hicieron mension (ni aun por sospecha) de esta parte de tierra, y finalmente ninguno de los Escriptores Griegos, ni Latinos (cuyos escriptos aun an permanecido asta nra edad) no an sacado á luz cosa que de esta Región trate. Empero si con diligencia se examina qual tierra esta sea en las letras He- braycas, se podra muy bien conferir, y comparar con lo que Moysen dejó escripto (clarisimamente) de la tierra de
Ophir, ó con lo que Jonatas Propheta (Escriptor, y Coro- nista de los Reyes de Juda) copiosa y ampliamente mani¬festó. Y también se puede comprouar con aquellas cosas, que nos quedaron escriptas (con sabias, y discretas palabras) por aquel que (distando el Spri. Santo) escriuio el Parali- pomenon. Porque este (no solo hace mención muy clara de la armada, y flota hecha de Salomon Junto á la Ciudad de Tiro y de la (otra bastecida y acabada en aquel Puerto del Mar Bermejo llamado Ghasion gaber y lleuada acia el oriente) mas también la hace del tiempo, y tardanza de esta navegación, y de las Ynsulas, y cosas dellas y de las playas, y riberas que dejauan á las Espaldas, siendo lleuados por los vientos aun mas adelante. Y también de aquella tierra de donde tanta copia de Oro se traya en aquel tiempo llamado.. — .. (J) que quiere decir Parbain (según esta letra nos enseña) la qual dicción da a entender (á los que saben la lengua Hebrea) auer dos Regiones Piru, antigua¬mente llamada, y la una dellas en nuestros tiempos retiene este nombre Piru, y la otra es la nueba España, el Oro de las quales, es purísimo, y consta auer sido estimado en gran precio de todas las gentes. Mas el Ynterprete del Sagrado Texto (ora sea por serle innota esta Región) ora que la excelencia de el Oro lo lleuo a que en su álabanza esten- diesse la pluma, es cierto que donde deuia decir (…—.) (2) que traducido de Hebreo en Español dice estas palabras: El Oro que de aquella tierra se traya era Oro del uno y otro Piru, y el Ynterprete traduxó. El oro de aquella tierra era probatissimo. Lo dicho es del Doctor Arias Montano, de donde consta claro auer sido notorias estas nuestras Yndias á los antiguos Hebreos, y que (como San Geronimo dice en sus Hebraycas questiones) y lo refiere el Nicolao en su Glosa sobre el Genesis la poca contratación que se a tenido (en los tiempos mas cercanos a nosotros) con los descen¬dientes de Ophir (o por auerse ellos alojado tanto) o por
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de dejar de serlo) q’ su descendencia tubo por abitacion lo que ay de las Cordilleras que diuiden á Persia de la Ynctya asta las altas Sierras de los Andes, que es en el Oriente considerándose desde la Yndia grande de Portugal como se colige claramente de las demostraciones, y estampas, quel alegado doctor Montano pone en su primero volumen de el aparato de la sacra Biblia Real; en el libro a quien intitula Phaleg de gentium sedibus. En el qual dice estas palabras sacadas de Latin en Romance con la congruidad pusible.
No deuemos pasar en silencio aquella anchissima, y estendida parte de la redondez de la tierra; la qual sin dub- da abunda marauillosamente de Oro, Plata, y piedras pre¬ciosas, y de las demás cosas que en supremo grado, son es¬timadas de los hombres y de todas aquellas que para susten¬tación de la vida son necesarias: la qual se cree auer sido. Poco tiempo ha (y primero) aliada de los Nauegantes Es¬pañoles, a quien llamaron nuebo Mundo. Mas bien puede claramente ser tenida, y conocida, por aquella de que el Sagrado Texto hace relación en la descripción que de el Mundo hace. Y por el consiguiente del mismo Testo Sagrado podemos colegir auer sido la tierra de las Yndias Occiden¬tales, manifiesta á los Ysraelitas. Porque claro consta auerla los Hebreos frequentado con sus nauegaciones muchas ve¬ces. Y ni Solino, Strabon, Pompoliomela, Stephano, Platón, Aristóteles que (como por enigmas disputaban de aque¬llas cosas, que a ellos no les eran claras ni manifiestas) de esta tierra ni entendieron ni disputaron, ni aunque ellos Poetas que parecia, no ignorar cosa alguna, ni secreto se escapaua que de sus fabulas no fuesse tocado, no hicieron mension (ni aun por sospecha) de esta parte de tierra, y finalmente ninguno de los Escriptores Griegos, ni Latinos (cuyos escriptos aun an permanecido asta nra edad) no an sacado á luz cosa que de esta Región trate. Empero si con diligencia se examina qual tierra esta sea en las letras He- brayeas, se podra muy bien conferir, y comparar con lo que Moysen dejó escripto (clarisimamente) de la tierra de
Ophir, ó con lo que Jonatas Propheta (Escriptor, y Coro- nista de los Reyes de Juda) copiosa y ampliamente mani¬festó. Y también se puede comprouar con aquellas cosas, que nos quedaron escriptas (con sabias, y discretas palabras) por aquel que (distando el Spri. Santo) escriuio el Parali- pomenon. Porque este (no solo hace mención muy clara de la armada, y flota hecha de Salomon Junto á la Ciudad de Tiro y de la (otra bastecida y acabada en aquel Puerto del Mar Bermejo llamado Ghasion gaber y licuada acia el oriente) mas también la hace del tiempo, y tardanza de esta navegación, y de las Ynsulas, y cosas dellas y de las playas, y riberas que dejauan á las Espaldas, siendo lleuados por los vientos aun mas adelante. Y también de aquella tierra de donde tanta copia de Oro se traya en aquel tiempo llamado .–. . (‘) que quiere decir Parbain (según esta letra nos enseña) la qual dicción da a entender (á los que saben la lengua Hebrea) auer dos Regiones Piru, antigua¬mente llamada, y la una dellas en nuestros tiempos retiene este nombre Piru, y la otra es la nueba España, el Oro de las quales, es purísimo, y consta auer sido estimado en gran precio de todas las gentes. Mas el Ynterprete del Sagrado Texto (ora sea por serle innota esta Región) ora que la excelencia de el Oro lo lleuo a que en su alabanza esten- diesse la pluma, es cierto que donde deuia decir (…—.) (2) que traducido de Hebreo en Español dice estas palabras: El Oro que de aquella tierra se traya era Oro del uno y otro Piru, y el Ynterprete traduxó. El oro de aquella tierra era probatissimo. Lo dicho es del Doctor Arias Montano, de donde consta claro auer sido notorias estas nuestras Yndias á los antiguos Hebreos, y que (como San Geronimo dice en sus Hebraycas questiones) y lo refiere el Nicolao en su Glosa sobre el Genesis la poca contratación que se a tenido (en los tiempos mas cercanos a nosotros) con los descen¬dientes de Ophir (o por auerse ellos alojado tanto) o por
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truecos de gentes, y naciones, ó por guerra, o otros acci¬dentes semejantes a sido causa de que se perdiesse de todo punto la noticia de ellos asta que nuestros Españoles des¬cubrieron aquella parte de Mundo como lo trataremos lar¬go en la tercera parte dé esta obra. De manera que la falta de las letras que estos Orientales tubieron, para que noso¬tros tuviésemos de ellos noticia, ó conocimiento de que es- tauan en el Mundo la suplió la buena diligencia, y especu- latiua ocupacion de los nuestros Siglos.
Muchas, y muy varias opiniones sean movido entre las gentes, y en muchas congregaciones de personas doctas sea disputado sobre aueriguar de donde, ó de que parte del Mundo vinieron hombres a poblar, y henchir tan gran par¬te de tierra como es esta a quien llamamos Yndias, y ver-daderamente a mi noticia an llegado algunas razones ale¬gadas para corroborarlas tan fuera de el camino de atinar á la verdad que ni aun apariencias muy remotas no tenían, y otras opiniones tan disparadas, y llenas de herror como se pueden esperar de hombres ydiotas, y poco leídos en di¬urnas, y humanas letras. Mas dejadas estas como cosas vul¬gares, y rridiculas me parece poner aqui las de algunos va¬rones graues que con animo y deseo de quitar de el Mundo esta dubda: nos an dado escriptos (y aun algunos impresos) sus pareceres. El Maestro Alexio Vanegas en el libro na¬tural de su recopilación refiere auerse tenido antiguamente noticia de esta parte de tierra por los Cartagineses, y auer ellos sido los primeros hijos de Adán que despues del Dilu¬bio dieron gentes que lo poblasen. Y a la verdad Aristóte¬les da ocasión de ymaginarlo; porque en sus escriptos se alia hecha relación semejante á la que otros muchos Autores antiguos, y graues hacen de cierta parte de tierra de estra- na grandeza que descubrieron ciertos nabegantes, Carta¬gineses. Y recopilada de la misma de Aristóteles (y de las demás hechas por otros Autores) la refiere el Doctissimo Vanegas en el lugar citado: y yo la traygo en el Capitulo que se sigue con algunas particularidades que este Doctor se dejó por no hacer á su proposito.
Cap. 4° de como las tierras y Yslas que descubrieron unos Cartagineses: no fue el principio, y origen de dar gentes á estas Yndias: y se confunde la opinion que en este casso sea tenido de que los Yndios pro¬ceden de Cartagineses.
Cuentan en sus Chronicas Autores muy graues que es¬tando la gran Señoria de Cartago en el dorado Siglo de su pujanza quando á nadie temia, y de muchas era temida, por sauer si en el Mundo le quedaua mas que vencer en el Mundo, en el año antes de la venida de nuestro Redemptor á el Mundo de 445 (poco mas ó menos) con la confianza firme que en sus Capitanes Hanon y Himelton tenia, les encargo el descubrimiento de las costas y riberas de el Mar, que saliendo del estrecho de Gibraltar, una se va metiendo debajo de el Sol, y otra rebuelve buscando el Norte. Esta ultima y septentrional Jornada la comenzo y concluyo Himelcon con prosperos sucesos y voluio á su tierra car¬gado de noticias, y opinion. El viage meridional (que pro¬longando la Africa se va hallar el Sol sobre la caueza) si- guio Hanon su hermano en el qual gasto duración de 5. años, o casi, y auiendo descubierto las Yslas afortunadas, y aun (si mi sospecha vale) auiendo dejado gentes en ellas: paso adelante, y despues de muchos trabajos y fortunas contrarias, asi de mar como de tierra, y de Cielo llego á embocar, por el seno arabico (o mar Bermejo) y de alli le pareció que combenia volverse y ansi lo puso por obra, y entro en su deseada Patria triumphando como vencedor de muchos, y estranos contrastes. Finalmente demás de las cosas que en este viage hizo, crio y constituyo muchos embidiosos de la gloria que de tal empresa se le auia seguido, y de entre estos (que eran infinitos) 8 años después de la lle- truecos de gentes, y naciones, ó por guerra, o otros acci¬dentes semejantes a sido causa de que se perdiesse de todo punto la noticia de ellos asta que nuestros Españoles des¬cubrieron aquella parte de Mundo como lo trataremos lar¬go en la tercera parte dfe esta obra. De manera que la falta de las letras que estos Orientales tubieron, para que noso¬tros tuviésemos de ellos noticia, ó conocimiento de que es- tauan en el Mundo la suplió la buena diligencia, y especu- latiua ocupacion de los nuestros Siglos.
Muchas, y muy varias opiniones sean movido entre las gentes, y en muchas congregaciones de personas doctas sea disputado sobre aueriguar de donde, ó de que parte del Mundo vinieron hombres a poblar, y henchir tan gran par¬te de tierra como es esta a quien llamamos Yndias, y ver-daderamente a mi noticia an llegado algunas razones ale¬gadas para corroborarlas tan fuera de el camino de atinar á la verdad que ni aun apariencias muy remotas no tenían, y otras opiniones tan disparadas, y llenas de herror como se pueden esperar de hombres ydiotas, y poco leidos en di¬urnas, y humanas letras. Mas dejadas estas como cosas vul¬gares, y rridiculas me parece poner aqui las de algunos va¬rones graues que con animo y deseo de quitar de el Mundo esta dubda: nos an dado escriptos (y aun algunos impresos) sus pareceres. El Maestro Alexio Vanegas en el libro na¬tural de su recopilación refiere auerse tenido antiguamente noticia de esta parte de tierra por los Cartagineses, y auer ellos sido los primeros hijos de Adán que despues del Dilu¬bio dieron gentes que lo poblasen. Y a la verdad Aristóte¬les da ocasión de ymaginarlo; porque en sus escriptos se alia hecha relación semejante á la que otros muchos Autores antiguos, y graues hacen de cierta parte de tierra de estra- na grandeza que descubrieron ciertos nabegantes, Carta¬gineses. Y recopilada de la misma de Aristóteles (y de las demás hechas por otros Autores) la refiere el Doctissimo Vanegas en el lugar citado: y yo la traygo en el Capitulo que se sigue con algunas particularidades que este Doctor se dejó por no hacer á su proposito.
Cap. 49 de como las tierras y Yslas que descubrieron unos Cartagineses: no fue el principio, y origen de dar gentes á estas Yndias: y se confunde la opinion que en este casso sea tenido de que los Yndios pro¬ceden de Cartagineses.
Cuentan en sus Chronicas Autores muy graues que es¬tando la gran Señoría de Cartago en el dorado Siglo de su pujanza quando á nadie temia, y de muchas era temidá, por sauer si en el Mundo le quedaua mas que vencer en el Mundo, en el año antes de la venida de nuestro Redemptor á el Mundo de 445 (poco mas ó menos) con la confianza firme que en sus Capitanes Hanon y Himelton tenia, les encargo el descubrimiento de las costas y riberas de el Mar, que saliendo del estrecho de Gibraltar, una se va metiendo debajo de el Sol, y otra rebuelve buscando el Norte. Esta ultima y septentrional Jornada la comenzó y concluyo Himelcon con prosperos sucesos y voluio á su tierra car¬gado de noticias, y opinion. El viage meridional (que pro¬longando la Africa se va hallar el Sol sobre la caueza) si- guio Hanon su hermano en el qual gasto duración de 5. años, o casi, y auiendo descubierto las Yslas afortunadas, y aun (si mi sospecha vale) auiendo dejado gentes en ellas: paso adelante, y despues de muchos trabajos y fortunas contrarias, asi de mar como de tierra, y de Cielo llego á embocar, por el seno arabico (o mar Bermejo) y de alli le pareció que combenia volverse y ansi lo puso por obra, y entro en su deseada Patria triumphando como vencedor de muchos, y estranos contrastes. Finalmente demás de las cosas que en este viage hizo, crio y constituyo muchos embidiosos de la gloria que de tal empresa se le auia seguido, y de entre estos (que eran infinitos) 8 años después de la lle¬gada de este Capitan a Cartago, (que fue cerca de los antes de nuestra redempcion de 392.) ciertos mercaderes Carta¬gineses con pretensión de ganar onra y reputación en su República, y probecho, y aumento en sus haciendas leuan- taron una mediana Copia de Nauios, y pertrechados sufi¬cientemente de las cosas necesarias alzaron velas (siguiendo á el Sol acia su Ocaso, y poniente) y gastaron en tal nave¬gación muchos dias, y al cabo de muy prolixo nauegar se vi¬nieron á hallar muy cercanos de una grande y espaciosa Ysla, y tal que no se le veya cabo, y su postura y amenidad les combido a que saltasen de los Nauios en ella, y la hallaron disierta sin rastro ni señal de gente alguna, y muy copiosa de amenissimas arboledas, y rios dulces, y tierras apareja¬das para ser cultibadas: y que prometían mucha y opulenta cosecha de lo que en ellas se quisiere sembrar. Y aficiona¬das á sus buenas partes aquellas gentes ambrientas de glo¬ria dejaron en la Ysla la copia que les pareció bastante para perseuerar, y permanecer en aquella tierra o la que buena¬mente podían escusar de su flota, y con la demás dieron la buelta, á Cartago, á la qual llegados (no solo no aliaron agradecimiento de sus trabajos: ni remuneración de ellos) mas mucha indignación criada en los pechos de los regentes de aquella populosa Señoría Cartaginesa añidiendo á esto un mandato publico que so pena de perder la vida nadie fuesse atreuido bolver á aquella tierra, ni tratar de su con-servación ni aumento, por ciertas causas que a mandarlo, y proveerlo ansí les mouian mandaron, otro si á los Mari¬neros, y Pilotos de aquel viage quemar y consumir las re¬laciones, y memoriales que de la nauegacion, y derrotas de ellas en sus poderes tenían, para que de ay en adelante (no solo se ignorase la Ysla nuevamente descubierta) mas de todo punto cesasen los instrumentos de poderla hallar: y con tal proueymiento la tierra nueba (y los que de nuebo en ella quedaron) fueron sepultados, en permanente oluido reusando cada qual yncurrir en la indignación de el Senado, y de aqui en la egecucion de las penas puestas. Pues de estos
Cartagineses (que en aquella Ysla que auemos dicho que¬daron) quiere sospechar el Doctissimo Maestro Alexio Va- negas auer procedido por largos discursos de años los abi- tadores, y naturales hijos de esta nueba parte de Mundo a quien llamamos Yndias Occidentales, y aquella Ysla des¬cubierta quiere que sea la Española, que por otro nombre lla¬mamos de Sancto Domingo. Y verdaderamente lleuaua ar¬gumento lo dicho de persuadir á las gentes, y hacerles conceder traer de allí su origen y principio sino huviera en contra tantas, y tan fuertes obgectiones como se pue¬den obponer, y digamos ansir. Estos Nauios de estos Mer¬caderes Cartagineses, que se pusieron á buscar y escrudinar el Mundo por aquella parte de el gran mar Occeano esti¬mulados, y comovidos con la imbidia de los dos valerosos hermanos Hanon, y Himelcon, o salieron con disinio, y de¬terminado proposito de poblar y permanecer en la Prouin- cia, y tierras; que hallassen, ó de no hacer mas que aliada conquistarla explorarla, y saquearla ó ponerla en sus memo¬riales, como los demás (a quien querian imitar) auian hecho. Si salian a buscar y buscando aliar, y aliando poblar, y poblando perpetuar, y permanecer con conservación, y aumento de lo adquirido y poblado; es muy conforme á buena razón que auian de lleuar consigo los principales instrumentos de su permanencia, y conseruacion, que son lo primero mugeres demás de esto ganados maiores, y me¬nores, legumbres, y semillas domesticas: plantas de arboles frutales: y principalmente leyes, y institutos por escripto para el buen govierno de su república, dado caso que la pensasen establecer, y fundar: demás de esto auian de lleuar Sacerdotes de sus Ydolos; y estos auian de ser necesariamente Letrados, y fuera de estos era forzoso, que entre los que auia de auer Ciudadanos: huviese algunos ( y no pocos) que supiessen leer, y escriuir; pues ya en aquellos tiempos (y muchos mas atras) era muy general y común, el uso de las letras especial entre los Cartagineses que por ser su origen de fenicia, y preciarse ellos de auer sido inbentores de las gada de este Capitan a Cartago, (que fue cerca de los antes de nuestra redempcion de 392.) ciertos mercaderes Carta¬gineses con pretensión de ganar onra y reputación en su República, y probecho, y aumento en sus haciendas leuan- taron una mediana Copia de Nauios, y pertrechados sufi¬cientemente de las cosas necesarias alzaron velas (siguiendo á el Sol acia su Ocaso, y poniente) y gastaron en tal nave¬gación muchos dias, y al cabo de muy prolixo nauegar se vi¬nieron á hallar muy cercanos de una grande y espaciosa Ysla, y tal que no se le veya cabo, y su postura y amenidad les combido a que saltasen de los Nauios en ella, y la hallaron disierta sin rastro ni señal de gente alguna, y muy copiosa de amenissimas arboledas, y rios dulces, y tierras apareja¬das para ser cultibadas: y que prometían mucha y opulenta cosecha de lo que en ellas se quisiere sembrar. Y aficiona¬das á sus buenas partes aquell. s gentes ambrientas de glo¬ria dejaron en la Ysla la copia que les pareció bastante para perseuerar, y permanecer en aquella tierra o la que buena¬mente podían escusar de su flota, y con la demás dieron la buelta, á Cartago, á la qual llegados (no solo no aliaron agradecimiento de sus trabajos: ni remuneración de ellos) mas mucha indignación criada en los pechos de los regentes de aquella populosa Señoría Cartaginesa añidiendo á esto un mandato publico que so pena de perder la vida nadie fuesse atreuido bolver á aquella tierra, ni tratar de su con¬servación ni aumento, por ciertas causas que a mandarlo, v proveerlo ansí les mouian mandaron, otro si á los Mari¬neros, y Pilotos de aquel viage quemar y consumir las re¬laciones, y memoriales que de la nauegacion, y derrotas de ellas en sus poderes tenian, para que de ay en adelante (no solo se ignorase la Ysla nuevamente descubierta) mas de todo punto cesasen los instrumentos de poderla hallar: y con tal proueymiento la tierra nueba (y los que de nuebo en ella quedaron) fueron sepultados, en permanente oluido reusando cada qual yncurrir en la indignación de el Senado, y de aqui en la egecucion de las penas puestas. Pues de estos
Cartagineses (que en aquella Ysla que auemos dicho que¬daron) quiere sospechar el Doctissimo Maestro Alexio Va- negas auer procedido por largos discursos de años los abi- tadores, y naturales hijos de esta nueba parte de Mundo a quien llamamos Yndias Occidentales, y aquella Ysla des¬cubierta quiere que sea la Española, que por otro nombre lla¬mamos de Sancto Domingo. Y verdaderamente lleuaua ar¬gumento lo dicho de persuadir á las gentes, y hacerles conceder traer de allí su origen y principio sino huviera en contra tantas, y tan fuertes obgectiones como se pue¬den obponer, y digamos ansir. Estos Nauios de estos Mer¬caderes Cartagineses, que se pusieron á buscar y escrudinar el Mundo por aquella parte de el gran mar Occeano esti¬mulados, y comovidos con la imbidia de los dos valerosos hermanos Hanon, y Himelcon, o salieron con disinio, y de¬terminado proposito de poblar y permanecer en la Prouin- cia, y tierras; que hallassen, ó de no hacer mas que aliada conquistarla explorarla, y saquearla ó ponerla en sus memo¬riales, como los demás (a quien querían imitar) auian hecho. Si salian a buscar y buscando aliar, y aliando poblar, y poblando perpetuar, y permanecer con conservación, y aumento de lo adquirido y poblado; es muy conforme á buena razón que auian de lleuar consigo los principales instrumentos de su permanencia, y conseruacion, que son lo primero mugeres demás de esto ganados maiores, y me¬nores, legumbres, y semillas domesticas: plantas de arboles frutales: y principalmente leyes, y institutos por escripto para el buen govierno de su república, dado caso que la pensasen establecer, y fundar: demás de esto auian de licuar Sacerdotes de sus Ydolos; y estos auian de ser necesariamente Letrados, y fuera de estos era forzoso, que entre los que auia de auer Ciudadanos: huviese algunos ( y no pocos) que supiessen leer, y escriuir; pues ya en aquellos tiempos (y muchos mas atras) era muy general y común, el uso de las letras especial entre los Cartagineses que por ser su origen de fenicia, y preciarse ellos de auer sido inbentores de las letras; se esmerarían en este particular. Pues siendo esto ansi, y auiendo lleuado consigo estas cosas dichas no auian de ser tan contrarios los tiempos ni tan mordaces, y roedo¬res los largos siglos, que de todo en todo se lo quitase, y consumiese todo ni huviese dejado tan disiertos, y ágenos de todas estas cosas á los naturales, que en aquella tierra sean aliado, y á la misma tierra tan priuada de arboles, y fru¬tales conoscidos como aora la conocemos, mas es ansi, que ni rastro ni memoria, ni sospecha de ninguna de las cosas dichas no se á visto ni hallado en aquella tierra, que nro Maestro quiere que sea la que poblaron aquellos olvidados Cartagineses. Yo quiero que los ganados menores se consu¬miesen: por ser el temple de aquella Ysla muy contrario á el Cielo, y suelo que su naturaleza demanda la esperien- cia nos a enseñado que en el uniberso no ay tierra mas ligi- tima para ganado maior que la Ysla Española, ni donde las vacas, y yeguas acudan con mas facundos partos. Yo quiero también que el ganado maior se acabase, y totalmente se destruyese; no es tan esteril ni ingrata la tierra de la Ysla Española que dege de dar aliento a qualquier árbol que en ella se plantare especial aquellos que sinbolizan con su constelación, y temple, y que también las plantas mayo¬res se perdiesen, y la tierra no las quisiese admitir en si, se¬pamos que legumbres Españolas aliaron en aquellas Yslas nuestros Españoles? claro esta que ningunas, y concedamos en buen ora á nuestros opuestos que arboles, que ganados legumbres, y lo demás se acabo por las acciones, y efectos de los contrarios temples, si duraran, y permanecieran gentes procreadas, y descendientes de aquellos de Cartago, cosa clara que con ellas auian de permanecer las letras, y el uso de ellas, pues de suyo son tan amables, y necesarias para los tratos de los hombres especial para gente de tanta urbanidad, y pulicia como eran en aquel tiempo los Car¬tagineses: mas no solo nada de lo dicho se hallo en la Ysla Española quando nuestros Españoles la descubrieron mas ni aun rastro, ni vestigio ni olor de cosa como esta dicho,’ por donde se pueda presumir no auer auido tales frutos ni crias ni legumbres, ni letras en aquella tierra en ningún tiempo; y caso dado que no huviese escapado cosa ninguna de las suso dichas, que el tiempo no las huuiese consumido y que las letras se huviesen perdido con discrimen de tantos Siglos: no empero pudiera consumir de todo punto los edificios, y fortalezas, ó caserías, y piedras labradas que siempre aquella nación tuvo de costumbre erigir y leuan- tar donde quiera que fundaua Peblos, ó fabricaua Tem¬plos como vemos que an permanecido, y permanecen en España: porque tan antiguos son en el Puerto de Santa Maria (llamado antiguamente Menesteo) la Torre que llaman de Tiros, y el Castillo de Sidueña, que están en las riberas de el Rio Guadalete, y lo uno y lo otro fueron edi¬ficios de Cartagineses hechos en ciertas guerras que tu- bieron con los Turditanos de la Andalucía cerca de el año antes de Christo de 437 cuyos primeros nombres fueron Torre de Tiro, y Castillo de Sidon en memoria de su Patria originaria, de la Phenicia, y ansi la Torre como el Castillo lo vemos en nuestros tiempos tales que se pueden abitar, y dan entrambos muy claro testimonio de sus fundadores. Y lo mismo se aliara en la misma Ysla si Cartagineses fueran los que la poblaron, y los que quiere nuestro Doctor Yanegas que sean y ayan sido padres originarios de la gente Yndiana ciertos edificios antiguos dicen auerse aliado en aquella Ysla: mas muy diferentes á los de la usanza de los que usaba hacer aquella nación, y no sea auido ni se huvo naturaleza tan escatinada y auaramente con ninguna nación por barbara que fuesse, que de todo punto la dejase priuada de auilidad, y entendimiento para hacer, y labrar edificios, con arte y abtitud (no solo para defenderse de los vientos, pluvias, y frios, y bestias fieras) mas aun para ser refugio, y amparo de otros hombres enemigos suyos quando caso fuesse llegar con ellos en competencia, y disenciones, con lo dicho (y lo que se sigue) quedara bastantemente probado no auer sido
letras; se esmerarían en este particular. Pues siendo esto ansi, y auiendo licuado consigo estas cosas dichas no auian de ser tan contrarios los tiempos ni tan mordaces, y roedo¬res los largos siglos, que de todo en todo se lo quitase, y consumiese todo ni huviese dejado tan disiertos, y ágenos de todas estas cosas á los naturales, que en aquella tierra sean aliado, y á la misma tierra tan priuada de arboles, y fru¬tales conoscidos como aora la conocemos, mas es ansi, que ni rastro ni memoria, ni sospecha de ninguna de las cosas dichas no se á visto ni hallado en aquella tierra, que n™ Maestro quiere que sea la que poblaron aquellos olvidados Cartagineses. Yo quiero que los ganados menores se consu¬miesen: por ser el temple de aquella Ysla muy contrario á el Cielo, y suelo que su naturaleza demanda la esperien- cia nos a enseñado que en el uniberso no ay tierra mas ligi- tima para ganado maior que la Ysla Española, ni donde las vacas, y yeguas acudan con mas facundos partos. Yo quiero también que el ganado maior se acabase, y totalmente se destruyese; no es tan estéril ni ingrata la tierra de la Ysla Española que dege de dar aliento a qualquier árbol que en ella se plantare especial aquellos que sinbolizan con su constelación, y temple, y que también las plantas mayo¬res se perdiesen, y la tierra no las quisiese admitir en si, se-pamos que legumbres Españolas aliaron en aquellas Yslas nuestros Españoles? claro esta que ningunas, y concedamos en buen ora á nuestros opuestos que arboles, que ganados legumbres, y lo demás se acabo por las acciones, y efectos de los contrarios temples, si duraran, y permanecieran gentes procreadas, y descendientes de aquellos de Cartago, cosa clara que con ellas auian de permanecer las letras, y el uso de ellas, pues de suyo son tan amables, y necesarias para los tratos de los hombres especial para gente de tanta urbanidad, y pulicia como eran en aquel tiempo los Car-tagineses: mas no solo nada de lo dicho se hallo en la Ysla Española quando nuestros Españoles la descubrieron mas ni aun rastro, ni vestigio ni olor de cosa como esta dicho,’
por donde se pueda presumir no auer auido tales frutos ni crias ni legumbres, ni letras en aquella tierra en ningún tiempo; y caso dado que no huviese escapado cosa ninguna de las suso dichas, que el tiempo no las huuiese consumido y que las letras se huviesen perdido con discrimen de tantos Siglos: no empero pudiera consumir de todo punto los edificios, y fortalezas, ó caserías, y piedras labradas que siempre aquella nación tuvo de costumbre erigir y leuan- tar donde quiera que fundaua Peblos, ó fabricaua Tem¬plos como vemos que an permanecido, y permanecen en España: porque tan antiguos son en el Puerto de Santa Maria (llamado antiguamente Menesteo) la Torre que llaman de Tiros, y el Castillo de Sidueña, que están en las riberas de el Rio Guadalete, y lo uno y lo otro fueron edi¬ficios de Cartagineses hechos en ciertas guerras que tu- bieron con los Turditanos de la Andalucía cerca de el año antes de Christo de 437 cuyos primeros nombres fueron Torre de Tiro, y Castillo de Sidon en memoria de su Patria originaria, de la Phenicia, y ansí la Torre como el Castillo lo vemos en nuestros tiempos tales que se pueden abitar, y dan entrambos muy claro testimonio de sus fundadores. Y lo mismo se aliara en la misma Ysla si Cartagineses fueran los que la poblaron, y los que quiere nuestro Doctor Vanegas que sean y ayan sido padres originarios de la gente Yndiana ciertos edificios antiguos dicen auerse aliado en aquella Ysla: mas muy diferentes á los de la usanza de los que usaba hacer aquella nación, y no sea auido ni se huvo naturaleza tan escatinada y auaramente con ninguna nación por barbara que fuesse, que de todo punto la dejase priuada de auilidad, y entendimiento para hacer, y labrar edificios, con arte y abtitud (no solo para defenderse de los vientos, pluvias, y frios, y bestias fieras) mas aun para ser refugio, y amparo de otros hombres enemigos suyos quando caso fuesse llegar con ellos en competencia, y disenciones, con lo dicho (y que se sigue) quedara bastantemente probado no auer sido los Cartagineses (quel Doctor Vanegas dice) los que die¬ron gentes, y naciones á este nuebo Mundo de las Yndia¿.
Cap. 5P donde se concluye el argumento y se confuta otra opinion, que estos Yndios vienen de Judíos, y pruébase vastantemente lo contrario.
Lo que auemos tratado en el pasado Capitulo para prouar lo contrario de lo que el buen Toledano siente acerca de nuestros Yndios Occidentales, y su origen á sido dado caso que aquellos nauegantes Cartagineses tuviesen salido de sus puertos, y peltrechados sus flotas, con de- liuerado animo de permanecer con perseuerencia en aquella tierra que aliasen y descubriesen, porque forzosa¬mente se auian de preuenir de las cosas dichas, y de otras que se dejan de nombrar pero no se dejan de colegir; qua¬les deuian (o podian ser) y digamos aora por el contrario, que si de sus costas y rriberas leuantaron sus ancoras, y á los vientos Solanos dieron sus velas sin proposito de hacer mas de aquello que Hanon y su hermano auian hecho en sus viages que era solo explorar, y ver y conocer, costas, mares, riberas, y playas agenas, y bolverse á las suyas con¬tentos con solas las noticias, y relaciones, y lo que buena-mente pudieran grangear de pasada: claro esta que no auian de ir cargados de tantas mugeres que bastasen a dar hijos para tanta tierra si ya no es que el que me contradigere se quiera acoger á sagrado, y decir que de sola una comenzo el Mundo (que en tal caso me daré por concluido) mas ablando sin milagro digo que los que Ueuaban en aquel tiempo intento de poblar nuebas tierras, y permanecer en ellas se pertrechauan.de copia de mugeres lo primero, y lo segundo de ganados legumbres plantas, y otras semejantes preseas como consta por los Autores que tratan de las pobla¬ciones antiguas de España, y otros Reynos. Mas volviendo á nuestro proposito digo que si aquellos Cartagineses salie¬ron sin la deliverscion que esta dicha, y sin sauer adonde auian de nauegar, clara cosa es que la anchura, largura y profundidad de tanta mar como ay de el Puerto de Cádiz á la Ysla Española, les auia de enfadar y cansar y aun asom¬brar, pues á los Nauegantes muy cursados de nuestros tiem¬pos hace lo mismo y compelidos de tan largo enfado, y asom¬brados de tanta mar, y faltos de bastantes provisiones se auian de bolver a sus tierras, y ansi parece cosa no comben- cible decir creer, tener, ni consentir, que los tales Cartagi¬neses fuesen el origen de nuestros Yndianos Occidentales. Y si me redarguien diciendo que Hanon, y Himelcon naue- garon también largos viages (pues el uno llego asta la Ysla Albion que ora es Ynglaterra) y el otro asta el seno Arabico (que es el mar Bermejo) sin que tan largo nauegar cansase sus cuerpos ni atemorizase sus ánimos responderé diciendo que aunque es ansi que la tal nauegacion fue larga el naue¬gar de el uno fue costa á costa con la tierra de Aphrica, y el de el otro con la de Europa sin se apartar de la marina (o ribera) tanta distancia, que pudiesen estar muchos dias sin ver tierra, y esto tanto por no estar hechos a mucho golfo como por no ser vasos los que se usaban en aquellos Siglos capaces de lleuar municiones en mucha abundancia ni bastantes á sufrir los embates; y tormentas que necesaria¬mente sean de padecer en anchas, y largas nabegaciones: porque los Nauios de aquellos tiempos an de remo (a quien Hamauan Pentecontarios) que era casi la hechura de las Galeras, ó Vergantines, que en nuestros tiempos se usan. Lo dicho me parece basta para prouacion eficacissima de que Cartago no fue la cepa de donde tan largo, y estendido ra¬mo de el Mundo, tomo principio, ni sus tratantes merca¬deres ni Marineros ayan jamas aportado á tierra (ora fir¬me ora Ysla ora Península) que á nuestras Yndias pertenezca. Y si ansi fue como Aristóteles ( y los que lo siguen) dice que huviessen aquellos Aphricanos aportado a nueba y no vista Ysla seria posible auer sido la de la Ma¬dera, ó otra grandissima que muchos an visto, y algunos los Cartagineses (quel Doctor Vanegas dice) los que die¬ron gentes, y naciones á este nuebo Mundo de las Yndiaa.
Cap. 5Q donde se concluye el argumento y se confuta otra opinión, que estos Yndios vienen de Judíos, y pruébase vastantemente lo contrario.
Lo que aucmos tratado en el pasado Capitulo para prouar lo contrario de lo que el buen Toledano siente acerca de nuestros Yndios Occidentales, y su origen á sido dado caso que aquellos nauegantes Cartagineses huviesen salido de sus puertos, y peltrechados sus flotas, con de- liuerado animo de permanecer con perseuerencia en aquella tierra que aliasen y descubriesen, porque forzosa¬mente se auian de preuenir de las cosas dichas, y de otras que se dejan de nombrar pero no se dejan de colegir; qua¬les deuian (o podian ser) y digamos aora por el contrario, que si de sus costas y rriberas leuantaron sus ancoras, y á los vientos Solanos dieron sus velas sin proposito de hacer mas de aquello que Hanon y su hermano auian hecho en sus viages que era solo explorar, y ver y conocer, costas, mares, riberas, y playas agenas, y bolverse á las suyas con¬tentos con solas las noticias, y relaciones, y lo que buena¬mente pudieran grangear de pasada: claro esta que no auian de ir cargados de tantas mugeres que bastasen a dar hijos para tanta tierra si ya no es que el que me contradigere se quiera acoger á sagrado, y decir que de sola una comenzo el Mundo (que en tal caso me daré por concluido) mas ablando sin milagro digo que los que lleuaban en aquel tiempo intento de poblar nuebas tierras, y permanecer en ellas se pertrechauan de copia de mugeres lo primero, y lo segundo de ganados legumbres plantas, y otras semejantes preseas como consta por los Autores que tratan de las pobla¬ciones antiguas de España, y otros Reynos. Mas volviendo á nuestro proposito digo que si aquellos Cartagineses salie¬ron sin la deliverscion que esta dicha, y sin sauer adonde auian de nauegar, clara cosa es que la anchura, largura y profundidad de tanta mar como ay de el Puerto de Cádiz á la Ysla Española, les auia de enfadar y cansar y aun asom¬brar, pues á los Nauegantes muy cursados de nuestros tiem¬pos hace lo mismo y compelidos de tan largo enfado, y asom¬brados de tanta mar, y faltos de bastantes provisiones se auian de bolver a sus tierras, y ansi parece cosa no comben- cible decir creer, tener, ni consentir, que los tales Cartagi¬neses fuesen el origen de nuestros Yndianos Occidentales. Y si me redarguien diciendo que Hanon, y Himelcon naue- garon también largos viages (pues el uno llego asta la Ysla Albion que ora es Ynglaterra) y el otro asta el seno Arabico (que es el mar Bermejo) sin que tan largo nauegar cansase sus cuerpos ni atemorizase sus ánimos respondere diciendo que aunque es ansi que la tal nauegacion fue larga el naue¬gar de el uno fue costa á costa con la tierra de Aphrica, y el de el otro con la de Europa sin se apartar de la marina (o ribera) tanta distancia, que pudiesen estar muchos dias sin ver tierra, y esto tanto por no estar hechos a mucho golfo como por no ser vasos los que se usaban en aquellos Siglos capaces de lleuar municiones en mucha abundancia ni bastantes á sufrir los embates; y tormentas que necesaria¬mente sean de padecer en anchas, y largas nabegaciones: porque los Nauios de aquellos tiempos an de remo (a quien llamauan Pentecontarios) que era casi la hechura de las Galeras, ó Vergantines, que en nuestros tiempos se usan. Lo dicho me parece basta para prouacion eficacissima de que Cartago no fue la cepa de donde tan largo, y estendido ra¬mo de el Mundo, tomo principio, ni sus tratantes merca¬deres ni Marineros ayan jamas aportado á tierra (ora fir¬me ora Ysla ora Peninsula) que á nuestras Yndias pertenezca. Y si ansi fue como Aristóteles ( y los que lo siguen) dice que huviessen aquellos Aphricanos aportado a nueba y no vista Ysla seria posible auer sido la de la Ma¬dera, ó otra grandissima que muchos an visto, y algunos surgido en ella, y quando van con intento de buscarla de proposito se desaparece y encubre: a quien algunos Auto¬res llaman inaccesible, las gentes bulgares Sant Borondon de quien se cuentan muchas y muy admirables relaciones, que ponerlas aqui no hacen a mi caso, esta (ó alguna de las terce¬ras) ó otra a quien la mar aia tragado como ha hecho á las Aphrondisias frontero de la costa de Tarifa, diuio ser la que aquellos Cartagineses descubrieron, y poblaron, nra Ysla Española no lo consiente la misma razón antes con viva fuerza lo repugna y reprueba. Otra opinion (acerca de el origen de nuestros naturales) trae Gonzalo Fernan¬dez de Ouiedo en su historia general de estas Yndias, y otra diferente sigue Francisco López de Gomara, y otra refiere Cieza, y otras otros que tratar de ellas aquí importa poco pues sus libros andan impresos, y en ellos podran ver los que fueron curiosos, quan lexos van de lo que fue. El venerable varón. El Licenciado Juan de el Caño, leya en Salamanca á sus oientes el año pasado de 1580, opinion muy discor¬dante, y distinta de las que an seguido los demás, y en el processo de sus lectiones (sobre aquel paso) de el Psalmista (in omnen terram exiuirt sonus eorum) afirmaua venir, y proceder estos naturales de gentes y linage Judio: dedu¬ciendo su venida á esta parte de Mundo no se (ni me supie¬ron decir) de que parte, ó porque camino mas de que (para corroborar, y dar fuerza á sus razones, y arraigar su opi¬nion) tomaua por argumento decir que en la lengua de los Yndios auia y se coligian muchos términos y vocablos He¬breos lengua que los Judios ablan, y que asi mesmo, ymi- tauan á los mismos Judios, y de ellos parecia decendir en la forma y manera de sus vestidos, y trages. Quanto á lo pri¬mero de que en la lengua de los Yndios se alian términos Hebreos no es razón que valga porque son tantas y tan diferentes las lenguas que ablan, y tratan acá en nuestras Yndias que creo faltaran letras en la Arichmetica para numerarlas según son muchas, y es esto en tan notable manera que en muchas Prouincias no se andara legua que
MISCELÁNEA ANTARTICA
no se alie lengua diferente, y tan remota, y distinta la una de la otra como la Castellana de la Vizcayna, ó de la Yn- glesa ó de la Aphricana en unas lagunas que hace un brazo de el Rio grande de la Magdalena llamado Cesare (que na¬ciendo de los Aruacos, y de la sierra de los Tupes, passa por el Valle de Upar, y viene haciendo grandes lagunas á jun¬tarse con este poderoso rio) ay ciertas Ysletas pobladas á vista las unas de las otras, y en cada Ysla de estas se abla muy diferente lengua. En otras partes de estas Yndias su¬cede aquesto con tanto estremo que en un pueblo mismo se hablan dos, y tres lenguas diferentes y en una casa acontece hablar la muger, y las hijas una lengua, y el ma¬rido y los hijos otra muy diferente, y en partes se tiene por deshonestidad en la muger hablar la lengua de el varón, y en el varón se tiene por menosprecio, y infamia ablar la lengua, y términos de la muger; pues si quiere nro Licenciado to¬mar por la lengua de las Yndias á la general de el Ynga: como a lengua que mas tierra cunde y mas gentes la ablan, y en esta quiere decir aver vocablos, y términos Hebreos: posible seria; porque yo e mirado atentamente en este par¬ticular, y he aliado que aunque es verdad que ay en ella algunas palabras de que usa la lengua francesa otros de que usamos en nra lengua Española; tienen pero diferentes sig¬nificados, y tan remotos de lo que en nra” lengua significa que es admiración. En esta manera, Casco llama el Yndio en su lengua general de el Piru, á el pecho, y en la caste¬llana ya sabemos lo que significa. A la arena llama el Yn¬dio TÍO, y nosotros al hermano de padre ó madre. Llama¬mos nosotros Mayo al quinto mes de el año, y en lengua de el Ynga quiere decir Rio. A lo que nosotros llamamos olla, llama el Yndio manga, que clara se vee la diferencia: macho llamamos nosotros á lo que es de sexso viril, y en lengua de Yndios quiere decir viejo, y de esta manera se pudieran acomular infinitos, que aunque suenan á términos, y vo¬cablos nuestros son muy ágenos en el significado de aquello que nosotros entendemos por ellos. La experiencia que yo surgido en ella, y quando van con intento de buscarla de proposito se desaparece y encubre: a quien algunos Auto¬res llaman inaccesible, las gentes bulgares Sant Borondon de quien se cuentan muchas y muy admirables relaciones, que ponerlas aqui no hacen a mi caso, esta (ó alguna de las terce¬ras) ó otra a quien la mar aia tragado como ha hecho á las Aphrondisias frontero de la costa de Tarifa, diuio ser la que aquellos Cartagineses descubrieron, y poblaron, nra Ysla Española no lo consiente la misma razón antes con viva fuerza lo repugna y reprueba. Otra opinion (acerca de el origen de nuestros naturales) trae Gonzalo Fernan¬dez de Ouiedo en su historia general de estas Yndias, y otra diferente sigue Francisco López de Gomara, y otra refiere Cieza, y otras otros que tratar de ellas aquí importa poco pues sus libros andan impresos, y en ellos podran ver los que fueron curiosos, quan lexos van de lo que fue. El venerable varón. El Licenciado Juan de el Caño, leya en Salamanca á sus oientes el año pasado de 1 580, opinion muy discor¬dante, y distinta de las que an seguido los demás, y en el processo de sus lectiones (sobre aquel paso) de el Psalmista (in omnen terram exiuirt sonus eorum) afirmaua venir, y proceder estos naturales de gentes y linage Judio: dedu¬ciendo su venida á esta parte de Mundo no se (ni me supie¬ron decir) de que parte, ó porque camino mas de que (para corroborar, y dar fuerza á sus razones, y arraigar su opi-nion) tomaua por argumento decir que en la lengua de los Yndios auia y se coligian muchos términos y vocablos He-breos lengua que los Judios ablan, y que asi mesmo, ymi- tauan á los mismos Judios, y de ellos parecia decendir en la forma y manera de sus vestidos, y trages. Quanto á lo pri¬mero de que en la lengua de los Yndios se alian términos Hebreos no es razón que valga porque son tantas y tan diferentes las lenguas que ablan, y tratan acá en nuestras Yndias que creo faltaran letras en la Arichmetica para numerarlas según son muchas, y es esto en tan notable manera que en muchas Prouincias no se andara legua que no se alie lengua diferente, y tan remota, y distinta la una de la otra como la Castellana de la Vizcayna, ó de la Yn- glesa ó de la Aphricana en unas lagunas que hace un brazo de el Rio grande de la Magdalena llamado Cesare (que na¬ciendo de los Aruacos, y de la sierra de los Tupes, passa por el Valle de Upar, y viene haciendo grandes lagunas á jun¬tarse con este poderoso rio) ay ciertas Ysletas pobladas á vista las unas de las otras, y en cada Ysla de estas se abla muy diferente lengua. En otras partes de estas Yndias su¬cede aquesto con tanto estremo que en un pueblo mismo se hablan dos, y tres lenguas diferentes y en una casa acontece hablar la muger, y las hijas una lengua, y el ma¬rido y los hijos otra muy diferente, y en partes se tiene por deshonestidad en la muger hablar la lengua de el varón, y en el varón se tiene por menosprecio, y infamia ablar la lengua, y términos de la muger; pues si quiere nro Licenciado to¬mar por la lengua de las Yndias á la general de el Ynga: como a lengua que mas tierra cunde y mas gentes la ablan, y en esta quiere decir aver vocablos, y términos Hebreos: posible seria; porque yo e mirado atentamente en este par¬ticular, y he aliado que aunque es verdad que ay en ella algunas palabras de que usa la lengua francesa otros de que usamos en nra lengua Española; tienen pero diferentes sig¬nificados, y tan remotos de lo que en nrtt’ lengua significa que es admiración. En esta manera, Casco llama el Yndio en su lengua general de el Piru, á el pecho, y en la caste¬llana ya sabemos lo que significa. A la arena llama el Yn¬dio TÍO, y nosotros al hermano de padre ó madre. Llama¬mos nosotros Mayo al quinto mes de el año, y en lengua de el Ynga quiere decir Rio. A lo que nosotros llamamos olla, llama el Yndio manga, que clara se vee la diferencia: macho llamamos nosotros á lo que es de sexso viril, y en lengua de Yndios quiere decir viejo, y de esta manera se pudieran acomular infinitos, que aunque suenan á términos, y vo¬cablos nuestros son muy ágenos en el significado de aquello que nosotros entendemos por ellos. La experiencia que yo tengo de lenguas me a enseñado y dado a conocer un vo¬cablo común a todas las lenguas mas conocidas de el Mundo,- y la misma significación y la misma sonancia tiene en estas Yndias en las mas generales lenguas que en ellas ay que son Quichua, y Aymara, la Quichua es la general de las Yngas, y la Aymara se usa en las Prouincias de los Charcas. Es pues el vocablo general, y común á todas lenguas Marcha (ó Marca quitado la H) este vocablo en lengua Francesa, y Ytaliana, y Flamenca, y Alemana y Ungara significa Pro- uincia (o pago de tierra) y lo mismo significa en la lengua Quichua, y Aymara aunque en nra lengua Española esta fuera de el uso, y ansi para usar del le añadimos una silaba antes, y decimos Comarca; que es lo mismo que Marca en las demás lenguas en los demás vocablos, y términos de la lengua de estas Yndias, no se que semejanza pueda auer con la lengua Hebrea si no es acaso, y con muy remoto signifi¬cado, ya que el Licenciado quiera tomar esta general por la lengua de los Yndios que el dice, y si entiende por la lengua de nueua España, yo no me entiendo con ella aunque bien se que tan poco son procedidos de Hebreos como estotros de estotra parte meridional a quien llamamos Piru (como mas claro se vera adelante) en quanto decir el Licenciado Juan de el Caño, que el vestido asi mesmo da testimonio que de¬cienden los Yndios de Hebreos Judíos tanpoco á lugar ni es buena razón: porque son muchos y muy diuersos los tra- ges que en este nuebo Mundo usan los Yndios, y el que mas, y mas pulido es en todas las Yndias antes da indicio de ser invención de gente holgazona, y perezosa, y que procura escusar hechura, y costuras, que no de que tenga decendencia de gente sutil, y pulitica como ansido, y fueron los Judíos, y quisiera yo que particularizara nro Licenciado de que nación de Yndios de las muchas que ay aca, se auia de entender lo de las lenguas, y lo de los vestidos, pues es ansi que mas de la mitad de los Yndianos (en general ablan¬do) aun asta el dia de oi andan desnudos como nacieron msi varones como mugeres. En lo que dice el Doctissimo que a esta parte de el Mundo á llegado noticia de la predica¬ción Euangelica ansi pasa pero fue tan poca la que se tubo; y tanpoco lo que duro en estas partes el buen Nuncio de tan saludable nueba que apenas fue visto quando despa¬recido como mas largo lo trataremos en su lugar que será en la tercera parte de esta nra’ Miscelánea y ansi mesmo trataremos mas largo de sus trages y vestidos. Por aora lo dicho vasta para que se sepa y entienda no auer sido estos naturales procedidos de Cartagineses ni de Judios ni de Aphricanos sino de el Patriarca Ophir hijo de Yectan como queda dicho venidos a esta parte de el Mundo, por el cami¬no, y viage que se dirá.
Cap. 6.- de donde se prueba auerse tenido noticia de este Piru en tiempo de los Reyes de Ysrael, y auerse llamado Piru y del origen de este nombre, y de otras cosas notables, y dignas de saberse.
En el Capitulo 39 de esta segunda parte queda todo co¬mo la porcion y heredad que de el Mundo les cupo á los hijos de Yectan fue desde Mesa asta Sephar Monte Oriental. Acerca de esta repartición de que ninguno (de quantos asta oy an escrito o tratado) dice el Doctor Arias Montano en el mismo volumen primero de el aparato de la sacra Biblia Real cerca de el fin de el Cap. 99 estas palabras. Desde que aquel lugar (de el apartamiento) Ophir fue el que mas lexos se aparto, caminando según las marinas, y costas de el gran mar donde se muestran anchas, y larguisimas tierras, que se estienden acia el nacimiento de el Sol y estas dichas tie¬rras, y riberas el solo las obtubo, y poseyo. Heuilath su hermano (doceno hijo de Yectan) señoreo, y tubo por su¬yo todo el espacio de tierra que ay desde Seba y Abimael, asta las costas de el gran mar, donde entra y se contiene el territorio de el Rio Phison, uno de los quatro mayores rios de el Mundo. Para entendimiento de esto dicho, conviene tengo de lenguas me a enseñado y dado a conocer un vo¬cablo común a todas las lenguas mas conocidas de el Mundo,3- y la misma significación y la misma sonancia tiene en estas Yndias en las mas generales lenguas que en ellas ay que son Quichua, y Aymara, la Quichua es la general de las Yngas, y la Aymara se usa en las Prouincias de los Charcas. Es pues el vocablo general, y común á todas lenguas Marcha (ó Marca quitado la H) este vocablo en lengua Francesa, y Ytaliana, y Flamenca, y Alemana y Ungara significa Pro- uincia (o pago de tierra) y lo mismo significa en la lengua Quichua, y Aymara aunque en nra lengua Española esta fuera de el uso, y ansi para usar del le añadimos una silaba antes, y decimos Comarca; que es lo mismo que Marca en las demás lenguas en los demás vocablos, y términos de 3a lengua de estas Yndias, no se que semejanza pueda auer con la lengua Hebrea si no es acaso, y con muy remoto signifi¬cado, ya que el Licenciado quiera tomar esta general por la lengua de los Yndios que el dice, y si entiende por la lengua de nucua España, yo no me entiendo con ella aunque bien se que tan poco son procedidos de Hebreos como estotros de estotra parte meridional a quien llamamos Piru (como mas claro se vera adelante) en quanto decir el Licenciado Juan de el Caño, que el vestido asi mesmo da testimonio que de¬cienden los Yndios de Hebreos Judios tanpoco á lugar ni es buena razón: porque son muchos y muy diuersos los trn- ges que en este nuebo Mundo usan los Yndios, y el que mas, y mas pulido es en todas las Yndias antes da indicio de ser invención de gente holgazona, y perezosa, y que procura escusar hechura, y costuras, que no de que tenga decendencia de gente sutil, y pulitica como ansido, y fueron los Judios, y quisiera yo que particularizara nr” Licenciado de que nación de Yndios de las muchas que ay aca, se auia de entender lo de las lenguas, y lo de los vestidos, pues es ansi que mas de la mitad de los Yndianos (en general ablan¬do) aun asta el dia de oi andan desnudos como nacieron msi varones como mugeres. En lo que dice el Doctissimo que a esta parte de el Mundo á llegado noticia de la predica¬ción Euangelica ansi pasa pero fue tan poca la que se tubo; y tanpoco lo que duro en estas partes el buen Nuncio de tan saludable nueba que apenas fue visto quando despa¬recido como mas largo lo trataremos en su lugar que será en la tercera parte de esta nra Miscelánea y ansi mesmo trataremos mas largo de sus trages y vestidos. Por aora lo dicho vasta para que se sepa y entienda no auer sido estos naturales procedidos de Cartagineses ni de Judios ni de Aphricanos sino de el Patriarca Ophir hijo de Yectan como queda dicho venidos a esta parte de el Mundo, por el cami¬no, y viage que se dirá.
Cap. 6 – de donde se prueba auerse tenido noticia de este Piru en tiempo de los Reyes de Ysrael, y auerse llamado Piru y del origen de este nombre, y de otras cosas notables, y dignas de saberse.
En el Capitulo 39 de esta segunda parte queda todo co¬mo la porcion y heredad que de el Mundo les cupo á los hijos de Yectan fue desde Mesa asta Sephar Monte Oriental. Acerca de esta repartición de que ninguno (de quantos asta oy an escrito o tratado) dice el Doctor Arias Montano en el mismo volumen primero de el aparato de la sacra Biblia Real cerca de el fin de el Cap. 99 estas palabras. Desde que aquel lugar (de el apartamiento) Ophir fue el que mas lexos se aparto, caminando según las marinas, y costas de el gran mar donde se muestran anchas, y larguísimas tierras, que se estienden acia el nacimiento de el Sol y estas dichas tie¬rras, y riberas el solo las obtubo, y poseyo. Heuilath su hermano (doceno hijo de Yectan) señoreo, y tubo por su¬yo todo el espacio de tierra que ay desde Seba y Abimael, asta las costas de el gran mar, donde entra y se contiene el territorio de el Rio Phison, uno de los quatro mayores rios de el Mundo. Para entendimiento de esto dicho, conviene traygamos á la memoria á el Lector curioso lo que trata¬mos en el Cap. 2° de la primera parte de esta obra, y deue- sele acordar, como Ábimael, y a Seba les cupo en suerte y heredad de el Mundo las unas, y otras vertientes de los Montes Caucasos, y todo lo que en ellos; y sus valles, y faldas podia ser auitado, y desde la parte Meridional que comien¬za á allanar la tierra asta las costas de el Mar que llamamos Yndico (en aquel espacio que en nros tiempos se llama costa de Véngala) cayo en suerte á Heuilath. Y lo marítimo (y las Yslas mas cercanas) a nro Ophir de quien el mismo Doc¬tor Montano dice mas adelante. Finalmente este Ophir (que antes nombramos) producio y dio gentes, y nombre (to¬mado de el Suyo) a toda la costa continuada con el gran mar, y mas adelante á dos regiones interpuestas entre dos mares aunque ellas muy estendidas, y largas, y entre si dis¬tantes. De las quales dos Regiones asta el tiempo de Salo- mon (y mucho despues) tubieron enteramente el nombre de Ophir. El qual nombre a poco tiempo despues fue mu¬dado y desde a la una parte, y otra de estas dichas tierras el nombre que arriba queda escripto de manera que a cada parte de estas fue llamada Piru, porque en lo Hebreo se po¬ne en pronunciación dual, que es Peruain, o Paruain aeri- uandose de Ophir, ó de opire, y aun estas dichas regiones (en el tiempo que se escreuian la Historia Paralipomenon) aun se llamauan Piru en aquellos lugares de la dicha sagra¬da historia 2* parali c. 3, y c. 9 lo dicho es de el Doctor Benedicto Arias Montano deuemos de entender que por discurso de largos años, por accidencias de varios aconte¬cimientos, por sobrada abundancia de propagación, vinie¬ron los descendientes deste Patriarca á hallar aquella tierra a manera de isthumo (que es interpuesta entre dos mares), y ella angosta, y larga, y tal como la aliamos en nros tiempos, esta que llamamos Yndias de cuya postura se ará mención adelante. Y respondiendo a una tacita obgeccion que se pue¬de ofrecer diciendo que este nombre Piru; quando los
(2) Ofrecer.
Españoles vinieron á estos Reynos, se lo pusieron, porque antes que ellos viniesen quando se governaba por los Reyes Yngas Jamas se tuvo noticia de tal nombre, y menos fue conocido ni nombrado tal apellido en la otra parte que quiere Montano que también sea Piru; que es la nueba Es¬paña, tierra eslabonada, y continuada, con la que llamamos Piru: antes ay opinion de algunos Escriptores nuestros auerse llamado Piru de Piura una gran pobiacion que alia¬ron los Españoles en su entrada en la Prouincia de Tanga- rara donde so pobla la primera Ciudad de estos Reynos, a quien llamaron Sant Miguel de Piura, y que de este Pueblo se deriuo el nombre de Piru, á este Reyno todo. Y respon¬diendo digo que es verdad que tal nombre no se tuuo no¬ticia en este Reyno entre los naturales de el, y menos se diuio tener en nueba España, y esto no es inconveniente, para que dejase por esa razón de auer sido el mismo antiguo Piru de que hace mension el Sagrado Texto, egemplo de esto tenemos en nra España, que con ser gente menos barbara que esta de las Yndias, la de el Reyno de Toledo si le pre¬guntasen quien fueron antiguamente los Carpentaneos no lo sabrían decir, si ya no fuesen hombres versados en las antiguas escripturas, porque tal es la condicion de el tiem¬po: mas bolviendo a proseguir mi respuesta, á la objeccion puesta es verdad: y pasa ansi que á las espaldas de la Ciu¬dad de Ancerma de la gouernacion de Popayan nace un cau¬daloso rio que con dorado, y apresurado curso desagua en el golfo de S. Miguel, que es en este Mar de el Sur por aquella parte que Vasco Núñez de Valvoa lo descubrió (el tiempo que adelante veremos) al qual rio llamaron siempre los naturales Buru, ó Piru, y de soldados que entraron en el Darien (con el adelantado Valvoa) he oído yo que la noti¬cia grande que se tuuo siempre de la riqueza de este Rio Piru dio motiuo, y aliento á Francisco Pizarro, y á Diego de Almagro (soldados de aquella tierra) y á Pedro de Lu- que Clérigo, de pedir y pretender esta empresa, y debajo de este nombre Piru, se pretendió, y se siguió, y se comen- traygamos á la memoria á el Lector curioso lo que trata¬mos en el Cap. 29 de la primera parte de esta obra, y deue- sele acordar, como Abimael, y a Seba les cupo en suerte y heredad de el Mundo las unas, y otras vertientes de los Montes Caucasos, y todo lo que en ellos; y sus valles, y faldas podia ser auitado, y desde la parte Meridional que comien¬za á allanar la tierra asta las costas de el Mar que llamamos Yndico (en aquel espacio que en n1″09 tiempos se llama costa de Véngala) cayo en suerte á Heuilath. Y lo maritimo (y las Yslas mas cercanas) a nro Ophir de quien el mismo Doc¬tor Montano dice mas adelante. Finalmente este Ophir (que antes nombramos) producio y dio gentes, y nombre (to¬mado de el Suyo) a toda la costa continuada con el gran mar, y mas adelante á dos regiones interpuestas entre dos mares aunque ellas muy estendidas, y largas, y entre si dis-tantes. De las quales dos Regiones asta el tiempo de Salo- mon (y mucho despues) tubieron enteramente el nombre de Ophir. El qual nombre a poco tiempo despues fue mu¬dado y desde a la una parte, y otra de estas dichas tierras el nombre que arriba queda escripto de manera que a cada parte de estas fue llamada Piru, porque en lo Hebreo se po¬ne en pronunciación dual, que es Peruain, o Paruain deri- uandose de Ophir, ó de opire, y aun estas dichas regiones (en el tiempo que se escreuian la Historia Paralipomenon) aun se llamauan Piru en aquellos lugares de la dicha sagra¬da historia 2? parali c. 3, y c. 9 lo dicho es de el Doctor Benedicto Arias Montano deuemos de entender que por discurso de largos años, por accidencias de varios aconte¬cimientos, por sobrada abundancia de propagación, vinie¬ron los descendientes deste Patriarca á hallar aquella tierra a manera de isthumo (que es interpuesta entre dos mares), y ella angosta, y larga, y tal como la aliamos en nro* tiempos, esta que llamamos Yndias de cuya postura se ará mención adelante. Y respondiendo a una tacita obgeccion que se pue¬de ofrecer diciendo que este nombre Piru; quando los
(!) Ofrecer.
Españoles vinieron á estos Reynos, se lo pusieron, porque antes que ellos viniesen quando se governaba por los Reyes Yngas Jamas se tuvo noticia de tal nombre, y menos fue conocido ni nombrado tal apellido en la otra parte que quiere Montano que también sea Piru; que es la nueba Es¬paña, tierra eslabonada, y continuada, con la que llamamos Piru: antes ay opinion de algunos Escriptores nuestros auerse llamado Piru de Piura una gran poblacion que alia¬ron los Españoles en su entrada en la Prouincia de Tanga- rara donde so pobla la primera Ciudad de estos Reynos, a quien llamaron Sant Miguel de Piura, y que de este Pueblo se deriuo el nombre de Piru, á este Reyno todo. Y respon¬diendo digo que es verdad que tal nombre no se tuuo no¬ticia en este Reyno entre los naturales de el, y menos se diuio tener en nueba España, y esto no es inconveniente, para que dejase por esa razón de auer sido el mismo antiguo Piru de que hace mension el Sagrado Texto, egemplo de esto tenemos en nra España, que con ser gente menos barbara que esta de las Yndias, la de el Reyno de Toledo si le pre¬guntasen quien fueron antiguamente los Carpentaneos no lo sabrian decir, si ya no fuesen hombres versados en las antiguas escripturas, porque tal es la condicion de el tiem¬po: mas bolviendo a proseguir mi respuesta, á la objeccion puesta es verdad: y pasa ansi que á las espaldas de la Ciu¬dad de Ancerma de la gouernacion de Popayan nace un cau¬daloso rio que con dorado, y apresurado curso desagua en el golfo de S. Miguel, que es en este Mar de el Sur por aquella parte que Vasco Núñez de Valvoa lo descubrió (el tiempo que adelante veremos) al qual rio llamaron siempre los naturales Buru, ó Piru, y de soldados que entraron en el Darien (con el adelantado Valvoa) he oido yo que la noti¬cia grande que se tuuo siempre de la riqueza de este Rio Piru dio motiuo, y aliento á Francisco Pizarro, y á Diego de Almagro (soldados de aquella tierra) y á Pedro de Lu- que Clérigo, de pedir y pretender esta empresa, y debajo de este nombre Piru, se pretendió, y se siguió, y se comen¬zo, y se prosiguio; y ansi lo que se descubrió se llamo Piru; por ser toda una misma costa continuada, y no prorrum¬pida con otro algún mar. Presupuesto esto es cosa posible, y conforme á razón, y que no core incombeniente auer retenido sola aquella parte de tierra, ó solo aquel Rio, ó sus nacimientos, ó riberas, ó territorio el antiguo apellido de Piru, como vemos en nra España, que aunque Aragón á perdido el nombre de Hibernia (heredad por Ybero su antiguo Rey como lo tratamos en el Capit. 1 de esta se-gunda parte) el Rio Ebro (que de el mismo Rey lo tomo) lo a retenido y guardado con muy poca, y casi insensible corupcion, y lo mesmo diuio acontecer en estos naturales primeros, que de todo punto se olvidaron de su primer nombre, y solo se vino á conseruar en el lugar dicho: como parece también querer ser el citado Doctor Montano, don¬de dice que auiendose poblado una Región; de este nuebo Orbe en nombre de lectan padre de nuestro Ophir, y en reuerencia de el nombre paterno a durado, y conseruadose asta lo presente que es aquella Península que hacen estas Yndias sobre el mar de el Norte a quien llamamos Ju Da¬tan (*) que si consonancias de nombres valen por testigos para la verdad: no la da pequeña este con la semejanza de lectan. Y porque conuiene á la capitulación que se tiene he¬cha entre nra obra, y su nombre dejaremos por aora de traer mas razones para ratificar lo dicho, y concluyamos con que nuestros naturales Yndianos Orientales, y Occidentales, son derechamente Ophiritas, venidos á esta parte de Mundo, por las causas, y tiempos que diremos. Pues es cosa aueri- guada que abran pasado grandes cosas entre naciones de tan¬ta cantidad, y multitud, y discurso de tan largos Siglos, de las quales sus descendientes, no ternan ni an tenido noticia, para poderla dar á nosotros por carecer como esta dicho de el fructuoso uso de las letras las quales siempre an ignorado los Yndianos excepto algunos Orientales que an usado de largos tiempos á esta parte ciertas pinturas, ó caracteres que
(!) Yucatán.
mas se pueden llamar figuras geroglificas que no letras por su estraña hechura, y significado, y manera de proceder. En estas figuras, letras, ó caracteres sean hallado escripias algunas antiguallas suyas subcedidas á sus antepassados, mas van, y an ido estas tan mezcladas con fabulas, y cuentos ridiculos, que apenas se puede de ellas colegir la verdad, mas con la escasa lumbre que de estas Ystorias Yndianas (malescritas, y peor verificadas) se pudiere tomar (aiudada de unos verisímiles muy conformados con buena razón) yremos texendo nra tela, y sacaremosla acabada para que de ella pueda cortar cada uno según la medida de su enten¬dimiento, y intención. Degemos las naciones Ophiricas multiplicar en la Yndia, y sus inmensas Yslas cundan y hinchan aquella parte de Mundo asta que boluamos á ellas de mano armada, para que comiencen á conocer nuebos mares, y nuebas tierras, y a sentir nuebas acciones, y nuebos sentimientos emanados, y procedidos de no conocidos tem¬peramentos: y de no vistas estrellas como suele acontecer á los que mouidos con el temor de las enemigas armas huien la muerte sin darle el miedo lugar a elegir á su voluntad el escondrijo que le sea saludable pues es ansi que todos los temores vence el de la muerte. En paz, y quietud se auian conseruado las gentes Orientales que abitaron desde el Hi- daspes rio celebrado hacia la parte de donde viene el dia, que aunque lo que ai de alli asta las Arabias (no conocidas entonces por este nombre) ardia en guerras, y tiranias no auia esta llama salteado sus casas, asta que siendo á el Mun¬do mas notorias las riquezas de que el Cielo docto aquella región se encendió en los potentes una insaciable llama de cubdicia poderosa para descncasar a los aborigénes de aque¬llas heredades propias, y traerlos vagabundos, y fugitivos, por los senos de el Mar buscando en el lo mas oculto aunque un bien tuvieron los primeros remouidos que fue no llegar a Región donde pudiesen llamarse Tyranos ni usurpadores de agenas tierras, porque todas las Yslas aliaron desiertas: sin tener abitadores, y ansi en todas ellas eran ellos los pri- zo, y se prosiguio; y ansi lo que se descubrió se llamo Piru; por ser toda una misma costa continuada, y no prorrum¬pida con otro algún mar. Presupuesto esto es cosa posible, y conforme á razón, y que no core incombeniente auer retenido sola aquella parte de tierra, ó solo aquel Rio, ó sus nacimientos, ó riberas, ó territorio el antiguo apellido de Piru, como vemos en nr” España, que aunque Aragón á perdido el nombre de Hibernia (heredad por Ybero su antiguo Rey como lo tratamos en el Capit. 1 de esta se-gunda parte) el Rio Ebro (que de el mismo Rey lo tomo) lo a retenido y guardado con muy poca, y casi insensible corupcion, y lo mesmo diuio acontecer en estos naturales primeros, que de todo punto se olvidaron de su primer nombre, y solo se vino á conseruar en el lugar dicho: como parece también querer ser el citado Doctor Montano, don¬de dice que auiendose poblado una Región; de este nuebo Orbe en nombre de lectan padre de nuestro Ophir, y en reuerencia de el nombre paterno a durado, y conseruadose asta lo presente que es aquella Peninsula que hacen estas Yndias sobre el mar de el Norte a quien llamamos Ju Da¬tan (‘) que si consonancias de nombres valen por testigos para la verdad: no la da pequeña este con la semejanza de lectan. Y porque conuiene á la capitulación que se tiene he¬cha entre nr:l obra, y su nombre dejaremos por aora de traer tnas razones para ratificar lo dicho, y concluyamos con que nuestros naturales Yndianos Orientales, y Occidentales, son derechamente Ophiritas, venidos á esta parte de Mundo, por las causas, y tiempos que diremos. Pues es cosa aueri- guada que abran pasado grandes cosas entre naciones de tan¬ta cantidad, y multitud, y discurso de tan largos Siglos, de las quales sus descendientes, no ternan ni an tenido noticia, para poderla dar á nosotros por carecer como esta dicho de el fructuoso uso de las letras las quales siempre an ignorado los Yndianos excepto algunos Orientales que an usado de largos tiempos á esta parte ciertas pinturas, ó caracteres que
(l) Yucatán.
mas se pueden llamar figuras geroglificas que no letras por su estraña hechura, y significado, y manera de proceder. En estas figuras, letras, ó caracteres sean hallado escriptas algunas antiguallas suyas subcedidas á sus antepassados, mas van, y an ido estas tan mezcladas con fabulas, y cuentos ridiculos, que apenas se puede de ellas colegir la verdad, mas con la escasa lumbre que de estas Ystorias Yndianas (malescritas, y peor verificadas) se pudiere tomar (aiudada de unos verisímiles muy conformados con buena razón) yremos texendo nm tela, y sacaremosla acabada para que de ella pueda cortar cada uno según la medida de su enten¬dimiento, y intención. Degemos las naciones Ophiricas multiplicar en la Yndia, y sus inmensas Yslas cundan y hinchan aquella parte de Mundo asta que boluamos á ellas de mano armada, para que comiencen á conocer nuebos mares, y nuebas tierras, y a sentir nuebas acciones, y nuebos sentimientos emanados, y procedidos de no conocidos tem¬peramentos: y de no vistas estrellas como suele acontecer ;? los que mouidos con el temor de las enemigas armas huien la muerte sin darle el miedo lugar a elegir á su voluntad el escondrijo que le sea saludable pues es ansi que todos los temores vence el de la muerte. En paz, y quietud se auian conseruado las gentes Orientales que abitaron desde el Hi- daspes rio celebrado hacia la parte de donde viene el dia, que aunque lo que ai de alli asta las Arabias (no conocidas entonces por este nombre) ardia en guerras, y tiranías no auia esta llama salteado sus casas, asta que siendo á el Mun¬do mas notorias las riquezas de que el Cielo docto aquella región se encendió en los potentes una insaciable llama de cubdicia poderosa para descncasar a los aborígenes de aque¬llas heredades propias, y traerlos vagabundos, y fugitivos, por los senos de el Mar buscando en el lo mas oculto aunque un bien tuvieron los primeros remouidos que fue no llegar a Región donde pudiesen llamarse Tyranos ni usurpadores de agenas tierras, porque todas las Yslas aliaron desiertas: sin tener abitadores, y ansi en todas ellas eran ellos los pri¬meros moradores. Mas no empero las allauan vacias, y deso¬cupadas, de bestias fieras, y salvaginas silvestres; porque co faltauan Leones, Tigres, Osos, Elefantes, Renocerontes, y otras bestias monstruosas nacidas en el Mundo para espan¬to, y pauor de los hombres, y muchas veces para instru¬mento que Dios toma para nro castigo. Aqui se ofrece una dubda que podra preguntar el que fuere curioso, y decir si es verdad (como lo es) que en el diluvio general pereció toda cosa que tenia mouimiento sobre la tierra, y ella de por si no es poderosa para procrear ni hacer producir de su putrefacción animales perfectos como son los ya nombra¬do, como pudo ser que en las Yslas metidas en el mar de- samcompañadas de la tierra firme, huuiese ni se pudiese aliar esa suerte de bestias fieras, quien las lleuo alli? por donde fueron? como entraron en tierra cercada de tanta distancia de agua? á esto respondere en el siguiente Capitulo sometido ál Juicio mejor.
Cap. 7. que pudo auer caido en las Yslas animales de la Región de el ayre; donde se traen muchos, y raros acontecimientos en esta materia con muchas razo¬nes naturales gustosas.
Conclusión es aueriguada de Philosophos Mathematicos, y Phisicos especulativos, que todos los cuerpos que á cons-tituido la naturaleza (por comision de la causa primera que es Dios) ó son compuestos (ansi como el hombre, el vruto las plantas, y piedras) ó son simples ansi como los elementos, y Cielos. En estos últimos no ay corrupción, porque no ay generación, y ansi no tememos que tratar de ellos (a lo menos en la contienda mouida), ponen otras tres especies inperfectas de cuerpos compuestos. La prime¬ra es los vapores, y exalaciones. La segunda las impresiones de fuego, y agua. La tercera los metales, y sus mineros en las entrañas de su madre. En estos tres generos de cuerpos estampan, y imprimen las estrellas la fuerza de sus efectos (quedando siempre libre y agente la fuerza de la influen¬cia) . Los vapores, y exalaciones, son unos subtiles cuerpos (abstraidos por la virtud de el Cielo, y sus Estrellas) de la tierra y aguas, y de alli subidos, y trasladados á la Región de el aire unas veces, mas, y otras menos según la dispusicion de las Regiones, de que aora no conviene tratar. La dife¬rencia que estos cuerpos extraídos tienen entre si, es que el vapor es caliente y húmedo (y esto es llamado vulgar¬mente niebla) la exalacion es caliente y seca con una cierta untuosidad, y algunas veces acompañada de una cierta hu- midad, que le prouiene de la naturaleza de el lugar ó parte de donde se leuanta. Quando estas dos diferencias de cuer¬pos abstraydos (si ansi se pueden llamar) se alteran en el ayre, resulta la segunda especie de cuerpos mixtos imper¬fectos ansi como las impresiones de fuego, y agua, y de las mismas alteraciones procede también la tercera especie que dige ser los minerales que están enterrados en la tierra, este esquadron de vapores, y exalaciones, y asistencia de estrellas influentes son causas naturales de la generación, y corrupción en las cosas engendrables y corruptibles quando los tales vapores y exalaciones se eleuan causan va¬rios efectos según son varias las accidencias de sus tempe¬ramentos, y las concurencias de las estrellas que con estas influien, y dejando las diferentes generaciones que las tales alteraciones, y conmisciones suelen resultar, vengamos al final paradero de nro intento: digo que los naturales afir¬man que puede acontecer (y ansi sea visto) que por ser tanta la fuerza de la miscion de estas exalaciones, vapores y estrellas, y por traer tan proporcionadas las partes necesarias para los tales efectos an venido de las nubes al suelo cosas montruosas (y aun pudiera decir increibles si varones tan graues, y de tan aprouada autoridad no lo afirmaran). Julio obsequente varón grauisimo escriptor Romano: afirma que en tiempo de Luscio Cipion, y Cayo lelio en un lugar de Ytalia llamado Nursia cayeron del Cielo muchas aguas sin meros moradores. Mas no empero las allauan vacias, y deso¬cupadas, de bestias fieras, y salvaginas silvestres; porque no faltauan Leones, Tigres, Osos, Elefantes, Renocerontes, y otras bestias monstruosas nacidas en el Mundo para espan¬to, y pauor de los hombres, y muchas veces para instru¬mento que Dios toma para nro castigo. Aqui se ofrece una dubda que podra preguntar el que fuere curioso, y decir si es verdad (como lo es) que en el diluvio general pereció toda cosa que tenia mouimiento sobre la tierra, y ella de por si no es poderosa para procrear ni hacer producir de su putrefacción animales perfectos como son los ya nombra¬do, como pudo ser que en las Yslas metidas en el mar de- samcompañadas de la tierra firme, huuiese ni se pudiese aliar esa suerte de bestias fieras, quien las lleuo alli? por donde fueron? como entraron en tierra cercada de tanta distancia de agua? á esto respondere en el siguiente Capitulo sometido ál Juicio mejor.
Cap. 7. que pudo auer caído en las Yslas animales de la Región de el ayre; donde se traen muchos, y raros acontecimientos en esta materia con muchas razo¬nes naturales gustosas.
Conclusión es aueriguada de Philosophos Mathematicos, y Phisicos especulativos, que todos los cuerpos que á cons-tituido la naturaleza (por comision de la causa primera que es Dios) ó son compuestos (ansi como el hombre, el vruto las plantas, y piedras) ó son simples ansi como los elementos, y Cielos. En estos últimos no ay corrupción, porque no ay generación, y ansi no tememos que tratar de ellos (a lo menos en la contienda mouida), ponen otras tres especies inperfectas de cuerpos compuestos. La prime¬ra es los vapores, y exalaciones. La segunda las impresiones de fuego, y agua. La tercera los metales, y sus mineros en las entrañas de su madre. En estos tres generos de cuerpos estampan, y imprimen las estrellas la fuerza de sus efectos (quedando siempre libre y agente la fuerza de la influen¬cia). Los vapores, y exalaciones, son unos subtiles cuerpos (abstraídos por la virtud de el Cielo, y sus Estrellas) de la tierra y aguas, y de alli subidos, y trasladados á la Región de el aire unas veces, mas, y otras menos según la dispusicion de las Regiones, de que aora no conviene tratar. La dife¬rencia que estos cuerpos extraídos tienen entre si, es que el vapor es caliente y húmedo (y esto es llamado vulgar¬mente niebla) la exalacion es caliente y seca con una cierta untuosidad, y algunas veces acompañada de una cierta hu- midad, que le prouiene de la naturaleza de el lugar ó parte de donde se leuanta. Quando estas dos diferencias de cuer¬pos abstraydos (si ansi se pueden llamar) se alteran en el ayre, resulta la segunda especie de cuerpos mixtos imper¬fectos ansi como las impresiones de fuego, y agua, y de las mismas alteraciones procede también la tercera especie que dige ser los minerales que están enterrados en la tierra, este esquadron de vapores, y exalaciones, y asistencia de estrellas influentes son causas naturales de la generación, y corrupción en las cosas engendrables y corruptibles quando los tales vapores y exalaciones se eleuan causan va¬rios efectos según son varias las accidencias de sus tempe¬ramentos, y las concurencias de las estrellas que con estas infl uien, y dejando las diferentes generaciones que las tales alteraciones, y conmisciones suelen resultar, vengamos al final paradero de nr” intento: digo que los naturales afir¬man que puede acontecer (y ansi sea visto) que por ser tanta la fuerza de la miscion de estas exalaciones, vapores y estrellas, y por traer tan proporcionadas las partes necesarias para los tales efectos an venido de las nubes al suelo cosas montruosas (y aun pudiera decir increibles si varones tan graues, y de tan aprouada autoridad no lo afirmaran). Julio obsequente varón grauisimo escriptor Romano: afirma que en tiempo de Luscio Cipion, y Cayo lelio en un lugar de Ytalia llamado Nursia cayeron del Cielo muchas aguas sin auer nubes ni señal alguna de llouer, y el mismo dice que en tiempo de Marco Mésala, y Cayo liuo Cónsules, en la – marca de Ancona (llamada Picenio) llouieron de el Cielo piedras, y llamas de fuego formadas de tan promto efecto que quemo las vestidurás de muchos con pequeño soplo de viento, y que siendo Cónsules Marco Claudio, y Quinto Fabio Labieno, nació lana sobre los arboles, y Plinio en su natural historia afirma que siendo Cónsul Marco Acilio llouio de el Cielo leche y sangre: y aun dice que algunas veces llouio carne lo qual no se corrompía ni dañaba, y dice mas que el año antes, que Marco Craso emprendiesse la infelice jornada de los partos en los campos de Lucania llouio yerro, y que junto ál Castillo Carisano llouio Lana y también dice auerse visto llouer ladrillos cocidos, que no es de menos admiración, y vieron caer de el Sol una gran piedra, y oirse en las nubes rumor y estrepito de armas, y de bocinas, y en nra España (reynando en ella Don Juan el Segundo, año de 1438) en una Villa llamada Maderuelo llouieron piedras de las nubes tamañas como piedras al- moadas, y de ello se tomo testimonio, y muy común cosa es en estas Yndias aver llouido Sardinas en Timana Pueblo distante de la mar mas de ciento, y cinquenta leguas y tam¬bién en Rio Bamba (Prouincia de Quito) sea visto caer de las nubes pedazos de carne. Y sea visto también caer de las mismas nubes grandes pedazos de Yerro, y Cobre; y probando a quererlo fundir no a dado su naturaleza llugar a ello, asta auerlo acompañado con oro pimente, y con pie- drasufre, y nadie deue marauillarse de los tales efectos de naturaleza: pues se pueden aliar otros mayores de que ad-mirarse. Y Titelman (cuya grauedad y opinion esta muy recebida) dice en su Philosophia, que sean visto caer de la media Región de el ayre, muchos animales y entre ellos ve- cerros. Todo lo qual presupuesto vengamos á el Punto, y digamos que como en aquellos Siglos primeros (poco des¬pues de el diluvio) estuuiessen los agentes naturales con la entereza de su fuerzas, y mucho mas en aquellas partes donde el trato, y concurso de los hombres no auia alterado eí temperamento natural y primitiuo de su constelación es muy conforme á razón (y contra esta decir lo contrario) que se verian, y sucederían algunos destos efectos de las potencias, y acciones de los vapores, y exalaciones, y in¬fluencias de Estrellas, signos, y plantas: cuya fuerza y Juris- dicion no se les puede negar sobre los cuerpos inferiores dige que el trato, y concurso de los hombres no auian en aquel Siglo alterado el temperamento natural, y primitiuo de las gentes naturales; porque la experiencia nos enseña que quando una Prouincia esta disierta, y fuera de conver¬sación de hombres, tiene mas rigurosos, y menos sanos sus vientos: mas impencibles, y nosciuas son sus nieblas, mas penetrantes sus serenos, serotinos, y matutinos, y finalmen¬te esta mas obpuesto, y contrarío su temperamento, á la salud de los hombres; mas luego que la tal Prouincia, y parte de tierra es poblada, tratada, y conversada va poco a poco perdiendo aquel rigor y manera de influir, primero porque el vapor (o bacho (x), y anhélito de los hombres) aunque nos parezca en poca cantidad para efectos tan grandes: megclado con las subtiles exalaciones y vapores terrestres alteran su naturaleza en cierta manera y enoble- cen su influir el de las Estrellas alli predominantes, exemplo tenemos de esto en muchos Pueblos, que de nuebo sean poblado en nra España: en los quales an muerto muchas personas asta que con la humana asistencia sean mejorado las influencias. La Ysla Española cruel omicida fue de la nación nra, y ya la alian menos rigurosa. Sant Juan de Lúa en la nueba España, nombre de Dios, y Panama (en la tie-rra firme de estas Yndias) demás inclemente Cielo fue para los primeros, que no lo es en estos tiempos, y cada dia irán perdiendo el rigor, y haciéndose mas tractable. En Popayan, y su territorio no caen aora tantos rayos, como ál princi¬pio. Finalmente de lo dicho sacaremos que el trato, y con¬curso de los hombres, y las cosas á ellos necesarias, y útiles.
(*) vaho.
auer nubes ni señal alguna de llouer, y el mismo dice que en tiempo de Marco Mésala, y Cayo liuo Cónsules, en la ‘ marca de Ancona (llamada Picenio) llouieron de el Cielo piedras, y llamas de fuego formadas de tan promto efecto que quemo las vestiduras de muchos con pequeño soplo de viento, y que siendo Cónsules Marco Claudio, y Quinto Fabio Labieno, nació lana sobre los arboles, y Plinio en su natural historia afirma que siendo Cónsul Marco Acilio llouio de el Cielo leche y sangre: y aun dice que algunas veces llouio carne lo qual no se corrompía ni dañaba, y dice mas que el año antes, que Marco Craso emprendiesse la infelice jornada de los partos en los campos de Lucania llouio yerro, y que junto ál Castillo Carisano llouio Lana y también dice auerse visto llouer ladrillos cocidos, que no es de menos admiración, y vieron caer de el Sol una gran piedra, y oirse en las nubes rumor y estrepito de armas, y de bocinas, y en nru España (reynando en ella Don Juan el Segundo, año de 1438) en una Villa llamada Maderuelo llouieron piedras de las nubes tamañas como piedras al- moadas, y de ello se tomo testimonio, y muy común cosa es en estas Yndias aver llouido Sardinas en Timana Pueblo distante de la mar mas de ciento, y cinquenta leguas y tam¬bién en Rio Bamba (Prouincia de Quito) sea visto caer de las nubes pedazos de carne. Y sea visto también caer de las mismas nubes grandes pedazos de Yerro, y Cobre; y probando a quererlo fundir no a dado su naturaleza Uugar a ello, asta auerlo acompañado con oro pimente, y con pie- drasufre, y nadie deue marauillarse de los tales efectos de naturaleza: pues se pueden aliar otros mayores de que ad¬mirarse. Y Titelman (cuya grauedad y opinion esta muy recebida) dice en su Philosophia, que sean visto caer de la media Región de el ayre, muchos animales y entre ellos ve- cerros. Todo lo qual presupuesto vengamos á el Punto, y digamos que como en aquellos Siglos primeros (poco des¬pues de el diluvio) estuuiessen los agentes naturales con la entereza de su fuerzas, y mucho mas en aquellas partes donde el trato, y concurso de los hombres no auia alterado ei temperamento natural y primitiuo de su constelación es muy conforme á razón (y contra esta decir lo contrario) que se verían, y sucederian algunos destos efectos de las potencias, y acciones de los vapores, y exalaciones, y in¬fluencias de Estrellas, signos, y plantas: cuya fuerza y Juris- dicion no se les puede negar sobre los cuerpos inferiores dige que el trato, y concurso de los hombres no auian en aquel Siglo alterado el temperamento natural, y primitiuo de las gentes naturales; porque la experiencia nos enseña que quando una Prouincia esta disierta, y fuera de conver¬sación de hombres, tiene mas rigurosos, y menos sanos sus vientos: mas impencibles, y nosciuas son sus nieblas, mas penetrantes sus serenos, serotinos, y matutinos, y finalmen¬te esta mas obpuesto, y contrario su temperamento, á la salud de los hombres; mas luego que la tal Prouincia, y parte de tierra es poblada, tratada, y conversada va poco a poco perdiendo aquel rigor y manera de influir, primero porque el vapor (o bacho (*), y anhélito de los hombres) aunque nos parezca en poca cantidad para efectos tan grandes: mezclado con las subtiles exalaciones y vapores terrestres alteran su naturaleza en cierta manera y enoble- cen su influir el de las Estrellas alli predominantes, exemplo tenemos de esto en muchos Pueblos, que de nuebo sean poblado en nr” España: en los quales an muerto muchas personas asta que con la humana asistencia sean mejorado las influencias. La Ysla Española cruel omicida fue de la nación n™, y ya la alian menos rigurosa. Sant Juan de Lúa en la nueba España, nombre de Dios, y Panama (en la tie¬rra firme de estas Yndias) demás inclemente Cielo fue para los primeros, que no lo es en estos tiempos, y cada dia irán perdiendo el rigor, y haciéndose mas tractable. En Popayan, y su territorio no caen aora tantos rayos, como ál princi¬pio. Finalmente de lo dicho sacaremos que el trato, y con¬curso de los hombres, y las cosas á ellos necesarias, y útiles.
(‘) vaho.
Assi como varias suertes de ganados, y bestias tiemplan, y alteran el influxo de las estrellas, y la calidad de las exala-> ciones y vapores abstraydas por ellas de la tierra, y leuan- tadas á la alta Región de el ayre, todo lo qual se ueya en aquellas Yslas nuebamente conocidas de nuestros Ophiritas las quales yban hinchendo en los principios de su amplia-ción. De aqui coligieron algunos que como en los primeros tiempos obrasen con excelente rigor en las exalaciones, y vapores, las estrellas, y planetas dispuniendolas para efectos corespondientes á ellas se pudieron procrear en las Yslas remotissimas algunas bestias fieras, o prodigiosamente caer de la media Región de el ayre por voluntad de Dios, y co¬menzar a prolificar. Aunque otros tienen auer pasado des¬pues de el diluvio nadando por los angostos ystmos. Otros afirman que quando aquellas especies de animales, descen¬dientes de los que Noe guardo del diluvio universal en el arca, y semejantes a ellos comenzaron a cundir por el uni- berso, las Islas donde se aliaron, y alian aunque aora están apartadas de la tierra firme entonces estauan continuadas, y sino esto no separadas muy lejos con grandes profundi¬dades. No auiendolas entonces donde oy las vemos porque las alteraciones de el tiempo que todo lo hace, ynstable, y las alteraciones y mudamientos que la tierra, y el mar han hecho (como lo tratamos en el 29 Capitulo de la primera parte de esta historia) las dejaron aysladas, y desterradas, y puestas en las tales Yslas donde las iban aliando, y si esto no basta póngase a mas especulación el curioso, y consulte á los que mas saben, que yo, y deme auiso de su auiso, para que con el sane de mi ignorancia: que por aora no se ni me atrebo a decir mas, y volvere la pluma, y mi intento á la desenfrenada furia infernal que la vez primera escanda¬lizo, y inquieto á nuestros Yndianos Ophiritas, y de donde tomo principio su forzosa y violenta peregrinación, como quiera que la de hasta estos tiempos donde aora vamos, era en ellos graciosa, y voluntaria, y encaminada ál fin, y intento que digimos en el Capitulo dice de nuestra primera parte. •
Cap. 8 de la primera guerra del Mundo hecha por Niño Rey de los Babilonios y su madre Semiramis, y de la primera opresion de la gran Yndia Oriental y de la invención de la Magica, y quien fue su Ynven- tor.
Justino (abreuiador de Trogo Pompeyo) dice que en los Siglos primeros no fueron mouidas las guerras, con solo, y ultimado intento de quitar unos Principes a otros sus tierras. Jurisdiciones Vassallos, y haciendas mas solo se or- denauan a una baña obstentacion de su valentía, y pujan¬za: no ay que dudar si no es que antes de el Diluvio huvo guerras, y dissenciones entre los hombres, y no busquemos, y pretendamos mas argumento para prouarlo, sino entender (como entendemos) que auia en aquella edad primera buenos varones Justos, y leales, y auia también malos injus¬tos, y Tyranos (y no parezca que en esto nos contradeci¬mos dejando dicho atras en el Capitulo 49 de la primera parte que Nembroth fue el primer tirano) y donde ay buenos, y malos necesariamente a de auer discordias, y dis¬senciones. Mas aquellas guerras (encaminadas a fin de qui¬tar unos á otros la libertad, la hacienda, las posesiones, los Vassallos, y Reynos). Nembroth (a quien algunos llama¬ron Saturno como trataremos adelante) sin duda las in- troduxo en el Mundo, y de el (juntamente con el Reyno) sucedió en su Nieto Niño hijo de Bello Rey de los Asirios, y ansi lo siente Sant Agustín en sus libros de la Ciudad de Dios, y Justino, Fabio Pictor en sus Chronicas, y no le fue nada menor (en caso de guerrear) su muger Semiramis antes le excedió en valor, animo, y industrias. De esta mu¬ger cuenta Justino que las aues la criaron, y de aquesta fabulosa crianza resulto su nombre. Fue arto mas animo¬sa, y guerrera, que casta, ni onesta. De este Belo fue la primera estatua que se adoro en el Mundo, y como muchas naciones dieron en este yerro llamáronle de muchos nom-
Assi como varias suertes de ganados, y bestias tiemplan, y alteran el influxo de las estrellas, y la calidad de las exala ciones y vapores abstraydas por ellas de la tierra, y leuan- tadas á la alta Región de el ayre, todo lo qual se ueya en aquellas Yslas nuebamente conocidas de nuestros Ophiritas las quales yban hinchendo en los principios de su amplia-ción. De aqui coligieron algunos que como en los primeros tiempos obrasen con excelente rigor en las exalaciones, y vapores, las estrellas, y planetas dispuniendolas para efectos corespondientes á ellas se pudieron procrear en las Yslas remotissimas algunas bestias fieras, o prodigiosamente caer de la media Región de el ayre por voluntad de Dios, y co¬menzar a prolificar. Aunque otros tienen auer pasado des¬pues de el diluvio nadando por los angostos ystmos. Otros afirman que quando aquellas especies de animales, descen¬dientes de los que Noe guardo del diluvio universal en el arca, y semejantes a ellos comenzaron a cundir por el uni- berso, las Islas donde se aliaron, y alian aunque aora están apartadas de la tierra firme entonces estauan continuadas, y sino esto no separadas muy lejos con grandes profundi¬dades. No auiendolas entonces donde oy las vemos porque las alteraciones de el tiempo que todo lo hace, ynstable, y las alteraciones y mudamientos que la tierra, y el mar han hecho (como lo tratamos en el 2° Capitulo de la primera parte de esta historia) las dejaron aysladas, y desterradas, y puestas en las tales Yslas donde las iban aliando, y si esto no basta póngase a mas especulación el curioso, y consulte á los que mas saben, que yo, y deme auiso de su auiso, para que con el sane de mi ignorancia: que por aora no se ni me atrebo a decir mas, y volvere la pluma, y mi intento á la desenfrenada furia infernal que la vez primera escanda¬lizo, y inquieto á nuestros Yndianos Ophiritas, y de donde tomo principio su forzosa y violenta peregrinación, como quiera que la de hasta estos tiempos donde aora vamos, era en ellos graciosa, y voluntaria, y encaminada ál fin, y intento que digimos en el Capitulo dice de nuestra primera parte.
Cap. 8 de la primera guerra del Mundo hecha por Niño Rey de los Babilonios y su m-adre Semiramis, y de la primera opresion de la gran Yndia Oriental y de la invención de la Magica, y quien fue su Ynven- tor.
Justino (abreuiador de Trogo Pompeyo) dice que en los Siglos primeros no fueron mouidas las guerras, con solo, y ultimado intento de quitar unos Principes a otros sus tierras. Jurisdiciones Vassallos, y haciendas mas solo se or- denauan a una baña obstentacion de su valentía, y pujan¬za: no ay que dudar si no es que antes de el Diluvio huvo guerras, y dissenciones entre los hombres, y no busquemos, y pretendamos mas argumento para prouarlo, sino entender (como entendemos) que auia en aquella edad primera buenos varones Justos, y leales, y auia también malos injus¬tos, y Tyranos (y no parezca que en esto nos contradeci¬mos dejando dicho atras en el Capitulo 49 de la primera parte que Nembroth fue el primer tirano) y donde ay buenos, y malos necesariamente a de auer discordias, y dis¬senciones. Mas aquellas guerras (encaminadas a fin de qui¬tar unos á otros la libertad, la hacienda, las posesiones, los Vassallos, y Reynos). Nembroth (a quien algunos llama¬ron Saturno como trataremos adelante) sin duda las in- troduxo en el Mundo, y de el (juntamente con el Reyno) sucedió en su Nieto Niño hijo de Bello Rey de los Asirios, y ansi lo siente Sant Agustin en sus libros de la Ciudad de Dios, y Justino, Fabio Pictor en sus Chronicas, y no le fue nada menor (en caso de guerrear) su muger Semiramis antes le excedió en valor, animo, y industrias. De esta mu¬ger cuenta Justino que las aues la criaron, y de aquesta fabulosa crianza resulto su nombre. Fue arto mas animo¬sa, y guerrera, que casta, ni onesta. De este Belo fue la primera estatua que se adoro en el Mundo, y como muchas naciones dieron en este yerro llamáronle de muchos nom¬bres. Baal, Baalin, Belcebub, Belphejor, y según Beda, to-dos estos nombres son lo mismo que Bello; pero cada na-“* cion lo yba pronunciando conforme á lo que mas se acomo- daua con su lengua sin perder la B. por ser letra que se pega bien á los labios. Boluiendo á Semiramys su nuera; huvo un hijo llamado Niño (ansi como el padre) el qual de deuia subceder en el Reyno, y como en los tiernos años de el hijo muriese el padre temiendose de alguna rebelión en su Reyno, tuvo industria la astuta y sagaz Reyna; para encubrir la muerte de el marido, y disimular su dolor, asta que el Ynfante fue de edad para obtener el Reyno, y ella lo tuvo, y mantubo con tanta paz, y Justicia, que merece por ello nombre. Valerio Máximo dice de esta Señora, que estando ocupada un dia en aderezar y trenzar sus cabellos: ciertos enemigos (que tenian su Ciudad de Babilonia cer¬cada) la entraron de asalto, y como llegase á sus orejas, el ruido, y boces, y fuese informada de lo que en su regalada Ciudada pasaua: saltó á las armas con animo varonil, con la mitad de los cábelos sueltos á el viento, y la otra mitad trenzados (porque el repentino rebato no le dio lugar a mas) y juro, y propuso (y ansi lo cumplió) de no aderezar su cabeza asta ver su Ciudad puesta en su primera libertad. Pues el marido de esta Reyna (que como queda visto fue Niño) fue el primero que a varias Prouincias mouio gue¬rras siendo el promotor que dio entrada en el Mundo á el furor bélico, otros quieren que lo sea el Rey Vexoris, que de Egipto salió hacer guerra á los Scitas, no me quiero de¬tener en la tal aberiguacion mas proseguiré con mi inten¬to, y diré que despues de la muerte de Niño primero, y en vida de Niño segundo Semiramys (la incestuosa muger de entrambos, y madre de el uno) inquieto, y desasogo la Yn¬dia Oriental con pompa y aparato de guerra: porque Suidas Historiador Griego afirma auer juntado egercito de 100 mil peones, y otros tantos hombres de a caballo y en igual numero de hombres en Camellos; sin otra inumerable mul¬titud de bagage, y 10 mil 600 carros de pelear que para en aquellos Siglos parece cosa monstruosa, con parte de este protentoso egercito, (y 3 mil ñaues que fabrico en la Pro¬uincia de Bathria) paso á la Yndia hacer guerra (que jamas se la auia merecido) como lo declaro muy bien el suceso de ella que las mas veces suele ser el Juez arbitro en las injustas empresas. Pareceme no será fuerza fuera de pro¬posito decir en este lugar que tierra sea esta de Bathria, y quien su primero Rey, y como se pudo alli acer tan gran flo¬ta, y pasar con ella á la Yndia; porque con la variación de las Historias se suelen mas delectar nuestros ánimos.
La Prouincia de Batria es numerada entre las que per¬tenecen á la mayor Asia (según Pomponio Mela de situ Orbis) su asiento esta entre los altos montes Emodos (o Cordilleras de el Caucaso, que todo es uno) y el mar Cas¬pio, llamado aora mar de Bacuc. Tiene á el Occidente la Provincia Margiana, y á el Oriente la Sogdiana, y al medio dia la Arriana, y por medio desta Prouincia de Batria, pas- sa con bulliciosas aguas el rio Oxo, famoso en otro tiempo por la mucha especeria que por el se traia de la Yndia ál mar Caspio, nace este rio en las contrapuestas vertientes de los Collados Paropanisos de donace el Yndo, y el Ganges famosos por la tierra que riegan. Tiene esta Prouincia par¬ticipación con 45 y 50 grados de altura están en nuestros tiempos sus abitadores sugetos al Sophitamas descindiente de el Ysmael gran Contendor de los Turcos. A estas nacio¬nes de Bathria llaman por la parte de la Yndia Mogores (contra quien el Rey de Dio el año de 1525 hizo, y junto un grueso, y pujante egercito según lo quentan Fernán Perez de Castañeda en su historia de la Yndia, y por la parte que de estas gentes se tiene noticia acia el mar de Leuante les llaman Zagatays. Fue el primero Rey de esta Prouincia de Datria (despues de el general diluuio desocu¬po la tierra) Ceroastes que muchos Autores (de no pequeña autoridad) dicen ser el mismo que Chan hijo desvergon¬zado de el Patriarca Noe (el qual florecia en noble pujan¬za en la sazón y tiempo de la belicosa Semiramys) de quien bres. Baal, Baalin, Belcebub, Belphejor, y según Beda, to¬dos estos nombres son lo mismo que Bello; pero cada na-‘ cion lo yba pronunciando conforme á lo que mas se acomo- daua con su lengua sin perder la B. por ser letra que se pega bien á los labios. Boluiendo á Semiramys su nuera; huvo un hijo llamado Niño (ansi como el padre) el qual de deuia subceder en el Reyno, y como en los tiernos años de el hijo muriese el padre temiendose de alguna rebelión en su Reyno, tuvo industria la astuta y sagaz Reyna; para encubrir la muerte de el marido, y disimular su dolor, asta que el Ynfante fue de edad para obtener el Reyno, y ella lo tuvo, y mantubo con tanta paz, y Justicia, que merece por ello nombre. Valerio Máximo dice de esta Señora, que estando ocupada un dia en aderezar y trenzar sus cabellos: ciertos enemigos (que tenian su Ciudad de Babilonia cer¬cada) la entraron de asalto, y como llegase á sus orejas, el ruido, y boces, y fuese informada de lo que en su regalada Ciudada pasaua: saltó á las armas con animo varonil, con la mitad de los cábelos sueltos á el viento, y la otra mitad trenzados (porque el repentino rebato no le dio lugar a mas) y juro, y propuso (y ansi lo cumplió) de no aderezar su cabeza asta ver su Ciudad puesta en su primera libertad. Pues el marido de esta Reyna (que como queda visto fue Niño) fue el primero que a varias Prouincias mouio gue¬rras siendo el promotor que dio entrada en el Mundo á el furor bélico, otros quieren que lo sea el Rey Vexoris, que de Egipto salió hacer guerra á los Scitas, no me quiero de¬tener en la tal aberiguacion mas proseguiré con mi inten¬to, y diré que despues de la muerte de Niño primero, y en vida de Niño segundo Semiramys (la incestuosa muger de entrambos, y madre de el uno) inquieto, y desasogo la Yn¬dia Oriental con pompa y aparato de guerra: porque Suidas Historiador Griego afirma auer juntado egercito de 100 mil peones, y otros tantos hombres de a caballo y en igual numero de hombres en Camellos; sin otra inumerable mul¬titud de bagage, y 10 mil 600 carros de pelear que para en aquellos Siglos parece cosa monstruosa, con parte de este protentoso egercito, (y 3 mil ñaues que fabrico en la Pro¬uincia de Bathria) paso á la Yndia hacer guerra (que jamas se la auia merecido) como lo declaro muy bien el suceso de ella que las mas veces suele ser el Juez arbitro en las injustas empresas. Pareceme no será fuerza fuera de pro¬posito decir en este lugar que tierra sea esta de Bathria, y quien su primero Rey, y como se pudo alli acer tan gran flo¬ta, y pasar con ella á la Yndia; porque con la variación de las Historias se suelen mas delectar nuestros ánimos.
La Prouincia de Batria es numerada entre las que per-tenecen á la mayor Asia (según Pomponio Mela de situ Orbis) su asiento esta entre los altos montes Emodos (o Cordilleras de el Caucaso, que todo es uno) y el mar Cas¬pio, llamado aora mar de Bacuc. Tiene á el Occidente la Provincia Margiana, y á el Oriente la Sogdiana, y al medio dia la Arriana, y por medio desta Prouincia de Batria, pas- sa con bulliciosas aguas el rio Oxo, famoso en otro tiempo por la mucha especería que por el se traia de la Yndia ál mar Caspio, nace este rio en las contrapuestas vertientes de los Collados Paropanisos de donace el Yndo, y el Ganges famosos por la tierra que riegan. Tiene esta Prouincia par¬ticipación con 4Í y SO grados de altura están en nuestros tiempos sus abitadores sugetos al Sophitamas dcscindiente de el Ysmael gran Contendor de los Turcos. A estas nacio¬nes de Bathria llaman por la parte de la Yndia Mogores (contra quien el Rey de Dio el año de H25 hizo, y junto un grueso, y pujante egercito según lo quentan Fernán Perez de Castañeda en su historia de la Yndia, y por la parte que de estas gentes se tiene noticia acia el mar de Leuante les llaman Zagatays. Fue el primero Rey de esta Prouincia de Datria (despues de el general diluuio desocu¬po la tierra) Ceroastes que muchos Autores (de no pequeña autoridad) dicen ser el mismo que Chan hijo desvergon¬zado de el Patriarca Noe (el qual florecía en noble pujan¬za en la sazón y tiempo de la belicosa Semiramys) de quien vamos ablando escriue de aquesto Plinio que nació riendo (cosa muy agena de los hombres) y que tenia tan palpi¬tante, y espulsiuo el celebro que una mano que a el le lle¬gasen la repelía y levantaua con su mouimiento. Sant Agus¬tín (en sus libros de la Giudad de Dios) nos afirma ser este Zoroastes (Rey de los Batrianos) el que invento, y trajo á el Mundo el diabolico arte Magica, y lo mismo quiere sen¬tir Plinio, y Eusebio en sus Chronicas le da este primado. Y de alli como de biua fuente (cuya agua destilaba el De¬monio) fue lleuada la doctrina de esta pestífera escuela á Egipto; y se uso de ella como consta en el éxodo de aquellos dos Magos Janes, y Mambres que compitieron con Moysen. A Grecia lleuo esta infanda ciencia Agonates varón dado a todo maldad. Apuscoro la enseño á los Medos: Zarato á los Babilonios. Hipoco la comunico a los de Arabia Zarmote- nidas fue Maestro de ellas entre los Asirios, y por tal res¬pecto lo veneraron, y estimaron en mucho. A nuestra Es¬paña la lleuaron los Caldeos que pasaron a ella con Nabucodonosor. Poco ó nada le ualieron á el mal nacido Zaroastes sus magicas artes; pues fue ansí que mouiendo esta pujante Reyna Siramys (*) y su hijo Niño el egercito á trasnumerado, (para ornamento de el qual es cosa aueri- guada auer sido domados, y amansados los primeros Caua¬llos, y Elefantes que en el Mundo despues de su creación siruieron á hombres en aquel menester) le mouio cruda y sangrienta guerra con varios sucesos de ambas partes como en semejantes empresas suele acontecer mas al fin, y re¬mate de esta demanda Zoroastes fue despojado de el Rey- no, y de el trasladado al del Ynfierno a pagar al Demonio lo devido de Justicia: por el pacto, y conuenencia que con el tuuo mientras biuio (porque en tal paradero son rema¬tados los que siguen el torpe, y nefando arte de que el fue inbentor) vencido, despojado, y muerto, el sacrilego Zo¬roastes; quedo Batria y sus Prouincias sugetas á la Babilóni¬ca Siramys, la qual (ora que tomase motiuo de la noticia
i1) Semiramis.
que forzosamente auia de tener de el arca con que Noe andubo sobre las aguas, ora que su natural industria, y perspicaz Juicio le encaminase á ello) es ansi que en la parte que un poderoso Rio, que pasaua por las tierra sugetas á su Señoría, y en aquella parte donde (despendido ya de las asperezas Caucasas) se allanaba humillándose a el gran mar Occeano, hizo fabricar una flota de 3 mil ñaues con fin y intento de pasar á la gran Yndia oriental (como en efecto passaron alia sus vanderas, y Capitanes) los muy versados en historias antiguas, á estas Ñaues dan el lugar primero de las que en el Mundo fueron fabricadas, y a lo que esto afirman gustara yo de les preguntar en que em¬barcaciones auia pasado á España, Tuval con su infinita Chusma? pues forzosamente auia de pasar mar, ó en que pasaron Elisa, y sus ermanos (hijos de Jauan, y nietos de Noe) á las Yslas que nos dice el Sagrado Texto, que les cupieron en suerte y eredad? (como atras queda dicho) mas pareceme (que no negando lo que es verdadero) con¬cedamos á los que le dan el origen de la invención de las Ñaues á Semiramys, auer sido la primera que en son de flota, y con rumor de armada, puso nabes en el mar aun¬que bien se deue creer que no serian de muchos aparejos; como las que despues se vieron en el Mundo. El fin, y pa¬radero de tan soberuio, y pomposo aparato (con que ma¬drugo en el Mundo la malicia y cubdicia) fue el profundo piélago, y mar de la Yndia donde (porque auiendo ya desembocado en el, y comenzado las nuebas Ñaues á sulcar sus ondas con el poco conocimiento que de ellas y de los tiempos y vientos se tenia) dieron en las costas de Malabar parte de ellas, y otras fueron soruidas de los furiosos remoli¬nos de aquel profundo piélago, donde se perdió la gente y el trabajo, que en juntarla, y hacer nauios se auia recebido: pelearon los tiempos, y el mar en defensa de los inocentes de la culpa a que correspondía tan gran pena mas por la tierra fueron devastadas sus fuerzas, y atemorizados sus ánimos con el no visto, ni ymaginado aparato, y en tal vamos ablando escriue de aquesto Plinio que nació riendo (cosa muy agena de los hombres) y que tenia tan palpi- > tante, y espulsiuo el celebro que una mano que a el le lle¬gasen la repelia y levantaua con su mouimiento. Sant Agus¬tín (en sus libros de la Giudad de Dios) nos afirma ser este Zoroastes (Rey de los Batrianos) el que invento, y trajo á el Mundo el diabolico arte Magica, y lo mismo quiere sen¬tir Plinio, y Eusebio en sus Chronicas le da este primado. Y de alli como de biua fuente (cuya agua destilaba el De¬monio) fue lleuada la doctrina de esta pestífera escuela á Egipto; y se uso de ella como consta en el éxodo de aquellos dos Magos Janes, y Mambres que compitieron con Moysen. A Grecia lleuo esta infanda ciencia Agonates varón dado a todo maldad. Apuscoro la enseño á los Medos: Zarato á los Babilonios. Hipoco la comunico a los de Arabia Zarmote- nidas fue Maestro de ellas entre los Asirios, y por tal res¬pecto lo veneraron, y estimaron en mucho. A nuestra Es¬paña la lleuaron los Caldeos que pasaron a ella con Nabucodonosor. Poco ó nada le ualieron á el mal nacido Zaroastes sus magicas artes; pues fue ansí que mouiendo esta pujante Reyna Siramys (‘) y su hijo Niño el egercito á trasnumerado, (para ornamento de el qual es cosa aueri- guada auer sido domados, y amansados los primeros Caua¬llos, y Elefantes que en el Mundo despues de su creación siruieron á hombres en aquel menester) le mouio cruda y sangrienta guerra con varios sucesos de ambas partes como en semejantes empresas suele acontecer mas al fin, y re¬mate de esta demanda Zoroastes fue despojado de el Rey- no, y de el trasladado al del Ynfierno a pagar al Demonio lo devido de Justicia: por el pacto, y conuenencia que con el tuuo mientras biuio (porque en tal paradero son rema¬tados los que siguen el torpe, y nefando arte de que el fue inbentor) vencido, despojado, y muerto, el sacrilego Zo¬roastes; quedo Batria y sus Prouincias sugetas á la Babilóni¬ca Siramys, la qual (ora que tomase motiuo de la noticia
(‘) Semiramis.
que forzosamente auia de tener de el arca con que Noe andubo sobre las aguas, ora que su natural industria, y perspicaz Juicio le encaminase á ello) es ansi que en la parte que un poderoso Rio, que pasaua por las tierra sugetas á su Señoría, y en aquella parte donde (despendido ya de las asperezas Caucasas) se allanaba humillándose a el gran mar Occeano, hizo fabricar una flota de 3 mil ñaues con fin y intento de pasar á la gran Yndia oriental (como en efecto passaron alia sus vanderas, y Capitanes) los muy versados en historias antiguas, á estas Ñaues dan el lugar primero de las que en el Mundo fueron fabricadas, y a lo que esto afirman gustara yo de les preguntar en que em¬barcaciones auia pasado á España, Tuval con su infinita Chusma? pues forzosamente auia de pasar mar, ó en que pasaron Elisa, y sus ermanos (hijos de Jauan, y nietos de Noe) á las Yslas que nos dice el Sagrado Texto, que les cupieron en suerte y eredad? (como atras queda dicho) mas pareceme (que no negando lo que es verdadero) con¬cedamos á los que le dan el origen de la invención de las Ñaues á Semiramys, auer sido la primera que en son de flota, y con rumor de armada, puso nabes en el mar aun¬que bien se deue creer que no serian de muchos aparejos; como las que despues se vieron en el Mundo. El fin, y pa¬radero de tan soberuio, y pomposo aparato (con que ma¬drugo en el Mundo la malicia y cubdicia) fue el profundo piélago, y mar de la Yndia donde (porque auiendo ya desembocado en el, y comenzado las nuebas Ñaues á sulcar sus ondas con el poco conocimiento que de ellas y de los tiempos y vientos se tenia) dieron en las costas de Malabar parte de ellas, y otras fueron soruidas de los furiosos remoli¬nos de aquel profundo piélago, donde se perdió la gente y el trabajo, que en juntarla, y hacer nauios se auia recebido: pelearon los tiempos, y el mar en defensa de los inocentes de la culpa a que correspondia tan gran pena mas por la tierra fueron devastadas sus fuerzas, y atemorizados sus ánimos con el no visto, ni ymaginado aparato, y en tal calamidad el que menos peleo fue mas valiente, y el que mas presto huyo fue tenido por mas animoso, la mano» vencedora de los Babilonios acia mortal presa en las gar¬gantas de aquellos antes vencidos, que conquistados, y sin mucho trabajo (aun qúe con perdida de nauios, y gentes) quedaron hechos Señores de la gran Yndia la belicosa Semi¬ramys, y Niño su hijo, y los Yndianos (asta alli francos, y libres) de alli para adelante tributarios á la Monarchia de Babilonia (y lo que peor fue) profesores de las supersticiones de su Ydolatria. Y auiendo asentado bien el yugo de serui- dumbre, y tributo sobre las libres ceruices de nros Ophiritas, se bolvieron cargados de despojos á su deseada Babilonia, de donde a biuas boces los llamaba la necesidad de su fauor, por las causas, y acaecimientos que diremos en el Siguiente Capitulo.
Cap. 9 de la causa porque los Asirlos vinieron sobre Ba¬bilonia, y los Babilonios que auian oprimido á la Yndia la vinieron á socorrer, y dejaron subjetos á los Yndianos, y del Primero Rey de Egipto.
Quando el tirano Nembroth se alzo con el Mundo, y con arrogante proposito pensó ser unibersal Señor de el: castigaua rigurosamente a todos aquellos que en secreto, ó publico detestauan su tiranía, porque tal es la condicion de los mal hechores tener odio y enemistad á los que tienen á sus desonestas obras, por malas. Mucho pretendió Nem¬broth atraer á su deuocion á Asur (varón en aquella tem¬porada de no pequeña opinion) y ni por amenazas, ni ala- gos no pudo (o porque las obras desordenadas de el robusto Tirano le parecían mal, ó como otros dicen) por no ser contra Dios en aquella fabrica de la Torre; á porque su pensamiento le llamaua a mayores cosas, finalmente des¬conformes las voluntades de Nembroth, y Asur le fue nece¬sario huir la furia de su pujante enemigo, y con las familias , mas profesoras de su amistad, salió de Senaar, y poblo en la ribera de el rio Tigris la famosa Ciudad de Niniue. Y aunque Sant Agustín atribuye esta fundación á Niño hijo de Belo, de el Texto Sagrado consta lo que digo Niniue sig¬nifica hermosa, por que tal lo fue esta ciudad (como se colige de Plinio, y de Strabon, y de Suydas, y otros Autores) y siguiendo el hilo, y respeto de la diuina Escritura en el lugar, y capitulo citado digo, que Asur poblo la Cuidad de Niniue con sus grandes plazas: y a Cale, de menos nom¬bre que la primera, y estas enemistades comenzadas en Se¬naar entre los dos Caudillos siempre se fueron eredando de padres á hijos; y estos Niniuitas (ó Asuritas) sustentaron guerra á los Babilonios largos años. Y aun Sant Agustin dice que Asur hecho de Babilonia á Nembroth, y fue poseí¬da de los Asuritas mil, y trecientos, y cinco años. Subce- dio pues (en el tiempo donde llegamos) que como los ofendidos, y agrauiados Asirios viesen las armas de los Ba¬bilonios occupadas contra gentes, y naciones tan remotas, y supiesen por nueba la ruyna de la nueba flota de Semi- ramys, cobraron brío y tomaron las armas para con ellas desechar el pesado yugo de seruidumbre en que aquella nación tirana los tenia puestos. Y saliendo á el campo (con aquella desorden que la gente mal enseñada en guerras suele) sitiaron á Babilonia con mas numero de gentes, y na¬ciones amontonadas, que no de animo ni industria para saber vencer, y como á el enemigo (por flaco, y desaperce- bido que venga) no se deue menospreciar La astuta Señora (que era la que tenia el gouierno) despacho a gran priesa á llamar sus gentes, y esquadrones: y llegaron los mensa- geros a tiempo que no les quedaua que acabar á los vence¬dores. Y por esto (y el llamamiento de su Reyno alargaron el paso, y con solo el nombre de victoriosos vastaron sus ar¬mas á poner en huida á los incautos cercadores: con arto mas miedo y arempentimiento que ganancia de la guerra leuantada. Ufana y gloriosa la Reyna Semiramys con el abundante plato que la fortuna acia a todos sus intentos:
calamidad el que menos peleo fue mas valiente, y el que mas presto huyo fue tenido por mas animoso, la mano- vencedora de los Babilonios acia mortal presa en las gar¬gantas de aquellos antes vencidos, que conquistados, y sin mucho trabajo (aun qúe con perdida de nauios, y gentes) quedaron hechos Señores de la gran Yndia la belicosa Semi¬ramys, y Niño su hijo, y los Yndianos (asta alli francos, y libres) de alli para adelante tributarios á la Monarchia de Babilonia (y lo que peor fue) profesores de las supersticiones de su Ydolatria. Y auiendo asentado bien el yugo de serui- dumbre, y tributo sobre las libres ceruices de nros Ophiritas, se bolvieron cargados de despojos á su deseada Babilonia, de donde a biuas boces los llamaba la necesidad de su fauor, por las causas, y acaecimientos que diremos en el Siguiente Capitulo.
Cap. 9 de la causa porque los Asirios vinieron sobre Ba¬bilonia, y los Babilonios que auian oprimido á la Yndia la vinieron á socorrer, y dejaron subjetos á los Yndianos, y del Primero Rey de Egipto.
Quando el tirano Nembroth se alzo con el Mundo, y con arrogante proposito pensó ser unibersal Señor de el: castigaua rigurosamente a todos aquellos que en secreto, ó publico detestauan su tiranía, porque tal es la condicion de los mal hechores tener odio y enemistad á los que tienen á sus desonestas obras, por malas. Mucho pretendió Nem¬broth atraer á su deuocion á Asur (varón en aquella tem¬porada de no pequeña opinion) y ni por amenazas, ni ala- gos no pudo (o porque las obras desordenadas de el robusto Tirano le parecían mal, ó como otros dicen) por no ser contra Dios en aquella fabrica de la Torre; á porque su pensamiento le llamaua a mayores cosas, finalmente des¬conformes las voluntades de Nembroth, y Asur le fue nece¬sario huir la furia de su pujante enemigo, y con las familias
mas profesoras de su amistad, salió de Senaar, y poblo en la ribera de el rio Tigris la famosa Ciudad de Niniue. Y aunque Sant Agustín atribuye esta fundación á Niño hijo de Belo, de el Texto Sagrado consta lo que digo Niniue sig¬nifica hermosa, por que tal lo fue esta ciudad (como se colige de Plinio, y de Strabon, y de Suydas, y otros Autores) y siguiendo el hilo, y respeto de la diuina Escritura en el lugar, y capitulo citado digo, que Asur poblo la Cuidad de Niniue con sus grandes plazas: y a Cale, de menos nom¬bre que la primera, y estas enemistades comenzadas en Se¬naar entre los dos Caudillos siempre se fueron eredando de padres á hijos; y estos Niniuitas (ó Asuritas) sustentaron guerra á los Babilonios largos años. Y aun Sant Agustín dice que Asur hecho de Babilonia á Nembroth, y fue poseí¬da de los Asuritas mil, y trecientos, y cinco años. Subce- dio pues (en el tiempo donde llegamos) que como los ofendidos, y agrauiados Asirios viesen las armas de los Ba¬bilonios occupadas contra gentes, y naciones tan remotas, y supiesen por nueba la ruyna de la nueba flota de Semi- ramys, cobraron brio y tomaron las armas para con ellas desechar el pesado yugo de seruidumbre en que aquella nación tirana los tenia puestos. Y saliendo á el campo (con aquella desorden que la gente mal enseñada en guerras suele) sitiaron á Babilonia con mas numero de gentes, y na-ciones amontonadas, que no de animo ni industria para saber vencer, y como á el enemigo (por flaco, y desaperce- bido que venga) no se deue menospreciar La astuta Señora (que era la que tenia el gouierno) despacho a gran priesa á llamar sus gentes, y esquadrones: y llegaron los mensa- geros a tiempo que no les quedaua que acabar á los vence¬dores. Y por esto (y el llamamiento de su Reyno alargaron el paso, y con solo el nombre de victoriosos vastaron sus ar¬mas á poner en huida á los incautos cercadores: con arto mas miedo y arempentimiento que ganancia de la guerra leuantada. Ufana y gloriosa la Reyna Semiramys con el abundante plato que la fortuna acia a todos sus intentos: puestos, y establecidos los Pueblos conquistados debajo de sus leyes, y subgecion: apartó la mano de la guerra, y púsola en ennoblecer su amada Ciu.d de Babilonia y cercóla de muros, y torres, tan soberuios y adornola de edificios, tan sunctuosos, y de Arcos, y fosos de tanta estrañeza, que dio que murmurar a los de su tiempo, y que escriuir a grauismos Autores, y materia de que se admirasen todas las naciones. La obra que esta ambiciosa Señora comenzo, y acabo fue y es numerada, entre los siete milagros de el Mundo. De la grandeza de estos edificios escriue Quinto Curcio, y Plinio, y Mela, y otros no menos graues Autores, y a todos los recopila. Pero Mexia en su Silva, donde trata esta materia, alli remito á el deseoso de saber la magnitud de esta obra. Es ansi que anduvieron occupados en ella; gastadores, y obreros de todas las partes, y Reynos suge- tos, y opresos de el mando Babilónico, y con sus personas, y haciendas, acudían a aquela vana y superflua obra, que para mas no seruia, que para satisfacer el gusto de una in-considerada muger, cuya sensualidad manchó mucho mas su vida, que pudieron ennoblecer su fama de Tropheos, y despojos que ganó de tantas y tan varias naciones: antes (si bien miramos) las victoriosas armas que por el Mundo trujo. Los Cauallos que comenzo á emponer para guerras, los Elefantes que puso por cimientos de grandes Castillos. Las Naves que hecho a el agua, las pomposas, y superbas obras que en Babilonia edificó, todo á seruido de instru¬mento para que mas sea notoria sea á el Mundo su inces¬tuosa incontinencia, y su deprauado estilo de ofender á Dios y a la misma naturaleza. Murió esta Señora en la misma Babilonia donde babilónicamente auia reynado 42 años. Duró la Monarchia en los descendientes de esta generación 1239 años en 36 Reyes: aunque otros quieren que sean menos, ultimo de los quales fue el infame, y efeminado Sardanapalo de quien largamento escriue sus crímenes, y abominaciones: Justino, y Diadoro Siculo, en su biblioteca, y Cicerón en sus Tusculanas. Desde estos tiempos (calami¬tosos para la triste Yndia, y afligidos para sus barbaras gentes) se comenzo a tener noticia en el Mundo de sus ynestimables riquezas: y por la abundancia de piedras pre¬ciosas (de varias colores, y virtudes) que en ella se allauan y por la alegría que estas causauan en los corazones humanos con la contemplación de tan no vista lindeza: y por secreta virtud natural que en ellas se allaua fue llamada aquella tierra de hebreos Tarsis que quiere decir contemplación de gozo, y también significa cierta especie de cierta piedra preciosa como lo apuntamos en el Cap. 7 de la primera parte. No fue el daño que las armas babilónicas hicieron en nros Ophiritas Yndianos tan grande y tan irreparable que con poco sufrimiento no se pudiera soportar: ni solo el sugetarlos, atributos y seruidumbre (asta alli no conoci¬da) fue lo que estrago, y arruyno la Yndia: la mala disci-plina y exemplo que en ella dejaron los Asirios, la inven¬ción de tomar armas unos contra otros, el matarse en los campos, por quitar á el vecino lo que justamente poseya, eso fue lo que metió la mano asta lo muy biuo de sus en¬trañas, porque mas daña y corrumpe á un Reyno las malas costumbres, y vicios, que en el suelen meter los estrangeros amigos que no las agudas armas de los enemigos. Queda¬ron los Yndianos tan aficionados á la guerra y tan regos¬tados á la sangre, que en ella una vez gustaron que luego (a imitación de los Babilonios) quisieron poner gente en campo, y acaudillar Esquadrones, y meter en su tierra la crueldad y tiranía, luego comenzaron los unos á los otros a quitarse las tierras, juntamente de sus padres eredadas. Y ansi los de la tierra firme se hacían marítimos ausentados de las armas, y temor, y por hacerse estos brabos, y vale¬rosos, á los marítimos compelían a que (de fuerza ó de grado) se hiciesen Ysleños: y los primeros moradores de aquellas Yslas cercanas á la costa y tierra firme (ostigados de las armas, y muertes de los nuebamente venidos) po¬niendo sus vidas a mas riesgo que las auian puesto asta entonces, en Balsas, Tablas, Juncos, ó Cañas se engolfauan
puestos, y establecidos los Pueblos conquistados debajo de sus leyes, y subgecion: apartó la mano de la guerra, y – púsola en ennoblecer su amada Ciu.d de Babilonia y cercóla de muros, y torres, tan soberuios y adornola de edificios, tan sunctuosos, y de Artíos, y fosos de tanta estrañeza, que dio que murmurar a los de su tiempo, y que escriuir a grauismos Autores, y materia de que se admirasen todas las naciones. La obra que esta ambiciosa Señora comenzo, y acabo fue y es numerada, entre los siete milagros de el Mundo. De la grandeza de estos edificios escriue Quinto Curcio, y Plinio, y Mela, y otros no menos graues Autores, y a todos los recopila. Pero Mexia en su Silva, donde trata esta materia, alli remito á el deseoso de saber la magnitud de esta obra. Es ansi que anduvieron occupados en ella; gastadores, y obreros de todas las partes, y Reynos suge- tos, y opresos de el mando Babilónico, y con sus personas, y haciendas, acudían a aquela vana y superflua obra, que para mas no seruia, que para satisfacer el gusto de una in¬considerada muger, cuya sensualidad manchó mucho mas su vida, que pudieron ennoblecer su fama de Tropheos, y despojos que ganó de tantas y tan varias naciones: antes (si bien miramos) las victoriosas armas que por el Mundo trujo. Los Cauallos que comenzo á emponer para guerras, los Elefantes que puso por cimientos de grandes Castillos. Las Naves que hecho a el agua, las pomposas, v superbas obras que en Babilonia edificó, todo á seruido de instru¬mento para que mas sea notoria sea á el Mundo su inces¬tuosa incontinencia, y su deprauado estilo de ofender á Dios y a la misma naturaleza. Murió esta Señora en la misma Babilonia donde babilónicamente auia reynado 42 años. Duró la Monarchia en los descendientes de esta generación 1239 años en 36 Reyes: aunque otros quieren que sean menos, ultimo de los quales fue el infame, y efeminado Sardanapalo de quien largamento escriue sus crímenes, y abominaciones: Justino, y Diadoro Siculo, en su biblioteca, y Cicerón en sus Tusculanas. Desde estos tiempos (calami¬tosos para la triste Yndia, y afligidos para sus barbaras gentes) se comenzo a tener noticia en el Mundo de sus ynestimables riquezas: y por la abundancia de piedras pre¬ciosas (de varias colores, y virtudes) que en ella se allauan y por la alegría que estas causauan en los corazones humanos con la contemplación de tan no vista lindeza: y por secreta virtud natural que en ellas se allaua fue llamada aquella tierra de hebreos Tarsis que quiere decir contemplación de gozo, y también significa cierta especie de cierta piedra preciosa como lo apuntamos en el Cap. 7 de la primera parte. No fue el daño que las armas babilónicas hicieron en nr<>” Ophiritas Yndianos tan grande y tan irreparable que con poco sufrimiento no se pudiera soportar: ni solo el sugetarlos, atributos y seruidumbre (asta alli no conoci¬da) fue lo que estrago, y arruyno la Yndia: la mala disci¬plina y exemplo que en ella dejaron los Asirios, la inven¬ción de tomar armas unos contra otros, el matarse en los campos, por quitar á el vecino lo que justamente poseya, eso fue lo que metió la mano asta lo muy biuo de sus en¬trañas, porque mas daña y corrumpe á un Reyno las malas costumbres, y vicios, que en el suelen meter los estrangeros amigos que no las agudas armas de los enemigos. Queda¬ron los Yndianos tan aficionados á la guerra y tan regos¬tados á la sangre, que en ella una vez gustaron que luego (a imitación de los Babilonios) quisieron poner gente en campo, y acaudillar Esquadrones, y meter en su tierra la crueldad y tirania, luego comenzaron los unos á los otros a quitarse las tierras, juntamente de sus padres eredadas. Y ansi los de la tierra firme se hacian marítimos ausentados de las armas, y temor, y por hacerse estos brabos, y vale¬rosos, á los marítimos compelían a que (de fuerza ó de grado) se hiciesen Ysleños: y los primeros moradores de aquellas Yslas cercanas á la costa y tierra firme (ostigados de las armas, y muertes de los nuebamente venidos) po¬niendo sus vidas a mas riesgo que las auian puesto asta entonces, en Balsas, Tablas, Juncos, ó Cañas se engolfauan
á buscar nuebas moradas haciendo forzosamente experien¬cia de aquello, que de voluntad jamas hicieron. El tiempo con su acelerado curso volaua, la maldad entre los hombres cundía, y se multiplicaua: la verdad, Justicia, y virtud en muy estrechos, y pocos rincones estaua reclusa, como ex¬pulsa y desterrada de entre los mortales, muchos deseauan ser famosos, y buenos; pero pocos acertauan á serlo; por¬que como la virtud sea una linea recta (regulada en la razón, y equidad) aunque á el hombre le es tan natural como el vicio (por ser con limitadas circunferencias) atinauan pocos á ella, y á los vicios (como apar adero que pueden ir á el por muchos caminos) y su orden es no tener orden, y su ley es no tener ley (y nra naturaleza esta corrom¬pida por la rayz) caminauan muchos por este deprauado camino, y con el tiempo, y la multiplicación de las gentes cundian ansi mismo los vicios y abominaciones y cada uno corría tras su voluntad, teniéndola á sola ella por norma, y medida de su vivir. Mas lo que mas ya iva inficionando á los mortales por toda la redondez de la tierra, y los vicios que mas sobre ella se estendieron fue la ydolatria, y las tiranias que si bien nos acordamos lo uno y lo otro nació de aquella confusa Babilonia, madre, y esquela de la perdición de innumerables animas. Florecia (con todo eso entre tan pungentes espinas) las fragantes rosas de la casa de Abra- han; porque de este patriarca Santissimo nació Ysaac de Ysa- ac, Jacob, y Esau, que en ydumea no era ya su posteridad de pequeño numero, a quien se da el nombre de primero que en el Mundo hizo nacer Muías de aquellas dos especies de animales distintos: como quiera que asta su tiempo se aui¬an seruido los hombres de Asnos, y Cauallos, aunque estos no para pelear con ellos asta el tiempo de Semiramys (co¬mo dejamos señalado). De la creación de Mesrayn (pobla¬dor como queda visto en el Cap. 10 de la primera parte) de Egipto obtuvo el nombre, y envestidura de Rey, un va- ron notable llamado Soros (aunque Santo Antonio en su primera parte historial quiere que también se llamen Egip¬to) en el qual y sus descendientes se conservo (aunque con títulos, y apellidos diferentes, y con varias, y importunas alteraciones) en el mando, y Señorío de Egipto. De la casa y familia de este, fue Ogdoo Acoroe sesto nieto de Soros, el qual amo tanto a una hija suya (llamada Mempha) que en su estimación y en celebración eterna de su nombre, fundo en Egipto (en el tiempo donde ahora llegamos) la abusionera Ciudad de Memphis tercera entre las muy an¬tiguas, y nombradas en el Mundo, donde los Reyes y Pharao¬nes, que en ella sucedieron mostraron la largueza y ma- nificencia de su ambición. A poco tiempo despues (huiendo las armas de los Asuritas de Niniue) vinieron ciertos Babilonios á Egipto, y en memoria, y para recor- racion de su amada patria fabricaron una pequeña Ciu.d (que como dice Estrabon) mas se puede llamar Castillo, a la qual llamaron Babilonia, y los que no le eran tan afi¬cionados á el nuebo edificio le llamaron (casi por escarnio) Babulla. Los que en tiempos mas modernos tubieron el señorío, y mando de aquel Reyno, poblaron alli junto otra nueba población: que con su nombre, y jurisdicción abarca á la antigua Memphis, y a Bulla, y se llama oy dia el gran Cairo, y en lo que consta de estas tres poblaciones, esta ultima es la mas ennoblecida, porque las demás están occu- padas de gente baja, labradora, y marítima, que tal es la condicion de el tiempo, y el estilo de sus mudanzas. También en este tiempo de los Elíseos descendientes de el Patriarca Elissa (aunque los gentiles con fabulas lo encubran) pro¬cedió Ynaco, varón señalado entre los Eolides de Peloponeso, en cuya veneración llamaron de tal nombre a un Rio no¬table de aquella Península este tuvo un hijo llamado Pho- roneo que viendo las gentes derramadas por los campos (a manera de bestias silvestres) propuso reducirlos a repúbli¬ca, y enseñarles la vida pulitica, y urbana, y para tal efecto los congrego, y auiendo comunicado su intento con aquellos demás estimación; dio principio á la celebratissima Ciu.d de Argos, en unas planicies bastantes á sustentar mucho
á buscar nuebas moradas haciendo forzosamente experien¬cia de aquello, que de voluntad jamas hicieron. El tiempo . con su acelerado curso volaua, la maldad entre los hombres cundía, y se multiplicaua: la verdad, Justicia, y virtud en muy estrechos, y pocos rincones estaua reclusa, como ex¬pulsa y desterrada de entre los mortales, muchos deseauan ser famosos, y buenos; pero pocos acertauan á serlo; por¬que como la virtud sea una linea recta (regulada en la razón, y equidad) aunque á el hombre le es tan natural como el vicio (por ser con limitadas circunferencias) atinauan pocos á ella, y á los vicios (como aparadero que pueden ir á el por muchos caminos) y su orden es no tener orden, y su ley es no tener ley (y n™ naturaleza esta corrom¬pida por la rayz) caminauan muchos por este deprauado camino, y con el tiempo, y la multiplicación de las gentes cundían ansi mismo los vicios y abominaciones y cada uno corria tras su voluntad, teniéndola á sola ella por norma, y medida de su vivir. Mas lo que mas ya iva inficionando á los mortales por toda la redondez de la tierra, y los vicios que mas sobre ella se estendieron fue la ydolatria, y las tiranías que si bien nos acordamos lo uno y lo otro nació de aquella confusa Babilonia, madre, y esquela de la perdición de innumerables animas. Florecía (con todo eso entre tan pungentes espinas) las fragantes rosas de la casa de Abra- han; porque de este patriarca Santissimo nació Ysaac de Ysa- ac, Jacob, y Esau, que en ydumea no era ya su posteridad de pequeño numero, a quien se da el nombre de primero que en el Mundo hizo nacer Muías de aquellas dos especies de animales distintos: como quiera que asta su tiempo se aui¬an seruido los hombres de Asnos, y Cauallos, aunque estos no para pelear con ellos asta el tiempo de Semiramys (co¬mo dejamos señalado). De la creación de Mesrayn (pobla¬dor como queda visto en el Cap. 10 de la primera parte) de Egipto obtuvo el nombre, y envestidura de Rey, un va- ron notable llamado Soros (aunque Santo Antonio en su primera parte historial quiere que también se llamen Egip¬to) en el qual y sus descendientes se conservo (aunque con títulos, y apellidos diferentes, y con varias, y importunas alteraciones) en el mando, y Señorío de Egipto. De la casa y familia de este, fue Ogdoo Acoroe sesto nieto de Soros, el qual amo tanto a una hija suya (llamada Mempha) que en su estimación y en celebración eterna de su nombre, fundo en Egipto (en el tiempo donde ahora llegamos) la abusionera Ciudad de Memphis tercera entre las muy an-tiguas, y nombradas en el Mundo, donde los Reyes y Pharao-nes, que en ella sucedieron mostraron la largueza y ma- nificencia de su ambición. A poco tiempo despues (huiendo las armas de los Asuritas de Niniue) vinieron ciertos Babilonios á Egipto, y en memoria, y para recor- racion de su amada patria fabricaron una pequeña Ciu.’J (que como dice Estrabon) mas se puede llamar Castillo, a la qual llamaron Babilonia, y los que no le eran tan afi¬cionados á el nuebo edificio le llamaron (casi por escarnio) Babulla. Los que en tiempos mas modernos tubieron el señorío, y mando de aquel Reyno, poblaron alli junto otra nueba población: que con su nombre, y jurisdicción abarca á la antigua Memphis, y a Bulla, y se llama oy dia el gran Cairo, y en lo que consta de estas tres poblaciones, esta ultima es la mas ennoblecida, porque las demás están occu- padas de gente baja, labradora, y marítima, que tal es la condicion de el tiempo, y el estilo de sus mudanzas. También en este tiempo de los Eliseos descendientes de el Patriarca Elissa (aunque los gentiles con fabulas lo encubran) pro¬cedió Ynaco, varón señalado entre los Eolides de Peloponeso, en cuya veneración llamaron de tal nombre a un Rio no¬table de aquella Peninsula este tuvo un hijo llamado Pho- roneo que viendo las gentes derramadas por los campos (a manera de bestias silvestres) propuso reducirlos a repúbli¬ca, y enseñarles la vida pulitica, y urbana, y para tal efecto los congrego, y auiendo comunicado su intento con aquellos demás estimación; dio principio á la celebratissima Ciu.d de Argos, en unas planicies bastantes á sustentar mucho
numero de Cauallos, y con el nombre, y nobleza de esta Ciu.d se honraua y ennoblecía aquella Prouincia como los. siente Estrabon, y otros Escriptores, y por que en el Cap. 7 de la primera parte apuntamos su sitio, y altura pasare con solo decir que Argos füe una de las mas antiguas Ciudades de la Grecia, y de donde se tomo principio para reducirse las naciones (por ella derramadas) a república y policia, y a dar muestras de lo que fue despues, y Phoroneo el pri¬mero que dio leyes, y Juzgo causas entre sus contemporá¬neos.
Cap. 10 donde se reprehende la Ydolatria y se quentan las vidas de algunos Dioses vanos, para confusion y vergüenza de sus sectarios. Y que Reyes reynauan en España en estos tiempos.
Notable a sido la ofensa que los antiguos Poetas gentiles han hecho á la verdad de las historias, y mucha la corrup¬ción, que an introducido en el origen de las cosas, pues mouidos con solo el deseo de hermosear sus escriptos; pu¬sieron en ellos un millón de disparates, tales que tocados en la piedra de la razón no muestran ni descubren quilate nin¬guno, y considerado este daño muchos varones doctos (amadores de la verdad an procurado rastrearla (que no les deue auer costado pequeño trabajo) el que de nra nación mas metió la mano en querer aclarar tanta niebla) fue el venerable Tostado Obispo de Auila (como se ve en lo que escriuio sobre Eusebio) mas están tomadas tanto de el urin de la antigüedad las mas de las historias que an profanado; que no se como pueda va salir á luz cosa tan escurecida con las mentiras, y fabüas, y no es menos (ni demás cer¬canos tiempos a nosotros el origen de sus patrañas) que desde la creación de el Mundo, como claro se vee en las transformaciones de Ouidio. Mas desde los tiempos donde aora llegamos con nra escriptura comenzaron a promulgar¬las por el Mundo, y hacer que los hombres (ágenos de bue¬na razón) las aceptasen, por verdaderas, santas, y religio¬sas. Fingen los Poetas gentiles (sin señalarnos tiempo co¬nocido) que en la Ysla de Creta fue Saturno hijo de Celio, y de Vesta Reyes de aquella Ysla, el qual fue casado con Ope hermosisima y estimada muger. Tuvo este un hermano mayor en edad a quien llamauan Titán feo, y abominable el qual como pretendiesse suceder en el Reyno á su padre Celio conociendo que su madre, y ermanos favorecían la parte de su hermano Saturno, y aborrecían la suya por su fiereza, vino á conciertos con el, y concedióle el Reyno: con pacto, y condicion, que no dejase crecer ningún hijo varón de los que le naciesen: porque a el fin de sus días boluiese el Reyno á la descendencia y posteridad de Titán, y como despues de auer muerto Saturno á muchos hijos que le auian nacido (o como sus Autores dicen) auerselos comido: parió Ope de un parto á Júpiter (que primero se llamo Ysdamos) y á Juno. Y la piadosa madre escondiendo el varón, mostro á el matador marido sola, la hembra Juno, y á Júpiter niño diolo a criar (escondidamente) á los Cu- retes, (o Coribantes) de la montaña de Yda (gente va¬liente aunque varvaros) Y no pudo ser tan secreta la crian¬za de el mochacho, que su padre Saturno no lo supiese, y pidiéndoselo á la muger con asiduas importunaciones (y aun amenazas) le vino a mostrar una piedra, embulta en unos paños, y le hizo creer que aquello era lo que auia parido, y tomandola el marido se la comio (creyendo ser verdad lo que la muger le decía) a cabo de algunos dias (de la misma Ope) nació Neptuno: y despues Pluton, y Glau¬ca: y escondiendo los varones, mostro a el marido sola la hembra: y le hizo creer ser aquella hija sola, el fruto de su preñez, de donde conoceremos, ser muy antiguo el do¬minio que la muger tiene sobre la creencia de el hombre. Finalmente fue de todo punto descubierto el piadoso en¬gaño: sabido por su hermano Titán, mouio guerra contra Saturno, por estorvar (se pudiese) la subcesion en los So- numero de Cauallos, y con el nombre, y nobleza de esta Ciu.’1 se honraua y ennoblecia aquella Prouincia como lo> siente Estrabon, y otros Escriptores, y por que en el Cap. 7 de la primera parte apuntamos su sitio, y altura pasare con solo decir que Argos fue una de las mas antiguas Ciudades de la Grecia, y de donde se tomo principio para reducirse las naciones (por ella derramadas) a república y policía, y a dar muestras de lo que fue despues, y Phoroneo el pri¬mero que dio leyes, y Juzgo causas entre sus contemporá¬neos.
Cap. 10 donde se reprehende la Ydolatria y se quentan las vidas de algunos Dioses vanos, para confusion y vergüe nza de sus sectarios. Y que Reyes reynauan en España en estos tiempos.
Notable a sido la ofensa que los antiguos Poetas gentiles han hecho á la verdad de las historias, y mucha la corrup¬ción, que an introducido en el origen de las cosas, pues mouidos con solo el deseo de hermosear sus escriptos; pu¬sieron en ellos un millón de disparates, tales que tocados en la piedra de la razón no muestran ni descubren quilate nin¬guno, y considerado este daño muchos varones doctos (amadores de la verdad an procurado rastrearla (que no les deue auer costado pequeño trabajo) el que de nru nación mas metió la mano en querer aclarar tanta niebla) fue el venerable Tostado Obispo de Auila (como se ve en lo que escriuio sobre Eusebio) mas están tomadas tanto de el urin de la antigüedad las mas de las historias que an profanado; que no se como pueda va salir á luz cosa tan escurecida con las mentiras, y fabulas, y no es menos (ni demás cer¬canos tiempos a nosotros el origen de sus patrañas) que desde la creación de el Mundo, como claro se vee en las transformaciones de Ouidio. Mas desde los tiempos donde aora llegamos con nro escriptura comenzaron a promulgar¬las por el Mundo, y hacer que los hombres (ágenos de bue¬na razón) las aceptasen, por verdaderas, santas, y religio-sas. Fingen los Poetas gentiles (sin señalarnos tiempo co-nocido) que en la Ysla de Creta fue Saturno hijo de Celio, y de Vesta Reyes de aquella Ysla, el qual fue casado con Ope hermosisima y estimada muger. Tuvo este un hermano mayor en edad a quien llamauan Titán feo, y abominable el qual como pretendiesse suceder en el Reyno á su padre Celio conociendo que su madre, y ermanos favorecían la parte de su hermano Saturno, y aborrecían la suya por su fiereza, vino á conciertos con el, y concedióle el Reyno: con pacto, y condicion, que no dejase crecer ningún hijo varón de los que le naciesen: porque a el fin de sus dias boluiese el Reyno á la descendencia y posteridad de Titán, y como despues de auer muerto Saturno á muchos hijos que le auian nacido (o como sus Autores dicen) auerselos comido: parió Ope de un parto á Júpiter (que primero se llamo Ysdamos) y á Juno. Y la piadosa madre escondiendo el varón, mostro á el matador marido sola, la hembra Juno, y á Júpiter niño diolo a criar (escondidamente) á los Cu- retes, (o Coribantes) de la montaña de Yda (gente va-liente aunque varvaros) Y no pudo ser tan secreta la crian¬za de el mochacho, que su padre Saturno no lo supiese, y pidiéndoselo á la muger con asiduas importunaciones (y aun amenazas) le vino a mostrar una piedra, embulta en unos paños, y le hizo creer que aquello era lo que auia parido, y tomandola el marido se la comio (creyendo ser verdad lo que la muger le decia) a cabo de algunos dias (de la misma Ope) nació Neptuno: y despues Pluton, y Glau¬ca: y escondiendo los varones, mostro a el marido sola la hembra: y le hizo creer ser aquella hija sola, el fruto de su preñez, de donde conoceremos, ser muy antiguo el do¬minio que la muger tiene sobre la creencia de el hombre. Finalmente fue de todo punto descubierto el piadoso en¬gaño: sabido por su hermano Titán, mouio guerra contra Saturno, por estorvar (se pudiese) la subcesion en los So¬brinos, y reducirla á sus hijos (a quien ya por el nombre paterno llamauan Titanes; que dicen auer sido Gigantes en grandeza de cuerpo) a fuerza de armas de estos hijos y pa¬dre tomaron en prisión á Saturno, y a Ope su muger y encerrándolos debajo de. fuerte muro. Se aseguraron algún tiempo asta que Júpiter hijo de las aprisionados viejos tomo las armas en su defensa, y libertad, con ayuda de sus Cari- bantes que lo auian criado, y auiendo vencido á los Titanes, y sus valedores restituyo á su padre y madre, en el primer estado. A cabo de algún tiempo le fue rebellado á Saturno (por cierto oráculo) que auia de ser despojado de el Rey- no, por manos, y armas de sus propios hijos, lo qual enten¬dido (y que Júpiter le comenzaua a poner asechanzas) se paso á Ytalia donde dicen que vivió en compañia, y amis¬tad de Juno (que ya queda dicho quien fue) y en parte de su señorío estuuo algún tiempo occulto, y porque esta manera de esconder, en la latin se dice latiut, se llamo aque¬lla comarca de tierra Latium, que fue despues el famoso Reyno Latino, y allí poblo Saturno una Ciu.d de su nombre a quien llamo Saturnia; de quien Virgilio hace mención. Júpiter (a cabo de muchas, y varias fortunas) quedando victorioso, y su padre desterrado, repartió el Mundo entre si, y sus hermanos, en esta forma, para si tomo el Cielo, y la Tierra, a Neptuno dio el Mar, y a Pluton el infierno, y tomo por consorte suya á su hermana Juno con quien se caso. Contado he esta fabulosa prosapia (y no sin acuerdo) lo uno por ser fuente, y origen de las mas de las ficiones gentilicas: y lo otro para que se conozca la ceguedad y tor¬peza de las gentes de aquel siglo: y quan sin escrupulo de conciencia matauan los padres á sus hijos, y los hijos perseguían á sus padres, y los hermanos se concertauan en talamo nupcial con sus propias hermanas: y no parando la ceguera en estos desalmados, para perpetrar tantas abo¬minaciones; llego cundiendo asta los ojos de sus sectarios, y aficionados; y confesauan por sus vocas, y tenian por Dioses, aquellos de quien con sus plumas nos dejaron es- criptos tantos y tan abominables vicios, y torpezas, que es asco pensarlas. De las gentes que lo tal hicieron (que se-ñaladamente fueron los Egiptos, y Griegos) dice San Agus- tin en el libro de la Ciu.d de Dios, y Theodoreto en el de uuerdad Euangelica que la confianza que de si mismos te¬nían aquellas gentes les hizo caer en este y en otros no me¬nores yerros, mucho deues (ó pueblo Christiano) á tu Dios mucha obligación tienes de seruirlo, pues á ninguna nación ni linage de gente, no manifestó sus juicios, ni hizo tanto beneficio como a tí, y tu solo mereciste (si por ti no lo pierdes) tener tan cerca de ti a tu Dios no nos deuieramos admirar si la gentilidad ciega erigera y leuantara por su Dios a un Sant Juan Baptista (si tanto bien mereciera su Si¬glo) porque la santidad suya, arguia cierto quid de diuinidad (que aunque en la carne mortal estaua sin pasiones ni atri¬butos de carne viva) ó un Elisas, ó Elíseo, ó un Geremias, ó otros santos varones: (cuyas vidas, y estilo de uiuir eran casi sobre naturales, mas un Saturno un Júpiter, un Pluton, un Neptuno, un Bacho, un Hercules, y otro numero de Dioses (que según Esiodo) llega á treinta mil, y cada uno de ellos con treinta mili vicios maldades, y abominaciones (como lo notó bien Luciano en sus diálogos) cosa es digna de sentir. No ay duda sino que (como queda notado en el primero capitulo de esta segunda parte) los pecados de las gentes de aquel Siglo, fueron muchos pues á ellos cores- pondio tan gran pena como es estimarlo malo por bueno, y colocar el vicio por virtud, y adorar á el mismo Demonio por Dios. Es ansi que lo que se ha contado en este capitulo, y lo que muchos Autores cuentan de uno, y de muchos Saturnos; y de muchos de el nombre de Júpiter, y de otros Mercurios, Hercules, Esculapios, y Apolos y demás vani¬dades, origen y principio notable tuuieron varones fueron en el Mundo señalados mas an llegado á nuestras manos sus nacimientos, vidas, y muertes, tan acompañadas de men¬tiras euidentes, y de cuentos ridiculos y de hechos torpes, y nefandos que no permite el buen entendimiento que nada brinos, y reducirla á sus hijos (a quien ya por el nombre paterno llamauan Titanes; que dicen auer sido Gigantes en grandeza de cuerpo) a fuerza de armas de estos hijos y pa¬dre tomaron en prisión á Saturno, y a Ope su muger y encerrándolos debajo de fuerte muro. Se aseguraron algún tiempo asta que Júpiter hijo de las aprisionados viejos tomo las armas en su defensa, y libertad, con ayuda de sus Cari- bantes que lo auian criado, y auiendo vencido á los Titanes, y sus valedores restituyo á su padre y madre, en el primer estado. A cabo de algún tiempo le fue rebellado á Saturno (por cierto oráculo) que auia de ser despojado de el Rey- no, por manos, y armas de sus propios hijos, lo qual enten¬dido (y que Júpiter le comenzaua a poner asechanzas) se paso á Ytalia donde dicen que vivió en compañia, y amis¬tad de Juno (que ya queda dicho quien fue) y en parte de su señorio estuuo algún tiempo occulto, y porque esta manera de esconder, en la latin se dice latiut, se llamo aque¬lla comarca de tierra Latium, que fue despues el famoso Reyno Latino, y allí poblo Saturno una Ciu.11 de su nombre a quien llamo Saturnia; de quien Virgilio hace mención. Júpiter (a cabo de muchas, y varias fortunas) quedando victorioso, y su padre desterrado, repartió el Mundo entre si, y sus hermanos, en esta forma, para si tomo el Cielo, y la Tierra, a Neptuno dio el Mar, y a Pluton el infierno, y tomo por consorte suya á su hermana Juno con quien se caso. Contado he esta fabulosa prosapia (y no sin acuerdo) lo uno por ser fuente, y origen de las mas de las ficiones gentílicas: y lo otro para que se conozca la ceguedad y tor¬peza de las gentes de aquel siglo: y quan sin escrupulo de conciencia matauan los padres á sus hijos, y los hijos perseguían á sus padres, y los hermanos se concertauan en talamo nupcial con sus propias hermanas: y no parando la ceguera en estos desalmados, para perpetrar tantas abo¬minaciones; llego cundiendo asta los ojos de sus sectarios, y aficionados; y confesauan por sus vocas, y tenian por Dioses, aquellos de quien con sus plumas nos dejaron es- criptos tantos y tan abominables vicios, y torpezas, que es asco pensarlas. De las gentes que lo tal hicieron (que se-ñaladamente fueron los Egiptos, y Griegos) dice San Agus¬tín en el libro de la Ciu.d de Dios, y Theodoreto en el de uuerdad Euangelica que la confianza que de si mismos te¬nian aquellas gentes les hizo caer en este y en otros no me¬nores yerros, mucho deues (ó pueblo Christiano) á tu Dios mucha obligación tienes de seruirlo, pues á ninguna nación ni linage de gente, no manifestó sus juicios, ni hizo tanto beneficio como a ti, y tu solo mereciste (si por ti no lo pierdes) tener tan cerca de ti a tu Dios no nos deuieramos admirar si la gentilidad ciega erigera y leuantara por su Dios aun Sant Juan Baptista (si tanto bien mereciera su Si¬glo) porque la santidad suya, arguia cierto quid de diuinidad (que aunque en la carne mortal estaua sin pasiones ni atri¬butos de carne viva) ó un Elisas, ó Eliseo, ó un Geremias, ó otros santos varones: (cuyas vidas, y estilo de uiuir eran casi sobre naturales, mas un Saturno un Júpiter, un Pluton, un Neptuno, un Bacho, un Hercules, y otro numero de Dioses (que según Esiodo) llega á treinta mil, y cada uno de ellos con treinta mili vicios maldades, y abominaciones (como lo notó bien Luciano en sus diálogos) cosa es digna de sentir. No ay duda sino que (como queda notado en el primero capitulo de esta segunda parte) los pecados de las gentes de aquel Siglo, fueron muchos pues á ellos cores- pondio tan gran pena como es estimarlo malo por bueno, y colocar el vicio por virtud, y adorar á el mismo Demonio por Dios. Es ansi que lo que se ha contado en este capitulo, y lo que muchos Autores cuentan de uno, y de muchos Saturnos; y de muchos de el nombre de Júpiter, y de otros Mercurios, Hercules, Esculapios, y Apolos y demás vani¬dades, origen y principio notable tuuieron varones fueron «n el Mundo señalados mas an llegado á nuestras manos sus nacimientos, vidas, y muertes, tan acompañadas de men¬tiras euidentes, y de cuentos ridiculos y de hechos torpes, y nefandos que no permite el buen entendimiento que nada se quede pegado ni pintado en su casa. O quan en su juicio ablo el Samosatense en sus diálogos en lo tocante á vicios^ y maldades de sus vanos Dioses? O quan cuerdo estaua Dia- goras Milesio (Philosopho griego) quando burlaua, y escar¬necía de sus Dioses: y mucho mas quando (faltándole leña para quemar) envistió con una grande estatua de el Dios Hercules, y ablando con ella, le dixo veamos Señor Her¬cules si de el trabajo en que aora os ponéis, y salis tan vito- rioso, como salistes de los que de uos leemos? y diciendo esto lo hizo rajas con una hacha, y lo quemo de estos vanos Dioses que quedan nombrados (y desde el tiempo adonde aora llegan nros escriptos) comenzo la fuerza de la genti¬lidad de la qual por aora dejaremos de tratar; porque con- uiene que sepamos en lo que se ocupan nros Españoles en este tiempo: que con tales matices, yremos adornando nra obra, y entre teniendo el tiempo asta que llegue el de tratar de nuestros Ofiritas que aora están poblando, y hinchendo Yslas p.a ser materia de mayor presa al que presto los bo- luera á inquietar y perseguir.
Reynado auian en nuestra España (después de Tubal) quatro famosos Reyes, y unibersales Señores con prosperos, y adversos sucesos de fortuna quando recibió el cetro, y mando el Rey Tago subcesor de el valeroso, y solicito Bri- go, quando se contauan 310 años que se comenzo a poblar, y 1854 pocos mas o menos antes de la encarnación de el hijo de Dios. Este Tago sospechan algunos que fue estran- gero, y no natural de España sino Africano: y aun dicen mas (y no se con que fundamento) que es el mismo que el Sagrado Texto llama Togorma, y que en Afripa poblo una Ciu.’1 llamada ansi de su propio nombre, lo qual no en tiendo como pueda ser, pues es verdad que el Togorma que dicen las diuinas letras, poblo en la Asia menor en la parte que llamauan Frigia, y aora Notolia (como lo tra-tamos en el cap. 7 de nuestra primera parte) ni como se compadezca la edad, pues deuian de auer pasado desde el diluvio asta este tiempo do aora vamos mas de 450 años
concluyamos con decir que de el nombre de este Rey Tago se llamo Tajo aquel Rio de España: que naciendo en las sierras de Molina, corre por Toledo, y por casi dos leguas mas abajo de la gran Ciu.d de Lisboa, se mete en el mar occeano. Este Rey embio gentes Españolas á muchas y di¬ferentes partes de el Mundo, asi de la Asia como de la Aphrica, Reyno 33 años, y a este subcedio otro Principe llamado Betho, de quien por aora no trataremos, por mos¬trar que Rey (o Principe) gouernó en Ytalia despues de la gloriosa muerte de el Patriarca Noe (llamado de aquellas gentes Jano como atras queda dicho) sucedió pues á este prestantissimo varón en el Reyno y gouernacion de Etruria (que ansi se llamó aquel Reyno asta que por respecto de Ytalo se llamó Ytalia) Crano de Racen hijo de Arbato. Aqueste (según Volaterano) fue también Rey primero en Macedonia, y duro el Reyno en sus descendientes asta Ale- xandro Magno, y reynaron de su linage 37 Reyes. Fueron también (casi en estos tiempos) aquellos dos memorables hermanos hijos de Japeto (ó Japhet aunque el Sagrado Tex¬to no los nombra) Prometheo, y Athlante, de quien tam¬bién se quentan sus cosas escurecidas, y anubladas con el poluo de las fabulas gentílicas, y realmente ellos fueron varones graues, y muy dados á la virtud. Dicen las fabulas que este Prometheo (que quiere decir Prouidencia) hizo hombres de el lodo, y los animo, y hizo vivir con fuego de el Cielo queriendo en esto significar que con su doctrina, y virtuosa esquela hizo hombres de aquellos (que aun que lo eran en la apariencia) eran bestias brutas en las costumbres y el animarles con fuego de el Cielo es decir que los informo de sancta doctrina encaminada á saluar sus animas (según las opiniones en aquel tiempo recebidas). Seruio (y otros Autores) escriue de este grandes cosas: y todos concluyen con que fue desterrado, y puesto en la sumidad y altura de el Monte Caucaso, ligado por Mercurio á una peña con gruesas cadenas, y puesta junto á el una Aguila p.a despe¬dazarle las entrañas que tales suplicios dauan en aquel Siglo
se quede pegado ni pintado en su casa. O quan en su juicio ablo el Samosatense en sus diálogos en lo tocante á vicios;» y maldades de sus vanos Dioses? O quan cuerdo estaua Dia- goras Milesio (Philosoplio griego) quando burlaua, y escar-necía de sus Dioses: y mucho mas quando (faltándole leña para quemar) envistió con una grande estatua de el Dios Hercules, y ablando con ella, le dixo veamos Señor Her¬cules si de el trabajo en que aora os ponéis, y salis tan vito- rioso, como salistes de los que de uos leemos? y diciendo esto lo hizo rajas con una hacha, y lo quemo de estos vanos Dioses que quedan nombrados (y desde el tiempo adonde aora llegan nr0* escriptos) comenzo la fuerza de la genti¬lidad de la qual por aora dejaremos de tratar; porque con- uiene que sepamos en lo que se ocupan nro* Españoles en este tiempo: que con tales matices, yremos adornando nr” obra, y entre teniendo el tiempo asta que llegue el de tratar de nuestros Ofiritas que aora están poblando, y hinchendo Yslas p.” ser materia de mayor presa al que presto los bo- luera á inquietar y perseguir.
Reynado auian en nuestra España (después de Tubal) quatro famosos Reyes, y unibersales Señores con prosperos, y adversos sucesos de fortuna quando recibió el cetro, y mando el Rey Tago subcesor de el valeroso, y solicito Bri- go, quando se contauan 310 años que se comenzo a poblar, y 1854 pocos mas o menos antes de la encarnación de el hijo de Dios. Este Tago sospechan algunos que fue estran- gero, y no natural de España sino Africano: y aun dicen mas (y no se con que fundamento) que es el mismo que el Sagrado Texto llama Togorma, y que en Afripa poblo una Ciu.d llamada ansi de su propio nombre, lo qual no en tiendo como pueda ser, pues es verdad que el Togorma que dicen las diuinas letras, poblo en la Asia menor en la parte que llamauan Frigia, y aora Notolia (como lo tra-tamos en el cap. 7 de nuestra primera parte) ni como se compadezca la edad, pues deuian de auer pasado desde el diluvio asta este tiempo do aora vamos mas de 450 años 1
concluyamos con decir que de el nombre de este Rey Tago se llamo Tajo aquel Rio de España: que naciendo en las sierras de Molina, corre por Toledo, y por casi dos leguas mas abajo de la gran Ciu.d de Lisboa, se mete en el mar occeano. Este Rey embio gentes Españolas á muchas y di¬ferentes partes de el Mundo, asi de la Asia como de la Aphrica, Reyno 33 años, y a este subcedio otro Principe llamado Betho, de quien por aora no trataremos, por mos¬trar que Rey (o Principe) gouernó en Ytalia despues de la gloriosa muerte de el Patriarca Noe (llamado de aquellas gentes Jano como atras queda dicho) sucedió pues á este prestantissimo varón en el Reyno y gouernacion de Etruria (que ansi se llamó aquel Reyno asta que por respecto de Ytalo se llamó Ytalia) Crano de Racen hijo de Arbato. Aqueste (según Volaterano) fue también Rey primero en Macedonia, y duro el Reyno en sus descendientes asta Ale- xandro Magno, y reynaron de su linage 37 Reyes. Fueron también (casi en estos tiempos) aquellos dos memorables hermanos hijos de Japeto (ó Japhet aunque el Sagrado Tex¬to no los nombra) Prometheo, y Athlante, de quien tam¬bién se quentan sus cosas escurecidas, y anubladas con el poluo de las fabulas gentilicas, y realmente ellos fueron varones graues, y muy dados á la virtud. Dicen las fabulas que este Prometheo (que quiere decir Prouidencia) hizo hombres de el lodo, y los animo, y hizo vivir con fuego de el Cielo queriendo en esto significar que con su doctrina, y virtuosa esquela hizo hombres de aquellos (que aun que lo eran en la apariencia) eran bestias brutas en las costumbres y el animarles con fuego de el Cielo es decir que los informo de sancta doctrina encaminada á saluar sus animas (según las opiniones en aquel tiempo recebidas). Seruio (y otros Autores) escriue de este grandes cosas: y todos concluyen con que fue desterrado, y puesto en la sumidad y altura de el Monte Caucaso, ligado por Mercurio á una peña con gruesas cadenas, y puesta junto á el una Aguila p.a despe¬dazarle las entrañas que tales suplicios dauan en aquel Siglo los tiranos viciosos á los virtuosos varones. Su hermano Áthlas (ó Athlante) dicen que fue Rey de la Mauritania * y fue tan dado á las ciencias mathematicas que fue el hom¬bre primero que conocio el curso, y discurso de el Sol; y el que disputo de la Sphera, y de la Luna, y Estrellas fijas, y mouibles, y por esta razón fingen los Poetas que susten- taua sobre sus hombres el Cielo, y su pesadumbre, y fabu- lan de su fin y muerte diciendo que de un oráculo enten¬dió, que para la conseruacion de su vida le convenia guar¬darse de un hijo de Júpiter, y con este temor vivia muy recatado, y no admitia en su casa guesped ninguno, asta que viniendo Perseo de las Yslas Gorgonias (donde aora llamamos las de Cabo verde) con la cabeza de Medusa (que poco antes le auia cortado) se la mostro á el Ynocente Rey, y fue luego combertido en un altissima monte tamaño como el Reyno que señoreaua, a quien asta oy llamauan Athlante cuyas cumbres llegan asta las nubes, y va prolongando la costa de la Mauritania como lo escriue Luis de el Marmol en su Aphrica. Bien sera que volvamos á nuestro Ophiritas, y tratemos lo que la obscuridad de sus cosas nos diere lugar, y ansi haremos nr<> discurso, variado como lo promete el nombre de nr” Miscelánea.
Cap. 11 de la descripción de las tres Yndias de que consta toda lo que llaman Oriental; y de el monstruoso origen de los de el Reyno Pegu.
Es ansi que la Monarchia, y ceptro de los Asirios Babi¬lónicos, estaua (en los tiempos de que tratamos) en el noueno Poseedor (contando por primero á Bello hijo de Nembroth) el qual Monarcha se llamaua Belloco; y todos sus antecesores auian tenido dominio y mando sobre la gran Yndia Oriental, lleuando de ella grandísimos dones, y tributos, y oprimiéndolos con grandes, y intolerables ve-jaciones, y molestias. Y porque entendamos de que Yndia (o de que parte de ella) sea de entender esta opresion. Deuemos sauer que esta gran parte de la maior Asia, se diuide en tres: La primera Yndia comienza en el fin y re¬mate de Carmania mirando el nacimiento de el Sol. La parte que cae sobre el brazo derecho (o vanda Meridional) por¬que en esta parte, y demarcación comienzan las Prouincias de Aracosia, Drangiana, y Gedrosia, y mas conjunto ál seno Pérsico esta el Reyno de Ormuz (notorio por su ri¬quísima Ysla de el mismo nombre hecha a mano para re¬fugio de los fugitiuos) siguense luego los esteriles, y secos campos de Guadel, y el Reyno de Sigistan, Cabul, y el gran territorio de Bendane, por donde corren poderosos ríos, que atrauesando el Reyno Sablest, se meten en el Rio famoso Yndo, que de su nombre es llamada Yndia aquella parte de Mundo. Este rio (según escriue Arriano en los hechos de Alexandro) nace en unos collados de los Montes Caucasos, llamados Paropanizos; reciue en si las aguas de 19 poderosos rios, uno de las quales es Ydaspes, que naciendo de los mon¬tes (que Pomponio llamaua Hemodos, que es parte de los Caucasos) á las vertientes que miran á el Austro, se jun¬tan en lo llano (y ál principio de el Reyno de Sami) donde le quita el agua, y el nombre el Rio Yndo, y se ua a meter en el mar por dos vocas que hacen en medio la Ysla Patale- ne. Dice Pomponio Mela auer en la Yndia casi cinco mil Cuidades, y entre ellas ser famosa Nisa, de donde fue na¬tural Baco, ó Dionisio. Otras muchas Prouincias contiene en si la primera Yndia conocidas en los antiguos tiempos de que aora escreuimos, por muy diferentes nombres, y lo mismo en los tiempos en que aora biuimos, porque ansi como los demás Reynos de el Mundo estos an alterado, y va¬riado sus nombres, á el arbitrio de sus fortunas, mas, ya en esta coiuntura (y reynado de Belloco) eran tratadas estas gentes, y naciones de la primera Yndia sin que sus armas ni potencia huviesen llegado á la segunda ni tercera parte: ni Capitán alguno llego de muchos que metieron la mano los tiranos viciosos á los virtuosos varones. Su hermano Áthlas (ó Athlante) dicen que fue Rey de la Mauritania > y fue tan dado á las ciencias mathematicas que fue el hom¬bre primero que conocio el curso, y discurso de el Sol; y el que disputo de la Sphera, y de la Luna, y Estrellas fijas, y mouibles, y por esta razón fingen los Poetas que susten- taua sobre sus hombres el Cielo, y su pesadumbre, y fabu- lan de su fin y muerte diciendo que de un oráculo enten¬dió, que para la conseruacion de su vida le convenia guar¬darse de un hijo de Júpiter, y con este temor vivia muy recatado, y no admitía en su casa guesped ninguno, asta que viniendo Perseo de las Yslas Gorgonias (donde aora llamamos las de Cabo verde) con la cabeza de Medusa (que poco antes le auia cortado) se la mostro á el Ynocente Rey, y fue luego combertido en un altissima monte tamaño como el Reyno que señoreaua, a quien asta oy llamauan Athlante cuyas cumbres llegan asta las nubes, y va prolongando la costa de la Mauritania como lo escriue Luis de el Marmol en su Aphrica. Bien sera que volvamos á nuestro Ophiritas, y tratemos lo que la obscuridad de sus cosas nos diere lugar, y ansi haremos nTO discurso, variado como lo promete el nombre de nr” Miscelánea.
Cap. 11 Je la descripción de las tres Yndias de que consta toda lo que llaman Oriental; y de el monstruoso origen de los de el Reyno Pegu.
Es ansi que la Monarchia, y ceptro de los Asirios Babi-lónicos, estaua (en los tiempos de que tratamos) en el noueno Poseedor (contando por primero á Bello hijo de Nembroth) el qual Monarcha se llamaua Belloco; y todos sus antecesores auian tenido dominio y mando sobre la gran Yndia Oriental, lleuando de ella grandísimos dones, y tributos, y oprimiéndolos con grandes, y intolerables ve¬jaciones, y molestias. Y porque entendamos de que Yndia (o de que parte de ella) sea de entender esta opresion. Deuemos sauer que esta gran parte de la maior Asia, se diuide en tres: La primera Yndia comienza en el fin y re¬mate de Carmania mirando el nacimiento de el Sol. La parte que cae sobre el brazo derecho (o vanda Meridional) por¬que en esta parte, y demarcación comienzan las Prouincias de Aracosia, Drangiana, y Gedrosia, y mas conjunto ál seno Pérsico esta el Reyno de Ormuz (notorio por su ri¬quísima Ysla de el mismo nombre hecha a mano para re¬fugio de los fugitiuos) siguense luego los esteriles, y secos campos de Guadel, y el Reyno de Sigistan, Cabul, y el gran territorio de Bendane, por donde corren poderosos rios, que atrauesando el Reyno Sablest, se meten en el Rio famoso Yndo, que de su nombre es llamada Yndia aquella parte de Mundo. Este rio (según escriue Arriano en los hechos de Alexandro) nace en unos collados de los Montes Caucasos, llamados Paropanizos; reciue en si las aguas de 19 poderosos rios, uno de las quales es Ydaspes, que naciendo de los mon¬tes (que Pomponio llamaua Hemodos, que es parte de los Caucasos) á las vertientes que miran á el Austro, se jun¬tan en lo llano (y ál principio de el Reyno de Sami) donde le quita el agua, y el nombre el Rio Yndo, y se ua a meter en el mar por dos vocas que hacen en medio la Ysla Patalc- ne. Dice Pomponio Mela auer en la Yndia casi cinco mil Cuidades, y entre ellas ser famosa Nisa, de donde fue na¬tural Baco, ó Dionisio. Otras muchas Prouincias contiene en si la primera Yndia conocidas en los antiguos tiempos de que aora escreuimos, por muy diferentes nombres, y lo mismo en los tiempos en que aora biuimos, porque ansi como los demás Reynos de el Mundo estos an alterado, y va¬riado sus nombres, á el arbitrio de sus fortunas, mas, ya en esta coiuntura (y reynado de Belloco) eran tratadas estas gentes, y naciones de la primera Yndia sin que sus armas ni potencia huviesen llegado á la segunda ni tercera parte: ni Capitan alguno llego de muchos que metieron la mano en su conquista, asta los tiempos que iremos señalando. La segunda Yndia es entendida por lo incluso, y contenido A desde el rio Yndo asta el Ganges, en esta parte la tierra adentro ay (y a auido desde su principio) gentes barba- rissimas, crueles, fieras, y desalmadas porque la mucha priesa que las guerras les dieron ál principio (quando Semiramis entro) no les dieron lugar de poder aprender urbanidad, ni pulicia, de la poco que entre los de aquel Siglo se usaua, y ansi quedaron hechos discipulos de fieras crueles, entre quien abitauan, ymitandolas en la crueldad, y fiereza; no aguardaua este gente a que sus padres hijos ni hermanos cerrasen los ojos con el ultimo sueño de la muerte: antes ellos se anticipauan, y les abreuiauan la vida so color de una piedad cruelissima, y no paraua aqui su bestialidad que pas- sando adelante se los comían, y les dauan en sus cuerpos, y estomagos sepultura teniendo aquello por religiosas obse¬quias. Y si a Pomponio Mela creemos, aliaron estos entre otros animales fieros, cierto genero de Hormigas tamañas como Perros las quales con suma diligencia, y cuidado, guardauan el oro que en aquella tierra nacia; muy en daño, y acosta de aquellos que lo iban á buscar. Cubrían sus carnes con pieles de sierpes, y de otros fieros y horrendos animales, o con plumas de aues, otros no curauan de este trabajo sino valíanse (en el tiempo de el estio) de las sombras fres¬cas de los coposos arboles de que aquella tierra abunda. Y en el Ynvierno de las cauernas, y cuebas que en la tierra allauan naturalmente hechas, o en las que ellos con sus ma¬nos cauauan la gente que en estas temporadas por alli biuia no curaua de fabricar Cuidades ni en largo tiempo las fa¬bricaron: porque en esto les precedieron (con notables ven¬tajas) las naciones de la Yndia primera, y de gente que tan bestialmente vivia, no es mucho que por el Mundo se ayan derramado tantas, y tan abominables cosas como se han dicho, y escrito de los Yndios Orientales. La gente marí¬tima no fue en tanto grado barbara (puesto que a todos eran común la falsa y detestable ydolatria) con tantos, y tan diferentes ritos, y cotumbres, mas al cabo todo era enca¬minado á el Ynfierno; porque el Demonio era el Autor, y valedor, y Conseruador de sus diabólicas abusiones: visible¬mente lo veian, y cara á cara los hablaua, y en negocios de poca importancia les hacia acertar para lleuarlos á el Yerro en las cosas de mucho: Los Marítimos y Ysleños, de la se¬gunda Yndia, biuieron con mas quietud, y sosiego en tanto que en el Mundo no se puso en perfección, y uso el arte, y estilo de la nauegacion mas quando esta leuanto cabeza, y comenzo á ser común á las Naciones no tuuieron dia se¬guro: porque las cubdicias de sus riquezas, leuantauan los pies del suelo á los poderosos, para ir á despojarlos, especial quando caieron en la quenta las gentes de el valor, y virtud de la especiería y drogas que en sus montes nacian. Están inclusos en esta segunda Yndia muchos, y muy anchísimos Reynos, y Prouincias, que oluidados sus muy antiguos nombres son conocidos por todos. Esta lo mas cercano á las barbaras sieras Paropanisas, el gran Reyno de Menda abitado de gentes inhumanas, y crueles. Esta Orisa, y Delli- de donde comienza á levantarse una Cordillera, que va co¬rriendo al medio dia, á la qual llaman de Gat que diuidien- do los Reynos de Narsinga (donde el Sagrado Apóstol Sancto Thome Didimo predico el sagrado Ebangelio, y fue muerto por los Sacerdotes de las Ydolos) y Bisinaga: de los Reynos Malabar, y Calicu: se ua a meter en el mar, y hace aquel cabo antiguamente llamado Cori. Todo este Reyno de Malabar, estaua en los tiempos (de que aora va¬mos tratando) cubiertos, y submergidos de el mar, y con sus ondas llegaua á ostigar las faldas de la cordillera Gat, y hauiendose el mar retirado muchos años despues, cubrió cierta parte de tierra á manera de Peninsula que de Cori salia, y la hizo Yslas que llaman de Maldiuar, y descubrió ál Mundo el infelice Reyno de Malabar con el húmedo territorio de Calicu: para que fuesse primera morada, y receptáculo de la maldita, y detestable secta de Mahoma (como diré adelante) Ay de mas de los Reynos dichos ^en en su conquista, asta los tiempos que iremos señalando. La segunda Yndia es entendida por lo incluso, y contenido desde el rio Yndo asta el Ganges, en esta parte la tierra adentro ay (y a auido desde su principio) gentes barba- rissimas, crueles, fieras, y desalmadas porque la mucha priesa que las guerras les dieron ál principio (quando Semiramis entro) no les dieron lugar de poder aprender urbanidad, ni pulicia, de la poco que entre los de aquel Siglo se usaua, y ansi quedaron hechos discipulos de fieras crueles, entre quien abitauan, ymitandolas en la crueldad, y fiereza; no aguardaua este gente a que sus padres hijos ni hermanos cerrasen los ojos con el ultimo sueño de la muerte: antes ellos se anticipauan, y les abreuiauan la vida so color de una piedad cruelissima, y no paraua aqui su bestialidad que pas- sando adelante se los comian, y les dauan en sus cuerpos, y estomagos sepultura teniendo aquello por religiosas obse-quias. Y si a Pomponio Mela creemos, aliaron estos entre otros animales fieros, cierto genero de Hormigas tamañas como Perros las quales con suma diligencia, y cuidado, guardauan el oro que en aquella tierra nacia; muy en daño, y acosta de aquellos que lo iban á buscar. Cubrían sus carnes con pieles de sierpes, y de otros fieros y horrendos animales, o con plumas de aues, otros no curauan de este trabajo sino valíanse (en el tiempo de el estío) de las sombras fres¬cas de los coposos arboles de que aquella tierra abunda. Y en el Ynvierno de las cauernas, y cuebas que en la tierra allauan naturalmente hechas, o en las que ellos con sus ma¬nos cauauan la gente que en estas temporadas por alli biuia no curaua de fabricar Cuidades ni en largo tiempo las fa¬bricaron: porque en esto les precedieron (con notables ven¬tajas) las naciones de la Yndia primera, y de gente que tan bestialmente vivia, no es mucho que por el Mundo se ayan derramado tantas, y tan abominables cosas como se han dicho, y escrito de los Yndios Orientales. La gente marí¬tima no fue en tanto grado barbara (puesto que a todos eran común la falsa y detestable ydolatria) con tantos, y tan diferentes ritos, y cotumbres, mas al cabo todo era enca¬minado á el Ynfierno; porque el Demonio era el Autor, y valedor, y Conseruador de sus diabólicas abusiones: visible¬mente lo veian, y cara á cara los hablaua, y en negocios de poca importancia les hacia acertar para lleuarlos á el Yerro en las cosas de mucho: Los Marítimos y Ysleños, de la se¬gunda Yndia, biuieron con mas quietud, y sosiego en tanto que en el Mundo no se puso en perfección, y uso el arte, y estilo de la nauegacion mas quando esta leuanto cabeza, y comenzo á ser común á las Naciones no tuuieron dia se¬guro: porque las cubdicias de sus riquezas, leuantauan los pies del suelo á los poderosos, para ir á despojarlos, especial quando caieron en la quenta las gentes de el valor, y virtud de la especiería y drogas que en sus montes nacian. Están inclusos en esta segunda Yndia muchos, y muy anchísimos Reynos, y Prouincias, que oluidados sus muy antiguos nombres son conocidos por todos. Esta lo mas cercano á las barbaras sieras Paropanisas, el gran Reyno de Menda abitado de gentes inhumanas, y crueles. Esta Orisa, y Delli- de donde comienza á levantarse una Cordillera, que va co¬rriendo al medio dia, á la qual llaman de Gat que diuidien- do los Reynos de Narsinga (donde el Sagrado Apostol Sancto Thome Didimo predico el sagrado Ebangelio, y fue muerto por los Sacerdotes de las Ydolos) y Bisinaga: de los Reynos Malabar, y Calicu: se ua a meter en el mar, y hace aquel cabo antiguamente llamado Cori. Todo este Reyno de Malabar, estaua en los tiempos (de que aora va¬mos tratando) cubiertos, y submergidos de el mar, y con sus ondas llegaua á ostigar las faldas de la cordillera Gat, y hauiendose el mar retirado muchos años despues, cubrió cierta parte de tierra á manera de Península que de Cori salía, y la hizo Yslas que llaman de Maldiuar, y descubrió ál Mundo el infelice Reyno de Malabar con el húmedo territorio de Calicu: para que fuesse primera morada, y receptáculo de la maldita, y detestable secta de Mahoma (como diré adelante) Ay de mas de los Reynos dichos ^en esta segunda Yndia) muchos de que aun se tiene poca no¬ticia, las gentes son semejantes (ó muy poco diferentes de la primera Yndia) aunque tanto quanto mas se iban á los nacimientos de el Sol, y parte Oriental, eran menos rústi¬cos, y mas ayudados de buenas estrellas. La tercera y ultima Yndia comienza de el caudaloso rio Ganges de cuyos na¬cimientos auemos ya tratado, y se estiende acia el Septen¬trional asta encontrarse con Tartaros, descendientes de Jo- bab, y Abimael, y otros hermanos de Ophir, porque (como queda dicho) aquellos les cupo en suerte, y las propaga¬ciones Ophiritas se estendieron tanto, que llegaron auer las aguas del gran mar Occeano, por aquella parte que (de¬jando el Mundo en casi punta) se tuerce, y ladea buscando el Polo Artico: y debaxo de el se ua metiendo asta aquellos grados en que están las gentes que miran el Sol por sus Orizontes, y la mitad de el año con arta escaseza, final¬mente cundieron tanto los descendientes, de este padre, y caudillo, nombrado por la tierra adentro (sin querer co¬nocer mas) que fueron á ser padres de los Seres oy llamados Chinas: y si noto paran el mar (que con aquella buelta que digo se lo impidió) animo y gentes lleuauan para poblar otro nuebo Mundo aunque si á los doctos ansi place (y las sospecha de muchos tiene valor con algunas apariencias, y verisimiles que las corroboran) á cabo de muchos siglos (menos antiguos para nosotros) teniendo en poco el ter¬mino que el mar ponia para estoruo de su camino; en las embarcaciones que la necesidad (y la buena industria) les enseño, se pusieron á pasarlo, y aliando una región (no vista de otros mortales) la abitaron, y por ser en sus prin¬cipios esteril, entraron explorándola, y tanto quanto mas la buscauan tanto mas apacible la iban aliando; y alli per¬manecieron (ocultos á el Mundo) asta que nuestros Espa¬ñoles dieron con su descendiencia tan antigua ya en aquella parte de Mundo, que de todo punto tenian perdida la me¬moria, por donde, ni como alli auian venido sus antepa- ssados como se tratara en otro lugar.
Boluiendo aproseguir los aledaños, y términos de la Yndia mayor (ansi llamada por serlo, y ser mas Oriental) digo que ay en ella grandes, y espacio¬sísimos Reynos que se ban estendiendo á todas par¬tes de Cielo (porque como ya digimos) por lo Septen¬trional, parte términos con los Pueblos Tartaros, por lo Oriental, ccn la tierra de los Seres (o Chinas, por el Occi-dente con la Yndia segunda, quedándose esta con la mayor parte de el espacioso Reyno de Bengala, que por la parte que tiene marítima da nombre a todo aquel golfo: asta el desaguadero de el Ganges. Sigúese luego el Reyno de Mein- gor, y despues el de Camotay en los Septentrionales de el qual se halla el anchissimo lago de Chamay (padre y nutridor de tres caudalosos rios) que hacen húmedos, y montuosos á muchos Reynos, y Prouincias. Encima (y a el Septen¬trión de este Lago) astel (*) templado Reyno de Toloman, y á la parte mas Oriental, esta el Reyno de Tipura, y entre dos Rios (hijos de el Lago Chamai) esta el Reyno Caypu- mo, mal sano por sus muchas ciénagas: á la baya que hacen los brazos de el Ganges asta Cheneram famoso Reyno por sus finos diamantes, esta Aua, Arracan, y el Reyno de Pegu, infamado por su mostruoso origen porque (si valen rela¬ciones de los de la misma tierra) dicen (y ansi lo trae Juan de Barros en sus historias) que quando ya por aquellas costas se usaua la nauegacion, pasando un Nauio de Chinas á contratar con los Yndianos padecieron Naufragio sobre las costas de aquel Reyno, que en aquel tiempo solo era abitacion de fieros, y crueles animales, y por auer tantos y tan horribles no auia quien se osase aventurar a poblarlo, y los hombres de la mal fortunada Ñaue perecieron todos y solo (a mucha ventura) salió a tierra una muger moza, y un grande y corpulento Perro, y puestos en saluo ya de las ondas de el mar procuraron en la tierra conseruar las vi¬das, y el Perro (como ambriento y animoso) hacia buenas, y vitoriosas presas, en aquellos animales que á el y a su com-
(!) hasta el.
esta segunda Yndia) muchos de que aun se tiene poca no¬ticia, las gentes son semejantes (ó muy poco diferentes de * la primera Yndia) aunque tanto quanto mas se iban á los nacimientos de el Sol, y parte Oriental, eran menos rústi¬cos, y mas ayudados de buenas estrellas. L3 tercera y ultima Yndia comienza de el caudaloso rio Ganges de cuyos na¬cimientos auemos ya tratado, y se estiende acia el Septen¬trional asta encontrarse con Tartaros, descendientes de Jo- bab, y Abimael, y otros hermanos de Ophir, porque (como queda dicho) aquellos les cupo en suerte, y las propaga¬ciones Ophiritas se estendieron tanto, que llegaron auer las aguas del gran mar Occeano, por aquella parte que (de¬jando el Mundo en casi punta) se tuerce, y ladea buscando el Polo Artico: y debaxo de el se ua metiendo asta aquellos grados en que están las gentes que miran el Sol por sus Orizontes, y la mitad de el año con arta escaseza, final¬mente cundieron tanto los descendientes, de este padre, y caudillo, nombrado por la tierra adentro (sin querer co¬nocer mas) que fueron á ser padres de los Seres oy llamados Chinas: y si noto paran el mar (que con aquella buelta que digo se lo impidió) animo y gentes lleuauan para poblar otro nuebo Mundo aunque si á los doctos ansi place (y las sospecha de muchos tiene valor con algunas apariencias, y verisímiles que las corroboran) á cabo de muchos siglos (menos antiguos para nosotros) teniendo en poco el ter¬mino que el mar ponia para estoruo de su camino; en las embarcaciones que la necesidad (y la buena industria) les enseño, se pusieron á pasarlo, y aliando una región (no vista de otros mortales) la abitaron, y por ser en sus prin¬cipios esteril, entraron explorándola, y tanto quanto mas la buscauan tanto mas apacible la iban aliando; y alli per¬manecieron (ocultos á el Mundo) asta que nuestros Espa¬ñoles dieron con su descendiencia tan antigua ya en aquella parte de Mundo, que de todo punto tenian perdida la me¬moria, por donde, ni como alli auian venido sus antepa- ssados como se tratara en otro lugar.
Boluiendo aproseguir los aledaños, y términos de la Yndia mayor (ansi llamada por serlo, y ser mas Oriental) digo que ay en ella grandes, y espacio¬sísimos Reynos que se ban estendiendo á todas par¬tes de Cielo (porque como ya digimos) por lo Septen¬trional, parte términos con los Pueblos Tartaros, por lo Oriental, ccn la tierra de los Seres (o Chinas, por el Occi-dente con la Yndia segunda, quedándose esta con la mayor parte de el espacioso Reyno de Bengala, que por la parte que tiene marítima da nombre a todo aquel golfo: asta el desaguadero de el Ganges. Sigúese luego el Reyno de Mein- gor, y despues el de Camotay en los Septentrionales de el qual se halla el anchissimo lago de Chamay (padre y nutridor de tres caudalosos rios) que hacen húmedos, y montuosos á muchos Reynos, y Prouincias. Encima (y a el Septen¬trión de este Lago) astel (‘) templado Reyno de Toloman, y á la parte mas Oriental, esta el Reyno de Tipura, y entre dos Rios (hijos de el Lago Chamai) esta el Reyno Caypu- mo, mal sano por sus muchas ciénagas: á la baya que hacen los brazos de el Ganges asta Cheneram famoso Reyno por sus finos diamantes, esta Aua, Arracan, y el Reyno de Pegu, infamado por su mostruoso origen porque (si valen rela¬ciones de los de la misma tierra) dicen (y ansi lo trae Juan de Barros en sus historias) que quando ya por aquellas costas se usaua la nauegacion, pasando un Nauio de Chinas á contratar con los Yndianos padecieron Naufragio sobre las costas de aquel Reyno, que en aquel tiempo solo era abitacion de fieros, y crueles animales, y por auer tantos y tan horribles no auia quien se osase aventurar a poblarlo, y los hombres de la mal fortunada Ñaue perecieron todos y solo (a mucha ventura) salió a tierra una muger moza, y un grande y corpulento Perro, y puestos en saluo ya de las ondas de el mar procuraron en la tierra conseruar las vi¬das, y el Perro (como ambriento y animoso) hacia buenas, y vitoriosas presas, en aquellos animales que á el y a su com-
0) bastí el.
pañera querian ofender, y con la carne de los que el ma- taua se sustentauan ambos, y con su defensa se conser- uauan, vino aser que el Perro (por la poco continencia de aquella muger) tuvo aceso torpe con ella, y por estar dis¬puesta naturaleza quedo preñada, y a su tiempo parió una criatura con todas las partes eredadas de la madre, y las muy menos de el padre, este creció, y en su madre propia tubo hijos, y hijas, de quien se pudo henchir aquella parte de tierra que llaman Pegu. Siguesse despues de este mons¬truoso Reyno los de Mariaban, Tanazar donde comienza a despedirse de la tierra firme la rica, y famosa punta Au¬rea Chersoneso, llamada en el tiempo nuestro de Malaca aquien yo tengo por el verdadero paradero; (y aun sepul- chro) de el Patriarca Ophir, siguiese luego (contra el Oriente) el Reyno de Sian cuya costa va torciéndose (casi insensiblemente) acia el Norte, donde rematándose la ulti¬ma parte de la tierra Yndia, y comienzan los Reynos de Chauchinchina debajo el mando, y corona de Seres, (o Chinas) ardentissimos contendores de los Tartaros que se¬ñorean asta el Cathay. Estas son las circunferencias de la gran Yndia Oriental tan celebrada en diuinas y humanas letras: mas de sola la que llamamos Yndia primera y segun¬da se tuvo en el Mundo noticia asta poco tiempo antes de el Magno Alexandro: y de estas hace mención el Sagrado Testo debajo de el nombre de Yndia porque á la tercera pocos penetraron, y pocos Reyes de Persia se aprobecharon de ella (a lo menos por tierra) y por mar lo que de ella alcanzaban, (y de sus riquezas, y especerías, se aprobechauan) todo era por rescates traído de feria en feria y de mano en mano. Las Yslas adherentes, y cercanas a las dos Yndias (segunda y tercera) son tantas que no consienten suma. Esta (espe¬cialmente) la gran Taprobana tan ancha y estendida (que según Pomponio Mela refiere de Hiparcho) fue tenida por parte primera de otro nuebo Mundo. Tiene en su circuito (según Apiano) mil y ochocientas Yslas pobladas: y de aqui comienza tal coligación, y enlazamiento de las Yslas, que buscando esotro Norte Austral, se ban haciendo ¿numerables de algunas de las quales (necesariamente) haremos ade¬lante mension, Boluamos aora á nr0 Mundo mas conocido, y conozcamos en que estado estauan sus cosas a la sazón y tiempo de que vamos ablando: y aliarlo emos lleno ya de valerosos varones aunque los mas de ellos ciegos, y Ydolatras con el accidente que el Demonio entre ellos sembraba, re- gaua, y alimentua como veremos.
Cap. 12 de el socorro que el gran Osiris dio á España es¬tando tiranizada; y de su muerte, y de la funda¬ción de lacedemonia.
De los ramos fertiles propagados de las rayces de Adán, Noe, y su prosapia, florecían ya en el Mundo muchas fra-gantes, y odoríferas flores: que en lo moral, y hurbano se podían llamar espejos de varones; sino fueran á nubladas y escurecidas, con la vana Religión, y adoracion de los Fantásticos Dioses. Y entre muchos de quien tenemos no¬ticia, el mas señalado, y famoso, (de el siglo donde aora llegamos) era el gran Osiris a quien la ciega gentilidad (por pagarle algo de la mucha obligación, en que le estaua pues¬ta) lo llamo, y intitulo hijo de Júpiter (que era todo lo que aquel siglo podia hacer en onor) y de Niobe que (se¬gún Ouidio) fue nieta de el grande y famoso Athalante, primer conocedor de los cursos celestes: y hija de Tantalo, y hermana de Pelopes, por quien fue llamada Poloponeso aquella famosa Península: este Osiris subcedio en el Reyno de los Argiuos, á Phoroneo: por ser casado con Ysis su her¬mana, y hija de Ynaco: y de alli (dejando encomendado el gouierno a un hermano suyo) paso en Egipto con deseo de ganar gloria, y inmortalizar su nombre, y lleuo en su compañia a su muger, que no menos que el era valerosa, y prestantissima, tanto que dicen algunos que ella lleuo y enseño las letras á los Egipcios. Fueron ambos de las gentes pañera querian ofender, y con la carne de los que el ma- taua se sustentauan ambos, y con su defensa se conser- uauan, vino aser que el Perro (por la poco continencia de aquella muger) tuvo aceso torpe con ella, y por estar dis¬puesta naturaleza quedo preñada, y a su tiempo parió una criatura con todas las partes eredadas de la madre, y las muy menos de el padre, este creció, y en su madre propia tubo hijos, y hijas, de quien se pudo henchir aquella parte de tierra que llaman Pegu. Siguesse despues de este mons¬truoso Reyno los de Mariaban, Tanazar donde comienza a despedirse de la tierra firme la rica, y famosa punta Au¬rea Chersoneso, llamada en el tiempo nuestro de Malaca aquien yo tengo por el verdadero paradero; (y aun sepul- chro) de el Patriarca Ophir, siguiese luego (contra el Oriente) el Reyno de Sian cuya costa va torciéndose (casi insensiblemente) acia el Norte, donde rematándose la ulti¬ma parte de la tierra Yndia, y comienzan los Reynos de Chauchinchina debajo el mando, y corona de Seres, (o Chinas) ardentissimos contendores de los Tartaros que se¬ñorean asta el Cathay. Estas son las circunferencias de la gran Yndia Oriental tan celebrada en diuinas y humanas letras: mas de sola la que llamamos Yndia primera y segun¬da se tuvo en el Mundo noticia asta poco tiempo antes de el Magno Alexandro: y de estas hace mención el Sagrado Testo debajo de el nombre de Yndia porque á la tercera pocos penetraron, y pocos Reyes de Persia se aprobecharon de ella (a lo menos por tierra) y por mar lo que de ella alcanzaban, (y de sus riquezas, y especerias, se aprobechauan) todo era por rescates traido de feria en feria y de mano en mano. Las Yslas adherentes, y cercanas a las dos Yndias (segunda y tercera) son tantas que no consienten suma. Esta (espe¬cialmente) la gran Taprobana tan ancha y estendida (que según Pomponio Mela refiere de Hiparcho) fue tenida por parte primera de otro nuebo Mundo. Tiene en su circuito (según Apiano) mil y ochocientas Yslas pobladas: y de aqui comienza tal coligación, y enlazamiento de las Yslas, que buscando esotro Norte Austral, se ban haciendo ¡numerables de algunas de las quales (necesariamente) haremos ade¬lante mension. Boluamos aora á nro Mundo mas conocido, y conozcamos en que estado estauan sus cosas a la sazón y tiempo de que vamos ablando: y aliarlo emos lleno ya de valerosos varones aunque los mas de ellos ciegos, y Ydolatras con el accidente que el Demonio entre ellos sembraba, re- gaua, y alimentua como veremos.
Cap. 12 de el socorro que el gran Osiris dio á España es¬tando tiranizada; y de su muerte, y de la funda¬ción d-e lacedemonia.
De los ramos fertiles propagados de las rayces de Adán, Noe, y su prosapia, florecían ya en el Mundo muchas fra-gantes, y odoríferas flores: que en lo moral, y hurbano se podían llamar espejos de varones; sino fueran á nubladas y escurecidas, con la vana Religión, y adoracion de los Fantásticos Dioses. Y entre muchos de quien tenemos no¬ticia, el mas señalado, y famoso, (de el siglo donde aora llegamos) era el gran Osiris a quien la ciega gentilidad (por pagarle algo de la mucha obligación, en que le estaua pues¬ta) lo llamo, y intitulo hijo de Júpiter (que era todo lo que aquel siglo podia hacer en onor) y de Niobe que (se¬gún Ouidio) fue nieta de el grande y famoso Athalante, primer conocedor de los cursos celestes: y hija de Tantalo, y hermana de Pelopes, por quien fue llamada Poloponeso aquella famosa Peninsula: este Osiris subcedio en el Reyno de los Argiuos, á Phoroneo: por ser casado con Ysis su her¬mana, y hija de Ynaco: y de alli (dejando encomendado el gouierno a un hermano suyo) paso en Egipto con deseo de ganar gloria, y inmortalizar su nombre, y lleuo en su compañia a su muger, que no menos que el era valerosa, y prestantísima, tanto que dicen algunos que ella lleuo y enseño las letras á los Egipcios. Fueron ambos de las gentes
Egipcias recibidos, y estimados en mucho, y con el tiempo yban ganando mas reputación con las gentes, porque iban creciendo los beneficios, que de la mano de el uno, y de el otro recibían. De ellos aprendieron todas las mas cosas que aun Pueblo hace uiuir puliticamente, y atratarse y comu-nicarse las mas familias con las otras, y finalmente comenzo acriarlas alas á aquel Reyno, con que despues vino a bolar, y valer tanto. Especial el gran Osiris, se inclino á la casa, q’ en aquellas ebdades se tenia por mas, y de mayor nombre, que era redimir las repúblicas que á su noticia llegauan, estar opresas y afligidas de algún cruel tirano: teniendoles quitada la libertad (don gratissimo de la naturaleza) deja¬das otras jornadas, que este valeroso Osiris emprendió (ansi en la Yndia entonces conocida) como en Persia, Partía, Media, Asiria, y en lo demás de Asia y en Grecia, y otras partes de el Mundo digamos un oportuno socorro, que á nuestra España dio teniéndola fatigada, y opresa un rico, y opulento tirano (que según algunos Autores) deuia ser de la Aphrica lo qual pasa ansi. En el capitulo 10 de esta segunda parte dejamos apuntado como á el Principe, y Rey Español Tago, subcedio Beto lo que de este ay que decir degemoslo á los generales coronistas, y solo digamos, que de su apellido, y nombre, se llamo Betica aquel Pedazo de España, que oy se llama Andalucía, aunque algunos quie¬ren sentir, ó sospechar auerse llamado de tal nombre deriuandolo de Behim, que en lengua Hebrayca quiere decir tierra deleytossa, y fértil (qual lo fue nuestra Andalucía) finalmente nro Rey Beto murió auiendo reynado 31 años, sin dejar legitimo subcesor de sus Estados; y a esta causa quedó España alterada (ó la parte de ella que le reconocía vasallage) á la fama de la biudez de nr” madre España, un Aphricano (llamado Deabos Gerion) passo á ella con bas¬tante numero de gente, para lo que pretendia, casi el año antes de la Encarnación de Christo 1793. y comenzo á ti¬ranizarla por fuerza, alli donde arte ni industria no le era prouechosa, y con fuerzas, y demasias se hizo Señor de ella, y hincho sus campos, y de esas de muchas, y muy gruesas manadas de vacas, con que no alcanzo menor nombre, que con el Reyno tiránicamente adquirió, á este le dan el primado de auer en España descubierto, y aliado mineros de metales, especial de Oro, de que vino á tener gran co¬pia, no para lo que aora lo buscamos (según se presume) porque en aquellos tiempos no se usaua moneda, ni el oro se pretendía para mas que para hacer vasijas, y Jocalias, y ornatos de sus personas, mas para estos efectos (ó los que mas á Deabos Gerion le agradauan) es ansi que alca- zo tal, y tan copiosa suma de este metal, que los Griegos se llamaron Chriseo Gerion (que quiere decir Gerion de Oro) subieron tanto de punto las tiranicas vexaciones, que este Cauallero hacia á la gente de Andalucía, que llego á oidos de el buen Osiris, y fortaleciendo su buen intento con bastante copia de Nauios (de los que en aquel Siglo se usauan) y de valerosos soldados, pertrechados de las armas mejores, que pudieron aliar, poso en España, y no tan se¬cretamente, que el tirano Gerion no tubiese nueba de su venida, y en el conocimiento de la empresa que emprendía Osirios, conocio Gerion quan valeroso quería ser, y aperci¬biendo las mas gentes Españolas que pudo salió contra el a batalla en los campos de Tarifa: donde los españoles lo hi¬cieron valerosamente. Trauados, ya estos dos Principes en guerras fue el fin, y remate de ellas, que Osiris mato á Deabos Gerion y le quito el Reyno, este Gerion tenia tres hijos de quien se cuentan algunas fabulas, fundadas en la mucha semejanza, ansi de cuerpos como de condiciones, y inclinaciones que entre los tres auia pues queriendo el buen Osiris, que (ansi ellos como los demás de el Mundo) entendiesen que no le hizo tomar las armas la cudicia de reynar en España, sino solamente celo virtuoso, y el deseo de fauorecerlos tiránicamente oprimidos dejoles a los tres Ynfantes Geriones el Reyno nombrándolos por ligitimos erederos del. Y hecho esto (con sus victoriosas compañas) se voluio a Egipto donde fue alegremente recibido con pom-
Egipcias recibidos, y estimados en mucho, y con el tiempo yban ganando mas reputación con las gentes, porque iban creciendo los beneficios, que de la mano de el uno, y de el otro recibían. De ellos aprendieron todas las mas cosas que aun Pueblo hace uiuír puliticamente, y atratarse y comu-nicarse las mas familias con las otras, y finalmente comenzo acriarlas alas á aquel Reyno, con que despues vino a bolar, y valer tanto. Especial el gran Osiris, se inclino á la casa, q’ en aquellas ebdades se tenia por mas, y de mayor nombre, que era redimir las repúblicas que á su noticia llegauan, estar opresas y afligidas de algún cruel tirano: teniendoles quitada la libertad (don gratissimo de la naturaleza) deja¬das otras jornadas, que este valeroso Osiris emprendió (ansi en la Yndia entonces conocida) como en Persia, Partia, Media, Asiria, y en lo demás de Asia y en Grecia, y otras partes de el Mundo digamos un oportuno socorro, que á nuestra España dio teniéndola fatigada, y opresa un rico, y opulento tirano (que según algunos Autores) deuia ser de la Aphrica lo qual pasa ansi. En el capitulo 10 de esta segunda parte dejamos apuntado como á el Principe, y Rey Español Tago, subcedio Beto lo que de este ay que decir degemoslo á los generales coronistas, y solo digamos, que de su apellido, y nombre, se llamo Betica aquel Pedazo de España, que oy se llama Andalucía, aunque algunos quie¬ren sentir, ó sospechar auerse llamado de tal nombre deriuandolo de Behim, que en lengua Hebrayca quiere decir tierra deleytossa, y fértil (qual lo fue nuestra Andalucía) finalmente nru Rey Beto murió auiendo reynado 31 años, sin dejar legitimo subcesor de sus Estados; y a esta causa quedó España alterada (ó la parte de ella que le reconocía vasallage) á la fama de la biudez de nr” madre España, un Aphricano (llamado Deabos Gerion) passo á ella con bas¬tante numero de gente, para lo que pretendía, casi el año antes de la Encarnación de Christo 1793. y comenzo á ti¬ranizarla por fuerza, alli donde arte ni industria no le era prouechosa, y con fuerzas, y demasías se hizo Señor de ella, y hincho sus campos, y de esas de muchas, y muy gruesas manadas de vacas, con que no alcanzo menor nombre, que con el Reyno tiránicamente adquirió, á este le dan el primado de auer en España descubierto, y aliado mineros de metales, especial de Oro, de que vino á tener gran co¬pia, no para lo que aora lo buscamos (según se presume) porque en aquellos tiempos no se usaua moneda, ni el oro se pretendía para mas que para hacer vasijas, y Jocalias, y ornatos de sus personas, mas para estos efectos (ó los que mas á Deabos Gerion le agradauan) es ansi que alca- zo tal, y tan copiosa suma de este metal, que los Griegos se llamaron Chriseo Gerion (que quiere decir Gerion de Oro) subieron tanto de punto las tiranicas vexaciones, que este Cauallero hacia á la gente de Andalucía, que llego á oídos de el buen Osiris, y fortaleciendo su buen intento con bastante copia de Nauios (de los que en aquel Siglo se usauan) y de valerosos soldados, pertrechados de las armas mejores, que pudieron aliar, poso en España, y no tan se¬cretamente, que el tirano Gerion no tubiese nueba de su venida, y en el conocimiento de la empresa que emprendia Osirios, conocio Gerion quan valeroso quería ser, y aperci¬biendo las mas gentes Españolas que pudo salió contra el a batalla en los campos de Tarifa: donde los españoles lo hi¬cieron valerosamente. Trauados, ya estos dos Principes en guerras fue el fin, y remate de ellas, que Osiris mato á Deabos Gerion y le quito el Reyno, este Gerion tenia tres hijos de quien se cuentan algunas fabulas, fundadas en la mucha semejanza, ansí de cuerpos como de condiciones, y inclinaciones que entre los tres auia pues queriendo el buen Osiris, que (ansi ellos como los demás de el Mundo) entendiesen que no le hizo tomar las armas la cudicia de reynar en España, sino solamente celo virtuoso, y el deseo de fauorecerlos tiránicamente oprimidos dejoles a los tres Ynfantes Geriones el Reyno nombrándolos por ligitímos erederos del. Y hecho esto (con sus victoriosas compañas) se voluio a Egipto donde fue alegremente recibido con pom¬pa, y aparato Triumphal. Y como el que es malo natural¬mente, y de la cepa y malicia, oluida fácilmente el beneficio, y jamas pone en oluido el agrauio, estos Geriones barbaros, oluidando el bien que Osiris les auia hecho en acellos con justo titulo Reyes de tan principar Reyno, se les vino a el pensamiento procurar la uenganza de la muerte de su pa¬dre: y siempre aun malo se le ofrece coadjutor para su maldad, tan amano, y prompto, quanto el se lo puede de-sear, tuuieron modo los Geriones de cartearse con Thifon ermano de Osiris que con el residía en Egipto, y con da- diuas, y promesas le hicieron venir á la mayor maldad, que pudiera cometer que fue (sin razón ni Justicia) matar escondidamente á su buen hermano Osiris de quien el auia recibido muchas honras, y beneficios. Y hecho, y cometido tan feo crimen, se paso en España a fin de reciuir de los Geriones el premio de su mala empresa. Tenia Osiris un hijo no menos valeroso que el, llamado Orón Libio, a quien ya (por sus grandes hazañas) llamauan Hercules Egipcio. Este como supo la muerte de su padre en las Provincias donde se alió vino con mucha priesa á consolar á Ysis su madre de quien fue reciuido con alegres lagrimas. Y sin tomar el buen hijo mucho reposo pusieron en cuidado (el, y la viuda) buscar el cuerpo de el buen Osiris, y auiendo gastado en esto algunos dias lo aliaron echo piezas en un lugar cercano á la Ysla Siene de alli lo lleuaron con solem¬nes endehas, y lo sepultaron onradamente en Abatho (Ysla hecha en medio una laguna) no muy lejos de la Ciu.d de Memphis (ya famosa) la qual laguna llamaron Stigia: y a ella (de alli adelante) nadie podia llegar, sino solos los Sa¬cerdotes, ciertos dias de el año: y con vestiduras pontifica¬les. Y el Demonio (sagaz enemigo de los hombres, aliando por alli abierto camino para ensanchar mas su culto, se comenzo a mostrar en forma y figura de Buey, y leuantan- dase en dos pies acia muchas mudanzas, y meneos, tales que causauan admiración el verlo. Y (como dice Tibulo) creiendo los Egipcios que fuese su Osiris, adorándolo por
Dioses, y dedicáronle altares, y Templos con cerimonias tan feas, y torpes, que mas desonestidad seria el tratarlas, que falta era el no escriuirlas. En estas cosas (y sus seme¬jantes) se venían arrematar las proezas de los eroycos va¬rones de aquellas viejas edades: este era el pago que se daua á su virtud, y merecimientos, que auiendo sido temidos en el Mundo por medio Dioses, y hijos de Dioses despues de muertos los consagrauan Aras, y sacrificios, de muchos nombres, y formas y ansi (de punto en punto) se entorpe¬cían mas los entendimientos de los mortales, y se aumen- tauan en el Mundo los abusos, y engaños con grande aplau¬so, y fiesta de el Ynfierno, y sus Aldeanos: porque desde la ruina, y depusicion de sus superuos intentos: y desde que á el primer hombre vido criado (y sospecho a que fin) siempre ha pretendido las empresas conque en aquellos tiempos salia, siempre á los hombres ponia siñuelos, y aña¬gazas, para por una via, o por otra atraerlos a su culto, y veneración: en tanto grado, que si en su mano fuera el poderlo, diera a todo el Ynfierno con sus términos, y ale¬daños a trueco de que un hombre ayunase un dia en seruicio, y onra suya concluidas las abusiones, obsequias de el muerto Osiris se paso su hijo Hercules á España, donde (en pro- secusion de la guerra y en venganza de su padre) mato á los tres Geriones, y puso en el Reyno a su hijo Híspalo, y también dio la muerte á su fraticida Tio, Tiphon. Las cosas que auemos escrito, pasauan en nra España y en Egipto. En la Grecia (que ya comenzaua a leuantar caueza y dar á el Mundo flores pululantes en las virtudes morales) se ocu- paua (lo mas granado de ella) en aumentar y hacer crecer por el Mundo su nombre, y reputación, especial en la Peninsula Peloponeso (que en aquel tiempo era el corazon de aquel Reyno) se auia dispuesto un valeroso Cauallero (á ymitacion de Ynaco, y Phoroneo) a congregar las fa¬milias derramadas, y bagabundas por los montes, y espesuras; lleuados a tal manera de uivir: por la gruesa inorancia de el bien que le es á los hombres la uida urbana, y pulida pa, y aparato Triumphal. Y como el que es malo natural¬mente, y de la cepa y malicia, oluida fácilmente el beneficio,7 y jamas pone en oluido el agrauio, estos Geriones barbaros, oluidando el bien que Osiris les auia hecho en acellos con justo titulo Reyes de tan principar Reyno, se les vino a el pensamiento procurar la uenganza de la muerte de su pa¬dre: y siempre aun malo se le ofrece coadjutor para su maldad, tan amano, y prompto, quanto el se lo puede de¬sear, tuuieron modo los Geriones de cartearse con Thifon ermano de Osiris que con el residia en Egipto, y con da- diuas, y promesas le hicieron venir á la mayor maldad, que pudiera cometer que fue (sin razón ni Justicia) matar escondidamente á su buen hermano Osiris de quien el auia recibido muchas honras, y beneficios. Y hecho, y cometido tan feo crimen, se paso en España a fin de reciuir de los Geriones el premio de su mala empresa. Tenia Osiris un hijo no menos valeroso que el, llamado Orón Libio, a quien ya (por sus grandes hazañas) llamauan Hercules Egipcio. Este como supo la muerte de su padre en las Provincias donde se alió vino con mucha priesa á consolar á Ysis su madre de quien fue reciuido con alegres lagrimas. Y sin tomar el buen hijo mucho reposo pusieron en cuidado (el, y la viuda) buscar el cuerpo de el buen Osiris, y auiendo gastado en esto algunos dias lo aliaron echo piezas en un lugar cercano á la Ysla Siene de alli lo licuaron con solem¬nes endehas, y lo sepultaron onradamente en Abatho (Ysla hecha en medio una laguna) no muy lejos de la Ciu.d de Memphis (ya famosa) la qual laguna llamaron Stigia: y a ella (de alli adelante) nadie podia llegar, sino solos los Sa¬cerdotes, ciertos dias de el año: y con vestiduras pontifica¬les. Y el Demonio (sagaz enemigo de los hombres, aliando por alli abierto camino para ensanchar mas su culto, se comenzo a mostrar en forma y figura de Buey, y leuantan- dase en dos pies acia muchas mudanzas, y meneos, tales que causauan admiración el verlo. Y (como dice Tibulo) creiendo los Egipcios que fuese su Osiris, adorándolo por
Dioses, y dedicáronle altares, y Templos con cerimonias tan feas, y torpes, que mas desonestidad seria el tratarlas, que falta era el no escriuirlas. En estas cosas (y sus seme¬jantes) se venían arrematar las proezas de los eroycos va¬rones de aquellas viejas edades: este era el pago que se daua á su virtud, y merecimientos, que auiendo sido temidos en el Mundo por medio Dioses, y hijos de Dioses despues de muertos los consagrauan Aras, y sacrificios, de muchos nombres, y formas y ansi (de punto en punto) se entorpe¬cían mas los entendimientos de los mortales, y se aumen- tauan en el Mundo los abusos, y engaños con grande aplau¬so, y fiesta de el Ynfierno, y sus Aldeanos: porque desde la ruina, y depusicion de sus superuos intentos: y desde que á el primer hombre vido criado (y sospecho a que fin) siempre ha pretendido las empresas conque en aquellos tiempos salia, siempre á los hombres ponia siñuelos, y aña¬gazas, para por una via, o por otra atraerlos a su culto, y veneración: en tanto grado, que si en su mano fuera el poderlo, diera a todo el Ynfierno con sus términos, v ale¬daños a trueco de que un hombre ayunase un dia en seruicio, y onra suya concluidas las abusiones, obsequias de el muerto Osiris se paso su hijo Hercules á España, donde (en pro- secusion de la guerra y en venganza de su padre) mato á los tres Geriones, y puso en el Reyno a su hijo Hispalo, y también dio la muerte á su fraticida Tio, Tiphon. Las cosas que auemos escrito, pasauan en nr” España y en Egipto. En la Grecia (que ya comenzaua a leuantar caueza y dar á el Mundo flores pululantes en las virtudes morales) se ocu- paua (lo mas granado de ella) en aumentar y hacer crecer por el Mundo su nombre, y reputación, especial en la Península Peloponeso (que en aquel tiempo era el corazon de aquel Reyno) se auia dispuesto un valeroso Cauallero (á ymitacion de Ynaco, y Phoroneo) a congregar las fa¬milias derramadas, y bagabundas por los montes, y espesuras; lleuados a tal manera de uivir: por la gruesa inorancia de el bien que le es á los hombres la uida urbana, y pulida ciuil, y conociéndolo este valeroso Lacedemone (que ansi se llamaua) por el el aumento que ya se veia en la Cuidad, y república de Argos y la conmoda autoridad que les siguia de uivir ansi, recogio, y junto mas copia de Compañas, y con ellas dio principio á aína opulenta Cuidad que (de su nombre) llamo Lacedemonia, y en remuneración de tan prestante beneficio (a sus coetáneos hecho) le llamaron hijo de Júpiter siendo su madre Taygetes. Esta grande y famosa Cuidad fue vivificada despues, por las justas, y bien ordenadas leyes, que en ella y para ella estableció Licurgo como lo trata Plutarco en la vida de Legislator. Fue tam¬bién llamada esta República Sparta, de donde fue Reyna aquella Helena (muger de Menalao) que con el fuego de su amor se abrasaba Troya; fueron sus naturales llamados Lacedemonios, y Spartanos. Detenido nos auemos en ver acontecimientos remotos (al parecer) de mi primer in¬tento, mas ase hecho para dar lugar á la duración de los tiempos, llegase aquel sancto, y celebrado en las diuinas le¬tras, quando el buen Patriarca Jacob, se alió con su familia multiplicada en Egipto, como lo tocaremos breuemente en el siguiente Capitulo.
Cap. 13 de la salida que hizo el Patriarca Jacob de Cana- an, y su entrada en Egipto y de el nacimiento de Moysen y de la salida de Baco, á la gran Yndia Oriental, y otras cosas.
Quedo en los hombres (desde aquel primer yerro) por tan natural y propio el erras, que si en algunas cosas acier¬tan, ó es por milagro, ó por acídente (y a caso) y como son hombres los que an escrito historias, y muchos los que las an manijado, y trasladado y traducido de unas lenguas en otras, no es de marauillar (que fuera de la sagrada Es- criptura se hallen muchos) se alien muchos yerros con la computación de los tiempos, y aun en el contesto de su
proceder: porque aun en las cosas que a poco tiempo que sucedieron las oymos contar á muchos, y entre ellos discre¬pan, y diferencian ansi en el tiempo como en el progreso de la historia. Porque tal es la variación de nuestras desva¬riadas memorias: pues que ara en la que a tantos centenares de años, que subcedieron, como las que auemos contado, y escripto? ansi que (amantisimo, y piadoso lector) no ofenda á su entendimiento, ni me agas cargo de la discordia que notares en mis escritos, con aquellos que en otras partes abras leydo mas acertados, y menos disonantes de la ver-dadera computación (á juicio de tu entendimiento) y se cierto, que en este particular hice todas mis diligencias: y sino llegaron á donde llegan los gustos, y deseos de todos, culpen á la quebradiza materia de que soy hecho, y si algo aliare acertado alaben al Señor por tan alto milagro: digo (en presecucion de mi intento) que con discordancia de pocos años (antes o despues) yban acaeciendo en el Mundo, los casos, y subcesos atras referidos, y venidos al punto que dexamos, es ansi que el amor de padre piadoso saco a nuestro Patriarca Jacob de la tierra y región de Palestina de la Prouincia de Canaan, y lo llevo á Egipto auer a su deseado Joseph de cuya prosperidad, y felices sucesos, estaua informado como mas largo se podra ver en el Genesis, y lleuo en su compañia sus hijos, y nietos que en numero eran 66 personas. Venido auia el señorio, y mando de Egipto (sucesiuamente) en los decendientes de Soros, y Ogdoo Acoreo (descendientes de Mesrraim) que como atras queda dicho fueron Reyes primeros de aquella parte de Mundo: y en los tiempos donde aora llegamos reinaua en la Cuidad de Taphnes Naphies Pharaon ante el qual auia alcanzado gracia Joseph con la interpretación de los sueños. Este ospedo, y estimo en mucho al buen Patriarca Jacob y les dio eredades, y posesiones á el, y á sus hijos y nietos, y ansi fue plantada aquella eredad de el Señor en Egipto: donde con largo discurso de acontecimientos estubieron 230 años, y vinieron a tener el Reyno Pharaones que no tuvieron ni
ciuil, y conociéndolo este valeroso Lacedemone (que ansi se llama ua) por el el aumento que ya se veia en la Cuidad, y república de Argos y la conmoda autoridad que les siguia de uivir ansi, recogio, y junto mas copia de Compañas, y con ellas dio principio á una opulenta Cuidad que (de su nombre) llamo Lacedemonia, y en remuneración de tan prestante beneficio (a sus coetáneos hecho) le llamaron hijo de Júpiter siendo su madre Taygetes. Esta grande y famosa Cuidad fue vivificada despues, por las justas, y bien ordenadas leyes, que en ella y para ella estableció Licurgo como lo trata Plutarco en la vida de Legislator. Fue tam¬bién llamada esta República Sparta, de donde fue Reyna aquella Helena (muger de Menalao) que con el fuego de su amor se abrasaba Troya; fueron sus naturales llamados Lacedemonios, y Spartanos. Detenido nos auemos en ver acontecimientos remotos (al parecer) de mi primer in¬tento, mas ase hecho para dar lugar á la duración de los tiempos, llegase aquel sancto, y celebrado en las diuinas le¬tras, quando el buen Patriarca Jacob, se alió con su familia multiplicada en Egipto, como lo tocaremos breuemente en el siguiente Capitulo.
Cap. 13 de la salida que hizo el Patriarca Jacob de Cana- an, y su entrada en Egipto y de el nacimiento de Moysen y de la salida de Baco, á la gran Yndia Oriental, y otras cosas.

Quedo en los hombres (desde aquel primer yerro) por tan natural y propio el erras, que si en algunas cosas acier¬tan, ó es por milagro, ó por acídente (y a caso) y como son hombres los que an escrito historias, y muchos los que las an manijado, y trasladado y traducido de unas lenguas en otras, no es de marauillar (que fuera de la sagrada Es- criptura se hallen muchos) se alien muchos yerros con la computación de los tiempos, y aun en el contesto de su
proceder: porque aun en las cosas que a poco tiempo que sucedieron las oymos contar á muchos, y entre ellos discre¬pan, y diferencian ansi en el tiempo como en el progreso de la historia. Porque tal es la variación de nuestras desva¬riadas memorias: pues que ara en la que a tantos centenares de años, que subcedieron, como las que auemos contado, y escripto? ansi que (amantisimo, y piadoso lector) no ofenda á su entendimiento, ni me agas cargo de la discordia que notares en mis escritos, con aquellos que en otras partes abras leydo mas acertados, y menos disonantes de la ver¬dadera computación (á juicio de tu entendimiento) y se cierto, que en este particular hice todas mis diligencias: y sino llegaron á donde llegan los gustos, y deseos de todos, culpen á la quebradiza materia de que soy hecho, y si algo aliare acertado alaben al Señor por tan alto milagro: digo (en presecucion de mi intento) que con discordancia de pocos años (antes o despues) yban acaeciendo en el Mundo, los casos, y subcesos atras referidos, y venidos al punto que dexamos, es ansi que el amor de padre piadoso saco a nuestro Patriarca Jacob de la tierra y región de Palestina de la Prouincia de Canaan, y lo llevo á Egipto auer a su deseado Joseph de cuya prosperidad, y felices sucesos, estaua informado como mas largo se podra ver en el Genesis, y lleuo en su compañia sus hijos, y nietos que en numero eran 66 personas. Venido auia el señorio, y mando de Egipto (sucesiuamente) en los decendientes de Soros, y Ogdoo Acoreo (descendientes de Mesrraim) que como atras queda dicho fueron Reyes primeros de aquella parte de Mundo: y en ios tiempos donde aora llegamos reinaua en la Cuidad de Taphnes Naphies Pharaon ante el qual auia alcanzado gracia Joseph con la interpretación de los sueños. Este ospedo, y estimo en mucho al buen Patriarca Jacob y les dio eredades, y posesiones á el, y á sus hijos y nietos, y ansi fue plantada aquella eredad de el Señor en Egipto: donde con largo discurso de acontecimientos estubieron 230 años, y vinieron a tener el Reyno Pharaones que no tuvieron ni
alcanzaron noticia de el grandioso beneficio que Dios auia hecho a la tierra de Egipto por la santa tercería de el Pa-/ triarca Joseph. Y temiendose de la multiplicación, y pujanza de los Hebreos comenzaron a oprimir, y molestiar (con importunas, y pesadas ocupaciones) aquel Pueblo (no me¬recedor de tanta aflicion) creyendo que el mucho trabajar los seria parte para impedir la generación (y fue muy al contrario) y boluiendo el Señor los ojos de su clemencia sobre ellos, y dignando sus piadosos oidos, á sus continuos ruegos, y oraciones, en el diuino conclaue de su alta proui- dencia, se trato, y difinio su libertad, y rescate; por la or¬den que en el éxodo se contiene. Caudillo temporal de la qual obra fue el Sancto varón Moysen este venerable Ca- pitan, y beatissimo Patriarca afirman los mas graues Auto¬res (y entre ellos Annio de Viteruio) auer nacido en la Ciu.d de Taphnes en Egipto reynando en el Pharaon Ama- nophis, y en nra España el Rey Sicoro único de este nombre a los 36 años de su reynado este Sicoro Reyno 46 años de manera que a esta cuenta nació Moysen cerca de los años antes de el nacimiento de Christo 1571, y otros ponen en sus memoriales auer gouernado el Pueblo de Ysrael cerca de el año de 1467. antes de nuestra redempcion, y si fue en tal tiempo su gouierno no fue en tiempo de Sicoro su na¬cimiento, sino de Siceleo su nieto (ó de Sicano su hijo Rey de España) mas como quiera que sea de el tribu de Leui; nació este beatissimo protector de el Pueblo electo su ven¬turoso nacimiento, y bien formada crianza, y la mas que venturosa salida que hizo al disierto con las manadas de Jectro su Suegro Sacerdote de Madian, verlas an en el éxo¬do, donde amplia, y católicamente están escriptas, y lo que hace a mi intento y prosecución de nra Micelanea es que quando en aquella populosa Ciu.d de Taphnes (donde el Rey, y su Corte residía) estaua este Santissimo Procurador, tratando con Pharaon Chencres (que por muerte de Ama- nophis auia subcedido en el Reyno) de parte de Dios en la redempcion y libertad de el Pueblo Hebreo teniendo viuidos
de su edad 80 años, en la misma Ciu.d y en aquel tiempo entre los demás cortesanos se alio Libero Dionisio, ó Bacco (que todos estos nombres le competen). Era tan pujante, y estaua tan floreciente en estos tiempos la tierra de Egipto que hacia ventaja á muchos de el Mundo, y pocas de el le ygualauan, y ansi era la Corte de sus Reyes guarnecida, y frequentada de los famosos ansi como Lico Bisgenito Libe¬ro Dionisio Bromio, y Leneo siendo su nombre proprio, y mas antiguo Baco su propia y natural tierra (como atras queda apuntado) fue la primera Yndia, y la Ciu.d de Nosa (Autor Pomponio Mela) y por cosas raras y hechos pere¬grinos, que en el vieron las ciegas gentes (y principalmente por auerles hecho creer que el auia sido inventor de el vino mintiendo en ello) y darlo a beber a su debotos con mucha abundancia, y por ser su compañía escuela de torpes vicios lo tuuieron y estimaron por Dios, y por engrandecerlo mas fingieron de el auer sido hijo de Júpiter, y que Semele fue su madre de la qual (dicen los que mienten) que siendo preñada rrogo encarecidamente a su amado Júpiter se jun¬tase con ella en aquella forma, y con aquella magestad que se juntaua con su muger, y hermana Juno, y negándoselo muchas veces el vano Dios lo vino a conjurar por la Sti- gia Laguna el qual Juramento era irrefragable, y preciso. Y ansi le fue forzosamente el cumplirlo y viniendo a dormir con ella vestido de rayos, y fuegos, mato con uno á la preñada Semele (porque tal Dios como aquel no era de los que dan vida sino muerte temporal para que por alli entren en la eterna que sus pecados merecen) muerta Semele, saco de su vientre el Ynfante, y abriéndose Júpiter el muslo lo metió en el, y alli cumplió el tiempo que le faltaua para nacer, y de aqui le vino el nombre de Bisgenito, que quiere decir engendrado dos beces. Lo dicho es fabula y fantasia poética, y en hecho de verdad, Baco fue descendiente de la estirpe y familia de Ophir (que como queda visto dio gente á la Yndia Oriental) y fue valerosissimo hombre en consejo, y esfuerzo, y de altos pensamientos, estimado por
alcanzaron noticia de el grandioso beneficio que Dios auia hecho a la tierra de Egipto por la santa tercería de el Pa-» triarca Joseph. Y temiendose de la multiplicación, y pujanza de los Hebreos comenzaron a oprimir, y molestiar (con importunas, y pesadas ocupaciones) aquel Pueblo (no me¬recedor de tanta aflición) creyendo que el mucho trabajar los seria parte para impedir la generación (y fue muy al contrario) y boluiendo el Señor los ojos de su clemencia sobre ellos, y dignando sus piadosos oidos, á sus continuos ruegos, y oraciones, en el diuino conclaue de su alta proui- dencia, se trato, y difinio su libertad, y rescate; por la or¬den que en el éxodo se contiene. Caudillo temporal de la qual obra fue el Sancto varón Moysen este venerable Ca- pitan, y beatissimo Patriarca afirman los mas graues Auto¬res (y entre ellos Annio de Viteruio) auer nacido en la Ciu.’1 de Taphnes en Egipto reynando en el Pharaon Ama- nophis, y en nr” España el Rey Sicoro único de este nombre a los 36 años de su reynado este Sicoro Reyno 46 años de manera que a esta cuenta nació Moysen cerca de los años antes de el nacimiento de Christo 1571, y otros ponen en sus memoriales auer gouernado el Pueblo de Ysrael cerca de el año de 1467. antes de nuestra redempcion, y si fue en tal tiempo su gouierno no fue en tiempo de Sicoro su na¬cimiento, sino de Siceleo su nieto (ó de Sicano su hijo Rey de España) mas como quiera que sea de el tribu de Leui; nació este beatissimo protector de el Pueblo electo su ven¬turoso nacimiento, y bien formada crianza, y la mas que venturosa salida que hizo al disierto con las manadas de Jectro su Suegro Sacerdote de Madian, verlas an en el éxo¬do, donde amplia, y católicamente están escripias, y lo que hace a mi intento y prosecución de nr” Micelanea es que quando en aquella populosa Ciu.’1 de Taphnes (donde el Rey, y su Corte residia) estaua este Santissimo Procurador, tratando con Pharaon Chencres (que por muerte de Ama- nophis auia subcedido en el Reyno) de parte de Dios en la redempcion y libertad de el Pueblo Hebreo teniendo viuidos ,
de su edad 80 años, en la misma Ciu.*1 y en aquel tiempo entre los demás cortesanos se alio Libero Dionisio, ó Bacco (que todos estos nombres le competen). Era tan pujante, y estaua tan floreciente en estos tiempos la tierra de Egipto que hacia ventaja á muchos de el Mundo, y pocas de el le ygualauan, y ansi era la Corte de sus Reyes guarnecida, y frequentada de los famosos ansi como Lico Bisgenito Libe¬ro Dionisio Bromio, y Leneo siendo su nombre proprio, y mas antiguo Baco su propia y natural tierra (como atras queda apuntado) fue la primera Yndia, y la Ciu.d de Nosa (Autor Pomponio Mela) y por cosas raras y hechos pere¬grinos, que en el vieron las ciegas gentes (y principalmente por auerles hecho creer que el auia sido inventor de el vino mintiendo en ello) y darlo a beber a su debotos con mucha abundancia, y por ser su compañia escuela de torpes vicios lo tuuieron y estimaron por Dios, y por engrandecerlo mas fingieron de el auer sido hijo de Júpiter, y que Semele fue su madre de la qual (dicen los que mienten) que siendo preñada rrogo encarecidamente a su amado Júpiter se jun¬tase con ella en aquella forma, y con aquella magestad que se juntaua con su muger, y hermana Juno, y negándoselo muchas veces el vano Dios lo vino a conjurar por la Sti- gia Laguna el qual Juramento era irrefragable, y preciso. Y ansi le fue forzosamente el cumplirlo y viniendo a dormir con ella vestido de rayos, y fuegos, mato con uno á la preñada Semele (porque tal Dios como aquel no era de los que dan vida sino muerte temporal para que por alli entren en la eterna que sus pecados merecen) muerta Semele, saco de su vientre el Ynfante, y abriéndose Júpiter el muslo lo metió en el, y alli cumplió el tiempo que le faltaua para nacer, y de aqui le vino el nombre de Bisgenito, que quiere decir engendrado dos beces. Lo dicho es fabula y fantasía poética, y en hecho de verdad, Baco fue descendiente de la estirpe y familia de Ophir (que como queda visto dio gente á la Yndia Oriental) y fue valerosissimo hombre en consejo, y esfuerzo, y de altos pensamientos, estimado por
sus grandes proezas de todos los Principes de el Mundo, el paso (cargado de riquezas inestimables, que de su tierra auia^ recogido) á los Reynos, y prouincias de el Asia, donde con la largueza de sus gastos, y los vicios estraños a que era in¬clinado se hizo bien qúisto con todos. Plinio dice que en este viaje (atrauesando la Yndia) y llegando á la Ciu.d de Lapsano, huvo en Venus un hijo llamado Priapo (cuyas parte dejo para que otro las trate si tiene deseo de entorpe¬cer sus escriptos) que para los mios no es materia tan obce- na: en este camino con los anzuelos de el vino, y su cores- pondiente sensualid3. Junto Baco una infinita copia de bagabundos, que le pagauan sus espensas con hacer creer a las gentes rudas, que era Dios y hijo de Dioses seguían su compañía una confusa multitud de mugeres lasciuas, y desonestas, y ellas atraían asi con sus bayles, y músicas aquella amontonada canalla, boceando siempre lo ores de su Baco, liberal y alegre, y con semejante aparato paso á la menor Asia, y de alli á Grecia, leuantando entre las gentes de aquel Siglo un millón de patrañas y fabulas que serán largas de referir. Con la misma forma de vagabundas es- quadras paso á Egipto, y en el se alió el tiempo que señala-mos, con otros muchos valerosos forasteros, que á la fama de la magestad de Taphnes, y Corte auian llegado á ella con varios designios, y pretensiones, y entre estos también se alio un Cauallero Griego llamado Cecrops, en amistad muy conjunto ál bariable Baco aunque muy obpuesto, y contrario á sus vicios, y de sus sequaces q.d0 se llegaron aquellos dias (aciagos para Pharaon) quando por la inexo¬rable pertinacia de su dura ceruiz, rigido corazon, le iva Dios castigando, y aumentando la pena según se crecentaua la culpa por no querer dar libertad ál Pueblo de Dios, que injusta y tiránicamente tenia oprimido llego al invencible corazon de Dionisio Baco una nunca asta alli sentida tur¬bación en ver las aguas bueltas en sangre sentir un terrible ruido de requinadoras ranas, soportar los importunos mos¬quitos sufrir el intenso dolor, y ediondez de las postemas, >
y begigas nacidas de repente, y mucho mas se conturbo en ver caer tanto, y tan espeso granizo en tierra, y Región donde las nubes no están dispuestas para condensarlo, y el ver tanta multitud de destruidoras langostas y hallarse (como los demás) aprehendido de unas tinieblas palpables que a toda cosa dejaua sepultada, todo lo qual con su claro entendimiento (aunque escurecido con vicios) bien co¬nocía el Yndiano Baco ser efectos sobre naturales, y acae¬cidos sin tiempo comenzosele a formar en la fantasia un concepto engendrado de su elada temor, y como lo ima¬gino lo hizo publico entre aquellos con quien tenia ya opinion, y ansi decia que Egipto (con todo lo á ella anejo) estaua a punto de perecer; y que sin falta en poco tiempo se vería en aquella Región su total ruina, y á las naciones de el Mundo llegaría (en breues dias) la nueba de su repen¬tino interitu, y caida, y con tales palabras, (y otras persua- sorias que el añidia) de su pecho tímido, salto el temor en los demás porque gran motiuo da la cobardía, y miedo de el Capitan aque el Soldado este amedrentrado, y se conturbe mayormente en aquellos, que demás de ser viles, y apocados ellos tienen á su caudillo por inbencible y fuerte, con pe- lixo de el miedo, fue apercibiendo Baco á las gentes que asta alli le seguian, y otra infinita caterva, que la largueza de sus vicios le amontono, y con gran copia de canalla tomo el camino para su patria con intento de entrar á la Yndia ultima, y inquietarla, y robarla y aumentar sus riquezas para poder mejor perpetuar sus vicios, y banquetear sus sectarios. Cecrobs (el otro estimado estrangero, que deja¬mos nombrado) aprehendido de el mismo temor, (y por ventura persuadido de Baco) se dispuso á huir de Egipto; porque su caida no le cogiese de bajo. Mas no quiso seguir á Libero Baco; porque sus vicios, y manera de viuir le desa¬gradaba, y ansi se paso á Grecia donde poblo la famosa Cuidad de Áthenas, que fue madre criadora de ciencias. Baco atrauesando los secos arenales, comenzo á entrar por la tierra de Madian y salió á las cabezadas de Arabia feliz,
sus grandes proezas de todos los Principes de el Mundo, el paso (cargado de riquezas inestimables, que de su tierra auia* recogido) á los Reynos, y prouincias de el Asia, donde con la largueza de sus gastos, y los vicios estraños a que era in¬clinado se hizo bien quisto con todos. Plinio dice que en este viaje (atrauesando la Yndia) y llegando á la Ciu.d de Lapsano, huvo en Venus un hijo llamado Priapo (cuyas parte dejo para que otro las trate si tiene deseo de entorpe¬cer sus escriptos) que para los mios no es materia tan obce- na: en este camino con los anzuelos de el vino, y su cores- pondiente sensualidd. Junto Baco una infinita copia de bagabundos, que le pagauan sus espensas con hacer creer a las gentes rudas, que era Dios y hijo de Dioses seguían su compañia un3 confusa multitud de mugeres lasciuas, y desonestas, y ellas atraían asi con sus bayles, y músicas aquella amontonada canalla, boceando siempre lo ores de su Baco, liberal y alegre, y con semejante aparato paso á la menor Asía, y de alli á Grecia, leuantando entre las gentes de aquel Siglo un millón de patrañas y fabulas que serán largas de referir. Con la misma forma de vagabundas es- quadras paso á Egipto, y en el se alió el tiempo que señala-mos, con otros muchos valerosos forasteros, que á la fama de la magestad de Taphnes, y Corte auian llegado á ella con varios designios, y pretensiones, y entre estos también se alio un Cauallero Griego llamado Cecrops, en amistad muy conjunto ál bariable Baco aunque muy obpuesto, y contrario á sus vicios, y de sus sequaces q.do se llegaron aquellos dias (aciagos para Pharaon) quando por la inexo¬rable pertinacia de su dura ceruiz, rígido corazon, le iva Dios castigando, y aumentando la pena según se crecentaua la culpa por no querer dar libertad ál Pueblo de Dios, que injusta y tiránicamente tenia oprimido llego al invencible corazon de Dionisio Baco una nunca asta alli sentida tur¬bación en ver las aguas bueltas en sangre sentir un terrible ruido de requinadoras ranas, soportar los importunos mos¬quitos sufrir el intenso dolor, y ediondez de las postemas,
y begigas nacidas de repente, y mucho mas se conturbo en ver caer tanto, y tan espeso granizo en tierra, y Región donde las nubes no están dispuestas para condensarlo, y el ver tanta multitud de destruidoras langostas y hallarse (como los demás) aprehendido de unas tinieblas palpables que a toda cosa dejaua sepultada, todo lo qual con su claro entendimiento (aunque escurecido con vicios) bien co¬nocía el Yndiano Baco ser efectos sobre naturales, y acae¬cidos sin tiempo comenzosele a formar en la fantasia un concepto engendrado de su elada temor, y como lo ima¬gino lo hizo publico entre aquellos con quien tenia ya opinion, y ansi decia que Egipto (con todo lo á ella anejo) estaua a punto de perecer; y que sin falta en poco tiempo se veria en aquella Región su total ruina, y á las naciones de el Mundo llegaría (en breues dias) la nueba de su repen¬tino interitu, y caida, y con tales palabras, (y otras persua¬soras que el añidia) de su pecho timido, salto el temor en los demás porque gran motiuo da la cobardía, y miedo de el Capitan aque el Soldado este amedrentrado, y se conturbe mayormente en aquellos, que demás de ser viles, y apocados ellos tienen á su caudillo por inbencible y fuerte, con pe- lixo de el miedo, fue apercibiendo Baco á las gentes que asta alli le seguian, y otra infinita caterva, que la largueza de sus vicios le amontono, y con gran copia de canalla tomo el camino para su patria con intento de entrar á la Yndia ultima, y inquietarla, y robarla y aumentar sus riquezas para poder mejor perpetuar sus vicios, y banquetear sus sectarios. Cecrobs (el otro estimado estrangero, que deja¬mos nombrado) aprehendido de el mismo temor, (y por ventura persuadido de Baco) se dispuso á huir de Egipto; porque su caida no le cogiese de bajo. Mas no quiso seguir á Libero Baco; porque sus vicios, y manera de viuir le desa¬gradaba, y ansi se paso á Grecia donde poblo la famosa Cuidad de Áthenas, que fue madre criadora de ciencias. Baco atrauesando los secos arenales, comenzo á entrar por la tierra de Madian y salió á las cabezadas de Arabia feliz,
y entre ella, y la Petrea, y por gran parte de la disierta, salió á Persia turbando ál Mundo su nombre, y aparato, y como ladrón casero, sabia muy bien los portillos, por donde se auia de entrar acer salto. Y ansi acordo (para asombrar las gentes) inventar instrumentos orribles, y alli fue donde se comenzo en el Mundo el Atambar instrumen¬to liuano para lleuar; y pessado para sufrir por la rudeza de su sonido: invento mas (para que aquellas gentes mal sabidas entendiessen, que los montes, y no los hombres se mouian contra ellos) que sus Soldados, y gentes fuesen cu¬biertos de ramos, de donde salió el nombre de Tirsos á sus sequaces; con tal aparato, y con las crueldades y daños, que iban aciendo se atemorizo la primera y segunda Yndia (que oluidada ya su gente de las enemigas armas de los Babilo¬nios) auian vivido, y se auian conseruado en una quieta y ociosa paz (aunque alterados algunas veces con guerrillas caseras, y de poco momento) mas luego que sonaron los Atambores de Baco: y se vieron en la tierra sus Tirsos, y Soldados, enrramados, y oieron el confuso estrepito de la canalla sin juicio, lo perdieron los simples Yndianos, y huiendo tal furor, peregrinaron de uno en otro peligro como lo diremos quando asentemos el hecho de Cecrops, que como dijimos fundo á Athenas la nominatissima, por sus academias, y unibersidad.
Cap. 14 de la fundación de Atenas en Grecia y de la buelta de Bacco de la Yndia, y daños que en ella hizo y de su entrada en España, y de la equivocación de los Pharaones de Egipto.—
Tanto pudo el temor arraygado en el animo de el buen cauallero Cecrops, y la certeza que Baco auia hecho de la total ruina de Egipto, acompañado con las portentosas se¬ñales que el veia que se puso en huida: mas hesta hizo (no en compañía de un vicioso abominable como Baco aunque era tenido por uno de sus vanos Dioses) sino solo se entrego a el mar y si camino de mas trabajo, y riesgo hallara, tam¬bién lo eligiera antes que admitir compañía de un hombre tan desenfrenado en los vicios, y torpezas como era aquel que su fabor, y compañia muchas veces le auia ofrecido. Mucho deue el virtuoso y bueno el huir y reusar la compa¬ñia y conversación de el malo, y reprouado: porque aunque no corrompa el trato de el tal, las costumbres de el perfecto á lo menos mancha su fama, y pone en opiniones su vida, que puesto en poca agua de todo punto no quite el ser á el vino, no deja de relajarle la fuerza, y hacerle perder parte de su color. Ansi se paso á Grecia el buen Cecrops, acom¬pañado de las gentes aficionadas á su virtuosa manera de ui- uir, y fundo la Ciudad dicha sitiada en aquella parte donde participa mas del mar Actico, La Prouincia de Acaya. Llamóse Atenas, primero Cecropia (por retener el nombre de su fundador) despues mudo el apellido, y se llamo Mop- sopia, por Mopso; que en ella tuuo el mando, y finalmente Minerua le llamo Athenas (como lo dice Cicerón en su oratoria). Tuvo este Cecrops un hijo no menos valeroso, y virtuoso que lo fue el (llamado Herisiton) deuoto gran-demente á sus Dioses vanos, y muy grato, y amigable, para los de su edad. En este tiempo (o poco mas adelante de el donde aora llegamos) fundo un sunptuoso templo en Del- phos, á la diosa Themis, donde unas cabras paciendo sobre una cueua que alli cerca estaua descubrieron el lugar don¬de el Demonio daua sus oráculos, y mandauan que lo hon- rrasen como lo nota Lactancio firmiano en sus di¬urnas instituciones despues un hijo de Latona (llamado Apollo) hombre poderoso (y no Rey de Delpho» como algunos lo llamauan) amplio, y enoblecio aquel templo haciendo creer á los de aquel siglo muchos engaños, y vanidad«s de estos (y de los ardides que este embaucador Apolo tuuo para sembrar este error) trata Paulo Orosio en su ormesta Mundi; este fue aquel celebratissimo templo de Apollo Delphico donde dauan respuesta las doncellas sacer- y entre ella, y la Petrea, y por gran parte de la disierta, salió á Persia turbando ál Mundo su nombre, y aparato, y como ladrón casero, sabia muy bien los portillos, por donde se auia de entrar acer salto. Y ansi acordo (para asombrar las gentes) inventar instrumentos orribles, y alli fue donde se comenzo en el Mundo el Atambar instrumen-to liuano para lleuar; y pessado para sufrir por la rudeza de su sonido: invento mas (para que aquellas gentes mal sabidas entendiessen, que los montes, y no los hombres se mouian contra ellos) que sus Soldados, y gentes fuesen cu¬biertos de ramos, de donde salió el nombre de Tirsos á sus sequaces; con tal aparato, y con las crueldades y daños, que iban aciendo se atemorizo la primera y segunda Yndia (que oluidada ya su gente de las enemigas armas de los Babilo¬nios) auian vivido, y se auian conseruado en una quieta y ociosa paz (aunque alterados algunas veces con guerrillas caseras, y de poco momento) mas luego que sonaron los Atambores de Baco: y se vieron en la tierra sus Tirsos, y Soldados, enrramados, y oieron el confuso estrepito de la canalla sin juicio, lo perdieron los simples Yndianos, y huiendo tal furor, peregrinaron de uno en otro peligro como lo diremos quando asentemos el hecho de Cecrops, que como dijimos fundo á Athenas la nominatissima, por sus academias, y unibersidad.
Cap. 14 de la fundación de Atenas en Grecia y de la buelta de Bacco de la Yndia, y daños que en ella hizo y de su entrada en España, y de la equivocación de los Pharaones de Egipto.—
Tanto pudo el temor arraygado en el animo de el buen cauallero Cecrops, y la certeza que Baco auia hecho de la total ruina de Egipto, acompañado con las portentosas se¬ñales que el veia que se puso en huida: mas hesta hizo (no en compañía de un vicioso abominable como Baco aunque era tenido por uno de sus vanos Dioses) sino solo se entrego a el mar y si camino de mas trabajo, y riesgo hallara, tam¬bién lo eligiera antes que admitir compañia de un hombre tan desenfrenado en los vicios, y torpezas como era aquel que su fabor, y compañia muchas veces le auia ofrecido. Mucho deue el virtuoso y bueno el huir y reusar la compa¬ñia y conversación de el malo, y reprouado: porque aunque no corrompa el trato de el tal, las costumbres de el perfecto á lo menos mancha su fama, y pone en opiniones su vida, que puesto en poca agua de todo punto no quite el ser á el vino, no deja de relajarle la fuerza, y hacerle perder parte de su color. Ansi se paso á Grecia el buen Cecrops, acom¬pañado de las gentes aficionadas á su virtuosa manera de ui- uir, y fundo la Ciudad dicha sitiada en aquella parte donde participa mas del mar Actico, La Prouincia de Acaya. Llamóse Atenas, primero Cecropia (por retener el nombre de su fundador) despues mudo el apellido, y se llamo Mop- sopia, por Mopso; que en ella tuuo el mando, y finalmente Minerua le llamo Athenas (como lo dice Cicerón en su oratoria). Tuvo este Cecrops un hijo no menos valeroso, y virtuoso que lo fue el (llamado Herisiton) deuoto gran-demente á sus Dioses vanos, y muy grato, y amigable, para los de su edad. En este tiempo (o poco mas adelante de el donde aora llegamos) fundo un sunptuoso templo en Del- phos, á la diosa Themis, donde unas cabras paciendo sobre una cueua que alli cerca estaua descubrieron el lugar don¬de el Demonio daua sus oráculos, y mandauan que lo hon- rrasen como lo nota Lactancio firmiano en sus di- uinas instituciones despues un hijo de Latona (llamado Apollo) hombre poderoso (y no Rey de Delpho» como algunos lo llamauan) amplio, y enoblecio aquel templo haciendo creer á los de aquel siglo muchos engañoe, y vanidad«s de estos (y de los ardides que este embaucador Apolo tuuo para sembrar este error) trata Paulo Orosio en su ormesta Mundi; este fue aquel celebratissimo templo de Apollo Delphico donde dauan respuesta las doncellas sacer- dotissas, dedicadas para aquel oficio Sibilino, y ansi perma¬neció asta la predicación Euangelica. 9
A nuestros Yndianos Ophiritas despulsados, y sin alien¬to los traian las armas, y rumores de Bacco desterrados de sus asientos, y fuera de las tierras que Dios les dio en suerte mas quien no auia de huir de las manos, y fiereza de aquella infernal bestia (si como dice Orosio) mañaua la Yndia en sangre con crueldad y henchía el Mundo de Juegos lasci- uos, y sucios: no quedo en todo lo que contienen las tres Yndias cuerpo de hombre de donde no fuese sacada (o elada) la sangre con las armas, y miedo; de esta vez se alargaron tanto poblando, y hinchendo Yslas, los atemori¬zados Yndios, que vinieron ha aliarse en parte donde al me¬dio dia no hacian sombra sus cuerpos, y las noches no di- ferenciauan de los dias en la duración, gozauan de dos Yn- uiernos, y dos veranos, y pudieron ver sus sombras esten¬derse, ygualmente á la una vanda, y a la otra (durante los dos desuios que el Sol hace á visitar los Tropicos) y no para alli, la peregrinación de los que menos podían por¬que siendo una vez leuantados de sus propios asientos (de quien el largo tiempo les auia dado posesion, propiedad) se andauan vagabundos, y desterrados no ocupados en mas que en huir (no de la furiosa mano de los Tiranos) sino de el miedo de ellos, que este les acia mas guerra á sus ate¬morizados corazones en aquellos lugares, que no las enemi¬gas armas en sus desnudos cuerpos: no veia ramo de árbol menearse, que no atendiesen ser uno de los Tirsos de Baco y aun este miedo se estendio asta las mas remotas, y alexa- das Yslas donde jamas seuido ni se pensó ver soldado, ni sequaz de el mal Capitan Bacco, ya se uido Ysla despoblarse, y huir todos sus moradores sin ver ninguno de ellos la causa por que huia fueles faborable su suerte, y remedio efica- cissimo para su temor hallarse en parte de Mundo donde el mar les ofrecía (a cada passo) nuebas Yslas para mora¬das permanentes, o para escondrijos por tiempo limitado. Mas como el repuesto que dejauan era de poco mas valor, que el que podían hallar no se les daua mucho ni se fatí- gauan por boluer por las alajas que desamparauan en su huida. No tenían nombre (ni en largos años despues lo tu- uieron) las inumerables Yslas que de este rebato, y sobre salto se descubrieron y poblaron que aunque en efecto venían huiendo, el miedo que de la tierra firme tuuieron les quito de todo punto el que de el mar solían tener, y con una pa¬sión de animo curaron otra (como suele acaecer). Ya el ti¬rano Dionissio Baco (y su vagabunda canalla) estauan artos de vencer, y cargados de riquezas y manchados de sangre humana, y la Yndia mayor (y las á ellas anexas, y conjun¬tas) puestas debajo la obediencia de el vano Dios, quando dispuso su partida, saliéndose por las faldas de las Armenias entro en la Capacodia, y de alli torcio sobre la Phenicia y Palestina, y Judea, y por todas partes, y va inficionando el Mundo, y inventando nouedades, como hombre vano, insolente y ambicioso aqui comenzo a usar las guirnaldas de yedra, para que con ellas en las cabezas celebrasen sus fiestas (según, y como despues se uso como consta de los Machabeos) invento también la Tiara (o Corona) por re¬presentación de Magestad aunque Diodoro Siculo dice que quando se embriagaua (lo qual era en el muy ordinario) se le meneaua demasiadamente la cabeza, y que para escusar aquella fealdad quando queria beuer se ataua en ella aquella Tiara, y poníanle nombre onoroso, para con el encubrir aquel vicioso defecto, y de alli vino á los Reyes usasen de aquel ornato en las cauezas. También uso el Báculo (ó bordon) deriuando el nombre de el suyo propio, y fue a fin de tener en que estriuar, quando el vino luchase con el. De otras cosas lo hacen inventor que tratarlas aquí no compete a mi escriptura. Muchos años gasto el desalmado Baco en estos viages, y correrías, mas no se como pudieron ser tantos como auian de ser necesariamente para venir á nuestra Es¬paña en el tiempo que nuestros Coronistas ponen su llega¬da. Nuestro Maestro Antonio de Nebrixa certifica su ve¬nida despues de auer vencido, y sugetado la Yndia (como dotissas, dedicadas para aquel oficio Sibilino, y ansi perma¬neció asta la predicación Euangelica. 9
A nuestros Yndianos Ophiritas despulsados, y sin alien¬to los traian las armas, y rumores de Bacco desterrados de sus asientos, y fuera de las tierras que Dios les dio en suerte mas quien no auia de huir de las manos, y fiereza de aquella infernal bestia (si como dice Orosio) mañaua la Yndia en sangre con crueldad y henchía el Mundo de Juegos lasci- uos, y sucios: no quedo en todo lo que contienen las tres Yndias cuerpo de hombre de donde no fuese sacada (o elada) la sangre con las armas, y miedo; de esta vez se alargaron tanto poblando, y hinchendo Yslas, los atemori¬zados Yndios, que vinieron ha aliarse en parte donde al me¬dio dia no hacían sombra sus cuerpos, y las noches no di- ferenciauan de los dias en la duración, gozauan de dos Yn- uiernos, y dos veranos, y pudieron ver sus sombras esten¬derse, ygualmente á la una vanda, y a la otra (durante los dos desuios que el Sol hace á visitar los Tropicos) y no para alli, la peregrinación de los que menos podían por¬que siendo una vez leuantados de sus propios asientos (de quien el largo tiempo les auia dado posesion, propiedad) se andauan vagabundos, y desterrados no ocupados en mas que en huir (no de la furiosa mano de los Tiranos) sino de el miedo de ellos, que este les acia mas guerra á sus ate¬morizados corazones en aquellos lugares, que no las enemi¬gas armas en sus desnudos cuerpos: no veia ramo de árbol menearse, que no atendiesen ser uno de los Tirsos de Baco y aun este miedo se estendio asta las mas remotas, y alexa- das Yslas donde jamas seuido ni se pensó ver soldado, ni sequaz de el mal Capitan Bacco, ya se uido Ysla despoblarse, y huir todos sus moradores sin ver ninguno de ellos la causa por que huia fueles faborable su suerte, y remedio efica- cissimo para su temor hallarse en parte de Mundo donde el mar les ofrecía (a cada passo) nuebas Yslas para mora¬das permanentes, o para escondrijos por tiempo limitado. Mas como el repuesto que dejauan era de poco mas valor, que el que podían hallar no se les daua mucho ni se fati- gauan por boluer por las alajas que desamparauan en su huida. No tenían nombre (ni en largos años despues lo tu- uieron) las ¡numerables Yslas que de este rebato, y sobre salto se descubrieron y poblaron que aunque en efecto venían huiendo, el miedo que de la tierra firme tuuieron les quito de todo punto el que de el mar solían tener, y con una pa¬sión de animo curaron otra (como suele acaecer). Ya el ti¬rano Dionissio Baco (y su vagabunda canalla) estauan artos de vencer, y cargados de riquezas y manchados de sangre humana, y la Yndia mayor (y las á ellas anexas, y conjun¬tas) puestas debajo la obediencia de el vano Dios, quando dispuso su partida, saliéndose por las faldas de las Armenias entro en la Capacodia, y de alli torcio sobre la Phenicia y Palestina, y Judea, y por todas partes, y va inficionando el Mundo, y inventando nouedades, como hombre vano, insolente y ambicioso aqui comenzo a usar las guirnaldas de yedra, para que con ellas en las cabezas celebrasen sus fiestas (según, y como despues se uso como consta de los Machabeos) invento también la Tiara (o Corona) por re¬presentación de Magestad aunque Diodoro Siculo dice que quando se embriagaua (lo qual era en el muy ordinario) se le meneaua demasiadamente la cabeza, y que para escusar aquella fealdad quando queria beuer se ataua en ella aquella Tiara, y ponianle nombre onoroso, para con el encubrir aquel vicioso defecto, y de alli vino á los Reyes usasen de aquel ornato en las cauezas. También uso el Báculo (ó bordon) deriuando el nombre de el suyo propio, y fue a fin de tener en que estriuar, quando el vino luchase con el. De otras cosas lo hacen inventor que tratarlas aqui no compete a mi escriptura. Muchos años gasto el desalmado Baco en estos viages, y correrias, mas no se como pudieron ser tantos como auian de ser necesariamente para venir á nuestra Es¬paña en el tiempo que nuestros Coronistas ponen su llega¬da. Nuestro Maestro Antonio de Nebrixa certifica su ve¬nida despues de auer vencido, y sugetado la Yndia (como lo refiere en unos versos ál fin de su Arte). Florian de Ocampo señala su venida á nuestra tierra cerca de los años antes de Christo de 1325, y auer poblado á Lebrixa (Ciu¬dad del Andalucía) y no ay que dubdar el auerse hallado en Egipto, en tiempo de él Sancto Moysen (como dejamos dicho). Y por que no ymaginen, que es imaginación mia, el traerlo á Taphnes en la cointura, y sazón referida, mira, y busque (quien de lo tal me pusiere el cargo) unas Bi¬blias aprobadissimas, por ¡su mucha antigüedad: y entre unas cotas que tiene en el margen quando se escriuen en el margen algunos coloquios de Moysen, y Pharaon, y los por¬tentos, y señales que Dios hacia en castigo de su dureza, y hallara hecha breue duración de los que yo escriuo (y aun¬que breue) muy bastante para decir lo dicho. Sea como fuere todos los Coronistas Españoles, y los que de sus cosas tratan dicen auer venido á ella Bacco con la multitud con¬fusa de vagabundas compañas que dejamos dicho. Dicen las historias que de sus cosas tratan, que pasando los disier- tos secos de la arenoa Aphrica se alió en una necesidad ex-trema, porque como aquella tierra de suyo sea esteril de agua, y las gentes de su exercito casi infinitas, y los soles muy re¬cios (por ser sus Cielos falto de nublados, que mitiguen sus rayos) comenzo a padecer una intensísima sed, añidiale rigor el ser aquella gente dada a uino y vicios que lo uno añide sequedad en las venas, y lo otro disminuie el aliento, y hace á los hombres flacos para sufrir trabajos; esta nece¬sidad le apretaua y lleuaua á lo ultimo: y subcedio (llegando á algún migajon de tierra jugosa) que toparon un Carnero, y por clara razón conocieron, que alli donde el tal animal se criaua no auria falta de agua mayormente que ya beian arboles, y prados verdosos, y comenzo a fingir Dionissio Bacco que auia hecho oracion á su padre Júpiter, y que por virtud, y mérito de ella se le auia aparecido en forma de aquel manso animal, y les auia mostrado el agua que luego aliaron a cabo de mucho rato. Confirmo este acaeci¬miento mucho (los animales de aquellos barbaros Sectarios) •en la creencia, deuoción de su caudillo, y de común consen¬timiento (despues de auer alli reposado algunos dias) se dio principio a un suntuoso, y phantastico Templo en reue- rencia y deuocion de su vano Júpiter, a quien llamaron Amon, porque quiere tanto decir como Júpiter de los are¬nales, este Templo fue muy estimado, y frequentado des-pues aunque otros atribuien esta fundación de Templo a el gran Osiris. Llego á nuestra España este Yndiano barbaro (con aquella escoria de el Mundo, torpe y bocinglera) reynando en ella (como quieren nuestros Chronistas). Romo de quien ni se conocio padre, ni linage escriuese de el auer poblado (cerca de el Mar Mediterráneo) la Ciu.d de Valencia, a quien (a diferencia de otras) llamamos de Aragón (o de el Cid) á esta primero llamaron de su nom¬bre de este Rey, Romo (que en griego suena lo mismo que Valencia) vino en la compañia de Bacco un Capitan muy priuado suyo (y algunos quieren decir que su hijo) llamado Lusso, que aportando á la tierra, y parte mas occidental de nuestra España, dio principio á la poblacion de aquella donde aliamos aora á Portugal, primero (y por su funda¬dor) llamada Lusitania. Auiendo Baco hecho notables cosas en España, se voluio á el Leuante donde feneció sus dias, y bajo á el Ynfierno cargado de pecados propios, y ágenos.
Partido Bacco de Egipto (como atras digimos) no tardo mucho el remedio de los oprimidos hebreos: porque (por orden de el piadoso Dios que de ellos se compadecia) en una noche los saco Moisen de aquella iniqua Ciudad, y los puso en libertad con arta perdida y daño de los Egipcios (como se le en el éxodo) auiendo cumplido 430 años caua- les de su destierro, y peregrinación entraron al principio (como queda dicho) con el Patriarca Jacob en Egipto 66 personas entre hijos y nietos de todas edades, y los que salieron aora (acaudillados por el Sancto Moysen cuyo coadjutor era Aron su hermano) fueron 600 mil de pelea, sin muchachos, niños, ni mugeres. Suele la equivocación de los nombres confundir y escurecer las escripturas, lle- lo refiere en unos versos ál fin de su Arte). Florian de Ocampo señala su venida á nuestra tierra cerca de los años antes de Christo de 1325, y auer poblado á Lebrixa (Ciu¬dad del Andalucia) y no ay que dubdar el auerse hallado en Egipto, en tiempo de el Sancto Moysen (como dejamos dicho). Y por que no ymaginen, que es imaginación mia, el traerlo á Taphnes en la cointura, y sazón referida, mira, y busque (quien de lo tal me pusiere el cargo) unas Bi¬blias aprobadissimas, por su mucha antigüedad: y entre unas cotas que tiene en el margen quando se escriuen en el margen algunos coloquios de Moysen, y Pharaon, y los por¬tentos, y señales que Dios hacia en castigo de su dureza, y hallara hecha breue duración de los que yo escriuo (y aun¬que breue) muy bastante para decir lo dicho. Sea como fuere todos los Coronistas Españoles, y los que de sus cosas tratan dicen auer venido á ella Bacco con la multitud con¬fusa de vagabundas compañas que dejamos dicho. Dicen las historias que de sus cosas tratan, que pasando los disier- tos secos de la arenoa Aphrica se alió en una necesidad ex¬trema, porque como aquella tierra de suyo sea esteril de agua, y las gentes de su exercito casi infinitas, y los soles muy re¬cios (por ser sus Cielos falto de nublados, que mitiguen sus rayos) comenzo a padecer una intensísima sed, añidiale rigor el ser aquella gente dada a uino y vicios que lo uno añide sequedad en las venas, y lo otro disminuie el aliento, y hace á los hombres flacos para sufrir trabajos; esta nece¬sidad le apretaua y lleuaua á lo ultimo: y subcedio (llegando á algún migajon de tierra jugosa) que toparon un Carnero, y por clara razón conocieron, que alli donde el tal animal se criaua no auria falta de agua mayormente que ya beian arboles, y prados verdosos, y comenzo a fingir Dionissio Bacco que auia hecho oracion á su padre Júpiter, y que por virtud, y mérito de ella se le auia aparecido en formi de aquel manso animal, y les auia mostrado el agua que luego aliaron a cabo de mucho rato. Confirmo este acaeci¬miento mucho (los animales de aquellos barbaros Sectarios) en la creencia, deuocion de su caudillo, y de común consen¬timiento (despues de auer alli reposado algunos dias) se dio principio a un suntuoso, y phantastico Templo en reue- rencia y deuocion de su vano Júpiter, a quien llamaron Amon, porque quiere tanto decir como Júpiter de los are¬nales, este Templo fue muy estimado, y frequentado des¬pues aunque otros atribuien esta fundación de Templo a el gran Osiris. Llego á nuestra España este Yndiano barbaro (con aquella escoria de el Mundo, torpe y bocinglera) reynando en ella (como quieren nuestros Chronistas). Romo de quien ni se conocio padre, ni linage escriuese de el auer poblado (cerca de el Mar Mediterráneo) la Ciu.’1 de Valencia, a quien (a diferencia de otras) llamamos de Aragón (o de el Cid) á esta primero llamaron de su nom¬bre de este Rey, Romo (que en griego suena lo mismo que Valencia) vino en la compañia de Bacco un Capitan muy priuado suyo (y algunos quieren decir que su hijo) llamado Lusso, que aportando á la tierra, y parte mas occidental de nuestra España, dio principio á la poblacion de aquella donde aliamos aora á Portugal, primero (y por su funda¬dor) llamada Lusitania. Auiendo Baco hecho notables cosas en España, se voluio á el Leuante donde feneció sus dias, y bajo á el Ynfierno cargado de pecados propios, y ágenos.
Partido Bacco de Egipto (como atras digimos) no tardo mucho el remedio de los oprimidos hebreos: porque (por orden de el piadoso Dios que de ellos se compadecía) en una noche los saco Moisen de aquella iniqua Ciudad, y los puso en libertad con arta perdida y daño de los Egipcios (como se le en el éxodo) auiendo cumplido 410 años caua- les de su destierro, y peregrinación entraron al principio (como queda dicho) con el Patriarca Jacob en Egipto 66 personas entre hijos y nietos de todas edades, y los que salieron aora (acaudillados por el Sancto Moysen cuyo coadjutor era Aron su hermano) fueron 600 mil de pelea, sin muchachos, niños, ni mugeres. Suele la equivocación de los nombres confundir y escurecer las escripturas, lle- uando el sonido de los semejantes, tras si el entendimiento donde no deuia yr, y ansi acorde poner aqui esto que se si¬gue. Este nombre Pharaon fue nombre de divinidad real entre los Egipcios, y nombre propio de alguno como lo trata Moneton en sus Epitomas. El primero Rey de Egipto (ya dejamos dicho auerse llamado Sores, y Sancto Antonio añide llamarse Egipto) y fue el primer Pharaon. El segundo di¬cen auerse llamado por propio nombre Menophis: el ter¬cero ceto (esto lo trata ansi mesmo el maestro de las histo¬rias Escolásticas, y ansi lo trata Alonso Venero en su in- quiridicion) aquel Pharaon en cuya gracia cayo Joseph. Y en cuyo tiempo Jacob, llego á Egipto, ya queda dicho auerse llamado Nephies; y desde este asta aquel en cuyo tiempo nació Moysen (que se llamaua Amenophis) pasaron ochos Pharaones, que no importan sus nombres para aqui, durante la vida de Moysen murió este Pharaon Amenophis, y su memoria y deuocion duro largos años; porque le fue hecha por veneración y reuerencia, una estatua, y imagen de piedra, y hallando el demonio camino llano para lo que deseaua metióse en ella y de alli respondía á las cosas que le eran preguntadas todos los dias, á el apuntar el Sol, y ansi permaneció este anzuelo de Satanas asta la clementis- sima venida de el buen Jesús á el Mundo con la qual cesaron las vanidades y fantasmas de los tales simulacros, aquel Pharaon endurecido (en quien la mano de Dios descargaba los azotes bien merecidos de su proterua dureza) ya digimos auerse llamado Cencres, (a que otros le llamauan Bocoris). Este fue aquel que las embrabecidas ondas del mar Berme¬jo, le fueron ultima y final sepultura. No solo de el sino de todos los que seguían su estandarte, y gion como se es¬criue en el Exodo, y este Pharaon Chencres; fue el ultimo de los que tuuieron en Egipto este dictando. El Santo Moysen, á Aron y sus inumerables compañas pasaron sin mojarse abriéndoles el mar camino enjunto, y al cabo de algunos años, y de no pocos trabajos siendo de edad de 120 años (según consta de el Testo sagrado) y Josué (hijo de
Num) quedo en su lugar con el govierno, y el passo el Jor¬dán, y metió el Pueblo en la tierra de promision, obrando el Señor muchas, y muy notables marauillas en fauor de aquel Pueblo, escogido.
Cap. 15. —de como vinieron los Yndios hallar este pedazo de Mundo, que llamamos Yndias Occidentales, y se metieron en el, y de que los llanos de el Piru fueron mar en otro tiempo, y las razones que ay para prouarlo.—
El apellido de mi obra me abre y allana el camino para (con libertad) entrar, y salir en las historias que mas acu¬dieren a proposito, y gusto de los curiosos: y justo es que volvamos á nuestros Yndianos Ophiritas (tomando el hilo de donde los dejamos) escandalizados, ofendidos, y perdi¬dosos con la entrada de el desalmado, y vicioso Bacco el qual (como digimos) dejo oprimida, y sugeta la Yndia, y puesta debajo el iugo de nueba seruidumbre, a los Reyes de la Asiría descendientes de Niño, y Semiramis a quien (aun¬que con algunas alteraciones, y mudanzas) siempre auian reconocido subgecion, y aunque Baco conquisto subgeto, y auassallo la Yndia no fue tanto por ser en ella Rey ni Señor quanto por ser tenido por Dios, y venerado por di- uino, y también para sacar riquezas que repartir entre las gentes, y con que vandear á sus muchas compañas: porque ya en este tiempo (según Plinio) Cadmo hijo de el Rey Agenor de Phenicia, auia descubierto, y conocido el metal riquísimo de el oro, y dado en el secreto de su fundición: y la plata ya era conocida, y usada en el Mundo; porque en la sagrada Escriptura Ephron auia apreciado el sepulcro que le dio el Patriarcha Abrahan, en siclos de plata, y de plata dice el mismo Genesis que era el vasso que Joseph mando meter en el costal de Benjamín, aunque Polidero Virgilio nos diga auer sido el primero, que la descubrió, y uando el sonido de los semejantes, tras si el entendimiento donde no deuia yr, y ansi acorde poner aqui esto que se si¬gue. Este nombre Pharaon fue nombre de divinidad real entre los Egipcios, y nombre propio de alguno como lo trata Moneton en sus Epitomas. El primero Rey de Egipto (ya dejamos dicho auerse llamado Sores, y Sancto Antonio añide llamarse Egipto) y fue el primer Pharaon. El segundo di¬cen auerse llamado por propio nombre Menophis: el ter¬cero ceto (esto lo trata ansi mesmo el maestro de las histo¬rias Escolásticas, y ansi lo trata Alonso Venero en su in- quiridicion) aquel Pharaon en cuya gracia cayo Toseph. Y en cuyo tiempo Jacob, llego á Egipto, ya queda dicho auerse llamado Nephies; y desde este asta aquel en cuyo tiempo nació Moysen (que se Ilamaua Amenophis) pasaron ochos Pharaones, que no importan sus nombres para aqui, durante la vida de Moysen murió este Pharaon Amenophis, y su memoria y deuocion duro largos años; porque le fue hecha por veneración y reuerencia, una estatua, y imagen de piedra, y hallando el demonio camino llano para lo que deseaua metióse en ella y de alli respondía á las cosas que le eran preguntadas todos los dias, á el apuntar el Sol, y ansi permaneció este anzuelo de Satanas asta la clementis- sima venida de el buen Jesús á el Mundo con la qual cesaron las vanidades y fantasmas de los tales simulacros, aquel Pharaon endurecido (en quien la mano de Dios descargaba los azotes bien merecidos de su proterua dureza) ya digimos auerse llamado Cencres, (a que otros le llamauan Bocoris). Este fue aquel que las embrabecidas ondas del mar Berme¬jo, le fueron ultima y final sepultura. No solo de el sino de todos los que seguían su estandarte, y gion como se es¬criue en el Exodo, y este Pharaon Chencrcs; fue el ultimo de los que tuuieron en Egipto este dictando. El Santo Moysen, á Aron y sus ¡numerables compañas pasaron sin mojarse abriéndoles el mar camino enjunto, y al cabo de algunos años, y de no pocos trabajos siendo de edad de 120 años (según consta de el Testo sagrado) y Josué (hijo de
Num) quedo en su lugar con el govierno, y el passo el Jor¬dán, y metió el Pueblo en la tierra de promision, obrando el Señor muchas, y muy notables marauillas en fauor de aquel Pueblo, escogido.
Cap. 15. —de como vinieron los Yndios hallar este pedazo de Mundo, que llamamos Yndias Occidentales, y se metieron en el, y de que los llanos de el Piru fueron mar en otro tiempo, y las razones que ay para prouarlo.—
El apellido de mi obra me abre y allana el camino para (con libertad) entrar, y salir en las historias que mas acu¬dieren a proposito, y gusto de los curiosos: y justo es que volvamos á nuestros Yndianos Ophiritas (tomando el hilo de donde los dejamos) escandalizados, ofendidos, y perdi¬dosos con la entrada de el desalmado, y vicioso Bacco el qual (como digimos) dejo oprimida, y sugeta la Yndia, y puesta debajo el iugo de nueba seruidumbre, a los Reyes de la Asiria descendientes de Niño, y Semiramis a quien (aun¬que con algunas alteraciones, y mudanzas) siempre auian reconocido subgecion, y aunque Baco conquisto subgeto, y auassallo la Yndia no fue tanto por ser en ella Rey ni Señor quanto por ser tenido por Dios, y venerado por di- uino, y también para sacar riquezas que repartir entre las gentes, y con que vandear á sus muchas compañas: porque ya en este tiempo (según Plinio) Cadmo hijo de el Rey Agenor de Phenicia, auia descubierto, y conocido el metal riquísimo de el oro, y dado en el secreto de su fundición: y la plata ya era conocida, y usada en el Mundo; porque en la sagrada Escriptura Ephron auia apreciado el sepulcro que le dio el Patriarcha Abrahan, en siclos de plata, y de plata dice el mismo Genesis que era el vasso que Joseph mando meter en el costal de Benjamin, aunque Polidero Virgilio nos diga auer sido el primero, que la descubrió, y fundió Eritonio hijo de Vulcano, y de la tierra. Ansi que el deseo de las cosas dichas, y la insaciable ambición metió á ‘ Baco en parte donde tanto daño hizo y tanta turbación cau¬so que pudo llegar su miedo mucho mas alia de donde pu-dieran llegar sus armas. Algunos dicen que solo tres años gasto en pasear la Yndia, y saquearla mas su temor duro mas de ducientos, porque quando la boz de sus crueldades acabo de sonar en los Reynos mucho mas orientales, que la ultima Yndia (de los quales el vano Bacco no tuvo noticia) ya el estaua de asiento en la Grecia concluydo el circulo de su viage, y por ventura muerto, y su alma en el Infier¬no; mas como juntamente ( con la boz de sus tiranías, y crueldades) yua la opinion falsa de su vana deidad sem¬bradas por sus sectarios, en rios entendian aquellas mal en¬tendidas naciones, que era inmortal, y que no podia morir, y que por el consiguiente aquellas exorbitancias, y vexacio- nes jamas tenian fin, y ansi no cesauan las huidas de las gentes barbaras buscando cada qual su quietud, y el reparo para el pesado golpe con que su mismo miedo le venia amenazando sin auer cosa que de la muerte, y daños le asegurase tanto se fueron alejando de el benigno cielo, y natiua tierra, que comenzaron á ser atormentados de in¬tensos frios, y á las cumbres que descubrían no las veian ver¬des como las pasadas sino blanqueando con la perpetua nie- be: de estas pasiones se ampararon con pieles de animales silvestres, que para tal efecto tomauan con machinas que inventauan, y ansi se pudieron sustentar, y hacer paz con los rígidos vientos de el Polo Antartico. Cosa es muy con¬forme á buena consideración, que ansí como las naciones inumerables de Dacos, Valacos, Liuonios, Seriphonios (en común llamados Hunos) que saliendo de la parte septen¬trional hicieron leuantar de sus asientos á los antiguos Go-dos, y se quedaron ellos con la tierra, y estos Godos (des¬pojados ya) se vinieron á Misia, y de ella hecharon á sus antiguos moradores, y reboluieron sobre la Tracia, y ven¬cieron en batalla á el Emperador Valente, y auiendose re¬cogido a una casa le pegaron fuego, y biuo le quemaron en ella, y inquietaron el Mundo hasta aliar el asiento que ade¬lante diremos. Por el consiguiente los auyentados Yndios (Compelidos de sus despojadores) leuantauan de sus asien¬tos á los que primero auian huido, y les hacían ser también delanteros en poblar nuebas Yslas: pues consta claro que ni la conciencia ni el temor de la restitución futura les ataria las manos a gente tan barbara, para que dejassen de tomar lo que no era suio no ponga (ni deue poner) en cuidado á el docto, y curioso lector, los vasos, y embarca¬ciones en que aquestas fugitiuas gentes sulcauan el mar in¬terpuesto á tantas Yslas; porque (si no les satisface lo que dejamos apuntado en el Capitulo 10 de la primera parte) deue creer y pensar que el miedo, y la madre naturaleza se consertarían con la gran maestra industria, y a manos llenas les daría pasage bastante, y aun deuemos también creer que las ñaues, que Semiramis metió contra la Yndia (como queda dicho) pudieron tomar motiuo aquellas gen¬tes para hacer sus embarcaciones, juntando tablas y estas cosiéndolas unas con otras con el Cayro (que aora tam¬bién usan) para tal efecto, y retouando aquellas junturas con algunos bitumines de los que en aquellas tierras se alian ó de resinas, de árbol, ó de otras cosas semejantes se harían. Pomponio Mela nos dice que en la Yndia ay cañas tan grue¬sas, que endído un cañuto de nudo á nudo, es capaz em¬barcación para dos (y para tres) hombres mas no quiero conartarlos á nauegacion de tanto riesgo, y notorio peligro de mas de que no se a uisto en la Yndia tal manera de em¬barcación ni aun cañas tan gruesas: mas por eso ay gran suma de juncos tan gordos, y Huíanos como son nra8’ caña- hejas, ay ansi mesmo maderos notablemente ligeros, que hechos haces, y atados fuertemente, y despues estos haces (ayuntados, y atados entre si) de nuebo dan lugar bastan¬te para tegerse encima un cañizo de cañas fuertes, que vie¬ne a ser embarcación para mares, y golfos muy grandes, y si esto no quadra Pieles de Animales juntas, y cosidas fundió Eritonio hijo de Vulcano, y de la tierra. Ansi que el deseo de las cosas dichas, y la insaciable ambición metió á Baco en parte donde tanto daño hizo y tanta turbación cau¬so que pudo llegar su miedo mucho mas alia de donde pu¬dieran llegar sus armas. Algunos dicen que solo tres años gasto en pasear la Yndia, y saquearla mas su temor duro mas de ducicntos, porque quando la boz de sus crueldades acabo de sonar en los Reynos mucho mas orientales, que la ultima Yndia (de los quales el vano Bacco no tuvo noticia) ya el estaua de asiento en la Grecia concluydo el circulo de su viage, y por ventura muerto, y su alma en el Infier¬no; mas como juntamente ( con la boz de sus tiranías, y crueldades) yua la opinion falsa de su vana deidad sem¬bradas por sus sectarios, en rios entendian aquellas mal en¬tendidas naciones, que era inmortal, y que no podia morir, y que por el consiguiente aquellas exorbitancias, y vexacio- nes jamas tenian fin, y ansi no cesauan las huidas de las gentes barbaras buscando cada qual su quietud, v el reparo para el pesado golpe con que su mismo miedo le venia amenazando sin auer cosa que de la muerte, y daños le asegurase tanto se fueron alejando de el benigno cielo, y natiua tierra, que comenzaron á ser atormentados de in¬tensos frios, y a las cumbres que descubrían no las veian ver¬des como las pasadas sino blanqueando con la perpetua nie- be: de estas pasiones se ampararon con pieles de animales silvestres, que para tal efecto tomauan con machinas que inventauan, y ansi se pudieron sustentar, y hacer paz con los rígidos vientos de el Polo Antartico. Cosa es muy con¬forme á buena consideración, que ansí como las naciones ¡numerables de Dacos, Valacos, Liuonios, Seriphonios (en común llamados Hunos) que saliendo de la parte septen¬trional hicieron leuantar de sus asientos á los antiguos Go¬dos, y se quedaron ellos con la tierra, y estos Godos (des¬pojados ya) se vinieron á Misia, y de ella hecharon á sus antiguos moradores, y reboluieron sobre la Tracia, y ven¬cieron en batalla á el Emperador Valente, y auiendose re¬cogido a una casa le pegaron fuego, y biuo le quemaron en ella, y inquietaron el Mundo hasta aliar el asiento que ade¬lante diremos. Por el consiguiente los auyentados Yndios (Compelidos de sus despojadores) leuantauan de sus asien¬tos á los que primero auian huido, y les hacian ser también delanteros en poblar nuebas Yslas: pues consta claro que ni la conciencia ni el temor de la restitución futura les ataria las manos a gente tan barbara, para que dejassen de tomar lo que no era suio no ponga (ni deue poner) en cuidado á el docto, y curioso lector, los vasos, y embarca¬ciones en que aquestas fugitiuas gentes sulcauan el mar in¬terpuesto á tantas Yslas; porque (si no les satisface lo que dejamos apuntado en el Capitulo 10 de la primera parte) deue creer y pensar que el miedo, y la madre naturaleza se consertarían con la gran maestra industria, y a manos llenas les daria pasage bastante, y aun deuemos también creer que las ñaues, que Semiramis metió contra la Yndia (como queda dicho) pudieron tomar motiuo aquellas gen¬tes para hacer sus embarcaciones, juntando tablas y estas cosiéndolas unas con otras con el Cayro (que aora tam¬bién usan) para tal efecto, y retouando aquellas junturas con algunos bitumines de los que en aquellas tierras se alian ó de resinas, de árbol, ó de otras cosas semejantes se harian. Pomponio Mela nos dice que en la Yndia ay cañas tan grue¬sas, que endido un cañuto de nudo á nudo, es capaz em¬barcación para dos (y para tres) hombres mas no quiero conartarlos á nauegacion de tanto riesgo, y notorio peligro de mas de que no se a uisto en la Yndia tal manera de em¬barcación ni aun cañas tan gruesas: mas por eso ay gran suma de juncos tan gordos, y liuianos como son n””‘ caña- hejas, ay ansi mesmo maderos notablemente ligeros, que hechos haces, y atados fuertemente, y despues estos haces (ayuntados, y atados entre si) de nuebo dan lugar bastan¬te para tegerse encima un cañizo de cañas fuertes, que vie¬ne a ser embarcación para mares, y golfos muy grandes, y si esto no quadra Pieles de Animales juntas, y cosidas muy bien, y hinchados como odres suelen servir de bas¬tantes fundamentos, sobre que tegen cañizos (como dichc^ es) y con facilidad (y aun seguridad) se nauega en ellas: pues si en algún tiempo los hombres tienen industria para las tales imbenciones, ninguno puede ser tan ligitimo como aquel que gasta en buscar remedios para huir la muerte, y conseruar la vida.
Escriue Juan de Barros Coronista Portugués (en el pri¬mero libro de sus decadas) que auiendo Alfonso de Albur- querque, embocado por el mar de Persia nauegando en sus carauelas á la Ciudad de Ormuz, en un Pueblo marítimo que asaltaron tomaron en prisión un viejo Persa (anciano en la edad, y venerable en su semblante) en el pecho de el qual aliaron un libro que en la costosa enquadernacion suya se conocía ser estimado entre ellos; este (no com poco dolor de el venerable viejo) guardo para si Alfonso de Al- burquerque, y a cabo de algunos años (quando los Portu¬gueses vieneron a tener alguna noticia de la lengua y le¬tras Persianas) lo hicieron traducir en la lengua Portu- guessa y de el fueron sacados algunos traslados, y lleuados á Portugal, uno de estos vino a mis manos en la Ciudad de Gerez de la frontera el año de 1565. El qual une de un Pedro de Abreu, que auia sido frayle menor (que con solas estas señas lo conocerán muchos de aquella nación; porque las cosas que hizo en aquel Reyno fueron de mucha nota) en este libro trataua principalmente los hechos del gran Alexandro (poco discrepantes á los que de el escriue Quin¬to Curcio, y Plutarco, y otros Autores) y ansi mesmo to- caua (aunque confusamente estas huidas, y destierros que en los Capítulos pasados dexo escriptos, hacia ansi mismo copia de inumerables Yslas pobladas á la parte de el Polo Antartico. Y de cierta tierra que (aunque las costas, y riberas eran conocidas) el fin y remate de la tal tierra no se sabia ni conocía ni se determinauan si era Ysla, ó tie¬rra firme aunque un Ysleño, natural de la Yaua menor llamado Racomath, da por relación auer estado en aquella tierra Isleña, donde no dejan entrar ningún estrangero, y dice ser riquisima tierra, sana, fértil y la gente de ella her¬mosa, y dispuesta, y no pudo tomar entera noticia de sus cosas, por no dar los de la tierra lugar a ello, mas con todo entendido ser gente, parte Ydolatra, y parte Mahometana. Esta es noticia moderna: y como tal se añidió á el mapa de Jacobo Castaldo, que claramente hace tierra firme, y continuada aquella Austral, y lo mismo se colige de el li¬bro persianio que dejamos dicho aunque dice ser prorrum¬pida con largos brazos de mar, y siguiendo yo á este la pongo (en la demostración, y figura que dice en plano) rompida de algunos brazos de el mar. Ora sean Yslas, ora tierra firme, esta Austral de que tratamos, fue poblada de infinitas gentes en el tiempo, y por las causas que dejamos dichas, y comenzaron hacerse Señores entre ellos los que emparenteles eran mas copiosos porque esta fue siempre tenida entre los Yndios por felicidad.
Puso Dios un pedazo de Mundo atrauezado en su des-mensurada redondez de Norte á Norte, de tal asiento y apostura que con el un cabo mira ál Pollo Artico, y con el otro el Antartico, ciñendolo por medio aquella cinta tos¬tada, por donde el sol siempre camina no sabemos si desde el diluvio general quedo hecho tan separado apartamiento de lo demás que en este Mundo es tierra; o si otras altera¬ciones de vientos y mares an mudado su primera forma, y las ondas embrabecidas con los vientos Polares (perdien¬do el respeto) an rompido las Albarradas, y Talanqueras que les estoruauan el paso, y sean apoderado de lo que en algún tiempo no fue suyo. Lo que en esto sabré decir es; que en esta parte de Mundo que digo apartada de el que antes fue conocido; se hacen y alian unos arenales tan pro¬lijos, y estendidos que su principio se alia en 5 grados de la parte Antartica, y en busca de el Pollo suyo seuan en¬cumbrado asta ponerse debajo el Tropico de Capricornio en 23 grados y medio, siguiendo siempre la costa con gran¬des muedanos de arena, y por partes apartandose de ella muy bien, y hinchados como odres suelen servir de bas¬tantes fundamentos, sobre que tegen cañizos (como dicho, es) y con facilidad (y aun seguridad) se nauega en ellas: pues si en algún tiempo los hombres tienen industria para las tales imbenciones, ninguno puede ser tan ligitimo como aquel que gasta en buscar remedios para huir la muerte, y conseruar la vida.
Escriue Juan de Barros Coronista Portugués (en el pri¬mero libro de sus decadas) que auiendo Alfonso de Albur- querque, embocado por el mar de Persia nauegando en sus carauelas á la Ciudad de Ormuz, en un Pueblo marítimo que asaltaron tomaron en prisión un viejo Persa (anciano en la edad, y venerable en su semblante) en el pecho de el qual aliaron un libro que en la costosa enquadernacion suya se conocia ser estimado entre ellos; este (no com poco dolor de el venerable viejo) guardo para si Alfonso de Al- burquerque, y a cabo de algunos años (quando los Portu¬gueses vieneron a tener alguna noticia de la lengua y le¬tras Persianas) lo hicieron traducir en la lengua Portu- guessa y de el fueron sacados algunos traslados, y lleuados á Portugal, uno de estos vino a mis manos en la Ciudad de Gerez de la frontera el año de 1565. El qual une de un Pedro de Abreu, que auia sido frayle menor (que con solas estas señas lo conocerán muchos de aquella nación; porque las cosas que hizo en aquel Reyno fueron de mucha nota) en este libro trataua principalmente los hechos del gran Alexandro (poco discrepantes á los que de el escriue Quin¬to Curcio, y Plutarco, y otros Autores) y ansi mesmo to- caua (aunque confusamente estas huidas, y destierros que en los Capítulos pasados dexo escriptos, hacia ansi mismo copia de inumerables Yslas pobladas á la parte de el Polo Antartico. Y de cierta tierra que (aunque las costas, y riberas eran conocidas) el fin y remate de la tal tierra no se sabia ni conocia ni se determinauan si era Ysla, ó tie¬rra firme aunque un Ysleño, natural de la Yaua menor llamado Racomath, da por relación auer estado en aquella tierra Isleña, donde no dejan entrar ningún estrangero, y dice ser riquísima tierra, sana, fértil y la gente de ella her¬mosa, y dispuesta, y no pudo tomar entera noticia de sus cosas, por no dar los de la tierra lugar a ello, mas con todo entendido ser gente, parte Ydolatra, y parte Mahometana. Esta es noticia moderna: y como tal se añidió á el mapa de Jacobo Castaldo, que claramente hace tierra firme, y continuada aquella Austral, y lo mismo se colige de el li¬bro persianio que dejamos dicho aunque dice ser prorrum¬pida con largos brazos de mar, y siguiendo yo á este la pongo (en la demostración, y figura que dice en plano) rompida de algunos brazos de el mar. Ora sean Yslas, ora tierra firme, esta Austral de que tratamos, fue poblada de infinitas gentes en el tiempo, y por las causas que dejamos dichas, y comenzaron hacerse Señores entre ellos los que cmparenteles eran mas copiosos porque esta fue siempre tenida entre los Yndios por felicidad.
Puso Dios un pedazo de Mundo atrauezado en su des-mensurada redondez de Norte á Norte, de tal asiento y apostura que con el un cabo mira ál Pollo Artico, y con el otro el Antartico, ciñendolo por medio aquella cinta tos¬tada, por donde el so! siempre camina no sabemos si desde el diluvio general quedo hecho tan separado apartamiento de lo demás que en este Mundo es tierra; o si otras altera¬ciones de vientos y mares an mudado su primera forma, y las ondas embrabecidas con los vientos Polares (perdien¬do el respeto) an rompido las Albarradas, y Talanqueras que les estoruauan el paso, y sean apoderado de lo que en algún tiempo no fue suyo. Lo que en esto sabré decir es; que en esta parte de Mundo que digo apartada de el que antes fue conocido; se hacen y alian unos arenales tan pro¬lijos, y estendidos que su principio se alia en 5 grados de la parte Antartica, y en busca de el Pollo suyo seuan en¬cumbrado asta ponerse debajo el Tropico de Capricornio en 23 grados y medio, siguiendo siempre la costa con gran¬des muedanos de arena, y por partes apartandose de ella (con la misma intensa sequedad) aueces doce, a veces ca¬torce leguas la tierra adentro, y toda esta cantidad, y es¬pacio de tierra que auemos demarcado, es opinion de los Yndios viejos que en ella auitan (trayda y heredada de sus antiguos maiores de generación en generación) que fue mar y abitacion de peces: puesto que el tiempo ni el quan¬do, ni las causas porque dejo de serlo no las saben por ser gente poco dada a saber cosas que excedan de lo presente, mas hacen ser creedero esto, (y no ay testigo en contra de tanta fuerza) uno cerros y barrancas hechos, y formados de conchas marinas, que se alian y miran 10 y 12 leguas la tierra adentro, y ansi mesmo se alian encorporados en la misma tierra (y bien dentro de ella) grandes, y desmen¬surados guesos de bestias marinas, y ansi mesmo se deter¬minan y conocen en las faldas de las sierra intraterranea, los batideros y relexos que las ondas hacían con su ordina¬rio batir. Todo esto he traído para salir de la dubda arriba puesta, si esta tierra que digo fue desde su principio des¬membrada de los demás conocido de el Mundo, y parece- me a mi (ya muchos de mejor parecer les parece) que por las muestras que de ella se colige algunos centenares de años (despues de acabado el general diluvio) lo deuio auer por aca particular, ansi como también lo huvo en Egipto, y en Acaya, y en Tesalia, y en otras partes de el Mundo, y que aqueste diluvio hizo que aquellas tierras Australes (puestas en 52 hasta 70 grados) y encima de lo que llama¬mos el estrecho de Magallanes (como a partes bajas, y hu¬mildes) se retirase el mar, y hiciese en ella aquel numero de Yslas que ay; y que para el tal efecto retirase el mar hallar sus aguas dejando desocupado este pedazo de Reyno a quien llaman llanos de quien trataremos mas largo ade¬lante y de la causa porque jamas llueue en ellos; la misma alteración (o su semejante) hizo tierra abitable lo que an¬tes fue mar, y aora es el Reyno Malabar, y de lo que era tierra continuada, hizo las Yslas de Maldibar como lo apun¬tamos en el Capitulo 2 de la primera parte. Esto es lo que se puede colegir de las muestras que vemos, y relaciones que tenemos. Pues en esta parte de Mundo (que hacia el Po¬llo Artico se lebanta asta casi 80 grados) y hacia el An¬tartico asta 52, y medio sin ser prorrumpida de mar alguno, se metieron los amedrentados Ophiritas (á la quenta que sigo) cerca de los años de nra’ redempcion 1154 quando en nra’ España governaua el rey Gorgoris Melicola (pe¬núltimo de los antiguos Reyes Españoles) como veremos adelante, y poco antes que el valeroso Sant Son, tomasse a su cargo el gouierno de Ysrael, quando se regia por Jue¬ces y quando Julio Ascanio (subcesor de el Troyano Eneas) ampliaba en Ytalia la Ciudad de Albalonga en memoria de su Troya destruida, y por que el curioso Lector de esta nuestra Miscelánea no me note de temerario en querer dar¬les entrada en este pedazo de Mundo á nuestros Ophiritas sin dar mas autoridad á ello que la cuenta por mi seguida digo que los naturales de la Ysla de Japón tienen por me¬moria (en las antiguas escripturas de sus anales) que casi en el tiempo que yo señalo, y por las ocasiones atras refe¬ridas, que fue huir de las armas de el común enemigo (aun-que no saben nombrallo) pasaron en sus embarcaciones de la costa de Sian (que como queda dicho en el Capitulo 11 de esta segunda parte) esta puesta entre la Ysla Tras- ganges, y el Reyno de los Seres (o Chinas) que es lo mas oriental que se sabe, y hallando aquella grande y espaciosa Ysla desocupada, poblaron en ella y an constituido (con la duración de largos años) 33 Reynos inclusos en aquella Ysla, y en otras pequeñas de su circuito. De lo dicho da verdadero testimonio el Padre Gaspar Vilela de la Compa¬ñía de Jesús, en una carta que escriuio de la Yndia á Por¬tugal, su fecha de Cochin en 4 de Febrero 1571. Y es muy conforme a rrazon, que ansi como aquellos Japones pa¬saron alia huiendo, y se desabrigaron de su propio suelo con temor de morir lo mismo diuieron hacer estos otros Yndios, pues todos eran hijos y descendientes de la propa¬gación de Ophir aunque aquellos supieron conseruar la me¬(con la misma intensa sequedad) aueces doce, a veces ca-torce leguas la tierra adentro, y toda esta cantidad, y es¬pacio de tierra que auemos demarcado, es opinion de los Yndios viejos que en ella auitan (trayda y heredada de sus antiguos maiores de generación en generación) que fue mar y abitacion de peces: puesto que el tiempo ni el quan¬do, ni las causas porque dejo de serlo no las saben por ser gente poco dada a saber cosas que excedan de lo presente, mas hacen ser creedero esto, (y no ay testigo en contra de tanta fuerza) uno cerros y barrancas hechos, y formados de conchas marinas, que se alian y miran 10 y 12 leguas la tierra adentro, y ansi mesmo se alian encorporados en la misma tierra (y bien dentro de ella) grandes, y desmen¬surados guesos de bestias marinas, y ansi mesmo se deter¬minan y conocen en las faldas de las sierra intraterranea, los batideros y relexos que las ondas hadan con su ordina¬rio batir. Todo esto he traido para salir de la dubda arriba puesta, si esta tierra que digo fue desde su principio des¬membrada de los demás conocido de el Mundo, y parece- me a mi (ya muchos de mejor parecer les parece) que por las muestras que de ella se colige algunos centenares de años (despues de acabado el general diluvio) lo deuio auer por aca particular, ansi como también lo huvo en Egipto, y en Acaya, y en Tesalia, y en otras partes de el Mundo, y que aqueste diluvio hizo que aquellas tierras Australes (puestas en 52 hasta 70 grados) y encima de lo que llama¬mos el estrecho de Magallanes (como a partes bajas, y hu¬mildes) se retirase el mar, y hiciese en ella aquel numero de Yslas que ay; y que para el tal efecto retirase el mar hallar sus aguas dejando desocupado este pedazo de Reyno a quien llaman llanos de quien trataremos mas largo ade¬lante y de la causa porque jamas llueue en ellos; la misma alteración (o su semejante) hizo tierra abitable lo que an¬tes fue mar, y aora es el Reyno Malabar, y de lo que era tierra continuada, hizo las Yslas de Maldibar como lo apun¬tamos en el Capitulo 2 de la primera parte. Esto es lo que se puede colegir de las muestras que vemos, y relaciones que tenemos. Pues en esta parte de Mundo (que hacia el Po¬llo Artico se lebanta asta casi 80 grados) y hacia el An¬tartico asta 52, y medio sin ser prorrumpida de mar alguno, se metieron los amedrentados Ophiritas (á la quenta que sigo) cerca de los años de nra redempcion 1154 quando en n™’ España governaua el rey Gorgoris Melicola (pe¬núltimo de los antiguos Reyes Españoles) como veremos adelante, y poco antes que el valeroso Sant Son, tomasse a su cargo el gouierno de Ysrael, quando se regia por Jue¬ces y quando Julio Ascanio (subcesor de el Troyano Eneas) ampliaba en Ytalia la Ciudad de Albalonga en memoria de su Troya destruida, y por que el curioso Lector de esta nuestra Miscelánea no me note de temerario en querer dar¬les entrada en este pedazo de Mundo á nuestros Ophiritas sin dar mas autoridad á ello que la cuenta por mi seguida digo que los naturales de la Ysla de Japón tienen por me¬moria (en las antiguas escripturas de sus anales) que casi en el tiempo que yo señalo, y por las ocasiones atras refe¬ridas, que fue huir de las armas de el común enemigo (aun-que no saben nombrallo) pasaron en sus embarcaciones de la costa de Sian (que como queda dicho en el Capitulo 11 de esta segunda parte) esta puesta entre la Ysla Tras- ganges, y el Reyno de los Seres (o Chinas) que es lo mas oriental que se sabe, y hallando aquella grande y espaciosa Ysla desocupada, poblaron en ella y an constituido (con la duración de largos años) 33 Reynos inclusos en aquella Ysla, y en otras pequeñas de su circuito. De lo dicho da verdadero testimonio el Padre Gaspar Vilela de la Compa¬ñía de Jesús, en una carta que escriuio de la Yndia á Por¬tugal, su fecha de Cochin en 4 de Febrero 1571. Y es muy conforme a rrazon, que ansi como aquellos Japones pa¬saron alia huiendo, y se desabrigaron de su propio suelo con temor de morir lo mismo diuieron hacer estos otros Yndios, pues todos eran hijos y descendientes de la propa¬gación de Ophir aunque aquellos supieron conseruar la me- moría de tal hecho, porque tuvieron noticia y uso de ca¬racteres (la qual les vino de la tierra adentro) y estotros como sus antepassados se hicieron Ysleños, antes que las le¬tras ni la imbencion de ellas, fuessen comunes á todas las naciones, quedáronse sin ellas, y ansi se fueron multipli¬cando, y barbarizando tomando cada uno por su Dios aque¬llo que mas le quadraua. Degemos por aora de tratar de la parte de nuestros Ophiritas a quien cupo en suerte aquel pedazo de Mundo, que el Doctor Montano llama Isthumo (de quien dejamos escripta relación breue) y bamos a tratar de la noticia que desta gente se tuvo (entre los Isrraelitas) de sus oros, y riquezas, y de que tiempo aca se quedaron oluidados de las memorias de los hombres; y para esto to¬maremos la carrera de algunos tiempos atrs.
Capitulo 16. de las cosas que en nra’ España yban subcediendo en estos tiempos; y como Salomon Rey de Ys- rrael embio flotas á estas nuestras Yndias, y de la Armada que se perdió en el Puerto de Asion Gaber estando de partida para este Piru, y de otras antigüedades.
Con gran pujanza, y soberuia, y con ceruiz muy dura se auia conseruado en Asia el Ymperio, y Monarchia de los Asirios Babilonios, que la incestuosa Reyna Semiramis, y su marido Niño auian establecido en el Mundo, y siempre a- uian ido sus cosas en pujanza teniendo el Señorío, y mando de la Yndia Oriental: aunque no de todas ellas, porque aun¬que desde la entrada de Bacco quedaron los Asirios con la posesion de la Yndias tras Ganges duro poco en su obedien¬cia tanto por ser su sitio muy remoto, quanto porque ya aquella gente comenzaua á abrir los ojos, y conocer lo que le conuenia y conocido se lo sabia aplicar, y lo conseruaba con las armas de que ay (ansi como lo mas de el Mundo) estaua llena pretendiendo el mando cada uno para si, y par¬tiendose en vandos de manera que ya auia (de muchos años atras) echado de su cuello, el yugo de los Asirios, que de el tiempo señalado se lo tenía puesto. Vino á suceder en la Silla de aquella gran Monarchia (que auia ya durado 1239 años) un hijo de un valeroso Principe (que Suidas llama Anacyndaxaxi) a quien llamaron Sardanapalo (y otros le llaman Tonos colores) tan torpe en su vida, y costumbres, que tomando abito de muger se ponia entre sus concubinas a ilar, y labrar, y hacer otros oficios infames, y detestables, y lo que peor era (y mas escandalizaba á sus subditos) que usaua los actos venereos, conforme á el auito que usurpaua de muger; no pudieron los A’sirios (ni quisieron conseruar¬se) con la obediencia de tan abominable Principe, indigno de nombre, y trono de Rey, y para egecutar lo que en su libertad se acordo fue tomado por caudillo un Cauallero llamado Arbace; y este (ó mejor diciendo) sus pecados, y la República le dieron el fin y remate que Justino cuenta, y Diodoro Siculo en su Biblioteca, y en conclusión. La Mo¬narchia fue transferida á el poder y señorio de los Medos en quien duro espacio de 292 años; siendo su primero Mo- narcha el mismo Arbace a quien subcedieron (en la dura¬ción de el tiempo dicho) 8 reyes de aquella nación, ultimo de los quales fue Astiages de quien trataremos adelante quanto hagamos una breue relación de las cosas que pasauan en n™ España; quando el mando y señorio de los Asirios se acabo, que fue con la muerte de Sardanapalo que deuia ser cerca de los años antes de Xpo’ 769. El ultimo Rey espa¬ñol de quien nra’ Miscelánea deja hecha mención (si nos acordamos bien) fue Romo, el qual murió auiendo reinado 33 años, y sucedió su hijo Palatuo cerca de los años antes de nuestra redempcion 1306. Este Rey Palatuo fue molestado (y aun despojado de el Reyno) por algún tiempo, por la tiranía, y motin de Liciano (llamado también Caco) este fue el primero que en nra España uso Astas herradas y de guarnecer, y amparar el cuerpo con defensas de hierro y por esto fue llamado hijo de Vulcano. Palatuo boluio al moria de tal hecho, porque tuvieron noticia y uso de ca¬racteres (la qual les vino de la tierra adentro) y estotros como sus antepassados se hicieron Ysleños, antes que las le¬tras ni la imbencion de eljas, fuessen comunes á todas las naciones, quedáronse sin ellas, y ansi se fueron multipli¬cando, y barbarizando tomando cada uno por su Dios aque¬llo que mas le quadraua. Degemos por aora de tratar de la parte de nuestros Ophiritas a quien cupo en suerte aquel pedazo de Mundo, que el Doctor Montano llama Isthumo (de quien dejamos escripta relación breue) y bamos a tratar de la noticia que desta gente se tuvo (entre los Isrraelitas) de sus oros, y riquezas, y de que tiempo aca se quedaron oluidados de las memorias de los hombres; y para esto to¬maremos la carrera de algunos tiempos atrs.
Capitulo 16. ele las cosas que en ií” España yban subcediendo en estos tiempos; y como Salomon Rey de Ys- rrael embio flotas á estas nuestras Yndias, y de la Armada que se perdió en el Puerto de Asion Gaber estando de partida para este Piru, y de otras antigüedades.
Con gran pujanza, y soberuia, y con ceruiz muy dura se auia conseruado en Asia el Ymperio, y Monarchia de los Asirios Babilonios, que la incestuosa Reyna Semiramis, y su marido Niño auian establecido en el Mundo, y siempre a- uian ido sus cosas en pujanza teniendo el Señorío, y mando de la Yndia Oriental: aunque no de todas ellas, porque aun-que desde la entrada de Bacco quedaron los Asirios con la posesion de la Yndias tras Ganges duro poco en su obedien¬cia tanto por ser su sitio muy remoto, quanto porque ya aquella gente comenzaua á abrir los ojos, y conocer lo que le conucnia y conocido se lo sabia aplicar, y lo conseruaba con las armas de que ay (ansi como lo mas de el Mundo) estaua llena pretendiendo el mando cada uno para si, y pnr- tiendose en vandos de manera que ya auia (de muchos años atras) echado de su cuello, el yugo de los Asirios, que de el tiempo señalado se lo tenía puesto. Vino á suceder en la Silla de aquella gran Monarchia (que auia ya durado 1239 años) un hijo de un valeroso Principe (que Suidas llama Anacyndaxaxi) a quien llamaron Sardanapalo (y otros le llaman Tonos colores) tan torpe en su vida, y costumbres, que tomando abito de muger se ponia entre sus concubinas a ilar, y labrar, y hacer otros oficios infames, y detestables, y lo que peor era (y mas escandalizaba á sus subditos) que usaua los actos venereos, conforme á el auito que usurpaua de muger; no pudieron los Asirios (ni quisieron conseruar¬se) con la obediencia de tan abominable Principe, indigno de nombre, y trono de Rey, y para egecutar lo que en su libertad se acordo fue tomado por caudillo un Cauallero llamado Arbace; y este (ó mejor diciendo) sus pecados, y la República le dieron el fin y remate que Justino cuenta, y Diodoro Siculo en su Biblioteca, y en conclusión. La Mo¬narchia fue transferida á el poder y señorio de los Medos en quien duro espacio de 292 años; siendo su primero Mo- narcha el mismo Arbace a quien subcedieron (en la dura¬ción de el tiempo dicho) 8 reyes de aquella nación, ultimo de los quales fue Astiages de quien trataremos adelante quanto hagamos una breue relación de las cosas que pasauan en nr” España: quando el mando y señorio de los Asirios ;e acabo, que fue con la muerte de Sardanapalo que deuia ser cerca de los años antes de X,K> 769. El ultimo Rey espa¬ñol de quien n™ Miscelánea deja hecha mención (si nos acordamos bien) fue Romo, el qual murió auiendo reinado 33 años, y sucedió su hijo Palatuo cerca de los años antes de nuestra redempcion 1306. Este Rey Palatuo fue molestado (y aun despojado de el Reyno) por algún tiempo, por la tirania, y motin de Liciano (llamado también Caco) este fue el primero que en nr” España uso Astas herradas y de guarnecer, y amparar el cuerpo con defensas de hierro y por esto fue llamado hijo de Vulcano. Palatuo boluio al
Reyno a cabo de muchas contiendas (y en su tiempo) llegó á nuestra España Hercules, Alcides, y Jason, y sus Argo¬nautas, que venian por el mar Occeano septentrional pro¬siguiendo aquel tan largo viage que emprendieron, que sin dubda fue de los mayores, y mas largos que en aquellos si¬glos (ni en muchos adelantes) se hicieron en el Mundo. En fin nro Español Palatuo auiendo reynado, 6 años, despues de la depusicion de Licinio Caco (a quien Hercules mato en Ytalia) murió sin dejar heredero, y subcedio en el Reyno de España Eritreo (llamado ansi por ser natural de Cádiz, antes llamada Entrea). En tiempo de este Rey fue tomada, que¬mada y asolada, la gran Ciudad de Troya, en la Asia menor, de donde leuantaron muchas, y muy fabulosas historias, los Griegos engrandeciendo el hecho y los Frigios encareciendo su dolor, y las trayciones Griegas. A este Eritreo subcedio el natural Español Gargoris Melicola llamado de tal nombre, porque fue el primero que en nra’ tierra aiunto enxambres de Auejas, y dio yndustria, á sus vasallos para poderse aprou- echar de aquella grangeria. Algunos Autores quieren que este Gorgoris sea Griego y que fue descendiente de ciertos linages, que vinieron á España quando Bacco passo á ella, y enfadados de sus torpezas se apartaron de seguirlo, y se que¬daron en aquel Reyno, en su tiempo de este Rey vinieron á España muchos estrangeros a poblarse en ella, y parte de ellos fueron escapados de las Guerras Troyanas, y otros vi¬nieron combidados de sus riquezas, y fertilidad; este Gargo¬ris tuvo un nieto llamado Abidis en cuyo nacimiento, y crianza subcedieron cosas de grandissima admiración, fue criado entre los sieruos, y salvaginas de el Campo, y de alli apasar de los intentos de su cruel abuelo Gargoris, fue este Abidis Principe prouechuosisimo para su república, y muy amador de sus subditos, y fundador de honestas, y justas leyes; que no le costo poco trabajo, el subgetar las gentes barbaras á la observancia y guarda de ellas. Murió auiendo reynado 35 años.
Estas cosas subcedian en nra madre España, y en la Ciu¬dad Santa de Jherusalen reynaua el Sancto Dey Dauid de cuyas virtudes, y excelencias, están llenos los sagrados Li¬bros, tuuo el ceptro real 40 años y subcediole en el Reyno su hijo Salomon cerca de los 992 años que Christo nro Re- demptor naciese. Este pacifico Rey gozo de el mas florido, prospero, y felice tiempo, que Rey jamas (antes ni despues de el) auia gozado en la tierra de Judea y Palestina. Pidióle á Dios sabiduría, y inteligencia para gouernar su Pueblo, y fuele dada. Y dice el mismo, que todos los bienes le binieron juntos con ella y ansi no ignoró cosa de las que son debajo de Cielo, y de todas trato, y disputo desde el mas alto cedro de el Libano hasta el Esopo que crece en la pared. Esta sabiduría fue sobre natural, y como hombre que no ignoraua cosa alguna, tampoco ignoro auer en el Mundo este pedazo de Mundo, oculto á los demás vivien¬tes: y ansi mesmo supo y entendió (sobre naturalmente) mucho y muy fino oro, y con este conocimiento auiendo ya acabado aquel suntuoso edificio de el Templo de Jheru- salem, y la casa Real, no menos lo uno y lo otro galano que costoso con los marineros, y pilotos, que Hiran Rey de Tiro (gran amigo suyo le dio) mando hacer una flota en el Puerto de Asion Gaber (que es en el remate que hace el mar bermejo entre las Arabias) y hecha le mando que caminasse á Ophir dándole (á lo que se puede presumir) instrucion de como auian de gouernarse y a que parte de el Mundo auian de yr y la flota hecha á la bela, y desem¬bocada por la parte que aora llamamos estrecho de Meca es muy conforme arrazon, y fue ansi que marearon sus velas para el Oriente, y sulcando aquellos nuebos y cono¬cidos mares, vinieron (según place á el doctor Benedicto Arias Montano) a nro Piru de donde á cabo de 3 años boluie- ron con una gran suma de oro, que el Texto Sagrado lo nu¬mera en 950 talentos, y aunque esta manera de estimar los talentos acerca de unas naciones era de mas cantidad que en otras, aqui sea de entender de el Talento mayor (que según algunos especial Enciso en su Consmographia) te-
Reyno a cabo de muchas contiendas (y en su tiempo) llegó á nuestra España Hercules, Alcides, y Jason, y sus Argo¬nautas, que venian por el mar Occeano septentrional pro¬siguiendo aquel tan largo viage que emprendieron, que sin dubda fue de los mayores, y mas largos que en aquellos si¬glos (ni en muchos adelantes) se hicieron en el Mundo. En fin nr<> Español Palatuo auiendo reynado, 6 años, despues de la depusicion de Licinio Caco (a quien Hercules mato en Ytalia) murió sin dejar heredero, y subcedio en el Reyno de España Eritreo (llamado ansi por ser natural de Cádiz, antes llamada Entrea). En tiempo de este Rey fue tomada, que¬mada y asolada, la gran Ciudad de Troya, en la Asia menor, de donde leuantaron muchas, y muy fabulosas historias, los Griegos engrandeciendo el hecho y los Frigios encareciendo su dolor, y las trayciones Griegas. A este Eritreo subcedio el natural Español Gargoris Melicola llamado de tal nombre, porque fue el primero que en nra tierra aiunto enxambres de Anejas, y dio yndustria, á sus vasallos para poderse aprou- echar de aquella grangeria. Algunos Autores quieren que este Gorgoris sea Griego y que fue descendiente de ciertos linages, que vinieron á España quando Bacco passo á ella, y enfadados de sus torpezas se apartaron de seguirlo, y se que¬daron en aquel Reyno, en su tiempo de este Rey vinieron á España muchos estrangeros a poblarse en ella, y parte de ellos fueron escapados de las Guerras Troyanas, y otros vi¬nieron combidados de sus riquezas, y fertilidad; este Gargo¬ris tuvo un nieto llamado Abidis en cuyo nacimiento, y crianza subcedieron cosas de grandissima admiración, fue criado entre los sieruos, y salvaginas de el Campo, y de alli apasar de los intentos de su cruel abuelo Gargoris, fue este Abidis Principe prouechuosisimo para su república, y muy amador de sus subditos, y fundador de honestas, y justas leyes; que no le costo poco trabajo, el subgetar las gentes barbaras á la observancia y guarda de ellas. Murió auiendo reynado 3 5 años.
Estas cosas subcedian en nra madre España, y en la Ciu¬dad Santa de Jherusalen reynaua el Sancto Dey Dauid de cuyas virtudes, y excelencias, están llenos los sagrados Li¬bros, tuuo el ceptro real 40 años y subcediole en el Reyno su hijo Salomon cerca de los 992 años que Christo nro Re- demptor naciese. Este pacifico Rey gozo de el mas florido, prospero, y felice tiempo, que Rey jamas (antes ni despues de el) auia gozado en la tierra de Judea y Palestina. Pidióle á Dios sabiduría, y inteligencia para gouernar su Pueblo, y fuele dada. Y dice el mismo, que todos los bienes le binieron juntos con ella y ansi no ignoró cosa de las que son debajo de Cielo, y de todas trato, y disputo desde el mas alto cedro de el Líbano hasta el Esopo que crece en la pared. Esta sabiduría fue sobre natural, y como hombre que no ignoraua cosa alguna, tampoco ignoro auer en el Mundo este pedazo de Mundo, oculto á los demás vivien¬tes: y ansi mesmo supo y entendió (sobre naturalmente) mucho y muy fino oro, y con este conocimiento auiendo ya acabado aquel suntuoso edificio de el Templo de Jheru- salem, y la casa Real, no menos lo uno y lo otro galano que costoso con los marineros, y pilotos, que Hiran Rey de Tiro (gran amigo suyo le dio) mando hacer una flota en el Puerto de Asion Gaber (que es en el remate que hace el mar bermejo entre las Arabias) y hecha le mando que caminasse á Ophir dándole (á lo que se puede presumir) instrucion de como auian de gouernarse y a que parte de el Mundo auian de yr y la flota hecha á la bela, y desem¬bocada por la parte que aora llamamos estrecho de Meca es muy conforme arrazon, y fue ansi que marearon sus velas para el Oriente, y sulcando aquellos nuebos y cono¬cidos mares, vinieron (según place á el doctor Benedicto Arias Montano) a nro Piru de donde á cabo de 3 años boluie- ron con una gran suma de oro, que el Texto Sagrado lo nu¬mera en 950 talentos, y aunque esta manera de estimar los talentos acerca de unas naciones era de mas cantidad que en otras, aqui sea de entender de el Talento mayor (que según algunos especial Enciso en su Consmographia) te¬nía peso de 17 quintales, y no es de creer que fuesse menos s pues que 950 bastauan para cargar una flota, que no deuia de ser pequeña. Esta entiendo yo que fue la primera flota que para la tierra de Ophir se hizo, aunque también creo que diuieron de ir muchas veces á ella por oro. De mucho tiempo atras tenia ya fama la fineza de el oro de Ophir, y era tanta su estimación, y excelencia que era usado su nombre, y traido por comparatiuo de las cosas inestima¬bles. Queriendo Job en sus versos encarecer, y ponderar el valor, y precio de la sapiencia dice no se estima el oro obrizo en su comparación: y en este lugar (y en otros) don¬de se aliare este adjetiuo, Obrizo ase de entender Ophiri- zo deducido de Ophir, y no como quiere el Maestro Ro¬drigo Fernandez de Sancta ella, de manera que según esto aun en tiempo de Job, que fue poco menos antiguo, que Abrahan, ya se tenia noticia, y platica de el oro de Ophir no porque en aquel tiempo (ni muchos años despues) se tuuiesse noticia de este nro Piru a quien (según Montano) llamaron despues Paruain (porque aun no auian venido gentes á el, como consta de lo de atras) mas teniasse de que Ophir (el Patriarca) auia salido á poblar acia el nacimiento de el Sol de donde aquel oro venia. Y aun Josepho llana¬mente quiere que sea Ophir el Aurea Chersoneso que es lo que aora llamamos Punta (o cabo) de Malaca, puesto en la Yndia tras Ganges (como diremos adelante) ansi que en tiempo de el sapientissimo Salomon se comenzo la naue- gacion, á esta parte de Mundo, y se frequento (según cons¬ta de el Capitulo 3 de esta segunda parte en lo que refiere de Arias Montano) y despues de sus dias no se nauego mas: puesto que como consta por el Capitulo 20 de el 2 de el Paralipomenon Josaphat Rey de Judea (auiendo hecho amistad con Ochosia Rey de Ysrrael) hicieron compañia para boluer á seguir aquella navegación, y camino, y aunque Josaph era bueno, y andaua en la ley de el Señor destruiose mucho en que con los malos se confederasse y por castigo de esto le destruyo Dios la flota, y ansi no passo
adelante la tal navegación, y tratanza, y se quedaron nro” Ophiritas Piruleros sepultados en oluido asta nuestros tiem-pos como se dirá adelante. Para que sepamos una lamen¬table calamidad, que nra España padecia en estos tiempos de Salomon (o muy cerca de ellos) sera menester que bol- vamos á el hilo que dejamos cortado, y lo añudemos por la muerte de el buen Rey Abidis, el qual lleuo consigo á la sepultura, la felicidad, y contento de que gozaua España en aquella temporada, porque con el se le acabaron los Reyes, y se comenzaron á seguir aquellos intensísimos jue¬gos y calores de que hacen memoria todos los Chronistas Españoles, aunque el Garibai, (y otros algunos quieren sentir lo contrario) mas si ello es ansi que paso en el re¬mate de la vida de este Rey, fue cerca de los años antes de Christo 1071, puso en tal estremo á España la falta de pluvias por duración de 26 años, que de todo punto quedo destruida, y despoblada de su nobleza antigua, y fue nece¬sario, salirse de ella los que quisieron vivir, porque la mis¬ma tierra (ofendida de la intensa calor) abria bocas con que tragua á sus propios, y naturales hijos, y a cabo de lar¬gos años fue restaurada con la buelta de sus pocos Espa¬ñoles que auian quedado, y de otro infinito numero de es- trangeros que de varias partes vinieron con animo de po¬blar, y permanecer en ella.
Algún tanto dicen los Autores que estaua España re¬ducida a su antiguo verdor, y muy vecina á su perdida prosperidad quando unos Pastores que guardauan sus ga¬nados en las faldas de los montes Perineos (que son las cor¬dilleras, que diuiden á España de ¡a Francia) queriendo quemar las malezas, y mal ojo de las breñas á fin que con las primeras pluvias boluiessen las yervas, y matas á reto¬ñecer, para que sus ganados tuiesen mas abundantes pastos, el fuego se fue tanto apoderando de aquellas antiguas ar¬boledas, que se comenzaron á abrazar todas las montañas con tan pujante, y valido fuego que no basto humana diligencia á refrenallo, y auiendo hecho presa en la mas nia peso de 17 quintales, y no es de creer que fuesse menos pues que 950 bastauan para cargar una flota, que no deuia de ser pequeña. Esta entiendo yo que fue la primera flota que para la tierra de Ophir se hizo, aunque también creo que diuieron de ir muchas veces á ella por oro. De mucho tiempo atras tenia ya fama la fineza de el oro de Ophir, y era tanta su estimación, y excelencia que era usado su nombre, y traido por comparatiuo de las cosas inestima¬bles. Queriendo Job en sus versos encarecer, y ponderar el valor, y precio de la sapiencia dice no se estima el oro obrizo en su comparación: y en este lugar (y en otros) don¬de se aliare este adjetiuo, Obrizo áse de entender Ophiri- zo deducido de Ophir, y no como quiere el Maestro Ro¬drigo Fernandez de Sancta ella, de manera que según esto aun en tiempo de Job, que fue poco menos antiguo, que Abrahan, ya se tenia noticia, y platica de el oro de Ophir no porque en aquel tiempo (ni muchos años despues) se tuuiesse noticia de este nr” Piru a quien (según Montano) llamaron despues Paruain (porque aun no auian venido gentes á el, como consta de lo de atras) mas teniasse de que Ophir (el Patriarca) auia salido á poblar acia el nacimiento de el Sol de donde aquel oro venia. Y aun Josepho llana¬mente quiere que sea Ophir el Aurea Chersoneso que es lo que aora llamamos Punta (o cabo) de Malaca, puesto en la Yndia tras Ganges (como diremos adelante) ansi que en tiempo de el sapientissimo Salomon se comenzo la naue- gacion, á esta parte de Mundo, y se frequento (según cons¬ta de el Capitulo 3 de esta segunda parte en lo que refiere de Arias Montano) y despues de sus dias no se nauego mas: puesto que como consta por el Capitulo 20 de el 2 de el Paralipomenon Josaphat Rey de Judea (auiendo hecho amistad con Ochosia Rey de Ysrrael) hicieron compañia para boluer á seguir aquella navegación, y camino, y aunque Josaph era bueno, y andaua en la ley de el Señor destruiose mucho en que con los malos se confederasse y por castigo de esto le destruyo Dios la flota, y ansi no passo adelante la tal navegación, y tratanza, y se quedaron nr”‘ Ophiritas Piruleros sepultados en oluido asta nuestros tiem¬pos como se dirá adelante. Para que sepamos una lamen¬table calamidad, que nra España padecía en estos tiempos de Salomon (o muy cerca de ellos) sera menester que bol- vamos á el hilo que dejamos cortado, y lo añudemos por la muerte de el buen Rey Abidis, el qual lleuo consigo á la sepultura, la felicidad, y contento de que gozaua España en aquella temporada, porque con el se le acabaron los Reyes, y se comenzaron á seguir aquellos intensísimos jue¬gos y calores de que hacen memoria todos los Chronistas Españoles, aunque el Garibai, (y otros algunos quieren sentir lo contrario) mas si ello es ansi que paso en el re¬mate de la vida de este Rey, fue cerca de los años antes de Christo 1071, puso en tal estremo á España la falta de pluvias por duración de 26 años, que de todo punto quedo destruida, y despoblada de su nobleza antigua, y fue nece¬sario, salirse de ella los que quisieron vivir, porque la mis¬ma tierra (ofendida de la intensa calor) abría bocas con que tragua á sus propios, y naturales hijos, y a cabo de lar¬gos años fue restaurada con la buelta de sus pocos Espa¬ñoles que auian quedado, y de otro infinito numero de es- trangeros que de varias partes vinieron con animo de po¬blar, y permanecer en ella.
Algún tanto dicen los Autores que estaua España re¬ducida a su antiguo verdor, y muy vecina á su perdida prosperidad quando unos Pastores que guardauan sus ga¬nados en las faldas de los montes Perineos (que son las cor¬dilleras, que diuiden á España de la Francia) queriendo quemar las malezas, y mal ojo de las breñas á fin que con las primeras pluvias boluiessen las yervas, y matas á reto¬ñecer, para que sus ganados tuiesen mas abundantes pastos, el fuego se fue tanto apoderando de aquellas antiguas ar¬boledas, que se comenzaron á abrazar todas las montañas con tan pujante, y valido fuego que no basto humana diligencia á refrenallo, y auiendo hecho presa en la mas espesa y gruesa arboleda, fue tomando tan desenfrenada furia que lo abrazaua todo no perdonando (aun á las mis¬mas peñas) y fue tan intenso su efecto que afirman auer corrido arroyos de plata derretida con la fuerza de el cubdicioso fuego, y aun dicen Autores nros que se derra¬maron estas llamas por todos los Montes, y Collados, que salen por España desgajados de esta famosa Cordillera, y que quando el incendio ceso, y la tierra fue resfriada se aliaron inumerables quintales de plata derretida en plan¬chas de las quales llevo cargada su flota Sicheo Acerna (Cauallero de Phenicia marido de Elisa Dido) que enta(1) coyuntura llego de Tiro su patria á España con buen nume¬ro de Ñaues, y la fama de tan increibles riquezas hincho aquellas costas de enemigos especial de gente de Cartago que tuvieron el mando en España este inter regno de 885 años, que la ofendida Provincia no gozo de Rey natural. Llegó Sicheo Acerna su deseada Provincia Phenicia donde no tu¬vo mas vida (para gozar sus muchas riquezas) que solo un año a cabo de el qual murió dejando á su muger Elisa Dido, por universal eredera de sus tesoros (quieren presu¬mir algunos que Pigmalion hermano de Dido le abrevio la vida) como quiera que sea. Mas cercada quedo la rica biuda de peligro con su mucha plata que lo pudo estar quando en menos prosperidad vivia, porque su propio her¬mano le trataua la muerte, por quitarle los tesoros, y la alterada y animosa Señora tomo por remedio aiuntar las mas ñaues que pudo y meter en ella sus tesoros, y familias, y dar velas al viento y popas á su misma Patria, y con va¬lerosos compañeros se puso en huida, y llegado á Chipre donde tomo aquellas 70 mozas que digimos en el Capitulo 8 de la primera parte, y poblo á Cartago de donde se ve¬rifica ser muy conocida fiction la que Virgilio publico, y derramo por el Mundo diciendo que la Reyna Elisa Dido tenia comenzados a levantar los muros de Cartago en Aph¬rica quando á su Ciudad aporto Eneas escapado de el incen-
(!) en esta.
dio Troyano (o por ventura tizón y llama de el) porque por la quenta se vera aver sido Troya destruida. 428 años antes que esto de Cartago ni su fundación aconteciesse. Guerfana y biuda estaua nra España, y comenzado a tyrani- zar de ciertos Phenices (que cautelosamente en Cádiz se auian metido) quando (como atras digimos) le sobrevino el bien merecido fin á el mal nacido, y torpe Sardanapalo año antes de el nacimiento de el Señor 769 reynaua en esta coyuntura en Ysrrael Jeroboan hijo de Nabat, y era Rey de Juda Abias, y en la duración de las vidas de estos Reyes nacieron en Ytalia de la muy guardada Rea hija de Numi- tor los dos hermanos Remo y Romulo fundadores (o ylus- tradores) de la indita Roma, cuyas vidas pone muy por estenso Plutarco entre los varones Ylustres. Ya digimos como A’stiages fue ultimo de los 8 Reyes Medos que subce- dieron en aquella Monarchia á Arbace (matador y subce- sor de Sardanapalo) este Astiages tuvo una hija llamada Mandane de quien (contrastado su intento) vido un nieto subcesor, y castigador suyo de tan marauilloso nacimiento y crianza como se contara en el Capitulo siguiente á Ero- doto que marauillosamente, y por estenso cuenta esta his¬toria.
Cap. 17. — de la guerra que el Rey Ciro hizo á la gran Yn¬dia Oriental, y de la institución de la Orden mi¬litar de los Naires, y de sus exenciones, y obli¬gaciones.
Como el Demonio ganaua tanto en la perdida de las animas de los mortales, siempre que por alguna via sospe- chaua algo encaminado á su remedio y rescate, procuraba (con portentosas ilusiones) estorvarlo, y arraygar su opi- nion, y crédito, y confortar aquellas repúblicas que ya lo iban menospreciando. Comenzaua entre naciones Orienta¬les (Asirios, Persas, Partos y Medos) a tener Sancta y reli- espesa y gruesa arboleda, fue tomando tan desenfrenada furia que lo abrazaua todo no perdonando (aun á las mis¬mas peñas) y fue tan intenso su efecto que afirman auer corrido arroyos de plata derretida con la fuerza de el cubdicioso fuego, y aun dicen Autores nroB que se derra¬maron estas llamas por todos los Montes, y Collados, que salen por España desgajados de esta famosa Cordillera, y que quando el incendio ceso, y la tierra fue resfriada se aliaron ¡numerables quintales de plata derretida en plan¬chas de las quales llevo cargada su flota Sicheo Acerna (Cauallero de Phenicia marido de Elisa Dido) que enta(‘) coyuntura llego de Tiro su patria á España con buen nume¬ro de Ñaues, y la fama de tan increíbles riquezas hincho aquellas costas de enemigos especial de gente de Cartago que tuvieron el mando en España este ínter regno de 88$ años, que la ofendida Provincia no gozo de Rey natural. Llegó Sicheo Acerna su deseada Provincia Phenicia donde no tu¬vo mas vida (para gozar sus muchas riquezas) que solo un año a cabo de el qual murió dejando á su muger Elisa Dido, por universal eredera de sus tesoros (quieren presu¬mir algunos que Pigmalion hermano de Dido le abrevio la vida) como quiera que sea. Mas cercada quedo la rica biuda de peligro con su mucha plata que lo pudo estar quando en menos prosperidad vivia, porque su propio her-mano le trataua la muerte, por quitarle los tesoros, y la alterada y animosa Señora tomo por remedio aiuntar las mas ñaues que pudo y meter en ella sus tesoros, y familias, y dar velas al viento y popas á su misma Patria, y con va¬lerosos compañeros se puso en huida, y llegado á Chipre donde tomo aquellas 70 mozas que digimos en el Capitulo 8 de la primera parte, y poblo á Cartago de donde se ve¬rifica ser muy conocida fiction la que Virgilio publico, y derramo por el Mundo diciendo que la Reyna Elisa Dido tenia comenzados a levantar los muros de Cartago en Aph-rica quando á su Ciudad aporto Eneas escapado de el incen-
(*) en esta.
dio Troyano (o por ventura tizón y llama de el) porque por la quenta se vera aver sido Troya destruida. 428 años antes que esto de Cartago ni su fundación aconteciesse. Guerfana y biuda estaua nra España, y comenzado a tyrani- zar de ciertos Phenices (que cautelosamente en Cádiz se auian metido) quando (como atras digimos) le sobrevino el bien merecido fin á el mal nacido, y torpe Sardanapalo año antes de el nacimiento de el Señor 769 reynaua en esta coyuntura en Ysrrael Jeroboan hijo de Nabat, y era Rey de Juda Abias, y en la duración de las vidas de estos Reyes nacieron en Ytalia de la muy guardada Rea hija de Numi- tor los dos hermanos Remo y Romulo fundadores (o ylus- tradores) de la indita Roma, cuyas vidas pone muy por estenso Plutarco entre los varones Ylustres. Ya digimos como Astiages fue ultimo de los 8 Reyes Medos que subce- dieron en aquella Monarchia á Arbace (matador y subce- sor de Sardanapalo) este Astiages tuvo una hija llamada Mandane de quien (contrastado su intento) vido un nieto subcesor, y castigador suyo de tan marauilloso nacimiento y crianza como se contara en el Capitulo siguiente á Ero- doto que marauillosamente, y por estenso cuenta esta his¬toria.
Cap. 17. — de la guerra que el Rey Ciro hizo á la gran Yn¬dia Oriental, y de la institución de la Orden mi¬litar de los Naires, y de sus exenciones, y obli¬gaciones.
Como el Demonio ganaua tanto en la perdida de las animas de los mortales, siempre que por alguna via sospe- chaua algo encaminado á su remedio y rescate, procuraba (con portentosas ilusiones) estorvarlo, y arraygar su opi- nion, y crédito, y confortar aquellas repúblicas que ya lo iban menospreciando. Comenzaua entre naciones Orienta¬les (Asirios, Persas, Partos y Medos) a tener Sancta y reli¬giosa opinion, el venerable, y Sanctissimo nombre de el Dios de Ysrrael, porque auian visto, y oido las marauillas que usa¬ba con su amado, y escogido Pueblo (en esta sazón que va¬mos escriuiendo captivo en Babilonia, por Nabuco Donosor Rey de ella) y temiendo el enemigo sagaz no se desenga- ñassen a aquellas naciones de los enemigos en que el los tenia enlazados, y se convirtiessen, y aficionassen al que era ver-dadero uno, y unibersal Dios, procurava por todas vias re-presentarles á los Principes Phantasmas, y apariencias que prometiessen cosas, y subcesos futuros; para declaración de las quales tenia Ministros hechos á su mano que eran los instrumentos de la ruina y perdición de los hombres. Espe¬cial se aprovechaua el Demonio de los profundos sueños nocturnos, porque en ellos (y durante ellos) fabricaua el sus machinas, y chimeras engañosas para en una pequeña massa de no muy importante verdad mezclar el mortífero Tosico de su engaño, y la perdida espiritual de los que pre¬tendía. Por congeturas (como Judiciario, y estrellero) deuia colegir el Demonio que de el vientre de Mandane (hija de Astiages Rey de Media) auia de salir á el Mundo algún va- ron que fuesse de importancia para vivificar en la Ciudad Santa el divino culto, que su sectario, y ministro Nabu- zardan auia hecho cesar, ó por ventura auian llegado a su maldita noticia aquellas regaladas promesas que Dios hizo a Ciro por boca de el Evangélico Propheta Esaias (180 años antes que el mismo Ciro naciesse) y por estorvar si pudiera el bien que alli se le prometia, dio trazas, y maneras que Astiages soñasse una noche que con la urina de su hija Man¬dane se anegava la Asia, y se asolava su palacio, y casa, y los Agoreros, (a quien ya el Demonio tenia advertidos) dige- ron á el Rey (en declaración de aquel sueño) que de el vientre de su hija naceria su perdición, y la de el Reyno, y por este respeto caso á Mandane, con Cambises (Cauallero Persa) de el qual siendo, ya preñada, bolvio, a soñar, Astia¬ges que salia de el vientre de su hija una parra cuya sombra cubría á toda Asia, que no menos turbación, y sospecho le causo este sueño que el primero, de alli procuro quitar la vida á el infante que de su hija naciesse, mas como Dios lo avia de tomar para instrumento de mayores efectos, sacolo libre de las asechanzas de el cruel abuelo, y con portentosos acaecimientos llego á Ciro (que ansi fue llamado el hijo de Mandanes) a obtener la vida y el Reyno con la prestante aiuda de Harpago, privado de su abuelo Astiages, puesto Ciro en su trono por las vias, y modos que cuentan los que escriven su vida, y quieto ya en su cetro, y mando movio sus vanderas, y armas contra las naciones Orientales; por¬que con la alteración, y mudanzas de los Reyes, y Reynos auian tomado licencia los de la Yndia Oriental (de muchos años atras) a quitar la obediencia de los Principes de Ba¬bilonia, y para no perder la posesion de tan pujantes, y ricos Reynos como eran los contenidos en la Yndia, tomo por importante empresa el yr á subgetarla, y aunque alio mu¬cha y muy viva resistencia en ellos (porque confiados en las asperezas de sus sierras, y en las industrias de pelear, que ya no ignorauan, pusieron a el Rey, y á su egercito, en mu¬cha necesidad de ser baliente mas al cabo les entro, y asalto la tierra haciendo cruel, y exemplar castigo en los prime¬ros que aspiraron a resistirse, y como en las costas, y riberas de el mar (de la una y otra parte de las sierras de Gat) se entendiese la inumanidad, y aspereza con que los de la tie¬rra adentro eran tratados, por acudir á la conservación de su libertad, procuraron (como los ante passados lo auian hecho) salvar sus vidas en el mar, y favorecerse de sus Ys¬las, y con tal prisa se pasavan las gentes á ellas como si sin¬tieran, ya el calor de el fuego en sus espaldas. Jamas tan de tropel auian entrado gentes en aquellas Yslas, ni con tanto daño de sus antiguos moradores como en esta fuga entra¬ron, porque como tenian ya en el Mundo estendidas sus raices la malicia y cubdicia y estas malditas pestes tenian para sus valedoras muchas armas herradas (cosa que en las demás guerras no auia auido) abrían llano el camino á los cubdiciosos de quitar lo ageno, y pudieron llegar hasta el giosa opinion, el venerable, y Sanctissimo nombre de el Dios de Ysrrael, porque auian visto, y oido las marauillas que usa¬ba con su amado, y escogido Pueblo (en esta sazón que va¬mos escriuiendo captivo en Babilonia, por Nabuco Donosor Rey de ella) y temiendo el enemigo sagaz no se desenga- ñassen a aquellas naciones de los enemigos en que el los tenia enlazados, y se convirtiessen, y aficionassen al que era ver¬dadero uno, y unibersal Dios, procurava por todas vias re¬presentarles á los Principes Phantasmas, y apariencias que prometiessen cosas, y subcesos futuros; para declaración de las quales tenia Ministros hechos á su mano que eran los instrumentos de la ruina y perdición de los hombres. Espe¬cial se aprovechaua el Demonio de los profundos sueños nocturnos, porque en ellos (y durante ellos) fabricaua el sus machinas, y chimeras engañosas para en una pequeña massa de no muy importante verdad mezclar el mortifero Tosico de su engaño, y la perdida espiritual de los que pre- tendia. Por congeturas (como Judiciario, y estrellero) deuia colegir el Demonio que de el vientre de Mandane (hija de Astiages Rev de Media) auia de salir á el Mundo algún va- ron que fuesse de importancia para vivificar en la Ciudad Santa el divino culto, que su sectario, y ministro Nabu- zardan auia hecho cesar, ó por ventura auian llegado a su maldita noticia aquellas regaladas promesas que Dios hizo a Ciro por boca de el Evangélico Propheta Esaias (180 años antes que el mismo Ciro naciesse) y por estorvar si pudiera el bien que alli se le prometia, dio trazas, y maneras que Astiages soñasse una noche que con la urina de su hija Man¬dane se anegava la Asia, y se asolava su palacio, y casa, y los Agoreros, (a quien ya el Demonio tenia advertidos) dige- ron á el Rey (en declaración de aquel sueño) que de el vientre de su hija naceria su perdición, y la de el Reyno, y por este respeto caso á Mandane, con Cambises (Cauallero Persa) de el qual siendo, ya preñada, bolvio, a soñar, Astia¬ges que salia de el vientre de su hija una parra cuya sombra cubria á toda Asia, que no menos turbación, y sospecho le causo este sueño que el primero, de alli procuro quitar la vida á el infante que de su hija naciesse, mas como Dios lo avia de tomar para instrumento de mayores efectos, sacolo libre de las asechanzas de el cruel abuelo, y con portentosos acaecimientos llego á Ciro (que ansi fue llamado el hijo de Mandanes) a obtener la vida y el Reyno con la prestante aiuda de Harpago, privado de su abuelo Astiages, puesto Ciro en su trono por las vias, y modos que cuentan los que escriven su vida, y quieto ya en su cetro, y mando movio sus vanderas, y armas contra las naciones Orientales; por¬que con la alteración, y mudanzas de los Reyes, y Reynos auian tomado licencia los de la Yndia Oriental (de muchos años atras) a quitar la obediencia de los Principes de Ba¬bilonia, y para no perder la posesion de tan pujantes, y ricos Reynos como eran los contenidos en la Yndia, tomo por importante empresa el yr á subgetarla, y aunque alio mu¬cha y muy viva resistencia en ellos (porque confiados en las asperezas de sus sierras, y en las industrias de pelear, que ya no ignorauan, pusieron a el Rey, y á su egercito, en mu¬cha necesidad de ser baliente mas al cabo les entro, y asalto la tierra haciendo cruel, y exemplar castigo en los prime¬ros que aspiraron a resistirse, y como en las costas, y riberas de el mar (de la una y otra parte de las sierras de Gat) se entendiese la inumanidad, y aspereza con que los de la tie¬rra adentro eran tratados, por acudir á la conservación de su libertad, procuraron (como los ante passados lo auian hecho) salvar sus vidas en el mar, y favorecerse de sus Ys¬las, y con tal prisa se pasavan las gentes á ellas como si sin¬tieran, ya el calor de el fuego en sus espaldas. Jamas tan de tropel auian entrado gentes en aquellas Yslas, ni con tanto daño de sus antiguos moradores como en esta fuga entra¬ron, porque como tenian ya en el Mundo estendidas sus raices la malicia y cubdicia y estas malditas pestes tenian para sus valedoras muchas armas herradas (cosa que en las demás guerras no auia auido) abrian llano el camino á los cubdiciosos de quitar lo ageno, y pudieron llegar hasta el termino que quisieron. Los que parcipauan y gozavan de vida mas quieta, y mas quitados estauan de guerras esos las tuvieron mas crueles porque entre sobervios y crueles, no se atiende á la mansedumbre de el manso, ni á la humildad de el humilde ni aun á la virtud de el virtuoso, y ansi estos que huian a la mar de las armas de Ciro mas daños acian con las suyas en los pobres Ysleños sus naturales que hicie¬ron los Persas en ellos aunque los alcanzaron de manera que los de las Yslas, no uian de Ciro sino de aquellos que venian huiendo de el de quien recibían mayores agravios, y daños. Como acontecio las veces primeras quando Semira¬mis, y Bacco conturbaron la Yndia asi sucedió en esta ter¬cera persecución, que en partes comenzava á entrar el mie¬do al mismo tiempo, que el que lo ponia auia salido de los términos de sus tierras (como subcedio en esta entrada) porque auiendo Ciro castigado las primeras alteraciones, y puesto de nuebo tributos, y reconocimientos, en todos los Reguíos, y Bragmanes de la Yndia mayor y menor, y asen¬tado la Tierra en quietud y sosiego, y auiendo cobrado nom¬bre de begnino entre aquellos, que en su primera entrada lo tuvo de cruel se salió de la Yndia y movio sus armas con¬tra Asia Menor, llevando por su Capitan general á Harpa- go (que aunque viejo, y cargado de años) era varón de pres¬tantes consejos, y saludables industrias, y muy valeroso en las armas. Muchas cosas notables hizo en este viage Ciro, con aquel vencedor (y casi inumerable) exercito que lle- vava, y entre ellas fue el importuno combate y final pre¬sura en que puso á la Provincia de Jonia en la Asia Menor, de donde temiendo su total ruina los vecinos de una Ciudad llamada Phoecia se metieron en naves, y caminando hacia el Poniente (no llevando mas desinio de yr a poblar donde su suerte les guiase) aportaron á las costas de Europa, y dieron principio á la Ciud. de Marcella como lo nota Lucano en su farsalia. Finalmente Ciro (cansado y no satisfecho de vencer) propuso llevar sus vanderas asta lo ultimo de el Sep¬tentrión, y travando guerra con los Scitias Asiáticos (y auiendolos vencido, en una sangrienta y porfiada batalla, donde mato á el Principe de aquella nación) le fueron puestas emboscadas en ciertos pasos estrechos por industria de la Reyna Tomiris (madre de el muerto Ynfante) y alli se les dio miserable fin a 200 mil hombres que seguian esta guerra, y Ciro fue muerto con ellos; y la Reyna (en ven¬ganza de la temprana muerte de su hijo) con su propia ma¬no, dicen que le corto la cabeza, y se la echo en un cuero lleno de sangre humana diciendole, hartate Ciro de sangre humana pues de ella andavas tan sediento. Este fue el prin¬cipio, vida, victorias, y fin de el buen Ciro, primero Rey de los Persas en quien se puede ver (como en claro espejo) la miseria humana a quan varias (y no pensadas caidas) esta subjeta, y como los hombres con la posteridad no están siguros, ni con la adversidad perdidos, y deven tener animo en el un estado, y vigilancia y tiento en el otro. Ya en este tiempo (y aun muchos años atras) en la Yndia, auia y se usaba alguna pulicia, y modo razonable de vivir, y auia Reyes, Repúblicas, y Sacerdotes, ya tenian letras aunque en grosero estilo, y forma, ya auia leyes aunque no en general guardadas; porque rompian su tela los poderosos, y ricos. Ya tenian ciencias naturales aprendidas de algunos foraste¬ros, y ampliadas por hombres que entre ellos auia de buen natural, ya tenian nuebos ritos, y nuebos Ydolos con distin¬tos nombres, y sacrificios de los demás que se usaban en las otras Provincias de Asia, avian ya caido en la quenta, de donde les venia el daño, y perdida a su tierra, y conocieron ser de el seguro receptáculo que las gentes suyas propias hallavan en la huida á el mar (porque como consta claro de lo que de la Yndia dejamos escripto) no es otra cosa que un pedazo de Mundo, que se ba metiendo en punta en el gran Piélago Oriental en forma de una teta, cuyo pezón y remate, es el cabo de Cori (en nros tiempos llamado Como- rin) de manera que por ambos lados es lavado, y fluctuado de el mar a donde con facilidad hallauan escondrijos muy seguros los púgil ambos fugitivos, y estos (por amparar sus termino que quisieron. Los que parcipauan y gozavan de vida mas quieta, y mas quitados estauan de guerras esos las tuvieron mas crueles porque entre sobervios y crueles, no se atiende á la mansedumbre de el manso, ni á la humildad de el humilde ni aun á la virtud de el virtuoso, y ansi estos que huian a la mar de las armas de Ciro mas daños acian con las suyas en los pobres Ysleños sus naturales que hicie¬ron los Persas en ellos aunque los alcanzaron de manera que los de las Yslas, no uian de Ciro sino de aquellos que venian huiendo de el de quien recibian mayores agravios, y daños. Como acontecio las veces primeras quando Semira¬mis, y Bacco conturbaron la Yndia asi sucedió en esta ter¬cera persecución, que en partes comenzava á entrar el mie¬do al mismo tiempo, que el que lo ponia auia salido de los términos de sus tierras (como subcedio en esta entrada) porque auiendo Ciro castigado las primeras alteraciones, y puesto de nuebo tributos, y reconocimientos, en todos los Reguíos, y Bragmanes de la Yndia mayor y menor, y asen¬tado la Tierra en quietud y sosiego, y auiendo cobrado nom¬bre de begnino entre aquellos, que en su primera entrada lo tuvo de cruel se salió de la Yndia y movio sus armas con¬tra Asia Menor, llevando por su Capitan general á Harpa- go (que aunque viejo, y cargado de años) era varón de pres¬tantes consejos, y saludables industrias, y muy valeroso en las armas. Muchas cosas notables hizo en este viage Ciro, con aquel vencedor (y casi ¡numerable) exercito que lle- vava, y entre ellas fue el importuno combate y final pre¬sura en que puso á la Provincia de Jonia en la Asia Menor, de donde temiendo su total ruina los vecinos de una Ciudad llamada Phoecia se metieron en naves, y caminando hacia el Poniente (no llevando mas desinio de yr a poblar donde su suerte les guiase) aportaron á las costas de Europa, y dieron principio á la Ciud. de Marcella como lo nota Lucano en su farsalia. Finalmente Ciro (cansado y no satisfecho de vencer) propuso llevar sus vanderas asta lo ultimo de el Sep¬tentrión, y travando guerra con los Scitias Asiáticos (y auiendolos vencido, en una sangrienta y porfiada batalla, donde mato á el Principe de aquella nación) le fueron puestas emboscadas en ciertos pasos estrechos por industria de la Reyna Tomiris (madre de el muerto Ynfante) y alli se les dio miserable fin a 200 mil hombres que seguian esta guerra, y Ciro fue muerto con ellos; y la Reyna (en ven¬ganza de la temprana muerte de su hijo) con su propia ma¬no, dicen que le corto la cabeza, y se la echo en un cuero lleno de sangre humana diciendole, hartate Ciro de sangre humana pues de ella andavas tan sediento. Este fue el prin¬cipio, vida, victorias, y fin de el buen Ciro, primero Rey de los Persas en quien se puede ver (como en claro espejo) la miseria humana a quan varias (y no pensadas caidas) esta subjeta, y como los hombres con la posteridad no están siguros, ni con la adversidad perdidos, y deven tener animo en el un estado, y vigilancia y tiento en el otro. Ya en este tiempo (y aun muchos años atras) en la Yndia, auia y se usaba alguna pulicia, y modo razonable de vivir, y auia Reyes, Repúblicas, y Sacerdotes, ya tenian letras aunque en grosero estilo, y forma, ya auia leyes aunque no en general guardadas; porque rompían su tela los poderosos, y ricos. Ya tenian ciencias naturales aprendidas de algunos foraste¬ros, y ampliadas por hombres que entre ellos auia de buen natural, ya tenian nuebos ritos, y nuebos Ydolos con distin¬tos nombres, y sacrificios de los demás que se usaban en las otras Provincias de Asia, avian ya caido en la quenta, de donde les venia el daño, y perdida a su tierra, y conocieron ser de el seguro receptáculo que las gentes suyas propias hallavan en la huida á el mar (porque como consta claro de lo que de la Yndia dejamos escripto) no es otra cosa que un pedazo de Mundo, que se ba metiendo en punta en el gran Piélago Oriental en forma de una teta, cuyo pezón y remate, es el cabo de Cori (en nro” tiempos llamado Como- rin) de manera que por ambos lados es lavado, y fluctuado de el mar a donde con facilidad hallauan escondrijos muy seguros los púgil ambos fugitivos, y estos (por amparar sus vidas) desemparavan sus tierras, y dejavan sin fuerza á aquellos que tenían animo para aguardar el peligro en lo que parava que gran ocasion es para que la gente vil muestre presto su flaqueza, estarles conbidando la misma tierra (ó el mar) con lugares seguios de aquel peligro que su propio miedo le representa; como lo auia hecho á los Yndios siem¬pre que se ofrecían armas enemigas (ora forasteras ora de sus mismos naturales) queriendo pues los Reguíos, y Brag- manas (que ansi llamauan á sus sacerdotes) obiar aquel daño, y hacer á los covardes estar a raya, y con un miedo legal quitarles otro dañosissimo constituieron una orden de Cava- lleria militar para creación de la qual religión acordaron aiuntar la mas cantidad de mancebos que pudieron aver ansi de las tieras subditas á ellos, como de las con ellos confederados, en paz y amistad, y estos procuraron que fuessen hijos de padres pobres, y ellos usados á los trabajos, y egercitados en las cazas, y monterías, y auiendo de estos tales congregado el numero, y cantidad, que entendieron ser bastante para lo que se pretendían concediéronles gran¬des previlegios, y esenciones, y mucho poder, y autoridad sobre la demás gente, plebeya, y encontrapeso de tantos, y tan onerosos previlegios como les dieron los ligaron con muchos preceptos, y leyes precisas so capital pena, y entre muchos que fueron fue uno (con que creieron atajar el daño, y escusar la huida y esforzar la flaqueza que en sus gentes temian) que ninguno de aquella milicia pudiese dor¬mir noche alguna en la mar so pena de perder la vida. En¬tablada y puesta en orden, esta manera de hidalguía, les mandaron que recidiesen donde estubiesen sus Reyes, y en las costas de el mar era exension suya que pudiesen tomar la muger que mejor les pareciese, y que la tal muger no rehusase lo que qualquiera de aquellos le pidiese, so pena que sin pena la podían matar y quedóles cerrada la puerta (a los mismos Reyes) que no pudiesen criar de nuevo a ninguno de aquella milicia, ni lo pudiese ser sino fuesse hijo de padre de aquella orden miliar. A este linage de hombres le fue encargada la guarda, y custodia de los Re¬yes, y de las costas, y puertos de el mar, y en ella permane¬cieron largos años, y aun la ay en estos nros tiempos en la Yndia que son los que llaman Nayres, Camales, Mandari¬nes, y de otros nombres diferentes, gente libre, y exempta, y muy dados á las armas, y su principio, y origen fue, el que acabamos de contar, y el fin y intento con que se esta¬bleció, fue para refrenar las ordinarias huidas, que por la mar (en balsas) hacian al menor ruido de guerra (o nueba de ella) que á sus oidos venia, mas muy poco diuio de apro- bechar esta diligencia, para que se abstubiesen de usar de su natural flaqueza aquellos (que naturalmente) eran tímidos, y de poco valor. Y dejadas otras jornadas donde lo divieron mostrar, tratemos una muy notable cobardia en que estos de esta milicia incurrieron de que en las antiguallas Yn- dianas se haya echa notable mension, y no la escrivire para que solamente de ella nos conste (pues sin su noticia nos pudiéramos pasar) mas para que se sepa en el Mundo la gente que de estos fugitivos procedio de quien aora se tie¬ne noticia en nras Yndias Occidentales. Y para venir á este punto conviene que precedan las cosas que veremos en el Capitulo siguiente.
Cap. lE.-de la multiplicación de los Yndios, y el origen de los naturales, de la nueba España, y de el uso de el Maíz, y su nombre, y el nacimiento de Alexandro Magno, y ¡a jornada que hizo á la gran Yndia.
Aquellas fugitivas Compañas (que fueron las primeras que las muy antiguas armas de los Babilonios desterraron de su. tierra la Yndia). Ya tratamos en el Capitulo 15 a- donde aportaron que fue á aquel pedazo de Mundo que digimos estar atravezado de Polo a Polo cuya magnitud, y grandeza no fue por estos nros Ophiritas Yndianos antiguos vidas) desemparavan sus tierras, y dejavan sin fuerza á aquellos que tenian animo para aguardar el peligro en lo que parava que gran ocasion es para que la gente vil muestre presto su flaqueza, estarles conbidando la misma tierra (ó el mar) con lugares seguros de aquel peligro que su propio miedo le representa; como lo auia hecho á los Yndios siem¬pre que se ofrecían armas enemigas (ora forasteras ora de sus mismos naturales) queriendo pues los Reguíos, y Brag- manas (que ansi llamauan á sus sacerdotes) obiar aquel daño, y hacer á los covardes estar a raya, y con un miedo legal quitarles otro dañosissimo constituieron una orden de Cava- lleria militar para creación de la qual religión acordaron aiuntar la mas cantidad de mancebos que pudieron aver ansi de las tieras subditas á ellos, como de las con ellos confederados, en paz y amistad, y estos procuraron que fuessen hijos de padres pobres, y ellos usados á los trabajos, y egercitados en las cazas, y monterias, y auiendo de estos tales congregado el numero, y cantidad, que entendieron ser bastante para lo que se pretendían concediéronles gran¬des previlegios, y esenciones, y mucho poder, y autoridad sobre la demás gente, plebeya, y encontrapeso de tantos, y tan onorosos previlegios como les dieron los ligaron con muchos preceptos, y leyes precisas so capital pena, y entre muchos que fueron fue uno (con que creieron atajar el daño, y escusar la huida y esforzar la flaqueza que en sus gentes temian) que ninguno de aquella milicia pudiese dor¬mir noche alguna en la mar so pena de perder la vida. En¬tablada y puesta en orden, esta manera de hidalguía, les mandaron que recidiesen donde estubiesen sus Reyes, y en las costas de el mar era exension suya que pudiesen tomar la muger que mejor les pareciese, y que la tal muger no rehusase lo que qualquiera de aquellos le pidiese, so pena ciue sin pena la podían matar y quedóles cerrada la puerta (a los mismos Reyes) que no pudiesen criar de nuevo a ninguno de aquella milicia, ni lo pudiese ser sino fuesse hijo de padre de aquella orden miliar. A este linage de hombres le fue encargada la guarda, y custodia de los Re¬yes, y de las costas, y puertos de el mar, y en ella permane¬cieron largos años, y aun la ay en estos nroB tiempos en la Yndia que son los que llaman Nayres, Camales, Mandari¬nes, y de otros nombres diferentes, gente libre, y exempta, y muy dados á las armas, y su principio, y origen fue, el que acabamos de contar, y el fin y intento con que se esta¬bleció, fue para refrenar las ordinarias huidas, que por la mar (en balsas) hacian al menor ruido de guerra (o nueba de ella) que á sus oidos venia, mas muy poco diuio de apro- bechar esta diligencia, para que se abstubiesen de usar de su natural flaqueza aquellos (que naturalmente) eran tímidos, y de poco valor. Y dejadas otras jornadas donde lo divieron mostrar, tratemos una muy notable cobardía en que estos de esta milicia incurrieron de que en las antiguallas Yn- dianas se haya echa notable mension, y no la escrivire para que solamente de ella nos conste (pues sin su noticia nos pudiéramos pasar) mas para que se sepa en el Mundo la gente que de estos fugitivos procedió de quien aora se tie¬ne noticia en nr!,s Yndias Occidentales. Y para venir á este punto conviene que precedan las cosas que veremos en el Capitulo siguiente.
Cap- lo. – de la multiplicación de los Yndios, y el origen de los naturales, de la nueba España, y de el uso de ti Maíz, y su nombre, y el nacimiento de Al ex and ro Magno, y la jornada que hizo á la gran Yndia.
Aquellas fugitivas Compañas (que fueron las primeras que las muy antiguas armas de los Babilonios desterraron de su tierra la Yndia). Ya tratamos en el Capitulo 7 5 a- donde aportaron que fue á aquel pedazo de Mundo que digímos estar atravezado de Polo a Polo cuya magnitud, y grandeza no fue por estos nro” Ophiritas Yndianos antiguos ocupada toda antes (si asi place á los discretos que en estas consideraciones gastan algunos ratos) diría yo que la parte septentrional de este nuebo Mundo fue poblada y ocupada de aquellas naciones que sobraron con la mucha multipli¬cación de los Seres ó Chinas (como dejamos apuntado en el Capitulo 11 de esta segunda parte) que entregándose en las manos de el mar, y su ventura (ora compelidos por guerras, ora por deseos de libertad, y mando, ora por ne¬cesidad de mas anchura de tierra) es muy verisimile que pasarían aquella poca distancia de mar, que ay de la China á la nueva España por el altura de 45 grados, por donde nos señalan las descripciones un breve estrecho a quien lla¬man de Amon, y seria pusible ser muy menor en aquellos Siglos, que aora se vee, y el mar, y el tiempo averio altera¬do, y hecho mayor en suma, si a uno de los naturales de nueva España le preguntan de donde vinieron, ó proce¬dieron sus antepassados dirán (puntualmente) aver en-tendido ellos de sus mayores que de la parte occidental que es á la parte donde les demora la gran China, y en testi¬monio de esto vemos ser muy semejantes el aire, y estilo de los unos á el de los otros en sus dibujos, y pinturas, y aun muy conformes, y frisantes en los entendimientos, subtile- za de ingenios; no quiero mas detenerme en esta auerigua- cion, porque con lo que sea tomado la hallara mas bastante y amplia, el que en esta materia quisiere ocupar su imagi¬nativa algunos ratos. De suerte que nros Ophiritas, no ellos hincheron de gentes, todo este nuebo Mundo mas auiendo pasado de el por aquella parte que decimos arriba (ora que en aquel tiempo fuesse tierra continuada, ora fuesse pro¬rrumpida, y’separada como haora la hallamos) es de creer que llegados á ella les daria gusto su amenidad, y frescura, y su magnitud bastante para mas gentes (si mas cantidad vinieran) á cabo de años se comenzaron a dividir por fa¬milias repartiendose a todas partes quedándose los mas po¬derosos con lo mejor de la tierra comenzaron a respetar por cabeza y Juez, cada linage ó parentela el mas anciano de ella (asta que como en las demás naciones) comenzaron a lebantarse tiranos, y sin atender á lo que avian usado sus antepasados se alzaron con el Mando y señorio, y luego sintiendo y presumiendo de si (otro de el mismo linage) no ser el menor en méritos, y valor que aquel que lo queria subjetar á el y á los demás sus parientes se ponia en defensa de su libertad, y si con la empresa le subcedia bien aquella determinación que tuvo le bastava para justo titulo de Se¬ñor de los que defendió, y si veya que sus cosas iban de- cayda, juntava los que deseavan mas largura, y como naturalmente toda nación barbara es amiga de novedades coadunauanse con aquel que les prometia nuebos, y mejores bailes, y ansi se hacían á lo largo, y se apartavan de sus antiguos contendores y caminauan asta dar con tierra que les prometiese cosechas bastantes para sustentarse asi, y á sus familias, y de esta manera (o por otras semejante con¬tiendas) se ivan apartando los unos de los otros. También por pasiones entre ellos, removidas por causa de embidias celos porfías, intereses queriendose redimir de las tales pe¬sadumbres se retiraban a bivir por lugares distintos. Bien nos consta de el Sagrado Testo que el buen Patriarca Abran, trato con Lot su sobrino que por escusar las ren¬cillas, y odios que entre sus Pastores se movían de ordinario era de parecer que se apartassen á abitar en lugares dife¬rentes ansi también deuia acaecer muy á la contina en estas naciones, que por ocasiones livianas se moverían gue¬rrillas, y pendencias, y el apartarse por tierras, y valles di¬ferentes les era el ultimo remedio, y como tenia cada uno tantas mugeres como queria tenia tantos hijos quantos de- seava y la tierra era tan sana, y las mugeres tan facundas, y los hombres tan biciosos que auia alguno que tenia docientos hijos, y de aquellos via á su mesa quinientos (y 600, nietos en duración de pocos años. Deparóles Dios á estos aborígenes una semilla en la entrada de este Nuebo mundo rustica y campecina y ellos (con su industria) la hicieron domestica, y tan provechosa y prestante que sobre ocupada toda antes (si asi place á los discretos que en estas consideraciones gastan algunos ratos) diría yo que la parte septentrional de este nuebo Mundo fue poblada y ocupada de aquellas naciones que sobraron con la mucha multipli¬cación de los Seres ó Chinas (como dejamos apuntado en el Capitulo 11 de esta segunda parte) que entregándose en las manos de el mar, y su ventura (ora compelidos por guerras, ora por deseos de libertad, y mando, ora por ne¬cesidad de mas anchura de tierra) es muy verisimile que pasarían aquella poca distancia de mar, que ay de la China á la nueva España por el altura de 45 grados, por donde nos señalan las descripciones un breve estrecho a quien lla¬man de Amon, y seria pusible ser muy menor en aquellos Siglos, que aora se vee, y el mar, y el tiempo averio altera¬do, y hecho mayor en suma, si a uno de los naturales de nueva España le preguntan de donde vinieron, ó proce¬dieron sus antepassados dirán (puntualmente) aver en-tendido ellos de sus mayores que de la parte occidental que es á la parte donde les demora la gran China, y en testi¬monio de esto vemos ser muy semejantes el aire, y estilo de los unos á el de los otros en sus dibujos, y pinturas, y aun muy conformes, y frisantes en los entendimientos, subtile- za de ingenios; no quiero mas detenerme en esta auerigua- cion, porque con lo que sea tomado la hallara mas bastante y amplia, el que en esta materia quisiere ocupar su imagi¬nativa algunos ratos. De suerte que nro” Ophiritas, no ellos hincheron de gentes, todo este nuebo Mundo mas auiendo pasado de el por aquella parte que decimos arriba (ora que en aquel tiempo fuesse tierra continuada, ora fuesse pro¬rrumpida, y separada como haora la hallamos) es de creer que llegados á ella les daría gusto su amenidad, y frescura, y su magnitud bastante para mas gentes (si mas cantidad vinieran) á cabo de años se comenzaron a dividir por fa¬milias repartiendose a todas partes quedándose los mas po¬derosos con lo mejor de la tierra comenzaron a respetar por cabeza y Juez, cada linage ó parentela el mas anciano de ella (asta que como en las demás naciones) comenzaron a lebantarse tiranos, y sin atender á lo que avian usado sus antepasados se alzaron con el Mando y señorio, y luego sintiendo y presumiendo de si (otro de el mismo linage) no ser el menor en méritos, y valor que aquel que lo queria subjetar á el y á los demás sus parientes se ponia en defensa de su libertad, y si con la empresa le subcedia bien aquella determinación que tuvo le bast3va para justo titulo de Se¬ñor de los que defendió, y si veya que sus cosas iban de- cayda, juntava los que deseavan mas largura, y como naturalmente toda nación barbara es amiga de novedades coadunauanse con aquel que les prometia nuebos. y mejores bailes, y ansi se hacían á lo largo, y se apartavan de sus antiguos contendores y caminauan asta dar con tierra que les prometiese cosechas bastantes para sustentarse asi, y á sus familias, y de esta manera (o por otras semejante con¬tiendas) se ivan apartando los unos de los otros. También por pasiones entre ellos, removidas por causa de embidias celos porfias, intereses queriendose redimir de las tales pe¬sadumbres se retiraban a bivir por lugares distintos. Bien nos consta de el Sagrado Testo que el buen Patriarca Abran, trato con Lot su sobrino que por escusar las ren¬cillas, y odios que entre sus Pastores se movian de ordinario era de parecer que se apartassen á abitar en Jugares dife¬rentes ansi también deuia acaecer muy á la contina en estas naciones, que por ocasiones livianas se moverian gue¬rrillas, y pendencias, y el apartarse por tierras, y valles di¬ferentes les era el ultimo remedio, y como tenia cada uno tantas mugeres como queria tenia tantos hijos quantos de¬scava y la tierra era tan sana, y las mugeres tan facundas, y los hombres tan biciosos que auia alguno que tenia docientos hijos, y de aquellos via á su mesa quinientos (y 600, nietos en duración de pocos años. Deparóles Dios á estos aborígenes una semilla en la entrada de este Nuebo mundo rustica y campecina y ellos (con su industria) la hicieron domestica, y tan provechosa y prestante que sobre
las que usan los hombres tiene excelencia, y lo que de ella sabré decir es, que en ninguna parte de el uniberso (ni en Yslas, ni tierra firme de el) no se hallado semilla como esta, sino solo en este girón de Mundo, de que vamos diciendo, y en las Yslas a el conjuntas, y cercanas aunque (atendién¬dose con cuidado a la manera de nacer suya, y cercanas, y á los encajes de sus granos y á la hechura de sus espigas y á la facion de sus ojas) es especie de aquella semilla tan usada de los Moriscos Andaluces a quien llaman Panizo, salvo que es sin comparación mayor el grano de esta se¬milla Yndiana que no aquella morisca an llamado y lla-man á esta semilla en este nuevo Mundo por muchos, y muy diferentes nombres aunque el que esta ya muy introducido, y recebido en nra nación es Maiz porque de aqueste nombre dol maíz uamauan aquellos en cuyo poder fue la primera vez vista
por nros Españoles que fue en la Ysla Española donde los naturales le llamauan Maiz. Largo seria si me pusiesse a es- crivir las buenas partes en que este prestantissimo grano se an hallado, y solo dique (J) si en nuestra España se introdu- sembraba en Sese el uso de el que no seria tan atormentada de hambres, y España, quando necesidades estremas como lo es, especial en aquellas Pro- escnbio este v¡ncias qUe caen sobre eJ mar mediterráneo. De esta semilla se an valido los naturales de este nuevo Mundo ansi para manjares como para brevages que por ser prestante, para lo uno, y lo otro la an siempre estimado en mucho. Dege- mos a nuestros Yndianos henchir y multiplicar en este gran pedazo de Mundo que aliaron vacio, pueblen valles talen montañas descubran Regiones, passen Cordilleras adiés¬trense en armas á su modo que tiempo verna que las abran menester para resistir unos pujantes, y crueles ladrones que de la Yndia abran de salir espantados, y huiendo para ser espanto, y ocasion de huida, á muchos ynocentes de las muertes que estos crueles covardes les iban dando. Pasa ansi que despues de las dos poderosas Monarchias (de quatro que el Mundo ha tenido) que fueron la primera de los
autor.
(!) diré que.
Asirio Caldeos, la segunda de los Medos, se siguió la de los Macedonios, que fue la tercera, esta comenzo cerca de los años antes de el nacimiento de nr0 Redemptor de 893 (algo mas o menos) su primero Rey fue Charano (ó Crano Ra¬cen según Volaterano) y como apuntamos en el Capitulo 10 de esta segunda parte, duro en sus descendientes en 37 Reyes, penúltimo de los quales fue el Rey Philipo. Este huvo (en Olimpia su muger hija de Neptolemo Rey de los Molosos) á Alexandre llamado Magno por sus grandezas nacido en la Ciu.d de Pellan, al qual les subcedio en el Reyno cerca de los años antes de Christo 328 y comenzo á reynar siendo de edad de 20 años, no cumplidos entre las grandezas de este Principe ponen los autores (y no por la me¬nor) la jornada que hizo á la gran Yndia Oriental donde gano gran suma de tesoros (y mayor de nombre y reputación) en todo el Mundo. Largo proceso aria si me pusiese a exa¬gerar las cosas que en este prolixo viage le subcedieron, que aunque Quinto Curcio Arriano, y otros Autores refie¬ren muchos algunas mas pudiéramos poner (contenidas en aquel libro Persa de que atras hicimos memoria) sino te¬miera hacer disonante digresión en los principios de su en¬trada en los confines de la Yndia se alia el gran Alexandro enzarzado en guerra con los barbaros de la Provincia de Sami, donde sus gentes (la vez primera) comenzaron á sentir el daño de las flechas enerboladas esto sintió Alexan¬dro en lo bivo de el alma (y mucho mas quando herido de tal ponzoña, vido muy cercano á la muerte á su privado, y charissimo Ptolomeo), y atormentado su corazon de el inremediable tormento que á su amigo via padecer, dicen que se adormecio, y que entre sueños vido un Dragón que traia en la boca cierta yerva, y llegándose á el herido Ptolo¬meo se la puso en la llaga, y luego en un instante fue sana, y como el dolor hizo adormecer á el Rey Alexandro, ansi con el nuebo gozo (que de tan súbita sanidad entre sueños recibió) despertó y teniendo impresa en la memoria la he¬chura, y forma de la yerva que a tal cointura le alegro se
las que usan los hombres tiene excelencia, y lo que de ella sabré decir es, que en ninguna parte de el uniberso (ni en Yslas, ni tierra firme de el) no se hallado semilla como esta, sino solo en este girón de Mundo, de que vamos diciendo, y en las Yslas a el conjuntas, y cercanas aunque (atendién¬dose con cuidado a la manera de nacer suya, y cercanas, y á los encajes de sus granos y á la hechura de sus espigas y á la facion de sus ojas) es especie de aquella semilla tan usada de los Moriscos Andaluces a quien llaman Panizo, salvo que es sin comparación mayor el grano de esta se¬milla Yndiana que no aquella morisca an llamado y lla¬man á esta semilla en este nuevo Mundo por muchos, y muy diferentes nombres aunque el que esta ya muy introducido, y recebido en nra nación es Maiz porque de aqueste nombre le llamauan aquellos en cuyo poder fue la primera vez vista por nro” Españoles que fue en la Ysla Española donde los naturales le llamauan Maiz. Largo seria si me pusiesse a es- crivir las buenas partes en que este prestantissimo grano se an hallado, y solo dique(‘) si en nuestra España se introdu- sembraba «i 8ese e’ uso de el que no seria tan atormentada de hambres, y España,quanrfn necesidades estremas como lo es, especial en aquellas Pro- escnbio «te v[nc¡as que caen sobre e] mar mediterráneo. De esta semilla
autor. ^
se an valido los naturales de este nuevo Mundo ansi para manjares como para brevages que por ser prestante, para lo uno, y lo otro la an siempre estimado en mucho. Dege- mos a nuestros Yndianos henchir y multiplicar en este gran pedazo de Mundo que aliaron vacio, pueblen valles talen montañas descubran Regiones, passen Cordilleras adiés¬trense en armas á su modo que tiempo verna que las abran menester para resistir unos pujantes, y crueles ladrones que de la Yndia abran de salir espantados, y huiendo para ser espanto, y ocasion de huida, á muchos ynocentes de las muertes que estos crueles covardes les iban dando. Pasa ansi que despues de las dos poderosas Monarchias (de quatro que el Mundo ha tenido) que fueron la primera de los
(!) diré que.
Asirio Caldeos, la segunda de los Medos, se siguió la de los Macedonios, que fue la tercera, esta comenzo cerca de los años antes de el nacimiento de nru Redemptor de 893 (algo mas o menos) su primero Rey fue Charano (ó Crano Ra¬cen según Volaterano) y como apuntamos en el Capitulo 10 de esta segunda parte, duro en sus descendientes en 37 Reyes, penúltimo de los quales fue el Rey Philipo. Este huvo (en Olimpia su muger hija de Neptolemo Rey de los Molosos) á Alexandre llamado Magno por sus grandezas nacido en la Ciu.d de Pellan, al qual les subcedio en el Reyno cerca de los años antes de Christo 328 y comenzo á reynar siendo de edad de 20 años, no cumplidos entre las grandezas de este Principe ponen los autores (y no por la me¬nor) la jornada que hizo á la gran Yndia Oriental donde gano gran suma de tesoros (y mayor de nombre y reputación) en todo el Mundo. Largo proceso aria si me pusiese a exa¬gerar las cosas que en este prolixo viage le subcedieron, que aunque Quinto Curcio Arriano, y otros Autores refie¬ren muchos algunas mas pudiéramos poner (contenidas en aquel libro Persa de que atras hicimos memoria) sino te¬miera hacer disonante digresión en los principios de su en¬trada en los confines de la Yndia se alia el gran Alexandro enzarzado en guerra con los barbaros de la Provincia de Sami, donde sus gentes (la vez primera) comenzaron á sentir el daño de las flechas enerboladas esto sintió Alexan¬dro en lo bivo de el alma (y mucho mas quando herido de tal ponzoña, vido muy cercano á la muerte á su privado, y charissimo Ptolomeo), y atormentado su corazon de el inremediable tormento que á su amigo via padecer, dicen que se adormecio, y que entre sueños vido un Dragón que traia en la boca cierta yerva, y llegándose á el herido Ptolo¬meo se la puso en la llaga, y luego en un instante fue sana, y como el dolor hizo adormecer á el Rey Alexandro, ansi con el nuebo gozo (que de tan súbita sanidad entre sueños recibió) despertó y teniendo impresa en la memoria la he¬chura, y forma de la yerva que a tal cointura le alegro se dio á buscalla y con facilidad la pudo hallar, y con ella ( con la misma presteza que en sueño se le auia representado) vido sano y fuera de el peligro a su Ptolomeo llamauan á esta yerva Hiperbothon cuyo conocim.to les fue de tanta importancia que no solo con ella sano los heridos y despre- ciava las flechas asta alli temidas mas conociendo los Bar¬baros que le tenian ya tomado el Anthidoto, y contra yerva de su veneno rindieron la tierra, y bajaron el cuello á el yugo de su sugecion y obediencia. El vencimiento de estos Samios (tenidos en todas aquellas partes por inbencibles) le fue de mucha importancia á Alexandro para que las demás Provincias Orientales se acobardasen, y perdiessen la con¬fianza que en sus armas, y multitud tenian; de alli entro por las tierras mas Septentrionales donde estavan unos fie¬ros barbaros a quien llamauan Sudrachas donde teniendo los Macedonios sitiada una Ciudad cercada de cespedes, yí Monte. Alexandro por su persona asaltóla cerca donde se vido herido, y en peligro de Muerte si con tiempo no fuera socorrido de los suyos, de alli se partió lleno de victoria, y reputación, y tomo la inaccesible fuerza llamada Petradori temida de el mismo Hercules Griego de alli enderezo su viage a la Yndia torciendo su camino sobre la mano derecha, y paso los collados Paropanizos por donde estuvo la Ciu¬dad de Maganza tomo el paso de el Rio Yndo por cerca de la Ciudad Piricolaita antigua en fama, y alli hizo hacer puente demás admiración que la que Gerges hizo por el Bosphoro Tracio de alli encamino su viage á el Rio Hidas- pes, y sugeto las infinitas Ciudades, que están entre el, y el arrebatado rio Asasinis, y alli fundo una nueba Nicea, en memoria de la victoria que alli alcanzo de el Rey Poro, que les salió al encuentro con mas armas, y gente que in¬dustria ni animo. Poco despues edifico la Ciudad Bucefalla porque no se le olvidase el nombre de su estimado Cauallo que alli se le murió. Paso venciendo, y espantando asta la Ciudad Quatea unibersidad muy estimada por sus Gimno- sophitas, y llego aver, y beber el agua de el Rio Hipamin de donde se fue acercando á el mar con intento de bolverse á Asia, y vencer á Aphrica, y sugetar á Europa hicieronle mudar parecer la mucha importunación de sus Soldados encanecidos en la duración de tan larga jornada, y mucho mas las amonestaciones de un Yndio que consigo traia lla¬mado Allano gran Philosopho el qual le dijo que de que le aprovecharia ser universal al Señor de el uniberso, sino lo podia mandar todo, ni ver todo, ni governar todo. Final¬mente de alli propuso Alexandro su buelta puesto que otros quieren hacer mas largo su viage y llegando este Principe á Babilonia con la mas arrogante pujanza que Principe se puede desear, murió de edad de 28 años, auiendo reynado solo 12 años fue su muerte antes de la venida de Christo á el Mundo 322 años.
Tuvieron tan atemorizado á el Mundo las vencedoras armas deste Rey, y pusiéronle tanto espanto sus tempranas victorias, que aun nros Españoles (sin Rey en esta coyun¬tura) le embiaron Embajadores pacificos pidiéndole paz, y confederación. Mas bolviendo a seguir nro hilo cortado no menos terror causo en los naturales de la Yndia la pri-mera nueva que recibieron de su pujanza de Alexandro que la que auian recibido con la venida de las de Semiramis Bacco, y Ciro, y aunque es verdad que los años, y experien¬cia les yba dando armas, y industrias no parece que natu¬raleza fortalecía mas sus corazones de fortaleza un dia que otro para poder aguardar asta ver en fin de el peligro que temían, y claro parece pues á la primera nueba de armas ene¬migas blandeavan aquellos que avian de ser defensa de sus casas, y tierra y de muy poca importancia fue el parecer que en los pasados Siglos se auia dado de hacer, y constituir orden militar (como dejamos dicho) y de poco fruto fue el guarnecer los Nayres de Armas honor y exensiones pues olvidados de aquello a que estauan obligados fueron los pri¬meros que hicieron tímido á el demás pueblo y aunque (con la duración de mas de 200 años que auian vivido en aquella disciplina) se auian aumentado en numero, y lle- dio á buscalla y con facilidad la pudo hallar, y con ella ( con la misma presteza que en sueño se le auia representado) vido sano y fuera de el peligro a su Ptolomeo llamauan á esta yerva Hiperbothon cuyo conocim.to les fue de tanta importancia que no solo con ella sano los heridos y despre- ciava las flechas asta alli temidas mas conociendo los Bar¬baros que le tenían ya tomado el Anthidoto, y contra yerva de su veneno rindieron la tierra, y bajaron el cuello á el yugo de su sugecion y obediencia. El vencimiento de estos Samios (tenidos en todas aquellas partes por inbencibles) le fue de mucha importancia á Alexandro para que las demás Provincias Orientales se acobardasen, y perdiessen la con¬fianza que en sus armas, y multitud tenian; de alli entro por las tierras mas Septentrionales donde estavan unos fie¬ros barbaros a quien llamauan Sudrachas donde teniendo los Macedonios sitiada una Ciudad cercada de cespedes, yf Monte. Alexandro por su persona asaltóla cerca donde se vido herido, y en peligro de Muerte si con tiempo no fuera socorrido de los suyos, de alli se partió lleno de victoria, y reputación, y tomo la inaccesible fuerza llamada Petradori temida de el mismo Hercules Griego de alli enderezo su viage a la Yndia torciendo su camino sobre la mano derecha, y paso los collados Paropanizos por donde estuvo la Ciu¬dad de Maganza tomo el paso de el Rio Yndo por cerca de la Ciudad Piricolaita antigua en fama, y alli hizo hacer puente demás admiración que la que Gerges hizo por el Bosphoro Tracio de alli encamino su viage á el Rio Hidas- pes, y sugeto las infinitas Ciudades, que están entre el, y el arrebatado rio Asasinis, y alli fundo una nueba Nicea, en memoria de Ja victoria que alli alcanzo de el Rey Poro, que les salió al encuentro con mas armas, y gente que in¬dustria ni animo. Poco despues edifico la Ciudad Bucefalla porque no se le olvidase el nombre de su estimado Cauallo que alli se le murió. Paso venciendo, y espantando asta la Ciudad Quatea unibersidad muy estimada por sus Gimno- sophitas, y llego aver, y beber el agua de el Rio Hipamin de donde se fue acercando á el mar con intento de bolverse á Asia, y vencer á Aphrica, y sugetar á Europa hicieronle mudar parecer la mucha importunación de sus Soldados encanecidos en la duración de tan larga jornada, y mucho mas las amonestaciones de un Yndio que consigo traia lla¬mado Allano gran Philosopho el qual le dijo que de que le aprovecharia ser universal al Señor de el uniberso, sino lo podia mandar todo, ni ver todo, ni governar todo. Final¬mente de alli propuso Alexandro su buelta puesto que otros quieren hacer mas largo su viage y llegando este Principe á Babilonia con la mas arrogante pujanza que Principe se puede desear, murió de edad de 28 años, auiendo reynado solo 12 años fue su muerte antes de la venida de Christo á el Mundo 322 años.
Tuvieron tan atemorizado á el Mundo las vencedoras armas deste Rey, y pusiéronle tanto espanto sus tempranas victorias, que aun nros Españoles (sin Rey en esta coyun¬tura) le embiaron Embajadores pacificos pidiéndole paz, y confederación. Mas bolviendo a seguir nro hilo cortado no menos terror causo en los naturales de la Yndia la pri-mera nueva que recibieron de su pujanza de Alexandro que la que auian recibido con la venida de las de Semiramis Bacco, y Ciro, y aunque es verdad que los años, y experien¬cia les yba dando armas, y industrias no parece que natu¬raleza fortalecía mas sus corazones de fortaleza un dia que otro para poder aguardar asta ver en fin de el peligro que temían, y claro parece pues á la primera nueba de armas ene¬migas blandeavan aquellos que avían de ser defensa de sus casas, y tierra y de muy poca importancia fue el parecer que en los pasados Siglos se auia dado de hacer, y constituir orden militar (como dejamos dicho) y de poco fruto fue el guarnecer los Nayres de Armas honor y exensiones pues olvidados de aquello a que estauan obligados fueron los pri¬meros que hicieron tímido á el demás pueblo y aunque (con la duración de mas de 200 años que auian vivido en aquella disciplina) se auian aumentado en numero, y lle¬gado a ser casi un millón (contando los cortesanos, y ma¬rítimos) nada auian aprovechado en la vergüenza, y pun-donor, que hace á los hombres despreciadores de peligros, y amadores de las ocasiones de ganar fama como la gente vil, baja, y plebeya auian hechó las veces pasadas, ansi ni mas ni menos lo hicieron (á la nueba primera) gran parte de los Nayres puestos por presidio en la costa, que tomando los barcos (ó enbarcaciones) que a la mano aliaron, se acojo á el mar un numero casi infinito de ellos, sin darles lugar su miedo a poderse acordar de la pena capital que les esta- va puesta, si una sola noche dormian en el mar, mas ya que aquel temor primero dio lugar a que la sangre elada bol- viese a su temple, y quando se aliaron libres de el repentino sobresalto, cayeron en la cuenta, y conocieron la mala que auian dado de si y quan juntamente devian todos la muerte, y por huir de aquel (harto mas cierto peligro) que el pri¬mero que les hizo ausentarse, determinaron bolver de todo punto el rostro a la vergonzosa pugnicion que infalible¬mente se le6 apareja va y ansi, como gente desesperada, y desalmada comensaron a hacerse á lo largo, y de Ysla en Ysla andarse vagabundos, y ociosos como Soldados que por mal pagados se amotinan, y toman el monte, no huvo ge¬nero ni especie de Maldad, y crueldad que esta canalla fora- gida no cometiesse porque a todos los hizo su culpa animo¬sos para guerra injusta, tanto quanto para la justa se alia¬ron cobardes, y acaudillándose entre ellos metieron la mano con demasiada exorbitancia en la descuidada gente Ysleña, porque temían estos (como mal hechores) y eran crueles como covardes. Este esquadron de revelados Nayres se reehizo y fortaleció en una Ysla (cercana á la tierra fir¬me) a quien Ptolomeo, y Luis de Camois llaman Tapro- bana, y en general es de otros llamada Ceylan, teniendo por la verdadera Taprobana á la misma que los Portugue¬ses llaman Zamatra finalmente en esta Ysla Ceylan hicie¬ron alto, y acordaron de jamas bolver á su tierra, y de alli partieron recogendo consigo a todos los que el mismo de- licto auia comprehendido, y de Ysla en Ysla llegaron á la gran Zamatra (divisa en quatro distintos Reynos) y a- uiendola saqueado, y inquietado huieron el rostro á la tierra firme de Malaca que no muy lejos les quedaba sobre el brazo izquierdo saquearon á Sunda, á Bancha, y a Clinabaro de alli pasaron á la Jaua Mayor donde las mugeres se queman despues de la muerte de el marido. Por Nuco para, pasaron á la segunda Jaua (por ser lo menor en todo) de alli les pareció bolverse acia el Norte, por no bailarse poderosos para entrar a mostrarse valientes con la tierra Austral, que era ya tenida por firme (ó a lo menos en dubda si era Ys¬la) y el no auer (aun aora) salido de esta duda caúsalo que en ella no puede entrar ningún forastero so pena de muer¬te ni sus naturales salir de ella esta es la que an descubierto los Portugueses sobre el cabo de buena esperanza, a quien llaman tierra de vista, y por el estrecho de Magallanes le llaman tierra de fuego y sus naturales Lucaht. Fue desde alli esta amontonada canalla despojando, y atemorizando á Borney, Taguima, Tuban, Menad (cortada de la Equi- nocial) Vendanao, Cangul, Tidore, Terrenate, (y otras Yslas de poco nombre) y llegaron á el antiguo Catigara, tenido por el fin y remate de el Mundo, por la parte Orien-tal; esta es una Ysla llamada (aora Giloloo) cuya pierna septentrional corta la linea á los Ysleños (auisados de los daños que en las Yslas vecinas dejavan hechos) acordaron ponerse en defensa, en el puerto, y baya de Carneo, donde llegaron a desembarcar mas los fugitivos, estrangeros, vista la defensa tomaron las armas teniendose por ofendidos de que los de Giloloo no les huviesse dado el passo llano para destruirlos y venidos á las manos declaróse la victoria por la parte menos justa de los Nayres, y teniendo, ya la tierra rendida acordaron hacer un notable castigo en los venci¬dos Ysleños para con el sembrar miedo en todas las demás Yslas, y este fue fabricar un baluarte ó manera de forta¬leza, amasada la tierra con sangre de los miserables Gilo- loes, sin que en la mezcla, y obra interviniesse otra agua.
gado a ser casi un millón (contando los cortesanos, y ma¬rítimos) nada auian aprovechado en la vergüenza, y pun¬donor, que hace á los hombres despreciadores de peligros, y amadores de las ocasiones de ganar fama como la gente vil, baja, y plebeya auian hecho las veces pasadas, ansi ni mas ni menos lo hicieron (á la nueba primera) gran parte de los Nayres puestos por presidio en la costa, que tomando los barcos (ó enbarcaciones) que a la mano aliaron, se acojo á el mar un numero casi infinito de ellos, sin darles lugar su miedo a poderse acordar de la pena capital que les esta- va puesta, si una sola noche dormian en el mar, mas ya que aquel temor primero dio lugar a que la sangre elada bol- viese a su temple, y quando se aliaron libres de el repentino sobresalto, cayeron en la cuenta, y conocieron la mala que auian dado de si y quan juntamente devian todos la muerte, y por huir de aquel (harto mas cierto peligro) que el pri¬mero que les hizo ausentarse, determinaron bolver de todo punto el rostro a la vergonzosa pugnicion que infalible¬mente se le6 aparejava y ansi, como gente desesperada, y desalmada comensaron a hacerse á lo largo, y de Ysla en Ysla andarse vagabundos, y ociosos como Soldados que por mal pagados se amotinan, y toman el monte, no huvo ge¬nero ni especie de Maldad, y crueldad que esta canalla fora- gida no cometiesse porque a todos los hizo su culpa animo¬sos para guerra injusta, tanto quanto para la justa se alia¬ron cobardes, y acaudillándose entre ellos metieron la mano con demasiada exorbitancia en la descuidada gente Ysleña, porque temian estos (como mal hechores) y eran crueles como covardes. Este esquadron de revelados Nayres se reehizo y fortaleció en una Ysla (cercana á la tierra fir¬me) a quien Ptolomeo, y Luis de Camois llaman Tapro- bana, y en general es de otros llamada Ceylan, teniendo por la verdadera Taprobana á la misma que los Portugue¬ses llaman Zamatra finalmente en esta Ysla Ceylan hicie¬ron alto, y acordaron de jamas bolver á su tierra, y de alli partieron recogendo consigo a todos los que el mismo de- licto auia comprehendido, y de Ysla en Ysla llegaron á la gran Zamatra (divisa en quatro distintos Reynos) y a- uiendola saqueado, y inquietado huieron el rostro á la tierra firme de Malaca que no muy lejos les quedaba sobre el brazo izquierdo saquearon á Sunda, á Bancha, y a Clinabaro de alli pasaron á la Jaua Mayor donde las mugeres se queman despues de la muerte de el marido. Por Nuco para, pasaron á la segunda Jaua (por ser lo menor en todo) de alli les pareció bolverse acia el Norte, por no hallarse poderosos para entrar a mostrarse valientes con la tierra Austral, que era ya tenida por firme (ó a lo menos en dubda si era Ys¬la) y el no auer (aun aora) salido de esta duda caúsalo que en ella no puede entrar ningún forastero so pena de muer¬te ni sus naturales salir de ella esta es la que an descubierto !os Portugueses sobre el cabo de buena esperanza, a quien llaman tierra de vista, y por el estrecho de Magallanes le llaman tierra de fuego y sus naturales Lucaht. Fue desde alli esta amontonada canalla despojando, y atemorizando á Borney, Taguima, Tuban, Menad (cortada de la Equi- nocial) Vendanao, Cangul, Tidore, Terrenate, (y otras Yslas de poco nombre) y llegaron á el antiguo Catigara, tenido por el fin y remate de el Mundo, por la parte Orien¬tal; esta es una Ysla llamada (aora Giloloo) cuya pierna septentrional corta la linea á los Ysleños (auisados de los daños que en las Yslas vecinas dejavan hechos) acordaron ponerse en defensa, en el puerto, y baya de Carneo, donde llegaron a desembarcar mas los fugitivos, estrangeros, vista la defensa tomaron las armas teniendose por ofendidos de que los de Giloloo no les huviesse dado el passo llano para destruirlos y venidos á las manos declaróse la victoria por la parte menos justa de los Nayres, y teniendo, ya la tierra rendida acordaron hacer un notable castigo en los venci¬dos Ysleños para con el sembrar miedo en todas las demás Yslas, y este fue fabricar un baluarte ó manera de forta¬leza, amasada la tierra con sangre de los miserables Gilo- loes, sin que en la mezcla, y obra interviniesse otra agua.
Die autem ilucente & (*). Deflorada ya la Ysla Giloloo, y hecha casi disierta se salieron de ella, usando de un nuebo y diabolico ardid (para sembrar en el Mundo su temor y respeto) y fue que comenzaron a comer carne humana, y tener por cosa onorosa aparecer ante aquellos amedrenta¬dos bañados en sangre de hombres, y muchas veces bebería a vista de ellos, y entrar en los Pueblos con asaduras de hombres atrauezadas en las bocas con tales invenciones, fueron aliando llanas las Yslas donde su inclinación se acos- taua, y con el paso comenzado se metieron en las ricas Ys¬las de Maluco, y pasaron adelante asta meterse en la tierra Austral, por aquella parte, que tuvieron noticia ser la gen¬te menos guerrera. Con largos procesos de delictos cami¬naron mucho tiempo estos rebeldes crueles siguiendo el ras¬tro de la gente menos guerrera, y por largos caminos die¬ron con el mismo que nros Ophiritas auian llevado mu¬chos años antes y siguiéndolo (atrepellando quantos de pa¬sada encontravan) entraron en aquesta tierra que deci¬mos auer entrado de largos tiempos, los que el temor de agenas armas auia sacado de la Yndia que ya en esta coiun- tura estauan en gran numero multiplicados. Entrados que fueron alia los mal venidos foragidos comenzaron hacer las mismas crueldades que en las Yslas de atras dejavan he¬chas, y con ellas fueron asombrando la tierra, y (como mu¬chas veces acaece que el que de miedo huye, quando no alia libre el camino por donde su temor lo guia desconfia de el remedio, y valo a buscar en las entrañas de que lo apura, y hacele rostro, no como ygual competidor sino) como vencido desesperado) lo mismo les subcedio á estos crueles con los ofendidos, y temerosos aborígenes, que aciendoles rostro les refrenaron el curso de sus vencimien¬tos, y los hicieron estar a rraya haciendo lo que asta allí no hicieron ni pensaron hacer, que fue asentar casas, y bus¬car tierras, y poner el cuidado en acomodar las muchas
(x) Signo.
mugeres y hijos que ya consigo trayan, y los que asta alli solían comer de sudor ageno, ya tenían por bien destilar el suyo para su sustento aunque jamas perdieron aquella bar¬bara fiereza porque siempre procurauan hacer lances en sus antecesores en la tierra y ansi los venían, (y vinieron) acorralando, y haciéndoles mudarse de unos en otros asien-tos, asta que los unos, y los otros crecieron en numero y fuerzas, y comenzaron los recien venidos (de quien ya se olvidara el nombre de Nayres) á fabricar fortalezas al mo¬do que en la tierra de su nacimiento lo auian aprendido. Como se colige de las que despues los nros aliaron de quien trataremos adelante, y concluyremos este capitulo, con que por buenas, y verisímiles congeturas se saca que estos que asta aqui avernos llamados fugitivos, y advenedizos crueles, fueron el origen, y cepa de los Yndios de Chile, de quien también descienden los Chiriguanaes (o mejor diciendo) Chiliganaes de estos fueron fabricadas aquellas fortalezas estrañas que en Ayavira, y Taiguanaco (*) (y en otras partes de este pedazo de Mundo) sean visto de el qual y de sus estrañezas se tratara en el siguiente Capitulo.
Cap. 19.- de la entrada de los Nayres en nras Yndias Oc¬cidentales, y se prueba ser origen de los Yndios de Chile, y de los Chiriguanaes. Y hacese una cu¬riosa descripción de estas nra’ Yndias, con otras curiosidades.
De la apresurada fuga de estos fementidos Nayres que dejamos contada en el precedente Capitulo, se hace nota¬ble mención en aquel libro Persa que dexamos dicho en el Capitulo 15 segunda parte de el no se puede colegir clara¬mente su venida y hechos en este nuebo Mundo de las Yn¬dias nras mas de que se cuentan las crueldades, y desafueros que venian haciendo; por las Yslas de aquel Arcipielago;
Ayaviri y Tiahuanaco.
Die autem ilucentc & (‘). Deflorada ya la Ysla Giloloo, y hecha casi disierta se salieron de ella, usando de un nuebo y diabolico ardid (para sembrar en el Mundo su temor y respeto) y fue que comenzaron a comer carne humana, y tener por cosa onorosa aparecer ante aquellos amedrenta¬dos bañados en sangre de hombres, y muchas veces bebería a vista de ellos, y entrar en los Pueblos con asaduras de hombres atrauezadas en las bocas con tales invenciones, fueron aliando llanas las Yslas donde su inclinación se acos- taua, y con el paso comenzado se metieron en las ricas Ys¬las de Maluco, y pasaron adelante asta meterse en la tierra Austral, por aquella parte, que tuvieron noticia ser la gen¬te menos guerrera. Con largos procesos de delictos cami¬naron mucho tiempo estos rebeldes crueles siguiendo el ras¬tro de la gente menos guerrera, y por largos caminos die¬ron con el mismo que n™8 Ophiritas auian llevado mu¬chos años antes y siguiéndolo (atrepellando quantos de pa¬sada encontravan) entraron en aquesta tierra que deci¬mos auer entrado de largos tiempos, los que el temor de agenas armas auia sacado de la Yndia que ya en esta coiun- tura estauan en gran numero multiplicados. Entrados que fueron alia los mal venidos foragidos comenzaron hacer las mismas crueldades que en las Yslas de atras dejavan he¬chas, y con ellas fueron asombrando la tierra, y (como mu-chas veces acaece que el que de miedo huye, quando no alia libre el camino por donde su temor lo guia desconfia de el remedio, y valo a buscar en las entrañas de que lo apura, y hacele rostro, no como ygual competidor sinoi como vencido desesperado) lo mismo les subcedio á estos crueles con los ofendidos, y temerosos aborígenes, que aciendoles rostro les refrenaron el curso de sus vencimien¬tos, y los hicieron estar a rraya haciendo lo que asta alli no hicieron ni pensaron hacer, que fue asentar casas, y bus¬car tierras, y poner el cuidado en acomodar las muchas
í1) Signo.
mugeres y hijos que ya consigo trayan, y los que asta alli solian comer de sudor ageno, ya tenían por bien destilar el suyo para su sustento aunque jamas perdieron aquella bar¬bara fiereza porque siempre procurauan hacer lances en sus antecesores en la tierra y ansi los venian, (y vinieron) acorralando, y haciéndoles mudarse de unos en otros asien-tos, asta que los unos, y los otros crecieron en numero y fuerzas, y comenzaron los recien venidos (de quien ya se olvidara el nombre de Nayres) á fabricar fortalezas al mo¬do que en la tierra de su nacimiento lo auian aprendido. Como se colige de las que despues los nro” aliaron de quien trataremos adelante, y concluyremos este capitulo, con que por buenas, y verisimiles congeturas se saca que estos que asta aqui avernos llamados fugitivos, y advenedizos crueles, fueron el origen, y cepa de los Yndios de Chile, de quien también descienden los Chiriguanaes (o mejor diciendo) Chiliganaes de estos fueron fabricadas aquellas fortalezas estrañas que en Ayavira, y Taiguanaco (‘) (y en otras partes de este pedazo de Mundo) sean visto de el qual y de sus estrañezas se tratara en el siguiente Capitulo.
Cap. 19.-de la entrada de los Nayres en nras Yndias Oc¬cidentales, y se prueba ser origen de los Yndios de Chile, y de los Chiriguanaes. Y hacese una cu¬riosa descripción de estas nra* Yndias, con otras curiosidades.
De la apresurada fuga de estos fementidos Nayres que dejamos contada en el precedente Capitulo, se hace nota¬ble mención en aquel libro Persa que dexamos dicho en el Capitulo 15 segunda parte de el no se puede colegir clara¬mente su venida y hechos en este nuebo Mundo de las Yn¬dias nr” mas de que se cuentan las crueldades, y desafueros que venian haciendo; por las Yslns de aquel Arcipielago;
(‘) Ayaviri y Tiahuanaco.
y que sin templar su furor ni artar su hambre se metieron en la tierra Austral, y de alli jamas se tuvo nueva ni noticia de ellos la entrada que se les añide entas nras Yndias es con- getura por las razones que los Yndios antiguos dan para tenerla por las antiguas tíadiciones de sus mayores que les decian que de acia aquella parte de el Mundo avian venido estos pestilentes tiranos, y la misma razón dan los de Chile señalando su venida de acia el estrecho a quien llamamos de Magallanes. Y pues conforman (o difieren muy poco con el tiempo) y no se engañan ni descrepan en contar las cruel¬dades que usaban, y manera de vivir que traian, y de otra parte de el Mundo no podia venir por aquella derrota gente tan experta en las guerras, y sus machinas si no de la Yn¬dia, no van fuera de rrazon los que dicen ser los que entra¬ron en nras Yndias los mismos que huieron de alia, pues que aliamos oy dia en bocas de sus descendientes, el mismo blasón de que en la Yndia usauan, que era decir, que los pri¬meros (en el valor militar) eran los Asirios, y ellos tenian el segundo lugar, y esta manera de estimación guardan oy para si los Yndios Chiles (y sus deudos los Chiliguanaes) dando á los Españoles el primer lugar y aplicando asi el se¬gundo estos introdugeron en estas Yndias la costumbre pe- sima de comer carne humana la qual costumbre tuvieron ellos traida de sus patrias naturales (que como queda di¬cho) fueron traydos sus antepassados de las sierras, y aspe¬rezas de la Yndia pobladas de gentes crueles, y inhumanas, y lo dicho bastara para prueba de lo atras referido.
Con la consideración que se puede creer de un varón tan docto como fue Ptolomeo estableció, y señalo un meri¬diano fixo por las Yslas fortunadas a quien nosotros llama¬mos Canarias (como apuntamos en el Capitulo 2 de la pri¬mera parte) y fue esta consideración con tanto milagro de la naturaleza, que ella misma (casi) quiere aprovar lo que Ptolomeo hizo porque es cosa averiguada, y platica muy común, y sabida entre los que saben de Consmographia Náu¬tica que partiendo un navio de este meridiano fijo (seña¬lado por aquella parte que digimos, ó muy poco distante de ella y caminando via recta) á el Este, siempre siente que su aguja le ba Nordesteando (puesto que parta con ella muy ajustada) y con mucha nota, yra ganando (o hurtando) ál Nordeste hasta venir a ponerse en el Meridiano, que in- duie debajo desi á el mar Pérsico, y la Ysla de Ormuz, y de alli para adelante bol vera á el contrario y comenzara á Norvestear ásta llegar á el primero de donde partió quando salió de el Meridiano Canario, y esto será quando la Nao se hallare derechamente Antipoda de aquel Meridiano de las Canarias de manera que la aguja (tocada en la piedra Yman) aprueba ser los dos Meridianos naturales, y propios de el Mundo, el que esta cercano á las Canarias, y el otro su co¬rrespondiente derecho el que pasa por las Yslas Malucas de la gran Yndia ansi como también, el Sol aprueba con as Solsticios la docta consideración de la linea Equinocial. To¬do esto e traido para que de aqui vengamos á colegir que distancia de leguas abrá de las ultimas Yslas de la gran Yn¬dia de Portugal asta aquesta gran tierra aliada y poblada por nros Ophiritas. Ya queda averiguado de lo que sea di¬cho como por las Yslas Malucas de la gran Yndia (ó muy cercano á ellas) pasa el Meridiano (Antípoda derechamen¬te de el de las Canarias) de modo que comenzando de el Meridiano de estas Yslas a contar un grado de longitud acia el Oriente hallaremos en el Meridiano de las Malucas 180 grados que es la mitad de la rotundidad de el Orbe. Sa¬bido esto tomemos, y entendamos aora por Meridiano nues¬tro el de las Malucas (por que con mas facilidad lo enten¬damos) y es ansi que mas de otros 15 grados adelante llega la muchedumbre de aquellas Yslas por debajo la tórrida (por que acia el Polo Austral, ya queda dicha ser tierra, o conti¬nuada, ó prorrumpida con pocos mares) y acia el Norte esta la gran China. Pues contando de este Meridiano ulti¬mo de la Yndia debajo de el qual (y aun mas cercanas á nras Yndias) se alian las Yslas Sant Nicolás, Celebes, S. Elena, Accaca Juuagano, Cinpegu y otras muchas, y to- y que sin templar su furor ni artar su hambre se metieron en la tierra Austral, y de alli jamas se tuvo nueva ni noticia de ellos la entrada que se les añide entas nru” Yndias es con- getura por las razones que los Yndios antiguos dan para tenerla por las antiguas tradiciones de sus mayores que les decían que de acia aquella parte de el Mundo avian venido estos pestilentes tiranos, y la misma razón dan los de Chile señalando su venida de acia el estrecho a quien llamamos de Magallanes. Y pues conforman (o difieren muy poco con el tiempo) y no se engañan ni descrepan en contar las cruel¬dades que usaban, y manera de vivir que traían, y de otra parte de el Mundo no podía venir por aquella derrota gente tan experta en las guerras, y sus machinas si no de la Yn¬dia, no van fuera de rrazon los que dicen ser los que entra¬ron en n™ Yndias los mismos que huieron de alia, pues que aliamos oy dia en bocas de sus descendientes, el mismo blasón de que en la Yndia usauan, que era decir, que los pri¬meros (en el valor militar) eran los Asirios, y ellos tenian el segundo lugar, y esta manera de estimación guardan oy para si Jos Yndios Chiles (y sus deudos los ChiÜguanaes) dando á los Españoles el primer lugar y aplicando asi el se¬gundo estos introdugcron en estas Yndias la costumbre pe- sima de comer carne humana la qual costumbre tuvieron ellos traida de sus patrias naturales (que como queda di¬cho) fueron traydos sus antepassados de las sierras, y aspe¬rezas de la Yndia pobladas de gentes crueles, y inhumanas, y lo dicho bastara para prueba de lo atras referido.
Con la consideración que se puede creer de un varón tan docto como fue Ptolomeo estableció, y señalo un meri¬diano fixo por las Yslas fortunadas a quien nosotros llama¬mos Canarias (como apuntamos en el Capitulo 2 de la pri¬mera parte) y fue esta consideración con tanto milagro de la naturaleza, que ella misma (casi) quiere aprovar lo que Ptolomeo hizo porque es cosa averiguada, y platica muy común, y sabida entre los que saben de Consmographia Náu¬tica que partiendo un navio de este meridiano fijo (seña¬lado por aquella parte que digimos, ó muy poco distante de ella y caminando via recta) á el Este, siempre siente que su aguja le ba Nordesteando (puesto que parta con ella muy ajustada) y con mucha nota, yra ganando (o hurtando) ál Nordeste hasta venir a ponerse en el Meridiano, que in- duie debajo desi á el mar Pérsico, y la Ysla de Ormuz, y de alli para adelante bolvera á el contrario y comenzara á Norvestear ásta llegar á el primero de donde partió quando salió de el Meridiano Canario, y esto será quando la Nao se hallare derechamente Antipoda de aquel Meridiano de las Canarias de manera que la aguja (tocada en la piedra Yman) aprueba ser los dos Meridianos naturales, y propios de el Mundo, el que esta cercano á las Canarias, y el otro su co¬rrespondiente derecho el que pasa por las Yslas Malucas de la gran Yndia ansi como también, el Sol aprueba con ís Solsticios la docta consideración de la linea Equinocial. To¬do esto e traido para que de aqui vengamos á colegir que distancia de leguas abrá de las ultimas Yslas de la gran Yn¬dia de Portugal asta aquesta gran tierra aliada y poblada por nr”” Ophiritas. Ya queda averiguado de lo que sea di¬cho como por las Yslas Malucas de la gran Yndia (ó muy cercano á ellas) pasa el Meridiano (Antípoda derechamen¬te de el de las Canarias) de modo que comenzando de el Meridiano de estas Yslas a contar un grado de longitud acia el Oriente hallaremos en el Meridiano de las Malucas 180 grados que es la mitad de la rotundidad de el Orbe. Sa¬bido esto tomemos, y entendamos aora por Meridiano nues¬tro el de las Malucas (por que con mas facilidad lo enten¬damos) y es ansi que mas de otros 15 grados adelante llega la muchedumbre de aquellas Yslas por debajo la tórrida (por que acia el Polo Austral, ya queda dicha ser tierra, o conti¬nuada, ó prorrumpida con pocos mares) y acia el Norte esta la gran China. Pues contando de este Meridiano ulti¬mo de la Yndia debajo de el qual (y aun mas cercanas á n'”s Yndias) se alian las Yslas Sant Nicolás, Celebes, S. Elena, Accaca Juuagano, Cinpegu y otras muchas, y to¬mando estas, y estimándolas por las primeras tierras de la gran Yndia digo que desde el Cabo de Pasao, que esta tam¬bién debajo de la linea (en nras Yndias) asta las Yslas nom¬bradas ay 1575 leguas Leste á Oeste muy pocas (o ningu¬nas) mas á menos. Según se coligira por el Mapa particular que de esta distancia tenemos en el fin de este libro. Este es el apartamiento que ay de nras Yndias á la Grande de Portugal, y si quieren que la cuenta llegue asta las mismas Malucas por do pasa el Meridiano fixo añidanle aquel Me¬ridiano que quitamos (por aliar Yslas mas cercanas) y serán 262 y 2* (*) leguas mas de las dichas. Resta aora que con la mas claridad (y brevedad) que nos fuere posible (en tanto que la parte de el Mundo que digimos se acaba de henchir de gentes, y darnos materia que tratar) digamos de la forma, y apostura en que el Soberano Criador la for¬mo (a lo menos en la que nra nación la alia quando passo á ella) y no alió artificio para expresar esto mejor que ima-ginarla un corpulento, y robusto Gigante acostado en el Mundo sobre sus pechos, cuya disforme y mal peinada ca¬beza asta en 5 5 grados de altura ál Polo Antartico, y de esta cabeza degollado el cuello por los 52, y 2 (*) que que lo que llamamos estrecho de Magallanes cuya longitud corre Leste Oeste. De este celebro (destroncado de su lugar) nace el grande, y osudo espinazo, que con mal parejos nudos, ba haciendo, y formando la gran cordillera que el Sagrado Texto (según Montano) llama Sephar, y los nros los An¬des; el brazo izquierdo de este monstruo (que le cae á la parte de el Lebante) lo tiene estendido, y en sus Musculos, y coiunturas escondidas infinitas naciones barbaras, y son sus venas, grandes, y espaciosos rios que desaguan en el gran mar Occeano. Toda las Yjadas de este inmenso cuerpo (que caen al lado izquierdo) están humidísimas, y montosas la¬vadas en el agua de el mar, y rio de la Plata Paraguai, y otros no menores lagos, y desaguaderos que por aquella van- da se acen. Sus gruesas costillas son las Cordilleras que de el ñudoso espinazo de su cordillera nacen, entre las quales se hacen ondos, y húmedos valles, que con canales profun¬das llevan inumerable suma de agua á el mar de el Norte. Dexa tender su pierna izquierda acia el septentrión, y de su rodilla hace el cabo de Sant Agustín (que es de aquesta tie¬rra es la parte mas cercana á la de Aphrica) recoge su es-pinilla, y de su corva le sale el caudaloso rio Marañon (no sin causa llamado Mar Duce) viene finalmente arrematar su pie en las asperezas de Caracas, y sus vecinas sierras que¬dándole en aquel vacio de la dobladura de su desmesurada pierna aquellos llanos de la Venezuela por donde se camina con el mismo tiento, y govierno que por la mar á causa de- su mucha grandeza. Bolviendo á tomar el ombro derecho de este corpulento Gigante que le cae á la parte de el Po¬niente lo aliamos nevado, y húmedo interrumpido de mu¬chas ensenadas, y bayas, que el mar hace en el, mas en co¬menzando á estender su brazo (el qual tiene menos apar¬tado de si, que el izquierdo) se van mejorando sus cielos, y suelos, y abarca con sus Molledos, muchas naciones barba¬ras y belicosas. Comienzan luego sus estendidas ijadas, con una sequedad tan intensa que pocas, y raras veces le alcanza un rocio, y menuda estilcidia de el Cielo, y lavalas el mar de el Sur, estiendese con tan fogosa sequedad la distancia que dejamos señalada en el Capitulo 15 de esta segunda parte, y la infinita multitud de gente que en esta parte abita pereciera de hambre si el soberano proveedor, no or¬denara que de entre las costillas de el lado derecho de este monstruo (que son cordilleras desmembradas de el lomo) no desaguaran (haciendo grandes, y fertiles valles) muy caudalosos ríos, que á su tiempos conocidos, traen y aca¬rean á estas, tierras llanas, y fogosas el agua que llueve en lo alto de la sierra, y aquestos riegos hacen tan fertiles y abundantes estas tierras, que no tienen ni le queda á lo de- mas de el Mundo de que le puedan tener imbidia. La pierna de esta monstruosa figura, no ba tan apartada como la orien- mando estas, y estimándolas por las primeras tierras de la gran Yndia digo que desde el Cabo de Pasao, que esta tam¬bién debajo de la linea (en nr”” Yndias) asta las Yslas nom¬bradas ay 1575 leguas Leste á Oeste muy pocas (o ningu¬nas) mas á menos. Según «e coligira por el Mapa particular que de esta distancia tenemos en el fin de este libro. Este es el apartamiento que ay de n™8 Yndias á la Grande de Portugal, y si quieren que la cuenta llegue asta Jas mismas Malucas por do pasa el Meridiano fixo añidanle aquel Me¬ridiano que quitamos (por aliar Yslas mas cercanas) y serán 262 y 2? (*) leguas mas de las dichas. Resta aora que con la mas claridad (y brevedad) que nos fuere posible (en tanto que la parte de el Mundo que digimos se acaba de henchir de gentes, y darnos materia que tratar) digamos de la forma, y apostura en que el Soberano Criador la for¬mo (a lo menos en la que n™ nación la alia quando passo á ella) y no alió artificio para expresar esto mejor que ima¬ginarla un corpulento, y robusto Gigante acostado en el Mundo sobre sus pechos, cuya disforme y mal peinada ca¬beza asta en 5 5 grados de altura ál Polo Antartico, y de esta cabeza degollado el cuello por los 52, y 2 (‘) que que lo que llamamos estrecho de Magallanes cuya longitud corre Leste Oeste. De este celebro (destroncado de su lugar) nace el grande, y osudo espinazo, que con mal parejos nudos, ba haciendo, y formando la gran cordillera que el Sagrado Texto (según Montano) llama Sephar, y los nro9 los An¬des; el brazo izquierdo de este monstruo (que le cae á la parte de el Lebante) lo tiene estendido, y en sus Musculos, y coiunturas escondidas infinitas naciones barbaras, y son sus venas, grandes, y espaciosos rios que desaguan en el gran mar Occeano. Toda las Yjadas de este inmenso cuerpo (que caen al lado izquierdo) están humidísimas, y montosas la¬vadas en el agua de el mar, y río de la Plata Paraguai, y otros no menores lagos, y desaguaderos que por aquella van-
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da se acen. Sus gruesas costillas son las Cordilleras que de el ñudoso espinazo de su cordillera nacen, entre las quales se hacen ondos, y húmedos valles, que con canales profun¬das llevan ¡numerable suma de agua á el mar de el Norte. Dexa tender su pierna izquierda acia el septentrión, y de su rodilla hace el cabo de Sant Agustín (que es de aquesta tie¬rra es la parte mas cercana á la de Aphrica) recoge su es-pinilla, y de su corva le sale el caudaloso rio Marañon (no sin causa llamado Mar Duce) viene finalmente arrematar su pie en las asperezas de Caracas, y sus vecinas sierras que¬dándole en aquel vacio de la dobladura de su desmesurada pierna aquellos llanos de la Venezuela por donde se camina con el mismo tiento, y govierno que por la mar á causa de- su mucha grandeza. Bolviendo á tomar el ombro derecho de este corpulento Gigante que le cae á la parte de el Po¬niente lo aliamos nevado, y húmedo interrumpido de mu¬chas ensenadas, y bayas, que el mar hace en el, mas en co¬menzando á estender su brazo (el qual tiene menos apar¬tado de si, que el izquierdo) se van mejorando sus cielos, y suelos, y abarca con sus Molledos, muchas naciones barba¬ras y belicosas. Comienzan luego sus estendidas ijadas, con una sequedad tan intensa que pocas, y raras veces le alcanza un rocío, y menuda estilcidia de el Cielo, y lavalas el mar de el Sur, estiendese con tan fogosa sequedad la distancia que dejamos señalada en el Capitulo 1J de esta segunda parte, y la infinita multitud de gente que en esta parte abita pereciera de hambre si el soberano proveedor, no or¬denara que de entre las costillas de el lado derecho de este monstruo (que son cordilleras desmembradas de el lomo) no desaguaran (haciendo grandes, y fertiles valles) muy caudalosos ríos, que á su tiempos conocidos, traen y aca¬rean á estas, tierras llanas, y fogosas el agua que llueve en lo alto de la sierra, y aquestos riegos hacen tan fertiles y abundantes estas tierras, que no tienen ni le queda á lo de- mas de el Mundo de que le puedan tener imbidia. La pierna de esta monstruosa figura, no ba tan apartada como la orien¬tal (que antes digimos) si no corriendo de Norte á Sur, si¬gue el rumbo con que el brazo se comenzo á apartar de el ombro y se va estendiendo asta tener por su espinilla las grandes Cordilleras de Caramanta, y Encerma de donde tor¬ciendo (por no quebrarse en ninguno de los dos mares) se mete por entre ambos tomando el nombre de Capira en la tierra firme de Castilla de el oro dejando sus muslos, corvas, y pantorrillas (y mas partes de su pierna) pobladas de gran- dissima suma de naciones diferentes en lenguas, trages, y adoraciones aunque muy ricas de oro. Lo alto de sus lomos se ciñen (no con qualquiera cinta) sino con la tórrida por donde siempre el Sol camina. Su osudo espinazo de la nuca desencasado por aquel estrecho, va corriendo de el Polo An¬tartico hacia el Artico haciendo grandes, y encumbradas sierras de nieve, y volcanes de fuego, dando con todo eso lu¬gar a que infinitas naciones bivan sana, y opulentamente entre aquellas asperezas. Córrele la una y otra costa (como dicho queda) siguiendo el mismo rumbo de Sur á Norte, y la costa meridional dista de su altura de la Cordillera por las partes mas lexanas casi 500 leguas, y por la que menos mas de 100. Y la costa y ribera de el mar, por la vanda de Occidente, por la parte que mas lejana la tiene serán 60 leguas, y 30 por donde mas se le acerca donde se hacen aque¬llos llanos y secos arenales de que ya avernos tratado seme¬jantes á los de Libia aunque no tan olvidados de el rocio de el Cielo puesto que jamas en ellos lluebe (como queda di¬cho) mas ansi como en el Egipto fertilizan las tierras, las cresientes que por el Nilo bajan de la Ethiopia, en estos lla¬nos arenales ansi mesmo fertilizan las tierras de sus valles, las crecientes de los rios que bajan de los Andes (o cordille¬ras serranas). Y por que avernos traido á nros Yndios Oc¬cidentales deducidos de la Yndia Oriental y afirmamos ser propagados de ellos será bien que antes que adelante pasemos, provemos por la semejanzas de sus costumbres ser ansi como lo tenemos escripto, pues es claro, que lo alegado reratifica con lo provado lo qual aremos en el siguiente Capitulo.
Cap. 20 donde se prueba por la semejan de ritos, costum¬bres, y cerimonias ser claramente descindientes de los Yndios Orientales nuestros Yndios Occidenta¬les, y se concluye la segunda parte de esta obra.
En los acontecimientos tan antiguos que ni por escriptu- ra autentica, ni por tradición de mayores no se pueden ave¬riguar de gran fuerza deven ser los verisímiles, y aparentes acompañados con buena razón mayormente quando a buel- tas de estos se alian unos vestigios, y rastros, que aunque re-montados, ya por las largas edades el entendimiento claro, tiene lugar de hacer en ellos presa, para ir siguiendo aquel hilo, y dar con la verdad que se pretende. Cosa clara y de mucha razón es que si descubriendo nuebas Yslas, llegáse¬mos a una donde viesemos que sus naturales tenian un so¬lemne Templo, y en el se congregasen todos los dias de las nuebas Yslas, y celebrasen sus fiestas, y en el 1* quarto de la lunación buscasen un Cordero sin mancha alguna, macho, y no hembra, y lo sacrificasen, y que con aquella sangre asperjavan los quiciales de sus puertas, luego se nos iria el entendimiento a juzgar que aquellas gentes eran descen¬dientes de Judios, puesto que ni ellos lo digesen, ni menos entendiesemos sus lenguajes. Y si llegásemos aora donde sus naturales aiunassen asta la primera estrella, y en sus tem¬plos entrasen descalzos, y hiciesen sus oraciones sentados con muchos meneos de el cuerpo cosa clara es que sospecharía¬mos sin duda ser gente deribada (o lecioneada) de Moros Mahometanos; como también conocemos que los que ado¬ran ydolos, y respetan los oráculos son gentes Ydolatras, pues por los mismos pasos, iremos provando ser nros Yn- dío Occidentales derivados y descendientes de los Orienta¬les, pues si bien se consideran las cirimonias, y estilo de sus va¬nas religiones son todas casi unas ó muy poco diferentes. Y aunque es verdad que en la gran Yndia (auiendo como ay muchas naciones) forzosamente a de aver muchas diferencias tal (que antes digimos) si no corriendo de Norte á Sur, si¬gue el rumbo con que el brazo se comenzo á apartar de el ombro y se va estendiendo asta tener por su espinilla las grandes Cordilleras de Caramanta, y Encerma de donde tor¬ciendo (por no quebrarse en ninguno de los dos mares) se mete por entre ambos tomando el nombre de Capira en la tierra firme de Castilla de el oro dejando sus muslos, corvas, y pantorrillas (y mas partes de su pierna) pobladas de gran- dissima suma de naciones diferentes en lenguas, trages, y adoraciones aunque muy ricas de oro. Lo alto de sus lomos se ciñen (no con qualquiera cinta) sino con la tórrida por donde siempre el Sol camina. Su osudo espinazo de la nuca desencasado por aquel estrecho, va corriendo de el Polo An¬tartico hacia el Artico haciendo grandes, y encumbradas sierras de nieve, y volcanes de fuego, dando con todo eso lu¬gar a que infinitas naciones bivan sana, y opulentamente entre aquellas asperezas. Córrele la una y otra costa (como dicho queda) siguiendo el mismo rumbo de Sur á Norte, y la costa meridional dista de su altura de la Cordillera por las partes mas lexanas casi 500 leguas, y por la que menos mas de 100. Y la costa y ribera de el mar, por la vanda de Occidente, por la parte que mas lejana la tiene serán 60 leguas, y 30 por donde mas se le acerca donde se hacen aque¬llos llanos y secos arenales de que ya avernos tratado seme¬jantes á los de Libia aunque no tan olvidados de el rocio de el Cielo puesto que jamas en ellos lluebe (como queda di¬cho) mas ansi como en el Egipto fertilizan las tierras, las cresientes que por el Nilo bajan de la Ethiopia, en estos lla¬nos arenales ansi mesmo fertilizan las tierras de sus valles, las crecientes de los rios que bajan de los Andes (o cordille¬ras serranas). Y por que avernos traido á nro” Yndios Oc¬cidentales deducidos de la Yndia Oriental y afirmamos ser propagados de ellos será bien que antes que adelante pasemos, provemos por la semejanzas de sus costumbres ser ansi como lo tenemos escripto, pues es claro, que lo alegado reratifica con lo provado lo qual aremos en el siguiente Capitulo.
Cap. 20 donde se prueba por la semejan de ritos, costum¬bres, y cerimonias ser claramente descindientes de los Yndios Orientales nuestros Yndios Occidenta¬les, y se concluye la segunda parte de esta obra.
En los acontecimientos tan antiguos que ni por escriptu- ra autentica, ni por tradición de mayores no se pueden ave¬riguar de gran fuerza deven ser los verisímiles, y aparentes acompañados con buena razón mayormente quando a buel- tas de estos se alian unos vestigios, y rastros, que aunque re¬montados, ya por las largas edades el entendimiento claro, tiene lugar de hacer en ellos presa, para ir siguiendo aquel hilo, y dar con la verdad que se pretende. Cosa clara y de mucha razón es que si descubriendo nuebas Yslas, llegáse¬mos a una donde viésemos que sus naturales tenian un so¬lemne Templo, y en el se congregasen todos los dias de las nuebas Yslas, y celebrasen sus fiestas, y en el 1Q quarto de la lunación buscasen un Cordero sin mancha alguna, macho, y no hembra, y lo sacrificasen, y que con aquella sangre asperjavan los quiciales de sus puertas, luego se nos iría el entendimiento a juzgar que aquellas gentes eran descen¬dientes de Judíos, puesto que ni ellos lo digesen, ni menos entendiesemos sus lenguajes. Y si llegásemos aora donde sus naturales aiunassen asta la primera estrella, y en sus tem¬plos entrasen descalzos, y hiciesen sus oraciones sentados con muchos meneos de el cuerpo cosa clara es que sospecharía¬mos sin duda ser gente deribada (o Iecioneada) de Moros Mahometanos; como también conocemos que los que ado¬ran ydolos, y respetan los oráculos son gentes Ydolatras, pues por los mismos pasos, iremos provando ser nro8 Yn¬dio Occidentales derivados v descendientes de los Orienta¬les, pues si bien se consideran las cirimonias, y estilo de sus va¬nas religiones son todas casi unas ó muy poco diferentes. Y aunque es verdad que en la gran Yndia (auiendo como ay muchas naciones) forzosamente a de aver muchas diferencias de adoraciones, y por el consiguiente aca en nras Yndias deve aver también muchos ritos por ser muchas, y muy distin¬tas las generaciones, y familias que ay al cabo, y fin, va to¬do a un paradero, y fin que es Ydolatrar, y encaminar sus creencias á falsas abucionés conformes en los paraderos. Y también se puede colegir esta semejanza; por muchas de las costumbres que usan, y digamos primero como los Yn¬dianos Orientales de la gran Yndia de Portugal adorauan á el Sol, y á la Luna, y a otras criaturas, y hacían sus tem¬plos, y oratorios, imagines, y pinturas de feas, y mounstruo- sas apariencias, y tales que causauan espanto como constara al que leyere el Capitulo 16 de la primera parte de la Ys- toria de la Yndia hecha por Fernán Perez de Castañeda. Y semejantemente (y en general) tubieron de costumbre es¬tos nros’ Yndios Occidentales, pintar en sus Guacas y Tem¬plos feas, y monstruosas figuras que mas parecían retratos de demonios que de otra terrestre (o celeste) criatura. Y tanta afición y devocion tenian á semejantes figuras, que en sus vestiduras asientos, y vasos las pintavan y hacían pintar como se ve claramente en las obras hechas á su mo¬do antiguo.
Los Yndios Orientales an usado siempre la vestidura corta mas la cobertura ó manto largo, y tal en la obra, y hechura que lleva que parece aver buscado modo de escusar el trabajo de corte y costura. Lo mismo an usado siempre nroa’ Yndios, y aunque sea verdad que en los llanos de este nro’ Piru usan las mugeres el vestido tan largo que parte de el arrastra por el arena esto no lo comenzaron ellas por ser más aliñosas ni mas onestas que las demás si no para de¬fenderse de los enojosos mosquitos que suelen acudir a tem¬poradas, y también para que (hollando con los pies lo que de el vestido sobra) no se los ofenda el fuego y calor que esta incorporado en el arena.
Fueron siempre los Yndios Orientales aficionados a telas de Algodon delgadas, y estas variadas de diferentes colo¬res. Lo mismo avernos conocido y se conoce de nro” Yn- dianos, y tanto es entre ellos mas preciada, y estimada una ropa, quanto la ven mas matizada de colores varios.
Los Yndios Orientales recebian la nobleza y cavalleria de manos de sus Reyes, y esta les era dada en alguna pieza de que el Rey usava ansi como vaso, arma, ó vestido o cosa semejante. Lo mismo tuvieron siempre nros’ Piruleros Yn¬dios tanto que por grande que fuese la hazaña que un Yn¬dio acia se dava por bien gratificado de su Cacique ó Rey con una camisa de las que el tal Señor usaba, por vil y de¬secha que fuesse. Tuvieron (y tienen) los Yndios Orienta¬les de costumbre por alto y principal que sea tener sus asien-tos en la tierra sobre tapetes ó paños de algodón ó sedas, o lanas labradas á su modo, y en tales asientos hacer sus van- quetes, y comidas, y estas comidas ser por la mayor parte de manjares liquidos livianos sorbiticos, y de fácil digistion, y estos acompañados de muchos fructos, y granos Aromáticos quemantes tales quales se alcanzavan en sus Provincias. Lo mismo han usado nros’ Yndios Occidentales pues jamas se asentavan en altos asientos ni usaron bancos, sillas, ni mesas, antes sus estrados eran sobre una pajas muy menudas, y blandas, y el que entre ellos era Señor se sentaua sobre al¬guna manta de algodon pintada, y sobre tales reposteros comían sus viandas, que siempre eran tales quales decimos ser las de la Yndia, y en lugar de los Aromáticos granos (que nros Yndios, no los alcanzaron) hechavan en sus co-midas Agi, y otras cascaras fuertes, y quemantes que les avivaban los gustos al mucho beber a que los unos, y los otros son demasiadamente aficionados.
En la Yndia Oriental quando se moria el padre de al¬guna familia le quemavan el cuerpo, y las cenizas remanien¬tes de el fuego las ponían en una urna, ó olla, y las sepulta- van en tierra, y junto con estas cenizas, enterrauan las Jo¬yas, y ropas, y preseas de el difunto, especialmente sus armas, si era hombre belicoso otros ungían el cuerpo de el difunto con resina de el lignum Aloes y con mirra y con Bdelium ó con otras drogas aceites, y resinas, que preservan de corup- de adoraciones, y por el consiguiente aca en nro” Yndias deve aver también muchos ritos por ser muchas, y muy distin¬tas las generaciones, y familias que ay al cabo, y fin, va to¬do a un paradero, y fin que es Ydolatrar, y encaminar sus creencias á falsas abuciones conformes en los paraderos. Y también se puede colegir esta semejanza; por muchas de las costumbres que usan, y digamos primero como los Yn-dianos Orientales de la gran Yndia de Portugal adorauan á el Sol, y á la Luna, y a otras criaturas, y hacian sus tem¬plos, y oratorios, imagines, y pinturas de feas, y mounstruo- sas apariencias, y tales que causauan espanto como constara al que leyere el Capitulo 16 de la primera parte de la Ys- toria de la Yndia hecha por Fernán Perez de Castañeda. Y semejantemente (y en general) tubieron de costumbre es¬tos nr,>” Yndios Occidentales, pintar en sus Guacas y Tem¬plos feas, y monstruosas figuras que mas parecían retratos de demonios que de otra terrestre (o celeste) criatura. Y tanta afición y devocion tenian á semejantes figuras, que en sus vestiduras asientos, y vasos las pintavan y hacian pintar como se ve claramente en las obras hechas á su mo¬do antiguo.
Los Yndios Orientales an usado siempre la vestidura corta mas la cobertura ó manto largo, y tal en la obra, y hechura que lleva que parece aver buscado modo de escusar el trabajo de corte y costura. Lo mismo an usado siempre nro’ Yndios, y aunque sea verdad que en los llanos de este nro Piru usan las mugeres el vestido tan largo que parte de el arrastra por el arena esto no lo comenzaron ellas por ser más aliñosas ni mas onestas que las demás si no para de¬fenderse de los enojosos mosquitos que suelen acudir a tem¬poradas, y también para que (hollando con los pies lo que de el vestido sobra) no se los ofenda el fuego y calor que esta incorporado en el arena.
Fueron siempre los Yndios Orientales aficionados a telas de Algodon delgadas, y estas variadas de diferentes colo¬res. Lo mismo avernos conocido y se conoce de nro* Yn- dianos, y tanto es entre ellos mas preciada, y estimada una ropa, quanto la ven mas matizada de colores varios.
Los Yndios Orientales recebian la nobleza y cavalleria de manos de sus Reyes, y esta les era dada en alguna pieza de que el Rey usava ansi como vaso, arma, ó vestido o cosa semejante. Lo mismo tuvieron siempre nroB Piruleros Yn¬dios tanto que por grande que fuese la hazaña que un Yn¬dio acia se dava por bien gratificado de su Cacique ó Rey con una camisa de las que el tal Señor usaba, por vil y de¬secha que fuesse. Tuvieron (y tienen) los Yndios Orienta¬les de costumbre por alto y principal que sea tener sus asien¬tos en la tierra sobre tapetes ó paños de algodón ó sedas, o lanas labradas á su modo, y en tales asientos hacer sus van- quetes, y comidas, y estas comidas ser por la mayor parte de manjares líquidos livianos sorbiticos, y de fácil digistion, y estos acompañados de muchos fructos, y granos Aromáticos quemantes tales quales se alcanzavan en sus Provincias. Lo mismo han usado nro’ Yndios Occidentales pues jamas se ascntavan en altos asientos ni usaron bancos, sillas, ni mesas, antes sus estrados eran sobre una pajas muy menudas, y blandas, y el que entre ellos era Señor se sentaua sobre al¬guna manta de algodon pintada, y sobre tales reposteros comian sus viandas, que siempre eran tales quales decimos ser las de la Yndia, y en lugar de los Aromáticos granos (que nr”s Yndios, no los alcanzaron) hechavan en sus co¬midas Agi, y otras cascaras fuertes, y quemantes que les avivaban los gustos al mucho beber a que los unos, y los otros son demasiadamente aficionados.
En la Yndia Oriental quando se moria el padre de al¬guna familia le quemavan el cuerpo, y las cenizas remanien¬tes de el fuego las ponian en una urna, ó olla, y las sepulta- van en tierra, y junto con estas cenizas, enterrauan las Jo¬yas, y ropas, y preseas de el difunto, especialmente sus armas, si era hombre belicoso otros ungian el cuerpo de el difunto con resina de el lignum Aloes y con mirra y con Bdelium ó con otras drogas aceites, y resinas, que preservan de corup- cion de que aquella tierra no carece, y ansi embalsamados, (o mirrados) los metían en bobedas, y subterráneos, y con el se metían, y enterravan bivos sus criados, y criadas, y las mugeres que mas lo querían, y juntas las almas bajavan á el infierno, y esto acian creiendo que en el otro mundo les auian de servir y administrar como en este do viviendo le auian servido. Pues cosa no es a todos muy notoria averse usado en todas nras’ Yndias Occidentales la misma manera de sepultar los muertos, y de los defectos de las unciones preserbativas de que nros’ Yndios usaban claro testimonio nos dan los cuerpos que en sus entierros cada dia se alian que sin faltarle cosa de sus miembros, ni aver sido tocados de corupcion se ven sus pieles con aquella color y tez que tenian viviendo, y bien sabemos también que fue costum¬bre entre estos nros’ Yndios (a ymitacion de los Orientales) acompañar á los muertos en sus sepulcros los criados, y criadas que les servían, y enterrarse con ellos las mugeres bibas por muestras de su grande amor.
Las obsequias mas onorosas que los Yndios Orientales ha¬cian a sus muertos eran llantos en verso donde recontauan sus grandezas, y virtudes ingiriendo con ellas las de sus pa¬sados. Tras esto aionauan (a su modo) absteniendose de co¬mer cosas de sustancia, y de provar sal ni especias ni tomar el palo Aguila ni el Bethele, ni la Areca, ni otras maneras de vanos entretenimientos que tenian de costumbre (por vicio mas que por necesidad) demás de esto los mas obliga¬dos al muerto se trasquilavan los cavellos que entre aquella gente (ansi como entre nro” Yndios) fueron tenidos en mucha estimación, y tanto mas quanto mas largos gruesos, y negros harto claro sea visto (y aun se vee) esta costumbre entre nros’ Yndios Occidentales; pues quando muere un Ca¬cique ó Yndio principal ó emparentado con muchos, es cosa de admiración los llantos que por el se hacen, y los au¬llidos, y endechas que sobre su cuerpo se oyen, y ay Yn¬dios, (y Yndias) maestros para este menester, que asialaria- das con dones van alli a derramar vanas lagrimas, y en ver¬sos que para tal efecto tienen requentan las cosas que mas hacen á la honra por las muertes de los caciques, ó amigos especial las mugeres quando mueren sus maridos. Y a los tales entierran, y llantos siguen los abucioneros ayunos abs- tiniendose de comer sal, Agi, Carne, Maiz, y demar (2) la coca, ni el tabaco, ni otras cosas de esta especie.
Tres suertes de gentes auia entre los Yndios Orientales que eran sacerdotes Bracmanas, ó Gimnosophitas ó Bonzos estos eran venerados entre ellos en sumo grado y de estos elegian sus Reyes, y Governadores. El segundo estado era el de la gente de guerra, y Cavalleros Nayres que es la orden de milicia que dejamos dicha. El tercero estado era la gente Plebeya a quien llamavan Poleas de tan poca estimación, y cuenta que tenia por delito el tocarles los Nayres con sus manos. Las mismas tres gentes ávido siempre entre nro”‘ Yndios que eran sus Caciques y hechiceros, y luego los hom¬bres de guerra, y despues la canalla y turba labradora esti¬mada en vil y bajo precio.
Tubieron siempre los Yndios Orientales al Demonio, por la cosa peor que podia ser, y con todo eso lo adoravan, y obedecían no porque no sabian que no les avia de hacer, sino porque no les hiciese mal en la misma opinión lo tuvieron nuestros Yndios, y por aquel mismo respeto lo obedecian, y veneravan.
Por honrado que fuese el Nayre, ó Capitan entre los Yndios Orientales, tenia de costumbre andar descalzo, en pies y piernas. Lo mismo an acostumbrado nros Yndios Oc¬cidentales.
No se permitía que varón ninguno (pariente ni allegado, ni marido alguno) entre los Yndios Orientales acompañase á las mugeres a parte alguna que fuessen. Lo mismo an conservado, y conservan nuestros Yndios Occidentales.
No tenían por gran delito los Orientales ir una moza a el Talamo de el nuevo marido hecha dueña por mano, y
(*) mascar.
cion de que aquella tierra no carece, y ansi embalsamados, (o mirrados) los metían en bobedas, y subterráneos, y con el se metían, y enterravan bívos sus criados, y criadas, y las mugeres que mas lo querían, y juntas las almas bajavan á el infierno, y esto acian ¿reiendo que en el otro mundo les auian de servir y administrar como en este do viviendo le auian servido. Pues cosa no es a todos muy notoria averse usado en todas nrns Yndias Occidentales la misma manera de sepultar los muertos, y de los defectos de las unciones preserbativas de que n™’- Yndios usaban claro testimonio nos dan los cuerpos que en sus entierros cada dia se alian que sin faltarle cosa de sus miembros, ni aver sido tocados de corupcion se ven sus pieles con aquella color y tez que tenian viviendo, y bien sabemos también que fue costum¬bre entre estos nro* Yndios (a ymitacion de los Orientales) acompañar á los muertos en sus sepulcros los criados, y criadas que les servían, y enterrarse con ellos las mugeres bibas por muestras de su grande amor.
Las obsequias mas onorosas que los Yndios Orientales ha¬cian a sus muertos eran llantos en verso donde recontauan sus grandezas, y virtudes ingiriendo con ellas las de sus pa¬sados. Tras esto aionauan (a su modo) absteniéndose de co¬mer cosas de sustancia, y de provar sal ni especias ni tomar el palo Aguila ni el Bethele, ni la Areca, ni otras maneras de vanos entretenimientos que tenian de costumbre (por vicio mas que por necesidad) demás de esto los mas obliga¬dos al muerto se trasquilavan los cavellos que entre aquella gente (ansi como entre nr”” Yndios) fueron tenidos en mucha estimación, y tanto mas quanto mas largos gruesos, y negros harto claro sea visto (y aun se vee) esta costumbre entre nro”‘ Yndios Occidentales; pues quando mucre un Ca¬cique ó Yndio principal ó emparentado con muchos, es cosa de admiración los llantos que por el se hacen, y los au¬llidos, y endechas que sobre su cuerpo se oyen, y ay Yn¬dios, (y Yndias) maestros para este menester, que asialaria- das con dones van alli a derramar vanas lagrimas, y en ver¬sos que para tal efecto tienen requentan las cosas que mas hacen á la honra por las muertes de los caciques, ó amigos especial las mugeres quando mueren sus maridos. Y a los tales entierran, y llantos siguen los 3bucioneros ayunos abs- tiniendose de comer sal, Agi, Carne, Maiz, y demar (‘) la coca, ni el tabaco, ni otras cosas de esta especie.
Tres suertes de gentes auia entre los Yndios Orientales que eran sacerdotes Bracmanas, ó Gimnosophitas ó Bonzos estos eran venerados entre ellos en sumo grado y de estos elegian sus Reyes, y Governadores. El segundo estado era el de la gente de guerra, y Cavalleros Nayres que es la orden de milicia que dejamos dicha. El tercero estado era la gente Plebeya a quien llamavan Poleas de tan poca estimación, y cuenta que tenia por delito el tocarles los Nayres con sus manos. Las mismas tres gentes ávido siempre entre n™’ Yndios que eran sus Caciques y hechiceros, y luego los hom¬bres de guerra, y despues la canalla y turba labradora esti¬mada en vil y bajo precio.
Tubieron siempre los Yndios Orientales al Demonio, por la cosa peor que podia ser, y con todo eso lo adoravan, y obedecian no porque no sabian que no les avia de hacer, sino porque no les hiciese mal en la misma opinión !o tuvieron nuestros Yndios, y por aquel mismo respeto lo obedecian, y vencravan.
Por honrado que fuese el Nayre, ó Capitan entre los Yndios Orientales, tenia de costumbre andar descalzo, en pies y piernas. Lo mismo an acostumbrado nr”B Yndios Oc¬cidentales.
No se permitía que varón ninguno (pariente ni allegado, ni marido alguno) entre los Yndios Orientales acompañase á las mugeres a parte alguna que fuessen. Lo mismo an conservado, y conservan nuestros Yndios Occidentales.
No tenían por gran delito los Orientales ir una moza a el Talamo de el nuevo marido hecha dueña por mano, y
(*) mascar.
potencia de otro. Lo mismo se á usado entre nro’ Occiden¬tales que como en la Yndia Occidental no miraron ni esti¬maron en nada á aquel onesto sigilo de naturaleza.
Toman los Yndios Orientales en la boca ciertas ojas de arboles a quien llaman Béthele, y esta aunque la mascan no la tragan, y dicen que les da substancia, y conforta el estomago lo mismo, y por la misma razón hacen nuestros Occidentales con la coca, yerva tan usada entre ellos. Y no ay parte en el universo Mundo donde de tal yerva se use si no es en estas dos Regiones. Muchas otras cosas pudiéramos traer en concordancia de los unos á los otros para prueva y ratificación de que sean verdaderamente descendientes, y propagados estos nros Yndios Occidentales de los Orientales de la gran Yndia, y no de otra parte ni gente de el Mundo; mas para en tanto que mas vivas razones, y mas aparentes muestras hallamos, ó entendemos, por relaciones, ó escrip- turas tengamos esta que escrivo, por lo cierto, pues ni será yerro ni descomodimiento contra nadie tenerlo, ni a mi li¬bro ni trabajo tanpoco se le ará ofensa tenerlo contrario. Y presupuesto que ya estamos ciertos, y fuera de una dubda tan reñida, y vintilada y sabemos lo que asta aqui (en este particular) ygnorauamos demos fin, y remate á esta segunda parte tan llena de guerras, y peregrinaciones, y pasemos a la tercera para la qual suplico a el lector piadoso (que asta aqui á tenido sufrimiento, y perseverancia) lo aperciva de nuevo para lo que falta, que no creo será menos menester de lo que a sido asta aquí.
FIN DE LA SEGUNDA PARTE
TERCERA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE TRATA, Y ESCRIVE EL MODO CON QUE SE SUSTENTA¬RON, Y GOVERNARON NUESTROS YNDIOS OCCIDENTALES, ANTES QUE LOS SEÑORES YNGAS COMENZASSEN Á REYNAR
Y DE MUCHAS COSAS QUE AY DE ADMIRACION EN EL PIRU /” ‘*
Y de que años á esta parte tomaron los Yngas el Ymperio y mando en esta tierra y los años que vieron, y cosas nota¬bles que hicieron, y guerras que huvo entre ellos asta la entrada de los Españoles.
Cap- 1- de las mas famosas navegaciones antiguas y mo¬dernas.
Levante Dios sus pensamientos nación Española digna por la entereza de su fee Catholica de el primer lugar entre las de el Mundo prospere, y faboresca el Cielo tus intentos siempre se alien abueltas de tu nombre las eroycas virtudes, y el esmalte de tu fama sea siempre la justa defensa de tu verdadera madre la Yglesia Chatolica de quien tus Reyes an sido obedientes hijos desde que el Recaredo (de gloriosa muerte) profeso su obediencia tu espada vencedora sea te¬mor y espanto á aquellos que a tu santa religión son ob- puestos. Jamas intentes sino lo bueno, justo, y santo y nada intentes que no consigas. Siempre tus Leones, y Castillos los veamos en el lugar donde aora los vemos, sin que las mu¬danzas de la que llaman fortuna prevalezca un punto contra su estabilidad. Tus Reyes (o beatissima España) an merecido (y no otros) guarnecer con su nombre a todo el uniberso potencia de otro. Lo mismo se á usado entre n™ Occiden¬tales que como en la Yndia Occidental no miraron ni esti¬maron en nada á aquel onesto sigilo de naturaleza.
Toman los Yndios Orientales en la boca ciertas ojas de arboles a quien llaman Bethele, y esta aunque la mascan no la tragan, y dicen que les da substancia, y conforta el estomago lo mismo, y por la misma razón hacen nuestros Occidentales con la coca, yerva tan usada entre ellos. Y no ay parte en el universo Mundo donde de tal yerva se use si no es en estas dos Regiones. Muchas otras cosas pudiéramos traer en concordancia de los unos á los otros para prueva y ratificación de que sean verdaderamente descendientes, y propagados estos nros Yndios Occidentales de los Orientales de la gran Yndia, y no de otra parte ni gente de el Mundo; mas para en tanto que mas vivas razones, y mas aparentes muestras hallamos, ó entendemos, por relaciones, ó escrip- turas tengamos esta que escrivo, por lo cierto, pues ni será yerro ni descomodimiento contra nadie tenerlo, ni a mi li¬bro ni trabajo tanpoco se le ará ofensa tenerlo contrario. Y presupuesto que ya estamos ciertos, y fuera de una dubda tan reñida, y vintilada y sabemos lo que asta aqui (en este particular) ygnorauamos demos fin, y remate á esta segunda parte tan llena de guerras, y peregrinaciones, y pasemos a la tercera para la qual suplico a el lector piadoso (que asta aqui á tenido sufrimiento, y perseverancia) lo aperciva de nuevo para lo que falta, que no creo será menos menester de lo que a sido asta aquí.
FIN DE I.A SEGUNDA PARTE
TERCERA PARTE DE LA MISCELANEA ANTARTICA DONDE SE TRATA, Y ESCRIVE EL MODO CON QUE SE SUSTENTA¬RON, Y GOVERNARON NUESTROS YNDIOS OCCIDENTALES, ANTES QUE LOS SEÑORES YNGAS COMENZASSEN Á REYNAR
Y DE MUCHAS COSAS QUE AY DE ADMIRACION EN EL PIRU /
Y de que años á esta parte tomaron los Yngas el Ymperio y mando en esta tierra y los años que vieron, y cosas nota¬bles que hicieron, y guerras que huvo entre ellos asta la entrada de los Españoles.
Cap- 1- de las ?nas famosas navegaciones antiguas y mo¬dernas.
Levante Dios sus pensamientos nación Española digna por la entereza de su fee Catholica de el primer lugar entre las de el Mundo prospere, y faboresca el Cielo tus intentos siempre se alien abueltas de tu nombre las eroyeas virtudes, y el esmalte de tu fama sea siempre la justa defensa de tu verdadera madre la Yglesia Chatolica de quien tus Reyes an sido obedientes hijos desde que el Recaredo (de gloriosa muerte) profeso su obediencia tu espada vencedora sea te¬mor y espanto á aquellos que a tu santa religión son ob- puestos. Jamas intentes sino lo bueno, justo, y santo y nada intentes que no consigas. Siempre tus Leones, y Castillos los veamos en el lugar donde aora los vemos, sin que las mu¬danzas de la que llaman fortuna prevalezca un punto contra su estabilidad. Tus Reyes (o beatissima España) an merecido (y no otros) guarnecer con su nombre a todo el uniberso (y mejor ablando) el universo a llegado en nros tiempos a merecer que con el Sancto, y religioso nombre de Españoles se alie ceñido como con cinta de oro. No les á los Cielos mobibles ocasion de tanta hermosura la zona tostada con sus 12 tachones de signos en ella ymaginados quanto le es á esta redondez de el Mundo, hallarse abrazado de Oriente á Po¬niente con la vencedora Corona de España porque ella sola es digna de tan largo mundo, y el Mundo menesteroso de tan poderosa Corona. Aquella larga navegación y camino, que Hercules el Griego (hijo de Anphitrion, y alcumena) hizo con Jason y sus Compañeros en la nave Argos quede olvi¬dado donde se contaren las navegaciones, y caminos de los inbencibles Españoles. Por gran cosa se tuvo en el Mundo (y por tal nos la cuentan las antiguas historias) la navega¬ción de el Griego Menelao que saliendo por el estrecho de Hercules (ó de Gibraltar) pudo llegar a ver el mar bermejo (casi cercando á Aphrica) y de alli aver la boca de el mar Ormuz, y alejándose mas visito (con armas pacificas) las costas, y riberas de la gran Yndia Oriental; mas puesta esta jornada, en competencia de aquellas que Españoles han he¬cho, queda sin nombre, y escurecida, menos devemos traer en comparación de los viages Españoles, aquellos que de Anón, y Himilcon su hermano dexamos contados en el Capitulo 4 de la segunda parte, aunque fue famoso, y de mucho nombre en aquellos siglos. Ni ay para que ya Ero- doto nos sublime sobre las estrellas el largo camino que los Phenices expertos hicieron por mandato y orden de Ñeco Rey de Egipto; pues no hicieron mas que cercar á la Aphrica por sus costas, y saliendo de el mar Bermejo, torcieron las velas sobre el hombro derecho, y llegaron á embocar por el estrecho de Gibraltar y de alli fueron á Egipto a dar cuenta al Rey que los auia embiado pues tome otro Ero- doto la pluma, y podra escrivir de nro9 Españoles, viages de mas gloria para sus famas, y demás provecho para el Mundo, que aun hartos centenares de años an pasado (según Estra- bon) que estando Cesar sobrino de el Cayo Julio, y hijo de
Augusto en el Mar Eritreo hallo pedazos de naves naturales Españolas quebradas allí con tormentas. Que mares tiene el Mundo que Españoles no ayan sulcado? Que puertos que no ayan sido estaciones de sus navios? Que tierras que no ayan andado? Que Reynos donde no ayan mostrado su brio? Que aun en la remotissima Septentrional (de quien en nuestros tiempos se a tenido noticia) an mostrado su valor los Espa¬ñoles que saliendo de la Rusia (con un valeroso Duque de Astoulph) ciertos Catalanes Españoles que en aquella coyun¬tura se hallaron desocupados, atravesaron los elados montes que llaman Hiperbóreos (o ramo de ellos) y se vinieron aliar en tierra, que el Sol rodeaua gran parte de su Ori- zonte, y las noches eran de dos meses continuos, y los dias de otros tantos (como es cosa clara que lo será en la parte de tierra que tuviera en sesenta grados para ariba) y vieron aquellas gentes de mas ermosura que razón que abitan en las Provincias que Enciso llama Pilapelanter, y Evgyome- lanter, y por quien el sumo Pontífice a concedido grandes yndultos, y gracias a quien fuere a predicarles la ley Evan¬gélica. Vosotros soys (invictos Españoles) los que aciendo falsos los pronosticos que Hercules dejo escriptos en sus Calepas, (o Columnas) diciendo que no auia mas en el Mundo que poblar que asta Calpe y Abila, hecistes verda¬dera la vatica sentencia de Sena, que dice ansi; vernan tiempos en que Tiphis no terna el primado entre los Pi¬lotos; ni Tyle será lo ultimo de el Mundo. Este Tiphis fue Piloto de aquella nave Argos en que Hercules, y Jason hi¬cieron aquel viage por lo qual fue tenido por el Principe de los de aquel arte. Y sospechando Seneca las largas, y vic¬toriosas navegaciones que vosotros (ó Españoles) auiades de hacer, y la animosa industria de vuestros Marineros, y Pilotos, no le quizo conceder á Tiphis el primado en este caso. Tyle es una Ysla en el mar Septentrional tenida en aquellos Siglos (y muchos despues) por la ultima tierra de el Mundo; y viniéndole a cuento á el Espiritu de Seneca, como á esta Ysla (y á las columnas de Hercules) les auia (y mejor ablando) el universo a llegado en nr'” tiempos a merecer que con el Sancto, y religioso nombre de Españoles se alie ceñido como con cinta de oro. No les á los Cielos mobibles ocasion de tanta hermosura la zona tostada con sus 12 tachones de signos en élla ymaginados quanto le es á esta redondez de el Mundo, hallarse abrazado de Oriente á Po¬niente con la vencedora Corona de España porque ella sola es digna de tan largo mundo, y el Mundo menesteroso de tan poderosa Corona. Aquella larga navegación y camino, que Hercules el Griego (hijo de Anphitrion, y alcumena) hizo con Jason y sus Compañeros en la nave Argos quede olvi¬dado donde se contaren las navegaciones, y caminos de los inbencibles Españoles. Por gran cosa se tuvo en el Mundo (y por tal nos la cuentan las antiguas historias) la navega¬ción de el Griego Menelao que saliendo por el estrecho de Hercules (ó de Gibraltar) pudo llegar a ver el mar bermejo (casi cercando á Aphrica) y de alli aver la boca de el mar Ormuz, y alejándose mas visito (con armas pacificas) las costas, y riberas de la gran Yndia Oriental; mas puesta esta jornada, en competencia de aquellas que Españoles han he¬cho, queda sin nombre, y escurecida, menos devemos traer en comparación de los viages Españoles, aquellos que de Anón, y Himilcon su hermano dexamos contados en :1 Capitulo 4 de la segunda parte, aunque fue famoso, y de mucho nombre en aquellos siglos. Ni ay para que ya Ero- doto nos sublime sobre las estrellas el largo camino que los Phenices expertos hicieron por mandato y orden de Ñeco Rey de Egipto; pues no hicieron mas que cercar á la Aphrica por sus costas, y saliendo de el mar Bermejo, torcieron las velas sobre el hombro derecho, y llegaron á embocar por el estrecho de Gibraltar y de alli fueron á Egipto a dar cuenta al Rey que los auia embiado pues tome otro Ero- doto la pluma, y podra escrivir de nr”8 Españoles, viages de mas gloria para sus famas, y demás provecho para el Mundo, que aun hartos centenares de años an pasado (según Estra- bon) que estando Cesar sobrino de el Cayo Julio, y hijo de
Augusto en el Mar Eritreo hallo pedazos de naves naturales Españolas quebradas allí con tormentas. Que mares tiene el Mundo que Españoles no ayan sulcado? Que puertos que no ayan sido estaciones de sus navios? Que tierras que no ayan andado? Que Reynos donde no ayan mostrado su brio? Que aun en la remotissima Septentrional (de quien en nuestros tiempos se a tenido noticia) an mostrado su valor los Espa¬ñoles que saliendo de la Rusia (con un valeroso Duque de Astoulph) ciertos Catalanes Españoles que en aquella coyun¬tura se hallaron desocupados, atravesaron los elados montes que llaman Hiperbóreos (o ramo de ellos) y se vinieron aliar en tierra, que el Sol rodeaua gran parte de su Ori- zonte, y las noches eran de dos meses continuos, y los dias de otros tantos (como es cosa clara que lo será en la parte de tierra que tuviera en sesenta grados para ariba) y vieron aquellas gentes de mas ermosura que razón que abitan en las Provincias que Enciso llama Pilapelanter, y Evgyome- lanter, y por quien el sumo Pontífice a concedido grandes vndultos, y gracias a quien fuere a predicarles la ley Evan¬gélica. Vosotros soys (invictos Españoles) los que aciendo falsos los pronosticos que Hercules dejo escriptos en sus Calepas, (o Columnas) diciendo que no auia mas en el Mundo que poblar que asta Calpe y Abila, hecistes verda¬dera la vatica sentencia de Sena, que dice ansi; vernan tiempos en que Tiphis no terna el primado entre los Pi¬lotos; ni Tyle será lo ultimo de el Mundo. Este Tiphis fue Piloto de aquella nave Argos en que Hercules, y Jason hi¬cieron aquel viage por lo qual fue tenido por el Principe de los de aquel arte. Y sospechando Seneca las largas, y vic¬toriosas navegaciones que vosotros (ó Españoles) auiades de hacer, y la animosa industria de vuestros Marineros, y Pilotos, no le quizo conceder á Tiphis el primado en este caso. Tyle es una Ysla en el mar Septentrional tenida en aquellos Siglos (y muchos despues) por la ultima tierra de el Mundo; v viniéndole a cuento á el Espíritu de Seneca, como á esta Ysla (y á las columnas de Hercules) les auia de venir por vras hazañas; un glorioso plus ultra, predijo lo arriba referido. Vosotros mismos soys los que á el Mundo quitastes la dubda, que se extendió asta el glorioso Augus- tino, y muy metidos en ella se quedaron Lactancio Firmia- no Capella Geómetra, Sinphoriano, Campegio y otros muchos, diciendo no aver en el Mundo aquellos Antipodas, que vosotros hallastes, conquistastes, vencistes, y subgetas- tes. El ardiente calor de vro incansable animo, pudo poner espanto ál de la Tórrida Zona que espantava el Mundo. Solo vosotros podreys dar testimonio si es verdad ó no, lo que muchos (y muy graves Autores) escriven de las mons¬truosidades, que naturaleza tiene sembradas, por el Uni- berso. Y pues se a tocado en este punto, y el tiempo (y lo que el nos á descubierto, y enseñado) nos da licencia para ello, no me parece será fuera de proposito, tratar y dispu¬tar en este lugar; y es ansi que aya en el Mundo tales hom¬bres, y de tan monstruosa hechura como nos dejaron escri¬to los Autores de los siglos pasados. Plinio, Aristóteles, Solino, Estrabon, y aun Sancto Antonino de Florencia, y Gema Frigio, y otros muchos no menos graves tienen lec¬ciones, y planas en sus obras ocupadas de aquesta materia aunque también ay otros (de no menos nombre) que sienten lo contrario de que en el Mundo aya los tales hombres, y que si los ay serán antes bestias salvages que no hombres racionales, y lo mismo hace Pomponio Mela des- criviendo la Aphrica que tratando de los Aegipanes, Be- mios, Gamphasantes, y Sátiros dicen que los tales mas se pueden llamar fieras que no hombres. Aunque en otras par¬tes, y capítulos de su obra nos escrive no menos monstruo¬sidades que los demás. También es verdad que si con aten¬ción leemos los Autores nombrados quando de esta materia tratan hallaremos que nos libran estas cosas debajo de ageno crédito, y con el titulo de el Doctor férunt, (que es el que nosotros llamamos dizque) mas con todo eso tratare aqui algunos monstruos que nos hacen admirar. Dicese aver en la gran Yndia cierta gente de sola una pierna, y husan de esta con tanta ligereza que fatigan, y alcanzan por pies á las mas ligeras salvaginas de el monte á estos llaman Monos celos Y que para defenderse de el ardor de el Sol se acues¬tan de espaldas, y se hacen sombra con un gran pie que tienen. Dicen también que ay otro linage de hombres que no tienen narices, sino llano, y parejo el rostro, y dos pe¬queños agujeros le sirven de narices, por donde reciben el olor de las frutas, y flores con que se sustentan. También dicen que ay otros que no tienen cabeza ni celebro, y que en los hombros tienen ojos. Dicen que ay otro linage de hombres (entre la Scitia y Tartaria) que tienen tan pe¬queñas las bocas, que no les puede entrar el sustento en el estomago como á los otros hombres, y que se sustentan con el vapor que sale de las ollas que hacen de carne y pescado. Y de otros hombres se dice que tienen las cabezas como perros, y los pies como bueyes. Otros de tan largas orejas como de zorras. De otros hombres nos escribe Sancto An¬tonino de Florencia, que se hallan en la Aphrica que no tienen mas que un brazo y una pierna, y que quando van á la guerra llevan entre dos un arco y flechas, y que el uno tienen el arco y el otro lo vibra y despide la flecha, con increible certeza, y que quando á estos se les ofrece huir, que van rodando con el pie, y la mano, como hacen los muchachos en sus juegos. Nicola Leonico escrive (refi¬riéndolo de otros autores) que en nro mar de Poniente auia con tormenta aportado un navio a ciertas Yslas que los hombres eran todos cubiertos de bello ruvio y que tenían colas como asnos. Y Plinio dice aver en el Oriente hombres ansi mesmo demasiadamente feroces con colas como Zorras, y muchos, y muy graves Consmografos, escriven monstruo¬sidades de los Pigmeos aunque no se acaban de conformar en qual parte de el Mundo esten. También afirma Ctesias auer en la Yndia inumerable suma de hombres que tenian las cabezas como perros, y que como ellos ladravan. De otros se dice que tienen 8 dedos en cada pie, y este bulto acia tras ál rebes de los nros y huien y alcanzan con mucha de venir por vr” hazañas; un glorioso plus ultra, predijo lo arriba referido. Vosotros mismos soys los que á el Mundo quitastes la dubda, que se extendió asta el glorioso Augus- tino, y muy metidos en ella se quedaron Lactancio Firmia- no Capella Geómetra, Sinphoriano, Campegio y otros muchos, diciendo no aver en el Mundo aquellos Antipodas, que vosotros hallastes, conquistastes, vencistes, y subgetas- tes. El ardiente calor de vro incansable animo, pudo poner espanto ál de la Tórrida Zona que espantava el Mundo. Solo vosotros podreys dar testimonio si es verdad ó no, lo que muchos (y muy graves Autores) escriven de las mons¬truosidades, que naturaleza tiene sembradas, por el Uni- berso. Y pues se a tocado en este punto, y el tiempo (y lo que el nos á descubierto, y enseñado) nos da licencia para ello, no me parece será fuera de proposito, tratar y dispu¬tar en este lugar; y es ansi que aya en el Mundo tales hom¬bres, y de tan monstruosa hechura como nos dejaron escri¬to los Autores de los siglos pasados. Plinio, Aristóteles, Solino, Estrabon, y aun Sancto Antonino de Florencia, y Gema Frigio, y otros muchos no menos graves tienen lec¬ciones, y planas en sus obras ocupadas de aquesta materia aunque también ay otros (de no menos nombre) que sienten lo contrario de que en el Mundo aya los tales hombres, y que si los ay serán antes bestias salvages que no hombres racionales, y lo mismo hace Pomponio Mela des- criviendo la Aphrica que tratando de los Aegipanes, Be- mios, Gamphasantes, y Sátiros dicen que los tales mas se pueden llamar fieras que no hombres. Aunque en otras par¬tes, y capítulos de su obra nos escrive no menos monstruo¬sidades que los demás. También es verdad que si con aten-ción leemos los Autores nombrados quando de esta materia tratan hallaremos que nos libran estas cosas debajo de ageno crédito, y con el titulo de el Doctor férunt, (que es el que nosotros llamamos dizque) mas con todo eso tratare aqui algunos monstruos que nos hacen admirar. Dicese aver en la gran Yndia cierta gente de sola una pierna, y husan de esta con tanta ligereza que fatigan, y alcanzan por pies á las mas ligeras salvaginas de el monte á estos llaman Monos celos Y que para defenderse de el ardor de el Sol se acues¬tan de espaldas, y se hacen sombra con un gran pie que tienen. Dicen también que ay otro linage de hombres que no tienen narices, sino llano, y parejo el rostro, y dos pe¬queños agujeros le sirven de narices, por donde reciben el olor de las frutas, y flores con que se sustentan. También dicen que ay otros que no tienen cabeza ni celebro, y que en los hombros tienen ojos. Dicen que ay otro linage de hombres (entre la Scitia y Tartaria) que tienen tan pe¬queñas las bocas, que no les puede entrar el sustento en el estomago como á los otros hombres, y que se sustentan con el vapor que sale de las ollas que hacen de carne y pescado. Y de otros hombres se dice que tienen las cabezas como perros, y los pies como bueyes. Otros de tan largas orejas como de zorras. De otros hombres nos escribe Sancto An- tonino de Florencia, que se hallan en la Aphrica que no tienen mas que un brazo y una pierna, y que quando van á la guerra llevan entre dos un arco y flechas, y que el uno tienen el arco y el otro lo vibra y despide la flecha, con increible certeza, y que quando á estos se les ofrece huir, que van rodando con el pie, y la mano, como hacen los muchachos en sus juegos. Nicola Leonico escrive (refi¬riéndolo de otros autores) que en nro mar de Poniente auia con tormenta aportado un navio a ciertas Yslas que los hombres eran todos cubiertos de bello ruvio y que tenian colas como asnos. Y Plinio dice aver en el Oriente hombres ansi mesmo demasiadamente feroces con colas como Zorras, y muchos, y muy graves Consmografos, escriven monstruo¬sidades de los Pigmeos aunque no se acaban de conformar en qual parte de el Mundo esten. También afirma Ctesias auer en la Yndia ¡numerable suma de hombres que tenian las cabezas como perros, y que como ellos ladravan. De otros se dice que tienen 8 dedos en cada pie, y este bulto acia tras ál rebes de los nr0″ y huien y alcanzan con mucha velocidad. Y semejantes á estas pudiéramos escrivir muchas monstruosidades, si las dichas no bastasen para el fin y inten¬to con que aqui las he referido. Son tantos, y de auturidad tan recebida. los varones que estas cosas y otras semejantes escriven que el no creerlos’ parece descomedimiento, y el contradecirlos temeridad mas como á ellos les fue permi¬tido escrivir lo que en esta materia sintieron a nosotros no nos deue ser proibido tratar lo que auemos esperimentado, y especulado. Entre las varias profesiones de hombres que he tratado en lo que e andado de Mundo, a sido una parti¬cular motivo, y inclinación á explorar y ver Reynos, re¬motos, y estraños. Yo tuve por guesped el año de 15 58 en la Villa Gravelingas en Flandes un venerable viejo llamado Guillermo Grenuveh que en su mocedad auia andado (mo¬vido de sola curiosidad) lo que en su tiempo se sabia de la tierra de el Septentrión, y nauegado todas aquellas costas de el Mar Gotico asta la ensenada de Botnia, y Laponia a donde auia tenido trato, y conocimiento con gentes remo- tissimas de debajo el Norte, y el año de 1564 en la Ciudad de Malaga tuve estrecha amistad con Enrique Amat Ca- vallero Catalan, uno de aquellos que dige aver salido de Russia con el Duque Astoulf, á explorar, y descubrir las mas Septentriones partes de nro Mundo; y con ser (ansi el Flamenco como el Catalan) hombres curiosos, y amigos de saber estrañesas peregrinas, (y averias procurado inquirir por donde quiera que andauan) afirmauan con juramento reírse de ellos, aquellos vecinos de los Yperboreos quando les preguntauan si se tenia entre ellos noticia de hombres que tuviessen solo un ojo en la frente, como los Arimaspos, ó si auia (ó se tenia noticia) de los Pigmeos, que Gema Frigio quiere que sean sus Regiones, y (ni de estos, ni otros monstruos semejantes) no les dieron nueba ni noticia aunque (como dicho tengo) lo procuraron curiosa y afec¬tadamente. También he tenido particular combersación, y hestrecha amistad, con ydalgos Portugueses, que han estado, y residido en la gran Yndia de Portugal, y entre ellos uno que auia navegado, y sulcado el rio Ganges mas de 200 le¬guas yendo en prisión en manos de barbaros con otros nuebe compañeros, y estuvieron en servicio de un poderoso Rey espacio de 2 años, y con sus gentes fueron á hacer guerras á muchas, y muy barbaras Provincias, y con aver (ansi mesmo) procurado saber y entender si por aquellos anchis- simos Reynos, se tenia noticia de las gentes tan disformes como nros Autores nos las pintan les respondían que arto mas monstruosos, y fieros que aquellos, eran los Laos (que avitauan en unas sierras) pues se comían los unos á los otros mas que gentes tan mal talladas, y monstruosas como la que dicen aliarse en la Yndia ni las vieron ni tuvieren nueva de ellas. Pues nros Españoles Castellanos (que no me¬nos mares que los Españoles Portugueses an navegado) tampoco an visto ni tenido nueba ni noticia de gente de tal forma ni hechura, el Comendador Pegafeta Compañero en el largo viaje de Juan Sebastian de el Cano quando el año 1519 descubrieron el que llamaron estrecho de Magallanes dice (en una relación que hizo de aquel viage) que tuvo noticia de que en unas Yslas de aquel Arcipielago auia Pig¬meos (o tan pequeños como ellos) y que tenian las orejas tamañas como todo el cuerpo lo qual dice (no averio el visto) sino oido. Y bien sabemos que ansi Portugueses co¬mo Castellanos an visto y rodeado todo ese Arcipielago de Sant Lazaro, y en parte de sus Yslas están pobladas de Es¬pañoles, y no se a tenido noticia ni rastro de tal suerte de gente de manera que pues los modernos de nuestra edad (que son las gentes que mas an andado de el Mundo) no an aliado hombres semejantes á los ya dichos no los deve de aver y pues no los ay en los tiempos presentes menos los devio de aver en los passados, sino que todas estas novelas, y cuentos devieron de comensar por usar algunas gentes en ablar por metaforas ansi como ablan los Chinas, tratando de las demás naciones que con ellos contratan, que por ser menos delicados que ellos en comprar, y vender y demás confianza, y menos especulación, dicen que no tienen mas velocidad. Y semejantes á estas pudiéramos escrivir muchas monstruosidades, si las dichas no bastasen para el fin y inten¬to con que aqui las he referido. Son tantos, y de auturidad tan recebida; los varones que estas cosas y otras semejantes escriven que el no creerlos parece descomedimiento, y el contradecirlos temeridad mas como á ellos les fue permi¬tido escrivir lo que en esta materia sintieron a nosotros no nos deue ser proibido tratar lo que auemos esperimentado, y especulado. Entre las varias profesiones de hombres que he tratado en lo que e andado de Mundo, a sido una parti¬cular motivo, y inclinación á explorar y ver Reynos, re¬motos, y estraños. Yo tuve por guesped el año de 1J58 en la Villa Gravelingas en Flandes un venerable viejo llamado Guillermo Grenuveh que en su mocedad auia andado (mo¬vido de sola curiosidad) lo que en su tiempo se sabia de la tierra de el Septentrión, y nauegado todas aquellas costas de el Mar Gotico asta la ensenada de Botnia, y Laponia a donde auia tenido trato, y conocimiento con gentes remo- tissimas de debajo el Norte, y el año de 1564 en la Ciudad de Malaga tuve estrecha amistad con Enrique Amat Ca- vallero Catalan, uno de aquellos que dige aver salido de Russia con el Duque Astoulf, á explorar, y descubrir las mas Septentriones partes de nr0 Mundo; y con ser (ansi el Flamenco como el Catalan) hombres curiosos, y amigos de saber estrañesas peregrinas, (y averias procurado inquirir por donde quiera que andauan) afirmauan con juramento reírse de ellos, aquellos vecinos de los Yperboreos quando les preguntauan si se tenia entre ellos noticia de hombres que tuviessen solo un ojo en la frente, como los Arimaspos, ó si auia (ó se tenia noticia) de los Pigmeos, que Gema Frigio quiere que sean sus Regiones, y (ni de estos, ni otros monstruos semejantes) no les dieron nueba ni noticia aunque (como dicho tengo) lo procuraron curiosa y afec¬tadamente. También he tenido particular combersación, y hestrecha amistad, con ydalgos Portugueses, que han estado, y residido en la gran Yndia de Portugal, y entre ellos uno que auia navegado, y sulcado el rio Ganges mas de 200 le¬guas yendo en prisión en manos de barbaros con otros nuebe compañeros, y estuvieron en servicio de un poderoso Rey espacio de 2 años, y con sus gentes fueron á hacer guerras á muchas, y muy barbaras Provincias, y con aver (ansi mesmo) procurado saber y entender si por aquellos anchis- simos Reynos, se tenia noticia de las gentes tan disformes como nro” Autores nos las pintan les respondían que arto mas monstruosos, y fieros que aquellos, eran los Laos (que avitauan en unas sierras) pues se comían los unos á los otros mas que gentes tan mal talladas, y monstruosas como la que dicen aliarse en la Yndia ni las vieron ni tuvieren nueva de ellas. Pues nros Españoles Castellanos (que no me¬nos mares que los Españoles Portugueses an navegado) tampoco an visto ni tenido nueba ni noticia de gente de tal forma ni hechura, el Comendador Pegafeta Compañero en el largo viaje de Juan Sebastian de el Cano quando el año IH9 descubrieron el que llamaron estrecho de Magallanes dice (en una relación que hizo de aquel viage) que tuvo noticia de que en unas Yslas de aquel Arcipielago auia Pig¬meos (o tan pequeños como ellos) y que tenian las orejas tamañas como todo el cuerpo lo qual dice (no averio el visto) sino oido. Y bien sabemos que ansi Portugueses co¬mo Castellanos an visto y rodeado todo ese Arcipielago de Sant Lazaro, y en parte de sus Yslas están pobladas de Es¬pañoles, y no se a tenido noticia ni rastro de tal suerte de gente de manera que pues los modernos de nuestra edad (que son las gentes que mas an andado de el Mundo) no an aliado hombres semejantes á los ya dichos no los deve de aver y pues no los ay en los tiempos presentes menos los devio de aver en los passados, sino que todas estas novelas, y cuentos devieron de comensar por usar algunas gentes en ablar por metaforas ansi como ablan los Chinas, tratando de las demás naciones que con ellos contratan, que por ser menos delicados que ellos en comprar, y vender y demás confianza, y menos especulación, dicen que no tienen mas que un ojo queriendo decir que no miran las cosas muy miradas, y remiradas como ellos hacen ansi mesmo dicen los de la Yndia tratando de los de el Reyno de Pegu, que como queda visto en el Capitulo 11 de la segunda parte, proceden de un Perro que tienen todos la cabeza de perro, que es decir que la cabeza, y origen de su linage es un Perro. Demás que la misma naturaleza (naturalmente) repugna aver en el Mundo los tales hombres como se tra¬tará y disputará en el Capitulo siguiente.
Cap.— 2 – donde se disputa, y concluye con razones natu¬rales si auido ó ay o puede aver en el Mundo los monstruos que los Autores escriven, es digno Capitulo de ser advertido de los Curiosos.
Sentencia es de Aristóteles (en el libro de comuni ani- malium gresu) que siempre naturaleza se inclina, y es fuerza a hacerlo mejor de las cosas que a ella le son facti¬bles, y posibles. Presupuesto digamos que esta que llama¬mos naturaleza no es otra cosa sino aquella segundas causas eficientes, a quien Dios dio el oficio, y cargo de procrear las cosas despues de la primera, y milagrosa creación, por si (graciosamente) hecha. Y ansi como liberal, y bien in¬dustriada ministra, y oficial que en todo se conforma con la voluntad, y concepto de su Maestro comenzo a procrear animales, plantas, y iervas (y también hombres) por el Modelo, y norma que el supremo hacedor les dio. De manera que ansi como un oficial pintor rascuña una imagen en el lienzo ó tabla y dejala ansi con solas las lineas, y rayas de el carbón, y luego el experto Maestro toma su delicado pin¬cel, y le da los matices, y colores sombras, y aguas que la tal ymagen á menester; para quedar en la necesaria perfec¬ción, ansi nuestro Dios, y Señor en aquel embrión que na¬turaleza forja en el útero de la matriz, y en aquellas rayas, y rascuños mal formados, pone el resplandeciente matiz de el alma guarnecida con la Ymagen, y semejanza de su alta hermosura. Pues esta materia terestre donde tan alta y sublimada forma sea de contener siempre naturaleza se es¬fuerza á sacarla sin defecto alguno, y se desvela en hacerla lo mejor de lo posible, mas como (aun la misma naturaleza para la tal fabrica) tiene necesidad de la intervención de otros instrumentos, y materiales, si en aquella Ymagen, que se dibuja ay algún defecto no es culpante ella; pues (como esta averiguado) tiene provada su intención, sino la culpa de el tal defecto, esta, o en la abundancia, ó falta, ó corrup¬ción de los materiales, y medios, en aquello intervenientes. Digamos pues aora que la naturaleza (como franca y fil despensera) siempre a hecho en el Mundo los hombres por aquel modelo de Adán, que fue el que Dios le dio al prin¬cipio, y ella no auia de tomarse tanta licencia, que de nue¬vo quisiese inventar, nuevas, y estrañas formas de hombres, para que su Maestro mayor las matizase con el anima ra¬cional. Y deste descomedimiento, y licencia acusa á la na¬turaleza el que afirma aver en el Mundo Reyno, ó Provin¬cia, ó Comarca de gentes semejantes, y de tanta monstruo¬sidad como las contenidas en el Capitulo precedente.
No podemos (ni devemos negar) que aya auido (y aya) en el Mundo partos monstruosísimos de que se ayan visto disformidades horribles, mas los tales defectos anse de poner á cuenta de los materiales en aquella obra intervi- niente (como digimos) los quales toma naturaleza por me¬dios para venir acer sus obras. Y para que se entienda me¬jor digo que ya sabemos ser los excrementos, paternos, y maternos, necesarios, y forzosos medios para la fabrica de la generación, y demás desto la olla uterina donde la tal decoccion se hace, y suele acontecer muchas veces que en el vano excremento (ó en ambos ó en la olla, ó en todos) ay algunas corrupciones, o super fluidades que acedan, y co¬rrompen aquella masa de tal manera que ace alterar el fin de la naturaleza, y proceder de alli una criatura sin pies, ó sin manos, ó sin cabeza, ó sin brazos, ó con dos cabezas, ó que un ojo queriendo decir que no miran las cosas muy miradas, y remiradas como ellos hacen ansi mesmo dicen los de la Yndia tratando de los de el Reyno de Pegu, que como queda visto en el Capitulo 11 de la segunda parte, proceden de un Perro que tienen todos la cabeza de perro, que es decir que la cabeza, y origen de su linage es un Perro. Demás que la misma naturaleza (naturalmente) repugna aver en el Mundo los tales hombres como se tra¬tará y disputará en el Capitulo siguiente.
Cap.- 2.- donde se disputa, y concluye con razones natu¬rales si auido ó ay o puede aver en el Mundo los monstruos que los Autores escriven, es digno Capitulo de ser advertido de los Curiosos.
Sentencia es de Aristóteles (en el libro de comuni ani- malium gresu) que siempre naturaleza se inclina, y es fuerza a hacerlo mejor de las cosas que a ella le son facti¬bles, y posibles. Presupuesto digamos que esta que llama¬mos naturaleza no es otra cosa sino aquella segundas causas eficientes, a quien Dios dio el oficio, y cargo de procrear las cosas despues de la primera, y milagrosa creación, por si (graciosamente) hecha. Y ansi como liberal, y bien in¬dustriada ministra, y oficial que en todo se conforma con la voluntad, y concepto de su Maestro comenzo a procrear animales, plantas, y iervas (y también hombres) por el Modelo, y norma que el supremo hacedor les dio. De manera que ansi como un oficial pintor rascuña una imagen en el lienzo ó tabla y dejala ansi con solas las lineas, y rayas de el carbón, y luego el experto Maestro toma su delicado pin¬cel, y le da los matices, y colores sombras, y aguas que la tal ymagen á menester; para quedar en la necesaria perfec¬ción, ansi nuestro Dios, y Señor en aquel embrión que na¬turaleza forja en el útero de la matriz, y en aquellas rayas, y rascuños mal formados, pone el resplandeciente matiz de el alma guarnecida con la Ymagen, y semejanza de su alta hermosura. Pues esta materia terestre donde tan alta y sublimada forma sea de contener siempre naturaleza se es¬fuerza á sacarla sin defecto alguno, y se desvela en hacerla lo mejor de lo posible, mas como (aun la misma naturaleza para la tal fabrica) tiene necesidad de la intervención de otros instrumentos, y materiales, si en aquella Ymagen, que se dibuja ay algún defecto no es culpante ella; pues (como esta averiguado) tiene provada su intención, sino la culpa de el tal defecto, esta, o en la abundancia, ó falta, ó corrup¬ción de los materiales, y medios, en aquello intervenientes. Digamos pues aora que la naturaleza (como franca y fil despensera) siempre a hecho en el Mundo los hombres por aquel modelo de Adán, que fue el que Dios le dio al prin¬cipio, y ella no auia de tomarse tanta licencia, que de nue¬vo quisiese inventar, nuevas, y estrañas formas de hombres, para que su Maestro mayor las matizase con el anima ra¬cional. Y deste descomedimiento, y licencia acusa á la na¬turaleza el que afirma aver en el Mundo Reyno, ó Provin¬cia, ó Comarca de gentes semejantes, y de tanta monstruo¬sidad como las contenidas en el Capitulo precedente.
No podemos (ni devemos negar) que aya auido (y aya) en el Mundo partos monstruosísimos de que se ayan visto disformidades horribles, mas los tales defectos anse de poner á cuenta de los materiales en aquella obra intervi- niente (como digimos) los quales toma naturaleza por me¬dios para venir acer sus obras. Y para que se entienda me¬jor digo que ya sabemos ser los excrementos, paternos, y maternos, necesarios, y forzosos medios para la fabrica de la generación, y demás desto la olla uterina donde la tal decoccion se hace, y suele acontecer muchas veces que en el vano excremento (ó en ambos ó en la olla, ó en todos) ay algunas corrupciones, o super fluidades que acedan, y co¬rrompen aquella masa de tal manera que ace alterar el fin de la naturaleza, y proceder de alli una criatura sin pies, ó sin manos, ó sin cabeza, ó sin brazos, ó con dos cabezas, ó quatro brazos, ó dos cuerpos juntos, ó otras cosas semejan¬tes según es mas, ó menos la corrupción de los excrementos. Y de los tales defectos resultan los partos monstruosos, y expantables que se an visto, y se veen en el Mundo. Y de aquí ansi mesmo proceden parir una muger dos, y tres, y quatro, y mas hijos, porque huvo materia bastante para todo, como también vemos aver algunas esteriles; porque falta la copia de el excremento necesario, otras vemos ser esteriles con un marido, y con otro ser cadañeras en los partos, y otras sean visto parir un pedazo de carne sin for¬ma lo qual hizo naturaleza echar; por escusar la muerte de la muger que tal cosa hecho de manera que se deve dar la culpa de los partos monstruosos, á la superfluidad, ó co¬rrupción de la simiente generatriz. Pues sepamos aora seria ansi que auiendo Maria parido a Juan con dos cabezas ó quatro brazos, ó sin narices ó con solo un ojo. Y Ysabel ansi mesmo pareciese a Francisco, con las mismas monstruosida¬des (ó peores y diferentes) si este Juan monstruo se juntase con esta francisca monstruo; pregunto procederían de ellos otros monstruos tan feos, y abominables como son los que los engendraron? respondo que no; porque (como esta dicho) naturaleza siempre se esfuerza á hacerlo mejor, y si los di-chos se juntasen, ó Francisco no endraria (*) o ya que tuviese potencia, y abtitud para engendrar serian sin monstruosi¬dad los hijos, y según los que de ordinario nacen, sin que aquellas fealdades procedan adelante, y de esto no es menes¬ter mas prueva de que ya sean visto nacer hijos de padres mudos, y de padres ciegos y cojos, y otros defectos seme¬jantes, y los salir los hijos con aquella fealdad. Quanto me¬nos se deve creer que salgan los hijos de Francisca con seña¬les ni monstruosidades tan fuera de lo ordinario de nuestra naturaleza.
Otra causa no menos onesta podríamos dar para que en el Mundo pudiesse aver ávido los hombres tan fuera de or¬den ordinaria, y tan feos como son los que dexamos escri-
í1) engendraría.
tos. Que es decir que como los hombres de aquellos prime¬ros siglos fuesen tan torpes, y estuviesen tan ágenos de las leyes de la virtud, y de el temor, y conocimiento de Dios, y á solo su apetito tuviessen por Juez de sus obras y sus li¬bertades, les diessen por justas todas las cosas que sus vo¬luntades apeteciesen ternian torpes acesos con animales bru¬tos usando cada uno de ellos según su sexo, y como natu¬raleza no estaua cansada sino holgazana y retozona daria lugar aque de tan monstruosos, y abominables ayuntamien¬tos procediesen partos, los quales ternian compuestos de en-trambos simples de que se engendravan, y ansi sacarían fie-ras, y abominables figuras, y tan monstruosas, y adulteradas como nos las pintan los Autores antiguos, mas no se yo co¬mo pueda ser (que auiendo ya dado caso que pudiesen na¬cer en el Mundo semejantes monstruos) se pueda creer que de el aiuntamiento de estos unos con otros según sus sexos pudiese venir en aumento, y conservación sus feas, y abo-minables especies. Porque de que pueda ser suceder, y aber partos de tan sucios, y torpes aiuntamientos no se puede ne¬gar pues ansi de brutos como de racionales los avernos visto, y entendido. En la tierra y Provincia de Popayan fue cas¬tigada una Yndia, porque parió de un perro, y en aquel par- par¡0 ^ ^uger to se mostro mas agente el padre que la desalmada madre. L.ma. ansj qUe sean vjsto en Mundo, mulas paridas (á lo menos en Antequera siendo yo muchacho vide una de Antón Gar¬cía Pascual; parida de una cria sin nombre, y en la Ciudad de los Reyes en este Piru parió otra la de el Doctor Juan de
la Roca) aquestos partos no son de padre Mulos sino de Cauallos, y se tienen por de no menos admiración que los demás monstruos que se dice aver en el Mundo. Mas, ya que consintamos que de aiuntamiento, y coytos tan sucios, y torpes ayan nacido, y comenzado los monstruos dichos; sepamos de donde les vino (ó de qual de los oficiales de su engendracion sacaron) el no tener narices sino unos peque¬ños agugeros, y por aquellos sustentarse con solo el olor, y los otros que con solo el bacho, y vapor de las carnes cocidas se sustentauan, pues es cosa clara, que ninguna criatura (na¬tural, y humanamente) no se puede sustentar ni bibir sin comer, y dar á el estomago manjares para sustentar el indi¬viduo común á todo animal en suma digo (por el respeto de los que lo escriven) que en antiquísimo tiempo (mien¬tras duro en la naturaleza aquella primitiua lozanía) los deuio de auer, y de alli se tomo la noticia que asta aora se conserva mas que despues que se fue cansando, puso punto en el proceder de tal linage de criaturas, que si ellas fueron tales quales nos las pintan, yo quiero sentir con Pomponio Mela, no auer sido racionales sino brutos. No podemos ne¬gar auer auido en el Mundo Pigmeos, y Sathiros; por que de los unos da testimonios el Propheta Ecechiel hablando con la Ciurt’ de Tiro. Y de los otros Sant Geronimo en la vida de Sant Pablo primero hermitaño, y aun que la de los Pigmeos es arta monstruosidad; por ser de tan corta vida, y estatura, no es tanta como la que de los demás se dice. Lo de los Sátiros (o Phaunos que todo es uno) tengo yo para mi ser hijos procreados de tales adulterinos aiuntamientos como los que dejamos dichos, por la mucha barbaridad de los naturales de aquellas partes donde nos dicen auerse alia¬do porque si aora los uviera tanta noticia se tuviera de ellos como se tiene de las demás gentes que abitan en el Monte, Athlante de Aphrica (donde quieren los historiadores que los ayan) menos los ay en toda la gran Yndia Oriental ni el Septentrión, pues en la parte Austral, y tierra no cono¬cida lo mesmo será, que en lo demás de el Mundo visto ya, y tratado por nros Españoles Portugueses Catalanes Bizcay- nos, y Castellanos, cuyos valores an bastado á contratar y tener en poco los peligros conque largos, y anchos mares amenazan á los hombres. No querría que el auer seguido la historia de los monstruos huviese criado en mi proceder al¬guna monstruosidad, y recogendo mi pluma de la digrecíon hecha tomare el punto de el mas notable de lo ultimo que dejamos escrito en el Capitulo 18 de nra segunda parte que es la temprana muerte de el Magno Alexandro, en el lugar, y tiempo que dejamos señalado. Desde el qual todo lo co¬nocido de el Mundo (de que ya este valeroso Principe te¬nia en el mando) se comenzo a governar por diferentes Se¬ñores quedándose con cada Provincia aquel en cuyo govier- no la tenia Alexandro puesta. Arideo se alzó con la Mace- donia Antigono con Assia, Celeuco Nicanor con Siria, Pto¬lomeo el gran priuado de Alexandro se quedo con Egipto, y sus descendientes lo poseieron duración de 288 años. Este tomando el cuerpo de el muerto Rey lo sepulto onorosa- mente en Alexandria. Nuestra España estaua en estos tiem¬pos oprimida de los Cartagineses, que ya se pretendían hacer Señores, de lo mas, y mejor de ella de lo qual imbidiosos los Romanos comenzaron por otra parte a pretenderla como á eredad sin dueño qual lo estuvo nuestra España aquel ínter Regno, que duró por espacio 882 años durante el qual sub- cedieron cosas notables, no esta a mi cargo el escriuirlas y ansi pasare con mi historia adelante.
Cap. 3.-de la obscuridad en que estaua el uniberso antes de el nacimiento de Christo y de Santa venida á el Mundo y lo que en ella subcedio i los Y dolos.
Cosa natural es (y muy conocida de los que en ello atienden) que dos oras antes que amanezca las tinieblas de la noche están mas densas, y obscuras que en todo lo de- mas de ella, la natural causa de esto es (salvo mejor juicio) que como la noche no sea otra cosa que la sombra que hace la tierra interpuesta entre nra vista, y el Sol, quando declina vienen hacia el Oriente amontonados los vapores frios, y hú¬medos (que la misma noche a criado) huyendo a mas andar de su opuestos contrarios, los rayos de el Sol calidos, y secos, y encontrándose estos fugitiuos vapores, y mezclándose con los que están de asiento forman en la media región de el ayre un velo espeso que aun aquella escasa lumbre que de las estrellas, y Cielo viene á la tierra, la escasean mas, y le ocupan con su condensado cuerpo el paso de hacer ál Mun¬do aquel beneficio asta que ya llegan las repercusiones de los rayos solares (que es lo que llamamos el alúa) y como vencedores se apoderan de el Emispherio, y a esto sigue lue¬go el Sol, que es la potissima, y sola causa de el dia. Tal sub- cedio en este uniberso á los olvidadizos hijos de Adán, que como abundaua en el Mundo la malicia se yba a mas, y mas andar resfriándose la caridad, y ansi aquestos años últimos de quien vamos ablando, estauan mas notablemente escu- recidos, y negros con los amontonados vapores de los vicios, ambiciones, y Ydolatrias; porque el Principe de las tinieblas (como Judiciario experto) yva sospechando por congeturas que se acercaua ya la gloriosissima venida de el verdadero Sol de Justicia, cuya diuina claridad auia de anular, y reba¬tir su escura potencia, y echado fuera de aquello en que el estaua encastillado, y con tal sospecha andaua como León rauioso haciendo mortales presas en las animas de los mor¬tales, y a fuerza de sus persuaciones, y fantasticas charla¬tanerías, tenia, ya á el Mundo escurecido, y tenebroso con la obscuridad, y tiniebla de la adoracion de los Ydolos, y era esto en tanto grado que aun aquel pequeño pegujar de la cassa de Ysrrael (eredad de el Señor, que solia dar frutos de la retención de el temor, y amor reverencia, y veneración de su sacrosanto nombre) andaua ya claudicando de un ye¬ro en otro tomando nuebas sectas, y nuebas opiniones. Ya a el testamento, y escripturas, (tanto de sus pasados vene¬radas, y entendidas) querían dar nuebas inteligencias, y te¬niendo sus sentencias por obscuras (por estarlo sus animas y tratado por nro” Españoles Portugueses Catalanes Bizcay- nos, y Castellanos, cuyos valores an bastado á contratar y tener en poco los peligros conque largos, y anchos mares amenazan á los hombres. No querria que el auer seguido la historia de los monstruos huviese criado en mi proceder al-guna monstruosidad, y recogendo mi pluma de la digrecion hecha tomare el punto de el mas notable de lo ultimo que dejamos escrito en el Capitulo 18 de nr” segunda parte que es la temprana muerte de el Magno Alexandro, en el lugar, y tiempo que dejamos señalado. Desde el qual todo lo co¬nocido de el Mundo (de que ya este valeroso Principe te¬nia en el mando) se comenzo a governar por diferentes Se¬ñores quedándose con cada Provincia aquel en cuyo govier- no la tenia Alexandro puesta. Arideo se alzó con la Mace- donia Antigono con Assia, Celeuco Nicanor con Siria, Pto¬lomeo el gran priuado de Alexandro se quedo con Egipto, y sus descendientes lo poseieron duración de 288 años. Este tomando el cuerpo de el muerto Rey lo sepulto onorosa- mente en Alexandria. Nuestra España estaua en estos tiem¬pos oprimida de los Cartagineses, que ya se pretendian hacer Señores, de lo mas, y mejor de ella de lo qual imbidiosos los Romanos comenzaron por otra parte a pretenderla como á eredad sin dueño qual lo estuvo nuestra España aquel inter Regno, que duró por espacio 882 años durante el qual sub- cedieron cosas notables, no esta a mi cargo el escriuirlas y ansi pasare con mi historia adelante.
Cap. 3.-de la obscuridad en que estaua el uniberso antes de el nacimiento de Christo y de Santa venida á el Mundo y lo que en ella subcedio á los Ydolos.
Cosa natural es (y muy conocida de los que en ello atienden) que dos oras antes que amanezca las tinieblas de la noche están mas densas, y obscuras que en todo lo de- mas de ella, la natural causa de esto es (salvo mejor juicio) que como la noche no sea otra cosa que la sombra que hace la tierra interpuesta entre n™ vista, y el Sol, quando declina vienen hacia el Oriente amontonados los vapores fríos, y hú¬medos (que la misma noche a criado) huyendo a mas andar de su opuestos contrarios, los rayos de el Sol calidos, y secos, y encontrándose estos fugitiuos vapores, y mezclándose con los que están de asiento forman en la media región de el ayre un velo espeso que aun aquella escasa lumbre que de las estrellas, y Cielo viene á la tierra, la escasean mas, y le ocupan con su condensado cuerpo el paso de hacer ál Mun¬do aquel beneficio asta que ya llegan las repercusiones de los rayos solares (que es lo que llamamos el alúa) y como vencedores se apoderan de el Emispherio, y a esto sigue lue¬go el Sol, que es la potissima, y sola causa de el dia. Tal sub- cedio en este uniberso á los olvidadizos hijos de Adán, que como abundaua en el Mundo la malicia se yba a mas, y mas andar resfriándose la caridad, y ansi aquestos años últimos de quien vamos ablando, estauan mas notablemente escu- recidos, y negros con los amontonados vapores de los vicios, ambiciones, y Ydolatrias; porque el Principe de las tinieblas (como Judiciario experto) yv3 sospechando por congeturas que se acercaua ya la gloriosissima venida de el verdadero Sol de Justicia, cuya diuina claridad auia de anular, y reba¬tir su escura potencia, y echado fuera de aquello en que el estaua encastillado, y con tal sospecha andaua como León rauioso haciendo mortales presas en las animas de los mor¬tales, y a fuerza de sus persuaciones, y fantasticas charla¬tanerías, tenia, ya á el Mundo escurecido, y tenebroso con la obscuridad, y rinlebla de la adoracion de los Ydolos, y era esto en tanto grado que aun aquel pequeño pegujar de la cassa de Ysrrael (eredad de el Señor, que solia dar frutos de la retención de el temor, y amor reverencia, y veneración de su sacrosanto nombre) andaua ya claudicando de un ye¬ro en otro tomando nuebas sectas, y nuebas opiniones. Ya á el testamento, y escripturas, (tanto de sus pasados vene¬rad as, y entendidas) querían dar nuebas inteligencias, y te¬niendo sus sentencias por obscuras (por estarlo sus animas con los vicios) temerariamente se ponían a interpretarlas dándoles el sentido conforme á sus estragados gustos, y ansi en la tierra de Judea, auia ya sectarios de varias opiniones como la nota Josepho en su Bello Judayco residían en esta Provincia los Saduceos, y los Esceos, y despues (casi 70 años antes de la venida de Christo á el Mundo) se levantaron los Phariseos hinchendo de tinieblas el Cielo, y condensando aquellas que primero auia de manera que la verdadera ob¬servancia de la ley dada por Dios en muy pocos lugares era ya guardada con la entereza que se deuia todo estaua obscu¬ro, todo horrible, todo espantoso, todos andauan en sombra de muerte, y en toda parte estaua interpuesto entre los hombres, y el Cielo, un espeso, y endurecido nublado for¬mando de la natural malicia de los hombres, y aiudado de la del Principe de las tinieblas que como fugitivo ya (con el temor de su daño) dañaua quanto podia (y podia mucho) por aliar dispuesta la materia para acer daño. Mas quando llegó el tiempo determindo en el Sacro Santo Conclaui de el eterno consistorio comenzaron aparecer en el Mundo efectos clarisissimos de el rutilante Sol, que en el se esperaua porque auiendose concluido las reñidas pendencias (que el Emperador Octauiano Agusto auia tenido con los fieros cantabros) y estando dando fin a aquellas guerras que es-candalizaron, y atemorizaron el Mundo, fueron cerradas las puertas de Jano en Roma en señal de la paz en que bibia el Ymperio, indicios claros de la presta venida de el Rey pa¬cifico deseado de las gentes Christo Redemptor y Señor nuestro, el qual nació de el sacro santo, y purissimo vientre de la beatissima Maria hija de el Sancto Joachin, y Ana su ligitima madre de el claro linage de el Patriarca Judas (uno de los doce hijos de el Santo Jacob) y por linea derecha de la sangre de David catorceno nieto de el Principe de los Pa¬triarcas Abrahan. Esto es según la carne porque en lo demás quien bastara contar su generación? Si no confesarlo por unigénito hijo de Dios, y mayorazgo de la eternidad. Nació este Sacro Santo Pontífice (revestido de nuestra humana carne) en la real Ciudad de Betlem, y según las mas común cuenta de los escriptores cinco mil, y ciento, y noventa y nuebe años despues de la creación de el Mundo, y 1052 des¬pues de la fundación de Roma en el año 42 de el Ymperio de Octauiano Agusto Emperador primero de el pueblo Ro¬mano, fue concebido nuestro Redemptor y Maestro Jesu- christo, por obra marauillosa de el Spiritu Santo siendo la Santissima Virgen desposada con el Santo, y virgen Joseph vecinos beatissimos de la Ciud de Nazaret de Galilea. Nació en el curso de la noche (quan todo el Mundo estaua en si¬lencio) en 25 dias de el mes de Diciembre. En la fausta, y felicissima ora de su bien benido nacimiento, enmudeció el Demonio, y perdieron el movimiento, y habla; los mas in-signes oráculos de que la ciega gentilidad usaba, las palomas negras de los Alcornoques de Dodona en la Provincia de Egipto callaron sin poder dar respuesta ni buelo con gran mengua de Júpiter patrón suyo. Enmudeció también la Virgen Pithia que daua en Delphos la respuestas equivocas (que siendo efectos de el Demonio injustamente los apli- cauan á Apolo) cesaron las mentiras que hechauan de si las escuras cuebas de Tracia en los Pueblos Ligirios, y en aquel Oráculo de los Philisteos en la Ciudad de Acharon dexó de dar sus respuestas Belcebúi (a quien tuvieron por Principe de los Demonios) y aquella cabeza (contrahecha á la de Bacco) colocada en Lesbos de donde el Demonio respondía cayo de su estado en el suelo sin que la Magica (que ense- ñaua á los Mitilinos) le valiese. Enmudeció también la pie-dra, y estatua de el Pharaon Amanophis, que a el apuntar de el Sol daua sus respuestas. Cesó la fuerza de la piedra Yman que sustantaua en el ayre la estatua de acero de el Dios Se- rapis, y dio para siempre en el suelo sin que mas pudiesse en¬gañar á las gentes. El Demonio venerado de los campestres, y rústicos con titulo y nombre de Dios pan se despidió esta noche santissima de sus sectarios desengañándolos con su sú¬bita cayda. Aquel templo fabricado en Roma en honra de la paz, y con titulo de eterno, cayo en tierra por auerse cum- con los vicios) temerariamente se ponian a interpretarlas dándoles el sentido conforme á sus estragados gustos, y ansi en la tierra de Judea, auia ya sectarios de varias opiniones como la nota Josepho en su Bello Judayco residían en esta Provincia los Saduceos, y los Esceos, y despues (casi 70 años antes de la venida de Christo á el Mundo) se levantaron los Phariseos hinchendo de tinieblas el Cielo, y condensando aquellas que primero auia de manera que la verdadera ob¬servancia de la ley dada por Dios en muy pocos lugares era ya guardada con la entereza que se deuia todo estaua obscu¬ro, todo horrible, todo espantoso, todos andauan en sombra de muerte, y en toda parte estaua interpuesto entre los hombres, y el Cielo, un espeso, y endurecido nublado for¬mando de la natural malicia de los hombres, y aiudado de la del Principe de las tinieblas que como fugitivo ya (con el temor de su daño) dañaua quanto podia (y podia mucho) por aliar dispuesta la materia para acer daño. Mas quando llegó el tiempo determindo en el Sacro Santo Conclaui de el eterno consistorio comenzaron aparecer en el Mundo efectos clarisissimos de el rutilante Sol, que en el se esperaua porque auiendose concluido las reñidas pendencias (que el Emperador Octauiano Agusto auia tenido con los fieros cantabros) y estando dando fin a aquellas guerras que es¬candalizaron, y atemorizaron el Mundo, fueron cerradas las puertas de Jano en Roma en señal de la paz en que bibia el Ymperio, indicios claros de la presta venida de el Rey pa¬cifico deseado de las gentes Christo Redemptor y Señor nuestro, el qual nació de el sacro santo, y purissimo vientre de la beatissima Maria hija de el Sancto Joachin, y Ana su ligitima madre de el claro linage de el Patriarca Judas (uno de los doce hijos de el Santo Jacob) y por linea derecha de la sangre de David catorceno nieto de el Principe de los Pa¬triarcas Abrahan. Esto es según la carne porque en lo demás quien bastara contar su generación? Si no confesarlo por unigénito hijo de Dios, y mayorazgo de la eternidad. Nació este Sacro Santo Pontífice (revestido de nuestra humana carne) en la real Ciudad de Betlem, y según las mas común cuenta de los escriptores cinco mil, y ciento, y noventa y nuebe años despues de la creación de el Mundo, y 1052 des¬pues de la fundación de Roma en el año 42 de el Ymperio de Octauiano Agusto Emperador primero de el pueblo Ro¬mano, fue concebido nuestro Redemptor y Maestro Jesu- christo, por obra marauillosa de el Spiritu Santo siendo la Santissima Virgen desposada con el Santo, y virgen Joseph vecinos beatissimos de la Ciud de Nazaret de Galilea. Nació en el curso de la noche (quan todo el Mundo estaua en si¬lencio) en 25 dias de el mes de Diciembre. En la fausta, y felicissima ora de su bien benido nacimiento, enmudeció el Demonio, y perdieron el movimiento, y habla; los mas in¬signes oráculos de que la ciega gentilidad usaba, las palomas negras de los Alcornoques de Dodona en la Provincia de Egipto callaron sin poder dar respuesta ni buelo con gran mengua de Júpiter patrón suyo. Enmudeció también la Virgen Pithia que daua en Delphos la respuestas equivocas (que siendo efectos de el Demonio injustamente los apli- cauan á Apolo) cesaron las mentiras que hechauan de si las escuras cuebas de Tracia en los Pueblos Ligirios, y en aquel Oráculo de los Philisteos en la Ciudad de Acharon dexó de dar sus respuestas Belcebut (a quien tuvieron por Principe de los Demonios) y aquella cabeza (contrahecha á la de Bacco) colocada en Lesbos de donde el Demonio respondia cayo de su estado en el suelo sin que la Magica (que ense- ñaua á los Mitilinos) le valiese. Enmudeció también la pie¬dra, y estatua de el Pharaon Amanophis, que a el apuntar de el Sol daua sus respuestas. Cesó la fuerza de la piedra Yman que sustantaua en el ayre la estatua de acero de el Dios Se- rapis, y dio para siempre en el suelo sin que mas pudiesse en¬gañar á las gentes. El Demonio venerado de los campestres, y rústicos con titulo y nombre de Dios pan se despidió esta noche santissima de sus sectarios desengañándolos con su sú¬bita cayda. Aquel templo fabricado en Roma en honra de la paz, y con titulo de eterno, cayo en tierra por auerse cum- piído el termino asignado á su duración como dice Sant An¬tonio de Florencia que fue asta que pariesse una Virgen.
Cesaron finalmente estos, y otros engaños que el De¬monio tenia puestos para (engañar á los hombres como lo nota Porfireo (aunque contrario á nuestra santa Religión) y Lucano varón gentil (que por ser tales son mas fuertes testigos contra sus mismas vanidades). Echado fue el De¬monio de aquellos lugares que asta la venida de este Principe de la paz pacificamente poseya, y como sea naturalmente enemigo de los hombres, y no aya quietud, en sus asechan¬zas, vistose priuado de aquellos lugares donde le adorauan juntó sus fuerzas, y fuelos a buscar en otras partes de el Mundo donde aunque (con su infernal pena a cuestas) no dejaua de dañar y dañaua de nuebo como ofendido y pisa¬do, y como imbidioso potente, y entre las demás partes de el Mundo donde cargo la mano con sus engaños, y planto su culto, y veneración (sin contradicción de opositor) fue una en nuestras Yndias Occidentales de quien auemos tra¬tado, y entre nuestros Yndianos Ophiritas á los quales de dia en dia, y de punto en punto, yva mas, y mas empecien¬do sembrando entre ellos la semilla de su perdición, y la en¬marañada cisaña a fin de que enmarañados en ella sus cuer¬pos bajasen sus animas á los Ynfiernos.
De la manera que dejamos escrito en los Capítulos pre¬cedentes yban hinchendo este nuebo Mundo de las Yndias estos naturales de ellas apartándose cada dia mas los unos de los otros asta venir a que cada casa tenia su ley por, su juez por si, y su lengua por si y casi de ordinario una casa (2) guerra, y contradicion con otra nacida de muy liuiana oc- cassion (como lo dejamos notado) y porque esta variedad, y multitud de lenguages que ay y se alia en estas nuestras Yndias es una cosa digna de gran consideración me parece será apacible á los curiosos lectores una poca de platica so¬bre las causas naturales, y morales que en este caso se pu¬dieren considerar según e podido colegir de Yndios antiguos
(*) una causa de guerra?
y según la capacidad que en ellos se halla dignos de ser te¬nidos por curiosos. Ya dejamos notadas las fáciles, y liuia- nas occasiones que tomauan para mover las armas, y enemis¬tades los unos contra los otros, y la libertad que se dauan para creer y aumentar sus familias en numero bastante pa¬ra conserbarse y esto presupuesto es cosa cierta que quando por odios muy arraigados se apartauan los unos de los otros, y se negauan el trato, y conversación, procuraua cada fa¬milia con toda su fuerza y estudio, no nombrar las cosas usuales por aquellos vocablos, y términos que sus enemigos, y contrarios las nombravan, y para esto inventauan voces significatiuas á su voluntad, y en estas instruían á sus me¬nores, y como no tenia negocios en que ocupar las memo¬rias allauan las (para este menester) promptas, y tenaces de manera que el nombre que una vez ponian á la cosa, jamas se les olvidaua, y de aqui saltó esta inbencion de vocablos á estenderse mas, y fueron imbentando nombres, y verbos (di¬ferentes los unos de los otros) y huvo lugar el poderse ha¬cer esto, porque no tenian ni usaban muy numeroso copia de vocablos sino aquellos solamente con que se podian entre si entender en los negocios caseros de aqui vino (por discur¬so de tiempo) que juntándose los de una lengua nuevamen¬te inventada con otros de otra también nueba hacian de entrambas un compuesto que de todo punto adulteraua de la una y de la otra, y se podia ya llamar lengua tercera, y distinta de las dos sus primitivas, y esto no se hacia ni pa- saua en sola una Provincia, ni en sola una familia sino ge¬neralmente, y cada familia por si procuraua (como dicho es) diferenciase en lengua de aquellos que se diferenciauan en combersacion y trato. Pueblos, y naciones, ay oy dia en estas nuestras Yndias que verifican lo que primero digimos que procurauan bibir apartados de las demás familias, y uno de ellos podremos nombrar aqui, que es Olmos en estos lla¬nos de el Piru donde (aun oy dia) se están sus naturales con la inclinación, y uso de buscar vocablos nuebos, y usar de ellos; para que los demás Pueblos no los entienda, y para plido el termino asignado á su duración como dice Sant An¬tonio de Florencia que fue asta que pariesse una Virgen.
Cesaron finalmente estos, y otros engaños que el De¬monio tenia puestos para^engañar á los hombres como lo nota Porfireo (aunque contrario á nuestra santa Religión) y Lucano varón gentil (que por ser tales son mas fuertes testigos contra sus mismas vanidades). Echado fue el De¬monio de aquellos lugares que asta la venida de este Principe de la paz pacificamente poseya, y como sea naturalmente enemigo de los hombres, y no aya quietud, en sus asechan¬zas, vistose priuado de aquellos lugares donde le adorauan juntó sus fuerzas, y fuelos a buscar en otras partes de el Mundo donde aunque (con su infernal pena a cuestas) no dejaua de dañar y dañaua de nuebo como ofendido y pisa¬do, y como imbidioso potente, y entre las demás partes de el Mundo donde cargo la mano con sus engaños, y planto su culto, y veneración (sin contradicción de opositor) fue una en nuestras Yndias Occidentales de quien auemos tra¬tado, y entre nuestros Yndianos Ophiritas á los quales de dia en dia, y de punto en punto, yva mas, y mas empecien¬do sembrando entre ellos la semilla de su perdición, y la en¬marañada cisaña a fin de que enmarañados en ella sus cuer¬pos bajasen sus animas á los Ynfiernos.
De la manera que dejamos escrito en los Capítulos pre¬cedentes yban hinchendo este nuebo Mundo de las Yndias estos naturales de ellas apartándose cada dia mas los unos de los otros asta venir a que cada casa tenia su ley por, su juez por si, y su lengua por si y casi de ordinario una casa (*) guerra, y contradicion con otra nacida de muy liuiana oc- cassion (como lo dejamos notado) y porque esta variedad, y multitud de lenguages que ay y se alia en estas nuestras Yndias es una cosa digna de gran consideración me parece será apacible á los curiosos lectores una poca de platica so¬bre las causas naturales, y morales que en este caso se pu¬dieren considerar según e podido colegir de Yndios antiguos
(x) una causa de guerra?
y según la capacidad que en ellos se halla dignos de ser te¬nidos por curiosos. Ya dejamos notadas las fáciles, y liuia- nas occasiones que tomauan para mover las armas, y enemis¬tades los unos contra los otros, y la libertad que se dauan para creer y aumentar sus familias en numero bastante pa¬ra conserbarse y esto presupuesto es cosa cierta que quando por odios muy arraigados se apartauan los unos de los otros, y se negauan el trato, y conversación, procuraua cada fa¬milia con toda su fuerza y estudio, no nombrar las cosas usuales por aquellos vocablos, y términos que sus enemigos, y contrarios las nombravan, y para esto inventauan voces significatiuas á su voluntad, y en estas instruian á sus me¬nores, y como no tenia negocios en que ocupar las memo¬rias allauan las (para este menester) promptas, y tenaces de manera que el nombre que una vez ponian á la cosa, jamas se les olvidaua, y de aqui saltó esta inbencion de vocablos á estenderse mas, y fueron imbentando nombres, y verbos (di¬ferentes los unos de los otros) y huvo lugar el poderse ha¬cer esto, porque no tenian ni usaban muy numeroso copia de vocablos sino aquellos solamente con que se podian entre si entender en los negocios caseros de aqui vino (por discur¬so de tiempo) que juntándose los de una lengua nuevamen¬te inventada con otros de otra también nueba hacian de entrambas un compuesto que de todo punto adulteraua de la una y de la otra, y se podia ya llamar lengua tercera, y distinta de las dos sus primitivas, y esto no se hacia ni pa- saua en sola una Provincia, ni en sola una familia sino ge¬neralmente, y cada familia por si procuraua (como dicho es) diferenciase en lengua de aquellos que se diferenciauan en combersacion y trato. Pueblos, y naciones, ay oy dia en estas nuestras Yndias que verifican lo que primero digimos que procurauan bibir apartados de las demás familias, y uno de ellos podremos nombrar aqui, que es Olmos en estos lla¬nos de el Piru donde (aun oy dia) se están sus naturales con la inclinación, y uso de buscar vocablos nuebos, y usar de ellos; para que los demás Pueblos no los entienda, y para comprar que la mistura de lenguas hace adulterar de las que fueron primitivas, egemplos muy claros nos ofrece este Piru, en aquellas naciones que los Yngas sacauan de sus Pro¬vincias donde eran naturales, y los hacian poblar entre otras naciones, que alli mezclando sus vocablos con los naturales vocablos de aquella tierra donde eran trasplantados los unos corrompian á los otros, y venia a quedar entre ellos en uso un lenguaje que ni los de la tierra de donde auian salido los podían entender, ni aquellos naturales entre quien morauan tan poco los entendían; porque (como dicho queda) de dos lenguas se hacia otra tercera distinta de ambas bien ansi co¬mo quando el pintor junta color amarilla con azul que de tal mistura resulta color verde distinta de entrambas; ansi se yban haciendo estas misturas, y eran tan frequentes, y or¬dinarios estos truecos cambios, y recambios, misturas, y co¬ligaciones, que se puede presumir no auer durado entre es¬tos 100 años ninguna lengua con aquella entereza, y modo con que fue inbentada, y conociendo los Reyes Yngas esto que acabamos de escrevir mandaron que se usase una lengua general, y que en ella no se admitiesse mistura ninguna, y aun con todo eso (despues aca que ellos cesaron) sean in¬troducido un millón de corrupciones, y en algunas partes de el Piru esta ya casi alterada y hecha otra lengua. Esta es la causa que yo siento (salvo mejor juicio) de la variación de tantos, y tan distintos lenguages; quien mas supiere me¬ta su suerte en la urna pues quedara abierta la puerta para reciuir opiniones en esta materia.
Cap. 4. – de como los Yndios repartieron, entre si toda la tierra, y de las causas de no llover en los llanos de el Piru, y de las condiciones, y complexiones de los Yndios, y otras curiosidades, y secretos natu¬rales.
La infinita copia de gentes (que en discurso de largos años) en este nuebo Mundo se propago, era tanta que apenas quedo en el rincón (por oculto, y remoto que estuviesse) que de los naturales no fuesse buscado, y hallado, y poblado, y aunque conforme á buena razón, en los principios de su entrada no hiciesen caudal de qualquiera tierra para sem¬brar sus labranzas sino de la muy estremada, y de los tem¬ples solo el muy begnino, y sano se abitasse vino a tanta copia la multiplicación de las gentes, y dieron tal saco mano á este pedazo de Mundo, que no faltauan ya hombres para las tierras sino tierras para los hombres, y era la causa que como digimos no se hacia casso sino la estremada y apacible no estimauan por buena la tierra sembrada una vez sin que primero no huviesse holgado tiempo de 10 años hasta que de todo punto se vinieron á estrechar tanto que les fue for¬zoso tener cada uno conocida su suerte, y pago de tierra para sembrar (cosa que jamas entre sus pasados uso) y lue¬go que entre ellos se introdujo el conocimiento de eredades, y tierras propias vino a tanto estremo que la mas remota montaña de los Andes por húmeda y montuosa que fuese, y el mas pelado cerro de los Paramos por más riscoso que se mostrase, y el mas seco arenal de los llanos, por mas abra¬sado que el Sol lo tuviesse donde (a nuestro parecer) ni con lo uno ni con lo otro nadie jamas tuvo cuenta por su este¬rilidad, y mala disposición fue repartido, y tuvo dueño, y nombre propio sin que huviesse palmo de tierra por dese-chado que fuesse que se pudiesse llamar baldío, y lo mismo podremos decir de las fuentes, lagos, lagunas y rios que aun¬que de principio fueron comunes, y todo de todos despues tuvieron dueños propios, y por defender cada uno su parte acaecía entre ellos moverse muchas y muy reñidas penden¬cias, y guerras con muertes, y derramamientos de sangre. Varios fueron los temples que en este gran Reyno yban alian do sus primeros moradores (como también lo son aora) y los mas notables fueron tres, y cada uno de estos infunde en sus naturales las complexiones, y inclinaciones confor¬mes á el mismo temperamento de aquella región, y para mejor darlo á entender digamos que el lado, y parte que de comprar que la mistura de lenguas hace adulterar de las que fueron primitivas, egemplos muy claros nos ofrece este Piru, en aquellas naciones que los Yngas sacauan de sus Pro¬vincias donde eran naturales, y los hacian poblar entre otras naciones, que alli mezclando sus vocablos con los naturales vocablos de aquella tierra donde eran trasplantados los unos corrompian á los otros, y venia a quedar entre ellos en uso un lenguaje que ni los de la tierra de donde auian salido los podian entender, ni aquellos naturales entre quien morauan tan poco los entendian; porque (como dicho queda) de dos lenguas se hacia otra tercera distinta de ambas bien ansi co¬mo quando el pintor junta color amarilla con azul que de tal mistura resulta color verde distinta de entrambas; ansi se yban haciendo estas misturas, y eran tan frequentes, y or¬dinarios estos truecos cambios, y recambios, misturas, y co-ligaciones, que se puede presumir no auer durado entre es¬tos 100 años ninguna lengua con aquella entereza, y modo con que fue inbentada, y conociendo los Reyes Yngas esto que acabamos de escrevir mandaron que se usase una lengua general, y que en ella no se admitiesse mistura ninguna, y aun con todo eso (despues aca que ellos cesaron) sean in-troducido un millón de corrupciones, y en algunas partes de el Piru esta ya casi alterada y hecha otra lengua. Esta es la causa que yo siento (salvo mejor juicio) de la variación de tantos, y tan distintos lenguages; quien mas supiere me¬ta su suerte en la urna pues quedara abierta la puerta para reciuir opiniones en esta materia.
Cap. 4. – de como los Yndios repartieron, entre si toda la tierra, y de las causas de no llover en los llanos de el Piru, y de las condiciones, y complexiones de los Yndios, y otras curiosidades, y secretos natu¬rales.
La infinita copia de gentes (que en discurso de largos años) en este nuebo Mundo se propago, era tanta que apenas quedo en el rincón (por oculto, y remoto que estuviesse) que de los naturales no fuesse buscado, y hallado, y poblado, y aunque conforme á buena razón, en los principios de su entrada no hiciesen caudal de qualquiera tierra para sem¬brar sus labranzas sino de la muy estremada, y de los tem¬ples solo el muy begnino, y sano se abitasse vino a tanta copia la multiplicación de las gentes, y dieron tal saco mano á este pedazo de Mundo, que no faltauan ya hombres para las tierras sino tierras para los hombres, y era la causa que como digimos no se hacia casso sino la estremada y apacible no estimauan por buena la tierra sembrada una vez sin que primero no huviesse holgado tiempo de 10 años hasta que de todo punto se vinieron á estrechar tanto que les fue for¬zoso tener cada uno conocida su suerte, y pago de tierra para sembrar (cosa que jamas entre sus pasados uso) y lue¬go que entre ellos se introdujo el conocimiento de eredades, y tierras propias vino a tanto estremo que la mas remota montaña de los Andes por húmeda y montuosa que fuese, y el mas pelado cerro de los Paramos por más riscoso que se mostrase, y el mas seco arenal de los llanos, por mas abra¬sado que el Sol lo tuviesse donde (a nuestro parecer) ni con lo uno ni con lo otro nadie jamas tuvo cuenta por su este¬rilidad, y mala disposición fue repartido, y tuvo dueño, y nombre propio sin que huviesse palmo de tierra por dese-chado que fuesse que se pudiesse llamar baldio, y lo mismo podremos decir de las fuentes, lagos, lagunas y rios que aun¬que de principio fueron comunes, y todo de todos despues tuvieron dueños propios, y por defender cada uno su parte acaecía entre ellos moverse muchas y muy reñidas penden¬cias, y guerras con muertes, y derramamientos de sangre. Varios fueron los temples que en este gran Reyno yban alian do sus primeros moradores (como también lo son aora) y los mas notables fueron tres, y cada uno de estos infunde en sus naturales las complexiones, y inclinaciones confor¬mes á el mismo temperamento de aquella región, y para mejor darlo á entender digamos que el lado, y parte que de este nuebo Mundo que va a caer sobre las vertientes á el mar de el Norte (que son las hijadas izquierdas de aquel gran Gigante que pintamos en el Capitulo 19 de la segunda parte) todo es calido, y húmedo. La parte contraria, y que cae sobre el Mar de Sur (a quien también llamamos hijadas de el lado derecho de aquel Gigante) es calido y seco, lo que queda en medio (que es lo que llamamos lomo, y espi¬nazo de el mismo corpulento gigante) es frío y seco aun-que en algunas partes corrige esta sequedad la cercania de la Región húmeda, y en otras la frialdad corrige y tempera la vecindad de la tierra calida mas en la parte que la una y la otra están lejanas es tan desenfrenado el frió, y tan in¬tensa la sequedad que las peñas están negras como si fueran de Azabache y la tierra audia y ierta sin dar lugar a que en ella pueda vivir cosa animada mas lo mas ordinario es ha¬llarse de tal manera con pasados todos estos temperamentos que hacen y constituyen un temple sano agradable grato a todo genero de hombres. Solo guarda mas precisamente el rigor de su temperamento este pedazo de Piru (a quien lla¬mamos llanos) de quien apuntamos algunas particularida¬des en los Capítulos de atras, y no me parece será sin pro¬posito poner en este lugar las causas naturales que se pu¬dieren rastrear para la continua sequedad que en el vemos pues es tanta que (en la distancia arriba referida) nosea visto jamas llover. Ya dejamos aueriguado en el Capitulo 15. de la segunda parte auer sido mar este pedazo de Reyno que llaman llanos, y presupuesta esta verdad digamos que la salcedine de el mar (aqui antes a posesionado) dejo esta parte tan falta de humedad que en ella no nace Arbol, ni yerva, ni cosa verde sino es en aquellos valles donde alcanzan las humedades, y crecientes que por los rios bajan de la sie¬rra que ya digimos como con las aguas que de ellas bajan á sus temporadas riegan los naturales las sementeras de que se sustentan, y como sea verdad que las plubias se forman en la primera y segunda Región de el ayre de los vapores que de la tierra alia suven, y de esta tierra (por su intensisima.
sequedad) y por su natural calor (por estar debajo la Tó¬rrida zona) no lebanta el Sol niebla ni vaporación alguna de que se pueda formar agua, y las nubes no la pueden dar de si sino le dan vapor de que hacerla (porque como dice Aristóteles la nube es una grosura formada de exalaciones que tiene fuerza de engendrar agua de ios vapores que en si recibe) y ansi si le falta la materia falta la nube en su efecto mayormente en la parte donde ni nubes ay ni exala¬ciones de que condensarse. Otra razón corre en estos llanos ayudante a corroborar lo que pretendemos, y aun por ven¬tura por si sola muy bastante para hacer que acontezca este milagro de naturaleza que vemos esta es que en toda la cos¬ta, y marina de este nro Piru desde lo mas alto de Chile que esta en 25 grados a la parte de el Polo Antartico hasta 6 ó 7 á la parte de el Artico siempre corre el viento Sur que es el Austro que (según Aristóteles) buelve el Cielo sereno auientando las nubes (aunque en nra España muestre lo con¬trario) y con el contino y ordinario curco que hace por esta Región (que por ser muy llana, y falta de montes no tiene lugar donde pierda su carrera, y fuerza) tiene arrin¬conadas las nubes aquosas en lo alto de las sierras sin darles espacio ni lugar que descarguen las pluvias de que están preñadas en todo el distrito que el corre, y por el consiguien¬te tiene arrinconado, y encogido á el húmedo viento Norte (nutridor de pluvias, y tempestades) para que no passe á la jurisdicion que el posee y quando mas puede llega asta pasar la linea equinocial (o poco mas) porque asta alli lo basto hacer llegar su porfia. Y algunas veces que los vientos Australes (que es el que llamamos Sur) an aflojado, y de- jadose vencer de los Nortes sus competidores an subcedido en las tierras donde an llegado tan inremediables daños quan- to deve ser buen testigo la Ciudad de Trugillo, y sus valles, y territorio es este Piru donde el año de 1576 en los últi¬mos tercios de el mes de Marzo (quanto el Sol se encomien- za á alejar de esta tierra acercándose al tropico de cáncer, y los vientos australes aflojan algún tanto su ordinaria por- este nuebo Mundo que va a caer sobre las vertientes á el mar de el Norte (que son las hijadas izquierdas de aquel gran Gigante que pintamos en el Capitulo 19 de la segunda parte) todo es calido, y húmedo. La parte contraria, y que cae sobre el Mar de Sur (a (Juien también llamamos hijadas de el lado derecho de aquel Gigante) es calido y seco, lo que queda en medio (que es lo que llamamos lomo, y espi¬nazo de el mismo corpulento gigante) es frió y seco aun¬que en algunas partes corrige esta sequedad la cercanía de la Región húmeda, y en otras la frialdad corrige y tempera la vecindad de la tierra calida mas en la parte que la una y la otra están lejanas es tan desenfrenado el frío, y tan in¬tensa la sequedad que las peñas están negras como si fueran de Azabache y la tierra audia y ierta sin dar lugar a que en ella pueda vivir cosa animada mas lo mas ordinario es ha¬llarse de tal manera con pasados todos estos temperamentos que hacen y constituyen un temple sano agradable grato a todo genero de hombres. Solo guarda mas precisamente el rigor de su temperamento este pedazo de Piru (a quien lla¬mamos llanos) de quien apuntamos algunas particularida¬des en los Capítulos de atras, y no me parece será sin pro¬posito poner en este lugar las causas naturales que se pu¬dieren rastrear para la continua sequedad que en el vemos pues es tanta que (en la distancia arriba referida) nosea visto jamas llover. Ya dejamos aueriguado en el Capitulo 15. de la segunda parte auer sido mar este pedazo de Reyno que llaman llanos, y presupuesta esta verdad digamos que la salcedine de el mar (aqui antes a posesionado) dejo esta parte tan falta de humedad que en ella no nace Arbol, ni yerva, ni cosa verde sino es en aquellos valles donde alcanzan las humedades, y crecientes que por los rios bajan de la sie¬rra que ya digimos como con las aguas que de ellas bajan á sus temporadas riegan los naturales las sementeras de que se sustentan, y como sea verdad que las plubias se forman en la primera y segunda Región de el ayre de los vapores que de la tierra alia suven, y de esta tierra (por su intensisima sequedad) y por su natural calor (por estar debajo la Tó¬rrida zona) no lebanta el Sol niebla ni vaporación alguna de que se pueda formar agua, y las nubes no la pueden dar de si sino le dan vapor de que hacerla (porque como dice Aristóteles la nube es una grosura formada de exalaciones que tiene fuerza de engendrar agua de los vapores que en si recibe) y ansi si le falta la materia falta la nube en su efecto mayormente en la parte donde ni nubes ay ni exala¬ciones de que condensarse. Otra razón corre en estos llanos ayudante a corroborar lo que pretendemos, y aun por ven¬tura por si sola muy bastante para hacer que acontezca este milagro de naturaleza que vemos esta es que en toda la cos¬ta, y marina de este nro Piru desde lo mas alto de Chile que esta en 25 grados a la parte de el Polo Antartico hasta 6 ó 7 á la parte de el Artico siempre corre el viento Sur que es el Austro que (según Aristóteles) buelve el Cielo sereno auientando las nubes (aunque en nr” España muestre lo con¬trario) y con el contino y ordinario curco que hace por esta Región (que por ser muy llana, y falta de montes no tiene lugar donde pierda su carrera, y fuerza) tiene arrin¬conadas las nubes aquosas en lo alto de las sierras sin darles espacio ni lugar que descarguen las pluvias de que están preñadas en todo el distrito que el corre, y por el consiguien¬te tiene arrinconado, y encogido á el húmedo viento Norte (nutridor de pluvias, y tempestades) para que no passe á la jurisdicion que el posee y quando mas puede llega asta pasar la linea equinocial (o poco mas) porque asta alli lo bssto hacer llegar su porfia. Y algunas veces que los vientos Australes (que es el que llamamos Sur) an aflojado, y de- jadose vencer de los Nortes sus competidores an subcedido en las tierras donde an llegado tan inremediables daños quan- to deve ser buen testigo la Ciudad de Trugillo, y sus valles, y territorio es este Piru donde el año de 1576 en los últi¬mos tercios de el mes de Marzo (quanto el Sol se encomien- za á alejar de esta tierra acercándose al tropico de cáncer, y los vientos australes aflojan algún tanto su ordinaria por¬fia) entraron con tanta victoria los Nortes con estos llanos y antecogeron tantas nubes ministras suyas cargadas de aguas que subcedio un diluvio no menor que el muy cele¬brado de Tesalia ó otro cualquiera que aya subcedido en el Mundo, y fue tan empecible á los naturales de la tierra, y á los Españoles, que entre ellos residían que con aver 10 años que subcedio quando esto se escriue (en la misma parte ofen¬dida de estas aguas) aun no se an podido recuperar los daños que de las innundaciones unos, y otros recibieron. Y esto acontecerá siempre que los vientos Australes (ó Sures) aflo- gen su curso ordinario. Con esta natural potencia de estos vientos aqui asistentes están arrinconadas, y desterradas de esta Región las nubes paridoras de aguas, y puestas de la otra parte de la gran Cordillera de los Andes, y alli (como no a y quien se lo impida) descargan con ordinario llover, las pluvias de que están cargadas, y lo mismo hacen en los últimos fines de la Jurisdicción de estos vientos Sures las nubes que alli llegan rempujadas, y compelidas de los vientos Nortes donde con la color que el Sur consigo lleua derrite, y regala sus recibidos vapores, y las hace estar siempre desti¬lando agua como se vee claro en la Ysla Gorgona Rio de Sant Juan y Cedros, y por aun asta la buena ventura, y Golpho de Sant Miguel. De manera que epilogando lo di¬cho las causas de no llover en estos llanos Piruleros son la sequedad de la tierra arenosa y quemada, y la ordinaria asis¬tencia de el Sur padre de las serenidades, y destruidor de nubes.
Digamos aora la causa de otro efecto de no menor ad¬miración, que vemos subceder en esta misma Región, y parte de Piru que es un trueco, y cambio que la tierra lla¬na hace con su vecina la sierra que con no ser mucha la dis¬tancia que ay de la una á la otra, quando en la sierra es be- rano es en los llanos invierno, y por el contrario, cuya con¬sideración causa gran confusion á los que no procuran ex- pecular las causas de las cosas. Las causas de aquestos cam¬bios, y truecos diré con las prevenciones que lo demás. Ya queda entendido de lo de atras, como esta Comarca de tie¬rra (a quien llamamos llanos) es natural, y accidentalmen¬te calidísima, dige naturalmente por caer debajo la tórrida zona, y accidental por ser tierra baja, y arenosa seca y tos¬tada de la salcedine, y sequedad de el mar que como queda visto antiguamente la tuvo cubierta pues todo el tiempo que el Sol camina la distancia que ay de la Linea Equinocial basta el Tropico de Capricornio hiere con rayos derechos en estos llanos arenales, y la calor intrusa en las entrañas de el arena resurte, y repercute hacia arriba (como vemos que hace la pelota quando hiere en la tierra, y esta repercusión es tanta que basta (con aiuda de el ordinario viento) á (no solo no dar á las nubes materia de agua) mas a tenerlas re¬frenadas y encogidas, en lo alto, y alia (y sobre la Sierra) las compele a descargar con mucho Ímpetu, y confluctu de aguas, y al tiempo que dura este llouer llaman invierno los Serranos; por gozar escasamente de la presencia de el Sol puesto que passa porcima de ellos, y por esto no hace tanto frío, ni con gran parte esta temporada que llaman Yn- vierno como hace en la que tienen por verano. Bolviendo el Sol a pasar otra vez la Equinocial vase acercando á el Tropico de Cáncer, y por la misma razón alejándose de esta tierra que llaman llanos la qual (por el ausencia suya) no recibe tanta calor en sus arenas que de todo punto sea bastante para arrinconar las nubes ni desterrallas de su dis¬trito, como lo acia el tiempo que el Sol les caldeaba. Y ansi (como en eredad sin dueño ó como en viña sin guarda) se osan meter las nubes sobre su territorio tan densas, y es¬pesas que ay muchos dias que estorvan la vista de el Sol, y aunque es verdad que vienen cargadas de agua, y preña¬das de los vapores que en las tierras húmedas recibieron y amenazan con grandes pluvias la poca calor que se quedo en las entrañas de las arenas, y la natural sequedad de la tierra lo uno, y lo otro es parte bastante para consumirles aquel vapor aquoso (o agua) de quien vienen cargadas de la misma manera que vemos que el Rayo de el Sol, ó el fia) entraron con tanta victoria los Nortes con estos llanos y antecogeron tantas nubes ministras suyas cargadas de aguas que subcedio un diluvio no menor que el muy cele¬brado de Tesalia ó otro cualquiera que aya subcedido en el Mundo, y fue tan empecible á los naturales de la tierra, y á los Españoles, que entre ellos residian que con aver 10 años que subcedio quando esto se escriue (en la misma parte ofen¬dida de estas aguas) aun no se an podido recuperar los daños que de las innundaciones unos, y otros recibieron. Y esto acontecerá siempre que los vientos Australes (ó Sures) aflo- gen su curso ordinario. Con esta natural potencia de estos vientos aqui asistentes están arrinconadas, y desterradas de esta Región las nubes paridoras de aguas, y puestas de la otra parte de la gran Cordillera de los Andes, y alli (como no ay quien se lo impida) descargan con ordinario llover, las pluvias de que están cargadas, y lo mismo hacen en los últimos fines de la Jurisdicción de estos vientos Sures las nubes que alli llegan rempujadas, y compelidas de los vientos Nortes donde con la color que el Sur consigo lleua derrite, y regala sus recibidos vapores, y las hace estar siempre desti¬lando agua como se vee claro en la Ysla Gorgona Rio de Sant Juan y Cedros, y por aun asta la buena ventura, y Golpho de Sant Miguel. De manera que epilogando lo di¬cho las causas de no llover en estos llanos Piruleros son la sequedad de la tierra arenosa y quemada, y la ordinaria asis-tencia de el Sur padre de las serenidades, y destruidor de nubes.
Digamos aora la causa de otro efecto de no menor ad¬miración, que vemos subceder en esta misma Región, y parte de Piru que es un trueco, y cambio que la tierra lla¬na hace con su vecina la sierra que con no ser mucha la dis¬tancia que ay de la una á la otra, quando en la sierra es be- rano es en los llanos invierno, y por el contrario, cuya con¬sideración causa gran confusion á los que no procuran ex- pecular las causas de las cosas. Las causas de aquestos cam¬bios, y truecos diré con las prevenciones que lo demás. Ya queda entendido de lo de atras, como esta Comarca de tie¬rra (a quien llamamos llanos) es natural, y accidentalmen¬te calidísima, dige naturalmente por caer debajo la tórrida zona, y accidental por ser tierra baja, y arenosa seca y tos¬tada de la salcedine, y sequedad de el mar que como queda visto antiguamente la tuvo cubierta pues todo el tiempo que el Sol camina la distancia que ay de la Linea Equinocial hasta el Tropico de Capricornio hiere con rayos derechos en estos llanos arenales, y la calor intrusa en las entrañas de el arena resurte, y repercute hacia arriba (como vemos que hace la pelota quando hiere en la tierra, y esta repercusión es tanta que basta (con aiuda de el ordinario viento) á (no solo no dar á las nubes materia de agua) mas a tenerlas re¬frenadas y encogidas, en lo alto, y alia (y sobre la Sierra) las compele a descargar con mucho Ímpetu, y confluctu de aguas, y al tiempo que dura este llouer llaman invierno los Serranos; por gozar escasamente de la presencia de el Sol puesto que passa porcima de ellos, y por esto no hace tanto frió, ni con gran parte esta temporada que llaman Yn- vierno como hace en la que tienen por verano. Bolviendo el Sol a pasar otra vez la Equinocial vase acercando á el Tropico de Cáncer, y por la misma razón alejándose de esta tierra que llaman llanos la qual (por el ausencia suya) no recibe tanta calor en sus arenas que de todo punto sea bastante para arrinconar las nubes ni desterrallas de su dis¬trito, como lo acia el tiempo que el Sol les caldeaba. Y ansi (como en eredad sin dueño ó como en viña sin guarda) se osan meter las nubes sobre su territorio tan densas, y es¬pesas que ay muchos dias que estorvan la vista de el Sol, y aunque es verdad que vienen cargadas de agua, y preña¬das de los vapores que en las tierras húmedas recibieron y amenazan con grandes pluvias la poca calor que se quedo en las entrañas de las arenas, y la natural sequedad de la tierra lo uno, y lo otro es parte bastante para consumirles aquel vapor aquoso (o agua) de quien vienen cargadas de la misma manera que vemos que el Rayo de el Sol, ó el calor del fuego consume, y resuelve el agua que esta en un lienzo ó paño mojado. Y quando acierta a ecceder la aquo- sidad de la nuve á la calor con que estas tierras se defien¬den, y no es bastante para resolversela de todo punto, tie¬nen lugar las tierras (x) de cmbiar á la tierra un menudo ro¬cío a quien (por aca) llaman garúa que apenas acaba de matar el polvo aunque algunas veces acontece aver tanta abundancia de materia en lo alto, y tan poco resistencia en lo bajo que vienen estos rocíos con mas pujanza, que para amatar el polvo porque ya se a uisto mojarse muy bien las casas por de dentro porque como no se temen de plu¬vias no curar de reparos para ellas. Pues el tiempo que lo tal en esta tierra acontece es llamado Ymbierno y en la Sierra verano donde (por el apartamiento de el Sol que ca-mina sobre el otro Tropico) hace mucho frío puesto que no llueva por andar las nubes ocupadas en visitar aquella parte de tierra que no pueden ver asta aquella temporada, y como alian coyuntura aprovéchame de ella.
Es tan averiguada verdad este trueco de ynvierno, y verano entre los llanos, y la sierra, que en algunas eredades que aciertan á estar en el remate de el un temple, y en el principio de el otro dan sus frutos en la misma variación, de tal manera que la parte que esta hacia la Sierra madura sus fructuales con la fuerza y virtud de el Verano Serrano, y lo que cae acia los llanos aguarda a que en ellos venga el verano para madurar, y lo mismo corre en las sementeras de Maiz, y mas legumbres, y abreuiando mas este estremo digo, que aun en arboles se a visto muy a la clara que al¬guno de ellos da sus frutos maduros según la parte hacia donde mira, y de un árbol se cogen en diferentes tempora¬das fructos sazonados.
Semejantes diferencias causan estas discordes temples en las complexiones, y condiciones de los naturales que de¬bajo de ellos nacen aunque esto no es con tan precisa orden ni con tan general regla que no se alia ecepcion alguna mas
(*) nubes?
tomando el mas general es averiguada cosa que los natu¬rales de aquellas partes que son calidas, y húmedas no son de tan aguda malicia ni de tan prompta memoria como los de la tierra firme ni los de la tierra firme son atreuidos falsos, y desvergonzados como los de la calida y seca aun¬que en general los Yndios son muy faltos de doctrina mo¬ral, y pulicia humana tratan poca verdad son fáciles de persuadir a bueno, y malo no tienen mas capacidad que muchachos de dieziseis, ó decisiete años. Tienen astucias de zorras corazones de obejas no se acuerdan de los benefi¬cios recibidos, y nunca olvidan la ofensa. Su amistad la dirigirá una simple purga, y su odio no lo evacuarían todo el Ruibarbo de Alexandria mienten mucho, y no querían oyr mentira, levantanse con pequeño favor, y con pocas amenazas se amilan, y acovardan y aunque en este tiempo se uan corrigiendo en muchas cosas con la doctrina, y en¬señamiento Christiano como diremos á su tiempo. An acudido bien á la boz evangélica, mas téngalos Dios en su mano, y el no permita por su misericordia que sean traídos a punto de esperimentar su constancia. Amen.
Cap. 5 – donde se disputa, y trata que cosa es Volcan, y porque es ansi llamado, y de la causa de su fuego, y que cosa sea, y de las cosas que fueron aliadas en este nuevo Mundo, por sus primeros habita¬dores.
Entre las cosas dignas de admiración que estos aborigé¬nes Ophiritas hallaron en este nuebo Mundo que abitaron, y a quien jamas supieron dar causas naturales fueron gran¬des, y muy espantosos volcanes que muchas veces con sus humos, llamas, y centellas atemorizan, (y aun ofenden) las Provincias, y Comarcas circunvecinas. Y lo que mas les admiro, y encamino a mayores desvarios fue ver que de en¬tre las entrañas eladas de la niebe, puesta en las mas eleba- calor del fuego consume, y resuelve el agua que esta en un lienzo ó paño mojado. Y quando acierta a ecceder la aquo- sidad de la nuve á la calor con que estas tierras se defien¬den, y no es bastante para resolversela de todo punto, tie¬nen lugar las tierras (‘) de«mbiar á la tierra un menudo ro¬cío a quien (por aca) llaman garúa que apenas acaba de matar el polvo aunque algunas veces acontece aver tanta abundancia de materia en lo alto, y tan poco resistencia en lo bajo que vienen estos rocios con mas pujanza, que para amatar el polvo porque ya se a uisto mojarse muy bien las casas por de dentro porque como no se temen de plu¬vias no curar de reparos para ellas. Pues el tiempo que lo tal en esta tierra acontece es llamado Ymbierno y en la Sierra verano donde (por el apartamiento de el Sol que ca¬mina sobre el otro Tropico) hace mucho frió puesto que no llueva por andar las nubes ocupadas en visitar aquella parte de tierra que no pueden ver asta aquella temporada, y como alian coyuntura aprovechanse de ella.
Es tan averiguada verdad este trueco de ynvierno, y verano entre los llanos, y la sierra, que en algunas eredades que aciertan á estar en el remate de el un temple, y en el principio de el otro dan sus frutos en la misma variación, de tal manera que la parte que esta hacia la Sierra madura sus fructuales con la fuerza y virtud de el Verano Serrano, y lo que cae acia los llanos aguarda a que en ellos venga el verano para madurar, y lo mismo corre en las sementeras de Maiz, y mas legumbres, y abreuiando mas este estremo digo, que aun en arboles se a visto muy a la clara que al¬guno de ellos da sus frutos maduros según la parte hacia donde mira, y de un árbol se cogen en diferentes tempora¬das fructos sazonados.
Semejantes diferencias causan estas discordes temples en las complexiones, y condiciones de los naturales que de¬bajo de ellos nacen aunque esto no es con tan precisa orden ni con tan general regla que no se alia ecepcion alguna mas
(») nubes?
tomando el mas general es averiguada cosa que los natu¬rales de aquellas partes que son calidas, y húmedas no son de tan aguda malicia ni de tan prompta memoria como los de la tierra firme ni los de la tierra firme son atreuidos falsos, y desvergonzados como los de la calida y seca aun¬que en general los Yndios son muy faltos de doctrina mo¬ral, y pulicia humana tratan poca verdad son fáciles de persuadir a bueno, y malo no tienen mas capacidad que muchachos de dieziseis, ó decisiete años. Tienen astucias de zorras corazones de obejas no se acuerdan de los benefi¬cios recibidos, y nunca olvidan la ofensa. Su amistad la dirigirá una simple purga, y su odio no lo evacuarían todo el Ruibarbo de Alexandria mienten mucho, y no querían oyr mentira, levantanse con pequeño favor, y con pocas amenazas se amilan, y acovardan y aunque en este tiempo se uan corrigiendo en muchas cosas con la doctrina, y en¬señamiento Christiano como diremos á su tiempo. An acudido bien á la boz evangélica, mas téngalos Dios en su mano, y el no permita por su misericordia que sean traidos a punto de esperimentar su constancia. Amen.
Cap. J.- donde se disputa, y trata que cosa es Volcan, y porque es ansi llamado, y de la causa de su fuego, y que cosa sea, y de las cosas que fueron aliadas en este nuevo Mundo, por sus primeros ¡.habita- dores.
Entre las cosas dignas de admiración que estos aboríge¬nes Ophiritas hallaron en este nuebo Mundo que abitaron, y a quien jamas supieron dar causas naturales fueron gran¬des, y muy espantosos volcanes que muchas veces con sus humos, llamas, y centellas atemorizan, (y aun ofenden) las Provincias, y Comarcas circunvecinas. Y lo que mas les admiro, y encamino a mayores desvarios fue ver que de en¬tre las entrañas eladas de la niebe, puesta en las mas eleba- das cumbres de las sierras se levantassen llamas de bivo fue¬go, y no solo se mostrasen yr por los ayres berverando sino estenderse sobre las tierras algunas veces, y abrasar los ar¬boles, y sementeras. Y aun las mismas peñas se a visto buel- tas en ceniza con su fuerza, y violencia de estos volcanes se ven, y hallan muchos en estas Yndias Occidentales, y tanto son mas espantosos quanto mas elevados estuvieren en las nubes, y según Plinio los que están mas cercanos al mar son mas frequentes en sus efectos, y los cercanos á lugares montuosos.
Estos Volcanes suelen ser demasiadamente dañosos no solo á los que cerca de ellos viben, sino también á los muy lejanos, y remotos, y porque es ansi que aunque Plinio, y otros Autores antiguos, y modernos an tratado de esta en¬fermedad, y pasión de la tierra no an dado las enteras cau¬ses de los tales efectos puestas en modo que de todos pue¬dan ser entendidas me parece detenerme a tratar de ello, y ponerlo (no como lo he aliado, y leydo en Autores que desta materia an tratado) sino como lo he visto andado palpado, y considerado haciendo anotomia de ello no com poco riesgo de mi salud, y vida. Plinio dice que Volcan no es otra cosa que un furioso movimiento, que causa en la tierra algún rio que porfía salir á libertad el qual lucha con animo, y espíritu oprimido debajo la misma tierra.
Mas actual esperiencia me ha enseñado a mi, y mos- tradolo a quien en ello a querido advertir que mas adhe- rentes que las que pone Plinio concurren para formar los espantosos incendios de Volcanes, que en estas Yndias se veen, y an visto, y hablando según lecciones de experiencia digo que para que aya de formarse Volcan an de acudir estas calidades, primeramente con cauidades espaciosas en las entrañas de la tierra, lo segundo minerales de piedra asufre. Lo tercero que el lugar donde estas dos cosas aya sea cumbre tan alta que las nubes la tengan siempre cu¬bierta, y la media Región fria la visite con nieves ordina¬rias presupuesto que acontece lo tal en una cumbre elevada comienza luego cada cosa hacer su oficio de esta manera la humedad, y vapor aquoso que sobre la cumbre cae vase enveviendo en la tierra, y de camino ante coge consigo cierto salitre, ó salcedine que la tierra tiene de su misma naturaleza como lo siente Aristóteles, y peregrinando aquella humedad por los poros de la misma tierra cala bus¬ca, y halla aquellas cabernas, ó concauidades que la tierra en si tiene las quales cauernas están calurosas grandemente por el asufre de que aquella tierra participa la qual calor sulfurca consúmela aquosidad que va entrando en las tales cauernas mas no puede consumir aquella salcedine ó salitre que consigo lleuo antecogido de la tierra por do fue entran¬do antes como ya se le gasto la aquosidad de que venia acompañado se quedo macizo, y condensado, y pegado á la concauidad casi en forma, y hechura de racimos de Alabas¬tro, y esta manera de proceder es ordinaria porque también es ordinaria la causa de donde tal efecto procede ansi mesmo el asufre naturalmente en aquel lugar criado va creciendo como hijo en las entrañas de su madre, y con el crecer de el uno, y el aumento de el otro vase ocupando aquel lugar que antes era vaco concauo, y vacio, y el viento que alli primero estava (naturalmente criado en todo vacio) vase oprimiendo> y arrinconando, y con sus ordinarios movi¬mientos, y furiosas luchas enciende fuego en el asufre (ma¬teria próxima para ser encendida) y como arde el asufre calido, y seco encuéntrase luego con su obpuesto, y con¬trario el salitre frió y húmedo, y comiénzase entre ellos una mortal lucha la qual es imposible cesar hasta que el un luchador (ó entrambos) sean de todo punto consumidos, encarcerados ya en esta lucha, va el fuego buscando por donde salir, y al cabo rompe por la parte mas flaca en aquesta rompimiento con el Ímpetu de su salida antecoge, y lleua consigo las piedras de quien ya tiene gastada y con¬sumida la parte que pudo tener de combustible, y también las cenizas remanientes de aquellas que de todo punto con¬sumió testimonio de esto dan las que llamamos piedras po¬das cumbres de las sierras se levantassen llamas de bivo fue¬go, y no solo se mostrasen yr por los ayres berverando sino estenderse sobre las tierras algunas veces, y abrasar los ar¬boles, y sementeras. Y aun las mismas peñas se a visto buel- tas en ceniza con su fuerza, y violencia de estos volcanes se ven, y hallan muchos en estas Yndias Occidentales, y tanto son mas espantosos quanto mas elevados estuvieren en las nubes, y según Plinio los que están mas cercanos al mar son mas frequentes en sus efectos, y los cercanos á lugares montuosos.
Estos Volcanes suelen ser demasiadamente dañosos no solo á los que cerca de ellos viben, sino también á los muy lejanos, y remotos, y porque es ansi que aunque Plinio, y otros Autores antiguos, y modernos an tratado de esta en¬fermedad, y pasión de la tierra no an dado las enteras cau¬ses de los tales efectos puestas en modo que de todos pue¬dan ser entendidas me parece detenerme a tratar de ello, y ponerlo (no como lo he aliado, y leydo en Autores que desta materia an tratado) sino como lo he visto andado palpado, y considerado haciendo anotomia de ello no com poco riesgo de mi salud, y vida. Plinio dice que Volcan no es otra cosa que un furioso movimiento, que causa en la tierra algún rio que porfia salir á libertad el qual lucha con animo, y espiritu oprimido debajo la misma tierra.
Mas actual esperiencia me ha enseñado a mi, y mos- tradolo a quien en ello a querido advertir que mas adhe- rentes que las que pone Plinio concurren para formar los espantosos incendios de Volcanes, que en estas Yndias se veen, y an visto, y hablando según lecciones de experiencia digo que para que aya de formarse Volcan an de acudir estas calidades, primeramente con cauidades espaciosas en las entrañas de la tierra, lo segundo minerales de piedra asufre. Lo tercero que el lugar donde estas dos cosas aya sea cumbre tan alta que las nubes la tengan siempre cu¬bierta, y la media Región fria la visite con nieves ordina¬rias presupuesto que acontece lo tal en una cumbre elevada comienza luego cada cosa hacer su oficio de esta manera la humedad, y vapor aquoso que sobre la cumbre cae vase enveviendo en la tierra, y de camino ante coge consigo cierto salitre, ó salcedine que la tierra tiene de su misma naturaleza como lo siente Aristóteles, y peregrinando aquella humedad por los poros de la misma tierra cala bus¬ca, y halla aquellas cabernas, ó concauidades que la tierra en si tiene las quales cauernas están calurosas grandemente por el asufre de que aquella tierra participa la qual calor sulfurca consúmela aquosidad que va entrando en las tales cauernas mas no puede consumir aquella salcedine ó salitre que consigo lleuo antecogido de la tierra por do fue entran¬do antes como ya se le gasto la aquosidad de que venia acompañado se quedo macizo, y condensado, y pegado á la concauidad casi en forma, y hechura de racimos de Alabas¬tro, y esta manera de proceder es ordinaria porque también es ordinaria la causa de donde tal efecto procede ansi mesmo el asufre naturalmente en aquel lugar criado va creciendo como hijo en las entrañas de su madre, y con el crecer de el uno, y el aumento de el otro vase ocupando aquel lugar que antes era vaco concauo, y vacio, y el viento que alli primero estava (naturalmente criado en todo vacio) vase oprimiendo, y arrinconando, y con sus ordinarios movi¬mientos, y furiosas luchas enciende fuego en el asufre (ma¬teria próxima para ser encendida) y como arde el asufre calido, y seco encuéntrase luego con su obpuesto, y con¬trario el salitre frió y húmedo, y comiénzase entre ellos una mortal lucha la qual es imposible cesar hasta que el un luchador (ó entrambos) sean de todo punto consumidos, encarcerados ya en esta lucha, va el fuego buscando por donde salir, y al cabo rompe por la parte mas flaca en aquesta rompimiento con el Ímpetu de su salida antecoge, y lleua consigo las piedras de quien ya tiene gastada y con¬sumida la parte que pudo tener de combustible, y también las cenizas remanientes de aquellas que de todo punto con¬sumió testimonio de esto dan las que llamamos piedras po- mis, de quien el fuego entre saco lo seco y quemable, y ansi las vemos agugereadas como esponjas. Algunos de estos Volcanes están perpetuamente ardiendo, y de quando en quando vomitando humo llamas, y cenizas. Otros están a temporadas quietos, y sobreuiniendo el tiempo de su ma¬durez con infernal Ímpetu arrojan de sus senos agua, pie¬dras humo ceniza, y llamas, en tanto copia que admiran á los discretos, y atemorizan á los inorantes, y ál vulgo hace leuantar un millón de fabulas. Tales reventazones, y exu- peraciones suelen subceder a un Volcan que esta sobre la Ciudad de Sant Francisco de el quito de el Piru el qual infaliblemente atemorizara la tierra circunstante de doce á doce años, ó de quince á quince porque tanto tiempo (poco mas ó menos) á menester para criar de nuebo materia ne¬cesaria para hacer el tal incendio, y los que arden con con¬tinuas llamas sin acelerar mas su Ímpetu unas veces que otras es la causa estar en igualdad convenidos el fuego, y lo que gasta con la materia combustible que la tierra cria naturalmente. Y también tener ya hecho el respiradero por donde sin ser sus llamas detenidas ni oprimidas puede libre¬mente respirar. Destos volcanes hallaron muchos en este nuebo Mundo los primeros que á el vinieron que al prin¬cipio les fueron causa de admiración y juntamente de mu¬chos desatinos mas que marauilla que en esto herrase la gente que en nada aun no sabia acercar si aun entre nos¬otros sean introducido opiniones rediculas tanto como pue¬den ser las de aquestos barbaros pues algunos Españoles que presumen de muy entendidos tienen para si ser los tales Volcanes voca de ynfierno como si el Ynfierno tuviese tan mansa, y tractable la boca como las que los Volcanes mues¬tran. A los tales respiraderos de la tierra llamamos comun¬mente Volcan, y la causa de darle tal nombre diré (salvo el parecer mas sano) quando la ciega gentilidad fingió el repartimiento hecho entre los hijos de Saturno, y hermanos de Júpiter (como lo apuntamos en el Capitulo 10 de la segunda parte) quisieron añedir á sus mentiras que Vulcano
MISCELÁNEA ANTARTICA
hijo de Júpiter, y de Juno, fue desamado de todos sus deu¬dos, y como a feo, y defectuoso lo hecharon de el Cielo y que cayo en la Ysla de Lemno donde de la caida quedo cojo de una pierna, y fue puesto alli por herrero de los Dioses teniendo por oficiales a los Cyclopes. Y según Marco Varron fue llamado Vulcano; por el resplandor de el fuego, y de los rayos, y quiso su corta suerte que en aquella Ysla donde cayo acaeció auer abundante materia para formarse las llamas que dejamos dichas, y quitando á naturaleza el atributo de aquel flamificar lo pusieron en el mal conocido cojo, que en ella creyan estar, y ansi le fingieron deydad en el fuego, y lo tuvieron por Dios, y Señor de cinco Ys¬las que arredor de Cicilia, están cuyas cumbres suelen en¬cenderse que son llamadas de algunos Autores Efestides, y son sus nombres Gella, ó Volcan (por ser morada de el Rey de el fuego) Ysela, Strombol, Lipari Mongibel y aunque es ansi que estas Yslas tuvieron sus nombres particulares, y propios por la semejanza de la de volcan llamauan en ge¬neral a todos volcanes, y con este uso se an quedado todos los sequaces de la lengua romana, y nosotros como tan con¬juntos, y participes de ella guardamos, y retenemos esta an¬tigüedad. Hallaron también en este nuebo Mundo sus abi- tadores primeros muchas fuentes de aguas calidissimas las quales salen ansi de las entrañas de la tierra por razón de ser formadas las tales aguas en concauidades, y guecos hechos en los minerales de piedra azufre el qual (como queda dicho) esta dispuesto, y proximo para arder, y den¬tro en su madre la tierra libremente goza de su calidad natural, que es ser tan calido que basta a calentar las aguas que al redor de el se forman.
Hallaron también los montes abundosos de diversa suerte de monterias de Corzos Gamos Ciervos, y Venados, y otras especies de animales en nra Europa no conocidos, y estos tan prouechosos, y útiles á la vida humana que es mucho mas que entre nosotros los carneros, y las ovejas, porque demás de ser muy sabrosas sus carnes, son fáciles de subgetar al cabestro mis, de quien el fuego entre saco lo seco y quemable, y ansi las vemos agugereadas como esponjas. Algunos de estos Volcanes están perpetuamente ardiendo, y de quando en quando vomitando humo llamas, y cenizas. Otros están a temporadas quietos, y sobreuiniendo el tiempo de su ma¬durez con infernal Ímpetu arrojan de sus senos agua, pie¬dras humo ceniza, y llamas, en tanto copia que admiran á los discretos, y atemorizan á los inorantes, y ál vulgo hace leuantar un millón de fabulas. Tales reventazones, y exu- peraciones suelen subceder a un Volcan que esta sobre la Ciudad de Sant Francisco de el quito de el Piru el qual infaliblemente atemorizara la tierra circunstante de doce á doce años, ó de quince á quince porque tanto tiempo (poco mas ó menos) á menester para criar de nuebo materia ne-cesaria para hacer el tal incendio, y los que arden con con¬tinuas llamas sin acelerar mas su Ímpetu unas veces que otras es la causa estar en igualdad convenidos el fuego, y lo que gasta con la materia combustible que la tierra cria naturalmente. Y también tener ya hecho el respiradero por donde sin ser sus llamas detenidas ni oprimidas puede libre¬mente respirar. Destos volcanes hallaron muchos en este nuebo Mundo los primeros que á el vinieron que al prin¬cipio les fueron causa de admiración y juntamente de mu¬chos desatinos mas que marauilla que en esto herrase la gente que en nada aun no sabia acercar si aun entre nos¬otros sean introducido opiniones rediculas tanto como pue-den ser las de aquestos barbaros pues algunos Españoles que presumen de muy entendidos tienen para si ser los tales Volcanes voca de ynfierno como si el Ynfierno tuviese tan mansa, y tractable la boca como las que los Volcanes mues¬tran. A los tales respiraderos de la tierra llamamos comun¬mente Volcan, y la causa de darle tal nombre diré (salvo el parecer mas sano) quando la ciega gentilidad fingió el repartimiento hecho entre los hijos de Saturno, y hermanos de Júpiter (como lo apuntamos en el Capitulo 10 de la segunda parte) quisieron añedir á sus mentiras que Vulcano hijo de Júpiter, y de Juno, fue desamado de todos sus deu¬dos, y como a feo, y defectuoso lo hecharon de el Cielo y que cayo en la Ysla de Lemno donde de la caida quedo cojo de una pierna, y fue puesto alli por herrero de los Dioses teniendo por oficiales a los Cyclopes. Y según Marco Varron fue llamado Vulcano; por el resplandor de el fuego, y de los rayos, y quiso su corta suerte que en aquella Ysla donde cayo acaeció auer abundante materia para formarse las llamas que dejamos dichas, y quitando á naturaleza el atributo de aquel flamificar lo pusieron en el mal conocido cojo, que en ella creyan estar, y ansi le fingieron deydad en el fuego, y lo tuvieron por Dios, y Señor de cinco Ys¬las que arredor de Cicilia, están cuyas cumbres suelen en¬cenderse que son llamadas de algunos Autores Efestides, v son sus nombres Gella, ó Volcan (por ser morada de el Rey de el fuego) Ysela, Strombol, Lipari Mongibel y aunque es ansi que estas Yslas tuvieron sus nombres particulares, y propios por la semejanza de la de volcan llamauan en ge¬neral a todos volcanes, y con este uso se an quedado todos los sequaces de la lengua romana, y nosotros como tan con¬juntos, y participes de ella guardamos, y retenemos esta an¬tigüedad. Hallaron también en este nuebo Mundo sus abi- tadores primeros muchas fuentes de aguas calidissimas las quales salen ansi de las entrañas de la tierra por razón de ser formadas las tales aguas en concauidades, y guecos hechos en los minerales de piedra azufre el qual (como queda dicho) esta dispuesto, y proximo para arder, y den¬tro en su madre la tierra libremente goza de su calidad natural, que es ser tan calido que basta a calentar las aguas que al redor de el se forman.
Hallaron también los montes abundosos de diversa suerte de monterias de Corzos Gamos Ciervos, y Venados, y otras especies de animales en nra Europa no conocidos, y estos tan prouechosos, y útiles á la vida humana que es mucho mas que entre nosotros los carneros, y las ovejas, porque demás de ser muy sabrosas sus carnes, son fáciles de subgetar al cabestro y carga son de poca costa en el sustento, y de mucho menos en el errage, y aparejos halláronlos (según se puede crer) silvestres, y campesinos en los principios, mas es tanta su mansedumbre que fácilmente se doman, y conocen corral á estos animales nómbran, llamas los naturales de el Piru a quien muchos de los nuestros deven esta suma de riqueza que mediante estos an ganado ay otra especie de estos mis¬mos animales mas austeros, y montaneros, y mas delicados, y no menos provechosos a estos llaman vicuñas de cuyos bellones se hacen y tegen tan subtiles telas que pueden com¬petir con el fino chamelote de Chipre, y aun con telas de seda berberisca de tales animales como los dichos hacian sus ropas los Principes, y de esta se vestían tiñendola de varias colores con tintas que entre ellos se usaban finísimas, otras lanas auian menos finas que era de los bellones que qui- tuan á aquel animal que antes nombramos de que se vestia la gente de menos cuenta, y hacian otras cosas necesarias hallaron también un animal de la especie de estos dichos a quien llamaron Pacos de quien ansi mesmo se aprobechan para carne y seruicio. Hallaron muchas suertes de aues la mayor partes de ellas diferente de las nuestras, y cierta es¬pecie de perros que no ladrauan que capados, y gordos eran buenos para comer. Aliaron Tigres, Zorras Osos, y Leones (aunque diferentes de los Aphricanos, y no tan dañosos como ellos) y no en todas las Prouincias de este nuebo Mun¬do se alió todo lo que aqui decimos, y por eso digo hauerse hallado, en el principio y entrada de estos Ophiritas pri¬meros, porque la tal suerte de ganados como la que primero digimos llamarse llamas, y vicuñas, y Pacos, no fue vista ni hallada mas que en la distancia que ay en lo que oy lla¬mamos Piru hasta el paso de Magallanes porque en la tierra de abajo (de quien yo no trato dejandola por deriuada, y acesoria de estotra) ni se aliaron tales especies de ganados ni jamas los vieron aunque Venados y Corzos se crian de especies diferentes. En las tierras humedadas, y montuosas se crian y aliaban animales diferentes de los que en lo alto, y frió de la sierra se yban hallando mas excedía en sumo grado las raptílias comestibles que el tiempo y la necesidad les enseño, y la infinita suma de pescado que en los rios hallaban de lo qual siempre careció la Sierra ansi mesmo gozaron de mas cantidad de frutas que en poca industria fueron reducidas a domesticas, y de ellas gozamos aora fi¬nalmente todo lo compaso, y regulo el supremo proveedor con tan marauilluosa orden que si en el temple calido, y húmedo quito una cosa daua otra no menos provechosa que la que faltaua, y lo mismo á la Sierra de tal manera que no dejó en una parte cosa que de la otra fuesse imbidiada sin tener en si otra no menos imbidiable. En la bolateria pes¬quería frutas, y animalejos mejorada hallaron á la tierra de montaña mas la serrana alta y pelada escedele en las mon¬terías, y cazas de venados Corzos, y Gamos Conejos Liebres, y Perdices á la calida y montosa. Y ansi se va todo contra canbiando como mas plugo al que lo ordeno. En lo mas alto de este Reyno que es la tierra de Chile para arriba se ha¬llan abestruces muy semejantes á los de Aphrica, y Ciervos muy crecidos de cuerpo. Muchas rayces se yban de dia en dia descubriendo nutritibas suaues, y comestibles, mas de una goza tierra fría y serrana, que entre las de el Mundo se el deue dar el lugar primero á esta llaman los naturales de el Cuzco Papas, y en el nuebo Reyno de Granada la lla¬maron nuestros Españoles Turmas por la mucha semejanza que tienen á las Turmas de tierra que se alian en España es de tanta importancia esta raiz en lo alto serrano de nuestro Piru como es nuestra España el trigo y ese llaman por aca año de hambre que la cosecha de las Papas, es falta y esteril, ay otra raiz también muy prestante a quien llaman Yuca mas esta no sustenta tanto en este Piru quanto en las Yslas de Santo Domingo, y sus comarcanas, también la Batata Camote Arracacha Giquima Chuño Ullucos Ocas Majuas, Mani, Cochucho son de importancia mas de todas estas ray¬ces (y aun de las demás de el Mundo) se le deue el primado á las papas, y de estos serán buenos testigos los que mas ex- y carga son de poca costa en el sustento, y de mucho menos en el errage, y aparejos halláronlos (según se puede crer) silvestres, y campesinos en los principios, mas es tanta su mansedumbre que fácilmente se doman, y conocen corral á estos animales nómbran, llamas los naturales de el Piru a quien muchos de los nuestros deven esta suma de riqueza que mediante estos an ganado ay otra especie de estos mis¬mos animales mas austeros, y montaneros, y mas delicados, y no menos provechosos a estos llaman vicuñas de cuyos bellones se hacen y tegen tan subtiles telas que pueden com¬petir con el fino chamelote de Chipre, y aun con telas de seda berberisca de tales animales como los dichos hacian sus ropas los Principes, y de esta se vestían tiñendola de varias colores con tintas que entre ellos se usaban finísimas, otras lanas auian menos finas que era de los bellones que qui- tuan á aquel animal que antes nombramos de que se vestía la gente de menos cuenta, y hacian otras cosas necesarias hallaron también un animal de la especie de estos dichos a quien llamaron Pacos de quien ansi mesmo se aprobechan para carne y seruicio. Hallaron muchas suertes de aues la mayor partes de ellas diferente de las nuestras, y cierta es¬pecie de perros que no ladrauan que capados, y gordos eran buenos para comer. Aliaron Tigres, Zorras Osos, y Leones (aunque diferentes de los Aphricanos, y no tan dañosos como ellos) y no en todas las Prouincias de este nuebo Mun¬do se alió todo lo que aqui decimos, y por eso digo hauerse hallado, en el principio y entrada de estos Ophiritas pri¬meros, porque la tal suerte de ganados como la que primero digimos llamarse llamas, y vicuñas, y Pacos, no fue vista ni hallada mas que en la distancia que ay en lo que oy lla¬mamos Piru hasta el paso de Magallanes porque en la tierra de abajo (de quien yo no trato dejandola por deriuada, y acesoria de estotra) ni se aliaron tales especies de ganadas ni jamas los vieron aunque Venados y Corzos se crian de especies diferentes. En las tierras humedadas, y montuosas se crian y aliaban animales diferentes de los que en lo alto, y frió de la sierra se yban hallando mas excedia en sumo grado las raptilias comestibles que el tiempo y la necesidad les enseño, y la infinita suma de pescado que en los rios hallaban de lo qual siempre careció la Sierra ansi mesmo gozaron de mas cantidad de frutas que en poca industria fueron reducidas a domesticas, y de ellas gozamos aora fi¬nalmente todo lo compaso, y regulo el supremo proveedor con tan marauilluosa orden que si en el temple calido, y húmedo quito una cosa daua otra no menos provechosa que la que faltaua, y lo mismo á la Sierra de tal manera que no dejó en una parte cosa que de la otra fuesse imbidiada sin tener en si otra no menos imbidiable. En la bolateria pes¬quería frutas, y animalejos mejorada hallaron á la tierra de montaña mas la serrana alta y pelada escedele en las mon¬terías, y cazas de venados Corzos, y Gamos Conejos Liebres, y Perdices á la calida y montosa. Y ansi se va todo contra canbiando como mas plugo al que lo ordeno. En lo mas alto de este Reyno que es la tierra de Chile para arriba se ha¬llan abestruces muy semejantes á los de Aphrica, y Ciervos muy crecidos de cuerpo. Muchas rayces se yban de dia en dia descubriendo nutritibas suaues, y comestibles, mas de una goza tierra fria y serrana, que entre las de el Mundo se el deue dar el lugar primero á esta llaman los naturales de el Cuzco Papas, y en el nuebo Reyno de Granada la lla¬maron nuestros Españoles Turmas por la mucha semejanza que tienen á las Turmas de tierra que se alian en España es de tanta importancia esta raiz en lo alto serrano de nuestro Piru como es nuestra España el trigo y ese llaman por aca año de hambre que la cosecha de las Papas, es falta y esteril, ay otra raiz también muy prestante a quien llaman Yuca mas esta no sustenta tanto en este Piru quanto en las Yslas de Santo Domingo, y sus comarcanas, también la Batata Camote Arracacha Giquima Chuño Ullucos Ocas Majuas, Mani, Cochucho son de importancia mas de todas estas ray¬ces (y aun de las demás de el Mundo) se le deue el primado á las papas, y de estos serán buenos testigos los que mas ex¬perimentados fueron en este nro Piru, porque solo el , y de el (y aun para el ablo, y escriuo). Legumbres y granos hallaron para el sustento bastante que en nuestra España se tuvieran por muy buenos si los alcanzaran, mas lo que mas prestan y abastan son niuchos, y muy diferentes generos de frisóles que por aca se dan distintos en grandor, en calor, y en sabor, ay Atramuces silvestres, y algunos, ya bueltos domésticos ay ciertos granos casi como semilla de seda a quien llaman Quinua, y otros granos que todos juntamente le conceden el primer lugar á Maiz de quien ya tratamos atras. No tiene quento ni numero la gran cantidad, y va¬riedad de yeruas que an descubierto, y hallado para comer ansi cocidas como crudas acompañando las unas, y las otras con sal, y Agi que an sido estas dos cosas la suma y remate de todas las salsas Yndianas, y el gusto donde an cifrado todos los gustos, en esto se puede conocer con quanta pie¬dad y cuydado sea nuestra madre naturaleza con sus hijos (ó mejor diciendo) el piadoso Dios con sus criaturas, pues vemos claro que donde quiera que puso, y crio hombres también crio, y puso frutos, legumbres, y raices con que se sustentar y les dio estimatiua, y distinto para conocer las buenas, y aprouecharlas, y reprovarlos mortiferas y da¬ñosas diole también industria para buscar amparo, y cu¬bierta conque defender sus carnes de el calor, y frió sus contrarios, sacando materiales para ello de arboles, y ma¬tas silvestres, ansi como han echo de el Algodon Damaha- gua, y Cabuya Pita, y otras cosas distintas según son dis¬tintas las Prouincias, y sus temples, porque como queda visto) son casi tantas las diferencias que en estos ay como la cantidad de leguas, que la tierra tiene. La necesidad ansi mesmo como general inbentora les enseño (estimulada de los frios) a despojar de sus pieles á los animales, y de ellos, y su lana hacer, y teger vestidos en cierta forma de telares que ellos, que ellos también inventaron lo que mas suple estas faltas es el Algodon de quien no sabré decir si desde los antiquissimos tiempos de su primera peregrinación an con- seruado su simiente, y planta ó si lo yban hallando por los montes silvestres y montaraz como en algunas partes sea uisto. Poco va en esta disputa basta saber que como un natural tuviesse Maiz, y Algodon se tenia y estimaua por rico y bien fortunado. Boluamos aora la pluma, y confor¬memos los tiempos, y discurriendo por ellos yremos hacien¬do nuestra tela, y acuérdesele al pió letor que vamos ya caminando por el tiempo, y edad de gracia, y despues que el dador de ella Christo bien nuestro vino al Mundo vestido de nuestra carne como dejamos contado en los Capítulos precedentes.
Cap. 6.- de la barbaridad y confusion que auia entre estos nuestros naturales acerca de la adoracion, y de ciertos varones santos (o que lo parecían) que fueron vistos por aca. Y de la manera de retener los Yndios sus historias.
En el estado y forma que dejamos dicho, y con las ma- rauillas, y estrañezas contadas hallaron poblaron, y hin¬cheron en este Mundo nuebo los descendientes de el Pa¬triarca Ophir despues de la peregrinación tan larga, y llena de subcesos como auemos visto. Y como se puede ymaginar, y es de creer ya no deuia auer en toda la tierra, valle, loma, collado, risco, ni ñaua que no estuviesse poblado, sembrado, ó repartido, porque á estos les era de mucho contento ser Señores, y Poseedores de tierras aunque de ellas no tuviesen mas aprobechamiento que el nombre de ser suyas como aun asta aora se colige de sus costumbres y inclinaciones y a los padres de familias las veian tan multiplicadas que era ne¬cesario grandes, y espaciosas plazas para que pudiesen caber. Cada uno de estos (que ya les podremos llamar Curacas) daua leyes, y ponia estatutos a su gusto y voluntad, y re¬cibe notable engaño el que quiere señalar reglas de gouierno comunes, y unibersales á las gentes de estos tiempos pues es perimentados fueron en este nro Piru, porque solo el , y de el (y aun para el ablo, y escriuo). Legumbres y granos hallaron para el sustento bastante que en nuestra España se tuvieran por muy buenos si los alcanzaran, mas lo que mas prestan y abastan son muchos, y muy diferentes generos de frisóles que por aca se dan distintos en grandor, en calor, y en sabor, ay Atramuces silvestres, y algunos, ya bueltos domésticos ay ciertos granos casi como semilla de seda a quien llaman Quinua, y otros granos que todos juntamente le conceden el primer lugar á Maiz de quien ya tratamos atras. No tiene quento ni numero la gran cantidad, y va¬riedad de yeruas que an descubierto, y hallado para comer ansi cocidas como crudas acompañando las unas, y las otras con sal, y Agi que an sido estas dos cosas la suma y remate de todas las salsas Yndianas, y el gusto donde an cifrado todos los gustos, en esto se puede conocer con quanta pie¬dad y cuydado sea nuestra madre naturaleza con sus hijos (ó mejor diciendo) el piadoso Dios con sus criaturas, pues vemos claro que donde quiera que puso, y crio hombres también crio, y puso frutos, legumbres, y raices con que se sustentar y les dio estimatiua, y distinto para conocer las buenas, y aprouecharlas, y reprovarlos mortíferas y da¬ñosas diole también industria para buscar amparo, y cu¬bierta conque defender sus carnes de el calor, y frió sus contraríos, sacando materiales para ello de arboles, y ma¬tas silvestres, ansi como han echo de el Algodon Damaha- gua, y Cabuya Pita, y otras cosas distintas según son dis¬tintas las Prouincias, y sus temples, porque como queda visto) son casi tantas las diferencias que en estos ay como la cantidad de leguas, que la tierra tiene. La necesidad ansi mesmo como general inbentora les enseño (estimulada de los frios) a despojar de sus pieles á los animales, y de ellos, y su lana hacer, y teger vestidos en cierta forma de telares que ellos, que ellos también inventaron lo que mas suple estas faltas es el Algodon de quien no sabré decir si desde los antiquissímos tiempos de su primera peregrinación an con- seruado su simiente, y planta ó si lo yban hallando por los montes silvestres y montaraz como en algunas partes sea uisto. Poco va en esta disputa basta saber que como un natural tuviesse Maiz, y Algodon se tenia y estimaua por rico y bien fortunado. Boluamos aora la pluma, y confor¬memos los tiempos, y discurriendo por ellos yremos hacien¬do nuestra tela, y acuérdesele al pió letor que vamos ya caminando por el tiempo, y edad de gracia, y despues que el dador de ella Christo bien nuestro vino al Mundo vestido de nuestra carne como dejamos contado en los Capítulos precedentes.
Cap. 6 – de la barbaridad y confusion que auia entre estos nuestros naturales acerca de la adoracion, y de ciertos varones santos (o que lo paredón) que fueron vistos por aca. Y de la manera de retener los Yndios sus historias.
En el estado y forma que dejamos dicho, y con las ma- rauillas, y estrañezas contadas hallaron poblaron, y hin¬cheron en este Mundo nuebo los descendientes de el Pa¬triarca Ophir despues de la peregrinación tan larga, y llena de subcesos como auemos visto. Y como se puede ymaginar, y es de creer ya no deuia auer en toda la tierra, valle, loma, collado, risco, ni ñaua que no estuviesse poblado, sembrado, ó repartido, porque á estos les era de mucho contento ser Señores, y Poseedores de tierras aunque de ellas no tuviesen mas aprobechamiento que el nombre de ser suyas como aun asta aora se colige de sus costumbres y inclinaciones y a los padres de familias las veian tan multiplicadas que era ne¬cesario grandes, y espaciosas plazas para que pudiesen caber. Cada uno de estos (que ya les podremos llamar Curacas) daua leyes, v ponia estatutos a su gusto y voluntad, y re¬cibe notable engaño el que quiere señalar reglas de gouierno comunes, y unibersales á las gentes de estos tiempos pues es cosa sabida que tantos quantos linages auia en tantas ca¬serías que alojauan, y cada caseria sus leyes por si, y su gouierno por si, y sus costumbres por si y su lengua por si, y sus Ydolos creencia y religión por si, y tan desconformes en todo como se puede colegir de gentes que en poco ó nada se conformauan los unos con los otros antes acaecia biuir, y proceder tan contrarios, y obpuestos, que cada dia por liuianas causas andauan en arma, y ansi no ay ni se puede dar regla general a tanta confusion como la que en aquel siglo pasaua. Ya cada congregación tenia su opinion, y creencia acerca de su origen, y aunque todos conformauan que auia auido un diluvio unibersal cada uno lo contaua acompañado de diferentes fabulas, y ficiones como gente sin letras y de poco entendimiento unos creyeron auer pro¬cedido de sierras y riscos neuados otros de rios, otros de fuentes, otros de animales otros de aues otros de guebos otros tuvieron que de la mar auian salido sus antepasados. Y otras semejantes fabulas y engaños en que su ceguedad los metia creyeron (casi todos los indios) la inmortalidad de el anima mas no alcanzaron ni pudieron imaginar que auia de auer unibersal resureccion de la carne antes estauan persuadidos a que despues de muertos yban á lugares de pena ó de contento según las obras y bibir de cada uno aunque tan poco en esto se puede dar regla general por ser tantas, y tan varias (ó desvariadas) las opiniones que para cada cosa de estas auia en cada Provincia, y aun en cada fa¬milia, y aun en cada casa. Solo es de creer que la fuerza de los lazos, y engaños mas empecibles, y dañosos á las animas de estos desventurados diuieron comenzar á tomar mas fuerza, y violencia desde el felice tiempo de el naci¬miento de el unigénito hijo de Dios, porque el Demonio viendo desvatido, y destroncado su poder en el Mundo cono¬cido y frequentado se vino á este oculto y desuiado entendien¬do (el mal entendido) estar en estas partes mas seguro, y encastillado, y salióle vana su esperanza según lo que despues subcedio. Generalmente (entre las naciones de algún enten¬dimiento en estas Yndias) se tiene noticia por tradición de padres a hijos, que un dia súbito, y repentinamente tem¬bló la tierra, y el Sol (fuera de la orden de sus cursos) se escurecio, y las piedras se quebraron hiriéndose unas con otras, y muchos sepulcros de hombres muertos de mucho tiempo atras se vieron abiertos, y en todo genero de anima¬les se conocio gran turbación, y espanto y por congeturas, y indicios se viene a sacar auer sido aquel dia santissimo de la passion, y muerte de nuestro Redemptor Christo porque también dicen que a pocos años despues fueron vistos en las partes superiores de este Piru ciertos varones de as¬pecto, y presencia venerable barba larga vestido onesto tra¬to, y combersacion santissima informadores de nueba ma-nera de vivir, y predicadores de doctrina de que nada se acuerdan. De esto se tuvo y tiene en la parte dicha muy clara, y común noticia, y se ven y muestran su efigien, y figuras de algunas piedras esculpidas, y entalladas de bulto.
Y verdaderamente no solo en este Piru se tiene noticia de lo tal, mas en muchas y muy diferentes Prouincias se dice de generación en generación auerse visto hombres semejan¬tes. Esto es muy común en este Piru que en la Prouincia de el Cuzco en el Pueblo de Cacha vieron y conversaron un hombre Sancto como los que aqui se tratan, y su figura seuido muchos años esculpida en una piedra por la qual figura se colegia ser Apostol ó discipulo de ellos, y porque reprendía vicios lo quisieron matar los Yndios, y en su de¬fensa bajó fuego de el Cielo y quemo mucha gente, y las piedras oy dia se muestran quemadas, y el se desapareció.
Y a quedado entre los Yndios en opinion que la tierra que este piso da mejor el fruto que la demás. Diré lo que me conto un Soldado de los que con Lope de Aguirre sulcaron el Marañon que auiendose apartado de las Vegas de el rio hallaron una poblazon no pequeña, y en medio de tíla auia una casa estremada, y diferenciada de las demás de el Pueblo dentro de la qual (en la pared frontera) vieron hecha de barro una manera de pulpito, ó catreda y en se cosa sabida que tantos quantos linages auia en tantas ca¬serías que alojauan, y cada caseria sus leyes por si, y su gouierno por si, y sus costumbres por si y su lengua por si, y sus Ydolos creencia y religión por si, y tan desconformes en todo como se puede colegir de gentes que en poco ó nada se conformauan los unos con los otros antes acaecia biuir, y proceder tan contrarios, y obpuestos, que cada dia por liuianas causas andauan en arma, y ansi no ay ni se puede dar regla general a tanta confusion como la que en aquel siglo pasaua. Ya cada congregación tenia su opinion, y creencia acerca de su origen, y aunque todos conformauan que auia auido un diluvio unibersal cada uno lo contaua acompañado de diferentes fabulas, y ficiones como gente sin letras y de poco entendimiento unos creyeron auer pro¬cedido de sierras y riscos neuados otros de rios, otros de fuentes, otros de animales otros de aues otros de guebos otros tuvieron que de la mar auian salido sus antepasados. Y otras semejantes fabulas y engaños en que su ceguedad los metia creyeron (casi todos los indios) la inmortalidad de el anima mas no alcanzaron ni pudieron imaginar que auia de auer unibersal resureccion de la carne antes estauan persuadidos a que despues de muertos yban á lugares de pena ó de contento según las obras y bibir de cada uno aunque tan poco en esto se puede dar regla general por ser tantas, y tan varias (ó desvariadas) las opiniones que para cada cosa de estas auia en cada Provincia, y aun en cada fa¬milia, y aun en cada casa. Solo es de creer que la fuerza de los lazos, y engaños mas empecibles, y dañosos á las animas de estos desventurados diuieron comenzar á tomar mas fuerza, y violencia desde el felice tiempo de el naci¬miento de el unigénito hijo de Dios, porque el Demonio viendo desvatido, y destroncado su poder en el Mundo cono¬cido y frequentado se vino á este oculto y desuiado entendien¬do (el mal entendido) estar en estas partes mas seguro, y encastillado, y salióle vana su esperanza según lo que despues subcedio. Generalmente (entre las naciones de algún enten¬dimiento en estas Yndias) se tiene noticia por tradición de padres a hijos, que un dia súbito, y repentinamente tem¬bló la tierra, y el Sol (fuera de la orden de sus cursos) se escurecio, y las piedras se quebraron hiriéndose unas con otras, y muchos sepulcros de hombres muertos de mucho tiempo atras se vieron abiertos, y en todo genero de anima¬les se conocio gran turbación, y espanto y por congeturas, y indicios se viene a sacar auer sido aquel dia santissimo de la passion, y muerte de nuestro Redemptor Christo porque también dicen que a pocos años despues fueron vistos en las partes superiores de este Piru ciertos varones de as¬pecto, y presencia venerable barba larga vestido onesto tra¬to, y combersacion santissima informadores de nueba ma¬nera de vivir, y predicadores de doctrina de que nada se acuerdan. De esto se tuvo y tiene en la parte dicha muy clara, y común noticia, y se ven y muestran su efigien, y figuras de algunas piedras esculpidas, y entalladas de bulto.
Y verdaderamente no solo en este Piru se tiene noticia de lo tal, mas en muchas y muy diferentes Prouincias se dice de generación en generación auerse visto hombres semejan¬tes. Esto es muy común en este Piru que en la Prouincia de el Cuzco en el Pueblo de Cacha vieron y conversaron un hombre Sancto como los que aqui se tratan, y su figura seuido muchos años esculpida en una piedra por la qual figura se colegia ser Apostol ó discípulo de ellos, y porque reprendia vicios lo quisieron matar los Yndios, y en su de¬fensa bajó fuego de el Cielo y quemo mucha gente, y las piedras oy dia se muestran quemadas, y el se desapareció.
Y a quedado entre los Yndios en opinion que la tierra que este piso da mejor el fruto que la demás. Diré lo que me conto un Soldado de los que con Lope de Aguirre sulcaron el Marañon que auiendose apartado de las Vegas de el rio hallaron una poblazon no pequeña, y en medio de *ella auia una casa estremada, y diferenciada de las demás de el Pueblo dentro de la qual (en la pared frontera) vieron hecha de barro una manera de pulpito, ó catreda y en se mostraua de el pecho para arriba la figura de un hombre ansi mesmo de barro, ó de piedra con barba larga y vestido estrangero, y en una mano un libro ó manera de brebiario, y no pudieron entender de los naturales de la tierra lo que tal, espetaculo significase, porque ni el tiempo les dio lu¬gar para ello ni tan poco ponían en aquella coiuntura sus cuidados en inquirir curiosidades. En la Prouincia de Can- zatoto termino de la Ciudad de Quito me fue a mi mos¬trado por Yndios viejos, y antiguos cierto cerrillo donde en tiempo antiguo se recogio otro varón sancto huiendo la furia popular de los barbaros contra el amotinados, y que de alli se desapareció, y nunca mas fue visto los naturales de las Prouincias de el Brasil (tierra firme y continuada con nuestras Yndias) dicen y afirman auer visto en sus tierras hombres como los que auemos dicho, y muestran en unas bibas peñas las señales, y estanpas de sus pies. Pedro Mártir de Anglier en sus Decadas dice que en la Prouincia de Yucatan apareció y vieron los naturales antiguos un va- ron Sancto, y muy ermoso el qual les enseño adorar y re- uerenciar la santa vera Cruz. Tienense por verdadera no¬ticia que los de el Obispo de Chiapa en la nueva España tuvieron rastro y noticia de el misterio de la Santissima Trinidad. Y semejantes cosas se cuentan, y tienen por ver¬daderas en otras muchas Prouincias de estas nuestras Yndias ansi en Yslas como en tierra firme de ellas, y verdaderamente (ablando con el mismo recato y salva que lo demás) diria yo (y no creo me engaño) que asta el tiempo de la predi¬cación Ebangelica deuio ser tierra continuada esta de las Yndias nuestras con la Austral oy que despues de aquellos tiempos aca, se prorumpio y subcedio lo que dejamos tra¬tado en el Capitulo 15 de la segunda parte y como tierra conjunta de la que no estaua muy lejana de el Reyno de Narsinga deuia ser frequentada, y visitada algunas veces de gentes que de alia benian, y de alli encendidos con fuego de el Espiritu Santo, algunos discípulos de el glorioso Santo Tome que en aquel Reyno predicaua la ley Euangelica diuieron pasar de estas partes y derramarse por ellas predi¬cando, y enseñando las gentes saludable doctrina que de su sagrado Maestro aprendieron, y como no estauan sus ani¬mas dispuestas para recibir tan admirable información ó nro Dios milagrosamente los redujo y boluio á la tierra donde mas aprobechase ó los recibió en su gloria con la Corona aurea de el Santo Martirio. Piadosamente se puede creer lo dicho y las muestras, y vestigios que en la tierra vemos nos inducen á ello sin dar lugar la falta de escrituras a mas larga especulación. Ansi como las demás gentes de el Mun-do tuvieron instrumentos, y artificios para guardar y rete¬ner sus memorias y cosas dignas de ellas, ansi también nuestros Yndianos no carecieron de esta industria y abilidad. Los naturales de la tierra de nueba España usaron de pin¬turas y dibujos donde señalauan con figuras las historias que pretendían retener y guardar inbencion por cierto de galanos entendimientos mas nuestros Piruleros antiguos comenzaron a usar de ciertos ñudos dados en ciertos hilos de colores varias, y según era lo que pretendían, y querían entender de los tales ñudos, y hilos ansi era la color que añudauan á la grandeza y diferencia de el ñudo (o nudos) que hacian, y abia oficiales tan expertos en esta manera de conocer y añudar como ay entre nosotros Escriuanos, y contadores liberales. Estos eran ciertos Yndios informados en aquel menester de sus mayores, y desde muchachos se criauan en ello para que la teórica de tan ciega ciencia la pudiese mejor retener, auia de estas maneras de escripturas a quien llamauan quipos aposentos y casas llenos con mas cantidad que los escritorios de nuestros Secretarios, y Escri¬uanos, y solo se entendían con ellos el Quipo camayoc (que ansi llaman ellos al ministro, y Oficial a cuyo cargo están las tales maneras de escripturas) y estos yban enseñando, y enponiendo á otros desde muchachos dándoles siempre lición, y doctrina de cada cosa, y en la duración de la tal enseñanza los atormentuan a pellizcos en sus desnudas car¬nes a fin de que con mas promptitud retuviessen la lección mostraua de el pecho para arriba la figura de un hombre ansi mesmo de barro, ó de piedra con barba larga y vestido estrangero, y en una mano un libro ó manera de brebiario, y no pudieron entender de los naturales de la tierra lo que tal, espetaculo significase, porque ni el tiempo les dio lu¬gar para ello ni tan poco ponían en aquella coiuntura sus cuidados en inquirir curiosidades. En la Prouincia de Can- zatoto termino de la Ciudad de Quito me fue a mi mos¬trado por Yndios viejos, y antiguos cierto cerrillo donde en tiempo antiguo se recogio otro varón sancto huiendo la furia popular de los barbaros contra el amotinados, y que de alli se desapareció, y nunca mas fue visto los naturales de las Prouincias de el Brasil (tierra firme y continuada con nuestras Yndias) dicen y afirman auer visto en sus tierras hombres como los que auemos dicho, y muestran en unas bibas peñas las señales, y estanpas de sus pies. Pedro Mártir de Anglier en sus Decadas dice que en la Prouincia de Yucatan apareció y vieron los naturales antiguos un va- ron Sancto, y muy ermoso el qual les enseño adorar y re- uerenciar la santa vera Cruz. Tienense por verdadera no¬ticia que los de el Obispo de Chiapa en la nueva España tuvieron rastro y noticia de el misterio de la Santissima Trinidad. Y semejantes cosas se cuentan, y tienen por ver-daderas en otras muchas Prouincias de estas nuestras Yndias ansi en Yslas como en tierra firme de ellas, y verdaderamente (ablando con el mismo recato y salva que lo demás) diria yo (y no creo me engaño) que asta el tiempo de la predi¬cación Ebangelica deuio ser tierra continuada esta de las Yndias nuestras con la Austral oy que despues de aquellos tiempos aca, se prorumpio y subcedio lo que dejamos tra¬tado en el Capitulo 1$ de la segunda parte y como tierra conjunta de la que no estaua muy lejana de el Reyno de Narsinga deuia ser frequentada, y visitada algunas veces de gentes que de alia benian, y de alli encendidos con fuego de el Espiritu Santo, algunos discípulos de el glorioso Santo Tome que en aquel Reyno predicaua la ley Euangelica diuieron pasar de estas partes y derramarse por ellas predi¬cando, y enseñando las gentes saludable doctrina que de su sagrado Maestro aprendieron, y como no estauan sus ani¬mas dispuestas para recibir tan admirable información ó nro Dios milagrosamente los redujo y boluio á la tierra donde mas aprobechase ó los recibió en su gloria con la Corona aurea de el Santo Martirio. Piadosamente se puede creer lo dicho y las muestras, y vestigios que en la tierra vemos nos inducen á ello sin dar lugar la falta de escrituras a mas larga especulación. Ansi como las demás gentes de el Mun¬do tuvieron instrumentos, y artificios para guardar y rete¬ner sus memorias y cosas dignas de ellas, ansi también nuestros Yndianos no carecieron de esta industria y abilidad. Los naturales de la tierra de nueba España usaron de pin¬turas y dibujos donde señalauan con figuras las historias que pretendian retener y guardar inbencion por cierto de galanos entendimientos mas nuestros Piruleros antiguos comenzaron a usar de ciertos ñudos dados en ciertos hilos de colores varias, y según era lo que pretendian, y querían entender de los tales ñudos, y hilos ansi era la color que añudauan á la grandeza y diferencia de el ñudo (o nudos) que hacian, y abia oficiales tan expertos en esta manera de conocer y añudar como ay entre nosotros Escriuanos, y contadores liberales. Estos eran ciertos Yndios informados en aquel menester de sus mayores, y desde muchachos se criauan en ello para que la teórica de tan ciega ciencia la pudiese mejor retener, auia de estas maneras de escripturas a quien llamauan quipos aposentos y casas llenos con mas cantidad que los escritorios de nuestros Secretarios, v Escri-uanos, y solo se entendian con ellos el Quipo camayoc (que ansi llaman ellos al ministro, y Oficial a cuyo cargo están las tales maneras de escripturas) y estos yban enseñando, y enponiendo á otros desde muchachos dándoles siempre lición, y doctrina de cada cosa, y en la duración de la tal enseñanza los atormentuan a pellizcos en sus desnudas car¬nes a fin de que con mas promptitud retuviessen la lección de aquel dia y de esta manera quedauan tan expertos, y doctos en aquel arte que con facilidad dauan cuenta de lo que les preguntaua en cosas tocantes á subcesos passados de casi tiempo de 800 años. Mas esto se entiende de cosas muy notables, y breues porque no daua el arte lugar a estenderse en historias. Pues de tal manera de cuentas, y escripturas (y no con poco trabajo) se a podido verificar el principio, y proceso de los Señores Yngas que no a costado poco es¬crutinio y consultas hechas con Yndios antiguos y enten¬didos en el arte y abilidad de los Quipos, y poner los emos todos desde su principio con las cosas mas notables que a cada uno subcedio en el progreso de su vida, (y con poca y casi ninguna falta) notaremos los años en que comenza¬ron bibieron y murieron verificado por los años solares de que estos naturales usauan, y aunque esta manera de dar tiempos, y señalárselos á las cosas y subcesos de estos Yndios a de introducir entre los que presumen de antiguallas Yn- dianas muchas opiniones, y aun murmuraciones, hagan ellos las diligencias que yo hecho, y quiten el cuidado de las cosas propias y ponganlo en la tal inquisición como yo lo e puesto apartandolo de mi útil, y Ínteres, y quando ayan hecho esto aliaran por verdadera mi cuenta, y quando en algo discrepare de la que otros tendrán hecha va poco a decir de ello; pues es falta que se disimula y permite en cosas mas graues, y demás importancia. Y con esta pre- uencion hecha comenzare la historia de estos famosos, y poderosos Principes quando su coyuntura llegare porque le combiene primero á el estambre de mi tela interponer aqui un Epilogo breue de las cosas que a pasado el silencio, y sin nombrarles no diuiendolo hacer conforme á lo pro¬metido.
Cap. 7.- de la diuision de los sagrados Apostóles a predicar el sagrado Ebangelio por el Mundo, y de la prisa que el Demonio se daua a sembrar errores. Y de la secta dañada de Arrio y de otras Heresiarcas.
Justo es que sepamos como despues de la pasión y muerte de nro Redemptor Jesuchristo, y de su gloriosisima resurecion y suvida á los Cielos por su propia virtud (que fueron las obras mas dignas de memoria que en el Mundo ni en el Cielo an subcedido en tiempo) fueron por man¬dado de el mismo Jesuchristo Señor nuestro embiados por todo el Mundo los Sagrados Apostoles a predicar el Eban¬gelio a toda criatura como lo escriuen S. Matheo y S. Mar¬cos en sus diuinas historias. Y en cumplimiento de tal pre¬cepto (despues de la venida de el Spiritu Santo) auiendo celebrado en la Ciud Santa de Jerusalem aquel primero y general Concilio en el qual presidio el Espíritu Santo, y como segundo y sumo Pontífice que subcedio á Christo el Apostol San Pedro, y auiendo compuesto y decretado entre ellos el Santo Simbolum de la fe, q’ comienza (Credo in unum Deum) repartieron y sortearon entre si las Pro¬vincias de el Mundo para sembrar aquella simiente diuina, y santa.
Cupole a el Apostol Sant Pedro las Prouincias de Ponto Galacia Bitinia y Capadocia, en las quales auiendo cumplido con su Santissimo oficio, vino á Antiochia y puso en ella la silla Apostólica, y á los sieruos, y seguidores de Xpo. el nom¬bre de Christianos de alli fue trasladada en Roma año de el nacimiento de Christo 44 donde el sagrado Apostol S. Pedro tuuo amistad estrecha con el glorioso S. Pablo, y como en la vida se amaron en Christo, perseuaron en este amor asta morir por Christo.
Cupole á Sant Andrés en la partición dicha las Prouin¬cias de la Yndia, y la Scitia Asiatica, y la Sagdiana, y Sacas, y Etiopia interior tierras de gentes barbaras, y rudas, y de de aquel dia y de esta manera quedauan tan expertos, y doctos en aquel arte que con facilidad dauan cuenta de lo que les preguntaua en cosas tocantes á subcesos passados de casi tiempo de 800 años. Mas esto se entiende de cosas muy notables, y breues porque no daua el arte lugar a estenderse en historias. Pues de tal manera de cuentas, y escripturas (y no con poco trabajo) se a podido verificar el principio, y proceso de los Señores Yngas que no a costado poco es¬crutinio y consultas hechas con Yndios antiguos y enten¬didos en el arte y abilidad de los Quipos, y poner los emos todos desde su principio con las cosas mas notables que a cada uno subcedio en el progreso de su vida, (y con poca y casi ninguna falta) notaremos los años en que comenza¬ron bibieron y murieron verificado por los años solares de que estos naturales usauan, y aunque esta manera de dar tiempos, y señalárselos á las cosas y subcesos de estos Yndios a de introducir entre los que presumen de antiguallas Yn- dianas muchas opiniones, y aun murmuraciones, hagan ellos las diligencias que yo hecho, y quiten el cuidado de las cosas propias y ponganlo en la tal inquisición como yo lo e puesto apartandolo de mi útil, y Ínteres, y quando ayan hecho esto aliaran por verdadera mi cuenta, y quando en algo discrepare de la que otros tendrán hecha va poco a decir de ello; pues es falta que se disimula y permite en cosas mas graues, y demás importancia. Y con esta pre- uencion hecha comenzare la historia de estos famosos, y poderosos Principes quando su coyuntura llegare porque le combiene primero á el estambre de mi tela interponer aqui un Epilogo breue de las cosas que a pasado el silencio, y sin nombrarles no diuiendolo hacer conforme á lo pro¬metido.
Cap. 7.- de la diuision de los sagrados Apostoles a predicar el sagrado Ebangelio por el Mundo, y de la prisa que el Demonio se daua a sembrar errores. Y de la secta dañada de Arrio y de otras Heresiarcas.
Justo es que sepamos como despues de la pasión y muerte de nro Redemptor Jesuchristo, y de su gloriosisima resurecion y suvida á los Cielos por su propia virtud (que fueron las obras mas dignas de memoria que en el Mundo ni en el Cielo an subcedido en tiempo) fueron por man¬dado de el mismo Jesuchristo Señor nuestro embiados por todo el Mundo los Sagrados Apostoles a predicar el Eban¬gelio a toda criatura como lo escriuen S. Matheo y S. Mar¬cos en sus diuinas historias. Y en cumplimiento de tal pre¬cepto (despues de la venida de el Spiritu Santo) auiendo celebrado en la Ciu”1 Santa de Jerusalem aquel primero y general Concilio en el qual presidio el Espiritu Santo, y como segundo y sumo Pontifice que subcedio á Christo el Apostol San Pedro, y auiendo compuesto y decretado entre ellos el Santo Simbolum de la fe, q’ comienza (Credo in unum Deum) repartieron y sortearon entre si las Pro¬vincias de el Mundo para sembrar aquella simiente diuina, y santa.
Cupole a el Apostol Sant Pedro las Prouincias de Ponto Galacia Bitinia y Capadocia, en las quales auiendo cumplido con su Santissimo oficio, vino á Antiochia y puso en ella la silla Apostólica, y á los sieruos, y seguidores de Xpo. el nom¬bre de Christianos de alli fue trasladada en Roma año de el nacimiento de Christo 44 donde el sagrado Apostol S. Pedro tuuo amistad estrecha con el glorioso S. Pablo, y como en la vida se amaron en Christo, perseuaron en este amor asta morir por Christo.
Cupole á Sant Andrés en la partición dicha las Prouin¬cias de la Yndia, y la Scitia Asiatica, y la Sagdiana, y Sacas, y Etiopia interior tierras de gentes barbaras, y rudas, y de todas lo libró el Señor, y pasó en Grecia donde en la Pro- uinca de Acaya en la Ciud de Patras fue preso y martirizado en Cruz por el mal Juez Egeas.
A el Apóstol Santiago cupo en suerte la predicación de Judea, y de ella paso á España donde solas combirtio 9 per¬sonas, y en ella se le apareció nuestra Señora sobre un pi¬lar de Jaspe en la Ciud de Zaragoza, y le mando que en su onor y nombre edificasse una Capilla, y el obediente dis¬cípulo, y amado sobrino la hizo que es la que asta oy re¬tiene el nombre y la primera Yglesia de Christianos que tiene el Mundo, fue martirizado en Jerusalem por man¬dado de Erodes, y su sagrado cuerpo tenemos en España.
A San Juan Euangelista cupo la predicación de Asia y escriuio su diuina y ebangelica historia el ultimo de los sa¬grados coronistas. Y hizolo el Santo Apostol para confun¬dir a un famoso Heresiarca llamado Cherintho y a otros herejes Hebionitas que se auian leuantado en aquellos tiem¬pos. Estando el diuino San Juan de asiento en Epheso fue preso, y traído á Roma y de alli (por mandado de el mal¬dito Domiciano) fue desterrado y puesto en la Ysla Pat- mos donde escriuio el Apocalipsi alzado su destierro, y aui¬endo hecho obras milagrosas bolvio á Asia menor y en ella fundo siete Yglesias famosisimas y siendo viejo de hedad de 99 años se metió en un sepulcro que para si tenia hecho en Epheseo. Y sobre viniendo un resplandor y lumbre de el Cielo tuvo cubierta la sepultura y a cabo de grande es¬pacio que la lumbre se leuanto y desapareció no fue aliado alli su cuerpo. Subcedio lo dicho el año de 101 de el naci¬miento de Christo nro bien y su Maestro.
A Sancto Tomas Didimo cupo en suerte la predicación ebangelica en las mas remotas y indomables Provincias de la gran Yndia Oriental, y de camino predicó á los Partos, Me- dos, Hircanos, y Bragmanos y llegó á la remotísima Ciud’ de Calaminia en la Yndia que es la misma que oy dia se llama Meliapor en el Reyno de Narsinga y auiendo hecho el oficio de buen predicador (y á lo que se puede creer y colegir de lo que dejamos dicho en el Capitulo 6 desta ter¬cera parte) auiendo despachado discípulos suyos á la tierra Austral, y Yslas aderentes á la gran Yndia, y estos encen¬didos de amor santo auiendo ya penetrado tanto que fue¬ron vistos en estas nras Yndias occidentales le llego á el San¬to Apostol el tiempo de su coronacion, y ansi por odio y mal querencia que los Sacerdotes de los Ydolos le tomaron por contradecir y confutar sus falsas predicaciones fue martirizado con varios tormentos, y al cabo muerto á lan¬zadas asta oy se alian y an aliado en aquel Reyno rastros y vestigios de su santa doctrina aunque ya corrompida, y pro¬fanada con ritos gentílicos.
La suerte y eredad que á Santiago el menor le cupo fue la Silla Episcopal de Jerusalem electo para ella por los mismos Apostoles con grandissima santidad governo aquella Yglessia 30 años, y al cabo de ellos fue martirizado por orden de el maldito Albino fue este glorioso Apostol el primero que dixo Missa con solenidad.
El apostol Sant Philipe fue a predicar el Sagrado Eban¬gelio á los Scitas Europeos donde hizo admirable fructo con su predicación vida y milagros boluio á Frigia y en la Ciu.d de Hierapoli. Fue martirizado por los ereges Hebionitas. Fue su muerte en una Cruz a ymitacion de nro Redemptor y maestro.
A Sant Bartolomé le fue dada en parte y suerte, la Pro¬uincia de Licaonia, y desde ella fue predicando asta los con¬fines de la Yndia Oriental, y trasladado en lengua y letra Yndiana el Ebangelio de Sant Matheo, y al cabo de auer pa¬decido excesivos trabajos aporto en la menor Armenia don¬de combirtio á la fe de Jesu Christo muchas Ciudades, y al Rey Palemonio con su muger finalmente por odio que le tomaron los falsos Sacerdotes de los Ydolos fue persuadido de ellos un hermano de el dicho Rey a que lo desollase vivo, y ansi recibió Corona de Santo Martirio, y su cuerpo fue sepultado en la Ciud de Abano, y aora esta en Roma.
A Sant. Matheo ir le toco a predicar á la Etiopia, y an- todas lo libró el Señor, y pasó en Grecia donde en la Pro- uinca de Acaya en la Ciud de Patras fue preso y martirizado en Cruz por el mal Juez Egeas.
A el Apóstol Santiago cupo en suerte la predicación de Judea, y de ella paso á España donde solas combirtio 9 per¬sonas, y en ella se le apareció nuestra Señora sobre un pi¬lar de Jaspe en la Ciud de Zaragoza, y le mando que en su onor y nombre edificasse una Capilla, y el obediente dis¬cípulo, y amado sobrino la hizo que es la que asta oy re-tiene el nombre y la primera Yglesia de Christianos que tiene el Mundo, fue martirizado en Jerusalem por man¬dado de Erodes, y su sagrado cuerpo tenemos en España.
A San Juan Euangelista cupo la predicación de Asia y escriuio su diuina y ebangelica historia el ultimo de los sa¬grados coronistas. Y hizolo el Santo Apostol para confun¬dir a un famoso Heresiarca llamado Cherintho y a otros herejes Hebionitas que se auian leuantado en aquellos tiem¬pos. Estando el diuino San Juan de asiento en Epheso fue preso, y traido á Roma y de alli (por mandado de el mal¬dito Domiciano) fue desterrado y puesto en la Ysla Pat- mos donde escriuio el Apocalipsi alzado su destierro, y aui¬endo hecho obras milagrosas bolvio á Asia menor y en ella fundo siete Yglesias famosísimas y siendo viejo de hedad de 99 años se metió en un sepulcro que para si tenia hecho en Epheseo. Y sobre viniendo un resplandor y lumbre de el Cielo tuvo cubierta la sepultura y a cabo de grande es¬pacio que la lumbre se leuanto y desapareció no fue aliado alli su cuerpo. Subcedio lo dicho el año de 101 de el naci¬miento de Christo nro bien y su Maestro.
A Sancto Tomas Didimo cupo en suerte la predicación ebangelica en las mas remotas y indomables Provincias de la gran Yndia Oriental, y de camino predicó á los Partos, Me- dos, Hircanos, y Bragmanos y llegó á la remotisima Ciud’ de Calaminia en la Yndia que es la misma que oy dia se llama Meliapor en el Reyno de Narsinga y auiendo hecho el oficio de buen predicador (y á lo que se puede creer y colegir de lo que dejamos dicho en el Capitulo 6 desta ter¬cera parte) auiendo despachado discipulos suyos á la tierra Austral, y Yslas aderentes á la gran Yndia, y estos encen¬didos de amor santo auiendo ya penetrado tanto que fue¬ron vistos en estas nro” Yndias occidentales le llego á el San¬to Apostol el tiempo de su coronacion, y ansi por odio y mal querencia que los Sacerdotes de los Ydolos le tomaron por contradecir y confutar sus falsas predicaciones fue martirizado con varios tormentos, y al cabo muerto á lan¬zadas asta oy se alian y an aliado en aquel Reyno rastros y vestigios de su santa doctrina aunque ya corrompida, y pro¬fanada con ritos gentílicos.
La suerte y eredad que á Santiago el menor le cupo fue la Silla Episcopal de Jerusalem electo para ella por los mismos Apostoles con grandissima santidad governo aquella Yglessia 30 años, y al cabo de ellos fue martirizado por orden de el maldito Albino fue este glorioso Apostol el primero que dixo Missa con solenidad.
El apostol Sant Philipe fue a predicar el Sagrado Eban¬gelio á los Scitas Europeos donde hizo admirable fructo con su predicación vida y milagros boluio á Frigia y en la Ciu.d de Hierapoli. Fue martirizado por los ereges Hebionitas. Fue su muerte en una Cruz a ymitacion de nro Redemptor y maestro.
A Sant Bartolomé le fue dada en parte y suerte, la Pro¬uincia de Licaonia, y desde ella fue predicando asta los con¬fines de la Yndia Oriental, y trasladado en lengua y letra Yndiana el Ebangelio de Sant Matheo, y al cabo de auer pa¬decido excesivos trabajos aporto en la menor Armenia don¬de combirtio á la fe de Jesu Christo muchas Ciudades, y al Rey Palemonio con su muger finalmente por odio que le tomaron los falsos Sacerdotes de los Ydolos fue persuadido de ellos un hermano de el dicho Rey a que lo desollase vivo, y ansi recibió Corona de Santo Martirio, y su cuerpo fue sepultado en la Ciud de Abano, y aora esta en Roma.
A Sant. Matheo ir le toco a predicar á la Etiopia, y an¬tes que partiesse escriuio en lengua Hebrea su Ebangelio Santo puesto en su oficio y ministerio prosiguió su predica¬ción con marauillosas señales y combirtio mucha gente, y auiendo persuadido á una Virgen Christiana que guardas- se castidad y limpieza pretendió casar con ella un tio suyo hermano de un Rey padre de esta virgen Hiphigenia y co¬mo ella perseverase firme en su voto, y el Rey Hitarco (que ansi se llamaua su tio) entendiese que el Sagrado Apostol le persuadía á la vida limpia y casta le hizo cortar la cabeza y recibió el martirio por Christo de quien era Apostol y Co- ronista Santissimo.
San Simón celador y obseruador de la ley Ebangelica la fue á predicar á Egipto y viuio 120 años llenos de trabajos y santidad el y su hermano Judas Tadeo pasaron a persia a predicar el Santo Ebangelio, y alia padecieron martirio, y sus cuerpos tiene Roma.
Sant Judas Tadeo que acabamos de nombrar predico nuestra Santa Religión en Mesopotamia y Ponto escriuio una Epistola Canónica breue en palabras, y profunda en misterios fue coronado de martirio con su hermano Simón (como queda dicho) en Persia.
Sant Mathias el que fue elegido por suerte le cupo en ella la predicación de el Sagrado Ebangelio en la Macedonia y despues boluio a predicar á Judea donde por las Sacrile¬gas manos de los Judíos fue martirizado dicen también que predico en la Etiopia.
Estos doce obreros Santissimos embio Dios á su eredad para desencastillar de ella á el enemigo de el umanal linage que tan abanderas desplegadas hacia robos y insultos en las pobres animas mal enseñadas, y poco amadas de aquellos que las dejauan perder y fue tan eficaz contrayerua la pre¬dicación Ebangelica contra el veneno que el Demonio de- rramaua que a ojos vistas se vido en muchas partes confu-so, y vencido y ansi como bibora pisada, ó Tigre ostigado, ó Orza herida andaua el dañado buscando á quien dañar, y conociendo esto el Apostol Sant Pedro dijo en su Canónica hermanos biuid alerta y velaos que vro adversario el Demo¬nio como León rauioso anda buscando que tragar. Porque verdaderamente el falso ponia todas sus fuerzas en persua¬dir á los que hallaua profesores de la fe a que con gran daño suyo la menospreciasen y a los que andauan fuera de este Santo Rebaño Ebangelico persuadía (no solo a que en el no entrasen) mas aunque conspirasen contra los ama¬dores de la santa doctrina y estas persuaciones pudieron tan¬to en los pechos desalmados, y aliaron tanto lugar en las ciegas almas de muchos miserables Emperadores que se le- uantaron con animo de empecer y derribar a perpetua ruina á nra’ Santa Religión y armando el Demonio con sus ofen- siuas armas una increible caterua de trabucos, y maquinas infernales salió a publica pelea contra la nueba (y recien esquipada) Ñaue de Sant Pedro.
Busco el infelice tirano (para instrumentos suyos) no menos que un esquadron de Emperadores Romanos en quien estaua entonces la potencia de el Mundo. Aun Nerón que de el primer golpe derribo en la tierra, y leuanto ál Cielo las dos prestantísimas columnas de el famoso edificio, que fueron los gloriosos Apostoles Pedro y Pablo subcediole un Domiciano un Trajano Elio vero, y un Antonio Pió (in¬digno de tal nombre) Pertinax Septimio Seuero Decio Ga¬llo Valeriano, y Galieno Aureliano Diocleciano obradores todos estos de aquellas diez persecuciones que nra madre padeció en los tiernos años de su infancia de quien el Real Propheta auia cantado diciendo (en persona de la persegui¬da Yglesia) muchas veces fue combatida en mi juventud muchas veces me combatieron, y en vano se cansaron pues no pudieron nada en mi daño. Bien se pensaua el cruel ene¬migo de lo que es bueno que con su legión de amontonados Monarcas de el Mundo, dañaua ó empecía a nra Iglesia, mas claramente se engañaua porque tantas quantas piedras qui- tauan de este soberano edificio, tantas, y mas se combertian en millares para su reparo, de suerte que cayan mil y leban- tua Dios diez mil. Y no hacian mas que caer los cuerpos de tes que partiesse escriuio en lengua Hebrea su Ebangelio Santo puesto en su oficio y ministerio prosiguió su predica¬ción con marauillosas señales y combirtio mucha gente, y auiendo persuadido á una Virgen Christiana que guardas- se castidad y limpieza pretendió casar con ella un tio suyo hermano de un Rey padre de esta virgen Hiphigenia y co¬mo ella perseverase firme en su voto, y el Rey Hitarco (que ansi se llamaua su tio) entendiese que el Sagrado Apostol le persuadía á la vida limpia y casta le hizo cortar la cabeza y recibió el martirio por Christo de quien era Apostol y Co- ronista Santissimo.
San Simón celador y obseruador de la ley Ebangelica la fue á predicar á Egipto y viuio 120 años llenos de trabajos y santidad el y su hermano Judas Tadeo pasaron a persia a predicar el Santo Ebangelio, y alia padecieron martirio, y sus cuerpos tiene Roma.
Sant Judas Tadeo que acabamos de nombrar predico nuestra Santa Religión en Mesopotamia y Ponto escriuio una Epístola Canónica breue en palabras, y profunda en misterios fue coronado de martirio con su hermano Simón (como queda dicho) en Persia.
Sant Mathias el que fue elegido por suerte le cupo en ella la predicación de el Sagrado Ebangelio en la Macedonia y despues boluio a predicar á Judea donde por las Sacrile¬gas manos de los Judios fue martirizado dicen también que predico en la Etiopia.
Estos doce obreros Santissimos embio Dios á su eredad para desencastillar de ella á el enemigo de el umanal linage que tan abanderas desplegadas hacia robos y insultos en las pobres animas mal enseñadas, y poco amadas de aquellos que las dejauan perder y fue tan eficaz contrayerua la pre¬dicación Ebangelica contra el veneno que el Demonio de- rramaua que a ojos vistas se vido en muchas partes confu-so, y vencido y ansi como bibora pisada, ó Tigre ostigado, ó Orza herida andaua el dañado buscando á quien dañar, y conociendo esto el Apostol Sant Pedro dijo en su Canónica hermanos binid alerta y velaos que vro adversario el Demo¬nio como León rauioso anda buscando que tragar. Porque verdaderamente el falso ponia todas sus fuerzas en persua¬dir á los que hallaua profesores de la fe a que con gran daño suyo la menospreciasen y a los que andauan fuera de este Santo Rebaño Ebangelico persuadía (no solo a que en el no entrasen) mas aunque conspirasen contra los ama¬dores de la santa doctrina y estas persuaciones pudieron tan¬to en los pechos desalmados, y aliaron tanto lugar en las ciegas almas de muchos miserables Emperadores que se le- uantaron con animo de empecer y derribar a perpetua ruina á nr” Santa Religión y armando el Demonio con sus ofen- siuas armas una increíble caterua de trabucos, y maquinas infernales salió a publica pelea contra la nueba (y recien esquipada) Ñaue de Sant Pedro.
Busco el infelice tirano (para instrumentos suyos) no menos que un esquadron de Emperadores Romanos en quien estaua entonces la potencia de el Mundo. Aun Nerón que de el primer golpe derribo en la tierra, y leuanto ál Cielo las dos prestantísimas columnas de el famoso edificio, que fueron los gloriosos Apostoles Pedro y Pablo subcediole un Domiciano un Trajano Elio vero, y un Antonio Pío (in¬digno de tal nombre) Pertinax Septimio Seuero Decio Ga¬llo Valeriano, y Galieno Aureliano Diocleciano obradores todos estos de aquellas diez persecuciones que nra madre padeció en los tiernos años de su infancia de quien el Real Propheta auia cantado diciendo (en persona de la persegui¬da Yglesia) muchas veces fue combatida en mi juventud muchas veces me combatieren, y en vano se cansaron pues no pudieron nada en mi daño. Bien se pensaua el cruel ene¬migo de lo que es bueno que con su legión de amontonados Monarcas de el Mundo, dañaua ó empecía a n™ Iglesia, mas claramente se engañaua porque tantas quantas piedras qui- tauan de este soberano edificio, tantas, y mas se combertian en millares para su reparo, de suerte que cayan mil y leban- tua Dios diez mil. Y no hacian mas que caer los cuerpos de los que matauan en la tierra quando las almas eran leuanta- das en el Cielo donde incitauan la indignación de el ofen¬dido Dios con clamores diciendo hasta quando Señor ver¬dadero y santo no has de juzgar, y no vengas tu ofensa y nra derrani.vJa sangre en cuya venganza llouia de el Cielo castigo. Y viendo el Demonio que ansi como la roca de el mar tanto quanto mas herida de las furiosas ondas tanto mas esta ella resplandeciente y limpia, y ansi la Yglesia tanto quanto mas perseguida con el derramamiento de las sangre de Mártires tanto mas estaua fuerte entera y reforjada in¬terpuso otro genero de artillería cebada con la polvora de el Ynfierno, esta fue una copia inmensa de Ereges Aposta¬tas hijos legítimos de aquella desbocada vestía en quien pe- gaua el fuego con su soplo el Dragón Satanas. Unos Nico- laytas Hebronitas Carpocrates, Marcionistas Balentinianos Cataphigias Montañistas Seuerianos Eucracianos un Paulo Samosatense un Artemon, otro Nouato (inventor de la pri¬mera cisma en la Yglesia de Dios) otros no menos que los demás pernicioso llamado Sabelío, otro Cherinto, un Nepos, y otro empecedor Persiano cuyo nombre fue Manes (padre y origen de los Perniciosos Maniqueos) que con palabras barbaras y locas se intento llamar Christo, y epilogando las Eregias biejas remendó con ellas una nueba con que inficio¬no gran parte de el Mundo, y conturbo la Yglesia, y al San¬to Pontífice Félix (primero de este nombre) que en aquel tiempo (canónica y santamente) la regia casi á los 28 5 años de el nacimiento de Christo. En fin biendo el perturbado sagaz, que diez persecuciones que la Yglesia auia padecido en espacio, y duración de 300 años auian hecho poca mella en sus baluartes y torres, y que un infinito numero de Ere¬ges auian en vano leuantado sus ordas contra la bien reñida nave de Sant Pedro, armo y cargo de nuevo (con su refi¬nada polvora) una maldita culebrina pretendiendo con el fuego infernal de su boca bastar a disipar lo que tantos Em¬peradores ni tiranos, y Heresiarcas Docmatistas no auian podido. Y ansi en el mas florido tiempo y en el mas quieto verano que la Santa Yglesia tuvo se leuanto de su regazo y gremio un excomulgado Presbitero llamado Arrio natural de Alexandria en Egipto hombre conocido (mas por su pre¬sunción y letras que por la buena fama de sus costumbres) este hinco al Mundo de la ponzoña de que el Demonio á el lo hincho el pecho, y tuvo gran parte de el enredado en los lazos de sus engaños largos tiempos. La maldita ponzoña de esta sierpe infernal tuvo atosigados á los Godos Reyes de nra España desde cerca de los años de Christo de 412 que por trato, y confederación que el Emperador Valente hizo con ellos aceptaron la amistad Romana, y recibir la fe de Jesu Christo.
Y huvo tanto descuido en nros’ Catolicos que fueron a instruir á los Godos en los rudimentos de la fe Obispos Arria- nos y como fue la primera manera de Religión que apren¬dieron y recibieron, perseueraron en ella constantemente as¬ta cerca de los años 58 5 que el bendito Recaredo por edito publico mando que en todos sus Reynos se profesase y con- fessase la santa fee católica según la Yglesia Romana la pro- fessa y confiessa, y verdaderam.te no hacian ni hicieron tan notable daño en la congregación de los fieles las armas de aquellos crueles Emperadores teñidas en sangre de Márti¬res quanto hacian y hicieron los falsos y excomulgados Ere- ges con sus lenguas y plumas enviscadas y tocadas de el Tosigo infernal porque los Emperadores embiauan animas ál Cielo por el martirio, y los Ereges ál Ynfierno por la Apostasia y blasfemia. Y de todos ellos ninguno empeció tanto ni daño a tantas animas como este maldito Arrio Ale- xandrino que auemos nombrado contra cuyo veneno fue congregado aquel santissimo y general Concilio Niceno pre¬sidiendo en el el Spiritu Santo, y en nombre y lugar de Christo tenia la santa sede Romana al Santo Pontífice Má¬ximo Silvestro primero fueron aliados en este Sínodo 318 Obispos, y en el engaño nombre nuestra madre España, por el mucho valor santidad, y letras de don Osio Obispo y Co¬rona de Cordoua auturizado a esta bendita congregación los que mataran en la tierra quando las almas eran leuanta- das en el Cielo donde incitauan la indignación de el ofen¬dido Dios con clamores diciendo hasta quando Señor ver¬dadero y sarro no has de juzgar, y no vengas tu ofensa y nra derram.via sangre en cuya venganza llouia de el Cielo castigo. Y viendo el Demonio que ansi como la roca de el mar tanto quanto mas herida de las furiosas ondas tanto mas esta ella resplandeciente y limpia, y ansi la Yglesia tanto quanto mas perseguida con el derramamiento de las sangre de Mártires tanto mas estaua fuerte entera y reforjada in¬terpuso otro genero de artillería cebada con la polvora de el Ynfierno. esta fue una copia inmensa de Ereges Aposta¬tas hijos legítimos de aquella desbocada vestia en quien pe- gaua el fuego con su soplo el Dragón Satanas. Unos Nico- laytas Hebronitas Carpocrates, Marcionistas Balentinianos Cataphigias Montañistas Seuerianos Eucracianos un Paulo Samosatense un Artemon, otro Nouato (inventor de la pri¬mera cisma en la Yglesia de Dios) otros no menos que los demás pernicioso llamado Sabello, otro Cherinto, un Nepos, y otro empecedor Persiano cuyo nombre fue Manes (padre y origen de los Perniciosos Maniqueos) que con palabras barbaras y locas se intento llamar Christo, y epilogando las Eregias biejas remendó con ellas una nueba con que inficio¬no gran parte de el Mundo, y conturbo la Yglesia, y al San¬to Pontífice Félix (primero de este nombre) que en aquel tiempo (canónica y santamente) la regia casi á los 28 5 años de el nacimiento de Christo. En fin biendo el perturbado sagaz, que diez persecuciones que la Yglesia auia padecido en espacio, y duración de 300 años auian hecho poca mella en sus baluartes y torres, y que un infinito numero de Ere¬ges auian en vano leuantado sus ordas contra la bien reñida nave de Sant Pedro, armo y cargo de nuevo (con su refi¬nada polvora) una maldita culebrina pretendiendo con el fuego infernal de su boca bastar a disipar lo que tantos Em¬peradores ni tiranos, y Heresiarcas Docmatistas no auian podido. Y ansi en el mas florido tiempo y en el mas quieto verano que la Santa Yglesia tuvo se leuanto de su regazo y gremio un excomulgado Presbitero llamado Arrio natural de Alexandria en Egipto hombre conocido (mas por su pre¬sunción y k’tras que por la buena fama de sus costumbres) este hinco al Mundo de la ponzoña de que el Demonio á el lo hincho el pecho, y tuvo gran parte de el enredado en los lazos de sus engaños largos tiempos. La maldita ponzoña de esta sierpe infernal tuvo atosigados á los Godos Reyes de n™ España desde cerca de los años de Christo de 412 que por trato, y confederación que el Emperador Valente hizo con ellos aceptaron la amistad Romana, y recibir la fe de Jesu Christo.
Y huvo tanto descuido en nro” Catolicos que fueron a instruir á los Godos en los rudimentos de la fe Obispos Arria- nos y como fue la primera manera de Religión que apren¬dieron y recibieron, perseueraron en ella constantemente as¬ta cerca de los años 58 5 que el bendito Recaredo por edito publico mando que en todos sus Reynos se profesase y con- fessase la santa fee católica según la Yglesia Romana la pro- fessa y confiessa, y verdaderam.” no hacian ni hicieron tan notable daño en la congregación de los fieles las armas de aquellos crueles Emperadores teñidas en sangre de Márti¬res quanto hacian y hicieron los falsos y excomulgados Ere- ges con sus lenguas y plumas enviscadas y tocadas de el Tosigo infernal porque los Emperadores embiauan animas ál Cielo por el martirio, y los Ereges ál Ynfierno por la Apostasia y blasfemia. Y de todos ellos ninguno empeció tanto ni daño a tantas animas como este maldito Arrio Ale- xandrino que auemos nombrado contra cuyo veneno fue congregado aquel santissimo y general Concilio Niceno pre¬sidiendo en el el Spiritu Santo, y en nombre y lugar de Christo tenia la santa sede Romana al Santo Pontifice Má¬ximo Silvestro primero fueron aliados en este Sinodo 318 Obispos, y en el engaño nombre nuestra madre España, por el mucho valor santidad, y letras de don Osio Obispo y Co¬rona de Cordoua auturizado a esta bendita congregación la venerable presencia de el buen Emperador Constantino este Concilio Santissimo celebrado en el año de 324 del na¬cimiento de Christo. Y en nuestra España (aunque ator¬mentada de guerras entre sus naturales Romanos y Godos) florecia grandemente la fee Chatolica, y lo de estas nras Yn¬dias deuia estar en las mismas tinieblas que los dejamos quan¬do acabamos de ablar de ellas porque es de crer que para los unos y otros ternia el Demonio astucias. Fueron tantas las cosas y acontecimientos que por todo el Mundo yban sub- cediendo en estas temporadas que por poco que de cada una se tocase se haria largo proceso, y ansi (oluidandolas todas) pasare a tratar de las mas notables, tocantes á la Religión Christiana aumento y felicidad suya y también no olvidare de que sus rentas y aprovechamientos no se le disminuyesen, y su poder no se le menoscabase, ni á su Ynfierno faltasen almas.
Cap. 8. – de muchos Emperadores Chatolicos que favore¬cieron á 11ra Santa Yglesia y de el nacimiento vida y muerte de el falso Mahoma, y como huviera en¬trado en este Piru su dañada secta si los Chatoli¬cos Reyes Españoles no lo atajaran.
Pocos tiempos antes de aquellos que yvamos tratando en lo tocante á historia Eclesiástica tenia la Chatolica Yglesia pasado ya el rigor de su proceloso y elado Ymbierno, y con una primavera felicissima comenzaua a gozar de la dulce compañía y amistad de hijos suyos Emperadores Romanos Monarcas de el Mundo primogénito de los quales fue Phi- lipo primero de este nombre siendo sumo Pontifice Fabia¬no electo por el advenimiento de la celestial Paloma que fue cerca de los años de nra salud 248 sobrevino luego a cabo de algunos años el Dulcissimo Constantino Magno hijo dignis- simo de el manso Constancio, y de la bendita Elena inben- tora de la vera Cruz en cuya virtud su hijo venció al Tyra- no Mexencio con cuya combersacion, y filial consorcio no solo quedo rica, y pujante en lo temporal, nra católica ma¬dre, (pues de alli en adelante fue libre Señora de Roma y de muchas tierras) mas quedo con vigor y fuerzas para con brazo valido castigar á los que desvergonzadamente se le atreuian. La Silla Ymperial fue passada á Bizancio en la Grecia, y por ser ennoblecida por nro Constantino fue lla¬mada Constantinopla, y desde su tiempo estuvo en ella la Silla Ymperial por desocupar á Roma para la Pontifical. Constante su hijo le subcedio en el Ymperio, y Christian- dad. Y despues de este otros muchos Emperadores huvo fa- boreceaores, y hijos obedientes de la Yglesia que le dauan mas lugar á estender sus ramos como fueron Joviano (que acepto el Ymperio con condicion que su exercito auia de ser Christiano) Valentiniano Graciano Teodosio natural Espa¬ñol Honorio Marciano Anastasio y Justino y otros muchos que se quedan sin nombrar mas no dejaua el Demonio de perturbar estas paces pues como digimos interponía muchos Hereges para dar algún agro a tanta dulcedumbre muchos Emperadores Christianos guardaron respeto a nra Santa Igle¬sia y muchos se lo perdieron por inducimiento de Satanas mas quien con mayor desvergüenza salió al Mundo fue el arrio que dicho auemos, y otro Demonio vestido en carne, que de entre las arenas secas de Arabia (como sediento As- pide) leuanto la cabeza derramando por su boca humo ne¬gro tan espeso que pa, un numero infinito de animas escon¬dió las puertas de el Cielo este fue el maldito Mahoma (que por auer su doctrina falsa dañado la Yndia Oriental, y es¬tado muy a punto de estar en estas nuestras Occidentales si Dios no lo atajara con la diligencia de los Reyes Españo¬les como se dirá adelante) haremos relación de los hechos de sus sequaces y de el que de otro ningún Herege Apostata e hecho pasa ansi que de Agar (sierva de el Patriarcha Abraham) nació Ysmael, que con su madre fue hechado ál disierto donde los descendientes de Aran estauan aposesio¬nados de los quales el Ydolatra Ysmael tomo mugeres, y tu¬la venerable presencia de el buen Emperador Constantino este Concilio Santissimo celebrado en el año de 324 del na¬cimiento de Christo. Y en nuestra España (aunque ator¬mentada de guerras entre sus naturales Romanos y Godos) florecía grandemente la fee Chatolica, y lo de estas nras Yn¬dias deuia estar en las mismas tinieblas que los dejamos quan¬do acabamos de ablar de ellas porque es de crer que para los unos y otros ternia el Demonio astucias. Fueron tantas las cosas y acontecimientos que por todo el Mundo yban sub- cediendo en estas temporadas que por poco que de cada una se tocase se haria largo proceso, y ansi (oluidandolas todas) pasare a tratar de las mas notables, tocantes á la Religión Christiana aumento y felicidad suya y también no olvidare de que sus rentas y aprovechamientos no se le disminuyesen, y su poder no se le menoscabase, ni á su Ynfierno faltasen almas.
Cap. 8. – de muchos Emperadores Chatolicos que favore¬cieron á nra Santa Yglesia y de el nacimiento vida y muerte de el falso Mahoma, y como huviera en¬trado en este Piru su dañada secta si los Chatoli¬cos Reyes Españoles no lo atajaran.
Pocos tiempos antes de aquellos que yvamos tratando en lo tocante á historia Eclesiástica tenia la Chatolica Yglesia pasado ya el rigor de su proceloso y elado Ymbierno, y con una primavera felicissima comenzaua a gozar de la dulce compañía y amistad de hijos suyos Emperadores Romanos Monarcas de el Mundo primogénito de los quales fue Phi- lipo primero de este nombre siendo sumo Pontífice Fabia¬no electo por el advenimiento de la celestial Paloma que fue cerca de los años de n™ salud 248 sobrevino luego a cabo de algunos años el Dulcissimo Constantino Magno hijo dignis- simo de el manso Constancio, y de la bendita Elena inben- tora de la vera Cruz en cuya virtud su hijo venció al Tyra- no Mexencio con cuya combersacion, y filial consorcio no solo quedo rica, y pujante en lo temporal, nra católica ma¬dre, (pues de alli en adelante fue libre Señora de Roma y de muchas tierras) mas quedo con vigor y fuerzas para con brazo valido castigar á los que desvergonzadamente se le atreuian. La Silla Ymperial fue passada á Bizancio en la Grecia, y por ser ennoblecida por nro Constantino fue lla¬mada Constantinopla, y desde su tiempo estuvo en ella la Silla Ymperial por desocupar á Roma para la Pontifical. Constante su hijo le subcedio en el Ymperio, y Christian- dad. Y despues de este otros muchos Emperadores huvo fa- borecedores, y hijos obedientes de la Yglesia que le dauan mas lugar á estender sus ramos como fueron Joviano (que acepto el Ymperio con condicion que su exercito auia de ser Christiano) Valentiniano Graciano Teodosio natural Espa¬ñol Honorio Marciano Anastasio y Justino y otros muchos que se quedan sin nombrar mas no dejaua el Demonio de perturbar estas paces pues como digimos interponia muchos Hereges para dar algún agro a tanta dulcedumbre muchos Emperadores Christianos guardaron respeto a nr” Santa Igle¬sia y muchos se lo perdieron por inducimiento de Satanas mas quien con mayor desvergüenza salió al Mundo fue el arrio que dicho auemos, y otro Demonio vestido en carne, que de entre las arenas secas de Arabia (como sediento As- pide) leuanto la cabeza derramando por su boca humo ne¬gro tan espeso que p”, un numero infinito de animas escon¬dió las puertas de el Cielo este fue el maldito Mahoma (que por auer su doctrina falsa dañado la Yndia Oriental, y es¬tado muy a punto de estar en estas nuestras Occidentales si Dios no lo atajara con la diligencia de los Reyes Españo¬les como se dirá adelante) haremos relación de los hechos de sus sequaces y de el que de otro ningún Herege Apostata e hecho pasa ansi que de Agar (sierva de el Patriarcha Abraham) nació Ysmael, que con su madre fue hechado ál disierto donde los descendientes de Aran estauan aposesio¬nados de los quales el Ydolatra Ysmael tomo mugeres, y tu¬vo á Cedar, y este propago generación a quien por el padre llamaron Ysmaelitas y por su Abuela agareros gente dis¬tinta de los Arabes naturales y antiguos de tiempo en tiem¬po vinieron estos advenedizos Agaremos a ser aborrecidos de aquellas naciones por los insultos que hacian, y mala ma¬nera de bibir que traían porque su bibienda era andar derra¬mados por los campos sin tener manida cierta haciendo ro¬bos, incendios, y fuerzas á los naturales Arabes y llegaron cundiendo hasta cerca de las riberas de el Jordán donde aui- tauan en tiendas gusrdando sus ganados que era toda su ri¬queza y ansi aquellas planicies interpuestas entre el Líbano y anti Líbano las llamó tierras de Cedar. Pues de esta rama y linage y de gente tan soberbia y mala nació un varón lla¬mado AbdeJ Menef y de este huvo un hijo a quien llama¬ron Abdel Mutalef grandes Ydolatras los unos, y los otros este huvo (en una esclaua suya) un hijo aqui llamo Abda- la que siendo ya hombre caso á su modo con una de su na¬ción (aunque en Religión Judia) la qual se llamava Emina hija de Hayof moradores de la Ciu.d de Ytra rip, no muy lejos de la Ciu.d de Meca en la Arabia de este infando ayun¬tamiento en el mes de febrero de el año de Christo de 569 (aunque otros dicen que á los 610) nació el falso Propheta Mahoma para contagion y lepra de el umanal linage. Este deprauado hombre (si hombre merece ser llamado el que es Demonio) planto y estableció sus destestables opiniones por las vias, y materias que cuentan los Autores que de mas proposito que yo escriuen su historia solo diré (para decla¬ración de la mia) que entendía en esta diabólica obra tenien¬do la santa Sede Apostólica en Roma el Pontífice Honorio primero de este nombre, y la de el Ymperio en Constanti¬nopla Heraclio el de los buenos principios, y en nra. España reynaua el mal fortunado Visterigo vigessimo de los Reyes Godos que la governaron. Poco antes que este Ministro de Satanas Mahoma diese el anima a quien la tenia ofrecida (dicen los Escritores Arabes que en la Ciudad de Almedina donde tenia su Corte) nombro quatro varones de los de su diabólico consejo, para que (a manera de Apostoles, y Ca¬pitanes) fuessen a predicar su dañada secta por las quatro partes de el Uniberso, estos fueron á Bubequer (suegro su¬yo padre de Hadija su muger) y Ornar (muy priuado suyo) el tercero fue Odman (de los profundos consejos) y el quar- to Ali (yerno de Mahoma casado con Fatima su bija) á los quales (con las mas encarecidas palabras que el Demonio le ofrecio) les encargo la obseruancia y defensa de los engaños que en el Mundo dejaua subcediole su muerte tardia á los 63 años de su mal bibida edad acelero su muerte (según di¬cen) Toxigo que le dio un Secretario suyo en una manzana. Tuvieron su cuerpo 3 dias por enterrar creyendo auia de re¬sucitar (como el lo auia prometido) y visto que ya se co- rrompia acordaron enterrarlo en el mismo lugar donde dor¬mía sin mas pompa que rebuelto en su mesma cama. Auien¬do bajado á los Ynfiernos el anima dañada de tan mal daña¬dor, los quatro dañados Apostatas pusieron por obra lo que se les auia encargado, y ansi se partió cada uno á la parte y Región que le cupo en suerte a Abubequer (que fue sub- cedor de el falso Mahoma) le cupo en suerte la Suria, y otras Pouincias (obtenidas por el pueblo Romano) a Od¬man le cuyo el Egipto y Aphrica á Ornar la Persia, y a Ali la parte de la Yndia Oriental. Estos quatro a quien los Arabes llamaron Ceyuf Ala (que quiere decir Cuchillo de Dios) escriuieron cada uno por su parte en libros los pre¬ceptos y leyes de Mahoma poniendo y componiendo á su alvedrio lo que mas les parecía combenir para conseguir sus dañados intentos. A la recopilación que Abubequer hizo llamaron Melquia, á la de Odman llamaron Buanefia á la de Ornar Asafia, á la de Ali Hámelia esta ultima (que quie¬re decir Pontifical) daño y corrompio la Persia y la Arabia, y de ella procedio la abusión endimoniada de los Moravitos, y esta misma corrompio, y iua corrompiendo la gran Yn¬dia Oriental quando nros Christianos entraron en ella como se dirá en su lugar aora dejadas las empresas de los tres in¬fernales caudillos tratemos de los trofeos que ganaron para vo á Cedar, y este propago generación a quien por el padre llamaron Ysmaelitas y por su Abuela agareros gente dis-tinta de los Arabes naturales y antiguos de tiempo en tiem¬po vinieron estos advenedizos Agaremos a ser aborrecidos de aquellas naciones por los insultos que hacian, y mala ma¬nera de bibir que traian porque su bibienda era andar derra¬mados por los campos sin tener manida cierta haciendo ro¬bos, incendios, y fuerzas á los naturales Arabes y llegaron cundiendo hasta cerca de las riberas de el Jordán donde aui- tauan en tiendas guardando sus ganados que era toda su ri¬queza y ansi aquellas planicies interpuestas entre el Libano y anti Libano las llamó tierras de Cedar. Pues de esta rama y linage y de gente tan soberbia y mala nació un varón lla¬mado AbdeJ Menef y de este huvo un hijo a quien llama-ron Abdel Mutalef grandes Ydolatras los unos, y los otros este huvo (en una esclaua suya) un hijo aqui llamo Abda- l.¡ que siendo ya hombre caso á su modo con una de su na¬ción (aunque en Religión Judia) la qual se llamava Emina hija de Hayof moradores de la Ciu.d de Ytra rip, no muy lejos de la Ciu.d de Meca en la Arabia de este infando ayun-tamiento en el mes de febrero de el año de Christo de 569 (aunque otros dicen que á los 610) nació el falso Propheta Mahoma para contagion y lepra de el umanal linage. Este deprauado hombre (si hombre merece ser llamado el que es Demonio) planto y estableció sus destestables opiniones por las vias, y materias que cuentan los Autores que de mas proposito que yo escriuen su historia solo diré (para decla¬ración de la mia) que entendía en esta diabólica obra tenien¬do la santa Sede Apostólica en Roma el Pontífice Honorio primero de este nombre, y la de el Ymperio en Constanti¬nopla Heraclio el de los buenos principios, y en nra. España reynaua el mal fortunado Vísterigo vigessimo de los Reyes Godos que la governaron. Poco antes que este Ministro de Satanas Mahoma diese el anima a quien la tenia ofrecida (dicen los Escritores Arabes que en la Ciudad de Almedina donde tenía su Corte) nombro quatro varones de los de su diabolico consejo, para que (a manera de Apostoles, y Ca¬pitanes) fuessen a predicar su dañada secta por las quatro partes de el Uniberso, estos fueron á Bubequer (suegro su¬yo padre de Hadija su muger) y Ornar (muy priuado suyo) el tercero fue Odman (de los profundos consejos) y el quar- to Ali (yerno de Mahoma casado con Fatima su hija) á los quales (con las mas encarecidas palabras que el Demonio le ofrecio) les encargo la obseruancia y defensa de los engaños que en el Mundo dejaua subcediole su muerte tardia á los 63 años de su mal bibida edad acelero su muerte (según di¬cen) Toxigo que le dio un Secretario suyo en una manzana. Tuvieron su cuerpo 3 dias por enterrar creyendo auia de re-sucitar (como el lo auia prometido) y visto que ya se co- rrompia acordaron enterrarlo en el mismo lugar donde dor¬mía sin mas pompa que rebuelto en su mesma cama. Auien¬do bajado á los Ynfiernos el anima dañada de tan mal daña¬dor, los quatro dañados Apostatas pusieron por obra lo que se les auia encargado, y ansi se partió cada uno á la parte y Región que le cupo en suerte a Abubequer (que fue sub- cedor de el falso Mahoma) le cupo en suerte la Suria, y otras Pouincias (obtenidas por el pueblo Romano) a Od¬man le cuyo el Egipto y Aphrica á Ornar la Persia, y a Ali la parte de la Yndia Oriental. Estos quatro a quien los Arabes llamaron Ceyuf Ala (que quiere decir Cuchillo de Dios) escriuieron cada uno por su parte en libros los pre¬ceptos y leyes de Mahoma poniendo y componiendo á su alvedrio lo que mas les parecia combenir para conseguir sus dañados intentos. A la recopilación que Abubequer hizo llamaron Melquia, á la de Odman llamaron Buanefia á la de Ornar Asafia, á la de Ali Hámelia esta ultima (que quie¬re decir Pontifical) daño y corrompio la Persia y la Arabia, y de ella procedio la abusión endimoniada de los Moravitos, y esta misma corrompio, y iua corrompiendo la gran Yn¬dia Oriental quando nros Christianos entraron en ella como se dirá en su lugar aora dejadas las empresas de los tres in¬fernales caudillos tratemos de los trofeos que ganaron para
2Í1
el Ynfierno, Ali y sus sectarios el qual auiendo trauado guerras con un Arabe llamado Moauia sobre la subcesion en la silla de los Halifas (que era su Ymperio) despues de muchos recuentros y batallas que sobre tal demanda le sub- cedieron fue muerto a traición en una mezquita de la Ciu.d de Beza en la Persia año de Christo de 659 la falsa secta que este maldito caudillo dejo predicada por aquellas partes cun¬dió y corrompio tanto que sus mal informados profesores se ponían en armas muchas veces por defenderla y se dejauan morir antes que negarla vino a hacer esto en tanto grado que buscauan invenciones, y sinuelos para traer á sus en¬gaños á las simples gentes de aquellas Provincias, y de mu¬chos que se diuieron hacer solo porne uno que fue centella que alzo llama para quemar la Yndia Oriental. En las fal¬das de los Montes caucasos (vertientes á la Persia) en una Provincia que confina con los antiquissimos campos de Edem (oy llamada Mulethe) no muy lejos de el Rio Yndo unos sequaces de el falso Mahoma, y profesores de la ley Hame- lia (recopilada y predicada por el falso y maldito Ali) se redugeron auida y manera de bibir religiosamente el mayo¬ral y caudillo de los quales se llamaua Algaudino (que era tanto como decir recogedor de la ley en aquella parte dicha) este y los demás sus colegas fabricaron unos suntuosos pa¬lacios puestos y asentados en un deleytoso y apacible valle a quien llamauan Tigad, y aunque por naturaleza de el sitio este lugar era fortissimo añidiéronle por arte fortaleza aque¬llos palacios cercándolos de altos y fuertes muros. Estauan por de dentro sus aposentos salas corredores, y quadras la¬brado todo de rica mazonería de oro, plata y piedras precio¬sas de inestimable valor, y todas las cosas en el tan pulidas, y acabadas en obra y tan ricas y costosas en precio que fá-cilmente se podría hartar alli la hambre que los hombres tie¬nen de riquezas humanas, pusieron demás de esto en aque¬llos palacios gran suma de mugeres las mas hermosas, y des- embueltas que se pudieron auer, y estas tan costosamente aderezadas, y con tanto vicio mantenidas que ponian ad¬miración sus hermosuras trages y gallardías á estas instru-yeron los Artífices de este venenoso engaño en saber hechar miel, y leche, y vinos de colores y sabores diferentes (y aguas olorisimas de muchas confaciones) por ciertas fuentes que para cada cosa de estas tenían prevenidas, y que esto hicie- ssen a tiempo que combiniesse á la prosecución de sus daña-dos intentos, y de tal manera, y con tal artificio destilauan por aquellas fuentes cada cosa de las dichas, que nadie lo pudiera traer por cosa artificial sino por milagrosa y sobre¬natural. El para que inventauan estos embaucamientos, y la caza que con estas buitreras de satanas tomauan eran ciertos modos liuianos de poca edad, y consejo que atrayén¬dolos con alagos a ciertos jardines que fuera de el Castillo tenian los banqueteaban, y entre las comidas les dauan á beber cierto zumo de yeruas, que súbitamente los priuaua de sentido, y estando fuera de si eran con mucha presteza lleuados á la interior de aquellos Palacios, y quando ansi bolvian se hallauan (sin saber porque via) cercados de mu¬chos manjares músicas, y danzas, y lo que mas hacia á sus estragados gustos eran auerse enlazados de aquellas liuianas y lasciuas moguelas tantas, y tales quales sus deseos les po¬dían pedir, y alli eran industriados en lo que auian de hacer predicar publicar, y prometer en tal entretenimiento los tenian algunos dias al cabo de los quales (con el mismo arti¬ficio y potage) eran adormecidos, y sacados fuera de el Castillo con ygual presteza que metidos. Gastada ya la vio-lencia de el mal bebedizo bolvia en si y manifestauan por toda la tierra, y engrandecían los deleytes y contentamien¬tos que su mal Maestro Mahoma les auia hecho milagrosa¬mente gozar lleuandolos á su Paraíso arrebatados en Spu. (*) con esta tal invención (y otros abusos, y maquinas de seme¬jantes engaños) bolaua por toda la Persia Partía Media, y Suria, la fama de la nueba Religión y instituto porque los que de este Castillo, y Palacios salian yban tan aficionados á la maldita ley de Mahoma, y a los ensañamientos de Ali
(*) Espíritu.
el Ynfierno, Ali y sus sectarios el qual auiendo trauado guerras con un Arabe llamado Moauia sobre la subcesion en la silla de los Halifas (que era su Ymperio) despues de muchos recuentros y batallas que sobre tal demanda le sub- cedieron fue muerto a traición en una mezquita de la Ciu.d de Beza en la Persia año de Christo de 659 la falsa secta que este maldito caudillo dejo predicada por aquellas partes cun¬dió y corrompio tanto que sus mal informados profesores se ponian en armas muchas veces por defenderla y se dejauan morir antes que negarla vino a hacer esto en tanto grado que buscauan invenciones, y sinuelos para traer á sus en¬gaños á las simples gentes de aquellas Provincias, y de mu¬chos que se diuicron hacer solo porne uno que fue centella que alzo llama para quemar la Yndia Oriental. En las fal¬das de los Montes caucasos (vertientes á la Persia) en una Provincia que confina con los antiquísimos campos de Edem (oy llamada Mulethe) no muy lejos de el Rio Yndo unos sequaces de el falso Mahoma, y profesores de la ley Hame- lia (recopilada y predicada por el falso y maldito Ali) se redugeron auida y manera de bibir religiosamente el mayo¬ral y caudillo de los quales se llamaua Algaudino (que era tanto como decir recogedor de la ley en aquella parte dicha) este y los demás sus colegas fabricaron unos suntuosos pa¬lacios puestos y asentados en un deleytoso y apacible valle a quien llamauan Tigad, y aunque por naturaleza de el sitio este lugar era fortissimo añidiéronle por arte fortaleza aque¬llos palacios cercándolos de altos y fuertes muros. Estauan por de dentro sus aposentos salas corredores, y auadras la¬brado todo de rica mazonería de oro, plata y piedras precio¬sas de inestimable valor, y todas las cosas en el tan pulidas, y acabadas en obra y tan ricas y costosas en precio que fá-cilmente se podría hartar alli la hambre que los hombres tie¬nen de riquezas humanas, pusieron demás de esto en aque¬llos palacios gran suma de mugeres las mas hermosas, y des¬embuchas que se pudieron auer, y estas tan costosamente aderezadas, y con tanto vicio mantenidas que ponian ad¬miración sus hermosuras trages y gallardías á estas instru¬yeron los Artífices de este venenoso engaño en saber hechar miel, y leche, y vinos de colores y sabores diferentes (y aguas olorisimas de muchas confaciones) por ciertas fuentes que para cada cosa de estas tenian prevenidas, y que esto hicie- ssen a tiempo que combiniesse á la prosecución de sus daña¬dos intentos, y de tal manera, y con tal artificio destilauan por aquellas fuentes cada cosa de las dichas, que nadie lo pudiera traer por cosa artificial sino por milagrosa y sobre¬natural. El para que inventauan estos embaucamientos, y la caza que con estas buitreras de satanas tomauan eran ciertos modos liuianos de poca edad, y consejo que atrayén¬dolos con alagos a ciertos jardines que fuera de el Castillo tenian los banqueteaban, y entre las comidas les dauan á beber cierto zumo de yeruas, que súbitamente los priuaua de sentido, y estando fuera de si eran con mucha presteza licuados á la interior de aquellos Palacios, y quando ansi bolvian se hallauan (sin saber porque via) cercados de mu¬chos manjares músicas, y danzas, y lo que mas hacia á sus estragados gustos eran auerse enlazados de aquellas liuianas y lasciuas mo$uelas tantas, y tales quales sus deseos les po- dian pedir, y alli eran industriados en lo que auian de hacer predicar publicar, y prometer en tal entretenimiento los tenian algunos dias al cabo de los quales (con el mismo arti¬ficio y potage) eran adormecidos, y sacados fuera de el Castillo con ygual presteza que metidos. Gastada ya la vio-lencia de el mal bebedizo bolvia en si y manifestauan por toda la tierra, y engrandecían los deleytes y contentamien¬tos que su mal Maestro Mahoma les auia hecho milagrosa¬mente gozar lleuandolos á su Paraiso arrebatados en Spu. (‘) con esta tal invención (y otros abusos, y maquinas de seme¬jantes engaños) bolaua por toda la Persia Partía Media, y Suria, la fama de la nueba Religión y instituto porque los que de este Castillo, y Palacios salian yban tan aficionados á la maldita ley de Mahoma, y a los ensañamientos de Ali
(*) Espíritu.
su discipulo, y á la Religión de Algaudino que muy volun¬tariamente ofrecían las vidas por su conseruacion y aumen¬to. De aqui resulto cierta manera de orden militar cuyo General fue llamado Sexmoncio, y fabricaron muchos Com- bentos, y eligieron por cabézo de todos (a manera de la Ca¬tedral) uno muy suntuoso que tenian en la Ciu.d de Da¬masco, y alli y en otras muchas partes permanecieron con mucha prosperidad temporal hasta que los Escitas Turcos los destruyeron en su entrada ansi el Castillo, y Palacios de Tigat como los demás Combentos y Religiosos de ellos que llegaron a ser mas de sesenta mil hombres, y estos sexmocios fueron los que mas daño hicieron á la Christiandad, y los que mas parte de el Mundo corrompieron con su falsa doc¬trina y enseñamiento.
Pues en los principios de la promulgación de la endia¬blada secta cierta cantidad de estos embaucadores Sexmon- cios (auiendo recebido licencia de sus mayores) se partie¬ron de la Arabia (auiendo primero visitado el sepulcro de el falso Mahoma) y se enbarcaron en el mar Bermejo, y na¬vegaron en demanda de la gran Yndia, y llegaron á la Pro¬vincia de Malabar (que en otras partes dejamos dicho que parte de ella sea) alli fueron bien recebidos de el Rey que á la sazón reynaua que auia nombre Sarrana Perimal único Señor de aquellas Provincias, y a el procuraron primero atraer á la devocion de su secta, y opinion para que con mas facilidad los subditos, y gente plebeya fuessen persuadidos y engañados. Este Rey con todos sus vassallos eran gentiles ydolatras, y tanto supieron decir aquellos malditos Maho-metanos, y tantas grandezas relataron de su falso Profeta Mahoma que fácilmente se inclinaron a su perdición, y fue este Rey tan ferbiente en su mal empleada deuocion que anunciando y repartiendo el Reyno en sus criados propuso yrse a morir á Meca y ansi fue que auiendo persuadido a muchos a que siguiesen sus pasos se partió de el Reyno que¬dándose en el la mayor parte de aquellos Predicadores de engaño que poco á poco ynstruieron coadjutores de la mis- raa tierra y el mal auisado Rey Sarrana Perinal (con mu¬chos que lo quisieron seguir) se fue a Meca donde auiendo ya uivido á manera de Religioso acabo su vida según la cuen¬ta de sus naturales cerca de los años de el Señor de 703 no se mostraron ociosos ni negligentes los descomulgados Pre¬dicadores que en Malabar quedaron antes comenzaron su obra diabólica con calor Ynfernal, y lo primero que hicie¬ron fue quemar los antiguos libros de historias y letras Yn- dianas, y mandaron so graues penas que no se usasen de otras letras sino de las Arabes que los Mahometanos usaban. En aquel mismo lugar que el engañado Rey se embarco en memoria de su partida, y viage un criado suyo (a quien hi¬zo donacion de aquella parte de Reyno) fundo la Ciu.d de Calicut que es de las mejores de aquel Reyno, y de quien se tiene por el Mundo mucha noticia. Esta fue la entrada pri¬mera que la secta de Mahoma hizo en la gran Yndia, y de donde comenzo a cundir tanto que a no auerse atajado su predicación falsa con la santa y verdadera de nra. Chatolica Fee. Tengo por cierto (y ansi lo ternan los que en esta .ma¬teria ouieren tratado) que estubiera ya introducida, y plan¬tada en estas nra9 Yndias Occidentales, y Reynos de Piru. Y porque no parezca que hablo acaso, y que propongo sin fundamento es ansi como, que en unas Yslas (donde aporto un barco) de un Almojarife Portuges que salió de las Yslas Malucas en busca de sus rescates las quales están no muy le¬jos de el estrecho de Magallanes, y que según mi cuenta son parte de las que el muy Yllustre Cauallero, y animoso Ca- pitan adelantado Alvaro de Mendaña descubrió el año de 1568 a quien llamo (no sin fundamento) Yslas de Salomon. Alio alli este Almojarife, y sus Compañeros predicadores de la falsa secta. Esto trata Hernán Perez de Castañeda en su historia de la Yndia y llaman los Portugueses estas Yslas Yslas de Meyo, y con este nombre las pongo yo en mi Mapa el año de 712 aunque algunos le añiden dos años a esta cuen¬ta.
su discipulo, y á la Religión de Algaudino que muy volun¬tariamente ofrecian las vidas por su conseruacion y aumen¬to. De aqui resulto cierta manera de orden militar cuyo General fue llamado Sexmoncio, y fabricaron muchos Com- bentos, y eligieron por cabézo de todos (a manera de la Ca¬tedral) uno muy suntuoso que tenian en la Ciu.d de Da¬masco, y alli y en otras muchas partes permanecieron con mucha prosperidad temporal hasta que los Escitas Turcos los destruyeron en su entrada ansi el Castillo, y Palacios de Tigat como los demás Combentos y Religiosos de ellos que llegaron a ser mas de sesenta mil hombres, y estos sexmocios fueron los que mas daño hicieron á la Christiandad, y los que mas parte de el Mundo corrompieron con su falsa doc¬trina y enseñamiento.
Pues en los principios de la promulgación de la endia¬blada secta cierta cantidad de estos embaucadores Sexmon- cios (auiendo recebido licencia de sus mayores) se partie¬ron de la Arabia (auiendo primero visitado el sepulcro de el falso Mahoma) y se enbarcaron en el mar Bermejo, y na¬vegaron en demanda de la gran Yndia, y llegaron á la Pro-vincia de Malabar (que en otras partes dejamos dicho que parte de ella sea) alli fueron bien recebidos de el Rey que á la sazón reynaua que auia nombre Sarrana Perimal único Señor de aquellas Provincias, y a el procuraron primero atraer á la devocion de su secta, y opinion para que con mas facilidad los subditos, y gente plebeya fuessen persuadidos y engañados. Este Rey con todos sus vassallos eran gentiles ydolatras, y tanto supieron decir aquellos malditos Maho¬metanos, y tantas grandezas relataron de su falso Profeta Mahoma que fácilmente se inclinaron a su perdición, y fue este Rey tan ferbiente en su mal empleada deuocion que anunciando y repartiendo el Reyno en sus criados propuso yrse a morir á Meca y ansi fue que auiendo persuadido a muchos a que siguiesen sus pasos se partió de el Reyno que¬dándose en el la mayor parte de aquellos Predicadores de engaño que poco á poco ynstruieron coadjutores de la mis¬ma tierra y el mal auisado Rey Sarrana Perinal (con mu¬chos que lo quisieron seguir) se fue a Meca donde auiendo ya uivido á manera de Religioso acabo su vida según la cuen¬ta de sus naturales cerca de los años de el Señor de 703 no se mostraron ociosos ni negligentes los descomulgados Pre¬dicadores que en Malabar quedaron antes comenzaron su obra diabólica con calor Ynfernal, y lo primero que hicie¬ron fue quemar los antiguos libros de historias y letras Yn- dianas, y mandaron so graues penas que no se usasen de otras letras sino de las Arabes que los Mahometanos usaban. En aquel mismo lugar que el engañado Rey se embarco en memoria de su partida, y viage un criado suyo (a quien hi¬zo donacion de aquella parte de Reyno) fundo la Ciu.d de Calicut que es de las mejores de aquel Reyno, y de quien se tiene por el Mundo mucha noticia. Esta fue la entrada pri¬mera que la secta de Mahoma hizo en la gran Yndia, y de donde comenzo a cundir tanto que a no auerse atajado su predicación falsa con la santa y verdadera de nra. Chatolica Fee. Tengo por cierto (y ansi lo ternan los que en esta ma¬teria ouieren tratado) que estubiera ya introducida, y plan¬tada en estas nru8 Yndias Occidentales, y Reynos de Piru. Y porque no parezca que hablo acaso, y que propongo sin fundamento es ansi como, que en unas Yslas (donde aporto un barco) de un Almojarife Portuges que salió de las Yslas Malucas en busca de sus rescates las quales están no muy le¬jos de el estrecho de Magallanes, y que según mi cuenta son parte de las que el muy Yllustre Cauallero, y animoso Ca- pitan adelantado Alvaro de Mendaña descubrió el año de 1568 a quien llamo (no sin fundamento) Yslas de Salomon. Alio alli este Almojarife, y sus Compañeros predicadores de la falsa secta. Esto trata Hernán Perez de Castañeda en su historia de la Yndia y llaman los Portugueses estas Yslas Yslas de Meyo, y con este nombre las pongo yo en mi Mapa el año de 712 aunque algunos le añiden dos años a esta cuen¬ta.
Cap. 9.- de el bar bar o estado en que estaua este Piru quan¬do comenzaron los Yngas y de su fabuloso origen y de el primer Emperador de ellos llamado Mango Capac.
El curso de el tiempo (dilatados por largos siglos) trae necesariamente consigo varios acontecimientos de cosas de donde nace la mas cierta, y natural maestra de las cosas que es la experiencia. De esta sean valido (ansi las mas abiles gentes de el Mundo como las mas barbaras) para entablar, y poner en orden sus vidas estados casas, y repúblicas. Y como de escuela de prestante doctrina tomaran indicios, y documentos de los acaecimientos pasados para governarse de los presentes, y preuenirse para los que por benir porque en los mismos yerros de los progenitores hallauan sus subceso- res el camino para acertar. Y esta manera de regular las co¬sas por viejos acaecimientos les siruio de leyes largos cente¬nares de años á los Reyes Godos astaque cerca de los años de Christo 480 Eurigo Octauo Rey de ellos á sus gentes y á los naturales Españoles las dió por escrito. Y no solo es¬ta nación guardó esta orden de regular sus gouiernos por egemplos de sus mayores, mas los Asirios Egipcios Griegos, y Romanos, y demás naciones de el Mundo fueron confor¬mes en esta manera de comenzar porque es costumbre, y inclinación eredada con la misma naturaleza. Por el consi¬guiente nuestros Ophiritas Indianos de quien á mucho que no hablamos ansi como las demás naciones de el Mundo, yban aprendiendo de el mismo tiempo a poner en alguna orden su proceder y manera de bibir, tomando escarmiento en lo que mal les ecedia a unos, por una via y manera de go¬vernarse para guardarse ellos de lo que los otros no se su¬pieron guardar. Y ansi como gentes que no tenian esperan-za de aliar por escrito en libros lo que avian de hacer sino solo en la experiencia tenian gran cuenta con ella y median¬te esta vinieron poco a poco en duración de largos años a poner sus cosas en mas forma que las tubieron en el princi¬pio quando todo era confusion. Ya auian tomado el gusto á el mandar á sus naturales, y sugetar á los estraños, ya no auia aquel respeto que con los mayores de el linage se solia tener para dejarse governar de ellos antes muchos se incli- nauan á los más fauorecidos de la fortuna ó mas valientes ó mas pujantes en posesiones, y mas frequentes en hacer van- quetes, y combites. Y como la malicia se yua abibando el poderoso procuraua serlo mas, y quitar la tierra mando y gentes á sus comarcanos. Ya se yban reduciendo á barrios y poblaciones las que asta aíli auian sido caserías y estancias ya no governauan los mayores como piadosos parientes sino como tyranos crueles, y a quien mas tenia, ó mas podia ese era el Cacique Curaca ó Regulo ya guardauan mas decoro á los regentes de lo que asta alli se auia guardado pues llega¬ron a tanto las tyranias de aquellas que declararon por deli¬to graue el mirar a la cara al que los regia y mandaua. El mismo trueco y cambio huvo en las cosas tocantes á la Re¬ligión porque aquellos que mandauan y disponían en lo es¬piritual. Y aunque para aueriguar que adoraciones ó que creencias ó que Religiones se ayan tenido en estas Indias nuestras seria menester andarlas todas y en cada pueblo (de infinitos que tiene) hacer catalogo por si por auer sido tan¬tas y tan varias con todo eso tomando la cabeza y principal parte de este pedazo de Mundo por todo lo demás de el por- nemos lo que en esto á podido sacar a luz la suma diligen¬cia de el doctissimo y estudioso Licenciado Polo que con vigilantissimo cuidado gasto trabajo y tiempo en esta loa¬ble ocupacion aberiguando (lo que humana diligencia bas¬to) sus ritos y creencias antiguas ansi antes que los Señores Yngas comenzasen a mandar como despues de constituido su Ymperio, y universal Señorio. Siguiremos ansi mesmo las colecciones, y anotaciones que hacerca de esto son hechas por el egregio Doctor Juan de Valboa dignissimo Canóni¬go de la Catedral de los Reyes y benemerito Cicerón de la lengua Quichua, general de los Yngas y padre, y catedra-
Cap. 9. – de el barbaro estado en que estaua este Piru quan¬do comenzaron los Yngas y de su fabuloso origen y de el primer Emperador de ellos llamado Mango Capac. 4
El curso de el tiempo (dilatados por largos siglos) trae necesariamente consigo varios acontecimientos de cosas de donde nace la mas cierta, y natural maestra de las cosas que es la experiencia. De esta sean valido (ansi las mas abiles gentes de el Mundo como las mas barbaras) para entablar, y poner en orden sus vidas estados casas, y repúblicas. Y como de escuela de prestante doctrina tomaran indicios, y documentos de los acaecimientos pasados para governarse de los presentes, y preuenirse para los que por benir porque en los mismos yerros de los progenitores hallauan sus subceso- res el camino para acertar. Y esta manera de regular las co¬sas por viejos acaecimientos les siruio de leyes largos cente¬nares de años á los Reyes Godos astaque cerca de los años de Christo 480 Eurigo Octauo Rey de ellos á sus gentes y á los naturales Españoles las dió por escrito. Y no solo es¬ta nación guardó esta orden de regular sus gouiernos por egemplos de sus mayores, mas los Asirios Egipcios Griegos, y Romanos, y demás naciones de el Mundo fueron confor¬mes en esta manera de comenzar porque es costumbre, y inclinación eredada con la misma naturaleza. Por el consi¬guiente nuestros Ophiritas Indianos de quien á mucho que no hablamos ansi como las demás naciones de el Mundo, yban aprendiendo de el mismo tiempo a poner en alguna orden su proceder y manera de bibir, tomando escarmiento en lo que mal les ecedia a unos, por una via y manera de go¬vernarse para guardarse ellos de lo que los otros no se su¬pieron guardar. Y ansi como gentes que no tenian esperan-za de aliar por escrito en libros lo que avian de hacer sino solo en la experiencia tenian gran cuenta con ella y median¬te esta vinieron poco a poco en duración de largos años a poner sus cosas en mas forma que las tubieron en el princi¬pio quando todo era confusion. Ya auian tomado el gusto á el mandar á sus naturales, y sugetar á los estraños, ya no auia aquel respeto que con los mayores de el linage se solia tener para dejarse governar de ellos antes muchos se incli- nauan á los más fauorecidos de la fortuna ó mas valientes ó mas pujantes en posesiones, y mas frequentes en hacer van- quetes, y combites. Y como la malicia se yua abibando el poderoso procuraua serlo mas, y quitar la tierra mando y gentes á sus comarcanos. Ya se yban reduciendo á barrios y poblaciones las que asta alli auian sido caserías y estancias ya no governauan los mayores como piadosos parientes sino como tyranos crueles, y a quien mas tenia, ó mas podía ese era el Cacique Curaca ó Regulo ya guardauan mas decoro á los regentes de lo que asta allí se auia guardado pues llega¬ron a tanto las tyranias de aquellas que declararon por deli¬to graue el mirar a la cara al que los regia y mandaua. El mismo trueco y cambio huvo en las cosas tocantes á la Re¬ligión porque aquellos que mandauan y disponían en lo es¬piritual. Y aunque para aueriguar que adoraciones ó que creencias ó que Religiones se ayan tenido en estas Indias nuestras seria menester andarlas todas y en cada pueblo (de infinitos que tiene) hacer catalogo por si por auer sido tan¬tas y tan varias con todo eso tomando la cabeza y principal parte de este pedazo de Mundo por todo lo demás de el por- nemos lo que en esto á podido sacar a luz la suma diligen¬cia de el doctissimo y estudioso Licenciado Polo que con vigilantissimo cuidado gasto trabajo y tiempo en esta loa¬ble ocupacion aberiguando (lo que humana diligencia bas¬to) sus ritos y creencias antiguas ansi antes que los Señores Yngas comenzasen a mandar como despues de constituido su Ymperio, y universal Señorio. Siguiremos ansi mesmo las colecciones, y anotaciones que hacerca de esto son hechas por el egregio Doctor Juan de Valboa dignissimo Canóni¬go de la Catedral de los Reyes y benemerito Cicerón de la lengua Quichua, general de los Yngas y padre, y catedra¬tico de ella. Quanto á lo primero ya queda entendido y averiguado de el contesto de mis Capítulos precedentes co-mo en los siglos antes que los Yngas comenzasen á reyna r todo era confusion y behetría ansi en el govierno temporal como en la Religión y ejercicio espiritual de manera que cada uno tenia por su Dios á un árbol ó a un cerro ó a una cumbre, ó a una fuente, ó a un risco, ó a un manancial, ó a una piedra, ó a un animal, ó á una laguna, ó a una cule¬bra, ó a un sapo, ó a un monton de piedras, ó al fuego, ó a un aue, ó a un rio, ó a una estrella, ó a sus Caciques, y Se¬ñores, quando eran mansos liberales y afables, ó a otra cosa que mas á la mente les benia otros adorauan Leones Tigres Osos Zorras porque no les hiciessen mal, y ansi esto como lo demás era por inducimiento del Demonio. Tenian tam¬bién en mucha reuerencia una cosa criada con alguna par¬ticularidad y estremo diferente á lo ordinario ansi como angosturas cordilleras nebadas. De manera que recibirá no¬table engaño el que en este particular quisiese dar regla ge¬neral á este Mundo nuebo solo sea entendido que siempre á el Sol se le atribuía la superioridad de todas las cosas adora¬das, y veneradas, y a el estimaron por unibersal hacedor de todo lo hecho, y proveedor de todo lo criado asta que uno de los Yngrs les saco de este engaño (como se dirá en su lugar) y verdaderamente la hermosura con que Dios crio el Sol, lleuaua a las gentes rudas tras si, para que lo estima¬sen por Dios ó a lo menos por la cosa criada que mas repre¬senta los atributos de su criador despues de los Angeles, y los hombres como lo nota Sant Dionisio. Los templos, y lugares de adoracion que los primeros usaron eran casi sub¬terráneos ansi como cuebas concauidades de peñas guecos de arboles lugares lobregos tristes oscuros, y que ponían pauor tenian Ydolos y adoraciones para cada necesidad que se les podía ofrecer, y advocación, y cerimonias para llamar las pluvias quando eran dañosas tenian ansi mesmo en mu¬cha veneración, y mostraron siempre temor y respeto al Rayo, y al trueno, y á las estrellas mas resplandecientes, te¬man por santos y bien abenturados á sus abuelos, y visabue- los, y por aqui los cazaba mejor el Demonio mostrándoseles en forma y nombre de sus passados, y dauales cuenta de cosas subcedidas en sus tiempos como aquel que tiene me¬moria duradera y tenaz de entre la vil y soez canalla se leuantauan a cada paso Sacerdotes y Ministros de el Demo¬nio que con ilusiones y mentiras embaucaba á la plebe, y le sacaban lo que tenian y de ellos se sustentauan. Usaron en algunas Provincias tener Confesores, y a ellos manifes- tauan sus culpas sin osar encubrir alguna, y por algunos delitos les mandauan hacer penitencias, y las hacian muy cumplidas, y quemauan la ropa que tenian vestida quando pecaron atendiendo en lo uno y lo otro solo á lo temporal. Y podriase sospechar de aqui y de otras ceremonias que hacian que tenian casi sombra de Religiosas ansi como lauar las criaturas con agua biba luego que na¬cían dedicar algunos padres sus hijas Virgines ál ser- uicio de sus Ydolos dar limosna á pobres faborecer mucho las biudas que todo esto aya sido reliquias de la doctrina mal entendida y bien predicada por aquellos va¬rones santos (ó que lo parecian) de quien dejamos dicho auerse visto en este nuebo Mundo. Los antiguos naturales de este Piru (rayz y origen de esta parte de Yndias divi¬dida por aquel estrecho de tierra que esta entre nombre de Dios y Panama) no tuvieron sacrificios crueles como los an tenido otras naciones porque no derramauan en ellos la sangre inocente de los niños, y si en los tiempos muy anti¬guos acaso se uso sacrificar hombres (cosa abominable y atroz) diuio cesar por las predicaciones de aquellos mismos estrangeros que fueron vistos sábese á lo menos que asta que los Yngas comenzaron á usar tan indigno sacrificio olvidada estaua de los antiguos en esta materia de ritos ce- rimoniss, y sacrif’cios auia bastante materia para poderse escriuir libros, y historias por si, y por auer tomado ya de ella lo que le basta á la mia para hacer con ello mistura pa¬saremos a tratar de el origen de los Reyes Yngas siguiendo tico de ella. Quanto á lo primero ya queda entendido y averiguado de el contesto de mis Capítulos precedentes co¬mo en los siglos antes que los Yngas comenzasen á reynar todo era confusion y behetría ansi en el govierno temporal como en la Religión y ejercicio espiritual de manera que cada uno tenia por su Dios á un árbol ó a un cerro ó a una cumbre, ó a una fuente, ó a un risco., ó a un manancial, ó a una piedra, ó a un animal, ó á una laguna, ó a una cule¬bra, ó a un sapo, ó a un monton de piedras, ó al fuego, ó a un aue, ó a un rio, ó a una estrella, ó a sus Caciques, y Se¬ñores, quando eran mansos liberales y afables, ó a otra cosa que mas á la mente les benia otros adorauan Leones Tigres Osos Zorras porque no les hiciessen mal, y ansi esto como lo demás era por inducimiento del Demonio. Tenian tam¬bién en mucha reuerencia una cosa criada con alguna par¬ticularidad y estremo diferente á lo ordinario ansi como angosturas cordilleras nebadas. De manera que recibirá no¬table engaño el que en este particular quisiese dar regla ge¬neral á este Mundo nuebo solo sea entendido que siempre á el Sol se le atribuía la superioridad de todas las cosas adora¬das, y veneradas, y a el estimaron por unibersal hacedor de todo lo hecho, y proveedor de todo lo criado asta que uno de los Yngrs les saco de este engaño (como se dirá en su lugar) y verdaderamente la hermosura con que Dios crio el Sol, lleuaua a las gentes rudas tras si, para que lo estima¬sen por Dios ó a lo menos por la cosa criada que mas repre¬senta los atributos de su criador despues de los Angeles, y los hombres como lo nota Sant Dionisio. Los templos, y lugares de adoracion que los primeros usaron eran casi sub¬terráneos ansi como cuebas concauidades de peñas guecos de arboles lugares lobregos tristes oscuros, y que ponian pauor tenian Ydolos y adoraciones para cada necesidad que se les podia ofrecer, y advocación, y cerimonias para llamar las pluvias quando eran dañosas tenian ansi mesmo en mu¬cha veneración, y mostraron siempre temor y respeto al Rayo, y al trueno, y á las estrellas mas resplandecientes, te¬man por santos y bien abenturados á sus abuelos, y visabue- los, y por aqui los cazaba mejor el Demonio mostrándoseles en forma y nombre de sus passados, y dauales cuenta de cosas subcedidas en sus tiempos como aquel que tiene me¬moria duradera y tenaz de entre la vil y soez canalla se leuantauan a cada paso Sacerdotes y Ministros de el Demo¬nio que con ilusiones y mentiras embaucaba á la plebe, y le sacaban lo que tenian y de ellos se sustentauan. Usaron en algunas Prov.ncias tener Confesores, y a ellos manifes- tauan sus culpas sin osar encubrir alguna, y por algunos delitos les mandauan hacer penitencias, y las hacian muy cumplidas, y quemauan la ropa que tenian vestida quando pecaron atendiendo en lo uno y lo otro solo á lo temporal. Y podriase sospechar de aqui y de otras ceremonias que hacian que tenian casi sombra de Religiosas ansi como lauar las criaturas con agua biba luego que na¬dan dedicar algunos padres sus hijas Virgines ál ser- uicio de sus Ydolos dar limosna á pobres faborecer mucho las biudas que todo esto aya sido reliquias de la doctrina mal entendida y bien predicada por aquellos va¬rones santos (ó que lo parecian) de quien dejamos dicho auerse visto en este nuebo Mundo. Los antiguos naturales de este Piru (rayz y origen de esta parte de Yndias divi¬dida por aquel estrecho de tierra que esta entre nombre de Dios y Panama) no tuvieron sacrificios crueles como ios an tenido otras naciones porque no dcrramauan en ellos la sangre inocente de los niños, y si en los tiempos muy anti¬guos acaso se uso sacrificar hombres (cosa abominable y atroz) diuio cesar por las predicaciones de aquellos mismos estrangeros que fueron vistos sábese á lo menos que asta que los Yngas comenzaron á usar tan indigno sacrificio olvidada estaua de los antiguos en esta materia de ritos ce- rimonirs, y sacrif cios auia bastante materia para poderse escriuir libros, y historias por si, y por auer tomado ya de ella lo que le basta á la mia para hacer con ello mistura pa¬saremos a tratar de el origen de los Reyes Yngas siguiendo en ella á los ya nombrados Doctores y a el venerable padre Christoval de Molina, y a otras personas de opinion bastante para esta materia ansi Españoles como naturales especial de los muy antiguos ansi por la que ellos vieron como por lo que oyeron y supieron de sus mayores.
Verdaderamente si bien consideramos los nacimientos, y vidas y muertes de los mas celebres hombres de que ¡as antiguas historias gentílicas nos dan noticia los aliaremos tan acampañados, y entretegidos con fabulas chimeras y fingimientos que apenas se deja parecer la claridad de la ver.d entre tanta niebla. Acuérdesele á el lector curioso de el origen que dieron los Gentiles á su Júpiter, y miren el que dan á Juno, y el de Palas Minerva y el de Apolo y Diana y eí de Pluton, y Vulcano y el origen que dan al famoso Hercules Alceo, y el de otros varones a quien pre¬tenden deificar vengamos pues á nuestros Romanos, y de¬cirnos an que descienden de un Eneas hijo de Anquisis y una Diosa, y si mas nos acercamos dirán que de Remo y Romulo hijos de el Dios Marte, y de una bendita y reco¬gida virgen vestal, y que milagrosamente nacieron, y que en fin de sus dias fueron arrebatados por sus Dioses, y pties- tos en el Cielo, y otras mili fabulas y vanidades.
Pues si estas gentes tan doctadas de letras y buenos en¬tendimientos no atinan a darnos á echada y limpia la ver¬dad y libre de la paja y polvo de las mentirosas patrañas que es de marauillar que nros Yndios Piruleros ágenos de le¬tras y de auiso nos quenten el principio de sus Emperadores a quien amauan seruian (y aun adorauan) tan acompañado con fabulas como se nos cuenta el qual según su poco sa¬ber pasa ansi.
Distantes de la Ymperial Ciudad del Cuzco cinco le¬guas están unos aposentos llamado Pacaritambo ó Tambo- toco que quiere decir aposento de el amanecer ó Palacios de ventana y estos son mas nombrados y estimados por lo que de ellos se dice que por la vistosa fabrica suya; porque este tal que solo sirue para testigo de su mucha antigüedad están aora cercados de una arboleda tenida de los antiguos por sagrada pues de aquestos aposentos (o palacios) fabu- lan los Yndios que (pasado ya el Unibersal Dilubio) salie¬ron al Mundo sin padre ocho ermanos quatro varones lla¬mados Mango capac, Ayarcache, Ayar Auca y Ayar uchi, y juntas quatro hermanas cuyos nombres eran estos Ma- maguaco, Mamacora, Mama Ocllo Mamaragua los quales jun¬tos y en conformidad caminaron con grauedad fingida, y re-conocieron la tierra circumbecina no con poco espanto, y ad¬miración de la gente rustica, y descuidada que embobados de tan nueba cosa los andauan mirando con un temor reve¬rente dicen que auiendo llegado todos a un Pueblo que lla¬man Pachete y no auiendoles agradado la tierra acordaron entre ellos volverse por el camino que auian traydo y lle-garon á Guamancancha y repocaron allí, y el hermano mayor llamado Mango Capac se ayunto torpemente con su hermana Mama Ocllo, y auiendo pasado algunos dias hecharon de ver los demás hermanos que su hermana es- taua preñada, y causo grande escandalo entre todos hasta que al cabo se entendió la verdad de el hecho. Finalmente de aqueste ayuntamiento illicito nació Cinchiruca en unos aposentos llamados Tombo oir el disgusto que la preñez de la hermana a todos causo se bolvio en una general alegría quando vieron nacido el nuebo ynfante por cuyo naci¬miento hicieron muchas gracias á el Sol atribuyéndole á el una merced tan grande. El que mas murmuro y se agravio de el ayuntamiento de los hermanos fue el tercero de ellos llamado Ayarauca y porque en ninguna manera podía disi¬mular aquel hecho, y lo daua en rostro luego que se ofrecia ocasion detestándolo, y abominándolo como cosa entre ellos prohibida cobráronle mortal odio los demás hermanos, y fingen que lo embiaron por ciertos vasos de oro, y semillas para sembrar al mismo lugar de donde auian salido, y tras el embiaron un criado suyo llamado Tambo Chacay el qual auiendo entrado en la cueua o casa Ayarauca le cerro la puerta con una peña grande y le dijo que alli quedaría para en ella á los ya nombrados Doctores y a el venerable padre Christoval de Molina, y a otras personas de opinion bastante para esta materia ansi Españoles como naturales especial de los muy antiguos ansi por la que ellos vieron como por lo que oyeron y supieron de sus mayores.
Verdaderamente si bien consideramos los nacimientos, y vidas y muertes de los mas celebres hombres de que las antiguas historias gentilicas nos dan noticia los aliaremos tan acampañados, y entretegidos con fabulas chimeras y fingimientos que apenas se deja parecer la claridad de la ver.u entre tanta niebla. Acuérdesele á el lector curioso de el origen que dieron los Gentiles á su Júpiter, y miren el que dan á Juno, y el de Palas Minerva y el de Apolo y Diana y el de Pluton, y Vulcano y el origen que dan al famoso Hercules Alceo, y el de otros varones a quien pre¬tenden deificar vengamos pues á nuestros Romanos, y de¬cirnos an que descienden de un Eneas hijo de Anquisis y una Diosa, y si mas nos acercamos dirán que de Remo y Romulo hijos de el Dios Marte, y de una bendita y reco¬gida virgen vestal, y que milagrosamente nacieron, y que en fin de sus dias fueron arrebatados por sus Dioses, y pues¬tos en el Cielo, y otras mili fabulas y vanidades.
Pues si estas gentes tan doctadas de letras y buenos en¬tendimientos no atinan a darnos á echada y limpia la ver¬dad y libre de la paja y polvo de las mentirosas patrañas que es de marauillar que nro* Yndios Piruleros ágenos de le¬tras y de auiso nos quenten el principio de sus Emperadores a quien amauan seruian (y aun adorauan) tan acompañado con fabulas como se nos cuenta el qual según su poco sa¬ber pasa ansi.
Distantes de la Ymperial Ciudad del Cuzco cinco le¬guas están unos aposentos llamado Pacaritambo ó Tambo- toco que quiere decir aposento de el amanecer ó Palacios de ventana y estos son mas nombrados y estimados por lo que de ellos se dice que por la vistosa fabrica suya; porque este tal que solo sirue para testigo de su mucha antigüedad están aora cercados de una arboleda tenida de los antiguos por sagrada pues de aquestos aposentos (o palacios) fabu- lan los Yndios que (pasado ya el Unibersal Dilubio) salie¬ron al Mundo sin padre ocho ermanos quatro varones lla¬mados Mango capac, Ayarcache, Ayar Auca y Ayar uchi, y juntas quatro hermanas cuyos nombres eran estos Ma- maguaco, Mamacora, Mama Ocllo Mamaragua los quales jun¬tos y en conformidad caminaron con grauedad fingida, y re-conocieron la tierra circumbecina no con poco espanto, y ad¬miración de la gente rustica, y descuidada que embobados de tan nueba cosa los andausn mirando con un temor reve¬rente dicen que auiendo llegado todos a un Pueblo que lla¬man Pachete y no auiendoles agradado la tierra acordaron entre ellos volverse por el camino que auian traydo y lle¬garon á Guamancancha y repocaron alli, y el hermano mayor llamado Mango Capac se ayunto torpemente con su hermana Mama Ocllo, y auiendo pasado algunos dias hecharon de ver los demás hermanos que su hermana es- taua preñada, y causo grande escandalo entre todos hasta que al cabo se entendió la verdad de el hecho. Finalmente de aqueste ayuntamiento illicito nació Cinchiruca en unos aposentos llamados Tombo oir el disgusto que la preñez de la hermana a todos causo se bolvio en una general alegría quando vieron nacido el nuebo ynfante por cuyo naci¬miento hicieron muchas gracias á el Sol atribuyéndole á el una merced tan grande. El que mas murmuro y se agravio de el ayuntamiento de los hermanos fue el tercero de ellos llamado Ayarauca y porque en ninguna manera podia disi¬mular aquel hecho, y lo daua en rostro luego que se ofrecia ocasion detestándolo, y abominándolo como cosa entre ellos prohibida cobráronle mortal odio los demás hermanos, y fingen que lo embiaron por ciertos vasos de oro, y semillas para sembrar al mismo lugar de donde auian salido, y tras el embiaron un criado suyo llamado Tambo Chacay el qual auiendo entrado en la cueua o casa Ayarauca le cerro la puerta con una peña grande y le dijo que alli quedaría para siempre oydo esto por el encerrado Ayarauca comenzo a dar fieros gritos con tanta fuerza y vehemencia que tam- blaua la tierra y se abrían los montes, y se estremecian los Cielos y visto que ya no pqdia escapar de quedarse alli para siempre preso maldijo á Tambochacay y pudo tanto la mal¬dición que alli donde estaua sentado sobre el peñazco que cerraua la puerta se combirtio en piedra la qual muestran oy dia los naturales de aquella tierra, y retiene el nombre de Tambo Chacay. Publicaron los demás hermanos, y her¬manas de el encarcelado Ayarauca que la causa de quitarlo de el Mundo fue porque yba por el camino tirando piedras con que derriba los Montes, y hacÍ2n que se cayesen las pe¬ñas sobre las labranzas, y sementeras, y que temian no destruyesse el Mundo, porque era poderoso para ello. Hecho este despacho de el hermano con el paso y grauedad que solian llegaron a vista de un cerro llamado oy Guanacau- ri y un dia a el amanecer vieron el Yris (o Arco de el Cielo) que lebantaua el un pie de el mismo cerro y Mango Capac dijo á los demás buena señal es aquesta que ya no se acabara el Mundo por agua seguidme y subamos en este cerro y de alli veremos el lugar donde auemos de poblar y permane¬cer y hechadas sus suertes y hechas las cerimonias y supers¬ticiones á su modo caminaron hacia el cerro, y de lejos vieron un bulto de persona el qual era cierto hechicero del Pueblo de Saño Sacerdote Ministro de el Demonio que es¬taua alli occupado en sus vanos ayunos llamauasse la guaca Santuario que estaua á su cargo Chinbo y cagua como vies- sen aquella persona los hermanos acordaron prenderla por que no fuessen sus hechicerías y encantos impedimiento y estorvo para sus intentos, y ansi fue acordado por todos que fuese aprenderlo Ayarcache segundo de los hermanos tres que ya quedauan. Y como llego a donde el hechicero esta¬ua arrimóse a par de el, y por buenas palabras le comenzo a persuadir a que bibiessen, y abitassen juntos, y el desco¬medido Ayarcache se sentó sobre el hechicero el qual qui- riendo bol ver el rostro para conocer quien tal atrebimiento cometía, ya no fue en su mano porque tenian pegadas y estampados los pies en la tierra viendo sus hermanos la presura en que Ayarcache se hallaua quisiéronlo valer y fueron de presto á su socorro mas luego vieron ser en baño, y comenzose a quejar de ellos diciendo ó hermanos míos, y quan en mi daño fue lo que acordaistes pretendiendo sin razón prender el inocente Ministro de esta guaca ya para siempre quedays priuados de mi compañia y yo de la vuestra á solas, y sin mi gozareis la prosperidad que os esta apare¬jada vosotros serey Señores de mucha cuenta si por ser vuestro hermano, y por orden vuestra priuado para siem¬pre de vuestra compañia merezco que me concedáis lo que os pidiere por ultima y postrera cosa os mando que en vros. Sacrificios fiestas bayles, y demás ceremonias os acordéis de mi, que por obedeceros y daros gusto halle mi fin, y pues esta verdad conoceys sea yo el primero que merezca vuestras ofrendas, y quando hicieredes con vros’ hijos el Guarachicuy sea yo por los unos; y los otros adorado pues quedo aqui por padre y origen de vra’ descendiencia. Dichas estas palabras fue combertida en una biba roca que oy muestran alli, y llamado Guanacauri con muchas lagrimas, y tiernos sentimientos se dejaron alli a el hermano, y con el acostumbrado reposo se bajaron por aquella ladera hasta el pie del cerro a un lugar y sitio llamado Matagua donde se detuvieron algunos dias, y acordaron horadar las orejas á el niño Sinchi ruca que fue en el primero que tal cerimonia se hizo á la qual fiesta y manera de ritu llamaron Tocochi- cui, y en cumplimiento de lo pedido por su hermano Ayar¬cache inbocaron muchas veces su nombre, y lloraron su perdida diciendo ay hermano nro’ quan corta fue nra’ ven¬tura pues no merecimos holgamos juntos con el crecimiento, y hermosura de este nro’ eredero niño, ó quan colmada fuera tu alegría si permitiera nuestro padre el Sol, que oy te aliaras en estas fiestas. De alli comenzo a tomar origen en¬tre aquellas gentes el llorar los muertos, ymitando á el sordo sussurro de las Palomas. Alli comenzaron las cerimonias de siempre oydo esto por el encerrado Ayarauca comenzo a dar fieros gritos con tanta fuerza y vehemencia que tam- blsua la tierra y se abrian los montes, y se estremecian los Cielos y visto que ya no podia escapar de quedarse alli para siempre preso maldijo á Tambochacay y pudo tanto la mal¬dición que alli donde estaua sentado sobre el peñazco que cerraua la puerta se combirtio en piedra la qual muestran oy dia los naturales de aquella tierra, y retiene el nombre de Tambo Chacay. Publicaron los demás hermanos, y her¬manas de el encarcelado Ayarauca que la causa de quitarlo de el Mundo fue porque yba por el camino tirando piedras con que derriba los Montes, y hacian que se cayesen las pe¬ñas sobre las labranzas, y sementeras, y que temian no destruyesse el Mundo, porque era poderoso para ello. Hecho este despacho de el hermano con el paso y grauedad que solian llegrron a vista de un cerro llamado oy Guanacau- ri y un dia a el amanecer vieron el Yris (o Arco de el Cielo) que lebantaua el un pie de el mismo cerro y Mango Capac dijo á los demás buena señal es aquesta que ya no se acabara el Mundo por agua seguidme y subamos en este cerro y de alli veremos el lugar donde auemos de poblar y permane¬cer y hechadas sus suertes y hechas las cerimonias y supers-ticiones á su modo caminaron hacia el cerro, y de lejos vieron un bulto de persona el qual era cierto hechicero del Pueblo de Saño Sacerdote Ministro de el Demonio que es¬taua alli occupado en sus vanos ayunos llamauasse la guaca Santuario que estaua á su cargo Chinbo y cagua como vies- sen aquella persona los hermanos acordaron prenderla por que no fuessen sus hechicerias y encantos impedimiento V estorvo para sus intentos, y ansi fue acordado por todos que fuese aprenderlo Ayarcache segundo de los hermanos tres que ya quedauan. Y como llego a donde el hechicero esta¬ua arrimóse a par de el, y por buenas palabras le comenzo a persuadir a que bibiessen, y abitassen juntos, y el desco¬medido Ayarcache se sentó sobre el hechicero el qual qui- riendo bolver el rostro para conocer quien tal atrebimiento cometía, ya no fue en su mano porque tenian pegadas y estampados los pies en la tierra viendo sus hermanos la presura en que Ayarcache se hallaua quisiéronlo valer y fueron de presto á su socorro mas luego vieron ser en baño, y comenzose a quejar de ellos diciendo ó hermanos mios, y quan en mi daño fue lo que acordaistes pretendiendo sin razón prender el inocente Ministro de esta guaca ya para siempre quedays priuados de mi compañia y yo de la vuestra á solas, y sin mi gozareis la prosperidad que os esta apare¬jada vosotros serey Señores de mucha cuenta si por ser vuestro hermano, y por orden vuestra priuado para siem¬pre de vuestra compañia merezco que me concedáis lo que os pidiere por ultima y postrera cosa os mando que en vro8. Sacrificios fiestas bayles, y demás ceremonias os acordéis de mi, que por obedeceros y daros gusto halle mi fin, y pues esta verdad conoceys sea yo el primero que merezca vuestras ofrendas, y quando hicieredes con vro8, hijos el Guarachicuy sea yo por los unos; y los otros adorado pues quedo aqui por padre y origen de vra descendiencia. Dichas estas palabras fue combertida en una biba roca que oy muestran alli, y llamado Guanacauri con muchas lagrimas, y tiernos sentimientos se dejaron alli a el hermano, y con el acostumbrado reposo se bajaron por aquella ladera hasta el pie del cerro a un lugar y sitio llamado Matagua donde se detuvieron algunos dias, y acordaron horadar las orejas á el niño Sinchi ruca que fue en el primero que tal cerimonia se hizo á la qual fiesta y manera de ritu llamaron Tocochi- cui, y en cumplimiento de lo pedido por su hermano Ayar¬cache inbocaron muchas veces su nombre, y lloraron su perdida diciendo ay hermano nro’ quan corta fue n™’ ven¬tura pues no merecimos holgamos juntos con el crecimiento, y hermosura de este nro’ eredero niño, ó quan colmada fuera tu alegria si permitiera nuestro padre el Sol, que oy te aliaras en estas fiestas. De alli comenzo a tomar origen en¬tre aquellas gentes el llorar los muertos, ymitando á el sordo sussurro de las Palomas. Alli comenzaron las cerimonias de ios raimis, y el Quico cchico, y Guarachico y Rutuchico, y la fiesta del Auyscay, que es celebrar el nuevo nacimiento de los hijos deseados, con beber y baylar quatro dias mas.
En este asiento de Matagua se detuvieron estos embau¬cadores hermanos algunos años haciendo entender á las gen¬tes de aquellos arredores un millón de cuentos fabulosos, y vanos encaminado todo á lebantarse con el señorío de todas aquellas comarcas como despues lo pusieron por obra.
El fabuloso origen de los Señores Yngas (según el mal entendido vulgo) es aqueste que auemos acabado de contar que aunque en alguna manera se ba amparando con algunas verdades de la realidad de el hecho desace a las mentiras con que lo enbuelven. Lo que en este caso paso, y el estilo, y modo que se tuvo para tiranizar tanta pujanza se tratara en el siguiente Capitulo desde el qual comenzaremos a computar los tiempos y siglos, y acontecimientos Yndianos por los de los sumos Pontífices y Emperadores, y Reyes de nra España, y Mahometanos para que entendamos como yban procediendo las cosas en el mundo.
Cap. 10.-de lo que se tiene por verdadero acerca de el principio y origen de los Reyes Yngas y de las cosas que subcedian en el Mundo conocido quando en este comenzaron a reynar estos Prin¬cipes. Y de la dcscendiencia de los turcos y otras curiosidades.
Concordadas las cuentas nuestras con las que estos na¬turales tienen por sus Quipos, y ñudos de sus Reyes, y Se¬ñores antiguos y de la realidad y principios de ellos parece resultar que cerca de los años de el nacimiento de Christo nro’ Redemptor de 945 teniendo la Apostólica Silla de Sant Pedro en Roma el Papa Estefano octauo de los de este nom¬bre, y centessimo trigentisimo de los Sumos Pontífices, ó en el fin y remate de su Pontificado, y en el Principio de el de Martino Tercero. Y teniendo la Corona de el Imperio Oriental Constantino Séptimo en compañia y unión de Romano su suegro. La Corona de el Ymperio Occidental (cuya silla puso en Alemania el glorioso Cario magno) tenia Otón primero hijo de el Catolico, y valeroso Empera¬dor Henrico primero llamado el Cazador. Y reynando en nuestra madre España en León, y Oviedo Ramiro tercero hijo de el buen Rey Don Sancho el primero, y de su muger Doña Teresa á Galicia governaua, y defendía el valeroso Con¬de Gonzalo Sánchez mortal espanto para los Normandos que la quisieron ofender, governaua en Castilla el bendito y dignamente alavado Conde Fernán Gonzales, y este año nombrado fue de los últimos de su vida. Era en esta co¬yuntura Halifa Emperador de el mando y Señorio Arabe Cosdar cuya silla estaua en Baldac que es tenida por la an¬tigua Babilonia. En la Aphrica auia grandes alteraciones poi¬que ciertos linages de naturales Berberes se amotinaron, y tomaron las armas contra los Alarabes que asta alli (de mu¬cho tiempo atras) los auian governado. En la Mauritania Fingitania se rebelaron los de los Pueblos Cenetes llamados Mequineza contra los de el linage de Ydris sus antiguos Señores a persuacion de cierto Morabito llamado el Que- minbebenal. En Cordoua era Rey en estos tiempos Abde- rramen Haliatar, y en ella mouio una cruel persecución contra los Christianos en la qual recibieron martirio S. Au¬relio, y Georgio, y Feliz con sus mugeres naturales todas de Cordoua fueron martirizados en muchos lugares inu- merables Christianos especial en el Monasterio de Sant Pe¬dro de Cardeña padecieron martirio docientos Monges con su Abad. Fray Sandio cuyas almas están en el Cielo, y sus cuerpos en el mismo Monasterio. En estos mis tiempos (según la cuenta referida) en las partes superiores de este nuestro Piru, cierta familia de barbaros hecharon de ver quan gustosa vida era la que se passaba mandando y quan infelice la que se acababa en sugecion, y seruidumbre, y por ser ayudados de buenas estrellas, y faborables influen- ios raimis, y el Quico cchico, y Guarachico y Rutuchico, y la fiesta del Auyscay, que es celebrar el nuevo nacimiento de los hijos deseados, con beber y baylar quatro dias mas.
En este asiento de Matagua se detuvieron estos embau¬cadores hermanos algunos años haciendo entender á las gen¬tes de aquellos arredores un millón de cuentos fabulosos, y vanos encaminado todo á lebantarse con el señorío de todas aquellas comarcas como despues lo pusieron por obra.
El fabuloso origen de los Señores Yngas (según el mal entendido vulgo) es aqueste que auemos acabado de contar que aunque en alguna manera se ba amparando con algunas verdades de la realidad de el hecho desace a las mentiras con que lo enbuelven. Lo que en este caso paso, y el estilo, y modo que se tuvo para tiranizar tanta pujanza se tratara en el siguiente Capitulo desde el qual comenzaremos a computar los tiempos y siglos, y acontecimientos Yndianos por los de los sumos Pontífices y Emperadores, y Reyes de n™ España, y Mahometanos para que entendamos como yban procediendo las cosas en el mundo.
Cap. 10.-de lo que se tiene por verdadero acerca de el principio y origen de los Reyes Yugas y de las cosas que subcedian en el Mundo conocido quando en este comenzaron a reynar estos Prin¬cipes. Y de la dcscendiencia de los turcos y otras curiosidades.
Concordadas las cuentas nuestras con las que estos na¬turales tienen por sus Quipos, y ñudos de sus Reyes, y Se¬ñores antiguos y de la realidad y principios de ellos parece resultar que cerca de los años de el nacimiento de Christo nro Redemptor de 94S teniendo la Apostólica Silla de Sant Pedro en Roma el Papa Estefano octauo de los de este nom¬bre, y centessimo trigentisimo de los Sumos Pontífices, ó en el fin y remate de su Pontificado, y en el Principio de el de Martino Tercero. Y teniendo la Corona de el Imperio Oriental Constantino Séptimo en compañia y unión de Romano su suegro. La Corona de el Ymperio Occidental (cuya silla puso en Alemania el glorioso Cario magno) tenia Otón primero hijo de el Catolico, y valeroso Empera¬dor Henrico primero llamado el Cazador. Y reynando en nuestra madre España en León, y Oviedo Ramiro tercero hijo de el buen Rey Don Sancho el primero, y de su muger Doña Teresa á Galicia governaua, y defendía el valeroso Con¬de Gonzalo Sánchez mortal espanto para los Normandos que la quisieron ofender, governaua en Castilla el bendito y dignamente alavado Conde Fernán Gonzales, y este año nombrado fue de los últimos de su vida. Era en esta co¬yuntura Halifa Emperador de el mando y Señorio Arabe Cosdar cuya silla estaua en Baldac que es tenida por la an¬tigua Babilonia. En la Aphrica auia grandes alteraciones poi¬que ciertos linages de naturales Berberes se amotinaron, y tomaron las armas contra los Alarabes que asta alli (de mu¬cho tiempo atras) los auian governado. En la Mauritania Fingitania se rebelaron los de los Pueblos Cenetes llamados Mequineza contra los de el linage de Ydris sus antiguos Señores a persuacion de cierto Morabito llamado el Que- minbebenal. En Cordoua era Rey en estos tiempos Abde- rramen Haliatar, y en ella mouio una cruel persecución contra los Christianos en la qual recibieron martirio S. Au¬relio, y Georgio, y Feliz con sus mugeres naturales todas de Cordoua fueron martirizados en muchos lugares ¡nu¬merables Christianos especial en el Monasterio de Sant Pe¬dro de Cardeña padecieron martirio docientos Monges con su Abad. Fray Sandio cuyas almas están en el Cielo, y sus cuerpos en el mismo Monasterio. En estos mis tiempos (según la cuenta referida) en las partes superiores de este nuestro Piru, cierta familia de barbaros hecharon de ver quan gustosa vida era la que se passaba mandando y quan infelice la que se acababa en sugecion, y seruidumbre, y por ser ayudados de buenas estrellas, y faborables influen- cías salieron de entre ellos los ocho hermanos que auemos nombrado en el Capitulo precedente y conociendo con su claro juicio que la simplicidad de la gente de aquel siglo era materia dispuesta para hacerles creer qualquiera vanidad que se les digesse hacordai’on hacerse grandes por maña y artificio ya que por naturaleza ni fuerzas no lo podian ser, y auiendo acordado entre todos el estilo y manera que para efectuar su hecho auian de tener se ocuparon las quatro hermanas muchos dias en labrar secretamente ropas y ves¬tidos para todos de nueba y no vista hechura matizandolas de varias colores, y sembrándolas de planchas de oro bru¬ñido y de las joyas, y preseas que se tenian en aquellos Siglos por mas preciadas, y concluydos sus vestidos tan vistosos quanto mas pudieron con todo el secreto de el Mundo por caminos ocultos y desusados se salieron de su tierra y natural gente, y caminando de noche sin ser de nadie vistos se me¬tieron en ciertos aposentos que hallaron vacios en aquella parte que dejamos dicha que es cinco leguas de el Cuzco, y la causa de parar alli fue porque en cierta placeta que alli se hacia se juntaua de ordinario mucho concurso de naturales de las alcarias, ó caserias circunvecinas, y a ma¬nera de mercado tratauan y contratauan unos con otros aquellas cosas que unos tenian y otros no alcanzauan, y a el amanecer de el dia siguiente quando mas descuydadas aque¬llas gentes que auian venido ál mercado deuer tal expec- taculo vestidos con sus matizadas, y no vistas libreas comen¬zaron a arrojarse por una ventana que sobre la plaza caya aquella carnada de hermanos y hermanas diciendo, y tra¬tando cosas maravillosas y nunca oydas de aquellos barbaros que los escuchavan, y todo era guiado a fin de darles a entender y hacerles creer a aquellas gentes que eran venidos de el Cielo y que eran hijos de el Sol, y mensageros suyos, y como nadie no los conocia ni los vieron entrar en aquellos aposentos ni pudieron saber de donde auian venido, y los vieron de rostros hermosos, y no empecidos de los ayres ni de los Soles, y con un trage jamas visto, y de tanta magestad, y grauedad fueron fácilmente persuadidos a que eran diui- nos, y luego salió la boz por aquella comarca de la milagrosa venida de aquella nueua visión, y comenzaron á ser visitados con dones y plegarias, y a ser estimados por divinos, y toda aquella comarca una legua o dos en torno (que no era poca cantidad para señorearse en aquellos tiempos) los recibieron por Reyes y Señores en lo temporal y espiritual. De lance en lance vino á subceder lo que la fabula dice que Mama Ocllo (segunda entre las quatro hermanas) se hizo preñada de Mango Capac su hermano mayor lo qual fue muy reñido y reprehendido de Ayarauca por ser cosa muy nefanda, y abo¬minada entre los de aquellos siglos ayuntarse con las herma¬nas, y como Mango Capac era el mayor y por la misma razón el que gouernaua á todos (y á las gentes que se les yban allegando que no era ya pequeño numero) temió ser des¬cubierto por el hermano y venir por aquel hecho en odio y desgracia de los mismos que se deseaua traer á su gracia y devocion, y quiso matar á su infamia con la muerte de su hermano, y ansi le persuadieron un dia con mucha instancia que bolviesse a cierto lugar donde auian residido algún tiempo fingiendo auerseles alli olvidado ciertos vasos do oro, y lo que la fabula dice, y el fue, y en su seguimiento un criado muy atreuido de Mango Capac y como lo en- contrasse descuidado lo mato echándole una piedra sobre la cabeza, y finguigendo (*) querer castigar á Tambo Chacay (que ansi sé llamaua el matador) lo hizo también matar, y de esta manera se encubrió por algún tiempo la preñez de los hermanos mas quando ya la madre estaua en dias de parir digeron y publicaron que esta preñada de el Sol, finalm.1″ en el lugar y coyuntura que la fabula dice nació Sinchiruca primo genito y eredero de Mango Capac, que ya era Señor de muchas compañas que por veneración y reberencia le auian venido a dar la obediencia. A el otro hermano llamado Ayarcache mato un hechicero con sus ponzoñas, y yervas
(!) Fingiendo.
cias salieron de entre ellos los ocho hermanos que auemos nombrado en el Capitulo precedente y conociendo con su claro juicio que la simplicidad de la gente de aquel siglo era materia dispuesta para hacerles creer qualquiera vanidad que se les digesse hacordafon hacerse grandes por maña y artificio ya que por naturaleza ni fuerzas no lo podian ser, y auiendo acordado entre todos el estilo y manera que para efectuar su hecho auian de tener se ocuparon las quatro hermanas muchos dias en labrar secretamente ropas y ves¬tidos para todos de nueba y no vista hechura matizandolas de varias colores, y sembrándolas de planchas de oro bru¬ñido y de las joyas, y preseas que se tenian en aquellos Siglos por mas preciadas, y concluydos sus vestidos tan vistosos quanto mas pudieron con todo el secreto de el Mundo por caminos ocultos y desusados se salieron de su tierra y natural gente, y caminando de noche sin ser de nadie vistos se me¬tieron en ciertos aposentos que hallaron vacios en aquella parte que dejamos dicha que es cinco leguas de el Cuzco, y la causa de parar alli fue porque en cierta placeta que alli se hacia se juntaua de ordinario mucho concurso de naturales de las alearías, ó caserías circunvecinas, y a ma-nera de mercado tratauan y contratauan unos con otros aquellas cosas que unos tenian y otros no alcanzauan, y a el amanecer de el dia siguiente quando mas descuydadas aque¬llas gentes que auian venido ál mercado deuer tal expec- taculo vestidos con sus matizadas, y no vistas libreas comen¬zaron a arrojarse por una ventana que sobre la plaza cava aquella carnada de hermanos y hermanas diciendo, y tra¬tando cosas maravillosas y nunca oydas de aquellos barbaros que los escuchavan, y todo era guiado a fin de darles a entender y hacerles creer a aquellas gentes que eran venidos de el Cielo y que eran hijos de el Sol, y mensageros suyos, y como nadie no los conocia ni los vieron entrar en aquellos aposentos ni pudieron saber de donde auian venido, y los vieron de rostros hermosos, y no empecidos de los ayres ni de los Soles, y con un trage jamas visto, y de tanta magestad.
y grauedad fueron fácilmente persuadidos a que eran diui- nos, y luego salió la boz por aquella comarca de la milagrosa venida de aquella nueua visión, y comenzaron á ser visitados con dones y plegarias, y a ser estimados por divinos, y toda aquella comarca una legua o dos en torno (que no era poca cantidad para señorearse en aquellos tiempos) los recibieron por Reyes y Señores en lo temporal y espiritual. De lance en lance vino á subceder lo que la fabula dice que Mama Ocllo (segunda entre las quatro hermanas) se hizo preñada de Mango Capac su hermano mayor lo qual fue muy reñido y reprehendido de Ayarauca por ser cosa muy nefanda, y abo¬minada entre los de aquellos siglos ayuntarse con las herma¬nas, y como Mango Capac era el mayor y por la misma razón el que gouernaua á todos (y á las gentes que se les yban allegando que no era ya pequeño numero) temió ser des¬cubierto por el hermano y venir por aquel hecho en odio y desgracia de los mismos que se deseaua traer á su gracia y devocion, y quiso matar á su infamia con la muerte de su hcrmnno, y ansi le persuadieron un dia con mucha instancia que bolviesse a cierto lugar donde auian residido algún tiempo fingiendo auerseles alli olvidado ciertos vasos do oro, y lo que la fabula dice, y el fue, y en su seguimiento un criado muy atreuido de Mango Capac y como lo cn- contrasse descuidado lo mato echándole una piedra sobre la cabeza, y finguigendo (‘) querer castigar á Tambo Chacay (que ansi se llamaua el matador) lo hizo también matar, y de esta manera se encubrió por algún tiempo la preñez de los hermanos mas quando ya la madre estaua en dias de parir digeron y publicaron que esta preñada de el Sol, finalm.te en el lugar y coyuntura que la fabula dice nació Sinchiruca primo genito y eredero de Mango Capac, que ya era Señor de muchas compañas que por veneración y reberencia le auian venido a dar la obediencia. A el otro hermano llamado Ayarcache mato un hechicero con sus ponzoñas, y yervas
í1) Fingiendo.
porque le quiso quitar lo que tenia, y por encubrir tal muerte a fin que no entendiessen aquellas que era nadie poderoso para quitarles la vida fingeron su remate y fin como la fabula dice. Y en sus obsequias de este se comenzaron á usar nueba manera de llorar diferente de lo usado hasta alli. En el asiento de Matagua se estubieron reaciendo mas tiempo de veynte años sembrando muchas abusiones entre aquel rudo vulgo aqui murieron sin dejar posteridad los dos her¬manos Ayarucho varón y Mamaragua hembra y también encubrieron sus muertes, y publicaron que auian sido arre¬batados y llebados á el Cielo (como los Romanos hicieron de Romulo). En la duración de este tiempo Mamaguaco (que muy varonil y atreuida era y de gran consejo y pru- ducencia) auia hecho, algunas correrias usando oficio de valeroso capitan, y dicen que tiró dos varas de oro, y que la una llego a Cólica bomba, (que es distancia de aquel asiento dos tiros de vallesta) esta bara dicen que no inco bien en la tierra, y la otra se quedo fijada en Guanaipata que es en aquella parte donde en nros’ dias se ve en el Cuzco, él Arco que esta hacia Sant Sebastian ó muy poco apartado de el en la firmeza con que quedo la vara conocieron agüeros prospero, y con ellos cobraron animo, y al nuebo Infante Sinchiruca lo armaron cauallero, y en el se co¬menzo á los tres años de su edad la fiesta Tocochicui que es quando le horadaron las orejas, y á los quatro el Rutuchi- cui que es la primera vez que se le corto el cabello, y a los quince el Huarachicui que es quando le pusieron las pri¬meras bragas, y se inventó infinito numero de cerimonias que se yran poniendo en sus lugares y tiempos dieronle en la mano (en señal de cetro Real) un bastón de oro a quien llamaron Topayauri, y siendo de edad ya el mancebo tomo muger de los naturales de el Pueblo de Saño a quien lla¬maron Mamacoca hija única de Sutiguaman caudillo y regente de aquella familia en esta tuvo un hijo Sinchiruca a quien llamo Mango Sapaca de el lugar de Matagua (don¬de mucho tiempo auian residido) pasaron su asiento y mo¬rada á Coica Bomba, donde la vara primera de Mamaguaco no hizo asiento ni presa en la tierra, y haciendo ciertas su¬persticiones que auian inventado cauaron en la tierra y oliéronla y parecióles que no prometia prosperidad en lo futuro todo lo qual se yba haciendo por embaucar y sem¬brar temor en las gentes a fin que no les estoruassen su yntento que era señorearse de el Cuzco que menos de una legua estaua de ellos y muy poblado de naturales, y muy frequentado de estrangeros de tres y quatro leguas á la re¬donda (que en aquel tiempo no se disponían los ánimos a mas largas peregrinaciones) a causa de las muchas, y muy diferentes lenguas y costumbres que a cada lengua C) se yban aliando finalmente el Rey Mango Capac (que ansi le lla-maremos ya) y su hijo Sinchiruca, y sus demás hermanos y deudos acompañados de ynumerables Compañas de barbaros (ansi de paz como de guerra) se mudaron de Cullca Bom¬ba, y passaronse á Guamantianga (acercándose siempre ál Cuzco) y auiendo reposado alli algún tiempo y tomado su consejo se pusieron con todo su depuesto en Guanaypata que era lugar bien hadado por la vara de oro que alli fue incada viendose ya á punto de conseguir su deseo hicieron sus sementeras, acompañadas de muchas supersticiones, y ceremonias, y despusieronse á entrar en la tierra deseada, y dicen que Maguaco alió un Yndio de los naturales Guayllas que alli estauan poblados, y lo mato con un Tumi que lle- uaua oculto (que es un cuchillo de piedra) y sacandole los bofes y entrañas las hincho y se las atraueso en la boca, j con la sangre hizo untar á los demás, y con tan horrenda postura se metió en el Pueblo de los Guaillas, y los desani¬mados naturales creyendo que era gente que comia carne humana desampararon el Pueblo, y fueronse descarriados por aquellos campos, mas Copalimayta (que ansi se 11a- maua el Señor natural de el Cuzco) junto la mas gente que pudo, y le salió á el encuentro, y hauiendo tenido ima
(1) legua?
porque le quiso quitar lo que tenia, y por encubrir tal muerte a fin que no entendiessen aquellas que era nadie poderoso para quitarles la vida fingeron su remate y fin como la fabula dice. Y en sus obsequias de este se comenzaron á usar nueba manera de llorar diferente de lo usado hasta alli. En el asiento de Matagua se estubieron reaciendo mas tiempo de veynte años sembrando muchas abusiones entre aquel rudo vulgo aqui murieron sin dejar posteridad los dos her¬manos Ayarucho varón y Mamaragua hembra y también encubrieron sus muertes, y publicaron que auian sido arre¬batados y llebados á el Cielo (como los Romanos hicieron de Romulo). En la duración de este tiempo Mamaguaco (que muy varonil y atreuida era y de gran consejo y pru- ducencia) auia hecho, algunas correrías usando oficio de valeroso capitan, y dicen que tiró dos varas de oro, y que la una llego a Cólica bomba, (que es distancia de aquel asiento dos tiros de vallesta) esta bara dicen que no inco bien en la tierra, y la otra se quedo fijada en Guanaipata que es en aquella parte donde en nro*’ dias se ve en el Cuzco, él Arco que esta hacia Sant Sebastian ó muy poco apartado de el en la firmeza con que quedo la vara conocieron agüeros prospero, y con ellos cobraron animo, y al nuebo Infante Sinchiruca lo armaron cauallero, y en el se co¬menzo á los tres años de su edad la fiesta Tocochicui que es quando le horadaron las orejas, y á los quatro el Rutuchi- cui que es la primera vez que se le corto el cabello, y a los quince el Huarachicui que es quando le pusieron las pri¬meras bragas, y se inventó infinito numero de cerimonias que se yran poniendo en sus lugares y tiempos dieronle en la mano (en señal de cetro Real) un bastón de oro a quien llamaron Topayauri, y siendo de edad ya el mancebo tomo muger de los naturales de el Pueblo de Saño a quien lla-maron Mamacoca hija única de Sutiguaman caudillo y regente de aquella familia en esta tuvo un hijo Sinchiruca a quien llamo Mango Sapaca de el lugar de Matagua (don¬de mucho tiempo auian residido) pasaron su asiento y mo¬rada á Coica Bomba, donde la vara primera de Mamaguaco no hizo asiento ni presa en la tierra, y haciendo ciertas su¬persticiones que auian inventado cauaron en la tierra y oliéronla y parecióles que no prometía prosperidad en lo futuro todo lo qual se yba haciendo por embaucar y sem¬brar temor en las gentes a fin que no les estoruassen su yntento que era señorearse de el Cuzco que menos de una legua estaua de ellos y muy poblado de naturales, y muy frequentado de estrangeros de tres y quatro leguas á la re¬donda (que en aquel tiempo no se disponían los ánimos a mas largas peregrinaciones) a causa de las muchas, y muy diferentes lenguas y costumbres que a cada lengua (‘) se yban aliando finalmente el Rey Mango Capac (que ansi le lla¬maremos ya) v su hijo Sinchiruca, y sus demás hermanos y deudos acompañados de ynumerables Compañas de barbaros (ansi de paz como de guerra) se mudaron de Cullca Bom¬ba, y passaronse á Guamantianga (acercándose siempre ál Cuzco) y auiendo reposado alli algún tiempo y tomado su consejo se pusieron con todo su depuesto en Guanaypata que era lugar bien hadado por la vara de oro que alli fue incada viendose ya á punto de conseguir su deseo hicieron sus sementeras, acompañadas de muchas supersticiones, y ceremonias, y dispusiéronse á entrar en la tierra deseada, y dicen que Maguaco alió un Yndio de los naturales Guayllas que alli estauan poblados, y lo mato con un Tumi que lle- uaua oculto (que es un cuchillo de piedra) y sacandole los bofes y entrañas las hincho y se las atraueso en la boca, y con la sangre hizo untar á los demás, y con tan horrenda postura se metió en el Pueblo de los Guaillas, y los desani¬mados naturales creyendo que era gente que comia carne humana desampararon el Pueblo, y fueronse descarriados por aquellos campos, mas Copalimayta (que ansi se 11a- maua el Señor natural de el Cuzco) junto la mas gente que pudo, y le salió á el encuentro, y hauiendo tenido una
(l) legu»?
liuiana refriega al paso de un arroyo pequeño que por alli corre se recogeron los de Mango Capac al asiento de Gua- naypata donde se rehicieron y reposaron asta coger sus sementeras, las quales dicen que fueron pujantes en fertili¬dad que desde lo bajo de la caña de el maiz asta lo mas alto toda estaua llena y apiñada de grandes y hermosas mazorcas visto quan favorable les era el suelo se dispusieron segunda vez aprobar el Reyno y entrar por armas en el Cuzco Co- palimayta que auia salido vencedor la vez primera no supo aprobecharse de la victoria y assi se hallo sin fuerzas ni aliento para el segundo recuentro, porque con barbara armonia se dispuso Mango Capac, y su gente á entrarle la tierra y ansi se la gano y preendio ál caudillo Copalymaita el qual de miedo de la muerte les dijo que el les queria dejar libremente su tierra, y irse a donde mas no fuesse visto, y entregado á Mamaguaco sus familias y posesiones se partió y dijo quando en mas alta sierra viereres gran cantidad de nieue bien po¬déis decir alli esta el desterrado Copalimayta viendosse ya libres de competidor y absolutos señores de lo que tanto deseauan Mango Capac, y su familia se poblaron con mucho contento en el asiento de Curicancha donde en nros’ dias se muestra el Monasterio de Sancto Domingo de el Cuzco. En aquel lugar eligieron lo primero el sitio y compás para un Templo dedicado á el Sol, y para ellos, y sus muchas Com¬pañas diuidieron el llano en quatro barrios diferentes lla¬mándoles el primero Quinticancha ál segundo Chumbi cancha ál tercero, Aranbui Cancha, y ál ultimo Sayricancha. Auiendo el mañoso Mango Capac poblado su Ciu.a de el Cuzco en Chumbi Cancha y dado alguna orden en su Republ ca comenzo á ser de todos muy amado tenido, y respetado por auer sido su gouierno (no como de Señor t:rano) sino como de padre piadoro, jamas fue notado de cruel con los delinquentes ni de escaso con los menesterosos y ansi fundo su imperio en amor y reuerencia. Y auiendo cumplido (según la cuenta) 91 años de su edad y gover- nado gentes y familias mas de los 60 murió cerca de los años de el nacimiento de Christo de mil y seis dejo por su eredero á Sinchiruca que ya era hombre de experiencia y de artifi-cio para saber gouernar su amontonado por mañas y cau¬telas como aquel que eredaua. No es justo que nuestra his¬toria calle el notable azote de el umanal linage que yba esforzandose y tomando cuerpo, acompañado de daños, y perdidas para los mortales (y mucho mas para la república Christiana) durante la vida y Ymperio de este primero In¬ga Mango Capac según la computación que lleuamos. Que fue aquel desatado egercito de Satanas congregado en su nombre con apellido de Turcos el qual recontare con la breuedad acostumbrada y es ansi que (como queda visto en el 6 Capitulo de la primera parte de nuestra obra) Ma¬gog 29 hijo de Japhet d.’o origen y principio á las naciones, y gentes Sciticas las quales cundieron tanto, y multiplicaron en tanta abundancia, que occuparon mas tierra que otro ningún ramo de los de Noe; porque la propagación y decen- dencia de estas gentes occupo la parte mas septentrional de la otra parte de el monte Caucaso; estos fueron llamados Hunos, según relación de Plinio a cuyas descendiencias el mismo las distingie en quatro apellidos que son Udinos, Moscos, Turcos Tusagetes, y según Autores graues todos estos se comprehenden debajo de el nombre de Scitas; par¬tes de estas naciones dichas (que son llamados Hunos) fue¬ron los que salieron a plaza, y fueron vistos con Athila su Capitan, y trauaron guerras de camino con las naciones sus vecinas y algunos de estos llamados Moscos se quedaron en las Regiones cercanas ál rio Tanays; de quien decienden ]os que aora se llaman Moscouitas, aunque Pomponio Mela dice ser cerca de este sitio y natural morada de los Turcos, y que auitan en Seluas donde se sustentan de la caza. Beroso dice que los Hunos traen su origen de Hunrus hijo de Tuiscon nieto ó viznieto de Magog, y que auiendose diuidido en muchas poblaciones, siempre estos retubieron el nombre de su progenitor, y ansi (a diferencia de otros llamados tam¬bién Hunos) tomaron el nombre Tusagetas ó Turcos. Pro- liuiana refriega al paso de un arroyo pequeño que por alli corre se recogeron los de Mango Capac al osiento de Gua- naypata donde se rehicieron y reposaron asta coger sus sementeras, las quales dicen que fueron pujantes en fertili¬dad que desde lo bajo de la caña de el maiz asta lo mas alto toda estaua llena y apiñada de grandes y hermosas mazorcas visto qurn favorable les era el suelo se dispusieron segunda vez aprobar el Reyno y entrar por armas en el Cuzco Co- palimayta que auia salido vencedor la vez primera no supo aprobecharse de la victoria y assi se hallo sin fuerzas ni aliento para el segundo recuentro, porque con barbara armonía se dispuso Mango Capac, y su gente á entrarle la tierra y ansi se la gano y preendio ál caudillo Copalymaita el qual de miedo de la muerte les dijo que el les queria dejar libremente su tierra, y irse a donde mas no fuesse visto, y entregado á Mamaguaco sus familias y posesiones se partió y dijo quando en mas alta sierra viereres gran cantidad de nieue bien po¬déis decir alli esta el desterrado Copalimayta viendosse ya libres de competidor y absolutos señores de lo que tanto deseauan Mango Capac, y su familia se poblaron con mucho contento en el asiento de Curicancha donde en nr””‘ dias se muestra el Monasterio de Sancto Domingo de el Cuzco. En aquel lugar eligieren lo primero el sitio y compás para un Templo dedicado á el Sol, y para ellos, y sus muchas Com¬pañas diuidieron el llano en quatro barrios diferentes lla¬mándoles el primero Quinticancha ál segundo Chumbi cancha ál tercero, Aranbui Cancha, y ál ultimo Sayricancha. Auiendo el mañoso Mango Capac poblado su Ciu.’1 de el Cuzco en Chumbi Cancha y dado alguna orden en su Republ ca comenzo á ser de todos muy amado tenido, y respetado por auer sido su gouierno (no como de Señor t’rano) sino como de padre piadoro, jamas fue notado de crue’ con los delinquentes ni de escaso con los menesterosos y ansi fundo su imperio en amor y reuerencia. Y auiendo cumplido (según la cuenta) 91 años de su edad y gover- nado gentes y familias mas de los 60 murió cerca de los años de el nacimiento de Christo de mil y seis dejo por su eredero á Sinchiruca que ya era hombre de experiencia y de artifi-cio para saber gouernar su amontonado por mañas y cau¬telas como aquel que eredaua. No es justo que nuestra his¬toria calle el notable azote de el umanal linage que yba esforzandose y tomando cuerpo, acompañado de daños, y perdidas para los mortales (y mucho mas para la república Christiana) durante la vida y Ymperio de este primero In¬ga Mango Capac según la computación que lleuamos. Que fue aquel desatado egercito de Satanas congregado en su nombre con apellido de Turcos el qual recontare con la breuedad acostumbrada y es ansi que (como queda visto en el 6 Capitulo de la primera parte de nuestra obra) Ma¬gog 29 hijo de Japhet d o origen y principio á las naciones, y gentes Sciticas las quales cundieron tanto, y multiplicaron en tanta abundancia, que occuparon mas tierra que otro ningún ramo de los de Noe; porque la propagación y decen- dencia de estas gentes occupo la parte mas septentrional de la otra parte de el monte Caucaso; estos fueron llamados Hunos, según relación de Plinio a cuyas descendiencias el mismo las distingie en quatro apellidos que son Udinos, Moscos, Turcos Tusagetes, y según Autores graues todos estos se comprehenden debajo de el nombre de Scitas; par¬les de estas naciones dichas (que son llamados Hunos) fue¬ron los que salieron a plaza, y fueron vistos con Athila su Capitan, y trauaron guerras de camino con las naciones sus vecinas y algunos de estos llamados Moscos se quedaron en las Regiones cercanas ál rio Tanays; de quien decienden los que aora se llaman Moscouitas, aunque Pomponio Mela dice ser cerca de este sitio y natural morada de los Turcos, y que auitan en Seluas donde se sustentan de la caza. Beroso dice que los Hunos traen su origen de Hunrus hijo de Tuiscon nieto ó viznieto de Magog, y que auiendose diuidido en muchas poblaciones, siempre estos retubieron el nombre de su progenitor, y ansi (a diferencia de otros llamados tam¬bién Hunos) tomaron el nombre Tusagetas ó Turcos. Pro- copio afirma que los Hunos de quien los Turcos decienden son muy diferentes de los Hunos que á Athila siguieron por estar estotros á la parte Septentrional derechamente de los Armenios, y ser gente de república y policía lo qual no era la otra. Josepho quieré sentir que los Turcos de los Tri¬bus de Ysrael que fueron trasladados en Media otros quie¬ren darles á los Troyanos por origen mas no se yo (ni aun ellos con que fundamento largamente tratan este origen). Eneas Silvio en su consmographia, y Raphael Volaterano, y Francisco Philefo, y Paulo Youio á estos Autores remito a el lector que mas extensamente quisiere saber este prin¬cipio. La verdad es que ellos son Scitas de origen (aunque con largos discursos de años apartados y allexados de su primer tronco) como quiera que sea estas gentes (en infinita cantidad) vinieron haciendo guerras á las naciones de la Asia cerca de los años de Christo de 800. poco mas o menos parte de ellos se quedaron apoderados en las Prouincias de Asia Menor, y otros se andauan ayudando en las guerras á los Reyes de la Persia ansi contra los Yndianos rebelados como contra los Arabes que pretendian sugetarlos, y ayu¬dando aquien mejor les pagaua el sueldo otros andauan sus¬tentándose y entreteniendose con robos y insultos que hacian debajo el dominio de el Capitan que ellos mismos elegían siendo ocasion de su pujanza el mucho descuido, y injustas discordias de los Principes Christianos subcedio que en estos tiempos andaua muy pujante la seta Mahometana en aquella parte de la Persia y Partia y Media por don esta gente acudia y como ellos eran Gentiles y sin creencia sugetaron sus cor¬tos entendimientos á aquella vana Religión. Y en aquella coyuntura andauan trauados en sangrientas guerras. Pisaciro hijo y eredero de Cosdar Emperador ó Halifa de Baldac con Mahamete, que pretendia el mismo dictado en la Persia, y ambos a dos eran en Religión Mahometanos, y hallándose Mahomete falto de fuerzas contra las de su contender Pi¬saciro acudió a pedir socorro á los Turcos Scitas (tenidos ya en reputación de inbencibles) y por aliar ellos abierto por alli camino para lo que deseauan concedieron el ayuda y socorro pedido debajo la vandera y gouierno de un vale¬roso Capitan llamado Mucaleto aunque de otros Tangroli- pici este fue en aquella jornada con tres mil Turcos y se dieron tan mala maña los dos Competidores Alaraues que Pisaciro quedo vencido (y después muerto por mano del que aora lo venció) y Mabamete destruido, y los Turcos entronizados en el Imperio de Baldac, y en el Reynado de Persia cuya corona puso en su cabeza Mucaleto, y el y su nieto Axano subcedio Sanguino, y tras el Norandino, y luega el Saladino, azote de Christianos que fueron guesos solidísimos, y fuertes para tan pujante Señorio el qual cre¬cía en los mismos años, y tiempos que el de los Yngas Yn¬dianos, yba creciendo, mas Dios (por sus ocultos juicios) permitió que el uno de acabasse para principio de tanto bien, y el otro permanessiese para tanto mal y daño como cada dia hacen en n™ temporal y en su espiritual con las victorias que la engañosa fortuna yba dando á manos llenas siempre á estas naciones Turquescas comenzaron a tomar aliento sus descendientes donde quiera que se hallauan, y an¬si de un Pueblo de la Galacia llamado Otomancio se leuan- to pujante un descendiente de esta generación y tornando su nombre y apellido de el Pueblo de su nacimiento, y crian¬za se llamo Otomano como lo siente el doctissimo Obispo de Nochera en las estampas y medallas de su famoso Museo y cerca de los años de Christo de 1.300. saco al campo van- deras de innumerable suma de Ynfieles, y an sido tantos nros’ pecados que no auemos merecido verlas de todo punto abatidas ni humilladas de aqui comenzo aquel pujante Ym¬perio a quien llaman Otomano por su primer caudillo. Bien será bolvamos a seguir el hilo y procesion de nros Yngas Piruleros tomando desde el segundo de ellos llamado Sin- chiruca, y de su vida fin y muerte tratara el siguiente ca¬pitulo.
copio afirma que los Hunos de quien los Turcos decienden son muy diferentes de los Hunos que á Athila siguieron por estar estotros á la parte Septentrional derechamente de los Armenios, y ser gente de república y policia lo qual no era la otra. Josepho quieré sentir que los Turcos de los Tri¬bus de Ysrael que fueron trasladados en Media otros quie¬ren darles á los Troyanos por origen mas no se yo (ni aun ellos con que fundamento largamente tratan este origen). Eneas Silvio en su consmographia, y Raphael Volaterano, y Francisco Philefo, y Paulo Youio á estos Autores remito a el lector que mas estensarnente quisiere saber este prin¬cipio. La verdad es que ellos son Scitas de origen (aunque con largos discursos de años apartados y allexados de su primer tronco) como quiera que sea estas gentes (en infinita cantidad) vinieron haciendo guerras á las naciones de la Asia cerca de los años de Christo de 800. poco mas o menos parte de ellos se quedaron apoderados en las Prouincias de Asia Menor, y otros se andauan ayudando en las guerras á los Reyes de la Persia ansi contra los Yndianos rebelados como contra los Arabes que pretendían sugetarlos, y ayu¬dando aquien mejor les pagaua el sueldo otros andauan sus-tentándose y entreteniendose con robos y insultos que hacían debajo el dominio de el Capitan que ellos mismos elegían siendo ocasion de su pujanza el mucho descuido, y injustas discordias de los Principes Christianos subcedio que en estos tiempos andaua muy pujante la seta Mahometana en aquella parte de la Persia y Partia y Media por don esta gente acudia y como ellos eran Gentiles y sin creencia sugetaron sus cor¬tos entendimientos á aquella vana Religión. Y en aquella coyuntura andauan trauados en sangrientas guerras. Pisaciro hijo y eredero de Cosdar Emperador ó Halifa de Baldac con Mahamete, que pretendía el mismo dictado en la Persia, y ambos a dos eran en Religión Mahometanos, y hallándose Mahomete falto de fuerzas contra las de su contender Pi¬saciro acudió a pedir socorro á los Turcos Scitas (tenidos ya en reputación de inbencibles) y por aliar ellos abierto por alli camino para lo que deseauan concedieron el ayuda y socorro pedido debajo la vandera y gouierno de un vale¬roso Capitan llamado Mucaleto aunque de otros Tangroli- pici este fue en aquella jornada con tres mil Turcos y se dieron tan mala maña los dos Competidores Alaraues que Pisaciro quedo vencido (y después muerto por mano del que aora lo venció) y Mahamete destruido, y los Turcos entronizados en el Imperio de Baldac, y en el Reynado de Persia cuya corona puso en su cabeza Mucaleto, y el y su nieto Axano subcedio Sanguino, y tras el Norandino, y luega el Saladino, azote de Christianos que fueron guesos solidisimos, y fuertes para tan pujante Señorio el qual cre¬cía en los mismos años, y tiempos que el de los Yngas Yn¬dianos, yba creciendo, mas Dios (por sus ocultos juicios) permitió que el uno de acabasse para principio de tanto bien, y el otro permanessiese para tanto mal y daño como cada dia hacen en nr” temporal y en su espiritual con las v’ctorias que la engañosa fortuna yba dando á manos llenas siempre á estas naciones Turquescas comenzaron a tomar aliento sus descendientes donde quiera que se hallauan, y an¬si de un Pueblo de la Galacia llamado Otomancio se leuan- to pujante un descendiente de esta generación y tornando su nombre y apellido de el Pueblo de su nacimiento, y crian¬za se llamo Otomano como lo siente el doctissimo Obispo de Nochera en las estampas y medallas de su famoso Museo y cerca de los años de Christo de 1.300. saco al campo van- deras de innumerable suma de Ynficles, y an sido tantos nro*’ pecados que no auemos merecido verlas de todo punto abatidas ni humilladas de aqui comenzo aquel pujante Ym¬perio a quien llaman Otomano por su primer caudillo. Bien será bolvamos a seguir el hilo y procesion de nr”8 Yngas Piruleros tomando desde el segundo de ellos llamado Sin- chiruca, y de su vida fin y muerte tratara el siguiente ca¬pitulo.
Cap. 11.-de Sinchiruca segundo Rey de los Yngas y de las cosas mas notables que en el Mundo subce- dieron en su tiempo, y los años que biuio este rey y el berdadero origen de los Gitanos.
La simplicidad de la gente de aquel Siglo, y el amor que á Mango Capac aquellas amontonadas gentes tenian y el abito y uso que yban tomando de obedecer a Señores de otra nación hizo llana la entrada en el nuebo Ymperio á Sinchu- ruca segundo Rey de aquella Monarchia Pirulera el qual como huviesse concluido con las abusioneras obsequias de su; muerto padre, y puesto su estatua en Guana Cauri donde estauan ya colocadas las de los otros sus tios comenzo a dar orden en el gouierno que pendia ya en su muger Mama Coca (como queda dicho) un hijo llamado Mango Sacapa no deuia de ser de capaz entendimiento para ayudarse de el aunque deuia ser de edad, y ansi solo ayudado de sus amigos, y mucho mas de la afabilidad, y mansedumbre aprendida de su padre conseruaba pacificamente la poca distancia de tierra de que era Señor, y digo poca porque su mando y Señoría no se estendia seys leguas en circuito aunque esta distancia estaua muy poblada de naturales de varias lenguas y nombres este alio el estilo para atraer y entretener estas naciones sin que su Corte y casa a nadie jamas enfadase, que fue tener de ordinario mesa puesta y vasos llenos para quan- tos a ellos se quisiesen llegar, y siempre (de dia y de noche) ocupados en bayles y músicas á su modo ansi los naturales como los estrangeros. Este alargo y adorno con inusitada ceremonias el aparato de recebir el Reyno fue el primero que se puso la borla a quien llamauan Masca Paycha, y de otra manera Suntur paucar, y uso también cierta vesti¬dura real a quien llamaron Capac ongo, Tarco gualca du¬rante el mando y Reynando de Sicheruca será bueno que sepamos las cosas notables que en el Mundo yban subce- diendo. Y según la cuenta de los Quipos de los Yndios, y la conformidad que con nrflS historias los han aliado por la edades, y tiempos en este de que vamos ablando que deue (ser el de mil y seys poco mas o menos) tenia la Silla apos¬tólica en Roma el Papa Juan décimo séptimo de este nom¬bre, ó su Subcesor Sergio quarto. El Ymperio oriental go- uernaua Michael Paplagonio teniendo su Silla en Constanti- nopla como la auian tenido desde el tiempo de Constantino Magno (como dejamos apuntado) la manera como obtuvo este Michael el Ymperio fue notable, y ponerla e aqui como tal poseyan pacificamente Basilio, y su hermano Constan¬tino la Silla Ymperial de tiempo atras mas de 50 años, y gouernose bien asta la muerte de Basilio que fue causa de quedar solo Constantino con el mando y imperio, y luego se echo deuer la falta que su buen gouierno de el muerto hacia; pues vino por su flogedad y descuido a ser en estremo desamado de todos, el único Emperador Constantino, y mucho mas de Zoé su adultera muger la qual hizo tratado con su amigo Michael que con asechanzas matasse á su desamado, y flojo marido y el Michael no fue tardio en cumplir en concierto y con breuedad le dio fin. Y la mala Zoé tuvo maneras como casarse con ella, y entronizarlo en el Ymperio el qual gouernaua en este tiempo de que vamos hablando con arto mejor estilo que su antecesor Constan¬tino pues fue tenido por valeroso y buen Emperador, y en tiempo de este se comenzo á introducir entre las gentes es¬te nombre y titulo de Capitán. El qual comenzo ?nsi Ba¬silio y Constantino (antecesores como queda visto de Michael) auiendo vencido en unas contiendas a Otón se¬gundo le ganaron mucha parte de aquello que en Ytalia se llama Pulla y Calabria, y para gouernarlo se ordeno cierto magistrado, y oficio a quien llamaron Catijan que era a manera de Gouernador ó regente^ y de tr’empo en tiempo se vinieron atrocar las silabas, v llam?rse Capitan como aora lo usamos esto pasaua en el Ymperio Oriental en la coyun¬tura y tiempo de que vamos escriuiendo en el Occidental Ymperio de Alemania tenia la legitima Silla el catholico y
Cap. 11.-de Sinchiruca segundo Rey de los Yngas y de las cosas mas notables que en el Mundo subce- dieron en su tiempo, y los años que biuio este rey y el berdadero origen de los Gitanos.
La simplicidad de la gente de aquel Siglo, y el amor que á Mango Capac aquellas amontonadas gentes tenian y el abito y uso que yban tomando de obedecer a Señores de otra nación hizo llana la entrada en el nuebo Ymperio á Sinchu- ruca segundo Rey de aquella Monarchia Pirulera el qual como huviesse concluido con las abusioneras obsequias de su muerto padre, y puesto su estatua en Guana Cauri donde estauan ya colocadas las de los otros sus tios comenzo a dar orden en el gouierno que pendia ya en su muger Mama Coca (como queda d.cho) un hijo llamado Mango Sacapa no deuia de ser de capaz entendimiento para ayudarse de el aunque deuia ser de edad, y ansi solo ayudado de sus amigos, y mucho mas de la afabilidad, y mansedumbre aprendida de su padre conseruaba pacificamente la poca distancia de tierra de que era Señor, y digo poca porque su mando y Señoría no se estendia seys leguas en circuito aunque esta distancia estaua muy poblada de naturales de varias lenguas y nombres este alio el estilo para atraer y entretener estas naciones sin que su Corte y casa a nadie jamas enfadase, que fue tener de ordinario mesa puesta y vasos llenos para quan- tos a ellos se quisiesen llegar, y siempre (de dia y de noche) ocupados en bayles y músicas á su modo ansi los naturales como los estrangeros. Este alargo y adorno con inusitada ceremonias el aparato de recebir el Reyno fue el primero que se puso la borla a quien llamauan Masca Paycha, y de otra manera Suntur paucar, y uso también cierta vesti¬dura real a quien llamaron Capac ongo, Tarco gualca du¬rante el mando y Reynando de Sicheruca será bueno que sepamos las cosas notables que en el Mundo yban subce- diendo. Y según la cuenta de los Quipos de los Yndios, y la conformidad que con nrQ* historias los han aliado por la edades, y tiempos en este de que vamos ablando que deue (ser el de mil y seys poco mas o menos) tenia la Silla apos¬tólica en Roma el Papa Juan décimo séptimo de este nom¬bre, ó su Subcesor Sergio quarto. El Ymperio oriental go- uernaua Michael Paplagonio teniendo su Silla en Constanti- nopla como la auian tenido desde el tiempo de Constantino Magno (como dejamos apuntado) la manera como obtuvo este Michael el Ymperio fue notable, y ponerla e aqui como tal poseyan pacificamente Basilio, y su hermano Constan¬tino la Silla Ymperial de tiempo atras mas de 50 años, y gouernose bien asta la muerte de Basilio que fue causa de quedar solo Constantino con el mando y imperio, y luego se echo deuer la falta que su buen gouierno de el muerto hacia; pues vino por su flogedad y descuido a ser en estremo desamado de todos, el único Emperador Constantino, y mucho mas de Zoé su adultera muger la qual hizo tratado con su amigo Michael que con asechanzas matasse á su desamado, y flojo marido y el Michael no fue tardío en cumplir en concierto y con breuedad le dio fin. Y la mala Zoé tuvo maneras como casarse con ella, y entronizarlo en el Ymperio el qual gouernaua en este tiempo de que vamos hablando con arto mejor estilo que su antecesor Constan¬tino pues fue tenido por valeroso y buen Emperador, y en tiempo de este se comenzo á introducir entre las gentes es¬te nombre y titulo de Capitan. El qual comenzo rnsi Ba¬silio y Constantino (antecesores como queda visto de Michael) auiendo vencido en unas contiendas a Otón se¬gundo le ganaron mucha parte de aquello que en Ytalia se llama Pulla y Calabria, y para gouernarlo se ordeno cierto magistrado, y oficio a quien llamaron Catijan que era a manera de Gouernador ó regente, y de t:empo en tiempo se vinieron atrocar las silabas, v llamarse Capitan como aora lo usamos esto pasaua en el Ymperio Oriental en la coyun¬tura y tiempo de que vamos escriuiendo en el Occidental Ymperio de Alemania tenia la legitima Silla el catholico y
Sancto Emperador Enrique segundo que fue el primero elec¬to conforme a la orden, y decreto dado por el Papa Grego¬rio Quinto en que señala la elección imperial donde y por quien deue ser hecha. En nuestra España tenia el reynado de León el Rey D.n Alonso Quinto de los de este nombre hijo de Don Bermudo segundo, y de Geloyra muger no ligitima suya (aunque casado con ella en vida de Velasquita su mu¬ger ligitima) este D.n Alonso caso con Doña Geloyra hija de el Conde de Galicia Melendo Gonzales (en cuya casa fue criado). Este Rey fue el que ynconsideradamente dio á su hermana Doña Teresa por muger á Audaba Rey moro de Toledo solo por auer de el fabor y ayuda contra el Rey de Granada mas Dios que no oluida á los suyos quando con biua fe lo llaman fauorecio á la Santa doncella, y la libro milagrosamente de ser profanada de aquel Rey barbaro con darle la misma noche de las bodas un mal que a pocos dias le acabo la vida y la intacta infanta se metió Monja en el Mo¬nesterio de Sant Pelayo en la Ciudad de Ouiedo donde aca¬bo santa y religiosamente su vida. En Castilla era Conde y Señor de ella D.n García Fernandez aunque en estas tempo¬radas afligido y confuso porque su hijo mayor Don Sancho se auia reuelado contra el. En Asia andauan demasiadamen¬te pujantes los Turcos, y no menos en Aphrica los Moros, porque en estas temporadas ganaron á Sicilia sin auer Principe Christiano que por muchos años se le opussiesse; los sucesos de Persia fueron que como auemos dicho Pisaciro Califa de Baldac fue depuesto por algún tiempo de su estado y Señorío por Mucaleto Tangro lipiti caudillo de los Turcos, y en conclusión como ya era mahometano en religión re¬mordióle la conciencia, y de su boluntad voluio, y restituyo á su Silla Pontifical á Pisaciro y el se quedo con el gouierno temporal, y se intitulo el primer Soldán de la Persia mas al cabo le dio la muerte. Pocos años antes de estos que aora vamos escriuiendo subcedio en Aphrica que un ambicioso Pagano llamado el Caym Beamirila se auia hecho alzar por tercer Halifa de el Caruan, (que era la silla como Pontifi¬cal en las partes de el Aphrica como la de Baldac en Persia) aunque tenida de los Persas por sismatica, y auia puesto su animo en conquistar, y adquirir para si muchos Reynos por el valor, y esfuerzo de un Capitan general suyo de nación Esclauon llamado Giouhar el Quitib que le incitaua siem¬pre á cosas grandes, y aspirando a el cumplimiento de lo que el se prometía, junto un poderoso egercito, y conquisto y puso en su obediencia todo lo occidental de la Aphrica, y visto ser tanta su pujanza, y tan prospero el hilo de su fortuna quiso seguirlo y puso su pensamiento en ganar á Egipto Damasco, y Suria que estauan poseydas de Tyranos y ansi con el aparato y egercito que pareció ser necesario se partió Giouhar para Egipto, y tan buena maña se dio que en pocos meses la puso debajo el mando y corona de su Señor, y viendo quan prospera se le mostraua la fortuna, y que to¬da la tierra estaua pacifica importunó con sus cartas á el Halifa que se viniesse á Egipto para con su presencia per¬petuar la deuocion de aquellos que en su ausencia se la te¬nian ofrecida vencido el Caym de las cartas ymportunas de su Capitan acordo yr a gozar de aquel aplauso popular que esperaua recebir en su llegada á Egipto, y dejando en su lu¬gar á un Aphricano priuado suyo llamado Abulhaxex, se partió de el Garúan con un egercito de cinquenta mil hom¬bres, y como fortuna siempre á los mortales reparte los con¬tentos aguados con disgustos y sobre saltos apenas auia aca¬bado de gustar de la dulcedumbre de auerse Señor de tan opulento Reyno quando le llegaron mensageros de que el que en su lugar auia dejado en el gouierno de el Caruan se auia alzado con el y con el más señorio que tenia en Aphri¬ca, esta nueba altero mucho el animo de el Caym, viendose puesto entre dos inopinados infortunios el uno su persona y todo el ser de su estado en tierra agena pues era cierta la guerra con los que pretendian el dominio de Egipto, y auian necesariamente de acudir á su defensa, y el otro ver per¬dido de todo punto el Caruan y toda su tierra. Y con este sentimiento comenzo á maldecir su suerte, y a culpar los
Sancto Emperador Enrique segundo que fue el primero elec¬to conforme a la orden, y decreto dado por el Papa Grego¬rio Quinto en que señala la elección imperial donde y por quien deue ser hecha. En nuestra España tenia el reynado de León el Rey D.D Alonso Quinto de los de este nombre hijo de Don Bermudo segundo, y de Geloyra muger no ligitima suya (aunque casado con ella en vida de Velasquita su mu¬ger ligitima) este D.n Alonso caso con Doña Geloyra hija de el Conde de Galicia Melendo Gonzales (en cuya casa fue criado). Este Rey fue el que ynconsideradamente dio á su hermana Doña Teresa por muger á Audaba Rey moro de Toledo solo por auer de el fabor y ayuda contra el Rey de Granada mas Dios que no oluida á los suyos quando con biua fe lo llaman fauorecio á la Santa doncella, y la libro milagrosamente de ser profanada de aquel Rey barbaro con darle la misma noche de las bodas un mal que a pocos dias le acabo la vida y la intacta infanta se metió Monja en el Mo¬nesterio de Sant Pelayo en la Ciudad de Ouiedo donde aca¬bo santa y religiosamente su vida. En Castilla era Conde y Señor de ella D.” Garcia Fernandez aunque en estas tempo¬radas afligido y confuso porque su hijo mayor Don Sancho se auia reuelado contra el. En Asia andauan demasiadamen¬te pujantes los Turcos, y no menos en Aphrica los Moros, porque en estas temporadas ganaron á Sicilia sin auer Principe Christiano que por muchos años se le opussiesse; los sucesos de Persia fueron que como auemos dicho Pisaciro Califa de Baldac fue depuesto por algún tiempo de su estado y Señorío por Mucalcto Tangro lipiti caudillo de los Turcos, y en conclusión como ya era mahometano en religión re¬mordióle la conciencia, y de su boluntad voluio, y restituyo á su Silla Pontifical á Pisaciro y el se quedo con el gouierno temporal, y se intitulo el primer Soldán de la Persia mas al cabo le dio la muerte. Pocos años antes de estos que aora vamos escriuiendo subcedio en Aphrica que un ambicioso Pagano llamado el Caym Beamirila se auia hecho alzar por tercer Halifa de el Caruan, (que era la silla como Pontifi¬cal en las partes de el Aphrica como la de Baldac en Persia) aunque tenida de los Persas por sismatica, y auia puesto su animo en conquistar, y adquirir para si muchos Reynos por el valor, y esfuerzo de un Capitan general suyo de nación Esclauon llamado Giouhar el Quitib que le incitaua siem¬pre á cosas grandes, y aspirando a el cumplimiento de lo que el se prometía, junto un poderoso egercito, y conquisto y puso en su obediencia todo lo occidental de la Aphrica, y visto ser tanta su pujanza, y tan prospero el hilo de su fortuna quiso seguirlo y puso su pensamiento en ganar á Egipto Damasco, y Suria que estauan poseydas de Tyranos y ansi con el aparato y egercito que pareció ser necesario se partió Giouhar para Egipto, y tan buena maña se dió que en pocos meses la puso debajo el mando y corona de su Señor, y viendo quan prospera se le mostraua la fortuna, y que to¬da la tierra estaua pacifica importunó con sus cartas á el Halifa que se viniesse á Egipto para con su presencia per¬petuar la deuocion de aquellos ciue en su ausencia se la te¬nian ofrecida vencido el Caym de las cartas ymportunas de su Capitan acordo yr a gozar de aquel aplauso popular que esperaua recebir en su llegada á Egipto, y dejando en su lu¬gar á un Aphricano priuado suyo llamado Abulhaxex, se partió de el Caruan con un egercito de cinquenta mil hom¬bres, y como fortuna siempre á los mortales reparte los con¬tentos aguados con disgustos y sobre saltos apenas auia aca¬bado de gustar de la dulcedumbre de auerse Señor de tan opulento Reyno quando le llegaron mensageros de que el que en su lugar auia dejado en el gouierno de el Caruan se auia alzado con el y con el más señorio que tenia en Aphri¬ca, esta nueba altero mucho el animo de el Caym, viendose puesto entre dos inopinados infortunios el uno su persona y todo el ser de su estado en tierra agena pues era cierta la guerra con los que pretendian el dominio de Egipto, y auian necesariamente de acudir á su defensa, y el otro ver per¬dido de todo punto el Caruan y toda su tierra. Y con este sentimiento comenzo á maldecir su suerte, y a culpar los consejos que su priuado Giouhar le auia dado incitándole a aquella empresa entendido por el leal Capitan suyo la con¬fusión y perplexidad en que su Rey se hallaua lo comenzo á consolar y decirle poderoso Principe los ánimos generosos como el tuyo no se deuen rendir con ocasion ninguna que se les ofrezca por adversa y dura que sea, antes deuen con ygual semblante recebir los adversos acaecimientos, y los gus¬tosos, prosperos: porque confundiéndose el animo en las calamidades que sobreuienen atajansele á el entendimiento los caminos que se deuen elegir para salir y librarse de ellas, a mis consejos culpas haciéndolos autores de tus disgustos, el Cielo sabe quan lejos de culpa se halla mi intención; pero pues asta aqui dices que mi parecer y consejo te a metido en la confusion en que te hallas sigúelo en lo por venir, y sacarte ha de ella, y si lo piensas hacer óyeme, sabras Señor que la demasiada multiplicación de las gentes Arabes tienen tan llena de hombres las tres Arabias, que apenas ay donde puedan caber para morar quanto mas para hacer labranzas con que sustentarse y la fama que a bolado a aquella tierra de la fertilidad de tu Aphrica los huviera traydo a ella para henchirla y poblarla si los Alifas tus antecesores no se lo huvieran prohibido debajo de capitales penas (tu pues eres poderoso para ello) ábreles la puerta con darles licencia, y libertad para venir á ella con sus familias y casas, y demás de ganar vassallos que bibiran ricos por ti, y tu por esso muy amado de ellos, adquirirás inumerable suma de oro pa-; ra conseguir y pasar adelante con sus esclarecidos yntentos, y si esto a ti te quadra como me quadra a mi que tu bien, contento y conseruacion deseo ni ay que hacer si no es despachar luego tus mensageros para que la volun¬tad tuya, y la libertad de ellos se promulgue y pregone por las Arabias.
Mucho quadro á el atajador Halifa el consejo de el Es- clauon, y luego se puso por obra el despacho, y fueron embia- dos pregoneros por aquellas tierras dándoles noticia de la franquesa y liberalidad que el Halifa con ellos usaba apenas fue en Arabia entendida la nueba quando se comenzo a dis¬poner para este viage ynumerable suma de Arabes en tanto numero que dicen los Escritores Arabes, que pasaron de un millón las personas, de toda suerte que á la Aphrica pasa¬ron. El cargo con que se les concedio esta licencia, y pasage seguro por el rio Nilo, fue por cada cabeza se auia de pagar á el Halifa un ducado, y demás de esto auian de jurar en su Alcorán de perseguir, y hacer cruel guerra á el rebelado Abulhaxex que se auia alzado con el Caruan a todos salie¬ron los necesitados Arabes, y siendo bastantemente probey- dos en Egipto de las cosas necesarias pasaron á los Arenales de Barca y llegaron á la Aphrica donde se dieron tan buena maña los advenedizos Arabes que en muy breues dias des¬truyeron el Carban, y mataron á el Tirano Abulhaxex lo qual acabado se les comenzo a repartir la tierra por la or¬den que para ello auia dado el Halifa el Caym. Entre aque¬llas infinitas compañas que de la Arabia bajaron vinieron muchas familias cuyos entendimientos ni creencias no se auian sugetado á la falsa seta de Mahoma antes se estauan en aquella sincerid de la religión Christiana, y como los repartidores de las tierras eran Mahometanos no quisieron dar repartimientos ni suerte alguna sino solo aquellos que profesauan su seta y Alcorán, y muchos Chatolicos que no quisieron trocar lo eterno, santo y duradero, por lo tempo¬ral vano y profano tuvieron a mejor partido quedarse sin suerte en aquella tierra que renunciar por ella la que espe- rauan de el Cielo, y viendose pobres, y descarriados se pa¬saron muchas familias de estos á la Europa porque por es¬tar la mayor parte de España en aquellos tiempos occupa- da de Moros era muy ordinaria aquella nauegacion y pasage, estas familias descarriadas que pasaron fueron origen y prin¬cipio de las que aora se hallan en Europa a quien errada¬mente llamamos Gitanos, siendo verdaderamente Arabes, y antiguos Christianos. Mas llamanles ansi en nra Castilla, porque no les dieron los Moros antiguamente mas noticia de su origen y descendiencia que decir venian de Egipto como consejos que su priuado Giouhar le auia dado incitándole a aquella empresa entendido por el leal Capitsn suyo la con¬fusión y perplexidad en que su Rey se hallaua lo comenzo á consolar y decirle poderoso Principe los ánimos generosos como el tuyo no se deuen rendir con ocasion ninguna que se les ofrezca por adversa y dura que sea, antes deuen con ygual semblante recebir los adversos acaecimientos, y los gus¬tosos, prósperos: porque confundiéndose el animo en las calamidades que sobreuienen atajansele á el entendimiento los caminos que se deuen elegir para salir y librarse de ellas, a mis consejos culpas haciéndolos autores de tus disgustos, el Cielo sabe quan lejos de culpa se halla mi intención; pero pues asta aqui dices que mi parecer y consejo te a metido en la confusion en que te hallas sigúelo en lo por venir, y sacarte ha de ella, v si lo piensas hacer óyeme, sabras Señor que la demasiada multiplicación de las gentes Arabes tienen tan llena de hombres las tres Arabias, que apenas av donde puedan caber para morar quanto mas para hacer labranzas con que sustentarse y la fama que a bolado a aquella tierra de la fertilidad de tu Aphrica los huviera traydo a ella para henchirla y poblarla si los Alifas tus antecesores no se lo huvieran prohibido debajo de capitales penas (tu pues eres poderoso para ello) ábreles la puerta con darles licencia, y libertad para venir á ella con sus familias y casas, y demás de ganar vassallos que bibiran ricos por ti, y tu por esso muy amado de ellos, adquirirás ¡numerable suma de oro pa¬ra conseguir y pasar adelante con sus esclarecidos yntentos, y si esto a ti te quadra como me quadra a mi que tu bien, contento y conseruacion deseo ni ay que hacer si no es despachar luego tus mensageros para que la volun¬tad tuya, y la libertad de ellos se promulgue y pregone por las Arabias.
Mucho quadro á el atajador Halifa el consejo de el Es- clauon, y luego se puso por obra el despacho, y fueron embia- dos pregoneros por aquellas tierras dándoles noticia de la franquesa y liberalidad que el Halifa con ellos usaba apenas fue en Arabia entendida la nueba quando se comenzo a dis¬poner para este viage ynumerable suma de Arabes en tanto numero que dicen los Escritores Arabes, que pasaron de un millón las personas, de toda suerte que á la Aphrica pasa¬ron. El cargo con que se les concedio esta licencia, y pasage seguro por el rio Nilo, fue por cada cabeza se auia de pagar á el Halifa un ducado, y demás de esto auian de jurar en su Alcorán de perseguir, y hacer cruel guerra á el rebelado Abulhaxex que se auia alzado con el Caruan a todos salie¬ron los necesitados Arabes, y siendo bastantemente probey- dos en Egipto de las cosas necesarias pasaron á los Arenales de Barca y llegaron á la Aphrica donde se dieron tan buena maña los advenedizos Arabes que en muy breues dias des¬truyeron el Carban, y mataron á el Tirano Abulhaxex lo qual acabado se les comenzo a repartir la tierra por la or-den que para ello auia dado el Halifa el Caym. Entre aque¬llas infinitas compañas que de la Arabia bajaron vinieron muchas familias cuyos entendimientos ni creencias no se auian sugetado á la falsa seta de Mahoma antes se estauan en aquella sinceri’1 de la religión Christiana, y como los repartidores de las tierras eran Mahometanos no quisieron dar repartimientos ni suerte alguna sino solo aquellos que profesauan su seta y Alcorán, y muchos Chatolicos que no quisieron trocar lo eterno, santo y duradero, por lo tempo¬ral vano y profano tuvieron a mejor partido quedarse sin suerte en aquella tierra que renunciar por ella la que espe- rauan de el Cielo, y viendose pobres, y descarriados se pa¬saron muchas familias de estos á la Europa porque por es¬tar la mayor parte de España en aquellos tiempos occupa- da de Moros era muy ordinaria aquella nauegacion y pasage, estas familias descarriadas que pasaron fueron origen y prin¬cipio de las que aora se hallan en Europa a quien errada¬mente llamamos Gitanos, siendo verdaderamente Arabes, y antiguos Christianos. Mas llamanles ansi en n™ Castilla, porque no les dieron los Moros antiguamente mas noticia de su origen y descendiencia que decir venian de Egipto como en efecto, era verdad, en algunas partes de Flandes les lla¬man Caramaraes que es nombre corrupto de Caruaman que quiere decir hombres de el Caruan, y era también verdad; porque del Caruan (como dicho queda) torcieron viage para Europa, y por de alli fueron tenidos por las gentes que no se les daua nada saber de principio las cosas. Estas cosas dichas subcedian en nr0 Mundo conocido durante 77 años que tubo de vida en el Mundo no conocido Sincheruca Yn- ga, el qual aunque tuvo muchos hijos, y hijas, de solos dos se acuerdan los naturales, que fueron el que ya queda nom-brado, y otro (que por serle mas fácil hacer los egercicios de caualleria con la mano izquierda que no con la derecha) fué llamado Lluquiyupangui (que quiere decir izquierdo de quien aueis de hacer mucha cuenta) este subcedio al pa¬dre en el Ymperio el año de 1083 que fue el de la muerte de Sinchiruca, y guardando el orden comenzada, pornemos en el siguiente Capitulo las cosas notables de su tiempo.
Cap. 12.-de Lluquiyunpangui tercero Ynga y de sus co¬sas y de las mas notables aue sucedían por el Mun¬do en sus tiempos, y de los hechos de Mayta Ca¬pac subcesor y hijo suyo, y de sus nniertes y en que años fueron.
Parece por la cuenta que vamos siguiendo que el paci¬fico Reynado de Lluqui yupangui Ynga (tercero Monar¬ca de los de esta nación) comenzo teniendo la Apostólica Silla de Sant Pedro el glorioso Pontífice Gregorio Séptimo; Don que dio Xpo á su Esposa por prestantissimo Anthidoto, y contrayerua de la nociua, y infernal ponzoña de Henrico quarto Emperador, de Alemania, y rebelde y endurecido enemigo de el Clero Romano, y de su pastor santissimo por lo qual (y por sus malas costumbres y obras) fue priuado y depuesto de el Ymperio, y nombrado por digno de el (por los electores ayuntados en Forchen Pueblo de Alemania)
Rodulpho Duque de Sueuia mas digno de la Tiara Ympe¬rial que no de tan temprana muerte mas dios que lo gouier- na todo lo sabe todo. El Ymperio Oriental (y Constantino Politano) tenia en este tiempo tiranizado un valeroso Ca¬pitan llamado Nicephoro, perteneciendole á Michael Para- pinazo, y entre los dos andauan tan bibas guerras que fue necesaria la intervención de el Santo Pontifice Gregorio. Fue en estos años instituida en Francia la Princesa de las Religiones que oy biben en la Yglesia de Dios a quien lla¬maron de Certusia por ser el nombre de unas montañas donde se retrujo el santo varón Bruno Canonigo de la Ca¬tedral de Rems en Alemania cuyos Monges son bulgarmen- te llamados Cartujanos. En estas temporadas pasauan en nra España las muy decantadas contiendas mouidas entre los dos hermanos don Sancho Fernandez (que murió sobre Za¬mora) y Don Alonso el Sexto, que saliendo de el Monaste¬rio de Sagun se fué á la casa de Almanon Rey Moro de Toledo donde estuvo asta que los grandes de el Reyno pre¬cediendo juramento de que no supo ni entendió ni fue parte en la muerte de su hermano hecha por la traycion de Ve¬llido el qual juramento le tomo el Cid Rodrigo Diaz de Bibar que en estas temporadas era famoso.
Entre los Sectarios de Mahoma andauan (ansi mesmo) muy encendidas guerras porque los Turcos en la Asia se monstrauan atreuidos desvergonzados, y pujantes compi¬tiendo con el Emperador de Constantinopla Romano Dio- genes debajo el mando de Alejano Sultán y caudillo de ellos el remate de la qual competencia fue claro testimonio de la begnidad de un barbaro con aquel Emperador, y de la ty- rania traycion y maldad de sus mismos Vasallos, y fue ansi que en cierta batalla que estos dos Principes tuvieron, por la mala intención de un Juan Cesar, y por la malicia de los de su valia quedo el Emperador preso y perdidoso, y siendo lleuado ante la presencia del victorioso Axano no solamen¬te le hizo amigable, y benigno tratamiento mas con muy onestas, y liuianas condiciones asento con el una paz per- en efecto, era verdad, en algunas partes de Flandes les lla¬man Caramaraes que es nombre corrupto de Caruaman que quiere decir hombres de el Caruan, y era también verdad; porque del Caruan (como dicho queda) torcieron viage para Europa, y por de allí fueron tenidos por las gentes que no se les daua nada saber de principio las cosas. Estas cosas dichas subcedian en nro Mundo conocido durante 77 años que tubo de vida en el Mundo no conocido Sincheruca Yn¬ga, el qual aunque tuvo muchos hijos, y hijas, de solos dos se acuerdan los naturales, que fueron el que ya queda nom¬brado, y otro (que por serle mas fácil hacer los egercicios de caualleria con la mano izquierda que no con la derecha) fue llamado Lluquiyupangui (que quiere decir izquierdo de quien aueis de hacer mucha cuenta) este subcedio al pa¬dre en el Ymperio el año de 1083 que fue el de la muerte de Sinchiruca, y guardando el orden comenzada, pornemos en el siguiente Capitulo las cosas notables de su tiempo.
Cap. 12.-de Lluquiyunpangui tercero Ynga y de sus co¬sas y de las mas notables cute sucedían por el Mun¬do en sus tiempos, y de los hechos de Mayta Ca¬pac subcesor y hijo suyo, y de sus muertes y en que años fueron.
Parece por la cuenta que vamos siguiendo que el paci¬fico Reynado de Lluqui yupangui Ynga (tercero Monar¬ca de los de esta nación) comenzo teniendo la Apostólica Silla de Sant Pedro el glorioso Pontífice Gregorio Séptimo; Don que dio Xpo á su Esposa por prestantissímo Anthidoto, y contrayerua de la nociua, y infernal ponzoña de Henrico quarto Emperador, de Alemania, y rebelde y endurecido enemigo de el Clero Romano, y de su pastor santissimo por lo qual (y por sus malas costumbres y obras) fue priuado y depuesto de el Ymperio, y nombrado por digno de el (por los electores ayuntados en Forchen Pueblo de Alemania)
Rodulpho Duque de Sueuia mas digno de la Tiara Ympe¬rial que no de tan temprana muerte mas dios que lo gouier- na todo lo sabe todo. El Ymperio Oriental (y Constantino Politano) tenia en este tiempo tiranizado un valeroso Ca¬pitan llamado Nicephoro, perteneciendole á Michael Para- pinazo, y entre los dos andauan tan bibas guerras que fue necesaria la intervención de el Santo Pontifice Gregorio. Fue en estos años instituida en Francia la Princesa de las Religiones que oy biben en la Yglesia de Dios a quien lla¬maron de Certusia por ser el nombre de unas montañas donde se retrujo el santo varón Bruno Canonigo de la Ca¬tedral de Rems en Alemania cuyos Monges son bulgarmen- te llamados Cartujanos. En estas temporadas pasauan en n™ España las muy decantadas contiendas mouidas entre los dos hermanos don Sancho Fernandez (que murió sobre Za¬mora) y Don Alonso el Sexto, que saliendo de el Monaste¬rio de Sagun se fué á la casa de Almanon Rey Moro de Toledo donde estuvo asta que los grandes de el Reyno pre¬cediendo juramento de que no supo ni entendió ni fue parte en la muerte de su hermano hecha por la traycion de Ve¬llido el qual juramento le tomo el Cid Rodrigo Diaz de Bibar que en estas temporadas era famoso.
Entre los Sectarios de Mahoma andauan (ansi mesmo) muy encendidas guerras porque los Turcos en la Asia se monstrauan atreuidos desvergonzados, y pujantes compi¬tiendo con el Emperador de Constantinopla Romano Dio- genes debajo el mando de Alejano Sultán y caudillo de ellos el remate de la qual competencia fue claro testimonio de la begnidad de un barbaro con aquel Emperador, y de la ty- rania traycion y maldad de sus mismos Vasallos, y fue ansi que en cierta batalla que estos dos Principes tuvieron, por la mala intención de un Juan Cesar, y por la malicia de los de su valia quedo el Emperador preso y perdidoso, y siendo lleuado ante la presencia del victorioso Axano no solamen¬te le hizo amigable, y benigno tratamiento mas con muy onestas, y liuianas condiciones asento con el una paz per¬petua, y no parando alli su liberalidad a el Emperador (y a toda su familia) dio libertad graciosamente y vestidos á la Turquesca, los embio á Constantinopla donde siendo llega¬do el mal fortunado Principe le fue quitada la dignidad y la vista de los ojos, por tratos y traiciones de el mal Juan Cesar, y sus cómplices en esta maldad: y en su nombre y lu¬gar pusieron á Michael Duca por Emperador de Constan¬tinopla.
En la Aphrica los caudillos de los Arabes (que digimos auer entrado en ella por orden y con licencia de el Caym, Halifa de el Caruan) se auia ensoberbecido, y estauan tan ufanos con auer muerto á Abulhaxex, y destruido su usur¬pado poder que con esto (y la larga ausencia de el Halifa que se auia occupado en la Suria con las guerras contra los nuebos Turcos) aspiravan con rebelión y molestavan con muchas exorbitancias y vexaciones, á los naturales y anti¬guos Aphricanos (no de menos presunción que ellos en ca¬so de armas) y al fin oprimidos de los advenedizos se alte¬raron, y de entre la nación llamada Morabitines (ó Almo- rabides que todo es uno) se levanto por Capitan de la liber¬tad una Aphricano llamado Abutixifien. Xeque y Caudillo principal de la Ciud.d de Guergela en la Numidia, y con ti¬tulo y color de libertador de la Patria, la tiranizo, y fue ga¬nando y señoreando la Mauritania Gingitania; y puso su asiento y casa en la antigua ciudad de Agmet, y auiendo comenzado una Monarchia poderosa, murió en ella y dejo por su eredero y subcesor á su hijo Jufet Texifien, valeroso en armas y consejo. Este fabrico la famosa Ciudad de Ma¬rruecos en el lugar donde aora esta la qual su padre auia comenzado á fabricar: otros Autores (menos graves que los que yo sigo) dicen averia fundado otro Aphricano lla¬mado Aven Taamon, mas lo dicho es lo mas cierto. También en España andavan los Moros muy corridos, y apurados con las armas de el Rey Don Alonso de Castilla, y con las de Don Sancho Ramirez Rey de Aragón y con las famosas de el Cid, y con las suyas propias, porque en estas tempo¬radas los caudillos moros se rrebolvieron entre si y litiga- van sobre lo ageno.
En nro’ Piru el Ynga Lluqui yupangui governava sus gentes amigable y pacificamente, y con tan loable artifi¬cio que con la fama de su benevolencia discreción y man¬sedumbre trujo á su obediencia y gracia, muchos Caciques en sus naciones de ellos sugetas: y de los primeros y mas se¬ñalados que vinieron fueron Guarnan Samo (Cacique y Señor de Guaro) Pachachulla viracocha (hombre de gran discreción y prudencia) y las naciones Ayarcamas con sus Señores y regentes: Tambo vincais: y Quiliscochas, y otros linages circunvecinos, que tubieron noticia de su buen go- vierno y conversación, gran pena causava entre sus aficio¬nados de Lluqui yupangui, ver que no tenia hijo a quien poder dejar el Ymperio y Señorio: y el mismo andaua con-gojoso con esta imaginación y cuidado: y dicen que el Sol (por consolarlo) se le apareció en forma humana, y le dijo que no se afligiesse ni congojasse, que el seria gran Se¬ñor y engendraría hijo que le sucediesse en el Ymperio: ccn la qual visión fue grandemente consolado el Ynga, y mando hacer grandes sacrificios, y ofrendas a quien tan buena esperanza hauia puesto en su pecho su hermano Man¬go Sacapa, (que mas sentia la falta de Sobrino eredero que otro ninguno) se dispuso muy de proposito, a buscar mu¬ger ligitima para el Ynga su hermano, y auiendo comuni¬cado el negocio con el sagaz Pachachulla viracocho, tomo el la mano, en el negocio y bien acompañado, se fue á los pueblos de Orna, y a su Cacique le pidió su hija para darla por muger á el Ynga y el se la otorgo, esta se llamaua Mama Caua, y fue llevado á el Cuzco y aiuntada en casa¬miento con Lluqui yupangui ynterviniendo gran suma de supersticiones, y hechicerias, y concluidas las bodas, con grandes fiestas y borracheras se quedo la Señora con su marido en Curicancha, y se hizo preñada y parió un hijo a quien llamaron Mayta Capac (que quiere decir a donde o quien tan poderoso y rico) y el niño crecia y se yva petua, y no parando alli su liberalidad a el Emperador (y a toda su familia) dio libertad graciosamente y vestidos á la Turquesca, los embio á Constantinopla donde siendo llega¬do el mal fortunado Principe le fue quitada la dignidad y la vista de los ojos, por tratos y traiciones de el mal Juan Cesar, y sus cómplices en esta maldad: y en su nombre y lu¬gar pusieron á Michael Duca por Emperador de Constan¬tinopla.
En la Aphrica los caudillos de los Arabes (que digimos auer entrado en ella por orden y con licencia de el Caym, Halifa de el Caruan) se auia ensoberbecido, y estauan tan ufanos con auer muerto á Abulhaxex, y destruido su usur¬pado poder que con esto (y la larga ausencia de el Halifa que se auia occupado en la Suria con las guerras contra los nuebos Turcos) aspiravan con rebelión y molestavan con muchas exorbitancias y vexaciones, á los naturales y anti¬guos Aphricanos (no de menos presunción que ellos en ca¬so de armas) y al fin oprimidos de los advenedizos se alte¬raron, y de entre la nación llamada Morabitines (ó Almo- rabides que todo es uno) se levanto por Capitan de la liber¬tad una Aphricano llamado Abutixifien. Xeque y Caudillo principal de la Ciud.’1 de Guergela en la Numidia, y con ti¬tulo y color de libertador de la Patria, la tiranizo, y fue ga¬nando y señoreando la Mauritania Gingitania; y puso su asiento y casa en la antigua ciudad de Agmet, y auiendo comenzado una Monarchia poderosa, murió en ella y dejo por su eredero y subcesor á su hijo Jufet Texifien, valeroso en armas y consejo. Este fabrico la famosa Ciudad de Ma¬rruecos en el lugar donde aora esta la qual su padre auia comenzado á fabricar: otros Autores (menos graves que los que yo sigo) dicen averia fundado otro Aphricano lla¬mado Aven Taamon, mas lo dicho es lo mas cierto. También en España andavan los Moros muy corridos, y apurados con las armas de el Rey Don Alonso de Castilla, y con las de Don Sancho Ramírez Rey de Aragón y con las famosas de el Cid, y con las suyas propias, porque en estas tempo¬radas los caudillos moros se rrebolvieron entre si y litiga- varí sobre lo ageno.
En n™’ Piru el Ynga Lluqui yupangui governava sus gentes amigable y pacificamente, y con tan loable artifi¬cio que con la fama de su benevolencia discreción y man¬sedumbre trujo á su obediencia y gracia, muchos Caciques en sus naciones de ellos sugetas: y de los primeros y mas se¬ñalados que vinieron fueron Guarnan Samo (Cacique y Señor de Guaro) Pachachulla viracocha (hombre de gran discreción y prudencia) y las naciones Ayarcamas con sus Señores y regentes: Tambo vincais: y Quiliscochas, y otros linages circunvecinos, que tubieron noticia de su buen go- vierno y conversación, gran pena causava entre sus aficio¬nados de Lluqui yupangui, ver que no tenia hijo a quien poder dejar el Ymperio y Señorio: y el mismo andaua con-gojoso con esta imaginación y cuidado: y dicen que el Sol (por consolarlo) se le apareció en forma humana, y le dijo que no se afligiesse ni congojasse, que el seria gran Se¬ñor y engendraría hijo que le sucediesse en el Ymperio: ccn la qual visión fue grandemente consolado el Ynga, y mando hacer grandes sacrificios, y ofrendas a quien tan buena esperanza hauia puesto en su pecho su hermano Man¬go Sacapa, (que mas sentia la falta de Sobrino eredero que otro ninguno) se dispuso muy de proposito, a buscar mu¬ger ligitima para el Ynga su hermano, v auiendo comuni¬cado el negocio con el sagaz Pachachulla viracocho, tomo el la mano, en el negocio y bien acompañado, se fue á los pueblos de Orna, y a su Cacique le pidió su hija para darla por muger á el Ynga y el se la otorgo, esta se llamaua Mama Caua, y fue llevado á el Cuzco y aiuntada en casa¬miento con Lluqui yupangui ynterviniendo gran suma de supersticiones, y hechicerías, y concluidas las bodas, con grandes fiestas y borracheras se quedo la Señora con su marido en Curicancha, y se hizo preñada y parió un hijo a quien llamaron Mayta Capac (que quiere decir a donde o quien tan poderoso y rico) y el niño crecía y se yva mostrando en el un animo valeroso, y derechamente de Rey, aunque siempre lo yvan sus vasallos notando de cruel, y sanguinolento, porque siendo niño (jugando con otros de su edad y naturales de el Cuzco) los maltratava, quebrán¬doles las piernas y brazos, y aun matando algunos, especial maltrato y ofendio gravemente un dia a unos hijos de cier¬tos Caciques de Allcay villas, y Culluim Chima por cuia ocasion, vinieron a tener gran odio y aborrecimiento á los Yngas y á sus cosas, y siempre que se ofrecía ocasion, le mostrauan, y vino de punto en punto, á subir tanto ese odio y mal querencia que estos dos linages de naturales, trataron secretamente de matar á el ya viejo Lluquiyupan- gui y á su atrevido hijo, y halzarse ellos con el Señorío, ó mando que los tenian, y para efectuar este vano acuerdo embiaron 10 Yndios de confianza, (para que debajo de si- guro) matassen repentinamente á hijo y padre, y en la sa¬zón que llegaron los conjurados, estava el muchacho Mayta Capac acompañado con Apoc conde Mayta, y Tacachun- gay (primos suios y de su edad) en Curicancha, jugando los dichos y otros sus iguales con ciertas bolas a quien 11a- mavan Cuchu, y tenian dos perros de los que los naturales aca tenian (que es especie de los nuestros aunque en algo diferentes, y distintos) y como Mayta Capac mirase á el rostro a los Yndios que entravan en su palacio, conocio en sus semblantes, venir con mal intento y ansi (con una bola de las que tenía) dicen que mato á los dos de ellos: y vista la brega que se comenzaua y las armas ocultas que los diez Yndios traían entraron sus dos primos á dar la nueba de lo que pasava á el viejo Lluquiyupangui, y á los que con el estavan, en lo interior de sus aposentos, Mayta Ca¬pac (con algunos de los que se le juntaron para aiudarle) siguió a los ocho Yndios que bibos quedaban y también lo hicieron, que solos los tres bolvieron con la nueba á sus Caciques que mejor la esperavan, y como gente confiada estavan ya a punto de guerra, y con ellos coadunados los principales Caciques, Culluinchima, y Allcay villca, auto¬rizando y aprobando, el atroz intento de los diez que auian embiado, y aquel dia le valió á Mayta Capac su valor y buena diligencia, para no ser muerto por mano de aquellos que le salieron á el encuentro, finalmente el se retiro con buen tiempo y orden, y fue de el viejo padre muy repre¬hendida su cruel inclinación, y le dio á entender las pocas raices que su Ymperio y Señorio tenia criadas, poniéndole por delante, que si quería establecer, y perpetuar su seño¬rio, aprendiesse a ser manso de la mansedumbre de su Abuelos y padres. Y alli propuso Mayta Capac de mudar intento y se¬guir en todo su sano consejo: mas fue a tiempo que los Allcay villcas se auian reformado y juntado muchas gentes en su aiuda para destruir de todo punto el poder de los Yngas; bis- to por los ancianos y sacerdotes de el Rey Ynga el termino y punto en que estavan sus cosas, y que Mayta Capac estava atemorizado (mas de las reprehensiones de su viejo padre, que de la pujanza de su enemigo) les pusieron brío y animo di- ciendole á el viejo, dejad dejad Señor que muestre Mayta Capac á las naciones enemigas el valor y animo que cubre y encierra en si, aquella tierna y juvenil edad, no atageis el curso de estas sus tempranas victorias que mediante ellas, sea de hacer firme y duradero su Ymperio y Señorio: en¬tended benigno Principe que no sin Misterio sea movido esta guerra con ocasion tan liviana dadle dicencia y facultad á 11ro Señor y vuestro heredero para que con su brazo, cas¬tigue el orgullo y insolencia de estos revelados barbaros.
Tanto supieron decir ál viejo Lluqui yupangui que no solo dio licencia al mozo Mayta Capac para que saliesse á la común defensa mas antes le mando y encargo el castigo deuido a los que aspiraban a tan gran maldad y traición, y luego mando el orgulloso aderezar sus esquadras y les salió a el encuentro y en brebe tiempo deshizo y desbarato el monton confuso de los valedores de Allcay Villcas, y los siguió asta meterlos en sus cercados, otro dia (como gente barbara y porfiada) volvieron á salir al campo y presentarle á los Yngas la batalla donde les subcedio como el dia antes mostrando en el un animo valeroso, y derechamente de Rey, aunque siempre lo yvan sus vasallos notando de cruel, y sanguinolento, porque siendo niño (jugando con otros de su edad y naturales de el Cuzco) los maltratava, quebrán¬doles las piernas y brazos, y aun matando algunos, especial maltrato y ofendio gravemente un dia a unos hijos de cier¬tos Caciques de Allcay villas, y Culluim Chima por cuia ocasion, vinieron a tener gran odio y aborrecimiento á los Yngas y á sus cosas, y siempre que se ofrecía ocasion, le mostrauan, y vino de punto en punto, á subir tanto ese odio y mal querencia que estos dos linages de naturales, trataron secretamente de matar á el ya viejo Lluquiyupan- gui y á su atrevido hijo, y halzarse ellos con el Señorio, ó mando que los tenian, y para efectuar este vano acuerdo embiaron 10 Yndios de confianza, (para que debajo de si- guro) matassen repentinamente á hijo y padre, y en la sa¬zón que llegaron los conjurados, estava el muchacho Mayta Capac acompañado con Apoc conde Mayta, y Tacachun- gay (primos suios y de su edad) en Curicancha, jugando ios dichos y otros sus iguales con ciertas bolas a quien 11a- mavan Cuchu, y tenian dos perros de los que los naturales aca tenian (que es especie de los nuestros aunque en algo diferentes, y distintos) y como Mayta Capac mirase á el rostro a los Yndios que entravan en su palacio, conocio en sus semblantes, venir con mal intento y ansi (con una bola de las que tenia) dicen que mato á los dos de ellos: y vista la brega que se comenzaua y las armas ocultas que los diez Yndios traían entraron sus dos primos á dar la nueba de lo que pasava á el viejo Lluquiyupangui, y á los que con el estavan, en lo interior de sus aposentos, Mayta Ca¬pac (con algunos de los que se le juntaron para aiudarle) siguió a los ocho Yndios que bibos quedaban y también lo hicieron, que solos los tres bolvieron con la nueba á sus Caciques que mejor la esperavan, y como gente confiada estavan ya a punto de guerra, y con ellos coadunados los principales Caciques, Culluinchima, y Allcay villca, auto¬rizando y aprobando, el atroz intento de los diez que auian embiado, y aquel dia le valió á Mayta Capac su valor y buena diligencia, para no ser muerto por mano de aquellos que le salieron á el encuentro, finalmente el se retiro con buen tiempo y orden, y fue de el viejo padre muy repre¬hendida su cruel inclinación, y le dio á entender las pocas raices que su Ymperio y Señorio tenia criadas, poniéndole por delante, que si queria establecer, y perpetuar su seño¬rio, aprendiesse a ser manso de la mansedumbre de su Abuelos y padres. Y alli propuso Mayta Capac de mudar intento y se¬guir en todo su sano consejo: mas fue a tiempo que los Allcay villcas se auian reformado y juntado muchas gentes en su aiuda para destruir de todo punto el poder de los Yngas; bis- to por los ancianos y sacerdotes de el Rey Ynga el termino y punto en que estavan sus cosas, y que Mayta Capac estava atemorizado (mas de las reprehensiones de su viejo padre, que de la pujanza de su enemigo) les pusieron brio y animo di- ciendole á el viejo, dejad dejad Señor que muestre Mayta Capac á las naciones enemigas el valor y animo que cubre y encierra en si, aquella tierna y juvenil edad, no atageis el curso de estas sus tempranas victorias que mediante ellas, sea de hacer firme y duradero su Ymperio y Señorio: en¬tended benigno Principe que no sin Misterio sea movido esta guerra con ocasion tan liviana dadle dicencia y facultad á nr” Señor y vuestro heredero para que con su brazo, cas¬tigue el orgullo y insolencia de estos revelados barbaros.
Tanto supieron decir ál viejo Lluqui yupangui que no solo dio licencia al mozo Mayta Capac para que saliesse á la común defensa mas antes le mando y encargo el castigo deuido a los que aspiraban a tan gran maldad y traición, y luego mando el orgulloso aderezar sus esquadras y les salió a el encuentro y en brebe tiempo deshizo y desbarato el monton confuso de los valedores de Allcay Villcas, y los siguió asta meterlos en sus cercados, otro dia (como gente barbara y porfiada) volvieron á salir al campo y presentarle á los Yngas la batalla donde les subcedio como el dia antes á pocos dias los inconsiderados y importunos Allcay villcas, amanecieron sobre las cercas y albarradas de Curi Cancha, incitando de nuebo á la guerra ál Ynga, el qual con la poca gente que dentro de su casa hallo salió á plaza, y les hizo retirar lejos de su cercado, y andado rebueltos en una san¬grienta pelea ya que la victoria se yva declarando por la muerte de Mayta Capac, sobrevino una espesa nube de granizo y piedra que los aparto y estorvo que los Yngas no siguiessen el lance y benganza en los rebeldes Allcay villcas. Tanto quanto fue el contento que los de la parte y valia de los Yngas recibieron, con estas apresuradas vic¬torias (auidas en tanta tierna edad y legitima coiuntura) tanto (y maior) fue el espanto que por todas las Provin¬cias se sembró, y este hizo que los revelados se redugessen a obediencia, y pidiessen perdón de su atreuimiento y los muy remotos procurassen la gracia de un tan valeroso Ca¬pitan, y de los demás importancia que vinieron á la amistad de el Ynga (por la nueva de estas victorias) y fue Uman- hapam: Señor de mucha tierra y vasallos.
Con tan buenos principios hallo lugar Mayta Capac de poner en egecucion los consejos y amonestaciones de su pa¬dre, y ansi comenzo á hacer grandes fiestas y banquetes á el Pueblo dando muestras de mucha humanidad y manse¬dumbre con que comenzo á ser estrsñamente amado y res¬petado, y temido en medio estas alegrias se llego el tiempo de la muerte de su padre Lluquiyupangui el qual auiendo Reynado 78 murió en Curicancha, á nuestra cuenta año de 1161, dejando por unibersal heredero á Mayta Capac (el qual por guardar en la sucesión el estilo de sus mayores) tomo muger legitima. Esta fue natural de el pueblo de Taucaraz, y se llamo Mama coca Taucaraz en ella hubo hijos y hijas, mas la sucesión vino a Capayupangui por ser primo genito en los legitimos; tubo otro llamado Tarco Guarnan el qual (aunque no eredo) aiudo a su hermano en lo que se ofrecía en caso de Capitanías: verdad sea que despues de las guerras que dejamos escritas (con los Alcay villcas y sus valedores) nunca mas tomo las armas por lo qual llego a opinion del Rey benino pacifico, y misericor¬dioso, forzando y oprimiendo por arte lo que era natural que no poco deue ser alavado en aquel que lo puede hacer, En tiempo de este se dice que tubieron mucho valor los he¬chiceros, agoreros, adevinos y quiromanticos, aruspicios, y otros sortílegos, y Maléficos concertados con el demonio para sus empecibles, y abominables artes; y porque avernos tocado en este linage de abominación y maldad me parece propio lugar, para decir de ciertas especies de hechiceros y ministros que el Demonio tenia en estas temporadas tan gus¬tosas para su golosa garganta. Artes fueron estas usadas y estimadas de tiempos inmemorables y mucho antes que los Yngas comenzassen, mas (como dicho queda en otros lu¬gares) no se a podido de ellos ni de sus cosas tener entera noticia, por aver prescripto de las memorias de las gentes, y estos de quien aora se tratara, son los mas antiquísimos de quien con grandissimo cuidado se a podido alcanzar al¬guna escasa y escatimada noticia. Fueron en este tiempo donde aora llegamos (y durante la vida de Mayta Capac) estimados y conservados en mucha reputación un linage de Sacerdotes que por particular trato que con el Demonio tenian asentado, y por ilusiones suyas hacian que las Gua¬cas, y Santuarios (que son los falsos adoratorios de los De¬monios, y Ydolos) hablasen dando respuestas a lo que se les preguntava, y estos valieron estas temporadas, por que co¬mo el Mayta Capac Ynga era artificioso, y por artificio se conservava en paz estimava en mucho el saber las cosas futu¬ras sin atender el modo con que se sabian. Llamauan á esta suerte de Sacerdotes Guacarimachic que quiere decir á la Guaca hara hablar, este era un oficio y cargo eredado de padres á hijos auia otros embaucadores a quien llamauan Ayatapuc que quiere decir que preguntan á los muertos: porque realmente lo hacian, y rebistiendose el demonio en ellos (a fuerza de encantos, y convocaciones) daua sus res¬puestas á lo que se le preguntaua como lo que se lee de á pocos dias los inconsiderados y importunos Allcay villcas, amanecieron sobre las cercas y albarradas de Curi Cancha, incitando de nuebo á la guerra ál Ynga, el qual con la poca gente que dentro de su casa hallo salió á plaza, y les hizo retirar lejos de su cercado, y andado rebueltos en una san¬grienta pelea ya que la victoria se yva declarando por la muerte de Mayta Capac, sobrevino una espesa nube de granizo y piedra que los aparto y estorvo que los Yngas no siguiessen el lance y benganza en los rebeldes Allcay villcas. Tanto quanto fue el contento que los de la parte y valia de los Yngas recibieron, con estas apresuradas vic¬torias (auidas en tanta tierna edad y legitima coiuntura) tanto (y maior) fue el espanto que por todas las Provin¬cias se sembró, y este hizo que los revelados se redugessen a obediencia, y pidiessen perdón de su atreuimiento y los muy remotos procurassen la gracia de un tan valeroso Ca- pitan, y de los demás importancia que vinieron á la amistad de el Ynga (por la nueva de estas victorias) y fue Uman- hapam: Señor de mucha tierra y vasallos.
Con tan buenos principios hallo lugar Mayta Capac de poner en egecucion los consejos y amonestaciones de su pa¬dre, y ansi comenzo á hacer grandes fiestas y banquetes á el Pueblo dando muestras de mucha humanidad y manse¬dumbre con que comenzo á ser estrañamente amado y res¬petado, y temido en medio estas alegrias se llego el tiempo de la muerte de su padre Lluquiyupangui el qual auiendo Reynado 78 murió en Curicancha, á nuestra cuenta año de 1161, dejando por unibersal heredero á Mayta Capac (el qual por guardar en la sucesión el estilo de sus mayores) tomo muger legitima. Esta fue natural de el pueblo de Taucaraz, y se llamo Mama coca Taucaraz en ella hubo hijos y hijas, mas la sucesión vino a Capayupangui por ser primo genito en los legítimos; tubo otro llamado Tarco Guarnan el qual (aunque no eredo) aiudo a su hermano en lo que se ofrecía en caso de Capítanias: verdad sea que despues de las guerras que dejamos escritas (con los Alcay villcas y sus valedores) nunca mas tomo las armas por lo qual llego a opinion del Rey benino pacifico, y misericor¬dioso, forzando y oprimiendo por arte lo que era natural que no poco deue ser alavado en aquel que lo puede hacer. En tiempo de este se dice que tubieron mucho valor los he¬chiceros, agoreros, adevinos y quiromanticos, aruspicios, y otros sortílegos, y Maléficos concertados con el demonio para sus empecibles, y abominables artes; y porque avernos tocado en este linage de abominación y maldad me parece propio lugar, para decir de ciertas especies de hechiceros y ministros que el Demonio tenia en estas temporadas tan gus¬tosas para su golosa garganta. Artes fueron estas usadas y estimadas de tiempos inmemorables y mucho antes que los Yngas comenzassen, mas (como dicho queda en otros lu¬gares) no se a podido de ellos ni de sus cosas tener entera noticia, por aver prescripto de las memorias de las gentes, y estos de quien aora se tratara, son los mas antiquísimos de quien con grandissimo cuidado se a podido alcanzar al¬guna escasa y escatimada noticia. Fueron en este tiempo donde aora llegamos (y durante la vida de Mayta Capac) estimados y conservados en mucha reputación un linage de Sacerdotes que por particular trato que con el Demonio tenian asentado, y por ilusiones suyas hacian que las Gua¬cas, y Santuarios (que son los falsos adoratorios de los De¬monios, y Ydolos) hablasen dando respuestas a lo que se les preguntava, y estos valieron estas temporadas, por que co¬mo el Mayta Capac Ynga era artificioso, y por artificio se conservava en paz estimava en mucho el saber las cosas futu¬ras sin atender el modo con que se sabian. Llamauan á esta suerte de Sacerdotes Guacarimachic que quiere decir á la Guaca hara hablar, este era un oficio y cargo eredado de padres á hijos auia otros embaucadores a quien llamauan Ayatapuc que quiere decir que preguntan á los muertos: porque realmente lo hacian, y rebistiendose el demonio en ellos (a fuerza de encantos, y convocaciones) daua sus res¬puestas á lo que se le preguntaua como lo que se lee de
Lucano, que le paso á Sexto Pompeio con Ericto la Tesa- liana. Otros huuo que haciendo con la fuerza de sus no- ciuas yervas, y adormecer á los hombres les compelian a que entre sueños y mal pronunciando respondiesen a todas las cosas que se les preguntarse, siendo aquello hecho ansi co¬mo lo demás por mano y potencia de el Demonio, y si algo el tal adormecido manifestaua contra si era compelido a que confesase y hiciesse de ello penitencia, todo a arbitrio de el tal Sacerdote. Otros auia que en la Coca, y en el Tabaco, y en otras yervas conocian y adevinaban los futuros acaeci¬mientos.
Esta era arte tenida en mucho menos que las demás de que suemos tratado, llamauanse estos Ministros de tal en¬gaño Heche Coc de quien era mucho lo que con el vulgo y gente plebeya ganavan porque eran los que mas suge- tauan sus entendimientos a semejantes vanidades. Otros auia arto mas graciosos que verdaderos (á lo que se deja entender) estos eran ciertos charlatanes que hacian creer que despues de muy borrachos decian maravillosas cosas y entre ellas pro- nunciavan como oráculos lo que se deseaua saber, a estos llamauan Cauiacoc, que puestos en el estado de su ymagi- natiua subia de puntos por el mucho beber con boz agena y fingida decían cosas rediculas y de admiración. Otros hauia sumamente perniciosos en la república aquien llama¬uan Runna tingui (que quiere decir aiuntador de personas) de los quales tenian tanta eficacia en las humanas pasiones, sus mandones hechizos que con aiuda de el Demonio for- zauan y compelian las voluntades de mugeres y hombres, a que (a mal grado suyo) amasen y se aficionasen ál que lo pretendía. Estos dauan á los pretensores de amor ciertas preseas, y nominas de el Demonio, a quien llamauan Hua- canqui (que quiere decir llorad) hechas de raices, ó de yer¬vas, ó de plumas de pajaros, conque traian a efecto su dañada pretensión: también solian poner (ocultamente) en la ca¬ma o rropa de la persona pretendida, yerbas, piedras, plumas, gusanillos, a quien también tenian por principal aiuda en la tal necesidad, esta manera de supresticion fue usada tanto de varones, como de hembras, aiudando cada qual a quien se lo pagaua. Otros auia llamados Hachu, que hechavan suertes con Maiz de diferentes colores, y con las inmundi¬cias de sus cuies y ganados, y con otros animalejos, y granos para el tal efecto aplicados, también llamauan á los de este oficio Ayllacos y eran muy comunes en toda la tierra. Otros auia llamados Virapirco, que hacian creer que que¬mando sebo de animales en el humo y resplandor de sus llamas, veian todo lo que deseauan aquellos por quien eran consultados. Otros auia llamados Callparicul, que en las en¬trañas, y asaduras de los animales que sacrificauan veian y conocían la duración de la vida de aquellos que para tal sa¬crificio y obra los alquilauan. Semejante suerte de gente y Ministros, (de su perdición y de la agena) y de otros que dejo de acomular auian caydo mucho de su pundonor, con la reformación que en estas cosas auia auido por los Yngas antecesores de Mayta Capac; mas luego que el se uido en paz, por conservarse en ella fundo de nuebo el crédito de este linage de engañadores y fueron estimados y tenidos en cuenta hasta el tiempo de el valeroso Topa Ynga como adelante diremos. Auiendo Reynado Mayta Capac 65 años le vino la muerte, y aunque tubo por hijo á Tarco Guarnan y otros (ansi varones como hembras) les subcedio en el Señorio, Capac yupangui, que significa valeroso y rico, y de mucha estimación y cuenta de quien trataremos en el siguiente capitulo.
Cap. 13. de Capacyupangui y su muerte y de Yngaruca su subcesor y guerras que tuvo y de las cosas que en sus tiempos subcedian por el Mundo, y de Yaguarguaca Ynga y su muerte.
La muerte de Mayta Capac (según pide nuestra cuenta parece auer subcedido cerca de los años de Christo de 1226 y tubo por legitimo y unibersal heredero á Capac Yupangui
JLucano, que le paso á Sexto Pompeio con Ericto la Tesa- liana. Otros huuo que haciendo con la fuerza de sus no- ciuas yervas, y adormecer á los hombres les compelían a que entre sueños y mal pronunciando respondiesen a todas las cosas que se les preguntarse, siendo aquello hecho ansi co¬mo lo demás por mano y potencia de el Demonio, y si algo el tal adormecido manifestaua contra si era compelido a que confesase y hiciesse de ello penitencia, todo a arbitrio de el tal Sacerdote. Otros auia que en la Coca, y en el Tabaco, y en otras yervas conocian y adevinaban los futuros acaeci¬mientos.
Esta era arte tenida en mucho menos que las demás de que auemos tratado, llamauanse estos Ministros de tal en¬gaño Heche Coc de quien era mucho lo que con el vulgo y gente plebeya ganavan porque eran los que mas suge- tauan sus entendimientos a semejantes vanidades. Otros auia arto mas graciosos que verdaderos (á lo que se deja entender) estos eran ciertos charlatanes que hacian creer que despues de muy borrachos decían maravillosas cosas y entre ellas pro- nunciavan como oráculos lo que se deseaua saber, a estos llamauan Cauiacoc, que puestos en el estado de su yinagi- natiua subia de puntos por el mucho beber con boz agena y fingida decían cosas rediculas y de admiración. Otros hauia sumamente perniciosos en la república aquien llama¬uan Runna tingui (que quiere decir aiuntador de personas) de los quales tenian tanta eficacia en las humanas pasiones, sus mandones hechizos que con aiuda de el Demonio for- zauan y compelian las voluntades de mugeres y hombres, a que (a mal grado suyo) amasen y se aficionasen ál que lo pretendia. Estos dauan á los pretensores de amor ciertas preseas, y nominas de el Demonio, a quien llamauan Hua- canqui (que quiere decir llorad) hechas de raices, ó de yer¬vas, ó de plumas de pajaros, conque traian a efecto su dañada pretensión: también solían poner (ocultamente) en la ca¬ma o rropa de la persona pretendida, yerbas, piedras, plumas, gusanillos, a quien también tenian por principal aiuda en la tal necesidad, esta manera de supresticion fue usada tanto de varones, como de hembras, aiudando cada qual a quien se lo pagaua. Otros auia llamados Hachu, que hechavan suertes con Maiz de diferentes colores, y con las inmundi¬cias de sus cuies y ganados, y con otros animalejos, y granos para el tal efecto aplicados, también llamauan á los de este oficio Ayllacos y eran muy comunes en toda la tierra. Otros auia llamados Virapirco, que hacian creer que que¬mando sebo de animales en el humo y resplandor de sus llamas, veian todo lo que deseauan aquellos por quien eran consultados. Otros auia llamados Callparicul, que en las en¬trañas, y asaduras de los animales que sacrificauan veian y conocían la duración de la vid3 de aquellos que para tal sa¬crificio y obra los alquílauan. Semejante suerte de gente y Ministros, (de su perdición y de la agena) y de otros que dejo de acomular auian caydo mucho de su pundonor, con la reformación que en estas cosas auia auido por los Yngas antecesores de Mayta Capac; mas luego que el se uido en paz, por conservarse en ella fundo de nuebo el crédito de este linage de engañadores y fueron estimados y tenidos en cuenta hasta el tiempo de el valeroso Topa Ynga como adelante diremos. Auiendo Reynado Mayta Capac 65 años le vino la muerte, y aunque tubo por hijo á Tarco Guarnan y otros (ansí varones como hembras) les subcedio en el Señorío, Capac yupangui, que significa valeroso y rico, y de mucha estimación y cuenta de quien trataremos en el siguiente capitulo.
Cap. 13. de Capacyupangui y su muerte y de Yngaruca su subcesor y guerras que tuvo y de las cosas que en sus tiempos subcedian por el Mundo, -y de Yaguarguaca Ynga y su muerte.
La muerte de Mayta Capac (según pide nuestra cuenta parece auer subcedido cerca de los años de Christo de 1226 y tubo por legitimo y unibersal heredero á Capac Yupangui como queda dicho, el qual como tubiese copia de hermanos, y por su buen entendimiento conociese no auer siguridad en el Reyno de quien muchos pretenden la herencia acordo ligar con juramento aquellos que en algún tiempo le podian ser competidores y perturbadores de la paz (a quien el natu¬ralmente era inclinado) y los hermanos lo hicieron muy cumplido y solemne, en el templo y adoratorio de Curican- cha, y en agradecimiento de el mostro Capacyupangui su li¬beralidad: dándoles mas presentes y dones, que ellos se pu¬dieran desear. Quando entendió estar su pecho libre de aque¬lla sospecha que le traia inquieto el espiritu de la mano de sus mismos hermanos (con asistencia de los Sacerdotes de el Sol). Tomo el Topayauri que (como queda dicho) es el Ce¬tro Real, y se vistió el Tarco gualca que era vestidura de Emperador, y adorno su cabeza con la vistosa borla de gra¬na finissima, a quien llamauan Marcapacha (y por otro nom¬bre) Suntur Paucar y se alzo las ojotas (que era cierto cal¬zado) lo uno y lo otro instrumentos necesarios para la cele¬bración de aquel acto, de coronar nuebo Ynga, fuele busca¬da muger digna de tal Principe, y ansi se hallo en el mismo Cuzco: la qual se llamo Curi illpay hermosa en estremo hu¬vo en ella dos hijos el uno unibersal heredero de su Ymperio y Señorio llamado Yngaruca Ynga, y el otro Apoc Mayta. Este fue valeroso en las armas y notable en las virtudes y por esto amado de los suyos y temido de los estraños. Estando ya sus hijos de Capac yupangui en edad y disposición de to¬mar las armas las volvieron contra ciertas naciones rebeldes cercanas á el Cuzco llamados Suyos, que por verse avecin¬dados á las esperezas y por montañas de los Andes, creieron conservarse en su libertad: y con tal presupuesto y confian-za menos preciaron siempre las amonestaciones de los Seño¬res Yngas, y teniendo Capac yupangui por ofendido de su confianza y exención, armo contra ellos sus hijos y vasa¬llos, y su persona misma y con el aparato y estrepido que so¬bre si vinieron los extensos Suyos se rindieron al Ynga y le dieron la obediencia, y imitación suya muchas naciones con ellos avecindados y confederados.
Y teniendo plantada en su república una quietud y paz (que se prometía ser perpetua) murió entre sus hijos y her¬manos el año (á nuestra cuenta) de 1306 ahuiendo vivido 80 y señoreado la mas parte de ellos, sucedió en el Ymperio a Capac yupangui su hijo maior, llamado Yngaruca Ynga. Este comenzo a dar muestras de buen Principe, y conquisto algunas naciones en los contornos de el Cuzco mediante su bien animo y consejo y de el otro hermano, no menos que el valeroso. Andauan en estos tiempos exentas y desvergonza¬das ciertas familias de barbaros, llamados Mascas contra los quales el valeroso Apomayta (hermano de el nuevo Rey) quiso provar las primicias de sus hazañas, y ansi tomando de el Ynga licencia y la parte de el exercito que le pareció bas¬tante, les comenzo a hacer guerra la qual fue declarando quan mal aconsejados eran los Mascas en auer sido remisos y tardíos, en la confederación con los Yngas: pues en los primeros recuentros, fueron sus gentes desbaratadas y sus Capitanes muertos, y Guariguaca (su principal Señor y Ca¬cique) preso y traído al Cuzco con gran aplauso de los mo¬radores de el, y aprobio de los vencidos Mascas. Estas vic¬torias y hijos (y la buena opinion con sus vasallos) le abrie¬ron la puerta a Yngaruca para que en su Reyno entrasse una quieta, pasifica, y felice temporada, donde paso el discurso de su vida ocupado en fiestas y bayles; gustando (de quando en quando) el dulzor de la obediencia dada por las gentes no conocidas, y lejanas de el Cuzco mas leguas de las que se auian hasta su tiempo descubierto. Consienten las cuentas Españo¬las, y los quipos Piruleros que el tiempo de la muerte de Mayta Capac, y coronación de su hijo Yngaruca fuesse cer¬ca de los años de Christo de 1306 o poco discrepante. Quando la Santa Sede Apostólica fue pasada en Francia, por orden y advocación que hizo el Papa Clemente Quinto en la Ciu¬dad de León, donde quiso ser coronado. El Ymperio Oriental de Constantinopla, tenia Andronico, de nación Griego, y el como queda dicho, el qual como tubiese copia de hermanos, y por su buen entendimiento conociese no auer siguridad en el Reyno de quien muchos pretenden la herencia acordo ligar con juramento aquellos que en algún tiempo le podian ser competidores y perturbadores de la paz (a quien el natu¬ralmente era inclinado) y los hermanos lo hicieron muy cumplido y solemne, en el templo y adoratorio de Curican- cha, y en agradecimiento de el mostro Capacyupangui su li¬beralidad: dándoles mas presentes y dones, que ellos se pu¬dieran desear. Quando entendió estar su pecho libre de aque¬lla sospecha que le traia inquieto el espíritu de la mano de sus mismos hermanos (con asistencia de los Sacerdotes de el Sol). Tomo el Topayauri que (como queda dicho) es el Ce¬tro Real, y se vistió el Tarco gualca que era vestidura de Emperador, y adorno su cabeza con la vistosa borla de gra¬na finissima, a quien llamauan Marcapacha (y por otro nom¬bre) Suntur Paucar y se alzo las ojotas (que era cierto cal¬zado) lo uno y lo otro instrumentos necesarios para la cele¬bración de aquel acto, de coronar nuebo Ynga, fuele busca¬da muger digna de tal Principe, y ansi se hallo en el mismo Cuzco: la qual se llamo Curi illpay hermosa en estremo hu¬vo en ella dos hijos el uno unibersal heredero de su Ymperio y Señorio llamado Yngaruca Ynga, y el otro Apoc Mayta. Este fue valeroso en las armas y notable en las virtudes y por esto amado de los suyos y temido de los estraños. Estando ya sus hijos de Capac yupangui en edad y disposición de to¬mar las armas las volvieron contra ciertas naciones rebeldes cercanas á el Cuzco llamados Suyos, que por verse avecin¬dados á las esperezas y por montañas de los Andes, creieron conservarse en su libertad: y con tal presupuesto y confian¬za menos preciaron siempre las amonestaciones de los Seño¬res Yngas, y teniendo Capac yupangui por ofendido de su confianza y exención, armo contra ellos sus hijos y vasa¬llos, y su persona misma y con el aparato y estrepido que so¬bre si vinieron los extensos Suyos se rindieron al Ynga y le dieron la obediencia, y imitación suya muchas naciones con ellos avecindados y confederados.
Y teniendo plantada en su república una quietud y paz (que se prometía ser perpetua) murió entre sus hijos y her¬manos el año (á nuestra cuenta) de 1306 ahuiendo vivido 80 y señoreado la mas parte de ellos, sucedió en el Ymperio a Capac yupangui su hijo maior, llamado Yngaruca Ynga. Este comenzo a dar muestras de buen Principe, y conquisto algunas naciones en los contornos de el Cuzco mediante su bien animo y consejo y de el otro hermano, no menos que el valeroso. Andauan en estos tiempos exentas y desvergonza¬das ciertas familias de barbaros, llamados Mascas contra los quales el valeroso Apomayta (hermano de el nuevo Rey) quiso provar las primicias de sus hazañas, y ansi tomando de el Ynga licencia y la parte de el exercito que le pareció bas¬tante, les comenzo a hacer guerra la qual fue declarando quan mal aconsejados eran los Mascas en auer sido remisos y tardíos, en la confederación con los Yngas: pues en los primeros recuentros, fueron sus gentes desbaratadas y sus Capitanes muertos, y Guariguaca (su principal Señor y Ca¬cique) preso y traido al Cuzco con gran aplauso de los mo¬radores de el, y aprobio de los vencidos Mascas. Estas vic¬torias y hijos (y la buena opinion con sus vasallos) le abrie¬ron la puerta a Yngaruca para que en su Reyno entrasse una quieta, pasifica, y felice temporada, donde paso el discurso de su vida ocupado en fiestas y bayles; gustando (de quando en quando) el dulzor de la obediencia dada por las gentes no conocidas, y lejanas de el Cuzco mas leguas de las que se auian hasta su tiempo descubierto. Consienten las cuentas Españo¬las, y los quipos Piruleros que el tiempo de la muerte de Mayta Capac, y coronacion de su hijo Yngaruca fuesse cer¬ca de los años de Christo de 1306 o poco discrepante. Quando la Santa Sede Apostólica fue pasada en Francia, por orden y advocación que hizo el Papa Clemente Quinto en la Ciu¬dad de León, donde quiso ser coronado. El Ymperio Oriental de Constantinopla, tenia Andronico, de nación Griego, y el de Alemania el mal logrado Alberto, a el qual mato á tray¬cion un sobrino suyo andandose juntos paseando, (ansi el Emperador como toda su Corte bien ágenos de sospechar maldad tan grande) fue en estos tiempos quando los Caua- lleros del Hospital de Sant Juan en Herusalen auiendo (por nros pecados) perdido aquella santissima plaza ganaron á los Turcos la Ysla de Rodas, de quien ya tratamos en el Capitu¬lo 8 de la primera parte de esta obra. Fue ansi mesmo en es¬tas temporadas acabada de un solo y mortal golpe, la cele- bratissima Orden de los Caualleros Templarios, y la causa sabremos quando fuere manifiesto a todos, lo mas escondido de nros corazones; y ansi no conviene que juzguemos antes de tiempo. Esta fue la temporada de que en los libros y capítu¬los pasados dejamos dicho auer comenzado á subir los Prin¬cipes Otomanos en especial lo apuntamos en el capitulo 6 de la primera parte: y ansi diremos que sus hazañas de este primer Señor de ellos (llamado Otomano) tenian en esta coyuntura ocupada y atemorizada el Asia no estaua nuestra España en estos tiempos libre de guerras y disenciones movi¬das entre Don Fernando quarto Rey de Castilla y León, y el Ynfante Don Alonso padre y origen de los Duques de Medina Celi, primo hermano suyo y aunque estos vandos, y disenciones fueron causa de hartos daños, dañaran mas si el Rey Don Jayme (2 de Aragón) y el Rey Donis de Portugal, no entraran de por medio, y fueran arbitros en tal debate, por cuya sentencia quedo con el Reyno Don Fernando 4 y el lo tenia en los tiempos de que vamos hablando, este fue el que dicen en n™ España (muy en común) auer muerto por el emplazamiento de los dos hermanos Carauajales, le hicieron: a quien dicen auer mandado despeñar, por decir que auian muerto á Gómez de Benauides en Palencia lo qual no era ansi. En la Aphrica andauan ansi mesmo los caudillos en discordia, por la muerte de un Abusayo Rey de Fez, que causo grandes alteraciones en aquel Reyno de donde nació ocasion que Mahamet Rey de Granada embiasse á su cuñado Farax Alcayde de Malaga con copioso exercito, sobre la ym- portante fortaleza de Ceuta, y la gano aunque la gozo poco tiempo. Bolviendo á nro Yngaruca recien coronado por uni¬bersal Rey de lo que sus pasados lo auian sido podremos no¬tar del no auer sido menos pacifico, y begnigno con sus va-sallos que lo auian sido su padre y abuelos lo primero que sus Consegeros ordenaron, fue darle muger legitima para que ella les diesse ligitimo heredero: esta fue una moza na¬tural de el Pueblo de Guayllacan, llamóse Mama Nicaz hija de un valeroso y rico Señorete de aquella Comarca (aunque como los demás) sugeto ál Rey Ynga: huvo en ella hijos y hijas, mas de los que las memorias hacen quenta son dos el primero y Principe subcesor se llamo Yaguarguaca (que quiere decir) que lloro sangre llamáronle ansi por la ocasion que luego se dirá el segundo se llamo Veca Queroa, valeroso y estimado de todos tanto por su nobleza y apacible afabili¬dad quanto por el mucho valor y animo de que lo docto la naturaleza. Con lo qual (ayudado con ciertas legiones de gente que su padre le señalo) hizo hazañas dignas de mas edad y experiencia que la que el tenia mas su buen animo y verdadera determinación de Principe, y buenos Caudillos, suplió lo que de edad y madurez le faltaua. La primera cosa que hizo fue conquistar á Moyna y sus contornos, y pren¬dió á sus naturales poseedores Moynapongo, y Guamantopa de lo qual el padre Yngaruca recibió grandissimo contento. Prendió y sugeto otros muchos Principales y mandones que se dejauan andar desmandados. Siendo muy niño Yaguar- guaca (legitimo heredero que digimos ser) tuvieron atreui- miento ciertos principales de la parte de Andes suyo, de hur¬tarlo de entre los pañales de la cuna, y con mucha presteza llevarlo á sus tierras que no estauan muy lejanas de las de el Cuzco, y auiendo venido aver el recien traydo Ynfante todos los que alli cerca bibian, lloro el niño sangre (cosa admira¬ble y no vista) de lo qual los Yndios que hicieron tal insul¬to tomaron agüeros siniestros y con la brevedad que les fue posible (temerosos de sus futuros daños) bolbieron a poner de Alemania el mal logrado Alberto, a el qual mato á tray- cion un sobrino suyo andandose juntos paseando, (ansi el Emperador como toda su Corte bien ágenos de sospechar maldad tan grande) fue en estos tiempos quando los Caua- lleros del Hospital de Sant Juan en Herusalen auiendo (por nro” pecados) perdido aquella santissima plaza ganaron á los Turcos la Ysla de Rodas, de quien ya tratamos en el Capitu¬lo 8 de la primera parte de esta obra. Fue ansi mesmo en es¬tas temporadas acabada de un solo y mortal golpe, la cele- bratissima Orden de los Caualleros Templarios, y la causa sabremos quando fuere manifiesto a todos, lo mas escondido de nro” corazones; y ansi no conviene que juzguemos antes de tiempo. Esta fue la temporada de que en los libros y capítu¬los pasados dejamos dicho auer comenzado á subir los Prin¬cipes Otomanos en especial lo apuntamos en el capitulo 6 de la primera parte: y ansi diremos que sus hazañas de este primer Señor de ellos (llamado Otomano) tenian en esta coyuntura ocupada y atemorizada el Asia no estaua nuestra España en estos tiempos libre de guerras y disenciones movi¬das entre Don Fernando quarto Rey de Castilla y León, y el Ynfante Don Alonso padre y origen de los Duques de Medina Celi, primo hermano suyo y aunque estos vandos, y disenciones fueron causa de hartos daños, dañaran mas si el Rey Don Jayme (2 de Aragón) y el Rey Donis de Portugal, no entraran de por medio, y fueran arbitros en tal debate, por cuya sentencia quedo con el Reyno Don Fernando 4 y el lo tenia en los tiempos de que vamos hablando, este fue el que dicen en n™ España (muy en común) auer muerto por el emplazamiento de los dos hermanos Carauajales, le hicieron: a quien dicen auer mandado despeñar, por decir que auian muerto á Gómez de Benauides en Palencia lo qual no era ansi. En la Aphrica andauan ansi mesmo los caudillos en discordia, por la muerte de un Abusayo Rey de Fez, que causo grandes alteraciones en aquel Reyno de donde nació ocasion que Mahamet Rey de Granada embiasse á su cuñado Farax Alcayde de Malaga con copioso exercito, sobre la ym- portante fortaleza de Ceuta, y la gano aunque la gozo poco tiempo. Bolviendo á nro Yngaruca recien coronado por uni¬bersal Rey de lo que sus pasados lo auian sido podremos no¬tar del no auer sido menos pacifico, y begnigno con sus va-sallos que lo auian sido su padre y abuelos lo primero que sus Consegeros ordenaron, fue darle muger legitima para que ella les diesse ligitimo heredero: esta fue una moza na¬tural de el Pueblo de Guayllacan, llamóse Mama Nicaz hija de un valeroso y rico Señorete de aquella Comarca (aunque como los demás) sugeto ál Rey Ynga: huvo en ella hijos y hijas, mas de los que las memorias hacen quenta son dos el primero y Principe subcesor se llamo Yaguarguaca (que quiere decir) que lloro sangre llamáronle ansi por la ocasion que luego se dirá el segundo se llamo Veca Queroa, valeroso y estimado de todos tanto por su nobleza y apacible afabili¬dad quanto por el mucho valor y animo de que lo docto la naturaleza. Con lo qual (ayudado con ciertas legiones de gente que su padre le señalo) hizo hazañas dignas de mas edad y experiencia que la que el tenia mas su buen animo y verdadera determinación de Principe, y buenos Caudillos, suplió lo que de edad y madurez le faltaua. La primera cosa que hizo fue conquistar á Moyna y sus contornos, y pren¬dió á sus naturales poseedores Moynapongo, y Guamantopa de lo qual el padre Yngaruca recibió grandissimo contento. Prendió y sugeto otros muchos Principales y mandones que se dejauan andar desmandados. Siendo muy niño Yaguar- guaca (legitimo heredero que digimos ser) tuvieron atreui- miento ciertos principales de la parte de Andes suyo, de hur¬tarlo de entre los pañales de la cuna, y con mucha presteza llevarlo á sus tierras que no estauan muy lejanas de las de el Cuzco, y auiendo venido aver el recien traydo Ynfante todos los que alli cerca bibian, lloro el niño sangre (cosa admira¬ble y no vista) de lo qual los Yndios que hicieron tal insul¬to tomaron agüeros siniestros y con la brevedad que les fue posible (temerosos de sus futuros daños) bolbieron a poner el Ynfante en el mismo lugar de donde lo auian tomado, y dieron la obediencia al Yngaruca su padre y publicaron el portentoso llanto de el muchacho y por este acaecimiento fue llamado Yaguarguaca. Tuvo este Rey Ynga (demás de los dos ya nombrados) otíos quatro hijos varones de donde deciende el linage y nombre de los Veca Queroas estos fue¬ron Ynga Paucar, Ynga Guarnan, Ynga Veca Queroa, Yn¬ga Cazachicha con tales hijos y buenos Capitanes y nume¬rosa copia de soldados hizo Yngaruca algunas correrias y en ellas gano y conquisto dos Marcas de tierras que le estaria á el mal verlos sustentar fuera de su dominio tan cercanos como estauan de el Cuzco estas fueron Bimbilla, y Quisalla, y Cayto Marca. Hecho esto se dio el Ynga a placeres y de- Ieytes en su Ymperial Ciud. de el Cuzco, donde era amado y seruido de sus vassallos, y muy recreado con la presencia de sus buenos hijos, y procurando ya que para la herencia de sus hijos auia sido probechoso, serlo también a su repú¬blica, y vasallos acordo buscar orden como meter Acequias de agua en aquel valle para que se pudiessen aprovechar las tierras que por falta de riego estavan ociosas, y baldias, y ansi saco las que oy llaman Hananchaca y Urinchaca que a sido y será obra de mucha importancia para toda aquella república. Hizo mas este Yngaruca (para que su república fuesse con mas comodidad governada y conocida entre si) que la diuidio en dos apellidos ál uno llamando Hanan Cuz¬co, y ál otro Urin Cuzco que quiere decir Cuzco superior, y Cuzco inferior, y con tal orden se governo muchos cente¬nares de años no solo guardándose en aquella Ciud. este orden y apellidos, mas en todas las demás tierras que los Yngas sus subcesores yban ganando, como se coligira adelante, auiendo vivido en paz y quietud poco mas de 50 años; murió cer¬cado de muy lucida posteridad cerca de los años de nra re¬dención de 13 56 teniendo (según nra cuenta) la Sede Apos¬tólica en Auiñon el santo y religiossisimo Pontífice, Inocen¬cio Sexto, y el Ymperio Constantino Politano Calo Joanes Pa¬leo logo, aunque por competidor á Cantacusano y en Ale- manía era Emperador Occidental, el Christianissimo Carlos Quarto, y en nra España reynaba Don Pedro, mas justamen¬te llamado Justiciero que no cruel: era en Asia Señor de los Turcos Amurates, porque á su hermano Orcanes (pocos años antes) auian muerto los Tartaros, y con el mas de cinquenta mil Turcos. En la Aphrica auia crueles guerras entre el Rey de Fez llamado Abuhenun, y su padre Abulacen, y con fa- bor de nro Rey Don Pedro, el hijo venció ál padre, y se hizo unibersal Señor de todas aquellas Provincias. En este mismo tiempo se vido en nra Europa el uso de la invención diabólica de la Polvora. Y dice Blondo y Volaterano que los primeros que usaron de ella Venecianos contra Ginobeses en el año dicho su inbentor fue Bartoldo Esquor Alemán de nación, y no falta quien diga haver sido Frayle. Este presumia de Archimista, y experimentado lo que en este desvario enseña Democrito, junto en un almirez salitre y Azufre, y molido y acaso cayo lumbre y hizo su efecto y de aqui se tomo el motivo de la Polvora. Don Pedro Obispo de León en la Chro- nica de Don Alonso el Sexto Rey de Castilla la hace mas an¬tigua á la Artillería. Y don Rodrigo Osorio Obispo de Coim- bra en el denobilitate Ex = gloria, afirma que muchos años antes que nosotros tuviésemos noticia de la Artillería ni de la Ymprenta era ya invención vieja. Bolviendo a nro Piru, por muerte de Yngaruca fue adornado de la Borla y cetro Ymperial, el venturoso Yaguarguaca Ynga que el pacifico y breve vivir suyo en sus palacios de el Cuzco es causa de que no tenga nuestra historia que detenerse en contar sus cosas; fue casado con una Señora, hija de un principal Ca¬cique de territorio de Ayarcama, llamada Mama Chiquia en quien huvo un hijo ligitimo heredero a quien Viracocha Yn-ga, de cuya vida y sucesos trataremos en el siguiente Capitu¬lo. Fue tan dado á los deleytes venerios el Ynga Yaguarguaca que a grandes jornadas apresuro el curso de su vida, y la hizo notablemente mas breve que la tuvo ninguno de sus passa- dos, como le acontecerá al que tal carrera corriere á rienda el Ynfante en el mismo lugar de donde lo auian tomado, y dieron la obediencia al Yngaruca su padre y publicaron el portentoso llanto de el muchacho y por este acaecimiento fue llamado Yaguarguaca. Tuvo este Rey Ynga (demás de los dos ya nombrados) otfos quatro hijos varones de donde deciende el linage y nombre de los Veca Queroas estos fue¬ron Ynga Paucar, Ynga Guarnan, Ynga Veca Queroa, Yn¬ga Cazachicha con tales hijos y buenos Capitanes y nume¬rosa copia de soldados hizo Yngaruca algunas correrías y en ellas gano y conquisto dos Marcas de tierras que le estaría á el mal verlos sustentar fuera de su dominio tan cercanos como estauan de el Cuzco estas fueron Bimbílla, y Quisalla, y Cayto Marca. Hecho esto se dio el Ynga a placeres y de- leytes en su Ymperial CiuJ. de el Cuzco, donde era amado y seruido de sus vassallos, y muy recreado con la presencia de sus buenos hijos, y procurando ya que para la herencia de sus hijos auia sido probechoso, serlo también a su repú¬blica, y vasallos acordo buscar orden como meter Acequias de agua en aquel valle para que se pudiessen aprovechar las tierras que por falta de riego estavan ociosas, y baldias, y ansi saco las que oy llaman Hananchaca y Urinchaca que a sido y será obra de mucha importancia para toda aquella república. Hizo mas este Yngaruca (para que su república fuesse con mas comodidad governada y conocida entre si) que la diuidio en dos apellidos ál uno llamando Hanan Cuz¬co, y ál otro Urin Cuzco que quiere decir Cuzco superior, y Cuzco inferior, y con tal orden se governo muchos cente¬nares de años no solo guardándose en aquella Ciu11. este orden y apellidos, mas en todas las demás tierras que los Yngas sus subcesores yban ganando, como se coligira adelante, auiendo vivido en paz y quietud poco mas de 50 años; murió cer¬cado de muy lucida posteridad cerca de los años de n™ re¬dención de 13 56 teniendo (según nr° cuenta) la Sede Apos¬tólica en Auiñon el santo y religiossisimo Pontífice, Inocen¬cio Sexto, y el Ymperio Constantino Politano Calo Joanes Pa¬leo logo, aunque por competidor á Cantacusano y en Ale¬mania era Emperador Occidental, el Christianissimo Carlos Quarto, y en n™ España reynaba Don Pedro, mas justamen¬te llamado Justiciero que no cruel: era en Asia Señor de los Turcos Amurates, porque á su hermano Orcanes (pocos años antes) auian muerto los Tartaros, y con el mas de cinquenta mil Turcos. En la Aphrica auia crueles guerras entre el Rey de Fez llamado Abuhenun, y su padre Abulacen, y con fa- bor de nro Rey Don Pedro, el hijo venció ál padre, y se hizo unibersal Señor de todas aquellas Provincias. En este mismo tiempo se vido en nra Europa el uso de la invención diabólica de la Polvora. Y dice Blondo y Volaterano que los primeros que usaron de ella Venecianos contra Ginobeses en el año dicho su inbentor fue Bartoldo Esquor Alemán de nación, y no falta quien diga haver sido Frayle. Este presumía de Archimista, y experimentado lo que en este desvario enseña Democrito, junto en un almirez salitre y Azufre, y molido y acaso cayo lumbre y hizo su efecto y de aqui se tomo el motivo de la Polvora. Don Pedro Obispo de León en la Chro- nica de Don Alonso el Sexto Rey de Castilla la hace mas an¬tigua á la Artillería. Y don Rodrigo Osorio Obispo de Coim- bra en el denobilitate Ex = gloria, afirma que muchos años antes que nosotros tuviésemos noticia de la Artillería ni de la Ymprenta era ya invención vieja. Bolviendo a nro Piru, por muerte de Yngaruca fue adornado de la Borla y cetro Ymperial, el venturoso Yaguarguaca Ynga que el pacifico y breve vivir suyo en sus palacios de el Cuzco es causa de que no tenga nuestra historia que detenerse en contar sus cosas; fue casado con una Señora, hija de un principal Ca¬cique de territorio de Ayarcama, llamada Mama Chiquia en quien huvo un hijo ligitimo heredero a quien Viracocha Yn-ga, de cuya vida y sucesos trataremos en el siguiente Capitu¬lo. Fue tan dado á los deleytes venerios el Ynga Yaguarguaca que a grandes jornadas apresuro el curso de su vida, y la hizo notablemente mas breve que la tuvo ninguno de sus passa- dos, como le acontecerá al que tal carrera corriere á rienda suelta, y sin consideración que ay muerte, y despues juicio, devio de Reynar tiempo de 30 años, y acabo con mucho do¬lor de sus vassallos y deudos, y devio suceder su muerte cerca de los años de Christo 1386 poco mas o menos.
Cap. 14. de Viracocha Ynga, y porque razón nos llama¬ron á nosotros Viracocha; y de la excelencia de este nombre, y su antigüedad, y de los hechos de sus hijos de este Viracocha Ynga y cosas notables, que en el Mundo yvan subcediendo.
Ya dejamos dicho como Yaguarguaca Ynga huvo en su muger Mamachiquia á Viracocha Ynga (eredero unibersal de su señorio y mando) y antes que de sus bodas, vida y hechos tratemos me parece converna, tratar de su nombre, pues es el mesmo que á nosotros (los Españoles) nos tienen puesto en este Piru, los de esta nación, y verdaderamente á al¬guno parecera novedad lo que aqui se dirá según tiene el Vulgo recibida esta significación de nombre, muy en contra¬rio de lo que ello es, es ansi que los primeros que de nro Piru y de sus cosas escriuieron historias sembraron por el Mundo en sus escriptos, que este nombre Viracocha quería decir y sig- nificaua espuma de la mar, y que por auer venido nosotros en Nauios y navegando por el mar tuvieron por cierto los Yndios que eramos engendrados, y nacidos en sus ondas y de sus espumas: haciendo á los Yndios arto mas insensatos de lo que ellos son: pues hablando (sugeto á las potestacio- nes tanto de mi repetidas), digo que es engaño introducido, y recibido de el vulgo, decir que por lo arriba dicho nos lla¬man los Yndios Piruleros (en su lengua general) Viracocha porque este vocablo vira, quiere decir manteca, y el mar no la tiene, y si me responden que en la lengua general de los Yngas, espuma es lo mismo que manteca, digo que ansi mesmo reciben engaño porque la espuma llaman los Yngas Puczu.
De donde consta claro el error: mas deben saber (y es ansi verdad muy averiguada y cierta) que este nombre vi¬racocha entre los antiguos Yngas fue (y a sido) nombre de grandissima excelencia en tanto grado que quando se cayo en la cuenta de que auia en el Cielo un unibersal y todo po¬deroso movedor, y causa de las demás causas (como se dirá adelante) por excelencia y grandeza y por no hallar nom¬bre que significasse mas magestad le llamaron Ticciviraco- cha, y según esto, mas honor nos atribuyeron en este nom¬bre del que asta aqui se a entendido, y pa mayor muestra de el herror en este particular recibido, bien debe auer co¬legido el lector curioso que de este nombre viracocha des¬de muchos centenares de años antes que los Yndios Piru- leros supiessen que auia mar en el Mundo ni tuviessen noti¬cia de que Dios tal cosa huviesse criado; porque ellos, a qualquier laguna (por pequeña que fuesse) llamaron Co¬cha, y este nombre mismo dieron á el mar, quando lo al¬canzaron a ver la vez primera lo qual fue en vida de Topa Ynga yupangui (como diremos á su tiempo). En la vida de Lluquiyupangui (tercero en la sucesión de los Señores Yngas) bien se debe acordar el lector, auer hecho particular memoria de un varón (estimado entre los grandes de aque¬llas edades) llamado Pachachullaviracocha, que quiere decir viracocha único en el Mundo: de donde se debe entender quan antiguo y venerable sea este nombre: y que a nosotros no se nos puso por lo que algunos dicen en sus historias, sino por grandeza dignidad y excelencia como también se lo pusieron á este Ynga de cuya vida trataremos.
A ciertos hombres venerables que aparecieron en estos Reynos (de quien dejamos hecha mención en el Capitulo 6 de esta tercera parte) también llamaron Viracocha, por no hallar nombre que signifique mayor dignidad, y seria po¬sible porque nosotros tenemos los rostros y barbas como se dice que ellos las tenian llamarnos como a ellos los llama¬uan. Este Viracocha Ynga (de quien vamos escruiendo) fue casado con una doncella natural de el Pueblo de Canto, 11a- suelta, y sin consideración que ay muerte, y despues juicio, devio de Reynar tiempo de 30 años, y acabo con mucho do¬lor de sus vassallos y deudos, y devio suceder su muerte cerca
de los años de Christo 1386 poco mas o menos.
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Cap. 14. de Viracocha Ynga, y porque razón nos llama¬ron á nosotros Viracocha; y de la excelencia de este nombre, y su antigüedad, y de los hechos de sus hijos de este Viracocha Ynga y cosas notables, que en el Mundo yvan subcediendo.
Ya dejamos dicho como Yaguarguaca Ynga huvo en su muger Mamachiqu¡3 á Viracocha Ynga (eredero unibersal de su señorio y mando) y antes que de sus bodas, vida y hechos tratemos me parece converna, tratar de su nombre, pues es el mesmo que á nosotros (los Españoles) nos tienen puesto en este Piru, los de esta nación, y verdaderamente á al¬guno parecera novedad lo que aqui se dirá según tiene el Vulgo recibida esta significación de nombre, muy en contra¬rio de lo que ello es, es ansi que los primeros que de nr” Piru y de sus cosas escriuieron historias sembraron por el Mundo en sus escriptos, que este nombre Viracocha queria decir y sig- nificaua espuma de la mar, y que por auer venido nosotros en Nauios y navegando por el mar tuvieron por cierto los Yndios que eramos engendrados, y nacidos en sus ondas y de sus espumas: haciendo á los Yndios arto mas insensatos de lo que ellos son: pues hablando (sugeto á las potestacio- nes tanto de mi repetidas), digo que es engaño introducido, y recibido de el vulgo, decir que por lo arriba dicho nos lla¬man los Yndios Piruleros (en su lengua general) Viracocha porque este vocablo vira, quiere decir manteca, y el mar no la tiene, y si me responden que en la lengua general de los Yngas, espuma es lo mismo que manteca, digo que ansi mesmo reciben engaño porque la espuma llaman los Yngas Puczu.
De donde consta claro el error: mas deben saber (y es ansi verdad muy averiguada y cierta) que este nombre vi¬racocha entre los antiguos Yngas fue (ya sido) nombre de grandissima excelencia en tanto grado que quando se cayo en la cuenta de que auia en el Cielo un unibersal y todo po¬deroso movedor, y causa de las demás causas (como se dirá adelante) por excelencia y grandeza y por no hallar nom¬bre que significasse mas magestad le llamaron Ticciviraco- cha, y según esto, mas honor nos atribuyeron en este nom¬bre del que asta aqui se a entendido, y pa mayor muestra de el herror en este particular recibido, bien debe auer co¬legido el lector curioso que de este nombre viracocha des¬de muchos centenares de años antes que los Yndios Piru- Ieros supiessen que auia mar en el Mundo ni tuviessen noti¬cia de que Dios tal cosa huviesse criado; porque ellos, a qualquier laguna (por pequeña que fuesse) llamaron Co¬cha, y este nombre mismo dieron á el mar, quando lo al¬canzaron a ver la vez primera lo qual fue en vida de Topa Ynga yupangui (como diremos á su tiempo). En la vida de Lluquiyupangui (tercero en la sucesión de los Señores Yngas) bien se debe acordar el lector, auer hecho particular memoria de un varón (estimado entre los grandes de aque¬llas edades) llamado Pachachullaviracocha, que quiere decir viracocha único en el Mundo: de donde se debe entender quan antiguo y venerable sea este nombre: y que a nosotros no se nos puso por lo que algunos dicen en sus historias, sino por grandeza dignidad y excelencia como también se lo pusieron á este Ynga de cuya vida trataremos.
A ciertos hombres venerables que aparecieron en estos Reynos (de quien dejamos hecha mención en el Capitulo 6 de esta tercera parte) también llamaron Viracocha, por no hallar nombre que signifique mayor dignidad, y seria po¬sible porque nosotros tenemos los rostros y barbas como se dice que ellos las tenian llamarnos como a ellos los llama¬uan. Este Viracocha Ynga (de quien vamos escruiendo) fue casado con una doncella natural de el Pueblo de Canto, 11a¬mada Mamarunducaya en quien tuvo hijos y hijas el ma¬yor de los quales era llamado Yngayupangui. Este Viraco¬cha Ynga fue muy inclinado á las armas, y grande amigo de sugetar naciones y ansi se dispuso a no dejar en todos los Circuitos de el Cuzco nación ninguna fuera del yugo de su mando y obediencia, y ansi con sus hijos, y parientes hizo muchas jornadas, y siempre fue victorioso. Conquisto el territorio de Caytomarca y Callea, venció y sugeto á To- caycapac, y a Suay parmaca. Puso en su obediencia á Ma¬llas, y a Mullucan, aunque dicen que la victoria y nombre que en estas conquistas se gano mas se deue a Topaguara- chiri, y a Yngaurco que no a su padre Viracocha Ynga, por¬que estos mancebos (en la saludable compañia de dos tios suyos Ynga Cucqu y Ynga ruca) hicieron cosas notables en aquellas jornadas, que en aquel tiempo se ofrecieron; de las quales no se pudo tener bastante noticia no solo se dice que quando con menos sospecha de enemigos se aliaron y mas seguramente gozauan de el dulzor de la paz y quie¬tud; se les entraron por sus tierras (desvergonzadamente) ciertas naciones remotas que con imbidia de la prosperidad y renombre de los valerosos Yngas, intentaron llegar a qui¬tarles la palma victoriosa de sus propias manos: mas salióles su disinio en vano, pues no pudieron tomarles nada de lo que era suyo aunque no fue de poco renombre el hecho que hicieron pues a mal grado de los Yngas se sustentaron mu¬chos años entreteniendose en las Provincias comarcanas ál Cuzco, y ia que no les quitassen nada de lo de su Ymperio, fueron a lo menos causa de que muchas naciones no les vi¬niera a dar la obediencia en tanto que estos estrangeros se entretuvieron por aquellas comarcas. Estos fueron los Chan¬gas gente belicosa y mal sugeta hasta que al cabo de algunos años vinieron a el yugo y servidumbre como los demás: con estos tubieron estos mancebos Yngas grandes contiendas, y por estas temporadas no les seruia de mas que de esquela para adestrarse en las armas, para lo que se esperaua adelante. Deseaua grandemente Viracocha Ynga dejar por eredero de sus Reynos á uno de sus hijos, llamado Ynga Urco aunque no le venia por derecho (por ser como dicho queda) el mayor de todos Yngayupangui y con tal presupuesto siempre ocu- paua á este mayorazgo en la administración de las guerras que se ofrecian, porque pareciese en ellas especial uso de cierta diligencia para conseguir este deseo en el castigo y punición de una desvergüenza que contra su autoridad usaron aque¬llos Changas de quien auemos tratado, y fue que estando ciertos Yndios naturales del Cuzco haciendo unas labranzas en tierras que eran de los Señores Yngas y de el Sol, dieron de súbito en ellos, y con barbara crueldad los hicieron pe¬dazos este subceso enojo mucho á los Yngas, y juntando sus gentes (las mas que se pudo) nombro Viracocha Ynga por general de esta empresa a su hijo heredero Yngayupangui, y lo mas bien apercebido que pudo comenzo su jornada su- getando, y venciendo á muchos Burgos y poblaciones que vivian exemptas por aquellos cerros y quebradas como fue¬ron Pinao Capac Cuyo Capac Chaguar Chuchuca, y otros principales de menos nombre. Finalmente dio vista con sus esquadras á las de los Changas (que no les fue oculta esta venida). Estauan estos atreuidos advenedizos en tierras de Quiachilli (que es á las espaldas de Ayavira) y en ellas for¬tificados, y como los Yngas llegassen, comenzaron a herirse cruel y desapasionadamente, como aquellos que de largos años tenian recogido el enojo en los pechos y hauiendo he¬cho cada uno de su parte mas de lo que se podia pedir la fortuna declaro la victoria por los Yngas, y los desalentados Changas se fueron retirando con el mejor concierto que pudieron y vinieron á Ychubamba (que es á las espaldas de Xacxaguana) y allí se rehicieron y tomaron aliento para co¬brar si pudieran cobrar algo de la reputación perdida mas fue trabajo en vano, porque los Yngas victoriosos auian reforzado sus esquadrones, con gente nueba y con el brío que tomaron de la victoria pasada, la tubieron alli también y vencidos y perdidos los forasteros Changas, se pusieron en conocida huida y se bolvieron avergonzados á su valle mada Mamarunducaya en quien tuvo hijos y hijas el ma¬yor de los quales era llamado Yngayupangui. Este Viraco¬cha Ynga fue muy inclinado á las armas, y grande amigo de sugetar naciones y ansi se dispuso a no dejar en todos los Circuitos de el Cuzco nación ninguna fuera del yugo de su mando y obediencia, y ansi con sus hijos, y parientes hizo muchas jornadas, y siempre fue victorioso. Conquisto el territorio de Caytomarca y Callea, venció y sugeto á To- caycapac, y a Suay parmaca. Puso en su obediencia á Ma¬llas, y a Mullucan, aunque dicen que la victoria y nombre que en estas conquistas se gano mas se deue a Topaguara- chiri, y a Yngaurco que no a su padre Viracocha Ynga, por¬que estos mancebos (en la saludable compañía de dos tios suyos Ynga Cucgu y Ynga ruca) hicieron cosas notables en aquellas jornadas, que en aquel tiempo se ofrecieron; de las quales no se pudo tener bastante noticia no solo se dice que quando con menos sospecha de enemigos se aliaron y mas seguramente gozauan de el dulzor de la paz y quie¬tud; se les entraron por sus tierras (desvergonzadamente) ciertas naciones remotas que con imbídia de la prosperidad y renombre de los valerosos Yngas, intentaron llegar a qui¬tarles la palma victoriosa de sus propias manos: mas salióles su disinio en vano, pues no pudieron tomarles nada de lo que era suyo aunque no fue de poco renombre el hecho que hicieron pues a mal grado de los Yngas se sustentaron mu¬chos años entreteniendose en las Provincias comarcanas ál Cuzco, y ia que no les quitassen nada de lo de su Ymperio, fueron a lo menos causa de que muchas naciones no les vi¬niera a dar la obediencia en tanto que estos estrangeros se entretuvieron por aquellas comarcas. Estos fueron los Chan¬gas gente belicosa y mal sugeta hasta que al cabo de algunos años vinieron a el yugo y servidumbre como los demás: con estos tubieron estos mancebos Yngas grandes contiendas, y por estas temporadas no les seruia de mas que de esquela para adestrarse en las armas, para lo que se esperaua adelante. Deseaua grandemente Viracocha Ynga dejar por eredero de sus Reynos á uno de sus hijos, llamado Ynga Urco aunque no le venia por derecho (por ser como dicho queda) el mayor de todos Yngayupangui y con tal presupuesto siempre ocu- paua á este mayorazgo en la administración de las guerras que se ofrecian, porque pareciese en ellas especial uso de cierta diligencia para conseguir este deseo en el castigo v punición de una desvergüenza que contra su autoridad usaron aque¬llos Changas de quien auemos tratado, y fue que estando ciertos Yndios naturales del Cuzco haciendo unas labranzas en tierras que eran de los Señores Yngas y de el Sol, dieron de súbito en ellos, y con barbara crueldad los hicieron pe¬dazos este subceso enojo mucho á los Yngas, y juntando sus gentes (las mas que se pudo) nombro Viracocha Ynga por general de esta empresa a su hijo heredero Yngayupangui, y lo mas bien apercebido que pudo comenzo su jornada su- getando, y venciendo á muchos Burgos y poblaciones que vivian exemptas por aquellos cerros y quebradas como fue¬ron Pinao Capac Cuyo Capac Chaguar Chuchuca, y otros principales de menos nombre. Finalmente dio vista con sus esquadras á las de los Changas (que no les fue oculta esta venida). Estauan estos atreuidos advenedizos en tierras de Quiachilli (que es á las espaldas de Ayavira) y en ellas for¬tificados, y como los Yngas llegassen, comenzaron a herirse cruel y desapasionadamente, como aquellos que de largos años tenian recogido el enojo en los pechos y hauiendo he¬cho cada uno de su parte mas de lo que se podia pedir la fortuna declaro la victoria por los Yngas, y los desalentados Changas se fueron retirando con el mejor concierto que pudieron y vinieron á Ychubamba (que es á las espaldas de Xacxaguana) y allí se rehicieron y tomaron aliento para co¬brar si pudieran cobrar algo de la reputación perdida mas fue trabajo en vano, porque los Yngas victoriosos auian reforzado sus esquadrones, con gente nueba y con el brio que tomaron de la victoria pasada, la tubieron alli también y vencidos y perdidos los forasteros Changas, se pusieron en conocida huida y se bolvieron avergonzados á su valle de Andaguayllas dejando presos á sus Capitanes, y caciques Tomayguaraca y Astoguaraca á los quales (despues de muy escarnecidos) mando el general Yngayupangui matar ante si, y de sus cabezas hizo vasos para bever. Con tan famosa victoria bolvio ál Cuzco el Ynga á la presencia de su padre, donde se comenzo a hacer seruir como Señor que no poca pena daua ál padre su mal termino y descomodimiento. Mientras se entretenía en el Cuzco este Yngayupangui tomo estrecha amistad con los Caciques y Señores que poco antes auia conquistado en la Tierra de Cuyo capac, y Changuar Chuchuca, y otros de la misma nación y subcedio que un Señor de aquestos tenia un criado estrangero, grandissimo oficial de hacer unos vasillos que los Yngas usavan llamados Ulti, donde hechauan la cal, y otras confaciones a que lla¬mauan Llipta, con que comen la Coca, y por ser tan singu¬lar en aquel oficio, priuaua mucho con el Ynfante Ynga-yupangui, y estando solos un dia (ora que el oficial estu- biesse borracho, ora que el Demonio le insistiesse en ello), alzo la mano con un vaso de aquellos diole en la cabeza á el Ynga, y fue tal el golpe que lo descalabro, y el Ynga (porque no se le fuesse sin castigo, y por ver y entender quien le auia mandado hacer tan gran traición) mando pren-derlo y en la prisión le fueron dados crueles tormentos, y con el dolor de ellos, y el temor de otros mayores confeso (falsa y mentirosamente) que los Señores de Cuyocapac, y de Chaguar chuchuca estauan con jurados contra el, y que ellos lo auian embiado para que lo matasse: indignados Ynga yupangui y su padre y hermanos de tan notable maldad mandaron matar el Yndio, y luego armaron sus esquadras y fueron á la tierra de Cuyo Capac, y prendieron á los prin¬cipales y Señores, y pasaron á cuchillo 900 Yndios no per¬donando á mugeres y niños y ansi quedo aquella tierra des¬truida, y despoblada como se muestra oy dia. Hecho este cas¬tigo tomo Yngayupangui el mismo exercito y vinose con el, el valle de Yucay abajo asta Villcabamba, atemorizando la tierra, y hizo por ella un lastimoso estrago, y por el temor de sus desapiadadas armas le vinieron muchas familias a dar la obediencia y con fama y opinion de cruel y valiente se volvio á el Cuzco por Xacxaguana y Corea donde poniendo sus gentes en orden, entro en su patria triunfando de los prisioneros y sugetos que dejaua y traia. Ensobervecido con estas victorias el mal obediente mozo Yngayupangui, levan¬to su pensamiento á una obra tan fea y mal acordada, que ni antes del ni despues, no se vido ni se oyo ser hecha entre los de aquella generación y fue que perdido el respeto á su viejo padre, y teniendo en poco á sus hermanos le quito la borla de la cabeza á Viracocha Ynga, y se la puso asi mesmo sin aguardar á los sacerdotes del Sol que se la pusiessen con las cerimonias, y solemnidad que se tenia entre ellos de costum¬bre, y pensando hacer grato y pacifico sacrificio á sus vanos Ydolos en presencia de los demás cuenta y estimación hizo degollar muchos niños ynocentes lo qual quedo en uso en las coronaciones de los nuebos Reyes Yngas, cosa cierta ho¬rrenda y inhumana. Y no paro aqui su desacato y maldad antes paso tan adelante, que por quitar de sobre si temores dio orden como en cierto recuentro que tubieron en un Pueblo llamado Canche (con unos Yndios reuelados) ma¬tasen a traición á su hermano Ynga Urco (a quien digimos desear el padre dejar el Reyno) y ansi fue hecho con harta mas crueldad que el buen mozo Ynga Urco merecía. Sintió tanto el Viejo Viracocha Ynga la muerte de este hijo y el desacato del otro, que todo junto fue causa para abrebiarle la vida, y ansi murió en el Cuzco auiendo señoreado casi 50 años fue llorada su muerte de sus amigos y Vassallos, y sentido tiernamente de todos la qual (a nuestra cuenta) deuio de subceder cerca de los años de Christo 1438, poco mas o menos. Era en estos tiempos donde llegamos Sumo Pontífice en Roma Eugenio 4 subcesor dignissimo de Mar- tino quinto el que restituyo á la Santa Ciudad la honrra y dignidad de su Silla Apostólica auiendola tenido Francia mas tiempo de 110 años. Era Emperador de Alemania, Sigis Mundo, el qual y el sumo Pontifice (y en toda la Christian- de Andaguayllas dejando presos á sus Capitanes, y caciques Tomayguaraca y Astoguaraca á los quales (despues de muy escarnecidos) mando el general Yngayupangui matar ante si, y de sus cabezas hizo vasos para bever. Con tan famosa victoria bolvio ál Cuzco el Ynga á la presencia de su padre, donde se comenzo a hacer seruir como Señor que no poca pena daua ál padre su mal termino y descomodimiento. Mientras se entretenía en el Cuzco este Yngayupangui tomo estrecha amistad con los Caciques y Señores que poco antes auia conquistado en la Tierra de Cuyo capac, y Changuar Chuchuca, y otros de la misma nación y subcedio que un Señor de aquestos tenía un criado estrangero, grandissimo oficial de hacer unos vasillos que los Yngas usavan llamados Ulti, donde hechauan la cal, y otras confaciones a que lla¬mauan Llipta, con que comen la Coca, y por ser tan singu¬lar en aquel oficio, priuaua mucho con el Ynfante Ynga-yupangui, y estando solos un dia (ora que el oficial estu- biesse borracho, ora que el Demonio le insistiesse en ello), alzo la mano con un vaso de aquellos diole en la cabeza á el Ynga, y fue tal el golpe que lo descalabro, y el Ynga (porque no se le fuesse sin castigo, y por ver y entender quien le auia mandado hacer tan gran traición) mando pren-derlo y en la prisión le fueron dados crueles tormentos, y con el dolor de ellos, y el temor de otros mayores confeso (falsa y mentirosamente) que los Señores de Cuyocapac, y de Chaguar chuchuca estauan con jurados contra el, y que ellos lo auian embiado para que lo matasse: indignados Ynga yupangui y su padre y hermanos de tan notable maldad mandaron matar el Yndio, y luego armaron sus esquadras y fueron á la tierra de Cuyo Capac, y prendieron á los prin¬cipales y Señores, y pasaron á cuchillo 900 Yndios no per¬donando á mugeres y niños y ansi quedo aquella tierra des¬truida, y despoblada como se muestra oy dia. Hecho este cas¬tigo tomo Yngayupangui el mismo exercito y vinose con el, el valle de Yucay abajo asta Villcabamba, atemorizando la tierra, y hizo por ella un lastimoso estrago, y por el temor de sus desapiadadas armas le vinieron muchas familias a dar la obediencia y con fama y opinion de cruel y valiente se volvio á el Cuzco por Xacxaguana y Corea donde poniendo sus gentes en orden, entro en su patria triunfando de los prisioneros y sugetos que dejaua y traia. Ensobervecido con estas victorias el mal obediente mozo Yngayupangui, levan¬to su pensamiento á una obra tan fea y mal acordada, que ni antes del ni despues, no se vido ni se oyo ser hecha entre los de aquella generación y fue que perdido el respeto á su viejo padre, y teniendo en poco á sus hermanos le quito la borla de la cabeza á Viracocha Ynga, y se la puso asi mesmo sin aguardar á los sacerdotes del Sol que se la pusiessen con las cerimonias, y solemnidad que se tenia entre ellos de costum¬bre, y pensando hacer grato y pacifico sacrificio á sus vanos Ydolos en presencia de los demás cuenta y estimación hizo degollar muchos niños ynocentes lo qual quedo en uso en las coronaciones de los nuebos Reyes Yngas, cosa cierta ho¬rrenda y inhumana. Y no paro aqui su desacato y maldad antes paso tan adelante, que por quitar de sobre si temores dio orden como en cierto recuentro que tubieron en un Pueblo llamado Canche (con unos Yndios reuelados) ma¬tasen a traición á su hermano Ynga Urco (a quien digimos desear el padre dejar el Reyno) y ansi fue hecho con harta mas crueldad que el buen mozo Ynga Urco merecia. Sintió tanto el Viejo Viracocha Ynga la muerte de este hijo y el desacato del otro, que todo junto fue causa para abrebiarle la vida, y ansi murió en el Cuzco auiendo señoreado casi 50 años fue llorada su muerte de sus amigos y Vassallos, y sentido tiernamente de todos la qual (a nuestra cuenta) deuio de subceder cerca de los años de Christo 1438, poco mas o menos. Era en estos tiempos donde llegamos Sumo Pontífice en Roma Eugenio 4 subcesor dignissimo de Mar- tino quinto el que restituyo á la Santa Ciudad la honrra y dignidad de su Silla Apostólica auiendola tenido Francia mas tiempo de 110 años. Era Emperador de Alemania, Sigis Mundo, el qual y el sumo Pontífice (y en toda la Christian- dad) andauan en estos tiempos fatigados, y inquietos, con sediciones, cismas, y eregias: porque Bohemia se mostraua muy desenfrenada en sus errores, y los de el Concilio de Bassilea procedian en sus cosas muy ágenos de buena orden. El enflaquecido Ymperio dé Constantinopla tenia Joan Pa¬leólogo que apurado y molestado de Amurates Señor de los Turcos, vino en estos tiempos a un Concilio (legítimamen¬te congregado en Ferrara) con su hermano de Demetrio, y 700 Griegos, a dar la obediencia á la Yglesia Romana: y pedir aiuda y favor á el Sumo Pontífice y Principes Chris-tianos. En nuestra España reinaua el Rey Don Juan segundo de este nombre varón doctado de muchas, y muy principa¬les gracias naturales, y sobre todo muy dado al fauor de la Yglesia Catholica, y bien aventurado padre de nuestra Catholica Reyna Doña Ysabel, cuya memoria será en los Cielos eterna, y entre los hombres no olvidada. En la Aphrica andauan rebueltas las cosas desde la muerte de Abusay Rey de Fez á el qual mato un governador suyo llamado A buha¬ba, y ansi mismo dio la muerte á seis hijos suyos pretendiendo acabar aquella generación, mas subcedio ansi: que el Rey Abusayd, tenia un hermano llamado Sayd de el qual vivía muy receloso y sospechoso en tanto grado que ni comia ni dormía jamas sin sobresalto de ser muerto por el y priuado del Reyno: y como en los años poco antes de los que aora tratamos tubiesse muy travada guerra con Abulhaxex Rey de Granada, embio á el hermano á ella, mal apercebido y con Galeras mal armadas, y gente poco experta a fin y pro¬posito que el hermano Sayd muriesse, y con el se acabasse su recelo, y subcedio que venido á batalla Sayd con la gente Granadina, y puesto ante Abulagex el qual lo mando guar¬dar como prisionero, y tratar como á hermano de Rey sa¬bido por Abusayd la prisión de su hermano despacho mensageros secretamente á Abulagex prometiendole gran¬des dones si a su hermano le daba luego la muerte mas el Rey granadino (que discreto y prudente era) no lo quiso hacer, aunque á los Embajadores despacho con buenas es¬peranzas, y siempre el preso Sayd fue guardado, y regalado para con el hacer algún buen efecto, y subcedio que como el Governador Abubaba matase á el Rey y á seys hijos con el (como queda dicho) quedaron los de Fez sin Rey tiempo de 8 años lo qual entendido por Abulagex hizo confian¬za de su antiguo prisionero y trato restituirlo á el Reyno que de derecho le venia y haciendo con el una paz perpetua, (y debajo de honrosas condiciones) le dio libertad, y un me¬diano egercito para recobrar su Reyno, y ansi se bido pacifico Señor de Fez; y en pago de tal beneficio el restituido Rey Said le dio ayuda para recobrar á Ceuta, que se la tenian los Portugueses, y fueron sobre ella a tiempo que se hallo dentro el Ynfante Don Enrique, y la defendió valerosamen¬te, y los Moros se retiraron con notable daño.
Cap. 15. donde se concluie la guerra contra los Changas y Soras, y se trata de un Concilio, ó congregación que Yngayupangui hizo en el Cuzco sobre la Re¬ligión cosa notable y de admiración.
Luego que nro Yngayupangui se uido unibersal y pacifico Emperador de el Cuzco trato de tomar muger ligitima para conseruar la ligitima subcesion de su posteridad, y ansi ha¬llaron una hermosa y dispuesta doncella natural de el pue¬blo de Choco, llamada Mama Anahuarque, con quien se celebraron en el Cuzco unas muy recogidas bodas, con mas fiestas, y invenciones que hasta aquellos tiempos se auian visto: acabadas las fiestas y puestas en orden algunas cosas que en el Cuzco la auian menester puso su pensamiento en acrecentar su Imperio pues tenia ya noticia que auia en el Mundo tierra harta para poder conquistar, y acordándosele, los desacatos que los Changas auian usado con su padre y con el los años pasados quiso que ellos fuessen el primer blanco donde las puntas de sus lanzas apuntassen, y ansi to-mando consigo un buen egercito reforzado de valerosos dad) andauan en estos tiempos fatigados, y inquietos, con sediciones, cismas, y eregias: porque Bohemia se mostraua muy desenfrenada en sus errores, y los de el Concilio de Bassilea procedían en sus cosas muy ágenos de buena orden. El enflaquecido Ymperio dé Constantínopla tenia Joan Pa¬leólogo que apurado y molestado de Amurates Señor de los Turcos, vino en estos tiempos a un Concilio (legítimamen¬te congregado en Ferrara) con su hermano de Demetrio, y 700 Griegos, a dar la obediencia á la Yglesia Romana: y pedir aiuda y favor á el Sumo Pontífice y Principes Chris¬tianos. En nuestra España reinaua el Rey Don Juan segundo de este nombre varón doctado de muchas, y muy principa¬les gracias naturales, y sobre todo muy dado al fauor de la Yglesia Catholica, y bien aventurado padre de nuestra Catholica Reyna Doña Ysabel, cuya memoria será en los Cielos eterna, y entre los hombres no olvidada. En la Aphrica andauan rebueltas las cosas desde la muerte de Abusay Rey de Fez á el qual mato un governador suyo llamado Abub3- ba, y ansi mismo dio la muerte á seis hijos suyos pretendiendo acabar aquella generación, mas subcedio ansi: que el Rey Abusayd, tenia un hermano llamado Sayd de el qual vivia muy receloso y sospechoso en tanto grado que ni comia ni dormia jamas sin sobresalto de ser muerto por el y priuado del Reyno: y como en los años poco antes de los que aora tratamos tubiesse muy travada guerra con Abulhaxex Rey de Granada, embio á el hermano á ella, mal apercebido y con Galeras mal armadas, y gente poco experta a fin y pro¬posito que el hermano Sayd muriesse, y con el se acabasse su recelo, y subcedio que venido á batalla Sayd con la gente Granadina, y puesto ante Abulagex el qual lo mando guar¬dar como prisionero, y tratar como á hermano de Rey sa¬bido por Abusayd la prisión de su hermano despacho mensageros secretamente á Abulagex prometiendole gran¬des dones si a su hermano le daba luego la muerte mas el Rey granadino (que discreto y prudente era) no lo quiso hacer, aunque á los Embajadores despacho con buenas es-peranzas, y siempre el preso Sayd fue guardado, y regalado para con el hacer algún buen efecto, y subcedio que como el Governador Abubaba matase á el Rey y á seys hijos con el (como queda dicho) quedaron los de Fez sin Rey tiempo de 8 años lo qual entendido por Abulagex hizo confian¬za de su antiguo prisionero y trato restituirlo á el Reyno que de derecho le venia y haciendo con el una paz perpetua, (y debajo de honrosas condiciones) le dio libertad, y un me¬diano egercito para recobrar su Reyno, y ansi se bido pacifico Señor de Fez; y en pago de tal beneficio el restituido Rey Said le dio ayuda para recobrar á Ceuta, que se la tenian los Portugueses, y fueron sobre ella a tiempo que se hallo dentro el Ynfante Don Enrique, y la defendió valerosamen¬te, y los Moros se retiraron con notable daño.
Cap. 15. donde se concluie la guerra contra los Changas y Soras, y se trata de un Concilio, ó congregación que Yngayupangui hizo en el Cuzco sobre la Re¬ligión cosa notable y de admiración.
Luego que n™ Yngayupangui se uido unibersal y pacifico Emperador de el Cuzco trato de tomar muger ligitima para conseruar la ligitima subcesion de su posteridad, y ansi ha¬llaron una hermosa y dispuesta doncella natural de el pue¬blo de Choco, llamada Mama Anahuarque, con quien se celebraron en el Cuzco unas muy recogidas bodas, con mas fiestas, y invenciones que hasta aquellos tiempos se auian visto: acabadas las fiestas y puestas en orden algunas cosas que en el Cuzco la auian menester puso su pensamiento en acrecentar su Imperio pues tenia ya noticia que auia en el Mundo tierra harta para poder conquistar, y acordándosele, los desacatos que los Changas auian usado con su padre y con el los años pasados quiso que ellos fuessen el primer blanco donde las puntas de sus lanzas apuntassen, y ansi to-mando consigo un buen egercito reforzado de valerosos caudillos, tomo el camino para Anda Guaillas, en busca dé¬los arrogantes Changas, y por el camino yva haciendo tan¬tos y tan crueles castigos, que sembró terror, y espanto en to¬da la tierra y fue notado (y lo es oy de los antiguos) de el mas cruel y sanguinolento hombre, que nació en el Mundo: y si en algún tiempo, ó de alguna nación an sido notados los Yngas de crueles, á este solo, y no a otro se le deve la culpa, porque de este vicio dejo para siempre infamada su generación llegado á la tierra de los Changas, los conquisto y venció, y hizo en ellos cruel y desapiadada matanza, qui-tando de el Mundo a todos los principales, y cabezas de aquella generación, y poniendo en los Señoríos los hijos de los muertos, y sobre todos ellos Governadores de el Cuzco, con los nombres y cargos que diremos adelante. Avida vic¬toria con los Changas paso á la tierra de los Soras, los qua¬les (confiados en su multitud) se hicieron fuertes en la fortaleza de Chalco Marca y dándoles muy continuas baterías y asalto, los desvelo y canso y al cabo binieron á sus manos. Con estas victorias pudo (con poca dificultad) ayuntar á ellas la que huvo de los Lucañas, y de otras naciones a quien las nuevas de las crueldades de esta gente dejaua pasmadas, y sin sangre ni aliento. Con mucha guarda y seguridad de¬jaua este Rey Yngayupangui las Provincias y naciones que con sus victorias hazañas auia sugetado á su Ymperio, y también ordenado todo que podemos compararlo con cual¬quiera Capitan de los antiguos que mas nombre tiene entre los Griegos y Romanos, y dejando las espaldas seguras (muy cargadas de reputación despojos y prisioneros) se bolvieron á el Cuzco, porque ya en Ynuierno les era impedimento para pasar adelante con sus acostumbradas victorias, y fue recibido en su Ymperial Ciudad con mucha fiesta y aparato hasta alli no visto igual; porque antes que Yngayupangui Uegasse á el Cuzco, dio el mismo la orden que se auia de guardar en su entrada y triumpho, y por aquella se fueron guiando sin exceder un punto de ella; entraron lo primero los mas valientes Capitanes en Curicancha, haciendo con sus armas, y libreas una vistosa reseña: tras ellos entraron mu¬chos de los Soldados de menos nombre, que llevauan atados inumerable numero de prisioneros, tras estos entraron las mugeres, y hijas de aquellos, endechando (á su modo) su ca-lamidad, y desventura (porque asi les era mandado lo hicie¬sen) entrauan luego la gente común cargados todos con una no vista cantidad de despojos con las armas de los enemigos arrastrando por tierra a estos seguia un esquadron de lan¬ceros con las lanzas en alto, y en la punta de cada lanza una cabeza de un enemigo hincada con sus cabellos sueltos, y desmelenados: luego entraua otro esquadron de la nobleza del Ymperio ansi de los que auian ido á la guerra como de los que auian quedado governando la república, y entre ellos traian en sus andas de oro á el Emperador Yngayupangui con aquel rostro austero, y ojos de Tigre cruel, con que ma- taua y espantaua el Mundo, traia para el tal espectáculo puestas las actuales insignias de Emperador, seguíase luego la Retaguardia en que venian hombres de cuenta, con algunas quadrillas de gente suelta haciendo un millón de movimien¬tos con los cuerpos, y piernas, representando en aquello el ardor, y corage con que peleauan con sus enemigos. Con la orden dicha dieron una buelta á la ancha y desocupada pla-za, y luego mandaron á todos los prisioneros, que se pu- siessen tendidos sobre la tierra, los rostros en el suelo, y siendo Yngayupangui el Primero pasaron por cima de ellos poniéndoles el pie sobre los pesquezos, sin que el prisionero osase alzar ni menear la cabeza, y ál tiempo que asi yvan pasando, cantauan un verso que en nr!l lengua quiere decir mis enemigos piso. Todo esto se hacia delante la estatua y imagen del Sol: rogándole se tubiesse por seruido de tal hecho, y les diesse siempre semejantes victorias: con estas oraciones, y ceremonias concluían las fiestas triumphales, y el dia siguiente se comanzauan grandes bailes y borracheras en prosecución de lo qual, yva cada uno decantando las proezas que su Rey auia hecho, y luego las de sus Capitanes, y Caudillos, y últimamente las suyas propias añidiendo en caudillos, tomo el camino para Anda Guaillas, en busca dé¬los arrogantes Changas, y por el camino yva haciendo tan¬tos y tan crueles castigos, que sembró terror, y espanto en to¬da la tierra y fue notado (y lo es oy de los antiguos) de el mas cruel y sanguinolento’hombre, que nació en el Mundo: y si en algún tiempo, ó de alguna nación an sido notados los Yngas de crueles, á este solo, y no a otro se le deve la culpa, porque de este vicio dejo para siempre infamada su generación llegado á la tierra de los Changas, los conquisto y venció, y hizo en ellos cruel y desapiadada matanza, qui¬tando de el Mundo a todos los principales, y cabezas de aquella generación, y poniendo en los Señoríos los hijos de los muertos, y sobre todos ellos Governadores de el Cuzco, con los nombres y cargos que diremos adelante. Avida vic¬toria con los Changas paso á la tierra de los Soras, los qua¬les (confiados en su multitud) se hicieron fuertes en la fortaleza de Chalco Marca y dándoles muy continuas baterías y asalto, los desvelo y canso y al cabo binieron á sus manos. Con estas victorias pudo (con poca dificultad) ayuntar á ellas la que huvo de los Lucanas, y de otras naciones a quien las nuevas de las crueldades de esta gente dejaua pasmadas, y sin sangre ni aliento. Con mucha guarda y seguridad de¬jaua este Rey Yngayupangui las Provincias y naciones que con sus victorias hazañas auia sugetado á su Ymperio, y también ordenado todo que podemos compararlo con cual-quiera Capitan de los antiguos que mas nombre tiene entre los Griegos y Romanos, y dejando las espaldas seguras (muy cargadas de reputación despojos y prisioneros) se bolvieron á el Cuzco, porque ya en Ynuierno les era impedimento para pasar adelante con sus acostumbradas victorias, y fue recibido en su Ymperial Ciudad con mucha fiesta y aparato hasta alli no visto igual; porque antes que Yngayupangui llegasse á el Cuzco, dio el mismo la orden que se auia de guardar en su entrada y triumpho, y por aquella se fueron guiando sin exceder un punto de ella; entraron lo primero los mas valientes Capitanes en Curicancha, haciendo con sus armas, y libreas una vistosa reseña: tras ellos entraron mu¬chos de los Soldados de menos nombre, que llevauan atados inumerable numero de prisioneros, tras estos entraron las mugeres, y hijas de aquellos, endechando (á su modo) su ca¬lamidad, y desventura (porque asi les era mandado lo hicie¬sen) entrauan luego la gente común cargados todos con una no vista cantidad de despojos con las armas de los enemigos arrastrando por tierra a estos seguia un esquadron de lan¬ceros con las lanzas en alto, y en la punta de cada lanza una cabeza de un enemigo hincada con sus cabellos sueltos, y desmelenados: luego entraua otro esquadron de la nobleza del Ymperio ansi de los que auian ido á la guerra como de los que auian quedado governando la república, y entre ellos traían en sus andas de oro á el Emperador Yngayupangui con aquel rostro austero, y ojos de Tigre cruel, con que ma- taua y espantaua el Mundo, traia para el tal espectáculo puestas las actuales insignias de Emperador, seguíase luego la Retaguardia en que venian hombres de cuenta, con algunas quadríllas de gente suelta haciendo un millón de movimien¬tos con los cuerpos, y piernas, representando en aquello el ardor, y corage con que peleauan con sus enemigos. Con la orden dicha dieron una buelta á la ancha y desocupada pla¬za, y luego mandaron á todos los prisioneros, que se pu- siessen tendidos sobre la tierra, los rostros en el suelo, y siendo Yngayupangui el Primero pasaron por cima de ellos poniéndoles el pie sobre los pesquezos, sin que el prisionero osase alzar ni menear la cabeza, y ál tiempo que asi yvan pasando, cantauan un verso que en nra lengua quiere decir mis enemigos piso. Todo esto se hacia delante la estatua y imagen del Sol: rogándole se tubiesse por seruido de tal hecho, y les diesse siempre semejantes victorias: con estas oraciones, y ceremonias concluian las fiestas triumphales, y el dia siguiente se comanzauan grandes bailes y borracheras en prosecución de lo qual, yva cada uno decantando las proezas que su Rey auia hecho, y luego las de sus Capitanes, y Caudillos, y últimamente las suyas propias añidiendo en las unas y las otras infinitas mentiras, y fabulas. Estas fiestas invento Yngayupangui, para engrandecer sus proezas que cierto para en aquellos Siglos, y entre aquellas rudas gentes fueron grandes, y dignas de dolor si no fueran acompaña¬das de tan inhumanas crueldades conque este Rey quiso escurecer sus grandezas. Gozando de el fruto de este viage se tuvo Yngayupangui en su Ciudad de el Cuzco, todo lo que restava de el Ynvierno, y a el abrir de la primavera co¬menzo a dar orden en los edificios de la casa de el Sol en Curicancha a quien el tenia intento de hacer cabeza y me¬tropolitana de todo su Ymperio. Mientras se hacia el edificio comenzado no quiso que sus gentes, ni el biviessen occiosos, y ansi (nombrando por su lugarteniente, y segunda persona en la guerra a un deudo suyo llamado Apocondemaita) jun¬to las mas, y mejor armadas gentes que le fue posible, y mouiolas contra el Collao, y comenzado su camino, hallaron favorable quanto les yva subcediendo, y sin contraste alguno llegaron hasta Pucara (este es aquel fuerte que será para siempre nombrado); por lo que en el subcedio á Francisco Hernández Girón el año de 1 5 53 alli tuvo algunos recuen¬tros con los naturales mas en resolución el Yngayupangui los venció y sugeto no solo á los de aquella Prouincia mas a todos los á ella circunvecinas y dejando presidio, y guarda bastante puesta de su mano, se bolvio á el Cuzco, y entro triumphando según y por la orden que lo auia hecho la vez primera aunque en esta buelta que hizo, añidió una nueva y no usada crueldad, y fue que auiendo triumphado de Co- llacapac (Señor principal de los Provincias del Collao) lo hizo sacrificar á el Sol, que fue el primer sacrificio de san¬gre humana que los Yngas se halla auer hecho en sus triumphos. Trujo de aquellas Prouincias donde auia andado mucha cantidad de oro y plata, que fue el primero que se vido en el Cuzco (traído de tierras estrañas). Acabadas las fiestas deuidas á su vana gloria, dio orden como la gran fabrica y casa de el Sol se acabasse, á la qual docto de mu¬chas haciendas y rentas asignándole para ello las mejores suertes de tierras vasallos, y ganados de quanto auia con¬quistado en las dos Jornadas que dejamos dichas, y en todas las demás que se le ofrecieron como se notara adelante.
No se le puede ni deue negar á este Rey Yngayupangui auer sido de grandes, y altos pensamientos, y de profundas consideraciones en las cosas que emprendia, y ansi pues aue- mos notado lo cruel y sanguinolento, y afectadamente amigo de venganzas, no callemos ni pasemos en silencio, lo bueno y loable que tuvo, para en cuenta de su descargo. El fue (quanto á lo primero) grandissimo amador de su vana Religión, y celossisimo de el culto y veneración de sus Ydo- los, y Guacas. Jamas comenzo cosa que muy de veras no la encomendara á sus vanos oráculos, ni intento guerra contra nación alguna, que no embiasse primero á requerir, una, y dos, y tres, y mas veces con la paz. Siempre las protestacio¬nes, y requerimientos, procedieron á sus armas, y indigna¬ción, y ansi como era cruel, y severo en castigar los desa¬catos contra su autoridad cometidos, ansi era benigno en gratificar los seruicios hechos á su Corona. Mas lo que mas se deue notar y alabar de este Principe es, que ya que vido acabado el Templo y adoratorio de el Sol, y puesto en el termino y estado que el deseaua: congrego la Ymperial Ciudad de el Cuzco una junta a manera de general Conci¬lio, para que en el se disputasse de la Religión, y creencia: porque dicen de el, que le auia dado mucha pena el auer hallado por las tierras por donde auia andado tanta diver¬sidad de sectas creencias, y adoraciones, y mucho mas le desagradaron algunas gentes que ni á el Sol ni á Luna, ni á Estrella ni a cosa criada tenian en veneración ni respeto ni auia entre ellos creencia ninguna mas que si fueran bru¬tos, y para el enmienda, y reformación de estos, y desengaño de los demás hizo ayuntar a todos los Sacerdotes, y hechi¬ceros, y predicadores de todas las tierras adonde alcanzaua su Ymperio, y mando (que en estas temporadas no deuian de ser pocas) y juntos en el Cuzco todos los de las profe¬siones dichas comenzaron en el Templo de el Sol a disputar las unas y las otras infinitas mentiras, y fabulas. Estas fiestas invento Yngayupangui, para engrandecer sus proezas que cierto para en aquellos Siglos, y entre aquellas rudas gentes fueron grandes, y dignas de dolor si no fueran acompaña¬das de tan inhumanas crueldades conque este Rey quiso escurecer sus grandezas. Gozando de el fruto de este viage se tuvo Yngayupangui en su Ciudad de el Cuzco, todo lo que restava de el Ynvierno, v a el abrir de la primavera co¬menzo a dar orden en los edificios de la casa de el Sol en Curicancha a quien el tenia intento de hacer cabeza y me¬tropolitana de todo su Ymperio. Mientras se hacia el edificio comenzado no quiso que sus gentes, ni el biviessen occiosos, y ansi (nombrando por su lugarteniente, y segunda persona en la guerra a un deudo suyo llamado Apocondemaita) jun¬to las mas, y mejor armadas gentes que le fue posible, y mouiolas contra el Collao, y comenzado su camino, hallaron favorable quanto les yva subcediendo, y sin contraste alguno llegaron hasta Pucara (este es aquel fuerte que será para siempre nombrado); por lo que en el subcedio á Francisco Hernández Girón el año de 1 5 53 alli tuvo algunos recuen¬tros con los naturales mas en resolución el Yngayupangui los venció y sugeto no solo á los de aquella Prouincia mas a todos los á ella circunvecinas y dejando presidio, y guarda bastante puesta de su mano, se bolvio á el Cuzco, y entro triumphando según y por la orden que lo auia hecho la vez primera aunque en esta buelta que hizo, añidió una nueva y no usada crueldad, y fue que auiendo triumphado de Co- llacapac (Señor principal de los Provincias del Collao) lo hizo sacrificar á el Sol, que fue el primer sacrificio de san¬gre humana que los Yngas se halla auer hecho en sus triumphos. Trujo de aquellas Prouincias donde auia andado mucha cantidad de oro y plata, que fue el primero que se vido en el Cuzco (traido de tierras estrañas). Acabadas las fiestas deuidas á su vana gloria, dio orden como la gran fabrica y casa de el Sol se acabasse, á la qual docto de mu¬chas haciendas y rentas asignándole para ello las mejores suertes de tierras vasallos, y ganados de quanto auia con-quistado en las dos Jornadas que dejamos dichas, y en todas las demás que se le ofrecieron como se notara adelante.
No se le puede ni deue negar á este Rey Yngayupangui auer sido de grandes, y altos pensamientos, y de profundas consideraciones en las cosas que emprendia, y ansi pues aue- mos notado lo cruel y sanguinolento, y afectadamente amigo de venganzas, no callemos ni pasemos en silencio, lo bueno y loable que tuvo, para en cuenta de su descargo. El fue (quanto á lo primero) grandissimo amador de su vana Religión, y celossisimo de el culto y veneración de sus Ydo- los, y Guacas. Jamas comenzo cosa que muy de veras no la encomendara á sus vanos oráculos, ni intento guerra contra nación alguna, que no embiasse primero á requerir, una, y dos, y tres, y mas veces con la paz. Siempre las protestacio¬nes, y requerimientos, procedieron á sus armas, y indigna¬ción, y ansi como era cruel, y severo en castigar los desa-catos contra su autoridad cometidos, ansi era benigno en gratificar los seruicios hechos á su Corona. Mas lo que mas se deue notar y alabar de este Principe es, que ya que vido acabado el Templo y adoratorio de el Sol, y puesto en el termino y estado que el deseaua: congrego la Ymperial Ciudad de el Cuzco una junta a manera de general Conci¬lio, para que en el se disputasse de la Religión, y creencia: porque dicen de el, que le auia dado mucha pena el auer hallado por las tierras por donde auia andado tanta diver¬sidad de sectas creencias, y adoraciones, y mucho mas le desagradaron algunas gentes que ni á el Sol ni á Luna, ni á Estrella ni a cosa criada tenian en veneración ni respeto ni auia entre ellos creencia ninguna mas que si fueran bru¬tos, y para el enmienda, y reformación de estos, y desengaño de los demás hizo ayuntar a todos los Sacerdotes, y hechi¬ceros, y predicadores de todas las tierras adonde alcanzaua su Ymperio, y mando (que en estas temporadas no deuian de ser pocas) y juntos en el Cuzco todos los de las profe¬siones dichas comenzaron en el Templo de el Sol a disputar de las cosas espirituales y tocantes á sus ritos, y adoraciones, y auiendose dado y tomado largamente en esta materia, vi¬nieron á concluir los consiliarios que á el Sol se le deuia ante todas cosas el primer lugar de la adoración y estima-ción, y para esto traían por razón el cuidado ordinario que el Sol tenia de repartir á los hombres el Ynvierno y el verano la noche y el dia el frió y el calor, y como el era el que maduraua los frutos, y fertilizaua las tierras, y otros atri¬butos que no se pueden negar a el Sol. Y que el segundo lugar en la adoración y culto se deuia á el Trueno que lla¬mauan Chuqui Ylla, ó de otra manera Ynti illapa, y despues de este á la tierra a quien llamauan Pacha Mama, despues de esta a las Estrellas, especial a la que ellos llamauan Cóli-ca (que es lo que a nosotros llamamos las cabrillas) y tras esta á la que llaman Urcuchillay, y despues de las dichas á otras muchas y muy conocidas de ellos llamadas, Chacana, Miqui quirai, Topatorca, Mirco, Mamana, cuyos nombres no sabré reducir á nro uso ni decir mas, de que eran ciertas estrellas conocidas, y veneradas de aquellas barbaras gentes, por sus intereses, y necesidades ordinarias. Estas, y semejan¬tes cosas se trataron, y disputaron en aquel Concilio ó con¬gregación de varios Sacerdotes, y concluidas las sesiones y actas que pareció convenir, pregunto Yngayupangui si sentian o presumían en la naturaleza auer otro mejor que el Sol a quien dar y tribuir el sumo y universal poder sobre los tiempos, y cosas en ellos criadas y subcedidas. A lo qual fue respondido de todos que no ni nadie deuia pensar ni creer que otra cosa mas suprema que el Sol huviesse en los Cielos ni en la tierra como ya estaua reciuido y creído desde inumerables siglos: a esta afirmada respuesta replico el Ynga y dijo. O errados, y defectuosos hijos de la tierra (in¬dignos por la bageza de vuestros entendimientos de mas alto nombre) como se puede compadecer que vosotros siendo como sois Sacerdotes y por este oficio y nombre respetados y venerados de toda la plebe, os degeis ir con ella en los abusos, y engaños, y quereis á estos canonizarlos, y tenerlos por verdaderos con sola razón de que están ya recebidos, y introducidos de tiempos inmemorables?, porque cpues vro oficio propio es) la contemplación de las cosas celestiales) os contentáis con las que el rudo vulgo tiene ya por comunes, y de poca estima? levantad levantad vros entendimientos á la Alteza donde vros oficios os obligan y aliareis claro el desen¬gaño del yerro en que estáis, y aueis biuido, yo os prometo y juro por la cabeza de mi padre, que si en el Mundo estu- bieran los Maestros de quien aprendistes que con castigo notable los hiciera enmendar mas á bosotros básteos por pugnicion, y castigo la confusion en que os aliareis quando confesaredes claramente ser de todo punto ignorantes en aquellas cosas (que de razón y justicia) estauades obligados á saber, sin que la inorancia (por via ninguna) os pudiesse escusar de culpa. Sabed mal entendidos viejos, que aunque mi oficio, y obligación no es mas que aumentar mi repú-blica y conservarla en paz y justicia, y ser legislador de santas y justas leyes, y mas obligado a las armas que no a la contemplación, he hallado por mi cuenta (y ello es ansi) que el Sol que nos alumbra a quien tantos y tan buenos atributos dan los mortales, y de quien tan buenos efectos vemos en el Mundo: no es ni puede ser el hacedor supremo de las cosas que vemos, y no vemos ni ay razón tan fuerte que me conbenza a mi ni á los que tienen uso della que este a quien dais el principado en el Cielo lo merezca tener por solo, y unibersal Señor ni que el sea el todo poderoso para el govierno de este uniberso y dejando otras razones que os pudiera traer por la evidencia de vro engaño solo os quiero decir una, y es que si este sol que nos alumbra fuera el supremo y todo poderoso de el Cielo, poca necesidad tenia de (ansi como hombre jornalero) andar dando bueltas y re- bueltas á la tierra dando dia á unos, y haciendo noche en otros, y apartandose de nosotros para darnos el Ynbierno, y hacercandosenos para hacer el verano, de donde se entien¬de no ser poderoso para todo, porque si lo fuera sin andar de aca para alia desde su trono (si acaso lo tiene) hiciera de las cosas espirituales y tocantes á sus ritos, y adoraciones, y auiendose dado y tomado largamente en esta materia, vi¬nieron á concluir los consiliarios que á el Sol se le deuia ante todas cosas el primer lugar de la adoración y estima¬ción, y para esto traían por razón el cuidado ordinario que el Sol tenia de repartir á los hombres el Ynvierno y el verano la noche y el día el frío y el calor, y como el era el que maduraua los frutos, y fertilizaua las tierras, y otros atri¬butos que no se pueden negar a el Sol. Y que el segundo lugar en la adoración y culto se deuia á el Trueno que lla¬mauan Chuqui Ylla, ó de otra manera Yntí illapa, y despues de este á la tierra a quien llamauan Pacha Mama, despues de esta a las Estrellas, especial a la que ellos llamauan Cóli¬ca (que es lo que a nosotros llamamos las cabrillas) y tras esta á la que llaman Urcuchillay, y despues de las dichas á otras muchas y muy conocidas de ellos llamadas, Chacana, Miqui quirai, Topatorca, Mirco, Mamana, cuyos nombres no sabré reducir á nro uso ni decir mas, de que eran ciertas estrellas conocidas, y veneradas de aquellas barbaras gentes, por sus intereses, y necesidades ordinarias. Estas, y semejan¬tes cosas se trataron, y disputaron en aquel Concilio ó con-gregación de varios Sacerdotes, y concluidas las sesiones y actas que pareció convenir, pregunto Yngayupangui si sentian o presumían en la naturaleza auer otro mejor que el Sol a quien dar y tribuir el sumo y universal poder sobre los tiempos, y cosas en ellos criadas y subcedidas. A lo qual fue respondido de todos que no ni nadie deuia pensar ni creer que otra cosa mas suprema que el Sol huviesse en los Cielos ni en la tierra como ya estaua reciuido y creído desde inumerables siglos: a esta afirmada respuesta replico el Ynga y dijo. O errados, y defectuosos hijos de la tierra (in¬dignos por la bageza de vuestros entendimientos de mas alto nombre) como se puede compadecer que vosotros siendo como sois Sacerdotes y por este oficio y nombre respetados y venerados de toda la plebe, os degeis ir con ella en los abusos, y engaños, y quereis á estos canonizarlos, y tenerlos por verdaderos con sola razón de que están ya recebidos, y introducidos de tiempos inmemorables?, porque cpues v*° oficio propio es) la contemplación de las cosas celestiales) os contentáis con las que el rudo vulgo tiene ya por comunes, y de poca estima? levantad levantad vr< " entendimientos á la Alteza donde vro' oficios os obligan y aliareis claro el desen¬gaño del yerro en que estáis, y aueis biuido, yo os prometo y juro por la cabeza de mi padre, que si en el Mundo estu- bieran los Maestros de quien aprendistes que con castigo notable los hiciera enmendar mas á bosotros básteos por pugnicion, y castigo la confusion en que os aliareis quando confesaredes claramente ser de todo punto ignorantes en aquellas cosas (que de razón y justicia) estauades obligados á saber, sin que la inorancia (por via ninguna) os pudiesse cscusar de culpa. Sabed mal entendidos viejos, que aunque mi oficio, y obligación no es mas que aumentar mi repú¬blica y conservarla en paz y justicia, y ser legislador de santas y justas leyes, y mas obligado a las armas que no a la contemplación, he hallado por mi cuenta (y ello es ansi) que el Sol que nos alumbra a quien tantos y tan buenos atributos dan los mortales, y de quien tan buenos efectos vemos en el Mundo: no es ni puede ser el hacedor supremo de las cosas que vemos, y no vemos ni ay razón tan fuerte que me conbenza a mi ni á los que tienen uso della que este a quien dais el principado en el Cielo lo merezca tener por solo, y unibersal Señor ni que el sea el todo poderoso para el govierno de este uniberso y dejando otras razones que os pudiera traer por la evidencia de vro engaño solo os quiero decir una, y es que si este sol que nos alumbra fuera el supremo y todo poderoso de el Cielo, poca necesidad tenia de (ansi como hombre jornalero) andar dando bueltas y re- bueltas á la tierra dando dia á unos, y haciendo noche en otros, y apartandose de nosotros para darnos el Ynbierno, y hacercandosenos para hacer el verano, de donde se entien¬de no ser poderoso para todo, porque si lo fuera sin andar de aca para alia desde su trono (si acaso lo tiene) hiciera estos efectos que hace con sus hidas, y venidas, ansi que hermanos, y padres mios buscadme vosotros y halladme el que á el Sol manda ocuparse en ese oficio, y aquel terne yo (y vosotros lo deveis tener) por el unibersal y todo pode¬roso hacedor, y si alguno de vosotros siente alguna cosa en contra de la por mi dada digala, porque yo resoluto estoy de negarle á el Sol (aunque lo tengo por padre) la suprema potestad en el Cielo y en las dispusiciones en las cosas de la tierra. Atento auia estado el senado rustico a el discreto pro¬ceder de el bien entendido Ynga, y auiendose detenido algún rato en responder á su preposición se leuanto un sordo murmureo entre todos, y al cabo binieron a concederle á el Ynga, lo que nadie humanamente le pudiera negar, y de todos fue admitida y alabada su cierta y religiosa especula¬ción, y finalmente (resolutos en que auia una sola poderosa y unibersal causa de todas las causas) se determino ponerle nombre, por el qual le invocassen en sus oraciones y necesi¬dades: y no hallando otro de mas magestad ni que con mas énfasis manifestasse la superioridad de aquel que con tal nombre auian de invocar Ticci Viracocha Pachacamac, que quiere decir fundamento de todo lo excelente y hacedor del Mundo. Y debajo de este titulo y nombre comenzaron á llamar á el Dios, omnipotente que aun conocían. Este co¬nocimiento de la una y unibersal potencia de el verdadero criador, quieren algunos atribuir a Topa Yngayupangui (hijo y subcesor de este de quien vamos escriuiendo) mas lo mas común y recibido entre los Yngas antiguos es lo que auemos dicho, cada uno crea lo que mas le quadrare pues va poco en ella ora que fuesse Yngayupangui ora que sea su hijo es pura verdad que ellos rastrearon por lumbre de razón auer un solo Dios poderoso y unibersal hacedor. Fi¬nalmente decretada y recibida esta verdad, fue disuelto y concluido el concilio, y por autoridad de todos se le dio a el Sol el segundo lugar en las adoraciones, y á Ticci Vira¬cocha Pachacama, el primero v desde este tiempo, quando el Ynga rogaua algo á el Sol hablaua con el como con amigo familiar, y quando oraua al Ticci Viracocha suplicaua con humildad, como á Señor supremo. Acabado que fue el Templo de Curicancha fue fabri¬cado quarto de por si, para Oratorio, y Capilla de el todo poderoso Ticci Viracocha a quien también nombrauan Pacha yachachio, y de otros nombres que manifestauan atributos. Hizo también Guacas (o templos) á el Trueno, y a el Rayo y al Relampago y a otras vanidades eredadas de la ignorancia de aquellos Siglos. Acabadas estas cosas, señalo rentas y haciendas para todas estas guacas y lugares de debocion especial para la de Guanacauri que fue siempre tenida de los Yngas en mucha veneración y cuenta, mando por edicto publico que en todo su Señorio y Ymperio no se tubiessen otras adoraciones ni ritos sino solos aquellos que por aquella junta fueron señalados, y autorizados en el Cuzco, y para disipar las viejas guacas, y fabricar y plantar las nuebas, y recibidas señaló visitadores para (este efecto y ministerio) a unos valerosos deudos suyos, llamados Ama¬ro Topa Ynga, y Guainaauqui yupangui: y estos lleuaron orden de nuebos sacrificios, y nueuas ceremonias y quitauan de todo punto las viejas (especial las que yvan mezcladas con hechizos mortales, en daño y perjuicio de los viuientes). Acabadas las ordenanzas, y leyes hechas para la reformación de la Religión, comenzo (con mucho acuerdo y pruden¬cia) a hacerlas para el gouierno de su república de las qua-les no conviene aora tratar por ser muchas, y muy menudas y basta decir que fue el primer Ynga que repartió entro sus vasallos el tributo y censo, con que le auia de acudir cada uno con arta moderación y poca vejación de sus va-sallos considerando que no ay cosa que mas esquilme y en¬flaquezca una república que los muchos pechos, y sacaliñas que ella se echan. Con gran contentamiento de todo el Pirulero Ymperio fueron promulgadas, y recebidas las leyes dadas á el uno y otro foro y mayor lo recibió el Yngayupangui en ver con- estos efectos que hace con sus hidas, y venidas, ansi que hermanos, y padres mios buscadme vosotros y halladme el que á el Sol manda ocuparse en ese oficio, y aquel terne yo (y vosotros lo deveis tener) por el unibersal y todo pode¬roso hacedor, y si alguno de vosotros siente alguna cosa en contra de la por mi dada digala, porque yo resoluto estoy de negarle á el Sol (aunque lo tengo por padre) la suprema potestad en el Cielo y en las dispusiciones en las cosas de la tierra. Atento auia estado el senado rustico a el discreto pro¬ceder de el bien entendido Ynga, y auiendose detenido algún rato en responder á su preposición se leuanto un sordo murmureo entre todos, y al cabo binieron a concederle á el Ynga, lo que nadie humanamente le pudiera negar, y de todos fue admitida y alabada su cierta y religiosa especula¬ción, y finalmente (resolutos en que auia una sola poderosa y unibersal causa de todas las causas) se determino ponerle nombre, por el qual le invocassen en sus oraciones y necesi¬dades: y no hallando otro de mas magestad ni que con mas énfasis manifestasse la superioridad de aquel que con tal nombre auian de invocar Ticci Viracocha Pachacamac, que quiere decir fundamento de todo lo excelente y hacedor del Mundo. Y debajo de este titulo y nombre comenzaron á llamar á el Dios, omnipotente que aun conocían. Este co¬nocimiento de la una y unibersal potencia de el verdadero criador, quieren algunos atribuir a Topa Yngayupangui (hijo y subcesor de este de quien vamos escriuiendo) mas lo mas común y recibido entre los Yngas antiguos es lo que auemos dicho, cada uno crea lo que m3s le quadrare pues va poco en ella ora que fuesse Yngayupangui ora que sea su hijo es pura verdad que ellos rastrearon por lumbre de razón auer un solo Dios poderoso y unibersal hacedor. Fi¬nalmente decretada y recibida esta verdad, fue disuelto y concluido el concilio, y por autoridad de todos se le dio a el Sol el segundo lugar en las adoraciones, y á Ticci Vira¬cocha Pachacama, el primero v desde este tiempo, quando el Ynga rogaua algo á el Sol hablaua con el como con amigo familiar, y quando oraua al Ticci Viracocha suplicaua con humildad, como á Señor supremo. Acabado que fue el Templo de Curicancha fue fabri¬cado quarto de por si, para Oratorio, y Capilla de el todo poderoso Ticci Viracocha a quien también nombrauan Pacha yachachio, y de otros nombres que manifestauan atributos. Hizo también Guacas (o templos) á el Trueno, y a el Rayo y al Relampago y a otras vanidades eredadas de la ignorancia de aquellos Siglos. Acabadas estas cosas, señalo rentas y haciendas para todas estas guacas y lugares de debocion especial para la de Guanacauri que fue siempre tenida de los Yngas en mucha veneración y cuenta, mando por edicto publico que en todo su Señorio y Ymperio no se tubiessen otras adoraciones ni ritos sino solos aquellos que por aquella junta fueron señalados, y autorizados en el Cuzco, y para disipar las viejas guacas, y fabricar y plantar las nuebas, y recibidas señaló visitadores para (este efecto y ministerio) a unos valerosos deudos suyos, llamados Ama¬ro Topa Ynga, y Guainaauqui yupangui: y estos licuaron orden de nuebos sacrificios, y nueuas ceremonias y quitauan de todo punto las viejas (especial las que yvan mezcladas con hechizos mortales, en daño y perjuicio de los viuientes). Acabadas las ordenanzas, y leyes hechas para la reformación de la Religión, comenzo (con mucho acuerdo y pruden¬cia) a hacerlas para el gouierno de su república de las qua-les no conviene aora tratar por ser muchas, y muy menudas y basta decir que fue el primer Ynga que repartió entr: sus vasallos el tributo y censo, con que le auia de acud;r cada uno con arta moderación y poca vejación de sus va-sallos considerando que no ay cosa que mas esquilme y en¬flaquezca una república que los muchos pechos, y sacaliñas que ella se echan. Con gran contentamiento de todo el Pirulero Ymperio fueron promulgadas, y recebidas las leyes dadas á el uno y otro foro y mayor lo recibió el Yngayupangui en ver con¬cluido un negocio de tanto tiempo deseado, y vistose ya libre de negocios tocantes á su república, y que procedía con pasos prometedores de duración y tranquilidad, y vis- tose cercado de valerosos Capitanes hermanos y deudos suyos, y que era ya padre dé un hijo que le aseguraba felice propagación: acordo descargar su corte de ymportunos cortesanos, y desterrar con ellos el ocio dañosa carcoma de las repúblicas, y quiso sugetar a su Corona las tierras que a el Cuzco le demoran á la parte de el Norte a quien llaman Chinchasuyo y de los Capitanes que fueron y subcesos que tubieron sus cosas tratara el Capitulo siguiente. Cap. 16. de la guerra que hizo Yngayupangui por sus Ca¬pitanes en la parte de Chinchasuyo, y la huida de los Changas á la Provincia de Ruparupa y causa justa de su huida. Auiendo el Yngayupangui puesto en orden (con mu¬cho acuerdo) las cosas tocantes á la Religión y república secular como queda dicho, hizo nuevo nombramiento de general para en los negocios de la guerra en Apoc Conde Mayta (de quien en el Capitulo precedente queda echa men- sion) el qual ya en estos tiempos estaua muy adelante en el amor y priuanza con el Rey Ynga, y le auia dado muchos criados heredades y posesiones, y todo lo mas que en aquella edades acia á los hombres ricos, y nombrando para sus Con- segeros dos hermanos suyos bastardos, y otros deudos no menos valerosos los mando yr a la parte de Chinchasuyo, que cae hacia el territorio de Guamanga, y guarneciendo su exercito de naciones amigas hizo muchas legiones de gente valiente y señalada, yvan grandes Compañas de Orejones, naturales de aquellos arrededores de el Cuzco, gente que por ostentación de su antigüedad y hidalguia se horadauan las orejas queriendo en esto imitar á la Religión y nobleza de los Señores naturales Yngas: fueron ansi mesmo gentes re¬cogidas de aquellas caserías y poblaciones mas mercanas á el Cuzco, porque como conocían ya quan victorias andauan las armas de sus Señores, y Reyes gustaban mucho de las esenpciones y libertades militares en especial llevo consigo Apo Conde Maita un buen esquadron de Yndios Changas los quales (como naturalmente fuessen belicosos, y amigos de bullicios, y guerras, y de años atras estuviessen confede¬rados en amistad y paz, con los Yngas y sus amigos) gusta- uan mucho de seguir sus vanderas, y mostrar su valor entre gente de tanto nombre y reputación. Dejados otros subce- sos que en este viage y jornada tuvieron, diremos uno, don¬de por la ganancia de honra y blasón de los Changas estu¬vieron a punto de perder las vidas, si buena diligencia no le saliera al paso á la muerte que contra ellos venia. Fue el caso que estando conquistando los arededores de la Provin¬cia de Parcos llegaron a sitiar una fortaleza que los natura¬les tenian hecha en Uroacllac, y auiendo rebatido por dos veces (los que estauan dentro) la fuerza y brio con que los naturales Cuzcos aremetieron á el asalto, tocoles á los Chan¬gas el tercero acometimiento, y para mostrar á las gentes de quanto mas valor eran ellos que no los Cuzcos determi¬naron (deliberadamente) de morir o tomar el fuerte Pucara y con tal presupuesto pusieron el rostro contra las cercas y acometieron (no a uencer) sino a morir, y como los asi- diados conocieron la determinación de los Changas, y esta¬uan cansados de las pasadas resistencias falleciéronles las fuerzas en la mitad del combate, y con aplauso victorioso, y orgullo vencedor se arrojaron dentro de los Muros los jac¬tanciosos Changas, y hicieron tan mortal presa en las gar¬gantas de los acorralados barbaros, que quando los Cuzcos Orejones, y sus comarcanos acabaron de entrar no les que- daua cosa por acabar á los primeros: y fue tanto el senti¬miento que de esto recibieron los Caudillos de el Ynga que con gran trabajo lo pudieron por entonces disimular, y hi¬cieron luego sus mensageros al Rey (que quedaua en el Cuz¬co) donde le dauan cuenta de la poca que los Changas auian cluido un negocio de tanto tiempo deseado, y vistose ya libre de negocios tocantes á su república, y que procedía con pasos prometedores de duración y tranquilidad, y vis- tose cercado de valerosos Capitanes hermanos y deudos suyos, y que era ya padre dé un hijo que le aseguraba felice propagación: acordo descargar su corte de ymportunos cortesanos, y desterrar con ellos el ocio dañosa carcoma de las repúblicas, y quiso sugetar a su Corona las tierras que a el Cuzco le demoran á la parte de el Norte a quien llaman Chinchasuyo y de los Capitanes que fueron y subcesos que tubieron sus cosas tratara el Capitulo siguiente. Cap. 16. de la guerra que hizo Yngayupangui por sus Ca¬pitanes en la parte de Chinchasuyo, y la huida de los Changas á la Provincia de Ruparupa y causa justa de su huida. Auiendo el Yngayupangui puesto en orden (con mu¬cho acuerdo) las cosas tocantes á la Religión y república secular como queda dicho, hizo nuevo nombramiento de general para en los negocios de la guerra en Apoc Conde Mayta (de quien en el Capitulo precedente queda echa men- sion) el qual ya en estos tiempos estaua muy adelante en el amor y priuanza con el Rey Ynga, y le auia dado muchos criados heredades y posesiones, y todo lo mas que en aquella edades acia á los hombres ricos, y nombrando para sus Con- segeros dos hermanos suyos bastardos, y otros deudos no menos valerosos los mando yr a la parte de Chinchasuyo, que cae hacia el territorio de Guamanga, y guarneciendo su exercito de naciones amigas hizo muchas legiones de gente valiente y señalada, yvan grandes Compañas de Orejones, naturales de aquellos arrededores de el Cuzco, gente que por ostentación de su antigüedad y hidalguía se horadauan las orejas queriendo en esto imitar á la Religión y nobleza de los Señores naturales Yngas: fueron ansi mesmo gentes re-cogidas de aquellas caserías y poblaciones mas mercanas á el Cuzco, porque como conocian ya qu3n victorias andauan las armas de sus Señores, y Reyes gustaban mucho de las esenpciones y libertades militares en especial llevo consigo Apo Conde Maita un buen esquadron de Yndios Changas los quales (como naturalmente fuessen belicosos, y amigos de bullicios, y guerras, y de años atras estuviessen confede¬rados en amistad y paz, con los Yngas y sus amigos) gusta- uan mucho de seguir sus vanderas, y mostrar su valor entre gente de tanto nombre y reputación. Dejados otros subce¬sos que en este viage y jornada tuvieron, diremos uno, don¬de por la ganancia de honra y blasón de los Changas estu¬vieron a punto de perder las vidas, si buena diligencia no le saliera al paso á la muerte que contra ellos venia. Fue el caso que estando conquistando los arededores de la Provin¬cia de Parcos llegaron a sitiar una fortaleza que los natura¬les tenian hecha en Uroacllac, y auiendo rebatido por dos veces (los que estauan dentro) la fuerza y brio con que los naturales Cuzcos aremetieron á el asalto, tocoles á los Chan¬gas el tercero acometimiento, y para mostrar á las gentes de quanto mas valor eran ellos que no los Cuzcos determi¬naron (deliberadamente) de morir o tomar el fuerte Pucara y con tal presupuesto pusieron el rostro contra las cercas y acometieron (no a uencer) sino a morir, y como los asi- diados conocieron la determinación de los Changas, y esta¬uan cansados de las pasadas resistencias falleciéronles las fuerzas en la mitad del combate, y con aplauso victorioso, y orgullo vencedor se arrojaron dentro de los Muros los jac-tanciosos Changas, y hicieron tan mortal presa en las gar¬gantas de los acorralados barbaros, que quando los Cuzcos Orejones, y sus comarcanos acabaron de entrar no les que- daua cosa por acabar á los primeros: y fue tanto el senti¬miento que de esto recibieron los Caudillos de el Ynga que con gran trabajo lo pudieron por entonces disimular, y hi¬cieron luego sus mensageros al Rey (que quedaua en el Cuz¬co) donde le dauan cuenta de la poca que los Changas auian hecho de ellos en aquel vencimiento de lo qual el Ynga Se¬ñor quedo no menos sentido y desseruido que los demás ge¬neral y Caudillos y aunque por entonces disimulo su indig¬nación aguardo coyuntura mas acomodada para tomar de ellos satisfacion, y venganza á la qual le incitaua (no el hecho de los Changas que sin duda fue loable como se puede juzgar) sino la imbidia de que ellos solos ganassen con tan¬ta felicidad la victoria que la fortuna auia negado á los na¬turales Cuzcos, concluida esta guerra volvieron al Cuzco cargados de prisioneros y despojos: y el Yngayupangui les salió á el Camino, y entro en su Ciudad triumphando como si su brazo y armas propias hubieran sido las vencedoras. Auiendo descansado algunos dias la gente que en esta gue¬rra se auia hallado se comenzo a tratar muy de proposito de otra salida hacia aquella parte misma que llaman Chincha¬suyo que son las provincias de el Norte de el Cuzco (como ya digimos) entablóse tan de proposito este viage, que quiso el Ynga que fuessen á el sus dos hermanos bastarlos Guay- nayupangui, y Capac yupangui este fue por general y fue por Consegero en las cosas de la guerra, un hijo mayor de Yngayupangui (aunque bastardo llamado Apoc Auquiyu- pangui) y con muchas armas, y aparato,, se salieron de el Cuzco llevando en medio a los animosos y ensobervecidos Changas reforzados sus esquadrones, con gente venida de refresco por sus jornadas se fueron alejando de el Cuzco venciendo (a fuerza de animo) trabajos, y naciones, y por¬que estas victorias fueron baratas no tememos que detener¬nos en ellas, solo diremos que de este viage dejaron muy en¬noblecida á Villcas, y hecho en ella un suntuoso templo, y receptáculo de virgines (o doncellas recogidas) de cuyo instituto trataremos adelante, y ansi mesmo auiendose re- uelado contra su obediencia de el Ynga, los naturales de Guamanga, y fortalecidose en un Pucara, ó fuerte (que na¬turaleza les dio) de estraña y inexpugnable apostura hicie¬ron por ganarlo: y costo tanta sangre de ambas las partes que no se sabra decir: mas como el corage, y porfía de los Yngas fuesse tan importuno, huvieronlo á las manos, y no tan barato que tengan de que alabarse. Hecho esto, y casti¬gada y allanada la tierra, pusieron por obra la injusta ven¬ganza que pretendian tomar de los valientes Changas, lo qual paso ansi. Alexados ya los egercitos de los confines de el Cuzco, y puestos en parte donde se hallasen cercados de naciones enemigas, hizo el Yngayupangui un mensajero a Capacyupangui su capitan general en que le mandaua, que á los Changas (que y van tan lozanos, y orgullosos por la victoria de Uro Collac) los pusiesse en parte que los ene¬migos los matassen á los primeros recuentros y que si ellos no bastassen que los mismos orejones, y Cuzcos bolviessen contra ellos las armas, y esto de tal manera, y con tantas veras que faltasse de ellos quien trugesse nuevas de sus muer¬tes. Subcedio que quando el Embajador relatado su mensage (que era a la medianoche por quitarlas sospechas) el Gene¬ral Capacyupangui tenia en su cama a una hermana del General de los Changas la qual con muy solicito cuidado atendió á la salud, y vida de su hermano, y de los de su na¬ción, y con celo de salvarlos, se salió (como mejor pudo) de el aposento, y casa de el general Ynga, y se fue a donde estaua su hermano (bien descuidado de reciuir tan ingrato galardón) y con las mas tiernas y encarecidas palabras que pudo le intimo la orden, y instrucion que de el Cuzco venia tan en daño suyo, y el hermano que no menos deuia ser pru¬dente que animoso reporto su colera, y con disimulación (el dia siguiente) hizo un combate á sus Capitanes inferio¬res, y á los mas principales de su tercio y a tiempo que no auia entre ellos ninguno forastero (con palabras mas graues, y agrauiadas que el supo decir) les declaro copiosa y verda¬deramente, lo que contra sus vidas estaua decretado, y dan¬do y tomando en el caso, fue acordado que sin bullicio ni alboroto alguno se saliesen de el seruicio de el Rey tan in¬grato, y como se acordo, se puso en egecucion y fue ansi que llegando otro dia á Guaraz tambo (que es á la entrada de el valle de Guaillas) al punto de media noche (sin hacer hecho de ellos en aquel vencimiento de lo qual el Ynga Se¬ñor quedo no menos sentido y desseruido que los demás ge¬neral y Caudillos y aunque por entonces disimulo su indig¬nación aguardo coyuntura mas acomodada para tomar de ellos satisfacion, y vengaríza á la qual le incitaua (no el hecho de los Changas que sin duda fue loable como se puede juzgar) sino la imbidia de que ellos solos ganassen con tan¬ta felicidad la victoria que la fortuna auia negado á los na¬turales Cuzcos, concluida esta guerra volvieron al Cuzco cargados de prisioneros y despojos: y el Yngayupangui les salió á el Camino, y entro en su Ciudad triumphando como si su brazo y armas propias hubieran sido las vencedoras. Auiendo descansado algunos dias la gente que en esta gue¬rra se auia hallado se comenzo a tratar muy de proposito de otra salida hacia aquella parte misma que llaman Chincha¬suyo que son las provincias de el Norte de el Cuzco (como ya digimos) entablóse tan de proposito este viage, que quiso el Ynga que fuessen á el sus dos hermanos bastarlos Guay- nayupangui, y Capac yupangui este fue por general y fue por Consegero en las cosas de la guerra, un hijo mayor de Yngayupangui (aunque bastardo llamado Apoc Auquiyu- pangui) y con muchas armas, y aparato., se salieron de el Cuzco llevando en medio a los animosos y ensobervecidos Changas reforzados sus esquadrones, con gente venida de refresco por sus jornadas se fueron alejando de el Cuzco venciendo (a fuerza de animo) trabajos, y naciones, y por¬que estas victorias fueron baratas no tememos que detener¬nos en ellas, solo diremos que de este viage dejaron muy en-noblecida á Villcas, y hecho en ella un suntuoso templo, y receptáculo de virgines (o doncellas recogidas) de cuyo instituto trataremos adelante, y ansi mesmo auiendose re- uelado contra su obediencia de el Ynga, los naturales de Guamanga, y fortalecidose en un Pucara, ó fuerte (que na¬turaleza les dio) de estraña y inexpugnable apostura hicie¬ron por ganarlo: y costo tanta sangre de ambas las partes que no se sabra decir: mas como el corage, y porfía de los Yngas fuesse tan importuno, huvieronlo á las manos, y no tan barato que tengan de que alabarse. Hecho esto, y casti¬gada y allanada la tierra, pusieron por obra la injusta ven¬ganza que pretendian tomar de los valientes Changas, lo qual paso ansi. Alexados ya los egercitos de los confines de el Cuzco, y puestos en parte donde se hallasen cercados de naciones enemigas, hizo el Yngayupangui un mensajero a Capacyupangui su capitan general en que le mandaua, que á los Changas (que yvan tan lozanos, y orgullosos por la victoria de Uro Collac) los pusiesse en parte que los ene¬migos los matassen á los primeros recuentros y que si ellos no bastassen que los mismos orejones, y Cuzcos bolviessen contra ellos las armas, y esto de tal manera, y con tantas veras que faltasse de ellos quien trugesse nuevas de sus muer¬tes. Subcedio que quando el Embajador relatado su mensage (que era a la medianoche por quitarlas sospechas) el Gene¬ral Capacyupangui tenia en su cama a una hermana de! General de los Changas la qual con muy solicito cuidado atendió á la salud, y vida de su hermano, y de los de su na¬ción, y con celo de salvarlos, se salió (como mejor pudo) de el aposento, y casa de el general Ynga, y se fue a donde estaua su hermano (bien descuidado de reciuir tan ingrato galardón) y con las mas tiernas y encarecidas palabras que pudo le intimo la orden, y instrucion que de el Cuzco venia tan en daño suyo, y el hermano que no menos deuia ser pru¬dente que animoso reporto su colera, y con disimulación (el dia siguiente) hizo un combate á sus Capitanes inferio¬res, y á los mas principales de su tercio y a tiempo que no auia entre ellos ninguno forastero (con palabras mas graues, y agrauiadas que el supo decir) les declaro copiosa y verda¬deramente, lo que contra sus vidas estaua decretado, y dan¬do y tomando en el caso, fue acordado que sin bullicio ni alboroto alguno se saliesen de el seruicio de el Rey tan in¬grato, y como se acordo, se puso en egecucion y fue ansi que llegando otro dia á Guaraz tambo (que es á la entrada de el valle de Guaillas) al punto de media noche (sin hacer rumor ni bullicio) se juntaron en un momento los Chan¬gas, y apiñados, y hechos un cuerpo se salieron del real sin que el general lo entendiessen; quando se comenzaron a mover, entendió mucha de la gente de el Cuzco que con ellos también se mouia su General pa. pasar con silencio adelante, a fin de hacer algún buen efecto, y con tal pensamiento (con el mismo silencio) se levantaron y comenzaron a seguir a los amotinados Changas y como amaneció, y los Cuzcos se desengañaron, y vieron el mal camino en que su engaño los hauia puesto, quisiéronse bolver, mas fue a tiempo que los Changas les tenian en medio, y les escusaron la bueltíi, y al que porfio en ella se la dieron tal que nunca mas sos- piro por su patria: de esta manera fueron por fuerza, y miedo acompañados de muchos de aquellas naciones: luego otro dia entraron en Guaillas, y entendiendo los naturales que era el Ynga el que venia, la salieron de paz, y como los Changas no yvan para darla comenzaron a erir y matar en ellos, y a saquearles la tierra, y con mucho despojo pasa¬ron adelante y finalmente torciendo sobre la mano derecha atrauesaron las grandes cordilleras interpuestas entre Gua- nuco, y Chachapoyas, y se poblaron en las vertientes ál mar de el Norte en aquella parte de tierra que llaman Hana- mayllo, y Ruparupa de quien en estos Reynos se tiene mu¬cha noticia. Ya que los ahuyentados Changas, fueron halla¬dos menos en el Real (al amanecer de el dia siguiente de su partida) recibió increíble enojo el General con las guardas, y centinelas de su campo, y sin aguardar a mas se puso en su seguimiento con animo y deliberación de pasarlos a to¬dos a cuchillo: mas fue impertinente su diligencia, porque fue maior la de los que huian, y quando les pudo dar vista fue en parte que por via ninguna no podia ganar nada con ellos, y ansi los dejo de seguir por aquellas arriscadas aspe¬rezas, y paso adelante buscando paso mas llano, y no pu¬diéndolo hallar desconfio de todo punto de la egecucion de la venganza suya y de su Rey, y comenzo a trauar guerras con aquellas naciones confederadas en amistad, y vecindad con los Conchucos, y auiendo de ellos algunas victorias pa¬so á Guamachuco, y de alli á Cajamarca, donde hallo viva, y alentada resistencia en el Señor de aquella Provincia lla¬mado Cusmango Capac, el qual como tuviesse nueva de la venida de los Yngas de el Cuzco, y de el bien guarnecido egercito que traian apellidaron toda la tierra y hicieron con Chimocapaz (que tenian el Ymperio, y Señorio en los lla¬nos, y arenales de el Piru desde Guarmei hasta Tumbez) que les proveiesse de socorro contra aquel poderoso y cruel enemigo, y Chimocapac (que de ordinario tenia gente en Campaña) le proveio de un mediano numero de soldados dándoles por Capitan un animoso mancebo deudo suyo, que hizo en defensa de los Cajamarcas, suertes marauillosas, mas al cabo fueron vencidos, y la tierra tomada, y Cus- mango muerto, y puesto en su Álcazar (o fortaleza) pre¬sidio de parte de los Yngas como lo tuvieron de costumbre hacer en las tierras que conquistauan. Puesta orden en la pacificación y conservación de Cajamarca, y sus conterri-torios y asegurando muy bien lo que á los Yngas tocaua, se bolvieron á el Cuzco donde fueron recibidos con el acos¬tumbrado triumpho y aplauso popular, auiendo repasado algunos dias los recien venidos quando creian que el Rey Ynga (en remuneración y premio de sus trabajos) les auia de hacer mercedes, y repartir con ellos los prisioneros y des¬pojos que auian traido comenzo a manifestar el sentimien¬to grande que tenia de que su hijo heredero (y no otro nin¬guno) no oviesse gozado de la honra, y blasón que se auia ganado en tan larga y bien sucedida jornada y tomando por achaque de su indignación, la remisión que se auia tenido en el castigo que el mandaua hacer en los Changas, y añi¬diendo á esto el decir, que auian subcedido de la comision que se les auia dado (pues se auian alezado tanto de el Cuz¬co á hacer guerra) comenzo a desplegar las velas de su na¬tural crueldad y con ella (y contra toda justicia) mato al General Capacyupangui y a Guaynayupangui hambos her¬manos suyos propios como dicho queda y juntamente a rumor ni bullicio) se juntaron en un momento los Chan¬gas, y apiñados, y hechos un cuerpo se salieron del real sin que el general lo entendiessen; quando se comenzaron a mover, entendió mucha de la gente de el Cuzco que con ellos también se mouia su General p°. pasar con silencio adelante, a fin de hacer algún buen efecto, y con tal pensamiento (con el mismo silencio) se levantaron y comenzaron a seguir a los amotinados Changas y como amaneció, y los Cuzcos se desengañaron, y vieron el mal camino en que su engaño los hauia puesto, quisiéronse bolver, mas fue a tiempo que los Changas les tenian en medio, y les escusaron la buelta, y al que porfio en ella se la dieron tal que nunca mas sos- piro por su patria: de esta manera fueron por fuerza, y miedo acompañados de muchos de aquellas naciones: luego otro dia entraron en Guaillas, v entendiendo los naturales que era el Ynga el que venia, la salieron de paz, y como los Changas no yvan para darla comenzaron a erir y matar en ellos, y a saquearles la tierra, y con mucho despojo pasa¬ron adelante y finalmente torciendo sobre la mano derecha atrauesaron las grandes cordilleras interpuestas entre Gua- nuco, y Chachapoyas, y se poblaron en las vertientes ál mar de el Norte en aquella parte de tierra que llaman Hana- mayllo, y Ruparupa de quien en estos Reynos se tiene mu¬cha noticia. Ya que los ahuyentados Changas, fueron halla¬dos menos en el Real (al amanecer de el dia siguiente de su partida) recibió increíble enojo el General con las guardas, y centinelas de su campo, y sin aguardar a mas se puso en su seguimiento con animo y deliberación de pasarlos a to¬dos a cuchillo: mas fue impertinente su diligencia, porque fue maior la de los que huian, y quando les pudo dar vista fue en parte que por via ninguna no podia ganar nada con ellos, y ansi los dejo de seguir por aquellas arriscadas aspe¬rezas, y paso adelante buscando paso mas llano, y no pu¬diéndolo hallar desconfio de todo punto de la egecucion de la venganza suya y de su Rey, y comenzo a trauar guerras con aquellas naciones confederadas en amistad, y vecindad con los Conchucos, y auiendo de ellos algunas victorias pa¬so á Guamachuco, y de alli á Cajamarca, donde hallo viva, y alentada resistencia en el Señor de aquella Provincia lla¬mado Cusmango Capac, el qual como tuviesse nueva de la venida de los Yngas de el Cuzco, y de el bien guarnecido egercito que traian apellidaron toda la tierra y hicieron con Chimocapaz (que tenian el Ymperio, y Señorio en los lla¬nos, y arenales de el Piru desde Guarmei hasta Tumbez) que les proveiesse de socorro contra aquel poderoso y cruel enemigo, y Chimocapac (que de ordinario tenia gente en Campaña) le proveio de un mediano numero de soldados dándoles por Capitan un animoso mancebo deudo suyo, que hizo en defensa de los Cajamarcas, suertes marauillosas, mas al cabo fueron vencidos, y la tierra tomada, y Cus- mango muerto, y puesto en su Alcazar (o fortaleza) pre¬sidio de parte de los Yngas como lo tuvieron de costumbre hacer en las tierras que conquistauan. Puesta orden en la pacificación y conservación de Cajamarca, y sus conterri-torios y asegurando muy bien lo que á los Yngas tocaua, se bol vieron á el Cuzco donde fueron recibidos con el acos¬tumbrado triumpho y aplauso popular, auiendo repasado algunos dias los recien venidos quando creian que el Rey Ynga (en remuneración y premio de sus trabajos) les auia de hacer mercedes, y repartir con ellos los prisioneros y des¬pojos que auian traído comenzo a manifestar el sentimien¬to grande que tenia de que su hijo heredero (y no otro nin¬guno) no oviesse gozado de la honra, y blasón que se auia ganado en tan larga y bien sucedida jornada y tomando por achaque de su indignación, la remisión que se auia tenido en el castigo que el mandaua hacer en los Changas, y añi¬diendo á esto el decir, que auian subcedido de la comision que se les auia dado (pues se auian alezado tanto de el Cuz¬co á hacer guerra) comenzo a desplegar las velas de su na¬tural crueldad y con ella (y contra toda justicia) mato al General Capacyupangui y a Guaynayupangui hambos her¬manos suyos propios como dicho queda y juntamente a otras personas señaladas, y de estimación y cuenta. Con este hecho se puso tan mal quisto Yngayupangui con su república que todos deseauan su muerte porque entendía cada uno, que con ella se escusaria la suya. Auiendose passado aquel Yn- vierno que sobreuino, y estando ya las gentes militares de¬seosos de huir la presencia de tan cruel Señor se puso en platica el bolver á Cajamarca, y a conquistar y traer á la obediencia de el Ymperio, las naciones de que adelante se tenia noticia, en este tiempo era ya su hijo heredero Topa Yngayupangui, de edad de comenzar a seguir la guerra, no para pelear (porque aun era muy mozo) mas para ser ocas- sion que los demás peleassen, por virtud de su presencia, y para que los occiosos se alentassen a ymitacion de su Rey a dejar los regalos, y tomar las armas, y trocar el ocio infame por la ocupación onorosa, y ansi fue acordado por el Ynga su padre que (acompañado de un hermano mayor que tenia bastardo llamado Topa capac valeroso en las armas, y de Auqui yupangui, y Tilica yupangui todos Capitanes va¬lientes y expertos, y que en las guerras, y ocasiones pasadas auian dado claras muestras de su valores) su hijo eredero comenzasse a gustar de los trabajos de la guerra, y destierro de los regalos caseros, y con mejor y mas reforzado exercito que jamas del Cuzco auia salido, tomaron el camino por Chinchasuyo, y caminaron sin contradicción ninguna. Por otra parte (y con comision de el mismo Topa Ynga) Apoc Auqui Capitan valiente y famoso entre los de aquel tiempo, fue conquistando tierras, y venciendo naciones hasta meter sus esquadrones en Amaybamba, y se apodero de todo el va¬lle echando de el los naturales que lo habitauan y con no¬tables victorias llego hasta Pillasuni, y dándole contento el valle de Maybamba, quiso tomar en el posesiones y dejar alli memoria de su linage, y ansi en nros dias vive su posteri-dad y descendencia de este Capitan en aquella tierra, y se llama el mayor de los que oy de su linage vive, Don Juan yupangui. Topa Ynga fue siguiendo su camino, y en la Pro¬uincia de los Quichuas tomó por fuerza de armas la forta-leza de Toara, y la de Cayara, y luego la fortaleza de Cu- ramba. Paso de alli á la Provincia de los Angaraos donde alió resistencia en los naturales, y hechos fuertes en una for¬taleza de. Orcolla, y Guada Tucara, y aunque le fue en al¬guna manera impedimento para el paso, o disinio que su exercito llevava no quiso pasar adelante hasta tomarla y al cabo de algunas escaramuzas, y recuentros vino a manos de los de el Cuzco, y en ella murió mucha gente de la en¬castillada en la fortaleza, y fue preso su Cacique, y principal caudillo llamado Chuquisguaman. De alli paso el exercito vencedor al Valle y Prouincia de Xauxa, y con perdida de alguna gente ganaron a Siquilla pucara, y conquistando gentes y naciones llegaron á el Valle de Guailas, y tomaron la fortaleza y tierra de Chunco marca, y Pillaguamarca con notable castigo de los rebeldes. De alli passaron á Caxamar- ca, y hallaron sus soldados en buena orden, y por el Ynga, y en su obediencia la tierra, aunque auian sido molestados muchas veces de los Yndios yungas (que ansi llaman á los que abitan en tierras calientes y llanos de este Piru Japorque en el Valle de Chimo estaua un importuno contendor de sus disinios llamado Chimo Capac no menos poderoso en la tie¬rra de los llanos que eran los Yngas en las tierras Serranas contra la pujanza de este valeroso Rey Chimo Capac embio Topa Ynga una buena parte de su Exercito, y bajando por la tierra de los Guamachucos, llegaron á los llanos, y tubie¬ron grandes contiendas los Cuzcos, y los de Chimo, y no sabré contarlas por entenso, por auer prescripto de las me¬morias de los que oy viven, y por la poca curiosidad de nues¬tros Españoles que no se les a dado cosa ninguna por saber los antiguos sucesos de estas gentes, mas sábese por muy cierto que las armas de los Yngas pusieron en rebato á los del ancho y espacioso valle de Chimo, y tuvieron atemori¬zados á sus moradores, y hartos dias encerrados detras de sus empinados paredones de alli (sin hacer por entonces efecto) pasaron a la tierra regada por el Ryo que llaman Pacaz ma¬yo, y turbaron todos aquellos valles, y por el de Nepos arri- otras personas señaladas, y de estimación y cuenta. Con este hecho se puso tan mal quisto Yngayupangui con su república que todos deseauan su muerte porque entendía cada uno, que con ella se escusaria la suya. Auiendose passado aquel Yn- vierno que sobreuino, y estando ya las gentes militares de¬seosos de huir la presencia de tan cruel Señor se puso en platica el bolver á Cajamarca, y a conquistar y traer á la obediencia de el Ymperio, las naciones de que adelante se tenia noticia, en este tiempo era ya su hijo heredero Topa Yngayupangui, de edad de comenzar a seguir la guerra, no para pelear (porque aun era muy mozo) mas para ser ocas- sion que los demás peleassen, por virtud de su presencia, y para que los occiosos se alentassen a ymitacion de su Rey a dejar los regalos, y tomar las armas, y trocar el ocio infame por la ocupación onorosa, y ansi fue acordado por el Ynga su padre que (acompañado de un hermano mayor que tenia bastardo llamado Topa capac valeroso en las armas, y de Auqui yupangui, y Tilica yupangui todos Capitanes va¬lientes y expertos, y que en las guerras, y ocasiones pasadas auian dado claras muestras de su valores) su hijo eredero comenzasse a gustar de los trabajos de la guerra, y destierro de los regalos caseros, y con mejor y mas reforzado exercito que jamas del Cuzco auia salido, tomaron el camino por Chinchasuyo, y caminaron sin contradicción ninguna. Por otra parte (y con comision de el mismo Topa Ynga) Apoc Auqui Capitan valiente y famoso entre los de aquel tiempo, fue conquistando tierras, y venciendo naciones hasta meter sus esquadrones en Amaybamba, y se apodero de todo el va¬lle echando de el los naturales que lo habitauan y con no¬tables victorias llego hasta Pillasuni, y dándole contento el valle de Maybamba, quiso tomar en el posesiones y dejar alli memoria de su linage, y ansi en nro" dias vive su posteri¬dad y descendencia de este Capitan en aquella tierra, y se llama el mayor de los que oy de su linage vive, Don Juan yupangui. Topa Ynga fue siguiendo su camino, y en la Pro¬uincia de los Quichuas tomó por fuerza de armas la forta¬leza de Toara, y la de Cayara, y luego la fortaleza de Cu- ramba. Paso de alli á la Provincia de los Angaraos donde alió resistencia en los naturales, y hechos fuertes en una for¬taleza de Orcolla, y Guaila Tucara, y aunque le fue en al¬guna manera impedimento para el paso, o disinio que su exercito llevava no quiso pasar adelante hasta tomarla y al cabo de algunas escaramuzas, y recuentros vino a manos de los de el Cuzco, y en ella murió mucha gente de la en¬castillada en la fortaleza, y fue preso su Cacique, y principal caudillo llamado Chuquisguaman. De alli paso el exercito vencedor al Valle y Prouincia de Xauxa, y con perdida de alguna gente ganaron a Siquilla pucara, y conquistando gentes y naciones llegaron á el Valle de Guailas, y tomaron la fortaleza y tierra de Chunco marca, y Pillaguamarcn con notable castigo de los rebeldes. De alli passaron á Caxamar- ca, y hallaron sus soldados en buena orden, y por el Ynga, y en su obediencia la tierra, aunque auian sido molestados muchas veces de los Yndios yungas (que ansi llaman á los que abitan en tierras calientes y llanos de este Piru Japorque en el Valle de Chimo estaua un importuno contendor de sus disinios llamado Chimo Capac no menos poderoso en la tie¬rra de los llanos que eran los Yngas en las tierras Serranas contra la pujanza de este valeroso Rey Chimo Capac embio Topa Ynga una buena parte de su Exercito, y bajando por la tierra de los Guamachucos, llegaron á los llanos, y tubie¬ron grandes contiendas los Cuzcos, y los de Chimo, y no sabré contarlas por entenso, por auer prescripto de las me¬morias de los que oy viven, y por la poca curiosidad de nues¬tros Españoles que no se les a dado cosa ninguna por saber los antiguos sucesos de estas gentes, mas sábese por muy cierto que las armas de los Yngas pusieron en rebato á los del ancho y espacioso valle de Chimo, y tuvieron atemori¬zados á sus moradores, y hartos dias encerrados detras de sus empinados paredones de alli (sin hacer por entonces efecto) pasaron a la tierra regada por el Ryo que llaman Pacaz ma¬yo, y turbaron todos aquellos valles, y por el de Nepos arri¬ba se bolvieron á Caxamarca de donde también Topa Ynga, y sus Consegeros auian despachado gentes a la parte de Ce- lendin, y de alli tuvieron noticia de los Chachapoyas, y ca¬minaron hasta Raymibamba y pasaron a Chazmal, y a Xalca y a Apia, y Javanto dieron vista a todo lo que auia de ver, y su bolvieron con muchas relaciones y prisioneros á Caxa¬marca de donde Topa Ynga con su gente junta tomo el ca¬mino para los Guambos, y allano y sugeto Llaucanes, y Cho¬tas, y Cutervos y Guambos, de alli fue á Guanea bamba, y tuvo algunos impedimentos de poca quenta con ellos, y los dejo sugetos a su obediencia: paso á Cusibamba, y venció á los Paltas con muertes de muchos que se le hicieron fuertes en las asperezas de Zaraguro alli le vinieron los Cañares a dar la obediencia, sin osar provar la mano con aquella na¬ción vencedora llegaron á Cañaribamba, y a Tumibamba, donde por algunas reuoluciones que entre los Cañares se comenzauan a levantar por ser gentes noveleras y de poca constancia hizo notables castigos el Ynga, y prendió a Pi¬sar Capac, y a Cañar Capac y a Chica capac Caciques y Se¬ñores de aquella nación. Y mandaron los Yngas á los rebel¬des (en pena de su delicto) que le hiciessen una fortaleza en Quichi Caxa, y en esta dejo muy bastante presidio de gente de otras naciones (a quien llaman Mitimaes) y dejo cargo á los naturales de la tierra que los proveiessen de lo necesario para su sustento, fabrico otra fortaleza en el Azuay, y apo¬sentos en Tiocaxas, para que fuesse frontera de los Purvaes, y Chimbos, que eran gentes que andauan alteradas, y hizo otra fortaleza en Pomallacta contra algunas naciones de du¬ra ceruiz que no le auian acudido a sus llamamientos de quien eran caudillos Apoc chauan callo, y Apocanto en el asiento de Tumibamba le nació un hijo á Topa Yngayu¬pangui de Mama ocllo su prima hermana y manceba llamóse el hijo Guayna Capac de quien trataremos adelante, de aqui partió determinado de entrar en Quito lo qual hizo como se vera en el Capitulo siguiente. Cap. 17. que trata de la entrada de los Yngas en Quito la primera vez y de una jornada qtie hizo por mar Topa Ynga que eshivo un año en ella y de el ori¬gen de las gentes de los Valles y llanos de el Piru con otras cosas notables. Muchas y muy varias fueron las naciones y gentes que Topa Ynga Yupangui (y sus valerosos Caudillos) descu¬brieron, conquistaron y vencieron este viage: mas el efecto que mas se deve estimar de los resultados de esta jornada, fue la pacificación y conquista de la Ynsigne y florentissima Provincia de el Quito competidora en fertilidad y abun¬dancia (y en multitud de naturales) con todas las de este nuevo Mundo. A la entrada de esta opulentissima comarca se vieron los de el Cuzco en muchas presuras porque era tanta la multitud de canalla barbara que sobre ellos llovía que los unos muriendo eran causa que los otros matasen porque no podían los enemigos Yngas hacer tantos golpes (que aunque matauan muchos) no les quedasse á los Qui¬tos espacio para vengar su derramada sangre: no quedo paso (en lo que ay de los Tiquizambes á los de Quito) donde se pudiesse poner ofensa para los Cuzcos que no se pusiesse, y sobre dejarlo o tomarlo no subcediessen lastimosos estragos, mas como era mucha la multitud que ya seguía á los ven¬cedores Yngas, estauan tan hechos á vencer que tenian por delito graue perder pie de tierra, y ansi (aunque con san¬gre noble de muchos de los Yngas) alcanzaron la victoria de los Quitos que en baño auian peleado y ganándoles la tierra, y la ventura los fueron siguiendo hasta que ya de dessangrados, y desalentados se rindieron á la fortuna y a el Ynga el qual castigo begninamente la altivez de su deter¬minación, y prendieron (no sin trabajo) ál Caudillo, y Ge¬neral de aquel exercito, Cacique de cierta Provincia de Qui- lacos llamado Pilla guasu, y haciendo fortaleza con el sudor y trabajo de los mismos contra quien se hacia les pusieron ba se bolvieron á Caxamarca de donde también Topa Ynga, y sus Consegeros auian despachado gentes a la parte de Ce- lendin, y de alli tuvieron noticia de los Chachapoyas, y ca¬minaron hasta Raymibamba y pasaron a Chazmal, y a Xalca y a Apia, y Javanto dieroii vista a todo lo que auia de ver, y su bolvieron con muchas relaciones y prisioneros á Caxa¬marca de donde Topa Ynga con su gente junta tomo el ca¬mino para los Guambos, y allano y sugeto Llaucanes, y Cho¬tas, y Cutervos y Guambos, de alli fue á Guanea bamba, y tuvo algunos impedimentos de poca quenta con ellos, y los dejo sugetos a su obediencia: paso á Cusibamba, y venció á los Paltas con muertes de muchos que se le hicieron fuertes en las asperezas de Zaraguro alli le vinieron los Cañares a dar la obediencia, sin osar provar la mano con aquella na¬ción vencedora llegaron á Cañaribamba, y a Tumibamba, donde por algunas reuoluciones que entre los Cañares se comenzauan a levantar por ser gentes noveleras y de poca constancia hizo notables castigos el Ynga, y prendió a Pi-sar Capac, y a Cañar Capac y a Chica capac Caciques y Se¬ñores de aquella nación. Y mandaron los Yngas á los rebel¬des (en pena de su delicto) que le hiciessen una fortaleza en Quichi Caxa, y en esta dejo muy bastante presidio de gente de otras naciones (a quien llaman Mitimaes) y dejo cargo á los naturales de la tierra que los proveiessen de lo necesario para su sustento, fabrico otra fortaleza en el Azuay, y apo¬sentos en Tiocaxas, para que fuesse frontera de los Purvaes, y Chimbos, que eran gentes que andauan alteradas, y hizo otra fortaleza en Pomallacta contra algunas naciones de du¬ra ceruiz que no le auian acudido a sus llamamientos de quien eran caudillos Apoc chauan callo, y Apocanto en el asiento de Tumibamba le nació un hijo á Topa Yngayu¬pangui de Mama ocllo su prima hermana y manceba llamóse el hijo Guayna Capac de quien trataremos adelante, de aqui partió determinado de entrar en Quito lo qual hizo como se vera en el Capitulo siguiente. Cap. 17. que trata de la entrada de los Yngas en Quito la primera vez y de una jornada que hizo por mar Topa Ynga que estuvo un año en ella y de el ori¬gen de las gentes de los Valles y llanos de el Piru con otras cosas notables. Muchas y muy varias fueron las naciones y gentes que Topa Ynga Yupangui (y sus valerosos Caudillos) descu¬brieron, conquistaron y vencieron este viage: mas el efecto que mas se deve estimar de los resultados de esta jornada, fue la pacificación y conquista de la Ynsigne y florentissima Provincia de el Quito competidora en fertilidad y abun¬dancia (y en multitud de naturales) con todas las de este nuevo Mundo. A la entrada de esta opulentissima comarca se vieron los de el Cuzco en muchas presuras porque era tanta la multitud de canalla barbara que sobre ellos llovía que los unos muriendo eran causa que los otros matasen porque no podian los enemigos Yngas hacer tantos golpes (que aunque matauan muchos) no les quedasse á los Qui¬tos espacio para vengar su derramada sangre: no quedo paso (en lo que ay de los Tiquizambes á los de Quito) donde se pudiesse poner ofensa para los Cuzcos que no se pusiesse, y "obre dejarlo o tomarlo no subcediessen lastimosos estragos, mas como era mucha la multitud que ya seguia á los ven¬cedores Yngas, estauan tan hechos á vencer que tenian por delito graue perder pie de tierra, y ansi (aunque con san¬gre noble de muchos de los Yngas) alcanzaron la victoria de los Quitos que en baño auian peleado y ganándoles la tierra, y la ventura los fueron siguiendo hasta que ya de dessangrados, y desalentados se rindieron á la fortuna y a el Ynga el qual castigo begninamente la altivez de su deter¬minación, y prendieron (no sin trabajo) ál Caudillo, y Ge¬neral de aquel exercito, Cacique de cierta Provincia de Qui- lacos llamado Pilla guasu, y haciendo fortaleza con el sudor y trabajo de los mismos contra quien se hacia les pusieron presidio de gente demás confianza, que hasta entonces ellos lo eran, y se les mando á los naturales que como á sus mis¬mos Señores los sirviessen, y obedeciessen, y con mucho cui¬dado les proveiessen de todas las cosas necesarias para su sustento y conservación. Puesta en orden esta importante Provincia, y entablada la que en su proceder auian de tener determino Topa Yn¬ga, y sus consultores de explorar y descubrir las Provincias interpuestas de Quito hasta la mar, creyendo fueran de tan¬ta sustancia como las ya vistas y conquistadas, y con tal presupuesto entro por la Provincia de los Chimbos, y rom¬piendo inacesibles asperezas llegó á la Provincia de los Guan¬ea villcas, y hizo en este camino la fortaleza de Guachalla, y allanando y sugetando aquellas no domadas naciones, pudo llegar ál Valle de Xipixapa, y de alli a Apelope, y tuvo no¬ticia el Topa Ynga como muy cerca de alli abia buen puer¬to para poder sulcar, y ver si en la mar auia alguna empresa en que poder ganar con el Mundo nombre y reputación, y auiendo consultado con sus mayores su deliberación, y inten¬to, se puso en camino con sus esquadrones (ya casi ¡numera¬bles) y se aposento en Manta, y en Charapoto, y en Piquaza, porque en menos espacio no podía alojarse ni sustentarse tanta multitud de naciones como tras si traya en este lugar fue donde la vez primera el Rey Topa Ynga vido el Mar, al qual como lo descubriese de un alto hizo una muy pro¬funda adoracion, y le llamo Mamacocha, que quiere decir madre de las lagunas, y hizo apercebir gran cantidad de las embarcaciones que los naturales usavan (que son ciertos palos liuianos notablemente) y atando fuertemente unos con otros, y haciendo en cima cierto tablado de Cañizos, tegi- dos, es muy segura y acomodada embarcación: á las quales nosotros auemos llamado Balsas pues auiendose juntado de estas la copia que pareció bastante para la gente que consigo determinaua llevar tomando de los naturales de aquellas cos¬tas los pilotos de mas experiencia que pudo hallar, se metió en el Mar con el mismo brio y animo que si desde su naci-miento huviera experimentado sus fortunas, y truecos. De este viage se alejo de tierras mas que se puede falcilmente cre¬er, mas cierto afirman los que sus cosas de este valeroso Yn¬ga cuentan, que de este camino se detuvo por la mar du¬ración y espacio de un año, y dicen mas que descubrió cier¬tas Yslas a quien llamaron Hagua Chumbi y Nina Chum¬bi que Yslas estas sean en el mar de el Sur (en cuya costa -el Ynga se embarco) no lo osare determinadamente afir¬mar, ni que tierra sea la que pueda presumirse ser hallada en esta nauegacion. Las relaciones que de este viage nos dan ios antiguos son que trujo de alia Yndios prisioneros de color negra, y mucho oro y plata, y mas una Silla de Latón, y cue¬ros de animales como Cauallos, y de parte donde se puedan traer las tales cosas de todo punto se ignora en este Piru, y en el mar que lo va prolongando: mas lo que en este particu¬lar sabré decir es, que este año pasado de 1585 viniendo de la nueva España, Don Alonso Niño vecino de la Ciudad de los Reyes con Nauio y mercadería propia traia por su Pi¬loto á un Juan Gómez vecino de Sonsonate, y un Viernes á 28 de Febrero descubrieron muchas y muy vistosas Yslas en las quales se mostrauan Cordilleras altas, y Valles, aunque no se determinaron de todo punto si eran de Montañas, ó tierra rasa y desocupada, y la poca curiosidad del mismo Don Alonso le hizo pasar por entre ellas sin satisfacerse si eran disiertas, y pobladas y aun sin tomar agua en ellas tra¬yendo de ella harta necesidad. Dicen estar estas Yslas leste a oeste con la de la Plata (junta á Manta) y que les pareció (según el camino que hicieron) que estaran ochenta o cient leguas de el Puerto de Payta. Si el buen animo, y honorosa determinación de Don Alonso Niño diera lugar á ello fuera estuviéramos de duda si aquellas eran o no las que visito y -conquisto nro Topa Ynga Yupangui, y su rustica flota, mas estarnos emos con esta sospecha, hasta que un varón de mas pecho nos satisfaga con su exploración. Tamb'en se sabe que en aquella parte que decimos (aunque mas á el Astro o Sur) ay muchas Yslas de que n108 Españoles no se aprovechan» presidio de gente demás confianza, que hasta entonces ellos lo eran, y se les mando á los naturales que como á sus mis¬mos Señores los sirviessen, y obedeciessen, y con mucho cui-dado les proveiessen de todas las cosas necesarias para su sustento y conservación. Puesta en orden esta importante Provincia, y entablada la que en su proceder auian de tener determino Topa Yn¬ga, y sus consultores de explorar y descubrir las Provincias interpuestas de Quito hasta la mar, creyendo fueran de tan¬ta sustancia como las ya vistas y conquistadas, y con tal presupuesto entro por la Provincia de los Chimbos, y rom-piendo inacesibles asperezas llegó á la Provincia de los Guan¬ea villcas, y hizo en este camino la fortaleza de Guachalla, y allanando y sugetando aquellas no domadas naciones, pudo llegar ál Valle de Xipixapa, y de alli a Apelope, y tuvo no¬ticia el Topa Ynga como muy cerca de alli abia buen puer¬to para poder sulcar, y ver si en la mar auia alguna empresa en que poder ganar con el Mundo nombre y reputación, y auiendo consultado con sus mayores su deliberación, y inten¬to, se puso en camino con sus esquadrones (ya casi ¡numera¬bles) y se aposento en Manta, y en Charapoto, y en Piquaza, porque en menos espacio no podía alojarse ni sustentarse tanta multitud de naciones como tras sí traya en este lugar fue donde la vez primera el Rey Topa Ynga vido el Mar, al qual como lo descubriese de un alto hizo una muy pro¬funda adoracion, y le llamo Mamacocha, que quiere decir madre de las lagunas, y hizo apercebir gran cantidad de las embarcaciones que los naturales usavan (que son ciertos palos liuianos notablemente) v atando fuertemente unos con otros, y haciendo en cima cierto tablado de Cañizos, tegi- dos, es muy segura y acomodada embarcación: á las quales nosotros auemos llamado Balsas pues auiendose juntado de estas la copia que pareció bastante para la gente que consigo determínaua llevar tomando de los naturales de aquellas cos¬tas los pilotos de mas experiencia que pudo hallar, se metió en el Mar con el mismo brio y animo que si desde su naci¬miento huviera experimentado sus fortunas, y truecos. De este viage se alejo de tierras mas que se puede falcilmente cre¬er, mas cierto afirman los que sus cosas de este valeroso Yn¬ga cuentan, que de este camino se detuvo por la mar du¬ración y espacio de un año, y dicen mas que descubrió cier¬tas Yslas a quien llamaron Hagua Chumbi y Nina Chum¬bi que Yslas estas sean en el mar de el Sur (en cuya costa ■ el Ynga se embarco) no lo osare determinadamente afir¬mar, ni que tierra sea la que pueda presumirse ser hallada en esta nauegacion. Las relaciones que de este viage nos dan los antiguos son que trujo de alia Yndios prisioneros de color negra, y mucho oro y plata, y mas una Silla de Latón, y cue¬ros de animales como Cauallos, y de parte donde se puedan traer las tales cosas de todo punto se ignora en este Piru, y en el mar que lo va prolongando: mas lo que en este particu¬lar sabré decir es, que este año pasado de 1 58 5 viniendo de la nueva España, Don Alonso Niño vecino de la Ciudad de los Reyes con Nauio y mercaderia propia traia por su Pi¬loto á un Juan Gómez vecino de Sonsonate, y un Viernes á 28 de Febrero descubrieron muchas y muy vistosas Yslas en las quales se mostrauan Cordilleras altas, y Valles, aunque no se determinaron de todo punto si eran de Montañas, ó tierra rasa y desocupada, y la poca curiosidad del mismo Don Alonso le hizo pasar por entre ellas sin satisfacerse si eran disiertas, y pobladas y aun sin tomar agua en ellas tra¬yendo de ella harta necesidad. Dicen estar estas Yslas leste a oeste con la de la Plata (junta á Manta) y que les pareció (según el camino que hicieron) que estaran ochenta o cient leguas de el Puerto de Payta. Si el buen animo, y honorosa determinación de Don Alonso Niño diera lugar á ello fuera estuviéramos de duda si aquellas eran o no las que visito y ■conquisto nro Topa Ynga Yupangui, y su rustica flota, mas estarnos emos con esta sospecha, hasta que un varón de mas pecho nos satisfaga con su exploración. Tamb en se sabe que en aquella parte que decimos (aunque mas á el Astro o Sur) ay muchas Yslas de que nro" Españoles no se aprovechan, porque Escobar vecino de Yca me afirmo que yendo el huiendo las armas de los Tiranos Pizarristas en tiempos ^passados el y otros diez Compañeros tomaron un barco en el Puerto de Arica, y con deseo de pasarse á nueva España se metieron en el un Viernes a medio dia, y dice que el Lu¬nes siguiente aliaron una alta peña en el mar horadada por medio casi a manera de argollas o sortija, y pasando adelan¬te el Viernes siguiente (que se cumplían nueve dias de su navegación) vieron y descubrieron una grande y espaciosa Ysla muy ocupada de sementeras de yuca y maiz, y muy apacible y de buen temple, y llegando a tierra mataron al-gunas palomas Torcaces (de que auia en mucha cantidad) y pasaron adelante sin se osar detener. Nicolao Degio (Pi¬loto y Marinero muy antiguo en este mar de el Sur) me afirma auer el ansi mesmo visto otras Yslas semejantes en el mismo parage, y otras personas afirman auer visto en ellas gentes y sementeras: he traydo esto en este Lugar, para que el lector curioso entienda que fue posible auer hallado el Topa Yngayupangui las Yslas que las antiguas relaciones nos dicen, y que el auerse dado poco por buscallas á los Principes que an governado este Piru es causa de que nos sean ocultas, y ansi las pongo yo en mi Mapa con nombre de huérfanas, por no auer tenido padre que las rescate. Fi¬nalmente digo que afirman los mas acreditados marineros, que corriendo Norte Sur con la misma costa (apartadas della cient leguas algo mas o menos) va cierta cordillera de Yslas, que naciendo y comenzando desde seis ó siete grados de altura, al Polo Artico y Norte corre hasta muchos gra¬dos de altura ál Polo Antartico ó Sur, y en algunas de estas aporto el Ynga con su flota y de alia trujo las cosas referi¬das. De donde quiera que el tal viage hizo Topa Ynga y su flota dicen auer venido pujante y vencedor, y como tal volvio a proseguir su camino para su deseada tierra, y con el progreso de el hicieron los Cuzcos muchas, y muy nota¬bles correrias, sugetaron los Guancavillcas, y Chonos, y pasa¬ron a Tumbez, y en el (con sudor y espensas de los natura¬les) edificaron una fortaleza, y vinieron á Pohechos y alli descansaron algunos días, y fue determinado que el General y Señor Topa Yngayupangui se subiesse á la Sierra con alguna parte de el exercito, y sus dos Tios (con su nombre y boz) se fuessen por los llanos, y arenales de el Piru, y con tal determinación se apartaron los unos de los otros licuan¬do consigo los dos Capitanes la mas copia de la gente de guerra porque auian de pasar por unos valles de gente beli¬cosa, y mal sugeta al poder de Chimo capac, por esto y por la contienda que con este pujante enemigo se auia comenza¬do, y auer de prolongar todo su Ymperio contrastando los presidios, y guarniciones por el puestas, fue visto convenir traer los Capitanes consigo la fuerza de la gente suya. Es¬tos llanos y arenales secos del Piru (de quien en algunas partes dejamos hecha mención) fueron muchos siglos teni¬dos por inabitables, y infamados entre los naturales por par¬te pestilencial criadora de muertes hasta que ciertas fami¬lias que havitavan en aquella tierra mas baja y cercana á la mar de los confines de Cuntisuyoc huiendo las armas y crueldad de los naturales Collas, que con diabolico furor matauan y rovaban, sin saber que cosa fuesse misericordia se metieron como desesperados en la parte mas suprema de estos arenales, que cae hacia el territorio de Ariquipa: no porque entendiessen escusar la muerte (según la mala opi¬nion en que tenian á los llanos) sino por dilatarla algún tiempo, y teniendo por mejor morir por ocasion de las ca¬lores que no a manos de quien tanto los desamaua. Finalmente como desesperados se arrojaron en ellos, y comenzaron a buscar las partes mas húmedas de aquellos valles y alli hicieron sus sementeras; y poco a poco el tem¬ple de el Cielo, hizo amistad con sus complexiones: y estas también la hicieron con los aires, y calores de la tierra, y comenzaron á multiplicar en gran cantidad, y a desmentir la infamia en que los llanos eran puestos derramándose por la tierra (de lengua en lengua) la paz hecha entre los calu¬rosos llanos, y los hombres, y auiendoles perdido aquel en- porque Escobar vecino de Yca me afirmo que yendo el huiendo las armas de los Tiranos Pizarristas en tiempos .passados el y otros diez Compañeros tomaron un barco en el Puerto de Arica, y con deseo de pasarse á nueva España se metieron en el un Viernes a medio dia, y dice que el Lu-nes siguiente aliaron una alta peña en el mar horadada por medio casi a manera de argollas o sortija, y pasando adelan¬te el Viernes siguiente (que se cumplían nueve dias de su navegación) vieron y descubrieron una grande y espaciosa Ysla muy ocupada de sementeras de yuca y maiz, y muy apacible y de buen temple, y llegando a tierra mataron al¬gunas palomas Torcaces (de que auia en mucha cantidad) y pasaron adelante sin se osar detener. Nicolao Degio (Pi¬loto y Marinero muy antiguo en este mar de el Sur) me afirma auer el ansi mesmo visto otras Yslas semejantes en el mismo parage, y otras personas afirman auer visto en ellas gentes y sementeras: he traydo esto en este Lugar, para que el lector curioso entienda que fue posible auer hallado el Topa Yngayupangui las Yslas que las antiguas relaciones nos dicen, y que el auerse dado poco por buscallas á los Principes que an governado este Piru es causa de que nos sean ocultas, y ansi las pongo yo en mi Mapa con nombre de huérfanas, por no auer tenido padre que las rescate. Fi¬nalmente digo que afirman los mas acreditados marineros, que corriendo Norte Sur con la misma costa (apartadas della cient leguas algo mas o menos) va cierta cordillera de Yslas, que naciendo y comenzando desde seis ó siete grados de altura, al Polo Artico y Norte corre hasta muchos gra¬dos de altura ál Polo Antartico ó Sur, y en algunas de estas aporto el Ynga con su flota y de alia trujo las cosas referi¬das. De donde quiera que el tal viage hizo Topa Ynga y su flota dicen auer venido pujante y vencedor, y como tal volvio a proseguir su camino para su deseada tierra, y con el progreso de el hicieron los Cuzcos muchas, y muy nota¬bles correrías, sugetaron los Guancavillcas, y Chonos, y pasa¬ron a Tumbez, y en el (con sudor y espensas de los natura¬les) edificaron una fortaleza, y vinieron á Pohechos y alli descansaron algunos días, y fue determinado que el General y Señor Topa Yngayupangui se subiesse á la Sierra con alguna parte de el exercito, y sus dos Tios (con su nombre y boz) se fuessen por los llanos, y arenales de el Piru, y con tal determinación se apartaron los unos de los otros licuan¬do consigo los dos Capitanes la mas copia de la gente de guerra porque auian de pasar por unos valles de gente beli¬cosa, y mal sugeta al poder de Chimo capac, por esto y por la contienda que con este pujante enemigo se auia comenza¬do, y auer de prolongar todo su Ymperio contrastando los presidios, y guarniciones por el puestas, fue visto convenir traer los Capitanes consigo la fuerza de la gente suya. Es¬tos llanos y arenales secos del Piru (de quien en algunas partes dejamos hecha mención) fueron muchos siglos teni¬dos por inabitables, y infamados entre los naturales por par¬te pestilencial criadora de muertes hasta que ciertas fami¬lias que havitavan en aquella tierra mas baja y cercana á la mar de los confines de Cuntisuyoc huiendo las armas y crueldad de los naturales Collas, que con diabolico furor matauan y rovaban, sin saber que cosa fuesse misericordia se metieron como desesperados en la parte mas suprema de estos arenales, que cae hacia el territorio de Ariquipa: no porque entendiessen escusar la muerte (según la mala opi¬nion en que tenian á los llanos) sino por dilatarla algún tiempo, y teniendo por mejor morir por ocasion de las ca¬lores que no a manos de quien tanto los desamaua. Finalmente como desesperados se arrojaron en ellos, y comenzaron a buscar las partes mas húmedas de aquellos valles y alli hicieron sus sementeras; y poco a poco el tem¬ple de el Cielo, hizo amistad con sus complexiones: y estas también la hicieron con los aires, y calores de la tierra, y comenzaron á multiplicar en gran cantidad, y a desmentir la infamia en que los llanos eran puestos derramándose por la tierra (de lengua en lengua) la paz hecha entre los calu¬rosos llanos, y los hombres, y auiendoles perdido aquel en- vegecido temor comenzaron a dejarse venir muchas nacio¬nes serranas siguiendo las aguas que por los valles va ja van de la alta cordillera, y de esta manera se yvan hinchendo de habitadores las partes que de todo punto no repugnauan ser habitables. De tal suerte'se fueron multiplicando las gen¬tes Yungas que ya no cabian ni se podían sustentar en los Valles por mas que artificiosamente hiciessen tractable, y para sembrar aquellas partes que por su malo y áspero sitio eran desaprovechadas, y inútiles, y a otras también que por estar muy ocupadas de arenas, y faltas de agua era secas, y esteriles cauaban hasta descubrirle á la tierra la humedad que tenia en sus entrañas, y casi forzando á naturaleza les hacian dar fruto ansi como vemos en muchos Valles de este Piru, especial en el de Runaguana que por una y otra par¬te, va lleno de andenes guarnecidos de Piedras, y con las an¬chas hoyas de Chillca, y Villacuni donde se veen oy dia los fructos crecidos en las entrañas y senos de la tierra sin gozar de mas riego que el que de sus venas chupan y arrebatan. Pues como ya no pudiessen los naturales caber (por su mu¬chedumbre) ni la tierra fuesse capaz para tanto numero de gentes: muchos padres de familias se pusieron (a imitación de sus antepassados) en camino para ser primeros en los Va¬lles y tierras, que pudiesse descubrir, y ansi fueron bajando (con el favor de las aguas, y vientos Sures) en balsas, y ca¬noas muchas gentes repulsas, y arrojadas de sus mismas, y naturales tierras por la estrecheza en que la hacian venir los muchas hijos que procreaua ya dejamos dicho como estos llanos comienzan a mostrarse intractables desde la tierra de Tumbez, y por aquella parte ya estauan poblados de gen¬tes bajadas de la Sierra, y lo mismo se puede decir de todo el Valle de Pohechos y riberas de el Rio Luchira, los demás de los Valles de Catacaos Tangarara y Piura, ansi mesmo fueron propagados de gentes Serranas (como ellos lo con- fiessan) los de Olmos (aunque en lenguage, y estilo de vivir, an sido y son muy diferentes de sus vecinos, y comarcanos) también ser procedidos de la Serranía de donde descienden las demás gentes Tallanas. Los demás Valles (desde Motu- pey Layanca Lambayeque Callanca Collique) tienen dife¬rentes opiniones en su origen, y ponerla he aqui en la más vrevedad que me fuere posible. Dicen los naturales de Lan- bayeque (y con ellos conforman los demás pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no sa¬ben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la muger principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero ó Ta¬ñedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios esti¬man en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuida- dado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo es¬taua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenia cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las un¬ciones, y co'or con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar ál Señor Ollop- copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa. Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á apor¬tar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Fa- quisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entra¬ron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auien¬do andado espacio de media legua fabricaron unos Pala¬cios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y pa¬lacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que con¬sigo traían contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yam- vegecido remor comenzaron a dejarse venir muchas nacio¬nes serranas siguiendo las aguas que por los valles vajavan de la alta cordillera, y de esta manera se yvan hinchendo de habitadores las partes que de todo punto no repugnauan ser habitables. De tal suerte'se fueron multiplicando las gen¬tes Yungas que ya no cabian ni se podian sustentar en los Valles por mas que artificiosamente hiciessen tractable, y para sembrar aquellas partes que por su malo y áspero sitio eran desaprovechadas, y inútiles, y a otras también que por estar muy ocupadas de arenas, y faltas de agua era secas, y esteriles cauaban hasta descubrirle á la tierra la humedad que tenia en sus entrañas, y casi forzando á naturaleza les hacian dar fruto ansi como vemos en muchos Valles de este Piru, especial en el de Runaguana que por una y otra par¬te, va lleno de andenes guarnecidos de Piedras, y con las an-chas hoyas de Chillca, y Villacuni donde se veen oy dia los fructos crecidos en las entrañas y senos de la tierra sin gozar de mas riego que el que de sus venas chupan v arrebatan. Pues como ya no pudiessen los naturales caber (por su mu¬chedumbre) ni la tierra fuesse capaz para tanto numero de gentes: muchos padres de familias se pusieron (a imitación de sus antepassados) en camino para ser primeros en los Va¬lles y tierras, que pudiesse descubrir, y ansi fueron bajando (con el favor de las aguas, y vientos Sures) en balsas, y ca¬noas muchas gentes repulsas, y arrojadas de sus mismas, y naturales tierras por la estrecheza en que la hacian venir los muchas hijos que procreaua ya dejamos dicho como estos llanos comienzan a mostrarse intractables desde la tierra de Tumbez, y por aquella parte ya estauan poblados de gen¬tes bajadas de la Sierra, y lo mismo se puede decir de todo el Valle de Pohechos y riberas de el Rio Luchira, los demás de los Valles de Catacaos Tangarara y Piura, ansi mesmo fueron propagados de gentes Serranas (como ellos lo con- fiessan) los de Olmos (aunque en lenguage, y estilo de vivir, an sido y son muy diferentes de sus vecinos, y comarcanos) también ser procedidos de la Serrania de donde descienden las demás gentes Tallanas. Los demás Valles (desde Motu- pey Layanca Lambayeque Callanca Collique) tienen dife¬rentes opiniones en su origen, y ponerla he aqui en la más vrevedad que me fuere posible. Dicen los naturales de Lan- bayeque (y con ellos conforman los demás pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no sa-ben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la muger principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero ó Ta¬ñedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios esti¬man en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuida- dado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo es¬taua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenia cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las un- C'ones, y co'or con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar ál Señor Ollop- copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa. Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á apor¬tar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Fa- quisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entra¬ron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auien¬do andado espacio de media legua fabricaron unos Pala¬cios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y pa-lacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que con¬sigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yam- pallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vassallos que tenia la muerte jurisdicion sobre el, lo sepultaron es- condidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desparecido. Fue tanto lo que sintieron su ausencia aquellos que en su venida lo auian se¬guido que aunque tenian ya gran copia de hijos, y nietos, y estauan muy apasionados en la nueva y fértil tierra lo des¬ampararon todo, y despulsados, y sin tiento ni guia salieron a buscarlo por todas partes, y ansi no quedo por entonces en la tierra mas de los nacidos en ella, que no era poca canti¬dad porque los demás se derramaron sin orden en busca de el que creian auer desparecido. Quedo con el Ymperio y mando de el muerto Naymlap, su hijo mayor Cium el qual casó con una moza llamada Zolzoloñi: y en esta y en otras concubinas tubo doce hijos varones que cada uno fue padre de una copiosa familia, y auiendo vivido y señoreado muchos años este Cium, se metió en una bobeda soterriza, y alli se dejo morir (y todo a fin de que a su posteridad tuviessen por inmortal y diuina). Por su fin y muerte de este gover- no Escuñain a este heredero Mascuy, a este subcedio Cun- tipallec y tras este governo Allascunti, y a este subcedio Nofan nech á este subcedio Mulumuslan tras este tuvo el mando Llamecoll á este subcedio Lanipat=cum, y tras este señoreo Acunta. Sucedióle en el Señorio Fempellec, este fue el ultimo y mas desdichado de esta generación porque puso su pensa¬miento en mudar á otra parte aquella Guaca ó Ydolo que dejamos dicho auer puesto Naymlap en el asiento de Choc, y andando provando este intento no pudo salir con el, y a desora se le apareció el Demonio en forma y figura de una hermosa muger, y tanta fue la falacia de el Demonio, y tan poca la continencia de el Femllep, que durmió con ella se¬gun se dice, y que acabado de perpetuar ayuntamiento tan nefando comenzo a llover (cosa que jamas auian visto en estos llanos) y duro este diluvio treinta dias á los quales subcedio un año de mucha esterilidad, y hambre: pues como á los Sacerdotes de sus Ydolos (y demás principales) les fuesse notorio el grave delito cometido por su Señor enten¬dieron ser pena correspondiente á su culpa la que su Pueblo padecía, con hambres pluvias, y necesidades: y por tomar de el venganzas (olvidados de la fidelidad de vasallos) lo prendieron y atadas las manos, y pies, lo hecharon en el pro¬fundo de el mar, y con el se acabo la linea y descendencia de los Señores, naturales del Valle de Lambayeque ansi llamado por aquella Guaca (o Ydolo) que Naymlap trujo consigo a quien llamauan Yampallec. Durante la vida de Cium hijo heredero de Naymlap (y segundo Señor en estos Valles) se apartaron sus hijos (como dicho queda) a ser principios de otras familias, y poblaciones y llevaron consigo muchas gen¬tes uno llamado Ñor se fue al valle de Cinto y Cala, fue á Tucume, y otro á Collique y otros a otras partes. Un Llapchillulli hombre principal de quien dejamos dicho haver hecho mucho caudal el Señor Naymlap tanto por ser valero¬so quanto por ser Maestro de labrar ropas de plumería se aparto con mucha compaña que lo quiso seguir, y hallando asiento a su gusto en valle llamado Jayanca se poblo en el, y alli permaneció su generación y prosapia. Ya queda visto como por la muerte merecida que dieron los suyos á Fempallec quedo el Señorio de Lambayeque (y lo a el anexo) sin patrón ni Señor natural en el qual estado estuvo aquella numerosa república, muchos dias hasta que cierto Tirano poderoso llamado Chimo capac vino con in-vencible exercito, y se apodero de estos valles, y puso en ellos presidios, y en el de Lambayeque Señor y Cacique de su mano, el qual se llamo Pongmassa natural de Chimo este murió pacifico Señor, y dejó por sucesor á un hijo suio llamado Pallesmassa, a este sucedió su hijo Oxa, y fue esto en el tiempo y coyuntura que los Yngas andauan pujantes pallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vassallos que tenia la muerte juriádicion sobre el, lo sepultaron es- condidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desparecido. Fue tanto lo que sintieron su ausencia aquellos que en su venida lo auian se¬guido que aunque tenian ya gran copia de hijos, y nietos, y estauan muy apasionados en la nueva y fértil tierra lo des¬ampararon todo, y despulsados, y sin tiento ni guia salieron a buscarlo por todas partes, y ansi no quedo por entonces en la tierra mas de los nacidos en ella, que no era poca canti¬dad porque los demás se derramaron sin orden en busca de el que creian auer desparecido. Quedo con el Ymperio y mando de el muerto Naymlap, su hijo mayor Cium el qual casó con una moza llamada Zolzoloñi: y en esta y en otras concubinas tubo doce hijos varones que cada uno fue padre de una copiosa familia, y auiendo vivido y señoreado muchos años este Cium, se metió en una bobeda soterriza, y alli se dejo morir (y todo a fin de que a su posteridad tuviessen por inmortal y diuina). Por su fin y muerte de este gover- no Escuñain a este heredero Mascuy, a este subcedio Cun- tipallec y tras este governo Allascunti, y a este subcedio Nofan nech á este subcedio Mulumuslan tras este tuvo el mando Llamecoll á este subcedio Lanipat=cum, y tras este señoreo Acunta. Sucedióle en el Señorio Fempellec, este fue el ultimo y mas desdichado de esta generación porque puso su pensa¬miento en mudar á otra parte aquella Guaca ó Ydolo que dejamos dicho auer puesto Naymlap en el asiento de Choc, y andando provando este intento no pudo salir con el, y a desora se le apareció el Demonio en forma y figura de una hermosa muger, y tanta fue la falacia de el Demonio, y tan poca la continencia de el Femllep, que durmió con ella se¬gun se dice, y que acabado de perpetuar ayuntamiento tan nefando comenzo a llover (cosa que jamas auian visto en estos llanos) y duro este diluvio treinta dias á los quales subcedio un año de mucha esterilidad, y hambre: pues como á los Sacerdotes de sus Ydolos (y demás principales) les fuesse notorio el grave delito cometido por su Señor enten¬dieron ser pena correspondiente á su culpa la que su Pueblo padecia, con hambres pluvias, y necesidades: y por tomar de el venganzas (olvidados de la fidelidad de vasallos) lo prendieron y atadas las manos, y pies, lo hecharon en el pro¬fundo de el mar, y con el se acabo la linea y descendencia de los Señores, naturales del Valle de Lambayeque ansi llamado por aquella Guaca (o Ydolo) que Naymlap trujo consigo a quien llamauan Yampallec. Durante la vida de Cium hijo heredero de Naymlap (y segundo Señor en estos Valles) se apartaron sus hijos (como dicho queda) a ser principios de otras familias, y poblaciones y llevaron consigo muchas gen¬tes uno llamado Ñor se fue al valle de Cinto y Cala, fue á Tucume, y otro á Collique y otros a otras partes. Un Llapchillulli hombre principal de quien dejamos dicho haver hecho mucho caudal el Señor Naymlap tanto por ser valero¬so quanto por ser Maestro de labrar ropas de plumería se aparto con mucha compaña que lo quiso seguir, y hallando asiento a su gusto en valle llamado Jayanca se poblo en el, y alli permaneció su generación y prosapia. Ya queda visto como por la muerte merecida que dieron los suyos á Fempallec quedo el Señorio de Lambayeque (y lo a el anexo) sin patrón ni Señor natural en el qual estado estuvo aquella numerosa república, muchos dias hasta que cierto Tirano poderoso llamado Chimo capac vino con in-vencible exercito, y se apodero de estos valles, y puso en ellos presidios, y en el de Lambayeque Señor y Cacique de su mano, el qual se llamo Pongmassa natural de Chimo este murió pacifico Señor, y dejó por sucesor á un hijo suio llamado Pallesmassa, a este sucedió su hijo Oxa, y fue esto en el tiempo y coyuntura que los Yngas andauan pujantes en las Prouincias de Caxamarca porque es ansi que este Oxa fue el primero que entre los de su linage tuvo noticia de los Señores Yngas desde las temporadas de este comenzaron a bivir con sobresalto de ser despojados de sus Señoríos por mano y armas de los de el Cuzco. A este Oxa sucedió en el Cacicazgo un hijo suyo llamado Llempisan muerte este le vino el Señorio á Chullumpisan a este subcedio un her¬mano suyo llamado Cipromarca, y tras este señoreo otro hermano menor que se llamo Fallenpisan. Vino despues de este a tener el mando Efquempisan, muerto este subcedio Secfunpisan en cuyo tiempo entraron en este Piru nros Españoles, y dejaremos aqui el hilo cortado para añu¬darlo quando á nuestra tela conviniere, porque para dar fin a este Capitulo quiero decir la causa porque estos Señores que avernos acabado de nombrar durauan muy poco en el Señorio y mando, y tan poco que afirman no auerlo posei- do ninguno 12 años, y algunos no aver durado en el dos cabales era pues la ocasion que como el Demonio tenia tan¬ta mano y poder en sus estragados entendimientos hacíalos poner en tan estrechos y ásperos ayunos (luego que roma¬nan el cargo) que con abstinencias y vigilias, y largos ayu¬nos, se desflaquecian de tal manera que jamas podian arri¬bar a perfecta salud, ya que de los ayunos escapassen, y otros morían entre las manos de su infructuosa penitencia, y de esta manera se yvan heredando hermanos a hermanos, y a todos el infierno en pago y remuneración de sus peca¬dos. Entre las gentes y naciones que dejamos nombrados de estos Valles tenia Chimo capac repartidos presidios, y guar¬niciones y contrastando la voluntad de todos auian de ha¬cer su viage los Capitanes de Topa Yngayupangui para irse a juntar con el á Caxamarca como quedo acordado en Po¬hechos de lo qual trataremos en el Capitulo siguiente. Cap. 18. de muchas, y muy importantes jomadas que Topa Yngayupangui hizo y de la renunciación de el Reyno que Yngayupangui hizo en su hijo Topa Ynga, y de la fundación del Templo de el Valle de Pachacama. Del Valle de Pohecho (como dicho queda) se apartaron de su Principe los Capitanes valerosos, que hasta alli auian seguido su fortuna y compañia estos fueron Auqui yupan¬gui, y Tillcayupangui Tios del Ynfante Topa Ynga por-que Topa capac su hermano bastardo fue acompañando siempre á su Rey y hermano, y suuiendose con la mitad de su exercito por la tierra de los Guayacundos tomaron lo alto de la gran cordillera por la parte de Guanea bamba, y dieron una vista á la tierra de los Pacamoros, y porque enten- diessen que demás proposito se les aria la guerra el año venidero (si entre tanto no se reducían a su seruicio) les dejo hecho un Pucara para pavor y espanto de toda aquella tierra, y en el dejaron guarnición a costa y espensas de las tierras mas cercanas: hecho esto tomo su camino Topa Yn¬ga y por sus jornadas llego á Caxamarca donde fue bien recibido Áuqui, y Tilcayupangui siguieron su camino por los llanos sin aliar en todos ellos quien se les opusiesse solo se dice que venidos estos Capitanes con su exercito á la tierra y Provincia de los Jayancas fueron a traycion, y sobre siguro, asaltados de unos Yndios barbaros que vivían á las faldas de la sierra llamados Penachies, y mataron al¬gunos de los de el Cuzco de lo qual los dos Capitanes Yngas se agraviaron mucho, y assi prendieron á el Cacique de Jayanca, sospechando auer sido hecha por orden suya aquella fealdad y torpeza, y preso fue lleuado á el Cuzco, y alia estuvo muchos años hasta que comprovo la inocencia que en aquella maldad el tuvo, y auiendo ydo un su hijo á el Cuzco á solo ver a su padre, y ayudarle en su justicia, se le dio el Topa Ynga sacandolo de la prisión, y de alli en las Prouincias de Caxamarca porque es ansi que este Oxa fue el primero que entre los de su linage tuvo noticia de los Señores Yngas desde las temporadas de este comenzaron a bivir con sobresalto de ser despojados de sus Señoríos por mano y armas de los de el Cuzco. A este Oxa sucedió en el Cacicazgo un hijo suyo llamado Llempisan muerte este le vino el Señorio á Chullumpisan a este subcedio un her¬mano suyo llamado Cipromarca, y tras este señoreo otro hermano menor que se llamo Fallenpisan. Vino despues de este a tener el mando Efquempisan, muerto este subcedio Secfunpisan en cuyo tiempo entraron en este Piru nroa Españoles, y dejaremos aqui el hilo cortado para añu¬darlo quando á nuestra tela conviniere, porque para dar fin a este Capitulo quiero decir la causa porque estos Señores que avernos acabado de nombrar durauan muy poco en el Señorio y mando, y tan poco que afirman no auerlo posei- do ninguno 12 años, y algunos no aver durado en el dos cabales era pues la ocasion que como el Demonio tenia tan¬ta mano y poder en sus estragados entendimientos hacialos poner en tan estreches y ásperos ayunos (luego que toma- uan el cargo) que con abstinencias y vigilias, y largos ayu¬nos, se desflaquecian de tal manera que jamas podian arri¬bar a perfecta salud, ya que de los ayunos escapassen, y otros morian entre las manos de su infructuosa penitencia, y de esta manera se yvan heredando hermanos a hermanos, y a todos el infierno en pago y remuneración de sus peca¬dos. Entre las gentes y naciones que dejamos nombrados de estos Valles tenia Chimo capac repartidos presidios, y guar¬niciones y contrastando la voluntad de todos auian de ha¬cer su viage los Capitanes de Topa Yngayupangui para irse a juntar con el á Caxamarca como quedo acordado en Po¬hechos de lo qual trataremos en el Capitulo siguiente. Cap. 18. de muchas, y muy importantes jornadas que Topa Yngayupangui hizo y de la renunciación de el Reyno que Yngayupangui hizo en su hijo Topa Ynga, y de la fundación del Templo de el Valle de Pachacama. Del Valle de Pohecho (como dicho queda) se apartaron de su Principe los Capitanes valerosos, que hasta alli auian seguido su fortuna y compañia estos fueron Auqui yupan¬gui, y Tillcayupangui Tios del Ynfante Topa Ynga por¬que Topa capac su hermano bastardo fue acompañando siempre á su Rey y hermano, y suuiendose con la mitad de su exercito por la tierra de los Guayacundos tomaron lo alto de la gran cordillera por la parte de Guanea bamba, y dieron una vista á la tierra de los Pacamoros, y porque enten- diessen que demás proposito se les aria la guerra el año venidero (si entre tanto no se reducian a su seruicio) les dejo hecho un Pucara para pavor y espanto de toda aquella tierra, y en el dejaron guarnición a costa y espensas de las tierras mas cercanas: hecho esto tomo su camino Topa Yn¬ga y por sus jornadas llego á Caxamarca donde fue bien recibido Auqui, y Tilcayupangui siguieron su camino por los llanos sin aliar en todos ellos quien se les opusiesse solo se dice que venidos estos Capitanes con su exercito á la tierra y Provincia de los Jayancas fueron a traycion, y sobre siguro, asaltados de unos Yndios barbaros que vivían á las faldas de la sierra llamados Penachies, y mataron al¬gunos de los de el Cuzco de lo qual los dos Capitanes Yngas se agraviaron mucho, y assi prendieron á el Cacique de Jayanca, sospechando auer sido hecha por orden suya aquella fealdad y torpeza, y preso fue licuado á el Cuzco, y alia estuvo muchos años hasta que comprovo la inocencia que en aquella maldad el tuvo, y auiendo ydo un su hijo á el Cuzco á solo ver a su padre, y ayudarle en su justicia, se le dio el Topa Ynga sacandolo de la prisión, y de alli a pocos dias murió el viejo y muerto y embalsamado mando, el Ynga que lo llevassen á Jayanca, publicando que era vivo hasta meter por orden y mandado suyo á su hijo en la po¬se sion de el Señorio, y ansi fue hecho, y hasta nros dias tienen sus descendientes el mando y govierno en Jayanca. Bol- viendo á nuestros Capitanes Yngas ellos pasearon quieta¬mente la tierra de los llanos, y llegaron á el valle de Chimo donde hallaron increíble copia de riquezas de oro y plata y piedras de estima, no sabré decir si por amor y amistad, ó si por ventaja de armas se les entrego Chimo capac mas dicesse que de este viage lo sacaron consigo de Chimo, y lo llevaron á Caxamarca donde el Topa Ynga yupangui y su gente los estaua esperando, y de alli se fueron juntos á el Cuzco; dejando orden y recado en toda la tierra entro Topa Ynga yupangui en su deseada Patria con el más rico y soberuio triumpho que jamas antes auia entrado Principe de su linage. Que demás de la infinita cantidad de oro plata baxillas, y joyas que traia, fueron tantas, y tan varias las naciones de gentes que consigo lleuo (sugetas, y para triumphar de ellas) que hizo estar imbidioso á su propio padre lo qual mostro muy claro a pocos dias despues de su llegada. Por la forma que dejamos dicho en los Capitulos precedentes entro triumphando el valeroso Topa Ynga-yupangui acompañado de los que en su peregrinación y trabajos le auian sido compañeros, y ansi ellos, como toda la Pirulera república nadauan en un mar profundissimo de gloria y regocijo, y luego se comenzaron a celebrar las fies¬tas mas solemnes que se podra escriuir, y fueran dignas de grande y loable nombre sino fueran manchadas con tanta cantidad de sangre de ynocentes con lo qual escurecieron estos Reynos su mucho valor. Acabadas las soberuias, y pomposas fiestas de el Triumpho comenzo el Demonio tan bien a querer triumphar de aquellos que ya tenia vencidos: y porque con razón se diga que el fin de las alegrías ocupa el luto, subcedio que el Emperador viejo Yngayupangui comenzo (como tenia de natural costumbre) a derramar el rio de ponzoña inbidia, que en su encendido pecho auia tenido represado: y formo queja de sus dos hermanos Till- cayupangui, y Auquiyupangui increpándolos de desleales por auer lleuado á su hijo heredero a tierras y partes tan remotas, y de tan notables y conocidos riesgos, añidia mas diciendo que no auia el dado comision, ni consentimiento para que se alejassen tanto de el Cuzco a conquistar nacio¬nes finalmente el mando matar á sus dos hermanos Auqui-yupangui, y Tillcayupangui, y juntamente con ellos á To- pacapac su hijo bastardo, como si los unos y los otros, no huvieran hecho bastantemente el deuer. Sintió tanto Topa Yngayupangui esta sentencia, y conocio tanta malicia y crueldad en ella que dio orden como salvar las vidas a los que tantos auian quitado á sus enemigos mas no pudieron tanto sus diligencias que a todos tres pudiessen ser saluda¬bles, porque al cabo fue preso Tilcayupangui y muerto con barbara y injusta crueldad, negocio fue este que á Topa Ynga le causo mas pena que contento le auian dado las pasadas victorias y triumphos mas fuele forzoso disimular¬la por no dar ocasion a mas disgusto. Del oro y plata que Topa Ynga trujo este viage, mando hacer Yngayupangui la estatua de el Sol, y la de Ticcivira- cocha y la de Mama ocllo Ynga illo, y también se hizo la cinta de oro que estaua en Curicancha, y quedo otra mucha acienda en erario ó deposito publico con que se hizo el Cuz¬co tan rico como despues lo hallaron nuestros Españoles. Acabo de algunos dias el viejo Yngayupangui en presencia de sus estatuas, y Ydolos de el Ticciviracocha Pachacama y de toda la nobleza de el Ymperio, en el Templo de Curi¬cancha renuncio el Reyno en su hijo Topa Yngayupangui, y con grandissimas ceremonias, y bendiciones le fue dado el cetro, o Topayauri, y vestida la vestidura Torcogualca, y adornada su cabeza con la Borla Sunturpaucar, y fueron puestas en sus pies las Sandalias (a quien ellos llamauan Oxotas) y con tal adorno fue adorado de el Pueblo, y los Capitanes Señores y Cortesanos le besaron los pies, y fue- a pocos dias murió el viejo y muerto y embalsamado mando, el Ynga que lo llevassen á Jayanca, publicando que era vivo hasta meter por orden y mandado suyo á su hijo en la po¬sesión de el Señorio, y ansi fue hecho, y hasta nros dias tienen sus descendientes el mando y govierno en Jayanca. Bol- viendo á nuestros Capitanes Yngas ellos pasearon quieta¬mente la tierra de los llanos, y llegaron á el valle de Chimo donde hallaron increíble copia de riquezas de oro y plata y piedras de estima, no sabré decir si por amor y amistad, ó si por ventaja de armas se les entrego Chimo capac mas dicesse que de este viage lo sacaron consigo de Chimo, y lo llevaron á Caxamarca donde el Topa Ynga yupangui y su gente los estaua esperando, y de alli se fueron juntos á el Cuzco; dejando orden y recado en toda la tierra entro Topa Ynga yupangui en su deseada Patria con el más rico y soberuio triumpho que jamas antes auia entrado Principe de su linage. Que demás de la infinita cantidad de oro plata baxillas, y joyas que traia, fueron tantas, y tan varias las naciones de gentes que consigo lleuo (sugetas, y para triumphar de ellas) que hizo estar imbidioso á su propio padre lo qual mostro muy claro a pocos dias despues de su llegada. Por la forma que dejamos dicho en los Capitulos precedentes entro triumphando el valeroso Topa Ynga¬yupangui acompañado de los que en su peregrinación y trabajos le auian sido compañeros, y ansi ellos, como toda la Pirulera república nadauan en un mar profundissimo de gloria y regocijo, y luego se comenzaron a celebrar las fies¬tas mas solemnes que se podra escriuir, y fueran dignas de grande y loable nombre sino fueran manchadas con tanta cantidad de sangre de ynocentes con lo qual escurecieron estos Reynos su mucho valor. Acabadas las soberuias, y pomposas fiestas de el Triumpho comenzo el Demonio tan bien a querer triumphar de aquellos que ya tenia vencidos: y porque con razón se diga que el fin de las alegrías ocupa el luto, subcedio que el Emperador viejo Yngayupangui comenzo (como tenia de natural costumbre) a derramar el rio de ponzoña inbidia, que en su encendido pecho auia tenido represado: y formo queja de sus dos hermanos Till- cayupangui, y Auquiyupangui increpándolos de desleales por auer lleuado á su hijo heredero a tierras y partes tan remotas, y de tan notables y conocidos riesgos, añidia mas diciendo que no auia el dado comision, ni consentimiento para que se alejassen tanto de el Cuzco a conquistar nacio¬nes finalmente el mando matar á sus dos hermanos Auqui-yupangui, y Tillcayupangui, y juntamente con ellos á To- pacapac su hijo bastardo, como si los unos y los otros, no huvieran hecho bastantemente el deuer. Sintió tanto Topa Yngayupangui esta sentencia, y conocio tanta malicia y crueldad en ella que dio orden como salvar las vidas a los que tantos auian quitado á sus enemigos mas no pudieron tanto sus diligencias que a todos tres pudiessen ser saluda¬bles, porque al cabo fue preso Tilcayupangui y muerto con barbara y injusta crueldad, negocio fue este que á Topa Ynga le causo mas pena que contento le auian dado las pasadas victorias y triumphos mas fue!e forzoso disimular¬la por no dar ocasion a mas disgusto. Del oro y plata que Topa Ynga trujo este viage, mando hacer Yngayupangui la estatua de el Sol, y la de Ticcivira- cocha y la de Mama ocllo Ynga illo, y también se hizo la cinta de oro que estaua en Curicancha, y quedo otra mucha acienda en erario ó deposito publico con que se hizo el Cuz¬co tan rico como despues lo hallaron nuestros Españoles. Acabo de algunos dias el viejo Yngayupangui en presencia de sus estatuas, y Ydolos de el Ticciviracocha Pachacama y de toda la nobleza de el Ymperio, en el Templo de Curi¬cancha renuncio el Reyno en su hijo Topa Yngayupangui, y con grandissimas ceremonias, y bendiciones le fue dado el cetro, o Topayauri, y vestida la vestidura Torcogualca, y adornada su cabeza con la Borla Sunturpaucar, y fueron puestas en sus pies las Sandalias (a quien ellos llamauan Oxotas) y con tal adorno fue adorado de el Pueblo, y los Capitanes Señores y Cortesanos le besaron los pies, y fue¬ron hechos grandes, y muy crueles sacrificios de mucha sangre inocente acompañando á esto grandes, y costosísimas invenciones, y fiestas, las quales acabadas, y hechas mer¬cedes magnificas á los que en las guerras le auian seruido, puso el pensamiento en ir á ampliar, y engrandecer su Ymperio; por aquella parte que á el Cuzco nace el Sol, que es la marcación de Andes suyo en esta coyuntura le vinieron a dar la obediencia los de las Provincias de Chum- bivillcas, y los de Cuntisuyo y muchas naciones de gentes de los llanos a quien llamauan Yungas, y en primicias de su obediencia les mando que le embiasse cada nación de las nuevamente confederadas alguna cantidad de gente de guerra, y gastadores para la jornada que intentaua hacer á Andes suyo, y ansi lo hicieron todos los mas cumplidamente que les fue posible. Ayuntado un buen exercito señaló por su Governador (pa que quedasse en el Cuzco) á Amaro Topa Ynga hermano suyo; porque su padre estaua ya muy viejo, y impedido para el govierno, y quiso que Topayu- pangui su hermano, y Atorongo, y Achache, y Apoc chalco yupangui (primos suios) le acompañasen en este viage, y auiendo salido de el Cuzco, paso de la otra parte de la gran Cordillera vertientes a el mar de el Norte donde no se podran escriuir los trabajos que padecieron ansi con sobre saltos de enemigos que como gente suelta barbara y sin or¬den les acometían adesora sin aguardar a llevar ni dar la victoria, porque era su orden yr tan sin orden que quando les querían los de el Cuzco acometer no hallauan en quien hacer golpe porque descariados cada uno por su parte se entrauan por la maleza de sus entrañas donde no podían ser auidos. Fatigauales ansi mismo demasiadamente los an¬chos, y furiosos ríos que hallauan las importunas lluvias que sobre ellos llovían, los intensos calores, v aborchornados valles por donde andauan, y las muchas hambres que pade¬cían, y lo que mas guerra les hacia era no hallar a quien hacerla, hasta que auiendo penetrado á lo muy interior de aquellos intractables asperezas dieron con algunas gentes que mostraron corage, y les hicieron rostro, y ansi fueron- las conquistando con continuas victorias. Señoreáronse de quatro Provincias, llamadas Opatarisuyo, y Mamansuyo, y Chunchos, y Chipomaguas, y de alli llegaron a los Mano- bambas gentes que por gala se ponen con artificio de yer- uas, y vejucos las bocas, y dientes negros: que no aumenta poco su fealda, y estrañeza prendió el Ynga á los Caciques» y Señores de estas Provincias llamados Vinchi Cayna, y Santa Guanmiro, y Topayupangui (hermano de el Topa Ynga) como mozo valiente, y determinado acometio por su persona á un Cacique de aquellos llamado Nutanguari, y a fuerza de brazos lo venció, y prendió, que no poco te¬rror causo en toda la tierra el valeroso hecho de este Ynga por la gran reputación en que Nutanguari estava de va¬liente en la general opinion. Gustando dulces, y amargos subcesos se andubieron los Yngas por aquellas montañas mas tiempo que algunos Sol¬dados de los suyos quisieran, y enfadado de tanto deteni¬miento un Yndio Colla (de los que con el Ynga auian entrado) se salió, y como mejor pudo (sin ser de nadie sen¬tido) se fue a el Collao, y publico por nueva cierta que á Topa Yngayupangui lo auian muerto los Yndios Monta¬ñeses, y desbaratadole y preso lo mejor de su Excercito: oyda esta nueva por los Collas (sin aguardar a mas satis- fación) pusieron las manos en las armas contra la obedien¬cia y señorio de los Yngas, luego se supo en el Cuzco la sobervia rebelión de los Collas y Amaro Topa (Gouernador del Cuzco) despacho a gran priesa mensageros á su her¬mano Topa Ynga en que le hacia saber lo que en el Collao pasaua, y rogándole se saliese luego a castigar tan desver¬gonzado atreuimiento al punto que Topa Ynga oyo el men- sage trato de dejar la conquista que entre manos traia, y acudir al llamamiento de su Governador y hermano, y de¬jando por Regente de lo que hasta entonces auia conquistado á Otorongo Achache se salió y sin entrar en el Cuzco siguió el camino de el Collao y embio a mandar á el Cuzco que sa- ron hechos grandes, y muy crueles sacrificios de mucha sangre inocente acompañando á esto grandes, y costosísimas invenciones, y fiestas, las quales acabadas, y hechas mer¬cedes magnificas á los que en las guerras le auian seruido, puso el pensamiento en ir á ampliar, y engrandecer su Ymperio; por aquella parte que á el Cuzco nace el Sol, que es la marcación de Andes suyo en esta coyuntura le vinieron a dar la obediencia los de las Provincias de Chum- bivillcas, y los de Cuntisuyo y muchas naciones de gentes de los llanos a quien llamauan Yungas, y en primicias de su obed encía les mando que le embiasse cada nación de las nuevamente confederadas alguna cantidad de gente de guerra, y gastadores para la jornada que intentaua hacer á Andes suyo, y ansi lo hicieron todos los mas cumplidamente que les fue posible. Ayuntado un buen exercito señaló por su Governador (p" que quedasse en el Cuzco) á Amaro Topa Ynga hermano suyo; porque su padre estaua ya muy viejo, y impedido para el govierno, y quiso que Topayu- pangui su hermano, y Atorongo, y Achache, y Apoc chalco yupangui (primos suios) le acompañasen en este viage, y auiendo salido de el Cuzco, paso de la otra parte de la gran Cordillera vertientes a el mar de el Norte donde no se podran escriuir los trabajos que padecieron ansi con sobre saltos de enemigos que como gente suelta barbara y sin or¬den les acometían adesora sin aguardar a llevar ni dar la victoria, porque era su orden yr tan sin orden que quando les querían los de el Cuzco acometer no hallauan en quien hacer golpe porque descariados cada uno por su parte se entrauan por la maleza de sus entrañas donde no podían ser auidos. Fatigauales ansi mismo demasiadamente los an¬chos, y furiosos rios que hallauan las importunas lluvias que sobre ellos llovian, los intensos calores, v aborchornados valles por donde andauan, y las muchas hambres que pade¬cían, y lo que mas guerra les hacia era no hallar a quien hacerla, hasta que auiendo penetrado á lo muy interior de aquellos intractables asperezas dieron con algunas gentes que mostraron corage, y les hicieron rostro, y ansi fueron- las conquistando con continuas victorias. Señoreáronse de quatro Provincias, llamadas Opatarisuyo, y Mamansuyo, y Chunchos, y Chipomaguas, y de alli llegaron a los Mano- bambas gentes que por gala se ponen con artificio de yer- uas, y vejucos las bocas, y dientes negros: que no aumenta poco su fealda, y estrañeza prendió el Ynga á los Caciques, y Señores de estas Provincias llamados Vinchi Cayna, y Santa Guanmiro, y Topayupangui (hermano de el Topa Ynga) como mozo valiente, y determinado acometio por su persona á un Cacique de aquellos llamado Nutanguari, y a fuerza de brazos lo venció, y prendió, que no poco te¬rror causo en toda la tierra el valeroso hecho de este Ynga por la gran reputación en que Nutanguari estava de va¬liente en la general opinion. Gustando dulces, y amargos subcesos se andubieron los Yngas por aquellas montañas mas tiempo que algunos Sol¬dados de los suyos quisieran, y enfadado de tanto deteni¬miento un Yndio Colla (de los que con el Ynga auian entrado) se salió, y como mejor pudo (sin ser de nadie sen¬tido) se fue a el Collao, y publico por nueva cierta que á Topa Yngayupangui lo auian muerto los Yndios Monta¬ñeses, y desbaratadole y preso lo mejor de su Excercito: oyda esta nueva por los Collas (sin aguardar a mas satis- fación) pusieron las manos en las armas contra la obedien¬cia y señorio de los Yngas, luego se supo en el Cuzco la sobervia rebelión de los Collas y Amaro Topa (Gouernador del Cuzco) despacho a gran priesa mensageros á su her¬mano Topa Ynga en que le hacia saber lo que en el Collao pasaua, y rogándole se saliese luego a castigar tan desver¬gonzado atreuimiento al punto que Topa Ynga oyo el men- sage trato de dejar la conquista que entre manos traia, y acudir al llamamiento de su Governador y hermano, y de¬jando por Regente de lo que hasta entonces auia conquistado á Otorongo Achache se salió y sin entrar en el Cuzco siguió el camino de el Collao y embio a mandar á el Cuzco que sa- liesse en su seguimiento la mas gente que pudiesse ser auida. Quando de su hermano Otorongo se partió le dejo la mitad de la gente que lleuaua y le dio por instrucion que se entre- tubiesse conquistando algunas tierras, y quando le pare- ciesse, se saliesse por Pilco, y lo aguardasse en Paucartambo, y que por manera ninguna no entrasse en el Cuzco hasta que el volviesse; porque asi combenia á la solemnidad de su triumpho, con tal horden se quedo Otorongo en las tierras de Andes suyo, y Topa Ynga con muy lucido, y reforzado Exercito entró en el Collao. Lleuaua por sus Capitanes de nuebo nombrados á Gualpac, y al hijo de Capacyupangui llamado Alarico ambos sus primos hermanos, llevava ansi mesmo á Cuyuchi, y Achache su hermano de padre, y con tan valerosa Compañia comenzo á marchar muy poco a poco; porque se rehiciessen los que de la conquista auian salido enfermos y flacos y finalmente Topa Ynga comenzo su conquista con muy prosperos subcesos: aunque halló á los Collas fortalecidos, en quatro Pucaraes ó fortalezas, que era el Pucara llamado oy de Francisco Hernández y el otro el de Asillo, y en Arapa y en Lana, y con alguna perdida de sus gentes los vino a tomar por suyos, y prendió en ellos á Chucachuca, y a Chasuti Coaquiri Caciques principales, cabezas y caudillos en esta rebelión y motin, los quales fue¬ron después Atambores de el Ynga (*) pareció ser necesario para escarmiento de las demás gentes, auiendo ya quebran¬tado el brío á los reuelados y hecho mercedes á los que las merecian, y embiado orden de lo que el se deuia hacer en el Cuzco se determino pasar adelante siguiendo el hilo de su buena fortuna, y ansi menospreciando los trabajos que se le podían obponer paso los despoblados interpuestos entre el Piru y Chile, y llegó a Coquinbo y en el hizo for¬taleza, y puso guarnición, y paso á Chile conquistando y venciendo, y en el puso los Mojones mas Australes de su Ymperio y Señorio, y dejando las naciones de aquellas Pro-vincias sugetas a tributos, y reconocimiento se salió tra- (*) Véase Apéndice. yendo gran suma de riquezas de oro y joyas. De este viage dexó Topa Yngayupangui descubiertas grandes, y muy ri¬cas minas, ansi como fueron las de Porco, Tarapaca, Chu- quiabo, Carabaya y otras muchas, y con inumerables Te¬soros entro en el Cuzco triumphando por la orden acos¬tumbrada; porque auiendose juntado con su exercito el que Otorongo tenia entretenido en Paucar tambo (y sus arre¬dores) se hizo una vistosa multitud de vencedoras armas de mayor hermosura y numero que se auia visto jamas en el Cuzco. Durante la ausencia que Topa Yngayupangui auia hecho en esta jornada de Collao y Chile (que a nra cuenta y la de los Yndios antiguos) deuio ser cerca de los años de gracia de 1473. Murió cargado de años y crueldades, Ynga¬yupangui auiendo reynado 36 años, con harto desagrado de su parentela, y a esta causa acabadas las fiestas de el Triumpho luego se comenzaron hacer las funerales de el muerto Rey. Despachando endechadores a todas las partes por donde auia andado para que en ellas celebrasen su muer¬te con cantos, y hendechas funestas, en que recontauan sus hechos y proezas, y ansi mismo sacrificaron muchos de aquellas naciones por el muerto vencidas y conquistadas acabadas las barbaras obsequias quiso descansar algún tiempo Topa Ynga en su tierra y Corte, y este ocupo en dar leyes, y hacer pregmaticas gratificar seruicios pagar Soldados casar Solteros visitar los que auian governado hasta alli su Repú¬blica, y en otras cosas dignas de bueno y loable Principe. En esta vacante que tuvo en el Cuzco hizo fabricar la fortaleza de aquella Ciudad digna por su estraña obra de ser tenida y estimada en mas de lo que a sido por los nues¬tros, acabadas estas cosas (como no supiese ni quisiesse pasar el tiempo en ocio) determino de bajar personalmente á las Provincias de el Piru inferior, y ansi se vino caminando hacia Guamanga, y hizo abrir aquel camino asperísimo de Parcos, y su territorio, paso a Xauja donde le fueron mostrados cier¬tos antiquísimos edificios que alli se ven que dicen los na¬turales aber sido obra de unos valerosísimos estrangeros, liesse en su seguimiento la mas gente que pudiesse ser auida. Quando de su hermano Otorongo se partió le dejo la mitad de la gente que lleuaua y le dio por instrucion que se entre- tubiesse conquistando algunas tierras, y quando le pare- ciesse, se saliesse por Pilco,' y lo aguardasse en Paucartambo, y que por manera ninguna no entrasse en el Cuzco hasta que el volviesse; porque asi combenia á la solemnidad de su triumpho, con tal borden se quedo Otorongo en las tierras de Andes suyo, y Topa Ynga con muy lucido, y reforzado Exercito entró en el Collao. Lleuaua por sus Capitanes de nuebo nombrados á Gualpac, y al hijo de Capacyupangui llamado Alarico ambos sus primos hermanos, llevava ansi mesmo á Cuyuchi, y Achache su hermano de padre, y con tan valerosa Compañia comenzo á marchar muy poco a poco; porque se rehiciessen los que de la conquista auian salido enfermos y flacos y finalmente Topa Ynga comenzo su conquista con muy prosperos subcesos: aunque halló á los Collas fortalecidos, en quatro Pucaraes ó fortalezas, que era el Pucara llamado oy de Francisco Hernández y el otro el de Asillo, y en Arapa y en Lana, y con alguna perdida de sus gentes los vino a tomar por suyos, y prendió en ellos á Chucachuca, y a Chasuti Coaquiri Caciques principales, cabezas y caudillos en esta rebelión y motin, los quales fue¬ron después Atambores de el Ynga (') pareció ser necesario para escarmiento de las demás gentes, auiendo ya quebran¬tado el brío á los reuelados y hecho mercedes á los que las merecían, y embiado orden de lo que el se deuia hacer en el Cuzco se determino pasar adelante siguiendo el hilo de su buena fortuna, y ansi menospreciando los trabajos que se le pcdian obponer paso los despoblados interpuestos entre el Piru y Chile, y llegó a Coquinbo y en el hizo for¬taleza, y puso guarnición, y paso á Chile conquistando y venciendo, y en el puso los Mojones mas Australes de su Ymperio y Señorio, y dejando las naciones de aquellas Pro¬vincias sugetas a tributos, y reconocimiento se salió tra- (*) Véase Apéndice. yendo gran suma de riquezas de oro y joyas. De este viage dexó Topa Yngayupangui descubiertas grandes, y muy ri¬cas minas, ansi como fueron las de Porco, Tarapaca, Chu- quiabo, Carabaya y otras muchas, y con inumerables Te¬soros entro en el Cuzco triumphando por la orden acos¬tumbrada; porque auiendose juntado con su exercito el que Otorongo tenia entretenido en Paucar tambo (y sus arre¬dores) se hizo una vistosa multitud de vencedoras armas de mayor hermosura y numero que se auia visto jamas en el Cuzco. Durante la ausencia que Topa Yngayupangui auia hecho en esta jornada de Collao y Chile (que a nro cuenta y la de los Yndios antiguos) deuio ser cerca de los años de gracia de 1473. Murió cargado de años y crueldades, Ynga¬yupangui auiendo reynado 36 años, con harto desagrado de su parentela, y a esta causa acabadas las fiestas de el Triumpho luego se comenzaron hacer las funerales de el muerto Rey. Despachando endechadores a todas las partes por donde auia andado para que en ellas celebrasen su muer¬te con cantos, y hendechas funestas, en que recontauan sus hechos y proezas, y ansi mismo sacrificaron muchos de aquellas naciones por el muerto vencidas y conquistadas acabadas las barbaras obsequias quiso descansar algún tiempo Topa Ynga en su tierra y Corte, y este ocupo en dar leyes, y hacer pregmaticas gratificar seruicios pagar Soldados casar Solteros visitar los que auian governado hasta alli su Repú¬blica, y en otras cosas dignas de bueno y loable Principe. En esta vacante que tuvo en el Cuzco hizo fabricar la fortaleza de aquella Ciudad digna por su estraña obra de ser tenida y estimada en mas de lo que a sido por los nues¬tros, acabadas estas cosas (como no supiese ni quisiesse pasar el tiempo en ocio) determino de bajar personalmente á las Provincias de el Piru inferior, y ansi se vino caminando hacia Guamanga, y hizo abrir aquel camino asperísimo de Parcos, y su territorio, paso a Xauja donde le fueron mostrados cier¬tos antiquísimos edificios que alli se ven que dicen los na¬turales aber sido obra de unos valerosisimos estrangeros, blancos y de buena estatura, tan imbencibles, y valientes que solo el tiempo los pudo contrastar de aqui quiso bajar á los llanos a uer un famoso Templo que estaua fabricado cerca de el valle de Lima, y tomo su camino por Guara- chiri, y llegado que fue a los secos arenales dioles mucho contento el seruicio y recado que se tenia en aquel bárbaro Templo, y aunque no se administraua por la orden y insti¬tutos dados por su padre (en la junta que digimos auerse hecho en el Cuzco) no lo disipo como acia á los demás que no guardavan aquel ordinario, solo mando, que mas alto y mas suntuoso, y demás seruicio, y mejor fabricado se hi¬ciese otro en nombre y a honra de Pachacamac, y los na-turales lo tubieron por bien a trueco de que el suio antiguo no fuesse arruinado, y como lo mando y ordeno el Ynga ansí fue hecho, y en un lugar muy eminente se fabrico el suntuoso Templo de Pachacamac con tanta fabrica y ma- gestad que de el recibió aquel valle el nombre que oy con¬serva de alli quiso yr á sugetar los Yndios de ciertos valles alli cercanos que con gran menosprecio auian rehusado su amistad y obediencia. Estos eran Mara, Runaguana, y Chin¬cha, y para hacer esto mas a su gusto y con mas presteza y orden despacho mensageros al Cuzco mandando que al¬gunos de sus Capitanes bajassen á los llanos con gentes: y ansi fue cumplido, y biniendo por el valle de Acoña tubie¬ron en el sangrientas bregas donde se mostro una muger tan valerosa y valiente que se pudieran tener sus cosas en mucho, sino las escurecieran su incontinencia, de alli vinie¬ron los Cuzcos en busca de su Principe y pasaron quieta¬mente las poblaciones de Hacaries, Nascas, y Ycas dejándo¬los a todos con nombre de amigos pacificos, los de el valle de Chincha se pusieron en determinada defensa, y lo mismo los Runaguanses y Maras donde subcedieron cosas que re- querian para contarse libro por si: la suma y remate fue que ellos fueron vencidos sugetos y castigados en una fa¬ngosa fortaleza que fabrico Topa Ynga junto a el mal donde fueron tantos los rebeldes, que en ella, y de sus murallas ■colgo que le quedo por nombre el Guarco (que quiere de¬cir) el colgadero. Acabadas estas cosas acordo el Topa Ynga dar una buelta á su Reyno, y ansi lo hizo, y llegando de este viage hasta Cajamarca dio una vista á los Chachapoyas para requirirles de nuevo con la paz y sin hacer mas efecto se volvio a el Cuzco donde hizo leyes ordenanzas y esta¬tutos dignos de mucha loa de esta vez que vino a el Cuzco celebro bodas publicas con una hermana suya llamada Ma¬ma Ocllo en quien digimos auer tenido un hijo que le nació a Tumibamba llamado Guayna Capac. Fueron celebradas con pompa y aparato Real, con las ceremonias entre ellos usadas. Este Topa Yngayupangui fue tan celoso y cuidadoso en lo tocante á la multiplicación y aumento de su Ymperio, y á la quieta conservación de su república que en espacio de (aun no 30 años cabales que Reyno) renovo la tierra, y la redujo á nueva manera de bivir, y ansi (por excelencia y grandeza) fue llamado Pachacuti (que quiere decir buelta de el Mundo) y algunos escriptores nuestros que an escrito a pie quedo en nra España an añedido otro de este nombre a el numero de los Yngas que a auido haciéndolo (o creiendo que fuesse) otro Rey llamado ansi, y lo verdad y lo cierto es lo dicho que Topa Ynga Yupangui, y Pachacuti es todo uno, mas fuele puesto este nombre por la razón dicha. Fue tenido este Principe entre sus vasallos en la misma estima y reputación que Jano entre los Latinos, y Licurgo entre los Griegos, y Osiris entre los Egipcios, y Numa Pompilio entre los Romanos, y ansi quando acertaron a gozar de al¬gunas temporadas, despues de su muerte (que fueron po¬cas) solian decir ya sea buelto el tiempo de Topa Ynga; conocio este prudente Ophirita oue las mas rebeliones que le inquietauan su Reyno nacían de dos causas que eran o de dejar las naciones sugetas sin presidio y guarnición foras¬tera, o de ser dañinos y viciosos con las mugeres agenas aquellos que en las guarniciones dejaua, v queriendo con un remedio atajar dos inconvenientes, ordeno que de unas Prouincias fuesse trasplantadas á otras la parte que bastasse blancos y de buena estatura, tan imbencibles, y valientes que solo el tiempo los pudo contrastar de aqui quiso bajar á los llanos a uer un famoso Templo que estaua fabricado cerca de el valle de Lima, y tomo su camino por Guara- chiri, y llegado que fue a los secos arenales dioles mucho contento el seruicio y recado que se tenia en aquel barbaro Templo, y aunque no se administraua por la orden y insti¬tutos dados por su padre (en la junta que digimos auerse hecho en el Cuzco) no lo disipo como acia á los demás que no guardavan aquel ordinario, solo mando, que mas alto y mas suntuoso, y demás seruicio, y mejor fabricado se hi¬ciese otro en nombre y a honra de Pachacamac, y los na¬turales lo tubieron por bien a trueco de que el suio antiguo no fuesse arruinado, y como lo mando y ordeno el Ynga ansi fue hecho, y en un lugar muy eminente se fabrico el suntuoso Templo de Pachacamac con tanta fabrica y ma- gestad que de el recibió aquel valle el nombre que oy con¬serva de alli quiso yr á sugetar los Yndios de ciertos valles alli cercanos que con gran menosprecio auian rehusado su amistad y obediencia. Estos eran Mara, Runaguana, y Chin¬cha, y para hacer esto mas a su gusto y con mas presteza y orden despacho mensageros al Cuzco mandando que al¬gunos de sus Capitanes bajassen á los llanos con gentes: y ansi fue cumplido, y biniendo por el valle de Acoña tubie¬ron en el sangrientas bregas donde se mostro una muger tan valerosa y valiente que se pudieran tener sus cosas en mucho, sino las escurecieran su incontinencia, de alli vinie¬ron los Cuzcos en busca de su Principe y pasaron quieta¬mente las poblaciones de Hacaries, Nascas, y Ycas dejándo¬los a todos con nombre de amigos pacíficos, los de el valle de Chincha se pusieron en determinada defensa, y lo mismo los Runaguanaes y Maras donde subcedieron cosas que re¬querían para contarse libro por si: la suma y remate fue que ellos fueron vencidos sugetos y castigados en una fa¬mosa fortaleza que fabrico Topa Ynga junto a el mal donde fueron tantos los rebeldes, que en ella, y de sus murallas colgo que le quedo por nombre el Guarco (que quiere de¬cir) el colgadero. Acabadas estas cosas acordo el Topa Ynga dar una buelta á su Reyno, y ansi lo hizo, y llegando de este viage hasta Cajamarca dio una vista á los Chachapoyas para requirirles de nuevo con la paz y sin hacer mas efecto se volvio a el Cuzco donde hizo leyes ordenanzas y esta¬tutos dignos de mucha loa de esta vez que vino a el Cuzco celebro bodas publicas con una hermana suya llamada Ma¬ma Ocllo en quien digimos auer tenido un hijo que le nació a Tumibamba llamado Guayna Capac. Fueron celebradas con pompa y aparato Real, con las ceremonias entre ellos usadas. Este Topa Yngayupangui fue tan celoso y cuidadoso en lo tocante á la multiplicación y aumento de su Ymperio, y á la quieta conservación de su república que en espacio de (aun no 30 años cabales que Reyno) rcnovo la tierra, y la redujo á nueva manera de bivir, y ansi (por excelencia y grandeza) fue llamado Pachacuti (que quiere decir buelta de el Mundo) y algunos escriptores nuestros que an escrito a pie quedo en nru España an añedido otro de este nombre a el numero de los Yngas que a auido haciéndolo (o creiendo que fuesse) otro Rey llamado ansi, y lo verdad y lo cierto es lo dicho que Topa Ynga Yupangui, y Pachacuti es todo uno, mas fuele puesto este nombre por la razón dicha. Fue tenido este Principe entre sus vasallos en la misma estima y reputación que Jano entre los Latinos, y Licurgo entre los Griegos, y Osiris entre los Egipcios, y Numa Pompilio entre los Romanos, y ansi quando acertaron a gozar de al¬gunas temporadas, despues de su muerte (que fueron po¬cas) solian decir ya sea buelto el tiempo de Topa Ynga; conocio este prudente Ophirita oue las mas rebeliones que le inquietauan su Reyno nacian de dos causas que eran o de dejar las naciones sugetas sin presidio y guarnición foras¬tera, o de ser dañinos y viciosos con las mugeres agenas aquellos que en las guarniciones dejaua, v queriendo con un remedio atajar dos inconvenientes, ordeno que de unas Prouincias fuesse trasplantadas á otras la parte que bastasse para presidio de la tal Provincia, y que estos llevassen con¬sigo sus mugeres casas y familias, y que en la tal Prouincia se le diessen sementeras y suertes de tierras en que hacerlas, y algunas preeminencias y libertades mas que á los natura¬les de ellas, y haciendo de ellos confianza les encargaua la guarda, y custodia de aquella comarca, y los de aquella misma tierra con la misma orden y para el mismo efecto los pasaua a otra tierra y los de la otra á otra y de tal manera los yba contra cambiando, que sin que se le sintiesse les ponia a las naciones Pedagogos fiscales; y censores de sus obras y hechos. Tuvo en esto mucha cuenta de que los de tierra fria no los pasassen a tierras calientes ni por el con¬trario, antes regulo con mucha prudencia los temples de las Regiones, y conforme a ellos les metia los Huespedes. A estos tales introducidos llamauan Mitimaes (que quiere de¬cir advenedizos) y fue este remedio bastante p.a, lo que el Ynga pretendia. Conto y numero los Vasallos que tenia des¬de el Quito hasta Chile, poniendo a cada uno edad, sexo, condicion, oficio, estado y nombre. Repartió los Señorios, y Cacicazgos dando a cada uno el nombre, y cantidad de Yndios que vido combenir, para que con mas breuedad acudiessen á las cosas que se ofreciesen y ansi nombro Gua¬rangas (que son como Milenarios) á otros hizo Pachacas que son Centuriones, y á otros quinquagenarios, y a otros decuriones y con tal orden no andaua ninguno ocioso que no lo entendiessen sus mayores, y los castigassen y repren- diessen. Tenia puestos sus Governadores en las Provincias llamados Tucuricos que quiere decir veedor general otros auia inferiores á estos, a quien llamauan Michic, que quiere decir guarda era el oficio de estos espiar y saber lo que se trataua entre los naturales las novedades que se ofrecían, y de ellas dar luego noticia a el Señor Ynga era ley y ordenan¬za que auian de ser estos tales Regentes naturales de el Cuz¬co, y no de otra nación ninguna, y como en el mandar no ay siguridad ninguna, ni ay que mas émulos tengan que los que goviernan, sucedióle á Topa Ynga yupangui un disgusto y contraste que si con el tiempo no se atajara, pusiera (á lo que se cree) por tierra su vida y Ymperio, esta fue una secreta rebelión que se encendia entre las mis¬mas estopas de su casa, de la qual contaremos en el Capitulo que se sigue acabando de recontar lo que hasta aqui auemos dejado de las cosas subcedidas en n'° Mundo viejo. Cap. 19, de las cosas mas notables que yvan subcediendo en el Mundo en estos tiempos, y de una traycion que se levantaua contra Topa Yngayupangui, y de la deribacion de este nombre Yanacona. Los varios sucesos, y amontonados acontecimientos de las Tierras Piruleras; nos an hecho poner en olvido las de nr0 Mundo mas conocido y tratado, y no ay duda sino en la duración de el Reyno de Yngayupangui y su hijo Topa Ynga (en cuya vida vamos escriuiendo) subcedieron en la Christiandad y Morisma cosas dignas de mucha recor-dación. Yngayupangui comenzo a reynar quietamente en todo el año de 1438 (según la cuenta que seguimos) y desde aquel año, iremos epilogando nuestros subcesos y despues seguiremos el hilo con que vamos tegendo la vida de Topa Ynga este año dicho de 38 sobre los mil y quatrocientos tenia la Santa Silla Apostólica Eugenio 4 (que atras dejamos nombrado) el qual la dejó por yr a gozar la eterna de el Cielo el año de 1447 auiendo tenido el Sumo Pontificado mas de 16 años. En el tiempo y vida de el Yngayupangui fue hallada en Alemania por el Doctissimo cauallero Juan Gutemburgo el prestantissimo uso de la Ymprenta y dicen auer sido el año de 1440 aunque el Obispo de Coimbra Don Rodrigo Osorio en su libro (de nobilítate et gloria) quiere sentir y asi lo escriue que muchos centenares de años antes gozaron los Chinos de este florido arte de imprimir, y a ellos hace primeros en esta loable invención, y en la empecible de la Polvora, y Artillería como quiera que sea la Ympresion para presidio de la tal Provincia, y que estos llevassen con¬sigo sus mugeres casas y familias, y que en la tal Prouincia se le diessen sementeras y suertes de tierras en que hacerlas, y algunas preeminencias y libertades mas que á los natura¬les de ellas, y haciendo de ellos confianza les encargaua la guarda, y custodia de aquella comarca, y los de aquella misma tierra con la misma orden y para el mismo efecto los pasaua a otra tierra y los de la otra á otra y de tal manera los yba contracambiando, que sin que se le sintiesse les ponia a las naciones Pedagogos fiscales; y censores de sus obras y hechos. Tuvo en esto mucha cuenta de que los de tierra fria no los pasassen a tierras calientes ni por el con¬trario, antes regulo con mucha prudencia los temples de las Regiones, y conforme a ellos les metia los Huespedes. A estos tales introducidos llamauan Mitimaes (que quiere de¬cir advenedizos) y fue este remedio bastante p.a, lo que el Ynga pretendia. Conto y numero los Vasallos que tenia des¬de el Quito hasta Chile, poniendo a cada uno edad, sexo, condicion, oficio, estado y nombre. Repartió los Señorios, y Cacicazgos dando a cada uno el nombre, y cantidad de Yndios que vido combenir, para que con mas breuedad acudiessen á las cosas que se ofreciesen y ansi nombro Gua¬rangas (que son como Milenarios) á otros hizo Pachacas que son Centuriones, y a otros quinquagenarios, y a otros decuriones y con tal orden no andaua ninguno ocioso que no lo entendiessen sus mayores, y los castigassen y repren- diessen. Tenia puestos sus Governadores en las Provincias llamados Tucuricos que quiere decir veedor general otros auia inferiores á estos, a quien llamauan Michic, que quiere decir guarda era el oficio de estos espiar y saber lo que se trataua entre los naturales las novedades que se ofrecian, y de ellas dar luego noticia a el Señor Ynga era ley y ordenan¬za que auian de ser estos tales Regentes naturales de el Cuz¬co, y no de otra nación ninguna, y como en el mandar no ay siguridad ninguna, ni ay que mas émulos tengan que los que goviernan, sucedióle á Topa Ynga yupangui un • disgusto y contraste que si con el tiempo no se atajara, pusiera (á lo que se cree) por tierra su vida y Ymperio, esta fue una secreta rebelión que se encendia entre las mis¬mas estopas de su casa, de la qual contaremos en el Capitulo que se sigue acabando de recontar lo que hasta aqui auemos dejado de las cosas subcedidas en nro Mundo viejo. Cap. 19, de las cosas mas notables que yvan subcediendo en el Mundo en estos tiempos, y de una traycion que se levantaua contra Topa Yngayupangui, y de la deribacion de este nombre Yanacona. Los varios sucesos, y amontonados acontecimientos de las Tierras Piruleras; nos an hecho poner en olvido las de nru Mundo mas conocido y tratado, y no ay duda sino en la duración de el Reyno de Yngayupangui y su hijo Topa Ynga (en cuya vida vamos escriuiendo) subcedieron en la Christiandad y Morisma cosas dignas de mucha recor¬dación. Yngayupangui comenzo a reynar quietamente en todo el año de 1438 (según la cuenta que seguimos) y desde aquel año, iremos epilogando nuestros subcesos y despues seguiremos el hilo con que vamos tegendo la vida de Topa Ynga este año dicho de 38 sobre los mil y quatrocientos tenia la Santa Silla Apostólica Eugenio 4 (que atras dejamos nombrado) el qual la dejó por yr a gozar la eterna de el Cielo el año de 1447 auiendo tenido el Sumo Pontificado mas de 16 años. En el tiempo y vida de el Yngayupangui fue hallada en Alemania por el Doctissimo cauallero Juan Gutemburgo el prestantissimo uso de la Ymprenta y dicen auer sido el año de 1440 aunque el Obispo de Coimbra Don Rodrigo Osorio en su libro (de nobilitate et gloria) quiere sentir y asi lo escriue que muchos centenares de años antes gozaron los Chinos de este florido arte de imprimir, y a ellos hace primeros en esta loable invención, y en la empecible de la Polvora, y Artillería como quiera que sea la Ympresion se comenzo en Maguncia, y de alli fue lleuada á Roma, el primero libro que salió á Luz en nro Mundo fue el de las diuinas instituciones de Lactancio firmiano, y los de la Ciu¬dad de Dios, de el diuino Augustino. A el Pontífice Eugenio 4 subcedio Nicolao 5 de nación Lucano, y aun bivia enton¬ces el Antipapa Félix faborecido de sus Basiliscos ansi lla¬mados, por auer sido electo en el Conciliábulo de Basilea el qual deshizo con mucha prudencia el Catholico Emperador de Alemania, que á la sazón tenia el Imperio Occidental. Federico tercero que poco despues caso dignamente con nra Española Doña Leonor hija de el Rey Don Duarte de Portugal, y de mano de el Pontífice Nicolao recibieron en Roma las bendiciones nuptiales, y las coronas de yerro y oro comenzaron ansi mesmo en estos tiempos las preten¬siones que los Reyes de Aragón y Ñapóles tubieron sobre el Ducado de Milán por la clausula de el testamento de Phiiipo Vicecomte. Del Ymperio de Constantinopla no ter- nemos que decir mas de que por la multitud de nI0S pecados el Turco Mahametes lo gano á los Christianos el año de 1453, á 9 dias del mes de Abril, auiendo durado Constanti¬nopla en poder de Emperadores 1191 años contando desde el Magno, y Catholico Constantino se vino á ella por dejar á Roma desocupada para la Yglesia el año de 145 5. Murió santísimamente el Papa Nicolás 5 al qual subcedio Calixto Tercero, natural Español, nacido en Xativa Reyno de Va¬lencia llamóse primero Alonso Borja y fue Obispo de Va¬lencia de el Cid, en la qual vivía en aquel tiempo Sant Vicente Ferrer también en estos años se alcanzo aquella importante victoria ganada contra el Turco Mahametes so¬bre Belgrado a cuya causa se instituio (para rendir á Dios gracias por merced tan grande) la fiesta de la Transfigu¬ración. Como vino á la Santa Sede el bendito Borja, ya muy biejo, no vivió en el mas de tres años, y medio. Subcediole (meritissimamente) el Obispo de Sena, y Cardenal Eneas Siluio que en su coronacion se llamo Pió segundo, el qual no fue menos docto que religioso este dio á los Reyes de Aragón la ynvistidura de el Reyno de Ñapóles, siendo Don Fernando el que la recibió, y oy gozan de ella nuestros Catholicos Reyes. A el bendito Pió segundo subcedio Paulo segundo que tuvo la Santa Silla menos de 7 años, murió de ocasion de comerse en una cena dos melones subcedio a este Santo Pastor Sixto quarto, nación Ginoves, cuyo Pon¬tificado fue lleno de trabajos, y tribulaciones para la afli¬gida Ytalia. A nra cuenta este Sumo Pontífice tenia la Santa Silla quando el Topa Ynga mostraua su valor, y prudencia en aumenar su Ymperio sugetar sus enemigos, regalar á los estraños, y gratificar á los domésticos y a todos darles justas, y probechosas leyes. Bolvamos aora y veamos que Reyes te¬mamos en España durante estas temporadas. Acordémonos que tomamos la cuenta (para epilogar subcesos contem-poráneos de Ynga Yupangui, y su hijo Topa Ynga) desde el año de 1438 quando en ella reynaua Don Juan el segundo a el qual subcedio Enrique quarto su hijo y de Doña Maria su prima muger, este Rey caso con Doña Juana hija de el Rey Don Juan de Nauarra de cuio vientre nacieron (a buel- tas de su hija Beltrana) un millón de rebueltas y inquietu¬des pa nuestra España, mas bien las podemos llamar bienve-nidas; pues resulto de ellas venir a ser subcesora de los Reynos de Castilla la Catholica y valerosisima Reyna Doña Ysabel de gloriosa memoria, la qual (en aquellas vistas de los Toros de Guisando) fue declarada por subcesora ligiti¬ma de su hermano el Rey Enrico, y renunciada la Beltrana por la razón que dan las historias que de esto tratan. Caso esta Santissima Reyna con el Ynfante de Aragón Don Fer¬nando dignamente llamado el Catholico celebráronse estas bien abenturadas bodas en la Villa de Dueñas, y fue tan igual Ysabel para Fernando, y Fernando para Ysabel, que bien se dijo por este felice casamiento aquel refrán vulgar ygual con ygual que asi hacen en Dueñas: pues Doña Ysabel era Catholica, y birtuosissima, y hija de Don Juan el segundo de Castilla, y Don Fernando ansi mesmo virtuossisimo, y Catholico, y hijo de Don Juan el segundo de Aragón. Estos se comenzo en Maguncia, y de alli fue lleuada á Roma, el primero libro que salió á Luz en nro Mundo fue el de las diuinas instituciones de Lactancio firmiano, y los de la Ciu¬dad de Dios, de el diuino Augustino. A el Pontifice Eugenio 4 subcedio Nicolao 5 de nación Lucano, y aun bivia enton¬ces el Antipapa Félix faborecido de sus Basiliscos ansi lla¬mados, por auer sido electo en el Conciliábulo de Basilea el qual deshizo con mucha prudencia el Catholico Emperador de Alemania, que á la sazón tenia el Imperio Occidental. Federico tercero que poco despues caso dignamente con nr" Española Doña Leonor hija de el Rey Don Duarte de Portugal, y de mano de el Pontifice Nicolao recibieron en Roma las bendiciones nuptiales, y las coronas de yerro y oro comenzaron ansi mesmo en estos tiempos las preten¬siones que los Reyes de Aragón y Ñapóles tubieron sobre el Ducado de Milán por la clausula de el testamento de Philipo Vicecomte. Del Ymperio de Constantinopla no ter- nemos que decir mas de que por la multitud de nros pecados el Turco Mahametes lo gano á los Christianos el año de 1453, á 9 dias del mes de Abril, auiendo durado Constanti¬nopla en poder de Emperadores 1191 años contando desde el Magno, y Catholico Constantino se vino á ella por dejar á Roma desocupada para la Yglesia el año de 145 5. Murió santísimamente el Papa Nicolás 5 al qual subcedio Calixto Tercero, natural Español, nacido en Xativa Reyno de Va¬lencia llamóse primero Alonso Borja y fue Obispo de Va¬lencia de el Cid, en la qual vivia en aquel tiempo Sant Vicente Ferrer también en estos años se alcanzo aquella importante victoria ganada contra el Turco Mahametes so¬bre Belgrado a cuya causa se instituio (para rendir á Dios gracias por merced tan grande) la fiesta de la Transfigu¬ración. Como vino á la Santa Sede el bendito Borja, ya muy biejo, no vivió en el mas de tres años, y medio. Subcediole (meritissimamente) el Obispo de Sena, y Cardenal Eneas Siluio que en su coronacion se llamo Pió segundo, el qual no fue menos docto que religioso este dio á los Reyes de Aragón la ynvistidura de el Reyno de Ñapóles, siendo Don Fernando el que la recibió, y oy gozan de ella nuestros Catholicos Reyes. A el bendito Pió segundo subcedio Paulo segundo que tuvo la Santa Silla menos de 7 años, murió de ocasion de comerse en una cena dos melones subcedio a este Santo Pastor Sixto quarto, nación Ginoves, cuyo Pon¬tificado fue lleno de trabajos, y tribulaciones para la afli¬gida Ytalia. A nr" cuenta este Sumo Pontífice tenia la Santa Silla quando el Topa Ynga mostraua su valor, y prudencia en aumenar su Ymperio sugetar sus enemigos, regalar á los estraños, y gratificar á los domésticos y a todos darles justas, y probechosas leyes. Bolvamos aora y veamos que Reyes te¬níamos en España durante estas temporadas. Acordémonos que tomamos la cuenta (para epilogar subcesos contem-poráneos de Ynga Yupangui, y su hijo Topa Ynga) desde el año de 1438 quando en ella reynaua Don Juan el segundo a el qual subcedio Enrique quarto su hijo y de Doña Maria su prima muger, este Rey caso con Doña Juana hija de el Rey Don Juan de Nauarra de cuio vientre nacieron (a buel- tas de su hija Beltrana) un millón de rebueltas y inquietu¬des p" nuestra España, mas bien las podemos llamar bienve-nidas; pues resulto de ellas venir a ser subcesora de los Reynos de Castilla la Catholica y valerosísima Reyna Doña Ysabel de gloriosa memoria, la qual (en aquellas vistas de los Toros de Guisando) fue declarada por subcesora ligiti¬ma de su hermano el Rey Enrico, y renunciada la Beltrana por la razón que dan las historias que de esto tratan. Caso esta Santissima Reyna con el Ynfante de Aragón Don Fer¬nando dignamente llamado el Catholico celebráronse estas bien abenturadas bodas en la Villa de Dueñas, y fue tan igual Ysabel para Fernando, y Fernando para Ysabel, que bien se dijo por este felice casamiento aquel refrán vulgar ygual con ygual que asi hacen en Dueñas: pues Doña Ysabel era Catholica, y birtuosissima, y hija de Don Juan el segundo de Castilla, y Don Fernando ansi mesmo virtuossisimo, y Catholico, y hijo de Don Juan el segundo de Aragón. Estos Santos Reyes comenzauan a tener el Gouierno en nra. Es¬paña quando dejamos de tratar de Topa Yngayupangui, por hacer el epilogo que lleuauamos entre manos. En la Asia se hallaua pujante el victorioso, y soberuio Turco Mahametes (6 Emperador de los Otomanos) con verse Monarcha y Señor de la mal guardada Constantinopla, y aunque en la Ungria perdió la batalla y esperanza de aver á Belgrado, no por eso abajó sus pensamientos porque luego el año de 1457 se puso en arma y campo contra el Rey de la Persia llamado Assimbeyo Usum Casam de linage de los Tartaros, y aun¬que en la primera vista (sobre el Rio Eufrates) perdió una batalla, en la segunda se recupero, y dejo á su enemigo per¬didoso y vencido, y el tan ufano que bolvio las puntas de sus armas contra el Ymperio de Trapisonda en la qual era Emperador Colajani, y supo este Principe guardarla tan mal, y hallóse tan desapercebido en el tiempo de la necesidad que su Ymperio, casa y familia la vido de súbito en manos y poder de su capital enemigo. O adormecida providencia de los Principes porque que¬réis aguardar que el tropel de las armas enemigas os despier¬te? es por ventura por escusar las ordinarias espensas de las guarniciones, y presidios? es por ahorrar los gastos que se íleuan tras si las murallas Torres, baluartes y Castillos? no veis que mucho mas que esto (con auentajadas ventajas) se pierde y destroza el dia que vro enemigo os assalta una tie¬rra? y que demás de la humana y onorosa reputación que se pierde en perderla queda a cargo de vro descuido el daño he¬cho a vuestros vassallos perdidosos? abrid abril los ojos, y des¬pertad de el sueño de el olvido, y acordaos que jamas vro enemigo duerme no estimeis en poco á vro contra-rio por vil y apocado que sea abrid esos erarios, y tesore¬rías, y cerrad a vro enemigo la entrada despended las rentas de un año para asegurar á vros vassallos para siempre. Acor¬daos Principes Christianos que el darse poco á el Cardenal Condulmerio, por guardar el paso de el Bosphoro Tracio, y el tener dormida su providencia hizo (y dio lugar) que los Ginoveses se hiciessen ricos con el pasage de los Turcos tan a costa de la Christiandad, y el Turco Amurates pujante y vencedor en la Europa tan en daño nro y el descuido, y poca prevención de el Emperador Cola Janis le metió por sus puertas á el enemigo Mahametes. No quiero poner aquí el profundo sueño en que esta durmiendo este Ymperio Oc¬cidental de las Yndias, porque vernan tiempos que el estre¬pido de la Artillería Scismatica le despierte muy en su daño. No paro en la victoria de Trapisonda el pujante y encarni¬zado Mahametes; porque luego fue sobre Corinthio (que estaua por la Señoría veneciana) y la gano y luego acome¬tió á Dauid Rey de la Misia, y le tomó el Reyno, y lo mato en el Campo y si no le fueran impedimento las armas de Tumunbeyo (intimo amigo de nuestro Papa Calixto, que por la parte de Asia le yva ganando la tierra y conturbando el Ymperio) la Ytalia y el resto de nuestra Europa corria notable peligro, estas victorias le lleuaron á Metelina (que es la antigua Lesbos) y victorioso y pujante lo metieron en ella: todas estas cosas yvan subcediendo en Asia el mismo tiempo que en nro Piru subcedian las que dejamos contadas. De Aphrica diremos que se ardia en guerras; porque siendo muerto a traycion Abdulac (Rey ultimo de el linage de los Benimerines) un Ciudadano de Fez llamado el Xerife (con fauor de la pleue) se auia alzado por el Rey de la Maurita¬nia, Fingitania, y á esta causa todos los Xeques, y Caudillos que estauan á la devocion del muerto Rey tomaron las ar¬mas contra el Xerife, mostrose claro enemigo de este nuevo Tirano un Said el Otaci que ya estaua apoderado de la Vi¬lla de Arcila, y saco su gente en Campaña para yr a acercar á el Xerife dentro en Fez donde estaua encastillado, y lo que á el fin gano de tal viage fue que en su ausencia Don Alonso Rey de Portugal le tomó á Arcilla, y en ella á su muger y hijos y desconfiado y a Said de recobrar su Villa bolvio a apretar el cerco de Fez, y al cabo lo gano y el Xe¬rife se fue huiendo á Túnez, y de este Said comenzaron los Reyes de el linage de los Beni Otacis a quien despues en nro" Santos Reyes comenzauan a tener el Gouierno en n™. Es¬paña quando dejamos de tratar de Topa Yngayupangui, por hacer el epilogo que lleuauamos entre manos. En la Asia se hallaua pujante el victorioso, y soberuio Turco Mahametes (6 Emperador de los Otomanos) con verse Monarcha y Señor de la mal guardada Constantinopla, y aunque en la Ungria perdió la batalla y esperanza de aver á Belgrado, no por eso abajó sus pensamientos porque luego el año de 14$7 se puso en arma y campo contra el Rey de la Persia llamado Assimbeyo Usum Casam de linage de los Tartaros, y aun¬que en la primera vista (sobre el Rio Eufrates) perdió una batalla, en la segunda se recupero, y dejo á su enemigo per¬didoso y vencido, y el tan ufano que bolvio las puntas de sus armas contra el Ymperio de Trapisonda en la qual era Emperador Colajani, y supo este Principe guardarla tan mal, y hallóse tan desapercebido en el tiempo de la necesidad que su Ymperio, casa y familia la vido de súbito en manos y poder de su capital enemigo. O adormecida providencia de los Principes porque que- reis aguardar que el tropel de las armas enemigas os despier¬te? es por ventura por escusar las ordinarias espensas de las guarniciones, y presidios? es por ahorrar los gastos que se lleuan tras si las murallas Torres, baluartes y Castillos? no veis que mucho mas que esto (con auentajadas ventajas) se pierde y destroza el dia que vro enemigo os assalta una tie¬rra? y que demás de la humana y onorosa reputación que se pierde en perderla queda a cargo de vro descuido el daño he¬cho a vuestros vassallos perdidosos? abrid abril los ojos, y des¬pertad de el sueño de el olvido, y acordaos que jamas v™ enemigo duerme no estimeis en poco á vro contra¬rio por vil y apocado que sea abrid esos erarios, y tesore- rias, y cerrad a vro enemigo la entrada despended las rentas de un año para asegurar á vro" vassallos para siempre. Acor¬daos Principes Christianos que el darse poco á el Cardenal Condulmerio, por guardar el paso de el Bosphoro Tracio, y el tener dormida su providencia hizo (y dio lugar) que los Ginoveses se hiciessen ricos con el pasage de los Turcos tan a costa de la Christiandad, y el Turco Amurates pujante y vencedor en la Europa tan en daño nro y el descuido, y poca prevención de el Emperador Cola Janis le metió por sus puertas á el enemigo Mahametes. No quiero poner aquí el profundo sueño en que esta durmiendo este Ymperio Oc¬cidental de las Yndias, porque vernan tiempos que el estre¬pido de la Artillería Scismatica le despierte muy en su daño. No paro en la victoria de Trapisonda el pujante y encarni¬zado Mahametes; porque luego fue sobre Corinthio (que estaua por la Señoría veneciana) y la gano y luego acome¬tió á Dauid Rey de la Misia, y le tomó el Reyno, y lo mato en el Campo y si no le fueran impedimento las armas de Tumunbeyo (intimo amigo de nuestro Papa Calixto, que por la parte de Asia le yva ganando la tierra y conturbando el Ymperio) la Ytalia y el resto de nuestra Europa corría notable peligro, estas victorias le lleuaron á Metelina (que es la antigua Lesbos) y victorioso y pujante lo metieron en ella: todas estas cosas yvan subcediendo en Asia el mismo tiempo que en nru Piru subcedian las que dejamos contadas. De Aphrica diremos que se ardia en guerras; porque siendo muerto a traycion Abdulac (Rey ultimo de el linage de los Benimerines) un Ciudadano de Fez llamado el Xerife (con fauor de la pleue) se auia alzado por el Rey de la Maurita¬nia, Fingitania, y á esta causa todos los Xeques, y Caudillos que estauan á la devocion del muerto Rey tomaron las ar¬mas contra el Xerife, mostrose claro enemigo de este nuevo Tirano un Said el Otaci que ya estaua apoderado de la Vi¬lla de Arcila, y saco su gente en Campaña para yr a acercar á el Xerife dentro en Fez donde estaua encastillado, y lo que á el fin gano de tal viage fue que en su ausencia Don Alonso Rey de Portugal le tomó á Arcilla, y en ella á su muger y hijos y desconfiado y a Said de recobrar su Villa bolvio a apretar el cerco de Fez, y al cabo lo gano y el Xe-rife se fue huiendo á Túnez, y de este Said comenzaron los Reyes de el linage de los Beni Otacis a quien despues en n™" tiempos lo quitaron los Xerifes. Bien será bolver la pluma a el desasosiego y escandalo en que á Topa Yngayupangui pu¬sieron sus propios deudos y domésticos, como lo apuntamos á el fin de el precedente Capitulo lo qual paso ansi. Para las visitas generales que este Rey bizo, y pensaua bacer nom¬bro por Juez unibersal de ellas a un varón de mucha confian¬za, hermano suyo llamado Topa capac a quien su muger Mama Ocllo amaua mucho, tanto por ser su hermano quan¬to por serle muy obediente a todo lo que se le encargaua. A este dio Topa Ynga comision y licencia para que en las Pro¬vincias que vissitasse aplicase para si los criados y posesiones de tierras que bien le estubiessen (y todo esto con animo y deseo de hacerlo rico) y el hermano y visitador general hi- zolo también que so color de criados, y domésticos suyos dejó fuera de la visita gran suma de Yndios (casi con titulo de vassallos suyos) con los principales de los quales dejó tra¬tado de que se alcanzassen, y quitassen la obediencia á su hermano, y la diessen á el, que los trataria con mas suauidad que su hermano los trataua, y con estas promessas, (y otras muchas que les deuio hacer) quedauan de acuerdo quando los embiasse á llamar acudiessen con gentes, y armas, final¬mente el acabo su visita, y dejó entablado su juego, y se vino á el Cuzco donde dio á su hermano la cuenta que quiso de el oficio y cargo que le encomendo. En el Cuzco se comenzo a tratar Topa Capac con mucha, pompa y magestad, y co¬mo no puede permanecer el secreto de que muchos partici¬pan, subcedio que estando el Topa Ynga en unas fiestas en el Pueblo de Pacaritambo (donde auia acabado de armar Cauallero á su hijo Topa Ayarmango) le fué hecho en pu¬ridad como su hermano Topa Capac se determinaua alzar con el Cuzco durante aquella ausencia que de el hacia. Lo qual oydo por Topa Ynga (con los achaques mas verisimiles que á el le pareció) se partió para el Cuzco donde (con re¬porte de hombre prudente) hizo información secreta de lo que se le auia dicho, y con el menos alboroto que pudo prendió á su hermano, y por hallarlo muy culpado de trai¬dor y desleal le hizo cortar la cabeza á el ya todos sus Con- segeros, y a los hechiceros que auian seguido su opinion, y luego sin alargar el tiempo salió de el Cuzco á hacer casti¬go en los fautores y cómplices en la maldad de su hermano, y hizo grandissimo estrago en aquellos contra quien resul- taua culpa por pequeña parte que fuesse. A cabo de auer derramado infinita cantidad de sangre hizo juntar en el Pueblo de Yanayaco mas de seis mil Yndios de aquellos que estauan ya forjando lanzas para yr contra el Cuzco, su hermana y mujer Mama ocllo (que siempre le auia seguido) como viesse cercana á la muerte tan gran multitud de hombres, con las mas tiernas, y amorosas pala¬bras, que ella pudo le comenzo á suplicar que amansase su yra, y se tubiesse ya por satisfecho con la muerte de tantos como auia quitado la vida, y que pues de matar á aquellos no se seguía fructo alguno, y para escarmiento de los demás bastauan mas de mil que eran muertos que perdonase aque¬lla multitud, y los aplicasse para el seruicio de sus Guacas, ganados y sementeras, y también para pagar á muchas obli-gaciones que estauan pendientes de su misma conciencia. Dijo estas cosas la piadosa Señora con tanto afecto, y la¬grimas que movio á Topa Ynga a que concediese su peti¬ción, y ruego, y ansi fue hecho alli perdón general: con cargo que todo se tubiessen por aplicados para las Guacas ganados, y sementeras de los Yngas: y mandó que jamas nin¬guno de aquellos fuesse puesto en las visitas generales que se hiciessen y ansi fue cumplido y hecho y porque el lugar donde este general indulto se gano y concedio, se llamase Yanayaco todos los alli perdonados se llamaron de tal nom¬bre de manera que fue su nombre de los aplicados para su seruicio particular y casero Yanayaco cona, y despues para acomodar mejor á la lengua un vocablo tan derramado y largo sincopáronlo, quitándole de en medio aquella discion yaco, y ansi los tales seruidores que no están sugetos á visi¬tas sino que tienen a cargo el ministerio de las haciendas de sus Señores son llamados Yanacona, y de este nombre usa- tiempos lo quitaron los Xerifes. Bien será bolver la pluma a el desasosiego y escandalo en que á Topa Yngayupangui pu-sieron sus propios deudos y domésticos, como lo apuntamos á el fin de el precedente Capitulo lo qual paso ansi. Para las visitas generales que este Rey hizo, y pensaua hacer nom¬bro por Juez unibersal de ellas a un varón de mucha confian¬za, hermano suyo llamado Topa capac a quien su muger Mama Ocllo amaua mucho, tanto por ser su hermano quan¬to por serle muy obediente a todo lo que se le encargaua. A este dio Topa Ynga comision y licencia para que en las Pro¬vincias que vissitasse aplicase para si los criados y posesiones de tierras que bien le estubiessen (y todo esto con animo y deseo de hacerlo rico) y el hermano y visitador general hi- zolo también que so color de criados, y domésticos suyos dejó fuera de la visita gran suma de Yndios (casi con titulo de vassallos suyos) con los principales de los quales dejó tra¬tado de que se alcanzassen, y quitassen la obediencia á su hermano, y la diessen á el, que los trataría con mas suauidad que su hermano los trataua, y con estas promessas, (y otras muchas que les deuio hacer) quedauan de acuerdo quando los embiasse á llamar acudiessen con gentes, y armas, final¬mente el acabo su visita, y dejó entablado su juego, y se vino á el Cuzco donde dio á su hermano la cuenta que quiso de el oficio y cargo que le encomendo. En el Cuzco se comenzo a tratar Topa Capac con mucha, pompa y magestad, y co¬mo no puede permanecer el secreto de que muchos partici¬pan, subcedio que estando el Topa Ynga en unas fiestas en el Pueblo de Pacaritambo (donde auia acabado de armar Cauallero á su hijo Topa Ayarmango) le fué hecho en pu¬ridad como su hermano Topa Capac se determinaua alzar con el Cuzco durante aquella ausencia que de el hacia. Lo qual oydo por Topa Ynga (con los achaques mas verisimiles que á el le pareció) se partió para el Cuzco donde (con re¬porte de hombre prudente) hizo información secreta de lo que se le auia dicho, y con el menos alboroto que pudo prendió á su hermano, y por hallarlo muy culpado de trai¬dor y desleal le hizo cortar la cabeza á el y a todos sus Con- segeros, y a los hechiceros que auian seguido su opinion, y luego sin alargar el tiempo salió de el Cuzco á hacer casti¬go en los fautores y cómplices en la maldad de su hermano, y hizo grandissimo estrago en aquellos contra quien resul- taua culpa por pequeña parte que fuesse. A cabo de auer derramado infinita cantidad de sangre hizo juntar en el Pueblo de Yanayaco mas de seis mil Yndios de aquellos que estauan ya forjando lanzas para yr contra el Cuzco, su hermana y mujer Mama ocllo (que siempre le auia seguido) como viesse cercana á la muerte tan gran multitud de hombres, con las mas tiernas, y amorosas pala¬bras, que ella pudo le comenzo á suplicar que amansase su yra, y se tubiesse ya por satisfecho con la muerte de tantos como auia quitado la vida, y que pues de matar á aquellos no se seguía fructo alguno, y para escarmiento de los demás bastauan mas de mil que eran muertos que perdonase aque¬lla multitud, y los aplicasse para el seruicio de sus Guacas, ganados y sementeras, y también para pagar á muchas obli-gaciones que estauan pendientes de su misma conciencia. Dijo estas cosas la piadosa Señora con tanto afecto, y la¬grimas que movio á Topa Ynga a que concediese su peti¬ción, y ruego, y ansi fue hecho alli perdón general: con cargo que todo se tubiessen por aplicados para las Guacas ganados, y sementeras de los Yngas: y mandó que jamas nin-guno de aquellos fuesse puesto en las visitas generales que se hiciessen y ansi fue cumplido y hecho y porque el lugar donde este general indulto se gano y concedio, se llamase Yanayaco todos los alli perdonados se llamaron de tal nom¬bre de manera que fue su nombre de los aplicados para su seruicio particular y casero Yanayaco cona, y despues para acomodar mejor á la lengua un vocablo tan derramado y largo sincopáronlo, quitándole de en medio aquella discion yaco, y ansi los tales seruidores que no están sugetos á visi¬tas sino que tienen a cargo el ministerio de las haciendas de sus Señores son llamados Yanacona, y de este nombre usa¬mos el dia de oy los Españoles, con aquellos que nos sirven en casa sin ser Jornaleros ni Mytayos. Pasado este trance tomó motiuo para reducir á pueblos y congregaciones de el Topa Yngayupangui los ,que aun hasta entonces bivian en caserías, y en cuebas y sombrajos en las montañas quebra¬das, y cerros mando también que todos se poblassen en luga¬res llanos, y haciéndoles olvidar los riscos y asperezas á los que eran inclinados á ellas. En los tales pueblos (ya re-ducidos a congregación) criava por Caciques, y Principa¬les á los que allaua de mejor entendimiento y mas capacidad para governar á los demás y a los tales mejórales en las par¬ticiones que mando hacer de las tierras de labor, y mandó á la gente pleveya que de comunidad le hiciessen las semen¬teras á los Caciques Governadores, y Mandones. Dioles que á los tales Caciques subcediessen los hijos mayores, con tal que fuessen legítimos, y tenian por legítimos aquellos que nacían de la Mamaguarmi, que era la muger que le daua (o mandaua dar) el Ynga ó su lugar teniente, y sino auia hijo ligitimo para heredero éralo el hermano nacido despues de el, y si de todo punto faltaua subcesor criaua el Ynga de nuevo el Yndio que le parecía ser mas suficiente para el tal gouierno, y á los tales el Ynga les daua mugeres de aquellas guardadas en los Ayllos que eran ciertas casas a manera de monasterios; donde estauan de fidelisima custodia tres orde¬nes (o estados) de mugeres en esta manera. Los Tucuiricos (que digimos ser veedores generales) tenian cuenta de bus¬car por toda la tierra de su jurisdicción las mozas más her¬mosas y de mejor donayre; y estas auian de ser de doce o ca¬torce años, y las que ansi allauan embiabanlas á el Cuzco donde eran puestas debajo la custodia y amparo de aquel combento (o monasterio) que digimos llamarse Ayllo de estas ansi embiadas resultauan las tres ordenes por esta for¬ma á las mas ancianas (cuyo oficio era enseñar mandar y guardar á las demás) llamauan Mama Aclla, á las que eran de mas aventajada hermosura (y tales que a su juicio) po¬dían parecer ante el Sol, y ante el Ynga cuya edad era de 15 hasta 25 años, llamauan Guayor Aclla. Otras recien en¬tradas de edad de 12 hasta 15 años eran llamadas Sayapayas las quales yvan entrando en el lugar de las que yvan salien¬do porque siempre el Ynga repartia entre los Señores y Ca¬ciques aquellas que digimos llamarse Guayor Aclla, y como yvan saliendo unas yvan entrando otras, y siempre eran aplicadas para el las que a todas excedian en belleza, y de estas partia con el Sol, que era quedarse el con todo. Auia grandes penas puestas (y egecutauanse con preciso rigor) contra aquellos que se atreuian desonestamente a entrar en aquel convento o regimiento de aquestas mugeres, y si al¬guno delinquía con alguna los ataban bibos juntos, y muy liados los colgauan. Y para conservación de esta manera de doncellas tenia muchas leyes puestas que contarlas seria ha¬cer demasiada digresión. Mandó Topa Ynga pregonar por todo su Ymperio que el que quisiesse ser mercader (*) libremente andar por toda la tierra sin que persona alguna les fuesse molesto so graues penas, y mando que huviesse ferias y mercados en cada Pro¬vincia, y esto a fin de que si acaso alguno trugesse Oro Pla¬ta, ó piedras de valor fuese embargado, y cfigesse y declaras- se (sin dolo ni engaño) de donde le auia traydo, y quien se le auia dado, para que por esta via se descubriesse el naci-miento y mina de el tal oro plata y piedra, y no fue vana es¬ta diligencia porque mediante ella fueron descubiertas in¬finitas minas prosperas, y ricas. Este Topa Yngayupangui fue el que con la viveza de su claro juicio vino a conocer el mouimiento de el Sol y cayo en la cuenta de los doce meses de el año (y como si fuera liceonado de algún Romano) ansi fue dando a cada mes el atributo y nombre que natu¬ralmente le pertenece. Solo se diferenciaua á nra cuenta en que nosotros contamos el año desde Enero y el lo hizo co¬menzar por Diciembre, á el qual mes llamó Raymi y en el se hacian y celebrauan los mas principales sacrificios y fies¬tas de todo el año. En este mes se dedicauan á la cavalleria (!) pudiese. mos el dia de oy los Españoles, con aquellos que nos sirven en casa sin ser Jornaleros ni Mytayos. Pasado este trance tomó motiuo para reducir á pueblos y congregaciones de el Topa Yngayupangui los que aun hasta entonces bivian en caserías, y en cuebas y sombrajos en las montañas quebra¬das, y cerros mando también que todos se poblassen en luga¬res llanos, y haciéndoles olvidar los riscos y asperezas á los que eran inclinados á ellas. En los tales pueblos (ya re¬ducidos a congregación) criava por Caciques, y Principa¬les á los que allaua de mejor entendimiento y mas capacidad para governar á los demás y á los tales mejórales en las par¬ticiones que mando hacer de las tierras de labor, y mandó á la gente pleveya que de comunidad le hiciessen las semen¬teras á los Caciques Governadores, y Mandones. Dioles que á los tales Caciques subcediessen los hijos mayores, con tal que fuessen legítimos, y tenian por legítimos aquellos que nacian de la Mamaguarmi, que era la muger que le daua (o mandaua dar) el Ynga ó su lugar teniente, y sino auia hijo ligitimo para heredero éralo el hermano nacido despues de el, y si de todo punto faltaua subcesor criaua el Ynga de nuevo el Yndio que le parecía ser mas suficiente para el tal gouierno, y á los tales el Ynga les daua mugeres de aquellas guardadas en los Ayllos que eran ciertas casas a manera de monasterios; donde estauan de fidelísima custodia tres orde¬nes (o estados) de mugeres en esta manera. Los Tucuiricos (que digimos ser veedores generales) tenian cuenta de bus-car por toda la tierra de su jurisdicción las mozas más her¬mosas y de mejor donayre; y estas auian de ser de doce o ca¬torce años, y las que ansi allauan embiabanlas á el Cuzco donde eran puestas debajo la custodia y amparo de aquel combento (o monasterio) que digimos llamarse Ayllo de estas ansi embiadas resultauan las tres ordenes por esta for¬ma á las mas ancianas (cuyo oficio era enseñar mandar y guardar á las demás) llamauan Mama Aclla, á las que eran de mas aventajada hermosura (y tales que a su juicio) po¬dían parecer ante el Sol, y ante el Ynga cuya edad era de 15 hasta 25 años, llamauan Guayor Aclla. Otras recien en¬tradas de edad de 12 hasta 15 años eran llamadas Sayapayas las quales yvan entrando en el lugar de las que yvan salien¬do porque siempre el Ynga repartía entre los Señores y Ca¬ciques aquellas que digimos llamarse Guayor Aclla, y como yvan saliendo unas yvan entrando otras, y siempre eran aplicadas para el las que a todas excedían en belleza, y de estas partía con el Sol, que era quedarse el con todo. Auia grandes penas puestas (y egecutauanse con preciso rigor) contra aquellos que se atreuian desonestamente a entrar en aquel convento o regimiento de aquestas mugeres, y si al¬guno delinquía con alguna los ataban bibos juntos, y muy liados los colgauan. Y para conservación de esta manera de doncellas tenia muchas leyes puestas que contarlas seria ha¬cer demasiada digresión. Mandó Topa Ynga pregonar por todo su Ymperio que el que quísiesse ser mercader (') libremente andar por toda la tierra sin que persona alguna les fuesse molesto so graues penas, y mando que huviesse ferias v mercados en cada Pro¬vincia, y esto a fin de que si acaso alguno trugesse Oro Pla¬ta, ó piedras de valor fuese embargado, y digesse y declaras- se (sin dolo ni engaño) de donde le auia traydo, y quien se le auia dado, para que por esta via se descubriesse el naci-miento y mina de el tal oro plata y piedra, y no fue vana es¬ta diligencia porque mediante ella fueron descubiertas in¬finitas minas prosperas, y ricas. Este Topa Yngayupangui fue el que con la viveza de su claro juicio vino a conocer el mouimiento de el Sol y cayo en la cuenta de los doce meses de el año (y como si fuera liceonado de algún Romano) ansi fue dando a cada mes el atributo y nombre que natu¬ralmente le pertenece. Solo se diferenciaua á n™ cuenta en que nosotros contamos el año desde Enero y el lo hizo co¬menzar por Diciembre, á el qual mes llamó Raymi y en el se hacian y celebrauan los mas principales sacrificios y fies¬tas de todo el año. En este mes se dedicauan á la cavalleria í1) pudiese. y honra militar, los muchachos Yngas, y en el mando el Ynga que se celebrasen los Tocochicos, y Guarachicos, y Ru- tuchicos que difusamente se solían celebrar entre año, y á los muchachos (en señal de nobleza) los azotauan los viejos con sus hondas, y les untauan el rostro con sangre de los sa¬crificios. A la celebración de estas fiestas mando el Ynga que no se hallase ningún forastero sino que todos saliessen de el Cuzco, hasta cierto dia por el señalado, y en este dia de la buelta eran combidados con ciertos vollos amasados por manos de las virgines recogidas con sangre de los sacrificios, y esto se hacia en omenage de confederación, y fidelidad con el Emperador Ynga sacrificauanse muchos Carneros y quemauanse con leña olorosa, y labrada, y trayanse ante la estatua del Sol y del Trueno y del Rayo, y de otros Ydolos acabauanse estas fiestas con grandes bayles a quien llamauan Capac Raymi, que quiere decir princesa de las fiestas (o bayle rico). A el mes que corresponde a n'° Enero llamó Topa Ynga Pura opiayquiz, ó Camay hacíanse en el grandes ceremonias, y sacrificios y las cenizas remanientes de ellos las hechauan por los arroyos creyendo que con ellas se yban los pecados, y males de la república. El mes de Febrero era llamado Hatum pucui en el se sa- crificauan cient Carneros con infinitas supresticiones, y ceremon.as. Sacrificauanse ansi mesmo en el quarto mes a quien el Ynga llamó Pachapucui cient Carneros negros este corres¬ponde a nuestro Marzo. Ariguaquiz llamó a el Mes de Abril sacrificauanse en el cient corderos pintados. A nuestro Mes de Mayo llamó el Ynga Hatum cuzquiay- moray: en este mes hacian los Yndios muchas, y muy ale¬gres fiestas porque como trayan el Mayz nuevo de sus se¬menteras tenian bastantemente con que hacer sus vevidas, cantauan en este mes las cantinelas que llaman Aymoray con mucha concordancia y melodía sacrificauan Carneros de todas colores. Al Séptimo mes (que es nr0 Junio) llamó Topa Ynga Aucay cuzqui, y en el se hacian las fiestas á el Sol a quien llamauan Inti Raymi, y en su honor se sacrificauan cient Carneros, de los montesses y cerreros hacian en este mes gran suma de estatuas de madera, y aunque toscamente la¬bradas, vestíanlas muy galanas á su modo, ansi de abito de hombre como de muger, y en torno de ellas derramauan muchas flores, y venían los Principales, y Yndios muy com¬puestos, y baylauan con mucho concierto ciertos bayles a quien llamauan Cayo. A nuestro mes de Julio llamauan Chaguaguarquis en el sacrificauan cient Carneros Pardos con no menos ceremonias que las dichas. Yapaquiz llamó el Ynga a el mes que corresponde á nro Agosto sacrificauanse en el 100 Corderos castaños de- gollauanse y quemauanse mil Cuyes en honor de el yelo y del ayre y del Agua porque no les dañassen las sementeras. Al décimo mes á la cuenta de el Ynga (que viene a ser nuestro Septiembre) llamó Coya Raimi en el se celebraban grandes, y solemnes fiestas, especial una llamada Citua en la qual se congregauan todos los Yndios de el Cuzco en una Plaza antes que se mostrase la Luna nueua, y en viéndola apuntar dauan grandes voces diciendo baya el mal fuera, y en señal de regocijo dauanse los unos á los otros, con manojos de paja encendidos que traían en las manos a quien llamauan Pancones, y acabada esta algazara, y folla se yva cada uno á un arroyo o fuente y se lauauan, y luego yban y sacrifi¬caban 100 carneros blancos lanudos, y luego bebian quatro dias, al cabo de los quales las Mamaconas (que son aquellas que estauan en clausura en la casa del Sol) sacauan mu-chos bollos, amasados con sangre de los sacrificios, y a cada uno de los forasteros dauan un bocado, y á las Guacas y Templos de todo el Revno embiauan su parte de aquella masa, y también á los Caciques mas Principales que estauan y honra militar, los muchachos Yngas, y en el mando el Ynga que se celebrasen ios Tocochicos, y Guarachicos, y Ru- tuchicos que difusamente se solian celebrar entre año, y á los muchachos (en señal de nobleza) los azotauan los viejos con sus hondas, y les untauan el rostro con sangre de los sa¬crificios. A la celebración de estas fiestas mando el Ynga que no se hallase ningún forastero sino que todos saliessen de el Cuzco, hasta cierto dia por el señalado, y en este dia de la buelta eran combidados con ciertos vollos amasados por manos de las virgines recogidas con sangre de los sacrificios, y esto se hacia en omenage de confederación, y fidelidad con el Emperador Ynga sacrificauanse muchos Carneros y quemauanse con leña olorosa, y labrada, y trayanse ante la estatua del Sol y del Trueno y del Rayo, y de otros Ydolos acabauanse estas fiestas con grandes bayles a quien llamauan Capac Raymi, que quiere decir princesa de las fiestas (o bayle rico). A el mes que corresponde a nro Enero llamó Topa Ynga Pura opiayquiz, ó Camay hacíanse en el grandes ceremonias, y sacrificios y las cenizas remanientes de ellos las hechauan por los arroyos creyendo que con ellas se yban los pecados, y males de la república. El mes de Febrero era llamado Platum pucui en el se sa- crificauan cient Carneros con infinitas supresticiones, y ceremon.as. Sacrificauanse ansi mesmo en el quarto mes a quien el Ynga llamó Pachapucui cient Carneros negros este corres¬ponde a nuestro Marzo. Ariguaquiz llamó a el Mes de Abril sacrificauanse en el cient corderos pintados. A nuestro Mes de Mayo llamó el Ynga Hatum cuzquiay- moray: en este mes hacian los Yndios muchas, y muy ale¬gres fiestas porque como trayan el Mayz nuevo de sus se¬menteras tenian bastantemente con que hacer sus vevidas, cantauan en este mes las cantinelas que llaman Aymoray con mucha concordancia y melodía sacrificauan Carneros de todas colores. Al Séptimo mes (que es nro Junio) llamó Topa Ynga Aucay cuzqui, y en el se hacian las fiestas á el Sol a quien llamauan Inti Raymi, y en su honor se sacrificauan cient Carneros, de los montesses y cerreros hacian en este mes gran suma de estatuas de madera, y aunque toscamente la¬bradas, vestíanlas muy galanas á su modo, ansi de abito de hombre como de muger, y en torno de ellas derramauan muchas flores, y venían los Principales, y Yndios muy com¬puestos, y baylauan con mucho concierto ciertos bayles a quien llamauan Cayo. A nuestro mes de Julio llamauan Chaguaguarquis en el sacrificauan cient Carneros Pardos con no menos ceremonias que las dichas. Yapaquiz llamó el Ynga a el mes que corresponde á nr" Agosto sacrificauanse en el 100 Corderos castaños de- gollauanse y quemauanse mil Cuyes en honor de el yelo y del ayre y del Agua porque no les dañassen las sementeras. Al décimo mes á la cuenta de el Ynga (que viene a ser nuestro Septiembre) llamó Coya Raimi en el se celebraban grandes, y solemnes fiestas, especial una llamada Cítua en la qual se congregauan todos los Yndios de el Cuzco en una Plaza antes que se mostrase la Luna nueua, y en viéndola apuntar dauan grandes voces diciendo baya el mal fuera, y en señal de regocijo dauanse los unos á los otros, con manojos de paja encendidos que traian en las manos a quien llamauan Pancones, y acabada esta algazara, y folla se yva cada uno á un arroyo o fuente y se lauauan, y luego yban y sacrifi¬caban 100 carneros blancos lanudos, y luego bebian quatro dias, al cabo de los quales las Mamaconas (que son aquellas que estauan en clausura en la casa del Sol) sacauan mu-chos bollos, amasados con sangre de los sacrificios, y a cada uno de los forasteros dauan un bocado, y á las Guacas y Templos de todo el Reyno embinuan su parte de aquella masa, y también á los Caciques mas Principales que estauan ausentes todo ello en señal de amistad, y reconciliación con el Ynga. El onceno mes (correspondiente á nuestro Octubre) fue llamado por Topa Ynga Orna Raymi Puchaiquiz sa¬crificábanse en el 100 carneros, y si acaso sentían las se¬menteras faltas de agua tomauan los Sacerdotes del Sol un Carnero negro, y atauanlo de pies, y manos, y ponianlo en medio de un llano, y cantando ciertos versos (obscuros para el vulgo) derramauan en torno del Carnero mucha Chicha, y sin darle de comer lo dejauan estar alli hasta que lloviesse. El ultimo y do ceno mes fue llamado Ayamarca, sacri¬ficauanse en el otros tantos Carneros como en los demás de el año este mes responde á nro Nobiembre: celebrauasse en el cierta fiesta llamada Raymi Canea rayquiz, y también se llamaua Ytu Raymi, era que los muchachos que el mes si¬guiente se auian de sacar a armar Caualleros, ó se auian de horadar las orejas ó tresquilar ó poner zaragueles salían con los viejos ha de hacer cierta reseña con muy alegres mudan¬zas, y muy supresticiosas ceremonias. Esta orden de repar¬tir el año puso Topa Yngayupangui, y las antiguas fiestas y sacrificios que se solian celebrar (quando á los naturales se les antojaua) las aplico á Meses y dias y tiempos señalados, fuera de los quales no se podían celebrar para que en todo huviesse orden y concierto. Historia y libro de por si era menester para tratar y recopilar las leyes fueros pregmati- cas, y estatutos que Topa Ynga hizo para el buen Govierno de su República, y conservación de su Ymperio, mas con¬tentémonos con haver tomado de los hechos, y cosas de este Principe lo que basta para la variación de nra obra. Su fin y muerte pornemos en el Capitulo que se sigue desde donde se comenzaran a tratar cosas mas llegadas á nuestras noti¬cias. Cap. 20. de la muerte de Topa Yngayupangui y de la Co¬ronación de su hijo Guayna Capac y de una con¬juración que se hizo contra el nuebo Rey Ynga y de muchas, y varias cosas que yban subcedien- do en el Mundo en esta temporada. En grande obligación le queda una República á su Prin¬cipe y Rey quando la enoblece con anchos y estendidos términos, y con sus industrias armas y buenos medios le ha¬ce ganar nombre famoso entre las demás repúblicas y mu¬cho mas quedara obligada a el amor y fidelidad de su Se¬ñor quando sobre lo dicho la ylustra y ennoblece con santas justas y Religiosas leyes porque mediante ellas se conserve en paz lo que con las armas se ganó en guerras, pues si bien sea atendido, y atentamente leydo el discurso y vida de el Topa Yngayupangui se abra colegido de el animo y valor en las armas para ampliar con ellas su Ymperio, y pruden¬cia y discreción en sus leyes para perpetuarlo con ellas, y no sabré decir por qual de estas dos eroycas virtudes que en el se hallaron, merezca mayor nombre: fue tan riguroso y egecutivo, en la pugnicion y castigo de los transgresores de las leyes por el puestas que fue notado de algunos de cruel, y inexorable. Hizo en el Cuzco (para castigo de ma¬los y espantajo de buenos) cárceles y prisiones de tan extra¬ño horror que sus vasallos (J) con sola la noticia que de sus estrañezas oyan contar. Hizo en Sanga Cancha una mazmo¬rra soterriza de tantas puertas ambages, y rebueltas que casi quizo ymitar á la morada de el Mino Tauro de Creta, y to¬da ella sembrada de agudos pedernales, y poblado de anima¬les fieros metidos y mantenidos alli, para aumentar el es¬panto á los hombres, ansi como eran Leones Tigres Osos, y por el suelo entre el pauimento de pedernales mucha can¬tidad de sapos, y culebras, y biboras traído todo aquesto de la tierra y Provincia de los Andes. Tal cárcel como esta era (*) temblauan. ausentes todo ello en señal de amistad, y reconciliación con el Ynga. El onceno mes (correspondiente á nuestro Octubre) fue llamado por Topa Ynga Orna Raymi Puchaiquiz sa¬crificábanse en el 100 carneros, y si acaso sentian las se¬menteras faltas de agua tomauan los Sacerdotes del Sol un Carnero negro, y atauanlo de pies, y manos, y ponianlo en medio de un llano, y cantando ciertos versos (obscuros para el vulgo) derramauan en torno del Carnero mucha Chicha, y sin darle de comer lo dejauan estar alli hasta que lloviesse. El ultimo y doceno mes fue llamado Ayamarca, sacri¬ficauanse en el otros tantos Carneros como en los demás de el año este mes responde á nro Nobiembre: celebrauasse en el cierta fiesta llamada Raymi Canea rayquiz, y también se llamaua Ytu Raymi, era que los muchachos que el mes si¬guiente se auian de sacar a armar Caualleros, ó se auian de horadar las orejas ó tresquilar ó poner zaragueles salían con los viejos ha de hacer cierta reseña con muy alegres mudan¬zas, y muy supresticiosas ceremonias. Esta orden de repar¬tir el año puso Topa Yngayupangui, y las antiguas fiestas y sacrificios que se solían celebrar (quando á los naturales se les antojaua) las aplico á Meses y dias y tiempos señalados, fuera de los quales no se podían celebrar para que en todo huviesse orden y concierto. Historia y libro de por si era menester para tratar y recopilar las leyes fueros pregmati- cas, y estatutos que Topa Ynga hizo para el buen Govierno de su República, y conservación de su Ymperio, mas con¬tentémonos con haver tomado de los hechos, y cosas de este Principe lo que basta para la variación de nra obra. Su fin y muerte pornemos en el Capitulo que se sigue desde donde se comenzaran a tratar cosas mas llegadas á nuestras noti¬cias. Cap. 20. de la viuerte de Topa Yngayupangui y de la Co- ronacion de su hijo Guayna Capac y de una con¬juración que se hizo contra el nuebo Rey Ynga y de muchas, y varias cosas que yban subcedien- do en el Mundo en esta temporada. En grande obligación le queda una República á su Prin¬cipe y Rey quando la enoblece con anchos y estendidos términos, y con sus industrias armas y buenos medios le ha¬ce ganar nombre famoso entre las demás repúblicas y mu¬cho mas quedara obligada a el amor y fidelidad de su Se¬ñor quando sobre lo dicho la ylustra y ennoblece con santas justas y Religiosas leyes porque mediante ellas se conserve en paz lo que con las armas se ganó en guerras, pues si bien sea atendido, y atentamente leydo el discurso y vida de el Topa Yngayupangui se abra colegido de el animo y valor en las armas para ampliar con ellas su Ymperio, y pruden¬cia y discreción en sus leyes para perpetuarlo con ellas, y no sabré decir por qual de estas dos eroycas virtudes que en el se hallaron, merezca mayor nombre: fue tan riguroso y egecutivo, en la pugnicion y castigo de los transgresores de las leyes por el puestas que fue notado de algunos de cruel, y inexorable. Hizo en el Cuzco (para castigo de ma¬los y espantajo de buenos) cárceles y prisiones de tan extra¬ño horror que sus vasallos (!) con sola la noticia que de sus estrañezas oyan contar. Hizo en Sanga Cancha una mazmo¬rra soterriza de tantas puertas ambages, y rebueltas que casi quizo ymitar á la morada de el Mino Tauro de Creta, y to¬da ella sembrada de agudos pedernales, y poblado de anima¬les fieros metidos y mantenidos alli, para aumentar el es¬panto á los hombres, ansi como eran Leones Tigres Osos, y por el suelo entre el pauimento de pedernales mucha can¬tidad de sapos, y culebras, y biboras traido todo aquesto de la tierra y Provincia de los Andes. Tal cárcel como esta era (!) tembUuin. dada á los rebeldes ynobedientes, y traydores y el que alli entraua breuemente era despedazado de los animales ó em¬pecido de las mortíferas ponzoñas que alli estauan guar¬dando en su poder la muerte. Hizo otras cárceles perpetuas en Tancar (que es frontero de Cayo cache) de las quales jamas salia el que una vez en ellas entraua. Hizo otras car- celes en Bimbilla (media legua de el Cuzco) no menos horrendas, y monstruosas, que las que contamos primero, en estas echauan á los maléficos con hechizos, y ponzoñas, y á los encantadores, y falsos prophetas, y malos Sacerdotes. Hi¬zo otras mas begninas, y apacibles que las demás en Poma pongo estas eran como cárcel de enfiado hasta que las cau¬sas leu es se difinian y aberiguaban. Con estas cárceles, y el riguroso castigo redujo su república el Topa Ynga a mucha pulicia y urbanidad, y introdujo en ella un profundissimo respeto á los Reyes, y a sus Governadores y como en las guerras que auia hecho, y jornadas que auia acabado perso¬nalmente le havian dibilitado las fuerzas corporales, y de- mas de esto el ordinario cuydado de dar leyes y modo de bibir á sus Vasallos le desflaquecia el espiritu hizose muy viejo antes que su mucha edad lo pidiesse, y ansi vino a mo¬rir en su Ciudad del Cuzco auiendo sido Señor mas de 22 años y governado gente mas de 30. subcedio su muerte (á la cuenta que lleuamos el año de 1493). casi al mismo tiem¬po que en Roma alcanzo la Santa Silla Apostólica el Papa Alexandro 6 de nación Español, y natural de la ciudad de Valencia de el Cid, fue su nombre primero Don Rodrigo Borja sobrino de el Papa Calixto 3, y este mismo año que murió Topa Ynga subió de la silla Ymperial de Alemania á la eterna y celestial de la gloria el Beatissimo Emperador Christianissimo y pacifico Principe Federico tercero auien-do bivido 75 años, y mas meses y auiendo gozado dignamen¬te de la Tiara y Corona Ymperial 5 6 años de edad que jamas la a gozado ningún otro Emperador desde la erection de el Ym¬perio. En nra España yban subcediendo las cosas que dire¬mos aqui en breue suma. Ya dejamos dicho (en el Capitulo precedente) como Doña Juana (muger que debía ser de el Rey Don Enrique Quarto de Castilla) parió a bueltas de su hija la Beltrana una infita cantidad de disensiones y gue¬rras, para nuestra España, pues (dejando otras que de su parto subcedieron, á los bien abenturados y catholicos Re¬yes Don Fernando el 5 y Doña Isabel su benemerita muger) fue una sangrienta y venemerita reñida contienda con Don Alonso Rey de Portugal, el qual por auerse casado (por in¬tervención del Marques de Villena y de otros grandes de Castilla) con Doña Juana Beltran pretendía por suya á Castilla, y para que los Reyes Catholicos se la desocupassen o se apercibiessen para la guerra futura hizo Embajador, y no llevo gustosa respuesta de lo que pidió á los Reyes, fi¬nalmente don Alonso vino de mano armada á Castilla y la conturbo y encendió en guerra á la qual acudieron los Reyes Catholicos, y en ella andauan ocupados quando Abul hacen Rey de Granada le tomo deseo de provar la mano contra las tierras de los Christianos; pues sus Reyes andauan entre si rebueltos, y con tal antojo quebrantando las treguas que con los Catholicos Reyes hechas embio sus gentes a Zahara (que es en la sierra de Ronda) y la ganaron, y saquearon matando á su Alcayde, y haciendo infinitas crueldades en los Christianos. Sabido por los Reyes el feo y mal guiado hecho de el Moro, y el descomedimiento que contra ellos auia tenido bajaron á el Andalucia con deliberado intento de no alzar mano de la guerra hasta acabar de destruir gen¬te tan molesta y dañosa á la nación Christiana. Y con tan santo intento pusieron el pecho contra Alhama y la ga¬naron. A cabo de algunos meses fue preso (por la buena di¬ligencia del Conde de Cabra) el Rey de Granada Abi Ab- dala (hijo y heredero de el Abul hacen que ya era muerto) que no fue de poca ymportancia para la total destruicion de los Moros la prisión de este Rey: con la turbación que los moros recibieron de la prisión de su Principe, tuvo lugar el Catholico Rey de ganar y destruir á Taxara Villa fuerte y de importancia de alli a poco tiempo tomo por fuerza de dada á los rebeldes ynobedientes, y traydores y el que alli entraua breuemente era despedazado de los animales ó em¬pecido de las mortíferas ponzoñas que alli estauan guar¬dando en su poder la muerte. Hizo otras cárceles perpetuas en Tancar (que es frontero de Cayo cache) de las quales jamas salia el que una vez en ellas entraua. Hizo otras car- celes en Bimbilla (media legua de el Cuzco) no menos horrendas, y monstruosas, que las que contamos primero, en estas echauan á los maléficos con hechizos, y ponzoñas, y á los encantadores, y falsos prophetas, y malos Sacerdotes. Hi¬zo otras mas begninas, y apacibles que las demás en Poma pongo estas eran como cárcel de enfiado hasta que las cau¬sas leues se difinian y aberiguaban. Con estas cárceles, y el riguroso castigo redujo su república el Topa Ynga a mucha pulicia y urbanidad, y introdujo en ella un profundissimo respeto á los Reyes, y a sus Governadores y como en las guerras que auia hecho, y jornadas que auia acabado perso¬nalmente le havian dibilitado las fuerzas corporales, y de- mas de esto el ordinario cuydado de dar leyes y modo de bibir á sus Vasallos le desflaquecia el espíritu hizose muy viejo antes que su mucha edad lo pidiesse, y ansi vino a mo¬rir en su Ciudad del Cuzco auiendo sido Señor mas de 22 años y governado gente mas de 30. subcedio su muerte (á la cuenta que lleuamos el año de 1493). casi al mismo tiem¬po que en Roma alcanzo la Santa Silla Apostólica el Papa Alexandro 6 de nación Español, y natural de la ciudad de Valencia de el Cid, fue su nombre primero Don Rodrigo Borja sobrino de el Papa Calixto 3, y este mismo año que murió Topa Ynga subió de la silla Ymperial de Alemania á la eterna y celestial de la gloria el Beatissimo Emperador Christianissimo y pacifico Principe Federico tercero auien¬do bivido 75 años, y mas meses y auiendo gozado dignamen¬te de la Tiara y Corona Ymperial 56 años de edad que jamas la a gozado ningún otro Emperador desde la erection de el Ym¬perio. En n™ España yban subcediendo las cosas que dire¬mos aqui en breue suma. Ya dejamos dicho (en el Capitulo precedente) como Doña Juana (muger que debia ser de el Rey Don Enrique Quarto de Castilla) parió a bueltas de su hija la Beltrana una infita cantidad de disensiones y gue¬rras, para nuestra España, pues (dejando otras que de su parto subcedieron, á los bien abenturados y catholicos Re¬yes Don Fernando el 5 y Doña Isabel su benemerita muger) fue una sangrienta y venemerita reñida contienda con Don Alonso Rey de Portugal, el qual por auerse casado (por in¬tervención del Marques de Villena y de otros grandes de Castilla) con Doña Juana Beltran pretendía por suya á Castilla, y para que los Reyes Catholicos se la desocupassen o se apercibiessen para la guerra futura hizo Embajador, y no llevo gustosa respuesta de lo que pidió á los Reyes, fi¬nalmente don Alonso vino de mano armada á Castilla y la conturbo y encendió en guerra á la qual acudieron los Reyes Catholicos, y en ella andauan ocupados quando Abul hacen Rey de Granada le tomo deseo de provar la mano contra las tierras de los Christianos; pues sus Reyes andauan entre si rebueltos, y con tal antojo quebrantando las treguas que con los Catholicos Reyes hechas embio sus gentes a Zahara (que es en la sierra de Ronda) y la ganaron, y saquearon matando á su Alcayde, y haciendo infinitas crueldades en los Christianos. Sabido por los Reyes el feo y mal guiado hecho de el Moro, y el descomedimiento que contra ellos auia tenido bajaron á el Andalucia con deliberado intento de no alzar mano de la guerra hasta acabar de destruir gen¬te tan molesta y dañosa á la nación Christiana. Y con tan santo intento pusieron el pecho contra Alhama y la ga¬naron. A cabo de algunos meses fue preso (por la buena di¬ligencia del Conde de Cabra) el Rey de Granada Abi Ab- dala (hijo y heredero de el Abul hacen que ya era muerto) que no fue de poca ymportancia para la total destruicion de los Moros la prisión de este Rey: con la turbación que los moros recibieron de la prisión de su Principe, tuvo lugar el Catholico Rey de ganar y destruir á Taxara Villa fuerte y de importancia de alli a poco tiempo tomo por fuerza de imbencibles armas la empinada Villa de Alora y se le rin¬dieron Setenil, y Alozayna, Coyn, Cártama, y otras Villas y lugares, otro año tomó la Villa de Ronda a quien los Mo¬ros llamauan Hizna Rand (que quiere decir Castillo de el Laurel) y á la fama de estas victorias se le entregaron in¬finitas Villas Lugares y Castillos de los Serranias de Ronda y Hoya de Malaga a poco tiempo (con las rebueltas civiles de los Moros Granadinos, y el vigilantisimo cuidado de los Reyes Catholicos) fue tomada Velez Malaga, y a poco tiem¬po se les entrego Malaga (donde nro Rey se vido en notable riesgo) y quando se cumplieron 770 años que la poseyan los Moros. A esta victoria acompañaron otras muchas gana¬das en las ciudades de Vera Guescar Baza Purchena Guadix, y muchas Villas, y alcarrias a ellas anexas, y sub urbanas, y finalmente los felices Reyes metieron sus armas vencedoras en la amenissima vega de Granada, y el mismo año que sub¬cedio la muerte de nuestro Topa Yngayupangui (poco mas o menos) asentaron su real junto á los ojos de Huecar (dos leguas distantes de la Ciudad de Granada) el año de 1492. donde los dejaremos ocupados en la fundación de Santa fee, para ver lo que en la Asia yva subcediendo en estas tempo¬radas, y luego bolveremos a dar subcesor á nro Topa Ynga. Ya vimos en el precedente Capitulo quan pujantes sobervias y victoriosas andauan las armas y vanderas de el Turco Ma¬hametes en el Lebante pues no paro su arrogancia en lo que de el dejamos escrito, ni abajo cubrió la rota de Valaquia y Muldavia hecha por Estephano Palatino Señor de aquellas Provincias, ni atajó el curso de sus victorias Mathia coruino Rey de Ungria quando les gano una fuerte plaza en la ribera del Rio Savo, antes encendiendo mas su barbaro furor las victorias agenas se dispuso á embiar su Capitan Masico so¬bre Rodas, y el Maestre de los Cavalleros de Sant Juan que en ella estaua la defendió tan valerosamente que con perdi¬da de quince mil Turcos, y con dispendio de 89 dias que gasto en su cerco se retiro vergonzosamente porque supo despues averie subcedido mejor á Amurates Capitan de su Señor (y contemporáneo suyo) en Otranto tierra de Ytalia este infiel la gano, y pasó a cuchillo todos sus moradores, y en ella puso reforzado presidio, mas no pasó mucho tiempo que el Rey Don Fernando de Ñapóles embio á Don Alonso su hijo y con perdida de muchos Turcos se la ganó y quitó de entre las manos: y Dios (Juez Justissimo) no permitió que tan braba y desenfrenada bestia como era Mahamates empeciesse mas el Mundo, y ansi le embio la temporal muer¬te; para que ella lo metiesse por las puertas de la infernal y eterna, aunque no tardo mucho en auer subcesor de aquel Ymperio, porque luego fue admitido á el Bayaceto (nove¬no de los de la casa Otomana) escluyendo de si á Cecino su hermano en estos tiempos donde llegamos con nr08 escriptos, comenzo a hacerse conocido en el Mundo, y pujante en la Asia, el Sophi, que se preciaua descendir por linea recta de varón de Ali Hucen hijo menor de Ali el que digimos en el Capitulo 8 de esta tercera parte auer sido casado con Fa- tima hija del falso Propheta Mahoma, cuya seta entro en la Yndia Oriental. En la Aphrica duraban todavía y dura¬ron muchos años las revoluciones nacidas de la muerte de Abdalac que fue ultimo de los Benemerines. Y en esta tem¬porada tenian el Reyno de Marruecos, y Fez, y sus contor¬nos los de la casa de Beni Otacis. Quando Topa Yngayupan¬gui murió (que fue el tiempo que atras queda dicho) se ha¬llaron muchos hijos suyos bastardos, y algunos ligitimos, mas el que mas derecho tenia á la subcesion y erencia era Guay- na Capac hijo de su muger y hermana Mama Ocllo y ol-vidándose de este el padre dejó nombrado por eredero de el Ymperio a uno bastardo, llamado Capac guari hijo de una Concubina a quien el Ynga quiso mucho llamada Mama chiqui Ocllo, y era tanto el respeto que en los pechos de sus vasallos dejaua imprimido el muerto Rey que estubie- ron a punto de hacerlo si su madre (y muger ligitima de el Ynga) no reclamara contra la tal determinación. Y valién¬dose contra este agrauio de las leyes hechas por su mismo marido, y de los mas principales deudos suyos, hizo obpo- imbencibles armas la empinada Villa de Alora y se le rin¬dieron Setenil, y Alozayna, Coyn, Cartama, y otras Villas y lugares, otro año tomó la Villa de Ronda a quien los Mo¬ros llamauan Hizna Rand (que quiere decir Castillo de el Laurel) y á la fama de estas victorias se le entregaron in¬finitas Villas Lugares y Castillos de los Serranias de Ronda y Hoya de Malaga a poco tiempo (con las rebueltas civiles de los Moros Granadinos, y el vigilantisimo cuidado de los Reyes Catholicos) fue tomada Velez Malaga, y a poco tiem¬po se les entrego Malaga (donde nro Rey se vido en notable riesgo) y quando se cumplieron 770 años que la poseyan los Moros. A esta victoria acompañaron otras muchas gana¬das en las ciudades de Vera Guescar Baza Purchena Guadix, y muchas Villas, y alcarrias a ellas anexas, y sub urbanas, y finalmente los felices Reyes metieron sus armas vencedoras en la amenissima vega de Granada, y el mismo año que sub¬cedio la muerte de nuestro Topa Yngayupangui (poco mas o menos) asentaron su real junto á los ojos de Huecar (dos leguas distantes de la Ciudad de Granada) el año de 1492. donde los dejaremos ocupados en la fundación de Santa fee, para ver lo que en la Asia yva subcediendo en estas tempo¬radas, y luego bolveremos a dar subcesor á nro Topa Ynga. Ya vimos en el precedente Capitulo quan pujantes sobervias y victoriosas andauan las armas y vanderas de el Turco Ma¬hametes en el Lebante pues no paro su arrogancia en lo que de el dejamos escrito, ni abajo cubrió la rota de Valaquia y Muldavia hecha por Estephano Palatino Señor de aquellas Provincias, ni atajó el curso de sus victorias Mathia coruino Rey de Ungria quando les gano una fuerte plaza en la ribera del Rio Savo, antes encendiendo mas su barbaro furor las victorias agenas se dispuso á embiar su Capitan Masico so¬bre Rodas, y el Maestre de los Cavalleros de Sant Juan que en ella estaua la defendió tan valerosamente que con perdi¬da de quince mil Turcos, y con dispendio de 89 dias que gasto en su cerco se retiro vergonzosamente porque supo despues averie subcedido mejor á Amurates Capitan de su Señor (y contemporáneo suyo) en Otranto tierra de Ytalia este infiel la gano, y pasó a cuchillo todos sus moradores, y en ella puso reforzado presidio, mas no pasó mucho tiempo que el Rey Don Fernando de Ñapóles embio á Don Alonso su hijo y con perdida de muchos Turcos se la ganó y quitó de entre las manos: y Dios (Juez Justissimo) no permitió que tan braba y desenfrenada bestia como era Mahamates empeciesse mas el Mundo, y ansi le embio la temporal muer¬te; para que ella lo metiesse por las puertas de la infernal y eterna, aunque no tardo mucho en auer subcesor de aquel Ymperio, porque luego fue admitido á el Bayaceto (nove¬no de los de la casa Otomana) escluyendo de si á Cecino su hermano en estos tiempos donde llegamos con nro" escriptos, comenzo a hacerse conocido en el Mundo, y pujante en la Asia, el Sophi, que se preciaua descendir por linea recta de varen de Ali Hucen hijo menor de Ali el que digimos en el Capitulo 8 de esta tercera parte auer sido casado con Fa- tima hija del falso Propheta Mahoma, cuya seta entro en la Yndia Oriental. En la Aphrica duraban todavia y dura¬ron muchos años las revoluciones nacidas de la muerte de Abdalac que fue ultimo de los Benemerines. Y en esta tem¬porada tenian el Reyno de Marruecos, y Fez, y sus contor¬nos los de la casa de Beni Otacis. Quando Topa Yngayupan¬gui murió (que fue el tiempo que atras queda dicho) se ha¬llaron muchos hijos suyos bastardos, y algunos ligitimos, mas el que mas derecho tenia á la subcesion y erencia era Guay- na Capac hijo de su muger y hermana Mama Ocllo y ol-vidándose de este el padre dejó nombrado por eredero de el Ymperio a uno bastardo, llamado Capac guari hijo de una Concubina a quien el Ynga quiso mucho llamada Mama chiqui Ocllo, y era tanto el respeto que en los pechos de sus vasallos dejaua imprimido el muerto Rey que estubie- ron a punto de hacerlo si su madre (y muger ligitima de el Ynga) no reclamara contra la tal determinación. Y valién¬dose contra este agrauio de las leyes hechas por su mismo marido, y de los mas principales deudos suyos, hizo obpo- nerse á el Ymperio a su hijo Guayna Capac y fortuna que lo comenzaua a faborecer hizo que entre estas contenciones suplicase entre los Grandes del Reyno que Topa Yngayu¬pangui auia sido muerto con ponzoña, por mano de la mis¬ma Mama Chiqui Ocllo, madre de el pretenso Emperador, y tomando ocasion de esta nobela y rumor los valedores de Guayna Capac se lo pusieron por obgecion, y le hicieron de ello cargo, y ora fuesse verdad, ora no lo fuesse Mama Chiqui Ocllo fue muerta, y su hijo Capac guarí desterraron, y mandáronlo estar en Chinchero, sin que jamas pudiesse estar en el Cuzco, y alli le dieron alimentos, y seruicio bas¬tante para su sustentación. Acabados los oficios funerales hechos en honrra de el muerto auiendose llorado los dias que la costumbre mandaua se puso mano en la coronación de el nuevo Ynga Guayna Capac, la qual se hizo con mas so- lenidad y aparato que jamas se auia visto en el Cuzco. Era muy mozo este Príncipe quando recibió la borla y vestidu¬ra Ymperial, y fue acordado, que Apoc gualpaya primo segundo de su padre, y hombre sagaz, y de valor tubiesse por el el gouierno, hasta la edad que sus leyes disponian y auiendo governado algún tiempo, descubrióse, y súpose por muy cierto que secretamente trataua de usurpar el Señorio para meter en el un hijo suyo, y para tal efecto tenia ya prevenidas muchas Provincias de las demás importancia, y descubrióse de esta manera la traición. Ciertos Ladrones que andauan arrobar los caminos acaso tubieron lugar una no-che de hurtar en Limatambo unos cestos de Coca que lleua- uan á el Cuzco, y quando estando en su salvo los fueron a abrir hallaron dentro muchos Chambis (que son como mazas hechos de piedras armas con que peleauan) y muchas rodelas (a quien ellos llaman Gualcanas) Stolicas y tira¬deras y Guachis, y otras armas ofensivas: Los Ladrones co¬mo vieron tanta cantidad de aparato de guerra, fueron a dar mandado á Apoc Achache (tio de el nuevo Empera¬dor, y Governador de la parte de Chinchay suyo) y con tal indicio prendió el Governador á los Caciques que con los Yndios venían, y hizo abrir las demás cantidad de cestos que quedaban y todos los yban hallando ocupados de armas, y liadas con los palos y estantes de los toldos que traian ha¬llaron muchas lanzas, y dardos, y con el secreto posible hizo Achache dar tormento á los Caciques y demás Yndios que con aquel fingido presente venían y como no podian negar verdad tan conocida confesaron de plano lo que en el caso pasaua. Por secreta que quiso hacer esta averiguación Apoc Achache no pudo ser tanto que el Teniente de el Rey Guall- paya no la entendiesse, y tubiesse cumplido auiso de lo que pasaua, y determino (antes que mas se dibulgase su mal in¬tento) ponerlo en egecucion, y estando el Guayna Capac en Quispicancha (en cierta fiesta que el mismo Guallpaya le hacia) lo quiso llegar a matar mas fue al mismo punto que los Capitanes de su Guarda recibieron el auiso de lo que pasaua por mensageros que hizo Apoc Achache, y no hallan¬do mejor remedio sus fieles Capitanes lo descolgaron por una ventana y comenzaron a clamar y decir, traición traición. Ya en esta coyuntura comenzaua a llegar la gente de guerra que Apoc Achache consigo tenia, y el juntamente con ellos, y a el entrar de la puerta de la casa encontro con el traidor Guallpaya, y hechandole mano por los cabellos, le dijo bien creia yo falso y perjuro, que tal traición como la que á vro Rey y Señor teniades ordenada no podia salir sino de uno tan mal señalado como vos soys (esto decia Achache, porque era corcobado el Gualpaya) como traydor falto de verdad y fee; pensabades vos que aunque huvierades ya regado vues¬tra alevosa casa con la sangre de mi sobrino Guayna Capac, la desleal y maldita vuestra auia de durar mucho en esa ve¬nas eladas ya en testimonio de vm traición? y que vr° adulte¬rino hijuelo auia de vestirse el Tarcogualca que suele hon¬rar á los Yngas? creyades vos viejo mal nacido que auia de faltar en la linea de los Yngas subcesor a el Ymperio y que auia de estar nuestro linage tan necesitado de varones que fuesen a buscar vuestras escorias para ser Rey? Con estas y otras vituperosas palabras fue preso y llevado á las casas nerse á el Ymperio a su hijo Guayna Capac y fortuna que lo comenzaua a faborecer hizo que entre estas contenciones suplicase entre los Grandes del Reyno que Topa Yngayu¬pangui auia sido muerto con ponzoña, por mano de la mis¬ma Mama Chiqui Ocllo, madre de el pretenso Emperador, y tomando ocasion de esta nobela y rumor los valedores de Guayna Capac se lo pusieron por obgecion, y le hicieron de ello cargo, y ora fuesse verdad, ora no lo fuesse Mama Chiqui Ocllo fue muerta, y su hijo Capac guari desterraron, y mandáronlo estar en Chinchero, sin que jamas pudiesse estar en el Cuzco, y alli le dieron alimentos, y seruicio bas¬tante para su sustentación. Acabados los oficios funerales hechos en honrra de el muerto auiendose llorado los dias que la costumbre mnndaua se puso mano en la coronación de el nuevo Ynga Guayna Capac, la qual se hizo con mas so- lenidad y aparato que jamas se auia visto en el Cuzco. Era muy mozo este Principe quando recibió la borla y vestidu¬ra Ymperial, y fue acordado, que Apoc gualpaya primo segundo de su padre, y hombre sagaz, y de valor tubiesse por el el gouierno, hasta la edad que sus leyes disponían y auiendo governado algún tiempo, descubrióse, y súpose por muy cierto que secretamente trataua de usurpar el Señorio para meter en el un hijo suyo, y para tal efecto tenia ya prevenidas muchas Provincias de las demás importancia, y descubrióse de esta manera la traición. Ciertos Ladrones que andauan arrobar los caminos acaso tubieron lugar una no¬che de hurtar en Limatambo unos cestos de Coca que lleua- uan á el Cuzco, y quando estando en su salvo los fueron a abrir hallaron dentro muchos Chambis (que son como mazas hechos de piedras armas con que peleauan) y muchas rodelas (a quien ellos llaman Gualcanas) Stolicas y tira¬deras y Guachis, y otras armas ofensivas: Los Ladrones co¬mo vieron tanta cantidad de aparato de guerra, fueron a dar mandado á Apoc Achache (tio de el nuevo Empera¬dor, y Governador de la parte de Chinchay suyo) y con tal indicio prendió el Governador á los Caciques que con los Yndios venían, y hizo abrir las demás cantidad de cestos que quedaban y todos los yban hallando ocupados de armas, y liadas con los palos y estantes de los toldos que traian ha¬llaron muchas lanzas, y dardos, y con el secreto posible hizo Achache dar tormento á los Caciques y demás Yndios que con aquel fingido presente venían y como no podían negar verdad tan conocida confesaron de plano lo que en el caso pasaua. Por secreta que quiso hacer esta averiguación Apoc Achache no pudo ser tanto que el Teniente de el Rey Guall¬paya no la entendiesse, y tubiesse cumplido auiso de lo que pasaua, y determino (antes que mas se dibulgase su mal in¬tento) ponerlo en egecucion, y estando el Guayna Capac en Quíspicancha (en cierta fiesta que el mismo Guallpaya le hacia) lo quiso llegar a matar mas fue al mismo punto que los Capitanes de su Guarda recibieron el auiso de lo que pasaua por mensageros que hizo Apoc Achache, y no hallan¬do mejor remedio sus fieles Capitanes lo descolgaron por una ventana y comenzaron a clamar y decir, traición traición. Ya en esta coyuntura comenzaua a llegar la gente de guerra que Apoc Achache consigo tenia, y el juntamente con ellos, y a el entrar de la puerta de la casa encontro con el traidor Guallpaya, y hechandole mano por los cabellos, le dijo bien creia yo falso y perjuro, que tal traición como la que á vro Rey y Señor teniades ordenada no podia salir sino de uno tan mal señalado como vos soys (esto decia Achache, porque era corcobado el Gualpaya) como traydor falto de verdad y fee; pensabades vos que aunque huvierades ya regado vues¬tra alevosa casa con la sangre de mi sobrino Guayna Capac, la desleal y maldita vuestra auia de durar mucho en esa ve¬nas eladas ya en testimonio de vra traición? y que vro adulte¬rino hijuelo auia de vestirse el Tarcogualca que suele hon¬rar á los Yngas? creyades vos viejo mal nacido que auia de faltar en la linea de los Yngas subcesor a el Ymperio y que auia de estar nuestro linage tan necesitado de varones que fuesen a buscar vuestras escorias para ser Rey? Con estas y otras vituperosas palabras fue preso y llevado á las casas de Capacyupangui, y le fueron puestas guardas hasta ful¬minar cumplidamente su proceso lo qual se hizo sin mucha dificultad y con gran justicia fue muerto el y todos su va¬ledores y ansi mesmo su hijuelo que pretendia ser Ynga. Dada la muerte á los culpados que en el Cuzco pudieron ser auidos se procuró saber quienes eran los Conjurados de los Caciques de la tierra, y siendo hallados fueron muertos ellos, y sus hijos, y sus haciendas confiscadas para el Guay¬na capac y los Yndios de menor cuenta (que fueron mu¬chos) aplicados para Yanayacos de el mismo Rey. Hecho bastante castigo en el caso quiso Guayna capac tomar a su cargo la governacion del Ymperio y nadie se lo ympidio por ser ya de edad para ello conforme á sus leyes, mas por¬que con mas suabidad llebase una carga tan pesada tomo por su coadjutor y consegero a un su hermano llamado Au¬qui Topa Ynga. Lo primero que se determino por los gran¬des de el Reyno fue darle muger á su nuevo Emperador, para ligitimar el Principe futuro y fue escogida para Se¬ñora y Reyna una hermana suya de padre y madre llamada Mamacusirimay en cuyas bodas se hicieron grandes y muy banqueteadas fiestas sin auer juego que en ellas no se jugas- se ni invención que alli no se viesse porque fue el casamien¬to mas a gusto de todo el Ymperio que jamas se auia hecho. Concluydas las fiestas nupciales luego se pusieron en pla¬tica otras funerales, para llorar en ellas el padre y madre de los recien desposados que era á Topa Yngayupangui y á Ma¬ma Ocllo su hermana y muger, y para que con mas solem¬nidad se hiciessen estas honras y obsequias despachó sus men- sageros á todas las Provincias que ay desde Chile hasta Quito (que serán casi mil leguas) con orden y precepto que to¬dos hiciessen sacrificios y llantos por los dos nombrados, y que lo que se gastasse se pagasse de la hacienda Real en el Cuzco fue cosa de admiración el sentimiento que se hizo quando vieron colocar las estatuas de Topa Ynga y Mama Ocllo en el lugar publico donde se solian poner: hicieronse muchos banquetes a pobres, y dioseles a todos de vestir per¬donáronse muchos delinquentes dieron libertad á muchos cautivos abriéronse las cárceles, y todo a fin que viniessen todos a llorar aquellos dos buenos Reyes todas las espensas de este funeral aparato se hacia (como lo demás) ha costa de la hacienda del Ynga sin que ningún particular pusiesse nada de su casa. Acabados estos oficios con el cumplimiento deuido, pidió Guayna Capac licencia á el Sol para yr a llo¬rar á su padre hasta Cajamarca, y á este efecto salió, y fue por todos los lugares donde su padre auia estado en aquel camino haciendo grandes sacrificios, y supresticiones y aca¬badas estas estaciones se bolvio á el Cuzco, y en el reposo algunos dias hasta que determino hacer las jornadas que di¬remos en el Capitulo que se sigue. Cap. 21. del primer viage que hizo Guayna Capac á la parte de Collasuyo, y de la jornada de el Quito y fundación de Tumibamba y sus grandezas: y del principio de las guerras con los Pastos y Ca- rangtiis, y de otras hazañas que hizo este Ynga. Es ansi que Guayna Capac Ynga (despues de auer co¬menzado el Govierno por sola su persona) se detuvo sin po¬ner las manos en las armas dos años cumplidos el uno en ce¬lebrar las vanas obsequias de sus padres y el otro en recupe¬rar con juegos y deleytes su animo fatigado de el mucho llanto aunque no falta quien diga que de el viage que digi-mos auer hecho hasta Cajamarca á llorar a sus padres, dio una bista, y puso en arma á las naciones que abitan en las Provincias de Chachapoyas si fue asi o no no me quiero po¬ner en tal aueriguacion mas sabré decir que quando para las estaciones de el llanto salió de el Cuzco dejo encargado á Chincheruca (su hermano bastardo) que le labrase unas casas en el asiento que llamauan Cajana, porque hasta aquel tiempo auia bivido en Uchullo, y ansi fueron hechas. Este Sincheruca era muy ingenioso, y general en todas las cosas de abilidad mas sobre todo era estremado en la arte de Capacyupangui, y le fueron puestas guardas hasta ful¬minar cumplidamente su proceso lo qual se hizo sin mucha dificultad y con gran justicia fue muerto el y todos su va¬ledores y ansi mesmo su hijuelo que pretendía ser Ynga. Dada la muerte á los culpados que en el Cuzco pudieron ser auidos se procuró saber quienes eran los Conjurados de los Caciques de la tierra, y siendo hallados fueron muertos ellos, y sus hijos, y sus haciendas confiscadas para el Guay¬na capac y los Yndios de menor cuenta (que fueron mu¬chos) aplicados para Yanayacos de el mismo Rey. Hecho bastante castigo en el caso quiso Guayna capac tomar a su cargo la governacion del Ymperio y nadie se lo ympidio por ser ya de edad para ello conforme á sus leyes, mas por¬que con mas suabidad llebase una carga tan pesada tomo por su coadjutor y consegero a un su hermano llamado Au¬qui Topa Ynga. Lo primero que se determino por los gran¬des de el Reyno fue darle muger á su nuevo Emperador, para ligitimar el Principe futuro y fue escogida para Se¬ñora y Reyna una hermana suya de padre y madre llamada Mamacusirimay en cuyas bodas se hicieron grandes y muy banqueteadas fiestas sin auer juego que en ellas no se jugas- se ni invención que alli no se viesse porque fue el casamien¬to mas a gusto de todo el Ymperio que jamas se auia hecho. Concluydas las fiestas nupciales luego se pusieron en pla¬tica otras funerales, para llorar en ellas el padre y madre de los recien desposados que era á Topa Yngayupangui y á Ma¬ma Ocllo su hermana y muger, y para que con mas solem¬nidad se hiciessen estas honras y obsequias despachó sus men- sageros á todas las Provincias que ay desde Chile hasta Quito (que serán casi mil leguas) con orden y precepto que to-dos hiciessen sacrificios y llantos por los dos nombrados, y que lo que se gastasse se pagasse de la hacienda Real en el Cuzco fue cosa de admiración el sentimiento que se hizo quando vieron colocar las estatuas de Topa Ynga y Mama Ocllo en el lugar publico donde se solian poner: hicieronse muchos banquetes a pobres, y dioseles a todos de vestir per-donáronse muchos delinquentes dieron libertad á muchos cautivos abriéronse las cárceles, y todo a fin que viniessen todos a llorar aquellos dos buenos Reyes todas las espensas de este funeral aparato se hacia (como lo demás) ha costa de la hacienda del Ynga sin que ningún particular pusiesse nada de su casa. Acabados estos oficios con el cumplimiento deuido, pidió Guayna Capac licencia á el Sol para yr a llo¬rar á su padre hasta Cajamarca, y á este efecto salió, y fue por todos los lugares donde su padre auia estado en aquel camino haciendo grandes sacrificios, y supresticiones y aca¬badas estas estaciones se bolvio á el Cuzco, y en el reposo algunos dias hasta que determino hacer las jornadas que di¬remos en el Capitulo que se sigue. Cap. 21. del primer viage que hizo Guayna Capac á la parte de Collasuyo, y de la jornada de el Quito y fundación de Tumibamba y sus grandezas: y del principio de las guerras con los Pastos y Ca- ranguis, y de otras hazañas que hizo este Ynga. Es ansi que Guayna Capac Ynga (despues de auer co¬menzado el Govierno por sola su persona) se detuvo sin po¬ner las manos en las armas dos años cumplidos el uno en ce¬lebrar las vanas obsequias de sus padres y el otro en recupe¬rar con juegos y deleytes su animo fatigado de el mucho llanto aunque no falta quien diga que de el viage que digi-mos auer hecho hasta Cajamarca á llorar a sus padres, dio una bista, y puso en arma á las naciones que abitan en las Provincias de Chachapoyas si fue asi o no no me quiero po¬ner en tal aueriguacion mas sabré decir que quando para las estaciones de el llanto salió de el Cuzco dejo encargado á Chincheruca (su hermano bastardo) que le labrase unas casas en el asiento que llamauan Cajana, porque hasta aquel tiempo auia bivido en Uchullo, y ansi fueron hechas. Este Sincheruca era muy ingenioso, y general en todas las cosas de abilidad mas sobre todo era estremado en la arte de asentar piedras trazar casas, fabricar fortalezas, hacer puentes, y todo lo demás perteneciente á la Geometría, y Architectura, y durante esta ausencia de su hermano le la¬bro las casas que le mando, y hizo los edificios, y fortalezas que oy se ven en el Valle de Yucay y en Ollaytan Tambo. Algunos ay también que dicen que acabados los llantos y acabo de año se partió Guayna Capac para el Collao ansi para la tierra reconocerla y visitarla como para apercebir gen¬tes para bajar á las Provincias de Quito donde de proposito encaminaua la guerra futura dicen que de este viaje se le an¬tojo entrar en la Provincia de los Mojos, y a la tierra poseí¬da por los inbencibles Chiliguanaes gente ( como queda di¬cho en el Capitulo 19 de la segunda parte) descindiente de los revelados Nayres de la Yndia Oriental: mas como el Yn¬ga conocio su fiereza, y supo quan miserablemente vivían, y en quan poco estimauan la riqueza no hizo caso de ellos, y no se engaño en no venir a las manos con ellos el Guayna Capac; porque vastabales aquellas naciones el ser pobres pa¬ra ser también balientes porque verdaderamente la pobreza es madre y paridora de varones determinados. De alli se vino el Ynga á Cochabamba, y conociendo su mucha fertilidad y biendo ser pocos los naturales la hizo Colonia y poblacion de Mitimaes que (como ya digimos) es gente ayuntada de muchas partes, y el asiento mismo de Cochabamba quedo con Governador y señalada por cabeza de Provincia. De alli fue á Pocona para ver en que termino estaua una for¬taleza que su padre auia alli labrado, y como se auian los de su guarnición con los enemigos que le cayan en frontera de Pocona atraueso á Tiaguanaco donde le fueron mostra¬dos los monstruosos edificios que alli se hallan que no poca admiración le causaron. En este asiento pregonó la guerra contra las Prouincias comarcanas del Quito, y auiendo dada á los Yndios Uros orden de como auian de vivir en aquella laguna, y repartidoles los términos donde auian de pescar; paso a Titicaca a visitar aquel famoso Templo y á sacrifi¬car en el victimas, y ofrendas a el Ticci Viracocha Pacha- cama. Quieren decir muchos de los Yndios antiguos que el lugar nativo y natural tierra de los ocho hermanos (que di¬gimos en el Capitulo 9 de esta tercera parte auer salido por la ventana de Pacaritambo) fue Titicaca, y que en este asiento mismo fueron tegidas, hechas, y labradas las ropas con que los Yngas se mostraron la primera vez en aquel dicho lugar. Como quiera que sea de este lugar se fue Guay¬na Capac á el Cuzco y declaro su intención que era de yrse a guerrear las Prouincias de abajo y pasar sus términos, y aledaños mas alia de donde su padre los auia dejado puestos. Tentó las voluntades de los Orejones y demás deudos suyos y a todos los alio promptissimos para seguirlo, y con mucha presteza hizo venir gentes de todas partes los últi¬mos que llegaron fueron los Chinchasuyos, que con muy afectuosas palabras importunaron a el Ynga que apresurase su camino, luego comenzo con mucho acuerdo a repartir los cargos y oficios necesarios para el buen govierno de el eger-cito: hizo Capitanes de Hanan Cuzco a un valeroso man¬cebo llamado Mihi y a otro hermano suyo llamado Auqui toma nombrado entre los de aquellas ciudades por su mucha fuerza y como el Ynga era varón prudente en todas sus co¬sas conocio el peligro en que lleuaua la vida y el que dejaua á su Reyno si muriesse sin dejar nombrado heredero, y para evitar los daños que de estos incombinientes se suelen re¬crecer (auiendo hecho los ayunos que sus ritos ordenauan) nombro por subcesor suyo para en fin de sus dias a un hijo que tenia llamado Topacusiguallpa (que es el que por otro nombre mas común llamaron Guascar Ynga) dejó nom¬brados por Governadores generales de el Cuzco a un tio suyo hermano de su padre llamado Apoc larquita, y a Au¬qui Topa Ynga hermano suyo varones de mucho consejo y confianza. Partió de el Cuzco muy de proposito para deternerse por las tierras de Quito mucho tiempo (si mucho tiempo pudiesse la consumación de su presupuesto) y por su con¬tento quiso lleuar consigo a Atabalpa, a causa de que ya de asentar piedras trazar casas, fabricar fortalezas, hacer puentes, y todo lo demás perteneciente á la Geometria, y Architectura, y durante esta ausencia de su hermano le la¬bro las casas que le mando, y hizo los edificios, y fortalezas que oy se ven en el Valle de Yucay y en Ollaytan Tambo. Algunos ay también que dicen que acabados los llantos y acabo de año se partió Guayna Capac para el Collao ansi para la tierra reconocerla y visitarla como para apercebir gen¬tes para bajar á las Provincias de Quito donde de proposito encaminaua la guerra futura dicen que de este viaje se le an¬tojo entrar en la Provincia de los Mojos, y a la tierra poseí¬da por los inbencibles Chiliguanaes gente ( como queda di¬cho en el Capitulo 19 de la segunda parte) descindiente de los revelados Nayres de la Yndia Oriental: mas como el Yn¬ga conocio su fiereza, y supo quan miserablemente vivían, y en quan poco estimauan la riqueza no hizo caso de ellos, y no se engaño en no venir a las manos con ellos el Guayna Capac; porque vastabales aquellas naciones el ser pobres pa¬ra ser también balientes porque verdaderamente la pobreza es madre y paridora de varones determinados. De alli se vino el Ynga á Cochabamba, y conociendo su mucha fertilidad y biendo ser pocos los naturales la hizo Colonia y poblacion de Mitimaes que (como ya digimos) es gente ayuntada de muchas partes, y el asiento mismo de Cochabamba quedo con Governador y señalada por cabeza de Provincia. De alli fue á Pocona para ver en que termino estaua una for¬taleza que su padre auia alli labrado, y como se auian los de su guarnición con los enemigos que le cayan en frontera de Pocona atraueso á Tiaguanaco donde le fueron mostra¬dos los monstruosos edificios que alli se hallan que no poca admiración le causaron. En este asiento pregonó la guerra contra las Prouincias comarcanas del Quito, y auiendo dada á los Yndios Uros orden de como auian de vivir en aquella laguna, y repartidoles los términos donde auian de pescar; paso a Titicaca a visitar aquel famoso Templo y á sacrifi¬car en el victimas, y ofrendas a el Ticci Viracocha Pacha- cama. Quieren decir muchos de los Yndios antiguos que el lugar nativo y natural tierra de los ocho hermanos (que di¬gimos en el Capitulo 9 de esta tercera parte auer salido por la ventana de Pacaritambo) fue Titicaca, y que en este asiento mismo fueron tegidas, hechas, y labradas las ropas con que los Yngas se mostraron la primera vez en aquel dicho lugar. Como quiera que sea de este lugar se fue Guay¬na Capac á el Cuzco y declaro su intención que era de yrse a guerrear las Prouincias de abajo y pasar sus términos, y aledaños mas alia de donde su padre los auia dejado puestos. Tentó las voluntades de los Orejones y demás deudos suyos y a todos los alio promptissimos para seguirlo, y con mucha presteza hizo venir gentes de todas partes los últi¬mos que llegaron fueron los Chinchasuyos, que con muy afectuosas palabras importunaron a el Ynga que apresurase su camino, luego comenzo con mucho acuerdo a repartir los cargos y oficios necesarios para el buen govierno de el eger-cito: hizo Capitanes de Hanan Cuzco a un valeroso man¬cebo llamado Mihi y a otro hermano suyo llamado Auqui tom3 nombrado entre los de aquellas ciudades por su mucha fuerza y como el Ynga era varón prudente en todas sus co¬sas conocio el peligro en que lleuaua la vida y el que dejaua a su Reyno si muriesse sin dejar nombrado heredero, y para evitar los daños que de estos incombinientes se suelen re¬crecer (auiendo hecho los ayunos que sus ritos ordenauan) nombro por subcesor suyo para en fin de sus dias a un hijo que tenia llamado Topacusiguallpa (que es el que por otro nombre mas común llamaron Guascar Ynga) dejó nom¬brados por Governadores generales de el Cuzco a un tio suyo hermano de su padre llamado Apoc larquita, y a Au¬qui Topa Ynga hermano suyo varones de mucho consejo y confianza. Partió de el Cuzco muy de proposito para deternerse por las tierras de Quito mucho tiempo (si mucho tiempo pudiesse la consumación de su presupuesto) y por su con¬tento quiso lleuar consigo a Atabalpa, a causa de que ya su madre era muerta también liebó otros muchos mas de este solo pide nuestra obra que se haga por aora mención. En el Cuzco se dejó a Guascar Ynga, y a Mango Ynga, y á Paulo, y a Vila orna, y otros hijos y hijas bastardas: por que se dice de este Guayna Capac que llegó a tener cient hi¬jos: mas el mas querido de todos fue Guascar Ynga que era hijo auido en su propia hermana (mas moza que Mama cu- sirimay la ligitima muger) llamada Mama ragua Ocllo, y entrambas hermanas fueron este viaje en su compañia y Mamacusirimay murió despues en Quito sin dejar hijo va- ron, y casóse Guayna Capac con Mamaragua de donde que¬do Guascar Ynga ligitimado conforme á sus fueros. Sabido por todas las Provincias de el Ymperio como Guascar Ynga estaua ya nombrado y declarado por ligitimo subcesor en los estados de su padre le vinieron y embiaron todos los Go- vernadores y Caciques a dar el parabién del nombramiento, y cada uno le trujo los dones y presentes con que mas enten¬día agradarlo. Mas entre todos se aventajo uno que le trujo Ynga Topa, governador que á la sazón era en los valles de Yca, Pisco, y Yumay que fue una hermosa y bien nacida doncella llamada Cumbillaya de cuya admirable belleza y sucesos trataremos adelante. En la distancia que ay de el Cuzco a Tumibamba no le sucedió á nuestro Guayna Capac cosa que se deva notar mas de que llegado que fue aquel Valle, y asentado su Real junto aquellos rios le pareció tierra digna de ser constitui¬da, por cabeza de Ymperio de el Piru inferior aficionóse a levantar con tal sublimado nombre aquella tierra tanto por la amenidad, y dispusicion de ella quanto por la natural afición que el hombre tiene á la tierra de su nacimiento porque (como digimos en la vida de Topa Ynga) Guayna Capac auia nacido en Tumibamba quando bajó á Quito la vez primera alli fabrico suntuosos edificios y por grandeza y ostentación de su amor mando hacer unos sobervios Pala¬cios (a quien llamó Mulo Camcha) y para ornato de esta fabrica hizo entallar muy al natural el retrato de su madre Mama Ocllo de Oro purisimo, y tn su viente mando poner las mismas pares de ella (porque era costumbre guardar esta inmundicia quando las Reynas ó Princesas parían va- ron) acompaño á esta vana reliquia mucha cantidad de oro y plata que puso en aquel vientre contrahecho. Las paredes de esta casa ó palacios eran guarnecidas por dedentro de cierta Atarcea de Mulo que son unas quentezuelas hechas de conchas de la mar muy semejantes en la color a fino coral y de otras colores, puso de mas de esto muchas listas de oro y plata batida que no poco adornaua con su riqueza y apostura, hizo que el suelo de estos aposentos y casa y las paredes por la parte de afuera estuviesse guarnecidas de puntas de christal y la Capilla ó aposentillo donde estaba la estatua de su madre estaua aforrado en Oro llamauasse esta casa Tumibamba Pachamanca, y aunque mando que de todas las naciones que consigo traia fuesse poblada aque¬lla tierra en particular señalo para su seruicio y ministe¬rio la nación Cañar. Demás de estos Palacios hizo la casa del Sol y de Ticiviracocha Pachacama y de el Trueno to¬do al modelo y traza del Cuzco, y ansi a los unos simula¬cros como á los otros los docto de haciendas chacaras ga¬nados y Yanayacos para todo lo que se podia ofrecer en su Ministerio, edifico ansí mesmo en la plaza cierto lugar lla-mado Usno (y por otro nombre Chuqui pillaca) donde sacrificauan la chicha á el Sol á sus tiempos y coyunturas: en este asiento tuvo nueva el Guayna Capac quan rebeldes, y descomedidos se auian mostrado los Caranguis, y sus va¬ledores contra los mensageros que de parte suya auian em- biado sus capitanes desde el Quito requiriendoles con la paz, y enfadado de esto entraron en Consejo para difinir a qual parte de las circumvecinas acudirían primero a hacer la Guerra y auiendose altercado sobre esta materia quedo acor¬dado que fuessen á la Provincia de los Pastos porque les ca- ya en el camino la fortaleza y asiento de los confiados Ca¬ranguis, y de aquel viage quedarían sugetos y castigados. Como se divulgo esta determinación entre la gente del Real su madre era muerta también llebó otros muchos mas de este solo pide nuestra obra que se haga por aora mención. En el Cuzco se dejó a Guascar Ynga, y a Mango Ynga, y á Paulo, y a Vila orna, y otros hijos y hijas bastardas: por que se dice de este Guayna Capac que llegó a tener cient hi¬jos: mas el mas querido de todos fue Guascar Ynga que era hijo auido en su propia hermana (mas moza que Mama cu- sirimay la ligitima muger) llamada Mama ragua Ocllo, y entrambas hermanas fueron este viaje en su compañía y Mamacusirimay murió despues en Quito sin dejar hijo va- ron, y casóse Guayna Capac con Mamaragua de donde que¬do Guascar Ynga lígitimado conforme á sus fueros. Sabido por todas las Provincias de el Ymperio como Guascar Ynga estaua ya nombrado y declarado por ligitimo subcesor en los estados de su padre le vinieron y embiaron todos los Go- vernadores y Caciques a dar el parabién del nombramiento, y cada uno le trujo los dones y presentes con que mas enten- dia agradarlo. Mas entre todos se aventajo uno que le trujo Ynga Topa, governador que á la sazón era en los valles de Yca, Pisco, y Yumay que fue una hermosa y bien nacida doncella llamada Cumbillaya de cuya admirable belleza y sucesos trataremos adelante. En la distancia que ay de el Cuzco a Tumibamba no le sucedió á nuestro Guayna Capac cosa que se deva notar mas de que llegado que fue aquel Valle, y asentado su Real junto aquellos rios le pareció tierra digna de ser constitui¬da, por cabeza de Ymperio de el Piru inferior aficionóse a levantar con tal sublimado nombre aquella tierra tanto por la amenidad, y dispusicion de ella quanto por la natural afición que el hombre tiene á la tierra de su nacimiento porque (como digimos en la vida de Topa Ynga) Guayna Capac auia nacido en Tumibamba quando bajó á Quito la vez primera alli fabrico suntuosos edificios y por grandeza y ostentación de su amor mando hacer unos sobervios Pala¬cios (a quien llamó Mulo Camcha) y para ornato de esta fabrica hizo entallar muy al natural el retrato de su madre Mama Ocllo de Oro purisimo, y su viente mando poner las mismas pares de ella (porque era costumbre guardar esta inmundicia quando las Reynas ó Princesas parian va- ron) acompaño á esta vana reliquia mucha cantidad de oro y plata que puso en aquel vientre contrahecho. Las paredes de esta casa ó palacios eran guarnecidas por dedentro de cierta Atarcea de Mulo que son unas quentezuelas hechas de conchas de la mar muy semejantes en la color a fino coral y de otras colores, puso de mas de esto muchas listas de oro y plata batida que no poco adornaua con su riqueza y apostura, hizo que el suelo de estos aposentos y casa y las paredes por la parte de afuera estuviesse guarnecidas de puntas de christal y la Capilla ó aposentillo donde estaba la estatua de su madre estaua aforrado en Oro llamauasse esta casa Tumibamba Pachamanca, y aunque mando que de todas las naciones que consigo traia fuesse poblada aque¬lla tierra en particular señalo para su seruicio y ministe¬rio la nación Cañar. Demás de estos Palacios hizo la casa del Sol y de Ticiviracocha Pachacama y de el Trueno to¬do al modelo y traza del Cuzco, y ansi a los unos simula¬cros como á los otros los docto de haciendas chacaras ga¬nados y Yanayacos para todo lo que se podia ofrecer en su Ministerio, edifico ansi mesmo en la plaza cierto lugar lla-mado Usno (y por otro nombre Chuqui pillaca) donde sacrificauan la chicha á el Sol á sus tiempos y coyunturas: en este asiento tuvo nueva el Guayna Capac quan rebeldes, y descomedidos se auian mostrado los Caranguis, y sus va¬ledores contra los mensageros que de parte suya auian em- biado sus capitanes desde el Quito requiriendoles con la paz, y enfadado de esto entraron en Consejo para difinir a qual parte de las circumvecinas acudirían primero a hacer la Guerra y auiendose altercado sobre esta materia quedo acor¬dado que fuessen á la Provincia de los Pastos porque les ca- ya en el camino la fortaleza y asiento de los confiados Ca¬ranguis, y de aquel viage quedarían sugetos y castigados. Como se divulgo esta determinación entre la gente del Real dos Capitanes denodados el uno de Thilaui (pueblo del Co¬llao) llamado Mullo Cauana y el otro Mullo Pucara (na¬tural de Hatum colla) se fueron á el Ynga a pretender se les encomendase a ellos aquella empresa y jornada á estos se opusieron otros dos de Cüntisuyoc llamado el uno Apoc cauzar calaña y el otro Cuntimollo, y todos quatro alter¬caron sobre aquella empresa dando (los unos y los otros por razón para pretenderla) auer sabido por sus espias que la tierra de Pasto era fría aspera y montosa como la suya dellos, y que por esta causa harían sus gentes mejor la gue¬rra en ella que no los de Chinchaysuyo, ni Andessuyo á esta oposicion respondio el Ynga que todos quatro se conforma¬sen y mirasen bien en el negocio, porque muchas veces se devia mirar lo que sola una se podia hacer finalmente con¬cordes, y hechos á una los quatro Capitanes, volvieron á instar sobre su primera demanda, y vistos por el Ynga sus buenos deseos les concedió á todos quatro la conquista, y dioles por Capitan General á Auqui Toma su hermano y por su coadjutor embio á Colla Topa descendiente de un hijo bastardo de Viracocha Ynga. Y dioles para su seguridad y guarda dos mil Orejones de el Cuzco y prevenidos de las cosas necesarias para su viage, y con gentes deseopas de pelear salieron a Tumibamba llevando su camino por la cumbre mas alta de la cordillera ansi como siempre lo tu¬vieron los Yngas de costumbre y no por donde aora halla¬mos los caminos nuestros. Por sus jornadas llegaron estas gentes del Ynga á los confines y términos de una tierra fria asperísima montuosa y de pocas y mal puestas po¬blaciones y ai cabo de algunos trabajos que se les ofrecieron comenzaron á hallar los Pueblos con sola la gente inútil y sin provecho ansi como viejos, y viejas y niños, y muchachos de poca edad y algunos indezuelos debiles y de poca cuenta, y de estos tuvieron rastro que algunas jornadas mas ade¬lante estaua la poblacion principal y de quien se deuia o podia hacer caso, y tomando las guias, y lenguas necesarias, caminaron hasta dar con el asiento y Pueblo del Señor de aquella Provincia donde vieron sus humildes casas cercadas de gran población, y con poco trabajo (a el segundo dia de su llegada) les salieron todos a dar la obediencia y en¬tendiendo los del Cuzco que estaua ya la guerra concluida y todos sus trabajos acabados comenzaron a tratarse como victoriosos y vencedores dándose a comer y beber con la demasía que se usava en tiempo propio y de paz, y los pastos (que no dormían) dieron sobre ellos de noche con gran cantidad de chusma que auia hecho juntar, y como los Cuzcos comenzasen a sentir los aguijones de los Pastos sal¬taron á las armas y aunque pelearon con valor siempre eran ofendidos, y morían muchos de su parte especial se hizo notable mortandad en los Collas porque como peleavan con Ayllos y no con otras armas (y en aquella tierra no se podia usar de ellos por su mala dispusicion) matauan de ellos quantos querían, y rompieron de todo punto el eger¬cito. Los Orejones (como no auian sido embíados mas que para la guarda de los Generales) auianse estado quedos á la mira desta brega mas quando vieron quan danificado yva su partido acudieron a recoger la gente desmandada ponien¬do su cuidado (no en ofender á los enemigos) sino en esca¬par á los amigos que quedauan, y ansi los fueron resistiendo haciéndoles rostro hasta que estuuieron algo alejados de su furor hallaron menos mucha de su gente y entre los prin¬cipales que alli murieron fue uno el General Cuntimollo. Guayna Capac (que como auemos dicho era hombre preuis- to en sus cosas) no quiso que su honra y reputación se pu¬siese en tablero en ausencia suya, y celoso y receloso de su daño partió de Tumibamba pocos dias despues que los nom-brados Capitanes y por sus mismas pisadas los fue siguiendo con el resto del Exercito y no les valió menos que las vidas á los ya desbaratados esta diligencia honrosa de el Ynga por que yendo cansados y apurados de los varvaros victoriosos y ansi a punto de acabarse todos, encontraron con el grueso egercito de su Rey debajo cuyo amparo se escaparon de la muerte que á las espaldas les venia. No se puede encarecer dos Capitanes denodados el uno de Thilaui (pueblo del Co¬llao) llamado Mullo Cauana y el otro Mullo Pucara (na¬tural de Hatum colla) se fueron á el Ynga a pretender se les encomendase a ellos aquella empresa y jornada á estos se opusieron otros dos de Cüntisuyoc llamado el uno Apoc cauzar calaña y el otro Cuntimollo, y todos quatro alter¬caron sobre aquella empresa dando (los unos y los otros por razón para pretenderla) auer sabido por sus espias que la tierra de Pasto era fria aspera y montosa como la suya dellos, y que por esta causa harían sus gentes mejor la gue¬rra en ella que no los de Chinchaysuyo, ni Andessuyo á esta oposicion respondio el Ynga que todos quatro se conforma¬sen y mirasen bien en el negocio, porque muchas veces se devia mirar lo que sola una se podia hacer finalmente con¬cordes, y hechos á una los quatro Capitanes, volvieron á instar sobre su primera demanda, y vistos por el Ynga sus buenos deseos les concedió á todos quatro la conquista, y dioles por Capitan General á Auqui Toma su hermano y por su coadjutor embio á Colla Topa descendiente de un hijo bastardo de Viracocha Ynga. Y dioles para su seguridad y guarda dos mil Orejones de el Cuzco y prevenidos de las cosas necesarias para su viage, y con gentes deseotas de pelear salieron a Tumibamba llevando su camino por la cumbre mas alta de la cordillera ansi como siempre lo tu¬vieron los Yngas de costumbre y no por donde aora halla¬mos los caminos nuestros. Por sus jornadas llegaron estas gentes del Ynga á los confines y términos de una tierra fria asperísima montuosa y de pocas y mal puestas po¬blaciones y al cabo de algunos trabajos que se les ofrecieron comenzaron á hallar los Pueblos con sola la gente inútil y sin provecho ansi como viejos, y viejas y niños, y muchachos de poca edad y algunos indezuelos debiles y de poca cuenta, y de estos tuvieron rastro que algunas jornadas mas ade¬lante estaua la poblacion principal y de quien se deuia o podia hacer caso, y tomando las guias, y lenguas necesarias, caminaron hasta dar con el asiento y Pueblo del Señor de aquella Provincia donde vieron sus humildes casas cercadas de gran población, y con poco trabajo (a el segundo dia de su llegada) les salieron todos a dar la obediencia y en¬tendiendo los del Cuzco que estaua ya la guerra concluida y todos sus trabajos acabados comenzaron a tratarse como victoriosos y vencedores dándose a comer y beber con la demasía que se usava en tiempo propio y de paz, y los pastos (que no dormían) dieron sobre ellos de noche con gran cantidad de chusma que auia hecho juntar, y como los Cuzcos comenzasen a sentir los aguijones de los Pastos sal¬taron á las armas y aunque pelearon con valor siempre eran ofendidos, y morían muchos de su parte especial se hizo notable mortandad en los Collas porque como peleavan con Ayllos y no con otras armas (y en aquella tierra no se podia usar de ellos por su mala dispusicion) matauan de ellos quantos querían, y rompieron de todo punto el eger¬cito. Los Orejones (como no auian sido embiados mas que para la guarda de los Generales) auianse estado quedos á la mira desta brega mas quando vieron quan danificado yva su partido acudieron a recoger la gente desmandada ponien¬do su cuidado (no en ofender á los enemigos) sino en esca¬par á los amigos que quedauan, y ansi los fueron resistiendo haciéndoles rostro hasta que estuuieron algo alejados de su furor hallaron menos mucha de su gente y entre los prin¬cipales que alli murieron fue uno el General Cuntimollo. Guayna Capac (que como auemos dicho era hombre preuis- to en sus cosas) no quiso que su honra y reputación se pu¬siese en tablero en ausencia suya, y celoso y receloso de su daño partió de Tumibamba pocos dias despues que los nom¬brados Capitanes y por sus mismas pisadas los fue siguiendo con el resto del Exercito y no les valió menos que las vidas á los ya desbaratados esta diligencia honrosa de el Ynga por que yendo cansados y apurados de los varvaros victoriosos y ansi a punto de acabarse todos, encontraron con el grueso egercito de su Rey debajo cuyo amparo se escaparon de la muerte que á las espaldas les venia. No se puede encarecer la pena, y enojo que el Ynga recibió quando vido su gente tan menoscavada y vencida, y mucha mayor quando supo la muerte de tantos Principales en especial sintió la de Conde Mollo a quien el era muy aficionado, y reparando alli dos o tres dias tomo el mismo camino que los fugitiuos auian traydo y comenzo, á entrar por la tierra haciendo crueli- ssimos castigos en aquellos que á las manos le venian talóles comidas quemóles las casas y vengo cumplidamente la muerte de sus Soldados de alli determino bajarse á lo mas llano (o á lo menos montoso) y fabrico el fuerte y pucara junto á la puente de piedra que aora aliamos en el camino Real a quien llamamos Rumichaca y en este asiento dejó muy buen recado de gentes, y municiones, y bien encarga¬dos á las naciones circunvecinas para que les acudiesen con el sustento necesario so pena de su indignación. Hecho esto (por lo alto de la sierra) se bolvió á Tumibamba donde mandó embiar por gente de refresco al Collao y en tanto que estas venian se ocupo en olgar y hacer mercedes á los que le auian seruido en especial hizo Cacique á Apocari y Capitan General de los del Collao como quiera que hasta alli no auia sido sino un Capitan particular de los del Chu- cuito. Auiendo pasadose el tiempo que con sus pluvias im-pedia el hacerse jornada acordo el Ynga quitar de sobre la tierra aquella fortaleza que estaua informado que tenian los Yndios de la Provincia de Carangui tanto por auer es¬tado obstinados, y rebeldes á su obediencia y amistad (con¬que sus Capitanes muchas veces le auian combidado desde el Quito) quanto por serles notable impedimento y estorvo para la comunicación que se auia de tener con la guarni¬ción y gente que auia dejado en el fuerte y asiento de el paso Rumichaca (como dejamos dicho) finalmente acor¬dado que contra los Caranguis se asentassen sus puntas sa¬lieron de Tumibamba y conquistando de camino los Pu- ruaes, Angamarcas, Tomavelas, Sicchos, y Lactac cumgas, y otras naciones (que aun no estauan bien domadas) llegaron á un asiento llamado Cochisqui donde aliaron los naturales puestos en defensa confiados en la fraguosidad de sus lade¬ras, y en una fortaleza que en un fuerte sitio tenian labrada. Llegado aqui Guayna capac apercibió sus esquadras para el asalto, y creyendo que con facilidad la huvieran no la aco¬metieron con aquella vigilancia y cuidado que requeria el hecho, y por esta causa se vieron los Cuzcos muy a punto de ser perdidos hasta que el cuidado y valentia de los Co- chisquies los despertó, y les hizo andar alerta, y acometer con mas cuidado y menos confianza de si propios, bien se podra decir que pesada sangre ganaron á los Cochisquies la fuerza pues murieron tantos en su combate de los del Ynga, que no se oigo mucho con la victoria mas al cabo quedo vencedor y perdidoso tanto como los vencidos. Hecha esta presa puso guarnición en Cochisqui, y Guachala (otra fuerza que se les rindió) y tomo los prisioneros que pudo haver á las manos, aun que muchos dellos pasaron lo alto de aquellos Collados, y se fueron de la otra vanda á la tierra de los Otobalos, y de alli por no hallarse seguros se balieron del valor de los Caranguis los quales como supiessen la per¬dida de Cochisqui estuvieron con mas cuidado y bien fue menester porque al tercero dia amaneció sobre su fortale¬za el campo y exercito del Ynga, y en aquel mesmo dia se tuvo acuerdo en el modo como se auia de combatir y fue decretado de común consentimiento que se conquistasse la tierra y Provinc'as circumbecinas para que de ninguna parte les pudiesse entrar socorro de gentes ni comidas y ansi fue hecho porque saliendo de alli con su gente tres valientes Capitanes llamados Colla Topa, Mihi, Auqui Topa y una bastante vanda de Orejones corrieron y conquistaron todos aquellos arredores de donde las gentes que venian huyendo se metian con mucho riesgo en la fortaleza de Carangui que no era parte para selo poder estorvar el Campo y Real que el Ynga tenia sitiado en su contorno, y con esto se halla la fortaleza con mas pujanza que jamas auia estado venidos á el Real los tres Capitanes que auian corrido la tierra se trato de dar el primer combate el qual fue con tan deno- la pena, y enojo que el Ynga recibió quando vido su gente tan menoscavada y vencida, y mucha mayor quando supo la muerte de tantos Principales en especial sintió la de Conde Mollo a quien el era muy aficionado, y reparando alli dos o tres dias tomo el mismb camino que los fugitiuos auian traydo y comenzo, á entrar por la tierra haciendo crueli- ssimos castigos en aquellos que á las manos le venian talóles comidas quemóles las casas y vengo cumplidamente la muerte de sus Soldados de alli determino bajarse á lo mas llano (o á lo menos montoso) y fabrico el fuerte y pucara junto á la puente de piedra que aora aliamos en el camino Real a quien llamamos Rumichaca y en este asiento dejó muy buen recado de gentes, y municiones, y bien encarga¬dos á las naciones circunvecinas para que les acudiesen con el sustento necesario so pena de su indignación. Hecho esto (por lo alto de la sierra) se bolvió á Tumibamba donde mandó embiar por gente de refresco al Collao y en tanto que estas venian se ocupo en olgar y hacer mercedes á los que le auian seruido en especial hizo Cacique á Apocari y Capitan General de los del Collao como quiera que hasta alli no auia sido sino un Capitan particular de los del Chu- cuito. Auiendo pasadose el tiempo que con sus pluvias im¬pedia el hacerse jornada acordo el Ynga quitar de sobre la tierra aquella fortaleza que estaua informado que tenian los Yndios de la Provincia de Carangui tanto por auer es¬tado obstinados, y rebeldes á su obediencia y amistad (con¬que sus Capitanes muchas veces le auian combidado desde el Quito) quanto por serles notable impedimento y estorvo para la comunicación que se auia de tener con la guarni¬ción y gente que auia dejado en el fuerte y asiento de el paso Rumichaca (como dejamos dicho) finalmente acor¬dado que contra los Caranguis se asentassen sus puntas sa¬lieron de Tumibamba y conquistando de camino los Pu- ruaes, Angamarcas, Tomavelas, Sicchos, y Lactac cumgas, y otras naciones (que aun no estauan bien domadas) llegaron á un asiento llamado Cochisqui donde aliaron los naturales puestos en defensa confiados en la fraguosidad de sus lade¬ras, y en una fortaleza que en un fuerte sitio tenian labrada. Llegado aqui Guayna capac apercibió sus esquadras para el asalto, y creyendo que con facilidad la huvieran no la aco¬metieron con aquella vigilancia y cuidado que requeria el hecho, y por esta causa se vieron los Cuzcos muy a punto de ser perdidos hasta que el cuidado y valentía de los Co- chisquies los despertó, y les hizo andar alerta, y acometer con mas cuidado y menos confianza de si propios, bien se podra decir que pesada sangre ganaron á los Cochisquies la fuerza pues murieron tantos en su combate de los del Ynga, que no se oigo mucho con la victoria mas al cabo quedo vencedor y perdidoso tanto como los vencidos. Hecha esta presa puso guarnición en Cochisqui, y Guachala (otra fuerza que se les rindió) y tomo los prisioneros que pudo haver á las manos, aun que muchos dellos pasaron lo alto de aquellos Collados, y se fueron de la otra vanda á la tierra de los Otobalos, y de alli por no hallarse seguros se balieron del valor de los Caranguis los quales como supiessen la per¬dida de Cochisqui estuvieron con mas cuidado y bien fue menester porque al tercero dia amaneció sobre su fortale¬za el campo y exercito del Ynga, y en aquel mesmo dia se tuvo acuerdo en el modo como se auia de combatir y fue decretado de común consentimiento que se conquistasse la tierra y Provincias circumbecinas para que de ninguna parte Ies pudiesse entrar socorro de gentes ni comidas y ansi fue hecho porque saliendo de alli con su gente tres valientes Capitanes llamados Colla Topa, Mihi, Auqui Topa y una bastante vanda de Orejones corrieron y conquistaron todos aquellos arredores de donde las gentes que venían huyendo se metian con mucho riesgo en la fortaleza de Carangui que no era parte para selo poder estorvar el Campo y Real que el Ynga tenia sitiado en su contorno, y con esto se halla la fortaleza con mas pujanza que jamas auia estado venidos á el Real los tres Capitanes que auian corrido la tierra se trato de dar el primer combate el qual fue con tan deno¬dado ímpetu, y con tanto corage que sí menos fuerte de lo que el Pucara estaua lo hallaron en ninguna manera pu¬diera aguardar á el segundo, mas si brabos yvan los que le acometieron brauisimos hallaron á los que se defendían y con notable daño y perdida se comenzaron los Cuzcos a retirar y apenas los Caramges descubrieron el punto de su flaqueza quando sin darles lugar a alentar ni a tratar de su remedio les acometieron con inpetu y furor no pensado, y fue este tan vehemente que los Orejones de tanta confian¬za, y en quien estaua la fuerza del egercito desampararon á Guaynacapac y aun cayo en el suelo el perdidoso Rey sin poder hacer otra cosa y si no acertaran a llegar tres Ca¬pitanes con alguna gente de su guardia que se llamauan Cuzpi Topayupangui, y Guayna Achache y Capan aquel dia se acababa la guerra muy en fauor de los Caranguis es¬tos lo levantaron de tierra y lo pusieron en salvo. Y como la voz fue por el campo que el Ynga auia caído revolvieron los Orejones contra los enemigos y a imitación suia las de- mas naciones y hicieron rostro á los Caranguis y con notable perdida de ambas las partes los hicieron volber a meter en su fortaleza sin poderse por entonces hacer en ellos mas da¬ño. Visto por Guaynacapac quan valientes y determinados se auian mostrado los Caranguis, y auiendo conocido de su denuedo que sola la muerte auia de ser su vencimiento con¬tentóse por entonces concederles la tierra con su egercito y destruir sus sementeras, y las de sus valedores, y auiendo mandado hacer una fortaleza sobre Pesillo contra las na¬ciones Tucas, y Miras se vino á Tumibamba desde donde despacho por soldados á el Cuzco y sus comarcas para rehacer su egercito hallauase indignado grandemente con¬tra los Orejones por auer sido su Ímpetu el primero que comenzo la huida de Carangui, y el que lo derribo en el suelo, y puso en tan notorio peligro (como vimos) mas de la demostración de esta indignación y odio se satisfacieron vastantemente los Orejones como veremos en el Capitulo que se sigue. Cap. 22 de como Guayna Capac se retiro perdidoso de las tierras de Carangui y los Orejones se le amotina¬ron y el modo que se tuvo para reconciliarlos, y de la buelta a combatir la fortaleza de Carangui, y muerte del General Auqui Toma. Quando Guayna Capac se partió de las tierras donde infelicemente auia guerreado con los Caranguis llevo con¬sigo la gente mas bien dispuesta, v bien agestada que se auia hallado en todo lo que su buena fortuna le puso en sus manos (ansi de varones como de hembras) para meter con suntuosa pompa en el Cuzco quando en el entrase trium- phando, y con su egercito (harto menos cabado) llego á Tumibamba donde auiendo descansado algunos dias de el trabajo del camino, comenzo á recrear sus Capitanes, y Sol¬dados con mucho combites, y fiestas á las quales jamas llamo (ni hizo venir) á los Orejones como solia ni les mandaua dar las ordinarias raciones de diez á diez dias como era de costumbre sino de mes a mes, y lo que se les daua era tan tasado y escaso que vinieron a sentir gran necesidad y mas sentían el poco caso que dellos hacia Guayna Capac, y pe- sauales que en fauores fuessen preferidos los Yanayacos gente notada de desleales, y que por su boca huviesse dicho el Ynga que á ellos y a los Xacxaguanas deuia la vida que por poco le hicieran perder los presuntuosos Orejones. To¬dos estos favores sentian los Orejones ser mucho en menos cabo y oprobio de su reputación antigua y finalmente ninguna ocassion se ofrecia que el Ynga no mostrase estar desseruido dellos no pudieron (ni quisieron) los Orejones llevar mas sobre las espaldas de su sentimiento oprobrio tan conocido y publico, y ansi se hallauan grandemente desa¬bridos todos los de aquella nación, y juntándose un dia tres Capitanes principales de ellos (y aun de los del Campo) cuyos nombres eran Guacamayta Mihi, y Ancas calla y con- bocando á Cabildo á los demás quenta y que mejor supieran dado ímpetu, y con tanto corage que si menos fuerte de lo que el Pucara estaua lo hallaron en ninguna manera pu¬diera aguardar á el segundo, mas si brabos yvan los que le acometieron brauisimos hallaron á los que se defendían y con notable daño y perdida se comenzaron los Cuzcos a retirar y apenas los Caramges descubrieron el punto de su flaqueza quando sin darles lugar a alentar ni a tratar de su remedio les acometieron con inpetu y furor no pensado, y fue este tan vehemente que los Orejones de tanta confian¬za, y en quien estaua la fuerza del egercito desampararon á Guaynacapac y aun cayo en el suelo el perdidoso Rey sin poder hacer otra cosa y si no acertaran a llegar tres Ca-pitanes con alguna gente de su guardia que se llamauan Cuzpi Topayupangui, y Guayna Achache y Capan aquel dia se acababa la guerra muy en fauor de los Caranguis es¬tos lo levantaron de tierra y lo pusieron en salvo. Y como la voz fue por el campo que el Ynga auia caido revolvieron los Orejones contra los enemigos y a imitación suia las de- mas naciones y hicieron rostro á los Caranguis y con notable perdida de ambas las partes los hicieron volber a meter en su fortaleza sin poderse por entonces hacer en ellos mas da¬ño. Visto por Guaynacapac quan valientes y determinados se auian mostrado los Caranguis, y auiendo conocido de su denuedo que sola la muerte auia de ser su vencimiento con¬tentóse por entonces concederles la tierra con su egercito y destruir sus sementeras, y las de sus valedores, y auiendo mandado hacer una fortaleza sobre Pesillo contra las na¬ciones Tucas, y Miras se vino á Tumibamba desde donde despacho por soldados á el Cuzco y sus comarcas para rehacer su egercito hallauase indignado grandemente con¬tra los Orejones por auer sido su Ímpetu el primero que comenzo la huida de Carangui, y el que lo derribo en el suelo, y puso en tan notorio peligro (como vimos) mas de la demostración de esta indignación y odio se satisfacieron vastantemente las Orejones como veremos en el Capitulo que se sigue. Cap. 22 de como Guayna Capac se retiro perdidoso de ¡as tierras de Carangui y los Orejones se le amotina¬ron y el modo que se tuvo para reconciliarlos, y de la buelta a combatir la fortaleza de Carangui, y muerte del General Auqui Toma. Quando Guayna Capac se partió de las tierras donde infelicemente auia guerreado con los Caranguis llevo con¬sigo la gente mas bien dispuesta, v bien agestada que se auia hallado en todo lo que su buena fortuna le puso en sus manos (ansi de varones como de hembras) para meter con suntuosa pompa en el Cuzco quando en el entrase trium- phando, y con su egercito (harto menos cabado) llego á Tumibamba donde auiendo descansado algunos dias de el trabajo del camino, comenzo á recrear sus Capitanes, y Sol¬dados con mucho combites, y fiestas á las quales jamas llamo (ni hizo venir) á los Orejones como solia ni les mandaua dar las ordinarias raciones de diez á diez dias como era de costumbre sino de mes a mes, y lo que se les daua era tan tasado y escaso que vinieron a sentir gran necesidad y mas sentian el poco caso que dellos hacia Guayna Capac, y pe- sauales que en fauores fuessen preferidos los Yanayacos gente notada de desleales, y que por su boca huviesse dicho el Ynga que á ellos y a los Xacxaguanrs deuia la vida que por poco le hicieran perder los presuntuosos Orejones. To¬dos estos favores sentian los Orejones ser mucho en menos cabo y oprobio de su reputación antigua y finalmente ninguna ocassion se ofrecía que el Ynga no mostrase estar desseruido dellos no pudieron (ni quisieron) los Orejones llevar mas sobre las espaldas de su sentimiento oprobrio tan conocido y publico, y ansi se hallauan grandemente desa¬bridos todos los de aquella nación, y juntándose un dia tres Capitanes principales de ellos (y aun de los del Campo) cuyos nombres eran Guacamayta Mihi, y Ancas calla y con- bocando á Cabildo á los demás quenta y que mejor supieran acudir á lo que se acordasse en aquella junta (tomando la mano Mihi (Capitan general del Exercito y de aquella na¬ción) dijo con muy gran sentimiento estas palabras: Her-manos, y sangre mia oydme los que estáis presentes y guar¬dad en vros. corazones iñis palabras para decírselas con mucho sentimiento a los que nra. súbita junta hizo estar ausentes. Aunque yo (como todos sabéis) soy amado, y estimado de el Emperador Guaynacapac, y con oficios, y mercedes ordinariamente recreado y estoy el mas auentaja- do de todo el egercito acerca de su privanza no puedo pasar con disimulación el odio y rancor que tiene en su pecho contra los de mi nación y sangre desde aquel dia aciago que el tropel y fuga vuestra (sin pensarlo ni quererlo) lo hicisteis caer en el suelo, en coyuntura tan notablemente peligrosa, y jamas a querido recibir en descargo de el des¬cuido vuestro el mucho cuidado que yo alli tube de su salud y vida ni considerar que si Orejones lo hicieron caer acaso, Orejones con mucho valor y acuerdo lo levantaron y dieron la vida, y olvidando el seruicio tan ligitimo jamas deja de acordarse de un deseruicio venido accidentalmente, y sin pensarse antes en qualquiera coyuntura que se ofrezca nos da en el rostro con aquella desgraciada fuga como si for¬tuna estuviera obligada a governar siempre las cosas a gusto de los Reyes. El os a quitado las raciones ordinarias, y os a comenzado a desechar de su priuanza no haciendo caso de vosotros en sus combites y fiestas de donde se entiende que entiende el que sin nuestra ayuda ara sus conquistas. Pues oyd aora lo que tengo pensado hacer (debajo el acuerdo y parecer de todos) que para que el Ynga nuestro natural Señor co¬mience (desde aora) a ensayarse en la falta que despues le hauemos de hacer pongamos los intentos y rostros hacia nues¬tra patria el Cuzgo y nos vamos alia, y estorve nuestro viage si pudiere el Ynga y sus alegosos Yanayacos, ó las demás naciones recogidas de su Ymperio que mientras este desnu¬do brazo tubiere sangre os hara llano a todos el camino, y desocupado de esa escoria de el Mundo, y porque en casos tales la dilación es dañosa sera ansi que mañana á el apuntar del alva nos hallaremos todos en la plaza a punto de guerra con nro seruicio, y ropa en medio de nro esquadron, yo (a- compañado con quien me quisiere por compañero) entra¬re en Mullu cancha, y sacare conmigo la estatua y ymagen del Sol pues nuestra profesion es ser de su guarda confiemos en el que el será la nuestra para que lo llevemos (y nos vamos) á el Cuzco. A todos pareció bien el acuerdo, y aprovaron y ratificaron lo que Mihi auia propuesto, y cada qual se fue con mucho secreto a poner en orden lo necesa¬rio para el camino que pensauan hacer el dia siguiente. Y esto fue propuesto y acordado con tan resoluta determina¬ción que aunque las vidas les costase no volverían por via ninguna a inovar intento. Subcedio que á el alva de el dia siguiente se vido en la plaza de Guacha opari pampa un lucidissimo esquadron demás de tres mil Orejones apunto de guerra, y de caminar y muy aprestado para ambos efec¬tos. Quando mas el dia aclaro tuvo noticia Guayna Capac de esta novedad y embiando con uno de sus criados a pre¬guntar la causa de aquella junta le fue respondido con mucha sequedad y arrogancia decidle a vro Señor que presto lo sabra y sin otra respuesta lo despacharon segunda vez embio Guayna capac mensagero para que les preguntasse que para que guerra se apercebian de tanto aparato y ar¬mas. A este mensagero mando prender el General Mihi, tercera vez embio mensagero Guayna Capac con la misma demanda a el qual le fue respondido con mucha arrogancia decidle a el Ynga que el desamor suyo, y la ambre nuestra nos hace yr a el Cuzco para escusar sus enojos y nuestras muertes, y dicho aquesto Mihi y otros tres denodados man-cebos entraron en el Templo, y con la reverencia y vene¬ración que la coyuntura les dio lugar sacaron fuera á la Ymagen de el Sol con grande aplauso de lo que ya estauan a punto. En este tiempo (por no poder hacer otra cosa) llego Guayna Capac, y enderezando su habla á Mihi dijo acudir á lo que se acordasse en aquella junta (tomando la mano Mihi (Capitan general del Exercito y de aquella na¬ción) dijo con muy gran sentimiento estas palabras: Her¬manos, y sangre mia oydme los que estáis presentes y guar¬dad en vro". corazones mis palabras para decírselas con mucho sentimiento a los que nra. súbita junta hizo estar ausentes. Aunque yo (como todos sabéis) soy amado, y estimado de el Emperador Guaynacapac, y con oficios, y mercedes ordinariamente recreado y estoy el mas auentaja- do de todo el egercito acerca de su privanza no puedo pasar con disimulación el odio y rancor que tiene en su pecho contra los de mi nación y sangre desde aquel dia aciago que el tropel y fuga vuestra (sin pensarlo ni quererlo) lo hicisteis caer en el suelo, en coyuntura tan notablemente peligrosa, y jamas a querido recibir en descargo de el des-cuido vuestro el mucho cuidado que yo alli tube de su salud y vida ni considerar que si Orejones lo hicieron caer acaso, Orejones con mucho valor y acuerdo lo levantaron y dieron la vida, y olvidando el seruicio tan ligitimo jamas deja de acordarse de un deseruicio venido accidentalmente, y sin pensarse antes en qualquiera coyuntura que se ofrezca nos da en el rostro con aquella desgraciada fuga como si for¬tuna estuviera obligada a governar siempre las cosas a gusto de los Reyes. El os a quitado las raciones ordinarias, y os a comenzado a desechar de su priuanza no haciendo caso de vosotros en sus combites y fiestas de donde se entiende que entiende el que sin nuestra ayuda ara sus conquistas. Pues oyd aora lo que tengo pensado hacer (debajo el acuerdo y parecer de todos) que para que el Ynga nuestro natural Señor co¬mience (desde aora) a ensayarse en la falta que despues le hauemos de hacer pongamos los intentos y rostros hacia nues¬tra patria el Cuzgo y nos vamos alia, y estorve nuestro viage si pudiere el Ynga y sus alegosos Yanayacos, ó las demás naciones recogidas de su Ymperio que mientras este desnu¬do brazo tubiere sangre os hara llano a todos el camino, y desocupado de esa escoria de el Mundo, y porque en casos tales la dilación es dañosa sera ansi que mañana á el apuntar del alva nos hallaremos todos en la plaza a punto de guerra con nro seruicio, y ropa en medio de nro esquadron, yo (a- compañado con quien me quisiere por compañero) entra¬re en Mullu cancha, y sacare conmigo la estatua y ymagen del Sol pues nuestra profesion es ser de su guarda confiemos en el que el será la nuestra para que lo llevemos (y nos vamos) á el Cuzco. A todos pareció bien el acuerdo, y aprovaron y ratificaron lo que Mihi auia propuesto, y cada qual se fue con mucho secreto a poner en orden lo necesa¬rio para el camino que pensauan hacer el dia siguiente. Y esto fue propuesto y acordado con tan resoluta determina¬ción que aunque las vidas les costase no volverian por via ninguna a inovar intento. Subcedio que á el alva de el dia siguiente se vido en la plaza de Guacha opari pampa un lucidissimo esquadron demás de tres mil Orejones apunto de guerra, y de caminar y muy aprestado para ambos efec¬tos. Quando mas el dia aclaro tuvo noticia Guayna Capac de esta novedad y embiando con uno de sus criados a pre¬guntar la causa de aquella junta le fue respondido con mucha sequedad y arrogancia decidle a vro Señor que presto lo sabra y sin otra respuesta lo despacharon segunda vez embio Guayna capac mensagero para que les preguntasse que para que guerra se apercebian de tanto aparato y ar¬mas. A este mensagero mando prender el General Mihi, tercera vez embio mensagero Guayna Capac con la misma demanda a el qual le fue respondido con mucha arrogancia decidle a el Ynga que el desamor suyo, y la ambre nuestra nos hace yr a el Cuzco para escusar sus enojos y nuestras muertes, y dicho aquesto Mihi y otros tres denodados man-cebos entraron en el Templo, y con la reverencia y vene¬ración que la coyuntura les dio lugar sacaron fuera á la Ymagen de el Sol con grande aplauso de lo que ya estauan a punto. En este tiempo (por no poder hacer otra cosa) llego Guayna Capac, y enderezando su habla á Mihi dijo que nobedad es aquesta de donde a tomado origen este nuevo alvoroto, y Mihi con denuedo comedido le respondio Señor cansados ya de seros con nuestras presencias molestos nos queremos volver á el Cuzco de donde nuestro amor y nues¬tra lealtad nos saco y aora que vos teneis lo uno por acabado en nosotros, y nosotros vemos faltar en vos lo otro somos compelidos á lo que veis, queremos llevar con nosotros á el sol nro padre porque juramos y profesamos su guarda y custodia á todo esto lleuava travado de el brazo el paciente Guayna Capac á el alterado Mihi, y comenzaron a caminar con mucho concierto hacia donde era su viage. En esta coyuntura comenzó un increíble bullicio por todo el eger¬cito, y era que la yda de los Orejones levantó los pies para seguirlos a un numero infinito de gentes descontentas ya de la guerra y destierro. Lo qual conociendo Guayna Capac por evitar rompimiento soltó al Capitan y tomo otro medio mas piadoso y honesto, y fue que con la presteza posible mando á los Sacerdotes que entrassen en el Templo y cu¬bierta de paños tristes sacassen la imagen de su madre, y las demás estatuas que en el Templo estauan, y corriessen con presteza a ponerse por delante de el egercito descontento, y amotinado y con tiernas palabras los hiciessen mudar proposito y en un instante fue puesto en egecucion lo que el Ynga mandaua, y saliendo a el encuentro los sacerdotes con la estatua de Mama Ocllo vestida de ropas tristes (y lo mismo los demás simulacros) una Yndia natural Cañar en boz de la baña yrnagen, y representando su persona mesando sus cabellos, y maltratando su rostro bañado en lagrimas comenzo á decir refrenad hijos del Sol vuestra desenfrenada indignación, y si los piadosos ruegos de las tiernas madres tienen poder alguno en los corazones de sus hijos justo es que por la via de vros oydos lleguen mis llantos á vros corazones, y pues nuestras armas os an enseñado á saber vencer naciones venceos oy á vosotros mismos, y habréis hecho el mayor de vuestros vencimientos. Porque el vencer¬los los hombres á los hombres es fortuna y el vencerse asi- mesmos es virtud no manche (linage ilustre) el numero de vuestras hazañas el temerario hecho que oy emprendeis ni digan de vosotros las barbaras naciones que aprenden vues¬tras costumbres que les enseñaisteis á ser desobedientes, alzad alzad vuestros encarnizados ojos, y mirad los llorosos de vra madre a donde quereis yr? a donde encamináis vros pasos; pues no hallareis lugar debajo del Cielo, donde podáis tener nombres de leales sino en el que teneis los pies ablande vros pe¬chos los ruegos, y lagrimas de Mama Ocllo a quien yo en este lugar represento, y dadme a entender a mi si soys mis ver¬daderos hijos, y á el Mundo por indubitable madre, y esto abréis hecho quando dejadas las armas dejaredes con ellas el enojo no os mando que degeis el camino para v™ patria y mia sino, que lo dilatéis hasta mas justa coyuntura y esto será quando huvieredes de mis manos recebido las ropas que con ellas he hilado y estoy tegendo y no conviene á hijos de tal madre que os paríais de su presencia sin los calzados necesarios para tan largo viage, y lo uno y lo otro os ofrezco teniendo mas atención y respeto al probecho vuestro que no a el contento mió. Con esto concluyo su platica la lacri¬mosa barbara y fue de tanto efecto para los que la oyan que desde q' comenzo á hablar no mobieron los pies de donde los tomo la llorosa boz, y Mihi que mas que los demás auia estado atento con una libertad reverente le res¬pondió diciendo: Indubitable madre nuestra venerada entre los decendientes de Mango Capac, no es menor crueldad defender á el herido que de su dolor no se quege que lo fue el herirlo. De la razón justa de nras querellas no ay para que informarte, porque si eres diuina (como te imaginamos) manifiesta te será y ansi no devas culpar nuestra partida pues los disfauores de tu hijo y nro Ynga los incitan á ella, mas porque no nos acuses pos descomedidos á tu venerable ymagen queremos mas ser vassallos desfauorecidos que no hijos inovedientes, y ansi será que en lo tocante á nra. partida mudaremos el tiempo pero no el intento. Dicho aquesto con una humildad violenta bolvio el rostro hacia Tumi bamba, que nobedad es aquesta de donde a tomado origen este nuevo alvoroto, y Mihi con denuedo comedido le respondio Señor cansados ya de seros con nuestras presencias molestos nos queremos volver á el Cuzcp de donde nuestro amor y nues¬tra lealtad nos saco y aora que vos teneis lo uno por acabado en nosotros, y nosotros vemos faltar en vos lo otro somos compelidos á lo que veis, queremos llevar con nosotros á el sol nru padre porque juramos y profesamos su guarda y custodia á todo esto lleuava travado de el brazo el paciente Guayna Capac á el alterado Mihi, y comenzaron a caminar con mucho concierto hacia donde era su viage. En esta coyuntura comenzó un increíble bullicio por todo el eger¬cito, y era que la yda de los Orejones levantó los pies para seguirlos a un numero infinito de gentes descontentas ya de la guerra y destierro. Lo qual conociendo Guayna Capac por evitar rompimiento soltó al Capitan y tomo otro medio mas piadoso y honesto, y fue que con la presteza posible mando á los Sacerdotes que entrassen en el Templo y cu¬bierta de paños tristes sacasscn la imagen de su madre, y las demás estatuas que en el Templo estauan, y corriessen con presteza a ponerse por delante de el egercito descontento, y amotinado y con tiernas palabras los hiciessen mudar proposito y en un instante fue puesto en egecucion lo que el Ynga mandaua, y saliendo a el encuentro los sacerdotes con la estatua de Mama Ocllo vestida de ropas tristes (y lo mismo los demás simulacros) una Yndia natural Cañar en boz de la baña ymagen, y representando su persona mesando sus cabellos, y maltratando su rostro bañado en lagrimas comenzo á decir refrenad hijos del Sol vuestra desenfrenada indignación, y si los piadosos ruegos de las tiernas madres tienen poder alguno en los corazones de sus hijos justo es que por la via de vro" oydos lleguen mis llantos á vro' corazones, y pues nuestras armas os an enseñado á saber vencer naciones venceos oy á vosotros mismos, y habréis hecho el mayor de vuestros vencimientos. Porque el vencer¬los los hombres á los hombres es fortuna y el vencerse asi- mesmos es virtud no manche (linage ilustre) el numero de vuestras hazañas el temerario hecho que oy emprendeis ni digan de vosotros las barbaras naciones que aprenden vues¬tras costumbres que les enseñaisteis á ser desobedientes, alzad alzad vuestros encarnizados ojos, y mirad los llorosos de v™ madre a donde quereis yr? a donde encamináis vrus pasos; pues no hallareis lugar debajo del Cielo, donde podáis tener nombres de leales sino en el que teneis los pies ablande vros pe¬chos los ruegos, y lagrimas de Mama Ocllo a quien yo en este lugar represento, y dadme a entender a mi si soys mis ver¬daderos hijos, y á el Mundo por indubitable madre, y esto abréis hecho quando dejadas las armas dejaredes con ellas el enojo no os mando que degeis el camino para vrn patria y mia sino, que lo dilatéis hasta mas justa coyuntura y esto será quando huvieredes de mis manos recebido las ropas que con ellas he hilado y estoy tegendo y no conviene á hijos de tal madre que os partais de su presencia sin los calzados necesarios para tan largo viage, y lo uno y lo otro os ofrezco teniendo mas atención y respeto al probecho vuestro que no a el contento mió. Con esto concluyo su platica la lacri¬mosa barbara y fue de tanto efecto para los que la oyan que desde q' comenzo á hablar no mobieron los pies de donde los tomo la llorosa boz, y Mihi que mas que los demás auia estado atento con una libertad reverente le res¬pondió diciendo: Indubitable madre nuestra venerada entre los decendientes de Mango Capac, no es menor crueldad defender á el herido que de su dolor no se quege que lo fue el herirlo. De la razón justa de n™ querellas no ay para que informarte, porque si eres diuina (como te imaginamos) manifiesta te será y ansi no devas culpar nuestra partida pues los disfauores de tu hijo y nro Ynga los incitan á ella, mas porque no nos acuses pos descomedidos á tu venerable ymagen queremos mas ser vassallos desfauorecidos que no hijos inovedientes, y ansi será que en lo tocante á nr". partida mudaremos el tiempo pero no el intento. Dicho aquesto con una humildad violenta bolvio el rostro hacia Tumi bamba, y con el todos los que los seguían, y con la ymagen de el Sol se entro en el Templo de Mullucancha y luego tras el la estatua de Mama Ocllo y luego Guayna Capac se entro á hablarle donde se presume que le diría palabras amorosas, y satisfatorias á sus quejas. Ya era tarde quando el Ynga se salió del Templo deján¬dose en el á Mihi y a sus sequaces y conformándose con el tiempo el bien mirado Principe mandó aquella noche que con mucha diligencia se juntasse de toda la tierra las comi¬das y ropas que pudiesse ser auida ansi de los depositos como de la que estava tegida para meterse en ellos, y mando que toda se pusiesse en medio de una gran plaza y quando en grandissima cantidad estuvo junta mandó dar pregones públicos diciendo que todos los Orejones de el Cuzco vi- niessen a tomar de aquel maiz ganado y ropa la cantidad que quissiese porque para ellos y no para otra nación se auia traydo alli y apenas fue de los Orejones entendido quando acudieron a hartar su hambre y con mucho comedimiento fue entre ellos repartido todo lo que se auia juntado, con que se tubieron por contentos y bien pagados. A Mihi, y á los demás Capitanes repartió el Ynga sus dones ansi de mugeres como de preseas y desde entonces fueron mas fa¬vorecidos amados proveídos, y respetados los Orejones que lo auian sido asta alli. Ya en este tiempo comenzaran a lle¬gar gentes del Cuzco para reformar el egercito, y con muchas naciones que vinieron se hizo tan numeroso y pu¬jante que parecía bastantissimo para conquistar el Mundo, mas bien fue menester porque a pocos dias de su llegada tuvo nueva el Ynga de como los Yndios de Carangui y sus valedores auian ydo á el Pucara de Pesillo y muerto infini¬ta gente de los que alli auian quedado de guarnición mucho sintió el Ynga esta nueva, y hella le hizo apresurar el curso de su comenzada guerra; porque luego, despara allá a su hermano Auqui Toma con bastante egercito juntado de varias naciones demás de el qual llevo orden para sacar las guarniciones de Cochisqui y Guachala y llevarlos todos consigo. Por sus jornadas se fue Auqui Toma la buelta de Carangui, gozando de muy buenos aposentos que ya les auia labrado los viejos amigos á sus costas, y espensas aun¬que con oficiales y piedras traidas del Cuzco, ya por todo el camino desde Tumibamba á Quito los recibían con fies¬tas, y danzas proveyendoles bastantemente de lo necesario donde quiera que llegauan. Y sin tener recuentro ni sobre-salto alguno llego aquel vistoso egercito a sitiar la inexpug¬nable fortaleza de Carangui que de su venida y disinio no vivia descuidada. Llegados que fueron los cercadores á la presencia de los cercados no se podra decir la sangrienta salva con que fueron recebidos luego los que venian ganosos de pelear comenzaron á señalarse haciendo maravillosas suer¬tes en los contrarios especial se mostraron los Orejones agra¬decidos á los regalos que el Ynga les hizo la noche de su reconciliación. Muchos dias se gastaron en acometimientos los unos á los otros, y ninguno huvo que no costasse muchas vidas, subcedio un dia que de lance en lance se trauaron de tal manera los unos con los otros que cada qual de las partes obpuestas entendió que fortuna se declarara aquel dia en su fauor y mucho mas se comenzaron á mostrar pujantes los de el Cuzco porque los valerosos Orejones tenian ya gana¬das quatro cercas de cinco que fortalecian el Pucara de los Caranguis mas quiso su mala suerte que con una gruesa piedra (que de lo alto arrojaron) derribaron muerto á el General Auqui Toma que hasta alli auia peleado valerosa-mente y su muerte mató los alientos de sus Vassallos mas no de suerte que perdiessen el animo en el pelear, aunque perdieron las esperanzas de vencer. De tal manera yvan procediendo en el combate que acabaron de todo punto los unos y los otros los instrumentos de matar, y ya no se tirauan lanzas flechas ni dardos porque todos estauan en los pe¬chos de los contrarios ya no auia piedra para tirar los de arriba que no hiciera falta en su cerca y muralla y a los y con el todos los que los seguian, y con la ymagen de el Sol se entro en el Templo de Mullucancha y luego tras el la estatua de Mama Ocllo y luego Guayna Capac se entro á hablarle donde se presume que le diria palabras amorosas, y satisfatorias á sus quejas. Ya era tarde quando el Ynga se salió del Templo deján¬dose en el á Mihi y a sus sequaces y conformándose con el tiempo el bien mirado Principe mandó aquella noche que con mucha diligencia se juntasse de toda la tierra las comi¬das y ropas que pudiesse ser auida ansi de los depositos como de la que estava tegida para meterse en ellos, y mando que toda se pusiesse en medio de una gran plaza y quando en grandissima cantidad estuvo junta mandó dar pregones públicos diciendo que todos los Orejones de el Cuzco vi- niessen a tomar de aquel maiz ganado y ropa la cantidad que quissiese porque para ellos y no para otra nación se auia traydo alli y apenas fue de los Orejones entendido quando acudieron a hartar su hambre y con mucho comedimiento fue entre ellos repartido todo lo que se auia juntado, con que se tubieron por contentos y bien pagados. A Mihi, y á los demás Capitanes repartió el Ynga sus dones ansi de mugeres como de preseas y desde entonces fueron mas fa¬vorecidos amados proveídos, y respetados los Orejones que lo auian sido asta alli. Ya en este tiempo comenzaran a lle¬gar gentes del Cuzco para reformar el egercito, y con muchas naciones que vinieron se hizo tan numeroso y pu¬jante que parecia bastantissimo para conquistar el Mundo, mas bien fue menester porque a pocos dias de su llegada tuvo nueva el Ynga de como los Yndios de Carangui y sus valedores auian ydo á el Pucara de Pesillo y muerto infini¬ta gente de los que alli auian quedado de guarnición mucho sintió el Ynga esta nueva, v hella le hizo apresurar el curso de su comenzada guerra; porque luego, despara allá a su hermano Auqui Toma con bastante egercito juntado de varias naciones demás de el qual llevo orden para sacar las guarniciones de Cochisqui y Guachala y llevarlos todos consigo. Por sus jornadas se fue Auqui Toma la buelta de Carangui, gozando de muy buenos aposentos que ya les auia labrado los viejos amigos á sus costas, y espensas aun¬que con oficiales y piedras traidas del Cuzco, ya por todo el camino desde Tumibamba á Quito los recibían con fies¬tas, y danzas proveyendoles bastantemente de lo necesario donde quiera que llegauan. Y sin tener recuentro ni sobre¬salto alguno llego aquel vistoso egercito a sitiar la inexpug¬nable fortaleza de Carangui que de su venida y disinio no vivia descuidada. Llegados que fueron los cercadores á la presencia de los cercados no se podra decir la sangrienta salva con que fueron recebidos luego los que venian ganosos de pelear comenzaron á señalarse haciendo maravillosas suer¬tes en los contrarios especial se mostraron los Orejones agra¬decidos á los regalos que el Ynga les hizo la noche de su reconciliación. Muchos dias se gastaron en acometimientos los unos á los otros, y ninguno huvo que no costasse muchas vidas, subcedio un dia que de lance en lance se trauaron de tal manera los unos con los otros que cada qual de las partes obpuestas entendió que fortuna se declarara aquel dia en su fauor y mucho mas se comenzaron á mostrar pujantes los de el Cuzco porque los valerosos Orejones tenian ya gana¬das quatro cercas de cinco que fortalecían el Pucara de los Caranguis mas quiso su mala suerte que con una gruesa piedra (que de lo alto arrojaron) derribaron muerto á el General Auqui Toma que hasta alli auia peleado valerosa-mente y su muerte mató los alientos de sus Vassallos mas no de suerte que perdiessen el animo en el pelear, aunque perdieron las esperanzas de vencer. De tal manera yvan procediendo en el combate que acabaron de todo punto los unos y los otros los instrumentos de matar, y ya no se tirauan lanzas flechas ni dardos porque todos estauan en los pe¬chos de los contrarios ya no auia piedra para tirar los de arriba que no hiciera falta en su cerca y muralla y a los mismos montones de los muertos estorvavan que otros mu- riessen cada uno hacia trabuco de aquello que mas cerca hallara, y a tanto estremo llegaron de necesidad de armas que el furor diabolico qu£ tenian concebido en los pechos les hizo venir á las manos, y puños. Mas fue esto a tiempo que los del Cuzco se comenzauan á retirar dolorosos grande¬mente por la perdida de su Capitan, y como los cercados les vieron remolinear pavorosos cobraron brio, y con alarido barbaro renovaron la batalla, y los hicieron (mal su grado) desamparar las cercas ganadas sin provecho y bueltas una bes las espaldas no les dejaron los Caranguis entrar en juego y ansi confusamente los pusieron en vergonzosa huida y quiso la suerte que un pequeño rio que por alli corre (el qual necesariamente auian de pasar) viniera crecido y de monte a monte y en su paso y vado se aogo, y mataron una inumerable cantidad de Yndios Cuzcos. Puestos de la otra vanda los que se pudieron escapar despacharon mensage á Guayna Capac haciéndoles saber la muerte de Auqui Toma su hermano, y la destruicion de sus gentes y la entereza en que se hallauan los Caranguis. Los quales viendose libres de sus enemigos rehicieron sus murallas, y previnieronse de armas, y hicieron saber a sus aficionados la importante vic¬toria que les auian arrebatado de las manos á los arrogantes Cuzcos, y las muertes y daños que les auian hecho, y como los tenian acorralados sin Capitan armas ni fuerzas. La nueva que en Tumibamba recibió Guaynacapac les causo gran dolor, y no tanto era este por la perdida de su hermano y gentes quanto por ver a punto de caer su nombre y reputa¬ción en una irremediable inominia, y sempiterno aprobrio y ansi con mas ardimiento y corage que lo ordinario propuso echar el resto de su poder, tras la benganza de tantas muer¬tes, y tras el castigo y destruicion de aquella pertinaz y en¬durecida gente de Carangui y auiendo tenido sus acuerdos, y hechos sus juntas sobre este caso salió acordado que con la Magestad de su persona y las fuerzas de su egercito se fuesen a Carangui para el castigo de ellos, y el escarmiento de las demás naciones, y poniendo en egecucion lo acordado y decretado, partió de Tumibamba para los efectos que ade-lante veremos. Cap. 23 de el descubrimiento que hizo Christoval Colon de este nuevo Mtmdo, y del vencimiento y fin de las guerras de Carangui, y de una guerra que se les ofrecio á los Yngas con los Chiliguanaes, y subceso de ella. Bien será que en tanto que Guayna Capac pone en or¬den su viage, y lo necesario para el volvamos la pluma, y intento á las cosas notables que en el Mundo yvan subce- diendo en esta misma coyuntura donde llegamos con nro" escriptos que todo devia ser durante el Pontificado de Ale¬jandro Sexto el qual en estas temporadas se hallaua inquie¬to, y sobresaltado de las injustas y descomedidas armas de el Rey Carlos Octauo de Francia sobre el bien empleado Reyno de Ñapóles, y no solo el Pontifice Máximo se hallaua conturbado sino toda la Ytalia y sus Estados. En estos mis¬mos tiempos andaua en nra España muy solicito Christoval Colon buscando a cuya puerta hechar la inopinada empresa que largos tiempos lo trujo inquieto y finalmente el año de 1486 entró en la Corte de nros Reyes Catholicos Don Fer¬nando y Doña Ysabel, y por intercesión de el Contador mayor Alonso de Quintanilla (instituidor de las santas le¬yes de la hermandad) tuvo Colon entrada en casa de el Cardenal Don Pero González de Mendoza (que en aquel tiempo tenia con los Reyes mucha mano) el qual dio orden que se viesse Colon con el Rey, y tratasse de su intento y determinación, y hansi fue hecho y salió el valeroso Ginoves mas lleno de buenas esperanzas que jamas se auia visto, y quedo de alli acordado que acabada la guerra de Granada (donde si el lector se acuerda dejamos á nros Catholicos Re- mismos montones de los muertos estorvavan que otros mu- riessen cada uno hacia trabuco de aquello que mas cerca hallara, y a tanto estremo llegaron de necesidad de armas que el furor diabolico que tenian concebido en los pechos les hizo venir á las manos, y puños. Mas fue esto a tiempo que los del Cuzco se comenzauan á retirar dolorosos grande¬mente por la perdida de su Capitan, y como los cercados les vieron remolinear pavorosos cobraron brio, y con alarido barbaro renovaron la batalla, y los hicieron (mal su grado) desamparar las cercas ganadas sin provecho y bueltas una bes las espaldas no les dejaron los Caranguis entrar en juego y ansi confusamente los pusieron en vergonzosa huida y quiso la suerte que un pequeño rio qu« por alli corre (el qual necesariamente auian de pasar) viniera crecido y de monte a monte y en su paso y vado se aogo, y mataron una ¡numerable cantidad de Yndios Cuzcos. Puestos de la otra vanda los que se pudieron escapar despacharon mensage á Guayna Capac haciéndoles saber la muerte de Auqui Toma su hermano, y la destruicion de sus gentes y la entereza en que se hallauan los Caranguis. Los quales viendose libres de sus enemigos rehicieron sus murallas, y previnicronse de armas, y hicieron saber a sus aficionados la importante vic¬toria que les auian arrebatado de las manos á los arrogantes Cuzcos, y las muertes y daños que les auian hecho, y como los tenian acorralados sin Capitan armas ni fuerzas. La nueva que en Tumibamba recibió Guaynacapac les causo gran dolor, y no tanto era este por la perdida de su hermano y gentes quanto por ver a punto de caer su nombre y reputa¬ción en una irremediable inominia, y sempiterno aprobrio y ansi con mas ardimiento y corage que lo ordinario propuso echar el resto de su poder, tras la benganza de tantas muer¬tes, y tras el castigo y destruicion de aquella pertinaz y en-durecida gente de Carangui y auiendo tenido sus acuerdos, y hechos sus juntas sobre este caso salió acordado que con la Magestad de su persona y las fuerzas de su egercito se fuesen a Carangui para el castigo de ellos, y el escarmiento de las demás naciones, y poniendo en egecucion lo acordado y decretado, partió de Tumibamba para los efectos que ade¬lante veremos. Cap. 23 de el descubrimiento que hizo Christoval Colon de este nuevo Mundo, y del vencimiento y fin de las guerras de Carangui, y de una guerra que se les ofrecio á los Yngas con los Chiliguanaes, y subceso de ella. Bien será que en tanto que Guayna Capac pone en or¬den su viage, y lo necesario para el volvamos la pluma, y intento á las cosas notables que en el Mundo yvan subce- diendo en esta misma coyuntura donde llegamos con n"" escriptos que todo devia ser durante el Pontificado de Ale¬jandro Sexto el qual en estas temporadas se hallaua inquie¬to, y sobresaltado de las injustas y descomedidas armas de el Rey Carlos Octauo de Francia sobre el bien empleado Reyno de Ñapóles, y no solo el Pontifice Máximo se hallaua conturbado sino toda la Ytalia y sus Estados. En estos mis¬mos tiempos andaua en nra España muy solicito Christoval Colon buscando a cuya puerta hechar la inopinada empresa que largos tiempos lo trujo inquieto y finalmente el año de 1486 entró en la Corte de nro" Reyes Catholicos Don Fer¬nando y Doña Ysabel, y por intercesión de el Contador mayor Alonso de Quintanilla (instituidor de las santas le¬yes de la hermandad) tuvo Colon entrada en casa de el Cardenal Don Pero González de Mendoza (que en aquel tiempo tenia con los Reyes mucha mano) el qual dio orden que se viesse Colon con el Rey, y tratasse de su intento y determinación, y hansi fue hecho y salió el valeroso Ginoves mas lleno de buenas esperanzas que jamas se auia visto, y quedo de alli acordado que acabada la guerra de Granada (donde si el lector se acuerda dejamos á nro" Catholicos Re¬yes ocupados) se tomaría platica de mucho proposito sobre su negocio, y fue nro Señor seruido (por su misericordia) que el año de 1492 primero de Enero dia señalado de la Circuncisión de Christo se entregó a los Reyes Catholicos el Alhambra, y lo demás de la desideratissima Ciudad de Granada, y con tan buen subceso y prospero acontecimiento volvio de nuevo Christoval Colon a tratar de su jornada y auiendose dado y tomado en el negocio fue acordado como dicen (á Dios y abentura) darle comision de General Capitan de aquel descubrimiento, y con dieciseis mil ducados que los Reyes Catholicos tomaron prestados de un criado suyo se armaron en Palos de Moguer tres nauios con hasta ciento y veinte compañeros, y haciéndose a la vela á 3 dias anda¬dos de Agosto del dicho año, que se gano Granada á 11 dias del mes de Octubre, un Rodrigo de Terrazas descubrió tie¬rra de estas Yndias la qual se tomó en una Ysla que 11a- mavan Guanahami, y de lance en lance se vinieron a poblar en la que llamamos ahora la Española (ó de Santo Domingo) donde los dejaremos para bolver á nr"s Yngas Piníferos con aquel esplendido y lucido egercito que en Tumibamba Guay¬na capac ayunto salió su persona acompañada y autorizada, y reposando en los bien labrados aposentos que le tenian prevenidos llegó a el Quito donde auiendo recreado su per¬sona, y con su bista a todos los de aquella Prouincia tomo su camino para Carangui, y haciendo alto en los Otabalos (que de tiempo atras estauan á su debocion) fue acordada la orden que se auia de tener en el combate de la fortaleza de Carangui la qual orden fue esta. Que Mihi General de los Orejones con todo su tercio se pasase por un lado de la fortaleza dando muestras que se yban de largo a rehacer y conservar la fuerza y guarnición de Rumichaca, y que ansi mesmo la gente de Chinchaysuyo fuesse por el otro lado publicando que yban a guarnecer a Pessillo Pucara, y que para cierto dia (entre ellos acordado) rebolviessen de sú¬bito sobre el fuerte de Carangui porque el Guayna Capac (que con la fuerza y multitud de el egercito se quedaua) daría la orden (por momentos) que se auia de yr guar¬dando en la prosecución de su empresa. Luego que los dos tercios de el Ynga huvieron pasado comenzo Guayna Capac con denuedo invencible a acometer la fortaleza y hallando en ella la resistencia que siempre le fue forzado retirarse porque el dia y el aliento se yban acabando y con tales acometimientos se entretuvo cinco dias (que fue el tiempo que sus Capitanes se auian de entretener por alia) y el quinto y ultimo dia acordado despacho con mucho secreto Guayna Capac orden á los dos Capitanes en que les man- daua que se hallassen á el amanecer tan cercanos a la forta¬leza que viessen encubiertamente el combate que pensaua darles, y que si los Caranguis saliessen en seguimiento de su fingida huida que sin rumor ni estrepido se metiesen en la fortaleza con la presteza posible lo qual ansi fue hecho porque llegando el dia aplazado (quinto en el concierto y ultimo para los valerosos Caranguis) se dieron menos por el acometimiento que el Ynga les pensaua dar en ese mismo anduvo el Ynga mas solicito y diligente por desvelar á el contrario y fue ansi que sacadas sus gentes ál Campo hizo la señal acostumbrada para el asalto á el qual acudieron todos con una disimulada tibieza y fingida flogedad, y como se comenzase a travar la brega, y comenzaron los del Ynga á hacer ciaboga y retirarse como amedrentados, y Guayna Capac (que valiente y animoso era) con una media lanza en la mano se les puso delante para detenerlos mas quando le pareció tiempo oportuno pidió sus andas, y su¬biendo en ella con mucha presteza se comenzo a retirar y lo mismo hicieron sus Soldados. Los Caranguis (a quien el calor del vencimiento tenia desvanecidos) salieron en su seguimiento sin atender á lo que les auino, y no tan presto fueron salidos de el ambitu y circuito de su fortaleza quanto fueron vistos de los de las celadas que no dormían y con orgullo vencedor se arrojaron dentro sin ser sentidos de quien se lo pudiera impedir y con muertes y fuego comen¬zaron a saludar la gente flaca y desarmada que en el fuerte yes ocupados) se tomaria platica de mucho proposito sobre su negocio, y fue nru Señor seruido (por su misericordia) que el año de 1492 primero de Enero dia señalado de la Circuncisión de Christo se entregó a los Reyes Catholicos el Alhambra, y lo demás de la desideratissima Ciudad de Granada, y con tan buen subceso y prospero acontecimiento volvio de nuevo Christoval Colon a tratar de su jornada y auiendose dado y tomado en el negocio fue acordado como dicen (á Dios y abentura) darle comision de General Capitan de aquel descubrimiento, y con dieciseis mil ducados que los Reyes Catholicos tomaron prestados de un criado suyo se armaron en Palos de Moguer tres nauios con hasta ciento y veinte compañeros, y haciéndose a la vela á 3 dias anda¬dos de Agosto del dicho año, que se gano Granada á 11 dias del mes de Octubre, un Rodrigo de Terrazas descubrió tie¬rra de estas Yndias la qual se tomó en una Ysla que 11a- mavan Guanahami, y de lance en lance se vinieron a poblar en la que llamamos ahora la Española (ó de Santo Domingo) donde los dejaremos para bolver á n™1 Yngas Piruleros con aquel esplendido y lucido egercito que en Tumibamba Guay¬na capac ayunto salió su persona acompañada y autorizada, y reposando en los bien labrados aposentos que le tenian prevenidos llegó a el Quito donde auiendo recreado su per¬sona, y con su bista a todos los de aquella Prouincia tomo su camino para Carangui, y haciendo alto en los Otabalos (que de tiempo atras estauan á su debocion) fue acordada la orden que se auia de tener en el combate de la fortaleza de Carangui la qual orden fue esta. Que Mihi General de los Orejones con todo su tercio se pasase por un lado de la fortaleza dando muestras que se yban de largo a rehacer y conservar la fuerza y guarnición de Rumichaca, y que ansi mesmo la gente de Chinchaysuyo fuesse por el otro lado publicando que yban a guarnecer a Pessillo Pucara, y que para cierto dia (entre ellos acordado) rebolviessen de sú¬bito sobre el fuerte de Carangui porque el Guayna Capac (que con la fuerza y multitud de el egercito se quedaua) daria la orden (por momentos) que se auia de yr guar¬dando en la prosecución de su empresa. Luego que los dos tercios de el Ynga huvieron pasado comenzo Guayna Capac con denuedo invencible a acometer la fortaleza y hallando en ella la resistencia que siempre le fue forzado retirarse porque el dia y el aliento se yban acabando y con tales acometimientos se entretuvo cinco dias (que fue el tiempo que sus Capitanes se auian de entretener por alia) y el quinto y ultimo dia acordado despacho con mucho secreto Guayna Capac orden á los dos Capitanes en que les man- daua que se hallassen á el amanecer tan cercanos a la forta¬leza que viessen encubiertamente el combate que pensaua darles, y que si los Caranguis saliessen en seguimiento de su fingida huida que sin rumor ni estrepido se metiesen en la fortaleza con la presteza posible lo qual ansi fue hecho porque llegando el dia aplazado (quinto en el concierto y ultimo para los valerosos Caranguis) se dieron menos por el acometimiento que el Ynga les pensaua dar en ese mismo anduvo el Ynga mas solicito y diligente por desvelar á el contrario y fue ansi que sacadas sus gentes ál Campo hizo la señal acostumbrada para el asalto á el qual acudieron todos con una disimulada tibieza y fingida flogedad, y como se comenzase a travar la brega, y comenzaron los del Ynga á hacer ciaboga y retirarse como amedrentados, y Guayna Capac (que valiente y animoso era) con una media lanza en la mano se les puso delante para detenerlos mas quando le pareció tiempo oportuno pidió sus andas, y su¬biendo en ella con mucha presteza se comenzo a retirar y lo mismo hicieron sus Soldados. Los Caranguis (a quien el calor del vencimiento tenia desvanecidos) salieron en su seguimiento sin atender á lo que les auino, y no tan presto fueron salidos de el ambitu y circuito de su fortaleza quanto fueron vistos de los de las celadas que no dormian y con orgullo vencedor se arrojaron dentro sin ser sentidos de quien se lo pudiera impedir y con muertes v fuego comen¬zaron a saludar la gente flaca y desarmada que en el fuerte hallaron, y las llamas, y alvoroto hizo á los Caranguis bol- ver a mirar su fortaleza y viéndola arder vieron su ultima ruyna y comenzaron a mostrar flaqueza. Guayna Capac y los suyos que bieron el buen termino en que yvan sus cosas rebolvieron sobre elfos y mataron una ynumerable multitud, y fueron por aquel llano siguiendo el alcance has¬ta llegar a una laguna que al pie de un gran cerro se hace y hallando en las malezas y espesura de sus orillas mucha gente escondida los matauan a todos, y fue tal e! estrago y tanta la copia de sangre que alli se vertió que se vido la lagu¬na, y el agua de ella buelta en color de sangre; y no paro en esto el destrozo porque auiendose ya aplacado la yra de los matadores comenzaron a escoger la gente bien agestada y dis¬puesta para llevarlos consigo a el triumpho (como lo tenian de costumbre) y los mal auisados Caranguis creyendo que los entresacauan para matar fueron de nuevo encendidos en furor diabolico, y haciendo armas de lo que mas a mano les vino dieron sobre los de el Cuzco (que bien descuidados estauan de tal subceso) y matáronles algunos amigos, Guay¬na Capac indignándose mucho contra gente tal mal mirada y proterba mandó matarlos a todos no dejando con vida mas de los muchachos: con tales torvellinos quedó la la¬guna dicha con nuevo color y nuevo nombre y fue llama¬da Yaguarcocha que quiere decir Laguna de sangre. De en medio deste furor y armas se escapo un valiente y vale¬roso Capitan de la valia de los Caranguis llamado Pinta, y con el mas de mil Soldados que quisieron seguir su fortuna, y auiendo (J) Guayna Capac la orden y recado necesario pa¬ra guarda y reparo de la bien ganada fortaleza enderezo su viage pa. el Quito y de alli despacho gente aprender ál Ca¬pitan Pinta que tenía noticia que se auia hecho fuerte en unas montañas fronteras de Quito sobre el valle de Chillo con intento de inquietar y robar toda la tierra sugeta a el Ynga como lo auia comenzado hacer, y aunque con gasto de vidas, y tiempo fue auido en prisión, y puesto delante (*) dexado. de Guaynacapac el qual le perdono lo cometido hasta en¬tonces con tal que en lo futuro hubiesse enmienda mas el barbaro Pinta estuvo tan pertinaz y tan obstinado en su corage que ni aun comer no quiso de lo que el Ynga le man¬do dar, y procurándolo amansar con halagos mas se encen¬día en su barbara colera, y el cabo de algunos dias vino a acabarlo la tristeza, y melancolía que recibió de verse pre¬so, y quando supo el Ynga que era muerto tuvo pena por no auer podido atraer á su seruicio un hombre tan valiente y industrioso como era aquel barbaro, mas tomo por reme¬dio seruirse de Pinta en muerte ya que en vida no auia podi¬do, y ansi el dia que murió lo mando desollar, y hacer de su cuerpo un atambor para hacer en el Cuzco el Yntiray- mi que son ciertas baylas en honor del Sol, y para este efec¬to le embio alia el pellejo. Con gran aplauso y solemnidad fue en Tumibamba recibido el victorioso Guayna Capac y con invenciones no vistas se comenzo a celebrar su trium- pho representando tan al natural quanto el arte permite la guerra y recuentros que se auian tenido con los rebeldes Caranguis mas la fortuna (por no olvidarse de su costum¬bre) sobresaltó estos pasatiempos con una nueva que de el Cuzco le vino en que le hacian saber como los Chiligua- naes (gente cruel y valiente) de quien dejamos dicho ser descendientes de los fugitivos Nayres de la gran Yndia auian entrado por sus tierras, y en ellas auian entrado y usado muchas crueldades muertes, y robos matando todos los presidios que tenian puestos en las fronteras y que su atreuimiento y desvergüenza los auia sacado hasta Chu- quisaca y sus conterritorios nueva fue esta que conturbo mucho á Guayna Capac mas disimulo su pena como mejor pudo, y luego crio por Capitan para que aquella desver¬güenza se castigase a Yasca varón de mucho valor y con¬fianza. Partió de Tumibamba con alguna gente principal y llevo por orden de su Rey Ynga que desde Cajamarca fuesse juntando gentes para la guerra que yba a seguir y ansi lo hizo, y para obligarlos a mas perseverancia mando hallaron, y las llamas, y alvoroto hizo á los Caranguis bol- ver a mirar su fortaleza y viéndola arder vieron su ultima ruyna y comenzaron a mostrar flaqueza. Guayna Capac y los suyos que bieron el buen termino en que yvan sus cosas rebolvieron sobre ellos y mataron una ynumerable multitud, y fueron por aquel llano siguiendo el alcance has¬ta llegar a una laguna que al pie de un gran cerro se hace y hallando en las malezas y espesura de sus orillas mucha gente escondida los matauan a todos, y fue tal e! estrago y tanta la copia de sangre que alli se vertió que se vido la lagu¬na, y el agua de ella buelta en color de sangre; y no paro en esto el destrozo porque auiendose ya aplacado la yra de los matadores comenzaron a escoger la gente bien agestada v dis¬puesta para llevarlos consigo a el triumpho (como lo tenian de costumbre) y los mal auisados Caranguis creyendo que los entresacauan para matar fueron de nuevo encendidos en furor diabolico, y haciendo armas de lo que mas a mano les vino dieron sobre los de el Cuzco (que bien descuidados estauan de tal subceso) y matáronles algunos amigos, Guay¬na Capac indignándose mucho contra gente tal mal mirada y proterba mandó matarlos a todos no dejando con vida mas de los muchachos: con tales torvellinos quedó la la¬guna dicha con nuevo color y nuevo nombre y fue llama¬da Yaguarcocha que quiere decir Laguna de sangre. De en medio deste furor y armas se escapo un valiente y vale¬roso Capitan de la valia de los Caranguis llamado Pinta, y con el mas de mil Soldados que quisieron seguir su fortuna, y auiendo (') Guayna Capac la orden y recado necesario pa¬ra guarda y reparo de la bien ganada fortaleza enderezo su viage p\ el Quito y de alli despacho gente aprender ál Ca¬pitan Pinta que tenía noticia que se auia hecho fuerte en unas montañas fronteras de Quito sobre el valle de Chillo con intento de inquietar y robar toda la tierra sugeta a el Ynga como lo auia comenzado hacer, y aunque con gasto de vidas, y tiempo fue auido en prisión, y puesto delante (») dexado. de Guaynacapac el qual le perdono lo cometido hasta en¬tonces con tal que en lo futuro hubiesse enmienda mas el barbaro Pinta estuvo tan pertinaz y tan obstinado en su corage que ni aun comer no quiso de lo que el Ynga le man¬do dar, y procurándolo amansar con halagos mas se encen¬día en su barbara colera, y el cabo de algunos dias vino a acabarlo la tristeza, y melancolia que recibió de verse pre¬so, y quando supo el Ynga que era muerto tuvo pena por no auer podido atraer á su seruicio un hombre tan valiente y industrioso como era aquel barbaro, mas tomo por reme¬dio seruirse de Pinta en muerte ya que en vida no auia podi¬do, y ansi el dia que murió lo mando desollar, y hacer de su cuerpo un atambor para hacer en el Cuzco el Yntiray- mi que son ciertas baylas en honor del Sol, y para este efec¬to le embio alia el pellejo. Con gran aplauso y solemnidad fue en Tumibamba recibido el victorioso Guayna Capac y con invenciones no vistas se comenzo a celebrar su trium- pho representando tan al natural quanto el arte permite la guerra y recuentros que se auian tenido con los rebeldes Caranguis mas la fortuna (por no olvidarse de su costum¬bre) sobresaltó estos pasatiempos con una nueva que de el Cuzco le vino en que le hacian saber como los Chiligua- naes (gente cruel y valiente) de quien dejamos dicho ser descendientes de los fugitivos Nayres de la gran Yndia auian entrado por sus tierras, y en ellas auian entrado y usado muchas crueldades muertes, y robos matando todos los presidios que tenian puestos en las fronteras y que su atreuimiento y desvergüenza los auia sacado hasta Chu- quisaca y sus conterritorios nueva fue esta que conturbo mucho á Guayna Capac mas disimulo su pena como mejor pudo, y luego crio por Capitan para que aquella desver¬güenza se castigase a Yasca varón de mucho valor y con¬fianza. Partió de Tumibamba con alguna gente principal y llevo por orden de su Rey Ynga que desde Cajamarca fuesse juntando gentes para la guerra que yba a seguir y ansi lo hizo, y para obligarlos a mas perseverancia mando que cada nación llevase consigo la Guaca mayor de su tie¬rra que es el Ydolo a quien mas acudian, y de esta manera quando llego á el Cuzco ya llevaua un buen egercito sur¬tido de infinitas naciones. Fue de los Governadores rece- bido Yasca con mucho afrior y tratado con mucha honra, y probeido con mucha abundancia, y con paso presto fue en seguimiento de su jornada sacando del Collao mucha y muy lucida gente y con pujanza bastante entró en bus¬ca de los bagabundos Chiliguanaes y hallolos, y con ellos tuvo muchos recuentros partiendo la fortuna las victorias por ygual, mas al cabo Yasca trujo algunos prisioneros que despacho a el Quito para que su Señor viesse aquellas gentes, y reformo los daños que los enemigos auian hecho y dejando nueva guarnición en las fuerzas se volvio á el Cuzco donde (auiendo los Gobernadores remunerado los trabajos á los que volvieron con vida) les fue dada licencia y facultad para que cada uno se bolviesse á su natural y lleuassen consigo sus Guacas, y Ydolos. Mientras Yasca se ocupo en la guerra que sumariamente auemos contado, quiso Guayna capac dar una vista á la tierra de los Pastos, y Quillacingas y demás naciones á estas aderentes y con tal presupuesto llego á el Quito, y bien pertrechado de lo que era necesario se fue por Carangui y vido aquella fortaleza tan costosa para su gente; de alli paso a Pessillo Pucara y acabo de vencer aquellas naciones mal sugetas, y llegó á Rumichaca donde hizo alto su persona, y mandó á sus Ca¬pitanes que fuessen a explorar la tierra que adelante auia para dar auiso de como combenia entrar en ella, y estos Adalides llegaron pacificamente hasta el Valle de Atres, y vieron ser la gente pobre y miserable, y la misma nueva y relación tuvieron de la que auia mas adelante y auiendo puesto alli sus mojones se bolvieron a dar cuenta a su Señor, de lo que dejauan descubierto, y de tal manera diminuye¬ron la tierra y la gente della que se desdeño el Ynga de en¬trar ni meter mano en ella y lo que hizo fue que llegando sobre las riberas de un rio a quien llamaron Angas mayo sin pensarlo torcio su camino sobre la mano yzquierda por tierras de Yascual, y Ancubia, y de alli fue á el assiento de Cauiazara, y pasó a Paquinango siguiendo las corrientes de un caudaloso Rio de alli (desagradado de la tierra por ser montaña aspera y lloviosa y por eso muy húmeda) bolvio el rostro hacia el Sur y por entre el un ramo de la gran cor¬dillera de el Piru y la costa de el mar del Sur (aunque de lo uno y lo otro bien apartado) fue caminando con trabajos excesiuos y hambres y necesidades nunca oydas. La gran¬deza de su mismo egercito le hizo la guerra este viage, y no las naciones barbaras que por alli estauan pobladas porque nadie oso parecer ni hacer rostro de paz ni de Guerra a tan pujante quadrilla. Con necesidades increíbles paso el Campo el Guayna Capac aquellas asperas y cerradas montañas que naturaleza crio á las vertientes de el mar nombrado y quan¬do en alguna manera la tierra se les yva mejorando una mañana a el amanecer de el dia se vido el Ynga cercado por todas partes de una multitud confusa de barbaros alhara-quientos que mas molestauan á los oydos sus algazaras y ru¬mor horrendo que atemorizauan á la vista sus armas mas con todo eso el Ynga, y su egercito se hallo perplejo, y de tai manera todos atajados que estubieron a punto de huir y de¬jar el repuesto porque (de mas de las hambres atrazadas de muchos dias, y el ordinario trabajo de la aspereza de los caminos) hallauanse en lo ultimo de la vida por la sed tan molesta que auian padecido. Porque auian venido caminan¬do por debajo la linea equinocial donde ay siempre falta de agua en tal estremo se vido Guayna Capac que ya tomara por buen partido trocar todos sus fardage y de los de su campo por el paso siguro, y estando atormentado de ham¬bre sed, cansancio, dolor y miedo se llegó á el un mancebo (Ynga de nación, a el parecer) y con graciosas palabras lo comenzó á animar diciendo no se turbe esclarecido Prin¬cipe la hermoza color de su rostro ni baste la multitud de esta zoes gente vil, y alaharaquienta á alterar tu acostum-brado atreber, considera Señor que quando el rostro bolví- que cada nación llevase consigo la Guaca mayor de su tie¬rra que es el Ydolo a quien mas acudian, y de esta manera quando llego á el Cuzco ya llevaua un buen egercito sur¬tido de infinitas naciones. Fue de los Governadores rece- bido Yasca con mucho afrior y tratado con mucha honra, y probeido con mucha abundancia, y con paso presto fue en seguimiento de su jornada sacando del Collao mucha y muy lucida gente y con pujanza bastante entró en bus¬ca de los bagabundos Chiliguanaes y hallolos, v con ellos tuvo muchos recuentros partiendo la fortuna las victorias por ygual, mas al cabo Yasca trujo algunos prisioneros que despacho a el Quito para que su Señor viesse aquellas gentes, y reformo los daños que los enemigos auian hecho y dejando nueva guarnición en las fuerzas se volvio á el Cuzco donde (auiendo los Gobernadores remunerado los trabajos á los que volvieron con vida) les fue dada licencia y facultad para que cada uno se bolviesse á su natural y lleuassen consigo sus Guacas, y Ydolos. Mientras Yasca se ocupo en la guerra que sumariamente auemos contado, quiso Guayna capac dar una vista á la tierra de los Pastos, y Quillacingas y demás naciones á estas aderentes y con tal presupuesto llego á el Quito, y bien pertrechado de lo que era necesario se fue por Carangui y vido aquella fortaleza tan costosa para su gente; de alli paso a Pessillo Pucara y acabo de vencer aquellas naciones mal sugetas, y llegó á Rumichaca donde hizo alto su persona, y mandó á sus Ca¬pitanes que fuessen a explorar la tierra que adelante auia para dar auiso de como combenia entrar en ella, y estos Adalides llegaron pacificamente hasta el Valle de Atres, y vieron ser la gente pobre y miserable, y la misma nueva y relación tuvieron de la que auia mas adelante y auiendo puesto alli sus mojones se bolvieron a dar cuenta a su Señor, de lo que dejauan descubierto, y de tal manera diminuye¬ron la tierra y la gente della que se desdeño el Ynga de en¬trar ni meter mano en ella y lo que hizo fue que llegando sobre las riberas de un rio a quien llamaron Angas mayo sin pensarlo torcio su camino sobre la mano yzquierda por tierras de Yascual, y Ancubia, y de alli fue á el assiento de Cauiazara, y pasó a Paquinango siguiendo las corrientes de un caudaloso Rio de alli (desagradado de la tierra por ser montaña aspera y lloviosa y por eso muy húmeda) bolvio el rostro hacia el Sur y por entre el un ramo de la gran cor¬dillera de el Piru y la costa de el mar del Sur (aunque de lo uno y lo otro bien apartado) fue caminando con trabajos excesiuos y hambres y necesidades nunca oydas. La gran¬deza de su mismo egercito le hizo la guerra este viage, y no las naciones barbaras que por alli estauan pobladas porque nadie oso parecer ni hacer rostro de paz ni de Guerra a tan pujante quadrilla. Con necesidades increíbles paso el Campo el Guayna Capac aquellas asperas y cerradas montañas que naturaleza crio á las vertientes de el mar nombrado y quan¬do en alguna manera la tierra se les yva mejorando una mañana a el amanecer de el dia se vido el Ynga cercado por todas partes de una multitud confusa de barbaros alhara¬quientos que mas molestauan á los oydos sus algazaras y ru¬mor horrendo que atemorizauan á la vista sus armas mas con todo eso el Ynga, y su egercito se hallo perplejo, y de tal manera todos atajados que estubieron a punto de huir y de¬jar el repuesto porque (de mas de las hambres atrazadas de muchos dias, y el ordinario trabajo de la aspereza de los caminos) hallauanse en lo ultimo de la vida por la sed tan molesta que auian padecido. Porque auian venido caminan¬do por debajo la linea equinocial donde ay siempre falta de agua en tal estremo se vido Guayna Capac que ya tomara por buen partido trocar todos sus fardage y de los de su campo por el paso siguro, y estando atormentado de ham¬bre sed, cansancio, dolor y miedo se llegó á el un mancebo (Ynga de nación, a el parecer) y con graciosas palabras lo comenzó á animar diciendo no se turbe esclarecido Prin¬cipe la hermoza color de su rostro ni baste la multitud de esta zoes gente vil, y alharaquienta á alterar tu acostum¬brado atreber, considera Señor que quando el rostro bolvi- mos á la tierra amiga estos enemigos benimos á buscar, y no es poco favorable la fortuna de aquellos que alian lo que buscan mira que de nosotros á tu victoria no ay mas cami¬no que lo que ay de ti aquellos barbaros cobardes y desnudos pon de tu parte el Osar que tu gente te da fuerzas y tu padre el Sol la victoria. Dichas estas palabras se hallo el Yn¬ga encendido de un animo inbencible, y hablando con los suyos dijo hermanos mios en cuya confianza me he puesto a comenzar y acabar tan grandes cosas como las que deja¬mos hechas aora es el tiempo para que os auies ensayado en tantas guerras como aveis vencido no permitáis que v™ san¬gre sea oy derramada por manos indignas de tan alto blasón ni que en un dia consuma vra covardia lo que vuestros bue¬nos ánimos en tantos años tienen grangeado no degeis vros cuerpos y el mió en parte donde para siempre carezcan de honorosos sepulcros y de las obsequias hechas por nra poste¬ridad desamparemos nro fardage de que venimos cargados. Dichas estas palabras se descargo cada uno de lo que sobre si lleuava y con animo de morir y vencer arremetieron á las armas y con ellas á los enemigos y sin aguardar dellos el acometimiento, y en un punto se travo una sangrienta bre¬ga y tal que con su ruido y bullicio parecía undirse los mon¬tes y a poco rato comenzaron los enemigos á mostrar fla¬queza y ios del Cuzco a sentírsela, y aprovechándose bien de la coyuntura les dio su buena suerte la victoria en las manos, y comenzaron a seguirlos y perseguirlos hasta las estacadas de su pueblo donde fueron grandes y muy ricos los despojos que aquel dia ganaron ansi de Chaquias como de oro y plata y de riquissimas, y finas esmeraldas. Siguiésse tras esta victoria que mediante ella le vinieron a dar la obe¬diencia los que le dieran la muerte si salieran vencidos lo que á Guayna Capac le subcedio despues de tan importante victoria veremos a su tiempo. Cap. 24 de la primera nueva que Christoval Colon dio en España del descubrimiento que hizo y de lo que los Reyes de Portugal hicieron por auer en su nauega¬cion y trato la gran Yndia Oriental y el descubri¬miento de ella y la muerte de Guayna Capac y el principio de el Reynado de Guascar Ynga. En el Capitulo precedente dejamos a Christoval Colon poblando en la Ysla Española y dado principio á las mas dub- dosa empresa que los hombres jamas pensaron y para des¬empeñar el valeroso Ginoves su palabra dada, y hacer con evidencia verdad aquello que muchos auian estimado por fabula bolvio á España y entro en Barcelona (donde los Reyes Catholicos estavan) á 3 dias andados de el mes de Abril de el año de 1493 ocho meses cabales despues de su partida consigo llevo algunos Yndios y cosas de la tierra pa¬ra testimonio de su inopinado hecho despacharon los Reyes la nueva de este descubrimiento a el Papa Alejandro Sexto (que como dicho queda) tenia la Santa Sede, y ansi su San¬tidad como los Reyes y república Christiana se hincheron de alegria y de esperanzas entendiendo quan importante y provechosa nauegacion se avia descubierto ansi para el bien esperitual como para el temporal. En los pechos de todos los Principes Christianos infun¬dio este subceso, y el fin de tan ardentissimo deseo de des¬cubrir nuevos mares y nuebas tierras. En especial en los Re¬yes de Portugal hizo abibar la conquista descubrimiento y nauegacion que por industria y orden de el Ynfante Don Henrique estaua de algunos años atras comenzada porque el año de 1420 sus Capitanes de este Ynfante descubrieron las Yslas de la Madera y Puerto Santo y ansi poco a poco se fue perdiendo el miedo que los hombres tenian a aquellos mares Atlánticos y ganandose siempre noticias y atreui- miento tanto que muerto el Ynfante de Portugal comenzo el Rey Don Alonso a proseguir estas empresas y por andar mos á la tierra amiga estos enemigos benimos á buscar, y no es poco favorable la fortuna de aquellos que alian lo que buscan mira que de nosotros á tu victoria no ay mas cami¬no que lo que ay de ti aquellos barbaros cobardes y desnudos pon de tu parte el Osar que tu gente te da fuerzas y tu padre el Sol la victoria. Dichas estas palabras se hallo el Yn¬ga encendido de un animo inbencible, y hablando con los suyos dijo hermanos mios en cuya confianza me he puesto a comenzar y acabar tan grandes cosas como las que deja¬mos hechas aora es el tiempo para que os auies ensayado en tantas guerras como aveis vencido no permitáis que vm san¬gre sea oy derramada por manos indignas de tan alto blasón ni que en un dia consuma vr" covardia lo que vuestros bue¬nos ánimos en tantos años tienen grangeado no degeis vro* cuerpos y el mió en parte donde para siempre carezcan de honorosos sepulcros y de las obsequias hechas por nr" poste¬ridad desamparemos nru fardage de que venimos cargados. Dichas estas palabras se descargo cada uno de lo que sobre si lleuava y con animo de morir y vencer arremetieron á las armas y con ellas á los enemigos y sin aguardar dellos el acometimiento, y en un punto se travo una sangrienta bre¬ga y tal que con su ruido y bullicio parecía undirse los mon¬tes y a poco rato comenzaron los enemigos á mostrar fla-queza y los del Cuzco a sentirsela, y aprovechándose bien de la coyuntura les dio su buena suerte la victoria en las manos, y comenzaron a seguirlos y perseguirlos hasta las estacadas de su pueblo donde fueron grandes y muy ricos los despojos que aquel dia ganaron ansi de Chaquias como de oro y plata y de riquissimas, y finas esmeraldas. Siguiesse tras esta victoria que mediante ella le vinieron a dar la obe¬diencia los que le dieran la muerte si salieran vencidos lo que á Guayna Capac le subcedio despues de tan importante victoria veremos a su tiempo. Cap. 24 de la primera nueva que Christoval Colon dio en España del descubrimiento que hizo y de lo que los Reyes de Portugal hicieron por auer en su nauega¬cion y trato la gran Yndia Oriental y el descubri¬miento de ella y la muerte de Guayna Capac y el principio de el Reynado de Guascar Ynga. En el Capitulo precedente dejamos a Christoval Colon poblando en la Ysla Española y dado principio á las mas dub- dosa empresa que los hombres jamas pensaron y para des¬empeñar el valeroso Ginoves su palabra dada, y hacer con evidencia verdad aquello que muchos auian estimado por fabula bolvio á España y entro en Barcelona (donde los Reyes Catholicos estavan) á 3 dias andados de el mes de Abril de el año de 1493 ocho meses cabales despues de su partida consigo llevo algunos Yndios y cosas de la tierra pa¬ra testimonio de su inopinado hecho despacharon los Reyes la nueva de este descubrimiento a el Papa Alejandro Sexto (que como dicho queda) tenia la Santa Sede, y ansi su San¬tidad como los Reyes y república Christiana se hincheron de alegría y de esperanzas entendiendo quan importante y provechosa nauegacion se avía descubierto ansi para el bien esperitual como para el temporal. En los pechos de todos los Principes Christianos infun¬dio este subceso, y el fin de tan ardentissimo deseo de des¬cubrir nuevos mares y nuebas tierras. En especial en los Re¬yes de Portugal hizo abibar la conquista descubrimiento y nauegacion que por industria y orden de el Ynfante Don Henrique estaua de algunos años atras comenzada porque el año de 1420 sus Capitanes de este Ynfante descubrieron las Yslas de la Madera y Puerto Santo y ansi poco a poco se fue perdiendo el miedo que los hombres tenian a aquellos mares Atlánticos y ganandose siempre noticias y atreui- miento tanto que muerto el Ynfante de Portugal comenzo el Rey Don Alonso a proseguir estas empresas y por andar en las guerras contra Castilla ocupado, pretendióla por su¬ya por el casamiento con la Beltrana (como queda contado) arrendo esta empresa á Guan Gómez vecino de Lisboa el qual descubrió la mina y .otras Yslas llenas de gentes, y de buenas noticias para lo que se pretendia. Muerto el Rey Don Alonso de Portugal que fue año de 1481 subcediole su hijo Don Juan el segundo que con nuevo aliento procedio en es¬ta navegación y descubrimiento, este fue el primero que en esta demanda hizo armada en forma la qual llevo Diego de Acambuja y descubrió con sus Capitanes muchos Reynos de la Ginea especial el de Congo y Bengi, de alli un Bartolomé Diaz Escudero de este Rey pudo doblar el largo y estendido cabo de buena esperanza donde se tubo noticia de la gran Corte de el Emperador de los Abegines (a quien nosotros llamamos el Preste Juan) con estas relaciones y otras mu¬chas las unas y las otras ciertas y verdaderas quiso el buen Rey emprender muy de proposito este negocio, y para cer-tificarse por tierra de lo que por mar estaua certificado em¬bio por la via de Ytalia a dos criados suyos (llamados Pedro de Covillana, y Alonso de Paiba) para que penetrando to¬dos los incombinientes llegase el uno á la Corte de el Preste Juan y el otro a la gran Yndia Oriental. Estos Portuguesses fueron á Ñapóles y de Ñapóles pasaron á Rodas en Rodas se embarcaron para Alejandría, y de alli llegaron (con al¬gunos trabajos) á la Ciudad de Aden (a la entrada del mar Bermejo) puesto en la Arabia Félix. De alli se apartaron estos dos compañeros, Payba se fue a la Etiopia en demanda de el Preste Juan, y Covillana se embarco con unos Moros para la Yndia y llego á Calicud y a Goa y auiendo visto mu¬chas cosas y padeció muchos trabajos se bolvio a Adem, y de allí se fue ál Cayro (porque quedaron de acuerdo quan- de los dos compañeros se apartaron bolverse a juntar en el Cayro) á el qual como llegasse Covillana supo como auia poco que Payva era muerto, y estando de buelta para Por¬tugal recibió cartas de su Rey (con dos Judios que vinieron -de aquel Reyno) en que les mandaua no bolviessen sin lle¬var relación y cartas del Preste Juan y ansi tuvo necesidad de bolver a trabajar de nuevo y fue en su busca despachan¬do con el uno de los Judios la relación y noticia que de la Yndia traía. Estas relaciones reciuio en Portugal el Rey Don Juan en el mesmo año que Christoval Colon descubrió esta parte de Yndias que dejamos señalada, y con estas nuevas que Colon derramo por Europa se abibo el gusto del Rey Portugués, y pedida al Sumo Pontifice la demarcación de su conquista la fue prosiguiendo mas subcedio su muerte quando estauan ya los nauios aprestados para salir en de¬manda de la Gran Yndia Oriental mas no por su muerte se dejo la empresa porque su hijo y subcesor el Rey Don Ma¬nuel mando que saliese en la misma demanda Don Vasco de Gama (Cauallero de su casa) con otros dos Capitanes con tres Nauios los quales partieron á Lisboa y nauegando por mares conocidos llegaron á descubrir las cordilleras de Gad (que son puestas sobre el Reyno Malabar de la Yndia) un dia Domingo en 20 de mayo de 1497 cosa de admiración y digna de ser notada que quiso nr0 Dios ordenar que el año de 1495 en la Villa de Ázpeytia en la Provincia de Guipuzcoa naciesse el venerable Yñigo de Loyola, y Oñez para que fues¬se padre de una Santa Religión y instituto, que notable y maravillosamente echase y desencastillase el Demonio y sem- brasse y predicase la ley Euangelica en la misma tierra que a dos años despues de su felice nacimiento se vino a descubrir y conocer. Porque quien ignora en el Mundo es santissimo fruto y digno de eterna alabanza que en la gran Yndia an hecho y hacen los venerados padres y hermanos de la Com¬pañia de Jesús cuyo instituidor y dignissimo fundador fue el dicho Santo hijo de Beltran de Loyola y Oñez? Bolviendo al proceso de nra historia digo que Christoval Colon (des¬pues de su primero descubrimiento) hizo otro segundo de no menos importancia, este fue de la tierra firme de quien no se tenia noticia hasta que el la dio. En muchos nació cubdicia de imitar a Colon, y grangear también para si el nombre de descubridor y gozar de las primicias de oro y en las guerras contra Castilla ocupado, pretendióla por su¬ya por el casamiento con la Beltrana (como queda contado) arrendo esta empresa á Guan Gómez vecino de Lisboa el qual descubrió la mina yptras Yslas llenas de gentes, y de buenas noticias para lo que se pretendía. Muerto el Rey Don Alonso de Portugal que fue año de 1481 subcediole su hijo Don Juan el segundo que con nuevo aliento procedió en es¬ta navegación y descubrimiento, este fue el primero que en esta demanda hizo armada en forma la qual llevo Diego de Acambuja y descubrió con sus Capitanes muchos Reynos de la Ginea especial el de Congo y Bengi, de alli un Bartolomé Diaz Escudero de este Rey pudo doblar el largo y estendido c?.bo de buena esperanza donde se tubo noticia de la gran Corte de el Emperador de los Abegines (a quien nosotros llamamos el Preste Juan) con estas relaciones y otras mu¬chas las unas y las otras ciertas y verdaderas quiso el buen Rey emprender muy de proposito este negocio, y para cer-tificarse por tierra de lo que por mar estaua certificado em¬bio por la via de Ytalia a dos criados suyos (llamados Pedro de Covillana, y Alonso de Paiba) para que penetrando to¬dos los incombinientes llegase el uno á la Corte de el Preste Juan y el otro a la gran Yndia Oriental. Estos Portuguesses fueron á Ñapóles y de Nano'es pasaron á Rodas en Rodas se embarcaron para Alejandría, y de alli llegaron (con al¬gunos trabajos) á la Ciudad de Aden (a la entrada del mar Bermejo) puesto en la Arabia Félix. De alli se apartaron estos dos compañeros, Payba se fue a la Etiopia en demanda de el Preste Juan, y Covillana se embarco con unos Moros para la Yndia y llego á Calicud y a Goa y auiendo visto mu¬chas cosas y padeció muchos trabajos se bolvio a Adem, y de alli se fue ál Cayro (porque quedaron de acuerdo quan- de los dos compañeros se apartaron bolverse a juntar en el Cayro) á el qual como llegasse Covillana supo como auia poco que Payva era muerto, y estando de buelta para Por¬tugal recibió cartas de su Rey (con dos Judios que vinieron de aquel Reyno) en que les mandaua no bolviessen sin lle¬var relación y cartas del Preste Juan y ansi tuvo necesidad de bolver a trabajar de nuevo y fue en su busca despachan¬do con el uno de los Judíos la relación y noticia que de la Yndia traía. Estas relaciones reciuio en Portugal el Rey Don Juan en el mesmo año que Christoval Colon descubrió esta parte de Yndias que dejamos señalada, y con estas nuevas que Colon derramo por Europa se abibo el gusto del Rey Portugués, y pedida al Sumo Pontifice la demarcación de su conquista la fue prosiguiendo mas subcedio su muerte quando estauan ya los nauios aprestados para salir en de¬manda de la Gran Yndia Oriental mas no por su muerte se dejo la empresa porque su hijo y subcesor el Rey Don Ma¬nuel mando que saliese en la misma demanda Don Vasco de Gama (Cauallero de su casa) con otros dos Capitanes con tres Nauios los quales partieron á Lisboa y nauegando por mares conocidos llegaron á descubrir las cordilleras de Gad (que son puestas sobre el Reyno Malabar de la Yndia) un dia Domingo en 20 de mayo de 1497 cosa de admiración y digna de ser notada que quiso nro Dios ordenar que el año de 1495 en la Villa de Azpeytia en la Provincia de Guipuzcoa naciesse el venerable Yñieo de Loyola, y Oñez para que fues¬se padre de una Santa Religión y instituto, que notable v maravillosamente echase y desencastillase el Demonio y sem- brasse y predicase la ley Euangelica en la misma tierra que a dos años despues de su felice nacimiento se vino a descubrir y conocer. Porque quien ignora en el Mundo es santissimo fruto y digno de eterna alabanza que en la gran Yndia an hecho y hacen los venerados padres y hermanos de la Com¬pañia de Jesús cuyo instituidor v dignissimo fundador fue el dicho Santo hijo de Beltran de Loyola y Oñez? Bolviendo al proceso de n™ historia digo que Christoval Colon (des¬pues de su primero descubrimiento) hizo otro segundo de no menos importancia, este fue de la tierra firme de quien no se tenia noticia hasta que el la dio. En muchos nació cubdicia de imitar a Colon, y grangear también para si el nombre de descubridor y gozar de las primicias de oro y plata y piedras de estima que las tierras nuevamente descu¬biertas dauan a los primeros ansi por presentes como en res¬cates de muchos que se quisieron disponer á este hecho los primeros vinieron a ser Alonso de Hogeda y Diego de Ni- quesa porque con no pequeños trabajos poblaron en la tie¬rra firme la primera poblacion de Christianos que en ella huuo que fue la Villa de la Antigua en la Provincia de el Darien. Despues salió el valeroso Capitan Hernando Cortes, y a pesar de pobreza émulos, y embidia descubrió y con¬quisto la tierra dignamente llamada nueva España el año de 1519 desde la Villa del Antigua del Darien (al cabo de al¬gunos años) Vasco Nuñez de Balvoa (con su buena fortu¬na y industria) descubrió el Mar del Sur un Dia Domingo en 25 dias del mes de Septiembre de el año de 1513 gastó Balvoa en este descubrimiento quatro meses enteros y del volvio a la Villa de el Antigua rico de oro y de reputación y noticias, porque aunque tuvo muchos y muy bravos re-cuentros con Yndios jamas perdió hombre de sus compa¬ñeros ni le dieron en su cuerpo herida, despacho Vasco Nu¬ñez de Valvoa á S. M. relación verdadera de la tierra, y de las riquezas que en ella auia y lo que mas importaua que era el nuevo descubrimiento de el Mar de el Sud. Su Mag'\ le acudió con el titulo de Adelantado de Castilla de el Oro (que este nombre puso Valvoa a aquellas Provincias descu¬biertas sobre el mar del Sur) el año siguiente que fue de 1514 despacho de España S. M. quarenta nauios en que ve¬nían quinientos hombres para proseguir la conquista por aquella parte que Valboa auia descubierto, vino por Obispo de la antigua Fray Juan Quebedo (y fue el primero que huvo en la tierra firme de Yndias) y por Governador (de la nueva Castilla de el Oro) un Cauallero de Segovia lla¬mado Pedro Arias de Abila el qual comenzo su conquista el con menos fortuna y prudencia que fuera menester de don¬de tomó Valvoa ocasion de escarnecer de las ordenes que daua y estilo que queria guardar en la conquista y guerra que queria hacer á los Yndios, y con esto (y ruines terce¬rias de chismosos) se vinieron a caxcar (y casi quebrar) las amistades de el Adelantado Valboa y el Governador Pedro Arias, y vinieran el ultimo rompimiento si el Obispo no en¬trara de por medio, y fuera tercero de que (por bien de paz) el Adelantado Valvoa casara con Doña Ysabel de Peñalosa hija del Governador lo qual se hizo ansi, y con comision del nuevo suegro salió Valvoa a proseguir la conquista de el mar por el descubierto, y teniendo ya hechos vergantines para nauegar no falto quien puso en mal á el Adelantado con su Suegro, en tanto grado que embiandolo á llamar fulmino proceso contra el, y contra justicia, y sin tener compasion (que con lagrimas rogo por su esposo) lo hizo cortar la ca¬beza, y el prosiguio el viage que su yerno lleuava comenzado y como salió del pueblo de Sant Miguel (llamado ansi por auer Valvoa llegado a el en su fiesta) tomo su camino por la costa que le caya á la mano derecha, y llegado á unas Ys¬las, y en la tierra firme poblo á Panama, y de la otra parte sobre las aguas de el mar de el Norte á nombre de Dios, y acabo esto (por la injusta muerte que dio á el Adelantado Valvoa) lo quito el Rey la governacion. De esta Ciudad de Panama salieron muchas caudillos a descubrir tierras y las primeras fueron las Provincias de Nicaragua, Guatimala, y otras de menos nombre. Teniase muy biva y platicada no-ticia en la Ciudad de Panama de que á la parte de medio dia (a mano izquierda de el parage de Panamá) auia un rio en las riberas del qual hauitauan gentes riquissimas de Oro y perlas, y de otras cosas que componían sus aficionados el qual rio decían llamarse Piru (o Biru) á esta empresa aspiravan muchos mas al fin obpusieron de compañia dos Soldados viejos de aquellos que del Darien auian venido con el Gover-nador Pedro Arias cuyos nombres eran Francisco Pizarro, y Diego de Almagro, y por estar ligados en amistad con el Mase escuela de aquella recien fundada Yglesia de Panama llamado Hernando Luque lo metieron en la tercera parte de aquella empresa, y también porque estaua rico, y tenia animo y pecho para gastar lo que la empresa pidiesse. Qr- plata y piedras de estima que las tierras nuevamente descu¬biertas dauan a los primeros ansi por presentes como en res¬cates de muchos que se quisieron disponer á este hecho los primeros vinieron a ser Alonso de Hogeda y Diego de Ni- quesa porque con no pequeños trabajos poblaron en la tie¬rra firme la primera poblacion de Christianos que en ella huuo que fue la Villa de la Antigua en la Provincia de el Darien. Despues salió el valeroso Capitan Hernando Cortes, y a pesar de pobreza émulos, y embidia descubrió y con¬quisto la tierra dignamente llamada nueva España el año de 1519 desde la Villa del Antigua del Darien (al cabo de al¬gunos años) Vasco Nuñez de Balvoa (con su buena fortu¬na y industria) descubrió el Mar del Sur un Dia Domingo en 25 dias del mes de Septiembre de el año de 1513 gastó Balvoa en este descubrimiento quatro meses enteros y del volvio a la Villa de el Antigua rico de oro y de reputación y noticias, porque aunque tuvo muchos y muy bravos re¬cuentros con Yndios jamas perdió hombre de sus compa¬ñeros ni le dieron en su cuerpo herida, despacho Vasco Nu-ñez de Valvoa á S. M. relación verdadera de la tierra, y de las riquezas que en ella auia y lo que mas importaua que era el nuevo descubrimiento de el Mar de el Sud. Su Mag'1. le acudió con el titulo de Adelantado de Castilla de el Oro (que este nombre puso Valvoa a aquellas Provincias descu¬biertas sobre el mar del Sur) el año siguiente que fue de 1514 despacho de España S. M. quarenta nauios en que ve-nian quinientos hombres para proseguir la conquista por aquella parte que Valboa auia descubierto, vino por Obispo de la antigua Fray Juan Quebedo (y fue el primero que huvo en la tierra firme de Yndias) y por Governador (de la nueva Castilla de el Oro) un Cauallero de Segovia lla¬mado Pedro Arias de Abila el qual comenzo su conquista el con menos fortuna y prudencia que fuera menester de don¬de tomó Valvoa ocasion de escarnecer de las ordenes que daua y estilo que quería guardar en la conquista y guerra que queria hacer á los Yndios, y con esto (y ruines terce¬rias de chismosos) se vinieron a caxcar (y casi quebrar) las amistades de el Adelantado Valboa y el Governador Pedro Arias, y vinieran el ultimo rompimiento si el Obispo no en¬trara de por medio, y fuera tercero de que (por bien de paz) el Adelantado Valvoa casara con Doña Ysabel de Peñalosa hija del Governador lo qual se hizo ansi, y con comision del nuevo suegro salió Valvoa a proseguir la conquista de el mar por el descubierto, y teniendo ya hechos vergantines para nauegar no falto quien puso en mal á el Adelantado con su Suegro, en tanto grado que embiandolo á llamar fulmino proceso contra el, y contra justicia, y sin tener compasion (que con lagrimas rogo por su esposo) lo hizo cortar la ca¬beza, y el prosiguio el viage que su yerno lleuava comenzado y como salió del pueblo de Sant Miguel (llamado ansi por auer Valvoa llegado a el en su fiesta) tomo su camino por la costa que le caya á la mano derecha, y llegado á unas Ys¬las, y en la tierra firme poblo á Panama, y de la otra parte sobre las aguas de el mar de el Norte á nombre de Dios, v acabo esto (por la injusta muerte que dio á el Adelantado Valvoa) lo quito el Rey la governacion. De esta Ciudad de Panama salieron muchas caudillos a descubrir tierras y las primeras fueron las Provincias de Nicaragua, Guatimala, y otras de menos nombre. Teníase muy biva y platicada no-ticia en la Ciudad de Panama de que á la parte de medio dia (a mano izquierda de el parage de Panamá) auia un rio en las riberas del qual hauitauan gentes riquissimas de Oro y perlas, y de otras cosas que componian sus aficionados el qual rio decian llamarse Piru (o Biru) á esta empresa aspiravan muchos mas al fin obpusieron de compañía dos Soldados viejos de aquellos que del Darien auian venido con el Gover-nador Pedro Arias cuyos nombres eran Francisco Pizarro, y Diego de Almagro, y por estar ligados en amistad con el Mase escuela de aquella recien fundada Yglesia de Panama llamado Hernando Luque lo metieron en la tercera parte de aquella empresa, y también porque estaua rico, y tenia animo y pecho para gastar lo que la empresa pidiesse. Or¬denose que Francisco Pizarro fuesse con la armada, y que Diego de Almagro acudiesse con Nauios y gente, y que Lu- que administrase las haciendas de todos y acudiesse con las ganancia para gastos de la conquista, por el mes de Junio de el año de 1525 partió Francisco Pizarro de Panama con un nauio y con el hasta ciento y veinte compañeros donde Jo dejaremos para tratar de lo que á nro Guaynacapac le subcedio acabada la importante victoria que digimos auer ganado contra aquella multitud de barbaros que lo tuvieron cercado lo qual pasó ansi. Como ya se viessen los Yndios de aquella confussa junta vencidos y subgetos de aquel que poco antes pensauan vencer y subgetar (comenzaron con presentes y halagos) a aplacar la yra y indignación a que con las armas le auia incitado y dieron principio a muchas fiestas y bayles de lo qual Guayna Capac reciuia gusto, y los Principales de aquella Provincia le contaron como en los años pasados su padre Topa Ynga auia estado en su tierra y les auia dado muchos dones y mugeres (y parte de estas cosas le fueron mostradas) y que en aquel lugar y puerto se auia embarcado quando descubrió las Yslas de Agua Chumbi y Nina chumbi (como lo dejamos contado en su vida) descansado auia Guayna capac y sus Compañas algu¬nos dias en aquella tierra ya tanto fiel y amiga (quanto primero enemiga obstinada) quando le llegaron Embaja¬dores de el Cacique y Señor de la Ysla de Puna con muy comedidos ofrecimientos y con dones dignos de Principe y de parte suya Je suplicaua el Comedido Rey que fuesse seruido de yr a holgarse á su Ysla; pues le venia a cuento para su venida, los dones y presentes fueron cortesmente recibidos de Guayna Capac, y con otros no menos dignos correspondido, y el ospedage y ofrecimiento de su Ysla con mucho amor y voluntad aceptado, y los mensageros se par¬tieron y a cabo de pocos dias el Ynga y su egercito. La tierra donde esto subcedio á nro Guayna Capac fue la de los Paches, aquella misma donde acabo de algunos años Fran¬cisco Pizarro poblo la Ciudad de Puerto Viejo porque en aquellas temporadas en ella y sus Valles comarcanos fácil¬mente se pudo juntar la copia de gente que digimos aliar el Ynga aprestados para su ofensa. Guayna Capac llego á la Ysla Puna donde fue pacifica y regaladamente recebido, y seruido y festejado con amor y respeto reuerente ansi su persona como diez mil hombres que consigo auia llevado porque el resto del egercito mandó caminasse derecho á Guanor villca, y auiendose agradado mucho de la Ysla de Puna y gozado abundante mente de los vicios y regalos della y hecha a mano un camino hasta la tierra firme le llegaron nuevas de mucha tristeza en que le auisauan de el Cuzco como en el auia una general y inrremediable pestilen¬cia de la qual auian muerto Auqui Topa Ynga su hermano y Apoc yllaquita su Tio Gobernadores que auia dejado en el Cuzco al tiempo de su partida (como queda dicho) y su hermana Mama Coca y otros señores principales de su linage, de lo qual mostro tanta tristeza quanta le dio lugar su acostumbrada compostura y grauedad, y poniendo su pensamiento en la orden que se auia de tener para la crea¬ción de nuevo gouierno acordo salir a Tumibamba y pa¬sando el Rio de Guayaquill atraueso las montañas por ca¬minos ásperos y no usados y llegó por la via de Mulluturu á Tumibamba y sintiéndose alli indispuesto y falto de salud se fue a Quito con la mayor y mas principal parte del eger-cito y llegado alia se le fue acrecentando el mal, y paró en unas mortales calenturas y sintiéndose cercano de la muerte hizo su testamento según entre ellos era costumbre, y en una vara larga (a manera de báculo) fueron poniendo ra¬yas con distintas colores en que se conocia y entendia su ultima y postrimera voluntad, lo qual le fue dada en guarda á el Quipocamayoc (que era como entre nosotros el Escri- uano, ó Secretario) dejó nombrados por sus Albaceas y Testamentarios á Colla Topa y a Catumgui y a Tauri machi y Auqui Topayupangui, y a otros tres o quatro Principales Capitanes y deudos cercanos suyos y debajo deste testamente murió el valeroso y buen Caudillo y Rey Guayna Capac denose que Francisco Pizarro fuesse con la armada, y que Diego de Almagro acudiesse con Nauios y gente, y que Lu- que administrase las haciendas de todos y acudiesse con las ganancia para gastos de la conquista, por el mes de Junio de el año de 1525 partió Francisco Pizarro de Panama con un nauio y con el hasta ciento y veinte compañeros donde !o dejaremos para tratar de lo que á nro Guaynacapac le subcedio acabada la importante victoria que digimos auer ganado contra aquella multitud de barbaros que lo tuvieron cercado lo qual pasó ansi. Como ya se viessen los Yndios de aquella confussa junta vencidos y subgetos de aquel que poco antes pensauan vencer y subgetar (comenzaron con presentes y halagos) a aplacar la yra y indignación a que con las armas le auia incitado y dieron principio a muchas fiestas y bayles de lo qual Guayna Capac reciuia gusto, y los Principales de aquella Provincia le contaron como en los años pasados su padre Topa Ynga auia estado en su tierra y les auia dado muchos dones y mugeres (y parte de estas cosas le fueron mostradas) y que en aquel lugar y puerto se auia embarcado quando descubrió las Yslas de Agua Chumbi y Nina chumbi (como lo dejamos contado en su vida) descansado auia Guayna capac y sus Compañas algu¬nos dias en aquella tierra ya tanto fiel y amiga (quanto primero enemiga obstinada) quando le llegaron Embaja¬dores de el Cacique y Señor de la Ysla de Puna con muy comedidos ofrecimientos y con dones dignos de Principe y de parte suya le suplicaua el Comedido Rey que fuesse seruido de yr a holgarse á su Ysla; pues le venia a cuento para su venida, los dones y presentes fueron cortesmente recibidos de Guayna Capac, y con otros no menos dignos correspondido, y el ospedage y ofrecimiento de su Ysla con mucho amor y voluntad aceptado, v los mensageros se par¬tieron y a cabo de pocos dias el Ynga y su egercito. La tierra donde esto subcedio á nro Guayna Capac fue la de los Paches. aquella misma donde acabo de algunos años Fran¬cisco Pizarro poblo la Ciudad de Puerto Viejo porque en aquellas temporadas en ella y sus Valles comarcanos fácil¬mente se pudo juntar la copia de gente que digimos aliar el Ynga aprestados para su ofensa. Guayna Capac llego á la Ysla Puna donde fue pacifica y regaladamente recebido, y seruido y festejado con amor y respeto reuerente ansi su persona como diez mil hombres que consigo auia llevado porque el resto del egercito mandó caminasse derecho á Guanor villca, y auiendose agradado mucho de la Ysla de Puna y gozado abundante mente de los vicios y regalos della y hecha a mano un camino hasta la tierra firme le llegaron nuevas de mucha tristeza en que le auisauan de el Cuzco como en el auia una general y inrremediable pestilen¬cia de la qual auian muerto Auqui Topa Ynga su hermano y Apoc yllaquita su Tio Gobernadores que auia dejado en el Cuzco al tiempo de su partida (como queda dicho) y su hermana Mama Coca y otros señores principales de su linage, de lo qual mostro tanta tristeza quanta le dio lugar su acostumbrada compostura y grauedad, y poniendo su pensamiento en la orden que se auia de tener para la crea¬ción de nuevo gouierno acordo salir a Tumibamba y pa¬sando el Rio de Guayaquill atraueso las montañas por ca¬minos ásperos y no usados y llegó por la via de Mulluturu á Tumibamba y sintiéndose alli indispuesto y falto de salud se fue a Quito con la mayor y mas principal parte del eger¬cito y llegado alia se le fue acrecentando el mal, y paró en unas mortales calenturas y sintiéndose cercano de la muerte hizo su testamento según entre ellos era costumbre, y en una vara larga (a manera de báculo) fueron poniendo ra¬yas con distintas colores en que se conocia y entendía su ultima y postrimera voluntad, lo qual le fue dada en guarda á el Quipocamayoc (que era como entre nosotros el Escri- uano, ó Secretario) dejó nombrados por sus Albaceas y Testamentarios á Colla Topa y a Catumgui y a Tauri machi y Auqui Topayupangui, y a otros tres o quatro Principales Capitanes y deudos cercanos suyos y debajo deste testamente murió el valeroso y buen Caudillo y Rey Guayna Capac auiendo señoreado y mandado el Ymperio poco más de 33 años subcedio su muerte (a nra cuenta) año de 1525. por ei mismo tiempo que Pizarro, Luque y Almagro se andauan aprestando para explorarle su Reyno ya pacificamente po¬seído su muerte se cayo por algunos dias temiendose todos los del Cuzco de algunas novedades y alteraciones que sue¬len acudir á tales coyunturas mas siendo embalsamado su cuerpo (como entre ellos eran costumbre) juntáronse los testamentaros y albaceas juntamente con el Quipo Camayoc (o Escriuano) y atentamente consideraron lo que los Qui¬pos y ñudos declarauan, y interpretado con la deuida y necesaria fidelidad parecia auer hecho nuevo y ultimo nombramiento de único y unibersal heredero y subcesor del Ymperio en un hijo que consigo traia a quien amava mu-cho llamado Ninancuyuchic, que en esta coyuntura estaua enfermo de calenturas de las quales en pocos días murió, y quedóse Guascar Ynga con lo que primero tenia. Hallaron también por los Quipos el orden que se auia de tener en lie- bar su cuerpo á el Cuzco, y como se auia de entrar trium- phando, y guardando ansí en esto (como en todo lo demás) lo mandado por el muerto Rey llevaron su cuerpo de Quito á Tumibamba y alli repararon hasta poner en orden el Go- vierno de la tierra y lo necesario para tan largo viage pro- beyeron Jos Albaceas de el muerto Guaynacapac por Go¬vernador de la tierra, a un Quigal Topa natural del Cuzco, y dejáronle las compañías de Soldados que pareció combenir, y tomando consigo las estatuas y figuras y Guacas (que del Cuzco auian traydo) se pusieron en camino para alia acompañando a la trieste viuda Mamaragua Ocllo llebando siempre el cuerpo en hombros de hijos primos, y hermanos los mas principales personages de todo el Ymperio, á el tiempo de apartarse Atavallpa de el cuerpo de su padre hizo una bien concertada y lastimosa platica tal que a todos aumento el dolor, y en suma se dio a entender que no quería desamparar aquellas Provincias donde su padre auia nacido y muerto. Luego que Guayna Capac acabo de espirar des¬pacharon aquellos Señores mensageros á el Cuzco haciendo saber su dolorosa muerte con la qual nueva se levanto un espantoso y general llanto en toda la tierra porque ansi fue mandado se hiciesse, y con grandes y no vistas ceremonias le¬vantaron y saludaron por Emperador y Ynga á Topa cusi gualpa que es el mismo que Guascar Ynga y ansi le llamare¬mos de aqui adelante dieronle (de acuerdo de los grandes) por acompañados y Consegeros á Tito Atauche, y á Topa Aatach, sus hermanos de padre era Sacerdote mayor de sus Ydolos en aquella sazón Chalcoyupangui de el linage y de- cendencia de Viracocha Ynga, y este le puso la borla con muchas y muy nuevas bendiciones electo y coronado por Ynga el buen Guascar despacho con mucho presteza men-sageros mandando a su madre y á los que el cuerpo de su padre acompañauan que se viniessen poco a poco a el Cuzco por que el estaua dando orden para la solemnidad de su entrada. Luego el Guascar Ynga (de mas de los nombrados de su acuerdo y consejo) señaló otros tres Consegeros lla¬mados Yngaroca y Urcoguarangua, y á Tito Conde Mayta, y demás desto hizo muchas mercedes dio grandes dadruas repartió muchos oficios, despendió mucho oro y plata jo¬yas, y ropas dio muchas mugeres de las Alias encerradas porque con la tardanza de su padre Guayna capac auia gran numero de ellas detenidas en sus Ayllos. Con esto y mucha afabilidad (que con todos mostraua) cobro buen nombre y opinion y muchos amor entre sus Vassallos. En estos dias se salió hacer ciertos ayunos por la muerte de su padre á la laguna de Mollina (donde el Guascar auia nacido) y por que esperava mucha gente forastera mandó a gran priesa labrar unas casas en Amarucancha. A pocos dias embio á decir á su madre que se adelantasse de la demás gente, y se viniesse a hacer sacrificio y dar gracias á el hacedor por las mercedes que le auia hecho tras esto llegaron ante el Ynga¬yupangui Chuquis guarnan hermano suyo de padre, y otros deudos y hermanos suyos a pedirle licencia para yr a recibir auiendo señoreado y mandado el Ymperio poco más de 33 años subcedio su muerte (a n™ cuenta) año de 1525. por el mismo tiempo que Pizarro, Luque y Almagro se andauan aprestando para explorarle su Reyno ya pacificamente po- seido su muerte se cayo por algunos dias temiendose todos los del Cuzco de algunas novedades y alteraciones que sue¬len acudir á tales coyunturas mas siendo embalsamado su cuerpo (como entre ellos eran costumbre) juntáronse los testamentaros y albaceas juntamente con el Quipo Camayoc (o Escriuano) y atentamente consideraron lo que los Qui¬pos y ñudos declarauan, y interpretado con la deuida y necesaria fidelidad parecía auer hecho nuevo y ultimo nombramiento de único y unibersal heredero y subcesor del Ymperio en un hijo que consigo traia a quien amava mu-cho llamado Ninancuyuchic, que en esta coyuntura estaua enfermo de calenturas de las quales en pocos días murió, y quedóse Guascar Ynga con lo que primero tenia. Hallaron también por los Quipos el orden que se auia de tener en lie- bar su cuerpo á el Cuzco, y como se auia de entrar trium- phando, y guardando ansi en esto (como en todo lo demás) lo mandado por el muerto Rey llevaron su cuerpo de Quito á Tumibamba y alli repararon hasta poner en orden el Go- vierno de la tierra y lo necesario para tan largo viage pro- beyeron los Albaceas de el muerto Guaynacapac por Go¬vernador de la tierra, a un Quigal Topa natural del Cuzco, y dejai'onle las compañías de Soldados que pareció combenir, y tomando consigo las estatuas y figuras y Guacas (que del Cuzco auian traydo) se pusieron en camino para alia acompañando a la trieste viuda Mamaragua Ocllo llebando siempre el cuerpo en hombros de hijos primos, y hermanos los mas principales personages de todo el Ymperio, á el tiempo de apartarse Atavallpa de el cuerpo de su padre hizo una bien concertada y lastimosa platica tal que a todos aumento el dolor, y en suma se dio a entender que no quería desamparar aquellas Provincias donde su padre auia nacido y muerto. Luego que Guayna Capac acabo de espirar des¬pacharon aquellos Señores mensageros á el Cuzco haciendo saber su dolorosa muerte con la qual nueva se levanto un espantoso y general llanto en toda la tierra porque ansi fue mandado se hiciesse, y con grandes y no vistas ceremonias le¬vantaron y saludaron por Emperador y Ynga á Topa cusi gualpa que es el mismo que Guascar Ynga y ansi le llamare¬mos de aqui adelante dieronle (de acuerdo de los grandes) por acompañados y Consegeros á Tito Atauche, y á Topa Aatach, sus hermanos de padre era Sacerdote mayor de sus Ydolos en aquella sazón Chalcoyupangui de el linage y de- cendencia de Viracocha Ynga, y este le puso la borla con muchas y muy nuevas bendiciones electo y coronado por Ynga el buen Guascar despacho con mucho presteza men¬sageros mandando a su madre y á los que el cuerpo de su padre acompañauan que se viniessen poco a poco a el Cuzco por que el estaua dando orden para la solemnidad de su entrada. Luego el Guascar Ynga (de mas de los nombrados de su acuerdo y consejo) señaló otros tres Consegeros lla¬mados Yngaroca y Urcoguarangua, y á Tito Conde Mayta, y demás desto hizo muchas mercedes dio grandes dadiuas repartió muchos oficios, despendió mucho oro y plata jo¬yas, y ropas dio muchas mugeres de las Alias encerradas porque con la tardanza de su padre Guayna capac auia gran numero de ellas detenidas en sus Ayllos. Con esto y mucha afabilidad (que con todos mostraua) cobro buen nombre y opinion y muchos amor entre sus Vassallos. En estos dias se salió hacer ciertos ayunos por la muerte de su padre á la laguna de Mohína (donde el Guascar auia nacido) y por que esperava mucha gente forastera mandó a gran priesa labrar unas casas en Amarucancha. A pocos dias embio á decir á su madre que se adelantasse de la demás gente, y se viniesse a hacer sacrificio y dar gracias á el hacedor por las mercedes que le auia hecho tras esto llegaron ante el Ynga¬yupangui Chuquis guarnan hermano suyo de padre, y otros deudos y hermanos suyos a pedirle licencia para yr a recibir á su Señora y Madre, la qual concedio el Ynga de voluntad que mas acertado fuera negarla según lo que subcedio de este viage como adelante diremos. Cap. 25 de la llegada del cuerpo de Guayna Capac a el Cuzco y injusticias que Guascar Ynga uso con los Albaceas de su padre. Y del primero descubri¬miento que Francisco Pizarro y Diego de Almagro hicieron de estos Reynos del Piru y trabajos que padecieron y de la conquista de Po maco cha é Chachapoyas. Con mucha pausa y espacio se venian aquellos graues varones que del Quito venian acompañando el cuerpo y muger de Guayna Capac, y para mas magestad yvan reco- gendo gentes por donde quiera que pasauan para entrar en el Cuzco con un Mundo (si lleuar pudieran) tanta era la sobervia de aquella nación de los llanos llebaron mucha gente que no serbia mas que para poblar sepulcros en la sierra con todo eso escaparon algunas mozas hermosas que como eran tales participauan menos de los trabajos del camino por ir en la compañía y servicio de Mamaragua ocllo y con ellas yvan mas regaladas, y menos atormentadas de los frios (crue¬les omicidas de las gentes de los llanos). Los que digimos auer pedido licencia á Guascar Ynga juntamente con Chuquis- guaman para salir a recebir á su Señora v madrastra camina-ron la poca distancia que ay del Cuzco hasta Urcos calla, y alli aliaron mucho repuesto de comida y bebida: y poniéndo¬se a gozar del buen hospedage estando (según se puede pre¬sumir) Chiquisguaman y los demás vencidos del mucho beber se levanto entre ellos una dañosa y mal examinada platica en que vinieron a tratar que seria acertado matar á Guascar Ynga y poner en su lugar a un hermano suyo Cusi Atauche por que era mas llano y afable que no Guas¬car, y auiendo dado y tomado en este negocio quedaron de acuerdo de matar á la viuda que venia con el cuerpo, y de alli dar la buelta al Cuzco, y matar á Guascar Ynga, y a todos los que les podían ser estorbo para su intento. Con tan mal consejo se partieron estos conjurados en busca de la madrastra de los mas dellos mas ya que llegauan á Siquilla- bamba el mismo Chuquisguaman (movedor primero de la platica y acuerdo dicho) so color de lo que a el le pareció se aparto de la compañía y se bolvio á el Cuzco, y se fue derecho a casa de Tito Atauchi (que como dicho queda era uno de los del govierno en compañia de Guascar Ynga) y con palabras ponderadas le dijo punto por punto lo que sus deudos y hermanos auian acordado en Urcos calla, tan en daño y perjuicio de su hermano, y de toda la república lo qual entendido por Tito Atauche se fueron juntos sin de¬tenimiento alguno, á la presencia de Guascar y le informa¬ron extensamente de todo lo que pasaua haciéndose asi el Chuquisguaman el mas leal de los nacidos, y a la verdad el fue el primer movedor de tan mal considerada platica oydos por Guascar el acuerdo en que estauan sus deudos sin hacer mas aueriguacion despacho luego gentes para donde quiera que aquella quadrilla de conjurados alcanzas- sen sin dejar a nadie con vida los matassen a todos y sin dilación fue hecho y con aun mas crueldad que el caso me¬recía. Cusi Atauchi (el que los conjurados auian nombrado para Rey Ynga) auíase quedado en el Cuzco bien quitado de lo que sus hermanos y deudos tratauan mas no le valió nada su inocencia porque el Guascar Ynga mando á los de su guarda que a donde quiera que á Cusi Atauche viessen sin dilación ninguna lo matassen, y viniendo aquella misma mañana a bisitar á su hermano (como lo tenia siempre de costumbre) fue hecho pedazos á la entrada de su casa. Ya auian llegado á Mamaragua Ocllo los mensageros que su hijo le auia embiado con orden que se adelantasse, y dejasse atras los que trayan el cuerpo la qual lo hizo ansi por obe¬decer á su hijo, y entro en el Cuzco donde se le hizo muy solemne recibimiento, y su hijo Guascar Ynga se oigo mu- á su Señora y Madre, la qual concedio el Ynga de voluntad que mas acertado fuera negarla según lo que subcedio de este viage como adelante diremos. 4 Cap. 25 de la llegada del cuerpo de Guayna Capac a el Cuzco y injusticias que Guascar Ynga uso con los Albaceas de su padre. Y del primero descubri¬miento que Francisco Pizarro y Diego de Almagro hicieron de estos Reynos del Piru y trabajos que padecieron y de la conquista de Pomacocha é Chachapoyas. Con mucha pausa y espacio se venian aquellos graues varones que del Quito venian acompañando el cuerpo y muger de Guayna Capac, y para mas magestad yvan reco- gendo gentes por donde quiera que pasauan para entrar en el Cuzco con un Mundo (si lleuar pudieran) tanta era la sobervia de aquella nación de los llanos llebaron mucha gente que no serbia mas que para poblar sepulcros en la sierra con todo eso escaparon algunas mozas hermosas que como eran tales participauan menos de los trabajos del camino por ir en la compañia y servicio de Mamaragua ocllo y con ellas yvan mas regaladas, y menos atormentadas de los frios (crue¬les omicidas de las gentes de los llanos). Los que digimos auer pedido licencia á Guascar Ynga juntamente con Chuquis¬guaman para salir a recebir á su Señora v madrastra camina¬ron la poca distancia que ay del Cuzco hasta Urcos calla, y alli aliaron mucho repuesto de comida y bebida: y poniéndo¬se a gozar del buen hospedage estando (según se puede pre¬sumir) Chiquisguaman y los demás vencidos del mucho beber se levanto entre ellos una dañosa y mal examinada platica en que vinieron a tratar que seria acertado matar á Guascar Ynga y poner en su lugar a un hermano suyo Cusi Atauche por que era mas llano y afable que no Guas¬car, y auiendo dado y tomado en este negocio quedaron de acuerdo de matar á la viuda que venia con el cuerpo, y de alli dar la buelta al Cuzco, y matar á Guascar Ynga, y a todos los que les podian ser estorbo para su intento. Con tan mal consejo se partieron estos conjurados en busca de la madrastra de los mas dellos mas ya que llegauan á Siquilla- bamba el mismo Chuquisguaman (movedor primero de la platica y acuerdo dicho) so color de lo que a el le pareció se aparto de la compañia y se bolvio á el Cuzco, y se fue derecho a casa de Tito Atauchi (que como dicho queda era uno de los del govierno en compañia de Guascar Ynga) y con palabras ponderadas le dijo punto por punto lo que sus deudos y hermanos auian acordado en Urcos calla, tan en daño y perjuicio de su hermano, y de toda la república lo qual entendido por Tito Atauche se fueron juntos sin de¬tenimiento alguno, á la presencia de Guascar y le informa¬ron extensamente de todo lo que pasaua haciéndose asi el Chuquisguaman el mas leal de los nacidos, y a la verdad el fue el primer movedor de tan mal considerada platica oydos por Guascar el acuerdo en que estauan sus deudos sin hacer mas aueriguacion despacho luego gentes para donde quiera que aquella quadrilla de conjurados alcanzas- sen sin dejar a nadie con vida los matassen a todos y sin dilación fue hecho y con aun mas crueldad que el caso me¬recía. Cusi Atauchi (el que los conjurados auian nombrado para Rey Ynga) auiase quedado en el Cuzco bien quitado de lo que sus hermanos y deudos tratauan mas no le valió nada su inocencia porque el Guascar Ynga mando á los de su guarda que a donde quiera que á Cusi Atauche viessen sin dilación ninguna lo matassen, y viniendo aquella misma mañana a bisitar á su hermano (como lo tenia siempre de costumbre) fue hecho pedazos á la entrada de su casa. Ya auian llegado á Mamaragua Ocllo los mensageros que su hijo le auia embiado con orden que se adelantasse, y dejasse atras los que trayan el cuerpo la qual lo hizo ansi por obe¬decer á su hijo, y entro en el Cuzco donde se le hizo muy solemne recibimiento, y su hijo Guascar Ynga se oigo mu¬cho de la ver, y juntos hicieron muy solemnes sacrificios, y presentaron ofrendas á el Pachacama y al Sol. Pocos dias despues llego a el Guascar nueva de como estauan ya cerca los que venian acompañando el cuerpo de su padre, y que juntamente se trayan los despojos auidos en las guerras y los prisioneros que se auian de meter en el Cuzco como era ya ley y costumbre y sabido que llegauan ya menos de 20 leguas del Cuzco embio a mandar que ninguno passasse de alli hasta ver nuevo mandato, y mando que Colla Topa, y Catungui, y Tauri machi, y Auqui Topayupangui (que digimos auer sido Albaceas y Testamentarios de Guayna Capac) se viniessen delante, y cada uno por si por quanto tenia que informarse dellos el qual mandamiento oydo de los venerables viejos lo obedecieron como leales y buenos Vas¬sallos tras este mandato despacho Guascar Ynga gente con orden y precepto que donde quiera que topassen á los Capitanes viejos ya nombrados los descoyuntasen a tormen¬tos hasta que declarasen la causa de auerse quedado su hermano Atavallpa en Tumibamba y que intento le que- daua, y que no queriéndolo decir ni declarar los matassen a todos como los fuessen encontrando lo qual fue ansi he¬cho que topando á la descendida de Lima Tambo al Colla Topa le descoyuntaron a tormentos y de los demás hicieron lo propio y como no auia en aquel caso cosa ninguna que manifestar los mataron a todos, y la nueva de este cruel hecho causo tanto escandalo en los que venian en el Real que estubieron a punto de alzarse creyendo cada uno que le auian de dar el mismo galardón, y con todo muchos estran- geros se huyeron á sus tierras, y muchos naturales de el Cuzco se volvieron á el Quito a dar la nueva de estas crueldades á Atauallpa. Largo proceso se haria si quisiesse- mos exagerar por estenso el pomposo y sobervio aparato con que fue recibido en Cuzco el cuerpo de Guayna Capac y cumpliremos con decir que hasta aquel tiempo ningún triumfo se auia visto en el Cuzco de mas magestad, ni adornado de mas naciones ni copioso de mas riquezas que fue aquella entrada porque fue la ultima y postrera cumbre y termino, adonde llego la pujanza Pirulera; pues fue el ul¬timo de sus triumphos, ó a los menos no tubieron otro tan digno de nombre como este fue el qual acabado se comenza¬ron luego los llantos generales por la orden que tenian de costumbre gastando en ellos muchos días en beber y borra- char en honra y reuerencia del muerto. Puesto fin á este llanto trataron los Consegeros del Ynga de darle muger, y fue acordado que tomasse en casamiento á su propia her¬mana llamada Mamachuqui Uzpai, y para el tal efecto fueron los Sacerdotes principales a pedirla á su madre Mamaragua ocllo mas ella no la quiso conceder por estar muy enfadada, y pesarosa de las crueldades que auia visto cometer a su hijo. Como por esta via no pudiessen com- bencer á la madre para que le diesse a su hermana por muger procuro el mismo pedírsela, y ansi mesmo se la de- nego, y tanto quanto mas estaua la madre pertinaz y dura en no conceder lo que se le demandaua tanto y mas perse- veraua Guascar Ynga en su demanda y el negarle la hermana era ocassion de mas y mas desearla y apetecerla. Vino el negocio a termino que para que Mamaragua Ocllo concediesse su hija á Guascar Ynga que por ella andaua muy inquieto sacaron del Templo la Ymagen de Ticciviracocha, y la del Sol y la del Rayo, y otros vanos simulacros, y acompañándolos los Sacerdotes, y los mas principales del Reyno se fueron a casa de la biuda Reyna y con grandes plegarias y ruegos le pidieron la hija. Y finalmente (no pudiendo hacer otra cosa) la concedio, y fue hecho un so- beruio aparato para la celebración de aquestas últimas bodas Reales. Puesto fin en los dias festivos, y siendo ya la prima¬vera llegada puso su pensamiento Guascar Ynga en embiar sus Capitanes a acabar de allanar la tierra de los Chacha¬poyas porque sabia que los de las Provincias de Honda y Pamacocha, y Comacocha, y Chupat estauan en su livertad sin querer dar la obediencia a los Yngas aunque con la paz y amistad dellos auian sido muchas veces requeridos. Crio cho de la ver, y juntos hicieron muy solemnes sacrificios, y presentaron ofrendas á el Pachacama y al Sol. Pocos dias despues llego a el Guascar nueva de como estauan ya cerca los que venian acompañando el cuerpo de su padre, y que juntamente se trayan los despojos auidos en las guerras y los prisioneros que se auian de meter en el Cuzco como era ya ley y costumbre y sabido que llegauan ya menos de 20 leguas del Cuzco embio a mandar que ninguno passasse de alli hasta ver nuevo mandato, y mando que Colla Topa, y Catungui, y Tauri machi, y Auqui Topayupangui (que digimos auer sido Albaceas y Testamentarios de Guayna Capac) se viniessen delante, y cada uno por si por quanto tenia que informarse dellos el qual mandamiento oydo de los venerables viejos lo obedecieron como leales y buenos Vas¬sallos tras este mandato despacho Guascar Ynga gente con orden y precepto que donde quiera que topassen á los Capitanes viejos ya nombrados los descoyuntasen a tormen¬tos hasta que declarasen la causa de auerse quedado su hermano Atavailpa en Tumibamba y que intento le que- daua, y que no queriéndolo decir ni declarar los matassen a todos como los fuessen encontrando lo qual fue ansi he¬cho que topando á la descendida de Lima Tambo al Colla Topa le descoyuntaron a tormentos y de los demás hicieron lo propio y como no auia en aquel caso cosa ninguna que manifestar los mataron a todos, y la nueva de este cruel hecho causo tanto escandalo en los que venian en el Real que estubieron a punto de alzarse creyendo cada uno que le auian de dar el mismo galardón, y con todo muchos estran- geros se huyeron á sus tierras, y muchos naturales de el Cuzco se volvieron á el Quito a dar la nueva de estas crueldades á Atauallpa. Largo proceso se haria si quisiesse- mos exagerar por estenso el pomposo y sobervio aparato con que fue recibido en Cuzco el cuerpo de Guayna Capac y cumpliremos con decir que hasta aquel tiempo ningún triumfo se auia visto en el Cuzco de mas magestad, ni adornado de mas naciones ni copioso de mas riquezas que fue aquella entrada porque fue la ultima y postrera cumbre y termino, adonde llego la pujanza Pirulera; pues fue el ul¬timo de sus triumphos, ó a los menos no tubieron otro tan digno de nombre como este fue el qual acabado se comenza¬ron luego los llantos generales por la orden que tenian de costumbre gastando en ellos muchos días en beber y borra- char en honra y reuerencia del muerto. Puesto fin á este llanto trataron los Consegeros del Ynga de darle muger, y fue acordado que tomasse en casamiento á su propia her¬mana llamada Mamachuqui Uzpai, y para el tal efecto fueron los Sacerdotes principales a pedirla á su madre Mamaragua ocllo mas ella no la quiso conceder por estar muy enfadada, y pesarosa de las crueldades que auia visto cometer a su hijo. Como por esta via no pudiessen com- bencer á la madre para que le diesse a su hermana por muger procuro el mismo pedírsela, y ansi mesmo se la de¬negó, y tanto quanto mas estaua la madre pertinaz y dura en no conceder lo que se le demandaua tanto y mas perse- veraua Guascar Ynga en su demanda y el negarle la hermana era ocassion de mas y mas desearla y apetecerla. Vino el negocio a termino que para que Mamaragua Ocllo concediesse su hija á Guascar Ynga que por ella andaua muy inquieto sacaron del Templo la Ymagen de Ticciviracocha, y la del Sol y la del Rayo, y otros vanos simulacros, y acompañándolos los Sacerdotes, y los mas principales del Reyno se fueron a casa de la biuda Reyna y con grandes plegarias y ruegos le pidieron la hija. Y finalmente (no pudiendo hacer otra cosa) la concedio, y fue hecho un so- beruio aparato para la celebración de aquestas últimas bodas Reales. Puesto fin en los dias festivos, y siendo ya la prima¬vera llegada puso su pensamiento Guascar Ynga en embiar sus Capitanes a acabar de allanar la tierra de los Chacha¬poyas porque sabia que los de las Provincias de Honda y Pamacocha, y Comacocha, y Chupat estauan en su livertad sin querer dar la obediencia a los Yngas aunque con la paz y amistad dellos auian sido muchas veces requeridos. Crio por Generales de esta empresa a Chuquisguaman (el mismo que urdió las muertes a sus hermanos y deudos, por el delicto en que el mismo era mas culpante porque desde aquella coyuntura privo mucho con su hermano Guascar Ynga) el otro General fue Tito Atauchi y con un egercito sortido bastantemente de armas y naciones se pusieron en camino para Casamarca porque por alli determinaron su entrada, y llegaron por sus jornadas á Lauanto donde tubieron nueva de como el Señor de Pomacocha auia fortalecido un Pucara que tenia, y auia acaudillado los Hondas y Chupatis y otras gentes para resistir y ofender a los Capitanes Yngas y te¬niendo ya puestos sus presidios en los Rios y lugares hestre- chos por donde los Yngas auian de pasar se estaua en su Pueblo escarneciendo de los Cuzcos, y de sus valedores y banqueteando a sus aliados donde los dejaremos por aora para volver a dar paso á nros Españoles que dejamos ya par¬tidos de Panama en un Nauio llevando por su Capitan á Francisco Pizarro (porque como digimos Diego de Alma¬gro auia de salir luego en su seguimiento). Con vientos es¬casos mas de los que ellos quisieran navego el nauio, y fue a hallarse en una no conocida costa quisieron pasar arriba y las corrientes y vientos contrarios no solo se lo impidie¬ron mas con gran violencia les hicieron bajar mucho mas abajo, y acordaron saltar en tierra para reconocerla, y fue¬ron recibidos con muchas flechas y dardos, y siendo Fran¬cisco Pizarro herido en siete partes, y visto muertos tres compañeros suyos acordaron bolverse a embarcar, y fue- ronse á la costa de Panama a una ensenada llamada de Chin- chama donde saltaron en tierra para descansar del trabajo del mar y curar los heridos. Diego de Almagro salió en se¬guimiento de su compañero, y el viento y su suerte lo llevo á la boca de un Rio á el qual llamo de Sant Juan por auerlo descubierto en su mismo dia el año de 1525 y de alli se bajo a el mismo lugar donde auian los Yndios maltratado á Pizarro (que es según fuimos informados de los naturales en el Rio que llamauan de Juani entre el de Sant Juan y la buena ventura) alli quiso probar también la mano Diego Almagro, y hallo tanto esfuerzo y brio en los naturales que les hicieron estar á raya, y venidos con los Yndios á las ar¬mas nros Españoles fueron tantas las que sobre ellos llovían que otra cosa que dardos y flechas no se veian en el ayre y si no fuera por el valor y esfuerzo de un principal Sol¬dado que Diego de Almagro tomo por compañero aquel día sin duda lo mataran á el y a toda la gente que consigo lle- vava; porque subcedio que yendo en seguimiento de ciertos Yndios que de miedo (o de industria) comenzauan á huir salieron de traues muchas esquadras desembrozando dardos y uno delíos le acertó al Capitan Almagro en un ojo y fue tan vehemente el dolor y golpe sintió que cayo sin sentido en el suelo, mas Juan Roldan (que ansi se llamaua su buen compañero) mostrándose aquel dia serlo en el hecho como lo era en nombre se abrazo con el y lo lebanto y asi sin juicio lo trujo al cuerpo de la gente y le saco una astilla de palma que en el ojo tenia y luego salto el ojo, y por este hecho (dignamente) le dio S. M. por armas y blasón á este valeroso Roldán el ojo de Almagro, y ansi lo pone y pondrá su posteridad y descendencia. No menos perdidoso y fatigado que fue Francisco Pizarro se retiro Diego de Al¬magro de la cruel y desapiadada costa y se fue a Chincha- cama donde se encontraron los dos heridos y perdidosos compañeros, y tratando de su partida en prosecución de su jornada fue contra dicha por algunos de sus Soldados mas al cabo se acordo que Diego de Almagro volviesse a Pana¬ma por mas gente, y solo pudo sacar ochenta hombres y al¬gunas armas y auiendo reposado algunos dias, ya que sus heridas tenian mejoría comenzaron a nauegar siguiendo su derrota y acordaron seguir aquella costa que se yva me¬tiendo debajo la línea equinoccial y con no pocos trabajos llegaron á la ensenada o baya de Tacamez (rio mas grande por la marea que en el entra que no por la mucha agua que sale de su nacimiento) según los vimos y exploramos el año de 1577 la vista y angostura de la tierra que desde la mar por Generales de esta empresa a Chuquisguaman (el mismo que urdió las muertes a sus hermanos y deudos, por el delicto en que el mismo era mas culpante porque desde aquella coyuntura privo mucho con su hermano Guascar Ynga) el otro General fue Tito Atauchi y con un egercito sortido bastantemente de armas y naciones se pusieron en camino para Casamarca porque por alli determinaron su entrada, y llegaron por sus jornadas á Lauanto donde tubieron nueva de como el Señor de Pomacocha auia fortalecido un Pucara que tenia, y auia acaudillado los Hondas y Chupatis y otras gentes para resistir y ofender a los Capitanes Yngas y te¬niendo ya puestos sus presidios en los Rios y lugares hestre- chos por donde los Yngas auian de pasar se estaua en su Pueblo escarneciendo de los Cuzcos, y de sus valedores y banqueteando a sus aliados donde los dejaremos por aora para volver a dar paso á nro* Españoles que dejamos ya par¬tidos de Panama en un Nauio llevando por su Capitan á Francisco Pizarro (porque como digimos Diego de Alma¬gro auia de salir luego en su seguimiento). Con vientos es¬casos mas de los que ellos quisieran navego el nauio, y fue a hallarse en una no conocida costa quisieron pasar arriba y las corrientes y vientos contrarios no solo se lo impidie¬ron mas con gran violencia les hicieron bajar mucho mas abajo, y acordaron saltar en tierra para reconocerla, y fue¬ron recibidos con muchas flechas y dardos, y siendo Fran¬cisco Pizarro herido en siete partes, y visto muertos tres compañeros suyos acordaron bolverse a embarcar, y fue- ronse á la costa de Panama a una ensenada llamada de Chin- chama donde saltaron en tierra para descansar del trabajo del mar y curar los heridos. Diego de Almagro salió en se¬guimiento de su compañero, y el viento y su suerte lo llevo á la boca de un Rio á el qual llamo de Sant Juan por auerlo descubierto en su mismo dia el año de 1525 y de alli se bajo a el mismo lugar donde auian los Yndios maltratado á Pizarro (que es según fuimos informados de los naturales en el Rio que llamauan de Juani entre el de Sant Juan y la buena ventura) alli quiso probar también la mano Diego Almagro, y hallo tanto esfuerzo y brio en los naturales que les hicieron estar á raya, y venidos con los Yndios á las ar¬mas n™* Españoles fueron tantas las que sobre ellos llovian que otra cosa que dardos y flechas no se veian en el ayre y si no fuera por el valor y esfuerzo de un principal Sol¬dado que Diego de Almagro tomo por compañero aquel día sin duda lo mataran á el y a toda la gente que consigo lle- vava; porque subcedio que yendo en seguimiento de ciertos Yndios que de miedo (o de industria) comenzauan á huir salieron de traues muchas esquadras desembrozando dardos y uno dellos le acertó al Capitan Almagro en un ojo y fue tan vehemente el dolor y golpe sintió que cayo sin sentido en el suelo, mas Juan Roldan (que ansi se llamaua su buen compañero) mostrándose aquel dia serlo en el hecho como lo era en nombre se abrazo con el y lo lebanto y asi sin juicio lo trujo al cuerpo de la gente y le saco una astilla de palma que en el ojo tenia y luego salto el ojo, y por este hecho (dignamente) le dio S. M. por armas y blasón á este valeroso Roldan el ojo de Almagro, y ansi lo pone y pondrá su posteridad y descendencia. No menos perdidoso y fatigado que fue Francisco Pizarro se retiro Diego de Al¬magro de la cruel v desapiadada costa y se fue a Chincha- cama donde se encontraron los dos heridos y perdidosos compañeros, y tratando de su partida en prosecución de su jornada fue contra dicha por algunos de sus Soldados mas al cabo se acordo que Diego de Almagro volviesse a Pana¬ma por mas gente, y solo pudo sacar ochenta hombres y al¬gunas armas y auiendo reposado algunos dias, ya que sus heridas tenian mejoría comenzaron a nauegar siguiendo su derrota y acordaron seguir aquella costa que se yva me¬tiendo debajo la línea equinoccial y con no pocos trabajos llegaron á la ensenada o baya de Tacamez (rio mas grande por la marea que en el entra que no por la mucha agua que sale de su nacimiento) según los vimos y exploramos el año de 1577 la vista y angostura de la tierra que desde la mar se descubría las combido á saltar en ella y alli quisieran re¬posar del trabajo que por la mar auian traido si los natu¬rales les dieran lugar para hacerlo mas no les permitieron te¬ner quatro dias de quietud porque luego coadunada y jun¬ta toda aquella nación de Neguas (que ansi se llama ua aquella gente) y las demás que pudieron convocar con vio-lencia y heridas les compelieron á volver á el mar. Vistose nrü* Españoles fatigados de el mar escluidos de la tierra y que morían y enfermauan muchos comenzaron a desabrir¬se con los Capitanes y ellos (especialmente Pizarro) a tra¬tarlos con algún rigor. Fue acordado que Diego de Alma¬gro volviesse á Panama por alguna gente de socorro y ansi se apresto dejando en la Ysla del Gallo á Pizarro con sus compañeros y por recatados que estuvieron para que na¬die escriuiesse las nuevas tan asperas como se podian escri- uir Antón Quadrado, y Sarauia escriuieron al Governador una carta en que le auisauan quan desabridos y vexados an¬dauan en aquella jornada y al cabo una copla en que 11a- mavan á Diego de Almagro recogedor y a Pizarro Carni¬cero esta carta y lo en ella conthenido se publico luego en Panama, y el Governador Pedro de los Rios despacho á Juan Tafur á la Yglesia (*) del Gallo con un mandamien¬to de libertad para que los que se quisiessen bolver á Pa¬nama lo hiciessen libremente sin que Francisco Pizarro ni persona alguna se lo impidiesse llegado Tafur con este tan dañoso mandamiento comenzaron a desamparar á Fran¬cisco Pizarro aquellos que mas razón tenian de seguirlo, quedóse esta vez con solos trece compañeros cuyos nom¬bres de todos no e podido auer mas se que fueron entre ellos Pedro de Candia Juan Roldan Bartolomé Ruyz de Moguer, Piloto Blas de Atiencia Nicolás de Ribera Juan de Torre Briceño. Hallándose Francisco Pizarro tan falto de compañeros acordo bajarse á la Ysla de Gorgona puesta frontero de la boca del Rio de Sant Juan y alli se vieron (1) IsliL en tantas y tan estrechas necesidades que fueron compeli- dos de la hambre a comer cangrejos y marisco crudo y lo que mas fue que tenian por regalo hallar para su sustento las culebras de que en otro tiempo solian espantarse en esta calamidad se entretuvieron hasta que Diego de Almagro llego con su nauio y menos gente en el de la que pensaba; pues no trujo mas que la forzosa para marearlo. Con este escaso abiamiento y corto socorro se partieron los dos nauios poniendo las proas contra los importunos vientos Sures, y ya que el socorro les fue corto fue larga su ventura pues de un bordo que hicieron les fauorecieron las aguas y vien¬tos harto mas que les auian favorecido sus propios amigos y nauegaron con tanta prosperidad que vinieron a recono¬cer unos secos arenales que son aquellos que aora vemos entre Payta y Sechura. Quien supiere bien encarecerlo tome la pluma y escriua el go$o que los Caudillos y Soldados sin¬tieron quando vieron ante sus ojos tierra y costa desocu¬pada de manglares y montaña fue acordado de no proceder adelante hasta ver lo que en si contenia tierra de tan gran¬de apariencia, ansi bolvieron las velas y costa a costa tan cerca de tierra quanto podian navegar se bolvieron la ri¬bera abajo y salto Candia y Juan Roldan y otros seis com¬pañeros en tierra en aquella parte que se entrega a el mar el Rio Lachira, y de alli cautivaron seis Yndios (que no pu¬dieron ni quisieron mas) y tomaron ansi mesmo algunas ovejas de la tierra y cargados de este refresco, y de mucho contentamiento se bolvieron á los navios y á el seguimien¬to de su viage. Llegaron a vista á Tumbez y bolvieron a tierra los mismos que la vez primera, y por las grandezas yncreibles que alli vieron en el Templo y fortaleza y el orden y concierto que auia en todo, y lo poco que pudieron entender por señas de aquellos que alli hallaron vinieron a conocer aver un solo y unibersal Emperador que mandaua y señoreaua aquellas Provincias, y esta noticia (aunque por entonces confusa) los hizo tanto animosos y ricos despe¬ranzas que sin mas aguardar determinaron volverse luego se descubría las combido á saltar en ella y alli quisieran re¬posar del trabajo que por la mar auian traido si los natu-rales les dieran lugar para hacerlo mas no les permitieron te¬ner quatro dias de quietud porque luego coadunada y jun¬ta toda aquella nación de Neguas (que ansi se llamaua aquella gente) y las demás que pudieron convocar con vio¬lencia y heridas les compelieron á volver á el mar. Vistose nro* Españoles fatigados de el mar escluidos de la tierra y que morían y enfermauan muchos comenzaron a desabrir¬se con los Capitanes y ellos (especialmente Pizarro) a tra¬tarlos con algún rigor. Fue acordado que Diego de Alma¬gro volviesse á Panama por alguna gente de socorro y ansi se apresto dejando en la Ysla del Gallo á Pizarro con sus compañeros y por recatados que estuvieron para que na¬die escriuiesse las nuevas tan asperas como se podian escri- uir Antón Quadrado, y Sarauia escriuieron al Governador una carta en que le auisauan quan desabridos y vexados an¬dauan en aquella jornada y al cabo una copla en que 11a- mavan á Diego de Almagro recogedor y a Pizarro Carni¬cero esta carta y lo en ella conthenido se publico luego en Panama, v el Governador Pedro de los Rios despacho á Juan Tafur á la Yglesia (') del Gallo con un mandamien¬to de libertad para que los que se quisiessen bolver á Pa¬nama lo hiciessen libremente sin que Francisco Pizarro ni persona alguna se lo impidiesse llegado Tafur con este tan dañoso mandamiento comenzaron a desamparar á Fran¬cisco Pizarro aquellos que mas razón tenian de seguirlo, quedóse esta vez con solos trece compañeros cuyos nom¬bres de todos no e podido auer mas se que fueron entre ellos Pedro de Candia Juan Roldan Bartolomé Ruyz de Moguer, Piloto Blas de Atiencia Nicolás de Ribera Juan de Torre Briceño. Hallándose Francisco Pizarro tan falto de compañeros acordo bajarse á la Ysla de Gorgona puesta frontero de la boca del Rio de Sant Juan y alli se vieron (») lila. MISCELÁNEA ANTÁRTICA I 9 en tantas y tan estrechas necesidades que fueron compeli- dos de la hambre a comer cangrejos y marisco crudo y lo que mas fue que tenian por regalo hallar para su sustento las culebras de que en otro tiempo solian espantarse en esta calamidad se entretuvieron hasta que Diego de Almagro llego con su nauio y menos gente en el de la que pensaba; pues no trujo mas que la forzosa para marearlo. Con este escaso abiamiento y corto socorro se partieron los dos nauios poniendo las proas contra los importunos vientos Sures, y ya que el socorro les fue corto fue larga su ventura pues de un bordo que hicieron les fauorecieron las aguas y vien¬tos harto mas que les auian favorecido sus propios amigos y nauegaron con tanta prosperidad que vinieron a recono¬cer unos secos arenales que son aquellos que aora vemos entre Payta y Sechura. Quien supiere bien encarecerlo tome la pluma y escriua el go?o que los Caudillos y Soldados sin¬tieron quando vieron ante sus ojos tierra y costa desocu¬pada de manglares y montaña fue acordado de no proceder adelante hasta ver lo que en si contenia tierra de tan gran¬de apariencia, ansi bolvieron las velas y costa a costa tan cerca de tierra quanto podian navegar se bolvieron la ri¬bera abajo y salto Candia y Juan Roldan y otros seis com¬pañeros en tierra en aquella parte que se entrega a el mar el Rio Lachira, y de alli cautivaron seis Yndios (que no pu¬dieron ni quisieron mas) y tomaron ansi mesmo algunas ovejas de la tierra y cargados de este refresco, y de mucho contentamiento se bolvieron á los navios y á el seguimien¬to de su viage. Llegaron a vista á Tumbez y bolvieron a tierra los mismos que la vez primera, y por las grandezas yncreibles que alli vieron en el Templo y fortaleza y el orden y concierto que auia en todo, y lo poco que pudieron entender por señas de aquellos que alli hallaron vinieron a conocer aver un solo y unibersal Emperador que mandaua y señoreaua aquellas Provincias, y esta noticia (aunque por entonces confusa) los hizo tanto animosos y ricos despe¬ranzas que sin mas aguardar determinaron volverse luego á Panama para venir con gente y aparato bastante a con¬trastar a gente tan poderosa como era la que tenia á su cargo el govierno y defensa de aquella tierra. Traya en el un nauio dos hombres delinquentes que estando sentencia- idos a muerte se los dieron á estos dos caudillos para que en aqueste viage los auenturasen a qualquier peligro el uno dellos se llamaua Rodrigo Sánchez natural de Olvera en tierra de Ronda, y el otro Juan Martin cuya tierra ni con-dición jamas se supo. A estos hecharon en tierra debajo la confianza de su prospera o adversa fortuna; para que si viviessen les siruiessen de lenguas y guias en su buelta, y sino viviessen fuesen sus muertes en egecucion de las sen¬tencias que sobre si tenian. Puestos estos infelices en tierra siguieron su camino, y se pusieron brevemente en Panama de alli paso Francisco Pizarro en España la qual hallo tan alegre tanto no se podra creer; por que un año antes desta llegada auia nacido en la Villa de Valladolid el invictissimo Rey Don Felipe segundo deste nombre, y sin segundo en christiandad y valor cuyo fausto, y felice nacimiento que fue el año de 1.527 en 21 dias del mes de mayo, alegro el Cielo, y hizo dichosa la tierra. Bolviendo a proseguir lo que pasaua á los dos Capitanes Chuquisguaman y Tito Atu- chi (que digimos auer entrado en las Provincias de los Cha¬chapoyas) es ansi que de común consentimiento de las Pro¬vincias aliadas con Pomacocha, y que se auian juntado con¬tra el contrario de la libertad de todos fue acordado ha¬cerles una guerra disimulada con paz, y ansi embiaron á sus mensageros á Lauanto (que era el asiento donde los Capi- tantes Yngas estauan) en que les decían que ja fueza y Pro¬vincia de Pomacocha y sus circunvecinas se darían y davan á la obediencia del Ynga y Rey Guascar con condición que nada de lo que tenian y poseyan les fuesse quitado y que como esto se les prometiesse y jurasse que fuesen luego a holgarse en la tierra y fortaleza de sus amigos todo lo que hacerca desto se les pidió á los Yngas de parte de los Po- macochas se les concedió liberal y francamente, y con su acostumbrada solemnidad fue jurado y ratificado el cum¬plimiento. Luego Chuquisguaman tomo consigo solos tres mil Soldados y se fue á la fortaleza de Pomacocha donde fue muy bien recebido y se comenzo una solemne fiesta por el buen subceso de tan temerosa guerra auiendo pues los Orejones (y demás Soldados) bebido demasiado y de- jadose dormir en la confianza de los rendidos fueron meti¬dos de súbito grandes esquadrones de gente rustica y bien armada y comenzaron a matar con increíble crueldad sien¬do el primero Chuquisguaman en cuya sangre afirman que se bañauan á porfía aquellos Chachapoyanos, y de aquella copia que consigo metió este mal auisado Capitan solos se escaparon ochocientos ó mil Soldados para testigos de su perdida estos llegaron a la presencia de Tito Atauchi (que ya se venia acercando con la demás gente) mas tomo por remedio bolverse á Lauanto y de alli hizo mensagero á el Ynga Guascar en que le daua larga cuenta de la muerte de su hermano Chuquisguaman y demás gente que con el aca¬bo, y le embiaron bien retratada la tierra, y la describcion della y la postura de el fuerte ó Pucara. Con la muerte de su hermano se entristeció Guascar Ynga, y crio de nuebo otro Capitan en lugar de el muerto a quien llamauan May- tayupangui, y aun dicen que el empersona quiso yr á esta guerra, y los Sacerdotes se lo estorvaron. Finalmente con nuevo Capitan y nuevas legiones de gente se asidio Poma- cocha, y se gano y se hicieron en la tierra notables castigos, y con el despojo y prisioneros que en estas guerras se toma¬ron se fueron los Capitanes con su gente á el Cuzco de¬jando guarnición puesta sobre la dura cerviz de los Chacha¬poyanos llegados cerca de la Ciudad de el Cuzco salió a re¬cibirlos Guacas (*) Ynga, no por hacer honra á los Capi¬tanes que de la guerra venian sino para entrar su persona representando el triunpho como si el lo huviera sido el ven¬cedor, y ansi entro en el Cuzco con la ultima gloria en que se vido en lo que le quedo de vida como presto veremos. (*) Guascar. á Panama para venir con gente y aparato bastante a con¬trastar a gente tan poderosa como era la que tenia á su cargo el govierno y defensa de aquella tierra. Traya en el un nauio dos hombres delinquentes que estando sentencia¬dos a muerte se los dieroh á estos dos caudillos para que en aqueste viage los auenturasen a qualquier peligro el uno dellos se llamaua Rodrigo Sánchez natural de Olvera en tierra de Ronda, y el otro Juan Martin cuya tierra ni con¬dición jamas se supo. A estos hecharon en tierra debajo la confianza de su prospera o adversa fortuna; para que si viviessen les siruiessen de lenguas y guias en su buelta, y •sino viviessen fuesen sus muertes en cgecucion de las sen-tencias que sobre si tenian. Puestos estos infelices en tierra siguieron su camino, y se pusieron brevemente en Panama de alli paso Francisco Pizarro en España la qual hallo tan alegre tanto no se podra creer; por que un año antes desta llegada auia nacido en la Villa de Valladolid el invictissimo Rey Don Felipe segundo deste nombre, y sin segundo en christiandad y valor cuyo fausto, y felice nacimiento que fue el año de 1.527 en 21 dias del mes de mayo, alegro el Cielo, y hizo dichosa la tierra. Bolviendo a proseguir lo que pasaua á los dos Capitanes Chuquisguaman y Tito Atu- chi (que digimos auer entrado en las Provincias de los Cha¬chapoyas) es ansi que de común consentimiento de las Pro¬vincias aliadas con Pomacocha, y que se auian juntado con¬tra el contrario de la libertad de todos fue acordado ha¬cerles una guerra disimulada con paz, y ansi embiaron á sus mensageros á Lauanto (que era el asiento donde los Capi- tantes Yngas estauan) en que les decían que la fueza y Pro¬vincia de Pomacocha y sus circunvecinas se darian y davan á la obediencia del Ynga y Rey Guascar con condición que nada de lo que tenian y poseyan les fuesse quitado y que como esto se les prometiesse y jurasse que fuesen luego a holgarse en la tierra y fortaleza de sus amigos todo lo que hacerca desto se les pidió á los Yngas de parte de los Po- macochas se les concedió liberal y francamente, y con su acostumbrada solemnidad fue jurado y ratificado el cum¬plimiento. Luego Chuquisguaman tomo consigo solos tres mil Soldados y se fue á la fortaleza de Pomacocha donde fue muy bien recebido y se comenzo una solemne fiesta por el buen subceso de tan temerosa guerra auiendo pues los Orejones (y demás Soldados) bebido demasiado y de- jadose dormir en la confianza de los rendidos fueron meti¬dos de súbito grandes esquadrones de gente rustica y bien armada y comenzaron a matar con increíble crueldad sien¬do el primero Chuquisguaman en cuya sangre afirman que se bañauan á porfía aquellos Chachapoyanos, y de aquella copia que consigo metió este mal auisado Capitan solos se escaparon ochocientos ó mil Soldados para testigos de su perdida estos llegaron a la presencia de Tito Atauchi (que ya se venia acercando con la demás gente) mas tomo por remedio bolversc á Lauanto y de alli hizo mensagero á el Ynga Guascar en que le daua larga cuenta de la muerte de su hermano Chuquisguaman y demás gente que con el aca¬bo, y le embiaron bien retratada la tierra, y la describcion della y la postura de el fuerte ó Pucara. Con la muerte de su hermano se entristeció Guascar Ynga, y crio de nuebo otro Capitan en lugar de el muerto a quien llamauan May- tayupangui, y aun dicen que el empersona quiso yr á esta guerra, y los Sacerdotes se lo estorvaron. Finalmente con nuevo Capitan y nuevas legiones de gente se asidio Poma- cocha, y se gano y se hicieron en la tierra notables castigos, y con el despojo y prisioneros que en estas guerras se toma¬ron se fueron los Capitanes con su gente á el Cuzco de¬jando guarnición puesta sobre la dura cerviz de los Chacha¬poyanos llegados cerca de la Ciudad de el Cuzco salió a re¬cibirlos Guacas (') Ynga, no por hacer honra á los Capi¬tanes que de la guerra venian sino para entrar su persona representando el triunpho como si el lo huviera sido el ven-cedor, y ansi entro en el Cuzco con la ultima gloria en que se vido en lo que le quedo de vida como presto veremos. (*) Guascar. Cap. 26. - de los mensajeros que Atavallpa embio á m hermano Guascar Inga desde el Quito y re¬puesta que les dio, y se comienza la notable historia de lós amores de Quilaco yupangui de Quito y Curicuillor de el Cuzco. Colmado de gozo y contentamiento se allaua Guascar en el Cuzco quando le llegaron mensageros de el Quito dán¬dole de parte de su hermano Atavallpa el parabién de su Ymperio y corona cion y a saludarlo con muchas vendicio- nes y nombres onorificos y a suplicarle humilmente que su quedada en aquellas tierras bajas la tubiesse por buena, y que pues donde quiera era su hermano y vassallo como a tal lo mandasse esta nueva y la conclusión de la guerra que acabamos de contar hizo muy yucunda aquella temporada para Guascar Ynga y bien se hechaua de ber (si el supiera entenderlo) que la fortuna le andaua blandiendo con ha¬lagos para que sus fauores y dulzuras lo dejassen mas amar¬go y desfaborecido quando le bolviesse el rostro á su buen subceder. Estos mensageros de Atavallpa tuvieron lugar (aunque muy escaso) de entrar a visitar de parte de su Señor á la biuda Reyna y á la recien casada infanta (madre y hermana de entrambos Yngas) y del de Quito le truge- ron algunos regalos y presentes los quales se reciuieron de ambas Señoras con grandes muestras de aceptación y con-tentamiento y no tan presto salieran estos Embajadores de el apossento de las Reynas quan se puso dentro Guascar Ynga y con muy asperas y desabridas palabras comenzo a reprehender á su madre y esposa dándole a entender á la viuda que la quedada de Atauallpa en el Quito devio ser por orden suya dada y imaginada en daño de su persona y Reyno y aunque con blandas y amorosas palabras se des- cargauan madre y hija de aquel crimen no fueron oydas ni admitidas sus disculpas, y luego con menos afabilidad que la que se deuia á Embajadores despachólos de su hermano con solo decirles decidle á vr0 Señor que pues esta en esa tierra la guarde bien y mire por los naturales della no ha¬ciéndoles (ni consintiéndoles hacer) vexaciones ni malos tratamientos y que yo le despachare con vrevedad mis men¬sageros con la instrucion y orden de como quiero que sean governados. No muy contentos ni satisfechos del semblan¬te de Guascar Ynga se partieron para el Quito los Emba¬jadores y llegados á Tumibamba relataron á Atauallpa la respuesta que su hermano auia dado á su mensage y no quisieron darle a entender que se auia mostrado desabrido y sospechoso con la visita de su madre y hermana. Alegróse Atauallpa con entender que su hermano le encomendaua á el la guarda y govierno de aquellas tierras y mucho mas con la promesa dada que presto embiaria sus mensageros y ansi como hombre favorecido comenzo á labrar en Tu¬mibamba unas galanas y bien trazadas casas para Guascar Ynga su hermano, y juntamente otras (no menos artificio-sas) para si y como á los prosperados sigue y persigue muy de ordinario la imbidia no se olvido deste Ynga porque Ull- co colla Cacique y Señor de los Cañaris como naturalmente fuesse embidioso y mordaz despacho mensageros secretos á el Cuzco haciéndole saber á Guascar Ynga como su herma¬no se hacia tratar como Ynga y con arrogancia Real hacia labrar para su morada Palacios y Alcazares auentajados á los que para el verdadero Ynga labraba. De este mensage recebido se conturbo y altero el Guascar grandemente y co¬mo no se ofreciese ocasion en que desfogar su oculto eno¬jo fueselo a dar muy grande á su madre y muger repitien¬do lo mismo que las primeras veces diciendo que entre su hermano y ellas dejaron tramada alguna traycion, y que para efectuarla auian dejado en las tierras de Quito á Ata¬vallpa añidiendo a estas palabras muchas afrentosas indig¬nas de aquellas a quien se decian. Suspenso y congojoso se hallaua en Tumibamba Atavallpa en ver tardar tanto los mensageros que por oras estaua esperando de parte de Guas¬car Ynga su hermano, y por saber la causa deste deteni- Cap. 26. - de los mensageros que Atavallpa embio á sil hermano Guascar Inga desde el Quito y re¬puesta que les dio, y se comienza la notable historia de Ids amores de Quilaco yupangui de Quito y Curicuillor de el Cuzco. Colmado de gozo y contentamiento se allaua Guascar en el Cuzco quando le llegaron mensageros de el Quito dán¬dole de parte de su hermano Atavallpa el parabién de su Ymperio y coronacion y a saludarlo con muchas vendicio- nes y nombres onorificos y a suplicarle humilmente que su quedada en aquellas tierras bajas la tubiesse por buena, y que pues donde quiera era su hermano y vassallo como a tal lo mandasse esta nueva y la conclusión de la guerra que acabamos de contar hizo muy yucunda aquella temporada para Guascar Ynga y bien se hechaua de ber (si el supiera entenderlo) que la fortuna le andaua blandiendo con ha¬lagos para que sus fauores y dulzuras lo dejassen mas amar¬go y desfaborecido quando le bolviesse el rostro á su buen subceder. Estos mensageros de Atavallpa tuvieron lugar (aunque muy escaso) de entrar a visitar de parte de su Señor á la biuda Reyna y á la recien casada infanta (madre y hermana de entrambos Yngas) y del de Quito le truge- ron algunos regalos y presentes los quales se reciuieron de ambas Señoras con grandes muestras de aceptación y con-tentamiento y no tan presto salieran estos Embajadores de el apossento de las Reynas quan se puso dentro Guascar Ynga y con muy asperas y desabridas palabras comenzo a reprehender á su madre y esposa dándole a entender á la viuda que la quedada de Atauallpa en el Quito devio ser por orden suya dada y imaginada en daño de su persona y Reyno y aunque con blandas y amorosas palabras se des- cargauan madre y hija de aquel crimen no fueron oydas ni admitidas sus disculpas, y luego con menos afabilidad que la que se deuia á Embajadores despachólos de su hermano con solo decirles decidle á vro Señor que pues esta en esa tierra la guarde bien y mire por los naturales della no ha¬ciéndoles (ni consintiéndoles hacer) vexaciones ni malos tratamientos y que yo le despachare con vrevedad mis men¬sageros con la instrucion y orden de como quiero que sean governados. No muy contentos ni satisfechos del semblan¬te de Guascar Ynga se partieron para el Quito los Emba¬jadores y llegados á Tumibamba relataron á Atauallpa la respuesta que su hermano auia dado á su mensage y no quisieron darle a entender que se auia mostrado desabrido y sospechoso con la visita de su madre y hermana. Alegróse Atauallpa con entender que su hermano le encomendaua á el la guarda y govierno de aquellas tierras y mucho mas con la promesa dada que presto embiaria sus mensageros y ansi como hombre favorecido comenzo á labrar en Tu¬mibamba unas galanas y bien trazadas casas para Guascar Ynga su hermano, y juntamente otras (no menos artificio¬sas) para si y como á los prosperados sigue y persigue muy de ordinario la imbidia no se olvido deste Ynga porque Ull- co colla Cacique y Señor de los Cañaris como naturalmente fuesce embidioso y mordaz despacho mensageros secretos á el Cuzco haciéndole saber á Guascar Ynga como su herma¬no se hacia tratar como Ynga y con arrogancia Real hacia labrar para su morada Palacios y Alcazares auentajados á los que para el verdadero Ynga labraba. De este mensage recebido se conturbo y altero el Guascar grandemente y co¬mo no se ofreciese ocasion en que desfogar su oculto eno¬jo fueselo a dar muy grande á su madre y muger repitien¬do lo mismo que las primeras veces diciendo que entre su hermano y ellas dejaron tramada alguna trayeion, y que para efectuarla auian dejado en las tierras de Quito á Ata¬vallpa añidiendo a estas palabras muchas afrentosas indig¬nas de aquellas a quien se decían. Suspenso v congojoso se hallaua en Tumibamba Atavallpa en ver tardar tanto los mensageros que por oras estaua esperando de parte de Guas¬car Ynga su hermano, y por saber la causa deste deteni¬miento acordo embiar un mancebo deudo de los dos (aun¬que nacido y criado en el Quito) por Embajador suyo acom¬pañado de algunos Principales, y embio también de los mas ricos dones que pudieron hallarse. Este gentil mancebo era hijo de un Auqui Topayupangui hombre de mucho valor y esfuerzo y uno de los que digimos auer sido albaceas y testamentarios de Guayna Capac fue muerto por mandado de Guascar entre Limatambo y el Cuzco quando fueron acompañando su cuerpo como queda dicho: llamavasse Qui- laco yupangui tomando el nombre de la nación de la ma¬dre (porque los naturales de el Quito son llamados Quila- eos) y el sobrenombre yupangui de el padre. Acese tanta relación deste bien nacido Joven, por el estraño caso que en este viage y camino le subcedio, el qual se porna en his¬toria por ser digno della y también por que para que jus¬tamente esta obra pueda gozar el nombre de Miscelánea es necesario que en ella se traten todas materias, y faltanos la amorosa que hasta esta coyuntura no se nos a ofrecido, y ahora que tan a manos llenas nos llega a quento interpo¬nerse ha en la tela de nro estambre siruiendo de alguna dul¬zura entre tanto agro y amargo como resta en lo que nos queda por escriuir. Partió de Tumibamba Quilaco yupan¬gui con la compañía y dones para ir a el Cuzco y por sus jornadas llego al vale de Xacxaguana donde recibió un se¬creto mensage de Mamaragua Ocllo, y de su hija la muger de Guascar Ynga en que le rogauan que se viniesse a aquella poca distancia que auia de alli á el Cuzco gozando de los re¬galos y combites que por su mandado se le auia de hacer en algunos lugares y plazas de aquel camino (esto mando decir la Reyna viuda porque Quilaco Yuyangui se auia criado en su casa en Quito y era hermano de leche de Chu- quíuzpay su hija) el amigable ruego de estas Señoras fue obedecido y los banquetes y fiestas con mucho contento aceptados y ansi se comenzaron con grande opulencia y magestad no faltando en ellos el genero de los regalos que en aquel tiempo entre ellos sé usauan, y por acrecentar mas la solemnidad de aquellas fiestas y dar mayores muestras de amor aquel a quien se hacian mando la Señora Reyna que las mas hermozas y bien nacidas doncellas de aquel territo¬rio viniessen a administrar la vevida a el bien venido gues- ped, y ansi fue cumplido sin faltar un punto porque luego que llegaron los mensageros de Quito a Siquillabamba se congrego (*) un breue instante una numerosa caterba de mo¬zas tan hermosas y bien apuestas quanto en aquel genero de gente y siglo se podia pedir y desear. Mas ansi como el lucero (a el quebrar de el alva) se auentaja en claridad a las demás estrellas ansi a todas las demás se auentajaua y ex¬cedía una doncella de tierna edad que en abito humilde se entretenia en unas caserías alli vecinas ocultada alli por or¬den de una tia suya por sacarla de entremanos a la muer¬te quien esta fuesse diremos con la brevedad usada. Bien debe acordarse el lector que atentamente ha leydo los ca¬pítulos precedentes como en el 21 desta tercera parte deja¬mos tocado que entre muchos Governadores que vinieron y embiaron a dar el parabién á Guascar Ynga de el nom¬bramiento que su padre hijo en el de subcesor y unibersal heredero de sus Estados auia sido uno Ynga Topa Gover-nador de los Valles de Yca Pisco y Vimay el qual por no poder venir a el Cuzco personalmente le embio con mensa¬geros de valor y confianza las gratissimas congratulacio¬nes de su felicidad, y por inestimable presente le embio juntamente una graciosa doncella de hermosura tan estre¬mada que ponia admiración a quantos le mirauan esta era hija de un honrado Yndio natural del valle de Yga llama¬do Xullcachangalla su muger se llamaua Yllayocoche el nom¬bre de su hermosissima hija era Chumbillaya. Y la graue- dad y pundonor délos padres no dio lugar a que su hija dejassen yr sola en un camino tan largo y dubdoso, y ansi la fueron acompañando hasta la Ciudad de el Cuzco a la qual llegados lleuava la doncella tras si los ojos y corazones de quantos la mirauan, el mismo efecto hizo en Guascar miento acordo embiar un mancebo deudo de los dos (aun¬que nacido y criado en el Quito) por Embajador suyo acom¬pañado de algunos Principales, y embio también de los mas ricos dones que pudieron hallarse. Este gentil mancebo era hijo de un Auqui Topayupangui hombre de mucho valor y esfuerzo y uno de los que digimos auer sido albaceas y testamentarios de Guayna Capac fue muerto por mandado de Guascar entre Limatambo y el Cuzco quando fueron acompañando su cuerpo como queda dicho: llamavasse Qui¬laco yupangui tomando el nombre de la nación de la ma¬dre (porque los naturales de el Quito son llamados Quila- cos) y el sobrenombre yupangui de el padre. Acese tanta relación deste bien nacido Joven, por el estraño caso que en este viage y camino le subcedio, el qual se poma en his¬toria por ser digno della y también por que para que jus¬tamente esta obra pueda gozar el nombre de Miscelánea es necesario que en ella se traten todas materias, y faltanos la amorosa que hasta esta coyuntura no se nos a ofrecido, y ahora que tan a manos llenas nos llega a quento interpo¬nerse ha en la tela de nr" estambre siruiendo de alguna dul¬zura entre tanto agro y amargo como resta en lo que nos queda por escriuir. Partió de Tumibamba Quilaco yupan¬gui con la compañía y dones para ir a el Cuzco y por sus jornadas llego al vale de Xacxaguana donde recibió un se¬creto mensage de Mamaragua Ocllo, y de su hija la muger de Guascar Ynga en que le rogauan que se viniesse a aquella poca distancia que auia de alli á el Cuzco gozando de los re¬galos y combites que por su mandado se le auia de hacer en algunos lugares y plazas de aquel camino (esto mando decir la Reyna viuda porque Quilaco Yuyanguí se auia criado en su casa en Quito y era hermano de leche de Chu- quiuzpay su hija) el amigable ruego de estas Señoras fue obedecido y los banquetes y fiestas con mucho contento aceptados y ansi se comenzaron con grande opulencia y magestad no faltando en ellos el genero de los regalos que en aquel tiempo entre ellos se usauan, y por acrecentar mas la solemnidad de aquellas fiestas y dar mayores muestras de amor aquel a quien se hacian mando la Señora Reyna que las mas hermozas y bien nacidas doncellas de aquel territo¬rio viniessen a administrar la vevida a el bien venido gues- ped, y ansi fue cumplido sin faltar un punto porque luego que llegaron los mensageros de Quito a Siquillabamba se congrego (1) un breue instante una numerosa caterba de mo¬zas t3n hermosas y bien apuestas quanto en aquel genero de gente y siglo se podia pedir y desear. Mas ansi como el lucero (a el quebrar de el alva) se auentaja en claridad a las demás estrellas ansi a todas las demás se auentajaua y ex¬cedía una doncella de tierna edad que en abito humilde se entretenía en unas caserías alli vecinas ocultada alli por or¬den de una tia suya por sacarla de entremanos a la muer¬te quien esta fuesse diremos con la brevedad usada. Bien debe acordarse el lector que atentamente ha leydo los ca¬pítulos precedentes como en el 21 desta tercera parte deja¬mos tocado que entre muchos Governadores que vinieron y embiaron a dar el parabién á Guascar Ynga de el nom¬bramiento que su padre hijo en el de subcesor y unibersal heredero de sus Estados auia sido uno Ynga Topa Gover-nador de los Valles de Yca Pisco y Vimay el qual por no poder venir a el Cuzco personalmente le embio con mensa¬geros de valor y confianza las gratissimas congratulacio¬nes de su felicidad, y por Inestimable presente le embio juntamente una graciosa doncella de hermosura tan estre¬mada que ponía admiración a cuantos le mirauan esta era hija de un honrado Yndio natural del valle de Yga llama¬do Xullcachangalla su muger se llamaua Yllayocoche el nom¬bre de su hermosissima hija era Chumbillaya. Y la graue- dad y pundonor délos padres no dio lugar a que su hija dejassen yr sola en un camino tan largo y dubdoso, y ansi la fueron acompañando hasta la Ciudad de el Cuzco a la qual llegados lleuava la doncella tras si los ojos y corazones de quantos la mirauan, el mismo efecto hizo en Guascar Ynga; pues luego que la vido fue trasformado en otro ser que el que antes tenia porque de muy libre y desdeñoso pa¬ras las mugeras fue buelto sugeto y vencido del amor desta recien venida doncella y mostro esta alteración y troca¬miento con tantas veras que no le costo menos que la vida á la nueba amada como luego veremos. Y como en estos casos de opinion (ora buena ora mala parte) suele ser el vulgo el mas recebido censor y juez de común consenti- myento suyo fue llamada por excelencia Curicuillor (que quiere decir estrella de oro) y de tal nombre usaremos de aqui adelante olvidando el primero de Chumbillaya. En su¬mo grado fue amada esta (que creo ya podremos llamar dueña) de el Guascar Ynga y de ninguna de sus concu¬binas hacia el caudal que solía, antes á las mas antiguas les defraudaua las noches de sus contentos para dárselos a sola Curicuillor. Algunos an dicho que esta doncella la dio Guascar Ynga a un su hermano bastardo, y que de el fue amada, y en ella tubo una hija de quien despues tratare-mos: mas Don Matheo yupangui Ynga natural que residia en el Quito (de quien hubimos esta relación) afirmaua co¬mo dicho queda Guascar Ynga el que la tuvo en su poder como quiera que sea escapo la Señora de entre las manos de esta privanza preñada y parió una hija de no menores es¬peranzas en caso de hermosura que la que se mostraua en su madre mucho acrecentó en el amor de Guascar el naci¬miento de esta hermosa Ynfanta mas fue a tiempo y co¬yuntura que la mucha privanza con el Señor auia traido á Curicuillor aun mortal desamor de todos los moradores de la casa Real no auiendo en ella otra culpa para tenerselo que ser amada tiernamente del Señor Ynga este desamor que a la inocente dueña tomaron pudo tanto en los Ym- bidiosos que trataron secretamente de matarla con ponzo¬ña y asi lo pusieron por obra, y un dia sin hallar ocassion para muerte tan repentina fue hallada difunta en uno de los aposentos de Guascar Ynga donde no se podra encarecer los estremos de dolor que higo el aficionado mancebo v viendo ante sus ojos quebrados aquellos en quien biuia su alegría de alli fue llevada con menos pompa de la que me- recia y entregado el cuerpo a sus lastimados padres y sien¬do ungido con unguentos preservativos de corrupción de¬terminaron llevarla á sepultarla á la tierra de su nacimien¬to conociendo Guascar Ynga la determinación de sus caros suegros los fauorecio enrriquecio y honro y les dio cum¬plido auiamiento hasta su valle de Yca donde hasta oy dia están sus descindientes los Xullcachangallas ricos y fauore- cidos. Una hermana bastarda de Guascar Ynga llamada Carva Ticlla (única y verdadera amiga de la muerta Curi- cuillor) temiendose no llevassen hurtadamente los abuelos á la nieta y sobrina suya la hurto y escondio en sus cacerías que no muy lejos estauan de el Cuzco donde la crio con mu¬cho cuidado porque a no hacerlo ansi le dieran la muerte los mismos que a su madre mataron. Bien supo Guascar Yn¬ga donde como y con quien era lleuada y estaua su hija mas el mismo temor que tenia su hermana le hacia no lle¬varla á su casa ni aun publicarla por hija y fuera de esto le proveia cumplidamente de lo necesario hasta que los amontonados cuidados que eredo con la erencia de el Ym¬perio le hicieron tener mas descuido de lo que deviera (y aun quisiera) tener con la tierna doncella a quien por auer sido heredera de la increible belleza de su madre eredo tam¬bién el nombre y fue llamada Curicuillur. Quince años auia que era nacida Ynfanta (algo mas o menos) quando sub- cedian en el Cuzco las cosas que vamos escriuiendo, y la venida de Quilacoyupangui á el Cuzco y aquellos regalados banquetes que por mandado de las Reynas se yvan hacien¬do y al que en Siquilla bamba se hacia (como en mas solem¬ne y principal) se quiso mostrar á los estrangeros aquella rutilante estrella de Oro, que debajo la nuve de escura po¬breza estaua ocultada alli acudió esta doncella con licencia y consentimiento de su tia Carvaticlla y ansi como las de- mas comenzo a exercer el ministerio y oficio de Copera aunque con mas auentajado donayre y belleza, acompaña- Ynga; pues luego que la vido fue trasformado en otro ser que el que antes tenia porque de muy libre y desdeñoso pa¬ras las mugeras fue buelto sugeto y vencido del amor desta recien venida doncella y mostro esta alteración y troca¬miento con tantas veras que no le costo menos que la vida á la nueba amada como luego veremos. Y como en estos casos de opinion (ora buena ora mala parte) suele ser el vulgo el mas recebido censor y juez de común consenti- myento suyo fue llamada por excelencia Curicuillor (que quiere decir estrella de oro) y de tal nombre usaremos de aqui adelante olvidando el primero de Chumbillaya. En su¬mo grado fue amada esta (que creo ya podremos llamar dueña) de el Guascar Ynga y de ninguna de sus concu¬binas hacia el caudal que solia antes á las mas antiguas les defraudaua las noches de sus contentos para dárselos a sola Curicuillor. Algunos an dicho que esta doncella la dio Guascar Ynga a un su hermano bastardo, y que de el fue amada, y en ella tubo una hija de quien despues tratare¬mos: mas Don Matheo yupangui Ynga natural que residia en el Quito (de quien hubimos esta relación) afirmaua co¬mo dicho queda Guascar Ynga el que la tuvo en su poder como quiera que sea escapo la Señora de entre las manos de esta privanza preñada y parió una hija de no menores es¬peranzas en caso de hermosura que la que se mostraua en su madre mucho acrecentó en el amor de Guascar el naci¬miento de esta hermosa Ynfanta mas fue a tiempo y co¬yuntura que la mucha privanza con el Señor auia traido á Curicuillor aun mortal desamor de todos los moradores de la casa Real no auiendo en ella otra culpa para tenerselo que ser amada tiernamente del Señor Ynga este desamor que a la inocente dueña tomaron pudo tanto en los Ym- bidiosos que trataron secretamente de matarla con ponzo¬ña y asi lo pusieron por obra, y un dia sin hallar ocassion para muerte tan repentina fue hallada difunta en uno de los aposentos de Guascar Ynga donde no se podra encarecer los estremos de dolor que higo el aficionado mancebo v viendo ante sus ojos quebrados aquellos en quien biuia su alegría de alli fue llevada con menos pompa de la que me¬recía y entregado el cuerpo a sus lastimados padres y sien¬do ungido con unguentos preservativos de corrupción de¬terminaron llevarla á sepultarla á la tierra de su nacimien¬to conociendo Guascar Ynga la determinación de sus caros suegros los fauorecio enrriquecio y honro y les dio cum¬plido auiamiento hasta su valle de Yca donde hasta oy dia están sus descindientes los Xullcachangallas ricos y fauore- cidos. Una hermana bastarda de Guascar Ynga llamada Carva Ticlla (única y verdadera amiga de la muerta Curi- cuillor) temiendose no llevassen hurtadamente los abuelos á la nieta y sobrina suya la hurto y cscondio en sus cacerias que no muy lejos estauan de el Cuzco donde la crio con mu¬cho cuidado porque a no hacerlo ansi le dieran la muerte los mismos que a su madre mataron. Bien supo Guascar Yn¬ga donde como y con quien era lleuada y estaua su hija mas el mismo temor que tenia su hermana le hacia no lle¬varla á su casa ni aun publicarla por hija y fuera de esto le proveía cumplidamente de lo necesario hasta que los amontonados cuidados que eredo con la erencia de el Ym¬perio le hicieron tener mas descuido de lo que deviera (y aun quisiera) tener con la tierna doncella a quien por auer sido heredera de la increíble belleza de su madre eredo tam¬bién el nombre y fue llamada Curicuillur. Quince años auia que era nacida Ynfanta (algo mas o menos) quando sub- cedian en el Cuzco las cosas que vamos escriuiendo, y la venida de Quilacoyupangui á el Cuzco y aquellos regalados banquetes que por mandado de las Reynas se yvan hacien¬do y al que en Siquilla bamba se hacia (como en mas solem¬ne y principal) se quiso mostrar á los estrangeros aquella rutilante estrella de Oro, que debajo la nuve de escura po¬breza estaua ocultada alli acudió esta doncella con licencia y consentimiento de su tia Carvaticlla y ansi como las de- mas comenzo a exercer el ministerio y oficio de Copera aunque con mas auentajado donayre y belleza, acompaña¬da con una compuesta mesura digna de Reyna lo qual (se¬gún despues pareció) fue notado y mirado de el nuevo guesped Quilaco yupangui, y siempre que en el discurso de el banquete recebia los basog de su mano mas bebia amor que azua y mas presto quedo fuera de si con la vehemente afición de la doncella que no con la suma de vasijas que en aquel dia se consumieron; el siguiente dia a el amanecer llego mandato de Guascar Ynga para que luego entrassen en el Cuzco donde les subcedio á Quilaco yupangui y sus compañero lo que presto veremos. En la despedida de estos dos nuevos amantes se conocio quan propio sea de nuestra naturaleza el amar pues que sin cuidado adquirido ni afec-tación trasnochada ni otros estudios de artificiosa curiosi¬dad se acertaron ablar con los ojos el uno á el otro un len- guage bien entendido de las almas de ambos y con el mi¬rarse a un tiempo se entendieron ygualmente sin que nadie los entendiesse á ellos. La hermosa Curicuillor (que asta alli auia bivido libre y sin sospecha de saber que cosa fuesse amor) no quedo menos prendada de la hermosa gracia dis- pusicion y apostura de el Embajador que el lo yva de su in¬creíble hermosura; antes como menos esperimentada en aquella raviosa pasión sentia mas el afecto amoroso, y con un nuevo pensamiento andaua tan inquieta y fuera de si que sin quererlo ni pensarlo a pocos dias se lo pudo cono¬cer Carva Ticlla su tia porque un sospirar ordinario unas preguntas sin tiempo unas alabanzas de agenas gracias sin proposito y fuera de coyuntura un traer la platica a su gus¬to (casi por los cabellos) un mudar la voz y color de el rostro, oyendo el nombre de la cosa amada, un hablar y tratar de el entresueños: todos son claros indicios de pa¬sión, y martirio amoroso y como la tia no era (en su tan¬to) falta de auiso y experiencia, pudo con facilidad sospe¬char la causa de la nueba inquietud de su sobrina: y para mas y mejor satisfazerse de su sospecha con amorosas y for¬zosas preguntas le hizo confesar estar summamente afizio- nada á el Embaxador Quilaco Yupangui: de lo qual (por no espantarla) no se admiró la prudente Caruaticlla, ni reprehendió la desemboltura de su guardada doncella, antes con amor de mas que madre, le prometio ayuda y fabor de su parte, para que (guardando el decoro á su guardada castidad) pudiese hablar con su nuevo y único amado, y como el amor berdadero y perfecto, es un sus mouimientos mas ajustado y puntual que el mas vysitado Relox, de tal manera mouia las ruedas en los dos amantes, que apremia¬dos y atraídos de iguales y conformes pesas, acudieron con-formes a el golpe de la ora: y era ansi, que no menos desa¬sosegado y inquieto iba por el camino Quilaco Yupangui, que la donzella lo estaba en su pobre caceria, porque en aquella poca distancia que de Siquillabamba ay asta el Cuz¬co, boluió tantas vezes los ojos a donde dejaua la lumbre de ellos, que estubo a punto de ser su afición descubierta: hacia paradas sin tiempo, sospiraua como cansado, no es- tandolo: no ablaba de melancólico ni queria que nadie le hablase, porque no le interrumpiesen su glorioso pensa¬miento. Cargado de cuidados llegó Quilaco yupangui á el Cuzco, donde supo hauerse partido Guascar el dia antes, a Calca, no muy lejos del Cuzco, y fuele forzado ir alia, y puesto ante svi presencia, lo saludó con la cortesia profun¬da, que los Vasallos deben saludar á sus Principes: propuso una bien concertada arenga la qual fue oyda de Guascar Ynga, que muy atentamente notaua el ayre, y donaire del Quilaco mancebo: el qual como concluyese su conzertada platica, puso ante el señor los dones que del Quito le traya: y con vituperoso desden, comenzo á reprehender al men- saxero y a los que con el benian, notándolos de desleales, y exploradores de su tierra, y falsas espias para destruyrlo, y tomando las ropas que su hermano le embiaba (sin aten¬der a la rica y costosa obra de plata y oro y piedras de valor que trayan) las arrojó en el fuego (a cuia calor estaua sen¬tado porque hacia frío) y dijo debe de pensar mi hermano que aca no ay de esta ropa ó quiere con ella cubrir su en¬gaño? quien le manda á el ocupar mis oficiales en hazer da con una compuesta mesura digna de Reyna lo qual (se¬gún despues pareció) fue notado y mirado de el nuevo guesped Quilaco yupangui, y siempre que en el discurso de el banquete recebia los basos de su mano mas bebia amor que azua y mas presto quedo fuera de si con la vehemente afición de la doncella que no con la suma de vasijas que en aquel dia se consumieron; el siguiente dia a el amanecer llego mandato de Guascar Ynga para que luego entrassen en el Cuzco donde les subcedio á Quilaco yupangui y sus compañero lo que presto veremos. En la despedida de estos dos nuevos amantes se conocio quan propio sea de nuestra naturaleza el amar pues que sin cuidado adquirido ni afec-tación trasnochada ni otros estudios de artificiosa curiosi¬dad se acertaron ablar con los ojos el uno á el otro un len- guage bien entendido de las almas de ambos y con el mi¬rarse a un tiempo se entendieron ygualmente sin que nadie los entendiesse á ellos. La hermosa Curicuillor (que asta alli auia bivido libre y sin sospecha de saber que cosa fuesse amor) no quedo menos prendada de la hermosa gracia dis- pusicion y apostura de el Embajador que el lo yva de su in¬creíble hermosura; antes como menos esperimentada en aquella raviosa pasión sentia mas el afecto amoroso, y con un nuevo pensamiento andaua tan inquieta y fuera de si que sin quererlo ni pensarlo a pocos dias se lo pudo cono¬cer Carva Ticlla su tia porque un sospirar ordinario unas preguntas sin tiempo unas alabanzas de agenas gracias sin proposito y fuera de coyuntura un traer la platica a su gus¬to (casi por los cabellos) un mudar la voz y color de el rostro, oyendo el nombre de la cosa amada, un hablar y tratar de el entresueños: todos son claros indicios de pa¬sión, y martirio amoroso y como la tia no era (en su tan¬to) falta de auiso y experiencia, pudo con facilidad sospe¬char la causa de la nueba inquietud de su sobrina: y para mas y mejor satisfazerse de su sospecha con amorosas y for¬zosas preguntas le hizo confesar estar summamente afizio- nada á el Embaxador Quilaco Yupangui: de lo qual (por no espantarla) no se admiró la prudente Caruaticlla, ni reprehendió la desemboltura de su guardada doncella, antes con amor de mas que madre, le prometió ayuda y fabor de su parte, para que (guardando el decoro á su guardada castidad) pudiese hablar con su nuevo y único amado, y como el amor berdadero y perfecto, es un sus mouimientos mas ajustado y puntual que el mas vysitado Relox, de tal manera mouia las ruedas en los dos amantes, que apremia¬dos y atraídos de iguales y conformes pesas, acudieron con-formes a el golpe de la ora: y era ansi, que no menos desa¬sosegado y inquieto iba por el camino Quilaco Yupangui, que la donzella lo estaba en su pobre caceria, porque en aquella poca distancia que de Siquillabamba ay asta el Cuz¬co, boluió tantas vezes los ojos a donde dejaua la lumbre de ellos, que estubo a punto de ser su afición descubierta: hacia paradas sin tiempo, sospiraua como cansado, no es- tandolo: no ablaba de melancólico ni queria que nadie le hablase, porque no le interrumpiesen su glorioso pensa¬miento. Cargado de cuidados llegó Quilaco yupangui á el Cuzco, donde supo hauerse partido Guascar el dia antes, a Calca, no muy lejos del Cuzco, y fuele forzado ir alia, y puesto ante su presencia, lo saludó con la cortesía profun¬da, que los Vasallos deben saludar á sus Principes: propuso una bien concertada arenga la qual fue oyda de Guascar Ynga, que muy atentamente notaua el ayre, y donaire del Quilaco mancebo: el qual como concluyese su conzertada platica, puso ante el señor los dones que del Quito le traya: y con vituperoso desden, comenzo á reprehender al men- saxero y a los que con el benian, notándolos de desleales, y exploradores de su tierra, y falsas espias para destruyrlo, y tomando las ropas que su hermano le embiaba (sin aten¬der a la rica y costosa obra de plata y oro y piedras de valor que trayan) las arrojó en el fuego (a cuia calor estaua sen¬tado porque hacia frío) y dijo debe de pensar mi hermano que aca no ay de esta ropa ó quiere con ella cubrir su en¬gaño? quien le manda á el ocupar mis oficiales en hazer obras semejantes, deue de entender que aca no le entende¬mos su intención? diziendo estas palabras, á mas andar se iba encendiendo en colera: y como es ordinario tener a su lado los poderosos ciertos aduladores y charlatanes, que sin advertir a malo ni á bueno, luego acuden al gusto de sus señores, ansi acaeció en esta coyuntura porque lebantando- se uno de sus continuos, llamado Yngaruca, le dixo: bien hazes señor en reprehender tanta desberguenza: y mejor hizieras en castigarla. Guascar (que de suio estaua ya en¬colerizado) encendióse mas, y luego mandó dar la muerte á quatro compañeros, que Quilaco consigo auia Uebado á Calca porque otros auia dejado en el Cuzco, ocupados en cosas a su contento tocantes, y sin hablar palabra á el ame¬drentado Quilaco Yupangui le hizo señas que se saliese de alli, y ansi lo hizo: y luego le dixieron sus criados que se boluiese a el Cuzco, porque de alli lo despacharían. En tanto que Quillaco Yupangui fue á Calca, un gran priuado suyo (de quien la larga experiencia tenia dadas fianzas de siguridad) auia (por su mandado) informadose por los términos mas sin sospecha que se pudieron imaginar, de la auitacion y morada de Curicuillor, el qual con poca difi¬cultad lo vino á saber, y fue bastantemente informado de donde, como, y con quien residía, y de quien era hija, y de todo dio notizia a Quilaco quando boluió de Calca á el Cuz¬co, que no poco aumentó su amor, quando tubo notizia de su mucha calidad: finalmente, á el mismo que hizo la dili¬gencia primera despachó a las Caserías de Siquillabamba en busca suia: con aquella disimulación y secreto que el caso requería; y en tanto que su fiel mensagero, iba buscando el remedio de su enfermedad, en la misma causa de ella, Quilaco con alguno de sus compañeros entraron a uisitar a la Mamaragua ocllo, y Chuquiuzpay su hija, donde les con¬tó la crueldad que con sus compañeros auia usado, y el ri¬guroso termino que con los mensageros de su hermano auia tenido, y como avia consumido en el fuego, los presentes que de parte suia le avian traído: y las afligidas señoras le contaron la mala vida que daba á entrambas, por la que¬dada de Atauallpa en el Quito, y entre ellos pasaron algunos coloquios, que importan poco á nuestra intención: y deja¬dos estos digamos como el solicito y fiel mensagero de Qui¬laco hizo con tanta diligencia y cautela lo que se dejó a su cargo, que con brebedad llegó en unas poblaciones antiguas, que se muestran sobre Siquillabamba, y entre ellas alió la morada de la prudente Caruaticlla, y fué a coyuntura, que en aquel mismo instante acabaua la cuidadosa donzella de derramar infinitas lagrimas en el regazo de su piadosa tia, y ella también acabaua de derramar por su boca, otra no menor multitud de promesas: curando su pena con muy afirmadas esperanzas. A este tiempo llegó de súbito el men¬sagero de el nuevo amador, y fue de la buena tia arto mas bien receuido, que conocido, y ansi mismo fué saludado de la donzella, con aquella mesurada compostura, que pedia su Virginal estado, y abiendo el mensagero alentado y so¬segado el pecho, de el cansancio que de subir la questa traia llamó a Caruaticlla alia fuera, y entre unas espesas matas de tauris (a quien nosotros llamamos tramuzes) que en torno de la casa auia, propuso su embaxada, por el menos escan¬daloso estilo que le fué posible; dándole á entender el afec¬tuoso cuidado en que su señor quedaua, y el desasosiego que a causa de su sobrina traía, asegurándole (ante todas co¬sas) lo tocante a su onestidad y honrra, y con tales fianzas la buena señora, no quiso perder la coyuntura que se le ofrecía para el remedio quietud y amparo de su amada prenda: porque bien entendía ella (y se dexaua conozer) el mucho valor de Quilaco Yupangui, pues era embiado por Embaxador de Principe á Principe, y haciendo primero las salbas y protestaciones necesarias le pidió por final res¬puesta, que pues ya tenia notizia de el camino, y satisfa- cion de la siguridad de su Casa, y grangeada de ella la be¬nevolencia, que quando con menos riesgos de sospechas, su Señor pudiese la llegase a ver: que en el entretanto el'a ternia de su sobrina ganada la gracia para hablarle, aunque obras semejantes, deue de entender que aca no le entende¬mos su intención? diziendo estas palabras, á mas andar se iba encendiendo en colera: y como es ordinario tener a su lado los poderosos ciertos aduladores y charlatanes, que sin advertir a malo ni á bueno, luego acuden al gusto de sus señores, ansi acaeció en esta coyuntura porque Iebantando- se uno de sus continuos, llamado Yngaruca, le dixo: bien hazes señor en reprehender tarrta desberguenza: y mejor hizieras en castigarla. Guascar (que de suio estaua ya en¬colerizado) encendióse mas, y luego mandó dar la muerte á quatro compañeros, que Quilaco consigo auia llebado á Calca porque otros auia dejado en el Cuzco, ocupados en cosas a su contento tocantes, y sin hablar palabra á el ame¬drentado Quilaco Yupangui le hizo señas que se saliese de alli, y ansi lo hizo: y luego le dixieron sus criados que se boluiese a el Cuzco, porque de alli lo despacharían. En tanto que Quillaco Yupangui fue á Calca, un gran priuado suyo (de quien la larga experiencia tenia dadas fianzas de siguridad) auia (por su mandado) informadose por los términos mas sin sospecha que se pudieron imaginar, de la auitacion y morada de Curicuillor, el qual con poca difi¬cultad lo vino á saber, y fue bastantemente informado de donde, como, y con quien residia, y de quien era hija, y de todo dio notizia a Quilaco quando boluió de Calca á el Cuz¬co, que no poco aumentó su amor, quando tubo notizia de su mucha calidad: finalmente, á el mismo que hizo la dili¬gencia primera despachó a las Caserias de Siquillabamba en busca suia: con aquella disimulación y secreto que el caso requería; y en tanto que su fiel mensagero, iba buscando el remedio de su enfermedad, en la misma causa de ella, Quilaco con alguno de sus compañeros entraron a uisitar a la Mamaragua ocllo, y Chuquiuzpay su hija, donde les con¬tó la crueldad que con sus compañeros auia usado, y el ri¬guroso termino que con los mensageros de su hermano auia tenido, y como avia consumido en el fuego, los presentes que de parte suia le avian traído: y las afligidas señoras le contaron la mala vida que daba á entrambas, por la que¬dada de Atauallpa en el Quito, y entre ellos pasaron algunos coloquios, que importan poco á nuestra intención: y deja¬dos estos digamos como el solicito y fiel mensagero de Qui¬laco hizo con tanta diligencia y cautela lo que se dejó a su cargo, que con brebedad llegó en unas poblaciones antiguas, que se muestran sobre Siquillabamba, y entre ellas alió la morada de la prudente Caruaticlla, y fué a coyuntura, que en aquel mismo instante acabaua la cuidadosa donzella de derramar infinitas lagrimas en el regazo de su piadosa tia, y ella también acabaua de derramar por su boca, otra no menor multitud de promesas: curando su pena con muy afirmadas esperanzas. A este tiempo llegó de súbito el men¬sagero de el nuevo amador, y fue de la buena tia arto mas bien receuido, que conocido, y ansi mismo fué saludado de la donzella, con aquella mesurada compostura, que pedia su Virginal estado, y abiendo el mensagero alentado y so¬segado el pecho, de el cansancio que de subir la questa traia llamó a Caruaticlla alia fuera, y entre unas espesas matas de tauris (a quien nosotros llamamos tramuzes) que en torno de la casa auia, propuso su embaxada, por el menos escan¬daloso estilo que le fué posible; dándole á entender el afec¬tuoso cuidado en que su señor quedaua, y el desasosiego que a causa de su sobrina traia, asegurándole (ante todas co¬sas) lo tocante a su onestidad y honrra, y con tales fianzas la buena señora, no quiso perder la coyuntura que se le ofrecia para el remedio quietud y amparo de su amada prenda: porque bien entendía ella (y se dexaua conozer) el mucho valor de Quilaco Yupangui, pues era embiado por Embaxador de Principe á Principe, y haciendo primero las salbas y protestaciones necesarias le pidió por final res¬puesta, que pues ya tenia notizia de el camino, y satisfa- cion de la siguridad de su Casa, y grangeada de ella la be¬nevolencia, que quando con menos riesgos de sospechas, su Señor pudiese la llegase a ver: que en el entretanto el'a ternia de su sobrina ganada la gracia para hablarle, aunque bien entendía se alcanzaría con dificultad: á esto respondío el mensagero, dando quenta délo que en el Cuzco y Calca avia pasado, de donde entendia seria la buelta de su señor, mas brebe de lo que pensaua, y que no podría ser aquella deseada visita, sino ya de camino para su tierra: con esto se despidió el fiel mensagero, para la presencia que tanto de- saba la suya, y hallo a Quilaco Yupangui, que estaba despe¬dido de las Reynas madre y hija, de cuias bocas avia oydo un millón de quexas de los malos y ásperos tratamientos, y afrentosas palabras y baldones que de Guascar Ynga re- ceuian en qualquier libiana ocasion, por la quedada de Ata- ualpa en el Quito, y luego en sabiendo el buen despacho que su secretario traya, y la graciosa licencia concedida de ver a su estrella, procuró hablar a Guascar (que ya era buelto de Calca) y le pidió gracia y libertad para su par¬tida, y luego en el punto se la concedio, diziendole: andad y dezi á mi descomedido hermano, que luego que vosotros lleguéis (sin replica ni dilación alguna) se parta á pare¬cer ante mi y dar quenta de las cosas de mi padre que en su poder quedaron. Con tal despacho, apresuró Quilaco su partida, con harto más deseo de ver a su amada que no á su patria: Mamaraguaocllo y Chuquizpay, le proveieron bas¬tantemente de lo necesario para su camino, con resguardo de el resabiado Guascar y ansi se salió de el Cuzco con qua¬tro compañeros menos. Contentissima se allaua en esta co¬yuntura la hermosa Curicuillor con la relación que su tia le hizo del mensage que truxo el no conocido guesped y mucho mas por entender que su deseado amante auia de benir con brebedad a visitarla y dejarla emos recrear en su esperanza asta llegar la coyuntura de tratar de su visita. Cap. 27 de un general llamamiento que Guascar Ynga hi¬zo en el Cuzco, y de el despedimiento de Quilaco Yupangui y su amada Curicuillor y de una fiestas que hizo Atauallpa en Tumibamba donde le fue¬ron presentados de dos Españoles que Franco Piza-rro auia dejado en Tumbez, y de el aperciuimien- to que se hizo en el Quito para la Guerra futura. Auiendo Guascar Ynga despachado los mensageros de su hermano con tan deabrido despidiente como auemos visto, acordo embiar con la mas presteza que fuese posible a conuocar por todas las tierras que le eran sugetas (desde Quito a el Cuzco) a los Caziques y principales que tenian en ellas el mando y gouierno, con apercebimiento que si dentro de un termino señalado alia no se presentaban, se¬rian remouidos de sus estados, y demás de esto castigados exemplarmente, con boz, y titulo de desobedientes y trai¬dores, esta diligencia acordo hazer el Ynga, porque demás de seruirse de ellos en la guerra de que ya se temia con su hermano; estoruase que con el no se les boluiesen contrarios, y con tal llamamiento comenzo a benir gente principal de muchas y varias prouincias, y entre los demás señores y principales que fueron a el Cuzco, fué uno llamado Efquem Pisan y por otro nombre Falen Pisan, hijo tercero de lien Pisan, Cazique principal de el Valle de Lanbaycque (según dejamos tratado en el Capitulo 17 de esta terzera parte) y al tiempo que de su tierra partió, tomo muy en la me¬moria, el nombre dispusicion y señas, de una deuda cercana suia llamada Chestan xecfuin, que sacaron de su Valle entre muchas que se lleuaron para que siruiesen a la Viuda Ma¬maragua ocllo, en el viage que hizo de Quito a el Cuzco, quando llebaban el cuerpo de Guayna capac su marido, (según queda notado en el Capitulo 25) y esto llebaua en su imaginación este mancebo, por ser alabada de los que la conocieron en su tierra, de moza de excelente donayre, de¬bien entendía se alcanzaría con dificultad: á esto respondio el mensagero, dando quenta délo que en el Cuzco y Calca avia pasado, de donde entendía seria la buelta de su señor, mas brebe de lo que pensaua, y que no podria ser aquella deseada visita, sino ya de camino para su tierra: con esto se despidió el fiel mensagero, para la presencia que tanto de- saba la suya, y hallo a Quilaco Yupangui, que estaba despe¬dido de las Reynas madre y hija, de cuias bocas avia oydo un millón de quexas de los malos y ásperos tratamientos, y afrentosas palabras y baldones que de Guascar Ynga re- ceuian en qualquier libiana ocasion, por la quedada de Ata- ualpa en el Quito, y luego en sabiendo el buen despacho que su secretario traya, y la graciosa licencia concedida de ver a su estrella, procuró hablar a Guascar (que ya era buelto de Calca) y le pidió gracia y libertad para su par¬tida, y luego en el punto se la concedio, diziendole: andad y dezi á mi descomedido hermano, que luego que vosotros lleguéis (sin replica ni dilación alguna) se parta á pare¬cer ante mi y dar quenta de las cosas de mi padre que en su poder quedaron. Con tal despacho, apresuró Quilaco su partida, con harto más deseo de ver a su amada que no á su patria: Mamaraguaocllo y Chuquizpay, le proveieron bas¬tantemente de lo necesario para su camino, con resguardo de el resabiado Guascar y ansi se salió de el Cuzco con qua¬tro compañeros menos. Contentissima se allaua en esta co¬yuntura la hermosa Curicuillor con la relación que su tia le hizo del mensage que truxo el no conocido guesped y mucho mas por entender que su deseado amante auia de benir con brebedad a visitarla y dejarla emos recrear en su esperanza asta llegar la coyuntura de tratar de su visita. Cap. 27 de un general llamamiento que Guascar Ynga hi¬zo en el Cuzco, y de el despedimiento de Quilaco Yupangui y su amada Curicuillor y de una fiestas que hizo Atauallpa en Tumibamba donde le fue¬ron presentados de dos Españoles que Eran00 Piza-rro auia dejado en Tumbez, y de el aperciuimien- to que se hizo en el Quito para la Guerra futura. Auiendo Guascar Ynga despachado los mensageros de su hermano con tan deabrido despidiente como auemos visto, acordo embiar con la mas presteza que fuese posible a conuocar por todas las tierras que le eran sugetas (desde Quito a el Cuzco) a los Caziques y principales que tenian en ellas el mando y gouierno, con apercebimiento que s¡ dentro de un termino señalado alia no se presentaban, se¬rian remouidos de sus estados, y demás de esto castigados exemplarmente, con boz, y titulo de desobedientes y trai¬dores, esta diligencia acordo hazer el Ynga, porque demás de seruirse de ellos en la guerra de que ya se temía con su hermano; estoruase que con el no se les boluiesen contrarios, y con tal llamamiento comenzo a benir gente principal de muchas y varias prouincias, y entre los demás señores y principales que fueron a el Cuzco, fué uno llamado Efquem Pisan y por otro nombre Falen Pisan, hijo tercero de lien Pisan, Cazique principal de el Valle de Lanbaycque (según dejamos tratado en el Capitulo 17 de esta terzera parte) y al tiempo que de su tierra partió, tomo muy en la me¬moria, el nombre dispusicion y señas, de una deuda cercana suia llamada Chestan xecfuin, que sacaron de su Valle entre muchas que se licuaron para que siruiesen a la Viuda Ma¬maragua ocllo, en el viage que hizo de Quito a el Cuzco, quando llebaban el cuerpo de Guayna capac su marido, (según queda notado en el Capitulo 25) y esto llebaua en su imaginación este mancebo, por ser alabada de los que la conocieron en su tierra, de moza de excelente donayre, de¬mas de esto ser sobremanera hermosa, dibuxada en su anima llebo la Ymagen de la donzella su deuda Efquen Pissan, y quando hallaua por el camino del Cuzco, alguno de quien poderse ynformar, lo procuraua hazer muy de proposito, finalmente la gente principal de los llanos (o la maior par¬te de ella) llego a el Cuzco, y fueron alojados onorosamen- te, en algunos Valles abrigados de sus arredores, mas no fue parte esta diligencia para que dejasen de morir mucha parte de ellos por la grande diferencia que ay en los temples de las tierras. No por el espanto de tantos amigos muertos, como á Efquen Pissan se le ofrecian cada dia se pudo olui- dar de la hermosa Chestan xecfuin de quien en ausencia andaua demasiadamente aficionado y pudo tanto su buena diligencia que vino por grande bentura á encontrar con ella donde menos pensaua aliarla, y auidas entre los dos sus se¬cretas platicas, escapo preñada la señora de entre las manos de Efquen Pisan y abiendo estado en el Cuzco algunos me¬ses pidió lizencia á el Ynga para bolber a su Valle, y le fué liberalmente concedida y consigo se truxo á su esposa Chestanxecfuin: y en el camino parió un hijo a quien (por el lugar de su engendramiento) llamaron Cuzco Chunbi de quien trataremos adelante, porque combiene sacar a la don¬zella Curicuillor de un profundo piélago de miedos y sos¬pechas, en que la tenia metida su esperanza. Desde que el mensagero partió de su Cassa le fué en su imaginación contando los pasos que de ella avia asta el Cuzco, y entre si sola representaua las diligencias que su amado deuia hazer para apresurar su partida, y quando en su entendimiento lo hacia puesto ya en el camino, bolvia a descontar los pasos que primero tenia contados, y viendo su cuenta y deseo defraudado, acusaba á su amante de perezoso, y desamorado, y ofendida ella propia de darle tal nombre maldecia su corta ventura, y la poca lealtad de Guascar su padre y comen- zaua a reprehenderlo como que ya tuviera muerto a Quila¬co ansi como hauia muerto a sus compañeros, luego se co- nortaua de esta sospecha, y ponia la culpa á el mensagero que auia venido llamándole floxo y perezoso y demasiada¬mente tardío, otras vezes proponía no esperarlo, creiendo con aquel artificio hazerlo venir mas presto, con tales luchas paso la deseossa señora aquella noche, y ella fué la primera que de todas aquellas caserías se lebantó; a recebir a el dia, y cuando el sol comencó a dorar las altas cumbres de Car- menga le hizo su acostumbrada oracion, aunque encaminada a desacostumbrada plegaria, pues no le rogó otra cosa, sino es que con brebedad se ocultase y encubriese a los mortales, para que su amado abergonzado de tardanza de tantos dias apresurase su venida: No asomaba labrador con las tacllas a el hombro (instrumento con que labran en el Cuzco la tierra) que no se le antoxasen los Chuquis (ó langas) que Quilaco traia delante de si, y puesta en el mar de tanta tor¬menta, vido asomar por una loma una quadrilla de foraste¬ros, encaminados á el Camino Real que ba derecho hacia Xacxaguana, y teniendo puestos en aquella amontonada gente los ojos, dejo reposar en ellos su cuidado, y imagina¬ción, y estando absorta y elebada en aquel objeto, y sos-pechosa no fuese su amante, que se huviese determinado de se pasar de largo, de súbito se alió sobresaltada de un rumor que sonaba entre unas espesas sementeras de maíz que muy cerca de ella estaban, y bolbiendo los ojos a ver que fuese la causa de tal bullizio, vido delante de si sin creerlo á aquel que cuando estaua ausente no se le apartaba de la vista; y la que se hacia muy retorica reprehendiendolo quando no lo veya aora que lo vee esta muda, y turbada con la repen¬tina vista no supo que hazer, y tomo por ultimo remedio para encubrir su cortamiento, llamar con voz temblante y turbada, a Caruaticlla su tia, la qual luego la respondio (que no muy lejos se aliaba) y juntos los tres, el Joben baleroso hizo (a su modo) su salutación estando no menos turbado que la doncella, hablando arto mas con el corazon y ojos que no con la lengua, y despues de aver hecho la pri¬mera introducion, lo menos mal que pudo, les dio larga quenta de lo que con Guascar Ynga le avia pasado, y el mal mas de esto ser sobremanera hermosa, dibuxada en su anima llebo la Ymagen de la donzella su deuda Efquen Pissan, y quando hallaua por el camino del Cuzco, alguno de quien poderse ynformar, lo procuraua hazer muy de proposito, finalmente la gente principal de los llanos (o la maior par¬te de ella) llego a el Cuzco, y fueron alojados onorosamen- te, en algunos Valles abrigados de sus arredores, mas no fue parte esta diligencia para que dejasen de morir mucha parte de ellos por la grande diferencia que ay en los temples de las tierras. No por el espanto de tantos amigos muertos, como á Efquen Pissan se le ofrecian cada dia se pudo olui- dar de la hermosa Chestan xecfuin de quien en ausencia andaua demasiadamente aficionado y pudo tanto su buena diligencia que vino por grande bentura á encontrar con ella donde menos pensaua aliarla, y auidas entre los dos sus se¬cretas platicas, escapo preñada la señora de entre las manos de Efquen Pisan y abiendo estado en el Cuzco algunos me¬ses pidió lizencia á el Ynga para bolber a su Valle, y le fué liberalmente concedida y consigo se truxo á su esposa Chestanxecfuin: y en el camino parió un hijo a quien (por el lugar de su engendramiento) llamaron Cuzco Chunbi de quien trataremos adelante, porque combiene sacar a la don¬zella Curicuillor de un profundo piélago de miedos y sos¬pechas, en que la tenia metida su esperanza. Desde que el mensagero partió de su Cassa le fué en su imaginación contando los pasos que de ella avia asta el Cuzco, y entre si sola representaua las diligencias que su amado deuia hazer para apresurar su partida, y quando en su entendimiento lo hacia puesto ya en el camino, bolvia a descontar los pasos que primero tenia contados, y viendo su cuenta y deseo defraudado, acusaba á su amante de perezoso, y desamorado, y ofendida ella propia de darle tal nombre maldecia su corta ventura, y la poca lealtad de Guascar su padre y comen- zaua a reprehenderlo como que ya tuviera muerto a Quila¬co ansi como hauia muerto a sus compañeros, luego se co- nortaua de esta sospecha, y ponia la culpa á el mensagero que auia venido llamándole floxo y perezoso y demasiada¬mente tardio, otras vezes proponia no esperarlo, creiendo con aquel artificio hazerlo venir mas presto, con tales luchas paso la deseossa señora aquella noche, y ella fué la primera que de todas aquellas caserías se lebantó; a recebir a el dia, y cuando el sol comencó a dorar las altas cumbres de Car- menga le hizo su acostumbrada oracion, aunque encaminada a desacostumbrada plegaria, pues no le rogó otra cosa, sino es que con brebedad se ocultase y encubriese a los mortales, para que su amado abergonzado de tardanza de tantos dias apresurase su venida: No asomaba labrador con las tacllas a el hombro (instrumento con que labran en el Cuzco la tierra) que no se le antoxasen los Chuquis (ó langas) que Quilaco traia delante de si, y puesta en el mar de tanta tor¬menta, vido asomar por una loma una quadrilla de foraste¬ros, encaminados á el Camino Real que ba derecho hacia Xacxaguana, y teniendo puestos en aquella amontonada gente los ojos, dejo reposar en ellos su cuidado, y imagina¬ción, y estando absorta y elebada en aquel objeto, y sos¬pechosa no fuese su amante, que se huviese determinado de se pasar de largo, de súbito se alió sobresaltada de un rumor que sonaba entre unas espesas sementeras de maiz que muy cerca de ella estaban, y bolbiendo los ojos a ver que fuese la causa de tal bullizio, vido delante de si sin creerlo á aquel que cuando estaua ausente no se le apartaba de la vista; y la que se hacia muy retorica reprehendiendolo quando no lo veya aora que lo vee esta muda, y turbada con la repen¬tina vista no supo que hazer, y tomo por ultimo remedio para encubrir su cortamiento, llamar con voz temblante y turbada, a Caruaticlla su tia, la qual luego la respondio (que no muy lejos se aliaba) y juntos los tres, el Joben baleroso hizo (a su modo) su salutación estando no menos turbado que la doncella, hablando arto mas con el corazon y ojos que no con la lengua, y despues de aver hecho la pri¬mera introducion, lo menos mal que pudo, les dio larga quenta de lo que con Guascar Ynga le avia pasado, y el mal despidiente que de su parte llebaua, y concluio con decir (encaminando su platica á Curicuillor) de mi tierra sali li¬bre, prospero y acompañado, y aora buelbo solo, meneste¬roso y captiuo: mas todo lo tengo por bien benido, por aver sido dichoso camino, por donde vino a mi corazon tan alto merecimiento, como es para mi teneros en el, con el viviréis mientras el viuiere conmigo, y siendo vos, señora, seruida de os ofrecer por mi esposa yo lo abre por suma felicidad, y no entandais que soy de la hez y baxeza de la plebe co¬mún, sino tan alto en linage como se puede juzgar, por la alteza de mi pensamiento y a tal demanda como aquesta, a vos señora y amparo mió (hablando con Caruaticlla) es, dado el responder, y no a la luz de mi Cielo, por tanto (aprouechandonos del poco lugar que el tiempo nos con¬cede) respondedme nombre de mi estrella de oro: la pru¬dente Caruaticlla (hauiendo estado un poco suspensa) le dijo que su deliberado intento era, darle de su mano esposo, antes que la crueldad de sus enemigos le diesen la muerte: mas que esto desaua que fuese en tiempo y coyuntura mas comoda que no lo era aquella: mejor es de la que pensáis (respondio Yupangui) porque según lo que yo deje en el Quito y hallé en el Cuzco, tenemos entre manos sangrientas contiendas, y por contraria que á Atauallpa corriere la suer¬te, se quedara con las prouincias adherentes a las de el Quito, donde sera receuido por señor y Ynga, y como tal gratifi¬cara mis muchos seruicios y los de mi padre a el y a el suyo hechos, y esta gratificación no la pedire en otro cosa mas de en rrecevir de su mano por muger y esposa á su sobrina y mi señora; y aqui cesó, porque el tiempo era corto y la materia larga, dad vos la orden que mejor os estuviere (dijo Caruaticlla) y dejad á nuestro cargo el guardarla precisa¬mente la orden (dixo Yupangui) era que mi señora Curi¬cuillor, me aguardase dos años pues su hedad y la mia no lo repugnan, y si en este termino yo no viniere, crean y tengan por cierto, que ó sere muerto, o captiuo, o de alguna estrechissima necesidad impedido: vos pedis termino de dos años (respondió la tia) y io de parte de mi amada prenda, os concedo tres, y aperciboos que pasado este termino, le buscare por otro camino el remedio: entre tanto yo la terne por buestra. Atenta auia estado á estas platicas la hermosa doncella, y con un rostro rosado las oya todas, y quando Quilaco trato de su despedida, comenzó a sembrar sus her¬mosas megillas de orientales perlas: y lo mismo hizo su nue¬bo amante, y tia, y con onestisimo y limpio abrago se apar¬taron, porque asi combino, y el se voluio a proseguir su viage, y la donzella se fue a contar las oras de su tardanza; y puesta entre esperanzas, celos, desconfianzas, y temores, la dejaremos y seguiremos a Quilaco Yupangui, el qual lle¬gó a Tumibamba donde hallo a Atauallpa sumamente de¬seoso de su llegada, en brebes razones dio cuenta a su señor Quilaco Yupangui de lo que con Guascar auia pasado: y de verbo adverbum le notifico lo que su hermano le man¬daba, que era, parecer en su presencia en el-Cuzco, y le dio quenta de la poca estimación que hizo de sus presentes y dones, de todo lo qual (y de las ynjustas muertes de sus criados) reciuio excesiba pena Atauallpa aun que se esforzó todo lo que pudo por disimularla. Ullco Colla, Cazique y Gouernador de los Cañares le dixo que no se afligiese, ni reciuiese pesadumbre de aquellas cosas, y que pues era tan hijo de Guainacapac como Guascar Ynga que se hiziese se¬ñor y tomase las armas contra su hermano, que en el y sus vasallos v amigos, ternia muy leales seruidores: á estos ofre-cimientos respondio Atauallpa con callar, y comenzo a dar vado a su tristeza, y mandó aperceuirse todos para hazer unas fiestas y bailes de alegría, el dia siguiente, y esto hizo de yndustria porque el bulgo no supiese ni entendiese, que estaua afligido ni triste; las fiestas se zelebraron con más contento y aplauso en lo exterior, que Atauallpa sentia en su interior, y estando este mismo dia en la plaza de Tumi- bamba olgandose la gente y Atauallpa en su tienda infor¬mándose de nuebo de el camino y viage de Quilaco Yupan¬gui y despidiente que en el Cuzco su hermano le auia dado, despidiente que de su parte llebaua, y concluio con decir (encaminando su platica á Curicuillor) de mi tierra salí li¬bre, prospero y acompañado, y aora buelbo solo, meneste¬roso y captiuo: mas todo lo tengo por bien benido, por aver sido dichoso camino, por donde vino a mi corazon tan alto merecimiento, como es para mi teneros en el, con el viviréis mientras el viuiere conmigo, y siendo vos, señora, seruida de os ofrecer por mi esposa yo lo abre por suma felicidad, y no entandais que soy de la hez y baxeza de la plebe co¬mún, sino tan alto en linage como se puede juzgar, por la alteza de mi pensamiento y a tal demanda como aquesta, a vos señora y amparo mió (hablando con Caruaticlla) es, dado el responder, y no a la luz de mi Cielo, por tanto (aprouechandonos del poco lugar que el tiempo nos con¬cede) respondedme nombre de mi estrella de oro: la pru¬dente Caruaticlla (hauiendo estado un poco suspensa) le dijo que su deliberado intento era, darle de su mano esposo, antes que la crueldad de sus enemigos le diesen la muerte: mas que esto desaua que fuese en tiempo y coyuntura mas comoda que no lo era aquella: mejor es de la que pensáis (respondio Yupangui) porque según lo que yo deje en el Quito y hallé en el Cuzco, tenemos entre manos sangrientas contiendas, y por contraria que á Atauallpa corriere la suer¬te, se quedara con las prouincias adherentes a las de el Quito, donde sera receuido por señor y Ynga, y como tal gratifi¬cara mis muchos seruicios y los de mi padre a el y a el suyo hechos, y esta gratificación no la pedire en otro cosa mas de en rrecevir de su mano por muger y esposa á su sobrina y mi señora; y aqui cesó, porque el tiempo era corto v la materia larga, dad vos la orden que mejor os estuviere (dijo Caruaticlla) y dejad á nuestro cargo el guardarla precisa-mente la orden (dixo Yupangui) era que mi señora Curi¬cuillor, me aguardase dos años pues su hedad y la mia no lo repugnan, y si en este termino yo no viniere, crean y tengan por cierto, que ó sere muerto, o captiuo, o de alguna estrechissima necesidad impedido: vos pedis termino de dos años (respondio la tia) y io de parte de mi amada prenda, os concedo tres, y aperciboos que pasado este termino, le buscare por otro camino el remedio: entre tanto yo la terne por buestra. Atenta auia estado á estas platicas la hermosa doncella, y con un rostro rosado las oya todas, y quando Quilaco trato de su despedida, comenzó a sembrar sus her¬mosas megillas de orientales perlas: y lo mismo hizo su nue¬bo amante, y tia, y con onestisimo y limpio abraco se apar¬taron, porque asi combino, y el se voluio a proseguir su viage, y la donzella se fue a contar las oras de su tardanza; y puesta entre esperanzas, celos, desconfianzas, y temores, la dejaremos y seguiremos a Quilaco Yupangui, el qual lle¬gó a Tumibamba donde hallo a Atauallpa sumamente de¬seoso de su llegada, en brebes razones dio cuenta a su señor Quilaco Yupangui de lo que con Guascar auia pasado: y de verbo adverbum le notifico lo que su hermano le man-daba, que era, parecer en su presencia en el Cuzco, y le dio quenta de la poca estimación que hizo de sus presentes y dones, de todo lo qual (y de las ynjustas muertes de sus criados) reciuio excesiba pena Atauallpa aun que se esforzó todo lo que pudo por disimularla. Ullco Colla, Cazique y Gouernador de los Cañares le dixo que no se afligiese, ni reciuiese pesadumbre de aquellas cosas, y que pues era tan hijo de Guainacapac como Guascar Ynga que se hiziese se¬ñor y tomase las armas contra su hermano, que en el y sus vasallos v amigos, ternia muy leales seruidores: á estos ofre¬cimientos respondio Atauallpa con callar, y comenzo a dar vado a su tristeza, y mandó aperceuirse todos para hazer unas fiestas y bailes de alegria, el dia siguiente, y esto hizo de yndustria porque el bulgo no supiese ni entendiese, que estaua afligido ni triste; las fiestas se zelebraron con más contento y aplauso en lo exterior, que Atauallpa sentía en su interior, y estando este mismo dia en la plaza de Tumi- bamba olgandose la gente y Atauallpa en su tienda infor¬mándose de nuebo de el camino y viage de Quilaco Yupan¬gui y despidiente que en el Cuzco su hermano le auia dado, y de las quexas que su madre y hermana le embiaban, oyeron de subdito una confusa vozeria que de hacia unas lomas resonaua, y acabo de poco se mostró una quadrilla desordenada de Yndios bozingleros, que benian hinchendo los aires de aquel rumor: y poco a poco se vinieron acer¬cando adonde el Ynga y sus Grandes estaban, y vieron traer en medio dos hombres, de tan estraña y peregrina postura que a todos causo admiración: y no hacian mas que mirar¬los con afecto admirativo: estos hombres eran aquellos dos de corta bentura, Rodrigo Sánchez y Juan Martin, que Al- magro y Pizarro echaron en tierra, no lexos de Tumbez quando determinaron volberse á Panama, según lo dejamos contado en el Capitulo 25. de la costumbre de las cosas nace la admiración de ellas: como fueron estos dos los prime¬ros hombres que estas gentes piruleras vieron con barbas y vestidos, corpulentos y menbrudos, se hallaron tanto ad¬mirados, quanto Atauallpa pensatiuo, y aun temeroso: no por el mal que de aquellos podia receuir, sino de lo que prometía para lo adelante, el averíos dejado en tierra sus Capitanes: la manera de aver caydo en manos de barbaros no ay que preguntar, pues es cosa clara que la hambre y sed los auia de meter por las puertas de sus enemigos: mandó el Ynga a los que aquellos hombres trayan, que diesen cuenta donde como y quando los auian aliado, y si auia mas de aquel linage de hombres, y de todo le satisficeron, ha¬ciéndole una rustica relación de la llegada de los dos Nauios a la costa, y de la saltada de algunos hombres en tierra, da¬ños que hacian, armas que trayan y manera de nauegar de que usaban: y dieron por descargo de no auer benido mu¬chos meses antes, y auerse dilatado la tal embaxada sin averia luego traydo el estar dudosos a qual de los dos herma¬nos auian de acudir con aquellos no vistos hombres, o si a el Cuzco á Guascar, o a el Quito á Atauallpa finalmente el Ynga despues de un profundo pensamiento que lo tubo absorto una hora, mando que descansasen aquellos Españo¬les y que de alli á quatro dias los llebasen a Quito, y ansi fué puesto por obra, y en el Valle de Lomas, (que es dos leguas de aquella Ciudad) fueron sacrificados á el Ticci Viraco- cho Pachacama, en cierto templo que en aquel Valle tenian, y si estos se supieron aprouechar de la coyuntura y dedicar sus muertes a Xptto. nuestro Redemptor y maestro bien los podemos llamar arto mas dichosos en muertes que bien fortunados en vidas. Acabadas las fiestas en Tumibamba, acordó Atauallpa irse á el Quito con insinias y nombre de Ynga, y tomando las ropas y bestiduras de su padre y las andas en que solia andar (que tenian en aquel lugar por reliquias) se las vistió y subió en ellas, y se hizo tratar y saludar como Emperador Ynga y luego en este mismo pun¬to, Ullco Colla, Cazique de los Cañares hizo mensageros a el Cuzco dando auiso a Guscar Ynga de lo que su hermano auia hecho. Este fue el mismo, que al principio incito á Atauallpa, que hiziese aquello que ya auia comenzado, con esta pompa y arreos camino a el Quito Atauallpa, y fue grande el contento que toda la tierra reciuio, quando lo vie¬ron arrojado á tan varonil yntento: y todos (con fauorable voz) le dieron mili y mili vezes el parabién de la borla: saludándole con nuebas y desusadas bendiciones. Quando su hermano Guascar supo en el Cuzco su temerario atreui- miento, quedo fuera de si: y estubo algunos dias que nadie le osó hablar y vino a quebrar su enojo, con acabar de dar la muerte á todos los principales que de el Quito auian ve¬nido con el cuerpo de su padre: y a su madre y muger estu¬bo muy apunto de matar y hizieralo sino temiera la indina- cion popular, que le importaua no incitarla en aquella coyuntura, y contentóse con reprehenderlas aspera y rigu¬rosamente, con palabras inominiosas y de mucha afrenta: y como herido de la yerba mando un dia juntar a Consejo, y alli propuso la desemboltura y atreuimiento de su her¬mano, y fué acordado por sus Consejeros que se embiasen mensageros pacificos, a el ya amotinado Atauallpa para que por buenas palabras y prouechosos medios, lo remouiesen de aquel proposito, o lo prendiesen sin escandalo ni bullicio y de las quexas que su madre y hermana le embiaban, oyeron de subdito una confusa vozeria que de hacia unas lomas resonaua, y acabo de poco se mostró una quadrilla desordenada de Yndios bozingleros, que benian hinchendo los aires de aquel rumor: y poco a poco se vinieron acer¬cando adonde el Ynga y sus Grandes estaban, y vieron traer en medio dos hombres, de tan estraña y peregrina postura que a todos causo admiración: y no hacian mas que mirar¬los con afecto admirativo: estos hombres eran aquellos dos de corta bentura, Rodrigo Sánchez y Juan Martin, que Al¬magro y Pizarro echaron en tierra, no lexos de Tumbez quando determinaron volberse á Panama, según lo dejamos contado en el Capitulo 25. de la costumbre de las cosas nace la admiración de ellas: como fueron estos dos los prime¬ros hombres que estas gentes piruleras vieron con barbas y vestidos, corpulentos y menbrudos, se hallaron tanto ad¬mirados, quanto Atauallpa pensatiuo, y aun temeroso: no por el mal que de aquellos podia receuir, sino de lo que prometia para lo adelante, el averíos dejado en tierra sus Capitanes: la manera de aver caydo en manos de barbaros no ay que preguntar, pues es cosa clara que la hambre y sed los auia de meter por las puertas de sus enemigos: mandó el Ynga a los que aquellos hombres trayan, que diesen cuenta donde como y quando los auian aliado, y si auia mas de aquel linage de hombres, y de todo le satisficeron, ha¬ciéndole una rustica relación de la llegada de los dos Nauios a la costa, y de la saltada de algunos hombres en tierra, da¬ños que hacian, armas que trayan y manera de nauegar de que usaban: y dieron por descargo de no auer benido mu¬chos meses antes, y auerse dilatado la tal embaxada sin averia luego traydo el estar dudosos a qual de los dos herma¬nos auian de acudir con aquellos no vistos hombres, o si a el Cuzco á Guascar, o a el Quito á Atauallpa finalmente el Ynga despues de un profundo pensamiento que lo tubo absorto una hora, mando que descansasen aquellos Españo¬les y que de alli á quatro dias los llebasen a Quito, y ansi fué puesto por obra, y en el Valle de Lomas, (que es dos leguas de aquella Ciudad) fueron sacrificados á el Ticci Viraco- cho Pachacama, en cierto templo que en aquel Valle tenian, y si estos se supieron aprouechar de la coyuntura y dedicar sus muertes a Xptto. nuestro Redemptor y maestro bien los podemos llamar arto mas dichosos en muertes que bien fortunados en vidas. Acabadas las fiestas en Tumibamba, acordó Atauallpa irse á el Quito con insinias y nombre de Ynga, y tomando las ropas y bestiduras de su padre y las andas en que solia andar (que tenian en aquel lugar por reliquias) se las vistió y subió en ellas, y se hizo tratar y saludar como Emperador Ynga y luego en este mismo pun¬to, Ullco Colla, Cazique de los Cañares hizo mensageros a el Cuzco dando auiso a Guscar Ynga de lo que su hermano auia hecho. Este fue el mismo, que al principio incito á Atauallpa, que hiziese aquello que ya auia comenzado, con esta pompa y arreos camino a el Quito Atauallpa, y fue grande el contento que toda la tierra reciuio, quando lo vie¬ron arrojado á tan varonil yntento: y todos (con fauorable voz) le dieron mili y mili vezes el parabién de la borla: saludándole con nuebas y desusadas bendiciones. Quando su hermano Guascar supo en el Cuzco su temerario atreui- miento, quedo fuera de si: y estubo algunos dias que nadie le osó hablar y vino a quebrar su enojo, con acabar de dar la muerte á todos los principales que de el Quito auian ve¬nido con el cuerpo de su padre: y a su madre y muger estu¬bo muy apunto de matar y hizieralo sino temiera la indina- cion popular, que le importaua no incitarla en aquella coyuntura, y contentóse con reprehenderlas aspera y rigu¬rosamente, con palabras inominiosas y de mucha afrenta: y como herido de la yerba mando un dia juntar a Consejo, y alli propuso la desemboltura y atreuimiento de su her¬mano, y fué acordado por sus Consejeros que se embiasen mensageros pacíficos, a el ya amotinado Atauallpa para que por buenas palabras y prouechosos medios, lo remouiesen de aquel proposito, o lo prendiesen sin escandalo ni bullicio de guerra: mas Guascar que muy agrauiado se sentía no quiso consentir en contra yerua tan blanda: antes luego quiso aplicar el cauterio encendido, creiendo por alli atajar mejor la peste de que se temia; y luego nombro por Capitan contra su hermano, á Atoe hombre de valor, y le dio can¬tidad de gente y comision para que en los Paltas, Cañares y Guayacundos y demás prouincias á estas circunbezinas, hizíese la copia de gente que viese combenir para prender y destruir a su hermano: Con este excercito y orden llego Atoe, a Tumibamba y pregono la guerra contra Atauallpa, el qual ni dormia en el Quito ni sus aficionados en el Cuzco se descuydaban, de le dar muy a menudo auiso de lo que Guascar Ynga ordenaua: y de alia fue auisado de como Ullco Colla cacique y Gouernador de los Cañares, auia sido el que con su hermano lo auia puesto mal, porque muy a menudo le despachaua Chasques con relaciones de quanto en Quito hacia y pensaba. Esta manera de postas (a quien en este Piru llaman Chasqui) son ciertos Yndios puestos en los caminos por orden de los pueblos mas comarcanos, distan¬te el uno de el otro tres tiros de vallesta, y a vezes mas y a vezes menos, sigun la dispusicion de la tierra: estos estaban obligados los Caciques (so grauissimas penas) á sustentarlos en aquellos lugares, mudándolos de luna á luna, o como mas íes quadrase: avia dos juntos en unos sombrajos ó cho- zuelas, que por sus quartos estaban en pie, dispuestos para caminar en todo tiempo: y la nueba que se queria embiar, o el mensage que se auia de hazer de una parte á otra iba de boca en boca, de tal manera, que quando uno de aquellos Chasquis iba tan cerca que el otro pudiese oyr su voz, co- menzaua a relatar su mensage, y el otro lo aprehendía con tanta certeza que ni una palabra ni una silaba ni una letra no se le olvidaua, y quando llegaua á enparejar con el ya lo tenia ynformado bastantemente: y partía el nueuamente informado y a mas correr llegaua a el estalage del otro y hacia lo mismo que el primero, y aquel a el otro, y el otro al otro y de esta manera era cosa de admiración con quanta brebedad llebauan las nuebas dozientas y trecientas leguas; y no solo nuebas iban por esta orden, sino presentes y dones de mucha estimación. Esta manera de avisos y Embaxadores por posta, puso el valeroso Topa Ynga Yupangui, y de el se an valido y se balen en este Piru (ansi los antiguos Yngas como aora nuestros Españoles) en tiempos de necesidad. Con estos Correos y por la diligencia de ellos se tenia en el Cuzco (por oras) noticia de lo que en el Quito se hacia, aunque ay mas de trecientas leguas de distancia. Quando Atauallpa, supo en Quito la llegada de Atoe, a Tumibam¬ba, hizo un general llamamiento de todos sus amigos y alia¬dos y les mandó que con la mas gente y presteza que les fuese posible se viniesen con el en el Quito, y ansi lo hizieron sin dilación alguna: en esta coyuntura eran Consegeros y muy priuados de Atauallpa Challcochima, y Quiz quiz, y Rumiñaui, hombres de mucho valor y animo y cursados en las guerras vieronse juntos con los demás Mitimaes y foras¬teros, que en aquella Ciudad abian puesto su padre y abuelo de Atauallpa: y quando esta congregación vido junta el Ynga hizoles un raconamiento en la forma siguiente: Ami¬gos y deudos mios a cuio valor y esfuerzo mi padre y abuelo deben la onrra militar, que vibiendo ganaron: ya creo os sera a todos notificada, la rigurosa sentencia que mi inexo¬rable hermano tiene pronunciada contra mi vida y honrra, y como están ya en Tumibamba, las azagaias que an de abrir puerta en mi pecho para que por ella salga el alma: y en manos de Atoe (Capitan de el Cuzco) viene el Chuqui, o lanza donde a de ir puesta mi caueza, para ser ocasion de risa, pasatiempo y escarnio a los moradores del yngrato Cuzco: y aunque estoy satisfecho que esto a de ser infali¬blemente ansi como aqui lo digo, no me da tanta pena el pensarlo, quanto me la da el imaginar á quantos y quan valerosos hombres, a de tomar deuajo mi cayda: y como injustamente á de derramar mi Ympio hermano la poca sangre que os á quedado en las venas, de las importunas guerras que aveis seguido: por perpetuarle a el el Ymperio de guerra: mas Guascar que muy agrauiado se sentía no quiso consentir en contra yerua tan blanda: antes juego quiso aplicar el cauterio encendido, creiendo por alli atajar mejor la peste de que se temia; y luego nombro por Capitan contra su hermano, á Atoe hombre de valor, y le dio can¬tidad de gente y comision para que en los Paltas, Cañares y Guayacundos y demás prouincias á estas circunbezinas, hiziese la copia de gente que viese combenir para prender y destruir a su hermano: Con este excercito y orden llego Atoe, a Tumibamba y pregono la guerra contra Atauallpa, el qual ni dormia en el Quito ni sus aficionados en el Cuzco se descuydaban, de le dar muy a menudo auiso de lo que Guascar Ynga ordenaua: y de alia fue auisado de como Ullco Colla cacique y Gouernador de los Cañares, auia sido el que con su hermano lo auia puesto mal, porque muy a menudo le despachaua Chasques con relaciones de quanto en Quito hacia y pensaba. Esta manera de postas (a quien en este Piru llaman Chasqui) son ciertos Yndios puestos en los caminos por orden de los pueblos mas comarcanos, distan¬te el uno de el otro tres tiros de vallesta, y a vezes mas y a vezes menos, sigun la dispusicion de la tierra: estos estaban obligados los Caciques (so grauissimas penas) á sustentarlos en aquellos lugares, mudándolos de luna á luna, o como mas Ies quadrase: avia dos juntos en unos sombrajos ó cho- zuelas, que por sus quartos estaban en pie, dispuestos para caminar en todo tiempo: y la nueba que se queria embiar, o el mensage que se auia de hazer de una parte á otra iba de boca en boca, de tal manera, que quando uno de aquellos Chasquis iba tan cerca que el otro pudiese oyr su voz, co- menzaua a relatar su mensage, y el otro lo aprehendía con tanta certeza que ni una palabra ni una silaba ni una letra no se le olvidaua, y quando llegaua á enparejar con el ya lo tenía ynformado bastantemente: y partia el nueuamente informado y a mas correr llegaua a el estalage del otro y hacia lo mismo que el primero, y aquel a el otro, y el otro al otro y de esta manera era cosa de admiración con quanta brebedad llebauan las nuebas dozientas y trecientas leguas; y no solo nuebas iban por esta orden, sino presentes y dones de mucha estimación. Esta manera de avisos y Embaxadores por posta, puso el valeroso Topa Ynga Yupangui, y de el se an valido y se balen en este Piru (ansi los antiguos Yngas como aora nuestros Españoles) en tiempos de necesidad. Con estos Correos y por la diligencia de ellos se tenia en el Cuzco (por oras) noticia de lo que en el Quito se hacia, aunque ay mas de trecientas leguas de distancia. Quando Atauallpa, supo en Quito la llegada de Atoe, a Tumibam¬ba, hizo un general llamamiento de todos sus amigos y alia¬dos y les mandó que con la mas gente y presteza que les fuese posible se viniesen con el en el Quito, y ansi lo hizieron sin dilación alguna: en esta coyuntura eran Consegeros y muy priuados de Atauallpa Challcochima, y Quiz quiz, y Rumiñaui, hombres de mucho valor y animo y cursados en las guerras vieronse juntos con los demás Mitimaes v foras¬teros, que en aquella Ciudad abian puesto su padre y abuelo de Atauallpa: y quando esta congregación vido junta el Ynga hizoles un raconamiento en la forma siguiente: Ami¬gos y deudos mios a cuio valor y esfuerzo mi padre y abuelo deben la onrra militar, que vibiendo ganaron: ya creo os sera a todos notificada, la rigurosa sentencia que mi inexo¬rable hermano tiene pronunciada contra mi vida y honrra, y como están ya en Tumibamba, las azagaias que an de abrir puerta en mi pecho para que por ella salga el alma: y en manos de Atoe (Capitan de el Cuzco) viene el Chuqui, o lanza donde a de ir puesta mi caueza, para ser ocasion de risa, pasatiempo y escarnio a los moradores del yngrato Cuzco: y aunque estoy satisfecho que esto a de ser infali¬blemente ansi como aqui lo digo, no me da tanta pena el pensarlo, quanto me la da el imaginar á quantos y quan valerosos hombres, a de tomar deuajo mi cayda: y como injustamente á de derramar mi Ympio hermano la poca sangre que os á quedado en las venas, de las importunas guerras que aveis seguido: por perpetuarle a el el Ymperio que inméritamente posee; y para hazer esto no buscara en vosotros otros delitos, mas que aberme sido a mi buenos y leales compañeros, y a mi padre fieles y constantes soldados: y plugiera á el Alto hazedor y a este Sol que nos da el dia, y fuera mi hermano tan benigno, que sola mi sangre y ca¬beza le aplacara y hiziera perder el odio que contra vosotros tiene engendrado: que si lo tal fuera con muy alegre rostro me ofreciera a el sacrificio por todos: mas es tanta su cruel-dad y tan inplacable su yndignacion que aun se terna por mal satisfecho, con solo quitar la vida a los padres: que en los vientres preñados de sus mugeres, meterá las manos para sacar de ellos a los hijos no nacidos, y despedazarlos con ellas: y para testimonio de esto no ay que buscar otra probanza mas de la ynjusta y no merecida muerte, que junto a Lima Tambo dio a los testamentarios de mi padre deudos todos suyos y mios, y aun vuestros: y mirad con quan liuiana Causa mata primero, a quien mejor le sirue, ynformaos de vuestro deudo y mió, Quilaco Yupangui (que esta presente) de la intención que mi hermano tiene en el Cuzco contra todos nosotros: resta aora carissimos herma¬nos mios que mostréis por las obras el cumplimiento de buestras palabras, yo no me alzo contra mi hermano: y el hazedor saue que no miento, ni menos pretendo ponerme en defensa por lo que á mi vida toca, solo quiero mostrar¬me parte por todos vosotros y procurar buestra conserua- cion y defensa: y que entienda el mundo que el que al menor de vosotros huviere de ofender por mi costado a de abrir la entrada para hazerlo: y si os pareze mas sano consejo (para lo que a vosotros toca) entregarme en las manos de Atoe (executor de la yra de Guascar) yo lo haré sin dete¬nimiento alguno; porque bien bendida sera mi vida, si vale para redención de tantas: miraos y resumios en la respuesta, y dadmela mañana en este lugar: para que luego me aperciba para yr á morir por todos, ó a defender á todos como estoy obligado á todos. No se pudieron abstener de lagrimas, to¬dos los que se hallaron presentes á esta platica: la qual con- eluyo Atauallpa antes que quisiera: mas el llanto (de que tenia lleno ya su pecho) se le atrabesó en la garganta, y le impidió de todo en todo, el poder hablar mas: y concluyóse esta Junta con dejarla aplazada para el dia siguiente, hallán¬dose á ella los naturales de las Prouincias circunbecinas a el Quito y con esto se fué cada uno a su posada, no menos pensatiuo y lastimado que veyan quedar a su caudillo y Señor. Cap. 28 del ofrecimiento que las naciones cercanas á el Quito hizieron de seruir a Atauallpa, y de el prin¬cipio de las guerras de los hermanos y batallas que se dieron. Quando Atoe (Capitan General de Guascar) partió del Cuzco, saco consigo la estatua de el Sol, creyendo con su presencia persuadir á Atauallpa, que luego se entregase en prisión, y quando en Tumibamba la tubo colocada en el templo de Mulluchancha, dijo a los Cañares que ante aquel vano simulacro, le hiziesen un solemne juramento, de ser leales y fieles servidores á Guascar Ynga su señor (como si promesas y omenages fueran parte para remouer de los pe¬chos Cañares la infidelidad y variación a que naturalmente an sido ynclinados) y hecha esta superflua diligencia, co¬menzo a requerir los aposentos, y casas de armas y hazer grandes preuenciones de guerra, y de todo esto tenia por momentos auisos en Quito Atauallpa. Con el nacer el Sol de el dia siguiente, a el que en el Quito se hizo la Junta que dijimos se comenzó otra mas general en copia de naciones, y cantidad de naturales: por que no quedo persona en seis leguas en contorno que alli no viniese, para ber en que pa¬raban los grandes tumultos que entre el confuso bulgo an-daua, y puestos en medio de la plaza, Atauallpa y los de su guarda y Consejo, pidió (con mucho amor) la resolución y respuesta de lo propuesto el dia antes: y como de común que inméritamente posee; y para hazer esto no buscara en vosotros otros delitos, mas que aberme sido a mi buenos y leales compañeros, y a mi padre fieles y constantes soldados: y plugiera á el Alto hazedor y a este Sol que nos da el dia, y fuera mi hermano tan benigno, que sola mi sangre y ca¬beza le aplacara y hiziera perder el odio que contra vosotros tiene engendrado: que si lo tal fuera con muy alegre rostro me ofreciera a el sacrificio por todos: mas es tanta su cruel¬dad y tan inplacable su yndignacion que aun se terna por mal satisfecho, con solo quitar la vida a los padres: que en los vientres preñados de sus mugeres, meterá las manos para sacar de ellos a los hijos no nacidos, y despedazarlos con ellas: y para testimonio de esto no ay que buscar otra probanza mas de la ynjusta y no merecida muerte, que junto a Lima Tambo dio a los testamentarios de mi padre deudos todos suyos y mios, y aun vuestros: y mirad con quan liuiana Causa mata primero, a quien mejor le sirue, ynformaos de vuestro deudo y mió, Quilaco Yupangui (que esta presente) de la intención que mi hermano tiene en el Cuzco contra todos nosotros: resta aora carissimos herma¬nos mios que mostréis por las obras el cumplimiento de buestras palabras, yo no me alzo contra mi hermano: y el hazedor saue que no miento, ni menos pretendo ponerme en defensa por lo que á mi vida toca, solo quiero mostrar¬me parte por todos vosotros y procurar buestra conserua- cion y defensa: y que entienda el mundo que el que al menor de vosotros huviere de ofender por mi costado a de abrir la entrada para hazerlo: y si os pareze mas sano consejo (para lo que a vosotros toca) entregarme en las manos de Atoe (executor de la yra de Guascar) yo lo haré sin dete¬nimiento alguno; porque bien bendida sera mi vida, si vale para redención de tantas: miraos y resumios en la respuesta, y dadmela mañana en este lugar: para que luego me aperciba para yr á morir por todos, ó a defender á todos como estoy obligado á todos. No se pudieron abstener de lagrimas, to¬dos los que se hallaron presentes á esta platica: la qual con¬cluyo Atauallpa antes que quisiera: mas el llanto (de que tenia lleno ya su pecho) se le atrabesó en la garganta, y le impidió de todo en todo, el poder hablar mas: y concluyóse esta Junta con dejarla aplazada para el dia siguiente, hallán-dose á ella los naturales de las Prouincias circunbecinas a el Quito y con esto se fué cada uno a su posada, no menos pensatiuo y lastimado que veyan quedar a su caudillo y Señor. Cap. 28 del ofrecimiento que las naciones cercanas á el Quito hizieron de seruir a Atauallpa, y de el prin¬cipio de las guerras de los hermanos y batallas que se dieron. Quando Atoe (Capitan General de Guascar) partió del Cuzco, saco consigo la estatua de el Sol, creyendo con su presencia persuadir á Atauallpa, que luego se entregase en prisión, y quando en Tumibamba la tubo colocada en el templo de Mullucliancha, dijo a los Cañares que ante aquel vano simulacro, le hiziesen un solemne juramento, de ser leales y fieles servidores á Guascar Ynga su señor (como si promesas y omenages fueran parte para remouer de los pe¬chos Cañares la infidelidad y variación a que naturalmente an sido ynclinados) y hecha esta superflua diligencia, co¬menzo a requerir los aposentos, y casas de armas y hazer grandes preuenciones de guerra, y de todo esto tenia por momentos auisos en Quito Atauallpa. Con el nacer el Sol de el dia siguiente, a el que en el Quito se hizo la Junta que dijimos se comenzó otra mas general en copia de naciones, y cantidad de naturales: por que no quedo persona en seis leguas en contorno que alli no viniese, para ber en que pa¬raban los grandes tumultos que entre el confuso bulgo an-daua, y puestos en medio de la plaza, Atauallpa y los de su guarda y Consejo, pidió (con mucho amor) la resolución y respuesta de lo propuesto el dia antes: v como de común consentimiento se huviese dado a Chalco Chima la mano para responder en nombre de todos: comenzo a ablar en esta forma. Si en este instante con las armas en las manos, pudiéramos mostrar (valeroso Ynga) a costa de la vida de tu hermano, la ofensa que á todos nos haze en pretender ofenderte, escusaramos las palabras por remitirnos a las obras: mas en tanto que se ofrece esta coyuntura asegura tu invencible pecho, y pon tu cuidado en tu salud, y el de tu defensa, dexala á el nuestro: que mientras estos brazos tuvieren neruios y sangre, no te faltaran, muriendo, ó bi- uiendo: y considera señor que estos que delante tienes, son los mismos que con tu invencible padre, cercaron el mun¬do, y si el mar no les saliera á el encuentro, fueran á hallar los aposentos donde el sol se esconde, de todo lo qual eres tu buen testigo: y los que pudieron volber en ceniza y pol- bo, a los fuertes Cochisquies, y quitar de el mundo a los porfiados Caranguis, con los demás sus valedores y des- hazer el populoso cerco que los Paches nos tenían puesto junto a las tierras maritimas, mejor podran limpiar a el mundo de la escoria y hez que a tu hermano siguiere: pues sabemos cierto que la Pacha Mama recevira en grandísimo seruicio que le limpiemos la faz, y no la dexemos hollar de gente tan vil y soberuia: Guascar Ynga tu hermano, muestre rigor con los viejos cansados, vencidos ya de la edad y trauajos: mate, destruiga, despedaze, arte su ambre de humana carne, en aquellos mienbros desangrados en su seruicio (como lo á comenzado á hazer) que amigos y hilos an dejado en el mundo que los sabran vengar: con aquellos se indigne á aquellos (o sus semexantes) que nosotros (los que xamas temimos armas) mal nos podran poner miedo palabras: especialmente habladas por hombres que jamas an sauido hazer mas que repartir algodon y lanas de colores entre sus concubinas, para que les hilen bestidos blandos y regalados para gozar de la viciosa ociosidad. Déjanos dé¬janos, señor a nosotros tus compañeros el cargo de estas venganzas, que yo te juro por, el vientre de Mama ocllo, y por la cabeza de Mango Capac (origen y principio de nues¬tro claro linage) y ante este sol que nos alumbra, te prometo (en nombre de quantos están delante) de hazer que en el Cuzco sea saludado tu nombre, con fauorables vozes, y aplauso popular, y demás de esto te prometemos seguir tu yntento, asta el fin, y termino que tu dispusieres, o nuestras vidas duraren. Y enderezando su platica a la multitud de los naturales Quitos, les dixo y vosotros hermanos nuestros (por el largo trato y conbersacion) ya aveis oydo lo que yo (en nombre de todos) á nuestro Ynga y señor he pro-metido, ayudadme como valerosos á cumplir esta promessa, pues mediante su cumplimiento viuireis en paz y regalo con buestro natural Principe: Y si hacéis al contrario, tened por cierto, que buestra misma floxedad (si la teneis) a de meteros por buestras puertas a el berdugo con el cuchillo amolado para cortar buestras gargantas: porque tal muerte ya la teneis merecida, ante el riguroso tribunal de Guascar; pelead como varones que en la defensa de buestra tierra, vidas, padres y hijos, y hermanos, peleáis: nadie ande de oy en adelante sin armas: aperceuidos hermanos con varonil de¬nuedo, no a morir sino a vencer, no a huir sino a seguir, por¬que el que es cobarde en el escondrijo, donde se mete alia su muerte, y el valeroso con hazerle rostro la espanta; mirad que es buestro intento? auisad con tiempo no aguardéis a el ul-timo punto. Aqui llegaua con su platica el Capitan Chalco chima, quando le cortaron el ylo con una confusa y bar¬bara bozeria alzando todos las manos diestras hacia el Sol (que ia iba en medio de el Cielo) en señal de juramento precioso, de seguir á Atauallpa, donde quiera que llebar los quisiese: y tras esto comenzaron a resonar los instrumentos militares, en tanta muchedumbre que ensordecían las ore-jas de los que los oyan: y con gran contento y aplauso se comenzaron todos a acaudillar á manera de reseña, y por sus ayllos y quadrillas llegaron todos a saludar á el nuebo Rey, y con esto se acabó aquel dia, y el siguiente acordo Atauallpa embiar (cautelosamente) ciertos mensageros a consentimiento se huviese dado a Chalco Chima la mano para responder en nombre de todos: comenzo a ablar en esta forma. Si en este instante con las armas en las manos, pudiéramos mostrar (valeroso Ynga) a costa de la vida de tu hermano, la ofensa que á todos nos haze en pretender ofenderte, escusaramos las palabras por remitirnos a las obras: mas en tanto que se ofrece esta coyuntura asegura tu invencible pecho, y pon tu cuidado en tu salud, y el de tu defensa, dexala á el nuestro: que mientras estos brazos tuvieren neruios y sangre, no te faltaran, muriendo, ó bi- uiendo: y considera señor que estos que delante tienes, son los mismos que con tu invencible padre, cercaron el mun¬do, y si el mar no les saliera á el encuentro, fueran á hallar los aposentos donde el sol se esconde, de todo lo qual eres tu buen testigo: y los que pudieron volber en ceniza y pol- bo, a los fuertes Cochisquies, y quitar de el mundo a los porfiados Caranguis, con los demás sus valedores y des- hazer el populoso cerco que los Paches nos teman puesto junto a las tierras marítimas, mejor podran limpiar a el mundo de la escoria y hez que a tu hermano siguiere: pues sabemos cierto que la Pacha Mama recevira en grandísimo seruicio que le limpiemos la faz, y no la dexemos hollar de gente tan vil y soberuia: Guascar Ynga tu hermano, muestre rigor con los viejos cansados, vencidos ya de la edad y trauajos: mate, destruiga, despedaze, arte su ambre de humana carne, en aquellos mienbros desangrados en su seruicio (como lo á comenzado á bazer) que amigos y hiios an dejado en el mundo que los sabran vengar: con aquellos se indigne á aquellos (o sus semexantes) que nosotros (los que xamas temimos armas) mal nos podran poner miedo palabras: especialmente habladas por hombres que jamas an sauido hazer mas que repartir algodon y lanas de colores entre sus concubinas, para que les hilen bestidos blandos y regalados para gozar de la viciosa ociosidad. Déjanos dé¬janos, señor a nosotros tus compañeros el cargo de estas venganzas, que yo te juro por el vientre de Mama ocllo, y por la cabeza de Mango Capac (origen y principio de nues¬tro claro linage) y ante este sol que nos alumbra, te prometo (en nombre de quantos están delante) de hazer que en el Cuzco sea saludado tu nombre, con fauorables vozes, y aplauso popular, y demás de esto te prometemos seguir tu yntento, asta el fin, y termino que tu dispusieres, o nuestras vidas duraren. Y enderezando su platica a la multitud de los naturales Quitos, les dixo y vosotros hermanos nuestros (por el largo trato y conbersacion) ya aveis oydo lo que yo (en nombre de todos) á nuestro Ynga y señor he pro¬metido, ayudadme como valerosos á cumplir esta promcssa, pues mediante su cumplimiento viuireis en paz y regalo con buestro natural Principe: Y si hacéis al contrario, tened por cierto, que buestra misma floxedad (si la teneis) a de meteros por buestras puertas a el berdugo con el cuchillo amolado para cortar buestras gargantas: porque tal muerte ya la teneis merecida, ante el riguroso tribunal de Guascar; pelead como varones que en la defensa de buestra tierra, vidas, padres y hijos, y hermanos, peleáis: nadie ande de oy en adelante sin armas: aperceuidos hermanos con varonil de¬nuedo, no a morir sino a vencer, no a huir sino a seguir, por¬que el que es cobarde en el escondrijo, donde se mete alia su muerte, y el valeroso con hazerle rostro la espanta; mirad que es buestro intento? auisad con tiempo no aguardéis a el ul¬timo punto. Aqui llegaua con su platica el Capitan Chalco chima, quando le cortaron el ylo con una confusa y bar¬bara bozeria alzando todos las manos diestras hacia el Sol (que ia iba en medio de el Cielo) en señal de juramento precioso, de seguir á Atauallpa, donde quiera que llebar los quisiese: y tras esto comenzaron a resonar los instrumentos militares, en tanta muchedumbre que ensordecian las ore¬jas de los que los oyan: y con gran contento y aplauso se comenzaron todos a acaudillar á manera de reseña, y por sus ayllos y quadrillas llegaron todos a saludar á el nuebo Rey, y con esto se acabó aquel dia, y el siguiente acordo Atauallpa embiar (cautelosamente) ciertos mensageros a Atoe Capitan de su hermano, a preguntarle el intento con que de el Cuzco avia partido y adonde queria hazer jor¬nada, y los mensageros hizieron su oficio cumplidamente y con muy afectuosos ruegos, importunaron á Atoe dixese en qual parte (de las muchas que auia por Conquistar) queria meter exercito, porque Atauallpa tenia aperceuidos muchos soldados para yr á ayudarle en seruicio de Guascar Ynga su hermano; y viniéndose á aclarar Atoe, les respondio que la jornada que venia a hazer era yr a el Quito a prender y matar á Atauallpa porque el de su auturidad (sin asisten¬cia de los sacerdotes y senado de el Cuzco) se auia hecho Ynga: profanando las venerables insinias y vestidura per-mitidas a solos los señores derechamente Yngas, y que este era su intento, y para esto aperceuia su gente: que mejor le seria á Atauallpa venirse a su presencia, que aun asta en¬tonces remedio podría aver en su vida: el qual (en manera ninguna) no podría aver pasada aquella coyuntura, llenos de estos y otras amenazas se voluieron a el Quito los men¬sageros, y dieron por nueba á Atauallpa, como Atoe, que- daua a punto de partir de Tumibamba, a lo prender y matar, y de esta prebencion se dio mandado a Chalcochima, que estaua ya nombrado por Capitan General, y a Quiz Quiz, que era constituido en un oficio a manera de Maese de campo, por ser como era, cruel, sagaz y mañosso, y lo mismo se hizo a los demás Capitanes y Caudillos nombrados. Y todos en un instante y con yncreible presteza juntaron sus gentes, y salieron con ellas a las llanadas de Chillogallo, y de alli comenzaron á caminar con mucho concierto, con cuidado de ganarle á el enemigo el paso de la puente del Rio de Ambato, y por su buena diligencia la ocuparon pri¬mero y dejando seguro el paso para su buelta caminaron adelante, y en las Campiñas de Mocha, encontraron a el exercito de Atoe, y alli se comenzo un braba, y desapiedada batalla, muriendo mucha gente de ambas partes. Esta ba¬talla fue la puerta por donde entro la guerra, que asta la muerte de ambos continuaron estos dos hermanos, Guascar Ynga y Atauallpa Ynga. Contraria se mostro la suerte a el exercito de los de Quito, porque (aunque a el principio comenzaron a llebar lo mejor) en un instante se les altero la fortuna, y fueron vencidos y puestos en bergonzosa huida: con muertes de muchos y buenos soldados. En tanto que esto pasaba Atauallpa (que en el Quito auia quedado) hizo venir nueba y bien armada gente, de todas las Pro¬vincias: para embiar siempre socorro de gentes y armas a sus Capitanes y mas presto de lo que el Ynga pensaua, le lle¬go nueba de la rota y desbarate que en Mocha le auia subce- dido a su gente y de la muerte de muchos soldados viejos compañeros suyos en los trauajos pasados; y fue grande la pena que esta nueba le causo: mas dilatando las muestras de ella para tiempo mas comodo, con una increyble pres¬teza hizo juntar en Añaquito gran multitude de gente ar¬mada, y atrauesando por medio de la poblacion de Quito, hizo una galana pauonada, llebando el la banguardia a pie, y con una media lanza en su mano, como solicito Capitan: y en tal orden (sin tomar reposo) camino por la via que pudiese recoger las reliquias de su exercito: y entre Muía halo y Llactacunga encontró con los primeros y mas ade¬lantados en huir, y con palabras afrentosas los hizo meter en la orden, y bolber otra vez a la guerra, luego tubo men¬sageros de sus Capitanes, de como el exercito enemigo venia caminando, ceuado en la victoria de Mocha: y de como Chalcochima le venia a la vista con su poca y maltratada gente, recogiendo la que podia para lo aguardar, en las angosturas de Mullihambato: y el Ynga Atauallpa le embio á mandar que no pasase de alli, sino que desde el lugar donde aquella boz lo tomase (ora fuese antes ora despues de Mu¬llihambato) se detuviese en el paso de el Rio: y alli acome¬tiese á Atoe. Chalcochima cumplió el mandato de su Señor y aguardo en aquel lugar, y en esto comenzaron a sonar por los ayres los Atambores y vocinas de Atoe, y por otra parte también los de el exercito de Atauallpa reforzado de nueuo, y alli se afrontaron los esquadrones, y se comenzo Atoe Capitan de su hermano, a preguntarle el intento con que de el Cuzco avia partido y adonde queria hazer jor¬nada, y los mensageros hizieron su oficio cumplidamente y con muy afectuosos ruegos, importunaron á Atoe dixese en qual parte (de las muchas que auia por Conquistar) queria meter exercito, porque Atauallpa tenia aperceuidos muchos soldados para yr á ayudarle en seruicio de Guascar Ynga su hermano; y viniéndose á aclarar Atoe, les respondio que la jornada que venia a hazer era yr a el Quito a prender y matar á Atauallpa porque el de su auturidad (sin asisten¬cia de los sacerdotes y senado de el Cuzco) se auia hecho Ynga: profanando las venerables insinias y vestidura per-mitidas a solos los señores derechamente Yngas, y que este era su intento, y para esto aperceuia su gente: que mejor le seria á Atauallpa venirse a su presencia, que aun asta en¬tonces remedio podria aver en su vida: el qual (en manera ninguna) no podria aver pasada aquella coyuntura, llenos de estos y otras amenazas se voluieron a el Quito los men¬sageros, y dieron por nueba á Atauallpa, como Atoe, que- daua a punto de partir de Tumibamba, a lo prender y matar, y de esta prebencion se dio mandado a Chalcochima, que estaua ya nombrado por Capitan General, y a Quiz Quiz, que era constituido en un oficio a manera de Maese de campo, por ser como era, cruel, sagaz y mañosso, y lo mismo se hizo a los demás Capitanes y Caudillos nombrados. Y todos en un instante y con yncreible presteza juntaron sus gentes, y salieron con ellas a las llanadas de Chillogallo, y de alli comenzaron á caminar con mucho concierto, con cuidado de ganarle á el enemigo el paso de la puente del Rio de Ambato, y por su buena diligencia la ocuparon pri¬mero y dejando seguro el paso para su buelta caminaron adelante, y en las Campiñas de Mocha, encontraron a el exercito de Atoe, y alli se comenzo un braba, y desapiedada batalla, muriendo mucha gente de ambas partes. Esta ba¬talla fue la puerta por donde entro la guerra, que asta la muerte de ambos continuaron estos dos hermanos, Guascar Ynga y Atauallpa Ynga. Contraria se mostro la suerte a el exercito de los de Quito, porque (aunque a el principio comenzaron a llebar lo mejor) en un instante se les altero la fortuna, y fueron vencidos y puestos en bergonzosa buida: con muertes de muchos y buenos soldados. En tanto que esto pasaba Atauallpa (que en el Quito auia quedado) hizo venir nueba y bien armada gente, de todas las Pro¬vincias: para embiar siempre socorro de gentes y armas a sus Capitanes y mas presto de lo que el Ynga pensaua, le lle¬go nueba de la rota y desbarate que en Mocha le auia subce- dido a su gente y de la muerte de muchos soldados viejos compañeros suyos en los trauajos pasados; y fue grande la pena que esta nueba le causo: mas dilatando las muestras de ella para tiempo mas comodo, con una increyble pres¬teza hizo juntar en Añaquito gran multitude de gente ar¬mada, y atrauesando por medio de la poblacion de Quito, hizo una galana pauonada, llebando el la banguardia a pie, y con una media lanza en su mano, como solicito Capitan: y en tal orden (sin tomar reposo) camino por la via que pudiese recoger las reliquias de su exercito: y entre Muía halo y Llactacunga encontró con los primeros y mas ade¬lantados en huir, y con palabras afrentosas los hizo meter en la orden, y bolber otra vez a la guerra, luego tubo men¬sageros de sus Capitanes, de como el exercito enemigo venia caminando, ceuado en la victoria de Mocha: y de como Chalcochima le venia a la vista con su poca y maltratada gente, recogiendo la que podia para lo aguardar, en las angosturas de Mullihambato: y el Ynga Atauallpa le embio á mandar que no pasase de alli, sino que desde el lugar donde aquella boz lo tomase (ora fuese antes ora despues de Mu¬llihambato) se detuviese en el paso de el Rio: y alli acome¬tiese á Atoe. Chalcochima cumplió el mandato de su Señor y aguardo en aquel lugar, y en esto comenzaron a sonar por los ayres los Atambores y vocinas de Atoe, y por otra parte también los de el exercito de Atauallpa reforzado de nueuo, y alli se afrontaron los esquadrones, y se comenzo una porfiada batalla como se puede creer que deuia ser entre afrentados de la una parte y victoriosos de la otra: ella se comenzo por la mañana y quando el Sol iba declinando co¬menzo á declinar también la parte de el Cuzco de que Atoe era Capitan General, y cómo fueron los Quitos reconocien¬do bentaja, cobraron aliento, y en brebe pusieron por tierra lo mejor y mas fuerte de el Exercito contrario: y con muer¬te y prisión de muchos, quedaron vencidos y desbaratados los Cuzcos: y el General Atoe, y el Cacique de los Cañares Ullco Colla, y otros muchos Capitanes fueron presos, y traídos ante Atauallpa, el qual mando que los lleuasen a el Quito, y abiendo recogido todo el bagaje y repuesto de los vencidos se fueron a Quito donde se zelebró el vencimien¬to, con muerte inominosa de Ullco Colla, Cazique de los Cañaris, causa primera de estas discordias: á Atoe mando dar brauos tormentos, porque descubriese lo que de el Cuzco sauia, y abiendolo hecho lo mando matar, haciéndole tirar muchos dardos, y flechas como auian hecho á Ullco-coila: y con esta victoria se comenzo a mostrar mas al descubierto su intento, y se hacia seruir y tratar como Ynga Rey. El sentimiento que de esta Victoria tubo Guascar Ynga en el Cuzco quando le llegaron las nueuas, fue arto mayor que las muestras que de ello dió, porque dizen que lo que le respondio a el mensagero fue decir, (sonrriendose) huel¬gúese aora y triunfe mi hermano de su propia nación que el llebara el castigo: luego puso su cuydado, en embiar otro Capitan, con nuebas legiones de gentes bien aperceuidas de armas: y no sintiendo quien mejor hiziese aquella jornada que su hermano Guanea Auqui, lo nombro por General, con libre y general imperio: y por obligarlo mas a virtud militar, lo honrró con darle andas en que pudiese andar, que era la maior honrra que se podia desear: yban en su compañia de este Capitan, Guacamayta, y Yaguapanti, y otros princi-pales hombres de el Cuzco, que por seruir a el Ynga, y hon- rrar a su hermano se quisieron hallar en esta empresa: lle¬gado que fué á Tumibamba Guanea Auqui con su vistoso exercito, tubo mensageros de su hermano Atauallpa, en que le hacia sauer de el estado de sus cossas y en quanta aflicción se hallaua por hallarse en desgracia de su hermano, y como amaua el y deseaua la paz, si su hermano no le quisiese hazer guerra. Esto y otras muchas cosas suyo decir el mensajero, con tan vibo afecto que enterneció el pecho de Guanea Auqui, y aun dizen que lloro, de lastima que tubo á su hermano, por la confusion y conflicto en que se hallaua. Crio tanta sospecha, en los corazones maliziosos de los amigos de nouedades, la terneza que sintieron en Guanea Auqui, que vinieron á glosar, que aquella visita hauia sido hecha a fin de conjurarse los dos hermanos, Atauallpa y Guanea Auqui, y hazer liga contra Guascar Ynca: y ansi se presumió, y se creyó ser cierto: lo qe como llegase a no¬ticia de Guanea, por desmentir las malas intenciones, trato luego de hazerle guerra a su hermano y contrario, y ansi mismo acordó Atauallpa venir a buscar á su enemigo, por tener ganada aquella distancia de tierra que ay de Quito á Tumibamba. No se podra encarezer quan lucido exercito salió de el Quito acompañando a su Principe, ni quan ga¬nosos venian todos, de conseruar y llebar adelante la buena reputación ganada en la batalla de Mullihambato, y con buena orden metió sus esquadras en las Campiñas de Tumi- bamba, lo qual sauido por Guanea Auqui dio priessa a sus Capitanes que tomasen con brebedad, la puente del Rio de aquel ameno Valle, y todos acudieron á este menester, y partieron sus gentes en diez Esquadrones, aplicando cada uno, aparte diferente, y por donde mas pudiese dañar a el Contrario. Por mucha priesa que la gente de el Cuzco se dio á acudir á la puente, ya los quitos la tenian ocupada: y sobre perderla ó ganarla se comenzo una confusa escara-muza, y tal, que cebando los Generales siempre gente de refresco, vino a formarse una batalla de poder a poder, y tan trauada que la noche fué quien los departió, y no pudo con sus humores fríos mitigar la colera de los encarnizados combatientes, porque a el abrir de el siguiente dia comen- una porfiada batalla como se puede creer que deuia ser entre afrentados de la una parte y victoriosos de la otra: ella se comenzo por la mañana y quando el Sol iba declinando co¬menzo á declinar también la parte de el Cuzco de que Atoe era Capitan General, y cómo fueron los Quitos reconocien¬do bentaja, cobraron aliento, y en brebe pusieron por tierra lo mejor y mas fuerte de el Exercito contrario: y con muer¬te y prisión de muchos, quedaron vencidos y desbaratados los Cuzcos: y el General Atoe, y el Cacique de los Cañares Ullco Colla, y otros muchos Capitanes fueron presos, y traídos ante Atauallpa, el qual mando que los lleuasen a el Quito, y abiendo recogido todo el bagaje y repuesto de los vencidos se fueron a Quito donde se zelebró el vencimien¬to, con muerte inominosa de Ullco Colla, Cazique de los Cañaris, causa primera de estas discordias: á Atoe mando dar brauos tormentos, porque descubriese lo que de el Cuzco sauia, y abiendolo hecho lo mando matar, haciéndole tirar muchos dardos, y flechas como auian hecho á Ullco-colla: y con esta victoria se comenzo a mostrar mas al descubierto su intento, y se hacia seruir y tratar como Ynga Rey. El sentimiento que de esta Victoria tubo Guascar Ynga en el Cuzco quando le llegaron las nueuas, fue arto mayor que las muestras que de ello dió, porque dizen que lo que le respondio a el mensagero fue decir, (sonrriendose) huel¬gúese aora y triunfe mi hermano de su propia nación que el llcbara el castigo: luego puso su cuydado, en embiar otro Capitan, con nuebas legiones de gentes bien aperceuidas de armas: y no sintiendo quien mejor hiziese aquella jornada que su hermano Guanea Auqui, lo nombro por General, con libre y general imperio: y por obligarlo mas a virtud militar, lo honrró con darle andas en que pudiese andar, que era la maior honrra que se podia desear: yban en su compañia de este Capitan, Guacamayta, y Yaguapanti, y otros princi-pales hombres de el Cuzco, que por seruir a el Ynga, y hon- rrar a su hermano se quisieron hallar en esta empresa: lle¬gado que fué á Tumibamba Guanea Auqui con su vistoso exercito, tubo mensageros de su hermano Atauallpa, en que le hacia sauer de el estado de sus cossas y en quanta aflicción se hallaua por hallarse en desgracia de su hermano, y como amaua el y deseaua la paz, si su hermano no le quisiese hazer guerra. Esto y otras muchas cosas suyo decir el mensajero, con tan vibo afecto que enterneció el pecho de Guanea Auqui, y aun dizen que lloro, de lastima que tubo á su hermano, por la confusion y conflicto en que se hallaua. Crio tanta sospecha, en los corazones maliziosos de los amigos de nouedades, la terneza que sintieron en Guanea Auqui, que vinieron á glosar, que aquella visita hauia sido hecha a fin de conjurarse los dos hermanos, Atauallpa y Guanea Auqui, y hazer liga contra Guascar Ynca: y ansi se presumió, y se creyó ser cierto: lo qe como llegase a no¬ticia de Guanea, por desmentir las malas intenciones, trato luego de hazerle guerra a su hermano y contrario, y ansi mismo acordó Atauallpa venir a buscar á su enemigo, por tener ganada aquella distancia de tierra que ay de Quito á Tumibamba. No se podra encarezer quan lucido exercito salió de el Quito acompañando a su Principe, ni quan ga¬nosos venian todos, de conseruar y llebar adelante la buena reputación ganada en la batalla de Mullihambato, y con buena orden metió sus esquadras en las Campiñas de Tumi- bamba, lo qual sauido por Guanea Auqui dio priessa a sus Capitanes que tomasen con brebedad, la puente del Rio de aquel ameno Valle, y todos acudieron á este menester, y partieron sus gentes en diez Esquadrones, aplicando cada uno, aparte diferente, y por donde mas pudiese dañar a el Contrario. Por mucha priesa que la gente de el Cuzco se dio á acudir á la puente, ya los quitos la tenian ocupada: y sobre perderla ó ganarla se comenzo una confusa escara-muza, y tal, que cebando los Generales siempre gente de refresco, vino a formarse una batalla de poder a poder, y tan trauada que la noche fué quien los departió, y no pudo con sus humores fríos mitigar la colera de los encarnizados combatientes, porque a el abrir de el siguiente dia comen¬zaron (con nuebo brío) a contender, por la final victoria, y al declinar de el Sol, se declaro por los de el Cuzco, aun¬que tales victorias no son con las que los Principes se deben alegrar, pues fue asi, que de la parte vencedora, murieron muy muchos mas que de la vencida, mas estos lanzes, que de la fortuna, el que los permite los entiende. Atauallpa, Chalcochima, Quizquiz, y sus Capitanes (y los que de la matanza escaparon) se retruxeron á un cerro, llamado Mullo turo, donde los tuvieron los de el Cuzco, cercados aquella noche aguardando a el dia siguiente, para acabarlos de todo punto: mas subcedioles muy al contrario, pues fue tan malo su govierno, y tan poco su ardid, que les acometie¬ron sin orden ni concierto, y con esquadrones desmembra¬dos, y como era todo un cuerpo, el que estaua en lo alto, y estauan deseosos de descercarse, comenzaron a acometer por la parte mas flaca de los que les iban acometiendo, y con furor desesperado de remedio, se dejaron ir las cuestas abajo, y con la furia que llebaban atrepellaron a sus cerca-dores, y salieron a lo llano: y sin dar lugar a Guanea Auqui ni a sus Capitanes de se poder juntar, comenzaron a herir y matar en ellos, con tanto animo y heruor, como si en aquel punto se comenzara la batalla, el remate fue que Guanea Auqui salió desbaratado por entonzes: y se fue retirando y recogendo su gente, la buelta de Tumibamba: y aunque Chalcochima, y Quizquiz, lo pudieran yr siguiendo, con¬tentáronse por entonzes, con lo hecho, y comenzaron á juntar sus gentes, y darles lugar de alentarse, y de tomar alguna refacción corporal, que bien la auian menester. En¬tre tanto Guanea junto sus gentes, y reforzólas con los que en Tumibamba abian quedado, y otro dia, quando supo que de los de Atauallpa comencauan á marchar, para entrar en lo poblazon comenzo el también a caminar a su encuentro para estoruarselo: y se comenzó otra no menos sangrieta batalla que las pasadas, y al cauo de ella (y aun del dia) comenzaron á blandear los de el Cuzco, y a rretirarse (ha¬ciendo rostro) hacia los paredones de su pueblo, y alli los hizieron los mandones represar, y volber con las lanzas a defender la entrada a los de el Quito, que ya venian apelli¬dando victoria: de nuevo se comenzo alli la pelea, con tan¬to corage, como si no huvieran medido otra vez las lanzas: mas como ya la fortuna tenia acortado el fiel de sus balan¬zas a la parte de el Cuzco dio con ella en tierra, con poco peso y los de el Quito (como ceuados en Victorias) carga¬ron la mano en su seguimiento, y hizieronles pasar de la otra parte de Pomapongo, y muchos se ahogaron por arro¬jarse á el rio y huyendo de la muerte la iban a hallar en el agua: bien se deja entender lo que Guanea Auqui sentiría esta perdida, y en lo que Atauallpa estimaría una ganancia a tan ligitima coyuntura. Con la mas gente que Guanea pudo recoxer se suvio a los altos de la otra banda de el rio y alli tomo acuerdo de lo que deuian hazer, y vido su Exer¬cito tan descarnado, y sus gentes tan dessangradas, que tu¬bo por medio saludable, retirarse con buena orden, a el Va¬lle de Cusibamba donde llegado, despacho a el Cuzco las tristes nueuas de su total ruina y perdición, y en aquel Va¬lle comenzó a hazerse fuerte, porque aun no se tenia por si- guro en aquel sitio, aunque estaua treinta leguas de distan¬cia. Atauallpa (que en Tumibamba se hallaua pujante y victorioso) quiso castigar las trayeiones cometidas por la nación Cañar, que verdaderamente ellos fueron los que mas se mostraron siempre obpuestos y contrarios a el seruicio de Atauallpa, el castigo que hizo fue tan riguroso y cruel, que si mas yllustre fuera de lo que fue, bastara aquel hecho a macular su buena opinion, si acaso la tuviera. De las in¬humanidades que hizo, solo pornemos una, y fue que a las mugeres preñadas, las hacia matar con crueldad barbara, y antes que de todo punto la sangre se le elase, sacaua de sus vientres las criaturas palpitando, y medio vibas y ha¬cíalas matar otra vez; porque decia el, que gentes tan ma¬las, merecían morir dos vezes. Puso en tal estremo la tierra, y dejola tan despoblada de sus naturales, que en algunas partes que solían ser pueblos de numerosa cantidad, se veen zaron (con nuebo brio) a contender, por la final victoria, y al declinar de el Sol, se declaro por los de el Cuzco, aun¬que tales victorias no son con las que los Principes se deben alegrar, pues fue asi, que de la parte vencedora, murieron muy muchos mas que de la vencida, mas estos lanzes, que de la fortuna, el que los permite los entiende. Atauallpa, Chalcochima, Quizquiz, y sus Capitanes (y los que de la matanza escaparon) se retruxeron á un cerro, llamado Mullo turo, donde los tuvieron los de el Cuzco, cercados aquella noche aguardando a el dia siguiente, para acabarlos de todo punto: mas subcedioles muy al contrario, pues fue tan malo su govierno, y tan poco su ardid, que les acometie¬ron sin orden ni concierto, y con esquadrones desmembra¬dos, y como era todo un cuerpo, el que estaua en lo alto, y estauan deseosos de descercarse, comenzaron a acometer por la parte mas flaca de los que les iban acometiendo, y con furor desesperado de remedio, se dejaron ir las cuestas abajo, y con la furia que llebaban atrepellaron a sus cerca¬dores, y salieron a lo llano: y sin dar lugar a Guanea Auqui ni a sus Capitanes de se poder juntar, comenzaron a herir y matar en ellos, con tanto animo y heruor, como si en aquel punto se comenzara la batalla, el remate fue que Guanea Auqui salió desbaratado por entonzes: y se fue retirando y recogendo su gente, la buelta de Tumibamba: y aunque Chalcochima, y Quizquiz, lo pudieran yr siguiendo, con¬tentáronse por entonzes, con lo hecho, y comenzaron á juntar sus gentes, y darles lugar de alentarse, y de tomar alguna refacción corporal, que bien la auian menester. En¬tre tanto Guanea junto sus gentes, y reforzólas con los que en Tumibamba abian quedado, y otro dia, quando supo que de los de Atauallpa comencauan á marchar, para entrar en lo poblazon comenzo el también a caminar a su encuentro para estoruarselo: y se comenzó otra no menos sangrieta batalla que las pasadas, y al cauo de ella (y aun del dia) comenzaron á blandear los de el Cuzco, y a rretirarse (ha¬ciendo rostro) hacia los paredones de su pueblo, y alli los < hizieron los mandones represar, y volber con las lanzas a defender la entrada a los de el Quito, que ya venian apelli¬dando victoria: de nuevo se comenzo alli la pelea, con tan¬to corage, como si no huvieran medido otra vez las lanzas: mas como ya la fortuna tenia acortado el fiel de sus balan¬zas a la parte de el Cuzco dio con ella en tierra, con poco peso y los de el Quito (como ceuados en Victorias) carga¬ron la mano en su seguimiento, y hizieronles pasar de la otra parte de Pomapongo, y muchos se ahogaron por arro¬jarse á el rio y huyendo de la muerte la iban a hallar en el agua: bien se deja entender lo que Guanea Auqui sentiria esta perdida, y en lo que Atauallpa estimaría una ganancia a tan ligitima coyuntura. Con la mas gente que Guanea pudo recoxer se suvio a los altos de la otra banda de el rio y alli tomo acuerdo de lo que deuian hazer, y vido su Exer¬cito tan descarnado, y sus gentes tan dessangradas, que tu¬bo por medio saludable, retirarse con buena orden, a el Va¬lle de Cusibamba donde llegado, despacho a el Cuzco las tristes nueuas de su total ruina y perdición, y en aquel Va¬lle comenzó a hazerse fuerte, porque aun no se tenia por si- guro en aquel sitio, aunque estaua treinta leguas de distan¬cia. Atauallpa (que en Tumibamba se hallaua pujante y victorioso) quiso castigar las trayeiones cometidas por la nación Cañar, que verdaderamente ellos fueron los que mas se mostraron siempre obpuestos y contrarios a el seruicio de Atauallpa, el castigo que hizo fue tan riguroso y cruel, que si mas yllustre fuera de lo que fue, bastara aquel hecho a macular su buena opinion, si acaso la tuviera. De las in¬humanidades que hizo, solo pornemos una, y fue que a las mugeres preñadas, las hacia matar con crueldad barbara, y antes que de todo punto la sangre se le elase, sacaua de sus vientres las criaturas palpitando, y medio vibas y ha¬cíalas matar otra vez; porque decia el, que gentes tan ma¬las, merecian morir dos vezes. Puso en tal estremo la tierra, y dejola tan despoblada de sus naturales, que en algunas partes que solian ser pueblos de numerosa cantidad, se veen aora solos los guesos blanqueando. Antes que concluyamos con este Capitulo, sera bien que desalagamos lo que algu¬nos escritos mal informados, an puesto en sus Crónicas, quando tratan de esta guerra: y es que afirman, que las gen¬tes de el Cuzco prendieron en Tumibamba a Atauallpa, y lo pusieron en una estrecha prisión, y que una Yndia entro a el so color de visitarlo y le dio una barra de plata y cobre, para que horadando de noche la pared se escapase, y que ansi lo hizo Atauallpa, y salido de la prisión se fué huyen¬do a el Quito, y hizo creer a las gentes de aquellas comar¬cas, que su padre el Sol lo auia conuertido en forma de cu¬lebra, y como tal se auia escapado por un estrecho aguge- ro, y que le auia dado palabra que si voluia con gente so¬bre Tumibamba saldria vencedor: y que con esta fingida nouela auia juntado infinito numero de gentes, y con ellas auia dado buelta sobre Tumibamba y auia vencido a sus enemigos, y hecho el notable castigo que dejamos contado. La verdad de la historia es la aqui contenida, y como paso puntualmente, porque no ay que dudar sino que si a Ata¬uallpa pudieran aber a las manos los de el Cuzco al punto le mataran: porque ansi se lo auia mandado su Rey y señor, Guascar Ynga. Capitulo 29 del sentimiento que se hizo en el Cuzco por las perdidas subcedidas a Guanea Auqui, y de las plegarias que hizieron i sus Guacas. Y de las Guerras que tuvieron Guanea Auqui y sus capitanes con los Pacamoros, y el subceso de ellas y de la prosecución de las guerras fra¬ternas. Guscar Ynga que en el Cuzco reciuio la nueba de estas rotas y destrozos, no tubo disimulación para sobrelleuar tanto sentimiento, y vino a confirmar la sospecha que de su hermano, Guanea Auqui se tenia, de que estaua hecho de concierto, con Atauallpa, para destruirlo, y quitarle el Ymperio: mas esta imaginación encubrióla porque hallaua algunas razones para dissuadirse de ella. Mando que en el Cuzco se hiziesen ciertas ceremonias tristes, a quien llama¬ban Ytu, cuya celebración era en esta manera: ayunaban todos dos dias, y en este tiempo no se comia cosa con sal, ni agi, ni llegaban á muger, y otro dia se juntauan en una plaza, donde no auia de aver animal de ninguna suerte, ni hombre ni muger que no fuese natural de el Cuzco: y ves-tíanse todos de ciertas vestiduras hechas para tal efecto y menester, y con las cabezas cubiertas comenzaban á andar en procesion, con mucho espacio, sin hablarse los unos a los otros, y menaban los pies, a el sordo son de atanbores des¬templados, y de esta manera andauan veinte y quatro oras: lo qual acabado beuian y comían otras veynte y quatro oras, y estas supresticiones, mando el Guascar hazer en el Cuzco, porque no se zelebraban sino en tiempo de necesi¬dad estrema y de alguna notable perdida, como lo era esta que dexamos contada, para el Guascar Ynga con la victoria alcanzada por Atauallpa en Tumibamba aparto algo de si, a su importuno enemigo, y tubo lugar su gente de recrear- y se alentar, y tomar Consejo para qualquiera acometimien¬to, que los de el Cuzco intentasen hazerle, porque esto jus- tificaua (en alguna manera) la causa de este Ynga, que jamas yncito a su hermano a guerra alguna, antes el fué siempre de el incitado y las armas que saco siempre a cam¬po, fueron para defenderse, y con fuerza repeler otra fuer-za: y como viese que Guanea Auqui se estaua quieto en Cu- sibamba, y la guerra hacia notable pausa, y que no auia, ni le auisaban de el Cuzco sus amigos rumor de rompimiento, no quiso, que sus muchas gentes estuviesen ociosas, y para ocuparlos, y entretenerlos, y avituar-a las armas: hizo la entrada en las Prouincias de los Quixos, que caen a el orien¬te de la Ciudad de Quito, de la otra parte de la gran Cor¬dillera, vertientes a el mar de el Norte, y hauiendo sus Ca¬pitanes puesto a su ovediencia las prouincias de Maspa, Tos- aora solos los guesos blanqueando. Antes que concluyamos con este Capitulo, sera bien que desahagamos lo que algu¬nos escritos mal informados, an puesto en sus Crónicas, quando tratan de esta guerra: y es que afirman, que las gen¬tes de el Cuzco prendieron en Tumibamba a Atauallpa, y lo pusieron en una estrecha prisión, y que una Yndia entro a el so color de visitarlo y le dio una barra de plata y cobre, para que horadando de noche la pared se escapase, y que ansi lo hizo Atauallpa, y salido de la prisión se fué huyen¬do a el Quito, y hizo creer a las gentes de aquellas comar¬cas, que su padre el Sol lo auia conuertido en forma de cu¬lebra, y como tal se auia escapado por un estrecho aguge- ro, y que le auia dado palabra que si voluia con gente so¬bre Tumibamba saldria vencedor: y que con esta fingida nouela auia juntado infinito numero de gentes, y con ellas auia dado buelta sobre Tumibamba y auia vencido a sus enemigos, y hecho el notable castigo que dejamos contado. La verdad de la historia es la aqui contenida, y como paso puntualmente, porque no ay que dudar sino que si a Ata¬uallpa pudieran aber a las manos los de el Cuzco al punto le mataran: porque ansi se lo auia mandado su Rey y señor, Guascar Ynga. Capitulo 29 del sentimiento que se hizo en el Cuzco por las perdidas subcedidas a Guanea Auqui, y de las plegarias que hizieron á sus Guacas. Y de las Guerras que tuvieron Guanea Auqui y sus capitanes con los Pacamoros, y el subceso de ellas y de la prosecución de las guerras fra¬ternas. Guscar Ynga que en el Cuzco reciuio la nueba de estas rotas y destrozos, no tubo disimulación para sobrelleuar tanto sentimiento, y vino a confirmar la sospecha que de su hermano, Guanea Auqui se tenia, de que estaua hecho de concierto, con Atauallpa, para destruirlo, y quitarle el Ymperio: mas esta imaginación encubrióla porque hallaua algunas razones para dissuadirse de ella. Mando que en el Cuzco se hiziesen ciertas ceremonias tristes, a quien llama¬ban Ytu, cuya celebración era en esta manera: ayunaban todos dos dias, y en este tiempo no se comia cosa con sal, ni agi, ni llegaban á muger, y otro dia se juntauan en una plaza, donde no auia de aver animal de ninguna suerte, ni hombre ni muger que no fuese natural de el Cuzco: y ves-tíanse todos de ciertas vestiduras hechas para tal efecto y menester, y con las cabezas cubiertas comenzaban á andar en procesion, con mucho espacio, sin hablarse los unos a los otros, y menaban los píes, a el sordo son de atanbores des¬templados, y de esta manera andauan veinte y quatro oras: lo qual acabado beuian y comían otras veynte y quatro oras, y estas suprestíciones, mando el Guascar hazer en el Cuzco, porque no se zelebraban sino en tiempo de necesi¬dad estrema y de alguna notable perdida, como lo era esta que dexamos contada, para el Guascar Ynga con la victoria alcanzada por Atauallpa en Tumibamba aparto algo de si, a su importuno enemigo, y tubo lugar su gente de recrear- y se alentar, y tomar Consejo para qualquiera acometimien¬to, que los de el Cuzco intentasen hazerle, porque esto jus- tificaua (en alguna manera) la causa de este Ynga, que jamas yncito a su hermano a guerra alguna, antes el fue siempre de el incitado y las armas que saco siempre a cam¬po, fueron para defenderse, y con fuerza repeler otra fuer¬za: y como viese que Guanea Auqui se estaua quieto en Cu- sibamba, y la guerra hacia notable pausa, y que no auia, ni le auisaban de el Cuzco sus amigos rumor de rompimiento, no quiso, que sus muchas gentes estuviesen ociosas, y para ocuparlos, y entretenerlos, y avituar a las armas: hizo la entrada en las Prouincias de los Quixos, que caen a el orien¬te de la Ciudad de Quito, de la otra parte de la gran Cor¬dillera, vertientes a el mar de el Norte, y hauiendo sus Ca¬pitanes puesto a su ovediencia las prouincias de Maspa, Tos- ta, Cozanga, y la Coca, y otras de sus arredores, se salieron a el Quito, cansados ya de vencer Naciones tan desaproue- chadas y pobres. luego otro verano siguiente hizieron jor¬nadas contra las Prouincia? de Yumbos: y auiendo vencido y sugetado, aquellas desnudas gentes, y conocido su pobre¬za y poco valor se boluieron á el Quito, a labrar las tierras ociosas y montossas, por las largas guerras pasadas. Como Guanea Auqui supiese en Cusibamba, que su hermano Ata¬uallpa, se ocupaba en Conquistar Prouincias de nueuo, ase¬guróse algún tanto de el recelo en que siempre viuia y no quiso el estarse ocioso, ni que sus muchas gentes comiesen (como dizen) el pan de balde: y ansi acordó entrar en las Prouincias y Valle de los Pacamoros que era la tierra que mas a cuenta le caya. Estas naciones tienen sus asientos a el oriente de el Valle de Cusibamba: y las aguas que por sus Valles corren, ban a descargar á el mar de el Norte, por el gran rio Marañon: mucho auia que tratar (ansi de estas Prouincias como de las que diximos auer conquistado Ata¬uallpa desde el Quito) mas reseruase á para la quarta par¬te de esta Miscelánea. Mas infelicemente peleó Guanea Au¬qui en esta tierra que los Capitanes de su hermano en las de los Quixos y Yumbos, porque apenas eran llegadas sus es- quadras a los Malacatos con Urco Guanea general nom¬brado, quando se les tenia aparejado un lastimoso reciui- miento, por los Pacamoros, en el hondo Valle de Callanga, donde se comenzo una braba batalla, y tal que le fue for¬zoso a el Capitan Ynga retirarse con perdida de mas de do- ze mili soldados, y llegado á su Valle de Cusibamba, ape¬nas auia acauado la gente de alentar, quando de subitto dieron los Pacamoros sobre ellos: executando una lastimo¬sa matanza, mas no fueron tan venturosos en la salida de la tierra, como lo hauian sido en la entrada: porque en la distancia que ay, de Cusibamba a la subida de la Cordille¬ra de Quirrichi, quedo muerta la maior parte de ellos, y queriendo Guanea Auqui castigar este atreuimiento, quiso yr el en persona: y usar de un ardid, que vino a ser no me¬nos en su daño, que lo hauia sido de Urco Guanea en el primero acometimiento: y fue que abiendo nombrado por Caudillo a un valiente Yndio llamado Pingo Ximi, le dio gran parte de el exercito, y le mando que caminase (sin trasmontar la Sierra) asta Guancabamba, y que de alli, pa¬sase las cumbres neuadas, y rompiendo las malezas de aque¬llas Montañas enderezase su camino sobre la mano yzquier- da, y diese arma por aquella parte, para desvelar la gente de los Valles Callanga, Tangoraca y Morocara, y los demás sus Vecinos, a los quales el hauia de acometer por el cami¬no que llebo la vez primera, el Capitan Urco Guanea lo qual puso luego por obra Pingo Ximi, con arto mas dili¬gencia que ventura, y hauiendo pasado la gran cordillera (con trauajos estraños) vino a hallar un Valle llamado Pa- landa, y hauiendo tenido con sus naturales, algunas esca¬ramuzas liuianas, le vinieron de paz y con fauor de estos se atrevió acometer a los Pacamoros, que no muy lexos de alli comenzaban sus tierras, y ganando algunas liuianas Victorias, lo fue cebando la fortuna asta ponerlo en lo alto de una cuchilla, llamada Cumayoro: y alli fabrico una for¬taleza hecha de repente, de Cespedes y ramas. A esta llama¬ron los naturales Moronoma: y apenas estuvieron dentro, quando acudieron todos aquellos Valles, a castigar en ellos tan temerario acometimiento, trayan por su General, a un Cacique de los Pueblos de Guanbuco, llamado Murunduro, el qual con su gente cerco las trincheas que los Cuzcos te¬nian hechas, admirado y quejoso se hallaua el cercado Pin¬go Ximi, viendo la mucha y dañosa tardanza de su General Guanea Auqui, el qual se hauia detenido mas de lo que pen-saua ni quisiera a causa de las muchas luvias, que en su ca¬mino subcedieron: finalmente un dia tuvieron nueba los Pacamoros, de que venian ya caminando a grandes jorna¬das, el Socorro que los cercados esperauan, y acordaron diui- dirse en dos partes, para estoruar que los dos Capitantes Yngas no se juntasen, la una parte se quedo continuando el cerco de Moronoma, y estoruando que no se diese a los ta, Cozanga, y la Coca, y otras de sus arredores, se salieron a el Quito, cansados ya de vencer Naciones tan desaproue- chadas y pobres, luego otro verano siguiente hizieron jor¬nadas contra las Prouincia^ de Yumbos: y auiendo vencido y sugetado, aquellas desnudas gentes, y conocido su pobre¬za y poco valor se boluieron á el Quito, a labrar las tierras ociosas y montossas, por las largas guerras pasadas. Como Guanea Auqui supiese en Cusibamba, que su hermano Ata¬uallpa, se ocupaba en Conquistar Prouincias de nueuo, ase¬guróse algún tanto de el recelo en que siempre viuia y no quiso el estarse ocioso, ni que sus muchas gentes comiesen (como dizen) el pan de balde: y ansi acordó entrar en las Prouincias y Valle de los Pacamoros que era la tierra que mas a cuenta le caya. Estas naciones tienen sus asientos a el oriente de el Valle de Cusibamba: y las aguas que por sus Valles corren, ban a descargar á el mar de el Norte, por el gran rio Marañon: mucho auia que tratar (ansi de estas Prouincias como de las que diximos auer conquistado Ata¬uallpa desde el Quito) mas reseruase á para la quarta par¬te de esta Miscelánea. Mas infelicemente peleó Guanea Au¬qui en esta tierra que los Capitanes de su hermano en las de los Quixos y Yumbos, porque apenas eran llegadas sus es- quadras a los Malacatos con Urco Guanea general nom¬brado, quando se les tenia aparejado un lastimoso reciui- miento, por los Pacamoros, en el hondo Valle de Callanga, donde se comenzo una braba batalla, y tal que le fue for¬zoso a el Capitan Ynga retirarse con perdida de mas de do- ze mili soldados, y llegado á su Valle de Cusibamba, ape¬nas auia acauado la gente de alentar, quando de subitto dieron los Pacamoros sobre ellos: executando una lastimo¬sa matanza, mas no fueron tan venturosos en la salida de la tierra, como lo hauian sido en la entrada: porque en la distancia que ay, de Cusibamba a la subida de la Cordille¬ra de Quirrichi, quedo muerta la maior parte de ellos, y queriendo Guanea Auqui castigar este atreuimiento, quiso yr el en persona: y usar de un ardid, que vino a ser no me¬nos en su daño, que lo hauia sido de Urco Guanea en el primero acometimiento: y fue que abiendo nombrado por Caudillo a un valiente Yndio llamado Pingo Ximi, le dio gran parte de el exercito, y le mando que caminase (sin trasmontar la Sierra) asta Guancabamba, y que de alli, pa¬sase las cumbres neuadas, y rompiendo las malezas de aque¬llas Montañas enderezase su camino sobre la mano yzquier- da, y diese arma por aquella parte, para desvelar la gente de los Valles Callanga, Tangoraca y Morocara, y los demás sus Vecinos, a los quales el hauia de acometer por el cami¬no que llebo la vez primera, el Capitan Urco Guanea lo qual puso luego por obra Pingo Ximi, con arto mas dili¬gencia que ventura, y hauiendo pasado la gran cordillera (con trauajos estraños) vino a hallar un Valle llamado Pa- landa, y hauiendo tenido con sus naturales, algunas esca¬ramuzas liuianas, le vinieron de paz y con fauor de estos se atrevió acometer a los Pacamoros, que no muy lexos de alli comenzaban sus tierras, y ganando algunas liuianas Victorias, lo fue cebando la fortuna asta ponerlo en lo alto de una cuchilla, llamada Cumayoro: y alli fabrico una for¬taleza hecha de repente, de Cespedes y ramas. A esta llama¬ron los naturales Moronoma: y apenas estuvieron dentro, quando acudieron todos aquellos Valles, a castigar en ellos tan temerario acometimiento, trayan por su General, a un Cacique de los Pueblos de Guanbuco, llamado Murunduro, el qual con su gente cerco las trinclieas que los Cuzcos te¬nian hechas, admirado y quejoso se hallaua el cercado Pin¬go Ximi, viendo la mucha y dañosa tardanza de su General Guanea Auqui, el qual se hauia detenido mas de lo que pen¬saua ni quisiera a causa de las muchas luvias, que en su ca¬mino subcedieron: finalmente un dia tuvieron nueba los Pacamoros, de que venian ya caminando a grandes jorna¬das, el Socorro que los cercados esperauan, y acordaron diui- dirse en dos partes, para estoruar que los dos Capitantes Yngas no se juntasen, la una parte se quedo continuando el cerco de Moronoma, y estoruando que no se diese a los cercados, la nueva de los que benian, la otra se fue a po¬ner en lo alto de Guanbuco, por donde forzosamente ha- uian de pasar los de el Cuzco, en busca de sus compañe¬ros: y en aquel lugar se dejaron estar, sin hazer bullicio al¬guno, y los de el Cuzco '(auiendo pasado en paz el Valle de Callanga) creyeron estar los Pacamoros ocupados con Pingo Ximi y su gente: y ansi se dispusieron á subir a lo alto de Guanbuco, y con menos recato de el que fuera jus¬to, subieron por aquella enhiesta ladera, y quando creye¬ron tener ganado el alto, se hallaron (repentinamente) so¬bresaltados de armas y vozeria, y como de el subir de la questa venian desalentados, y ya el Sol estuviese a punto de esconderse, entretuvieronse algunas oras, resistiendo la pu¬janza descansada de los Pacamoros: mas quando cerro la noche, comenzaron a apretarlos con vibas fuerzas, y los Cuzcos a resistirlo con Muertas esperanzas, y en este tiem¬po dizen q. salió la luna, y comenzaron los naturales, a co- nozer mejor, a quien hauian de herir, y poco a poco los iban apurando. Ya en este tiempo los que tenian cercada la fuerza de Moronoma auian salido gloriosamente con la em¬presa, porque les fue por el General Murunduro dado aui¬so, de quando el comenzaua la pelea con los recien venidos, para que ellos en aquel mismo punto la comenzasen con los cercados: y ansi fue cumplido, porque en poniéndose el Sol, los comenzaron los Pacamoros a dar tan fiero combate que no fueron parte los de el Cuzco para resistirlos, y les en¬traron la cerca y degollaron y pasaron por las lanzas, la mayor parte de los que alli estaban: y los demás (mediante la amistad de los Palandas sus amigos) pudieron saluar sus vidas: hauiendo pues estos victoriosos cercadores, dado la muerte a los cercados, corrieron con yncreible presteza, a dar fabor y la buena nueba, a los que aun estaban peleando con los de Guanea Auqui: y como no auia mas que legua y media de distancia de el un lugar a el otro, llegaron a tiem¬po que dieron en tierra con el valor de los de el Cuzco: y con gran trauajo se escaparon huyendo Guanea Auqui y algunos que auian quedado: aunque (según los Pacamoros afirman) Canache, Cazique de los Quichiparras, mato á Guanea Auqui: mas están en esto engañados: que aunque es verdad que le mataron la mayor parte de su Exercito, entre los que escaparon se pudo salbar el, porque lo guardo su suerte, para veedor de maiores perdidas, como diremos adelante. Este fue el remate de Guerra, y jornada de los Pacamoros, recontado en suma: de cuias manos escapado Guanea Auqui, llego á Cusibamba, con el desconsuelo que se puede creer: y como una cayda es víspera de otra, y el mal se ternia por bien venido muchas vezes si viniese solo, apenas estaua sano Guanea Auqui de las heridas de su cuer¬po quando de su hermano Guscar Ynga, reciuio otra mas penetrante en el Corazon: y fue ansi que sabiendo el Ynga de el Cuzco quan mal le subcedia a su hermano Guanea Auqui en las Guerras que emprendia, como el era mal Exer- citado en la milizia, atribuya sus malos subcesos, a la flo- xedad y descuido de su hermano: y para darle á entender esto, despacho de el Cuzco unos mensageros con una ás¬pera y vituperosa reprehensión, y en colmo de muchas afrentas que los mensageros le auia dicho, presentáronle de parte de Guascar, (para el y para Grupanti, y Guanea May¬ta y demás sus Capitanes) vestidos chunbis y afeites, y es- pexos, de que las mugeres suelen usar en estos Reynos: y mandáronles expresamente de su parte, que luego se vis¬tiesen aquellos trajes y usasen de ellos, y que con tales arreos entrasen en el Cuzco, afeytados los rostros, y bestidos los anacos y lliquillas, y ceñidos los chunbis: y no en otra ma¬nera: A lo vibo de el alma le llegó a Guanea Auqui y a los demás, el ynominiosso presente que su hermano le embia- ua: y desdeñado de su ventura, estubo a punto de darse la muerte: y con esta rauia y desesperación (y por desazer la sospecha que en el Cuzco de el se tenia, de que estaua liga¬do en tratos con su hermano Atauallpa) junto la mas can¬tidad de gente que pudo: y antes que en Tumibamba se su-piese su camino (porque publicaua que se aprestaua para cercados, la nueva de los que benian, la otra se fue a po¬ner en lo alto de Guanbuco, por donde forzosamente ha- uian de pasar los de el Cuzco, en busca de sus compañe¬ros: y en aquel lugar se dejaron estar, sin hazer bullicio al¬guno, y los de el Cuzco '(auiendo pasado en paz el Valle de Callanga) creyeron estar los Pacamoros ocupados con Pingo Ximi y su gente: y ansi se dispusieron á subir a lo alto de Guanbuco, y con menos recato de el que fuera jus¬to, subieron por aquella enhiesta ladera, y quando creye-ron tener ganado el alto, se hallaron (repentinamente) so¬bresaltados de armas y vozeria, y como de el subir de la questa venian desalentados, y ya el Sol estuviese a punto de esconderse, entretuvieronse algunas oras, resistiendo la pu¬janza descansada de los Pacamoros: mas quando cerro la noche, comenzaron a apretarlos con vibas fuerzas, y los Cuzcos a resistirlo con Muertas esperanzas, y en este tiem¬po dizen q. salió la luna, y comenzaron los naturales, a co- nozer mejor, a quien hauian de herir, y poco a poco los iban apurando. Ya en este tiempo los que tenian cercada la fuerza de Moronoma auian salido gloriosamente con la em-presa, porque Ies fue por el General Murunduro dado aui¬so, de quando el comenzaua la pelea con los recien venidos, para que ellos en aquel mismo punto la comenzasen con los cercados: y ansi fue cumplido, porque en poniéndose el Sol, los comenzaron los Pacamoros a dar tan fiero combate que no fueron parte los de el Cuzco para resistirlos, y les en¬traron la cerca y degollaron y pasaron por las lanzas, la mayor parte de los que alli estaban: y los demás (mediante la amistad de los Palandas sus amigos) pudieron saluar sus vidas: hauiendo pues estos victoriosos cercadores, dado la muerte a los cercados, corrieron con yncreible presteza, a dar fabor y la buena nueba, a los que aun estaban peleando con los de Guanea Auqui: y como no auia mas que legua y media de distancia de el un lugar a el otro, llegaron a tiem¬po que dieron en tierra con el valor de los de el Cuzco: y con gran trauajo se escaparon huyendo Guanea Auqui y algunos que auian quedado: aunque (según los Pacamoros afirman) Canache, Cazique de los Quichiparras, mato á Guanea Auqui: mas están en esto engañados: que aunque es verdad que le mataron la mayor parte de su Exercito, entre los que escaparon se pudo salbar el, porque lo guardo su suerte, para veedor de maiores perdidas, como diremos adelante. Este fue el remate de Guerra, y jornada de los Pacamoros, recontado en suma: de cuias manos escapado Guanea Auqui, llego á Cusibamba, con el desconsuelo que se puede creer: y como una cayda es vispera de otra, y el mal se ternia por bien venido muchas vezes si viniese solo, apenas estaua sano Guanea Auqui de las heridas de su cuer¬po quando de su hermano Guscar Ynga, reciuio otra mas penetrante en el Corazon: y fue ansi que sabiendo el Ynga de el Cuzco quan mal le subcedia a su hermano Guanea Auqui en las Guerras que emprendía, como el era mal Exer- citado en la milizia, atribuya sus malos subcesos, a la fio- xedad y descuido de su hermano: y para darle á entender esto, despacho de el Cuzco unos mensageros con una ás¬pera y vituperosa reprehensión, y en colmo de muchas afrentas que los mensageros le auia dicho, presentáronle de parte de Guascar, (para el y para Grupanti, y Guanea May¬ta y demás sus Capitanes) vestidos chunbis y afeites, y es- pexos, de que las mugeres suelen usar en estos Reynos: y mandáronles expresamente de su parte, que luego se vis¬tiesen aquellos trajes y usasen de ellos, y que con tales arreos entrasen en el Cuzco, afeytados los rostros, y bestidos los anacos y lliquillas, y ceñidos los chunbis: y no en otra ma¬nera: A lo vibo de el alma le llegó a Guanea Auqui y a los demás, el ynominiosso presente que su hermano le embia- ua: y desdeñado de su ventura, estubo a punto de darse la muerte: y con esta rauia y desesperación (y por desazer la sospecha que en el Cuzco de el se tenia, de que estaua liga¬do en tratos con su hermano Atauallpa) junto la mas can¬tidad de gente que pudo: y antes que en Tumibamba se su¬piese su camino (porque publicaua que se aprestaua para yr a castigar los Pacamoros) dio de súbito sobre las gentes que en aquella frontera tenia Atauallpa, y por priesa que se dieron los de Quito a apercebirse, fueron sobresaltados de los de el Cuzco y desbaratados, y muerta mucba gente de la que en aquel Presidio residía y con gran orgullo y jac¬tancia, por el lanze hecho, se boluio Guanea Auqui a Cu- sibamba. Atauallpa que en el Quito estaua sintió mucho el mal termino que su hermano con el hauia usado, que avien- dole dejado estar tanto tiempo en paz y quietud en Cusi- bamba, ansi de sobresalto le huviese muerto la gente de su guarnición: y por esto le embio a decir que no podia ser menos sino que se devia auer ya vestido los trages de hem¬bra que su hermano le embio y usado de aquellos afeytes, pues a modo de muger le hauia hecho la guerra, mas que el como hombre se la haría de alli para adelante, por tanto que se aperciuiese con tiempo. Despachado tal mensage ha- ze Atauallpa nuebo nombramiento de oficiales en su Cam¬po, á Quiz quiz, crio General Administrador de el Exerci¬to, y a Chalcochima, hizo como Barrichel de Campaña y a Rumiñaui, como Sargento mayor, y a otros dio oficios to¬cantes a el Gobierno de las esquadras y guarangas, y entre los demás dio cargo de sobresaliente á Quilaco Yupangui para que acudiesen a cumplir los Esquadrones quando las armas contrarias los menoscabasen, y a Tomarimay, y a Ucumari, y a Auqui Topa, y a Tito Atauchi y a otros to¬mo consigo por sus Consegeros y sus Capitanes de guarda, sin una inumerable cantidad de Continos, y priuados de su casa que acompañaban su persona. Dexemos este campo y Exercito sortirse de naciones infinitas, para ganar el ul¬timo titulo de sus Victorias. Y en tanto traygamos de Cas¬tilla a Panama a quien se las escurezca y anichile. Ya diji¬mos en el Capitulo 25 de esta 3* parte como buelto Fran¬cisco Pizarro, y Diego de Almagro (y los demás sus constantes compañeros) a Panama satisfechos de sus traua- jos por verlos también empleados en la tierra que dejaban descubierta: y como de alli Pizarro se paso en España, el año de 29 la qual hallo colmada de justissimos regozijos, por el nacimiento benturoso de su Principe y Rey natural Feliphe 2. con lo qual y la buena notizia y relación que de este Pirú llebaua, negocio con el invicto Emperador Car¬los 5P, de eterna memoria, la Gobernación y descubrimien¬to de nuestro Piru, con titulo de Adelantado y Capitan General. Con tan onorosos renombres atraxo asi Francisco Pizarro, muchos hombres de valor con intento de lo seguir en la empresa comenzada: especial le acompañaron qua¬tro hermanos suyos (que en averse quedado en España se huviera perdido poco) partió de España lleno de reputación y favor, y llego á Panama donde hallo a sus compañeros a el uno muerto y el otro dessabrido, por el poco caso que de su persona se hauia hecho en Corte, mas conformados mediante buenos medios se partieron en prosecución de su viage: llebando dos Nauios y en ellos ciento y cinquenta hombres, mas esta cantidad se acrecentó adelante, porque a la fama de el Piru se vinieron a encontrar con estos dos Nauios, otro que venia de Nicaragua, y venian en el el Ca¬pitan Hernando de Soto (Cauallero Toledano) y Sebastian de Belalcazar y Juan Fernandez, con otra alguna gente bas¬tantemente pertrechados de lo necesario para lo que se pre¬tendía, y la primera tierra que tomaron en la Costa Piru¬lera, fue a la boca de el Rio Coaque, de alli fueron por tie¬rra asta un buen Valle en la prouincia de los Paches donde poblaron la Cuidad de Puerto viejo, que fue la primera de esta parte Antartica, donde los dejaremos aora, para volber a seguir el ylo de nuestra historia. Con mas cantidad de gente que jamas en el Quito se hauia juntado, despacho Atauallpa a sus Capitanes, encargadoles con mucho enca¬recimiento la destruicion de su hermano Guanea Auqui, la qual Quiz quiz tomo a su cargo, mandóles asi mesmo que llegados que fuesen a Caxamarca, pusiesen dos jornadas mas alia los términos y aledaños de su Reyno en un Rio llama¬do Yanamayo. Salió el Ynga gozando de la vista de sus Es- quadrones, asta dejarlos fuera de las llanuras de Chillogallo yr a castigar los Pacamoros) dio de súbito sobre las gentes que en aquella frontera tenia Atauallpa, y por priesa que se dieron los de Quito a apercebirse, fueron sobresaltados de los de el Cuzco y desbaratados, y muerta mucha gente de la que en aquel Presidio residía y con gran orgullo y jac¬tancia, por el lanze hecho, se boluio Guanea Auqui a Cu- sibamba. Atauallpa que en el Quito estaua sintió mucho el mal termino que su hermano con el hauia usado, que avien- dole dejado estar tanto tiempo en paz y quietud en Cusi- bamba, ansi de sobresalto le huviese muerto la gente de su guarnición: y por esto le embio a decir que no podia ser menos sino que se devia auer ya vestido los trages de hem¬bra que su hermano le embio y usado de aquellos afeytes, pues a modo de muger le hauia hecho la guerra, mas que el como hombre se la haria de alli para adelante, por tanto que se aperciuiese con tiempo. Despachado tal mensage ha- ze Atauallpa nuebo nombramiento de oficiales en su Cam¬po, á Quiz quiz, crio General Administrador de el Exerci¬to, y a Chalcochima, hizo como Barrichel de Campaña y a Rumiñaui, como Sargento mayor, y a otros dio oficios to¬cantes a el Gobierno de las esquadras y guarangas, y entre los demás dio cargo de sobresaliente á Quilaco Yupangui para que acudiesen a cumplir los Esquadrones quando las armas contrarias los menoscabasen, y a Tomarimay, y a Ucumari, y a Auqui Topa, y a Tito Atauchi y a otros to¬mo consigo por sus Consegeros y sus Capitanes de guarda, sin una ¡numerable cantidad de Continos, y priuados de su casa que acompañaban su persona. Dexemos este campo y Exercito sortirse de naciones infinitas, para ganar el ul¬timo titulo de sus Victorias. Y en tanto traygamos de Cas¬tilla a Panama a quien se las escurezca y anichile. Ya diji¬mos en el Capitulo 25 de esta parte como buelto Fran¬cisco Pizarro, y Diego de Almagro (y los demás sus constantes compañeros) a Panama satisfechos de sus traua- jos por verlos también empleados en la tierra que dejaban descubierta: y como de alli Pizarro se paso en España, el 442 M^tai n—^ÉÉI^MMMI MIÉillÉMIM año de 29 la qual hallo colmada de justissimos regozijos, por el nacimiento benturoso de su Principe y Rey natural Feliphe 2. con lo qual y la buena notizia y relación que de este Pirú llebaua, negocio con el invicto Emperador Car¬los J9, de eterna memoria, la Gobernación y descubrimien¬to de nuestro Piru, con titulo de Adelantado y Capitan General. Con tan onorosos renombres atraxo asi Francisco Pizarro, muchos hombres de valor con intento de lo seguir en la empresa comenzada: especial le acompañaron qua¬tro hermanos suyos (que en averse quedado en España se huviera perdido poco) partió de España lleno de reputación y favor, y llego á Panama donde hallo a sus compañeros a el uno muerto y el otro dessabrido, por el poco caso que de su persona se hauia hecho en Corte, mas conformados mediante buenos medios se partieron en prosecución de su viage: llebando dos Nauios y en ellos ciento y cinquenta hombres, mas esta cantidad se acrecentó adelante, porque a la fama de el Piru se vinieron a encontrar con estos dos Nauios, otro que venia de Nicaragua, y venian en el el Ca-pitan Hernando de Soto (Cauallero Toledano) y Sebastian de Belalcazar y Juan Fernandez, con otra alguna gente bas¬tantemente pertrechados de lo necesario para lo que se pre¬tendía, y la primera tierra que tomaron en la Costa Piru¬lera, fue a la boca de el Rio Coaque, de alli fueron por tie¬rra asta un buen Valle en la prouincia de los Paches donde poblaron la Cuidad de Puerto viejo, que fue la primera de esta parte Antartica, donde los dejaremos aora, para volber a seguir el ylo de nuestra historia. Con mas cantidad de gente que jamas en el Quito se hauia juntado, despacho Atauallpa a sus Capitanes, encargadoles con mucho enca¬recimiento la destruicion de su hermano Guanea Auqui, la qual Quiz quiz tomo a su cargo, mandóles asi mesmo que llegados que fuesen a Caxamarca, pusiesen dos jornadas mas alia los términos y aledaños de su Reyno en un Rio llama¬do Yanamayo. Salió el Ynga gozando de la vista de sus Es- quadrones, asta dejarlos fuera de las llanuras de Chillogallo y de alli se bolbio a Quito, y su Exercito por sus jornadas llego a vista de Cusibamba, donde ya se tenia nueba de su benida; y eran de nuebo lloradas por Guanea Auqui las muertes de los que perdió en las jornadas impertinentes he¬chas contra los Pacamoros:' mas fuele lanze forzoso salir a campo con cuerpo dessangrado, y falto de las fuerzas ne¬cesarias para tan gran carga como sobre el venia. Afronta-dos los esquadrones se peleo varonilmente de ambas las par¬tes, mas luego se declaro la Victoria por los de Quito, y la executaron como poderosos y ofendidos. Guanea Auqui (que otra cosa no pudo hazer) recojio las reliquias de su Exercito perdidoso, y de común consentimiento se dispu¬sieron para la huida, y siguieron a su fortuna los Cañaris y demás naciones que por serles leales a Guascar estaban en desgracia de el Ynga Atauallpa, tomaron secretamente los vencidos sus vanas Guacas y Ydolos, en ora que les pareció que no serian sentidos, comentaron a caminar acia Guan- cabamba, y los venzedores gozaron con mucho contento y siguridad de la Victoria auida, y aunque supieron que sus enemigos huyan dieronles lugar por entonzes, y pudo Guan¬ea Auqui llegar (aunque con trauajo) a la poblacion de Caxamarca donde halló por mandado de Guascar Ynga, un mediano exercito con que remendar el suyo maltratado es¬pecial alió diez mili Yndios Chachapoyas que entre los de- mas eran famosos y señalados con esta gente, y la que de camino vino antecogendo de las tierras por donde pasaua, junto tal cantidad de guerreros que le pareció vastante pa¬ra refrenar el curso de sus enemigos: y con este parecer per¬mitió quedarse el en Caxamarca sin guardia por embiar los Cañaris con los demás a la guerra, y no teniendo por hono- roso el vencimiento hecho en defensa de Caxamarca mandó que saliesen de ella y no parasen asta encontrarse con Quiz quiz que ya en este tiempo abia salido de Cusibamba, muy lleno de confianza, la qual le hacia tener su mucha y amaes¬trada gente y caminando los unos en demanda de los otros se vinieron á encontrar en Cochaguailla, (que es entre Guancabamba y los Guambos) y por ser tarde la ora de su encuentro, se dejo la batalla para el dia siguiente, y a el comenzar de el dia ordenaron sus hazes, y con gran denue¬do se acometieron, los unos a los otros y Quizquis que ma¬ñoso y astuto era, mando a sus soldados que las primeras fuerzas las gastasen contra los Chachapoyanos, que pues alli consistia la esperanza de sus contrarios, en ellos también se hallaría su vencimiento y con esta lición cargaron los de Quito tan deveras la mano en los de Chachapoyas, que de- rriuaron en tierra los ochomill de ellos y los dosmill que por buenos pies se pudieron escapar, tomaron por Cuterbo el camino para sus tierras, y dejándose vajar por Cocota, y Cacata pasaron por Gallumba el rio grande, y por los Chillaos se boluieron cada uno a su pueblo: en lo restante de el excercito de Guanea Auqui, poco uuo que venzer, porque muertos ó desbaratados desocuparon el campo y Quiz recogio mucha de la gente vencida y con caricias y regalos los hizo sus soldados, Guanea Auqui que supo la nueua, no se pudo abstener de llorar, y sin aguardar mas, con los pocos que le quedauan se puso en camino con de¬terminación de irse a el Cuzco, y quando llego á Bombon, hallo un grueso y muy lucido exercito que su hermano Guascar le embiaua, recogido de todas gentes y pertrecha¬do de muchas y muy abentajadas armas. Grande fue el con-tento que Guanea Auqui recibió quando vido tanta y tan lucida gente, porque le pareció que de el a el vencimiento de Quizquiz y destruicion de su exercito no auia mas que la tierra que auia de distancia de los unos a los otros: mas esta distancia Quizquis y sus gentes la venian acortando, porque a pocos dias de reposo que Guanea auia tenido en Bombon le comenzaron las trompetas enemigas a incitar nuevo trauajo, y juntando sus soldados ganosos de pelear se pusieron junto a el rio Bombon: y en esto comenzaron a mostrarse los esquadrones de Quizquiz, que eran ¡numera¬bles, porque como Capitan preuisto, con los perdones ga- naua varones: y vino á tener mas gente tres vezes que la y de alli se bolbio a Quito, y su Exercito por sus jornadas llego a vista de Cusibamba, donde ya se tenia nueba de su benida; y eran de nuebo lloradas por Guanea Auqui las muertes de los que perdió en las jornadas impertinentes he¬chas contra los Pacamoros: mas fuele lanze forzoso salir a campo con cuerpo dessangrado, y falto de las fuerzas ne¬cesarias para tan gran carga como sobre el venia. Afronta¬dos los esquadrones se peleo varonilmente de ambas las par¬tes, mas luego se declaro la Victoria por los de Quito, y la executaron como poderosos y ofendidos. Guanea Auqui (que otra cosa no pudo hazer) recojio las reliquias de su Exercito perdidoso, y de común consentimiento se dispu¬sieron para la huida, y siguieron a su fortuna los Cañaris y demás naciones que por serles leales a Guascar estaban en desgracia de el Ynga Atauallpa, tomaron secretamente los vencidos sus vanas Guacas y Ydolos, en ora que les pareció que no serian sentidos, comentaron a caminar acia Guan- cabamba, y los venzedores gozaron con mucho contento y siguridad de la Victoria auida, y aunque supieron que sus enemigos huyan dieronles lugar por entonzes, y pudo Guan¬ea Auqui llegar (aunque con trauajo) a la poblacion de Caxamarca donde halló por mandado de Guascar Ynga, un mediano exercito con que remendar el suyo maltratado es¬pecial alió diez mili Yndios Chachapoyas que entre los de- mas eran famosos y señalados con esta gente, y la que de camino vino antecogendo de las tierras por donde pasaua, junto tal cantidad de guerreros que le pareció vastante pa¬ra refrenar el curso de sus enemigos: y con este parecer per¬mitió quedarse el en Caxamarca sin guardia por embiar los Cañaris con los demás a la guerra, y no teniendo por hono- roso el vencimiento hecho en defensa de Caxamarca mandó que saliesen de ella y no parasen asta encontrarse con Quiz quiz que ya en este tiempo abia salido de Cusibamba, muy lleno de confianza, la qual le hacia tener su mucha y amaes¬trada gente y caminando los unos en demanda de los otros se vinieron á encontrar en Cochaguailla, (que es entre Guancabamba y los Guambos) y por ser tarde la ora de su encuentro, se dejo la batalla para el dia siguiente, y a el comenzar de el dia ordenaron sus hazes, y con gran denue¬do se acometieron, los unos a los otros y Quizquis que ma¬ñoso y astuto era, mando a sus soldados que las primeras fuerzas las gastasen contra los Chachapoyanos, que pues alli consistia la esperanza de sus contrarios, en ellos también se hallaría su vencimiento y con esta lición cargaron los de Quito tan deveras la mano en los de Chachapoyas, que de- rriuaron en tierra los ochomill de ellos y los dosmill que por buenos pies se pudieron escapar, tomaron por Cuterbo el camino para sus tierras, y dejándose vajar por Cocota, y Cacata pasaron por Gallumba el rio grande, y por los Chillaos se boluieron cada uno a su pueblo: en lo restante de el excercito de Guanea Auqui, poco uuo que venzer, porque muertos ó desbaratados desocuparon el campo y Quiz recogio mucha de la gente vencida y con caricias y regalos los hizo sus soldados, Guanea Auqui que supo la nueua, no se pudo abstener de llorar, y sin aguardar mas, con los pocos que le quedauan se puso en camino con de¬terminación de irse a el Cuzco, y quando llego á Bombon, hallo un grueso y muy lucido exercito que su hermano Guascar le embiaua, recogido de todas gentes y pertrecha¬do de muchas y muy abentajadas armas. Grande fue el con-tento que Guanea Auqui recibió quando vido tanta y tan lucida gente, porque le pareció que de el a el vencimiento de Quizquiz y destruicion de su exercito no auia mas que la tierra que auia de distancia de los unos a los otros: mas esta distancia Quizquis y sus gentes la venian acortando, porque a pocos dias de reposo que Guanea auia tenido en Bombon le comenzaron las trompetas enemigas a incitar nuevo trauajo, y juntando sus soldados ganosos de pelear se pusieron junto a el rio Bombon: y en esto comenzaron a mostrarse los esquadrones de Quizquiz, que eran ¡numera¬bles, porque como Capitan preuisto, con los perdones ga- naua varones: y vino á tener mas gente tres vezes que la que saco de el Quito. Un dia de mañana se comenzo la ba¬talla.. y sin perder golpe mataban los de el Cuzco en las gentes de el Quito, mas al cauo de hauer peleado dos dias en peso alcanzo la victoria a Quiz quiz aunque a costa de muy gran cantidad de sanfgre de las muchas naciones que con el venian, y fué tan cruel en la execucion de los cas¬tigos, quanto se mostraua valeroso en vencer tantas bata¬llas porque los Caziques y Gobernadores de las tierras por donde pasaua si con breuedad no salian con sus armas y gentes a ofrecerse a el Seruicio de Atauallpa, ellos y todas sus generaciones morían a manos de sus berdugos y a esta causa venia su campo tan copioso y lleno de guerreros, y el pujante en victorias. Capitulo 30 de la cruel batalla que los Capitanes de Guas¬car Ynga y los de Atauallpa se dieron en Ya- namarca, y de como Quilaco Yupangui quedo mal herido y le socorrio Tica, y de como Guas¬car Ynga salió d campo, por consejo de sus Guacas. Qualquiera encarecimiento que se pueda pensar caue muy bien a los extremos de sentimiento que el Guascar hi¬zo en el Cuzco, quando supo la rota y perdida de los es- quadrones que auia embiado a Bombón: porque como era mucha en numero, y grande en calidad tenia en ella estriua- da su confianza, mas quando supo la triste nueua, de dolor no cauia en su casa, ni nadie de ella le osaua mirar a el ros¬tro: y como ya tenia acabados todos los que de el Quito vinieron los años pasados, con el cuerpo de su padre, fal- taua materia en que executar su yra: y muchas veces estu- bo a punto de dar la muerte a las dos ynocentes Señoras, su madre y su muger: y hizieralo sino se lo estorbara la coyuntura tan vidriosa: mas como hombre loco y sin seso, las denosto de palabra, com mas feos títulos que sus mu¬chas virtudes merecían. Buelto en si algún tanto y recupe¬rado en su acuerdo, hizo llamamiento de sus Consiliarios y Capitanes viejos, y alli les propuso las causas de su llama¬miento, como era para que se diese orden de atajar el daño que muy cerca les venia, antes que la falta presura les im-pidiese el poderlo hazer: y dando cada uno el parezer que sentía mas sano, y vintilados y altercados todos los yncom- benientes, fue acordado, embiar todo el resto de su poder, á atajar el paso a Quiz quiz, y a sus gentes: y de alli salió nombrado por Caudillo y Capitan de aquella gente, que se pretendía embiar, Mayca Yupangui, hombre de quien sus hechos de armas, dauan fianzas de su buen subceso: y para en cargarle la empressa fue llamado a el Conclaui, y con las mas encarecidas palabras que el Ynga le supo decir, le encomendo la ultima saluacion de su linage y patria: y le dio plenaria comision, para reprender ásperamente a Guan¬ea Auqui su hermano: y para que (visto combenir) le re- nueba de el oficio y cargo, y lo tome el a el suyo. Con esta despidieron a el nueuo Capitan, y mandaron dar pregón, que todas personas, de qualquier nación que fuesen, acudiesen luego a seponer por quipo o lista, a la Casa de Maca Yu¬pangui. Fue increyble el aluoroto que en el Cuzco, andaua, con esta nueua creación de Capitan General: y cada uno glosaua sobre ello lo que su ymaginacion le ofrecía. Mucho nos emos oluídado de la bella y Cuidadosa Curicuillor, y sera bien bolbamos a ella nuestra memoria, pues la suya es¬taua muy prompta en contar los dias de la tardanza de su deseado Quilaco Yupangui: y por su muy estudiada quen- ta, hallaua yr corriendo ya el año quarto de su tardanza (dos mas de los que el pidió de termino, y uno de los que le fueron concedidos) hallauase en esta coyuntura mas afli¬gida que jamas se hauia visto: porque una liuiana enferme¬dad (aunque venida sobre pesada vejez) le llebaua a su tia Caruactilla de esta vida: y fuele reuelado en estos dias a la afligida donzella, que no se aguardaua mas, de que su tia espirase, para llebarla a el Cuzco; y por ella por mano que saco de el Quito. Un dia de mañana se comenzo la ba¬talla. y sin perder golpe mataban los de el Cuzco en las gentes de el Quito, mas al cauo de bauer peleado dos dias en peso alcanzo la victoria a Quiz quiz aunque a costa de muy gran cantidad de sarígre de las muchas naciones que con el venian, y fué tan cruel en la execucion de los cas¬tigos. quanto se mostraua valeroso en vencer tantas bata¬llas porque los Caziques y Gobernadores de las tierras por donde pasaua si con breuedad no salian con sus armas y gentes a ofrecerse a el Seruicio de Atauallpa, ellos y todas sus generaciones morian a manos de sus berdugos y a esta causa venia su campo tan copioso y lleno de guerreros, y el pujante en victorias. Capitulo 30 de la cruel batalla que los Capitanes de Guas¬car Ynga y los de Atauallpa se dieron en Ya- namarca, y de como Quilaco Yupangui quedo vial herido y le socorrio Tica, y de como Guas¬car Ynga salió á campo, por consejo de sus Guacas. Qualquiera encarecimiento que se pueda pensar caue muy bien a los extremos de sentimiento que el Guascar hi¬zo en el Cuzco, quando supo la rota y perdida de los es- quadrones que auia embiado a Bombon: porque como era mucha en numero, y grande en calidad tenia en ella estriua- da su confianza, mas quando supo la triste nueua, de dolor no cauia en su casa, ni nadie de ella le osaua mirar a el ros¬tro: y como ya tenia acabados todos los que de el Quito vinieron los años pasados, con el cuerpo de su padre, fal- taua materia en que executar su yra: y muchas veces estu- bo a punto de dar la muerte a las dos ynocentes Señoras, su madre y su muger: y hizieralo sino se lo estorbara la coyuntura tan vidriosa: mas como hombre loco y sin seso, las denosto de palabra, com mas feos titulos que sus mu¬chas virtudes merecian. Buelto en si algún tanto y recupe¬rado en su acuerdo, hizo llamamiento de sus Consiliarios y Capitanes viejos, y alli les propuso las causas de su llama¬miento, como era para que se diese orden de atajar el daño que muy cerca les venia, antes que la falta presura les im¬pidiese el poderlo hazer: y dando cada uno el parezer que sentia mas sano, y vintilados y altercados todos los yncom- benientes, fue acordado, embiar todo el resto de su poder, á atajar el paso a Quiz quiz, y a sus gentes: y de alli salió nombrado por Caudillo y Capitan de aquella gente, que se pretendia embiar, Mayca Yupangui, hombre de quien sus hechos de armas, dauan fianzas de su buen subceso: y para en cargarle la empressa fue llamado a el Conclaui, y con las mas encarecidas palabras que el Ynga le supo decir, le encomendo la ultima saluacion de su linage y patria: y le dio plenaria comision, para reprender ásperamente a Guan¬ea Auqui su hermano: y para que (visto combenir) le re- nueba de el oficio y cargo, y lo tome el a el suyo. Con esta despidieron a el nueuo Capitan, y mandaron dar pregón, que todas personas, de qualquier nación que fuesen, acudiesen luego a seponer por quipo o lista, a la Casa de Maca Yu¬pangui. Fue increyble el aluoroto que en el Cuzco, andaua, con esta nueua creación de Capitan General: y cada uno glosaua sobre ello lo que su ymaginacion le ofrecía. Mucho nos emos oluidado de la bella y Cuidadosa Curicuillor, y sera bien bolbamos a ella nuestra memoria, pues la suya es¬taua muy prompta en contar los dias de la tardanza de su deseado Quilaco Yupangui: y por su muy estudiada quen- ta. hallaua yr corriendo ya el año quarto de su tardanza (dos mas de los que el pidió de termino, y uno de los que le fueron concedidos) hallauase en esta coyuntura mas afli¬gida que jamas se hauia visto: porque una liuiana enferme¬dad (aunque venida sobre pesada vejez) le llebaua a su tia Caruactilla de esta vida: y fuele reuelado en estos dias a la afligida donzella, que no se aguardaua mas, de que su tia espirase, para llebarla a el Cuzco; y por ella por mano de el Ynga, en la de un Capitan y deudo suio, a quien la tenia prometida por muger, y pudo tanto en su atribulado Corazon, el temor de aqueste trueco, que olvidado de la obligación en que la tia la tenia puesta, quando la vido cer¬cana a la muerte (y antes cfue con el ultimo sueño cerrase los ojos) se salió de su Cassa: y cortando su largo Cabello (que al mas bruñido euano excedía en color) se vistió ro¬pas cortas de varón: y por ventura serian tomadas de el mas abatido de sus Camayos: y eclipsando aquel sol de su rostro, con los bitumines que en ellos suelen ponerse los Yndios, quando ban a sus guerras: se metió entre la gente amontonada, que yua siguiendo el exercito por gastadores o simientes: y con animo desesperado de todo buen subce- so, fue buscando la presencia que la suya escurecia con la larga tardanza. Dexemosla seguir su camino, asta que la ocasion nos llame, para tratar de ella: y digamos como el vencido y desuaratado Guanea Auqui, se salió de Bombon: y con muy desflaquecido Exercito, se vino retirando bacia el Valle de Xauxa, donde hallo que comentaban a llegar las gentes, que de el Cuzco salían, siguiendo la fortuna de Mayca Yupangui: el qual auia partido de el Cuzco, tra¬yendo con sigo las naciones que abitan, desde Chinchasu¬yo, asta Chile: con todo el resto de su poder, para ponerlo en manos de su suerte, por seruir a Guascar Ynga. Por sus jornadas llego á el Valle de Jauja, pocos dias antes que Guanea Auqui llegase, y quando estos dos Capitanes se vie-ron la vez primera, comenzo Mayca Yupangui, a usar de la Comision que de el Guascar traya: y con bibas y asperas palabras, comenzo á increpar y reprehender a Guanea Au¬qui: dándole en rostro con todas sus perdidas: y casi afir¬mado por verdad, lo que de el se auia murmurado, de que venia hecho de concierto, con los Capitanes de Atauallpa su hermano. No sauia que hazer, ni que decir, en su des-cargo, el Capitan Guanea Auqui: porque sus malos subce- sos, abrían la puerta para que se le dijesen tales cosas y se la cerraban para poder descargarse: y concluyo con decir¬le a Mayca Yupangui: si mi desuio o floxedad, y no la pu¬janza de mi enemigo, me an hecho perdidoso de reputación y gente, (hermano Mayca Yupangui) a tiempo estas que lo podras experimentar: pocos dias pasaran que no veas an¬te tus ojos, la causa de mi perdida: y juzgaras mis subcesos por los que veras en ti, y dicho esto se fue cada una a su Cassa: y el dia siguiente se tubo nueua en Jauxa, de como Quiz quiz venia cerca; recogendo para su ayuda todas las gentes de la Sierra y llanos: con que auia hecho un exerci¬to, sin poderse contar: y dando descanso á sus guerreros se dejaua venir como a negocio hecho. Y quando en Jauja se tuvo nueua cierta, que las abanguardias de Quiz quiz, lle¬gaban a los Aposentos de Tamara (una jornada de aquel Valle) comenzaron estos dos Capitanes a juntar sus gentes, para salir a el camino á sus contrarios: por escusar si pu¬dieran, la entrada en Jauja: y usando Mayca Yupangui el oficio de Capitan General, comenzaron a salir, marchando con los esquadrones en orden: y llegado a el Valle de Ya- namarca (que es casi la mitad de aquella jornada) se die¬ron vista los dos exercitos, y comenzaron las abanguardias, a afronterarse con tanta fiereza y brío; que era admiración, y sobreviniendo gente, en fauor cada uno de su parte, se trauo una de las mas sangrientas batallas, que en el Piru jamas se á dado. Eran tantos y tan grandes los montones, de los muertos, que cayeron a los primeros encuentros, que valian ya para reparos de los vibos: y de los rimeros de ellos, hacian trincheras. Esta batalla se comenzo con el dia, y siempre estuvo en peso, asta ora de bisperas; que comen¬zo a declinar, el valor de los Cuzcos: aunque con perdida notable de los vencedores: porque de aquellas nueuas gen¬tes en la guerra, fueron tantos los que cayeron, que emba-razaban ya a los que peleaban. Entre muchos varones de cuenta que este dia lo pasaron mal, de la parte de Quito: fue uno Quilaco Yupangui, Caudillo y Capitan de los so¬bresalientes: porque pasando a reforzar un esquadron de importancia, que ya blandeaua, vino un dardo desmandado, de el Ynga, en la de un Capitan y deudo suio, a quien la tenia prometida por muger, y pudo tanto en su atribulado Corazon, el temor de aqueste trueco, que olvidado de la obligación en que la tia la tenia puesta, quando la vido cer¬cana a la muerte (y antes q*ue con el ultimo sueño cerrase los ojos) se salió de su Cassa: y cortando su largo Cabello (que al mas bruñido euano excedia en color) se vistió ro¬pas cortas de varón: y por ventura serian tomadas de el mas abatido de sus Camayos: y eclipsando aquel sol de su rostro, con los bitumines que en ellos suelen ponerse los Yndios, quando ban a sus guerras: se metió entre la gente amontonada, que yua siguiendo el exercito por gastadores o siruientes: y con animo desesperado de todo buen subce- so, fue buscando la presencia que la suya escurecia con la larga tardanza. Dexemosla seguir su camino, asta que la ocasion nos llame, para tratar de ella: y digamos como el vencido y desuaratado Guanea Auqui, se salió de Bombon: y con muy desflaquecido Exercito, se vino retirando hacia el Valle de Xauxa, donde hallo que comentaban a llegar las gentes, que de el Cuzco salian, siguiendo la fortuna de Mayca Yupangui: el qual auia partido de el Cuzco, tra¬yendo con sigo las naciones que abitan, desde Chinchasu¬yo, asta Chile: con todo el resto de su poder, para ponerlo en manos de su suerte, por seruir a Guascar Ynga. Por sus jornadas llego á el Valle de Jauja, pocos dias antes que Guanea Auqui llegase, y quando estos dos Capitanes se vie¬ron la vez primera, comenzo Mayca Yupangui, a usar de la Comision que de el Guascar traya: y con bibas y asperas palabras, comenzo á increpar y reprehender a Guanea Au¬qui: dándole en rostro con todas sus perdidas: y casi afir¬mado por verdad, lo que de el se auia murmurado, de que venia hecho de concierto, con los Capitanes de Atauallpa su hermano. No sauia que hazer, ni que decir, en su des¬cargo, el Capitan Guanea Auqui: porque sus malos subce- sos, abrian la puerta para que se le dijesen tales cosas y se la cerraban para poder descargarse: y concluyo con decir¬le a Mayca Yupangui: si mi desuio o floxedad, y no la pu¬janza de mi enemigo, me an hecho perdidoso de reputación y gente, (hermano Mayca Yupangui) a tiempo estas que lo podras experimentar: pocos dias pasaran que no veas an¬te tus ojos, la causa de mi perdida: y juzgaras mis subcesos por los que veras en ti, y dicho esto se fue cada una a su Cassa: y el dia siguiente se tubo nueua en Jauxa, de como Quiz quiz venia cerca; recogendo para su ayuda todas las gentes de la Sierra y llanos: con que auia hecho un exerci¬to, sin poderse contar: y dando descanso á sus guerreros se dejaua venir como a negocio hecho. Y quando en Jauja se tuvo nueua cierta, que las abanguardias de Quiz quiz, lle¬gaban a los Aposentos de Tamara (una jornada de aquel Valle) comenzaron estos dos Capitanes a juntar sus gentes, para salir a el camino á sus contrarios: por escusar si pu¬dieran, la entrada en Jauja: y usando Mayca Yupangui el oficio de Capitan General, comenzaron a salir, marchando con los esquadrones en orden: y llegado a el Valle de Ya- namarca (que es casi la mitad de aquella jornada) se die¬ron vista los dos exercitos, y comenzaron las abanguardias, a afronterarse con tanta fiereza y brio; que era admiración, y sobreviniendo gente, en fauor cada uno de su parte, se trauo una de las mas sangrientas batallas, que en el Piru jamas se á dado. Eran tantos y tan grandes los montones, de los muertos, que cayeron a los primeros encuentros, que valian ya para reparos de los vibos: y de los rimeros de ellos, hacian trincheras. Esta batalla se comenzo con el dia, y siempre estuvo en peso, asta ora de bisperas; que comen¬zo a declinar, el valor de los Cuzcos: aunque con perdida notable de los vencedores: porque de aquellas nueuas gen¬tes en la guerra, fueron tantos los que cayeron, que emba-razaban ya a los que peleaban. Entre muchos varones de cuenta que este dia lo pasaron mal, de la parte de Quito: fue uno Quilaco Yupangui, Caudillo y Capitan de los so¬bresalientes: porque pasando a reforzar un esquadron de importancia, que ya blandeaua, vino un dardo desmandado, y le atraueso un muslo: de suerte que no pudo hazer otra cosa que caer entre los caydos, y fue a tiempo que ya los Cuzcos se retiraban, y los Quitos los seguian, y ceuados en este siguimiento iban ganando tierra, llebandose con sigo el ardor de la pelea: y dejando sin ella todo lo que atras quedaua y embebecidos en matar, no atendieron en mirar por el Capitan cay do; el qual se hallaua vibo, enterrado entre muertos: y tan desconfiado de poder por modo al¬guno, salir de alli, como se puede creer de el que estaua sepultado entre montones de muertos, dessangrandose por la herida, y en un lugar frigidissimo y despoblado, y a pun¬to de esconderse el Sol, y en tierra de enemigos mortales: y sin confianza de que nadie lo viniese a buscar: y sintiendo el herido Quilaco, todas estas cosas en lo interior de su al¬ma, entre los demás que se morían lamentándose, lo comen¬zo, el también á hazer: acusando su corta ventura, pues estando a la puerta de poder desempeñar la palabra, que a su Curicuillor auia dado: le quitaua la vida. Y para mas lo atormentar, le proveyo de una muerte tan dilatada, co¬mo la que se le ofrecía padecer necesariamente: a esto añidi- ria otro millón de lastimas, que en el tiempo de la tribula¬ción, se suelen ofrezer a las imaginaciones atormentadas de amor, y estando en este conflicto, oyo (no muy lejos de si) rumor de pasos de persona viba, que sonaban hacia sus es-paldas: y volbiendo el rostro, como mejor pudo: vido un manzebo de poca edad al parecer, que doliéndose de tan lastimoso estrago, venia rebolbiendo aquellos cuerpos dis¬figurados con la muerte: y a los que hallaua con vida ayu- daua a salir, a campo mas desocupado de horror, y en esto andubo gran rato embeuecido, con una solicita afección, y piadora eficacia: a el qual quando mas cerca llegó, (y a parte que le pudo oyr) le dijo con voz desflaquecida: her-mano, tu que en coyuntura de tanto rigor, y agena de to¬da piedad, te vienes mostrando piadoso, con estos a quien oy atropello su mala fortuna, si la clemencia que muestras, es común a todos los que aqui padecemos yo te ruego, que desocupes de junto a mi un poco de lugar: donde pueda rodearme, sin que tantos cuerpos me lo impidan: cuya co¬rrupción temo que abreuiara, la poca y triste vida que me queda: y si a mas que a esto te animare, la piedad que con los afligidos muestras: saca este dardo que me atrauiesa el muslo, para que de mas lugar a que salga la sangre, y el anima por la herida: y se abreuie una vida tan trauajosa como la que oy sostengo: no te quiero pedir mas que esto, porque aunque tu lo quieras hazer, la suerte mia te lo im- pidira: y si Ínteres te moviere a hazerlo, mas que mi ruego y tu clemencia, quita de sobre mi esta piel de Tigre con que vengo armado, y recibe de tu propia mano, una rica Cuzma que traigo vestida: premio digno de tan gran ve¬neficio. El Comedido mancebo estubo atento a su petición cuzma, «s y promesa, y con mas animo y voluntad, que no fuerzas: "eu»" !« comenzo a apartar el rimero de muertos, que arredor de si Yndios- tenia el medio muerto Quilaco Yupangui; y auiendo des- socupado el lugar que bastaua, con el tiento que su temor le permitió ansio, de el dardo, y con dificultad grandísima, se lo pudo sacar, y tomando de algunos pedazos de mantas groseras que por alli auia, le ato la herida, lo menos mal que pudo: y tomándolo por medio el cuerpo, lo alzo de tie¬rra: y casi a cuestas lo saco de aquel aborrecible lugar: y poco a poco lo fué encaminando á una barranca de el aro- yo que por aquel esteril valle corre: y de camino saco por una gran herida de un cuerpo muerto que alli estaua, la cantidad de el unto, sain, o en pella, que de fuera mos- traua, y con el espacio que se puede imaginar, lo puso a el reguardo de un viento frió que con la noche, soplaua, pues¬tos en este lugar, se aparto el mancebo a unos pobres ca¬serías, de ganaderos que por alli auia a quien la pobreza en que vibian, les daua siguridad en aquellas guerras ciuiles, y tomando un poco de lumbre, y ciertos pedazos de ollas (que fácilmente pudo aliar) se boluio, adonde auia dejado a su enfermo: y juntando algunas pajas (escasamente ha¬lladas) encendió fuego, y derritiendo el unto que lleuo, lo y le atraueso un muslo: de suerte que no pudo hazer otra cosa que caer entre los caydos, y fue a tiempo que ya los Cuzcos se retiraban, y los Quitos los seguian, y ceuados en este siguimiento iban ganando tierra, llebandose con sigo el ardor de la pelea: y dejando sin ella todo lo que atras quedaua y embebecidos en matar, no atendieron en mirar por el Capitan caydo; el qual se hallaua vibo, enterrado entre muertos: y tan desconfiado de poder por modo al¬guno, salir de alli, como se puede creer de el que estaua sepultado entre montones de muertos, dessangrandose por la herida, y en un lugar frigidissimo y despoblado, y a pun¬to de esconderse el Sol, y en tierra de enemigos mortales: y sin confianza de que nadie lo viniese a buscar: y sintiendo el herido Quilaco, todas estas cosas en lo interior de su al¬ma, entre los demás que se morían lamentándose, lo comen¬zo, el también á hazer: acusando su corta ventura, pues estando a la puerta de poder desempeñar la palabra, que a su Curicuillor auia dado: le quitaua la vida. Y para mas lo atormentar, le proveyo de una muerte tan dilatada, co¬mo la que se le ofrecia padecer necesariamente: a esto añidi- ria otro millón de lastimas, que en el tiempo de la tribula¬ción, se suelen ofrezer a las imaginaciones atormentadas de amor, y estando en este conflicto, oyo (no muy lejos de si) rumor de pasos de persona viba, que sonaban hacia sus es¬paldas: y volbiendo el rostro, como mejor pudo: vido un manzebo de poca edad al parecer, que doliéndose de tan lastimoso estrago, venia rebolbiendo aquellos cuerpos dis¬figurados con la muerte: y a los que hallaua con vida ayu- daua a salir, a campo mas desocupado de horror, y en esto andubo gran rato embeuecido, con una solicita afección, y piadora eficacia: a el qual quando mas cerca llegó, (y a parte que le pudo oyr) le dijo con voz desflaquecida: her¬mano, tu que en coyuntura de tanto rigor, y agena de to¬da piedad, te vienes mostrando piadoso, con estos a quien oy atropello su mala fortuna, si la clemencia que muestras, es común a todos los que aqui padecemos yo te ruego, que desocupes de junto a mi un poco de lugar: donde pueda rodearme, sin que tantos cuerpos me lo impidan: cuya co¬rrupción temo que abreuiara, la poca y triste vida que me queda: y si a mas que a esto te animare, la piedad que con los afligidos muestras: saca este dardo que me atrauiesa el muslo, para que de mas lugar a que salga la sangre, y el anima por la herida: y se abreuie una vida tan trauajosa como la que oy sostengo: no te quiero pedir mas que esto, porque aunque tu lo quieras hazer, la suerte mia te lo im- pidira: y si Ínteres te moviere a hazerlo, mas que mi ruego y tu clemencia, quita de sobre mi esta piel de Tigre con que vengo armado, y recibe de tu propia mano, una rica Cuzma que traigo vestida: premio digno de tan gran ve¬neficio. El Comedido mancebo estubo atento a su petición cuzma, y promesa, y con mas animo y voluntad, que no fuerzas: q"",,",™ lo» comenzo a apartar el rimero de muertos, que arredor de si Yndio'- tenia el medio muerto Quilaco Yupangui; y auiendo des- socupado el lugar que bastaua, con el tiento que su temor le permitió ansio, de el dardo, y con dificultad grandísima, se lo pudo sacar, y tomando de algunos pedazos de mantas groseras que por alli auia, le ato la herida, lo menos mal que pudo: y tomándolo por medio el cuerpo, lo alzo de tie¬rra: y casi a cuestas lo saco de aquel aborrecible lugar: y poco a poco lo fue encaminando á una barranca de el aro- yo que por aquel esteril valle corre: y de camino saco por una gran herida de un cuerpo muerto que alli estaua, la cantidad de el unto, sain, o en pella, que de fuera mos- traua, y con el espacio que se puede imaginar, lo puso a el reguardo de un viento frío que con la noche, soplaua, pues¬tos en este lugar, se aparto el mancebo a unos pobres ca¬serías, de ganaderos que por allí auia a quien la pobreza en que vibian, les daua siguridad en aquellas guerras ciuiles, y tomando un poco de lumbre, y ciertos pedazos de ollas (que fácilmente pudo aliar) se boluio, adonde auia dejado a su enfermo: y juntando algunas pajas (escasamente ha-lladas) encendió fuego, y derritiendo el unto que lleuo, lo 'dejo bien caldear, y a imitación de Cirugano cruel, le que¬mo la herida por todas partes, a fin de preseruarla de pas¬mo: y de estancarle la sangre: y hecho este beneficio, se juntó junto a el enfermo, el qual le pregunto de donde era, y como se llamaua, y que ocasion lo trujo por aquel lugar, en tan rigurosa coyuntura. A esto respondio el mancebo; hermano, mi nombre, es Titu, mi tierra es esta, lo demás no me lo preguntes, sino piensa en tu salud, que es lo que mas te importa: y con esto se ampararon de el frió, como mejor pudieron: y pasaron aquella noche entrambos, con arto sin sabor: a la mañana le dijo Tito a Quilaco Yupan¬gui, hermano si te pareze bamos a aquellas casas, y Corra¬les que alli se muestran, para que yo tenga lugar de mejor administrarte, y si no lo quieres hazer, y esforzarte a ello, queda en paz porque yo quiero buscar mas abrigo, que el que aqui tengo: a lo qual respondio Quilaco, tu voluntad se a de hazer en todo, porque la mia ya se acabo, aqui y alli y en toda parte, reconozere para siempre, este beneficio re- cebido: mas temo, no te suceda a causa mia algún daño, que por ser yo como soy de la tierra de el Quito, soy odiado grandemente de esta tu nación, y por esta causa seria po¬sible matarme a mi, y a ti castigarte: no tengas cuidado de eso (respondio Tito) que el que a mi y a ti nos viere, bien entenderá no ser nosotros la presa ni ynterese de estas gue¬rras, ni la causa de ellas, esa Cusma que dizes que tienes, rica, truecala con una pobre de estos muertos, y en abito humilde, estaras mas siguro, no quiero preguntarte quien eres, por que quitando el agradecimiento á mi natural vir-tud, no lo atribuyas a tu mucho merecimiento: antes de grado te quiero seruir; y escogerte yo por amo, primero que otro me tome a mi por sierbo. Con estas palabras (y otras que la coyuntura les yua ofreciendo) salieron de aquella barranca, y con gran dolor y trauajo, llegaron á una casa destrozada y pobre: y alli se estuvieron algunos dias, sustentándose de las Papas, y Ollucos, y otras rayzes, y yeruas, que Tito hurtadamente traya de las labranzas mas cercanas: donde los dejaremos, por tratar de lo que á Mayca Yupangui, y a su compañero Guanea Auqui les subcedio, despues de la batalla de Yanamarca: de la qual escapando fueron recogendo su gente, y acaudillandola lo mejor que pudieron: y sin parar en Jauja, determinaron ganar el paso de Ango Yaco (que es un rio que forzosamente se auia de pasar) y como lo pensaron fue puesto por hobra: y de la otra parte se fortaleció Mayca Yupangui: porque Guanea Auqui (cansado ya de ver destrozos) se pasó (casi solo) a Villcas, a descansar algunos dias, de los pocos que le que¬daban de vida. Quiz quiz con todo su excercito se recreo en Jauja, donde (abiendo echado menos a sus principales soldados y Capitanes que en la batalla de Yanamarca mu¬rieron) los hizo volber á buscar para hazerles las obsequias deuidas a sus personas: y fueron hallados y llebados muchos cuerpos: y a el de Quilaco Yupangui muerto ni bivo no pareció: que no poca tristeza causo a el General y Ca.pita- nes su perdida: las nuebas de esta desastrada batalla, le lle¬garon a Guascar Ynga, quando mejores las deseaua: y no hallando consuelo que tomar en los hombres, se fue á sus Guacas: y en ellas (especial en la de Guanea Cauri) hizo grandes sacrificios, y ofrendas: mando que todos ayunasen, hizo a los Sazerdotes y Ministros de sus vanidades, que con¬sultasen las estatuas de el Sol, y de el trueno y de el rayo, y supiesen de ellas, lo que deuia (o podia) hazer para aplacar a el hazedor: mas al cabo de todas sus diligencias, siempre hallaban yndicios de su daño, mas los sazerdotes y hechi¬ceros, por consolarlo, le decian, que saliendo su misma per¬sona al campo, y no entrando en la batalla, alcanzaría victoria de sus enemigos: y ansi lo determino hazer, sauido que huviese el subceso de Mayca Yupangui: y con tal pre¬supuesto se aquieto algún tanto, y se estubo en el Cuzco, Los vencedores Capitanes de Quito comenzaron a proseguir su camino hacia Angoyaco: donde ya su nueuo contendor, estaba fortalecido, y puesto en estoruarle el paso, lo qual hiziera bastantemente, si de parte alguna les acertara ve- dejo bien caldear, y a imitación de Cirugano cruel, le que¬mo la herida por todas partes, a fin de preseruarla de pas¬mo: y de estancarle la sangre: y hecho este beneficio, se juntó junto a el enfermo, el qual le pregunto de donde era, y como se llamaua, y que ocasion lo trujo por aquel lugar, en tan rigurosa coyuntura. A esto respondio el mancebo; hermano, mi nombre, es Titu, mi tierra es esta, lo demás no me lo preguntes, sino piensa en tu salud, que es lo que mas te importa: y con esto se ampararon de el frió, como mejor pudieron: y pasaron aquella noche entrambos, con arto sin sabor: a la mañana le dijo Tito a Quilaco Yupan¬gui, hermano si te pareze bamos a aquellas casas, y Corra¬les que alli se muestran, para que yo tenga lugar de mejor administrarte, y si no lo quieres hazer, y esforzarte a ello, queda en paz porque yo quiero buscar mas abrigo, que el que aqui tengo: a lo qual respondio Quilaco, tu voluntad se a de hazer en todo, porque la mia ya se acabo, aqui y alli y en toda parte, reconozere para siempre, este beneficio re- cebido: mas temo, no te suceda a causa mia algún daño, que por ser yo como soy de la tierra de el Quito, soy odiado grandemente de esta tu nación, y por esta causa seria po¬sible matarme a mi, y a ti castigarte: no tengas cuidado de eso (respondio Tito) que el que a mi y a ti nos viere, bien entenderá no ser nosotros la presa ni ynterese de estas gue¬rras, ni la causa de ellas, esa Cusma que dizes que tienes, rica, truecala con una pobre de estos muertos, y en abito humilde, estaras mas siguro, no quiero preguntarte quien eres, por que quitando el agradecimiento á mi natural vir¬tud, no lo atribuyas a tu mucho merecimiento: antes de grado te quiero seruir; y escogerte yo por amo, primero que otro me tome a mi por sierbo. Con estas palabras (y otras que la coyuntura les yua ofreciendo) salieron de aquella barranca, y con gran dolor y trauajo, llegaron á una casa destrozada y pobre: y alli se estuvieron algunos dias, sustentándose de las Papas, y Ollucos, y otras rayzes, y yeruas, que Tito hurtadamente traya de las labranzas mas cercanas: donde los dejaremos, por tratar de lo que á Mayca Yupangui, y a su compañero Guanea Auqui les subcedio, despues de la batalla de Yanamarca: de la qual escapando fueron recogendo su gente, y acaudillandola lo mejor que pudieron: y sin parar en Jauja, determinaron ganar el paso de Ango Yaco (que es un rio que forzosamente se auia de pasar) y como lo pensaron fue puesto por hobra: y de la otra parte se fortaleció Mayca Yupangui: porque Guanea Auqui (cansado ya de ver destrozos) se pasó (casi solo) a Villcas, a descansar algunos dias, de los pocos que le que¬daban de vida. Quiz quiz con todo su excercito se recreo en Jauja, donde (abiendo echado menos a sus principales soldados y Capitanes que en la batalla de Yanamarca mu¬rieron) los hizo volber á buscar para hazerles las obsequias deuidas a sus personas: y fueron hallados y llebados muchos cuerpos: y a el de Quilaco Yupangui muerto ni bivo no pareció: que no poca tristeza causo a el General y Ca.pita- nes su perdida: las nuebas de esta desastrada batalla, le lle¬garon a Guascar Ynga, quando mejores las deseaua: y no hallando consuelo que tomar en los hombres, se fue á sus Guacas: y en ellas (especial en la de Guanea Cauri) hizo grandes sacrificios, y ofrendas: mando que todos ayunasen, hizo a los Sazerdotes y Ministros de sus vanidades, que con¬sultasen las estatuas de el Sol, y de el trueno y de el rayo, y supiesen de ellas, lo que deuia (o podia) hazer para aplacar a el hazedor: mas al cabo de todas sus diligencias, siempre hallaban yndicios de su daño, mas los sazerdotes y hechi¬ceros, por consolarlo, le decian, que saliendo su misma per-sona al campo, y no entrando en la batalla, alcanzaría victoria de sus enemigos: y ansi lo determino hazer, sauido que huviese el subceso de Mayca Yupangui: y con tal pre¬supuesto se aquieto algún tanto, y se estubo en el Cuzco. Los vencedores Capitanes de Quito comenzaron a proseguir su camino hacia Angoyaco: donde ya su nueuo contendor, estaba fortalecido, y puesto en estoruarle el paso, lo qual hiziera bastantemente, si de parte alguna les acertara ve¬nir socorro, mas estaua ya el Reyno tan falto de soldados, y el contrario Quiz quiz tan poderoso, que aunque tuvieron algunas victorias fueron de tan poca ymportancia, que no aprouecharon para mas; que para detener a su enemigo un mes, de la otra parte del fio: de lo qual a Quiz quiz se le daua muy poco, porque mientras mas se detenia mas gente se le ayuntaua: y enfadado ya de tan largo detenimiento, y una mañana comenzo a marchar con todas sus esquadras puestas en orden: y con las armas en las manos aseguraron el paso: y desuarataron a Mayca Yupangui: y el se retiro con la gente que pudo la buelta de Villcas, en busca de su compañero Guanea Auqui, a quien ya ayudaua a desculpar de sus desastres. La nueva de esta pendida se reciuio en el Cuzco y los que a los de Quito asta alli tenian en poco, los comenzaron á temer muy de veras: y Guascar Ynga, mu¬cho mas que todos: y en confianza de lo pronosticado por sus sacerdotes, se salió a Xacxaguana con un grueso exerci¬to donde pelearon tan infelizemente como veremos adelante. Capitulo 31. de las vanas plegarias que hizo Guascar Ynga a sus Guacas y de una batalla que los Cuzcos ganaron en Tauaray, y de la ultima y san¬grienta batalla de Chontacaxa, y prisión de Guascar Ynga y toma de el Cuzco y de las crueldades que hizo Quizquiz en la gente rendida. En gran confusion y oprobio de los pertinazes y desal¬mados Ereges, que en nuestros tiempos an turbado la paz, se puede decir lo que en este paso se nos ofreze. Que este Rey Guascar Ynga, por sola lumbre de razón natural (sin auer merecido mas alta merced de el Cielo) entendía de quanta importancia sea la penitencia y sacrificios para aplacar la deidad ofendida con los peccados nuestros: pues quando llego a sus orejas la nueua de que ya el enemigo Quizquiz se le venia acercando, a su Casa y Corte (oluida- do de los humanos remedios) acudió a buscar aquel que su zeguedad tenia por diuino: y mando con publico pregón que todos ayunasen tres dias: y el mismo se fue á Guana Cauri, a ayunar y hazer grandes sacrificios a el Criador: y á todos los Sacerdotes de sus engañadoras Guacas, repar¬tió dones porque rogasen á el Sol, y a el Pachacama, por la prosperidad de aquella empresa, y quieren los barbaros apostatas (preuaricadores de las santas leyes Evangélicas) presumir de meter sus sacrilegas manos, en los inhaustos tesoros de Dios, y toman de ellos a su voluntad: y con llaues falsas, abrir el Cielo y sin pasar las asperezas que el mismo Christo nuestro Redemptor paso para entrar en el, sentarse en sus sillas a pie enjuto, pues ellos se hallaran necios, el dia de su desengaño. Con estas espirituales diligencias se preui- no Guascar Ynga, para salir al Campo a resistir (si pudiese) los gruesos exercitos que sobre el venian. ya en esta Co¬yuntura le llego mucha Ynfanteria de Chile; y Charcas, y de el Collao, y Chuquito, y Cundisuyo, y Andes suyo (por¬que de lo de Chinchasuyo, no auia que hazer caudal: pues todo o lo mas venia en el exercito de sus contendores) y juntas estas Naciones y los mas orejones que se pudieron hallar, se salió el Ynga, a el Valle de Xacxaguana, donde hizo plantar unas vistosas y costosas tiendas, para sus apo¬sentos. Alli ordeno que las gentes de Cundisuyo, Charcas, y Chile, y Chucuito, fuesen saliendo: repartidos por cima de Cochabamba (acia los Omasuyos) y compeliesen a los enemigos, a dejarse venir hacia el rio de Cotabamba: y a Guanea Auqui (que ya se venia retirando de Villcas) em¬bio a mandar, que se detuviese en la puente de Apurima: y alli le embio a Aguapanti y Pacamayca, dos Capitanes con alguna gente, para que se juntase con la que Mayca Yupan¬gui, y Guanea Auqui auian escapado, de las batallas pasadas: y estos tuvieron orden de que por un lado acometiesen a los de Atauallpa, y si fuese posible los compeliesen, los unos v los otros á pasar a el cerco de Cotabamba, para darles alli nir socorro, mas estaua ya el Reyno tan falto de soldados, y el contrario Quiz quiz tan poderoso, que aunque tuvieron algunas victorias fueron de tan poca ymportancia, que no aprouecharon para mas; que para detener a su enemigo un mes, de la otra parte del rio: de lo qual a Quiz quiz se le daua muy poco, porque mientras mas se detenia mas gente se le ayuntaua: y enfadado ya de tan largo detenimiento, y una mañana comenzo a marchar con todas sus esquadras puestas en orden: y con las armas en las manos aseguraron el paso: y desuarataron a Mayca Yupangui: y el se retiro con la gente que pudo la buelta de Villcas, en busca de su compañero Guanea Auqui, a quien ya ayudaua a desculpar de sus desastres. La nueva de esta perdida se reciuio en el Cuzco y los que a los de Quito asta alli tenian en poco, los comenzaron á temer muy de veras: y Guascar Ynga, mu¬cho mas que todos: y en confianza de lo pronosticado por sus sacerdotes, se salió a Xacxaguana con un grueso exerci¬to donde pelearon tan infelizemente como veremos adelante. Capitulo 31. de las vanas plegarias que hizo Guascar Ynga a sus Guacas y de una batalla que los Cuzcos ganaron en Tauaray, y de la ultima y san¬grienta batalla de Chontacaxa, y prisión de Guascar Ynga y toma de el Cuzco y de las crueldades que hizo Quizquiz en la gente rendida. En gran confusion y oprobio de los pertinazes y desal¬mados Ereges, que en nuestros tiempos an turbado la paz, se puede decir lo que en este paso se nos ofreze. Que este Rey Guascar Ynga, por sola lumbre de razón natural (sin auer merecido mas alta merced de el Cielo) entendía de quanta importancia sea la penitencia y sacrificios para aplacar la deidad ofendida con los peccados nuestros: pues quando llego a sus orejas la nueua de que ya el enemigo Quizquiz se le venia acercando, a su Casa y Corte (oluida- do de los humanos remedios) acudió a buscar aquel que su zeguedad tenia por diuino: y mando con publico pregón que todos ayunasen tres dias: y el mismo se fue á Guana Cauri, a ayunar y hazer grandes sacrificios a el Criador: y á todos los Sacerdotes de sus engañadoras Guacas, repar¬tió dones porque rogasen á el Sol, y a el Pachacama, por la prosperidad de aquella empresa, y quieren los barbaros apostatas (preuaricadores de las santas leyes Evangélicas) presumir de meter sus sacrilegas manos, en los inhaustos tesoros de Dios, y toman de ellos a su voluntad: y con llaues falsas, abrir el Cielo y sin pasar las asperezas que el mismo Christo nuestro Redemptor paso para entrar en el, sentarse en sus sillas a pie enjuto, pues ellos se hallaran necios, el dia de su desengaño. Con estas espirituales diligencias se preui- no Guascar Ynga, para salir al Campo a resistir (si pudiese) los gruesos exercitos que sobre el venian. ya en esta Co¬yuntura le llego mucha Ynfanteria de Chile; y Charcas, y de el Collao, y Chuquito, y Cundisuyo, y Andes suyo (por¬que de lo de Chinchasuyo, no auia que hazer caudal: pues todo o lo mas venia en el exercito de sus contendores) y juntas estas Naciones y los mas orejones que se pudieron hallar, se salió el Ynga, a el Valle de Xacxaguana, donde hizo plantar unas vistosas y costosas tiendas, para sus apo¬sentos. Alli ordeno que las gentes de Cundisuyo, Charcas, y Chile, y Chucuito, fuesen saliendo: repartidos por cima de Cochabamba (acia los Omasuyos) y compeliesen a los enemigos, a dejarse venir hacia el rio de Cotabamba: y a Guanea Auqui (que ya se venia retirando de Villcas) em¬bio a mandar, que se detuviese en la puente de Apurima: v alli le embio a Aguapanti y Pacamayca, dos Capitanes con alguna gente, para que se juntase con la que Mayca Yupan¬gui, y Guanea Auqui auian escapado, de las batallas pasadas: y estos tuvieron orden de que por un lado acometiesen a los de Atauallpa, y si fuese posible los compeliesen, los unos v los otros á pasar a el cerco de Cotabamba, para darles alli la fuerza de la batalla. Ya en este tiempo los primeros que salieron de el Cuzco (que fueron los Chiles, Charcas, y de- mas Naciones) se encontraron con muy lucido esquadron, que Chalcochima traya a su cargo, para con el (por orden y Aquerdo de Quizquiz) meterse en el Cuzco por la parte de los Chumbi Villcas: y alli comenzo Rampa Yupangui (que venia por General de la parte de Guascar Ynga) á in¬citar a la pelea, a Chalcochima: y en Tauaray, se comenzo una batalla en que murieron mas de diez mili hombres, de la parte de Atauallpa: y entre muchos varones señalados que alli murieron fue uno, Tumarimav, Capitan valeroso de los de Quito. Barata huvieron los Cuzcos esta victoria, porque de su parte murió en ella poca gente: Rampa Yu¬pangui, mando cortar las cauezas de los Capitanes muertos, y de otros particulares, y las embio en presente, a el Guas¬car de aue reciuio sumo contentamiento, y teniéndolas de¬lante, dijo a los suyos, veis aqui (generación de el Sol) las primicias de las mercedes, que el Pachacama prometio a mis ayunos y lagrimas: veis aqui la principal parte de las piedras ciméntales, en que el valor de mi indigno hermano estribaua: y si para tan gran cosa como la que oy se á hecho, en vencer y desuaratar a Challcochima, y matarle tanta y tan principal gente, an bastado las armas de las Naciones a nosotros sugetas, y tenidas por viles: que se puede esperar de el valor buestro? animaos y tomad las armas, y a ymita- cion de nuestros antepasados venced lo que os queda de el mundo, y como os auentajais en valor y linage, de las na¬ciones oy victoriosas, aventajaos también en el esfuerzo y animo, y pasaldes mucho adelante con vuestros tiros. Ya llegaban a gran priesa mensageros de como Quizquiz y sus capitanes venian con espantosos escuadrones, hinchendo los Campos de gentes y miedo: ya por los ayres se oya, un sordo rumor de los ecos de los instrumentos militares que los de Quito usaban en tales dias: y con tales prevenciones comen¬zaron á mudar todos las colores, y cubrirse de una amarilla sombra de muerte: mas Topa Atauchi, y Topa Atau, y Urco Guaranga, y otros Consejeros y priuados de Guascar Ynga, comenzaron (con denuedo vergonzoso) a poner or¬den en las gentes de guerra, repartiéndolas por sus estancias, y con paso grave salieron á encontrar, al que los venia bus¬cando. Ya Quizquiz, traya recogida la gente, que se pudo escapar de la batalla, que en Tauaray auia perdido Chalco¬chima: y juntos todos y en buena orden, acometieron con denuedo alentado, a los de el Cuzco, que con igual confian¬za los esperaron: y alli se comenzo una cruel vozeria, acom¬pañada con sangre y muertes: y sin perder un punto de el primer vigor, duro tanto, quanto duro el dia y la fortuna (cansada de recrear a Quiz quiz con tantas victorias) troco la suerte y declaro la parte de el Cuzco por victoriosa: y conociéndose los de Quito por inferiores, comenzaron a procurar su retirada, sin daño mas de el recebido, que no pareció ser poco: y sustentando la importunidad de los vic¬toriosos, con los rostros heridos: se pasaron retirando a la otra parte de el rio de Cotabamba, y en unos cerrillos que alli hallaron se pudieron fauorecer, los que iban en un cuer-po, aunque desmembrado: la demás gente descarriada (que no era poca cantidad) se quedaua escondida, entre unos al¬tos pajonales, que por alli auia: y los Capitanes de Guascar mandaron pegar fuego en ellos: y fueron muchos los que se quemaron, y pocos los que escaparon: porque los que escapa¬ban de las llamas venian a dar en las armas. Gustando de esta sangrieta caza, dejaron los de el Guascar, pasar lo que Ies quedaua de el dia, sin atender a vencer, ni a los en¬castillados en los Cerros: y como vino la noche, mando el Guascar que se recogesen todos al real: y beuiesen y des¬cansasen, para bolver el dia siguiente a concluyr con las vidas, de los que aquel dia las auian escapado, y apenas hu- vieron los Cuzcos desocupado las campañas quando Quiz¬quiz, Rumiñaui, y Chalcochima y demás sus oficiales, y Capitanes: vajaron de el monte: y con vozes muy animosas comenzaron a llamar por todas partes a su gente escon¬dida, y a combidarles con gran confianza a las viandas que la fuerza de la batalla. Ya en este tiempo los primeros que salieron de el Cuzco (que fueron los Chiles, Charcas, y de- mas Naciones) se encontraron con muy lucido esquadron, que Chalcochima traya a su cargo, para con el (por orden y Aquerdo de Quizquiz) meterse en el Cuzco por la parte de los Chumbi Villcas: y alli comenzo Rampa Yupangui (que venia por General de la parte de Guascar Ynga) á in¬citar a la pelea, a Chalcochima: y en Tauaray, se comenzo una batalla en que murieron mas de diez mili hombres, de la parte de Atauallpa: y entre muchos varones señalados que alli murieron fue uno, Tumarimay, Capitan valeroso de los de Quito. Barata huvieron los Cuzcos esta victoria, porque de su parte murió en ella poca gente: Rampa Yu¬pangui, mando cortar las cauezas de los Capitanes muertos, y de otros particulares, y las embio en presente, a el Guas¬car de aue reciuio sumo contentamiento, y teniéndolas de¬lante, dijo a los suyos, veis aqui (generación de el Sol) las primicias de las mercedes, que el Pachacama prometio a mis ayunos y lagrimas: veis aqui la principal parte de las piedras ciméntales, en que el valor de mi indigno hermano estribaua: y si para tan gran cosa como la que oy se á hecho, en vencer y desuaratar a Challcochima, y matarle tanta y tan principal gente, an bastado las armas de las Naciones a nosotros sugetas, y tenidas por viles: que se puede esperar de el valor buestro? animaos y tomad las armas, y a ymita- cion de nuestros antepasados venced lo que os queda de el mundo, y como os auentajais en valor y linage, de las na¬ciones oy victoriosas, aventajaos también en el esfuerzo y animo, y pasaldes mucho adelante con vuestros tiros. Ya llegaban a gran priesa mensageros de como Quizquiz y sus capitanes venian con espantosos escuadrones, hinchendo los Campos de gentes y miedo: ya por los ayres se oya, un sordo rumor de los ecos de los instrumentos militares que los de Quito usaban en tales dias: v con tales prevenciones comen¬zaron á mudar todos las colores, y cubrirse de una amarilla sombra de muerte: mas Topa Atauchi, y Topa Atau, y Urco Guaranga, y otros Consejeros y priuados de Guascar Ynga, comenzaron (con denuedo vergonzoso) a poner or¬den en las gentes de guerra, repartiéndolas por sus estancias, y con paso grave salieron á encontrar, al que los venia bus¬cando. Ya Quizquiz, traya recogida la gente, que se pudo escapar de la batalla, que en Tauaray auia perdido Chalco¬chima: y juntos todos y en buena orden, acometieron con denuedo alentado, a los de el Cuzco, que con igual confian¬za los esperaron: y alli se comenzo una cruel vozeria, acom¬pañada con sangre y muertes: y sin perder un punto de el primer vigor, duro tanto, quanto duro el dia y la fortuna (cansada de recrear a Quiz quiz con tantas victorias) troco la suerte y declaro la parte de el Cuzco por victoriosa: y conociéndose los de Quito por inferiores, comenzaron a procurar su retirada, sin daño mas de el recebido, que no pareció ser poco: y sustentando la importunidad de los vic¬toriosos, con los rostros heridos: se pasaron retirando a la otra parte de el rio de Cotabamba, y en unos cerrillos que alli hallaron se pudieron fauorecer, los que iban en un cuer-po, aunque desmembrado: la demás gente descarriada (que no era poca cantidad) se quedaua escondida, entre unos al¬tos pajonales, que por alli auia: y los Capitanes de Guascar mandaron pegar fuego en ellos: y fueron muchos los que se quemaron, y pocos los que escaparon: porque los que escapa¬ban de las llamas venian a dar en las armas. Gustando de esta sansrieta caza, dejaron los de el Guascar, pasar lo que les quedaua de el dia, sin atender a vencer, ni a los en¬castillados en los Cerros: y como vino la noche, mando el Guascar que se recogesen todos al real: y beuiesen y des¬cansasen, para bolver el dia siguiente a concluyr con las vidas, de los que aquel dia las auian escapado, y apenas hu- vieron los Cuzcos desocupado las campañas quando Quiz¬quiz, Rumiñaui, y Chalcochima y demás sus oficiales, y Capitanes: vajaron de el monte: y con vozes muy animosas comenzaron a llamar por todas partes a su gente escon¬dida, y a combidarles con gran confianza a las viandas que sus enemigos tenian en su real aderezadas, y en breue espa¬cio, junto un bistoso esquadron, y con las armas en las manos, reposaron lo que pudieron aquella noche: y a el amanezer de el dia siguiente, mostraron a los ojos de los descuydados Cuzcos, un espantoso espectáculo, de que ellos estauan bien descuidados: que fue un escuadrón tan entero y bien formado, como si el dia pasado fuera el el vencedor: turbados y sin aliento, ni color, acudieron a tomar las ar¬mas, los que ya entendian no ser menester: y el Ynga (con priesa mas que atropellada) se mando armar de unas bru¬ñidas laminas de oro: y juntando sus gentes comenzo a res¬ponder el enemigo, con la misma reseña que el auia hecho: y mostrose de lejos una cantidad casi ynfinita de guerreros: y como salió el Sol y toco en las armas de Guascar Ynga, dieron de si tal resplandor que pudo herir en los ojos de Quiz, y como era mañoso y prompto en lo que conuenia dijo a sus soldados de esta manera. Atended con cuidado soldados animosos, en aquella luz que con la de el sol re- berbera, y a ella apuntad con buestras armas, porque aquella escurecida la victoria nuestra es clara: no gastéis el dia en otra cosa que en buscar el cuello de aquella caueza: que ya los mienbros de aquel muerto cuerpo que alli os ponen para asombraros, frios están y sin sangre, con el miedo de buestro nombre: y si alguna les a quedado, la tienen elada y sin vir¬tud. Caminemos a ellos, que yo os conuido con las cenas que para ellos están aderezadas, dicho aquesto, hizieron la señal de arremeter, y lo mismo hizo Guascar y sus Capitanes en su exercito, que aun que en cantidad excedía a el de Quiz quiz, la priesa y sobresalto conque se armo y ordenó, le hizo venir con menos orden de la que conviniera; mas confiados en su muchedumbre, vinieron de priesa contra el enemigo: y comenzose la sangrienta batalla en unas laderas llamadas Chontacaxas: donde no se podra encarecer el encendido coraje conque los unos a los otros se matauan, ya los vibos morían contentos con morir matando, y nadie se acordaua de la defensa suya con la memoria, y ansia de ofender a el contrario: los montes y valles resonaban vozes, las lomas y laderas destilaban sangre, las nubes estauan ya gruesas, con el polvo y aliento de los combatientes: todo nadaua en armas, todo ardia en yra, ya no auia orden en el matar, ni hacian caudal de solo el herir, y con tales estragos, se sos¬tuvieron asta la ora de bisperas, que la mucha porfia de los de Quiz quis, basto para echar las manos en las andas de Guascar, y lo derriuaron en tierra donde (a costa de muchas vidas) fue preso: y luego comenzo a aflojar el combate, y se declaro la victoria por los de Quito. Alli prendieron a los mas famosos Capitanes de el Cuzco, lo qual visto por los orejones, que con vida hauian quedado, comenzaron a huir afrentosamente: creyendo cada uno llevar un Quiz quiz en las espaldas, con la lanza en la mano, las tristes nuevas de esta ultima ruyna, llego a el Cuzco, a los oydos de Mamaragua Ocllo, y de Mamachuquiuzpay, de quien no se puede encarezer el sentimiento que tuvieron y lasti¬mas que hizieron. Comenzo Quiz quiz á usar de la victoria con tanta crueldad, que pone terror el Ymaginarlo: partióse el exercito vencedor de el lugar infelize, y fuese a poner en el asiento de Quiuipay: desde donde pudieron oyr, los justos llantos que en el Cuzco se hacian. En este punto despacho mensageros á el Quito, Quizquiz, para que informasen á su señor Atauallpa, y a todo el Reyno, con quanto cumpli¬miento hauia echo lo que se le auia encargado, y despacho ansi mesmo uno de los principales prisioneros, a el Cuzco, para que a Mamaragua Ocllo, y a la muger de Guascar Ynga asegurase de todo mal y daño, y de su parte les dijese, que no reciviesen pena de la prisión de su señor Guascar Ynga, que como negocios de hermanos ternian con breuedad prospero y alegre fin: con este mensagero y mensage se aseguraron por entonces las señoras y todos los de su Cassa. Otro dia de mañana despues de el de la batalla, embio a requerir a los Orejones de el Cuzco, y a sus Capitanes, que todos viniesen a dar la ovediencia a la estatua de su Señor Atauallpa (que consigo traya) a quien llamauan Ticci Ca- sus enemigos tenian en su real aderezadas, y en breue espa¬cio, junto un bistoso esquadron, y con las armas en las manos, reposaron lo que pudieron aquella noche: y a el amanezer de el dia siguiente, mostraron a los ojos de los descuydados Cuzcos, un espantoso espectáculo, de que ellos estauan bien descuidados: que fue un escuadrón tan entero y bien formado, como si el dia pasado fuera el el vencedor: turbados y sin aliento, ni color, acudieron a tomar las ar¬mas, los que ya entendian no ser menester: y el Ynga (con priesa mas que atropellada) se mando armar de unas bru¬ñidas laminas de oro: y juntando sus gentes comenzo a res-ponder el enemigo, con la misma reseña que el auia hecho: y mostrose de lejos una cantidad casi ynfinita de guerreros: y como salió el Sol y toco en las armas de Guascar Ynga, dieron de si tal resplandor que pudo herir en los ojos de Quiz, y como era mañoso y prompto en lo que conuenia dijo a sus soldados de esta manera. Atended con cuidado soldados animosos, en aquella luz que con la de el sol re- berbera, y a ella apuntad con buestras armas, porque aquella escurecida la victoria nuestra es clara: no gastéis el dia en otra cosa que en buscar el cuello de aquella caueza: que ya los mienbros de aquel muerto cuerpo que alli os ponen para asombraros, frios están y sin sangre, con el miedo de buestro nombre: y si alguna les a quedado, la tienen elada y sin vir¬tud. Caminemos a ellos, que yo os conuido con las cenas que para ellos están aderezadas, dicho aquesto, hizieron la señal de arremeter, y lo mismo hizo Guascar y sus Capitanes en su exercito, que aun que en cantidad excedia a el de Quiz quiz, la priesa y sobresalto conque se armo y ordenó, le hizo venir con menos orden de la que conviniera; mas confiados en su muchedumbre, vinieron de priesa contra el enemigo: y comenzose la sangrienta batalla en unas laderas llamadas Chontacaxas: donde no se podra encarecer el encendido coraje conque los unos a los otros se matauan, ya los vibos morian contentos con morir matando, y nadie se acordaua de la defensa suya con la memoria, y ansia de ofender a el contrario: los montes y valles resonaban vozes, las lomas y laderas destilaban sangre, las nubes estauan ya gruesas, con el polvo y aliento de los combatientes: todo nadaua en armas, todo ardia en yra, ya no auia orden en el matar, ni hacian caudal de solo el herir, y con tales estragos, se sos¬tuvieron asta la ora de bisperas, que la mucha porfia de los de Quiz quis, basto para echar las manos en las andas de Guascar, y lo derriuaron en tierra donde (a costa de muchas vidas) fue preso: y luego comenzo a aflojar el combate, y se declaro la victoria por los de Quito. Alli prendieron a los mas famosos Capitanes de el Cuzco, lo qual visto por los orejones, que con vida hauian quedado, comenzaron a huir afrentosamente: creyendo cada uno llevar un Quiz quiz en las espaldas, con la lanza en la mano, las tristes nuevas de esta ultima ruyna, llego a el Cuzco, a los oydos de Mamaragua Ocllo, y de Mamachuquiuzpay, de quien no se puede encarezer el sentimiento que tuvieron y lasti¬mas que hizieron. Comenzo Quiz quiz á usar de la victoria con tanta crueldad, que pone terror el Ymaginarlo: partióse el exercito vencedor de el lugar infelize, y fuese a poner en el asiento de Quiuipay: desde donde pudieron oyr, los justos llantos que en el Cuzco se hacian. En este punto despacho mensageros á el Quito, Quizquiz, para que informasen á su señor Atauallpa, y a todo el Reyno, con quanto cumpli¬miento hauia echo lo que se le auia encargado, y despacho ansi mesmo uno de los principales prisioneros, a el Cuzco, para que a Mamaragua Ocllo, y a la muger de Guascar Ynga asegurase de todo mal y daño, y de su parte les dijese, que no reciviesen pena de la prisión de su señor Guascar Ynga, que como negocios de hermanos ternian con breuedad prospero y alegre fin: con este mensagero y mensage se aseguraron por entonces las señoras y todos los de su Cassa. Otro dia de mañana despues de el de la batalla, embio a requerir a los Orejones de el Cuzco, y a sus Capitanes, que todos viniesen a dar la ovediencia a la estatua de su Señor Atauallpa (que consigo traya) a quien llamauan Ticci Ca- pac, que quiere decir, señor de los últimos fines de la tierra: y los Orejones como oyeron este mensage, halláronse per¬plejos en la determinación de su cumplimiento: y para res¬ponder pidieron tres dias de termino: y Quizquis se los concedio, (porque como tenian en buena custodia á Guascar Ynga no se temió de rebolucion alguna) y estos tres dias gastaron los orejones en Cavildos, y consultas si darian la ovediencia á Atauallpa o bolberian de nueuo á tomar las Armas: y al cabo salió determinado sugetarse a lo que Quiz quis queria, y para dar la obediencia fueron saliendo de el Cuzco por sus ayllos y parentelas, y llegados a el llano de Quivipay, se fueron sentando por su orden: haciendo una profunda reverencia a la Ymagen y estatua de Atauallpa, en señal de darle la ovediencia, y sentados todos, luego los soldados de Quiz (armados y puestos en orden de guerra) los cercaron en torno: y comenzaron a prender a los mas señalados Yngas y Orejones: y el primero que alli se prendió (sacandole de en medio de aquella confusa multitud) fue el infelice y mal fortunado, Guanea Auqui, y con el a Gua- panti, y a Paucarusno Capitanes suyos, prendieron luego á Apoc Challco Yupangui, y a Rupaca (entrambos sumos Sacerdotes de el Sol) por que ellos auian sido los que auian dado á Guascar Ynga, las investiduras de Rey: y juntamen¬te con estos, otros muchos, de menos calidad, aunque tam¬bién de la sangre y linage de Yngas. Y lebantandose en pie el General Quizquis (con palabras torpes y descomedidas) co¬menzo a afrentarlos, y concluyo, con que usando de la cle¬mencia, que a si y a su valor deuia, los perdonaua por entonces: y se satisfacía su justicia, con que a cada uno se le diese en las espaldas ciertos golpes, con los Chumbis a maneras de mazas, hechas de piedra: acababa esta begnigna crueldad, mando matar á algunos, con quien el deuia estar disgustado y no tan presto era mandado, quan presto era ovedecido. luego mando pregonar que todos generalmente, bolviesen el rostro acia donde les demoraua el Quito: y adorasen y saludasen con altas, y alegres bozes, a Atauallpa su señor, y ansi comentaron a aclamar: biva muchos años Atauallpa nuestro señor Ynga, el Sol su padre le acreciente la vida, y la tierra le permita hollarla, largo tiempo, y le ayude a regarla con la sangre de sus enemigos, y diziendo estos se pelaban las cejas, y pestañas, y las arrojaban hacia aquella parte, en señal de sacrificio, hechas estas ceremonias y otras, mando traer ante si, a Mamaragua Ocllo, madre de Guascar Ynga, y a Chuquiuzpay su muger, con arta ber- guenza, y confusion de los que las miraban y con arrogantes palabras dijo a la afligida viuda. De donde os nace a vos (presuntuosa vieja) desuanezeros, y lebantaros en soberbuia, creyendo tener por hijo algún justo o buen Principe, o que aya suvido a el estado de Ynga, por justo camino? pues sabeys vos que quando lo pariste, erades manceba de Guay¬na Capac y no coya, ni señora (como os hacéis estimar) y conociendo esta verdad mi señor Guayna Capac, en su fin y muerte dejo por su heredero ligitimo, a su buen hijo Nina Cuyuchic (que luego murió) y estos vandoleros sacerdotes y descomedidos viejos, en gran menos precio de Atauallpa mi señor (que oy os tiene sugetos) le dieron la borla, y le vistieron el Tarco gualca, (insinias de que el era indigno) a vuestro Guascar que os a puesto en el estado en que es- tays. Dicho esto hizo sacar de las prisiones donde estaban, (puestos sobre lechos de palo y paja por menosprecio) a Tito Atauchi, y a Ynga Ruca, y a Topa Atauchi, y a otros varones venerables hermanos, y Consegeros de Guascar Yn¬ga: y luego lo hizieron sacar a el mismo Ynga puesto en sus andas y representando aquella Magestad con que solia an¬dar, en tiempos mas prosperas que aquellos en que al pre¬sente se hallaua, y con gran grita y baldón lo mando atra¬vesar por medio de los denostados y vencidos, y descindien- dolo de las andas, mando traer delante de si a los sazerdotes que primero auia castigado con los Chambis, y en presencia de ellos y de los demás que alli estauan le dijo con mucho menos precio. Declarad, aqui en publico, qual de estos dos falsos Sacerdotes fue el que cometio tan graue delito, como pac, que quiere decir, señor de los últimos fines de la tierra: y los Orejones como oyeron este mensage, halláronse per¬plejos en la determinación de su cumplimiento: y para res-ponder pidieron tres dias de termino: y Quizquis se los concedio, (porque como tenián en buena custodia á Guascar Ynga no se temió de rebolucion alguna) y estos tres dias gastaron los orejones en Cavildos, y consultas si darian la ovediencia á Atauallpa o bolberian de nueuo á tomar las Armas: y al cabo salió determinado sugetarse a lo que Quiz quis queria, y para dar la obediencia fueron saliendo de el Cuzco por sus ayllos y parentelas, y llegados a el llano de Quivipay, se fueron sentando por su orden: haciendo una profunda reverencia a la Ymagen y estatua de Atauallpa, en señal de darle la ovediencia, y sentados todos, luego los soldados de Quiz (armados y puestos en orden de guerra) los cercaron en torno: y comenzaron a prender a los mas señalados Yngas y Orejones: y el primero que alli se prendió (sacandole de en medio de aquella confusa multitud) fue el infelice y mal fortunado, Guanea Auqui, y con el a Gua- panti, y a Paucarusno Capitanes suyos, prendieron luego á Apoc Challco Yupangui, y a Rupaca (entrambos sumos Sacerdotes de el Sol) por que ellos auian sido los que auian dado á Guascar Ynga, las investiduras de Rey: y juntamen¬te con estos, otros muchos, de menos calidad, aunque tam¬bién de la sangre v linage de Yngas. Y lebantandose en pie el General Quizquis (con palabras torpes y descomedidas) co¬menzo a afrentarlos, y concluyo, con que usando de la cle¬mencia, que a si y a su valor deuia, los perdonaua por entonces: y se satisfacía su justicia, con que a cada uno se le diese en las espaldas ciertos golpes, con los Chumbis a maneras de mazas, hechas de piedra: acababa esta begnigna crueldad, mando matar á algunos, con quien el deuia estar disgustado y no tan presto era mandado, quan presto era ovedecido. luego mando pregonar que todos generalmente, bolviesen el rostro acia donde les demoraua el Quito: y adorasen y saludasen con altas, y alegres bozes, a Atauallpa su señor, y ansi comentaron a aclamar: biva muchos años Atauallpa nuestro señor Ynga, el Sol su padre le acreciente la vida, y la tierra le permita hollarla, largo tiempo, y le ayude a regarla con la sangre de sus enemigos, y diziendo estos se pelaban las cejas, y pestañas, y las arrojaban hacia aquella parte, en señal de sacrificio, hechas estas ceremonias y otras, mando traer ante si, a Mamaragua Ocllo, madre de Guascar Ynga, y a Chuquiuzpay su muger, con arta ber- guenza, y confusion de los que las miraban y con arrogantes palabras dijo a la afligida viuda. De donde os nace a vos (presuntuosa vieja) desuanezeros, y lebantaros en soberbuia, creyendo tener por hijo algún justo o buen Principe, o que aya suvido a el estado de Ynga, por justo camino? pues sabeys vos que quando lo pariste, erades manceba de Guay¬na Capac y no coya, ni señora (como os hacéis estimar) y conociendo esta verdad mi señor Guayna Capac, en su fin y muerte dejo por su heredero ligitimo, a su buen hijo Nina Cuyuchic (que luego murió) y estos vandoleros sacerdotes y descomedidos viejos, en gran menos precio de Atauallpa mi señor (que oy os tiene sugetos) le dieron la borla, y le vistieron el Tarco gualca, (insinias de que el era indigno) a vuestro Guascar que os a puesto en el estado en que es- tays. Dicho esto hizo sacar de las prisiones donde estaban, (puestos sobre lechos de palo y paja por menosprecio) a Tito Atauchi, y a Ynga Ruca, y a Topa Atauchi, y a otros varones venerables hermanos, y Consegeros de Guascar Yn¬ga: y luego lo hizieron sacar a el mismo Ynga puesto en sus andas y representando aquella Magestad con que solia an¬dar, en tiempos mas prósperos que aquellos en que al pre¬sente se hallaua, y con gran grita y baldón lo mando atra¬vesar por medio de los denostados y vencidos, y descindien- dolo de las andas, mando traer delante de si a los sazerdotes que primero auia castigado con los Chambis, y en presencia de ellos y de los demás que alli estauan le dijo con mucho menos precio. Declarad, aqui en publico, qual de estos dos falsos Sacerdotes fue el que cometio tan graue delito, como fue hazeros a vos Ynga, auiendo otros mejores que vos y demás virtud y merecimiento, que lo pudieran ser. Y Ma¬maragua Ocllo (encaminando su platica a Guascar Ynga su hijo) le dijo, jamas el hazedor Ticci Viracocha se oluida de la execucion de el castigó, aunque dilata el tiempo de darlo: esta berguenza y confusion que vos hizo padeceis, y todos buestros vassallos y madre padezen; castigo dignísimo es, justamente merecido de buestras crueldades: las quales aueis usado con tanto desenfrenamiento, como si no huviera castigo en el Pachacama, oydo esto por Guascar respondió, madre (sin ventura por ser lo mia) llorad y lamentad la parte que os caue de esta perdida de oy (que no deue ser poca) y dejadnos aca con nuestros debates, porque eso de que me culpáis ya no tiene enmienda, y vosotros (endere¬zando sus palabras a Quiz quiz y á Challcochima) que te- neis que averiguar si mi elección fue justa o ynjusta? acor¬daos que aunque vencedores y lebantados en presunción por las victorias que mi mala suerte os a dado, sois sierbos y mandados: y esa demanda que me ponéis, causa es de entre mi y mi hermano, y entre nosotros la averiguaremos: usad de los rendidos a buestra voluntad, y dejaos de ágenos cui¬dados. con esta libre respuesta se enojo Quizquiz, y mando bolver a la prisión a Guascar y a los que con el abian salido: luego dijo a los orejones y demás gentes de guerra, leuantaos, leuantaos gentes castigadas por agenas culpas, bolveos a vuestras casas, que ya sois perdonados: y embiad a decir a los que de temor están ausentes, que bengan sin rezelo algu¬no: que ni ellos ni vosotros, soys causa de la guerra, dicho esto comenzaron los orejones a yrse a el Cuzco, con una pena yncreyble: culpando a su corta ventura, y acusando a el Cielo, de cruel y riguroso, pues los auia guardado para ver tantos males. Otro dia por la mañana mando Quizquiz matar a todos los soldados y Capitanes Cañaris, que pudie¬ron ser ávidos, acordándose que el Cazique de ellos, Ullco Colla, auia sido el principal movedor, de aquellas guerras, y también mataron muchos Capitanes Chachapoyanos, y de otras naciones, de la parte de Chinchaysuyo, por auer acudido a el seruicio de Guascar Ynga. Hecha esta crueldad se fue con todo su repuesto y guarda, a el Cuzco, donde hasta las piedras insinsibles, sintieron dolor con su entrada: y estando en el, le vino a el pensamiento, hazer una de las mas graues vilezas, que barbaro jamas hizo: y fue que con mucha diligencia, mando traer ante si, las mugeres, concu¬binas de Guascar Ynga: ansi las preñadas como las de poco tiempo paridas: y aquellas que el mas amaba, y juntáronse ochenta y tantos hijos de el afligido Guascar sin otra canti¬dad, que estaua en los vientres de sus madres: hizo también traer muchos criados y criadas de su seruicio, y juntos todos en la plaza de el Cuzco, mando sacar á Guascar Ynga, de la prisión de donde lo auia mandado echar: para Veedor de tan doloroso estrago: nadie podra encarezer lo que sintió el miserable Ynga, quando vido tan mal tratada y llorosa, ser trayda entre las demás paridas una hermana y manceba suya, llamada Coyamiro, con un hijo al pecho y otro asido por la mano: y luego que llego a la Junta comenzaron los crueles verdugos, a cortarles á todos las cauezas sin que nadie de ellos escapase. Quien podra ponderar el dolor de el afli¬gido señor, viendo ante sus ojos tantas muertes y tan pro¬pias suyas: y no sabiendo que hazer alzo los ojos a el Cielo y dijo. Apoc, Pachayachachiz, Viracocha Ticci, o hazedor, y sabidor de todas las cosas, tu que me diste el ser, para ser tan poco, permite que el dolor que a mi en este punto me lastima, lastime con ygual dolor a los executores de tantas crueldades. Por gran ventura se pudieron librar de esta ma¬tanza cruel, algunas hijas, deudas y escogidas de Guascar Ynga, ansi de las mancebas, como de las que estaban ence-rradas en los Ayllos. Escapóse Mama Quizpicusi, hermana de Guascar que fue llamada despues Da Ynes: madre de los Ampueros tan conocidos en Lima, y Mama Usica, que Christiana se llamo Da Catalina, madre de Dn Carlos Ynga. A nuestra Curicuillor (si es verdad que también fue su hija) su firmeza en bien amar también la escapo, como fue hazeros a vos Ynga, auiendo otros mejores que vos y demás virtud y merecimiento, que lo pudieran ser. Y Ma¬maragua Ocllo (encaminando su platica a Guascar Ynga su hijo) le dijo, jamas el hazedor Ticci Viracocha se oluida de la execucion de el castigo, aunque dilata el tiempo de darlo: esta berguenza y confusion que vos hizo padeceis, y todos buestros vassallos y madre padezen; castigo dignisimo es, justamente merecido de buestras crueldades: las quales aueis usado con tanto desenfrenamiento, como si no huviera castigo en el Pachacama, oydo esto por Guascar respondió, madre (sin ventura por ser lo mia) llorad y lamentad la parte que os caue de esta perdida de oy (que no deue ser poca) y dejadnos aca con nuestros debates, porque eso de que me culpáis ya no tiene enmienda, y vosotros (endere¬zando sus palabras a Quiz quiz y á Challcochima) que te- neis que averiguar si mi elección fue justa o ynjusta? acor¬daos que aunque vencedores y lebantados en presunción por las victorias que mi mala suerte os a dado, sois sierbos y mandados: y esa demanda que me ponéis, causa es de entre mi y mi hermano, y entre nosotros la averiguaremos: usad de los rendidos a buestra voluntad, y dejaos de ágenos cui¬dados. con esta libre respuesta se enojo Quizquiz, y mando bolver a la prisión a Guascar y a los que con el abian salido: luego dijo a los orejones y demás gentes de guerra, leuantaos, leuantaos gentes castigadas por agenas culpas, bolveos a vuestras casas, que ya sois perdonados: y embiad a decir a los que de temor están ausentes, que bengan sin rezelo algu¬no: que ni ellos ni vosotros, soys causa de la guerra, dicho esto comenzaron los orejones a yrse a el Cuzco, con una pena yncreyble: culpando a su corta ventura, y acusando a el Cielo, de cruel y riguroso, pues los auia guardado para ver tantos males. Otro dia por la mañana mando Quizquiz matar a todos los soldados y Capitanes Cañaris, que pudie¬ron ser ávidos, acordándose que el Cazique de ellos, Ullco Colla, auia sido el principal movedor, de aquellas guerras, y también mataron muchos Capitanes Chachapoyanos, y de otras naciones, de la parte de Chinchaysuyo, por auer acudido a el seruicio de Guascar Ynga. Hecha esta crueldad se fue con todo su repuesto y guarda, a el Cuzco, donde hasta las piedras insinsibles, sintieron dolor con su entrada: y estando en el, le vino a el pensamiento, hazer una de las mas graues vilezas, que barbaro jamas hizo: y fue que con mucha diligencia, mando traer ante si, las mugeres, concu¬binas de Guascar Ynga: ansi las preñadas como las de poco tiempo paridas: y aquellas que el mas amaba, y juntáronse ochenta y tantos hijos de el afligido Guascar sin otra canti¬dad, que estaua en los vientres de sus madres: hizo también traer muchos criados y criadas de su seruicio, y juntos todos en la plaza de el Cuzco, mando sacar á Guascar Ynga, de la prisión de donde lo auia mandado echar: para Veedor de tan doloroso estrago: nadie podra encarezer lo que sintió el miserable Ynga, quando vido tan mal tratada y llorosa, ser trayda entre las demás paridas una hermana y manceba suya, llamada Coyamiro, con un hijo al pecho y otro asido por la mano: y luego que llego a la Junta comenzaron los crueles verdugos, a cortarles á todos las cauezas sin que nadie de ellos escapase. Quien podra ponderar el dolor de el afli¬gido señor, viendo ante sus ojos tantas muertes y tan pro¬pias suyas: y no sabiendo que hazer alzo los ojos a el Cielo y dijo. Apoc, Pachayachachiz, Viracocha Ticci, o hazedor, y sabidor de todas las cosas, tu que me diste el ser, para ser tan poco, permite que el dolor que a mi en este punto me lastima, lastime con ygual dolor a los executores de tantas crueldades. Por gran ventura se pudieron librar de esta ma¬tanza cruel, algunas hijas, deudas y escogidas de Guascar Ynga, ansi de las mancebas, como de las que estaban ence-rradas en los Ayllos. Escapóse Mama Quizpicusi, hermana de Guascar que fue llamada despues D" Ynes: madre de los Ampueros tan conocidos en Lima, y Mama Usica, que Christiana se llamo D" Catalina, madre de Dn Carlos Ynga. A nuestra Curicuillor (si es verdad que también fue su hija) su firmeza en bien amar también la escapo, como veremos adelante. Saluaronse también otras algunas: que ai traerlas aqui importa poco. Con tanto derramamiento de sangre ynocente, se dio remate á aquel dia. y el siguiente, quiso Quizquiz, ya que los bivos eran testigos de su cruel¬dad, embiando sus cuerpos de la plaza a el sepulcro, que lo fuesen también los muertos, sacándolos de los sepulcros a las plazas: porque sin aber razón para ello (por lastimar mas a los de la nación Ynga) hizo sacar el cuerpo de el buen Topa Ynga yupanqui, arrastrando por las calles: fue lleuado con yncreyble vituperio, a Rocromoca, y alli lo mando que¬mar: y como era tan amado y venerado, de todos los de el Cuzco, fueron acompañando, las honrras de sus desonrras, muchas gentes: y luego que se quemo el cuerpo, mataron sin dejar ninguno, a quantos lo auian acompañado y aquella noche mando echar bando Quizquiz, por todas las calles de el Cuzco, que el dia siguiente se hallasen todos los de el li¬nage de los Yngas sin faltar ninguno en Cuchibamba, junto a la fortaleza, porque les queria hablar y dar las razones porque hauia hecho quemar el cuerpo de su abuelo Topa Ynga yupangui: y por no poder hazer otra cosa, acudieron todos a el lugar diputado, y juntos alli, los hizo contar, y halláronse casi mili personas, de el estirpe, y linage de el afrentado Topa Ynga, y otros mas de mili entre los criados y seruidores, que auian sido de sus nietos, y hijos, y a todos los mando matar, aunque muchos fueron los que aquel dia se escaparon. Luego despacho mensageros Quiz quiz por to¬das las prouincias de Cundisuyo, y Collasuyo y Andessuyo, para hazer sauer como Atauallpa era verdadero Ynga, y que a el en su nombre, le viniesen a dar la ovediencia. Man¬do también traer ante si. todos los tesoros de Guascar Ynga, y los que auian sido adquiridos por sus antecesores: y todo fue cumplido con yncreyble presteza, que no poco alegraron los ojos estrangeros, como veremos adelante. Capitulo 32. - de las alegrías que se hizieron en el Quito por la prisión de Guascar Ynga y de la entrada de los Españoles, y prisión de Atauallpa en Ca¬xamarca, y de la ynjusta muerte de Guascar Ynga y su Compañia, y de las preuenciones de los Españoles. Las alegres nueuas que Atauallpa yba por oras reciuien- do de las victorias continuas de su General y Capitanes, lo tenian tan ufano y contento quanto afligido y congojoso a su hermano y contrario: y quando supo la prisión de Guas¬car Ynga, y ser ya Señor único de el Ymperio, y estar el Cuzco por suyo, y su nombre en el saludado, y su estatua adorada, no le quedo vena en su cuerpo que no destilase fuentes de alegría: y para que de ella participasen sus sub¬ditos, dio orden, como en Tumibamba se hiciesen unas so¬lemnísimas fiestas: y en ellas se juntaron todas las gentes, y naciones que ay desde el Quito, hasta Cusibamba, que es distancia de ochenta leguas: y en cabezera de estos banquetes, se sentaba Atauallpa, mostrándose con los pobres liveral, y con los ricos compañero, y con los delinquentes piadoso, y con los traydores terrible, y con los leales grato: y estando en el Colmo de estos contentos, se le marchitaron (en algu¬na manera) porque de lengua en lengua de Yndios, llego a sus oydos la voz de como cierta gentes no conocidas, y muy semejantes a las que ocho años antes auian venido, estauan muy de asiento en la tierra y Prouincias de los Paches, y auia de ellos mucha cantidad, y que venian Caualleros en unas ovejas grandísimas que en su corrida, y velocidad, parecían guanacos; y que trayan unas Puconas, o Zebratanas, con que soplaban fuego, con mas espantable y empecible ruido, que el Ynti illapa, y que trayan unas Macanas o cuchillos tan largos como casi una braza, con que cortaban un hombre por medio, y de esta manera (a su rustico y grueso modo) le fueron ynformando de las señas y pertrechos de nuestros veremos adelante. Saluaronse también otras algunas: que al traerlas aqui importa poco. Con tanto derramamiento de sangre ynocente, se dio remate á aquel dia. y el siguiente, quiso Quizquiz, ya que los bivos eran testigos de su cruel¬dad, embiando sus cuerpos de la plaza a el sepulcro, que lo fuesen también los muertos, sacándolos de los sepulcros a las plazas: porque sin aber razón para ello (por lastimar mas a los de la nación Ynga) hizo sacar el cuerpo de el buen Topa Ynga yupanqui, arrastrando por las calles: fue lleuado con yncreyble vituperio, a Rocromoca, y alli lo mando que¬mar: y como era tan amado y venerado, de todos los de el Cuzco, fueron acompañando, las honrras de sus desonrras, muchas gentes: y luego que se quemo el cuerpo, mataron sin dejar ninguno, a quantos lo auian acompañado y aquella noche mando echar bando Quizquiz, por todas las calles de el Cuzco, que el dia siguiente se hallasen todos los de el li¬nage de los Yngas sin faltar ninguno en Cuchibamba, junto a la fortaleza, porque les queria hablar y dar las razones porque hauia hecho quemar el cuerpo de su abuelo Topa Ynga yupangui: y por no poder hazer otra cosa, acudieron todos a el lugar diputado, y juntos alli, los hizo contar, y halláronse casi mili personas, de el estirpe, y linage de el afrentado Topa Ynga, y otros mas de mili entre los criados y seruidores, que auian sido de sus nietos, y hijos, y a todos los mando matar, aunque muchos fueron los que aquel dia se escaparon. Luego despacho mensageros Quiz quiz por to¬das las prouincias de Cundisuyo, y Collasuvo y Andessuyo, para hazer sauer como Atauallpa era verdadero Ynga, y que a el en su nombre, le viniesen a dar la ovediencia. Man¬do también traer ante si. todos los tesoros de Guascar Ynga, y los que auian sido adquiridos por sus antecesores: y todo fue cumplido con yncreyble presteza, que no poco alegraron los ojos estrangeros, como veremos adelante. Capitulo 32. - de las alegrías que se hizieron en el Quito por la prisión de Guascar Ynga y de la entrada de los Españoles, y prisión de Atauallpa en Ca¬xamarca, y de la ynjusta muerte de Guascar Ynga y su Compañia, y de las preuenciones de los Españoles. Las alegres nueuas que Atauallpa yba por oras reciuien- do de las victorias continuas de su General y Capitanes, lo tenian tan ufano y contento quanto afligido y congojoso a su hermano y contrario: y quando supo la prisión de Guas¬car Ynga, y ser ya Señor único de el Ymperio, y estar el Cuzco por suyo, y su nombre en el saludado, y su estatua adorada, no le quedo vena en su cuerpo que no destilase fuentes de alegría: y para que de ella participasen sus sub¬ditos, dio orden, como en Tumibamba se hiciesen unas so¬lemnísimas fiestas: y en ellas se juntaron todas las gentes, y naciones que ay desde el Quito, hasta Cusibamba, que es distancia de ochenta leguas: y en cabezera de estos banquetes, se sentaba Atauallpa, mostrándose con los pobres liveral, y con los ricos compañero, y con los delinquentes piadoso, y con los traydores terrible, y con los leales grato: y estando en el Colmo de estos contentos, se le marchitaron (en algu¬na manera) porque de lengua en lengua de Yndios, llego a sus oydos la voz de como cierta gentes no conocidas, y muy semejantes a las que ocho años antes auian venido, estauan muy de asiento en la tierra y Prouincias de los Paches, y auia de ellos mucha cantidad, y que venian Caualleros en unas ovejas grandísimas que en su corrida, y velocidad, parecían guanacos; y que trayan unas Puconas, o Zcbratanas, con que soplaban fuego, con mas espantable y empecible ruido, que el Ynti illapa, y que trayan unas Macanas o cuchillos tan largos como casi una braza, con que cortaban un hombre por medio, y de esta manera (a su rustico y grueso modo) le fueron ynformando de las señas y pertrechos de nuestros Españoles: que no poco rato le tuvieron perplejo los pensa¬mientos, que entraban y salían en su corazon. mas al cabo se conorto, con decir y hazerse creer, que aquellos foraste¬ros deuian ser mensageros de el Viracocha y en este lugar y paso fue adonde á los Españoles se les puso el nombre de Viracocha. Dejóse estar Atauallpa en este engaño, algunos dias, y como no segundo la nueva, aseguróse: y despacho mensageros a el Cuzco, a Quizquiz y a Challcochima, man¬dándoles que luego despachasen a Guascar Ynga y a los de- mas hermanos y deudos suyos, presos a Caxamarca: para que alli se altercase entre los dos, las causas mouedoras de tantas pesadumbres: porque el también se partía luego, a el mismo puesto de Caxamarca, para esperarlos. Los men¬sageros partieron a gran priesa, para que con el espacio que Atauallpa caminaua, pudiesen llegar a un tiempo, ellos a el Cuzco, y el a Caxamarca. Dejemoslo en su camino, y vol- bamos a nuestros Españoles, a hazerles seguir el suyo, es ansi, que auiendo descansado algunos dias en Puerto viejo, y dejando en aquel nuebo pueblo, lo que pareció ser necesario para su defensa y conseruacion: se vinieron a la Ysla Puna, en la qual (según pareció) auia subcedido pocos dias auia, que saliendo de la fortaleza de Tumbez, los Soldados de guar¬nición que en ella estauan por los Yngas, a hazer salto en la Ysla Puna, salieron a ellos los Ysleños, y tuvieron un re¬cuentro en la mar, sobre las balsas (embarcaciones que ellos usaban) y como eran (con grandes ventajas) mas expertos los de la Ysla, que no los de Tumbez, lleuaron lo mejor de aquella vatalla y prendieron mas de seiscientas personas, de la valia y deuocion de los Yngas. Francisco López de Go-mara, en la historia que de estas Yndias escrivio, dize que Atauallpa se hallo personalmente en esta batalla de mar, mas engañóse, porque lo cierto es lo que aqui se escrive. Con esta victoria estauan muy ufanos los de Lapuna, quando nuestros españoles llegaron á la Ysla, y creyendo auerlo con los Yn¬dios de Tumbez, pusiéronse en defensa y armas, contra los Españoles; mas al cabo fueron vencidos, y su Ysla tomada, y como los nuestros entendieron lo que poco antes auia pa¬sado con los de Tumbez y que estaban alli por prisioneros muchos Soldados de los Yngas, hizieronlos traer ante si, el General, y Capitanes: y entendido de raiz el negocio, die- ronles livertad para bolberse a sus tierras, y dieronles pasage, para doze leguas de mar, que puede auer de Puna á Tum¬bez: y dijeronles nuestros Españoles: yd a vuestro Rey y señor, y saludadlo de nuestra parte, y decilde lo que aqui aveis visto, y el buen tratamiento que os auemos hecho, y el veneficio de libertad que de nuestras manos aueis receuido. Con esto (y muchos dones), se despidieron los Cuzcos, y se fueron su camino, y los nuestros luego de ay a pocos dias: y el galardón que reciuieron, en pago de la libertad que dieron a los Captiuos de Tumbez, fue dar sobre su real de sobre¬salto, la misma noche que llegaron: mas como estaban ya al¬gunos Cauallos en tierra, y los soldados algo sobre el auiso, no hicieron daño ninguno en nuestros Españoles: antes fue aquella infidelidad usada, escuela donde aprendieron los Es¬pañoles, a no se dejar engañar de Yndios, ni confiarse de sus amistades, hauiendose detenido pocos dias en el asiento de Tumbez: se aperciuieron de lo necesario para pasar unos se¬cos y despoblados arenales, que se les ofrecían por aquella parte donde hauian de hazer su viaje, y auiendo caminado pacificamente, comenzaron á tener noticia de grandes y abastecidas poblazones: y erales de mucha importancia, las lenguas que consigo trayan, porque quando descubrieron aquellas costas, el año de veinte v cinco (como dejamos di¬cho) Joan Roldan y Pedro de Candía, quando saltaron en tierra, lleuaron en prisión algunos naturales: y de estos lleuo algunos á España Francisco Pizarro: y aprendieron muy bien la lengua castellana, y seruian de interpretes en este viage: y por declaración de estos, iban entendiendo la ma- gestad de la tierra, donde estauan: y comenzaron á hallar unas naciones, llamadas Tallanas, que los recivieron pacifi¬camente: y les dieron lo necesario para su camino: pasaron el Valle de Pohechos, y llegaron a el de Tangarara, donde Españoles: que no poco rato le tuvieron perplejo los pensa¬mientos, que entraban y salían en su corazon. mas al cabo se conorto, con decir y hazerse creer, que aquellos foraste¬ros deuian ser mensageros de el Viracocha y en este lugar y paso fue adonde á los Españoles se les puso el nombre de Viracocha. Dejóse estar Atauallpa en este engaño, algunos dias, y como no segundo la nueva, aseguróse: y despacho mensageros a el Cuzco, a Quizquiz y a Challcochima, man¬dándoles que luego despachasen a Guascar Ynga y a los de- mas hermanos y deudos suyos, presos a Caxamarca: para que alli se altercase entre los dos, las causas mouedoras de tantas pesadumbres: porque el también se partía luego, a el mismo puesto de Caxamarca, para esperarlos. Los men¬sageros partieron a gran priesa, para que con el espacio que Atauallpa caminaua, pudiesen llegar a un tiempo, ellos a el Cuzco, y el a Caxamarca. Dejemoslo en su camino, y vol- bamos a nuestros Españoles, a hazerles seguir el suyo, es ansi, que auiendo descansado algunos dias en Puerto viejo, y dejando en aquel nuebo pueblo, lo que pareció ser necesario para su defensa y conseruacion: se vinieron a la Ysla Puna, en la qual (según pareció) auia subcedido pocos dias auia, que saliendo de la fortaleza de Tumbez, los Soldados de guar¬nición que en ella estauan por los Yngas, a hazer salto en la Ysla Puna, salieron a ellos los Ysleños, y tuvieron un re¬cuentro en la mar, sobre las balsas (embarcaciones que ellos usaban) y como eran (con grandes ventajas) mas expertos los de la Ysla, que no los de Tumbez, lleuaron lo mejor de aquella vatalla y prendieron mas de seiscientas personas, de la valia y deuocion de los Yngas. Francisco López de Go-mara, en la historia que de estas Yndias escrivio, dize que Atauallpa se hallo personalmente en esta batalla de mar, mas engañóse, porque lo cierto es lo que aqui se escrive. Con est3 victoria estauan muy ufanos los de Lapuna, quando nuestros españoles llegaron á la Ysla, y creyendo auerlo con los Yn¬dios de Tumbez, pusiéronse en defensa y armas, contra los Españoles; mas al cabo fueron vencidos, y su Ysla tomada, y como los nuestros entendieron lo que poco antes auia pa¬sado con los de Tumbez y que estaban alli por prisioneros muchos Soldados de los Yngas, hizieronlos traer ante si, el General, y Capitanes: y entendido de raiz el negocio, die- ronles livertad para bolberse a sus tierras, y dieronles pasage, para doze leguas de mar, que puede auer de Puna á Tum¬bez: y dijeronles nuestros Españoles: yd a vuestro Rey y señor, y saludadlo de nuestra parte, y decilde lo que aqui aveis visto, y el buen tratamiento que os auemos hecho, y el veneficio de libertad que de nuestras manos aueis receuido. Con esto (y muchos dones), se despidieron los Cuzcos, y se fueron su camino, y los nuestros luego de ay a pocos dias: y el galardón que reciuieron, en pago de la libertad que dieron a los Captiuos de Tumbez, fue dar sobre su real de sobre¬salto, la misma noche que llegaron: mas como estaban ya al¬gunos Cauallos en tierra, y los soldados algo sobre el auiso, no hicieron daño ninguno en nuestros Españoles: antes fue aquella infidelidad usada, escuela donde aprendieron los Es¬pañoles, a no se dejar engañar de Yndios, ni confiarse de sus amistades, hauiendose detenido pocos dias en el asiento de Tumbez: se aperciuieron de lo necesario para pasar unos se¬cos y despoblados arenales, que se les ofrecian por aquella parte donde hauian de hazer su viaje, v auiendo caminado pacificamente, comenzaron á tener noticia de grandes y abastecidas poblazones: y erales de mucha importancia, las lenguas que consigo trayan, porque quando descubrieron aquellas costas, el año de veinte v cinco (como dejamos di¬cho) Joan Roldan y Pedro de Candia, quando saltaron en tierra, lleuaron en prisión algunos naturales: y de estos lleuo algunos á España Francisco Pizarro: y aprendieron muy bien la lengua castellana, y seruian de interpretes en este viage: y por declaración de estos, iban entendiendo la ma- gestad de la tierra, donde estauan: y comenzaron á hallar unas naciones, llamadas Tallanas, que los recivieron pacifi¬camente: y les dieron lo necesario para su camino: pasaron el Valle de Pohechos, y llegaron a el de Tangarara, donde en nombre de Su Magestad poblaron, la primera Ciudad de el Piru a quien llamaron Sant Miguel de Piura. hizieron Al¬caldes ordinarios, y el primero que dignamente tuvo en este Piru vara de Justicia Real, fue Blas de Atiencia, uno de los mas señalados hombres en este importante descubrimiento. Alli tuvieron noticia nuestros Españoles de la mucha gente que adelante auia y de la potencia y magestad, del Valle de Chimo y sus anexos: y dejando en la nueva Ciudad de Piu¬ra, la gente que pareció combenir encaminaron sus intentos a el Valle de Jayanca; y en el fueron receuidos con gran contento de su Cazique Caxusoli, que era ya viejo, y aca¬baua de concluyr ciertas guerras con los Tucumes, gentes que se auia hecho a la deuocion de los de Chimo, capitales enemigos de Caxusoli. En este Valle descansaron los Españo¬les algunos dias, y se derramo por toda la tierra la nueua de su venida, y muchos principales y Caziques de los Valles, acu¬dieron á ellos a saludarlos de paz, y amistad. Y entre los de- mas fue uno Xecfuin Pisan (Cacique y señor de el pueblo y Valle de Lambayeque) y sabido por algunos sus émulos, que salia de su Valle, con intento de encontrarse, con los nuevamente unidos: dieron sobre el deuajo de cautela y en¬gaño: y maltrataronlo, quebrándole las piernas y brazos, y con todo este daño receuido, prosiguio su camino y al cabo, le pegaron fuego en el mismo toldo en que dormía, y alli se quemo, dizen que lo mataron con esta crueldad, porque iba a reciuir de amistad y paz a los Christianos: mas otros dizen que se yva a valer de ellos, por el castigo de que se temia por auer muerto (malamente) a tres hermanos su¬yos, por alzarse el con toda la hacienda y herencia, de Ef- quem pisan su padre; y por muerte de este Xefuim pisan eredo el Señorio un hermano suyo, que es el que dijimos en el Capitulo 27 que fue engendrado en el Cuzco, y nació (vi¬niendo a su tierra) de la hermosa Chestan Xecfuin, y fue llamado este Ynfante Cuzco Chumbi. Este reciuio y siruio a los Españoles con mucho amor: y fue el primero que en estos Valles recivio agua de baptismo, y el primer persegui¬dor de sus falsos Sacerdotes y hechiceros, llamóse en su bap- tismo Dn. Pedro Cuzco Chumbi, á este sucedió su hijo Dn. Martin Farro Chumbi, hombre muy amigo de la verdad Christiana y faborecedor de la Yglesia. Ya llevaban nuevas Francisco Pizarro y sus compañeros, de como auia entre los dos Yngas hermanos grandes y muy reñidas contiendas, so-bre la erencia del Ymperio, y como el que residía en el Quito iba caminando para Caxamarca: y mas se enteraban de estas nuevas quanto mas se yvan acercando á el Valle de Chimo, al qual llegaron pacificamente, y se admiraron nuestros Es¬pañoles de ver los altos y artificiosos edificios que en el ha¬llaban, hechos por los señores Chimocapas: cuya magestad y potencia no sabré decir (por la flojedad de los que el sa¬berlo tomaron a su cargo) que accidencias de fortuna o que acontecimiento de guerras la pusieron por tierra. En es¬te Valle se poblo despues por Francisco Pizarro, el año de 1 53 5 la Yllustre Cuidad de Trujillo, paridora de hijos leales: y refujio de desualidos aunque los tiempos, an sido crueles roedores, de su prosperidad. De aquí suvieron los Españoles a Caxamarca, (quince o veynte dias despues de auer llegado a ella Atauallpa) el qual como supiese de su venida, estando en los baños de Cunú, les embio a decir a los nuestros, que no pasasen adelante, sin oyr otro mandamiento suyo, mas los Españoles, curando poco de estos requirimientos, y pre- benciones, entraron en Caxamarca, y sin hazer ningún da¬ño, ni acudir a muchas ocasiones, donde la cubdicia los lla- maua: se apoderaron de una Torrecilla (a manera de forta¬leza) que alli auia: lo qual visto por Carbacongo, Cazique y Señor de Caxamarca despacho corriendo un mensagero a Atauallpa, a los vaños, que una legua de alli estauan a ha- zerle saber de la entrada de los Viracochas, y que se viniese con brevedad a ver con ellos. También Franra Pizarro des¬pacho alia a Phelipe, y a Martin, lenguas Yndios naturales de Pohechos, lleuados á España la vez primera (como que¬da dicho) con estos embio el Gouernador Pizarro algunos presentes á Atauallpa de cosas mas vistosas que costosas: y en nombre de Su Magestad poblaron, la primera Ciudad de el Piru a quien llamaron Sant Miguel de Piura. hizieron Al¬caldes ordinarios, y el primero que dignamente tuvo en este Piru vara de Justicia Real, fue Blas de Atiencia, uno de los mas señalados hombres en este importante descubrimiento. Alli tuvieron noticia nuestros Españoles de la mucha gente que adelante auia y de la potencia y magestad, del Valle de Chimo y sus anexos: y dejando en la nueva Ciudad de Piu¬ra, la gente que pareció combenir encaminaron sus intentos a el Valle de Jayanca; y en el fueron receuidos con gran contento de su Cazique Caxusoli, que era ya viejo, y aca¬baua de concluyr ciertas guerras con los Tucumes, gentes que se auia hecho a la deuocion de los de Chimo, capitales enemigos de Caxusoli. En este Valle descansaron los Españo¬les algunos dias, y se derramo por toda la tierra la nueua de su venida, y muchos principales y Caziques de los Valles, acu¬dieron á ellos a saludarlos de paz, y amistad. Y entre los de- mas fue uno Xecfuin Pisan (Cacique y señor de el pueblo y Valle de Lambayeque) y sabido por algunos sus émulos, que salia de su Valle, con intento de encontrarse, con los nuevamente unidos: dieron sobre el deuajo de cautela y en¬gaño: y maltrataronlo, quebrándole las piernas y brazos, y con todo este daño receuido, prosiguio su camino y al cabo, le pegaron fuego en el mismo toldo en que dormia, y alli se quemo, dizen que lo mataron con esta crueldad, porque iba a reciuir de amistad y paz a los Christianos: mas otros dizen que se yva a valer de ellos, por el castigo de que se temia por auer muerto (malamente) a tres hermanos su¬yos, por alzarse el con toda la hacienda y herencia, de Ef- quem pisan su padre; y por muerte de este Xefuim pisan eredo el Señorio un hermano suyo, que es el que dijimos en el Capitulo 27 que fue engendrado en el Cuzco, y nació (vi¬niendo a su tierra) de la hermosa Chestan Xecfuin, y fue llamado este Ynfante Cuzco Chumbi. Este reciuio y siruio a los Españoles con mucho amor: y fue el primero que en estos Valles recivio agua de baptismo, y el primer persegui¬os dor de sus falsos Sacerdotes y hechiceros, llamóse en su bap- tismo D". Pedro Cuzco Chumbi, á este sucedió su hijo D". Martin Farro Chumbi, hombre muy amigo de la verdad Christiana y faborecedor de la Yglesia. Ya llevaban nuevas Francisco Pizarro y sus compañeros, de como auia entre los dos Yngas hermanos grandes y muy reñidas contiendas, so-bre la erencia del Ymperio, y como el que residia en el Quito iba caminando para Caxamarca: y mas se enteraban de estas nuevas quanto mas se yvan acercando á el Valle de Chimo, al qual llegaron pacificamente, y se admiraron nuestros Es¬pañoles de ver los altos y artificiosos edificios que en el ha¬llaban, hechos por los señores Chimocapas: cuya magestad y potencia no sabré decir (por la flojedad de los que el sa¬berlo tomaron a su cargo) que accidencias de fortuna o que acontecimiento de guerras la pusieron por tierra. En es¬te Valle se poblo despues por Francisco Pizarro, el año de 1 53 5 la Yllustre Cuidad de Trujillo, paridora de hijos leales: y refujio de desualidos aunque los tiempos, an sido crueles roedores, de su prosperidad. De aquí suvieron los Españoles a Caxamarca, (quince o veynte dias despues de auer llegado a ella Atauallpa) el qual como supiese de su venida, estando en los baños de Cunú, les embio a decir a los nuestros, que no pasasen adelante, sin oyr otro mandamiento suyo, mas los Españoles, curando poco de estos requirimientos, v pre- benciones, entraron en Caxamarca, y sin hazer ningún da¬ño, ni acudir a muchas ocasiones, donde la cubdicia los 11a- maua: se apoderaron de una Torrecilla (a manera de forta¬leza) que alli auia: lo qual visto por Carbacongo, Cazique y Señor de Caxamarca despacho corriendo un mensagero a Atauallpa, a los vaños. que una legua de alli estauan a ha- zerle saber de la entrada de los Viracochas, y que se viniese con brevedad a ver con ellos. También Fran1" Pizarro des¬pacho alia a Phelipe, y a Martin, lenguas Yndios naturales de Pohechos, lleuados á España la vez primera (como que¬da dicho) con estos embio el Gouernador Pizarro algunos presentes á Atauallpa de cosas mas vistosas que costosas: y mandáronle decir que ellos eran mensageros del Papa, y de el Emperador, y eran venidos alli a tratar cosas tocantes a su saluacion, y darle a conocer a el verdadero Dios, hazeedor de el Cielo y la tierra: por tanto que le suplicaban se viniese a ver con ellos; oydas estas nuevas por Atauallpa aperciuio sus gentes para yr a gozar, de un tan no visto spectaculo: y mando que nadie lleuase armas publicas ni secretas: por¬que para mensage tan sancto, no eran menester: el Capitan Hernando de Soto salió aquel dia bien puesto á Cauallo (en el qual menester era estremado) a ver y ser visto: y a re- cebir á Atauallpa en su venida: y lleuando a las ancas de su Cauallo un Yndio de su seruicio, le puso piernas y lo bizo saltar por un foso, o acequia de mas de veinte pies de an¬chura, que no poca admiración causo en aquella nueua gen¬te. Ya seria medio dia quando Atauallpa llego a el pueblo de Caxamarca, y a la entrada de la población le salió a el en- quentro fray Vicente de Valberde, de la orden de los pre¬dicadores, con un misal en la mano: y le comenzo á hazer a Atauallpa, aquellos requerimientos, y protestaciones, que pudiera hazer a un Capitan muy informado en las cosas de nuestra Sancta Religión Christiana: auturizando todo lo que decia, con los sagrados evangelios que tenia delante: co¬mo si Atauallpa supiera que cosa eran Evangelios o tubiera obligación de saberlo, sin aver tenido quien de ellos le yn- formase, y instituyera en la dotrina que contenían; final¬mente, haciendo el Ynga el caudal del misal, que pudiera hazer uno de nosotros de lo que no entendemos, ni conoce¬mos: acaso (o quel Atauallpa, lo dejase caer) el misal vino a el suelo, y fue tanto el escandalo que de esto tomo el buen frayle, y mostrose tan escrupuloso, de ver el misal en el sue¬lo: que luego aclamo venganza y satisfacion de aquella ofen¬sa, a Dios y a sus Ebangelios hecha: como si nuestro piadoso padre de misericordias, no tuviese acostumbrada su clemen¬cia, a perdonar mayores, y mas graves ofensas, y a disimular el justo castigo de ellas. A la boz del frayle, acudieron las de los arcabuzes, y tiros que en una torrecilla estaban y lue¬go sobreuinieron algunos hombres de acauallo, con pretales de cascabeles, por hazer mas alboroto, y con el estruendo de estas armas y de ciento y sesenta hombres (que no eran mas) se hallaron los desarmados Yndios, atonitos y sobre¬saltados: los Españoles, que se vieron en punto de quedar con la tierra y las vidas, o de perderlo todo: acometieron con un animo inbincible: y el tropel y multitud de la gente, hi¬zo que Atauallpa cayese de las ricas andas, en que venia sen¬tado, traídas en hombros de Señores principales. Alli llego Franeo Pizarro rompiendo por medio de la multitud, y echó¬le mano de las ropas, y luego los de su guarda comenzaron a considerar, que si en el señor se hacia aquello, que podia es¬perar el sierbo: y ansi lo desampararon luego (y auiendo si¬do muertos ynfinita cantidad de Yndios) se recogeron a los aposentos a poner en prisiones a el Ynga Atauallpa, y sintió demasiadamente el verse grillos en los pies. Otro dia se sa¬queo el Palacio y baños de Atauallpa donde se robo (si se permite llamarse ansi) gran suma de oro y plata, joyas y ropas: el Ynga se afligía en estremo, por verse tan ynjusta y repentinamente priuado de su livertad: y porque se la con¬cediesen prometio tanta cantidad de oro y plata que parecía imposible el poderla dar, mas fue con facilidad admitido y querido el embite y comenzo a despachar mensageros por todas partes para que le acudiesen con todo el oro y plata que oviese en todos los templos y guacas, y casas de deposito, y erarios y joyerías de los Reyes sus antecesores, y esto po¬díalo ya mandar por estar en aquella coyuntura todo el Ym¬perio a su ovediencia. Venian en este tiempo marchando de el Cuzco, los esquadrones que pareció a Quizquiz para la guarda y custodia de Guascar Ynga (que por orden de su señor Atauallpa embiava preso a verse con el en Caxamar¬ca) tuvo aqui el Capitan y Governador Francisco Pizarro, por nueba muy cierta, que en el Cuzco tenia Quizquiz un grueso Exercito formado: y que en aquella vencida gente auia hecho increíbles crueldades: y para que nada precediese adelante, y las gentes amontonadas, se fuesen a sus tierras, mandáronle decir que ellos eran mensageros del Papa, y de el Emperador, y eran venidos alli a tratar cosas tocantes a su saluacion, y darle a conocer a el verdadero Dios, hazeedor de el Cielo y la tierra: por tanto que le suplicaban se viniese a ver con ellos; oydas estas nuevas por Atauallpa aperciuio sus gentes para yr a gozar, de un tan no visto spectaculo: y mando que nadie licuase armas publicas ni secretas: por¬que para mensage tan sancto, no eran menester: el Capitan Hernando de Soto salió aquel dia bien puesto á Cauallo (en el qual menester era estremado) a ver y ser visto: y a re- cebir á Atauallpa en su venida: y lleuando a las ancas de su Cauallo un Yndio de su seruicio, le puso piernas y lo hizo saltar por un foso, o acequia de mas de veinte pies de an¬chura, que no poca admiración causo en aquella nueua gen¬te. Ya seria medio dia quando Atauallpa llego a el pueblo de Caxamarca, y a la entrada de la población le salió a el en- quentro fray Vicente de Valberde, de la orden de los pre-dicadores, con un misal en la mano: y le comenzo á hazer a Atauallpa, aquellos requerimientos, y protestaciones, que pudiera hazer a un Capitan muy informado en las cosas de nuestra Sancta Religión Christiana: auturizando todo lo que decia, con los sagrados evangelios que tenia delante: co¬mo si Atauallpa supiera que cosa eran Evangelios o tubiera obligación de saberlo, sin aver tenido quien de ellos le yn- formase, v instituyera en la dotrina que contenian; final¬mente, haciendo el Ynga el caudal del misal, que pudiera hazer uno de nosotros de lo que no entendemos, ni conoce¬mos: acaso (o quel Atauallpa, lo dejase caer) el misal vino a el suelo, y fue tanto el escandalo que de esto tomo el buen frayle, y mostrose tan escrupuloso, de ver el misal en el sue¬lo: que luego aclamo venganza y satisfacion de aquella ofen¬sa, a Dios y a sus Ebangelios hecha: como si nuestro piadoso padre de misericordias, no tuviese acostumbrada su clemen¬cia, a perdonar mayores, y mas graves ofensas, y a disimular el justo castigo de ellas. A la boz del frayle, acudieron las de los arcabuzes, y tiros que en una torrecilla estaban y lue-go sobreuinieron algunos hombres de acauallo, con pretales de cascabeles, por hazer mas alboroto, y con el estruendo de estas armas y de ciento y sesenta hombres (que no eran mas) se hallaron los desarmados Yndios, atonitos y sobre¬saltados: los Españoles, que se vieron en punto de quedar con la tierra y las vidas, o de perderlo todo: acometieron con un animo inbincible: y el tropel y multitud de la gente, hi¬zo que Atauallpa cayese de las ricas andas, en que venia sen¬tado, traídas en hombros de Señores principales. Alli llego Franc0 Pizarro rompiendo por medio de la multitud, y echó¬le mano de las ropas, y luego los de su guarda comenzaron a considerar, que si en el señor se hacia aquello, que podia es¬perar el sierbo: y ansi lo desampararon luego (y auiendo si¬do muertos ynfinita cantidad de Yndios) se recogeron a los aposentos a poner en prisiones a el Ynga Atauallpa, y sintió demasiadamente el verse grillos en los pies. Otro dia se sa¬queo el Palacio y baños de Atauallpa donde se robo (si se permite llamarse ansi) gran suma de oro y plata, joyas y ropas: el Ynga se afligia en estremo, por verse tan ynjusta y repentinamente priuado de su livertad: y porque se la con¬cediesen prometio tanta cantidad de oro y plata que parecía imposible el poderla dar, mas fue con facilidad admitido y querido el embite y comenzo a despachar mensageros por todas partes para que le acudiesen con todo el oro y plata que oviese en todos los templos y guacas, y casas de deposito, y erarios y joyerías de los Reyes sus antecesores, y esto po¬díalo ya mandar por estar en aquella coyuntura todo el Ym¬perio a su ovediencia. Venian en este tiempo marchando de el Cuzco, los esquadrones que pareció a Quizquiz para la guarda y custodia de Guascar Ynga (que por orden de su señor Atauallpa embiava preso a verse con el en Caxamar¬ca) tuvo aqui el Capitan y Governador Francisco Pizarro, por nueba muy cierta, que en el Cuzco tenia Quizquiz un grueso Exercito formado: y que en aquella vencida gente auia hecho increíbles crueldades: y para que nada precediese adelante, y las gentes amontonadas, se fuesen a sus tierras, despachó (con Yndios de confianza) a el Cuzco a Villegas, y a Martin Bueno, y lleuaron orden que de buelta se truxe- sen consigo todo el oro y plata que en los templos y palacios de el Cuzco hallasen: porque todo (porle hazer merced á a- Taballpa) se reciuiria en cuenta de su rescate: con la misma orden, y para el mismo efecto despacho el governador (á el famoso templo de Pachacama) a el Capitan Hernando de Soto, y á Pedro del Barco, quedando en rehenes por los unos y los otros, el mismo Atauallpa, en muy estrechas prisiones: mucho deseaua Pizarro ver ante si a Guascar Ynga: y con este deseo, preguntaua muchas veces á Atauallpa, que nue¬bas tenia de su venida: y siempre le respondía que ya deuia venir caminando: y un dia, pareciendole á el Governador que tardaua dijo (sin imaginar el daño que hacia en decirlo) según el deseo que tengo de la venida de vuestro hermano, cada hora se me haze un año: porque como yo vengo a hazer justicia, deseo darsela si la tiene, yo soy ynformado, que el es el verdadero Ynga, y ligitimo subcesor de este Ymperio, sobre que contendéis: y por saber lo que en esto ay lo deseo, y también para conformaros en amistad de hermanos: por tanto despachad mensageros, para que vengan con breue- dad. Muy pensatiuo y triste, quedo Atauallpa de esta platica: porque coligio de ella, estar Franco Pizarro y sus soldados, inclinados al fabor, y conseruacion de su hermano Guascar Ynga, mucho mas que no a el suyo: y luego su dañado ani¬mo le puso en la fantasia, el remedio de aquel incombenien- te, el qual fué despachar (con el secreto posible) un mensa¬gero a el Capitan que traya a su hermano en guarda, y con el embiarle a decir, que luego (oydo su recaudo) lo mata¬sen, sin dilación alguna. Guascar Ynga que no era falto de consideración, siempre se hallo temeroso de lo mismo que le subcedio: porque ponderaua a su entendimiento, quan am¬bicioso y amigo de Superioridad era su hermano: y que en la venida de esta nueua gente, no auia de querer perder pun¬to, para venir a ser tenido el, por el mas justo poseedor de el Ymperio: y que para venir á tal reputación, no auia otro ca¬mino mas brebe ni mas cierto, que entre paz y guerra darle a el la muerte: en fin despues de todas estas conjugaciones, sacaua en limpio no llevar su vida sigura: y iendo prosi¬guiendo su camino, en Taparaco, encontro con Hernando de Soto, y Pedro del Barco que iban a Pachacama (como queda dicho) y les rogó encarecidamente, que (o se boluie- sen con el a Caxamarca) o le hiziesen soltar de aquella pri¬sión, en que lo llebaban: y aun que les manifestó su rezelo, y les prometio maiores riquezas que las que su hermano auia prometido, no pudo mouerlos a cosa ninguna: y con auerle dado los Españoles buenas esperanzas, y procurándolos desua- dir de su miedo, pasaron adelante: y Guascar también siguió su camino, llegado que fue á los aposentos de Antamarca, encontraron los mortales mensageros de Atauallpa, los qua¬les intimaron a el Capitan que lo traya en guarda, el man¬damiento preciso de Atauallpa su señor, y siendo por el Ca¬pitan oydo, púsolo luego en execucion, con tanta crueldad que paso los limites de hombre humano, pues no solo mato a Guascar Ynga (como se le mandaua) mas también a la .ma¬dre sin ventura Mamaragua Ocllo, y a Mama chuquiuzpay, muger y hermano de Guascar, y a todas las dueñas y don- zellas, que con ellas venian dio crueles y desapiadadas muer¬tes: mato también a Tito Atauchi, y a Topa Atao, y a Guan¬ea Auqui (el siempre perdidoso) y a Challco Yupangui, y a Ynga ruca, y á todos los demás nobles, que su señor Guas-car venian acompañando, y en esta matanza afirman, aver fenecido la recta linea de los verdaderos Yngas. Coronados ligitimamente por señores y Reyes. Sauido por Atauallpa que su mandado estaua cumplido, con medida tan colmada: vistióse de negro y comenzo a hazer llanto, con mas fingi¬miento que dolor: sauido por Fran™ Pizarro, el duelo y luto de Atauallpa, le pregunto la causa, y el le dijo como auia sauido, que Guascar Ynga su hermano auia muerto en el camino. Pizarro (que no imagino maldad tan grande) lo conorto lo mejor que pudo, y le dijo que el sauia que venia caminando, sano y bueno, y con esto lo dejo algo satisfecho, despachó (con Yndios de confianza) a el Cuzco a Villegas, y a Martin Bueno, y lleuaron orden que de buelta se truxe- sen consigo todo el oro y plata que en los templos y palacios de el Cuzco hallasen: porque todo (porle hazer merced á a- Taballpa) se reciuiria en ¿uenta de su rescate: con la misma orden, y para el mismo efecto despacho el governador (á el famoso templo de Pachacama) a el Capitan Hernando de Soto, y á Pedro del Barco, quedando en rehenes por los unos y los otros, el mismo Atauallpa, en muy estrechas prisiones: mucho deseaua Pizarro ver ante si a Guascar Ynga: y con este deseo, preguntaua muchas veces á Atauallpa, que nue¬bas tenia de su venida: y siempre le respondía que ya deuia venir caminando: y un dia, pareciendole á el Governador que tardaua dijo (sin imaginar el daño que hacia en decirlo) según el deseo que tengo de la venida de vuestro hermano, cada hora se me haze un año: porque como yo vengo a hazer justicia, deseo darsela si la tiene, yo soy ynformado, que el es el verdadero Ynga, y ligitimo subcesor de este Ymperio, sobre que contendéis: y por saber lo que en esto ay lo deseo, y también para conformaros en amistad de hermanos: por tanto despachad mensageros, para que vengan con breue- dad. Muy pensatiuo y triste, quedo Atauallpa de esta platica: porque coligio de ella, estar Fran"' Pizarro y sus soldados, inclinados al fabor, y conseruacion de su hermano Guascar Ynga, mucho mas que no a el suyo: y luego su dañado ani¬mo le puso en la fantasía, el remedio de aquel incombenien- te. el qual fué despachar (con el secreto posible) un mensa¬gero a el Capitan que traya a su hermano en guarda, y con el embiarle a decir, que luego (oydo su recaudo) lo mata¬sen, sin dilación alguna. Guascar Ynga que no era falto de consideración, siempre se hallo temeroso de lo mismo que le subcedio: porque ponderaua a su entendimiento, quan am¬bicioso y amigo de Superioridad era su hermano: y que en la venida de esta nueua gente, no auia de querer perder pun¬to, para venir a ser tenido el, por el mas justo poseedor de el Ymperio: y que para venir á tal reputación, no auia otro ca¬mino mas brebe ni mas cierto, que entre paz y guerra darle a el la muerte: en fin despues de todas estas conjugaciones, sacaua en limpio no llevar su vida sigura: y iendo prosi¬guiendo su camino, en Taparaco, encontro con Hernando de Soto, y Pedro del Barco que iban a Pachacama (como queda dicho) y les rogó encarecidamente, que (o se boluie- sen con el a Caxamarca) o le hiziesen soltar de aquella pri¬sión, en que lo llebaban: y aun que les manifestó su rezelo, y les prometio maiores riquezas que las que su hermano auia prometido, no pudo mouerlos a cosa ninguna: y con auerle dado los Españoles buenas esperanzas, y procurándolos desua- dir de su miedo, pasaron adelante: y Guascar también siguió su camino, llegado que fue á los aposentos de Antamarca, encontraron los mortales mensageros de Atauallpa, los qua¬les intimaron a el Capitan que lo traya en guarda, el man¬damiento preciso de Atauallpa su señor, y siendo por el Ca¬pitan oydo, púsolo luego en execucion, con tanta crueldad que paso los limites de hombre humano, pues no solo mato a Guascar Ynga (como se le mandaua) mas también a la ma¬dre sin ventura Mamaragua Ocllo, y a Mama chuquiuzpay, muger y hermano de Guascar, y a todas las dueñas y don- zellas, que con ellas venian dio crueles y desapiadadas muer¬tes: mato también a Tito Atauchi, y a Topa Atao, y a Guan¬ea Auqui (el siempre perdidoso) y a Challco Yupangui, y a Ynga ruca, y á todos los demás nobles, que su señor Guas-car venian acompañando, y en esta matanza afirman, aver fenecido la recta linca de los verdaderos Yngas. Coronados ligitimamente por señores y Reyes. Sauido por Atauallpa que su mandado estaua cumplido, con medida tan colmada: vistióse de negro y comenzo a hazer llanto, con mas fingi¬miento que dolor: sauido por Fran™ Pizarro, el duelo y luto de Atauallpa, le pregunto la causa, y el le dijo como auia sauido, que Guascar Ynga su hermano auia muerto en el camino. Pizarro (que no imagino maldad tan grande) lo conorto lo mejor que pudo, y le dijo que el sauia que venia caminando, sano y bueno, y con esto lo dejo algo satisfecho. mas no pasaron muchas oras, quando Guarí Tito (hermano bastardo de Guascar Ynga) fue a Franco Pizarro, y le dio larga y verdadera relación de la sangrienta crueldad, que por mandado de Atauallpa se auia zelebrado en Antamarca. De esto reciuio el Governador mucha pena y hizo guardar con mas cuidado, á el Atauallpa. Acusóle también este Gua¬rí Tito, de como Challcochima, Capitan de Quizquiz, venia caminando con grueso exercito, hacia Caxamarca: a fin y proposito de poner en livertad a su Rey Atauallpa: y ente¬rado Pizarro de esta verdad, despacho á gran priesa un Es¬pañol (acompañado de un principal Orejón llamado An- camarca mayta) para que alcanzasen al Capitan Hernando de Soto y a Pedro del Barco, y le dijesen que pusiese luego la diligencia posible, y necesaria, en prender a Chalcochima, donde quiera que lo pudiesen hallar.recevido este mensage de el Capitan Soto y su compañero, pusieron su cuydado en saber por donde venia Challcochima, y el disinio y fuer¬zas que traya; y fueron ynformados aver ya salido de las tierras de Guamanga, y venir a Xauxa a fortalecer sus es- quadras, con los Yauyos y Guaneas y otras naciones. Enten¬dida esta nueua por Soto, se dispuso yr á Xauxa, aunque no sin mucho riesgo de su vida: mas Dios lo quiso guardar de este peligro, para que el sacase de otro no menor, a un afli¬gido Cauallero que en Xauxa, estaua como veremos en el Capitulo que se sigue. Capitulo 33 de la llegada de Hernando de Soto a Xauxa, y de la prisión de Challcochima, y de el remate de la historia de Curicuillor, y de la muerte de Ataua'lpa Ynga donde se remata y concluye esta tercera parte. Como Quizquis embio (quando entro en el Cuzco) mensageros a todas las prouincias, mandando que los que de¬seaban bivir fuesen a dar la obediencia a su Señor Atauallpa, fue muy grande el concurso de Yndios que acudió a Caxa¬marca, tanto que los Españoles se temieron de alguna reve- lion, y jamas andaban menos que armados: y a ningún Yn-dio consentían traer armas: y erale ocasion de mucha me¬lancolía á Atauallpa, no poder salir a beuer y holgarse, con aquellos Caziques y señores que lo venian a visitar: y un dia suplico encarecidamente a Francisco Pizarro, lo dejase yr a banquetear, aquellos guespedes y amigos suyos: y tanto le importuno que acompañado de algunos Españoles, bien aderezados, lo dejo ir a zelebrar una solemne borrachera: donde no podia ser menos, sino que se tratasen algunas pla¬ticas, de su abatimiento y prisión: y a la tarde fue buelto a su aposento y guarda. Phelipe Yndio de Pohechos, que seruia de lengua quieren decir que andaua aficionado, de una Yn¬dia de la recamara de Atauallpa, y supo de ella que por mie¬do que a su señor tenia, rehusaua el conceder con sus ruegos, y secretos requerimientos: y de alli dizen, que procuro este Yndio tratar mal de las cosas de Atauallpa: y hallo ocasion para su dañado yntento, el dia de este solemne banquete, y vino á algunos Españoles, con novelas y quentos, diziendo que Atauallpa trataua de alzarse, y para tal afecto, hacia juntar aquellas gentes arredor de Caxamarca: los Españoles (que de suyo se estaban temerosos, y aun sospechosos por ver tanta dilación en el rescatarse) dieronle algún crédito, y fueron a Franco Pizarro con esta nueua, y como no era coyuntura de pasar en donayre semejante rumor, comen¬zóse a hazer pesquisa sobre el caso, y como los testigos eran examinados, por lengua del que le pretendía la muerte, cul¬pábanlo todos, y a fuerza de malicia hacíanlos contestar, en aquel crimen, y acumulosele luego, la injusta muerte que mando dar a su hermano y deudos, y dañóse mucho su ne¬gocio, y mucho mas las intenciones de los Cubdidiosos, no viendo llena la medida señalada por su rescate, que fue cier¬ta raya, alta quanto un hombre podia alcanzar, hecha en torno de un buen aposento: y aquello auia de dar lleno de vasijas de oro y plata. Tiempo es ya que a nuestro Quilaco mas no pasaron muchas oras, quando Guari Tito (hermano bastardo de Guascar Ynga) fue a Franro Pizarro, y le dio larga y verdadera relación de la sangrienta crueldad, que por mandado de Atauallpa se auia zelebrado en Antamarca. De esto reciuio el Governador mucha pena y hizo guardar con mas cuidado, á el Atauallpa. Acusóle también este Gua¬ri Tito, de como Challcochima, Capitan de Quizquiz, venia caminando con grueso exercito, hacia Caxamarca: a fin y proposito de poner en livertad a su Rey Atauallpa: y ente¬rado Pizarro de esta verdad, despacho á gran priesa un Es¬pañol (acompañado de un principal Orejón llamado An- camarca mayta) para que alcanzasen al Capitan Hernando de Soto y a Pedro del Barco, y le dijesen que pusiese luego la diligencia posible, y necesaria, en prender a Chalcochima, donde quiera que lo pudiesen hallar.recevido este mensage de el Capitan Soto y su compañero, pusieron su cuydado en saber por donde venia Challcochima, y el disinio y fuer¬zas que traya; y fueron ynformados aver ya salido de las tierras de Guamanga, y venir a Xauxa a fortalecer sus es-quadras, con los Yauyos y Guaneas y otras naciones. Enten¬dida esta nueua por Soto, se dispuso yr á Xauxa, aunque no sin mucho riesgo de su vida: mas Dios lo quiso guardar de este peligro, para que el sacase de otro no menor, a un afli¬gido Cauallero que en Xauxa, estaua como veremos en el Capitulo que se sigue. Capitulo 33 de la llegada de Hernando de Soto a Xauxa, y de la prisión de Challcochima, y de el remate de la historia de Curicuillor, y de la muerte de Ataña Ipa Ynga donde se remata y concluye esta tercera parte. Como Quizquis embio (quando entro en el Cuzco) mensageros a todas las prouincias, mandando que los que de¬seaban bivir fuesen a dar la obediencia a su Señor Atauallpa, fue muy grande el concurso de Yndios que acudió a Caxa¬marca, tanto que los Españoles se temieron de alguna reve- lion, y jamas andaban menos que armados: y a ningún Yn- dio consentían traer armas: y erale ocasion de mucha me¬lancolía á Atauallpa, no poder salir a beuer y holgarse, con aquellos Caziques y señores que lo venian a visitar: y un dia suplico encarecidamente a Francisco Pizarro, lo dejase yr a banquetear, aquellos guespedes y amigos suyos: y tanto le importuno que acompañado de algunos Españoles, bien aderezados, lo dejo ir a zelebrar una solemne borrachera: donde no podia ser menos, sino que se tratasen algunas pla¬ticas, de su abatimiento y prisión: y a la tarde fue buelto a su aposento y guarda. Phelipe Yndio de Pohechos, que seruia de lengua quieren decir que andaua aficionado, de una Yn¬dia de la recamara de Atauallpa, y supo de ella que por mie¬do que a su señor tenia, rehusaua el conceder con sus ruegos, y secretos requerimientos: y de alli dizen, que procuro este Yndio tratar mal de las cosas de Atauallpa: y hallo ocasion para su dañado yntento, el dia de este solemne banquete, y vino á algunos Españoles, con novelas y quentos, diziendo que Atauallpa trataua de alzarse, y para tal afecto, hacia juntar aquellas gentes arredor de Caxamarca: los Españoles (que de suyo se estaban temerosos, y aun sospechosos por ver tanta dilación en el rescatarse) dieronle algún crédito, y fueron a Franco Pizarro con esta nueua, y como no era coyuntura de pasar en donayre semejante rumor, comen¬zóse a hazer pesquisa sobre el caso, y como los testigos eran examinados, por lengua del que le pretendia la muerte, cul¬pábanlo todos, y a fuerza de malicia hacíanlos contestar, en aquel crimen, y acumulosele luego, la injusta muerte que mando dar a su hermano y deudos, y dañóse mucho su ne¬gocio, y mucho mas las intenciones de los Cubdidiosos, no viendo llena la medida señalada por su rescate, que fue cier¬ta raya, alta quanto un hombre podia alcanzar, hecha en torno de un buen aposento: y aquello auia de dar lleno de vasijas de oro y plata. Tiempo es ya que a nuestro Quilaco Yupangui saquemos de entre las manos de la miseria y po¬breza, en que seis meses largos se auia sustentado, seruido, curado, y mantenido de la buena diligencia, de su mas que leal criado Tito. Bien se deue acordar el lector curioso, co¬mo lo dexamos mal herido, en unas pobres y humildes casas de unos ganaderos que residían en el mal hadado Valle de Yanamarca, donde subcedio aquella cruel matanza, entre Quizquiz y Guanea Auqui, como dejamos contado en el Capitulo 30 pues resta sepamos como en aquel desbentura- do sitio, se entretuvieron los dos quinze o veinte dias (o has¬ta que el herido manzebo, se pudo sustentar en la pierna mal tratada de el golpe) y luego que sintió alguna mejoria (de acuerdo de su leal seruidor) una mañana se puso en camino, para la poblazon de Hatum Xauxa, y era tanto su flaqueza y indisposición, que en andar aquellas dos leguas, gasto todo el resto de el dia: llegados a el pueblo se albergaron en com¬pañía de unos pobres labradores, a quien se daua muy poco por lo adverso o prospero de las guerras: y alli se entretuvie¬ron casi seis meses sustentados con las legumbres yeruas y raizes, que la buena diligencia de Tito le deparaua, por aquellas desamparadas labranzas: y siempre traya el oydo atento, a las nueuas que salian por la tierra, para darselas a su amo Quilaco Yupangui, quando eran tales, que el saber¬las no le podian entristezer: alli supo de la entrada de los Viracochas y de la que Quizquiz hizo en el Cuzco, y de las inumerables crueldades que en el auia usado, y de como en Caxamarca tenian en prisión a Atauallpa, y de la cruel ma¬tanza que en Antamarca se auia hecho en Guascar Ynga y sus hermanos, madre y muger: y aviendo salido un dia Titu a la plaza, que se hacia junto a los Aposentos Reales, vidola ocupada de gran suma de gente de guerra, y pregun¬tando que gente fuese aquella o de donde y a que venia, fuele dicho que era Challcochima, que bajaua de el Cuzco, con yntento de ir a Caxamarca, a libertad a su Rey Atauall¬pa, que se lo tenian preso los Viracochas, en gran menos¬precio de su auturidad y valor: y que se auian alli detenido,  Challcochima y sus gentes, porque dos de aquellos mensa¬geros de el Sol, auian llegado en compañia de un Orejón de el Cuzco, y estauan altercando sobre qual auia de mandar mas, el Orejón ó Challcochima, y era verdad que ansi pa- saua porque llegando Hernando Soto y Pedro del Barco a Xauxa, hallaron en el a Challcochima, con muy poderosas esquadras de gentes armadas, y llegándose a el Antamarca mayta, le dijo (con mucho menos precio en presencia de los dos Españoles) hasta quando Challcochima an de tener fin tus crueldades? quando sera el dia que tu, y aquella bestia fiera de tu Capitan Quizquiz, os aveis de ver artos de hu¬mana sangre? dime rauioso Tigre, vienes a derramar la de estas gentes viles, aora que no ay vena de Ynga, que no la tengas dessangrada? pues de una cosa me huelgo (y lo mis¬mo creo que hazen tus mismos soldados) que a embiado el hazedor de el mundo, los executores de su justicia: para cas¬tigo tuyo, y de aquel de quien aprendiste a ser cruel: por tanto pon fin a tu ebrio (*), y aderezate y bente luego con nosotros, que el Gouernador de estos españoles, y Señor de este Ymperio te llama y quiere verte. Challcochima auia es¬tado atento, con sus ojos de bivora, a la platica atreuida de Antamarca mayta y con encendido rostro le respondio, ma¬ior novedad me parece hablar tu con tanta livertad, que no lo es el llamarme a mi, quien no me conoze: anda vee y dile a ese hombre qualquiera que sea, que venga el a mi lla¬mado: y luego suelte de la prisión a Ataballpa mi señor, sino quiere que todos estos barbudos, advenedizos, mueran que¬mados, sin quedar de ellos quien lleue la nueva a su tierra, oyendo esto Antamarcamayta, se llego a el (y con brio de hombre) le dio una bofetada en el rostro, diziendo ya se paso el tiempo de tu soberuia: y alli binieron a los brazos: y Hernando de Soto y Pedro del Barco los pusieron en paz, y mandaron a Antamarca Mayta, que dijesen a aquellas gen¬tes que se fuesen luego aveer a el Governador Francisco Pi¬zarro, a Caxamarca: porque ya no auia otro Ynga sino el: [ (!) brío.  Yupangui saquemos de entre las manos de la miseria y po¬breza, en que seis meses largos se auia sustentado, seruido, curado, y mantenido de la buena diligencia, de su mas que leal criado Tito. Bien se deue acordar el lector curioso, co¬mo lo dexamos mal herido, en unas pobres y humildes casas de unos ganaderos que residían en el mal hadado Valle de Yanamarca, donde subcedio aquella cruel matanza, entre Quizquiz y Guanea Auqui, como dejamos contado en el Capitulo 30 pues resta sepamos como en aquel desbentura- do sitio, se entretuvieron los dos quinze o veinte dias (o has¬ta que el herido manzebo, se pudo sustentar en la pierna mal tratada de el golpe) y luego que sintió alguna mejoría (de acuerdo de su leal seruidor) una mañana se puso en camino, para la poblazon de Hatum Xauxa, y era tanto su flaqueza y indisposición, que en andar aquellas dos leguas, gasto todo el resto de el dia: llegados a el pueblo se albergaron en com¬pañía de unos pobres labradores, a quien se daua muy poco por lo adverso o prospero de las guerras: y alli se entretuvie¬ron casi seis meses sustentados con las legumbres yeruas y raizes, que la buena diligencia de Tito le deparaua, por aquellas desamparadas labranzas: y siempre traya el oydo atento, a las nueuas que salian por la tierra, para darselas a su amo Quilaco Yupangui, quando eran tales, que el saber¬las no le podian entristezer: alli supo de la entrada de los Viracochas y de la que Quizquiz hizo en el Cuzco, y de las inumerables crueldades que en el auia usado, y de como en Caxamarca tenian en prisión a Atauallpa, y de la cruel ma¬tanza que en Antamarca se auia hecho en Guascar Ynga y sus hermanos, madre y muger: y aviendo salido un dia Titu a la plaza, que se hacia junto a los Aposentos Reales, vidola ocupada de gran suma de gente de guerra, y pregun¬tando que gente fuese aquella o de donde y a que venia, fuele dicho que era Challcochima, que bajaua de el Cuzco, con yntento de ir a Caxamarca, a libertad a su Rey Atauall¬pa, que se lo tenian preso los Viracochas, en gran menos¬precio de su auturidad y valor: y que se auian alli detenido, Challcochima y sus gentes, porque dos de aquellos mensa¬geros de el Sol, auian llegado en compañia de un Orejón de el Cuzco, y estauan altercando sobre qual auia de mandar mas, el Orejón ó Challcochima, y era verdad que ansi pa- saua porque llegando Hernando Soto y Pedro del Barco a Xauxa, hallaron en el a Challcochima, con muy poderosas esquadras de gentes armadas, y llegándose a el Antamarca mayta, le dijo (con mucho menos precio en presencia de los dos Españoles) hasta quando Challcochima an de tener fin tus crueldades? quando sera el dia que tu, y aquella bestia fiera de tu Capitan Quizquiz, os aveis de ver artos de hu¬mana sangre? dime rauioso Tigre, vienes a derramar la de estas gentes viles, aora que no ay vena de Ynga, que no la tengas dessangrada? pues de una cosa me huelgo (y lo mis¬mo creo que hazen tus mismos soldados) que a embiado el hazedor de el mundo, los executores de su justicia: para cas¬tigo tuyo, y de aquel de quien aprendiste a ser cruel: por tanto pon fin a tu ebrio ('), y aderezate y bente luego con nosotros, que el Gouernador de estos españoles, y Señor de este Ymperio te llama y quiere verte. Challcochima auia es¬tado atento, con sus ojos de bivora, a la platica atreuida de Antamarca mayta y con encendido rostro le respondio, ma¬ior novedad me parece hablar tu con tanta livertad, que no lo es el llamarme a mi, quien no me conoze: anda vee y dile a ese hombre qualquiera que sea, que venga el a mi lla¬mado: y luego suelte de la prisión a Ataballpa mi señor, sino quiere que todos estos barbudos, advenedizos, mueran que¬mados, sin quedar de ellos quien lleue la nueva a su tierra, oyendo esto Antamarcamayta, se llego a el (y con brio de hombre) le dio una bofetada en el rostro, diziendo ya se paso el tiempo de tu soberuia: y alli binieron a los brazos: y Hernando de Soto y Pedro del Barco los pusieron en paz, y mandaron a Antamarca Mayta, que dijesen a aquellas gen¬tes que se fuesen luego aveer a el Governador Francisco Pi¬zarro, a Caxamarca: porque ya no auia otro Ynga sino el: (!) brío. y Antamarca Mayta, lo publico a todos, con arto mas cum¬plimiento que se lo supieron mandar: con tales nuevas se alegraron todas aquellas naciones, por que entendían aber llegado el tiempo de su deseada livertad: y ansi cada uno se salió del yugo pesado, en que aquel Capitan lo traya: y Challcochima como vido el brio con que el Orejón hablaua y entendió el estado en que estaban las cosas, bajo la cabeza, y quitóse de la plaza: luego los Españoles, le aperciuieron, para partirse a Caxamarca el dia siguiente: mas el lo rehuso con fingidos achaques: y vino á termino que en prisiones, encima de uno de los Cauallos que Hernando de Soto auia traydo, lo lleuaron a Caxamarca. A todos estos coloquios se auia hallado presente, el cuidadoso Tito, y con la mas priesa que pudo se fue á su humilde rancho, y le conto por extenso a Quilaco Yupangui, todo lo que ante el avia pasado: y le manifestó quan de cayda andaua el partido de los Yngas, y como ya su borla estaua en agena caueza, engrandecióle mu¬cho la amabilidad y nobleza, que auia notado en aquellos dos Viracochas que en los Aposentos Reales estaban, Y co¬mo le avian parecido hombres amadores de la verdad, jus¬ticia y razón: y que creya ciertamente ser verdad lo que de ellos se dezia, que eran mensageros de el Ticci Vira: y concluyo con decirle. Quilaco Yupangui, si tu salud y la mia deseas, y que las miserias de ambos tengan fin, sigue en esto el parecer y consejo que yo te diere, y no te sera menos prouechoso que te a sido mi compañia, todo el tiempo que en tu seruicio é estado. Las cosas de estos dos hermanos y com¬petidores, veo muy alteradas, pues el uno esta muerto, y el otro no muy siguro de su vida, estos Viracochas recien ve-nidos, no deuemos creer que dexaran con tanta facilidad, caer de sus manos tan buena presa, como es la posesión de este grande y estendido Ymperio, yo juzgo de ellos que tie¬nen valor, prudencia, y armas, para perpetuarlo por suyo: mi parecer es que nos vamos luego a meter deuajo el amparo, de este Capitan que aqui esta, que bien creo (sauiendo quien tu eres y conociendo tu mucho valor) te hara cortesia, y te dara el favor necesario, para bolber a el puesto de donde tu fortuna te derribo: y tu lebatado una vez yngrato serias (lo qual no se puede presumir de ti) si a mi no me dieses la mano para lebantarme. Todo lo que me as dicho amigo Tito, (respondio Quilaco Yupangui) camino lleua, mas el de mi contento hallo cerrado, con las grandes reuoluciones que an subcedido donde yo tenia puesta mi gloria, y donde tantas muertes an sobrado, no avra faltado alguna para matar mi vida; déjame estar en este estado miserable, entretenido con mi ignorancia, y no me saques a donde el desengaño me ma¬te. dejate de eso (respondio Tito) sigúeme pues de razón deues fiarte de mi, y diziendo esto le tomo por la mano, y lo lleuo a los aposentos de Xauxa, donde hallaron al Capi¬tan Hernando de Soto que acabaua de despachar con tan buen recado (como dijimos) á Challcochima, la buelta de Caxamarca: y de mandar a los Yndios que con el venian que cada uno se fuese a su tierra, y se quietase en ella, desacien- do todo aluoroto de guerra, llegados que fueron a la posada de este Capitan pidiéronle audiencia a solas, sin otra com¬pañía mas que a el Yndio que llebaua por lengua: Soto (que muy benigno y afable era) gusto de hazerlo. y Tito viendo la coyuntura como el la deseaua, comenzo a hablar de esta manera. Apoc verdaderamente embiado de el Ticci Viracocha Pachacama, para reducion de nuestro destierro, y reparo de nuestras caydas: si acaso entre vosotros sabéis que cosa sea amor (que si deueis saver) escucha con atento oydo y tierno corazon, a la mas leal y mal fortunada cria¬tura que tiene el mundo: y no te impida el hazer esto, el vil y despreciado avito en que nos ves: porque estos auatidos paños que sobre este disfigurado manzebo estays mirando, cubren deuajo de si el mas valeroso y bien nacido pecho, que abarcan estos Reynos: su nombre generación y tierra natural, de el lo sabras: la causa de su perdizion, a sido leal¬tad guardada a su Principe, de mi (porque ya no es tiempo de callar) te digo, que soy la mas desdichada doncella, que jamas produjo la Yllustre sangre de los Yngas, mi padre (si y Antamarca Mayta, lo publico a todos, con arto mas cum¬plimiento que se lo supieron mandar: con tales nuevas se alegraron todas aquellas naciones, por que entendían aber llegado el tiempo de su deseada livertad: y ansi cada uno se salió del yugo pesado, en que aquel Capitan lo traya: y Challcochima como vido el brio con que el Orejón hablaua y entendió el estado en que estaban las cosas, bajo la cabeza, y quitóse de la plaza: luego los Españoles, le aperciuieron, para partirse a Caxamarca el dia siguiente: mas el lo rehuso con fingidos achaques: y vino á termino que en prisiones, encima de uno de los Cauallos que Hernando de Soto auia traydo, lo lleuaron a Caxamarca. A todos estos coloquios se auia hallado presente, el cuidadoso Tito, y con la mas priesa que pudo se fue á su humilde rancho, y le conto por extenso a Quilaco Yupangui, todo lo que ante el avia pasado: y le manifestó quan de cayda andaua el partido de los Yngas, y como ya su borla estaua en agena caueza, engrandecióle mu¬cho la amabilidad y nobleza, que auia notado en aquellos dos Viracochas que en los Aposentos Reales estaban, Y co¬mo le avian parecido hombres amadores de la verdad, jus¬ticia y razón: y que creya ciertamente ser verdad lo que de ellos se dezia, que eran mensageros de el Ticci Vira: y concluyo con decirle. Quilaco Yupangui, si tu salud y la mia deseas, y que las miserias de ambos tengan fin, sigue en esto el parecer y consejo que yo te diere, y no te sera menos prouechoso que te a sido mi compañia, todo el tiempo que en tu seruicio é estado. Las cosas de estos dos hermanos y com¬petidores, veo muy alteradas, pues el uno esta muerto, y el otro no muy siguro de su vida, estos Viracochas recien ve-nidos, no deuemos creer que dexaran con tanta facilidad, caer de sus manos tan buena presa, como es la posesión de este grande y estendido Ymperio, yo juzgo de ellos que tie¬nen valor, prudencia, y armas, para perpetuarlo por suyo: mi parecer es que nos vamos luego a meter deuajo el amparo, de este Capitan que aqui esta, que bien creo (sauiendo quien tu eres y conociendo tu mucho valor) te hara cortesia, y te dara el favor necesario, para bolber a el puesto de donde tu fortuna te derribo: y tu lebatado una vez yngrato serias (lo qual no se puede presumir de ti) si a mi no me dieses la mano para lebantarme. Todo lo que me as dicho amigo Tito, (respondio Quilaco Yupangui) camino lleua, mas el de mi contento hallo cerrado, con las grandes reuoluciones que an subcedido donde yo tenia puesta mi gloria, y donde tantas muertes an sobrado, no avra faltado alguna para matar mi vida; déjame estar en este estado miserable, entretenido con mi ignorancia, y no me saques a donde el desengaño me ma¬te. dejate de eso (respondio Tito) sigúeme pues de razón deues fiarte de mi, y diziendo esto le tomo por la mano, y lo lleuo a los aposentos de Xauxa, donde hallaron al Capi¬tan Hernando de Soto que acabaua de despachar con tan buen recado (como dijimos) á Challcochima, la buelta de Caxamarca: y de mandar a los Yndios que con el venian que cada uno se fuese a su tierra, y se quietase en ella, desacien- do todo aluoroto de guerra, llegados que fueron a la posada de este Capitan pidiéronle audiencia a solas, sin otra com¬pañía mas que a el Yndio que llebaua por lengua: Soto (que muy benigno y afable era) gusto de hazerlo. y Tito viendo la coyuntura como el la deseaua, comenzo a hablar de esta manera. Apoc verdaderamente embiado de el Ticci Viracocha Pachacama, para reducion de nuestro destierro, y reparo de nuestras caydas: si acaso entre vosotros sabéis que cosa sea amor (que si deueis saver) escucha con atento oydo y tierno corazon, a la mas leal y mal fortunada cria¬tura que tiene el mundo: y no te impida el hazer esto, el vil y despreciado avito en que nos ves: porque estos auatidos paños que sobre este disfigurado manzebo estays mirando, cubren deuajo de si el mas valeroso y bien nacido pecho, que abarcan estos Reynos: su nombre generación y tierra natural, de el lo sabras: la causa de su perdizion, a sido leal¬tad guardada a su Principe, de mi (porque ya no es tiempo de callar) te digo, que soy la mas desdichada doncella, que jamas produjo la Yllustre sangre de los Yngas; mi padre (si no me an tenido engañada) fue Guascar Ynga, con razón de todos aborrecido, y mas de mi, porque me dio el ser, por escusarme la muerte con que los embidiosos de mi hermo¬sura y felicidad, amenazaban a mi edad tierna: fui guardada de una mi tia (y mal guardada pues alli me perdi) viendo con mi libre mirar, los ojos de este que aora los tiene turba-dos en unas fiestas que en Siquillabamba se hizieron, siendo este que aqui ves embajador de Atauallpa, y el amor que á entrambos hirió en un punto á entrambos atormentaua, re¬gia y governaua, y como era mouedor de entrambos corazo¬nes, en el suyo puso encendido deseo de verme, y en el mió ar¬diente voluntad de ser vista: pudo esto llegar a efecto, con lizencia y asistencia de mi tia, y alli ablando los ojos calla¬ban las lenguas: y con las mas onestas y bien comedidas pa¬labras que en varón virtuoso, y en una donzella onesta, se pueden permitir, nos prometimos el uno a el otro, en con¬jugal y onoroso ayuntamiento, y porque el rigor de aquellos rebueltos tiempos no daua lugar a fiestas matrimoniales, di¬latáronse, para mas comoda coyuntura y este sieruo tuyo y señor mió, que delante tienes: pidió á mi tia dos años de termino, para bolber a el lugar de mi nacimiento, a efectuar lo prometido, mi tia, en mi nombre y suyo, le concedio tres: y con las alteraciones que de estos Reynos abras entendido ase dilatado tanto esta vista que ya son cumplidos quatro años, y mi deseado Quilaco Yupangui, no á podido alegrar mi vista, con la suya alegre: mi tia murió pocos dias á, y supe como mi padre me queria poner en manos, muy agenas de mi voluntad: y entendiendo como las gentes de el Quito (con quien este mi señor venia) entraban victoriosos por nuestras tierras, acorde salir a probar mi ventura: y ponién¬dome en el avito que me ves, y llamándome Titu, me entre¬metí con las muchas naciones que seguían a el Capitan May¬ta Yupangui que salió de el Cuzco contra el victorioso Quizquiz. Presente me halle en la dolorosa matanza, que for-tuna zelebro en Yanamarca (y hablando verdad) no pro¬cure a nadie la muerte (como se me puede creer) antes con una piedad, aplicada a mi remedio, entre tantas muertes, buscaua mi vida: porque preguntando por el que alli me traya, supe no aver salido de aquella trauada batalla: y el amor que me guiaba me puso delante á mi muy deseado, que pasado un muslo con un dardo, estaua en vida sepultado entre los muertos; de alli lo saque como pude, cure su heri¬da, y sustente su persona, hasta poderle traer a este lugar donde aora estamos, y donde vine en horas dichosas, pues pude hallar en el, el amparo que de ti esperamos: Ves aqui Señor, la Historia de nuestras desaventuras, cata aqui el ca¬mino por donde el hado y suerte, nos a traydo, a tanta ca¬lamidad, como la que estamos padeciendo; tu aora (Capitan valeroso) rompe el lazo con que la adversa fortuna nos tie¬ne enlazados, y puede mas que ella, pues tu ser, deue ser demás que hombre. Aqui dio fin a su platica la hermosa Cu- ricuillor: y no sabré juzgar de qual de los dos oyentes fue mayor el pasmo que cayo en sus venas, pero abremos de dar la ventaja a Quilaco Yupangui: por aver entendido mejor los trances y acaecimientos, por la donzella relatados: y ansi en gran pieza de absorto y eleuado no acertó a hablar, y Hernando de Soto, como mas libre, dixo, de oy en ade¬lante hermosa doncella, bivid sigura de sobresaltos, que os puedan ser ocasion de algún disgusto: que si mi amparo bale algo para vuestro remedio, aqui os recibo deuajo de el, y tomo a mi cargo lo que a vuestro contentamiento to- ca-, Quilaco Yupangui (que algún tanto estaua recuperado en su acuerdo) dijo en brebes razones. Ciertamente (her¬mosa Curicuillor) ni a el amor grande que yo te é tenido y tengo, se le deuia menos galardón que el recevido, ni de el mucho valor tuyo, espere yo menos que receuir mercedes tan grandes como las que me as hecho: no se con que pa- gartelas, ni aun con que palabras encarezerlas, y ansi terne por acertado, decir que lo que por mi has hecho y haces a ti mismo te lo deuias, pues me tenias por tan tuyo, quanto yo a ti por tan mi señora y abrazandose estrecha y amoro¬samente, se dispusieron para seguir con mucho contento, a no me an tenido engañada) fue Guascar Ynga, con razón de todos aborrecido, y mas de mi, porque me dio el ser, por escusarme la muerte con que los embidiosos de mi hermo¬sura y felicidad, amenazaban a mi edad tierna: fui guardada de una mi tia (y mal guardada pues alli me perdi) viendo con mi libre mirar, los ojos de este que aora los tiene turba-dos en unas fiestas que en Siquillabamba se hizieron, siendo este que aqui ves embajador de Atauallpa, y el amor que á entrambos hirió en un punto á entrambos atormentaua, re¬gia y governaua, y como era mouedor de entrambos corazo¬nes, en el suyo puso encendido deseo de verme, y en el mió ar¬diente voluntad de ser vista: pudo esto llegar a efecto, con lizencia y asistencia de mi tia, y alli ablando los ojos calla¬ban las lenguas: y con las mas onestas y bien comedidas pa¬labras que en varón virtuoso, y en una donzella onesta, se pueden permitir, nos prometimos el uno a el otro, en con¬jugal y onoroso ayuntamiento, y porque el rigor de aquellos rebueltos tiempos no daua lugar a fiestas matrimoniales, di¬latáronse, para mas comoda coyuntura y este sieruo tuyo y señor mió, que delante tienes: pidió á mi tia dos años de termino, para bolber a el lugar de mi nacimiento, a efectuar lo prometido, mi tia, en mi nombre y suyo, le concedio tres: y con las alteraciones que de estos Reynos abras entendido ase dilatado tanto esta vista que ya son cumplidos quatro años, y mi deseado Quilaco Yupangui, no á podido alegrar mi vista, con la suya alegre: mi tia murió pocos dias á, y supe como mi padre me queria poner en manos, muy agenas de mi voluntad: y entendiendo como las gentes de el Quito (con quien este mi señor venia) entraban victoriosos por nuestras tierras, acorde salir a probar mi ventura: y ponién¬dome en el avito que me ves, y llamándome Titu, me entre- meti con las muchas naciones que seguian a el Capitan May¬ta Yupangui que salió de el Cuzco contra el victorioso Quizquiz. Presente me halle en la dolorosa matanza, que for-tuna zelebro en Yanamarca (y hablando verdad) no pro¬cure a nadie la muerte (como se me puede creer) antes con una piedad, aplicada a mi remedio, entre tantas muertes, buscaua mi vida: porque preguntando por el que alli me traya, supe no aver salido de aquella trauada batalla: y el amor que me guiaba me puso delante á mi muy deseado, que pasado un muslo con un dardo, estaua en vida sepultado entre los muertos; de alli lo saque como pude, cure su heri¬da, y sustente su persona, hasta poderle traer a este lugar donde aora estamos, y donde vine en horas dichosas, pues pude hallar en el, el amparo que de ti esperamos: Ves aqui Señor, la Historia de nuestras desaventuras, cata aqui el ca¬mino por donde el hado y suerte, nos a traydo, a tanta ca¬lamidad, como la que estamos padeciendo; tu aora (Capitan valeroso) rompe el lazo con que la adversa fortuna nos tie¬ne enlazados, y puede mas que ella, pues tu ser, deue ser demás que hombre. Aqui dio fin a su platica la hermosa Cu- ricuillor: y no sabré juzgar de qual de los dos oyentes fue mayor el pasmo que cayo en sus venas, pero abremos de dar la ventaja a Quilaco Yupangui: por aver entendido mejor los trances y acaecimientos, por la donzella relatados: y ansi en gran pieza de absorto y eleuado no acertó a hablar, y Hernando de Soto, como mas libre, dixo, de oy en ade¬lante hermosa doncella, bivid sigura de sobresaltos, que os puedan ser ocasion de algún disgusto: que si mi amparo bale algo para vuestro remedio, aqui os recibo deuajo de el, y tomo a mi cargo lo que a vuestro contentamiento to¬ca: Quilaco Yupangui (que algún tanto estaua recuperado en su acuerdo) dijo en brebes razones. Ciertamente (her¬mosa Curicuillor) ni a el amor grande que yo te é tenido y tengo, se le deuia menos galardón que el recevido, ni de el mucho valor tuyo, espere yo menos que receuir mercedes tan grandes como las que me as hecho: no se con que pa- gartelas, ni aun con que palabras encarezerlas, y ansi terne por acertado, decir que lo que por mi has hecho y haces a ti mismo te lo deuias, pues me tenias por tan tuyo, quanto yo a ti por tan mi señora y abrazandose estrecha y amoro¬samente, se dispusieron para seguir con mucho contento, a su protector el Capitan Hernando de Soto, que ya andaua aderezando su partida, para Caxamarca: y haciendo pro¬veer de vestidos a sus nueuos ahijados (tales quales para tales personas con venian) mostro cada uno el tesoro que la vil pobreza tenia encubierto. Y porque demos fin a la historia de estos dos bien fortunados amantes, para mas sin embarazo concluir la nuestra es ansi, que partido Soto a Caxamarca los lleuo en su compañía y los hizo baptizar, y el mancebo se llamo Don Hernando Yupangui, y la donzella Doña Leonor Curicuillor: y con gran contentamiento de entra¬mos fueron casados: en faz de la Santa Madre Yglesia, y juntos vibieron dos años, en compañía de su buen protec¬tor: al cabo de los quales murió el Don Hernando Yupan¬gui y la dueña quedo biuda: y usando el Capitan Hernando de Soto, de la libertad de aquel tiempo: la aplico para su recamara y en ella hubo a Doña Leonor de Soto que oy vibe en el Cuzco: casada con Carrillo escriuano de su Maga. y tiene por hijos a Pedro de Soto, y á Doña Joana de Soto, y otras niñas, cuyos nombres importa poco a nues¬tra historia. Quando Hernando de Soto llego a Caxamarca, hallo que el proceso de Atauallpa estaua bien, substanciado: y bien quisieran todos, que lo estuviera también la medida y señal que auia señalado para su rescate: mas sin atender á esto, vistas las culpas de Atauallpa fue sentenciado a muerte: la qual sentencia se le notifico en su prisión: y siendo bien ynformado de lo que mas combenia, para la salud de su anima pidió el baptismo con mucha deuocion, y despues de baptizado, se executo la sentencia la qual, si fue justa o no, no lo juzguemos antes de tiempo, hasta que se descubra lo escondido de nuestros corazones. Fue repar¬tido el tesoro que se hallo entre lo rancheado y lo que se huvo por el rescate (que todo caue deuajo de un hombre) que llego su cantidad a ser un millón, y veinteyseis mili y quinientos castellanos de oro, y cinquenta y dos mili marcos de plata: cupole a cada hombre de a cauallo ocho mili y nouecientos pesos de oro, y a trescientos y setenta marcos ' de plata, y a el hombre de a pie la mitad de esta cantidad, a Francisco Pizarro y a los demás Capitanes bien se deja entender que les cabrían parte mejoradas en tercio y quin¬to, todo lo qual subcedio el año de mili y quinientos y trein¬ta y dos. Este fue el fin y remate de aquellos pujantes y valerosos Yngas cuyo principio y medios dexamos contados donde se conozera de quan poca constancia son las cosas que el darlas y quitarlas esta a arbitrio de la que llaman fortuna. Abierta queda puerta para entrar siguiendo, con un proceder, adornado de admirables historias donde con¬tengan los varios acontecimientos que en este nuevo mundo se han visto en el progreso de cinquenta y tres años que ha que lo habitan Españoles, ansi en guerras caseras, coma en jornadas, conquistas y descubrimientos, terremotos, vol-canes temblores de tierra, exuperaciones de el mar: como la que acaeció en la Ciudad de los Reyes, el mismo dia que esta hobra se acabo, que fue a los nueue dias de Jullio de el Seb año de mili y quinientos y ochenta y seis, cuio subceso se con- se. tara con los demás en la quarta parte. Quien mas desocupado que yo estoy se hallare, tire adelante la barra: que no avra hecho mucho quando a mi me dejare atras. Si Dios permitie¬re, que me pueda hallar en tiempo, que con verdad, lo pueda llamar mío, porne la mano en la quarta parte, mas hasta que este venga, contente mi nación, con auerle hecho este seruicio pequeño, y si por ofrecerlo merezco algo, quiero me sea pagado, en disimular con mis defectos: y si acaso encontrare con algo que tenga apariencia de bien, de la gloria de ello, a el Omnipotente padre de las lumbres, de donde procede todo lo que es bueno y perfecto, cuio onor, virtud y Ymperio vibe por todos los Siglos de los Siglos. Amen. su protector el Capitan Hernando de Soto, que ya andaua aderezando su partida, para Caxamarca: y haciendo pro¬veer de vestidos a sus nueuos ahijados (tales quales para tales personas convenían) mostro cada uno el tesoro que la vil pobreza tenia encubierto. Y porque demos fin a la historia de estos dos bien fortunados amantes, para mas sin embarazo concluir la nuestra es ansi, que partido Soto a Caxamarca los lleuo en su compañia y los hizo baptizar, y el mancebo se llamo Don Hernando Yupangui, y la donzella Doña Leonor Curicuillor: y con gran contentamiento de entra¬mos fueron casados: en faz de la Santa Madre Yglesia, y juntos vibieron dos años, en compañia de su buen protec¬tor: al cabo de los quales murió el Don Hernando Yupan¬gui y la dueña quedo biuda: y usando el Capitan Hernando de Soto, de la libertad de aquel tiempo: la aplico para su recamara y en ella hubo a Doña Leonor de Soto que oy vibe en el Cuzco: casada con Carrillo escriuano de su Mag'1. y tiene por hijos a Pedro de Soto, y á Doña Joana de Soto, y otras niñas, cuyos nombres importa poco a nues¬tra historia. Quando Hernando de Soto llego a Caxamarca, hallo que el proceso de Atauallpa estaua bien, substanciado: y bien quisieran todos, que lo estuviera también la medida y señal que auia señalado para su rescate: mas sin atender á esto, vistas las culpas de Atauallpa fue sentenciado a muerte: la qual sentencia se le notifico en su prisión: y siendo bien ynformado de lo que mas combenia, para la salud de su anima pidió el baptismo con mucha deuocion, y despues de baptizado, se executo la sentencia la qual, si fue justa o no, no lo juzguemos antes de tiempo, hasta que se descubra lo escondido de nuestros corazones. Fue repar¬tido el tesoro que se hallo entre lo rancheado y lo que se huvo por el rescate (que todo caue deuajo de un hombre) que llego su cantidad a ser un millón, y veinteyseis mili y quinientos castellanos de oro, y cinquenta y dos mili marcos de plata: cupole a cada hombre de a cauallo ocho mili y nouecientos pesos de oro, y a trescientos y setenta marcos de plata, y a el hombre de a pie la mitad de esta cantidad, a Francisco Pizarro y a los demás Capitanes bien se deja entender que les cabrían parte mejoradas en tercio y quin¬to, todo lo qual subcedio el año de mili y quinientos y trein¬ta y dos. Este fue el fin y remate de aquellos pujantes y valerosos Yngas cuyo principio y medios dexamos contados donde se conozera de quan poca constancia son las cosas que el darlas y quitarlas esta a arbitrio de la que llaman fortuna. Abierta queda puerta para entrar siguiendo, con un proceder, adornado de admirables historias donde con¬tengan los varios acontecimientos que en este nuevo mundo se han visto en el progreso de cinquenta y tres años que ha que lo habitan Españoles, ansi en guerras caseras, como en jornadas, conquistas y descubrimientos, terremotos, vol-canes temblores de tierra, exuperaciones de el mar: como la que acaeció en la Ciudad de los Reyes, el mismo dia que esta hobra se acabo, que fue a los nueue dias de Jullio de el Sc acab' ...... . ... cicribir año il año de mili y quinientos y ochenta y seis, cuio subceso se con- , ,S(; tara con los demás en la quarta parte. Quien mas desocupado que yo estoy se hallare, tire adelante la barra: que no avra hecho mucho quando a mi me dejare atras. Si Dios permitie¬re, que me pueda hallar en tiempo, que con verdad, lo pueda llamar mió, porne la mano en la quarta parte, mas hasta que este venga, contente mi nación, con auerle hecho este seruicio pequeño, y si por ofrecerlo merezco algo, quiero me sea pagado, en disimular con mis defectos: y si acaso encontrare con algo que tenga apariencia de bien, de la gloria de ello, a el Omnipotente padre de las lumbres, de donde procede todo lo que es bueno y perfecto, cuio onor, virtud y Ymperio vibe por todos los Siglos de los Siglos. Amen. >
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tabla
DE LA PRIMERA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTHARTICA
( Af’írULO rÁci
1. De las varias opiniones de la creación de el mundo: y de la Catholica y verdadera: y de la coligación de los elementos: con las cosas elementadas
2. De la primera forma de el mundo en su creación y de la que aora tiene y de las mudanzas que a padecido su forma
3. De la variación de las cuentas en el numerar los tiempos antiguos y de la muerte de Cain y otras curiosidades antiquissimas
4. De la salida de el Patriarca Noe de el Arca y de la repartición de el uniuerso conforme a lo moderno
5. Donde se acaba de repartir el uniuerso y se señalan las Prouincias de cada parte de el y de la confusion de las lenguas en la fabrica de la torre con otras curiosidades
6. Donde se señala a cada hijo y nieto de Noe la Prouincia q’ le cupo en el mundo con graduación y descripción de cada Prouincia y las cosas mas notables en ella subcedidas
7. Donde se prosigue la repartición de el mundo y las cosas antiguas y modernas en las Prouincias subcedidas
8. Donde se prosigue y concluye la repartición de el mundo por el esti¬lo comentado
9. Donde se trata de las causas naturales y razón porque son negros los de Ethiopia: y quien y quando se metieron en España los primeros ne¬gros por esclauos
10. De los primeros pobladores de las Prouincias de Aphrica y descripción breue de ella con algunas cosas notables
11. De el antiguo conocimiento que en la Ethiopia se tuuo de el verdadero Dios y como la Reyna Saba lo lleuo a aquella tierra y de el Preste luán y sus cosas y quando se conformo con la yglesia Romana
12. De como los hijos de lectan an sido oluidados de todos les que an es- cripto y de como Ophir es padre de los Indianos
13. De como se yuan aumentado las gentes de la India y como ellas la ydolatria y se remata la primera parte de esta obra y apercibe el Autor pa*a la segunda

tabla
DE LA PRIMERA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTIIART1CA
CAPÍTULO ]>ÁCINA
1. Di las varias opiniones de la creación de el mundo: y de la Catholica
y verdadera: y de la coligación de los elementos: con las cosas elementadas 1
2. De la primera forma de el mundo en su creación y de la que aora tiene y de las mudanzas que a padecido su form3 . . …. 1?
J. De la variación de las cuentas en el numerar los tiempos antiguos y de
la muerte de Cain y otras curiosidades antiquísimas .. 19
4. De la salida de el Patriarca Nce de el Arca y de la repartición de el
uniuerso conforme a lo moderno Jl t. Donde se acaba de repartir el uniuerso y se señalan las Prouincias de cada parte de el y de la confusion de las lenguas en la fabrica de la torre con otras curiosidades 30
6. Donde se señala a cada h¡¡o y nieto de Noe la Prouincia q* fe cupo en el mundo con graduación y descripción de cada Prouincia y las cosas
mas notables en ella subcedidas . . 37
7. Donde se prosigue la repartición de el mundo y las cosas antiguas y modernas en las Prouincias subccdidas ’13
8. Donde se prosigue y concluye la repartición de el mundo por el esti¬lo comentado <0
9. Donde se trata de las causas naturales y razón porque son negros los de Ethiopia: y quien y quando se metieron en España los primeros ne¬gros por esclauos í 3
10. De los primeros pobladores de las Prouincias de Aphrica y descripción breue de ella con algunas cosas notables …. 58
11. De el antiguo conocimiento que en la Ethiopia se tuuo de el verdadero Dios y como la Reyna Saba lo licuó a aquella tierra y de el Preste luán
y sus cosas y quando se conformo con la yglesia Romana 6 5
12. De como los hijos de Iectan an sido oluidados de todos los que an cs- cripto y de como Ophir es padre de los Indianos ■ ■ 73
13. De como se ytian aumentado las gentes de la India y como ellas la ydolatria y se remata la primera parte de esta obra y apercibe el Autor paca la segunda 78
TABLA DE LA SEGUNDA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTHARTICA
PÍTULO } PÁGINA
1. De las misericordias grandes q’ Dios usa con toda cosa criada y mucho mas con el hombre y del beneficio que el Patriarca Abrahan hizo al mundo con la comunicación de las letras 81
2. De la utilissima inuencion de las letras donde se prueua y concluye quien fue su primero inuentor con otras curiosidades 97
3. Donde se declara con autoridades de la Sagrada Escriptura auer sido estas nras. Indias manifiestas a los Isrraelitas y auer pasado a ellas las flotas de Salomon y se comienza a descrebir como proceden de el Pa- triarcha Ophir con otras curiosidades 91
4. De como las tierras y islas q’ descubrieron unos Cartagineses no fue el principio y origen de dar gentes a estas Indias y se confunde la opinion
q’ en este caso se a tenido de que los Indios procedan de Cartagineses 97
5. Donde se concluye el argumento y se confuta otra opinión q’ estos Yn¬dios vienen de Judíos, y pruebase vastantemente lo contrario 102
6. Donde se prueua auerse tenido noticia de este Piru en tiempo de los Reyes de Isrrael, y auerse llamado Piru y del origen de este nombre y de otras cosas notables dignas de saberse 107
7. Que pudo auer en las Islas animales engendrados en la región de el ayre donde se traen muchos y raros acontecimientos en esta materia
con muchas razones naturales gustosas . . . 11-
S. De la primera guerra de el mundo hecha por Niño Rey de los Babilonios y su madre Semiramis, y de la primera opresion da la gran India Orien¬tal, y de la inuencion de la Magica y quien fue su inuentor 117
9. De la causa por q* los Asirios vinieron sobre Babilonia y los Babilonios la uinieron a socorrer y dexaron sujetos a los Indianos y de el primer Rey de Egipto 121
10. Donde se reprehende la Idolatría, y se cuentan algunas vidas de Dioses vanos para confussion y vergüenza de sus sectarios y que reyes reynauan
en España en estos tiempos 128
11. De la descripción de las tres Indias de que consta toda la q’ llaman Oriental, y de el monstruoso origen de los de el Reyno Pegu 134
12. De el socorro q’ el gran Osiris dio a España estando tiranizada y de la fundación de Lacedemonia 141
13. De la salida q’ hizo el Patriarca Iacob de Canaan y su entrada en Egipto y de el nacimiento de Moysen y de la salida de Bacco a la gran India Oriental y otras cosas 146
14. De la fundación de Athenas en Grecia y de la buelta de Bacco de la India y daños q’ en ella hizo y de su entrada en España y de la equi¬vocación de los Pharaones de Egipto 152
1J. De como vinieron los Indios a hallar este pedago de mundo q’ llamamos Indias Occidentales y se metieron en el, y de q’ los Llanos de el Piru fueron mar en otro tiempo y las razones q* ay para prouarlo 159
16. De las cosas q* en nuestra España yvan subcediendo en estos tiempos y como Salomon Rey de Isrrael embio flotas a estas nuestras Indias, y de la armada q’ se perdió en el puerto de Asion gabear estando de partida para este Piru y de otras antigüedades 166
capítulo página
17. De la guerra q’ el Rey Ciro hizo a la gran India Oriental y de la ins¬titución de la orden militar de los Nayres y de sus desenciones y obli¬gaciones 173
18. De la multiplicación de los Indios y el origen de los Naturales de la Nueua España y de el uso de el Maíz y su nombre y el nacimiento de Alexandro Magno y la jornada q’ hizo a la gran India 179
19. De la entrada de los Nayres en nras. Indias Occidentales y se prueua ser origen de los Indios de Chile y de los Chiriguanaes, y hazese una cu¬riosa descripción de estas nras. Indias con otras curiosidades 189
20. Donde se prueua por las semejanzas de ritos, costumbres, y cerimonias ser, claramente descindientes de los Indios Orientales nuestros Indios Occidentales y se concluye la segunda parte de esta obra 19 5
TABLA DE LA TERCERA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTHARTICA
De las mas famosas nauegaciones antiguas y modernas 201
2. Donde se disputa y concluye con razones naturales si a auido, o ay o puede auer en el mundo los monstruos q’ los Autores escriuen. Es digno capit0., de ser aduertido de los curiosos 208
3. De la obscuridad en q’ estaua el uniuerso antes de el nacim0. de XP°. y
de su sancta venida a el mundo y de lo que en. ella subcedio a los Idolos 214
4. De como los Indios repartieron entre si toda la tierra y de las causas de no llouer en los llanos de el Piru y de las condiciones y complexiones
de los Indios y otras curiosidades y secretos naturales 220
5. Donde se disputa y trata q’ cosa es Volcan y porq’ es asi llamado y de la causa de su fuego y que cosa sea y de las cosas q’ fueron halladas
en este nueuo mundo por sus primeros habitadores 227
6. De la barbaridad y confusion q’ auia entre estos naturales acerca de la adoracion y de ciertos varones sanctos (o que lo parecian) que fueron vistos por aca y de la manera de retener los Indios sus historias . . . . 23 5
7. De la diuision de los Sagrados Apostoles a predicar el Sagrado Euangelio por el mundo y de la priesa q’ el Demonio se . daua a sembrar errores, y
de la secta dañada de Arrio y de otros heresiarcas 241
8. De muchos Emperadores catholicos q* fauorecieron a nuestra sancta yglesia, y de el nacimiento vida y muerte de el falso Mahoma y como uuiera entrado en este Piru su dañada secta si los catholicos Reyes Es¬pañoles no lo atajaran 247
9. De el barbaro estado en q* estaua este Piru quando comentaron los Ingas y de su fabuloso origen y de el primer Emperador de ellos llamado Mango Capac 256
10. De lo q* tiene por verdadero acerca de el principio y origen de los reyes Ingas y de las cosas q’ subcedian en el mundo conocido quando en este comentaron a reynar estos Principes y de la descendencia de
los Turcos y otras curiosidades 264
11. De Sinchiruca segundo Rey de los Ingas y de las cosas mas notables q’ en el mundo subcedieron en su tiempo y los años q’ biuio este Rey
y el verdadero origen de los gitanos 274
12. De Lluquiyupangui tercero Inga y de sus cosas y de las mas notables
TABLA DE LA SEGUNDA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTHARTICA
PITULO ( PÁGINA
1. De las misericordias grandes q’ Dios usa con toda cosa criada y mucho mas con el hombre y del beneficio que el Patriarca Abrahan hizo al mundo con la comunicación de las letras 81
2. De la utilissima inuencion de las letras donde se prueua y concluye quien fue su primero inuentor con otras curiosidades 97
3. Donde se declara con autoridades de la Sagrada Hscriptura auer sido estas nrn8. Indias manifiestas a los Isrraelitas y auer pasado a ellas las flotas de Salomon y se comienza a descrebir como proceden de el Pa- triarcha Ophir con otras curiosidades 91
4. De como las tierras y islas q* descubrieron unos Cartagineses no fue el principio y origen de dar gentes a estas Indias y se confunde la opinion
q’ en este caso se a tenido de que los Indios procedan de Cartagineses 97
5. Donde se concluye el argumento v se confuta otra opinión q’ estos Yn¬dios vienen de Judíos, y pruébate vastantemente lo contrario 102
6. Donde se prueua auerse tenido noticia de este Piru en tiempo de los Reyes de Isrrael. y auerse llamado Piru y del origen de este nombre y di; otras cosas notables dignas de saberse 107
7. Que pudo auer en las Islas animales engendrados en la región de el ayre donde se traen muchos y raros acontecimientos en esta materia
con muchas razones naturales gustosas … 112
8. De la primera guerra de el mundo hecha por Niño Rey de los Babilonios y su madre Semiramis, y de la primera opresión dj la gran India Orien¬tal, y de la inuencion de la Magica y quien fue su inuentor 117
1>. De la causa por q’ los Asirios vinieron sobre Babilonia y los Babilonios la uinieron a socorrer y d ex a ron sujetos a los Indianos y de el primer Rey de Egipto 121
10. Donde se reprehende la Idolatría, y se cuentan algunas vidas de Dioses vanos para confussion y vergüenza de sus sectarios y que reyes reynauan
en España en estos tiempos … 128
11. De la descripción de las tres Indias de que consta toda la q’ llaman Oriental, y de el monstruoso origen de los de el Reyno Pegu … 134
12. De el socorro q’ el gran Osiris dio a España estando tiranizada y de la fundación de Lacedemonia 141
15. De la salida q’ hizo el Patriarca Iacob de Canaan y su entrada en Egipto y de el nacimiento de Moysen y de la salida de Bacco a la gran India Oriental y otras cosas 146
14. De la fundación de Alhenas en Grecia y de la buelta de Bacco de la India y daños q’ en ella hizo y de su entrada en España y de la equi¬vocación de los Pharaones de Egipto 152
1$. De como vinieron los Indios a hallar este pedazo de mundo q’ llamamos Indias Occidentales y se metieron en el, y de q’ los Llanos de el Piru fueron mar en otro tiempo y las razones q” ay para prouarlo 159
16. De las cosas q’ en nuestra España yvan subcediendo en estos tiempos y como Salomon Rey de Isrrael embio flotas a estas nuestras Indias, y de la armada q’ se perdió en el puerto de Asion gabear estando de partida para este Piru y de otras antigüedades 166
capítulo página
17. De la guerra q’ el Rey Ciro hizo a la gran India Oriental y de la ins¬titución de la orden militar de los Nayres y de sus desenciones y obli¬gaciones 173
18. De la multiplicación de los Indios y el origen de los Naturales de la Nueua España y de el uso de el Maiz y su nombre y el nacimiento de Alexandro Magno y la jornada q’ hizo a la gran India 179
19. De la entrada de los Nayres en n™8. Indias Occidentales y se prucua ser origen de los Indios de Chile y de los Chiriguanaes, y hazese una cu¬riosa descripción de estas nras. Indias con otras curiosidades . 189
20. Donde se prucua por las semejanzas de ritos, costumbres, y cerimonias ser, claramente descindientes de los Indios Orientales nuestros Indios Occidentales y se concluye la segunda parte de esta obra . 195
TABLA DE LA TERCERA PARTE DE LA MISCELLANEA ANTHARTICA
1. De las mas famosas nauegaciones antiguas y modernas 201
2. Donde se disputa y concluye con razones naturales si a auido, o ay o puede auer en el inundo los monstruos q’ los Autores escriuen. Es digno capit0., de ser aduertido de los curiosos …….. 208
j. De la obscuridad en q’ estaua el uniuerso antes de el nacim”. de XI”‘. y
de su sancta venida a el mundo y de lo que en ella subcedio a los Idolos 214
4. De como los Indios repartieron entre si toda la tierra y de las causas de no llouer en los llanos de el Piru y de las condiciones y complexiones
de los Indios y otras curiosidades y secretos naturales 220
5. Donde se disputa y trata q* cosa es Volcan y porq’ es asi llamado y de la causa de su fuego y que cosa sea y de las cosas q’ fueron halladas
en este nueuo mundo por sus primeros habitadores … 227
6. De la barbaridad y confusion q’ auia entre estos naturales acerca de la adoracion y de ciertos varones sanctos (o que lo parecían) que fueron vistos por aca y de la manera de retener los Indios sus historias .. 23 5
7. De la diuision de los Sagrados Apostóles a predicar el Sagrado Euangelio por el mundo y de la priesa q’ et Demonio se daua a sembrar errores, y
de la secta dañada de Arrio y de otros heresiarcas … 241
8. De muchos Emperadores catholicos q’ fauorccieron a nuestra sancta yglesia, y de el nacimiento vida y muerte de el falso Mahoma y como uuiera entrado en este Piru su dañada secta si los catholicos Reyes Es¬pañoles no lo atajaran … 247
9. De el barbaro estado en q’ estaua este Piru quando comentaron los Ingas y de su fabuloso origen y de el primer Emperador de ellos llamado Mango Capac 256
10. De lo q* tiene por verdadero acerca de el principio y origen de los reyes Ingas y de las cosas q’ subcedian en el mundo conocido quando en este comentaron a reynar estos Principes y de la descendencia de
los Turcos y otras curiosidades 264
11. De Sinchiruca segundo Rey de los Ingas y de las cosas mas notables q’ en el mundo subcedieron en su tiempo y los años q’ biuio este Rey
y el verdadero origen de los gitanos 274
12. De Lluquiyupangui tercero Inga y de sus cosas y de las mas notables
capitulo pagina
q’ subcedian por el mundo en sus tiempos, y de los hechos de Mayta Capac subcesor y hijo suyo y de sus muertes y en q’ años fueron . . . . 2 80
13. De Capac Yupangui y su muerte y de Inga ruca su subcesor, y guerras q’tuuo y de las cosas q* en sus tP°s. subcedian por el mundo y de Yahuar guaca Inga y su muerte . . 2 89
14. De Viracocha Inga y de la Exceía. de este nombre y su antigüedad y de los hechos de sus hijos de este Viracocha Inga y cosas notables q* en
el mundo yuan subcediendo 296
15. Donde se concluye la guerra contra los Changas y Soras y se trata de un concilio, a congregación q’ Inga Yupangui hizo en el Cuzco sobre la religión cosa notable y de admiración 303
16. De. la guerra q’ hizo Inga yupangui por sus capitanes en la parte de Chinchasuyo y la huida de los Changas a la Prouincia de Rupa y causa justa de su huyda 312
17. Que trata de la entrada de los Ingas en Quito la primera vez, y de una jornada q’ hizo por mar Topa Inga q’ estuuo un año en ella y de el origen de las gentes de los LLanos y valles de el Piru con otras cosas notables 321
18. De muchas y muy importantes jornadas q’ Topa Inga yupangui hizo y de la renunciación de el reyno q’ Yupangui hizo en su hijo Topa Inga
y de la fundación de el templo de el valle de Pachacama 33 1
19. De las cosas más notables que yuan subcediendo en el mundo en estes tpos. y de una traycion que se leuantaua contra Topa Inga yupangui
y de la deriuacion de este nombre Yanacona 341
20. De la muerte de Topa Inga yupangui y de la coronacion de su hijo Guayna capac y de una conjuración q’ se hizo contra el nueuo Inga y de muchas y varias cosas q’ yvan subcediendo en el mundo en esta temporada 3 53
21. De el primer viage q* hizo Guayna Capac a. la parte de Colla suyo V de la jornada de el Quito y fundación de Tumibamba y sus grandezas: v de el principio de las guerras con los Pastos y Carangues y de otras hazañas que hizo este Inga 36!
2 2. De como Guayna capac se retiro perdidoso de las tierras de Carangui y los Orejones se le amotinaron y el modo que se tuuo para reconciliar¬los y de la buelta a combatir la fortaleza de Carangui y muerte de el general Auqui toma 371
De el descubrimiento q* hizo Christouai Colon de este nueuo mundo y de el vencimiento y fin de las guerras de Carangui y de una guerra
q’ se les ofrecio a los Ingas con los Chiliguanaes y subceso de ella . . 379
De la primera nueua q’ Christouai Colon dio en España de el descu¬brimiento q’ hizo , y de lo q* los Reyes de Portugal hizieron por auer en su nauegacion y trato la gran India Oriental y el descubrimiento della y la muerte de Guayna capac Inga y el principio de el rcynado de Guas¬car Inga 3 87
De la llegada de el cuerpo de Guayna capac al Cuzco y injusticias que Guascar Inga uso con los albaceas de su padre y del primero descubri¬miento q* Francisco Pigarro y Diego de Almagro .hizieron de estos Rey- nos de el Piru y trabajos que padecieron y de la conquista de Pomaco¬cha en Chachapoyas 396
De los mensageros q* Atauallpa embio a su hermano Guascar Inga desde
capítulo página
el Quito y respuesta q’ les dio y se comienga la notable historia de los amores de Quilaco yupangui de el Quito y Curicuillor de el Cuzco . . 406 27. De un general llamamiento q* Guascar Inga hizo en el Cuzco y de el despedimento de Quilaco yupangui y su amada Curicuillor y de unas fiestas q’ hizo Atauallpa en Tumibamba donde le fueron presentados los Españoles q’ Francisco Pigarro auia dexado en Tumbiz y de el apercebi-
miento que hizo en el Quito para la guerra futura 417
28. De el ofrecimiento q’ las naciones cercanas a el Quito hizieron de seruir Atauallpa y de el principio de las guerras de los hermanos y batallas
que se dieron 427
29. De el sentimiento q’ se hizo en el Cuzco por las perdidas subcedidas a Guanea auqui y de las plegarias q’ hizieron a sus guacas y de las guerras que tuieron Guanea auqui y sus capitanes con los Pacamoros y el subceso
de ellas y de la prosecución de las guerras fraternas 436
3 0. De la cruel batalla q’ los capitanes de Guascar Inga y los de Atauallpa se dieron en Yanamarca y de como Quilaco yupangui quedo mal herido y le socorrio Titu y de como Guascar Inga salió a campo por consejo de sus guacas 446
31. De las vanas plegarias que hizo Guajear Inga a sus guacas y de una batalla q’ los Cuzcos ganaron en Tabaray y de la ultima y sangrienta batalla de Chonta caxa y prisión de Guascar Inga y toma de el Cuzco
y de las crueldades que hizo Quizquiz en la gente rendida A 54
32. De las alegrías q’ se hizieron en el Quito por la prisión de Guascar Inga y de la entrada de las Españoles y prisión de Atauallpa en Caxa¬marca y de la injusta muerte de Guascar Inga y su compañía y de las preuenciones de los Españoles 465
3 3. De la llegada de Hernando de Soto a Xauxa y de la prisión de Challco chima y de el remate de la historia de Curicuillor y de la muerte de Atauallpa Inga donde se remata y concluye esta tercera parte 473
Esta tabla aparece en el Códice de Texas y fué omitida en el de Nueva York.
capítulo página
q’ subcedian por el mundo en sus tiempos, y de los hechos de Mayta Capac subcesor y hijo suyo y de sus muertes y en q’ años fueron . . . . 280
13. De Capac Yupangui y su muerte y de Inga ruca su subcesor, y guerras q’tuuo y de las cosas q’ en sus tP°8. subcedian por el mundo y de Yahuar guaca Inga y su muerte . . i 289
!4. De Viracocha Inga y de la F.xcela. de este nombre y su antigüedad y de los hechos de sus hijos de este Viracocha Inga y cosas notables q’ en el mundo yuan subcediendo 296
II. Donde se concluye la guerra contra los Changas y Soras y se trata de un concilio, o congregación q’ Inga Yupangui hizo en el Cuzco sobre la religión cosa notable y de admiración 303
16. De la guerra q’ hizo Inga yupangui por sus capitanes en la parte de Chinchasuyo y la huida de los Changas a la Prouincia de Rupa y causa justa de su huyda . 312
17. Que trata de la entrada de los Ingas en Quito la primera vez, y de una jornada q’ hizo por mar Topa Inga q* estuuo un año en ella y de el origen de las gentes de los LLanos y valles de el Piru con otras cosas notables 321
18. De muchas y muy importantes jornadas q’ Topa inga yupangui hizo y de la renunciación de el revno q” Yupangui hizo en su hijo Topa Inga
y de la fundación de el templo de el valle de Pachacama . . 331
19. De las cosas más notables que yuan subcediendo en el mundo en estes tP”*. y de una traycion que se leuantaua contra Topa Inga yupangui
y de la dcriuacion de este nombre Yanacona ..341
20. De la muerte de Topa Inga yupangui y de la coronación de su hijo Guayna capac y de una conjuración q’ se hizo contra el nueuo Inga y de muchas y varias cosas q’ yvan subcediendo en el mundo en esta temporada 313
21. De ti primer viage q* hizo Guayna Capac a la parte de Colla suyo y de la jornada de el Quito y fundación de Tumibamba y sus grandezas: v de el principio de las guerras con los Pastos y Carangues y de otras hazañas que hizo este Inga … 361
22. De como Guayna capac se retiro perdidoso de las tierras de Carangui y los Orejones se le amotinaron y el modo que se tuuo para reconciliar¬los y de la buelta a combatir la fortaleza de Carangui y muerte de el general Auqui toma 371
23. De el descubrimiento q’ hizo Christouai Colon de este nueuo mundo y de el vencimiento y fin de las guerras de Carangui y do una guerra
q’ se les ofrecio a los Ingas con los Chiliguanacs y subceso de ella 379
24. De la primera nucua q’ Christouai Colon dio en España de el descu¬brimiento q’ hizo y de lo q’ los Reyes de Portugal hizieron por auer en su nauegacion y trato la gran India Oriental y el descubrimiento della y la muerte de Guayna capac Inga y el principio de el rcynado de Guas¬car Inga 387
25. De la llegada de el cuerpo de Guayna capac al Cuzco y injusticias que Guascar Inga uso con los albaceas de su padre y del primero descubri¬miento q’ Francisco Pizarro y Diego de Almagro .hizieron de estos Rey- nos de el Piru y trabajos que padecieron y de la conquista de Pomaco¬cha en Chachapoyas 596
26. De los mensageros q’ Atauallpa embio a su hermano Guascar Inga desde
capítulo página
el Quito y respuesta q’ les dio y se comienza la notable historia de los amores de Quilaco yupangui de el Quito y Curicuillor de el Cuzco . . 406 27. De un general llamamiento q’ Guascar Inga hizo en el Cuzco y de el despedimento de Quilaco yupangui y su amada Curicuillor y de unas fiestas q’ hizo Atauallpa en Tumibamba donde le fueron presentados los Españoles q’ Francisco Pizarro auia dexado en Tumbiz y de el apercebi-
miento que hizo en el Quito para la guerra futura 417
23. De el ofrecimiento q’ las naciones cercanas a el Quito hizieron de seruir Atauallpa y de el principio de las guerras de los hermanos y batallas que se dieron 427
29. De el sentimiento q’ se hizo en el Cuzco por las perdidas subcedidas a Guanea auqui y de las plegarias q’ hizieron a sus guacas y de las guerra-, que tuieron Guanea auqui y sus capitanes con los Pacamoros y el subceso
de ellas y de la prosecución de las guerras fraternas . . 456
30. De la cruel batalla q’ los capitanes de Guascar Inga y los de Atauallpa se dieron en Yanamarca y de como Quilaco yupangui quedo mal herido y le socorrio Titu y de como Guascar Inga salió a campo por consejo de
sus guacas 446
31. De las vanas plegarias que hizo Gua-car Inga a sus guacas y de una batalla q’ los Cuzcos ganaron en Tabaray y de la ultima y sangrienta batalla de Chonta caxa y prisión de Guascar Inga y toma de el Cuzco
y de las crueldades que hizo Quizquiz en la gente rendida … 454
32. De las alegrías q’ se hizieron en el Quito por la prisión de Guascar Inga y de la entrada de los Españoles y prisión de Atauallpa en Caxa¬marca y de la injusta muerte de Guascar Inga y su compañia y de las preuenciones de los Españoles …….. 461
3 3. De la llegada de Hernando de Soto a Xauxa y de la prisión de Challen chima y de el remate de la historia de Curicuillor y de la muerte de Atauallpa Inga donde se remata v concluye esta tercera parte 473
Esta tabla aparece en el Códice de Texas y fue omitida en el de Nueva York.
APÉNDICES
APÉNDICES
APÉNDICE N’ 1
1 —NOMINA DE LOS REYES INCAS (Kapaj-Kuna)

Cabello Valboa
1. Mango Capac (¿-1006).
2. Sinchi Ruca (1006-1083).
3. Lluqui Yupangui (1083- 1161).
4. Mayta Capac (1161-1226).
5. Capac Yupangui (1226- 1306).
6. Ingaruca Ynga (1306- 1356).
7. Yaguarguaca (13 56-13 86).
8. Viracocha Ynga (1386- 1438).
9. Ynga Yupangui (1438- 1473).
10. Tupac Ynga Yupangui (1473-1493).
11. Guayna Capac (1493-1525).
12. Topa Cusi Gualpa (Guas¬car) .
13. Atauallpa.
Sarmiento de Gamboa
1. Mango Capac (565-665).
2. Cinchi Roca (665-675).
3. Lloq’ui Yupangui (675- 786).
4. Mayta Capac (786-896).
5. Cápac Yupangui (896-985).
6. Inga Roca (985-1088).
7. Tito Cusi Gualpa (108 8- 1184). (Yaguar Guaca).
8. Viracocha (1184-1285).
9. Ynga Yupangui (1285-
13 88). (Pachacuti Inca Yu¬pangui).
10. Topa Ynga Yupangui (1388-1455).
11. Guayna Capac (145 5- 1524).
12. Guascar (1524-1533).
13. Atagualpa.
Garcilaso
1. Manco Capac.
2. Sinchi Roca.
3. Lloque Yupanqui.
4. Maita Capac.
5. Capac Yupanqui.
6. Inca Roca.
7. Yahuar Huacac.
8. Inca Viracocha.
9. Inca Pachacutec.
10. Inca Yupanqui.
11. Tupac Inca Yupanqui.
12. Huayna Capac.
13. Huascar.
14. Atahuallpa.
Acosta
1. Mangocápa.
IJrin Kosko
2. Chinchiroca.
3. Capác Yupangui.
4. Lluqui Yupangui.
5. Mayta capa.
6. Tarco Guarnan.
7. “un hijo suyo”, no le nom¬bran.
8. Juan Tambo Maytapanáca.
Janan Kosko
9. Inca Roca.
10. Yaguarguaque.
11. Viracocha Inca.
12. Pachacuti Inca Yupangui.
13. Topa Inca Yupangui.
14. un hijo suyo, llamado del mismo nombre.
15. Cuaynacápa.
16. Titu Cusi Gualpa (Guascar Inca).
17. Atahualpa.
Cabello Valboa
1. Mongo Capac (¿-1006).
2. Sinchi Ruca (1006-1083).
3. Lluqui Yupangui (1083- 1161).
4. Mayta Capac (1 161-1226).
5. Capac Yupangui (1226- 1306).
6. Ingaruca Ynga (1306- 1356).
7. Yaguarguaca (1356-1386).
8. Viracocha Ynga (1386- 1438).
9. Ynga Yupangui (143 8- 1473).
10. Tupac Ynga Yupangui (1473-1493).
11. Guayna Capac (1493-1 525).
12. Topa Cusi Gualpa (Guas¬car).
13. Atauallpa.
APÉNDICE
1,—NÓMINA DE I.OS REYES
Sarmiento de Gamboa
1. Mango Capac (565-665). 1.
2. Cinchi Roca (665-675). 2.
3. Lloq’ui Yupangui (675- 3. 786).
4. Mayta Capac (786-896). 4.
7. Tito Cusi Gualpa (10S8- 7. 1184). (Yaguar Guaca).
8. Viracocha (1 184-1285). 8.
5. Cápac Yupangui (896-985). 5.
9. Ynga Yupangui (128 5- 9.
1388). (Pachacuti Inca Yu¬pangui) .
10. Topa Ynga Yupangui 10. (1388-1455).
11. Guayna Capac (1455- 1 1. 1524).
13.
14.
12. Guascar (1 524-1533). 12.
13. Atagualpa.
N’ 1
INCAS (Kapaj-Kuna)
Garcilaso Manco Capac.
Sinchi Roca. Lloque Yupanqui.
6. Inga Roca (985-1088). 6. Inca Roca.
Yahuar Huacac. Inca Viracocha. Inca Pachacutec.
Maita Capac. Capac Yupanqui.
Inca Yupanqui.
Tupac Inca Yupanqui.
Huayna Capac.
Huascar. Atahuallpa.
A eos ta
1. Mangocápa.
Urin Kosko
2. Chinchiroca.
3. Capác Yupangui.
4. Lluqui Yupangui.
5. Mayta cápa.
6. Tarco Guarnan.
7. “un hijo suyo”, no le nom¬bran.
8. Juan Tambo Maytapanáca.
Janan Kosko
9. Inca Roca.
10. Yaguarguaque.
11. Viracócha Inca.
12. Pachacuti Inca Yupangui.
13. Topa Inca Yupangui.
14. un hijo suyo, llamado del mismo nombre.
15. Cuaynacápa.
16. Titu Cusi Gualpa (Guascar Inca).
17. Atahualpa.
Garcilato
Ctbello Valbo»
APÉNDICE N ° 2
LEYENDA DE LOS AYAR Sarmiento de Gamboa Betanzos
a) Hermanos

1. Ayar Mango (Mango Capac).
2. Ayar Cache.
3. Ayar Auca.
1. Manco Capac.
2. Ayar Cachi.
3. Ayar Sauca.
4. Ayar Ucho.
1. Mango Cápac.
2. Ayar Cache.
3. Ayar Auca.
4. Ayar Ucho.
1. Mango Capac.
2. Ayarcache.
3. Ayar Auca.
4. Ayar uchi.
4. Ayar Oche.

b) Hermanas

Mamaguaco.
Mamacora.
Mama Ocllo.
Mamaragua.
1. Mama Guaco.
2. Mama Ipacura (Mama Cura).
3. Mama Ocllo.
4. Mama Raua.
1. Mama Guaco.
2. Mama Cura.
3. Mama Ocllo.
4. Ragua Ocllo.
1. Mama Ocllo Huaco.
2. no consigna.
3. no consigna.
>
w- %
o o
M
4. no consigna

1. Salida de Pacaritambo o Tam- botoco.
2. Pachete.
3. Guamancancha.
4. Guanacauri.
3. Matagua.
6. Collcabornba (Collcapampa).
7. Guaroantianga.
8. Guanaypata.
9. Cusco (Coricancha).
3. Tamboquiro.
4. Pallata.
5. Haisquirro.
6. Quirirmanta (al pie del ce¬rro Huanacauri).
7. Matagua.
8. Guanaypata.
c) Itinerario del Éxodo
1. Salida de Pacaritambo o Tam- 1. Salida de Pacaritambo. botoco.
2. Guanacancha.
9. Cusco (Indicancha).
1. Salida del Titicaca.
2. Pacarec Tampu (“ventana o dormida que amanece”).
3. Matagua. 3. Huanacauri.
4. “pueblo de los gualla” (coca 4. Cusco, y ají).
2. Guar.acaure.
5. Cusco (Casa del Sol).

Cabello Valboa
1. Diciembre – Raymi (Capac Raymi).
2. Enero – Pura Opiayquiz (Camay).
3. Febrero – Hatum Pucui.
4. Marzo – Pacha Pucui.
5. Abril – Ariguaquiz.
6. Mayo – Hatum-Cusqui- Aymoray.
7. Junio – Aucay-Cusqui (Inti Raymi).
8. Julio – Chagua-guarquis.
9. Agosto – Yapaquiz.
10. Setiembre – Coya Raymi (Citua).
11. Octubre – Orna Raymi Pu- chayq*uiz.
12. Noviembre – Ayamarca (Raymi Canea Rayquis) (Itu Raymi).
A P É N D I < CALENDARl Cristóbal de Molina 1. Mayo - Acicayllusque. 2. Junio - Cauay (Cachu Ar- huay). 3. Julio - Murupas-Tarpu Quilla (Yahuayra). 4. Agosto - Coya Raymi (Ci¬tua). 5. Setiembre - Omac Raymi (Huarachicu). 6. Octubre - Aymarca Raymi. 7. Noviembre - Capac Raymi. 8. Diciembre - Camay-quilla. 9. Enero - Atún pucuy. 10. Febrero - Pacha puco. 11. Marzo - Paucarguara. 12. Abril - Ayrihua. : E N* 3 O INCAICO Huaman Poma Enero - Camay. Febrero - Paucar uaray. Marzo - Pachapucuy. Abril - Inca Raymi. Mayo - Aymoray. Junio - Huacay Cusqui. Julio - Chacra Cunacuy. Agosto - Chacra Yapuy. Setiembre - Coya Raymi. Octubre - Uma Raymi. Noviembre - Aya Marcay. Diciembre - Capac Inti Raymi. Acosta 1. Diciembre - Rayme (Capac Rayme), 2. Enero - Camay. 3. Febrero - no lo consigna. 4. Marzo - no lo consigna. y. Abril - no lo consigna. 6. Mayo - Hatuncuzqui Ay¬moray. 7. Junio - Aucaycúzqui Inti Ráymi (Intiráymi). 8. Julio - Chahua-Huarqui. 9. Agosto - Yapaquis. 10. Setiembre - Coyaraymi (Ci¬tua). 11. Octubre - Homar aimi-Pun- chaiquis. 12. Noviembre - Ayamara (Raymi cantará Rayquis). Garcilaso C.tbtllo Vtlboé APÉNDICE N9 2 LEYENDA DE LOS A Y A R Sarmiento Je Gamboa Betanzos a) Hkhmakos 1. Ayar Mango (Mango Capac). 2. Ayar Cache. 3. Ayar Auca. 1. Manco Capac. 2. Ayar Cachi. 3. Ayar Sauca. 4. Ayar Ucho. 1. Mango Cápac. 2. Ayar Cache. 3. Ayar Auca. 4. Ayar Ucho. 1. Mingo Capac. 2. Ayarcache. 3. Ayar Auca. 4. Ayar uchi. 4. Ayar Oche. b) Hi.rmanas 1. Mamaguaco. 2. Mamacora. 3. Mama Ocllo. 4. Mamaragua. 1. Mama Guaco. 2. Mama Ipacura (Manía Cura). 3. Mama Ocllo. 4. Mama Raua. 1. Mama Guaco. 2. Mama Cura. 3. Mama Ocllo. 4. Ragua Ocllo. 1. Mama Ocllo Huaco. 2. no consigna. 3. no consigna. >
>3
M-
Z P
n ta
4. no consigna

1. Salida de Pacaritambo o Tam- botoco.
2. Pachete.
3. Guamancancha.
4. Guanacauri.
J. Matagua.
6. Collcabornba (Collcapampa).
7. Guamantianga.
8. Guanaypata.
9. Cuíco (Coricancha).
Tamboquiro.
Pallata.
Haisquirro.
Quirirmanta (al pie del ce¬rro Huanacauri).
Matagua.
Guanaypata.
c) Itinerario del Éxodo
1. Salida de Pacaritambo o Tam- I. Salida de Pacaritambo. botoco.
2. Guanacancha.
Cusco (Indicancha).
1. Salida del Titicaca.
2. Pacarec Tampu (“ventana o dormida que amanece”).
3. Matagua. 3. Huanacauri.
4. “pueblo de los gualla” (coca 4. Cusco.
2. Guanacaure.
y ají). $. Cusco (Casa del Sol).

Cabello Valboa
1. Diciembre – Raymi (Capac Raymi).
2. Enero – Pura Opiayquiz (Camay).
3. Febrero – Hatum Pucui.
4. Marzo – Pacha Pucui.
5. Abril – Ariguaquiz.
í. Mayo – Hatum-Cusqui- Aymoray.
7. Junio – Aucay-Cusqui (Inti Raymi).
8. Julio – Chagua-guarquis.
9. Agosto – Yapaquiz.
10. Setiembre – Coya Raymi (Citua).
11. Octubre – Orna Raymi Pu- chayqMiz.
12. Noviembre – Ayamarca (Raymi Canea Rayquis) (Itu Raymi).
APÉNDI
CALENDARI Cristóbal Je Molina
1. Mayo – Acicayllusque.
2. Junio – Cauay (Cachu Ar- huay).
3. Julio – Murupas-Tarpu Quilla (Yahuavra).
4. Agosto – Ccr/a Raymi (Ci¬tua).
5. Setiembre – Omac Raymi (Huarachicu).
6. Octubre – Ayrnarca Raymi.
7. Noviembre – Capac Raymi.
8. Diciembre – Camay-quilla.
9. Enero – Atún pucuy.
10. Febrero – Pacha puco.
11. Marzo – Paucarguara.
12. Abril – Ayrihua.
E N’ 3 ) INCAICO
Huamart Poma
1. Enero – Camay.
2. Febrero – Paucar uarav.
3. Marzo – Pachapucuy.
4. Abril – Inca Raymi.
5. Mayo – Aymoray.
6. Junio – Huacay Cusqui.
7. Julio – Chacra Cunacuy.
8. Agosto – Chacra Yapuy.
9. Setiembre – Coya Raymi.
10. Octubre – Urna Raymi.
11. Noviembre – Aya Marcay.
12. Diciembre – Capac Inti Raymi.
Acosta
1. Diciembre – Rayme (Capac Rayme).
2. Enero – Camay.
3. Febrero – no lo consigna.
4. Marzo – no lo consigna.
J. Abril – no lo consigna.
6. Mayo – Hatuncuzqui Ay¬moray.
7. Junio – Aucaycúzqui Inti Ráymi (Intiráymi).
8. Julio – Chahua-Huarqui.
9. Agosto – Yapaquis.
10. Setiembre – Coyaraymi (Ci¬tua).
11. Octubre – Flomaraimi-Pun- chaiquis.
12. Noviembre – Ayamara (Raymi cantará Rayquii).
APÉNDICE N9 4 OBRAS DE MIGUEL CABELLO VALBOA
a) Manuscritos:
El Códice original en la Universidad de Texas. Estados Unidos de Norte América.
El Códice de Nueva York, en la Biblioteca Pública de Nueva York. Es una copia del anterior.
Del primer códice existe una copia fotostática en el archivo del Instituto de Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Del Códice de Nueva York existe una copia fotostática en la Biblioteca Nacional de Lima.
b) Ediciones:
1. Voyages, Relations et Mémoires originaux pour servir a I’Histoire de la Dé- couverte de l’Amérique. Publicado por primera vez en francés por Henry Ternaux-Compans. Arthus Bertrand, Librairie Editeur, París, 1840.
2* parte Histoire du Pérou par Miguel Cavello Balboa Inédita, ii p., p. 333 pp.
Es solamente la Tercera Parte del M. S. y de ella omite los IX primeros capítulos. Comienza con una síntesis de los caps. IX y X para formar el ler. cap. El segundo cap. lo forman los caps. XI y XII del M. S. El tercero corresponde al XIII del Códice de Nueva York. Los 33 caps, de la Misce¬lánea los reduce a 23.
2. Historia del Perú bajo la dominación de los Incas, por el R. P. Miguel Cabello Balboa (Escrita entre 1S76 a 1586).
Anotaciones y concordancias con las Crónicas de Indias por Horacio H. Urteaga.
Biografía de Cabello Balboa por Carlos A, Romero. Colee. Lib. Doc. Ref. Hist. Perú, 2da serie, t. II, 216 pp. Lima, Imprenta y Librería Sanmarti y Cía., 1920. Traducción de la edición anterior por Delia Romero.
3. Obras, V. I. Miguel Cabello Balboa.
Publicada por Jijón y Caamaño. Editorial Ecuatoriana, Quito-Ecuador, 1945. Prólogo v-xii, 361 pp. Trascripción íntegra del Códice de Nueva York.
—Verdadera descripción y relación de la provincia y tierra de las Esmeraldas. Es¬crita en 1581.
M. S. en el Arch. de Indias, Leg. III. Audiencia de Lima, Papeles del Co¬rregimiento de Trujillo, Relación de servicios de Juan Roldan Dávila.
Publicada por vez primera en Obras, V. I. Quito, 1945, 76 pp. J. Jijón y Caamaño.
—Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los chunchos y otras provin¬cias. Escrita en 1596.
M.S. Archivo de Indias, Est. 70, Caj. 1′, Leg. 34.
Publicada por Marco Jiménez de la Espada en el V. II de Relaciones geo¬gráficas de Indias, Madrid, 1885. Apéndices pp. cxn-cxv.
También publicada en Obras, V. I., Quito, 1945, por J. Jijón y Caa¬maño, 5 pp.
—Cartas y otros documentos:
a) Memorial que el clero de Pasto dirige a la Audiencia de Quito en 1572 desde Pasto. Ref. Sergio Elias Ortiz, M.S. no conocido. (Cabello Valboa a la cabeza de los firmantes).
b) Carta al Marqués de Cañete, desde Chuquiabo, en mayo de 1594. M. S. no conocido. Ref. carta de Cabelio Vafboa a¡ Marque’s de Cañete, el 11 de set. de 1594. Obras, J. Jijón y Caamaño, p. 85.
c) Carta del p. Miguel Cabello de Balboa al Virrey, Marqués de Cañete, sobre la conversión de los indios “Chunchos”. En San Adrián de Chipoco, provincia de los Chunchos, 11 de setiembre de 1 594. M. S. Arch. de Indias, Est. 71, Caj. 8, Leg. 27.
Publicada por Víctor M. Maurtua en Juicio de límites entre Perú y Bolivia. Prueba peruana, T. VIII. Chunchos, Madrid. Imp. de los hijos de M. G. Hernández, 1906, pp. 140-146. También en Obras, Quito, 1945, por J. Jijón y Caamaño, 7 pp.
a) Representación fechada en Quito el 1′ de febrero de 1578, que el clérigo Miguel Cavello Valvoa dirije al Rey de España dando cuenta de su expedi¬ción en ]a provincia de Esmeraldas, su viaje a Puerto Viejo y recomendando la apertura del camino entre Quito a la Mar del Sur por la provincia de Yumbos.
Publicada por José Rumazo González en Documentos para la historia de la Audiencia de Quito, T. III, pp. 389-396. Madrid, 1949.
c) Volcánidas? Ref. Verdadera Descripción , p. 10, Obras, V. I., J. Jijón
y Caamaño, Quito, 1945.
/) Piezas literarias (prosa y verso):
1 . La Volcánea (Vulcania) Ref. “Discurso en loor de la poesía”.
2 . El Militar elogio id.
3 . Comedia del Cuzco id.
4. La Vasquirana id.
5. Soneto a Diego de Aguilar y Córdova (“El Marañon”)
6. Soneto en el Códice de Texas.
APÉNDICE N’ 4 OBRAS DE MlGUpL CABELLO VALBOA
.—Miscelánea Antartica.
a) Manuscritos:
El Códice original en la Universidad de Texas. Estados Unidos de Norte América.
El Códice de Nueva York, en la Biblioteca Pública de Nueva York. Es una copia del anterior.
Del primer códice existe una copia fotostitica en el archivo del Instituto de Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Del Códice de Nueva York existe una copia fotostática en la Biblioteca Nacional de Lima.
b) Ediciones:
I. Voyages, Relations et Memoires originaux pour servir a l’Histoire de la Dé- couierte de VAmérique. Publicado por primera vez en francés por Henry Ternaux-Compans. Arthus Bertrand, Librairie Editeur, Paris, 1840.
2* parte Histoire Ju Pérou fiar Miguel Cavello Balboa Inédita, ii p., p. 333 pp.
Es solamente la Tercera Parte del M. S. y de ella omite los IX primeros capítulos. Comienza con una síntesis de los caps. IX y X para formar el ler. cap. El segundo cap. lo forman los caps. XI y XII del M. S. El tercero corresponde al XIII del Códice de Nueva York. Los 33 caps, de la Misce¬lánea los reduce a 23.
2 Historia del Perú bajo la dominación de los Incas, por el R. P. Miguel Cabello Balboa (Escrita entre 1576 a 1586).
Anotaciones y concordancias con las Crónicas de Indias por Horacio H. Urteaga.
Biografía de Cabello Balboa por Carlos A. Romero. Colee. Lib. Doc. Ref. Hist. Perú, 2da serie, t. II, 216 pp. Lima, Imprenta y Librería Sanmarti y Cía., 1920. Traducción de la edición anterior por Delia Romero.
3. Obras, V. I. Miguel Cabello Balboa.
Publicada por Jijón y Caamaño. Editorial Ecuatoriana, Quito-Ecuador, 1945. Prólogo v-xii, 361 pp. Trascripción íntegra del Códice de Nueva York.
1—Verdadera descripción y relación de la provincia y tierra de las Esmeraldas. Es¬crita en 1581.
M .S. en el Arch. de Indias, Leg. III. Audiencia de Lima, Papeles del Co¬rregimiento de Trujillo, Relación de servicios de Juan Roldan Dávila.
Publicada por vez primera en Obras, V. I. Quito, 1945, 76 pp. J. Jijón y Caamaño.
j.—Orden y Iraza para descubrir y poblar la tierra de los chunchos y otras provin¬cias. Escrita en 1596.
M.S. Archivo de Indias, Est. 70, Caj. 1′, Leg. 3-4.
Publicada por Marco Jiménez de la Espada en el V. II de Relaciones geo¬gráficas de Indias, Madrid, 1885. Apéndices pp. cxn-cxv.
También publicada en Obras, V. I., Quito, 1945, por J. Jijón y Caa¬maño, 5 pp.
4.—Cartas y otros documentos:
a) Memorial que el clero de Pasto dirige a la Audiencia de Quito en 1 572 desde Pasto. Ref. Sergio Elias Ortiz, M.S, no conocido. (Cabello Valboa a la cabeza de los firmantes).
b) Carta al Marqués de Cañete, desde Chuquiabo, en mayo de 1594. M. S. no conocido. Ref. carta de Cabello Valboa al Marqués de Cañete, el II de set. de 1 594. Obras, J. Jijón y Caamaño, p. 85.
c) Carta del p. Miguel Cabello de Balboa al Virrey, Marqués de Cañete, sobre la conversión de los indios “Chunchos”. En San Adrián de Chipoco, provincia de los Chunchos, 11 de setiembre de 1 594. M. S. Arch. de Indias, Est. 71, Caj. 8, Leg. 27.
Publicada por Víctor M. Maurtua en /uicio de limites entre Perú y Bolivia. Prueba peruana, T. VIII. Chunchos, Madrid. Imp. de los hijos de M. G. Hernández, 190í, pp. 140-146. También en Obras, Quito, 1945, por J. Jijón y Caamaño, 7 pp-
o) Representación fechada en Quito el l’ de febrero de 1 578, que el clérigo Miguel Cavello Valvoa dirije al Rey de España dando cuenta de su expedi¬ción en la provincia de Esmeraldas, su viaje a Puerto Viejo y recomendando la apertura del camino entre Quito a la Mar del Sur por la provincia de Yumbos.
Publicada por José Rumazo González en Documentos para la historia Je la Audiencia de Quito, T. III, pp. 389-396. Madrid, 1949.
c) Volcánidas? Ref. Verdadera Descripción .. , p. 10, Obras, V. I., J. Jijón y Caamaño, Quito, 194 5.
/) Piezas literarias (prosa y verso):
1 La Volcánea (Vulcania) Ref. “Discurso en loor de la poesía”.
2. El Militar elogio id.
3. Comedia del Cuzco id. 4 La Vasquirana id.
5. Soneto a Diego de Aguilar y Córdova (“El Marañon”)
6 Soneto en el Códice de Texas.
APÉNDICE N* J
COMPARACIÓN DE LOS DOS CÓDICES DE LA “MISCELÁNEA ANTARTICA”

Códice de Texas
1 f, en blanco 13 fs. en Nos. romanos 5 5 fs. Primera Parte 86 fs. Segunda Parte 212 fs. Tercera Parte
Códice de Nueva York
1 f. en blanco
5 fs. (A-E)
44 fs. Primera Parte
94 fs. Segunda Parte
265 fs. Tercera Parte

3 67 fs.
409 fs.

Portada. Escudo del Virrey Conde Villar don Par¬do f. 1. Soneto f. lv.
Dedicatoria al Virrey fs. II y IIv. Firma del Autor. Dedicatoria al pío y curioso lector fs. IIl-VIIv.
Tabla de los capítulos contenidos en la obra fs.
VIII-XIIIv. Primera Parte fs. 1-55. Segunda Parte fs. 56-141. Tercera Parte fs. 142-3 54.
Dedicatoria al Virrey fs. A-Av. Dedicatoria al Pió y Curioso Lector, fs. AV-ET.
Primera Parte pp. 1-87. Segunda Parte pp. 87-274. Tercera Parte pp. 275-799.

21.5 x 15 cm.
Dimensiones: 16.5×11.5 cm.

Detalles:
Letras miniadas al comienzo de cada capítulo. Notas al margen, indicando la pág. y obras cita¬das por el autor, y alguna aclaración. Escritura cortesana pareja y clara. Omitido el f. 189, por error de numeración, no
faltando nada del texto, fs. 82 y 82v. cambio de letras, rasgos más duros y
mayor tamaño. Varias páginas ccn frases tarjadas: f. 79v. tarjada la palabra: enjendrados. f. 83 tarjado: para persuadirle, f. 89 tarjado: fué mujer de este Niño hijo de Bello a quien Fabio Pictor quiere haber Iupiter.
Letra cortesana. Menos pulcra, fs. 1 -3 3 v. un tipo de letra, f. 34 otro menos cuidado, f. 343 letra más cuidada hasta el fin. 
Códice de Texas
Omisiones:
página 5 5: . . .en Flandes o en Francia o en Espa¬ña. . .
pág. 89: . . según Diadoro Siculo auian aprendido de los de Ethiopia y en nueves caracteres y firmes aprendió las ciencias.
pág. 187: . . .interuiniese otra agua. Semejante in humanidad, cuenta el Dr. Blas Ortiz en el Itine¬rario del Papa Adriano Sexto (cometido en Lior¬na) c-n el capítulo, Die autem. . .
pág. 255: . . .con este nombre las pongo yo en mi mapa. En las Islas Philipinas (que el padre frai Andrés de Urdaneta descubrió por mandado de su Magestad el año de 1564) en todas ellas se ha¬llaron y hallan gentes profesoras de la Seta Maho¬metana, y predicadores de ella en las islas donde Magallanes estuuo (despues de auer pasado el es¬trecho q’ de el tomo nombre) q’ fue el año de 1519. Gente Mahometana .hallo, y ansi mismo predicadores de la falsa doctrina, y según esto ya huuieran penetrada hasta aca (pues no era otro su oficio, sino cumdir y destruir el mundo) si nuestros católicos españoles no se lo uuieran ata¬jado de manera que mas bien an hecho los Reyes Españoles en la Conquista indiana, y prosecusion della que no enrriquecer el Mundo de plata, oro y piedras preciosas pues demás de la multitud de gentes q’ an conuertido, an estoruado q’ la Sec¬ta Mahometana (emanada de Ali como diximos) no acabase de estragar el mundo. Nueue años des¬pues de la infelice entrada de la secta Mahome¬tana en la India subcedio en nuestra España aq’ila nunca bien llorada pérdida: y entrada de los mo¬ros en ella: que fue (según parece) el año de setecientos y doze . . .
pág. 280: . . principio de las cosas, este q’auemos contado fue el origen y principio de los Gitanos y no el q’ les quiere dar Antonio Palmerino en su cortesano estudioso, y es ansi q’ de la misma ma¬nera q’ por nuestras tierras de Europa andauan uagando sin tener morada cierta, ansi andauan sus antiquísimos antecesores, por las Arabías patria originaria de ellos y entre los términos y vocablos de que usan ay truchos Arabes y Hebreros aunq’ la corruptela q’ en su Idioma a caydo es tanta q’ ni aun vestigio de la antigua, no a q’dado por donde poder rastrearse la uerdad. Estas cosas. . .
Códice de Nueva York . . en Flandes o en España
. . según Diadoro Siculo auian aprendido las ciencias. . .
. .interviniese otra agua. Die autem. . .
. . con este nombre las pongo yo en mi mapa el año 712 .. .
. principio las cosas. Estas cosas. . .
APÉNDICE N ‘ J
COMPARACIÓN Dfc LOS DOS CÓDICES DE LA “MISCELÁNEA ANTÁRTICA”

Códice de Texas
1 i. en blanco 13 fs. en Nos. romanos 55 fs. Primera Parte 86 fs. Segunda Parte 212 fs. Tercera Parte
Códice de Nueva York
1 f. en blanco
5 fs. (A-E)
44 fs. Primera Parte
94 fs. Segunda Parte
265 fs. Tercera Parte

409 fs.
367 fs.

Portada. Escudo del Virrey Conde Villar don Par¬do f. t. Soneto f. 1 v.
Dedicatoria al Virrey fs. II v IIv. Firma del Autor. Dedicatoria al pío y curioso lector fs. IU-VlIv.
Dedicatoria al Virrey fs. A-AT. Dedicatoria al Pió y Curioso Lector, fs. AV-ET.

Tabla de los capítulos contenidos en la obra fs.
VIII-XIIIv. Primera Parte fs. 1-5 5. Segunda Parte fs. 56-141. Tercera Parte fs. 142-3 54.
Primera Parte pp. 1-87. Segunda Parte pp. 87-274. Tercera Parte pp. 275-799.

21.5×15 cm.
Dimensiones: 16.5×11.5 cm.

Detalles:
Letras miniadas »1 comienzo de cada capitulo. Notas al margen, indicando la pág. y obras cita¬das por el autor, y alguna aclaración. Escritura cortesana pareja y clara. Omitido el f. 189, por error de numeración, no
faltando nada del texto, fs. 82 y 82v. cambio de letras, rasgos más duros y
mayor tamaño. Varías páginas ccn frases tarjadas: f. 79v. tarjada la palabra: enjendrados. f. 83 tarjado: para persuadirle, f. 89 tarjado: fué mujer de este Niño hijo de Bello a quien Fabio Pictor quiere haber Iupiter.
Letra cortesana. Menos pulcra, fs. l-3 3v. un tipo de letra, f. 34 otro menos cuidado, f. 343 letra más cuidada hasta el fin. 
Códice de Texas
Omisiones:
página 55: …en Flandes o en Francia o en Espa¬ña.
pág. 89: . . según Diadoro Siculo auian aprendido de los de Ethiopia y en nueves caracteres y firmes aprendió las ciencias.
pág. 187: intíruiniese otra agua. Semejante in humanidad, cuenta el Dr. Blas Ortiz en el Itine¬rario del Papa Adriano Sexto (cometido en Lior¬na) en el capitulo, Die autem
pág. 255: . . con este nombre las pongo yo en mi mapa. En las Islas Philipinas (que el padre frai Andrés de Urdaneta descubrió por mandado de su Magestad el año de 1 5 64) en todas ellas se ha¬llaron y hallan gentes profesoras de la Seta Maho¬metana, y predicadores de ella en las islas donde Magallanes estuuo (despues de auer pasado el es¬trecho q’ de el tomo nombre) q’ fue el año de 1519. Gente Mahometana n otra ortografía usada por el autor, entre re guiones las correcciones.
Aram, desiertos de: 69. Aranbui cancha, barrio del Cuzco: 270. Arapa, fortaleza en el Collao: 3 36. Arath: 34.
Arbee, ciudad de Siria: 23. Arcad: 34.
Arcila, villa africana: 343. Archipiélago de San Lázaro: 207. Arequipa: 325. Argel: 31.
Argos: 48, 127, 128, 146. Aria, tierra de: 58. Arica: 324. Armenia: 155.
altas sierras de: 27. armenios: 272. mayor y menor: 30, 40, 43. menor: 41, 243. Arracán, en la India: 139. Arria: 30. Arriana: 119. Aruacos: 10 5. Ascalón, ciudad: 23. Asia (Assia): 24, 28, 29, 30, 32, 33, 38, 39, 43, 45, 46, 79, 119, 133, 142, 150, 166, 174, 177, 185, 214, 242, 276, 281, 295, 344, 345, 356, 357. mayor: 71, 135.
menor: 47, 49, 52, 132, 150, 168, 176, 242, 272. Asiría: 30, 58, 70, 120, 123, 125, 127, 134, 142, 159, 166, 167. principios y origen de la monarquía en: 3 5.
Asillo, fortaleza en el Collao: 3 3 6. Asiongaber (Gasiongaber), puerto en el mar Bermejo: 28, 49, 95, 166, 169. Asperia: 52. Atenas: 151, 152.
Cecropia, primer nombre: 153. fundación de: 152. Mopsopia, segundo nombre: 153. Atica, región de Grecia: 17. Atrapasia: 40.
Atres, valle cerca a Rumichaca: 3 84. Aua, ciudad en la India: 139. Aurea Chersoneso: v. Malaca. Austria: 32. Ávila: 17, 203. Aviñón (Auiñon) : 294.
Ayarcamas, nación de los: 283, 295. Ayaviri (Ayavira), fortaleza: 189, 299. Azpeytia, villa: 389. Azuay, fortaleza en el Ecuador: 320.
B
Babilonia (Prov. de Baldac): 4, 24, 30, 34, 35, 38, 61, 79, 88, 118, 120, 122, 123, 124, 126, 127, 134, 166, 174, 175, 185, 265, 273, 276. Baviera: 32.
Baldac, prov.: v. Babilonia. Bancha, ciudad en la Península de Ma¬laca: 187. Baracia: v. Casar hacen. Barca, arenales en Egipto: 64, 279. Barcelona, Colón en: 3 87. Basilea, concilio en: 302, 342. Bath, villa: 64.
Batriania (Bathria), prov. de: 119, 120.
Baza, villa española: 3 5 6.
Bdelium: 72.
Belén (Betlem): 217.
Belgrado: 344.
Bendane: 13 5.
Bengala, reino de (Véngala): 108, 139.
Bengi, en el África: 388.
Berbería: 69.
Berenice, prov.: 64.
Beru: v. Río Perú.
Beza, ciudad persa: 2 52.
Bimbilla, pueblo en el Cuzco: 294, 3 54.
Bitinia (Bithinia): 30, 38, 47, 241.
Bizancío: 44, 249.
Biznaga, reino: 71.
Bohemia: 302.
Bombón: 445, 446, 448.
Bosforo Cimerio: 29, 45, 46.
Bosforo Tracio, canal de Constantinopla:
17, 29, 184, 344. Botnia, ensenada de: 206. Brabante, condado: 18. Bragmania: 242. Brasil, provincias del: 238. Bucefalla, en la India: 184. Buoha, villa: 18. Buenaventura, bahía: 224.
puerto: 401. Buxia: 31.
C
Cabo Baco (Breo): 64.
Cabo de la Buena Esperanza: 57, 388.
Cabo de Comorin (Cori): 18, 20, 137, 177.
Cabo de Malaca: 5.
Cabo de Ophir, que Tolomeo llamó Au- reachersoneso: 5, 49.
Cabo de Pasao: 192.
Cabo de San Agustín, en la costa atlán¬tica sudamericana: 193.
Cabo Tejones: v. Cabo Baco.
Cabo Troyano: 29.
Cabo Verde, Praso Promontorio: 17.
Cabul: 13 5.
Cacata, cerca a Cutervo: 445.
Cacha, pueblo en el Cuzco: 237.
Cádiz: 38, 168, 173. puerto de: 103.
Cairo: 127, 388.
Cajamarca: 317, 318, 319, 320, 330, 331, 332, 339, 361, 383, 400, 443, 444, 466, 469, 471, 474, 475, 476, 478, 479, 482.
prisión de Atahualpa en: 470, 471. supuesta prisión de Atahualpa: 43 6.
Cajana —Casana— asiento de fabricación de casas en: 361.
Calabria: 32, 275.
Calaminia, ciudad en la India: 242.
Calca (Callea): 413, 414, 416. conquista de: 298.
Caldea (Campos de Senaar) [Ch aldea]: 33, 35, 37, 69, 85, 89. lengua de: 69.
Cale: 123.
Calicut, ciudad y reino de: 18, 137, 255, 388.
Calmna: 34.
Cal pe (Gibraltar): 17, 203.
Callanca, valle de (Callanga), cerca a Pacamoros: 327, 438, 439, 440.
Cambaya, reino de: 71.
Camotay (Camotaix), provincia de: 71, 139.
Campania: 32.
Campos de Edén (hoy Mulethe): 33, 252.
Campos Farsálicos (Pharsalicos): 44.
Campo Hípoton: 40.
Campo de Senaar: v. Caldea.
Campos de Tarifa, en España: 143.
Canaam: 37, 146, 147.
Canchis (Canche), encuentro en: 301.
Candía: 32.
Canto, pueblo cerca del Cuzco: 297.
Canzatoto, provincia cerca de Quito: 238.
Cañar, nación: 320, 421, 424, 427, 432. cañares: 407, 423, 427, 444. castigo ejemplar: 43 5. cuidado de Tumibamba: 3 65. india: 374.
Cañaribamba: 320.
Cañete, valle de: 339.
Capadocia: 30, 38, 42, 43, 155, 241.
Capez, primera ciudad romana en África: 63.
Carabaya, minas: 337.
Caracas: 193.
Carangue, provincia cerca a Quito: 211, 361, 365, 368, 369, 370, 371, 376, 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 3 84.
Caria, provincia: 3 0, 41, 47.
Carisano, castillo de: 114.
Carmania: 30, 70, 135.
Carmanga —Carmenca—, cumbres de: 419.
Cartama, villa española: 3 56.
Cartago: 51, 97, 98, 100, 172, 173. cartagineses: 214.
Casar hacen [Casar hazen]: 64.
Castilla, reino de: 32, 51, 265 276, 282, 292, 343, 355, 388, 442. gitanos en: 279.
Castilla de Oro, en Tierra Firme: 194. descubrimiento por Núñez de Valboa: 390.
Cataluña: 32, 51.
Cathay: v. China.
Catacaos, valle de: 326.
Cáucaso, cordilleras: 70, 73, 119.
Cauiazara, en el Ecuador: 3 8 5.
Gayara, fortaleza en la provincia de los Quichuas: 319.
Cayo Cache, cárcel cerca a Tancar: 3 54.
Caypumo, reino: 139.
Cayto Marca, pueblo en el Cuzco: 294, 298.
Cazarhamet, villa africana: 64.
Aram, desiertos de: 69. Aranbui cancha, barrio del Cuzco: 270. Arapa, fortaleza en el Collao: J 36. Arath: 34.
Arbee, ciudad de Siria: 23. Arcad: 34.
Arcila, villa africana: 343. Archipiélago de San Lázaro: 207. Arequipa: 323. Argel: 31.
Argos: 48, 127, 128, 14«. Aria, tierra de: 38. Arica: 324. Armenia: 153.
altas sierras de: 27. armenios: 272. mayor y menor: 30, 40, 43. menor: 41, 243. Arracán, en la India: 139. Arria: 30. Arriana: 119. Aruacos: IOS. Ascalón, ciudad: 23. Asia (Assia): 24, 28, 29, 30, 32, 33, 38, 39, 43, 45, 4«, 79, 119, 133, 142, 150, ¡66. 174, 177, 185, 214, 242, 27«, 281 , 295, 344, 345, 35«. 357. mayor: 71, 133.
menor: 47, 49, 52, 132, 130, 168, 17«, 242, 272. Asiría: 30, 58. 70, 120, 123, 123, 127, 134, 142, 159, 166, 167. principios y origen de la monarquía en: 3 5.
Asillo, fortaleza en el Collao: 3 3 6. Asiongaber (Gasiongaber), puerto en el mar Bermejo: 28, 49, 95, 166, 169. Asperia: 52. Atenas: 151, 152.
Cecropía, primer nombre: 153. fundación de: 152. Mopsopia, segundo nombre: 153. Ática, región de Grecia: 17. Atrapasia: 40.
Atres, valle cerca a Rumíchaca: 3 84. Aua, ciudad en la India: 139. Áurea Chersoneso: v. Malaca. Austria: 32. Ávila: 17, 203. Avifión (Auiñon): 294.
Ayarcamas, nación de los: 283, 295. Ayaviri (Ayavíra), fortaleza: 189, 299. Azpeytia, villa: 389. Azuay, fortaleza en el Ecuador: 320.
B
Babilonia (Prov. de Baldac): 4, 24, 30, 34, 35, 38, 61, 79, 88, 118, 120, 122, 123, 124, 126, 127, 134, 166, 174, 175, 185, 265, 273, 27«. Baviera: 32.
Baldac, prov.: v. Babilonia. Bancha, ciudad en la Península de Ma¬laca: 187. Baracia: v. Casar hacen. Barca, arenales en Egipto: «4, 279. Barcelona, Colón en: 387. Basilea, concilio en: 302, 342. Bath, villa: «4.
Batríania (Bathría), prov. de: 119, 120.
Baza, villa española: 3 5 6.
Bdelium: 72.
Belén (Betlem): 217.
Belgrado: 344.
Bendane: 13 5.
Bengala, reino de (Véngala): 108, 139.
Bengi, en el África: 388.
Berbería: 69.
Berenice, prov.: 64.
Beru: v. Rio Perú.
Beza, ciudad persa: 252.
Bímbilla, pueblo en el Cuzco: 294, 3 54.
Bitinia (Bithinia): 30, 38, 47, 241.
Bizancío: 44, 249.
Biznaga, reino: 71.
Bohemia: 302.
Bombón: 445, 44«, 448.
Bosforo Cimerio: 29, 45, 4«.
Bosforo Tracio, canal de Constantinopla:
17, 29, 184, 344. Botnia, ensenada de: 20«. Brabante, condado: 18. Bragmania: 242. Brasil, provincias del: 23 8. Bucefalla, en la India: 184. Bucha, villa: 18. Buenaventura, bahía: 224.
puerto: 401. Buxia: 31.
c
Cabo Baco (Breo): «4.
Cabo de la Buena Esperanza: 57, 388.
Cabo de Comorin (Cori): 18, 20, 137, 177.
Cabo de Malaca: 5.
Cabo de Ophir, que Tolomeo llamó Au- reachersoneso: 5, 49.
Cabo de Pasao: 192.
Cabo de San Agustín, en la costa atlán¬tica sudamericana: 193.
Cabo Tejones: v. Cabo Baco.
Cabo Troyano: 29.
Cabo Verde, Praso Promontorio: 17.
Cabul: 135.
Cacata, cerca a Cutervo: 44 5.
Cacha, pueblo en el Cuzco: 237.
Cádiz: 38, 168, 173. puerto de: 103.
Cairo: 127, 388.
Cajamarci: 317, 3 18, 319, 320, 330, 331. 332, 339, 361, 383, 400, 443, 444, 466, 469, 471, 474, 475, 476, 478, 479, 482.
prisión de Atahualpa en: 470, 471. supuesta prisión de Atahualpa: 436.
Cajana —Casana— asiento de fabricación de casas en: 361.
Calabria: 32, 275.
Calaminia, ciudad en la India: 242.
Calca (Callea): 413, 414, 416. conquista de: 298.
Caldea (Campos de Senaar) [Chaldea]: 33, 35, 37, 69, 85, 89. lengua de: 69.
Cale: 123.
Calicut, ciudad y reino de: 18, 137, 255, 388.
Calmna: 34.
Cal pe (Gibraltar): 17, 203.
Callanca, valle de (Callanga), cerca a Pacamoros: 327, 438, 439, 440.
Cambava, reino de: 71.
Camotay (Camotaix), provincia de: 71, 139.
Campania: 32.
Campos de Edén (hoy Mulethe): 33, 252.
Campos Farsálicos (Pharsalicos): 44.
Campo Hipoton: 40.
Campo de Senaar: v. Caldea.
Campos de Tarifa, en España: 143.
Canaam: 37, 146, 147.
Canchis (Canche), encuentro en: 301.
Candia: 32.
Canto, pueblo cerca del Cuzco: 297.
Canzatoto, provincia cerca de Quito: 238.
Cañar, nación: 320, 421, 424, 427, 432. cañares: 407, 423, 427, 444. castigo ejemplar: 43 5. cuidado de Tumibamba: 365. india: 374.
Cañaribamba: 320.
Cañete, valle de: 339.
Capadocía: 30, 38, 42, 43, 155, 241.
Capez, primera ciudad romana en África: 63.
Carabaya, minas: 337.
Caracas: 193.
Carangue, provincia cerca a Quito: 211, 361, 365, 368, 369, 370, 371, 376, 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 384.
Caria, provincia: 30, 41, 47.
Carisano, castillo de: 114.
Carmania: 30, 70, 13 5.
Carmanga —Carmenca—, cumbres de: 419.
Cartama, villa española: 3 56.
Cartago: 51, 97, 98, 100, 172, 173. cartagineses: 214.
Casar hacen [Casar hazen]: 64.
Castilla, reino de: 32, 51, 265 276, 282, 292, 343, 355, 388, 442. gitanos en: 279.
Castilla de Oro, en Tierra luirme: 194. descubrimiento por Núñez de Valboa: 390.
Cataluña: 32, 51.
Cathay: v. China.
Catacaos, valle de: 326.
Cáucaso, cordilleras: 70, 73, 119.
Cauiazara, en el Ecuador: 385.
Gayara, fortaleza en la provincia de los Quichuas: 319.
Cayo Cache, cárcel cerca a Tancar: 354.
Caypumo, reino: 139.
Cayto Marca, pueblo en el Cuzco: 294, 298.
Cazarhamet, villa africana: 64.
Cedar, tierras de: 250.
Celendín: 320.
Ceuta, fortaleza en: 293, 303.
Cilicia: 29, 30, 38, 49, 50.
Cinto, valle cerca a Lambayeque: 329.
Cirenayca (Sirenaica): 31, 58, 64.
Cisterna: v. Cazarhamet.
Clazomena: 41.
Clinabaro, ciudad en la península de Ma¬laca: 187.
Coca, provincia de los Quijos: 438.
Cocota, cerca a Cutervo: 445.
Cochabamba: 362, 455.
Cochaguailla, entre Guancabamba y Huambos: 444.
Cochinchina (Chauchichina): 140, ¡65.
Cochisque, nación: 368, 369, 376, 428.
Coicos: 30.
Colofon: 41.
Collao, naciones del: 335, 336, 337, 362, 366, 368, 384, 455. eolias: 325, 167. conquista de: 306.
Collasuyo: 464,
primer viaje de Guayna Cápac al: 361.
Collcabamba —itinerario de los Ayar— (Cullca-Bomba): 269. vara de oro en: 269.
Collique, valle de: 327.
Cornacocha, provincia de: 399.
Conchucos, naciones de los: 317.
Congo: 3 8 8.
Constantinopla: 44, 5 3, 249, 2 50, 275, 281, 282, 291, 302, 342, 344. canal de: 17, 29, 32.
Coquimbo, Topa Inga Yupangui en: 3 3 6.
Corea, pueblo en el Cuzco: 301.
Cordillera de los Andes: 93, 94, 192, 193, 194, 221, 224, 366. descripción de la: 192, 193.
Cordillera Atlántica (Athlantica): 63.
Cordilleras de Caramanta: 194.
Cordillera de Enzerma (Encerma): 194.
Cordilleras de Gat: 137.
Córdova: 265.
Corícancha (Curicancha) ■—itinerario de los Ayar: 270, 283, 284, 286, 290, 304, 306, 333.
finalización de la construcción de: 311.
Corinto (Corintlus): 48, 345.
Coyn, villa española: 3 56.
Cozanga, provincia de los Quijos: 43 8.
Creta, minotauro de: 3 53.
Cuzco: 233, 237, 283, 284, 290, 291,
293, 295, 298, 299, 300, 301, 304,
306, 311, 312, 313, 314, 315, 316,
317, 318, 321, 324, 330, 331, 332,
333, 334, 335, 336, 338, 339, 340,
346, 347, 3 30, 3 54, 360, 361, 363,
3 64, 365, 367, 369, 370, 371, 372,
373, 374, 376, 377, 378, 382, 383,
384, 386, 394, 395, 396, 397, 398,
400, 405, 406, 407, 408, 409, 411,
412, 413, 414, 416, 417, 418, 419,
420, 421, 422, 423, 424, 425, 426,
427, 429, 430, 432, 433, 434, 435,
436, 437, 439, 440, 441, 442, 445,
446, 447, 448, 449, 450, 453, 456,
457, 458, 459, 462, 463, 464, 465,
466, 467, 468, 471, 472, 474, 476,
477, 480, 482.
asamblea de sacerdotes en el: 303, 307. ceremonias en el: 437.

concentración de doncellas en el: 348. construcción de cárceles en el: 3 53. construcción de la fortaleza de: 337. coronación en el: 358. guerra con Chimo: 319. Hanan Cuzco y Hurin Cuzco: 294. mito de Pacaritambo: 260, 266, 268, 269.
orejones del: 166. peste en el: 393. poblamiento por Manco Cápac: 270. toma del: 454. toma por Quizquiz: 460. Culluim chima, nación: 284. Cumayoro, cerro (Cumayoro): 439. Cuntisuyo (Cundisuyo) (Cuntisuyoc):
325, 334, 366, 455, 464. Cunú, baños de Cajamarca: 469. Curamba, fortaleza en la provincia de los
Quichuas: 319. Cusibamba, valle en Ecuador: 3 20, 43 5,
437, 438, 441, 442, 444, 465. Ctitervo: 320.
CH
Chachapoyas, provincia de: 316, 320, 339, 361, 396, 399, 404, 405, 444, 445, 462.
Chalco Marca, fortaleza de los Soras: 3 04.
Changas, nación: 298, 299, 303, 304, 312, 314, 315. huida de los: 316.
Charcas, provincia de: 106, 45 5, 456.
Chara poto: 322.
Chazmal, en Cajamarca: 320.
Chenaram, reino de: 139.
Chile: 190, 223, 337, 340, 360, 379, 383, 384, 448, 455, 456. avestruces en: 233. chiliguanaes: 362. origen de los indios de: 189. Topa Inga Yupangui en: 33 6.
Chiliguanaes (Chiriguanaes): v. Chile.
Chillaos, cerca a Cutervo: 445.
Chillca: 326.
Chillo, valle de: 3 82.
Chillogallo, llanos de: 430, 443.
Chimbos, provincia de: 320, 322.
Chimo, valle de: 319, 329, 332, 468, 469. chimus: 317.
China (Seres) (Sérica): 30, 39, 72, 138, 139, 140, 165, 180, 191, 341.
Chincha, valle de: 3 3 8.
Chinchama, ensenada de: 400, 401.
Chinchaysuyo, región al norte del Cuzco: 312, 314, 318, 358, 363, 366, 380, 448, 455, 463.
Chincheros (Chinchero): 3 5 8.
Chipomaguas, provincia en Andesuyo: 335.
Choco, pueblo en el Cuzco: 303.
Chonos, nación conquistada por los In¬cas: 324.
Chontacaja (Chontacaxa), batalla en: 454, 458.
Chot (Choc), palacios de: 327, 328.
Chotas: 320.
Chucuito: 368, 45 5.
Chumbi cancha, barrio del Cuzco: 270.
Chumbivillcas, provincia de: 334, 456.
Chunco marca, fortaleza en el valle de Huailas: 319.
Chunchos, provincia de Andesuyo: 33″.
Chupat (Chupatis), provincia de: 399, 400.
Chuquibamba (Cuchibamba): 464.
Chuquisaca: 383.
ChuqMiabo, minas en: 3 37.
D
Dacia: 3 3.
Dalaguer: v. montes Caucasos.
Dalmacia: 32.
Damasco: 254, 277.
Darién: 109.
Darien, provincia: 390.
Delfos, templo en: 153, 217.
Dellide, en la India: 137.
Desiertos de Barca: 64.
Diamata [Darmiata]: 60.
Drangiana: 30, 13 5.
E
Ebrón, campo de: 21, 23.
primera población del mundo: 20.
Ecbatana: 40.
Edesa (Rages): 33.
Éfeso: 41, 242.
Egipto: 28, 31, 34, 35, 53, 56, 58, 60, 61, 62, 64, 79, 89, 91, 118, 120, 122, 126, 127, 141, 143, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 151, 152, 156, 157, 158, 164, 194, 202, 214, 217, 244, 251, 277, 279.
Enochia, ciudad en la India: 22, 23.
Enos, ciudad en Siria: 24.
Eoa: 63.
Eólide, prov. de Grecia: 41.
Eolis: 48.
Épiro: 32.
Eritrea (Eritria): 41, 168.
Esclavonia: 32.
Esmeraldas, descubrimiento de la Provin¬cia: 1.
España: 8, 17, 32, 35, 41, 42, 51, 53, 55, 63, 79, 85, 86, 87, 88, 101. 102, 109, 110, 114, 115, 121, 133, 141, 142, 143, 144, 145, 148, 152, 157, 165, 166, 167, 168, 171, 172, 173, 182,
Cedar, tierras de: 210.
Celendin: 320.
Ceuta, fortaleza en: 2?}, 303.
Cilicia: 29, 30, 38. 49, 50.
Cinto, valle cerca a Lambayeque: 329.
Cirenayca (Sirenaica): 31, 58, 64.
Cisterna: v. Cazarhamet.
Clazomena: 41.
Clinabaro, ciudad en la península de Ma¬laca: 187.
Coca, provincia de los Quijos: 438.
Cocota, cerca a Cutervo: 441.
Cochabamba: 362, 45 5.
Cochaguailla, entre Guancabamba y Huambos: 444.
Cochinchina (Chauchichina): 140, 165.
Cochisque, nación: 368, 369, 376, 428.
Coicos: 30.
Colofon: 41.
Collao, naciones del: 335, 336, 337, 362, 366. 368, 384, 455. collas: 325, 367. conquista de: 306.
Collasuyo: 464.
primer viaje de Guayna Cápac al: 361
Collcabamba —itinerario de los Ayar— (Cullca-Bomba): 269. vara de oro en: 269.
Collique, valle de: 327.
Comacocha, provincia de: 399.
Conchucos, naciones de los: 317.
Congo: 388.
Constantinopla: 44, 53, 249, 250, 275, 281, 282, 291, 302, 342, 344. canal de: 17, 29, 32.
Coquimbo, Topa Inga Yupangui en: 336.
Corea, pueblo en el Cuzco: 301.
Cordillera de los Andes: 93, 94, 192, 193, 194, 221, 224, 3 66. descripción de la: 192, 193.
Cordillera Atlántica (Athlantica): 63.
Cordilleras de Caramanta: 194.
Cordillera de Enzerma (Encerma): 194.
Cordilleras de Gat: 137.
Córdova: 26 5.
Coricancha (Curicancha) —itinerario de los Ayar: 270, 283, 284, 286, 290, 304, 306, 333.
finalización de la construcción de: 311.
Corinto (Gorinthis): 48, 345.
Coyn, villa española: 3 56.
Cozanga, provincia de los Quijos: 43 8.
Creta, minotauro de: 3 53.
Cuzco: 233, 237, 283, 284, 290, 291.
293, 295, 298, 299, 300, 301, 304,
306, 311, 312, 313, 314, 315, 316,
317, 318, 321, 324, 330, 331, 332,
333, 334, 335, 336, 338, 339, 340,
346, 347, 350, 3 54, 360, 361, 363,
364, 365, 367, 369, 370, 371, 372,
373. 374, 376, 377, 378, 382, 383,
3 84, 386, 394, 395, 396, 397, 398,
400, 405, 406, 407, 408, 409, 411,
412, 413, 414, 416, 417, 418, 419,
420, 421, 422, 423, 424, 425, 426,
427, 429, 430, 432, 433, 434, 43 5,
436, 437, 439, 440, 441, 442, 445,
446, 447, 448, 449, 450, 453, 4(6,
457, 418, 459, 462, 463. 464, 465,
466, 467, 468, 471, 472, 474, 476,
477, 480, 482.

asamblea de sacerdotes en el: 303, 307. ceremonias en el: 437. concentración de doncellas en el: 348. construcción de cárceles en el: 3 5 3. construcción de la fortaleza de: 3 37. coronación en el: 3 58. guerra con Chimo: 319. Manan Cuzco y I lurin Cuzco: 294. mito de Pacaritambo: 260. 266, 268. 269.
orejones del: 366. peste en el: 393. poblamiento por Manco Cápac: 270. toma del: 454. toma por Quizquiz: 460. Culluim chima, nación: 284. Cumayoro, cerro (Cumayoro): 439. Cuntisuyo (Cundisuyo) (Cuntisuyoc):
325, 334, 366, 455, 464. Cunú, baños de Cajamarca: 469. Curamba, fortaleza en la provincia de los
Quichuas: 319. Cusibamba, valle en Ecuador: 320, 43 5,
437, 438, 441, 442, 444, 465. Cutervo: 320.
CH
Chachapoyas, provincia de: J16, 520, 339, 361, 396, 399, 404, 403, 444, 443, 462.
Chalco Marca, fortaleza de los Soras: 304.
Changas, nación: 298, 299, 305, 504, 512, 314, 313. huida de los: 316.
Charcas, provincia de: 106, 413, 456.
Charapoto: 322.
Chazmal, en Cajamarca: 320.
Chenaram, reino de: 159.
Chile: 190, 225, 557, 540, 560, 579, 585, 384, 448, 455, 456. avestruces en: 235. chiliguanaes: 362. origen de los indios de: 189. Topa Inga Yupangui en: 3 56.
Chiliguanaes (Chiriguanaes): v. Chile.
Chillaos, cerca a Cutervo: 445.
Chillca: 526.
Chillo, valle de: 582.
Chillogallo, llanos de: 430, 44).
Chimbos, provincia de: 320, 322.
Chimo, valle de: 319, 529, 552, 468, 469. chimus: 317.
China (Seres) (Sérica): 50, 59, 72, 158, 159, 140, 165, 180, 191, 541.
Chincha, vaüe de: 338.
Chinchama, ensenada de: 400, 401.
Chinchaysuyo, región al norte del Cuzco: 3 12, 314, 318, 3 58, 365, 566, 580, 448, 455, 465.
Chincheros (Chinchero): 5 5 8.
Chipomaguas, provincia en Andesuyo: 335.
Choco, pueblo en el Cuzco: 303.
Chonos, nación conquistada por los In¬cas: 324.
Chontacaja (Chontacaxa), batalla en: 454, 458.
Chot (Choc), palacios de: 327, 323.
Chotas: )20.
Chucuito: )68, 43 3.
Chumbi cancha, barrio del Cuzco: 270.
Chumbivilicas, provincia de: 354, 456.
Chunco marca, fortaleza en el valle de Huailas: 319.
Chunchos, provincia de Andesuyo: 33′.
Chupat (Chupatis), provincia de: 399, 400.
Chuquibamba (Cuchibamba): 464.
Chuquisaca: 383.
Chuqmiabo, minas en: 337.
D
Dacia: 3 3.
Dalaguer: v. montes Cáucasos.
Dalmacia: 32.
Damasco: 2 54, 277.
Darién: 109.
Darién, provincia: 390.
Delfos, templo en: 153, 217.
Dellide, en la India: 157.
Desiertos de Barca: 64.
Diamata [Darmiata]: 60.
Drangiana: 50, 15 5.
E
Ebrón, campo de: 21, 23.
primera población del mundo: 20.
Ecbatana: 40.
Edcsa (Rages): 33.
Éfeso: 41, 242.
Egipto: 28, 31, 34, 35, 53, 56, 58. 60, 61, 62, 64, 79, 89, 91, 118, 120, 122, 126, 127, 141, 145, 144, 145, 146, 147, 148, 149, 150, 1 51. 152, 1 56, 157, 1 58, 164, 194, 202, 214, 217, 244, 251, 277, 279.
Enochia, ciudad en la India: 22, 25.
Enos, ciudad en Siria: 24.
Eoa: 65.
Eólide, prov. de Grecia: 41.
Eolis: 48.
Épiro: 52.
Eritrea (Eritria): 41, 168.
Esclavonia: 52.
Esmeraldas, descubrimiento de la Provin¬cia: I.
España: 8, 17, 52, 35, 41, 42, 51, 53, 55, 63, 79, 85, 86, 87, 88, 101. 102, 109, 110, 114, 113, 121, 135, 141, 142, 143, 144, 145, 148, 152, 157, 165, 166, 167, 168, 171, 172, 173, 182,
201, 202, 214, 223, 234, 242, 247, 248, 250, 264, 265, 276, 282, 292, 295, 302, 339, 343, 334, 355, 379, 387, 390, 404, 442, 443, 469. introducción de la doctrina de Zoroas-
tro en: 120. primeros negros: 57. reyes de: 128. gitanos en: 279.
Esparta: 146.
Estrecho de Gibraltar: 17, 29, 97, 202. de Hércules: 202.
Estrecho de Magallanes: 164, 190, 192, 207, 232, 255. tierra del fuego: 187.
Estrecho de Meca: 169.
Etiopia (Ethiopia): 31, 53, 54, 5 5, 56, 57, 62, 65, 66, 67, 71, 194, 241, 243, 244, 388. sierras de: 59.
Etruria: 86, 133.
Eupateria: 47.
Europa: 24, 27, 28, 29, 31, 32, 33, 38, 39, 43, 45, 46, 47, 103, 176, 185, 231, 279, 280, 345, 389. la pólvora en: 295.
Evgyomelantes, prov. de: 203.
Exclusa, villa: 18.
Fenicia (Phenicia): 29, 30, 32, 50, 101,
1 55, 159, 172, 202. Ferrara, concilio en: 3 02. Fez, reino: 31, 292, 295, 302, 303, 34!, 3 57.
Flandes: 18, 55, 206, 280. Florencia: 67, 86, 20 5. Foecia (Phoecia) (Phocea): 176. Forchen, ciudad alemana: 280. Fosea: 41.
Francia: 1, 32, 171, 281, 291, 301, 379. Franconia: 32.
Frigia, provincia de: 30, 47, 48, 132, 243.
Gad, cordilleras en la India: 3 89. Galacia: 30, 39, 45, 46, 47, 241, 273.
Galatia: 3 8. Galias: 32. Galicia: 32, 42.
Galilea, nacimiento de Cristo en: 217. Gallumba, cerca a Cutervo: 445. Garamantes: 31. Gat, reino: 71. Gath, sierra de: 18. Gaza: 34, 65, 66. Gedrosia (Cambaya): 30, 135. Gehon: 71. Gelanda, islas: 18. Getulia: 69. Goa, en la India: 388. Golfo San Miguel: 109. Golfo de San Miguel •—costa america¬na—: 224. Granada: 32, 276, 292, 302, 355, 356, 379.
alhambra de: 3 80. reino: 4.
Gravelingas, villa en. Flandes: 206. Grecia: 17, 32, 41, 48, 79, 89, 120, 128, 142, 145, 150, 151, 152, 153, 160, 242, 249.
Guacha opari pampa, plaza en Tumi-
bamba: 373. Guachalla [Guchala] (Guachala): 3 69, 376.
fortaleza en la prov. de Guanea vill¬cas: 322. Guadalquivir: 32. Guadel, campos de: 13 5. Guadix: 3 56.
Guaila Tucara •—Pucara—, fortaleza en
la prov. de los Angaraos: 319. Guamancancha —itinerario de los Ayar—: 261.
Guamanga, territorio de: 312, 314, 337, 474.
Guamantianga: 269. Guanacauri, cerro: 263.
estatua de Mango Capac en: 274. itinerario de los Ayar 262. lugar de devoción: 311. sacrificios en: 45 5. Guanea villcas, provincia: 322, 324. Guanor villca: 393. Guarco, valle de: v. Cañete. Guaro, nación cerca al Cuzco: 283.
Guatemala (Guatimala), descubrimiento
de: 391. Guayacundos: 331.
nación de los: 424. Guayllacán, pueblo en el Cuzco: 293. Guayllas, pobladores del Cuzco: 269. Guaynapata (Guainipata) —itinerario
Ayar— vara de oro: 268, 269. Guerguela, en la Numidia: 282. Guéscar, villa española: 3 56. Guinea: 31, 55, 56, 388. Guipuzcoa, provincia: 3 89.
H
Hanam ayllo, cerca a la provincia de
Rupa-rupa: 316. Hamrom [Hamrrom]: 64. Harles, villa: 18. Hatum colla, en el Collao: 366. Helex (Canal de Constantinopla): 29. Herodes, tribu de los: 23. Hespéride: v. Berenice. Heuilath, tierra de: 71, 72. Hierapoli: 243. Hircania: 30, 40.
hircanos: 242. Holanda, isla: 18. Honda, provincia: 399, 400. Huailas, valle (Guaillas): 316, 319. Huambos (Guambos): 320, 445. Huamachuco: 317, 319. Huancabamba (Guanea bamba): 320,
331, 439, 444, 445. Huancas (Guaneas): 474. Huanuco (Guanuco), cordilleras: 316, 439, 440.
Huaraz tambo (Guaraz tambo), en el
valle de Huailas: 315. Huarmey (Guarmey): 317. Huarochiri (Guarochiri): 338. Huecar, villa española: 356. Hungría (Ungria): 32, 344, 356. Hunos, naciones: 160.
pobladores del monte Cáucaso: 271. Humay (Yumay) (Vimay), valle: 3 64, 409.
Hus, provincia de: 68.
Ibera (Ybera) : 8 5. Iberia (Hibernia): 30, 110. lea (Ycas): 324, 326, 338, 364, 409, 411.
Iebhat, ciudad fundada por Caín en la India: 23.
lescacelet, ciudad fundada por Caín en
la India: 23. llave (Thilaui), pueblo del Collao: 366. Illiris: 32.
India (Yndia): 22, 30, 43, 56, 71, 72,
73, 93, 94, 111, 119, 122, 125, 134, 135, 136, 137, 138, 139, 142, 149, 1 50, 152, 1 54, 155, 159, 160, 161, 165, 170, 176, 177, 179, 182, 184, 185, 188, 191, 192, 195, 196, 200, 204, 205, 206, 207, 241, 243, 254, 255, 383, 388, 389.
Indias Occidentales (Yndia): 92, 93, 94, 95, 97, 99, 108, 109, 115, 159, 166, 190, 192, 197, 198, 199, 200, 237. 243, 248, 255, 257, 345. entrada de los Nayres a las: 189. indios piruleros: 260, 296, 297. volcanes: 228. India Oriental (Yndia): 6, 8, 20, 23. 24, 28, 30, 33, 68, 70, 71, 72, 73.
74, 77, 93, 117, 121, 140, 148, 166, 173, 175, 183, 202, 213, 242, 243, 249, 251, 252, 357, 362, 387, 388, 389.
Indios Occidentales (Yndios): 110, 194, Indios Occidentales (Yndios): 102, 110, 194, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 201. ingas indianos: 273.
orientales: 195, 196, 197, 199, 200. origen y principio: 3. Inglaterra, isla de Albión: 41, 42, 103. Iolofe: 31. Irlanda: 41.
Isla de Abatho, en Egipto: 144. Isla Accaca, en Asia: 191. Islas Afrodisias (Aphrondisias): 104. Islas Alfaques: 63. Isla de Borneo (Borney): 187. Isla de Cabo Verde (Gorgonias): 17, 31, 134.
Isla de Cádiz: 18.
Islas Canarias (Fortunadas): 16, 31, 190.
201, 202, 214, 223, 234, 242, 247, 248, 250, 264, 265, 27«, 282, 292, 295, 302, 339, 343, 354, 353, 379, 387, 390, 404, 442, 443, 469. introducción de U doctrina de Zoroas-
tro en: 120. primeros negros: 57. reyes de: 128. gitanos en: 279.
Esparta: 146.
Estrecho de Gibraltar: 17, 29, 97, 202. de Hércules: 202.
Estrecho de Magallanes: 164, 190, 192, 207, 232, 255. tierra del fuego: 187.
Estrecho de Meca: 169.
Etiopia (Ethiopia): 3 1, 33, 54, 55, 56, 57, 62, 65, 66, 67, 71, 194, 241, 243, 244, 388. sierras de: 59.
Etruria: 86, 1 33.
Eupatoria: 47.
Europa: 24, 27, 28, 29, 31, 32, 33, 58, 39, 43, 45, 46, 47, 105, 176, 185, 231, 279, 280, 345, 389. la pólvora en: 295.
Evgyomelantes, prov. de: 205.
Exclusa, villa: 18.
Fenicia (Phenicia): 29, 50, 52, 50, 101.
155, 159, 172, 202. Ferrara, concilio en: 302. Fez, reino: 31, 292, 295, 302, 303, 345, 3 57.
Flandes: 18, 55, 206, 2S0. Florencia: 67, 86, 205. Foecia (Phoecia) (Phocea): 176. Forchen, ciudad alemana: 280. Fosea: 41.
Francia: 1, 32, 171, 281, 291, 301, 579. Franconia: 32.
Frigia, provincia de: 30, 47, 48, 132, 243.
Gad, cordilleras en la India: 3 89. Galacia: 30, 39, 43, 46, 47, 241, 273.
Galaria: 38. Galias: 32. Galicia: 32, 42.
Galilea, nacimiento de Cristo en: 217. Gallumba, cerca a Cutervo: 443. Garamantes: 31. Gat, reino: 71. Gath, sierra de: 18. Gaza: 34, 65, 66. Gedrosia (Cambaya): 30, 13 5. Gehon: 71. Gelanda, islas: 18. Getulia: 69. Goa, en la India: 388. Golfo San Miguel: 109. Golfo de San Miguel —costa america¬na—: 224. Granada: 32, 276, 292, 302, 335, 3 56, 579.
alhambra de: 580. reino: 4.
Gravelingas, villa en Flandes: 206. Grecia: 17, 32, 41, 48, 79, 89, 120, 118, 142, 143, 1 50, 1 51, 152, 1 53, 160, 242, 249.
Guacha opari pampa, plaza en Tumi-
bamba. 373. Guachalla [Guchala] (Guachala): 369, 376.
fortaleza en la prov. de Guanea vill¬cas: 322. Guadalquivir: 32. Guadel, campos de: 13 5. Guadix: 3 56.
Guada Tucara —Pucara—, fortaleza en
la prov. de ios Angaraos: 319. Guamancancha —itinerario de los Ayar—: 261.
Guamanga, territorio de: 312, 314, 337, 474.
Guamantianga: 269. Guanacauri, cerro: 263.
estatua de Mango Capac en: 274. itinerario de los Ayar 262. lugar de devoción: 311. sacrificios en: 45 5. Guanea villcas, provincia: 322, 324. Guanor villca: 393. Guarco, valle de: v. Cañete. Guaro, nación cerca al Cuzco: 283. 
Guatemala (Guatimala), descubrimiento
de: 391. Guayacundos: 331.
nación de los: 424. Guayllacán, pueblo en el Cuzco: 29J. Guayllas, pobladores del Cuzco: 269. Guaynapata (Guainipata) —itinerario
Ayar— vara de oro: 268, 269. Guerguela, en la Numidia: 282. Guéscar, villa española: 356. Guinea: 31, 55, 56, 388. Guipuzcoa, provincia: 3 89.
H
Hanam ayllo, cerca a la provincia de
Rupa-rupa: 316. Hamrom [Hamrrom]: 64. Harles, villa: 18. Hatum colla, en el Collao: 366. Helex (Canal de Constantinopla): 29. Herodes, tribu de los: 23. Hespéride: v. Berenice. Heuilath, tierra de: 71, 72. Hierapoli: 243. Hircania: 30, 40.
hircanos: 242. Holanda, isla: 18. Honda, provincia: 399, 400. Huailas, valle (Guaillas): 316, 319. Huambos (Guambos): 320, 445. Huamachuco: 317, 319. Huancabamba (Guanea bamba): 320.
331, 439, 444, 445. Huancas (Guaneas): 474. Huanuco (Guanuco), cordilleras: 316, 439, 440.
Huaraz tambo (Guaraz tambo), en el
valle de Huailas: 315. Huarmey (Guarmey): 317. Huarochiri (Guarochiri): 338. Huecar, villa española: 356. Hungría (Ungria): 32, 344, 356. Hunos, naciones: 160.
pobladores del monte Cáucaso: 271. Humay (Yumay) (Vimay), valle: 364, 409.
Hus, provincia de: 68.
Ibera (Ybera): 85, Iberia (Hibernia): 30, 110. lea (Ycas): 324, 326, 338, 364, 409, 411.
Icbhat, ciudad fundada por Cain en la India: 23.
Icscacelet, ciudad fundada por Caín en
la India: 23. llave (Thilaui), pueblo del Collao: 366. Illiris: 32.
India (Yndia): 22, 30, 43, 56, 71, 72,
73, 93, 94, 111, 119, 122, 125, 134, 135, 136, 137, 138, 139, 142, 149, 1 50, 1 52, 1 54, 1 55, 1 59, 160, 161, 165, 170, 176, 177, 179, 182, 184, 185, 188, 191, 192, 195, 196, 200, 204, 205, 206, 207, 241, 243, 254. 255, 383, 388, 389.
Indias Occidentales (Yndia): 92, 93, 94, 95, 97, 99, 108, 109, 115, 159, 166. 190, 192, 197, 198, 199, 200, 237. 243, 248, 255, 257, 345. entrada de los Nayres a las: 189. indios piruleros: 260, 296, 297. volcanes: 228. India Oriental (Yndia): 6, 8, 20, 23. 24, 28, 30, 33, 68, 70, 71, 72, 73.
74. 77, 93, 117, 121, 140, 148, 166. 173, 175, 183, 202, 213, 242, 243, 249, 251, 252, 357, 362, 387, 388, 389.
Indios Occidentales (Yndios): 110, 194, Indios Occidentales (Yndios): 102, 110, 194, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 201. ingas indianos: 273.
orientales: 195, 196, 197, 199, 200. origen y principio: 3. Inglaterra, isla de Albión: 41, 42, 103. Iolofe: 31. Irlanda: 41.
Isla de Abatho, en Egipto: 144. Isla Accaca, en Asia: 191. Islas Afrodisias (Aphrondisias): 104. Islas Alfaques: 63. Isla de Borneo (Borney): 187. Isla de Cabo Verde (Gorgonias): 17, 31, 134.
Isla de Cádiz: 18.
JÍL
Islas Canarias (Fortunadas): 16, 31, 190. 
Isla de Cangul, en Asia: 187. Isla de Catigara (Giloloo), en Asia: 187, 188.
Isla de Ceylán: 20.
tierra de los nayres: 186. Islas Célebes: 191. Isla de Cieñe: 31, 144. Isla de Cinpegu, en el Asia: 191. Isla de Creta: 129.
Isla de Chipre (Cipro): 4, $2, 172, 232. Isla Española (Sancto Domingo): 99, 100,
103, 104, 11$, 182. Isla de Escocia: 42. Isla Eubea: 17.
Isla de Gelbes (Gelues): 31, 63.
Isla del Gallo: 402.
Isla Gorgona, en el Pacífico: 224, 402.
Islas Gorgonias: v. Islas Cabo Verde.
Islas de Guanahani (Guanahami): 380.
Isla de Hagua Chumbi (Agua Chumbi):
323, 392. Islas Huérfanas: 324. Isla Ibernia: 41, 42. Isla de Java: 162, 187. Isla de Juvagano, en el Asia: 191. Isla Isela: 231. Isla de Lesbos: 52, 217, 345. Isla Lipari: 231. Isla Madera: 103, 387, Islas Maldivar: 18, 137. Islas Malucas (Maluco): 188, 191, 192, 255.
Isla Mangalor: 71.
Isla Maqueda: v. Isla Noba.
Isla de Menad (Menao), en Asia: 187.
Isla de Menice: v. Isla de Gelbes.
Isla Meroe: 31, 67.
Isla Meyo: 25 5.
Islas Mongibel: 231.
Isla Nina Chumbi: 323, 392.
Isla Noba (Noua): 66, 67.
Isla de Ormuz: 135, 191.
Isla Patalene: 135.
Isla Pathmos: 242.
Isla de Puna: 392, 393, 466, 467.
Islas Querquenes: 63.
Isla de Rodas: 4, 48, 52, 53, 292, 3 56, 388.
Isla San Borondón: 104. Isla de Salomón: 25 5-
Isla de San Nicolás, en el Asia: 191. Isla de Santa Elena, en el Asia: 191. Isla Santo Domingo —Española—: 233,
380, 387. Isla San Vicente, en Brasil: 212. Isla de Sumatra (Zamatra): 186. Isla Strómboli: 231. Isla Taguima, en el Asia: 187. Isla Taprobana, en la India: 140. Isla de Terrenate, en el Asia: 187. Isla de Tidore, en el Asia: 187. Isla Transganges: 165. Isla de Tuban, en el Asia: 187. Isla de Tyle: 203. Isla de Vendanao, en el Asia: 187. Isla de Xio: 41. Isla de Zamo: 41. Islandia: 42.
Israel: 148, 165, 166, 170, 173.
tribus de: 272. Italia: 32, 46, 87, 89, 113, 130, 133, 165, 173, 275, 343, 345, 357, 379, 388,.
origen de: 86.
J
Jaffa (Japha), ciudad y puerto: 23. Japón: 165.
Jauja, valle y provincia de (Xauja): 319. 337, 448, 449, 453, 474, 477, 479. Hatum Xauxa: 476. Javanto, en Cajamarca: 320. Jayanca (Layanca), valle de: 327, 329,
331, 332, 468. Jerusalén (Yapetho), ciudad santa: 39,
67, 169, 242, 243, 292. Jerez (Gerez) de la Frontera, en España: 162. Jonia: 176.
Juani, río en la costa colombiana: 400. Judea (Iudea): 30, 65, 155, 169, 216, 242, 244.
L
Lacedemonia, fundación de: 48, 141, 146. Lacio: 32.
Lactacungas (Lactac cumgas) (Llactacun- gas): 368, 431,
Lago de Chamay: 139. Laguna de Mohína, donde nació Guáscar: 393.
Laguna Stigia, en Egipto: 144, 149. Lambayeque, valle de: 327, 329, 417,
468. La Meca: 250.
Lana, fortaleza en el Collao: 33 6. Laponia: 206.
Lapsano, en la India: 150. Lebrixa, ciudad en Andalucía: 15 6. Leed, ciudad fundada por Caín en la In¬dia: 23.
León, reino de: 32, 265, 291, 292.
Lepide: v. Tripol de Berbería.
Levante (Lauanto): 157, 400, 404, 405.
Levedo: 41.
Leus cosiria: 30.
Liancer [Lianzer]: 64.
Líbano: 2 50.
Libia: 31, 45, 61, 62, 63, 64. Liburnia: 32.
Licaonia, en la India: 243. Licia: 30. Lidia: 30, 47.
Lima, ciudad de los Reyes: 212, 323, 463, 483.
templo cerca a: 3 3 8. Limatambo, cerca al Cuzco: 3 58, 398, 408, 426.
Línea Equinoccial [ (Equinoctial) ]: 59,
60, 225, 385. Liorna —apéndice—: 188. Lisboa: 133, 388, 389. Lituania: 33. Livonia: 3 3. Loja (Loxa): 211. Lomas, valle de: 423. Lombardía: 33. Lotaringia: 32. Lotofagia: 63. Lucanas, nación: 304. Lucania, campos de: 114. Lunaguana (Runaguana), valle: 326, 338. Lusitania: 32.
LL
Llaucanes, en Cajamarca: 320.
M
Macedonia: 32, 40, 43, 133. 184, 214, 244.
Maderuelo, villa de: 114. Madian, tierra de: 54, 151. Maganza, ciudad en la India: 184. Maguncia: 342.
Mahaz, ciudad en África fundada por los
reyes de Túnez: 63. Mala (Mara), valle de: 338. Malabar, reino de: 18, 20, 121, 137, 164,
254, 255, 389. Malaca: 140, 170, 187. Malacates, pueblo: 438. Málaga: 206, 292, 3 56. Mallas, nación: 298. Mamansuyo, en Andesuyo: 33 5. Manicongo: 31. Manobambas: 33 5. Mano Motape: 31. Manta: 322, 323.
Marca de Ancona (Picenio): 114. Mar Actico: 153. Mar Adriático: 47. Mar de Alemania: 32. Mar Arábico (Etiópico): 67. Mar Atlántico (Athlantico): 17, 31, 56. Mar Bermejo: v. Mar Rojo. Mar Británico (Mar de Inglaterra): 32, 38.
Mar Caspio (Mar de Bacuc): 40, 119.
Mar de la China: 73.
Mar Egeo: 44, 48.
Mar Eritreo: 54, 203.
Mar Gótico: 206.
Mar de Helez: 32.
Mar Hircano: v. Mar Caspio.
Mar índico (Yndico): 70, 71, 108.
Mar Jonio: 41, 48.
Mar de Levante: 119.
Mar Marica: 31.
Mar Mayor: 32, 46.
Mar Mediterráneo: 17, 23, 28, 29, 31,
32, 56, 58, 62, 1 57, 182. Mar del Norte: 110, 222, 391. Mar Occeano: 32, 121, 168, 192. Mar Pérsico: 33, 68, 162, 191. Mar de Ormuz: 202.
Isla de Cangul, en Asia: 187. Isla de Catigara (Giloloo), en Asia: 187, 188.
Isla de Ceylán: 20.
tierra de los nayres: 186. Islas Célebes: 191. Isla de Cieñe: 31, 144. Isla de Cinpegu, en el Asia: 191. Isla de Creta: 129.
Isla de Chipre (Cipro): 4, 32, 172, 232. Isla Española (Sancto Domingo): 99, 100,
103, 104, 1 13, 182. Isla de Escocia: 42. Isla Eubea: 17.
Isla de Gelbes (Gclucs): 31, 63.
Isla del Gallo: 402.
Isla Gorgona, en el Pacifico: 224, 402.
Islas Gorgonias: v. Islas Cabo Verde.
Islas de Guanihani (Guanahami): 380.
Isla de Hagua Chumbi (Agua Chumbi):
32), 392. Islas Huérfanas: )24. Isla Ibernia: 41, 42. Isla de Java: 162, 187. Isla de Juvagano, en el Asia: 191. Isla Isela: 2)1. Isla de Lesbos: 32, 217, 345. Isla Lipari: 231. Isla Madera: 103, 387, Islas Maldivar: 18, 137. Islas Malucas (Maluco): 1 88, 191, 192, 2)5.
Isla Mangalor: 71.
Isla Maqueda: v. Isla Noba.
Isla de Menad (Menao), en Asia: 187.
Isla de Menice: v. Isla de Gelbes.
Isla Meroe: 31, 67.
Isla Meyo: 2 5 5.
Islas Mongibel: 231.
Isla Nina Chumbi: 323, 392.
Isla Noba (Noua): 66, 67.
Isla de Ormuz: 135, 191.
Isla Patalene: 13 5.
Isla Pathmos: 242.
Isla de Puní: 392, 393, 466, 467.
Islas Querquenes: 63.
Isla de Rodas: 4, 48, 52, 53, 292, 356, 388.
Isla San Borondón: 104. Isla de Salomón: 235.
1 Isla de San Nicolás, en el Asia: 191. Isla de Santa Elena, en el Asia: 191. Isla Santo Domingo —Española—: 233,
380, 387. Isla San Vicente, en Brasil: 212. Isla de Sumatra (Zamatra): 186. Isla Strómboli: 231. Isla Taguima, en el Asia: 187. Isla Taprobana, en la India: 140. Isla de Terrenate, en el Asia: 187. Isla de Tidore, en el Asia: 187. Isla Transganges: 165. Isla de Tuban, en el Asia: 187. Isla de Tyle: 203. Isla de Vendanao, en el Asia: 187. Isla de Xio: 41. Isla de Zamo: 41. Islandia: 42.
Israel: 148, 165, 166, 170, 173.
tribus de: 272. Italia: 32, 46, 87, 89, 1 13, 130, 133, 165, 173, 275, 343, 345, 357, 379, 388,.
origen de: 86.
J
Jaffa (Japha), ciudad y puerto: 23. Japón: 165.
Jauja, valle y provincia de (Xauja): 319 337, 448, 449, 4)3, 474, 477, 479. Hatum Xauxa: 476. Javanto, en Cajamarca: 320. Jayanca (Layanca), valle de: 327, 329,
33 1, 332, 468. Jcrusalén (Yapetho), ciudad santa: 39,
67, 169, 242, 243, 292. Jerez (Gerez) de la Frontera, en España: 162. Jonia: 176.
Juani, rio en la costa colombiana: 400. Judea (Iudea): 30, 65, 155, 169, 216, 242, 244.
L
Lacedernonia, fundación de: 48, 141, 146. Lacio: 32.
Lactacungas (Lactac cumgas) (Llactacun- gas): 368, 431,
Lago de Chamay: 139. Laguna de Mohína, donde nació Guáscar: 39J.
Laguna Stigia, en Egipto: 144, 149. Lambayeque, valle de: 327, 329, 417,
4í8. La Meca: 2 JO.
Lana, fortaleza en el Collao: 3 36. Laponia: 206.
Lapsano, en la India: 130. Lebrixa, ciudad en Andalucía: IJ6. Leed, ciudad fundada por Caín en la In¬dia: 23.
León, reino de: 32, 26J, 291, 292.
Lepide: v. Tripol de Berberia.
Levante (Lauanto): 1J7, 400, 404, 40J.
Levedo: 41.
Leus cosiria: 30.
Liancer [Lianzer]: 64.
Líbano: 2J0.
Libia: 31, 4J, 61. 62, 63, 64. Liburnia: 32.
Licaonia, en la India: 243. Licia: 30. Lidia: 30, 47.
Lima, ciudad de los Reyes: 212, 323, 463, 483.
templo cerca a: 33 8. Limatambo, cerca al Cuzco: 3J8, 398, 408, 426.
Línea Equinoccial [ (Equinoctíal) ]: J9,
60, 22J, 38J. Liorna —apéndice—: 188. Lisboa: 133, 388, 389. Lituania: 33. Livonia: 33. Lo ja (Loxa): 211. Lomas, valle de: 423. Lombardía: 33. Lotaringia: 32. Lotofagia: 63. Lucanas, nación: 304. Lucania, campos de: 114. Lunaguana (Runaguana), valle: 326, 338. Lusitania: 32.
LL
Llaucanes, en Cajamarca: 320.
M
Macedonia: 32, 40, 43, 133. 184, 214, 244.
Maderuelo, villa de: 114. Madían, tierra de: 34, 151. Maganza, ciudad en la India: 184. Maguncia: 342.
Mahaz, ciudad en África fundada por los
reyes de Túnez: 63. Mala (Mara), valle de: 338. Malabar, reino de: 18, 20, 121, 137, 164,
2J4, 23J, 389. Malaca: 140, 170, 187. Malacates, pueblo: 4 3 8. Málaga: 206, 292, 3J6. Mallas, nación: 298. Mamansuyo, en Andesuyo: 33 J. Manicongo: 31. Manobambas: 33J. Mano Motape: 31. Manta: 322, 323.
Marca de Ancona (Picenio): 114. Mar Actico: 1J3. Mar Adriático: 47. Mar de Alemania: 32. Mar Arábico (Etiópico): 67. Mar Atlántico (Athlantico): 17. 31, J6. Mar Bermejo: v. Mar Rojo. Mar Británico (Mar de Inglaterra): 32. 38.
Mar Caspio (Mar de Bacuc): 40, 119.
Mar de la China: 73.
Mar Egeo: 44, 48.
Mar Eritreo: J4, 203.
Mar Gótico: 206.
Mar de Helez: 32.
Mar Hircano: v. Mar Caspio.
Mar Índico (Yndico): 70, 71, 108.
Mar Jonio: 41, 48.
Mar de Levante: 119.
Mar Marica: 31.
Mar Mayor: 32, 46.
Mar Mediterráneo: 17, 23, 28, 29, 31,
32, 56, 58. 62, 1 57, 182. Mar del Norte: 110, 222, 391. Mar Occeano: 32, 121, 168, 192. Mar Pérsico: 33, 68, 162, 191. Mar de Ormuz: 202.
Mar Rojo: 28, 31, 49, 54, 56, 58, 67, 68, 95, 97, 103, 169, 202, 254, 388. Mar Scítico: 32. Mar Septentrional: 203. Mar del Sur: 109, 193, 222, 323, 324,
385, 390. Mar de Tana: v. Meotis. Margiania (Margiana): 30, 119. Mariaban, reino de: 140. Marruecos: 31, 282, 357. Marsella: 176.
Mascas, pueblo del Cuzco: 291. Maspa, provincia de los Quijos: 437. Matagua ■—itinerario de los Ayar—: 263, 264, 268.
Mauli, ciudad fundada por Caín en la
India: 23. Mauritania: 31, 69, 134. cesariense: 31.
gingitania (fingitania) (tingítania): 265, 282, 345. Mecellata, provincia de: 64. Media: 30, 31, 40, 142, 174, 242, 253, 272.
Mein, provincia de: 71.
Meingor, reino de: 139.
Meliapor: v. Calamina.
Menda, reino de: 137.
Menesteo: v. puerto de Santa María.
Menfis (Memphis): 60, 127, 144.
Mengala, reino de: 71.
Meotis, laguna de: 29, 32, 46.
Mesopotamia: 30, 34, 244.
Mesrata [Mesrrata]: 64.
Mesrraim: 58.
Messa, cordillera dé los montes Cáucasos:
78, 92, 93, 107. Metelina: v. isla de Lesbos. Micenas: 48. Milán, ducado de: 342. Mileto: 41. Mío: 41.
Miras, nación: 370.
Misia [Missia]: 30, 47, 160, 345.
Mocha, campiñas de: 430.
batalla en: 431. Mojos, provincia de los: 362. Monasterio de San Pelayo: v. Oviedo. Montañas de Yda: 129. Montañas de Ydumea: 38.
Monte de Adán: 20. Montes Amano: 38.
Monte Atlante (Athlante): 62, 134, 213. Monte Calvario: 23.
Montes Cáucasos: 71, 78, 93, 108, 133,
135, 252, 271. Monte Citoro: 47. Monte Córico, en Silicia: 27. Monte Estelia: 47.
Montes Hemodos (Emodos): 119, 135.
Montes Hiperbóreos: 45, 203.
Monte Ida: 48.
Monte Imao: 39.
Monte Líbano: 23.
Montes Mósticos: 43.
Montes Paropanisos: v. Montes Cáucasos.
Montes Pirineos: 171.
Montes Ripheos: 29, 40.
Monte Sinaí: 68.
Monte Tauro: 33, 34, 38, 71.
Morabitines, naciones: 282.
Moravia: 32.
Morea: 32, 48.
Morocara, valle en el norte del Perú: 439. Moronoma, fortaleza en Cumayoro: 439,
440. Mosata: 43. Moscovia: 3 3. Motupe, valle de: 327. Moyna, conquistado por Inga Roca: 293. Muía hala, cerca a Latacunga: 431. Mullíambato (hambato): 43 3.
batalla en: 431. Mullucan, nación: 298. Mulluturo, cerca a Tumibamba: 393, 434.
N
Nabiateas (Naliateas), sierras de: 54, 5 8 Nápoles: 342, 357, 379, 388. Narsinga (Naisinga), reino de: 71, 137,
238, 242. Navarra: 32, 343. Nayres: 186, 187, 189, 383.
en camino hacia la América: 188. chiliguanaes descendientes de los: 362. naturales de la India: 18 5. Nazca: 338. Neguas, nación: 402.
Nepos, valle cerca a Cajamarca: 319. Nethica: 32. Nicaragua: 443.
descubrimiento de: 391. Nicea, en la India: 184. Nicosia: $1. Nínive: 123, 127. Nisa (Nosa): 13 5, 149. Nombre de Dios: 115.
estrecho: 2 59. Notolia: 29, 3 0, 48, 132. Nubia, reino de: 31.
Nueva España: 95, 106, 109, 180, 323, 324, 390. naturales de: 179. obispado de Chiapa en: 23 8. Nuevo Reino de Granada (Santa Fe): 4, 233.
Numbacola, en Ecuador: 211. Numidia: 31, 62, 64, 69, 282. Nursia: 113.
O
Ocoña (Acoña), valle de: 3 3 8. Ofiusa: 52.
Olmos, desierto de: 219, 326. Olvera, villa española: 404. Ollaytantambo, fortalezas en: 362. Orna, pueblo en el Cuzco: 28 3. Omasuyos: 45 5.
Opatarisuyo, provincia en Andesuyo: 3 3 5. Ophiritas indianos: 125, 1 54, 1 59, 165,
166, 180, 227, 232, 256. Orán, reino: 31.
Orcolla, fortaleza en la provincia de An-
garaes: 319. Orisa, en la India: 137. Ormuz, reino de: 135, 162. Otavalos (Otobalos): 369, 3 80. Otomancio: 39. Otranto: 3 57.
Oviedo, Monasterio de San Pelayo en: 265, 276.
P
Pacamoros: 331, 436, 438, 439, 440, 441, 442, 444.
Pacaritambo, pueblo de: 260, 346, 363.
Pacasmayo, río: 319.
Pachacamac (Pachacama), valle: 331, 472.
construcción del templo: 338.
Pachete —itinerario de los Ayar—: 261.
Paches, nación de los: 392, 428, 443, 465.
Paciente, parte del mundo: 15.
Paflagonia: 46, 47.
Paita, puerto de: 323. arenales de: 403.
Palanda, valle de: 439.
Palencia: 292.
Palestina: 23, 28, 30, 65, 147, 155, 169.
Palos de Moguer, puerto español: 3 80.
Paltas, provincia en el Ecuador: 211, 320, 424.
Panamá: 115, 259, 391, 392, 400, 401, 402, 404, 422, 442, 443.
Panfilia: 3 0.
Panonia: 32.
Paquinango, en el Ecuador: 385.
Paraguay: 192.
Parbain (Paruain) (Peruain): 95, 108.
Parcos, provincia de los: 313.
Paropaniso: 30.
Partía (Parthia): 30, 142, 242, 253, 272.
Pastos, provincia de los: 361, 365, 366, 3 67, 3 84.
Patras, en Grecia: 242.
Paucartambo: 336, 337.
Pegu, reino de: 134, 139, 140, 208.
Peloponeso (Morea): 48, 127, 141, 145.
Pella (Pellan): 183.
Penachies, indios bárbaros cerca de Ja- yanca: 3 31.
Península de Apia: 48.
Península de Pelagia: 48.
Península de Yucatán [Iu Ratan]: 110.
Pentápolis: v. Cirenaica.
Pesiílo, fortaleza en el Ecuador: 370, 376, 380, 384.
Perú (Piru): 1, 89, 95, 106, 107, 108, 109, 110, 159, 166, 196, 201, 212, 233, 234, 237, 248, 255, 256, 259, 265, 283, 295, 296, 326, 330, 337, 345, 364, 385, 425, 443, 449, 468. arenales del: 317, 325. auquénídos en el: 232. clima del: 222, 223, 224. descubrimiento del: 396.
Mar Rojo: 28, JI, 49, $4, Jé, J8, 67, 68. 95, 97, 10), 169, 202, 2J4, )88. Mar Scícico: )2. Mar Septentrional: 20). Mar del Sur: 109, 193, 222, )2), )24,
38J, 390. «
Mar de Tana: v. Mcotis. Margiania (Margiana): 30, 119. Mariaban, reino de: 140. Marruecos: 31, 282, )J7. Marsella: 176.
Mascas, pueblo del Cuzco: 291. Maspa, provincia de los Quijos: 4)7. Matagua —itinerario de los Ayar—: 26), 264, 268.
Mauli, ciudad fundada por Cain en la
India: 2). Mauritania: )1, 69, 1)4. cesariense: 31.
gingitania (fingitania) (tingitania): 263, 282, 345. Mecellata, provincia de: 64. Media: 30, 31, 40, 142, 174, 242, 253, 272.
Mein, provincia de: 71.
Meingor, reino de: 139.
Meliapor: v. Calamina.
Menda, reino de: 137.
Menesteo: v. puerto de Santa Maria.
Menfis (Memphis): 60, 127, 144.
Mengala, reino de: 71.
Mcotis, laguna de: 29, 32, 46.
Mesopotamia: 30, 34, 244.
Mesrata [Mesrrata]: 64.
Mesrraim: 58.
Messa, cordillera de los montes Cáucasos-
78, 92, 93, 107. Metelina: v. isla de Lesbos. Micenas: 48. Milán, ducado de: 342. Mileto: 41. Mió: 41.
Miras, nación: 370.
Misia [Missia]: 30, 47, 160, 345.
Mocha, campiñas de: 4)0.
batalla en: 4)1. Mojos, provincia de los: )62. Monasterio de San Pelayo: v. Oviedo. Montañas de Yda: 129. Montañas de Ydumea: )8.
Monte de Adán: 20. Montes Amano: )8.
Monte Atlante (Athlante): 62, 1)4, 21). Monte Calvario: 2).
Montes Cáucasos: 71, 78, 9), 108, 1)),
1)5, 252, 271. Monte Citoro: 47. Monte Córico, en Silicia: 27. Monte Estelia: 47.
Montes Hemodos (Emodos): 119, 1)5.
Montes Hiperbóreos: 45, 203.
Monte Ida: 48.
Monte Imao: 39.
Monte Libano: 23.
Montes Mósticos: 43.
Montes Paropanisos: v. Montes Cáucasos.
Montes Pirineos: 171.
Montes Ripheos: 29, 40.
Monte Sinai: 68.
Monte Tauro: 33, 34, 38, 71.
Morabitines, naciones: 282.
Moravia: 32.
Morca: 32, 48.
Morocara, valle en el norte del Perú: 439. Moronoma, fortaleza en Cumayoro: 439,
440. Mosata: 43. Moscovia: 33. Motupc, valle de: 327. Moyna, conquistado por Inga Roca: 29). Muía hala, cerca a Latacunga: 431. Mulliambato (hambato): 433.
batalla en: 431. Mullucan, nación: 298. Mulluturo, cerca a Tumibamba: 39), 4)4.
N
Nabiateas (Naliateas), sierras de: 54, 58 Nápoles: )42, )J7, )79, 388. Narsinga (Naisinga), reino de: 71, 137.
238, 242. Navarra: 32, 343. Nayres: 186, 187, 189, 383.
en camino hacia la América: 188. chiliguanaes descendientes de los: 362. naturales de la India: 18 5. Nazca: ))8. ,
Neguas, nación: 402.
Nepos, valle cerca a Cajamarca: 319. Nethica: 32. Nicaragua: 443.
descubrimiento de: 391. Nicea, en la India: 184. Nicosia: 31. Nínive: 123, 127. Nisa (Nosa): 13 3, 149. Nombre de Dios: 113.
estrecho: 239. Notolia: 29, 30, 48, 132. Nubia, reino de: 31.
Nueva España: 9J, 106, 109, 180, 325, 324, 390. naturales de: 179. obispado de Chiapa en: 238. Nuevo Reino de Granada (Santa Fe): 4, 233.
Numbacola, en Ecuador: 211. Numidia: 31, 62, 64, 69, 282. Nursia: 113.
O
Ocoña (Acoña), valle de: 358. Ofíusa: 32.
Olmos, desierto de: 219, 526. Olvera, villa española: 404. Ollaytantambo, fortalezas en: 562. Orna, pueblo en el Cuzco: 283. Omasuyos: 433.
Opatarisuyo, provincia en Andesuyo: 333. Ophiritas indianos: 123, 1 54, 1 59, 165,
166, 130, 227, 232, 256. Oran, reino: 31.
Orcolla, fortaleza en la provincia de An-
garaes: 319. Orisa, en la India: 157. Ormuz, reino de: 15 5, 162. Otavalos (Otobalos): 369, 380. Otomancio: 59. Otranto: 3 57.
Oviedo, Monasterio de San Pelayo en: 265, 276.
P
Pacamoros: 351, 436, 438, 439, 440, 441, 442, 444.
Pacaritambo, pueblo de: 260, 346, 363.
Pacasmayo, río: 319.
Pachacamac (Pachacama), valle: 351, 472.
construcción del templo: 558.
Pachcte —itinerario de los Ayar—: 261.
Paches, nación de los: 592, 428, 445, 465.
Paciente, parte del mundo: 15.
Paflagonia: 46, 47.
Paita, puerto de: 325. arenales de: 405.
Palanda, valle de: 459.
Palencia: 292.
Palestina: 25, 28, 30. 65, 147, 155, 169.
Palos de Moguer, puerto español: 580.
Paltas, provincia en el Ecuador: 211, 320, 424.
Panamá: 11 5, 259, 391, 392, 400, 401, 402, 404, 422, 442, 443.
Panfilia: 30.
Panonia: 52.
Paquinango, en el Ecuador: 5 85.
Paraguay: 192.
Parbain (Paruain) (Peruain): 95, 108.
Parcos, provincia de ios: 515.
Paropaniso: 30.
Partía (Parthia): 30, 142, 242, 255, 272.
Pastos, provincia de los: 5 61, 565, 366, 567, 384.
Patras, en Grecia: 242.
Paucartambo: 556, 557.
Pegu, reino de: 154, 159, 140, 208.
Peloponeso (Morca): 48, 127, 141, 145.
Pella (Pellan): 185.
Pcnachics, indios bárbaros cerca de Ja- yanca: 351.
Península de Apia: 48.
Península de Pelagia: 48.
Península de Yucatán [lu Ratan]: 110.
Pentápolis: v. Cirenaica.
Pcsillo, fortaleza en el Ecuador: 570, 376, 380, 384.
Perú (Piru): 1, 89, 95, 106, 107, 108, 109, 110, 159, 166, 196, 201, 212, 233, 234, 237, 248, 255, 256, 239, 263, 283, 295, 296, 326, 330, 337, 345, 364, 385, 423, 443, 449, 468. arenales del: 317, 323. auquénídos en el: 232. clima del: 222, 223, 224. descubrimiento del: 396.
idiomas en el: 219, 220.
indios piruleros: 239.
indios yungas: 319, 326, 334.
llanos del: 321.
llegada de Ophir al: 169.
orígenes de las gentes del: 321.
Paruain: 170.
reino del: 8, 93.
Periardes, en las sierras de Armenia: 27.
Persia: 30, 40, 68, 94, 140, 142, 152, 251, 252, 233, 272, 273, 276, 277, 344.
Picordia, reino: 71.
Pilapelanter, provincia de: 203.
Pilco, en Andesuyo: 3 3 6.
Pillaguamarca, fortaleza en el valle de Huailas: 319.
Pillasuni, en Chinchaysuyo: 318.
Piquaza: 3 22.
Pisco, valle de: 3 64, 409.
Piura: 109, 326.
San Miguel de: 109. primera ciudad fundada por los es-pañoles: 468.
Plata, isla de la, junto a las islas Hagua y Nina Chumbi: 3 23.
Pocona, cerca a Cochabamba: 3 62.
Podolia: 3 2.
Pchetfhos: 325, 326, 330, 331, 467, 469, 475.
Polo Antartico (Anthartico): 4, 16, 93, 160, 162, 163, 165, 191, 192, 194, 223.
Polo Ártico: 16, 43, 55, 1 38, 163, 165, 194, 223, 324.
Polonia: 32.
Pomacocha (Pamacocha): 396, 399, 400, 404, 405.
Pomallacta, fortaleza: 320.
Poma Pongo, cárcel cerca al Cuzco: 3 54, 43 5.
Pomerania: 32.
Pompeyo Polis: v. Eupatoria.
Ponto Eugino (Euxino): 17, 29, 30, 38, 43, 46, 241, 244.
Popayán: 109, 115.
monstruosidades en: 211.
Pcrco, minas de: 3 37.
Portugal: 32, 94, 157, 162, 165, 191, 192, 196, 292, 342, 345, 355, 387, 388, 389.
Praso promontorio, cabo: 17.
Priene: 41.
Prusia: 3 3.
Pucara, pueblo en el Collao: 306, 313.
Puerto de Cádiz: 103.
Puerto de Santa María: 101.
Puerto de Toro (Tor): 56.
Puerto Viejo, ciudad de los Paches: 392, 443, 466.
Pulla, en Italia: 275.
Purchena, villa española: 3 56.
Puruaes, provincia de: 320, 368.
Q
Quatea, ciudad en la India: 184.
Quiachilli, pueblo a las espaldas de Aya- viri: 299.
Quichi caxa, fortaleza en el Ecuador: 320.
Quichiparras, nación cerca a los Paca- moros: 441.
Quichuas, provincia de: 318.
Quijos (Quixos), provincia de: 437, 43 8.
Quiloa: 31.
QuilJacingas, provincia de: 384.
Quinticancha, barrio del Cuzco: 270.
Quirrichi, cordillera cerca a Cusibamba: 438.
Quispicanchis (Quispicancha): 3 59.
Quitalla, pueblo en el Cuzco: 294.
Quito, San Francisco del: 5, 320, 321, 322, 340, 360, 361, 362, 363, 364, 365, 368, 377, 380, 382, 384, 394, 398, 406, 407, 408, 409, 415, 416, 417, 420, 422, 423, 424, 425, 427, 429, 430, 431, 432, 433, 435, 436, 437, 438, 442, 444, 445, 446, 449, 450, 452, 453, 454, 456, 460, 465, 480. testamento y muerte de Guayna Cá¬pac en el: 393. volcán en: 230.
Quiuipay, asiento cerca al Cuzco: 459, 460.
R
Raymibamba, de Cajamarca: 320.
Recia: 32.
Reims (Rems), catedral de: 281. Reino de Cambaya: 71. Río Angasmayo: 384. Río Angoyaca (Angoyaco): 453. Río Asasínis, en la India: 184. Riobamba (Bamba), provincia de Quito: 114.
Río Betis (Guadalquivir): 32.
Río Cedro, en la costa americana: 224.
Río Coaque: 443.
Río Cotabamba: 45 5, 4S7.
Río Ebro: 85, 110.
Río Eufrates: 34, 344.
Río Faquisllanga: 327.
Río Ganges [Gages] (Gages): 30, 70, 71,
72, 119, 136, 138, 139, 207. Río Grande, cerca a Cutervo: 445. Río Grande Magdalena: 105. Río Guadalete: 101. Río de Guayaquil: 3 93. Río Hipamin, en la India: 184. Río Indo (Yndo) (Ydaspes) (Ydo) (Ydopas): 71, 111, 119, 135, 136, 184, 252. Río Jordán: 250.
Río Lachira (Luchira): 326, 403. Río Marañón, llamado mar dulce: 193,
237, 438. Río Maritza: 44. Río Niger: 56, 57.
Río Nilo: 28, 56, 57, 58, 59, 61, 66,
71, 194, 279. Río Oxo, en la provincia de Batria: 119.
Río de la Plata: 192.
Río Pheson [Phison] (Phison): 69, 70,
71, 72, 107. Río Phut: 62.
Río Piru (Biru) [Beru] (Buru): 109, 391.
Río San Juan, en ¡a costa americana:
224, 400, 402. Río Savo: 3 56.
Río Senegal (Cenega) [Zenega]: 55, 56. Río Tajo: 133.
Río Tanaís (Tanays): 29, 32, 38, 45,
46, 271. Río Tigris: 34, 123. Río Yanamayo: 443. Rocromoca, q’uema del cuerpo embalsa¬mado de Topa Ynga Yupangui en: 464.
Roma: 173, 216, 217, 241, 242, 243, 244, 248, 249, 250, 264, 275, 301, 342, 354. Ronda, villa española: 355, 356, 404. Rumania: 43.
Rumichaca, fortaleza en: 3 68, 380, 3 84. Rupa Rupa, provincia de: 312, 316. Rusia: 33, 203, 206.
s
Saba, ciudad: 67.
Sableth (Sablest), reino de: 71, 13 5. Saccha (Sacas): 30, 241. Salamina: 51. Salamanca: 104.
Sami, provincia en la India: 183, 184. Sanga Cancha, cárcel en el Cuzco: 3 53. San Juan de Lúa, en Nueva España: 115. San Miguel, en el Darién: 391. San Pedro de Cardeña, monasterio: 265. San Sebastián —itinerario de los Ayar—: 268.
Santa Fe: v. Nueva Granada.
Santa Fe (Santa fee), villa española: 3 56.
Santingui, provincia de: 71.
Santo, puerto: 3 87.
Santo Domingo, monasterio: v. Corican- cha.
Saño, pueblo de —itinerario de los Ayar—: 262, 268. Sarmacia, reino de: 33, 45. Sarmán: 64.
Sayricancha, barrio del Cuzco: 270. Scitia (Scitias) (Escitias): 29, 30, 39, 40, 43, 45, 86, 118, 205, 241, 243, 271, 272. Sechura, arenales de: 403. Segovia, en España: 390. Senaar: 123.
Seno Arábico: v. Mar Rojo.
Seno Pérsico: 67, 13 5.
Sephar, monte oriental: 78, 92, 107.
en la gran cordillera del Perú: 93. Seres: v. China. Setenil, villa española: 3 56. Siam (Sian) [Sían], reino de: 71, 140, 165.
idiomas en el: 219, 220.
indios pirulcros: 259.
indios yungas: 519, 526, 554.
llanos del: 521.
llegada de Ophir al: 169.
orígenes de las gentes del: 521?
Paruain: 170.
reino del: 8, 95.
Periardes, en las sierras de Armenia: 27.
Persia: 50, 40, 68, 94, 140, 142, 152, 251, 252, 255, 272, 275, 276, 277, 544.
Picordia, reino: 71.
Pilapelanter, provincia de: 205.
Pilco, en Andesuyo: 556.
Pillaguamarca, fortaleza en el valle de Huailas: 519.
Pillasuni, en Chinchaysuyo: 518.
Piquaza: 522.
Pisco, valle de: 564, 409.
Piura: 109, 526. San Miguel de: 109. primera ciudad fundada por los es¬pañoles: 468.
Plata, isla de la, junto a las islas Magua y Nina Chumbi: 3 25.
Pocona, cerca a Cochabamba: 562.
Podolia: 52.
Pc-hechos: 325, 326, 330, 351, 467, 459, 475.
Polo Antartico (Anthartico): 4, 16, 93, 160, 162, 163, 165, 191, 192, 194, 223.
Polo Ártico: 16, 43, 55, 1 38, 163, 165, 194, 223, 324.
Polonia: 32.
Pomacccha (Pamacocha): 396, 399, 400, 404, 405.
Pomallacta, fortaleza: 320.
Poma Pongo, cárcel cerca al Cuzco: 3 54, 435.
Pomerania: 32.
Pompeyo Polis: v. Eupatoria.
Ponto Eugino (Euxino): 17, 29, 30, 38, 43, 46, 241, 244.
Popayán: 109, 115.
monstruosidades en: 211.
Porco, minas de: 357.
Portugal: 52, 94, 157, 162, 165, 191, 192, 196, 292, 542, 545, 555, 587, 588, 589.
Praso promontorio, cabo: 17.
Priene: 41.
Prusía: 55.
Pucara, pueblo en el Collao: 506, 515.
Puerto de Cádiz: 105.
Puerto de Santa María: 101.
Puerto de Toro (Tor): 56.
Puerto Viejo, ciudad de los Paches: 592, 445, 466.
Pulla, en Italia: 275.
Purchena, villa española: 5 56.
Puruaes, provincia de: 520, 568.
Q
Quatea, ciudad en la India: 184.
Quiachilli, pueblo a las espaldas de Aya- virí: 299.
Quichi caxa, fortaleza en el Ecuador: 320.
Quichiparras, nación cerca a los Paca- moros: 441.
Quichuas, provincia de: 318.
Quijos (Quixos), provincia de: 437, 438.
Quiloa: 31.
Quillacingas, provincia de: 384.
Quinticancha, barrio del Cuzco: 270.
Quirrichi, cordillera cerca a Cusibamba: 438.
Quispicanchis (Quispicancha): 3 59.
Quitalla, pueblo en el Cuzco: 294.
Quito, San Francisco del: 5, 320, 321, 322, 340, 360, 361, 562, 563, 364, 365, 368, 577, 580, 582, 584, 594, 598, 406, 407, 408, 409, 415, 416, 417, 420, 422, 425, 424, 425, 427, 429, 450, 451, 432, 435, 455, 456, 457, 438, 442, 444, 445, 446, 449, 450, 452, 453, 454, 456, 460, 465, 480. testamento y muerte de Guayna Cá¬pac en el: 395. volcán en: 250.
Quiuipay, asiento cerca al Cuzco: 459, 460.
R
Raymibamba, de Cajamarca: 520.
Recia: 52.
Reims (Rems), catedral de: 281. Reino de Cambaya: 71. Rio Angasmayo: 384. Río Angoyaca (Angoyaco): 43 3. Rio Asasinis, en la India: 184. Riobamba (Bamba), provincia de Quito: 114.
Rio Betis (Guadalquivir): 32.
Río Cedro, en la costa americana: 224.
Río Coaque: 443.
Rio Cotabamba: 43 3, 437.
Rio Ebro: 85, 110.
Rio Éufrates: 34, 344.
Río Faquisllanga: 327.
Río Ganges [Gages] (Gages): 30, 70, 71,
72, 119, 136, 138, 139, 207. Río Grande, cerca a Cutervo: 445. Río Grande Magdalena: 105. Rio Guadalete: 101. Río de Guayaquil: 393. Río Hipamin, en la India: 184. Río Indo (Yndo) (Ydaspes) (Ydo) (Ydopas): 71, 111, 119, 135, 136, 184, 252. Río Jordán: 2 50.
Río Lachíra (Luchira): 326, 403. Río Marañón, llamado mar dulce: 193,
237, 438. Río Maritata: 44. Rio Niger: 56, 57.
Río Nilo: 28, 56, 57. 5S. 59, 61, 66,
71, 194, 279. Río Oxo, en la provincia de Batria: 119.
Río de la Plata: 192.
Río Pheson [Phison] (Phison): 69, 70,
71, 72, 107. Rio Phut: 62.
Río Piru (Bíru) [Beru] (Buru): 109, 391.
Río San Juan, en la costa americana:
224, 400, 402. Río Savo: 3 56.
Río Senegal (Cenega) [Zenega]: 55, 56. Río Tajo: 133.
Río Tanaís (Tanays): 29, 32, 38, 43,
46, 271. Río Tigris: 34, 123. Rio Yanamayo: 443. Rocromoca, c\*uema del cuerpo embalsa¬mado de Topa Ynga Yupangui en: 464.
Roma: 173, 216, 217, 241, 242, 243, 244, 248, 249, 250, 264, 273, 301, 342, 354. Ronda, villa española: 335, 356, 404. Rumania: 43.
Rumíchaca, fortaleza en: 368, 380, 384. Rupa Rupa, provincia de: 312, 316. Rusia: 33, 203, 206.
S
Saba, ciudad: 67.
Sableth (Sablest), reino de: 71, 13 3. Saccha (Sacas): 30, 241. Salamina: 51. Salamanca: 104.
Sami, provincia en la India: 183, 184. Sanga Cancha, cárcel en el Cuzco: 3 53. San Juan de Lúa, en Nueva España: 115. San Miguel, en el Darién: 391. San Pedro de Cardeña, monasterio: 265. San Sebastián —itinerario de los Ayar—: 268.
Santa Fe: v. Nueva Granada.
Santa Fe (Santa fee), villa española: 3 56.
Santingui, provincia de: 71.
Santo, puerto: 3S7.
Santo Domingo, monasterio: T. Corican- cha.
Saño, pueblo de —itinerario de los Ayar—: 262, 268. Sarmacia, reino de: 33, 45. Sarmán: 64.
Sayricancha, barrio del Cuzco: 270. Scitía (Scitias) (Escítias): 29, 30, 39, 40, 43, 45, 86, 1 18, 205, 241, 243, 271, 272. Sechura, arenales de: 403. Segovia, en España: 390. Scnaar: 123.
Seno Arábico: v. Mar Rojo.
Seno Pérsico: 67, 133.
Scphar, monte oriental: 78, 92, 107.
en la gran cordillera del Perú: 93. Seres: v. China. Seteni!, villa española: 356. Siam (Sian) [Sian], reino de: 71, 140, 163.
Sicilia (Cicilia): 231, 276. Sicchos, nación: 3 68. Sidón: 65. Sierras de Gat: 175.
Sierras de Molina: 133.
Sigistán, reino de: 13 5.
Siquilla, pucara: 319.
Siquillabamba, cerca al Cuzco: 197, 409,
413, 414, 415, 480. Siria, provincia de (Suria): 21, 22, 23, 24, 25, 28, 29, 30, 38, 40, 42, 50; 58, 61, 63, 65, 79, 88, 89, 214, 251, 253, 277, 282. Sirtes, bajíos: 62. Sodoma: 65.
Sogdiana: 30, 119, 241. Sonsonate: 323.
Soras, vecinos de los Chancas: 303, 304. Sudayca [Sudeyca]: 64. Sudras, en la India, sudmchas: 184. Suevia: 32, 281.
Sunda, ciudad en la Península de Mala¬ca: 187.
Suyos —Cuyos—, naciones cercanas al Cuzco: 290.
T
Tacamez, bahía: 401.
Tafnes (Taphnes): 60, 147, 148, 150, 156.
Tajora [Taxora]: 64. Tallanes, naciones: 327, 467. Tambochacay -—itinerario de los Ayar—: 262.
Tambotoco: v. Pacaritambo. Tanazar, reino de: 140. Tancar, cárcel en el Cuzco: 3 54. Tangarara, provincia cerca a San Mi¬guel de Piara (Tangoraca): 109, 326, 439, 467. Tánger: 17.
Taparaco, encuentro de Hernando de
Soto con Guáscar en: 473. Tarapacá, minas de: 3 37. Tarifa, costa de: 104. Tarma (Tamara), aposentos: 449. Tarsis: 48, 49, 50, 125. Tarso: 30, 49. Tartaria: 33, 70, 73, 205.
Taucaraz, pueblo en el Cuzco: 286. Taurca, tierra cercana a la Numidia: 64. Taurica: 33, 45.
Tauaray, batalla en: 454, 456, 457.
Taxara, villa española: 3 5 5.
Tehe, ciudad fundada por Caín en la
India: 23. Temerida: v. Laguna Neotis. Teos: 41. Tesalia: 164, 224. Tiahuanaco (Tiaguanaco):
edificios monstruosos de: 3 62. fortaleza en: 189. Tigad, valle de: 2 52.
palacios de: 254. Timana, pueblo: 114. Tingitania: 31.
Tiocaxas, aposentos en el Ecuador: 320. Tipura, reino de: 139. Tiro: 5, 95, 169, 172, 213. Titicaca:
lugar nativo de los hermanos Ayar: 363.
templo de: 362. To?.ra, fortaleza en la provincia de los
Quichuas: 319. Toledo, reino de: 1C-9, 13 3, 276, 28 1. Toloman, provincia de: 71, 139. Tomavelas, nación: 3 68. Tcrtosa, ciudad tarraconense: 85. Toscana: 32.
Testa, provincia de los Quijos: 437. Tracia: 32, 43, 44, 47, 160, 217. Trapisonda, imperio de: 38, 43, 46, 344.
345. Trapobana: 74. Trasilbania: 33. Trebilis: 63.
T remecen, reino de: 31. Trieti: 64.
Tripol de Berbería: 31, 63. Tritón: v. Capez.
Trópico de Cáncer (Trompico): 225. Trópico de Capricornio: 57, 163, 225. Troya: 46, 146, 165, 168, 173. Trujillo:
clima y lluvias en : 223. fundación de: 469. Tucas, nación en el Ecuador: 370. Tucia: 32.
Túcume: 329, 468.
Tumbez: 317, 324, 326, 403, 417, 422, 467.
fortaleza de: 466. Tumibamba: 320, 339, 366, 367, 368, 370, 371, 375, 377, 378, 379, 380, 383, 393, 394, 398, 407, 408, 417, 421, 423, 424, 425, 427, 430, 432, 433, 434, 435, 436, 437, 441. cabeza del Imperio en el Perú inferior: 3 64.
fundación de: 3 61. Túnez, reino de: 31, 345. Tupes, sierra de los: 10 5. Turingia (Thuringía): 32. Turquía, descendencia de los turcos: 271, 272.
U
Ubalaquia: 33.
Uchullo, residencia de Guayna Cápac:
361. Ullo: 63. Umbría: 33.
Urcos calla, cerca al Cuzco: 396, 397. Uroacllas (Uroacllac) (Uro collac), for¬taleza de los Parcos: 313, 315.
Vilcabamba (Villcabamba): 300. Villacuri, valle de: v. Yca. Villcas: 314, 453, 454, 455. Vindelicia: 32. Vizcaya: 32, 42.
X
Xaquixahuana (Xacxahuana), valle de:
299, 301, 419, 454, 455. Xalca, en Cajamarca: 320. Xativa, en Valencia: 342. Xipixapa, valle: 322.
Y
Yahuarcocha, laguna de: 3 82. Yanamarca: 453, 476, 480.
batalla en: 446, 449. Yanayaco, pueblo de: 347. Yascual, tierras en el Ecuador: 385. Yauyos: 474.
Ychubamba, a las espaldas de Xaquija-
huana: 299. Ytra rip, ciudad árabe: 250. Yucatán: 23 8. Yucay, valle de: 3 00.
fortalezas en: 3 62. Yumbos, provincia de: 438.

V
Valaquia: 3 56. Valencia: 157, 342, 3 54. Valladolid, villa: 404. Valle de Upar: 10 5. Veis: 8 6. Venecia: 47. Venezuela: 193. Vera, villa española: 35 6,
z
Zabit: 64.
Zahara, en ía sierra en Ronda: 3 55. Zahora: 63. Zagatays: 119. Zaragoza: 242.
Zaraguro, en el Ecuador: 320.
Sicilia (Cicilia): 231, 276.
Sicchos, nación: 568.
Sidón: 65.
Sierras de Gat: 175.
Sierras de Molina: 133.
Sigistán, reino de: 135.
Siquilla, pucara: 319.
Siquíllabamba, cerca al Cuzco: í97, 409,
413, 414, 413, 480. Siria, provincia de (Suria): 21, 22, 23, 24, 25, 28, 29, 30, 38, 40, 42, 50. 58, 61, 63, 65. 79, 88, 89, 214, 251, 253, 277, 282. Sirtes, bajíos: 62. Sodoma: 65.
Sogdiana: 30, 119, 241. Sonsonate: 323.
Soras, vecinos de los Chancas: 303, 304. Sudayca [Sudeyca]: 64. Sudras, en la India, sudr.ichas: 184. Suevia: 32, 281.
Sunca, ciudad en la Península de Mala¬ca: 187.
Suyos —Cuyos—, naciones cercanas al Cuzco: 290.
T
Tacamez, bahía: 401. Tafnes (Taphnes): 60, 147, ‘¡48, 1 50, 156.
Tajora [Taxoraj: 64. Tallanes, naciones: 327, 467. Tambochacay —itinerario de los Ayar—: 262.
Tambotoco: v. Pacaritambo. Tanazar, reino de: 140. Tancar, cárcel en el Cuzco: 3 54. Tangarara, provincia cerca a San Mi-guel de Piura (Tangoraca): 109, 326, 439, 467. Tánger: 17.
Taparaco, encuentro de Hernando de
Soto con Guáscar en: 473. Tarapacá, minas de: 337. Tarifa, costa de: 104. Tarma (Tamara), aposentos: 449. Tarsis: 48, 49, 50, 125. Tarso: 30, 49. Tartaria: 33, 70, 73, 205.
Taucaraz, pueblo en el Cuzco: 286. Taurca, tierra cercana a la Numidia: 64. Taurica: 33, 43.
Tauaray, batalla en: 454, 456, 457.
Taxara, villa española: 35 5.
Tehe, ciudad fundada por Caín en la
India: 23. Temerida: v. Laguna Neotis. Tcos: 41. Tesalia: 164, 224. Tiahuanaco (Tíaguanaco):
edificios monstruosos de: 362. fortaleza en: 189. Tigad, valle de: 232.
palacios de: 254. Timana, pueblo: 114. Tingitania: 31.
Tiocaxas, aposentos en el Ecuador: 320. Tipura, reino de: 139. Tiro: 3, 95, 169, 172, 213. Titicaca:
lugar nativo de los hermanos Ayar: 363.
templo de: 362. Toara, fortaleza en la provincia de los
Quichuas: 319. Toledo, reino de: 109, 133, 276, 281. Toloman, provincia de: 71, 139. Tomavelas, nación: 368. Tortosa, ciudad tarraconense: 85. Toscana: 32.
Testa, provincia de los Quijos: 437. Tracia: 32, 43, 44, 47, 160, 217. Trapisonda, imperio de: 5S, 43, 46, 344,
34 5. Trapobana: 74. Trasilbania: 3 3. Trebilis: 63.
Tremeccn, reino de: 31. Trietí: 64.
Tripol de Berbería: 31, 63. Tritón: v. Capez.
Trópico de Cáncer (Trompico): 225. Trópico de Capricornio: 57, 163, 22 5. Troya: 46, 146, 165, 168, 173. Trujillo:
clima y lluvias en : 223. fundación de: 469. Tucas, nación en el Ecuador: 370. Tucia: 32.
Túcume: 329, -466.
Tumbez: 317, 324, 326, 403, 417, 422, 467.
fortaleza de: 466. Tumibamba: 320, 339, 366, 367, 368, 370, 371, 375, 377, 378, 379, 380, 383, 393, 394, 398, 407, 408, 417, 421, 423, 424, 425, 427, 430, 432, 433, 434, 435, 436, 437, 441. cabeza del Imperio en el Perú inferior: 364.
fundación de: 361. Túnez, reino de: 31, 345. Tupes, sierra de los: 105. Turingia (Thuringia): 32. Turquía, descendencia de los turcos: 271, 272.
U
Ubalaquia: 33.
Ucliullo, residencia de Guayna Cápac:
361. Ullo: 63. Umbría: 33.
Urcos calla, cerca al Cuzco: 396, 397. Uroacllas (Uroaclhc) (Uro collac), for¬taleza de los Parcos: 313, 315.
Vilcabamba (Villcabamba): 300. Villacuri, valle de: r. Yca. Villcas: 314, 433, 454, 455. Vindelicia: 32. Vizcaya: 32, 42.
X
Xaquixahuana (Xacxahuana), valle de
299, 301, 419, 454, 455. Xalca, en Cajamarca: 320. Xativa, en Valencia: 342. Xipixapa, valle: 322.
Y
Yahuarcocha, laguna de: 382. Yanamnrca: 453, 476, 480.
batalla en: 446, 449. Yanayaco, pueblo de: 347. Yascual, tierras en el Ecuador: 385. Yauyos: 474.
Ychubamba, a las espaldas de Xaquija
huana: 299. Ytra rip, ciudad árabe: 250. Yucatán: 238. Yucay, valle de: 300.
fortalezas en: 362. Yumbos, provincia de: 438.

V
Valaquia: 3 56. Valencia: 1 57, 342, 3 54. Valladolid, villa: 404. Valle de Upar: 105. Veis: 86. Venecia: 47. Venezuela: 193. Vera, villa española: 3 56.
Z
Znbit: 64.
Zahara, en la sierra en Ronda: 3 5 5. Zahora: 63. Zagatays: 119. Zaragoza: 242.
Zaraguro, en el Ecuador: 320.
í
ÍNDICE GENERAL
Pág.
El Autor a su Miscellanea Anthartica VIn
Introducción ,x
La “Miscelánea Antártica” y sus códices XI
Vida de Miguel Cabello Valboa, pof Luis E. Valcarcel XVII
Miscellanea Anthartica 1
I Parte 11
II Parte 81
III Parte 201
Apéndices
X’-‘ i 493
N? 494
N’ 3 4¡>$
496
X? 498
Glosario de voces indígenas
509
Bibliografía consultada
Colaboradores
í ,. . • 516
Indice onomástico
índice de materias
f ,. , . 545
Indice toponímico

ÍNDICE GENERAL
Et Autor a su Miscellanca Anthartica vnI
Introducción n
La “Miscelánea Antártica” y sus códices v
Vida de Miguel Cabello Valboa, por Luis E. Valcarccl xv,,
Miscellanea Anthartica 1
I Parte 11
II Parte 81
III Parte 201
Apéndices
N» 49i
N” 2 *»«
N’ 3 49S
N’ 4 . . . 496
N* 498
Glosario de voces indígenas ‘
309
Bibliografía consultada
Colaboradores ‘
, . ■ Jlfi
Indice onomástico
« ,. , í Jé
Indice de materias
índice toponímico
|

LA EDICIÓN ESTUVO AL CUIDADO DEL INSTITUTO DE ETNOLOGÍA (FACULTAD DE LETRAS, UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN MARCOS DE LIMA) SIENDO DIREC¬TOR LUIS E. VALCÁRCEL, JEFE DE GABI¬NETE DE TRABAJO JOSÉ MATOS MAR Y AUXILIAR ROSALÍA ÁVALOS DE MATOS.
Impreso en la Argentina — P rin t e d i n Argentina
Imprenta López — Perú 666 — Buenos Ai)
4
< I.A EDICIÓN ESTUVO AL CUIDADO DEL INSTITUTO DE ETNOLOGÍA (FACULTAD DE LETRAS, UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN MARCOS DE LIMA) SIENDO DIREC¬TOR LUIS E. VALCÁRCEL, JEFE DF. GABI¬NETE DE TRABAJO JOSÉ MATOS MAR Y AUXILIAR ROSALÍA ÁVAI.OS DE MATOS. Impreso en la Argentina — V r i n t e d i n Argentina Imprenta López — Perú 666 — Buenos Aire»

2 коментарі

  1. Muy valiosa información histórica recogida en forma directa de las fuentes orales y escritas de la epoca.

  2. Hola, me gustaría contar una copia digital de este texto fundamental sobre la historia precolombina de mi país, puesto que estuvo en Quito y otros territorios de lo que hoy es Ecuador, particularmente Quito entre los años 1577 y 1581.

Коментарі закриті.

KUPRIENKO