Sandro Patrucco Núñez-Carvallo. CABELLO DE VALBOA Y LA MISCELANEA ANTARTICA
El tema de esta ponencia es un análisis de la importancia historiográfica de la obra de Miguel Cabello de Valboa.la Miscelánea Antártica, y sus implicancias para permi- • mos entender cómo un hombre del siglo XVI incluía dentro de su conciencia del mun¬do conocido la moderna realidad de América.
EL AUTOR
Miguel Cabello de Valboa,aunque de apellido gallego o portugués, nació en la villa de Archidona de la provincia de Málaga entre los años 1530 y 1535, donde vivirla -asta posiblemente el año 1555. Partió luego a las guerras de Flandes y de Francia, de :onde pasaría después a América, pues ya en 1566 estaba en Nueva Granada. En 1571 se ordenó sacerdote en Quito, y cinco años mas tarde, en 1576, empezó a escribir su Miscelánea Austral. Participó en la expedición de las Esmeraldas y luego pasó por “Jma,en donde el virrey Enríquez le concedió el Curato de San Juan Bautista de lea. Participó entre 1582 y 1583 en el Tercer Concilio Límense que presidía el Arzobispo Toribio de Mogrovejo. Terminó en lea su Miscelánea en 1586. En 1593 se trasladó al Alto Perú en donde participó de la expedición a los Chunchos. En 1604 tomó a su car¬go la parroquia de Larecaja, donde permaneció hasta su muerte ocurrida posiblemente hacia 1608.
Entre sus obras además de la Miscelánea Antártica, figuran La verdadera descripción de las Esmeraldas que es presentada en Trujillo al Corregidor en 1583, y en 1596 su Orden y traza para descubrir y poblar la tierra de los Chunchos y otras provincias.
EL SURGIMIENTO DEL TEMA DE LA MISCELÁNEA ANTARTICA
Es el mismo Cabello quien relata en su Miscelánea cómo surgió el motivo principal de su obra: el origen de los indios del Nuevo Mundo, tema que lo inquietaba desde tiempo atrás y que tomó cuerpo en las conversaciones que sostuvo con el Adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada, hombre “docto y leído”. Este personaje le recomendó la lectura de Fray Juan de Orozco, quien había tratado la materia. Estas y otras lecturas llevaron a Cabello a formular la tesis innovadora que sostenía la descendencia de estos indios del Patriarca Ophir, antiguo personaje bíblico nieto de Noé, al que Cabello atri¬buyó la paternidad de los pobladores americanos. El estudio y averiguaciones sobre estas complicadas materias lo llevó más adelante a discutirlo con su maestro el Obispo don Pedro de la Fteña y después con el Adelantado Juan de Salinas y Loyola, a los que finalmente convenció con la ayuda de un mapa, en el que dibujó la ruta de la inmigra¬ción. Fbr lo que se desprende de sus comentarios, la derrota graficada en el plano alu¬dido coincidía con modernas teorías del poblamiento americano.
Ponencia leída en el Coloquio Internacional “Historia, Cultura e Identidades Latinoamerica¬nas”, organizado por el Vice-Rectorado de la Universidad de Lima. Lima, 3 de setiembre de 1993.
Posteriomente, estando en Lima pudo conversar con el Alcalde de Corte don Die¬go López de Zúñiga, quien le indicó que su argumento lo mencionaba en su Aparato a la Sacra Biblia Real el eminente erudito Benedicto Arias Montano. Si bien la hi¬pótesis formulada no era totalmente original, Cabello se decidió a conformar un libro con los apuntes que sobre el tema tenía, logrando de esta manera señalar sus propias apreciaciones. Por otro lado, cabe señalar que el polígrafo español Arias Montano no era tampoco innovador, pues antes que él habían tratado el asunto otros eruditos co¬mo fray Tomás de Maluendas y Juan de Pineda. El mismo Montano que publicaría en 1592 su obra Liber generationis Adam sue de historia generis humanis, pro¬fundísimo tratado donde se estudiaba el surgimiento y dispersión del género humano. Tampoco fueron los últimos en hacerlo, pues durante el siglo XVII el tema se converti¬ría en un verdadero best seller, pues lo tratarán investigadores como Manasseh Ben Is¬rael, Antonio de León Pinelo y Diego Andrés de la Rocha (García, 1981, XI). LAS FUENTES AMERICANAS
Resuelto Cabello de Valboa a convertir en libro sus anotaciones referidas a estas inquisiciones, consideró que la naturaleza del tema a tratar lo obligaba, en realidad, a escribir una historia donde se vinculara la historia de los pueblos andinos con el resto de la humanidad. Dentro de la mentalidad escolástica y los influjos del pensamiento platónico, sólo de esta manera se podía dar sentido a este intento, pues se concebía el Mundo como un Universo en el que todas las razas avanzaban de consuno rumbo a la Redención. Dentro de este ambicioso proyecto, el interés inicial, aunque quedando siempre como el hilo conductor, se convierte tan sólo en uno de los puntos de interés de los muchos que esta historia contiene. El resultado es una obra en la que se nos habla en un mismo tono de los más remotos antecedentes bíblicos, del avance turco sobre Europa, de las dinastías incaicas o de la falsedad de las idolatrías romanas.
La confección de una historia general andina, aparte del monumental apoyo bibliográ¬fico del repertorio clásico, necesitó de rigurosas informaciones sobre lo peruano, sobre todo teniendo en cuenta que en el momento en que se escribía había relativamente poca infor¬mación publicada sobre estos temas, por lo que tuvo que conversar, interrogar y averiguar con muchas personas para lograr tan importante cúmulo informativo.
Entre los personajes consultados que hemos podido encontrar destaca el Doctor Juan de Valboa, Canónigo de la Catedral de los Reyes, que él califica de “Cicerón de la lengua Quechua”. Juan de Valboa fue “el primer graduado de la Universidad de San Marcos y … fundador de la Cátedra de idioma Quecha” (Cabello de Valboa, 1951, XXV). Cabello le conoció durante el Tercer Concilio Limense, del cual ambos fueron integrantes, y durante su estadía en Lima pudo visitar la casa de Juan de Valboa, lugar donde se reunían los especialitas interesados en lenguas aborígenes. Allí, Cabello pudo enterarse de muchos datos interesantes, revisar documentos recogidos por este emi¬nente catedrático y, finalmente, consultar las anotaciones que éste había realizado so¬bre el mundo andino (IBID, XXVI).
Otro informante pudo ser Mateo Yupanqui Inca, indio noble quiteño que habría ayudado con datos sobre la última época de los incas, de los cuales tanto abunda la Miscelánea (IBID, XXV). Posiblemente a estas informaciones se deba el “quiteñismo” o parcialidad con Atahuallpa de la Miscelánea como tan categóricamente lo ha señala¬do Porras Barrenechea (Porras Barrenechea, 1964, 360).
En el norte probablemente se comunicó con Martín Farro Chumbi, hijo de don Pedro Cuzco Chumbi, descendiente de los señores de Chimor, como se puede deducir por la abundancia de datos y referencias menudas que se tienen sobre esta civilización, cuyo recuerdo a la llegada de los españoles procuraba ser el ocultado por el Tahuanti- suyo (Cabello de Valboa, 1951, XXVI11).
Porras anota que otro informante importante sería Cristóbal de Molina, a quien trató y con quien trabó amistad durante el III Concilio, y quien le habría permitido leer el manuscrito de su Historia de los Incas, hoy perdida, así como probablemente otros documentos por él recogidos. Señala también Porras que pudo consultar la His¬toria Indica de Sarmiento de Gamboa, con la que “coincide muchísimo, sobre todo, en la ultima época incaica” (Porras Barrenechea, 1964, 361).
Pudo también revisar los escritos de Polo de Ondegardo, a quien cita de nombre reiteradas veces, pero no pudo conocer puesto que había muerto antes de que Cabello llegara a Lima.
En su obra alude a otros investigadores del origen de los indios, con los cuales dis¬crepa:
“Otra opinion (acerca del origen de nuestros naturales) trae Gonzalo Fernández de Oviedo en su Historia General de estas Indias, y otra diferente sigue Francisco López de Gomara, y otra refiere Cieza, y otas otros que tratan de ellas, aquí importa poco pues sus libros andan impresos, y en ellos podrán ver los que fueron curiosos quan lexos van de lo que fue.” (Cabello de Valboa, 1951, 104).
Señala también reiteradas veces a Pedro Mártir de Anglería y a Pigaffeta, a los que indudablemente conoce y utiliza.
Finalmente cabe suponer —como algunos autores piensan— que durante el Concilio pudo trabar conocimiento con otros integrantes, como José de Acosta o Blas Valera, aunque no hay indicios de que así fuera.
Aparte de todos estos autores, cuyos nombres conocemos por la posteridad re¬nombrada de su obras, Cabello menciona una larga serie de contemporáneos que lo ayudaron en sus pesquisas, pero a los que la posteridad no ha recibido, por lo que no podemos conocer en que pudieron ayudarlo. Por otro lado, la cantidad de datos nue¬vos que la Miscelánea conüene sobre costumbres indígenas nos hace presumir que el cronista recogió muchas veces de manera directa datos de los indígenas de los territo¬rios que recorría.
LAS FUENTES CLÁSICAS DE LA MISCELÁNEA
Acompañando a las fuentes adquiridas en América y acerca de este Nuevo Mun¬do, Miguel Cabello de Valboa utilizó una impresionante bibliografía clásica que le permitiría incluir la historia de los indios de la región antártica dentro de la Hisotria Universal. Cabello utiliza el marco referencial de la cultura escolástica de su época para poder incluir a los habitantes americanos en el marco general de la humanidad Este intento entraña un mérito excepcional si nos percatarnos de que nuestro cronista no fue originalmente un letrado sino un antiguo militar ordenado religioso en Quito en 1571. La preparación para este nuevo Estado lo habría dotado de ciertos rudimentos de teología y derecho canónico, pero la construcción de su impresionante cultura li¬bresca sena un esfuerzo personal realizado entre sus andanzas y trajines por estas tie¬rras americanas, sin bibliotecas a las que pudiera acceder permanente o fácilmente
Señala él mismo:
“Pues te podre decir (lector piadoso) de la carestía con que acaudava una autori¬dad de las muchas que han sido menester, certificóte que a ávido alguna, que por al¬canzarla sean caminado en idas y venidas mas de cien leguas y otras que sean adquiri¬do con la importunación de muchas cartas colmadas de plegarias y ruegos. Porque co¬mo algunos de los sacerdotes destos reinos (que nos ocupamos en doctrinar bárbarosj no tenemos caudal ni aparejo para tener librerías, y los que tienen están en las cibdades lejos de donde a vitamos, ame sido grandemente dificultoso recopilar lo poco y mal li¬mado que en este libro hallarás”. (Cabello de Valboa, 1951, 7)
Cabello escoge cuidadosamente las fuentes clásicas sobre las que documentará su obra. Empieza por consultaren lo que se refiere a un esquema de la historia,a Paulo Orosio, erudito del siglo 111 D.C., quien entre otras obras escribió Historiarum adversus paganos libri VII, que en buena cuenta es una historia del mundo que empieza en Adán y termina en el año 417 d.c. Dicho autor consulta numerosas fuentes como la Biblia, Tito Livio, Julio César, Suetonio, Justino, Eutropio, Eusebio, añadiendo —como creación propia— los últimos 50 años del periodo que estudia. Esta última parte es considerada como obra fundamental para el estudio del mundo contemporáneo de Orosio.
Pero no contento Cabello con acudir a una historia general, consulta especialistas de cada época, así para el caso de la historia de Medio Oriente consulta al historiador y astrónomo caldeo del período helenístico, Beroso o Berosio, quien había revisado los archivos de los templos, por lo que se le consideraba una autoridad en el pasado Asirio Caldeo, el cual incluía dentro de una obra que intentaba cubir la historia de la humani¬dad, que habría durado hasta la llegada de Alejandro Magno 432,000 años. Las con¬sultas a su .obra se deben haber realizado en base a citas proporcionadas por otros au¬tores como Joséfo, Vitruvio, Séneca y Plotino, pues los originales desaparecieron según se afirma en el incendio de la Biblioteca de Alejandría.
En lo referente a la historia de los judíos nuestro cronista echa mano al erudito Benedicto Arias Montano, que en la preparación de sus estudios bíblicos logró reunir los materiales para sus nueve volúmenes de Antigüedades Judías, subtituladas Nom¬bres caldeos, hebreos, griegos y latinos de los varones, hembras, razas, ído¬los, ciudades, ríos, montes y otros citados por la Biblia Utiliza también a Flavio Joséfo, el famoso historiador judío (37—95 DC) que escribió Antigüedades Judías en 20 tomos, célebre historia del mundo (judío) desde su creación hasta el año 66 d.c., así como una Guerra de los Judíos y su biografía.
Otro autor utilizado para el mismo tema es San Jerónimo en su Cuestiones he¬braicas.
Con respecto a la historia griega, utiliza Cabello a Heródoto, quien por cierto des¬borda lo estrictamente griego. También se utiliza a Jenofonte. Otra fuente importante referente a lo que es mitología helénica es Hesíodo, de la cual saca Cabello abundantes elementos utilizados a lo largo de su estudio.
Dentro de la bibliografía griega, Suidas ocupa un lugar importante, conviene resal¬tar la consulta de este famoso lexicógrafo griego autor de un diccionario de la lengua griega con un modernísimo sistema de fuentes, derivaciones y significados, así como citas de autores extraviados, pues es un imprescindible instrumento para comprender las fuentes en idioma original.
Pasando al tema latino, nuestro autor consulta nada menos que a Fabio Quinto
Pictor, ilustre romano del siglo II AC„ considerado el primero de los historiadores de Roma. Su obra son unos anales llamados Antigüedades Romanas, posiblemente escritos originalmente en griego y luego traducidos al latín.
Consulta también los célebres Comentarios de César, y a Lucano Sobre historia hispánica consulta a Esteban de Gabiray y Zamalloa, historiador espano contemporáneo que escribe Compendio Historial de las Crónicas e His- tona Universal de todos los Reynos de España, donde se ponen en suma los condes señores de Aragón con los reyes del mismo reino etc
Y sobre la Historia de los Descubrimientos Lusitanos la fuente utilizada es Luis de Camoens en Os Luisiadas
CéJe/fZT SB refiGre’ laS füentes señaladas «» Ensebio de
uesarea (260-341). Lactanco, escritor cristiano ñor africano del siglo IV autor de Di-
irvTd rtUtíT T ,¡”r’V”‘ d°nde 56 refuta b ¡dolaWa V se fundamenta la fe y culto verdaderos; y Teodoreto de Ciro (343-453), utilizado por su obra sobre la ver
dad ^angélica y su enfrenamiento con la filosofía griega, donde se demostraba la virtud de la primera sobre la segunda.
También el cronista se preocupa de buscar tratadistas que hablen sobre el hombre primitivo, y los encuentra en Lucrecio en su obra Rerum Natura y en Arias Montano en su obra L.ber generatlonis Adam sue de hisotira generis humanis
Pedro BienewíbT ^hT^’ ^5″0 ^ 9 Pedr0 ApÍ9n° (“Ifllnalmenh llamado Pedro Bienewitz), autor del Cosmographicus liber, quien propone métodos de me¬dición geográfica y astronómica; Beroso que, en su obra, da amplios conocimientos sobre astronomía; Pomponio Mela, quien en su De situ Orbis Cosmographia hace un relato de su viaje por las “costas del mundo”, donde aparte de geografía habla de -costumbres de todos los pueblos por é. visitados, por lo que se convLe en invalo rabie documento antropologico; a Solino, escritor romano del siglo III, quien escribió Col ectanea rerum m.rabiliun, o Polyhistor, que es una clasificación, índice y anotacion de la obra de Plinio, al que le añade importantes datos. Esta obra fue tradu c da por Cristóbal de las Casas en 1573, en Sevilla, con el título De las cosas mara¬villosas del mundo, edición que probablemente utilizó Cabello
Ocupa un lugar importante Martín Fernández de Enciso, autor de la Suma de
G” 1519′ V qUe BS d Pdmer l¡bro – español sobre
América. Es una geografía anterior al descubrimiento de México y Perú que no sólo
pretende presentar estos territorios sin delinear ni terminados de descubrir, sino tam¬bién Introducir un variado cuestionamiento sobre sus posibilidades
ni +En’°”frnt,e 9 HÍSt°rÍa NatUral loS autores G,e9¡dos SGrán Diágoras, Plinio en su Histona Natural y San Isidoro de Sevilla en sus Etimologías
En filosofía moral y política los autores a los que recurre son Cicerón, Luceyo Pi- tágoras, Platón, San Dionisio, Séneca, San Agustín, etc. La Biblia es frecuentemente citada y parafraseada.
Completa Cabello su bibliografía con antologías de autores cuyas obras han desa¬pareado, como es el caso de la colección realizada por Annio de Viterbo denominada Commentano super opera diversorum auctorum de antiquitatis loquentius
en la que se cita a Beroso,Catón, Arquíloco, Fabio Pictor, Sempronio, Manetón etc’ obra de gran prestigio en su época, pero a la cual luego se la acusó de utilizar textos’
apócrifos.
Como es lógico pensar, el resultado de utilizar esta profusión de autores clásicos es una obra sumamente densa y erudita como efectivamente es la Miscelánea. LA METODOLOGÍA
La obra está formulada en base al Método de las Autoridades, antigua forma de composición y razonamiento que se remonta a la producción helenística, donde la verdad se consigue mediante la compilación de diversas fuentes y se desecha a los tes¬tigos y experimentadores en busca de las opiniones de los autores de mayor prestigio (Cassani, 1966, 75). En la medida en que crece su importancia y autoridad,decrece la capacidad de criticarlos, teniéndose que aceptar, generalmente en bloque, sus afirma¬ciones. Es por ello que se busca siempre a los escritores más antiguos y reconocidos, pues ellos estarían más cerca de la verdad. Esto se complicará aún más durante la Edad Media, en la medida en que las concordancias con la Biblia, la tradición y la Pa¬trística dejarán aún menos temas libres para la especulación, pues en teoría era perfec¬tamente permitido el especular sobre los campos que los autores consagrados no ha¬bían opinado.
Considero que el período cultural en el que se inscribe Cabello es crucial para com¬prender los últimos y, al mismo tiempo, los más brillantes momentos de esta forma de pen¬samiento, pues corresponde a la época en la que dicho tipo de formulación realiza un intento supremo para poder englobar una nueva realidad que no estaba prevista en estos autores clásicos. Por eso habrá algunos temas silenciados para no poner en entredicho a algunos autores, pues algunas afirmaciones se ven desacreditadas por realidades fácticas ineludibles como,por ejemplo, las tremendas omisiones en cuanto a flora y fauna americana se refiere en la Historia Natural de Plinio, o la comprobación de la inexactitud de la afirmación de que en la zona tórrida la gente es negra,o de la imposibilidad de que en las zonas equatoria- les exista la nieve, viéndola en las montañas y volcanes del Ecuador, y así sucesivamente. Precisamente Cabello y sus contemporáneos, como Acosta y otros, hilan muy finamente evitando las asperezas y estirando al máximo los argumentos, reacios a abandonar una for¬ma de trabajo intelectual practicada por más de dos milenios. Un cronista más humanista que escolástico como Sarmiento de Gamboa utiliza la Biblia, la mitología griega y al “divino Platón” para concluir que tanto los españoles como los indios peruanos son oriundos de la Atlántida.
El resultado de este esfuerzo común nos llevaba a pensar por momentos que realmente se había logrado conciliar esta realidad con sus antiguos conocimientos. Sin embargo, la ilusión se quebraría pronto, pues en Europa un nuevo método experimen¬tal empezaba a difundirse, anunciando la muerte próxima de este antiguo sistema. DIVISIÓN
La Miscelánea Antártica es una obra que, como su nombre lo indica, abarcará elementos que van mucho mas allá de una simple historia, pudiendo compararla con una suerte de enciclopedia de los temas australes, pues así como se muestra ávida de todo conocimiento histórico, no despreciará el conocimiento geográfico, describiendo regiones y cordilleras, climas y meteoros celestes, volcanes y lluvias extrañas. Así tam- bián abundará en temas de historia natural, describiendo la flora y la fauna, los cultivos y nuevas especies, y anormalidades de la naturaleza que dan pie al surgimiento de monstruos y portentos.No desprecia tampoco la antropología,describiendo las más cu¬riosas costumbres de los diversos pueblos que trata.Tampoco dejará de lado las curio-
sidades que puedan interesar al lector fatigado de tanta erudición. La obra está dividida en tres secciones:
1. “La primera tocante a la creación y repartición del universo entre los hijos nietos y visnietos de Noe, con otras curiosidades tocantes a cada provincia dignas de ser sabidas”.
En esta parte, además de los temas señalados por el título, se incluyen interesantes reflexiones sobre la cronología “las formas de numerar los tiempos antiguos”, sobre las causas por los que los hombres son negros y existen las razas, notas sobre el poblamiento del Africa, sobre las idolatrías de algunos pueblos de la India y una discusión de si en Etiopía se conoció al verdadero Dios.
2. “La Segunda Parte describe el origen de estos Indios de nuestras Indias Occidenta¬les deducido desde Adán, con otras curiosidades peregrinas dignas de ser sabidas de los curiosos”.
En esta sección se refieren temas como la invención de las letras por Adán y su di¬fusión por Abraham y los beneficios que de ello deriva para el conocimiento histó¬rico, o los avances de la colonizacion cartaginesa; de los animales engendrados en la región del aire, notas sobre la primera guerra hecha en el mundo por Niño, rey de los Babilonios, descripción de las tres Indias; relato de la ayuda que Osiris dio a España cuando ésta se hallaba tiranizada, comparación entre los ritos de los indios Orientales y Occidentales y advertencias sobre el peligro de la idolatría en los pue¬blos antiguos. Todo esto sazonado con abundates anotaciones cronológicas, donde se relacionan culturas y continentes distintos durante un mismo momento. El tema principal de esta sección es la probanza de la filación de los indios americanos.
3. “La Tercera Parte donde se trata y escrive el modo con que se sustentaron y gover- naron nuestros indios occidentales antes de que los señores ingas comenzassen a reynar y de muchas cosas que hay de admiración en el Pirú”.
En esta tercera parte que, si bien, comienza con anotaciones sobre las navegacio¬nes antiguas y modernas y las posibilidades de que existan verdaderamente los monstruos, y se continúa con reflexiones sobre la expansión del arrianismo por el mundo, se concentra el mayor esfuerzo historiografico en cuanto a lo que de histo¬ria andina se refiere.
Luego de hacer un interesante desarrollo de la historia de la evangelizacion en el mundo, el cronista se detiene en el estudio de los Quipos, resaltando su importancia pa¬ra el criterio de historicidad.
El tema propiamente andino lo empieza con un análisis de la Idolatría de los anti¬guos peruanos, comparando la mitología de los paganos clásicos con la religión que¬chua. Estudia también los sacrificios, la adivinación y la invocación del demonio entre los peruanos, advirtiendo de sus peligros y la necesidasd de extirparlos.
Cuenta detalladamente la leyenda de Manco Cápac y la historia de sus descen¬dientes, haciendo especial incapié en sus costumbres y conquistas, deteniéndose espe¬cialmente en la de Quito. Hay una predilección por el recuento pormenorizado de las batallas y escaramuzas, y de la repoducción de los discursos que los incas y generales daban en cada ocasión, al estilo de Jenofonte, utilizando la técnica de los perfiles psico¬lógicos de sus actores y un estudio de la etimología de sus nombres. También se intere¬sa por los mitos e historias de los pueblos conquistados
Realiza también un esfuerzo por ofrecer permanentemente una cronología compartida que señala lo que sucede contemporáneamente en Europa y el Fterú, señalando quienes go¬biernan, qué Rapa reina en Roma, qué grandes acontecimientos suceden. Compara también procesos paralelos, los árabes y los incas, los moldavos y los chimúes.
Estudia también a los funcionarios del Tahuantisuyo, la expediciones de descubri¬miento a las islas de Nina Chumbi, los avances de los descubridores españoles y el de¬talladísimo recuento de la guerra de Huascar y Atahuallpa, en la que abunda .además de batallas y maquiavélicas intrigas, la romántica historia del amor de la hermosa Curi- collor y su aguerrido amante.
Finalmente cabría anotar que la Miscelánea Antártica es una pieza clave en la comprensión del proceso de formación de la Cultura Barroca, a la cual antecede inme¬diatamente, y con la cual tendrá notables semejanzas. En sus páginas se opta por una explicación del mundo desde la óptica de la Escolástica y de una visión que tendrá to¬davía una notable vigencia entre ciertos círculos intelectuales durante el siglo XVII. La¬mentablemente, la ausencia de ediciones contemporáneas a la Miscelánea impedirá que sus páginas sean citadas y ejerzan una labor didáctica en los años posteriores a su conclusión.
BIBLIOGRAFÍA
• CABELLO DE VALBOA, Miguel.
Miscelánea Antártica: Una historia del Perú Antiguo Con prólogo, notas e índices a cargo del Instituto de Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. U. N. M. S. M., Facultad de Letras. Instituto de Etno¬logía, Lima 1951.
• CASSANI, Jorge Luis.
Del Epos a la Historia Científica. Una visión de la historiografía a través del método. Bs. As. Novoa, 1966.
• GARCIA, Gregorio.
Origen de los Indios del Nuevo Mundo Estudio Preliminar a cargo de Franklin Pease. México, FC.E. 1981. . PORRAS BARRENECHEA, Raúl.
Los Cronistas del Perú. San Martí, Lima 1964.
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