Хуан Анелло Олива. История Королевства и Провинций Перу (1631).
Juan Anello Oliva. HISTORIA DEL REINO Y PROVINCIAS DEL PERÚ (1631).
Juan Anello Oliva. HISTORIA DEL REINO Y PROVINCIAS DEL PERÚ
de sus Incas Reyes
Descubrimiento y Conquista por los españoles
de la Corona de Castilla
con otras singularidades concernientes
á la Historia.
Escrito en 1598; y publicado, después de tres siglos,
Esta obra es propiedad de los editores.
LIMA
IMPRENTA Y LIBRERÍA DE S. PEDRO
CALLE Y PLAZA DE S. PEDRO, 96
1895
Pertenece el manuscrito original de e-te libro
á la Biblioteca del Sr. Dr. D. Felipe Várela y Valle,
de Lima.
APPROBAQION DEL PADRE ALONSO MESSIA
DE LA COMPAÑÍA DE JHS.
Por comnñssión del Padre Nicolás Duran Prouin-
yial de la Compañía de Jesús de esta Prouincia del Perú.
He reconocido esta historia diuidida en quatro libros,
que escribió el Padre Annello Oliua de la misma Com-
pañía de ios Varones ynsignes della, que con zelo sanc-
to de la conuersion de las Almas vinieron a este tan
dilatado Reyno del Perú, en el estilo, y erudición reco-
noce la historia al author, tanto con mayor estima de
su trabajo, quanto le escribe, no, en su propia lengua,
sino en la que loes tan difficultosa como la española,
que aprendió, y habla con singular propiedad. En el
libro primero, que es de la historia del Perú, y su des-
cubrimiento escoge lo que ha parecido mas verdadero,
dándole el Justo peso, que en cosas tan antiguas pudo
hallar, y en concordar los tiempos lo mas puesto en ra-
con, y en las Virtudes de los Varones Apostólicos (que
trata en el segundo, tercer, y quarto libro) lo mas pió, y
denoto, y en todo muestra summo cuydado, piedad, y
religión conocida descubriendo la mucha de sus ante-
passados, que en tanto augmento de la Christiandad
deste Reyno florecieron a mayor gloria del señor, y no se
deue hazer difficultoso lo que se dice, por muy singular,
y sublimado que sea, pues el crédito, que tiene ganado
nuestra religión con sus hijos, y empleos es grande, y
Dios tan admirable en sus sieruos, y sanctos. Y en lo
que toca á la doctrina seria atreuimiento no juzgar lo
que se debe, pues es sancta, pia, y catholica, y temeri-
dad mia el notarla en un apiye solo, y assi Juzgo, que se
le pueden, y deben honrar trabajos tan lucidos con li-
cencia para que se ympriman. Dada en nuestro Cole-
gio de San Pablo de ía Compañía de Jhs de Lima. l-u de
Marco 1(131.
ALONSO MESSIA.
APPROBAQION DEL PADRE FRANCISCO DE
VILLALÜA DE LA COMPAÑÍA DE JHS.
Por Orden del Padre Nicolás Duran Prouincial des ta
Prouincia del Perú he visto los quatro libros que el Pa-
dre Anello Oliua de la misma Compañía ha escrito: el
primero en que clara, y distinctamente da noticia de los
Incas del Perú, y cosas particulares deste Reyno, y los
otros tres, en que trata de los Varones Ilustres, que la
Compañía ha tenido en esta Prouincia escribiendo sus
Heroycas Virtudes con toda sinceridad, y verdad sin en-
carecimientos, ni cosa, que pueda offender a los que lo
leyeren, antes hallaran en ellos los verdaderos hijos de la
compañía heroycas virtudes, que imitar, y espero en
nuestro señor, que sera de gran fruoto, y sérmelo de su
Magestad, si salieren a luz por que no tiene cosa contra
las buenas costumbres, antes sana, y muy catholica
doctrina. Fecha en uro. Colegio de San Pablo de Lima
a 10 de Marco de 1631.
FRANCISCO DE VILLA LÚA.
— Vil —
APPROBACTON DEL PADRE JUAN QAPATA
LECTOR DE THEOLOGIA DE LA COMPAÑÍA DE
JHS.
He visto por ord^n de la obediencia esta historia de
los Varones Ilustres de la Prouincia de el Perú de la com-
pañía de Jhs compuesta, y diuidida Por el Padre Joan
Anello Oliua en quatro libros, no contiene cosa contra
nuestra sancta fe. Puede seruir a los Religiosos de in-
centiuo a la perfección, de hacerles muy posible lo mas
difícil de la Virtud; y a los demás fieles de ala va r al Se-
ñor en sus sieruos, de estimar el estado religioso que
llena tales fructos, y de despertar sus ánimos a la pu-
rera euangelica cada qual dentro su esfera pues en estas
Vidas ay originales para uno, y otro, y assi juzgo me-
recer este loable trabajo la emprenta. Dada en uro.
Colegio de Lima a lo de Marco de 1031.
JOAN QAPATA.
— IX —
APROBACIÓN DEL Pe. FCO. DE VILLALVA
DE LA COMP
Mandóme V. R. que Leyesse la Historia repartida
en quatro partes por el Pe. Anello Oliua de la compa.
de Jhs cuyo principal assumpto son (después de dar
noticia breue de los Incas señores deste Reyno) Las
Vidas de Varones illustres que en nra provin-
cia del Perú resplandecieron con virtudes heroycas.
Leyla con igual admiración y gusto : admiróme La
facilidad conque supo usurparnos Los primores de la
lengua castellana quien nació y se crio fuera de Es-
paña; y La puntualidad conque averigua cosas acon-
tecidas en partes tan distantes, sin perjudicar con los
cuydados de historiador Las obligaciones de Superior
quien lo fue muchos años; a imitación de los grandes
Prelados de la Iglesia que no por esso fueron malos
pastores de los fieles por ser tan buenos coronistas
de los Sanctos: Deleytome La Llaneza con que tra-
ta Las materias que toca; que por Leuantarlas con
mucha delgadeza muchos, no pueden gozar todos La
hermosura que tienen sus escritos malogrado sus fa-
tigas La altura en que Las ponen, como la cabeca de
Minerua cuya perfection obscureció La distancia que
Alcamenes inadvertido no previno, pero el autor tan
mirado como Phidias a todo se acomoda, y tan curio-
so como el otro corta quanclo conviene La pluma tan
delgada Leuantando puntos prouechosos al alma que
merecen La emprenta para el libro que no contiene
cosa, que alas costumbres dañe ni á la fee contradiga.
Del Collegio de S. Pablo de Lima á lo de Marco de
um.
FRANCO, DE VILLALVA.
— XI —
APROBACIÓN DEL Pe JUAN (JAPATA DE LA
OOMP DE JHS
Por gusto de la obediencia he pasado los ojos por
esta historia de los Varones Ilustres de nuestra com-
pañía de Jhs en esta Prouincia de el Piru (como en
plata y oro no menos dichoso en prodijios de virtud.)
que saca a luz el Padre Joan Anuello Oliua repartida
en quatro libros. Ocupación canonigada por de hom-
bre sabio por la suprema subiduria Saju’eufiain anfi-
quorum e.rquiret sapiens. Y sobre no descubrir en ella,
que contrauenga á la pureca de nuestra fe catholica.
Merece a su autor retornos de mayor gratitud en ser-
uir a la Christiandad exemplares de lo quilatado de la
vida perfecta. Quanto los exemplos mas que racones
y conceptos incitan la couardia de nuestra flaqueza á
la cumbre de santidad. Obra es de valentía diurna
dar vida alas genicas difuntas y resuscitar virtudes
no de quatro dias sino de largos años de un sepulcro
de el oluido, y mano tan hacañosa merece la estampa
donde Viua inmortal, por que logre premio ajustado
al beneficio . En nuestro Colejio de S. Pablo dé Lima
á 9 de Marco de 631.
JOAN QAPATA.
— XIII —
LICENCIA
Yo Nicolás Duran Prouincial de la Compañía de
Jesús en la Prouincia del Perú, por particular comi-
sión que tengo de Nuestro Padre General Mucio Yite-
Ueschi, doy Licencia para que se imprima la Historia
de las vidas de los varones insignes de la Compañía de
Jesús de esta Provincia, dividida en quatro libros, que
a compuesto el Padre Anello Oliua religioso de la di-
cha compañía, la qual a sido vista y examinada por
personas graues y doctas de Nuestra Religión. En
testimonio de lo qual, di esta firmada de mi nombre,
y sellada con el sello de mi officio. Lima diez de Mar-
co de 1031.
NICOLÁS DURAN.
(L. S.).
— XV —
AL MUY EDO. Pe. NUESTRO
MUTIO YITELLESCHI PREPÓSITO GENERAL DE
LA COMPAÑÍA DE JESÚS
Con muy gran propiedad comparan los sabios el Pa-
dre de familia centro del circulo: fundados en aquellas
palabras de Job in circuitn meo, pueri mei que aun-Job r .,9 n 5
que algunos entienden los criados que seruian y estaban al
rededor del Sancto Propheta: pero los modernos con Nice-
tas y el Angélico Doctor explican, sus hijos, por auerse
con ellos como centro; Milis in circuitu (dice Nice- lu su .
tas) utinilhim, tan quam in centrum oculorum animique t»m.
aciem intentam haberent: que los hijos de Job tenían cla-
uaclos los ojos en el como en su fin y centro, y sin duda
lo es el Padre respetto de sus hijos; el centro, no se incli-
na mas a una parte que a otra mirándolas todas igual-
mente, es el principio que da ser y perfección a cada
una de las lineas quia sicut totum centrum (dice un Memloza
Doctor) terminat omnes lineas et totum síngalas ita to- v} Reg.’e. i.
fus Peder clebet ómnibus filüs et totus singulis instruen- ect’ 4 n 30′
dis oceupari mas como todas las lineas van a parar
al centro y a el se enderecan y encaminan fixando su
ser en solo el, assi los hijos en el Padre y a el como a su
punto fixo enderecan y encaminan sus obras. Es Y. P.
(Nro. P.) en la redondez y circunferencia del mundo cen-
tro de quien salen tantas y tan perfectas lineas, quantos
son sus innumerables hijos que llegan asta los últimos
fines de la tierra dando Y. P. con tanta igualdad y recti-
tud la dispocision y perfección que experimentamos sus
hijos que con la celestial enseñanca y prudentissimo go-
uierno estamos como pendientes de sus acertados orde-
nes y sanctas directiones no menos que lo están las li-
neas de fu centro; y pues sin merecerlo me hallo ser una
de ellas consideróme á V. P. como mi centro quando en
el primer gouierno que tuno de Rector en el mas princi-
pal Colegio de Ñapóles (aun antes de ser professo) pro-
nostico auia ele ser cabeca general de la Compañía y yo
en los primeros años de Religión subdito, executando Y.
P. la orden de nuestro Padre Claudio de feliz recorda-
— XVI
cion sali de la presencia de A”. P. dándome como amoro-
so y verdadero Padre su bendición, principio de la linea
tan larga de tan largo viage para estas Indias occiden-
tales.
Y si la linea se dirige y encamina al centro en quien
estriba dichose esta que a Y. P. se avia de dirigir y enca-
minar esta mi obra si pobre por el autor y estilo, rica
por el ojeto que mira y sugetos de que trata que son
Varones illustres de nuestra compañia en este poderoso
Imperio del Perú de donde si otros embian a sus Padres
naturales oro, plata, y piedras preciosas, las que offres-
co a Y. P. como padre espiritual son vidas de Sanctos
varones hijos suyos y de nuestra madre la compañia Mi-
na preciosissima de singulares exemplos para colocar en
los thesoros de esta militante Iglesia enseñanza de hijos
de la Compañia y para gloria del soberano Señor que nos
guarde a V. P. como la uniuersal compañia a menester
y este su menor y mas humilde hijo le suplica.
Lima y Mayo 20 de 1631.
La antigüedad de escribir vidas de varones ylustres
•si bien se mira se hallara ser la misma, que de la creación
del mundo: por que aunque sea verdad que en su prin-
cipio no vbo letras, ni caracteres; escribíanse en las me-
morias por relación de padres a hijos, heredándose unos
a otros los heroicos hechos y grandes agañas de sus ante-
passados, hasta que después de años y edades comeaga-
i’on las cifras en ojas de arboles que con el tiempo se me-
joraron en caracteres distinctos y letras formadas, cuios pnm»n.b
primeros inuentores fueron los Assirios, siguiéronse los
Phoenices que las dieron a los Griegos de donde y de sus
pueblos antiquissimos llamados Pelagios se communica-
ron a los latinos. Con ellas se escribieron si mas com-
modamente también con maior certega y verdad y sí es-
ta es maior en las sagradas. En ellas se hallan escritas
un numero sin numero de Vidas de Varones Ylustres, por
que comengando por el primer libro del Génesis verán
assi este como los mas de la sagrada escritura matigados
con ellas y el Ecclesiastico hace especialissimos elogios
desde el capitulo -44 que comienga: Gaudemus vivos glo-
riosos, et párenles nostros in generatione sua: hasta el
fin de su libro: y el Apóstol San Pablo en la epístola a
los Hebreos a lo largo refiere la fee de los antiguos Pa-
dres; y assi no me admira que los philosophos gentiles
pusiesen tan gran cuydaclo en escribir Vidas de Varones
Ylustres, por que fueron instruidos de la misma lumbre
natural y del Author de la naturaleza para que lo higies-
— XVTil —
sen como cosa qne tanto importaba para la política y
buena enseñanza de los venideros.
Zenon philosopho preguntando aun oráculo (como
viuJÉnonis. refiere Diogenes Laercio) de que manera compondría
el orden de su vida y se amoldaría a la virtud conforme
la obligación de su estado; a pregunta tan substancial le
respondió el oráculo que tratando con los muertos y vis-
tiéndose de su color conseguiría el effecto de lo que de-
Aresi de 7o seaDa Y rumiando lo que se le auia respondido, hallo este
ínterpad p’hi- philosopho que en buen romance era communicase
mucho con los libros y en ellos leiesse Vidas de Varones
Ylustres y exemplares: y esto fue lo que también respon-
dió el otro sabio que entre los demás auia traydo el Rey
Ptolonieo d^ Judea para la translación de la diuina escri-
tura, porque preguntado del mismo Ptolomeo, en que
N^oies’iLibe flebia un Reí mas ocupar el tiempo? le respondió: in rerum
tirap-15.” gestaruní cognifiove, in leqevdis que inciiuibentinm ape-
rital libfllis temporisplurimum assvinere ojjoiief; et qne
cuín que ad conseruanda regna, einendandos qve honiinus
mores scripta snnt perquirere: Por esta racon sabe-
mos del sabio Reí Don Alonso que en todas las jornadas
y viages que higo siempre lleuo consigo a Tito Linio y a
los comentarios de Qesar en que leva cada dia; y decia
de si mismo muchas veces que se jusgaba muy fioxo y
tosco en las cosas militares y manejo de las guerras res-
pecto de Julio (Jesar y en la historia del reino de Ñapóles
refiere Pandulpho Colomicio del mesmo Reí don Alonso
que estando en la ciudad de Ñapóles higo buscar por to-
da Italia las medallas y monedas antiguas, donde estu-
uiese esculpida la imagen de Cesar, y las tuuo como cosa
sagrado guardadas en una caxita rica y bien adornada y
solía decir que solamente en mirarlas le paregia que le
inflamaban y le engendian al amor de la virtud y gloria;
que es lo mesmo que Salustio refiere en el prohemio que
hage de bello Lugurtino, de Quinto Máximo, Publio Sci-
pion y otros giudadanos Romanos que solo con ver las
imágenes y retratos de sus antepassados se engendian y
inflamaban a la virtud y a heroicas bacanas; por donde fue
costumbre entre los Romanos de pintar en liengos las
imágenes y retratos de sus antepassados con las victorias
y trmmphos que auian alcangado y fueron tenidas en tan
punioLib. 35 gran veneración estas imágenes que testifica Plinio,
que no era licito al que compraba una casa, donde estu-
uiessen colgadas, el descolgarlas y quitarlas, quedando
con esto victoriosas las mismas paredes en aquellas ha-
— XIX —
cañas que repressentaban, a.liceforis (dice Plinio) et airea
¡imina auiínoi’iim ingentinni imagines erant affixis hos-
tia m spolisi. que neo en< .piori refringere liceret, trium-
phabant que eiian Dominis mutatis ipse domas.
Plutarco dize que quando auian de entrarlos Roma-
nos en alguna batalla llebaban consigo las medallas re-
pressentatiuas de los heroicos hechos de sus padres: para
con solo vellas encenderse á imitallos alcancando iguales Hist Ec]e (ie
triumphos, y los Lacedemonios tuuieron por costumbre riiieda Lih. :í
como refiere Pineda de lleuar a sus hijos alas cenas íaTa.'^pe.1 de
communes para que oyessen muchos exemplos de virtu-
des y hacañas de los antepassados que de industria alli
se decían para que se aficionasen a ser buenos viendo
tener en memoria honrrosa á los que lo auian sido.
Pero con estos dos incentiuos y despertadores para
la imitación tuuieron otro tercero que fueron las Vidas
escritas de los mesmos Varones Ylustres; por donde Plu-
tarco escribió las de los Griegos y Romanos. Cicerón
(si queremos creer a Plinio) la de setecientos Varones
Ylustres. Apiano Al exandrino los hechos de los Empe-
radores Romanos Charon; Cartaginense quatro libros de
Varones Ylustres y otros quatro de Matronas Ynsignes.
Diogenes Laercio escribió las vidas y costumbres de
los philosophos en dies libros. Philon Herenio treinta libros
de las ciudades y Varones Ylustres. Suetonio Tranquilo, •
las de los doce (pesares, —fuera de estas escribieron vidas
de emperadores, Coruelio Tácito, Julio Cordo, Optagiano,
Fabio Margelo, Julio Capitolino, Elio Campridio, Flauio,
Eutropio y Oracio.—De los griegos Herodoto, Dion y Ap-
piano. Y finalmente Paulo Jouio en dos tomos escribió las
Vidas de los Varones Ylustres hasta los de la Casa Otho-
mana y tercero tomo, de solos elogios. Juan Sedeño veci-
no de Arénalo summa las Vidas de ducientos y veinte y
quatro Varones Ylustres. Frai Benito Gonorio monje Ce-
lestino las Vidas de los Padres del occidente en siete li-
bros. Genandio de Marsella de los Varones Ylustres del
tiempo de Theodosio y de los Pontífices Romanos, Paulo
Diaiouo, Guido de Rabena, Sigisberto monje, Hugo Flo-
riano. Sicardo Cremonense, Sozomeno, Landulpho Caro-
notense, Platina y el Doctor Illescas que prosigue glorio-
samente Bavia.
Pero mejores que todos y mas a nuestro proposito
san Gerónimo Doctor de la Iglesia escribió las vidas de
sancta Paula, de San Hilarión y de otros muchos sanctos.
San Gregorio Magno las de un gran numero de sanctos
San Zocimas la de sancta María Egeptiaca; San Antonio»
Abad la de san Pablo primer Hermitaño; San Athanasio,.
de San Antonio; San Gregrorio Nazianzeno la de San
Basilio y de otros mártires; y San Ephreu la del mismo-
San Basilio, san Bernardo las vidas de san Malacbías su
grande amigo, de Gerardo su hermano y de Huno su dis-
cípulo; San Juan Chinaco empleo muchos días en escri-
bir las Vidas de los Sanctos Padres del Hiermo; el vene-
rable Beda del mismo San Juan Climaco y de otros mu-
chos sanctos, como san Antonino de Florencia gasta buena
parte de sus obras en este mismo intento, y por concluir
este catalogo otros muchos sanctos y doctores an tenido
por principal assumpto de sus escritos empleándolos en
Vidas de Varones Ylustres.
Pues si quisiessemos saber qual fue su fin y blanco
assi de los escritores en escribir vidas y pintarnos heroi-
cos echos como de los antiguos en buscar imágenes y re-
tratos de varones insignes, hallaremos no auer sido otro
que mouer los ánimos de los venideros a seguir y imirta
los passos de los antepassados, que los hijos no desdi-
gan de las pisadas de sus Padres, porque como bien
pondero san León Papa en el sermón de San Lorenco,
validiora sunt exempla, quam verba, et plenius est
opere docere, quam voee. Son mas fuertes los exemplos
que las palabras y mas efficaces para enseñar las obras
que las voces.
Este mismo fin a sido el mió en escribir las Vidas
de los Varones Ylustres de nuestra Compañia desta
Prouingia del Perú para que leyéndolas nuestros her-
manos les siruiessen como de imágenes y retratos vi-
uos, despertador continuo para la imitación de sus he-
roicas virtudes; por que assi como los que vienen de
ilustre linage, de generosa y esclarecida sangre, procu-
ran saber las hacañas, los gloriosos exemplos de sus
antepasados, de los que fundaron y ennoblecieron sus fa-
milias y casas, para tenerlos por dechado y hacer lo
que ellos, hicieron, assi también nosotros auiendo rezi-
bido de la mano de Dios nuestro Señor a los primeros
Padres que fundaron la Compañia en estos Reynos Oc
cidentales, por guias y maestros de la milicia espiritual
de ganar almas para su criador, debemos tomarlos por
espejo de nuestra vida y procurar con todas nuestras
tuercas imitarlos y seguirlos, de suerte que si por nues-
tra imperfección no pudiéremos sacar tan al viuo, tan
al propio, el retrato de sus muchas y exelentes virtu-
— XXI —
des, a lo menos imitemos la sombra y rastro dellas, y
por ventura para esto sera mi trabajo prouechoso, gusto-
so y agradable a mis hermanos, pues el deseo de imitar
hace que de contento el oir contar lo que se desea imi-
tar y que sea tan gustoso el saberlo, como es prouechoso
el obrarlo, pareciendonos a nuestros padres; que, en fin, los
fuertes nacen de los fuertes, y los buenos de los buenos,
como se ve en los mesmos animalesifortes creantur for-
tibus (dixo el Poeta Lyrico) et bouis est in niuencis, est
in equis pat.ru m virtus nec imbelleni feroces generunt
aquile columbean.
Motejaba a Sócrates un hombre noble diciendole que
era de bajo y afrentoso linage, replicóle el philosopho, es
verdad que mi linage me afrenta y deshonrra a mi, pero
tu deshonrras a tu linage, en esto ay culpa digna de re-
prehensión, en aquello solo desgracia que no merece re-
prehensión, pues por lo que no podemos evitar y nace-
mos con ello, ni merecemos vituperio ni alabanca; mili i st!b-!erwm1'
quidern (respondió Sócrates) genus decori est, tu vero ge-
ueri. Bien lejos estaran assi desta culpa, como de
esta desgracia los que se apreciaren de hijos de tales pa-
dres si imitaren sus virtudes, si sus vidas y costumbres
se parecieren a las de ellos, que como diurnamente cali-
fico el gran doctor de la Iglesia Gerónimo summa apud Ger. acicalan
Devm est nobilitas, claruin esse virtutibus, que la matris0^'"!»!
maior nobleca la que mas campea a los ojos de Dios es
ser un alma adornada y enrriquecida de virtudes y la
lumbrera de los Doctores san Ambrosio explico mas este
pensamiento en el libro que escribió de Roe et Arca cap.
Xprobati (dixo el sancto) viri genus virtutisprosapia est,
quia sicut hominum genus homines, ita animarunt ge-
mís virtutes sunt, etenim familie hominum splendore ge-
neris nobilitantur, animorum autem grafía clarijicatur
splendore virtutis.
Desta nobleza deseo mucho seamos codiciosos los de
la compañia; esta es la que me. mouio a emprender em-
pressa tan difficil y negocio tan arduo y desproporciona-
do a mis flacas fuerzas que requería sujecto del tamaño
de los auctores que nombramos y estilo tan alto como lo
pedia la misma materia y las cosas que mediante el diui-
ne fauor pienso tratar en esta historia.
El principio que tuuo fue bien remoto y sin el inten-
to del empeño en que después me halle, porque estando
en la ressidencia y missiones de Sancta Cruz déla Sierra
hice algunos apuntamientos de las virtudes de Padres
— XXII —
Ynsignes de la Compañía entresacados de las letras an-
imas solo con fin que le}rendolos a mis solas con ellos
aviuase mi espíritu y desechasse mitibiesa. Pero llama-
do después de la obediencia al Perú teniendo noticia de-
llus amigos }T Padres granes de la Prouincia Juzgaron de-
bía reuerlos, disponerlos y publicarlos para el bien común
de todos y estender mas él assumpto abracando las vidas
todas de los Yaronos Ylustres de ella; rehuse la carrera
por muchos dias assi por la grauedad de la historia como
por auerse de escribir en lenguaje que no era patrio, has-
ta que me higo entrar en ella el P.e Yissitador Goncalo
de Lira, que primero por cartas y después de palabra en
el Colegio de Chuquisaca, donde sanctamente fenegio, me
exorto a ello; reforgose esta orden y expresa voluntad de
mis superiores quando auiendose juntado Congregagion
Prouingial el año de 1630 para la elecgion de procurador
general en ella y en su nombre el P.e Prouingial Nicolás
Mastrillo Duran agradegiendome lo que auia comentado
de la historia me mando la lleuase adelante hasta dalle
fin; de suerte que tuuiesse pringipio con breuedad el
remitirla a la emprenta; cosa que adamaron y aplaudie-
ron todos los Venerables Padres de tan graue junta, cuya
voz es para mi voz de Dios y sus mandamientos divinos
en cuyo lugar la tengo 3' como a tal la debo mirar y con
religioso acatamiento reuerengiar y obedeger.
Otra ragon me a obligado a proseguir estaempressa
y diíficultosa nauegagion, un piadoso y debido agradeci-
miento, una sabrosa memoria y dulge recordagion de tan
sanctos varones que muchos dellos tratamos y conogimos
por cuios gloriosos trabajos se a seguido tanta gloria a
Dios Ntro. Señor y honor a Nfcra. común Madre Ta Com-
pañia. Procurase pues renouar la memoria de sus vidas
tan exemplares, que ya parege se iban oluidando y de es-
cribirlas sino como ellas meregen a lo menos de tal ma-
nera que ni el oluido las sepulte, ni el descuydo las escu-
resca, ni se pierda por falta de quien las escriba; assi que
sera este mi pequeño trabajo acgepto a Dios Ntro. Señor
según confio, debido a la buena memoria de nuestros pri-
meros Padres, prouechoso a mis hermanos, útil también
a los de fuera; a lo menos a mi aunque por mis flacas
f uergas pudiera ser graue, pero por ser parte de agrade-
cimiento espero en la infinita bondad que me le liara li-
gero.
La primera regla que dieron todos los antiguos y
prafessan los buenos historiadores en sus historias, es la
— XXIII —
verdad, quis nescit (dixo Cicerón) primean esse historie c«.-. Lil) ~,le
legem uequicl feítsi elicere eiudieit, eleinde nequid veri non
andiat. nequa suspicio greitie sit inscribeudo, nequei si-
multatis, y Estrabon, historie finis est ventas, nec strabo Lib. x
ostenteitíoni. sed fidei; veriteiti que historia componitur; 'on^-ai^-
para lo qual es muy á proposito lo que refiere Angelo
Policiano in Suetonium de Alexandro Magno que leiendo
una historia de sus ha cañas escrita con muchas mentiras
de Aristubulo Judio pensando ganarle la voluntud con la
lisonja, echándolas de ver Alexandro arrojó el libro
en el rio Ydaspe y vuelto a Aristivulo su athor que
estaba presente le dixo et tu Aristubide eodem
pacto precipiteinelus fueras. Este mismo paradero
auian de tener el dia de oy todas aquellas historias
con sus anthores que en escribirlas se apartaron de la
verdad forjando en ellas moustrosas mentiras. Por esso
hiriendo dellas no diré cosas inciertas y dudosas sino muy
sabidas y aueriguadas, eu muchas de las vidas contare lo
que yo mismo vi, oy y toque con las manos, pues el padre
de las misericordias fue seruido hacérmela en que cono-
ciese los mas de los varones insignes en sactidad, desta
Prouingia y algunos con íntima y espegialissima familia-
ridad, con que pude ver y notar no solamente las cosas
exteriores y patentes que extaban expuestas a los ojos
de muchos, pero algunas de las secretas que a pocos se
descubrían y para los que no co ni mullique ni conogí por
auer ya fenegido cuando llegue a esta prouingia del Perú
de la de Ñapóles por el mes de Setiembre del año de 1597
me e valido de la relagion gierta que me an dado de sus
cosas padres graues que los trataron y communicaron, y
lo tergero me an sido de grande importangia las letras
annuas y cartas de edificagion que conforme la loable
costumbre de la compañia usa escribir a los colegios de
la Prouingia desde la casa donde fallegio alguno de ella.
A que se an añadido apuntamientos originales que hi-
cieron algunos destos sanctos varones, por que las mer-
cedes y regalos que Dios Ntro. Señor haze á sus sieruos,
no se los hace para ellos solos sino para bien de muchos
y assi aunque ellos los quieran encubrir y con su secreto
y silengio nos dan exemplos de humildad; el mismo Se-
ñor los nueue a que los publiquen para que se consiga el
fruto en los otros que el pretende.
San Buenaventura refiere de su seraphico y glorioso
Pe . San Frangisco que quando regiuio la impression de
las llagas sagradas desio mucho encubrillas y después
— XXIV —
dudo si estaba obligado a manifestarlas y preguntando
en general a algunos de sus Sanctos compañeros si debe-
ría descubrir cierta vissitagion de Dios, le respondió uno
de los frailes, Padre sabed que Dios algunas veces os des-
cubre sus secretos no solamente para vuestro bien, sino
también para bien de otros, y assi tenéis racon de temer
no os castigue y reprehenda como a sieuo que escondió
su talento sino descubrieredes lo que para prouecho de
muchos os comunico para lo qual es bien traer a la me-
moria lo que refiere la Crónica de la Ilustrissima orden
de Qister, primera parte Lib. 4, Cap. 20, de Sancta Idel-
garda regaladissima esposa del Señor pone las mismas
palabras del historiador que son las que se siguen: estan-
do un dia en oración (ba hablando de la Sancta) oyó una
voz que bajando del gielo la amonestaba y mandaba ex-
pressamente que en adelante tuuiesse cuydado de escri-
bir y manifestar las reuelagiones que de Dios la fuesen
hechas; mas ella con encojimiento de mujer y con aque-
lla su natural verguenga auiendo mucho empacho de
descubrir los fauores que de su querido esposo rezibia y
temiendo los vanos y temerarios juigios de los hombres y
el que dirán del vulgo al pringipio dissimulo el obedeger
a lo que Dios la mandaba, hasta que por su inobedien-
gia la castigo el Señor con una graue enfermedad, y con
el dolor graue de ella la obligo á descubrir las reuelagio-
nes y favores del gielo, hasta aqui la Crónica de Qister
que prosigue eligiendo otras nueuas marauillas que como
no supiesse escribir la Sancta Virgen y estando enferma
en la cama, assi como tomo la pluma para executar la
orden y voluntad de Dios comengo a escribir perfecta-
mente como si lo ubiera aprendido y luego estuuo bue-
na y sana. Por esta ragon muchos sanctos publicaron y
aun escribieron los regalos secretissimos de su espíritu y
las dulguras de sus almas y los fauores admirables y di-
urnos con que el Señor los alentaba, sustentaba y trans-
formaba en si, los quales no pudiéramos saber si ellos
misinos no los ubieran publicado y si el Señor que era
liberal para con ellos enriquegiendolos con tanto secreto
no lo ubiera sido para con nosotros mouiendolos á publi-
car lo que de su poderosa mano auian reciuido para bien
suyo y nuestro, como lo hicieron nuestro glorioso Pe. San
Ignacio, la gloriosa Sancta Madre Theresa, Sancta Brí-
gida, Sancta Gertrudis, el Pe. Pedro Fabro y otros de
nuestros primeros padres.
De todas estas fuentes pues se an ordenado y sacado
casi todas las vidas de esta historia y aun esta verdad es la
que me a hecho entraren este piélago con mas esperan-
za de buen successo y prospera nauegacion; porque no
auemos de discurrir por las virtudes de las vidas de hom-
bres que a muchos siglos que fenecieron en cuya histo-
ria por su antigüedad podríamos añadir, y quitar o discu-
rrir como nos pareciese; pero escribimos de varones ilus-
tres que fueron en nuestros dias y que conocieron y tra-
taron familiarmente muchos de los que oy viuen para
que los que no los vieron, ni conocieron entiendan que
lo que de ellos dixeremos estará comprobado con el tes-
timonio de los que oy son vinos testimonios que intima-
mente los comununicaron y trataron.
El fin pues que me mouio á emprender esta obra fue
escribir precissamente las vidas de algunos padres desta
Prouincia del Perú, desembolber y descubrir al mundo
las excelentes virtudes que tubieron disimuladas y encu-
biertas con el velo déla humildad; después me pareció
ensanchar este mi propósito y abracar algunas cosas mas
como son saber el origen y fundación de la compañia en
este Occidente, quienes fueron los primeros Padres que
vinieron de Europa que la fundaron, el progreso y dis-
curso della hasta el año de 1G2S, que prouinciales la go-
uernaron, y pues el argumento es escribir de varones
ilustres en sanctidad assi sacerdotes coadjutores y novi-
cios que aun que tarde llegaron á la viña igualaron con
sus obras el premio de los demás jornaleros para lo qual
y para que alia claridad en todo diuidiré la historia en
quatro libros.
En el primero trataré de la extención grande de té-
rras, Reinos y Prouincias del Perú, por donde anduuie-
ron y trabajaron apostólicamente los hijos fieles de la
compañia; como entraron en la conquista de losthesoros
rriquissimos de las almas.
En el segundo las vidas de todos los Prouinciales que
gouemaron la prouincia desde el año de 15CS quando se
fundó hasta el de 1l& ele los libros y eapitulo.—
DE TODA LA HISTORIA
LIBRO PRIMERO, DE LOS REYNOS DEL
PERÚ; RETES QUE TUUO, DESCUBRIMIENTO
Y CONQUISTA PELLOS POR LOS
ESPAÑOLES: PRINQIPIO DÉLA PREDICAQION
EUANGELICA CON LA ENTRADA
DE LA RELIGIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JHS
Cap. 1.° De la latitud grande de tierras del Reyno
del Perú, de sus muchas Prouincias, y Variedad de len-
guas.
§ 1.° De donde se deriba este nombre Perú de su
ethimologia y origen.
§. 2. De la gran latitud de tierras, Reynos y
Prouingias y variedad de lenguas del Perú.
Cap. 2. Quien fue el Primero Rey Yuca; como esta-
blegiosu Reynado, quienes y quantos los que le sucedie-
ron.
>Í. 1.” De Manco Capac primero Rey Ynca del
Perú quienes fueron sus padres y tierra donde nagio.
§. 2 Del modo, y sagagidad grande, que tuuo
Manco Capac para ser primero Rey Ynca del Perú.
3. De Sinchi-Roca segundo Rey Yuca del
Perú.
í?. 4. De Lloque Yupanqui tergero Rey Ynca
del Perú.
§. 5. De Mayta Capac Amaro y de sus grandes
valentías, quarto Rey Ynca del Perú.
§. G. De Capac Yupanqui, quinto Rey Yuca del
Perú.
íj. 7. De Quispi Yupanqui, sexto Rey Ynca del
Perú.
— XXX —
§. 8. De Yauar Uacac el Prndente, séptimo Rey
Ynca del Perú.
!). De Topa Ynca y por otro nombre Yiraco-
cha, octano Rev Ynca del Perú.
^. 10. De Pachacuti,noueno Rey Ynca del Perú.
§. 11. De Topa Ynca Yupanqui décimo Rey Ynca
del Perú.
§. 12. De Guayna Capac, undécimo Rey Ynca
del Perú.
§. 13. De Huáscar y Atagualpa hermanos duodé-
cimo y décimo tercio Reyes Yncas del Perú.
Cap. 3. Quienes fueron y quantos los primeros des-
cubridores y conquistadores del Perú: las marauillas gran-
des que Dios obro para conseruarlos en su Conquista, y
possessionpara qne se predicara el Sancto Euangelio.
§. 1.° Como Don Francisco Picarro fue el prime
ro descubridor y conquistador del Perú y quienes fueron
sus primeros compañeros.
§. 2. Como solos trece compañeros quedaron a D.
Francisco Picarro pora el descubrimiento y conquista del
Perú: y quien dellos fue el primero que reconoció y en-
tro en el pueblo de Tumbez y de una gran marauilla que
obro Dios.
§. 3. Como D. Francisco Pigarro fue a España
y alcango la conquista del Perú del emperador Carlos
Quinto.
§. 4. De la muerte cruel que Atagualpa man-
do dar a su Hermano Huascas, y de la que se exequto en
el mismo’Atagualpa por los españoles en quien feneció
la linea y señorío de los Reyes Yucas.
§. 5. De algunas singularissimas marauillas
que obro Dios en fauor de los christianos y en aprobación
de nuestra Sancta fee para la conuersion del Perú.
Cap. 4. De las Ydolatrias. Ritos. Supertigiones y
gerernonias que tuuieron los indios del Perú en su gen-
tilidad.
§. l.° Como los indios del Perú en su gentili-
dad tuuieron algún conocimiento del Dios verdadero.
§. 2. De las muchas Ydolatrias, Ritos o Superti-
giones de los Yndios del Perú.
Cap. 5. De dos Géneros de riquegas y Thesoros del
Perú y quan grandes han sido y son.
Cap. G. Del estado miserable que tenia la Christian-
dad en el Perú desde que se gano hasta el año de 1508.
Cap. 7. Como el Rey Catholico embio la Religión
— XXXI —
déla Compañia de Jesus al Perú, quienes y quantos fue-
ron los primeros della que uinieron a fundarla y de las
cossas singulares, que acontecieron en el Viaje.
Cap. S. Como comego a florecer la christiandad en
el Perú mediante los ministerios de la Compañia y Pre-
dicagion euangelica del P.e Gerónimo Portillo.
l.° Del primero sermón que predico el P.e
Portillo en la Qiudad de Lima emogion grande que huuo
en ella, pringipios de nuestros ministerios y de la funda-
gion de la primera casa y yglesia de la Compañia.
§. 2. De la gran reformagion de costumbres y
Frecuengia de los Sacramentos con algunas particulares
conuersiones de Almas, que higo Dios mediante la entra-
da de la Compañia y Predicagion Euangelica del Padre
Gerónimo Ruyz Portillo para lo qual se describe prime-
ro la Qiudad de Lima.
§. 3. Prosigue la materia del passado, refierense
algunas particulares vocagiones con que llamo Nuestro
Señor a muchas personas a la Religión en espegial a la
Compañia mediante la predicagion y buen exemplo de
los della.
§. 4. Como el P.e Gerónimo Portillo fundo los
estudios de Lima, y de los demás Padres que uinieron de
Europa. De una gran marauilla que obro Dios en su
Viaje de la mar por medio de la Sancta Cruz.
Cap. 9. Del gran prouecho que se siguió en los in-
dios del Perú con el soccorro que les vino de Padres de
la Compañia.
* LIBRO PRIMERO *
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REYES QUE TUUO
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA
DELLOS
POR LOS ESPAÑOLES
Principio de la Predicación Euangelica
con la entrada
déla Religión déla Compañia
de Jesús
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d> la misma Compañía, natural de Ñapóles.
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©apítial© 1.
LATITUD GRANDE
DEL REINO DEL PERÚ DE SUS MUCHAS
PROUINQIAS Y VARIEDAD DE LENGUAS
¡AUEINDO de escribir las vidas de los varones
ilustres de mi sagrada religión, que para gran
gloria de Dios, y bien de las almas florecieron
en heroycas virtudes, y en grau sanctidad en
esta Prouincia del Perú: juzgo por necessario emplear
los capítulos deste primer libro en dar noticia deste la-
tissimo, y florentissimo Reino, donde tan sancta y apos-
tólicamente trabaxaron predicando el sancto Euan-
gelio. Y assi seruiran de introducción a las mesmas
vidas para no repetir en ellas, lo que de una vez sepuede
y deue saber al principio dellas; pues sera tuerca compre
hender siquiera por mayor la latitud grande que ay de
tierras en este nueuo mundo, y parte occidental, que
llamamos Perú; y hacer mención de sus muchos Rei-
nos y Prouincias, y variedad grande de lenguas, quie
nes fueron sus primeros Reies Yucas y quantos; las
muchas idolatrías; y supersticiones con la infinidad
de Ydolos que tenían los indios barbaros, y infieles,
que viuian mas como saluages, que como hombres ra-
cionales; la inmensidad de sus tesoros y riquezas; quie-
nes fueron los primeros descubridores y conquista-
dores que déla corona de Castilla y León vinie-
ron, y ganaron este Reino, el modo milagroso como le
conquistaron, y en el se comenco apredicar el sancto
Euangelio: El estado miserable que tenia la christiandad
por el año de 1568. como traxo Diosa la compañía en este
tan calamitoso tiempo; quienes fueron los primeros della,
que vinieron: El fruto grande que hicieron en la con-
4
LIB. 1. CAP. 1. § I.
quista de las almas, quantos y quienes los que successiua-
mente viniendo de Europa les siguieron. Materias son
estas muy diffusas: pero importantes para la intelligen-
gia de la Historia y de las vidas de los Varones Apostóli-
cos, discurriré con breuedad por solo aquello que podra
importar para la claridad de mi intento, Dando pues
principio á tan diffioultcsa nauegagion y fiado solo eu el
fauor del gielo y de la soberana Virgen, y de mi glorioso
Padre, y Patriarcha San Ygnagio veamos en este primer
capitulo quan grande sea la latitud de tierras del Perú:
la etbimologia, y deriuagión deste nombre; quantos
sus reinos y Prouingias con la variedad grande de len-
guas.
1 DE DONDE SE DERIBA ESTE NOMBRE PERÚ DE SU
ETHIMOLOGIA Y ORIGEN
ii/úiauán de -^os yn(b°s naturales deste occidente que llama
nombre w- mos nueuo mundo del Perú, nunca tuuieron, ni usaron
íniin para sig- -. , . . o i
nificarsure de nombre común y genérico para significar la región
que habitaban, como sabemos que en Europa llaman a
España los que viuen en sus liemos y Prouingias; Fran-
gía los della, y a Ytalia sus moradores, tanto (pie ni aun
al presente leusan, sino solo como de prestado le tienen
algunos que son los mas ladinos que tratan y comunican
con los Españoles: porque solamente usan todos del nom-
bre del pueblo, o pargialidad, deque cada uno es y don-
de nació.
Desta verdad sale otra que suppongo para saber
la deriuagión deste nombre; y es que pues no le tuuie-
.Vmijuvi*e- ron, ni usaron los indios naturales de la tierra, fue
l»ueít!r;,ca”o impuesto y bien acaso de los primeros españoles que la
vieron y como lo dan a entender todos los historiadores
que an escrito de la conquista y descubrimiento deste
nueuo mundo, espegialmente Pedro de Ciega de León
en diuersas partes de su historia, donde ofregiendose
occasion de hablar desta región, dige esta tierra que lla-
mamos Perú. El Padre Joseph de Acosta de mi sagrada
religión que escribió tan curiosa como doctamente de la
naturaleza deste nueuo orbe en el Libro primero, capi-
tulo trece, hablando también a este proposito dige estas
palabras.
DE LA ETHIMOLOG1A DEL NOMBRE PERÚ
” Ha sido costumbre muy ordinaria en estos descu-
” brimientos del nueuo mundo poner nombres a las tie-
rras y puertos de la occasion que se les ofrecía; y assi
” se entiende hauer pasado en nombrar a este Eeino
lí Piru. Acá es opinión, que un Rio en que a los prin-
vk cipios dieron los Españoles llamado por los naturales
” Piru, intitularon toda esa tierra Perú y es argumente
ík desto. que los indios naturales del Piru ni usan, ni sa-
beu tal nombre de su tierra.” Hasta aqui nuestro
Aeosta, que en lo que refiere hace mengion del Rio Pi
rua. donde algunos años después que se descubrió el Perú
se fundo el primer pueblo y ciudad de Españoles llama-
do San Miguel, y assi quieren algunos que el nombre
Piru se deribe y tenga su origen deste Rio Piru, o Pirua.
Opinión es esta no muy probable, pues algunos años
antes que se descubriesse este Rio cursaban los Es-
pañoles y nauegaban por la costa del Perú y por su
descubrimiento, como veremos adelante, y assi por
este tiempo forzosamente auian de usar de algún
nombre significatiuo de la Prouincia que descubrían.
El P. Blas Valera también de mi sagrada religión en su
historia (que no mereció la emprenta y quedo quemada
en el saco de Cádiz quando por el año de 159(5 la toma-
ron los yngleses) en las reliquias que quedaron de sus
papeles y que alcance Gargilasso de la Vega y refiere en
la primera parte de sus comentarios reales dice assi:
” El Reino del Perú ilustre y famoso y muy grande, don-
” de ay mucha cantidad de oro y plata, y otros metales
*’ ricos de cuya abundancia nagio el refrán, que para de-
” gir que un hombre es rico, dicen tienen un Perú. Este
u nombre fue nueuamente impuesto por los Españoles a
” aquel Ymperio de los Yncas, nombre puesto acaso y no
11 propio, y por tanto de los yndios no conogido, antes
k£ por ser bárbaro tan aborregido, que ninguno dellos lo
” quiera usar, solamente lo usan los Españoles, la nuéua
k’ imposigion del, no significa riquezas, ni otra cosa gran-
kk de y como la imposigion del vocablo fue nueua, assi
*’ también lo que la significación de las riquezas, porque
procedieron de la felicidad de los successos. Este nom-
kk bre Pelu, entre los yndios barbaros que habitan entre
*’ Panamá y Guaiaquil es nombre apelatiuo que significa
” rio. también es nombre propio de cierta ysla que se 11a-
kí ma Pelua, o Perú. Pues como los primeros Conquista-
” dores Españoles nauegando desde Panamá llegassen a
*{ aquellos lugares primero que a otros les agrado tanto
LIB. 1. CAP. 1. § I.
aquel nombre Perú, o Pelaa, que como si significara
” alguna cosa grande y señalada lo abracaron para ñora
brar con el qualquiera otra cosa que hallassen, como lo
higieron en llamar Perú, a todo el Ymperio de los Yn-
” cas. Muchos ubo que no se agradaron del nombre Perú,
” y por ende le llamaron la uueua Castilla. Estos dos ñora-
” bres impusieron a aquel gran Reino y los usan de ordi-
” nariolos escribanos reales y notarios ecclesiasticos, aun-
‘* que en Europa y en otros Reinos anteponen el nombre
” Perú, al otro.” Hasta aqui el Padre Yalera que he saca-
do a la letra del Ynca Garcilasso de la Vega, que precián-
dose de su nacimiento no rehusa acada passo llamarse
yndio en su historia y es el que mejor a mi ver la escribió
4. e. de todos los historiadores para las cosas tocantes al
Perú, porque fue grande escudriñador dellas, y que con
claridad las refiere en sus comentarios que diuide en dos
partes y en la primera, Libro primero, cap.0 -í, 5 y 6,
curiosamente busca el origen y deducgion deste nombre
Perú, lo qual no e hallado en otro auctor. Este pues deter-
minando lo que los demás que aya sido impuesto acaso
de los Españoles y que sea nombre apelatiuo del Rio que
es Pelu, mudándose la L en R añade que pudo ser tam-
bién nombre propio de un yndio llamado Beru auiendo-
se mudado la B en P nombre usado antiguamente entre
los yndios de los llanos y no entre los que viuen en la sie-
rra, de suerte que este nombre Perú se deriua o del nom-
bre del yndio llamado Beru, o del nombre apelatiuo del Rio
que en la lengua de los yndios de aquella Prouingia de los
llanos es Pelu. Pero como se impusiese este nombre atodo
este Reino y con qneoccagion, quentalo el mismo Comen-
tador Garcilasso de la Vega en el capitulo 4 del primer
libro, que por hauer sido singular en alcangallo entre to-
dos los historiadores (pues ningún otro le refiere). Lo
pondré aqui a la letra como el le pone, con lo qual no se
le usurpara la y gloria que por ello se le debe que
comienga assi.
Pues eraos de tratar del Perú sera bien digamos aqui
como se introduxo este nombre, no lo teniendo los yndios
en su lenguage. Paralo qual es de saber que auiendo des-
cubierto la mar del Sur, Blasco Nuñez Balboa cauallero
natural de Xeres de Badaxoz año de 153 3, que fué el pri-
mer español que la descubrió, y auiendole dado los Reies
catholicos titulo de adelantado de aquella mar con la
conquista y gouierno de los Reinos que por ella descu-
briese, en los pocos años que después desta merged viuio
DE LA ETHTMOLOGIA DEL NOMBRE PERÚ 7
(hasta que su propio suegro el gouernador Pedro Arias
de Auila en lugar de muchas mercedes que auia meregido
y se le debían por sus hazañas le corto la cabega) tuuo es-
te cauallero cuydado de descubrir y saber que tierra era
y como se llamaba la que corre de Panamá adelante asia
el sur, para este effecto higo tres o quatro nauios los qua-
les miestras el aprestaua las cossas necessarias para su
descubrimiento y conquista, enviaba cada uno de por si
en diuersos tiempos del año á descubrir aquella costa; los
nauios auiendo hecho las diligengias que podían, holuian
con la relagion de muchas tierras que ay por aquella Ri-
bera. Un nauio destos subió mas que los otros y passo la
linea equinogial ala parte del sur y gerca della nauegan-
do costa a costa vio un yndio que a la boca de un rio de
muchos que por toda aquella tierra entran en la mar esta-
ba pescando. Los Españoles del nauio con todo el recato
possible echaron en tierra lexos de donde el yndio estaba
quatro españoles grandes corredores y nadadores para
que no se le fuese por tierra ni por agua, hecha esta
diligengia passaron con el nauio por delante del yn-
dio para qne pussiese los ojos en el y se descuydase
déla gelada que le dexaban armada. El yndio viendo en
la mar una cosa tan estraña y no vista en aquella costa,
como era nauegar un nauio a todas velas, se admiro gran-
demente y quedo suspenso, imaginando que pudiese ser
y tanto se embebegio y enageno en este pensamiento que
primero le tubieron abragado los que le yban a prender que
el los sintiesse llegar y assi lo lleuaron al nauio con mucha
fiesta y regogijo de todos; los Españoles auiendoleacarigia-
do por que perdiese el miedo que de verlos con barbas y
en differente trage que el suyo auia cobrado le pregunta-
ron por señasy por palabras que tierra era aquella y co-
mo se llamaba? El yndio por los ademanes y meneos que
con manos y rostro le hagian (como a un mudo) enten-
día que le preguntaban, mas no entendía que era lo
que le preguntaban, y á lo que entendió que era el pre-
guntarle respondió apriega, (antes que le higiessen algún
mal) y nombro su propio nombre digiendo Beru, y añidió
otro y dixo Pelu, quiso degirsi me preguntáis como me-
lla mo yo me digo Beru, y si me preguntáis donde esta-
ba, digo que estaba en el rio por que es de saber
que el nombre Pelu en el lenguage de aquella Pro-
uingia es nombre apelatiuo y significa rio en común.
Los christianos entendieron conforme á su desseo, ima-
ginando que el yndio les auia entendido y respondido
s
LIB. i. CAP. J. $
aproposito, como si el y ellos ubieran ablado en castella-
no, y desde aquel tiempo que fue el año de mil y quinien-
tos y quince o dies y seis llamaron Perú aquel riquissimo
y grande ymperio, corrompiendo ambos nombres.
Otros que presumen de mas entendidos, q. son los
modernos corrompen dos letras y en sus historias dicen
Piru. Los historiadores antiguos como son Pedro de Ciega
de León y el contador Augustin de Qarate y Francisco
López de Gomara y Diego Fernandez natural de Palen-
gia y aun el Pe Fray Gerónimo Román con ser de los
modernos todos le llaman Perú y no Piru; y como aquel
paraje donde esto sucedió agertasse a ser termino de la
tierra que los Reyes Incas tenían por aquella parte con-
quistada y sujeta a su Imperio, llamaron después Perú a
todo lo que hay desde alli; que es el parage de Quitu has-
ta charcas, que fue lo mas principal que ellos señorearon
y son mas de setegientas leguas de largo, y aunque su ym-
perio passaba hasta Chile que son otras quinientas leguas
adelante y es otro muy rico y fertilissimo Reino. Hasta
aqui el capitulo del Inca Gargilasso de la Vega, que qui-
se poner tan á la letra, assi por dar acada uno lo que fue-
re suyo, como también para que se supiera la verdadera
deducgion y origen del nombre Perú tan gelebre en el
mundo, con lo cual podremos passar adelante y degir de
la. latitud grande de sus tierras, Reinos y Prouingias y
de la gran variedad de lenguas.
S 2 LATITUD GRANDE DE TIERRAS.
REINOS Y PROUINgiAS Y VARIEDAD DE LENGUAS
DEL PERÚ.
Es tanta la latitud de tierras deste fíoridissimo Rei- .
no del Perú que dudo aya otro que se le iguale. Poi-
que si le quissieremos considerar tomando este mombre
Perú latamente, desuerte que comienge desde tierra fir-
me o puerco de Sancta Martha, que es el un extremo has-
ta lo ultimo del Reino de Chile que es el otro destas Indias
(que Antonio de Herrera en sus decadas llama meridio-
nales) y por donde an discurrido y discurren los Varones
Apostólicos de la Compañía de Jesús, hallaremos tiene
longitud de norte á. sur cerca de mil y setecientas leguas
que hagen ginco mil y gien millas ytalianas. Pero toman-
DE LA LATITUD DE LOS REYXOS DEL PERÚ 0
do el Reino del Perú concisamente por lo que solamente
señorearon los Reyes Incas, quando entraron los Espa-
ñoles en el, comienca desde el rio Ancasmayu que corre
entre los confines de Quitu y Pastu, basta el otro rio
Mauli que corre Lestehueste passado el reino de Chile;
entre estos dos rios ponen los que bien gradúan la tierra,
poco menos de mil y trecientas leguas de largo, porque des-
de el rio Ancaosmayu (que en lengua de los indios quiere
elegir rio azul) hasta los Chichas que es la ultima prouin-
cia de los Charcas norte sur tiene setegientas y ginquenta
leguas de largo, que con otras quinientas y ginquenta del
Reino de Chile ha gen las mil y trescientas leguas que di-
go de longitud. Al Leuante tiene por termino la innac-
cessible cordillera denieue que corre desde Sancta Martha
hasta el estrecho de Magallanes. Al poniente confina con
lámar del Sur que corre por toda su costa de largo
a largo que es lo ancho del Perú; con esta distingion
que de Leuante a Poniente es angosto, pues entre llanos,
que son los de la costa de la mar y montes en muchas
partes no passa de quarenta leguas de latitud y en algu-
nas tiene solo veinte. Pero por lo mas ancho que es
atrauessando desde la prouingia Muyupampa por los
Chachapoias hasta la ciudad de Truxillo que esta a la
costa de la mar, tiene ciento y veinte leguas de ancho y
desde Arica_á la prouingia Llaricassa son setenta leguas.
Estos sorTlos quatro términos de lo que señorearon los
Reies Incas. Mas en la hera pressente del Señorío de la
Corona de Castilla tomándose el nombre Perú latamente
sin comparagion es mucha mayor su latitud, porque
assi como su longitud de norte a sur comienga desde
Santa Martha, puerto antes del de Cartagena y se conti-
nua hasta el ultimo del Reino de Chile; assi también su
Latitud de oriente á Poniente que es desde la ciudad de
Lima, que esta al poniente hasta el Brasil que esta al orien-
te serán mas de seisgientas leguas por el ayre, que por
tierra son tres veces mas. Y pues es escussado dar
quenta en este lugar pormenor de toda esta gran Latitud
y Longitud de tierras, variedad de sitios, y diuersidad de
temples, por ser cossa muy prolixa, y fuera de mi inten-
to; que podra ver el curioso Lector en las descripsiones
de las yndias occidentales de Antonio Herrera, en la pri-
mera parte desús Decadas; y en las relaciones toscanas
de Juan Botero, contentarme he solo con degir del Perú
tomadocongisamente, que es loque solamente Señorea-
ron los Reies Incas y assi dando con claridad alguna ra-
LIB. 1. CAP. 1. § 2.
gon del. Digo que todo el Perú se diuide en tres partes, no
menos differente de sitio y forma, que de calidades y natu-
raleza que son llanos, sierra y Andes (termino del Perú)
porque junto ala mar la tierra es llana, baxa y con mu-
chos valles. Estos llanos tienen mas de quinientas leguas
de largo y dies hasta quince de ancho, al Leuante dellos se
leuantan dos sierras de montes, la una á vista de la otra,
que comengando (como quieren algunos) del estrecho de
Magallanes corren entre Panamá y el nombre de Dios has-
No íiueue ta tierra firme: la occidental se llama sierra, y la oriental
ni u¡eua’een Andes, o cordilleras. En los llanos ni llueue. ni nieua,
ios Hunos. niseoien truenos, bien si que en ellos ay algún inuierno
suaue y poco penoso que comienga desde Abril hasta fin
de Octubre y por estos meses aunque no llueue, pero ocu-
pan el ayre unas nieblinas raras y sutiles que distilau
agua bastante para humedeger la tierra, apagar el poluo,
sagonary traherlos panes a su perfecgion, y estas aguas
tan tenues y sutiles llaman garúas que también tienen
verdes y floridos los prados y llenos de pastos; con lo
corrígese qual se debe corregir Jnan Botero en la relagion que
jiünBot.To. iiage describiendo la America y esta parte del Perú, por-
que dige que en inuierno que comienga por Octubre y du-
ra hasta Abril ay estas garúas; siendo al renes y todo al
contrario, pues por estos meses es el verano, ylafuerga
délos calores sin que aya aparengia de garúas, ni de yn-
uierno. Pero como escribia de lexos y por relación no me
En íosAn espanto. En los Andes llueue de contino y por los mis-
cont!no.ie de mos messes que en Europa, y con tan grandes granizos y
truenos al pringipio, y fin delaslluuias, o quando entran
ysealgan las aguas que en esto se yguala ala tierra mas
lluuiosa de Europa. Pero con esta differengia, que en Eu-
ropa por aquellos meses de Octubre hasta Abril, quando
llueue son los fríos del inuierno; mas acá por los propios
meses aunque llueue y nieua como inuierno hage calor y es
la fuerga dellos como verano. Loqualnagede agercarse el
sol por este tiempo mas a nuestro zenit con que nos hiere
mas tiempo y mas de lleno como de alexarse por Abril has-
ta septiembre nage la fuerga de los fríos que aumenta el
viento Sur, que de ordinario reina por aquellos meses, en
saliendo de los llanos, y atrauessandose los montes y colla-
dos déla sierra, en giert-as partes della se experimentan re-
uolugiones de estomago y turbagiones de cabega, y se ma-
rean los hombres de la misma suerte que si nauegaran por
la mar, effecto que unos atribuyen á la mucha sutileza
de los ayres y vientos que corren por aquella altura, y otros
DE LA LATITUD DE LOS REYN0S DEL PERÚ 11
ala diuersidad dellos. pues por experiencia se vee^que en
los llanos el ayre es caliente, húmedo y gruesso. y en la sie-
rra o montes es seco frió v sutil: en los llanos es uniforme,
porque nunca sopla otro viento sino el sin’, y en la sierra es
vario y de muchas differencias; en los llanos, ni llueue, ni
nieua (como he dicho) y en la sierra ay uno y otro, y assi no
a y que marauillar que la complexión del hombre, sienta y
experimente destemplanza y alteración en si, pues la ay
tan grande en el ayre 3* en su costelagion.
Los llanos como siempre carecen de lluuia están por
esta racon arenosos, desiertos e infructíferos, exeptuase
de esta esterilidad los valles, que bañados de los rios que
vienen de la sierra }~ corren a la mar los hacen fértiles y
apassibles3r son muchos que beneficiados y cultiuados son
los que sustentan las ciudades con sus f ructos 3r cosechas.
Lo cultiuado destos valles nunca se alexa mas de una le-
gua por la una parte y otra de los rios y apenas oy
en muy pocas partes tienen cuatro por lo largo.
Demás de lo dicho ay algunas partes en los llanos El1 aimmas
-1 •. • . J -, 0 1 . T paites de los
con otra ventaja nías qne las semillas de alia prueban me-
joren la America que ñolas de la America fuera de ella.
pn.iundai Quantos sean los Reinos, quales las Prouingias
dei re™. ^T quan grandes ]as ciudades y poblaciones del Perú pe-
dia una larga relación, qual curiosamente la hage Anto-
nio de Herrera en sus descripciones de las yndias occiden-
tales y assi remitiéndome a ella y cuitando prolixidad en
este lugar Digo que los Reinos que estuuieron sngetos al
Ymperio y señorío de los Reies Yucas fueron el primero
y principal como silla y cabega de los demás el del Cuz-
co: a este se siguió el de Los Charcas: El tercero fue el
Reino de Quito, El quarto y ultimo que conquistaron los
Yucas fue el de Chile. A los quales se puede y debe aña-
dir el nueuo reino de granada que comprehende a tierra
firme, o lo que llamaron los primeros descubrí dores Cas-
tilla de Oro. Las Prouingias de Tucuman y Paraguay,
con las de la gouernagion de Sancta Cruz de la sierra,
donde y en cada una de ellas ay otras muchas y nueuas
prouingias aun no conquistadas ni sugetas al yugo del
Sancto Euaiigelio como se vera en el discurso cíe la his-
toria. Pero quien quisiere saber pormenor todas la Pro-
uingias y poblagiones que adquirieron y estubieron su-
getas a los Reies Yncas podralas ver en Gargilasso de la
Yega, que contando las ha gañas y conquistas de los Reies
Yncas en la primera parte de sus comentarios (que diui-
de en nueue Libros) las refiere todas y assi concluiendo
„ . , , , este capitulo con la diuersidad y variedad grande de len-
anedad de 1 , , .. , , J . nt .
jensuas muy guas, es cossa indubitable, que son tantas, quantas
grande en ei ]as proniiicias y pueblos, y aun en muchos destos y en
cada uno dellos se hablan el día de oy dos y tres lenguas
distinctas, pone aqui una ragon que dige Gargilasso a es-
te proposito en capitulo 14 del primer libro de su histo-
ria “Cada Prouingia, cada nagion, y en muchas partes
«■acia pueblo tenia su lengua por si di ff eren te de sus Ye-
ginos los que se entendían en un lenguage se tenían por
parientes, y assi eran amigos y confederados, los que no
se entendían por la variedad de las lenguas se tenían por
enemigos y contrarios y se hagian cruel guerra hasta co-
merse unos a otros como si fueran brutos de diuersas
espegies. Hasta aquí Gargilasso. Pues si las prouingias
y pueblos eran tantos y tan diuersos, que diferentes y
casi sin numero serian las lenguas de los yndios natura-
les dellos. y aunque esta confussion y muchedumbre
tan grande de lenguas obuiaron, y remediaron en gran
parte los Reies Yucas con la lengua general quichua,
DE LA LATITUD DE LOS REYXOS DEL PERÚ
que mandaron aprendiesen y hablasen todos sus vasallos,
como en effecto la aprendieron y hablaron distincta de
otra particular suia que hablaban solos los Yncas y los
de su cassa. con todo esso, no fue bastante para que que-
dase entablada la uniformidad de lenguage en sus reinos,
ni menos en las prouincias que no les estaban sugetas,
porque en las que lo estaban se conseruarou. como se
conseruan nasta el dia de oy las lenguas particulares, y
en algunos pueblos tan tenazmente que no se habla otra
sino la propia y naliua que tienen como en el pueblo de
Lambaieque, en los llanos de lama y en algunos de la
prouincia de Chuquito la lengua Puquina, y en las no
sugetas como en Tucuman, Paraguay y en las de Sancta
Cruz de la sierra son innumerables las lenguas difieren-
tes, como yo mismo lie experimentado, porque algunas
veces halle en un solo pueblo tres y quatro difieren cias
de lenguas tan distinta la una de la otra que no se pare-
cían en nada, pues demás de la guarayu; y gorgotoqui
que son las generales de aquella gouernaeion ay la Cha-
ñe, Pane, Paisano, Xaraee, Yuracase, Youaeicoci, con
otras.
La tierra adentro la misma diuersidad y muchedum-
bre ay en los Reinos de Chile, Quito y nueuo reino de
granada, donde entre las demás corre la lengua Mosca
llamándose de este nombre por ser tantos y tan sin nu-
mero los Indios que la hablan que son como moscas. Fi-
nalmente donde mayor uniformidad ay de lenguage es
en el Cuzco y en sus prouincias por que en ellas general-
mente se hablan dos lenguas, que son la quichua que es
como reina y señora de todas las demás y la Aunara
que la reconoce a opinión de todos los que bien las en-
tienden.
Una cosa singularissima luciéronlos Reyes Incas y
muy conforme al gran señorío y poderío que tubieron
en sus vasallos que para communicallos con facilidad
y que su lengua general se hablase y exercitasse ?’¿s..’.”^'”s
mas de contino entre las dos sierras que atrauiesan to- de los Incas
do el Perú lucieron dos caminos; al uno llamaban délos f0V.VVí”ivm!
Incas que yba por los Andes desde Pasto hasta Chile y Vm^i
tenia nouegientas leguas de largo y veinte y cinco pies onvikiss.. i¡i>
de calzada y de quatro en quatro leguas casas muy ca- ssr’vta’1 1
paces que son los que llamamos tambos en que auia pro-
visión de comida y vestidos y de media a media legua
hombres que estaban en postas para llenar recados y or-
16
LIB. I. CAP. 1. § 2.
denes de mano en mano. El otro camino yba por medio
de los llanos a lo largo de la costa de veinte y cinco pies
de ancho entre dos paredes altas de im estado, desde
Piura, hasta Chile a donde se juntaban los dos caminos,
y pues fueron tan poderosos los Peyes Incas del Peni
(pie hicieron obras tan grandiosas que podían competir
con las egypcias y romanas veamos quienes y quantos
fueron.
QUIEN FUE EL PRIMERO REÍ INCA
COMO ESTABLEQIO SU REINADO QUIENES
Y QUANTOS LOS QUE SUQEDIERON.
Los eserip-
tores varían
en el origen
de los Incas.
IB
ALLO tan varios alos escritores que escri-
ben del origen y prosapia de los Reies Incas
que no se aquien me siga de todos ellos; poi-
que como unos y otros, o por lo menos los mas
dellos escribieron esta materia por relagiones y estas
fueron tan varias, también lo fueron sus escritos, y
menos fundados, con todo quien mejor y mas se ha se-
ñalado en escribir la historia de los Reies Incas del Perú,
su cregimiento y fin es a mi ver el Inca Gargilasso en la
primera parte de sus comentarios reales pues la emplea
toda en este argumento de sus Leyes y estatutos y de
sus hechos memorables, para lo qual timo dos grandes
socorros, el uno fue la communicagion y relagion que le
higieron los Indios Incas deudos y parientes suyos de
quien se blasona desgender por parte de madre, y el otro
las reliquias de los papeles que dixe arriba auian que-
dado del P. Blas de Valera que fue no solo diligente.
pero verídico escudriñador destas antiguallas. Con todo
eseo hallo dos faltas en Gargilasso para lo tocante a la
prosapia y origen de los Reies Incas, la primera y prin-
gipal, hallarle muy fagil en creer, una fábula, quento,
o sueño de viejas pertenegiente al primer Inca Reí Man-
co capac, del modo que tuuo para comengar su rei-
nado y fundar la giudad real y ymperial del Cuzco; poi-
que dige que auiendo aparegido de repente y salido de la
gran Laguna de Chucuito llamada de los yndios Titi-
caca con orden y mandato del Sol su padre para que alia
fundase la giudad, silla de su Imperio, donde se hundiese
Comenta
rios de Garci-
lasso 1. parte
lin. 1. c. 15 v
Hi.
Fábulas so-
bre la funda-
ción del Cuz-
co y Imperio
de ios Incas.
18
LIB. 1. CAP. 2.
una varilla de oro de dos palmos de largo y dos dedos de
gruesso que le dio dando con ella un golpe en la tierra
que fue caminando con ella algunas jornadas haciendo
esta experiengia todas las mañanas y como en ninguna
paite se abriesse la tierra al golpe de la bara de oro
hasta llegar al valle del cerro Huanacauri, donde estaba
una montaña espessa de arboles y malezas que en este lu
gar dando el golpe con la vara en el suelo se abrió la tie-
rra y la trago, con que entendió que la voluntad de su
Padre el Sol era que allí y no en otra parte higiese alto
y fundasse la giudad del Cuzco, como en effecto la fun-
do, comengando a redugir los yndios que viuian como
seluages derramados por aquellos montes y como esta
.■o^MI^íor1 introduce el autor otras dos fábulas que refieren los
Gargilasso, historiadores a este proposito (y dexo de contar aqui poí-
no alargarme). La segunda falta que le hallo a este
Auctor para lo tocante al origen y descendengia deste
primer Inca llamado Manco Capac, que fundo la monar-
quía del Cuzco es que alo descubierto parege no le da
otros padres naturales sino al sol y a la luna porque
en todos los capítulos del primer Libro no hage mengion
dellos, ni menos de sus abuelos de quien desgendiesse
como hombre engendrado de otro hombre y semejante
a los demás hijos de nuestros primeros padres Adán y
Eua, y aunque tengo por cossa infalible que Gargilasso
no refiere este passo como gierto, ni que crea que Manco
Capac fuese hijo del Sol y de la Luna por que en mu-
chas paites de su historia da a entender ser esto menti-
ra y que fue inuengion del propio Manco Capac. con to-
do esso pudiera y debiera no hagiendo caudal de esta
fábula buscar quienes fueron los ascendientes y padres
naturales deste primer Inca Rey y señor del Perú. Ver-
dad es que le escusa lo que a los demás historiadores
auer caregido los yndios naturales deste occidente de las
letras y giencias humanas para escribir en historias los
successos y desgendengias de sus Reies (mengua por
gierto muy grande para esta nación) pero se a suplido
en parte con el cuy dado que tuieron los mismos Incas
Reyes que ubiese quipocamayos los quales con sus qui-
pos (que eran unos hilos de differentes nudos y colores)
yban como escribiendo y notando las cosas mas memo-
rables que sugedian dexandolas y enseñándolas los Padres
a hijos con tan gran distinegion y claridad como si estu-
bieran escritas en historia que an durado y duran hasta
el día de oy y los tales eran como coronistas y historia-
DE LOS REYES INCAS DEL PERÚ
19
dores nombrados por los reies y señores del Perú que
tenían repartidas en diuersas partes del Reino.
Destos pues y de nuestros historiadores tomare lo que
juzgare por mas verosímil y en que los mas dellos con-
uinieron y esto con la breuedad possible pues no es mi
intento escribir vidas de Reies gentiles y barbaros, sino
de varones sanctos y Apostólicos de mi sagrada religión
y assi en quanto puedan importar paia estas tocare lo
mas substancial de aquellas. Todos los escritores y las uoNf°:Aa/T
, . . • i i i . J sa cierta de
relaciones originales que he alcancado de los quippoca- quando co-
iiT • t • j. menearon a
mayos de los Incas conuienen en sus nombres y junta- reynariosiu-
mente en el primero de todos fue Manco Capac. pero no r,a,s en H T>”
concuerdan en los años, que reinaron, ni menos los que
viuio cada uno dellos, y mucho menos declaran quando
comenco su señorío y monarquía y por el consiguiente
ni el tiempo que duro toda ella que a saberse este con
certidumbre con la misma supiéramos el otro de su ori-
gen y pringipio, pero valiéndome de la mas fauorable
que es la del P. Blas de Valera que dige duraría quinien-
tos años, y gerca de seisgientos Digo que comengo esta
monarquía de los Incas después de los nouegientos de la
venida de Christo señor nuestro al Mundo y de su sanc-
tissimo nagimiento en ragon que viuian los yndios deste
nueuo mundo, (y le llamo nueuo no por que sea distinc-
to del viejo que fuera manifestó error, sino por que se
descubrió de nueuo y lo descubierto estanto como lo que
conogiamos en lo antiguo) Viuian esparcidos y desparra – nJ(ff ‘harían
mados por todo el, mas como bestias v brutos animales de’os i^íos
r i . , ” • -i i -i infieles del Pe-
que no como hombres ragionales;.no cuidaban de semen- m.
teras, contentábanse para su sustento de las raiges del
campo y de carne siluestre de las fieras que cazaban y
aun (o crueldad y atrogidad abominable) se comian
unos a otros. El ordinario vestido era solo el qne saca-
ban del vientre de sus madres y heredaron de los prime-
ros padres; y el extraordinario, o jas de arboles y pieles
de animales que pocos le ussaban; las cassas y moradas
eran las cuencas o peñas, cabernas, simas o socterra-
neos de dos en dos, o de quatro en quatro conforme se
juntaban y cada uno con el instincto natural mejor se
se podía acomodar por que ninguno artificial auia entre
ellos. Ansi los pinta Gargilasso y en este extremo los
pone en su historia; pero mejor a mi ver hace relagion
dellos el quipocamayo y cagique llamado Catari viejo
antiguo del valle de Cochabamba y hijo de los quipoca-
mayos coronistas de los Reies Incas por que aunque ad-
20
L1B. 1. CAP. 2
mite auia muchos yndios que viuian desta suerte
también dize auia otros que tenían poblaciones y al-
gún genero de comunidades con sus cagiques y prin-
iufieiesynde1 jípales, hasta que comengo la prosapia (2)de los Reies
Pe™ tenian Incas, que los reduxo a vida mas política en pueblos
antiguamen – • -i -i iiii i • • ii
te aigun ge- y giudades dándoles leyes y religión aunque barbara
mnnidacW?0″ y gentil, por que tuuieron en ella por fin y blanco
que apartados de la adoragion de infinidad de falsos
Dioses que tenian adorasen solo al Sol y a la Luna que
elegían eran sus padres y de quien ellos desgendian,
qne por hagelles bien los auia embiado al mundo, con
todo esso no dexaron de tener alguna vislumbre de la
causa primera y uniuersal que llamaron Pachacamac
que quiere degir sustentador y criador del orbe y de lo
que ay sobre la tierra a quien edificaron templo muy
sumptuoso en un lugar del mesmo nombre Pachacamac
que oy conogemos quatro leguas del mar como también
tuuieron notigia de la inmortalidad del alma, pero esta
y aquella tan obscura y llena de tinieblas, errores y blas-
phemias, quanto el Demonio se las enseñaba para ser
Señor dellos y tener tiranigadas sus almas.
Primero In-
ca del Perú y
sus desen-
dientes.
El primer Inca Manco Capac caso con su hermana
carnal Mama Ocllo en quien ubo a su hijo Sinchi que
otros llamaron Sinchi Roca*y le sugedio en el Reino
casándose con otra hermana suya del mismo nombre
(pie su madre en quien entre otros hijos ubo a Lloque
Yupanqui que fue el tergero Inca y caso con Mama Ca-
lía también hermana suia por que tubieran por inuola-
ble todos los Incas casarse con sus hermanas para assi
asegurar la suegession que fuese siempre de sangre real.
Este Inca fue el que escogió el sitio donde se pobló la
giudad del Cuzco por hallarle de buen temple, suelo y
gielo y no como quiere Gargilasso atribuyendo su funda-
gion á Manco Capac con la fábula de la vara de oro.
A Lloque Yupanqui le sugedio Maita Capac Amaro
hombre valentissimo y aunque fue casado con Mama
Curi yllpay Coia y prima suya muger muy hermosa, con
todo esso nunca higo vida con ella, ni se le conogio otra
muger fue quien primero mando pintar en su escudo
sus armas, y timo por diuisa un champí, una honda, y
una sierpe, que llaman Amaro, que mato en los Andes y
por esto se puso por nombre Amaro en cuyo tiempo se
inuentaron los quipos, que como dixe eran los hilos de
varios colores a modo de letras con que notauan las co-
DE LOS REYES INCAS DEL PERÚ
21
sas los quipo camayos, por un famoso y gran priuado
suyo llamado Illa.
A este le sugedio eu el Reino Capac Yupanqui su so-
brino por que Amaro no tubo hijo, caso con Mama Mi-
cay, y después de auer gouernado con mucha paz y
quietud, al tiempo de su muerte mando se edificase en
el Cuzco un templo muy suptuoso al sol, que es el que
oy dura, y es conuento de la orden de predicadores.
A este le sugedio su hijo Quispi yupanqui; Viraco-
cha que quiere degir espuma del mar o hijo del agua nom-
bre que oy dan los indios a los españoles por que les vie-
ron salir del mar quando vinieron a estos reynos, este
casso con Mama runtu y fue “el sexto Rey Inca, y aquien
por ser vigioso y negligente se le algo parte de su reino y
se vio en aprieto y a punto de perderse.
El séptimo fue Yahuar Huacac, su hijo que casso
con Mama Chicya, otros le llamaron Atauchuma por que
Yahuar Huacac, queire degir llora sangre, por que
siendo niño digen lloro sangre, fue hombre belicoso de
buen entendimiento y quien en persona fue a la conquis-
ta de Chile.
A este le sugedio Viracocha Paullo octavo Inca que
casso con Mama Aneuerqui, muy rico de oro y platta poi-
que dio permission que se labrasen las minas.
A quien sugedio el gran Pachacuti Yupa, noueno In-
ca que fue casado con Mama Ocllo, este acabo de conquis-
tar y agregar a su reino todo lo que ay de Quito hasta
Chile.
A este le sugedio su hijo Guaina Capac que por
quedar mogo y muy rico le pusieron este nombre fue
cassado con Mama raua Ocllo su hermana, fue hom-
bre de gran prudengia y Señor absoluto de lo que timo no-
tigia.
A este le sugedieron dos hijos en quien se partió su
Imperio y todos sus reinos que fueron Guascar su pri-
mogénito y legitimo heredero en el Cuzco y Atagualpa
en el reino de Quito que se leuanto contra su hermano
vengio y tuuo presso hasta quitalle con la vida la monar-
quía, en cuyo tiempo llegaron nuestros Españoles des-
cubriendo y conquistando a la corona de Castilla y León
los reinos del Perú (quienes fueron estos y el modo qne
LIB. T. CAp. 2.
tuuieron para tan grande hacaña y como hicieron justicia!
del Rey Atagualpa diremos presto en su lugar) pero pri-
mero sera bien digamos de cada uno destos Reies Incas
algo mas en particular, para que aya alguna mas noti-
cia d-ellos y muy en espegial del primero Inca Manco
Capac quienes fueron sus padres y la ti en a donde nagio-
eon su parentela y primeros vasallos que tuuo.
/». DE MANCO CAPAC PRIMERO REÍ INCA DEL PERÚ,
QUIENES FUERON SUS PADRES Y TIERRA DONDE
NACIÓ.
mero”ii?cace- Ha sido y es niuy gelebre en el mundo este primer
mundoen el I^ca Rei, pues fue quien primero fundo y establegio el
imperio y monarquía de todos sus desgendientes con tan
buena maña y tan gran suauidad que por ella sola me-
regio el Imperio y fue tan querido y estimado de todos
sus uassallos que le pusieron diuersos nombres, todos
honoríficos y significatiuos de amor y respecto. El pri-
mero fue llamarle Manco Capac, que aunque Manco que
es nombre propio no se sabe hasta aora su significagion
gierta, pero no ay duda la tuuo en la lengua particular
que ussaban y tenian solos los Reies Incas y los de su.
casa real, pues todos los nombres que ussaron eran sig-
nificatiuos. El apelatiuo Capac añadieron sus vassallos
que significa rico, no porque lo fuese quando comengo
a reinar de thesoros de piata y oro sino que lo era de
animo y valor y sobre todo de mucha mansedumbre, pie-
dad y liberalidad y justigia, a la qual acompaño una na-
tural inclinagion a hager bien y en espegial á los pobres.
Por esta ragon le llamaron también Huacchacuyac que
quiere degir amador y bienhechor de pobres; para que
como en el primero apellido de Capac (que también quie-
re degir poderoso y rico en armas) se significaban las
exgelengias de su animo real assi con este segundo se
LIB. 1. CAP. 2. § í.
23
«daban a entender los benefigios que hacia á sus vassa-
ílos. El tergero apellido que le dieron fue Intipchuru
•que quiere decir hijo del sol, pero este nombre le dieron
pensando le tocaua por ragon de naturaleza y creiendo
que a la verdad era hijo del sol; a todos nombres ana-
dian el de Inca que en la persona real quiere degir Prin-
•gipe Rei, o emperador y en los demás persona de la san
.¿¿•re y casa real desgendiente por linea masculina della,
como Coia significa Reina, y Palla de la sangre real.
Pero veamos, quienes fueron sus padres y don*
gunos, aora por tierra como ventilan y defienden otros eoaprap Vf1′
en especial el Pe Joseph de Acosta, aora saliesen de Áfri-
ca, de Europa, o fuesen déla nagion hebrea, lo qual con-
tradige el mismo Acosta a quien me remito, pues en cosa
tan ingierta podra cada uno seguir la opinión que mas le
contentare aportaron a Caracas, donde poblaron y higie-
ron alto; y de donde después el tiempo adelante se fue-
ron estendiendo en las demás tierras y prouingias de
Perú.
Destos primeros pobladores passaron algunos a las par- r !¿l¿m£s
tes de Sumpa, que es aquel paraje que aora los Españoles pobladoresdei
llaman la punta de sancta Helena que esta en dos gra- ron%napra™~
dos, donde tuuieron una gran poblagion, siendo el prin- cas
gipal dellos un Cagique llamado Tumbe, o Tumba, que
con su buena industria y gouierno mantuuo su gente en
paz y justigia. Este después de algún tiempo, deseoso Tuml^>:i¡
de descubrir nuenas tierras embio aun Capitán suyo con L’epa de Manco
alguna gente a este effecto, y con orden que dentro de PoXcapnme’
24
DE MANCO CAPAC INCA
un año boluiese con relación de lo que ubiesse descubier-
to, y aunque se paso el año ni boluio el Capitán, ni otro
alguno de los que le acompañaron como tampoco se su-
po el paradero dellos, hasta que (como diremos adelante
parecieron azia Chile, el Paraguay, Brasil y otros
confines desta tierra. De no boluer esta gente sin tener
nueua della el Cagique Tumbe reziuio muy gran pesar,
asi por que entendía habrían perecido todos con alguu
casso desastrado, como por no poder en persona buscarlos,
siendo ya hombre viejo y impedido, con esta pesadum-
bre enfermo, y fallegio. En su muerte dejo mandado
que en todo caso fuesen en busca de su gente, y que los
suios descubriendo tierras de nueuo las poblasen.
Tumbe’* ,le Quedaron deste Cagique dos hijos varones el uno lla-
mado Quitumbe,’y el otro menor Ótoya. Estos después de
algunos dias que murió su padre tuuieron entre si diffe-
rengias sobre el gouierno, de suerte que cada uno viuia
con régelo del otro.
Pero Quitumbe el hermano maior como mas sagaz
por euitar inconuenientes determino dexar su patria y
también por cumplir con la orden de su padre. Salió
con la gente que le quiso seguir descubriendo tierras
hasta que dio con unos llanos apagibles, donde le
paregio era sitio para poblar y mas por ser punto a la
11uehiatTunv mar y pobló allí el pueblo de Tumbes en memoria de
hPS su padre que esta en tres grados de altura.
Antes que Quitumbe saliera de su tierra estuuo cas-
sado con Llira muger muy gelebre entre los antiguos
por su buen pareger, esta quedo preñada de su marido
y con promessa qne le higo que bolueria dentro de gier-
to tiempo señalado, con esta seguridad le dejo ir sin se-
guirle, que sintió con todo estremo por que con el mis-
mo se amaban. Llegado el tiempo de su parto, parió
b¡jo’d/aQuiv un Infante muy bello a quien su madre llamo Guaya-
Li¡raesumut imY> q116 quiere degir Golondrina, deste desgienden y
V- tienen origen los Reies Incas del Perú, aunque esto fue
por grandes uenturas y raros sucgesos que diré adelan-
te voluamos a donde se dexo a su padre Quitumbe. que
después de tener bien assentadas las cossas de su po-
blagion determino embiar gente que corriese la tierra,
assi para descubrir otras, como para ver si podia tener
alguna notigia de la gente que auia embiado su Padre,
despacho esploradores, estos llegaron al cabo de muchos
dias por la costa de la mar a Rimac que es el paraje
donde al presente esta fundada la ciudad de Lima, em-
25
porio de todo el Perú, de donde se voluieron y dieron
por relación la mucha y buena tierra que auian descu-
bierto, aparejadas para nueuas poblagiones pero que no
auian hallado rastro de la gente que buscaban y que
auia despachado su Padre Tumbe.
En este tiempo Otoya, el otro hijo menor de Tumbe
y hermano de Quitumbe que auia dado en Sumpa, como
estaua solo y sin la compañia de su hermano en el go-
uierno dio larga a su natural mal inclinado, y tan dado
a la sensualidad y embriagues, que haciendo grandes
demasias y exorbitangias en ambas cossas determinaron
sus vasallos de matalle con todo secreto, pero no tuuie-
ron el que pedia casso semejante, pues llego a notigia de
Otoya la conjuragion que le tenian armada; mando
prender a los conspirados y matarlos bárbaramente,
con esto prosiguió con sus vigios hasta que aportaron a
aquella tierra unos gigantes tan disformes y ternera- Gigantes que
rios en el aspecto, quanto crueles en las obras; estos tira- sPmíptn e”
nigaron la tierra y se higieron tan señores ele todos,
que teniendo preso a Otoya tenian a sus vasallos con-
fusos y atemorigados, pero presto los libro Dios de
esta oppression y tiranía con un castigo que embio del
cielo coutra estos Gigantes, que como no tuuiessen
mugeres y ussaban de peccado nefando, por esto les
llouio copos de fuego de manera que los consumió y •
abrasso a todos dexando libres a los pobladores de la tie-
rra de tan gran trabajo aunque sin caueza que los go-
uernasse por que Otoya murió en la prisión.
Ay tradigion que estos gigantes llegaron alli por la
mar en balsas (que como dixe es una junta de maderos)
y que eran tan grandes, y desproporgionados que te-
nian tanto uno dellos de la rodilla abajo, como un hom-
bre ordinario en todo el cuerpo, y que higieron unos po-
sos hondissimos en peña viua que oy dia se ven con
agua muy fresca y dulge en la punta de Sancta Elena que
es obra de gran admiragioñ, hallanse aora en aquel
sitio grandissimos huessos de hombres y pedagos de mue-
las de catorge ongas de pesso, dellas É visto dos o tres
tan graneles y desproporgionaelas, que contallo solo
sin vello paregera increíble, señal gierta que es ver-
dadera la tradigion, y que estos gitantes serian semejan-
tes y de la misma casta de los otros que aportaron en la
nueua España y en el distrito de Hascala donde an ha-
llado huessos de la misma grandega.
2G DE MANCO CAPAC INCA
(Mei”T-strIiv«¡ También ay tradigion entre los yndios Quipocama-
.vMi…’a ios yos que para hager guerra y consumir a estos Gigantes
ufante*. aparegi0 en aquella tierra y poblagion un mangebo her-
mosissimo y resplandegiente (y si esto fue verdad, pudoser
algún Ángel del Qielo) y que este solo tirándole los co-
pos de fuego los abrazo y consumió a todos, como quie-
ra que sea, es gierto fue fuego del Qielo que voluío en
geniza a tan maldita canalla en la tierra.
No nos oluimos de Quitumbe, nueuo poblador del
pueblo Tumba, que sabiendo de la llegada de los gigan-
tes en su patria y tierra de su hermano y de sus cruel-
dades y bestialidades, temeroso dellos determino hur-
talles el cuerpo y assi por estar mas seguro mando
hager unas canoas y se metió con su gente en la mar.
Al segundo dia descubrieron una ysla y saltando en
ella le hallaron fértil y abundante de frutas y otras se-
Kppu-biaPpw miHas; entre ellas la del maiz: llamaron La Puna, donde
»,>mnmii’.e. contentos del temple suelo y gielo poblaron otro pueblo
con determinagion de no saiír a tierra firme, pero vien-
do después quera tierra seca y no llouia donde estaba
mudo de temple y suelo, y se fue a la sierra de Quito
donde pobló otro pueblo de su nombre: y desde alíi algu-
nos de sus compañeros y vasallos passaron a las partes
del Sur en contorno de los Charcas, y Cuzco. Pero Qui-
tumbe como era hombre de buen entendimiento vino
hasta Rimac juzgando que faltándole el riego del gielo
para sus sementeras no le faltaría de la tierra en aquel
rio: y assi en aquel paraje las higo de regadío, y edifico
^mtiiíubeedi-un sumptuoso y costoso templo a Pachacamac, donde
déa W51aPa- le higo muchos sacrifigios, cuyas reliquias duran hasta
el dia de oy gerca de la giudad de Lima. Acabado con
el edifigio del templo, y con la nueua poblagion murió
Quitumbe y le enterraron en la sierra conforme la cos-
tumbre de aquella antigüedad barbara y gentil. Dejo
Tbome injoa °^v0 m-Í° llamado Thome que fue muy belicoso
de omtnmbe. y fue el primero que en esta tierra inuento guerras pie-
tendiendo sugetar a su dominio las gentes della, y man-
do hager armas oft’ensiuas, y deff ensillas. Este fue de con-
digion cruel y rigurosa.
Como Illa muger de Quitumbe viesse que su marido se
hauia oluidado della y no le auia cumplido la palabra de
boluer dentro de los años prometidos, todo el amor que
le tenia se le conuirtio en odio y aborregimiento, y por
no poderse vengar del determino salirse secretamente
del pueblo y se fue a lo alto de las montañas de Tancar
LIB. 1. CAP. 2, § 1.
27
•con su hijo Guayanay, donde puesta de rodillas sobre
una piedra y la cabega baja bañada en lagrimas pidió
al Pachacamac y al Sol que la vengassen de su marido
pues le auia sido tan desleal.
Aqui refiere la historia algunas supertigiones o por lo
menos apariencias con que el diablo acreditara su falso
culto. Dize que en señal de que auia sido oyda. se enturbio
el cielo y vino vna gran tempestad de vientos, truenos y
relámpagos, con raios y grauigo y tan grandes terremotos
que parecían los elementos tener contienda entre si. y
como después de algunas horas que duro, aplacándose
la tormenta y limpiándose los nublados, quedo el dia cla-
ro y que desde entonces se trocaron los vientos de toda
aquella tierra y costa, cessando las lluuias y predomi-
nando solo el sudueste: y que agradecida Llira desta señal
que le daba el gielo en que el Pachacamac la auia de
vengar, quiso sacrifícalle a su hijo Guayanay, para lo
qual mandándola se lauasse en una fuente, y poniéndo-
le encima de un altar lleno de leña, ya que estaua para
encendella vino un águila Real que arrebatando al mu-
chacho a uista de su madre se le lleuo azia la mar, y dio
con el en una isla. Y se llama Guayau, por estar llena
de sauces. Y aunque el Demonio suele hager semejantes
aparengias para engañar las Almas mucho desto tengo
por fabuloso. Pero no que el mangebo huyendo de la yra
de su madre enojada, y de la muerte procurase conser-
uar su vida hagiendo fuga y retirándose azia la mar
adentro en alguna canoa, donde aportaría á la dicha
Isla que degian ser movediza quizas por que la cubrían
las aguas y no viéndola imaginaban mudarse sus-
tentándose de las frutas y raices que auia en ella, sin que
nadie supiesse del; al cabo de todo este tiempo quau-
do seria de poco mas o menos de veinte y dos años;
temiendo la inconstancia de aquella Isla y cansado de
aquella vida solitaria, con una balsa se fue a la orilla y
costa de la mar donde descubrió una cordillera con mu-
cha serranía y tierra y vido que por la costa andaban
canoas, que encontraron con Guayanay, echaron mano
del aprisionándole como a esclauo que sufrió vengido de
la fortuna y ver que no tenia otro remedio, y tanto me-
nos quanto estaba suspenso y admirado considerando
quan fiera y barbara era la gente, pues yba vestida de
pieles de animales, lleuaronle a tierra firme a una gran
poblagion, donde le pressentaron al Cagique, este le exa-
mino de toda su vida y de la causa por que ubiesse es’co-
28
gielo por su habitación aquella ysla y después de auelle
dado quenta de lo que passaba de acuerdo y parecer
de los principales de su pueblo le dedicaron para un
sacrificio en la primera solemnidad que se hiciesse
á sus ydolos, para lo qual le aprisionaron en una ca-
ssa fuerte con guardas con le tuuieron seguro sin recelar
se les escapasse.
A estas sacón tenia Guayanay (como esta dicho) poco
mas de veinte y dos años era de buena estatura ele ros-
tro graue, hermoso, blanco y algo crespo el cabello, de
miembros fornidos y bien formados, de buena y agrada-
ble conuersacion. En esta prisión fue visitado de cassi
toda la gente de la tierra comarcana, por que a la nue-
ua de casso tan marauilloso concurrieron los mas della,
quedando todos aficionados de su buen talle, entre los
que le vieron y vissitaron fue también lleuaela de
la curiosidad una doncella hija del Cacique llamada Ci-
,a ^Pcasique gar que vieudo a Guayanay le quedo aíficionaela y tan
affl< :¡ouada de rendida a su voluntad que determino dar traca como
Giiavauayleh- ni i • ¡ j ii
brad.-iamiier-sacalle de aquel aprieto y trance de la muerte y hacelle
fe v le hace • • i i íi • •
coiñparda/" compañía en vida, para lo qual busco primero occassion
de hablalle a solas, como la tuno y en ella le aniso del peli-
gro en que estaba y como su padre tenia determinado
para solemnidad de una de sus fiestas sacrificalle viuo a
sus Dioses, y que se auia de celebrar el dia siguiente.
Pero que si quería ella le libraría arriesgando su vida,
con solo una condición, esta fue le diese palabra de lle-
uarla en su compañia donde quiera que fuesse y la ventu-
ra los quisiese guiar.
Guayanay escuchando con atención sus racones y
atónito assi de la muerte que le estaua aparejada como
del modo con que el Pachacamac le quería librar della,
le respondió que aunque estaba en prissiones por su pa-
dre, mayores se las auia echado con el fauor qne le hasia
y que assi si le cumplía lo que le prometía y el lo alcan-
zaba por su medio estuuiese cierta que en lo que le quedaba
de vida hauia de estar rendido solo á su seruicio y volu-
tad. La doncella Cigar dexandole en la prisión la noche
siguiente tomo una hacha que es la arma que llaman
ellos champí y fue después el blasón de sus armas y con
esta seña pidió a los prisioneros le entregase a Guayanay
para sanificalle el día siguiente con esto le saco quitóle
las prisiones y eliole la hacha para su defensa y pusiéron-
se en camino, y aunque en el encontraron con
seis yndios corredores de la tierra Guayanay como tenia
LIB. 1. CAP. 2. § 1.
29.
armas peleo con ellos que no las tiaian tan valientemen-
te que auiendo muerto quatro dellos los otros dos siruie-
ron de lleuar la nueua al cacique con eme timo tiempo
Guayanay para ponerse en cobro en la canoa que por di-
ligencia de Cigar estaba preuenida con quatro yndios
confidentes que con toda diligencia se metieron la mar
adentro y se bolvio a su isla de donde auia salido con no
pequeño gusto assi por que alli tenia su cassa, por que
conocía las yerbas, frutas y íaiges de que se auian ele
sustentar y lleuo a los demás que estaban en su compa-
ñia á un prado ameno y deleitoso donde tenia una ma-
nera de choca, o ramada y cerca della estaba un árbol
grande muy copado que por prouidengia del cielo desti-
laba tanta agua dulce que bastaba a sustentar mas gen-
te de la que ellos eran como acóntese a los de canaria que
una de las siete islas afortunadas llamada la del hierro
tiene un árbol incógnito que cerrado por la mañana de
una niebla se umedere de suerte que del agua que des-
pués distila sin aver otra en la isla se sustentan los hom-
bres y animales della; siendo tan grande como es notorio
y refiere Silva.
Determinaron hagen alli su assiento y habitación co-
mo en elfecto la hicieron por muchos años y no serian
pocos pues quando fueron hallados (como luego diré) ya
Guayanay auia muerto viejo mucho tiempo antes. Dexo
entre los demás hijos a uno por heredero llamade Atan AlIUI ,lijt (U,
que fue padre de Manco Capac primero Ynca, pero para Guayanay >•
i . .l , . L . r n -i Como fue iles-
elecir esto de raíz veamos primero como fueron descu- cubiertaiay
de los primeros pobladores de las tierras de Sumpa y seño-
res dellos que es donde oy llamamos la punta de Santa
Elena, con que quedan desechas las fábulas que sobre su
nacimiento se an dibulgado y prosiguiendo con esta noti-
cia por mas cierta del primer Inca diré el modo maraui-
Uoso y sagacísimo que tuuo para entablar su Imperio y
monarquía y algunas cosas notables que acontecieron en
su nacimiento que E guardado para este lugar, por que
fueron manifiestos pronósticos de lo que auia de ser jiamuíiias
en adelante y fue ansi; que quando nació estando su ma- miento11*^
dre de parto ubo en la mar una terrible tempestad, p,aa(!R'” (‘a”
que tembló muchas veces la ysleta y de tal suerte que
entendieron todos que se hundiría y obligaría a Atau su
padre a desamparaba y buscar mas firme y estable ha-
bitación, pero luego que acabo de nacer el niño cesso la
tempestad, llamándole al recien nacido Capac que quiere
decir solo, como que solo el auia sido poderoso para que
Pachacamac por su respeto ubiesse aplacado aquella
tempestad y libradolos a todos de la muerte lo qual affir-
maron mas por que vieron voluer el dia alegre y sereno,
pronostico de la vida alegre y venturosa que auian de
gocar por su medio.
A estos dos pronósticos se añadió otro tercero y es-
pecial y fue qne siendo el niño de seis, o siete años sa-
liendo al campo con otros de su edad algunas veces le se-
guía una Águila real, que tal vez le defendía del Sol con
sus alas y de tal suerte le acompaño que hico nido en
su cassa, donde saco sus pollos, por lo qual le pronosti-
caron, que del descendería algún gran linaje como el
tiempo adelante descendió que fueron todos los Reies
32
DE MANCO CAPAC INCA
Incas del Peni. Auiendo pues de ablar dellos y contar
el modo que timo en fundar y establecer su manar-
quia.
pia-‘a^óupa- Digo que siendo de edad de treinta años poco mas.
¡jfl ,la. I*1″. ,,u” o menos acordó poner en execucion lo que su padre le auia
priiiOi’i» •’ .f» su encargado. Por lo qual trato con los suyos como ya era
tiempo de salir de aquella ysla por los inconuenientes que
se auian experimentado y que se podían recrecer, y que
pues se sabia auia tierra firme y segura era bien salir
della con tiempo demás que ya eran muchos y no se po-
dían sustentar con solos los frutos de la ysla y que si al-
gunos se quisiesen quedar en ella, el les daba su benepláci-
to y amplia licencia. Todos se conformaron con su pa-
recer y pusieron por obra su viage y para ello hicieron, ca-
noas, barcos y otros baxeles conforme la industria-de aque-
llos tiempos y acabados con todos los mantenimientos y
muebles que tenian se embarcaron gerca de dogientas per-
sonas hombres y mugeres, y muchachos y sin saber el
paradero de la nauegagion se entregaron a las olas y a lo
que la fortuna quisiesse disponer dellos. Diuidieronse
en tres esquadras con pacto y congierto que de donde
quiera fuesen a pasar se auisassen unos a otros y que
jamas en occasion alguna fuesse contrarios. Las dos
que fueron la buelta de Chilo y al estrecho, nunca en
muchos años se supo dellos y Manco con la gente que le
siguió aporto acia la costa de Rimac (que por ser por el
mes que los yndios llaman Arruaqnis que es quando en-
tra el verano, seria por Abril ó Mayo) donde el dia si-
guiente ubo gran tempestad assi en la mar como tem-
blores de tierra, y como esta tormenta al pareger dellos
fue mas que natural por ser de mañana que sugede po-
cas veges, como por ser en tiempo de primauera tenién-
dolo por mal agüero, se volbieron a embarcar, teniendo
por mas segura la mar que no la tierra por sus grandes
temblores. Viniéronse costeando contra la corriente y
fuerga de los vientos y al cabo de muchos dias aporta-
ron a lea y entonces llamaron a aquella tierra y costas
Rimac que quiere degir que habla, por qne los temblores
de la mar y tierra y ruido que hagian paresia que habla-
ba y aora se llama corruptamente Lima; en este parage
determinaron de no entrar mas en la mar por los mu-
chos trabajos que auian padegido en ella y descargando
el bagaje echaron a pique los bajeles y se metieron la
tierra adentro passando valles; rios, y montes, al cabo
de muchos dias salieron a tierra de puna y destempla-
LIB. 1. CAP. 2. § 2.
da, que es lo que ‘aora llamamos Collao, donde descu-
brieron La gran Laguna de Chucuito que por otro nom-
bre llaman Titicaca que quiere decir, peña de plomo o pe-
ña de gato montes que también se llama Titi este animal,
todos entendieron que era otra mar, o algún brago della,
con que se hallaron atajados y confussos sin saber lo
qué debian hagerse. Pero Manco que eran differentes
sus intentos y la ocasión que se le offregia aproposito de-
termino apartarse de su gente solo y irse por la costa de
aquella laguna, dando orden alos suyos se quedassen
alli hasta un tiempo señalado que les dio y que al afin del
se diuidiesen unos de otros y le fuesen a buscar con ad-
uertengia que a la gente que econtrassen dixesseu que
andaban en busca del hijo del sol que su padre le auia
embiado a goueruar esta tierra. Esta pues fue la astu-
gia y sagagidad grande que tuuo Manco Capac para co-
mengar a entablar y estableger su reinado y monarquía,
hager creer a aquella gente barbara y gentil como el era
hijo del Sol y de la Luna y en effecto le valió y se le lo-
gro la traga por que apartándose de la gente con esta
orden el tomo la costa de mano izquierda y lo mas ocul-
tamente que pudo al cabo de muchos dias padegiendo no
pocos trabajos y mucha hambre, sustentadose de unas
yerbas que llaman Chucán y pilli; fue a dar a un puerto
que llaman Mamaota legua y media del Cuzco, donde es-
tan tres cueuas, metióse en la de medio que llaman Ca-
pactoco que quiere elegir ventana real, donde le dexare-
mos por aora y bolueremos a los demás que auian que-
dado en la orilla de Titicaca, estos cumplido el termino
que les señalo Manco salieron a buscarle; diuidieronse
por differentes partes y todos aquellos que eran desgen-
dientes de la cassa de Grua}ranay (como los que aora de-
gimos, de un linage, o a}Tllo) determinaron atrauesar la
laguna, mouieronse a esto por que mañauas y tardes ve-
yan la atrauesaban uuos paxaros, o palomas higieron
dos o tres canoas, embarcáronse en ellas y fueron a dar
a la }rsla de Titicaca y saltando en ella y yendo de una par-
te a otra vieron unos riscos de piedra tosca y áspera por de
fuera y por de dentro contenia una cueva artifigial labrada
y adornada de mucho oro y plata con piedras pregiosas,
que bien les dio a entender era cassa de algún gran Señor,
y entrando mas adentro hallaron una cueua larga con
puerta muy estrecha. Manco ca ->Í*
Aqui trataron de conformidad que todos dixessen para la mo-
que auian salido de aquella cueua en busca del hijo del paru!’a del
34
DE MANCO CAPAC INCA
Sol y echaron a pique las canoas y para si por algún ca-
sso fortuito se viniessen a diiiidir, para que quando des-
pués se encontrassen se conociessen, se horadaron las
orejas: y en ellas se pussieron cierta señal dentro de
los agujeros que los hinchia que eran de juncos que lla-
man totora, y assi se dexaron estar hasta que la gente
de la tierra los descubriesse. Al cabo de algunos dias
que fue quando la Luna estaba en su plenilunio vie-
ron venir a la ysla algunas canoas y ya que estaban ger-
ca se fueron a la cueua donde los hallaron (como que
estaban descuydados) mirando aquel edifigio, los natura-
les de la tierra quedaron admirados assi por ver una
gente tan estraña como por entender que auian salido
ele aquella cueua y mucho mas por que dixeron que ve-
nían en busca del Sol. A esta mentira y embuste ayu-
do el demonio; por quanto un oráculo de un ydolo lo
confirmo todo, con lo qual les dieron crédito muy cum-
plido Después que los naturales hizieron en Titicaca mu-
chos y muy solenes sacrifigios al sol de carneros patos y
niños inogentes, fueron todos a tierra lleuando con mu-
cha honra a los estrangeros y estando en esto corrió
una nueua general, como en Pacarictampu auia pare-
gido el hijo del Sol, saliendo una mañana de una cueua,
(que llaman Capactoco) vestido de oro tan resplande-
giente como su padre, y que al salir de la cueua auia dis-
parado con la honda una piedra que su estallido se auia
oydo mas de una legua de distangia y dando en una
peña auia hecho un portillo en ella.
Con esta nueua que se derramo por la tierra que el
hijo del Sol estaba en ella, se alborotaron todos, y aunque
ubo diferentes paregeres, el ultimo fue yr a verle, y en el
entretando que se apergibian le embiaron sus Cachas y
mensageros para que fuessen a verle y boluiessen con
la gierta relagion a los cagiques y pringipales de los yn-
dios como lo higieron. Con estos despachos concurrie-
ron dentro de poco tiempo infinidad de gentes para ver
al hijo del Sol por que se llamaban unos, a otros. Una
mañana quando- salió el sol y con sus rayos heria en la
cueua Capactoco que como era de minerales la hermosea-
uan sus reflejos salió de ella Manco Capac con tanta Ma-
gestad, y autoridad, como si verdaderamente fuera
Monarcha, y Señor natural de toda la tierra. Fue regi-
biendo a los pringipales por sus estados, y ellos le dieron
la obediengia por si y por sus subditos.
De esta suerte y no de otra manera ni menos con
LIE. 1. CAP. 2. § 2.
armas, ni derramando sangie humana tomo pos-
session del Reyno, y dio pringipio a la monarquia de los
Incas sus desgendientes; por que si fue con quietud y
paz. Con la misma procuro acregentalla, y llenarla ade-
lante, pues siempre tuuo por medio efficaz el hager bien
a sus vasallos, y sustenta]los en Paz: y sobretodo enta-
blando la adoragion, y Religión falsa del Sol, que degia
era su Padre: Publicando en todas ocasiones le auia em-
biado a este fin, para que los gouernasse conforme el
arangel y leyes que le daria.
Duro esta primera Vista mas de tres meses, que se
emplearon en fiestas y regogijos: y en medio dellos le La primea
pusieron nombre de Inca para diferengialle en algo de ion ei’lRnoiu-
su Padre que creyeron lo era verdaderamente el Sol, que £ “sUi.i«í
se llama en su lengua Inti; y assi llamaron al hijo del Pe11’-
Inca.
Pero en el discurso de todos estos tres meses guardo
tan grande Magestad, y authoridad que no salió en publico
mas de ginco, o seys veges. Acabada esta primera Vista
mando el Inca Manco Capac, que que después llama-
ron Capac, y con los demás nombres, que dixe arriba,
que todos los Indios pringipales se quedassen con el y
que los demás se boluiessen a sus tierras, y diessen noti-
gia de su llegada con orden que dentro de un año diessen
la buelta, por que les auia de declarar la orden que tra-
ya, y las leyes que auian de guardar, y por donde se
auian de gouernar, dándoles a entender, que con el Sol
su padre cada dia paseaba, y ueya desde del Qielo lo que
en todo el mundo passa, y el mal gouierno de la tierra
le auia embiado a repararla. Con esto se fue la gente
común, quedándose los mas pringipales, y esto higo con
particular industria para alcanzar y saber dellos, sus cos-
tumbres, y condigion, y orden, que tenian de Vivir, pa-
ra después poder mejor promulgar las leyes.
Para el tiempo señalado se higo una junta general de
tanto numero de gentes en Mamaota que fue cosa de ad-
miragion: todos con sus camaricos (que son presentes)
según la calidad de la tierra para el Inca Manco Capac.
A esta Junta llegaron aquellos que se diuidieron en la
orilla de Titicaca que todos eran de la genealogía, y casa
de Tome. El Inca por que alguno destos no le descu-
briesse su secreto los mando apartar y acabada la cere-
monia desta segunda Vista dixo que todos los que no
auian traydo sus camaricos se apartassen de los demás
que los auian traydo, y como hallassen que los desgen-
DE MANCO CAPAC INCA
Reconocen
ios Indios a
Manco por hi-
jo del Sol y
les da leves.
clientes de Tome no los auian traydo, los mando matar
con sus mugeres y hijos, y no murieron todos, pues des-
tos se vino a descubrir la verdad desta historia, por que
de los orejones no pudo saberse el secreto que le fueron
siempre muy leales y le guardaron con gran lealtad.
Hecho esto el Inca ussando de su prudencia, o astucia
salió un dia en publico y puesto en un alto aderecado
assi en assiento como adornado de mucha plumería, oro,
plata, y piedras preciosas representando su acostumbra-
da magestad con rostro seuero como que estaba enoja-
do higo un parlamento digiendo; que para su padre el
Sol no auia en esta vida cosa oculta, pues tan de contino
lo vissitaba y rodeaba todo y que assi viendo el peligro
en que estaba esta tierra por falta de gouierno y justi-
gia acordó embiarle para que los amparasse y ímintu-
biesse en paz, de manera que ni el chico, ni el pobre fue-
ssen agramados por el grande, ni por el rico, y sobreto-
do se auia de castigar al malo y premiar al bueno poi-
que en estas dos cosas (dixo) consistía la perfecta justi-
gia y buen gouierno de la república, para todo lo qual
traya plena y absoluta potestad y commission de su pa-
dre el Sol, que le tenia también communicado las leyes
y pregeptos que todos debían guardar, las quales no qui-
so promulgar por entonges por ser muy rigurosas hasta
que estuuiesen enterados de su poder y para esto les
mando que de nueuo le diesen la obediengia. Y luego
se la dieron, leuantandose todos fueron por su orden a be-
sarle la mano prometiéndole perpetua lealtad y vassallaje
a el y a sus desgendientes. con que quedo satisfecho y
dello se mostró agradegido, y preguntando si estaban en
la junta y le auian dado la obediengia todos los cagi-
ques pringipales de la tierra, digiendole que solo faltaua
el de los llanos dio orden se le traxessen; vino con tan
gran exacgion y puntualidad que a todos causo miedo y
admiragion, que fue mayor quando vieron traérsele, lla-
mábase Tumi, diole la obediengia con toda humildad y
sugecgion, disculpándose de no auer venido antes. Ad-
mitió su disculpa con grauedad y misericordia, por que
desta se pregio mucho, con que fue querido y temido.
El año siguiente higo otra Junta general en que publico
las leyes que se auian de guardar en seruigio suyo y del
Sol su padre y en orden al buen gouierno de la repúbli-
ca; algunas dellas fueron tiránicas como lo fue adjudi-
car assi y a su patrimonio y para sus sucgessores todas
las tierras y suelos, rios, fuentes, montes, animales man-
Leyes tira-
nicas del In-
c a Manco
Capac.
LIB. 1. CAP. 2. § 2
sos y siluestres del perú con oro, plata, y demás rique-
zas de la tierra. Aunque otras muy puestas en ragon y
buena policía, Pero las unas y las otras fueron admiti-
das y obedecidas con tan grande puntualidad de todos
sus vassallos, quanto no hallo en historias la ayan te-
nido mayor otros de otras naciones. Destas leyes y de
su obseruangia hacen muy larga mención el Inca Gar-
cilasso de la Vega en la primera parte de sus comenta-
rios reales, y Antonio de Herrera en sus decadas con
otros escritores a quien me remito que dexo degifrallas
aqui por no ser mas largo en este capitulo, y assi concluyen-
do con el digo que si es verdadera la relagion de los quipo-
camayos y cronistas de los Incas. Yiuio Manco Capac gien- n^í.a”hKa vi-
to y quarenta y tres años, auiendo gouernado giento “¡o _ tiento y
diez y ocho por que comengo desde veinte y ginco quan- trépanos. y
do murió su padre Atau y que assi en el discurso de tan-
tos y tan largos años pudo muy bien estableger su seño-
río y ensanchar su monarquía por diuersas tierras y
prouingias del Perú que higo con suauidad y amor co-
mo quiere y quenta en diuersos capítulos de su historia
Gargilasso en espegial que después de auer poblado mu-
chas poblagiones de nueuo gerca del Cuzco enseño á sus
vassallos a romper y cultiuar la tierra y sembrar las mie-
sses y hage a este primer Inca fundador de la giudad im-
perial del Cuzco que diuidio en la parte de Haiían Cuzco
que es la alta en el sitio y en Hurin Cuzco que es la baxa
y que en esta estaban los yndios redugidos por su muger
La Coya, Mama Coello, y en aquella los que auia redu-
gido el Inca. Pero hallo por otras historias que el fun-
dador de esta Imperial giudad fue su nieto el tergero
Inca Lluquis A^aynacauri como diremos en su lugar y
assi lo que atribuimos a Manco Capac es la f undagion del
Imperio en el sitio donde se dio a conoger el establegi-
miento de las leyes y ordenangas que higo la adoragion
de su padre que degia era el Sol, con que fallegio dexan-
do por su heredero y sucgesor a Sinchi que otros llama-
ron Sinchi Roca su hijo como lo dirá el paragrapho si-
guiente.
3S
§. 3. DE SINCHI ROCA SEGUNDO INCA REÍ DEL
PERÚ.
La caea lla-
mada chaco
fue ¡intenta-
da de Sinchi
Koca.
Después que Manco Inca murió le snegedio en sus
Reinos Sinchi Roca. 0 Sinchi Yupanqui su hijo, este
se jusgaba, y lo dio a entender, y creyeron todos que
verdaramente era nieto del Sol, gouerno sus estados en
mucha paz y justicia, guardo y executo las leyes de su
padre con todo rigor. Este Inca ordeno la caga que lla-
man chaco, que se hagia de la suerte que aqui diré.
Mandábase juntar la gente negesaria para gercar diez o
doge leguas de circuito mas, o menos conforme paregia
al Inca, ordenábales fuessen gerrando en ala por todas
partes a gierto puesto señalado, llenando en medio toda
la caga que cogian en todo este circuito, y estando en el
puesto entraña el Inca y con su champí mataba las fie-
ras que hallaba, quales eran tigres, leones, ossos y otros
animales, con lo qual vino a cobrar gran nombre de va-
liente. Entraban después otros Cagiques pringipales y
cogian a mano los Venados. Guanaco*, Vicuñas y otras
cagas para el regalo y sustento de sus cassas y tras des-
tos entraba la gente común y se entregaba de lo restan-
te, en esto se entretuuo de ordinario Sinchi Roca. De-
termino saber el numero de gentes que tenia en sus
Reinos con intento de saber de todas sus prouingias y en
que estaban ocupados paraimponelles tributo confórmela
calidad de cada uno y hedíala quenta hallo que tenia mas
de dos millones de varones, sin mas de otras tantas muge-
res y sin las criaturas de diez años abaxo y para que no
estuuiessen ogiosos mando qne se ocupasen todos en
abrir caminos, gegar lagunas, hazer puentes y el des-
aguadero de la gran laguna de Titicaca, edifígios, semen-
teras, y criar ganados, amansando los siluestres y a los
inútiles, como eran los Uros, que es gente safia y inútil en
que cada uno de ellos diese al mes un cañuto de piojos de
tassa, todo en orden á que nadie estuuiese ogioso.
Luego diuidio el Reino en quatro partes que son las
mismas en que el gran Huyustus antes que comengara
a reinar su padre Manco Óapac lo auia repartido que
por no causar fastidio dexo de referillas aqui, cuyos
nombres son Collasuyo, Omasúyo, Chinchaysuyo y Cun-
Los vassa-
lios de Sinchi
Rocca de so-
los varones
eran mas de
dos millones.
Diuidio to-
do su Reino
e 11 quatro
partes.
L1B. 1. CAP. 2. § 3.
tisuyo y hecho esto dexando por gouernador a su hi-
jo que ubo de su muger y hermana llamada Mama
Coello y el hijo Lluquis, por otro nombre Vayna Cauri
fue a conquistar algunas partes del reino de Quito y su-
getandolas dio la buelta y passo a las partes de Tyyay
Yanacu por ver sus edificios que antiguamente llamaban
Chucara, cuya antigüedad nadie supo determinaba. Mas
solo que alli viuia elgrau señor Huyustus que decían era
Señor de todo el mundo, Otros dicen que alli viuian
unos hombres agigantados que según sus obras fueron
grandes arquitectos y artífices, y porque lo mas del edifi-
gio esta debaxo de tierra no se puede aora juzgar la gran-
dega del pueblo, solo se sabe que quando el Inca Sinchi
llego a verle se holgó mucho de ver obra tan grandiosa
y assi se detono por algunos dias en aquel pueblo mi-
rando las piedras labradas con intento de reedificalle,
para lo qual embio a Tumpu un mensagero que con toda
breuedad diese la buelta por que en llegando auia
de passar adelante a conquistar las prouincias de los
Charcas- Chichas, y Lipes, que estaban rebeldes, el men-
sagero fue tan alentado y diligente que dentro de pocos De < tm
mente se sugetaban a su señorío. Gargilasso de la Ve-
ga quenta muchas cosas en sus comentarios ensalgando
el gouierno deste Inca y los despachos que hagia por me-
dio de sus capitanes quando el mismo no podia yr en
persona a las conquistas, por que les encargaba escussas-
sen todo lo que pudiessen el venir a rompimiento de
guerra y derramamiento de sangre, mas que solamente
procurassen con suauidad y alagos redugir a las gentes
a la adoragion del Sol su padre y a su vassallage.
LIB. 1. CAP. 2. § 4.
41
Embio dos veces a su hijo May ta Capac heredero
que auia de ser de sus reinos solo a fin que le conociessen
sus Vassallos y para que se fuesse adiestrando en el go-
uierno dellos, para lo qual le acompaño ambas veces con
hombres sabios y ancianos que le siruiesen de consejeros
y con orden que no determinasse cossa de importancia
que no fuesse con parecer y consejo dellos
Sintiéndose cercano a la muerte llamo a sus hijos y A ,a ho(fa
entre ellos al heredero que ubo de su legitima muger d«ia_ muW
Mama Caua, y en lugar de testamento les encargo a sus sus’hifos ios
vassallos la guarda de las leies, y ordenancas de sus pas- t^Saí¡.?£”
sados y que en todo les mandaba higiessen como hijos
del Sol, y a los Capitanes Incas y Curacas que obedegies-
sen a su Rei, encargando a los unos y a los otros el
cuydado con los pobres y con la gente desvalida.
Si desta suerte cuidaban las principes barbaros y gen –
tiles de los pobres y de sus vassallos, como y quanto mas
sera racon cuy den de los mismos los Principes Christia-
nos y Catholicos que por no hacerlo ansí se ve en el dia
de oy los estados de algunos tan minorados por no decir
aniquilados y deshechos, no assi el de Lloque Yupanqui
por que mientras viuio fue en gran cregimiento y des-
pués que fallegio cregio mas en poder de Mayta Capac su
hijo que nos contara el paragrapho siguiete sin degir lo
que viuio este Pringipe, ni menos el tiempo que reino,
por que no E hallado cosagierta en los auctores.
42 DE MAYTA CAPAC AMARO INCA.
§. 5. DE MAYTA CAPAC AMARO Y DE SUS GRANDES
VALENTÍAS, QUARTO REY INCA DEL PERÚ.
Mayta Capac Amaro, sugedio en los estados de su
to1 líe’jteyta padre Lloque Yupanqui, fue valentissimo de animo y
wflSesSeeneei flier(?as tín cuyo nacimiento se vieron señales en el gielo
o^io. ‘ y temblores en la tierra, fue hombre de estraña condi-
gion, de quien quenta una cossa singular el quipocama-
yo y cronista Catari que tubo talauersion al trato y com-
municagion de mugeres, aun muy hermosas que tenia
natural retiro de todas y con estar cassado con Mama
Curi y Ylpaycoya que fue la mas linda pringessa de aquel
tiempo nunca higo vida con ella, pero Gargilasso de la Vega
en sus comentarios en la primera parte dige que en la ho-
ra de la muerte dexo por heredero a su hijo legitimo que
con otros ubo de su muger, podra el lector creer destas dos
opiniones la que mas le agrade; lo gierto es que fue in-
Tuuonatu- clinado a nueuas conquistas gran guerrero y amigo de
gente belicosa; y como en todos sus Reynos no ubo alte-
ragíones para exergicar sus valentías muchas vezes se
Eutra solo salía solo del Cuzco y se embarcaba por las montañas de
por las nion- 14t t ¡ • i , r>
tañas a bus- los Andes, a buscar tigres, ossos, leones y otras ñeras
lolygiee0Sues! para pelear con ellas, y quando voluia traya por triuni-
pho atados con colleras estos animales; sugediole una
vez que exergitandose en esto encontró en una montaña
con una serpiente tan fiera y terrible, que la causo te-
mor, por que era tan grande como el mayor animal
de la tierra tenia unas alas a manera de las del murgie-
lago, los bragos cortos y muy gruessos con grandes uñas,
la qual viendo al Inca se leuanto en el ayre infigionados
de fuego y sangre los ojos, bibrando la lengua, de huelo
quiso arrebarle con las uñas, mas el viéndose en este
peligro cobrando animo no quiso aguardar el primer
ímpetu por que se guaregio en la espesura del monte,
donde la fiera con tremendo estrepito y ruido le yba ro-
deando, dando tan espatosos siluos que atemorizaba
toda la montaña; salió a lo raso animosamente el Inca,y
luego que le vio la fiera se abalango a cogerle con las uñas
a este acontegimiento, espero itrepido el Inca y hurtan-
do el cuerpo le dio un golpe con el champí por el pecho
y como por aquella parte no tenia la piel tan dura como
43
por lo restante del cuerpo que estaba todo cubierto de
dui’issiiuas escamas, le dio una herida mortal, della le
comeneo a salir tan grande abundacia de sangre que con
ella mancho el campo y assi mas embrabecida boluio a
leuantarse en aire para descubrirle y tornando otra vez a
batirse sobre el le aguardo como la primera y desman-
do el cuerpo rodeo con tanta fuerga el champí que hi-
riéndola en la misma parte le penetro las entrañas, y
como la bestia vertía tanta sangre de si el Inca andaba
bañado de ella y aun resbalando en las hierbas, de ma-
nera que cayo la fiera con las ansias de la muerte, daba
tan terribles golpes con la cola larga y gruessa que
quando topaba echaba por el suelo, en esta ocasión se
vio en gran peligro, pues si le alcancara sin duda lo des-
pedazara; y assi como pudo se leuanto y acogió a la monta-
ña, donde le siguió la fiera y viendo que le alcanzaba re-
voluio contra ella y le dio otro golpe tan regio y fuerte
sobre un ojo que se lo quebró y como estaba ya muy
desangrada y sin aliento cayo muerta, echando humo y
fuego por nariges, ojos y boca. Desta suerte concluyo
con tan terrible y peligrosa batalla; deste animal tan
estupendo tomo el Inca el sobre nombre de Amaro, poi-
que assi se llaman estas serpientes y voluiendose al Cuz-
co la mando sacar de la montaña para que todos la
viessen.
Este pringipe inuento las rodelas que llaman Kerare vnuenta ia*
y en la suya mando esculpir sus armas, que erauncham- rodelas
pi, una honda y la serpiente y mando a Ylla priuado su- Yua mu«,tor
yo y inuentor de los quipos hager historia deste hecho a»?ios quipos.
para que ubiesse memoria del, gomo en effecto la a auido
por medio de los quipocamayos y oy dia permanegen
las armas en sus decendientes. Vissito todas sus pro-
uingias y procuro adquirir otras de nueuo. En una dellas
sugedio una cossa rara y singularissima, que auiendo
mandado a los maeses de campo de su exergito, que es-
cusassen el deramamiento de sangre y que solo procu-
ra ssen por bien y con alagos redugir y vencer a los de
Hatumpacassay Caqui auiri, estando estos obstinados en
no quererse rendir fueron en busca de los del Yuca y
prouocandolos a la pelea con flechas y piedras que les ti-
raban con sus hondas las unas y las otras se boluian con-
tra ellos; de suerte que con sus propias armas quedaban
offendidos y se hagian la guerra, y padegiendo mas vien-
do suegesso tan extraordinario se rindieron y sugetaron
44
DE MAYTA CAPAC AMARO INCA § 5.
al Yuca; assi lo refiere Garcilasso en el fin del segundo
capitulo del segundo libro; también que a la fama desta
victoria se rindieron otres tres prouingias que fueron la
de Mallama, Conquicuray Guarina pudo ser que Dios lo
dermitiesse assi por sus secretos juizios.
Ha.je ia famo- Higo este ynca la calgada tan famosa de Condesuyo
^•aiyada de que fue ]a primera de las que se higieron en el Perú y
xesuyo. ¿onf[e ei mismo Ynca Mayta Capac trabajo. Hanose
obligado assi a hagella, como a alentarla en sus vassa-
llos con su exeniplo, por que auia un ciénago al de tres
leguas de ancho, edificóla de dos varas de alto y seis de
ancho de piedras grandes y chicas; entre ellas echaban
gespedes de tierra por mésela” Pero lo que mas debe
causar admiraciou es que se acabo dentro de muy pocos
dias, con que pudo passar adelante su exergito con esta
perseuerangia en redugir gente barbara y con la blandu-
ra y mansedumbre con que trataba a sus vassallos fue-
ron en gran numero los que adquirió de nueuo y agrego
a sus estados pues es assi que ninguna vez saíio de la
ciudad del Cuzco para este effecto, que no voluiesse a ella
con victoria y triumpho, a lo qual ayudo también una
puente de mimbre que mando hager en el gran rio de la
Apurima, con que timo fagil el passage y los yndios que
estaban de la otra parte le tuuieron por verdadero hijo
del Sol y que assi no auia que resistille, sino obedecelle
como a su legitimo Señor, assi lo hizieron todos los pue-
blos á cuyos limites llego; hasta el de la muerte que trium-
fo del como de todos los mortales, Garcilasso dige fue en
el Cuzco, llorado de pobres y ricos, de huérfanos y de viu-
das y finalmente de todo el reino, por que en el fue summa-
mente querido por sus esclaregidas virtudes y gran va-
lor. Viuio en el reinado treinta años, o algo mas, aun-
que el cronista y quipocamayo Catari no refiere cosa gier-
ta del lugar donde fallegio, ni menos del tiempo que vi-
uio y gouerno. Suyo fue el dicho que las gentes que no
quisiessen redugirse por bien y bueuas obras a seruir al
Pringipe, que las dexassen en su barbaridad y rusticidad
por que mas perderían ellas en no tenerle por Señor, que
el pringipe en no serlo suyo y gouernarlas.
lib. 2. cap. 2. § G. 45
§6. DE CAPAC YUPANQUI QUINTO REY INCA
DEL PERÚ
Por el gran gouierno que tuuo este pringipe en su
reinado le llamaron Capac que como e dicho en otro lugar
quiere degir rico de virtudes y también por que fue amigo
de tomar consejos de hombres sabios. Garcilasso le tiene
por hijo de Mayta Capac Amaro y como tal dige que le
heredo y que fue su sucgessor en el Reino. Pero Catari
como tiene por opinión que Mayta Capac fue muy conti-
nente y que no tuuo hijos, refiere que fue su sobrino hijo
de su hermana Curuyayu y tan sagas que se higo Señor
de todos los estados cíe su tio por su solaauctoridad y que
fue tan venturoso en ello que nadie se lo estonio, Llamó-
se Capac Yupanqui el cual encomengando a reinar y ha-
llando algunas cosas alborotadas con la muerte de su tio capac yu-
como hombre de buen entendimiento, mando que j^SS^ffiíf*
los pringipales de todas sus prouingias y de su reino fue- p»1hs de. *u
iTT -i J. j i i Reyno sigan
sen obligados a seguir la corte con pena de la vida y por ia corte.
que un cagique de Quito se fue sin su licengia lo mando
despeñar y con esto y otros castigos que higo se quietaron
de todo puncto. Sobre todo higo cortes y mando que las
leyes de Manco Capac se gurdassen y executasen con todo
rigor. Gouernando en paz y mucha quietud se inclino a
visitar las prouingias de los chunchos y mojos y dejando
a su hijo Quispi Yupanqui para que gouernasse en su au-
sengia se partió, reziuieronle en aquellas tierras con mu-
chas fiestas y regocijo. Después de algunos dias le dio
una graue enfermedad (sospechosse auia sido de algún
bocado) por ser los yndios de aquellas partes grandes her-
bolarios y viendo que se moria llamo a sus capitanes y
les encargo lleuasseu su cuerpo al Cuzco, dando la obe-
diencia ante todas cosas a su hijo con expressa orden que 0nlena
pusiesse luego por obra el edifigio del templo del Sol y Mjpe£er«íero
que en el se gastase la mayor parte de sus thesoros, y Sfltq
para conquistar el Reino de Chile, para lo qual junto ^[^j/0,1]”
otro poderossisimo exergito de buenos soldados y partió le, y le gana.
con su campo y de camino fue a vissitar el famoso tem-
52 DE TOPA INCA
pío de Titicaca, assi por la gran noticia que le auian da-
do del, como para ofrecer sus sacrificios, donde mando
hacer algunos edificios muy sumptuosos en Copacaua-
na y en otras partes y mando lleuar desde el Cuzco al-
gunas Mamaconas y ñustas que son las señoras princi-
pales para el seruigio deste templo, auiendole vissitado
y hecho sus sacrificios passo adelante con su exergito, y
llegando á la prouincia de los Chinchas le reforgo con
yndios desta nagion y con copiapoes, apatamas, toma-
tas, yaquitas, y calchaquies, toda gente belicossa y
disciplinada en la guerra, con ella fue por los despobla-
dos de Atacama donde se le murió mucha gente, de sed,
frió y hambre y con la que resto animosamente passo
adelante y llego a Chile con tan grande esfuerco y va-
lor que conquisto gran parte de aquel Reino hasta el va-
lle de Arauco, donde mando hacer algunos fuertes y in-
uernopara después poder passarala prouincia de Chilue
y Chulearas. En esta ocacion estando toda la tierra de
paz se le amotinaron yaparon algunos principales por que
el Inca intento hacerlos Mitimiris criados que es lo mismo,
sacándolos de su natural, cassa que no lo pudieron sufrir
ni lleuar en paciencia, con ellos se amotinaron otros ma-
tando mucha gente del Inca de tal suerte que le obligaron
a salir de sus tierras cou mas prisa de la que requería su
autoridad. Vínose al Cuzco con determinación de bol-
uer despacio con el aparato necesario al castigo.
Para esto comenco a disponer los caminos por que
embio delante muchos gastadores, a aderecarlos mando
hazer en ellos tambos, puentes, pocos de agua, embio
mucha comida, a los depósitos y higo otras preuengio-
nes de manera que el exergito pudiese pasar sin detri-
mento. Pero estando el Inca para hazer esta jornada
con otro exergito muy poderoso que según los historia-
dores de los quipocamayos era de mas de medio millón
de gente de pelea por que tenia intento de lleuarlo a
fuego y sangre y de dexar poblado aquel Reino de otra
nagion; adolesgio de una graue y aguda enfermedad,
fallegio de edad de sesenta años sugediole en todos sus
estados su hijo Pachacuti.
LTB. 1 CAP. 2 § 10
g. 10. DE PACHACUTI NOVENO REÍ INCA DEL PERV.
Agerca deste Inca hallo dos opiniones launa es del co
ronista Catari que dice no ser distincto del Inca “Viraco- Dosopimo-
cha sino que es el mismo y que. este nombre Pachacoti se T„aI-vlvL’a
le pusieron de nueuo y añadieron a los que tenia, porque chacut.
como fue gran guerrero y que casi nunca paraba ocu-
pándose de contino en nueuas y arduas empresas le lla-
maron Pachacuti, que quiere decir el que trastorna el
mundo.
Pero la segunda opinión que es de Abrahan Ürtelio
en su theatro uniuersal, y del Inca Gargilasso y de otros
historiadores le tiene y quenta por Inca y Rey distinto
y que assi es el noueno de los yncas y le hage hijo del
ynca Viracocha y su heredero en el Imperio, lo qual
tengo por mas probable, por que siguiendo las pisadas
de su padre en el gouierno de sus Reinos y en la con-
quista de nueuas Prouingias fue hombre belicoso y que
assistia poco en la corte y giudad imperial del Cuzco, y
assi prosiguió con grandes veras la jornada que tenia
comengada su padre para el reino de Chile, a que salió ■
con tan poderoso exergito que a la fin le sojusgo y in- n&v y ^fJ-
corporo a su corona, fue cassado con Mama Anabarque fJa]f.vyw
y viuio muchos años, que empleo en vissitar sus estados
y en nueuas conquistas, aunque los escritores no digen
el numero gierto dellas mas qne fallegio y dexo por su
heredero a Topa Inca Yupanqui, y al Imperio muy acre-
sentado por que le gano mas de giento y treinta leguas
de largo norte y sur y de ancho todo lo que ay de la es-
tendissima cordillera de la sierra neuada hasta la mar,
que por aquel paraje ay por partes sesenta leguas leste
hueste y por otras setenta mas o menos.
Mientras viuio no solo entendió en la exacta obser-
uangia de las leyes de sus antepassados pero añadió otras
de nueuo que alcango a saber el padre Blas Valora y re-
ffiere en sus comentarios Gargilasso de la Vega con algu- Garcilasso i.
nos dichos si sentengiosos y agudos también muy mo- Sf.lte 1,b’
anungiasse. Confírmame esta opinión lo que dize Gar-
gilasso en sus comentarios y se me hage mas gierto por
uerlo sacado de los papeles del padre Val era que me pa-
regio poner aqui a la letra que es como sigue:
“Estando Huavna Capac en los reales palagios de
“Tumipampa que fueron de lo mas soberbio que ubo en
“el Perú le llegaron nueuas que gentes estrañas y nun-
“ca jamas vistas en aquella tierra andaban en un na-
“uio por la costa de su Imperio, procurando saber que
“tierra era aquella, la qual nouedad despertó a Huayna
“Capac a míenos cuydados para inquirir y saber qne
“gente era aquella y cíe donde podia venir. Es de saber
“que aquel nauio era de Basco Nimez de Balboa, primer
“descubridor de la mar del Sur, y aquellos españoles,
“fueron los que (como al pringipio diximos) impussieron
“el nombre Perú a este Imperio, que fue por el año de
“mil quinientos y quinge y el descubrimiento de la mar
“fue dos años antes Un historiador dige que aquel na-
“uio y aquellos españoles eran D. Frangisco Pigarro y
“sus tro ge compañeros que dige fueron los primeros des-
cubridores del Perú en lo qual.se engaño, que por de-
“gir primeros conquistadores dixo primeros descubrido-
5”res; y también se engaño en el tiempo por que de lo
“uno a lo otro passaron dies y seis años sino fueron
“mas, por que el primer descubrimiento del Perú y la im-
“posigíon deste nombre fue en el año de mil quinientos y
”quinge y Don Frangisco Pigarro y sus quatro hermanos
“y Don Diego de Almagro entraron en el Perú para le
“ganar año de mil y quinientos y treinta y uno y Huay-
“na Capac murió ocho años antes que fue el año de
“mil quinientos y veinte y tres, auiendo reinado qua-
”ron ta y dos años según lo testifica el P.e Blas Val era
“en sus rotos y destrogados papeles, donde escribía mu-
celias antiguallas de aquellos Reies que fue muy gran
“inquisidor dellas, y prosiguiendo el mismo Gargilasso
“añade lo siguiente, que importara mucho liara enten-
■’der lo puntual de quando se descubrió el Perú.
“Dige pues assi:
“Aquellos ocho años que Huayna Capac viuio des-
LIB. ]. CAP. 2. § 12.
Gl
‘pues de la nueua de los primeros descubridores los gas-
‘toen gouernar su Imperio en toda paz y quietud, no qui-
‘so hager nueuas conquistas por estar a la mira de lo que
‘por la mar uiniesse, por que la nueua de aquel nauio
‘le dio mucho cuydado imaginando en un antiguo ora-
‘culo que aquellos Incas tenian que passados tantos Reies
‘auian de yr gentes estrañas y nunca vistas y quitar-
‘les el Reino y destruir su república y Idolatría; cum-
‘pliasse el plago en este Inca como adelante veremos
‘Assi mesmo es de saber que tres años antes que aquel
‘nauio fuesse a la costa del Perú acaegio en el Cuzco acl’yío^n’e
‘un portento y agüero que escandaligo mucho a Huay- (,,,zco-
‘na Capac y atemorigo en estremo a todo su Imperio y
‘fue que gelebrandose la fiesta solemne que cada año
‘hagian a su Dios el Sol, vieron venir por el aire un
‘Águila real que ellos llamaron Anca que la yban per-
siguiendo ginco, o seis gernicalos y otros tantos alcon-
‘gillos de los que por ser tan lindos an llenado muchos
‘a España y en ella les llaman Aletos, y en el Perú
‘Huami los quales trocándose ya los unos, ya los otros
‘ca}7an sobre el Águila que no la dexaban volar ator-
‘mentandola a golpes; y no podiendo defenderse se dexo
‘caer en medio de la plaga mayor de aquella giudad
‘entre los Incas para que la socorriessen. Ellos la toma-
‘ron vieron que estaba enferma, cubierta de caspa como
‘sarna y casi pelada de las plumas menores. Dieronle
‘de comer y procuraron regalarla, pero sin prouecho
‘por que sin leuantarse mas del suelo murió dentro de
‘pocos dias. El Inca y los suios la tomaron por mal
‘agüero en cuya interpretagion dixeron muchas cosas
‘los adiuinos que tenian elegidos para semejantes cas-
‘soy, y todas eran amenagas de la perdida de su Impe-
‘rio; de la destrucgion de su república y de su Idola-
‘tria sin esto ubo grandes terremotos. Y temblores de
‘tierra que aunque el Perú esta sugeto a esta plaga no-
‘taron que los temblores eran mayores que los ordina-
‘rios y que cavan muchos gerros altos: De los yndios
‘de la costa supieron que la mar con sus cregientes y
‘menguantes salia muchas vezes de sus términos co-
‘munes, vieron que al ayre se aparegian muchos come-
‘tas muy espantosos y temerosos. Entre estos miedos
‘y assombros vieron que una noche muy clara y sere-
‘na tenia la luna tres gercos muy grandes; el primero
‘era de color de sangre, el segundo que . estaba mas
.afuera era de un color negro que tiraba a verde; el ter-
G2
DE HUAYNA CAPAC INCA
“gero paregia que era de humo”. Hasta aqui Gargilas-
so que refiere también y quenta muy extenso la inter-
pretagion destos gercos que higo un famoso adiuino o
mágico al Rei Huayna Capac que no le causo poca altera-
gion, aunque procuró encubrilla por no mostrar flaque-
za; pero estas cosas con las demás, que después sugedie-
ron en tiempo de sus hijos Vascar y Atauhualpa a quien
se las predixo en Quito otro adiuino llamado Chalco
(como veremos presto en el paragrapho siguiente). El
tiempo y los effectos an mostrado auer sido verdaderas.
Concluiré este paragrapho tocante a Huayna Capac con
degir que fue uno de los mejores entendimientos y de
mayor piedad y generosidad que ubo en este ocgidente
y en todo el linage y prosapia de los Incas, para lo qual
solo tocare unas dos cosas. Y sea la primera tocante
Gim-naca- a su &ran(le entendimiento y discurso natural, deque
pacW’hombre Dios le doto, pues mediante este vino a conoger que el
tendlmSiito1″ Sol era criatura y ministro del criador y Señor del Uni-
eTsof era pue- uerso> Y me el casso que auia ley muy rigurosa entre los
ra’criatura y Incas en que se mandaba que a nadie fuesse ligito que
estando en el templo del Sol miralle de hito en hito sino
que auia de estar con los ojos bajos y enclauados en el
suelo aunque fuesse el mismo Rei. Un dia estando en
la fiesta que gelebraban cada un año con gran solem-
nidad dentro de su templo le miro Huayna Capac con
algún desenfado, reparo en ello el summo sacerdote
y reprehendioselo, pero luego los boluio a leuaiitar y bol-
uio a miralle de nueuo de hito en hito, entonges el Sum-
mo Sagerdote con rostro seuero le dixo, mira solo Se-
ñor lo que hages que demás de sernos prohibido el mi-
rar con libertad a nuestro padre el Sol por ser desacato,
das mal exemplo a toda tu corte y a todo tu Imperio
que esta aqui gifrado para gelebrar la veneragiou y ad-
miración que deben hager a tu padre como a solo y su-
premo Señor. A esta ultima ragon le replico Huayna
Capac quiero hagerte dos preguntas para responder a lo
que me as dicho y al cargo que se me hage. Y sea la
primera que yo como soi vuestro Rei y Señor Uni-
uersal, abiia por ventura alguno de vosotros tan atre-
uido que por su gusto me mandasse leuantar de mi
assiento y hager un largo camino? respondióle el sager-
dote, quien ahila tan desatinado como esso? replico el
Inca; y abria alguno de mis vassallos por mas rico y po-
deroso que fuesse que no me obedegiesse si yo le mandase
yr por la parte de aqui a Chile? Dixo el Sagerdote;
LIB. 1. CAP. 2. § 12. 03
no loca, pues es gierto qne no habría quien no te obe-
degiesse con mucha prestega aun que supiesse le auia de
costaría vida.
Con esta respuesta a sus dos preguntas se la dio el
rey Huayna Capac al summo Sagerdote y le conuen-
gio como el Sol era criatura y ministro del Criador por
que le dixo, de todo esso que me as respondido con-
cluyo que este nuestro padre el Sol (debe tener otro ma-
yor Señor y mas poderoso que no el que le manda hager
el camino que hago cada dia sin parar.) (y diole’la ra-
gon;) por que si el fuera el Supremo Señor (le dixo) una
vez que otra dexara de caminar y descansara por su
gusto aunque no tuuiera nessesidad dello y pues no lo
hage sin duda otro se lo manda y ordena a quien sirue y
obedege como a mi me obedegiera, qualquiera de mis va-
ssallos, esse pues a quien el Sol sirue y obedege sera
el Supremo Señor. *
Por este dicho y discurso que higo con su buen en- Capacüaiou?-
tendimiento asido opinión común que si Huayna Ca- £?ra ios mi
i i i-i -i -i i • • x t lustros del
pac alcangara la llegada de los ministros euangehcos santo Euan-
a su Imperio que sin duda se conuirtiera a nuestra christiaiío1’10
sancta fe catholica. Este mismo discurso refriere el P.e
Acosta en el quinto libro de la historia del nueuo
orbe, cap.0 5. aunque sin nombrar el Inca de quien
fue, aprobándole como concluyente y sacando del co-
mo por consequengia clara, que si con ragones suaues
y que se dexen pergibir les declarassen a los Yndios
sus engaños y gegueras, admirablemente se conuengerian
y se rendirian a la verdad.
La segunda cosa insigne deste Monarca gifro en una
palabra y por mayor que fue tan grande su piedad y insigne ouay-
olemengia para con sus vassallos y tan extraordinaria ■ Jfedad’T < •>*’•
la generosidad de animo, que tuuo qne jamas le pidieron mens>”a.
mei-ged. que no la higiesse, ni perdón por sus culpas
que no lo alcangassen por que quanto se pregio siempre
de seuero .y riguroso con los rebeldes, y pertinages tanto
y mucho mas se auentajo en mostrarse piadoso y man-
so con los humildes y sugetos, como lo fue en la pro-
uingias de los Chachapoicos y con otras que auiendose re-
belado y amotinado contra su corona, alcangaron fagil-
mente perdón de su delito ron solo humillarse y rendirse.
C-i DE VASCAR Y ATAHCALPA INCAS
$13. DE VASCAR Y ATAUHUALPA HERMANOS
DUODÉCIMO Y DEQIMO TERCIO REIES INCAS DEL
PER U.
Assi por auer sido Vascar y Atauhualpa hermanos,
(aunque no hijos de nua misma madre) como también
por que el reinado del uno, estimo pendiente del otro;
II lo tercero por que en entrambos se acabo el señorío y
posesión que lo Reies Incas tubieron del Imperio del Pe-
rú. Abre de contar de ambos juntos, el principio, me-
dio y fin que tuuieron y con tanta maior atengion, quan-
to por el se vera la inconstangia grande de la fortuna; y
lo poco, o nada que permanegen los bienes desta vida,
y que como fenegieron otros Imperios y monarquías en
el mundo, quales fueron la de los Assirios, de los Per-
sas, Griegos y Romanos en su gentilidad, assi también
ubo de feneger esta de los Incas Peruanos, mucho quen-
tan las historias della, aunque algunas varían no poco,
en muchas circunstancias.
Verdades que todas paran en un mismo fin que es
la destrucción del Imperio peruano, pero auiendolas vis-
to y leído con particular cuy dado, y cotejado lo mas subs-
tancial dellas con otros papeles originales deste Reino
para sacar en limpio lo que aqui clire breuemente que
Kouenfoh”pácf- procurare vaya amuelado con lo puntual de la verdad.
flcameuto en Luego que Guayna Capac falleció en Quito su hijo Ata-
tiempo. a*un uhualpa se ubo como Rei y Señor de aquel reino que Go-
uerno en Paz por el tiempo de quatro o cinco años y los
mismos Vascar su hermano en el Cuzco, hasta que se
rebolbieron los humores, porque como el reinar no admi
te compañia juzgando Vasca que lo que tenia Atauhnal-
pa ele clerecho era suyo y qua su padre Huayna Capac
vascar des- no se lo pudo dar desmembrándolo de su corona le des-
paciía mensa- , 1 ni i • -i i
gerosa Ata- pacho mensajeros y con ellos le embio a elegir vimesse al
aoie’pfííólíio1 Cuzco para tratar con el negogios graues tocantes a la
L1B. 1. CAP. 2. § 13.
65
herencia, con satisfacción que nunca le faltarían tierras
y vassallos con que viniese honrradamente y con desean
so Atauhualpa entendida la embaxada de su hermano, y
juzgando por sus racones que no le quería dexar el reino
juntando sus consejeros les pidió parecer de lo que debía
hazer y se resoluio que lo que le conuenia era hager de
secreto un poderoso exergito como lo higo que diuidio en
tres partes. La una rigió el, la ocra Chalco Chilma y la
tercera Quisquís, ambos famosos capitanes de su padre
y con las demás pveuengiones negesarias se partió para
el Cuzco; donde assi mismo Yascar teniendo noticia de
los intentos de su hermano y como venia tan preuenido
y de guerra auia juntado otro muy gruesso que despa-
cho con su capitán general Yupanqui orejón, y entre las
nagiones que lleuo en su exergito fueron Cañaris Chapa-
ras, Paltas Yungas, toda ella gente belicosa valiente y muy
exergitada en guerras. Alojáronse ambos exergitos en
Tumipampa, a vista el uno del otro, y el dia siguiente se
dio la batalla, que fue la mas cruel y sangrienta que ja-
mas se auia uisto por que duro tres dias continos con sus
noches sin descansar. Pero al fin dellos preualegio Yu- El exeryito
panqui capitán de Yascar quedando victorioso y retiran ¿I Vvfeiolnoso
do a los contrarios hasta desbaratallos, con lo qual si- ^ Ma-
guiendo la victoria prendió a Atauhualpa en una puen- uapa’
te mientras huyo, por que su misma gente que yba de-
lante le atajo en este passo con perdida de mas de vein- •
te mil hombres lo pusieron en un fuerte con buenas
guardas; y al instante despacharan mensajeros á Vascar
con las nueuas alegres de la victoria, assi del destrogo
de los enemigos como de la prisión de su hermano, de
que hizo grandes fiestas y mando se le lleuassen presso
a su Corte, mas Atauhualpa se libro desta afrenta por Ataimaiua
que sin saberse como ni ser sentido se huio de la prission ^r^¡’l,e la
una noche, la nuueuafue bien triste quando se supo en
el Cuzco. De esta fuga inuentaron los indios aquella
fábula que se quenta entre ellos, que como este Atau-
hualpa desgendiese por linea recta de aquel famoso Yn-
ca Amaro se encomendó a el, y conuirtiendole en culebra
le saco por un agujero pequeño de la pared y que luego
buelto en su forma y figura natural se auia ydo a
Quito. Pero la verdad del casso fue que Atauhualpa te-
nia por muger una señora, demás de su buena gragia
muy varonil y de gran prudengia que entraba en todos
los Consejos que hagia y en ellos era la primera en degir
su pareger, por esta ragon la auia traydo en su compa-
G6 DE VASCAR Y ATAUHUALPA INCAS
nía a esta guerra y fue la que le saco y libro de la pri-
sión en que estaba jrendo a vissitarle aquella ncche que
sugedio la fuga, aora fuesse por medio de dadiuas y pro-
mesas, que higo a las guardas, aora (y es lo mas gierto)
dándoles unos bebedisos, con que los priuo de sus senti-
dos, y las guardas por dar disculpa de su descuido y
gran culpa, fingieron la fábula que e contado.
Atauhualpa llego a Quito con lo restante de su cam-
Ataiuiaipa 1D0 y sm descansar un punto junto otro exergito de mu-
jmiUi fie íme- i J i • i -i •
vo evereito: cha y valerosa gente y con la maior pnssa que pudo dio
t«.riawbre’s1’i la buelta y partió contra los de Vascar que todavía esta-
bermano. ]3an en Tumipampa aguardando orden del Ynca, donde
cogiéndolos desapergebidos les dio una no menos cruel
que sangrienta batalla de suerte que vengio al capitán
Yupanqui y le mato mas de quinge mil hombres, y sin
perder tiempo siguiendo el alcange dio en los pueblos de
los Cañaris y Paltas que auian ydo contra el, en quien
higo otra gran matanga. Con esta victoria determino
ir sobre el Cuzco y apoderarse de todo el reino, púsose
en camino, llego a Caxamarca donde descango por algu-
nos dias y alli aguardo la gente que auia mandado le bi-
guiesse desde Quito. En este medio ya Vascar auia te-
nido nueuas de la perdida de su exergito y de la muerte
de su capitán; y assi para restaurar este daño y concluir
de una vez negogio de tanta importangia. Junto otro
exergito muy poderoso y con el, salió en persona en bus-
ca de su hermano. En sabiendo Atauhualpa de su ve-
nida y el aparato grande que traya desmembro de su cam-
po quatro mil soldados tan escogidos como valientes,
por que lo fueron mucho (como se vera por el hecho) es-
tos entrego a su capitán Challcuchillma con orden que
fuesse a reconoger la tierra y puesto que tenian los con-
trarios y que ofreciéndose ocagion no la perdiese mar-
charon fuera de camino y por veredas y sendas secretas
anduhieron hasta que descubrieron el campo contrario
sin ser sentidos y considerándole de un alto el capitán
Challcuchillma juzgándole por grande y poderoso, vio
salir del una manga de hasta dos mil soldados }r con ellos
el mismo Vascar Ynca sin duda con algún ardid de gue-
rra, pero sin entendello fueron a dar inaduertidamente
donde estaban los cuatro mil de Atauhualpa en embos-
cada; estos con su capitán viendo la ocagion tan buena y
reconogiendo que alli venia el mismo Vascar, salieron y
dieron en ellos con gran furia y de sobresalto, en lo qual
tuuieron tan buena dicha que matando a algunos pren-
LIB. 1. CAP. 2. § 13. 07
dieron al Ynca, los que quedaron fueron a dar el aniso
al exergito de lo que {lasaba por qne estaba gerca, salie-
ron mas de cinquentamil hombres a libertar a su rei y
señor. El capitán Chai Ico requirió a Yascar mandasse
sosegar su gente de suerte no uiniessen a las manos, don-
de no que le auia de degollar luego, aunque después los
su}^os los matassen a todos. Yascar viendo la determina-
gion del capitán mando que se quietasen algando la ma-
no en alto y bajándola con que quedaron tan sosegados
qne paregian estatuas; de donde se fueron retirando y
muchos dellos a sus tierras desamparando el campo por
mandado de Yascar. Digiendo que el queria dar orden
y assiento con su hermano sobre la partigion de sus Rei-
nos, señalando mojones y términos en ellos.
Mas la partigion sugedio de otra manera por que en
sabiendo Atauhualpa el prospero sucgesso de sus quatro
mil soldados y la prisión de su hermano despacho un
mensajero mandando a su capitán le tuuiese presso y a
buen recado, hasta que el ordenase lo que mejor le es-
tuuiesse y auiendo gelebrado grandes fiestas y regogjos
por tan señalada victoria que fue tanto mas solemniga-
da quanto fue sin derramamiento de sangre de los su- Ragouami^n –
yos, mando juntar a sus capitanes y pringipales del g°alpa a^
campo para tratar con ellos lo que se debia hager en ra- vassahos’
gon de la prisión de su hermano, y estando juntos des-
de un assiento alto bien aderegado les hablo desta ma-
nera.
Ya sabéis mis leales vassallos como mi hermano
A’ascar esta presso. por mi capitán y soldados y su cam-
po deshecho, en mi mano esta el apoderarme de todo el
reino, como también el dexalle libre y partir los estados
y prouincias entre los dos, no quisiera que por usar de
misericordia con el se me siguiera algún daño. El fin pues
por que os e mandado juntar es para que auiendolo bien
mirado y consultado, me deis mañana vuestros paregeres
para que escogiendo yo el mejor y mas sano le mande
poner en execugion.
Mientras el Inca higo esta hreue platica echo de ver Chal f.lmo.
que en todo ella un famoso agorero llamado Chalco es- so’ agorero
taba cabisbajo y melanclioco y aun se le veian correr PdeslruoCj-ioua
de los ojos muy frecuentes lagrimas, y llamándole ger- ^Ata GuíU-
ca de si le dijo. Dime famoso Chalco pues aora que es
tiempo de regogijos y fiestas por el prospero sucgesso
que hemos tenido contra mi hermano; debiendo partigi-
par con los demás deste gogo te veo triste y lloroso?
GS
DE VASCAR Y ATAUHUALPA INCAS
Mui gran sospecha me das que te pesa de mi bien, y es
verdad que si de ti no tubiera entera satisfacción y con-
fianea sin duda confirmaras mi sospecha con los actos
y demostraciones que as hecho, deseo saber la causa
desta mudanga y differengia de tu semblante al de los
demás, y assi te mando me la digas luego delante de to-
dos, que pues todos an visto en ti, lo que yo he repara-
do, sera justo sepan también el motiuo y fundamento
que as tenido por que si fuere necesario hager alguna
preuengion (como el coragon presago me lo pronostica)
se haga con tiempo lo que conuiniere.
Chalco algo la cabega a estas ragones y al manda-
miento del Inca y con el animo turbado, la color demu-
dada respondió desta manera.
Poderoso Señor sabias que lo que el Qielo y hados
tienen ordenado según muestran los Planetas y señales
que e visto estos dias assi en el Qielo, como en otros pro-
digios de la tierra en aues nocturnas, y turbagion en los
animales es una rigurosa, y inuiolable seutengia que se
a de executar sin remission alguna; que te sime esta
insigne Victoria y triufo que as alcangado? Que ti im-
porta que aora te jusgues por Señor absoluto del inundo?
que ser desgendiente del famoso Manco Capac? y final-
mente que aprobedla tanto oro, tanta plata, y thesoros
como tienes y gogas, si muy presto (o aduersa y desdi-
chada fortuna) te as de ver derribado de tu trono y des-
poxaclo de tu reino y sugeto no a Vascar que en fin co-
mo hermano ussara con tigo de fraterna benignidad; sino
a unos estrangeros que ya sulcando el mar contra la
furia de los vientos frustrando sus tormentas an tomado
puerto y le tienen seguro en tus tierras, y si quisie-
res saber qne gente sea esta yo te lo diré? es graue am-
biciosa, temeraria en emprender cassos diíficultosos y
incansable en las empressas. Estos desbarataran tu exer-
gito, atemorigaran tus gentes, y finalmente seras su pri-
sionero, quitarte han la vida y con ella fenegera tu es-
claregida cassa y prosapia. Esta pues es la causa de mi
tristega y melancolía, esta la de mis lagrimas y amargu-
ra, y creo que lo sera de mi muerte, que tengo por tan
gierta quanto lo sera, lo que en esto el Qielo tiene orde-
nado y los presagios y señales portentosos que se an vis-
to gertifican lo que te e dicho.
Quando llego Chalco a degir esta ragou quede el In-
ca Atauhualpa desfigurado, la color mortal y todo tur-
bado, ocurrióle a la memoria lo que su padre Guayna
LIB. 1. CAP. 2. § 13.
Capac le auia dicho a la hora de su muerte y bolbiendo
en si dissimulando el temor lo mejor que pudo se estubo
alli algunos dias haciendo sacrifigios a sus ídolos y al
Sol quando en este mismo tiempo le dieron nueuas cier-
tas de la llegada de los Españoles a sus mares, con lo
qual se certifico de quauto Chalco le auia pronosticado y
se hallo tan confusso y perplexo que no se atreuio por
entonces a determinar cossa tocante a la prisión de su
hermano Vascar. Hasta que siendo después prisionero
de Don Frangisco Pigarro y de los primeros descubrido-
res y conquistadores del Perú por su orden le quitaron
la vida, que fue ocasión para que hagiendosele cargo
della se la quitasen a el les Españoles. Pero como este
hecho suppone el descubrimiento y conquista que alcan-
garon estos nueuos pobladores del Perú y las marauillas
grandes que sugedieron en las refriegas que tuuieron
para conseruarse en la possesion que tenian de la Qiudad
Imperial del Cuzco y el pringipio que tuuo la predica-
gion del Sancto Euangelio sera negesario hager capítu-
los aparte de todos estos sucgessos, con lo qual abra cla-
ridad y inteligengia dellos, y se sabrá como fuela muerte
de entrambos hermanos Vascar y Atauhualpa, a quien
sugedio Manco Capac Yupanqui el que se retruxo en
Yillcapampa, quando el algamiento general de la tierra
como veremos adelante, y a Manco le sugedio su hijo
Suyritupa, que fue christiano y se llamo Don Diego y por
muerte deste quedo con el derecho del reino y por Se-
ñor del Tupa Amaro a quien corto la cabega en el Cuzco el
Virrey Don Frangisco de Toledo, mas antes de degir y
declarar todo esto diré sucgitamente lo que mando exe-
cutar Vascar de sus thesoros. Estando presso en poder co^cai’s ^
de los capitanes y soldados de su hermano como se ha grandes the-
dicho, quando llamo a uno de los suyos de quien te- soros’
nia mayor confianga a quien dio orden que con todo se-
creto y presteza partiese al Cuzco y escondiese su theso-
ro en parte que quando su hermano llegasse a aquella
Qiudad no lo hallase. Llamábase este capitán Quispi
deudo suyo y según fama tio hermano de su padre y
hombre de gran consejo, como se echo de ver por lo que
higo por que llegando al Cuzco mando a hondar una
laguna pequeña bien gelebre y conogida en el perú por
este echo llamada Urcos que entonges estaba casi seca,
higole un desaguadero por el gen tro de un gerro que fue
a salir al rio de Mujma y en esta concauidad mando hager
?0
DE VASCAR Y ATAUHUALPA INCAS
a gran prissa unos apossentos de piedra labrada, donde
m indo ochar y esconder todo el tesoro del Inca con la ri-
qutssima cadena de Vascar que su padre Guayna Capac
mando labrar quando sus vassallos le juraron por prin-
gipe heredero, fue tan grande este thesoro que muchos
viejos de aquellos antiguos certificaron que mas de dos-
gientos yndios higieron quatro, o ginco viages cargados
de solo oro y plata; y puesto en este lugar de los altos de
Urcos donde ilaman Carapampa, donde estaba una gie-
nega la desaguaron abriendo unas ganjas por el gentro
de la tierra y por partes ocultas de suerte que el agua fue
a corresponder al suelo de la laguna de Urcos que sirue
como de puertas deste gran thesoro y esta es la causa y
no otra que aunque viuienron después a saber los españo-
les como estaba alli; por muchas y grandes diligengias
que higieron en diuersos veges uunca an podido dar con
el, ni les sera possible, pues para esto era forgoso secar
la laguna que pediase supiesen primero los conductos
y ganjas del agua, lo qual no se a alcangado ni parege se
alcansara. Este hecho fue de Vascar, pero el de Atahual-
pa fue cruelissimo y inhumano por que mando matar a
quantos pudo auer a las manos por medio de sus minis-
tros de la sangre real que fueron entre ellos mas de do-
gientos de sus hermauos hijos de Guayna Capac y un gran
numero de deudos y parientes gercanos del Inca gontra
quien estimo tan encarnigado que tampoco quiso perdo-
nar a sus mnistros, ni a sus criados sino que los mando a
todos passar a cuchillo hasta a los niños y a las mujeres
que auian sido de su padre y que lo eran de su hermano
Guascar que solamente se reservo para mejor tiempo y
ocagion, auiendo concluido con las desgendtncias y pro-
sapia de los Reies Yngas del Perú que fueron todos los
referidos y conforme la opinión mas gierta y regiuida de
todos, no dexare de degir aqui también como ay otra
no mal fundada que los Incas Reies del Perú fueron mu-
IvnihUfís -óel c^os nias en numero de los que e referido por que en un
musios mis bocabulario antiguo de mano del Padre Blas Vale ra que
li” Vds que se traxo consigo el Padre Diego de Torres Vasquez desde
“>,U1” Qadiz quando vino al Perú muy inteligente de la lengua
quichua y grande escudriñador délas antiguallas del Pe-
rú y de sus Incas, y que como thesoro escondido tenía-
mos guardado en la librería del colegio de Chuquiabo y
por buena dicha ube a mis manos hallo estos ragones so-
bre el nombre de un Rey llamado Capac Raymi-“Capac
“Raymi Amanta fue un rey del Perú que tuuo estos tres
LIB. 1. CAP. 2. § 13
71
“nombres y fue muy sabio filossofo. Este gouerno
“quarenta años en tiempo del quarto sol antes del nagi-
•’miento del Señor, hallo los Solsticios y llamólos Raymi
“de su nombre y el de diciembre quiso que se llamase
“Capac Raimi Solsticio mayor, por que entonges son en
“el Perú los dias mayores de todo el año. El otro Sols-
“tigio que cae por Junio quiso que se llamase Ynti Raimi
“vel sullo —Raymi Solstigio menor por que entonges son
“los dias menores de todo el año en el Perú. Este higo
“que Comengassen el año desde el Solstigio de digiemhre,
“auiendo hasta su tiempo comengado el año desde el
“equinogio de margo. Finalmente los Peruanos 11a-
“maron al mes de digiemhre Capac Raimi en memoria
“deste Rey que fue el trigessimo nono Rey del Perú.”
Hasta aqui este auctor que siendo verdadera su opi-
nión auiendo anido tantos Reyes en el Perú aun antes
de la uenida de Christo Señor Nuestro, pues este de quien
hage mengion por aquel tiempo fue el trigessimo nono
Rey. hemos de degir que después del y de la encarnagion
del Yerbo eterno ubo otros muchos Reies que se confir-
ma con lo que luego dige el mismo auctor de Capac Yu-
panqui Amanta de quien affirma fue Rey 43 y luego de
Capac Lluqui Yupanqui que fue Rey nouenta y tingo y
de otro Cuius Manco que fue Rey 04 del Perú, Y confor-
me a este pringipio ba nombrando en su vocabulario no
acabado por que solamente tiene hasta le letra H, otros
Reies distinctos de los que tengo contados en la Genealo-
gia de Manco Capac.
Desta opinión saco dos conclugiones. La primera no Refutase a
ser muy gierta la del Inca Garcilaso de la Yega en la pri- dosTólX-! r”
mera parte de sus comentarios que tratando de los Reies
Incas del Perú hage en diueisas partes de su historia a
los yndios deste reino tan barbaros y saluages que ni te-
nian Rey, ni Señor y tan faltos de poligia y de viuinda
urbanica y de conmunidades que nunca supieron della
hasta que llego Manco Capac con su muger redimiéndo-
los el por una parte y la mujer’por otra y que con los re-
dugidos de entrambos se fundo y edifigo la ciudad del
Cuzco. Digo ser falsa esta opinión porque si mucho an-
tes de la venida de Christo Señor nuestro al mundo ubo
reies en el Perú y tan sabios qne distinguieron y pusie-
ron nombres a los cursos del sol de entender es que tendrían
sabiduría y gouierno para regir a sus Yassallos y tener
alguna forma y figura, de República.
La segunda conclugion que sago es, que quando
72
DE VASCAR Y ATAUHUALPA INCAS
Manco Capac hijo de A.tau y nieto de Guayanay, no
aya sido el primero Rei Inca del Perú por la racon dicha.
pues ubo otros muchos antes del, por lo menos seria el
restaurador desta dignidad y grandeca real en el Perú
por que hallándola como por el suelo y no estimada la
leuanto y pusso en el estado que hemos visto y fue el
primero que de su cassa y cepa tuuo el señorío destos
Reinos y le dejo a sus hijos y descendientes que se aca-
baron con la entrada y conquista que alcanzaron los Va-
lerosos Españoles deste nueuo Mundo, lo qual como aya
sucedido y entrado el sancto euangelio nos dirá el capi-
tulo siguiente.
Capítulo 3.
Q UIENES FUERON Y QUANTOS LOS PRIMEROS
DESCUBRIDORES Y CONQUISTADORES
DEL PER U; LAS MARÁ UILLAS
GRANDES QUE DIOS OBRO PARA
CONSERUARLOS EN SU CONQUISTA
Y POS SESIÓN PARA QUE SE PREDICARA EL
SANCTO E UANGELIO.
espites que el famoso almirante y grande cos-
mographo Don Christoual Colombo, a quien
por mas cómoda pronunciación llamaron Co-
lon, natural de la ciudad de Genoua empren- cimstobaí
dio en el occidente el año de 1.402 el descubrimiento del ?olon, ‘.’n.el
. • deseubrunien
nueuo mundo auiendo ydo de un remo a otro, y emplea- to dei nueuo
do antes siete, o ocho años en estas peregrinaciones pa- ™o,mucho!tí~
degiendo grandes desabrimientos y descomodidades para
que algún potentado de Europa, quisiesse amparalle en
tan gloriosa empresa, y auiendo sido desechado de todos
como lo fue del Eei de Ynglaterra, del de Portugal, de
su propia patria y república de Genoua y de los dos du-
ques Medina Qeli y Sidonia y solo admitido y fauorecido
de los Reies cathoiicos don Fernando y doña Ysabel dio
pringipio a su nunca antes conogida nauegagion, descu-
brió lo que infinitos filosophos y cosmographos assi anti-
guos como modernos nunca alcangaron, ni menos creye-
ron de nueuas tierras, Reinos y grandes poblagiones; con
lo qual pudo tomar por armas y tener por blasón aquel
su gelebre dicho: Que a Castilla y a León un nueuo inun-
do dio Colon, prosiguió por algunos años el descubri-
miento con varia fortuna, con differentes sugessos pero
siempre con glorioso fin y eterna memoria.
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Auiendo abierto esta puerta tan grande, por ella en-
traron otros insignes varones, que siguiendo las pisadas
de tan famoso capitán higieron nueuos descubrimientos
y nueuas conquistas de que están llenas las historias, en-
tre ellos fueron dos, un nueuo Héctor y un fuerte Achi-
les. Aquel fue el esforgado y iuuencible Hernando Cor-
tes que comengo su descubrimiento y conquista de la
nueua España, el año de 1.518 y dentro de pocos acabo
con gloriosos triumphos. Este don Frangisco Pigarro,
mas venturoso en los principios que dichoso en los me-
dios y fines, pues fueron tan desastrados en su muerte,
y en la de sus hermanos, aunque fue el primer descubri-
dor y conquistador de los thesoros y inmensas riquecas
del Peru falleció tan pobre y miserablemente como es
notorio y yo solo del referiré lo que hiziere a mi propo-
sito.
% 1 COMO DON FRANCISCO PIQARRO FUE EL
PRIMERO DESCUBRIDOR Y CONQUISTADOR DEL PERU
Y QUIENES FUERON SUS PRIMEROS COMPAÑEROS
Vasco Nu-
ñesde Balboa
primero des-
cubridor d ?1
Peru-
Quien primero que otro ninguno tuuo noticia y co-
mengo a descubrir el Peru fue el famossisimo Vasco Nu-
ñez de Balboa que auiendo descubierto la mar del Sur y
tomando possesion della por la corona de Castilla y
León embio sus nauios una y otra vez por aquella mar
nunca antes nauegada por los españoles a descubrir tie-
rras y a saber las Prouingias que auia azia el Sur, quan-
do por el año de 1 515, plugo a Dios que uno destos na-
uios uiese aquel primer Yndio que diximos en el primer
capitulo llamado Beru que estaba pescando en el rio Pe-
lu, que cogiéndole los del nauio y preguntándole de la
tierra que ueyan y no sabían la llamaron Peru. Pero
como la embidia de su suegro le quitaste la vida y con
ella los buenos intentos que llebaba para la empressa la
tomo entre manos Frangisco Pigarro con sus compañe-
ros a quienes se puede y debe atribuir la gloria del pri-
mer descubrimiento pues el con sus soldados fueron los
LIB. 1. CAP. 3. § 1. 75
primeros que saltando en tierra la conocieron conquista-
ron y poblaron, con que entro la luz del Sancto Euange-
lio por las puertas de millares de prouincias y de millo-
nes de almas que estaban sepultadas en las tinieblas de
la infidelidad y de la ygnoraucia del uerdadero Dios.
Fue Francisco Picarro natural de Truxillo de la san- b¿^de$rau
gre noble de su apellido, passo a las Yndia al reclamo «¡seo pWrró
de sus riquecas y thesoros, y como era hombre de valor lul°umoan^
y buen gouierno (aunque muy falto de letras, pues apenas jj íaconquis-
supo firmar su nombre) fue capitau y teniente de gouer-
nador en la ciudad de Tiraba en tierra firme por el año
de 1.512 que fue el primer cargo que tuuo en estos Rei-
nos, de que dio tan buena quenta quando le pregonaron
sus grandes hechos a costa de muchos y grandes afanes.
Después se hallo en el descubrimiento de la mar del Sur
eu compañia de Vasco Nuñez de Balboa y en la conquis-
ta y poblagion de nombre de Dios y Panamá; pero no
contento con estas poblagiones y conquistas con animo
mas que de Alexaudro emprendió la del Peru en compa- Emprende
ñia de Diego de Almagro y del maestre escuela de la mientoSCUdei
Yglesia de nuestra Señora de la antigua del Darien. Peru, quienes
Hernando de Luque, de que higieron escritura publica compañero”!
en una missa que dixo el mismo Luque en Panamá co-
mulgando todos tres de la hostia que en ella se consagro
la confirmaron y authorigaron eligiendo que pues los gas-
tos para la empressa auian de ser por iguales partes, tam-
bién lo auian de ser las ganancias y riquegas que se al-
cangassen del nueuo descubrimiento repartiéronse los
cargos y giudades entre los tres compañeros desta suer-
te, que Fraugisco Pigarro comengando con la empressa
la continuasse sin jamas bolbelle las espaldas, que Die-
go de Almagro fuesse en su compañia y boluiesse siem-
pre queubiesse negesidad de llenarle socorro desde Pana-
má donde asistiesse Hernando de Luque para tenérsele
preuenido, que fue lo que le cupo de cuidado, calificaron
esto por locura los que le entendieron; pero el tiempo
mostró auer sido agertado por los inmensos thesoros qne
se descubrieron, aunque no fueron ellos los que los go-
garon sino la buena dicha de los que después les sugedieron
y ellos lo que solamente alcangaron fueron infinitas con-
gojas y trabajos proueieronse de dineros compraron un
nauio que fue uno de los que labro el adelantado Vasco
Nuñez de Balboa; apergibieron bastimentos y junt¿iron
hasta ochenta castellanos y quatro cauallos, nombraron
alteres, Piloto, thesorero Veedor con los demás ministros
7G
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Ha-ese oa necessarios para la jornada. Estando pues todo a punto y
veía y ia preueuiclo higose a la vela del puerto de Panamá median-
(le
to
i”id»riinien do el mes de nouiebre de 1.525 con giento y catorge hom-
bres. Quedóse Diego de Almagro en la ciudad para se-
guille con mas gente y prouissiones. Llego Frangisco
Pigarro a las Islas de Ta boga primero y luego a las de
las perlas dies y siete leguas de Panamá, llamáronse as-
si por que en ellas hallo Vasco Nuñez de Balboa pesque-
rías de perlas quando las descubrió, prosiguió con su na-
uegagion hasta donde estaba descubierto por Balboa
que fue a un puerto doge leguas adelante que llamaron
de las Pinas por que son muchas las que se crian junto
a el, y saltando en tierra los soldados yendo tres jorna-
das el rio arriba en busca de comida no hallaron sino
pedregales y tierras asperissimas sin sendas ni veredas
de camino con que se vieron en manifiesto peligro de la
vida por que yendo sin tener que comer y sin refrigerio
alguno y cargados con las armas por momentos se veyan
en parages o de despeñarse por aquellas sierras, o de que
darse muertos del gran cangancio que llebaban; esta tie-
rra esta debajo de la equinogial, donde llueue a todas
cilthios tra- horas con muy rigorosos aguageros y ay tan grande es-
bajos en me- pesura de arboles que no se puede caminar sino por los
dio dellos con < ¡ -i i -i i i
suela y anima huecos que las quebradas y arroyos hagen con el agua.
nevoscompa_ por ellos se ubieron de boluer los esforgados castellanos,
por que no auiendo hallado gente y uiendose habrientos
y quebrantados sus cueipos, admirados de ver tan mala
y áspera tierra con el animo que les ponia Frangisco Pi-
garro pudieron boluer al nauio, aunque tan rotos, des-
calgos, amarillos, flacos y desfigurados por la grande
hambre que padegian, que mas paregian estatuas, o fi-
guras de diffuntos, que no hombres viuos, con todo esso
fue tan grande el valor que tuuieron y desseo de salir
con la empressa aunque les ubiesse de costar la vida que
boluiendose a embarcar prosiguieron con el viage ade-
lante sin querer uoluer un pie atrás, surgieron en un
puerto que llamaron con muy gran propiedad de la ham-
bre, assi por que no hallaron con que podellas satisfager
y apagar, como también por que della fallecieron veinte
compañeros, nauegaron algunas leguas adelante con es-
tas amarguras }r aflicgiones, mas como por horas se acre-
centaban y mermaban en los mas dellos las esperangas
de auer de hallar adelante comida y bastimentos boluie-
ron atrás al puerto de donde auian salido, donde no uie-
ron mas que sierras, peñas, montes pantanos y conti-
77
mías aguas del Qielo y ansí en este parage no aguarda-
ban otra salida de sus trabajos, que la desta vida con la
muerte, consolábalos Picarro con paciencia y grande dis-
cregion y eligiéndoles que pues la empressa era tan glo-
riosa forgosamente auia de costar lo que costaba y que
fiassen en Dios los socorrería en el mayor aprieto y quan
do menos entendiessen. rogóles que no desmayasen hasta
uer el fin de la jornada, pues fuera cosa vergongosa vol-
uer a Panamá sin auer hecho hazaña digna de su gran
valor. Con esta exortagion sacando todos fueigas de
flaquegas acordaron quedarse los mas dellos en aquel pa-
rage y que el nauio bolbiesse a las yslas de las perlas por
comida con algunos que fueron no con otro matalotage
mas que de un cuero de baca remojado y los que queda-
ron en tierra comían de unos palmitos amargos y de
unos bexugos que cogian entre los quales hallaban una
fruta semejante a vellota. Los mas estaban enfermos
y debilitados con estas comidas y los que se hallaban sa-
nos buscaban con mayor cuidado la tierra adeutro algu-
na mejor, pero no hallaban sino muchas diíferengias'de
arboles siluestres, muchas espinas, abrojos, mosquitos y
montañas llenas de malegas con que todos se hallaban
sumamente affligidos y atribulados, de suerte que tuuo
mucho que hager Frangisco Picarro para mantenerlos y
sosegarlos que hagia con palabras dulges y amorosas,
siruiendo a los unos y a los otros como si fuera criado de-
todos y muy en especial de los enfermos buscándoles el
mismo por su persona algún refresco'que en tierra tan
siluestre y desdichada era difficultossisimo hallarle, con
sus propias manos hagia barracas en que recogía a los
mas enfermos para defenderlos del agua con lo qual se
le affigionaban los demás y se alentaban para lleuar con
pagiencia aquellos trabajos. Porque es gran cossa quando
el superior no solo se iguala en ellos con los inferiores, mas
antes los aliuia y separa con su industria y cuidado; tu-
uolo estremado siempre este esforgado capitán no solo
en esta ocasión; pero en otras infinitas que se le ofregie-
ron en este descubrimiento y conquista. Boluio el na- Vuelue 0l
uio de las islas de las perlas y de perlas fueron todas las nauio con *o-
cossas que trajo por que llego cargado de niaiz, carne, ¡siaJfie perlas
plátanos, con otras muchas frutas y raiges, fue tan
grande el gogo y alegría que recibieron quando le descu-
brieron los que le esperaban en tierra que resugitaron
todos, como de muerte a vida, en particular los enfer-
mos pues con solo velle de lejos comengaron a comíale-
78
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Bueluense
a embarcar
y prosiguen
con el descu-
brimiento y
a pasar nue-
uos trabajos.
cor tan a prisa que quando poco después surgió en el
puerto estaban sanos. Fue esto en coniunctura que Fran
gisco Pigarro auia andado algunos dias por la playa y la
tierra adentro buscando algo que comer y con que rega-
lar a los enfermos, y ya cansado de las sierras y monta-
ñas se uoluia a sus compañeros quando en el camino to-
po a un castellano que muy alegre le yba a llamar y le
llebaba tres roscas de pan y quatro naranjas que con
grande contentamiento repartió entre los que le acom-
pañaban sin tomar para si mas parte de la que daba a
los demás. Con este socorro se bolhieron a embarcar
nauegaron de nueuo por algunos dias y siempre con vien-
to contrario por que lo es el Sur a los que vienen de Pa-
amna, tomaron tierra en un puerto que llamaron de la
Candelaria (por ser su dia quando llegaron a el) y aunque
vieron veredas por algunas partes de la tierra donde atra-
uessaban, la hallaron tan húmeda y tan lluuiosa como las
pasadas. En ella eran ordinarios los relámpagos y ra-
yos con tan grandes truenos, que paregiase hundir el
Qielo, raras veges se veya el Sol y la pesadumbre de los
mosquitos con otras sauandijas era continua. Con todas
estas inclemencias auia alguna gente que la habitaba que
por saber que andaba el nauio salteando de una parte
a otra, se auia retirado y amontado por aquellas espesu-
ras a donde a quarteles talaban el monte y sembraban
sus semillas. Determinaron un dia entrar por una ve-
recia de las que auia por aquellas montañas por ver si lle-
gaba a poblado, sugedio assi por que no andubieron dos
leguas la tierra adentro quando descubrieron un pueblo
pequeño pero sin yndios que todos se auian retirado al
monte. Hallaron mucho maiz, raiges, carne de puerco
montes, y alguna cantidad de oro bajo, mas lo que les
atemorigo y aun les causo espanto fue que dentro de
unas ollas de comida que estaban en los fuegos con car-
ne hallaron pies y manos de hombres, de donde enten-
dieron que aquellos yndios eran caribes y que se comían
unos a otros. Dio la buelta el esforgado capitán Fran-
gisco Pigarro con sus compañei os al nauio prosiguiendo
con la nauegagion, tomaron otros puertos que nombra-
ron conforme la ocagion y dia en que llegaban pero sus
tierras de las mismas calidades que las passadas, Llo-
uia en ellas cassi sin cegar, la plaga de los mosquitos era
continua, y lo peor que no hallaban gente a quien pre-
guntar por que todos uyan al monte, hasta que llegaron
al pueblo que llamaron quemado, por que lo estaba, don-
El primero
oro que halla
ron y carne
en cogiua
LIB. ]. CAP. 3. § 1.
79
de saliendo a tierra a una legua dieron en un pueblo
yermo y despoblado por auer huido los yndios con sus
mujeres e hijos que dando el auiso a los demás lugares
todos auian hecho lo mismo. Estaba este en la cumbre
de una montaña, de suerte que parecía fortaleza, esco-
giéronle como tal y tanto mejor quanto le hallaron abas-
tecido de comidas de la tierra, como de rayces muy sa-
brosas, y de palmas de pixibaes y qnedandose en el por
algún tiempo podría boluer el nauio a aderezarse a Pana-
má y a traer mas gente, pero presto se les salteo esta
paz por que ubieron de valerse de las manos en la gue-
rra, hicieronsela muy sangrienta los yndios de la comar-
ca, que auiendose hecho junta de ellos teniendo por
afrenta que gente estrangera sin hager prueba de su va-
lor los alimentasen y assi les dieron un assalto de impro-
uisso estando los castellanos espargidos por el campo y
sessenta dellos con Gil de Montenegro auian ydo a co-
rrer la tierra y los otros quedadose en lugar, y assi estos
como aquellos se vieron en grandissimo aprieto. Fran-
gisco Pigarro como buen capitán se auentajo a todos en
esta refriega por que con la virtud y exemplo de su per-
sona daba animo a los suyos y conogiendo los yndios el
daño que regibian de sus manos desseaban quitallela vi-
da y assi cargaron tantos sobre el y le apretaron de ma-
nera que le higieron yr rodando una ladera abajo y pen-
sando los yndios que le auian muerto fueron tras el, pe-
ro halláronle en pie con la espada leuantada y tan alen-
tado que mato a dos dellos, y acudiendo a socorrelle al-
gunos de sus soldados se retiraron los enemigos, no me-
nos admirados del valor y esfuergo de los castellanos
que del silengio con que peleaban, finalmente la victo-
ria se canto por los nuestros aunque acosta de alguna
sangre y dos muertos, pero a mucha de los barbaros.
Quedo Frangisco Pigarro herido en diuersas partes y mu-
chos de sus compañeros y para curarse no ubo sino un
poco de azeyte por regalo con que quemar las heridas.
Juzgase que por la multitud de yndios y por hallar al-
guna forma de embiar el nauio a Panamá era bien dexar
aquel lugar. Embarcáronse y llegaron a Chicama des-
pachóse el nauio a cargo del thesorero Nicolás de Ribera
para que diesse quenta al gouernador de tierra firme.
Pedrarias del estado de las cosas y quan adelente estaba
el descubrimiento del Peru, este higo su viage y aque-
llos quedaron con esperangas de socorro en compañía de
Frangisco Pigarro, pero como se tardassen mas de lo que
Tienen gue-
rra sangrien-
ta con los yn-
dios.
Veese Fran
cisco Picarro
en gran peli-
gro de la vida
El thesore-
ro Nicolás de
Ribera buel-
ue a tierra
firme a jar
cuenta del
viage.
80
DE LA CONQUISTA DEL PERU
pedia la necesidad, andaban como amotinados los solda-
dos y haciendo corrillos contra su capitán, blasfemando
del y de si mismos por auerle acompañado, quando en
medio destos couardes discursos se le trajo la diuina pro-
uidengia que Diego ele Almagro auiendo salido en busca
Diego de ai suya con muchos bastimentos y buen numero de nue-
m'huei^so1- uos compañeros aporto donde estaba Pigarro que regi-
biendole como ángel del Qielo lo fue tpdos aquellos dias
que se communicaron y que se detuuieron en aquel pa-
rage y auiendose reforgado Frangisco Pigarro con el so-
corro prosiguió con su jornada yendo siempre costa a
costa descubriendo nueuas tierras y Diego de Almagro
dando la buelta a Panamá la dio también dos veges con
buen socorro de armas y soldados a Pigarro.
Aunque estas no le bastaron en el discurso de tres
años que duro esta nauegagion para venger la flaquega
de los mismos soldados que rendidos a las inclemengias
de Qielo y tierra con que por instantes veian la muerte
al ojo, assi por los que fallegian de hambre y de enfer-
medades como por los manifiestos peligros en que se ha-
llaban, también maldegian la jornada y a los que la
auian intentado; con lo qual ponían en nueuos cuidados
y congojas al esforgado capitán que mostrándose Qesar y
otro Alejandro en la empressa era el primero en .qual-
quiera trabajo como el ultimo en uoluelle las espaldas
con que pudieran alenterse para seguirle con mayor es-
fuergo y animo. Ni fue el menor peligro el que causo
un disgusto que tubo con su compañero Diego de Alma-
gro pues entrambos desafiándose el uno al otro tomaron
las armas vinieron a las manos para con la muerte de
qualquiera dellos, o de entrambos juntos concluir con la
jornada. Engendiose este fuego tan perjudigial soplan-
do a prissa el común enemigo sin descuidarse de atigar
con malos tergeros por una leue differengia que ubo en-
tre los dos sobre quien mas trabajaba y en ma}rores pe-
ligros se hallaba en el descubrimiento para que corres-
pondiendo a los trabajos y méritos la gloria se diesse ma-
yor a cuya fuesse Frangisco Pigarro alegaba ser suya
por el continuo cuydado que auia tenido en venger di-
fficultades y en ganar voluntades de amigos y victorias
de los enemigos, a costa de su sangre paralo qual mos-
traba las heridas. También Diego de Almagro le conuen-
gia con la perdida de un ojo, con la ganangia de otras heri-
das y con los grandes gastos que auia hecho en armalle
los nauios y socorrelle con soldados y como por ello auia
SI
quedado consumido y gastado; y fuera cosa indubitable
que desta vez quedara frustrado el descubrimiento del
Peru sino se pussiera de por medio el ángel de paz. Este ^Co!aT(ieT:i
fue un buen tercero Nicolás de Ribera que tomando la J£"Vu,u,ííel
mano en hacellos amigos la tuuo tan buena que queda-
ron tan reconciliados y alentados para proseguir con la
empressa que se sosegaron y conseruaron en paz por to-
do aquel año de 1.525 y 20. Hasta que en discurso de
tiempo por las nueuas ocasiones de sentimientos ubo
también entre las dos nueuas dissensiones y reconcilia-
ciones que todas finalmente pasaron en que el Almagro
murió en el Cuzco justiciado por Hernando Picarro her-
mano de Francisco. Pero veamos como este lleno ade
lante su descubrimiento y conquista.
§. 2, COMO SOLOS TREQE COMPAÑEROS QUEDAROS A
DON FRANQISCO PICARRO PARA EL DESCUBRIMIENTO 5
CONQUISTA DEL PERU, Y QUIEN DELLOS
FUE EL PRIMERO QUE RECONOQIO Y ENTRO EN EL
PUEBLO DE TUMBEZ
Y DE UNA GRAN MARAUILLA QUE OBRO DIOS
Andaba Francisco Pigarro en un continuo desuelo
de como sosegada los ánimos de sus soldados que veya
muy inquietos y deseosos de dar la buelta a Panamá.
haciales nueuas promesas, representábales los trabajos
pasados y la honrra y gloria que auian ganado, como no
era bien perdellas solo por no querer ver el fin de la jor-
nada quan grande eran las esperancas que tenian de auer
de descubrir presto tierras de grandes riquecas y immen- Baithoi.mie
sos thesoros por lo que pocos dias antes Bartholome Ruiz pnV4r,F''w,,>so
famoso piloto auia certificado y aun confirmado con al-
gunos yndios que trajo de la tierra de Tumbez y tomado
en la mar por que saliendo por ella no solo como Piloto,
pero como buen capitán, embiado del propio Picarro des-
cubrió primero hasta la ysla del gallo, a donde nunca
antes pudo llegar Picarro; y prosiguiendo con su derrotero
DE LA CONQUISTA DEL PERU”
auia llegado hasta Coaque, pero nada basto para tenellos
sosegados, antes con animo inquieto y apasionado bus-
caron traca como el nueuo’Gouernador Pedro de los Rios
(qne auia sucedido a Pedradas) los llamase y pusiesse
ioi’K|souiados como eUos degian en su libertad. La traga fue que un
de PiVarro y fulano de Sarama natural de Truxillo negando a su Ca-
sampararle. pitan Frangisco Pigarro siéndole mas obligado que otro a
seguirle por ser de su patria embio a Panamá en un oui-
11o de hilo de algodón (en achaque que le higiessen unas
medias de aguja) una petigion a un amigo firmada de
muchos compañeros en que daban quenta de las muertes
y trabajos passados y de la grande opresión }T cautiuerio
presente y que no les dexaban en su libertad para boluer
a Panamá. Al pie de la petigion sumaron sus infortu-
nios y trabajos en quatro uersos eligiendo.
Pues Señor Gouernador
Mírelo bien por entero
Que alia ba el recogedor
Y acá queda el carnigero.
nenlraI”cíí Entendiendo por el recogedor a Diego Almagro y
eaP.yib’ !i0′ por el carnigero a Frangisco Pigarro.
Antonio de Herrera llegando a contar este passo tan
diffigultoso y trabajoso dige que auiendo Doña Catalina
de Saauedra mujer del Gouernador Pedro de los Rios pe-
dido que se le buscassen algunos ovillos ele algodón de lo
que yba en el nauio, dentro de uno tan grande como una
cabega se hallo un papel que escribió un soldado a donde
se daba notigia de quan violentados estaban aquellos
castellanos (que eran ochenta y ginco en la ysla del ga-
llo) pidiendo al gouernador que los remediasse y uno de
los que yban con Almagro llamado Lobato también fue
de secreto encargado de procurar la libertad para todos,
sea por este medio o por otro lo gierto es que el ouillo
llego a Panamá y la petigion a manos del Gouernador
juntamente con Diego de Almagro que sin tener noticia
de la traga dada venia muy satisfecho, no auia papel ni
cartas que le pudiesse dañar por auellas atajado todos
antes de salir de la ysla, pero quando se descubrió el
ouillo vio su negogio y despacho tan enmarañado que se
tuuo por deshecha la jornada y el lleuar adelante la em-
pressa; por que con mas apresuramiento de lo que pedia
negogio tan graue despacho el gouernador Pedro de los
Rios a un Juan Tafur con amplia conmission para sacar
83
de poder de Francisco Picarro todos los soldados que no
le quisiessen seguir y aun le dio orden para hager boluer
ConJlicl
al mismo Pigarro a tierra firme. Este fue el maior con-. «rami.-
flicto y trabajo en que se vio este famosissimo capitán pí’^uto pü’-
por que como llegasse Taf ur a la ysla del Gallo y publi- ”^í^,,’,¡ru-
case la conmission que trayu para que todos se boluiesen
a Panamá y usasen de su libertad, comengaron a presen-
tarse para ponella en execugion. Pero Frangisco Pigarro
alentado de las cartas que sus dos compañeros Diego de
Almagro y Hernando de Luque le escribieron en que le
degian que aunque le ubiesse de costar la vida quedando
solo en un despoblado por ningún caso boluiesse atrás
un pie de su jornada y que estuuiesse gierto Dios auia de
fauoregelle en el gielo y el Emperador Carlos Quinto en
su uombre en la tierra. Saco de la vayna su espeda y
con animo valeroso, y estando hagiendo con ella una ra-
ya en el suelo y mirando agia el Peru en alta voz bol-
uiendo el rostro a los suyos dijo. Señores esta raya sig-
nifica trabajos, hambres, sed y cansangio, heridas y en- rro^Js’su-
fermedades con todos los demás peligros y afanes que en v°* c°s”0a”.|_
la conquista del Peru se an de pasar hasta acabar la vida fio.
que no sera sino con gloriosa muerte, los que fuñieren
animo de pasar por ellos y vengerlos en tan heroiga de-
manda passen la raya, en señal y muestra del valor de
sus ánimos y en testimonio y gertificagion de que me se-
rán fieles compañeros, y los que se sintieren indignos de
tan gloriosa hagaña buelbairse a Panamá, pues no aman-
do yo de hager fuerga a nadie (como no la hago) con los
pocos que me quedaren fio en Dios que para mayor glo-
aria suya y perpetua honra de los que me siguieren nos
ayudara la diuina M;igestad de suerte que no nos hagan
falta los que se boluieren. Los soldados visónos y de
corazón cobardes en oyendo estas ragoues se fueron a
embarcar a toda prissa, que siempre la tiene en hager vi-
logas la gente baja, sin duda lo seria esta y mostrólo en
esta ocasión desamparando a-su capitán: y dando la
buelta en compañia del comissario a Panamá. Solos
trege compañeros passaron la raya con tan grande es- *m¡nrw*
fuergo, denuedo y valentía que cada uno dellos paregia pasaron >
bastaba a conquistar un nueuo mundo y todos a una di- nS^nVro.r
xeron que hasta morir auian de seguir a su capitán, el
contento lleno los ojos de lagrimas a Frangisco Pigarro
quando esto oyó y ciando las gragias que meregia tal fide-
lidad y generosidad. Les prometió feligissimos sucges-
sos en la jornada. Antonio de Herrera dige que el co-
Si
missario Juan Tafur fue por respecto de Frangisco Piga-
rro que con animo inuengible le auia rogado le dexasse
algunos compañeros que Ueuados al nauio y haziendo
una raya puso de la otra parte della a Frangisco Pigarro
Aiiiniik. de y a los soldados, y dijo que los que quisiessen yr a Pana-
i-ad’a’íSb.1 so ma se passasen a el, y los que no se estuuiesen quedos y
‘5 que solos trege españoles con un mulato se quedaron con
Pigarro y todos los demás se passaron a la parte del Ta-
fur. No apruebo esta opinión; lo primero y pringipal poi-
que si entraron todos en el nauio, ninguno dellos ubiera
quedado para seguir a Frangisco Pigarro pues ya le auian
buelto las espálelas y desamparado para yrse a Panamá
y lo segundo, esta aegión de su naturaíega parege ser
mas propia si se higiesse en tierra, y por ” el mismo Piga-
rro que no en la mar, y por Juan Tafur que como execu-
tor no podia ni clebia arbitrar en la execugion sino fues-
se que los mismos soldados cediendo de su derecho qui-
siessen quedarse en compañia de Pigarro, como en eft’ec-
to lo higieron los trege. Mas quien fuessen estos tan va-
lerosos castellanos, que con animo tan intrépido siguie-
ron a su esforgado capitán para empresa tan gloriosa; los
Historiadores assi antiguos, como moderaos, o no refie-
ren sus nombres; o si los digen, no todos. Pues Gomora
nombra solos dos: el contador Agustín de Qarate con
ellos otros siete: Gargilasso de la Vega solo llega al nu-
mero de onge y confiessa no hauer alcangado los nom-
bres de los otros dos: Antonio de Herrera ya aunque los
nombra a todos, pero no dige sus Patrias y Nagion: co-
mo sea ansi, que qualquiera del Mundo se pueda v deba
honrrar tener por hijo uno solo de tan valerosos soldados
dignos de inmortal y eterna fama; quanto y mas si los
mas dellos fueron de una misma prouingia y nagion.
Diré pues en éste lugar sus nombres y los de sus pa-
trias, que dieron al mundo tan esforgados y heroycos Va-
rones. El Primero a buen Juigio que por sus grandes
obligagiones passaria la raya seria Nicolás de Ribera el
Viajo natural de Oliuera en Andalugia, llamóle el Viejo,
no por que lo fuesse; sino a diferengia de otro Ribera,
que los historiadores llaman el mogo, por que no fue tan
antiguo en seguir a Pigarro como aquel que fue primero,
que siendo thesorero de la hagienda Real se mostró siem-
pre fiel ministro de ambas Magestades; y el que sagona-
ua los coragones en las discordias que hubo entre solda-
dos, y con su cabega, qne para todo tuuo prndengia, y
LIP>. 1. CAP. 3. § 2.
35
capacidad, y assi como un nueuo Qid se puso al lado de
Francisco Picarro.
El segundo que como Héctor Christiano passo la ra-
ya fue Bartholome Ruyz de Moguer famoso Piloto, que
con animo incontrastable como otro Christobal Colon
siguió siempre esta na negación y descubrimiento.
Pedro de Candía fue el tercero de nación griego, y na-
tural de la Ysla de Candía: a quien se siguió Juan de la
Torre: el quinto Francisco de Cuellar natural de Cuellar:
A~estos siguieron de tropel los demás, que fueron Alonso
Briseño natural de Benauente; Christobal de Peralta,
natural de Baeza: Alonso de Molina natural de Ubeda:
Domingo de Saluze y Antonio de Carrion del mismo pue-
blo. Pedro Halcón, que después enloqueció en la buel-
ta a Panamá Martin de Paz (deste solo no he alcanzado
la patria) y García de Xerez, que sin duda seria del mis-
mo pueblo.
Demás destos que hacen el numero de trece se quedo
en su compañia Un Mulato que como persona de menos
cuenta no nombran los historiadores. Pero hagela so-
brada Gargilasso en este articulo de Frangisco Rodríguez
de Yillafuerte poniéndole en primer lugar) porque aun-
que lo merege por sus hagañas. Pero no fue deste nume-
ro de los trege de la Ysla del Gallo por no hallarse pre-
sente en aquella ocasión, y uenir después con los segun-
dos del Soccorro: y assi en los que tengo nombrado sigo
solo a Antonio de Herrera en sus décadas, como Histo-
riador que para su historia tuuo papeles y relagiones orí- Hen•. recada
ginales del Consejo de Yndias que no alcangaria Gargi-
lasso como tan poco otros Historiadores.
Gloríense pues todos los desgendientes de tan vale-
rosos hombres por auer sido sus padres y gloríense sus
asgendientes con sus pueblos y patrias por auer sido sus
hijos.
Con tan pequeña escuadra como si en ellos tubiera
millones de soldados prosiguió el valeroso Frangisco Pi- Prosigue Pi-
garro la empresa y conquista- del Peru. Cubrimiento
Determinaron para mayor seguridad passarse de la ^oompant”
Ysla del Gallo a otra llamada la Gorgona por estar en fos-
ella con alguna mas seguridad y commodidades assi por
ser maior en gircuito, como también por las comidas que
tiene en mas abundangia, aunque los que la an uisto la
comparan al infierno por la espesura de sus Yosques y
altura de las montañas y mas por la abundangia, de los
mosquitos y destemplanga del gielo a donde nunca se
80
DE LA CONQUISTA DEL PERU
vee sol, ni dexa de llouer. Aqui se detubieron algunos
meses esperando socorro de Panamá, 0 bien del Gouer-
nador a quien Pigarro auia escrito con sentimiento por
auerle quitado la gente y el deseruigio que hagia al em-
perador, o de sus compañeros Diego de Almagro y Her-
nando de Luque en conformidad de lo que le tenia pro-
metido le socorrerían con breuedad, assi lo higieron es-
tos fieles amigos, aunque no con gente de refresco, poi-
que con las grandes contradicgiones y poco fauor que tu-
uieron en el Gouernador ñola alcangaron sino con una nao
que Diego de Almagro les embio con algún bastimento,
socorro por gierto mas para desanimarlos y desistir de
su animoso intento para proseguir tan difficultosa em-
pressa, como esforzadamente prosiguieron para que ássi
se echase de ver mejor como solo Dios es el obrador de
las marauillas para mayor gloria suia y bien de las al-
mas sacando tantos millones dellas de las tinieblas de
la infidelidad por medio de tan pocos como fueron estos
trege intrépidos soldados. Mostráronse tales por que
viendo la nao se determinaron a proseguir su viage, a
ver que tierras que gente que mundo auia debajo de la
Equinogial región hasta entonges apenas vista por los Es-
pañoles. Con tan generosa determinagion se embarca-
ron que fuo bien menester para salir de aquel sino por
ser difflcultosissimo de nauegar. ya hagian ofigio de ma-
rineros, ya de soldados se ofregia y obligaba la negessi-
dad. y dando bordos a la mar y a la tierra por el grande
impedimento del Viento Sur y por el que les causaban
las corrientes de las aguas vinas que por la mayor parte
corren del Sor al Norte, Nauegaron muchos messes
contrastando mar y tierra, donde por temor de los Indios
no ossaban saltar tan a menudo, sino solo quando los
forgaba la hambre y entonges el bastimento que alean-
íea!úv gabán era mas como mendigado, o hurtado, que no ga-
nado por fuerza y fue acuerdo muy saludable andar con
todo este recato por que a no tenelle dentro de breue
tiempo quedaran todos muertos y acabados.
Al fin llegaron al gran Valle de Tumbez y a vista de
su poblagion; este es aquel pueblo que dixe en el capitu-
la segundo pobló y edifico el bisabuelo del primer Ynca
Manco Capac llamado Quitumbe hijo de Tumbe, quando
hurtando el cuerpo a su hermano Atau y saliendo en
busca de nueuas tierras pobló en esta el pueblo que llamo
del nombre de su padre a quien el tiempo dio tanto au-
mento que fue una de las maiores poblagiones que ubo
LIB. ]. CAP. 3. § 2.
en los llanos y que para sugetalla el Inca Guayna Capac
tuuo mucho que hacer. En este parage que fue el me-
jor que tuuieron los Españoles después de tan larga na-
uegacion que no faltaba quien diga duro dos años y de
infinitos trabajos que padecieron en ella y donde tuuie-
ron principio las ciertas esperanzas de los immensos the-
soros del Peru y se comenco a conoyer gente mas políti-
ca y de mas racon de quantas hasta entonces se auia Marauiíia
conocido. Obro Dios una marauilla muy grande en ve- «,ran(/>1″‘
neracion de la Cruz; y en honrra de nuestra Sancta íee venera-ion a*
Catholica con los yndios infieles de aquel tiempo comen- a,,,n/
carón a tener alguna luz y conocimiento de la verdadera
ley para que pudiessen salir de la falsa en que estaban y
de sus 3Tdolatrias.
Esta fue que auiendo surgido el nauio gerca del pue-
blo, admirados los pocos Españoles de ver sus sumptuo-
sos edifigios y de quan poblada estaba de gente aquella
comarca, sé les engendio un gran desseo de saltar en ella
y conoger algo mas de gerca lo que veyan de lejos; pero
no se atreuian a ponello en execugion todos juntos por
entender que siendo ellos tan pocos era manifiesto el ries-
go que corrían entre tantos yndios como veyan que los
estaban mirando de la orilla del mar y del mismo pueblo
que para cada uno dellos auia millares, que poniéndose
en arma era indubitable la muerte, tampoco se atreuian
a que uno dellos solo fuera a hager la experiengia, poi-
que lo teman por maior temeridad, y estando en esta
confussion hablo Pedro de Candía con animo mas que
varonil y con fee y coTTfiaiigaTde grande y verdadero
Christiano y dijo. —Señores y caualleros esforgados, yo
determino yr solo a ver lo que ay en este valle y pueblo
(pie tenemos tPn gerca a la vista. Si me mataren, poco
se perderá, un compañero menos abra que no hará falta
a tan valerosos soldados, ni menos a nuestro capitán,
y si alcangare lo que deseamos voluiendo con vida a te-
neros compañia sin duda abra sido maior y mas gloriosa
nuestra victoria.
Digieudo esto con gran esfüergo y mayor prestega se
puso sobre el vestido una xazerina que le llegaba hasta
ias rodillas, una gelada en la cahega, una rodela de aze-
ro en el brago y con su espada en la gmta tomo en la
mano derecha una cruz de palo de mas de una bara de
medir de largo que fue la mejor arma que lleuo, porque
fue la que mas le valió por ser de nuestra redempgion.
Era Pedro de Candia muy alto, de cuerpo fornido, y
88
DE LA CONQUISTA DEL PERU
membrudo, que representaba un gigante si terrible, tam-
bién de mucha magestad y grauedad. Assi salió de en-
tre sus compañeros rogándoles le encomendassen a Dios
fue al pueblo con passo graue y con semblante señoril
como si él solo fuera el señor absoluto de toda la tierra
y de aquella población. La gente de ella que con la nue-
ua y vista del nauio estaba alborotada se altero mucho
mas viendo un hombre tan grande cubierto de hierro de
pies a cabeca y con barba cosa que jamas se auia visto,
ni imaginado entre los yndios, los que le topaban por el
campo tocando la arma se bolbian al pueblo, donde quando
llego Pedro de Candía hallo la placa llena de gente y tan
apercebida con sus armas que paregia querían acometelle.
Pero quedaron suspensos y admirados en ver cosa tan
estraña; ni sabían que degirje, ni menos se atreuian a
hagerle mal por que tuuieron entendido era hijo del Sol
embiado de su Dios el Ynca Viracocha, a quien adoraban
por que en la figura se paregia a la fantasma que se auia
aparegido a aquel Ynca en el Cuzco y e dexado de contar
por escusar prolixidad. Para hager pues experiengia de
quien era determinaron los pringipales y el curaca dellos
echarle un león y un tigre que el Rey Guayna Capac
(les auia mandado guardar), para que le despezasen y
eomiessen en un instante, o si le dexassen viuo se certi-
ficarían seria sin duda hijo del Sol. Para lo qual man-
daron despexar la plaga de la muchedumbre de gente
que en ella auia, estando desta suerte le echaron los fie-
ras animales, mas cosa marauillosa y propia del todo po-
deroso y del Criador del Uniuerso por que viendo el León
y Tigre al Christiano y lo que es mas gierto a la señal del
árbol de la Sancta Cruz, perdida su fierega como si tubie-
ran conogimiento y entendimiento se fueron a el mas
mansos que corderos y como si fueran animales domes-
ticos que los ubiera criado le alagaron y se echaron a
sus pies.
Pedro de Candía viendo una cosa tan singular y con-
siderando que solo la obra de Dios para gloria suya y pa-
ra que aquellos yndios viniessen a su conogimiento to-
mando mas animo y aliento del que auia traído y tenia
(piando vio venir a los dos animales de su naturalega
tan crueles y brauos con mucha mansedumbre se incli-
no algo a ellos y les traxo la mano por las cabegas y pu-
so la cruz engima, para con esto dar a entender a aque-
llos barbaros que solo la virtud de aquel estandarte real
que llebaba en su mano derecha los auia amansado y
lib. i cap. :> § 2
80
quitado la ferocidad. Con este sugesso tan feliz acaba-
ron de persuadirse los yndios que aquel hombre que
veyan sin duda era venido del Qielo, y que era hijo del
Sol, con esta fee se fueron a el y sin contradicción, mas
antes de coniuu acuerdo le veneraron todos y adoraron
como hijo del Sol y assi le Ueuaron a su templo.
Esta hacaña toca de passo Pedro de Qieca en el ca-
pitulo 54 de su historia; donde quenta las que hizo Guay-
na Capac en la fortaleza y poblagion de Tumbez y pro-
mete tratar mas a la larga en la tergera parte que hasta
aora no a salido a luz. Pero salió la segunda de los co-
mentarios de Gargilasso de la Vega donde a lo largo la
refiere en el capitulo 11 y 12 del primer libro y Herrera
hage mengion della; y assi la tengo por gierta, lo primero Henerade
por que suele siempre Dios en las conuergiones de gran- cap.c.lib’ 10
des Reinos y Prouingias obrar tales marauillas de que
están llenas las historias; y lo segundo por que los histo-
riadores que las tratan fueron grandes inquisidores des-
tas hagañas y Gargilasso mejor que nadie pudo saber es-
ta verdad assi de su padre y de sus amigos que fueron
délos primeros conquistadores: como de los Quipocama-
yos y coronistas de los últimos Yncas en cuyo tiempo su-
gedio; y aunque Herrera varia de Gargilasso en que dige
que quien primero salto en tierra fue Alonso de Molina
con un negro y que después admirados los compañeros
y Francisco Pigarro de las nueuas tan extraordinarias
que dio de las riquezas del pueblo y de su fortalega em-
biaron a Pedro de Candía como hombre de buen ingenio
y que diría lo puntual de la verdad; por lómenos conuie-
ne con los demás historiadores en que Pedro de Candía
entro en esta ocagion en el pueblo de Tumbez y junta-
mente apunta lo del León y del Tigre. Digo pues que los de Turn-
ios pringipales del pueblo lleuaron a Pedro de Can dia al £eped?£eftd”
templo del Sol que estaba guarnecido lo mas del en las ^quéels sus
paredes por la parte de adentro con tablones de oro para
que viesse (como ellos degian) la sumptuosidad y gran-
clega con que honrraban a su padre. Luego le mostra-
ron la baxilla del mismo templo que toda ella era de oro
y plata en que auia ollas y cantaros grandes y summa
de ornamentos y muchos plateros y offigiales que los ha-
gian y labraban. Después le lleuaron a las cassas reales
de los Yncas passearonle por ellas para que viesse las sa-
las, quadras, cámaras, y recamaras y los tapiges de oro y
plata que tenian. Enseñáronle también la baxilla que
auia para el seruigio del Ynca que en todos los pueblos
90
DE LA CONQUISTA DEL PERU
pringipales donde auia templo del Sol la auia juntamen-
te para el Inca distincta de la del Sol y assi vio otras ollas
y cantaros, tinajas y urnas de oro y plata.
Higieron entrasse en los jardines donde hallo arbo-
les y otras plantas menores, hierbas y animales contra
hechos al natural de oro y plata con que quedo sobre
mauera admirado y no menos quando vio el monasterio
de las Mamaconas que eran las Vírgenes sagradas, por-
que estas embiaron a rogar al Cagique se le embiasse pa-
ra velle. Su ocupagion dellas era hager y labrar ropa de
lana fina para el seruigio del templo. Auiendo visto to- •
do esto pidió ligengia al Señor del pueblo para bolberse
al Nauio donde boluio con un rico presente y con extra-
ordinario contentamiento y alegría que partigiparon to-
dos los compañeros por las nueuas que les dio de lo que
auia visto. No cabían de contento, daban por bien em-
pleados los trabajos passados, todos se prometieron gran-
des riquezas y thesoros que tuuieron por tanto mas se-
guros, quanto los dias que alia se detubieron estuuieron
mas giertos de las nueuas, assi por la communicagion
que tuuieron los yndios y en espegial un orejón ministro
del Ynca con ellos, como por los pressentes que les hi-
gieron.
Embiaron los de Tumbes auiso a Quito donde estaba
el Inca de la llegada de los Españoles,que a mi quenta, si-
guiendo la de Gargilasso era Atahualpa, pues este des-
cubrimiento fue por el año de 1,526, quando agía tres
años que era fallecido Huayna Capac pues fue el año de
1,523. Pero Antonio de Herrera quiere fallegiese el
mismo año de 1526, y antes de tener esta segunda nue-
ua, y llamo segunda, por que tengo por muy probable
(como dixe arriba) que nauegando tantas veges nauios
por lámar del Sur en aquellos años que fue desde el de
1.523, no dexarian los Yndios de la costa de lleuarle
estas nueuas primero, y que con su notigia, en la hora
de su muerte, pronostico a su hijo lo que tengo dicho en
el penúltimo paragrapho del capitulo passado y assi ten-
go por mas cierto que por ese tiempo reinarían en Quito
Atauhualpa y en el Cuzco Yascar.
Quedáronse a viuir con los yndios de Tumbez y en
su compañia Alonso de Molina y un marinero llamado
Gines entrambos gebados de las riquezas y vigiosidad
de la tierra, dexolos Frangisco Pigarro sin mucha ressis-
tencia a ruegos de los Yndios y por que pensaba presto
bolber a poblar y que podrían importar para las nueuas
LIB. 1. CAP. 3. § 2. 91
poblaciones tener sabida le lengua de la tierra, aunque
no se lograron pues quando Picarro bolbio a poblar no
los hallo ni vinos ni muertos, entendióse lo auian sido
en una guerrilla que los de Tumbez auian tenido con los
de la ysla Puna.
3. COMO FRANCISCO PIQARRO FUE A ESPAÑA Y ALCAN-
ZO LA CONQUISTA DEL PERU DEL EMPERADOR
CARLOS QUINTO.
No contento Frangisco Pigarro de lo que auia des-
cubierto, quiso pasar adelante, y yendo costa a costa
fue descubriendo nueuas tierras hasta llegar donde aora
esta fundada la giudad de Santa, quiso passar adelante
a la de Chincha, de la qual contaban los yndios grandes
cossas, pero en este paraje le rogaron sus soldados no lo Llega Piea-
bigiesse y que pues estaban en el fin del año de 1.520, y se “n0crtoSta ¿1
auia conseguido lo que tanto se auia deseado después de santa.
tan largo tiempo que andabau peregrinando, diesse la
buelta a Panamá a buscar gente para poblar y sugetar
la tierra que auia descubierto. Paregiole buen consejo
a Pigarro y en conformidad del dio buelta no solo para
Panamá, pero también para España.
Aconsejado de sus dos compañeros Diego de Alma-
gro y Maestrescuela Hernando de Luque que alegres de
los feliges sugessos y nueuas hizieron como luego passa-
ra adelante y pidiesse al Emperador la conquista del participara
Peru co7i lo quei quedaría libre y exempto de los gouer- l%¡£n™ FJ¿
nadores de tierra firme; llego a España pressento su re- peí-ador.
lagion en consejo de yndias y de palabras le dio a su Ma-
gestad de lo que auia hecho y visto. Supligole le diesse
la goueruagion deste Reino por sus seruigios pressentes
03
DE LA CONQUISTA DEL PERU
El Empera-
dor le hace
merced de la
conquista con
titulo de Ade-
lantado.
y passados ofreciéndose a ganarle a costa y riesgo de su
hacienda y vida y de la de sus deudos y amigos grandes
prouincias y innumerables thesoros. El Emperador le
higo merged de la conquista con titulo de Adelantado
Mayor del Peru y de Capitán General y Gouernador del
Imperio peruano dosgientas leguas la tierra adentro.
Despacharonsele las prouissiones muy amplias con titu-
les honorificos con los demás que le dio su Magestad
llamándole en ellos Don Frangisco (y assi le llamaremos
de aqui adelante), al padre Hernando de Luque ofregio
que le pressentaria a Su Sanctidad para el obispado de
Tumbes (y este fue el primero Obispo electo del Peru)
a Diego ele Almagro le higo merged de la tenengia de la
misma ciudad con otras preeminengias ele que no se dio
por contento, como tampoco lo estimo Bartholome Ruiz
de ser piloto mayor de la majr del Sur, por que desseaba
en premio de sus grandes seruigios la bara de alguagil
maior del Peru. Pero entendiendo Don Frangisco Piga-
rro estarían contentos sus compañeros con estas merge-
des partió de Toledo, donde las regiuio en 28 de julio de
1.521). Paso a Seuilla yendo primero a Truxillo su patria,
fue recibido de los suios con el gogo que se dexa enten-
der por que todos se prometieron por su medio graneles
estados y assi con fagilidad junto de una parte y otra
hasta ciento, y cinquenta soldados y lleuo en su compa-
ñia a sus quatro hermanos Hernando Pigarro que fue el
primero de gentil persona y hijo legitimo del capitán
Pigarro, los otros tres fueron naturales como Juan y
Gongalo Pigarro y Frangisco Martin de Alcántara her-
mano de madre y este mismo Don Frangisco Pigarro que
hagiendose a la vela desde San Lucar y dexanelo a toda
Europa con grandes esperangas del nueuo descubrimien-
to y conquista del Peru, llego a Panamá, donde hallo
muy quexoso a su compañero Diego de Almagro por las
cortas mergedes que se le auian negogiado muy cumpli-
das para sí, aunque presto se recongiharon, por que Die-
go de Almagro era de nobilissima condigion y fágilmen-
te se satisfigo, y tanto mas quanto que le prometió Don,
Frangisco Pigarro hager dexagion y traspassarle el titulo
de adelantado, por que degia le bastaba el de gouernador
con lo qual se fue aprestando para la conquista de lo que
tenia descubierto y auia tomado possesion por la corona
de Castilla y León.
Entrególe Diego de Almagro todo lo que tenia reco-
gido para este effecto de armas, bastimentos y caballos
Hernando
de Luquepri-
mer Obispo
electo del Pe-
ni*
Picarro ha-
ye leua de nue
nos soldados
y llena en su
compañia a
sus hermanos
Diego de Al-
magro entre-
ga a Pigarro
mas armas,
bastimento y
dos nauios.
LTB. 1. CAP. 3. § 2.
93
con dos nauios que tenia aprestados luciéronse a la vela
con intención de tomar tierra hasta Tumbez; pero no les
fue possible por el viento contrario Sur que con mayor
fuerga que otras veges aregio en esta ocasión y assi de-
terminaron desembarcar como lo higieron en un puerto
gien leguas de Tumbez, teniendo por mas commodo y
seguro andabas por tierra, que no por la mar. con lo
qual boluieron a embiar los nauios a Panamá para nue-
uo socorro. Mas presto se arrepintieron desta resolugion
por que fueron tantos y tan grandes los trabajos que pa-
decieron en estos caminos, quales nunca antes auian pa- Hallase p¡..a-
degido de hambre y cansangio por la asperega y esterili- ™*uo*’traba
dad de la tierra, hallaron caudolosos rios que entrañan ios-
en la mar, muchos esteros que saliendo della entraban
la tierra adentro los passaban con grandissmo trabajo,
en todos era el piloto y capitán Don Frangisco Pigarro
que como tan experimentado yba siempre delante y era
el primero y tan humano con sus soldados que aveges el
mismo passaba acuestas por los rios y esteros a los enfer-
mos.
Con tan insuperables trabajos llegaron a una pro-
uingia llamada Coaqui. donde hallaron abundangia de
comida y igual de piedras pregiosas y de esmeraldas fi-
nas tan grandes que por ver y experimentar si lo eran
quebraron muchas a fuerga de golpes en una vigornia, lo
mismo higieron después en Tumbez con otras muchas
de muy gran pregio y valor, tan poco conocimiento co-
mo este tubieron dolías aquellos primeros conquistado-
res, perdiendo esta mina de ricas esmeraldas sin cono-
gerla. Tubieron unas rigorosas berrugas que como pie-
dras les nagian a muchos dellos en las cabegas por el ras-
tro y por todo el cuerpo, tan grandes y monstruosas que
eran como brebas que distilando mucha sangre les cau-
saban intenssismo dolor y un exgessiuo horror, lastiman
doles cualquiera cosa que les tocasse por pequeña que
fuesse pussieronse feissimos los deste contagio, por que
unas berrugas colgavan de la fíente: otras de las gexas,
otras del picco de nariz, de las barbas, y orejas, de suer-
te que no sabían que hagerse ni remedio para tan rigu-
rosa enfermedad, que solo tenia de alibio la trisca y bur-
la que los unos hagian de los otros.
Murieron muchos y otros sanaron y aunque el mal
fue general y corrió por todo el Peru. Con trabajos tan
grandes y enfermedades tan molestas y con muertes de
no pocos compañeros, nunca desmayo Don Francisco
94
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Picarro era-
bia a Alma-
gro cantidad
de oro, y este
le da nueuo
socorro.
Pigarro antes teniendo el mismo aliento y cuydado de
passar adelante, cuydaua de curar a sus amigos y solda-
dos y de embiar algún oro a Don Diego de Almagro a
Panamá: para esto junto tenia veynte y quatro o veynte
y cinco mil ducados de rescates y que pudo bauer de bue-
na guerra deste tan desseado metal y se los embio, con
que pudo pagar lo que debia, y soccorrelle y importo
mucho el embiarle este oro por que con uerle se confir-
maron las nueuas que se auian dado tres años antes: y
se espargio mas la fama y codigia: y de todas partes le
fue llenando socorro de gente y de caballos: y en espe-
gial le higo un buen embio desde Nicaragua con Juan Fer-
nandez y Sebastian Bebalcagar, que fueron dos cabos de
los soldados, que le alcangaron en Tumbez bien negessi-
tado deste socorro; y lo regibio como uenido del Qielo.
Con que se pudo reforgar, y reformaren todo lo que auia
menerter para la conquista y para las giudades que pen-
saría poblar. Mas antes de emprender esta hagaña in-
tento otra; y fuesugetar y ganar la Ysla de la Puna que
esta doge leguas la mar adentro, donde fue con su cam-
po en balsas: hallo resistengia en los Ysleños, y ubo ba-
talla campal en que murieron quatro soldados y queda-
ron heridos otros con Hernando Pigarro. Pero fueron
mucho mas los muertos, y heridos de los naturales con
que se gogo la victoria por Don Frangisco Pigarro, que
alegre con el rico despojo de oro, y plata le repartió li-
beralmente entre los suyos y lleuando gran numero de
los uengidos como cautiuos higo presente dellos a los de
Tumbez para con esto obligallos a que lo regibiessen de
paz y como amigo, mas higieron lo contrario por lo mal
que auian ablado los ysleños de la Puna del modo de
progeder de los castellanos culpándolos de codigiosos de
oro y plata y que todo lo abrasaban, quissieronse resis-
tir y los apretaron tanto las armar reales que se uieron
obligados a dar la obediengia al victorioso Don Frangis-
co de Pigarro que para acallarle y tenelle contento lo hi-
gieron muchos pressentes de piedras preciossas oro y
plata.
Con ellos y con los despojos de la Puna pudo embiar
a su compañero Don Diego de Almagro segunda vez mas
de treinta mil pessos en planchas de oro y plata y buena
cantidad de esmeraldas para que siruiesen de muestra de
la riquega de su Conquista y tres nauios que tenia para
que bolbiessen luego con mas gente. En este medio
fundo la giudad de San Miguel. Llamase assi por fun-
Picarro suge-
ta a la Ysla
de la Puna.
Buelue 2. »
Vez PiQarro a
embiar a Al-
magro soco-
rro de oro y
plata.
LIB. 1. CAP. 3. § 2.
95
dar se en su dia y fue el primer pueblo de Españoles que F„n(ia p¡r-a-
la corona de Castilla tuuo en el Peru, en los llanos y co- ^ |a ^«¿j
marca de Tumbez y junto al rio Piura de donde quieren al rima.
algunos se deribe el nombre Piru como diximos en el ca-
pitulo primero fundóse el año de 1531. Siendo Summo
Pontífice Clemente séptimo Florentino de la nobilissima
familia de los Mediéis y Emperador de Romanos, el in-
uictissinio Rei de España Carlos quinto, quando en Fran-
gía reinaba Frangisco Yalesio y en Constantinopla Soli-
mán, y en París el glorioso padre y Patriarcha San Yg-
nagio, comengaba a juntar compañeros para la conquis-
ta de las almas, assi del oriente como del ocgidente. Por
este tiempo también tenia nueuas Don Frangisco Piga-
rro de las grandes dissengiones y mortal enemiga que te-
nían los dos hermanos Yncas Yascar y Atauhalpa y es-
tos las tenian muy giertas cada dia de la llegada y haga-
ñas de nuestros castellanos que veneraban y respetaban
como a hijos de su Dios Viracocha y del Sol, paregiole
era buena coiuntura para su conquista y sin duda Dios
la permitió para que se Ingiera y mediante ella se abrie-
ra la puerta del Sancto Euangelio a tanta infinidad de
millones de Almas, por que a no estar desunidos y ene-
mistados entre si los dos Reies Yucas era imposible poder
ganar un palmo de tierra en el Peru este capitán y assi
valiéndose de la ocagion determino passar adelante a Ca-
xamarca donde estaba el Rei Atauhualpa victorioso de
su hermano Vascar (que como diximos en el capitulo
passado le tenia oprimido y aprisionado) para verse con
el mismo, de cuyos thesoros y riquegas le auian dicho
marauillas.
Púsose en camino y como andubo cou sus compañe- Parte pi,.a_
ros por un despoblado de mas de veinte leguas sin pre- n-o a verse
ueugion de agua fue muy grande la sed que padegieron Atauhualpa*
hasta llegaron a unos valles muy hermosos y bastegidos
dondo se rehigieron de todo el mal passado y donde no lle-
garan si el Ynca Vascar no estubiese tan aprisionado ni
Atauhualpa tan sobresaltado, pues eu aquellos arenales
muertos del despoblado con poco que Ingiera qualquiera
de los dos Reies Yncas los pudiera dexar sepultados; pero
no lo permitió Dios, por la ragon dicha antes quiso que
assi Vascar como Atauhualpa procurassen el fauor y
amistad de los Españoles y de tal suerte que teniéndola
con el uno dellos quedasen por enemigos declarados del
otro. Con este fin y blanco despacho Vascar una emba-
xada a Huaman Mallqui Topa Indio orejón de la san-
96
DE LA. CONQUISTA DEL PERU
ki inca vis- &re ^eal a Don Frangisco Picarro pidiéndole que pues
car pi.ie la- era hijo del Sol y venia a deshager agrauios, desliigiese
y°AtimfÍaipa el muy exorbitante que padegia de su hermano Atau-
e1nhosca(iaia hu&lpa. El gouernador respondió que ya iba de camino
para ayudar con la verdad y justigia a quien la tubiesse
y fauoregera quien lo meregiesse.
Dos dias después tuuo otra embajada mas solemne
del Rei Atauhualpa, embiola con un hermano suyo por
nombre Urco Yuca Rúen que en breues palabras le dio la
bien venida llenando algunos presentes, assi de frutas de
la tierra, como de ropa y otros regalos, rogándolo los
admitiese en señal del animo que tenia de semille ade-
laute con todas sus f uergas y poder y que assi pidiesse
todo lo que quisiesse y ubiesse menester que se le daria
con liberalidad y sin escasez. A estas ragones del Ynca
añadió otras el Emperador como de ofigio como dize un
historiador; por que le dixo: Ynca Viracocha hijo del Sol
pues fue mi suerte traer esta embajada, quiero con lafe-
oareiíasso 2 ligidad della atreuerme a suplicarte me hagas fauor con-
pte. hb i • -i i . ■=>
cap. ir. gederme tres mergedes —La primera sea que tengas por
amigo, a mi Ynca y Rei Atauhualpa, y assientes con el
amistad y paz perpetua— La segunda que perdonando
qualquiera delito que los nuestros con ignorancia y po-
co saber ayan contra ti cometido, nos mandes todo lo
que fuere de tu gusto y seruigio y la ultima merced sea
que el castigo de muerte que por orden del gran Dios Vi-
racocha tu padre y nuestro higiste en los de la Ysla de
Puna y en los de Tumbez y en otras partes no lo hagas
con los de Caxaniarca, ni con los que de aqui adelante
hallares, sino que tiemples la ira y rigor y ussando de
clemengia y mansedumbre les perdones, pues eres Ynca
hijo del Sol.
El gouernador con sus capitanes mostró estimar en
mucho la embaxada con los ricos pressentes por que en-
tre ellos ubo muchos vassos de oro y plata para beber
con platos y escudillos para el seruigio de la messa, y
otros dones pregiossos que le embio el mismo Ynca. La
respuesta en suma fue que ellos auian venido de parte
del Sumino Pontiñge y Vicario de Christo en la tierra a
desengañarlos de su ydolatria y a enseñarles la verdade-
ra religión de los christianos y de parte del Emperador
y Rei de España que era el mayor potentado y Monar-
cha de la christiandad a hager paz y amistad perpetua
con su Ynca y con todo su Ymperio, y no a hagerles gue
rra ni otro daño y que en otra ocagion mas despagio les
LIB, 1. CAP. 3. § 3.
97
dariaa entender otras cossas quetrayan qne degir al Rei
Atauhualpa que auiendola regiuido holgó con ella y mu-
cho mas quando después le embio al gouernador su em-
baxada con su hermano Hernando Pigarro y con Her-
nando de Soto; a estos regibio con magestad real de que
quedazen admirados los embajadores por la mucha gen-
te que vieron en su cassa rica y bien aderegada. Halla-
ron al Ynca sentado en su assiento de oro, rodeado de sus
grandes cagiques y capitanes a quien higieron una gran
reuerengia a la usanga de Castilla que no gusto poco el
Rey della. Leuantose en pie, abrogándolos con amor.
y afabilidad dándoles la bien benida y luego se bolbio a
asentar, pusiéronles a los dos embajadores assientos de
oro, semejantes a los del Ynca, porque como los teuian
por hijos del Sol y de su sangre les dieron por orden del
Rei el assiento conforme al suyo; sentados se boluio el
Ynca a los embajadores que tenia gerca de si y les dijo. Veis
aqui la cara, figura y habito de nuestro Dios Viracocha,
higoles algunos regalos al usso de grandes señores porque
les dio de beber de su bebida que es un genero de vino
sacado de maiz que digen chicha, brindóles en la misma
taza y vasso en que el auia bebido y hagiendoles la saina
con otos, o tres tragos con otras cortegias de que queda-
ron como suspensos y grandemente admirados por ver
su urbanidad y cortesía, hasta que Hernando de Soto
auiendole hecho señal Hernando Pigarro comengo a ha-
blar y dar la embajada por medio de un mal interprete
llamado Felippillo, natural de la ysla Puna y criado en
Tumbez, este tradujo tan mal las rogones que le dixeron
por que ni bien sabia la lengua del Ynca ni la castellana
que algunas dellas dio contrario sentido como le dio en
otras occassiones bastantes para ocagionar la muerte a
Atauhualpa que se mostró triste y apesarado por ver
quan mal hagia ofigio de interprete este yndio, conjecturo
lo por ver que digiendo muchas palabras Hernando de
Soto el degia dos o tres o tan pocas que bien echaba de
ver no podia ser toda la ragon entera que degia el Emba-
jador y finalmente dio a entender como el quería el dia
siguiente yr a ver al Gouernador.
Higole assi con extraordinario aparato por que lleno
quatro escuadrones de soldados ricamente aderegados de
a ocho mil cada uno dellos; el primero yba a banguar-
dia, los dos a sus lados como en batalla y el ultimo a las es-
paldas por retaguardia; lleuandole eu unas andas de oro
en ombros de ocho de los mas pringipales de sus Cagiques
Embia Pica,-
rro sus em-
baxadores a
Atauhualpa
Inca.
Los embaxa
dores tiene
mal iuterpre
te.
Atauhualpa
va a verso
con Picarro.
08
Apercíbese
Pigarro para
pelear.
y Curacas, Con este orden militar camino el Ynca Atau-
hualpa una legua de camino que auia desde su Real pala-
cio junto a Caxamarca hasta el alojamiento de los caste-
llanos, en el qual tardo mas de quatro horas sin animo de
pelear, sino solo con voluntad de oyr la embajada que le
auian dicho le traya el gouernador del Papa y del Em-
perador.
Auiase apercibido Don Francisco Picarro para regi-
bille con buena orden y para todo acontecimiento como
si ubiera de pelear tenia sesenta de a caballo que puso en
tres esquadras de veinte en veinte, pero con orden que
estuuiesen encubiertos tras de unos paredones y como en
emboscada para que siendo menester saliessen de impro-
uiso los caballos, que con el estrepito y cascabeles no de-
xarian de causar muy grande espanto y assombro a los
Indios, y de la gente dea pie que eran otros cien solda-
dos luyo otro esquadron en que el quiso ser el capitán
que con grande gallardía se puso delante y el primero de
todos para recibir al Rei Ynca que estando cerca le salió
al enquentro el Padre Frai Vingente de Yaluerde de la
orden de predicadores, que santo zelo y buena intención
le higo una larga oración a opinión de todos los Historia-
dores demassiado áspera, pues la conclugion della fue
después de auerle dicho los articules de nuestra sancta
fee que sino la recibía y no extirpaba la Idolatría de su
Reino y de sus uasallos y no obedecía al romano Pontífi-
ce, y negaba la obediengia al Emperador que se le baria
guerra a fuego y a sangre y que se le quitaría la posse-
sion y señorío del Peru porque el Vicario de Christo en
la tierra le auia dado el derecho del ai Rei de Castilla.
Refiere muy ala larga esta oración Gargilasso en
sus comentarios, y la comprueba de sus parientes los
Yncas de los coronistaas quipocamayos de Caxamarca; y
muy en espegial del P. Blas de Valera que certifico en
sus escritos la auia visto y leido algunas veces original-
mente en un papel del propio P.u Fray Vicente de Valuer-
de estudiando latin quando muchacho en la giudad de
Truxillo: tenia el predicador en su mano derecha una
cruz algo grande de palo como leuantada en alto y en la
otra, digen unos historiadores que la suma de Siluestre
otros el brebiario, y otros arruman que la Biblia, lo gier-
to es que estimo Átalmalpa oyéndole con muy grande
atengion y no menor admiración por verle muy feruoro-
so y engendido mientras le hablaba aunque se hallaba con-
fundidissimo por no entendelle, por quanto el interprete
Frai Vicente
de Valuerde
habla con el
Inca Atau-
hualpa.
Garcilasso 2
pte. lib. 1 cap
23.
L1B. 1 CAP. 3 § 3
00
Felippillo que dixe arriba no sabia deyille ragon en
tera y las mas muy en contrario sentido. por que-
vemos que estaba muy corto y sabia poquissimo de entram
bas lenguas quichua y castellana como tengo apuntado,
los misterios de nuestra Sancta Fe fueron algarabía para
el yndio, y tanto mas, quanto nunca antes auia oydo tratar
ni hablar dellos, colegirse a de una o dos cosas qne aqui
diré: y sea la primera que por decir corno los christianos
creyamos en un Dios trino y uno bolbio en su lenguage
diciendo que nuestro Dios era tres y uno que son quatro
y que teníamos quatro Dioses; sea la segunda que por
decir que todos pecamos en Adán nuestro primero padre
dixo que todos nuestros pecados estaban amontonados
en Adán, y como estas dixo otras propossiciones heréti-
cas y mal sonantes. Desdicha grande del Ymperio pe-
ruano, pues ubo de entrar en el con tan mal pie la luz
del Sancto Euangelio y maior lo fue para el desdichado
Atahualpa pues le ubo de perder en un instante y con el
dentro de pocos dias la vida. Por que dudoso de lo que
el religioso le degia y assombrado de las amenagas y pe-
nas que se le imponían sino obedegia affirman todos los
historiadores que pregunto al predicador quien degia
aquellas cosas y que respondiéndole que aquel libro que
tenia en la mano, le tomo en la suia y que ojeándole
auer si ablaba le llego también al oydo y como viesse no
le degia palabra que lo arrojo en el suelo por donde irri-
tado y corrido Fray Vigente de Valuerde, toco arma pi-
diendo venganga contra el Ynca y contra los yndios que
alborotados deste hecho y de sus voges gerraron contra
ellos los españoles con tan gran furor y crueldad que
matando infinidad dellos prendió Don Frangisco Pigarro
al Rev.
Pero Gargilasso de la Vega refriere de otra manera
este sugesso y saina de la calumnia no solo al religioso
mas también al Atahualpa en quanto al arrojar del pf/^5’^2
libro por que dige que no pudiendo sufrir los españoles la -••->.’
prolixidad del ragonamiento que auia entre el Ynca y el
predicador por medio del interprete por quanto le yba
respondiendo a todas las cosas que le auia predicado que
arremetierron con los yndios para pelear con ellos y qui-
tarles las muchas joias de oro y plata, y piedras preciosas Gargilasso
con que (como gente que venia a regibir la embaxada del ?auicu1pa’dei
Monarcha del Uniuerso) se auian adornado para mas so- p
pero mal
l0r;
lenmigar la embaxada y que otros españoles subieron a
una torregilla a despojar un ydolo que alli auia con mu-
100 DE LA CONQUÍSTA DEL PERU
chas planchas de oro y plata y piedras preciosas, con lo
qual se alborotaron los yndios y leuantaron grandissimo
ruido, y que el Ynca viendo lo que passaba mando a los
suyos a grandes voces que no hiriessen ni offendiessen
a los españoles aunque le viesen ser presso, o muerto
dellos.
Y para lo tocante al predicador dice que con la re-
pentina grita y alboroto de los yndios temió Fray Yicen-
te no le hiciessen algún mal y que assi se leuanto a pri-
ssa del assiento en que estaba sentado ablando con el
Rey y que al leuantarse soltó la cruz que tenia en las
manos y se le cayo el libro y aleándolo se fue a los su-
yos dándoles voces que no higiessen mal a los yndios por
que se auia aficionado de Atahualpa, viendo por su res-
puesta y preguntas la discreción y buen ingenio que te-
nia, y que mientras iba a satisfacer a sus preguntas le-
uantaron la grita y por ella no oyeron los españoles lo
que el religioso les decia en fauor de los yndios y assi
niega que el Rey arrojase el libro en el suelo, como tam-
bién que Fray Yigente dando voges a los christianos ape-
llidase Justigia y Veiiganga eligiendo, ea, ea, destruidlos
que menosprecian nuestra ley, los euangelios hollados
y no quieren nuestra amistad, y que assi esto como otras
cosas que refrieren los auctores es fabuloso y que fue so-
lamente inuengion de los conquistadores que queriendo
justificar el hecho, dieron las relagiones y las embiaron
al Emperador y a su consejo con los mejores colores que
les poelia disculpar.
Alabo el buen intento de Gargilasso pues con tan
fáciles salidas salua al religioso y al Rey Atahualpa.
Mas si por otra parte dice cpie el predicador fue muy se-
co y áspero en su oragion y que la conclusión della fue
anienagalle no obedeciendo al Papa y al Emperador, con
guerra a fuego y a sangre y que le auian de quitar el
Señorío y possesion del Reino muy probable se hace que
quien acababa de degir semejantes rogones (que admite
y cree fuertemente Gargilasso) también ocagionado de al-
gún desden que baria el Ynca, apellidaría justicia y Yen-
ganga que es lo que eligen los historiadores, y assi o bien
no diga Gargilasso que el predicador fue seco y áspero
en su oragion y que no higo las amenacas que refriere al
Rey Atahualpa, o ya que las cree y quenta como ciertas
crea también lo que los demás historiadores quentan.
Sea por este niotiuo, o por otro lo cierto y indubita-
ble fue lo primero la gron matanga que hicieron loses-
LIB. 1. CAP. 3. § 3.
101
pañoles en los pobres yndios por que aunque todos tenian
las armas en las manos ninguno dellos ubo que pelearse
ni sedefendiesse, cosa por gierto muy notable, pues esta-
ban hecbos a pelear y a manejar las armas en la guerra,
y fue porque no se les auia hecho señal para dar la bata-
lla y por que juntamente el Ynca les auia dado orden
expresa (que fue para ellos como lei inviolable) que no
peleassen ni higiessen mal alguno a los que tenian por
hijos del Sol; y assi por esto como por el grande arebato
y sobresalto que les dieron se cortaron todos de miedo
por que oyendo a un mismo tiempo el ruido y sonidos de
las trompetas, de los arcabuges y artilleria y de los ca-
ballos que llebaban pretales de cascabeles y atropellada-
mente corrian de una parte a otra, entendieron que el
Qielo se caya y que todos los elementos se auian buelto
contra ellos; passaron de ginco mil yndios los que murie-
ron aquel dia, los tres mil y quinientos fueron a hierro y
los demás fueron viejos inútiles, mugeres, muchachas y
niños (por que de todas partes grandes y pequeños auian
uenido a solemnizar y ver a los embajadores) a estos
ahogo la muchedumbre y tropel de su propia gente y la
de los caballos, sin otra gran muchedumbre de yndios de
todas edades, que tomo debajo una pared que derribaron
los que huyan con el grande Ímpetu que llebaban donde
quedaron enterrados en vida. No viendo la lastimossi-
sima muerte de los suyos ni la prission de su Rey y Se-
ñar (sobre que no hay duda) por que gerrando con el D. Pi(.alT0 _
Frangisco Pigarro le assio de suerte que no se le escapo y ae’a Atahuai
preso en una sala le mando echar una cadena y puso pa uta’
guardas. Lo tergero que se experimento fue que siendo
tantos los muertos y muchos mas los heridos, de los es-
pañoles ni ubo muerto ni heridos, sino el General Don
Frangisco Pigarro en una mano que le hirió uno de sus
soldados tirando uua cuchillada al Ynca para hagerle
caer, y fue prouidengia del Qielo mandase este Pringipe
a los suyos, que ni peleasen ni higiessen daño a los espa-
ñoles, por que a no avello mandado no digo con las ar-
mas que tenian en las manos pero a pedradas pudieron
matar giento y sesenta que eran. Uno dellos Miguel de
Astete que después fue vegino de Guamanga le quito al
Rey la insignia real y guardo en su poder hasta el año
de 1.557 que en otras partes deste libro tengo dicho era
una borla colorada que trayan los Yncas en la frente.
Una cosa reffiere Gargilasso en honrra y reuerengia
de la Sancta Cruz que si es gierta es admirable por sus
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Gargilasso
p. lib 1. cap.
25. pp. finem 11
labras. ‘£ Dos dias (dige este autor) después de aque-
lla derrota bailaron la cruz en el mismo lugar donde
la dexo el P. Fray Vigente de Valuerde; que nadie
auia ossado llegar a ella y acordándose de lo de Tum-
ic
Conueugesea
Gargilasso en
lo que refiere
de la cruz
bez la adoraron los yndios, creyendo que aquel made-
ÍK YO tenia en si alguna gran deidad y poder de Dios, ig-
i¿ norantes de los misterios de Christo Nuestro Señor y
le pedían perdón del enojo que le auian dado’—Hasta
aqui Gargilasso en el cap. 25 del libro primero de la se-
gunda parte de sus comentarios.
§. 4. DE LA MUERTE CRUEL QUE
ATAHUALPA MANDO DAR A SU HERMANO VASCAR
Y DE LA QUE SE EXECUTO EN EL MISMO ATAHUALPA
POR LOS ESPAÑOLES EN QUIEN FENEQIO LA
LINEA Y SEÑORÍO DE LOS REYES YNCAS.
Terrible cayda fue la que dio el Rey Atahualpa pues
no solo queda apeado de su trono y magestad real, pero
se ve aherrojado y aprissionado en una cargel desampa-
rado de su exergito y de sus capitanes y solo entre sus
enemigos, que no tragan otra cosa mas de como quitalle
la vida y de dalle la muerte. Acordábase en esta ocagion
de lo que en otra le auia pronosticado el famoso agorero
Chalco, después de la victoria que auia alcangado de su
hermano Vascar como se yba cumpliendo quanto le auia
dicho; acordábase también de la antigua tradición y pro-
nostico ele su bisabuelo el Ynca Viracocha, de que no so-
lamente sus leies, pueblos y república se auian de mu-
dar y trocar, sino que también se auian de apagar y ex-
tinguir sus geremonias y religión y ultimante traya de
continuo a la memoria lo que su padre Guyna Capac le
auia dicho en la hora de la muerte, con estas memorias-
la esperaba por instantes. Aunque como hombre sagaz
y de grande entendimiento se persuadió podría librarse
della si ganasse la voluntad a los que le tenían en tan
miserable estado. Juzgo que no aüia mejor modo como
offregelles mucho de lo que mas ellos apetecían que era
L1B. 1. CAP. 3. § -i 103
oro y plata, mercadería que tanto vale en el mundo y offreoe Ata.
precian los que le estiman, con esta consideración pues imaipa ¡•eran-
trato de su rescate, prometió por que le soltasse cubrir por mSib&-
de bagijas de plata y oro el suelo de la sala donde estaba ,aJ-
presso, pero como viesse torger el rostro a los españoles
que estaban presentes sospechando que no le creyan,
affirmo que les daria dentro de cierto tiempo tantas pie-
gas de oro y plata quantas pudiessen hinchir la sala has-
ta lo que eí mismo alcango con la mano en la pared, por
donde (dige el historiador Gomora) higo echar una raya
colorada en la pared al rededor de toda la sala para se-
ñal; mas que auia de ser con tal condigion y promessa
que ni le hundiessen ni le quebrassen las tinajas, canta-
ros y vasos que metiessen en aquel lugar hasta llegar a
la raya. Aceptóse la offerta y se le prometió por ella la
vida y juntamente la libertad comengaronse a hacer las
diligengias para juntar tan gran thesoro, las principales
fueron por medio de algunos cagiques y curacas pringi-
pales, que como supiessen estaba vino aunque presso y
cargado de cadenas en la cargel su Ynca y Bey Atahual-
pa, vinieron a verle y a semille en todo lo que le man-
dasse. Dioles orden que con la mayor breuedad que
fuesse possible despachassen chasquis al Cuzco, a Qui-
to, a Pachacamac y a otras Prouingias para que le tra-
xessen todo el oro y plata que ser pudiesse, y aunque
fueron trayendo gran cantidad juzgaron los soldados ser
cosa impossible poderse cumplir lo que se auia prome-
tido, y tanto mas quanto auiendose passado el ter-
mino sospechaban que aquella dilagion y larga de tiem-
po que tomaba el Ynca, era solo en orden para que sus
capitanes tubiessen lugar de juntar gente y con exergi-
to formado y poderoso venir contra ellos y echarlos de
su tierra, imaginagiones fueron estas bastantes para que Regíanse, ios
los españoles anduuiessen pensatiuos, melancólicos y eYtahua%dy
descontentos, de suerte que lo echo de ver Atahualpa y se desengaña
queriendo saber la causa, se la pregunto al gouernador
Don Frangisco Picarro, dixosela y que no era otra mas
de la que tengo referida. Sintió mucho el Ynca, tubie-
ssen del tal régelo, y le replico que esto nagia por no sa-
ber los españoles la distaugia grande que auia del lugar
donde estaban a las giudades y prouingias de donde
auian de traer el oro y plata que tenia prometido, pues
la mas gercana era Pachacamac que distaba ochenta le-
guas, el Cuzco dosgientas y Quito trecientas, pero que si
quissiesen gertificasse de su verdad y salir de la sospe-
104
DE LA CONQUISTA DEL PERU
cha en que estaban fuessen en persona algunos dellos a
los mismos lugares, y viessen a vista de ojos los que en
ellos tenia de lo que les auia off regido para su rescate y
si sus vasallos se ocupaban en traelle.
Diligengia fue esta qne satisfigo, pero de ella se ori-
gino la muerte cruel que mando dar a Vascar su herma-
no Atahualpa y la que por esta ragon le hubieron de dar
al mismo los españoles, justigiandole publicamente como
delinquente en la plaga de Caxamarca y fue assi que
auiendose señalado seis soldados para que unos por una
parte y otros por otra fuessen a inquirir lo que Atahual-
pa degia y juntamente de camino aduirtiessen si se ha-
gia junta de gente para lo qual tenia dada orden el Ynca
que los lleuassen a ombros de yndios, en unas amacas y
que en todos los pueblos y lugares donde llegassen fuessen
seruidos y regalados como personas reales como en effec-
to lo fueron; los que se señalaron para el Cuzco fueron
Hernando de Soto y Pedro del Vareo que anduuieron las
dogientas leguas con mayor seguridad y regalo que si
fueran por los pueblos donde nagieron, lo propio sugedio
a los otros quatro por que a todos auia assegurado las
vidas y el buen hospedaje la palabra y vando general del
DOS es ano- Ynca. Llegaron los dos (Soto digo y Pedro del Vareo)
iesShab&ian ai a Xauxa donde los capitanes y soldados de Atahualpa
ysele^pre- tenian presso y a buen recaudo a Atascar que teniendo
«iraia moer notigia de su llegada desseo y procuro sumamente abla-
lles y ellos también de verle como lo higieron. De estas
vistas se le agelero la muerte pensando el desdichado
Rey verse libre della y tener segura la vida; por que por
señas y lo mejor que pudo auiendo falta de interprete
les dio a entender el agramo grande que le auia hecho
su hermano Atahualpa pues demás de tenerle despojado
de su Ymperio le tenia de la suerte que veyan aprisiona-
do y con guardas y lo que era peor con grandes temores
que le auia de quitar la vida y que pues lo que auia pre-
gonado la fama de la Magestad del Emperador Carlos
Quinto era que auia embiado a su capitán general Don
Frangisco Pigarro con soldados para que desagrauiara
agramados y hagiendo justigia diesse a cada uno lo que
fuesse suyo, les pedia higiessen con su general como el
fuesse restituido en su trono y Reino, pues era de dere-
cho suyo y que le dexasse desagrauiado, degia estas ra-
gones arrasándole los ojos en lagrimas, que las causo en
los dos castellanos a quien también pidió no le desampa-
rassen sino que se estuuiessen en su compañía para que
LIB. 1. CAP. 3. § 4.
105
con esto tubiera segura la vida y no se la quitassen las
guardas, hasta que ubiesse alcanzado por medio dellos
y de su capitán lo que les auia rogado; que en se-
ñal de agradegimiento les prometía darles a ellos y a
sus compañeros mucho mas oro y plata del que auia
ofrecido su hermano Atahualpa por que si este auia di- offregeeiYu
dio les daría destos metales hasta la raya que tenia se- yorVa¿utidad
ñalada donde estaba presso, el les entregaría hasta lo al- de rescate.
to de la propia sala, que era tres veces mas. Lo cual con
ser tanto mas le seria mucho mas fagil a el juntarlo que
no «a su hermano que para cumplir con lo que tenia pro-
metido con ser mucho menos auia de quitalle de los tem-
plos y altares, pero que el no tenia necessidad de hager
esto, por quanto siendo legitimo heredero de su padre
Ouayna Oapac sabia muy bien, donde estaban sus the-
soros y los de sus antepassados respondiéronle Hernan-
do de Soto y Pedro del Vareo a lo que por señas auian
entendido en quanto al quedarse en su compañía, que
ellos no podían quebrantar el orden de su capitán que
les auia mandado llegassen al Cuzco, pero que le assegu-
raban darían la bu el ta breuemente y que harían en su
fauor y seruicio qualquiera cosa que le estuuiesse bien.
Con esto se despidieren del infeliz Yascar, dexandole
mas triste y desconsolado de lo que estaba antes por
quanto auia esperado algún remedio por su medio dellos
y aora se hallaba desaugiado de la vida y cierto de la
muerte por auellos hablado como aconteció. Por que las
guardas anisaron a Atahualpa de la platica que auia te-
nido su hermano Yascar con los dos españoles, lo que
les auia pedido y prometido, con lo qual entendió quan
mal le estaba passase adelante aquella promessa pues
por medio della se auian de trocar las suertes y auian de
tener por muy cierta una cruel muerte y assi determino
dársela anticipadamente al hermano y euitar la suya,
embio pues orden aprestada y con todo secreto para
que sus capitanes y guardas matassen a su hermano y
dello le diessen aniso por unas ahumadas quando se auia . t u ,
, -, 1 . T i T j. • i i Atahualpa da
executaclo, a unas cien leguas de distancia del uno ordeaquema
al otro y la supo en menos de una hora por que no le hu- yl^cl[ YnsS
bieron bien quitado la vida quando por los gerros altos a hermano.
trechos encendieron fuegos con que se entendió auian
muerto al pobre y miserable Ynca Vascar, matáronle
cruelissimamente haziendole quartos y pedazos y no se
supo donde le echaron mas que se entendió entre los yn-
dios se lo auian comido de rabia, aunque el P. Joseph de
106
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Acosta dige que lo quemaron, tan desdichado fin tuuo
como este el ultimo y legitimo Ynca Rey Señor de la
Monarquía del Peru, con quien se mostraron tan inhu-
manos y crueles los capitanes de Atahualpa mientras le
truxeron y tuuieron presso que le daban a beber orines
por el camino y a comer cosas muy sugias y mil sabandi-
jas; por que lo son los Ymperios y Monarchias del mun-
do, si no estriban en la eterna de la gloria en cuya com-
paración todas juntas las de Uniuerso son como una go-
ta de rogio que cae por la mañana antes de amaneger y
assi como se deshage y acaba esta se deshagen y acaban
aquellas, como en effeeto se acabo la de los Monarchas
Yncas peruanos, pues feneció en estos dos hermanos y
pues emos visto la muerte del uno, veamos qual fue la
del otro que por dársela se la ocagiono asi mismo y por
el mismo medio que pretendió conseruar su vida la vino
a perder y a quedar enlazado en el lazo que armo contra
su hermano Vascar. Súpose su muerte entre los españo-
les y soldados del campo de Dou Frangisco Pigarro con
quien ya se auia juntado su compañero D. Diego de Al-
magro, que viniendo en su socorro le auian traído buen
numero de castellanos estos y aquellos instaron se die-
sse la muerte a Atahualpa,degian la tenia tanto mas me-
regida quanto por caminos secretos se la procuraba dar a
ellos para librarse, esta maldad y testimonio le leuanto
el yndio interprete Phelippillo que afficionado torpemen-
te de una de las mugeres de Atahualpa llamada Yntipa-
ya estubo persuadido no la alcangaria sino fuesse con
muerte del mismo; y como era el solo quien entendía la
lengua de los Yncas, dio a entender a los españoles lo
auia entre oydo a los yndios; cosa que fue fácilmente
creída y tanto mas, quanto tenia grande apariengia de
verdad, confirmóse que con la muerte que auia manda-
do executar contra su hermano Vascar. Mando D. Fran-
gisco Pigarro se higiesse información de entrambos car-
gos y como el interprete era el mismo Phelippillo y no
auia español que entendiesse si tradugia fielmente lo que
Algunos fue- l°s testigos declaraban fueron las declaragiones de la co-
ron de pare- loi’ y tinta qne tenia el traidor y mentiroso testimoniero
muriesleeAta° y a la medida de lo que querían los mas de los sol-
huaipa. dados por que no pocos eran de pareger no se ensangren-
tassen en la muerte de tan gran Pringipe sino que se le
embiássen al Emperador a España que era lo que por lo
menos désseaba Atahualpa y pidió, pero no le valió por-
que séntengiado a muerte se la dieron a voz de pregone-
LIB. ]. CAP. o. § 4.
107
ro, ahogándole atado a un palo. Mientras le lleuaron a
justigiar pidió el baptismo por consejo de los que le acom
pañaban y le yban consolando, dieronsele llamándole D.
Juan a deuogion de la madre del Emperador la Eeyna
Doña Juana hija de los reyes catholicos, otros quieren
que se llamo Don Francisco a contemplagion de Don
Frangisco Pigarro, tengo por mas cierto lo primero,
assi por la mayor calidad de la persona de quien se que-
ría mostrarse buen affecto, como por que no lo estaba,
sino muy mal en la ocagion y en todo extrema quexoso
de Pigarro, por que auiendole prometido libralle por el
rescate en pago del mucho oro y plata que auia recibido
le quitaba la vida con tan afrentosa muerte. Enterrá-
ronle con honrradas essequias como entre christianos
que mando hacelle el gouernador assistiendo a ellas con
luto y llanto de todos los yndíos que se hallaron pressen-
tes. Dexo ordenado lleuassen su cuerpo a Quito donde
estaban enterrados los Reyes abuelos por parte de ma-
dre; fue hombre bien dispuesto, sabio, generoso y en to-
do franco.
En el bocabulario de mano que gite arriba del P.
Blas de Valera erudito en antiguallas del Perú sobre
la palabra Atahualpa hallo breuemente gifrada su vida
y muerte, aunque en la de Yascar muy differente de los
historiadores por que dige que de las heridas que regibio
en la batalla que timo con su hermano y perdió, mu-
rio después en el Cuzco y no hage mengion de su prisión
y assi por esta ragon como para que se vea la califica-
gion que da a la muerte de entrambos hermanos y pue-
da el lector escoger la opinión que mas le agradare pongo
aqui a la letra la suya que es la que se sigue:
£t Atahualpa el ultimo Rei Ynca del Perú a quien
” tiránica i injustamente mato el tirano Frangisco Piga-
rro, cuyo castigo ejemplar se vio poco después por que
murió a manos de sus enemigos no yndíos. sino espa-
ñoles, sin confession. El Reí Atahualpa era hijo de
Guayna Capac y hermano menor de Yascar Yuca,
Justisianleí a
freatosan len-
to al Yuca
Atahualpa.
Cifrase breue
mente la vida
y muerte de
Atahualpa.
i í
muerto el padre se diuidio el Reino entre estos dos
hermanos y aunque la diuision fue por testamento del
padre, con todo Yascas Ynca po passo por ello y mo-
uio guerra al hermano y en gierta batalla fue vengido
Yascar y murió en el Cuzco de las heridas, entonges
entro Pigarro en la sierra y siendo regibido de paz en
Caxamarca el usso de traigion y eligiendo mil menti-
ras ingito a sus compañeros a que en tiempo del ma-
i i
IOS
DE LA CONQUISTA DEL PERU
Conputanse
los años en
que se diffe-
rencia los his
toriadoresJel
Reinado de
Atahualpa
yor descuido prendiessen al Rey con mano armada
prendiéronle, prometiéronle la vida con que diesse el
rescate, dio el rescate muy rico, tomólo Picarro y qui-
to al Rey la vida el qual fue mas dichoso que sus ma-
tadores por que en medio de sus aflicciones creyó en
Jesu-Christo nuestro Señor y baptizándose y ponién-
dose por nombre Don Juan murió con grandes lagri-
mas a manos del tirano y de su verdugo. Ganóse el
Qielo y troco el Reino de la tierra por el de la vida
eterna. Algunos dicen que el Rey tomo por nombre
Don Frangisco bien pudo ser que tomosse ambos nom-
bres, mas es muy gierto que timo nombre Juan y to-
mo este nombre por respecto de Doña Juana Reina
madre del Emperador Carlos Quinto. Fue su muerte
el año de 1.533 reino tres años, dos en compañia de su
hermano y uno solo de manera que nuestro Señor fue
conseruando los Yncas y su Reino hasta que llegasse
este buen Atahualpa que era el electo y querido y se
lo lleuo consigo a la gloria y cesso el Ymperio Ynca-
no.” Hasta aqui el autor que tengo alegado en que
describe sucgintamente todo lo tocante a Atahualpa y no
se diferencia poco de los demás escritores en el tiempo
qne reino, pues dige fueron solo tres años. Como otros
affirmen auer sido ocho hagicndo la quenta desde el año
de 1.523 quando piensan que murió Giia}ma Capac su
padre, y que asi su muerte fue el año de 1.532 como ten-
go dicho arriba en otro lugar, en lo qual también se di-
fferengia de los demás historiadores pues affirma el auer
sido el de 1.533 confiesso ser esta muy gran confusión,
pues no auiendo aun gien años qne passo todo lo que
tengo contado, no se puede aueriguarlo puntualmente
los que ha, quando ello sugedio. Lo gierto es (y en esto
concuerdan los mas délos historiadores) que Don Fran-
gisco Pigarro y Don Diego de Almagro y Hernando de
Luque, higieron su compañia el año de 1.525. Gastaron
tres años en el descubribimiento hasta llegar la primera
vez a Tumbez, gastaron otros dos años en ir a España a
pedir la Conquista aLEmperador y en boluer a Panamá.
Entro Don Frangisco Pigarro en la Ysla Puna y en Tum
bez año del 1.531. El mismo año por el mes de Diciem-
bre fue la prisión de Atahualpa su muerte fue por Mar
go del año de 1.532 y aquel mismo año entraron en el
Cuzco por Octubre nuestros españoles, donde estimo el
gouernador hasta abril del año de 1.533 que supo de la
llegada de D. Pedro de Alnarado y por septiembre del
LIB. ]. CAP. 3. § 4.
100
mismo año salió del Cuzco a pagar el concierto que se
luyo con el y entrado el año de 1.534 dia délos Reyes fue
la fundación de su ciudad que llamamos Lima. Toda
esta quenta es de Garcilasso que la tengo por la mas
probable y mas cierta.
El rescate y despojo que tuuo el gouernador con sus Rescate y des-
saldados solo de oro y plata fue riquissimo, pues se va- í^enT’que
luo por las partijas y por lo que cupo a cada uno confor-se vn’u0-
me a su calidad y oficio militar en quatro millones y
seiscientos y cinco mil y seiscientos y setenta ducados
que fue lo que les cupo en Caxamarca solo, por que en el
Cuzco ubieron después quando entraron en aquella giu-
dad otro mucho mayor. El P.e Blas Valera hage con
esto que lo fue también la de Caxamarca porque
dige que valió el rescate de Atauhualpa, quatro mi-
llones y ochogientos mil ducados, que a la otra
quenta falta, giento y nouenta y quatro mil y tregientos
y treinta ducados que sin duda se desperdigiarian en el
saco mano y en la bulla de tanto oro y plata por que ten-
go la quenta del P.e Valera por verdadera. Por quanto
la saco en limpio de los yndios antiguos y Quipocama-
yos de Caxamarca, y por que a la gente que niño con D.
Diego de Almagro que era mucha y muy pringipal no le
pertenegia cosa alguna de todo este montón afuero de
guerra pues se daba por rescate de Atauhualpa en cuya
nrision ellos no se auian hallado. Don Frangisco Piga-
rro les mando dar todauia mil pesos para ayuda de costa;
assi lo testifica el historiar y Contador Qarate, aunque
no declara si fueron los mil pesos a todos, o a cada uno
de los soldados, tengo esto segundo por indubitable, por
que lo otro fuera gran miseria en medio de tan gran the-
soro y de tanta riquega bastante para que muchos de los
soldados que fueron sesenta se bolbiessen luego ricos a
España, pues dellos ubo algunos que lleuaron a veinte,
treinta y quarenta mil ducados, estos acompañaron a
Hernando Pigarro con quien el Gouernador embio el
quinto y relagion de todo lo sugedido al Emperador, y a
su compañero Don Diego de Almagro dio de la parte
que le auia cabido giento y veinte mil ducados, a Her-
nando de Luque no cupo cosa alguna por que se supo en-
tonges que era ya fallegido y creo contento por auer sido
Obispo electo de Tumbez. Laguer™de
Concluiré este paragrapho con sacar por conclusión SLS’iScí*
gierta y clara que la guerra que tuuieron entre si los dos [^CORCOU
hermanos o por mejor degir capitales enemigos, Vascar quietadores.
110 DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
y Atauhualpa y muerte de entrambos fue la vida de los
pocos conquistadores que en compañía de D. Frangisco
Pigarro entraron en el Peni, donde fueron por aquellos
primeros años tan temidos y estimados que los yndíos
los respetaban y adoraban como Dioses. Y assi los lla-
maban Viracochas, entendiendo eran hijos de su Dios y
Ynca Yiracoha, (como tengo dicho arriba) y juntamente
hijos del Sol. Tuno D. Frangisco Pigarro con esto tan
pacifica possegion por entonges del Ymperio y Reino del
Perú, que se puso luego en camino para la giudad impe-
rial del Cuzco en compañía de D. Diego de Almagro su
compañero y de tregientos y ginquenta soldados que se
juntaron entre los que Almagro auia traído de Panamá
y los primeros que auian acompañado a Pigarro, y entra-
do en Caxamarca y tan descuydados todos en el caminar
y sin régelo tenían quien les estorbasse o resistiesse que
caminaban a la desfilada acomodándose de pueblo en
pueblo para yr mas a su plazer; pero presto se les entur-
bio esta paz y quietud a los de la retaguardia por que el
Ynca Titu Atauchi hermano de Atauhualpa viendo a su
Títu Ataucw hermano presso y que se trataba de su rescate fue a di-
Atauffi ae uersas partes del Reino a juntar oro y plata y teniendo
trata de ven- nueuas como le auian justigiado tan afrentosamente a
voz de pregonero y a manos de Verdugo desamparo todo
lo que auia juntado para el rescate y con la mayor prisa
que pudo junto gente de guerra Viniendo en seguimien-
to de la de Pigarro hasta la prouingia de Guaylas donde
en un pueblo (pie llaman Tocto dio de sobresalto en ellos
con seis mil hombres que llebaba y prendió ocho Españo
les que aun no auian salido y entre ellos a Sancho de
Cuellar escribano que fue de la informagion, sentengia
y muerte de Atauhualpa, de quien solamente dige Gargi-
, . lasso mando hazer justigia el Ynca Tito Atauchi también
Manda ha- , J s – _^ .. .
ser justicia a voz de pregonero y manos de v erdugo y en el mismo
que%Cxecuta palo donde auian dado garrote a su hermano en la plaga
contransuüher de Caxamarca por que para este effecto boluio alia y per-
dona ay /™r d°no a ^0S demás haciéndoles mucho regalo y curándolos
♦na a o ros. jag ¡-^..j^g j)0r ei reSpect0 de Frangisco de Chaues en
agradegimiento de lo mucho que auia faueregido y pro-
curado librar a Atauhualpa. Pero el auctor del bocabu-
lario de mano que tengo gitado en otros lugares dige ha-
blando del nombre Titu Atauchi lo que se sigue.—”Tito
” Atauchi hijo de Guaina Capac y hermano de Yascar
” Ynca y de Atauhualpa. Este Tito Atauchi no reino,
‘c mas quando supo que los Españoles auian preso a su
LIB. 1. CAP. 3. § O.
111
kí hermano Atauhualpa, vino con poderoso exergito so-
” bre ellos y aunque se dio priessa llego tarde por que
” ya su hermano era muerto y los Españoles ydos ca-
mino de Huamachuco, llego pues a Caxamarca y ha-
” lio once Españoles que se auian quedado después de la
” matanga que higieron y cogiéndolos aunque se defen-
dieron bien los ahorco todos onge de un palo y lo mis-
” mo Ingiera de Frangisco Pigarro y de sus hermanos si
los hallara alli: fuese en pos dellos y en la llanada de
” Huamachuco tuuieron una batalla y Tito Atauchi des-
” barato a los españoles, mas no siguió la victoria, hi-
gieronse las pazes por medio de Frangisco de Chañes SaS|°ran”
” Xerezano gran amigo de Tito, no se hallo Francisco ¿e amigo de
*—’ t / -> Tito AtfiQcni
” Pigarro en esta refriega pero admitió las pazes. Tito
” Atauchi se boluio a su puesto y después fuebautigado
” por mano de un Español y púsose por nombre D. Die-
kC go Tito Atauchi y murió muy buen christiano. Hasta
” aqui el auctor ingierto.”
§. 5. DE ALGUNAS SINGULARISSUIAS
MARAUILLAS QUE OBRO DIOS EN FAUOR DE LOS
CHRISTIANOS Y EN APROBACIÓN DE NUESTRA SANCTA
FEE PARA LA CONUERSION DEL PERU
Si la opinión del auctor incierto que tengo alegado
es gierta (como lo siento por que la tengo por mas pro-
bable) no fue uno solo al que mando ahorcar Tito Atau-
chi Ynca en venganga de la muerte de su hermano Atau-
hualpa, sino onge Españoles que pagaron por los demás
que auiendo hecho injusticia meregian la misma justigia.
Pero Dios quiso se higiese en estos pocos y guardo a los
demás en fauor de nuestra Sancta fee para que se pu-
lia
DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
Tito Atushi
puede acabar
con los Espa-
ñoles siguien-
do el alcance.
diera predicar a los infieles deste Ymperio y assi esta
fue una de las marauillas que obro su Diuina Magestad
en fauor della en este Reino y en fauor de los Españoles
por que pudiendo el Ynca Tito Atauchi (hermano de pa-
dre de Yascar y de padre y madre de Atauhualpa) con
su exercito y en compañía del maess de Campo Puriz-
quiz famoso capitán seguir el alcange y lleuar adelante
la victoria que en dos o tres refriegas auia tenido con los
Españoles que caminaban a la deshilada y sin orden asia
el Cuzco, no solo no lo higo pero contento de auer justi-
giado a los onge y entre ellos al escribano Cuellar a los
demás que tenia pressos les dio la libertad y higo alcan-
gassen a su capitán D. Frangisco Pigarro, curados los
heridos y todos regalados y seruidos como si fueran Yu-
cas y de la sangre real de sus padres. Obras propias de
quien la tiene, como lo son las contrarias de quien care-
ge della, el instrumento deste buen tratamiento fueron
Frangisco de Chaues y Hernando de Haro que auiendose
mostrado del Vanelo del Ynca Atauhualpa, fauoregien-
dole en sus mayores congojas tuuieron mano para que
Tito Atauchi se ubiesse misericordiosamente con ellos y
con todos sus compañeros y aun mas le tuuieron tam-
bién para que se tratara de pages y en conformidad de-
llas so higieran algunas capitulagiones muy fauorables a
los Españoles y a nuestra Santa fee que fue otra mara-
uilla; destas hage mención Gargilassoy yo lo haré aqui
para que se vea por ella la gran justificagion deste Prin-
cipe y como si se ubieran guardado se ubieran escusado
infinitas muertes y ubiera entrado con mejor pie el Sanc-
to Euangelio en estos Reinos y Prouingias del Perú.
La primera capitulagion cíe las mas notables fue que
todas las injurias, delitos y agrauios hasta entonges suge-
didos de una parte a otra se borrassen y oluidassen per-
petuamente. Que ubiesse paz entre los yndios y espa-
ñoles para no hagerse mal los unos a los otros -Que los
Españoles no contradixessen la corona del Ymperio a
Manco Ynca porque era el mas gercano sugessor herma-
no de padre del Rey Vasca.—Que yndios y Españoles en
su tratos }r contratos se ubiessen como amigos y que que-
dasen confederados para socorrersse y ayudarse unos a
otros—Que los Españoles soltassen los yndios que tenian
pressos en cadenas y de alli adelante no los aherrojassen,
sino que se siruiessen dellos libremente—Que las leyes
de los Yucas passados hechas en beneficio de los Vassa-
llos que no fuessen contra la ley christiana se guardas-
Francisco de
Chaues her-
mano de Ha-
ro instrumen
tos de la paz
y capitula-
ciones
Garcilasso 2
p, lib. 2 cap.
tí,
LTB. 1. CAP. 3. § O.
113
sen inviolablemente—Que el gouernador D. Frangisco
Pigarro dentro un breue tiempo embiasse estas capitula-
ciones a España para que la Magestad imperial las con-
ñrmasse.
Estas fueron las cosas que pidió el Ynca Tito Atau-
chi y dio a entender a Frangisco de Chaues, y desseaba Va,K7le,^i”
J . ? 11-1A7- – dad de Titi
se executassen para bien unmersal del imperio, a que anima a u.*
añadieron otras dos los españoles por que alentados de la pldfr’o!un-as
generosidad con que aquel Pringipe los trataba sacando- cosasi>
los de la prission, dándoles libertad y muchas dadiuas de
oro y plata y piedras pregiosas con otros regalos quando
los pudiera auer hecho pedagos como agramado y oífen-
dido con la muerte de su Rey: y compungidos con los
descuidos que auian tenido en la enseñanga de los yndios
y predicagion del Sancto Euangelio le pidieron en fauor
de lo primero que los Yucas y todos sus capitanes y seño-
res de Vassallos íegibiessen la ley de los christianos y con-
sintiessen que la predicassen por todo el Ymperio; y lo
segundo que pues los Españoles eran estrangeros y no
tenian pueblos ni tierras de que mantenerse les diesen ali-
mentos como a los demás naturales del Reino y le dies-
sen Yndios e Yndias de seruigio que les siruiessen no co-
mo esclauos sino como criados.
Respondióles Tito Atauchi y Puizqniz que en quan-
to al regibir la ley de los christianos tubiessen por gierto
y cossa indubitable que esta solo era la que mas dessea-
ban, porque bien veyan era mejor de lo que tenian, assi
por lo que publicaban della como por lo que su padre
Guayna Capada califico en la hora de su muerte y que
no se tardarían mas en regibilla quanto el general Don
Frangisco Pizarro en embialles Sagerdotes y maestros
que se la enseñassen y los bautisasen, y en quanto al
dalles tierras y gente de seruigio, no solo era razón pero
pregissa obligación por que assi se lo tenia mandado el
mismo Huayna Capac que los siruiessen y obedegiessen y
que no querían dellos otra prueba ni mejor experiengia
mas de la qne ellos propios auian experimentado en el
Rei Atauhualpa que pudiéndose defender, se dexo pren-
der hasta dexarse matar y qne se acordassen de los seis
soldados quando yendo repartidos y solos en diuersas
partes del Reino fueron en ellas seruidos y acatados co-
mo las personas reales de los mismos Yncas y que assi
pidiessen desde luego lo que bien les estuuisse que en to-
do se les daría gusto y buen despacho. Muy grande le
regañeron desta respuesta Frangisco de Chaues y Her-
114
DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
Tine nueua
Picarlo de la
llegada de D,
Pedro de Al-
iiarado con
armada.
nando de Haro que auidu ligengia se fueron con los de-
más compañeros en busca del gouernador cargados do
dadiuas y mucho acompañamiento, que quando los vio
fue extraordinario el goco y contentamiento que reziuio
por que los tenia por muertos conforme las nueuas que
auia tenido de los demás y del estado en que ellos que-
daban.
Llegados al Cuzco don Frangisco Pigarro y D. Diego
de Almagro después de auer vengido alguna resistencia
que les higieron los yndios tuuieron nueuas de la llegada
del adelantado D. Pedro de Aluarado que con armada de
valerosos caualleros y de gente muy escogida hasta el
numero de quinientos auia tomado la costa del Perú pa-
ra conquistar de nueuo lo que no lo estuuiesse que no
causo poca alteración en todo el campo de Pigarro aun-
que dentro de pocos meses salieron destos afanes por que
yendo en busca del, Almagro con gien soldados, como
hermanos y fieles Ministros del Emperador se concerta-
ron, para lo publico que D. Pedro de Aluarado fuesse con
su armada por la costa adelante agia el medio dia a des-
cubrir los Reinos y Prouingias que por allí ubiesse y que
D. Frangisco Pigarro y D. Diego de Almagro quedassen
pagificando lo que estaba descubierto y cassi conquistado
y que los soldados de entrambas partes libremente pn-
diessen yr donde quisiessen, o al nueuo descubrimiento
la mar adelante o a lo que estaba conquistado en tierra;
y en lo secreto recentaron (que fue lo que se axecuto y
importo a Pigarro) que en su nombre prometió Almagro
a Aluarado gien mil pesos de buen oro por la armada,
cauallos y pertrechos que llebaba y que el se boluiesse a
su gouernagion de Guatemala con juramento de no bol-
uer mas al Perú mientras viuiessen los dos compañeros
Pigarro y Almagro. Dieronle los gien mil pesos de buen
oro, juro de no boluer al Perú, entrego la armada con
que s
ríósau¿rca^ hermosura y resplandor que los ynfieles mirando aquella
marauilla quedaron como pasmados y atónitos; sentían
les cayan en los ojos un poluo tan espesso y menudo
que era como arena, o rocío, de manera que quitándoles
la vista de los ojos no sabían donde estaban, y assi antes
de venir a las manos y que los españoles saliessen a ellas
se bolbieron a su alojamiento y a sus quarteles de donde
por muchos dias no ossaron salir, tan amedrentados que-
daron con esto desta resplandeciente noche, que fue la
ultima de los dies y siete dias quando los pocos christia-
nos no se atreuieron a estar sino todos juntos de dia y de
noche en un esquadron. Pero sabiendo después quan
amedrentados estaban los yndios por las marauillas que
auian visto y experimentado en su fauor se alentaron para
tomar algún alivio en el galpón y sala que les auia guar-
dado Dios del fuego, donde se recogieron a curar los heri-
dos, aunque esto nunca fue sin sobresaltos por el cerco
tan grande y largo en que los tubieron y se acabo con
triunphos y grandes victorias que alcangaron por que ubo
en el discurso deste tiempo muchos acontecimientos por
entrambas partes y no pocas batallas asi comunes como
LIB. 1. CAP. o. § 5.
121
•de persona a persona que refieren algunos historiadores, v.tl ti.ls ,le
en espegial la de un yndio infiel tan brabo y valiente que yn.i¡< .slinhv-
se atreuio a desafiar a todos los christianos de persona a les
persona pero desdeñándose estos de pelear con yndio sa-
lió contra el otro de nagion cañaris paxe de los Pigarros
que ubo mucho que ver en entrambos y mas en la victo-
ria que alcango el cañaris degollando al ynfiel, como la
de otro que auiendo quitado la langa a dos caballeros que
uno en pos de otro le auian acometido y rebatidosela con
el arco primero y después al segundo con la misma lan-
ga estimo a punto de quitársela también al tergero que
fue Gongalo Pigarro que deffendiendole de los otros dos
que a una yban contra el para matalle le reconogio por
señor, y llamándole su Ynca le simio hasta la muerte.
estas y otras hagañas dexo de escribir, assi por que no
son de mi argumento, ni proffession, como también por
que las podra ver el curioso lector en los Authores que las
traen en sus historias y solamente me quiero contentar
de auer hecho mengion en esta destos milagros tan sin-
gulares y marauillas tan grandiosas. De cuya verdad no
•ay lugar de dudar, lo primero por que la tradigion dellas
de padres a hijos es gierta y todavía dura en la giudad
del Cuzco donde yo las e oydo refferir a muchos en no
pocas ocagiones. Lo segundo por que para memoria des
tos fauores los españoles higieron se pintassen en el hax-
tial de la pared del templo que corresponde al gemete-
rio antiguo al glorioso Apóstol Santiago engima de un
caballo blanco con su adarga embracada y la espada en
la mano culebreada con muchos yndios derribados a sus
pies, muertos y heridos. Esta pintura también e visto
no pocas veges que passando por aquel gemeterio repare
en ella y en reverengia deste defensor de las Españas y
del fauor y amparo que les higo le tomaron por patrón
los que fundaron la giudad, o possesion della por el Em-
perador, como a Nuestra Señora por titular de la gloria
mayor en el misterio de su gloriosa Asumpgion.
Y lo tergero porque autores granes hazen mengion
de estas marauillas en sus historias, como el P. Joseph
de Acosta en el capitulo 27 del libro séptimo de la que
escribió del nueuo orbe y fue el segundo prouincial que
tuuimos en la compañia después que se fundo en este
Reino, donde llego poco mas de quarenta años que auian
acontegido affirma auerlas el mismo oydo refferir a
personas fidedignas, aunque añade una gircunstangia al
milagro de apagarse el fuego del galpón de los españoles
V22
DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
por que dige que víssiblemente vieron los yndios a una
Señora que estaba en lo alto y que apaga el fuego. Lo
mismo afirma de todos tres milagros Gargilasso en sus
^T'ilb^'ci." comentarios, aunque no del mismo modo en quanto al
apagarse el fuego sino de la suerte que tengo dicho y que
lo oyó diuersas veges con admiragion de los que lo conta-
ban assi yndios como españoles de aquel tiempo y de los
primeros conquistadores.
Y lo quarto y ultimo porque fuera cosa imposible
poder escapar tan pocos españoles de gerco tan largo y
apretado sin ayuda del Qielo pues la misma cosa lo esta
clamando y pregonando de su naturaleza y assi se esca-
paron y alcanzaron victoria fue por que Dios se la dio
mediante estas marauillas para mayor gloria suya y pa-
ra que entrasse la luz del Sancto Euangelio en este Ym-
perio, conffirmatodó lo dicho la fidelidad tan grande que
guardaron los yndios paxes y yanaconas que seruian a
los españoles en el gerco por que siendo naturales de la
tierra y conforme a ragon natural debiendo apeteger que
Manco Ynca tubiesse possesion del Reyno y Monarchia del
Perú, no solo no lo apetegian. pero antes lo contrario poi-
que fingiendo de dia que ayudaban a sus deudos y com-
patriotas, de noche venian donde estaban sus amos, tray-
anles de comer lo que auian alcangado y rancheado, ani-
sándoles de los intentos y designios de los enemigos con
tan gran cuidado y puntualidad como si fueran españo-
les muy fieles y leales a la corona de Castilla; claro esta
que los que esto hacian eran mouidos y gouernados del
todo poderoso, y que como en lo demás se mostró mara-
uilloso también lo quiso ser en esto,
Cercan a Don
Franyiseo vi- También lo fue en Lima donde estimo cercado Don
ma Sonde mi Frangí seo Pigarro, por que estando los yndios ynfieles
es^auoreswo Cjercando la giudad de la otra parte del rio todas las veges
dei eieío. qUtí querían vadearle se ponia como una mar, con que de
ordinario quedaban muchos dellos ahogados.
Lo qual no acontegia a los españoles quando que-
rían acométenos baxandose el agua y cassi a pie en-
xuto le passaban y vadeaban hagiendo siempre grandes
hagañas y gloriosas facciones. Estas hicieron juntamen-
te quinientos y cinquenta españoles que desde Chile bol-
uieron en compañía de D. Diego de Almagro por el mis-
mo tiempo que entrando en el Cuzco restablegio del todo
la possesion y señorío de aquella ciudad y de todo el Ym-
perio por la corona de Castilla y León, como lo a estado
hasta el dia de oy y lo estara por largos siglos, pues me-
LIB. 1. CAP. o. § 5.
diante esta sugecion se an sugetado infinitas almas al
yugo del Sancto Euangeüo que an predicado los Varones
Apostólicos en este occidente, en particular los de mi sa-
grada Religión, cuyas vidas pienso escribir en el discurso
de esta historia y assi auiendo entendido en estos tres Kw.»i>nas«
capítulos la ethimologia del nombre Peru, la latitud de 0,0 “(,c m
sus tierras, Reynos y Prouincias, ladiuersidad grande de
lenguas, quienes y quantos fueron los Reies Yncas que
Señorearon este Ymperio, quienes y quales los padres.
abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de Manco Capac pri-
mero Ynca; como feneció su linea y descendencia, quie-
nes los primeros descubridores y conquistadores deste
grande Ymperio; las marauillas grandes que obro Dios
para que le conquistassen y quedassen con su possesion.
Tiempo sera passemos adelante y sepamos las Ydolatrias
y superaciones tan grandes que tuuieron los yndios in-
fieles deste Reyno para que con esto se eche de ver me-
jor lo mucho que ubo que desmontar y las muchas ma-
leras que ubieron de arrancar en este espessissimo móute
de la gentilidad, los varones ylustres y Apostólicos de
la Compañia de Jesús y campeen mas las flores y fnietos
de buenas y christiana costumbres que después acá an
coxido de las almas plantadas en este vergel de la Sanc-
ta Yglesia.
■síh…..*illii.ilh……..rlliuihh…….tftulll………itMli
• v>.-«i
1,1′ V”””^’^…….•^”iUi|”””V
DE LAS YD OLA TRIA S, RITOS, S UPER TIC IO-
NES Y QEREMONIAS QUE TUBIERON LOS
YNDIOS DEL PERÚ EN SU
GENTILIDAD.
liando me acuerdo de la gran muchedumbre
de Ydolos y Ydolatrias, superstigiones y cere-
Griegos y Ro
manos muy
idolatras y
monias gentílicas que tuuieron las dos nacio-
nes mas sabias y entendidas del mundo, qua-
supersticiosos les fueron la Griega y la Romana, nada me admiro que
la peruana no tan entendida, sepultada en las tinieblas
de la ignorangia, aya tenido tanta infinidad de ydolos y
superstigiones, quanto ninguna otra mas: leemos en ias
historias que los Romanos solos tuuioron mas de treinta
mil Dioses, los Griegos otra inmensidad dellos, los egip-
cios un numero sin numero. Pero en medio desta confu-
ssion tan grande de falsos Dioses hallo que tuuieron es-
tos gentiles no se que bislumbre, o impulso del author de
la naturaleza que les obligaba a conogelle adoralle aun-
que este conogimiento y adoragion añublado con unas
espessissimas nuues de errores y de ignorangias.
Epimenides famoso philosopho que conforme la quen-
surdas verbo ta de Suydas y Tabellico víuio giento y ginquenta años,
lablí” eube* ^ P01 ^a C^e ^m^° ciento y ginquenta y siete y que fue
Excmp. c V. seisgientos y mas años antes que San Pablo, dio a enten-
Lib!’?11?.^51′ der a los Alhenienses que demás de los Dioses a quienes
LIB. 1. CAP. 4.
tío
ellos adoraban y conocían auia otro a quien no conocían
y que assi le debían dedicar templo y altar como lo hicie-
ron teniendo por retablo un titulo que degia Ignoto Deo al
dios no conocido, y fue lo que le valió al Apóstol para
predicársele y dársele a conocer. La ocasión que tuuo Ai’^ An-
aquel philosopho (que también tubieron por profeta los c
antiguos y los de su nagion),para dalles esta noticia a los
Alhenienses fue que auiendo una gran peste entre ellos „ t.
□ • it -i. – • n -n • ■ Motiuo por
de que morían infinitos, embiaron a llamara Epmiem- donúv Eimm-
des qne estaba en la ysla de Creta para que les diesse al- ío^lihenieíl
gun remedio efficaz para tan gran trabajo; el que le dio Dio«’n¿”c”So?
fue que tomo algunas ouejas manchadas de negro y blan- (-ido
co lleuolas al Areopago que era el lugar publico déla au-
diencia de Athenas, donde las soltó, dexandolas yr libre-
mente, donde quissiessen, dando orden juntamente que
Ciertos hombres fuessen siguiéndolas y donde quiera que
parassen las sacrificassen en honrra del Dios no conocido
luciéronlo assi los Athenienses y presto desde aquel dia
comenco poco a poco a sessar la pestilencia. Con esta
ocagion y motiuo leuantaron muchos altares por toda
aquella tierra al Dios no conocido y muy sumptuosos en
la misma giudad de Athenas. Desta giudad pudo ser de-
pencliesse la de Roma a tomar por su protector y ampa-
ro particular al Dios no conogido, por no saber su nom-
bre por que como quieren algunos historiadores, anti-
guos era costumbre entre los antiguos que cada ciudad Mat.1.obilJ ]ih
tuuiesse por su protector algún Dios particular, cuyo fa- *-Satui’ °. 🙂
1 L ° -ii J., loan Rocino
ñor y amparo procurassen en sus negesidades y assi los de Ann-¿w
Romanos escogieron al no conogido. Los de las Prouin- fo™” Uh
gias y Reino de Frangía tubieron también altares dedica-
dos con titulo al Dios no conogido; y lo mismo higieron
los Árabes sacrificándole en ellos camellos muy grnessos
que es la hagienda mas estimada de aquella gente. Esta ASSÍIO t^m
notigia pues qne dio la diuina Magestad de si mismo a A^taTiVs’
aquellos Ydolatras del oriente aunque confussa qne se < -V>V¿
simio de dar juntamente a los de el occidente en medio
de sus Ydolatras y superstigiones que de degir dellos y de
la muchedumbre de sus falsos Dioses, ritos y ceremonias
sera bien digamos si alcancaron el Conogimiento del Yer
dadero Dios y como le veneraron hasta edificalle templos
y leuantalle altares.
DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
g. 1. COMO LOS YNDIOS DEL PERÚ EX
SlT GENTILIDAD TUUIERON ALGÚN CONOCIMIENTO DEL
DIOS VERDADERO
El auer tenido los Yndios del Perú antes de la pre-
dicación del Sancto Euangelio alguna noticia de un Solo
Dios y como este es el criador del Uniuerso lo tengo por
ían cierto y indutable quanto lo es entre ellos y en su
jid,aL-;uiKic lengua el nombre y palabra Pachacamac. Y por el con-
sa^ntaliory siguiente auer sido tan antigua esta notigia quanto lo es
í¡n^:l(,n1′ ckl Ia misma palabra que fue ussada de los primeros que po-
blaron el Perú como vimos en el cap. 2 quando tratamos
de los Yncas y de sus padres sus asgendientes Tumbe y
Quitumbe. Pachacamac pues en la lengua peruana quie
re decir (como tengo explicado en otro lugar) sustenta-
dor y criador del orbe, y de todo lo que hay sobre la tie-
rra, y aunque el conocimiento desta verdad no fue en los
yndios tan clara y distincta como después acá las han al-
cangado mediante la fée y luz de la predicación del Sanc-
to Euangelio pero no ignoraron que este sustentador y
criador era solo, fuerte y poderoso y que el solo lo regia
y gouernaba todo y aun mas que era Eterno sin pringi-
pio ni fin. Por que todo esto significa y quiere decir es-
ta palabra Pachacamac y si después adoraron al Sol, es-
to fue por que les higo creer el Demonio que era este pla-
neta poderoso en las guerras y que criaba los manteni-
mientos en la tierra mesclando muchas mentiras con al-
gunas verdades o aparengia dellas, para lo qual se valió
mucho de Manco Capac primero Ynca, pero no conogie-
rou en el poder absoluto, ni superioridad en el Qielo. Mas
antes sacaron por consecuengia gierta y clara, que era
criatura pues trabajaba de contino y sin descansar un
solo instante que fue el discurso que con solo la luz na-
tural higo el Ynca Guayna Capac como diximos en su
vida.
Con todo esso le edificaron sumptuosissimos templos
en el Cuzco. En Titicaca y en otras partes con que Avi-
nieron a oluidarse del Pachacamac por ser inuisible y el
Sol vissible. Adorando con el juntamente a la Luna,
Truenos, Rayos, Guacas, Apachetas con otra infinidad
pe cosas como veremos en el paragrapho siguiente y pro
LIE. 1. CAP. 4. § 1. 127
siguiendo en este con el conocimiento que tuuieron de
Dios debajo del nombre de Pachacamac. Digo que le
edificaron aquel templo sumptuosissimo y el maior qne
se a conocido en todo el Peru llamado Pachacamac que
esta a quatro leguas de la ciudad de Lima que aunque al
pressente no tiene la entereza y adorno que tenia an-
tiguamente, por que el tiempo con las guerras y saco
manos que an hecho en el todo lo an arruynado y acabado
pero de sus reliquias y paredones que an quedado se co-
lige muy bien la extraordinaria sumptuossidad y mages-
tad que tuuo en sus principios donde de todas las partes
del Ymperio yban como en peregrinación a reuerengiar
y adorar al Pachacamac a quien llamaban en todas oca-
siones y en sus trabajos y necesidades y assi la bisabue-
la de Manco Capac llamada Llíra le llamo en la suya pa-
ra que la vengasse de Quintumbe su marido que la auia
desamparado y no buelto a ella después de tantos años
como contamos en su lugar. Confirmase este conocimien-
to con una larga y gran ti adición que tienen los natura-
les desta tierra que vino a ella un hombre con barbas r^^’^’H0″.
_ . , ,. . (le un apóstol
(cono ido por estas senas, por no tener Jos yndios mngu- ^J,^’d£0
ñas) y el cabello algo crespo, los ojos careos, de buena LVnTylnía-
estatura, vertido de una camisseta morada y una manta cW”1,los
carmesí, y que saliendo de la mar auia predicado a la
gente de la costa que no adorassen al Sol, Luna ni otras
cossasque adoraban como Dioses,ni que les higiessen sa-
crifigios sino solo a Pachacamac, que era el Todopodero-
so. Mas por que predico que el Pachacamac teniendo un
hijo se lo auian muerto los hombres y que assi lo auia
querido su padre por amor de los mismos hombres, le
apedrearon y aun le quisieron matar, y digen se fue hu-
iendo aunque después paregio en el pueblo de Hilavaya
donde predico lo mismo y por esta ragon también le qui-
sieron matar y de hecho le echaron del lugar. En esta
ocagion reffieren también que sugedio una cossa marauí-
llosayfue que unos yndios que saheron tras el persi-
guiéndole mas de media legua de trecho a la buelta del
pueblo todos boluieron lisiados y mudos, de suerte que
nunca mas ablaron palabra, sino solo por señas se daban
a entender, y lo que es mas y fne maior indigio de la in-
dignagion de Dios contra ellos y contra los de aquella co-
marca fue que dentro de pocos dias sobrevino en ella una
pestilencia y hambre tan grande que se despoblaron mu-
chos pueblos, publicando los yndios de Hilavaya que
aquel hombre les auia anungiado aquel castigo y mor-
DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
tamlacl; y que tercera vez el mismo después de lo suce-
dido auia parecido en Copacauana junto al famoso tem-
plo del Sol que tengo contado estaba en la ysla de Titi-
caca y que predicando lo mismo que otras veces quisie-
ron también matarle sacrificándole al Sol loqual por que
no faltaron algunos que lo contradixesen tomaron reso-
lugion de quitalle la vida de tal suerte que no quedasse
memoria del y que lleuandole muerto a una ysla despo-
blada de la propia laguna en una canoa se hundió la ca-
noa con la gente que la llebaba y el cuerpo de manera que
nunca mas pareció. Este sucesso con lo demás tocante a la
adoragion de Pachacamac dioporrelagion gierta, el quipo
camayo Catari v coronista antiguo de los Yucas de quien
tengo hecha mengion en otros lugares y Gargilasso la
haze en sus comentarios y ansi la tengo sino por euidente
y del todo gierto por faltar originales giertos, a lo menos
por muy probable aunque por gertissima y verdadera la
notigia que tuuieron los yndios de Dios en el nombre
Pachacamac.
§. 2. DE LAS MUCHAS YDOLA TRIAS.
RITOS Y SUPERTICJIONES DE LOS YNDIOS DEL
PERÚ
La poca y muy corta notigia que tuuieron los yndios
del Perú del verdadero Dios, quedo tan anublada, o por
mejor elegir ahogada y acabada con la muchedumbre de
sus Ydolatrias y supertigiones, quanto en muchos si-
glos no tuuieron rostro della, por que el Demonio no so-
lo fue conseruando las suias,pero las fue acregentando con
el tiempo.de tal suerte que dudo aya numero en el guaris-
mo (pie las pueda contar. Buen argumento es desta ver-
dad saber que con auer mas de nouentaaños que a entrado
la luz del Sancto Euangelio en este occidente y auer aui-
do tantos y tan grandes geladores de las almas, Varones
apostólicos y verdaderos ministros de la predicagion
euangelica con todo esso están muchas dellas en pie, por
no degir las mas en espegial en aquellos pueblos y pro-
LIB. 1. CAP. 4. § 1.
uingias, donde a reinado mas la codicia del oro y plata
que no el bien de las almas y assi ni me sera possible ni
menos conueniente decir por menor las Ydolatrias y su-
pertigiones que tuuieron los yndios del Peru y todavía
tienen en muchas partes del Reino; bastara solo gifrallas
por mayor, y rogar al deuoto lector (como lo hago) que
viendo ías tinieblas tan espessas en que están sepultadas
las almas se apiade dellas suplicando al Sol de justigia
que gese la fuerga de sus rayos, deshagiendo aquellas,
alumbre las almas y inflame en su amor de suerte que a
el solo amen y adoren.
El P Pablo Joseph de Arriaga de nuestra compañia
y fidelissimo hijo della ( como veremos en su vida en el
tergero libro desta historia) entre los demás tratados que
escribió para bien y prouecho de las almas uno fue el que
intitulo: Extirpagion de la ydolatria del Peru, que com-
pusso y escribió con la gran experiengia que tuuo por
las muchas missiones en que anduuo y tuuo a cargo go-
uernandolas como superior, en el trata por extenso este
argumento que diuide en tres partes. La primera con-
tiene las huacas y Ydolos que adoraban los yndios; que
es lo que les ofrezen, que fiestas les hazen, que abusos y
supertigiones tienen, que sagerdotes, maestros y minis-
tros de sus Ydolatrias. La segunda que causas y raices
tienen de ellas, que por una parte están tan escubiertas
y por otra brotan tanto y los remedios para descubrillas
y dessarraygallas. La tergera paite es de la pratica que
se debe tener en la vissita por los vissitadores de los Per-
lados para con effecto extinguillas, pues este solo es el
medio mas próximo i inmediato para salir con tan glo-
riosa empresa.
También en el confesonario que anda impresso para
los curas de yndios mando el congilio Liniense 2.° poner
una instrucgion contra sus ritos y supertigiones y en
ella hage mengion destas y de las demás de sus Ydola-
trias.
El quipucamayo Catari en las relaciones que dio
siendo christiano de sus Yncas y Reyes también la higo
y dio muy puntual de sus Ydolatrias y supertigiones y
refirió muchas de las que tenian los yndios en el tiempo
de su gentilidad; destos tratados y de mi poca experien-
gia y de las relagiones que E tenido lo haré aqui muy
breue y compendiosa en quanto fuese suffigiente para el
yntento que tengo propuesto.
730
DE LA CONQUISTA DEL PERO”
QiKilquiera
cosa de que
pudiessen te-
mer algún
malo esperar
biet adora-
ban los indios
por Dios.
Y lo que supongo es que fueron tan ciegos los yndios-
del Perú en su gentilidad que qualquiera cossa de que
pudiessen esperar algún bien, o temer algún mal, la
adoraban por Dios y idolatraban en ella y assi adoraban
hasta los animales por brutos y crueles que fuessen, y
quanto mas crueles y pongoñonsos era mayor la adora-
gion que les hagian como a Tigres, Ossos, Leones, Cule-
bras, y Serpientes. Tenían infinidades de Ídolos he-
chos de metales, de la tierra, Huacas que son cossas se-
ñaladas y notables, como gerros muy altos. Apachetas
que son obras. Piedras grandes que el diluuio dexo en
partes donde no se pudo jusgar de donde rodaron. Fuen-
tes manantiales; a qualquiera cosa destas insensibles
adoraban por Dios; pero los pringipales eran el Sol, la
Luna, el Lugero de la mañana, las Cabrillas y otras es-
trellas señaladas, el relámpago, Truenos y Payos, el Al-
eo del Qielo que llaman Cuychi, tempestades, granigo y
las encrugixadas de caminos.
El padre Acosta en el libro 4. cap. 5. de su historia
natural donde trata de la idolaria que ussaron los yndios
con cosas particulares refnere que en Caxamarca de la
Nasca le mostraron un gerro grande de arena que auia
sido pringipal adoratorio, o huaca de los antiguos y que
preguntando que diuinidad auian hallado allí, le respon-
dieron de aquella marauilla que auia sido un gerro altis-
simo de arena en medio de otros muchos de peña y a la
verdad (dige el Padre Acosta) era cossa marauillosa pen-
sar como se puso tan grande pico de arena en medio de
montes espesissinios de piedra. También testifica que pa-
ra fundir una campana grande de nuestra Yglesia de Lima
tuuimos necessidad de leña regia y mucha y que se corto
un arbolago disforme que por su antigüedad y grandeca
auia seruido largos años de adoratorio y huaca de los yn-
dios. A este tono qualquiera cosa que tenga estrañega
entre las de su genero les paregia que tenia diuinidad,
hasta hager esto con raiges y f ructos de la tierra.
Los labradores ussaban (y aun todauia lo ussan si
se les mira bien a las manos) que en cogiendo el maiz las
magorcas mas bien granadas y las primeras que cogen
las guardan colgadas en sus cassas, y aunque perezcan
de hambre no ay que llegar a ellas; y en las sementeras
hazen sus geremonias como es antes de sembrar la semi-
lla, toman algunos granos de maiz y los of regen a los
rios, echándolos enteros o molidos, y si están en la costa
de la mar, hagen lo mismo, pidiendo lluuias y buenos
Adoraban un
gerr^ de are-
na por ser
muy alto: co-
mo también
un árbol por
ser disforme.
Supertigio-
nes barbaras
de los yndios
LTB. 1. CAP. 4. § 1.
temporales. Ponen por guardas de las chácaras unas
piedras largas, 6 de color por que entienden que estas
conseruan la humedad de la tierra, y para asegurallas
de ladrones ponen por guardas conchas de tortuga que
llaman quirquincho que causan tan gran temor a los que
pasan y las miran que ninguno dellos se atreueria a en-
trar en la chácara donde ellas están por que entienden
se han de henchir de lepra. En todas estas ceremonias
y supersticiones que tienen para sus chácaras juntan otra
no poco perjudigial con que realgan las demás y es que
en estas ocagiones a de auer mucho que beber y después
que están sin juigio baylan hasta caer, arrimanse donde
hallan aunque sea con la hermana o deuda mas gercana
ti a o sobrina.
Al tiempo de la cosecha si hallan alguna magorca de Adoran 4uai
maiz pegada una con otra o en otras semillas alguna co- ^larpo?na-
sa extraordinaria que la naturalega con la vigiosidad y turaba.
fertilidad de la tierra produxo que llaman Llallana la
adoran y no la comen, ni aun la tocan sino es con muy
gran veneración, y la misma tienen quando alguna cria-
tura en su nagimiento sale señalada y assi en entrando en
edad los mas destos dan en hechizeros, sortílegos y adic-
gionos; y quanto mas lisiado fuere uno destos le tienen y
veneran por mayor hechigero. También adoraban la
tierra fértil que llaman Pacha mama, que quiere degir la
tierra madre fecunda y frutifera. Los yndios de la costa
tenian por su Dios a la mar a quien hagian sacrifigios
como los de la sierra al Sol.
Todas estas supertigiones y ritos fueronse entablando
por orden del Demonio para que dexassen de adorar al
Pachacamac. como lo higieron hasta desampararle su
sumptuoso y grandioso templo, pues a muchissimos años
que le dexaron.
Demás da las dichas tienen otras supertigiones bien
particulares, en despertando de dormir por la mañana,
lo primero que hagen es contar por extenso loque cada
uno a soñado y sobre la interpretagion de los sueños aun
que aya algunas discordias, vienen a someterse al pa-
reger del mas angiano, o mas angiana, y como si fuessen
verdades infalibles, creen en ellos.
Si sueñan que han pasado algún rio turbio digen se
an de apartar por muerte, o largo viage que han de ha-
ger. Si an tenido alguna pesadilla tienen por cierto que se
va a morir algún pariente, o conocido, para lo qual expli-
can mas la pesadilla y dicen que es el espíritu de aquel
I’J’¿ DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
que se a de morir que le quiere ahogar para que vaya a
tenerle compañía.
Si sueñan que le ha mordido algún perro, o picado
alguna viuora o otro animal pongoñoso pronostican que
le an echigado o dado algún bocado con que muera.
Si sueñan con fuegos y candeladas dicen que les ha
de sobrevenir alguna enfermedad grande y peligrosa se-
gún la cantidad de fuego que han soñado. Si han soñado
alguna águila o halcón dicen que han de engendrar un
hijo. Y si an soñado sapos o ranas que sera hembra.
Si han caminando algún viage largo ban comiendo
coca (que son hojas de un árbol mediano que se coge en
los Andes) y en llegando a alguna abra que llaman Apa-
chita de donde se descubre otra tierra en aquel lugar
offrecen coca que lleban en la boca y los que no la co-
men offregen lo que tienen como es alguna magorca de
maiz copa que son chaquiras oro y plata y el que no tie-
ne nada desto ofrege una piedra, o leño y guardan esta
geremonia con tan gran rigor y exacgion que no se atre-
ueran a pasar adelante de la Apacheta sin auerla hecho,
por que de lo contrario tienen por cosa gierta que no bol
beran por aquel camino y que quando quieran la apache
ta que adoran por huaca no los dexara passar.
La misma offrenda hazen alas lagunas, gerros seña-
lados, montes, encrugigadas de caminos, al passar de los
RÍOS grandes lo primero que hazen en metiendo el pió
dentro es saludar las aguas, bebiendo “dos o tres puños
della, aunque vaya muy turbia.
A las Pascanas, que es de donde ellos degienden re-
uerengian también como dioses que como no tienen fee
qual y por ser la segunda vez y sin prisión del Rey no
k’ se sonó mucho, tal Español ubo que hallo andando en
un espesso Soto sepulcro entero de plata que valia
cinquenta mil castellanos. Otros los hallaron de me-
” nos valor, mas hallaron muchos, ussaban los ricos
” hombres de aquellas tierras enterrarse assi por el cam-
po a par de algún Ydolo.
And ubieron assi mismo buscando el thesoro de
Huayna Capac y Reyes antiguos del Cuzco que tan
afamado era, ni entonges ni después no se hallo, mas
” ellos que con lo auido no se contentaban fatigaban los
” }uidios cauando y trastornando quanto auia y aun hi-
” gieron artos males tratamientos y crueldades por que
” dixessen del y mostrassen sepulturas.”—Hasta aqui es
de Gamora cuya auctoridad para mi es muy grande por
142
DE LOS THESOROS DEL PERU
Extraordina-
ria cantidad
de thesoros
para el Rey
de solos quin
tos.
ser de los primeros que historiaron las cosas del Peru y
que pudo tener muy largas y giertas relagiones dellas.
Gargilasso refiere otra cosa particular en comproba-
ción de lo que voy probando, que en una casa de las que
en la partigion déla giudad, diuidieron los Españoles.
que auia sido casa real y llamaban Amaurucancha y des-
pués fue de Antonio Altamirano acaegio que trayendo
un caballero de aquellos primeros conquistadores en el
patio unos galopes se le hundió al caballo un pie en un
hoyo, que antes de los galopes no lo auia, quando fueron
a ver de que era el hoyo, si era alguna madre vieja que
pagaba por la casa hallaron que era la boca de un cánta-
ro de oro de ocho o nneue arrobas que los yndios los ha-
zen mayores y menores en lugar de tinajas para coger su
brebaje, y con el cántaro hallaron otras muchas vagijas
de oro y de plata que valieron mas de ochenta mil duca-
dos; y añade mas que en las casas de las Vírgenes escogi-
das en la parte que dellas cupo a Pedro del Barco que
después lo ubo un Hernando de Segouia boticario hallo
este Segouia bien a caso y sin pensar sacando unos ci-
mientos, un thesoro de setenta y dos mil ducados con los
quales y mas de otros veinte rail que auia ganado en el
oficio se bolbio rico a España, llego a Seuilla donde de pes-
sar de auer dexado la ciudad del Cuzco murió dentro de
pocos dias. De manera que fueron muy graneles los
thesoros que se hallaron en aquella giudad Ymperial y
en otras del Peru quando se gano y no pocos los que des-
pués acá se an hallado y se tiene por cosa cierta que ay
muchos mas, por que con la entrada de los Españoles es-
condieron los yndios la mayor parte de sus thesoros.
Pero vengamos al tercero principio y fundamento
para entender con toda certidumbre quan immensos an
sido aquellos thesoros y todavía son y es los quintos
que cada año se an embiado a la Magestad del Rei
nuestro Señor a España por que de solo el gerro de Poto-
si tan afamado en el mundo refiriere Juan Botero en sus
relagiones toscanas de todo el mundo y de la America
que auiendose descubierto este gerro por el año de 1545
desde entonges hasta el año de 15S5, monto el quinto del
Rey giento y onge millones de pesos (vale cada peso trege
reales y un quarto) con que no se quintaron los dos ter-
gios de plata que se saco de las minas deste gerro, porque
otra muy gran suma que se lleuo a España fue sin quin-
tarse.
El Pressidente D. Pablo de Laguna que después fue
Juan Botero
en sus relagio
ntjs toscanas
America lib.
sigúese la
prouincia de
las Charcas.
LIB. 1. CAP. 5
Obispo de Córdoba, certifico que de solo este cerro auian
llenado a España desde que se descubrió hasta el año de
1602 dugientos millones de pesos de plata registrada y que
tenia por indubitable que los que fueron por registrar
serian mas de cien millones pues que yria de los otros
cerros y assientos de minas que an sido muchas las que
se an labrado y se labran en todo el Reino.
Bien quisiera auer podido sacar en limpio la sum-
iría cierta de la plata que han dado todas ellas assi al Rey
como a los particulares, mas no me a sido possible assi
por la distangia de los lugares como también y mucho
mas por la difficultad grande que hay en el ajustamien-
to de las partidas y en sacallas de los libros de las caxas
reales, pero ya que esto no me a sido possible por las ra-
gones dichas con todo esso lo e procurado con particular
cnydado para lo tocante a los quintos reales d^l Zerro de
Potossi; y assi se me a remitido la quenta y ajustamien-
to de cada año sacado con toda verdad y puntualidad
de los mismos libros que tienen los offigiales reales de
aquella Villa Ymperial que podría poner aquí por menor
pero por no causar fastidio la pone por mayor y es.
Que desde el año de 1580 hasta el año de 1628 se an
emhiado al Rey a España de sus reales quintos treinta y
nueue millones y giento y ochenta y nuene mil y giento
y nouenta y quatro pessos ensayados, que hagen en co-
rriente conforme al pesso ensayado de las barras sesenta
y quatro millones y nouegientos y siete mil y giento y
dos pessos y seis reales. Todo esta gran summa de pes-
sos higieron las barras que se embiaron por quenta de
su Magestad que ellas solas fueron quatrogientas y vein-
te mil y quatrogientas y ochenta barras. Y si por la
quenta de estos quintos quisiessemos saber lo que se a
sacado para los particulares que pagaron los dichos quin-
tos desde el año de 1580 hasta el de 1628 que son quaren-
ta y ocho años. Digo que lo registrado por ellos abra si-
do giento y ginquenta y seis millones setegientos y gin-
quenta y seis mil setegientos y setenta y seis pessos en-
sayados que juntos con el dicho quinto monta lo uno y
otro giento y nouenta y quatro millones, nouegientos y
quarenta y quatro mil nouegientos y setenta pessos ensa-
yados que en corriente hagen tregientos y veintidós mi-
ílonos, ochogientos y setenta y siete mil seisgientosy seis
pessos y quatro reales. Pues si con estos se juntan los
giento y onge millones que dige Botero fueron de quintos
a España desde el año 1545 que se descubrió el Zerro has-
144
DE LOS THESOROS DEL PERU
ta el de 15S5 y juntamente lo de los particulares que ha-
ye otra gran summa bien se echa de ver la excessiua y
cassi infinita que habrá de thesoros que a dado este ze-
rro solo y pongo los ginco años mas de la quenta de Bo-
tero que son desde el año de 1580 hasta el de 85 por que
estos ginco años pueden suplir por los otros dies de que
no se hage mengion y se pagaron los quintos que fueron
desde que D. Frangisco Pigarro con sus compañeros con-
quisto el Reino y fundo la giudad de Lima que fue por el
año de 1534 hasta el de 1545 que se descubrió el zerro y
se entablaron las quitas y caxas reales de los quintos, y
si con estos thesoros quisiessemos juntarlos otros que se
an sacado de las demás partes del Peru y assientos de
minas, es gierto faltara primero numero en el guarismo
para cotallas, que no thesoros para contar; en espegial lo
que solo del Zerro de Oruro Villa de San Phelippe de
Austria desde que se fundo que fue por el año de 1000
hasta el de 1028 a sido también una gran summa de the-
soros.
Pues si esto solo a sido de plata que se a sacado de
los minerales, que abra sido de oro y piedras pregiosas,
como de perlas, esmeraldas, yagientos y Turquegas que
an dado los minerales de mar y tierra del Reino de Gra-
nada, de Chile y de la Prouingia de Caraua}ra, quintóle
otro que para mi intento bastara auer gifrado por mayor
los thesoros deste opulentissimo Reino.
Estos son los terrestres y materiales que componen
un genero de muy pocos y cortos quilates respecto del
otro genero que es de los thesoros espirituales de las Al-
ttifinitos ios mas pues una destas es de maior estima a los ojos de
rituluesSdeSias Di°s < ¥le 110 todos aquellos juntos; el numero pues des-
Aim'as. tos thesoros .y riquezas es cassi incomprehensible el que
a auido y ay en este Ymperio, porque si con una vez so-
lo que dio de secreto el Pringipe Manco Ynca quando qui-
so cobrar la possegion del Reino de D. Frangisco Pigarro
como tengo contado en el ultimo paragrapho del capitu-
lo passado, junto dugientos mil yndios de guerra, que
solamente se juntaron de los pueblos y Prouingias gircun
veginas a la giudad del Cuzco que exergito juntaría si
las leuas de soldados ubieran sido en las demás partes y
Reinos de su Ymperio como en Quito, en Chile, en las
Chichas y en otras tierras que tenian sugetas a su Seño-
río. Pues quien contara las almas de mujeres, Viejos y
niños no aproposito para la guerra? quien la de también
y tan grandes Prouingias como todavía están por clescu-
145
brir y conocer que viuen sepultados en las tinieblas de
su ignorancia y infidelidad? Algo se podra conjeturar de
esto por lo que queda dicho en el primer capitulo de la
inmensidad y latitud de tierras, Reinos y Prouincias des-
ta parte de la America }r occidental del Perú, y assi como
a anido y ay dos géneros de thesoros y riquecas, assi
también a auido y ay dos géneros de personas que losan
codiciado y buscado. Por que para el primero y de me-
nos estima que son los terrestres y materiales, los del
mundo, an dexado sus patrias, casa, amigos y parientes
para alcangallas y ten ellas, y para este fin se han expues-
to a infinitos trabajos y congojas de mares y tierras; pe-
ro para el segundo genero, que es de los espirituales-y di-
urnos de las almas, solo se han alentado a buscallas los
que abracados del diuino amor bolbiendo las espaldas al
mundo, a sus patrias y cassas. an tenido y tienen por fin
y blanco el ganárselas a su Dios, Señor y Criador, qua-
les son los religiosos de todas las sagradas religiones,
pues de todas ellas a auido y ay Varones Sanctos y Apos-
tólicos, grandes celadores de las almas y de la honrra de
la diuina Magestad. Entre ellos podemos contar a los de
la Compañia que aunque vienieron a la postre y fueron
los últimos que entraron en este Reino a cultiuar la viña
del Señor, con todo esso siguiendo las loables pissadas de
los primeros an dado a entender no auer estado, ni estar
ociosos como veremos en el discurso de las vidas de al-
gunos dellos, pues escribillas de todos me sera impossi-
hle; como sea verdad que todos los de mi religión profes-
sen el codigiar estos ricos thesoros y riquezas de las al-
mas, tanto mas negessitadas de su enseñanga quanto en
ellas hallo auerse verificado una reuelacion que Christo
Señor nuestro higo a la Gloriosa Sancta Brígida, que fa-
uoregida de su gelestial esposo meregio le diesse parte de
su sentimiento contra aquellos que teniendo obligagion
de ganarle almas y ponellas en carreras de saluagion, no
solo no lo hagen pero antes las apartan della, refñere
pues la mesma Sancta, en el segundo libro de sus reue-
lagiones en el capitulo 19 esta por las palabras siguientes
que quiero poner aqui a la letra. utvewi^cto-
'' Digote (abla el Señor con la Sancta) que tales obe- nes de saiic
" jas debían ser aquellas que lleban la Cruz a quienes ta Bnglcia-
" puse en los últimos fines de la tierra de los christianos singular
11 pero ya estos mismos pelearon contra mi por que ni S^-'a bh í1
li cuydan de las almas, ni se compadegen délos cuerpos, dara^atón1
" de los que se conuierten de su error a la fee catholica JíSsde,os
140
DE LOS THESOROS DEL PERU
y a mi por que los oprimen con trabajos priuandolos
'í de su libertad, no les instruyen en la fee, priuandoles
:< de los Sacramentos; y embianlas al infierno con ma-
*' yor dolor que si estubieran en su antiguo paganismo,.
'' ni procuran otra cosa sino dilatar su soberbia y au-
mentar su codigia por tanto vendrá tiempo en que sus
kC dientes serán quebrados, su mano derecha cortada y
k£ su pie derecho de jarretado para que viuan y se conos-
" can assi mismo."—Hasta aqui la reuelagion que higo
la sabiduría encarnada del Verbo eterno a la Sancta, en
que bien al viuo esta gifrado y pintado el estado misera-
ble que tenia la christiandad en el Peru, quando la reli-
gión de la compañia entro en el por el año de 156S, pero
para que se vea y se considere algo mas de gerca y lo
mucho que se siruio la diuina Magestad de sus hijos,
quiero desleyr un poco mas este punto en el capitulo si-
guiente.
DEL ESTADO
LA CHRISTIANDAD EN
SE GANO HASTA
QUE TENIA
EL PERU DESDE QUE
EL AÑO DE 1568
ARA que estimen en mas las gloriosas haga-
ñas y triumphos que los soldados esforgados de
la compañia de JESÚS an alcangado fauoregi-
dos de su capitán contra los Espíritus in-
fernales y contra el Pringipe de las tinieblas en la
infinidad de Almas que les a quitado de sus garras,
y ganado para su criador, diré breuemente el estado tra-
bajoso que tenia la christiandad en este Reino y por el
mismo tiempo que le ganaron los primeros descubrido-
res, y conquistadores pues viéndose como en un liengo pin-
tado este, campeara mas el otro que se le siguió y al pres-
senteflorege para tanta gloria de Dios y bien délas Almas.
Para lo qual quiero poner aqui otra reuelagion que la mis-
ma Santa Brígida dexo escrita en el séptimo libro capitu-
lo 28 en que la Reina de los Angeles le da a entender las
offensas grandes que se cometían en gierta giudad do
Ytalia contra su beuditissimo hijo y en condenagion de las
almas, por que como veremos las mismas se cometieron
en grado subido, no en una giudad o pueblo del Peru,
pero en tode el.
BE LA CHRISTIANDAD DEL PERÚ
Dige pues la Virgen ablando con la Sancta en el lu-
" gar alegado. kk Has de saber que en esta ciudad se co-
" meten muchos y varios pecados horrendos y ocultos
" que note digo, sino solamente, ablo de dos géneros de
" pecados manifiestos que desagradan mucho a mi hijo
" y a mi y a toda la corte celestial. El primero es que
'' en la dicha ciudad muchos compran paganos e infieles
kk para su servigio y algunos de sus amos no cuydan de
" baptizarlos, ni quieren convertirlos a la fee y aunque
" se baptisen algunos dellos sus amos después del bap-
" tismo, no cuydan mas de hacerlos instruir e informar
kí en la fee christiana y en el modo con que an de regibir
" los Sacramentos de la yglesia que antes de su baptis-
" mo y conuersion, y assi sugede que los dichos esclauos
£k conuertidoa después de. recibida la fee cometen mu-
chos peccados y no saben bolber al Sacramento déla
kk penitencia y communion y restaurar el estado de sal-
" uagion y de la diuina recongiliagion y gragia. Demás
k' de esso algunos tienen sus esclauos o criados en tanta
" abiecgion e ignominia, como si fueran perros, vendien
" dolos y lo que peor es poniéndolos muy a menudo en
k£ la cassa publica para ganar el dinero de la torpega y
kí abominagion. Pero otras las tienen en sus cassas pa-
k£ ra offenderme, y esto es muy offensiuo a Dios. Tam-
" bien otros amos agrauan de tal suerte, y exasperan a
k£ sus criados con palabras injuriosas y extraordinarios
" castigos, que vienen muchos a estado de desesperagiou
" y aqueirr matarse assi mismos, los quales pecados y
" descuidos mucho desagradan a Dios y a toda la corte
kk celestial por que el mismo Dios los ama, el mismo los
" crio y vino al mundo para saluarlos a todos tomando
kí carne de mi y suffriendo passion y muerte en la Cruz.
" También as de sabe]', que qualquiera que compra
k£ los tales paganos e infieles con intengion de hagerlos
" christianos y con voluntad de instruirlos en informar-
£t los en la fe de Christo y en las virtudes y con intento
11 de darles libertad en vida o en muerte, de suerte que
kk los dichos esclauos no passen a los herederos: estos ta-
'£ les amos mucho meregen por esto y son acceptables a
<£ Dios, pero ten por muy gierto que los que hagen lo con
trario serán grauemente castigados de Dios' Hasta
aqui la reuelagion y platica que timo la Virgen Sanctissi-
ma con la Sancta, que puede seruir de punctoal contra-
puncto de las granes offensas que los primeros christia-
nos que viniendo de Europa al Perú higieron contra, la
LIB. 1. CAP. 0. H!)
cliuina Magestad, por qne no solo no procuraron los mas
dellos la saluagion de las almas y conuersion de los gen-
tiles, mas antes la detubieron y estorbaron teniendo por
maestra una insaciable codicia de oro y plata, tal qual
nunca be leido. para sacar estos metales de las vetas de
la tierra que fue y a sido muy acosta de las vidas destos
miserables yndios por que olvidados de su Dios,de su Rey
y de su ley solo se acordaban, adoraban y seruian al Ydo-
lo de oro y plata, y quanto mas tenian destos thesoros,
tanto mas cregia su apetito y codicia dellas; de suerte
que ni aprouechaba el pecho católico del Emperador, ni
los medios tan christianissmos que tomaba para la con-
uersion de la gentilidad, como tampoco que Varones
Apostólicos de otras religiones predicassen el Sancto
Euangelio para que higiessen fruto en los yndios, mas
antes por los malos tratamientos que les hagian y su
mal exemplo le aborrecían y huyan del; y assi diré
ahora lo que siente y refiere Garcilasso en sus comen
tarios y es que: El Demonio enemigo del genero huma-
no procuraba con todas sus fuergas y mañas estoruar
la conuersion de los naturales yndios y aunque no del
todo, a lo menos la impidió muchos años hagiendo la
gueira con sus ministros los siete peccados mortales que
en tiempo de tanta libertad y ocasiones podía cada qual
de los vigiossin resistengia lo que quería.ellos leuantaron
las guerras que poco después ubo entre yndios y españo-
les por no cumplirse las capitulagiones, por que la sober-
bia no consintió la restitugion del Eeino a su dueño y
causo el leuantamiénto general de los yndios. luego su-
gedieron la de los dos compañeros Pigarro y Almagro que
las leuanto la yra, v la embidia de gouernar v mandar;
el uno mas que el otro, duraron hasta que ambos pere-
gieron; Almagro degollado, por un hermano de Piga-
rro y Pigarro muerto por un hijo de Almagro. A estas
guerras sugedieron las del buen gouernador Yaca de Cas
tro y D. Diego de Almagro el Mogo por que la soberbia
y la discordia no quisieron que aquel mogo obedegiese a
su Pey y Señor y assi acabo, que no bastaron sus valen-
tías para que no lo entregasse la traigion de un ministro
suyo a quien lo degollasse. Luego se siguieron las del
Yissorrey Blasco üNuñez Vela y Gongalo Pigarro que las
causo la auarigia y la tiranía.
Pocos años después sugedieron uno tras de otro los
leuantamientos de Don Sebastian de Castilla y de Fran-
gisco Hernández Girón que los mouio la gula y la luxu-
150
DE LA CHRISTIANDAD DEL PERÚ
ria. Todas estas guerras exergito el Demonio successi-
uamente por espagio de veinte y ginco años. Por estos
impedimentos no se predico el Euangelio con fructo poi-
que ni los fieles podian enseñar la fee por los alborotos
que cada dia tenian, ni los ynfieles reziuirla por que en
todo aquel tiempo no ubo sino guerra y mortandad a
fuego y a sangre, de la qual no participaban menos los
3rndios que los españoles antes llebaban la peor della poi-
que los del un vanelo y los del otro la hagian a costa de-
llos; porque les pedian los bastimentos y mandaban lle-
uar a cuestas las cargas de los exergitos y qualquiera
otro trabajo mayor, o menor, como yo vi parte dello.
Hasta aqui el historiador Gargilasso 2 pte. lib. 2 c. 6 y
aunque el estado de la christiandad en el Perú fue mi-
sserable y calamitosso en sus primeros años, juzgo por
mas agertado remitir al oluido las ligencias que se toma-
ron en aquel tiempo con ragones atreuidas y pocos teme-
rosos de Dios, que dilatarme en referillas, si bien es ver-
dad que algunos historiadores ablan en esta materia mas
larga de lo que debian y se puede entender de pechos tan
christianos como son los de los españoles y assi me giño
en este capitulo con degir que ussando Dios de su infinita
misericordia se siruio mejorar los tiempos de tal suerte
que se puede pregisamente creer se van lleuando las tro-
xes de la gloria de los manojos colmados de Almas que
se cogen en lanera pressente deste florentissimo Reyno.
COMO EL REY CATHOLICO
EMBIO LA RELIGIÓN DE LA COMPAÑÍA DE
JESÚS AL PERU, QUIENES Y
Q UANTOS FUERON LOS PRIMEROS DELLA
QUE VINIERON A FUNDADLA Y DE
LAS COSAS SINGULARES
QUE ACONTEQIERON EN EL VIAGE.
ABIENDO heredado el prudentissimo Phelippe
gran Monarca del mundo de sus padres y abue-
los no solo los extendissimos Remos y Prouin-
cias del oriente y occidente, sino también con
ellos el catholisissimo pecho y gran zelo de las Almas fue
muy grande el desseo que timo de la conuersion de las
de los gentiles del Peru, que tanto mas se le engendia,
quanto cada dia 1 e daban auisos de nueuas conquistas
y descubrimientos; clamorea juntamente con ellos y con
tinuamente en el retrete de su congiengia el estado tan
miserable que tenia la christiandad, que como tengo re-
fferido en el capitulo passado siendo tan en los pringi-
pios era mas lastimoso para rerhedio pues de tantos ma-
les y para prenda gierta de infinitos bienes, assi de su
152
ENTRADA DE LA COMPAÑÍA EN EL PERÚ
real semieje como de la diurna Magestad, juzgo debia
procurar que mi sagrada religión de la compañía de Je-
sús viniese a fundar cassas y colegio- a estas partes del
occidente,-donde conforme a su espíritu y Sancto insti-
tuto pudiesse trabajar en la viña del Señor que por ser
tan grande y estendida veya no bastaban los operarios
Apostólicos de las otras sagradas religiones que desde la
hora de prima fructuosa y sanctissimámente auian tra-
bajado y trabajaban en ella, por lo qual escribió algunas
cartas a nuestro glorioso Padre San Francisco deBorgia
siendo general de la compañía pidiéndole encaregidamen
te embiasse algunos della a las Yndias del mar occeano,
EI Reycatho eil ima dellas su fecha a 3 de maio de 1.506 entre otras le
neo pide ven- ,. . i ■,
g-aiaR-iig¡on dige estas palabras:
nía-Vivm.'a Por la buena relación que tenemos de laspdrsonas de
la Compañía y del mucho/ruto que an hecho y hagen en
estos Reinos, e deseado que se de orden como algunos de-
lla se embien a nuestros yndios del mar occeano, y por
que cada dia en ellas crece mas la necesidad de personas
semejantes, y nuestro Señor seria muy sentido de que los
dichos padres vayan a aquellas partes por la cliristian-
dad y bondad que tienen y por ser gente a proposito para
la conuersion de aquellos naturales y por la deuogiou que
tengo a la dicha compañía dpsseo que vayan a aquellas
tierras algunos dellos; por ende yo vos ruego y encargo
que vombreis y mandéis yr a las elidías nuestras yndias
veintiqnatro personas de la compañía a donde les fuesse
señalado por los del nuestro consejo, que sean personas
doctas de buena vida y exemplo y quedes juzgaredes con-
nenirpara semejante etnpressa; que demás del seruigio
que en ello anuestro Señor haréis yo regiuire gran con-
tentamiento y les mandare proueer de todo lo negesario
y demás clesta aquella tierra a donde fueren regiuiera
gran contentamiento y benefigio con su llegada.
Hasta aqui la carta de su Magestad Fhelippe Segun-
do y en otra del año de 1567 le dice las mismas ragones
y especifica mas que por la negesidad que auia en las
Prouingias del Perú de religiosos que atendiessen a la
conuersion e instrucción de los naturales dellas y por la
deuogion que tenia ala compañía le pedia y encargaba
que diesse orden para que veinte religiosos della fuessen
al Perú y se ocupassen en la conuersion y enseñanga de los
yndios y comenzassen a fundar cassas y colegios por que
el les mandaría proueer de todo lo negesario para su pa-
sage. Con este fauor pues y su gran zelo dio orden núes-
LIB. i. CAP. 7. ion
tro padre el bien auenturado San Frangisco de Borjia que
se juntassen en España ocho religiosos los seis dellos sacer-
dotes, que fueron las nías que pudo, que suplieron por
muchos para empresa tan gloriosa y de tanta importancia
quanto ninguna otra mayor. Aprestáronse para esta
jornada de la Prouincia de Castilla el P. Gerónimo Ruiz
Portillo con cargo de Prouingial y cabega de los demás y paílres.ie1 Va
el P. Luis López de la prouingia de Toledo. El P Fran- S£5aiv
gisco de Medina y el P- Antonio Aluarez, qne después ™ s™
fallegio en Panamá antes de llegar al Peru. De la de Ara BOV£Ús! °
gon elP. Miguel de Fuentes y el hermano Pedro Pablo
Lebet, y de la de Andalugia, el P.Diego Bracamonte y
el hermano Juan Gargia. (Conforme a este numero de-
be corregirse el P. Fray Alonso Fernandez de la Ylus-
trissima orden de predicadores en su historia Eclesiásti-
ca de nuestros tiempos libro primero, cap. 52, donde solo
quenta fueron quatro los primeros de la compañia que
saliendo de España vinieron a predicar el Santo Euange-
lio en el Peru que contando entre ellos al P. Antonio Al-
uarez que como tengo dicho murió en Tierra Firme y no
llego al Peru Venían a quedar solos tres; pero todos ocho
se higieron a la vela del puerto de San Lucar y partieron
para el Peru a los 2 de Nobiembre del año de 1507).
Por gierto, pequeño esquadron,mas de esforgados sier-
uos de Dios; pues estos solos bastaron a hazer guerra san-
grienta al Ynfierno todo, y alcangar gloriosos triunphos,
aunque regelandose dellos Lugifer quiso hacérsela primero
por medio de los vientos y de la mar pretendiendo ahoga-
llos en ella, pero quedóse burlado: fue el caso que al tiempo
que venían nauegando entre Sancta Marta y Cartagena
vino de improbisso un temporal con fuerga de vienio tan Veeusts k)S
arrebatado que sin poderse preuenir cogió al nauio con primeros v&-
i i circs t3ii i")t?li"
todas las velas de suerte que lo tomo por abante y estubo Kr0 de por-
tan a pique de zogobrar del todo que dio con las velas en e" ,a
el agua y se quedo inclinado a la vanda sin poder ende-
regarse por el gran pesso de las velas mojadas. Desta
suerte estimo mas de media hora en la qual se hallo la
gente assi pasageros como marineros tan sin esperanga
de la vida que con la turbagion y desmayo no hagia dili-
gengia humana para poner remedio a lo que entendían
que pudiesse ser de prouecho. A todo esto estaba el P.
Portillo sin rnouerse de su lugar, ni menos dando mués- grai^^J'j?
tra de turbagion y como si el negogio no le tocara, por £?^ü,!£
que callando exteriormente con los hombres, hablaba so- iib?ar.asa re
lo y interiormente con Dios, cosa que dio mucho que pen
154
ENTRADA DÉLA COMPAÑÍA EN EL PERÚ
Son recibidos
los primeros
Padres en Pa
ñama como
Apostóles.
sar a los riel nauio pues era esta la coiunctura mas ur-
gente en que el Padre pudiera ussar de su valor y espíri-
tu que el Señor le auia dado, animando la gente y confe-
sando algunos, como hacían los demás sacedotes que alli
yban. La causa desta fue por que estaba certissimo que
auia nuestro Señor de sacarlos con bien de semejante
conflicto y agonía; entendióse esto claramente por unas
palabras que dixo con ocacion de otras que oyó a que le
pareció dar respuesta enseñando a los pressentes a saber
esperar en Dios poniendo en el su confianza como el te-
nia, por que diciendo cada uno de los hermanos-que alli
venían a nombre de Dios: es possible que nos aiais de de-
xar pereger aqui viniendo nosotros en seruicio de vues-
tro hijo? respondió el padre con gran serenidad estas pa-
labras. Jesús hermano, pues con nuestra Señora se to-
ma no tema que la empressa a que el Señor nos
llena no la tiene su Magestad en tan poco que auia de
cortarnos los passos, y con esto no hablo mas palabra;
aunque estas breues fueron de tanta efficagia para ani-
mar a todos que luego acudieron a cortar las trigas y es-
cotas, que no lo auian hecho hasta aquel puiicto por es-
tar desanimados y casi sin sentido, con esta diligengia
higieron otras con los quales fue Dios seruido de que se
enderegasse el nauio quedando sus sieruos y ministros
Euangelicos libres de las olas. Y llegaron en saluamen-
to al puerto de nombre de Dios y de alli a Panamá al
pringipio del año de 156S.
Dentro de tres dias que los galenos llegaron al puer-
to de nombre de Dios se supo en Panamá la llegada de
los ocho padres de la compañía de Jesús que venían en
ellos; esta nueua causo extraordinario contentamiento
en todos los de la tierra grandes y pequeños, assi Espa-
ñoles como naturales del Perú; por que assi los unos co-
mo los otros y cada uno conforme a su capagidad, congi-
guieron grandes marauillas y conuersiones de Almas, en-
cendiendo que aquellos pocos que venían de Europa eran
varones Apostólicos que siguiendo las pissadas de su
gran capitán Christo Jesús, solo venían a buscar las mi-
nas y thesoros de las almas, cuyo numero era sin nume-
ro y sus millones hazian muy grandes ventajas a los de
oro y plata que otros buscaban y llebaban a España; ex-
perimentóse presto ser esto assi por que poniendo la ma-
no a la labor, y comengando el P. Portillo a predicar y
sembrar la semilla de la palabra diuina en los corazones
de los hombres, fue extraordinaria la, mogion que cau-
Comiengo a
predicar el P,
Portillo y ay
gran moción
en las almas
LIB. 1. CAP. 7
155
so en ellos era el P. un San Pablo en el pulpito, que eri-
gen elido de su gran caridad y con un zelo de Helias, su
voz sonaba y penetrante penetraba con sus ragones las
Almas, que por mas empedernidas que estubiessen se
enternegian y ablandaban de suerte que mostraban su
dolor y contrigion por los ojos que hechos fuentes de la-
grimas no paraban hasta ponerse a los pies de quien assi
los auia trocado y mudado a mejor estado. .Fueron mu-
chos los que dejando el miserable de coudenagion eterna
se pussieron en el de la salvagion. Higieronse muchas
confessiones generales, deshigieron.se algunas necesida-
des por que se hallaron no pocos desauenidos que se con-
federaran en nueua amistad; quitar pudo algunos abusos
y assentaronse costumbres christianas de suerte que den-
tro de pocos dias que los Padres auian llegado a la giu-.
dad ya paregia otra y los della los miraban no como hom
bres uenidos de Castilla, sino del gielo, no de naturalega
humana sino angelical; eran huespedes délos religiosos
del convento del Seraphico Padre San Frangisco con cu- merospLíívs
ya communicagion y engendida caridad se encendía su ^JUeTo^
buen espíritu y se retinaba el zelo de los deseos que tra- rauca ord™.
yan de aprouechar a las Almas que conogiendolos los del
pueblo y quanto les podía importar tenellos de assiento
en el y no de passo como estaban; higieron instangia por
medio del presidente de la real audiengia y de sus oydo-
res se quedassen por que les darían con liberalidad lo
negesario assi del sustento como de cassa de viuienda.
respondioseles como era impossibles dexar de executasse
la-voluntad del Rey catholico y mas auiendoles sido in-
timado por su superior que era la de Dios pidiéronles se
detuuiessen aquella quaresma y que después della po-
drían passar adelante al Peru. Viosse el P. Gerónimo
Portillo tan obligado destos ruegos y buenos términos y
sobre todo de las mesmas negessidades espirituales del
lugar que no puedo dexar de condesgender con ellos; y
assi les dio el si, con no pocos júbilos de todo el pueblo.
pero como aquella tierra es fau enferma para los foras-
teros que los mas dellos corren peligro sino van por ella
muy de passo,maiormente en tiempo de verano (y enton
ges yba entrando la fuerza del) comengaron a enfermar
los Padres taír gravemente que les fue forgosogo salir de
alli a toda prissa. Con todo esso por no desconsolar la
gente de la ciudad, tomo el P. Portillo un buen remedio
que fue salirse luego y embarcar los seis dellos dexando,
solos dos que con muy gran gusto se conformaron con
1 50 ENTRADA DE LA COMPAÑÍA EN EL PERÚ
esta orden por el prouecho y consuelo de los próximos,
aunque el uno dellos que fué el P. Antonio Aluares le
costo la vida, como tengo apuntado que dio por bien
empleada por sanar a muchas de sus enfermedades espi-
rituales y assi auiendo acceptado el partido el Presiden-
te abio a los seis Padres al Perú. Echase de ver mejor
‘ .¡¡¡¡i—^¡tii(¡¡……..nyuty………¡¡¡Ti’$i””,”H¡JI’”
nuestro glorioso Padre San Ygnacio en la fundación de
la compañia, pues sus gimientos fueron contradicciones,
trabajos y molestias, parecíale que por no tenellas mien-
tras trataba de fundallas en el Peru ni seguía los passos
y pissadas de su Patriarcha ni menos la su Capitán ge-
neral Christio JESÚS pero presto se le cumplieron sus
feruorosos y bien fundados deseos que en breue tiempo
se le leuantaron tales tormentas y torbellinos quales ci-
frare quando escriba su vida, ni menos en la ocacion
pressente le faltaron trabajos y cuydados, pues es cierto
los tuuo no solo el Padre Portillo, mas también todos sus
compañeros, assi por las dificultades que traen consigo
nuestros ministerios, como también por la poca capaci-
dad de los yndios naturales de la tierra de differentes
lenguas y naciones, y lo tercero por las hondas y gran-‘
des raices que tenian echadas todos los vicios y peccados
como vimos en el capitulo 6 y assi antes que digo mas
de los gloriosos triumphos que se alcancaron dellos como
se desarraygaron y se plantaron virtudes, sera bien se-
pamos la fundación de la primera iglesia y casa que tuuo
la compañía en el Peru.
Desde el dia que los seis compañeros entraron en la
Ciudad de Lima trataron luego los Señores de la real au- prj°S^ca¿¡
diencia y cauildo de la ciudad de dalles sitio acomodado _«eia compa-
para su habitación y ministerio, en especial tomo esto Illaen Linia
muy a su cargo el presidente, el licenciado Lope Gacria
de Castro, que gouernaba por entonces el Reino, por auer
164 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
fallecido el Virrey el Conde de Nieua; y no con menor
conato el Arzobispo D. Gerónimo de Loayza que se es-
meraba en manifestar el amor y voluntad grande que
nos tenia y para que esto se effectuase con mas breue-
dad y con mayor efficacia se sometió la execucion al
Oydor mas antiguo de la misma Audiencia al doctor
Xpoual de Quenca persona de grandes prendas y chris-
tiandad y con todo estremo bien affecto a la compañía
y assi tomo este negogio con tantas veras, quanto era el
concepto que tenia del gran seruicio que hacia eu ello a
nuestro Señor y bien Uniuersal a todo el Reino, con lo
qual andaba tan soligito y cuidadoso en esta obra como
si su placa fuera dedicada a ella y como por otra parte
estaban tan dispuestas las voluntades de todo el pueblo
para ayudar en ello, hicose todo con fagildad siendo el
principal Motor el auxilio diuino señalando el sitio que
al pressente tenemos con la aduocagion del glorioso
Apóstol San Pablo para que teniéndole por patrón lo f ues-
se de nuestros ministerios y de la conuergion de las al-
mas, acudieron los del lugar con sus limosnas y con tan
grande liberalidad, que unos pagaban el sitio, otros offre-
gian materiales de cal, ladrillo, piedra, adobes, y madera,
y otros finalmente con lo negesario para el sustento de la
casa; y fue tanto el gusto con que toda la giudad acudió a
esta obra que apenas auia hombre que dexasse de dar de
lo que tenia de su cogecha o de lo que labraba en su offigi-
na; de suerte que tuuo el primer dia la casa lo necesario
para el edifigio y assiento della y en lo que toca al sustento
ordinario se acudió con singular caridad y liberalidad re-
partiendo los dias entre si los veginos con Sancta emula-
gion dándonos el sustento, y que repartir a los pobres.
Ultra desto dieron algunos liengosy tablas de imagi-
nería para adorno de la iglesia y sedas para sus orna-
mentos con piegas de plata para la sacristía con todo lo
demás negessario para el culto diuino.
^eskT de ^a P1>niiera cosa en clue se Paso Ia mano fue en aco-
prVstado.’e modar una yglesia que por auer de durar algunos años
se trago de manera, que siendo pequeña tuuiesse toda
la giudad lugar para assistir en ella y assi se rompió un
lieugo de pared y se puso en su lugar una larga reja que
salia a un gran patio de forma que estando solas las mu-
jeres en la Yglesia y los hombres en el claustro, gogaban
todos del pulpito que estaba arrimado a la reja y con es-
ta poca comodidad estuuieron los Padres por espagio de
seis años; que fueron los que se emplearon en hazer
LIB. 1. CAP. S. § 1.
Yglesia de proposito que a durado hasta el dia de oy,
quando auiendo crecido mucho la giudad, a sido forgoso
creger y coinengar otra de nueuo que conforme a los
principios nos prometemos sera muy semejante a las
buenas de Europa y de las mejores del Peru que solo lo
pudo emprendella un coragon confiado en Dios; como
lo es para mayores obras de su Sancto Seruigio el del
padre Prouingial que la higo, solo referiré aora como se
coraengo y acabo la primera iglesia que tuuimos en el Pe-
rú tomando la obra muy a pecho el Padre Portillo que con
tener infinitas ocupagiones y muchas dellas de conside-
ragion que no estorbaban el edifigio de la Yglesia a que
acudía el padre, como cosa tan pringipal a que deben
attender las religiones y por el consiguiente los superio-
res y prelados dellas y assi siendo prouincial no conten-
to de disponer y mandar las cosas necesarias para la fa-
brica andaba de ordinario embuebo entre el barro, siruien- {¿uo*^^
do de peón a los albañiles como la demás gente de ser- edificio de ia
uigio que trabajaba. Sucedía no pocas vezes que passan- $fleoí5¡nar!o
do personas de mucha suerte por la calle y viendo al Pa- ^efbarro””
dre Portillo en el offigio se bajaban de sus caballos y qui-
tándose las capas se hagian peones de la obra; tomándo-
lo por una parte por recreación y por otra por grande
honrra acompañar en ella al Padre Portillo que solo la
tenia puesta en el culto diurno y en la predicagion del
Sancto Euangelio; y assi teniendo esta por mas pringi-
pal, de tal suerte acudía a aquella que nunca faltaba a
esta atendiendo al bien de las Almas y cogiendo a gran
priesa cosecha de buen año que con el gran feruor que
entonges auia en todos y la copiosa gracia del Señor, era
cosa notable el ver la iglesia toda la mañana llena de
gente tanto quando se degia misa sin mucho concurso,
< ;on esta ocagion le sugedia al Padre Portillo estando en-
tre el barro de la obra sacudir el poluo de la ropa y sin
mas preparagion yrse junto al altar y tomando una silla
predicar a la gente como si ubiera estado estudiando el
sermón muy de proposito y con tan grande espíritu co- predica o»
mo si se leuantara de una alta y profunda contemplagion fíui^fervoi'v
tan engendido en las palabras y ragones que no solo mo-
uia a contrición de coragon pero a muchas lagrimas y
enmienda de vida; y como los que acudían a oyr misa a
nuestra Yglesia eran tantos no auia semana en el año
en que no ubiesse el mismo numero de sermones que
suele auer en las quaresmas, con este edifigio espirital se
yba edificando el material de nuestra yglesia y junta-
106 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
mente con obras de misericordia porque aquellos Sanctos
Padres no contentos de predicar en las yglesias y plagas
de la giudad yban muy a menudo a los hospitales a con-
fesar y consolar a los enfermos siruiendoles y limpian-
íes la cassa no con menos frequengia yban a las cargeles a
confessar los pressos y ayudarles en sus aflicgiones y tra-
bajos. Compusieron negogios de importangia entre per-
sonas desauenidas en pleitos y rencores y con la mesma
suauidad confederaron otras que estaban enemistades.
Andaban por las calles con unas sotanas cortas de paño
pardo viejas y remendadas con algunas cargas á cuestas
como de tierras, piedras, agua y otras cosas del seruigio
de cassa. Era notable el cancurso ordinario de merca-
deres que yban a consultar negogios de sus contractos y
grangerias que como el reino estaba muy opulento y al
pringipio de su conquista auian de ser quantiosas y re-
querían hombres de muchas letras y prudengia repartién-
dose este trabajo con las demás religiones y no parege
possible sin extraordinario auxilio del Señor que pudies-
sen acudir tan pocos obreros tan cumplidamente a tanta
mies acudiendo al consuelo de todos sin faltar el genero
de gente.
Desta suerte se progedio en aquellos pringipios en
que echo Dios su bendigion con larga mano, y por que la
Yglesia nueua se comenagsse con ella se hallo pressente
el Ylustrissimo Argobispo de Lima al assentar la pri-
mera piedra, y puso por su mano unos doblones de oro
dentro del mesmo gimiento con grandes muestras de ale-
gría en dar prigipio por su mesma persona a obra tan de
su gusto.
También le tubieron muy grande los nuestros en el
fJde Braca- nombramiento que higo el padre Prouingial de Rector de
monte prime- nuestra cassa y colegio que fue, el Padre Diego de Braca -
ro Rector de . , -, J y. A ' . , , 0 -,
Lima. monte hombre exactissimo para tal cargo de grande ora-
gion y muy aprobado en prudengia que acompañándola
con el modo afable y suaue que tenia en tratar con los
próximos y mas con los de cassa tenia no menos ganadas
las voluntades de los que de aquellos, y fue el primer
Rector del Colegio de Lima a quien an sucedido los de
mas, y para que después podamos ver mejor su grande
augmento sera bien veamos antes el que tuno la chris-
tiandad én la mudanga de costumbres y conuersiones de
Almas.
■LTB. 1. CAP. 8. § 2.
1G7
§. S. DE LA GRAN REFORMAQION DE
COSTUMBRES Y FREQÜLNQIA DE LOS SACRAMENTOS CON
ALGUNAS PARTICULARES CONUERSIONES DE
ALMAS QUE HIQO DIOS MEDIANTE LA ENTRADA DE
LA COMPAÑÍA Y PREDICAQION
EUANGELICA DEL PADRE GERÓNIMO RÜIZ
PORTILLO PARA LO QUAL SE DESCRIBE PRIMERO LA
CIUDAD DE LIMA
Para que se pueda entender enteramente o por lo me
nos ver como en dibuxo el fruto espiritual y thesoros
grandes de Almas que los Padres de la compañia cogie-
ron a los principios en la ciudad de los Reies (que es la
de Lima) abremos de traer a la memoria y gifrar prime-
ro en breue dos cosas. La primera el miserable estado
que tenia la christiandad en el Peru después que se con-
quisto por la corona de Castilla y León como queda dicho
en el sexto capitulo que auiendose referido por mayor ^°rnlpctm!'aie
res.
podre también aqui añadir algo por menor del gran de- costumbrt
sorden y relaxacion de vida y costumbres de aquella gen-
te en aquel tiempo y los graneles abusos y multitudes ele
peccados que de diario se cometían que como la tierra era
conquistada de pocos años, abundante en riquegas y man-
tenimientos y de pocos trabajos y de mucha libertad triun-
faba el demonio y reynaba la codigia y no menos libre-
mente la lasgiuia con deleites y liuiandaeles; la ordinaria
ocupagion de los hombres era juegos largos y de las mu-
ge res tratar de galas y adornos superfluos y ele riquegas
en los vestidos bordados tocados ele perlas y diamantes
con mucha demasía y vanidad dando lo que quedaba del
tiempo y dia y gran parte de la noche a saraos, dangas y
fiestas como gente que ni sabia ni tenia negesidad de hi-
lar, coger ni labrar: ocupagiones tan honestas para sus-
tentarse. En fin la vida común ele la mayor parte era
como de personas a quien sobraba el ogio que con la
abundangia era forgoso se le siguíessen los effectos que
suelen ser tan perjudigiales a las Almas y en seruigio de
168 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
su criador. Con este modo de viuir tan ligengioso y tan
conforme al arancel del Demonio, mundo y carne emos
de juntar la segunda cosa que se debe supponer y es la
grandeca de la ciudad de Lima que si entonges era mucho
al presente lo es mayor por ser la mayor y como de todo
este ocgidente {y pues en diuersas j)artes de esta historia
abre de descubrir las mas principales giudades del Perú
conforme se fuere ofreciendo la ocagion. Bien sera co-
mengemos aqui por la primera que es la giudad de Lima
y por otro nombre de los Reyes).
Todos los historiadores assi estrangeros como de nues-
tra España y naturales del Perú escribiendo desde su
descubrimiento y conquista tratan de este puncto y des-
criben esta ilustre ciudad y nueua Senil la como lo hacen
Pedro de Qieca Congora, el contador Qarate, Abrahan
Ortelio en su teatro, Joan Botero en sus relagiones. El
Ynca Gargilasso en sus comentarios, Antonio de Herre-
ra en sus decadas y otros, pero quien sobre todos mas se
a esmerado y con su pluma hagiendo la ultima raya se a
auentajado a los demás es el padre Fray Buenauentura
de Salinas de la Seraphica orden, Lector de theologia y
calificador del Sancto offlgio en un memorial que intitula
de las historias del nuevo mundo Perú, méritos y exce-
legias de la giudad de Lima (que por otro nombre se di-
ge de los Reyes) por que acudiendo a las obligagiones de
hijo de la patria la describe muy a lo largo y por exten-
so. Fundóla en este dia el gouernador D. Frangisco Pi-
garro (como queda dicho en otro lugar). Emplea este
auctor lo mas de su historia (que es el segundo y tergero
discurso) en las excelengias propiedades y méritos desta
giudad, sin dexar circunstangia, ni menos cosa que pue-
da importar assi al estado secular, como Eclesiástico a
quien remito al curioso lector si quisiere con curiosidad
sabello todo radicalmente, pero para mi intento bastara
degir con la breuedad que professo, que la giudad esta
fundada en doge grados de altura y ochenta y dos del
meriano de Toledo, de donde dista mil ochogientas y
veinte leguas por el girculo mayor, esta su sitio gerca de
la mar del Sur, abónale cumplidissimamente que auiem
do sido en sus pringipios no muy grande su poblagion,
como tampoco lo fueron otras giudades pringipales de
Europa con el tiempo y con el discurso de menos de gien
años que se fundo, no solamente no se a disminuido, pero
siempre se a ydo y va aumentando hasta poderse igua-
lar con algunas de las populosas de España, leuantan-
L1B. 1 CAP. 8 § 2 109
lando cabega entre todas las deste occidente de la parte
llamada; por que lo que en Ytalia es Venegia, en Portu-
gal Lisboa, y en España Seuilla, por el concurso que tie-
nen de gentes de diuersas naciones y manejo de grandes
contrataciones es Lima en el Peru por estar toda ella en
llano. Tragosse bermosissimamente con una plaga muy
grande, las calles anchas y derechas que por qualquiera
de las encrugijadas se veyan las quatro partes, (y digo se
veyan por que aora por auer cregido tanto el lugar no se
veen). Tiene un rio que passa al Norte de la giudad lla-
mado Rimac de quien tengo hecho mengion en el segun-
do capitulo. Del sacan muchas asequias de agua que
riegan los campos y passan por todas las cassas de la ciu-
dad que mirada de lejos no tiene muy buena vista por
que no tiene texados de texa. Y es la causa que como en
aquella región de los llanos y de la costa no llueue se edi-
fican de nueuo, cubrense con terrados; los ediffigios de
fuera y dentro de las cassas son buenos y cada dia an
ydo y han ilustrando mas y mas de suerte, que de trein-
ta y tres años que conozco esta giudad a cregido quatro
veges mas en edificios de lo que la vi quando vine de Yta-
lia. Está dos leguas pequeñas della mar y del puerto del
Callao. El temple es caliente y húmedo, mas suaue que
no el de la Andulugia ni que el de Roma y Ñapóles, por
que en tiempo de verano no calienta con demasía el Sol,
y en inuierno casi no se sieute el frió, y assi de continuo
están las huertas y heredades fructíferas y apassibles y
muy abundantes de flores rosas y clauellinas, dause to-
das las semillas de castilla, pero lo que es mas de esti-
mar son los ingenios y abilidades de los hijos de los Es-
pañoles que da y cria aunque de ordinario son de com-
plexión delicada, mas agudos y muy prestos en enten-
der qualquiera facultad, por lo qual floregen mucho las
letras entre ellos, de suerte que sus estudios en calidad
pueden correr parejas con los mejores de Europa como
veremos con el fauor de Dios en el tergero libro en la vi-
da del padre Juan Pérez Menacho.
En esta giudad reside ele ordinario el Virrey que ca-
si nunca sale della sino es obligado de cossas forgosas y
urgentissimas del Reino como lo fueron los que obliga-
ron a D. Francisco de Toledo que entro hasta la prouin-
gia de los chiriguanas que dista de Lima mas de quatro-
gientas leguas, y algunos años después el Marques de
Montes Claros para el reparo del Socabon de Guancaue-
lica que da el azogue negesario para el beneffigio de los
170
FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
metales del zerro de Potozi, que a faltar aquel fuera de
muy poco o de ningún prouecho este.
Tiene la real audiencia con dos salas de lo giuil y
otra de quatro alcaldes de corte para lo criminal, con es-
tos tribunales están los de la Sancta Ynquisigion y Cru-
zada. El de la contaduría mayor y menor, el del consu-
lado que se fundo últimamente el año de 1613 a instan-
gias del Virrey el Marques de Montes Claros.
En lo Eclesiástico fue la metrópoli de todo el Rey no
hasta que no muchos años después se diuidio en otros
dos arzobispados y en dies y siete obispados quedando la
pri magia al Arzobispo de Lima con su insigne cabildo,
donde siempre an floregido y floregen en letras y virtud
personas no solamente meregedoras de las dignidades y
prebendas de aquella yglesia, pero de mitras y capelos.
Están quatro religiones mendicantes con grandio-
s reii ¡o sos conuent°s y sumptuosissimos templos que compiten
nes y sus con con los mayores de Europa. Tienele la de los predica-
nmtos enLl" dores real, no le es inferior el del Sesaphico P. San Fran
gisco y del Doctor de la Yglesia San Agustín se iguala
con entrambos. Nuestra Señora de las Mergedes; los de
la compañía le van edificando que aunque últimos en
tiempo ay opinión no lo serán en obra tan importante
para el culto diuino. También le ay de Nuestra Señora
de Monserrate con dos religiosos del Patriarcha de las
religiones San Benito, las de Sancto Domingo y San Fran-
gisco con la Merged, demás de los conuentos grandes que
tienen dentro de la giudad esta gerca della los de la reco-
lecgion de grande sanctidad y perfección. Como la de San
Agustín al colegio de su orden donde los religiosos atten
diendo solo al estudio de las facultades mayores y al de
la virtud es mucho lo que se an auentajado en en-
trambos estudios. Lo mismo se platica en otro tergero
conuento de Nuestra Señora de Guadalupe de la orden
de San Frangisco.
rasas de la Mi sagrada religión' tiene quatro casas, la primera y
'ientroPden¿£ príngípal es el colegio grande que juntamente sirne de
casa professa donde de ordinario ressiden giento gincuen-
ta religiosos y donde están todos los estudios de faculta
des maiores y de latinidad por que ay quatro lectores de
theologia, los dos de escolástico, el tergero de moral y el
quarto de escritura con un seminario de retorica pa-
ra los nuestros por que para los de fuera y escuelas de
grainatiga y de humanidad ay quatro maestros, cada
uno destos con gran numero de discípulos.
LIB. 1. CAP. 8. § 2.
171
La segunda cassa es donde se crian los nouigios, que
apartados del bullicio de las escuelas y de nuestros mi-
nisterios lo están también de los estorbos para el espíri-
tu. La tercera es la ressidengia del cercado donde ressi-
den seis de los nuestros, que solo attienden a la doctrina
y enseñanza de los yndios. La quarta y última y no me-
nos importante que las demás para la república, es el co-
legio real de San Martin, donde se crian los hijos de los
vecinos de la giudad y a donde concurren cassi de todo el
Reino }' assi suele auer de giento y ginquenta, a dugien-
tos colegiales para cuyo buen gobierno con el Rector ay
quince religiosos de la compañia. Fuera deste colegio de
colegiales seglares ay otros dos muy pringipales y que es
de mucha honra viuir en ellos, el uno es el real de San
Phelippe, de donde an salido escogidissimos letrados y
personas de mucho gobierno para qualquiera puesto y
dignidad. El otro es el Seminario de la Yglesia donde
se enseñan y professan letras y virtud. Dentro de la giu-
dad ay seis conuentos de monjas, el mayor de todos y
primero en su fundagion es el de la Encarnagion, pues
tiene tresgientas religiosas de velo negro; giento y gin-
quenta de velo blanco, ginquenta nouigias con buen nu-
mero de donadas y esclauas, que serán otras dugientas
para el seruigio del conuento y de las religiosas. A este
se sigue el de la Congepgion. El tergero es el de la Trini-
dad. El quarto de las Descaigas o recoletas de la Con-
gepgion. El quinto de Sancta Clara, y el sexto de Sanc-
ta Cathalina de Sena.
Fuera de estos conuentos religiosos que honran tan-
to y hagen dichosa a la giudad con sus oragiones ay tam-
bién un recogimiento de niñas huérfanas que llaman del
Carmen, criause con espegial cuidado para que en te-
niendo edad escojan el estado que mas les agradare. De-
mas deste recogimiento ay otro también de niñas de mu-
cha virtud en la caridad, con otro de muger cassadas di-
uorgiadas de sus maridos, o que lo pretendan, pero en-
trambos de gran seruigio de Nuestro Señor y gloria suya
como lo es la cassa de los niños huérfanos que llaman
botados por que de continuo ay mucho numero dellos.
Ay ginco hospitales de San Andrés y de Santa Ana, de
los primeros que se puede degir reales porque lo son, to-
care algo en la vida del P. Juan Sebastian, pues fue pa-
dre de pobres, y gran patrón dellos y los puso eu estado
que al presente pueden competir con los afamados de
España; y el tergero de San Diego que tienen a cargo y
172 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
Lima tiene
«erca de cin-
co mil veci-
nos.
gobiernan religiosa y exactamente los hermanos B. Juan
de Dios. El quarto de San Pedro para sacerdotes y el
quinto del Espíritu Santo para marineros.
Finalmente tenia el lugar cerca de ginco mil vecinos
muchos dellos muy calificados en nobleca de sangre y con
hábitos de todas las ordenes militares, tantos como en la
mayor giudad de España. Este fue el primero castillo y
baluarte que acometieron y procuraron ganar los nues-
tros y los primeros de la compañía que entraron en ellas
por que aunque no estaba entonges con toda la pujanga
y población que tiene el dia de oy por lo menos era la
mayor que auia en el reino como cabega del y donde ubo
mucho que hazer no solo con los veginos y gente pringi-
pal pero también con la de Seruigio, Yndios y negros, ge-
nero que a crecido mucho como sea verdad que en la
hora pressente cuentan mas de veinte mil morenos y de
yndios naturales de la tierra no pocos, tomóse con muy
gran zelo el desmontar la vigiosa selua de pecados y abrir
en ella para el Señor el camino que dixo Ysaias para lo
qual se valieron de dos medios efficages para el yntento,
el uno fue de parte de los padres que fue la frequengia
de la predicagion Euangelica fraguando los sermones en
la fragua del estudio de la Sagrada escritura de los Sanc-
tos Doctores de la iglesia y lo que era mas principal en
la oración y trato familiar con Nuestro Señor; el otro de
parte del pueblo procurando con lo primero effectuar lo
segundo, y assi introduxeron el predicar no solamente
las fiestas pringipales como estaba en costumbre sino
también todos los domingos del año y muchos dellos
mañana y tarde, haciendo otras muchas platicas en di-
fferentes ocagiones, que para ello buscaban; y aunque el
conato que pusieron en esto fue muy grande; pero ma-
yor en que el modo de predicar fuesse apostólico.
Tal era el del Padre Portillo por que tenia tanta li-
bertad de espíritu sin que temor ni respeto humano le
pussiese velo, ó freno para degir la verdad que la predi-
caba sin rehogo teniendo tan gran fuerga en su palabra,
que con una voz atterraba a los oyentes, de suerte que
muchas vezes salían del sermón sin atreuerse a ablarpa-
labra, yendo a sus casas en silengio y admiragion, no
predicaba sermón del qual no saliessen algunas personas
nueuamente tocadas del Señor y con proposito de enmen-
dar la vida haciendo penitengia de ella y assi fue cosa
propia de su diuina mano ver aquella giudad después de
seis meses tan otra de lo que antes era; por que ultra de
Comiénzase a
reformar la
•jiudad con la
f requengia de
Sermones y
mienas
eos-
tumbres.
LIB. 1. CAP. S. § 2.
auerse apartado muchos de sus pecados se extipo aquel
tan perjudicial abuso de los trabajos y afeites; y se tenia
ya por cosa de mujeres ordinarias y de mal viuir el uso
dellos.
Moderóse mucho la exorbitancia en los tocados y no
solamente se modifico en lo común del pueblo el desor-
den antiguo, pero aun se quito totalmente y comenco
a tenerse por cosa baja. Viendo que la gente principal
daba ya en vestirse llanamente, y muchas personas a
quien no auia mouido el desseo de la virtud las incitaba
al puncto de la honrra a dexar aquellas vanidades en
que solían antes ponerla.
Juntamente con esto se extirpo un abuso muy per-
jucial dañino para las almas que auia de saraos y dan-
Cas y algunos muy indecentes y ocasionadas para mu-
chos peccados. Contra esto, se predico con grandos ve-
ras, poniendo ante los ojos del pueblo la gran fealdad que
tenian en los de Dios y del mundo y el mal exemplo que
se daba. Fue esto de tan grande eíficagia, que dexaron
los effectos por que a gran priessa se fue cayendo todo,
echando de ver muchos que era cosa digna de auergon-
Carse los hombres honrrados el anclar con esto, y consen-
tidlo en sus casas.
Demás desto se procuro con toda instangia y perse-
uerancia que se habituassen a frequentar los templos y
que se recogiessen algunos ratos a tener oración dexan-
do la profanidad en que auian viuido, en lo qual se expe-
rimentaron admirables effectos. También se introdujo
el usso y costumbre tan loable de tocar á la oración tres
veces al dia, que son al Alúa, a medio dia y a la noche,
lo qual no se auia acostumbrado en el Reino por que so-
lamente se tocaba al anochecer; y en lo que se puso ma-
yor solicitud fue introducir la frequencia en los Sanctos
Sacramentos de la confession y comunión; cosa que ape-
nas se auia visto hasta entonces en el pueblo, sino solo
la quaresma que las personas que comulgaban entre año
eran muy señaladas y estas solamente quando auia al-
gún Jubileo; mas la diligencia que se puso en atraer al
pueblo a este Diurno Sacramento fue tal que no solamente
Ío persudian en todos los sermones y conuersaciones fami-
liares con las personas que acudían a nuestra casa, pero
los padres salian como buenos mercaderes a las calles y
placas a buscar ocacion con que trabar platica con la gen-
te para venir a pocos lances a tratar desto y aveces yban
a sus propias casas a buscarlos con lo qual les ganaban
174 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN LE PERU
las voluntades y venían a tener fácil entrada y mano con
ellos. Y por que el gusto de los hombres es de tal dis-
posición que de ordinario entra en las cosas del espirtu
.J"-il,rlrSt' fa mediante algunas exteriores, mayormente en los pringi-
sanjtissimoel ^os Procuraron nuestros padres con efficagia que la fies-
s.acra.nento ta del Sauctíssí uio Sacramento se gelebrasse con toda la
dá" solpmm" solemnidad possible hagiendo que el dia de la octaua del
Corpus Christi saliesse progession por la tarde de la Igle-
sia mayor por la plaga que hasta entonges no la auia y
que todos los dias de la octaua estuuiesse descubierto el
Señor con mucho aparato y sera engerrandose a la tarde
con mussica y para que esto se executasse con mayor
certidumbre mejor quisieron ellos mesmos dar exemplo
en su Iglesia geíebrando esta fiesta con todo la sumptuo-
sidadque la estrechura del lugar permitía, y assi desde el
primer año que entraron en la giudad se entablo en tener
el Sanctissimo Sacramento descubierto toda la octaua,
gelebrandola toda con mucha mussica con dangas que
hagian los estudiantes, y con diálogos y representagiones
espirituales de mucho aparato; con estos medios acudía
todo el pueblo y se yhan actuando a la deuogion deste
diuíno misterio y affigionandose a su frequengia, a lo
qual ayudaban no poco algunas platicas que se hazian
antes ele los diálogos donde trataban los Padres del Sanc-
tissimo Sacramento y en espegial de la sagrada commu-
nion a las quales acudían muchos que no acudieran por
ellas solas, por donde al fin de las dangas yban ellos tam-
bién hagiendo mudanga en su vida.
Paregio esto también a todo el lugar que desde lue-
go comengaron las demás religiones a introdugir la so-
lemnidad deste octauario, y se tomo esto tan ele propo-
sito en la yglesia catedral que muchas personas affigio-
nadas a tal exergigio entraron en la cofradía del Sanctis-
simo Sacramento. Con este medio se auiuo con gran
feruor su deuogion de suerte que hagiendose la señal con
la campana para salir el viatico acudía gran numero de
gente no quedando persona en la plaga quando salía por
ella el Señor, ni en otra calle por donde passaba, deuo-
gion que dura hasta el dia de oy y con tantas mayores
ventajas, quanto a cregido la giudad pues el tiempo ade-
lante a venido a estar tan rica esta cofradía que tiene
diez sagerdotes dedicados para salir con sobrepelliges y
estolas a lleuar las baras del palio y las magas de plata,
todas las veges que sale el Santissimo Sacramento para
los enfermos. Otra señal ubo muy grande de la deou-
LIB. 1. CAP. 8 § 2.
175
gion a este admirable misterio, que fue experimentarse
desde luego las medras en los vecinos del pueblo, por que
apenas se decia missa los dias de fiesta en que no ubiesse
muchas comumniones en nuestra yglesia y en los dias
entre semana no faltaban; cosa que ponia admiración a
los mismos del lugar, tanto que ellos propios de verse
tan trocados no se conogian.
Buena prueba sera desta verdad saberse por cosa
cierta que el confesarse solo cada mes se tenia por de
gente de vida ordinaria por que a las personas aproue
chadás no se les pasaba semana sin confessar, ni mes sin
comulgar dos veces y muchas comulgaban cada semana
a lo qual a sido Dios seruido de dar tan feliz progreso
que es gloria ver el dia de oy el estado en que esta la
frequencia destos dos sacramentos; por que como ellos
son los principales medios con que la diurna Magestad a
enrriquecido su yglesia de thesoros de gracia dando fuer-
gas para extirpar pecados, an seguido dellos admirables
effectos en el feruor de muchas almas, tibias, reparo de
las entregadas, y remedio de no poca perdidas
Mucho me auia de alargar en este paragrapho si se ^"aly¿;iul)(¡*
ubieran de refferir todas las conuergiones notables que Aimases
nuestro Señor higo por medio de la predicagion Euange-
lica del Padre Portillo, y de la frequengia de los Sanctos
Sacramentos; pero de la manera que en el Sancto Euan-
gelio se reffieren solamente algunas conuergiones parti-
culares auiendo sido iumumerables las que higo el verbo
encarnado mientras andubo en el mundo en carne mor-
tal; assi bastan apuntar algunas por lasquales se podran
colegir las demás; y por que la mudanga de vida de al
gunos hombres tendrá su propio lugar en el paragrapho
siguiente concluiré este con la conuergion admirable de
dos mugeres, assi por auer sido su mala vida y su con-
uersion notoria en aquella giudad, como por la perseue-
rangia que tuuieron en su sanctidad hasta la muerte.
La una de ellas fue Leonor de Logroño singular en her-
mosura y galas y la mas gelebrada de la giudad, de quien
degirse pudo mulier in ciuitate peccatorix; como otra
Magdalena y por esta quenta corrían sus galas, su con-
uersagion, ventanas, y estrados; de suerte que era escán-
dalo a muchos y perdigion de algunos. Siendo el lazo
mas suelto que el Demonio tenia armado en esta giudad.
Para la conuergion desta peccadora esogio el Padre Por-
tillo una traga bien auisada con que la poderosa mano
de Dios la leuanto del poluo de la tierra y fue que tenien-
FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
do esta muger el nombre de la tierra de donde el Padre
era natural que es Logroño, en Castilla la Vieja, procuro
traerla al confessionario para solamente hablarla; y como
ella estaba en aquel tiempo tan metida en su vanidad, y
el Padre Portillo era persona de tan gran estima parecióle
que yr llamada era fauor que podia estimar.
Comengo el Padre por este medio a hablarla dos o
tres vezes, no tratándole cosa de su mala vida (o pruden-
gia del gielo) sino solamente de que no le faltasse en la
yglesia a los sermones, con ellos dio pringipio el obrador
de las marauillas a disponer su coragon tan imundo y
por otra parte viéndola ya algo prendada del temor y
del gusto de los sermones le cargo la mano deueras con
tan grande efficagia que salió del confessionario derra-
mando lagrimas que ni gesso de verterlas hasta su casa,
ni aun hasta la muerte. Seria esta habla peregida a la
de Christo Señor Nuestro quando predicando al pueblo
de Jerusalen interiormente la primera vez ablo a la
Magdalena y como deben ser todas las de los ministros
Euangelicos que tratan semejante genero de almas, por
que con esto se venera también a coger la fruta madura
y bien sagonada, para la mesa de Dios, como la cogió el
Padre Portillo en esta muger, pues desde aquel puncto
saco de si toda aquella profanidad de afeites y vesti-
dos. Vistióse uno de paño viejo: Una toca basta en la
cabega y un Quicio en el cuerpo, y poniéndose de rodillas
ante Dios le pidió con grande instangia que aquel cuerpo
que auia sido tan regalado y tan dado a delitos en offen-
sa suya fuesse atormentado en esta vida con dolores en
los quales satisfagiesse algo de lo que debia por sus mu-
chos peccaclos, acompaño con las manos a la oragion y
petigion de la lengua, tratábase ásperamente con ordina-
ria disgiplina y avuno, no dormía en cama sino en unas
cañas que mas le seruian de tormento que no de descan-
so y ussando destas con otras asperegas tomaba vengan-
ga de si misma y con tan gran coraje contra su propio
cuerpo que le trataba como a su capital enemigo. Dio
esta conuergion tan grande estampida en todo el Reino
que se timo por milagrosa y propia de la poderosa mano
del Señor.
Dentro de poco tiempo la regalo con tan vehementes
dolores de todo su cuerpo que paregia le cortaban todos
sus neruios y coiuncturas sin que le faltassen un ynstan-
te, hasta el ultimo de la muerte; por mas de veinte años
continuos que viuio; eran para ella estos dolores suauisi-
LIB. 1. CAP. 8^2. 177
simos regalos por que via por una parte que eran seña-
les ciertas manifiestas de que Dios auia oydo su oragion,
pues le tenia congedido lo que le auia pedido con tanta
ynstangia en remission de sus peccados, y por otra parte
por tener materia en que se le repressentabau al viuo los
dolores de nuestro Saluador, a quien llego a amar tan
tiernamente que oyendo mentar la passion de Jesuchris-
to derepente salian las lagrimas de sus ojos que hechos
fuentes dellas no gessaban por muy buen rato y esto con
tan gran sosiego compostura y modestia; que daba bien
a entender salian del manantial de su coragon tan con-
trito como humilde y tan humilde como contrito y abra-
sado del diuino amor. La vida desta nueua Magdalena
era estar lo mas del dia en oragion trabajaba con sus
manos para sustentar unas dongellas huérfanas que cria-
ba por amor de Dios; comulgaba dos vezes en la semana
sino era quando le apretaban tanto los dolores que no po-
día salia de casa a pie ni en silla, viuio tan exemplar-
mente que las señoras mas pringipales y deuotas del pue-
blo se pregiaban de comunicar con ella assi por apoyar 3^
autorigar la virtud con sus personas como por aproue-
charse de su conuersagion por estar ella tan adelante en
el camino del espíritu; de manera que la que antes solia
ser el escándalo de la giudad, pues della huyan las perso-
nas de honrra como del fuego en que podían menosca-
barla; o por lo menos oseuregerla era ya querida esti-
mada de todos y se tenia por ganangia tratar y comuni-
car con ella; esto suele ser parte del premio y honrra que
como sombra sigue a la virtud.
Ultra desto de la suerte que el Señor llamo al Publi-
cano como blanco para que se viniessen tras el otros de su
offigio y trato, assi tomo esta muger por instrumento
para conuertir otros muchos que como les sabia los lau-
cones y rumbos por donde caminaban a la perdigion; te-
nia mucha mano con ellas para ayudarlas a salir del gie-
110 y lodazal profundo de su mala vida, pues es gierto
que mueue mas el consejo de una persona en algún tiem-
po estragada y 3ra conueitida, que el de muchos predica-
dores, por que estas tales personas saben mejor hager
confferengia entre el vicio y la virtud, descubriendo la
gran diferencia de los gustos espiriuales a los gensuales
como quien los a experimentado y andado ambos cami-
nos y assi su dicho viene a tener mas fuerga para ser
creído. Por esta ragon fueron muchas las mugeres que
Dios por medio desta sola reduxo al camino de la salud.
178 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
entrando mas de seis dellas en la religión a que ayudaba
ella con todos los medios que podía y le eran possibles.
Deste numero fue una si bien nacida, pero mal doc-
de „tra iim tunada, pues se sano ele su patria en compama de un
Ktí" hombre que sacándola ele su casa la traxo a las yndias
viuiendo con ella como si fuera su legitima muger con
escándalo de muchos. Desta tuno noticia Leonor de
Logroño y sintiendo grauemente su perdigion, como la
que estaba tan tocacla y engenelida del diuino amor pro-
curo su amistad, tratándola familiarmente usando de los
mesmos términos por donde Dios la auia remediado y
traído a su diuino conogimiento. Diole su Magestad tal
gragia en ganar esta alma que a pocos langes la lleuo a
confessar a la compañía, donde nuestro Señor le toco el
coragon y troco de tal manera que con los medios que le
dixo Leonor de Logroño la reduxo a que dexara el hom-
bre con quien viuiamal y no paro solo en esto; despojóse
de sus galas y vanidades y comengo a hazer libro nueuo
entablando vida de persona que viuia en estado de peni-
tengia; mucho pudiera degir de las heroicas virtudes eles-
ta muger, ñero podranse colegir ele que al cabo de pocos
años erigiéndose en aquella ciudad ele Lima un nueuo
monasterio de monjas ele la Congepgion de Nuestra Se-
ñora y siendo ella ele las primeras fundadoras que en el
entraron fue siempre espejo de virtud para todas las de-
mas y do no poco prouecho para muchas, siéndoles maes-
tra de la oragion y contemplación y assi se pregiaban de
su trato las que querien ser deueras religiosas pues vian
que sus familias eran las aprouechadas en espíritu. Re-
tiróse tanto en ablar con hombres que no fuessen reli-
giosos que yendo a vissitarla un deudo suyo le embio a
degir que ella estaba ya enterrada muchos dias auia. Pe-
ro su final entierro y fallegimiento y pringipio de la vida
eterna (según las prendas que dexo de su saluagion) fue
el año de 1597.
Auiendo fallegido seis años antes su buena maestra
Leonor de Logroño que fue el año de 1591 a los veinti-
trés años de su conuersion y en el mesmo año que falle-
gio el Padre Portillo como veremos en su vida al pringi-
pio del segundo libro.
Dexo la Leonor una casa y una esclaua que le auia
quedado para el dote de dos dongellas que auia criado, a
las quales dexa monjas en el mesmo monasterio de la
Congepgion, y con estar tan pobre que apenas tenia con
que enterrarse por dotar a estas dongellas; con todo esso
LIR. 1. CAP. 8 § 3. 179
se le higo muy honrroso entierro, acudiendo toda la gen-
te principal déla giudad a acompañar su cuerpo que fue
sepultado en la yglesia de la Compañia de Jesús por
que tuuiesse fin su cuerpo en el mesmo lugar donde auia
tenido tan buen pringipio su Anima.
§. S. PROSIGUE LA MATERIA DEL PASADO
REFIERENSE ALGUNAS PARTICULARES VOCAQIONES CON
QUE LLAMO NUESTRO SEÑOR A
MUCHAS PERSONAS A LA RELIGIÓN, EN ESPEQIAL
A LA COMPAÑÍA MEDIANTE LA PREDICACION
Y BUEN EXEMPLO DE LOS DELLA
Entre los demás effectos marauillosos que se vieron
y experimentaron en Lima con la entrada de la compa-
ñia para mucha gloria de Dios, fue una extraordinaria
mogion que ubo en muchas personas a dexar el mundo y
su vanidad entrándose en religión; donde en todo y no
en parte, deueras y no fingidamente, se professa el de-
xarle y despreciarle, y fue assi por que daba Dios tal
efficacia fuerca y vigor a su diurna palabra predicada por
la boca del Padre Gerónimo Portillo, que apenas hacia
sermón en el qual no saliessen algunas personas resuel-
tas a mudar de rruta, escogiendo desde luego mejor vida
poniéndose en carrera de saluagion. Pudiera decir aqui
en especial muchas que assi con sus sermones como con
los consejos y communicacien de los maestros se deter-
minaron a entrar en la religión.
Pero por auer sido muchos con lo qual fuera el cata-
logo dellos largo y prolixo, bastara que se sepa que era
dicho común del pueblo, que auian hecho mas los de la
compañia en traer muchos obreros a la viña del Señor,
que en serlo ellos mesmos, por que ellos eran muy pocos
y los que trayan eran muchos. Por esta racon refferire
aqui las personas que entraron juntas de una vez en la
mesma compañia por concurrir con esto algunas circuns-
taucias dignas de ponderarse y tanto mas quanto me
corre pregissa obligación hazer mención dellas .para que
180
FLORECE LA CHRISTINDAD EN EL PERÚ
se sepan las primigias que mi sagrada religión tuuo en
este Occidente y Reino del Perú; y sea la primera gir-
cunstagia que si un hombre de muy gran capagidad se
pussiera de proposito a mirar todos los géneros y estados
de gente para sacar de eada espegie algunas personas
para la compañía, no pudiera sacar mas de las que Dios
saco para aquel colegio y casa recaen fundada; y todas
ellas a un mismo tiempo pues fue el pringipio de su erec-
gion. Dignissima cosa es que no le passe al lector este
puncto sin ponderagion por que verdaderamente resplan-
dege aqui con grande marauilla la piadosa prouidengia
del Señor por que entre las personas de palagio saco un
caballero maestre sala y de mas estima que auia tenido
en su cámara el Virrey Conde de Nieua que como ten-
go dicho auia fallegido pocos dias antes de la llegada de
nuestros Padres. De la audiengia real saco al fiscal della
que era el licengiado Pedro Messia persona insigne en ca-
lidad, letras y prudengia que a pocos años fue Rector de
Lima; Saco al Secretario de Gouiemo Frangisco López de
Haro. De los escribanos uno llamado Juan Gutierres.
De los hombres de plaga mercaderes poderosos saco dos
que mas metidos andaban en medio del tumulto del mun-
do, y tres entre los soldados. De los mayorasgos que en
este Reino se llaman encomendadores saco a Martin Pi-
garro que dexandolo todo lo hallo mejorado en Dios con
otros caballeros de quenta y de entre los offigiales saco
dos carpinteros de los quales el uno era marauilloso ar-
chitecto, y para que en tan exacta prouission de perso-
nas no faítassen las ecclesiasticas que son las de mayor
dignidad y assi fueron de mayor estima sus vocagiones.
traxo también nuestro Señor dos de ellos a su casa y
compañía. La una fue el ligenciado D. Juan Toscano
Dean de la yglesia Catedral de aquella giudad, y la otra
un canónigo del Cuzco llamado Christoual Sánchez. De
suerte que llego el feruor de los del pueblo a tal termino
que no faltaban ya sino hombres casados de los quales
con estar tan lexos y apartados desta manera de vida,
con todo esso algunos lo desearon con tal affecto y lo
procuraron con tantas veras que fue negessario usar los
Padres de mucha prudengia para quietarlos en su estado,
aunque no pudieron disuadir a uno que auiendo andado
muchos dias en este pensamiento vino en fin a eífectuar-
lo entrándose su muger en un monasterio de monjas y el
en nuestra compañía con un hijo suyo y grande edifica-
gion del pueblo.
l.IB. 1. CAP. 8. § 8. 381
Pei'o bien sera digamos mas por menor algunas des-
tas vocagionas a la religión, pues en el modo della cam-
pea mucho la diurna prouidengia (y es lo segundo que se
debe ponderar) entre estas vocagiones puede y debe tener
el primer lugar la del Padre Messia que mediante la pre-
dicación del Padre Portillo y mogion general de toda la conuei-yion
-giudad se comengo a inquietar con la vida que el tema en ii.-i nscaí «i-
su estado y offigio de fiscal de la real audiengia, de tai % Rea!,"'"
suerte que no pudiendo í'epasar de noche ni comer boca-
do a gusto eran grandes las batallas que sentía en el in-
terior de su Alma, por que por una parte le hagia gran
fuerga la verdad que daba aldabadas en su congiengia
y el rayo de la luz diuina que le desengañaba; por otra
sentia en su coragon tantas rayges del mundo que no po-
día acabar consigo el apartarse del y andaba con tantas
ansias que podia degir con el Apóstol: Deleitóme en la
ley de Dios según el hombre interior; pero siento en mis
miembros otra ley que repugna a la verdadera, que me
tiene captiuo con la ley del peccado que esta en mi cuer-
po, o miserable hombre quien me librara del graue pesso
carnal que assi me trae arrastrando; llego su perplexidad
y afflicgion a punto que un dia vino a determinarse a
dexarse yr en su caballo, a donde lo lleuasse y por este
rumbo rastrear la voluntud de Dios agerca de su vida,
higolo assi por que como lo determino en su pensamiento
lo executo con la voluntad' y obra, y assi en subiendo a
caballo (o soberana piedad de la diuina predestinagion)
apenas le largo la rienda quando se fue sin parar a la
portería de la compañia de JESÚS y alli paro en el lugar
donde se apeaban las personas que auian de entrar den-
tro. Muy grande fue la turbagion que le sobreuino con
este casso, por quanto nunca le auia pasado por la imagi-
nagion emprender estado de tanta difficultacr> y perfec-
gion; pero viéndose obligado de Dios a no resistir y sa-
cando fuergas de flaquega acordó de tomar un medio y
fue entrarse en nuestra cassa por algunos dias a hazer
los exergigios (que llamamos espirituales) que otras mu-
chas personas hazian en aquel tiempo y algunas actual
mente con lo qual le paregia tenia cumplido con aquel
toque de Dios, pues el auerle lleuado a aquel lugar pudo
ser que tuuíesse este fin, que sin duda también era de
mucha importangia pues muchas componían y conger-
taban su modo de viuir con estos exergigios, medio que
les valió mucho a los Padres y en espegial al Padre Por-
tillo para salir con la empressa como se salió y se alean-
182 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
co del Licenciado Pedro Messia por que auicndo entrado
con este designio en nuestra casa pidió a los Padres le
diesen los exergigios a que acudieron con mucho gusto
viendo el gran fruto que se podia seguir con su exemplo
que como era persona tan publica se supo luego en todo
el pueblo; y auiendo ido sin genero de preuengion no le
licuaron aquel dia la ropa con que andaba por casa con
la suya; esto fue ocagion para pedir algo con que abri-
garse aquella noche, mas como nuestra casa estaba desa-
pergebida de semejantes vertidos, y no auia otros, sino
de los que usamos, ofTregiendoles una ropa parda y vieja.
de las nuestras’- acgeptola por, estar solo en el apossento
del Padre que le daba los exergigios y el hermano que
le seruia.
El dia siguiente acudió a nuestra casa el Doctor
Cuenca Oydor de la real uudiengia, el qual como tengo
dicho auia tomado a cargo el edifigio de la casa de viuien-
da y déla yglesia sin faltar dia ninguno que no viniesse
a ella; tanto que todas las mañanas antes de yr a Audien-
gia daba una buelta a ver lo que se hagia y proueer lo ne-
gessario y como aquel dia supiesse que el fiscal estaba
dentro recogido en exergigios no pudo consigo sin
dexar de verle como amigo y compañero para darle el
parabién del buen empleo en que aquellos dias quería
ocuparse. Quiso Nuestro Señor que por la intima amis-
tad que con el tenia se entrarse sin auisarle, y como le
hallo en aquel habito, entendió que auia dexado ya el se-
cular, y que estaba regibido en la compañía por herma-
no, y assi abragandole con gran ternura le dio el para-
bien del estado Sancto que auia escogido ponderando
mucho la misericordia que Dios le auia hecho en sacarle
del mundo y traerle a la religión, exortandole a que le
diesse muchas gragias por ello ya que conogiese los ven-
tajas grandes que la vida que auia elegido hage a la de
los que viuen en el mundo.
Quedóse con esto el fiscal como pasmado sin saber
que respondería y fue tal la turbagion que no le agerto ni
aun se atrebio a degir el motiuo con que auia alli en-
trado, paregiendole que el oydor podría entender que auia
entrado a ser religioso y que estaba ya arrepentido y assi
ni le dixo, Si, ni No. Sino que hablando como un hom-
bre que estaba absorto le procuro despedir con breuedad
con esto quedo turbado y afligido sin saber que hazerse
por que por una parte el no pretendía ser religioso y por
otra via claramente que el Doctor Cuenca auia de publi-
LIB. 1. CAP. 8. §. 3.
183
car en la giudad como lo era y que estaba en habito de
la compañia, en lo qual fue tan poderoso con el puncto
de la honrra que en effecto acabo de pedir que le regibies-
sen y assi se quedo en la compañia hasta la muerte, con
tales regalos y consuelos espirituales en su alma quales
nunca regiuio por que no se passaron muchos dias des-
pués de entrado quando abriéndole el Señor los ojos del
entendimiento con una extraordinaria plenitud de luz,
no se hartaba de dalle gragias como tampoco de agrade-
cer al Doctor Cuenca la buena obra que auia regibido por
su medio que le soba referir muy de ordinario con nota-
ble alegría. Este caso y vocagion tan singular la oy con-
tar muchas veges a los Padre”, viejos de cassa siendo yo
hermano estudiante y assi con mucho gusto la e querido
refferir tan por extenso assi para que se sepa lo puntual
dellas, como también para que en ella alabemos al Señor
que es admirable con Sanctificar las Almas.
No lo fue menos el Secretario Frangisco López que conuersion
siendo hombre de grande estima en todo el Reino y de ffan^sc«taL!”
tanta que los Virreyes y audiengias reales que no de- pez
terminaban cosa tocante al gouierno sin su pareger tenien-
do los mismos gouernadores orden del Rei Phelippe el
Prudente que en todos los negogios de importangia le
consultassen y hiziessen mucho casso de su parezer y
consejo; y con tan gran mano y autoridad se determino
a dejar este aplauso y buena aceptagion y entrarse reli-
gioso en la compañia, pero por que e de escribir la vida
deste Sancto varón en el quarto libro desta historia pues }
dignissimamente se puede nombrar entre los varones c ‘
ilustres desta prouingia diré de las otras vocagiones, co-
mo fue la del P. Leandro Phelippo a quien aconsejo un
religioso de Sancto Domingo graue y espiritual que se
entrasse en la compañia viéndolo inclinado a reziuir el
habito de su orden y me persuado no fue este consejo
sin espegial luz del gielo como lo mostró después el tiem-
po y la Sancta vida deste Padre que fue en la religión
espejo de humildad y de obediengia perfectissima; pues
con solo una palabra del Superior fue a la China y a la
Yndia Oriental padegiendo inmensos trabajos que le
acompañaron hasta su loable muerte que fue en el cole-
gio de Lima.
No es de oluidar el llamamiento a la compañia del l1efPluc^”f
P. Christobal Sánchez que auiendo sido electo en el obis- baisanchez
pado del Cuzco para asistir en Lima en el Congilio Pro-
uingial, que a la sagon se gelebraba en nombre del cauil-
184
FLORECE LA CHRISTIANDAD EN El- PERH
do eclesiástico de aquella giudad entro en Lima en el mes
de de Julio del mesmo año de 1568 y vio la giudad tan.
mudada en costumbres con la entrada de la compañía,
auiendo solo quatro meses que estaba en ella fue grande
su admiragion tanto que apenas conogia la giudad, pues
es cossa gertissima mouerse mas los hombres quando ven
una gran mudanza inopinadamente que quando ven yr
mudándoselas cosas poco a poco y assi fue tan grande
el espanto deste canónigo conogiendo ser este trueque
obra del Altissimo. Y siendo tal mouido della mejoro su
modo de viuir tan presto y con tanta mayor ehicagia
quanto le obligaron los sermones que y ha oyendo al P.
Portillo y platicas familiares que tuuo con el mesmo y
pidió con instancia ser admitido en la compañía donde
fue reziuido luego que se acabo el congilio que fue a 15
de Agosto del mesmo año 1568; en ellaviuio con gran re-
ligión y falleció al cabo de dies años en la giudad de Cha-
chapoyas dexando gran fama de sanctidad en toda aquella
comarca, donde actualmente andaba en mission que du-
ro por algunos meses, no codigiando otros thesoros ni
dignidades sino Almas para el gielo Pero lo que es mas
notable en todo esto y ylustra mucho los pringipios de la
fundagion de la compañía en este Reino conogiendose la
fuerga de la gragia son las heroicas virtudes de las perso-
del p Auto- ñas a quien el benor traxo a la compama, por que co-
mo Ronzales mengan(i0 p0r � primero que referimos auer salido de
Palagio y conogimos muchos de los que oy vinimos se
pudiessen degir no pocas de que nuestro Señor le enrri-
quegio, mas solamente digo lo mas notable pues fue auer
passado de un extremo a otro con todo extremo, esto es
del lustre que tienen y professan las personas de Palagio
el aparato y gala con que andan; al gran despregio quo
de todo esto se vio y experimento en este religioso, por
que su primera ocupagion fue andar algunos años con
una sotana parda muy vieja y remendada siruiendo en
la obra de la yglesia como la demás gente de seruicio
dando materiales a la mano a los offigiales; y aun trayen
dolos acuestas al pie de la obra por medio de la giudad
por la qual solia andar en caballos con ricos xaezes; y
después que se ordeno de sagerdote aunque mudo la ma-
teria de la obra material de la yglesia en espiritual pero
no¡mudo el trabajo por que fue tan incansable confessor
que después de auer hecho este offigio mas de treinta
años sin descausar y teniendo mas de setenta de edad se
estaba quando conenrria gente dies horas cada dia en el
LIB. 1. CAP. S. § 3. 185
del P. Pedro Messia, pues regibio la luz y espíritu de Dios *u,JSS,a
a la medida que auia tenido las perturbagiones y perple-
xidades en su alma a los pringipios de su vocagion. Mu-
dóle la diuina Magestad tanto en esto que la cosa que
mas resplandegia en el era una paz y serenidad tan gran-
180 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
de que su mesmo semblante manifestaba claramente la
tranquilidad de su alma. Fue hombre de continua ora-
gion en la qual regibio muchas misericordias del Señor y
assi de ella sacaba rayos de claridad para componer ne-
gogios de los prójimos que eran muchos los que acudían
a el en confession y fuera della. Fue muy amable y es-
timado de la gente de fuera y mucho mas de los domes-
ticos de cassa; muy dado a la verdadera mortificación sin
perder lance que se le ofregiesse, sucedióle estando en-
fermo darle a comer un guisado tan mal aderegado por
descuido del enfermero; quanto muy a proposito para
hager echar la hiél de desabrido y amargo que estaba y
con ser cosa común no arrostrar los enfermos aun lo
muy bien aderegado, el callo sin darlo a entender a na-
die y como haciéndose gran fuerga en ello, hasta que en
las sobras echo de ver el enfermero lo que auia hecho, y
pidiéndole perdón por ello respondió el padre calle herma-
no que assi podría ser me f uesse mas prouechoso, tan
lejos estimo de quexarse como esto, por que en fin esta-
ba echo a exergitarse en obras de mortificagion. A^iuio
en la compañía trege años que fueron desde 11 de mayo
del año de 568 quando entro hasta el de 581. en el qual
murió auiendo padegido grauissimas enfermedades, sien-
do Rector del colegio de Lima, en las quales dio maraui-
llosas muestras de su pagiengia, hasta en la que dio el
alma a su criador en el mes de Agosto del dicho año de-
xando grande fama de su virtud en vida y muerte.
rvi P. Juan Del P. Juan Toscauo que diximos entro a ser solda-
do de la compañía siendo Dean de la yglesia catedral de
Lima se puede degir y verificar en su persona lo de la sa-
biduría que siendo consumado en breue, gano tanto que
si ubiera gastado mucho tiempo en su empleo, por que
siendo pocos los dias que viuio en la religión se dio en
ella muy buena priessa a ganar su alma tomando por
medio el ganar las agenas, con tan gran tesón y perse-
uerangia que la tenia assistiendo en el confesonerio todo
el tiempo en que auia gente que confessar, y jamas salió
del hasta ver si quedaba alguno que quisiesse confessar-
se y quando auia acabado con todos se yba derecho a su
aposento sin que le viessen en otra parte fuera del confe-
ssonario; causábale notable alegría el considerar que
veya al fin de sus dias ubiesse traydo Dios la religión de
la compañía al Perú para aprouecharse el de cosa que
también le estaba y tanto le importaba.
Tenia mucha humildad y Hanega que con ser perso-
LIB. 1. CAP. 8 § 3. 187
nade tantaauctoridad que el Argobispo les auia embiado
a conocer délas causas del Obispo de Nicaragua tuuo tan-
to valor que traxo pressa su persona y con tener ya se-
tenta y seis años de edad andaba buscando soldados po-
bres y negros bógales que confessar, acudiendo en pri-
mer lugar a estos aunque estuuiessen esperando otra
gente de lustre que todo genero le pedían, buscaban y
estimaban y con estar echo a su regalo toda la vida nun-
ca admitió cosa particular en la comida, ni que nadie le
barriese el apossento hagiendolo con su mano con singu-
lar humildad. Acudiendo con los demás a todas las ca-
ssas de communidad como si fuera un nouigio, fue un
uiuo dechado de despregio del mundo como se vio en la
dignidad que dixe que era la primera de todo el Peru
con que tuuo admirada la giudad y muy mas edificada
viendo su grau caridad exergitada con los prójimos en
las sanctas ocupagiones referidas con que acabo sancta-
mente en el propio colegio de Lima.
El escribano publico que dixe entro con los demás y
fue de los primeros quando se fundo la compañia, se lla-
maba Juan Gutiérrez fue rezibido por hermano adjutor
y se perfecgiono tanto en este tau dichoso y humilde
estado quanto se vera en lo poco que dixere de su
loable vida, aunque pudiera dezir mucho della. Era ya
de mucha edad quando Dios le traxo a la compañia mas
en los años que viuio que fueron diez y siete se dio tan
buena priessa en el camino de la virtud que restauro lo
passado; su oífigio ordinario era acompañar los Padres
que salian fuera ocupagion en que permanegio hasta la
muerte. Estando tan viejo que anclaba con bordón pa-
ra poderse tener y con todo esso nunca se supo que le
llamassen alguna vez para alguna cosa por su mucha
edad y causangio se excussase, antes era’tan amigo del
trabajo que todo el tiempo que le sobraba de su offigio y
de la oragion le gastaba en escribir quadernos de cosas
de prouecho, que dexo muchos de su mano, higole nues-
tro Señor merced a este hermano de darle una ordinaria
alegría de coragon tan grande que siempre le salía al
rostro, fomentabasele este buen afeccto con verse en
compañia de los que tan deueras professaban serlo de la
de Christo Jesús, y esto mismo le daba fuergas para
acompañarlos fuera quando salían de casa, teniéndose
por muy f auoregido ubiesse meregido en el ultimo tergio
de su vida ser de algún prouecho y seruir a varones Apos-
tólicos y assi esta consicleragion a vezes le hagia saltar
ISS FLORECE LA CHR1STT AN”D AD EX EL PERÚ”
de jubilo y contento con lo qual era la alegría de toda la-
casa, y como por esto fuesse muy querido en ella su an-
gianidad le daba licencia para que con mas fagilidad gus-
tassen todos de oyr sus bueuos consejos que en espegial
daba a los hermanos que eran de su estado ponderándo-
les mucho lo supiessen estimar, también se los daba a los
nouigios con no poco prouecho de ellos por lo que expe-
rimentababan de deuogion y feruor con su communica-
gion, echándose de ver que por la que tenia con Dios en
la oragion y en el retrete de su coragon rebosaba por la
boca y por su lengua.
Fue deuotissimo de la Virgen en espegial de la lim-
piega de su Congepgion, materia para el hermano tan
cordial que paregia se estaba deshaziendo en tratar della.
Tomaba este negegio tan a pechos y con tales veras que
ni estando en sus ocupagiones, ni conuergando, ni co-
miendo paregia que se acordaba de otras cosas, y aun
durmiendo de noche ordinariamente estaba soñando en
esto. Era tan grande el contento que tenia en su alma
pensando en la vida de la Virgen purissima que aun es-
tando en oragion mental no podía contenerse de hablar
lo que el coragon sentía y assi se ponia a hablar con
Nuestra Señora de manera que los que passaban delante
de su apossentoy oyan sus palabras tenían por gierto que
estaba hablando con alguna persona según el modo con
que yba preguntando y respondiendo y muchas vezes se
entendió que a la verdad Nuestra Señora le hablaba poi-
que aquella manera de conuersar no podia ser entre si
solo sino tibiera quien respondiera. Quando llegaba la
fiesta de la Congepgion andaba tan negogiado como un
hombre que a casado una bija y anda preparando las
bodas y uo auia de auer persona en casa que en alguna
manera no le ayudasse a gelebrar esta fiesta y en parti-
cular alcango de los Superiores que por toda la octaua
della ubiesse sermón en el refertorio; en los quales esta-
ba tan eleuado que no comía con la grande atengion y re
gogijo que tenia en su alma. Esta costumbre quedo des-
de entongés tan introdugida que dura hasta el dia de hoy
en aquel colegio con grande consuelo y deuogion de los
de casa; y aun en las esquelas de los estudiantes se in-
trodujo en hager cada mes fiesta a este misterio auiendo
Sermón y missa a canto de órgano donde comulgan los
mesmos estudiantes a modo de coramunidad. y cada año
el dia de su fiesta se gelebraba con gran solemnidad y
concurso del pueblo que fue eficaz para que se arrayga-
L1B. 1 CAP. 8 § 3
sse tan buena costumbre en la giudad que se debe a la
deuogion del hermano Juan Gutiérrez por la soligitud
grande que puso.
Sugediole toparse con un religioso de los mas graues
que ubo en aquella ciudad que vino a ser Obispo y era el
de mayor fama en letras y sabiendo el hermano que te-
nia la opinión contraria a la Ymmaculada Congepgion
procuro rodear la platica hasta dar en ella,. El religioso
comengo a lleuarlo por via de argumentos y como el
hermano le higiesse rastro entendió debia ser algún gran
theologo región llegado de España y assi le propuso una
ragon ala qual le paregio no se le daria fagil salida; pero
diosela el viejo tan marauillosa y con tal prestega, que
el arguyente procuro acortar de ragones con desseos de
saber quien era y digiendole que un hermano sin letras
se quedo admirado y consolado viendo que cou sus res-
puestas no le auia rendido por fuerza de letras, sino por
luz diuina que auia resplandegido en ellas; y después que
fue Obispo gustaba mucho de tratar cou este hermano y
hagia conuersagion de lo que con el le auia passado ha-
giendo casso de honrra, auer sido vengido por aquel ca-
mino.
Pero el motiuo de su muerte y el modo suauissimo
con que fallegio sin achaque ninguno es cosa singularis-
sima y que dará bien a entender el grande affecto y de-
uogion que tuuo al misterio de la purissima Congepgion
de la Virgen. El motiuo fue que auiendo llegado un Ju-
bileo al colegio de Lima y teniéndole ciertos hermanos
en las manos que estaua escrito en pergamino, pregunto
el hermano Juan Gutiérrez que era lo que contenia. Ellos
conogieudo el intento y el eugendido deseo con la deuo-
gion que tenia a nuestra Señora, le respondieron. Mas si
fuesse alguna bula extrauagante del Sumiuo Pontifige en
que deffina que nuestra Señora fue congebida sin peccado.
En oyendo esto le dio tal buelco el coragon que sin dis-
currir mas en el modo de hablar de los hermanos, lo tu-
tubo por gierto, por que como el no sabia latin y su singe-
ridad era grande y por otra parte oyendo tratar desta
materia salia fuera de si no reparo en que no le auian
afíirmado nada, y assi fue tan grande el consuelo que
con esto tuuo su Alma que le paregia que el coragon no
le cabia en el pecho, fue cosa de ver por la priessa con
que echaba bendigiones al Summo Pontifige y con otras
muchas ragones que dixo agerca desto.
Este fue el motiuo de su muerte, y el modo quedes-
190 FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
de alli se fue al Superior y le dixo le diesse licencia para
morirse que el no auia esperado mas que aquel dia tan
desseado para acabar con la vida; echando todos al aire
su dicho por estar el hermano sano y sin achaque y con
tan buenas coloies que prometía mas largos años de vi-
da; mas el buen viejo dixo a todos los que estaban pres-
sentes que no lo echassen a burla por que el no quería
dilatar mas el yrse con nuestra Señora pues solo le auia
detenido hasta “aquella hora, el dexar este negocio bien
puesto.
El Superior le respondió que si era voluntad de Dios
que muriesse entonces que el le daba ligengia para mo-
rirse, pues estaba en su lugar. Con esta respuesta se
fue luego ala cama y luego mostró hablar con alguien fal-
tándole los pulsos pidiendo con instangia los Sacramen-
tos; llenáronle el Viatico acompañándole todos los de
cassa, y en viéndole el Sancto viejo entrar por la puerta
se hinco de rodillas en la cama que reciuio con gran ter-
nura y deuogion, pidió la extremaunción y auiendola re-
ziuido se despidió de todos los pressentes encomendándo-
les mucho entre otras cosas la deuogion de nuestra Seño-
ra y con esto dio el alma a su criador ablando con sem-
blante alegre apagible y denoto hasta el mismo puncto
que espiro, sin aucrse sabido jamas hasta el dia que esto
escribo que tuuiesse enfermedad, o otro dolor alguno fa-
llegio el año de 15S5.
Dei Padre Tampoco sera ragon no oluidar al Padre Juan Ruiz que
aunque como diximos se ama ocupado en el siglo en co-
sas de arquitecturas, halláronle tan capaz para las de
edifigios espirituales que le higieron ordenar de missa pa-
ra que en estado de sagerdote tubiesse ocacion de exergi-
tar lo mucho bueno que nuestro Señor auia depositado
en el. Fue hombre de gran mortificación y penitengia;
cabal en todas las demás virtudes religiosas que por auer
de tratar dellas en el tergero libro no me detengo aquí y
por la misma ragon remitto la vida del Padre Martin Pi-
garro y solo diré por mayor deste religioso, que como de-
xo por nuestro Señor la pompa y aparato del Mundo en
que viuian sus padres y el mayorazgo que esperaba here-
dar dellos; se lo pago su diurna Magestad en hagelle
hombre de singulares y buenas prendas en la religión dán-
dole gragia en la predicación euangelica con gran fruto
de los pueblos por donde andaba; ttnia muchas letras y
mucho espíritu y efficagia en el degir y otros dones que
se requieren en un predicador Apostólico, pues siempre
LIB. 1. CAP. 8. § -i.
191
qne predicaba mouia el auditorio a lagrimas y contri-
ción de sus peccados; Juntamente con esto le dio tal
perfección en saber pronunciar la lengua de los yndios
que ellos mesmos confessaban que el Padre Picarro les
excedía en hablarla y assi quando le oyan no se mouia
hombre y estaban colgados de sus palabras que fue cau-
sa para que su predicagion fuesse tan fructuosa.
Dexo de hager mengion de otras vocagiones y con-
uergiones de Almas por no detenerme mas agerca de es-
te puncto; pues bastaron las que dellas se eche de ver el
fauor grande y mudanga de costumbres que ubo en la
giudad de Lima, el primer año que entro y se fundo en
ella nuestra religión de la compañia de JESÚS y junta-
mente se abra visto quantos y quales serian los thesoros,
riquegas y piedras pregiosas que los fieles hijos della bus-
caron y adquirieron en el Peru para los cofres de la glo-
ria y assi tratare aora para concluir con el capitulo como
se fundaron los estudios de latinidad y quienes fueron
los otros de la compañía que viniendo de Europa siguie-
ron a los primeros en esta gloriosa empressa de las Al-
mas.
4 COMO EL PADRE PORTILLO
FUNDO LOS ESTUDIOS DE LIMA Y DE LOS DEMÁS PADRES
QUE VINIERON DE EUROPA. DE UNA GRAN
MARAUILLA QUE OBRO DIOS EN SU VIAJE DE LA
MAR POR MEDIO DE LA SANCTA CRUZ
Teniendo mi sagrada Religión por fin y blanco de su Yllexa
instituto, no solo attender a la saluagion de las Almas de 11 •
sus hijos que la siguen y professan, pero con el mismo
conato y veras procurar la de los próximos fauoregidos
de la diuina gragia; no se dio por contento el Padre Por-
tillo como tampoco sus compañeros de la buena cosecha
que tuuieron de tantos de madura edad que tan perfecta-
192
FLORECE LA CHRISTIANDAD EN EL PERÚ
mente procuraron la onmienda de sus vidas y mejorarse
en costumbres, sino cpie juzgaron conforme al espirito
de nuestra compañía ayudar también y beneficiar las
plantas tan tiernas de los hijos de los Vecinos pues estos
auian de ser con el tiempo padres de sus cassas y fami-
lias; gouernadores en la República y columnas de la
crhistiandad en este occidente, y pues dellas no solo se
auian de poblar las Religiones, pero se auian de honrrar
las Yglesias Catedrales en sus prebendas y prelacias pues
quando esta escribo se an hallado en ellas un Arcobispo
y tres Obispos hijos deste Reino y muy grandes religiosos
cúeías’de Ta- q1″16 ay J a auido en todas las Religiones. Por lo qual de-
í-uitadesenfa” termino el Padre Portillo debía desde luego abrir escuelas
compañía, y estudios en nuestra casa y colegios, que frequentados de
los hijos del lugar venían a sello también del cielo y de la
gloria que es el fin de la compañía. Hagiale no poca diffi-
cultad para la execución de medio tan importante, el ser
tan pocos los compañeros pues no pasaban de ginco los
sacerdotes y las occupagiones muchas y cassi infinitas;
pero acordábase también que como Christo Señor nues-
tro satifisgo hasta la hambre sin de gincs (Joan 0.) mil
hombres sin las mugeres ni los niños con solos ginco pa-
nes que también podría satisfager a tantas ocupagiones
y ministerios como emprendia de la compañía con solos
ginco de sus compañeros, espegialmente que dentro de
breue tiempo esperaba socorro de padres y hermanos. Y
ansi por estas dos ragon es se confirmo en su determinagion
que fortifico con otra considerando que la diuersidad de
las edades de los hombres es causa de diuersas inclina-
giones que se van mudando con la mudangade los años.
por lo qual se requerían diuersos medios para la direc-
ción de las costumbres según la capagidad de cada uno;
por esta tergera juzgo con las demás teina mas precisa
obligagion que para dirigir las costumbres de los de
tiei na edad debía aplicar con toda breuedad los medios
proporcionales a ella, y que estos no podrían ser otros
mas de los que tenia la Comqañia y le auia dexado nues-
tro gloriosso Padre Juan Ygnagio, que son las escuelas
y estudios de letras. En conformidad de lo qual mando
luego abrillos que fueron los primeros que ubo en este
Reino y assi se regibieron con singular aplauso y alegría
de la giudad, estimando ya en mas los Padres a sus hi-
jos por la buena crianca que Dios les auia dado.
Fue esta determinagion de muy grande importancia
para’ uniuersal bien del Reino y quiga tanto que ningu-
LIB. ]. CAP. 8. § 1.
103
no de los otros que se an dicho a sido de mas resultado
como se experimento luego por que como la tierra
es de suyo tan fecunda en vicios y deleites y la juuentud
tan inclinada a ellos se experimento la mudanga en lo in-
terior y exterior; tanto como esto importa la buena edu-
cación y fue muy notable la diíferencia que se comenco
a ver con la cuydadosa educación que tenian pues lo
menos que se les enseñaba eran letras, oyan cada dia
missa, cosa nueua en gente moga enseñándolos a asistir
con deuogion a ella en presengia del maestro, regar el
rosario en acabando las lecgiones; tener los viernes una
platica que les hagia, o el Rector, o el prefecto de los es-
tudios, la declaragion de la doctrina christiana, el con-
fessar y comulgar cada mes tomando por deuogion una
fiesta a nuestro Señor assistiendo a la missa con sus can-
delas engendidas, el yr un dia de la semana con sus
maestros a los hospitales a seruir a los enfermos. El
acudir a Sermón Domingos y fiestas, exergigios todo
lo que hazen un perfecto christiano.
De todos estos medios se sacaron tan conogidos fruc-
tos, que se degia en toda la giudad que quando los Padres
de la Compañia no ubieran venido a otra cossa sino a
criar sus hijos, ubiera sido su viaje muy bien empleado
y assi las personas gircunspectas viendo por experiengia
tan notable prouecho, y reconogiendo ser esto de mas
importancia para el bien de sus casas que el dexarles ren-
tas cuantiosas y mayorazgos yban a menudo a agradecer-
les a los padres el bien que en ello les hacían teniéndolos
por hombres embiados de Dios para este ministerio. Des- EI virrey D.
seo el Vii-rey Don Frangisco de Toledo dar la Uniuersidad |0fedodLeLea
v Cátedras della a la Compañía, retiróse desta ocupagion ?ae ne”^”e
J, . -. “■ , -, ia compañía
con su modestia, podiendo con la misma degir que todos
Peru……………………………… 40
Conquisto nueuas prouincias.—A la hora de la muerte en-
cardo a sus hijos los pobres, y gente desualida.
f>.” de Mayta Capac Amaro y de sus grandes
valentías, quarto Rei Inca del Peru……. 42
Al nacimiento de Mayta Capac se ven señales en el cielo.
—Tuuo natural retiro de mugeres. —Entra solo por las monta-
ñas a buscar tigres ossos y leones.—Y mienta las rodelas.—Ylla
inuentor de los quipos. — Hace la famosa calcada de Conde
♦Suyo.
^ i>.° de Capac Yupanqui quinto Rey Inca del
Peru……………………………… 4o
Capac Yupanqui obliga a los principales de su Reyno si-
gan la Corte.— Ordena á su hijo heredero edifique luego un
templo al Sol.
7. de Quispe Yupanqui sexto Rey Inca del
Peru……………………………… 4f>
Quspi Yupanqui por su mal gobierno se vee a pique de
perder el Reyno.—Ley de los Incas en escoger mujer.—Traca
de un Casique para vengarse del Re}’ Inca.—El casique Chim-
po toma el Cuzco que desampara el Ynca.—El casique Chim-
po se retira á Quito.—Ley que los Yndios no usen de armas.
i> s. De Yanar Uacac el prudente séptimo Rei
Inca del Peru……………………… 4í>
Acaba el templo del Sol. — Edifica el castillo celebre del
Cuzco.—Para asegurarse en el Reynado manda que las nacio-
nes de su Reino se mesclen unas con otras.
i). De Topa Inca y por otro nombre Viracocha
octauo Inca del Peru………………… 1
Confusión entre los historiadores acerca de los nombres
del Inca Rey. — Se apercibe para la conquista de Chile, y le
Sana.
§ 10. De Pachacuti Noueno Rei Inca del Peru.. . 53
Dos opiniones agerca del Inca Pachacuti.—Acabo de ga-
nar v sujectar el Reyno de Chile. — Garcilasso 1. parte lib.
6 c. 36.
í> 11. De Topa Inca Yupanqui décimo Rei Inca
del Peru………………………….. 54
— 212 —
El primero que aderego los marauillosos caminos reales.—
§ 12. De Huayna Capac undegimo Rei Inca del
Perú………………………………
Embia un poderoso exercito a Chile con orden se saquen
los naturales del al Perú.—Marauilloso exemplo de obediencia
entre gentiles.—Fábula de la Sierpe Amaro.—Magestad gran-
de con que se seruia Huayna Capac. — Lengua quichua gene-
ral en el Perú. — Vascar hijo legitimo de Guayna Capac—Es
jurado por príncipe y heredero del Perú.—Hacese una mara-
uillosa cadena del oro que le ofrecen.—Agustín de Zarate; lib.
1. cap. 19. — Sumptuossissimos edificios de Guayna Capac.—
Ata Gualpa hijo bastardo de Guayna Capac. — Pronostico de
Guayna Capac como auian de venir los Españoles a apoderar-
se del Eeyno. — Gargilaso. í. part. Lib. 9 c. 14.—Portento que
acaeció en el Cuzco. — Guayna Capac hombre de gran enten-
dimiento conoció que el Sol era pura criatura y no Dios.—Si
Guayna Capac alcanzara los ministros del Santo Euangelio
fuera christiano.—Insigne Guayna Capac en piedad y clemen-
cia.
§ 13. De Vascar y Atahualpa Hermanos duode-
gimo y décimo tergio Reies Incas del Perú.
Atahualpa gouerno pacificamente en Quito algún tiempo.
—Vascar despacha mensageros a Atahualpa pidiéndole el Rei-
no.—El exercito de Vascar queda victorioso del de Atahualpa.
—Atahualpa se huyo de la prisión.—Atahualpa junta de nue-
vo exercito: y alcanza victoria sobre su hermano.—Ragona-
miento de Ata Gualpa a sus Vassallos.—Chalco famoso agore-
ro pronostica la destrucción de Ata Gualpa.—Vascar esconde
sus grandes thesoros.—Los Incas del Perú fueron muchos mas
en numero de los que se cuentan. —Refutase a Garcilasso en
dos cosas.
CAPITULO 3.°—Quienes fueron y quantos los pri-
preros descubridores y conquistadores del
Perú; las marauillas grandes que Dios obro
para conseruarlos en su conquista y posse-
sion para que se predicara el Sancto Euan-
gelio ………………………………
Christobal Colon en el descubrimiento del nueuo mímelo
padeció mucho.
§ 1. Como Don Frangisco Pigarro fue el primero
descubridor y conquistador del Perú y quie-
nes fueron sus primeros compañeros……
Vasco Nuñes de Balboa primero descubridor del Perú.—
Patria y nobleza de Frangisco Pigarro y los offigios que tnuo
antes de la conquista.—Emprende el descubrimiento del Peni,
quienes fueron sus compañeros. — Hacese a la vela y da prin-
cipio al descubrimiento.—Padegen exgessiuos trabajos en me-
dio dellos consuela y anima a sus compañeros.—Vuelue el na-
uio con socorro de las islas de perlas.—Bueluense a embarcar
y prosiguen con el descubrimiento y a pasar nueuos trabajos.
—El primero oro que hallaron y carne en cogina.—Tienen gue-
rra sangrienta con los yndios. — Veese Francisco Pigarro en
gran peligro de la vida. — El Thesorero Nicolás de Ribera
buelue a tierra firme a dar cuenta del viage.—Diego de Alma-
gro llega con buen socorro. — El thesorero Nicolás de Ribera
es un ángel de paz.
§ 2. Como solos trege compañeros quedaron a
Don Frangisco Pigarro para el descubri-
miento y conquista del Peru, y quien dellos
fue el primero que reconogio y entro en el
pueblo de Tumbez y de una gran maraui-
11a que obro Dios……………………
Bartholoine Ruiz Famoso Piloto. — Inquietanse los solda-
dos de Pigarro y tratan de dessampararle.—Antonio de Herre-
ra decad 2 lib. 20. cap. 3.—Conflicto grande en que se vio Pi-
garro para el descubrimiento.—Habla Pigarro á los suyos con
animo esforgado. — Solos trege compañeros pasaron la raya y
quienes fueron.—Antonio de Herrera decad 3 lib. 20 cap. 3.—
Herr. Decada 3 lib. 10 c. 3. — Prosigue Pigarro el descubri-
miento con solo trege compañeros.—Llega Pigarro al baile de
Tumbez. — Marauilla grande que obra Dios en veneragion
de la cruz.—Herrera decad 3 lib. 10 cap. 5.—Los de Tumbez en-
señana Pedro de Candia sus riquegas-
^ 3. Como Frangisco Pigarro fue a España y al-
cango la conquista del Peru del Empera-
dor Carlos Quinto……………………
Llega Pigarro hasta el puerto de Santa. — Pigarro se parte
para Panamá y para el Emperador. — El Emperador le hage
merged de la conquista con titulo de Adelantado.—Hernando de
Luque primer Obispo electo del Peru. — Pigarro hage leua de
míenos soldados y llena en su compañia a sus hermanos.—
Diego de Almagro entrega a Pigarro mas armas, bastimiento
y dos nauios. — Hallase Pigairo metido en nueuos trabajos.—
Pigarro embia a Almagro cantidad de oro, y este le da nueuo
socorro.—Picarro sugeta a la Ysla de la Puna.—Buelue 2.a Vez
Picarro a embiar a Almagro socorro de oro y plata.—Funda
Picarro la Ciudad de S. Miguel de Piura.—Parte Picarro a
verse con el Inca Atauhualpa. — El Inca Vascar pide fauor a
Pigarro y Atahualpa le hace una emboscada.—Garcilasso 2
pte. lib. 1. cap. 17.—Embia Pigarro sus embaxadores a Atau-
hualpa o Inca.—Los embaxadores tiene mal interprete.—Atau-
hualpa va a verse con Pigarro.—Apercíbese Pigarro para pelear
—Frai Vicente de Valúenle habla con el Inca Atahualpa.—
Gargilasso 2 pte. lib. 1 cap. 22.—Gargilasso 2 pte. lib. 1 cap. 25.
—Gargilasso quiere saluar la culpa del predicador: pero mal.—
Pigarro prende a Atahualpu Ynca.—Gargilasso 2. p. lib.l cap.
25. pp. finem.—Conuengese a Gargilasso en lo que refiere de la
cruz.
§ 4. De la muerte cruel que Atahualpa mando
dar a su hermano Vascar y de la que se
executo en el mismo Atahualpa por los es-
pañoles en quien fenegio la linea y señorio
délos Reies Yucas…………………..
Offrege Atahualpa grande rescate por su libertad.—Rege-
lanse los españoles de Atahualpa y se desengañan.—Dos espa-
ñoles hablan al Ynca Vascar y se le apresura la muerte.—
Offre el Ynca Vascar mayor cantidad de rescate.—Atahualpa
— 214 —
da orden que maten al Ynca Vascar su hermano. — Algunos
fueron de parecer que no muriese Atahualpa. — Justiciante
afrentosamente al Ynca Atahualpa.. — Cifrase breuemente la
vida y muerte de Atahualpa. — Conputanse los años en que se
differencia los historiadores del peinado de Atahualpa.—Res-
cate y despojo riquissimo en lo que se valuó. — La guerra de
los dos hermanos Incas fue la vida de los pocos conquistado-
res.—Titu Atauchi hermano de Atahualpa trata de vengarle.
—Manda hacer justicia del escribano que ejecuta la sentencia
contra su hermano y perdona a otros. Francisco de Chauez
grande amigo de Tito Atauchi.
5. De algunas singularissimas marauillas que
obro Dios en fauor de los christianos y en
aprobación de nuestra sancta fee para la
conuersion del Perú…………………. 111
Titu Atushi puede acabar con los Españoles siguiendo el
alcance.—Francisco de Chaues hermano de Haro instrumento
de la paz y capitulaciones. — Gargilasso 2 p. lib. 2 cap. 6.—La
generosidad de Tito anima a los Españoles a pedir otras cosas.
—Tiene nueua Pigarro de la llegada de D. Pedro de Aluarado
con armada. — Coneiertanse Aluarado y Almagro.—Pigarro
sale del Cuzco a poblar Lima y Truxillo y se oluido de las ca-
pitulagiones. —El Ynca Manco se huye de la prisión y hace lla-
mamientos de gente. — El Ynca Manco acomete y gana al
Cuzco. — Marauilla grande en fauor de nuestra Sancta fe.—
Muchos españoles son muertos en la cuesta de Parcos.—Nue-
uas marauillas en fauor de los españoles y de nuestra sancta
fee.—Nuestra señora con su hijo en los bracos se aparege y fa-
uorece a las gercados.—Valentías de yndios infieles.—Gargila-
sso 2 pte. lib. 2 cp. 2o. — Cercan a Don Frangisco Pigarro en
Lima donde milagrosamente es fauoregido del gielo.—Recopi-
lase todo lo dicho.
CAPITULO 4.°—De las ydolatrias, ritos, superticio-
nes y ceremonias que tubieron los yndios
del Perú en su gentilidad……………. 124
Griegos y Romanos muy idolatras y supersticiosos.—Sur-
das verbo Epimenides Sabell Lib. 7 Excmp. c. 4. Plin. nat
hist. Lib. 7 c. 52.—Aet. Apost. c. 17.—Motiuo por donde Epi-
menides dio ajjlos Alhenienses notigia del Dios no conocido.—
Macrebio lib. 3 Satur. c. 9. Yoan Rosino de Antigte. Román
Lib. 20 c. 18.—Asilo testifica Alexo, ab. Alexan lib. 3 cap. 12.
1. Como los yndios del Perú en su gentilidad
tuuieron algún conoemiento del Dios ver-
dadero…..”……………………….. 12(5
Pachacamac quiere decir sustentador y criador del Orbe
Ay tradición de un apóstol que predico el conogimiento del
verdadero Dios.
§ 2. De las muchas ydolatrias Ritos superticio-
nes de los Yndios del Perú………….. 12S
Qualquiera cosa de que pudiessen temer algún mal espe-
rar bien, adoraban los indios por Dios.—Adoraban un gerro
de arena por ser muy alto: como también un árbol por ser dis-
forme-—Supertigiones barbaras de los yndios.—Adoran qual-
quier cosa singular por naturaleza.—Pacarinas adoradas por
Dioses con infinidad de huacas y cosas.—Sacrifianse les yndios
a los demonios de diuersas maneras.
CAPITULO 5.°—De dos géneros de riquegas y the-
soros del Peru y quan grandes an sido y son
Diuersos géneros de thesoros en el Peru.—Matth. c. 1G. n.
2. —Corinth c. 4 X. 7. — No hay en el orbe tierra mas rica de
minerales que el Peru—Grandes thesoros y riquegas del Peru.
—Gargilasso en la 1. parte de sus comentarios.—Los yndios en-
tendieron que los caballos comían hierro y les daban
oro y plata.—Extraordinaria cantidad de thesoros para el Rey
de solos quintos. — Juan Botero en sus relaciones toscanas
Americo lib. 4 § sigúese la prouingia de las Charcas.—Ynfini-
tos los thesoros espirituales de las Almas.—2.” libro de las re-
uelaciones de Sancta Brígida-—Singular reuelagion a Sancta
Erigida en la conun-gion de los ynfieles.
CAPITULO G.°—Del estado que tenia la christian-
dad en el Peru desde que se gano hasta el
año de 15GS………………………..
Otra reuelagion de Sancta Brígida.
CAPITULO 7.”—Como el Rey catholico embio la re-
ligión de la Compañia de Jesús al Peru,
quienes y quantos fueron los primeros de-
ba que vinieron a fundaba y de las cosas
singulares que acontegieron en el viage.. .
El Rey catholico pide venga la Religión de la Compañia
al Peru.—Los primeros Padres de la compañia embiados al
Peru por San Frangisco de Borgia. — Veense los primeros pa-
dres en peligro de perderse en la mar.—Contianga grande del
P. Portillo en que Dios los a de librar.—Son recibidos los prime-
ros Padres en Panamá como Apostóles.—Comiengo a predicar
el P. Portillo y ay gran moción en las almas.—Nuestros pri-
meros padres son huespedes de la Seráfica Orden.—Regibe el
P. Portillo en la Compañia al H. Alonso Pérez. —Prosiguen el
viage y llegan a Lima con gran breuedad.—Psalm. 77 n. 2(5.—
Ay eclipse de Sol a la llegada de los nuestros en Lima.—Gran
conmogion en todos de la giudad por la llegada de los nuestros.
CAPITULO 8.°—Como comiengo a floreger la chris-
tiandad en el Peru mediante los ministe-
rios de la Compañia y predicagion euange-
lica del Padre Gerónimo Portillo………
Dios manda los castigos, anda con pausa para hafer bien
con velocidad.
>> 1. Del primer sermón que predico el Padre Por-
tillo en la giudad de Lima mogion grande
que hubo en ella principio de nuestros mi-
nisterios y de la fundagion de la primera
casa e Iglesia de la Compañia…………
Quiere el Padre Portillo con sus compañeros viuir en el
hospital y no lo consiente la esclaregida Orden de Predicado-
res.—Hospedan con grande amor los Padres Predicadores á
los nuestros. — Predica el Padre Portillo la primera vez en
Lima con gran mogion de la giudad.—Al punto que comengo
– 21G —
el Padre Portillo a predicar tiembla la tierra. — Sime pregecu-
uti sunt evos persequentnr Joan 1.”) n. 20.—Fundase la primera
casa de la compañia en Lima.—Tragóse la yglesia de prestado.
—El Padre Portillo para el edificio de la yglesia anda de ordi-
nario enbuelto entre el barro.—Predica con grande espíritu y
feruor. El P, Diego de Bracamonte primero Rector de Lima.
^ -¿. De la gran reformación de costumres y fre-
quengia de los sacramentos con algunas
particulares conuersiones de almas que hi-
go Dios mediante la entrada de la compa-
ñía y predicagión euangelica del Padre Ge-
rónimo Ruiz Portillo para lo qual se des-
cribe primero la ciudad de Lima…. .. 107
En Lima gran corrupción de costumbres. —Descríbese la
ciudad de Lima.—Las religiones y sus conuentos en Lima.—
Casas de la compañia dentro de Lima.—Lima tiene cerca de
cinco mil vecinos. — Comiénzase á reformar la ciudad con la
frequengia de Sermones y nueuas costumbres. — Entablase el
Celebrar la fiesta del Sanctissimo Sacramento con solemnidad.
—Conuergiones notables de Almas.—Mattli. F.—Conuergion
de otra muger. ” ,
§ 3. Prosigue la materia del pasado refierense al-
gunas particulares vocagion.es con que lla-
mo nuestro Señor a la compañia mediante
la predicagión y buen exemplo de los della 1TD
Conuergion marauillosa del fiscal de la Audiencia Real.—
Conuersion del secretario Frangisco López. — Lib. 4. c. 3.—
Conuersion del P. Christobal Sánchez.—Conuersion del P. An-
tonio Gonzales.—Del P. Pedro Messia.—Del P. Juan Toscano.
—Del H. Juan Gutiérrez.—Del Padre Juan Ruiz.
§ 4. Como el P. Portillo fundo los estudios de
Lima y de los demás Padres que vinieron
de Europa. De una gran marauilla que
obro Dios en su viaje de la mar por medio
de la Sancta Cruz………………….. l!»l
Ynexan c, 1. n. 2.—A bren se escuelas de latinidad y facul-
tades en la Compañia.—El Virrey D. Francisco de Toledo des-
sea se encargue la Compañia de la Uniuersidad. — Fundóse la
congregación de estudiantes. — Socorro de nueuos ministros
euangelicos de la compañia. — Caso milagroso del Sancto Ma-
dero de la Cruz.—Del P. Bartolomé Hernández,
CAPITULO 4.°—Del gran prouecho que se siguió
en los yndios del Perú con el socorro que
les vino de Padres de la Compañia…….. 1
Los de la C” mñia tratan del ministerio de los Yndios.—
Encargase la Co A~> la Prouingia de Guarochiri.—El
Padre Diego de I , ,,xa de ser Rector de Lima por
doctrinar a los yndius. — lucúbrense hechigeros y grandes
Ydolatrias.—Libran los Padres al cagique pringipal y en testi-
monio y le restituyen en su señorío. — Mueren algunos Padres
por el gran trabajo. — Pasa la Compañía esta doctrina a los
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clérigos y se ocupa en missiones — Encargase la Compañía de
la doctrina del Qercado.—Fundase un colegio de hijos de caci-,
ques.—Embia el Sancto Padre Frangisco de Borgia nueuo so-
corro de Padres.—El Padre Bracamonte va a Roma y trae mas
numero de ministros Euangelicos. — Del Hermano Bernardo
Billi famoso pintor.—El Padre Bracamonte muere en Potosi;
sabe el año en que a de morir. — Sucede al Padre Portillo el
Padre Acosta en el officio de Pronincial.—Extraordinaria bre-
uedad de Viaje del Padre Auila y Padre Tiruel.