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Cartas del Marques Don Francisco Pizarro (1533-1541). Письма маркиза дона Франсиско Писарро

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Письма маркиза дона Франсиско Писарро (1533-1541).
Cartas del Marques Don Francisco Pizarro.

COLECCIÓN DE PUBLICACIONES HISTÓRICAS
DE LA
BIBLIOTECA DEL CONGRESO ARGENTINO

GOBERNANTES DEL PERÜ

CARTAS Y PAPELES
SIGLO XVI

Documentos del Archivo de Indias.

PUBLICACIÓN DIRIGIDA POR D. ROBERTO LEVILLIER

TOMO I
«PALABRAS PRELIMINARES»
POR
D. FRANCISCO A. DE ICAZA

MADRID
SUCESORES’ DE RIVADENEYRA (S. A.)
Paseo de Sau Vicente, núm. 20.
1921

PALABRAS PRELIMINARES

Ninguna historia podría rehacerse con elementos más ori-
ginales y fidedignos que la de la América española. De lo que
acontecía en la metrópoli, nadie en la generalidad de los ca-
sos .tenía que informar. Hechos que para nosotros son de
gran interés, pasaban inadvertidos a los ojos de los contem-
poráneos. Los cronistas asalariados escribían, las más de las
veces, lo que se les permitía o lo que se les ordenaba escri-
bir. Dábase el caso de que un personaje influyente, al tener
noticia de que el cronista oficial asentaba con relativa inde-
pendencia un hecho que a él no le convenía se conociera y
perpetuara, apelaba a influencias decisivas, al Rey mismo, si
era preciso, para que cambiara o suprimiera, de grado o por
fuerza, el contexto de lo escrito. Así, pues—además del apa-
sionamiento a que por simpatías y antipatías humanas raro
historiador puede sustraerse del todo, y menos el que refiere
sucesos de su tiempo —, los cronistas aquellos tenían que fal-
sear la verdad, o cuando menos guardar silencio acerca de
determinados puntos, doblegándose a los ajenos mandatos.
No quiere decir esto, claro está, que la historia de la Es-
paña peninsular no tenga, a la vez que esas fuentes turbias,
otras puras y abundantes, y con ellas se escribió y sigue es-

— VI –

cribiéndose por los que de eso entienden, sino que son me-
jores y más copiosas las que existen de sus antiguas colo-
nias.
Los conquistadores, los virreyes, los obispos y los pro-
vinciales de las Órdenes religiosas; las autoridades todas—ci-
viles y eclesiásticas—de las antiguas posesiones españolas,
tenían forzosamente que rendir cuenta de sus actos a sus in-
mediatos superiores jerárquicos, y a los propios Monarcas:
como sus noticias no estaban destinadas a la publicidad, po-
dían ser, si no más justas ni más sinceras, más independien-
tes. Debían, además, instruir por escrito a los que dirigían y
a los que habían de sucederles en la gobernación civil o re-
ligiosa de aquellas comarcas. Si al hablar de sí mismos y de
su actuación, natural es que se alaben, no faltará entre sus
émulos, o en los procesos de residencia que a las autorida-
des se formaban al dejar su puesto, quien se encargue de los
vituperios. A nosotros nos toca, en vista de los testimonios
que apoyan alabanzas y censuras, opinar de acuerdo o di-
versamente de como opinaron los contemporáneos.
Las cartas privadas de soldados y de religiosos, de go-
bernantes y de prelados, y hasta de los aventureros, que cui-
daban de tener al tanto a sus valedores en la metrópoli de
los sucesos de la colonia, entretejiendo sus criterios contra-
dictorios, pueden darnos la urdimbre de aquella vida. No
existen para juzgar los acontecimientos de la Corte de España
en épocas pasadas tantos elementos de convicción como te-
nemos para juzgar los sucesos de las colonias. Diríase que, en
cierto modo, podemos darnos mejor cuenta del alma de los
hombres que «pasaron a Indias», o en ellas vivieron, que del
alma de nuestros contemporáneos. Imagínese la transforma-

— VII —

ción que se haría en el criterio general si mañana se dieran a
las prensas las cartas privadas más íntimas de todos los.que
algo valen o significan en nuestro mundo contemporáneo,
apareciendo, juntas con sus confesiones más secretas, la de-
fensa y la acusación que de cada uno de ellos hicieran sus
parciales y sus contrarios.
Los materiales de esta obra no están por reunir. Años
ha que el tesoro de los archivos españoles y el de los pueblos
hispano parlantes está abierto para los que quieran investi-
gar aquel pasado, y hombres beneméritos dedicaron desinte-
resadamente su vida a extraer y sacar a luz el oro virgen
de esos documentos inéditos, amontonándolo en las varias
colecciones donde se reunieron y siguen reuniéndose, para
que después corra acuñado como moneda de ley, sin tener
en cuenta si ha de ser nacional o extranjera.
Nadie que se interese en el inventario de nuestra Histo-
ria necesita que se le enumeren y rememoren aquellas colec-
ciones antiguas o se le señalen y recomienden las modernas.
De voz común califícanse unas por su pulcra exactitud pa-
leográfica, otras por la selección y el método, o simplemente
por su rica abundancia. Adjetivar, distribuyendo estos mé-
ritos sin discernirlos detenidamente, sería ocasionado a in-
justicias; no lo es considerar como la más importante entre
las actuales, por la magnitud del proyecto y por lo mucho
realizado ya, la que edita la Biblioteca del Congreso Argen-
tino, según el plan y bajo la dirección de D. Roberto Levi-
llier, quien cumple su arduo cometido con toda devoción,
competencia y general aplauso.
En ese plan entra la publicación de los documentos rela-
tivos al Perú, a cuyo frente van estas líneas. Como las pro-

— VIII —

vincias del Río de la Plata estaban sometidas en sus orígenes
a aquel Virrenato, Leviller, al formar el árbol genealógico
nacional, hizo que el tronco arranque del descubrimiento y
conquista del Perú, y en sus enlaces lo extiende a Bolivia,
Colombia, Ecuador y Chile, dando gran amplitud a su campo
de investigaciones.
Difícilmente podrían juntarse documentos de emoción
más intensa y varia que los reunidos en estos volúmenes. Los
he leído con la obsesión trágica que rodea lo atañadero a
aquellas tremendas figuras que realizaron la conquista del
Perú, cuando con ese nombre se designaba casi medio Con-
tinente, e intervinieron en las contiendas interiores que lo
ensangrentaron en los primeros tiempos de la dominación
española. No hay nombre que salte a la vista levantado por
el triunfo en un relato cualquiera, que no caiga herido o des-
trozado en el que sigue—los Pizarro, los Almagro, los Car-
vajal, Castilla, Hinojosa, Godínez, Vázquez, Robles, Girón y
tantos más—, todos mueren airadamente a manos de asesi-
nos o de verdugos. Nadie goza tranquilo del buen éxito, bien o
mal ganado. Virreyes y Adelantados que envía la Corona para
apaciguar a las mesnadas furiosas, mueren, cuando no despe-
dazados, como Núñez Vela; de pena y de ira por su fracaso,
como Hurtado de Mendoza y Cañete, y caen manchados de
sangre y de lodo. En aquel pantano de alevosía y venalidad
no puede haber plumajes blancos. El propio La Gasea no lo-
gra sacar limpios sus hábitos de las salpicaduras de su tran-
sigente injusticia.
Los primeros conquistadores eran fieras entre sí y con
los extraños; pero en sus fratricidas contiendas, en las inhu-
manas cacerías, en las batidas de hombres, había una salvaje

— IX —

grandeza, que degenera después, con las matanzas en masa,
en truculencia de jiferos y matarifes.
«En los ánimos de la gente no cabe paz ni quietud»—de-
cía el Marqués de Cañete al Duque de Alba, en carta autó-
grafa que se guarda en los archivos de su casa—: «serán los
ahorcados, degollados y desterrados de ella, más de ocho-
cientos desde que vine». Y esas cuerdas de desterrados—que
escapan milagrosamente al cuchillo o al cáñamo—, de re-
greso a la Península, difaman a quienes limpiaron las tierras
americanas de cizaña.
En todo este aparato documental se ve de bulto lo irre-
ducible entre las leyes de Indias y el Gobierno de las Indias,
que conquistadores y encomenderos, oidores y clero secular
y regular hacen entonces imposible. Léase a Cañete, léanse a
Nieva y a Toledo, y se verá cómo se reclutaban entonces
para el Perú—no generalicemos—esas clases en España,
entre el hampa de la nobleza segundona, del clero secular y
regular y de la gallofería emigrante.
Cañete, Nieva y Toledo piden que los nobles e hijosdal-
gos que quieran guerra, vayan a las de Italia o Flandes.
«Vuestra Magestad mande que no se haga tanta cargazón de
frayles—dice además Nieva—, que no es menester, y cuando
huvieren de venir no sean mogos, sino viejos y de buena vida
y exemplo», y antes explica: «que en muchas partes toman los
frayles a los pobres yndios sus comidas y ropa y aun las mu-
geres.» «Vuestra Magestad crea—dice de los otros—que es
gran inconveniente dar licencia para que pasen a Indias estos
hombres que no traen sino la capa al hombro, que no vienen
acá a otra cosa sino a jugar y a desasosegar al Reyno, por-
que aventuran a ganar y tienen poco que perder.»

–X —

Véase si tenía razón Cervantes al llamar a las Indias «re-
fugio y amparo de los desesperados de España, Iglesia de los
alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de
los jugadores—a quienes llaman ciertos los peritos en el
arte—, añagaza general de mujeres libres, engaño común de
muchos y remedio particular de pocos.»
Con los testimonios que en estas páginas salen del secreto
de los archivos coloquémonos, cada uno, frente a la realidad,
y tratemos, no de retratarla externamente, sino de vivirla
por nosotros mismos; de ahondar en su entraña libertándonos
de los prejuicios inveterados y de las contemporizaciones im-
puestas por las circunstancias y por el medio, y, a la vez, en
lo posible, libertémonos también de la atracción de lo nuevo,
tan nociva para la verdad serena como el apego irreflexivo
a lo antiguo únicamente porque otros lo dijeron, y así en
estos libros tendremos no la historia escrita, sino la historia
viva.
FRANCISCO A. DE ICAZA,
Jefe de la Comisión Mexicana de Investigaciones
y Estudios Históricos.

ADVERTENCIA

Poco puede agregarse acerca del significado e importancia de
esta nueva colección después {de las sintéticas precisiones del emi-
nente crítico y poeta D. Francisco A. de Icaza. Este gentil Colega,
que desempeña en los archivos de España, por encargo del Gobier-
no de Méjico, misión análoga a la ]que realiza el que susóribe, por
mandato de la Biblioteca del Congreso Argentino, ha explicado en
bella prosa la relación existente entre el pensar de las altas autori-
dades del Peni, y la vida de las regiones que formaban el Virrei-
nato, y aplaudido, como antes lo hicieran Bonilla San Martín,
Pedro Torres Lanza, el Rev. Padre Pastells, Blanco Fombona y
Riva-Aguero, la decHsión argentina dé aplicar al estudio de la his-
toria americana el criterio biológico que consiste en acudir a las
fuentes más .lejanas, a las. causas más hondas, para trazar el cuadro
de dependencia de los ‘hechos que de ellas derivan.
Sugestionados los historiógrafos e. historiadores por las divi-
siones políticas que sucedieron a la revolución, echaron de ver la
unidad, la estrechez de parentesco de las instituciones en actividad
en las diversas regiones del Perú en los siglos anteriores, y cada
cual empeñóse con patriotismo en resucitar el trozo local de su his-
toria, sin reparar en que la fragmentación dejaba a éstos espora
cidos como piezas sueltas de un “puzzle” [dislocado. La publica-
ción de los tres tomos de papeles de la Audiencia de Charcas, los
dos volúmenes de antecedentes de organización religiosa del Vi-
rreinato, el tomo de las ¿artas primitivas ‘de la Audiencia de Lima,
los tres primeros volúmenes de papeles de los gobernantes y vi-
rreyes y tos que seguirán hasta, ultimar el siglo XVI, significan
el propósito argentino de devolver en forma organizada y siste-
mática a las diez naciones dimanadas del Virreinato del Perú, lo

XII —

que el Sr. haza ha llamado con tanta propiedad la raíz del árbol
genealógico común,
A la documentación de este primer tomo y del segundo, de
apéndices, debía preceder un estudio del que suscribe sobre “Los
primeros gobernantes del Perú”. “El trabajo preparado abarca des-
de Francisco Pizarro hasta el conde de Nieva; pero ¡¿orno es utili-
zada, no sólo la documentación de estos volúmenes, sino una gran
masa de papeles inéditos pertenecientes a esa época; la gran riqueza
del Archivo de Indias ha traído el consiguiente exceso de material,
y el prólogo sería un grueso volumen que rebasando, del estrecho
espacio reservable en este sitio, aparecerá en oportunidad, aislado.
La serie de “Cartas y papeles de gobernantes del Perú”, cons-
iarárpára el solo siglo XVI de cerca de diez tomos, que irán publi-
cándose paulatinamente. En el tomo I se han incluido algu-
nas’ cartas de La Gasea y de Vaca de Castro, extractadas de las
“Cartas, de Indias”, y de la “Colección de documentos inéditos
para, la Historia de España”, para-completar la ilación cronoló-
gica de los hechos y facilitar la comprensión de la época. Los pla-
nos de las Audiencias, publicados Con igual propósito en el tomo II,
pertenecen a “Las Décadas”, de Herrera. En los volúmenes sucesi-
vos se publicarán en forma de apéndices :• cartas y papeles de cabil-
dos, oficiales reales y partidulares del Perú, que, como puede obser-
varse en el tomo II, .proyectan abundante luz y proporcionan puntos
de vista complementarios acerca de los personajes y hechos más sa-
lientes del primer siglo de historia del Virreinato. ■
R. L.

GOBERNANTES DEL PERÚ

CARTAS Y PAPELES

TOMO í
Carta de Francisco Plzarro, al secretario Samano, suplicando su
apoyo para las mercedes que pide al Rey y en especial para que
se amplíen los límites de su gobernación.
Nueva Castilla, 8 de Junio de 1533.
2-2-s/i6-R.°-20.
Castilla del oro
Magnifico señor
del pueblo de san rniguel escrevi a vuestra merged y porque por
la rrelacion que a su magestad enbio vera vuestra merged todo lo
que después acá ha subcedido en esta no daré cuenta a vuestra mer-
ged dello hernando picarro va a llevar a su magestad el oro y plata
que vuestra merged alia vera y a dalle cuenta de la tierra el yn-
formara a vuestra merged de todo lo de acá—entre otros nego-
gios lleva a cargo de pedir y suplicar a su magestad me mande
congeder algunas mergedes suplico a vuestra merged pues todo
se ha de enplear en su servigio vuestra merged me haga merged
de favoresger lo que me tocare y lo mas en que vuestra merged
me ha de hazer merged en cargar la mano es que su magestad me
mande alargar los lymites desta governagion adelante y por que
tengo congepto faboregera mis cosas como de un su servidor, quan-

— 2 —

to a esto cesa en un navio que aqui queda para yrse acabada
fundición que partirá tras estos que agora van llevaran a vuestra
merged todo lo que la escrivania ha rrentado que para ser lo pri-
mero lo terna vuestra merged por buena señal syenpre terne cuy-
dado como he tenido de aprovechar las cosas de su servigio—por-
que al señor secretario frangisco de los covos llevasen en estos
navios algún oro de los derechos de sus ofigios di al thesorero
todo lo que el pidió el lo enbia y escrevira a vuestra merged lo que
es—nuestro señor la magnifica persona casa y estado de vuestra
merged guarde y prospere de caxamalca destos Reynos de la nueva
castilla ocho de Junio de mili y quinientos y treynta e tres años
A servigio de vuestra merged
frangisco pigarro (Rubricado)

Carta de Don Francisco Pizarro, a S. M. refiriendo la llegada de
Pedro de Alvarado a su Gobernación de Quito y todo lo acae-
cido con Don Diego de Alvarado en aquella provincia.
Pachacama, 1.° de Enero de 1535
1-4-1/6—N.° 2.—R.° 1.°
Sacra católica cesárea magestad
porque con antonio navarro contador de vuestra magestad que
fue destos rreinos le hize larga rrelacion de todo lo que hasta en-
tonces avia de que darla a vuestra magestad y lo avra visto por
cunplir sienpre con lo que a vuestro rreal servicio devo y deseo que
sea avisado de todo lo que en estos rreinos pasa y se ofrece, escri-
vo agora esta para dar cuenta a vuestra magestad de todo lo que
después a subcedido con la venida de Alvarado a esta tierra y no
lo he hecho antes porque no a ávido navyo porque estoy sirvyendo
a vuestra magestad la tierra adentro pacificándola y poblándola en
nombre de vuestra magestad y asi diré que estando el mariscal don
diego Dalmagro con cierta gente en la provincia de quito con-
quistándola entro alvarado en la misma tierra diziendo ser gover-
nador della y del cuzco que yo tengo poblado y pacifico y otras
cossas que hera mas de alteración que de hazer vuestro rreal ser-
vigio y como el mariscal tenia los mas de los yndios de la tierra
pacíficos y debaxo del amparo y obediencia de vuestra magestad y
tuvo nueva que andava alvarado destruyendo los naturales de la
tierra y hasiendoles muchos daños enfoiele a rrequerir en nombre
de vuestra magestad que no consintiese ny diese lugar a que fue-
sen maltratados los yndios que estavan de paz y otras cossas que
convenyan para la quietud de la tierra y convenientes a la buena
pacificación y población della y sosiego de los españoles vasallos

— 4 –

de vuestra magestad que en ella estavan y como alvarado traya
la yntencion desasosega y venia ynquieto y cobdicioso de governar
estas partes por fuerga o como pudiesse respondió ciertas cosas
enderezadas en deservicio de vuestra magestad / y no obstante
que por parte del mariscal se tuvieron con el todos los cumpli-
mientos que le pareció nessecarios para estorvar el rronpimiento
a que quería dar lugar alvarado que oviese porque conogio de my
syenpre tener este desseo y por conformarse con mi boluntad y
hazer lo que le mande que con paz fuese vuestra magestad ser-
vido y estorvar por my parte la guerra porque ansí convenia al
abmento y pagificacion destos rreynos porque no aviendola no
podría vuestra magestad ser de my bien servido como yo quer-
ría / pensando alvarado apoderarse en esta tierra y tomar por
alli la entrada en ella para poseer lo demás / estando el mariscal
en un gibdad que tenya poblada en nombre de uuestra magestad
con giertos españoles / pospuestos todos los medios que con el
avia tratado que le paregia convenientes para que gesasen escán-
dalos / mueve alvarado exercito de trezientos hombres de pie y
de cavallo bien armados y apercebidos y vienese a la gibdad para
se apoderar della a su boluntad y llego a ponerse junto a ella eri
gima de un gerro y como el mariscal fue abisado de su benyda
y que quería prenderle para defenderse del y estorvar que no
efectuase un proposito pues tanto era vuestra magestad dello deser-
vido apergibío su jente lo mejor que pudo y teniendo delante
los ojos el servigio de Dios y de vuestra magestad y la paz y
sosiego de los cristianos que con el estavan / busco con alva-
rado todos los medios que le paiegio mas convenientes para ase-
guralle y fue nuestro señor servido que en aquella ora se con-
bengiese para que se quisiese aposentar gerca de la gibdad do el
quiso y tubo por bien y que darían horden entre ellos / y viendo
el mariscal que los españoles de anvas partes estavan tan altera-
dos creyendo que no gesarian aquellos movimientos porque estava
la cossa en tanta discordia que pensava perderse sintiendo dos
daños que se podían seguir en la tierra y temiendo la muerte de
cristianos que se podían ofrecer si no se buscaban medios por do

— 5 —

oviese paz y se estorvasen propuso con alvarado los mejores que
pudo y después de aberlos mirado y platicado en ellos y que no
podia por aquella via convergerle para que se dexase del interese
que paremia traer parecióle al mariscal que con cobdigia de dine-
ros podia ganar con el la quietud que el deseava que oviese en la
tierra / y plugo a nuestro señor que como esto le puso delante de
asosegalle y ponerle en rrazon y que se concluyese alli la paz por-
que le prometió que le daríamos por el armada que tenia que no
vale treinta mili castellanos de oro cien myll como esto y lo de-
mas vuestra magestad avra sabido por la relagion que de todo
el mariscal hizo desde Sant Miguel que yo aqui no digo por no
dar a vuestra magestad ynportunidad con mas larga escriptura y
puesto que nos cuesta todo lo que hemos ganado en servigio de
vuestra magestad por tener toda concordia y mejor poder servir
he dado y doy infinitas gracias a nuestro señor y he ávido mucha
alegría en se aver cossa que tanta rrebuelta y alteragion avia pues-
to en este rreyno acabado sin muerte ni daño de españoles y con
tanta paz y porque confio en dios que con su ayuda y favor en
la buena ventura de vuestra magestad se descubrirá con los nabios
por esta mar del sur otro nuevo rreyno como lo pongo por obra
de do se tenga de my por muy servido y ansí bino alvarado y el
mariscal en mucha conformidad a esta provingia de pachacama
a verse comigo do rrecibio sus dineros y lo despache con toda
brevedad y lo enbíe a su governacion de guatemala en un navio
porque asy me pareció que convenia al servigio de vuestra ma-
gestad y hecho esto voy al cuzco a rreformar aquel pueblo y ver
toda la tierra para hazer relación verdadera a vuestra magestad
por vista de ojos.
En la provincia de quito tengo fundadas en nombre de vues-
tra magestad la gibdad de Santiago y la billa de Sant francisco y
se fundaran todos los otros pueblos que ser pudiere porque es muy
buena tierra y donde tengo por gierto que dios y vuestra mages-
tad serán muy servidos y aun que los yndios desta provincia es
mucha gente y muy bellicosa ya a ávido grandes rrecuentros a sido
nuestro señor servido que la mayor parte della este pagifica y

— 6 —

debaxo de la obediencia de vuestra magestad sin que aya ávido
muerte de españoles.
en la costa de la mar del sur en la provincia de ssanta he po-
blado en nombre de vuestra magestad la villa de trugillo en parte
que sera uno de los frescos y onrrados y provechosos y bien po-
blado y proveído de las cossas necesarias para la poblagion y sus-
tentación del que ay poblado en esta tierra porque tiene buen puer-
to cerca del y esta en comarca que ay muy rricas minas de oro
y en parte que pueden servir en el los yndios de la sierra y los
de los llanos sin trabajo / plega a nuestro señor se aya fecho en
tan buena ora que rreciba desta villa vuestra magestad el servigio
que yo deseo y a la provincia de puerto viejo he enbiado un capi-
tán para que en nombre de vuestra magestad funde en ella una
villa porque es buena tierra.
Con antonio navarro qontador en estos rreynos enbie a pedir
y suplicar a vuestra magestad me hiziese merced de proveerme y
darme con la governagion que tengo el cuzco con todas las provin-
cias y tierras que el señoreava por ser esta la cabega y pringipal
señorío de toda esta tierra y conviene al servicio de vuestra ma-
gestad que todo se incluya en una governagion porque estando
apartado el cuzco desta no se puede governar ny sostener como
converna al servigio de vuestra magestad y al aumento y pobla-
gion della y como yo lo suplico a vuestra magestad lo mande pro-
veer será muy servido y yo lo rrecibire por galardón de mis tra-
bajos y gastos que he hecho en vuestro rreal servigio por lo ganar
como lo tengo ganado y poblado y pacifico y es y sera dello vuestra
magestad muy servido / humillmente suplico a vuestra magesta
sino esta proveido lo mande proveer como yo lo espero asi por lo
que he servido como por lo que espero servir y gastar esta poca
de vida que me queda en vuestro rreal servigio y en todo lo que
de mi parte dixere lope y diaquez criado de vuestra magestad le
mande dar entero crédito porque como persona ante quien an pa-
sado las cossas de acá y va a hazerle dellas relación lo hará con
toda verdad.
ya avra sabido vuestra magestad como Dn Fernando De luque

– 7 —

obispo e protector desta governagion es fallescido y el salario que
vuestra magestad manda dar con este oficio seria escusado siendo
servido que se haga en esta tierra como se a hecho en castilla del
oro que lo usaria los tenientes de governador en cada pueblo y
abia buen rrecabdo en el buen tratamiento de los yndios y acá se
puede hazer proveyéndolo vuestra magestad / pues también se
hará justicia a los yndios y escusaria este salario y costa-nuestro
señor vuestra sacra católica cesárea magestad guarde y prospere
bien aventuradamente con mucha paz y obediencia del uniberso.
Deste pueblo de pachacama primeros dias de henero de 1535 años.
De vuestra sacra católica cesárea Magestad Muy humill cria-
do y basallo que los muy rreales pies y manos de vuestra mages-
tad Besso.
Francisco piqarro (Rubricado-).

Carta de Francisco Pizarro al Secretarlo Juan Vázquez de Molina:
dice que ha recibo una carta suya que le ha entregado el Doctor
Loaiss, y que había comenzado a servirle en el asunto que traía
entre manos, y le serviría como esperaba, que Vázquez fuese su
tercero para el Emperador en sus solicitudes.
Cuzco, 29 de Junio de 1535.
2-2-1/13

Muy magnifico señor.

El señor doctor loaisa me dio la carta de vuestra merced y
puesto casso que su magestad me embio a mandar me ofreciese al
negocio que venia y a que este mandamiento cesara saber yo que
la voluntad de vuestra merced hera que se hiciese, se pudiera es-
cusar otros fabores mayormente que conozco que del subceso deste
negocio y a que vuestra merced reciba seruicio asi al adelantado
don diego de almagro a quien yo tanto tengo por deudo como a
mi persona se ofrece crecimiento y lo que desto mas me certifico
es pensar que por parte de vuestra merced ninguna cosa se nos
podra encaminar que no nos subceda en todo bien en lo que a to-
cado al señor doctor asi por el fabor que de la carta de vuestra
merced recibe como por el autoridad de su persona y letras pone
obligación a que por el mucho se haga y por todos estos respetos
puesto que por los seruicios que a su magestad he ofrecido hacer
estoy gastado como mas a mi fue posible he sido en suplir su ne-
cesidad no teniendo por acabado lo que por el pienso hacer y por-
que en todo pienso seguir lo que vuestra merced me embiare a man-
dar y desto antonio tellez de guzman mas largo dará relación me
remito a la suya en lo que de mi parte ofrecerá porque en la ver-
dad yo quisiera hallarme en dispusicion de hacei aquel seruicio

— 9 —

de que yo quedar satisfecho en parte de lo mucho que a vuestra
merced debo.
Como de cada dia se ofrecen nuevas ocasiones para mostrar
la gran voluntad que en seruicio de su magestad tengo sobre la
confianca de mis seruicios tome atrebimiento a que deste negocio
vuestra merced fuese tercero y es que yo deseo que su magestad
en estas partes me hiciese merced con que la memoria de mis de-
cendientes fuese perpetua la qual Antonio tellez de mi lleua co-
municada y dará parte a vuestra merced trayéndose en hefecto
como lo pido conoscere que vuestra merced me la haga en el caso
para la seruir..—Nuestro señor la muy magnifica persona de vues-
tra merced guarde… (roto) seruicio de la grand ciudad del cuzco
a XXIX dias del mes de Junio de 1535 años.
A seruicio de vuestra merced.
Francisco pigarro.—(Rubricado)

Carta de Don Francisco Pizarro al Obispo de Tierra-firme Don Fray
> Tomás de Berlanga sobre sus desavenencias con Almagro.
Añasco, 28 de Agosto de 1537.
1-4-1/6.-N.0 2.—R.° 3.°
muy reverendo e muy magnifico señor
porque estoy con obligación de contino hazer saber a vuestra se-
ñoría lo que pasa en este reyno como su seruidor avnque resciba
con mis letras ynportunidad y como señor la perdonara en todos
los nauios quando convenga tengo de dársela y ansy esta es para
le hazer saber lo que ha pasado después que le escreui del guara
y lo que mas he sabido que paso en el cuzco con la venida del ade-
lantado almagro a el y es que estando el ynga siete leguas de la
cibdad siete meses avia de la guerra que le dieron esperando mis
hermanos al capitán aluarado que yba para acabar de conquistar-
les que sin dubda estuuiera todo en paz en lugar el adelantado de
yr a cercar el ynga y conquistar los enemigos y tomar venganga
de la sangre que avian derramado de tantos christianos como avian
muerto puso cerco sobre los españoles del cusco y puesto que por
via de conciertos el cabildo le dexaua quitar estando el negocio
en estado que se avia de ver otro dia aquella noche sobre treguas
que puso el licenciado prado mostrándose muy fauorable al señor
adelantado desvelo a mis hermanos diziendoles que aquella noche
no themiese e como de tal persona no se podia creer otra cosa
descuidóse hernando picarro y aquella noche a la segunda entra
en la cibdad y saquea a los vecinos sus haziendas quitanles las ar-
mas e cauallos hasta oy e fizo alcaldes e regidores quito los que ye
tenia puestos por fuerca fue rescibido por consejo del licenciado

— 11 —

prado que es el principal destos mouimientos prendió a mis her-
manos e porque se defendían en su casa les hecho fuego y se
ovieron de quemar biuos en ella por tenerles con mucha gente la
puerta thomada y hasta que se caya la casa encima que salieron
por baxo de las lancas con el humo que avia no se dieron en lo
qual pasaron hartas cosas bien feas que contarlo a vuestra seño-
ría particularmente sera nunca acabar en esto murieron dos chris-
tianos en este tiempo llegaua el capitán alonso de aluarado XXX
leguas del cusco y siguió su camino puesto que el adelantado es-
taua en el pensando que como mi hermano lo tenia ayudándome:
y llegando XXIII leguas de la cibdad en vn paso muy fuerte
junto a vn rio recibió cartas que el adelantado le escriuia contra-
hechas diziendo que se las enbiaua hernando picarro en que le
mandaua que por que el sabia que venia y de alli podia thomar su
camino para seguir el ynga que fuese alia y dividiese su gente por
dos o tres partes y era para engañalle porque estaua el adelantado
cerca de alli en vn pueblo para en dividiendo su gente dar en alba-
rado y prenderle y como en el usco se sonó este ensayo porque
la cosa pasaua por tal arte fue avisado albarado de lo que pasaba
y conosciendo la traycion que se le ordenava y como le respondió
el capitán al adelantado con el aviso que no quería haser su man •
dado pues tenia presos mis hermanos e le engañava con cartas
falsas diziendo que hernando picarro se las escriuia queria hazer
del lo que dellos y como vio que por aqui no podia atraelle enbiale
a requerir con el qontador gusman y con el fator mercado y con
don alonso que es el que echa los lazos y el licenciado prado e otros
caualleros que lo recibiese por governador mostrándole las prolu-
siones que tenia y los quales prendió el capitán y escriuio al ade-
lantado que el los tenia presos que le diese a mis hermanos e que
el los soltaría y que no le ynpidíese la conquista que yva a hazer
por mi mandado i estando en esto enbio alvarado a cierto paso
del rio a ver si thenia algund vado para fortalezelle porque no le
entrasen por el y súpolo el adelantado y pensó que por las es-
paldas le thomavan el cusco e buelve dexando quanto thenia en
el camino e dexo alli al capitán albarado y como se hallo burlado

—-12 —

sintiólo mucho e puso en mas prisiones a mis hermanos hecho
esto enbiame los mensajeros que a vuestra señoría tengo escripto
el capitán a haserme saber lo que pasaba y en tanto que binieron
y yo los enbie y enbie mis letras al capitán aluarado para que no
oviese rompimiento ninguno por su parte y al señor adelantado
que nos viésemos y nos consertasemos en pas y sirviésemos a su
magestad e otras cosas como a hermano desimulando todo por el
amor que le tengo quando llegaron al paso donde quedo aluarado
no le hallaron porque avia hecho el adelantado junta de yndios
en la placa del cusco y les mando que viniesen con el al rio do
estaua aluarado y le ayudasen y matasen los christianos dellos que
pudiesen porque heran sus enemigos y hizo dellos españoles ca-
pitanes para que los acaudillasen y ansi vino con toda su gente y
puso su real cerca del paso de aluarado y luego se amotino lerma
con cinquenta de cauallo el qual dexo amotinado el real y después
el adelantado por mañas hizo grandes promesas e dio vna noche
sobre el y no peleo la gente de aluarado sino fue tordoya e villalva
y otros diez o doze caualleros con albarado y en fin los prendieron
y desbarataron y llevaron presos y murieron desta parteados es-
pañoles y en ellos fue don pedro de sotomayor de vn alcabuz y de
la otra cinco y ansi los llevo al cusco / los mensajeros que enbie
se boluieron e me dieron la nueva e paso niculas de ribera con
mis cartas al cusco y después acá se me an venido vesinos del
cusco que me lo han contado desta manera e me han dicho como
a mandado almagro que si christianos se viniesen para acá que los
matasen los yndios y ansi lo han fecho que an muerto algunos y
le llevan los cavallos e a vno que se venia do estaua primero al-
barado enbio a matarlo con yndios y lo mataron y le llebaron la
cabeca en vna manta y se la echaron delante a almagro e res-
pondió que lo avian fecho bien e que heran buenos todo lo qual
me duele e me llora el coracon que no se que sufrimiento me basta
de no rebentar con ver tales cosas e no puedo creer sino que
el enemigo a reynado en este honbre pues tales cosas permite y
consiente y los que se me han venido me han traido mandamien-
tos que a dado almagro contra españoles que se vinieron acá fir-

— 13 —

mado de su nombre en que los mandava prender e si se defendie-
sen que los matasen el qual enbio a su magestad y han hecho gran-
des prouancas contra mi hermano femando picarro prendiendo
los hombres porque depongan contra el y el señor licenciado prado
a” dado parecer que le corten la cabeca e como esta sin culpa guár-
dale dios y porque teme mi hermano que le maten con vn bocado
como hizieron a villalva en la cárcel a mandado meter vn costal
de mahiz tostado en la cárcel para comer y puesto que ha requeri-
do que le suelten para llebar a su magestad su oro no quiere y
sabido esto enbie alia con mis letras a los señores licenciado espi-
nosa y el de la gama e dotor sepulveda e illan suarez e fue me-
jor para que tratasen de concordia a quarenta dias y no ten-
go respuesta plega a nuestro señor que lo acuerde como su ma-
gestad sea seruido que esta todo como en el tiempo de comunidad
e sino ay remedio todo se asuela y lo peor es que la tierra no se con-
quista ni se entiende en ello / a lima auerdo el adelantado de venir
que dize que es suya e que la ha de saquear como al cusco creo
que los señores licenciados llegaron a tiempo que se mouia e estara
remediado e crea vuestra señoría que antes perderé mi estado y
la bida que yo de ocasión que su magestad sea deseruido ni muera
vn solo hombre a su magestad doy entera cuenta plega a nuestro se-
ñor que pues su remedio es a la larga lo pueda yo poner en sosiego
para lo qual tengo de hazer quanto pueda como lo he hecho /
a los señores licenciado hernando caldera y al obispo del cusco
estoy esperando con los despachos que traen porque pienso que con
ellos si los quisiere obedecer haré mis negocios en pas porque me
dizen que dize el adelantado que a perder la cabeca o no ha de
perder el cusco /
con el señor fator yllan suares de caruajal enbie a requerir al
adelantado que me diese a hernando picarro para enbiar a su ma-
gestad su oro con el si con el no lo enbio en fin de setiembre o en
ocho de otubre a vuestra señoría y al señor gobernador para que
lo despachen por la horden que su magestad manda e antes no
puede ser porque no puedo dexar esta gente en tiempo tan delica-
do £ hago este cumplimiento porque su magestad me manda agora

— 14 —

de nuevo que es mas seruido que lo lleve mi hermano que si no
esta ynpedido en la guerra que el vaya con ello y tanbien porque
traya lo que esta en el cuzco que es mucho nuestro señor la muy
reuerenda y muy magnifica persona de vuestra señoría guarde
y prospere en su seruicio y en mayor denidad ponga deste valle
del añasco XXVIII de agosto de 1537 años.
seruidor de vuestra señoría
francisco pigarro

Carta de Francisco Pizarro a Pedro Mato ofreciéndole la conser-
vación de sus indios y hacienda durante el tiempo del viaje que
iba a hacer a España para reunirse con su mujer.
Los Reyes, 9 de Abril 1538.
1-4-1/6-N0 2-R° 5
Noble Señor
Recibí vuestra carta y de aver seguido el parecer del secreta-
rio huelgo mucho que viniendo vos señor con vuestra muger por
lo que vuestra merced merece en todo lo que yo pudiere sera
honrrado y aprovechado en la tierra y vuestros yndios se os sos-
teman veinte meses que para mas tiempo no puedo porque asi esta
ynpuesta la orden y no es tan limitado que no ay lugar para ir
y volver / El despacho se os lleva vuestra merced vaya con dios
que en vuestra ausencia vuestras cosas serán miradas y lo que
dezis señor de mirar en españa mis cosas os tengo señor en mer-
ced si a tiempo os hallardes hacer señor como quien soys en mis
cosas / nuestro señor su noble persona guarde como desea de esta
cibdad de los Reyes a 9 de abril
A lo que Señor mandaredes
Francisco picarro (rubricado)

Carta á Su Magestad, del Marqués Don Francisco Pizarro anun-
ciando el envío de algunas esmeraldas descubiertas en el Perú.
El Cuzco, 28 Febrero 1539.
1-4-1/6-N. 2-A.7.
Sacra Católica Cesárea Magestad.
Los reales pies y manos de Vuestra Magestad beso por la mer-
ced que resgebi con Vuestra letra Real que Hernando de Qavallos
me dio ques para mi tan supremo bien y favor que me paresce
que si gloria ay en la tierra Vuestra Magestad como Señora della
me la há ami dado, mandarme particular cosa en que le sirva,
como es quererse servir de las piedras esmeraldas que ay en esta
tierra de Vuestra Magestad que yó descubrí, y para mí fuera gran
felisidad aver tenido reposo y sin tantas guerras como se an ofres-
cido para questo no huviera estorvado el descubrimiento de la
mina dellas por que mas largo se hubiera servido y yo agora lo
hiziera como mi deseo lo adeseado y agora la voluntad me lo
pidia sintiendo que Vuestra Magestad es aficionada á ellas, y como
hasta agora se an descubierto pocas y estas los Yndios las estra-
gan labrándolas mal por esto de presente no cumplo con lo que
devo y del poco poder humilldemente suplico á Vuestra Mages-
tad en tanto que mas puedo, mande rescebir seis esmeraldas del
peso que por fée de escribano parescera por que por estar fuera
de mi casa en servicio de Vuestra Magestad en esta Ciudad del
Cuzco no puedo dezir de la suerte que son y pues ellas mismas
llevan consigo la esperanga, mande Vuestra Magestad refrescar
la que me queda, mandándome en que la sirba en particular por
que con esta memoria me terne por pagado de lo q-ie he servido,

– 17 –

y por que Hernando de Qevallos llevador desta de mi parte be-
sará á Vuestra Magestad los pies y le hablará á Vuestra Mages-
tad, suplico le mande oir y le dé todo crédito. = Nuestro Señor,
Vuestra Sacra Católica Cesárea Magestad guarde y prospere tam-
bién aventuradamente como su coracon lo desea y sus servidores
lo querríamos. = Deste Cuzco 28 de Hebrero 1539. = De Vues-
tra Sacra Católica Cesárea Magestad. = Muy humillde criado y
basallo que los muy Reales pies y manos de Vuestra Magestad
besa. = El Marques Francisco Pizarro.= Hay una rúbrica.

s

Carta a S. M. del Marqués Francisco Pizarro recomendando los ser-
vicios de Cristóbal de Burgos a fin de que se le hiciese merced.
Cuzco, 28 de Febrero de 1539.
1-4-1/6. R° 4.
Sacra Cesárea Católica Magestad
Cristóbal de burgos llevador de esta vezino de la ciudad de los
Reyes es uno de los que conmigo se hallaron en el descubrimiento
de estos Rey nos en los primeros trabajos en lo qual siruio a vues-
tra magestad siete años a su costa y fue de los que muy bien sir-
vieron y mas amigo fue de mi porfía para que se acabase y como
en ello se padescieron los mayores trabajos que se pueden figu-
rar e mas aventuras de mar e tierra e guerra de yndios y a estos
tuve por hermanos en aquellos tiempos ayudándome poniendo la
vida en peligro deseo agora que aya memoria de su servicios en
especial de los que gozaron de los trabajos y no se hallaron des-
pués en el ^oze y provecho que los otros entre los rúales es vno
Cristóbal de burgos sino es un rrepartimiento de yt nos que le di
y por sustenerse y azer lo que hera obligado a gastado lo que te-
nia agora en esta guerra e avn dio por su persona vida a veynte
españoles en vn rrecuentro de los yndios por ser buen honbre
en lo qual estorvo harta parte para les quitar en aquel tiempo la
soberbia que tenían a vuestra magestad suplico pues yo no he
podido gratificar su persona como el meresce por falta de poder
pues va a vuestra magestad le mande honrrar y aprovechar y
azer merced en todo en estas partes en lo que le pidiere porque de
aquellos descubridores ay pocos que los mas son muertos y es
justo que vuestra magestad a los que quedan ayude en especial lo

19 —

meresce mas Cristóbal de burgos por ser casado y persona que
quiere permanecer en lo, que ayudo a ganar e quaquier merced
que vuestra magestad le mandare hacer terne en tanto como si
se hiciese a mis hijos porque a los tales en este lugar los
tengo nuestro señor vuestra sacra cesárea católica magestad
guarde y prospere bien aventuradamente con mucha paz y obi-
diencia del huniverso de esta ciudad del cuzco XXVIII de hebrero
I U DXXXIX
de Vuestra Sacra Cesárea Católica Magestad muy humilde criado
y vasallo que los muy Reales pies y manos de vuestra magestad
besa
El marques Francisco picarro (rubricado)

Instrucción que el Marqués Francisco Pizarro dio a Diego Verdejo
para la visita que había de hacer desde Chicama hasta Tucome.
Los Reyes 4 de Junio de 1540.
45-4-1/8 R.° 5.
lo que vos diego verdexo vecino de la cibdad de trugillo abeys
de hesitar es desde chicarna hasta tucome que son los valles pa-
casimayo e yana e colique e chuspo e anto en la forma siguiente—
Aveis de hir personalmente a cada vna de las dichas prouin-
cias e caciques de ellas e llegado que seáis lleuando con uos vna
persona qual vos nonbrardes por escriuano de la dicha visitación
ante quien se haga el qual escriuano a de estar presente a ello ha-
réis parescer ante uos todos los señores de las dichas prouincias
e a cada vno por si e apartadamente les preguntareis que caciques
e yndios son sus subjetos e quantas al (roto) cas tienen e ovejeros
y estancias de ellos con sus nonbres—
E ansimismo los de los principales e pueblos e asentarlo eis
por escrito cada cacique que por si con sus yndios e sub jetos e
tomareis al dicho cacique o caciques de cada prouincia que lle-
gardes con uos e lleuarlos eis por todos los pueblos e principa-
les que el manda e son sus subjetos e sin pedilles mas quenta de
que os señale por vista de ojos los pueblos que os hubiere seña-
lado que son sus subjetos que lleuardes por memoria visitareis
todos los dichos pueblos e sabréis los yndios que ay en todos
y en cada vno dellos mirando las casas do avitan e segund vues-
tro parecer e la espiriencia que tenéis veréis por la morada que
tienen si los vecinos della no estuvieren presentes los yndios que
pudieren tener ansi lo mandareis asentar al escriuano teniendo
respeto que los que ansi visitardes sean yndios casados con sus

21 –

mugeres e fijos no siendo estos tales hijos casados de manera
que un indio casado con sus hijos e muger se quenten por vn
yndio de seruicio e mirando que los viejos avnque sean casados
que no se pueden poner para servir por su edad no an de entrar
en quenta sino fuer teniendo hijo de veinte años arriba que pue-
da servir y teniéndolo contarse a por yndio casado porque el tal
hijo servirá por el padre e sino lo tubieren desta edad supla el
que fuere de diez e seis años—
Si por esta via vos pareciere que la visitación no os satis-
face para quedar confiado que vuestra visitación sera verdadera
o a lo menos tan bastante que aunque por el (roto) no podáis
alcancar los yndios que ay que quedéis satisfecho llamareis ante
vos el principal o principales de los pueblos e preguntarles eis
a cada vno por si que yndios tienen casados segund esta dicho e
asentarlo eis al pie de lo que ouierdes vos visitado e junto con
ello vuestro parescer de lo que mas os satisfaze e visto acá lo
vno y lo otro podamos juzgar lo mas cierto para hazer el dicho
repartimiento general como su magestad manda con mejor claridad
e si os paresciere que conuiene sobre todo’ después de visitado
cada cacique con lo a el subjeto preguntarle eis acabada vuestra
visitación que yndios tiene en todos los caciques e yndios que
os nombro sus subjetos porque presumiendo o considerando el di-
cho cacique que vos aueis visto su tierra e casas por vista de
ojos e que sus principales os an dicho los yndios que ay os di-
rá la verdad mas particularmente e para saberlo no quede diligen-
cia ninguna por hazer e lo vno y lo otro asentarlo» eis por es-
cripto poniendo el cacique principal con los yndios que tubiere—
yten teméis cuidado e ansi uos lo mandamos que sepáis las
parcialidades que ay en la tierra de cada cacique e quel es el
que mas manda e si las huviere asentareis por si cada parciali-
dad con sus yndios aparte con el cacique que la mandare e pon-
dréis por escripto quanto ay de vna a otra e quantos yndios tie-
ne porque si se huviere de partir el cacique en dos personas se-
pamos como se a de dividir y se escusen pleitos entre los pobla-

— 22 —

dores e sin ellos puedan mejor servir a su magestad y entender
en la población de la tierra—
Ansimismo como su magestad manda aveis de traer relación
e asentar por escripto la tierra que cada cacique tiene y a vues-
tro parescer quantas leguas son de ella poblado e si tiene dis-
pusicion de minas de plata o de oro y si es tierra de mahiz o de
papas o chimo las sementeras que hazen e si tiene ganado- porque
de todo se llene a su magestad relación e conforme a aquella dis-
pusicion de la tierra que cada cacique tuviere e sabido de lo que
a de servir se dará a cada vno el numero de los yndios que a de
ver—
Yten aveis de saber ansimismo e traer asentado en la dicha
visitación quantas leguas esta cada cacique de el asiento de la
ciudad o villa do a de servir porque teniendo respeto a que esta
cerca o lexos se de el numero de los yndios que paresciere que
conviene para que mas se conserven los dichos yndios e sirvan con
menos trabajo—
Y porque podría ser causa de las guerras pasadas e por fines
que los yndios tienen averse mudado de sus vezindades asi los
que llaman mitimaes como los que no lo son e por esto podriades
hallar unos pueblos mas poblados que otros e al tiempo de el rre-
partir sino hallase claridad e ynformacion de los yndios que ca-
da cacique tiene metidos en su pueblo ágenos e de otros caciques
visitándose ser naturales de la tierra del cacique adonde se an
pasado repartiéndose después en algund vecino el que tuviere de-
recho ser suyos los tales yndios por rrazon de tener el rrepar-
timiento donde ellos se avsentaron sacarlos ya después e rresci-
biria agravio al que se los sacasen porque con ellos se le hin-
cho el numero de su repartimiento y después se lo deminuyeron
aueis de tener especial cuidado en todo los caciques saber que
yndios advenedizos subjetos a otros caciques e mitimaes tienen
en sus tierras de otros pueblos e sabido aveislo de poner por es-
cripto porque no se repartan por subjetos de vn cacique siendo de
otros y después queden enbaraoados los repartimientos y en pleito

— 23 —

ios pobladores e quando hicierdes la visitación de el cacique do
fueren estos yndios naturales e vecinos pondréis en ella este ca-
cique tiene tantos yndios metido en tal cacique y con estos tie-
ne tanto numero de yndios porque después sepa el que los hu-
viere de aser do están para que los pueda recoger e sacar de los
tales caciques e tornarleos e por que se haga’ como su mages-
tad manda e por manera que se tenga por cierto de lo que se hi-
ciere de la dicha visitación se tiene entera noticia antes que la
hagáis vos mandamos que oigáis vna misa del espiritu santo
para que alumbre vuestro entendimiento e os de gracia para que
bien justa y derechamente hagáis la dicha visitación e oida la
dicha misa prometeréis e jurareis solenemente ante el sacerdote
que la hubiere dicho que bien e fielmente sin cautela alguna
ni aflicion haréis la dicha visitación en las dichas provincias y en
cada vna dellas e ansimismo a de jurar la persona que fuere por
escriuano que no asetara en la dicha visitación otra cosa mas ni
menos de lo que viere el dicho escriuano e visitador le mandare—
E porque en tanto que visitáis las dichas prouincias podra
ser que los caciques e yndios d^ ellas se quexasen de personas que
les an fecho malos tratamientos e conuiene al serui-cio de dios e
de su magestad que sean castigados rescibireis la quexa e haréis
la ynformación e fecha castigareis los que lo huvieren fecho con-
forme a justicia y para ello nos don francisco picarro como
gouernador e don frai vicente de valverde como obispo e prote-
tor en esta gouernacion vos damos poder para ello tan cumplido
e bastante como en tal caso se rrequiere e si alguna cosa huvie-
re que vos podáis castigar fecha la ynformacion nos la enbiad—
Yten porque su magestad manda que los dichos caciques e
yndios tributen a sus amos e que la tasación hagamos nosotros e
vos como persona que por vista de ojos vee la tierra e la posibili-
dad que cada cacique tiene para que se le de el tributo que a de
dar a su amo e podra ver el tributo que puede dar e de que cosas
aveis de tener especial cuidado de segund la tierra vierdes de
traer considerado e asentado por escripto lo que el dicho cacique

— 24 —

o caciques pueden tributar e sobre ello ansimismo hablareis a los
dichos caciques el tributo que pueden dar e de que cosas segund
lo que ves vierdes en la tierra que puede cumplir para que visto
vuestro parescer e la voluntad que los dichos caciques el tributo
que pueden dar e de que cosas segund lo que vos vierdes en la
tierra que puede cumplir para que visto vuestro parescer e la vo-
luntad que los dichos caciques tienen se haga acá lo que su ma-
gestad manda—
E porque paresce ynconveniente para hazer la dicha visita-
que tiene en tanto la dicha visitación se haze vos damos poder
cion que sus amos de los caciques residan en los repartimientos
para que podáis mandar e poner penas a las dichas personas que
tubieren encomendados los dichos caciques para que no entren ni
estén en ellos so las penas que vos paresciere las quales aveis
de poner picunarias para la cámara de su magestad que siendo por
vos puestas e siendo remisos los condenamos en ellas—
E porque su magestad manda que se sepa lo que los caciques
tributauan a los (roto) sados para que conforme a ello se le ta-
sen los tributos de las cosas que ellos crian e tienen e nascen
en sus tierras e comarcas sabréis de los dichos caciques lo que
antiguamente solian pagar a los señores pasados e ansimismo lo
que agora suelen pagar

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