CRISTOVAL DE ACUÑA. NUEVO DESCUBRIMIENTO DEL GRAN RIO DE LAS AMAZONAS

CRISTOVAL DE ACUÑA. NUEVO DESCUBRIMIENTO DEL GRAN RIO DE LAS AMAZONAS.

NUEVO DESCUBRIMIENTO
DEL
GRAN RIO DE LAS AMAZONAS
POR EL
P. CHRISTOVAL DE ACUÑA

Reimpreso según la primera edición do 1641

NOTICIA BIOGRÁFICA

DE EL PADRE CRISTÓBAL DE ACUÑA
«Nació en Burgos, en 1597? de una familia
noble é influyente de esta ciudad; llamado por
el estado eclesiástico, ingresó en la Compañía
de Jesús en 1612, en el colegio que los padres
fundaron allí protegidos por los obispos y des-
pués por la familia de los Sanvítores, que ad-
quirió el patronato de la Capilla Mayor.
«Recibidas por Acuña las órdenes sagradas,
fué enviado á las misiones de América para
Chile y el Perú, siendo después nombrado pro-
fesor de Teología moral del colegio de Cuen-
ca (de Quito) en aquel virreinato, y confiándose-
le más tarde el cargo de rector de aquella
casa.
«Designado por la Audiencia de Lima,

VI CHRISTOUAL DE ACUÑA

en unión del P. Andrés da Artieda, para que-
acompañase al general Pedro Texeira en la ex-
ploración del rio de las Amazonas, embarcóse
en Quito por el mes de Febrero de 1639,
gando á Para en Diciembre del mismo año.
»En esta expedición científica estudió deta-
lladamente las costumbres de los pueblos indí-
genas, haciendo curiosas observaciones que le
sugirieron ideas sobre los medios que propuso,.
de asegurar la dominación sobre aquellos-
países.
»En otra ocasión practicó otro reconoci-
miento del curso del rio Ñapo.»
En el año 1640 regresó á España y presen-
tó al Rey la obra que publicamos, acompañada
del Memorial que va al fin, en que da cuenta
de las ventajas que pudiera reportar á la monar-
quía española la conquista y conversión de tan-
tas y tan dilatadas provincias de bárbaros.
«Poco tiempo después hizo un viaje á Roma
en calidad de procurador de su provincia; á sa
vuelta se le nombró calificador de la suprema
Inquisición.
«Permaneció en la corte algún tiempo y
volvió á partir para las Indias Occidentales,
como entonces se llamaba el nuevo continente;
fijó su residencia en Lima y allí falleció en el
año 1675.»

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS Vil

Los anteriores datos están tomados de la
obra Intento de un diccionario biográfico y biblio-
gráfico de autores áe la provincia de Burgos, por
D. Manuel Martínez Añibarro y Rives; obra
premiada por la Biblioteca Nacional. — Ma-
drid, 1890.
* *
Don Marcos Jiménez de la Espada, en los
excelentes preliminares con que en 1880 ilustró
la publicación del manuscrito, de autor anóni-
mo, titulado Viaje del capitán Pedro Texeira,
aguas arriba del rio de las Amazonas (1638-39);
trae algunas noticias referentes á personajes ci-
tados por el Padre Acuña, y copiándola de An-
tonio de León Pinelo, dice que antes de publi-
car la relación extensa, dio el mismo Padre
Acuña otra á luz, muy breve, la cual califica de
rarísima.
Es probable que Pinelo se refiriese al Me-
morial que va al fin de este volumen, pues efec-
tivamente se debió publicar en Madrid, sin año
de impresión, antes de publicarse con el libro.
En el Catalogue Raisonné d(une precieuse co-
Ikction de livres… sur L’Amerique…—Redigé
por Ch.Leclerc. París, MDCCCLXVH.—Pág. 4,
se cita dicho Memorial como obra indepen-
diente del libro extenso.

VIII CHRISTOUAL DE ACUÑA

Reimprimimos esta obra porque es rara y
porque contiene noticias y descripciones de los
indios ribereños del Amazonas, y de las tribus
á él circunvecinas, que creemos son del mayor
interés.
Con asomfcro hemos leído en el Diccionario
Enciclopédico que publica en Barcelona la casa
editorial Montaner y Simón: «El padre Manuel
Rodríguez publicó en 1684 un libro titulado El
Marañan y Amazonas y que no esotra cosa que
la obra del padre Acuña reproducida puntual-
mente ó copiada adpedem litera* (1)
Esta noticia no puede ser más errónea, pues
la obra del padre Rodríguez contiene 444 pá-
ginas, en folio, y la del padre Acuña la forman
solo 46 hojas, por lo que resulta que sería im-
posible reproducirla literalmente.
En la Biblioteca Nacional existen ejempla-
res de las dos obras.
Al publicar ahora de nuevo esta obra no
hemos suprimido ni una sílaba del texto que
contiene la primera edición.

(x) Tomo I. pág. 397, col. I.

NOTICIA BIBLIOGRÁFICA

DE LAS EDICIONES QUE SE HAN HECHO DE ESTA
OBRA EN DIVERSOS IDIOMAS
Primera.—Nuevo descubrimiento del gran rio
de las Amazonas, por el Padre Cristóbal de
Acuña, Religioso de la Compañía de Jesús y
calificador de la suprema general Inquisición.
Al cual fué y se hizo por la provincia de Quito
en los reinos del Perú. Al Excmo. Sr. Conde
Duque de Olivares. (Cliché con el escudo de la
Compañía.) Con licencia en Madrid, en la im-
prenta del Reino, año 1641.—Un volumen en
cuarto, con 6 hojas de preliminares y 46 para
las relaciones y el memorial. Rara.
Segunda.—En Madrid 1659, citada por Wat.
No hay noticia de ningún ejemplar.

X

CRISTOUAL DE ACUÑA

Tercera.—Relation de la riviere des Amazo-
nes traduit de l’espagnol du P. Christophe de
Acuna, avec une disertation curiosse sur cette
riviere pour servir de preface por M. Feu de
Gombervílle. París, Claude Borbin, 1682.—
Cuatro volúmenes en 12o. Tradución muy bus-
cada.
Cuarta.—Relation de la riviere des Amazones*
París, chez la veuve Lauis Billaíne, 1684.—Cua-
tro volúmenes en 12 o. Esta edición solo se di-
ferencia de la anterior en las portadas.
Quinta.—A relation of the great river of the
Amazons in south America; London 1698.—En
cuarto. (Brunet)
Sexta.—… en Wienn. P. Straub, 1729. Tra-
ducción hecha al alemán por un padre jesuíta
y publicada en unión de la Relación historial
dt las misiones de los indios que llaman chiquitos
por el P. Juan Patricio Fernández.
Estas son las ediciones de que tenemos no-
ticia que se ha impreso íntegra la obra, ahora
nuevamente reimpresa.
En la obra del P. Manuel Rodríguez El Ma-
rañan y Amazonas-, Madrid, 1684, entre las pá-
ginas 101 á 141 se incluye casi por completo.
El Sr. Martínez Añibarro en su obra citada,
dice que de los datos del P. Acuña se sirvió el

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS XI

astrónomo M. de la Condomino para su Rela-
tion abnegeé d>un voyage fait dans Pinterieur d*
L’Amerique Meridionale. París 1745.

REPRODUCIMOS
á continuación la portada de la primera edición
reducida á la mitad del tamaño del
original.

NVEVO
DESCUBRIMIENTO
DEL GRAN RIO DE LAS
AMAZONAS
POR EL PADRE CHRSTOVAL
de Acuña, Religiofo de la Compañía de
Iesus, y Calificador de la Suprema
General Inquifícion
al qval fve, y se hizo por orden
de fu Mageftad, el año de 1639
por la provincia de Qvito
en los Reynos del Perú
Al Excelentísimo señor conde
Duque de Oliuares

Con licencia; en Madrid, en 1 a Imprenta del Reino,
año de 1641

AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR
CONDE DVQVE DE OLIUARES
A quien (Señor) debemos acudir, con este
-nueuo mundo descubierto; sino al que en sus
hombros, por aliviar los de su dueño, susten
tara gustoso, si pudiera todo lo restante del?
Qué otro Atlante no se rindiera á tamaña car.
ga; sino el que con esfuerco más que varonil,
lia echado el pecho, á mayores, y desmedidos
pesos? Quien por celoso que se ostente de los
acrecentamientos de su Rey; no se retirara, re.
zelando nueuas dificultades; sino el que quan-
to mayores, más las apetece, para que más
luzca su amor, más su fidelidad? Y quién, para
decirlo de vna uez, sino el Excelentissimo Se-
ñor Conde Duque, podrá patrocinar tan gran-
diosa empressa, de que depende la conuersion
b

XVIII CHRISTOUAL DE ACUÑA

de infinitas almas, el acrecentamiento de la
Real Corona, y la defensa, y guarda de todos
los tesoros del Perú?
En manos, pues, de V. Excelencia ofrezco
este nueuo descubrimiento del gran Rio de las
Amazonas, á que por orden de su Magestad
fui, con cuydado, auerigüé, y con toda puntua-
lidad recopilé en breues hojas, siendo digno
de volúmenes enteros: para que añadida esta
preciosa piedra á la Corona de nuestro gran
Rey Felipe Quarto que Dios nos guarde, por
tan sublime Artífice; mejor assiente, más luzga,
y para siempre permanezca.
Bien puede V. Excelencia aceptar el ofre-
cimiento, seguro de que es en todo grande, y
más de lo que sin duda parece, que á no ser
así, ni yo le ofreciera, ni mereciera aceptación
de tales manos. Porque si el dilatado Imperio
de Etiopía, se alga con tan glorioso renombre,
por ocupar su jurisdicción espacio de noue-
cientas leguas: Si la gran China, por encerrar
en dos mil de cyrcuito, quince diferentes Rey-
nos, espanta al mundo su grandeza. Y si la
longitud que del Perú se publica, se reduze á
términos de mil y quinientas leguas, que se
miden desde el nuevo Reyno de Granada has-
ta les vltimos fines del de Chile. Con quanta
más razón adquirirá sobre todo lo descubier-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS XIX

to, título de grande, el Rio de las Amazonas,
pues en el espacio de casi quatro mil leguas
de contorno, encierra más de ciento y cinquen-
ta Naciones de lenguas diferentes, suficiente
cada vna de ellas á hazer por sí sola vn dila-
tado Reyno, y todas juntas vn nueno y pode-
roso Imperio, que fauorecido, y amparado, á
la sombra de V. Excelencia podra parecer
grande en los ojos de su Magestad, á cuyos
pies, y los de V. Excelencia ofrezco, para esta
conquista mi persona, y las de otros muchos
de mi Religión, si de nosotros se quiere seruir
V. Excelencia, cuya vida prospere el Cielo,
con los aumentos, que su persona, celo y fide-
lidad merecen.
De V. Excelencia criado.
Christoual de Acuña.

AL LECTOR

H-0004-
Nacieron (curioso lector) tan hermanadas
en las cosas grandes, la nouedad y el descrédi-
to, que no parecen sino gemelos de un parto; y
que por el mesmo caso que en lo nueuo, repa-
ra con cuydado, la admiración; peligra el cré-
dito en el ascenso de los más acordados. Y
aunque es verdad, que la eficacia de la curiosi-
dad natural, nos inclina á saber nouedades, la
incertidumbre de su puntualidad, priua el en-
tendimiento, del mayor deleyte, de que sin
duda gozara, si persuadido de lo cierto depu-
siera toda perplexidad en lo dudoso.
Deseando, pues, sacar á vista de todos, el-
nueuo descubrimiento del gran Rio de las Ama-
zonas (á que por orden de su Magostad fui, co-
mo después verás) y teméindome, de que aun-

XXII CHRISTOUAL DE ACUÑA

que por lo nueuo, sería apetecido; con todo no
dexaría de padecer rezelos, en lo puntual, qui-
se asegurarte lo vno y lo otro.
Lo primero, con prometerte vn nueuo mun-
do, Naciones nueuas, Reynos nueuos, ocupacio-
nes nueuas, modo de viuir nueuo, y para dezir-
lo, en vna palabra, vn Rio de agua dulce naue-
gado por más dé mil y trescientas leguas, todo
desde su nacimiento hasta su fin, lleno de no-
uedades.
Lo segundo, con ponerte delante de los
ojos las obligaciones de mi persona, de Reli-
gioso de la Compañía de Iesus, de Sacerdote,
de Legado de su Magestad, y otras, que ni á tí
te importa el saberlas, ni á mí el dezirlas: y si
con todo esto te persuadieres, á que la afición
de lo que con algún cuy dado trabaje, me ade-
lanta; oye á los que de afuera, con testimonios
jurados, acreditan esta Relación. Vale.

CERTIFICACIÓN
DEL CAPITÁN MAYOR DESTK DESCUBRIMIENTO
PEDRO TEXEIRA

Pedro Texeira, Capitán Mayor al presente
en esta Capitanía del gran Para, y Cauo que
fué de la gente de guerra, que fué en el descu-
brimiento del Rio de las Amazonas, de ida, y
buelta, hasta la ciudad de San Francisco del
Quito, en los Reynos del Perú.
Certifico, y afirmo con juramento, por los
Santos Evangelios, que es verdad, que por or-
den de su Magestad, y por particular prouision’
despachada por Real Audiencia de Quito, vino
en mi compañía desde dicha Ciudad, hasta la
del Para, el Reuerendo Padre Christoual de
Acuña, Religioso de la Compañía de Iesus, con
su compañero el Reuerendo Padre Andrés de

XXIV CHRISTOUAL DE ACUÑA

Artieda, en el qual viage, cumplieron entram-
bos así en lo tocante al seruicio de su Mages-
tad, á que eran inuiados, como buenos, y fieles
vasallos suyos, notando, y aduirtiendo todo la
necesario para dar entera y cumplida cuenta
del descubrimiento, á que se deue dar entero
crédito, mejor que á otro ninguno, de los que
fueron en la dicha jornada. Y en lo tocante á
las obligaciones de su Abito, y seruicio de
Dios, acudieron siempre, como acostumbran
los de su Religión; predicando, confesando, y
doctrinando á todos los del exército, compo-
niéndoles con sus dudas, amistándoles en sus
rencillas, animándoles en sus trabajos, y pacifi-
cándoles en sus discusiones, como verdaderos
padres de todos; pasando las mismas incomo-
didades y trabajos, que qualquiera de los sol-
dados particulares, así en la comida como en
todo lo demás.
Y no solo hicieron los dichos padres esta
jornada á su costa, sin que su Magestad les die-
se algún socorro para ella, sino que antes, todo
lo que ellos traían, así de sustento, como de
medicinas, era común de todos los necesitados»
á quienes acudieron siempre con muy grande
caridad, y amor.
Y por ser verdad todo lo aquí contenido,

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS XXV

di esta certificación, firmada de mi mano y se-
llada con -el sello de mis armas.
En esta ciudad de Para á tres de Margo de
mil y seiscientos y quarenta años
El Capitán Mayor,
Pedro Texeira.

CERTIFICACIÓN

DEL REUERENDO PADRE COMISARIO DE LAS
MERCEDES
Fray Pedro de la Rúa, Religioso de nuestra
Señora de las Mercedes, Comisario general de
mi Orden en los Estados de Marañon, y Para;
Certifico á todos los que la presente vieren,
como los Reuerendos Padres Christoual de
Acuña y Andrés de Artieda su compañero, Re-
ligiosos de la Compañía de Iesus, uinieron des-
de laProvmcia de Quito, en compañía de la
armada Portuguesa, que de buelta del descu-
brimiento del Rio de las Amazonas, baxó por
él hasta la Ciudad del Para, Costa del Brasil, y
Gobierno del Marañon; acudiendo en todo el
tiempo que duró el viage, como verdaderos
hijos de su religión confesando, predicando, y

XXVIII CHRISTOUAL DE ACUÑA

consolando á todos los del ejército, y añidién-
doles en todas sus enfermedades, y necesida-
des, como verdaderos padres de todos.
Cumpliendo juntamente con lo que por
parte de la Real Audiencia de Quito, en nom-
bre de su Magestad, se les aula encomendado
en lo tocante á hazer aueriguacion de las cosas
principales del dicho Rio de las Amazonas, que
hizo el Reuerendo Padre Christoual de Acuña,
con el cuydado que se verá por la relación, á
que juzgo se deue dar entero crédito, por ser
persona desinteresada, y que solo mouido del
seruicio de Dios, y del Rey emprehendió jor-
nada tan trabajosa.
De todo lo qual puedo dar fé, como testigo
de vista, que por todo el camino vinimos jun-
tos.
Y por ser verdad di esta firmada de mi nom –
bre, y sellada con el sello de mi Religión.
En esta ciudad del Para, á diez y nueve de
Margo, de mil y seiscientos y quarenta años.
Comisario
Fray Pedro de Santa María
y de la Rúa.

CLAVSVLA

DE LA PROVISIÓN REAL QUE DIO LA AUDIENCIA
DE QUITO EN NOMBRE DE SU MAGESTAD, PA-
RA ESTE DESCUBRIMIENTO.
En conformidad de lo qual fué por los di-
chos mi presidente é Oydores, acordado, que
deuía mandar dar esta mi carta, y prouision
Real, para vos, y cada vno de vos en la dicha
razón; é yo he tenido por bien, y os mando,
que siendo con ella requeridos, por los dichos
Padres Christoual de Acuña y Andrés de Artie-
da, Religiosos de la dicha Religión de la Com-
pañía de Iesus, ó por qualquiera dellos, veáis
los autos suso insertos, y en su cumplimiento,
les daréis, y haréis se les de todo el auío bre-
ue, y buen pasage que hubieren menester, para
el mejor cumplimiento de su misión, viage,
buenos efectos que del espero han de resultar,
sin que en ello les sea puesto estorbo, ni impe-

XXX CRISTOUAL DE ACUÑA

dimento alguno, por ninguna causa ni razón
que sea, pues de lo contrario me tendré por
deservido.
Y ruego, y encargo á vos el dicho Padre
Christoual de Acuña, que en cumplimiento de
|0 proueido por los dichos mi Presidente, y
Oydores, y en conformidad del nombramiento
en primer lugar en vos fecho por vuestro Prela-
do y de lo que por su petición tiene ofrecido.
Auiéndoos sido entregada esta mi carta, por
parte de dicho mi Fiscal, veáislo en ella conte-
nido, y lo guardéis, cumpláis y executeis; y en
su cumplimiento, partáis desta mi corte con el
dicho vuestro compañero, para la dicha Pro-
uincia del Para, en compañía del Capitán Pedro
de Texeira, y demás gente de milicia que con
él va, teniendo, como haueis de tener, particu-
lar cuydado de describir con la mayor claridad
que os fuere posible, la distancia de leguas,
Prouincias, poblaciones de Indios, rios y para-
ges particulares, que hay desde la primera em-
barcación hasta la dicha Ciudad, y puerto del
Para; informándoos con la mayor certeza que
pudiereis dello, para dar bastante noticia, como
testigo de vista en mi Real Consejo de las In-
dias, de todo; y que se tenga la necesaria de
las dichas Prouincias, como mando lo hagáis,
pareciendo personalmente con esta mi carta,

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS XXXI

de parte de la dicha mi Audiencia de Quito,
ante los mi Presidente é Oydores del dicho mi
Real Consejo: y siendo necesario informar de-
11o á mi Real persona, lo haréis, inuiando rela-
ción de todo al Acuerdo de la dicha mi Au-
diencia de Quito.
Y por vuestra falta el dicho Padre Andrés
de Artieda, con el cuydado, y puntualidad, que
de vuestras personas, y celo con que los de
vuestra Religión acostumbran servirme, confio:
y como es negocio tan importante al servicio
de Dios nuestro Señor, y nuestro, bien, y con-
uersion de tantas almas, como se tiene noticia
ay en las dichas Prouincias nueuamente descu-
biertas, Que de lo así hazer, y cumplir, me
tendré de vos, y de la dicha vuestra Religión
por bien servido.
Dada en Qnito á veinte y quatro días del
mes de Enero de mil y seiscientos y treinta y
nueve años.
El Licenciado don Alonso Pérez de Salazar.
—Doctor don Antonio Rodríguez de San Isi-
dro y Manrique.—El Licenciado don Alfonso
de Mesa y Ayala.—El Licenciado don luán de
Valdés y Llano.—El Licenciado don Gerónimo
Ortiz Zapata.—Secretario don luán Cornejo.

RELACIÓN
NVMERO I
Noticias de este gran Rio
^ASI con las primeras vistas de aquella
aparte de la América, que oy tiene nom-
¡Te de Perú, Nacieron en nuestra España, aun-
que co-
^endo por el riñon de el Perú, se sustentaua
todas las vertientes que al mar del Norte
^butan sus encumbradas cordilleras.
_a-g&L-»_

I

NVMERO II
Descubre Francisco de Orellana este Rio

STOS deseos solicitaron el coracon de
Francisco de Orellana, á que el año de
mil y quinientos y quarenta, en cierta embar-
.cacion, y con algunos compañeros, se fiase de
las corrientes de este gran Rio (que desde en-
tonces, tomó también el nombre de Orellana)
y pasando á España, por la relación que de
sus grandezas dio, la Cesárea Magestad de el
Emperador Carlos Quinto, le mandó dar tres
Nauios con gente, y todo lo necesario, para
que le boluiese á poblar en su Real nombre, á
que salió el año de quarenta y nueue, si bien
con tan aduersa fortuna, que muriéndose la mi-
tad de los Soldados en las Canarias y Islas de
Cabouerde, con los demás que cada dia se le
uan disminuyendo, llegó á la boca de este

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 3

gran Rio, tan falto de gente, que le fué fuerga
dexar dos Nauios que hasta aquel punto auia
conservado, y no se sintiendo con fuergas
para más, en dos lanchas de buen porte, que
fabricó, con toda su gente, prosiguió sus in-
tentos, entrando el rio arriba, que á pocas le-
guas reconoció no hauian de tener buen fin; y
asi reduciéndose todos á vna sola embarca-
ción, se retiraron por la Costa de Caracas,
hasta dar en la Margarita, adonde acabaron
todos, y con ellos las esperanzas, de que su
Majestad entrase en posesión de lo que tanto
se deseaua y en sí prometía.

NVMERO III

Entra por este rio el tirano Lope de Aguirrc

5)OLUlÉRONSE
¿)cas veinte años

a aviuar estas esperan-
despues, que fué el de

quinientos y sesenta, con la entrada que por
orden del Virey del Perú hizo á este gran rio
el ganeral Pedro de Orsua, arrojándose con
buen exercito á sus aguas, para ser testigo de
vista de las grandezas, que solo por noticias,
se publicauan del; pero con tan mal suceso,
ue* ué muerto á trayción por el tyrano Lope
de Aguirre, el qual leuantándose no solo por
General, sino también por Rey, y prosiguiendo
el viaje comentado, no permitió Dios que
acertase á la principal boca, por donde este
gran rio desagua en el Occeano, (que desdecia
de la fidelidad de Españoles, descubrir vn ti-
rano cosa de tanta importancia á nuestro Rey

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 5

y Señor), sino que dexándose llevar de bragos
de él, vino á desembocar por la Costa enfren-
te de la Isla de la Trinidad, en Tierra firme de
las Indias de Castilla. Donde por orden de su
Majestad le quitaron la vida, y le sembraron
las casas de Sal, que oy dia se muestran en
aquellas partes.

NVMERO IIII
Intentan otros este descubrimiento

STOS mismos deseos de el descubri-
miento de este Rio, obligaron al Sar-
gento Mayor Vicente de los Reyes Villalobos,
Gouernador y Capitán General de los Quixos,
jurixdicion de la Prouincia de Quito, para que
se ofreciese con buenos partidos, á principiar-
le por aquellas partes: en cuya conformidad,
despachó la Católica persona de nuestro gran
Rey Felipe Quarto, que oy viue, y viua felices
años, en el de veinte y vno, vna Cédula á la
Real Audiencia, y Cnancillería de San Francis-
co de el Quito, para que se capitulasen las
condiciones que para el dicho descubrimiento
fuesen convenientes, que por acabar en este
Ínterin el dicho Gouernador su oficio, no tu-
vieron efeto. Como ni tampoco le tuuieron los

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 7

ardientes deseos de Alfonso de Miranda, á
quien él sucedió en el cargo, por atajárselos la
muerte. Que también atajó los luzídos em-
pleos, en que el General Ioseph de Villamayor
Maldonado, Gouernador mucho antes que los
dos, de el mesmo Gouierno de los Quixos
gastó lo mejor de su vida, con ardiente zelo de
sugetar á Dios, y al Rey, la multitud de Nació,
nes que confusas noticias, publicauan deste
rio: poniendo en execucion por muchas par
tes con no pequeños logros sus deseos.

NVMERO V

Intenta Benito Maciel este descubrimiento

OLICITARON estos mismos deseos, no
solo los ánimos de los castellanos, por
las partes de el Perú, sino que estendiéndose á
las costas del Brasil, habitación de Portugue-
ses, quisieron con el zelo que siempre tienen
de aumentar su Corona, comentando desde la
boca deste rio, buscar su origen, y desentra-
ñarle de sus grandezas, á que se ofreció Benito
Maciel Pariente, Capitán Mayor que entonces
auia sido de el Para, y al presente Gobernador
de el Marañon. En cuya conformidad, se le
despachó el año de veinte y seis vna Real Cé-
dula, para que lleuase hasta el fin sus intentos,
os quales cesaron por querer su Magestad ser-
lvirse de su persona en la guerra de Pernam-
buco.

NVMERO VI

Mándasele á Francisco Coello que haga esta en-
trada

O parece que se quietaua el coraron
de nuestro gran Rey hasta ver execu-
tada cosa que tanto se deseaua, y ella de sí
prometía. Y aunque se desbaratauan todos los
caminos y trazas, que á este fin ordenaua la
humana prudencia, no por esto dexaua de in-
sistir en el intento principal, á cuya causa des-
pachó por los años de treinta y tres, ó treinta
y quatro, vna Real Cédula, á Francisco Coello
de Carauallo, que á la sazón estaua por Gouer-
nador de el Marañon, y Para, con expreso
mandato de que luego se hiciese el dicho des.
cubrimiento, y que no auiendo quien imbiar,
fuese él en persona á ponerlo en execucíon;
tanto como esto deseaua su Magestad se efec-
tuase, cosa que por todas partes se intentaua,

IO CHRISTOUAL DE ACUÑA

y por ninguna llegaua á deuida execucion
tampoco la tuvo en esta ocasión, por i
juzgar el Gouernador con fuerzas sufic
para poder diuidirlas, en tiempos que el
des infestaua cada dia sus costas. Y apeí
nia gente para poderle resistir la entrada
no ay que espantarse de que humanas tra
desbaratasen, quando las diuinas teni;
dispuesto el modo casi milagroso, con < auia de hazer este grandioso descubrim que fué como aquí diré: NVMERO VII Nauegan este rio dos Religiosos legos de San Francisco STÁ la ciudad de San Francisco de el Quito, que es vna de las mas famosas *ie toda la América, edificada sobre montes, en la más alta Cordillera, que corre por todo -aquel nueuo Orbe, aun no medio grado á la vanda del Sur de la línea Equinocial, Cabera de vna Prouincia, la más fértil, más abundante, más regalada, y de mejores temples que otra ninguna del Perú, y que en multitud de natu- rales, policía, buena enseñanca y Christiandad dellos, á todas se auentaja. De esta ciudad, pues, por los años de trein. ta y cinco, treinta y seis, y principios del treinta y siete, salieron ciertos Religiosos de San Francisco, por orden de sus superiores en compañía del Capitán luán de Palacios, y 12 CHRISTOÜAL DE ACUÑA otros Soldados, para proseguir estos en lo temporal, y aquellos en lo espiritual, con el descubrimiento deste rio, que ya más auia de treinta años, principiaron los Padres de la Compañía de Iesus, por los Cofanes, donde los naturales mataron cruelmente al Padre Rafael Ferrer, en pago de la Doctrina que les enseñaua. Llegando, pues, los dichos Religio- sos de San Francisco á la Prouincia de los En- cabellados, numerosa mucho en gente, pero bien estrecha para el encendido zelo con que estos siervos de Dios, como siempre acostum- bran, la pretendían reducir al gremio de la Iglesia: asistieron entre los naturales algunos meses, y viendo el tiempo que perdían, y que la mies no la tenia aún Dios sazonada, se bol- uieron vnos á su Conuento de Quito, quedan- do los otros en compañía de los pocos Solda- dos que quisieron asistir al lado de su Capitán^ que á pocos dias vieron por sus ojos muerto á manos de aquellos á quienes iuan á hazer tanto bien: con que les fué fuerca desamparar la tierra, y enderezando su viaje á Quito todos los demás, dos Religiosos Legos llamados Fray Domingo de Brieua y Fray Andrés de Toledo, con seis soldados en vna embarcación pequeña, se dexaron lleuar de la corriente rio abajo, no con otro intento, á lo que se puede DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 13 oaginar, que lleuados del diuino impulso que itre tan flacos instrumentos, tenia librado el imer descubrimiento deste rio. NVMERO VIII Llegan los ¿los Religiosos al Marañon AUORECIÓ Dios los intentos de estos dos Religiosos, y después de muchos dias de nauegacion en que experimentaron bien su providencia, llegaron á la Ciudad de el Para, población de Portugueses, que está si- tuada quarenta leguas de donde este rio des- emboca en el Occeano, jurixdicion de el Go- uierno de el Marañon; auiendo pasado sin le- sión alguna por inmensas Prouincias de Bár- baros, y muchas dellas Caribes, que comen carne humana, recibiendo de ellos el necesario mantenimiento, para lleuar al fin lo comentado• Pasaron luego á la Ciudad de San Luis de el Marañon, donde el Gouernador asistia, que en onces era Iacome Reymundo de Noroña, elec- to á mi ver, mas por prouidencia diuina, que DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS I $ a voz de el pueblo, pues ningún otro iera con tantas dificultades, ni se opusiera contrarios pareceres, que no tuviera el y obligaciones que á él le corrían, de ser esinteresadamente en este descubrimiento Dios, y á su Rey. A este, pues, dieron los Religiosos noticia de su viage, que íué > de personas que venian cada dia hu-
3 de las manos de la muerte, y lo que
pudieron aclarar, fué dezir que venian de
rfi, que auian visto muchos Indios, y que-
•euerian á boluer por donde auian baxa
aiendo quien quisiese seguir esta derrota

NVMERO IX
Es nombrado para la conquista Pedro de Texeira

ONFUSO quedaua en este estado nues-
tro descubrimiento* y mal podia su Ma-
gestad tomar resolución de lo que conuenia á
su Real seruicio, si el Gouernador, como ya
dixe, no tomara pechos al aclarar estas som-
bras, y contra el parecer de todos, imbiar gen-
te por el rio arriba, hasta la Ciudad de Quito,
que con más atención y menos rezelos, nota-
sen todo lo que hallasen en él, digno de aten-
ción.
Para esta empresa nombró por Cabeca y
Caudillo de todos á Pedro Texeira, Capitán
por su Magestad de los descubrimientos, per-
sona á quien el Cielo sin duda tenia escogida
para esta ocasión, pues sola su prudencia, y
sus obligaciones, pudieran acabar lo que él

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 17

trabajó y hizo, en seruicio de su Rey en esta
jornada, no sólo con gastos y pérdidas de su
hazienda, sino también con mucho dispendio
de su salud, si bien nada de esto es cosa nue-
ua, en quien por tantos años que há que sirve
á su Magestad, nunca se ha grangeado otros
intereses que dar honrada cuenta de todo lo
que se le ha encargado, que ha sido mucho, y
«n ocasiones de no poca importancia.

NVMERO X
Comienza su viaje Pedro Texeira

ALIÓ pues este buen Caudillo de los
Confines del Para, á los veinte y ocho
de Octubre de mil y seiscientos y treinta y sie-
te años, con cuarenta y siete Canoas de buen
porte (embarcaciones de que adelante se dirá)
y en ellas setenta Soldados Portugueses, mil y
doscientos Indios de boga y guerra, que con
las mugeres y muchachos de servicio pasarían
todas de dos mil personas. Duró el viage cerca
de vn año, así por la fuerza de las corrientes,
como también por el tiempo, que en hazer
mantenimi;..tes para tan numeroso exército,
era fuerza se gastase, y principalmente por ca-
minar sin guias ciertas, que les pudiesen ende-
rezar sin rodeos, ni dilaciones, por los rumbos
más breues, por los quales deuieran seguir su

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 19

camino por ser este tan cumplido, y por las
incomodidades que en él se pasauan, comen-
taron los Indios amigos á mostiar poco gusto
y Soldados, las mandó ir delante, como
posentadoras de lo restante del Exército, y á
k verdad, no eran sino descubridoras del me-
Jor lamino en que mil vezes dudoso de lo cier-
t0> alucinaban.

NVMERO XI
Adelántase el Coronel Benito Rodríguez.

OMBRÓ Pedro de Texeira por Cabo
des ta cuadrilla al Coronel Benito Ro-
dríguez de Oliuera, hijo del Brasil y persona
que como criada toda su vida entre los natura-
les, les tiene calados los pensamientos y con
pequeñas muestras adiuina lo que tienen en el
coracon, con que es conocido, temido y respe-
tado de todos los Indios de aquellas Conquis-
tas, y en el presente descubrimiento importó
no poco su persona, para llevarle al fin con
la felizidad que se hizo. Llegó, pues, el Co-
ronel con su esquadra, después de vencidas
muchas dificultades, al Puerto de Páyamino,
dia de San luán á los veinte y quatro de Iunio
de mil y seiscientos y treinta y ocho, que es la
primera habitación de Castellanos, que por

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 21

fuellas partes, sugeta á la Prouincia de los
Quixos, jurixdicion de Quito, se auezinda á las
0rülas deste gran Rio. Si bien por el de Ñapo
(de q^e después se hará mención) hubiera te-
Dldo toda la Armada mejores Puertos, más
kastiirúentos y menos pérdidas, no solo da In-
dios sino también de haziendas.

NVMERO XII

Dexa el Capitán el exército en los Encabellados

IEMPRE iua siguiendo el Capitán Ma-
yor los rastros y auisos que su Coronel
le dexaua en las dormidas, con que alentados
de nueuo, cada día pensauan, seria el siguien-
te, el postrero de la jornada. Sustentados con
estas esperanzas llegaron á vn rio (de que ya
diximos arriba) poblado todo de naturales; de
paz, en tiempos pasados, pero ya rebeldes por
la muerte del Capitán Palacios. Pareció este
sitio apacible, para dexar allí situada toda la
fuerza de el exército, y nombrando por Capi-
tán y Cabo de todos á Pedro de Acosta Fauela,
que con la compañia que llebaua á su cargo,
hiciese allí pié fijo hasta tener nuevo orden;
quedó también con la suya el Capitán Pedro
Bayon; personas ambas que bien mostraron en

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 23

esta ocasión, el valor con que tantos años
auian exercitado la milicia, y la fidelidad con
obedecian las ordenes de sus mayores,
Pues á pie quedo esperaron onze meses, sin
jarras intentar otra cosa, con ser la tierra en-
fe^rria, los mantenimientos ningunos, sino los
se buscauan debaxo de las armas, y esos
tan cortos que apenas parece podian ser sufi-
Cle*Vtes á sustentar la vida. Pero bien satisfecho
est^–ua el Capitán Mayor de los que dexaba en
Se:t:*xejantes riesgos, que sola la muerte les po-
^ri^ apartar de el cumplimiento de sus órde-

NVMERO XIII
Llega el Capitán Mayor á Quito

ON esta confianca, y pocos compañe-
ros, prosiguió Pedro Texeira en segui-
miento de su Coronel, que ya halló estaua
dias auia en la Ciudad de Quito. Donde fue-
ron bien recibidos y agasajados, así de lo Se-
cular como de lo Eclesiástico, mostrando to-
dos el gozo que tenian de ver en sus tiempos,
y por vasallos de su Majestad, no solo descu-
bierto, sino también navegado, desde su fin
hasta sus primeros principios, el afamado rio
de las Amazonas.
No tuvieron la menor parte de estos rego-
cijos, todas las Religiones de aquella Ciudad,
que son muchas, y muy autorizadas, ofre
ciéndose cada vna por sí, con obreros fieles,
que desde luego entrasen trabajando en la

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 25

grande, é inculta viña de inmensos bárba-
ros, de que Por sus aueuos descubrimientos
les daua noticia.

NVMERO XIIII
Resolución del Virey del Perú

^TBO) ECIBIDA en aquella Real Audiencia
[cLa^yde Quito la noticia, que bastaua para
hazer pleno concepto de lo mucho que á am-
bas Magestades, Diuina y humana, importaua
el acudir luego al buen despacho de negocio
tan graue, no se atrauieron los señores Presi-
dente y Oydores de ella á resoluer nada, sin
primero dar auiso al Virey del Perú, que á la
sazón era el Conde de Chinchón. El qual des-
pués de consultado el caso con la gente más
práctica de la Ciudad de Lima, Corte de aquel
nueuo mundo, resoluió por carta suya para el
Presidente de Quito (que era el Licenciado
D. Alonso Pérez de Salazar) su fecha á los diez
de Nouiembre de seiscientos y treinta y ocho,
que el Capitán Mayor Pedro Texeira con toda

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 27

su gente se boluiese luego, por el mesmo ca-
mino que auia venido á la Ciudad de Para,
dándoles todo lo necesario para el viaje, por la
falta que tan buenos Capitanes y Soldados, sin
duda harían en aquellas fronteras, que tan in-
festadas son de ordinario de el Enemigo Olan-
dés, mandando juntamente, que si fuese posi-
ble, se dispusiesen las cosas de suerte, que fue-
sen en su compañía dos personas tales, á quie-
nes se pudiese dar fe por la Corona de Casti-
lla, de todo lo descubierto, y de lo demás que
á la buelta de viaje se fvese descubriendo.

NVMERO XV

El General D. luán de Acuña, se ofrece d la
jornada

N confusión puso á todos la execucion
desta vltima orden del Virey, por lo»
muchos inconvenientes, que mirado á prima faz
representaua. Si bien no faltaron seculares ze-
losos del seruicio de su Magestad, que atrope-
llándolo todo deseaua ser cada cval vno de los
que se nombrasen para tamaña empresa. Pero
el que entre todos se mostró más feruoroso
de nueuas ocasiones, en que proseguir en ser-
uicio de su Rey, lo que ya por mas de treinta
años él auia hecho, y sus antepasados por to-
da la vida, fué D. Iuan Vázquez de Acuña,
Caballero del Auito de Calatraua, Teniente de
Capitán General del Virey del Perú, y Corre-
gidor actual, por su Magestad, de Españoles, y
naturales, en la mesma Ciudad de Quito y su

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 29

Comarca, el qual ofrecía, no solo su persona,
pero juntamente su hazienda para á su Costa
levantar gente, pagar soldados, comprar man-
tenimientos, disponer pertrechos, y hazer to-
dos los gastos necesarios para tan cumplido
viage, solo con el interés que siempre tuvo,
de que su Rey y señor fuese seruido. No sur-
tió efeto su buen deseo, por no !e dar licencia
quien podía, que atendiendo á la falta que po-
dría hazer, dexando el oficio que exercía ac-
tualmente, se le negó. Si bien no quiso Dios
que tan honrados deseos quedasen del todo
“frustrados, disponiendo las cosas de suerte,
que ya que él no iua fuese en su lugar el Padre
Cristoual de Acuña, Religioso de la Compañía
de Iesus, su hermano; teniendo á gran dicha
poder por este modo ofrecer al servicio de su
Majestad cosa que tanto estimaba, y le tocaba
tan de cerca, lo cual sucedió desta manera:

NVMERO XVI

Nombra la Real Audiencia al Padre Christoual

de Acuña para esta jornada.

K^IENDO el Licenciado Suarez de Poa.

go, Fiscal de la Real Cnancillería de
Quito, ya de partida la Portuguesa Armada,
y considerando como fiel ministro de su Ma-
jestad los muchos vtiles y ningunos inconue-
nientes que se podían seguir de que dos Reli-
giosos de la Compañía de Iesus, le acompa-
ñasen notando con cuydado todo lo digno de
aduertencia en este gran rio, con cuya noticia
pasasen á España, para dar cierta relación de
todo en el Real Consejo de las Indias, y sien-
do necesario al Rey nuestro señor en su Real
persona. Como lo pensó el Fiscal, así lo pro-
puso en el Real acuerdo, y pareciendo á todos
bien la propuesta, se dio noticia dello al Pro-
uincial de la Compañía de Iesus, que á la sa-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 31

zon era el Padre Francisco de Fuentes, el
qual estimando la honra que se hazia á su Re-
ligión, en fiar de ella cosa de tanta importan-
cia, y codicioso de que por esta via se le abrie-
se puerta, á que sus hijos entrasen á lleuar la
nveva luz del Santo Euangelio, á tanto número
de almas, que en este gran Rio, yazen en la
sombra de la muerte, nombró en primer lugar,
para esta empresa, al padre Christoual de Acu-
ña, Religioso profeso, y actual Rector del Co-
legio de la Compañía de la Ciudad de Cuenca,
jurixdicion de Quito. Y en segundo lugar, y
por su compañero, al Padre Andrés de Artie-
da Lector de Teología en el dicho Colegio de
la mesma Ciudad de Quito. Aceptado por los
señores de aquella, Real Audiencia el nombra-
miento de los dichos dos Religiosos de la
Compañía de Iesus, se les mandó dar una Real
Provisión (cuya cláusula pusimos al principio)
en que se les manda, que siendo con ella re-
queridos, luego al punto partan de la Ciudad
de San Francisco del Quito, en compañía del
Capitán Mayor Pedro Texeira, y llegando á la
del Para, pasen á España á dar cuenta de todo
lo qué con cuydado huuieren notado en el dis-
curso del viaje al Rey nuestro señor en su Real
persona.

NVMERO XVII
Salen los Padres de Quito,
BEDECIENDO luego los dichos Pa-

mandaba, y á los

diez y seis dias de Febrero de mil y seiscien-
tos y treinta y nueue, dieron principio á tan
luengo viage, que duró por espacio de diez
meses, hasta entrar en la Ciudad del Para don-
de tomaron puerto á los doce de Diciembre
del mesmo año.
Después de hauer hollado con sus plantas los
encumbrados cerros, que con el licor de sus
venas, alimentan, y dan el primer sustento á
este gran Rio; y caminando sobre sus ondas
hasta donde dilatado en ochenta y cuatro le-
guas de boca, paga caudaloso tributo al mar
Occeano; después de hauer con muy particu-
lar cuydado notado todo lo que en él ay digno

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 33

aduertencia; después de auer marcado sus
aturas, señalado por sus nombres los Rios
le tributan, reconocido las naciones que se
ostentan en sus orillas. Visto su fertilidad,
£°zando sus mantenimientos, experimentando
Süs temples, comunicado con sus naturales, y
talmente después de no haber dexado cosa
^e las en él contenidas de que no puedan ser
testigos oculares.
Como á tales, pues, como á personas que
^tttas obligaciones nos corren de ser puntua-
*es en lo que se nos ha encomendado, pido yo
* los que esta relación leyeren, me den el cré-
dito que es justo, pues yo soy el vno dellos,
Y e** nombre y por parecer de entrambos, to-
la pluma para escriuirla.
Digo esto por las que podrá ser saquen
°tros á luz, quizá no tan ajustadas á la verdad
c°xno convenia. Esta lo será, y tanto, que por
^^gun caso pondré en ella cosa de que no
P^eda con la cara descubierta atestiguar con
de cinquenta Españoles, Castellanos y Por-
^gueses, que hicieron el mesmo viage, afir-
mando lo cierto por eierto, y lo dudoso por
para que en cosa tan graue, y de tanta im-
portancia, nadie se arroje á creer más de lo
en esta relación se afirma.

NVMERO XVIII
El Rio de las Amazonas es el mayor del Orbe

S el famoso Rio de las Amazonas, qc^3
corre y vana las más ricas, fértiles y pC^
bladas tierras de todo el Imperio del Perú; ^
que de oy en adelante podemos, sin vsar ctf
hipérboles, calificar por el mayor y más cél-^
bre del Orbe. Porque si el Ganges riega toda ^
India, y por caudaloso oscurece el mar quar^
do desagua en él, haziéndole que pierda –
nombre, y se llame Sinu-Gangetico, por ot^
nombre Golfo de Bengala. Si el Eufrates, p^
Rio afamado de la Siria, y parte de la Persfc
es la delicia de aquellos Reynos. Si el Ni –
riega lo mejor del África, fecundándola c^
sus corrientes, el Rio de las Amazonas rier l
más extendidos Reynos, fecunda más Veg ^
sustenta más hombres, y aumenta con

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 35

aguas mas caudalosos Gcceanos; soío itti iáil*.
para, vencerlos en felicidad, tener su origen en
el Pacífico, como de aquel os lo afirman gra-
bes Autores.
H>el Ganges dizen las historias, que desa-
§rua.ri en él treinta caudalosos rios y que en sus
Pla-yas se ven arenas de oro, innumerables rios
^^saguan en el de las Amazonas, arenas de oro
^erie, y tierras riega, que atesoran en sí infini-
tas riquezas.
JL\ Eufrates se llama así, como notó San
^Wxbrosio, á latineando, porque con sus co-
Tri-^ntes alegra los campos, de suerte que los
SLU.^ riega este año, aseguran abundante cose-
ct*^. para el siguiente.
Del rio de las Amazonas se puede afirmar
e sus orillas son en la fertilidad Paraisos, y
Sl ^1 arte ayuda á la fecundidad del suelo, será
to cío él vnos apacibles jardines. La felicidad
la tierra, que riega el Nilo, celebró Lucano
estos versos:
Terra fuis contenta boais, non indiga viereis
ant souis; infalo, tanta eft fidacia Nilo.
No necesitan las Prouincias vezinas al Rio
las Amazonas de los extraños bienes; el
“^io es abundante de pesca, los montes de ca-

36 CHRISTOÜAL DE ACüSÍTA

ca, los aires de aues, los árboles de frutas, los
campos de mieses, la tierra de minas, y los
naturales que le hauitan de grandes hauiiida-
des, y agudos ingenios, para todo lo que les
importa, como iremos viendo en el discurso
desta historia.

NVMERO XIX
Nacimiento del Rio de las Amazonas

ANDO, pues, principio á ella por el
nacimiento y origen deste gran Rio de
las Amazonas, hasta aora oculto siempre, que-
riendo cada tierra hazerse madre de tal hijo
atribuyendo á sus entrañas los primeros sus-
tentos que le dan ser, nombrándole con nom-
bre de Rio Marañon, error tan asentado en
aquellas partes, que la ciudad de los Reye&
Emporio de todas las de América, se gloria de
que las Cordilleras de Guanuco de los Caua-
Ueros, á distancia de setenta leguas de su si-
tio, dan cuna y cortan los primeros pañales de
vna laguna, que allí está, á este afamado Rio
Y á la verdad, no va muy fuera de camino
pues ya que no sea este su origen del Rio de
las Amazonas, eslo por lo menos de vno de

38 CHRISTOUAL DE ACUÑA
los más famosos, que él conuierte en su prc^>
pia sustancia, y alimentado de sus aguas, cC^1
re más brioso, su carrera.
Quiere tai.ibien el nuevo Reyno de Granad
aumentar su crédito, prohijando á las vertiera-
tes del Macóa, el primer nacimiento de esfc: ^
Rio, que en su origen llaman los naturales
gran Caquéta, si bien con ningún fundamenten ^
pues en más de setecientas leguas, no se ve^
las caras estos dos Rios, y quando se encue«r^- ■
tran, como reconociendo á su mayor, torciemr^- –
do el Caquéta su curso, viene á pagar vasallajs^ ^
al de las Amazonas.
Por otras muchas partes quiere el Fezmz~~&
alearse con el principio y nacimiento dest
gran Rio, celebrándole y festejándole, core”» o
á Rey délos demás. Pero de oy en adular*- “fc^
no lo permitirá la ciudad de San Francis^^*3
de el Quito, pues á ocho leguas de su asient. °*
tiene encerrado este tesoro, á las faldas de X ^
Cordillera, que diuide la jurixdicion del CSr- *^>~
uierno de los Quixos, al pie de dos cerros, 1^-
mado el vno Guamaná, y el otro Pulca, cL :í
tantes entre sí aún no dos leguas, de los qi-^-^3′-
les da este por madre al recien nacido
grande laguna; y aquel otra, aunque no de ts
to box, si bien de mucho fondo, que agujerea
do vn cerro, que inuidioso del tesoro, que ^

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 39

sí ofrecía, con la fuerca de un terremoto se le
echó encima, pretendiendo ahogar en sus
principios tan grandes esperanzas, como de
aquel pequeño lago se prometían al mundo.
Destas dos lagunas, que caen veinte minutos
debaxo de la linea Equinocial á la vanda del
Sur, tiene su principio el gran Rio de las Ama-
zonas.

NVMERO XX
Su curso, latitud y longitud

AZE su curso este Rio, de Oeste, á
Leste, como dize el nauegante, esto es
de Poniente á Oriente, vezino siempre á la
Equinocial la vanda de el Sur, por dos grados,
tres, quatro, cinco, y dos tercios en la mayor
altura. Tiene de largo desde su nacimiento
hasta que desagua en el mar, mil y trecientas y
cinquenta y seis leguas Castellanas, bien medi-
das, y según Orellana, mil y ochocientas. Ca-
mina siempre culebreando en bueltas muy di-
latadas, y como señor absoluto de todos los
otros rios que en él entran, tiene repartidos
sus bracos que son como fieles executores su-
yos, por medio de los quales sale al encuentro,
y cobrando dellos el debido tributo de sus
aguas, los buelue á en incorporar en la Canal

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 41

principal. Y es cosa digna de notar, que qual
es el guesped que recibe, tales son los Aposen-
tadores, que le despacha; de suerte, que con
ordinarios bracos, recibe los más comunes
Rios, acrecentando otros mayores, para los de
más quenta; y á aigunos que son tales, que
casi se le pueden poner hombro con hombro,
él mesmo en persona con toda su corriente
les sale á ofrecer el hospedaje. De latitud y
anchura es muy vario, porque por vnas partes
se esplaya vna legua, por otras dos, y por
otras mucho más, guardando tanta estrechura
en tantas leguas, para con más licencia, dilata-
do en ochenta y quatro de boca, ponerse bar-
ba á barba con el mar Occeano.

NVMERO XXI
Estrechura y fondo del Rio

L mayor estrecho donde este Rio re
ge sus aguas, es de poco más de
quarto de legua, en altura de dos grados y
tercios. Lugar sin duda que preuino la diu
Prouidencia, estrechando este dilatado i
dulce, para que en su angostura se pudiese?
bricar vna fortaleza que impida el paso á cv
quiera Armada Enemiga, por muchas fuer
que trayga, si acaso entrare por la princí
boca deste gran Rio; que entrando por el I
Negro, en el mesmo se aura de poner la def
sa. Está esta angostura trecientas y sesenta
guas de la Balsa de donde en ocho dias c
embarcaciones ligeras, á vela y remo, se pue
dar auiso mucho antes que el Enemigo les
vista.

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 43

La profundidad de este Rio es grande, y
en partes tal, que no se halla fondo; desde la
boca hasta el rio Negro, que es espacio de casi
seiscientas leguas, nunca le faltan treinta ó
quarenta brazas de altura en la Canal principal;
de ai arriba va variando más, ya con veinte, ya
con doze, y ya con ocho brazas muy á sus
principios, fondos suficientes para cualesquie-
ra embarcación, que aunque la corriente impi-
da, no faltan de ordinario todos los dias tres,
quatro horas de brisas fuertes, y á vezes por
todo el dia con que vencerla.

NVMERO XXII
Islas, y su fertilidad, y frutas

^ODO este Rio está poblado de Isls
[ella) vnas grandes, pequeñas otras, tant
en número que no se pueden contar, porque
encuentran á cada paso; las ordinarias son < quatro, ó cinco leguas, otras ay de diez, y « veinte; y la que habitan los Tupinambas ( quienes hablaremos después), tiene más de s< leguas de circunferencia; ay también otras rr chas muy pequeñas que les siruen á los na rales de hazer en ellas sus sementeras, tenien< en las mayores su habitación. Estas Islas menor porte, y á vezes las mayores, ó muc parte dellas, vana todos los años el Rio, feí lizándolas de suerte con sus lamas, que no pi den jamás alegar título de estériles, aunq por muchos años continuados, se les pida DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 4$ ordinario fruto, que es el maíz, y la yuca, ó mandioca, común sustento de todos, y de que tienen mucha abundancia; y aunque al parecer estaña expuesta á grande disminución y pérdi- da, con tan poderosas auenidas, la naturaleza, madre común de todos, dio á estos Bárbaros I medio fácil para su conseruacion. Cogen la i yuca, que son vnas rayces, de que se haze el cazabe, pan ordinario en todas aquellas Cos- tas del Brasil, y cabando en la tierra vnas cue- uas, ó filos hondos, las sepultan en ellos, de- jándolos muy bien tapados todo el tiempo que duren las crecientes, las quales pasadas, las sa- can y benefician para su sustento, sin que por eso pierdan vn punto de su valor. Y si la natu- raleza enseñó á la hormiga á guardar como en trojes en las entrañas de la tierra el grano, que ha de ser alimento suyo todo el año, qué mu- cho diese traca al Indio, por más bárbaro que sea, para prevenir su daño, y guardar su sus- tento; pues es cierto que la Diuina Prouidencia más cuida de los hombres que de los animales brutos. i NVMERO XXIII Géneros de bebidas que usan STE es, como ya dixe, el cotidia* pan, que siempre acompaña las derx* viandas. Y no solo sirue de comida, sino jtJ tamente de bebida, á que son en general irx' inclinados todos los naturales, para lo q* hazen vnas grandes tortas delgadas, que co das en horno, se auizcochan, de suerte cj duran por muchos meses: estas guardan en más alto de sus casas para tenerlas libres de 1 humedades de la tierra, y quando las quieí" aprouechar, echándolas en agua las deshazen cocidas al fuego, las dan el punto que han rx nester: reposan este caldo, y frió, es de ordi* rio vino de que ellos vsan, que á veces es t fuerte, que como si fuera vino de hubas, 1 embriaga, y haze perder el juizio. Con eí DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 47 vino celebran sus fiestas, lloran sus muertes* reciben sus guéspedes, hazen sus semente- ras, y las cogen. Y finalmente, no hay ocasión en que se junten, que no sea este el azogue, que los recoge, y la liga que los detiene. Hazen también, aunque no es tan ordinario, otros géneros de vinos, que como tan inclinados ala embriaguez, son como los taures, que nun- ca les falta de qué echar mano; ellos la echan de qualesquiera fruta silvestre, de que abundan los árboles, que deshechas en agua, la dan con su zumo tal sabor y faerea, que muchas vezes excede á la cerbeza, bebida tan vsada en todas las Naciones Extranjeras. Guardan estos vinos, vnos en tinajas muy grandes de barro, como las de nuestra España; otros en pipas peque- ñas, que labran de vna pieca, de socabados troncos, y otros en vasijas grandes que texen de yeruas dándolas por dentro y fuera tal betún, que no se les pierde gota de ücor que en ellas recogen. I NVMERO XXIIII Frutas que tienen AS viandas que acompañan este ¡ vino, son muchas, no solo de 1 como Plántanos, Pinas, Guayabas, Auios tañas muy sabrosas, que llaman en el Castañas de la Siena, y á la verdad más cen esto, que no aquello, si bien las llam por nacer en vnos cocos que se áseme herizo de la Castaña, Tienen Palmas de sos géneros, que producen vnas sazonad eos, y otras sabrosos dátiles, que aunqu uestres, son de muy buen gusto, y otraí chas diferencias de frutas, propias tod, tierras calientes. Tienen también rayc< mucho sustento, como son batatas, yuca sa, que llaman los Portugueses, Maca DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 49 Caras, criadillas de tierra, y otras que asadas, ó cocidas, no solo son tan gustosas, sino sus- tanciales. NVMERO XXV Pescados de este Rio y del Pegebue^ ON todo, de lo que más se alimí lo que como dizen, les haze pial inmenso pescado, que con increíble al cia cada dia cogen á manos llenas des Pero entre todos, el que como Rey se y está poblado en todo el Rio, desde meros principios hasta que desagua en res, es el Pegebuey, pescado que el guí le queda el nombre de tal, pues no ay ] que quando le come no le tenga por s: carne; es tan grande como vn bezerro y medio, y en la cabeca, á tener astas, jas, no se diferenciara del; tiene por cuerpo algunos pelos, no muy largos, de cerdas blandas, y muévese en el a dos bracos cortos, que en forma de ] siruen de remos, debaxo de los quale DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 51 ~~*^ra la hembra sus pechos, cou que mantiene ^2:on leche los hijos que pare. Del cuero, que es muy grueso, hazen adar- -^gas los guerreros, tan fuertes, que bien curado, "ano le pasa vna bala de arcabuz. Susténtase este pescado solo de yerua que pace, como si fuera buey verdadero, de donde «obra su carne tan buen gusto, y es de tanta sustancia, que con pequeña cantidad queda vna persona más satisfecha, y con más fuercas que si comiera doblado de carnero. Debaxo del agua detiene poco el resuello, y así donde quiera que anda, saca á menudo el ocico para cobrar nuevo aliento, de donde le viene su total destruición, pues él mismo se va mostrando á su enemigo; veenle los Indios, y siguiéndole, en canoas pequeñas, le aguardan á que queriendo respirar saque la cabeca, y clauándole con sus arpones, que hazen de con- chas, le quitan la vida: diuídenle en partes me- dianas, que asadas sobre parrillas de palo, du- ran sin interrupción más de un mes. No hazen del cezinas para todo el año (que son de mucho precio), por no tener sal en abun- dancia, que la que vsan para templar sus co* midas, es muy poca, y hecha de cenizas de cierto género de palmas, que más es salitre que sal. NVMERO XXVI Tortugas del Rio y cómo las guardan AS ya que no les es dado conseruar por mucho tiempo estas cezinas, no les falta industria para tener carne fresca todo el invierno, que aunque no es tan gustosa como aquella, es más sana, y no de menos prouecho. Hazen para esto unos corrales grandes, cer- cados de palos, cabados por dentro, de suerte que como lagunas de poco fondo, conseruen siempre en sí el agua llovediza. Hecho esto, al tiempo que las tortugas salen á desgüeuar á las playas, ellos también dexan sus casas, y emboscándose en los puestos co- nocidos, que ellas más frequentan, esperan á que saliendo á tierra comienze cada vna á ocu- parse en componer la cueua donde pretende dexar los guebos; salen en esta sazón los In- DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 53 dios, gañanías la parte de la playa, por donde han de hacer su retirada al agua, y dando de improuiso sobre ellas en breue tiempo se ven señores de mucha cantidad, con no más traba- jo que irlas boluiendo lo de abaxo arriba, con que sin poderse menear, las tienen todo el tiempo que quieren, hasta que ensartadas todas por vnos agujeros que las hazen en el casco, en varios cordeles, y echadas al agua, bogando ellos en sus canoas, las lleuan á remolco sin ningún trabajo hasta meterlas en los corrales que tienen dispuestos, donde sueltas todas, las dan por prisión aquella estrecha cárcel, y sus- tentándolas con ramas, y hojas de árboles, las tienen viuas todo el tiempo que las han me- nester. Son estas tortugas tan grandes y mayores que rodelas de buen tamaño; es su carne co- mo de baca tierna; tienen las hembras dentro del buche quando las matan, de ordinario, más de doscientos guebos cada vna, algo mayores, y casi tan buenos como los de gallina, aunque más duros de digestión. Están á sus tiempos tan gordas, que de dos solas se saca vna boti- ja de manteca, que templada con sal, es tan buena, y más gustosa y dura mucho más que la cocida de bacas; sirue para freir pescado, y para cualesquiera géneros de guisados que por 54 CHRISTOÜAL DE ACUÑA acá pueden apf ouechar la mejor y más delica- da manteca de todas. Cogen estas tortugas en tanta abundancia, que no ay corral destos que no tenga de cien tortugas para arriba, con que jamás saben es- tos bárbaros qué cosa sean hambres, pues vna sola basta á satisfacer vna familia por mucha gente que tenga. NVMERO XXVII Modos de pescar que usan ON más facilidad gozan los moradores deste Rio de todos los géneros de pes- cados que en sí encierra, pues nunca rezelando que les ha de faltar para el siguiente dia, se previenen en el antecedente, sino que con lo que oy cogen, sustentados disponen para co- mer mañana otra cosecha. El modo de pescar es diuerso, conforme á la variedad del tiempo, y las crecientes ó men- guantes de las aguas; y así quando éstas baxan tanto que ya los lagos se secan, sin permitirles comunicación con el Rio, vsan de vn género de torbisco, que en aquellas costas llaman Timbó, del grosqr de vn braco, poco más ó menos, y tan fuerte, que machacados dos ó tres palos dcstos, y batiendo con ellos el agua, 56 CHRISTOUAL DE ACUÑA que en tanto sustenta en aquellos lagos el pes- cado, apenas llega este á gustar de su vigor, quando sobre aguado todo se dexa coger con las manos. Pero el ordinario modo con que en todos tiempos, y ocasiones, son dueños de quantos pescados sustenta este abastecido Rio, es con las flechas que con vna mano disparan de vna paleta que en ella tienen, y clauadas en el pege les haze el oficio de boya, para conocer á dónde después de herida se retira la presa, á que con presteza se arrojan, y asiéndola la recogen en las canoas; y este modo de pescado no se estrecha á vno, ó á otro gé- nero particular de pescado, sino tan en ge- neral, se extiende á todos, que ni los vnos por grandes ni los otros por pequeños, son priui- legiados, mas antes, todos pasan por vn ra- sero. Con ser estos pescados de tan diuersos gé- neros (como ya dixe) son de muy buenos gus- tos, y muchos dellos de particularísimas pro- piedades, como lo es la de vn pege, que los Indios le llaman Peraque, que es al modo de vna muy grande anguilla, ó por mejor dezir como un pequeño congrio, el qual tiene tal propiedad, que mientras esté viuo, quantos le tocan tiemblan luego todo el cuerpo mientras DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 57 ;1 contacto dura, como si tuvieran un recio rio de quartanas, cesando todo en el instante [uedél se apartan. NVMERO XXVIII Cafas del monte, y aues de que se sustentan UDIERA ser que hastiados estos natu- rales, siempre con solo pescado, aun- que tan bueno, apetecieran, siquiera, de quan- do en quando, alguna carne, y así les previno la naturaleza sus antojos, poblándoles la Tie- rra-Firme, con muchos géneros de cacas, como son: Dantas, que son del tamaño de vna muía de vn año, y muy parecidas á ella en el color, y disposición, y el gusto de la carne no se di- ferencia del de la baca, aunque toca algo en dulce. Ay también puercos montarazes, no jsua- líes, vno y otro género muy diuerso, que tiene el ombligo en el lomo, de que*están pobladas casi todas las Indias; es muy buena carne y muy sana, como también lo es la de otra espe- DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS S9 t de estos mesmos animales, que se hallan - muchas partes, muy semejantes á los case- >s nuestros. Ay Venados, Pacas, Cotias, Igua-
as, Yagotis, y otros animales, propios de las
xidias, de buenas carnes y de buen gusto, que
poco se echan de menos las más regaladas de
Europa. Ay perdizes en los campos y crian en
sus casas algunas gallinas de las nuestras, cuya
semilla baxó del Perü, y de vnos á otros se ha
Wo extendiendo por todo el Rio; el qual en
cuchos lagos que haze, les sustenta infinidad
itación, que es á la parte de afuera,
quiere dezir Aguas.
5 esta prouincia de longitud más de
as leguas, continuándose sus poblacio-
L menudo, que apenas se pierde vna
cuando ya se descubre otra.
nchura es al parecer poca, pues no
la que tiene el Rio, en cuyas Islas, que
has, y algunas muy grandes, tienen su
>n: pero considerando, que todas, ó

116 CHRISTOUAL DE ACUÑA

están pobladas, ó cultiuadas, por lo mei^
para el sustento destos naturales, se podrá •
zer concepto de los muchos Indios que en
cumplida distancia se alimentan.
Es esta gente la de más razón y mejor
uierno que ay en todo el Rio, ganancia que L *
grangearon los que dellos estuvieron de p*-
no ha muchos años, en el Gouierno de 1er:
Quixo?, de donde obligados del el mal trafc-*
miento que se les hazia, se dexaron venir ^
Rio abaxo, hasta encontrar con la fuerga ci
los de su Nación; y introduciendo en ellos
go de lo que hauian aprendido de los Españ^^
les, les pusieron en alguna policía.
Andan todos con decencia vestidos, av —
hombres como mugeres, las quales del much*- ~
algodón que cultiuan texen no solo la ro£^
que han meneoter, sino otra mucha que 1
sirve de trato para las Naciones vezinas, q*-^-
con razón codician el trabaxo de tan sutiles t ^
xedoras; hazen paños muy vistosos, no so X
texidos de diuersos colores, sino pintados cc^
estos mismos tan sutilmente, que apenas ^
distingue lo uno de lo otro.
Son tan sugetos y obedientes á sus prin^*
pales Caziques, que no han menester más «3^
vna palabra para ver luego executado lo qtiC
ordenan.

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS Il^

Son todos de cabeca chata, que causa feal-
•dad en los varones, si bien las mugeres me-
jor lo encubren con el mucho cauello; y está
en ellos tan entablado el vso de tener las cabe-
cas aplastadas, que desde que nacen las cria-
turas, se las meten en prensa, cogiéndoles por
la frente con vna tabla pequeña, y por la parte
del cerebro con otra tan grande, que siruiendo
de cuna, recibe todo el cuerpo del recien na-
cido; el qual puesto de espaldas sobre esta, y
apretado fuertemente con la otra, queda con
-el cerebro y la frente tan llanos como la palma
-de la mano; y como estas apreturas no dan
lugar á que la cabeca crezca más que por los
lados, viene á desproporcionarse. De manera
que más parece Mitra de Obispo mal formada
que cabeca de persona.
Tiene por la vna y la otra vanda del Rio
continuas guerras con las Prouincias extrañas,
que por la del Sur entre otros, son los Curinas,
tantos en número, que no sólo se defienden
por la parte del Rio, de la infinita multitud de
‘ los Aguas, sino que juntamente sustentan las
armas contra las demás naciones, que por la
parte de tierra les dan continuada batería.
Por la vanda del Norte, tienen estos Aguas
por contrarios á los Teamas, que según bue.
ñas informaciones, noson menos, ni de menos

Il8 CRISTOUAL DE ACUÑA

bríos que los Cudrias, pues también sustentan?
guerras á los contraríos que tienen por la tier>
ra adentro.

NVMERO LII
Vso de los esclauos que cautiuan.

E los esclauos que estos .”Aguas cauli-
uan en sus batallas se siruen para todo
lo que han menester, cobrándoles tanto amor,
que comen con ellos en vn plato, y tratarles de
que los vendan es cosa que lo sienten mucho,
como por experiencia lo vimos en muchas oca-
siones.
Llegáuamos á vn pueblo destos Indios, re-
cibíannos, no solo de paz, sino con dancas y
muestras de grande regocijo, ofrecían quanto
tenían para nuestro sustento con gran libera-
lidad.
Compráuanseles paños, texidos y labrados,
que con voluntad dauan, tratáuaesles de venta
de las canoas, que son sus cauallos ligeros en
que andan, al punto salían á concierto.

120 CHRISTOÜAL DE ACUÑA

Pero en nombrándoles esclauos,
doles á que los vendiesen, boc opus, bis la&fff
ést, aquí era el descompadrar, aquí el entris#’
cerse, aquí las trazas de encubrirlos, y aquí el
procurarse zafar de nuestras manos; muestras
ciertas de que más los estiman á solos ellos, y
más sienten el venderlos que deshazerse de
todo lo demás que poseen.
Y no diga nadie, que el no querer vender
los Indios sus esclauos, nace de tenerlos para
comer en sus borracheras; que es dicho común
con muy poco fundamento, de los Portugue-
ses, que andan metidos en este trato, y con
esto quieren colorear su injusticia.
Porque á lo menos en esta nación, ya aue-
rigüé con dos Indios de los que hauían subido
con los mismos Portugueses, y eran naturales
del Para, los quales huidos desde Quito, vinie-
ron á ser cautiuus destos Aguas, con quienes
estuvieron ocho meses, y fueron á algunas
guerras en su compañía (tiempo bastante para
conocer sus costumbres).
Estos aseguraron que jamás les auian visto
comer los esclavos que traian, sino que lo que
vsaban con los más principales y valientes, era
matarlos en sus fiestas y juntas generales, reze-
lando mayores daños si les conseruaban la
vida; y arrojando los cuerpos en el Rio, guar-.

DESCUBRIMIENTODEL AMAZONAS 121

por trofeo las cabecas en sus casas, que
is que por todo el camino veníamos en-
:ndo.
> quiero con esto negar que hay en este
mte Caribe, que en ocasiones, no tiene
• de comer carne humana.
^ue quiero persuadir, es no ay en todo él
erías públicas en que todo el año se pesa
de Indios como publican los que á título
tar semejante crueldad la vsan ellos ma-
iziendo con sus rigores y amenazas es-
á los que no lo son.

NVMERO LIII
Sitio frio en que se podrá coger trigo.

las cien leguas, poco más ó menos,
as primeras poblaciones destos Agn&^
(que caen tres grados de la Equinocial) y vte-”
nen á ser el riñon desta dilatada Prouincia, lte^
gamos á vn pueblo, donde estuvimos tres dias^
con tan buen írio, que los nacidos, y criado^
en las más frias de España, huvimos meneste^~
añadir ropa á la ordinaria.
Causóme admiración mudanca tan repenti-—
na de temples y preguntando á los naturales
si aquello era cosa extraordinaria en aquell^^
población, me aseguraron que no, porque to ^~
dos los años espacio de tres Lunas, que as—
cuentan ellos, y es lo mismo que dezir tre^
meses, experimentauan todos los años aquellc^^
frios, que conforme lo que ellos afirmaron so^* ^

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 123

Iunio, Iulio y Agosto. Pero yo aun no
tisfecho de su dicho, quise con más
tentó hazer Inquisición de la causa de
1 penetrante, y hallé que lo era vna gran
ó páramo, que á la vanda del Sur la
:dentro está situada, por la qual pasan
iquellos tres meses los vientos, y hela-
n la fuerza de la níeue de que está cu-
causan tales efectos en la tierra circun
iendo esto así, no ay duda sino que en
io se dará muy buen trigo, y todas las
semillas y frutas que produce la coinar-
Juito, que aunque situada debaxo de la
semejantes ayres pasados por nueuos>
la habilitan á tales marauillas.

NVMERO LIV

Rio PutumayOy y naciones que en él y en Yetdtty

IEZ y seis leguas destas Poblaciones *
la vanda del Norte desemboca el gra**
Rio Putumayo, bien conocido en el GouiernO
de Popayan, por ser tan caudaloso, que ante^
de desaguar en el de las Amazonas, entran eí*
él treinta (caudalosos rios: llámanle los natura-
les en este paraje Vza.
Desciende de las Cordilleras de Pasto ází^
el nuevo Reino de Granada, tiene mucho ore**
y según nos afirmaron, está muy poblado Íe
Gentiles; á cuya causa se retiraron con alguna
pérdida los Españoles que por él baxaron po-
cos años há.
Los nombres de las Prouincias que le ha-
bitan, son: Yurunas, Guaricús, Yacariguaras,
Parianas, Ziyus, Atuais, Cunas, y los que más á

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 125

sus principios de vna y otra vanda, como se-
ñores deste Rio, le pueblan, son los Omaguas,
á quienes los Aguas de las Islas llaman Oma-
guasyeté, que quiere dezir Omaguas verda-
deros.
A las cinquenta leguas desta boca, á la par*
te contraria, encontramos la de vn hermoso y
caudaloso Rio, que trayendo su origen de ázia
el Cuzco, feneze en el de las Amazonas en aU
tura de tres grados y medio; llámanle los natu*
rales Yetaú, y tiene entre ellos mucho nombre,
así por sus riquezas, como por la multitud de
naciones que sustenta, como son las Tipunas,
Gunarús, Ozuanas, Morúas, Naunas, Conomo-
mas, Marianas, y los vltimos que más se aue-
¡rindan á los Españoles que pueblan el Perú,
son los Omaguas, que dicen son gente riquísi-
ma de oro, que traen en grandes planchas pen-
dientes de las orejas y narices, y si no me en-
gaña mi discurso, según lo que leí en la histo-
ria del tirano Lope de Aguirre, esta era la Pro-
uincia de los Omaguas, en cuyo descubrimien-
to iva Pedro de Orsua, inuiado del Virey del
Perú, por las muchas noticias que de sus aue-
res auia publicado la fama. Pero el no encon*
trar con ella, nació de que tomando su entra-
da por vn brago de Rio que sale algunas leguas
más abaxo, [quando desembocó en el de las

i

126 CHRISTOUAL DE ACUÑA

Amazonas, ya quedauan estas Naciones tan
arriba, que le fué imposible el voluer á ellas
Tezeloso del ímpetu de las corrientes, y princi-
palmente por el poco gusto con que ya sus sol-
dados tituveauan.
Es este Rio de Yetaü muy abundante de
pesca y caga, y que según las informaciones de
sus moradores, se puede nauegar por él con
facilidad, por ser de suficiente fondo, y las cor-
rientes moderadas.

NVMERO LV

la Prouincia de los Aguas, y Rio del
Cuzco.

rUIENDO el curso de nuestro Rio
incipal, dimos á las catorce leguas en
población de la dilatada Prouincia de
;, que fenece con vn lugar muy popu-
í muchos soldados, en fin como pri-
ca que por esta parte resiste el ímpe-
contrarios. De los quales en espacio
mta y quatro leguas, ningunos pueblan
s del Rio, de suerte que del se de vis-
mcherias, mas algo retirados á dentro
srra-Firme, por pequeños brazuelos*
uscar del lo que necesitan.
son en la vanda del Norte los Curis
Das; y en la del Sur, Cachiguarás y
Pero aunque como digo no pudimos
á estas naciones, dímosla á la boca

128 CHRISTOUAL DE ACUÑA

del Rio, que con razón le podemos llamar del
Cuzco, pues según vn regimiento desta ñaue-
gacion, que vi de Francisco de Orellana, está
Norte Sur con la misma ciudad del Cuzco. En-
tra en el de las Amazonas en cinco grados de
altura, y á las veinte y cuatro leguas del vltimo
pueblo de los Aguas: llámanle los naturales
Yurúa, que tendiéndose hasta sus orillas, que-
dacomo aislada entre entrambos Rios. Yestees
por donde Pedro de Orsua baxó del Perú, si
mi fantasía no me engaña.

NVMERO LVI
Prouincia donde se halló oro

^EINTE y ocho leguas más abaxo del
Rio Yurua, á la mesma vanda del Sur,
ras de muy altas barrancas, da principio
r poblada nación de los Curuzirarís, que
ido siempre vna ribera corre por espacio
lenta leguas, tan continuadas sus pobla-
, que apenas se pasanan quatro horas
:ontrar otras de nueuo; y á vezes por es-
de medio dia entero no cesáuamos de
sus rancherías.
stas las más halláuamos sin gente, que
leuas falsas de que ueníamos destruyen-
.tando, y cautiuando, casi todos estauan
os á los montes, fuera de que ellos son
3 de naturales más esquiuos que otros
ios deste Rio.
9

130 CHRISTOUAL DE ACUÑA

Si bien no muestran menos gouierno;
licía, según se echó de ver, así por los mt
mantenimientos de que estauan preuei
como también por las alajas de sus casa
para el beneficio de las cosas tocantes á 1
eran de las mejores de todo el Rio.
Tienen en las barracas donde morai
buen barro para todo género de bas
aprouechándose del, fabrican grandes ol
en que labran tinajas, ollas, hornos en q\
zen sus harinas. Cazuelas, jarros, libr
hasta sartenes bien formadas, teniendc
esto preuenido para trato común con
mas Naciones, que obligadas de la nec
que destos géneros pasan en sus tierras,
á hazer grandes cargazones de ellos, re
do por paga las cosas de que ellos nec
A la primera aldea desta Nación vi
Rio abaxo, llamaron los Portugueses, é
bida, aldea del Oro, por auer hallado er
rescatado alguno, que en planchas pe
traían los Indios pendientes de las nai
orejas, que en Quito se provó, y halló
veinte y vn quilates mucho de ello.
Como los naturales vieran la codicia
Soldados, y que tan á pechos se tomabí
zer diligencia para que se les entregas*
de aquellas planchitas, luego las rece

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 13 1

todas, sin que más pareciese ninguna, lo qual
°bseruaron también á la buelta.
suerte, que aunque vimos muchos In-
dios, solo vno trajo dos orejas de oro, bien
>e(3uerlas, que yo le rescaté.

NVMERO LVII

Minas de Oro.

O se pudo á la subida de la Armada
aueriguar con fundamento cosa alguna
de cuantas se encontraron en este Rio, porque
jamás tuvieron lenguas, con quienes hazer la
Inquisición, y si de algo les pareció á los Por*
tugueses, que podían dar razón, era de lo que
por señas auian entendido; las quaies eran tan
inciertas, que cada uno las aplicaua á lo que
tenía en su pensamiento.
Todo lo qual cesó á la buelta. queriendo
nuestro Señor fauorecer á esta jornada, con
preuenirla de ordinario de buenos lenguas, por
medio de los qual es, se aueriguó todo lo que
se contiene en esta relación.
La que á mí me dieron de las minas de
donde se sacaua este oro es la que aquí diré.
Enfrente desta aldea algo más arriba a la

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 133

*cla del Norte, entre vn Rio llamado Yuru-
mí, subiendo por él qual, y atrauesando en
i”to parage por tierra tres dias de camino
*ta llegar á otro que se llama Yupura, por
Se entra en el Yquiari que es el Rio de el
o, donde de el pie de vna sierra que allí
-£L, le sacan los naturales en grande cantidad;
-ste oro, todo es en puntas y granos de buen
Xiaño, de los quales forman á fuerga de ba-
lo, las planchas que ya diximos cuelgan de
^ orejas y narices.
Los naturales que contratan con los que
oan este oro, se llaman Managús, y los mis-
os que habitan el Rio, y se ocupan en sacar-
Yumaguaris, que quiere dezir sacadores de
^tal; porque Yuma, es el metal, y Guarís los
Vae lo sacan, y llaman todo género de metales
On este nombre general de Yuma, y así para
lialquiera herramienta de las nuestras, como
Tan hachas, machetes, y cuchillos, vsauan des-
e mismo bocablo Yuma.
Dificultosa parece la entrada á estas minas
)or los iñconuenientes que muestra en mudar
tios, y abrir caminos por tierra, y así no me
atisfice hasta descubrir otra muy más fácil, de
lúe adelante diremos.

NVMERO LVIII

Vsan orejas y narices agujereadas.

STÁN estos Bárbaros desnudos todos*
así hombres como mugeres, sin que les
sima su riqueza más que de vn pequeño atauio
con que adornar orejas y narizes, que casi to-
dos tienen agujereadas, y en las orejas lo afec-
tan tanto, que á muchos les cabe todo el puño
por el agujero que en la parte de abaxo, don-
de suelen pender los zarcillos, tienen, trayén-
dolé de ordinario ocupado con un mazo de
ajustadas ojas, que en él por gala acostum-
bran.
Por la vanda de enfrente de todas estas po-
blaciones altas, es tierra llana, á vna mano, y
tan cerrada, así de otros Rios, como de los
bracos que el Caquéta tiende por sus orillas,
que aislada en grandes lagos corre por muchas

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 13S

leguas, hasta que todos encorporados en el
Rio Negro se juntan con el principal.
Están pobladas estas Islas de muchas nacio-
nes, pero la que más se extiende por ser más
populosa, es la de los Zuanas.

NVMERO LIX

Entrada á las minas del Oro.

ATORCE leguas desta aldea que llama-
mos del Oro, á la vanda del Norte, sale
la boca del Rio Yupura, que es por donde se
entra en el del Oro, y esta es la más cierta y
derecha entrada para con brevedad llegar á dar
vista á la tierra que tan liberal ofrece sus te-
soros.
Es la altura de la boca deste Rio de dos
grados y medio: como también la de vna po-
blación, que quatro leguas más abaxo, en la
vanda del Sur, está situada, sobre vna grande
barranca, al desembocar de un caudaloso, y
claro Rio que los naturales llaman Tapí, y tie-
ne en sus riberas mucha multitud de Gentiles
que llaman Paguanas.
Son todas las tierras que, como dixe, por

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 137

espacio de ochenta leguas ocupan esta nación
de los Curuzirarí, muy altas, de lindas cam-
piñas, y yerbas para ganados, arboladas no muy
cerradas, abundantes lagos, y que prometen
muchas y buenas comodidades á los que las
poblaren.

NVMERO LX

Lago Dorado.

^f^EINTE leguas del Rio Tapí, desagua
\[/ en el de las Amazonas el Catuá, que for
mando en la boca un grande lago de agua ver-
de, trae él su origen de muchas leguas de tier-
ra á dentro á la vanda del Sur, tan pobladas
sus orillas de Bárbaros, como todas las demás.
Si bien le haze uentaja en multitud de naciones
diuersas, otro Rio, que con el nombre de Ara-
ganaruba, seis leguas más abaxo, sale á la par-
te del Norte, por el qual también se comunica
el Yupura, de que arriba tratamos.
Llámanse estas naciones Yaguanais, Mucu-
nes, Mapiarús, Aguaynaús, Hutrunas, Mariarúas,
Yamarúas, Terarús,Liguiyas,Guanapuris, Piras,
Mopiritus, Ignaranis, Aturiaris, Macaguas, Ma-
fipias, Guayacaris, Anduras, Caguaraús, Maray-
mumas y Guanibis.

DESCUBRIMIENTODEL AMAZONAS 139

filtre estas naciones, que todas son de di-
^^ntes lenguas, según las noticias que por la
P^te del nueuo Reyno de Granada ay, está el
aseado Lago Dorado, que tan inquietos tiene
ánimos de toda la gente del Perü. No lo
^ímo de cierto, pero algún dia querrá Dios
salgamos desta perplexidad. Porque no la
aya con el nombre de vn Rio que sale á la
vanda del Norte, diez y seis leguas de Araga-
*&tuba, y se llama como él, se deue advertir
que entrambos á dos son vno mismo, que por
dos distintos bragos de vn nombre desaguan
en el de las Amazonas. Y á las veinte y dos
leguas deste brago vltimo da fin la populosa y
rica nación de Curuzirarís, pobladores de vno
de los mejores migajones de tierra que en todo
este gran Rio encontramos.

NVMERO LXI

Prouincia de Yoriman

^ y OS leguas más abaxo, coiaienca la
^’nombrada y belicosa nación de to^*
el Rio de las Amazonas, y con quien es ens4^3*
primeras entradas, atemorizauan a toda la
mada Portuguesa, que es la de Yoriman. Es
á la vanda del Sur ocupando, no solo la tie
firme de sus orillas, sino también mucha pa
de sus Islas, y aunque de longitud se estreeh
en pocas más de sesenta leguas, como se aprC^^
uecha de las Islas y Tierra firme está tan sc^^’
brada de gente, que en parte ninguna vimc^^8
juntos más Bárbaros que en ella. Son comurr^-3″
mente más bien agestados y de mejores talle^^s
que los otros; andan desnudos como ellos, J
se echa de ver que fian de su valor, pues cc^^ D
gran seguridad entrauan y salian entre los nuer

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 141

fr08» viniendo cada dia al Real más de dos-
cientas canoas cargadas de niños y mujeres,
con frutas, pescados, harinas y otras cosas, que
con abalorios, agujas y cuchillos se les resca-
tauan.
Está la primera población desta Prouincia
situada sobre la boca de un Rio cristalino, que
muestra ser muy caudaloso por la grande fuer-
ca con que impele las aguas del principal. Es-
tará sin duda como todos los demás, susten
tando en sus riberas otras innumerables nacio-
nes, de que no supimos los nombres por ca-
minar de paso por su boca.

NVMERO LXII
Vn pueblo de más de vna legua de largo

^s$l/f^ EINTE y dos leguas de la primera po-
sjf blacion de Yoriman, tiene su sitio la
mayor que en todo el Rio encontramos, ocu-
pando sus casas más de vna legua de largo; y
no uiue en cada casa una sola familia, como
de ordinario sucede en nuestra España, sino
que las menos que debaxo de cada techo se
sustentan son quatro ó cinco, y muchas vezes
más; de donde se podrá colegir la multitud de
todo este pueblo, el qual pacífico en sus casas
nos aguardó sin saltar persona dellas, dándo-
nos todos los mantenimientos que huvimos
menester, de que ya el exército necesitaua.
Aquí estuvimos cinco dias, y en ellos se
hicieron para matalotaje, pasadas de quinien-
tas fanegas de harina de mandioca, con que

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 143

huvo de comer para todo lo restante del cami-
no. Este proseguimos, topando muy á menudo
poblaciones desta mesma nación. Pero donde
existe junta la mayor fuerza della, es treinta
leguas mas abaxo, en vna grande Isla, cercada
odrá ser que se nos huyan, como lo han he-
:ho los más de los que salieron del Para, y
nás viéndose ya á las puertas de sus casas.
Aquí añadimos que los esclauos que se
pretendan sacar, ay mucha dificultad si se pue-
le hazer con buena conciencia (exceptos los
ii

IÓ2 CHRISTOUAL DE ACUÑA

que fuesen necesarios para lengvas) porque
esta tierra es nueua, y aunque aya cédulas de
su Magestad (como se dize) para sacar esclauos,
esto es en la jurisdicion circunuezina del Para
y Marañon y con las demás calidades que se
requieren; y estos deste rio no se sabe á qué
jurisdicion pertenezcan.
Y dado caso que ninguna de las dichas ra-
zones haga fuerca, y que se consiguiese el fin
que de la dicha jornada se desea, que es sacar
gran cantidad de esclauos, estos mismos, por
las pocas fuerzas que para guardarlos, y defen-
dernos dellos tenemos al presente, podrá ser
que sean la total ruina y destrucción de to-
dos.
Por todo lo qual, y por lo demás que ofre-
cerse pudiere en desservicio de las dos Mages-
tades Diuina, y humana, y perjuizio de la sal
uacion de tanta inmensidad de almas como ay
en este Rio.
De nueuo vna y otra vez boluemos á reque-
rir al dicho Capitán Mayor Pedro Texeira, Co-
ronel; Sargento Mayor, Capitanes y Oficiales
viuos que al presente gouiernan este exército,
que no dando lugar á dilaciones, que no sean
del seruicio de Dios, y de su Magestad, con
toda la breuedad se procure que prosigamos
nuestro viaje del Para, para de allí pasar á Es-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 163

paña, á cumplir con el fin y obligaciones de
nuestra legacía, y se pueda acudir con breue-
dad, teniéndolo así su Magestad por bien, á la
saluacion de tantas almas como se han descu-
bierto en este nueuo Mundo, que miserables
yacen en la sombras de la muerte.
Y si lo dicho no fuese suficiente para obli-
gar á que todos juntos prosigamos nuestro via-
ge con la dicha breuedad, requerimos de nue-
uo con la Real prouision que para ello trae-
mos al dicho Capitán Mayor Pedro Texeira, y
á los demás Oficiales del exército, que para
ello tubieren mano, quedándonos el auio ne-
cesario, y todo buen pasage para resguardo de
nuestras personas, se nos permita proseguir sin
detención nuestro viage, que aunque sea con
riesgo de enemigos, lo posponemos todo, por
cumplir con lo que su Magestad nos manda en
su Real Prouision.
Y lo contrario haziendo, protestamos de
todos los daños é inconuenientes que de la di-
lación que hubiere en la dicha jornada se si-
guieren, y de dar quenta dello al Real Consejo
de las Indias, y á su Real persona del Rey
nuestro Señor, como se nos manda lo haga-
mos.
Y vltimamente para resguardo de nuestras
personas, y muestras de que deseamos cvmplir

IÓ4 CHRISTOUAL DE ACUÑA

efectiuamente con lo que somos mandados,
Pedimos se le ordene al Escriuano nombrado
deste exército, nos dé testimonio de todo lo
que en este requerimiento se contiene, y de lo
que á él nos fuere respondido. <3

NVMERO LXVIII
Prosigue el viage, y del Rio de la Madera.

jTfe lÍECHO este papel y comunicado con el
gü^-S^Capitán Mayor, alegrándose él mucho
le tener ya quien se pusiese de su parte, y re-
:onociendo la fuerca de las razones, mandó
il instante recoger las velas, cesar con las pre-
venciones, y disponer para que el siguiente dia,
>oluiendo á desembocar por la boca del Rio
tfegro, prosiguiésemos todos por el de las
amazonas abaxo nuestro viage.
Hizímoslo así, y á las quarenta y quatro le.
rúas dimos con el gran Rio de la Madera, lia-
nado así de los Portugueses, por la mucha y
gruesa que traia quando le pasaron, pero su
lombre propio entre los naturales que le habi-
tan es Cayarí.
Desciende de la vanda del Sur, y según lo

l66 CRISTOUAL DE ACUÑA

que aueriguamos, se forma de dos caudalosos
rios que algunas leguas adentro se le juntan;
por los quales, según buenas demarcaciones,
y según las señas de los Tupinambás, que por
él baxaroc, es por donde más en breue que
por parte alguna se ha de descubrir salida á
los más cercanos rios de la comarca de Po-
tosí.
De las naciones deste rio, que son muchas,
las primeras \se nombran Zurinas, y Cayanas, y
luego se van siguiendo los Vrutihans, Anaína-
ris, Guarinumas, Curanaris, Erepunacas, y Aba-
catis.
Y desde la boca deste rio, corriendo por el
de las Amazonas abaxo le pueblan los Zapuca-
yas, Vrubutingas, que son muy curiosos en la-
brar cosas de madera; tras estos se siguen los
Guaranaguacas Maraguas, Quimaus, Burais, Pu-
nouys, Oreguatus, Aperas, y otros cuyos nom-
bres no pude con certeza aueriguar.

NVMERO LXIX
Isla grande de los Tupinambás.

EINTE y ocho leguas de la boca deste
Rio, caminando siempre por la mesma
vanda del Sur, está una hermosa Isla, que
tiene sesenta de largo y consiguientemente más
de ciento de circuito, poblada toda de los va-
lientes Tupinambás, gente que de las conquis-
tas del Brasil, en tierras de Pernambuco, salie-
ron derrotados muchos años ha, huyendo del
rigor con que los Portugueses les i van suge-
tando.
Salieron tan gran nvmero dellos, que des-
poblando á vn uesmo tiempo ochenta y qua-
tro aldeas donde estauan situados, no quedó de
todos ellos ni vna criatura que no traxesen en
su compañía.

la las fal

C ogiercn siempre á mano izquierda

l68 CHRISTOUAL DE ACUÑA

das de la Cordillera, que viniendo desde el es-
trecho de Magallanes ciñen toda la América: y
descabezando quantos ríos tributan della en el
Occeano, llegaron algunos á entrarse con Es
pañoles del Perú que habitauan en las caberas
del Rio de la Madera.
Estubieron con ellos algún tiempo, y por-
que vn Español agotó á vno, por auerle muer-
to vna baca, aprouechándose de la ocasión del
Rio, se arrojaron todos por sus corrientes, ui-
niendo á dar en la Isla que al presente ha-
bitan.
Hablan estos Indios la lengua general del
Brasil, que también corre entre casi todos los
de las conquistas del Marañon, y Para.
Dizen también que como salieron tantos,
que no pudiendo por aquellos desiertos sus-
tentarse todos juntos, se fueron diuidiendo en
tan dilatado camino, que por lo menos será de
más de nouecientas leguas, quedando vnos i
poblar unas tierras y otros otras, de quienes
sin duda estarán bien llenas todas aquellas
Cordilleras.
Son gente de grande brio en la guerra, y
bien lo mostraron los que llegaron á estos
parages, donde ai presente habitan, pues sien-
do ellos, sin comparación, muchos menos q^e
1 os naturales deste Rio, de tal suerte les asóla-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 169

on, y sugetaron á todos aquellos con quienes
ubieron guerras, que consumiendo naciones
¡nteras, á otras obligaron á dexar de miedo su
latural, y irse peregrinos á tierras extrañas.
Vsan estos Indios de arco y flecha, que con
lestreza disparan.
Son de corazones nobles y ahidalgados, si
>ien como ya casi todos los que al presente ay,
on hijos, y nietos de los primeros poblado-
es, ya se van acomodando á las baxezas y raa.
ias de los de la tierra, con cuya sangre están
nezclados.
Mostráronnos todos grande agasajo, dando
nuestras de que en breue se auian de reduzir
i viuir entre los Indios amigos del Para; cosa
lúe será sin duda de mucho vtil para conquis-
tar todas las demás naciones deste Rio, si se
lubiere de poblar; pues á solo el nombre de
Tupinambás no ay ninguna dellas que no se
inda.

NVMERO LXX
Noticias que dieron los Tupinambás.

ESTOS Indios Tupinambás como de
gente de más razón y que no necesitan
de Intérpretes, por correr, como ya dixe, entre
ellos la lengua general, que muchos de los
mesmos Portugueses hablan con eminencia,
por ser nacidos y criados en aquellas costas.
Tubimos algunas notscias que aqní diré*
como de gente que tiene corrido y sugeto todo
lo circunuezino á su jurisdicion, se pueden te-
ner por ciertas.
Dizen que cercanos á su habitación, á la
vanda del Sur en Tierra firme, viuen, entre
otras, dos naciones, la vna de enanos, tan chi-
cos como criaturas muy tiernas, que se llaman
Guayazís, la otra de vna gente que todos ellos
tienen los pies al reués, de suerte que quien

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 171

10 conociendo los quisiese seguir sus huellas,
aminaría siempre al contrario que ellos, llá-
aanse Mutayus, y sónles tributarios á estos
stos Tupiuambás, de hachas de piedra para
1 desmonte de los árboles, cuando quieren
ultiuar la tierra, que las hazen muy curiosas,
de continuo se ocupan de labrarlas.
A la vanda de enfrente, que es la del Nor-
5, dizen que están continuadas siete Prouin-
ias bien pobladas, pero que por ser gente para
oco, y que solo se sustentan con frutas, y ani-
íalillos siluestres, sin jamás sustentar guerras
ntre sí, ni con otros, no hazen dellos ca¿o.
También afirman que con otra nación que
onfina con esta tubieron pazes mucho tiempo,
uiendo comercio entre ellos de lo que cada
ina en su Prouincia abundaua, y lo principal
Le que los Tupinambás se proueían era de sal,
[ue los amigos les traían por sus rescates, que
ürmauan venirles de otras tierras vezinas á las
¡uyas, cosa que si se descubriese sería de gran-
le .vtilidad para la conquista, y poblaciones
leste Rio.
Y quanto aquí no se halle, se ha de descu-
)rir en grande abundancia en un rio de los que
>axan de ázia el Perú; de donde el año de
reinta y siete, estando ya en la Ciudad de Li-
na, salieron dos hombres que de lance en lan-

172 CHRISTOUAL DE ACUÑA

ce, aportaron por aquellas partes, a cierto pa«
rage, donde baxando por vno de los rios, que
en este principal desaguan, dieron con vn gran
cerro todo de sal, de que los moradores te-
nían el estanco, sustentándose ricos, y abun-
dantes, con las pagas qne por ella recibían, de
los que de más lejos la venían á contratar.
Y no es nueuo en el Perú, y en todas sus
Cordilleras, tener cerros de sal de piedra ex-
celente, pues esta es la que en todo él se gas-
ta, sacándola de su natural con barretas azera-
das, en pedagos tan grandes, que tienen á cin-
co, y seis arrobas cada vno.
Ocupa esta Prouincia de los Tupinambás
setenta y seis leguas de largo, que feneze en
vna buena población que está situada en tres
grados de altura, como también lo estaua la
primera de los Indios Aguas de que ya hizimos
arriba mención.

NVMERO LXXI
Dan noticias de las Amazonas.

ON el dicho también destos Tupinara»
bás, confirmarnos las largas noticias que
por todo este Rio traíamos de las afamadas
Amazonas, de quienes él tomó el nombre de
sus primeros principios, no le conociendo por
otro ninguno, sino por éste, todos los Cosmó-
grafos, que del hasta hoy han tratado.
Y fuera cosa de admiración que sin muy
graues fundamentos, hubiera usurpado el nom-
bre de Rio de las Amazonas, pudiéndole qual-
quiera dar en rostro, de que por él se quería
hazer famoso, con no más razón que de vestir-
se de lo ageno.
No me lo persuado yo de su nobleza, ni es
creíble, que teniendo este gran Rio tantas
grandezas de que echar mano, solo quisiese

174 CHRISTOUAL DE ACUÑA

gloriarse del titulo que no le competía. Baxe-
za ordinaria, de quien no valiendo por sus bra-
cos alcanza la honra que desea, la procura
mendigar del vezino.
Los fundamentos que ay para asegurar Pro.
uincia de Amazonas en este Rio, son tantas, y
tan fuertes que sería faltar á la fe humana, el
no darlas crédito.
Y no trato de las graues informaciones
que por orden de la Real Audiencia de Quito,
se hizieron con los naturales que le habitaron
muchos años, de todo lo que en sus nueras
contenía; en que vna de las principales cosas
que se aseguran, era el estar poblado de vna
Prouincia de mugeres guerreras, que sustentán-
dose solas sin varones, con quienes, no más á
ciertos tiempos tenía cohabitación, viuían en
sus pueblos, cultiuando sus tierras, y alcancen.
do con el trabajo de sus manos todo lo nece-
sario para su sustento.
Tampoco hago mención de las que por el
nueuo Reyno de Granada, en la Ciudad de
Pasto, se hizieron con algunos Indios, y en
particular con una India, que dixo auer ella
mesma estado en sus tierras donde estas mu-
geres están poblabas; conuiniendo en todo con
1 o que ya se sabía por los primeros dichos.
Solo echo mano de lo que oí con misoidos,

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 175

>n cuydado auerigüé desde que pusimos los
en este Rio. En que no ay generalmente
1 más común, y que nadie la ignora, que
ir habitan en él estas mujeres, dando señas
particulares, que conuiniendo todas en
s mesmas, no es creíble se pudiese una
itira auer entablado en tantas lenguas y en
as naciones, con tantos colores de ver-
Pero donde más luz tubimos del sitio don-
/iuen estas mugeres, de sus costumbres, de
Indios que las comunican, de los caminos
donde se entra á sus tierras, y de los natu-
s que los pueblan, (que es la que aquí daré)
en la vltima aldea donde da fin la Prouin-
de los Tupinambás.

NVMERO LXXII
Rio de ¿as Amazonas.

TREINTA y seis leguas desta Aldea,
corriendo Rio abaxo, está á la vanda
del Norte el de las Amazonas, que con nombre
de Rio Canuris es conocido entre aquellos na-
turales.
Toma este Rio el nombre de los primeros
Indios que sustenta en su boca, á quienes se
siguen los Apantos, que hablan la lengua ge.
neral de todo el Brasil. Tras estos están sitia-
dos los Taguaus, y los vltimos, que son los
que comunican con las mismas Amazonas, son
los Guacaras.
Tienen estas mugeres varoniles su asiento
entre grandes montes, y eminentes cerros, de
los quales el que más se descuella entre los
otros, y que como más soberbio es combatido

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS I 77

de los vientos, con más rigor, á cuya causa to-
da la vida se muestra escaluado y limpio de
yerba, se llama Yacamiaba.
Son mujeres de gran valor, y que siempre
se han conseruado sin ordinario comercio de
varones, y aun quando estos por concierto que
con ellas tienen, vienen cada año á sus tierras,
los reciben con la» armas en la mano, que son
arcos y flechas, que juegan por algún espacio
de tiempo, hasta que satisfechas de que vienen
de paz los conocidos, y dexando las armas, acu-
den todas á las canoas, ó embarcaciones de los
güéspedes y cogiendo cada vna la amaca que halla
más á mano, que son las camas en que ellos
duermen, la lleuan á su casa, y colgándola en
parte donde el dueño la conozca, le reciben
por góésped aquellos pocos dias, después de
los quales, ellos se vuelven á sus tierras, con-
tinuando todos los años este viage por el mis-
mo tiempo.
Las hijas hembras que deste ayuntamiento
las nacen, conseruan y crian entre sí mesmas
que son las que han de lleuar á delante el va-
lor, y costumbres de su nación, pero los hijos
varones no hay tanta certeza de lo que con
con ellos hazen.
Vn Indio, que siendo pequeño, auía ido
con su padre á está entrada, afirmó que los hi-
12

178 CHRISTOUAL DE ACUÑA

jos varones los entregaban á sus padres, quan-
do el siguiente año voluían á sus tierras. Pero
los demás, y es lo que parece más cierto por
ser dicho más común, dizen que en recono-
ciéndoles por tales les quitan la vida.
El tiempo descubrirá la verdad, y si estas
son las Amazonas afamadas de los historiado-
res, tesoros encierran en su comarca para en-
riquecer á todo el mundo.
Está la boca deste rio que pueblan las Ama-
zonas, á dos grados y medio de altura.

NVMERO LXXIII
Estrechura de todo el Rio.

ASADA la boca deste Rio de las Ama-
zonas y corriendo veinte y qualto le-
guas del principal, desagua á la mesma vanda
del Norte, otro mediano, que se llama Vrixa-
mina, que sale á aquel paraje, donde como ya
dixe arriba, se estrecha este gran Rio, en espa-
cio de poco más de vn quarto de legua. Donde
ofrece apacibles sitios para plantar, de vna y
otra vanda dos fortalezas, que no solo impi-
den el paso al enemigo, que por parte del mar
le intentare, sino que también, siruiendo de
Aduanas, se registre en ellas todo lo que por
este Rio de las Amazonas, si se poblare, será
fuerza que baxe del Perú.
Desde este paraje que está, como arriba
dixe, más de trescientas y sesenta leguas de la

l80 CHRISTOUAL DE ACUÑA

mar, se cómienca á sentir sus mareas, recono-
ciéndose todos los días crecientes y menguan-
tes, aunque no tan á las claras como de algu-
nas leguas mas adelante.

NVMERO LXXIV
Rio t y nación de Tapajosos,

VA RENTA leguas de esta estrechura
desemboca por la vanda del Sur, el
y vistoso Rio de los Tapajosos, toman-
do el nombre de la Nación, y Prouincia que
sustenta en sus orillas, que es muy poblada de
Bárbaros, en buenas tierras, y de abundantes
mantenimientos.
Son estos Tapajosos, gente de bríos y que
les temen muchas vezes de las Naciones cir-
cunuezinas, porque vsan de tal pongoña en sus
flechas, que con solo llegar á sacar sangre, qui-
tan sin remedio la vida.
Y á esta causa los mesmos Portugueses les
rezelaron la comunicación por mucho tiempo,
deseando por bien atraerles á su amistad, á que
nunca salieron del todo, porque les obligauan

l82 CHRISTOUAL DE ACUÑA

con ella á dexar su natural, y venirse á po-
blar entre los ya pacíficos, cosa que sienten
mucho estas Naciones. Si bien en sus tierras
recibían con gran agasajo á los nuestros, como
lo experimentamos aloxados junto á vn pue-
blo suyo, de más de quinientas familias, de
donde en todo el dia no cesaron de venir á
rescatar gallinas, patos, amacas, pescado, hari-
nas, frutas y otras cosas; con tanta seguridad,
que mujeres, y niños, no se apartauan de nos-
otros, ofreciendo que si los dexasen en sus
tierras, viniesen muy en horabuena á poblarlas
los Portugueses, que los recibirían y seruirían
de paz toda la vida.

NVMERO LXXV

Opresión que hizieroti los Portugueses.

‘O bastaron los humildes ofrecimientos
de estos Tapajosos, para personas tan

interesadas como son las de estas conquistas,
y que solo emprenden dificultades con la co-
dicia de los esclauos que esperan rescatar,
para que fuesen admitidos, ó por lo menos
puestos en toda razón y conueniencia. Si no
que sospechando tenía esta Nación muchos en
su seruicio trataron con toda fuerca, á título de
rebeldes, irles á ofrecer cruda guerra.
Esta se estaua disponiendo quando llega
mos de nuestra jornada al fuerte del Destierro,
donde se juntaua la gente para tan inhumana
facción.
Y aunque por los mejores medios que pu-
de, la procuré, ya que no impedir, á lo menos

l84 CRISTOUAL DE ACUÑA

suspender hasta que hubiese nueua orden de
Su Magestad, el Sargento mayor del Estado,
Cabo, y Caudillo de todos, que era Benito
Maziel, hijo del Gouernador me dio su palabra
de que no proseguiría con su intento, hasta te-
ner auiso de su padre.
Apenas bolui la cabega, quando con la más
gente que pudo, en vna lancha con piezas dé
artillería y en otras embarcaciones menores,
dando sobre ellos de improuiso, les ofreció
cruda guerra, si no querían buena paz.
Esta admitieron luego ellos con buena vo-
luntad, como siempre la auían ofrecido, rendi-
dos á todo lo que quisiesen disponer de sus
personas.
Mándales entregar todas las flechas herba-
das de ponzoña, que tenían, que era de loque
más se podía rezelar, á que los miserables obe-
decieron luego al punto; y viéndolos ya des-
armados cogen gran cantidad de Bárbaros y
enciérranlos todos en vn corral con suficiente
guarda, sueltan los Indios amigos que lleuauan,
que para hazer mal cada vno es vn diablo des-
atado, que en breue tiempo saquearon todo el
pueblo, sin dexar cosa en él que no asolasen;
aprou echándose, como me contó quien loauía
visto, de las hijas y mugeres de los afligidos
presos, á vista de sus mesmos ojos: y haziendo

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 185

cosas que me aseguró esta persona, que es
bien antigua en aquellas conquistas, qué por
no verlas, no solo dexaría de comprar escla-
uos, pero qae aun daría de balde los que po-
seía.
No paró aquí la crueldad de los Portugue-
ses, que como iba embuelta en codicia de es-
clauos, no quedaba satisfecha hasta uerse se-
ñora delloo.
Amenazan los Indios encorralados, y teme-
rosos, atemorizantes de nueuo con nueuos ri-
gores; para que ofrezcan esclauos, asegurándo-
les que con esto no solo quedarían libres, sino
amigos suyos y cargados de herramientas y
liento de algodón que les darían por ellos.
¿Qué auian de hazer los miserables?
Presos ellos, quitadas las armas, saqueadas
sus casas, oprimidas sus mugeres, y hijos, sino
rendirse á todo lo que ellos quisiesen hazer.
Ofrecen mil esclauos, enuían por ellos, que
con el alboroto de la tierra se auian puesto en
cobro, y no pudiendo juntar más de pocos más
de doscientos, entréganlos, y con palabra de que
cumplirán los restantes, dexan libres á los que
por verse así ofrecieran sus mismos hijos por
esclauos, como muchas vezes ha acontecido.
Despachan todos estos al Marañon y Para, que
yo vi con mis ojos, y saboreados de la presa^

l86 CHRISTOUAL DE ACUÑA

disponen luego otra mayor entronaGion más á
dentro del Rio de las Amazonas, donde serán
sin duda mayores las crueldades, porque van
menos personas de valor, que puedan ir á la
mano del que lleua el cargo de todos. Con que
quedará el Rio tan alborotado, que quando su
Magestad quiera que se pacifique, habrá de te.
ner muy grandes dificultadas, siendo así que
como yo le dexé quando salí del, á muy poca
costa se pudiera hazer.
Estas son las conquistas del Para, este es el
trato de que se sustentan, y esta la justísima
causa porque todos andan arrastrados, sin te-
ner vn pan que córner.
Y si no fuera por los seruicios que han he-
cho á entrambas Magestades Diuina, y humana
en resistir valerosamente al enemigo Olandés,
que varias uezes ha uencido en aquella tierra,
ya nuestro Señor la tubiera asolada.
Boluiendo, pues, á lo de los Tapajosos, y
al famoso rio que baña sus riberas, digo que es
de tan buen fondo, que por él arriba muchas
leguas, subió en tiempos atrás vna nao Inglesa
de gran porte, que pretendiendo hazer asiento
en esta Prouincia y entablar cosechas de taba-
cos con los naturales, les ofrecieron buenos
partidos; pero ellos dando de improuiso en
los Ingleses no aceptaron otro, que matar á

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 187

los que pudieron auer á las manos, y aprove-
chándose de sus armas, que oy en dia tienen,
les hizieron dexar la tierra más aprisa de lo que
auian venido, excusando la gente que quedó
en la nao, con hacerse luego á la vela, otro
encuentro semejante, en que del todo queda-
sen consumidos.

NVMERO LXXVI

Curupatuba.

pocas más de quarenta leguas de la
boca del Rio de los Tapajosos, está el
de Curupatuba, que desaguando en el princi-
pal de las Amazonas, á la vanda del Norte, da
nombre á la primera población, \6 Aldea, que
de paz tienen los Portugueses á devoción de
su Corona.
No muestra este rio ser muy caudaloso de
aguas, pero si de tesoros si los naturales del
no nos engañan; los quales afirman que subien-
do por este rio, que ellos llaman con nombre
de Iriquiriqui, camino de seis dias, se halla
gran cantidad de oro, que lo cogen en las ori-
llas de vn riacho pequeño, que baña las faldas
de vn mediano cerro, llamado Iaquaracuru.
Dicen también que cerca de este está otro

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 1S9

sitio cuyo nombre es Picuro, donde han saca-
do otras veces otro metal más duro que el oro,
de color blanco, que sin duda es plata, de que
labraron antiguamente hachas, y cuchillos, pero
que viendo no ser de prouecho, y que luego se
mellauan, no hicieron niás caso del.
Ay en este mismo distrito dos./SÍerras; que
la vna, según las señas que dan los Indios, es
de azufre, y de la otra, que se llama Paragua-
xo, aseguran que quando le da el Sol, y tam-
bién en las noches claras, resplandece de suer –
% que toda ella parece esmaltada de rica pe-
drería; y de quando en cuando reuienta con
pandes estruendos, muestra cierta de que en
sí encierra piedras de mucho valor.

NVMERO LXXVII
Rio Ginipape.

O promete menos tesoros, segun noti-
cias comunes, el rio de Ginipape, que
corriendo por la misma vanda del Norte
desemboca en el de las Amazonas, á las sesen-
ta leguas más abaxo de la Aldea de Curupatu-
ba. De quien dizen los Indios tanto, del mucho
oro que en sus orillas se puede recoger, que si
ello es así, solo este rio dexará atrás con sus
aueres, los mayores de todo el Perú.
Las tierras que este rio riega, son de la ca-
pitanía de Benito Maziel Pariente, Gouernador
del Marañon, que fuera de ser ellos solos, más
que toda España junta, y auer en ellas muchas
noticias de minas, son en sí por la mayor par-
te del mejor migajon, y para rendir mayores

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS ICjI

frutos, y prouechos que cuantas ay en éste in-
menso Rio de las Amazonas.
Están todas á la vanda del Norte; contie-
nen en sí grandes Prouincias de Bárbaros; y lo
que es más de estima, encierran debaxo de su
jusisdicion, las afamadas y dilatadas Tierras
del Tucuju, tan suspirado, y tantas vezes po-
blado, aunque con su daño, del enemigo Olan-
dés, que reconociendo en ellas las mayores
comodidades del mundo, para enriquecer sus
moradores jamás las puede oluidar.
Son no solo apropósito para grandes co-
sechas de tabacos, y capaces de las mejores de
lo descubierto para muchos ingenios de adúcar,
y agradecidas con sus mantenimientos, á qual
quier pequeño cultiuo, que en ellas aya, sino
también de excelentes campiñas, que con abun-
dantes pastos sustentarán infinitos ganados.
En esta Capitanía, seis leguas de donde
desagua Ginipape, el Rio arriba de las Amazo*
ñas, está un fuerte de Portugueses, que llaman
del Destierro, con treinta soldados y algunas
piezas de artillería; que para lo que toca á de-
fender el Rio, no sirue de nada, autorizando
solo la dicha Capitanía, y teniendo en algún
temor los Indios que de ella se van redu-
ziendo.
Este fuerte quitó Benito Merziel con brago

I92 CHRISTOUAL DE ACUÑA

de Gouernador del Curupá, que cae treinta le-
guas más abaxo, donde por muchos años es-
tuvo situado en muy buen sitio, y donde las
naos enemigas venían á reconocer de ordi-
nario.

NVMERO LXXVIII

Rio Paranaiba.

■QJ \ IEZ leguas más abaxo del rio Ginipape
L^^sale á la vanda del Sur, uno muy visto

so, y caudaloso, que con dos leguas de boca,
entra rindiendo parias al principal, llámanle
los naturales Paranaíba; están en sus riberas
algunas poblaciones de Indios amigos, que te-
niendo asiento en sus primeras entradas, obe-
decen las órdenes de los Portugueses que los
gouiernan. Y en lo más interior viuen otrcs
muchos, de quienes, y de lo demás que este
rio contiene, aun no hay suficientes noticias.

13

NVMERO LXXIX
Rio Pacaxa.

IjTjST^ESDE dos leguas más abaxo del Gim-
[r M^pape comienza á dividirse en grandes
bracos el Rio de las Amazonas que causan la
multitud de Islas, que hasta desembocar en el
Occeano en él se conocen, pobladas todas de
diferentes Naciones y lenguas; si bien las más
entienden lá general de aquella costa.
Son estas Islas tantas, y las Naciones que
las auitan tan diuersas, que solo para ellas era
menester vna nueua historia.
Con todo nombraré aquí algunas de las
más conocidas, como son las de los Tapuyas,
Anaxiates, Mayanafes, Engaibas, Bocas, Jua-
nes, y las de los valientes Pacaxás, que en las
riberas del Rio, de quien tomaron nombre, que
sale ochenta leguas del Paranaíba, á la mesma

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 195

vanda, tienen su habitación, y en tanto número
así de aldeas como de moradores, según afir-
man los Portugueses que allá estuviron, como
qualquiera otra de las más pobladas de núes*
tro Rio.

NVMERO LXXX

Población de Conmuta.

quarenta leguas del Pacaxá está sitúa”
da la aldea del Conmuta, que en aque-
llas conquistas fué en tiempos pasados de gran-
de fama, así por sus muchos moradores como
por ser allí donde de ordinario se aprestauan
las armadas, quando auían de hacer sus cor-
rerías.
Pero ya no le ha quedado ni gente, por
auerse mudado á otras tierras, ni mantenimien-
tos, por no auer quien los cultiue, ni otra cosa
más que el sitio antiguo eon pocos naturales
siempre bueno, y que con su apacibilidad y
linda vista, está brindando hermosura y como-
didades á los que le quisieren poblar.

NVMERO LXXXI
Rio de los Tocantines,

las espaldas del Conmuta desemboca
el rio de los Tocantines, que aunque

en aquellas partes tiene nombre de rico, y al
parecer con algunos encarecimientos, ninguno
ha conocido su caudal, sino solo el Francés,
que quando poblaba sus costas, cargaba naos
de sola la tierra que de sus orillas sacaba, para
beneficiarla en la suya, enriqueciéndola. Sin
atreverse jamas á mostrar tales tesoros á los
Bárbaros, que en el habitan, rezeloso de que
haziendo de ellos la estima que era razón, sin
duda los defenderían con las armas para no se
dexar desposeer de tantas riquezas.
A las cabezadas deste Rio aportaron ciertos
soldados Portugueses, que desde Pernambuco,
con vn sacerdote en sn compañía, atrauesaron

I98 CHRISTOUAL DE ACUÑA

todas las faldas de la Cordillera, en busca de
nuevas conquistas, y queriendo por él abaxo
navegar hasta darle fin, ellos le tuvieron desas-
trado á manos de los Tocantines, en cuyo po-
der se halló no ha muchos años el Cáliz, con
que el buen Sacerdote les dezía Misa en sus
peregrinaciones.

NVMERO LXXXII

El Para.

* REINTA leguas del Conmuta tiene su

asiento la fortaleza del gran Para, po
blada y gouernada por Portugueses.
Ay en ella Capitán Mayor, que es sobre
todos los de aquella Capitanía, y á quienes es-
tán sugetos otros tres Capitanes de infantería,
que de ordinario asisten con sus compañías,
para la defensa de aquella placa.
Si bien así estos como aquel, en todo obe*
decen al Gouernador del Marañon, que tiene
su asiento más de ciento y treinta leguas la
Costa arriba acia el Brasil, de que hazen gra-
ues inconuenientes en el Gobierno del Para,
que si este rio se puebla será fuerca quede por
dueño del, como quien tiene en su mano la
llave de todo.

i

200 CHRISTOUAL DE ACUÑA

Y aunque es verdad, que el sitio donde al
presente está no es, á juizio de muchos, el
mejor que se podía escoger, auiendo de ir este
descubrimiento adelante, será fácil mudarle á
la Isla del Sol, catorce leguas más á la mar;
puesto, en quien todos tienen los ojos, por los
muchos cómodos que ofrece para la vida hu-
mana así de capacidad y bondad en la tierra
Para el sustento de la población, como tam-
bién por la comodidad de los nauíos que á
ellas aportasen, que en una ensenada, segura
de todos contrastes, pueden estar todo el tiem-
po que quisieren, y quando se hubiesen de ha-
zer á la vela, con la primera plena mar quedan
desembocados de todos los baxos que hazen
dificultosos éstos puestos, que no es pequeña
comodidad.
Es esta Isla de más de diez leguas de zir-
cuyto, de buenas aguas, mucho pescado de la
mar, y del rio, gran multitud de cangrejos, sus-
tento ordinario de los Indios, y gente pobre; y
al presente es de las principales á donde van
del Para de ordinario á cazar la carne que han
menester para su sustento.

NVMERO LXXXIII

Entra en el mar el Rio de las Amazonas.

<5\^^1 EINTE y seis leguas de la Isla del Sol,
debajo de la línea Equinocial, esplaya-
do en ochenta y quatro de boca, teniendo por
la vanda del Sur al Zaparará, y por la contra-
ria al Cabo del Norte, desagua en el Occeano
el mayor piélago de aguas dulces que ay en lo
descubierto, el más caudaloso Rio de todo el
Orbe: el Fénix de los Rios, el verdadero Ma-
rañon, tan suspirado, y nunca acertado de los
del Perú, el Orellana antiguo, y para dezirlo
de una vez, el gran Rio de las Amazonas.
De&pues de auer bañado con sus aguas mil
trescientas y cinquenta y seis leguas de longi-
tud: después de sustentar en sus riueras infini-
tas Naciones de Bárbaros; después de fertilizar
inmensas tierras; y después de auer pasado por

202 CHRISTOUAL DE ACUÑA

el riñon de todo el Perü, y como canal princi»
pal, recogido en sí lo mejor, y más rico de to-
das las vertientes.
Este es en suma el nueuo descubrimiento
deste gran Rio, que encerrando en sí grandio-
sos tesoros á nadie escluye; más antes, á todo
género de gente combida liberal á que se apro?
ueche de ellos.
Al pobre ofrece sustento, al trabajador, sa-
tisfacción de su trabajo: al mercader, empleos;
al soldado, ocasiones de valer; al rico, mayo-
res acrecentamientos; al noble, honras; al po-
deroso, estados; y al mesmo Rey vn nueuo
Imperio.
Pero quienes más interesados se han de-
mostrar en esta conquista, son los zelosos de
la honra de Dios, y bien de las almas, pues
tanta multitud dellas, está ya clamando, por
fieles Ministros del Santo Evangelio, para que
con la claridad del, se les auyenten las som-
eras de la muerte, en que ha tanto tiempo que
miserables yacen.
Y nadie se escuse desta empresa, pues para
todos hay campo descubierto, y por muchos
trabajadores que se conduzgan la mies será
mayor; y siempre necesitará esta nueua Viña,
de nueuos y feruorosos obreros para que la
cultiuen; basta sugetarla toda debaxo de las

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 20$

llaues de la Iglesia Romana. A que sin duda
nuestro Grande, y Católico Rey Filipo Quarto,
que Dios nos guarde muchos, y felizes años,
acudirá de su parte, con la liberalidad que
acostumbra en lo temporal, para el sustento
de Ministros tales. Y la Santidad de nuestro
muy Santo Padre Vrbano Octauo de gloriosa
memoria, como Padre, y Cabeca que oy es de
la Iglesia, se muestra en lo espiritual no menos
liberal y benigno: Teniendo á grande dicha
que en sus tiempos se abra anchurosa puerta,
para reduzir al rebaño de la Iglesia de vna vez,
más Nociones juntas, y más populosas, de
quantas en toda la América, desde sus prime-
ros principios, se descubrieron.

Zaus Deo Vi\

Virginique Matri.

I.

MEMORIAL

PRESENTADO EN EL
REAL CONSEJO DE LAS INDIAS, SOBRE
EL DICHO DESCUBRIMIENTO
DESPUÉS DEL REUELION
DE PORTUGAL

SEÑOR:

Christoval de Acuña, Religioso de la Com-
pañia de Iesus, que vino por orden de vuestra
Magestad, al descubrimiento del gran Rio de
las Amazonas.
Cuydadoso siempre de los mayores aumen-
tos de su Real Corona, y rezeloso de que acon-
tecimientos menos fauorables, vistos á nues-
tras puertas, ahoguen y impidan el lucimiento
de sus afectuosos servicios. Dize, que aunque
es verdad, que la principal puerta de aquel
nueuo mundo descubierto, para más en breue
comentar á gozar de los prouechosos, y ricos
frutos, que liberal ofrece, es la boca principal
del, por la parte que desagua en el Occeano,
de las Costas del Brasil, sujeta á Portugueses,

208 CRISTOUAL DE ACUÑA

y por eso menos sazonada, para que de pre-
sente se procure esta entrada.
Pero que no por eso deue Vuestra Mages-
tad desistir, ni dilatar la profesión de este gran
gran Rio, pues con más facilidad y muchos me-
nos gastos lo podrá hazer por la Provincia de
Quito, en los Reynos del Perú, por las mesmas
entradas por donde él, y sus compañeros ba-
xaron.
De que resultarán sin duda grandes servi-
cios de Dios nuestro Señor, y de Vuestra Ma-
gestad, y se euitarán, no menos inconuenientes,
que de no executarlo en breue, en breuese ex-
perimentarán, y quizá sin remedio.
Lo qual se podrá efectuar sin gastos consi-
derables de la Real Hazienda, con solo embiar
orden á la Chancilleria de Quito, para que ca-
pitule las entradas que más conuenga, por los
rios que en su jurisdiccién desaguan en este
principal, con algunas de las muchas personas,
que á su costa se ofrezen á hazer estas con-
quistas, solo por los intereses que de ella se
sacan, como son las encomiendas de los In-
dios, repartir tierras», proueer oficios, y otros
semejantes.
Cometiendo juntauente lo espiritual de
ellas, en lo tocante á la conuersicn, y enseñan-
za de los naturales, á los Religiosos de la Com-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 20Q

pañía de Iesús, cuyo instituto es este, y á que
con no pequeño título, en este particular des-
cubrimiento, pueden mostrar algún derecho,
pues sus hijos, no solo han aclarado, á costa
de sus trabajos, y desvelos, y aun de muchos
ducados, las sombras de un nueuo y dilatado
Imperio, que bañado de este grandioso Rio,
ofrece crecidos aumentos á la Real Corona de
Vuestra Magestad, sino que por posesión de
más de quarenta años, adquirida con la sangre
del dichoso Padre Rafael Ferrer, derramada
por los naturales, á quienes en los principios
deste Rio predicaua, se les deue.
Continuando el no perder este derecho los
Padres de la Compañía, que por Santiago de
las Montañas, ha años que cultiuan con su
doctrina los principales raudales de esta nue ■
ua conquista; que para continuar se necesita en
aquella Prouincia de Quito, nueuos obreros de
Europa, que les ayuden en tan copiosa mies.
A que sin duda acudirá Vuestra Magestad
con la piedad que siempre, y la liberalidad que
pide la necesidad extrema de tanta inmensidad
de Naciones diferentes,
De que resultarán los prouechos siguien-
tes:
Lo primero, y que siempre lo es en el
Chriistanissimo pecho de Vuestra Magestad,
14

2IO CHRISTOUAL DE ACUÑA

darán sin más dilaciones, principio con la
conuersion de un nueuo mundo de infieles
que miserables yacen en la sombra de la muer-
te: obra tan del seruicio de Dios, que no se
puede ofrecer otra que más le agrade, y tal que
por ella se dará por obligada á establecer con
perpetuidad la Corona de Vuestra Magestad,
y de nuevo dilatarla á mayores Imperios.
Lo segundo, ahorráranse muchos gastos,
que como forcosos, eran inescusables, si esta
conquista se hubiera de hazer como se inten-
taua, por la boca del Rio: en conduzir solda-
dos, preuenir embarcaciones, juntar pertre-
chos, y disponer todo lo necesario para for-
mar nueuas poblaciones, que sin duda auían
de ser muchas.
Lo qual todo se escusa con mandar que se
comienze esta conquista por las entradas de
Quito, pues los particulares á quienes se co-
metieren, harán con gusto todo el gasto, y solo
necesitarán para lo espiritual della, de Obre-
ros, y Ministros aptos del Evangelio, que
Vuestra Magested enuie de España por la
extrema necesidad que de ellos hay en aque-
llas partes.
Lo tercero, comencará Vuestra Magestad á
poseer y gozar de lo que todos los Señores
Reyes sus predecesores, desde el Señor Em

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 211

perador Carlos Quinto que Dios aya, digno vis-
abuelo de Vuestra Magestad, desearon, y con
no pocos gastos, y diligencias procuraron suge-
tar á su Real Corona.
Para lo qual el año de mil y quinientos, y
quarenta y nueue, el mesmo señor emperador
Carlos Quinto, mandó dar á Francisco de Ore-
llana tres nauíos con suficiente gente, y per-
trechos, para que en su Real nombre tomase
posesión de este gran Rio de las Amazonas,
(que nueue años antes él mesmo auía nauega-
do,) por los muchos vtiles que de executarlo
así se esperauan; si bien las tormentas, y muer-
te de casi todos los soldados, les obligaron á
que reduzidos á una breue embarcación arriba-
sen á la Margarita, donde con su mal suceso,
cesaron las esperanzas que de muchos buenos
se prometía España, si les hubiera corrido me-
jor fortuna.
Y Vuestra Magestad desde los primeros
principios de su Reynado, que sea por muchos,
y felicísimos años, ocupó su desuelo en la
consecución de esto mesmo, cometiendo la
execucion de este descubrimiento á varias per-
sanas, como consta en sus Reales Cédulas,
despachadas en esta conformidad, por los
años de veinte y vno, y veinte y seis, jy treinta
y quatro.

212 CHRISTOUAL DE ACUÑA

La de veinte y vno, despachada á la Real
Audiencia y Cnancillería de Quito, para que se
capitulasen las condiciones que para el dicho
descubrimiento fuesen conuenientes, con el
Sargento Mayor Vicente de Reyes Villalobos,
Gouernador, y Capitán General en aquella sa-
zón de los Quíxos, jurisdicion de Quito, que
por llegarle sucesor en el gouierno, no tubo
efecto.
La de veinte y seis, despachada en fauorde
Benito Maziel Pariente, Portugués de nación,
para que por las Prouincias del Marañon y
gran Para, que caen á la boca deste Rio, co
menzase su descubrimiento, que tampoco se
puso por obra, por auerle mandado acudir ala
guerra de Pernambuco.
La de treinta y quatro, despachadaá Francis-
co Coello de Carauallo, Portugués, Gouernador
que entonces era del Marañon, y Para, con es*
presa orden de que con toda la breuedad con
personas de confianca, y si necesario fuese, el
mesmo diese principio, por aquellas partes, á
lo que tanto se deseaua, que nunca surtió
efecto.
Y el presente, queriéndolo así Vuestra Ma-
gestad, tendrá feliz execucion, y en adelanlese
verán cada día mayores logros de lo que tan
ardientes deseos prometía.

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 213

Lo quarto, cerrarse con esto la puerta, á
que ninguno de los de los del Perú, intente
arrojarse con los tesoros por la corriente
deste Rio, por escusar los derechos que por
Cartagena se pagan á Vuestra Magestad, y hun-
de los riesgos de Corsarios, que casi siempre
son ordinarios por aquellas partes, que es
cierto lo han de pretender, ocasionados de la
facilidad con que lo podrán executar: á que
en ningún modo se atreuerá nadie, asegurados
los puestos principales de sus entradas, como
de hecho lo quedarán, con las personas que
por ellos comenzaren la conquista.
Lo quinto, impedirse ha el trato, y comuni-
cación que tanto desean entablar los Portugue”
ses, que asisten en la boca de este Rio, con
los de su nación del Perú, que en estos tiem-
pos sería bien perjudicial.
Y en ninguna manera se atreuerán á inten-
tarlo; si supiesen desde luego, se preuenía eon
tiempo su malicia, tomando las entradas del-
Y de que intentan esta comunicación los
Portugueses de aquella costa del Marañon, y
Para, cónstame, con toda claridad, y como tes-
tigo de lo que oí tratar muchas vezes entre
ellos lo podré afirmar como cosa sin duda.
Lo sexto, reduciendo Vuestra Magestad á
su obediencia las principales Naciones deste

214 CHRISTOUAL DE ACUÑA

Rio, y en especial las que habitan en sus Islas,
y orillas, que son muy belicosas, y que con va-
lor ayudarán al que una vez reconocieren por
dueño; en que abrá poca ó ninguna resistencia
por las muchas guerras que de continuo tie-
nen, vnas con otras, y sugeta una, lo estarán
eon facilidad las demás; podrá por el mesmo
rio abaxo, mejor aun que por la mar, echar de
la boca del á qualesquiera otros, que con si-
niestro título la posean, y asegurar por este
camino los muchos riquísimos frutos, y que de
él se esperan, que esto se dilatará el gozarlo,
lo que se dilate el poseerlo.
Y dado caso que con breuedad, como es-
peramos, se ponga freno, y castigue el mal mi-
rado atreuimiento de los Portugueses, y quede
desembarazada la boca deste Rio, para que por
ella se prosiga la conquista.
Comencada esta ya, por las entradas de
Quito, se hará más fácil y necesitará de menos
gastos para concluirse con felicidad.
Lo séptimo, se deue advertir con muy par-
ticular cuydado, que ya los Indios en todo el
Perú, y en casi todo lo descubierto, y en espe-
cial en donde quiera que ay minas, ó otras
grangerias de importancia, que dependen de
su trabajo personal, como lo podemos afirmar
los que auemos corrido aquellas partes, y cada

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 215

dia van en tanta disminución, que en breues
años, por faltar ellos abrán de cesar, ó por lo
menos disminuirse en gran parte, los muchos
intereses que á su existencia están anexos, da-
ño sin duda grande, y que Vuestra Magestad
con esfuerco deuiera preuenir con tiempo, y
remediar por todos los medios posibles, que
no ay, ni se pueden imaginar otros, que tomar
muy á pecho la conquista y conuersion deste
nueuo mundo, donde son tantos los naturales
que le habitan, que podrán poblar de nueuo
todo lo despoblado del Perú: que si se sujetan
al yugo del Santo Evangelio y con general paz,
cesarán las continuas guerras con que cada dia
se consumen vnos á otros se aumentarán de
suerte, que rompiendo por cortos los límites
que ai presente los encierran, será forzoso el
dilatarse por más espaciosos Reynos.
Y quando con ellos solos se beneficiaran
las muchas minas, y demás intereses que en
sus Naciones ofreze la fertilidad de la tierra,
se deuiera, qual otro nueuo Perú, aceptar lue-
go su conquista, y con más la facilidad que
aquí se ofreze.
Lo octavo, si sucediese que los Portugue-
ses que están en la boca deste rio (que todo
se puede presumir de su poca Christiandad, y
menos lealtad) quisiesen, ayudados de algunas

9X6 .- CHXIBTOUAL DK ACUfU
naciones belicosas que tienen sugctas, peaetm
por él arriba hasta llegar á lo poblado del Per^ \
ó nueuo Reyno de Granada, aunque csterdtd
que por algunas partes hallarán resistencia, por’
otras muchas la hubiera, muy poca, por salir i
pueblos muy faltos de gente, y en fin pifarán
aquella* tierras vasallos desleales de Vuatn
Magestad, que en Reynos tan distantea, pudfe-
ra solo este nombre de desleales, cansar gp^’1
simos daños. Pues jfj^jvddos con el Olaadéi
como lo están m^gtg del Brasil intentasen
semejante atrevim|j{i$tto, ya 8« ve el cuy dado
que pudiera dar. Y que el Olandés desde nw
chos años ha, y aunque procure con veías se-
ñorearse deste gran Rio, es cosa tan ciertt,
que no dudó afirmarlo y publicarlo, luán Laeth,
Autor Olandés, en el libro que intituló f “Vtri-
usque Americse, que sacó á luz el año de trein-
ta y tres, donde en el libro 17, cap. 15, in fine,
dize estas palabras:
«Verumtamen, tan hi (scilicet Angelí, etc.
Hibrini) quám nostri (scilicet Belgi) á Portuga-
lis, é Para venientibus, in opinato opresi, etc.,
fugati, non leue damnum fuerunt perpefi, ad
quod refarciendum 61, viribus, institutum repe-
tere, etc. vrgere satagunt.»
Y en el mismo libro cap. 2, dice:
«Post annumanten, 1615 Portugali ad Pane-

DESCUBRIMIENTO DEL AMAZONAS 217

ipam, qui fine dubio huins. magni fluminis ra-
nus est,caeperuntüncolere, vt ante diximus, etc
mimum, ad caetera forte adijciente, nifi ab An-
jelis, etc. Belgis nos tris impediantur. f
De donde se colige bien claro, que el dila-
;ar el Olandés la conquista deste gran Rio de
as Amazonas, de que en entrambos lugares
íabla el Autor, es á más no poder, y no por
jue le falten deseos, y estima de lo mucho que
jn ejecutarlo ha de interesar.
Prevenga pues Vuestra Magestad, tan gra-
íes daños, que este su fiel vasallo le propone,
j no permita se dé lugar .á que algún dia llo-
remos pérdidas, en lo que al presente se nos
ofrecen crecidas ganancias.
Finalmente, si andando el tiempo, sugeto
y allanado ya el paso deste gran Rio, y acla-
radas las entradas que en él ay por todo el
Perú, la quisiese reducir á este viaje quantas de
iquellas partes enriqueze á España, me gloria-
la yo de auer hecho á Vuestra Magestad vno
le los mayores, y mas prouechosos servicios,
pie de vasallo se pudieran esperar; con que
10 solo se ahorrauan gran suma de ducados,
;n inmensos gastos, que serán inescusables
nientras durare el tragin de Panamá, y Carta-
gena, que por este Rio por ser por agua, y
lyudar sus corrientes serían muy moderados.

2l8

CRISTOUAL DE ACUÑA

Sino que también (que es lo de más conside-
ración) aseguraua Vuestra Magestad de vna
vez sus flotas, y sin rezelos de Corsarios, ponía
en salvo todos sus tesoros, por lo menos hasta
llegar al Para; de donde en veinte y quatro
dias, por mar ancho, con galeones, hechos en
el mesmo Rio, á todos tiempos se ponian en
España, sin que enemigo alguno les pueda
guardar á la salida, por ser la costa del Para
tal, que ni dos dias pueden los nauíos fuera
del Rio resistir á las corrientes de la mar. Con
que cesarán de vna vez los continuos cuydados
que cada dia nos causa tan peligroso y dilata-
do viage como es el de Cartagena.
Todo, Señor, se remediará con lo que ten-
go propuesto en este memorial: á que solo
añado, que la mayor parte del buen suceso en
esta materia, será la breuedad en la execucion.
Y si yo para algo fuere de prouecho, siempre
estaré á los pies de Vuestra Magestad.

ÍNDICE DE MATERIAS

-Í-OOOH-

Páginas.

Noticia biográfica del padre Cristóbal
de Acuña…………………… v
Noticia bibliográfica de las ediciones
que se han hecho de esta obra en di-
versos idiomas……………….. ix
Al Excelentísimo Señor Conde Duque
de Olivares…………………. xvn
Al lector…………………….. xxi
Certificación del Capitán Mayor de este
descubrimiento Pedro Texeira……. xxin
Certificación del reverendo padre co-
misario de las Mercedes……….. XXVII
Cláusula de la provisión real que dio la
Audiencia de Quito en nombre de su
Magestad para este descubrimiento.. xxix

aao 4 ÍNDICE

I.—Noticias de este gran río. • – x
IL —Descubre Francisco de Ore.
llana este río…………. 2
m.—Entra por este río el tirano
Lope de Aguirre…….., 4
IV,—Intentan otros este descubri-
miento……………… 6
V.—-Intenta Benito Maciel este
descubrimiento…..,…… 8
VL—Mándasele á Francisco Coe- .
lio que haga esta entrada…. 9
VIL—Navegan este río dos religio-
sos, legos de San Francisco.. . 11
VIIL—Llegan los dos religiosos al
Marañon…………,, . . 14
IX.—Es nombrado para la con-
quista Pedro de Texeira….. 16
X.—Comienza su viaje Pedro de
Texeira…………….. 18
XI.—Adelántase el Coronel Beni-
to Rodríguez. . ..,…….. 20
XII. —Deja el Capitán el ejército
en los Encabellados…….. 22
Xm.—Llega el Capitán Mayor á
Quito………………. 24
XIV.—Resolución del Virrey del
Perú……………….. 26

ÍNDICE

221
Páginas.

Números.

XV.—El General D. Juan de Acu-
ña se ofrece á la jornada….. 2&
XVI.—Nombra la Real Audiencia
al padre Cristóbal de Acuña
para esta jornada………. 30-
XVII.—Salen los padres de Quito. . 32
XVffl.—El rio de las Amazonas es el
mayor del orbe……….. 34.
XIX.—Nacimiento del río de las
Amazonas…………… 37
XX.—Su curso, latitud y longitud. 40
XXI.—Estrechura y fondo del río. 42
XXn.—Islas, su fertilidad y fruta… 44.
XXin.— Géneros de bebidas que
usan………………. 4^
XXIV.—Frutas que tienen…….. 48
XXV.—Pescados de este río y del
Pegebuey……………. 5o*
XXVI.—Tortugas del río y cómo las
guardan…………….. 52
XXVU.—Modos de pescar que usan. 5 J
XX VIII.—Cazas del monte y aves de
que se sustentan……….. 5^
XXIX.—Clima y temple del río____ 61
XXX.—Disposición de la tierra y dro-
gas medicinales……….. 64

XXXI.—Maderas, aderezos para na-

222 Í2ÍOICE
Números, Piginaa,
VÍOS…….,………… 66
XXXII.—Cuatro géneros de cosas pro-
vechosas que hay en este río. . 68
XXXIII.—De otros géneros de estima
que aquí se hallan………. 71
XXXIV.—Riquezas de este río…… 7 a
XXXV—Son cuatro mil leguas de cir-
cuito lo descubierto…….. 75
XXXVI.—Multitud de gente y diferen-
tes naciones………….. 77
XXXVII.—Armas de que usan los in-

dios……………….. 79
XXXVIII.—Su comercio es por el agua
en canoas……………. 82
XXXIX.—Las herramientas que usan. 84
XL.—De sus ritos y Dioses que
adoran……………… 86
XLL—Un indio se hacía Dios….. 90
XL1L—De los hechiceros que hay . 92
XLin.—Son estos indios de apaci-
bles naturales…………. 94
XLIV.—Trátase en especial de las
cosas del río y de sus entradas. 96
XLV.—De tres entradas que hay por
el nuevo reino………… 99
XLVI.—Otras entradas,………. 102

ÍNDICE 223
Números. Páginas.

XLVIL—Otras entradas á este río. . . 105
XLVm.—Río de Ñapo………… 107
XLIX.—Aquí mataron al Capitán Pa-
lacios………………. 109
L.—Aquí quedó la armada portu-
guesa, provincia de los Enca-
bellados…………….. ni
= Río de Tunguragua……… 114
LI.—Provincias de los aguas. … 115
LII.—Uso de los esclavos que cau-
tivan………………. 119
Luí.—Sitio frío en que se podrá co-
ger trigo……………. 122
LIV.—RíoPutumayo ynacionesque
en él y en Yetaú hay…….. 124
LV.—Fin de la provincia de los
Aguas y río del Cuzco……. 127
LVI.—Provincia donde se halló oro. 129
LV1I.—Minas de oro……….. 132
LVin.—Usan orejas y narices aguje-
readas……………… 134
LIX.—Entrada á las minas de oro. 136
LX.—Lago Dorado……….. 138
LXI.—Provincia de Yoriman. … 140
LXIL—Un pueblo de más de una le-
gua de largo………….. 142
LXm.—Río de los Gigantes…… 144

224 lNDICB
Ndmtros. Páginas.

LXIV.—Río Basururú y sus naciones. i47
LXV.—Rio Negro………….. 150
LXVI.—Intentan los portugueses en-
trarse por el río negro……. 15S
LXVII,—Requerimiento hecho al ejér-
cito……………….. 158
LXVIII.—Prosigue el viaje y del río de
la Madera…………… 165
LXIX.—Isla grande de los Tupinam-
bás……………….. 167
LXX.—Noticias que dieron los Tupi-
nambás…..,……….. 17o
LXXI.—Dan noticias de las Amazonas. 173
LXXII.—Río de las Amazonas…… 176
LXXIIL—Estrechura de todo el río… 179
LXXIV.—Río y nación de Tapajosos. . 182
LXXV.—Opresión que hicieron los
portugueses………….. ^3
LXXVL— Curapatuba………… 188
LXXVIL—Río Ginipape……….. 19o
LXXVIIL—Río Paranaíba………. 193
LXXIX.—Río Pacaxa…………. *94
LXXX.—Población de Conmuta. … 196
LXXXI.—Río de los Tocantines….. 197
LXXXII.—El Para………,….. 199
LXXXIII.—Entra en el mar el río de las
Amazonas…………… 01

ÍNDICE 225
Páginas.

Memorial presentado en el real
consejo de las Indias, sobre el
dicho descubrimiento, después
de la revelión de Portugal… • 205

ÍNDICE

POR ORDEN ALFABÉTICO
DE TODO LO CONTENIDO EN ESTA OBRA
-HO+-
Págints.
Abundancia de algodón…………. 71
Abundancia de cacao. . . . ,……… 68
Abundancia de pesca en el Amazonas. . 35
Aderezos para navios…………… 67
Aldea de Conmuta……………. *96
Alfonso de Miranda……………. 7
Altura de los árboles…………… 66
Amazonas; noticias que dieron de ellas
los Tupinambás…………….. *73
Amazonas; sus costumbres………. *74
Amazonas; valor que tienen y otras co-
sas peregrinas……………… *77

ÍNDICE 227
Páginas.

Aprecio en que tienen á sus hechiceros. 92
Armas que tienen los indios………. 79
Azúcar que hay……………… 69
Bebidas que hacen……………. 46
Benito Maciel Pariente…………, . 8
Benito Rodríguez de Olivera……… 20
Brevedad que se ha de tener en comen-
zar esta conquista…………… 218
Buen temple del río…………., . 61
Cáliz que se halló en poder de los Tocan-
tines…………………… 198
Carlos V manda dar tres navios á Ore-
llana…………………… 2
Cédulas dadas para el descubrimiento
de este río……………….. 212
Cerros del río………………. 64
Cerros de sal de piedra………… 172
Certificación del padre comisario de las
Mercedes………………… xxvn
Certificación de Pedro Texeira……. xxin
Clases de frutas que tienen………. 48
Cláusula de la Audiencia de Quito….. xxix
Cojen las tortugas en gran abundancia.. 54
Comercio y cómo lo hacen………. 82
Cómo conservan las tortugas……… 52
Cordilleras de Guanuco de los Caballe-
ros…………………., . . . 37

228

ÍNDICE

Páginas»

Costumbre que tienen los Aguas de aplas-
tarse la cabeza…………….. 117
Crueldades de los portugueses con los
Tapajosos…………………. 185
Curipunás y zurinas y sus habilidades… 145
Curso, latitud y longitud de este río…. 4o
Coruziraris y géneros que fabrican….. 130
. Dedicatoria del autor………….. xvn
De la poca dificultad que pondrían para
creer en Dios……………… 95
Del poco trabajo para cazar y pescar… 59
Desbarátanse todos los planes…….. 9
Desemboca en el mar el rio de las Ama-
zonas…………………… 201
De sus ritos………………… 86
Dioses que adoran……………. 87
Diversos géneros de herramientas….. 85
División del río de las Amazonas…… 194
Don Juan Vázquez de Acuña ofrece hacer
este descubrimiento á su costa…… 28
Dos religiosos descubren este río…… n
Dos religiosos y seis soldados, llegan mi-
lagrosamente á Para…………. H
Drogas medicinales que hay……… 65
Ediciones de esta obra…………. ix
El autor al lector. . . ………., .. . xxi
El 28 de Febrero de 1637 sa*e del Para

ÍNDICE

229
Páginas.

la armada portuguesa………….. 18
El 16 de Febrero de 1639, sálela arma-
da de Quito………..•…….. 32
El 12 de Diciembre de 1639 llega á Pa-
ra la armada………………… 32
El capitán mayor manda proseguir el
viaje………………………. 165
El conde de Chinchón resuelve que Te-
xeira vuelva rio abajo…………. 26
El Eufrates comparado con el Amazo-
nas ……………………….. 35
El Ganges comparado con el Amazonas. 35
El mayor estrecho del Amazonas…… 42
El nuevo reino de Granada……….. 38
El padre Cristóbal de Acuña se ofrece
para ir á la jornada……… ….. 29
El padre Francisco de Fuentes nombra
para la jornada á dos de su religión.. 31
El Pegebuey …………………. 51
El río de las Amazonas es el mayor del
mundo…………………….. 34
Embarcaciones que tienen………… 78
Encabellados, por qué los llamaron así
y de sus armas y guerras……….. 113 .
Encabellados y portugueses………. 112
Entierro de sus difuntos………..•. 93
Entrada por la ciudad de Archidona. . i30 w

230 ÍNDICE
Páginas.

Entradas á este río……………… 102
Esclavos que cautivan los Aguas y uso de
ellos……………………… 119
Estrechura de todo el río…………. 179
Flechas de pescar……………… 5 6
Francisco Coello de Caravallo…….. 9
Fray Andrés de Toledo………….. 1*
Fray Domingo de Brieba………… 12
Frío que sienten los que tocan el Pera-
que………………………. 57
Fríos y donde los hace…………… 122
Frutas de las islas del Amazonas….. 45
Géneros de caza que hay…………. 5&
Géneros de estima que se hallan en el
Amazonas………………….. 71
Gran Para. ………………….. 199
Guayazis, nación de enanos……….. 17o
Guerras de los Aguas con los Cnrinas y
otras naciones……………….. 117
Habilidades de los naturales que habi-
tan este río,………………… 36
Herramientas que tienen………… 87
Holandeses y cómo se apoderaron de la
Guayana……………………. 148
Indios Aguas, por qué son llamados así. 115
Indios Aguas, su gobierno y costumbres. 116
Indios Tupinambás y su isla……….. 167

ÍNDICE 231
Páginas.

Industria de Texeira para que no le aban-
donasen………………,…… 19
Inmensas riquezas que hay……….. 73
Isla del Sol…………………… 200
Islas que hay en este río…………. 44
Jacome Raimundo de Noroño tiene noti-
cia del viaje de los dos legos……. 15
José de Villamayor……………… 7
Lago Dorado y donde debe hallarse… 139
Leguas que ocupa lo descubierto…… 75
Lengua que hablan los Tupinambás…. 168
Lope de Aguirre desemboca en la isla
de la Trinidad, donde le quitan la
vida………………………. 5
Los cofanes matan al padre Rafael Fe-
rrer……………………….. 12
Los naturales son muy inclinados á la
embriaguez……………….. 47
Los holandeses infestaban las costas… 10
Los portugueses atacan á los Tapajosos. 184
Los portugueses dejan una cruz á los in-
dios………………………. 88
Los portugueses quieren rebelarse….. 156
Los Tapajosos atacan á los portugueses. 186
Maderas de este río…………….. 68
Maderas para canoas…………… 83
Memorial presentado en el Consejo de

232 ÍNDICE
Páginas.

las Indias………………….. 205
Minas de oro………………….. 133
Minas de oro y plata de que hay no-
ticia………..•……………. 72
Modos diversos de pescar………… 55
Mutayos, tributarios de los Tupinambás. 171
Nación de los Curuziraris…………. 129
Nación de Yoriman y sus naturales….. 140
Naciones que hay en lo descubierto…. 77
No hay aires corruptos en este río….. 63
No son caribes los indios Aguas……. 120
Noticias del Padre Acuña……….. v
Omaguas, su significado…………. 125
Orellana descubre este río……….. 2
Orellana tiene que retirarse por la costa
de Caracas…………………. 3
Oro y dónde se halló……………. 130
Paraguaxo, sierra de rica pedrería….. 189
Partes porque se puede entraren este río, 97
Pedrería, dónde se encuentra y noticia
que dieron los indios de ella……. 189
Pedro de Acosta Jabela es nombrado
cabo de todos……………….. 22
Pedro de Orsua es muerto á traición por
Lope de Aguirre……………… 4
Pedro de Texeira es nombrado para esta
conquisfa…………………….. 16

ÍNDICE 233
Páginao.

Pescado llamado Peraque………… 56
Pesca y caza en el rio Ñapo………. 103
Pesca y caza en el río Yetáu………. 126
Población de Anete, donde mataron al
capitán Palacios……………… 109
Poco coste para hacer ingenios……. 79
Primera entrada á este río………… 99
Profundidad del Amazonas……….. 43
Provincias del río Negro………… 152
Pueblo mayor deste río………….. 142
Regocijos en Quito por la llegada de Te-
xeira………………………. 24
Requerimiento hecho al ejército……. 159
Rio Aguraico………………….. 109
Río Araganaruba y sus naciones…… 138
Río Basururú y sus naciones … ….. 147
Río Catua……………………. 138
Río Cuchiguará y sus pobladores……. 144
Río Curupatuba……………….. 188
Río de la Coca……………….. 108
Río de la Madera Y sus naciones…… 166
Río de las Amazonas, nombrado por
error Marañon……………….. 1
Río del Cuzco y por dónde entra en el
de las Amazonas……………… 128
Rió de los Tocantines…………… 197
Río de Ñapo y donde tiene su origen… 107

234

ÍNDICE

Páginas.

Río Ginipape y sus provincias……… 140
Río Marañon y donde se junta con el de
las Amazonas………………… 106
Río Negro, por qué le llamaron así los
portugueses…………………. 151
Río Pacaxa………………….. 194
Río Paranaíba y sus poblaciones…..•. 193
Río Putumayo y de dónde desciende,.. 124
Ríos tributarios del Amazonas…….. 41
Río Tapi…………………….. 136
Río Tumguragua, corre por los Maynas
con nombre de Marañon……….. 114
Río Urixamina………………… 179
Río Yetaú y sus naciones…………. 125
Río y nación de Tapajosos……….. 181
Riquezas que ofrece este río………. 202
Sal que tienen………………… S1
San Francisco de Quito………….. 11
Segunda entrada á este río……….. 100
Sierra llamada Paraguaxo y pedrerías
que en sí encierra……………. 189
Son las tortugas muy grandes……… 53
Son mansos y apacibles estos indios… 94
Tabaco de este río……………… 69
Tercera entrada á este río………… 101
Trigo y dónde se podrá coger……… 123
Un indio pide que le den un Dios….. 87

ÍNDICE 235
PÁGINAS.

Un indio quiere que le enseñen á Dios. • 90
Usan flechas envenenadas………… 81
Uso que hacen de las armas…….. 80
Variedad en el clima……………. 62
Vecindad de las naciones que habitan en
las riberas………………….. 77
Verdadero nacimiento del río de las
Amazonas………………….. 38
Vertientes que descienden hacia el Ama-
zonas ……………………… 75
Vicente de los Reyes intenta este descu-
brimiento………………….. 6
Yumaguaris y su significado………. 133
Yupura, río que da entrada al del Oro.. 136
Zarzaparrilla, estima que hacen de ella. 71
FIN

¡

TOMOS PUBLICADOS

I Xerez, Conquista del Perú. (1534.)
II Acuña, Nuevo descubrimiento del gran rio
de las Amazonas. (1641.)
PARA SALIR EN BREVE
III Rocha, Origen de los indios occidentales
del Perú, México y Santa Fé y Chile. (1681.)

Se acabó de reimprimir este volumen en
Madrid y en la imprenta de Juan Ca-
yetano García, calle de Atocha ;
número ciento cincuenta y
uno, á treinta días del
mes de Abril de mil
ochocientos no-
venta y
uno

KUPRIENKO