Примо Кастрильо, боливийский поэт. Primo Castrillo (1896-1986), poeta boliviano.
Primo Castrillo (1896-1986), maestro, arquitecto y poeta nacido en Luribay, La Paz, e intuyo fallecido fuera del país. Luego de optar sus títulos de maestro, normalista de educación rural y urbana, a los 21 años se fue a residir en los Estados Unidos donde se recibió de arquitecto complementando sus estudios en Europa. Contrajo matrimonio con la profesora norteamericana de español y francés, Eliene Lamb, que falleció en 1965. No conocemos sus obras arquitectónicas que por cierto deben estar implícitas, como contribuciones personales, en las obras de empresa que allá son de complejidad horripilante. Trabajó en París con Le Corbusier y más tarde, en EEUU, con Mies van der Rohe, y Phillip Jonson, maestros de la moderna arquitectura funcional.
Ha publicado Valle y Mundo (1947), Hombre y Tierra (1958), Raíz y Tiempo (1960), Ciudad y Selva (1961), Kantutas (1963), Violeta Sorprendida (1966), El Mar Canta mi Sueño (1968), Zonas del Tiempo Azul (1968), Ecos de la Montaña (1969), Albas y Combates (1971), Zampoñas Telúricas (1974).
Van cuatro poemas de este autor, tomados de Poesía Boliviana, Armando Soriano Badani y Julio De la Vega, Biblioteca Popular Boliviana de “Última Hora”, La Paz, 1982).
Aires de Mar
Esta noche en calma reposa el mar.
Sueño… alas plegadas
campana verde en letargo.
Apenas se siente
el movimiento alterno de la marea.
Apenas se percibe
el rumor sedante de la resaca
esculpiendo cinturas en la arena.
Duerme la tripulación
bajo el toldo del cielo constelado.
Hay que saborear el aire salado
que otorga el sueño
la confianza
de que el cuerpo descansa
sobre madera limpia y calafeteada.
Tan largo el sueño de ayer
en la montaña… sueño sin orillas
donde el hombre muerde la nieve
batalla con viento, páramo, pedregal
y goza el esplendor de la estrella
desnudándose en las ondas del lago.
Sueño, nostalgia, amor…
Sueño intranquilo
incompleto
sueño a medio soñar
con el fuego del pensamiento
socavándonos el filo del cerebro
de que tal vez…
mucho tardaría el mar
en acogernos en el coro de su catedral.
-Sí, pero qué te dice esa ola
que se desmenuza a tus pies
y refresca la fiebre de tu anhelar.
No es ola de lluvia sin sonido
ni ola de viento soñando con peces
ni ola de sueño goteando siglos
es la ola salada y rezumante del mar
que sofrena su vigor en la arena
y marca el momento exacto
en que la verdad de tu vida
se abre a una nueva realidad.
Tu aislamiento y soledad
en calabozo de montañas
es una historia hundida en el pasado.
El mundo conoce a fondo
la intensidad de tu palpitación
conoce el color de tu sombra
la emoción de tu palabra
el reverbero de tu luz.
Nunca más vivirás ignorado
en congosto de roquedo y farallón
aunque el sueño
es la raíz de nuestra identidad
¡despierta!… deja de soñar…
Partida
En la orilla del mar
el poeta, transparente, invisible
se cala hasta la ceja
el sombrero que le queda grande.
Deja a buen resguardo
su caja y su perro que llora
y mientras unas bocas de viento
golosas discuten su ancestral
que fue un indio blanco
y un bandolero ladrón de caballos
toma su guitarra
y su Don Quijote
y se embarca en el barco
que está a punto de levar anclas.
Se embarca sin saber a dónde va
de dónde viene
o quién es él
tal vez sólo con la esperanza
de restañar con el viaje
la profunda herida
que le sangra en el corazón.
Le requiere la tripulación
quiere oírle cantar una canción
que le muerda el alma
y le haga recordar
pagos y lares de tierra adentro.
Abstraído y estudioso el mar
recoge en sus jaspes de oro
la inefable nostalgia de la canción.
Funde su melodía con la noche verde
de su inmenso laboratorio.
Se viste con su túnica de sombras
avanza, crece y retrocede
como un amauta oficiando un ritmo antiguo.
De lo más sonoro de su silencio
arranca palabras densas de emoción
y desde su cercanía… más distante
canta toda la distancia
de su lejanía más cercana.
-Amor, sangre, movimiento
son los vivos símbolos de la vida.
Rojo, amarillo, verde
son también la cósmica presencia
en la esencia de mi carne profunda
en la sal amarga de mis entrañas
en la eterna palpitación de mi corazón.
El Mar Canta mi Sueño
Mar de amor, mar de esperanza.
Mar que hizo cantar a Camoens
y colmó de promesas doradas
y mundos verdes
los sueños y visiones
de Balboa, Magallanes y Colón.
Mar de paz… Pacífico
azul como una ilusión
espera sin jamás olvidar
con su implacable tiempo de mar
que en un claro de madrugada
volverá a ser
pulmón de montaña
y brazo de Illimani extendido
mar adentro
con un saludo fraterno, mundial.
Tal Vez
Llegará día
en que seré el verde
en el gajo del tomillo
blanca espuma en el mar
crepúsculo de oro y sangre en la montaña
humedad de relente en la boca del césped.
Llegará día
en que la fragancia del campo
será esencia mía
y mi esencia dorada por el sol
mínima persistencia
en la desolada voz de la guitarra
y palabra elemental
en el lenguaje del niño
… padre del hombre…
Llegará día
en que todos seremos flor de un día
e intangible fusión de átomos
con los átomos palpitantes de la eternidad
y viviremos
en el árbol, en el barro
en el hombre, en la canción.
BONANZA
Mudanza de pájaro y de niño
en la bonanza
de la hora
en que hasta la piedra desnuda
cantan su canción santa
de ser piedra
sin ojos, sin boca.
Piedra volcánica, rodada
vestida por la mañana
con vidrios de escarcha
y por la tarde
con enaguas color naranja
bordadas por los sastres de sol.
Mudanza… en contradanza
entra bailando
la madre bonita del niño
y al encuentro le sale
el padre del pájaro sin jaula.
En aula de verde escuela
se baila, se canta, se ríe
porque la bonanza
de lahora
es la teórica esperanza
en la que sin tardanza
hay que bailar, bailar…
EL TIEMPO
Sordo y ciego el tiempo
incontenible resbalaba
como una niña loca en patines.
Clavados los ojos tenía
en la calle
por donde como un río
fluía el día
y sin cesar pasaban
hombres solos y agachados
porque allí
soñaba lo que destruir deseaba
con un golpetazo de su rodar.
En un instante
se vino tierra abajo
el suntuoso palacio del emperador
donde ya no resonaban
cascos de caballo
voces antiguas
ladridos de galgo corredor.
Necesario fue ocho siglos
ocho siglos de constante trabajo
para socavar los cimientos
de aquel erguido y orgulloso alcázar
y derribarlo en escombros
barranco adentro
como una campana rota sin badajo.
Pero un minuto de furia y traición
rondando al azar tras de Ella
fue tiempo de sobra
para detener en su corazón
la hermosura de la vida floración.
EL PERRO
Mi perro
Alejandro Batuque Nerón
se marchó de casa hace ya dos semanas.
No sé dónde estará en este momento.
Se marchó sin decirme nada.
Se marchó de súbito
tal vez en un instante
en que algún moscardón de aventura
le picaba las patas y el corazón.
Alejandro era un buen perro
honrado, respetuoso, agradecido.
Jamás menoscabé su dignidad
comparándole con el hombre.
EN casa no le faltaba nada
su comida a la hora fija
su colchoncito de musgo para dormir
el gato Melgarejo para dialogar
y una cholita de goma en minifalda
para ejercitar sus colmillos
besándola y mordiéndola con fruición.
Mi perro se marchó a la buena ventura.
No sé si llamarle ¡perro tonto!
o perro inteligente.
Tal vez inteligente
porque yo creo que frustrado se sentía.
Frustrado de no poder ayudarme
en mi poesía.
Frustrado de no poder prestarme
o regalarme un poco de plata
o quizás cansado de ser perro
y cansado de ladrar a la luna
enseñándole sus dientes amarillos.
Se marchó y eso es todo.
Me siento bien resentido
porque se marchó sin hacerme saber
por qué se marchaba
si por aburrimiento
o porque sencillamente
lo desconocido del mundo
más llá del horizonte familiar
le atraía como el imán al hierro
o porque simplemente otro amo deseaba.
Otro amo menos pobre y olvidadizo
que no le regañase
por gastarse el vuelto en helados
y de perder tiempo en la calle
armando escándalo con malas compañías
antes de traerse retrasado
el diario “Presencia” de Monseñor Juan Quirós.
QUARTIER LATIN
6
Lo sabéis también hermanos de mi tierra natal
que Bolivia palpita supeditada
a las leyes biológicas fatales, incontrolables
de movilidad, desarrolo, crecimiento.
Bolivia crece en altura y profundidad
como la scumbres jóvenes de los Andes.
Crece en la experiencia y el dolor
consciente de su destino e identidad.
Con fe y convicción…sueña…espera
trabaja duro y echa hondas raíces.
Crece sana, fuerte, en euforia de futuros
a veces crédula y candorosa
pero crece, pregunta, dilata su comprensión.
A pesar de su aislamiento, crece sin cesar
como las pomas que siguen a las flores
o como la luz de la alborada
que baja en derrumbes de los picachos
y rebosa de esperanza y claridad
hombes, caminos, barbechos, herbazales.
7
Día llegará en que Bolivia
fuerte, madura, en plenitud de pensamiento
con una granada de Cochabamba en palpitación
por exceso de granos… reventará
con tanta fuerza e intensidad
con tanto empuje de volcán en erupción
con tanta sangre en alboroto de juventud
que su impulso de relámpago y ventarrón
barrerá con todas las trabas y retóricas
con todos los pasaportes, aduanas, tabús
y abrirá todas las puertas y ventanas
a la resonancia y hermosura vital del mar.