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Francisco de Avila: DIOSES Y HOMBRES DE HUAROCHIRÍ (fragmentos)

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Francisco de Avila: DIOSES Y HOMBRES DE HUAROCHIRÍ (fragmentos).

 

huarochiri-1
quechua-manuscript-huarochiri

Manuscrito quechua sin título recogido a fines del s. XVI en la provincia de Huarochirí, perteneciente a la archidiócesis de Lima, Perú, por el sacerdote cuzqueño Francisco de Avila, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid. La de José Mª Arguedas es la primera traducción directa al castellano, editada en 1966 junto con la edición completa y cuidada del original por el Museo Nacional de Historia y el Instituto de Estudios Peruanos, de Lima. La selección reproducida pertenece a la edición, con el mismo título, de Siglo XXI Editores, México-Buenos Aires 1975. Las notas son del traductor.

AVILA, Francisco de 1598/1987 Ritos y tradiciones de Huarochiri del siglo XVII
(Dioses y Hombres de Huarochiri)
Taylor, Gerald, ed.
Lima: Instituto de Estudios Peruanos/Instituto Frances de Estudios Andinos.
041 001 $Introduccion$ Si en los tiempos antiguos, los antepasados de los hombres
llamados indios hubieran conocido la escritura, entonces todas sus tradiciones no se
habrian ido perdiendo, como ha ocurrido hasta ahora.
041 002 Mas bien se habrian conservado como se conservan las tradiciones y ($el
recuerdo de$) la valentia antigua de los huiracochas que aun hoy son visibles.
041 003 Pero como es asi, y hasta ahora no se las ha puesto por escrito, voy a relatar
aqui las tradiciones de los antiguos hombres de Huarochiri, todos protegidos por el
mismo padre, la fe que observan y las costumbres que siguen hasta nuestros dias.
043 004 Enseguida, en cada comunidad seran transcritas las tradiciones que se
conservan desde su origen.
045 001 $Capitulo 1$
045 001 /Dicen que/ en los tiempos muy antiguos habia unos huacas llamados
Yananamca y Tutanamca.
045 002 A estos, en una epoca posterior, los vencio otro huaca llamado Huallallo
Carhuincho.
045 003 Despues de haberlos vencido, era Huallallo quien animaba a los hombres a los
cuales no consentia que engendrasen mas de dos hijos.
045 004 Uno se lo comia.
047 005 El otro –el preferido– era criado por los padres.
047 006 En aquella epoca, $los hombres$ resucitaban solo cinco dias despues de morir
047 007 y los cultivos tambien maduraban solo cinco dias despues de haber sido
sembrados.
047 008 Todas estas comunidades estaban pobladas por yuncas.
047 009 Los hombres proliferaban tanto que, ($faltandoles espacio para sus
sembrad$ios$), vivian en gran estrechez. ($Fue asi como subieron a los cerros donde,$)
para hacer sus chacras, solo escarbaban y raspaban las crestas y laderas.
047 010 /Dicen que,/ aun hoy, se ven estas chacras, grandes y pequenas, sobre todos los
cerros.
047 011 En aquel tiempo, los pajaros eran todos muy hermosos, los loros y los caquis
$deslumbrantes de$ amarillo y rojo.
049 012 Cuando mas tarde aparecio otro huaca llamado Pariacaca, esos $pajaros$
fueron expulsados, junto con todas $las demas$ obras $de Huallallo Carhuincho$ hacia
$la region de$ los antis.
049 013 Narraremos mas adelante la lucha que hubo $entre estos dos$ y el origen de
Pariacaca.
049 014 Habia tambien otro huaca que se llamaba Cuniraya.
049 015 No sabemos muy bien si este existia antes o despues $de Huallallo$ y de
Pariacaca.
051 016 Sin embargo, /sabemos que/ su culto esta estrechamente asociado con el de
Huiracocha,
051 017 ya que los hombres, cuando adoraban $a Cuniraya$, le dirigian $el rezo
siguiente$: “Cuniraya Huiracocha, animador de la tierra y del hombre, todas las cosas
son tuyas; tuyas son las chacras, tuyos son los hombres”.
051 018 En los tiempos muy antiguos, antes de empezar cualquier tarea dificil, los
hombres de antano arrojaban su coca al suelo y, sin ver a Huiracocha, rezaban asi: “Haz
que me acuerde $de como realizar$ esta tarea y que sea habil en su ejecucion, oh
Cuniraya Huiracocha”.
051 019 Especialmente los tejedores de ropa fina, cuando tenian que tejer algo muy
dificil, lo adoraban y lo invocaban.
051 020 Por eso, primero vamos a escribir sobre Cuniraya y despues sobre Pariacaca.
053 001 $Capitulo 2$
053 001 Una tradicion sobre Cuniraya Huiracocha.
053 002 /Dicen que,/ en los tiempos muy antiguos, Cuniraya Huiracocha, convertido
en hombre muy pobre, andaba paseando con su capa y su cusma hechas harapos.
053 003 Sin reconocerlo, algunos hombres lo trataban de mendigo piojoso.
053 004 Ahora bien, este hombre animaba a todas las comunidades.
053 005 Con su sola palabra $preparaba el terreno para$ las chacras y consolidaba los
andenes.
053 006 Con nada mas que arrojar una flor de canaveral llamado pupuna abria una
acequia desde su fuente.
055 007 Asi realizando toda clase de hazanas andaba humillando a los demas huacas
locales con su saber.
055 008 Habia una vez una mujer llamada Cahuillaca que tambien era huaca.
055 009 Esta Cahuillaca era todavia doncella.
055 010 Como era muy hermosa todos los huacas y huillcas deseaban acostarse con
ella.
055 011 Pero ella siempre los rechazaba.
055 012 Sucedio que esta mujer, que nunca se habia dejado tocar por un hombre,
estaba tejiendo debajo de un lucumo.
055 013 Cuniraya, gracias a su astucia, se convirtio en pajaro y subio al arbol.
055 014 Como habia alli una lucuma madura, introdujo su semen en ella y la hizo caer
cerca de la mujer.
055 015 Ella, muy contenta, se la trago.
055 016 Asi quedo prenada sin que ningun hombre hubiera llegado hasta ella.
057 017 Nueve meses mas tarde, como suelen hacer las mujeres, $Cahuillaca$ tambien
dio a luz, aunque fuese todavia doncella.
057 018 Durante un ano mas o menos, crio sola a su hijo, amamantandolo. Siempre se
preguntaba de quien podia ser hijo.
057 019 Al cumplirse el ano –el nino ya andaba a gatas– hizo llamar a todos los
huacas y los huillcas a fin de saber quien era el padre.
057 020 Cuando oyeron el mensaje, todos los huacas se regocijaron mucho y acudieron
vestidos con su ropa mas fina, cada uno convencido de ser el que Cahuillaca iba a amar.
057 021 Esta reunion tuvo lugar en Anchicocha.
057 022 Cuando llegaron al lugar donde residia esa mujer, todas los huacas y los
huillcas se sentaron; entonces ella les hablo: “|GMiradlo! varones, senores, |Greconoced
a este nino! Quien de vosotros es el padre?”. Y a cada uno le pregunto si habia sido $el.
059 023 Pero ninguno dijo que era su hijo.
059 024 Cuniraya Huiracocha –como suelen hacer los muy pobres– se habia sentado a
un lado; despreciandolo, Cahuillaca no le pregunto a $el, pues le parecia imposible que
su hijo hubiera podido ser engendrado por aquel hombre pobre, habiendo tantos varones
hermosos presentes.
059 025 Como nadie admitia que el nino era su hijo, le dijo a este que fuera el mismo a
reconocer a su padre; antes, les explico a los huacas que, $si el padre estaba presente$,
su hijo se le subiria encima.
059 026 El nino anduvo a gatas de un lado a otro $de la asamblea$ pero no se subio
encima de ninguno hasta llegar al lugar donde estaba sentado su padre.
059 027 Enseguida, muy alegre, se trepo por sus piernas.
059 028 Cuando su madre lo vio, muy encolerizada, grito: “Ay de mi! Como habria
podido yo dar a luz el hijo de un hombre tan miserable?” y, con estas palabras, cargando
a su hijito, se dirigio hacia el mar.
061 029 Entonces Cuniraya Huiracocha dijo: “Ahora si me va a amar!” y se vistio con
un traje de oro y empezo a seguirla; al verlo todos los huacas locales se asustaron
mucho. “Hermana Cahuillaca” la llamo, “mira aqui! Ahora soy muy hermoso” y se
enderezo iluminando la tierra.
061 030 Pero Cahuillaca no volvio el rostro hacia $el; se dirigio hacia el mar con la
intencion de desaparecer para siempre por haber dado a luz el hijo de un hombre tan
horrible y sarnoso; $llego$ al sitio donde, en efecto, todavia se encuentran dos piedras
semejantes a seres humanos, en Pachacamac mar adentro.
061 031 Al momento mismo en que llego alli, se transformo en piedra.
061 032 Como creia que $Cahuillaca$ iba a verlo, que iba a mirarlo, Cuniraya
Huiracocha la seguia a distancia gritandole y llamandola continuamente.
061 033 Entonces se encontro con un condor.
063 034 “Hermano, donde te encontraste con esa mujer?” le pregunto. “Aqui cerca esta,
ya casi la vas a alcanzar” respondio el condor. Entonces, $Curinaya$ le dijo: “Siempre
viviras $alimentandote$ con todos los animales de la puna; cuando mueran, ya sean
huanacos, vicunas o cualquier otro $animal$, tu solo te los comeras; y, si alguien te
mata, $el tambien morira a su vez”.
063 035 Enseguida se encontro con una zorrina.
063 036 “Hermana” le pregunto, “Donde te encontraste con esa mujer?” Ella le
respondio: “Ya no la alcanzaras; ya esta muy lejos”. “Por lo que me has contado, no
caminaras de dia sino de noche, odiada por los hombres y apestando horriblemente”.
Asi la maldijo, con mucho odio.
063 037 Enseguida se encontro con un puma.
065 038 Este le dijo: “Ella todavia anda por aqui; ya te estas acercando”. “Seras muy
querido” le $prometio Cuniraya$, “y las llamas, sobre todo las llamas del hombre
culpable, te las comeras tu; y, si $alguien$ te mata, primero te hara bailar en una gran
fiesta, poni-endote sobre la cabeza; todos los a-nos te sacar-a y, despu-es de haberte
sacrificado una llama, te har-a bailar”.
065 039 Enseguida se encontr-o con un zorro.
065 040 El zorro le dijo que ella ya iba lejos y que no iba a alcanzarla. Entonces le dijo
Cuniraya: “Aunque andes a distancia, los hombres llenos de odio, te tratar-an de zorro
malvado y desgraciado; cuando te maten, te botar-an a t-i y tu piel como a algo sin
valor”.
065 041 Fue as-i tambi-en como se encontr-o con un halc-|mon.
067 042 Cuando el halc-on le asegur-o que Cahuillaca andaba todav-ia muy cerca y que
ya casi la iba a alcanzar, Cuniraya le prometi-o: “Tendr-as mucha suerte; y cuando
comas, primero almorzar-as, y despu-es -otros- p-ajaros; el hombre que te mate, llorar-a
tu muerte sacrific-andote una llama y bailar-a poni-endote sobre su cabeza para que
resplandezcas all-i”.
067 043 Enseguida se encontr-o con unos loros.
067 044 Los loros le dijeron que Cahuillaca iba muy lejos y que ya no iba a alcanzarla.
“Andar-eis gritando muy fuerte y, cuando escuchen vuestro grito, y sepan que ten-eis la
intenci-on de destruir sus cultivos, sin tardar los hombres os ahuyentar-an y as-i habr-eis
de vivir con mucho sufrimiento, odiados por ellos”.
067 045 As-i, cada vez que se encontraba con alguien que le diera buenas noticias, le
establec-ia un porvenir dichoso y segu-ia su camino.
067 046 Pero si alguien le daba malas noticias, lleno de odio le maldec-ia.
067 047 De esta forma lleg-o hasta la orilla del mar; -desde- all-i, regres-o hacia
Pachacamac.
069 048 Lleg-o al sitio donde se encontraban dos hijas de Pachacamac bajo la custodia
de una serpiente.
069 049 Poco antes, la madre de las dos j-ovenes hab-ia entrado en el mar para visitar a
Cahuillaca. Se llamaba Urpayhuachac.
069 050 Aprovechando su ausencia, Cuniraya Huiracocha viol-o a la hija mayor.
069 051 Cuando quiso hacer lo mismo a la otra, -esta se transform-o en paloma y alz-o
el vuelo.
069 052 Por eso su madre se llamaba Urpayhuachac (la que pare palomas)
069 053 En aquella -epoca, no hab-ia ni un solo pez en el mar.
071 054 S-olo Urpayhuachac los criaba en un peque-no estanque dentro de su casa.
071 055 Cuniraya, encolerizado porque Urpayhuachac hab-ia ido a visitar a Cahuillaca,
los arroj-o a todos al mar.
071 056 Por esto, ahora el mar tambi-en est-a lleno de peces.
071 057 Despu-es, Cuniraya Huiracocha huy-o hacia la orilla del mar.
071 058 Cuando sus hijas le contaron como -Cuniraya- las hab-ia violado,
Urpayhuachac, furiosa, lo persigui-o.
071 059 LLam-andolo continuamente fue sigui-endolo. Entonces, Cuniraya acept-o
esperarla.
071 060 “S-olo quiero quitarte las pulgas, Cuni”, le dijo y empez-o a espulgarlo.
071 061 Al mismo tiempo, hizo crecer una gran pe-na para que le cayera encima.
073 062 Pero Cuniraya, gracias a su astucia, pudo adivinar su intenci-on y, dici-endole
que quer-ia retirarse unos momentos para defecar, huy-o de nuevo hacia estas tierras.
073 063 Entonces anduvo mucho tiempo por estos parajes enga-nando a numerosos
huacas locales y hombres.
075 001 -Cap-itulo 3-
075 001 Aqu-i vamos a volver a lo que se contaba sobre los hombres muy antiguos.
075 002 He aqu-i este relato.
075 003 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, este mundo estaba por acabarse.
075 004 Entonces, una llama, sabiendo que el mar iba a desbordar, no com-ia y se
lamentaba como si sufriera mucho aunque su due-no la hac-ia pastar en un lugar donde
la hierba era muy buena.
075 005 Entonces, el due-no, muy enojado, le arroj-o la tusa del choclo que estaba
comiendo y le dijo: “|GCome, perro! Hay tanta hierba aqu-i donde te he puesto a
pastar”.
075 006 Entonces, la llama se puso a hablar como un ser humano. “|GImb-ecil! |Cdonde
est-a tu juicio? Dentro de cinco d-ias, el mar va a desbordar; entonces, el mundo
entero se va a acabar” le dijo.
077 007 El hombre se espant-o. “|GQu-e ser-a de nosotros? |CA d-|monde iremos a
salvarnos?” dijo. -La llama respondi-o:- “Vamos al cerro de Huillcacoto; all-i nos
salvaremos. Lleva suficiente comida para cinco d-ias”.
077 008 Entonces, sin tardar el hombre se fue llevando -el mismo la llama y su carga.
077 009 Cuando lleg-o al cerro de Huillcacoto, todos los animales, el puma, el zorro, el
huanaco, el c-ondor, todos los animales sin excepci-on, ya lo hab-ian ocupado.
077 010 Tan pronto como lleg-o, el mar desbord-o.
077 011 Estaban all-i, apretujados unos contra otros.
077 012 Cuando todos los cerros ya estaban inundados, s-olo la puntita misma del cerro
de Huillcacoto no fue cubierta por el agua.
077 013 Entonces el agua moj-o la cola del zorro
077 014 que se ennegreci-o.
077 015 Despu-es de cinco d-ias, las aguas empezaron a bajar de nuevo y a secarse.
079 016 As-i el mar se retir-o hacia abajo exterminando a todos los hombres.
079 017 Entonces, el hombre -que se hab-ia salvado en Huillcacoto- comenz-o a
multiplicarse de nuevo.
079 018 Por eso existen todav-ia los hombres.
079 019 Nosotros los cristianos consideramos que este relato se refiere al tiempo del
-di-luvio.
079 020 Ellos atribuyen su salvaci-on a Huillcacoto.
081 001 -Cap-itulo 4-
081 001 Ahora vamos a contar una historia sobre la muerte del sol.
081 002 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, muri-o el sol.
081 003 La obscuridad dur-o cinco d-ias.
081 004 Entonces, las piedras se golpearon unas contra otras
081 005 y los morteros, as-i como los batanes, empezaron a comerse a la gente.
081 006 De igual manera, las llamas comenzaron a perseguir a los hombres.
081 007 Nosotros los cristianos consideramos que se trata de la obscuridad que
acompa-n-o la muerte de nuestro se-nor Jesucristo.
083 008 Estos dicen que lo creen tambi-en posible.
085 001 -Cap-itulo 5-
085 001 Aqu-i empieza -el relato d-el origen de Pariacaca.
085 002 Ya hemos hablado en los primeros cap-itulos de las tradiciones que se
refieren a los tiempos antiguos.
085 003 Sin embargo, no sabemos cu-al fue el origen de los hombres de aquella -epoca
ni de d-onde proven-ian.
085 004 (Los hombres que viv-ian en aquellos tiempos no hac-ian otra cosa que
guerrear y luchar entre s-i,
085 005 y reconoc-ian como sus curacas s-olo a los valientes y a los ricos.
085 006 A estos llamamos los purum runa).
085 007 /Sabemos que/ en aquella -epoca, Pariacaca naci-o de cinco huevos en el cerro
de Condorcoto.
087 008 Un solo hombre, un pobre que se llamba Huatiacuri, quien era tambi-en, segun
se dice, hijo de Pariacaca, fue el primero en ver y en saber de este nacimiento.
087 009 Vamos a hablar de c-omo supo -del nacimiento de Pariacaca- y de los muchos
misterios que realiz-o.
087 010 /Se dice que/ la gente de aquella -epoca lo llamaba Huatiacuri porque, siendo
muy pobre, se sustentaba s-olo con papas huatiadas.
087 011 Hab-ia entonces un hombre llamado Tamta-namca, un muy poderoso y gran
se-nor.
087 012 Su casa entera estaba cubierta de alas de p-ajaros de las especies llamadas casa
y cancho.
087 013 Pose-ia llamas amarillas, rojas y azules, es decir, de todas las variedades
imaginables.
089 014 Cuando se daba cuenta de la excelente vida de este hombre, la gente llegaba de
todas las comunidades para honrarlo y venerarlo.
089 015 Y -el, fingiendo ser un gran sabio, no obstante sus conocimientos limitados,
viv-ia enga-nando a much-isima gente.
089 016 Entonces, este hombre, Tamta-namca, que se fing-ia adivino y dios, contrajo
una enfermedad muy grave.
089 017 Muchos a-nos pasaron y la gente se preguntaba c-omo era posible que un sabio
tan capaz, que animaba -a la gente y a las cosas-, estuviese enfermo.
089 018 Entonces, as-i como los huiracochas recurren a sus adivinos, a sus doctores,
este hombre, que deseaba curarse, hizo llamar a todos los sabios.
089 019 Sin embargo, ninguno supo -la causa de- su enfermedad.
089 020 Huatyacuri, que en aquel tiempo estaba viniendo del mar, subi-o al cerro que
bajamos cuando vamos a Cieneguilla. All-i se adormeci-o.
091 021 Este cerro lleva hoy el nombre de Latausaco.
091 022 Mientras dorm-ia, un zorro que sub-ia se encontr-o a mitad del camino con
otro que bajaba. El primero pregunt-o al otro: “Hermano, |Cc-o est-a la situaci-on en la
huillca de arriba”.
091 023 “Lo que est-a bien est-a bien” le contest-o el otro, “aunque un se-nor, un
huillca de Anchicocha, que finge ser un gran sabio, un dios, se ha enfermado. Por esto,
todos los adivinos hacen sortilegios para descubrir el origen de una enfermedad tan
grave, pero nadie llega a saberlo. He aqu-i por qu-e se enferm-o. Un grano de ma-|miz
de varios colores salt-o del tiesto donde su mujer estaba tostando y toc-o sus verg-|
ruenzas; despu-es, ella lo recogi-o y se lo di-|mo de comer a otro hombre. Este acto ha
establecido una relaci-on culpable entre ella y el hombre que comi-o el ma-iz. Por eso,
ahora se la considera ad-ultera. Por esta culpa una serpiente vive encima de aquella casa
tan hermosa y se los est-a comiendo. Hay tambi-en un sapo con dos cabezas que se
encuentra debajo de su bat-an. Y nadie sospecha ahora que son -estos quienes se los estan
comiendo”. Despu-es de haber contado esto al zorro que ven-ia de abajo,
093 024 el de arriba le pregunt-o sobre los hombres de la huillca de abajo.
093 025 Entonces, el otro a su vez le contest-o: “Hay una mujer — la hija de ese gran
se-nor — que, a causa de un pene, casi se muere”.
093 026 (Este cuento, hasta el restablecimiento de la mujer, es muy largo. Lo
transcribiremos despu-es. Ahora vamos a volver al relato anterior).
093 027 Mientras conversaban, Huatiacuri escuchaba todo lo que estaban diciendo.
093 028 Este tan gran se-nor, que estaba enfermo por haber fingido ser dios, ten-ia dos
hijas.
093 029 Hab-ia unido a la mayor con un hombre muy rico de su ayllu.
093 030 Entonces, Huatiacuri lleg-o al lugar donde se encontraba el se-nor enfermo.
093 031 Cuando estaba cerca de la casa de -este se puso a preguntarles a todos si no
hab-ia alguien en aquella comunidad que estuviera enfermo.
095 032 La hija menor de -Tamta-namca- le respondi-o que era su padre el enfermo.
095 033 “Qu-edate conmigo”, le dijo Huatiacuri. “Por t-i, voy a sanar a tu padre”.
095 034 (Comentario a-nadido al texto: No sabemos el nombre de esta mujer pero se
dice que, m-as tarde, la llamaban Chaupi-namca).
095 035 La mujer no acept-o enseguida su propuesta.
095 036 Le cont-o a su padre que un pobre le hab-ia dicho que iba a sanarlo.
095 037 Los sabios, que estaban all-i, cuando escucharon sus palabras, se echaron a reir
y dijeron: “|CEstar-iamos nosotros aqu-i cur-andolo, si un pobre como -este fuera
capaz de hacerlo?”
095 038 El se-nor -enfermo-, sin embargo, deseaba ante todo librarse de su enfermedad
e hizo llamar -a Huatiacuri-. “|GQue venga cualquiera -que se diga capaz de curarme-!”
les dijo.
095 039 Huatiacuri entr-o y dijo al enfermo: “Padre, si deseas, voy a curarte. Pero me
tienes que dar a tu hija”. El otro, muy contento, acept-o.
097 040 El marido de la hija mayor, al o-ir dicha propuesta, se puso furioso: “|CC-omo
podr-ia aceptar que la cu-nada de un hombre tan poderoso como yo se una a semejante
pobre?” dijo.
097 041 Vamos a contar m-as adelante la lucha entre este hombre y Huatiacuri.
097 042 Por ahora, vamos a volver al -relato de- c-omo Huatiacuri cur-o -al enfermol-.
097 043 Huatiacuri empez-o a curar -a Tama-namca-. “Padre”, le dijo, “tu mujer es
ad-ultera.
097 044 Su culpa te ha hecho enfermar. Encima de tu casa tan espl-endida hay dos
serpientes que te est-an comiendo. Y hay tambi-en un sapo de dos cabezas debajo de tu
bat-an. Tenemos que matarlos a todos para que te cures. Cuando ya te hayas curado,
tendr-as que adorar a mi padre por encima de todo. S-olo pasado ma-nana nacer-a. En
cuanto a ti, t-u no eres un aut-entico animador de hombres. Si lo fueras, no te habr-ias
enfermado de esta manera”. Al o-ir sus palabras, -Tamta-namca- se espant-o.
099 045 Le dio mucha pena que -Huatiacuri- fuera a destruir su casa tan hermosa.
099 046 A su vez, la mujer grit-o: “Este miserable me insult-o sin motivo. No soy adultera”.
099 047 Pero como el enfermo ten-ia muchas ganas de curarse, mand-o destruir su
casa.
099 048 Entonces, sacaron a las dos serpientes
099 049 y, enseguida, las mataron.
099 050 Pues era verdad lo que Huatiacuri hab-ia contado sobre la mujer de Tamtanamca,
a saber que, cuando el grano de ma-iz de varios colores salt-o del tiesto y toc-o
sus verg-|ruenzas, lo recogi-o y se lo di-o de comer a otro hombre.
099 051 Y entonces la mujer tambi-en reconoci-o que era culpable. “-Todo lo que ha
contado- es la pura verdad” confes-o.
099 052 Enseguida -|CHuatiacuri?- mand-o levantar el bat-an.
099 053 Un sapo con dos cabezas sali-o y ech-o a volar hacia la quebrada de
Anchicocha.
101 054 /Se dice que/ a-un se encuentra all-i en un manantial.
101 055 Cuando los hombres llegan a este lugar, a veces los hace desaparecer, a veces
los enloquece.
101 056 Despu-es que Huatiacuri hubo cumplido todo esto, el enfermo san-o.
101 057 Entonces, {una vez}, el d-ia se-nalado, Huatiacuri fue a Condorcoto.
101 058 All-i estaba Pariacaca -en forma de- cinco huevos.
101 059 Cerca de -el, el viento empez-o a soplar.
101 060 En los tiempos antiguos, el viento no hab-ia aparecido.
101 061 El d-ia que Huatiacuri iba a salir -a Condorcoto-, el hombre ya sano le dio a su
hija.
101 062 Mientras los dos caminaban solos por el paraje donde se encuentra este cerro,
pecaron.
101 063 Cuando el primer cu-nado se enter-o de este hecho empez-o a desafiar a
Huatiacuri con el prop-osito de cubrirlo de verg-|ruenza.
103 064 As-i, un d-ia, ese hombre le dijo -a Huatiacuri-: “Hermano, vamos a competir
en distintas pruebas. |CC-omo te atreviste t-u, un miserable, a casarte con la cu-nada de
un hombre tan poderoso como yo?”
103 065 El pobre acept-o el desaf-io y fue a contarle a su padre lo que el otro le hab-ia
dicho.
103 066 “Muy bien” le dijo su padre, “cualquier cosa que te proponga, ven enseguida a
verme”.
103 067 He aqu-i la -primera- prueba.
103 068 Un d-ia -su cu-nado- le dijo: “Vamos a medir nuestras fuerzas bebiendo y
bailando”.
103 069 Huatiacuri, el pobre, fue a cont-arselo a su padre.
105 070 Este le dijo: “Vete a la otra monta-na donde, convirti-endose en huanaco, te
echar-as -como si estuvieras- muerto; entonces, por la ma-nana temprano, un zorro y su
mujer, una zorrina, vendr-an a verme; -la zorrina- traer-a chicha en un poronguito y
traer-a tambi-en su tambor; al verte, creyendo que eres un huanaco muerto, pondr-a
estas cosas en el suelo, el zorro har-a lo mismo con su antara, y empezar-an a comerte;
all-i, te convertir-as -de nuevo- en hombre y, gritando con todas tus fuerzas, te echar-as
a volar; ellos huir-an, olvid-andose de sus cosas y as-i ir-|mas a la prueba”. Estas fueron
las palabras de su padre, Pariacaca.
105 071 Entonces, el hombre pobre hizo todo conforme a sus instrucciones.
105 072 Al empezar la competici-on, el hombre rico fue el primero en bailar.
105 073 Aproximadamente doscientas mujeres bailaron para -el; cuando acab-o,
Huatiacuri, el pobre, entr-o solo con su mujer, los dos solitos.
105 074 Cruzaron el umbral y bailaron acompa-nados por el tambor de la zorrina;
entonces, en toda la regi-on, la tierra tembl-o.
107 075 De esta manera, -Huatiacuri- venci-o en todo.
107 076 Despu-es, empezaron a beber.
107 077 Como suelen hacer a-un los hu-espedes, que en las asambleas se sientan en el
sitio m-as alto, tambi-en Huatiacuri y su mujer fueron a sentarse solos -en el puesto de
honor-.
107 078 Entonces, todos los hombres, que estaban sentados all-i, vinieron a servirle
chicha sin dejarle respirar.
107 079 Huatiacuri bebi-o tranquilamente todo lo que sirvieron.
107 080 Enseguida le toc-o a -el; empez-o a servirles la chicha que hab-ia tra-do en su
poronguito. Los dem-as, cuando vieron lo peque-no que era el porongo para saciar a
tanta gente, se rieron a carcajadas.
107 081 Pero apenas se puso a servirles, yendo de un extremo al otro de la asamblea,
cayeron todos sin sentido.
107 082 Como -Huatiacuri- hab-ia vencido -en esta prueba-, al d-ia siguiente, el otro
quiso desafiarlo de nuevo.
107 083 Esta vez,la competici-on consist-ia en ataviarse con las m-as finas -plumas decasa
y cancho.
109 084 Nuevamente, Huatiacuri fue a consultar a su padre.
109 085 Este le di-o un traje de nieve.
109 086 As-i venci-o -a su rival- deslumbr-andolos a todos.
109 087 El otro le desafi-o a traer pumas.
109 088 Quiso vencer trayendo los que pose-ia.
109 089 Seg-un las instrucciones de su padre, el hombre pobre fue muy temprano a un
manantial de donde trajo un puma rojo.
109 090 ((Cuando se puso a bailar con el puma rojo, apareci-o en el cielo un arco iris
semejante a los que vemos de nuestros d-ias)).
109 091 Entonces, -su rival- quiso competir con -el en la construcci-on de una casa.
109 092 Como ese hombre ten-ia mucha gente a su servicio, casi acab-o en un solo d-ia
la construcci-on de una casa grande.
111 093 El pobre no coloc-o m-as que los cimientos y pas-o todo el d-|mia paseando
solo con su mujer .
111 094 Pero, por la noche, todos los p-ajaros as-i como las serpientes, todas las que
hab-ia en el mundo, construyeron su casa.
111 095 Entonces, cuando al d-ia siguiente, -su rival- la vi-o ya acabada, se asust-o
mucho.
111 096 Desafi-o a Huatiacuri a una nueva competici-on: esta vez deb-ian techar las
casas.
111 097 Todos los huanacos, todas las vicu-nas tra-ian la paja -para el techo del
hombre rico-.
111 098 Huatiacuri esper-o encima de una pe-na el paso de las llamas que llegaban
cargadas -con la paja-. Contrat-o la ayuda de un gato mont-es y, asust-andolas, destruyo
e hizo caer todo.
111 099 As-i tambi-en venci-o -en esta prueba-.
111 100 Despu-es de haberle ganado en todo, el pobre, siguiendo el consejo de su
padre, dijo -a su rival-: “Hermano, tantas veces ya he aceptado tus desaf-ios; ahora te
toca a t-i aceptar el desaf-io que voy a hacerte yo”. -El hombre rico- acept-o.
111 101 Entonces, Huatiacuri le dijo: “Ahora vamos a bailar vestidos con una cusma
azul y huara de algod-on blanco”. El otro acept-o.
113 102 -El hombre rico- bail-o primero como siempre sol-ia hacer.
113 103 Mientras bailaba, Huatiacuri entr-o corriendo y gritando. El hombre -rico- se
asust-o, se convirti-o en venado y huy-o.
113 104 Entonces, su mujer se fue tras -el. “Voy a morir al lado de mi marido” dijo.
113 105 El hombre pobre se enoj-o mucho. “Vete, imb-ecil; vosotros me perseguisteis
tanto que tambi-en a t-i te voy a matar” le dijo y, a su vez, se fue tras ella.
113 106 La alcanz-o en el camino de Anchicocha. “Todos los que bajan o suben por
este camino ver-an tus verg-|ruenzas” le dijo y la coloc-o boca abajo en el suelo.
113 107 Enseguida se convirti-o en piedra.
115 108 Esta piedra, parecida a una pierna humana completa con muslo y vagina, a-un
existe.
115 109 Hasta hoy, por cualquier motivo, la gente pone coca encima de ella.
115 110 Entonces el hombre que se hab-ia convertido en venado, subi-o al cerro y
desapareci-o.
115 111 Antiguamente el venado com-ia carne humana.
115 112 Despu-es, cuando los venados ya eran muchos, -un d-ia- mientras bailaban una
cachua diciendo: “|CC-omo haremos para comer hombres?”,
115 113 una criatura se equivoc-o y dijo: “|CC-omo van a hacer los hombres para
comernos?”.
115 114 Al o-ir estas palabras, los venados se dispersaron.
115 115 A partir de entonces, los venados hab-ian de ser comida para los hombres.
115 116 Cuando Huatiacuri hubo terminado todas estas haza-nas, Pariacaca -y sus
hermanos- salieron de los cinco huevos -en forma de- cinco halcones.
117 117 Estos se convirtieron en hombres y se pusieron a pasear.
117 118 Entonces, cuando se enteraron de c-omo se hab-ia comportado la gente de
aquella -epoca y de c-omo ese hombre llamado (Tamta-namca) fingiendo ser dios, se
hab-ia hecho adorar, se enojaron mucho a causa de esos pecados y, convirti-endose en
lluvia, los arrastraron con todas sus casas y sus llamas hasta el mar sin dejar que uno
solo se salvase.
117 119 Hab-ia tambi-en en aquella -epoca un pullao que crec-|mia en el cerro Llantapa
y llegaba hasta el cerro de Huichoca formando un arco.
117 120 Este pullao era un -arbol muy grande.
117 121 Encima se encontraban monos, caquis y todas las variedades de p-ajaros.
117 122 Tambi-en todos estos fueron arrastrados hasta el mar.
119 123 Al cumplir -su castigo-, Pariacaca subi-o -al cerro- que llamamos hoy
Pariacaca.
119 124 De esto hablaremos en el cap-itulo siguiente.
121 001 -Cap-itulo 6-
121 001 /Se dice que/ Pariacaca, convertido en hombre, ya grande, se puso a buscar a
su enemigo.
121 002 El nombre de -este era Huallallo Carhuincho.
121 003 Sol-ia comerse a los hombres y beberse -|Csu sangre?-.
121 004 Vamos a hablar de estos hechos m-as adelante cuando narremos la lucha que
hubo -entre los dos-.
121 005 Ya hemos hablado en el primer cap-itulo de las tradiciones acerca de Huallallo
Carhuincho, de c-omo se com-ia a la gente y de todo lo que hac-ia.
121 006 Ahora vamos a hablar de lo que -Pariacaca- hizo en Huarochir-i y en sus
alrededores.
121 007 He aqu-i este relato.
121 008 Cuando ya era un hombre grande, se encamin-o hacia Pariacaca de Arriba
donde se situaba la morada de Huallallo Carhuincho.
121 009 En la quebrada m-as abajo de Huarochir-i hab-ia una comunidad de yuncas
llamada Huayquihusa.
123 010 En esa -epoca, los miembros de esa comunidad celebraban una fiesta
importante con una gran borrachera.
123 011 Mientras beb-ian, lleg-o Pariacaca.
123 012 Se sent-o a un lado como suelen hacer los pobres.
123 013 Ninguno de los huayquihusa le sirvi-o de beber.
123 014 Pas-o el d-ia entero as-i. Finalmente una mujer, que era tambi-en miembro de
esa comunidad, exclam-o: “|GA-na-ni! |C-omo es posible que no le hayan convidado a
nada a este pobrecito?” y llev-andole un gran poto blanco de chicha se lo ofreci-o.
123 015 Entonces, -el le dijo: “Hermana, te alegrar-as de haberme brindado esta chicha;
dentro de cinco d-ias, ver-as que algo -muy grave- le suceder-a a esta comunidad; por
eso, no debes estar aqu-i en ese d-ia; tendr-as que irte lejos de aqu-i; si no, podr-|me
equivocarme y matarte tambi-en a t-i y a tUs hijos. Mucho me ha enojado esta gente”.
123 016 Y, enseguida, a-madi-o: “No hagas saber ni una palabra de lo que te he dicho a
esta gente sino te voy a matar a t-i tambi-en”.
125 017 Entonces, cinco d-ias m-as tarde, la mujer, sus hijos y sus hermanos, se
retiraron de aquel lugar.
125 018 Los -dem-as- miembros de la comunidad segu-ian bebiendo tranquilamente.
125 019 Pariacaca subi-o al cerro que est-a arriba de Huarochir-i.
125 020 Este cerro se llama hoy d-ia Mataocoto.
125 021 M-as abajo hay otro cerro llamado Puypuhuana, por donde bajamos cuando
vamos a Huarochir-i. As-i se llaman -los dos cerros-. En ese cerro -|Cde Mataocoto?-,
Pariacaca -se transform-o en- tempestad de lluvia
125 022 y -bajo la forma de- granizo amarillo y rojo, arrastr-o a toda aquella gente
hasta el mar sin perdonar a nadie.
125 023 Entonces, esta gran cantidad de agua, hecha torrentes, cav-o las quebradas de
las alturas de Huarochir-i.
125 024 Ya acabado -su castigo-, Pariacaca atraves-o el r-io y se fue hacia las chacras
de los cupara sin visitar a las otras comunidades yuncas ni hablar con sus habitantes, los
cuales, aunque hab-ian visto lo que pas-o, no lo comprendieron ni supieron -su causa-.
127 025 Los miembros de la comunidad de los cupara sufr-ian mucho por la falta de
agua, que hac-ian llegar a sus chacras a partir de un solo manantial.
127 026 /Sabemos que/ dicho manantial brotaba en un cerro grande que domina el
pueblo actual de San Lorenzo.
127 027 Este cerro se llama hoy Sunacaca.
127 028 /Se dice que/ all-i no hab-ia m-as que una laguna grande.
127 029 Conduc-ian el agua de esta laguna para que llenase una serie de estanques mas
abajo que les serv-ian para regar las chacras.
127 030 Hab-ia entonces en esta comunidad una mujer muy hermosa de nombre
Chuquisuso.
127 031 Como el agua era muy poca y su ma-iz se estaba secando, esta mujer regaba su
chacra llorando.
127 032 Cuando Pariacaca vio esto, cubri-o la bocatoma de la peque-na laguna con su
manta.
129 033 Al darse cuenta -de que el agua segu-ia disminuyendo-, la mujer lloraba todavia
m-as fuerte.
129 034 “Hermana, |Cpor qu-e lloras tanto?” le pregunt-o Pariacaca.
129 035 “Mi maicito se est-a secando por falta de agua” le contest-o.
129 036 “No te aflijas” le dijo Pariacaca. “Voy a hacer salir una gran cantidad de agua
de tu laguna; pero antes, vamos a acostarnos juntos”.
129 037 “Primero tienes que hacer salir el agua y cuando mi chacra ya est-e regada,
aceptar-e acostarme contigo”.
129 038 Pariacaca acept-o e hizo salir una cantidad enorme de agua.
129 039 Muy feliz la mujer reg-o todas sus chacras.
129 040 Cuando acab-o, -Pariacaca- de nuevo insisti-o en acostarse con ella
131 041 pero ella a-un se negaba: “Ahora no. Uno de estos d-ias”. Pariacaca deseaba
mucho a esa mujer y, para que se entregase a -el, le prometi-o todo lo que deseara. “Voy
a hacer llegar el aua del r-io a tu chacra” le dijo.
131 042 “Hazlo primero” le contest-o, “y s-olo entonces dormiremos juntos”.
131 043 Pariacaca acept-o y agrand-o la acequia de los yuncas –que antes hab-ia sido
s-olo una acequia muy peque-na que proced-ia de la quebrada de Cocochalla y llegaba
hasta un cerrito m-as arriba de San Lorenzo– y la hizo llegar hasta las chacras de los
cupara de abajo.
131 044 Pumas, zorros, serpientes y todas las variedades de p-ajaros limpiaron y
arreglaron la acequia.
131 045 /Sabemos que,/ para realizar esto, los pumas, los otorongos y los dem-as
discutieron entre ellos qui-en iba a ser el primero en trazar el curso de la acequia.
131 046 /Se dice que/ todos quer-ian asumir esta carga.
133 047 Venci-o el zorro: “Soy yo el jefe; yo voy a ir adelante”.
133 048 As-i se adelant-o el zorro.
133 049 Hab-ia llegado a medio camino cuando, all-i en el cerro arriba de San Lorenzo,
inesperadamente, alz-o el vuelo una perdiz cuchichiando.
133 050 El zorro se asust-o y, dando un ladrido, cay-o cerro abajo.
133 051 Entonces, los otros -animales- muy encolerizados, escogieron a la serpiente
para seguir trazando la acequia.
133 052 Si no hubiera ca-ido el zorro, la acequia pasar-ia por m-as arriba.
133 053 Ahora va un poco m-as abajo.
133 054 En efecto, las huellas de la ca-ida del zorro se pueden ver a-un hoy
133 055 y el agua baja por el camino abierto por su ca-ida.
135 056 Cuando acab-o todo eso, Pariacaca pidi-o de nuevo -a Chuquisuso- que se
acostara con -el.
135 057 Ella le contest-o: “Vamos a la pe-na all-i arriba; all-i estaremos juntos”.
135 058 Esta pe-na se llama hoy Yanacaca.
135 059 /Se dice/ que all-i se unieron.
135 060 “Vayamos los dos a alg-un lado” dijo la mujer. Y Pariacaca: “|GVamos!” y se
la llev-o a la bocatoma de la acequia de Cocochalla.
135 061 Cuando llegaron, la mujer llamada Chuquisuso le dijo: “Aqu-i en mi acequia
me voy a quedar” y se transform-o en piedra.
135 062 Pariacaca la dej-o all-i y sigui-o subiendo.
135 063 Vamos a hablar de eso m-as adelante.
135 064 La mujer llamada Chuquisuso a-un se encuentra, petrificada, en la bocatoma
de esta acequia de Cocochalla.
137 065 Cuniraya tambi-en se hab-ia convertido en piedra y se encuentra m-as arriba
en otra acequia, de nombre Huincompa.
137 066 Fue all-i donde Cuniraya acab-o;
137 067 hemos de contar todo lo que hizo en los cap-itulos que siguen.
139 001 Cap-itulo 7.
139 001 C-omo, hasta hoy d-ia, esos cupara honran a Chuquisuso.
139 002 /Sabemos que/ estos cupara forman un ayllu llamado cupara
139 003 y, hasta hoy, siguen viviendo reducidos en San Lorenzo.
139 004 Uno de los linajes de este ayllu se llama chahuincho.
139 005 Chuquisuso era miembro del ayllu de los chahuincho.
139 006 Estos, antiguamente, cuando era la -epoca de limpiar la acequia –lo que se
hace hoy por el mes de mayo– iban todos juntos al santuario de Chuquisuso con
ofrendas de chicha, de ticti, de cuyes y de llamas y all-i adoraban a esta mujer-demonio.
141 007 Para observar su culto, hac-ian una cerca de quisuar -|Calrededor de su
santuario?- y permanec-ian all-i cinco d-ias, durante los cuales no dejaban pasearse a la
gente.
141 008 /Se dice que,/ cumplido -este rito-, prosegu-ian con la limpieza de la acequia; y
/sabemos que,/ cuando hab-ian terminado todo, regresaban bailando. Conduc-ian en
medio de ellos a una mujer que representaba a Chuquisuso; a -esta la trataban con
mucha veneraci-on como si fuera ella.
141 009 Cuando esa mujer llegaba a su comunidad, los dem-as la estaban esperando y
le ofrec-ian chicha y otras cosas.
141 010 Luego celebraban una fiesta muy grande bailando y bebiendo durante una
noche entera.
141 011 Antes, cuando Don Sebasti-as viv-ia todav-ia y era se-nor -de esta provinciaen
la -epoca del Corpus Christi y de las otras grandes pascuas, una mujer, representando
a Chuquisuso, tra-ia chicha en una gran aquilla y un gran poto y la distribu-ia entre
todos los presentes. “He aqu-i la chicha de nuestra madre” dec-ia.
141 012 Despu-es, distribu-ia ma-iz tostado que tra-|mia en un mate grande.
141 013 Cuando acababan la limpieza de la acequia, sol-ian convidar con mucha
generosidad a la gente ofreci-endole ma-iz, frijoles y todos los dem-as alimentos.
143 014 Como siempre se acostumbraba hacer as-i, los otros hombres dec-ian: “Acaban
de terminar la limpieza de la acequia de Chuquisuso; vamos a participar”, y llegaban de
Huarochir-i y de todas las dem-as comunidades.
143 015 /Y, sabemos que,/ hasta hoy, cuando se trata de limpiar la acequia,
confundidos -por el demonio- siguen con los mismos actos y ritos.
143 016 Y, el alcalde y el resto de la gente no les impiden realizar estos actos preguntandoles
por qu-e los hacen;
143 017 m-as bien, bailan y beben con ellos hasta emborracharse y enga-nan al padre
dici-endole que van a bailar y a beber porque han acabado de limpiar la acequia.
143 018 Todos observan estos ritos;
143 019 unos no lo hacen m-as porque tienen un padre bueno;
143 020 los dem-as mantienen estas costumbres todav-ia a escondidas.
145 001 Cap-itulo 8.
145 001 C-omo Pariacaca subi-o -al cerro-, c-omo un hombre sigui-|mo sus
instrucciones y regres-o con su hijo -a su tierra- y c-omo -Pariacaca- luch-o con
Huallallo Carhuincho.
145 002 Es verdad que ya hemos hablado de las tradiciones que se refieren a Huallallo
Carhuincho;
145 003 sin embargo, no hemos contado ni d-onde resid-ia ni c-omo hab-ia establecido
all-i -su dominio-.
145 004 /Se dice que,/ antiguamente, -Huallallo- resid-ia en Pariacaca de Arriba.
145 005 No sabemos muy bien c-omo se llamaba este lugar pero hoy se lo conoce por
el nombre de Mullococha.
145 006 Cuando Pariacaca, en el curso de su lucha contra Huallallo Carhuincho, quiso
extinguir el fuego -en que -este se hab-ia convertido-, transform-o este sitio en laguna.
145 007 La morada de Huallallo se encontraba en el territorio -hoy cubierto po la
laguna- de Mullococha.
147 008 /Se dice que,/ en esa -epoca, toda -esta- tierra estaba densamente poblada por
yuncas
147 009 y, como ya lo hemos contado en el primer cap-itulo donde dijimos que
-Huallallo- sol-ia comer carne humana, abundaban grandes serpientes, caquis y todas las
especies de animales.
147 010 Los cinco Pariacaca fueron a dar batalla a Huallallo Carhuincho. -Por el
camino-, en Ocsapata, se pusieron a arrojar sus rihuis.
147 011 El tiempo se enfri-o mucho
147 012 y cay-o una granizada mientras jugaban.
147 013 Entonces lleg-o un hombre llorando. Llevaba en brazos a uno de sus hijos; traia
tambi-en ofrendas de mullo, de coca y de ticti que iba a sacrificar a Huallallo.
147 014 Uno de los -hermanos de- Pariacaca le pregunt-o: “Hijo, |Ca d-onde vas
llorando as-i?”
149 015 El hombre le contest-o: “Padre, llevo a mi hijito querido para d-arselo de
comer a Huallallo”. “Hijo, |Gno lo hagas! Ll-evalo de nuevo a tu comunidad; dame a mi
ese mullo, esa coca y ese ticti, y despu-es regresa -a tu casa- llev-andote a tu hijo” -el
otro-.
149 016 “Despu-es de cinco d-ias, vas a volver aqu-i para ser testigo de mi lucha
-contra Huallallo-. Si lo venzo, gracias a la gran cantidad de agua -de que dispongo-, me
dir-as: “Es nuestro padre el que triunfa”. Si es -el quien me vence por la abundancia de
su fuego, me dir-as: “Ya se ha acabado la lucha”. -Al oir estas instrucciones,- el hombre
atemorizado le dijo: “Padre, |Cno se enojar-a Huallallo Carhuincho conmigo?”.
151 017 “|GQue se enoje!” respondi-o -Pariacaca-. “No podr-a hacerte nada; al
contrario, soy yo quien va a animar a la humanidad, a los que son protegidos por Ami y
por Llata y a las mujeres protegidas por A-nasi; ((a los unos voy a animar como
hombres, y asimismo a las otras como mujeres”)). Mientras hablaba, el aliento sal-ia de
su boca, semejante a humo (?) azul claro.
151 018 Cuando el hombre lo vio, tuvo miedo y le dio todo lo que hab-ia tra-ido.
151 019 Entonces, los cinco hombres consumieron el mullo, que cruj-ia mientras lo
masticaban, y todas las -otras- ofrendas tambi-en.
151 020 El hombre volvi-o -a su casa- llevando a su hijo.
153 021 As-i, despu-es de cinco d-ias, siguiendo las instrucciones de Pariacaca, regreso
a fin de asistir -a la lucha-.
153 022 Cinco d-ias m-as tarde, conforme a su palabra, Pariacaca empez-o a luchar
contra Huallallo Carhuincho.
153 023 He aqu-i este relato.
153 024 Como Pariacaca -y sus hermanos- eran cinco hombres, cayeron -en forma delluvia
de cinco lugares diferentes.
153 025 Esta lluvia era amarilla y roja.
153 026 Despu-es, -convertidos en- rel-ampagos, se arrojaron tambi-en de cinco
lugares diferentes.
153 027 Desde la ma-nana temprano hasta la puesta del sol, Huallallo Carhuincho -en
forma de- fuego gigantesco, cuyas llamas llegaban casi hasta el cielo, ard-ia sin dejarse
extinguir.
153 028 Toda el agua producida por las lluvias de Pariacaca baj-o hacia el mar.
153 029 Antes que (?) entrara -en el mar-, uno -de los hermanos de Pariacaca- hizo caer
un cerro m-as abajo, -por el camino que iba a seguir el agua,- y la detuvo.
155 030 Entonces esta agua form-o una laguna.
155 031 Esta laguna hoy se llama Mullococha.
155 032 /Se dice que,/ cuando la laguna ya estaba llena, el agua casi lleg-o a cubrir el
fuego que todav-ia ard-ia.
155 033 Pariacaca segu-ia arrojando sus rayos sin darle tregua -a su enemigo-.
155 034 Entonces, Huallallo Carhuincho huy-o en direcci-on a los anti.
155 035 Uno de los -que estaban all-i-, hijo de Pariacaca, lo persigui-o.
155 036 Se encuentra todav-ia en la entrada de los anti para impedir la vuelta de
Huallallo.
155 037 /Sabemos que/ su nombre era Pariacarco.
155 038 La mujer-demonio que se llamaba Mana-namca hab-ia sido la compa-nera de
Huallallo Carhuincho.
157 039 Esta mujer resid-ia por la parte baja de Mama.
157 040 -Cuando Pariacaca venci-o a Huallallo,- ella a su vez vino a luchar contra -el.
157 041 Mana-namca tambi-en -luchaba en forma de- fuego.
157 042 Pariacaca, entrando por la parte baja de Tumna, se enfrent-o con ella.
157 043 -Mana-namca-, arrojando -sus llamas- desde abajo, alcanz-o a uno de los hijos
de Pariacaca llamado Chuquihuampo en el pie.
157 044 Sin embargo, fue de nuevo Pariacaca quien venci-o, y la ahuyent-o hacia la
laguna.
157 045 Cuando ya hab-ia vencido a -estos, volvi-o al sitio donde se encontraba su hijo
Chuquihuampo, quien, al quebrarse el pie, se hab-ia quedado cojo.
157 046 Este le dijo: “No regresar-e; voy a quedarme aqu-i para custodiar de cerca a
esta mujer, Mana-namca, e impedir que vuelva”. Su padre estuvo de acuerdo y
prescribi-o todo lo que iba a recibir como ofrendas.
159 047 “Toda la poblaci-on de estos dos valles te traer-a las primicias de sus cosechas
de coca antes que alguien la haya probado; s-olo cuando t-u la hayas probado, la gente
podr-a mascar la coca de sus plantaciones; despu-es; despu-es te sacrificar-an una llama
est-erl que nunca ha parido; t-u siempre comer-as primero las orejas cortadas (-de las
llamas sacrificadas-)” le dijo.
159 048 Respetando sus instrucciones, todos los due-nos de cocales de Sacicaya, de
Chontay, de Chichima, de Mama, de Huayocalla y de Suquiacancha le tra-ian las
primicias de sus cosechas.
159 049 Y a-un hasta hoy observan esta costumbre a escondidas.
161 001 Cap-itulo 9.
161 001 C-omo Pariacaca, terminando -de vencer a- todos -sus rivales-, empez-o a
organizar su culto.
161 002 Ya hemos acabado -el relato- de todas las luchas -entre Pariacaca y Huallallopero
todav-ia no hemos hablado del culto que –este- recib-ia
161 003 seg-un la sentencia que le fue prescrita por Pariacaca.
161 004 /Se dice que,/ despu-es de la victoria de -Pariacaca-, Huallallo huy-o hasta los
anti. Entonces, Pariacaca le sentenci-o as-i: “Por haber comido a los hombres, |Gque
coma ahora perros y que los huanca lo adoren!”.
161 005 Los huanca, cuando lo adoraban, le sacrificaban perros
161 006 y ellos mismos, ya que su dios com-ia perros, los com-ian tambi-en.
161 007 Hasta hoy los llamamos: “Huancas, comedores de perros”.
163 008 Como ya lo contamos en el primer cap-itulo y en los siguientes tambi-en, en
todas las comunidades de la provincia de Huarochir-i as-i como las de Chaclla y de
Mama, viv-ia una poblaci-on muy densa de yuncas.
163 009 Entonces, -Pariacaca- decidi-o que sus hijos iban a poblar aquel territorio y
alej-o a todos los yuncas hacia la tierra baja.
163 010 A cada uno de los que vencieron a estos -yuncas, le dieron- el nombre de hijo
de Pariacaca.
163 011 /Es verdad que/ -en- cada -comunidad se- declara hijo de Pariacaca a un -heroe-
diferente.
163 012 Los otros dicen que no es verdad y que, /seg-un la tradici-on,/ -los vencedores
de los yuncas- nacieron de la fruta de un -arbol.
165 013 Los nombres de -estos, empezando por el mayor, eran: Chucpayco,
Chancharuna, Huariruma, Utcochuco, Tutayquire; otro se llamaba Sasenmale.
165 014 Estos bastaban para vencer a los yuncas.
165 015 Otro hijo de Pariacaca emergi-o, seg-un la voluntad de -este, de la tierra.
165 016 Su nombre era Pachachuyro.
165 017 En {todos} los cap-itulos precedentes, nos olvidamos de narrar una victoria
-de Pachachuyro-;
165 018 vamos a hacerlo m-as adelante.
165 019 Todos los que acabamos de nombrara vencieron y desterraron a los yuncas.
165 020 ((Y estos yuncas, olvidando a su dios antiguo, empezaron a adorar a Pariacaca
— todos los yuncas —
167 021 y estos yuncas — eran los colli que viv-ian en estas tierras de los checa
estableciendo asentamientos en toda la regi-on.
167 022 Ser-ia muy dif-icil -mencionarlos a todos (?)-.
167 023 Es por eso que, a fin de se-nalar a algunos de ellos, lo haremos enseguida
-narrando- todas sus tradiciones.))
167 024 Porque las costumbres de todos los yuncas eran exactamente las mismas.
167 025 -Cada vez que- Pariacaca conquistaba -una comunidad- de las alturas,
estableci-endose all-i -como huaca local-, prescrib-ia lo necesario para su culto.
167 026 Estas instrucciones eran id-enticas para todos las comunidades.
167 027 He aqu-i lo que prescrib-ia.
167 028 Nosotros pertenecemos todos a linajes diversos.
169 029 /Se dice que/ Pariacaca -escogi-o a un miembro- de cada -linaje a quien- dio
las instrucciones siguientes: “T-u eres quien cada a-no organizar-as las pascuas seg-un
las tradiciones que yo he establecido”.
169 030 A -este -le dio- el nombre de huacsa
169 031 -y le orden-o- celebrar bailes tres veces por a-no tray-endole coca en bolsas de
cuero muy grandes.
169 032 Antes que estos huacsas entren en funciones, se ejecuta otro rito.
169 033 He aqu-i c-omo -este se realiza.
171 034 Desde tiempos muy antiguos, un(os) hombre(s) del ayllu de los cacasica son
los maestros de estas costumbres.
171 035 Estos maestros son uno o dos y se llaman ya-nca.
171 036 Es el -unico nombre con el cual son conocidos en todas las comunidades.
171 037 /Se dice que/ estos hombres observan el paso del sol desde un muro construido
seg-un reglas muy precisas.
171 038 Cuando alcanza el muro en cuesti-on, dicen a la gente que ha llegado el d-ia o
que ser-a el d-ia siguiente.
171 039 Y, seg-un lo que dicen, la gente se va yendo en direcci-on al -santuario de-
Pariacaca para adorarlo.
171 040 Antiguamente, la gente iba hasta el -santuario- mismo.
171 041 Ahora los checa van a un cerro llamado Incacaya; desde all-i lo adoran.
173 042 /Sabemos que/ este cerro es el que se encuentra arriba del antiguo purum
huasi.
173 043 Es la continuaci-on de otro cerro que se llama Huallquire.
173 044 Y todos, hombres y mujeres, van a este cerro para adorar -a Pariacaca-.
173 045 /Se dice que,/ seg-un las instrucciones del ya-nca, cuando ya est-an cerca del
cerro, compiten para ver qui-en llega primero a la cumbre y, persiguiendo a sus llamas,
hombres muy fuertes con sus llamas peque-nas corren muy r-apidamente.
173 046 La llama que llega primero al cerro es muy apreciada por Pariacaca.
173 047 En los tiempos antiguos era el mismo Pariacaca quien atribu-ia a esta llama el
nombre que deb-ia llevar.
173 048 El ya-nca dec-ia a prop-osito de la peque-na llama que hab-ia llegado
-primero- que su due-no ten-ia mucha suerte y que Pariacaca lo quer-ia; lo alababa y lo
mostraba a todos.
173 049 /Sabemos que/ la -epoca en que se realiza este rito se llama Auquisna
175 050 y el rito que se dedica a Chaupi-namca se llama Chaycasna.
175 051 Hablaremos del -culto de Chaupi-namca- en el -cap-itulo- siguiente.
175 052 La -epoca en que se celebra la Auquisna corresponde aproximadamente al mes
de junio.
175 053 A veces casi coincide con la gran Pascua
175 054 y, a veces, coincide.
175 055 En esta fecha, los huacsas que bailan son de diez a veinte.
175 056 /Se dice que/ lo hacen sin que sus due-nos se den cuenta y, por nada en el
mundo, faltar-ian a esta ceremonia.
177 057 Si faltan y despu-es mueren, se dice que su muerte ha sido provocada por esta
falta.
177 058 Por eso, encargan a un ni-no o a cualquiera de los indios para que baile en su
lugar.
177 059 Los surco prefieren que sean los huayllas quienes bailen para ellos.
177 060 Si -estos se han casado con mujeres de la comun-idad -de los surco- y si
observan estos ritos, los -surco- no les quitan sus chacras u otra cosa por ser forasteros,
177 061 m-as bien los estiman y los ayudan.
177 062 /Y es cierto que/ cualquiera de estos huayllas que reside en Surco cuando
viene a comprar coca a Suquiacancha pide a la vendedora que aumente su porci-on por
ser -el huacsa.
177 063 Hoy d-ia aprovechan la ocasi-on de cualquier pascua importante de los
cristianos para celebrar esta pascua y ejecutar estos bailes; y la gente de Surco aventaja
a todas las otras comunidades -en su celo-.
179 064 Si, a causa de estos bailes, el padre pide alg-un aguinaldo, sean pollos, ma-iz o
cualquier otra cosa, regocij-andose mucho, la gente se lo da.
179 065 De igual manera, los huacsas bailan en la pascua de Chaupi-namca.
179 066 Esta pascua casi coincide con el Corpus Christi,
179 067 y, a veces coincide.
179 068 Hablaremos de Chaupi-namca, de su santuario y del culto que la gente le
dedicaba en el cap-itulo siguiente.
179 069 Ahora volvamos a narrar -el culto de- Pariacaca y todo lo que, en aquella
-epoca, la gente hac-ia durante su pascua.
179 070 He aqu-i el relato -de estos ritos-.
181 071 /Se dice que/ la v-ispera de su llegada al -santuario de- Pariacaca, donde lo
iban a adorar, todos los que ten-ian parientes, hombres o mujeres, que hab-ian muerto
durante el a-no, los lloraban aquella noche diciendo: “Ma-nana vamos a ver a nuestros
muertos junto a Pariacaca”;
181 072 y a prop-osito de estos muertos dec-ian: “Los -transportaremos- ma-nana -a
Pariacaca- para que -el los reciba”. Y aquella noche, les dejaban ofrendas de comida y
de todo lo que prescrib-ia -el ritual-. Entonces dec-ian: “Ahora vamos a llevarlos a
Pariacaca para siempre; nunca m-as volver-an”. Adoraban a Pariacaca sacrific-andole
una llama peque-na o, si no hab-ia llamas, coca que met-ian en grandes bolsas de cuero.
181 073 Entonces, -el ya-nca- miraba el coraz-on de la llama -que se hab-ia
sacrificado-.
181 074 Si -los augurios- eran favorables, dec-ia -a los parientes del muerto-: “Est-a
bien”; si eran malos, les dec-ia: “No est-a bien; est-|mais contaminados por la culpa -de
vuestro muerto-; vuestro muerto ha provocado la ira de Pariacaca; pedid perd-on por
esta culpa, sino se extender-a a vosotros”.
183 075 Cuando terminaban con todos estos ritos, los ya-ncas se llevaban las cabezas y
los lomos de las llamas, no importa cu-antos millares hubieran sido, como recompensa
de sus servicios.
183 076 /Sabemos que/ los huacsas que cumpl-ian estos ritos tres veces al a-no,
acababan -su mandato- en aquel d-ia.
183 077 Esperaban que unos nuevos asumieran su funci-on.
183 078 Cuando el baile estaba por terminarse todos –inclusive los concha– entraban
en Llacsatampo y llevaban huaytas de alas de guacamayo o de las que se llaman puypu
al centro de la pampa,
183 079 donde las colocaban sobre la piedra llamada Llacsatambo.
183 080 Entonces, todos pasaban la noche en el sitio donde ahora se ha puesto una cruz
y all-i preguntaban si el a-no iba a ser bueno para ellos. Al d-ia siguiente, empezaban un
peregrinaje a todos los huacas locales, el cerro de Macacho, Chaucalla, Quimquilla,
hasta cumplir cinco d-ias.
185 081 Despu-es, todos los huacsas preparaban bolsas de coca y bailaban.
185 082 Ese d-ia, desde muy temprano, adoraban al demonio en Llacsatambo ofreciendole
llamas y otras cosas.
185 083 Confundidos -por el demonio- hacen estas cosas en todas las comunidades
185 084 aunque ahora ya las olvidan.
185 085 Es posible que, como s-olo pocos a-nos han disfrutado de un buen predicador
y maestro como este Doctor Francisco de Avila -todav-ia- no crean en sus corazones.
185 086 A la venida de otro padre, podr-ian volver a esas -pr-acticas-.
185 087 Algunos se hacen cristianos s-olo por miedo, pensando que el padre o alguna
otra persona podr-ia enterarse de su mala conducta.
185 088 Al mismo tiempo que rezan el rosario, llevan consigo por todos lados sus
hermosos illas.
187 089 Ellos mismos no practican estos ritos; alquilan el servicio de algunos ancianos
a quienes mandan que lo hagan en su lugar. Son muchos los hombres que viven as-i.
187 090 De la misma manera, los concha tambi-en adoran a Pariacaca en la -epoca de
su fiesta subiendo a un cerro llamado Huaycho
187 091 y son los checa quienes les sirven de huacsa.
187 092 Celebran los mismos -ritos- y ejecutan los mismos bailes.
187 093 Y los sunicancha observan el mismo culto en la -epoca de la fiesta de
Pariacaca subiendo a un cerro llamado (…)
187 094 // Y los santa ana y todos los chaucaricma que residen en San Juan observan el
mismo culto en la -epoca de la fiesta de Pariacaca -subiendo- a un cerro que se llama
Acusica por el que bajamos al r-io Aparhuayqui.
187 095 De ninguna manera faltar-ian a estos ritos.
187 096 Algunos los hacen coincidir con la Pascua grande, otros casi con el Pentecostes.
189 097 |GCu-an grande ser-ia la alegr-ia en esta comunidad si, en esa -epoca, el padre
estuviera ausente y se hubiera ido a Lima!
189 098 Esta es la pura verdad.
189 099 Se estableci-o la costumbre de adorar a Pariacaca en todos estos cerros que
acabamos de nombrar despu-es que los huiracochas se manifestaron, aparecieron.
189 100 Sin embargo, /dicen que,/ en los tiempos antiguos, toda la gente iba hasta -el
santuario- mismo de Pariacaca.
189 101 Todos los yuncas de Colli, de Carhuayllo, de Ruricancho, de Lati{m}, de
Huanchohuaylla, de Pariacha, de Ya-nac, de Chichima y de Mama, todos los yuncas de
ese r-io as-i como los sacicaya tambi-en y todos los del otro r-io y los pachacamac
tambi-en; as-i como los caringa y los chilca; as-i como la gente que viv-ia en el curso
inferior del r-io Huarochir-i, todos los caranco, todos los yuncas sin excepci-on, todos
los yuncas de dichos r-ios ven-ian al -santuario- mismo de Pariacaca con ticti, coca y
todas las dem-as ofrendas rituales.
191 102 Cuando regresaban del -peregrinaje a- Pariacaca, todos los hombres -que habian
quedado- en sus comunidades, sabiendo que iban a llegar, se juntaban y los
esperaban con el fin de saber c-omo estaba su padre Pariacaca; si todo iba bien; si no se
hab-ia enojado.
191 103 Entonces, con gran regocijo, celebraban sus bailes hasta cumplirse cinco d-ias
o el n-umero de d-ias que correspond-|mia a sus costumbres.
191 104 Es posible que los yuncas ya no observen -p-ublicamente- este culto;
191 105 sin embargo, todos los yuncas siguen practic-andolo, cada uno por su lado.
191 106 Cuando no lo hacen, la gente dice que por esta falta los yuncas se extinguen.
191 107 Y ellos, los yuncas, dicen: “Los habitantes de las punas siguen observando
correctamente nuestras antiguas costumbres; de esta manera la gente se multiplica”.
193 001 Cap-itulo 10.
193 001 C-omo era Chaupi-namca; d-onde moraba; c-omo se hac-|mia adorar.
193 002 Ya hemos terminado el relato de las tradiciones sobre Pariacaca.
193 003 En -los cap-itulos- siguientes, narraremos las que se refieren a sus hijos, senaladas
en el noveno cap-itulo; hablaremos de las haza-nas de cada uno de ellos y de sus
victorias sobre los yuncas -a los que expulsaron- de estas tierras.
193 004 Ahora vamos a describir a Chaupi-namca.
193 005 /Se dice que/ Chaupi-namca era hija de un hombre nombrado Tamta-namca,
se-nor de Anchicocha, y mujer del hombre pobre Huatyacuri.
193 006 Esta historia ya la contamos en el quinto cap-itulo.
193 007 /Seg-un cuentan,/ esta mujer ten-ia cinco hermanas.
193 008 La primera -de esas- mujer-es-, Chaupi-namca, siguiendo las instrucciones de
Pariacaca, se fue a morar a Mama de Abajo.
193 009 La mujer llamada Mana-namca andaba diciendo que era ella quien animaba a
los hombres.
195 010 Algunos hombres dicen que, /seg-un la tradici-on,/ Chaupi-namca era hermana
de Pariacaca.
195 011 Ella misma afirmaba que Pariacaca era su hermano.
195 012 Chaupi-namca era una piedra con cinco brazos.
195 013 Para observar su culto, hac-ian carreras id-enticas a las que practicaban cuando
iban a adorar a Pariacaca, persiguiendo a sus llamas o a otros -animales-.
195 014 Conduc-ian tambi-en all-i -al santuario de Chaupi-namca- la misma llama que
hab-ia ido al -santuario de- Pariacaca.
195 015 /Se dice que,/ despu-es, cuando aparecieron los huiracochas, se escondi-o la
piedra con cinco brazos, Chaupi-namca, debajo de la tierra en las inmediaciones del
establo de la casa del padre en Mama,
195 016 /y que/ a-un hoy se encuentran all-i debajo de la tierra.
195 017 Todos los hombres llamaban a Chaupi-namca “madre”.
197 018 Por eso, -el pueblo de- San Pedro tambi-en se llama Mama (madre).
197 019 /Cuentan que,/ en los tiempos antiguos, esa mujer andaba con forma de ser
humano y sol-ia pecar con todos los huacas.
197 020 Entonces no encontraba ning-un var-on a su gusto.
197 021 Hab-ia un var-on, un huaca llamado Rucanacoto -cuyo santuario se
encontraba- en el cerro que domina Mama;
197 022 los hombres, que ten-ian un pene peque-no, le ped-ian a Rucanacoto que se lo
agrandara.
197 023 Y -el, por tener un pene grande, consigui-o una vez satisfacer enteramente a
Chaupi-namca.
197 024 Por eso, juzgando que -el s-olo era un var-on aut-|mentico y que s-olo con -el,
de todos los huacas, iba a quedarse para siempre, se transform-o en piedra y estableci-o
su morada en Mama.
197 025 Ahora vamos a hablar de las que llamamos las hermanas de Chaupi-namca.
197 026 /Se dice que/ Chaupi-namca era la mayor de todas.
199 027 Despu-es ven-ia su hermana Llacsahuato.
199 028 Despu-es hab-ia nacido Mirahuato.
199 029 Despu-es la que se llamaba Urpayhuachac.
199 030 No sabemos c-omo se llamaba la otra.
199 031 /Seg-un cuentan,/ en conjunto, eran cinco.
199 032 Cuando los hombres, afligidos por alguna preocupaci-on, -iban a pedir
consejo- sol-ia decir: “Primero voy a consultar a mis hermanas”.
199 033 La gente celebraba el culto de Chaupi-namca en el mes de junio, en las
cercan-ias del Corpus Christi.
199 034 Seg-un las observaciones del sol hechas por el ya-nca, la gente dec-ia dentro
de cu-antos d-ias iba a comenzar.
199 035 Ya en el noveno cap-itulo hablamos de los bailes que celebraban los huacsas
cada a-no.
201 036 Pero no indicamos cu-al era la naturaleza de estos bailes que ejecutaban tres
veces al a-no.
201 037 /Sabemos que,/ en el primer d-ia del Auquisna, suelen celebrar la pascua de
Pariacaca.
201 038 Bailaban de la misma manera en la -epoca de la fiesta de Chaupi-namca.
201 039 Y, de nuevo, en el mes de noviembre, celebraban otro baile llamado Chanco
que hac-ian casi coincidir con la fiesta de San Andr-es.
201 040 Despu-es vamos a describir en detalle este baile.
201 041 Ahora volvamos a la pascua de Chaupi-namca.
201 042 /Sabemos que,/ en su pascua, los que llamamos huacsas, preparando bolsas de
coca, celebraban bailes que duraban cinco d-ias.
201 043 Algunos hombres, propietarios de llamas, bailaban llevando -pieles de- puma;
los que no pose-ian llamas, bailaban s-olo as-i.
201 044 Entonces, se dec-ia de los que llevaban -las pieles de- puma: “Ellos son prosperos”.
203 045 Se llamaba este baile el Huantaycocha.
203 046 Ejecutaban otro baile llamado Ay-no.
203 047 Y bailaban otro llamado Casayaco.
203 048 /Se dice que,/ cuando bailaban el Casayaco, Chaupi-namca se regocijaba
mucho.
203 049 Porque -este lo bailaban desnudos.
203 050 Coloc-andose s-olo una parte de sus ornamentos y cubriendo sus verg-|ruenzas
con taparrabos -compuestos de- s-olo un pa-no de algod-on, sol-ian bailar.
203 051 /Y, es cierto que,/ al bailarlo desnudos, cre-ian que Chaupi-namca, viendo sus
verg-|ruenzas se regocijaba mucho.
203 052 /Seg-un cuentan,/ la -epoca en que lo bailaban era de gran fertilidad.
203 053 Son -estas -las ceremonias- que realizaban durante su pascua.
205 001 Cap-itulo 11.
205 001 Al describir c-omo celebraban el rito del Chanco, hablaremos tambi-en de
Tutayquire, hijo de Pariacaca. He aqu-i este relato.
205 002 Ya, en el noveno cap-itulo, indicamos los nombres de los hijos de Pariacaca
205 003 pero todav-ia no hemos hablado de las tradiciones que se refieren a cada uno
de ellos.
205 004 Aqu-i, enseguida, lo haremos al mismo tiempo que narraremos las victorias de
uno de ellos, Tutayquire.
205 005 El baile que se celebraba en la -epoca de su fiesta, lo llamamos Chanco.
205 006 /Sabemos que/ Tutayquire era hijo de Pariacaca.
205 007 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, los checa tambi-en eran quinti, eran los
hermanos menores de los quinti.
205 008 Los quinti despreciaban mucho a los checa por haber nacido despu-es -de
ellos-.
207 009 Un d-ia, Tutayquire dijo -a los checa-: “No est-eis tristes, hijos, digan lo que
digan; que sigan despreci-andoos; en el futuro, vuestro nombre ser-a Checahuillca y los
hombres llamar-an con menosprecio a -estos que os desprecian: “|GQuinticitos
zancuditos!”
207 010 Unos pocos d-ias despu-es, Tutayquire poni-endose de acuerdo con sus otros
hermanos, empez-o la conquista de los yuncas de Llacsatambo.
207 011 Cuando estos yuncas supieron del hecho, muy atemorizados, empezaron a huir
a las tierras de Colli de Abajo.
207 012 /Sabemos que/ hoy estos colli viven contiguos a los carhuayllo
207 013 y que, hasta ahora, sus muertos yacen arriba en el cementerio de sus tierras
antiguas.
207 014 /Se dice que/ Tutayquire baj-o por las quebradas de Sisicaya y de Mama
-convirti-endose en- lluvia amarilla y roja.
207 015 Entonces los otros hombres lo esperaban en sus propias comunidades a fin de
adorarlo
209 016 y a -estos, -el de ninguna manera los despreci-o.
209 017 Al contrario, -les dijo-: “Quedaos, pero reconocer-eis a mi padre; desde hoy
vivir-eis tratando a los checa de “hermanos” y os considerar-eis como sus hermanos
menores”.
209 018 /Sabemos que,/ conforme a sus palabras, hasta hoy los hombres que residen en
San Pedro -de- Mama dicen: “Somos vuestros Amicha, somos vuestros Llatacha”.
209 019 Los allaucamari y los huichocamari tambi-en ten-ian la costumbre de
considerar a los checa como hermanos.
209 020 /Sabemos que,/ todos los a-nos, en el mes de noviembre, todos los varones -de
la comunidad- de los checa sal-ian de sus pa-ises para realizar un chaco; iban por el
camino que Tutayquire hab-ia seguido y dec-ian que, al caminar -sobre sus pasos, recibian-
su fuerza.
211 021 Y era en ese per-iodo cuando sol-ian pedir la lluvia.
211 022 La gente dec-ia que en la -epoca del Chanco iba a llover.
211 023 Cuando, -al celebrar- la fuerza de Tutayquire realizaban el chaco, todos los
huacsas y tambi-en los que no eran huacsas, sal-ian de aqu-i e iban a dormir encima de
Tupicocha en el lugar llamado Mayani.
211 024 Y si, ese d-ia, alguien capturase un huanaco, un venado o cualquier otro
-animal-, no importa quien lo capturara, si en el ayllu hab-ia un huacsa, era a -este a
quien se lo ofrec-ia para que bailara el baile llamado Ay-no llevando las colas -de sus
presas- en forma de huayta.
211 025 Los que no capturaban nada tambi-en bailaban participando s-olo en la
ceremonia del Chanco.
211 026 De nuevo, al d-ia siguiente, sal-ian de Mayani -y se dirig-ian- a Tumna.
211 027 All-i, todos, hombres y mujeres, congreg-andose en Huasuctambo, esperaban
que llegase Tutayquire.
213 028 Lo que llamamos Huasuctambo son unas pocas piedras que est-an colocadas
en el centro mismo de la plaza de Tumna.
213 029 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, llegando all-i las adoraban.
213 030 /y que/ era a ese lugar, a donde los chauti y los huanri tra-ian sus ofrendas de
chicha.
213 031 /Sabemos que,/ al d-ia siguiente, los huacsas, si ten-ian suerte en la caza y sin
que les importara la cantidad de sus presas, se regocijaban mucho diciendo: “Este a-no
tendremos macas”. Entonces, volv-ian a Pacota donde dorm-ian.
213 032 Al d-ia siguiente, llegaban a Llacsatambo.
213 033 Cuando estaban por llegar, todos los que hab-ian quedado en el pueblo,
hombres y mujeres de edad, cualquier persona que fuera, todos los esperaban con
chicha.
213 034 A la llegada de -los que hab-ian participado en el chaco-, dec-ian: “Viene(n)
muy cansado(s)” y derramaban grandes cantidades de chicha encima de los hombres y
en el suelo.
215 035 Derramaban -esta chicha- en la puerta misma de entrada de Llacsatambo.
215 036 Los que llegaban de abajo colocaban una peque-na cantidad de carne sobre la
boca de sus c-antaros.
215 037 Al acabar -esta ceremonia-, todos -iban a- la pampa donde se sentaban y
empezaban el baile del Ay-no.
215 038 A veces, cuando celebraban el rito llamado Chanco, llov-ia.
215 039 /Se dice que,/ en la -epoca del Chanco, ca-ia agua en abundancia de algo
semejante a un -arbol en la casa del ya-nca llamada Isquicaya.
215 040 Cuando ve-ian eso, dec-ian: “Este a-no ser-a muy f-|mertil”.
215 041 Si -el -arbol- permanec-ia seco, no iba a llover.
215 042 Entonces dec-ian: “Habr-a mucho sufrimiento”.
217 001 Cap-itulo 12.
217 001 C-omo estos hijos de Pariacaca empezaron a conquistar a todos los yuncas.
217 002 Ya hemos mencionado en el d-ecimo cap-itulo los relatos sobre las luchas de
los hijos de Pariacaca.
217 003 Tambi-en hemos narrado c-omo, en todas estas tierras, abundaban los yuncas.
217 004 Ahora vamos a hablar de las andanzas de Chucpaico, Chancharuna,
Huariruma, Utcochuco, Tutayquire, Sasinmale y Pachachuyro.
217 005 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, como -estos que acabamos de nombrar
pose-ian todos numerosos hermanos, sol-ian ir todos juntos a luchar -contra sus
enemigos-.
217 006 Chucpaico, por ser el mayor de todos, era tenido en gran estima y paseaba
-transportado- en una litera.
217 007 Tutayquire era el m-as valiente de todos.
219 008 Por ser tan valiente, fue -el quien primero conquist-o a los yuncas de estos dos
r-ios.
219 009 Coloc-o una vara de oro en un lugar que se llama Uncatupi, un cerro negro que
se encuentra en la frontera -de las tierras de los- pariacha. ((-Al realizar este gesto-, dijo:
“Si alguien, como por maldecir a los yuncas, derriba esta -vara-, mostrando as-i su
desprecio -de mi voluntad-, los yuncas conquistar-an este territorio”)).
219 010 El cerro donde la coloc-o se llama hoy Uncatupi Caparicaya.
219 011 Los otros hermanos salieron de Tupicocha y subieron nuestro antiguo camino
— -ese se llama -el camino de- Quisquitambo, el otro (|Cel nuevo?) se llama -el camino
de- Tumnacha; -cuando llegaron al lugar- desde donde miramos hacia Lima oyeron que
Tutayquire hab-ia ya terminado de conquistar todo -ese territorio-; entonces regresaron.
219 012 Ellos tambi-en tem-ian mucho a Tutayquire por ser -el tan valiente.
221 013 As-i, bajaron en la direcci-on de Huarochir-i, hacia Caranco de Abajo.
221 014 De nuevo, fue -el (Tutayquire) quien se adelant-o.
221 015 Una de las hermanas de la que llamamos Chuquisuso lo estaba esperando en
su chacra con la intenci-on de seducirlo: mostr-andole sus verg-|ruenzas y sus senos,
dijo: “Padre, descansa un poco; antes -de seguir tu camino-, bebe esta chichita, este
ticticito”.
221 016 Entonces, -el se qued-o all-i.
221 017 Cuando vieron eso, los otros hermanos tambi-en se quedaron, habiendo
conquistado s-olo hasta Pachamarca -de- Alloca de Abajo.
221 018 Si esa mujer no los hubiera seducido, hoy las chacras de los huarochiri y los
quinti llegar-ian hasta Carango de Abajo y Chilca.
221 019 Vamos a describir los hechos de cada uno de ellos enseguida {junto con todos
sus hechos}.
223 001 Cap-itulo 13.
223 001 Mama.
223 002 -Respondiendo- a la pregunta sobre la huaca Chaupi-namca, la gente de
Mama cuentan otra -tradici-on-.
223 003 He aqu-i su relato.
223 004 /Se dice que,/ en los tiempos muy antiguos, hab-ia una huaca llamada Maclla
de Arriba.
223 005 Su marido era el sol.
223 006 Los hijos de estos -dos- eran Pariacaca y Chaupi-namca.
223 007 Chaupi-namca pose-ia grandes poderes para animar a los seres humanos; ella
animaba a las mujeres y Pariacaca a los hombres.
223 008 Para celebrar su fiesta, los habitantes de Mama lavaban a Chaupi-namca con
una peque-na cantidad de chicha en la v-ispera del Corpus Christi.
223 009 Despu-es, todos, hombres y mujeres, con el curaca y el alcalde tambi-en
presentes, se juntaban -en su santuario- donde algunos de ellos colocaban sacrificios de
toda suerte y le ofrec-ian cuyes y otras cosas para adorarla.
225 010 Esa noche beb-ian y se emborrachaban hasta el amanecer; permanec-ian -all-ila
noche entera a fin de celebrar el baile de la Ayllihua.
225 011 Con grand-isimo regocijo bailaban bebiendo y emborrach-andose hasta el
amanecer.
225 012 Despu-es, sal-ian a la pampa donde no hac-ian otra cosa
225 013 m-as que beber y emborracharse diciendo: “Es la fiesta de nuestra madre”.
225 014 A la pregunta: “Antes de la aparici-on de los huiracochas |Cde qu-e manera
adorabais?”, responden: “/Se dice que,/ en el mes de junio -la gente- sol-ia beber durante
cinco d-ias atavi-andose con elegancia”.
225 015 Despu-es, como tem-ian a los huiracochas, celebraban su culto en la v-ispera
del Corpus.
225 016 -Por lo que toca a- las hermanas de Chaupi-namca, -cuentan que-, siendo -esta
la mayor, otra segunda hermana se llamaba Cassallacsa.
227 017 A -esta tambi-en la lavaban en la misma v-ispera -del Corpus- as-i como lo
hac-ian con algunas otras hermanas llamadas Urpayhuachac y Huichicmaclla.
227 018 /Sabemos que,/ seg-un los checa, Chaupi-namca -y sus hermanas- son cinco.
227 019 La mayor de -estas, llamada Cotocha o Paltacha, es Chaupi-namca.
227 020 Una segunda hermana, que llamamos Copacha, tiene el nombre de
Llacsahuato.
227 021 /Se dice que/ LLacsahuato se encuentra en Chillaco.
227 022 Mientras el reci-en -fallecido- curaca de Sasicaya, Don Diego Chaucaguaman
viv-ia, los chillaco y otra gente tambi-en celebraban su fiesta -y -eso- dur-o hasta la
llegada de Don Mart-in.
227 023 No sabemos bien en qu-e mes celebraban su fiesta.
229 024 La que decimos Ampuche o Ampuxi se llamaba Mirahuato.
229 025 No sabemos bien d-onde se encuentra -el santuario de- Mirahuato.
229 026 Pero ellos dicen: “/Hemos escuchado que,/ -Mirahuato- se encuentra junto con
su hermana Llacsahuato”.
229 027 /Se dice que/ la gente de esta regi-on o de Huarochir-i, si a alguien se le hab-ia
enfermado un hijo, o un hermano, o un padre, o si algo que le pertenec-ia hab-ia suftido
un da-no, sol-ia ir -en peregrinaje- a estas -dos huacas- para preguntarles (-la causa y el
remedio de sus problemas-).
229 028 /Seg-un dicen,/ se acuerda todav-ia de la sacerdotisa de estas huacas de sesenta
a-nos atr-as; se llamaba Chumpiticlla y era una mujer muy anciana.
229 029 En los tiempos del reci-en -fallecido- Don Diego, se llamaba Luc-ia (…).
231 030 Cuando adoraban a estas huacas sol-ian rezar as-i: “Ah Llacsahuato,
Mirahuato, sois vosotras quienes anim-ais a los seres humanos; mejor que Chaupinamca
sab-eis en qu-e consiste mi falta; decidme: |CC-omo provoqu-e la enfermedad
que me aflige? |CA causa de qu-e falta vivo padeciendo?”.
231 031 -Por haberles rezado- as-i, creen posible que -la cura- est-e -en las manos- de
las dos hermanas.
231 032 Estas eran las dos huacas a las que los hombres estimaban m-as.
231 033 Porque Chaupi-namca en vez de decir la verdad les daba cualquier respuesta.
231 034 M-as bien les ment-ia.
231 035 As-i la gente iba a visitarlas diciendo: “Vamos a consultar a nuestras madres
Llacsahuato Mirahuato; vamos a cumplir todo lo que digan sobre nuestra culpa”.
231 036 Sin embargo, aunque observaran estos cultos, /es cierto que/ no celebraban la
fiesta de Chaupi-namca una vez por a-no como lo hacen hoy.
233 037 Iban a adorarla s-olo cuando ten-ian ganas diciendo “ir-e” o “no ir-e” seg-un su
voluntad.
233 038 Ahora hablaremos de la huaca llamada Lluncuhuachac, la que decimos
Sullcacha o Xullcapaya.
233 039 Estas son cuatro hermanas.
233 040 /Se dice que/ esta huaca se encuentra por el lado de Canta.
233 041 No sabemos si los canta la veneran o no.
233 042 /Seg-un cuentan,/ -su santuario- se encuentra s-olo a poca distancia de Canta.
233 043 /Se dice que/ A-nasi o A-napaya est-a dentro del mar.
233 044 /Es verdad que/ algunos dicen que -esta era Cahuillaca.
235 045 Otros dicen: “-Esta- es otra; -A-nasi (?)- est-a en la ribera del mar”.
235 046 /Seg-un dicen,/ se encuentra dentro de un acantilado.
235 047 Ella no tiene sacerdote.
235 048 Cuando iban a hablar con la huaca Urpayhuachac, sol-ian prepararse muy bien
antes.
235 049 Como ella no ten-ia huacsa, la consultaban cara a cara.
235 050 De vuelta, con motivo de haberla consultado, sol-ian hacer abstinencia durante
un a-no, sin pecar con sus mujeres.
235 051 En los nombres de cada una de estas -huacas-, abundaba -el t-ermino-
-namca.
237 052 Como todas ten-ian hermanas, cuando -la gente- ven-ia a ver a una cualquiera
de ellas a fin de quejarse de alg-un problema, sol-ia saludarlas as-i: “ah, cinco -Namca”.
237 053 Eso es todo lo que sabemos sobre Chaupi-namca, Llacsahuato, Mirahuato,
Llunchuhuachac, Urpayhuachac.
237 054 En los tiempos antiguos, /seg-un dicen/, -estas huacas- sol-ian preguntar a la
gente que iba a visitarlas si ven-ian seg-un las instrucciones de su conchuri, de su padre
o de su antepasado.
237 055 Si respond-ian que no, les dec-ian que volvieran -a sus comunidades- y que
consultaran primero a sus conchuris. Y la gente lo hac-ia as-i.
239 056 S-olo entonces, les contestaban dici-endoles cualquier cosa: “enojaste a -ese;
enojaste a -este” o “-eres ad-|multera” o “pecaste con tu mujer durante la fiesta de
Pariacaca” y les daban toda clase de consejos instruy-endoles para que se lavasen en el
cruce de dos r-ios -o que- sacrificasen -una de- su(s) llama(s).
239 057 Y muy alegres los hombres iban a cumplir con estas instrucciones.
239 058 Pero, de todas maneras, /seg-un dicen/, acontec-ia que unos sanaban y otros
mor-ian.
239 059 Acabamos de escuchar -lo que se cuenta sobre- las otras hermanas de
Chaupi-namca.
239 060 Pero las versiones difieren de ayllu en ayllu, en cada comunidad.
239 061 Y hasta sus nombres, los mama los dicen de una manera, los checa de otra.
239 062 Unos dicen de Chaupi-namca que era la hermana de Pariacaca.
239 063 Otros que era la hija de Tamta-namca.
239 064 De este Tamta-namca, verdad, ya hemos hablado antes, en el quinto cap-itulo.
241 065 Otros dicen que era hija del sol.
241 066 As-i que no se puede afirmar nada.
243 001 Cap-itulo 14.
243 001 En el primer cap-itulo, tratamos de si Cuniraya exist-ia antes o despu-es de
Pariacaca.
243 002 El que llamamos Cuniraya Huiracocha exist-ia desde -los tiempos- muy
antiguos.
243 003 Pariacaca y los dem-as huacas lo estimaban m-as que a cualquier otro.
243 004 Algunos dicen que/, seg-un la tradici-on,/ Pariacaca era tambi-en hijo de
Cuniraya.
243 005 Ahora vamos a contar el fin de Cuniraya Huiracocha.
243 006 /Se dice que/ poco antes de la aparici-on de los huiracochas, Cuniraya se
encamin-o hacia el Cusco.
243 007 /Al llegar/ all-i, habl-o con el inga Huyna C-apac: “Vamos, hijo, a Titicaca” le
dijo. “All-i voy a contarte sobre mi existencia”.
245 008 Entonce le dijo: “Inga, dales instrucciones a tus hombres para que enviemos a
los brujos, a todos los sabios, a las tierras de abajo”. El inga lo hizo enseguida.
245 009 Unos hombres dijeron que eran animados por el C-ondor.
245 010 Otros se dijeron animados por el Halc-on.
245 011 Uno dijo que sol-ia volar por el aire -con forma de- golondrina.
245 012 Entonces, -Cuniraya- les dio las instrucciones siguientes: “Id a las tierras de
abajo; all-i dir-eis a mi padre que su hijo os env-ia para que os entregue una de sus
hermanas”.
245 013 As-i, el hombre animado por la golondrina se fue con los otros camascas -con
la orden- de estar de vuelta en s-olo cinco d-ias.
245 014 El camasca de la golondrina lleg-o el primero.
247 015 Cuando comunic-o el mensaje que le hab-ia sido encargado, -el padre de
Cuniraya- le entreg-o -lo que hab-ia pedido- en una peque-na taquilla dici-endole que no
la abriera antes que su se-nor Huayna C-apac mismo lo hiciese.
247 016 Cuando se encontraba a poca distancia de Cusco, ese hombre que hab-ia
transportado -la taquilla- hasta all-i, se dijo: “Voy a ver lo que puede ser” y la abri-o.
247 017 En el interior apareci-o una se-nora muy elegante y muy hermosa.
247 018 Su cabello era como oro crespo; estaba vestida con ropa fin-isima y su tamano
era min-usculo.
247 019 En el instante mismo de verla, la se-nora desapareci-o.
247 020 As-i, muy abatido lleg-o a Titicaca en -la regi-on de- Cusco.
247 021 “Si no fueras animado por la Golondrina, en este mismo instante dar-ia
-ordenes para que te matasen; vete; vu-elvete t-u mismo solo”. Con estas palabras, -|
CHuayna C-apac?- lo envi-o de nuevo -a las tierras bajas-.
247 022 -El camasca de la Golondrina- regres-o -a las tierras bajas y, despu-es de
recibir otra vez el mismo encargo- lo trajo -a Titicaca-.
247 023 Por el camino de vuelta, cada vez que sufr-ia hambre o sed, apenas lo dec-ia
ya estaba tendida la mesa -en el suelo-; y tambi-en cuando ten-ia ganas de dormir
bastaba que expresara su deseo.
249 024 As-i, lleg-o con su encargo en s-olo cinco d-|mias.
249 025 Cuniraya y el inga lo recibieron con gran regocijo.
249 026 Antes de abrirlo, Cuniraya dijo: “Inga, vamos a trazar una l-inea aqu-i en el
suelo; yo entrar-e en la tierra por este lado; por ese otro lado t-u entrar-as en la tierra
con mi hermana; t-u y yo no nos veremos m-as”. Diciendo eso traz-o una raya en el
suelo.
249 027 Entonces abri-o el cofre.
249 028 Enseguida aquel lugar se inund-o de luz.
249 029 Entonces, el inga Huayna C-apac dijo: “Ya no voy a volverme de aqu-i; en
este lugar mismo, voy a quedarme con mi -nusta, con mi coya”. Dio instrucciones a un
hombre, miembro de su ayllu, dici-endole: “T-u vete; vuelve al Cusco y di que eres
Huayna C-apac en mi lugar”.
249 030 En ese instante desapareci-o con su se-nora; Cuniraya hizo lo mismo.
249 031 As-i, cuando ese Huayna C-apac de quien acabamos de hablar, muri-o, unos y
otros proclamando la prioridad de sus derechos, ((provocaron el derrumbe de su se-norio)).
251 032 As-i estaban las cosas cuando los huiracochas aparecieron en Cajamarca.
251 033 Hasta ahora, -estas son las -unicas historias que conocemos sobre Cuniraya
Huiracocha.
251 034 Todav-ia no hemos terminado de narrar el resto de lo que hizo cuando andaba
por esta regi-on.
251 035 Lo haremos enseguida.
253 001 Cap-itulo 15:
253 001 Aqu-i vamos a escribir sobre lo que hemos mencionado en el segundo capitulo,
es decir: si Cuniraya exist-ia antes o despu-es de Pariacaca.
253 002 /Dicen que/ Cuniraya Huiracocha exist-ia desde tiempos muy antiguos.
253 003 Antes que -el existiera, no hab-ia nada en este mundo.
253 004 Fue -el quien primero cre-o los cerros, los -arboles, los r-ios y todas las clases
de animales para que el hombre pudiese vivir.
253 005 Por ese motivo dicen que /, seg-un la tradici-on,/ Cuniraya era el padre de
Pariacaca; fue -el quien cre-o a Pariacaca.
253 006 Y toda la gente afirma que, de no haber sido -Pariacaca- su hijo, es probable
que -Cuniraya- lo hubiera humillado.
253 007 /Se cuenta que,/ con su astucia, -Cuniraya- humillaba mucho a los dem-as
huacas locales realizando toda clase de cosas.
255 008 Vamos a narrar estos hechos enseguida.
257 001 Cap-itulo 16:
257 001 Aqu-i vamos a escribir si Pariacaca, que naci-o de cinco huevos, ten-ia
hermanos o si Pariacaca era el padre -de los dem-as-.
257 002 En el octavo cap-itulo ya nos referimos a -la cuesti-on de- si los que nacieron
con Pariacaca de los cinco huevos eran todos sus hermanos o si los dem-as eran hijos de
Pariacaca.
257 003 Aqu-i vamos a escribir los nombres de cada uno de ellos.
257 004 Como narramos en el d-ecimo cuarto cap-itulo, /se dice que/ Pariacaca -y los
dem-as- que nacieron de los cinco huevos, eran hijos de Cuniraya /y que/ todos ellos a
su vez pose-ian numerosos hermanos.
257 005 Comenzando por el primero, sus nombres eran: Pariacaca, Churapa, Puncho y
Pariacarco.
257 006 No sabemos el nombre de uno de ellos.
259 007 Aqu-i quedar-a en blanco para que lo escribamos cuando lo sepamos.
259 008 /Se dice que/ Pariacarco permanece hasta hoy en la entrada de -la regi-on delos
antis para impedir que vuelva Huallallo Carhuincho.
259 009 Tambi-en se-nalamos que Huallallo Carhuincho /, seg-un dicen,/ no huy-o
enseguida.
259 010 Cuando uno de los -que nacieron con- Pariacaca, Churapa, entr-o en -el
territorio que hoy se llama- Mullococha y lo transform-o en laguna, Huallallo,
convertido en p-ajaro, alz-o el vuelo -y huy-o- de all-i.
259 011 Luego entr-o en un cerro llamado Caquiyoca.
259 012 /Se dice que/ este cerro -era- una pe-na enorme.
259 013 Huallallo Carhuincho se escondi-o all-i.
261 014 Entonces, Pariacaca con los dem-as cinco hermanos, casi arrasaron la pe-na
con sus rayos y de nuevo ahuyentaron a Huallallo Carhuincho.
261 015 Este hizo surgir una serpiente enorme llamada amaru, un amaru de dos
cabezas, para que fuera nefasto a Pariacaca.
261 016 Al verlo, Pariacaca se puso furioso y clav-o un bast-on de oro en medio de su
lomo.
261 017 En el mismo instante, el amaru se convirti-o en piedra.
261 018 /Se dice que,/ a-un hoy se puede ver a este amaru petrificado en el camino
llamado de Caquiyoca de Arriba.
263 019 La gente de Cusco, y todos los que saben de eso, golpean este amaru con una
piedra y llevan consigo los pedazos que caen en la creencia que los proteger-a de la
enfermedad.
263 020 Huallallo Carhuincho, huyendo de la pe-na de Caquiyoca, entr-o en una
quebrada llamada Caquiyocahuayqui.
263 021 Entonces subi-o a un cerro nombrado Pumarauca; all-i hizo surgir a un loro
llamado caque y lo hizo amenazar a Pariacaca con sus alas apuntadas como lanzas
pensando que as-i iba a crear una barrera para impedir que Pariacaca pasara m-as all-a.
263 022 Sin esfuerzo, Pariacaca le quebr-o un ala y convirti-o al caque en piedra; as-i
le venci-o -a Huallallo-.
263 023 Como Huallallo Carhuincho qued-o completamente sin fuerza alguna, huy-o
hacia -la regi-on de- los antis.
263 024 Pariacaca, junto con todos sus hermanos, lo persigui-o.
263 025 Como -Huallallo- ya hab-ia entrado en -el territorio de- los antis, -Pariacacadej-
o a uno de sus hermanos nombrado Pariacarco en la puerta de los antis para
impedirle volver.
265 026 /Dicen que/ ese Pariacarco a-un permanece all-i -en forma de- un gran nevado.
265 027 No sabemos qui-enes adoran a -Huallallo Carhuincho-.
265 028 Pero, en el noveno cap-itulo, ya narramos lo dicho -por Pariacaca-: “Por haber
comido a los hombres |Gque coma ahora perros! y |Gque los huancas le den de comer!”.
267 001 Cap-itulo 17.
267 002 Ahora vamos a contar c-omo, habiendo dejado a su hermano nombrado
Pariacarco en la puerta de los antis, Pariacaca regres-o aqu-i.
267 003 He aqu-i este relato.
267 004 Ya hemos narrado otras historias que cuentan sobre -el, inclusive la de c-omo
empez-o a establecer su culto.
267 005 Pero hay una que nos olvidamos de contar.
267 006 /Se dice que,/ cuando termin-o de luchar -contra sus enemigos-, regres-o con
los dem-as hermanos a este cerro que llamamos de Pariacaca.
267 007 All-i hay un nevado llamado Huamayaco que nadie puede escalar.
267 008 /Sabemos que/ algunos hombres dicen que este cerro es -el santuario de-
Pariacaca.
267 009 Despu-es de la aparici-on de los huiracochas, mirando ese nevado desde -el
cerro- Incacaya (al que ya nos referimos) la gente dec-ia: “All-i est-a Pariacaca”.
267 010 Pero, /seg-un la tradici-on/, Pariacaca mismo se encuentra m-as abajo en el
interior de una pe-na.
269 011 Cuando entr-o con sus dem-as hermanos en esa pe-na, dijo: “Voy a quedarme
aqu-i; desde aqu-i me adorar-eis” y all-|mi en esa pe-na se estableci-o como huaca local.
269 012 Por ser un nevado (-alto y hermoso-), descans-o encima de este otro cerro que
acabamos de mencionar llamado Huamayaco en su camino de vuelta de los antis.
269 013 All-i, en los tiempos muy antiguos, antes del nacimiento del inga, convoc-o a
todos los hombres del Tahuantinsuyo.
269 014 Cuando todos estaban all-i juntos, instruy-o a sus huacsas para que lo
adorasen.
269 015 Despu-es de la aparici-on del inga, -este tambi-|men, cuando se enter-o -del
culto de Pariacaca-, se convirti-o en su huacsa estim-andolo mucho.
271 016 En aquella -epoca cuando –como dijimos– la gente del Tahuantinsuyo se habia
juntado -seg-un la orden de Pariacaca-, Huallallo Carhuincho, que no olvidaba su
traici-on, hizo aparecer un animal llamado hugi en ese mismo cerro donde se
encontraban; cre-ia que el hugi iba a ser nefasto para Pariacaca.
271 017 Inmediatamente despu-es de su aparici-on, el hugi huy-o debajo de la tierra.
271 018 Al sobrevivir el hugi, ((habr-ia podido quitarle algo a la vida de Pariacaca)).
271 019 Por eso, mand-o a los hombres del Tahuantinsuyo capturar al hugi.
271 020 As-i, todos lo persiguieron.
271 021 Pero, de ninguna manera se dej-o capturar.
271 022 En vano (?) Pariacaca -lo atac-o- con sus rayos, con su lluvia.
271 023 No muri-o.
271 024 -Por fin-, en un lugar muy lejano, un hombre de los checa del ayllu de los
cacasica lo captur-o.
273 025 Entonces, un quinti le dijo: “Hermano, ya lo capturaste. Eres muy dichoso.
Vete haci-endote una huayta con s-olo la cola. Voy a llevarme la carne”. -El checaacept-
o.
273 026 Ese quinti se fue por otro camino. “Fui yo quien lo captur-e, padre” le dijo a
Pariacaca.
273 027 Entonces, -Pariacaca-, regocij-andose mucho, le mostr-o su estima.
273 028 /Sabemos que/ el nombre de este quinti era Chucpaico.
273 029 Despu-es, cuando lleg-o -el checa- trayendo s-olo la cola, -Pariacaca- reprendio
a Chucpaico con gran odio: “A causa de esa mentira que me contaste, a t-i y a tus
hijos os dir-an ‘Quintihuanca (?), |Gluchad entre vosotros, hediondos!'”.
275 030 Fue el mismo Pariacaca quien dijo a los del ayllu cacasica, a los huarcancha y
los llichiccancha: “Vosotros, por haber capturado -al hugi- ser-eis ya-ncas. Os escuchare
s-olo a vosotros, -har-|me caso a- todo lo que me dig-ais. Los dem-as hombres os
comunicar-an a vosotros -todo lo que quieran decirme-” y les dio el nombre de
-Namcacanca -Namcaparia.
275 031 Entonces, ellos tambi-en fueron ya-ncas.
275 032 El nombre de ya-nca de los concha tambi-en les fue atribuido por Pariacaca
mismo.
275 033 Su nombre era Huatusi.
275 034 De la misma manera, los ya-ncas de todas las comunidades recibieron sus
nombres de Pariacaca.
275 035 Estos son los detalles que recordamos de lo que hab-iamos olvidado narrar con
respecto a Pariacaca.
277 001 Cap-itulo 18.
277 002 Ya hemos hablado de c-omo el inga estim-o a Pariacaca y tambi-en de c-omo
se hizo su huacsa.
277 003 /Se dice que/ fue el inga tambi-en quien orden-o a treinta -hombres- de Hanan
Yauyo y de Rurin Yauyo servir a Pariacaca en la -epoca de la luna llena.
277 004 Seg-un esas -instrucciones-, treinta hombres le serv-ian desde el d-ecimo
quinto d-ia -del mes- ofreci-endole comida.
277 005 Un d-ia lo estaban adorando con -el sacrificio de- una llama nombrada
Yaurihuanaca.
277 006 Cuando los treinta hombres estaban mirando el h-igado y el coraz-on de la
llama, uno de ellos, un llacuas llamado Quita Pariasca, dijo: “|GAy de nosotros! La
suerte no es buena, hermanos; en el futuro nuestro padre Pariacaca ser-a abandonado”.
279 007 Entonces, los dem-as hombres dijeron: “No es cierto. Hablas cosas vanas. Esta
bien. |CQu-e sabes t-u?”.
279 008 Uno -de los presentes- le dijo: “Oye Quita Pariasca, |Cc-omo justificas tu
interpretaci-on? Nuestro padre Pariacaca nos est-a se-nalando cosas muy buenas en este
coraz-on”. -Al oir estas palabras, Quita Pariasca- ni se acerc-o a examinar el coraz-on.
279 009 Mir-andolo de lejos lo interpret-o.
279 010 Luego habl-o contradiciendo -la opini-on de los dem-as-: “Es el mismo
Pariacaca quien nos lo dice, hermanos”.
279 011 Llenos de odio y c-olera, le dijeron a Quita Pariasca: “|CQu-e puede saber un
llacuas, hombre hediondo? Nuestro padre Pariacaca, en todos los confines del
Chinchaysuyo tiene hombres a su disposici-on. |CC-omo podr-ia ser -el abandonado? |
CQu-e puede saber ese hombre malvado”.
279 012 Pocos d-ias despu-es, oyeron decir que los huiracochas ya hab-ian aparecido
en Cajamarca.
279 013 /Sabemos que/ hab-ia un checa del ayllu de los cacasica llamado Tamalliuya
Caxalliuya que era yana de Pariacaca.
281 014 En esa -epoca, /seg-un se dice,/ Tamalliuya Caxalliuya era el m-as anciano de
los treinta sacerdotes presentes en -el santuario de- Pariacaca.
281 015 Cuando llegaron los huiracochas, preguntaron d-onde estaban la plata y la ropa
de este huaca.
281 016 Pero ellos no quisieron responder.
281 017 Por eso, los huiracochas encolerizados amontonaron paja y quemaron a
Caxalliuya.
281 018 Cuando la mitad de la paja se hab-ia quemado, el viento empez-o a soplar.
281 019 As-i, a-un sufriendo mucho, ese hombre sobrevivi-o.
281 020 Esta vez pues dieron sus ropas y todas las dem-as cosas que pertenec-ian -al
huaca- a los huiracochas.
281 021 Entonces todos los hombres dijeron: “Fue de hecho muy verdadero lo que nos
cont-o el llacuas Quita Pariasca, hermanos; vamos a dispersarnos; ya la suerte no es mas
favorable” y, as-i se dispersaron todos hacia sus comunidades.
283 022 Al sanarse este hombre de los checa que hab-ia sido quemado, -se fue de all-illevando
consigo a un hijo de Pariacaca nombrado Macahuisa; lleg-o a una comunidad
llamada Limca en el territorio (?) de los quinti.
283 023 Vamos a hablar sobre estos hechos en el cap-itulo siguiente.
285 001 Cap-itulo 19.
285 002 /Se dice que,/ antiguamente, en la -epoca del inga, este Macahuisa, hijo de
Pariacaca, fue llevado a la guerra para ayudarle -a vencer a sus enemigos-.
285 003 Las comunidades de los amaya y los xihuaya no quer-ian dejarse conquistar.
285 004 Por eso, el inga pidi-o a Pariacaca -que le diera- a uno de sus hijos para vencer
a los amaya y los xihuaya.
285 005 Entonces, -Pariacaca- le dio a Macahuisa.
285 006 Llev-andolo, venci-o enseguida.
285 007 Despu-es, los ingas estimaron a-un m-as a Pariacaca.
285 008 Acostumbraban darle oro y toda clase de ropa y mandaron que todas las
comunidades que le estaban sometidas enviasen una vez al a-no ma-iz, coca y todas -las
dem-as ofrendas rituales- para los treinta yanas -dedicados a su culto-.
285 009 Siendo as-i, como dijimos hace poco, cuando llegaron los huiracochas, le
quitaron todo lo que pose-ia.
285 010 M-as tarde, el fallecido Don Sebasti-an mand-o quemar todo lo que hab-ia
sobrado -de las pertenencias del huaca-.
287 011 Entonces, como dijimos hace poco, residiendo Caxalliuya en la comunidad de
Limca, guard-o bajo su custodia a Macahuisa y all-ia permaneci-o muchos a-nos
gozando de gran estima.
287 012 Muchos a-nos despu-es, cuando el fallecido Don Juan Puyputacma era curaca,
los checa oyendo c-omo -Limca- hab-ia prosperado, enviaron -all-i emisarios- para que
trajesen a Macahuisa -a su tierra-.
287 013 Entonces, Caxalliuya, el viejo que hab-ia sido quemado, vino aqu-i -con un
grupo de- seis hombres, -cada uno- acompa-nado por sus hijos -respectivos-.
287 014 Cuando lleg-o aqu-i — digo en Llacsatambo — , le pregunt-o otra vez
-alhuaca-: “Padre Macahuisa, |Cguardar-as bien a los checa de esta comunidad?” y le
sacrific-o una llama; este sacrificio se celebr-o de la misma manera que el de
Huayacancha, donde el llacuas, Quita Pariasca, hab-ia visto -el presagio acerca de
Pariacaca-.
289 015 Cuando los hijos de Caxalliuya ya hab-ian muerto y -el tambi-en estaba por
morir, -recordando- aquel -presagio-, dijo: “Fue eso lo que pas-o en el momento mismo
de mi llegada”.
289 016 Porque, en esa ocasi-on, -el huaca- dijo: “La suerte es muy favorable; ya no
pasar-a nada; no habr-a ning-un sortilegio, ninguna enfermedad.”
289 017 A partir de aquella fecha, custodiaron a Macahuisa en este pueblo y, en la
-epoca de la luna llena, todos los checa le serv-ian, todos los ayllus por turno.
289 018 Durante s-olo una noche, todos, hombres y mujeres, velaban juntos hasta el
amanecer.
289 019 /Sabemos que,/ al amanecer, cada uno le ofrendaba cuyes y otras cosas y le
rezaba as-i: “Ayudame; eres t-u quien custodia a esta comunidad; eres t-u quien nos
sana de toda clase de enfermedades”.
289 020 /Se dice que,/-cuando Macahuisa se encontraba- en la comunidad de Limca,
estaba muy bien servido.
291 021 Una huaranca de los quinti cultivaba una chacra llamada Yamlaca para que
Macahuisa tuviese -chicha- para beber.
291 022 Entonces, los hombres que viv-ian all-i se volvieron excesivamente ricos no
falt-andoles nada.
291 023 Por eso estos checa los envidiaban y, puesto que el fallecido Don Juan
Puyputacma era miembro del -mismo- ayllu de Caxalliuya, enviaron -emisarios- para
que trajeran a Macahuisa aqu-i. “|CPor qu-e conservan un huaca de tama-no valor en un
poblado (?) de gente com-un?” dec-ian.
291 024 /Y se dice que/-el huaca- se qued-o aqu-i desde entonces.
291 025 Eso es todo lo que sabemos sobre Macahuisa.
293 001 Cap-itulo 20.
293 001 Aqu-i empieza -la descripci-on de- las costumbres -asociadas al culto- de
Llocllayhuancupa; enseguida describiremos -c-omo se celebraba este culto- y c-omo fue
que acab-o.
293 002 /Se dice que/ el huaca que llamamos Llocllayhuancupa era hijo de
Pachacamac.
293 003 Al aparecer este huaca, lo encontr-o una mujer llamada Lantichumpi del ayllu
Alaysatpa mientras trabajaba en su chacra.
293 004 La primera vez que lo desenterr-o, se pregunt-o: “|CQu-e puede ser esto?” y lo
arroj-o al suelo en el mismo lugar -en donde lo hab-ia encontrado-.
293 005 Entonces, escarbando en otro sitio, encontr-o de nuevo el mismo -objeto- que
hab-ia desenterrado antes.
293 006 “Este ser-a quiz-as alg-un huaca” dijo y decidi-|mo llevarlo para mostrarlo a
sus padres y a los otros miembros de su ayllu.
293 007 Hab-ia en esa -epoca, en la comunidad de Llacsatambo, otro huaca llamado
Cataquillay que les hab-ia sido regalado por el inga.
295 008 Este Cataquillay pose-ia la facultad de hacer hablar, sin esfuerzo, a cualquier
huaca que no supiera hablar.
295 009 As-i hizo hablar tambi-en al huaca llamado Llocllayhuancupa pregunt-andole:
“|CQui-en eres? |CC-omo te llamas? |CAqu-|me fin viniste?”.
295 010 Entonces, -el otro- respondi-o: “Yo soy el hijo de Pachacamac, del que hace
temblar la tierra y mi nombre es Llocllayhuancupa. Mi padre me ha enviado para
custodiar a esta comunidad de los checa”.
295 011 Entonces, la gente se regocij-o mucho diciendo: “|GQue se encuentre bien en
este pueblo mientras nos est-e protegiendo!”. En la casa de la misma persona que lo
hab-ia encontrado exist-ia una peque-na cancha; todos los checa as-i como los huanri y
los chauti, todos, agrandaron esta cancha y prepararon el sitio para que fuera digno de
ser la casa y la cancha -de Llocllayhuancupa- a quien veneraban mucho.
297 012 Para servirle, se organizaban de manera que cada ayllu, empezando por los
allauca, fuera por turno -a su santuario- en la -epoca de la luna llena y le sacrificara una
llama.
297 013 /Sabemos que/ llaman a esta -fiesta de la- luna llena la Chayana (la Llegada).
297 014 “Es -el quien llega” dicen.
297 015 /Seg-un la tradici-on,/ antiguamente, en -la fiesta de- la Llegada -de
Llocllayhuancupa- se vest-ian con el chumpruco y el huaychau ahua, como hac-ian
tambi-en durante la fiesta de Pariacaca, y celebraban un baile.
297 016 Lo sirvieron de esa manera muchos a-nos.
297 017 Una vez, quiz-as porque no lo serv-ian bien, Llocllayhuancupa desapareci-o
volviendo a su padre Pachacamac.
297 018 Cuando se dio cuenta, la gente, muy afligida, lo busc-o y, embelleciendo el
sitio en donde Lantichumpi lo hab-ia encontrado por primera vez, le construy-o un usno.
299 019 Como no lo encontraban, todos los hombres adultos fueron al -santuario de-
Pachacamac despu-es de haberle preparado -ofrendas de- llamas, cuyes toda clase de
vestidos.
299 020 As-i reanudando el culto a su padre, consiguieron que -Llocllayhuancupavolviera
-a su comunidad-.
299 021 Y -con celo- renovado, lo adoraron todav-ia m-as; dieron -ordenes a sus
pastores de llamas -para que cuidasen las llamas dedicadas a su culto-.
299 022 Pastoreaban a estas llamas en Suquiahuillca porque las consideraban las llamas
de Pachacamac.
299 023 Fue el inga quien les orden-o hacerlo.
299 024 Entonces, serv-ian a este huaca todos los a-anos cada ayllu celebrando su
Llegada por turno.
299 025 Si hab-ia cualquier enfermedad le consultaban rog-andole que los sanase. Si
estaban afligidos o preocupados -por cualquier acontecimicnto-, si el enemigo ven-ia o
la tierra temblaba, cre-ian que su padre estaba encolerizado; por eso, lo veneraban
mucho.
299 026 Le ofrendaban ma-iz, ma-iz del inga, cultivado en las tierras comunales; -as-i
ten-ia chicha- para beber.
301 027 En la -epoca en la que un cierto Padre Crist-obal de Castilla se encontraba aqui
en est reducci-on y el curaca era Don Ger-onimo Canchoguam-an, como -los dosaborrec-
ian estas cosas, -la gente- ya no celebraba este culto.
301 028 Pero, hace tiempo, cuando hubo la gran -epidemia de- sarampi-on, volvieron a
practicar todas las formas de culto.
301 029 El curaca, como si creyese que -la epidemia- hab-ia sido enviada -por
Llocllayhuancupa-, ya no les amonestaba cuando beb-ian en el purum huasi.
301 030 Fue tambi-en en aquella -epoca cuando la casa de este huaca se quem-o, segun
-el (|Cel curaca?) porque era la voluntad de Dios.
301 031 /Sabemos que,/ despu-es, cuando Don Ger-onimo muri-o y Don Juan
Sacsalliuya asumi-o las funciones de curaca, como el curaca mismo era huacsa, toda la
gente empez-o a celebrar de nuevo sus antiguas costumbres frecuentando -los santuarios
de- Llocllayhuancupa as-i como -de- Macahuisa, velando hasta el amanecer y bebiendo.
301 032 Ahora -bajo la influencia de- la predicaci-on del Se-nor Doctor de Avila, una
parte de la gente volviendo a Dios impide estas pr-acticas.
303 033 Si un hombre no hubiese vuelto a Dios con un coraz-on sincero dici-endoles
que este -Llocllayhuancupa- era el demonio, es posible que hubieran seguido con estas
costumbres durante mucho tiempo todav-ia.
303 034 Narraremos -su- historia enseguida.
303 035 -Hab-ia- un hombre llamado Don Crist-obal Choquecaxa –su padre era el
fallecido Don Ger-onimo Canchoguam-an al que ya nos hemos referido– este hombre
viv-ia desde peque-no muy correctamente puesto que su padre tambi-en odiaba mucho a
estos huacas.
303 036 Sin embargo, en el momento de morir, enga-nado por el demonio, cay-o en
este pecado (la idolatr-ia).
303 037 Enga-nado por varios hombres ancianos y diab-olicos, cuando estaba a punto
de morir, se confes-o -seg-un los ritos gent-ilicos-.
303 038 Nuestro se-nor Dios sabr-a d-onde se encuentra -ahora-.
303 039 El hijo de este hombre fallecido, el Don Crist-obal de quien ya hablamos, vive
todav-ia.
305 040 Una vez, -este vio al demonio Llocllayhuancupa con sus -propios- ojos,
cuando, despu-es de la muerte de su padre, -el -tambi-en- fue enga-nado por estos
mismos ancianos diab-olicos.
305 041 Este relato fue as-i.
305 042 Antes de narrarlo, Don Crist-obal hizo juramento sobre la cruz.
305 043 /Seg-un lo que cont-o,/ una noche, Don Crist-obal fue a la de este
Llocllayhuancupa donde moraba su enamorada; ya hab-ia abandonado -el culto de- este
huaca y ni se acordaba de -el.
305 044 As-i, cuando lleg-o a la casa -de su enamorada-, como ten-ia ganas de orinar,
entr-o en la casita en ruinas -que hab-ia sido el santuario del huaca (?)-.
305 045 Entonces, desde el interior de ese sitio, donde ahora han puesto una cruz, ((el
demonio hizo aparecer ante sus ojos -una luz deslumbrante- semejante al reflejo de un
plato de plata, que tocado por los rayos del sol, ciega los ojos humanos)).
305 046 Vi-endola -Don Crist-obal- casi cay-o al suelo.
307 047 Entonces, rezando el Padre Nuestro y el Ave Mar-ia huy-o hacia el peque-no
aposento donde viv-ia la mujer.
307 048 Nuevamente, -Llocllayhuancupa- hizo brillar -esta luz deslumbrante- tres
veces mientras -Don Crist-obal- estaba a medio camino -entre la casa en ruinas y la casa
de la mujer-.
307 049 Al llegar -Don Crist-obal- al aposento -de la mujer-, de nuevo
-Llocllayhuancupa hizo brillar la misma luz- tres veces y tambi-en -cuando Don Cristobal
ya estaba en el interior la hizo brillar- de nuevo tres veces delante de -la casa (?)-.
307 050 En total, hizo brillar esta luz nueve veces.
307 051 Muy grande fue su miedo al ver a este demonio hacer brillar tantas veces -esa
luz deslumbrante-; lleg-o al sitio donde dorm-ia la mujer y enseguida la hizo levantar.
307 052 Hab-ia dos ni-nos que dorm-ian all-i.
307 053 Como -el demonio (?)- silbaba muy fuerte, los ni-nos dec-ian: “Se parece a
nuestro padre” y ten-ian mucho miedo.
307 054 /Se dice que/ estos ni-nos y la muchacha tambi-en eran hijos del sacerdote de
este demonio.
309 055 Cuando, ((al anochecer, un hombre entra -por la puerta de una casa-,
obscurece a-un m-as -el interior-; de la misma manera, esa noche -Llocllayhuancupa
parec-ia una sombra (?)- que continuamente sal-ia y entraba)).
309 056 Haciendo zumbar los o-idos, parec-ia que, en su deseo de vencer a Don Cristobal,
iba a destruir la casa tambi-en.
309 057 As-i, gritando muy fuerte todas las praciones que sab-ia, -este ador-o a Dios
nuestro se-nor y recit-o repetidas veces la doctrina desde el comienzo hasta el fin.
309 058 Creyendo que no iba a salvarse de ninguna manera, como ya hab-ia pasado la
media noche y el demonio continuaba persigu-endolo sin darle tregua, grit-o a Nuestra
Madre Santa Mar-ia dici-endole: “Ah madre, t-u eres mi -unica madre. |CEs as-i que
este demonio malo me vencer-a? T-u que eres mi madre, ay-udame, como una hermana,
aunque soy un gran pecador; pues yo tambi-en serv-i a este mismo demonio; ahora s-i
que s-e que es un demonio; -este no podr-|mia ser dios; -este no podr-ia hacer nada
bueno. T-u, que eres mi -|munica reina, s-alvame de este peligro; intercede con tu hijo,
mi Jes-us, para que me salve de las manos de este demonio malo”. As-i le grit-o
llorando y sudando a nuestra madre la virgen y nuestra -unica reina.
311 059 Cuando acab-o, rez-o en lat-in el Salve regina mater misericordia-e-.
311 060 Cuando ya hab-ia llegado a la mitad -del rezo-, ese demonio nefasto y malo
haciendo temblar la casa dio un graznido estridente y sali-o -en forma de- lechuza.
311 061 En ese mismo momento fue como si amaneciese.
311 062 Ya no hab-ia nada espantoso que, semejante a un ser humano, saliera y entrara.
311 063 Desde entonces, ador-o con renovado celo a Dios y a la virgen Santa Mar-ia
tambi-en -pidi-endoles- que viniesen siempre a su auxilio.
311 064 Y al d-ia siguiente, dijo a todos los hombres: “Hermanos, padres, ese malvado
Llocllayhuancupa, a quien hemos venerado -tanto-, no es m-as que un demonio -en
forma de- lechuza; la noche pasada con la ayuda de nuestra madre, la virgen Santa Maria,
consegu-i vencerlo. A partir de hoy, |Gque nadie de vosotros entre en esa casa! Si
viera a alguien entrar o llegar -all-i-, se lo dir-ia al padre. {Porque} Recibid con todo
vuestro coraz-on las buenas noticias que os he contado”. As-i fue como habl-o a toda la
gente.
313 065 Algunos quiz-a estaban de acuerdo, los dem-as que segu-ian venerando a ese
demonio, quedaron mudos.
313 066 /Seg-un lo que cuentan,/ es verdad que desde entonces, cesaron de celebrar -la
fiesta de- la Llegada -de Llocllayhuancupa-.
313 067 La noche siguiente, de nuevo -Llocllayhuancupa- se manifest-o en un sue-no a
Don Crist-obal mientras -este dorm-ia en su casa.
313 068 Esto lo narraremos enseguida.
315 001 Cap-itulo 21.
315 001 Aqu-i vamos a contar -c-omo-, sin que le pareciera -a Don Crist-obal- ser un
sue-no, ese demonio malo le atemoriz-o y c-omo Don Crist-obal lo venci-o.
315 002 Ya hemos escuchado c-omo Llocllayhuancupa era un demonio malo y tambien
c-omo Don Crist-obal lo venci-|mo.
315 003 Pero /se dice que/ ese demonio malo quiso vencerlo a su vez en su sue-no.
315 004 La noche del d-ia siguiente, envi-o un hombre a casa de Don Crist-onbal -para
decirle que viniera a su santuario-.
315 005 No le dijo si ten-ia la intenci-on de ir o no.
315 006 En el momento que iba a entrar en su casa, -don Crist-obal- tuvo el
presentimiento -de algo infausto-.
315 007 Con mucho miedo, se acerc-o a la morada de una mujer anciana, una yunca,
-que se encontraba- en el mismo patio.
317 008 Esa mujer anciana era yunca.
317 009 “Hijo”, le dijo, “|Cpor qu-e no veneras a Llocllayhuancupa, el hijo del que
hace temblar la tierra? Es para saber eso que te ha mandado llamar ahora”.
317 010 -Don Crist-obal- le respondi-o: “El es un demonio malo, madre. |CPor qu-e
deber-ia yo venerarlo?”.
317 011 Ten-ia en su mano una moneda de cuatro reales.
317 012 Don Crist-obal la dej-o caer.
317 013 Mientras la estaba buscando, Francisco Trompetero grit-o desde afuera: “|
GHola! |CQu-e est-as haciendo? All-i, tu padre -Llocllayhuancupa-, muy encolerizado,
te llama para que vengas r-apido”
317 014 “Esp-erame todav-ia un momento, hermano; ya voy” le respondi-o -Don Cristobal-
y, muy apresuradamente, busc-o la moneda.
317 015 Cuando ya la hab-ia encontrado y estaba a punto de irse, una vez m-as, desde
el interior -de la casa- donde se ha puesto una cruz, ((-Llocllayhuancupa- lo amedrent-o
de la misma manera que hab-ia hecho con la plata de que hemos hablado -en el cap-itulo
anterior, haci-endola brillar- en su cara)).
319 016 Enseguida qued-o aterrorizado y no sab-ia c-omo iba a salvarse; entonces
-alguien- lo llam-o desde el interior -de la casa- dici-endole: “Nuestro padre te est-a
llamando”.
319 017 -Finalmente- dijo “Est-a bien” y, con su coraz-on lleno de rabia, entr-o.
319 018 Se sent-o en la puerta misma.
319 019 Astohuam-an estaba ofreciendo comida y bebida al huaca; mientras lo hac-ia,
con mucha veneraci-on le dirig-ia -el rezo siguiente-: “Padre Llocllayhuancupa, eres t-u
el hijo del que hace temblar el mundo; eres t-u tambi-en quien anim-o a los hombres”.
319 020 El demonio que no lograba hablar repet-ia “Huhu” -para expresar su aprobacion
(?)-.
319 021 Cuando se le ofrendaba coca produc-ia un crujido como si estuviese
mascando.
319 022 -La presentaci-on de estas ofrendas- dur-o un buen rato; mientras tanto, Don
Crist-obal vio en el interior de la casa ((algo parecido a una imagen giratoria pintada en
ambos lados -de un lienzo (?)-; la imagen se mov-ia como si estuviera -colgada
alrededor del brazo de- una romana, pintada en ambos lados)).
321 023 En una de estas pinturas estaba -representado- un peque-no demonio muy
negro con sus ojos semejantes a monedas de plata; en su mano ten-ia un bast-on con un
garabato -en la punta-; encima hab-ia la cabeza de una llama; encima -de la cabeza de
llama-, otra vez, aparec-ia ese peque-no demonio y, encima de -el, otra vez, la -mismacabeza
de llama.
321 024 As-i giraba por toda la casa -esta imagen pintada- en ambos lados -del lienzo
(?)-.
321 025 Viendo estas cosas, Don Crist-obal tuvo gran miedo y s-olo pens-o en preparar
lo que iba a decir.
321 026 As-i, cuando el demonio acab-o de recibir sus ofrendas de comida,
Astuhuaman encendi-o un fuego
321 027 y quem-o toda la comida que hab-ia sido ofrecida -al huaca-.
323 028 Cuando termin-o y todo ya estaba tranquilo, Don Crist-obal comenz-o a
hablar. “Oh Llocllayhuancupa” le dijo, “-Este- te dice a ti que animas a los hombres ya
haces temblar la tierra; y todos los hombres te veneran mucho porque creen que eres t-u
quien hace todo; |Cpor qu-e me llamaste aqu-i ahora? Yo me pregunto: |CNo ser-a
Jesucristo, hijo de Dios, el verdadero dios? |CNo deber-ia yo quiz-as siempre respetar su
palabra? |CEs que me equivoco? Dime t-u ahora: ‘El no es Dios; soy yo quien hace
todo’, as-i podr-e entonces venerarte”. Pero el demonio se call-o.
323 029 Ya no habl-o nada.
323 030 Entonces, Don Crist-obal gritando muy fuerte le amonest-o: “Mira, |Cno eres
t-u el demonio? |CSer-ias t-u capaz de vencer a mi se-nor Jesucristo en quien yo creo?
Mira, aqu-i en esta casa est-as rodeado por demonios. |CEs en t-i en quien yo deber-ia
creer?”.
323 031 Entonces, -alguien- lanz-o lo que llamamos un llaullaya.
323 032 Don Crist-obal no sab-ia si era el demonio o si era de parte de Dios que hab-ia
sido lanzado.
325 033 Sin otra protecci-on que el llaullaya, retrocedi-o desde esa casa hasta la otra
esquina donde est-a la casa del conde; as-i consigui-o huir.
325 034 Fue entonces cuando despert-o.
325 035 Desde esa -epoca hasta hoy -Don Crist-obal- continu-o venciendo a los dem-as
huacas, de la misma manera, en sus sue-nos; much-isimas veces venci-o tambi-en a
Pariacaca y a Chaupi-namca. Y a la gente le segu-ia diciendo que -estos eran demonios.
325 036 Esto es todo lo que sabemos sobre este demonio malo y las luchas victoriosas
que tuvo Don Crist-obal con -el.
325 037 En los tiempos antiguos, cuando se celebraba la Llegada -de
Llocllayhuancupa-, los hombres que participaban -en el rito- bailaban hasta la puesta del
sol.
325 038 Cuando ya se acercaba la noche, su sacerdote dec-ia: “Nuestro padre ya est-a
borracho; |Gque baile!” y bailaba en su lugar el baile llamado Ina.
325 039 “Nuestro padre os convida” dec-ia y tra-ia -chicha- en un quero min-usculo.
327 040 ((Pon-ia otro en una olla que se encontraba en el interior -del santuario (?)-))
diciendo : “Es -el quien bebe”.
327 041 /Sabemos que/ hac-ia beber a todos -los presentes- empezando por los m-as
ancianos.
327 042 (Adici-on al margen: /Se dice que,/ cuando terminaba de servirles -la chicha-,
llevaba el mate, en el que el demonio hab-ia bebido, afuera a los que hab-ian sido
convidados para que lo adorasen).
327 043 A la ma-nana siguiente, hac-ia llevar lo que quedaba de las ofrendas de comida
hacia Suquiahuillca.
327 044 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos, los que participaban en la ceremonia de
la Llegada llevaban -estas ofrendas al santuario- mismo de Suquiahuillca.
327 045 /Sabemos que,/ despu-es -de la llegada de los huiracochas (?)-, cada uno por su
lado, al terminar de ofrendar comida a Llocllayhuancupa, lo hac-ia a Suquiahuillca
tambi-en.
327 046 Vamos a escribir enseguida sobre las ofrendas de comida que hac-ian a
Suquiahuillca y -a explicar- por qu-e lo hac-ian; al mismo tiempo -hablaremos de-
Pachacamac.
329 001 Cap-itulo 22.
329 002 No sabemos muy bien si los ingas ten-ian en gran estima a Pachacamac.
329 003 Sabemos s-olo algunos -detalles-.
329 004 /Se dice que,/ cuando los ingas estaban en las tierras altas, celebraban el culto
del sol al que adoraban en -su santuario de- Titicaca diciendo: “Es -este quien nos ha
animado a nosotros los ingas”.
329 005 Cuando estaban en las tierras bajas, adoraban a Pachacamac diciendo: “Es
-este quien nos ha animado a nosotros los ingas”.
329 006 S-olo a estos dos huacas adoraban por encima de todos los dem-as enriqueciendolos
y embelleci-endolos -con sus ofrendas- de plata y oro; dispon-ian a varios
centenares de hombres -para servirles- como yanas y colocaban las llamas -dedicadas a
su culto- en las tierras de todas las comunidades.
329 007 En Suquiahuillca tambi-en eran criadas estas llamas -dedicadas al culto- de
Pachacamac por hombres de la comunidad de los checa.
331 008 He aqu-i lo que pensamos: los ingas cre-ian que los l-imites de la tierra se
encontraban en Titicaca y, por la parte del mar, en -las tierras de- los pachacamac; m-as
all-a no hab-ia otras tierras; ya no hab-ia m-as nada.
331 009 Era quiz-a a causa de esta creencia que adoraban a estos dos huacas m-as que a
todos los dem-as y levantaron -una imagen del- sol en las proximidades de Pachacamac
de Abajo.
331 010 Y hasta hoy, se llama ese lugar Punchaucancha (cancha del sol).
331 011 Todos los a-nos le ofrec-ian un capac hucha -sacrific-andole- gente -de todas
las provincias- del Tahuantinsuyo, mujeres y hombres.
331 012 Cuando llegaban a Pachacamac, enterraban vivas -a las v-ictimas de- ese capac
hucha diciendo: “Helos aqu-i; te los ofrezco, padre”.
331 013 De la misma manera, -le ofrec-ian- oro y plata y no dejaban -de sacrificarlellamas
y de hacerle ofrendas de bebida y comida en la -epoca de la luna llena.
333 014 Cuando no llov-ia en las tierras de los checa conforme a las instrucciones del
inga los yuncas enviaban su tributo anual de oro y plata junto con ofrendas de chicha y
de ticti a Suquiahuillca.
333 015 Y los yuncas ofrec-ian -este sacrificio- a Suquiahuillca dici-endole: “Es el
padre Pachacamac quien nos env-ia; haz llover sobre la tierra; si no sale el agua de esta
laguna, todos los hombres sufriremos por -falta de- agua; llueve pues; por esto
venimos”.
333 016 Y todos los a-nos enterraban en la proximidad de Suquiahuillca la plata y el
oro que hab-ian tra-ido.
333 017 Y sus yanas eran del ayllu de los yasapa, y los pastores de sus llamas eran -del
ayllu- de los allauca.
333 018 A prop-osito de estos yasapa, /se dice que,/ despu-es, cuando ya estaban -aqui-
los huiracochas un hombre llamado Paicocasa los vio enterrar oro y plata.
333 019 De la misma manera, los ingas mandaban ofrendar, conforme a sus quipus, su
oro y su plata a todos los huacas, a todos los huacas de gran prestigio, a todo el conjunto
de los huacas.
335 020 Conforme a sus quipus, les mandaban ofrendar chuqui auqui y cullqui auqui
–por chuqui entendemos “oro”–, y tambi-en chuqui urpu y cullqui urpu, y chuqui tipsi
y cullqui tipsi.
335 021 No olvidaban ni a uno solo de los grandes huacas.
335 022 Tomando esto en consideraci-on, los que participaban en la Llegada de
Llocllayhuancupa, al d-ia siguiente hac-ian ofrendas de comida a Suquiahuillca puesto
que -este era venerado por sus se-nores (|Clos Incas?).
335 023 Esto es todo lo que sabemos sobre Pachacamac.
335 024 La gente dec-ia a prop-osito del que hace temblar la tierra: “Cuando se
encoleriza, -la tierra- tiembla; a veces, cuando mueve su cara a un lado, tiembla; -por
eso-, no mueve su cara en absoluto; si moviera todo su cuerpo, el mundo acabar-ia”.
337 001 Cap-itulo 23.
337 001 Vamos a describir aqu-i -c-omo- el inga mand-o llamar a todos los huacas;
tambi-en hablaremos de las luchas de Macahuisa.
337 002 /Se dice que,/ cuando Tupac {inga} Yupanqui se-noreaba y hab-ia ya
conquistado todos los pa-ises, descans-o varios a-nos con gran regocijo.
337 003 Entonces algunas comunidades se sublevaron.
337 004 Los alancumarca, los calancomarca y los choquemarca no quer-ian ser subditos
del inga.
337 005 Lograron atraer a su causa a varias huarangas de hombres y juntos guerrearon
durante unos doce a-nos.
337 006 Como aniquilaban a todas -las fuerzas- que enviaba contra ellos, el inga estaba
muy afligido y, lament-andose mucho, se pregunt-o: “|CQu-e va a ser de nosotros?”.
339 007 Entonces, un d-ia pens-o: “|CPara qu-e sirvo a estos huacas con mi oro, mi
plata, mi ropa, mi comida y todo lo que poseo? A ver, voy a mandar llamar a todos ellos
para que me ayuden contra los enemigos”. As-i, mand-o convocar -a los huacas- de
todas las comunidades que recib-ian oro y plata para que viniesen -a Cusco-.
339 008 -Los huacas- aceptaron y se pusieron en marcha.
339 009 Pachacamac vino -transportado- en una litera; de la misma manera, todos los
huacas locales de todo el Tahuantinsuyo -vinieron transportados- en literas.
339 010 Cuando ya todos los huacas locales hubieron llegado al Haucaypata, Pariacaca
todav-ia no hab-ia llegado.
339 011 Segu-ia respondiendo como si no lograra decidirse si ir-ia o no.
339 012 -Finalmente,- Pariacaca envi-o a su hijo Macahuisa dici-endole: “Ve t-u y
despu-es de haber escuchado -lo que dicen- vuelve”.
339 013 Cuando -Macahuisa- lleg-o, -hizo despositar- sus andas -que eran del tipollamado
Chicsirampa y se sent-o a un lado.
341 014 El inga empez-o a hablar. “Padres”, les dijo “huacas y huillcas, ya sab-eis como
yo os sirvo de todo coraz-on con oro y con plata; |Ces posible que vosotros no me
ayud-eis a m-i, que os sirvo -con tanta generosidad-, ahora que estoy perdiendo tantas
huarancas de mis hombres? Por este motivo os he hecho convocar”.
341 015 Ninguno de ellos contest-o.
341 016 Al contrario, permanecieron en silencio.
341 017 Entonces, de nuevo el inga les dijo: “|GHablad! |CEs posible que permit-ais
que los hombres que han sido animados y hechos por vosotros sean aniquilados en la
guerra? Si no quer-eis ayudarme, |Gen este mismo instante os har-e quemar a todos! |
CPara qu-e pues os sirvo y embellezco envi-andoos todos los a-nos mi oro y mi plata,
mis comidas, mi bebida, mis llamas y todo lo dem-as que poseo? Entonces, |Cno me
ayudar-iais despu-es de haber escuchado todas estas mis quejas? Si me neg-ais -vuestra
ayuda-, ahora mismo arder-eis!”.
343 018 Entonces, Pachacamac empez-o a hablar: “Oh Inga sol, yo no propongo nada
puesto que suelo hacer temblar la tierra entera con todos vosotros juntos. En efecto, no
s-olo aniquilar-ia al enemigo sino que acabar-ia con todos vosotros y el mundo entero
tambi-en. Por eso me quedo callado”.
343 019 Como todos los dem-as huacas se callaron, Macahuisa empez-o a hablar: “Oh
Inga sol, yo voy a ir all-a. T-u permanecer-as en las proximidades en una tienda bien
instalada y se-nalada; en un m-inimo de tiempo voy a conquistarlos para t-i”.
343 020 Mientras Macahuisa hablaba, llacsa llacsa soplaba de su boca como si fuera
humo que saliera -de ella-.
343 021 En aquel entonces, llevaba una antara de oro.
343 022 Su pincullu tambi-en era de oro.
343 023 Llevaba un chumpruco en la cabeza; su pusuca era de oro y su cusma negra.
343 024 Dieron a Macahuisa para su viaje una litera de las que se llaman Chicsirampa
y que pertenec-ia al inga mismo.
345 025 Fueron escogidos por el inga unos callahuaya, todos muy fuertes.
345 026 Estos hombres lo hicieron llegar -a su destino- en unos pocos d-ias s-olo
siguiendo un camino que, normalmente, necesitar-ia varios para recorrerlo.
345 027 Eran -estos los que llevaron, los que transportaron a Macahuisa en su litera
hasta el enemigo.
345 028 Lo transportaron hasta -la cima de- un cerrito; all-i Macahuisa, el hijo de
Pariacaca, comenz-o, poco a poco, a caer -en forma de- lluvia.
345 029 Los hombres de las comunidades -rebeldes- empezaron a organizarse preguntandose
qu-e podr-ia significar este -fen-|momeno-.
345 030 -Atac-andoles- con sus rayos, aument-o la lluvia y as-i cre-|mo quebradas por
todas partes y arrastr-o a los miembros de todas estas comunidades con sus aguas
torrenciales.
345 031 Aniquil-o a los curacas principales y a los hombres valientes con sus rayos.
345 032 S-olo una parte de la gente com-un se salv-o.
345 033 Si hubiera querido habr-ia aniquilado a todos.
345 034 As-i, despu-es de haber venicido a todos los dem-as los persigui-o hacia el
Cusco.
347 035 Desde esa -epoca, el inga apreci-o todav-ia m-|mas a Pariacaca y le otorg-o
cincuenta yanas.
347 036 “Padre Macahuisa”, le dijo -al huaca victorioso- “|Cqu-e voy a darte? Pide todo
lo que quieras. No ser-e avaro”. El otro le respondi-o: “Yo no deseo nada excepto que te
hagas huacsa -y celebres mi culto- como lo hacen nuestros hijos de Yauyos”. El inga
acept-o -pero- temi-endolo mucho quiso ofrecerle todo lo que pudiera para que no lo
aniquilara a -el tambi-en.
347 037 As-i mand-o que se le ofrendara comida, -pero Macahuisa- le dijo: “Yo no
suelo comer estas cosas” y le pidi-o que le trajera mullo.
347 038 Al recibirlo, inmediatamente lo comi-o haci-endolo crujir.
347 039 Como no deseaba nada, -el inga- mand-o que le entregaran sus -nustas,
-escogi-endolas entre las- i-nacas. A -estas tampoco las acept-o.
347 040 As-i, otra vez, Macahuisa volvi-o para cont-arselo todo a su padre Pariacaca.
349 041 Desde entonces, y hasta mucho tiempo despu-es, los ingas tambi-en eran sus
huacsas en Jauja donde bailaban teni-endolo en gran estima.
349 042 Poco antes cont-abamos c-omo todos estos huacas se juntaron en el Cusco en
-la plaza del- Haucaypata.
349 043 Entre todos, el m-as hermoso era Sihuaca-na Huillcacoto.
349 044 De todos los huacas, ninguno pod-ia igualarlo en belleza.
349 045 Eso es todo lo que sabemos sobre ellos.
351 001 Cap-itulo 24.
351 001 Vamos a describir aqu-i las tradiciones de los checa, -la fiesta- llamada
Macuayunca y sus bailes; a continuaci-on -hablaremos- del origen de los hombres.
351 002 Ya, en los otros cap-itulos, cuando habl-abamos de los hijos de Pariacaca,
hicimos tambi-en una breve referencia a su nacimiento.
351 003 He aqu-i la historia de su nacimiento, de su origen.
351 004 Algunos hoy cuentan que, /seg-un la tradici-on,/ -existe- en la regi-on de
Pariacaca de Arriba un -arbol llamado qui-nua; hasta hoy lleva este mismo nombre de
qui-nua.
351 005 /Seg-un -estos,/ los hombres tuvieron su origen en los frutos de -este- -arbol.
351 006 Otros hombres cuentan que, /seg-un otra tradici-on,/ cay-o sangre del cielo.
351 007 Lleg-o al suelo en el lugar llamado Huichicancha en el -mismo- territorio
donde -crece- el -arbol qui-nua.
353 008 Entonces Co-nasancha de los allauca, Yurinaya de los satpasca, Chupayacu de
los sullcpachca, Pacomasa de los yasapa y Chaucachimpita de los muxica establecieron
comunidades -aqu-i-.
353 009 /Sabemos que/ los huarcancha y los llichiccancha eran los ya-nca de los
cacasica.
353 010 /Se dice que/ -estos, los verdaderos fundadores de esta comunidad eran
yuncas.
355 011 Los dem-as cacasica y morales, as-i como los antepasados de los canchapaycu,
eran yauyos.
355 012 Su lugar de origen se llama Maurura -y se encuentra- en la direcci-on de
Ayahuire.
355 013 Estos -yauyos-, vagando como n-omadas, se casaron con las hermanas de los
huarcancha y, como deseaban establecerse en las tierras de sus cu-nados y mantener
relaciones armoniosas con -estos, se quedaron en este pa-is.
355 014 Cuando iban a adorar a Pariacaca, –como sus cu-nados y todos los checa los
despreciaban llam-andolos: “Yauyos vagabundos”– segu-ian siempre a los dem-as
qued-andose, muy lejos, atr-as.
355 015 Sufr-ian mucho por este desprecio y, durante muchos a-nos, iban siempre detras
-de los otros-.
355 016 Una vez, le contaron a Pariacaca dici-endole: “Padre, estos -nuestros cu-nadosy
los checa nos tratan con mucho desprecio; somos animados por ti aunque seamos
yauyos”. Y, al cont-arselo, lloraron mucho.
357 017 Entonces, -Pariacaca- les dijo: “Hijos, |Gno est-eis tristes! Llevad este
chunculla de oro; llev-andolo en las manos bailar-eis en el lugar llamado Pococaya en
Llacsatambo. Cualquier hombre, -que vea eso,- os venerar-a mucho por ser tan queridos
por Pariacaca. Entonces ya no os despreciar-an tanto”. Con estas palabras, prescribi-o
-su suerte-.
357 018 Entonces, cuando estos yauyos llegaron detr-as de todos los checa, llevando el
chunculla de oro con gran regocijo, los dem-as hombres los veneraron.
357 019 Al d-ia siguiente, bailaron en la pampa llevando el chunculla de oro, venerados
por todos.
357 020 Otros cuentan que, /seg-un la tradici-on,/ en los tiempos muy antiguos, -la
gente- sol-ia hablar con Pariacaca de noche, ofrend-andole llamas y otras cosas.
357 021 Cada ayllu iba -a adorarlo- por turno.
357 022 -Una vez,- a-un hablando con gran desprecio, decidieron que los n-omadas
yauyos tambi-en deb-ian llevarle -sus ofrendas-.
357 023 Llegaron al -santuario de- Pariacaca al salir el sol.
359 024 All-i se lamentaron mucho y Pariacaca les dijo: “|CPor qu-e est-ais tan tristes,
oh Antacapsi?”.
359 025 Su nombre antiguo hab-ia sido Pacuyri.
359 026 Entonces les regal-o -el chunculla de oro- dici-endoles: “Llevaos este
chunculla de oro; cuando la gente vea eso, ya no os despreciar-a”.
359 027 Una vez, yendo de nuevo a adorar a Pariacaca, llevaban consigo el chunculla
de oro.
359 028 Al atravesar un r-io llamado Pariayri lo dejaron caer.
359 029 Entonces, sin ahorrar esfuerzos, lo buscaron por arriba y por abajo.
359 030 Como no apareci-o, fueron sin -el hacia -el santuario de- Pariacaca.
359 031 Al d-ia siguiente, cuando llegaron all-i, el chunculla de oro estaba enhiesto al
lado de Pariacaca.
361 032 Entonces, llorando se lo pidieron de nuevo, pero esta vez no consinti-o. Les
reprendi-o muy severamente diciendo: “No era -un trofeo- que hubierais tra-ido de la
guerra para ostentarlo as-i por todos lados y hasta traerlo aqu-i para mostrarlo al que os
anim-o, al que os hizo!”.
361 033 Con gran llanto le suplicaron: “Padre, |Ces necesario que suframos tal verg-|
ruenza? Te rogamos que nos lo devuelvas o que nos des otra cosa en su lugar”. -Al
final- les dijo: “Hijos, regresad; voy a d-aroslo en la fiesta de mi hermana Chaypinamca:
esperad esta fecha”.
361 034 As-i volvieron -a sus casas-.
361 035 Mantuvo su palabra y en la fiesta de Chaupi-namca apareci-o un gato mont-es,
todo muy hermosamente pintado, encima de la pared de su cancha.
361 036 Al verlo, dijeron: “Esto es de lo que Pariacaca nos habl-o” y, regocij-andose,
lo agarraron y bailaron llev-andolo en sus manos.
361 037 /Sabemos que/ Hernando Canchohuillca, que reside en Tumna, lo guardaba.
361 038 Pero /se dice que/ ya estaba completamente podrido.
361 039 Ya hemos hablado del origen de los hombres.
363 040 Sin embargo, /cuentan que/ -estos que hemos mencionado eran hijos de
Tutayquire.
363 041 /Lo cierto es que/ los dem-as salieron de las frutas de un -arbol.
363 042 A prop-osito del que llamamos Tutayquire, /se dice que/ naci-o en
Huichicancha.
363 043 /Sabemos que/ fue -el quien tambi-en vino a luchar contra las comunidades de
estas tierras con la intenci-on de asentar aqu-i a sus hijos.
363 044 Como contamos en los otros cap-itulos, -en estas tierras- abundaban los
yuncas; -los hijos de Tutayquire-, expulsando a los yuncas, empezaron a atribuir a cada
ayllu sus chacras, sus casas, sus huacas locales y el nombre -que iba a llevar (?)-.
363 045 Los nombres respectivos de cada ayllu eran: allauca, satpasca, posaquine,
muxica, cacasica y sulcpachca yasapa.
363 046 Por yasapa queremos decir “platero”.
365 047 Eran plateros.
365 048 Ellos tambi-en llevan un nobre -especial que corresponde a su ayllu-; igual los
otros ayllus.
365 049 Entonces, distribuyeron entre ellos los huacas locales, empezando por los
allauca.
365 050 Los allauca recibieron a Macacalla.
365 051 /Sabemos que/ los satpasca recibieron a Quimquilla.
365 052 /Se dice que/ Quimquilla, que era un curaca huaca, era el m-as estimado de
todos.
365 053 Los sulcpachca yasapa recibieron al huaca llamado Ricrahuanca.
365 054 /Sabemos que/ los muxica recibieron a Quiraraya.
367 055 /Eran/ los cacasica quienes recibieron al huaca Llucmasuni.
367 056 En lo tocante a los huanri y los chauti, eran ellos mismos miembros de estas
comunidades desde los tiempos antiguos.
367 057 Ya hemos narrado en otro cap-itulo c-omo adoraban a Tutayquire.
367 058 /Se dice que,/ cuando Tutayquire acab-o sus conquistas –como ya
contamos–, sus hijos vinieron aqu-i. -Aqu-i tambi-en- celebraban el bile llamado
Masoma -que cuenta la tradici-on- de su origen de la misma manera que, -antes- lo
celebraban en Huichicancha.
369 059 El que llamamos -Namsapa hab-ia sido un hombre.
369 060 M-as tarde, al -huaca- mismo se lo llev-o el inga.
369 061 Entonces fabricaron otro -huaca- para ser su teniente.
369 062 /Sabemos que/ a -ese el Se-nor Doctor se lo llev-o.
369 063 /Se dice que,/ cuando -Namsapa era un hombre, llevaba quinsayrinri en las
orejas y canachyauri (?) en las manos.
369 064 En los tiempos antiguos -estos eran ricamente decorados con oro.
369 065 Fue tambi-en el inga quien se llev-o este oro.
369 066 Lo que llamamos el quillcascaxo era su vara.
371 067 Y el caracol llamado coricaquia lleg-o con -el.
371 068 De -el, dec-ian: “Es -el nuestro origen; fue -|mel quien primero vino a estas
tierras y se apropi-o de ellas”. Por eso le recortaron el rostro -y, transform-andolo en mascara,
se lo colocaron encima de los suyos- y bailron disfrazados as-i.
373 069 Despu-es, cuando capturaban -a alguien- en la guerra, le recortaban el rostro
-y, transform-andolo en m-ascara,- bailaban llev-andolo. Dec-ian que de esto derivaba
su valent-ia.
373 070 Y los hombres mismos que hab-ian sido capturados en la guerra, sol-ian decir:
“Hermano, ahora me matar-as. Yo he sido un hombre animado con grandes poderes.
Har-as de m-i un huayo y, cuando est-e por salir a la pampa, me ofrendar-as buenas
cantidades de comida y bebida”.
373 071 Respetando estas palabras, -la gente- ofrendaba comida y bebida a los dem-as
huayos dici-endoles: “Hoy d-ia bailar-|mas conmigo en la pampa”.
373 072 /Sabemos que/ transportaban a estos huayos (|Clos hombres que llevaban las
m-ascaras?) en literas durante dos d-ias.
373 073 Al d-ia siguente, colgaban -en las literas (?)- ma-iz, papas y cualquier otro tipo
de ofrenda.
375 074 /Se dice que/ cre-ian que Omapacha regresar-ia al lugar de su nacimiento
llevando las ofrendas que hab-ian colgado all-i.
375 075 Sol-ian contar tambi-en otras variantes -de esta tradici-on-, desarrollando su
relato de otra manera.
375 076 /Sabemos que,/ en su fiesta, celebraban un baile que duraba cinco d-ias, los
allauca hac-ian lo mismo.
377 077 /Se cuenta a prop-osito de/ este Chutacara –llamado tambi-en Omapacha– que
-el mismo vino con los dem-as -hombres- de Huichicancha.
377 078 Tambi-en hab-ia sido un hombre; -despu-es- se transform-|mo en piedra.
377 079 Cuando era hombre llevaba una huaraca.
377 080 Y esa su huaraca –y las -huaracas- que tienen la apariencia de p-ajaros– son
sus huisas.
377 081 Cuando -Chutacara (?)- sopl-o el huanapaya, los huacas locales repartieron a
las llamas.
377 082 As-i fue su origen.
377 083 A causa de-l origen de- estas llamas, -la gente- guardaba los dem-as
huanapayas.
379 084 /Sabemos que/ -estos eran -los ritos- que celebraban los allauca en la fiesta de
Chutacara.
379 085 /Tambi-en es cierto que/ cualquier hombre de los checa o de los concha que
lleva en sus manos -uno de- estos caracoles (los huanapayas) es un propietario de
llamas.
379 086 Celebraban estos bailes que acabamos de mencionar una sola vez al a-no
durante dos a-nos.
379 087 Quiere decir que durante estos dos a-nos /seg-un cuentan,/ bailaban s-olo dos
veces.
379 088 Entonces, durante los dos a-nos -que segu-ian-, se celebraba un baile llamado
Macua.
379 089 Este, del cual hemos hablado antes, lleva un nombre yunca.
379 090 En la -epoca del Macua, tambi-en se bailaba dos a-nos -seguidos-.
381 091 Trenzaban (?) una variedad de ichu llamada chupa; -luego- ataban una gran
cantidad de palos y all-i -…(?)- dos.
381 092 Estos ten-ian siete brazos y medio de alto
381 093 y f-acilmente, dos brazos de ancho.
381 094 Pon-ian paja de una variedad llamada casira —esta tiene una ra-iz de un rojo
muy vivo– sobre su cabza para representar la cabella.
381 095 Cuando terminaban de preparar -las dos estatuas (?)-, a una le colocaban la senal
del var-on que llaman yomca.
381 096 A la otra, colocaban la se-nal de la mujer llamada huasca.
381 097 /Sabemos/ que enseguida todos se vest-ian con ropa fina y lo que llaman
tamtas y empezaban -a competir- arrojando
383 098 -un objeto- llamado huichco.
383 099 El d-ia anterior todos iban a sus caullamas.
383 100 Llevaban a sus llamas adornadas con campanillas y con zarcillos, como lo hacian
cuando las llevaban a Pariacaca.
383 101 /Se dice que/ todos iban a Chaucalla y al cerro de los Tambosica llamado Curi,
cada uno donde sus caullamas.
383 102 Cuando -estos iban a sus caullamas, hac-ian resonar sus caracoles soplandolos.
383 103 /Sabemos que,/ por ese motivo, cada uno de -estos- hombres y tambi-en las
otras personas que los encontraban -por el camino- llevaban estos caracoles en sus
manos.
383 104 Entonces, /se dice que/ enderezaban a las dos -estatuas (?)- que llamamos
chutas y empezaban a arrojar -el huichco-.
385 105 Mientras arrojaban -el huichco- –cada ayllu lo hac-ia por turno– las mujeres,
sin tambores, bailaban para ellos y recitaban -el rezo siguiente a la intenci-on del yomca
(?)-: “|GRecibe esto de parte de tus pobres hijos!”; -despu-es,- repet-ian las mismas
palabras al huasca: “|GRecibe esto de parte de tus pobres hijos!”.
385 106 Cuando los que arrojaban -el huichco- alcanzaban la cabellera del chuta, los
hac-ian subir –quienes quiera que fuesen– al lugar m-as alto de la asamblea, encima de
los dem-as ayllus.
385 107 Entonces, tra-ian un ala de huacamayo o alg-un otro objeto al ya-nca -del ayllu
victorioso (?)-.
385 108 /Sabemos que,/ posteriormente, el ya-nca de los checa se llam-o Mart-in
Misayauri y el de los allauca, el fallecido Juan Chumpiyauri.
385 109 /Se dice a prop-osito de/ estos ya-ncas que, cuando un ayllu acababa su turno,
sub-ian a la chuta llevando el ala de huacamayo llamada puypu.
385 110 Sacaban -el huichco- de cualquier sitio que hubiera alcanzado y se-nalaban el
lugar con el puypu.
385 111 Cuando le tocaba el turno a otro ayllu hac-ian lo mismo, y as-i con todos los
dem-as.
387 112 Entonces, arrojaban -el huichco- contra el huasca a fin de obtener hijas y toda
clase de comida; enseguida, lo arrojaban contra el yomca para obtener hijos, chahuar y
todo lo necesario para su subsistencia.
387 113 Al acabar de arrojar -el huichco- contra los dos chutas, los que hab-ian
alcanzado los ojos y el cabello ofrec-ian llamas al ya-nca pidi-endole que intercediera
ante Omapacha por ellos.
387 114 Los propietarios de llamas no se llevaban consigo una gran cantidad de estas
sus llamitas.
387 115 S-olo los que hab-ian sido nombrados ya-ncas se llevaban y se com-ian todas
sin importar cu-antas hubieran sido.
387 116 /Sabemos que,/ al d-ia siguiente, muy temprano, todos se dirig-ian hacia -el
santuario de- Quimquilla.
387 117 /Cuentan que/ este huaca que llamamos Quimquilla pose-ia una gran cantidad
de llamas y todas las dem-as cosas –utiles para la supervivencia de los hombres-.
389 118 Para conseguir su favor, todos los hombres incluso los allauca hac-ian un
peregrinaje -a su santuario-; “All-i pediremos nuestras llamas” dec-ian.
389 119 A fin de realizar eso, llevaban una peque-na cantidad de su ticti, chicha y coca
y hac-ian sonar sus huanapayas por todo el camino
389 120 El primer d-ia, los huichucmari y todos los satpasca y los sulcpachca yasapa
bailaban dentro del -santuario- mismo de Quimquilla, sacrific-andole sus llamas con la
esperanza de prosperar.
389 121 Despu-es, bajaban de nuevo a la pampa que se encuentra por encima -del
santuario- de Quiraraya.
389 122 El nombre de esta pampa es Huaracaya.
389 123 Aqu-i alzaban el yomca y el huasca como hab-ian hecho en Llacsatambo.
391 124 Hac-ian lo mismo con el chuta.
391 125 Compet-ian arrojando -el huichco- para obtener llamas, llamas machos y
hembras.
391 126 Cuando acababan, de la misma manera que lo hab-ian hecho en Llacsatambo,
daban sus llamas a los ya-ncas pidi-endoles que adorasen por ellos; as-i -cre-ian que su
suerte- iba a ser buena.
391 127 Despu-es, regresaban aqu-i; ven-ian todos juntos, jalando a sus llamas
adornadas con campanas exactamente como hab-ian hecho cuando se dirig-ian -al
santuario- de Quimquilla.
391 128 Llaman a esta -orocesi-on- Carcocaya.
391 129 /Seg-un la tradici-on,/ dec-ian que esta manera lenta de caminar, movi-endose
apenas, representaba el rodeo de un huaroca.
391 130 Caminaban rodeando el huaroca y soplando sus huanapayas.
391 131 Esto es todo lo que sabemos.
393 132 A prop-osito de la Macua, sabemos que una parte de la gente /citando la
tradici-on/ dice que los yuncas que se encontraban en Llacsatambo eran mutucayas; los
dem-as /citando -otra- tradici-on/ dicen que eran collis.
393 133 Sin embargo, los colli, de los cuales hemos hablado, resid-ian en Yarutine.
393 134 Enseguida vamos a escribir sobre su pasado.
395 001 Cap-itulo 25.
395 001 Vamos a describir aqu-i c-omo el viento se llev-o a los hombres llamados
colli desde Yarutine hacia las -tierras- yuncas de abajo.
395 002 /Se dice que/ los miembros de la comunidad llamada colli resid-ian en
Yarutine.
395 003 Un d-ia Pariacaca lleg-o a su pueblo mientras estaban celebrando una
borrachera.
395 004 Sent-andose aparte, como hacen los hombres muy pobres, Pariacaca se qued-o
all-i.
395 005 Nadie quiso ofrecerle de beber.
395 006 Un solo hombre le convid-o.
395 007 A -este, Pariacaca le pidi-o que le sirviera otra vez.
395 008 Le sirvi-o de nuevo.
395 009 Entonces, le pidi-o que le diera coca para mascar.
395 010 Esta vez tambi-en cumpli-o con su pedido.
395 011 Entonces -Pariacaca- le dijo: “Hermano, en cualquier momento que yo venga
aqu-i -de nuevo-, te vas a agarrar a este -arbol. Pero no digas nada a esta gente. |GQue
sigan divirti-endose as-i!”. Con estas palabras, se fue.
397 012 Cinco d-ias despu-es, se levant-o un viento muy fuerte.
397 013 A todos los colli, sin excepci-on, el viento los arremolin-o dos o tres veces y
los llev-o muy lejos.
397 014 Unos, perdiendo sus sentidos, murieron.
397 015 A otros, los -unicos en sobrevivir, -el viento- los transport-o a un cerro en la
direcci-on de Carhuayllo.
397 016 Este cerro se llama Colli hasta hoy.
397 017 /Se dice que/ esta gente -que lleg-o al- cerro se extingui-o.
397 018 Hoy no queda ni uno.
397 019 Entonces, este hombre que hab-ia ofrecido bebida a Pariacaca, obedeci-o las
instrucciones que -este le hab-ia dado y agarr-andose al -arbol, se salv-o.
399 020 Al acabar de llev-arselos a todos, -Pariacaca- le dijo: “Hermano, ahora est-as
completamente solo; aqu-i te quedar-as para siempre; ahora, cuando mis hijos vengan a
adorarme, los huacsas de los Chusco Corpaya siempre te ofrendar-an coca para mascar”.
Y lo convirti-o en piedra dici-endole: “Y tu nombre ser-a Capac Huanca”.
399 021 Cuando lleg-o el Se-nor Doctor -de- Avila al lugar mismo -donde se
encontraba este huaca-, junto con otros hombres lo quebr-o.
399 022 Despu-es, lo ech-o abajo.
399 023 Esto es todo lo que sabemos sobre los colli.
399 024 Siguiendo las instrucciones -de Pariacaca-, todos los a-nos los huacsas
ofrendaban coca -a Capac Huanca-.
401 001 Cap-itulo 26.
401 001 Como Pariacaca venci-o a Macacalla y despu-es asent-o a sus hijos -en su
lugar-.
401 002 Sabemos bien que el -huaca- que llamamos Macacalla estaba en un cerro, en
las alturas de San Dami-an.
401 003 /Se dice que/ la comunidad establecida en el cerro de Macacalla y protegida
por este huaca se llamaba pichcamarca (las cinco comunidades o los cinco
asentamientos).
401 004 /Sabemos que/ tambi-en resid-ian all-i -miembros del ayllu de los- sutca.
401 005 Un d-ia, cuando los miembros de esta comunidad estaban celebrando una
borrachera, lleg-o Pariacaca a su pueblo.
401 006 Se qued-o sentado aparte.
401 007 Mientras estuvo as-i, no hubo nadie que le convidara a beber.
401 008 Se encoleriz-o y, cinco d-ias despu-es, aniquil-|mo a aquella comunidad
levant-andose -bajo la forma de un temporal de- lluvia roja y amarilla.
403 009 /Sabemos que/ otros cuentan una historia diferente. /Dicen que,/ un d-ia,
algunos miembros de esta comunidad jugaban a rihui; otros beb-ian.
403 010 Mientras estaban ocupados as-i, una peque-na nube apareci-o encima del cerro
que domina Canlli.
403 011 Entonces, poco a poco, cay-o lluvia, lluvia roja.
403 012 Adem-as hubo rayos.
403 013 Toda la gente tuvo miedo y, por no estar acostumbrada a ver cosas as-i, se
preguntaba qu-e pod-ia ser.
403 014 Algunos, creyendo que se trataba de enemigos, se prepararon para defenderse.
403 015 Otros huyeron.
403 016 Hab-ia un hombre llamado Armicu.
403 017 Ese ten-ia muchos hijos; corri-o detr-as de sus hijos dici-endoles: “|GVamonos!
Vamos a morir en nuestra chacra”, y as-i huyeron hacia su chacra.
405 018 Cuando llegaron a la chacra, -Pariacaca- los convirti-o a todos en piedra.
405 019 Este -hombre- convertido en piedra est-a a-un all-i con sus hijos,
transformados en piedra, semejantes a seres humanos.
405 020 La gente sigue llam-andolo Armicu.
405 021 A prop-osito de los otros que hu-ian, en el momento mismo en que la lluvia
roja alcanzaba a cualquiera de ellos, se convert-ia en piedra.
405 022 De la misma manera, aquellos hombres que hab-ian quedado en Macacalla se
convirtieron todos en piedra.
405 023 Un hombre del ayllu de los sutca com gran llanto dijo: “|CNo puedo hacer yo
otra cosa que abandonarte as-i, padre y protector de nuestra comunidad, Macacalla? Ya
estoy a punto de irme. No me queda en absoluto ninguna fuerza que me permita realizar
este milagro”. Mientras hablaba, la cabeza de Macacalla cay-o a sus pies.
405 024 En seguida, la alz-o y, muy r-apidamente -ech-o a volar- en forma de halc-on y
huy-o llev-andola.
407 025 Este hombre era un camasca muy poderoso.
407 026 Este -huaca- Macacalla ten-ia cabeza, pies y manos como un ser humano.
407 027 Despu-es de haber huido llevando consigo la cabeza -de Macacalla-, -estehombre
multiplic-andose se estableci-o en Llantapa sobre cinco cerros.
407 028 Llamamos a estos cerros donde estableci-o su comunidad Pichcamarca.
407 029 /Se dice que/ la cabeza de Macacalla permanece hasta hoy en Pichcamarca.
407 030 Por estar -su comunidad- protegida por Macacalla, dan a sus hijos primogenitos
el nombre de Canricha.
407 031 Y los allauca, -otra comunidad- protegida por Macacalla, tambi-en llaman
Canricha -a sus hijos primog-enitos-, como los pichcamarca.
407 032 Despu-es vino Tutayquire y los conquist-o.
409 033 Entonces, los ayllus llamados sutica volvieron a esta regi-on.
409 034 Volvieron con la intenci-on de quedarse -all-i donde estaban- sus chacras, su
tierra y su huaca protector, venerando y honrando a Pariacaca y Tutayquire.
409 035 Ahora bien, /sabemos que/ todos los sutica que viv-ian en este pueblo de San
Dami-an se extinguieron.
409 036 Los -unicos que sobreviven est-an en Sucsacancha y Tumna.
411 001 Cap-itulo 27.
411 001 Vamos a describir c-omo, en los tiempos antiguos, los hombres dec-ian al
morir que iban a volver al cabo de cinco d-ias.
411 002 /Se dice que,/ en los tiempos muy antiguos, cuando un hombre mor-ia,
velaban su cad-aver durante cinco d-ias.
411 003 Entonces, su -anima no m-as grande que una mosca -sal-ia de su cuerpo- y
echaba a volar produciendo un ruido sibilante.
411 004 “Va a ver a Pariacaca, al que nos anim-o, al que nos hizo” dec-ian.
411 005 Seg-un otros, /se dice que,/ en aquella -epoca Pariacaca todav-ia no exist-ia.
411 006 y que -las -animas- s-olo volaban hacia arriba a Yaurillancha.
411 007 (Adici-on al margen) Antes de la aparici-on de Pariacaca y de Carhuincho, los
hombres tuvieron su origen en Yaurillancha y en Huichicancha.
413 008 Despu-es de cinco d-ias sol-ian volver -a sus casas-.
413 009 -Sus familias- los esperaban prepar-andoles comida y bebida.
413 010 Al llegar no dec-ian m-as que “Ya he vuelto” y se regocijaban mucho con sus
padres y sus hermanos dici-endoles: “No voy a morir todav-ia para siempre”.
413 011 En aquella -epoca la gente se multiplic-o mucho.
413 012 Encontraban con duros esfuerzos lo necesario para sustentarse y trabajaban las
crestas y las laderas -de los cerros- para hacer sus chacras viviendo con gran
sufrimiento.
413 013 Ocurri-o que en esa -epoca muri-o un hombre.
413 014 Sus padres, sus hermanos y su esposa lo esperaban el d-ia en que deb-ia llegar,
cinco d-ias despu-es.
413 015 Pero este hombre no lleg-o.
413 016 S-olo al d-ia siguiente, es decir, al sexto d-ia, lleg-|mo.
413 017 Sus padres, sus hermanos y su mujer lo esperaban muy encolerizados.
415 018 Cuando vino, su mujer enojada le dijo: “|CPor qu-e eres tan perezoso? Los
otros hombres llegan sin faltar -a la costumbre-. |CQui-en eres t-u para habernos hecho
esperar ayer en vano?” y le rega-n-o sin parar.
415 019 Enojada as-i su mujer arroj-o una tusa de ma-iz contra el -|manima que
llegaba.
415 020 -El -anima- produjo un ruido sibilante y luego regres-o.
415 021 Desde entonces ya ning-un hombre volvi-o despu-es de morir.
417 001 Cap-itulo 28.
417 001 C-omo daban de comer a las -animas en la fiesta de Pariacaca y c-omo
interpretaban -la fiesta de- Todos -los- Santos en los tiempos antiguos.
417 002 Ya hemos contado en otros cap-itulos c-omo, al ir a adorar a Pariacaca la
gente lloraba y daba de comer a sus muertos.
417 003 /Sin duda,/ por acordarse de estos ritos, los hombres que todav-ia no se hab-ian
vuelto buenos cristianos, dec-ian a prop-osito -de la fiesta- de Todos -los- Santos que
los huiracochas tambi-en ofrec-ian comida de la misma manera -que ellos sol-ian hacera
sus cad-averes y a sus huesos; y as-i, en los tiempos antiguos, llevaban toda clase de
comida, toda muy bien preparada, diciendo: “|GVamos a la iglesia! |GDemos de comer
a nuestros muertos!”.
417 004 As-i, recordando c-omo hab-ia sido en los tiempos antiguos cuando un hombre
mor-ia, dec-ian: “Nuestro muerto volver-a despu-|mes de cinco d-ias; |Gesper-emoslo!”
y as-i lo esperaban.
419 005 Al morir alguien, lo velaban todas las noches durante cinco d-ias.
419 006 Al quinto d-ia, una mujer poni-endose ropa muy fina iba a Yarutine con la
intenci-on de conducir -al muerto- desde all-i -a su casa- o de volver despu-es de
haberlo esperado all-i.
419 007 Entonces esta mujer iba llevando ofrendas de comida y de chicha.
419 008 Al salir el sol, el -anima sol-ia llegar a Yarutine.
419 009 En los tiempos muy antiguos, dos o tres grandes moscas que la gente llama
llacsa anapalla se posaban encima de la ropa (|Cdel muerto?) que -la mujer- hab-ia traido.
419 010 Cuando ya hab-ia permanecido all-i bastante tiempo y el resto de las abejas se
hab-ian ido, dec-ia: “|GVamos al pueblo!” y ven-ia de vuelta llevando s-olo una
piedrecita como si quisiera decir que -esta era -el muerto-.
421 011 Inmediatamente despu-es de la llegada de esta mujer, se limpiaba por
completo su casa (|Cla del muerto?); entonces empezaban a darle de comer -al -anima-.
421 012 Al terminar, le ofrec-ian bebida.
421 013 Cuando el cad-aver hab-ia comido, ellos a su vez com-ian.
421 014 Al acercarse la noche, todos los ayllus bailaban cinco veces llorando.
421 015 Al finalizar este rito, arrojaban la piedra que -la mujer- hab-ia tra-ido a la calle
diciendo: “Ahora vuelve; nosotros todav-ia no vamos a morir”.
421 016 El mismo d-ia hac-ian sortilegios con una ara-na para saber por qu-e su
-pariente- hab-ia muerto.
423 017 Conforme a la respuesta de que se hab-ia ofendido a uno u otro -de los
huacas-, ya fuera Pariacaca o cualquier otro, sacrificaban cuyes u otra cosa hasta
cumplir -con la penitencia impuesta-.
423 018 Esto es todo lo que sabemos sobre esos muertos.
423 019 Ahora, en Huarochir-i o en Quinti, en la -epoca de Todos -los- Santos, suelen
decir: “|GVamos a la iglesia a colocar s-olo -comida- caliente -para nuestros muertos-!”;
cocinan papas as-i como charqui muy bien sazonado con aj-i como si fuera destinado a
ser comido por seres humanos y dejan all-i -estas ofrendas- junto con cancha y carne
cocida y un cantarillo de chicha tambi-en por persona.
423 020 Cuando dejan estas cosas, es quiz-as por pensar que, ((si ellos las se-nalan, los
muertos las comer-an;)) ser-a por eso, que colocan -en la iglesia- toda clase -de comida-,
toda bien caliente.
425 001 Cap-itulo 29.
425 001 -Vamos a contar- c-omo -una constelaci-on- llamada Yacana baja del cielo
para beber agua; hablaremos tambi-en de las otras constelaciones indicando el nombre
de cada una de ellas.
425 002 La -constelaci-on- que llamamos Yacana, el camac de las llamas, camina por
medio del cielo.
425 003 Nosotros los hombres la vemos cuando llega toda negra.
425 004 /Se dice que/ la Yacana anda en medio de un r-io.
425 005 Es de veras muy grande.
425 006 Viene por el cielo poni-endose cada vez m-as negra. Tiene dos ojos y un
cuello muy largo.
425 007 Es -esta -la constelaci-on- que los hombres llaman Yacana.
427 008 /Se dice que/ la Yacana sol-ia beber el agua de cualquier manantial y, si un
hombre en su suerte ten-ia ventura, ca-ia encima de -el.
427 009 Mientras, con su enorme cantidad de lana, aplastaba al hombre, otros hombres
arrancaban su lana.
427 010 Este fen-omeno acontec-ia de noche.
427 011 Al amanecer del d-ia siguiente ve-ian la lana que hab-ian arrancado.
427 012 Esta lana era azul, blanca, negra, parda; hab-ia toda clase de lana mezclada.
427 013 Si no ten-ia llamas, -el hombre afortunado- compraba unas luego y adoraba
esta -lana de la Yacana- en el mismo lugar donde la hab-ian visto y arrancado.
427 014 Compraba una llama hembra y un macho.
427 015 S-olo a partir de estas dos, -sus llamas- llegaban a ser casi dos o tres mil.
427 016 En los tiempos antiguos, esto aconteci-o a much-isimos hombres de todas estas
provincias.
429 017 A media noche, sin que nadie lo sepa, esta Yacana bebe toda el agua del mar.
429 018 De no hacerlo, inmediatamente -el mar- inundar-ia nuestro mundo entero.
429 019 /Sabemos que/ dan el nombre de Yutu (Perdiz) a una peque-na -mancha- negra
que precede a la Yacana.
429 020 /Seg-un la tradici-on,/ la Yacana tiene un hijo.
429 021 Cuando -este mama, -la Yacana- se despierta.
429 022 Tambi-en hay tres estrellas que andan en l-inea recta.
429 023 A -estas les dan el nombre de C-ondor; de la misma manera, -llaman a otras
constelaciones- Suyuntuy (Gallinazo) y Huaman (Halc-on).
429 024 La gente cuenta que cuando -las estrellas- que llamamos las Cabrillas aparecen
todas muy grandes, va a ser un a-no f-ertil para ellos.
431 025 Cuando aparecen todas peque-nas habr-a entonces mucho sufrimiento.
431 026 A otra constelaci-on, que aparece en forma de c-irculo, le dan el nombre de
Pichcaconqui.
431 027 Hay otras estrellas que aparecen todas muy grandes.
431 028 A -estas les dan el nombre de Pocohuarac, Huillcahuarac y Canchohuarac.
431 029 /Se dice que,/ en los tiempos antiguos s-olo una parte de los hombres adoraba
a estas estrellas por creer que animaban y formaban -a los hombres y las cosas-.
431 030 Los dem-as hombres dec-ian a prop-osito de estos huacas que, /seg-un la
tradici-on,/ el hecho de adorarlos ((les har-ia prosperar)). Y as-i adoraban a estas
estrellas permaneciendo sin dormir la noche en que aparec-ian.
431 031 Esto es todo lo que sabemos.
433 001 Cap-itulo 30.
433 001 -Vamos a narrar- c-omo dos huacas, un hombre y una mujer, se encuentran
en la laguna de los allauca en Porui; vamos a describir -su culto-.
433 002 /Se dice que,/ en los tiempos muy antiguos exist-ia un hombre llamado
Anchicara.
433 003 Anchicara vino a sentarse en un manantial llamado Porui -desde donde dirigia-
el agua destinada a las chacras de los allauca.
433 004 Mientras estuvo all-i, -un d-ia- vino una mujer –una mujer -del ayllu de lospicoy–
desde la direcci-on de Surco.
433 005 /Sabemos que/ el nombre de esta mujer era Huayllama.
433 006 /Se dice que,/ cuando Huayllama lleg-o a Porui, dijo a Anchicara: “Hermano,
es muy poca el agua que llega a mi chacra. |CS-olo t-u vas a conducir el agua de aqu-i|C
-Si es as-i-, |Ccon qu-e vamos a vivir nosotros?” Entonces se sent-o en el mismo
manantial.
433 007 Como era una mujer muy hermosa, inmediatamente Anchicara se enamor-o de
ella y la salud-o con palabras muy amables.
433 008 Entonces esta mujer no quiso en absoluto soltar el agua hacia aqu-i.
435 009 As-i, de nuevo, -Anchicara- se dirigi-o a ella con palabras muy amables:
“Hermana, |Gno hagas eso! |CC-omo van a vivir mis hijos?”
435 010 Entonces, vinieron los hijos de Anchicara y -empezaron a- arrojar el agua -del
manantial- hacia Lliuyacocha.
435 011 /Sabemos que,/ un poco m-as abajo de este mismo manantial hay dos pequenas
lagunas que llamamos Lliuyacocha y Tutacocha.
435 012 Dentro de Lliuyacocha se yerguen tres o cuatro peque-nas piedras oblongas.
435 013 Se las llama ‘los hijos de Anchicara’.
435 014 /Se dice que,/ si sus hijos no hubieran seguido arrojando el agua -del manantial
hacia estas lagunitas-, muy poca -agua- saldr-ia -para irrigar nuestras chacras-.
435 015 /Y es cierto que,/ a-un as-i, sale poca.
435 016 /Seg-un cuentan,/ al acabar de discutir -sobre el agua del manantial-,
Anchicara y su mujer Huayllama pecaron.
435 017 Luego, decididos a quedarse all-i para siempre, se convirtieron en piedra.
437 018 Estas piedras permanecen all-i hasta hoy.
437 019 Y sus hijos se encuentran en el interior de Lliuyacocha.
437 020 Esto es todo lo que sabemos de ellos.
437 021 /Cuentan que,/ posteriormente, cuando los huacsas del ayllu de los allauca
hab-ian introducido sus costumbres en estas tierras, al terminar la -epoca de lluvias, iban
hasta Porui para limpiar la acequia.
437 022 Entonces, estos huacsas, no importa cu-antos fueran, al llegar a Lliuyacocha,
soplaban sus antaras y agitaban la superficie de la laguna.
437 023 Despu-es iban a saludar a Anchicara, el distribuidor (?) de las aguas.
437 024 Le dirig-ian algunos rezos breves y s-olo le arrojaban una peque-na cantidad
de coca; despu-es regresaban otra vez a la orilla de la laguna.
439 025 Desde all-i, nuevamente adoraban a Anchicara y, a continuaci-on, a sus hijos,
estos mismos Lliuyacocha y Tutacocha. En los tiempos antiguos lo hac-ian -sacrificandoles-
llamas; despu-es no teniendo llamas, le ofrendaban cuyes, ticti y cualquier otra
cosa.
439 026 Al acabar este rito, todos empezaban a limpiar la acequia.
439 027 Estas pocas informaciones concluyen -lo que sabemos- de ellos.
441 001 Cap-itulo 31.
441 001 As-i como hemos hablado en el cap-itulo precedente de una laguna, vamos a
hablar aqu-i de la laguna llamada Yansa del ayllu de los Concha. He aqu-i este relato.
441 002 Ya hemos hablado en los dem-as cap-itulos de lo que pas-o en los tiempos
antiguos y, entre otras cosas, de c-omo en todas estas tierras abundaban los yuncas.
441 003 /Se dice que/ en el territorio de los concha tambi-en resid-ian yuncas.
441 004 De la misma manera que, en los dem-as cap-itulos, contamos que algunos
dicen -que los hombres tuvieron su origen- en Yaurillancha y en Huichicancha mientras
otros dicen -que nacieron- del –arbol llamado- qui-nhua, /seg-un la tradici-on,/ los
concha tambi-en -tuvieron su origen- en Yaurillancha, donde nacieron cinco hombres
-emergiendo- de debajo de la tierra.
441 005 /Sabemos que/ sus nombres, empezando por el primero eran Llacsamisa
–/seg-un cuentan,/ su hermana Cunocuyo vino con -el–; luego segu-ia Pauquirbuxi,
luego segu-ia Llamatanya.
441 006 Estos tres hombres fueron los primeros en vencer a las comunidades -yuncasde
aqu-i.
443 007 Hab-ia otros dos hermanos de los cuales uno se llamaba Hualla, el otro se
llamaba Calla; /se dice que,/ al adelantarse los otros hermanos, estos dos tardaron un
poco -en seguirlos-.
443 008 As-i, equivoc-andose de camino se fueron en direcci-on a Yauyos creyendo
que quiz-a sus hermanos hab-ian ido por aquellas partes.
443 009 Mucho tiempo despu-es, cuando sus tres hermanos hubieron acabado de
repartirse entre ellos todas las chacras y otras -propiedades de los yuncas-, volvieron.
443 010 -La familia de- L-azaro Puypurocsi desciende de Hualla.
443 011 Cuando el primero de los hijos, Llacsamisa, estaba a punto de morir, dej-o al
abuelo de L-azaro, que se llamaba Cassachauca, la laguna de Yansa. Como -este era su
sobrino, Llacsamisa dijo: “Es -este quien va a heredar mi cargo. Yo ya estoy a punto de
morir”.
443 012 Desde entonces, la jurisdicci-on del territorio de Yansacocha tambi-en le
correspond-ia -a Cassachauca (y a sus descendientes)-.
443 013 Ahora vamos a dejar -de hablar de- Hualla.
443 014 Hablaremos de la venida y de la llegada de estos tres hombres.
445 015 Como hemos contado hace poco, /se dice que/ -los habitantes de Conchasicaeran
yuncas. Estos viv-ian muy felices en aquellos tiempos conduciendo su agua desde
la laguna de Yansa; hab-ia agua de sobra y -su acequia- llegaba hasta la base del cerro
de Llantapa.
445 016 Al mismo tiempo que naci-o Llacsamisa, el mayor de estos tres hombres,
-emergiendo- de debajo de la tierra en Yaurillancha, naci-o tambi-en una piedra con una
gorra.
445 017 /Sabemos que/ -esta se llamaba Llacsayacolla.
445 018 /Se dice que/ los tres hombres vinieron trayendo a Llacsayacolla.
445 019 Entonces llegaron a un lugar que domina Yansa llamado Yanapuquio.
445 020 All-i se quedaron bebiendo.
445 021 Cuando los yuncas oyeron decir que tres hombres de aspecto muy temible se
hab-ian quedado all-i, algunos fueron a verlos.
447 022 As-i, Llacsamisa mostr-o su gorra llamada Llacsayacolla a estos hombres.
447 023 En el mismo instante todos murieron.
447 024 Los otros hombres, al ver que -estos hab-ian muerto y que quienquiera fuese
all-a mor-ia, dijeron: “|GV-amonos de aqu-|mi! Si estos tres hombres nos encontrasen,
entonces nos aniquilar-ian a todos”. As-i muy atemorizados huyeron abandonando a sus
huacas locales y sus chacras.
447 025 Uno de estos yuncas, cuyo nombre nos es desconocido, huyendo de noche,
abandon-o a uno de sus hijos llamado Yasali en Conchasica.
447 026 El padre de Yasali huy-o llevando consigo s-olo a un hu-erfano que hab-ia
criado.
447 027 Al amanecer, cuando ya estaba al otro lado de Caparicaya y hab-ia casi
alcanzado las alturas de Yanasiri, lo reconoci-o.
447 028 All-i estaba s-olo el hu-erfano a quien hab-|mia criado.
449 029 As-i, llorando mucho y no sabiendo en absoluto c-omo hacer para volverse, se
fue.
449 030 El muchacho abandonado, Yasali, se escondi-o dentro -del edificio- donde se
yergue la cruz de Conchasica y por ser muy joven ten-ia mucho miedo.
449 031 Entonces los tres hombres llegaron a ese pueblo.
449 032 Cuando acabaron de repartirse entre ellos las casas y las otras cosas,
Llacsamisa encontr-o al muchacho.
449 033 Le dijo: “Hijo, |Gno est-es triste! Vas a quedarte conmigo. Si mis otros
hermanos me dicen que te van a matar, yo te proteger-e. As-i vas a pastar a mis llamas”.
449 034 Los otros hermanos, al verlo, dijeron con gran odio: “|GQue muera este
muchacho! Ser-ia capaz de decirnos un d-ia que estas chacras y estas tierras son suyas”.
449 035 Llacsamisa les contest-o: “|GNo! |CPor qu-e motivo lo vamos a matar? Es
mejor que viva. Este podr-a ense-narnos todas sus tradiciones y mostrarnos -d-onde estan-
sus chacras y dem-as cosas”.
451 036 Pero -sus hermanos- no quisieron en absoluto -dejarlo vivir-. “|GQue muera!”
dijeron.
451 037 Entonces Llacsamisa se enoj-o. “Hermanos” les dijo, ‘!ya tantas veces les he
repetido -mi voluntad-! |GCuidado que vuestros huesos no vayan -a acabar- en la
laguna! Yo quiero que viva”.
451 038 Esta vez los otros se callaron.
451 039 As-i Llacsamisa cri-o al muchacho envi-andolo a pastar a sus llamas.
451 040 Fue as-i como se uni-o a Cunacuyo, la hermana de Llacsamisa que hab-ia
venido con -el de Yaurillancha.
451 041 Cuando lleg-o a ser adulto, era el ya-nca de Omapacha cuando -este ven-ia de
Yaurillancha.
451 042 Yasali era el abuelo de Crist-obal Chaucahuaman.
453 043 As-i como los checa celebraban -la fiesta de- Omapacha con bailes durante
cinco d-ias poni-endose -las m-ascaras llamadas- huayos, /se dice que/ -los conchatambi-
en lo hac-ian; tambi-en arrojaban el huichco contra las chutas que alzaban para
-tener- hijos e hijas; lo mismo hac-ian para -tener- llamas.
453 044 De igual manera hab-ia huacsas en Conchasica y celebraban borracheras -en
honor de- Pariacaca y Chaupi-namca en la -epoca -de sus fiestas-.
453 045 Y durante s-olo un d-ia beb-ian juntos con los checa en t-|merminos de
igualdad.
453 046 Esto es todo lo que sabemos de sus tradiciones.
453 047 Ahora vamos a hablar de la laguna de Yansa.
453 048 /Se dice que,/ cuando Llacsamisa lleg-o junto con sus otros hermanos a -la
tierra de los- concha, -cada uno- recibi-o (-un territorio y el huaca local que le
correspond-ia y aprendieron-) las costumbres (-asociadas con su culto-). Fue as-i como
Llacsamisa recibi-o a Yansacocha.
453 049 Pauquirbuxi recibi-o a Huaychucoto.
455 050 /Sabemos que/ Llamatanya recibi-o a Huyosanahuasi.
455 051 Al recibirlos, cada uno empez-o -a servir estos huacas (?)- para asegurarse lo
necesario para su subsistencia.
455 052 As-i Llacsamisa empez-o a servir a Yansacocha.
455 053 /Se dice que,/ en -la laguna de- Yansa hab-ia un huaca de nombre Collquiri.
455 054 Por servir -Llacsamisa- a estos -huacas- (|CYansa y Collquiri?), cada a-no
todos los concha se esforzaban en cultivar ma-iz para alimentarlos.
455 055 En aquella -epoca, Collquiri deseaba mucho -tener- una mujer.
455 056 As-i se fue hasta Yauyos y hasta Chaclla busc-andola por todas partes.
455 057 Pero no la encontr-o.
457 058 Un d-ia Cuniraya le dijo: “Hola, tu mujer est-a por estas partes, est-a muy
cerca”.
457 059 As-i, muy feliz, fue -a verla-.
457 060 Desde el cerro que domina Yampilla mir-o en direcci-on a Yampilla.
457 061 Vio a una mujer sumamente hermosa que estaba bailando.
457 062 El nombre de esta mujer era Capyama.
457 063 Al verla tan hermosa, enseguida pens-o en su coraz-on que -esta era la que iba
a ser su mujer.
457 064 As-i envi-o a uno de sus muchachos (= sirvientes) dici-endole: “Anda, hijo;
vas a decir a esta mujer que su llama ha parido un macho. As-i ella va a venir
enseguida”.
457 065 El hombre fue -a cumplir su encargo-.
457 066 Al llegar -donde Capyama-, le dijo: “Madre, tu llama ha parido arriba en el
cerrito”. Regocij-andose mucho ella se dirigi-o enseguida a su casa.
459 067 Coloc-o su tambor de oro en el centro -de la casa-; a su lado coloc-o dos
peque-nas bolsitas y enseguida trayendo s-olo un porongo de chicha fue con mucha
prisa -al lugar donde la estaba esperando el mensajero de Collquiri (?)-.
459 068 El nombre que dan los concha a este porongo es lataca.
459 069 Cuando el huaca Collquiri la vio llegar, se regocij-o mucho y volvi-o
enseguida hacia Yansa.
459 070 Entonces su muchacho, al conducir a esta mujer, la enga-naba diciendo: “Casi
hemos llegado; est-a aqu-i cerca”.
459 071 Collquiri transform-andose en callcallo la esperaba en el cerro que domina
Yampilla.
459 072 Cuando lleg-o, esta mujer quiso agarrar al callcallo.
459 073 Este, revoloteando por ac-a y all-a, no se dej-o prender.
459 074 Finalmente lo agarr-o
459 075 y lo coloc-o en su regazo.
461 076 Al agarrarlo derram-o la chicha que tra-ia en su rataca.
461 077 Enseguida se form-o un manantial en el lugar donde se derram-o.
461 078 /Se dice que,/ a-un hoy este manantial lleva el nombre de Ratactupi.
461 079 El calcallo que tra-ia en su regazo se agrand-o y comenz-o a pesar sobre el
vientre de la mujer caus-andole gran dolor.
461 080 Pregunt-andose qu-e pod-ia ser, lo mir-|mo. Al caer al suelo apareci-o un
muchacho muy hermoso.
461 081 Este la salud-o con palabras muy agradables: “No perdiste tiempo, hermana en
colocarme en tu regazo. |CAhora qu-e vamos a hacer? Yo era quien te hice llamar”.
461 082 La mujer tambi-en se enamor-o enseguida de -el.
461 083 As-i se acostaron juntos.
461 084 Despu-es la condujo a su tierra de Yansacocha.
461 085 Entonces su padre, su madre, sus hermanos y los otros miembros de su ayllu
buscaron -a Capyama-; con gran llanto se preguntaban ad-onde habr-ia ido.
463 086 Despu-es de haberla buscado durante largo tiempo un hombre de los yampilla
llamado Llucahua les cont-o: “Vuestra hija se ha convertido en una huillca poderosa. Ya
nada le falta; tiene marido”. Entonces vinieron enseguida -a buscarla-.
463 087 El encontrarla, muy encolerizados dijeron -a Collquiri-: “|CPor qu-e motivo
nos has robado nuestra hija, nuestra hermana? |CEres t-u quien nos ha hecho buscarla en
todas las comunidades hasta el cansancio?” Y a-nadieron: “Ahora ordenamos que
vuelva con nosotros”.
463 088 -Collquiri les respondi-o:- “Padre, hermanos, |Gcon mucha raz-on me re-n-is
por no haberte hablado a ti, padre, -antes de haberme llevado a tu hija-! |CQu-e os voy a
dar, casas o prefer-is chacras, llamas, hombres -para serviros-, chahuar, oro, plata? |
CQu-e es lo que dese-ais?”. Con estas palabras intent-o despertar su codicia.
463 089 Pero no aceptaron absolutamente nada.
463 090 -Al contrario- quisieron que su hermana volviera.
465 091 Pero ella les contest-o: “Yo no quiero volver. Ya me cas-e con todo mi corazon”
y el hombre llamado Collquiri dijo: “Padre, no quieras quitarme a mi mujer. Ya te
dije que iba a darte todo lo que desearas. No -te gustar-ia- que te diese un hucoric?”. Un
hombre, que hab-ia llegado un poco despu-es de los otros hermanos -de Capyama- y se
hab-ia sentado entre ellos, se puso a hablar. “Padre, |Gacepta!” -les dijo-.
465 092 “|CQui-en sabe lo que ser-a este hucoric?” se preguntaron y lo discutieron
detalladamente entre ellos.
465 093 Entonces, el m-as anciano de ellos empez-o a hablar: “Est-a bien, hijo; c-asate
pues con nuestra hija pero cumplir-as lo que has prometido”. Tras estas palabras se
volvieron -a su casa-.
465 094 Collquiri les dijo: “Al quinto d-ia vamos a vernos de nuevo en tu comunidad,
padre”.
465 095 As-i, cinco d-ias despu-es, Collquiri, fiel a su palabra se dirigi-o por debajo -de
la tierra- hacia Yampilla.
465 096 Despu-es de haber recorrido un largo trecho, pregunt-andose por d-onde iba,
quiso subir y salir por el lado de all-a de Aparhuayqui.
467 097 Cuando casi hab-ia conseguido sacar su cabeza, el agua subi-o -por el hueco
que hab-ia producido- y brot-o como una fuente.
467 098 Entonces, despu-es de haberlo tapado con s-olo un poco de cobre, volvi-o
hacia abajo.
467 099 As-i, trazando su camino por debajo -de la tierra- sali-o encima de la parte alta
de Yampilla.
467 100 El manantial que brota all-a donde sali-o de la tierra a-un hoy lleva el nombre
de esa mujer, Capyama.
469 101 Una cantidad enorme de agua sali-o del -manantial- llamado Capyama y
amenazaba con llevarse todas las chacras de los yampilla.
469 102 Se llev-o todas sus ocas que estaban secando, su quinua esparcida en el suelo y
todo lo dem-as que se encontraba -en su camino-.
469 103 Entonces los yampilla se encolerizaron mucho y todos dijeron: “|CPor qu-e
aceptaste una cosa as-i? |GHazla retirar enseguida! Ya estamos acostumbrados a -vivir
con- poca agua”.
469 104 As-i, desde su comunidad misma, los padres de Capyama llamaron -a
Collquiri-. “Cu-nado” le gritaron, “todos est-an enojados con nosotros. |GNo sueltes
tanta agua! |GCi-errala! Collquiri, |Gcierra esa agua!”.
469 105 Entonces Collquiri tap-o -el manantial- con plomo (?) y otras cosas.
471 106 Pero cada vez que lo tapaba, el agua consegu-ia destruir -su trabajo- y brotar
-de nuevo-.
471 107 Como segu-ian grit-andole desde abajo para que lo cerrara, Collquiri mismo
entr-o en el agua y, tendiendo su capa encima, se sent-o en medio -del manantial-.
471 108 As-i -consigui-o que- se secara un poco.
471 109 El agua sale hoy de ese manantial pasando a trav-es de la capa de Collquiri
como si fuera filtrada.
471 110 Cuando lo tap-o, el agua sali-o por los otros manantiales que se encuentran por
esas partes.
471 111 Antes no exist-ian.
471 112 Entonces los concha empezaron a encolerizarse puesto que su agua se estaba
secando. “|CPor qu-e est-a distribuyendo nuestra agua?” dijeron. “|CCon qu-e vamos a
vivir nosotros?”.
471 113 Todos los concha -se quejaron- a Llacsamisa, el camayuc del agua, diciendole:
“Hola Llacsamisa, |Cpor qu-e permites que nuestra agua se seque? |CC-omo va
a sobrevivir la gente?”. Y lo arrojaron a la laguna.
473 114 Al ver c-omo estaba la situaci-on, el huaca Collquiri dijo: “Tienen raz-on. |
CCon qu-e van a vivir ellos?” y dio las instrucciones siguientes a un muchacho que
estaba a su servicio llamado Rapacha: “Haz caer una cantidad reducida de tierra y
piedras desde esa orilla dentro de la laguna abajo. All-i vamos a se-nalar -cu-anta agua
sea necesaria- para que vivan los concha”.
473 115 Entonces Rapacha abri-o una peque-na brecha en -la orilla de- la laguna.
473 116 Enseguida, desde abajo, Collquiri construy-o una muralla grande -destinada a
represar sus aguas-.
473 117 /Se dice que/ esta muralla construida sin -la adici-on de- tierra a-un existe.
475 118 -Collquiri- se-nal-o al hombre llamado Llacsamisa cinco niveles en -el muro
que cerraba- el desaguadero de la laguna. “Cuando el agua a este -nivel-” le dijo, “taparas
el desaguadero de la laguna; entonces, dentro del espacio de tiempo -que te estoy
indicando- conducir-as de nuevo el agua hacia las chacras abajo; al salir el sol soltar-as
el agua; s-olo cinco veces ser-a irrigado el ma-|miz a-nay. Estas son las instrucciones
que te doy para que esto se realice”. Y le indic-o con cuidado las piedras que serv-ian de
se-nales -para soltar y cerrar el agua-.
475 119 /Se dice que,/ a-un hoy sus descendientes hacen todo conforme a esa
costumbre exactamente -como le fue ense-nada a Llacsamisa por Collquiri-.
477 120 /Sabemos que/ le llaman -a ese rito- ‘el sondeo de la laguna’
477 121 y a la vara -con la que la sondean- el turcacayo.
477 122 /Se dice que,/ ((-cuando estamos sobre el muro- encima de estas piedras, si
tenemos una buena vista y estamos familiarizados con todo lo que es necesario hacer,
podr-iamos ver -el nivel del agua- quiz-a antes de alcanzar -el fondo con el turcacayo-))
(?).
477 123 Por el mes de marzo, todos los concha, hombres y mujeres, salen a cerrar la
bocatoma de la laguna.
477 124 Llacsamisa -y sus descendientes- indicaban dentro de cu-antos d-ias iba a
realizarse el rito de sondear la laguna y daban todas las instrucciones -que la gente debia
seguir-.
477 125 Y teniendo fe s-olo en lo que ellos les dec-ian, todos los concha se dirig-ian -a
la laguna-.
477 126 Como ellos eran los ya-ncas -de Yansacocha-, en la -epoca -de los ritos de
irrigaci-on- todo se organizaba s-olo conforme a sus -ordenes.
477 127 Cuando ya llegaba el momento de irrigar -las chacras-, s-olo ellos indicaban
-si la gente pod-ia empezar los trabajos- el mismo d-ia o cu-anto tiempo ten-ia que
esperar.
477 128 Y los concha hac-ian todo sin seguir otras instrucciones que las -de Llacsamisa
y sus descendientes-.
479 129 Incluso si la laguna desbordaba a medianoche sacaban a los descendientes de
Llacsamisa dondequiera que estuviesen dici-endoles: “Esto es de vuestra competencia”.
479 130 Como no ten-ian otro oficio que hacer, -la laguna de Yansa- era d-ia y noche
objeto -unico de sus preocupaciones. Y la gente, esforz-andose en cultivar el ma-iz
-destinado a Llacsamisa y sus descendientes-, dec-ia: “Por ser ellos numerosos nosotros
sobrevivimos” y los veneraba.
479 131 As-i Llacsamisa y sus descendientes vigilaban con mucho cuidado esa laguna
a fin de que el agua no desbordara.
479 132 ((Si, por acaso, desbordara y el agua -represada- en la laguna de Yansa entrara
en el r-io, parece que, enseguida, una brecha se formar-ia en su orilla.))
479 133 ((-En otras ocasiones,- cuando el agua entraba en el r-io, se formaba una
brecha.))
479 134 Por eso la vigilaban con mucho cuidado.
479 135 Entonces, como ya hemos contado, cuando era -epoca de cerrar -el
desaguadero de- Yansacocha y soltar el agua, tambi-en los huacsas se dirig-ian -a la
laguna-.
481 136 Y toda la gente, sin excepci-on, sal-ia para cerrar -el desaguadero-.
481 137 Al llegar las mujeres, cada una depositaba ofrendas de coca y de chicha tambien.
481 138 Los ya-ncas recib-ian todas estas ofrendas destinadas a Yansa.
481 139 Sol-ian llevar tambi-en una llama.
481 140 Y tambi-en cuyes y ticti y toda clase de ofrenda ritual.
481 141 Cuando acababan de juntarse todos y se hab-ian registrado en sus quipus todos
los ausentes, empezaban a adorar a Yansa dici-endole: “Padre Collquiri, tuya es la
laguna; tuya es tambi-en el agua; este a-no danos agua en abundancia”.
481 142 Al acabar este -rezo-, todos beb-ian chicha y mascaban coca.
481 143 Despu-es, los hombres y las mujeres empezaban a tapar -la bocatoma de- la
laguna.
483 144 Cuando ya hab-ia llegado la -epoca de soltar el agua, siempre iban -a la
laguna- cinco veces acompa-nados por dos o tres huacsas.
483 145 Previamente, un hombre y una mujer entraban en una chacra algo grandecita.
Llevaban un gran c-antaro de chicha, no m-as de uno o dos de sus cuyes y coca.
483 146 Despu-es de ofrecer estos -sacrificios-, soltaban el agua.
483 147 No sabemos m-as que lo que hemos narrado aqu-i sobre Yansa.
483 148 Sabemos lo siguiente: /se dice que/ -los antepasados de- estos concha eran solo
hijos menores y poco estimados de Pariacaca y de Tutayquire.
483 149 Por eso les dieron s-olo una cantidad muy reducida de ropa y -pocas- chacras.
483 150 /Sabemos que/ sus huacsas celebran -los mismos ritos- que los checa durante
las fiestas de Pariacaca y de Chaupi-namca y tambi-en -bailan- el Chanco.
483 151 Todo eso ya lo hemos contado en los dem-as cap-itulos.
483 152 A prop-osito de los descendientes de estos tres hombres, sabemos lo
siguiente: /se dice que/ todos los descendientes -directos- de Llacsamisa se han
extinguido.
485 153 Cuando –el mismo- estuvo a punto de morir, sus sobrinos, los hijos de Hualla,
de vuelta de los Yauyos, se casaron con las hijas de Cunocuyo –el padre de -estas se
llamaba Yasali.
485 154 Mucho tiempo despu-es, L-azaro Puypurocsi -y su familia- eran descendientes
de Hualla.
485 155 (A dici-on al margen: -La familia de- L-azaro Puypurocsi es descendiente de
Hualla. /Se dice que/ cuando hered-o -la funci-on- de Llacsamisa, ya no hab-ia
descendientes -directos por el lado paterno (?)- de Hualla. S-olo sobrevive una mujer –y
ella sin hijos–, la mujer de Anyaruri.)
485 156 De los descendientes de Pauquirbuxi a-un sobrevive la familia de -Naupaico.
485 157 Ruricancha, Casinchauca y Tacyacancha -y sus familias (?)- son descendientes
de Llamatanya.
485 158 /Se dice que/ estos tres linajes son los descendientes de Llamatanya.
485 159 A prop-osito de los hijos de Hualla, es verdad que ya hemos mencionado a Lazaro
Puypurocsi.
487 160 A continuaci-on, /sabemos que/ Juan Paucarcasa, Lasaca y Canya son
descendientes de Calla.
487 161 Estos son todos los que constituyen la prole de los cinco hombres que vinieron
de Yaurillancha.
487 162 Los descendientes -directos- de Llacsamisa, pues, son los -unicos que se han
extinguido.
487 163 Los hijos de L-azaro Hualla que se dicen -descendientes de- Llacsamisa,
heredan este oficio por ser -descendientes del- sobrino -de Llacsamisa-.
487 164 Esto es todo lo que sabemos de los concha.
487 165 Fin.
489 000 -Primer suplemento-
489 001 Vamos a narrar -lo que acontec-ia- antiguamente en todas las comunidades y
-sigue aconteciendo- a-un hoy cuando nacen dos de un vientre, sean hombre y mujer, o
s-olo hombres o s-olo mujeres. Enseguida -diremos lo que acontece- en cada uno de los
casos mencionados.
489 002 Llamamos a los que nacen de esta manera curi.
489 003 /Sabemos que,/ en la misma noche del d-ia de su nacimiento –dondequiera
fuera la comunidad en la que repentinamente nac-ian– los llevaban a-l centro ritual desu
propia comunidad.
489 004 En los tiempos antiguos, si nac-ian en Suquiacancha o en Tumna, enseguida
los llevaban al centro ritual de los checa llamado Llacsatambo.
489 005 No los llevaban de d-ia para evitar que se helara la tierra.
489 006 Es posible que, en todas las regiones, confundidos -por el demonio (?)-,
mantengan estas pr-acticas.
491 007 Inmediatamente despu-es del nacimiento de los curis, cuando ya estaba muy
obscuro, el hombre y la mujer —es decir,- los padres de los curis– se retiraban al
interior de una casa cercada y, all-i, echados sobre un lado, quedaban sin moverse hasta
cumplirse cinco d-ias.
491 008 Al quinto d-ia, cambiaban de lado.
491 009 Ese mismo d-ia, todos los masas se juntaban en la casa de los curis y bailaban;
ellos mismos tocaban sus tambores.
491 010 No eran –como hoy– las mujeres quienes los tocaban sino los hombres.
491 011 Antes de empezar a bailar, -hac-ian sortilegios- con ara-nas o charapi (?)
preguntando al demonio -la causa del nacimiento de los curis-.
493 012 El primero en bailar era quien deb-ia conducir a los dem-as masas reunidos
all-i.
493 013 Seg-un sus instrucciones, escog-ian a cinco hombres y los se-nalaban -para
cumplir ciertas tareas-.
493 014 Estos, al ser designados, iban a buscar coca trocando todo lo que pose-ian
-para conseguirla-, sin descansar noche y d-ia.
493 015 Los dem-as masas pensando s-olo en competir unos con otros, se juntaban
todos sin que nadie faltara.
493 016 As-i, a partir del d-ia en que –como dijimos arriba– -los padres de los curisse
echaban sobre un lado, bailaban todas las noches sin descansar hasta que se
cumpliesen cinco d-ias.
493 017 El –ultimo- d-ia antes de que se cumplieran, los masas se mostraban unos a
otros sus peque-nas huayacas como si quisieran indicar con este gesto que -estas les
servir-ian para traer coca el d-ia siguiente.
493 018 No llevaban m-as que las huayacas -vac-ias- —estas no conten-ian coca–
mientras ejecutaban este baile.
495 019 As-i, a partir del momento en que -los padres de los curis- cambiaban de lado,
se cumpl-ia otro per-iodo de cinco d-ias.
495 020 Es decir -que cumpl-ian en total- diez d-ias.
495 021 Previamente, habiendo capturado un venado, una taruca o cualquier otro
animal de las punas, lo llevaba el principal de los masas; as-i los curis sal-ian a la
pampa.
495 022 Unos iban -all-i- soplando el caracol llamado -huana-paya(?).
495 023 Otro(s) llevaba(n) pupuna(s).
495 024 Y otro(s) tambi-en llevaba(n) sacaya.
495 025 Por sacaya se refiere a una peque-na cantidad de ma-iz molido acompa-nada
de un poco de ticti.
495 026 Estos eran llevados por otros hombres.
495 027 No eran llevados por los masas
495 028 sino por los parientes cercanos de los curis.
497 029 S-olo el venado era llevado por el principal de los masas.
497 030 Inmediatamente despu-es de capturar al venado, lo hac-ia pisar -|Ca los
padres?- con sus pies desde el aposento donde se encontraban los curis en la casa
cercada dici-endo-les-: “Este os molestar-a, os re-nir-a”.
497 031 Sin perder tiempo, todos com-ian su carne sin dejar nada de sobra.
497 032 Finalmente, como hace poco dijimos, al d-ecimo d-mia sal-ian a la pampa.
497 033 Despu-es, cuando los curis envueltos en cualquier clase de pa-no grande eran
transportados -a la pampa- sin que pudieran ser vistos, la gente conducida por dos o tres
de los masas iba -all-a- llorando y bailando.
497 034 Los que eran conducidos as-i eran miembros del ayllu de los curis.
497 035 -Por el camino,- los que conduc-ian promet-ian que iban a ofrendar una chacra
u otra cosa, o una llama.
499 036 Cuando llegaba a la pampa, -el principal de los masas- llevaba el venado con
gran pompa como hacemos hoy cuando, a la cabeza de una procesi-on, llevamos la
manga -de la cruz-.
499 037 Llevaban tambi-en las pupunas como lanzas apunt-andolas continuamente
como si quisieran indicar -con este gesto- que iban a arrojarlas.
499 038 Quien estaba a la cabeza de todos los dem-as apuntaba -su pupuna- en direccion
de los curis que ven-ian por detr-as.
499 039 Entonces, cuando el que llevaba al venado llegaba a la pampa, un hombre y
una mujer, miembros del ayllu de los curis, ofrec-ian una llama o una chacra y,
haciendo descansar -|Ca los curis?- les dec-ian: “Descansad con -esto(s)”.
499 040 Al llegar los curis a lsitio que les hab-ia sido se-nalado como aposento (?), los
dos, el marido y la mujer, se quedaban all-i recibiendo todas las honras.
499 041 Ese d-ia todos los masas compet-ian ofrendando coca; bailaban y beb-ian el dia
entero.
499 042 Al anochecer nuevamente regresaban a sus casas -y, al d-ia siguiente (?)- volvian
al mismo lugar donde hab-ian permanecido antes.
501 043 Entonces, de nuevo, se quedaban all-i cinco d-ias.
501 044 Al cumplirse cinco d-ias, otra vez apartaban -a los curis (?)- a -otro (?)-
aposento.
501 045 Despu-es, los masas tra-ian le-na a un enorme dep-osito de troncos, como lo
hab-ian hecho al d-ia siguiente del nacimiento de los curis.
501 046 Olvidamos -mencionar- este hecho al principio de esta relaci-on.
501 047 Ofrec-ian esta le-na para que, coloc-andola todas las noches -en la hoguera-
-esta durara hasta el amanecer; ((as-i -los padres de los curis- no caer-ian en ninguna
tentaci-on.))
501 048 De esta manera no se apagaba el fuego ni una sola noche hasta el fin -de los
ritos-.
501 049 Al concluirse todo esto, preguntaban a su demonio a d-onde iban a lavar a los
curis y a sus padres de su culpa y entonces los conduc-ian -al lugar indicado-.
501 050 /Se dice que,/ seg-un sus instrucciones, se los conduc-ia her-eticamente a la
laguna de Yansa.
503 051 All-i, un hombre, sacerdote del demonio, llamado conchuri, hac-ia sortilegios.
503 052 “|CPor qu-e hab-ian nacido los curis? |CCu-al hab-|mia sido la culpa -de sus
padres-?” le preguntaba -al demonio-.
503 053 La gente dec-ia a prop-osito de los curis que su nacimiento reemplazaba la
muerte -de sus padres (?)-.
503 054 Diciendo que era por esta o aquella -culpa que hab-ian nacido los curis-, -la
gente- lavaba a los dos -padres-; hac-ia lo mismo con las dos criaturas a quienes lavaban
repetidas veces hasta que -se cumpliera- la sentencia que correspond-ia a la gravedad de
su culpa y estuvieran a punto de morir de fr-io.
503 055 Al acabar con este -rito-, -el conchuri (?)- trasquilaba al var-on –a la mujer solo
le cortaba un poco de cabello– al hombre lo trasquilaba como hace usted con los
pecadores.
503 056 Entonces volv-ian con el tocado de huachayruco.
505 057 Les pon-ia un collar trenzado de -hilo (?)- negro y blanco, en se-nal -de ser
padres- de curis y les amonestaba as-i: “Durante un a-no entero ayunar-eis. Ninguno de
los dos pecar-a con quien sea. Si pecaseis, har-iais un mal muy grande. Molestar-iais inutilmente
a nuestros masas”.
505 058 Cuando hab-ia trascurrido medio a-no, ese hombre-sacerdote junto con
muchos otros hombres preguntaba de nuevo a su demonio para saber si -los padres de
los curis- hab-ian observado sus instrucciones.
505 059 Si la respuesta era positiva se regocijaban mucho.
505 060 Si respond-ia que se hab-ian acostado juntos, los re-n-ia con mucha fuerza.
505 061 Y los masas, de veras muy encolerizados, les dec-ian: “|CPor qu-e nos caus-ais
tanta molestia a todos?”
505 062 Y segu-ian acech-andolos de esta manera hasta cumplirse el a-no.
505 063 S-olo entonces se les cortaba el collar.
507 064 As-i se acababan -los ritos-.
507 065 Ahora vamos a reanudar lo que dijimos poco antes.
507 066 Si -los curis- nac-ian ambos varones o ambos mujeres, /sabemos que/ cre-ian
que la suerte iba a ser mala, que iba a seguir una -epoca de mucho sufrimiento.
507 067 Si nac-ian un var-on y una mujer lo juzgaban positivo.
507 068 |GCu-an felices son hoy los masas, que no gastan tanto como en los tiempos
antiguos!
507 069 O tal vez, -pensando- en otros tiempos, se lamentan de no hacer m-as estas
cosas.
507 070 Quiz-a, en las dem-as comunidades, enga-nados por el demonio, -todav-ia- no
las hayan olvidado.
507 071 En la noche o en cualquier momento en que nac-ian llamas de esta manera, -su
due-no (?)- preguntaba al demonio cu-al iba a ser el nombre de cada una de ellas diciendole:
“|CCu-al curi ser-a?”.
507 072 Los nombres que daba el demonio eran: Curi-naupa, Curiyauri, Curihuaman y
Ticllacuri.
509 073 /Se dice que/ a todos los nombres a-nad-ian curi tanto para hombres como
mujeres.
509 074 |GCu-antos hombres pr-osperos hay hoy que, en los tiempos antiguos, antes
de entender la palabra de este buen Dios, dedicaban todos sus esfuerzos durante la fiesta
de Pariacaca o cualquier otra fiesta a trocar todito lo que pose-ian por coca buscando
plata con ese -unico fin!
509 075 Y aun cuando -la gente (?)- descansase s-olo dos o tres a-nos, todos los a-nos
los huacachas se lamentaban diciendo: “|CD-onde pues encontrar-e coca?” o “As-i me
avergonzar-e?” y trocando sus chacras y su ropa buscaban aqu-i y all-a -lo que iban a
trocar-, persiguiendo huanacos y ayunando mientras se procuraban venados con ese
-unico fin tambi-en.
509 076 De esta manera confiaban todas sus preocupaciones a su demonio; despu-es de
un ayuno muy severo, le preguntaban: “|CQu-e -voy a trocar- para encontrar -coca-? |
CHuanacos? |CO ser-a necesario que despilfarre mi chacra, mi ropa? |CQu-e ser-a de mi”.
As-|mi erraban con gran trabajo totalmente confundidos -por el demonio-.
509 077 Hoy, no estando tan afligidos por una sola preocupaci-on y sin la necesidad de
trocar cualquier cosa que les pertenezca -para conseguir coca-, es posible que se
regocijen mucho.
511 078 O quiz-a lloren -al pensar- en otra -epoca diciendo: “|CPor qu-e pues no hago
m-as estas cosas?”.
511 079 En la -epoca de sus fiestas, durante la noche o en cualquier otro momento, al
decirles Macuylluncu cu-ando iba a ser -el principio de la ceremonia-, /es cierto que/ la
gente, los hombres y las mujeres muy ancianas, iba con mucho regocijo y alegr-ia,
llevando su ticti y otras cosas si una borrachera estaba prevista en la casa antigua o aqui.
511 080 Es posible que s-olo en este pueblo se hayan enmendado algo aunque hagan
estas cosas por la noche.
511 081 Creemos y hemos o-ido -decir- que, quiz-as, en los pueblos de afuera -a-un- se
hagan estas cosas.
513 000 -Segundo suplemento-
513 001 Llamamos ata a los ni-nos que nacen con un parca en los cabellos.
513 002 Cuando tienen tres a-nos de edad, sus padres -y parientes- se re-unen en su
casa o su cancha; ocho d-ias antes, avisan a los cacas y a los masas que tal d-ia van a
cortar el cabello del ata, del illa de Pariacaca.
515 003 Por illa, entendemos exactamente lo mismo que por ata.
515 004 As-i, despu-es de haber avisado a todos, empiezan a preparar chicha.
515 005 Al oir que est-an preparando chicha con una media o una fanega de ma-iz, la
gente misma se pregunta por qu-e lo hacen.
515 006 Al saber qu-e d-ia tendr-a lugar la fiesta, ese d-|mia toda la gente se re-une.
515 007 Entonces, los padres del ata -se juntan- con los masas y tambi-en con todos los
cacas, qued-andose en la parte m-as baja de la asamblea, y empiezan a bailar y a
convidarles a beber.
515 008 Cuando ya est-an bien borrachos, tienden una frezada o una tita -en el suelo- y,
haciendo entrar al ni-no, lo sientan en medio -de todos-. Luego dicen las palabras
siguientes: “Padres, hermanos, hoy vamos a cortarle el cabello a este ata, a este illa; es
el ata, es el illa de Pariacaca, as-i como de Tutayquire. Son ellos quienes me lo enviaron
para que naciera de esta manera”.
517 009 Entonces, el caca cercano del ni-no –si var-on– o la t-ia paterna –si es
mujer–, o a veces el abuelo o la abuela, se levantan y, -ofrendando- una llama o una
chacra de las cuales colocan -all-i- s-olo la se-nal, apuntan las tijeras hacia el ata.
517 010 La se-nal de la llama es el cothuato con el cual conduc-ian la llama hacia -el
santuario de- Pariacaca.
517 011 Entonces, colocaban un caxo como se-nal de la chacra.
517 012 El caxo no es otra cosa que el bast-on que usan las mujeres para escarbar.
517 013 Entonces los dem-as parientes consangu-ineos se levantan y, cada uno seg-un
sus posibilidades, ofrece ya sea s-olo un poco de agua, una cusma, una oveja o lana.
519 014 Al terminar los parientes consangu-ineos -de colocar sus ofrendas-, se levanta
el curaca o el alcalde, conforme a su jerarqu-ia, y deja dos reales o un real. ($Los demas
presentes hacen lo mismo$ hasta que se acabe $la ceremonia$.))
519 015 $Los padres$ les sirven de beber con largueza hasta la puesta del sol
diciendose: “Cuanto mas se emborrachen, seran menos capaces de ser avaros con sus
ofrendas!”.
519 016 Cuando acaban de cortarle el cabello $al ata$ –el padre se lo corta
completamente a su hijo porque la gente no hace mas que tocarle ligeramente $el
cabello$–, cuando acaban, empiezan enseguida a bailar y pronunciando el nombre de su
antepasado dicen: “Padre Anchipuma” o “Carhuachachapa” o cualquier otro $nombre$
“este ata, este illa es tuyo. Ahora ya he acabado. Que a partir de hoy ya no me lo envie
mas Pariacaca! Me portare bien” y bailan y se divierten.
519 017 /Se dice que,/ segun la creencia popular, lo que se llama ata o illa es enviado
por Pariacaca.
521 018 La noche que precede al corte de cabello $del ata$, adoran a Pariacaca y a
Tutayquire y con mucha veneracion le ofrendan cuyes, ticti y otras cosas diciendo:
“Curame por medio de este ata y manana sere muy dichoso”.
521 019 ((Cuando los atas se manifiestan,)) dicen que es una senal de curis.
521 020 Si han de venir curis, envian este ata cuando alguien premedita una falta grave
contra Pariacaca como un aviso de que los curis naceran para reemplazar la muerte $del
culpable$.
521 021 Dicen en efecto que los curis nacen para reemplazar la muerte $de sus padres$.
521 022 Esto es todo lo que sabemos sobre estos checa de San Damian.
521 023 Es probable que en las otras comunidades cuenten $tradiciones$ diferentes.
521 024 Sin embargo, cuando nace un ata, en todo este corregimiento y en todas las
otras regiones, los huanca, los yauyo, los huamantanca, cualquiera de los hombres
llamados indios, todos opinan la misma cosa.
521 025 Y, en Lima, muchos hombres, inclusive los mas distinguidos yanacunas se
juntan de esta manera si el hijo de alguien es un ata.
523 026 Y aun sabemos $que$ algunos mestizos tambien $participan en estos ritos$.
523 027 Los demas hombres, al verlos, creian que, tal vez, estas costumbres fueran
buenas, y caian en el pecado.
523 028 Asi dijimos que se solia cortarle el cabello tres anos despues $del nacimiento
del ata$.
523 029 $Las diferentes comunidades$ la celebran antes o despues segun sus usanzas.
523 030 Todo este relato es verdadero.

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