Поэзия ацтеков – астеков – мексиканцев
La literatura Náhuatl o Azteca. Poesías Aztecas
Ánimo
¡No te amedrentes, corazón mío!
Allá en el campo de batalla
ansío morir a filo de obsidiana.
Oh, los que estáis en la lucha:
yo ansío morir a filo de obsidiana.
Sólo quieren nuestros corazones la muerte gloriosa.
Atavíos de Xochipilli, príncipe de la flor
Está teñido de rojo claro,
lleva su afeite facial figurando llanto,
su gorra con penacho de plumas de pájaro rojo.
Tiene su bezote de piedras preciosas,
su collar de piedras verdes.
Sus tiras de papel puestas sobre el pecho,
su ropaje de orilla roja con que ciñe sus caderas.
Sus campanillas, sus sandalias con flores.
Su escudo con la insignia solar en mosaico de turquesas,
de un lado lleva
un bastón con remate de corazón y penacho de quetzal.
La madre de los dioses
Id a la región de los magueyes salvajes,
para que erijáis una casa de cactus y magueyes,
y para que coloquéis esteras de cactus y magueyes.
Iréis hacia el rumbo de donde la luz procede
y allí lanzaréis los dardos;
amarilla águila, amarillo tigre, amarilla serpiente
amarillo conejo y amarillo ciervo.
Iréis hacia el rumbo de donde la muerte viene.
También en tierra de estepa habréis de lanzar los dardos:
azul águila, azul tigre, azul serpiente,
azul conejo y azul ciervo.
Y luego iréis hacia la región de sementeras regadas.
También en tierra de flores habréis de lanzar los dardos
blanca águila, blanco tigre,
blanca serpiente,
blanco conejo y blanco ciervo.
Y luego iréis hacia la región de espinas.
También en tierra de espinas habréis de lanzar los dardos:
roja águila, rojo tigre, roja serpiente,
rojo conejo y rojo ciervo.
Y así que arrojéis los dardos y alcancéis los dioses,
al amarillo, al azul, al blanco, al rojo:
águila, tigre, serpiente, conejo, ciervo,
luego poned en la mano del dios del tiempo,
del dios antiguo, a tres que habrán de cuidarlo:
Mixcoatl, Tozpan, Ihuitl.
Desde donde se posan…
Desde donde se posan las águilas,
desde donde se yerguen los jaguares,
el Sol es invocado.
Como un escudo que baja,
así se va poniendo el sol.
En México está cayendo la noche,
la guerra merodea por todas partes,
¡Oh Dador de la vida!,
se acerca la guerra.
Orgullosa de sí misma
se levanta la cuidad de México-Tenochtitlan.
Aquí nadie teme la muerte en la guerra.
Ésta es nuestra gloria.
Éste es tu mandato.
¡Oh Dador de la vida!
Ténedlo presente, oh príncipes,
no lo olvidéis.
¿Quién podrá sitiar a Tenochtitlan?
¿Quién podrá conmover los cimientos del cielo…?
Con nuestras flechas,
Con nuestros escudos,
está existiendo la ciudad
¡México-Tenochtitlan subsiste!.
Belleza del Canto
Llovieron esmeraldas;
ya nacieron las flores:
Es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México,
el sol está alumbrando.
El Ave y la Mariposa
¿Qué es lo que dice el ave roja del dios?
Es cual un repicar de sonidos: anda chupando miel.
¡Que se deleite: ya se abre su corazón:
es una flor!
Ya viene, ya viene la mariposa:
viene, viene volando; viene abriendo sus alas:
Sobre las flores anda chupando miel.
¡Que se deleite: ya se abre su corazón:
es una flor!
La Vida Pasa: Hay que Vivir
No por segunda venimos a la tierra
príncipes chichimecas.
Gocémonos y tráiganse las flores.
¡Al Reino de la Muerte! . . . sólo estamos de paso:
¡de verdad, de verdad nos vamos!
¡Verdad es que nos vamos!
Verdad es que dejamos las flores y los cantos
y la tierra . . . ¡Sí de verdad, de verdad nos vamos!
¿A dónde vamos? ¿A dónde vamos?
¿Estamos allá muertos o aún tenemos vida?
¿Hay un sitio en que dura la existencia?
¡En la tierra tan sólo
es el bello cantar, la flor hermosa:
es la riqueza nuestra, es nuestro adorno:
gocémonos con ella!
Príncipes chichimecas: gozad,
allá donde nos vamos es la Casa del rey de los muertos,
del dios que lanza luces y envuelve en sombras [Popocatzin],
es el sitio a que regresan nuestros abuelos.
Os lanzáis al abismo:
nadie en la tierra queda:
¡En la tierra tan sólo
es el bello cantar, la flor hermosa:
es la riqueza nuestra, es nuestro adorno:
gocémonos con ella!
¡Huida de Quetzalcoat!
En Tula existió la Casa de Madera;
aún perduran las columnas en forma de serpientes;
las dejó al irse Nácxitl Topiltzin.
Al son de trompetas es llorado por nuestros príncipes.
Ya se va el que ha desaparecer allá en Tlapalla.
Íbamos allá a Cholula, junto al Poyauhtécatl;
é la había traspasado para ir a Acalla.
Al son de trompetas es llorado por nuestros príncipes.
ya se va el que ha de perecer allá en Tlapalla.
Llegué a Nonoalco, yo cual quéchol de finas plumas,
yo el príncipe Mamali y quedé desolado.
Misión del Poeta
Sólo venimos a llenar un oficio en la tierra, oh amigos;
tenemos que abandonar los bellos cantos,
tenemos que abandonar también las flores.
Por eso estoy triste en tu canto,
oh tú por quien se vive.
Brotan las flores, medran, germinan, abren corolas:
de su interior brota el canto florido que tú, poeta,
haces llover y difundes sobre otros.
Misión del Poeta (Otra)
¡Sin duda eres el ave roja del dios,
sin duda eres el rey del que da vida!
Vosotros, los primeros que mirasteis la aurora
aquí cantando estáis.
¡Esfuércese en querer mi corazón
sólo flores de escudo: son las flores del sol!
¿Qué hará mi corazón?
¿Es que en vano venimos, pasamos por la tierra?
De modo igual me iré
que las flores que fueron pereciendo;
¡Nada será mi renombre algún día!
¡Nada será mi fama en la tierra!
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Qué hará mi corazón?
¿Es que en vano venimos, pasamos por la tierra?
¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?
¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?
Fijad la vista en Acolhuacan,
la tierra arrasada, como sementera de Huexotla,
de Itztapalocan.
¡Reina la noche en la ciudad!
Allí está erguido el sabino, la ceiba,
la acacia y la cueva:
Tetlacuahuac, que conoce al dios que da vida
¡Oh príncipe mío, Tlacateotl chichimeca!
¿Por qué motivo nos aborrece Tezozomoctzin?
¡Acaso muerte nos prepara y guerra quiere!
¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!
Aunque afligidos, damos placer
al dador de vida,
el Colhua Mexicano Tlacateotl.
¿Acaso muerte nos prepara y guerra quiere?
¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!