Pedro SANCHO DE LA HOZ. Relacion para Su Majestad de lo sucedico en la conquista 1534 (1968)

Pedro SANCHO DE LA HOZ. Relacion para Su Majestad de lo sucedico en la conquista 1534 (1968).

SANCHO DE LA HOZ, Pedro
1534/1968 Relacion para Su Majestad de lo sucedico en la conquista …
Biblioteca Peruana, tomo 1, pp. 275-343.
Lima: Editores Tecnicos Asociados S.A.
277001 PEDRO SANCHO DE LA HOZ
277002 RELACION PARA S. M. DE LO SUCEDIDO EN LA CONQUISTA Y
PACIFICACION DE ESTAS PROVINCIAS DE LA NUEVA CASTILLA Y DE LA
CALIDAD DE LA TIERRA, DESPUES QUE EL CAPITAN HERNANDO PIZARRO
SE PARTIO Y LLEVO A SU MAJESTAD LA RELACION DE LA VICTORIA DE
CAXAMALCA Y DE LA PRISION DEL CACIQUE ATABALIPA
277009 I
277010 De la gran cantidad de plata y oro que se trajo del Cuzco y de la parte que se
envio a S. M. el Emperador por el quinto real: De como fue declarado libre el cacique
preso Atabalipa y de la promesa que les habia hecho de la casa llena de oro por su
rescate, y de la traicion que el dicho Atabalipa meditaba contra los espanoles, por lo
cual lo hicieron morir.
277016 Partido que hubo el capitan Hernando Pizarro con los cien mil pesos de oro y
cinco mil marcos de plata que se mandaron a S. M. por su real quinto, de alli a diez o
doce dias llegaron los dos espanoles que traian el oro de Cuzco, y al punto se fundio una
parte de el porque eran piezas pequenas y muy finas y monto a la suma de quinientas y
tantas planchas de oro arrancadas de unas paredes de la casa del Cuzco, y las planchas
mas pequenas pesaban cuatro o cinco libras cada una y otras chapas de diez o doce
libras, con las cuales estaban cubiertas todas las paredes de aquel templo; trajeron
tambien un asiento de oro muy fino labrado en figura de escabel que peso diez y ocho
mil pesos. Trajeron asimismo una fuente toda de oro, muy sutilmente labrada que era
muy de ver, asi por el artificio de su trabajo como por la figura con que era hecha y la
de muchas otras piezas de vasos, ollas y platos que asimismo trajeron. De todo este oro
se junto una cantidad que subio a dos millones y medio, que reducido a oro fino vino a
ser un millon trescientos veinte y tantos mil pesos, de lo que se saco el quinto para S. M.
que fueron do scientos sesenta y tantos mil pesos. De plata se hallaron cincuenta mil
marcos, de los cuales tocaron a S. M. diez mil; y se entregaron al tesoro de S. M. los
ciento y sesenta mil pesos y cinco mil marcos de plata porque, como se ha dicho, los
cien mil pesos restantes y los cinco mil marcos de plata los llevo Hernando Pizarro para
ayuda de los gastos que S. M. Cesarea hacia en la guerra contra los Turcos enemigos de
nuestra Santa Fe segun se decia. Todo el resto fue dividido entre los soldados y
companeros del Gobernador el cual dio a cada uno segun lo que en su conciencia y en
justicia pensaba que merecia, considerando los trabajos que habia pasado y la calidad de
la persona, todo lo cual hizo con suma diligencia y con la mayor presteza posible, para
partirse de aquel lugar e irse a la ciudad de Xauxa, y porque entre aquellos soldados
habian algunos que eran viejos y ya mas propios para el descanso que para la fatiga y
que en aquella guerra habian trabajado y servido mucho, les dio licencia para que se
volviesen a Espana, con cuya humanidad lograba que volviendo estos, diesen mejor
testimonio de la grandeza y riqueza de la tierra, de manera que acudiese gente bastante
para que se poblase y acreciese; porque en verdad siendo la tierra grande y llena de
naturales, los espanoles que en ella habian entonces eran poquisimos para conquistarla,
mantenerla y poblarla; y aunque habian hecho y obrado grandes cosas en la conquista
de ella, fue mas bien por la ayuda que Dios que en todo lugar y ocasion les dio la
victoria, que por fuerzas y medios que tuviesen para lograrla; con cuyo auxilio contaban
les sostendria en lo de adelante.
278037 Hecha aquella fundacion el Gobernador mando que el notario extendiera una
escritura, en la cual daba por libre al Cacique Atabalipa y le absolvia de la promesa y
palabra que habia dado a los espanoles que lo prendieron, de la casa de oro que les habia
otorgado; la cual escritura hizo pregonar publicamente a son de trompetas en la plaza de
aquella ciudad de Caxamalca notificandola tambien al dicho Atabalipa por medio de
una lengua; y asimismo declaro en el propio pregon que porque convenia al servicio de
S. M. y a la seguridad de la tierra queria mantenerlo preso en buena guarda, hasta tanto
que llegaran mas espanoles con que se asegurase mejor; pues estando libre y siendo el
tan gran senor y teniendo tanta gente de guerra y que todos le temian y obedecian, preso
como se hallaba, aunque estaba a trescientas leguas, no podia menos de hacerlo asi para
quitarse de toda sospecha; tanto mas que muchas veces se habia tenido por cosa cierta
que habia mandado juntar gente de guerra para acometer a los espanoles; la cual como
luego se dira, la habia juntado y puesto en orden con sus capitanes, y solo se dilataba el
efecto por la falta de su persona y de su general Chilichuchima que estaba asimismo
preso. Pasados algunos dias, ya que los espanoles estaban a punto de partirse para
embarcarse y volver a Espana, y el Gobernador alistaba la demas gente para salir de
Xauxa, Dios Nuestro Senor que con su infinita bondad guia y encamina las cosas para
que todo sea en mayor servicio suyo, como sera, habiendo en esta tierra espanoles que
la habiten y hagan venir en conocimiento del verdadero Dios a los naturales de la dicha
tierra, para que Nuestro Senor sea siempre alabado y conocido de estos barbaros y
ensalzada su Santa Fe, permitio que se descubriese y trastornase el mal proposito que
tenia este soberbio tirano en satisfaccion de muchas buenas obras y buen tratamiento
que siempre del Gobernador y de cada uno de los espanoles de su compania habia
recibido; cuya recompensa, segun su intento habia de ser de la suerte y manera que solia
darla a los caciques y senores de la tierra, mandandoles matar sin culpa ni causa
ninguna. Pues sucedio que volviendose a Espana nuestros soldados licenciados, viendo
el que se llevaban consigo el oro sacandolo de su tierra, considerando que poco ha, era
tan gran senor que tenia todas aquellas provincias con sus riquezas sin contradiccion
alguna, y sin considerar las justas causas por las cuales le habian despojado de ellas,
habia dado orden que cierta gente que por mandato suyo se habia juntado en la tierra de
Quito, viniera a acometer a los espanoles que estaban en Caxamalca una noche a una
hora concertada por cinco partes, asaltandolos en sus cuarteles y prendiendo fuego por
todas partes por donde pudiesen. Andaban en aquel tiempo fuera de Caxamalca treinta
espanoles y mas, que eran idos a la ciudad de San Miguel para embarcar oro de S. M. y
creyendo que por ser estos asimismo pocos les podria matar con facilidad antes que
pudieren juntarse con los de Caxamalca de la cual se hubo larga informacion de muchos
caciques y de sus mismos principales, que todos sin temor, tormentos ni amenazas,
voluntariamente dijeron y confesaron esta conjuracion; como venian a la tierra
cincuenta mil hombres de Quito y muchos Caribes, y que en todos los confines de
aquella provincia habia gente armada en gran numero; que por no hallarse
mantenimientos para toda asi junta, se habia dividido en tres o cuatro partes, y que
todavia esparcidos de esta manera eran tantos que no hallando con que sustentarse
cogian su maiz verde y lo secaban para que no les faltasen vituallas. Sabido todo esto y
siendo para todos cosa publica y clara que en (sic) sus ejercitos que decian venian para
matar a todos los cristianos; viendo el Gobernador en cuanto peligro estaba el gobierno
y todos los espanoles; para poner remedio en ello aunque le dolia mucho venir a tal
termino, vista sin embargo la informacion y proceso hecho, habiendo juntado a los
oficiales de S. M. y a los capitanes de su compania y a un Doctor que entonces estaba
en este ejercito, y al Padre Fray Vicente de Valverde, religioso de la orden de Santo
Domingo enviado por el Emperador Nuestro Senor, para la conversion y doctrina de las
gentes de estos reinos; despues de haberse disputado y discurrido mucho sobre el dano o
provecho que podria seguirse de la vida o muerte de Atabalipa, se resolvio que se
hiciese justicia de el; y porque asi lo pidieron los oficiales de S. M. y el Doctor juzgo
ser bastante la informacion, fue al cabo sacado de la prision en que estaba y a son de
trompetas que publicase su traicion y alevosia, fue llevado al medio de la plaza de la
ciudad y atado a un palo, mientras el religioso le iba consolando y ensenandole, por
medio de una lengua, las cosas de nuestra Fe Cristiana, diciendole que Dios habia
querido que fuese muerto por los pecados que habia cometido en el mundo, y que debia
arrepentirse de ellos, y que Dios le perdonaria, si lo hacia asi y se bautizaba al punto.
Movido el de estas razones pidio el bautismo y se lo dio al instante aquel reverendo
padre, que le hizo mucho bien con esta exhortacion; de tal manera que aunque estaba
sentenciado a ser quemado vivo, se le dio una vuelta al cuello con un cordel y de este
modo fue ahogado: mas cuando vio que se lo ponian para matarle, dijo que
recomendaba al Gobernador sus hijos pequenos, que los tomase consigo; y con estas
postreras palabras y diciendo el credo por su anima los espanoles que le rodeaban, fue
de pronto ahogado. Dios lo tenga en su Santa Gloria, pues murio arrepentido de sus
culpas y con la verdadera fe de cristiano. Despues de haber sido ahogado de esta
manera, en cumplimiento de la sentencia se le arrimo fuego de modo que se le quemara
alguna parte de la ropa y de la carne. Aquella noche (porque murio ya tarde) quedo su
cuerpo en la plaza para que todos supieran su muerte, y a otro dia mando el Gobernador
que todos los espanoles asistieran a su entierro, y con la cruz y demas religioso aparato
fue llevado a la iglesia y enterrado con tanta solemnidad como si hubiera sido el primer
espanol de nuestro campo. De lo cual todos los principales senores y caciques que lo
servian recibieron gran contento considerando la grande honra que se le hacia, y por
saber que por haberse hecho cristiano no fue quemado vivo, y fue enterrado en la iglesia
como si fuera espanol.
281028 II
281029 Eligen por Senor del Estado de Atabalipa a su hermano Atabalipa en cuya
coronacion se guardaron las ceremonias segun la usanza de los Caciques de aquellas
provincias. – Del vasallaje y obediencia que ofrecieron Atabalipa y otros muchos
Caciques al Emperador.
281034 Hecho esto, mando el Gobernador que al punto se juntasen en la plaza mayor
de aquella ciudad, todos los caciques y senores principales que vivian en ella en
compania del Senor muerto, que eran muchos y de lejanas tierras para darles otro senor
que los gobernara en nombre de S. M., por estar acostumbrados hacia largo tiempo a dar
siempre obediencia y tributo a un solo senor, que de no ser asi resultaria gran confusion,
porque cada uno se alzara con su senoria, y costara gran trabajo traerlos a la amistad de
los espanoles y al servicio de S. M., por esto, y por otras muchas razones los hizo juntar
el Gobernador y hallandose entre ellos un hijo de Guacunacaba, llamado Atabalipa,
hermano de Atabalipa, a quien tocaba por derecho el reino, dijo a todos que ya veian
como Atabalipa habia muerto por la traicion que habian concertado contra el, y puesto
que todos habian quedado sin senor que les gobernase y a quien obedecer, el queria
darles un senor que contentara a todos, y este era Atabalipa que tenian alli presente y al
cual pertenecia legitimamente aquel reino, como hijo de aquel Guacunacaba a quien
tanto habian amado. Que era persona joven que les trataria con mucho amor, y tenia
harta prudencia para gobernar aquella tierra; que sin embargo mirasen si le querian por
senor, que se los daria, y que de no, ellos nombrasen otro, que con tal que fuese capaz,
el se los daria por senor. Ellos respondieron que pues Atabalipa era muerto, obedecerian
a Atabalipa o a cualquier otro que les diesen, y asi se dispuso que a otro dia se le
prestase obediencia de la manera acostumbrada. Venido el dia siguiente se juntaron de
nuevo todos delante de la puerta del Gobernador, donde se puso el cacique en su asiento
y cerca de el todos los demas senores y principales, cada uno por su orden; y hechas las
ceremonias debidas, cada uno vino a ofrecerle un plumaj e blanco en senal de vasallaje
y de tributo, que esta es costumbre antigua entre ellos desde que esta tierra fue
conquistada por estos Cuzcos. Hecho esto, cantaron y bailaron, haciendo una gran
fiesta, en la cual el nuevo cacique rey no se vistio ninguna ropa de precio, ni se puso
borla en la frente como solia traerla el Senor muerto. Y preguntandole el Gobernador
por que hacia esto, dijo que era costumbre de sus antepasados cuando tomaban posesion
del se norio, hacer duelo por el cacique muerto y pasaban tres dias ayunando encerrados
en una casa, y despues salian fuera con mucha honra y solemnidad y hacian gran fiesta,
por lo cual el queria hacer lo mismo y estarse dos dias ayunando. El Gobernador
respondio que pues era costumbre antigua la guardase, y que luego le diria muchas
cosas que el Emperador nuestro senor le mandaba que le dijera a el y a todos los senores
de aquellas provincias; y luego se puso el cacique a su ayuno en el lugar apartado del
consorcio de los demas, que era una casa que le habian aparejado para este efecto desde
el dia que le fue notificado por el Gobernador, la que estaba cerca de su alojamiento; de
lo cual quedaron muy maravillados el dicho Gobernador y los demas espanoles, viendo
como en tan breve espacio habian hecho una casa tan grande y buena. En ella se estuvo
encerrado y retraido, sin que nadie le viera ni entrara a aquel lugar, salvo los criados que
le servian y le llevaban la comida, o el Gobernador cuando queria mandar alguna cosa.
Acabado el ayuno, salio fuera ricamente vestido y acompanado de mucha gente,
caciques y principales que lo guardaban, y adornados todos los lugares donde habia de
asentarse con cojines de gran precio y puestos bajo de los pies panos de corte. Se sento
junto a el Chilichuchima, el gran Capitan de Atabalipa que le conquisto esta tierra como
se cuenta en la relacion hecha de las cosas de Caxamalca, y junto de el el capitan Tice,
uno de los principales y de la otra parte ciertos hermanos del Senor, y seguian de uno y
otro lado, otros caciques y capitanes y gobernadores de provincias y otros senores de
grandes tierras, y finalmente no se asento aqui ninguna persona que no fuese de calidad;
y comieron todos juntos en el suelo, que no usan otra mesa, y despues de haber comido,
dijo el cacique que queria dar su obediencia en nombre de S. M. como la habian dado
sus principales. El Gobernador le dijo que hiciera como le parecia, y luego le ofrecio un
plumaje blanco que sus caciques le habian dado, diciendole que se lo presentaba en
muestra de obediencia. El Gobernador lo abrazo con mucho amor y lo recibio,
diciendole que cuando quisiera le diria las cosas que tenia que decirle en nombre del
Emperador, y quedo concertado entre los dos que se juntarian otra vez para este efecto
al dia siguiente.
284001 Llegado se presento en la junta del Gobernador vestido lo mejor que pudo con
ropa de seda, acompanado de los oficiales de S. M. y de algunos hidalgos de su
compania que asistieron bien vestidos para mayor solemnidad de esta ceremonia de
amistad y paz, y a su lado hizo poner el alferez con el estandarte real. Luego el
Gobernador fue preguntando a cada uno por su orden como se llamaba y de que tierra
era senor, y mando que lo fuese notando su secretario y escribano, y serian hasta
cincuenta caciques y senores principales. Encarandose despues con todos ellos les dijo
que el Emperador D. Carlos nuestro senor de quien eran criados y vasallos los espanoles
que estaban en su compania, le habian enviado a aquella tierra para darles a entender y
predicarles como un solo Senor Criador del Cielo y de la tierra, Padre, Hijo y Espiritu
Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, los habia criado, y les daba la
vida y el ser, y hacia nacer los frutos de la tierra con que se sustentaban, y a este fin, les
ensenara lo que habian de hacer y de guardar para salvarse; y como por mano de este
nuestro Senor Dios Todopoderoso y de sus vicarios que dejo en la tierra, porque el
subio al cielo donde ahora habita y sera glorificado eternamente, fueron dadas aquellas
provincias al Emperador para que se hiciera cargo de ellas, el cual le mandaba para que
los doctrinase en la fe cristiana y los pusiera bajo su obediencia; y que todo lo tenia por
escrito a fin de que lo escuchasen y cumpliesen, lo cual les hizo leer y declarar palabra
por palabra por medio de un interprete. Luego les pregunto si lo habian entendido bien y
respondieron que si y que pues les habia dado por senor a Atabalipa ellos harian todo lo
que les ordenara en nombre de S. M. teniendo por Senor Supremo al Emperador, y
despues al Gobernador y despues a Atabalipa, para hacer cuanto les mandara en su
nombre. Luego al punto tomo el Gobernador en las manos el estandarte real el cual
levanto en alto tres veces y les dijo que como vasallos de la Majestad Cesarea debian
hacer ellos lo mismo, y al punto lo tomo el cacique, y despues los capitanes y los otros
principales y cada uno lo alzo en alto dos veces, luego fueron a abrazar al Gobernador,
el cual los recibio con mucha alegria por ver su pronta voluntad y con cuanto contento
habian oido las cosas de Dios y de nuestra religion. El Gobernador quiso que de todo
esto se pusiese testimonio por escrito, y acabado el cacique y los principales hicieron
grandes fiestas, de manera que todos los dias habia holgorio y regocijo en juegos y
convites que de ordinario se hacian en casa del Gobernador.
285003 III
285004 Trayendo una nueva colonia de espanoles para poblar en Xauxa tienen nueva
de la muerte de Guaritico hermano de Atabalipa, despues que pasaron la tierra de
Guamachucho, Adamalch, Guaiglia, Puerto Nevado y Capotambo, entienden que en
Tarma les aguardan para acometerles muchos indios de guerra por lo cual echan
prisiones a Chilichuchima y siguiendo intrepidos su viaje van a Cachamarca donde
hallan mucho oro.
285011 En este tiempo acabo de repartir entre los espanoles de su compania el oro y la
plata que se hubo en aquella casa, y Atabalipa dio el oro de los quintos reales al tesorero
de S. M. el cual lo hizo cargar el Gobernador para llevarlo a la ciudad de Xauxa donde
pensaba fundar colonia de espanoles por las noticias que tenia de las buenas provincias
comarcanas y de las muchas ciudades que habia todo alrededor de ella. Hizo asimismo
poner en orden los espanoles y proveerles de armas y otras cosas para la jornada, y
venido el tiempo de la partida les dio naturales que les llevasen su oro y sus cargas.
Antes de partirse habiendo entendido la poca gente que habia en la ciudad de San
Miguel para poder mantenerse en ella, saco de los espanoles que habia de llevar consigo
diez soldados de a caballo con un capitan, persona de mucho recaudo, al cual mando
que se fuese para aquella ciudad y se mantuviera en ella hasta que llegasen navios con
gente que la pudiera guardar, y que luego se volviese a Xauxa donde el iba asentar un
pueblo de espanoles, y fundir el oro que llevaba, prometiendo que les daria todo el oro
que entonces les tocara con tanta puntualidad como si se hallaran presentes, porque su
vuelta era muy necesaria, siendo aquella la primera ciudad donde se habia de poblar y
dejar colonia de espanoles por la Majestad Cesarea, y la principal porque en ella se
habian de recoger y recibir los navios que viniesen de Espana para aquella tierra.
286006 De esta manera se partieron con la instruccion que el Gobernador les dio de lo
que habian de hacer en la pacificacion de la gente de la comarca. El Gobernador se
partio asimismo despues de un lunes por la manana, y en aquel dia camino tres leguas y
fue a dormir a orillas de un rio, donde le llego la nueva de que un hermano del cacique
Atabalipa llamado Guaritico y hermano asimismo de Atabalipa, habia sido muerto por
unos capitanes de Atabalipa de orden suya. Este Guaritico era persona muy principal y
amigo de los espanoles, el que habia sido mandado por el Gobernador desde Caxamalca
para aderezar los puentes y malos pasos del camino. El cacique mostro sentir gran
pesadumbre por su muerte, y el Gobernador lo sintio mucho pues lo queria, por ser muy
util a los cristianos. A otro dia se partio el Gobernador de aquel lugar, y por sus jornadas
llego a la tierra de Guamachucho, dieciocho leguas de Caxamalca, y habiendose
reposado alli dos dias se partio para Caxamalca nueve leguas adelante, adonde llego en
tres dias y descanso cuatro para que la gente reposara y recogiese bastimento para pasar
a Guaiglia, veinte leguas de all i. Partido de este pueblo llego en tres dias al Puerto
Nevado el que paso, y a otro dia de manana llego a una jornada de Guaiglia, y mando el
Gobernador un capitan suyo que fue el Mariscal D. Diego de Almagro, con gente de a
caballo para que tomase un puente a dos leguas de Guaiglia, cuyo puente era fabricado
de la manera que luego se dira. Este capitan tomo el puente junto con un monte fuerte
que dominaba aquella tierra. El Gobernador no tardo en llegar al puente con el resto de
los suyos, y habiendolo pasado partio a otro dia de manana que fue domingo para
Guaiglia, y llegados, oyeron luego misa y despues entro en ciertos aposentos buenos; y
reposado alli ocho dias, se partio con la gente, y a otro dia paso otro puente de criznejas
que estaba sobre el dicho rio, el cual pasa por un valle muy deleitable. Caminaron
treinta leguas hasta donde el capitan Hernando Pizarro llego cuando fue a Pachacac,
segun se mando larga relaci on a S. M. de todo lo que hizo en este viaje hasta
Pachacamac y de alli a la ciudad de Xauxa y en la vuelta a Caxamalca cuando trajo
consigo al capitan Chilichuchima y de otras cosas que aqui no se relatan. El Gobernador
enderezo su camino, y por sus jornadas llego a la tierra de Caxatambo. De alli se partio
sin hacer mas que pedir algunos indios para que cargasen el oro de S. M. y de los
soldados, usando siempre de grande vigilancia en saber y tener noticia de las cosas que
sucedian en la tierra; y con buen concierto en la gente, siempre con vanguardia y
retaguardia como hasta alli habia hecho, temiendo que el capitan Chilichuchima que
traia consigo le tramase alguna traicion por la sospecha que habia tenido, mucho mas
que en Caxatambo ni en diez leguas adelante habia encontrado gente alguna, ni menos
se encontro en una parada que se hizo en un pueblo, cinco leguas mas alla, porque toda
se habia huido sin que pareciese alma viviente. Llegado alli vino un indio criado de un
espanol que era de aquella tierra de Pombo, distante de aqui diez leguas y veinte de la
ciudad de Xauxa, del cual se entendio que se habia juntado mucha gente de guerra en
Xauxa para matar a los cristianos que venian; y que traian por capitanes a Yncorabaliba,
Yguaparro, Mortay y otro capitan, todos cuatro personas principales y que tenian mucha
gente consigo; anadiendo ademas que un pueblo cinco leguas de Xauxa, llamado Tarma
se habia puesto una parte de esta gente a guardar un mal paso que habia en un monte
para cortarlo y romperlo, de manera que los espanoles no lo pudiesen pasar. Informado
de esto el Gobernador, mando echar prisiones al capitan Chilichuchima, porque se decia
por cosa cierta, que por consejo y mandato suyo se habia movido aquella gente,
pensando el huirseles a los cristianos o ir a juntarse con ella; de cuyos tratos no era
sabedor el cacique Atabalipa, y por esto no dejaban estas gentes que ningun indio pasara
a la parte del cacique para que no le pudieran dar noticias de estos tratos. La causa
porque se habian rebelado y querian guerra con los cristianos, era porque veian la tierra
ganada por los espanoles y querian gobernarla ellos.
287035 El Gobernador antes de partirse de aquel lugar envio un capitan con gente de a
caballo para que tomase un puerto nevado que estaba a tres leguas, y fuera a pasar la
noche en unos campos cerca de Pombo, y asi lo hizo, que paso el puerto con mucha
nieve, pero sin encontrar tropiezo alguno, y asimismo lo paso el Gobernador sin
oposicion, salvo la incomodidad de la nieve que les cayo muy impetuosa. Pasaron toda
la noche en aquel campo sin toldo ninguno, sobre la nieve sin tener provision de lena ni
de vitualla. Llegados a la tierra de Pombo proveyo y mando el Gobernador que los
soldados se alojasen con el mejor orden y recaudo que se pudiera, porque tenia nueva de
que los enemigos se aumentaban a cada momento, y se tenia por cierto que aqui
vendrian a embestir a los espanoles, y por eso hizo aumentar las rondas y centinelas
espiando siempre los pasos de los enemigos. Despues de haberse reposado alli otro dia,
de ciertos enviados que el cacique Atabalipa habia mandado para saber lo que pasaba en
Xauxa, vino uno que dijo como la gente de guerra estaba cinco leguas de Xauxa camino
del Cuzco, y venia a quemar el pueblo y todos los edificios de el, para que los cristianos
no hallaran donde hospedarse y que luego querian irse la vuelta del Cuzco a juntarse
con un capitan que se llamaba Quizquiz, que estaba alli con mucha gente de guerra, que
habia venido de Quito por mandato de Atabalipa para seguridad de la tierra. Sabido esto
por el Gobernador hizo aparejar sesenta y cinco caballos ligeros, y con veinte peones
que guardaban a Chilichuchima, sin estorbos de bagajes, se partio para Xauxa, dejando
alli al tesorero con la otra gente guardando la cola del campo y el oro de S. M. y de la
compania. El dia que se partio de Pombo camino unas siete leguas y se fue a quedar en
un pueblo que se dice Caxamarca, y que aqui se encontraron setenta mil pesos de oro en
piezas ricas, para cuya guardia dejo el Gobernador dos cristianos de a caballo, para que
cuando la retaguardia llegaa lo condujese bien guardado; llego a la manana, se partio
con su gente en buen orden, habida nueva de que a tres leguas de alli estaban cuatro mil
hombres; y en la marcha iban siempre por delante tres o cuatro caballos ligeros para que
encontrandose con algun espia de los enemigos lo matasen para que no diera aviso de su
venida. A hora del mediodia llegaron a aquel mal paso de Tarma donde decian habia
gente guardandolo para defenderlo, el cual mostraba ser tan dificultoso que parecia
imposible poder subirlo porque habia un mal paso de piedra para bajar al arroyo donde
tenian que apearse todos los que iban a caballo, y despues era preciso que subiesen a lo
alto por una cuesta, y por la mayor parte era monte empinado y dificil que duraba como
una legua, la cual se paso sin que parecieran los indios que se decian estaban armados.
Ya la tarde, pasada la hora de visperas, llego el Gobernador con su gente a aquel pueblo
de Tarma, que por ser en mal sitio, y tenerse nueva de que habian de venir a ella los
indios para sorprender a los cristianos, no quiso detenerse mas tiempo que el necesario
para dar de comer a los caballos y reponerlos de la hambre y de la fatiga pasada, para
salir presto de aquel lugar que no tenia otra parte llana sino la plaza, y estaba en una
pequena ladera cercada de montanas todo alrededor por espacio de una legua. Por ser ya
de noche asento aqui su campo estando siempre alerta con los caballos ensillados y la
gente sin comer, y finalmente sin refrigerio alguno, porque no tenian ni lena ni agua, ni
traian consigo sus toldos para poder abrigarse, que fue causa de que murieran todos de
frio, porque llovio mucho a prima noche, y despues nevo de tal manera que las armas y
ropas que traian se mojaron todas. Mas cada uno se remedio lo mejor que pudo, y asi se
paso aquella mala y trabajosa noche hasta que amanecio, y entonces mando que
subieran a caballo para llegar temprano a Xauxa que estaba a cuatro leguas de alli; y
andadas las dos, el Gobernador repartio los sesenta y cinco caballos entre tres capitanes,
dando quince a cada uno y tomando consigo los otros veinte con los veinte peones que
guardaban a Chilichuchima. En este orden caminaron hasta Porci una legua de Xauxa,
habiendo ordenado a cada capitan lo que debia hacer, y todos se detuvieron en un
pueblo pequeno que encontraron. Luego marcharon todos con buen concierto y dieron
vista a la ciudad y en una cuesta se pararon todos a un cuarto de legua.
289028 IV
289029 Llegan a la ciudad de Xauxa: quedan algunos guardando aquel lugar y otros
van contra el ejercito de los enemigos, con los cuales pelean, alcanzan victoria y se
vuelven a Xauxa. – No se quedan alli mucho tiempo, sino que van algunos la vuelta del
Cuzco para pelear con el grueso del ejercito enemigo; pero no les sale bien el intento y
se vuelven a Xauxa.
289035 Los naturales salieron todos fuera al camino para ver a los cristianos,
celebrando mucho su venida, porque con ella pensaban que saldrian de la esclavitud en
que les tenia aquella gente extranjera. En este sitio quisieron esperar que entrase mas el
dia, pero viendo que no parecia ninguna gente de guerra, comenzaron a caminar para
entrar en la ciudad, y al bajar aquella pequena cuesta, vieron venir corriendo a gran furia
un indio con una lanza enhiesta, y llegando a ellos, se hallo ser un criado de los
cristianos, el que dijo que su amo lo enviaba a que les hiciera saber que debian darse
prisa porque los enemigos estaban en la ciudad, y que dos cristianos de a caballo se
habian adelantado a los demas, y habian entrado a ver los edificios que habia en ella, y
yendo registrandola, vieron unos veinte indios que salian de ciertas casas con sus lanzas
u otras armas, llamando a los otros para que salieran y vinieran a juntarse con ellos. Los
dos cristianos viendolos juntarse, sin hacer caso de sus gritos ni clamores dieron sobre
ellos y mataron algunos y pusieron en huida a otros, los cuales se fueron luego a juntar
con los otros que habian venido a su socorro y formaron un monton como de
doscientos, a los que de nuevo acometieron los espanoles en una calle angosta, y los
rompieron, haciendolos retroceder hasta la orilla de un gran rio que pasa por aquella
ciudad, y entonces uno de estos espanoles habia enviado el indio que he dicho con la
lanza enhiesta en senal de que habia en la ciudad enemigos armados. Oido esto
arrimaron los espanoles las espuelas a sus caballos y sin detenerse llegaron a la ciudad y
entraron dentro; y encontrados sus companeros, ellos les contaron lo que les habia
sucedido con aquellos indios, y corriendo los capitanes para aquella parte a donde se
habian retraido los enemigos, llegaron a la orilla del rio que estaba entonces muy
crecido, y desde la orilla vieron |ben|c la otra banda a un cuarto de legua los escuadrones
de los enemigos. Pues pasado el rio con no pequeno trabajo y riesgo se fueron para
ellos. El Gobernador se quedo guardando la ciudad porque asimismo se decia que
dentro habia enemigos escondidos. Visto por los indios que los cristianos habian pasado
el rio comenzaron a retirarse, hechos dos escuadrones. Y uno de los capitanes espanoles
con sus quince caballos ligeros aguijo por una cuesta del collado, donde estaban para
ganarlo, de modo que no se pudieran retraer y hacerse fuertes alli, y los otros dos
capitanes se fueron por derecho la vuelta de ellos, por junto al rio y los alcanzaron en
una sementera de maiz, donde los rompieron y pusieron en derrota, cogiendolos a todos,
que de seiscientos que eran no se escaparian arriba de veinte o treinta, que tomaron el
monte antes que llegara el capitan, con los otros quince y asi se salvaron. Los mas de
ellos se recogian hacia el agua, pensado salvarse en ella, pero los caballos ligeros
pasaban el rio casi a nado tras de ellos y no dejaban uno a vida; salvo algunos pocos que
se les habian escondido en el alcance despues que fueron desbaratados. Corrieron luego
la tierra hasta una legua mas abajo, sin hallar indio alguno. Pues vueltos se reposaron
ellos y sus caballos, que bien lo necesitaban, porque con la larga jornada hecha antes, y
con haber corrido aquellas dos leguas estaban harto estropeados.
291011 Sabida la verdad de que gente fuese aquella, se hallo que los cuatro capitanes y
la gente estaban asentados a seis leguas de Xauxa, rio abajo y que el propio dia habian
enviado aquellos seiscientos hombres para acabar de quemar la ciudad de Xauxa,
habiendo quemado ya la otra mitad hacia ya siete u ocho dias y entonces quemaron un
edificio grande que estaba en la plaza, y otras cosas a la vista de la gente de la ciudad
con muchas ropas y maiz, para que los espanoles no lo aprovecharan. Quedaron los
vecinos tan enemistados con ellos que si algun indio de estos se metia adentro o se
escondia lo mostraban a los cristianos para que lo matasen, y ellos propios ayudaban a
matarles, y aun los habrian matado con sus propias manos, si los cristianos se lo
permitieran.
291024 Informados pues los capitanes del lugar donde se hallaban estos enemigos y del
camino del cual habian andado parte, determinaron no encerrarse en Xauxa sino pasar
adelante y dar en el grueso de gente que estaba a cuatro leguas, antes que tuviesen
nueva de su venida. Con este intento mandaron que se pusiesen a punto los soldados;
pero no tuvo efecto su proposito porque hallaron los caballos tan cansados que tomaron
por mejor partido el volver atras, como lo hicieron. Llegados a Xauxa refirieron al
Gobernador lo sucedido, de lo que hubo mucho contento, y los recibio con mucha
alegria agradeciendoles a todos el que se hubieran portado tan valerosamente. Y les dijo
que de todos modos entedia que se fuese a acometer el campo de los enemigos, porque
aunque fuesen avisados de la victoria estaba cierto que los esperarian. Al punto mando a
su maese de campo que los aposentase y les dijesen que descansaran lo que les quedaba
de dia, y la noche hasta que saliera la luna, y que entonces se pusiesen a punto para ir a
dar sobre los enemigos. Para aquella hora estuvieron en orden cincuenta caballos
ligeros, que al toque de la trompeta se presentaron armados con sus caballos en el
aposento del Gobernador, el que los despacho muy luego y siguieron su camino.
Quedaron en la ciudad con el quince caballos con los veinte peones que hacian la
guardia toda la noche con los caballos ensillados, hasta que volvio el capitan de aquella
salida que fue de alli a cinco dias. Conto al Gobernador todo lo que habia sucedido
desde que de el se partio, diciendo que la noche que salio de Xauxa camino unas cuatro
leguas antes que amaneciera, con mucha diligencia para dar en el campo de los
enemigos antes de que fuesen avisados de su venida; y que estando ya cerca vieron al
amanecer una grande humareda en el lugar donde estaban aposentados, que serian dos
leguas adelante; y asi aguijo con los suyos a gran furia, pensando que los enemigos
avisados de su venida se le huian, y quemaban los aposentos que habia en el pueblo; y
asi era porque se huian despues de prender fuego a aquella misera poblacion. Llegados
los espanoles a aquel lugar siguieron la huella de la gente por un valle muy llano, y
segun que los iban alcanzando topaban, porque venian mas despacio, con muchas
mujeres y muchachos en la retaguardia, y dejandoselos atras para alcanzar a los
hombres, corrieron mas de cuatro leguas, y alcanzaron algunos escuadrones de ellos.
Como una parte de ellos vio a los Castellanos desde algo lejos, tuvieron tiempo de
tomar un monte y se salvaron en el, y otros, que fueron pocos, fueron muertos,
quedando en poder de los cristianos (que por tener los caballos cansados no quisieron
subir al monte) muchos despojos suyos, y mujeres y muchachos. Y como ya era llegada
la noche volvieron a dormir a una aldea que dejaron atras, y al dia siguiente
determinaron estos espanoles seguir su camino la vuelta del Cuzco tras de los indios
para tomarles ciertos puentes de red y no dejarlos pasar; pero por falta de pasturas para
sus caballos se vieron obligados a volverse atras con gran disgusto del Gobernador
porque a lo menos no habian seguido hasta quitarles aquellos puentes, y no dejarlos
pasar la vuelta del Cuzco, porque siendo gente forastera se temia que hiciere gran dano
en los vecinos de aquellos lugares.
293001 V
293002 Nombran nuevos oficiales en la Ciudad de Xauxa para fundar poblacion de
espanoles y habiendo tenido nueva de la muerte de Atabalipa, con mucha prudencia y
arte para mantenerse en gracia de los indios, tratan de nombrar nuevo Senor.
293006 Y por esta causa, llegadas que fueron las cargas y la retaguardia que habia
dejado en Pombo, echo bando de que por cuanto tenia determinado fundar en aquella
ciudad poblacion de espanoles en nombre de S. M. los que quisieran avecindarse alli
podian hacerlo; pero no hubo ningun espanol que quisiera quedarse, diciendo que
mientras estuviese fuera la gente de guerra con las armas en la mano por aquella tierra
no estarian los naturales de la provincia al servicio y sujecion de los espanoles y
obediencia de S. M. Visto esto por el Gobernador determino no perder por entonces el
tiempo en aquel negocio, sino ir contra los enemigos la vuelta del Cuzco, para echarlos
de aquella provincia y desbaratarlos del todo.
293018 En el intermedio, para poner orden en las cosas de aquella ciudad, fundo el
pueblo a nombre de S. M. y creo oficiales para la justicia de el, que fueron ochenta, y
los cuarenta de ellos, fueron cuarenta caballos ligeros que dejo alli de guarnicion con el
tesorero para que guardase tambien el oro de S. M., dejandolo por su lugarteniente y
para que en todo fuese cabeza y tuviera el mando y suma del Gobierno. En estas cosas
vino a morir el cacique Atabalipa de su enfermedad, de lo que hubo mucho pesar el
Gobernador y con el todos los demas espanoles, porque cierto era muy prudente y tenia
mucho amor a los espanoles. Se dijo publicamente que el capitan Chilichuchima le dio
con que muriera, porque deseaba que la tierra quedara por la gente de Quito y no por la
natural del Cuzco ni por los espanoles, y si aquel cacique viviera no hubiera podido
lograr lo que deseaba. Al punto hizo llamar el Gobernador al capitan Chilichuchima y a
Tizas y a un hermano del cacique y a otros capitanes principales y caciques que eran
venidos de Caxamalca, a los cuales dijo que debian saber bien que el les habia dado por
Senor a Atabalipa, y que siendo muerto, ellos debian pensar a quien querian por senor,
que el se los daria. Hubo entre ellos gran diferencia sobre esto, porque Chilichuchima
queria que fuese senor Aticoc, el hijo de Atabalipa y hermano del cacique muerto, y
otros senores que no eran de la tierra de Quito querian que el senor fuera natural del
Cuzco, y proponian un hermano carnal de Atabalipa. El Gobernador dijo a los que
querian por senor al hermano de Atabalipa que lo mandaran llamar, y que cuando
viniera si hallaba que era sujeto de valer, lo nombraria, y con esta respuesta se acabo
aquella junta. Y habiendo llamado de parte del Gobernador al capitan Chilichuchima le
dijo estas palabras: “Ya tu sabes que amaba mucho a tu senor Atabalipa, y hubiera
querido que pues murio y dejo hijo, este fuera senor; y que tu ya que eres hombre
prudente hubieras sido su capit an hasta que estuviera de edad de gobernar sus senorios;
y por esto deseo tanto que se le mande llamar presto, porque por amor de su padre lo
amo mucho y a ti asimismo. Pero junto con esto ya que todos estos caciques que estan
aqui son tus amigos y tienes mucha influencia en los soldados de su nacion, sera bien
que les mandes mensajeros para que vengan de paz, porque no quisiera encruelecerme
contra ellos y matarlos como ves que lo voy haciendo, cuando deseo que las cosas de
estas provincias esten quietas y pacificas”. Este capitan tenia gran deseo, como se ha
dicho, que el hijo de Atabalipa fuera senor, y conociendolo el Gobernador le dijo con
arte estas palabras, y le dio esta esperanza: no porque tuviera animo de hacerlo, sino
para que entre tanto que aquel hijo de Atabalipa venia para este efecto, hiciera que
aquellos capitanes de guerra que habian tomado las armas vinieran de paz.
294032 Se acordo asimismo, que el dijese a Aticoc y a los otros senores de la provincia
del Cuzco, que les daria por senor al que ellos quisiesen; porque era menester que asi se
gobernara en cl estado que estaban las cosas para estar bien con todos.
294036 A Chilichuchima trataba de dar palabra |bpara|c que hiciere venir las gentes que
estaban en el Cuzco con las armas a dejarlas, porque no hiciesen dano en las gentes del
pais; y a los del Cuzco para que fueran amigos verdaderos de los cristianos y les dieran
aviso de lo que trataban los enemigos y de todo lo que se hacia en la tierra; y por esta
causa y otras decia esto el Gobernador con mucha prudencia. Chilichuchima a lo que
mostro, recibio tanto contento de estas palabras, como si lo hubiera hecho senor de todo
el mundo, y respondio que haria todo lo que mandaba y que holgaria mucho de que los
caciques y soldados vinieran en paz, y que despacharia mensajeros a Quito para que el
hijo de Atabalipa viniera; pero que temia que lo estorbaran dos grandes capitanes que
estaban con el, que no lo dejarian venir; que no obstante eso mandaria tal persona con la
embajada que pensaba que todos se conformarian con su voluntad. Y luego anadio:
“Senor, pues quieres que yo haga venir estos caciques, quitame de encima esta cadena
porque viendome con ella no querran obedecerme”. El Gobernador para que no
sopechara que fuese fingido lo que le habia dicho le dijo que era contento de hacerlo,
pero con la condicion de que habia de ponerle guardia de cristianos, hasta que hiciera
venir de paz aquellos soldados que estaban de guerra y viniera el hijo de Atabalipa. El
quedo satisfecho con esto y asi fue suelto, y el Gobernador le puso una buena guardia,
por ser aquel capitan la llave para tener la tierra pacifica y sujeta. Tomada esta
providencia y ordenada la gente que habia |bde|c ir con el Gobernador la vuelta del
Cuzco, que eran cien caballos y treinta peones, mando a un capitan que con sesenta de a
caballo y algunos peones fuera por delante para reponer los puentes que estuvieran
quemados, y el Gobernador se quedo mientras a dar orden con muchas cosas
convenientes a la ciudad y a la republica, que habia de dejar ya como fundada, y para
esperar la respuesta de dos cristianos que habia mandado a la costa para ver los puertos
y poner cruces en ellos, por si alguno viniera, reconocer la tierra.
295031 VI
295032 Descripcion de los puentes que los indios acostumbraban hacer para pasar los
rios; y de la trabajosa jornada que tuvieron los espanoles en la ida al Cuzco y de la
llegada a Panarai y a Tarcos, ciudad de los indios.
295036 Se partio este capitan el jueves con los que habian de seguirle, y el Gobernador
con la demas gente, y Chilichuchima y su guarda el lunes siguiente; de manana
estuvieron todos a punto de armas y de todas las cosas necesarias, por ser largo el viaje
que habian de hacer y quedarse todas las cargas en Xauxa, por no ser conveniente
llevarlas consigo en esta jornada. Camino el Gobernador dos dias por un valle abajo, a
la orilla del rio de Xauxa que era muy deleitable y poblada de muchos lugares, y al
tercer dia llego a un puente de redes que estaba sobre el dicho rio, el cual habian
quemado los soldados indios despues que hubieron pasado; pero ya el capitan que habia
ido por delante habia hecho que los naturales lo repusieran.
296010 Y en las partes en que hacen estos puentes de redes, donde los rios son
crecidos, por estar poblada la tierra adentro lejos del mar, casi no hay indio alguno que
sepa nadar; y por esta causa aunque los rios sean pequenos y se pueden vadear no
obstante les echan puentes, de este modo; que si las dos orillas del rio son pedregosas
levantan en ellas una pared grande de piedra y despues ponen cuatro bejucos que
atraviesan el rio, gruesos de dos palmos o poco menos, y en el medio a manera de zarzo
entretejen mimbres verdes gruesos como dos dedos, bien tejidos, de suerte que unos se
queden mas flojos que otros atados en buena forma, y sobre estos ponen ramas
atravesadas de modo que no se ve el agua y de esta manera es el piso del puente. Y de la
misma suerte tejen una barandilla en el borde del puente con estos mismos mimbres,
para que nadie pueda caer en el agua, de lo cual no hay a la verdad ningun peligro, bien
que al que no es practico parece cosa peligrosa el haberlo de pasar, porque siendo el
trecho grande se dobla el puente cuando pasa uno por el, que siempre va uno bajando
hasta el medio, y desde alli subiendo hasta que acaba de pasar a la otra orilla, cuando se
pasa tiembla muy fuerte, de manera que al que no esta a ello acostumbrado se le va la
cabeza. Hacen de ordinario dos puentes juntos, porque dicen que por el uno pasan los
senores y por el otro la gente comun.
296033 Tienen en ellos sus guardas, y el cacique senor de todas las tierras las tienen
alli de continuo para que si alguna le hurtara oro o plata u otra cosa, a el o a otro senor
de la tierra no le pudiera pasar; los que guardan estos puentes tienen cerca sus casas y de
continuo tienen a la mano mimbres y zarzo y cuerda para componer los puentes cuando
se van estropeando y hacerlos de nuevo si menester fuera. Pues las guardas que estaban
en este puente cuando pasaron los indios que lo quemaron, escondieron los materiales
que tenian para reponerlo, porque de otra manera los hubieran asimismo quemado, y por
esta razon lo hicieron en tan poco espacio para que pasaran los espanoles.
297006 Los caballos espanoles y el Gobernador pasaron por el uno de estos puentes,
aunque por estar fresco y no bien ordenado tuvieron mucho trabajo, porque por haber
pasado por alli el capitan que iba adelante con los sesenta caballos, se habian hecho
muchos agujeros y estaba medio desbaratado. – Todavia pasaron los caballos sin que
peligrase ninguno, aunque todos cayeron porque se movia el puente y temblaba todo,
pero como se ha dicho estaba el puente hecho de manera que aunque doblasen los
cuatro pies no podian caer abajo al agua. Pasados que fueron todos, el Gobernador
acampo en unas arboledas que habia alli, por donde pasaban muchos hermosos arroyos
de agua hermosa y limpia.
297018 Prosiguieron despues su viaje andando dos leguas por la orilla de aquel rio por
un valle estrecho, que tenia montanas altisimas de uno y otro lado, y en partes tiene este
valle por donde pasa el rio tan poco espacio, que hay tanto camino entre el pie del
monte y el rio como un tiro de piedra, y en los otros lugares por la falda de la montana
poco mas. Pasadas las dos leguas de este valle se encontro otro puente pequeno sobre
otro rio por el que paso toda la gente de a pie y los caballos lo vadearon, tanto por estar
el puente maltratado como por estar el agua baja en aquel tiempo. Pasado el rio se
comenzo a subir una montana asperisima y larga, toda hecha de escalones de piedras
muy menudas. Aqui trabajaron tanto los caballos que cuando acabaron de subirla se
habian desherrado la mayor parte, y tenian gastados los cascos de los cuatro pies.
Subida aquella montana que duraria hasta media legua, andando en la tarde otro pedazo
por una cuesta, llego el Gobernador con esta gente a una aldea, que habian saqueado y
quemado los indios enemigos, y por eso no se hallo en ella gente ni maiz, ni otro
mantenimiento, y el agua estaba muy lejos porque los indios habian roto las canerias
que venian a la ciudad que fue un gran mal, y de mucha incomunidad para los
espanoles, porque por haber aquel dia hallado el camino aspero, trabajoso y largo tenian
necesidad de buen alojamiento.
298003 Se partio de aqui el Gobernador al otro dia, y fue a dormir a otro pueblo, que
aunque era muy grande y bueno, y lleno de muchos aposentos, se hallo en el tan poco
refrigerio como en el pasado: y este pueblo se llamaba Panaray.
298007 Se maravillo mucho el Gobernador con los espanoles de no hallar aqui ni
mantenimiento ni cosa alguna, porque siendo este lugar de un senor de los que habian
estado con Atabalipa y con el senor muerto en compania de los cristianos, habia venido
de continuo en compania suya hasta Xauxa, y dijo que queria adelantarse para aparejar
en esta tierra suya vituallas y otras cosas necesarias para los espanoles, y no hallandose
aqui ni el ni su gente se tuvo por cierto que la comarca estaba alzada, y no habiendose
tenido carta ninguna del capitan que iba por delante con los sesenta de a caballo, salvo
una en la que hacia saber que andaba tras de los indios enemigos, se temia que los
contrarios le hubiesen tomado algun paso de manera que no pudiera venir ningun
mensajero suyo. Los espanoles buscaron tanto que hallaron algun maiz y ovejas, con los
que pasaron aquella noche, y al otro dia a buena hora se partieron y llegaron a un pueblo
llamado Tarcos, donde se encontro al cacique senor de la tierra con alguna gente, el cual
dio aviso del dia que habian pasado por alli los cristianos y que caminaban a pelear con
los enemigos, que tenian asentados sus reales en una poblacion vecina. Recibieron todos
grande placer con esta noticia y con haber hallado buena acogida en aquel lugar, porque
el cacique habia hecho traer a la plaza una buena cantidad de maiz, lena, ovejas, y otras
cosas que tenian gran necesidad los espanoles.
298031 VII
298032 Prosiguiendo su viaje tienen aviso enviado por los cuarenta caballeros
espanoles, del estado del ejercito indio, con el cual victoriosamente habian combatido.
298035 A otro dia, que fue sabado dia de Todos los Santos, el fraile que estaba con esta
compania dijo misa por la manana, segun es costumbre decirla en semejante dia, y
despues se partieron todos y caminaron hasta llegar a un rio caudaloso, tres leguas
adelante, siempre bajando de la montana con bajada aspera y larga. Este rio tenia
asimismo un puente de red que por estar roto fue preciso vadear y despues se subio otra
montana muy grande que mirandola de alto a bajo parecia como imposible que los
pajaros pudieran llegar volando por el aire, cuando menos subirla por la tierra hombres
de a caballo; pero se les hizo menos pesado el camino porque se iba subiendo en caracol
y no derecho; bien que la mayor parte eran escalones grandes de piedra que fatigaban
mucho a los caballos, y se les gastaba y lastimaba los cascos, aunque los llevaban por la
brida. De este modo se subio una legua larga y se anduvo otra por una ladera de camino
mas facil y a la tarde llego el Gobernador con los espanoles a una poblacion corta, de la
que estaba quemada una parte, y en la otra parte que habia quedado sana se aposentaron
los espanoles y a la tarde llegaron dos correos indios enviados por el capitan que iba
adelante. Los cuales trajeron por cartas noticias al Gobernador, como era llegado con
diligencia a la tierra de Parcos, la que habia dejado atras, porque habiendo tenido aviso
que estaban aqui los capitanes con toda la gente enemiga, no los encontro alli y tuvo
nueva cierta de que se habian retirado a Bilcas, y por lo tanto camino adelante con su
gente hasta llegar cinco leguas de Bilcas donde espero la noche, y marcho en secreto
para no ser sentido por ciertas espias que estaban puestas a una legua de Bilcas, y
habida nueva que los enemigos estaban dentro de un pueblo sin tener noticia alguna de
su venida, se alegro mucho el capitan, y subida una montana donde estaba aquel lugar,
harto dificil, al amanecer entro dentro y encontro aposentada alguna gente con poco
recaudo. – Los caballos espanoles comenzaron a dar sobre ella por las plazas hasta tanto
que entre muertos y huidos no quedo persona alguna, porque habian pocos soldados
indios que se habian retirado a una montana aparte del camino, los cuales luego que
aclaro el dia y vieron a los espanoles, se juntaron en escuadrones viniendo contra ellos
diciendoles, lngres el cual nombre tienen ellos por muy afrentoso, siendo esta una gente
despreciable que vive en las tierras calientes de la costa del mar; y por ser aquella
provincia region fria e ir los espanoles vestidos y cubiertas sus carnes, les llamaban
ellos lngres, amenazandolos con que los harian sus esclavos por ser pocos, y no
llegaban a cuarenta y desafiandolos les decian que bajaran alli abajo a donde ellos
estaban. El capitan aunque conocia que estaba en mal lugar para pelear con los caballos
de que poco se podian valer los espanoles, no obstante para que los enemigos no
pensaran que el no pelear era por falta de animo, tomo consigo treinta caballos, y
dejando los otros en guarda del pueblo bajo contra ellos por una espesura del monte y
una cuesta muy penosa. Los enemigos lo aguardaron animosamente y en el choque
mataron un caballo hiriendo otros dos, pero al fin siendo todos desbaratados, huyeron
unos por una parte y otros por otra del monte, camino muy aspero por donde los
caballos no pudieron seguirlos ni hacerles dano. En esto se vino a juntar con ellos un
capitan que se habia huido del pueblo, que habiendo sabido de ellos que habian muerto
un caballo y herido dos, dijo: “Volvamos atras y peleemos con estos hasta que no quede
uno a vida, que son pocos”, y al punto se volvieron todos con mas animo y mayor
impetu que antes y en esto se trabo una renida batalla mayor que la primera. Al cabo
huyeron los indios y los caballos los siguieron por todas partes del monte mientras que
pudieron. En estos dos encuentros quedaron muertos mas de seiscientos hombres y se
cree que tambien murio Maila, el uno de los capitanes, porque todos los indios lo
dijeron y los de su parte cuando mataron el caballo le cortaron la cola y puesta en una
lanza la llevaban por delante a guisa de estandarte. Le hizo asimismo saber que pensaba
reposar aqui tres dias por consideracion a los cristianos y caballos heridos y despues
partirian para tomarles antes de todo un puente de redes que habia alli cerca, para que
los enemigos fugitivos no lo pasaran y fueran a juntarse con Quisquiz en el Cuzco y con
la guarnicion de gente que tenia, la cual se decia que esperaba a los espanoles en un mal
paso cerca del Cuzco, pero aun cuando fuese mucho mas malo esperaban en Dios que
segun el lugar en que habian tenido aquellas batallas, tierra tan aspera y pedregosa no
podrian defenderse de ellos los indios en ninguna otra parte por dificil y trabajosa que
fuese ni ofender a los espanoles en ningun mal paso; y que salido de aqui y pasado el
puente que esta a tres leguas del Cuzco, alli esperaria al Gobernador como le habia
informado, y que tuviera entendido que con los indios ligeros le daria aviso de cuanto le
aconteciera.
301006 VIII
301007 Despues de varias incomodidades sufridas en el viaje, habiendo pasado las
ciudades de Bilcas y Andabailla, antes de llegar a Airamba tienen cartas de los
espanoles por las cuales les mandan un socorro de treinta caballeros.
301011 Habiendo recibido esta carta el Gobernador, y todos los espanoles que con el
estaban hubieron infinito contento de la victoria que habia alcanzado el capitan, y al
instante la mando junto con otra a la ciudad de Xauxa, al tesorero y a los espanoles que
se habian quedado alli, para que participaran con ellos del contento por la victoria del
capitan. Y asimismo mando correos al capitan y a los espanoles que estaban con el
agradeciendoles mucho la victoria que habia alcanzado, rogandoles y aconsejandoles
que en estas cosas se gobernasen mas bien por la prudencia que por la confianza de su
fuerza, y de que todas maneras le esperara pasado el ultimo puente, para que despues
entrasen todos juntos en la ciudad del Cuzco. Hecho esto parti o el Gobernador al dia
siguiente que fue de camino aspero y fatigoso, de montanas pedregosas y subidas y
bajadas, de escalones de piedra, que todos creyeron que con dificultad podrian sacar de
ellas los caballos, considerando el camino andado y por andar. Fueron a dormir aquella
noche a un pueblo que estaba de la otra parte del rio el que tenia asimismo un puente de
red; los caballos pasaron por el agua y la gente de a pie con los criados de los cristianos
por el puente. El dia siguiente tuvieron buen camino junto al rio donde encontraron
muchas salvajinas, ciervos y gamuzas y aquel dia llegaron a hospedarse en ciertos
aposentos cercanos a Bilcas, donde el capitan que iba por delante habia hecho alto, para
caminar por la noche y entrar en Bilcas sin ser sentido, como entro, y aqui se recibio
otra carta suya, donde decia que habia partido de Bilcas hacia dos dias, y era llegado a
un rio cuatro leguas adelante, el que habia vadeado por estar quemado el puente, y aqui
habia entendido que el capitan Narabaliba andaba huyendo con unos veinte indios, que
se habia encontrado con dos mil indios que le habia mandado de socorro el capitan del
Cuzco los cuales como supieran la derrota de Bilcas, se volvieron huyendo con el,
tratando de ir a juntarse con las reliquias esparcidas de los que huian, esperandolos en
una poblacion llamada Andabailla, y que el estaba resuelto a no detenerse hasta
encontrarse con ellos. Entendidas estas nuevas por el Gobernador penso mandarles
socorro, pero luego no lo hizo porque considero que si se habia de dar la batalla ya
estaria dada, y no llegaria a tiempo, y mas bien determino no detenerse ni un solo dia
hasta que lo alcanzara, y de este modo se partio para Bilcas, donde entro el dia siguie
nte temprano, y de por aquel dia no quiso andar mas adelante. Esta puesta esta ciudad
de Bilcas en un monte alto, y es gran pueblo y cabeza de provincia. Tiene una hermosa
y gentil fortaleza: hay muchas casas de piedra muy bien labradas y esta a medio camino
de Xauxa al Cuzco. A otro dia fu e el Gobernador a dormir de la otra parte del rio a
cuatro leguas de Bilcas y aunque fue la jornada corta, fue no obstante trabajosa, que
todo fue bajar por una montana, casi toda de escalones de piedra y la gente vadeo el rio
con mucha fatiga porque iba muy crecido, y asento su campo de la otra banda entre unas
arboledas. Apenas era llegado aqui el Gobernador cuando recibio una carta del capitan
que iba a la descubierta, en la que le daba a entender que los enemigos habian pasado
cinco leguas adelante y esperaban en la falda de un monte en una tierra llamada
Curamba, y que alli habia mucha gente junta y habian hecho muchos reparos y puesto
gran cantidad de piedras para que los espanoles no pudiesen subir. El Gobernador
entendio esto, aunque el capitan no le pedia socorro creyendo que lo necesitaria ahora,
hizo al punto que se alistase el Mariscal d. Diego de Almagro con treinta caballos
ligeros bien en orden de armas y caballos, y no quiso que llevara consigo peon alguno,
porque le mando que no se detuviera para nada hasta que alcanzara al capitan que iba
adelante con los otros, y habiendo partido partio asimismo el Gobernador, al dia
siguiente con diez de a caballo y los veinte peones que guardaban a Chilichuchima, y
apreto tanto el paso aquel dia que de dos jornadas hizo una. Ya que estaba para llegar al
pueblo donde habia de dormir llamado Andabailla, vino huyendo un indio a decir que
en cierta subida del monte que senalo con el dedo se habia descubierto gente de guerra
enemiga, por lo que el Gobernador asi armado como e staba a caballo con los espanoles
que tenia consigo, fue a tomar lo alto de aquella cuesta y la registro toda sin hallar la
gente que el indio habia dicho, porque aquella era gente natural de la tierra que venia
huyendo de los indios de Quito, porque les hacian grandisimo dano. Llegado el
Gobernador y la compania a aquel pueblo de Andabailla cenaron y reposaron aquella
noche; y a otro dia llegaron al pueblo de Airamba donde habia escrito el capitan que
estaba junta la gente armada para esperarlas en el camino.
303010 IX
303011 Llegados a un pueblo encuentran mucha plata en tablas de veinte pies de largo.
– Prosiguiendo su viaje tienen carta de los espanoles del renido y adverso combate que
habian sostenido con el ejercito de los indios.
303015 Aqui se hallaron dos caballos muertos de donde se hubo sospecha de que al
capitan le hubiese sucedido alguna desgracia; pero entrados en el pueblo, por una carta
que llego antes de que se aposentaran, se supo como el capitan habia encontrado aqui
gente de guerra y que por ganar la montana habian subido una cuesta donde habian
encontrado gran cantidad de piedras junta, senal de que quisieron aguardar aqui, y que
andaban en busca de los indios porque tenian noticias de que no estaban muy lejos, y
que los dos caballos eran muertos de tanto calentarse y resfriarse. No escribio cosa
alguna del socorro que le habia mandado el Gobernador, por lo que se considero que no
le habria llegado todavia. Se partio de aqui a otro dia el Gobernador y fue a dormir a un
rio cuyo puente habian quemado los enemigos de manera que fue preciso vadearlo con
mucha fatiga porque la corriente era crecida y el fondo del rio muy pedregoso. Otro dia
fue a dormir a una villa en cuyos aposentos se encontro mucha plata en tablones grandes
de veinte pies de largo, una de ancho y de un dedo o dos de grueso; y contaron los
indios que aqui estaban, que aquellos tablones fueron de un gran cacique y que uno de
los senores del Cuzco los gano y se los llevo asi en tablas, con las que el cacique
vencido habia hencho una casa. Al dia siguiente partio el Gobernador para pasar el
puente del ultimo rio, que era casi tres leguas de alli. Antes que llegara a aquel rio, vino
un mensajero con una carta del capitan en la que avisaba como era llegado a |ba|c quel
ultimo rio con mucha diligencia para que los enemigos no tuvieran lugar de quemar el
puente; pero al tiempo que llego le habian acabado de quemar; y por ser ya tarde no
quiso pasar el rio aquel mismo dia sino que se fue a quedar en una aldea que estaba al
par de el. Al otro dia paso el agua que daba al pecho de los caballos y siguio su camino
derecho al Cuzco que estaba de alli doce leguas; y como en el camino fue informado
que en una montana inmediata se habian hecho fuertes todos los enemigos, esperando
que al dia siguiente viniera Quizquiz en su ayuda con refuerzo de gente que tenia en el
Cuzco para juntarse con ellos, por esta causa se habia aguijado con gran presteza con
cincuenta caballos, porque los diez los habia dejado guardando las cargas y cierto oro
que se hallo en la ruta de Bilcas; y un sabado a hora del medio dia empezaron a subir
una montana a caballo y siendo larga que duraba bien una legua de camino, fatigados de
la subida aspera y del calor del mediodia, que era muy grande, se pararon un rato y
dieron a los caballos maiz, que tenian, por haberselo traido los naturales de un pueblo
vecino, y prosiguiendo su camino, el capitan que iba delante de los otros como un tiro
de ballesta, vio los enemigos en lo alto de la montana que la cubrian toda, y que tres o
cuatro mil bajaban para abajo, para pasar por donde estaban ellos; por lo que habiendo
llamado a los espanoles para ordenarlos en batalla no pudo esperar a juntarlos porque
los indios ya estaban cerca, y venian contra ellos animosamente; pero con los que hallo
aparejados se adelanto a darles batalla, y los espanoles que iban llegando subian por la
cuesta del monte, unos por una parte y otros por otra; entraron entre los enemigos que
tenian delante sin atender mucho al principio a pelear sino a defenderse de las piedras
que les tiraban, hasta que subieron a lo alto del monte en que veian consistir la victoria
cierta. Los caballos estaban tan cansados que no podian tomar resuello para poder dar
con ipetu sobre tanta multitud de enemigos y no cesando estos de incomodarlos y
hostigarlos de continuo con sus lanzas, piedras y flechas que les tiraban, los fatigaron a
todos de tal manera que apenas podian llevar los caballeros sus caballos al trote y
algunos al paso, percibiendo los indios el cansancio de los caballos, comenzaron a
cargar con mayor furia, y a cinco cristianos cuyos caballos no pudieron subir a lo alto,
cargo tanto la muchedumbre, que a dos de ellos les fue imposible apearse y los mataron
encima de sus caballos. Los otros pelearon a pie muy valerosamente, pero al cabo no
siendo vistos de los companeros que hubieran podido socorrerles, quedaron prisioneros
alli, y solo uno de ellos fue muerto sin poder hechar mano a la espada ni defenderse,
antes fue causa de que quedase muerto con el un buen soldado, porque se habia
agarrado a la cola de su caballo, que no lo dejo pasar adelante con los otros. Les
abrieron a todos la cabeza por medio, con sus hachas y porras; hirieron diez y ocho
caballos y seis cristianos; pero no de heridas peligrosas, que solo un caballo de estos
murio. Plugo a Dios Nuestro Senor que los espanoles ganaran un llano que habia en
aquel monte, y los indios se recogieron a una colina inmediata. El capitan mando que la
mitad de los suyos quitasen los frenos a los caballos y les dieran de beber en un arroyo
que pasaba por alli; y que luego hicieran lo mismo los otros, lo que se hizo sin que los
estorbaran para nada los enemigos. Despues dijo a todos el capitan: “Senores, vamonos
de aqui todos, paso a paso, por esta ladera, de modo que los enemigos entiendan que
huimos de ellos, para que nos vengan a buscar abajo, que si podemos traerlos a este
llano, daremos todos de golpe sobre ellos, de manera que espero que ninguno se ha de
escapar de nuestras manos, porque nuestros caballos estan ya algo descansados, y si los
ponemos en fuga, acabaremos de ganar lo alto del monte”; y asi fue que pensando los
indios que los espanoles se retiraban, bajaron abajo algunos de ellos tirandoles piedras
con sus hondas y flechas. Visto por los cristianos ser ya tiempo volvieron las riendas a
sus caballos y antes que los indios pudieran recogerse al monte donde antes estaban,
fueron muertos unos veinte, lo que visto por ellos y como era poco seguro el lugar
donde se hallaban, dejar on aquel monte y se fueron retirando a otro mas alto. El capitan
con los espanoles acabo de subir a lo alto del monte, y aqui por ser ya noche acampo
con su gente, y los indios acamparon asimismo a dos tiros de ballesta, de manera que en
cada campo se oian las voces del otro. El capitan hizo curar a los heridos y aposto
rondas y centinelas para la noche, y mando que todos los caballos estuvieran ensillados
y con los frenos puestos hasta el dia siguiente en que habia de pelear con los indios; y
trato de animar e infundir valor a los suyos diciendoles: “que de todos modos era
menester dar en ellos a la manana siguiente sin aguardar un instante, porque habia
tenido nueva de que el capitan Quizquiz venia a los enemigos con un gran refuerzo, y
que de ninguna manera convenia esperar a que se juntaran”. Mostraron todos tan grande
animo y esfuerzo como si tuvieran la victoria en la mano, y todavia los conforto el
capitan diciendoles: ” que tenia por mas peligrosa la jornada del dia pasado que la que
les aguardaba al siguiente, y que Dios Nuestro Senor, como les habia librado del peligro
pasado, asi les daria victoria en lo adelante, y que mirasen que si el dia anterior estando
sus caballos tan cansados habian atacado a los enemigos con desventaja y los habian
desbaratado y echado de sus fortalezas, no pasando ellos de cincuenta, y siendo los
enemigos mas de ocho mil, |Cque no debian esperar estando frescos y descansados?”.
Con estas y otras platicas animosas se paso aquella noche, y los indios estaban en su
campo, dando grandes voces y diciendo: “Esperad cristianos a que amanezca que todos
habeis de morir a nuestras manos y os quitaremos los caballos con cuanto teneis”,
anadiendo palabras injuriosas, segun suenan en aquella lengua, teniendo determinado
entrar a combatir a los cristianos luego que amaneciera, creyendolos cansados y a sus
caballos por el trabajo del dia anterior, y por verlos en tan corto numero y saber que
muchos de sus caballos estaban heridos. De esta manera, de una y otra parte concurrian
en el mismo pensamiento, mas los indios creian firmemente que no se les escaparian los
cristianos.
306026 X
306027 Viene nueva de la victoria alcanzada por los espanoles hasta poner en fuga al
ejercito indio. A Chilichuchima le mandan echar una cadena al cuello teniendolo por
traidor. Pasan por Rimac y alli se reunen y luego todos juntos van a Sachisagagna y
queman a Chilichuchima.
306032 Estas nuevas alcanzaron al Gobernador cerca del ultimo rio como queda dicho,
el cual sin mostrar alteracion en el semblante las comunico a los diez de a caballo y
veinte peones que traia consigo, consolandolos a t odos con buenas razones que les
exponia, aunque ellos se turbaron mucho en su animo, pensando que pues una corta
cantidad de indios respecto al numero ponderado habia maltratado de tal modo a los
cristianos en la primera accion, mayor guerra les habrian dado al otro dia teniendo los
caballos heridos y sin haber llegado todavia a los espanoles el socorro de los treinta
caballos que se les mando; pero mostrando todos poner la esperanza en Dios llegaron al
rio, el que pasaron en balsas de la tierra llevando los caballos a nado por estar quemado
el puente; y estando entonces el rio muy crecido se tardo en pasarlo el resto de aquel dia
y el otro hasta la hora de siesta, y queriendo el Gobernador partirse sin aguardar a que
pasaran los indios amigos, se vio venir un cristiano que reconocido desde lejos todos
juzgaron que el capitan con los caballos habia sido roto y de sbaratado, y que este traia
la nueva |bde la|c fuga. Pero llegado a presencia del Gobernador dio gran consuelo a los
animos de todos con la nueva que trajo, refiriendo que Dios Nuestro Senor, que nunca
abandona a sus siervos fieles en la mayor extremidad, hizo que estando el capitan con
los otros por la noche a buen recaudo, esperando el dia y animando a los suyos para el
combate de la manana, llego el Mariscal con el refuerzo mandado de los treinta caballos
y con los diez que habian dejado atras, que en todo fueron cuarenta, y cuando se vieron
todos juntos sintieron los primeros tanto placer como si hubiesen resucitado aquel dia,
teniendo por cierta la victoria para el dia siguiente. Venido el dia, que fue domingo,
montaron todos al alba y puestos en ala para hacer mejor rostro, se fueron la vuelta de
los indios que en la noche habian determinado acometer a los cristianos, pero viendo a
la manana tanta gente pensaron, como asi era, que en la noche les habia llegado algun so
corro, por lo que no alcanzandoles el animo para hacerles frente, y viendo que venian la
cuesta arriba en su busca volvieron las espaldas retirandose de monte en monte. Los
espanoles no los siguieron por ser la tierra aspera y ademas les cogio una neblina tan
espesa que no se veian unos a otros, y con todo por la falda de un cerro ma taron
muchos enemigos. En esto venian mil indios en un escuadron que mandaba el Quizquiz
en socorro de los suyos, los que conforme vieron a los cristianos a caballo y tan a punto
de guerra, tuvieron tiempo de retraerse al monte. Al punto se recogieron los cristianos a
su fuerte desde donde habia enviado el capitan este mensajero al Gobernador,
avisandole que lo esp eraria alla hasta que llegara. Entendida esta nueva por el
Gobernador, se alegro mucho de la victoria que Dios Nuestro Senor le habia dado
cuando menos la esperaba, y sin detenerse un punto mando que se pasara adelante con
el fardaje y los indios que quedaban, porque juntamente con esta noticia habia tenido
aviso de que en la retirada de esta gente enemiga se habian apartado de los otros cuatro
mil hombres, y que por tanto anduviera sobre aviso, y que asimismo se daba por seguro
que Chilichuchima disponia y mandaba todo esto y daba aviso a los enemigos de lo que
habian de hacer, y que por eso lo llevara a buen recaudo. Pues el Gobernador, vencida
su jornada, hizo echar prisiones a Chilichuchima y le dijo: “Bien sabes de que modo me
he portado contigo y como te he tratado siempre, haciendote capitan que gobernara toda
la tierra hasta que el hijo de Atabalipa viniera de Quito para hacerlo senor, y aunque he
tenido muchas causas para hacerte morir, no lo he querido hacer, creyendo siempre que
te enmendaras. Asimismo te he rogado muchas veces que para bien de todos dieras traza
de que estos indios enemigos con los que tu tienes influjo y amistad se sosegaran y
dejaran las armas, pues aunque habian hecho mucho dano y muerto a Guaritico, que
venia de Xauxa por mandato mio, los perdonaria yo a todos; pero a pesar de todas estas
amonestaciones mias has querido perseverar en tu mal camino y proposito, pensando
que los avisos que dabas a los capitanes enemigos fueran poderosos a lograr tu danado
designio; mas ya puedes ver como con la ayuda de nuestro Dios siempre los hemos
desbaratado y lo mismo sera en lo de adelante, y ten por cierto que no podran escaparse
ni volver a Quito de donde salieron, ni tu volveras a ver el Cuzco, porque tan luego
como haya llegado a donde esta el capitan con mis gentes, te hare quemar vivo, porque
has sabido guardar tan mala amistad que a nombre del Cesar mi senor concerte contigo,
y de esto no te quepa duda si no das traza de que estos indios amigos tuyos dejen las
armas y vengan de paz como te he dicho otras veces”. A todas estas razones estuvo
atento Chilichuchima sin responder palabra; pero siempre obstinado en su
endurecimiento dijo: “Que no se hacia lo que el mandaba a aquellos capitanes porque no
querian obedecer; que por el no habia quedado de hacerles entender que vinieran en
paz”, y con semejantes palabras se disculpaba de lo que se le atribuia; pero el
Gobernador que ya sabia de cierto sus tratos, le dejo en su mal pensamiento sin volver a
hablar acerca de esto. Pues pasado el rio ya tarde, paso adelante el Gobernador con esta
gente y llego por la noche a un pueblo llamado Riac, una legua de aquel rio. Y aqui
llego el Mariscal con cuatro caballos a esperarlo y despues de hablarse se partieron a
otro dia para el campo de los caballos espanoles, adonde llego en la tarde, habiendo
salido a su encuentro el capitan y muchos otros, y se holgaron todos mucho de verse
juntos. El Gobernador dio a cada uno las gracias, segun sus meritos, por el valor que
habian mostrado, y todos juntos partieron y en la tarde llegaron dos leguas adelante a un
pueblo llamado Sachisagagna. Los capitanes informaron al Gobernador de todo lo
sucedido en la forma que se ha contado. Entrados a aposentarse en este pueblo, el
capitan y el Mariscal pidieron al Gobernador que hiciera justicia a Chilichuchima,
porque habia de saber que todo lo que hacian los cristianos lo avisaba Chilichuchima a
los contrarios, y que el era el que les habia hecho salir del monte de Bilcas,
exhortandolos a venir a pelear con los cristianos que eran pocos y que con los caballos
no podrian subir aquellas montanas sino paso a paso y a pie, dandoles otros mil avisos
de donde los habian de esperar y de lo que habian de hacer como hombre que habia
visto estos lugares y conocia las manas de los cristianos, con los que habia vivido tanto
tiempo. Informado el Gobernador de todas estas cosas, mando que fuese quemado vivo
en medio de la plaza, y asi se hizo, que los principales y mas familiares suyos eran los
que ponian mas diligencia en prender el fuego. El religioso trataba de presuadirlo a que
se hiciera cristiano diciendole que los que se bautizaban y creian con fe verdadera en
nuestro redentor Jesucristo iban a la gloria del paraiso, y los que no creian en el iban al
infierno y a sus penas, haciendoselo entender todo por un interprete. Mas el no quiso ser
cristitano diciendo que no sabia que cosa fuere esa ley y comenzo a invocar a Paccamca
y al capitan Quizquiz que viniera a socorrerlo. Este Paccamaca tienen los indios por su
Dios, y le ofrecen mucho oro y plata, y es cosa verificada que el demonio esta en ese
idolo y habla con los que van a pedirle alguna cosa. Y de esto se habla largamente en la
relacion que se envio a S. M. desde Caxamalca. De este modo pago este capitan las
crueldades que hizo en la conquista de Atabalipa, y las maldades y traiciones que fraguo
en dano de los espanoles y de servicio de S. M. Toda la gente de la tierra se alegro
infinito de su muerte, porque era muy aborrecido de todos por conocer lo cruel que era.
310007 XI
310008 Visitalos un hijo del cacique Guainacaba con el cual conciertan amistad, y les
hace saber los movimientos del ejercito de los indios enemigos, con el que tienen
algunos encuentros antes de entrar en el Cuzco, donde ponen por Senor al hijo de
Guaninacaba.
310012 Aqui reposaron los espanoles aquella noche habiendo puesto buenas guardias
en el campo por haberse entendido que Quizquiz estaba cerca con toda la gente; y a la
manana siguiente vino a visitar al Gobernador un hijo de Guainacaba, hermano del
cacique muerto, el mayor y mas principal senor que habia entonces en aquella tierra,
habia andado siempre fugitivo porque no lo mataran los de Quito. Este dijo al
Gobernador que lo ayudaria en todo lo que pudiera para echar fuera de la tierra a todos
los de Quito por ser sus enemigos y que lo odiaban y no querian estar sujetos a la gente
forastera. Este era al que de derecho venia aquella provincia, y al que todos los caci
ques de ella querian por senor. Cuando vino a ver al Gobernador vino por los montes
extraviando caminos, por temor de los de Quito, y el Gobernador recibio gran contento
de su venida y le respondio: “Mucho me place lo que me dices y hallarte con tan buena
disposicion para echar fuera esta gente de Quito, y has de saber que yo no he venido de
Xauxa por otro efecto sino para impedir que ellos te hicieran dano, y librarte de su
esclavitud, y puedes creer que yo no vengo para provecho mio, porque estaba yo en
Xauxa seguro de tener guerra con ellos, y era excusado el trabajo de hacer tan larga y
dificil jornada, pero sabiendo los agravios que te hacian quise venir a remediarlos y
desfacerlos, como me lo mandaba el Emperador mi senor. Y asi puedes estar seguro de
que hare en favor tuyo todo lo que me parezca conveniente, y tambien para libertar de
esta tirania a los del Cuzco.” Estas grandes promesas le hizo y dijo el Gobernador para
tenerlo grato, y para que de continuo le diera noticias de como andaban las cosas, y
aquel cacique quedo maravillosamente satisfecho y lo mismo todos los que con el
habian venido. Y respondiole: “De aqui en adelante te dare cabal noticia de todo lo que
hagan los de Quito para que no puedan incomodarte” y de este modo se partio de el y
dijo: “Iba yo a pescar porque se que manana no comen carne los cristianos, y me
encontre con este mensajero que me dice que Quizquiz con su gente de guerra va a
quemar el Cuzco y que esta ya cerca, y he querido avisartelo para que pongas remedio.”
El Gobernador hizo luego poner toda la gente a punto, y aunque era ya hora del
mediodia, conocida la necesidad no quiso detenerse a comer, sino que camino con todos
los espanoles en derechura la vuelta del Cuzco, que estaba a cuatro leguas de aquel
lugar con intencion de asentar su campo cerca de la ciudad para entrar en ella a otro dia
temprano; y andadas dos leguas vio a lo lejos levantarse una grande humareda, y
preguntada la causa a unos indios, dijeron que era un escuadron de los de Quizquiz que
habia bajado al monte y le habia prendido fuego. Dos capitanes se adelantaron con unos
cuarenta caballos para ver de alcanzar este escuadron, el cual con presteza se junto con
los de Quizquiz y de los otros capitanes que estaban en una cuesta una legua antes de
llegar al Cuzco, aguardando a los cristianos en un paso en medio del camino. Vistos por
los capitanes y espanoles no pudieron evitar el encuentro con ellos, aunque el
Gobernador les habia hecho entender que esperaran a los otros para juntarse con ellos,
lo que habrian hecho si no fuera porque los indios se movieron con mucho animo a
encontrarlos. Y antes de ser acometidos les cayeron encima en la falda de un cerro y en
breve espacio los rompieron haciendolos huir al monte y matandoles doscientos. Otra
escuadra de gente de a caballo traspuso por otra cuesta del monte en donde estaban de
dos a tres mil indios, los que no teniendo animo para esperarlos dejadas las lanzas que
llevaban para mejor correr, echaron a huir. Y despues que los primeros rompieron y
desbarataron aquellos dos escuadrones y los hicieron huir a lo alto, habiendo dos
caballos ligeros espanoles vistos ciertos indios que volvian abajo, se pusieron a
escaramuzar con ellos y se vieron en gran peligro, sino que fueron socorridos, y a uno le
mataron el caballo, de lo que tomaron tanto animo los indios que hirieron cuatro o cinco
caballos y un cristiano, y los hicieron retirar hasta el llano. Los indios como no habian
visto hasta entonces huir a los cristianos, pensaron que lo hacian con arte para atraerlos
al llano, y despues acometerlos como hicieron en Bilcas, y entre ellos mismos lo decian,
y por esta causa estuvieron sobre si y no quisieron bajar abajo y seguirlos. En esto habia
llegado el Gobernador con los espanoles, y por ser ya tarde asentaron el campo en un
llano, y los indios se mantuvieron sobre el monte hasta media noche a un tiro de
arcabuz, dando gritos, y los espanoles estuvieron toda la noche con los caballos
ensillados y enfrenados; y a otro dia al rayar el alba el Gobernador ordenaba la gente de
a pie y de a caballo, tomo su camino para entrar en el Cuzco con un buen concierto y
sobre aviso creyendo que los enemigos vendrian acometerle en el camino, pero no
comparecio ninguno. De este modo entro el Gobernador con su gente en aquella gran
ciudad del Cuzco sin otra resistencia ni batalla, el viernes a la hora de misa mayor, a
quince dias del mes de noviembre del ano del Nacimiento de Nuestro Salvador y
Redentor Jesucristo MDXXXIII. Hizo el Gobernador alojar a todos los cristianos en los
aposentos que estaban alrededor de la plaza de la ciudad, y mando que todos salieran a
dormir con sus caballos a la plaza en sus toldos, hasta que pudiera verse si venian los
enemigos y fue continuada y observada esta orden por un mes continuo. El dia siguiente
el Gobernador hizo senor a aquel hijo de Guainacaba por ser joven prudente y vivo y el
principal de cuantos habia alli en aquel tiempo y a quien (como queda dicho) venia de
derecho aquella senoria e hizolo tan presto para que los senores y caciques no se fueran
a sus tierras, que eran de diversas provincias y muy lejos unas de otras, y para que los
naturales no se juntaran con los de Quito, sino que tuvieran un senor separado al que
habian de reverenciar y obedecer y no se abanderizaran, y asi mando a todos los
caciques que lo obedecieran por senor e hicieran todo lo que el les mandara.
312032 XII
312033 El nuevo cacique va con ejercito para echar a Quizquiz del Estado de Quito:
Tiene algunos encuentros con los indios, y por la aspereza de los caminos se vuelven, y
de nuevo van all a con ejercito y compania de espanoles, y antes que vayan, el cacique
da la obediencia al Emperador.
312038 Hecho esto, luego dio orden a este cacique nuevo de que se juntara mucha
gente para ir a debelar a Quizquiz y echar a los de Quito fuera de la tierra, diciendo que
no era cosa regular que siendo el Senor, otro permaneciera en la tierra suya contra su
voluntad, y otras palabras que sobre esto dijo el Gobernador en presencia de todos, para
que vieran el favor que el le daba, y el afecto que le mostraba, y esto no por bien o
provecho que pudiera resultar a los espanoles, sino por el suyo particular. El cacique
recibio mucho contento de esta orden y en termino de cuatro dias junto cinco mil indios
y mas, todos bien a punto con sus armas, y el Gobernador mando con ellos un capitan
suyo con cincuenta de a caballo, y el se quedo guardando la ciudad con el resto de la
gente. Pasados diez dias volvio el capitan y conto al Gobernador lo que habia sucedido,
diciendo que al anochecer habia llegado con la gente al real de Quizquiz a cinco leguas
de alli, porque habia ido rodeando por otro camino, por donde la habia guiado el
cacique; pero antes que llegara al real enemigo encontro por el camino doscientos indios
apostados en una hoya y que por ser tierra aspera no pudo quitarles el fuerte y
adelantarseles para que no pudieran dar aviso de su ida, como lo dieron. Mas aunque
esta compania estaba en lugar fuerte no se atrevio a esperarlo y se paso de la otra parte
de un puente que era imposible el pasarlo, porque desde un monte que lo dominaba, a
donde los indios se habian recogido, tiraban tantas piedras que a ninguno dejaban pasar,
y por ser la tierra y el sitio de lo mas aspero e inaccesible que se habia visto, se
volvieron atras, y todavia dijo que habia muerto doscientos indios, y el cacique se
alegro mucho de cuanto se habia obrado, y al volver a la ciudad lo llevo por otro camino
mas corto, en el que hallo el capitan por muchas partes gran cantidad de piedras
amontonadas para defenderse de los cristianos, y hallo entre otros pasos uno tan malo y
dificil, que sufrio grandes trabajos con toda su gente, y no se podia seguir adelante;
donde bien se conocio que el cacique tenia amistad verdadera y no fingida, con el
Gobernador y los cristianos, porque los aparto de aquel camino en donde no habria
escapado ningun espanol. Dijo que despues que se partio de la ciudad no anduvo un tiro
de ballesta por tierra llana; que toda la tierra era montanosa, pedregosa y dificilisima de
andar, y que si no hubiera sido porque era la primera vez que iba con el cacique y
pudiera achacarlo a miedo, se hubiera vuelto para atras. El Gobernador hubiera querido
que se siguiera a los enemigos hasta echarlos del lugar donde estaban, pero oida la
aspereza del sitio quedo contento de lo que habia hecho. El cacique dijo que el habia
mandado su gente al alcance de los enemigos, y que pensaba que les harian algun dano,
y asi dentro de cuatro dias vino luego la nueva de que les habian muerto mil indios. El
Gobernador encargo otra vez al cacique que hiciera juntar mas gente, que el queria
mandar con ella caballos suyos para que no parara hasta echar de la tierra a los
enemigos. Vuelto el cacique de esta jornada se fue a ayunar a una casa que estaba en un
monte, habitacion que labro su padre en otro tiempo, donde estuvo tres dias, y pasados
vino a la plaza donde los hombres de aquella tierra le dieron obediencia segun usanza,
reconociendolo por su senor y ofreciendole el plumaje blanco, segun hicieron en
Caxamalca al cacique Atabalipa. Hecho esto hizo juntar todos los caciques y senores
que habia alli y habiendoles hablado sobre el dano que hacian los de Quito en su tierra,
y cuanto bien resultaria a todos de poner remedio les mando que llamaran y aparejaran
gente para ir contra ellos y echarlos del lugar en que se habian puesto, lo que hicieron al
punto sus capitanes, y dieron traza de hacer gente en tan breve espacio, que en termino
de ocho dias puso en aquella ciudad mas de diez mil hombres de guerra, todos
escogidos, y el Gobernador hizo alistar cincuenta caballos ligeros con un capitan para
que salieran el ultimo dia de Pascua de Navidad. El Gobernador antes que se hiciera
aquella jornada, queriendo asentar paz y amistad con aquel cacique y su gente, dicha la
misa por el religioso, el dia de Navidad, salio a la plaza con mucha gente de su
compania que hizo juntar, y en presencia del cacique y senores de la tierra y gente de
guerra que estaba sentada junta, con sus espanoles, el cacique en un escabel y su gente
en el suelo alrededor suyo, el Gobernador les hizo un parlamento como en semejantes
casos suele hacerse, y por mi su secretario y escribano del ejercito le fue leida la
demanda y requerimiento que S.M. habia mandado que les hiciera, y su contenido les
fue declarado por un interprete, y lo entendieron bien y todos respondieron.
Requirioseles que fueran y se llamaran vasallos de S.M. y el Gobernador les recibio en
su amistad con la misma solemnidad con que se hizo la otra vez, de alzar dos veces el
estandarte real, y en senal de ello los abrazo el Gobernador con mucha alegria a son de
trompetas, haciendose otras solemnidades que aqui no se escriben por evitar prolijidad.
Hecho esto se puso en pie el cacique y en un vaso de oro dio a beber por su mano al
Gobernador y a los espanoles, y luego se fueron a comer por ser ya tarde.
315005 XIII
315006 Tienen sospecha de que el Cacique quiere rebelarse: resulta infundada: van con
el muchos espanoles con veinte mil indios contra Quizquiz, y de lo que les acontece dan
aviso al Gobernador por medio de una carta.
315010 Y habiendose de partir dentro de dos dias el capitan espanol con los indios y el
cacique para ir contra los enemigos, no pudiendo durar siempre las cosas en un mismo
ser por estar sujetas a las varias vicisitudes del mundo que cada dia acontecen, fue
informado el Gobernador por algunos espanoles e indios amigos y aliados naturales de
la tierra, de que se trataba y platicaba entre los principales del cacique, de juntarse con
la gente de Quito, y otras cosas de que lo acusaban; de lo que habida alguna sospecha y
para tener entera certificacion de que era fiel y verdadera la amistad del cacique a los
cristianos que lo querian tanto, q ueriendo saber la verdad del hecho, a otro dia llamado
el cacique y otros principales a su aposento les dijo lo que se contaba de ellos, de lo cual
hecha la averiguacion y dado tormento a algunos indios resultaron el cacique y los
principales sin culpa ninguna, y se certifico que ni en dicho ni en hecho se habia tratado
cosa alguna en dano de los espanoles, pero si que dos principales eran los que habian
dicho que puesto que sus antepasados no habian estado nunca sujetos a otro, no debian
ellos ni el cacique someterse. Pero no obstante esto, por lo que se pudo comprender
entonces y despues, se conocio, y creyo que siempre amaron a los espanoles y no fue
fingida su amistad con ellos. No salio esta gente a su jornada, porque siendo el rigor del
invierno y lloviendo todos los dias mucho, se determino dejar pasar la fuerza del agua,
principalmente por haber muchos puentes maltratados y rotos que era preciso
componer. Venido el tiempo en que cesaron las aguas, el Gobernador hizo poner en
orden los cincuenta caballos con el cacique y la gente suya que tenia dispuesta para la
jornada, los cuales con el capitan que el les dio se pusieron en marcha la vuelta de
Xauxa para la ciudad de Bilcas, donde se tenia entendido que estaban los enemigos; y
por estar los caminos cortados por las muchas lluvias del invierno y los rios crecidos sin
que hubiera puente alguno en muchos de ellos, los espanoles pasaron con sus caballos
con mucho trabajo, y uno de ellos se ahogo. Llegados por sus jornadas al rio que esta a
cuatro leguas de Bilcas, se entendio que los enemigos se iban la vuelta a Xauxa. Y por
estar el rio crecido y furioso, y el puente quemado hubieron de detenerse para hacerlo de
nuevo, porque sin el era imposible pasarlo, ni con sus barcos, que llaman balsas ni a
nado ni de otra manera. Veinte dias estuvo aqui el campo para reponer el puente, pues
los maestros tuvieron mucho que hacer, porque la agua estaba crecida, y desbaratadas
las criznejas que se ponian; y si el cacique no tuviera aqui tanto numero de gente para
hacer este puente y para el pasar y tirar de las criznejas no se habria podido hacer; pero
habiendo veinticinco mil hombres de guerra, y volviendo a probar una vez y otra,
valiendose de cuerdas y de balsas, al cabo pasaron las criznejas, y pasadas hicieron
luego en breve espacio el puente; tan bueno y tan bien hecho que otro semejante y tan
grande no se halla en aquella tierra, que es de trescientos sesenta y tantos pies de largo,
y de ancho podian pasar dos caballos a un tiempo sin riesgo alguno. Pues pasado aquel
puente y llegados a Bilcas, los espanoles se aposentaron en la ciudad, desde donde
dieron cuenta al Gobernador de como andaban las cosas. Aqui estuvo asentado el
campo descansando algunos dias para tener noticia del lugar en que estaban los
enemigos, que no lo sabian mas particularmente sino que iban la vuelta a Xauxa, y que
pensaban ir a dar en los espanoles que habian quedado alli de guarnicion. Pues sabido
esto se partio al punto el capitan con los espanoles en auxilio suyo, llevandose consigo a
un hermano del cacique con cuatro mil hombres de guerra y el cacique se volvio a la
ciudad del Cuzco, y el capitan envio al Gobernador la carta que su lugarteniente escribia
de Xauxa a gran prisa y era del tenor siguiente: “Cuando vuesa merced echo del Cuzco
a los enemigos se rehicieron y vinieron la vuelta de Xauxa, y antes que llegaran se supo
por los nuestros como venian con gran pujanza, porque de todos los lugares de la
comarca sacaban la mas gente que podian tanto para la guerra como para los
mantenimientos y cargas, lo que sabido por el tesorero Alfonso envio cuatro caballos
ligeros a un puente que esta a doce leguas de la ciudad de Xauxa, donde supieron que
los enemigos estaban de la otra parte en una provincia principal, de manera que vueltos
a Xauxa puso el tesorero la mayor diligencia que pudo, asi en la guarda de la ciudad y
en el buen trato de los caciques que estaban dentro de la ciudad con el, como en
informarse y entender sutilmente todos los pasos de los enemigos. Y la mayor sospecha
que tenia era de los indios que estaban dentro de la poblacion, que eran en gran
cantidad, y de los comarcanos, porque casi todos estaban de acuerdo con los enemigos
para venir a atacar a los espanoles por cuatro partes. Con este acuerdo los indios de
Quito pasaron con intento de que un capitan con quinientos de ellos viniera de la parte
de un monte y pasaran el rio que dista un cuarto de legua de la ciudad, y se pusiera en lo
mas alto del monte para asaltar la ciudad un dia concertado entre ellos, y el capitan
Quizquiz e Incurabaliba, que eran los principales capitanes, habian de venir por el llano
con el mayor golpe de gente, lo que se supo pronto por medio de un indio a quien se le
dio tormento, de manera que el capitan que habia de pasar el rio y embestir la ciudad
desde el monte camino mucho y llego un dia antes que la demas gente; y una manana al
amanecer vino nueva a la ciudad como muchos enemigos habian pasado el puente, de
que nacio grande alteracion entre los indios naturales de Xauxa que servian lealmente a
los cristianos, de donde presumio que toda la tierra estaba alzada como se ha dicho.
Proveyo principalmente el tesorero que todo el oro de S.M. y de los companeros que
entonces habia en la ciudad se pusiese en una gran casa donde se hizo poner guardia de
los espanoles mas flacos y enfermos, ordenando que los demas estuviesen prevenidos
para pelear, y mando que diez caballos ligeros fueran a ver cuanta cantidad de enemigos
era la que habia pasado el rio para tomar el monte, y el se quedo en la plaza con la
demas gente esperando por si el mayor numero de enemigos viniera por el llano. Los
corredores espanoles dieron en los indios que habian pasado el puente, los cuales se
retiraron y los espanoles hubieron de pasar el puente tras ellos con algunos peones
ballesteros que les habia mandado el tesorero, de manera que los indios se volvieron
huyendo con mucho dano. El golpe mas grande de los otros que venian por el llano no
llegaron al tiempo que habia concertado con los otros para asaltar la ciudad, y por
esperarlos andaban entreteniendo el tiempo. Esta noche y el dia se estuvo con mucha
vigilancia en la ciudad y estuvo siempre la gente armada con los caballos ensillados,
todos juntos en la plaza, pensando que la noche siguiente vendrian los indios a embestir
la ciudad y a tratar de quemarla, como se decia que tenian intento de hacerlo. Pasados
los dos cuartos de la noche viendo que los enemigos no parecian tomo consigo el
tesorero un caballo ligero y fue a ver en que parte habian asentado el campo los indios
enemigos, y cuanto se habian acercado a la ciudad (porque los indios que de esto daban
aviso no sabian donde estaban, y asimismo, porque los enemigos tomaban los caminos
para que nadie diera aviso) de manera que aclarando el dia se hallo el tesorero a cuatro
leguas de la ciudad, y visto el lugar donde estaban los indios y la calidad del sitio, se
volvio a la ciudad a la que llego despues del medio dia. Visto por los indios enemigos
que los espanoles los habian descubierto, y temiendo mucho, se alzaron de aquel sitio y
se fueron a la vuelta de la ciudad, y en la noche se vinieron a poner un cuarto de legua
de ella a la orilla de un rio pequeno que entraba en el grande. Sabido esto por los
espanoles estuvieron aquella noche con mucho recaudo, y al dia siguiente por la manana
despues de oir misa tomo el tesorero veinte caballos ligeros y veinte peones con dos mil
indios amigos, dejando en la ciudad otros tantos espanoles de a caballo y otros tantos de
a pie previniendoles que cuando los enemigos le acometieran por la otra parte hicieran
una senal que ellos lo pudieran ver para que vinieran a socorrerlos. Salidos de la ciudad
los espanoles con el lugarteniente, vieron que los indios de Quito habian cruzado el rio
pequeno con sus escuadrones, en los que podria haber hasta seis mil de ellos, que
viendo a los espanoles se retiraron y volvieron a pasar de la otra banda. Pues viendo el
tesorero y los espanoles que si ellos no acometian a los enemigos aquel dia, la noche
siguiente vendrian a saquear y poner fuego a la ciudad, de manera que se tendria mayor
trabajo si se aguardara la noche, determino de pasar el rio y pelear con los enemigos,
donde se tuvo una brava escaramuza asi de tiro de ballesta y arcos como de piedras, y al
tesorero que iba delante de todos por el rio abajo le acertaron una en la coronilla de la
cabeza que le echo del caballo en medio del rio, y atarantado se lo llevo el agua un gran
tiro de piedra, de suerte que se hubiera ahogado si no lo hubieran socorrido unos
ballesteros espanoles que alli estaban, que lo sacaron con mucho trabajo. Dieron
asimismo a su caballo una pedrada en una pierna que se la rompieron y murio luego. En
esto cobraron grande animo los espanoles y apretaron para pasar el rio, y viendo los
indios su determinacion se retiraron huyendo a un monte agrio, donde murieron unos
cientos. Los caballos los siguieron mas de una legua y media por el monte; y porque se
habian recogido a lo mas fuerte del monte a donde los caballos no podian subir, se
retiraron a la ciudad. Y visto luego que los enemigos no salian de aquella fortaleza del
monte, se determinaron a volver de nuevo contra ellos, y salieron la vuelta de ellos
veinte espanoles con mas de tres mil indios amigos, y los acometieron en aquel monte,
donde estaban fortalecidos y mataron muchos, echandolos de aquella fortaleza y
persiguiendolos mas de tres leguas con muerte de muchos caciques comarcanos que
estaban a favor suyo; con cuya victoria quedaron tan contentos los indios amigos como
si ellos solos la hubieran alcanzado. Los indios de Quito se volvieron a juntar otra vez
en un sitio que se llama Tarma distante cinco leguas de Xauxa, de donde asimismo
fueron echados, porque hacian mucho dano en las tierras vecinas”.
319024 XIV
319025 De la gran cantidad de oro y plata que hicieron fundir y de las figuras de oro
que adoraban los indios. De la fundacion de la ciudad del Cuzco, donde se hizo
poblacion de espanoles, y del orden que en ella pusieron.
319029 Sabidas estas buenas nuevas por el Gobernador las hizo publicar
inmediatamente, de lo que todos los espanoles hubieron sumo contento y dieron
infinitas gracias a Dios de que se les hubiera mostrado en todo y por todo tan favorable
a esta empresa. Luego escribio el Gobernador y envio correos a la ciudad de Xauxa
dando a todos la enhorabuena y agradeciendoles el valor mostrado, y en particular a su
lugarteniente, diciendole que de todo lo que le sucediera en adelante le diera asimismo
aviso. En el entretanto se dio mucha prisa el Gobernador en partirse de alli, dejando
proveidas las cosas en la ciudad, fundando colonias y poblando copiosamente la dicha
ciudad. Hizo fundir todo el oro que se habia recogido que estaba en pedazos, lo que
hicieron en breve los indios practicos en el oficio. Y se peso la suma de todo y se
hallaron quinientos ochenta mil doscientos y tantos pesos de buen oro. Se saco el quinto
de S.M. que fueron ciento dieciseis mil cuatrocientos sesenta y tantos pesos de buen
oro. Y de la plata se hizo la misma fundicion, y pesada en junto se hallaron ser
doscientos quince mil marcos, poco mas o menos, y de ellos ciento setenta mil y tantos
eran de plata buena en vajilla y planchas limpias y buenas, y el resto no era asi, porque
estaba en planchas y piezas mezcladas con otros metales conforme se sacaba de la mina.
Y de todo esto se saco asimismo el quinto de S.M. Verdaderamente era cosa digna de
verse esta casa donde se fundia, llena de tanto oro en planchas de ocho y diez libras
cada una, y en vajilla; ollas y piezas de diversas figuras con que se servian aquellos
senores, y entre otras singulares era muy de ver cuatro carneros de oro fino muy grandes
y diez o doce figuras de mujer, del tamano de las mujeres de aquella tierra, todas de oro
fino tan hermosas y bien hechas como si estuvieran vivas. Estas las tenian ellos en tanta
veneracion como si fueran senoras de todo el mundo y vivas, y las vestian de ropas
hermosas y finisimas, y las adoraban por diosas, y les daban de comer y hablaban con
ellas como si fueran mujeres de carne. Estas entraron en el quinto de S.M. Habia
ademas otra de plata de la misma hechura; y el ver los grandes vasos y piezas de aquella
plata brunida era cierto cosa de gran contento. Todo este tesoro lo dividio y partio el
Gobernador entre los espanoles que fueron al Cuzco y los que se quedaron en la ciudad
de Xauxa, dando a cada uno tanto de plata buena y tanto de mala, con tantos pesos de
oro bueno, y al que tenia caballo la parte conforme a su merito y al de su caballo, y a los
servicios que tenia hechos; y a los peones lo mismo respectivamente, segun que se
encontraba apuntado por su orden en el libro de las reparticiones que se hizo. Todo esto
se acabo de hacer en ocho dias y al cabo de otros tantos partio de aqui el Gobernador
dejando poblada la ciudad del modo que se ha dicho. En el mes de Marzo de 1534
ordeno el Gobernador que se reunieran en esta ciudad la mayor parte de los espanoles
que tenia consigo, e hizo una acta de fundacion y formacion del pueblo, diciendo que lo
asentaba y fundaba en su mismo ser, y tomo posesion de el en medio de la plaza, y en
senal de fundar y comenzar a edificar el pueblo y colonia hizo ciertas ceremonias, segun
se contiene en la acta que se hizo, la que yo el escribano lei en voz alta a presencia de
todos; y se puso el nombre a la ciudad “la muy noble y gran ciudad del Cuzco”, y
continuando la poblacion, dispuso la casa para la lglesia que habia de hacerse en la
dicha ciudad sus terminos, limites y jurisdiccion y enseguida echo bando diciendo que
podian venir a poblar aqui y serian recibidos por vecinos los que quisieran poblar, y
vinieron muchos en tres anos. De entre todos se escogieron las personas mas habiles
para encargarse del Gobierno de las cosas publicas, y nombro su lugarteniente, alcaldes
y regidores ordinarios, y otros oficiales publicos, los cuales eligio y nombro en nombre
de su majestad, y les dio poder para ejercer sus oficios. Esto hizo el Gobernador con
acuerdo y consejo del religioso que traia consigo y del contador de S. M. que estaba
entonces con el, con parecer de los cuales, vistas y consideradas las personas de los
vecinos, hasta tanto que S. M. dispusiera lo que se habia de hacer en el repartimiento de
los naturales, en el intermedio fue senalada a todos una cierta parte y cantidad
encomendando un numero de ellos a los espanoles que se quedaran, para que los
ensenaran y doctrinaran en las cosas de nuestra santa fe catolica. Y fueron repartidos y
dados en servicio de S.M. doce mil y tantos indios casados en la provincia del Collao, al
medio de ella cerca de las minas, para que sacaran oro para S. M., de lo que se entiende
que le vendra grandisimo provecho, considerada la riqueza de las minas que en ella hay,
de las cuales cosas se hace larga mencion en el libro de la fundacion de esta colonia y en
el registro del deposito que se hizo de los indios comarcanos; dejando a la voluntad de
S. M. el aprobar, confirmar o enmendar estas cosas segun que le parezca convenir mejor
a su real servicio.
321033 XV
321034 Parte el Gobernador con el Cacique para Xauxa, y tienen nueva del ejercito de
Quito y de ciertas naves que vieron en aquellas costas, unos espanoles que fueron a la
ciudad de San Miguel.
321037 Hechas estas provisiones se partio el Gobernador para Xauxa llevandose
consigo al cacique, y los vecinos quedaron guardando la ciudad, con ordenanzas que les
dejo el Gobernador para que por ellas se gobernaran hasta tanto que el mandara otra
cosa, y caminando por sus jornadas el dia de Pascua, vino hallarse sobre el rio de Bilcas,
donde supo por cartas y noticias de Xauxa, que la gente de guerra de Quito, despues que
fue rota y echada de aquellos lugares ultimos por el capitan del Cuzco, se habia retirado
y fortificado a cuarenta leguas de Xauxa camino de Caxamalca, en un mal paso en
medio del camino, y habian hecho sus cercas para estorbar el paso a los caballos con
unas puertas en ellas muy angostas y una calle para subir a una piedra alta donde el
capitan habitaba con la gente, que no tenia paso ninguno sino por esta parte, donde
habian hecho esta fuerza con estas puertas angostas, y que se pensaba que aqui
esperaran socorro porque se tenia nueva de que el hijo de Atabalipa venia con mucha
gente. Este aviso comunico el Gobernador al cacique, el cual despacho al punto correos
a la ciudad del Cuzco para hacer venir gente de guerra, que no pasaran de dos mil, pero
los mejores de toda la provincia, porque el Gobernador les dijo que era mejor que
fueran pocos y buenos, que muchos e inservibles, porque los muchos destruirian las
comidas de la tierra por donde pasaran, sin necesidad ni provecho. Escribio asimismo el
Gobernador al lugarteniente y corregidor del Cuzco que favorecieran a los capitanes del
cacique e hiciera diligencia de que la gente viniera pronto. Partio de este lugar el
Gobernador el segundo dia de Pascua y por sus jornadas llego a Xauxa, donde supo por
entero lo que alli habia pasado en su ausencia, y en especial lo que habian hecho los de
Quito, y senaladamente le dijeron que despues de que los enemigos ahuyentados de los
alrededores de Xauxa, se habian retirado veinte o treinta leguas de alli en un monte, y
que conforme el capitan que salio contra ellos con el hermano del cacique y cuatro mil
hombres llegaron a la vista de ellos, despues de descansar unos dias fueron a
acometerlos y los desbarataron y echaron de aquel sitio con mucho trabajo y peligro
grande. Vueltos a Xauxa, el Mariscal D. Diego de Almagro, que cuando el capitan y
espanoles vinieron del Cuzco habia venido con ellos por orden del Gobernador a visitar
los indios comarcanos para ver y saber el estado en que estaban las cosas de aquella
ciudad y de sus vecinos, salio a visitar los caciques y senores de la comarca de Chincha
y Pachacamac, y los otros que tienen sus tierras y viven en las costas del mar. En tal
estado hallo las cosas el Gobernador cuando llego a Xauxa, y descansando del largo
viaje, sin proveer nada en los primeros dias en cosa alguna, esperaba a los indios para ir
a echar a los enemigos del fuerte que habian tomado y acabar con ellos, cuando le llego
uno de los mensajeros espanoles que habia ido a la ciudad de San Miguel para ver como
estaban las cosas de ella, el cual le dijo de esta manera: “Senor, partido que hube de aqui
por orden del Mariscal me puse a caminar con gran diligencia por los llanos y la orilla
del mar no con poco trabajo, porque muchos caciques de los que hay por el camino
estaban alzados; pero algunos que eran amigos nos proveyeron de lo que necesitabamos,
y ellos nos informaron que por la costa del mar se habian visto cuatro navios, los que yo
vi un dia y considerando que yo era enviado a la ciudad de San Miguel para saber si
habian llegado navios del Adelantado Alvarado o de otros, anduve nueve dias y nueve
noches por la costa algunas veces a la vista de ellos, creyendo tomarian puerto y
entenderian asi quienes eran; pero con toda esta diligencia y trabajo no puede conseguir
lo que queria por lo que me puse a seguir mi viaje a la ciudad de San Miguel, y pasando
del otro lado del rio grande, fui informado por los indios de la tierra de que venian
cristianos por aquel camino y pensando yo que sin duda seria gente del Adelantado
Alvarado, anduvimos mi companero y yo sobre aviso para no encontrarnos con ellos de
improviso; y llegados cerca de Motupe supe que andaban cerca de aquella tierra; y
espere que viniera la noche, y al despuntar el dia envie a mi companero a hablar con
ellos y a ver que gente fuera, y le di ciertas senales para que me avisara y finalmente
supe ser gente que venia a la conquista de estos reinos; por lo que me fui a ellos y les
hable largo diciendoles la embajada que llevaba y ellos en retorno me informaron
diciendome haber venido a la ciudad de San Miguel en ciertos navios de Panama, y eran
en numero de doscientos cincuenta. Llegados a San Miguel, el capitan que estaba en
aquella ciudad con los doscientos, de ellos setenta de a caballo, se habian ido a la
provincias de Quito para conquistarlas, y ellos que serian hasta treinta personas con sus
caballos, sabiendo las conquistas que se hacian en el Cuzco y la falta que habia de
gente, no quisieron ir con el capitan a aquellas provincias de Quito, y asi se venian para
Xauxa y les dieron noticia de todo lo sucedido aqui, y de la guerra que se habia tenido
con los indios de Quito; y para traer mas presto las nuevas de lo sucedido alla, me volvi
desde aquel lugar sin ir a la ciudad de San Miguel, sabiendo de cierto ser ya partido el
capitan con su gente, y que ya iba cerca de Cossibamaba. Volviendo por mi camino la
pascua pasada encontre al Mariscal D. Diego de Almagro cerca de la tierra de Cena que
es donde se aparta el camino de Caxamalca al que conte como pasaban las cosas, y que
como el capitan que iba a Quito sospechaban algunos que no iba con buenas
intenciones. El Mariscal oido esto se partio al punto para alcanzar al capitan que llevaba
esta gente a la jornada de Quito, para detenerlo hasta tanto que proveyeran juntos a las
necesidades de esta guerra. Pues esto es, senor, lo que me ha sucedido en este viaje
durante el cual procure de tener noticia de aquellos navios pero no pude saber de ellos
otra cosa. De Alvarado nada se sabe, sino que se piensa que haya desembarcado ya en
esta costa del mar o haya pasado mas adelante segun lo que las cartas me dicen”.
324018 XVI
324019 Labran en la ciudad de Xauxa una Iglesia y mandan tres mil indios con algunos
espnoles contra los indios enemigos. Tienen nueva de la llegada de muchos espanoles y
caballos, por lo cual mandan gente a la provincia de Quito. Relacion de la calidad y
gente de la tierra de Tumbez hasta Chincha y de la provincia Collao y Condisuyo.
324025 El Gobernador recibio este mensajero, leyo las cartas que traia y le pregunto
otras muchas cosas; y para proveer lo que le parecia conveniente en este negocio llamo
a todos los oficiales de S. M. y habiendose tratado de la ida de aquel capitan a Quito, y
como el Mariscal ya se habia abocado con el, segun la nueva traida por aquel
mensajero, se acordo que el mandara un lugarteniente suyo con poder bastante para
aquellas jornadas y escritas sus cartas a la ciudad de San Miguel y al Mariscal
diciendole lo que se habia de hacer, despacho con ellas tres cristianos para que fueran
con mas presteza y mas seguras, mandandoles que se dieran prisa en el camino y de
continuo fueran avisando lo que supieran. Proveido esto ordeno el lugar y sitio donde se
habia de levantar la iglesia en aquella ciudad de Xauxa, la cual mando que hicieran los
caciques de la comarca, y fue edificada con sus gradas y puertas de piedra. En este
intermedio llegaron como cuatro mil indios de guerra de la ciudad del Cuzco de los que
el cacique habian mandado llamar, y el Gobernador hizo alistar cincuenta espanoles de a
caballo y treinta peones para ir a echar a los enemigos del paso donde estaban, y se
partieron con el cacique y su gente, el cual cada vez queria mas a los espanoles. Mando
el Gobernador al capitan de estos espanoles que persiguieran a los enemigos hasta
Guanaco o mas alla conforme lo creyera necesario, y que de todo le avisara de continuo
por cartas y mensajeros. Despues de esto vinieron al Gobernador nuevas de los navios,
la vigilia de Pascua de Espiritu Santo y asimismo recibio carta de San Miguel que le
trajeron dos espanoles, y supo como los navios por el mal tiempo se habian quedado a
sesenta leguas de Paccacama, sin poder pasar adelante, y que el Adelantado Alvarado
habia arribado a Puerto Viejo hacia ya tres meses con cuatrocientos hombres y ciento
cincuenta de a caballo, y que con ello se entraba la tierra adentro la vuelta de Quito,
creyendose que llegaria alla al tiempo que el Mariscal D. Diego entrara en aquellas
provincias por otro lado. Por todos estos avisos de la justicia y regimiento de la ciudad
de S. Miguel, y de otras partes entro en cuidado el Gobernador, y para poner remedio,
con acuerdo de los oficiales, envio a sus mensajeros por mar en un bergantin, con los
cuales mando poderes el Mariscal para que en nombre de S. M. con la gente que llevaba
y con la demas que ya estaria a punto en la ciudad de S. Miguel, a la cual mandaba que
le diera ayuda, conquistara, pacificara y poblara aquellas provincias de Quito. Proveyo
asimismo otras cosas sobre esto, para que el Alvarado no hiciera dano a la tierra, porque
asi lo deseaba S. M. y asimismo determino que a la venida de los navios se mandara a S.
M. razon de todo lo sucedido hasta aquella hora en esta empresa, para que sea de todo
informado, y pueda proveer en todo lo que tenga por mas cumplidero a su real servicio.
En este estado estan las cosas de la guerra, y lo demas obrado en esta tierra; y de la
calidad de ella se dira brevemente porque de Caxamalca se mando razon de ello. Esta
tierra desde la ciudad de Tumbez hasta Chincha tendra diez leguas en la costa del mar,
en parte mas en parte menos; es la tierra llana y arenosa, no nace en ella yerba ni llueve
sino poco; es tierra fertil de maiz, y frutas porque siembran y riegan las heredades con
aguas de los rios que bajan de los montes. Las casas que habitan los labradores son de
juncos y ramas, porque cuando no llueve hace gran calor, y pocas casas tienen techos.
Es gente ruin y muchos son ciegos por la mucha arena que hay. Son pobres de oro y
plata, que lo que tienen es porque se lo cambian por mercaderia los que viven en las
sierras. Toda la tierra cercana al mar es de esta manera hasta Chincha y tambien
cincuenta leguas mas adelante. Se visten de algodon y comen maiz cocido y crudo, y la
carne medio cruda. Al fin de los llanos que se llaman lngres, hay unas sierras altisimas
que duran desde la ciudad S. Miguel hasta Xauxa, que bien podran ser ciento cincuenta
leguas de largo, pero tienen poca anchura. Esta tierra es muy alta y fuerte de montes y
de muchos rios; no hay selvas sino algunos arboles donde siempre hay muy gran niebla.
Es muy fria porque hay una sierra nevada que dura casi desde Caxamalca a Xauxa,
donde hay nieve todo el ano. La gente que alli vive es mas racional que la otra, porque
es muy pulida y guerrera y de buena disposicion. Estos son muy ricos de oro y de plata
porque lo sacan de muchas partes de la sierra. Ningun senor de los que han gobernado
estas provincias ha hecho nunca caso de la gente de la costa, por ser ruin y pobre como
se ha dicho, que no se servian de ella sino para trae r pescado y fruta, pues por ser de
tierra caliente luego que van a aquellos lugares de sierras se enferman por la mayor
parte, y lo mismo sucede a los que habitan las montanas, si bajan a la tierra caliente. Los
que habitan de la otra parte de la tierra adentro tras de las cumbres, son como salvajes
que no tienen casa ni maiz, sino poco; tienen grandisimas montanas y casi se mantienen
de las frutas de los arboles; no tienen domicilio ni asiento conocido: hay grandisimos
rios, y es tierra tan inutil, que pagaba todo el tributo a los senores en pluma de
papagayo. Por ser esta sierra la mayor de toda la tierra tan estrecha y angosta, y por
estar destruida con las guerras que ha habido, no se pueden fundar poblaciones de
cristianos, sino es un pueblo muy apartado de otro. Desde la ciudad de Xauxa camino
del Cuzco se va anchando la tierra apartandose del mar; y los senores que han sido del
Cuzco teniendo su estancia y residencia en el Cuzco, a la tierra que quedaba, hacia
Quito llamaban Cancasuetio, y a la tierra adelante que se llama Collao, Collasuyo, y a la
parte del mar Condisuyo, y a la tierra adentro Condasuyo y de este modo ponian
nombres a estas cuatro provincias hechas a guisa de cruz donde se encerraba su senorio.
En el Collao no se tiene not icia del mar y es tierra llana a lo que se ha visto, y grande y
muy fria, y hay en ella muchos rios de que se saca oro. Dicen los indios que hay una
laguna grande de agua dulce, y en medio tiene dos islas. Para saber el estado de esta
tierra y su gobierno mando el Gobernador dos cristianos que le trajesen de ello larga
informacion, los que partieron a principio de diciembre. La parte de Condisuyo hacia el
mar en derecho del Cuzco, es tierra pequena y muy deleitable, aunque es toda de
montanas y piedras y la parte de tierra adentro es lo mismo; corren por ella todos los
rios que no van a dar al mar de poniente: es tierra de muchos arboles y montes y estan
muy poco poblados. Esta sierra corre desde Tumbez hasta Xauxa, y desde Xauxa hasta
la ciudad del Cuzco; es pedregosa y aspera, que si no hubieran caminos hechos a mano
no se podria andar a pie, cuanto menos a caballo, por lo que habia muchas casas llenas
de materiales para hacer el piso, y en esto tenian tanto empeno los senores que no
faltaba sino hacerlo. Todas las montanas agrias estan hechas a guisa de escalones de
piedra, y de la otra parte del camino no tenian anchura por causa de unos montes que lo
estrechaban de ambos lados y en uno habia hecho un espolon de piedra para que algun
dia no se cayese, y hay tambien otros lugares en que el camino tiene de ancho cuatro a
cinco cuerpos de hombre, hecho y empedrado de piedra. Uno de los mayores trabajos
que pasaron los conquistadores en esta tierra fue en estos caminos. Todos o la mayor
parte de los pueblos de estas faldas de la sierra, estan y viven en colinas y montes altos;
sus casas son de piedra y tierra: hay muchos aposentos en cada pueblo, y por el camino
a cada legua o dos y mas cerca, se encuentran los hechos para aposentar a los senores
cuando salian a visitar la tierra, y de veinte en veinte leguas hay ciudades principales,
cabezas de provincia, adonde las de otras ciudades pequenas traian sus tributos que
pagaban asi de maiz y ropas como de otras cosas. Todas estas ciudades grandes tienen
positos llenos de las cosas que hay en la tierra y por ser muy fria se coge poco maiz, y
este no se da sino en partes senaladas; pero en todas, muchas legumbres y ra ices con
que las gentes se sustentan, y tambien buenas yerbas como las de Espana. Hay tambien
nabos silvestres y amargos. Hay bastante ganado de ovejas que andan en rebanos con
sus pastores que los guardan, apartados de las sementeras, y tienen cierta parte de la
provincia donde invernan. La gente, como se ha dicho, es muy pulida y de razon, y
andan todos vestidos y calzados: comen el maiz cocido y crudo, y beben mucha chicha
que es un brebaje hecho de maiz a modo de cerveza. Es gente muy tratable y muy
obediente y belicosa: tienen muchas armas de diversas maneras, como se refirio en la
relacion que fue de Caxamalca de la prision de Atabalipa, segun se dijo.
328010 XVII
328011 Descripcion de la ciudad del Cuzco y de su admirable fortaleza y de las
costumbres de sus habitantes.
328013 La ciudad del Cuzco por ser la principal de todas donde tenian su residencia los
senores, es tan grande y tan hermosa que seria digna de verse aun en Espana, y toda
llena de palacios de senores, porque en ella no vive gente pobre, y cada senor labra en
ella su casa y asimismo todos los caciques, aunque estos no habitaban en ella de
continuo. La mayor parte de estas casas son de piedra y las otras tienen la mitad de la
fachada de piedra; hay muchas casas de adobe, y estan hechas con muy buen orden,
hechas calles en forma de cruz, muy derechas, todas empedradas y por en medio de
cada una va un cano de agua revestido de piedra. La falta que tienen es el ser angostas,
porque de un lado del cano solo puede andar un hombre a caballo y otro del otro lado.
Esta colocada esta ciudad en lo alto de un monte, y muchas casas hay en la ladera y
otras abajo en el llano. La plaza es cuadrada y en su mayor parte llana, y empedrada de
guijas; alrededor de ella hay cuatro casas de senores que son las principales de la
ciudad, pintadas y labradas y de piedra, y la mejor de ellas es la casa de Guaynacaba
cacique viejo, y la puerta es de marmol blanco y encarnado y de otros colores, y tiene
otros edificios de azoteas, muy dignos de verse. Hay en la dicha ciudad otros muchos
aposentos y grandezas; pasan por ambos lados dos rios que nacen una legua mas arriba
del Cuzco y desde alli hasta que llegan a la ciudad y dos leguas mas abajo, todos van
enlosados para que el agua corra limpia y clara y aunque crezca no de se desborde;
tienen sus puentes por los que se entra a la ciudad. Sobre el cerro que de la parte de la
ciudad es redondo y muy aspero, hay una fortaleza de tierra y de piedra muy hermosa;
con sus ventanas grandes que miran a la ciudad y la hacen parecer mas hermosa. Hay
dentro de ella muchos aposentos y una torre principal en medio, hecha a modo de cubo
con cuatro o cinco cuerpos, uno encima de otro; los aposentos y estancias de adentro
son pequenos, y las piedras de que esta hecha estan muy bien labradas, y tan bien
ajustadas unas con otras que no parece que tenga mezcla, y las piedras estan tan lisas
que parecen tablas acepilladas, con la trabazon en orden al uso de Espana, una juntura
en contra de otra. Tiene tantas estancias y torre que una persona no la podria ver toda en
un dia; y muchos espanoles que la han visto y han andado en Lombardia y en otros
reinos extranos, dicen que no han visto otro edificio como esta fortaleza, ni castillo mas
fuerte. Podrian estar dentro cinco mil espanoles; no se le puede dar bateria, ni se le
puede minar, porque esta colocada en una pena. De la parte de la ciudad que es un cerro
muy aspera no hay mas de una cerca; de la otra parte que es menos aspera hay tres, una
mas alta que otra, y la ultima de mas adentro es la mas alta de todas. La mas linda cosa
que puede verse de edificios en aquella tierra, son estas cercas, porque son de piedras
tan grandes, que nadie, que las vea no dira que hayan sido puestas alli por manos de
hombres humanos, que son tan grandes como trozos de montanas y penascos, que las
hay de una altura de treinta palmos, y otros tantos de largo, y otras de veinticinco, y
otras de quince, pero no hay ninguna de ellas tan pequena que la puedan llevar tres
carretas; estas no son piedras lisas, pero harto bien encajadas y trabadas unas con otras.
Los espanoles que las ven dicen que ni el puente de Segovia, ni otro de los edificios que
hicieron Hercules ni los romanos, no son cosa tan digna de verse como esto. La ciudad
de Tarragona tiene algunas obras en sus murallas hechas por este estilo, pero no tan
fuerte ni de piedras tan grandes; estas cercas van dando vuelta, que si se les diera bateria
no se les podria dar de frente sino al sesgo de las de afuera. Estas cercas son de esta
misma piedra, y entre muralla y muralla hay tierra y tanta que por encima pueden andar
tres carretas juntas. Estan hechas a modo de tres gradas, que la una comienza donde
acaba la otra y la otra donde acaba la otra. Toda esta fortaleza era un deposito de armas,
porras, lanzas, arcos, flechas, hachas, rodelas, jubones fuertes acojinados de algodon, y
otras armas de diversas maneras, y vestidos para los soldados, recogidos aqui de todos
los rumbos de la tierra sujeta a los Senores del Cuzco. Tenian muchos colores, azules,
amarillos y pardos y muchos otros para pintar ropas y mucho estano y plomo, con otros
metales, y mucha plata y algo de oro, muchas mantas y jubones acolchados para los
hombres de guerra. La causa porque esta fortaleza tiene tanto artificio, es porque cuando
se fundo la ciudad, que fue edificada por un senor orejon que vino de la parte de
Condisuyo hacia el mar, grande hombre de guerra, conquisto esta tierra hasta Bilcas, y
visto ser este el mejor lugar para fijar su domicilio, fundo aquella ciudad con su
fortaleza; y todos los demas senores que le sucedieron despues, hicieron algunas
mejoras en esta fortaleza con lo que siempre se fue aumentando y engrandeciendo.
Desde esta fortaleza se ven en torno de la ciudad muchas casas a un cuarto de legua y
media legua y una legua, y en el valle que esta en medio rodeadas de cerros hay mas de
cien mil casas, y muchas de ellas son de placer y recreo de los senores pasados y otras
de los caciques de toda la tierra que residen de continuo en la ciudad; las otras son casas
o almacenes llenos de mantas, lana, armas, metales y ropas, y de todas las cosas que se
crian y fabrican en esta tierra. Hay casas donde se conservan los tributos que traen los
vasallos a los caciques; y casa hay en que se guardan mas de cien mil pajaros secos,
porque de sus plumas que son de muchos colores se hacen vestiduras, y hay muchas
casas para esto. Hay rodelas, adargas, vigas para cubrir la casa, cuchillos y otras
herramientas; alpargatas y petos para provision de la gente de guerra en tanta cantidad
que ni cabe en el juicio como han podido dar tan gran tributo de tantas y tan diversas
cosas. Cada senor difunto tiene aqui su casa de todo lo que le tributaron en vida, porque
ningun senor que sucede (y esta es ley entre ellos) puede despues de la muerte del
pasado tomar posesio n de su herencia. Cada uno tiene su vajilla de oro y de plata y sus
cosas y ropas aparte, y el que le sucede nada le quita. Los caciques y senores muertos
mantienen sus casas de recreo con la correspondiente servidumbre de criados y mujeres,
y les siembran sus campos de maiz, y se les pone un poco en sus sepulturas. Adoran al
sol y le tienen hechos muchos templos, y de todas las cosas que tienen, asi de ropa como
de maiz y de otras cosas, ofrecen al sol, de lo que despues se aprovecha la gente de
guerra.
331001 XVIII
331002 De la Provincia del Collao y de la calidad y costumbres de sus pueblos y de las
ricas minas de oro que aqui se encuentran.
331004 Los dos cristianos que fueron enviados a ver la provincia del Collao tardaron
cuarenta dias en su viaje, y vueltos luego a la ciudad del Cuzco donde estaba el
Gobernador le dieron nueva y relacion de todo lo que habian visto y entendido, que es
esto que aqui abajo se declara: La tierra del Collao esta lejos y muy apartada del mar,
tanto que los naturales que la habitan no tienen noticia de el; es sierra muy alta y
medianamente llana y con todo eso es sumamente fria. No hay en ella bosques ni lena
para quemar, y la que se usa se consigue a cambio de mercaderias con los que viven
cerca del mar, llamados lngres, y tambien con los que habitan abajo junto a los rios, que
estos tienen lena y se cambia por ovejas y otros animales y legumbres, pues por lo
demas la tierra es esteril, que todos se mantienen con raices, yerbas, maiz y alguna vez
con carne: |bno|c porque |ben|c aquella provincia del Collao no haya una buena cantidad
de ovejas, sino porque la gente esta tan sujeta al senor a quien debe prestar obediencia,
que sin su licencia, o la del principal o gobernador que por su mandado esta en la tierra,
no se mata una, puesto que aun los senores y caciques se atreven a matar ninguna sin tal
licencia. La tierra esta bien poblada, porque no la han destruido las guerras como a las
otras provincias; sus pueblos son de regular tamano, y las casas pequenas, con sus
paredes de piedra y adobe mezclado, cubiertas de paja. La yerba que nace en esta tierra
es corta y rala. Hay algunos rios, aunque de poco caudal; en medio de la provincia hay
una gran laguna de grandor de casi cien leguas, y la tierra mas poblada alrededor de la
laguna. En medio de ella hay dos isletas pequenas, y en una hay una mezquita y casa del
sol que es tenida en gran veneracion, y a ella van a hacer sus ofrendas y sacrificios en
una gran piedra que esta en la isla que se llama Tichicasa, en donde, o porque el diablo
se esconde alli y les habla, o por costumbre antiguq como es, o por otra causa que no se
ha aclarado nunca, la tienen todos los de aquella provincia en grande estima, y le
ofrecen oro, plata y otras cosas. Hay mas de seiscientos indios sirviendo en este lugar, y
mas de mil mujeres que hacen chicha para echarla sobre aquella piedra Tichicasa. Las
ricas minas de aquella provincia del Collao estan mas alla de este lago que se llama
Chuchiabo. Estan las minas en la caja (sic) de un rio, a la mitad de la altura, hechas a
modo de cuevas, a cuya boca entran a escarbar la tierra y la escarban con cuernos de
ciervo y la sacan fuera con ciertos cueros cosidos en forma de sacos o de odres de pieles
de ovejas. El modo con que la lavan es que sacan del mismo rio una… de agua, y en la
orilla tienen puestas ciertas losas muy lisas, sobre las cuales echan la tierra y echada
sacan por una canaleja el agua de la… que viene a caer encima y el agua se lleva poco a
poco la tierra, y se queda el oro en las mismas losas y de esta suerte lo recogen. Las
minas entran mucho dentro de la tierra, unas diez brazas y otras veinte; y la mina mayor
que se llama de Guarnacabo entra cuarenta brazas. No tiene luz ninguna, ni mas anchura
que para que pueda entrar una persona agachada, y hasta que este no sale no puede
entrar ningun otro. Las gentes que aqui sacan oro podran ser hasta cincuenta entre
hombres y mujeres, y estos son de toda esta tierra, de un cacique veinte, y de otra
cincuenta, y de otra treinta; y de otra mas o menos, segun que tienen, y lo sacan para el
senor principal, y en ella tienen puesto tanto resguardo que de ningun modo pueden
robarse cosa alguna de lo que sacan, porque alrededor de las minas tienen puestas
guardas para que ninguno de los que sacan oro puedan salir sin que los vean, y por la
noche cuando vuelven a sus casas al pueblo entran por una puerta donde estan los
mayordomos que tienen a su cargo el oro, y de cada persona reciben el oro que ha
sacado. Hay otras minas adelante de estas, y otras hay esparcidas por toda la tierra a
manera de pozos profundos como de la altura de un hombre, en cuanto puede el de
abajo dar la tierra al de arriba; y cuando los cavan tanto que ya el de arriba no puede
alcanzarla, lo dejan asi y se van a hacer otros pozos. Pero las mas ricas y de donde se
saca mas oro son las primeras que no tienen el gravamen de lavar la tierra; y por causa
del frio no lo sacan de aquellas minas, sino cuatro meses al ano la hora del mediodia
hasta cerca de ponerse el sol. La gente es muy domestica y tan acostumbrada a servir
que todas las cosas que se han de hacer en la tierra la hacen ellos mismos, asi de
caminos como de casas que el senor principal les manda hacer, y continuamente se
ofrecen a trabajar y llevar las cargas de la gente de guerra cuando el senor va a algun
lugar. Los espanoles sacaron de aquellas minas una carga de tierra y la trajeron al Cuzco
sin hacer otra cosa, la cual fue lavada por la mano del Gobernador, habiendo tomado
antes de (sic) juramento a los espanoles de si habian puesto en ella oro, o si habian
hecho otra cosa que sacarla de la mina como la sacaban los indios que la lavaban, y
lavada se sacaron de ella tres pesos de oro. Todos los que entienden de minas y de sacar
oro, informados del modo con que lo sacan los naturales de la tierra, dic en ser toda la
tierra y los campos minas de oro, que si los espanoles dieran herramientas e industria a
los indios del modo como se ha de sacar, se sacaria mucho oro, y se cree que llegado el
tiempo no habra ano que no se saque de aqui un millon en oro. La gente de esta
provincia, asi hombres como mujeres, es muy sucia, y la provincia es muy grande, y
todos tienen grandes manos.
333025 XIX
333026 En cuanta veneracion tenian los indios a Guarnacaba cuando vivo, y lo tienen
ahora despues de muerto; y como por la desunion de los indios entraron los espanoles
en el Cuzco, y de la fidelidad del nuevo cacique Guarnacaba a los cristianos.
333030 La ciudad del Cuzco es la cabeza y provincia principal de todas las otras, y
desde aqui hasta la playa de San Mateo y de la otra parte mas alla de la provincia del
Collao, que toda es tierra de caribes flecheros, todo esta rendido y sujeto a un solo senor
que fue Atabalipa, y antes de el a los otros senores pasados, y al presente es senor de
todo este hijo de Guarnacaba. Este Guarnacaba que fue tan nombrado y temido, y lo es
hasta hoy dia asi muerto como esta, fue muy amado de sus vasallos, sujeto grandes
provincias y las hizo sus tributarias; fue muy obedecido y casi adorado, y su cuerpo esta
en la ciudad del Cuzco, muy entero, envuelto en ricos panos y solamente le falta la
punta de la nariz. Hay otras imagenes hechas de yeso o de barro las que solamente
tienen los cabellos y unas que se cortaba y los vestidos que se ponia en vida, y son tan
veneradas entre aquellas gentes como si fueran sus dioses. Los sacan con frecuencia a la
plaza con musicas y danzas, y se estan de dia y de noche junto con el, espantandole las
moscas. Cuando algunos senores principales vienen a ver al cacique, van primero a
saludar a estas figuras y luego al cacique, y hacen con ellas tantas ceremonias, que seria
de gran prolijidad escribirlas. Se junta tanta gente a estas fiestas que se hacen en aquella
plaza, que pasan de cien mil animas. Salio muy bien el haber hecho senor a este hijo de
Guarnacaba, porque venian todos los caciques y senores de la tierra y provincias
apartadas a servirle y a dar por respeto suyo la obediencia al Emperador. Los
conquistadores pasaron grandes trabajos porque toda la tierra es la mas montanosa y
aspera que se puede andar a caballo, y se puede creer que si no fuera por la discordia
que habia entre la gente de Quito, y los naturales y senores de la tierra del Cuzco y su
comarca, no habrian entrado los espanoles en el Cuzco, ni habrian sido bastantes para
pasar adelante de Xauxa, y para haber entrado seria menester que hubiera sido en
numero de mas de quinientos, y para poder mantenerla se necesitaban muchos mas,
porque la tierra es tan grande y tan mala, que hay montes y pasos que diez hombres los
pueden defender de diez mil. Y nunca el Gobernador penso poder ir con menos de
quinientos cristianos a conquistarla, pacificarla y hacerla tributaria; pero como entendio
la grande desunion que habia entre los de aquella tierra y los de Quito, se propuso con
los pocos cristianos que tenia ir a librarlos de sujecion y servidumbre e impedir los
perjuicios y agravios que los de Quito hacian en aquella tierra y quiso Nuestro Senor
usar de merced con el. Ni nunca el Gobernador se hubiera aventurado a hacer tan larga
y trabajosa jornada en esta tan grande empresa, a no haber sido por la gran confianza
que tenia en todos los espanoles de su compania, por los haber experimentado y
conocido ser diestros y practicos en tantas conquistas, y avezados a estas tierras y a los
trabajos de la guerra; lo que muy bien mostraron en esta jornada en lluvias y nieve, en
atravesar a nado muchos rios, en pasar grandes sierras y en dormir muchas noches al
raso, sin agua que beber ni cosa alguna de que alimentarse, y siempre de dia y de noche
estar de guardia armados; en ir, acabada la guerra, a reducir muchos caciques y tierras
que se habian alzado, y en venir de Xauxa al Cuzco donde tantos trabajos pasaron
juntamente con su Gobernador, y donde tantas veces pusieron en peligro sus vidas en
rios y montes, donde muchos caballos se mataron despenandose. Este hijo de
Guarnacaba tiene mucha amistad y conformidad con los cristianos, y por eso los
espanoles para convencerlo en la senoria se pusieron en infinitos afanes, y finalmente se
portaron en todas estas empresas valerosamente y sufrieron tanto, como otros espanoles
puedan haber hecho en servicio del Emperador, de manera que los mismos espanoles
que se han hallado en esta empresa se maravillan de lo que han hecho, cuando de nuevo
se ponen a pensarlo, que no saben como estan vivos, y como han podido sufrir tantos
trabajos y tan largas hambres; pero todo lo dan por bien empleado y de nuevo se of
recen, si fuera necesario, a entrar en mayores fatigas para la conversion de aquellas
gentes y ensalzamiento de nuestra santa fe catolica. De la grandeza y sitio de la tierra
antedicha se omite hablar, y solo resta dar gracias y alabanzas a Nuestro Senor porque
tan visiblemente ha querido guiar por su mano las cosas de S.M. y de estos reinos que
por su divina providencia han sido iluminados y enderezados al verdadero camino de la
salvacion. Plegue asimismo a su infinita bondad que de aqui en adelante vayan en bien
de mejor, por intercesion de su bendita Madre, abogada en todos nuestros pasos, que los
encamina a buen fin.
335029 Acabose esta relacion en la ciudad de Xauxa a los 15 dias del mes de Julio de
1534, la cual yo Pedro Sancho, Escribano General de estos reinos de la Nueva Castilla y
secretario del Gobernador Francisco Pizarro, por su orden y de los oficiales de S. M., la
escribi justamente como paso, y acabada la lei en presencia del Gobernador y de los
oficiales de S. M. y por ser todo asi, el dicho Gobernador y los oficiales de S. M. la
firman de su mano.
335037 Francisco Pizarro.-Alvaro Riquelme.-Antonio Navarro. -Gracia de Salcedo.-
Por mandado del Gobernador y oficiales.-Pedro Sancho.
336001 Testimonio del acta de reparticion del rescate de Atahuallpa, otorgado por el
Escribano Pedro Sancho
336003 En el pueblo de Caxamalca de estos reinos de la Nueva Castilla, a diez y siete
dias del mes de junio ano del nacimiento de Nuestro Senor Jesucristo de 1533, el muy
magnifico Senor el Comendador Francisco Pizarro, Adelantado, Lugarteniente, Capitan
General y Gobernador por S.M. en estos dichos reinos, en presencia de mi, Pedro
Sancho, teniente de escribano general en ellos por el Senor Juan de Samano, dijo: Que
por cuanto en la prision y desbaratado que del cacique Atahuallpa y de su gente se hizo
en este dicho pueblo, se hubo algun oro, y despues que el dicho cacique prometio y
mando a los cristianos espanoles que se hallaron en su prision cierta cantidad de oro, la
cual cantidad se hallo, y dijo seria un buhio lleno y diez mil tejuelos, y mucha plata que
el tenia y poseia, y sus capitanes en su nombre, que habian tomado en la guerra y
entrada del Cuzco, y en la conquista de la tierra, por muchas causas que declaro como
mas largo se contiene en el Auto que de ella se hizo, que paso ante escribano y de ello el
dicho cacique ha dado y traido y mandado dar y traer parte de ello; de lo cual conviene
hacer reparticion y repartimiento, asi del oro y plata, como de las perlas y piedras y
esmeraldas que ha dado, y de su valor entre las personas que se hallaron en la prision
del dicho cacique, que ganaron y tomaron el dicho oro y plata, a quien el dicho cacique
le mando y prometio y ha dado y entregado porque cada una persona haya y tenga y
posea lo que de ello le perteneciere, para que con la brevedad su senoria con los
espanoles se despache y parta de este pueblo para ir a poblar y pacificar la tierra
adelante, y por otras muchas causas que aqui no van expresadas; por ende, el dicho
senor Gobernador dijo: Que S.M. por sus provisiones e instrucciones reales que le dio
para la gobernacion de estos reinos y administracion que le fue dada, le manda que
todos los provechos y frutos y otras cosas que en las tierras se hallasen y ganasen, lo de
y reparta entre las personas conquistadores que lo ganasen, segun y como le parecier, y
cada uno mereciese por su persona y trabajo; y que mirando lo susodicho y otras cosas
que es razon y se deben mirar para hacer el repartimiento, y a cada uno haya lo que de la
dicha plata que el dicho cacique ha dado y habido, y ha de haber y se les ha de dar,
como S. M. lo manda, el queria senalar y nombrar por ante mi el dicho escribano, la
plata que cada una persona ha de haber y llevar, segun Dios Nuestro Senor le diere a
entender teniendo conciencia; y para lo mejor hacer pedia ayuda de Dios Nuestro Senor
e invoco el auxilio divino.
337006 Y luego el dicho Senor Gobernador, atento a lo que es dicho y va declarado en
el auto antes de este, poniendo a Dios ante sus ojos, senalo a cada una persona los
marcos de plata que le parece que merece y ha de haber de lo que el dicho cacique ha
dado, y en esta manera lo senalo.
337011 Y luego en 18 de Junio del mismo ano de 1533 proveyo otro auto el dicho
Gobernador para que el oro se fundiese y repartiese; el cual se fundio y repartio en esta
manera, como aparece por los autos originales de donde lo he sacado, y pongo con
distincion el oro y plata que cada uno recibio en las dos columnas siguientes, por no
haber mas de una vez la lista de la gente, aunque alli esta en dos:
337018 |bCABALLERIA|c
337019 Marcos de plata (MP) Pesos de oro (PO)
337020
337021 A la lglesia noventa marcos de plata, 2,220 marcos de oro
(MP) 90 (PO) 2,220
337023 Al Senor Gobernador por su persona y a los lenguas y caballo
(MP)2,350 (PO)57,220
337025 A Hernando Pizarro (MP)1,267 (PO)31,080
337026 A Hernando Soto (MP) 724 (PO)17,740
337027 Al padre Juan de Sosa, vicario del ejercito
(MP) 310.6 (PO) 7,770
338001 A Juan Pizarro (MP) 407.2 (PO)11,110
338002 A Pedro de Candia (MP) 407.2 (PO) 9,909
338003 A Gonzalo Pizarro (MP) 384.5 (PO) 9,900
338004 A Juan Cortes (MP) 362 (PO) 9,439
338005 A Sebastian de Benalcazar (MP) 407.2 (PO) 9,909
338006 A Cristobal Mena o Medina (MP) 366 (PO) 8,380
338007 A Luis Hernandez Bueno (MP) 384.5 (PO) 9,435
338008 A Juan de Salazar (MP) 362 (PO) 9,435
338009 A Miguel Astete (MP) 362 (PO) 8,980
338010 A Francisco de Jerez (MP) 362 (PO) 8,882
338011 Mas al dicho Jerez y a Pedro Sancho por escritura de compania
(MP) 94 (PO) 2,250
338013 A Gonzalo de Pineda (MP) 384 (PO) 9,909
338014 A Alonso de Briseno (MP) 362 (PO) 8,380
338015 A Alonso de Medina (MP) 362 (PO) 8,480
338016 A Juan Pizarro de Orellana (MP) 362 (PO) 8,980
338017 A Luis Marca (MP) 362 (PO) 8,880
338018 A Jeronimo de Aliaga (MP) 362 (PO) 8,880
338019 A Gonzalo Perez (MP) 362 (PO) 8,880
338020 A Pedro de Barrientos (MP) 362 (PO) 8,880
338021 A Rodrigo Nunez (MP) 362 (PO) 8,880
338022 A Pedro Anades (MP) 362 (PO) 8,880
338023 A Francisco Maraver (MP) 362 (PO) 7,770
338024 A Diego Maldonado (MP) 362.2 (PO) 7,770
338025 A Ramiro o Francisco de Chaste (MP) 362 (PO) 8,880
338026 A Diego Ojuelos (MP) 362 (PO) 8,880
338027 A Gines de Carranza (MP) 362 (PO) 8,880
338028 A Juan de Quincoces (MP) 362 (PO) 8,880
338029 A Alonso de Morales (MP) 362 (PO) 8,880
338030 A Lope Velez (MP) 362 (PO) 8,880
338031 A Juan de Barbaran (MP) 362 (PO) 8,880
338032 A Pedro de Aguirre (MP) 362 (PO) 8,880
338033 A Pedro de Leon (MP) 362 (PO) 8,880
338034 A Diego Mejia (MP) 362 (PO) 8,880
338035 A Martin Alonso (MP) 362 (PO) 8,880
338036 A Juan de Rosas (MP) 362 (PO) 8,880
338037 A Pedro Castano (MP) 362 (PO) 8,880
339001 A Pedro Ortiz (MP) 362 (PO) 8,880
339002 A Juan Mogrovejo (MP) 362 (PO) 8,880
339003 A Hernando de Toro (MP) 362 (PO) 8,880
339004 A Diego de Ag-|ruero (MP) 362 (PO) 8,880
339005 A Alonso Perez (MP) 362 (PO) 8,880
339006 A Hernando Beltran (MP) 362 (PO) 8,880
339007 A Pedro de Barrera (MP) 362 (PO) 8,880
339008 A Francisco Baena (MP) 362 (PO) 8,880
339009 A Francisco Lopez (MP) 371.4 (PO) 6,660
339010 A Sebastian de Torres (MP) 362 (PO) 8,880
339011 A Juan Ruiz (MP) 339 (PO) 8,880
339012 A Francisco de Fuentes (MP) 362 (PO) 8,880
339013 A Gonzalo del Castillo (MP) 362 (PO) 8,880
339014 A Nicolas Azpitia (MP) 339.3 (PO) 8,880
339015 A Diego de Molina (MP) 316.6 (PO) 7,770
339016 A Alonso Peto (MP) 316.6 (PO) 7,770
339017 A Miguel Ruiz (MP) 362 (PO) 8,880
339018 A Juan de Salinas, herrador (MP) 362 (PO) 8,880
339019 A Juan Olz o Loz (MP) 248.7 (PO) 6,110
339020 A Cristobal Gallego, no esta en la reparticion de oro
(MP) 316.6
339022 A Rodrigo de Santillana, tampoco (MP) 294.1
339023 A Hernan Sanchez (MP) 262
339024 A Hernan Sanchez, tampoco (MP) 271.4 (PO) 6,115
(TOTAL) (MP)25,798.6 (PO)610,131
339025 INFANTERIA
339028 A Juan de Porras (MP) 181 (PO) 4,450
339029 A Gregorio Sotelo (MP) 181 (PO) 4,450
339030 A Pedro Sancho (MP) 181 (PO) 4,440
340001 A Gracia de Paredes (MP) 181 (PO) 4,440
340002 A Juan de Valdivieso (MP) 181 (PO) 4,440
340003 A Gonzalo Maldonado (MP) 181 (PO) 4,440
340004 A Pedro Navarro (MP) 181 (PO) 4,440
340005 A Juan Ronquillo (MP) 181 (PO) 4,440
340006 A Antonio Vergara (MP) 181 (PO) 4,440
340007 A Alonso de la Carrera (MP) 181 (PO) 4,440
340008 A Alonso Romero (MP) 181 (PO) 4,440
340009 A Melchor Berdugo (MP) 135.6 (PO) 3,330
340010 A Martin Bueno (MP) 135.6 (PO) 4,440
340011 A Juan Perez Tudela (MP) 181 (PO) 4,440
340012 A Inigo Taburco (MP) 181 (PO) 4,440
340013 A Nuno Gonzalo, no esta en el repartimiento de oro
(MP) 181
340015 A Juan de Herra (MP) 158 (PO) 3,385
340016 A Francisco Davalos (MP) 181 (PO) 4,440
340017 A Hernando de Aldana (MP) 181 (PO) 4,440
340018 A Martin de Marquina (MP) 135.6 (PO) 3,330
340019 A Antonio de Herrera (MP) 135.6 (PO) 3,330
340020 A Sandoval, no tiene nombre propio (MP) 135.6 (PO) 3,330
340021 A Miguel Astete de Santiago (MP) 135.6 (PO) 3,330
340022 A Juan Bonallo (MP) 181 (PO) 4,440
340023 A Pedro Moguer (MP) 181 (PO) 4,440
340024 A Francisco Perez (MP) 158.3 (PO) 3,880
340025 A Melchor Palomino (MP) 135.6 (PO) 3,330
340026 A Pedro de Alconchel (MP) 181 (PO) 4,440
340027 A Juan de Segovia (MP) 135.6 (PO) 3,330
340028 A Crisostomo de Ontiveros (MP) 135.6 (PO) 3,330
340029 A Hernan Munoz (MP) 135.6 (PO) 3,330
340030 A Alonso de Mesa (MP) 135.6 (PO) 3,330
340031 A Juan Perez de Oma (MP) 135.6 (PO) 3,330
340032 A Diego de Trujillo (MP) 158.3 (PO) 3,330
340033 A Palomino, tonelero (MP) 181 (PO) 4,440
340034 A Alonso Jimenes (MP) 181 (PO) 4,440
340035 A Pedro de Torres (MP) 135.6 (PO) 3,330
340036 A Alonso de Toro (MP) 135.6 (PO) 3,330
340037 A Diego Lopez (MP) 135.6 (PO) 3,330
341001 A Francisco Gallegos (MP) 135.6 (PO) 3,330
341002 A Bonilla (MP) 181 (PO) 4,440
341003 A Francisco de Almendras (MP) 181 (PO) 4,440
341004 A Escalante (MP) 181 (PO) 3,330
341005 A Andres Jimenez (MP) 181 (PO) 4,440
341006 A Garcia Martin (MP) 181 (PO) 4,440
341007 A Juan Jimenez (MP) 181 (PO) 3,330
341008 A Alonso Ruiz (MP) 135.6 (PO) 3,330
341009 A Lucas Martinez (MP) 135.6 (PO) 3,330
341010 A Gomez Gonzales (MP) 135.6 (PO) 3,330
341011 A Alonso de Alburquerque (MP) 94 (PO) 2,220
341012 A Francisco de Vargas (MP) 181 (PO) 4,440
341013 A Diego Gavilan (MP) 181 (PO) 4,440
341014 A Contreras, difunto (MP) 133 (PO) 2,770
341015 A Rodrigo de Herrara, escopetero (MP) 135.3 (PO) 3,330
341016 A Martin de Florencia (MP) 135.6 (PO) 3,330
341017 A Anton de Oviedo (MP) 135.6 (PO) 3,330
341018 A Jorge Griego (MP) 181 (PO) 4,440
341019 A Pedro de San Martin (MP) 135.6 (PO) 3,330
341020 A Pedro Catalan (MP) 93 (PO) 3,330
341021 A Pedro Roman (MP) 93 (PO) 2,220
341022 A Francisco de la Torre (MP) 131.1 (PO) 2,275
341023 A Francisco Gorducho (MP) 135.6 (PO) 3,330
341024 A Juan Perez de Gomara (MP) 181 (PO) 4,440
341025 A Diego de Narvaez (MP) 113.1 (PO) 2,775
341026 A Gabriel de Olivares (MP) 181 (PO) 4,440
341027 A Juan Garcia de Santa Olalla (MP) 135.6 (PO) 3,330
341028 A Pedro de Mendoza (MP) 135.6 (PO) 3,330
341029 A Juan Garcia, escopetero (MP) 135.6 (PO) 3,330
341030 A Juan Perez (MP) 135.6 (PO) 3,330
341031 A Francisco Martin (MP) 135.6 (PO) 3,330
341032 A Bartolome Sanchez, marinero (MP) 135.6 (PO) 3,330
341033 A Martin Pizarro (MP) 135.6 (PO) 2,330
341034 A Hernando de Montalvo (MP) 181 (PO) 3,330
341035 A Pedro Pinelo (MP) 135.6 (PO) 3,330
342001 A Lazaro Sanchez (MP) 94 (PO) 2,330
342002 A Miguel Cornejo (MP) 135.6 (PO) 3,330
342003 A Francisco Gonzales (MP) 94 (PO) 2,220
342004 A Fracisco Martinez, esta en la lista de oro por Francisco Cazalla
(MP) 135.6 (PO) 2,220
342006 A Zarate, no dice nombre propio en ninguna lista
(MP) 182 (PO) 4,440
342008 A Hernando de Loja (MP) 135.6 (PO) 3,330
342009 A Juan de Niza (MP) 195.6 (PO) 3,330
342010 A Francisco de Solar (MP) 94 (PO) 3,330
342011 A Hernando de Jemendo (MP) 67.7 (PO) 2,220
342012 A Juan Sanchez (MP) 94 (PO) 1,665
342013 A Sancho de Villegas (MP) 135.6 (PO) 3,330
342014 A Juan Chico (MP) 135.6 (PO) 3,330
342015 A Pedro de Velva, no esta en la lista del oro
(MP) 94
342017 A Rodas, sastre (MP) 94 (PO) 2,220
342018 A Pedro Salinas de la Hoz (MP) 125.5 (PO) 3,330
342019 A Anton Esteban Garcia (MP) 186 (PO) 2,000
342020 A Juan Delgado Menson (MP) 139 (PO) 3,330
342021 A Pedro de Valencia (MP) 94 (PO) 2,220
342022 A Alonso Sanchez Talavera (MP) 94 (PO) 2,220
342023 A Miguel Sanchez (MP) 135.6 (PO) 3,330
342024 A Juan Garcia, pregonero (MP) 103 (PO) 2,775
342025 A Lozano (MP) 94 (PO) 2,220
342026 A Garci Lopez (MP) 135.6 (PO) 3,330
342027 A Juan Munoz (MP) 135.6 (PO) 3,330
342028 A Juan de Berlanga (MP) 180 (PO) 4,440
342029 A Esteban Garcia (MP) 94 (PO) 4,440
342030 A Juan de Salvatierra (MP) 135.6 (PO) 3,330
342031 A Pedro Calderon, no esta en la reparticion del oro
(MP) 135
342033 A Gaspar de Marquina, no esta en el repartimiento de plata
(PO) 3,330
342035 A Diego Escudero, no esta en la lista de plata (PO) 4,440
342037 A Cristobal de Sosa (MP) 135.6 (PO) 3,330
342038 (TOTAL) (MP)15,061.7 (PO)360,994
343001 RESUMEN
343004 Caballeria (MP)25,798.6 (PO)610,131
343005 Infanteria (MP)15,061.7 (PO)360,994
343006 Total (MP)40,860.3 (PO)971,125
343007 Fuera de los quintos para el rey apartados con anticipacion.
343009 Asimismo el Senor Gobernador dijo: Que senalaba y nombraba para que diese
a la gente que vino con el capitan Diego de Almagro, para ayuda de pagar sus deudas y
fletes, y suplir algunas necesidades que traian veinte mil pesos.
343013 Asimismo dijo que a treinta personas que quedaron en la ciudad de San Miguel
de Piura dolientes, y otros que no vinieron ni se hallaron en la prision de Atabalipa y
toma del oro, porque algunos son pobres y otros tienen necesidad, senaba quince mil
pesos de oro para lo repartir su senoria entre las dichas personas.
343019 Asimismo dijo que los ocho mil pesos que la compania dio a Hernando Pizarro,
para que fuese a explorar las cosas de la tierra, y otras cosas asi de barbero y cirujano, y
cosas que se han dado a los caciques, se saque del dicho cuerpo ocho mil pesos.
343024 Todo lo cual el dicho Senor Gobernador dijo que le parecia que estaba bien y
que era bien senalado, y lo que cada persona lleva declarado que ha de haber en Dios y
su conciencia, teniendo respeto a lo que S.M. le manda; y mando que se les diese y
repartiese por peso, y por ante mi el escribano, a cada uno lo que lleva declarado:
firmolo por mandado de su senoria.
343030 PEDRO SANCHO

KUPRIENKO