Луис Эмилио Рекабаррен. Сочинения (LUIS EMILIO RECABARREN. Obras celecciones)

Луис Эмилио Рекабаррен. “Сочинения”
LUIS EMILIO RECABARREN. Obras celecciones
(1876 – 1924)

LUIS EMILIO RECABARREN
Controversia con los anarquistas
Intervención en el
Congreso de Unificación de las Organizaciones Obreras
Buenos Aires, 28-31 de marzo de 1907*

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Redactado: Para el Congreso de Unificación de las Organizaciones Obreras, Buenos Aires, 28-31 de marzo de 1907.

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Al hacer uso de la palabra espero que la benevolencia de los congresales me permita analizar la orden del día que hemos presentado y probar como completa la declaración de principios del pacto ya aprobado. Para mayor claridad leeré cada párrafo, comentándolo enseguida.
El primer párrafo, dice: “Las sociedades gremiales de la República Argentina, reunidas en congreso, después de haber aceptado el principio de la unificación de las fuerzas obreras, declaran constituida la Confederación General del Trabajo.”
Esta declaración no se opone al pacto y es necesaria porque establece la constitución del nuevo organismo.
El segundo párrafo, dice: “Esta institución regional será la agrupación de todos los proletarios que, fuera de toda escuela política, tiene entablada la lucha contra la clase capitalista, pregonando la desaparición del asalariado y de la clase patronal.”
Hay aquí una afirmación de clase que es indispensable dejar establecida por un congreso que busca la unificación de los trabajadores como base indestructible en que apoyar “la desaparición del salariado y de la clase patronal”, que debe traer como consecuencia la transformación inmediata del presente estado social. Esta afirmación revolucionaria es más amplia que todo el pacto en conjunto que no la contiene. Luego, en m¡ concepto, no veo que ella pueda contener la negación de la declaración ya aprobada y apelo a la conciencia de los hombres honrados para que reconozcan que esta declaración de la orden del día es necesario aprobarla. Pero yo veo que entre vosotros los delegados anarquistas, no existe un propósito fraternal y que al llegar aquí no habéis venido dispuestos a discutir y a producir en consorcio con todos los mejores frutos de este Congreso, en bien del proletariado que representamos. Yo tengo antecedentes para pensar que vuestro capricho es no aceptar lo que sea propuesto por los delegados socialistas por el hecho solo de partir de estas filas. Y permitidme que yo juzgue ese proceder como obra de vuestro espíritu. plagado aún, dominado todavía, por los prejuicios que condenáis en la sociedad burguesa.
Habéis confeccionado, hace años ya, una declaración de principios que ostenta en su frente la organización obrera. Hoy la traéis de nuevo aquí como una fruta virgen, queriendo conservarla así, intacta, íntegra, y con aspecto rebelde impedir que pueda ser estuprada. Es decir; sois conservadores, que queréis conservar la tradición, la propiedad hereditaria de esa pieza, revelando con ello que sois tan conservadores como los dogmáticos católicos, y que os oponéis hasta a las reformas naturales de la obra que los tiempos se encargan de producir.
Enseguida viene esta otra afirmación: “Reconoce por tanto la lucha de clases, que en el terreno económico los obreros oponen a toda explotación y opresión.”
Ella tampoco está incluida en el pacto. Y si contiene una franca declaración en que los obreros establecen la lucha de clases, organizándose en el terreno gremial para poder luchar con ventaja contra la opresión autoritaria y la explotación capitalista, no veo en dónde pueda oponerse a vuestro pacto ni por qué no pueda serle agregada.
A continuación, dice: “Persigue en la obra cotidiana la elevación material y moral de la clase obrera, luchando por disminuir las ganancias capitalistas en provecho directo del proletariado, acortando también la jornada de trabajo.”
¿Qué declaración más revolucionaria que ésta queréis? Ella especifica que los trabajadores buscarán, hoy por hoy, el aumento de salario, que contribuirá transitoriamente a mejorar nuestra situación y a proporcionarnos mayores recursos para poder disponer, cuanto antes, de todos los elementos útiles para la revolución social entablada; educación, conciencia y organización. La disminución de la jornada nos dejará más tiempo para el estudio y para la preocupación de nuestros propósitos de reconstrucción social. Aceptando la obra de la revolución como finalidad, todas estas mejoras transitorias son medios indispensables que nos acercarán a los nuevos horizontes.
Sin embargo, es triste reconocer que vosotros rechazáis esta afirmación, llamada a robustecer la organización, no porque la consideréis mala, sino porque ha nacido aquí, entre los socialistas. Esa no es obra de revolucionarios que se creen concientes.
¿ Por qué los anarquistas que pregonáis tan amplias libertades, queréis imponer la mordaza del silencio a los labios socialistas que impugnan noblemente vuestros ideales ?
Yo tengo el derecho de defender la orden del día que hemos presentado, porque en nuestra conciencia ella es de utilidad en la nueva organización.
El penúltimo párrafo, dice: “En el terreno moral prepara a los productores en la lucha que constantemente quedará entablada con los detentadores de la propiedad, demostrando las ventajas de la organización gremial, y capacitándola para la obra de la revolución social.”
Afirmar que vamos a la sustitución de la propiedad privada por la propiedad común de todos, es una afirmación revolucionaria que no consta en la declaración de principios aprobada; declaración que es sólo un grupo de consideraciones ilusionistas de sentimientos líricos, de declaraciones inofensivas acerca de la situación pasada y presente de las clases que sufren hace ya más de dos mil años. Vosotros que sostenéis la abolición de la propiedad privada os negáis a hacer esta afirmación porque ha sido propuesta por nosotros. Que quienes estudien esta página que escribe la clase obrera en este Congreso, juzguen vuestra conducta.
Nosotros sostenemos aquí que la organización proletaria es la fuente fecunda donde los desheredados han de nutrir sus cerebros para capacitarse, para alistarse como afiliados concientes de la revolución social ya en marcha. No hay, en mi concepto, otro campo que la organización apropiada para alistar las huestes revolucionarias, que en posesión de una conciencia exacta sobre nuestra conducta deben marchar a la conquista de la felicidad futura.
Y finalmente, compañeros, el último párrafo, dice: “Para realizar los propósitos de inmediata y lejana actuación, el Congreso sostiene la mayor libertad de pensamiento para los afiliados a las corporaciones gremiales, pudiendo cada cual aceptar, fuera de la organización, los medios de lucha que estén de acuerdo con sus ideas filosóficas o políticas.”
Yo convengo en que esta declaración merezca ser tachada por vosotros y que pueda también chocar con la integridad de vuestros principios. Pero ella va destinada a oponerse al propósito que tenéis de abandonar esta organización, de ponerle una etiqueta; la etiqueta del comunismo anárquico. Hacer esto, facturar la nueva organización, es no querer la unión de los obreros; es alejarnos a nosotros que no aceptamos, porque no estamos convencidos de su bondad, el comunismo anárquico; es alejarnos a nosotros de vuestra organización, donde podríais aprovechar nuestra presencia para propagarnos vuestras ideas; yo considero que con ese propósito no queréis ni aun robustecer vuestras filas; eso se llama obra de inconciencia.
Yo sostengo que si con vuestra intransigencia de declarar la organización comunista anárquica, nos alejáis a nosotros los socialistas, que constituimos un actor, pequeño o grande, pero útil y necesario, en el movimiento obrero, con mayor razón alejaréis a ese inmenso número de desgraciados obreros que todavía viven en la más grande ignorancia, que se niegan a organizarse por debilidad y degeneración, que por esa misma ignorancia huyen del socialismo, al que califican de antipatriótico, antirreligioso, antisocial, etc., y se horrorizan del anarquismo porque gasta en la difusión de sus ideas una violencia insipida, sin objeto, que los ahuyenta, engendrando en ellos el horror y el pánico.
Todos esos obreros que con una táctica más hábil y con mayor perseverancia, usada por todos nosotros; todos esos obreros que constituyen más del cincuenta por ciento de nuestra clase, no vienen a la organización, no por culpa nuestra, sino por vuestras intransigencias sectarias, que revelan quizás no querer la rehabilitación del proletariado.

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* En 1907, por acuerdo su IV Congreso, la Federación Obrera de la República Argentina (FORA) organizó un “Congreso de Unificación de las Organizaciones Obreras”, que se celebró en Buenos Aires los días 28 al 31 de marzo, con la participación de 161 sindicatos y gremios representados por 186 delegados, entre los cuales, en representación de la Unión Gráfica, se encontraba Recabarren.
En el curso del Congreso el delegado Jacinto Oddone presentó un proyecto de unificación de las fuerzas obreras y favorable a la constitucion de una Confederación General del Trabajo (CGT) en la Argentina. Recabarren tomó uso de la palabra y pasó a analizar y criticar las propuestas de Oddone.

LUIS EMILIO RECABARREN

Ricos y pobres

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Escrito: Texto de una conferencia dictada en Rengo – Chile en la noche del 3 de septiembre de 1910, en ocasión del centenario de la independencia de Chile.

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ALGUNAS PALABRAS
Quiero trazar con expresiones sinceras los pensamientos que en mí se albergan sobre el siglo transcurrido bajo el régimen de la República, y procuraré que estas expresiones sean el retrato de la verdad, es decir, de la verdad como yo la comprendo, como yo la siento, ya que desgraciadamente existen diferencias para apreciar la verdad.
Esta conferencia que voy a desarrollar no es, ni puede ser, el fruto de expresiones antojadizas; es el resultado de reflexiones y de observaciones hechas durante cerca de un cuarto de siglo en medio de una vida llena de miserias y mirando en todos sus contornos miserias de todas clases.
No tengo valor moral para contrariar mis sentimientos y por esto yo no puedo bosquejar aquí otras cosas que expresiones de la vida vivida por el proletariado al cual pertenezco, comparándole a la vida vivida por la burguesía y hasta dónde es posible verla.
De sobra comprendo que mi conferencia, por ahora, va a encontrar muchos escollos, porque el modo de apreciar el desarrollo de la historia de un pueblo, es diferente, según sean las personas que le juzguen. Sin embargo, espero y confío en vuestra benevolencia, en vuestra cultura, en vuestro espíritu de observación y de estudio, que habréis de oír o de leer estas páginas tolerando bondadosamente la disconformidad que ellas arrojen con respecto a vuestro modo de pensar.
Hablar o escribir en sentido contrario a lo que parece pensar toda una nación o su mayoría, puede ser audacia y suele clasificarse de maldad. Mas, quien cree
sinceramente que vive en la verdad no debe sentirse cohibido ni esclavizado para decir a sus semejantes lo que siente, sobre todo cuando esto se hace dentro del debido respeto para todos. Yo miro y veo por todas partes, generales alegrías y entusiasmos al acercarse
cualquier ocasión de festividades, y yo en mi ser, en lo intimo de mi ser, no siento ni siquiera el contagio de esa alegría ni de ese entusiasmo. Más bien siento tristeza.
Y siento tristeza porque creo que aquellos que sienten alegrías viven en el mundo de las ilusiones, muy lejos de la verdad. Disculpadme si acaso hago mal en decir esto.
Hoy todo el mundo habla de grandezas y de progresos y les pondera y les ensalza considerando todo esto como propiedad común disfrutable por todos.
Yo quiero también hablar de esos progresos y de esas grandezas, pero me permitiréis que los coloque en el sitio que corresponde y que saque a la luz todas las miserias que están olvidadas u ocultas o que por ser ya demasiado comunes no nos preocupamos de ellas.
Esta conferencia va dividida en tres capítulos y un resumen para tratar por separado la situación del proletariado y la burguesía en el transcurso del siglo, en el orden social, político y económico.
Entremos, pues, en materia.
I
LA SITUACION MORAL Y SOCIAL DEL PROLETARIADO Y LA BURGUESIA
No es posible mirar a la nacionalidad chilena desde un solo punto de vista, porque toda observación resultaría incompleta. Es culpa común que existan dos clases sociales opuestas, y como si esto fuera poco, todavía tenemos una clase intermedia que complica más este mecanismo social de los pueblos.,
Reconocidas estas divisiones de la sociedad nos corresponde estudiar su desarrollo por separado, para deducir si ha habido progreso y qué valor puede tener este progreso.
La clase capitalista, o burguesa, como le llamamos, ha hecho evidentes progresos a partir de los últimos cincuenta años, pero muy notablemente después de la guerra de conquista de 1879 en que la clase gobernante de Chile se anexó a la región salitrera.
El progreso económico que ha conquistado la clase capitalista ha sido el medio más eficaz para su progreso social, no así para su perfección moral, pues aunque peque de pesimista, creo sinceramente que nuestra burguesía, se ha alejado de la perfección moral verdadera.
Sin tomar en cuenta los individuos, creo que la colectividad burguesa vive habituada ya en un ambiente vicioso e inmoral, que quizás en muchos casos no se note o se disculpe por no tener la noción suficiente para saber estimar íntegramente la verdadera moral. El espíritu de beatitud en cierta parte de esta sociedad no la ha detenido ni alejado de esta situación.
Cien años ha, cuando la población de este país vivía en el ambiente propio de una colonia europea, que le había inoculado sus usos y costumbres; parece que no se destacaba la nota inmoral y voluptuosa de la época presente. Se vivía en este país bajo el régimen de la sociedad feudal, algo atenuado si se quiere, pero con todas las formas de la esclavitud y con todos los prejuicios propios del feudalismo. El sometimiento demasiado servil de la clase esclava entregada en su mayor número a la vida pastoril y a la agricultura era tina circunstancia que no provocaba ninguna acción de la clase señorial, en que pudiera notarse como hoy, sus crueldades.
La ultima clase, como puede considerarse en la escala social, a los gañanes, jornaleros, peones de los campos, carretoneros, etc., vive hoy como vivió en 1810. Si fuera posible reproducir ahora la vida y costumbres de esta clase de aquella época y compararla con la de hoy día, podríamos ver fácilmente que no existe ni un solo progreso social. En cuanto a su situación moral podríamos afirmar que en los campos permanece estacionaria y que en las ciudades se ha desmoralizado más. Esta clase más pobre de la sociedad, más pobre en todo sentido material y moral- ha vivido tanto antes como ahora en un ambiente completamente católico y cristiano. Si afirmáramos que hoy vive más dominada por la Iglesia que antes, no haríamos una exageración. Sin embargo, antes se notaban en esta clase mejores costumbres que ahora. Con sobrada razón podríamos preguntarnos: ¿Por qué no ha progresado esta clase social que ha vivido siempre al amparo moral del catolicismo?
Es esta nueva pregunta para la cual cada persona debe buscar la respuesta con sus propios esfuerzos, porque es menester, para el desarrollo de las inteligencias, que se realice este ejercicio mental, a fin de que cada cual resuelva este problema social y procure cooperar a mejorar las cosas.
La última clase de la sociedad que constituye probablemente más de un tercio de la población del país, es decir, más de un millón de personas no ha adquirido ningún progreso evidente, en mi concepto digno de llamarse progreso. Se me dirá que el número de analfabetos es, en proporción, mucho menor que el de antes, pero con esta afirmación no se prueba nada que ponga en evidencia un progreso. Para esta última clase de la sociedad el saber leer y escribir, no es sino un medio de comunicación, que no le ha producido ningún bienestar social. El escasísimo ejercicio que de estos conocimientos hace esta parte del pueblo, le coloca en tal condición que casi es igual sí nada supiese, En las ciudades y en los campos, el saber escribir, o simplemente firmar, ha sido para los hombres un nuevo medio de corrupción, pues, la clase gobernante les ha degradado cívicamente enseñándoles a vender su conciencia, su voluntad, su soberanía.
El pueblo en su ingenua ignorancia aprecia en mucho saber escribir para vender su conciencia. ¿ Es esto un progreso? Haber aprendido a leer y a escribir pésimamente, como pasa con la generalidad del pueblo que vive en el extremo, opuesto de la comodidad, no significa en verdad el más leve átomo de progreso.
Muchos periodistas han afirmado en más de una ocasión que las conscripciones militares han aportado al pueblo un contingente visible de progreso porque han contribuido a desarrollar hábitos útiles desconocidos entre la llamada gente del pueblo. Se ha dicho que esta parte de las poblaciones ha aprendido hábitos de higiene, se ha educado, aprendido nociones elementales, etcétera. Estas afirmaciones son más ficticias que reales.
La pobreza, y la pobreza en grado excesivo sobre todo, impide todo progreso. Hay gentes que no tienen un tiesto para lavarse. La vida del cuartel, generalmente, ha producido hábitos innobles y ha fomentado o despertado malas costumbres en personas buenas y sencillas. Yo creo que produce más desastres que beneficios.
El movimiento judicial y penitenciario del país nos prueba de una manera evidente el desastre moral de nuestra sociedad, durante los cien años que han transcurrido para la vida de la República. La magistratura del país ha perdido todo el prestigio que debió conservar o de que debió rodearse. Yo no podría afirmar si los procedimientos judiciales estuvieran alguna vez dentro de la órbita de la moral. Pero lo que puedo decir es que debido al desarrollo intelectual natural del pueblo, éste ha llegado a convencerse de que la Justicia no existe o de que es parte integrante del sistema mercantil y opresor de la burguesía.
Yo he llegado a convencerme de que la organización judicial sólo existe para conservar y cuidar los privilegios de los capitalistas. ¡Ojalá, para felicidad social, estuviera equivocado! La organización judicial es el dique más seguro que la burguesía opone a los que aspiran a las transformaciones del actual orden social.
La literatura nacional tiene muchas expresiones, que son la más dura acusación a la inmoralidad social y a su administración de justicia, literatura que está basada en la verdad histórica. No puedo resistir el deseo de copiar aquí una página de un autor chileno que dice así:
La noche aquella, la oscura noche en la cual iba dejando mis harapos enredados en las piedras cortantes del camino, recliné mi cabeza cansada sobre el tronco de un árbol secular.
Me hizo dormir el peso de la Fatalidad que gravitaba sobre mi frente. Había clamado tantas veces por la equidad humana, que esta idea se había aferrado a mi cerebro como esas raíces añosas adheridas a la tierra difícil de arrancar. Y soñé…
Me hallé súbitamente en un erial cubierto de secas malezas, sin árboles, sin flores. Un letal vapor de sepulcro invadía las cosas existentes, y el campo fúnebre no tenía término, ni vereda alguna, ni salvación posible.
En un tajo abierto como una grieta profunda, mansión de cíclopes antiguos que habían partido los porfiados con sus formidables miembros, vivía un ser monstruoso, sin forma humana, sin perfiles de consciente. La mitad derecha del rostro reía como Quasimodo, sordo, incapaz, idiota; la izquierda era un conglomerado de contracciones faciales, hijas del llanto, del pesar, del furor y el despecho, difícil de bosquejar por la pluma más sagaz y maestra. El contraste formado por estas dos actitudes revelaba la monstruosidad en su carácter más completo; era aquello una fiera digna émula del Apocalipsis, con que suelen soñar los remordimientos humanos. Creía hallarme solo en aquel páramo desolado. Pero no lejos de allí se destacó un ujier armado hasta los dientes, inabordable, asegurado por todas partes.
-¿Cómo has llegado hasta aquí, mendigo? ¿ No sabes que este erial y esta grieta honda e inaccesible está destinada para un monstruo que debe vivir alejado para siempre de las sociedades cuya constitución está amparada por la más estrecha justicia? Te prohibo que asomes la cabeza en ese abismo . . . Los ojos del monstruo te atraerían y sucumbirías bajo el peso de su atracción diabólica.
-Ya lo he visto -respondí.
– ¡Desgraciado! … ¿Y no sientes ya el hielo de la muerte en tus entrañas? ¿No has visto que sus pupilas relampagueaban como las de voraces reptiles ?
-¿Y cómo se llama esa bestia? -pregunté azorado.
-¡Prevaricato! -respondióme el bondadoso, ujier.
Y desperté … y resolví entonces morir de vergüenza, de hastío y de dolor. Ya no existía la justicia. . .
El régimen carcelario es de lo peor que puede haber en este país. Yo creo no exagerar si afirmo que cada prisión es la “escuela práctica y profesional” más perfecta para el aprendizaje y progreso del estudio del crimen y del vicio. Oh monstruosidad humana! Todos los crímenes y todos los vicios se perfeccionan en las prisiones, sin que haya quien pretenda evitar este desarrollo!
Yo he vivido cuatro meses en la cárcel de Santiago, cuatro en la de Los Andes, cerca de tres en la de Valparaíso y ocho en la de Tocopilla. Yo he ocupado mí tiempo de reclusión estudiando la vida. carcelaria y me he convencido que la vida de la cárcel es lo más horripilante que cabe conocer. Allí se rinde fervoroso y público culto a los vicios solitarios … La inversión sexual no es una novedad para los reos. Los delincuentes que principian la vida del delito, encontrarían en las cárceles los profesores y maestros para perfeccionar el arte de la delincuencia.
El personal de empleados de prisiones y sus anexos es bastante numeroso. Pero, a pesar de esto, yo no conozco un solo caso de alguno que haya estudiado o propuesto medios encaminados a buscar un perfeccionamiento en el sistema carcelario que contribuyera a proporcionar una verdadera regeneración entre tantos seres más desgraciados que delincuentes.
Y el personal de los juzgados, ¿habrá producido alguna idea en este sentido? Yo no conozco ninguna.
Yo creo que la prisión no es un sistema penal digno del hombre y propio para regenerarle. Hoy que se habla tanto de progresos y que se celebra como un gran acontecimiento el haber llegado a los cien años de vida libre, yo me pregunto, ¿ha progresado en la República el sistema penal? ¿Ha disminuido el número de delincuentes? ¿Cuántas cárceles se han cerrado a impulsos de la educación? ¿Ha mejorado o progresado siquiera la condición moral del personal carcelario o judicial que podría influir en la regeneración de los reos? Ninguna respuesta satisfactoria podría obtener.
Acerca de la crueldad moral que envuelve en sí la prisión escribe un autor chileno en un librito titulado Palabras de un Mendigo lo que sigue:
El mudo carcelero me introdujo dentro de una mazmorra helada, hizo rechinar la puerta del calabozo, y puso el férreo candado a la prisión a donde se me habla arrastrado.
Luego después no había más que intensa y espantosa sombra a mi rededor. Era aquello el abismo abierto a un hombre que buscaba la luz, pero a quien se le encerraba en un sepulcro insondable para evitar que los rayos vivificadores del astro rey llegaran hasta su pupila dilatada y profunda.
Yo no había pecado. A nadie había hecho mal. Mis vestidos se habían desgarrado en medio de los zarzales punzadores del camino, mi sangre había corrido a raudales. Llegué exánime a la prisión y caí desfallecido en brazos de los primeros sayones que me oprimieron.
¿ Por qué se me encerraba, oh Pueblo? Yo no había delinquido, ni robado, ni asesinado. Alguien murmuró a mis oídos cuando entré en el fúnebre recinto, al sitio de la perdición, al calabozo nauseabundo:
Otro bandido!
Yo en un rapto de sagrado entusiasmo había gritado: ¡MUERA LA Tiranía!
Y cuando el esbirro ensañado vació en mis oídos la bazofia brutal de su desvergüenza, sentí en mi ser algo así como la lava hirviente de un volcán que amenazaba estallar; y experimenté un agrupamiento de ideas enloquecidas, terribles, impetuosas …
Era la indignación que saben experimentar las almas buenas, que todavía no han entregado su conciencia al odioso mercader que suele comprarla a precios bajos.
¡Cuánta amargura, cuánta ironía hay en todo esto! -í Pero sobre todo cuánta verdad! Son palabras candentes que abrazan todo el rostro de los privilegiados!
¿Veremos mejorarse el sistema carcelario y judicial ,en el sentido de producir una disminución en la delincuencia, por la, acción moral más que por la acción penal? El porvenir lo dirá.
La sociedad debe preocuparse de corregir la delincuencia, creando un ambiente de elevada moral, cuyo ejemplo abrace, pues el sistema penal debemos considerarlo ya un fracaso. Estimo que el sistema penal generalmente atemoriza, pero no corrige; detendrá la acción criminal, pero no la intención. La sociedad debe, por el propio interés de su perfección, convencerse que el principal factor de la delincuencia existe en la miseria moral y en la miseria material. Hacer desaparecer estas dos miserias es la misión social de la Humanidad que piensa y que ama a sus semejantes.
Comprobar fehacientemente el progreso que ha hecho el vicio, es bastante para poner a la luz del día la verdad. La verdad de que en cien años de vida republicana se constata el progreso paralelo de dos circunstancias:
El progreso económico de la burguesía. El progreso de los crímenes y de los vicios en toda la sociedad.
La vida del conventillo y de los suburbios no es menos degradada que la vida del presidio.
El conventillo y los suburbios son la escuela primaria obligada del vicio y del crimen. Los niños se deleitan en su iniciación viciosa empujados por el delictuoso ejemplo de sus padres cargados de vicios y de defectos. El conventillo y los suburbios son la antesala del prostíbulo y de la taberna.
Y si a los cien años de vida republicana, democrática y progresista como se le quiere llamar, existen estos antros de degeneración, ¿cómo se pretende asociar al pueblo a los regocijos del primer centenario?
El conventillo y los suburbios, han crecido quizás en mayor proporción que el desarrollo de la población. Y aun cuando se alegara que el aumento de los conventillos ha ido en relación con el aumento de la población, no sería este un argumento justificativo ni de razón. El conventillo es una ignominia. Su mantenimiento o su conservación constituyen un delito.
Sintamos pesar por los niños que allí crecen, rodeados de malos ejemplos, empujados al camino de la desgracia. Allí están, en abigarrado conjunto, dentro del conventillo, la virtud y el vicio, con su corolario natural de la miseria que quebranta todas las virtudes.
Si hubiera, habido progreso moral en la vida social, debió detener el aumento de los conventillos, como debe detenerlo en lo sucesivo, pero esto ya no se operará por iniciativa especial de la burguesía sino por la acción proletaria que empuja la acción de la sociedad. Es necesario transformar el sistema de habitación para contribuir a perfeccionar los hábitos del pueblo.
Poco después de escrita esta conferencia, algunos diarios emprendieron una débil cruzada contra los conventillos. Para reforzar mis argumentos he colocado al final de la conferencia algunas publicaciones hechas al respecto por los diarios.
La clase media que se recluta entre los obreros más preparados y los empleados, ¿habrá hecho progresos? ¡Recorramos su condición y convenzámonos! Esta clase es hoy mucho más numerosa que lo que lo era antes en proporción a cada época. Ha aumentado su número a expensas de los dos extremos sociales. A ella llegan los ricos que se empobrecen y que no pueden recuperar su condición y los que logran superarse en la última clase.
Esta clase ha ganado un poco en su aspecto social y es la que vive más esclavizada al qué dirán, a la vanidad y con fervientes aspiraciones a las grandezas superfluas y al brillo falso. Debido a estas circunstancias que le han servido de alimento, esta clase ha hecho progresos en sus comodidades y vestuario, ha mejorado sus hábitos sociales, pero a costa de mil sacrificios, en algunos casos; de hechos delictuosos en otros y poco delicados en la mayor parte de los casos.
Es en esta clase, la clase media, donde se encuentra el mayor número de los descontentos del actual orden de cosas y de donde salen los que luchan por una sociedad mejor que la presente.
Nuestro pueblo, religioso y fanático, no tiene hábitos Virtuosos y morales. Posee una religión sin moral.
Hechos: el matrimonio del pobre es especialmente consagrado por la Iglesia. Después de la ceremonia se entrega, en la miserable vivienda, a la borrachera desenfrenada y libertina llena de inmoralidades. El bautizo religioso de los niños ha sido siempre un motivo de borrachera con todo su natural cortejo de degradación.
El crimen ha sido muchas veces el epílogo doloroso de estos hechos del pueblo. Los pobladores de las cárceles son todos religiosos. Es un hecho entonces lo que afirmo, que nuestro pueblo posee una religión sin moral, y yo deduzco de aquí que la religión protegida por el Estado y la Sociedad con el fin de moralizar, no ha tenido la fuerza suficiente o la capacidad necesaria para moralizar y lo único que ha conseguido es hacer creyentes o fanáticos de una doctrina teórica, sin práctica moral.
La acción de los comerciantes, en general, es la acción de la inmoralidad. El progreso rápido del comercio, que es lo que busca el comerciante, está basado en la acción de la inmoralidad; en el engaño, en el fraude, en la falsificación, en el robo, en la explotación más desenfrenada del pobrerío que es la clientela más numerosa del comerciante inescrupuloso de los barrios pobres.
¿Y esto… también llamaremos progreso? Esto que ha progresado tanto en el transcurso de los últimos cien años, ¿también es digno de asociarle al entusiasmo de las festividades centenarias?
La clase rica no sufre por esto. Ella compra en sus grandes almacenes los frutos escogidos de la producción mundial. Se fabrica y se produce especialmente para ella. El monopolio de la producción en sus propias manos y la posesión de la riqueza le garantiza este privilegio. La clase pobre no puede gozar de estos privilegios. Ella es la escogida como víctima única de la voracidad inmoral de la clase comercial.
Una parte del pueblo, formada por obreros, los más aptos, por empleados, pequeños industriales salidos de la clase obrera y algunos profesionales, pero todos considerados dentro de la clase media, ha podido realizar algún progreso. Han constituido organismos nuevos: sociedades de socorro de ahorro, de resistencia a la explotación, de educación, de recreo y un partido popular llamado Partido Demócrata. Esta manifestación de la acción es el único progreso ostensible de la moral y de la inteligencia social del proletariado, pero es a la vez la acusación perenne a la maldad e indolencia común.
Para atenuar el hambre de su miseria en las horas crueles de la enfermedad, el proletariado fundó sus asociaciones de socorro. Para atenuar el hambre de su miseria en las horas tristes de la lucha por la vida y para detener un poco de feroz explotación capitalista, el proletariado funda sus sociedades y federaciones de Resistencia, sus mancomunales. Para ahuyentar las nubes de la amargura creó sus sociedades de recreo. Para impulsar su progreso moral, su capacidad intelectual, su educación, funda publicaciones, imprime folletos, crea escuelas, realiza conferencias educativas.
Mas, toda esta acción es obra propia del proletariado, impulsado por el espíritu de conservación, y es un progreso adquirido a expensas de sacrificios y privaciones.
¡Para este progreso no es tiempo aún de festejarle su centenario!
Se ha dicho muchas veces que uno de los más apreciables bienes de la República ha sido el progreso liberal del país, el cual no habría podido desarrollarse en la monarquía. Yo creo que esto es una exageración y tal vez una mistificación.
La mentalidad, la inteligencia, ha hecho mayores progresos en el proletariado español, bajo el régimen monárquico, durante los últimos cien anos, que en el proletariado chileno bajo el régimen de la llamada libertad republicana. Esto no prueba que la monarquía o la república sean o no superior la una a la otra, pero prueba que la forma o clase de régimen social no influye especialmente en el progreso moral, social o intelectual, ni le detiene.
En Rusia, a pesar del régimen de tiranía se ha desarrollado mucho la mentalidad moral del pueblo y su acción para la defensa de su progreso ha sido mucho más vigorosa que en otros países de más libertades.
La existencia de toda la organización proletaria de España, y sus grandiosos frutos: Casas del Pueblo, cooperativas, prensa, cte., nos prueba que ese proletariado ha podido desenvolverse y progresar en el seno de la monarquía en tales condiciones que aún no lo sueña el proletariado chileno. Esto nos prueba que la República no ha producido aquí aquel bien que se supone el proletariado.
Digamos la verdad: el bien inmenso que ha producido la República fue la creación y desarrollo de la burocracia chilena y fue también la posesión de la administración de los intereses- nacionales. La burocracia que goza de esta situación, ella sí que tiene motivo de regocijo justificado si mira egoístamente su situación. ¡Nosotros no!
II
LA SITUACION INTELECTUAL Y POLITICA DEL PROLETARIADO Y LA BURGUESIA
El desarrollo intelectual es una circunstancia natural de la especie humana. En general hay siempre progresos. Podrá encontrarse individuos que no progresen intelectualmente, pero con dificultad se encontrara una familia completa que no presente un caso de progreso. Pero en las sociedades que forman el género humano se ha constatado el progreso en una forma natural empujado a un tiempo por los individuos y por la sociedad.
Es el caso que un individuo alimenta a la sociedad y que ésta alimenta al individuo. El individuo se forma intelectualmente del ambiente de la sociedad. Pero el ambiente de la sociedad se ha formado del ambiente creado por los individuos.
La modificación de un ambiente social, es obra del individuo pero obra paulatina, lenta, gradual si se quiere. La modificación del ambiente individual es obra propia y social y puede ser rápido su progreso o su transformación.
Es pues, el progreso intelectual del país un hecho, y el regocijo que ello nos produce se equipara al regocijo que sentimos por el crecimiento y avance de la edad de nuestros hijos. El progreso intelectual está limitado a las esferas en que se desarrolla y los beneficios marchan en relación.
Para las altas clases sociales el progreso intelectual es un medio para conquistar mayor bienestar, porque poseen el dinero. Para las bajas clases sociales ese mismo progreso no alcanza a producir bienestar, porque no tienen dinero.
El progreso intelectual en esta época no es un progreso moral, pues, en muchos casos la mayor capacidad conduce al individuo, a la relajación. El progreso intelectual, creo decirlo sin pasión, se ha desarrollado notablemente en la clase media, y podría ser esto un motivo de alegría, pero la finalidad social que se busca como fruto del progreso intelectual dista mucho aún y la labor del proletariado inteligente prosigue vigorosamente su marcha. Cuando llegue a la meta entonces sí que habrá motivos de alegrías comunes.
En cuanto a la situación política, es menester detenerse con alguna calma para estudiarla, para contemplarla. Esta conferencia escrita con ocasión del primer centenario de lo que se llama emancipación política del pueblo, ha de dejar en sus páginas bien precisada la condición política del país.
La burguesía por el conducto de sus escritores nos habla siempre de “los grandes hombres que nos dieron patria y libertad” y esta frase ha pretendido grabarla en la mente del pueblo haciéndole creer que es propia para todos.
Yo mismo en torno mío. . . miro en torno de la gente de mi clase … miro el pasado a través de mis treinticuatro años y no encuentro en toda mi vida una circunstancia que me convenza que he tenido patria y que he tenido libertad …
¿Dónde está mi patria y dónde mi libertad? ¿La habré tenido allá en mi infancia cuando en vez de ir a la escuela hube de entrar al taller a vender al capitalista insaciable mis escasas fuerzas de niño? ¿La tendré hoy cuando todo el producto de mi trabajo lo absorbe el capital sin que yo disfrute un átomo de mi producción?
Yo estimo que la patria es el hogar satisfecho y completo, y la libertad sólo existe cuando existe este hogar. La enorme muchedumbre que puebla campos y ciudades, ¿tiene acaso hogar? No tiene hogar. . .! No tiene hogar … ! Y el que no tiene hogar no tiene libertad! Todos los grandes creadores y fundadores de la economía política han afirmado este principio: “¡El que no tiene hogar no tiene libertad!”
A ver, ¿quién puede contradecirme?
Acaso los que vencieron al español en los campos de batalla, ¿pensaron alguna vez en la libertad del pueblo? Los que buscaron la nacionalidad propia, los que quisieron independizarse de la monarquía buscaban para sí esa independencia, no la buscaron para el pueblo.
¡Celebrar la emancipación política del pueblo! Yo considero un sarcasmo esta expresión. Es quizás una burla irónica. Es algo así como cuando nuestros burguesitos exclaman: El soberano pueblo…! cuando ven a hombres que visten andrajos, poncho y chupalla. Que se celebre la emancipación política de la clase capitalista, que disfruta de las riquezas nacionales, todo eso está muy puesto en razón.
Nosotros, que desde hace tiempo ya estamos convencidos que nada tenemos que ver con esta fecha que se llama el aniversario de la independencia nacional, creemos necesario indicar al pueblo el verdadero significado de esta fecha, que en nuestro concepto sólo tienen razón de conmemorarla los burgueses, porque ellos, sublevados en 1810 contra la corona de España, conquistaron esta patria para gozarla ellos y para aprovecharse de todas las ventajas que la independencia les proporcionaba; pero el pueblo, la clase trabajadora, que siempre ha vivido en la miseria, nada, pero absolutamente nada gana ni ha ganado con la independencia de este suelo de la dominación española. Tal es así que los llamados padres de la patria, aquellos cuyos nombres la burguesía pretende inmortalizar, aquellos que en los campos de batalla dirigieron al pueblo-soldado para pelear y desalojar al español de esta tierra, una vez terminada la guerra y consolidada la independencia, ni siquiera pensaron en dar al proletariado la misma libertad que ese proletariado conquistaba para los burgueses reservándose para sí la misma esclavitud en que vivía.
Esto que decimos, lo probamos con los dos siguientes decretos que hemos copiado en las páginas veintiocho y veintinueve de la colección de Leyes y Decretos del Gobierno de 1810 a 1823, edición ordenada por don Manuel Montt y revisada por don Domingo Santa María. He aquí los decretos:
Ha sabido el gobierno que a pesar de lo prevenido en auto del Supremo Congreso Nacional de 11 de octubre de 1811, en algunas parroquias subsiste todavía la costumbre de asentar en las partidas bautismales de los individuos que nacen de madres esclavas, la nota de esclavos; y teniendo presente que este abuso, ya provenga de malicia o de f alta de reflexión compromete la suerte de aquellos infelices y ofende la autoridad del gobierno, decreto: que respecto a que desde la fecha citada quedó por regla inalterable abolida la esclavitud en todos los que naciesen en lo sucesivo, todos los párrocos deban desde entonces poner la nota de esclavos en las partidas que se hubiesen asentado, omitiendo, ponerla en adelante. Este decreto se imprimirá, y teniéndose con esto por bastante circulado, los subalternos cuidarán de su cumplimiento y se transcribirá al Obispo gobernador para que quede archivado en su juzgado y uno de los principales puntos que deban examinar los Diocesanos en sus respectivas visitas para el cumplimiento de este auto.- PÉREZ -INFANTE.—EYZAGUIRRE.- AGUSTIN DIAZ, SECRETARIO.
ACTA DEL SUPREMO CONGRESO NACIONAL
Sesión del día 11 de octubre
Aunque la esclavitud, por opuesta al espíritu cristiano, a la humanidad y a las buenas costumbres, por inútil y aun contraria al servicio doméstico que ha sido el aparente motivo de su conservación, debería desaparecer de un suelo en que sus magistrados sólo tratan de extinguir la infelicidad en cuanto alcance sus últimos esfuerzos, con todo, conciliando estos sentimientos con las preocupaciones, y el interés de los actuales dueños de esta clase de miserable propiedad; acordó el Congreso que desde hoy en adelante no venga a Chile ningún esclavo y que los que transiten para países donde subsista esta dura ley, si se demoran por cualquier causa y permanecen seis meses en el reino queden libres por el mismo hecho. Que los (esclavos) que al presente se hallen en servidumbre, permanezcan en una condición, que se le hará tolerable la habitual, la idea de la dificultad de encontrar repentinamente recursos de que subsistir sin gravamen de la sociedad, el buen trato que generalmente reciben de sus amos, y sobre todo el consuelo de que sus hijos que nazcan desde hoy serán libres, COMO, expresamente se establece por regla inalterable. Para evitar los fraudes de la codicia, y que nos prive de estos beneficios, a las madres que sean vendidas para fuera del país, se declararán igualmente libres sus vientres y que deben serlo por consiguiente sus productos en cualquier parte y que así se anota por cláusula forzosa en las escrituras que se otorguen, y en los pases de la aduana, a cuyo f in, se hará extender a los escribanos y administradores. (Esta ley aparece en la colección entre las del año 1813, pero parece que es la ley a que se refiere el decreto de la cabeza, octubre 11 de 1811.)
Si leemos con detención los dos decretos anteriores podemos ver en ellos que la clase burguesa no abolió la esclavitud, ni siquiera para los esclavos que pelearon en calidad de soldados, obligados por sus amos. Todo lo que hizo esa burguesía triunfante fue abolir la esclavitud para los hijos que nacían de padres esclavos después de esa fecha, cosa que en rigor no tiene mérito, alguno ni expresa una acción generosa, siquiera a titula de premio para los que daban libertad.
En la expresión de esos decretos se ve claro el sentimiento que dominaba a la sociedad en aquella época y de ello se desprende claramente:
Que la esclavitud era ya considerada inútil en cuanto -a las ventajas económicas o sociales que pudieran esperarse. Que la esclavitud se aboliría entonces por estas circunstancias y no por espíritu de humanidad ni cristiano. Que la esclavitud no la abolía el nuevo Estado independiente porque consideraba herir los intereses de los amos y porque comprendía que lanzar a la calle en libertad a los esclavos que nada poseían era un peligro social que les amenazaba.
El espíritu de mezquindad y la falta de moral incapacitó, entonces, a la burguesía para darle a la República, que nacía por el esfuerzo de sus esclavos, el brillo de una verdadera grandeza que pudiera denotar a la vez que los fundadores de la patria eran grandes hombres. Qué pequeños les vemos hoy!
Hasta el año 1823, fecha en que Chile se dio la primera Constitución, no se encuentra ninguna ley que demuestre una acción generosa para el pueblo, que le reconozca algún derecho o que siquiera piense en él ,como personas dignas de figurar en la sociedad.
Todo lo que existe son esas leyes que acabo de citar. Eso en cuanto a los primeros actos de la independencia nacional. Y ahí se ve la parte que le tocó al pueblo en el triunfo de esa jornada revolucionaria que entregó a la burguesía la administración de la riqueza natural y social de esta región del planeta, dejando al pueblo sumido en su ya larga era de miseria.
Y si esto es la verdad, ¿qué cosa es lo que celebra el pueblo en este aniversario? Lo que en realidad hace el pueblo en esta fecha, estimulado por la burguesía, es gastar su dinero en torrentes de licor que la misma clase burguesa le vende para guardar el dinero en sus cajas insaciables.
Si los primeros pasos de la nación independiente nada reconocieron en el pueblo, mucho menos se hizo después, y en los primeros actos electorales se prescindió del pueblo, y aun podemos decir que los fraudes y la intervención oficial nacieron juntos con la república. Veamos lo que a este respecto decía el caudillo conservador M. J. Irarrázaval en el Senado, en la sesión del 11 de noviembre de 1889, cuando se discutía la ley de la comuna autónoma:
He aquí el primer acto de intervención oficial. No puedo menos que deplorar que haya iniciado O’Higgins esta serie de actos por demás reprobables. . . Aquella intervención que tenía, podría decirse, cierto aspecto de cortés, de vergonzante, se escondía, no quería de ningún modo hallarse comprometida, porque habría hecho perder su influencia al Director Supremo de la República.
Esto decía Irarrázaval comentando una carta de O’Higgins en que recomendaba la elección de algunos de sus amigos para diputados. Pero este mismo Irarrázaval, a quien se le atribuyen propósitos magníficos en favor del pueblo y de sus derechos, reclamaba en la sesión del Senado del 5 de agosto de 1874, cuando se discutía la ley de voto acumulativo, lo siguiente: “Advierta la Cámara que yo no digo ni sostengo que cualquiera minoría tiene derecho de hacerse representar.”
Irarrázaval demostraba con esto que él no pensaba en el pueblo ni quería que se creyese que al defender el voto acumulativo pretendiera él defenderlo en beneficio de las clases populares. Irarrázaval pedía el voto acumulativo para que por medio de él se vieran representados en la Cámara todos los intereses sociales de la burguesía. Los intereses populares no se tomaban en cuenta.
Si éste ha sido el criterio dominante, expuesto en diversas ocasiones desde 1810 hasta la fecha, no vemos razón alguna para que la clase popular sienta regocijo por el advenimiento periódico de esta fecha.
La fecha gloriosa de la emancipación del pueblo no ha sonado aún. Las clases populares viven todavía esclavas, encadenadas en el orden económico, con la cadena del salario, que es su miseria; en el orden político, con la cadena del cohecho, del fraude y la intervención, que anula toda acción, toda expresión popular y en el orden social, con la cadena de su ignorancia y de sus vicios, que le anulan para ser consideradas útiles a la sociedad en que vivimos.
Un pueblo que vive así sometido a los caprichos de una sociedad injusta, inmoral y criminalmente organizada, ¿qué le corresponde celebrar en el 18 de Septiembre? Nada. El pueblo debe ausentarse, debe negar su concurso a las fiestas con que sus verdugos y tiranos celebran la independencia de la clase burguesa, que en ningún caso es la independencia del pueblo ni como :individuo ni como colectividad.
Hubo un tiempo en que las elecciones del Congreso, se hacían a balazos, poco después de la guerra de 1879, por ejemplo. El progreso desterró la barbarie — que era el corolario lógico de cada campaña electoral. Pero no puedo dejar de decir que todos aquellos actos de barbarie político-electoral realizados por los partidos en lucha, fueron realizados desde la infancia de la República.
Pero si hoy, cien años después, no tenemos el crimen sangriento en acción es porque ha nacido y se ha desarrollado otro crimen, que ya es adulto, el crimen de la venalidad, el crimen del cohecho, el crimen de la compraventa de la conciencia. ¡El mercado de votos! La prostitución política! ¿Cabe desmoralización mayor? Será esto lo que se llama emancipación política?
Esta independencia que posee el lector para vender su soberanía a quien le ofrece más dinero, ¿será lo que se invita a festejar en cada aniversario patrio? El criterio político del pueblo es lo más pervertido que hoy existe en Chile. El derecho de sufragio, la facultad de elegir, la acción popular para formar el Congreso Nacional y los Municipios del país, la soberanía del pueblo, ¿son, por ventura, realidades honrosas y concientes en Chile ?
Esta democracia pura creada por la ley, que da a la República su aureola de grandeza, de grandeza nacida en el seno mismo del pueblo, no es sino una ficción, una simple ilusión … ¿Llamaremos emancipación política del pueblo el cúmulo de corrupciones electorales que hoy se realizan?
Si en un pueblo cualquiera se agrupan cien electores sanos, que no trafican con su voto, y este número es suficiente para obtener, por ejemplo, una representación municipal, le bastará a la burguesía comprar o suplantar ciento diez electores para anular esa agrupación de conciencias. Así tenemos que la venalidad vence a la pureza, y la pureza vencida por la venalidad ¿de qué podrá sentirse satisfecha?; ¿Podrá exclamar viva la libertad?
Las que podremos llamar clases inferiores de la sociedad, atrasadas, sin educación suficiente, sin moralidad, sin criterio, no saben comprender el valor de toda nuestra legislación política democrática. Las clases llamadas superiores, en posesión de una ilustración mediana, a lo menos, con completa conciencia de sus actos, legisladora y fundadora de la ley ¿ qué han hecho ?
Ah ¡cuánta tristeza siento cuando rememoro o cuando contemplo la obra de la burguesía de este país! ¡Ella es la que ha degradado al pueblo! ¡Ella, la que lo ha corrompido políticamente! Ella, la que ha destrozado su dignidad ciudadana y ha envilecido la soberanía. Ella ha sido la fundadora del comercio electoral y la que ha inducido al pueblo a este miserable comercio.
La burguesía de este país ha sido la que ha creado ¡a prostitución política, la trata de blancos! Para ella toda la responsabilidad. Para ella toda la condenación. ¿ Acaso alguno se atrevería a condenar al pueblo, que miserable, andrajoso y hambriento, corrompido y vicioso acepte tina moneda en cambio de esa soberanía que él no comprende, ni sabe para qué le sirve?
La burguesía ha sido siempre la misma. Su espíritu de clase privilegiada – aunque ella misma haya creado y apropiado el privilegio- le ha hecho mirar a los demás semejantes, a los demás hombres, como seres inferiores destinados por la naturaleza – y por Dios, según algunos- a su servicio. Para convencernos de esto, veamos los tres decretos o Bandos que siguen, porque ellos expresan el modo de ser de la burguesía en los comienzos de la República, que muy poco difiere a lo que es hoy:
Santiago, enero 16 de 1818.
Estando ordenado por punto general que todo individuo lleve un distintivo que descubra el cargo que ocupa en la sociedad, no puede la corporación del ilustre cabildo estar privada de esta divisa sin que sus individuos se expongan a ser privados de las distinciones que merecen por su alto empleo. Por este principio en lo sucesivo deberán llevar indispensablemente, aun fuera de las concurrencias del cuerpo, sombrero apuntado y bastón con borlas, la misma insignia que es marcada al Tribunal de Apelaciones.- Dios guarde a U. S. muchos años.- Luis de la Cruz.- SS. del Ilustre Cabildo.
Bando.- El gobierno ha visto con suma indignación que algunos individuos parece que se entretienen en andar inventando noticias funestas y especies terrosas con que afligen a los espíritus pusilánimes del pueblo. De hoy en adelante, se procederá al castigo de estos perturbadores de la tranquilidad pública con aquel rigor que merecen los malos efectos que causan con su imprudencia, o su malicia, aplicando a los autores de estas especies doscientos azotes si son gentes de baja esfera y extrañamiento de la Capital si pertenecen a otra clase más distinguida. Y para que llegue a noticia de todos, y ninguno alegue ignorancia, publíquese por bando, fijándose en los lugares públicos y acostumbrados e imprímase.
Hecho en la ciudad de Santiago de Chile a 23de marzo de 1814.-Antonio José de Irizarri.- Agustín Díaz, escribano de gobierno.
Bando.- Todo aquel que no siendo oficial anduviese con armas de noche sin tener licencia por escrito de esta intendencia para cargarlas, sufrirá la multa de veinticinco pesos por la primera vez, siendo persona distinguida y si no lo fuere sufrirá la pena de veinticinco azotes; reservándose este juzgado las (penas) que crea necesarias para los transgresores reincidentes.- Junio 16 de 1819.José María de Guzmán, de orden del señor Gobernador Intendente.- Jerónimo Araos, escribano público y de la guerra.
Nacía la República con ideas democráticas, con ideas humanas, pero ello era en el nombre, en la práctica supervivía el espíritu oligárquico, de superioridad y de clase.
En estos tres decretos que acabo de citar fechados entre 1814 y 1819 se ve claro que los gobernantes buscaban para ellos la decoración y la distinción y para el pueblo que hizo la República, ¡para el pueblo que venció a la monarquía, para ese pueblo … los azotes! Los azotes, el castigo que más degrada la dignidad. ¡Los azotes para la gente de baja esfera! ¡La multa para la gente distinguida! Ya veis cómo nació la República. i Por esto yo no puedo asociarme a los entusiasmos de la llamada alta clase, porque mientras ella tiene motivo de alegría, yo no tengo sino motivos de tristeza!
Si la República ha llegado al más alto grado de la corrupción política, ya sea en el campo electoral con el cohecho y el fraude, ya sea en la administración de la cosa pública donde se procede en la forma más mezquina e irregular, es esto todo un motivo más que suficiente para sentirse apesadumbrado de que hayamos llegado a vivir en un ambiente tan dominado por la corrupción y por la falta de una verdadera dignidad. Tan arraigadas considero yo las raíces de la corrupción que no diviso cercano el tiempo en que podamos ver mejorarse esta situación. La clase burguesa no piensa detener esa ola podrida porque es para ella, hasta cierto punto, un gran beneficio. Toca pues, a los elementos luchadores del proletariado realizar esta misión.
¿Podremos regocijarnos de que a los cien años de vida republicana nos encontramos en estas condiciones tan indignas? Yo siento no poder participar con la opinión de muchos que se sienten satisfechos de esta caricatura de libertad política que poseemos, considerándola superior a cualquier estado anterior de régimen tiránico colectivo o personal.
Lo que más entristece es que la corrupción haya salido de la esfera de los individuos para asilarse en las corporaciones y sobre todo en las que tienen la misión de moralizar al pueblo con la acción de la ley. Así hemos constatado que en los últimos años la degradación cívica, la falta de dignidad política ha sentado sus reales en el Congreso de Chile. En cada calificación de elecciones la Cámara ha obrado en más de un caso indignamente, anulando elecciones legítimas y sin mancha y haciendo diputados a ciudadanos que no hablan recibido mandato popular.
Cuando estos vicios se han consolidado en las practicas políticas, ¿podremos afirmar que se han consolidado de una manera seria nuestras instituciones políticas de manera que merezcan el respeto público? No. Afirmarlo sería una indignidad.
III
LA SITUACION CIENTIFICA Y ECONOMICA DEL PROLETARIADO Y LA BURGUESIA
Las ciencias han adquirido apreciable desarrollo a pesar del espíritu conservador de nuestra sociedad, bastante refractaría a toda innovación, pero, por desgracia, las ventajas de las ciencias son un monopolio de clase que se aprovechan con el fin de utilizarlas al beneficio y preponderancia económica de la clase rica del país.
La última clase de la sociedad, aumentada enormemente por la ley ineludible del desarrollo de la población, no ha experimentado ni siquiera el más insignificante progreso económico. ¡Vive al día … ! Vive con el fruto escaso de su trabajo diario. Su educación económica es hoy como cien años atrás. ¡TAN DEFICIE NTE! que no le ayuda en nada a bien vivir. El salario que gana esta parte de la sociedad es tan pequeño que no alcanza a costear la conservación de sus fuerzas productivas.
La mortalidad infantil ha sido desesperante y si ha sido doloroso ver cegarse en flor tanto futuro productor, en cambio ha sido un consuelo, ha sido una atenuación a la enorme miseria que se hubiera desarrollado con la ,ida de tanta criatura tronchada por las epidemias, por el hambre y por los vicios. En los últimos veinticinco años han muerto, no cabe duda, un porcentaje de niños muy superior a los setenticinco años anteriores juntos. Esto es debido al progreso de la situación antihigiénica de los barrios obreros, al progreso de la miseria, al progreso de los vicios.
Estos hechos que detallo, cuya evidencia nadie puede negar, ni atenuar, son la huella indestructible de la esclavitud que vive hasta hoy día, especialmente de la esclavitud moral y económica que narcotiza el movimiento regenerador de los pueblos. Estos hechos que viven hoy mejores que cien años atrás nos indican, nos dicen claramente, que esta parte del pueblo – la más numerosa desgraciadamente – nada tiene de qué regocijarse en el primer centenario de la República. Esa clase social ha vivido económicamente durante los cien años de la República, tal mal, como todas las épocas de la monarquía.
El proletariado español, tronco de nuestra descendencia, vive hoy en el seno de la monarquía en iguales condiciones económicas, si no mejores que el proletariado chileno en el seno de la República. Para no extenderme demasiado, citaré un solo hecho que prueba la superioridad económica e intelectual del proletariado español sobre el chileno.
En 1908 el proletariado español estableció su Casa del Pueblo en la cual invirtió la suma de medio millón de pesetas . . . i 500 000 pesetas salidas de los bolsillos proletarios! El gremio de albañiles de Madrid aportó la mitad: 250 000 pesetas; los cocheros 50 000 pesetas; los tipógrafos 10 000 pesetas, etc. Si el proletariado español ha podido invertir tanto dinero en obras sociales, prueba su mayor capacidad económica y moral sobre el proletariado chileno.
Me he esforzado en citar y señalar estos hechos para probar que los que afirman que Chile bajo el régimen español no habría adquirido el progreso de hoy, están equivocados en gran parte. Bajo la continuación del régimen español, en Chile, la riqueza habría tenido que repartirse entre burgueses españoles y chilenos, tocando la mayor parte a los españoles. Hoy en la República se prefieren los chilenos. Pero, ¿quién podrá negar que bajo la República se han enriquecido multitud de españoles?
Pero mientras la clase más pobre del país no puede acusar ningún progreso, no sucede lo mismo con la clase burguesa.
En 1890 – veinte años atrás- un peón ganaba $1.50 al día, a razón de veintidós peniques por peso obtenía treintitrés peniques al día. Hoy, en el año del centenario, 1910, ese mismo peón gana $3.00 al día – si los gana -, a razón de once peniques, obtiene un total de treintitrés peniques o sea el mismo salario de veinte años ha.
Si nos remontamos al año 1870, aun veinte años más atrás o sea cuarenta años atrás de hoy, con un cambio a 45% peniques, ganado un peón setenticinco centavos al día, obtendría siempre un salario mas o menos igual de treintitrés peniques al día.
El precio de la vida es hoy cuatro veces más caro que en 1870 y tres veces más caro que en 1890; luego, por esta misma razón el salario del peón, es hoy más bajo que antes. En regla general, la vida del proletariado, en su parte económica ha marchado regresivamente a medida que se deslizaban estos últimos cien años, paso a paso llevando progresos a la burguesía, paso a paso iban aumentando también las miserias del pueblo.
El alquiler de una pieza que quince o veinte años atrás era de seis a ocho pesos, hoy es, de quince a veinte, Tenemos que la habitación vale hoy el 200 por ciento más caro que antes, mientras el salario sólo habría subido para algunos gremios un veinte o treinta por ciento. Si hemos constatado que al pobre le cuesta hoy día el alquiler de su habitación un 200 por ciento más caro que veinte años atrás quiere decir que por esta parte la renta del propietario de esa habitación ha aumentado en igual proporción.
Por el hecho de que un diez por ciento de los obreros ganan salarios considerados altos, no ha faltado quien diga que la situación general del proletariado es magnifica. Así también se afirma que hay falta de brazos., lo que determina el alza de salarios. Yo creo y me atrevería a sostener que no hay falta de brazos; lo que hay es nivelación de ofertas y demandas y como la clase capitalista no puede formar una numerosa reserva de desocupados, se encuentra con obstáculos para determinar bajas de salarios, que en el estado económico actual sería demasiado irritante. Sin embargo, a pesar de la falta de brazos, el salario de los peones y de muchos obreros de fábricas y construcciones, fluctúa hoy mismo entre $2.50 y $3.00. ¡Y nuestra burguesía se atreve a exclamar que hay bienestar!
Todos los artículos de más indispensable consumo han subido en el último cuarto de siglo más de un ciento por ciento en su valor en el más simple de los casos, como puede verse en el cuadro que sigue:
QUE VALIA HOY VALE
el cajón de azúcar $7 a $8 $15 a $16
el litro de leche 5 a 10 ctv. 20 a 40 ctv.
el par de zapatos $10 $20
el pan 20 ctv. 40 ctv.
el litro de parafina 15 a 20 ctv. 35 a 40 ctv.
la carne 30 a 40 ctv. 80 ctv. a $1,00
el saco de papas $3 $12
Repito una vez más, el precio de la vida ha subido
en los últimos veinticinco años más del 100 por ciento, mientras el salario avaluado en peniques no ha llegado al cuarenta por ciento de aumento. La vida es entonces hoy más angustiosa que antes. ¿Podría decir el proletariado, ante esta evidencia, que está emancipado, que es libre e independiente?
Hay que tomar en cuenta también que en la clase media la situación es más precaria aún, pues, para esta clase, que ha progresado en cultura, esta misma circunstancias hace que tenga mayores compromisos, mayores gastos que sus rentas no alcanzan a soportar.
Término medio, el más alto salario de los obreros era en 1890 de cinco pesos al día, a veintidós peniques por peso obtenía ciento diez peniques diarios.
Término medio, el más alto salario de los obreros hoy día, en 1910, será de diez pesos al día – que no es, pero hagamos esta concesión a los capitalistas -; al cambio de once peniques obtiene hoy un salario de ciento diez peniques diarios. ¿Ganará hoy, el obrero, más que 20 años atrás. . . ?
El obrero pagaba en 1890 por el alquiler mensual de una pieza – término medio- siete pesos, o sea, ciento cincuenticuatro peniques; hoy paga dieciocho pesos, o sea, doscientos peniques, todo en números redondos. El saco de papas que se pagaba a tres pesos, o sea, sesentiséis peniques, hoy vale doce pesos, o sea, ciento treintidós peniques y en ciertos períodos del año a más de dieciséis pesos, o sea, a más de ciento setentiséis peniques. Así, en este orden, marcha todo. Todas las gentes que viven de salarios, de sueldos o de pequeñas y limitadas rentas, viven en un estado inferior al de antes. Pero, mírenlos bien; no ocurre lo mismo con la clase rica; ella ha multiplicado el valor de sus rentas. Ella es más rica, mucho más que antes. Por ejemplo si al principiar su vida la República, la riqueza social producía cien unidades, y de éstas, noventa unidades eran para la clase rica y diez para la clase pobre; hoy, cien años después podemos apreciar la riqueza social en mil unidades, debido al progreso natural de la producción; de estas mil unidades tendrán novecientas a los ricos y cien a los pobres. En el primer caso el rico estaría a noventa unidades de distancia del pobre. En el segundo caso está a novecientas unidades de distancia del pobre. Así la situación de la clase pobre es más miserable hoy que antes, colocada al frente de la imponderable riqueza de los poderosos.
Para justificar en parte los progresos de la riqueza leamos lo que dice don Julio Zegers en sus Estudios Económicos (página 6 y 7) :
La expansión de las industrias nacionales que comenzó en 1904, se ha producido desgraciadamente acompañada de una fiebre ciega de negocios.
Los grados de esa fiebre para organizar sociedades salitreras, mineras, ganaderas, bancarias, de seguros, de transportes y otros negocios, espantan en los últimos años.
Presento en globo un cuadro de ellos, reduciendo la moneda extranjera o nacional a razón de quince pesos por libra esterlina, de fracciones.
SOCIEDADES ANÓNIMAS
Año Capital suscrito
1900 37 millones
1901 23 ”
1902 12 ”
1903 20 ”
1904 74 ”
1905 342 ”
1906 208 ”
esto probará que la capacidad capitalista, en el espacio de esos seis años, se habría aumentado en condiciones demasiado asombrosas. Es decir, pudo comprometer en 1905 un capital más de once veces superior al de 1900.
Pero algo tan fabuloso como eso o quizás más, nos dice el mismo señor Zegers en sus páginas 308 y 309, dándonos los siguientes datos sobre la exportación del salitre, cuyos números sólo los tomo a partir del año 1880.
Años Quintales Españoles
1880 4 869 000
1885 9 478 000
1890 23 373 000
1900 31 989 000
1907 35 861 000
Sobre el año 1880 hay un 600 por ciento de aumento en la exportación del salitre que representa, en el peor de los casos un 600 por ciento más de aumento en las rentas sociales, pero bien sabemos que el precio del salitre subió mucho entre 1880 y 1907.
Don Eduardo Pérez Cangas, ilustrado comerciante español que ha residido muchos años en Chile, dio en Madrid una conferencia sobre Chile que fue publicada en El Diario Ilustrado, del 27 de julio de 1909, de la cual sacamos estos datos:
Que en 1850 el comercio produjo el siguiente movimiento:
exportación .. .. $ 25464925
importación $ 23324838
en 1908:
exportación $200000000
importación $138000000
El comercio de exportación significa la venta de los productos nacionales en el extranjero. Según los números citados, en el espacio de cincuentiocho años, ese comercio ha obtenido un desarrollo equivalente al setecientos por ciento de aumento.
Es decir, en palabras claras, la renta de la clase industrial y comercial, según esos números ha aumentado en cincuentiocho años siete veces la suma de su renta. El costo de vida de la clase rica habrá aumentado cuando, más un treinta por ciento, lo que nos demuestra que su renta disponible para placeres, vicios, o nuevos negocios, ha subido hasta hoy a un cuatrociento por ciento. Ya hemos probado que no se puede decir lo mismo, ni cosa parecida, de la clase obrera.
Dos circunstancias fatales determinan en alto grado la miseria permanente, progresiva y heredable de las masas: la imprevisión y los vicios. Estas circunstancias constituyen igualmente la característica de un pueblo.
La civilización, la verdadera civilización no existe – en mi concepto- en pueblos donde descuella y domina la imprevisión y el vicio. Un pueblo que no pueda llamarse civilizado, es un pueblo semisalvaje. En Chile desgraciadamente, creemos que domina la imprevisión y el vicio. Quien reconozca esta verdad que afirmo, debe contribuir a reparar este mal por todos los medios que estén a su alcance.
Fomentar la instrucción, en todos sus grados y en todas sus formas es el deber de toda persona que se estime civilizada. Fomentar la instrucción, así como queda dicho, es debilitar las bases de la imprevisión y del vicio; es iniciar su desaparición.
La imprevisión y el vicio cuentan con un fuerte apoyo entre la clase comerciante y usurera más relajada y más desprovista de moralidad, que vive y cifra el progreso de su fortuna a expensas de estos factores. De modo que el obstáculo es poderoso, pero no indestructible. Hagamos nacer entre el pueblo el amor por la instrucción. Estimulémosle a que lea, a que piense, a que analice. Hacer esto, conseguir de este modo atenuar los efectos de la imprevisión y del vicio, es encaminar al pueblo para que mejore sus condiciones de vida. El pueblo mas instruido será el pueblo más poderoso.
Por felicidad para el futuro triunfo de nuestras ideas, confiamos que llegará un momento en que el valor del dinero o el valor de los valores y su poder desaparecerán. No hace mucho se ha constatado que en New York había más de mil familias ricas que carecían de servidumbre, a pesar de todo su dinero. Así marchando con los progresos y haciendo marchar el progreso de la educación en las masas proletarias, que tanto sufren actualmente, se llegará un día, por fatal determinación de los inevitables fenómenos sociales, a la abolición absoluta de los actuales valores, a la desaparición de esa riqueza que se creó con fines de la más inmoral especulación.
La fiebre que hoy devora a la clase capitalista, la fiebre de amontonar millones y millones hará crisis y crisis honda para felicidad del bienestar futuro de la humanidad, sin que los poderosos ejércitos puedan intervenir en estos sucesos.
RESUMEN
No me parece muy sencillo poder resumir en una breve expresión todo lo expuesto anteriormente. Yo hubiera querido amenizar esta conferencia adornando sus pasajes. Pero la verdad, aunque árida, es grande en sí misma y no admite adornos, mucho menos cuando ella va destinada a buscar la solución del problema social que ha de poner término decoroso a la lucha fratricida de los seres humanos.
Hay progresos evidentes en el siglo transcurrido, ello no puede negarse. Pero esos progresos corresponden a la acción de toda la colectividad y en mayor proporción, si se quiere, a la clase proletaria que es el único agente de producción, de creación, de ejecución de las ideas y de los pensamientos.
Pero esos progresos ostensibles, son precisamente la causa de la miseria proletaria. El progreso está construido, pues, con cuotas de la miseria.
Pretenderá la burguesía destruir estos hechos pero – no conseguirá destruir la verdad. Ante estos hechos, ante estas verdades, ¿puede haber entusiasmo y motivo espontáneo y justificado para que el proletariado se asocie a las festividades centenarias? ¿Será sectarismo de nuestra parte cuando sostenemos este hecho? Exponer la verdad no es sectarismo. Deducir la consecuencia lógica de esa verdad no es sectarismo.
De lo expuesto en el transcurso de esta conferencia, se deduce que de todos los progresos, de que el país se ha beneficiado, al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a él pero para que lo gocen sus adversarios.
En el progreso de la producción industrial, artística o científica, el proletariado no desempeña otro papel que el de instrumento o herramienta forjadora de ese progreso; pero el oro que se produce sabe guardarlo muy bien el capitalista solo.
En el progreso de la arquitectura y de la ornamentación y belleza de las ciudades y de sus edificios, el proletariado ha contribuido a él con su sudor y parte de su vida, entregando ese progreso y sus frutos al capitalista, mientras se reserva para si la cueva hedionda del pestilente conventillo, o el cuarto sobre las calles llenas de miasmas.
En el progreso del comercio, el proletariado ha contribuido entregando a la clase comercial toda aquella parte que pudo ahorrar, quedándose en la miseria y en la privación para proporcionar el progreso a los comerciantes de todas las especies.
Alguien podrá decir que el trabajador ha tocado su parte en la producción de esta riqueza, considerando tal el salario. Y lo niego terminantemente. El salario no es participación de la riqueza producida; es apenas el salario un medio para conservar algún tiempo la vida del productor y por lo tanto la fuerza productiva. El dinero invertido en conservar la fuerza productiva, es lo mismo que si fuera empleado en materiales; luego no puede llamarse el salario participación de la producción. El salario es para el obrero lo que es el aceite para las máquinas. El salario es el aceite de la máquina humana y nada más.
En el progreso moral es donde tiene su mejor parte el proletariado. Ha perdido la dignidad y la vergüenza. Cuando vende su soberanía incitado por el oro que le ofrece nuestra flamante burguesía; cuando juega su salario dejando sin pan a su familia; cuando en la taberna o en el prostíbulo consume su salario arrastrado por la ola de la corrupción; cuando ostenta sus vicios en el seno de sus hijos y los empuja a la corrupción., etcétera.
No me digáis que en estas frases, que en estas afirmaciones haya exageración o sectarismo. No hay en ellas, sino una real expresión de la verdad, de lo que ocurre en nuestra época actual, hoy, cuando la República libre cumple la edad de cien años. Excusadme si creéis que os hiero. Cuando yo encuentro esta verdad, cuando yo admiro esta verdad, pienso que es insensata la acción del proletariado que quiere participar en las festividades de homenaje a ese progreso que le ha producido solamente miserias y corrupciones.
Pero, decidme la verdad, ¿en qué consiste la participación del pueblo en todas las grandes festividades? ¡Ah!, ¡vaciláis para confesaros la verdad! La mayor cuota que el pueblo aporta en estas festividades consiste en embriagarse al compás del canto y en embriagarse hasta el embrutecimiento que los conduce a todas las locuras.
Pero esa embriaguez es un progreso. Si ella proporciona al pueblo abundancia de miserias en cambio a los productores de licor y a los intermediarios les produce torrentes de oro ganado a costa de la corrupción. ¡Verdad que todo esto es muy triste! Es por todo esto que he dicho que yo no siento entusiasmo espontáneo para festejar el centenario de la República que ningún bien de verdadero valor moral ha producido para nosotros. Que se regocijen y se entusiasmen los que han aprovechado y se aprovecharán del progreso y que sean siempre felices son mis votos.
Compañeros y compañeras: hagamos votos, y a la vez aportemos grandes esfuerzos, para que el segundo – siglo de vida de esta república sea una era sin interrupción, de verdaderos progresos morales que eleven grado a grado el valor y la dignidad de los seres que formamos esta comunidad hasta llegar a un estado tal de perfección donde haya desaparecido todo vestigio de inmoralidad, todo sedimento de injusticias, y sin dolorosas transiciones lleguemos a vivir en un verdadero y completo estado de felicidad y amor.
La felicidad reinará donde no haya injusticias. El amor reinará donde no haya desigualdades. Los imposibles se rinden ante el poder de la ciencia humana y ante el querer de la moral verdadera.
Hoy, cuando el hombre ha hecho hablar a los fierros (los fonógrafos); cuando transmite la palabra, sin alambre a través del. espacio; cuando domina el aire con maquinas voladoras, nadie tiene razón o base para declarar utopías o imposibles los ideales de perfeccionamiento social, que tienden a hacer del ser humano un ser ideal. Quien abraza tan sublimes ideales y los propaga, por cierto que no merece la mofa ni el insulto o la ofensa.
ANEXO
(de El Mercurio)
Los grados de la miseria
Poco después de escritas las páginas precedentes se presentaron o salieron a la superficie de la opinión pública dos factores que acusan el alto grado de miseria, de imprevisión y de vicios que corroen la parte mas desgraciada de la sociedad; ellos fueron la miserable vivienda del pueblo: EL CONVENTILLO y el EMPEÑO DE LAS MÁQUINAS DE COSER.
Para evitar una opinión nuestra, damos cabida a parte de lo dicho por la prensa, cuyos comentarios los hará cada lector. En todo caso esto prueba lo que hemos dicho en las páginas anteriores, esto es, que el progreso del pueblo es muy insignificante. He aquí lo que copiamos:
El problema de las habitaciones obreras
La cuarta parte de la población de Santiago vive en habitaciones insalubres e impropias para la vida humana. A esta conclusión, profundamente desconsoladora y grave, llegamos agregando al total de habitantes que figura en los 1251 conventillos mencionados en el Anuario Estadístico de 1909, la población que se alberga en ranchos, cuartos redondos y conventillos no empadronados en este documento.
Podemos decir, pues, que hay en Santiago cien mil personas que viven en un ambiente deletéreo, en medio de miasmas ponzoñosas, respirando aires impuros y sufriendo la influencia y el contagio de infecciones y epidemias.
Cien mil personas que viven en habitaciones, como inmundas mazmorras, estrechas, oscuras, sin ventilación, en que el organismo se atrofia y degenera. Cien mil personas que viven en término medio, de a cuatro por pieza en veinticinco mil habitaciones, contándose a veces hasta ocho individuos en cada una. Cien mil personas que viven en el hacinamiento y la promiscuidad mas repugnante. Cien mil personas para quienes la santa palabra hogar es una expresión vaga o sin sentido.
Lo hemos dicho, y no cesaremos de repetirlo: la condición en que vive nuestro pueblo es el origen de los grandes males que lo aflijen y entristecen su existencia.

UNA VISITA A LOS CONVENTILLOS
Una madriguera muy oscura
Quisimos entrar a ella una vez que ya faltaba la luz del día. De súbito nos encontramos en un laberíntico corral. Está situado éste en la calle de Bartolomé Vivar, entre San Pablo y Sama. Ocupa una cuadra de largo por media de fondo. A primera vista se divisa incontable número de piezas. Las de la calle valen veinticinco mensuales. Siguen en orden, divididos por unas especies de zanjas, corredores, cuevas de dieciocho, dieciséis, quince, catorce y doce pesos al mes.
Las piezas de dieciocho pesos
La señora Clara vive en una (le ellas, con su marido, dos niñitas y una cuñada. Las dos niñitas estaban con la alfombrilla. Una bastante demacrada, interrogaba con ojos saltones azules, rodeados de negras ojeras. La otra tosía, lloraba, pedía algo a la mamá.
Las pobres mujeres caminaban de aquí allá, afligidas, llorosas. La cosa no era para menos. Las dos criaturas se morían. Un médico les había dicho en la mañana, que necesitaban mudarse, que en ese cuarto se morirían las niñas, que lo mejor seria llevarlas al campo. ¡Al campo! ¡Amargas ironías de la ciencia! ¿Cómo salían, cuando no tenían un centavo ?
Estaban algo atrasadas; más que algo; estaban en la ruina. Debían ya un mes al patrón y éste las tenía amenazadas si no pagaban en ocho días de embargarles las camas … (¿Habrá miserias?)
Las mismas tristísimas escenas de costumbre, las mismas mujeres desamparadas, los mismos hombres viciosos, la misma terrible carestía de la vida … La misma inicua falta de compasión.
Los pobres del conventillo
A los infelices del conventillo, a aquella gente más miserable, y de más escasos recursos, se le ha recluido al fondo del corral. En piezas de tres varas de largo, dos y media de ancho y dos de alto se hacinan familias, perros, zorzales, gallinas y hasta. . . alojados. Con la mano se toca el techo, con las narices no se huele nada porque había que precaver el desmayo. . . con los ojos no miramos más que horrores, con los pies aun contra nuestra intención hollamos humildísimos jergones, nauseabundos harapos …
¡Los pobres del conventillo! ¡últimos restos deshechos del temporal de la vida, desperdicios lamentables de una sociedad sin corazón, esos inútiles se revuelven sin protestas, sufren todos los rigores, todas las inclemencias, todos los desastres del abandono, sin la conciencia siquiera de su propio sacrificio!
Al lado de unas caballerizas donde se alojan ocho caballos viven otras tantas familias. Son las últimas piezas. Por caridad el patrón las arrienda en diez pesos al mes.
A cuentas
¿De quién era la propiedad que acabamos de visitar? Una anciana llamada Elvira Amadora Solar nos dijo subarrendar las piezas a su propietario don Francisco Niquel. En total son como cien piezas, a un término medio de veinte pesos, son dos mil pesos ($2 000) mensuales o sea veinticuatro mil pesos al año, suma que significa más o menos el valor total de todo lo construido. Habría que agregar un modestísimo arriendo del suelo.)
¡El ciento por ciento al año! ¡Nuestras leyes condenan la usura, y se habla de una Sociedad que tiene moral¡
¡Inicuas y estupendas mentiras!

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NOTA: Con satisfacción dejo copiadas estas expresiones de El Diario Ilustrado, que confirma todo lo que he dicho en mi conferencia anterior y que son un desmentido a expresiones vertidas por el mismo diario en otras ocasiones en que ha sostenido nos quejamos sin razón. [Nota del Autor]

LUIS EMILIO RECABARREN

El Socialismo
¿Qué es y cómo se realizará?

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Escrito: En 1912.
Primera edición: Como separatas a el diario El Despertar de los Trabajadores (Iquique), del 8 de octubre al 21 de noviembre de 1912.

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Los enemigos del socialismo presentan siempre esta doctrina distinta de lo que en verdad es, para de ese modo aumentar más sus enemigos y presentarlo de más difícil realización.
Es necesario no confundir la doctrina socialista con parte del movimiento obrero en el cual participan los socialistas.
En el movimiento obrero hacia la emancipación suelen verificarse actos que hieren el sentimiento de justicia y que los socialistas a veces no pueden ni prever, ni evitar.

¿QUÉ ES EL SOCIALISMO?
El socialismo es una doctrina de estructura precisa y definida que tiene por objeto modificar las defectuosas costumbres actuales proponiendo costumbres más perfectas.
La base social del socialismo consiste en la abolición o transformación de lo que actualmente se llama la propiedad privada, proponiendo en su reemplazo la constitución de la propiedad colectiva o común.
Se entiende por propiedad privada la posesión y usufructo individual sobre la tierra y sus productos, sobre las herramientas, máquinas y medios de producción, de cambio y transporte.
La consecuencia de la propiedad privada es la coexistencia de patrones y obreros y la explotación que hacen los patrones del trabajo de los obreros.
Como consecuencia de la existencia de patrones y obreros, existe también el gobierno político de los países con todo su cortejo de opresiones y tiranías.
El socialismo, por su nombre solo, tiene muchos enemigos, así como tiene también apasionados defensores y propagandistas.
Al hacer este trabajo queremos servir a los socialistas y a nuestros enemigos.
Creemos que toda persona que llegue a comprender completamente el socialismo no podrá rechazarlo y concluirá por ser su abnegado defensor, en la convicción de que esta doctrina es la única que, llevada a la práctica, realizara realmente la felicidad humana.
Por esta convicción queremos expresar, elementalmente, lo que es socialismo.
Con esta explicación nuestros amigos completarán sus conocimientos y tomarán argumentos suficientes para propagar la doctrina y para defenderla de los ataques injustificados del enemigo.
Con esta explicación creemos servir también a los que desconocen el socialismo. Los que crean inaceptables nuestras doctrinas tomarán en este librito el conocimiento de ella y podrán atacarla en donde encuentren sus defectos.
Queremos, pues, que especialmente lean este librito, los enemigos del socialismo.
La presentación de la doctrina la hacemos metódica y ordenadamente para facilitar su comprensión y su desarrollo.
Solicitamos, pues, un poquito de atención sobre las páginas siguientes.
Propiedad colectiva
Se entiende por propiedad colectiva y común, la abolición de la propiedad individual o privada, de manera que la tierra, los edificios, las maquinarias, herramientas y todo cuanto existe producido por el trabajo del hombre sea utilizado por todos y para todos, repartido en la justa proporción que cada cual necesita según sus gustos.
La transformación de la propiedad privada en colectiva, no significa en ningún caso un despojo de los bienes necesarios al individuo en beneficio de la colectividad.
No se piense que con esta transformación los ricos de hoy vayan a ser pobres mañana.
Eso no sería socialismo, sería solamente cambio de posesión de la riqueza.
La existencia de la propiedad privada y su consagración presente es la causa matriz de todo los males existentes. Por eso es que el socialismo ha nacido como remedio ineludible para ese mal social.
Si el socialismo es la abolición de los imaginarios derechos sobre la propiedad privada, el socialismo se presenta entonces como una doctrina de la más perfecta justicia, de verdadero amor, y de progresivo perfeccionamiento individual y moral.
El socialismo es, pues, desde el punto de vista científico una doctrina económica que tiene por objeto aumentar los goces humanos.
El socialismo es, pues, desde el punto de vista social, una doctrina de sentimientos de justicia y de moral, que tiene por objeto suprimir todas las desgracias ocasionadas por la mala organización, para que la vida sea vivida en medio de goces perpetuos.
Para probar que todo esto es justo y de fácil realización continuaremos con explicaciones detalladas y precisas.
Defectos actuales en la organización de los pueblos
En el presente, como en el pasado, los pueblos viven oprimidos bajo el yugo de una constitución defectuosa que produce inmensos males.
Todos los vicios, todos los delitos, todos los crímenes, el inmenso desarrollo de la prostitución, son consecuencias de la mala constitución de los pueblos y de su tolerancia por los individuos que sufren las consecuencias.
En medio de esta presente mala organización social, muchos individuos luchan por vivir lo mejor posible, sin preocuparse de que los medios sean honrosos o deshonestos.
Así, unos viven comerciando con la prostitución de la mujer; otros viven robando por medio del garito o de comercios ilícitos; otros, explotando inicuamente la ignorancia y el hambre.
¿Cómo podremos llamar honroso el medio de fortuna que muchos funcionarios (empleados fiscales) se buscan, dando libre progreso a la prostitución, al juego, a la borrachera, con tal que esto les produzca una renta permanente y segura que les permita acumular una fortuna para vivir holgadamente? Ese medio de vida es indigno.
Dentro de la doctrina socialista se considera que la naturaleza, ayudada por el hombre y la máquina, produce de sobra todo lo que se necesita, y entonces todos pueden vivir a sus anchas con el fruto de su trabajo honrado y aliviado.
El pauperismo o miseria.– Consecuencia de la mala organización social, como hemos dicho, es la miseria repugnante que domina sobre el mayor número de los habitantes de todos los pueblos.
Podríamos asegurar que de cada cien habitantes, en el mundo, ochenta viven mal, sufriendo la miseria.
Las clases más incultas de la sociedad soportan la peor parte de la miseria, porque carecen de todo. No tienen mobiliario ni el más necesario, no tienen ropa; viven con unos asquerosos andrajos que medio cubren sus carnes. Entre las clases obreras y empleados de negocios minoristas, la miseria es un poco menos, por tratarse de clases que tienen un poquito de más cultura. Entre las clases de empleados superiores y pequeños propietarios de talleres o comercios, hay siempre miseria, puesto que viven de rentas inseguras que en cualquier momento pueden desaparecer.
La miseria produce desgracias y dolores atroces que hacen tan amarga la vida que llevan a muchos a la desesperación.
El dolor es muy diferente según la cultura.
Un peón que ha nacido durmiendo sobre la tierra y que ha crecido rodeado de desnudeces y miserias, sufre cuando reconoce su miseria y sospecha que podría vivir mejor.
Pero un individuo que ha nacido rodeado de algunas comodidades, cuando comprende y ve que sobre el mundo hay muchas cosas de que gozar y sus recursos y esperanzas no se lo permiten, sus sufrimientos son mayores porque hay más capacidad.
La doctrina socialista propone medidas fáciles y hacederas para hacer desaparecer todas esas desgracias y esas medidas se verán más adelante.
La miseria moral.– El estado actual de las poblaciones nos muestra toda su miseria moral, que es motivo de retardo de todo progreso. Tenemos como consecuencia de esto que hay muchos individuos que no conciben una condición superior.
El alcohol desempeña una grande y funesta labor contribuyendo a embrutecer a los individuos.
Entre los seres más incultos, la degradación es tan inmensa que entristece, pues hay muchos hombres menos inteligentes que muchos animales.
Entre individuos más cultos existe depravación que los conduce a comerciar y explotar indignamente con sus propios semejantes.
La miseria moral es muy repugnante y aparte de que causa desgracias a toda la sociedad, es deber humano contribuir a la disminución y desaparición de todas las causas que producen la miseria.
La causa de estas miserias y sus efectos.– Las causas de las miserias son muchas y muy antiguas. La humanidad arranca desde un momento oscuro e inconsciente. Animal, primero salvaje; enseguida, durante un inmenso período, conservándose hasta la época presente una gran cuota de salvajismo.
La cultura y la civilización datan desde muy antiguo, es verdad, pero en dosis muy pronunciadas de egoísmo y privilegio. La civilización se ha ido desarrollando en medio de ciertos círculos sociales, no alcanzando a la mayor parte.
Las primeras civilizaciones nacidas en un ambiente de mucha ignorancia aún, contribuyeron por egoísmo y ambición a envilecer más las clases salvajes, porque fueron sometidas al servicio de los primeros que concebían un grado de progreso civil.
Los primeros hombres más civilizados, ambiciosos de aumentar sus goces, esclavizaron a sus semejantes, incapaces todavía de comprender las consecuencias de esa esclavitud.
La esclavitud ha viajado a través de la historia transformándose periódicamente, hasta llegar al momento actual en que en los países más civilizados se llama al productor, asalariado, pues, la mayoría de los hombres o mujeres está sometida a otros, bajo el nombre de salarlo o sueldo.
La constitución política.– A medida que la cultura ha progresado en ciertas clases, se han ido formando los pueblos o naciones, adoptando una ley o constitución escrita que les sirviera de norma de vida.
La constitución actual de las naciones data de muchos años atrás. Los pueblos más jóvenes de Sudamérica cuentan casi todos con más de cien años de vida nacional orgánica.
Organizados los pueblos en épocas muy antiguas, sus constituciones fueron hechas bajo el espíritu atrasado dominante en aquella época y por un reducido número de personas.
Esas constituciones defectuosas imperan todavía, constituyendo una verdadera tiranía para los pueblos modernos.
Sin embargo, esas constituciones, se han modificado, se modifican (también se violan), y continuarán modificándose por la intervención de los socialistas en los congresos.
A influencia de las modificaciones que los socialistas logran introducir en las Constituciones, se aumentarán las comodidades de que carecen los pueblos.
La constitución industrial.– La vida industrial es el poder económico de los pueblos.
La industria es el producto natural del desenvolvimiento y del progreso de los pueblos.
En el presente momento histórico la industria influye en la marcha política y social de los pueblos.
La industria ha nacido defectuosa e incompleta, mientras más atrás en la, historia, más atrasada. La inteligencia del hombre y la necesidad de hacer más aliviados los trabajos, fueron dando lugar a creaciones e inventos hasta llegar al momento presente en que la industria, si es el verdadero progreso, es también el sitio donde reside todo el problema social que ha dado vida al socialismo.
La industria es hoy el arma de la más cruel explotación y opresión que da a los audaces la riqueza, arrancada con el trabajo de los pobres.
La industria es hoy el principal factor de la propiedad privada o individual y es en ella donde la acción socialista se hace sentir con más intensidad, para modificarla hasta que deje de ser fuente de explotación.
La modificación del modo de ser industrial, ha venido realizándose por la fuerza propia del progreso industrial.
A medida que el progreso mecánico se ha demostrado en la industria, el obrero ha sentido también la necesidad de su progreso. Y como el obrero no podrá separarse de la industria, los progresos serán comunes.
La explotación.– El mundo actual vive montado sobre el régimen de la explotación del hombre.
Unos hombres explotan a otros.
En la época más remota de la humanidad no hubo explotación, porque no había trabajado organizado.
Desde que se inició la organización del trabajo comenzó la era de la explotación, hasta haber llegado al grado de la mayor iniquidad y tan monstruosa se ha presentado la explotación que, en repetidas ocasiones, los esclavos del salario han realizado verdaderas sublevaciones.
En el momento presente, entre los burgueses, no se concibe fortuna ni progreso económico sin explotación.
Desde el punto de vista humano y moral, el hombre no debe realizar esa obra de explotación.
El socialismo propone medios honrosos para amentar los goces humanos de todos, aboliendo el sistema de la explotación, y esos medios quedarán señalados más adelante.
La opresión y los impuestos.– A consecuencia de asegurar la estabilidad de la explotación ha tenido que establecerse la opresión, organizándose los gobiernos, con su conjunto de leyes egoístas y dictadas por la clase que gobierna para someter a las poblaciones al cumplimiento de esas leyes, especialmente de aquellas que producen dinero, como los impuestos y contribuciones.
Las leyes forman una verdadera cadena de opresiones y los impuestos que gravitan todos sobre el pueblo contribuyen a hacer más odiosa esa opresión.
Aparte de las contribuciones legales que se cobran para formar la renta fiscal, en todos los pueblos hay otra inmensa cantidad de contribuciones que se cobran indebidamente por las autoridades para aumentar sus rentas particulares, aumentando así el costo de la vida del pueblo y haciendo más odiosa la opresión.
Este estado moral de los pueblos es indigno.– La existencia de los seres humanos debe tener un objeto, y ese no puede ser otro que hacer de la vida una idealidad, fuente de goces verdaderos, donde los seres humanos perfectos disfruten de las creaciones de la inteligencia.
Para llegar a ese objetivo, la humanidad debe encaminarse gradualmente hacia su más completa perfección.
No puede ser más indigno que unos pocos hombres se deleiten esclavizando al mayor número y haciéndolos trabajar a sabiendas de que les explotan.
Los socialistas queremos perfeccionar la vida para que llegue un momento que no seamos opresores, explotadores ni verdugos; ni víctimas, ni explotados, ni miserables.
¿Se dirá que hay cosas irremediables en la vida?
Nosotros negamos esa afirmación.
Todas las cosas que existen pueden perfeccionarse, todas.
Todo el pasado de la humanidad es una cadena de pruebas, de que todas las cosas han venido perfeccionándose, hoy con más rapidez que antes, por razón de que hoy se dispone de medios más perfectos que en el pasado.
Por eso el socialismo tiene la absoluta certidumbre de su victoria, puesto que el socialismo no es otra cosa que la perfección en progreso incesante para multiplicar los goces de todos los seres humanos o sea, la abolición de todas las causas que producen desgracias y miserias.
La transformación de la propiedad no es otra cosa que el perfeccionamiento del derecho.
Todos tienen derecho a vivir bien.
La forma de la actual propiedad limita y hasta suprime el derecho a vivir bien; por esa razón la base del socialismo está en la transformación radical del derecho a la propiedad.
Razones de existencia del socialismo
Todo cuanto existe debe tener una razón de su existencia.
La palabra socialismo es la derivación de los fenómenos y problemas sociales condensados en la palabra socialismo.
La doctrina socialista es el producto filosófico de esos problemas sociales.
El socialismo tiene diversas razones de existencia que explicaremos en capítulos separados para cada razón.
Lo expresado en los capítulos anteriores ya serían bastantes razones constituyentes de la necesidad del socialismo.
Los capítulos anteriores representan los defectos de la sociedad actual y con su conjunto de desigualdades sociales, políticas y económicas, que tantos daños causan a la humanidad.
Pero todos esos defectos que demuestran la necesidad de corregirlos no bastan todavía, puesto que muchos defienden todo lo existente y sólo admiten mejorar por caridad la mala vida de los desgraciados y quieren que cada cual busque su mejoramiento por medios ilícitos, habiendo medios honrosos.
En medio de tantos defectos que causan miserias dolorosas, el socialismo nace como un remedio único y necesario.
El socialismo surge, entonces, exponiendo su sublime doctrina de justicia, de amor, de derecho estrictamente legal y natural.
Para justificar el derecho del socialismo, explicaremos en varios capítulos las distintas razones que constituyen su base de acción.
Para combatir al socialismo se invocan argumentos de todas clases y, entre ellos muchos históricos.
Se llega a decir que el socialismo es irrealizable sólo porque va a transformar todo lo que se ha hecho -con el trabajo de tantos siglos.
Otros dicen que si el socialismo llega a realizarse será después de muchos siglos.
También el presente es obra de muchos siglos.
Penetremos, pues, en la historia y constatemos sus acciones.
Las transformaciones sucesivas de los pueblos.– Casi todos los pueblos del mundo se han transformado cambiando sus costumbres sociales y políticas.
La Francia era una monarquía constitucional, con su gobierno aristocrático ayudado por el clero. El pueblo y las clases media e intelectual vivían en el ambiente propio de la monarquía y, sin embargo, concibieron y ejecutaron la transformación adoptando el sistema republicano.
Abolieron la monarquía de derecho hereditario y establecieron la república con presidente elegido y renovado.
Se abolió la propiedad feudal y confiscó muchos los frutos del feudalismo. Podríamos decir que se creó la propiedad industrial y desarrolló la propiedad privada o individual, al abolir la propiedad feudal.
Si se aceptó que la Revolución Francesa transformara la forma de la propiedad, ¿por qué el socialismo no podrá transformarla en forma más progresista todavía?
Una buena parte del mundo aplaudió y aceptó la acción de Francia.
La Revolución Francesa no sólo produjo efectos en Francia sino que su ejemplo repercutió en el resto del mundo y en los países sudamericanos, transformó la propiedad por medio de la Revolución.
¿Cómo se constituyó la propiedad en Chile, Argentina, Perú, etcétera?
Por medio de la revolución violenta y de la expropiación con las armas en la mano.
Producidas en estos países las revoluciones tendientes a constituirse en naciones independientes, confiscaron la propiedad de derecho español y expropiaron a todos los que no aceptaban el nuevo régimen o que no eran nativos.
Estas transformaciones de la propiedad han sido y son aplaudidas y consagradas hasta el presente, porque se trata de actos realizados ya por la clase rica, pero cuando se supone que el socialismo dirigido por el proletariado pudiera realizar confiscaciones o expropiaciones en beneficio de la colectividad, entonces se alzan irrazonables griterías contra el socialismo.
En las revoluciones de 1810, Argentina, Chile, Perú, etcétera, transformaron los Estados y expropiaron la propiedad aboliendo todos los derechos monárquicos y feudales en estos suelos.
Todos esos actos se realizaron en el nombre del pueblo.
Si la razón que obró entonces ha sido aceptada, con mayor lógica se aceptará la razón socialista.
En Chile, como en los demás países, existe una ley que autoriza al gobierno para declarar de utilidad nacional los terrenos que sean necesarios para los servicios, públicos o comodidades locales.
Ese mismo criterio, ampliado a un grado superior de Justicia, podría aplicarse dentro de la acción socialista: Declarar todo de utilidad nacional y para la explotación colectiva.
La Gran China, vieja nacionalidad con tradiciones carcomidas y antiquísimas, ha entrado a la vida moderna presente, realizando muchos actos de transformación, tanto en la vida pública como privada.
Organizó su régimen político de gobierno pasando al estado republicano democrático, desde la monarquía absoluta y despótica.
¿ No es esto una prueba de que todo se puede transformar y es modificable?
Si el socialismo es una doctrina que, introducida, en la vida social, política y económica aumenta los goces y felicidades, con sólo ir modificando paso a paso las costumbres, tiene en el pasado una razón de su evolución. El mundo ha sido en su carrera hasta el presente una cadena de transformaciones. El socialismo será una transformación inevitable. Lo que hoy hacemos los socialistas es guiar a esa transformación para que no se desvíe del espíritu de amor y justicia que debe serle inseparable.
La acción revolucionaria violenta.–En el pasado, casi todos los progresos políticos, sociales y económicos de los pueblos se han realizado por medio de la violencia sangrienta.
Pero felizmente, a medida que ha avanzado el tiempo, la violencia ha disminuido.
Si Francia derramó tanta sangre para convertirse en República, casi en la misma época los Estados Unidos de Norteamérica realizaban su transformación en condiciones menos cruentas.
Turquía, Portugal y China han realizado sus transformaciones con menos violencia.
Así, las acciones socialistas ya realizadas han llevado muchas el sello de la violencia sangrienta, pero, poco a poco, a medida que se organizan los socialistas, en sus actos va disminuyendo la violencia sangrienta.
Todas las acciones del presente tienden pues, a suprimir toda violencia.
La acción revolucionaria legal.–El socialismo cada día se acoge más a la acción revolucionaria legal, obrando directamente, como puede, sobre la legislación, la fiscalización y la administración desde las ya numerosas bancas que ocupa en los diferentes países, en el Parlamento y en los municipios,
Si llamamos revolucionario al socialismo es porque no admiten otra palabra el pensamiento- y la acción que se realizan para transformar este mundo lleno de miserias y desgracias en un verdadero paraíso de felicidad y goce.
La acción revolucionaria legal del socialismo quedará ampliamente tratada más adelante, en los capítulos que describen los medios de acción del socialismo.
La tendencia perenne hacia la transformación.– En apoyo de nuestros pensamientos podemos invocar los hechos de la historia.
La historia del mundo es la historia de las transformaciones y del progreso
Un descubrimiento o invento ha motivado el nacimiento de otro descubrimiento o invento, y así, en una cadena sucesiva de hechos jamás interrumpidos, se han modificado las cosas, los seres y sus leyes. El hecho de que la humanidad siga su camino ya empezado de continuar modificando las cosas, los seres y las leyes, ese hecho sólo constituirá el camino hacia la realización del socialismo, que ninguna fuerza puede evitar, puesto que nada ha podido detener el progreso hasta su grado presente.
Estos hechos de la vida ya vivida por el mundo son la prueba más formidable que el socialismo llegará a su completo triunfo.
La acción presente de los socialistas no sólo se limita a destruir los obstáculos señalando la historia como prueba y justificando la doctrina, sino que también avanza construyendo todo lo que puede con su acción creadora como lo expresaremos en otros capítulos.
Desde el pasado hasta hoy.– En el momento presente la generalidad de los individuos no medita sobre el espacio y tiempo que habrá necesitado cada progreso para realizarse.
Por ejemplo, el ferrocarril no cuenta con más de ciento cincuenta años de existencia y no cabe duda que los vehículos de transporte cuentan cerca de dos mil años de existencia.
Ha sido menester ese largo período para llegar a esa hermosa perfección presente que aún no se detiene.
¿Cuántos millones de días han sido menester para llegar a obtener la radiotelegrafía?
Es triste reconocer que en el momento presente se celebra y se goza de todo lo que hoy existe sin pensar que a cada progreso los egoístas de todos los tiempos ponían mil obstáculos de todas clases.
Ponían obstáculos los que creían que sólo del cielo podrían venir los inventos.
Los empresarios de carretas pusieron mil obstáculos al ferrocarril.
Así hoy, la carreta de las costumbres burguesas pretende impedir que avance por la vía de la conciencia humana la fuerza imponderable de la justicia socialista.
Desde hoy hacia el futuro.– La acción socialista desde hoy hacia el futuro se presentará, cada momento, más fácil y su marcha será de más en más rápida, porque los medios de que dispone el socialismo de hoy hacia el futuro son como todas las cosas más perfectos.
Por ejemplo, si en el pasado para transportar cien sacos de trigo se necesitaba cinco carretas con varias yuntas de bueyes y diez horas para recorrer sesenta kilómetros, hoy esa operación se puede hacer en una hora y en una bodega por ferrocarril. Resulta un trabajo mil veces más simple y rápido.
Así también, el socialismo dispone hoy de medios poderosos para realizar sus propósitos. El libro, la tribuna, el periódico, el diario, el folleto, la conferencia, el teatro, la organización, su representación en congresos y municipios, todos esos medios cada día más poderosos acercan la era de la vida socialista, porque todos esos medios irán, convenciendo a los burgueses que se vivirá mucho mejor dentro del régimen socialista que con la organización actual de la sociedad y también irán haciendo desaparecer todas las ignorancias y groserías actuales del pueblo para convertirlo en un elemento regenerado, instruido, pensador y progresista. Los niños de hoy, instruidos en el ambiente socialista, harán ya, tan cerca, inmensa labor sobre sus hijos que más adelante formarán la modalidad socialista dominante.
Razones económicas y científicas.– las razones de carácter histórico que prueban que el socialismo es una circunstancia normal de la vida e inherente al progreso, que no puede desconsiderarse, presentaremos en este capítulo razones que completan las anteriores.
La economía y la ciencia, se encargan de colocar al socialismo en el sitio preponderante que le corresponde.
Sólo seres degenerados pueden negar el socialismo o mirarle como despreciable e insignificante.
A las razones históricas agregamos ahora razones económicas y científicas que están más estrechamente ligadas a la vida presente.
Factores que producen la riqueza.– La riqueza no es producto de un individuo ni de una sociedad. La riqueza es producto común.
Cuantas riquezas posee el mundo repartidas en todas las naciones, son el producto del trabajo y de la inteligencia de la humanidad realizado en miles de años.
La riqueza no puede producirse sino con el concurso común y en la época presente la encontramos reducida a dos factores: el capital y el trabajo que explicaremos en párrafos siguientes.
Para explotar y gozar de las riquezas minerales de Sudamérica, los españoles tuvieron que traer herramientas compradas en Inglaterra y en transportes construidos con elementos diferentes, en lo cual tomaron parte muchas razas.
Hoy día, como antes, para muchas industrias se necesita reunir elementos de las distintas partes del mundo, en las cuales trabajan obreros de distintas razas y condiciones y capitales internacionales.
Todo esto es dicho en prueba de que por mucho que se individualice la propiedad del producto, éste no puede dejar de ser fruto del trabajo de comunidades de trabajadores.
Por esto si hay una ley que compele al trabajo común, el socialismo deriva su doctrina de una lógica estrictamente vinculada a la naturaleza de la vida.
El capital.– La sociedad presente alega que sus comodidades son frutos de su capital, olvidando, intencionalmente, que el capital no ha podido existir sin un trabajo previo, que después de convertido en capital ha sido disfrutado por los que no han realizado el trabajo.
El capital se formó en el pasado con el trabajo realizado por millones de esclavos a quienes no se pagaba salario.
El capital continúa formándose en el presente y aumentándose incesantemente con el fruto del trabajo que no se paga a los obreros, puesto que hoy día a un obrero que produce diez, le dan como salario dos. El resto pasa a ser capital (plusvalía).
El capital así formado en el pasado y en el presente forma, por hoy, un factor de riqueza y con él se realizan gigantescos negocios para la felicidad de unos pocos, con el sacrificio y el dolor de muchos.
En la región salitrera se ha constatado que cada trabajador produce al fisco solamente, la enorme suma de dos mil quinientos pesos anuales. Si esta suma le da al fisco como contribución, si el obrero no recoge arriba de dos mil pesos por salarios al año, si el capital se lleva otro producto grande, ¿cuánto es lo que produce cada obrero y cuántos le toca a él?
El trabajo.– La fuerza del hombre empleada para producir y transformar la producción es lo que llamamos trabajo.
El trabajo ha sido el primer acto del hombre que ha iniciado la vida del progreso.
Cuando empezó el trabajo, no existía aún ni la remota idea del capital, ni del dinero, ni cosa parecida.
Trabajo amontonado durante siglos ha venido a motivar, en una época donde la inteligencia no estaba aún desarrollada, la creación de un signo para cambiar un objeto por otro, signo que hoy se llama dinero.
En los tiempos primitivos se cambiaba trigo por bueyes, o bueyes por armas. Es decir, una especie por su equivalente.
Hoy se cambia trigo por dinero y dinero por pan.
El trabajo es, pues, el primer esfuerzo de los hombres y después de muchos siglos de traba o ha venido a organizarse el capital del trabajo ya realizado.
Si todas las cosas tienen un autor, el autor del capital es el trabajo
El trabajo es, entonces, la fuerza creadora de todas las cosas; al trabajo se debe todo; al trabajo debe su existencia el capital y todo cuanto exista que se llame riqueza.
Entonces no hay razón de ninguna clase para decir que el capital es quien produce el trabajo.
Los patronos han creado una expresión que han vulgarizado para hacer creer a los obreros que sin patronos no habría trabajo.
Pero esto es un error.
En siglos anteriores, la audacia de algunos individuos permitió que amontonaran abundancia de producción de la que fueron constituyéndose en propietarios y legándola a su posteridad en forma de herencias.
Pero esa producción abundante habla sido fruto del trabajo de muchos.
Todo el mundo sabe que durante el período de la esclavitud, los hombres más fuertes, dominando a los más débiles, les explotaron su trabajo y se adueñaron de las riquezas producidas por el trabajo de millares de esclavos.
Después de la esclavitud ha venido el salario, que es solamente una transformación de la esclavitud.
Pagando bajos salarios a miles de trabajadores, unos, pocos individuos amontonan en poco tiempo fortunas fabulosas.
El salario es la forma de la esclavitud presente.
Si diez hombres trabajando en una mina sacan cada día –término medio– quinientos pesos de metal, cambiable inmediatamente por dinero, y en cambio de ese trabajo se le da a cada uno, con el nombre de salario, diez pesos, demuestra que sólo se le da la quinta parte de lo que produce.
Del resto se apodera el capitalista.
El capitalista alega como razón justa para apoderarse de esa parte de la producción, que él invierte capital en salarios, y en herramientas, maquinarias y todo lo que origine una industria.
En el capítulo que tratamos de la maquinaria se verá el valor de ese aporte.
Por ahora, dejamos establecido aquí que el trabajo es el factor principal de toda producción, de toda riqueza, de todo capital.
Si en la producción de la riqueza entran como factores el capital, el trabajo y la máquina, todo queda reducido y derivado del trabajo, porque ya lo hemos probado que sin trabajo no hay ni capital ni máquina.
El trabajo ha dado vida a la máquina y al capital.
La maquinaria.– El progreso de la maquinaria en todas las industrias es un factor de gran importancia, que, si por ahora constituye un medio de mayor explotación para los obreros, un cambio para el porvenir, más largo que el presente, significará la verdadera felicidad de los pueblos.
La maquinaria es hecha por los trabajadores y no puede funcionar sin el concurso de los trabajadores.
Los capitalistas alegan hoy día, como un motivo para apropiarse de la mayor parte del producto, que ellos aportan la maquinaria, que significa un capital en movimiento.
Pero esto es un argumento sin razón.
Si la máquina produce es por obra del obrero que la conduce y procesa.
En la producción, la maquinaria no aumenta el valor del producto, no puede aumentarlo, ni tiene por qué.
La maquinaria traspasa su valor y nada más.
Así, por ejemplo, si una máquina de coser dura mil días y cuesta cien pesos, resulta que se gasta a razón de diez centavos al día y que esta cantidad es la que traspasa al producto.
Por una costura que se realice en el espacio de un día por la máquina no puede agregarse mayor valor que el que corresponda, más al interés equivalente.
La máquina aporta, pues, sólo un valor fijo.
La máquina aporta un movimiento mecánico inconsciente.
El obrero aporta cuidado, inteligencia, interés, arte.
El obrero tiene que ser el compañero inseparable de la máquina.
El obrero es el creador y constructor de la máquina.
Por ejemplo, si un par de zapatos tiene como precio corriente de venta treinta pesos y su valor se descompone como sigue:
Materiales (cuero, suela, etc.) $10.00
Uso de las máquinas $4.00
Administración y gastos generales $4.00
Salario del obrero $4.00
Precio neto $22.00

Y si se vende a treinta pesos, ¿quién le da ese valor?
Ese valor no puede salir sino de quien lo construye.
Los materiales no aumentan su valor.
El uso de las máquinas tampoco, sólo descuentan su amortización incluyendo intereses.
Administración y gastos generales están en el mismo caso de máquinas y materiales.
Siendo el obrero el factor indispensable de la producción, resulta el único agente que produce valores en todos los objetos de la producción.
Así, pues, esos ocho pesos que exceden del valor neto de los zapatos, es valor producido por el obrero.
Sobre esta materia se publicará, dentro de poco, un folleto que contendrá explicaciones más amplias y más completas.
Las necesidades individuales.– El hombre primitivo sólo necesitaba comer. Durante muchos siglos han vivido los hombres primitivos, sin otra necesidad que la comida.
Comían lo que estaba a su mano: frutas, raíces, yerbas, pájaros.
El primer trabajo ha consistido en buscarse el alimento.
Las necesidades de los hombres han variado y aumentado tanto que para señalarlas en un orden progresivo, tomando en cuenta cada época de la vida, no bastaría un gran libro y aquí no podemos disponer sino de un breve capítulo para ello.
Contemplemos al hombre primitivo, viviendo en un mundo vacío, sin casas, sin obras de ninguna clase, sin más trabajo que buscarse el alimento.
Contemplemos al hombre de hoy rodeado de millones y millones de objetos diferentes que se han fabricado en el transcurso del tiempo.
¡Cuán enormemente diferentes son las necesidades presentes del hombre de las necesidades pasadas!
Cada objeto, o cada instrumento o cosa que existe significa el desarrollo de las necesidades del hombre.
El hombre en la época presente no puede vivir como al principio de la humanidad.
Sus necesidades de hoy son mil veces más numerosas que antes.
La lucha que el proletariado desarrolla en el presente es empujada por las necesidades morales y materiales, creadas ya por la humanidad, y esta lucha no cesará hasta que el hombre pueda satisfacer sus necesidades sin más limitación que la razón.
La transformación sucesiva de las necesidades.– A medida que se han ido creando nuevos objetos, instrumentos o cosas, las necesidades han ido aumentando y transformándose.
El hombre, que primero sólo necesitó comer, después necesitó vestirse y cubrirse bajo techo. Para vestirse y cubrirse bajo techo tuvo que inventar.
Sus inventos han sido cada día más prodigiosos hasta producir el asombro.
Ojalá cada uno de nuestros lectores se detuviera algunos momentos para pensar en todo aquello que no nos es posible escribir, referente a los intentos que ha tenido que hacer el hombre al frente de cada necesidad creada.
Cuando se le ocurrió al hombre vestirse, no existían géneros ni herramientas.
Cuando se le ocurrió al hombre vivir en casas no había nada para construirlas.
Entonces apareció el trabajo en forma más variada y desde aquel momento el trabajo ha sido el poder más grande que ha convertido en realidad todas las caprichosas pero justificadas ilusiones del hombre.
¡Qué hermosa, qué sublime y, qué inmensa es la historia del trabajo!
Pero, qué triste es contemplar el producto del trabajo con los conductores del trabajo, o sea, los trabajadores.
Legiones innumerables de seres abyectos han sido los que con su fuerza y su mediana inteligencia individual han creado y dado forma a todo lo grandioso que hoy podamos admirar y que es en parte propiedad colectiva.
Llegamos a la época presente, donde se han reunido ya millares de necesidades, que el individuo las siente según sea el grado de conocimientos que haya alcanzado el ambiente en que viva.
Las necesidades que siente un campesino que no sale de su terruño, son bien diferentes a las necesidades de ese mismo campesino transformado en trabajador residente en una ciudad.
Dentro del justo concepto del derecho no es posible poner prohibiciones al derecho de satisfacer las necesidades.
El hombre necesita vestirse y cada día mejor, según vaya viendo el perfeccionamiento de los vestidos.
El hombre necesita vivir con comodidad, a medida que vaya apreciando las ventajas de una cómoda habitación.
El hombre necesita satisfacer otras mil necesidades que hoy forman parte de la vida y que nadie tiene derecho a prohibir que sienta el deseo de satisfacer esas necesidades.
Una enfermedad aquejará a un hombre y necesitará medicamentos caros y cambiar de ciudad para aspirar a su mejoramiento, pero tendrá que consultar su salario para ver si puede satisfacer aquellas necesidades.
Y aquí es cuando aparece el salario como una ley infame, y los creadores del salario como unos criminales y los que lo aceptan como unos idiotas e incapaces.
Aquí es donde surge espléndido el pensamiento de reformar y de perfeccionar la costumbre del salario para sacar al hombre de esa esclavitud que lo asesina.
Y es el socialismo únicamente quien impulsa este pensamiento de destruir la esclavitud del salario.
A los trabajadores les dice: sois víctimas y sufrís porque toleráis el salario.
A los ricos les dicen: aparecéis como verdugos de vuestros semejantes porque mantenéis la infame costumbre del salario.
¿Qué vendrá entonces en vez del salario? ¿Cómo viviremos sin salario o en otra forma?
La acción perfeccionadora del socialismo no tiene límites. De manera que nadie puede precisar cuándo se habrá llegado al estado de completa perfección.
Por esta razón no se podrá asegurar cómo y cuándo vendrá cada época de perfeccionamiento.
Hemos dicho antes que el salario es una esclavitud y que está llamado a desaparecer.
Pero, ¿con qué se remplazará el salario?
No podemos precisarlo.
Puede ser que durante mucho tiempo exista un signo de cambio, como la moneda. Bien puede ser también que algún día desaparezca, porque la organización social se hará de tal manera que no se necesitará signo alguno.
Habrá para esto una razón de alta moralidad.
Si del alimento no se puede privar a nadie, justo es que no se exija dinero por él. En las mismas condiciones están todas las cosas necesarias para la vida.
Pero cuando se habla de vivir en una sociedad sin dinero, se piensa en que eso sería imposible y se olvida que el mundo ha vivido, en épocas en que había menos inteligencia, más tiempo sin dinero que con dinero.
No se tratará de volver al pasado, sino de aceptar un modo de vivir más justo y sin enredos.
No se podrá alegar que haya cosas imposibles de realizar, porque después de haber descubierto la telegrafía sin hilos y las máquinas que hablan, llamadas fonógrafos o gramófonos, y que ya son verdades, todo lo que quiera el hombre arreglar lo arreglará, con sólo tener inteligencia y amor por el prójimo.
Como el socialismo es la abolición de la propiedad privada y único medio de perfeccionar la vida, las circunstancias ya expuestas de lo que son el capital, el trabajo y la maquinaria, dan por si solas pruebas suficientes en abono de la razón que gula al socialismo para establecer una sociedad sobre la base de la propiedad común.
Los medios que más adelante se exponen darán a conocer la facilidad con que se llegará al estado de la propiedad común.
Razones Morales
El socialismo no sólo acude a la ciencia, sino también al sentimiento.
La ciencia es la comprobación matemática de nuestra razón, de la razón de ser de la doctrina socialista.
El sentimiento es la razón moral.
Si la rigidez de la ciencia pudiera ser incomprensible para los cerebros menos cultivados, o para los que han vivido acostumbrados a los viejos moldes de las costumbres antiguas, el sentimiento sano y puro no puede cerrar los ojos a la verdad.
¿Será justo que un trabajador que trabaja los seis días de la semana con honradez, sin vicios, reciba un salario que apenas le alcanza para comer él con su compañera y sus hijos?
La mujer trabaja en la casa, puesto que una familia de tres niños ya absorbe todo el tiempo de la mujer, a menos que se deje abandonados a esos niños, como ocurre en muchos casos.
Si el salario apenas alcanza para mal vivir, ese mismo salario será más insignificante en cada ocasión que un accidente, común en la vida, perturbe ese hogar.
Una enfermedad en cualquiera de los miembros de esa familia, aumenta enormemente la miseria.
Pues, este es un caso muy común.
¿Es justo eso? ¿Es justo que el patrón de ese obrero aumente diariamente, multiplicando sus goces, su fortuna de reserva, sus comodidades, mientras sus obreros perecen de miserias?
Si desde el punto de vista del sentimiento constatamos las injusticias de la organización social, la lógica de ese sentimiento nos dice que debemos poner nuestra inteligencia al servicio del perfeccionamiento de la sociedad, para que poco a poco vayamos haciendo desaparecer todas las causas que producen la infelicidad humana.
Si la aspiración socialista puede resumirse en que todos los seres humanos tienen derecho a ser felices y a gozar de todos los productos del trabajo humano en combinación con la naturaleza, dos fuerzas formidables, acuden a dar razón a la doctrina socialista.
La ciencia, que prueba matemáticamente que el dueño del producto es el productor;
El sentimiento, que demuestra la justicia y la razón de la ciencia.
El sentimiento de justicia.– Sólo en los seres refinadamente groseros, degenerados y depravados, puede no aparecer jamás el sentimiento de justicia, pero en las personas llamadas buenas, con o sin educación, el sentimiento de justicia se revela, aparece y señala las cosas como son.
La educación influye poderosamente para localizar el sentimiento de justicia y para hacer concebir en sus detalles y amplitudes ese sentimiento.
La doctrina socialista y el sentimiento de justicia son una misma cosa.
Muchas personas de nuestro mundo actual logran concebir el sentimiento de justicia en el momento presente, pero sin enlazarlo con el pasado, y se encuentran con obstáculos y dudas insuperables debido a la falta de análisis histórico retrospectivo hacia el pasado.
Una persona de muy buenos sentimientos se encuentra en presencia del siguiente caso. Es un ejemplo:
Don Juan ha heredado de su señor padre un gran establecimiento minero que en la actualidad está evaluado en 500 mil pesos y produce una renta de 50 mil pesos anuales.
Además, el padre de don Juan dejó al morir en el Banco 500 mil pesos, varias casas y sus respectivos mobiliarios.
Don Juan sigue trabajando en la industria, y toma posesión de su herencia, considerándose propietario legítimo y sobre todo considerando esa fortuna en su poder de procedencia honrada.
Don Juan, joven, en posesión de ese capital sigue trabajando y multiplicando su fortuna.
¿Cómo se resuelve la honradez o falta de honradez en este caso?
Muy sencillo.
El padre de don Juan tenía trescientos trabajadores, en las minas.
La fortuna que el padre de don Juan acumuló fue trabajando en las minas. El padre de don Juan era obrero minero. Se descubrió y pidió una mina, la trabajó solo primero, acompañado, después, hasta llegar a tener trescientos trabajadores.
La venta del metal producía para pagar los salarios, y para dejar un saldo en el Banco.
Después de veinte años de trabajo en las minas, muere el padre de don Juan legando esa fortuna como la hemos descrito.
¿Cómo se acumuló esa fortuna? Trabajando solo el padre de don Juan, ¿habría logrado formar esa fortuna?
No, eso es imposible.
El trabajo honrado de un hombre solo, no permitirá jamás acumular fortuna.
Esa fortuna se formó debido al trabajo de esos trescientos trabajadores. Cada uno de esos trescientos trabajadores ha contribuido con una cuota en esa fortuna.
¿Cómo va apareciendo ahora el concepto de lo que es el sentimiento de justicia?
Mientras don Juan, a la muerte de su padre hereda esa fortuna, ese capital, los hijos de los trabajadores de esas minas no han heredado nada, aún cuando sus padres fueran honrados y sin vicios.
Analicemos un poquito cómo se ha formado esa fortuna.
Con el trabajo colectivo de esos muchos trabajadores; por pequeña que se considere la utilidad que cada trabajador aporta, entre muchos trabajadores forman la gran utilidad. Después de esto, el salario mezquino y bajo, explotado en veinte años.
¿Qué resulta, entonces, de esta gran herencia que hereda don Juan?
¡Explotación a los trabajadores!
Salarios no pagados a los trabajadores.
Sí trescientos trabajadores producían diez pesos diarios de metal cada uno y el salario de cada cual no llegaba a cinco pesos diarios, y el resto, salarios no pagados, pasaba poco a poco, día a día, a engrosar la fortuna del patrón.
Así queda explicada la procedencia de esa gran fortuna.
Podríamos no calificarla de falta de honradez por haberse acumulado en una forma ya establecida por las costumbres, pero si su procedencia pudiera calificarse de honrada, entonces preguntaríamos:
¿Hay justicia en la procedencia de esa fortuna?
Constatada su procedencia, ¿a quién le corresponde esa fortuna?
La respuesta es fácil: a la colectividad de trabajadores que la produjo.
Se dirá que al morir el padre de don Juan la mayor parte de los trabajadores se hallan dispersos, unos; muertos, otros.
Pues bien, por eso la doctrina socialista aspira a que el trabajador disfrute del fruto íntegro de su trabajo, porque esto es justicia y es razón.
Trabajando todos, cada cual según sus aptitudes y gustos, todos disfrutarán de bienestar y felicidad.
Si los socialistas decretaran que todas las fortunas privadas actuales pasaran a ser fiscales y municipales, no cometerían ninguna injusticia, porque ese acto sólo sería hacer volver a la colectividad para el beneficio, común, lo que la avaricia capitalista arrancó a la colectividad de trabajadores.
Sin embargo, parece que el socialismo no recurrirá a ese medio pues habrá medios para evitar la explotación en el porvenir y las grandes fortunas ya creadas irán poco a poco entrando al servicio de la colectividad.
Muy a menudo la burguesía nos condena diciendo que queremos destruir el pasado. Pero eso no es sino una expresión. El pasado no se destruye, ya se fue, ya pasó. Lo que existe en el presente como obra del pasado no lo destruye el socialismo, es el progreso quien lo modifica y lo perfecciona.
La obra del socialismo es empujar al progreso.
La acusación de los conservadores del pasado es una queja infantil.
Lo mismo que ha pasado con el ferrocarril y el automóvil; que han reemplazado todos los viejos y molestos vehículos de transporte, eso mismo pasará con el socialismo.
El conservador preferirá hacer un paseo en un automóvil y no en una carreta o a lomo de burro.
Igualmente le ocurrirá más tarde, cuando haya conocido las ventajas del socialismo.
Si el automóvil o el ferrocarril son una ventaja sobre la carreta, así el socialismo es una ventaja incomparable sobre el presente.
La necesidad del amor.– Bajo el sentimiento del amor toda empresa pequeña se vuelve gigantesca.
El amor mutuo es una ley de la naturaleza y de la razón, porque no tendría razón de ser la existencia de la humanidad sin amor.
El amor es la única base moral y justa en que descansa la vida de la humanidad.
La humanidad sirve y se multiplica por obra de la procreación, que sólo se realiza por la unión del hombre y la mujer.
Si el acto de la procreación se realiza sin amor, resulta un acto simplemente animal.
Si el amor es un sentimiento que debe estar internamente mezclado en el acto de la procreación y en el cuidado de su fruto, es muy natural que el amor sea el sentimiento que domina hoy sobre el mundo entero, puesto que la procreación que es a la vez un motivo de goces superiores, es el acto frecuente de todos los días.
Hemos llegado en el presente a un estado en que sin amor no hay moral y en que se estima grosera una sociedad que vive sin moral.
Pues bien, en el momento presente no hay amor en la sociedad, puesto que la vida está organizada sobre la base del egoísmo que es la negación del amor.
No puede haber amor donde hay explotación.
No puede haber amor donde hay opresión y tiranía.
No puede haber amor donde hay ignorancia.
Los que hoy viven bien estiman muy difícil organizar la sociedad sin explotación, sin opresión y sin ignorancia. Pero el socialismo lo estima muy fácil y realizable en corto tiempo. Más adelante explicaremos esto.
Las desigualdades actuales.– Los hombres han creado mayor número de desigualdades que las que crea la naturaleza.
Las desigualdades son de dos clases:
Unas creadas por la naturaleza.
Otras creadas por los hombres.
Las desigualdades creadas por la naturaleza no afectan sino excepcionalmente al bienestar.
Las desigualdades creadas por los hombres afectan íntima y directamente a la felicidad humana.
El socialismo quiere borrar esta clase de desigualdades, para aumentar el bienestar, y quiere dulcificar en lo posible las desigualdades de la naturaleza, cuando ellas afecten a la felicidad de los humanos.
La mayor y más cruel desigualdad que hoy afecta a los hombres, es la desigualdad social y sus consecuencias; la desigualdad política y económica.
En el presente y en vista del estado actual de la educación y de la cultura de los pueblos puede justificarse la desigualdad social.
Pero desde el punto de vista moral y humano, como desde el punto de vista del sentimiento de justicia, es inaceptable que exista la desigualdad social.
Si las circunstancias actuales en que está organizada la vida, presentan obstáculos para borrar esa desigualdad, esos obstáculos no son ni pueden ser permanentes ni durables. Se pueden destruir. Se pueden hacer desaparecer.
El mayor obstáculo para la igualdad social es hoy la diferencia de cultura y de educación de los hombres, junto con la diferencia de costumbres.
Pues bien, todo esto puede desaparecer con sólo facilitar los medios de educación y de cultura y de multiplicarlos de modo que con pocos años de activa labor desaparecería toda la incultura y grosería de la sociedad.
Pero cualquiera que sean las desigualdades, todos son iguales en sus necesidades. Todos necesitamos comer y vivir.
Y es de suponer que todos necesitan satisfacer la necesidad de comer y vivir con más o menos placer.
Por eso todas las circunstancias que miden la ración de comer y vivir deben modificarse, porque en el presente constituyen una tiranía cruel.
La ración de comer y vivir no puede ser medida sino por cada individuo.
“Solo yo siento cuando cesa mi hambre.”
El que me mira comer no puede determinar cuándo habrá cesado mi necesidad.
Pero en la vida presente esta necesidad está limitada bajo el régimen del salario.
Cada individuo y su familia viven del salario y como el salario es una cantidad variable y escasa, resulta que la mayor parte de los hombres tienen medida, por mano ajena, la ración de hambre.
Esto es inaceptable y por eso la doctrina socialista aduce y aporta todas las pruebas necesarias para demostrar que todo puede corregirse y perfeccionarse hasta hacer desaparecer todas las causas humanas de la desgracia.
Las desigualdades en el futuro.– A medida que la humanidad avance impregnándose de las doctrinas socialistas, irán desapareciendo todas las desigualdades creadas por los hombres y dejando subsistentes sólo las desigualdades de la naturaleza, porque la mayor parte de ellas son grandes, sublimes y hermosas,
La desigualdad de los hombres en el futuro no afectará gran cosa en la felicidad.
Muchas desigualdades que hoy parecen naturales desaparecerán cuando ellas dependan de la acción de los hombres.
La diferencia en la forma de los individuos que unos se clasifican de feos y otros hermosos, que parece obra de la naturaleza, es seguro que podrá modificarse y sujetarse a la acción y voluntad del hombre.
Puede decirse que está probado por la ciencia que si una pareja llena de salud procrea y vive en un ambiente dichoso y puro, donde todo contribuya a vivir bien, los hijos de esa pareja llevarán una vida natural superior a los que no puedan vivir y desarrollarse en iguales condiciones.
Si todos contribuimos a mejorar cada día las condiciones de la vida, llegará el momento en que no habrá otras desigualdades que aquellas que la naturaleza ha creado.
Lo que debe ser la humanidad.– Debido a las desigualdades presentes, el mundo no es feliz. El pobre sufre revolcándose en su miseria o en sus dolores; conspirando por hambre y por envidia, fruto de su ignorancia, contra los poderosos que a su vez sufren al sentir las maldiciones de los de abajo.
Así, en el estado actual de la organización social, la humanidad se asesina en una guerra permanente que en distintas formas produce malestar.
El socialismo aspira a que la humanidad sea un hogar feliz y dichoso, donde todo sea amor, arte, justicia, libertad, porque sólo así habrá vida.
El socialismo quiere que la humanidad sea una colectividad de hombres buenos que vivan como hermanos amantes, donde todos trabajen para aumentar siempre las comodidades y los goces de todos.
Este hermoso pensamiento socialista se realizará por los medios que detallare en otros capítulos.
Razones de derechos
No podemos hablar aquí del derecho concebido por los hombres del pasado o del presente y escrito en sus códigos, porque ese derecho está concebido defectuosamente y basado sobre teorías inaceptables.
Hablaremos del derecho natural, aceptable por toda persona que no tenga maleados sus sentimientos.
El hombre nace por obra ajena a su voluntad y desde ese momento nace con un derecho: el de vivir.
El hombre viene al seno de la sociedad, y es la sociedad la llamada a no destruirle ni impedirle sus medios para vivir.
El modo como la naturaleza hace nacer al hombre o a la mujer, nos está demostrando que es una obligación social hacer vivir al nuevo individuo que nace, por dos razones:
Primero: porque el nacimiento no es obra voluntaria del que nace;
Segundo: porque cada ser que nace viene destinado a perpetuar la vida de la especie y es el espíritu de conservación de su propia especie el que nos debe guiar a cuidar de la vida del que nace.
Si esta circunstancia nos presenta la naturaleza, nuestros actos deben obedecer sus leyes.
Pero los hombres de hoy, con la excepción de los socialistas, violan las leyes de la naturaleza, y ponen al que nace en el peligro de la muerte.
¿Cómo?
Habiéndose apropiado de los medos de vida y comerciando con ellos, vendiéndolos al que tiene dinero para comprarlos.
Dinero no tiene sino el que puede trabajar y todavía con un salario medido.
Todo eso es inicuo.
Todo eso debe desaparecer.
Hay derechos indiscutibles, que como el derecho a la vida y a sus goces, no pueden limitarse ni suprimirse y sobre esos derechos es que el socialismo se basa reclamándoles.
Dónde nace el producto.– Si el producto nace por la obra del trabajador, a él le pertenece.
Si el trabajador recibiera íntegro el producto del trabajo no existiría ningún trabajador miserable, ni habría miserias en el mundo.
Se ha constatado en páginas anteriores que el producto es sólo obra del trabajador.
En un inundo bien organizado, y con los progresos de la maquinaria ya existentes, trabajarían todos los seres aptos para el trabajo, y trabajando todos, bastaría el trabajo de tres o cuatro horas al día, en vez de las brutales jornadas que hoy se realizan.
Si cada trabajador recibe el producto íntegro de su producción, podría fácilmente contribuir a atender todos los gastos generales de la colectividad o pueblo donde viva.
Si también es efectivo que trabajando todos bastaría con tres o cuatro horas de trabajo diario, nos parece muy razonable que si en todos los pueblos llegan a vivir los hombres fraternalmente, los trabajos generales para el perfeccionamiento de las comodidades se harían con todo gusto, con parte del tiempo libre restante, después de cumplir con su trabajo obligatorio, o con cuotas impuestas sobre su producto, puesto que lo recibiría íntegro.
Si el producto nace del trabajo del trabajador a él le pertenece.
Si el trabajador trabaja con una máquina ajena, el producto debe repartirse como justamente corresponde entre el valor del trabajo aportado por el hombre y el desgaste de la máquina que corresponda.
Dónde nace la utilidad.– Como en la actualidad el capitalista es quien evalúa el valor del trabajo de cada obrero, resulta que realizada la producción en todas las industrias, queda un sobrante que el capitalista llama utilidad y se la guarda.
Pero como ya hemos demostrado en capítulos anteriores, esa utilidad no es otra cosa que la merma en el salario realizada en cada obrero, no necesitamos en este capítulo sino recordar ese hecho.
La utilidad nace del saldo del salario que no se paga al trabajador. Podríamos aceptar ese procedimiento si esa utilidad fuera destinada a obras de utilidad general para las colectividades que la producen, pero como actualmente se la guarda el patrón en beneficio individual, resulta una usurpación.
Pero aceptaríamos eso, siempre que primero se cubran las inmediatas necesidades del obrero.
Queda constancia, pues, que las llamadas utilidades se forman de una manera indigna.
El reparto presente.– En el presente el reparto de la producción se hace injustamente.
Fruto de ese mal reparto es la miseria del mayor número y la abundancia para unos pocos.
El reparto de la producción toma generalmente dos nombres: utilidad y salario.
La utilidad la aprovechan los que no trabajan.
El salario es una miserable ración de hambre para el mayor número.
En estas condiciones inicuas se hace el reparto de la riqueza social que la naturaleza da como patrimonio a todos, con la única condición de trabajar.
El reparto futuro.– Cuando la humanidad se vaya encaminando a vivir conforme a la doctrina socialista, el reparto de la riqueza social aprovechara a todos, porque como lo acabamos de manifestar poco antes, todos trabajarán y todos usufructuarán del producto de su trabajo.
El reparto se realizará conforme a los medios que se vayan empleando en cada país por medio de las leyes y de las costumbres. Esto está más ampliamente explicado en los capítulos que tratan sobre los medios de realizar el socialismo, pero no cerraremos este párrafo, sin darle más amplitud.
La acción socialista en la actualidad, ha modificado, la forma del reparto de la riqueza social, cuando por medio de su organización ha contribuido a elevar los salarios y a bajar el precio de la vida, a la vez que va conquistando seguros contra accidentes, protecciones contra el hambre, pensiones a la vejez.
Todo esto, que ya es una realidad en algunos países, no lo ha dado la burguesía capitalista, sino que se lo ha arrancado a viva fuerza la organización y la conciencia de los socialistas organizados,
Y sobre todo eso que ya es un principio de mejor reparto de la riqueza social, irá mejorándose cada momento más, a medida que crezca la fuerza socialista organizada, porque sin organización nada se consigue.
En el futuro la organización socialista conquistará menos horas de trabajo, más salario y vida más barata por medio de sus cooperativas y será de esta manera cómo el reparto de la riqueza social irá cumpliéndose, en beneficio de los que ahora sufren privaciones.
Las inmensas riquezas que hoy están en manos de los grandes hacendados irán pasando, poco a poco, a servir en beneficio de todos, por medio de impuestos progresivos sobre las rentas, sobre las herencias y de otras maneras juntas sin que por estos procedimientos se empobrezcan ni disminuyan sus placeres los señores de hoy.
Resumen y consecuencias
Terminaremos esta parte creyendo haber dejado expuesto en las páginas anteriores, lo que es el socialismo, es decir, hemos explicado que el socialismo es un sentimiento de justicia y de amor que va en busca de la felicidad para todos.
Hemos presentado a medias los defectos de la vida presente para convencer que es necesario perfeccionar esa vida que así resulta indigna tanto para los que viven bien como para los que viven mal.
Después de haber expresado lo que es el socialismo, procurando convencer a nuestros lectores de que el socialismo es en verdad un refinado sentimiento de amor y justicia luchando contra la maldad y el egoísmo organizado y que impera en el mundo actual, queremos ahora explicar por qué medios se realizara el socialismo.
Esto es muy importante decirlo, porque nuestra firme propaganda logra convencer a muchos de que son inmejorables nuestras ideas y de que ellas harían realmente la felicidad verdadera, pero en cambio se ha hecho más difícil convencer de que el socialismo no necesita muchos años para ser costumbre universal de la sociedad.
Por eso, las páginas que siguen están destinadas a presentar y analizar los medios por los cuales el socialismo se realizará.
El socialismo es, pues, lo opuesto a todos los defectos sociales y por lo cual aparece como el perfeccionamiento mismo.
II
¿COMO SE REALIZARÁ EL SOCIALISMO?
¿Cuáles serán sus medios?
Los enemigos del socialismo lo desfiguran y presentan su doctrina muy distinta de lo que es en realidad para, de ese modo, atacarlo más fácilmente y hacer creer a las gentes que el socialismo es imposible.
A la vez que así calumnian la doctrina, cuando hablan sobre los medios que se ponen o se pondrían en práctica para realizar el socialismo, nuestros enemigos hablan mil barbaridades, presentándonos a los socialistas como unos bandidos sanguinarios, a pesar de que la acción socialista se encauza en lo posible, dentro de un espíritu de justicia, equidad y amor.
El socialismo se realizará usando dos circunstancias predilectas:
La táctica y los medios.
La táctica se desarrollará en cada país, según su, ambiente atávico, y según las modalidades de cada pueblo y las conveniencias locales.
Los medios, generalmente, son iguales en todos los, países, pero se destacan dos medios predilectos: la organización de los trabajadores y su educación en la doctrina.
En consecuencia, el socialismo usará para realizarse como armas de combate: la educación doctrinaria y moral del pueblo por medio del libro, del folleto, del periódico, del diario, de la tribuna, de la conferencia, del teatro, del arte; la organización de toda clase de asociaciones que concurran al mismo fin; de la acción -política para la conquista de los poderes públicos; de la acción gremial para la lucha de clases; de la organización cooperativa para ir monopolizando los actuales negocios del mundo, hasta que el poder de la cooperativa sea tina verdadera fuerza de socialización de todos los medios de producción y de cambio.
Toda esta acción la realiza actualmente el socialismo usando para ello los medios legales que cada nación franquea, esto cuando las naciones tienen organización constitucional. En los países despóticos como Rusia, los socialistas se han visto forzados a una obra violenta para poder conquistar libertades democráticas que franqueen el progreso de las ideas.
El socialismo se realizará por esos medios ya dichos, en forma metódica y poco a poco, realizándose hoy una medida y mañana otra.
Los detalles de ese “cómo se realizará” es lo que empezamos a explicar.
Fundamentos históricos de los medios como llegará la realidad el socialismo.– La evolución natural que se opera en las sociedades es un medio fundamental histórico indestructible, inevitable, porque el progreso, como el movimiento son leyes de la vida, contra las cuales nadie ni nada se puede oponer.
La humanidad marcha progresivamente a su perfección. Esto es un hecho histórico innegable porque desde que hay historia, desde que se puede advertir su rasgo de la vida humana, desde ese pasado tan remoto, hasta el momento presente, la vida de la humanidad ha sido una carrera no detenida jamás de progreso y de perfección y ese mismo hecho histórico visto y probado, es la seguridad de que la humanidad seguirá marchando en busca de más perfección y el porvenir que ya se divisa para la humanidad no es otra cosa que el socialismo.
Para algunos está muy lejos.
Para nosotros los socialistas está muy cerca.
Convencidos de que el porvenir es el socialismo, queremos apresurar la llegada de ese porvenir adelantando la cultura y la educación de los pueblos.
Mientras más rápidamente avancemos en la cultura y la educación junto con la organización de los trabajadores, más cerca, mucho más cerca estamos del porvenir y, por lo tanto, del socialismo.
No somos nosotros los que aseguramos nuestro próximo triunfo, es la historia de hechos consumados, quien se encarga de garantizarnos de ese éxito.
La historia estricta de los hechos no engaña.
Como lo hemos dicho ya, la Humanidad es una cadena sin interrupción de progresos, con la hermosa particularidad de que un progresó alcanzado ha sido base indestructible para cimentar nuevos progresos, cada día más grandes, y como el socialismo no es otra cosa que el progreso maravilloso, llegará a ser cúspide cuando la Humanidad ofrezca por todas sus partes progreso y progresos.
Medios económicos
Para el socialismo, posiblemente los medios de carácter económico que adopta y que adoptará serán los de mayor potencia para llegar a la realización de los ideales.
La acción económica del proletariado, es el poder demás potencia y quizás superior al medio político.
Por eso le dedicamos mayor atención a la organización económica que a la organización política.
La lucha de clases.– Las clases existen en la sociedad muy marcadamente divididas; unas muy opulentas, muy aristocráticas y otras muy infelices y pobres.
Las clases existen. Son un hecho.
Desde que existen clases, existe lucha entre ellas. Esta lucha se ha hecho inevitable ya y más intensa cada día que transcurre.
Para el socialismo no puede pasar desapercibida la lucha de clases, porque es un factor de la transformación social.
El socialismo, propiamente dicho, no quiere hacer odiosa la lucha de clases, sino que, reconociendo su existencia, trata de encauzar la lucha de clases, para evitar sus desastrosas acciones y para llegar hacia la armonía social, consiguiendo la desaparición de las clases motivada por el antagonismo social, hasta que la Humanidad sólo se componga de hermanos trabajadores todos, dueños de su trabajo libre, trabajando amorosamente para el bien de todos, utilizando para su -comodidad de todas las invenciones de la mecánica y de la química.
La organización del trabajo.– Para suavizar las asperezas de la lucha de clases y para extinguirla, los socialistas se ocupan con actividad de organizar debidamente el trabajo y los trabajadores.
De la mayor organización que realicemos los socialistas dependerán los resultados más felices.
La organización ha dado ya excelentes frutos, que continúan aprovechando aquellos países, que han tenido suerte de experimentar ya los buenos resultados de la organización.
Es necesario convencer a los trabajadores de que son un gran poder, como no hay otro, pero la fuerza de su poder sólo reside en la organización.
El gremio.– El gremio es el primer escalón de la organización.
Cada trabajador se agrupa, asociándose, con los demás de su oficio o clase de trabajo.
Cada gremio reúne así en su seno las fuerzas productivas de una misma profesión y puede ejercer influencias sobre la industria.
Después de la organización gremial, los trabajadores forman otras clases de organizaciones combinadas que reúnen mayor fuerza y superior acción.
Los trabajadores de un mismo oficio en distintos pueblos de un país forman después del gremio, lo que se llama una federación nacional.
También se forma la federación internacional de un mismo oficio, estrechando sus relaciones los trabajadores de una nación a otra con el propósito de defender sus intereses.
En un mismo pueblo, existiendo organizados distintos gremios, se forma lo que se llama una federación local, para combinar las fuerzas obreras de un pueblo y hacerlas servir en beneficio de los intereses obreros.
En una nación que tenga muchas organizaciones en distintos pueblos, se forma la Confederación del Trabajo que reúne en un solo seno todas las fuerzas organizadas de un país para hacerlas servir en su propio bien.
Esta forma de organización de lo simple a lo compuesto, no es una ilusión ni un proyecto, es una realidad viva y poderosa en muchas naciones va.
En Europa están muy bien organizados los obreros de todas sus naciones, sin excluir ninguna.
Las demás partes del mundo cuentan con buenas organizaciones, aunque no en el pie de los europeos.
En Sudamérica, el país que cuenta con mejor organización es la República Argentina.
Esta forma de organización llevada cada día a mayor perfección y encaminada a servir las doctrinas del socialismo, será uno de los medios más poderosos para efectuar la realización de la doctrina, porque el trabajador organizado así luchará con más éxito para disminuir la explotación y la opresión que actualmente soporta.
La huelga.– Los trabajadores han tenido y tienen que luchar con la clase capitalista organizada, rica, poderosa Y en el Gobierno y todos sus medios a su disposición, de manera que la lucha entre estas dos clases es muy desigual. Sin embargo los trabajadores tienen a su disposición un arma formidable de un poder casi siempre invencible y esa arma es la huelga, es decir la paralización colectiva del trabajo.
Pero la huelga no puede hacerla el trabajador con seguridades de éxito sino cuando es organizada.
Por eso después de la organización gremial de los trabajadores, es cuando se puede emplear la huelga como un instrumento favorable a los intereses del trabajador.
Es verdad que la huelga, aunque sea pacífica, es en sí misma un acto de presión o de violencia, pero, es necesario reconocer que no hay otro medio que resulte eficaz a los intereses de los trabajadores.
La clase capitalista, en noventa casos sobre cien ha demostrado no tener conciencia ni corazón y a las peticiones razonables de los trabajadores les ha contestado negativamente.
Hasta el momento presente la huelga ha desempeñado el papel salvador de los trabajadores y gracias a la huelga los trabajadores disfrutan de algunas ventajas.
A medida que los trabajadores van perfeccionando su organización, la huelga va resultando más perfecta y más eficaz y se va empleando para la conquista de mejores libertades.
Con la huelga el trabajador ha conseguido mejor salario; menos horas de trabajo; descanso de un día por semana; abolición de trabajos nocturnos que pueden hacerse en el día; reglamentación nacional de las condiciones del trabajo; modificación del carácter de los jefes e capataces; perfeccionamiento de los instrumentos de trabajo para evitar desgracias; indemnizaciones en los accidentes; con la huelga se ha conseguido, en algunas partes, hasta el abaratamiento de los arriendos de habitaciones.
La huelga ha sido un medio de mejoramiento de los trabajadores siempre que se haya sabido emplearla.
La huelga ha obtenido hasta la modificación de las leyes y reglamentos.
Con la huelga, en Austria, se consiguió la ley del sufragio universal que dio a los trabajadores la representación que les correspondía.
Con la amenaza de la huelga, en Chile se consiguió la supresión de los impuestos al ganado argentino.
Con la huelga, en Rosario de Santa Fe, los trabajadores obligaron al municipio a derogar la ordenanza que exigía las impresiones digitales y el registro policial de los operarios de los vehículos.
En f in, la huelga es el gran medio, porque los trabajadores y los socialistas se ayudarán a ganar conquistas cada vez más grandes, a medida que crezca la capacidad de la organización de los trabajadores.
La huelga será, por fin, el arma formidable con que los trabajadores pondrán fin a la guerra y a la paz armada de las naciones, que es la ruina económica de los pueblos.
Este es el medio más eficaz de acción y de lucha y con este medio los trabajadores arrancarán hoy una mejora y mañana otra y sin detenerse jamás en el camino de su lucha por la verdadera emancipación los trabajadores podrán llegar a realizar completamente todas sus grandes aspiraciones de justicia social.
Sin embargo, a pesar de que la huelga es de por si un medio eficaz, los trabajadores tienen todavía varios otros medios poderosos de que están usando y que se explican enseguida.
La cooperativa y su gran fuerza de acción y de transformación.– Si la huelga es un medio de lucha ya conocido universalmente, la cooperativa es otro medio aunque no muy conocido todavía y menos experimentado que la huelga, pero es un medio eficaz y en el porvenir será un gran poder de transformación y de verdadera socialización colectiva que absorberá por completo toda la vida económica y financiera del mundo.
La cooperativa es un medio que se desarrolla más silenciosamente, con más inconvenientes, pero es más revolucionaria, más poderosa, más eficaz para la transformación que persigue el socialismo.
Podemos decir, que sólo en los últimos diez años, los socialistas principian a tomar verdadero interés y actividad por la cooperativa.
Parece más fácil organizar un gremio con su federación que una cooperativa.
El gremio se organiza y vive con pocos socios que paguen sus cuotas.
Mientras que la cooperativa necesita de más capital, de más cuidado, de más inteligencia. Pero en cambio la cooperativa hace efectiva las reivindicaciones o mejoras que conquista el gremio.
Sin la cooperativa, cuando un gremio conquista alza del salario, el comercio sube más el precio de la vida.
Con la cooperativa, cuando un gremio conquista alza del salario, se evita el encarecimiento de la vida, porque la cooperativa continúa vendiendo al precio justo, salvo que las producciones que ingresen de afuera a la cooperativa obliguen un alza.
La cooperativa venderá siempre más barato que cualquier comercio, puesto que la misión de la cooperativa no es para lucrar sino para cooperar al abaratamiento de la vida y a la vez independizarnos del comercio burgués.
La cooperativa es de dos clases generales: de consumo y de producción. A medida que se ensanche la acción de la cooperativa se independizará cada vez más del contacto con la burguesía.
Si la cooperativa es de consumo tiene que surtirse de todo lo que necesite en el comercio por mayor o en las fábricas.
Si la cooperativa es de producción vivirá más independiente si la materia prima la fabrica o la produce ella misma.
Para realizar la producción del pan, completamente independiente de la clase capitalista sería menester que la cooperativa socialista sea dueña del suelo, que coseche trigo, que tenga molinos y panaderías.
Las cooperativas de Manchester, en Inglaterra, han alcanzado ya ese grado de independencia.
La formación de muchas cooperativas aunque sean sólo de consumo, contribuirá mucho al abaratamiento de la vida.
A medida que la cooperativa vaya abarcando más el campo de la producción propia, más barata se irá haciendo la vida.
La cooperativa, mediante la cooperación de los gremios, realizara progresos increíbles. A medida que se agrande la acción de la organización gremial, más vastas serán las cooperativas y más pronto realizarán su obra emancipadora.
El ochenta por ciento, a lo menos, de los consumidores pertenecen a la clase proletaria. De manera que todas las cooperativas, si logran reunir el capital necesario para desarrollarse tendrán clientela suficiente.
La cooperativa extenderá su acción a todos los ramos de la industria.
Fundará fábricas de tejidos de todas clases, para fabricar telas necesarias para todos los usos.
Tendrá fábricas de ropa que consuman los productos de las fábricas de tejidos, aparte del consumo de los particulares.
Podrán alimentar la fábrica de telas, cooperativas agrícolas que produzcan la materia prima: algodón o lanas, etcétera.
Los gremios extenderán su acción para fundar el trabajo cooperativo como lo realizan los albañiles de Bahía Blanca con todo éxito.
Desarrollándose sin límites la acción de la cooperativa llegará a fabricar todo cuanto necesita el mundo, puesto que la mayor parte de los consumidores del mundo irán engrosando el ejército de la organización obrera.
Las cooperativas agrícolas producirán muchas materias primas, que utilizarán las cooperativas de producción, aparte de que producirán todos los artículos agrícolas destinados a la alimentación.
Las cooperativas de producción fabricarán todo cuanto sea necesario.
Las cooperativas de consumo venderán a los consumidores los productos de las otras cooperativas.
Las cooperativas de trabajo suprimirán los intermediarios llamados contratistas, lo que significará trabajo más barato y salario más alto.
Una vez que el socialismo domine sobre el comercio y las industrias, impondrá sus leyes; leyes que serán siempre en beneficio creciente para todos, y que en el caso más desfavorable será su acción superior a lo que actualmente se llama legal.
Hoy se establece una fábrica y funciona conforme a las leyes lanzando al mercado sus productos.
Al día siguiente se instala otra fábrica de igual producto, pero con más capital y procedimientos más modernos, que le permite vender más barato su producto, por lo cual la fábrica anterior fracasa sin que nadie indemnice al fracasado, cualquiera que fuese la cantidad perdida.
Si la acción de una cooperativa obliga el cierre de un establecimiento burgués análogo, no habrá hecho ningún acto ilegal ni condenable bajo el concepto de la vida actual.
Si los que fracasan por efectos de la competencia capitalista quedan en la miseria, la sociedad actual los deja abandonados a su propia suerte.
Posiblemente durante los primeros éxitos de la cooperativa ocurran estos mismos hechos sin otros remedios que los que tienen actualmente, pero a medida que el poder de la cooperativa avance, los individuos de los establecimientos burgueses que fracasen pasarán a ocupar empleos dentro de las cooperativas, para que ganen el sustento necesario.
Cuando el progreso de las cooperativas llegue al mayor grado de riqueza y de poder, irá motivando la clausura de las industrias y del comercio burgués y de esta manera se habrá remplazado el actual régimen industrial burgués, por el régimen industrial socialista en el cual, progresando también por grados, irá desapareciendo toda forma o vestigio de explotación hasta que llegue el momento en que cada trabajador reciba el fruto íntegro de su trabajo.
La acción de la cooperativa a medida que vaya creciendo irá recibiendo apoyos por dos fuerzas separadas dependientes del mismo proletariado y esas fuerzas son la organización gremial y la acción política encaminada a obtener del Estado algunas ventajas que la posición política del socialismo pueda determinar en su favor.
Considerando así las cosas, la cooperativa será el arma más formidable de la gran revolución que el socialismo opera para la felicidad humana.
¡Qué hermoso será ver en el mundo, dentro de un porvenir cercano, el comercio y la industria en manos de la cooperativa socialista, fabricando todo lo que es bueno y útil, y excluyendo, con su poder y con su bondad, para siempre, la fabricación de falsificaciones y venenos que se venden hoy al público por alimentos!
¡Qué hermoso y qué grande será ver en el mundo la Humanidad trabajando, unida, como una familia amante donde no haya más que ternura!
¡Qué sublime aparecerá entonces la obra del socialismo, tan ofendida y tan calumniada en el presente!
Medios políticos
Los medios económicos de lucha que usa el socialismo le son propios, no existen de su género en la sociedad burguesa.
Creemos que el socialismo podrá triunfar con sólo su acción económica. Quizás bastaría para su triunfo la acción del gremio y sus federaciones y la acción de la cooperativa.
Se entiende que a la acción gremial y cooperativa, va agregada la acción educativa, moral y de cultura, que elevará grado a grado el valor y la capacidad de los trabajadores.
Sin embargo de pensar así, estimamos que usar los medios políticos no estará de más. Mientras más armas se usan en una lucha, más seguridades habrá de llegar más luego a la victoria.
El proletariado socialista usa también los medios políticos para poner las fuerzas del estado al servicio del progreso de su doctrina.
Al usar el medio político podría guiarnos el criterio de que lo que por la ley se construye por la ley se perfecciona o modifica.
Todos los días los poderes legislativos derogan leyes y crean nuevas, según van apareciendo las necesidades conforme a los progresos de la vida moderna.
Es una medida de previsión usar el medio político y obtener la representación que se pueda; porque la clase capitalista al encontrarse sola en el poder legislativo dictaría leyes que detuvieran o prohibieran el desarrollo de la organización de los gremios y de las cooperativas, lo cual haría más difícil la lucha emancipadora del pueblo y producirla más víctimas puesto que los convencidos no detendremos jamás nuestra acción.
Veamos entonces cómo usaríamos los medios políticos para apoyar la acción gremial y cooperativa, que ha de llevarnos al triunfo de la doctrina socialista.
La conquista de los poderes políticos.– La vida económica y social está en íntimo contacto con la acción política en la actual sociedad. Los poderes políticos son instrumentos de servicio público que dispensan sus favores a quien los maneja.
Actualmente, la clase capitalista tiene en sus manos el poder político en todos los países.
Los industriales, para asegurar la fácil colocación de sus productos hacen servir los poderes del Estado en su beneficio individual dictando leyes protectoras en dos maneras: dentro del país, influyendo sobre las tarifas de fletes de transportes y sobre las contribuciones e impuestos y para barajarse de la competencia extranjera con las tarifas aduaneras.
Esas leyes llamadas de protección a la industria nacional se han presentado como una esperanza para el pueblo, pero en realidad sólo en beneficio de los capitalistas.
Cuando vemos que de los poderes políticos, la clase capitalista hace un poder de opresión para el pueblo y de beneficio para ella, comprendemos la necesidad de que nosotros recurramos a usar los poderes políticos para hacerlos servir nuestra doctrina y para eso es preciso conquistarlos.
Tal como el progreso de la maquinaria ha producido un malestar para los trabajadores y éstos en vez de pensar en destruirla trabajan por conquistarla para someterla a su servicio dentro de la doctrina socialista, así también los poderes políticos en vez de repudiarlos debemos conquistarlos, porque por ahora no podemos destruirlos.
Entonces el deber del proletariado organizado es conquistar los poderes políticos, y cuando la burguesía recurra a fraudes, cohecho y otras indecencias para burlar la ley, entonces el proletariado debe recurrir a supremas acciones para impedir que se burlen sus derechos y sus conquistas.
Misión de la minoría socialista en el Congreso.– Mientras los socialistas están en minoría en el Congreso su acción más importante será la fiscalización a los actos incorrectos y la crítica a los defectos de la organización presente.
En la creación de las leyes, los socialistas gastarán todos los empeños posibles por introducir todo aquello que concurra a salvar al proletariado de la rapacidad burguesa.
Si la minoría socialista puede, introducirá sus leyes propias y librará la batalla para convertirlas en leyes efectivas.
Dentro de esta acción la minoría socialista va obteniendo ventajas. Las primeras leyes conquistadas servirán de base y apoyo para sobre ellas conquistar otras.
Las leyes que ya en algunos países se han arrancado, son un principio de la doctrina socialista.
La obstrucción será otro medio con que la minoría socialista podría detener las picardías burguesas.
Misión de la minoría socialista en el municipio.– Los socialistas realizan ya muy importantes labores en los municipios donde tienen influencia, aunque ella sea en minoría.
Las minorías socialistas en Bélgica y en otros países han realizado una obra inmensamente grandiosa y sublime, que no podrá ser destruida, y que es ya el cimiento de la obra superior del socialismo que seguirá constituyéndose sobre ese principio.
Sin apartar su acción de crítica y fiscalización, los socialistas procuran aprovechar toda ocasión para empujar la acción municipal en servicio de la doctrina.
La acción legal e ilegal del socialismo.– En buenas cuentas el socialismo sólo realiza acciones legales, puesto que su marcha va siempre encaminada a perfeccionar.
Cualquiera que sea la opinión de los impugnadores del socialismo, la verdad aparecerá siempre constatando que nuestra acción marcha hacia la perfección y por eso jamás podrá ser ilegal.
La modificación de las costumbres sociales por medio de la ley.– Como ya lo hemos dicho, una ley modifica otra ley. Así la acción legisladora del socialismo en minoría o mayoría será para modificar lo que está imperfecto.
El código civil en muchos países establece responsabilidades para los patrones que tuvieran culpa en las desgracias que en el trabajo ocurran a los obreros, pero en forma tan deficiente que casi siempre resulta nula. En algunos países los socialistas han logrado introducir no sólo modificaciones sino leyes nuevas dentro de ese pensamiento.
La ley modifica en algunos casos las costumbres y en otros las leyes son un resultado de las costumbres.
La pena de muerte es una costumbre social que la ley modificará aboliéndola.
El salario es costumbre social que esclaviza a los obreros a una ración de hambre, pero el salario dejará de ser una esclavitud a medida que la ley, empujada por los socialistas, vaya creándoles continuas garantías.
Así por ese camino es como avanzará el socialismo, y no se crea que será marcha larga, podríamos comparar el progreso del socialismo con los progresos de los medios de locomoción y de transporte.
De la vieja carreta que costosamente acarreaba unos cuantos bultos y pasajeros, pasamos al coche más perfecto y después al ferrocarril y al vapor que multiplicó poderosamente la capacidad del transporte y como aún se abrigan esperanzas de más perfectos medios de transportes, así el socialismo día por día es más fácil su camino y día por día se multiplican sus medios de propaganda y de convicción, de tal modo que la fuerza modificadora es cada día más poderosa.
En Buenos Aires había 1200 socialistas el año 1904 y en 1912 hubo más de 20 000, de lo cual resulta que en nueve años, 18 000 individuos transformaron su criterio.
Y queda bien definido, porque no habiendo sido socialistas antes, lo eran ahora.
La transformación del pensamiento en Alemania es más rápida y sorprendente aún.
El año 1871 los socialistas eran 100 000. Diez años después, en 1881, eran 300 000. Doce arios más tarde en 1893 eran ya 1700 000, y once años más adelante, en 1912, son ya 4 000 000.
¿Qué significa todo este inmenso progreso?
Que la costumbre se modifica a impulsos de la propaganda.
Solamente en Alemania, más de 2 000 000 de electores transformaron su modo de pensar en el espacio de diecinueve años.
Esto es una prueba evidente en beneficio de todas nuestras afirmaciones. Como estos hechos nadie puede negarlos, porque existen, son nuestra mejor prueba.
De este modo es como el socialismo ganará su victoria y como se acercará cada día más a ella.
Se comprenderá fácilmente que cada día el socialismo dispone de más elementos de progreso.
Tomemos Alemania como ejemplo. En 1871 sólo eran 100 000 electores que hacían propaganda socialista. Ahora en 1912 son 4 000 000 de electores que hacen propaganda socialista. Por estos hechos se comprende que la acción de nuestra propaganda se multiplica infinitamente cada año.
En 1900, los socialistas alemanes no tenían cincuenta diarios y hoy tienen más de ciento veinte diarios sin tomar en cuenta los periódicos.
En distintas proporciones la propaganda socialista avanza en todos los países del mundo.
Cuando se comprueben estos hechos se verá que el triunfo del socialismo no está a siglos de distancia y aunque lo estuviera, si se considera indispensable, debe aportársele el mayor concurso para que se acerque más pronto.
La influencia socialista en la legislación nacional.– En todos los países donde haya diputados socialistas, la mayor parte de las leyes llevarán algo del socialismo y dentro de la legislación irán introduciéndose, poco a poco, los pensamientos del socialismo.
En la legislación de casi todos los países europeos hay ya bastante principiado en materia de legislación socialista. Esto es también un medio práctico usado actualmente por el socialismo para ir avanzando en el perfeccionamiento de la sociedad.
Las últimas huelgas mineras y ferrocarrileras de Inglaterra han hecho que la legislación se preocupara inmediatamente de perfeccionar las relaciones económicas entre patrones y obreros.
La influencia socialista en el municipio.– Siendo mayor la representación municipal socialista que la legislativa, es evidente que todo aquello que pueda resolverse dentro de la acción municipal será aprovechado, como lo es ya, por los socialistas.
A medida que avancemos en este trabajo vamos constatando que el socialismo lucha por todos los medios sin descuidar nada para aprovechar bien el tiempo.
Para detallar los resultados de la influencia ejercida por el socialismo hasta hoy en los distintos municipios sería necesario varios libros voluminosos.
La acción municipal socialista tiende a perfeccionar todo lo que esté a su alcance, pero muy especialmente tiende a abaratar la vida, haciendo que el municipio influya en el abasto de los alimentos y ha llegado a monopolizar algunos servicios como el de la leche, la luz, el agua, la locomoción urbana, etcétera.
No ha descuidado la instrucción, fomentando las escuelas municipales para llenar los vacíos que deja el descuido del Estado.
La acción burguesa para detener el socialismo.– La burguesía opone distintas acciones para detener el avance del socialismo, pero todas desgraciadas.
Si opone la violencia, el número de los abnegados para hacer f rente o burlar la violencia aumenta.
Si opone una acción de mejoramientos a medias, el socialismo los aprovecha.
La mayor parte del proletariado va reconociendo que la acción de la burguesía, cuando se inclina en sentido favorable al pueblo, no lleva nunca un sentimiento completamente noble.
Parece que en la actualidad la acción antisocialista de la burguesía no influye casi nada para detener el progreso del socialismo, que se opera aún en las naciones más atrasadas.
La política internacional.– El sentimiento llamado Patriotismo es creación burguesa para distanciar a los trabajadores de distintas naciones.
En presencia de esa acción burguesa el socialismo va realizando en cada nación una política de carácter internacional que día por día va borrando las fronteras creadas por la burguesía y haciendo efectiva la fraternidad de los trabajadores a través de las naciones.
La clase capitalista para aumentar sus riquezas, no se preocupa de nacionalidades y son muchas las empresas en que hay comprometidos capitales de distintas naciones.
La clase obrera también, como lo probaremos más adelante, realiza su política de acercamiento internacional.
Misión de la mayoría socialista en el Congreso y municipios.–Algún día los socialistas llegarán a disponer de mayorías en Congresos y municipios. Esto no significará de ninguna manera un triunfo final del socialismo. Pero sí una mayoría trabajará más rápidamente dentro de su radio de acción.
Hay ya mayorías en algunos municipios y su labor toda tiende a facilitar el camino para mayores progresos.
Las mayorías socialistas en cualquier Congreso, contarán durante muchos años con la oposición terrible de las minorías burguesas.
Sin embargo, uniendo la acción de la mayoría socialista en un Congreso, con la acción gremial, cooperativa y educativa, su poder revolucionario será incontenible y no será obra de muchos años la realización completa de una vida socialista.
Cualquier nación nos dará el día menos pensado un supremo ejemplo.
La idea de la república surgió esplendorosa y triunfó en algunas partes, pero la vida monárquica continúa su camino, procurando mantener su régimen.
En los últimos años hemos visto transformarse tres grandes e históricos imperios: Rusia y Turquía se transformaron en monarquías constitucionales; China se transformó en República, y el Portugal lo mismo.
Sin embargo todavía siguen altivos muchos imperios.
Así el socialismo logrará triunfar en toda una nación, y tal como hoy ha alcanzado gran dominio en algunos municipios, lo conseguirá en alguna nación.
La obra del socialismo es hoy más fácil que lo que fue en sus comienzos la obra de la República.
A medida que se acerquen las transformaciones más grandes, las responsabilidades socialistas serán superiores y la misión de las mayorías consistirá en cuidar que nada se desvíe de su propio camino.
Cuando llegue el momento en que aparezcan mayorías socialistas en algunos Congresos, la opinión pública de esos países ya estará altamente preparada por la propaganda que el socialismo haya realizado con los gremios, con las cooperativas, con la prensa, con las conferencias y con el teatro mismo, aparte de todo el can-lino de propaganda que se haya recorrido con las minorías socialistas en Congresos y municipios.
La Internacional de los Trabajadores.– En el presente momento es ya un hecho la existencia perfectamente organizada de la Internacional de los Trabajadores. Su fuerza de acción se afirma día por día. La influencia en marcha de la vida humana se deja sentir bien claramente.
En pocos años más la Internacional de los Trabajadores será un poder legislativo cuyas leyes se cumplirán con superior perfección a las leyes burguesas del presente.
La vida económica industrial será legislada por la Internacional sin que el poder del oro burgués pueda eludir sus sabios fallos, ni torcer el rumbo de sus acciones.
Pero ¿quiénes forman la Internacional de los Trabajadores que tanto poder desarrollará?
Forman parte de la Internacional la mayor parte de las grandes federaciones gremiales de los trabajadores; forman parte casi todos los partidos socialistas del mundo, con sus respectivos representantes y su ya poderosa prensa obrera y socialista; forman parte también las poderosas cooperativas.
En muy poco tiempo más, el gran mundo industrial ira sintiendo muy adentro la gran influencia de las leyes que dicta la Internacional de los Trabajadores que es dirigida por todos los trabajadores inteligentes y pensadores que hay en el mundo.
En la Internacional están reunidas todas las nacionalidades del mundo. La inteligencia obrera y socialista de todos los países se reúne y se refunde en la acción de la Internacional. Allí están unidos europeos con asiáticos, africanos, americanos y oceánicos.
Medios sociales y morales
A todos los medios de acción transformadora que utiliza el socialismo y que hemos detallado anteriormente, debemos de agregar los medios sociales que en cada círculo de la sociedad desarrolla el socialismo y que hace destacar en primer lugar la conducta y la moralidad.
Los socialistas actúan en todos los círculos de la sociedad y en cada uno de ellos van dejando la semilla, ya sea con el ejemplo de sus actos, ya sea con su propaganda desde la tribuna pública o parlamentaria, por la prensa o la conversación.
Toda persona que contemple un momento el radio de acción que abarca la propaganda socialista, se convencerá que no hay ya un rincón de la sociedad burguesa donde no penetre por lo menos un débil rayo de la luz de la doctrina socialista.
La influencia del socialismo en la educación.– Los socialistas influyen ya no sólo sobre la educación de la infancia sino que también en la de los adultos.
En las clases intelectuales el socialismo ha logrado captarse muchos adeptos, muy especialmente entre el profesorado, por lo cual no es raro que en las escuelas mismas del Estado algunos profesores van ofreciendo en su enseñanza y en su conducta algunas modalidades de la doctrina socialista.
La prensa es un arma de educación. Y la prensa socialista se multiplica incesantemente esparciendo su obra instructora y educadora en todas las esferas donde dicha prensa penetre.
Aparte de esto el socialismo va creando sus universidades superiores y populares y sus escuelas propias, elementales y superiores, donde la enseñanza es tan segura como incomparable a la enseñanza burguesa.
A medida que los socialistas aumenten su representación congresal o municipal aumentará su influencia sobre la educación nacional.
Según sea la doctrina que inspire a una mayoría de, gobierno, será el progreso de enseñanza que se adopte en las escuelas del Estado.
Por ejemplo, el clero que tiene muchos establecimientos propios de enseñanza desde la elemental a la superior y profesional, no deja por eso de batallar para que en las escuelas del Estado se enseñe conforme al programa que a ellos les conviene.
Con ese mismo derecho el socialismo, aparte de que cuando pueda funde sus escuelas, donde su acción política sea poderosa, impondrá su voluntad para reglamentar el programa que deba regir en las escuelas del Estado, ya sean fiscales o municipales.
La educación socialista realizada desde la más pequeña edad en el hombre, irá modificando más profundamente los cimientos de la sociedad capitalista.
La educación cada vez más desarrollada y más completa que irá elevando la cultura de los individuos y de la sociedad, contribuirá mientras más avancemos hacia el porvenir a dotar a cada individuo y a cada sociedad de una perfecta noción del derecho y de la libertad.
La educación tan firmemente introducida en el hombre futuro obrará para que, en ningún caso, ningún individuo viole el derecho ni la libertad ajenos.
Actualmente ocurre que los hombres más cultos y con mejores nociones del derecho y de la libertad ajenos que la multitud, saben hacer uso de sus acciones y jamás violan el derecho de los demás.
Por la acción natural del progreso y del socialismo cada día aumenta el número de los que saben respetar el derecho ajeno.
Progresando por grados en ese terreno, tiene que llegar un momento en que los jueces verán disminuir poco a poco su clientela. La disminución de los trabajos, de los jueces será, también, la disminución de los medios lucrativos de la sociedad (policías, receptores, tinterillos, ejército).
La escuela socialista.– Bajo este título podemos apreciar toda la acción de la propaganda socialista pero, sin embargo, a pesar de eso, los grupos socialistas batallan por ir multiplicando sus propias escuelas.
La conferencia.– Es el medio popular de más vasta educación socialista.
En el presente se realiza con una profusión asombrosa y se considera que la acción de la conferencia, ayudada por la prensa, produce muy rápidas transformaciones en el modo de pensar de los seres humanos.
Tan importante es este medio de propaganda que Alemania ha fundado una escuela con sección exclusiva para la preparación de sus conferencistas y periodistas. Esta acción está en vías de imitarse por varias otras naciones.
Además en varias naciones se han editado libros especiales para que sirvan de guía a los conferencistas en la construcción de sus conferencias.
Nos empeñamos en señalar los muchos medios de acción que utiliza el socialismo porque ello es necesario al prestigio de nuestra grandiosa obra, y para llevar convicción a los que dudan de los resultados de nuestra propaganda.
La prensa y su gran influencia.– La prensa es un arma poderosa y los socialistas tienen un gran cariño por la prensa y gastan gran actividad para su progreso.
Desde las columnas de la prensa el socialismo hace notar gráficamente los absurdos y los defectos monstruosos que existen todavía en el día de hoy amparados por la sociedad burguesa y adoptados como costumbres sociales.
La prensa socialista es actualmente una gran fuerza en todo el mundo, pero de un poder muy superior en algunos países del norte de Europa.
Es un medio más de lucha, de acción, de crítica, de propaganda, de discusión.
La prensa socialista surge poderosamente cada día más esplendorosa, revelándose en sus columnas la capacidad proletaria y la fuerza intelectual socialista.
Influencia de la cultura socialista en todas las clases sociales.– La cultura socialista toma una modalidad propia del socialismo que aparece altamente delicada y sensible.
El socialismo verdadero será siempre descubierto por sus modales exquisitamente cultos.
Muchos de los que hablan de socialismo poseídos aún de distintas clases de vicios, no son sino aspirantes a socialistas.
La cultura de los socialistas, en las sociedades que actúen será, por sí sola, un medio de propaganda de la doctrina.
Si las cosas todas progresan y se transforman por la voluntad e inteligencia del hombre, es justo creer que el hombre mismo se perfeccionará por la acción de los hombres que luchan por la perfección de la humanidad toda.
Se ha perfeccionado el sistema de alumbrado, pasando de la oscuridad a la luz maravillosa; se han perfeccionado los sistemas de locomoción (transporte), comunicación de todo género.
Lo que hoy existe no ha existido antes. Y hoy no existe lo que nacerá mañana.
La mayoría de los hombres de hoy no son capaces ni aptos para realizar el socialismo, pero hoy los socialistas sembramos la doctrina para preparar a los niños de hoy a vivir en el socialismo futuro.
El concepto que de la vida y de las cosas tienen hoy los hombres, no lo tuvieron los hombres de otras épocas. Las cosas que hoy existen han modificado los modos de vivir y de pensar de los seres humanos.
Muchas personas juzgan hoy imposibles las ideas socialistas, y eso es porque juzgan las cosas bajo el modo de vivir actual y con la cultura actual.
Pero hay que pensar que la inteligencia también progresa como, todas las, cosas y con mayor rapidez y más razón.
Los hombres del futuro, más inteligentes que los de hoy, salvarán todos los obstáculos, y peligros con más seguridad.
Actualmente muchos hombres se preocupan de perfeccionar todo lo que existe, así las cosas como los seres. Muchos se preocupan hoy de perfeccionar los medios de instrucción. En varios países de Europa se disputan la instrucción: el estado, el clero y el socialismo. Si esto pasa hoy, en el futuro el deseo de perfeccionar las cosas y los seres ocupará mucho mayor número de personas y esta labor hará que el socialismo sea tina práctica hermosa y sea la doctrina que presida los destinos de la vida futura.
Resumen y consecuencias
Hemos hecho desfilar innumerables medios de propaganda y de acción socialista. Todos esos medios están en permanente acción y todos producen buenos resultados.
Como ya hemos dicho antes, muchos consideran magnífica la doctrina socialista, pero dudan que surja pronto. Esta duda es producida porque ignoran que el socialismo usa tantos medios de acción que se multiplican sin cesar.
Hoy se organiza un gremio, mañana una federación, después un diario, a continuación una cooperativa, etcétera. Es la acción incesante de los socialistas de todos los países. A medida que se vayan haciendo muy conocidos todos los medios de lucha del socialismo y que se aprecien sus acciones irán aumentando los convencidos de la bondad de la doctrina y convencidos además de que la victoria ya ha principiado un camino ascendente.
Los actos del socialismo, téngase bien presente, no producirán nunca miseria para nadie, porque entonces desaparecería la inteligencia y la justicia que lo guían.
El más ordenado reparto de la producción y de la riqueza que la producción significa, disminuirá lo que en exceso sin beneficio toma la clase capitalista y lo que guarda y lo que queda sobrante sin colocaciones en los almacenes actuales, para aumentar el reparto a los que carecen de lo necesario en la vida presente.
Este procedimiento hará que en el futuro todos tengan de todo lo que necesitan, no pudiendo limitarse al libre reparto sino que en caso de escasez de ciertos artículos de la producción, que suceda por causas naturales.
La marcha majestuosa y tranquila del socialismo hacia la victoria final será sin interrupción y la inteligencia que se usa en la dirección de esta marcha hará que ningún acto del socialismo aparezca produciendo víctimas ni injusticias, porque su marcha es la marcha del progreso perfecto.
Los borrachos, los jugadores, los viciosos de todo género que hoy existen, desaparecerán por la acción del socialismo. Esto no es una ilusión, porque los millones de hombres que hoy viven dentro de la acción socialista, están probando que son capaces de dominar todos los vicios y malas pasiones.
Los enfermos y degenerados a consecuencia de los vicios también desaparecerán por la misma acción.
Así es como se seleccionara el mundo. Así es como los hombres llegarán a vivir bien.
El atraso de algunos países frente al progreso socialista de otros pueblos.– Eso será una circunstancia inevitable durante muchos años. Inevitable ha sido hasta el presente la desigualdad de educación y de cultura; y este hecho de la vida repercutirá durante algún tiempo después de iniciarse una verdadera vida socialista en algunos países.
Por mucho tiempo habrá algunos países más tardíos que otros en entrar a la verdadera civilización, pero la acción socialista será más potente entonces y apresurará la regeneración mental de los pueblos atrasados
III
EL PRESENTE HISTORICO FRENTE AL SOCIALISMO
Dos causas poderosamente ficticias oponen actualmente formidable barrera al socialismo:
El egoísmo y la ignorancia.– Los que momentáneamente se consideran felices y rodeados de petulancia creen que el porvenir siempre los ayudará.
Los ignorantes que no alcanzan a comprender los encantos de una vida mejor.
Ambas circunstancias juntas, en todas las clases de la sociedad, se conciertan hoy contra el socialismo, y logran formar pasajeramente un obstáculo.
Las grandes tormentas de la naturaleza logran formar montañas de nieve que por algunos momentos detienen la circulación de algunas actividades de la vida humana, hasta que aparece el sol, que parecía momentáneamente vencido, y con su inmenso poder convierte las montañas de nieve en agua cristalina que baja a las llanuras a hermosear los campos de la producción y a aumentar los elementos de la vida.
Eso es lo que ocurre en el presente histórico. El egoísmo y la ignorancia aliados forman una inmensa montaña de indiferencia a los dolores humanos.
Pero el Sol del socialismo destruirá todo eso, transformando en amor el egoísmo; en luz, la ignorancia y, entonces, todos los hombres se encontrarán en la llanura de una vida encantadora, conde la doctrina socialista habrá multiplicado hasta lo infinito los deleites del placer noble y artístico.
El socialismo no es el despojo, sino la gran balanza de la justicia.
El socialismo no es el odio, sino el verdadero amor.
Cuando de esto se haya convencido la mayoría, la desgracia humana empezará a desaparecer.
Hemos probado con hechos históricos conocidos del mundo civilizado que la sociedad humana ha pasado por diversas transformaciones en sus costumbres y modos de vivir, lo cual es un argumento poderoso de que también la sociedad humana soportará la transformación al socialismo.
Hemos probado que todos los medios que utiliza el socialismo son eficaces y que operando primero la transformación del modo de pensar de los individuos, lo que por consecuencia modifica sus costumbres, alcanzará enseguida a modificar la sociedad.
Llegamos casi al fin de nuestro trabajo, después de una serie sin interrupción de pruebas.
Ahora bastará que el lector sepa comprender todo lo escrito y que analice detenidamente el problema desarrollado, tomando en cuenta que al socialismo se llegará por una serie sucesiva de transformaciones que ocurrirán tanto en las costumbres sociales como individuales.
Lo mismo que para trepar un cerro es menester preparar un camino, así el socialismo que es la forma mas elevada de la perfección, necesita un camino Y ese es la instrucción y el progreso de la inteligencia y de la moral.
Diversas consideraciones más
Siempre después de todo lo leído anteriormente quedará un pero.
Pero… ¿y la iglesia
Pero… ¿y el ejército?
Pero … ¿etc.?
Vamos a dedicar unas cuantas líneas a cada pero.
Declaramos ante todo que si al lector le queda algún pero que aducir, será sólo por falta de reflexión en lo que haya leído.
Para definir algunas de las dudas que queden será menester repetir algo de lo ya dicho o bosquejado.
El dinero.– Mientras subsista el dinero en un régimen socialista, no desempeñará otra función que ser signo de cambio.
Si no desaparece inmediatamente será porque diversas circunstancias de la vida influirán para retardar esa modificación.
Cuando desaparezca el dinero será el momento en que la vida industrial habrá alcanzado el grado de perfección a que hoy la empujan los socialistas.
Las federaciones obreras locales, en relaciones las unas con las otras, reglamentarán la vida industrial y posiblemente llegarán a remplazar a los municipios porque su mecanismo orgánico resultará mejor.
Trabajarían todos los individuos de ambos sexos aptos para trabajar. En ese futuro no habrá motivos para que nadie repudie el trabajo.
Las federaciones locales de los gremios tendrán sus almacenes y a ellos acudirán, sin necesidad de dinero, a recoger las mercaderías que necesitan.
Nadie necesitará llevar mayor cantidad de lo que necesita, porque sabrá que siempre habrá de todo lo necesario.
Esta perfección se realizará cuando el estado de perfección social demuestre la completa inutilidad del dinero.
Actualmente se atreven a decir muchos que en un régimen socialista abundaran más que hoy los ociosos.
Eso no es otra cosa que una suposición infundada.
El grado de conciencia y de educación alcanzado ya en un régimen socialista hará que cada individuo sea más conocedor de todos sus deberes y será entonces una nobleza cumplir con esos deberes, de manera que nadie pensará dejar de trabajar, porque además el trabajo será una agradable entretención debido a los progresos de la maquinaria.
El ejército.– Los fanáticos patrioteros, cometen la inocencia de declararse enemigos del socialismo, sólo porque en su doctrina establece la desaparición de los ejércitos.
Pero es que esos pobres no saben pensar.
Hay un hecho innegable que ha quedado probado en las páginas anteriores y ese hecho es que la Humanidad ha venido progresando en forma que parece no haberse detenido un minuto y parece también por todas las pruebas rendidas hasta la f echa que la humanidad continuará su marcha sin término hacia mayores progresos.
Uno de sus más grandes progresos de orden moral será la superior cultura elevada día a día, junto con su inteligencia y grado por grado.
Cuando la humanidad haya llegado a vino de sus grados más altos en materia de cultura, por esa misma acción verá desaparecer unos tras otros sus ejércitos.
Si los hombres son buenos y no pelean ¿para qué habrá ejércitos?
Si en la conciencia de cada hombre penetra el sentimiento de hacer sólo el bien ¿quién irá a ser soldado?
Si este mismo sentimiento se apodera de los hombres que dirijan las naciones ¿para qué habría ejércitos?
El barómetro que marcará el progreso de la cultura de la verdadera moral en los pueblos será la disminución de los elementos de guerra de las naciones.
Por otro lado, los progresos mecánicos de la ciencia van haciendo cada día más imposibles las guerras.
Repetimos: el progreso del buen sentido será quien desarme los ejércitos, que ninguna misión tendrán que desempeñar en vista del progreso alcanzado por la humanidad.
Igual cosa pasará con las policías, jueces y armas de instrumentos de opresión.
No es el socialismo el que los va a destruir, es el amor que crece y que dominando al individuo, dominará a la sociedad.
Si la mayoría de los hombres, cuando tienen tina dificultad van donde el juez para que arregle el asunto, y ambas partes quedan al fin y al cabo conformes con lo que falla el juez, así esperamos que en el futuro procedan también las naciones, que cuando dos naciones tengan disputas vayan donde un juez que será otra nación.
Cuando esto sea una costumbre, el ejército y la marina no tendrán ninguna misión y por sí solos irán desapareciendo.
Las iglesias y sus religiones.– Si el socialismo es una ciencia económica, por su misma perfección, lleva en sí misma el sentimiento más puro de la justicia.
Cuando cada ser humano, desde el nacer, llegue a un ambiente donde sólo se respire justicia y perfección, ese ser crecerá perfeccionándose más, puesto que todas las cosas que le rodean le serán propicias a la perfección.
Cuando la humanidad llegue a esa edad, veremos qué misión desempeñarán las iglesias y sus religiones.
En nuestro concepto habrán desaparecido como instrumentos del pasado cuya utilidad cesó.
El futuro conservará del pasado el principio histórico de todas sus ciencias y sus artes, pero borrará todo aquello que haya resultado inútil.
El mundo actual está lleno de iglesias y de religiones y cada una de ellas se atribuye el privilegio de ser la verdadera. Todas ellas hablan del bien humano.
Pero el hecho es que ninguna religión ha producido la felicidad de la humanidad, ninguna. Esto sería una prueba suficiente para asegurar que no se alcanzará ningún bienestar con las religiones. Mientras tanto, el socialismo perfecciona a los hombres y produce la verdadera felicidad.
El matrimonio en el futuro socialista y los hijos.– Toda persona tiene derecho a expresar como quiera sus sentimientos. Debido a esto se han predicado atinados y disparatados pensamientos respecto al matrimonio futuro y a la suerte de los hijos.
El matrimonio, en el presente, es un producto de la sociedad que rige hasta hoy, y como todo en esta sociedad es defectuoso, el matrimonio tiene mil defectos.
Si como se ha expresado en las paginas anteriores, el socialismo es una doctrina de perfeccionamiento sin interrupción, dentro de ese mismo concepto, a la par que todo se perfeccione por la acción socialista, el matrimonio también recibirá las modificaciones que le correspondan.
Pensemos en la sociedad feliz del futuro. Feliz, porque habrá cesado la explotación y con ella el hambre, el delito y demás desgracias que nos afligen. Feliz porque habrán progresado el arte, la cultura, la ilustración y todos los medios de dicha.
Dentro de esa sociedad futura el matrimonio será la verdadera fuente de la dicha donde nazca el germen que asegure la prolongación de la vida de la especie junto con su perfección más grande aún.
No es necesario que hagamos un detalle de la forma matrimonial del futuro socialista. Baste saber que, la inteligencia obrará en cada época de la vida conforme al grado de progreso alcanzado. Creyendo en esto podemos asegurar que todos los horribles martirios que encierra el matrimonio presente, desaparecerán junto con las causas que hoy engendran más desgracias.
El amor libre es sólo una expresión digna del presente. En el futuro no existirá esta expresión que hace revivir en la actualidad los actos de la hipocresía.
Como hoy no hay libertad ni en el matrimonio ni en el amor, porque la tiranía del régimen presente la, entraba, es la causa de que exista esa expresión.
Repetimos: la mayor Perfección a que se llegue en el futuro perfeccionará la base de la Humanidad que reside en la unión de la pareja.
Diferencias entre la doctrina socialista y otras doctrinas que pretenden resolver la armonía social
Ninguna doctrina existente en el mundo puede por sí misma resolver el problema de la felicidad.
Sólo le está reservada esta virtud al socialismo.
No se tome esta afirmación por fanatismo o petulancia, pues, probaremos que esta afirmación es exacta.
Si son las doctrinas religiosas, muchas dejan el problema de la felicidad para alcanzarlo en una segunda vida y procurar que en el mundo se renuncie a los placeres humanos.
Si son las doctrinas de la democracia moderna cifran la felicidad en el mediocre progreso que puedan ofrecer las democracias.
Todas esas doctrinas carecen de base efectiva para producir el perfeccionamiento.
Si todas conservan la propiedad individual con el derecho a su progreso y al egoísmo que ese sistema encierra, es inútil que aspiren sinceramente a ningún mejoramiento ni perfeccionamiento efectivo.
Porque, precisamente, el socialismo transforma la propiedad individual perfeccionándola en, colectiva o común, es que adquiere su fuerza poderosa de verdadero progreso del cual no puede nacer sino felicidad.
La propiedad individual será siempre motivo de egoísmos.
La propiedad colectiva será siempre base de progresos, porque el espíritu se ensanchará para producir mayores comodidades colectivas.
Muchos viven bien hoy pero a fuerza de actos bajos e innobles. En el futuro socialista todos vivirán bien por medios nobles y dignos, lo que enaltecerá más la personalidad humana.
Lector:
Si la doctrina socialista la encontráis justa en su hermosura, grande en su nobleza, y digna de conducir la vida humana, no miréis los inconvenientes que se presentan para su realización.
Si tenéis inteligencia o si aspiráis a inteligencia, agregad vuestro individual concurso solamente a la obra propia del progreso y con eso solo contribuiréis poderosamente a establecer la vida socialista.
La inteligencia progresando sobre el futuro salvará todos los obstáculos y los imposibles que hoy se imaginan los temerosos de la vida nueva.
Lector:
Si sentís en vuestra persona íntima la nobleza y la moral para proceder conforme a un criterio de verdadero amor y justicia, podéis decir que ha penetrado en vos el noble ideal socialista.
Socialismo es moral y es amor.
Socialismo es justicia y es libertad.
Socialismo es progreso, progresando.
Porque todo esto, existirá abundante en el mundo futuro, es que el socialismo asegura su triunfo y la felicidad completa de los seres.
PROGRAMA Y REGLAMENTO DEL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA
Exposición de principios
Socialismo es una doctrina por la cual se aspira a transformar la constitución de la sociedad actual, por otra más justa e igualitaria.
Consideramos que esta sociedad es injusta desde el momento que está dividida en dos clases; una capitalista que posee las tierras, las minas, las fábricas, las máquinas, las herramientas de labor, la moneda y en fin, posee todos los medios de producción; otra, la clase trabajadora, que no posee otra cosa, más que su fuerza muscular y cerebral, la cual se ve obligada a poner al servicio de la clase capitalista para asegurar su vida, mediante el pago de una cantidad, denominada salario.
Que este salario no corresponde al producto total del trabajo corporal o mental que el obrero realiza, sino que es una ínfima parte de este producto y que éste obedece únicamente a la necesidad de dotar de a1imento al hombre y cuya cantidad está sujeta a alteraciones según las necesidades de la industria o la afluencia de productores.
Considerando, además, que esta supremacía no proviene de ningún efecto natural, sino del acaparamiento llevado a cabo por la clase capitalista
Considerando, también, que el ambiente de vida actual, es defectuoso, corrompido, mísero y lleno de ignorancia para aquellos que no forman parte de la clase privilegiada.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, el que tiene en sus manos y con el cual dispone de las fuerzas opresoras: ejércitos, policías, justicia, legislatura, etcétera.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que los produce.
El Partido Obrero Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la Humanidad, aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción sea, un factor común y común también el goce de los productos. Esto es, la transformación de la propiedad individual en propiedad colectiva o común.
Exponemos, también, que para realizar estos fines transformaremos en lo posible el medio ambiente social salvándole de ignorancia, vicios y prejuicios.
Realizaremos lucha política, para arrebatar a la burguesía el poder político dominante en el actual estado de cosas; realizaremos obra de saneamiento político llevando a las diputaciones representantes de nuestra clase que impongan nuestro programa; invadiremos las municipalidades para hacer obra de higienización en las poblaciones, abolir los impuestos a los artículos de primera necesidad para la vida y haciendo que los servicios de utilidad pública general estén en manos de las mismas municipalidades y no sirvan como objeto de lucro de particulares.
Crearemos fábricas y almacenes cooperativos de orden general, para evitar la carestía que los comerciantes particulares tratan de imponer.
Organizaremos a los trabajadores de todos los gremios y oficios en federaciones de defensa con cajas de fondos dedicadas esencialmente al sostén de las luchas entre el capital y el trabajo.
Todos estos actos se realizarán ciñéndose al siguiente programa mínimo, que servirá para que, dando mayor facilidad a los explotados para instruirse, regenerarse, dándoles mayor libertad, más comodidad, mejor alimento, más salud, en fin, vida más humana, transforme su medio de vida y se capacite para lograr el fin de nuestras aspiraciones.
PROGRAMA MINIMO DE MEJORAMIENTO SOCIAL
Medidas de orden político
Para obtener la conquista del poder político, el Partido Obrero Socialista procurará aplicar las siguientes medidas:
Perfeccionamiento de nuestro sistema político y administrativo, reformando o creando leyes que garanticen el derecho electoral, de asociación, de reunión, de prensa, de fiscalización, de seguridad y toda clase de garantías.
Supresión de los ejércitos permanentes.
Supresión del presupuesto del culto y clero y nacionalización de sus bienes.
Reforma del código civil reconociendo la igualdad de los sexos. Sumarios públicos y jurados populares para cada clase de delitos.
Abolición de la pena de muerte.
Abolición de la Cámara de Senadores y Consejo de Estado.
Sustitución del cargo de Presidente de la República por una comisión ejecutiva elegida directamente por el pueblo.
Medidas de orden económico
Creación de una moneda cupón oro y de valor estable. Abolición de los impuestos que encarecen la vida de los pueblos. Abolición de los impuestos y patentes que gravan la industria y las profesiones útiles. Impuestos directos y progresivos a la renta y a las propiedades de inmuebles y terrenos. Impuestos a los legados o donaciones.
Creación de una Cámara de Trabajo en la que estén representados los trabajadores, con oficinas en toda la República, que estudien las necesidades de la industria y de los productores y se encarguen de resolver los conflictos suscitados entre el capital y el trabajo. Reglamentación y fiscalización del trabajo, por obreros nombrados por los distintos ‘gremios. Fijación de la jornada máxima del trabajo y el salario mínimo.
Responsabilidades de los patronos, garantizadas por el Estado, en los accidentes del trabajo. Pensión a los ancianos o inválidos.
Supresión de todo trabajo a trato o pieza.
Supresión del trabajo de la mujer durante la noche o en los meses de embarazo, y del niño analfabeto.
Fundación de barrios obreros con medios de transportes cómodos y económicos.
Creación de casa de maternidad para los niños que tengan que dejarse en abandono por las madres ya durante las horas del trabajo, o por desgracia.
Medidas especiales para los trabajadores de las faenas salitreras o mineras
Pago de salarios en moneda nacional y abolición del sistema de fichas o vales.
Supresión total de las pulperías de orden obligatorio. Fiscalización de los objetos de consumo y de las pesas y medidas.
Medición y examen del caliche por técnicos nombrados de acuerdo con los trabajadores salitreros. Seguridad en la ejecución de las faenas, adoptando sistemas especiales para evitar los accidentes del trabajo.
Urbanización de los campamentos.
Higienización de las casas de los trabajadores adoptando mejoras materiales, elevando sus techos, pavimentando sus pisos y ventilando convenientemente las piezas.
Higienización de los pueblos de la pampa.
Reforma de la enseñanza
La instrucción será laica, obligatoria y gratuita para todos los niños hasta los catorce años.
Aplicación preferente de los recursos del Estado a la enseñanza primaria.
Suministro de alimento gratuito a los niños durante el día, como asimismo, de ropas, libros y útiles escolares.
Fomento de escuelas nocturnas y de profesionales.
Creación de colonias escolares.
Exposiciones frecuentes de labores, productos agrícolas, industriales y de arte.
Y por f in:
El Partido Obrero Socialista realizará todas aquellas medidas de orden político o económico que la necesidad y la experiencia aconsejen, mejorando siempre la condición moral y material del proletariado, elevando su intelectualidad, su nivel moral, corrigiendo sus vicios y aboliendo las fuentes que se lo proporcionan, organizando especialmente en sociedades de oficio a todos, para que sean capaces de influir en la evolución del medio ambiente que ha de transformar el actual orden de cosas, en sociedad de beneficio común.
REGLAMENTO
Objeto de la organización
Art. l.– El Partido Obrero Socialista es fundado con el objeto de reunir todas las fuerzas proletarias del país, a fin de mejorar de común acuerdo, la suerte del proletariado.
Art. 2.– Para cumplir esta tarea y para realizar enseguida su objeto más elevado: la emancipación completa de los trabajadores, el partido se organizará sobre el terreno económico y político.
Forma de organización
Art. 3.-Compondrán el partido el conjunto de agrupaciones seccionales que se organicen,
Art. 4.– Se organizarán agrupaciones seccionales donde haya a lo menos siete personas que acepten todos los principios y reglamentos de esta organización.
Art. 5.– El conjunto de estas secciones se federarán por comunas, departamentos, provincias o regiones según lo requieran las necesidades del partido.
De las secciones
Art. 6.– La agrupación seccional se constituye en cada pueblo o faena donde puedan agruparse a lo menos siete personas.
Art. 7.– Cada sección tiene su administración propia y regla sus asuntos internos, sin poder imponer sus decisiones a otras secciones.
Art. 8.– Todas las secciones son iguales y dependerán de un Consejo Federal, cuyo domicilio lo determinará el Congreso del Partido.
Art. 9.– Cada sección elegirá un Comité Administrativo compuesto de dos secretarios, un tesorero, un bibliotecario y un vocal.
Art. 10.– Cada sección designará un delegado para constituir el Consejo Federal, cuyas atribuciones se expresan más adelante. El delegado de cada sección debe residir en el punto fijado para residencia del Consejo Federal.
De los Asociados
Art.11.– Para ser miembro de una sección se solicitará la afiliación al Comité Administrativo, patrocinando un socio la solicitud de ingreso.
Art. 12.– Cada miembro pagará las cuotas que acuerde la sección, no pudiendo en ningún caso bajar esta cuota de un peso mensual. En ningún caso se cobrará cuota de incorporación.
Art. 13.– Cada sección enviará al Consejo Federal el veinte por ciento de sus cuotas, cada mes, para los gastos de correspondencia y propaganda general.
Art. 14.– Cada sección debe ocuparse de su progreso moral y material y del progreso de sus afiliados mediante la acción combinada de todos sus asociados.
Art. 15.– Los asociados deben reunirse lo mas a menudo posible.
Todos los asociados deben observar tanto en su, vida privada como pública una conducta ejemplar, alejándose de los vicios y corrupciones de que está invadida la actual sociedad, corno medio de cambiar el medio ambiente social.
Del Consejo Federal
Art. 16.– El Consejo Federal se forma de un delegado nombrado por cada sección y formará su mesa directiva igual que las secciones.
Art. 17.– Este Consejo tendrá a cargo la dirección ,general de la educación en la idea socialista y velará por la uniformidad de la propaganda.
Art. 18.– Habrá un Consejo Federal en cada región donde se estime necesaria la Federación de Secciones.
Art. 19.– Según las necesidades electorales, para la lucha política, o según las necesidades económicas para la lucha social, será la forma de las federaciones.
Art. 20.– Para armonizar la propaganda, y uniformar la acción, habrá un Consejo Nacional que tendrá a su cargo todo lo relacionado a la acción obrera del país.
De los Congresos Regionales
Art. 21.– Se celebrará un Congreso regional o provincial cada año, en el punto señalado por la mayoría.
En estos congresos estarán representadas todas las secciones por dos delegados cada una.
En estos Congresos se discutirá la actuación de las secciones durante el tiempo pasado y se señalarán los rumbos que conviene adoptar en el futuro.
Habrá Congresos extraordinarios cuando las necesidades lo requieran.
Se celebrarán Congresos Nacionales cuando fuere conveniente a las necesidades del Partido, conforme lo establezcan los mismos Congresos.
De la Administración
Art. 22.– Cada sección o Federación debe llevar sus libros de tesorería al día y presentará un balance cada mes, el que será revisado e informado por la comisión respectiva.
Art. 23.– Los fondos del partido sólo se invertirá en lo que lo acuerden las respectivas corporaciones.
Art. 24.– Los miembros del partido que desempeñen comisiones que los obliguen a abandonar su trabajo, ganarán su salario según la tasa corriente, que pagará la caja respectiva.
Educación, Prensa y Propaganda
Art. 25.– El partido mantendrá su prensa propia para realizar su misión de educar y de propagar la doctrina.
Art. 26.– El rumbo del diario o periódico será dirigido por el Consejo Federal.
Todos los afiliados al partido tienen la obligación de ser suscriptores del periódico, pagando estas suscripciones a la caja de la agrupación a que pertenezcan la cual se entenderá con la administración de la imprenta.
Art. 27.– El partido realizará cuantas conferencias sean posibles y no escatimará los medios de propaganda
Art. 28.– El Partido Obrero Socialista:
Propenderá por todos los medios a su alcance a la organización de sociedades gremiales y a la creación de federaciones de oficio para su mejoramiento moral y material y cooperará con sus fuerzas al triunfo de las luchas entre el capital y el trabajo.
Art. 29.– Los afiliados al Partido Obrero Socialista, están obligados a pertenecer a las sociedades gremiales, si están constituidas, y a constituir las no existentes.
Art. 30.– Pueden formar parte integrante del partido las sociedades gremiales, federaciones de oficio, cooperativas y todas las demás que acaten nuestros estatutos y principios. Esas secciones tendrán su movimiento independiente para los asuntos económicos pero en los movimientos políticos y en los generales obrarán de acuerdo con el partido.
En las luchas políticas
Art. 31.– La elección de candidatos se hará por las agrupaciones seccionales, en las fechas que de antemano fije el Consejo Federal, de acuerdo con todas las agrupaciones.
Cada agrupación hará su propio escrutinio y lo transcribirá al Consejo Federal.
La elección sólo debe recaer en miembros del partido.
Con la anticipación necesaria el partido se preocupará de cada campaña electoral.
Ninguno de los miembros del partido puede excusarse de cumplir con sus deberes electorales, para afianzar el poder del partido.
La proclamación de candidatos debe hacerse en convención regional o provincial y haciendo escrutar los votos individuales de las secciones, haciéndolo constar en las actas de las asambleas seccionales.
Las resoluciones de estos Congresos no son válidas sino después de veinte días durante los cuales pueden hacerse los reclamos a que haya lugar por las secciones.
Al Consejo Federal le corresponde declarar en vigencia estas resoluciones al terminar ese plazo, después de solucionados los reclamos.
El partido no podrá hacer pactos con ningún otro partido político, pero en caso de que hubiera proposición en este sentido se discutirá en las secciones primero, después en congresos regionales y por último en un Congreso Nacional si éste existiese.
Las secciones que no acaten estos acuerdos o pacten sin previo acuerdo del partido, quedan excluidas del seno del mismo.
Disposiciones generales
Art. 32.– Los acuerdos de las convenciones formarán parte complementaria de los reglamentos y programa.
Los miembros del partido que se radiquen en sitios donde no haya organización deberán pagar sus cuotas al Consejo Federal.
Todo asociado debe saber que con sus cuotas contribuirá a la grandeza del partido y a la mayor propaganda de la doctrina.

LUIS EMILIO RECABARREN

Programa y Reglamento del Partido Obrero Socialista

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Escrito: En 1912.
Primera edición: Como parte de la serie de separatas titulada “El Socialismo: ¿Qué es y cómo se realizará?” del diario El Despertar de los Trabajadores de Iquique – Chile, publicada entre el 8 de octubre y el 21 de noviembre de 1912.

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PROGRAMA Y REGLAMENTO DEL PARTIDO OBRERO SOCIALISTA
Exposición de principios
Socialismo es una doctrina por la cual se aspira a transformar la constitución de la sociedad actual, por otra más justa e igualitaria.
Consideramos que esta sociedad es injusta desde el momento que está dividida en dos clases; una capitalista que posee las tierras, las minas, las fábricas, las máquinas, las herramientas de labor, la moneda y en fin, posee todos los medios de producción; otra, la clase trabajadora, que no posee otra cosa, más que su fuerza muscular y cerebral, la cual se ve obligada a poner al servicio de la clase capitalista para asegurar su vida, mediante el pago de una cantidad, denominada salario.
Que este salario no corresponde al producto total del trabajo corporal o mental que el obrero realiza, sino que es una ínfima parte de este producto y que éste obedece únicamente a la necesidad de dotar de a1imento al hombre y cuya cantidad está sujeta a alteraciones según las necesidades de la industria o la afluencia de productores.
Considerando, además, que esta supremacía no proviene de ningún efecto natural, sino del acaparamiento llevado a cabo por la clase capitalista
Considerando, también, que el ambiente de vida actual, es defectuoso, corrompido, mísero y lleno de ignorancia para aquellos que no forman parte de la clase privilegiada.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, el que tiene en sus manos y con el cual dispone de las fuerzas opresoras: ejércitos, policías, justicia, legislatura, etcétera.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que los produce.
El Partido Obrero Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la Humanidad, aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción sea, un factor común y común también el goce de los productos. Esto es, la transformación de la propiedad individual en propiedad colectiva o común.
Exponemos, también, que para realizar estos fines transformaremos en lo posible el medio ambiente social salvándole de ignorancia, vicios y prejuicios.
Realizaremos lucha política, para arrebatar a la burguesía el poder político dominante en el actual estado de cosas; realizaremos obra de saneamiento político llevando a las diputaciones representantes de nuestra clase que impongan nuestro programa; invadiremos las municipalidades para hacer obra de higienización en las poblaciones, abolir los impuestos a los artículos de primera necesidad para la vida y haciendo que los servicios de utilidad pública general estén en manos de las mismas municipalidades y no sirvan como objeto de lucro de particulares.
Crearemos fábricas y almacenes cooperativos de orden general, para evitar la carestía que los comerciantes particulares tratan de imponer.
Organizaremos a los trabajadores de todos los gremios y oficios en federaciones de defensa con cajas de fondos dedicadas esencialmente al sostén de las luchas entre el capital y el trabajo.
Todos estos actos se realizarán ciñéndose al siguiente programa mínimo, que servirá para que, dando mayor facilidad a los explotados para instruirse, regenerarse, dándoles mayor libertad, más comodidad, mejor alimento, más salud, en fin, vida más humana, transforme su medio de vida y se capacite para lograr el fin de nuestras aspiraciones.
PROGRAMA MINIMO DE MEJORAMIENTO SOCIAL
Medidas de orden político
Para obtener la conquista del poder político, el Partido Obrero Socialista procurará aplicar las siguientes medidas:
Perfeccionamiento de nuestro sistema político y administrativo, reformando o creando leyes que garanticen el derecho electoral, de asociación, de reunión, de prensa, de fiscalización, de seguridad y toda clase de garantías.
Supresión de los ejércitos permanentes.
Supresión del presupuesto del culto y clero y nacionalización de sus bienes.
Reforma del código civil reconociendo la igualdad de los sexos. Sumarios públicos y jurados populares para cada clase de delitos.
Abolición de la pena de muerte.
Abolición de la Cámara de Senadores y Consejo de Estado.
Sustitución del cargo de Presidente de la República por una comisión ejecutiva elegida directamente por el pueblo.
Medidas de orden económico
Creación de una moneda cupón oro y de valor estable. Abolición de los impuestos que encarecen la vida de los pueblos. Abolición de los impuestos y patentes que gravan la industria y las profesiones útiles. Impuestos directos y progresivos a la renta y a las propiedades de inmuebles y terrenos. Impuestos a los legados o donaciones.
Creación de una Cámara de Trabajo en la que estén representados los trabajadores, con oficinas en toda la República, que estudien las necesidades de la industria y de los productores y se encarguen de resolver los conflictos suscitados entre el capital y el trabajo. Reglamentación y fiscalización del trabajo, por obreros nombrados por los distintos ‘gremios. Fijación de la jornada máxima del trabajo y el salario mínimo.
Responsabilidades de los patronos, garantizadas por el Estado, en los accidentes del trabajo. Pensión a los ancianos o inválidos.
Supresión de todo trabajo a trato o pieza.
Supresión del trabajo de la mujer durante la noche o en los meses de embarazo, y del niño analfabeto.
Fundación de barrios obreros con medios de transportes cómodos y económicos.
Creación de casa de maternidad para los niños que tengan que dejarse en abandono por las madres ya durante las horas del trabajo, o por desgracia.
Medidas especiales para los trabajadores de las faenas salitreras o mineras
Pago de salarios en moneda nacional y abolición del sistema de fichas o vales.
Supresión total de las pulperías de orden obligatorio. Fiscalización de los objetos de consumo y de las pesas y medidas.
Medición y examen del caliche por técnicos nombrados de acuerdo con los trabajadores salitreros. Seguridad en la ejecución de las faenas, adoptando sistemas especiales para evitar los accidentes del trabajo.
Urbanización de los campamentos.
Higienización de las casas de los trabajadores adoptando mejoras materiales, elevando sus techos, pavimentando sus pisos y ventilando convenientemente las piezas.
Higienización de los pueblos de la pampa.
Reforma de la enseñanza
La instrucción será laica, obligatoria y gratuita para todos los niños hasta los catorce años.
Aplicación preferente de los recursos del Estado a la enseñanza primaria.
Suministro de alimento gratuito a los niños durante el día, como asimismo, de ropas, libros y útiles escolares.
Fomento de escuelas nocturnas y de profesionales.
Creación de colonias escolares.
Exposiciones frecuentes de labores, productos agrícolas, industriales y de arte.
Y por f in:
El Partido Obrero Socialista realizará todas aquellas medidas de orden político o económico que la necesidad y la experiencia aconsejen, mejorando siempre la condición moral y material del proletariado, elevando su intelectualidad, su nivel moral, corrigiendo sus vicios y aboliendo las fuentes que se lo proporcionan, organizando especialmente en sociedades de oficio a todos, para que sean capaces de influir en la evolución del medio ambiente que ha de transformar el actual orden de cosas, en sociedad de beneficio común.
REGLAMENTO
Objeto de la organización
Art. l.– El Partido Obrero Socialista es fundado con el objeto de reunir todas las fuerzas proletarias del país, a fin de mejorar de común acuerdo, la suerte del proletariado.
Art. 2.– Para cumplir esta tarea y para realizar enseguida su objeto más elevado: la emancipación completa de los trabajadores, el partido se organizará sobre el terreno económico y político.
Forma de organización
Art. 3.-Compondrán el partido el conjunto de agrupaciones seccionales que se organicen,
Art. 4.– Se organizarán agrupaciones seccionales donde haya a lo menos siete personas que acepten todos los principios y reglamentos de esta organización.
Art. 5.– El conjunto de estas secciones se federarán por comunas, departamentos, provincias o regiones según lo requieran las necesidades del partido.
De las secciones
Art. 6.– La agrupación seccional se constituye en cada pueblo o faena donde puedan agruparse a lo menos siete personas.
Art. 7.– Cada sección tiene su administración propia y regla sus asuntos internos, sin poder imponer sus decisiones a otras secciones.
Art. 8.– Todas las secciones son iguales y dependerán de un Consejo Federal, cuyo domicilio lo determinará el Congreso del Partido.
Art. 9.– Cada sección elegirá un Comité Administrativo compuesto de dos secretarios, un tesorero, un bibliotecario y un vocal.
Art. 10.– Cada sección designará un delegado para constituir el Consejo Federal, cuyas atribuciones se expresan más adelante. El delegado de cada sección debe residir en el punto fijado para residencia del Consejo Federal.
De los Asociados
Art.11.– Para ser miembro de una sección se solicitará la afiliación al Comité Administrativo, patrocinando un socio la solicitud de ingreso.
Art. 12.– Cada miembro pagará las cuotas que acuerde la sección, no pudiendo en ningún caso bajar esta cuota de un peso mensual. En ningún caso se cobrará cuota de incorporación.
Art. 13.– Cada sección enviará al Consejo Federal el veinte por ciento de sus cuotas, cada mes, para los gastos de correspondencia y propaganda general.
Art. 14.– Cada sección debe ocuparse de su progreso moral y material y del progreso de sus afiliados mediante la acción combinada de todos sus asociados.
Art. 15.– Los asociados deben reunirse lo mas a menudo posible.
Todos los asociados deben observar tanto en su, vida privada como pública una conducta ejemplar, alejándose de los vicios y corrupciones de que está invadida la actual sociedad, corno medio de cambiar el medio ambiente social.
Del Consejo Federal
Art. 16.– El Consejo Federal se forma de un delegado nombrado por cada sección y formará su mesa directiva igual que las secciones.
Art. 17.– Este Consejo tendrá a cargo la dirección ,general de la educación en la idea socialista y velará por la uniformidad de la propaganda.
Art. 18.– Habrá un Consejo Federal en cada región donde se estime necesaria la Federación de Secciones.
Art. 19.– Según las necesidades electorales, para la lucha política, o según las necesidades económicas para la lucha social, será la forma de las federaciones.
Art. 20.– Para armonizar la propaganda, y uniformar la acción, habrá un Consejo Nacional que tendrá a su cargo todo lo relacionado a la acción obrera del país.
De los Congresos Regionales
Art. 21.– Se celebrará un Congreso regional o provincial cada año, en el punto señalado por la mayoría.
En estos congresos estarán representadas todas las secciones por dos delegados cada una.
En estos Congresos se discutirá la actuación de las secciones durante el tiempo pasado y se señalarán los rumbos que conviene adoptar en el futuro.
Habrá Congresos extraordinarios cuando las necesidades lo requieran.
Se celebrarán Congresos Nacionales cuando fuere conveniente a las necesidades del Partido, conforme lo establezcan los mismos Congresos.
De la Administración
Art. 22.– Cada sección o Federación debe llevar sus libros de tesorería al día y presentará un balance cada mes, el que será revisado e informado por la comisión respectiva.
Art. 23.– Los fondos del partido sólo se invertirá en lo que lo acuerden las respectivas corporaciones.
Art. 24.– Los miembros del partido que desempeñen comisiones que los obliguen a abandonar su trabajo, ganarán su salario según la tasa corriente, que pagará la caja respectiva.
Educación, Prensa y Propaganda
Art. 25.– El partido mantendrá su prensa propia para realizar su misión de educar y de propagar la doctrina.
Art. 26.– El rumbo del diario o periódico será dirigido por el Consejo Federal.
Todos los afiliados al partido tienen la obligación de ser suscriptores del periódico, pagando estas suscripciones a la caja de la agrupación a que pertenezcan la cual se entenderá con la administración de la imprenta.
Art. 27.– El partido realizará cuantas conferencias sean posibles y no escatimará los medios de propaganda
Art. 28.– El Partido Obrero Socialista:
Propenderá por todos los medios a su alcance a la organización de sociedades gremiales y a la creación de federaciones de oficio para su mejoramiento moral y material y cooperará con sus fuerzas al triunfo de las luchas entre el capital y el trabajo.
Art. 29.– Los afiliados al Partido Obrero Socialista, están obligados a pertenecer a las sociedades gremiales, si están constituidas, y a constituir las no existentes.
Art. 30.– Pueden formar parte integrante del partido las sociedades gremiales, federaciones de oficio, cooperativas y todas las demás que acaten nuestros estatutos y principios. Esas secciones tendrán su movimiento independiente para los asuntos económicos pero en los movimientos políticos y en los generales obrarán de acuerdo con el partido.
En las luchas políticas
Art. 31.– La elección de candidatos se hará por las agrupaciones seccionales, en las fechas que de antemano fije el Consejo Federal, de acuerdo con todas las agrupaciones.
Cada agrupación hará su propio escrutinio y lo transcribirá al Consejo Federal.
La elección sólo debe recaer en miembros del partido.
Con la anticipación necesaria el partido se preocupará de cada campaña electoral.
Ninguno de los miembros del partido puede excusarse de cumplir con sus deberes electorales, para afianzar el poder del partido.
La proclamación de candidatos debe hacerse en convención regional o provincial y haciendo escrutar los votos individuales de las secciones, haciéndolo constar en las actas de las asambleas seccionales.
Las resoluciones de estos Congresos no son válidas sino después de veinte días durante los cuales pueden hacerse los reclamos a que haya lugar por las secciones.
Al Consejo Federal le corresponde declarar en vigencia estas resoluciones al terminar ese plazo, después de solucionados los reclamos.
El partido no podrá hacer pactos con ningún otro partido político, pero en caso de que hubiera proposición en este sentido se discutirá en las secciones primero, después en congresos regionales y por último en un Congreso Nacional si éste existiese.
Las secciones que no acaten estos acuerdos o pacten sin previo acuerdo del partido, quedan excluidas del seno del mismo.
Disposiciones generales
Art. 32.– Los acuerdos de las convenciones formarán parte complementaria de los reglamentos y programa.
Los miembros del partido que se radiquen en sitios donde no haya organización deberán pagar sus cuotas al Consejo Federal.
Todo asociado debe saber que con sus cuotas contribuirá a la grandeza del partido y a la mayor propaganda de la doctrina.
Proyecto de Constitución para la República Federal Socialista de Chile

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Escrito: En 1921.
Primera edición: En Antofagasta – Chile, 1921.

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Siempre falta algo que aclarar en la propaganda de nuestras ideas y a medida que aumenta el número de afiliados aumentan las preguntas y las discusiones sobre «el qué» y «el porqué» de nuestras aspiraciones y «modo» de realizarlas.
Por eso damos aquí una breve pero clara explicación:
¿Qué es lo que queremos?
Queremos vivir bien; eso es todo. La organización industrial capitalista no nos permite poder vivir bien, porque nos obliga a soportar un régimen de esclavitud, dé explotación y de opresión.
Al mantener el régimen del salario, nos mantiene esclavizados a ese régimen.
Nosotros sabemos que los pobres somos la mayoría del mundo, la mayoría de cada pueblo y sabemos que tenemos derecho a disponer, a ordenar, a organizar el mundo en cada pueblo, como sea nuestro deseo para vivir mejor la vida.
Entonces eso es lo que queremos; organizar la vida industrial a nuestro gusto, quieran o no quieran los capitalistas y gobernantes, para darnos el bienestar que queremos y que necesitamos.
Pedir aumento de salarios y conseguirlos no es obtener el bienestar y la tranquilidad que deseamos, porque sucesivos encarecimientos de la vida vuelven a Para el mal de la miseria y su correspondiente esclavitud o para la «estrechez económica» como dicen ciertas clases, no hay sino un SOLO Y UNICO REMEDIO, que consiste en lo siguiente:
Abolir toda propiedad particular o privada, de la misma manera que una ley anula otra ley, y declarar «propiedad nacional» todo lo que hay dentro del territorio nacional: tierras, fábricas, talleres, comercios, minas, salitre, industrias, medios de transporte, habitaciones, etcétera.
Entendemos por ley: la voluntad que se manifieste por el Congreso legislador, como la voluntad que se resuelva hacer efectiva por la mayoría del pueblo organizado cuyo poder y soberanía es superior al Congreso, puesto que el Congreso no existiría si el pueblo no lo eligiera.
Si las cámaras no quieren hacer esta ley que el pueblo necesita y reclama, porque las cámaras están compuestas de burgueses que viven de la explotación, es entonces el pueblo organizado el que hará esta nueva ley y obligará a todos a observarla, imponiendo su observancia por medio de la dictadura proletaria establecida por la organización.
De la misma manera que con una huelga se impone una ley a una industria, tina huelga general obligará a todos los industriales a someterse a lo que quieren los trabajadores organizados.
Cuando una ley declare «propiedad nacional» todo cuanto existe, esa misma ley, confiará la administración de todo cuanto exista, a cada municipalidad de la república, y como cada municipalidad es elegida por el pueblo, en elección que en el futuro cada vez será más libre, más inteligente, más perfecta y justa, resultará que será el pueblo mismo quien administre la agricultura, las minas, el salitre, las industrias, el comercio, el transporte, etcétera.
Según la ley actual, las municipalidades pueden aumentarse o disminuirse por un simple decreto del Presidente de la República de acuerdo con el Consejo de Estado.
Si hay tierras y propiedades «nacionales», correos, telégrafos, ferrocarriles, minerales, costas, aguas, etc., ¿por qué no puede ser TODO propiedad nacional o fiscal?
La misma ley que declare «propiedad nacional» todo cuanto existe en la nación y que entregue a las municipalidades la administración de su respectiva región, esa misma ley, QUE PUEDE SER UNA NUEVA CONSTITUCION, establecerá más o menos las siguientes disposiciones:
En cada industria, faena u ocupación donde hayan más de diez personas mayores de 18 años ocupadas, estas mismas reunidas en asambleas, elegirán sus jefes administradores y encargados o capataces para la dirección y administración de cada sección de trabajo y de toda una industria.
Los administradores o capataces, estarán bajo el control de sus respectivas asambleas y le deben cuentas de sus actos.
Las asambleas fijarán salarios, horarios, condiciones de trabajo, precios de venta de los productos, y todo lo que fuere necesario determinar, oyendo los consejos de los técnicos cuyos informes pidiere.
En las industrias divididas en diferentes clases de faenas, o secciones de trabajo, cada sección eligirá sus capataces o jefes, y todas juntas elegirán el personal de administración en general, que determine cada asamblea.
Esta forma de administración evitará las injusticias de toda clase que han sufrido y sufren los obreros.
Las municipalidades se compondrán de los delegados que cada industria o faena envíe, debiendo determinar la ley hasta qué número de obreros tendrá derecho a enviar un delegado o más.
Los delegados a las municipalidades, los administradores, capataces y toda persona que recibiere nombramientos por una asamblea, desempeñarán sus funciones mientras cuenten con la confianza de la asamblea y su nombramiento no sea modificado.
Establecida la «propiedad nacional», nadie explotará trabajo ajeno, ni el salario o sueldo, ni muchas horas de trabajo, ni el precio de los artículos de consumo y uso.
Por esta sencilla razón desaparecerá por completo la miseria, los vicios, la prostitución y casi toda la delincuencia que es producto del actual régimen en que vivimos.
En cada comuna la municipalidad es el único poder legislativo y ejecutivo encargado de todos los asuntos de interés general dentro de la comuna.
En cada industria, o sección del trabajo que no forme parte de tina industria o faena, la asamblea de todo el personal es el único poder de legislación y administración dentro de su radio de acción.
Establecer la «propiedad nacional» como única forma de propiedad en el país, es lo que los socialistas llamamos «socializar la propiedad porque cada comuna y cada nación es una sociedad de seres humanos. Y es más honrado, más justo y más lógico que sea la sociedad humana, en cada región donde esté reunida, quien sea la propietaria de todo cuanto exista o produzca, en vez de tolerar, como hasta hoy, que exista propiedad particular que es la fuente de la injusticia con – todos sus horrores.
De este justo sentimiento de «socializar la propiedad, en todos sus aspectos y derivados» para producir en beneficio social y económico según las necesidades de cada cual, es de donde surge la palabra «socialismo», sintetizando esta aspiración, y la palabra «socialistas» aplicada a los partidarios de la «socialización».
Los detalles para establecer, mantener, desarrollar y perfeccionar la «socialización», se establecerán y se modificarán por acuerdo de las asambleas y municipalidades.
Nadie puede alegarnos la imposibilidad de la magnífica administración de este nuevo orden de cosas. Cuando se alega que muchos no querrían trabajar, desconocen que subsistiría siempre una fuerza social organizada – superior al individuo- que evitaría el desorden. Esa fuerza social la constituyen las asambleas industriales – que vendrían a ser los verdaderos propietarios- y las municipalidades.
Esa fuerza social será eterna (el pueblo es eterno), siempre renovada, por la vida y por la muerte. El sentimiento de herencia como una previsión para los hijos, resultaría innecesario, pues la fuerza social inteligente proveerá perpetuamente al bienestar común, sin privilegios, sin injusticias, sin retardo.
El mayor y más violento desarrollo de la educación de la cultura, de la moral, del sentimiento de solidaridad, serán los factores – virtudes determinadas e ineludibles- que precipitarían «a la sociedad nueva» a la perfección de su sistema, sin dejar lugar, a ningún momento de vacilación, de caos, ni de desorden de ninguna naturaleza.
El sentimiento al desarrollo de la cultura, de la moral y solidaridad, es ya un factor introducido en todas las actividades humanas que es precisamente el motor que hoy nos empuja a la transformación social, y que al triunfar se alimentaría de nuevos bríos, de más impetuosos e incontenibles deseos de más perfección, para cumplir y realizar su magnífica misión.
Estamos, pues, a salvo de las incertidumbres de que nos habla nuestra ignorante e incapaz burguesía, gobernante y explotadora.
La oposición que opone y oponga la burguesía a la marcha de este movimiento es lo único que producirá choques dolorosos. Pero la burguesía que se embarqué en el movimiento, demostrará inteligencia y moral, y

KUPRIENKO