López, Pedro. Relación hecha de las tierras, islas, tierra firme del Perú (1570)

López, Pedro. Rrelazión hecha delas tierra firme del tierras, hislas, piru // Revista Fénix. – № 20. – Lima, 1970. – P. 55 (p. 31-73)

“rrelazión hecha delas tierra firme del tierras, hislas, piru”* (1570)

Muy Illustre Sor:
Por V. M. me fue mandado le diese la Relazion del Piru de las cosas
suzedidas en él de treinta años a esta parte. Yo me escusase darla porque V. M.
no viese las muchas faltas que mi poca abilidad para la hazer como es razon
se hiziese a una tan illustre persona oy, mas por cunplir el mandato la e hecho.
V. M. se sirva de mi voluntad y rreziba este poco trabajo, quen azello e tomado
en servizio de quien desea azertar.
La qual Relazion, si algunos cavalleros peruleros quen aquellas partes
aian estado vieran, o V. M. se la quisiere mostrar, dígales se la dio el Capitan
Pero Lopez, vez? de la ziudad de Santo Domingo de la Rioja de los rreinos
del Pero (sic), en la provinzia de Condorillo, zien leguas de Potosí y sé que
dirán vista que la vean. Es a la letra, aunque muy pocos avrán trillado toda
esta partida, y en algunas cosas dignas de ser puestas en memoria dejaré de
ponerlas por no salir del proposito y por no me alargar. A V. M. suplico con
la discrezion que otras cosas suple, supla las muchas faltas quen mi poca abilidad
y mal rromanze se hallaren, cuya muy illustre persona Nro. Sor. guarde
con aquella felizidad de gracia que V. M. desea.
Esta es una rrelazion hecha de las tierras, hislas, tierra firme del Piru
que Su Magd. tiene conquistadas y pobladas despañoles hasta el año de mill
y qui?s. y setenta, y por quién fueron conquistadas y pobladas en el rreal nonbre,
y tanbien de algunas tierras y su calidad dellas admirables y de sus Ritos,
trajes, y ansimismo de las minas de oro y plata, perlas, esmeraldas quen aqueHas
partes ai; de dónde y cómo se sacan y se an sacado y de algunas cosas suzedidas
en alzamientos y conquistas de los naturales yndios, como de los españoles
quen aquellas partes contra el Real Servizio se an Reuelado, y las causas
por qué, aunque quedare corto, por no poner los nonbres de Algunos capitanes
y personas señaladas de illustre sangre, porque no se salpique Algun
linpio linaje de aquestos.
Va esta rrelazion como prozeso, sin horden de capitulos ni mas de prosiguiendo
de una ziudad en otra, dando una buelta a todo lo descubierto, ques
dende Cartajena y Tierra Firme hasta los confines de Chile por tierra y mar,
bolviendo dende los Charcas a el rrio de la Plata ques la longitud y distrito
‘. Descripción del manuscrito y transcripción por Graciela Sánchez Cerro M., Jefe de la
División de Investigaciones Bibliográficas.
Colaboró en la transcripción Marlene Polo Miranda, Auxiliar de dicha División.
Revisión de Guillermo Lohmann VilIena.
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que Su Magd. posee, hecha por mandado del muy IIle. Sor. don Hernando de Toledo,
Castellano del castillo de Florencia llamado la Ziudadela, ques del Gran Duque
de la Toscana, por cuio servizio tomé este travajo. Plega a Nro. Sor. sea
parte esta lectura para q. algunos viendo los trauajos y peligros quen aquellas
partes se pasan dejen la ida si estan a ello determinados y se les quite la voluntad
al que la tuviere de ellos a padezer.
En el año de mill y quivs. y quarenta salí de la ziudad de Leon de los
rreinos despaña para los Reinos y provinzias del Peru, y el prinzipal yntento
que me movió a hazer este viaje fué por ver las grandezas y cosas notables que de
aquellas partes se dezian, y las rriquezas que traian. Llegué a la ziudad de Sevilla,
adonde me hallé una armada questava a pique para salir, la qual yva por
General don Alonso Luis de Lugo y me enbarqué en una nave en conpañia del
Capitan Juan Enrriquez, vez9 de Venavente, el qual yva a conquistar y poblar
una parte del rrio grande. A los siete de Henero salimos de la barra de San
Lúcar doze naves de armada y en el Golfo de las Yeguas corrimos tormenta
que turó tres dias, en la qual se perdieron dos naves. Aportamos a los diez
y ocho dias de nuestra navegazion a la isla de la Gomera ques en Canaria,
adonde las más naves q. uan a Indias cargan de vino para vender y bastimentas
para el camino. En esta tierra ai seis hislas o siete pobladas de guanches;
es esta tierra de muchos bastimentas. Ai una hisla dellas, que se llama la hisla
del Hierro del Señorio de don Gra. de Castilla, Señor desta hisla y de la
Gomera, en la qual ai un arbol que todo el año, de dia y de noche, está corriendo
agua, debajo de la qual está hecho un aljiue grande, donde se recoje
el agua de la qual se provee toda la demás hisla, espezial en el verano que ai
grandísima falta de agua; sobre este arbol se ve de ordinario una nuue que jamás
se quita denzima de la qual se entiende prozede aquel Jugo.
Destas hislas se va a la Nueva España, a Mejico o a Santo Domingo
o a los Hazores o a Tierra Firme, conforme y para donde son fletados, sin
hazer escala en otro puerto alguno sino es con gran nezesidad. Vénse algunas
hislas dondes la Deseada Maripaiño Marigalante y muy pocas vezes se va
a ellas sino es con gran nezesidad. Váse a uno de tres puertos questán en la
costa de Tierra Firme: el primero es Nonbre de Dios, Panamá, Cartajena, Santa
Marta. De qualquiera destos se puede hir por tierra al Nuevo Reino de Granada
y por mar al Perú y aun por tierra, aunques con gran rrodeo y travajo.
Esta ziudad del Nonbre de Dios no diré quién ni por quién fue conquistada,
porque es muy notorio; solo diré ser una de las más malas y más enfermas tierras
del mundo y ser sepultura despañoles, que de hordinario quedan el terzio
de los chapetones o visoños muertos, por manera que no la llaman la ziudad del
Nonbre de Dios como solían, sino sepultura de Xpnos. y ansí, preguntando
adónde váis, rresponden, a la sepultura.
De mí digo que quando por ella pasé esta última vez, dende los altos,
una legua antes de la ziudad, me sentí yndispuesto, y no devió de ser sino del
miedo que todos los que por allí pasamos tenemos. Y ansí aquella misma tarRELACION
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de fletamos entre otro cavallero y yo, una fragata que nos costó, hasta Cartajena.
quc son sesenta leguas más o menos, ochenta ducados, lo qual tuvimos por
bien, por no hazer noche en tan mala tierra, la qual es de cálida, que si oi entierran
un onbre y de oi en ocho días abren la sepultura para echar otro, no
hallan güeso ni pelo dél,
Es en estremo enferma y ansí, sino es quando las armadas llegan al
Puerto, está casi despoblada; esta es navegazión y camino forzoso porque de
ninguna manera se puede pasar a Perú mercaduría sino es por este pueblo.
Enbarcámonos en la fragata y otro dia al salir del sol aviendo caminado casi la
mitad del camino de las hislas de Catiua nos salió una lancha de hingleses luteranos,
la qual nos puso en aprieto de dejar las aziendas y aun las vidas. Fuimos
socorridos de un galeon de P9. Melendez que andaba en busca de los corsarios.
La armada estava en Cartajena esperando la plata de Su Mt.
Desta ziudad del Nonbre de Dios se va para hir al Perú a la ziudad
ele Panamá que ai diez y ocho leguas del más mal camino questá descubierto.
Aquí tiene Su Mt. Audiencia rreal de Presidente y Oidores y un Alcalde
ele Corte; es buena ziudad, sana; ai en ella muchos vz9., ansí mercaderes como
otros jéneros de jentes y la maior parte son mercaderes y tratantes, porque
aquí no ai entradas ni guerra, sino es algunos negros alzados del servizio de
sus amos y para estos, de ordinario andan dos o más capitanes ton soldados,
asegurando los pasos. Aquí a esta ziudad llegan los navíos (le la ziudad de Los
Reíes y de las demás ziudades y puertos, con mercadurias de harina y carnes
y frutas y otras cosas de que carecen los de la tierra y cargan las naves de
mercadurias de España, paños, sedas, lienzos, vinos y otras cosas que de España
van.
Ay muy pocos yndios naturales; aquí se sacan muchas perlas y muy buenas;
ai cuadrillas de negros que las sacan y algunos yndios. Creze y mengua
la mar en esta ziudad y puerto más quen ninguna parte que se aia visto del Perú:
llegan las naves con la creziente hasta dentro la ziudad y quando vazía
quedan las naves en seco, que con más de media legua no llega ningun jénero
de agua a ellas y se pasean las jentes por entre las naves. De aquí se va a la
parte o partes que los pasajeros quieren, ansí a Nicaragua como a Perú y otras
muchas partes.
El prinzipal camino para el Perú es la navegazion a Paita: puerto de
mar. Antes deste ai otros que muchas vezes quieren los maestros de las naves
rrecojerse a tierra por tormenta o nesezidad, el qual ai uno que se llama Santa
Elena; aquí se saca la brea y se proven muchas naves pa aderezallas. Zierto
es cosa muy de ver quen qualquiera parte cavando hazen un pozo de tres o
más estados y con zierto artifizio que los yndios tienen, hazen esta brea con
mucha fazilidad. En esta isla uvo jigantes y se ven casas grandes y edifizios
que hizieron espezial un pozo de mucha altura, el qual se entra por escalas
como de y los pasos uno de otro un estado de honbre de ocho
pies. Sus güesos de gran grandeza y en sus casas y edifizios parezen ser honbres
de grandes fuerzas. Fenezieron todos. Dizen los naturales queran todos
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varones y que las mujeres de la tierra no podian tener con ellos ayuntamiento
por ser estremos, el uno muy grande y el otro muy pequeño. Dizen los antiguos
que llegaron allí, a su cuenta dellos, avrá zien años, y vinieron en junco”
como galeras, aunque no de aquella hechura. Oi dia ai maderos destos juncos
en la isla y otras muchas antiguallas y cosas de sus manos hechas.
Don Antonio de Mendoza fue por Visorrei del Perú en el año de zinquenta
y uno y puso gran dilijencia en saber de qué parte avían venido allí
los dhos. jigantes, y lo que más pudo averiguar fue aver venido en estos juncos
y ser vaso que no se puede pasar golfo con ellos. Sospéchase questán en
alguna hisla cercana de allí, y oi día procuran los gouernadores descubrirlas
y hasta agora no an azertado.
El año de sesenta y zinco el Licendo. Lope Gra. de Castro que governava
el Perú ynbió, por rrelazion que tubo, a descubrir ziertas hislas, a un sobrino
suio que se llama Lope de Avendaño, el qual salio de la ziudad de los rreies
el sobredho. año con tres naves y trezientos honbres; no azertaron con ellas:
toparon otra jente estraña de toda la que agora está descubierta, la qual es muy
más morena y casi negra, y los cabellos de la manera de negros, ensortijados
y pequeños; andan desnudos, son belicosos, estrañamente pelean con arcos y
flechas, hasta oi no se ha sabido tengan hora ni plata; son bárbaros salvajes,
hazen su abitazion en casas muy pequeñas y mal tratadas; no tienen otro ajuar
en ellas sino un mortero o pilon de palo y una hamaca en q’ duermen y harmas,
el qual pilon les sirve de mortero para moler algarrouas y mahiz y otras
cosas y para cozinaren él ansí carne como pescado. Es estraña cosa de la
suerte se aprovechan de de comer en palo y es
desta manera: junto a él hazen un gran fuego y echan en él muchas piedras
o guijarros de rrio en manera que quedan eomo ascuas encendidas …. echan
en el . . . . . . . . . . . . . . . . la carne . . . . . . . . . . . . con su agua como se suele poner
una olla al fuego y una a una estas piedras y échanlas en el agua y dánse
tanta prisa y buena maña que sacando unas y echando otras hierve como con
mucho fuego.
Es jente nazion. El capitan o Gobernador
dho. lleuo a Los rreies algunas destas piezas, honbres y mujeres, los quales
dieron gran rrelazion de la tierra. Y oi dia en la Villa de Madrid está este
cavallero con los dhos. yndios o parte dellos procurando q’ Su Mt. le dé la
conquista dellos, y porque en este tienpo llegó al Perú por Visorrei dél Don
Franco. de Toledo, el qual le mandó no hiziese entrada ni conquista sin Lizenzia
de Su Mt., y ansí en la nave o galeon q’ io vine pasó a estas partes Lope
de Avendaño a informar a su Mt. Pasó ezeziuos travajos de tormentas y guerras
con los indios; no pudo poblar por llevar poca jente. A la buelta, viniendo
por socorro al tio Gobernador de los rreies, corrio tormenta y arribó a
Méjico y sabido por el Visorrei su llegada y vista la rrelazion de la tierra la
rrogó (sic) en su nonbre y de Su Mt. bolviese de allí a conquistar las dhas.
. . . . . . . .. hislas y que le daría quatrozientos honbres y zinco naves en que
fuese y trezientos mill ducados de aiuda para socorrer, el qual Lope de AvenRELACION
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daña le rrespondió que por ninguna cosa dejaría de ir a dar cuenta al Gouernadar
Lope Gra. de Castro de su desbarate y lo en él suzedido, y ansí no tUV0
cfeto.
Trajo a Su Mt, quiss. firmas de quivs, honbres que se profirieron hir
con él a la conquista, las qales. dió a Su Mt. eon la rrelazion que de la tierra
traía. No estava proveído aurá ocho meses. Créese se la dará Su Mí. porq’
la mereze y está rnui quisto de los soldados que eon él fueron. Ansí q’ no
se a podido saber ni descubrir en qué parte o tierra habitan estos jigantes, ni se
tiene dellos más noticias de la que dha. tengo.
Al Puerto de Paita que atrás dije llegavan los navíos que a Perú van.
Se desenbarcan muchos por hir enojosos de la mar y se van por tierra, y las
mercadurias se van en los navíos y algunos pasajeros que no tienen la comodidad
ques menester para hir por tierra, vánse de puerto en puerto, aunques
travajosísima navegazión, Suelen tardar zinco y seis y ocho meses en subir dende
Panamá al Callao, puerto de la Ciudad de los Reies, que serán ochozientas
leguas. Los que van por tierra toman cavallos y rrefresco en este pueblo
y puerto de Paita,el qual pobló don Hurtado de Mendoza, Visorrey que fue en
aquellas partes. El puerto es de los mejores q’ ai en esta costa del Sur. Aquí
se pierde el norte y se navega por el sur, q’ pareze muy vajo y ansi como se va
caminando hazia el sur va mas descubriendo en Chile hasta casi a medio zielo,
que son novezientas leguas, en las quales hazen esta diferenzia: el norte y el
sur por donde se entiende ser la tierra muy más alta questá. Desta ziudad dha.
De Paita se va a la ziudad de La Zarza, que por otro nombre se llama San
Migel (sic), la qual está quarenta leguas desta; es tierra enfermísima, espezial
de ojos, que an perdido muchos las vistas en ella; es cálida en demasia; ay
muchos injenios de azucaro Poblóla el Capitán Mercadillo por mandado del
Presidente Gasea. Es tierra de poca agua y muchos arenales. Está mal poblada
a causa de lo dho. Es jente, los naturales della, de más labor que guerra;
andan vestidos; llámanlos Yungas. Ai algun hora; tienen patos y algunas gallinas
de la tierra. Estos yndios solían antiguamente criar perros para comer,
porque otro ganado no lo ai, ni lo puede aver.
Este que digo es uno de los dos caminos que se puede andar todo el
Perú; llámase este el camino de los Llanos, que se va por él hasta Chile prosiguiendo
sienprc la costa [y] no se apartando de la marina jamás.
Diez leguas desta ziudad de La Zarza se va a la ziudad de Trujillo, la
qual pobló el capitán Diego de Mora. Ai ochenta leguas de camino, todo arenales,
aunque poblado de indios; ay algunos valles frescos, muchas frutas y pescado
y algunas aves. Esta ziudad de Trusillo está tres leguas de la mar, en la
qual de hordinario ay quatrozientos [ó] quinientos honbres. Anse hallado
muchos enterramientos y sepulturas; a avido sepultura que se an hallado en ella
zien mill ducados, y otras de más, y algunas de diez mili, veinte mill, y hoi
día se sacan y andan españoles en conpañias y cuadrillas en buscar dellas y sacan
algun hora. En esta ziudad ay muchos cavalleros prinzipales vzQs. della
que biben de los tributos que sus yndios les dan, y tanbién tienen granjerías
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por mar y cargan harinas y trigo y otras cosas y azúcar y conseruas para Los
Reies y para Panamá. Los naturales della andan vestidos. Son diferentes en la
lengua de los demás. De aquí se va al Tambo Blanco,el qual está poblado de
labradores. Ay otros tres pueblos de españoles en aquellos valles, que biben dc
labranzas, los quales labradores llevó al Perú el Marqués de Cañete y pobló
con ellos el pueblo de Santa y el de Pacazmaio y el de Guarua (sic) y el pueblo
de Chancai; están en cada pueblo destos zinquenta [o] sesenta honbres;
dióles el Marqués susodho. a cada uno de socorro trezientos ducados y algunos
a quatrozientos y una carreta y un par de bueies y otras cosas nezesarias
para la labranza. Toda esta tierra es cálida y ai gran desabrimiento de mosquitos.
En todos estos pueblos jeneralmente es la jente natural della puercos: tráense
mal ansí honbres como mujeres; biben como saluajes. Su prinzipal mantenimiento
es pescado.
De aquí se va a la ziudad de Los Reies y en el camino, doze leguas de
la ziudad está una Sierra de arena grande, en la qual en zierto tienpo del año
produze tanta cantidad de ierua que se sustentan la mitad del año gran parte de
ganados de todo jénero, la qual de un rrucío y niebla que de continuo está
cubierta prozede este jugo. Dende aquí a la ziudad de Los Reies se camina con
algun rriesgo de negros zimarrones que an muerto y matan los españoles que
pasan desaperzebidos y a las vezes solos, aunque an hecho y hazen grandes castigos
en ellos.
Esta ziudad de Los Reies está asentada en un llano Junto a un rrio
grande que parella pasa, en el qual rrio se solían ahogar muchos naturales
y aun españoles. Y por mí digo que viniendo una tarde a la ziudad en una
mula yo y otros quatro soldados, que nos abia ynbiado a llamar el Marques
de Cañete, pasando el rrio herramos el vado y nos llevó gran parte del rrio avajo
y se ahogó un soldado que se llamaua Ojeda. Yo perdí la capa y arcabuz, y
los demás salieron como pudieron, ansí ques rrio peligroso. El Marqués hizo
una puente en él, que costó de hechura, solo por la abilidad del maestro, diez
y ocho mill ducados, la qual hizo en breue tienpo. Llega dende muy zerca del
Palacio hasta el umilladero de la otra parte, en manera que va el rrio casi por
el un terzio della. Hizo en esta ziudad el dho. Marqués muchas cosas dignas
de memoria, espezial un monasterio de San Francv. cosa muy prinzipal, el qual
enpezó y acabó en sus dias, aunque algunas cosas quedaron por acabar. En
aquellas partes una obra, por grande que sea, se acaba muy presto, porque de
ordinario y como sean obras rreales o mandadas hazer por el que govierna,
andan de ordinario quinientos y seiszientos y mill peones, ansí que no es maravilla
que una obra se acabe tan brevemente, y tanbién los edifizios y iglesias
no son como el Domo de Florenzia ni como otros tan prinzipales edifizios
ni se labra sino es de adobe.
Hizo más un espital pa los españoles y dióle rrenta, el ql. espital es
el más prinzipal y más neszesario quen todo el Perú ai. Hizo otras cosas muchas
de gran govierno, aunque fué odiado de algunos, los quales le pusieron
mal con Su Mgd. y fue causa que Su Mgd. ynbiase a aquellas partes al Conde
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de Nieua por Visorrei y que ynbiase en España al Marqs. de Cañete; el qual
se desenbarcó en Trujillo; ynbió un enbajador que se llamaua Francv de
Silua, el qua] entró en la ziudad de Los Reies sin ser sabido; auía Visorrei
proveido por Su Magd. y le dio los despachos que del Conde de Nieua
traía. Fué tanto el enojo y pesar que tomo en uer que le gratificaua tan mal
Su Magd. sus servizios aviendo servido tan bien, que caió en cama y al terzero
dia, a la una de la noche espiró sin ser visto de paje ni criado suio, le hallaron
muerto.
Resta ziudad es cabeza del Perú, digo cabeza por estar en ella de ordinario
la Audienzia rreal y Visorrei o Gouernador que .. . . . más antigüedad y de
jente más yllustre poblada es la ziudad del Cuzco. Ai en esta dha. ziudad de
los Reies de ordinario dos mill españoles. Tiene Su Magd. en ella ziento y
ochenta honbres de guarnizion que ganan su salario: a los arcabuzeros, ques la
mitad dellos, dan ochozientos escudos cada un año, y a los de a caballo mill;
hestos están para quando ai neszesidad de algun alzamiento ansí de naturales
como rebelion de españoles, los halla a mano y forma canpo con ellos.
En esta ziudad ai muchas cosas notables nunca escritas ni vistas en los
antiguos ni en los que agora son y algunas parné aquí: la prime hera dezir que
despues que Dios crio el mdo. los naturales no se acuerda[n] aver llovido en
aquella tierra y ai los más Iertiles trigos despaña y de la tierra y otros mantenimientos
en gran abundanzia; dánse los trigos más altos que un honbre
muy alto y el mahiz y trigo de las Indias [es] tan alto que un honbre enzima de un
caballo no se pareze; cada año da dos uezes el mantenimiento y se coje cada
zinco / o seis meses. Cójese de cada hanega de trigo ziento y ziento y ueinte
de cada hanega. Un vz9 de los Reies que se llama Anton de Lean senbró o
hizo senbrar en el valle de Cañete, adonde este vzQ tiene sus indios, dos fanegas
y m:¡1 de trigo y cojió dellas nuevezientas hanegas; tomóse por testimonio; aueriguóse
por los labradores, hizo esta diligencia el Arzobispo don Franco. de
Loaisa.
Yo e pasado por aquella tierra y me an dho. ser ansí; agora está poblada
una Villa en ella que se llama Cañete, la qual pobló el Marqués de
Cañete, en la qual Villa ai una fortaleza que se llama el Guarco; es fuerza mm
fuerte; está en la mar; reedificóla el dho. Marqués y quando ai algun cavallero
que quieren poner en prisión muy a rrecaudo llévanle por mar allí, que ai veinte
leguas; está por Castellano della Jerónimo Zuruano, vizcaíno.
En esta ziudad dha. está como digo la Audiencia rreal; ai de continuo
tres mill y tres milI y quívs, españoles, y ai más de mill españolas casadas y solteras.
Ai quatro monasterios prinzipales, el uno y más antiguo es Santo Domingo;
en este ai zien Frailes y ochenta de ordinario; el segundo fue San Franev,
tanbien ai muchos frailes en él; an aprouado esta borden mejor que ninguna de
las otras. Tanbien ay agustinos y merzenarios, Acontezió que un vzQ de la
dha. ziudad llamado don Franco. buscando los frailes merzenarios
un solar u sitio para hazer casa éste les dió uno que tenía, en la qual edificaron
su casa. De ai a algunos dias suzedio quen aquella plaza se corrieron to38
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ros y en el rregozijo salio a cavallo el dho. don Franco. de Avia
un toro bravo y más lijero y la plaza era pequeña; los más que a caballo estauan
se salieron della, el don Franco. no quiso Salió un toro a él, el qual
le seguía grandemente y le llevaua los cuernos en la cola mui zerca de alcanzalle;
suzedió que el postigo de la Yglesia estaua abierto adonde se metían algunas
jentes; el cavallo huiendo del toro, no viendo su amo adónde iva por volver
mirando al toro se metió por el postigo con toda la furia que iva sin hazerse
mal ninguno el dho. don Franco. y después el cauallo jamás pudo salir ni cupo
por el postigo con silla; tomáronlo por testimonio; fué escrivano A19 de Valenzia,
escrivano que agora es del cabildo .. .. .. .. de el Arzobispo don Franco.
de Loaisa.
En esta ziudad an acontezido muchas cosas notables. Un dia, estando
el Marques don Franco. Pizarra en su palazio y auiendo en la plaza más de
quinientos honbres, un cavallero que se llamaua Juan de Rada, aio de don
Diego de Almagro, el mestizo, hijo del Marqués (sic) don Diego de Almagro,
a quien el dho. don Franco. Pizarra avía muerto, salió este cavallero con el dho.
ahijado y zinco soldados con él con las espadas en la mano desnudas y las seis
capas al brazo, dando bozes atravesó la plaza diziendo: «Chile, Chile. Almagro
», se subieron al Palazio donde el buen Marques estava, el qual no tuvo
tanto tienpo de se poder aperzibir ni tomar armas, por manera que los siete subieron
por fuerza de armas al Palazio y cortaron la cabeza al buen Marqués,
alzando vandera por don Diego, apellidando Chile, el qual apellido hera de los
Almagras por ayer sido suia la conquista de Chile y auerle cabido en suerte con
el dho. Marqués don Franco. Pizarra, los quales dende la ziudad de Panamá
salieron a descubrir [y] conquistar las tierras que hallasen en conformidad,
como hermanos. Y por pasiones o ynbidias, se dieron el uno al otro tres batallas
canpales; en la postrera dellas, que fué en las Salinas, una legua de la ziudad
del Cuzco, fué desbaratado, preso y muerto el dho. don Diego de Almagro, en
euia satisfazion el hijo mató al Marqués que a su padre auía muerto y salieron
Jos hermanos del Marqués, Gonzalo Pizarro y Remando Pizarra. Se dieron batallas
y rrencuentros el uno al otro hasta que mataron al hijo del Marqués Almagro
y venzieron a los de Chile. Uvo otras muchas guerras q’ de aquí prozedieron,
las quales se dirán en su tienpo, que será al fin de la rrelazion de caminos
quenpezado, la qual quiera prozeguir bolviendo a mi camino por tierra
de Cartajena hasta Chile.
Lo dho. es por mar y de aquí desta ziudad de los Reies se va por mar,
ansí que desde la ziudad de Cartajena se va al Puerto de Malanbo. Esta ziudad
y la de Santa Marta están en gran peligro de corsarios franzeses: ánlas rrobado
y quemado quatro u más vezes de ueinte años a esta parte. Conquistó y pobló
esta Gouernazión el Adelantado don Pedro de Eredia. Biben los naturales
della como salvajes; andan desnudos en cueros, ansí onbres como mujeres; es
jente que ningún jenero de vergüenza tienen. Son cariues: comen carne umana,
pecan en el pecado nefando; son grandes pescadores y cazadores. Este puerto
de Malanbo está poblado de onbres que biben por trato y granjería de alquilar
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canoas para subir el rrio arriba, por donde van al Nueuo Reino, el qual se
llama el rrio de la Madalena. Púsole este nonbre don p’! de Eredia, porque
tal bíspera lo descubrio don Al9 de Heredia, su hermano. En este rrio se navega
por él duzientas y cinquenta leguas en estas canoas, las quales son hechas
de un árbol grueso liviano que se llama zeiba, que da una fruta de manera
de moras, el qual cortado le sacan el meollo de dentro y lo hazen como una
artesa, sin mas clavazón ni brea ni otro ynstrumento y echan al agua. Son
algunas q’ lleuan veinte bogas y otras veintizinco más o menos, conforme como
son. Navegan el Rio aRiba seis leguas y más, como vienen las corrientes. Este
rrio es grande y muy ancho; ay mucho pescado: muchos machetes, muchos sáualos,
bagres y otros jeneros de pescados, que los naturales los toman con fazilidad.
Puédese ir gran parte del camino por las plaias, en las quales ai caza en los
bosques de pavas, paujis, ques mejor que la pava; ai saluajinas: javalis, urinas,
dantas, que son como bezerros; en las plaias muchos güeuos enterrados en la
arena de yguanas y chicoteas y lagartos, los cuales los hindios hallan que son
buen sustento, ansí para ellos y como para nosotros. Tienen desaguadero y contrario
todas estas cosas con otras que Dios dio en aquel rrio, las quales son plagas
que Nro. Señor echó. En aquel camino ai lagartos, caimanes que no perdonan
cosa viba quen el agua hallan; ai tigres por tierra que al que hallan
descuidado se lo matan y comen; son más maiores q. los destas partes, del tamaño
de leones. Ai hormigas caribes y mosquitos que dan gran pena, ansí
de noche como de día, y otra cosa que más pena a mí me dava en este viaje,
heran aves que de hordinario yuan sobre nras. canoas que quitavan el sol con
un rruido estraño. En este rrio ai poblados zinco pueblos despañoles conquistados
por don Pv de Heredia y por el Capitán Manjares; biben miserablemente
por ser los indios pobres y no alcanzar hora. En muchas partes dél salen
hindios de guerra y si topan una canoa o dos dan sobre ella y si no hallan
defensa la saquean y rroban. El prinzipal de los pueblos se llama la ziudad
de Monpós, questá situada sobre la barranca del rrio; los abitantes della andan
sienpre malsanos, con muchas llagas en las piernas. Aquí se coje la buena zarzaparrilla.
Los hindios comarcanos desta ziudad andan desnudos; comen carne
umana, tienen yerua con que pelean con flechas y lanzas; es jente belicosa;
hánse rrevelado muchas vezes y muerto muchos españoles.
De aquí se va a Tamalameque, la qual ziudad pobló el capitan Franco.
Enrríquez, el qal. traiendo a su mujer desposado con ella, una mañana aviéndose
adelantado como dos leguas de nosotros la tomaron los indios; venía en
un uergantín y nosotros en canoas, y como el uergantín era más pesado y caminaua
menos, de hordinario le echáuamos dos y tres horas adelante por las
mañanas y ansí esperavan al Capitán y a los demás que con él yuamos. Los
yndios de la Sierra de Banda, como hallaron el vergantín solo, contentáronse
con aquella poca presa y lleuaron biba a la mujer del Capitán y a su madre y
a una otra española que con ellas yua. Después, en la conquista, yendo en su
alcanze por tomaIles la presa hallamos muerta a la madre; otro dia, a las nueve
horas, a la bajada de un sierra de monte hallamos la otra colgada de los cabellos
40 FENrx
que avría, segun ella dijo, dos horas/ o más que la auían puesto allí y nos dijo
que por señas la auian dho. los yndios que no los siguiésemos porque matarían
a la mujer del Capitán, la ql. hera una portuguesa, hermosa muchacha.
Con todo esto seguimos el rrastro de la jente y en el peñol de Bonda nos hizieron
rrostro, la qual subida no se pudía hazer sin mucho rriesgo, porque tenian
muchas galgas y piedras menudas con que nos defendian la subida; el Capitan
con algunos soldados rrodeó el peñol y parezióle que por una rachilla de la
una parte podíamos subir. Aquella noche mandó a un caudillo suio llamado
Luis de Narbaiz, que con treinta soldados subiese por aquella subida que a
la vista parezia fázil y era trauajosísima de subir. El Capitán hizo acometimiento
a la media noche de querer subir al por donde el dia antes aviamos
acometido. Con este acometimiento entendiendo los yndios que por allí
les queríamos entrar la tierra se descuidaron del paso por donde con .
dellos subimos. Enpezamos la subida a la misma hora quel Capitan Franco.
Enrríquez acometio por la otra parte; tardamos en subir dos millas que podría
aver de subida hasta el alua y a gran ventura acábanla de subir antes del dia
por …. ellos amaneziera y fuéramos sentidos o vistos no escapara hantes de
nosotros por ser la subida tan peligrosa como hera, de suerte que puestos en
lo alto por la horden que los dhos. Capitán y caudillo auian conzertado, acometimos
a los enemigos, y fué gran yerro acometerlos antes que fuese claro, porque
tuvieron lugar de podernos llevar del fuerte a la mujer del Capitán sin la
poder oir ni socorrer. Hiziéronnos rrostro un rrato; defendiéronnos las casas
o Ramadas q’ tenían, en el qual tiempo nos llevaron la presa que ivamos a buscar
y el Señor se nos escapó con ella. Yo entré después del desbarate en una de aquellas
casas pensando estar en ella y otros soldados conmigo y hallamos la cama
donde avia dormido y un faldellin de grana suio y una escofia o garuin. Hizimas
alto rrequiriendo el caudillo siguiésemos el alcanze hasta quel Capitán Franco.
Enrriquez llegase, el qual despues que llegó le peso grandemente porq’ no los
aviemos seguido. A este tienpo ya auía salido el sol y avia hora y media que
avia pasado el desbarate. Tomándose lengua de algunos indios que por alli
se tomavan los quales nos dijeron ser adonde el Sor. y .
muy trabajosa de muchas montañas y rrios; con todo esto seguimos el ataque
hasta . . . y llegamos a un Rio grande que se llama el rrio .
Capitan de poder cobrar a su mujer porque hallamos rrastro de
canoas que avian estado varadas en tierra, el rrio hera grande y ningun jenero
de herramientas para hacer balsas ni canoas teníamos y ansí por esto como por
ser la tierra tan zerrada y el rrio aquellas tierras y no
tenia plaias por do poder caminar, nos fué forzoso bolbernos; bolvimos a Tamalameque
adonde a cabo de poco tienpo murió dicho capitan Franco. Enrriquez,
por cuia muerte se acabó la guerra que contra el Señor . . . . . . .. se hazia
…………… hasta oi por la mujer del dicho Capitán.
Desta ziudad de Tamalameque se va al Puerto de los Reies en el qual
ai de algunos españoles que biben de alquilar canoas de trato que
bajan con ellas por mercadurias a Cartajena y a Santa Marta; ay dendeste PuerRELACION
INEDITA DE PEDRO LOPEZ 41
to de los rreies a Cartajena o Santa Marta q’ está en un triangulo el uno del
otro, como venimos al norte está la ziudad y Puerto de Santa Marta a la mano
derecha del rrio y el de Cartajena a la hizquierda, y ay duzientas y cinquenta
leguas destos puertos u ziudades al de los rreies. De aquí deste
puerto se va a la ziudad de Vélez, primera del Nuevo Reino de Granada;
ai quarenta leguas de mal camino, montañas bravas, tierra doblada y
fría. Sálese a las sábanas de Vélez a las treinta leguas las quales se
ven de una sierra alta y pareze la mejor. . . . . . grande …. vista que se puede
pensar.
Vénse muchos pueblos de indios; es tierra llana y rrala toda poblada hasta
la ziudad. Esta ziudad la pobló el Licendo. Jiménez, estaba por Governador della
el capitan Gabano de Granada, los naturales della es jente de paz muy
travajadores más que honbres de guerra, andan todos vestidos, honbres y mujeres,
de rropa de algodon muy pintada y con prendedores de oro; los honbres
traen cabellos largos como las mujeres, aunque muchos por mandado de
sus encomenderos se los cortavan con coleta. Es tierra de mucho horo; el oro
es bajo; tienen muchas esmeraldas las quales en sus mercados las traen a rrescatar
con españoles; con ellos mismos ánse algunas buenas piedras, no se halla
ningún jenero de ganado en la tierra manso como carneros, ouejas y cabras
como en otras partes se hallan ; es tierra de mucha caza: benados, conejos de
los despaña, jabalies no como los que en de nra. España ay, sino
menos fuertes y brauos. De aquí se va la ziudad ques mejor
ziudad que se podía ver es de la , q’ y toda una jente sujeta a un
señor y de ai treinta leguas y otras tantas desta a la de Santa Fe,
la qual está situada en una falda de una sierra nevada. Es tierra fria; dáse
trigo despaña y uinos se enpiezan a dar; ai ansimismo muchas esmeraldas y oro
bajo; son los vezvs. de esta ziudad rricos. Llámase el rrei de la tierra Bogotá;
están poblados en estas tres ziudades vezvs. dellas que tienen Encomiendas de
naturales. Duzientos honbres avrá de mercaderes y soldados y estantes; diez
mill honbres di en el en estas tres ziudades y en
otros tres pueblos que se an poblado sujetos a ellos el valle de las
Lanzas, el otro los en todos estos pueblos estando yo en la ziudad de
. . . . . . .. Migel (sic) Díez de Armendariz hizo alarde de todos
los vezvs. estantes y abitantes y halló los que e dho., y casadas y solteras duzientas
mujeres de todas edades.
Es tierra fertil; ai Audienzia rreal; conquistó y pobló esta tierra el Licendo.
Jiménez; suzedió después dél don A1Q de Lugo suzesor de Migel (sic)
Diez de Armendarez; estos governaron quieta y pacíficamente. Entró en la ziudad
de Santa Fé el presidente Mercado y el Oidor Brizeño y el Oidor Salazar
y el Secretario Luis Lopez de Plazenzia, el año de milI quivs, y cinquenta y
uno, an ensanchado algun tanto la tierra dando . . . . . . . . y conquistas. De esta
ziudad se va a la ques una ziudad que pobló el capitan Prado; los
indios della son belicosos. Aquí uvo un soldado que le dio Dios milagrosa.
42 FENIX
mente grazia para curar heridas, el qual las curava con ziertas palabras y
con un poco de azeo y por una quel tomase entre manos hizo
estrañas curas y zierto le dio Nro. Sor. esta espezial grazia para buen
abiso quentiendo en la conpañia del capitan Prado y Montalvo de Lugo, conpañeros,
no como otro tan rrenegado ni mal sufrido y bastábale aver sido soldado
de Italia para 10 ser aunque despues por sus buenos hechos fue Capitán
y le dieron la conquista de Neiua. Llámase el capitan Lanchero y ansí el que
podia aver por esa i Juan Salno que ansi se llama desalma de Lanchero peno
sava trai consigo el esta perdido y mandado por el capitan Juan
de Valverde no se traiga ni cargue con él y ansi se dado aunque heran
cosas de Dios y entrado en él, el Evanjelio de San Juan diese .
los naturales desta tierra con estar quarenta leguas de y
ser en pu. . . . . . . .. unas y muy rricos suzios y pobres comen
carne humana, es jente de montañas muy belicosas pelean con lanzas
. . . . . . .. y muy pesados los quales ponen el en tierra y
con un diestro soldado de quando uno de a cavallo le quiere
ofender a un cabo y otro en tierra la hasta baja y quando quieran
hazer herida la hasta dan de baiben al caballo que lo
pasan o derriban porque como son pesadas con poco hazen gran golpe,
con todo esto los tienen gran ventaja los toros en presteza y destreza. Aquí
en esta Provinzia hay una que se llama es jente belicosa .
de pelear comen carne humana y pecan en el nefando, andan desnudos
. . . en sus casas, muchan longanizas al fuego y muchos .
de De mí digo que la vez que los vi en una .
tener que comer y unos soldados viejos quen aquellas se llaman .
avisaron q’ran las longanizas de carne umana y en otras muchas partes hallaríamos
por trofeos a sus puertas la figura del Demonio y la veneraban como
nosotros las cosas de Dios. Es [ente que toma mal la Doctrina; tienen las
cabezas anchas de la frente y colodrillo y angostas de las sienes, cuando son
chicos se las entablan sus madres y ansí queda después la frente ancha en
dicha manera. Preguntados por qué la hazen [responden] que por lo parezer
f’erozes a sus enemigos. Anse en esta Provinzia de los pa otra que
llaman la qua! tiene un balle muy fértil. Ai de la ziudad de Santa
Fe del Nuevo Reino a este baIle de Neiua, ziento y treinta leguas de tierra apazible
y poblada de los naturales aunque de behetria y porque en cada una
Provinzia de las que digo tienen un rrei y señor y hablan una lengua diferente
una de otras mucho es menester traer farautes unas de otras de un
pueblo a otro; en este valle de Neiua pobló el Capitán Juan Breton un pueblo
de españoles, el año de mil y quivs. y cinquenta y uno. Los indios fueron faziles
de conquistar por [ser] la tierra llana y rrasa; tiene muchas vegas llanas
y muchos rrios muy grandes, espezial dos questán el uno del otro veinte leguas,
los jenerales el uno se llama el rrio de los cazadores y el otro
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 43
el de J uQ Cabrera y púsoseles este nonbre porque entrando en aquel valle hallaron
zerca del rrio unos indios que andavan a caza y tomaron dellos nonbre del rrio
de los cazadores. Jeneralmente los pueblos y rrios toman el nonbre de los señores
y les ponen el nonbre del dia que a ellos llegan. Los rrios no los llaman
como en España, Guadalquivir ni Guadiana, sino rrios. En su propia lengua
jeneral llaman al rrio maio y en lengua hiriguana pirai; esta provinzia en la
conquista della pasaron grandes travajos de hanbre y enfermedades y muchos
soldados por ser la tierra enferma murieron, no ai hora ni plata; aqui ai un
valle que se llama el de los Borrachos, hallaron en él andando en la conquista
unas como uvas despaña y verdaderamente sino es en el gusto no difieren
en otra cosa; llegados a estas por el capitan JuQ Breton y quarenta soldados
que con él yvan desque vieron aquellas uvas y quen el gusto eran sabrosas aunque
diferentes de las nras. comieron y hartaron sus deseos; a cabo de un rrato
que abian comido caieron y iban caiendo como muchos borrachos haziendo los
visajes que suele hazer un onbre fuera de tino, de manera que los que no avian
querido comer dellas hasta saber qué fruta era, pensaron que los demás heran
muertos ella devia de ser ponsoña y no fue ansi porque bolbiendo
a cortárseles aquella enbriaguez no sintieron ningun mal, en manera que [si]
aquella tarde los indios vinieran a pelear con ellos fazilidad los desbarataran.
De un cavalIero q’ se llama JuQ Zepero, vzo. desta ziudad, fui avisado
no comiese dellas porque haria en mí el efecto que en los demás avia
hecho y ansi avisan a todos los pasajeros que oi por allí pasan.
Es tierra sin oro ni ganados ni otra rriqu’za; los naturales andan desnudos
y comen carne umana; es jente de guerra, pelean con un jénero de armas
arrojadizo que se llaman estólicas, y con lanza.
Aquí se divide el camino en dos: el uno va a la Gouernazion de Pascual
de Andagoia, la qual está poblada y conquistada por el dho. Gouernador. En
ella ay quatro ziudades, la primera y mejor dellas se llama Cartago y la segunda
Anserma y la terzera prosiguiendo el camino por lo más derecho,
sin rrodeo, se va a la ziudad y provincia de los Yananes, que fué poblada y
agora lo es despañoles y por zierto desorden que los pobladores tuvieron se
halzaron los indios y los mataron a todos que no quedó honbre bibo y el Capitan
JuQ Cabrera, questava en la dha. ziudad a este tienpo, ques el que la avia
conquistado y poblado por mandado del Governador don Sebastian de Venalcazar,
el qual les avia hecho muchos males y aperreado y quemado muchos delIos,
a este tomaron a vida los hindios y le agujeraron por deuajo de la barba y le
echaron una cuerda como cabestro; cortáronle las manos traiendole en sus
bailes y borracheras, triunfando con él; al cabo de algunos dias, aunque fueron
pocos, los quales él por horas esperava y aun se puede creer deseava verse
fuera del mundo, fué atado a un palo metiéndole oro en la boca y le echaron
un gran crisol de hora derretido diziendo q’ pues que avia muerto a sus indios
por hora que se hartase de oro y ansí fenezió, Esto se tuvo por rrelazion despues
en el castigo que se hizo.
Créese fué Dios seruido padeciese aquella tan oprobiosa muerte porque
44 FENIX
jeneralmente emos visto a los que con los naturales son tan crueles como fieras
y usan crueldades con ellos, venir a morir a sus manos, muertes segundas a
las quel murió. Tienpo tuuo para se salvar y si los martirios q’ le dieron
rrezibió en pazienzia, puede ser. Hera uno de los mas jentiles honbres quen
aquellas partes avía: tenia la barba negra, el rrostro grave, brabisimo entre los
hindios, muy diestro y manso en la guerra, muy quisto de los soldados amigos
y temido de los enemigos. Yo fui después al castigo con el Capitán Rodrigo
de Zieza por mdo. del Gouernador don Sebastíán de Venalcazar, en cuio castigo
y conquista entramos ziento y veinte soldados despada y rrodela y algunas vallestas;
todos a pie, por ser la tierra no aparejada para poder meter cauallos
en ella y tan bien porque valía un caballo en aquel tíenpo mucho prezio, porque
avía pocos. Metimos tanbíén algunos perros bravos zevados en indios
quen aq’lla tierra lo primero que los capitanes se proveen despues de aver hecho
la jente es buscar perros buenos, por ques grande aiuda.
Llegamos a la provinzia de Pirama la otava de San JuQ del año de
quarenta y nueve y de aí a dos o tres dias subimos a la Sierra y tuvimos batalla
con los indios y les quitamos más de zinquenta cabezas que tenían en sus casas
por trofeos, las quales tenían en más q’ si fueran esmeraldas, por ser de españoles;
teníanlas conservadas con un betumen, el qual saben hazer muy bien,
que no les faltava pelo al parezer en la barva ni cavello. Poseía cada uno la
que auía cortado. Teníanlas en lo alto de las lanzas y sus puertas.
Hacía quando llegamos a esta provinzia que auían muerto ocho meses.
Estuvimos en la conquista y castigo hasta Navidad, que fueron seis
meses, en los quales se hizo algún castigo y les ataca las comidas quemándoles
las casas porque nos viniesen de paz. Jamás pudimos auer al señor.
Matáronnos algunos de los nuestros y Piguanza hera uno de los mas
belicosos y astutos en la guerra q’ yo jamas e visto. Sucedió lo q’ diré: aviéndoles
dado veinte rrencuentros y batallas jamás pudo saber qué tanta gente
héramos, que pensava heran más de mill españoles, y ansí nro. Capitán Rodrigo
de Zieza a todo nro. servizio indios y indias les hizo y dio borden que
se vistiesen vestidos poniéndose sonbreros y capas escusadas más y
jamás dejamos de hazer los alojamientos y poner nras. tiendas en las faldas de
los montes quen aquella tierra ai, y quando alguna vez aviamos de pasar por
algún rraso que pudiésemos ser contados de los enemigos, el servizio mezclado
entre nosotros de la manera que dho. tengo. Este rrei Piguanza dezía q’ era
aver tantos españoles inposible en el mundo, que los quél avía muerto y los
que estavan poblados en Popaián heran trezientos honbres, que él los avia ynbiado
a contar y questos los avia formado sus dioses de la espuma de la mar para castígarlas,
porquél y sus indios los tenían enojados. Esto les hazía el demonio entender
a estos desuenturados. Ynbió a dezir a nro. Capitán que tuviésemos paz con él y
que nos serviria de inbiarnos bastimentos, y que bastasen las guerras echas y se
dejasen pa. otro verano y esto dezia el peRo a fin para nos descuidar y saber los
quéramos para se aprovechar de nros. por la mejor manera que pudiese, q’
palabra ny verdad no la tienen ni la saben cunplír. Nro. Capitán le inbió a
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 45
dezir que le plazía y que aquel ynbierno querria pasar en un valle zerca dalli,
entre Pirama y Piguanza, ques dos leguas mas adelante de donde estavan; es
dondellos tienen sus casas de plazer; es una vega mui fresca y aparejada para
nos poder defender mejor de nros. enemigos. El rrei Piguanza nos inbio una
carga de sal, quen aquella tierra se tiene en más que oro, y algunas cargas de
turmas de tierra y frutas, de que en aquella tierra avia cantidad. Reszibiólo
nro. Capitán y enbiole otras cosas de las nras. pensando atraello y poderlo aver
para 10 castigar y llevar preso a nro. Gouernador, y con todo esto las tiendas
puestas más de las que aviamos menester y el servizio y los perros atados a
las puertas de las tiendas, porque no pudiesen los hindios andar por los toldos
ni. salir los quéramos ques pretendía y nosotros de ordinario estavamos
quando viamos venir jente de paz alerta y nosotros estavamos todos en
la plaza haziendo gran bulto. . . . . . .. ynbio otra vez… . . . .. a un hermo20.
. . . . . .. de Pirama, al qual le mdo. que no bolviese sin contarlos y terminando
haria lo que le mandaría y los contaría bajo a nro. Capitán y ynbio
mensajero a nro. Capitan como ven a vernos el h9 del rrei y quél no venia
por …. estar ….. mal dispuesto y que estando bueno quel bajaría y llegó
con presentes del Sor. Dio a nro. capitan algunos de hora y frutas
y comidas como ellos suelen hazer; bajó consigo como es en con
sus cosas sobre dos de la q’ seria es de Pirama
Capitan la enbajada q’ traia de su hermano, el qual le rrecibio
bien y lo sentó y le hizo muchos rregalos que zierto este
merezia mejor la muherte que su hermano o tanbien anse que por no tener
la otra prin no se atrevio echarles mano porq’ al bordar de
nuevo la tierra dejada de una hora después de aver venido y hallado .
que queria vea su canpo y, que le diese L~ para ello el qal
ia rrespondio q’ le plazía mas q’ se guardase de aq’llos perros q’ los morderían,
rrespondio ql. no se le dava mucho de los perros la pte. q’ hizo hera del capitan
a la qual puerta estavan atados dos perros, el uno q’ se llamava MarquesilIo
q’ra del Gouernador q’ no le faltava sino hera. . . . . . . . .. mando en nra. lengua
que como llegasen cerca de los toldos. . . . . . .. soltasen aquel perro, como
no fuese visto soltarle. Fué hecho ansí: llegando zerca salió el perro y echo
mano a un yndio y de dos zamarreadas los………… hechó las tripas
fuera hazia la por los hijares y como andan desnudos fazil es cogerles
el cuero luego dio tras otro; salio el Capitán y nosotros con las harmas en la
mano a socorrer a Pirama. Antes que llegasemos le avia hecho el buen perro
presa y sin ser socorrido ni lograr nosotros socorrer 10 despedazó el perro. Los
demas yndios salpicados de otros perrillos que por no ser de presa andavan
sueltos abian huido al rruido de Marquesillo que parezia quando via yndios,
en quien el estava zevado, que tendría el mando fue socorrido las tripas fuera
y rrotas; luego llego el capitan, le mando llevar a su hno. por sus vasallos en
una hamaca y antes que llegase allá q’ no heran dos leguas muria el herv. Inbío
a dezir a nro. capitan q’ cómo le abian muerto a su hermano el qal. .
dio A los mensajeros qual avia sido causa de su muerte que , hera
46 FENIX
a quien matan que si hera zierto que si él queda ql. mandaría ahorcar el perro
q’ le mató. La qual rrespuesta, fue del Sor. q’ le ahorcasen y q’ si lo hazia
entendería que los xpnos. no avian tenido culpa de la muerte de su herv.
Avía un perro en el canpo que se parezia en la color mucho
a Marquezillo; tenía la cola blanca, la cabeza negra y el cuerpo
y las blancas y mediano de cuerpo de un mediano. . . . .. aunq’ la
cabeza rredonda como un mastín y este perro no servia más de comernos lo
que hallava a mal recaudo q’ era en gran manera goloso, en tanta manera, que
estando comiendo los soldados llegaba a la mesa y aunque le
daban muchos palos, se llevava la presa q’ le parezia y a mi me acontezió con
este perro questándome lavando a la orilla de un rrio la cara y las manos,
[me] quité un bonete colorado q’n la cabeza traía pa. me labar; el perro
arremetió con él pensando q’ra carne y me lo llevó en la boca gran trecho y
pensé q’ lo avia tragado. Ansí q’ la maldad deste pagó por la bondad de
Marq’sillo. A este perro lo sacaron con su collar y de Marq’sillo
como el estava y aconpañado de nosotros y de muchos yndios q’ lo vieron, q’lo
vinieron a ver de parte de su amo y fue ahorcado en la misma parte que el
perro alcanzó al señor Pirama.
Muerto con esta justicia tan fuerte por el mal perro merezedor, q’dó
el señor sabedor del buen hecho y más triste de no se poder aprovechar de
nosotros por ser el numero q’ramos de ser mucho de venir él en persona, entiende
indio Mazegua q’se dize indio cómo no señor, hízolo ansi, tomó una
carga a cuestas y con un prinzipal adelante y como quarenta yndios, cargados
de fruta y presentes llegó este señor a la plaza nra. q’ la zercava un rrio q’
por aq’lla q’brada de Pirama para el qual son los demas. . . . . . .. como ellos
suelen hazer en medio de los demás, disimulando en un hoja zerrado como
parezia tuerto y estuvo hallí el tienpo q’l prinzipal dava embaxada a los uros.
y el presente q’ traia un yndio de los nros. a llevandose .
Al rrei Piguanza y de secreto se llegó al Capitan y le dijo cómo estava allí
entre aq’llos indios el rrei y quera el que parezia tuerto q’ tenia la carga a
cuestas; el Capitan, de aí a un poco q’l indio le dijo esto, dijo: «Caualleros,
sin hazer rrumor se pongan en torno de aquellos indios disimulando, quentrellos
estaría el q’ buscamos y es el que tiene tales señas, no se nos vaia».
y o me hallé a esto algo mas zerca del rrio o barranco q’ los demás y
estava encapillando unos Alpargates para nos calzar porq’ en aquella tierra en
aquel tienpo, el que no hazia esto no los calzava aunque fuese el rrei. Ansi
que esto no se puede hazer sin colgar el señor Piganza
la mandó por alguna palabra dijo q’n nosotros no
entendio y puesto en paso Se por la barranca del rrio
abajo, por un salto q’era mas de zinquenta estados y como arremetió fuimos
algunos tras él, y zierto pensé cuando llegué abajo llegar hecho pedazos; el
indio no se avia aora levantado en pie, que como desnudo se avia más mal parado
que io, echéle mano de los cabellos, el qual se abrazo conmigo con gran
fuerza como la tenía y yo me abrazé con él, teniéndole hecho presa como digo,
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 47
el qual se dexo caer conmigo en el agua q’stava honda. Jamas le salte de los
cabellos que fué darme la vida, a este tienpo un buen soldado que despues
fuimos camaradas y amigos, llamado Luis de Mideros se echó
por un poco mas abajo y salió al llegar con la qual aiuda le sacamos
del agua, tardamos en subir la questa un momento bajamos mas de dos
horas por otro diferente camino y rrodeo, asímosle las manos y con esta seguridad
le subimos arriba.
Aquella conquista se hizo a pie y los soldados traian una almílla de
cañamazo y algodón y unos zaragüelles o calzones y medias de lo mismo; digo
esto por q’ si alguno diere sentido y dijere q’ cómo no me ahogué; fue por la
rropa jeneral ser esta y porq’ los soldados quen aquellas partes van a servir
primero se ejerzitan en saber primero muy bien nadar porque Ai muchos rrios
y ningún puente, porque los indios nadan lo más menester, porque con carga o
sin ella nadan.
Este señor fue y avisado dello el qaI. nos
ynbio a mandar que por ser en la fuerza del inbierno nos estuviésemos quedos
donde estávamos y tuviésemos a gran rrecaudo el prisionero, quél vernía en pasando
las aguas a rredificar la ziudad y a por el castigo, lo qual se hizo.
Teníamos a este señor con unos grillos en un toldo con seis honbres de guarda,
que por nros. quartos le velavamos. Suzedio un descuido nro. grande por
poco nos perdiesemos todos, y fué que acá la de un que bi teniamos
presa, el Capitán mando nos trajesen vagajes para las cargas, que nos aviamos
de mudar A otro sitio zerca de allí, lo qual el indio mando hazer q’
vinieran muchos mas indios de los que pedimos, en manera que todo lo que
se les mandava él mandava se hiziese con gran presteza.
Suzedio que aquella noche que aviamos de mudar el canpo él mdo. . …
viniesen todos los indios de guerra y dos horas u ora y media antes del dia,
dieron sobre nosotros los indios que para la carga estavan, queran más de
quivs. y mas de otros tantos que dieron en nro. quartel, fué Dios servido que
los perros como es costumbre en la tierra dejamos en haziendas tantos
perros de las cadenas, los qles. como sintieron los indios fueron a ellos con
grandes alaridos y enpezáronles a detener y morder; en el inter nos aperzibimos
y juntamos con y fuimos todos en tropel a la tienda a donde el
Sor. estava, enpesóceles a correr, no pudo ….. ser tan presto que antes que
pudiésemos ganarles la plaza no fueron muertos todos porque avia sobrellos
mas de milI yndios y sólo seis españoles q’ le hazian la guardia, los quales
pelearon valerosamente como valientes soldados, matáronlo primero al señor
que tenian preso y a mas de ochenta indios, porq’ los hallamos al contorno de
la tienda muertos nro. capitan con su jente la plaza y llegó
A dieron nos tanto que entender que no fueron por Dios y por la
gran aiuda de los perros, pereziéramos todos, visto el daño q’ les haziamos y
que su Sor. hera muerto se enpezaron a el valle avajo. Es jente
quen bolviendo uno el rrostro le buelben todos y con acometiendo uno acometen
todos lo hazen los demas jeneralmente fue Dios servido los de48
FENIX
jasen con harto daño nro. y suio; turó la batalla dende ora y media antes del
día siesto salido el sol de muerte quarenta y tres de los nuestros y
muchos murieron, duzientos y herido de de sangre por
donde avia por el capitan Rodrigo de Cieza esta pérdida y que no le
q’dava poco mas de sesenta honbres acordó de q’ la noche siguiente a la p?guardia
nos rretirásemos y fuesemos adonde estavan más españoles. Hizose ansí:
caminamos la noche siguiente con los heridos y carga mas de diez leguas y
bajamos a vista de la ziudad de San Migel Timana; a los diez dias q’ aviamos
llegado pensando tener socorro de nros. amigos q’ vimos dende 10 alto de la
Sierra, gran numero de indios que tenían zercada la ziudad, la qal. estava por
Tiniente de ella el Capitan P9. de Añasco y estava en tanto aprieto casi como
nosotros nos vimos.
Los indios entendieron quando nos vieron quera socorro que a los españoles
les venia y zierto nosotros traiamos mas ganas de descansar y curar los
heridos que no de aver dar ni pelear, mas fuénos forzado en la mejor horden
que pudimos a darles un escuadron[yJ bajar la Sierra. Abajo los de la ziudad
salieron a acometer Jos indios por aq’lla parte q’ nosotros veníamos y ansí b.
de otro segundo dia darnos la batalla; con gran impetu rronpiendo las trincheras
bieron y nos dieron lugar y entramos en la ziudad. Con nra. llegada se animaron
los nros. y a los enemigos se puso temor mas no bastó para que dejasen
y quemando algunas casas ganaron la mitad de la plaza, pusieron fuego a la
iglesia la q’ estaua cubierta de paja y uimos ponerle fuego por cuatro u zinco
partes. La qual no quiso arder ni Alzó fuego; tuvímoslo por milagro. Fue
este acontecimiento dos horas antes que fuese de dia. Turó la batalla hasta
las nueue.
Los de a caballo quen la ziudad auia, q’ heran diez, los qales, se llama
el prinzipal Pedro de Añasco, Capitán, y el Capitán Rodrigo de Zieza y
D9 López de Valderas y D9 Lopez Trujillo y J9 de Añasco y po de Cuéllar,
los quales salieron con apellido de Santiago y nosotros tras de ellos, en nra.
horden; desbarataron a los indios, pusiéronse en huida, esto fue dos dias antes
de Carnestollendas; fueron desbaratados y muertos más de mill y yndios.
Turó el alcanze hasta la noche; salieron muchos y lo
poseian y hai en aq’lla tierra. Murirían en este zerco como veinte españoles.
A cabo de seis dias desta vitoria llegó el Adelantado don Seuastian de Venalcazar,
el qal. venia a socorrer la ziudad q’ le abian inbiado a pedir socorro.
Quando llego y vio descercada la ziudad se holgó mucho, 10 qual no hizo qua ndo
vio al Capitan Zieza y a nosotros. Sabido el suzeso le pesó dél, porq’ murió
entre los q’ nos mataron un primo hermano sujo; determinóse hir a hazer el
castigo aunq’ra en la fuerza del inbierno. Salió con los soldados quél trajo,
q’ran ochenta y otros quarenta q’ sacó de la jente q’ alli estaua en la ziudad,
la qua! se partió con ellos.
De aquí desta ziudad a la de Popaíán ai setenta leguas de mal camino,
montaña y tierra trabajosa y despoblada. Esta ziudad de Popaián hes una de
RELAcrON INEDITA DE PEDRO LOPEZ 49
las prinzipales de la Gouernazion; cójese en ella trigo; ai algun horno y mucha
caza, muchos conejos. Está desta la ziudad de Cali treinta leguas, por la qual
se sube la mercaduria q’ por la mar biene. De Panamá biene a La Buenabentura
y en indios la suben de allí doze leguas que ai de camino a Cali, adonde ai
muchos mercaderes y biben de trato; ai algun hora. Los naturales de la tierra
andan vestidos; es jente doméstica. De aquí se va a la ziudad de Pasto que
ai quarenta leguas. Esta ziudad y las otras dhas. conquistó y pobló don Seuastián
de Venalcazar hasta la ziudad de San Franc? de Quito.
A la parte de la banda del Mar del Sur están poblados tres pueblos
despañoles, que se llama el uno Puerto Viejo. En este ai muchas esmeraldas
y muy rricas, más mucho q’ las de Bogotá, tienen algun hora. Ansimismo los
naturales son de buena disistion, amigos de los españoles.
La otra ziudad questá poblada se llama Guaiaquil; es tierra de mucho
monte y de muchos mosquitos; muy zenagosa; está poblada en la horilla de un
rrio grande que llaman el paso de Guaina Caua. Llámase ansí porq’ el Rei
Toga antiguamente vino a conquistar aquella tierra y hizo de maderos y ualsas
una puente y pasó para atravesar al dho. pueblo de Guaiaquil y por zierta
cautela los hindios le cortaron el paso y se hagogaron (sic) muchos dellos; por
esto lo llamaron el paso de Guaina Caua. Aqui ai mucha zarzaparrilla y de
diversas partes se van alli los españoles a curar del mal franzés porque la tierra
es aparejada para ello. Desta ziudad de Pasto se ua a la de San Francv de
Quito, ansimesmo conquistada y poblada por el Gouernador don Seuastian del
Alcazar (sic); esta ziudad es cabeza desta Gouernazion; es mui fertil de muchos
bastimentas y ganados; muy rricos pastos; está al pie de un buIcan que
llaman el bulcan de Mocha. A auido grandes minas de hora en la provinzia
de Santa Barbola; allí vi 10 que no creo q’ se a visto en nra. España, y fué que
los indios lleuauan sus bastimentas cargados en puercos y se servían dellos
como de asnos, cargados como hazen a uno de nros. animales y llévanlos del
diestro como a un animal de carga. Llevan en ellos las cargas y después los
comen a ellos u a un puerco destoso
Un escudo y menos valen doze gallinas de la tierra. Un escudo vu (sic)
un castellano. Vale una dozena de conejos 10 mesmo y todas las demas cosas
a este prezio. Una hanega de trigo de Castilla m9 escudo y a las vezes la
mitad; es tierra como digo muy fértil; pasa por junto a esta ziudad un rrio
que se llama Mahangana. Los naturales della andan vestidos; no se an rrebejada:
es buena jente y de buena desistion, amigos de los españoles. En esta
ziudad a una milla della le dio la batalla Gonzalo Pizarra a Blasco Nuñez Vela,
Visorrei del Perú, adonde murió y fué desbaratado su exerzito, 10 qual diré
largamente adelante en las guerras y alzamientos quen el Perú a avido.
Uáse desta ziudad A los cañares, q’ se llama el Sor. dellos don Hdo. Delme,
el qal. está poblado en la más fértil tierra q’n aq’llas partes ai y los indios y
indias son de buenos rrostros; es jente q’ anda vestida y tienen pulizia en sus
casas y trajes; éstos, como los demás, tienen el demonio en ellos gran parte; an
q’rido algunas vezes alzarse contra sus amos. Suzeclió que tomaron consejo
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con su mohan ques como dezir el Papa, el qual habla con el demonio todas las
vezes ‘1’ quiere, y le pidieron consejo de qué suerte podrían desbaratar y matar
los españoles, por el qual les fué rrespondido que eran muy belicosos y que no
era posible sino matallos sino con su misma nazion, para lo qual tenian ellos
gran aparejo, y quél les daría la orden cómo lo hiziesen. Hiziéronle muchos
sacrifizios de inozentes y de otras muchas cosas como ellos suelen hazer; pedido
el parezer del cómo, les fué dho. ‘luellos tenían mujeres muy hermosas y las
auia en sus tierras, que las pusiesen en los caminos rreales y que los españoles
que pasasen tropezarían con ellas y las enpreñarían y aquello que pariesen lo
hiziesen criar, y después serían tantos y sería tanto el número que podrían después
hazer lo ‘luellos quisiesen con los mismos españoles. Como les fué dho.
fue hecho; sacaron muchas mujeres donzellas y biudas, las más hermosas que
hallaron y en casas dedicadas para ello las pusieron. A los españoles que por
allí pasavan yua el señor u prinzipal a ellos y los lleuaua a su casa i les mostrava
aq’llas mujeres, las quales estauan haziendo ejerzizios de rropas y ofizios
pulidos. Preguntaua el Sor. al más prinzipal de los españoles ‘1’ le parezia
que quál le parezía de aquellas más hermosa y diziendo quál, la mandava levantar
y ‘1’ le fuese a servir al tanbo rreal, ques como dezir al mesón, el qual tanbo
y albergue esta algo apartado de los pueblos de los indios y les servia esta
india todo el tienpo que alli estaua, un dia u dos u mas, y lo mismo hazia a
todos los demas españoles que por allí pasauan q’ran hartos y fueron muchos
más después que se publicó la maldad que allí se usava. En zinco años no se
pudo saber ni descubrir, al cabo de los qales. una india, que se avia salido con
un soldado descubrió el bajo y maldad que los indios pensauan. El capitan
Salazar salio de la ziudad de San Franc? de Quito al castigo y aueriguazion
desto; prendió a los Sres; trujéronse las indias paridas mestizos y mestizas que
tenían a criar la tierra adentro; hizo el castigo. Cunplió el demonio su voluntad,
que fué hazer pecar a los españoles y llevarse para sí aquellas animas que
quecamaron (sic).
Báse de aquesta prouinzia de los Cañares a La Zarza, la qual pobló
y conquistó el Capitán Mercadillo. Ay ochenta leguas dende la ziudad de San
Franc? de Quito. Sacan el horo; es tierra cálida; resídenla de hordinario vzQs.
y mercaderes duzientos honbres; ai diez mujeres despaña casadas. Los naturales
desta tierra son cariues, hablan diferente lengua que la de los Cañares.
De aquí se va a la provinzia de Guancabanba: ay sesenta leguas; los
indios della son más domésticos que los de La Zarza; ai algun horo. De aquí
a Cajamarca ai treinta leguas. En esta ziudad de Cajamarca fue adonde el
Marqués Franc? Pizarro prendio desbarató (sic) Atabaliua con su gran ejerzito,
y oi dia estan por memoria las grandezas ‘1’ alli se hallaron: una casa
rredonda como cubo de tres estados de alto y veinte pies en quadra ‘1’1 Inga
hinchió de horo y plata a los españoles y el lienzo de pared questá desde esta
casa a los baños ques casi una milla que rronpieron los indios por huir de los
españoles y otras muchas cosas notables.
Está poblada esta ziudad de indios; ay un monasterio de frailes franRELACION
INEDITA DE PEDRO LOPEZ 51
ciscos; es del Comendador Melchor Verdugo. Avrá en ella cinco mili yndios; es
jente domestica y vestida; tienen algun ganado; amigos despañoles, no se an
rrevelado Jamás; andan vestidos. De aquí dexamos el camino rreal del Cuzco
por dezir los pueblos i ziudades questán poblados. A la mano hizquierda de
este camino, yendo al Sur, está una ziudad que se llama los Bracamoros: no
hay hora ni plata en la tierra; biben los españoles de alguna rropa de algodón
que los indios les dan de tributo. Ai mucha miell y zera; el vzQ que más rrenta
tiene son dos mill ducados. La jente es belicosa; andan desnudos. La tierra
es cálida; ai muchos rrios, espezial uno que para pasar a la ziudad se pasa, que
se llama el rrio de Bagua. Este rrio se pasa de la suerte q’ diré; es ancho y
hondo, va por tierra llana, no lleva mucha corriente. Pásanlo yndios questán
al pasaje como barqueros en España; tienen unas tinajas grandes, en las quales
la rropa u carga que los españoles llevan u otros indios que por allí pasan,
meten dentro en la tinaja y atan (¿atapan?) la boca con unas hojas de arboles
que llaman bilchaos y con una soguita de dos brazas atada a la boca de la
tinaja la echan al cuello y el español que sepa nadar u no, asidos a la tinaja
con un arte de sogas que va atado a la tinaja pa. donde se ahan (sic) las manos
y sechan al agua y la india va nadando asta hechallos fuera del rrio. A este
rrio de Bagua llegamos el capitan Gomez de Alvarado y io con quatrozientos
honbres y mas de dos mil indios amigos y de carga y algunos cavallos y nos
trujeron muchas mujeres y algunos indios para nos pasar desta suerte que digo
y nos parezia inposible acabar de pasar en toda la vida, al fin nos pasaron por
su buena horden, aunque con trauajo. En este rrio ai muchos mosquitos y
malas sauandijas, mucho pescado y alguna caza de monte.
De aquí a la ziudad de Santiago de los Valles de Moiobanba ai zinquenta
lenguas de mal camino por montaña; yndios algunos no conquistados. En
esta ziudad de Santiago hallamos al Capitán Luis de Moscoso, que por mandado
de Su Mgd. estaua conquistando aquella tierra, con el qual tuvimos algun
enbarazo porquera la conquista nra. y él, sin horden, se auía entrado alli con
jente. Conquistóse la tierra, en la qual uva muchas muertes de los naturales
deIla y es verdad q’l Capitan Luis de Moscoso, antes que llegásemos, con ziento
y zinquenta soldados que tenía, no poseía una pieza de servizio ni quién les
trajese agua del rrio y el Capitán enzima de un cavaIlo iua por una carga de
leña y boluia a la tarde por otra de ierva pa. sus cavallos, y con rrahizes y
alguna fruta se sustentaron todo un invierno. Con nra. llegada tuvo buen suzeso
la conquista en el valle de Tabisco: estando los indios en lo alto de una
sierra no osaban a bajar a pelear con nosotros, con ser más de quinze mill
yndios y nosotros trezientos honbres y treinta entrellos de a caballo. Estuvimos
a la orilla deste rrio de Tabisco tres dias. Ai de Tabisco a la ziudad de Santiago
quinze leguas de buen camino llano. Aviamos salido a buscarlos; al cabo
de los tres dias una india echizera les hizo entender que bajasen a nosotros,
q’lla nos haria bolver piedras como estavan aquellas del rrio y que no nos
temiesen; hizieron el mandado de la hechizera por su mal y nro. provecho:
enpezaron a abajar y nosotros a rretirarnos a lo llano como que huíamos, para
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apartarlos algo más de la Sierra. Entendieron que de miedo suio nos apartáuamos.
Baxaron con gran inpetu y viniéronse a nosotros pasando este rrio
‘1’ dava a la cintura y a los sobacos. Visto que los teníamos donde nos podíamos
aprovechar dellos rrebolvimos y en poco espazio de tienpo los desbaratamos
y prendimos a los señores; después se quejavan de la echizera ‘1’ los
avía engañado y por esta causa supimos la horden y causa por que nos bajaron
Ial acometer. Yzose castigo y apaziguose la tierra y rrepartióse; muy pocos
quisieron quedar alli poblados por no aver horo; avía algun ganado y mucho
algodón: ai honbre vz9 desta ziudad que coje dos milI y tres mill arrobas;
hazcn dello costales y alguna rropa basta; sácanlo a vender y desto se proveen
sus casas; andan desnudos; los naturales es jente p;.t poco. Los honbres en
estas provinzias hazen los ofizios de mujeres y las mujeres de honbres: ellos
hilan y tejen y guisan de comer; las mujeres van a las labranzas y heredades
‘1’ tienen. Es tierra cálida: ai muchos mosquitos; ai tigueres ‘1’ les hazen mucho
daño y matan muchos dellos.
Desta provinzia se sale a los Chachapoias, la qual se llama San Miguel
de la Frontera; poblóla y conquistóla el Mariscal Don A19 de Alvarado, de
Burgos. En esta ziudad se a alIado mucho horo, espezial en una mina ‘1’ descubrió
Francv de Añasco ‘1’ se llaman las minas de Zaruma; an sido muy rricas;
ay mucho ganado, muchos cavallos y muy buenos; esta poblada de jente yllustre,
biben muy contentos, estan muy rricos.
De aqui se va a la ziudad de Guanuco q’s otra tan buena ziudad como
ésta, la qal. pobló y conquistó el Capitan Hrdo. de Vargas; es jente los naturales
desta tierra belicosa; pelean con honda; no poseen otra arma ni la saben
mandar; son muy diestros de la honda; las mujeres son hermosas: andan vestidas;
ai minas de horo rricas; los encomenderos tienen algunos a seis mill, ocho
mili ducados de rrenta; es tierra tenplada de muy lindos rrios y valles; pásase
un rrio para venir a esta ziudad, el qual se pasa por una uroa (sic, por oroya),
ques desta suerte: ponen una soga u maroma del un cabo del rrio al otro, en
la qal. quelgan un zestón con un fiador de un cabo a otro al mismo zestón, y
métense alli los que quieren pasar, uno a uno, y desta suerte pasan los que por
allí pasan.
De aquí se va a Jauja; esta ziudad es de indios y está asentada en un
valle, el más fertil que ai zien leguas a la rredonda, tiene mucho ganado. En
este valle se dio la última batalla a Franc? Hernández Giron, adonde fue preso.
De aquí se va a la ziudad de Guamanga, la qual está asentada en un valle
hondo; ai de ordinario en ella trezientos [o J quatrozientos honbres, El año
de sesenta y dos se descubrieron unas minas de azoge (sic) rricas. Su Mgd.
y don Franco. de Toledo en su nonbre, el año de setenta las tomó todas para
Su Mt. desposeiendo a los señores dellas, diziendo que todas las minas de azogue
y salinas eran de Su Mt,
Desta ziudad de Guamanga adelante se llama el Perú; es la jente de
más rrazon ‘1’ la demás; hablan la lengua general del Inga, ques como la latina
jeneral españa (sic); ay vz9s. muy rricos: ai honbre de zien mill ducaRELACION
INEDITA DE PEDRO LOPEZ 53
dos avidos de azogue y un vzQ y señor dellas en este poco tienpo q’ la poseió
le valieron mas de trezientos mil: llámase este Juan Perez de las Cuentas.
De aquí se va a la ziudad del Cuzco; ai ochenta leguas de camino; ai
muchos rrios grandes, espezial uno q’ se llama Porima y otro Avancai y otro
el rrio de Villcas, son poderosos; pásanlos por unas puentes de soga de vejucos
que son como minbres y por ellas pasamos así los cavallos como los honbres.
Está el valle de Jaquijaguana zinco leguas de la ziudad del Cuzco; aquí se dio
la última batalla a Gonzalo Pizarra adonde fué desbaratado y sus secuazes
presos y muertos.
Esta ziudad del Cuzco está de la misma suerte y en el mismo sitio
que los indios la tenían; va un rrio pequeño por medio de la ziudad; está entre
dos Sienas; tiene una fortaleza fuerte de piedra labrada, la qual Su Mgd.
la a mandado rredificar y hizo Alcaide della al Capitán Lope Madeiro, portugués.
Esta ziudad está poblada de yllustres cavalleros, los más prinzipales
de la tierra, jente de mucho posible y ansí lo heran y son los naturales dél, porque
[los que] acá se llaman cavalleros o Comendadores allá se llaman Yngas y son
respetados y tenidos en la rreputación que acá tenemos un cavallero. Los vzQs
desta ziudad tienen su rrenta en ierva la qal. se llama coca; esta es como un
zumacal aunq’ la hoja es maior; cójenla y seca métenla en unos zestos como
de vejucos y pesa cada zesto una arroba; véndese por zinco escudos; ai vz9s.
que cojen cada mita, ques cada vez, mill y quvs y dos mili zestos; dáse tres
vezes en el año. Un AIQ de Mesa tiene de rrenta desta yerba sesenta mill
ducados; a inbiado a Toledo dondes vz9 muchas rriq’zas , Cargan esta coca para
la ziudad de Potosí en carneros que son como camellos, aunque no tan grandes
ni con corcoua sino más delicados; ai rrecua de milI, dos mill, tres mill
dellos; no se tiene otra costa con ellos más de una soga con q’ se cargan. En
el canpo comen y no an menester herraje. Ai monasterios despañolas y mestizas
y de todas hordenes frailes.
Váse desta ciudad a la de Chucuito, la qual es de indios; es de la Corona
de Su Mt.; en esta es rrei y señor della don p9 Caquinbo (sic, por Cotinbo
i yndio; dio en casamiento a una hija con un hijo de don Felipe Sor.
de Paucarcolla, en ganado y rropa y dineros, más de seiszientos mill ducados.
Esta ziudad está poblada enzima de una laguna, la qual tiene mucho pescado;
tiene de boj mas de treinta leguas; abrá en esta ziudad diez mill vzvs.;
tiene Su Mt. un Correjidor en ella español y algunos españoles. Desagua esta
laguna a la Mar del Sur.
Váse a la ziudad de La Paz, ai sesenta leguas; esto por aquí se llama el
Callao, es tierra muy llana y de mucho ganado y caza; los naturales andan vestidos;
traen en las cabezas unos chuios que son sonbreros sin falda. Sola
esta provinzia de los Callas y canas traen cubierta la cabeza; todos los demás
no, sino cabello largo como mugeres, no difieren más de en el traje; no tienen
pelo de barba ninguno dellos, En esta provincia, en la ziudad de Cacha, se
halló antiguamente y dizen aver estado un apóstol del qual tomaron el traje
que traen, ansí en el calzado como en el vestido. Oi dia está un mármol o
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padrón en el qual están escritas unas letras latinas y no se pueden leer por
estar gastada la piedra de las aguas. Yola e visto y vi una cabeza de horo,
la qual halló el Capitán Diego de Vargas, que dezían los naturales avían hecho
a rretrato de la del Santo, el qual dizen hazia grandes milagros estaua y tenianla
en una guaca u adoratorio suio, en una tabla de oro tamaña como un pliego
de papel de marca maior delgada y la cabeza tenia las narizes bajas; dizen que
ansí era el Santo y a su cuenta a más de duzientos años que murió.
La ziudad de La Paz está en un valle hondo bajada mal; tiene malas salidas,
por todas partes sierras. Aquí biben los vzQs dél por el trato y granjeria
desta ierva q’ llaman coca y tanbién de ganados que ai muy buenos pastos; ay vzQs.
rricos aunque no muchos; están encomendados en esta ziudad quarenta mill yndios
en veintiseis encomenderos. De hordinario ai de continuo duzientos o trezientos
honbres. De aquí se va a Cochabamba: Poblado despañoles labradores;
este valle es fértil, cójese en él gran cantidad de trigo, hazen harina; llévanla
a vender a Potosí; ai honbres muy rricos de esta granjeria; de aquí se va
a la ziudad de la Plata; ai de la Paz a esta ziudad ziento y veinte leguas, pásase
por los Charcas, tierra muy áspera; traen los naturales della en la cabeza unas
redezilIas como capillejos bastos; es jente no muy belicosa; en esta ziudad ai
Audiencia rreal y vzQs. muy rricos, está por Presidente de la rreal Audiencia
el Licendo. Ramírez de Quiñones. Esta ziudad está debajo del más mal zielo
que acá ai; es tierra tenplada; en ynvierno caen muchos rraios; a acontezido
caer un dia dos y tres rayos: an hecho e hazen mucho daño y an muerto muchas
jentes. De aqui a las minas de plata ai diez y ocho leguas las qales. está
poblado el camino de ventas y pueblos de indios. Aquí se saca la grandeza que
a España se a traído; andan de ordinario diez milI, quinze mill, treinta mill yndios
sacando plata en las minas. Es cosa estraña ver la manera y fazilidad con
‘1’ la hunden: toma un indio una carga de metal y conpra una carbonera ‘1’
para esto hazen alta como dos baras de medir y conpran una carga de carbón
y uánse al canpo; con esto y en un repecho altezico ponen su carbonera, dánle
fuego y echan el metal dentro y con el aire quen aq’lla tierra por ser alta de
ordinario corre, enziéndese y derrítese el metal. Esto hazen ellos de hordinario
de noche, porq’ por la maior parte son los vientos más ziertos hunden como
digo su metal. A la mañana llevan su plancha de plata hecha o su barra
y de allí la llevan al quinto. No ay más fragua ni más fuelles quel viento ‘1’ nro.
Señor da y quanto no ai viento no sacan plata. De todas las provincias del
Perú tienen los señores yndios en estas minas de que pagan los tributos a sus
amos. Dánle al rrei zinco u seis mill o diez milI ducados de rrenta estos,
más de dar al cazique o señor el qal. manda a sus vasallos los saq’n de las
minas y los den a su encomendero y ansí pagan sus tributos aunque en sus tierras
no aia horo ni plata.
En este asiento de minas ai otras minas, doze leguas destas, que se llaman
las minas de Porco. La plata quen ellas se haze es mejor que la de Potosí
y de más lei, no son tan rricas aunq’ an sido más buenas y son rrazonables.
Aquí esta poblado otro pueblo que ai despañoles adonde ai de hordinario ziento
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 55
y duzientos honbres que biben de contratos con los yndios. Es ansimismo la
tierra fría. De aquí se va a la provinzia de Chile y van por algunos despoblados
y pueblos de indios. Si quieren bajar a la costa pueden y si no, se van a
Tarapacá questá en la marina de la costa del Sur por camino derecho. Tarapacá
es pueblo de indios, está aquí algún español o españoles cojiendo los tributos
de sus amos de los yndios los qales. dan el abio para el viaje que an menester.
Para pasar el despoblado váse de aqui a los Díaguitas, los quales de
ordinario están de mala disistion; an hecho y hazen oi dia mucho daño porque
quando van pocos españoles dánles en la caveza y quando ven que va jente
que no se pueden aprovechar della ….. . Ay a Potosi dende estos diaguitas
ziento y veinte leguas. Estas leguas quen en toda esta rrelazion e dho. no son
sino poco más o menos, según el mejor juízío de los caminantes y de lo q’ se
camina en una jornada o se podría caminar; adonde ai más zertidunbre de las
leguas es en lo quel Inga conquistó quen todas las partes ponia mojones, q’
llaman ellos topos, cada uno a otro legua y media.
Destos diaguitas, nonbre suio propio, provinzia llamada ansí, se toma el
despoblado p~ Chile, el qal. tiene ochenta leguas, para las quales se a de llevar
bastimentos en cavallos ansi p~ los españoles como p~ los cavallos o mulas, porq’
no se puede caminar por la falta de los pocos pastos quen aq’llas tierras ai. Es tierra
de arena por algunas partes; es la más fría q’ creo ai en Flandes ni en otra
parte; ánse muerto de frío muchos indios y españoles en este paso y despoblado
y yo lo pasé con el Gouernador Jerónimo Costilla y lleuáuamos quinientos
soldados de los qales. se nos elaron los treinta y cinco y más de duzientos yndios
de nro. servizio y se nos quedaron muertos y anegados mas de zien cavallos;
perdimos el camino por estar las campiñas llenas de nieve. Las guías que
nos lleuauan se rrejian poco mas o menos por los altos o sierras quellos conozían.
El Tiniente de Gouernador perdió los dedos de los pies de frío; yo perdí el mejor
amigo quen aquellas partes e tenido, el qual se me quedó atrás una tarde de
mucha nieve, y como llegamos adonde se asentaron las tiendas y 10 hallé menos,
boluí en un cavallo a 10 buscar, el qual hallé una legua grande del rreal
asentado en la nieve, muerto, helado, los ojos abiertos y como si estuviera bibo
Llamauase Luis Calderón, al qual le dije, apeándome, cavalgase en aquel cavallo
y caminasemos quera tarde y aun rriñendo con él se lo dije con palabras
enojosas; visto no se leuantaua me llegué a él y le tomé de un brazo para
Jo levantar y estaua elado y traspasado del todo. Bolví a caualgar y proseguir mi
camino q’ra por la tarde y auría m~ hora de dia no más en el camino. Se
nos quedaron aquel día mas de zinquenta personas, españoles y indios muertos.
Llegué al alojamiento y antes que del cauallo me apease, me enpezó a tenblar
y se me caió muerto; hízome despues mucha falta, quera muy buen cauallo;
y el aluergue y zena que hallé fué para alibio del travajo pasado. Todo mi
servizio y camaradas y un primo hv, que tenían no avían aun harmado las tiendas,
sino unos sobre otros las frazadas enzima los hallé. Aquí me enojé grandemente
con el Jeneral Jerónimo del Castillo (sic) que contra la voluntad de todos
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quiso meterse por este despoblado sabiendo y teniendo lengua avia sido el año
de nieves el más travajoso que avia sido, el qual tenía harto travajo. No pensamos
escapar honbre bibo ni poder salir de aquel travajo. En estos tienpos
valen mucho en aquella tierra los vaquianos quen Ytalia llamos (sic) soldados
viejos, los quales se aperziben de lo nezesario para las nezesidades. Algunos
de nosotros aviamos cargado leña seca en nras. valijas, las quales se llaman en
aquellas partes petacas y son como baules. El Jeneral llevava dos petacas y yo
una y otros algunas ansimismo como se acostunbra hazer en aquel paso quando
esta muy bueno sin nieve, quanto más estando como nosotros pasamos.
Armada una tienda grande se hizo lunbre no muy grande, en
laqual conualezimos a muchos q’ tenían nezesidad dello. Pasamos aquella noche
como pudimos; otro día amanezió nevando el día y zielo zerrado. Las
guias temían grandemente perezerían ellos y nosotros. Yo vi a una questaua
hablando con el Jeneral diziendo con quánto rregalo podía él rremedia (sic)
que podía tener p~ escapar de aquella tormenta; él le rrespondía y las lenguas
con quel Jeneral le hablava corronpian la verdad de lo que le dezía, por
manera que temerosos del mal tienpo quisieran más quedarse que caminar. Entendí
la determinación quel Jeneral tenía de que esperásemos con esta fortuna
el buen tiempo. Llamé a el lengua y guía y le dije que qué le parezía si estuviéramos
allí o no, con lo que me rrespondieron fuí al Jeneral y le puse por
delante el rriesgo en questáuamos y el poco bastimento que teníamos y cómo
esta era tierra de montes, adonde nos podríamos proveer de leña, poco más de
diez leguas de allí, en lo qual le mentí, que avía más de veinte, y con estas cosas
y sabiendo que sabía yo aquel camino por lo aver pasado otras dos vezes,
tomó mi parezer y mandó cargar los caballos. Caían los copos de nieve q’ra
cosa estraña, aunque no hazía viento ni frío, cargamos. El Jeneral con las guías
tomó la delantera y algunos honbres, los más alentados que hallamos en la retaguarda;
ansí enpezamos a pasar aquesta nieve que nos daua a las rrodillas a
los cavallos. Esta es tierra mui rrasa caminamos a todo el más paso que pudimos
hasta las dos horas despues de m? día. Los cavallos y nosotros yuamos
deseosos de parar por comer y tomar algún descanso y parezernos el día abia
abierto y no hazía frio. En llegando, del parezer del Jeneral y de otros se pusieron
las tiendas y los indios y nosotros apartáuamos la nieve para las poder
poner; prevenímonos de lo mejor que pudimos antes que comiésemos ni nos rresfriásemos,
que con el ejerzizio y trauajo del camino no sentíamos tanto frío.
Aquella tarde y noche pasamos algo mejor que las pasadas. Aql. día se llegó
todos los vagajes, que no nos q’dó cosa detrás. El otro día amanezió claro
y hizo buen sol. Llegamos al monte Deseado q’ ansi se llama, adonde hallamos
y los cavallos alguna ierva. Ansí acabamos de pasar aql. mal despoblado con
falta de más de duzientas piezas de servizio y treinta y zinco españoles y los
que allí escapamos muchos perdieron los dedos de los pies y otros muchos pensamos
perder las vistas, porque con la claridad de la nieve y rresplandor no víamas
y a muchos turó hartos días de sanar de la vista.
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 57
Llegados a la ciudad de Santigo nos rreformamos y estuuimos allí veinte
dias. Ai dende la ziudad de La Plata a esta ciudad de Santiago de Chile duzientas
y zinquenta leguas. En los diaguitas solía estar poblada despañoles y se despobló
por alzamyto. y guerras que tuvieron los españoles con los naturales. Ansí
quen todas estas duzientas y zinquenta leguas no ai español. Está poblada de
indios: algunos salían de paz y otros de guerra. Ai un despoblado de ochenta
leguas ques este desta nieve. Generalmente se camina por mar los que de la
ziudad de los rreies quieren hir a Chile por los grandes travajos que por tierra
se pasan.
En esta provinzia de Chile ai zinco pueblos u ziudades pobladas; poblólas
y conquistólas el Marqués y don Diego de Almagro; es tierra de mucho hora;
los naturales della son muy belicosos, lo qual, ansí de la tierra como de los naturales
della y conquistas está ynpreso un libro que se yntitula Lauracana (sic)
y por esta causa no trataré más de las cosas de Chile porque allí las verá el
que quisiere más por estenso.
Bolveré al camino para dar fin a lo enpezado y ques hazer rrelazion de
todo lo que nro. Rei posee en aq’lIas partes desta provinzia de Chile.
De la ziudad de Baldibia se atraviesa para Santiago de Tucumán; toda
esta tierra questá en meelio elestas dos ziudades está de guerra, sino es las q’
partizipan zercanas veinte leguas ele cada ziudael. Ay de una ziudad a otra
ziento y zinquenta leguas. Los vz9s. della biben por granjería de cavallos y rropa
y zera quen aq’llas partes ai mucha; llevan a vender hestas cosas que digo
al Perú. Los naturales delIa andan vestidos; es jente doméstica; poblóla y
conquistóla Franc? de Aguirre, vz9 de Talavera de la rreina. Pasa un rrio
por junto a la ziudad que se llama el rrio Bermejo. Desta ziudad se vá a la
provinzia de los Gorgotoquis, ques en los llanos, la qual tierra conquistó y pobló
el Capitan Andrés Manso y Ñuflo de Chaves; esta tierra es fertilísima de
bastimentas; los naturales della son belicosos. Los que partizipan de la sierra
llámanse hiriguanas, quiere dezir en nra. lengua caribes y es jente carnizera,
comen carne umana y husan el nefando; las mujeres son hermosas, andan vestidas
con un traje galano, son muy amigas de nra. nazion. An hecho y hazen
cosas muy señaladas en armas y an muerto muchos españoles: mataron a estos
dos Capitanes descubridores y a mucha jente con ellos; poblóse en nonbre
de Su Mt. por mandado de don Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Visorrei
que fué del Perú; pobláronse la ziudad de Santo Domingo de la rrioja
y la ziudad de Santa Cruz de la Sierra y después acá se a poblado otro pueblo.
En esta tierra y provinzias no ai hora ni plata ni otra rriqueza; los indios andan
los más vestidos, espezial los de tamaguzies y uracares; estas dos provinzias
andan con pulizia; ay mucha caza, ansí bolatería como salvajina; ai liebres
despaña, conejos, venados, ziervos, javalis; es tierra de buenos aires, buena
dispuzizion, más savanas q’ monte; ai muchos avestruzes; no nos podíamos
aprovechar dellos ni de los venados porque como la tierra es rrasa no les pueden
dar alcanze los perros viso (?) de una y dos leguas la caza que anda en
manadas como ganado manso despaña.
58 FENIX
Aquí hizo una inbinzion un cauallero que se llama Francv de Ahumada,
grande arcabuzero y cazador y fué que tomó una piel de venado y a la
misma usanza suia cubierto de todas partes andando con las manos y con los
pies a gatas se iua a los venados, el quel como le veían ansí no se azoravan;
ílegava zerca dellos haziendo sus paradas y a tiro de arcabuz disparaua y derribaba
u dava a uno o dos y desa suerte nos aprovechamos de ai adelante desta
arte.
P(t matar los avestruzes los indios nos dieron industria: hazian una casica
poco maior que un honbre y metíanse en ella llevándola en la cabeza, la
qual de rramas verdes y con flores q. en el canpo las avía y vánse por el monte
adentro llegando poco a poco adonde los avestruzes pazían, los quales como
veían la montaña o casa de rramas pensavan ser ansimismo como lo demás y tiránvanles
un tiro bien zerca, pocas vezes les herravan. Desta suerte nos aprovechavamas
de la caza que los perros no podían alcanzar, y estas avestruzes tienen las
piernas cama de carnero; es buena comida; no se come más del de las piernas.
En esta provinzia ay muchos pájaros que se llaman negrillos y muchas
perdizes. Un cavallero llamado Antonio de Ualda fué el quel primer pájaro
tomó y cazó con el Cazica señor de la tierra q’ se llama Grigota, estava preso
y no avia rremedio de hazelle sacase su jente de paz; este cavallero Antonio de
Balda hera Maese de Canpo del Capitán Andrés Manso. Un dia sacó este señor
de la prision y lo llevó consigo a caza, el qual le vio bolar dos o mas perdizes
quen aquella tierra ai muchas y como vio quel pájaro hazia lo que su Sor.
le mandava y que matava las perdizes para que su señor comiese y le echava al
buelo a perder de vista, y con una boz al señor lo venía, estava admirado. El
señor llamó a sus indios algunos de los que allí tenía y les dijo que pues que
los xpianos. hazian a las aves que los sirviesen y venian a su llamado desdel
zielo, que mal se podían ellos defender, pues los pájaros no se defendían; que le
parezia que se saliesen todos de paz y que sirviesen a los xpianos. Ansí eon gran
contento se bolvió a la ziudad y dijo al Capitán y Maese de Canpo que le dejasen
hir a sacar su jente, quél quería servir y que dios se lo mandava; hizieron confianza
dél; a cabo de seis dias que avía salido vino a la ziudad y m(t legua della venia con
jente en horden: traia entre honbres y mujeres duz (sic) mill personas, todas en
batalla, haziendo grandes alharacas y tocando muchos instrumentos de cuernos y
atanbores como ellos suelen. Los mas. se pusieron en batalla y salimos zerca
de la ziudad, lo mejor en horden que pudimos; el Capitan le avía pesado aver
usado con el señor de la liberalidad que avía usado pensando venir de guerra.
Azercándonos a ellos salió el señor con algunos prinzipales delante [y] con
pajes tras con rramos en las manos a rrezibirnos y abrazarnos muy estrechamente,
ansi a nosotros como a los cavallos como si fueran íntimos amigos y ansi lo
fueron y jamás se an levantado ni tenido guerra con los españoles.
Va un rrio grande que lleva mucho pescado por junto a la ziudad. De
aquí se va para ir al rrío de la Plata por los palmares, en los quales ai culebras
de gran gordor y largor; tigueres ques animal el más bravo quen aquellas partes
ai; los montes son muy altos y largos y ralos que fázilmente puede un honRELACION
INEDlTA DE PEDRO LOPEZ 59
bre y muchos azer mal a sus cavallos sin que la montaña les mpida, En este
monte hallamos a la ida muchas lagunas de agua en las quales halláuamos muchas
anguillas, y a la buelta estas lagunas estavan secas, por manera que según
los naturales dezían de inbierno venían estas lagunas con agua y de verano estavan
secas y en el zieno dellas se quedava la jenerazion, por manera que buelto
las aguas aiavan el pescado que ansí en el zieno quedava y avia desovado.
Es tierra muy poblada de indios, los quales están de guerra la maior parte, y
es nezesario pasar quarenta u zinquenta soldados juntos; desta manera pueden
pasar sin temor de los indios. Llegánse a la provinzia de los Chiquitos, en la
qual el Capitán Ñuflo de Chaves pasó grandes trauajos en conquistar y apaziguar
esta provinzia; tienen ierva, que a veintiquatro oras muere el herido della,
y ansí quando hieren algun honbre o cavallo es menester atalle u enpalarle para
que no haga mal, porque como se sienten heridos de la yerva los cavallos
hazen mucho daño entre los toldos y tiendas y rravian como quando rravia un
perro; los españoles se comen las manos y los bezos de rravia y es lástima verlos
heridos, ansí questa provinzia fue malísima de conquistar, mataron estos yndios
más de ochenta soldados. Llámanse la provinzia de los Chiquitos porque
son muy pequeños de cuerpo y fornidos. Este capitán quemó y aperreó en este
castigo más de tres mill indios; hera cruel y sienpre los que crueles son entre
los indios fenezen mal. Este buen capitán en este castigo entre otros muchos
quemó a un indio de la provinzia de Taguanbucu, el qual tenía un hijo. Después
de hecho el castigo, vino este indio hijo del Taguanbucu y preguntó por
el Jeneral Ñuflo de Chaves y dijéronle estaua dentro de su aposento. Entendióse
que venía de paz con algún mensaje de algún señor; dejáronle entrar. Lleuaua
como suelen traer una porra colgada de la muñeca de largor de dos palmos y
medio o tres. Salió el Jeneral Ñuflo de Chaves y preguntó que qué quería; rrespondióle:
«¿Eres tú el que hiziste el castigo en los Chiquitos?». Respondió el
Jeneral que sí; díjole si sabía que avía quemado a su padre; rrespondió q’ sí
y que le quemaría a él tanbién como a los demás si no era bueno. El Jeneral
bolvió la cabeza a hablar con un soldado, el perro indio alzó la macana y dió
al pobre cavallero en los cascos que no dijo Dios ualme y caió en tierra. Los
soldados tomaron la puerta y prendiéronle herido, hízose castigo dél con fuego,
quemándole bibo; persuadíale un clérigo nuestro se volbiese xpno. rrespondía que
no, que su padre no lo avia sido, que no lo quería ser él; dezíanle que le quemarían
bibo si no se volvía xpno.; rrespondía quél avia muerto a quien avía muerto a
su padre, que le quemasen presto que quería hirlo a ver y dezirle cómo avía
muerto a quien le avía quemado, el qual estava en este tienpo colgado por los
brazos atados atrás, bien un estado del suelo colgado de un árbol y lleno de
leña, hasta mv. cuerpo, y desta manera estuvo más de una hora y en este tienpo
jamás quiso ser xpno. ni convertirse; pusieron fuego a la leña y en breve
tienpo se abrasó; fue milagroso el ánimo queste tuvo y temerario en su acometimiento.
Así fenezió el pobre cavallero que a tantos avía muerto; dejó mujer y
una cuñada que se llaman doña M~. y doña Leonor de Mendoza, hermanas, q’ra
60 FENIX
lástima de ver las lástimas que dezían. Dió Su Mgd. esta Governazion y conquista
a don Dis, hermano destas señoras.
Desta provinzia de los Chiquitos se va al rrio de la Plata a la ziudad de
Santiago de Buenos Aires; ai de camino duzientas y veinte leguas. En esta Gouernazion
del rrio de la Plata estava por Governador della Domingo de Hirala,
vizcaíno; ai en ella tres pueblos despañoles poblados; biben con la miseria del
mundo; no ai oro ni plata ni esmeraldas ni minas de provecho; dánles los indios
de tributo pescado y carne de monte y cueros de venados y algún algodón;
tiene este rrio de ancho por junto a esta ziudad quinze leguas y por la boca,
questá quarenta leguas desta ziudad, dizen tiene sesenta leguas. Tiene hislas en
medio. Conquistan a los indios por bien y amor dándoles de 10 que tienen.
Llaman a los xpnos. hiribaiaras, que quiere dezir en nra. lengua hermanos. Dizen
estos indios que la mejor nazion del mundo somos nosotros y después ellos;
es jente de guerra, grandes flecheros. Aquí salió una conpañía de soldados portugueses
que [ve]nian conquistando la tierra. Dende la India de Portugal traían
quatro mill yndios amigos que les aiudavan a la conquista. Dijeron estos españoles
portugueses avría ziento y ochenta leguas a la ziudad suia, questava
poblada en el Brasil. Estuvimos en esta tierra tres meses; vendíannos los bastimentos
para nro. sustento caros y míseramente; su contratazion hera por espigas,
no por hanegas, sino tantas espigas de trigo de las Indias, un tanto.
Es tierra bien de poca cudizia, está la Burburata y Venezuela en el m?
desta Governación. Del rrio de la Plata y Cartajena váse por mar y por tierra;
por mar ai quatrozientas leguas y por tierra seiszientas; aquí senbarcan por diferente
camino del que bienen, porque sería inposible hir por donde vienen, por
causa de las corrientes. Váse a la Habana, pásase a vista de la Florida; las
hislas de los Azores questán pobladas de portugueses las hislas. Váse a la Terzera
adonde se proven (sic) de muchos bastimentos que los ai y muchas frutas,
y el mejor pan que creo que ai en el mundo. Dendestas hislas a Sanlúcar de
Barrameda se pasa gran rriesgo de cosarios ansí de franzeses como ingleses Luteranos
y moros quen aq’lla costa hordinariamente ai, y ansi Su Mí. tiene para
asegurar este paso las galeras de don Sancho de Leiua que son diez y seis y doze
galeones bien artillados, y quando ai nueva de muchos corsarios socorre la armada
de Portugal. Esta es la rrelación definida de todas las tierras q’ Su Mí.
posee en aquellas partes.
Diré algunas cosas que an suzedido en este tienpo a algunos de los cavalleros
que an governado y visorreies que a avido y tiranos que se an levantado
dende el año susodho. hasta el de setenta que io de aquellas partes salí.
Finis

RELACION IN EDITA DE PEDRO LOPEZ 61
Relazion del alzamyto. de Gonzalo Pizarra y de las guerras que con el Marqués
don Di? de Almagro tuvo.
El Perú fué descubierto i conquistado por el Marqués don Franc? Pizarro
y por el Marqués don DiQ de Almagro, el qual título les dió Su Mt. del
Enperador Carlos nro. Sor. por conquistadores y descubridores de aq’llas tan
rricas tierras como an sido; tanbién les dió la gouernazión del1as por tres vidas
y mandó que se rrepartiese todo lo conquistado entre los dos. Cupo al Marqués
Pizarro dende la ziudad de Quito hasta la ziudad de Arequipa y al Marqués
Almagro dende Arequipa a Chile. Sobre esta partizion destas tierras sobre ser
unas más rricas que otras uvo discordia entrellos. Los de Chile dieron batalla
al Marqués Pizarro después de muchas demandas y rrespuestas; murió en ella
don Di’! de Almagro, matáronle cautelosamente por ser bueno y honbre no
sospechoso de malizias. Tenía un hijo que se llamaua como el padre don DiQ
de Almagro, el mestizo, el qual hera de diezisiete años. Dióle Pizarro por aio
2, un valeroso cavallero el qual se l1amava JuQ de Herrada, traíalos consigo
el Marqués Pizarro en la ziudad de los rreies. Estando el Marqués en las casas
rreales en la plaza, el J u? de Errada, aio de don DiQ, tenía hecho amigos de
los soldados de Chile, atravesó la plaza con las espadas desnudas y los mantos
al brazo dando bozes «Chile, Chile», y ansí sentraron por palazio; subieron a lo
alto; el Marqués con zinco u seis cavalleros questavan con él se pusieron en
harma, entre los quales esta va un amigo deste aio de don Div, que fué poderoso
para que no zerrase la puerta de la sala; subió arriba y a poco rrato se
puso el mestizo a la ventana y corredor de palazio que sale a la plaza, con la
cabeza en la mano dando bozes: «Biva el rrei, caualleros de Chile, que muerto
es el tirano».
Hizieron sus escuadrones, rrecojiéronse seiszientos honbres debajo de
su estandarte. En este tienpo el Marqués auía inbiado a Hdo. Pizarro su hno.
a España a informar a Su Mí. de lo pasado y a GQ Pizarro, el otro hno., a la
conquista de la Canela, el qual fué avisado del hecho y muerte de su hv. Salió
de la jornada con quinientos honbres; hizo en la ziudad de San Francv de
Quito y en la ziudad de Trujillo otros quivs.; elijio por su Maese de Canpo a
Franc? de Carvajal, soldado viejo de Italia, y Capitanes al Capitán JuQ de
Acosta y al Capitán JuQ de la Torre. Vino en seguimiento del mestizo, el qual
se auía rretirado hazia el Cuzco. En conclusión, después de auer pasado algunos
rrencuentros y batallas, en la ultima fué muerto y desbaratado el ejerzito
de don Di’! en los quales rrencuentros y batallas uvo grandes cosas, las quales
no quiero dezir por no me detener. En este tienpo Su Mí. avia proveido
por Visorrei del Perú a Blasco Nuñez Vela, un cavalIero de Avila a que pusieSe
en paz estas divisiones. Halló muerto al Marqués Pizarro y a don DiQ el
mestizo, y a Gonzalo Pizarro en el Cuzco con mill y quivs. honbres. El Visorrei
fue rrezibido en la ziudad de los rreies del Presidente y Oidores quen
ella avia, notificó ziertas provisiones, no muy gustosas para los vezQs. y a
Gonzalo Pizarro llama por edites, publicándolo por traidor. Los Oidores y
62 FENIX
Presidente de la Audienzia dieron mandamiento, después de sus consultas, al
Capitán Myn. de Robles, para que prendiese al Visorrei Blasco Nuñez Vela,
al qual prendió y los Oidores le mandaron llevar a la isla de Solar, ques dos
leguas dentro de la mar; a cabo de quatro dias determinaron de inbiarle preso
á España, el qual entregaron al Capitán Gerónimo Zurbano. En el camino,
sobre el puerto de Paita, ziento y ueinte leguas de la ziudad de los rreies, el
Visorrei preguntó al Capitán Zurbano si sabía lo que hazía en llevar preso a
un Visorrei inbiado por Su Mt. al Perú, el qual le rrespondió quél no le llevava
preso, quél hera servidor de Su Mt. y que a sus ministros les avia de servir
ansimismo. Visto este buen comedimitv. mandó le echasen en tierra los quales
lo hizieron ansí, Saltó en Paita, puerto, el qual sestuvo allí algún dia. Fué
avisado G’J Pizarra, que ia hera llegado a la ziudad de los rreies; ynbió a su
Maese de Canpo Carvajal con duzientos soldados en alcanze y seguimitv, dél,
el qual fué en su seguimittv. asta el rrio Caliente, q’ son quatrozientas y cinquenta
leguas. Fué el más bravo alcanze que se a uisto en el Perú: escapóse
sólo a uña de cavallo.
Bolvióse deste rrio Caravajal; el Visorrei llegó a la ziudad de Poparan,
adonde estaua por Gouernador don Seuastian de Venalcazar; díjole su suzeso
y dióle aiuda para boluer adonde Su Mt. le avia mandado, quera a la ziudad
de los rreies por Visorrei. Hízolo ansí el Gouernador; juntó la jente que más
pudo que fueron mill y duzientos honbres. En este tienpo GQ Pizarro fué avisado
de lo quel Visorrei y el Governador hazían. A la entrada del uerano
bajó con su jente, que eran quívs. arcabuzeros, duzientos ynfantes, ziento de a
caballo con seis vanderas. En este interin el Capitan DiQ Zenteno auia hecho
canpo contra G’! Pizarro en Potosí; ynbió contra él a su Maese de Canpo con
seiszientos honbres y él caminó con la demás jente a la ziudad de Quito. Llegó
a siete de maio del año de (testado: zinquenta y tres) quarenta y siete y pasó
al rrio de Mira, ques ocho leguas de la ziudad de Quito más hazia la Governazión,
adonde nos esperó algunos días. Fué avisado el Visorrei por sus corredores
cómo nos esperava en aquel paso. Con todo eso caminamos hasta ponemas
a vista del enemigo, al qual ynbió Blasco Nuñez Vela un mensajero
que se viniese al rreal servizio y quél le perdonaría todos los agravios que se le
auían hecho. Respondió quél no deservía al rrei, mas castigava a los que mal
le querían hazer a él o a sus vasallos. Con esta rrespuesta marchó el canpo
rreal asta ponernos sobre las barrancas del rrio de la otra parte. Hazia la
ziudad de Quito estava el tirano hecho fuerte en unos andenes y paredones
que allí están. Acometimos otro día a pasar el uado; defendiéronlo con daño
nro.; dijo el Visorrei a los pláticos de aq’lla tierra que qué horden ternía pa.
poder pasar por otro vado de menos peligro que aquél. Avisáronle que por
]0 alto, ocho o seis leguas más arriba se podría descabezar el rrio. Hízolo
ansí: aq’lla noche marchó 10 más alto q’ pudo y caminámosla toda. Otro dia
a las nueue horas llegamos a la ziudad de San Franc? de Quito. En este interin,
dos horas después de auer nosotros salido fué avisado el tirano de nro.
camino. Alzó su canpo [y] fué marchando a meterse en la ziudad y ya
RELACION IN EDITA DE PEDRO LOPEZ 63
nosotros estávamos dentro y descuidados quen todo aquel dia no pudíe llegar
el enemigo. Llegaron nros. corredores, avisaron al Visorrei cómo el tirano
venía por el valle de Añaq uito legua y m:¡l de la ziudad; salimos con nro. canpo
al encuentro a rrezibille. En el mismo valle, dos millas de la ziudad, nos encontramos
el un canpo con el otro; llevaua el Visorrei zien arcabuzeros y el
tirano quivs. De la p:¡l rruziada que nos dieron no quedó casi jente de la nra.
a caballo, entre los quales murió el Visorrei Blasco Nuñez Vela y otros muchos.
[La batalla] fue rreñida; duró dende las doze del dia hasta las tres horas de
la tarde; lleuamos lo peor. Fuimos tratados los rrindidos como si estuviéramos
en tierra de moros u con otra jenerazion que no fueran españoles. Allí dió
paga el tirano a sus soldados: dióles a duzientos y a trezientos ducados de
hora en polvo; vi a algunos soldados q’ lo echavan a bolar diziendo pese a
tal por qué nos a de dar tan poca paga.
En este tienpo llegó el Maestre de Canpo Caravajal con tanta vitoria
como su jeneral: avia desbaratado a DiQ Zenteno y avido gran despojo. Llegó
con trezientos honbres; acordaron de se ir todos a la ziudad de los rreies de
donde avian salido; dexaron por Justizia Maior en su nonbre al Capitán PQ
de Puelles, el qual después de salido el tirano le mataron los servidores del rrei
alzándose en servizio de su Mt.
Fue avisitado (sic) Gonzalo Pizarro que Su Mt. abia proveido al Licend?
PQ Gasea para el Perú y que venía con jente de guerra contra él, el qual
se aperzibió ansí por mar como por tierra; ynbió al Jeneral PQ de Inojosa y
al Capitán Melchor Verdugo y al Capitán JuQ AlQ Palomino con quivs. honbres
a Panamá a rrezibir la jente del rrei y q’ les estoruase el paso y les quemasen
las naves que hallasen en el puerto porque no pudiese pasar jente contra
él de España. Ansí lo hizieron: llegaron al puerto de Perico ques una legua de
Panamá; hallaron en él seis naves quel Presidente ter (sic) Gasea tenía aperzibidas
p:¡l pasar al Perú con su jente. Con su llegada del Gasea y del Jeneral
y nojosa tuvieron algunas demandas y rrespuestas en las quales se vieron el
Presidente y el Jeneral. El Presidente Gasea le mostró los poderes que de Su Mgd.
Ileuaua y los perdones y firmas en blanco p:¡l hazer las mds. quél quisiese, el qual
como las vió y conozio el yerro con que avia andado y andava, entró en consulta
con sus capitanes y fueron de parecer le diesen larmada y se rredujezen al
rreal servizio. Hiziéronlo ansí: una mañana amanezieron las naues quitados
Jos estandartes y vanderas del tirano y puestos los de Su Mt. Ansí le entregó
las naves y armada q’n su poder tenía. Uva gran rregozijo y alegría en la ziudad
de Panamá. Llegó en este tienpo el Licendo. P9 Ramirez de Quiñones de
Nicaragua, con quivs honbres en servizio de Su Mí. De aquí despachó el Presidente
Gasca a la Governazion de Velarcazar, avisar al Gouernador de su ida
y questuviese a punto con la más jente que pudiese.
Este Presidente Gasea sienpre fué, después quentró en el Perú, de buena
fortuna. Ansimesmo, por algunas personas amigas dél, Pizarra fué avisado
del suzeso de su harmada. Aperzibióse de artillería y jente para le rrezibir y
64 FENIX
no dejalle desenbarcar en el Callado (sic) y puerto de los reies. El Gasea ‘Oc
enbarcó él con toda su armada a tantos de Setienbre del año de mill y quivs
y quarenta (sic). y salió en el puerto dho. de Panamá; llegó con la más bien
ida que se a visto a la ziudad de los rreies; visto el Pizarra algunas malas voluntades
quen algunos auía y que no le era lízito esperarle en los rreies, antes
quel armada llegase se rretiró por horden y consejo de su Maese de Canpo
Caravaja1. De aí a pocos dias se desenbarcó el Gasea con su jente. En este
medio estava GQ Pizarra en el valle de Jauja. Después de auer llegado a la
ziudad de los rreies y rrezibido por el Licendo. Zepeda, Presidente de la Audienzia
Real y por los demás vezvs. presentó sus papeles q’ de Su Mí. traía; rrezibiéronle
en nonbre de Su Mt.; no hizo justizia de ninguno aunque pudiera de
muchos.
Reformó su jente, sacó la más q’ pudo de la ziudad; fué en busca del
enemigo. Llegado que fué el rreal canpo al valle de Jauja, yal tirano se auía
rretirado. Aquí nos juntamos los que con el Gouernador don Seuastian de
Venalcazar yuamos con el rreal canpo y nos metimos debajo del rreal estandarte.
Holgóse mucho el Licendo. Gasea con este socorro. Ofrezióse!e de
parte de Su Mt. gratificarle los servizios que le auían hecho y el socorro que
auía dado a Blasco Nuñez Vela. Hízolo al rrevés de lo que le prometió, porque
a ninguno que bien simio en aq’l1as guerras dió otro pago por contentar a los
tiranos y devió de ser nezesario ansí por pazificar la tierra, aunque plega a Dios
no lo aia pagado en el otro mundo.
Salimos del valle de Jauja a los ocho [dias] que allí llegamos. Llevó
mill y uchuzientos soldados. Caminamos hazia el Cuzco; en todas las partes y
rrios y pasos estrechos nos echava enboscadas y nos hazía mucho daño el enemigo.
Llegamos al baIle de Abancay ques diez leguas de donde el tirano auía
hecho alto, el qual paso nos defendieron y quemaron las puentes. Por la mejor
horden que se pudo tener se hizieron otras más abajo del rrio por donde 10
pasamos.
Pizarro avía enzarcado su canpo en el ual1e de Zaquizaguana, en un
sitio fuerte hechas sus trincheras y fosos por delante, guardado por las espaldas
de una sierra alta, por donde él pensó estava más seguro. Una mañana amaneziónos
formados nros. escuadrones sobre el enemigo. Como él nos vió en
este puesto se aparejó a la batalla, puesta su jente en horden, y zierto, si no
fuera por los soldados de Di” Zenteno questauan con el tirano, a los quales
tenía en su canpo rrendidos después que le desbarató en Guarina, creo y es
ansí que nos desbarataran por nro. desorden, porque los bisoños en enpezando
que enpezamos acá a bajar en deshorden los enemigos hazían rrumor bolviendo
las fuerzas que tenían hechas para las tomar por rreparo. Pasando de la otra
parte los nros. pensaron que huían y enpezaron a dezir a bozes: «vitoria que
huien» y quien más podía más presto bajaua sin horden. Suzedió que los rrindidos
a el tienpo a carrera de cavallo feroz enpezaron a pasar, el pm? que hizo
el camino fue Garzilaso de la Vega en un caballo vaio, de suerte que sin
rriesgo ni rre [ñ] irse casi nada la batalla, los desbaratamos. El Maese de Canpo
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 65
Carabajal salió huyendo y después fue preso y castigado. G9. Pizarra y sus
caualleros con él, armados de todas sus armas en sus cavallos, fueron los que
se estuvieron quedos, a los qales. llegó Di9 Zenteno, que conozía al Pizarra y
se apeó a él con mucha cortesía y el Pizarra se apeó ansimismo y juntos mano
a mano se fueron adonde estavan las tiendas y el Gasea se auía apeado. El
Diego Zenteno llevó al Gonzalo Pizarra al Presidente Gasea, el qual le enpezó
a hablar pensando se poder disculpar con él; el Gasea rronpio la plática y le
dijo: «¿Cómo, señor Pizarra, en un paño de tan fina lana caer una tan mala
mancha?». Enpezóse a disculpar. No le quiso más oir; mandóle llevar de
delante de sí: llevóle Diego Zenteno a su toldo u tienda. Aquí el Gaca (sic)
de cordero manso que era hablando a todos nosotros, con el bonetillo en la
mano y aun debajo del sobaco, se boluió bravo i como un león mandó a la
ora fuese cortada la cabeza a G9 Pizarra y buscado Carabajal y se hiziese justizia
de los Capitanes.
Aquí hizo Di0 Zenteno como los caualleros deven hazer teniendo a los
enemigos en su poder, y fué que abiéndole dado el Pizarra a este tres batallas
canpales y teniéndole año y medio en una cueua, adonde estava ascondido y
padezido milI trauajos que honbre pudiera sufrir, bió al causador dellos y le
hizo la cortesía y la honrra que pudiera hazer a quien le uviera hecho mucho
regalo y merced. Fué el Diego Zenteno al Presidente a rrogalle le llevasen
preso a la ziudad del Cuzco questava zinco leguas de allí; no lo quiso hazer
sino que a la hora le cortasen la cabeza. Bístese de luto él, sus criados y amigos,
y fué al Gouernador quen su tienda estava a dezirle que no quería el Gasea
sino que allí se hiziese el castigo. Pidió G9. Pizarra confesor con gran ánimo,
el qual confesó el Padre Frai Luis de Oria, francv, gran teólogo. A este tienpo
tenía el Zenteno hecho hazer el est [r] ado con un paño de terziopelo bordado
de horo y dos almohadas de lo mismo y una cruz de plata con un Xpo. cubierto
con un velo y muchas hachas de zera ensendidas. Acabada la confesión
pidió de beber; Diego Zenteno con su mano le sacó un plato de peras en conserua
y le hizo comer una, y después, con su mano, lechó a beber. En todo
este tienpo jamás se vió al Diego Zenteno los ojos enjutos, lo qual no tenía G9
Pizarra sino con la grabedad que sienpre. Lleuáronle al lugar donde auía de
ser degollado. Abrazó y besó en el carrillo a Diego Zenteno, agradeziéndo1e
las mds. que le hazía por los daños quél le auía hecho; díjole en secreto le
encomendaua a Doña Francé su hija (sic) el cual la tomó a su cargo y la ynbió
después en España a su hermano con quien se casó y le dio grandes rriq’zas
q’l Pizarra dixo al Zenteno dónde las tenía. Ansí se despidieron los dos, q’
Jos q’ uíamos q’dauamos afizionados a] Diego Zenteno por su gran bondad
que quando estas últimas palabras dixo Pizarra al Diego Zenteno finales de
despedida se le enternezían al Pizarra y se le incheron los ojos dagua. Hincóse
de rrodillas en el estrado q’ le tenían hecho y pidió una ymajen de Nra. Sra.
de la qaI. él era devoto: tomándola con las manos le suplicaua fuese interzesora
para con su hijo y después tomó el cruzifijo adorándolo y pidiendo a Dios perdón
de sus pecados. Bolvió al verdugo hecho esto, y le dixo: «haz lo que te an
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mandado»; tomó con la mano la barua alzándola y mirando azia el zielo. El
verdugo se hincó de rrodillas ante él pidiéndole perdón, el qual le dixo q’ no
le rnandauan cortar la cabeza por delante sino por detrás, q’ ansí lo dezía la
sentenzia. Diego Zenteno mandó al verdugo que no hiziese nada hasta q’l bolviese
que yua a hablar al Presidente, del qual alcanzó fuese degollado como
cauallero y así fué hecha justizia dél. Murió con gran arrepentimitv. de sus
pecados, pidiendo a Dios perdón. Fué cubierto luego con otro paño negro;
mandó el Gasea le llevasen la cabeza y la pusiesen en el rollo o picota del
Cuzco y fue ansí hecho sin admitir rruego de naide para lo dejar de hazer.
Fué enterrado su cuerpo en el Cuzco en la Capilla de Nra. Sra. de la Md.,
adonde ansimismo está enterrado el Marqués don Diego de Almagro. Hizieron
allí en aq’l ualle do fué la batalla justizia de algunos capitanes, entre los quales
fueron el capitán JuQ de Acosta, el Capitan JuQ de la Torre, y a los demás
que no eran tan culpados inbió presos al Cuzco q’ son zinco leguas de Jaquijaguana,
En este tienpo se ponía gran dilijenzia en buscar a Carvajal, el Maese
de Canpo, el qual como salió huyendo de la batalla se metió por unas ziénagas
fuera de camino, solo en una mula. Apeándose della, como zinco leguas del
canpo, por unos espadañales se metió esperando la noche; fué visto de un honbre,
criado de un cauallero que se llama Antonio de Quiñones, su labrador, el
qual se llegó a él y le conozió y dijo que quién auía venzido la batalla; rrespondióle
quel Presidente Gasea; rogóle q’ le tuviese secreto hasta q’ viniese la
noche y le trajese algo de comer; dióle una cruz de zincoesmeraldas, q’ valían
más de zien mill ducados y otras zinco piezas q’ lleuaua en una bolsa de poco
menos valor por q’ le tuviese secreto como digo; el villano hizo lo q’ devía a
quien hera. Dijo iua por comida y asegurarle si le avían visto alguno, que se
estuviese quedo hasta quél boluiese; caualgó en una iegua y a todo el más correr
q’ pudo fué a Jaquijaguana y dió aviso al Presidente de cómo le dexaua y
adónde; holgóse mucho dello: ynbió cinquenta honbres con la más presteza q’
pudo. Tardaron en ir y bolver el labrador y los caualleros menos de quatro
horas. Estas cosas hazían con gran dilijenzia. Llegaron adonde el Carvajal
estaba y lleváronle preso. Llegaron a Jaquijaguana a dos horas de noche; aq’lla
noche se confesó, a la mañana le leieron la sentenzia, la qual fué que fuese
arrastrado y hecho quartos por traidor. Oióla con gran denuedo y con ninguna
muestra de couardía; llegaron a lo poner en una rrastra para sacalle. Dijo muchas
grazias y chistes y con una última palabra, quando se metía en ella: «Cuna
quando chico, cuna a la vejez, para esto nazí, de morir avía». Antes desto el
Capitan DiQ Zenteno se llegó a él y le dixo «Señor Carvajal, ¿conózeme V. Md.?»
con buen zelo pa. le servir, como hizo con GQ Pizarro i aun con él después.
Respondióle: «cómo quiere V.M. que le conozca, q’ no me acuerdo averle visto
sino por las espaldas», motejándole de averle huído sienpre. Díjole más si auía
algo en qué le servir, que lo haría muy de ueras tan bien como cualquiera her?
de los suios; rrespondióle el Carbajal que si le podía dar la vida; díjole q’ no,
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 67
que solo al Sor. Presidente le tocaua hazelle md. de justizia; rrespondióle q’
pues no le podía dar la vida, q’ pa. qué se le ofrezia, q’ no podía nada, pues
al presente él no auía menester otra cosa. Hizieron justizia dél; cortáronle la
cabeza, acudió e! DiQ. Zenteno no le hiziesen quartos.
Antes de su fin llamó al Arzobispo don Francv (sic) de Loaisa y le
dijo le trujese o mandase venir aq’l labrador que auía dado notizia dél, el qual
le trujeron ante sí y le dijo e! Carvajal, en presenzia de! Arzobispo y de otros
muchos cavalleros «Villano: como [no] hiziste 10 que te mandé, buélveme el
premio que te dí; pues no cunpliste conmigo, dáselo aquí a su Señoría Rma.
para q’ haga algún bien por mi ánima». El qual declaró allí las piezas q’ eran.
El se disculpó diziendo q’ no era tal. El Arzobispo con alguna cólera y más
cudizia echó mano del labrador y le dijo q’ le prometía, si luego a la ora no
dava lo que Carvajal dezía, de hazerle ahorcar y para maior temor ponelle,
mandó llamar al verdugo. Visto esto, el villano se desabrochó y sacó del seno
las esmeraldas y cruz, las quales después quiso auer el Presidente, y por estar en
poder del Arzobispo disimuló con ellas, y tanbién entiendo que para sacarlas de
su poder fuera tan malo y tan travajoso como fué conquistar a Pizarra, según
con sus palabras y codizia las defendía.
Este Carvajal fué honbre de grandes hechos de guerra; venzió zinco batallas
canpales; dió muchos rrenquentros contra los servidores de Su Mt.; hizo
grandes crueldades: ahorcó mujeres, frailes, clérigos, comendadores de todo jénero
de horden; a ninguno perdonava que a su señor enojase, q’ sólo de los hechos
destos tiranos se podría escriuir un gran libro, el qual. creo sescrivirá
algún día.
Vivió este tirano tiránicamente tres años y m”. Fenezió como dho. tengo.
Hízose el castigo, ahorcaron y echaron a galeras mas de quivs. honbres;
quitaron haziendas de los que hallaron culpados. Hízolo mal e! Gasea con los
seruidores de Su Mt.: dejólos a todos pobres, y a muchos de los que fueron
contra Su Mt., q’ se le pasaron, les dió lo que tenían y más mucho, por manera
quél lo que nos quitava a nosotros se 10 dava a ellos. A todos contentaua:
con palabras [a] los servidores del rrei y a los enemigos con obras. Ganóeste
Gasea el maior premio de honrra que a ganado honbre en aquellas partes. Trajo
a Su Mt. tres millones de hora y plata y muchas esmeraldas y perlas. Dióle
Su Mt. en rreconpensa de lo que le auía servido el Obispado de Palenzia y de
Sigüenza. Plega a Nro. Sor. que con los obispados no se aia ido al infierno por
10 quen el Perú hizo con los conquistadores que tan bien le avían servido.
Este apaziguó el Perú con palabras y el bonete debajo del sobaco y no
con harmas. Por éste se puede dezir que le ualieron las letras más que a otros
valerosos las armas. Apaziguó el Perú; bínose a la ziudad de los Reies y tras
él venimos milI honbres, que a cada uno nos avía dho. nos daría de comer y
quen el rrepartimiento jeneral que dejaua hecho nos dejaua de come a todos;
esto dezía a cada uno por sí.
68 FENIX
Desta manera fenezió y fué castigada esta tiranía y rreduzida al rreal
servizio toda la tierra del Perú. Hízose el castigo de la manera que dho. tengo,
el qual senpezó y acabó en la ziudad del Cuzco, el año de milI y quivs,
y zinquenta y uno (sic) y desta suerte aurán fin todos los que contra su rreal
Mt. se rreuelaren.
Teniéndolos a todos con palabras, esperando por horas nos daría gratificación
de nros. servizios, enbarcó el tesoro y su casa; quando amanezió yua
ya a la vela. Valióle estar la mar de por mv. que según ví voluntades y que cojosos
(sic) fuera, otro alcanze como el q’ Carvajal dió a Blasco Nuñez Vela, porque
fué grande ynumanidad quitarlo a los que lo merezían y darlo a los tiranos.
Suzedióle llegado a Panamá que avían llegado allí los Contreras, hijos
del Gouernador de Nicaragua PQ. de Contreras, los quales venían alzados. Auían
muerto a un obispo y a otros muchos, los qales. Contreras traían trezientos
honbres consigo. Venían divididos: la mitad por el rrio de Chagre y la otra
mitad por el camino de las Cruzes, los quales venían ya en demanda del Gasea,
y dividiéronse desta manera porque no se les pasase el Gasea. Tomaron el tesoro
quel Gasea llevaua por el rrio y salieron a Panamá. El Gasea con sus
letras fué avisado: desmintió el camino; dió horden quen el Nonbre de Dios
matasen los que allí avían quedado y en Panamá los vzQs. de la ziudad mataron
a todos los demás, q’ no escapó sino Rq de Contreras, el hermano maior del
qal. no se sabe sies muerto u bibo. Cobró el tesoro sin que se le perdiese un
rreal. Fué más venturoso quel judío sabido. Enbarcóse allí con el más próspero
tienpo del (tachado: despaña) mundo y fue en breve tienpo a España. Este
es el fin y suzeso desta guerra.
Fenezida esta, dentro de tres años, se alzó otro cauallero contra el rreal
servizio, el qal. se llamaba don Sebastián de Castilla, hijo del conde de la Gomera:
mató al Jeneral PQ de Inojosa, que fué el que dió el armada al Gasea,
el qual estava por Correjidor en Potosí.
En la ziudad del Cuzco, a siete de diziembre del año de zinquenta y
seis (sic), en la ziudad del Cuzco estaua por Correjidor Jil Ramírez de Aualos,
el qual hera inbiado por la rreal Audienzia, Presidente el dotor Quenca y Oidores,
los quales por horden de Su Mt. le mandaron quitase el seruizio personal a
los vzQs. de la dha. ziudad, sobre lo qaJ. entraron en sus consultas y fueron de
acuerdo todos los vzQs. de se juntar un día en casa de JuQ de Pancoruo. vzq
de la dha. ziudad. Hiziéronle ansí; en la consulta elijeron por Procurador Jeneral
al Capitán Franc? Hernandez Girón y ofrezieron cada uno parte de sus
posibles. UVO algunos que prometían para este negozio quarenta milI ducados y
otros más y otros menos: AIQ de Mesa ofrezió quarenta y cinco mill. Con este
acuerdo, con gran secreto y silenzio se salieron de la casa del monipodio y
se fueron a sus casas. Tiniendolo por hecho detuviéronlo algunos días aunque
pocos. En este m”. tienpo uvo algunos que se arrepintieron de lo hecho; dieron
notizia al Correjidor, el qal. esperava tienpo para prender a Francv Hernandez
Girón y los demás y fué avisado dello el Jirón y don PQ de Cabrera, q’
heran de quien colgava ya aquel negozio. Don PQ se salió del Cuzco. Francv
RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 69
Hernandez esperava oportunidad de tienpo p;.l. hacer su hecho. Los vzQs. ya
se havían salido todos afuera, aunq’ las firmas que avían dado tenía Franc?
Hernandez bibas, las quales inbio el Marq’s de Cañete a Su Mt. a España. No
se perdió un peso de aq’llos que auían prometido p;.l. la guerra que no lo cobrase
Su Mt. de los que para contra él lo auían prometido.
Una noche, en una zena que Francv de Loaisa dio a todo el pueblo
porque se avía casado y velado aq’l día, en la qal. zena se juntó el Correjidor
y los demás cavalleros vzvs. y muchos soldados y muchas señoras, serían las
nueve de la noche después de ayer acabado la zena, estando comiendo fruta de
sartén entró Franc? Hernandez con treze amigos harmados y las caras cubiertas.
En la sala auía bien más de duzcientos honbres: derribaron las capas y las
harmas en las manos enpezaron a dar en los que zenando estavan. Diziendo:
«Libertad, Jirón», llegaron a la cabeza de mesa adonde estava el Correjidor,
el qual estava sin armas; junto a él estaba el Capitán Ju9 Al9 Palamino, el
qual como les vió venir sobre el Correjidor para le matar, puso mano a su espada
y capa. Hizo tanto que auidó a meter en una rrecámara al Correjidor y
uno de los tiranos dió al Capitan Palomino quatro o zinco golpes de partesana
de los quales murió. A esta hora las mujeres y los honbres a matar las candelas
el factor Ju9 de Salas tomó una vela de zera en las manos y púsose de
pie sobre la silla porque no se la matasen, y con esto uuo sola esta luz, aunq’
después se enzendieron muchas, que nos hizieron mucho provecho para que
todos no nos matásemos.
En este tienpo el tirano Girón estava a la puerta de la rrecámara, rrequiriéndole
que se le diese, si no, que pondría fuego a la casa y los quemaría a
todos. Visto esto el Correjidor y las lástimas y bozes que oía tomando seguro
de Francv, Hernandez que no le mataría se puso [en] sus manos, al qual inbió
preso a su misma casa con Diego Gauilán y A19. González, dos de los treze
que con él entraron. Lleváronlo y entregáronlo a doña Menzia su mujer.
Aq’lla noche hizo su escuadrón; amanezieron en la plaza setezientos soldados en
escuadrón en favor del tirano.
A cabo de quatro o zinco dias, juntos los mas vz9s. desta ziudad y el
Correjidor con ellos, les dijo la causa por qué avía hecho aq’llo, q’jándose de
algunos que se auían huído aquella noche; dijo al Correjidor q’ bien vía claramente
que le merezía la muerte, que no se la q’ría dar, mas que hiziese de sí
Jo q’ quisiese y se fuese a la ziudad de los rreies, adonde estava la rreal Audienzia,
el qual se 10 agradezió mucho, queriéndole besar las manos por la md. Le
suplicó le diese una mula o cavallo de los que tenía y le avían tomado, el qual
le pidió la memoria de toda la rropa, cauallos y mulas q’ tenía; diósela. Mandó
el Jeneral Franc? Hernández, que ansí se intituló, se lo trajesen todo ante sí,
10 qual fue ansí hecho. Lo mandó vender en la almoneda: sacóse dello nueve
milI castellanos. Dióle Franc? Hernández dos cavalgaduras en q’ 10 lleuase;
ynbio con él al Capitán Piedrahita con treinta arcabuzeros, q’ a él y a su dinero
los llevase sesenta leguas de la ziudad, para que pudiese ir en salvo, 10 qual
fue ansí hecho.
70 FENIX
El rreal canpo, en este medio tienpo, estava ya avisado y puesto en
horden para lo q’ les fuese menester, y mandado juntar de las provinzias todas
las más jentes que avía en la ziudad de los rreies. El tirano, en este tienpo
el tirano (sic) avía salido con su eanpo para la ziudad de los rreies por el
camino de la Sierra. Ynbio un eapitan suio, llamado Tomás Vazq’z, por el camino
de los llanos y q’ de camino pusiese en su servizio la ziudad de Arequipa,
lo qal hizo con ziento y treinta honbres, hestando por Jeneral Jerónimo de
ViUegas. Con fazilidad y pocas muertes entró a la ziudad y la tomó y puso en
su servizio. Hecho esto bolvió a su camino atravesando la Sierra por los Lucanas
y en la ziudad de Guamanga halcanzó al Jeneral tirano, con el qua1 se
fué en conpañía hasta el ualle de Jauja. Lleuaua en su canpo mill y zien honbrcs,
los quatrozientos arcabuzeros.
En este valle ynbió un Capitán de corredores, Salvador de Lezana, con
sesenta honbres, al qal. desbarató y prendió el Capitán Lope Martín, Capitán de
Su Mt. que le salió al encuentro de una enboscada y hizieron justicia de todos
;08 q’ bibos q’daron. Esta fué la primera pérdida deste tirano, el qal. sabida
esta nueva del desbarato de su Capitán mudó camino y se bajó por otro
camino del que …. ” bajó por el valle de los Olleros y en el valle de Pachacama,
que s quatro leguas de la ziudad de los rreies, halló el rreal canpo que
jo estava esperando, digo en la azequia questá entre la ziudad y Paehacama.
A vista un canpo dc otro estuvieron zinco días, trauándose algunas escaramuzas.
El tirano no osava acometer al rrea1 canpo; parte de la artillería
q’n él teníamos. Hordenó traer muchos bueies mansos y otros animales escuzados
del eanpo, a los qua1es de los cuernos y horejas puso muchas cuerdas
enzendidas y a la m<;t. noche partió con su ejército hecho en dos partes y este ganado y bueies en m'! por quc entendiesen queran arcabuzeros para quen ellos disparase la artillería, y las mangas de la una y de otra parte lleuauan las querdas secretas para en hauiendo los bueies después de disparada la artillería acometieran a nro. canpo. Venida la noche un eavallero llamado Di9 de Silva, cuñado de Franc? Hcrnández Jirón, se le huió de su canpo y fué a dar aviso al nro. y dijo la orden q' tenía pensada y de la manera que venía; aperzibióse nro. rrea1 canpo de suerte que no uva efeto cosa de las q' ordenadas trujese. Antes que fuese de día se volvió a rrecojer su fuerte aunq' con alguna pérdida de algunos soldados q' se le pasaron aq'lla noche al rreal servizio a los qales. perdonó Su Mt. Heran Jenerales por el rrei el Arzobispo don Franc? (sic) de Loaisa y el doctor Ouenca, entre los qales. uva grandes discordias y estuvo el rreal canpo por se perder. En este tienpo el tirano perdía mucha jente porq' se le pasava cada hora. Acordó rretirarse por los Llanos antes que del todo le dejasen; perdió en este Pachacama seiszientos honbres q' al rreal servizio se pasaron. Con quatrozientos pocos más q' le q'daron se rretiró hasta un valle que se llama VilIacurí, adonde hizo alto esperando a los mas. en una montaña, treinta leguas de la ziudad de los rreies. RELAClON INEDITA DE PEDRO LOPEZ 71 Pusieron por Jeneral, por amor de estas discordias, a Pablo de Meneses, de Talavera de la Reina, el qal. cavallero governó sienpre bien. Ynbio por corredor jeneral como lo era a el Capitán Lope Myn., el qual salió con trezientos honbres, los mejor aderezados q'n el canpo avía, y el Jeneral con uchuzientos yva a su paso. En el valle de Chincha hizimos alto, adonde nos dio pestilenzia: en el canpo murieron veinte mm indios de nro. servizio. De aquí se acordó se siguiese al tirano por la orden que avían salido. Salió Lope Myn. con los trezientos honbres de a cavallo; el tirano le hechó corredores p~. le zebar. Visto por nro. corredor Jeneral los enemigos, partió con más furia y presteza quera menester. Los corredores del tirano yvanse deteniendo por llevarlos tras sí, sin ninguna orden. Cada uno procurava de aguijar más su cavallo. Sin esperar horden de guerra entraron por donde el tirano tenía puesta la enboscada y pasauan adelante. Desta suerte entraron de los trezientos los duzientos y ochenta de los qales, honbres no q'do a vida q' no muriese en la guerra peleando u despues a sus manos. Aquí se rrehizo el tirano de muchas armas y cavallos que tenía bien menester. Murió el Capitán Lope Myn. por esta deshorden y hizo mucho daño en nro. canpo. No contento el tirano con esta vitoria, salio con todo su canpo al nro. El Jeneral Pablo de Meneses, aunq' estávamos descuidados por tener los corredores delante y ayer poco espazio dende q' fuimos avisados de los q' bolvieron huiendo de los nros, hasta q'l tirano llegó, q' fue al alua, antes q' esclareziese, tuvo su jente en horden y los rrezibimos lo mejor q' pudimos. Hiziércnnos mucho provecho quatro piezas de canpo q' lleuáuamos, las qales. fueron parte para q'l tirano no nos acometiese tan de golpe y sin miedo como venía. Caminó aq'lla noche, por hazer lo q' digo, honze leguas de camino malo de arenales. Fuénos forzado rretirarnos hazia Chincha, adonde auía q'dado otra parte del canpo con los Oidores y Arzobispo, q' nos parezió bastavan ochuzientos honbres p~. desbaratar a quatrozientos q'l tirano lleuaua y fue al rrevés, de suerte q'l tirano boluió a proseguir su camino, y nro. canpo el Presidente y Oydores se rrecojieron a la ziudad de los rreies, y lo mismo hizo el Jeneral. En este tienpo, estando haziendo el castigo el Mariscal don A19 de Alvarado en Potosí sobre el alzamitv, de don Seuastián de Castilla, supo este alzamitv. Hizo la más jente q' pudo: sacó de Potosí mill y zien hombres, el qual inbió abisar a la Audienzia rreal cómo bajava con canpo. El Jeneral Pablo de Meneses proveió q' con el Capitán Juan de Saavedra, vz9. del Cuzco, fuesen trezientos honbres a socorrer al Mariscal, los quales fuimos por la Sierra, diferente camino del q'l tirano lleuaua. Hallámosle duzientas leguas de los rreies, holgóse con nosotros, mas pesóle del desbarate nro. q' del socorro q' le iva, que le parezía a él podría allanar todo el Perú con la jente q' de Potosí avía vajado, El tirano q'dava atrás más de ziento y veinte leguas hazia los rreies. Atravesamos luego Arequipa; en los Lucanas hallamos corredores del tirano; fuimos en su seguimitv, hasta el valle de Chuquinga adonde hallamos el canpo del tirano formado y en un muy fuerte sitio, en un valle hondo, zerca de un rrio. El Mariscal asentó su canpo enzima de los altos de aq'l rrio. Es72 FENIX tuvimos sobrél tres días; en este tienpo se nos pasó el Capitán don Luis (sic) de Pineda, Capitán de a cauallo del tirano y nos dio rrelazión de los pocos q' heran y por dónde les podíamos entrar sin rriesgo y q' serían trezientos y ochenta honbres; nosotros héramos por lista mill y trezientos honbres de guerra q' podían tomar armas. Vista la poca pujanza del tirano, con su gran sobervia del Mariscal otro día por la mañana mdo. bajar nro. canpo en orden al Capitán Myn. de Robles con ziento y zinquenta arcabuzeros q' acometiese por zierta parte q'stava algo más peligrosa, el qa1. lo hizo con rriesgo, q' de la p:;t. rruziada o carga q' le dió el tirano le derribó más de ochenta, sin ellos rrezibir ningún daño, porquestavan de buen puesto cubiertos de una barranca. Ansí bajó todo el más canpo y en poco espazio cantamos vitoria; tuvímosla por zierta y fué por entender hera muerto el tirano y no fue ansí. El día de la batalla el Capitán JuQ A19 Badajoz pidió de md. al tirano le dejase entrar en la batalla con sus harmas y q' él se q'dase en su lugar en el escuadrón q' tenían hecho, q' serían zien honbres y los demás tenían rrepartidos en los pasos por donde nosotros avíamos de bajar, aunq' en este tienpo ya estavan todos juntos mezclados con los nros. Un soldado de los del tirano, q' se llamaua Perales, disparó el arcabuz y dió al Capitán JuQ. A1Q Badajoz, pensando hera el Jeneral y todos los tenían ansí entendido, porq' tenía sus harmas y peleaua en su cavallo, este cantó vitoria: «Muerto es el tirano y io le maté». Con esta boz desmaiaron algun tanto los enemigos. A este tienpo el tirano Franc? Hernández, visto casi su perdizion cavalgó en un cavallo rrosillo descuuierta la cabeza y rrostro animando a los suios diziendo q' allí estava, q' adónde estava el ánimo de sus leones. Acometiéronnos como duzientos honbres juntos. Los nros. teniendo el negocio por hecho, andavan hurtando y saq'ando los toldos de los enemigos. Con este desorden y con aver herido a nro. .Teneral en el rrostro con una pica se salió afuera de la batalla, enpezaron los suios a desmaiar y perder el canpo q' avíamos ganado y ansí cantó el tirano vitoria y fué de veras más zierta q' la nra. Huímos; perdimos en esta batalla setezientos honbres, la flor del Perú. Vinímonos a la ziudad de los rreies huiendo, sin esperar ni socorrer Capitán a soldado ni padre a hijo, con esta pérdida llegamos a la ziudad y visto q' si esta guerra se dejaua algo olvidar se rreharía el tirano q' ia tenía dos vitorias y muchas armas y cavallos y muchas otras rriq'zas q' auía auido en los despojos, tornó el Jeneral Pablo de Meneses y don PQ Puertocarrero, su Maese de Canpo, este negozio mui de veras y hizieron jente: juntaron mill y seiszientos h011bres; salimos en su busca por el camino de la Sierra, llegamos al Cuzco adonde avía salido y dejado allí las justizias por él. Salímosle siguiendo; ya en este tienpo tenía el tirano mill y duzientos honbres, los mill españoles y los duzientos negros. Alcanzámosle y esperónos en Pucará, sitio muy fuerte; asentóse nro. canpo dos millas u tres de su fuerte: hízose alguna fuerza en contorno de nro. rreal. A los ocho días de nra. llegada le dimos la batalla, la qal. no tuvo efeto porq' se rretiró a su fuerte y pasáronse al nro. rreal canpo en este día los más de sus capitanes del tirano: RELACION INEDITA DE PEDRO LOPEZ 73 pasóse el Capitán Tomás Vázq'z, gran honbre de guerra, el Capitán Di9 Gavilán, el Capitán Piedrahita, el Capitán Mateo del Saz, con otros muchos soldados dejaron al tirano con poca jente, aunq' en fuerte sitio. Acordó con los pocos q' le avían q'dado rretirarse aq'lla noche. Tenía consigo a doña Menzia, su mujer, la qal. dejó encomendada al Capitán Ruy Barba q'stava preso en su canpo. Salió aquella noche con ziento y ochenta onbres y su Maese de Canpo, el Licendo. Alvarado, con otros tantos, en dos partes, y fué Dios servido divididos por diferente camino. Aportó al valle de Jauja adonde fué alcanzado y preso. Por quién y cómo y de la manera q' fué muerto y el Capitán q' lleuó esta vitoria y del suzeso de don AlQ de Alvarado, Mariscal y Jeneral del ejérzito de Potosí, y de cómo murió loco y de otros tres alzamitvs. y tiranos q' después deste a avido ..... . de dar rrelazión por falta de papel y aun por falta de tienpo. Quando V. M. aia leído esto y quisiera ver lo demás q' falta, mandándomelo haré como soi obligado i con aq'llas veras q' la rrazón me obliga a servir a quien tanta md. de contino a mí da [ya] los españoles q' por esta estraña tierra pasamos de continuo ha hecho i azen cuia muy Illustre persona nro. Sor. guarde. Finis.

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  1. Una muy sincera y muy amplia felicitación, y agradecimiento, por su magnífica labor en el campo de la historia y las crónicas de América Latina.

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KUPRIENKO